“Un gigante olvidado: El acorazado Richelieu y la Segunda Guerra

Transcripción

“Un gigante olvidado: El acorazado Richelieu y la Segunda Guerra
“Un gigante
olvidado: El
acorazado Richelieu
y la Segunda
Guerra Mundial”
Por Antonio Gracia Villanueva
Modelista Naval
Conferencia ofrecida en el Casino Primitivo de
Albacete el 10 de junio de 2010
“Un gigante olvidado: El acorazado Richelieu y la Segunda Guerra Mundial”
Buenas tardes a todos ustedes. Deseo en primer lugar, agradecerles su presencia,
así como extender dicho agradecimiento al Casino Primitivo de Albacete, por cedernos
amablemente este privilegiado espacio para llevar a cabo la exposición de modelos
navales que durante toda esta semana se está realizando en las instalaciones de tan
singular edificio, así como la oportunidad de poder presentarles esta conferencia, que
durante los próximos minutos pretende a través de un ejercicio de nuestra imaginación y
con la ayuda de los medios que hemos dispuesto, viajemos en nuestra particular
máquina a través del espacio y el tiempo, a un período de la reciente historia mundial
tan convulso como pródigo en adelantos tecnológicos y desarrollos de la ingeniería
naval.
Mas antes de comenzar, cabe interrogarnos si resulta procedente que nos
interesemos por cuestiones que a juicio de la mayoría de las personas a quienes les
pudiésemos preguntar, encontrarían sumamente aburridas y trasnochadas; y así,
cuestiones tales como ¿qué interés nos suscitan las grandes batallas navales en una u
otra guerra?; ¿qué aspectos estratégicos podían aportar los acorazados en el seno de las
flotas en las que se integraban? o ¿cuáles eran las características técnicas distintivas de
estos enormes y poderosos navíos?, son interrogantes que quizás pensemos, sólo
interesan al reducido colectivo de historiadores contemporáneos o modelistas navales
que trabajan para instituciones culturales o por el simple placer de compartir un
pasatiempo creativo. La relevancia o no de hallar respuesta para estos y otros asuntos, es
una cuestión que dejo abierta a su consideración y a la que intentaré dar respuesta al
final de mi exposición, aunque adelantaré que el conocimiento exhaustivo de los hechos
históricos ha de ir más allá del mero ejercicio docente y divulgativo y servir de
aplicación práctica para afrontar de modo diferente, los sucesivos y repetitivos eventos
históricos que la sociedad ha ido reproduciendo a lo largo de todos los siglos de su
historia.
Comenzaremos echando un breve vistazo al contexto histórico en el que los
estrategas navales, entendieron la necesidad de desarrollar los acorazados para ejercer el
control y protección de los intereses coloniales europeos. Seguidamente, definiremos el
concepto de acorazado como buque de guerra, considerando sus características
singulares. En tercer lugar, presentaremos al Richelieu, como respuesta de la marina
gala al desarrollo tecnológico naval de la Regia Marina Italiana. Una comparativa de
éste con las unidades más famosas de la Segunda Guerra Mundial que lucharon en uno
y otro bando nos permitirá conocer el máximo desarrollo técnico de estas poderosas
armas en su tiempo para por fin, recorrer brevemente el devenir del buque en el
conflicto armado y el recuerdo que del mismo se conserva en la armada francesa; y
finalmente concluiremos con unas consideraciones de carácter eminentemente práctico
para todos nosotros, aficionados o no al modelismo naval y la historia.
I.- El dominio del mar
Desde la época de los grandes navíos de línea, en los siglos XVII y XVIII, y
hasta bien entrado el XIX, con la aparición de las máquinas de vapor y la sustitución
progresiva de la navegación a vela, los grandes imperios coloniales basaron su riqueza y
poder en la columna vertebral de potentes armadas que permitían las comunicaciones
entre la metrópoli y sus lejanas colonias, los intercambios comerciales y la defensa de
tan vitales y extensas rutas transoceánicas. Así, los corsarios ingleses hostigaron durante
décadas los convoyes de galeones españoles que desde las Indias cruzaban el Atlántico
cargados del oro y plata hacia la península, vitales para el mantenimiento de los
costosísimos gastos de la Corona y las guerras que se libraban en innumerables frentes.
El debilitamiento progresivo del control de las rutas, junto con otros muchos factores,
conduciría finalmente a la independencia de las colonias de la América Latina y en un
postrero estertor, a la pérdida de los últimos territorios de ultramar en los episodios de
1898.
A comienzos del siglo
XX, como ya he dicho, la
navegación
a
vela
prácticamente forma parte del
pasado, por lo menos en lo que
se refiere a las armadas
militares de los grandes
imperios
coloniales.
Los
principales países europeos,
junto con Turquía, Japón y unos
incipientes Estados Unidos, se
reparten la práctica totalidad de
los continentes con un complejo
sistema
de
acuerdos
diplomáticos y comerciales y una no menos difícil y peligrosa suerte de alianzas
estratégicas.
La guerra ruso japonesa de 1905, en la que los intereses imperialistas de ambos
países chocaron por el control de Manchuria y Corea, enfrentó a dos de las más
poderosas escuadras del momento en la célebre batalla de Tsushima, en el estrecho del
mismo nombre entre Corea y Japón, el 27 de mayo de ese año. La victoria japonesa
permitió que un país que tan sólo cincuenta años antes vivía en plena edad media,
irrumpiera con fuerza en la escena internacional como primera potencia oriental y
enfrentándose así a los intereses occidentales en el lejano oriente.
II.- Los señores del mar
Nos hacemos ahora la siguiente
pregunta: ¿qué es un acorazado? La
respuesta a la misma puede parecernos
pueril además de obvia: es un buque de
guerra. Pero la ambigüedad de la respuesta
nos deja aún más perplejos y conviene
matizarla. Así, el veterano buque Cabo
Fradera, es un patrullero fluvial de la
Armada Española, que desempeña sus
misiones de vigilancia en el río Miño, en la
frontera entre España y Portugal. Sus
reducidas dimensiones de poco más de 17
metros, 10 nudos de velocidad y una dotación de nueve hombres, podrían hacernos
pensar que se trata de un yate de recreo si no fuera por las dos ametralladoras MG 42 de
7,62 mm que embarca.
Por tanto, ¿qué características singulares, definen a un buque de guerra para
incluirlo en la categoría de acorazado? Podemos establecer fundamentalmente tres que
deben darse sin excepción, y así, el acorazado es la unidad militar que aúna la máxima
potencia artillera, el mayor blindaje protector y una velocidad igualmente elevada en
relación al tamaño y desplazamiento del buque.
En el siguiente esquema se observa
cómo estas características, sólo fueron
posibles de implementar en un buque de
guerra cuando el potencial tecnológico y
conocimientos en ingeniería naval estuvieron
suficientemente desarrollados y ello no fue
sino hasta principios del siglo XX.
Fue precisamente la armada británica,
quien en 1906, construyó el primer barco que
en sentido estricto puede denominarse
acorazado; se trataba del Dreadnought, que
con una eslora de 161 metros, desplazaba
21.000 toneladas a una velocidad de 21
nudos, embarcando diez poderosos cañones
de 305 mm en torres dobles. Este buque
supuso una auténtica revolución en el diseño
naval durante las primeras décadas del siglo.
Mientras tanto, en España, y tras el desastre naval del 98, nuestra Armada
emprendió un ambicioso plan de rearme y modernización con la Ley de Escuadra del 7
de enero de 1908 y que recibiría su impulso definitivo con la Ley Miranda de 1915,
colocando nuestro poder naval dentro del ranquin de las más modernas del mundo, si
bien a una clara distancia de las principales, aunque con un cierto peso y poderío en el
Mediterráneo hasta el comienzo de la Guerra Civil, situación que se tornaría en
ciertamente preocupante a la finalización de ésta.
Una versión reducida de los Dreadnought británicos fueron la clase España, de
construcción nacional que con una eslora de 140 metros, desplazaban algo más de
16.000 toneladas a una velocidad de 19,5 nudos embarcando como batería principal
ocho cañones Vickers de 305/50 mm en montajes dobles. En la imagen podemos ver al
Jaime I, tercero y último de la serie, gemelo del España y el Alfonso XIII, fondeado en
el puerto de Cartagena.
III.- El acorazado Richelieu
Saltamos en el tiempo unas dos décadas hasta situarnos en los convulsos años 30.
La aparición de los regímenes fascistas en la Europa de entreguerras, y especialmente,
el desarrollo de la potente escuadra de la Regia Marina Italiana, con la que Mussolini
pretendía satisfacer sus ansias expansionistas por el Mediterráneo, hizo necesario que el
gobierno de París reforzara igualmente su flota con nuevas y modernas unidades. La
serie Richelieu, que originalmente conformarían cuatro unidades, de las que sólo fueron
finalizadas dos (el Richelieu y el Jean Bart) fue diseñada en respuesta a los acorazados
clase Littorio.
En el cuadro adjunto podemos observar las características más sobresalientes del
que es considerado por muchos, el quinto mejor acorazado de la Segunda Guerra
Mundial:
Richelieu
Octubre de 1935
Enero de 1939
Primavera de 1940
Desguazado en 1964
Características generales
35.000 Tns; 47.548 Tns apc.
Desplazamiento
247,90 mts
Eslora
35,00 mts
Manga
9,70 mts
Calado
8 cañones de 381 mm en montajes cuádruples
Armamento
9 cañones de 152 mm en montajes triples
12 cañones de 100 mm AA en montajes dobles
56 cañones Bofors de 40 mm AA en montajes cuádruples
48 cañones Oerlikon de 20 mm AA en montajes simples
4 turbinas Parsons 150.000 C.V.
Propulsión
30 nudos
Velocidad
10.800 Km a 10 nudos
Autonomía
Aeronaves antes de su 3 hidroaviones/2 catapultas
alistamiento en N.Y.
Clase
Puesta en grada
Botado
Asignado
Destino
Derivados de la clase Dunkerque, más pequeños que éstos, compartían con ellos
una característica muy significativa y es que su batería principal de 381 mm se
distribuía en dos torres cuádruples a proa, mientras que la secundaría de 152 mm estaba
situada a popa de la superestructura y chimenea. Esta curiosa disposición artillera,
distintiva de los acorazados franceses, conllevaba una serie de ventajas e inconvenientes
que a lo largo de su vida operativa quedaron puestos de manifiesto algunas de las cuales
se reseñan a continuación:
Entre las primeras destaca la consiguiente disminución de pesos y aumento de
velocidad, al eliminar dos torres artilleras, dadas las restricciones internacionales
impuestas por el tratado de Washington, en el que se limitaba el tonelaje de las unidades
militares. También hay que destacar, el enorme poder de fuego que presentaba el
acorazado en caza, pues podía disparar describiendo un amplio semicírculo al tiempo
que avanzaba hacia el enemigo; tal combinación de potencia de tiro y velocidad, hacían
del Richelieu, un adversario temible y mortífero.
Pero sus mayores ventajas constituían al tiempo sus principales inconvenientes
en el combate: Así, por ejemplo, si decíamos que toda la potencia de fuego se
concentraba en caza, el acorazado no podía utilizarla en el caso de que sus objetivos se
situaran a popa. Por otra parte, y constituyendo quizás lo que suponía su talón de
Aquiles, era el hecho de que para albergar los cuatro cañones en una sola torre artillera,
hubo de construirse barbetas más grandes de las convencionales con la consiguiente
reducción de blindajes y debilitamiento estructural. Por otra parte, existía el peligro de
que en caso de impacto de un obús, o avería de la propia torre, los cuatro cañones en
ella alojados, quedaban inutilizados para el combate, de modo que el poder artillero de
la batería principal se vería reducido a la mitad de un plumazo, hecho que efectivamente
ocurriría más tarde, tal y como veremos a continuación.
IV.- El Richelieu Vs “las estrellas”
Decía hace un momento, que el Richelieu está considerado como el quinto mejor
acorazado de la Segunda Guerra Mundial, y esto a pesar de tratarse de un gran
desconocido para el público en general, ya que si preguntamos a muchas personas a
cerca de los nombres de algunos de los más famosos buques de guerra que participaron
en el conflicto, casi con toda seguridad que nombres como Bismarck, Yamato o
Missouri, no serán del todo desconocidos debido a la enorme cantidad de bibliografía y
títulos cinematográficos que estas y otras unidades han protagonizado a lo largo de
décadas.
Vamos a realizar ahora una breve mención a cinco de estos famosos barcos, dos
del bando aliado y tres del bando del Eje, estableciendo unas sencillas comparaciones
con el Richelieu.
El acorazado Prince Of Wales. Es ligeramente el más pequeño de los
acorazados que vamos a reseñar. Era un buque novedoso, que los ingenieros británicos
desarrollaron para modernizar los más anticuados acorazados de la flota como el Hood.
Cabe destacar que a las pocas
semanas de entrar en servicio, se vio
envuelto en una de las más famosas
batallas de la guerra, la del Estrecho
de Dinamarca, junto con el
desafortunado HMS Hood; pese a la
inexperiencia de su dotación, realizó
una más que meritoria participación
frente al poderoso Bismarck, siendo
el primero en abrir fuego y llegando
a hacer blanco en el buque germano,
y que probablemente, de no haber sido alistado con tanta premura, no habría salido tan
bien parado de aquella confrontación.
Posteriormente fue destinado al Pacífico, con la misión de unirse a las fuerzas
que deberían defender los intereses británicos ante el más que previsible ataque japonés
que pronto amenazaría la estratégica colonia británica de Singapur y sus
importantísimas reservas de combustible, vitales para la lucha en un teatro de
operaciones tan vasto como aquel. Allí llegó el 2 de diciembre pocos días antes del
ataque a Peral Harbour. El 10 de diciembre, fue atacado por una potente fuerza
aeronaval japonesa de aviones torpederos y bombarderos, divididos en pequeños grupos,
que hostigaron al navío británico alcanzándolo en repetidas ocasiones y hundiéndolo en
poco más de una hora. El Almirante Sir Tom Phillips, comandante de la Eastern Fleet,
pereció junto con 327 de sus tripulantes y con tan solo nueve meses de servicio activo.
El acorazado Missouri. Los acorazados de este tipo, tuvieron un importante
papel en la guerra del Pacífico debido a su potencia artillera, pero no en el combate
naval, tal y como podríamos suponer, sino como apoyo a las operaciones anfibias que
Estados Unidos protagonizó a lo largo y ancho del océano, en el sangriento proceso de
reconquista de las islas que habían ido siendo ocupadas por el ejército japonés al
comienzo de la guerra. Algo curioso que destaca en sus enormes dimensiones es la de
su manga, 33 metros, algo más estrecha que la de sus oponentes y aliados, debido a que
ésta es la anchura máxima de las compuertas del Canal de Panamá, paso estratégico de
las unidades estadounidenses para que éstas pudieran desplazarse del Atlántico al
Pacífico.
Hay que añadir que probablemente,
la intervención más notable que este buque
tuvo en la guerra mundial fue que sobre su
cubierta se firmó la rendición del Japón en
la bahía de Tokio.
No obstante, este fue un buque con
una longeva vida operativa, pues junto con
otras unidades, fue reactivado a lo largo de
los años llegando a participar en la primera
Guerra del Golfo en 1990. Modernizado
con los más avanzados sistemas de guerra electrónica, y con potentes baterías de misiles
Tomahawk, fue la primera unidad de la Armada en abrir fuego contra las costas de Irak
y en la actualidad, se conserva como museo a flote en la base naval de Pearl Harbour.
El acorazado Bismarck.
Orgullo de la Kriesgsmarine
alemana, aunaba una formidable
potencia de fuego, con un
blindaje asombroso que le
permitió hundir al acorazado
británico HMS Hood, buque
insignia de la Home Fleet, con
tan sólo seis andanadas y a siete
minutos de comenzado el
combate, por impacto directo en
los pañoles de las torres traseras
haciendo estallar la cordita allí
almacenada y arrastrando al fondo a sus 1400 tripulantes de los que tan sólo se salvaron
tres. Del mismo modo, cuando el buque alemán fue atrapado por la flota británica, su
blindaje hizo que el combate se prolongara durante horas y curiosamente, el pecio del
mismo manifiesta que se encuentra hundido de una pieza y perfectamente reconocible,
al contrario que su antagonista del que sólo se conservan intactas algunas secciones,
quedando el resto, reducido a un extenso campo submarino de escombros.
El acorazado Yamato. El buque de este tipo más grande jamás construido, pues
pese a ser siete metros más corto que el Missouri, desplazaba más de 72.000 toneladas,
15.000 más que el estadounidense, y esto debido a su formidable coraza y a las enormes
piezas de 460 mm que embarcaba, los cañones navales más grandes jamás construidos.
Orgullo de la Armada Imperial, hay que decir de él que prácticamente no hizo nada
reseñable a lo largo del conflicto pues el alto mando japonés lo protegió especialmente
por temor a la cada vez más poderosa aviación norteamericana que fue extendiendo su
férreo control aéreo desbaratando una vez tras otra, todas las incursiones japonesas.
Cuando
se
realizaban
las
operaciones anfibias para el desembarco
en Okinawa, el alto mando nipón,
decidió utilizar lo que quedaba de la
Flota Combinada Japonesa para atacar a
las unidades allí concentradas. El Yamato
era uno de los buques destinados a esa
misión suicida. Detectado desde su salida
a la mar por submarinos estadounidenses,
el convoy fue atacado a 200 kilómetros
de su objetivo por 386 aviones, siendo alcanzado el coloso por no menos de 8 bombas y
10 torpedos. 2.475 hombres perecieron con él.
El acorazado Vittorio Veneto. Este buque pertenecía a la eficiente clase Littorio,
y como en el caso del Richelieu, hablamos de un acorazado relativamente desconocido a
pesar de su amplio historial repleto de hechos de guerra.
De similares características al
Richelieu, aunque ligeramente más
artillado, este navío fue el primer
acorazado italiano que excedió los
límites del tratado de Washington
(35.000 Tons), y asimismo el
primero en instalar sistema de radar.
Pese a lo que podría
suponerse, este acorazado sobrevivió
al conflicto después de participar en
nada menos que 56 misiones de
guerra. Anecdóticamente apuntaré que debido a la habilidad que tienen los italianos, que
con independencia del bando en el que luchen, siempre acaban en el ganador, tras el
armisticio del 8 de septiembre de 1943, fue enviado a Egipto para unirse a los aliados
que luchaban en el Pacífico. Al finalizar las hostilidades, fue entregado al Reino Unido
como compensación de guerra y finalmente regresó a Italia para ser desguazado en 1948.
En el siguiente gráfico podemos ver una comparativa de sus características más
sobresalientes. Se aprecia que salvo en el caso del colosal Yamato, los buques de esta
categoría, mantienen unas medidas, desplazamientos y poder artillero bastante similares.
De este modo, si comparamos al Richelieu con el poderoso Bismarck, observamos que
el segundo, tan sólo es tres metros más largo que el francés, y la diferencia de peso se
debe fundamentalmente al aumento de la coraza, especialmente en cubierta y cinturón
que protegía al navío en su línea de flotación.
Por otra parte, se observa que los calibres de las baterías principales rondan
medidas igualmente parecidas, entre los 356 mm y los 406 mm, de nuevo con la
excepción del Yamato que con sus cañones de 460 mm podía lanzar un proyectil de casi
1.500 kilogramos a más de 40 kilómetros de distancia. También se puede añadir que
esta relativa desigualdad de calibres, era a menudo compensada con el embarque de más
cañones, como vemos en el caso del Prince Of Wales, que disponiendo de piezas de
menor calibre, artillaba diez unidades frente a las ocho de 380 mm del Bismarck.
Nombre
Eslora
Manga
35 m
Desplaza Velocidad Artillería
miento
Principal
47.548 Tn
30 nds 8x381 mm
Artillería
Secundaria
9x152 mm
Richelieu
248 m
Bismarck
251 m
36 m
50.900 Tn
30 nds
8x380 mm
12x150 mm
Yamato
263 m
37 m
72.800 Tn
27 nds
9x460 mm
12x155 mm
Vittorio
Veneto
238 m
33 m
45.752 Tn
31 nds
9x381 mm
12x155 mm
Prince Of
Wales
227 m
32 m
45.360 Tn
29 nds
10x356 mm
16x133 mm
Missouri
270 m
33 m
58.000 Tn
33 nds
9x406 mm
20x125 mm
Como conclusión a este epígrafe, diré que las armadas beligerantes continuaron
con la carrera armamentística de la Primera Guerra Mundial, pretendiendo poner en la
punta de lanza de sus flotas a los más potentes navíos: más rápidos, más blindados y
más artillados pero con una estrategia que los hechos demostraron que había quedado
obsoleta. El rápido desarrollo de los portaaviones y la aviación naval, puso de
manifiesto que los nuevos señores del mar no eran ya los acorazados, herederos de los
antiguos navíos de línea que habían impuesto su ley en los mares, sino la aviación
embarcada con la que las flotas podían extender su poder ofensivo mucho más allá del
alcance de la artillería, por lo que ésta, tal y como he mencionado, quedó relegada al
apoyo de las operaciones anfibias, preparando con sus descargas sobre las unidades
defensoras atricheradas en la costa, los desembarcos de las fuerzas aliadas.
V.- Su historia
A comienzos de la Segunda Guerra Mundial, el Richelieu se encontraba aún en
obras, pues botado en enero de 1939, no sería hasta enero del año siguiente que realizara
sus pruebas de mar.
Cuando el ejército alemán invade Francia, el navío se encontraba surto en el
puerto de Brest y su capitán decide escapar para evitar que cayera en manos nazis. Junto
con otras unidades arrumba hacia costas africanas y tras diversas vicisitudes llega a
Dakar el 28 de junio.
La ambigüedad política del gobierno de Vichy, tras la firma del armisticio con
Alemania, provoca el temor de los británicos de que la notable escuadra francesa
anclada en Mers-el-kebir pudiera luchar del lado de las potencias del Eje, de manera que
la Royal Navy decide atacarla a partir del 8 de julio, combates que se prolongarán a lo
largo de la costa hasta el 24 de septiembre, en la batalla de Dakar, en la que finalmente
las fuerzas británicas son rechazadas. Pero el buque francés había sido seriamente
dañado y un certero impacto en su torre principal número 2 había inutilizado la mitad de
su artillería principal, hecho que ya había mencionado anteriormente como uno de sus
grandes defectos de diseño.
Finalmente, la escuadra francesa se une a los aliados, y en enero de 1943 el
Richelieu comienza a ser reparado y modernizado en Nueva York. Entre las
modificaciones realizadas se le añadieron las piezas de 40 mm AA y asimismo las de 20
mm AA. Como anécdota menciono que hubo que dedicarle especialmente una fábrica
de municiones para servir a sus piezas principales.
Nuevamente alistado para el combate, arriba al puerto escocés de Scapa Flow en
noviembre de ese año integrándose en la Home Fleet británica hasta marzo de 1944,
operando en las costas Noruegas y Mar del Norte.
Con posterioridad pasa, nuevamente bajo mando británico, a la Eastern Fleet,
para cubrir a los acorazados británicos que operaban en el Pacífico y estaban siendo
modernizados y donde participará intensamente en diversas operaciones navales durante
los meses siguientes.
Tras un período de obras en Casablanca regresa al Pacífico participando en más
operaciones de bombardeo de costa y tras los episodios de Hiroshima y Nagasaki, será
testigo de excepción durante la firma de rendición japonesa en la bahía de Tokio.
Después del conflicto mundial, su actividad bélica no disminuyó, pues a finales
de septiembre de 1945, escoltó un convoy de tropas francesas hasta Indochina para
restablecer el control colonial y bombardeó objetivos en la llamada Primera Guerra de
Indochina, que sentaría las bases de las posterior y más tristemente célebre Guerra de
Vietnam.
Ya en 1946, sus labores fueron protocolarias visitando Gran Bretaña, Portugal y
transportando al presidente de la nación por una larga gira a través de las colonias
africanas hasta junio de 1947.
Los días de gloria del Richelieu, tocaban a su fin en aquellas fechas. Ya he
mencionado, que estos navíos pese a ser construidos con la más avanzada tecnología de
la época, eran buques de concepción táctica totalmente obsoleta, y este hecho, unido al
elevado coste de su mantenimiento, provocó que fueran retirados casi en su totalidad de
las armadas de todo el mundo, pues salvo los Estados Unidos, que como ya se ha dicho,
mantuvo algunas unidades operativas hasta fechas recientes, el resto fueron siendo
dados de baja al poco tiempo. De este modo, en octubre de 1948, el Richelieu es
retirado del servicio activo y destinado a labores de entrenamiento artillero. Ya en 1956
se dedica a buque cuartel en el puerto de Brest pasando a la reserva en 1958 y diez años
más tarde, sería desguazado en el puerto italiano de Génova.
VI.- Conclusión
El pueblo francés, y especialmente la Marina, conservan un orgulloso recuerdo
del que fue el navío más poderoso construido hasta entonces por su nación, símbolo del
más alto desarrollo tecnológico y del poder colonial de la República. Uno de sus
cañones se conserva en el puerto de Brest como monumento recordatorio del esplendor
y dureza de aquella difícil época que los franceses vivieron.
El ejército español, utilizó piezas de artillería naval para la defensa de costa
hasta principios de los años noventa del siglo pasado. Así, en las inmediaciones de
puertos estratégicos a lo largo de la costa española, se conservan instalaciones artilleras,
ahora abandonadas, como la batería de Castillitos al Oeste de la ciudad de Cartagena, en
la que se puede ver cómo el abandono institucional y el vandalismo popular, están
arruinando unas soberbias instalaciones con sus impresionantes cañones Vickers de 381
mm, los más grandes empleados en nuestro país, de similares características a los del
Richelieu y que podían disparar un proyectil de casi una tonelada a 35 kilómetros de
distancia.
Es ahora, para concluir, cuando conviene que recordemos la pregunta que hice al
comienzo de mi exposición: ¿Resulta procedente y en tal caso, útil, cuestionarse el valor
de conocer la historia? En este país tenemos en mi opinión, una historia, que no
solamente merece la pena que conozcamos, sino que además, y concretamente en lo que
se refiere a la historia de nuestra Armada, podemos sentirnos orgullosos de hacerlo. En
una época en la que hablar en estos términos resulta para muchos sinónimo de atraso
intelectual y de pensamiento cuanto menos retrógrado, y a los que así pensamos se nos
tilda con toda suerte de epítetos, que nada tienen que ver con la realidad, en aras de un
progresismo mal entendido, bien podemos reivindicar que dicho conocimiento, nos
servirá para que valoremos aquellas riquezas que el paso de los siglos ha depositado en
nuestras manos, para su conservación y divulgación, y asimismo, los aciertos y errores
de los que hemos sido protagonistas, para aprender de ellos, y construir de este modo,
un estado de derecho en el que se ponga en valor todo cuanto construye y coopera al
enriquecimiento de una sociedad que comparte unos valores y respeta las diferencias.
Muchas gracias.

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