In memoriam del P. Luis Trigueros Ortega Santiago de Chile, 15 de

Transcripción

In memoriam del P. Luis Trigueros Ortega Santiago de Chile, 15 de
In memoriam del P. Luis Trigueros Ortega
Santiago de Chile, 15 de noviembre de 2014
acción de gracias por un hombre de Dios como era
Luis.
Transcurrido el tiempo que establece la ley
boliviana para el traslado de difuntos, se ha podido llevar
a cabo un deseo que teníamos: trasladar los restos
mortales de nuestro querido hermano Luis a un lugar más
digno y, sobre todo, más cercano a la gente del pueblo. A
partir de ahora, estará a la entrada de la iglesia del pueblo
que él mismo construyó. Los feligreses, que tanto le han
querido, van a poder rezar siempre que quieran ante su
tumba y se van a preocupar de que siempre esté limpia y
digna. A continuación el P. Kepa relata lo vivido durante
esta ceremonia.
Terminada la eucaristía, se depositó el
ataúd en la nueva tumba, llenos de emoción.
Innumerables flores, velas, oraciones. Los fieles
circulaban por delante de la tumba rezando sus
oraciones...
Terminado el acto religioso, nos
trasladamos al patio del internado de las señoritas y
allí, según las cocineras, se repartieron más de 700
platos. Fue una cena multitudinaria. Pero todo estaba
previsto. Se habían matado dos vacas. Se dispuso de
toda una infraestructura de mesas, bancas, música
de fondo, micrófonos. Dos días antes, un equipo de
más de quince personas del pueblo carnearon
(cortaron la carne), prepararon lo necesario para que,
finalmente, todo resultara bien. Los internos, como
siempre, colaboraron con mucha generosidad,
dándolo todo. Vinieron fieles de todas la poblaciones:
Villa Concepción, San José, Cocochi, Puerto
Carmen, Palos, San Miguel, Tucupí, Simay,
Covendo... representantes de Prodem, la Presidenta
del Consejo de la Alcaldía de Palos, radio Progreso,
T.V de la municipalidad, las religiosas de Palos y
Covendo.
Hubo
entrevistas,
discursos,
agradecimientos... pero en el fondo de todo, el gran
cariño hacia un hombre que lo había dado todo por
las poblaciones del Alto Beni y el Internado. Sentí que
le rezaban a Luis con un sentimiento de que lo
hacían a un santo (que lo es).
La gente mayor del pueblo comentaban
que nunca en Popoy se había vivido algo igual. ¡Se lo
merece Luisito!
Las autoridades del pueblo me dieron un
pliego en el que se reconoce a Luis como benefactor
de Popoy.
Gracias a Dios, todo ha salido bien. Yo
por la noche descansé. Una vez más se ha visto que
cuando hay equipo todo sale. El subalcalde, el
presidente de la Junta de vecinos, el presidente de la
central agraria, profesores, los encargados del
internado, los internos... su trabajo ha sido
encomiable. Pude saludar a muchísima gente y todos
se fueron felices.
Espero recoger la grabación de lo vivido.
La nueva tumba ha quedado mejor de lo que pude
imaginar: austera, elegante... ha gustado a todo el
mundo. Un abrazo. Kepa
“El sábado 8 de
noviembre, por la tarde
desenterrábamos los restos
de Luis y, después de
instalarlos en un nuevo ataúd,
lo depositábamos en la capilla
del Internado (la que está junto
a la tumba donde ha estado
hasta ahora). Por la noche
junto con feligreses del pueblo, todo el internado
rezaba el santo rosario. Llegaban gente con flores,
velas...
El domingo 9, por la mañana,
celebrábamos la eucaristía en la capilla todo el
internado y feligreses de la población.
Estaba previsto el traslado del ataúd
para las 16´30, pero ya media hora antes la capilla
estaba llena. A las 16´30 comenzábamos la
procesión del traslado de los restos mortales.
Presidía la procesión una cruz, seguida de
monaguillos, los internos en dos largas hileras, los
sacerdotes, el ataúd, la banda de música y, a
continuación, más de 500 fieles. El recorrido, por
voluntad del pueblo, se hizo por la carretera; se cortó
el tráfico, y recorrió las arterias principales de la
población. En la parroquia nos esperaba más gente.
Los internos, que habían estado en la misa de la
mañana, regresaron al internado para dejar sitio a la
gente del pueblo. La iglesia parroquial estaba repleta
de fieles. Mucha gente no pudo entrar y asistió a la
eucaristía desde fuera. Concelebramos 7 sacerdotes
(Covendo, Palos Blancos y el P. Richar Lipacho,
sacerdote cuyos padres viven en Popoy). Fue una
celebración en la que se respiraba profunda fe y

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