Salarrue en patria - Secretaría de Cultura

Transcripción

Salarrue en patria - Secretaría de Cultura
Colección Cultura y Arte
Volumen 1
Primera edición
San Salvador, El Salvador, marzo de 2016
Dirección Nacional de Investigaciones en Cultura y Arte de la Secretaría de
Cultura de la Presidencia
Mtra. Silvia Elena Regalado
Secretaria de Cultura de la Presidencia
©Secretaría de Cultura de la Presidencia
Fotografía de portada:
Retrato de Salarrué en muestra museográfica en la Casa del Escritor-Museo Salarrúe, Planes de Renderos, a cargo del Museo de la Palabra y la Imagen, MUPI.
Coordinación y Diseño:
Departamento de Edición y Gestión Cultural
070.4
C965s
sv
Cuéllar-Barandiarán, Guillermo
Salarrué en Patria : su inserción y aporte en el periódico
fundado por Alberto Masferrer / Guillermo Cuéllar-Barandiarán. -- 1a
ed. -- San Salvador, El Salv. : Dirección Nacional de Investigaciones en
Cultura y Arte de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, 2016.
330 p.; 23cm.
ISBN 978-99923-976-7-1
1. Salarrué, 1899-1975-Crítica e interpretación. 2. Periodísmo- El
Salvador--Historia. 3. Cultura. I. Título.
BINA/jmh
Hecho el depósito de ley
Impreso en DPI
Colección Cultura y Arte
Volumen 1
CONTENIDO
Reconocimientos
7
Prólogo
9
Introducción
11
Primera Parte:
Un corpus para el análisis
Capítulo I:
Antecedentes
19
Capítulo II:
«PATRIA» como «plataforma impresa»
37
Capítulo III:
Despliegue del aparato crítico
83
Segunda Parte:
Intervención salarrueriana en «PATRIA»
Capítulo I:
Inserción y Trayectoria
105
Capítulo II:
«Inscripciones salarruerianas en PATRIA»
215
Capítulo III:
Encajamiento salarrueriano en «PATRIA»
269
Epílogo
313
Bibliografía
323
7
Reconocimientos
El autor quiere agradecer a:
Don Tomás Montes Lemus, doña Lucita Montes de Palacios, doña Pilar
Henríquez López, por su voluntad de compartir remembranzas de su época de cipotes cuando congeniaron con el creador de Cuentos de Cipotes.
Dora Guerra, por ayudarme a aquilatar la figura de su padre, Alberto Guerra
Trigueros, quien «echó la casa por la ventana» en el afán de prolongar la utopía
social impresa masferreriana.
Personal de los archivos hemerográficos de la Biblioteca Nacional “Francisco Gavidia”; Museo Nacional de Antropología “David J. Guzmán”; Archivo General
de la Nación; Museo de la Palabra y la Imagen; y de manera especial a don Rafael
Flores, coordinador, y Rubén Ortiz Durán, archivista, del Archivo Histórico del Arzobispado de San Salvador.
Mtra. Silvia Elena Regalado, Secretaria de Cultura de la Presidencia y ex
directora de la Casa del Escritor-Museo Salarrué, por su confianza, apoyo y por facilitar condiciones en el recinto durante el desarrollo de la investigación.
Colegas de la Dirección Nacional de Investigaciones en Cultura y Arte (DNI),
por mantener un diálogo constructivo en el quehacer intelectual.
9
Prólogo
El libro de Guillermo Cuéllar-Barandiarán es minucioso, lleno, profundo
en sus recopilaciones y casi resurrecciones de textos, no solo amarillentos por los
años, sino que también desaparecidos y encontrados por él.
Gracias, Guillermo por tal proeza y enorme esfuerzo que representa este
fabuloso trabajo. El libro se titula Salarrué en «PATRIA», de modo que de antemano
sabemos que el personaje central será el gran Salarrué; el otro personaje que se
perfila a lo largo de su estudio, es el ya referido periódico.
Para quienes no conocieron el escrito —y ellos son la inmensa mayoría de
salvadoreños—Cuéllar les presenta una imagen clara, llena de fotograbados del
cotidiano que nos ocupa, artículos, secciones, y características de un periódico,
aparecido por primera vez en 1928, bajo la dirección de Alberto Masferrer, siendo
propietario don José Bernal.
Soy la primera en reconocer que su segundo propietario y director, Alberto
Guerra Trigueros, se consideraba discípulo de Masferrer, y la compra de «PATRIA»
fue con la intención de seguir sus pasos y continuar con su ideología, pero Masferrer estuvo solo dos años fungiendo como director, después se retiró, creo que por
motivos de exilio y razones políticas, pero volvió a El Salvador para morir en 1932.
Por eso encuentro un tanto inadecuado que se le siga llamando el soporte masferreriano, o el impreso masferreriano, hasta en los años 1937 y casi hasta su extinción
en 1939. Mi padre, Alberto Guerra Trigueros, tenía una gran personalidad, e influenció, dejando bien marcada su huella hasta en la última letra del impreso. El título,
lo dibujo él mismo en tinta china, utilizando un estilo art déco, en boga en los años
20, lo mismo hizo con VIVIR, la sección literaria y artística, a la que se tenía acceso,
volteando el periódico patas arriba. Ahí podían leerse poemas, ver reproducciones
de cuadros de los pintores favoritos de mi padre; del mismo Salarrué, de José Mejía
Vides, de Ana Julia Álvarez, entre otros. Había también mucha poesía y artículos
literarios, en los que escribía el propio Salarrué. ¿Cuánto tiempo duró VIVIR? No lo
sé, y no encontré el dato en el libro de Cuéllar.
Yo estaba muy pequeña, de 5 a 14 años, durante la existencia de «PATRIA». Para mí, el olor a tinta, el ruido de esa gran maquinota que se usaba en
aquel tiempo, la gentileza de los tipógrafos, que nos hacían tarjetas o libretillas con
nuestro nombre grabado, a mi hermana mayor y a mí, el ambiente general,
donde aparece naturalmente Salarrué y los otros colaboradores, todo eso
forma parte de mi infancia, son recuerdos llenos de emoción, pero un poco
vagos y esfumados por mi corta edad. En ese entonces lo que más me
interesaba eran las tiras cómicas, de excelente calidad, realizadas por un
norteamericano de nombre Ed Wheeland, quien osaba poner en esa forma
toda la historia de Hamlet, con sus grandes monólogos, o Ivanhoe que era
larguísimo y salió durante muchos meses. También los Cuentos de Cipotes
me fascinaban. De repente oíamos reírse a carcajadas a los tipógrafos y era
que Salarrué había escrito un nuevo cuento de cipotes. Mi padre también se
regodeaba con aquellos cuentos y los tomó siempre muy en serio, no solo
por su aspecto altamente cómico, sino por la fineza con que son tratados las
psicologías, los pensamientos y el lenguaje de los cipotes. Salarrué siempre
decía que no eran cuentos «para» cipotes si no cuentos «de» cipotes.
Los muchos artículos de Salarrué que recopila Guillermo Cuéllar,
son un verdadero tesoro, hasta ahora inaccesibles para el público.
Gracias de nuevo, Guillermo, por habernos dado esta obra tan seriamente estudiada y comentada, tan erudita y tan valiosa. Para mí ha sido
un estudio que ha tocado las fibras más profundas de mi emoción y mi
sensibilidad. Gracias por mostrarnos lo que era «PATRIA», y lo que significó Salarrué en esa empresa. Ese Salarrué, admirado, venerado y entrañablemente querido, que en mi edad adulta se convirtió en un gran amigo
personal. ¡Qué orgullosa me siento al decirlo!
Dora Guerra
San Salvador, agosto de 2014.

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