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www.30giorni.it MENSILE SPED. IN ABB. POST. Tar. Economy Taxe Percue Tassa Riscossa Roma. ED. TRENTA GIORNI SOC. COOP. A R. L. ISSN 0328-2228 En la Iglesia y en el mundo Director: Giulio Andreotti REVISTA MENSUAL AÑO XXX - N.5 - 2012 - € 5 In caso di mancato recapito rinviare a Uff. Poste Roma Romanina per la restituzione al mittente previo addebito. If undelivered please return to sender, postage prepaid, via Romanina post office, Roma, Italy. En cas de non distribution, renvoyer pour restitution à lʼexpéditeur, en port dû, à: Ufficio Poste Roma Romanina, Italie nella Chiesa e nel mondo «Ven, pues, Señor Jesús... Ven hacia mí, búscame, encuéntrame, tómame en brazos, llévame» San Ambrosio Valtellina cumple 75 años. Buen cumpleaños, futuro. INFRAESTRUCTURAS DE RED RETES TLC DE COBRE Y DE FIBRA ENLACES RADIO E INTEGRACIÓN ENTRE TLC E IT AUTOMATIZACIÓN VIARIA Y FERROVIARIA ENERGÍA & AMBIENTE AHORRO ENERGÉTICO EN LA ILUMINACIÓN PÚBLICA DATA CENTER “LLAVE EN MANO” Valtellina S.p.A. Via Buonarroti, 34 Valtellina celebra sus primeros 75 años de actividad mirando al futuro con nuevas e importantes perspectivas de crecimiento en Italia y en el mundo. Valtellina nació como empresa operante en las infraestructuras para redes telefónicas y hoy es una realidad de referencia y “system integrator” en sectores estratégicos para el desarrollo y el progreso. En todos los ámbitos y naciones donde desarrolla sus actividades la empresa aplica los valores guía que la caracterizan desde siempre: alta capacidad de trabajo, seriedad, respeto riguroso de los contratos. Es en absoluto una de las empresas bergamascas más importantes, cuenta con casi 1000 empleados y demuestra concretamente que tradición e innovación conviven en el principio de la Calidad. Gorle (Bérgamo) Itália +39 035 42 05 111 www.valtellina.com año XXX N. 5 - 2012 En la portada: El beso del crucifijo, Giovanni Segantini, Kunstmuseum St. Gallen, Suiza (Roma) Portada En memoria de don Giacomo Tantardini 35 «Ven, pues, Señor Jesús... Ven hacia mí, búscame, encuéntrame, tómame en brazos, llévame» 36 Mi amigo don Giacomo pag. 35 — por el cardenal Jorge Mario Bergoglio 3OGIORNI nella Chiesa e nel mondo Director Giulio Andreotti 40 Una amistad que floreció bajo el signo de san Agustín — por Pietro Calogero 43 En el surco de las Bienaventuranzas, el testimonio de don Giacomo Tantardini Direccion y Redacción Via Vincenzo Manzini, 45 00173 Roma - Italia Tel. +39 06 72.64.041 Fax +39 06 72.63.33.95 Internet:www.30giorni.it E-mail: [email protected] Vicedirectores Roberto Rotondo - [email protected] Giovanni Cubeddu - [email protected] Redacción Alessandra Francioni - [email protected] Davide Malacaria - [email protected] Paolo Mattei - [email protected] Massimo Quattrucci [email protected] Gianni Valente - [email protected] Oficina Legal Davide Ramazzotti - [email protected] Secretaría de redacción [email protected] 3OGIORNI nella Chiesa e nel mondo es una publicación mensual registrada en el Tribunal de Roma, el 11/11/93, n. 501. La revista beneficia de las contribuciones estatales directas según la ley 7 agosto 1990,n.250 47 El cristianismo: una historia sencilla Sociedad editora Trenta Giorni soc. coop. a r. l. Sede legale: Vincenzo Manzini, 45 00173 Roma En este número Gráfica Marco Pigliapoco - [email protected] Vincenzo Scicolone - [email protected] Marco Viola - [email protected] Consejo de administración Giampaolo Frezza (presidente), Massimo Quattrucci , Giovanni Cubeddu, Paolo Mattei, Roberto Rotondo, Michele Sancioni, Gianni Valente Editor fotográfico Paolo Galosi - [email protected] Director responsable Roberto Rotondo Colaboradores Pierluca Azzaro, Françoise-Marie Babinet, Pina Baglioni, Marie-Ange Beaugrand, Maurizio Benzi, Lorenzo Bianchi, Lorenzo Biondi, Massimo Borghesi, Lucio Brunelli, Rodolfo Caporale, Lorenzo Cappelletti, Gianni Cardinale, Stefania Falasca, Giuseppe Frangi, Silvia Kritzenberger, Walter Montini, Jane Nogara, Stefano M. Paci, Felix Palacios, Tommaso Ricci, Giovanni Ricciardi Imprenta Arti Grafiche La Moderna Via di Tor Cervara, 00171 - Roma Han colaborado en este número el cardenal Jorge Mario Bergoglio, Pietro Calogero, el cardenal Jean-Louis Tauran Homilía del cardenal Angelo Sodano en la santa misa exequial por don Giacomo Tantardini Oficina de suscripción y difusión Via Vincenzo Manzini, 45 00173 Roma Tel. +39 06 72.64.041 Fax +39 06 72.63.33.95 E-mail: [email protected] Rev.Mensual distribuida por suscripción postal § 26 art.2 ley 549/95 Roma Este número se cerró en la redacción el 10 de junio de 2012 Se terminó de imprimir en junio de 2012 — por don Giacomo Tantardini Año de la fe 16 Un rosario para todo el mundo entrevista al cardenal Fernando Filoni — por G. Valente 18 El prefecto de las Iglesias “jóvenes” — por G. Valente 24 Volvamos a san Agustín entrevista al patriarca de Venecia Francesco Moraglia — por G. Valente 25 Un patriarca para la gente — por G. Valente Diálogo interreligioso 30 Haber visto al Papa rezar — por el cardenal Jean-Louis Tauran CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS: Kunstmuseum St. Gallen, St. Gallen, Suiza/Foto Flury, Pontresina: Portada, p.35; Romano Siciliani: pp.11,18; Paolo Galosi: pp.16,38,43; Osservatore Romano: pp.17,18,20,34; Afp/Getty Images: p.19; Associated Press/LaPresse: pp.20,22,32,33; Alessandro Digaetano: p.21; Federico Roiter: pp.24,28; Foto tomada del libro “Con voi e per voi”, editado por Cid/Gente Veneta: p.25; Valter Liotto: p. 27; Por amable concesión del Consejo Pontificio para el diálogo Interreligioso: pp.32-33; Massimo Quattrucci: pp.37,44,45,46; Franco Cosimo Panini Editore: p.53; Scala, Florencia: p.57. Secciones 6 Cartas desde el mundo 3ODIAS 3 Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo • CUBA Quien reza se salva y 30Días son magníficos para una tierra de misión La Habana, 1 de marzo de 2012 QUIEN REZA SE SALVA «Quien se confiesa bien, se hace santo». «Bien», es decir, cumpliendo con lo que la Iglesia pide para hacer una buena confesión. Esta intuición acompañó a don Giacomo Tantardini en los últimos años de su vida. La repetía a menudo esa frase: a los amigos, durante las homilías. Una intuición, explicaba, que nació tras la muerte de don Luigi Giussani, como una pequeña gracia recibida. Pero que tenía su fundamento en la atención que don Giacomo prestó siempre al sacramento de la confesión. Desde comienzos de la década de los ochenta, como ayuda para su apostolado entre jóvenes y adultos, había hecho imprimir un librito, El sacramento de la penitencia o confesión. A este librito quiso añadirle en 2001 las oraciones más sencillas de la vida cristiana. Nacía así Quien reza se salva, traducido a varios idiomas (francés, inglés, español, alemán, portugués, chino) y difundido en todo el mundo. En 2005, este librito tuvo el privilegio de que le escribiera el prólogo el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, el cardenal Joseph Ratzinger, quien se convertiría luego en el papa Benedicto XVI. Quien reza se salva , repetía don Giacomo, es lo más entrañable, lo más bello, lo más importante que ha hecho 30Giorni. 6 3ODIAS A la Asociación Piccola Via onlus. Queridos hermanos: ¡Paz y salud! Les escribo desde mi amada Cuba, país de misión, para agradecerles por los catecismos [Quien reza se salva]; 30Días también es otro de sus magníficos regalos. Tanto los catecismos como la revista 30Días tienen un alto nivel de enseñanza e información católica; magníficos para tierra de misión en las comunidades campesinas en las que trabajamos. Tenemos también un proyecto con el nombre del beato cubano José Olallo Valdés, mediante el cual nos ocupamos de ayudar a familias que tienen niñas y niños minusválidos, cuadripléjicos, o con enfermedades graves. Por desgracia, casi todos les dan de lado y abandonan. Son doce en total y para ellos solo pido su misericordia junto a la de Jesús, en especial para material de aseo y leche en polvo. A Giulio Andreotti y a sus colaboradores los he invitado a estar en Cuba, a ustedes también los invito. Los italianos en Cuba gozan de gran cariño y también trabajan acá varios sacerdotes italianos. Gracias por todo, Sergio León Mendiboure, misionero MÉXICO ADORATRICES PERPETUAS DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO MONASTERIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA Cien ejemplares de Quien reza se salva para mis “ovejitas” Cotija, Michoacán de Ocampo, 9 de marzo de 2012 ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento! Estimada Asociación Piccola Via onlus, Los saludo cordialmente deseando que la Paz de Cristo inunde cada uno de sus apostolados y cada miembro de la asociación. • Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo El santuario Nuestra Señora del Bosque, en Imbersago (Lecco); a la derecha, la talla de María y el Niño Jesús conservada en el santuario Antes que nada los felicito por su bella revista 30Giorni, que hace tanto bien a las almas. Pues cada uno de sus temas nos fortalece en la fe, y por lo que veo son muchas las almas contemplativas a las que hacen mucho bien. Pediré para que su apostolado sea bendecido. Mucho he pensado en esto, y siempre he terminado con un ¡mejor no lo pido! Pues quisiera que me hicieran la caridad de enviarme 100 libros de Quien reza se salva, pero como soy pobre no tengo dinero, pero como nuestra beata madre fundadora dijo: «Yo tengo un esposo muy rico…». Confiando en Él y en su Providencia divina se los pido a título de caridad. «Él es muy rico, que Él se los pague», como solamente Él sabe hacerlo. Díganle a Jesús que su esposa quiere estos libros, pues hay muchas ovejitas que no saben rezar, ni hacer su examen de conciencia para la confesión. Yo solamente puedo ofrecerles mis pobres oraciones ante el Trono Eucarístico de día y de noche. Que nuestra beata madre fundadora María Magdalena de la Encarnación interceda por la Asociación. ¡Que Dios se lo pague! Cuente con mis oraciones. sor María Yolanda de Jesús, adoratriz perpetua del Santísimo Sacramento FILIPINAS CLARISAS CAPUCHINAS DEL MONASTERIO DE SANTA CLARA Who prays is saved como regalo para los fieles Laoag City, 13 de marzo de 2012 Estimado senador Andreotti: ¡Paz y bien! Deseamos expresarle una vez más nuestra gratitud por la amabilidad y generosidad con que nos envía regular y gratuitamente los ejemplares de 30Days. Su revista, tan rica en información, es desde hace tiempo fuente constante para nosotras de noticias sobre la Iglesia y el mundo exterior, y de este maravilloso regalo le estamos de verdad agradecidas. ¬ 3ODIAS 7 Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo • A la izquierda, la Virgen con el Niño y las dos jóvenes de la aparición de Gallivaggio. La talla de madera, de 1631, está conservada en el nicho del altar mayor del santuario de Gallivaggio (Sondrio), foto grande fieles que el 11 de agosto de 2012 se unirán a nosotras para las celebraciones con ocasión de la fiesta de nuestra madre. Quisiéramos pedirles quinientos ejemplares, pero si no es posible, alegremente nos conformamos con los que puedan enviarnos. Gracias infinitas y que el Señor le siga bendiciendo a usted y a todas sus intenciones, mientras nosotras seguiremos rezando por el éxito de su misión. Con respeto, suya, sor María Lilia Javier, ccs, y comunidad Laoag City, 25 de abril de 2012 Se acerca la clausura de las celebraciones por los ochocientos años de fundación de la orden de Santa Clara y nos alegra informarle que, mientras escribimos estas letras, las reliquias de nuestra madre santa Clara están aquí en Filipinas, traídas por el embajador de Filipinas ante la Santa Sed, y están visitando las varias comunidades de clarisas del archipiélago. Al respecto, le pedimos humildemente a usted y a sus colaboradores algunos ejemplares gratuitos de Who prays is saved. Hemos pensado que sería una magnífico regalo para los 8 3ODIAS Estimado señor senador: ¡Paz y bien! Le manifestamos una vez más nuestra gratitud por su amabilidad y generosidad por su inmediata respuesta a nuestra petición de ejemplares gratuitos de Who prays is saved. Muchas gracias por haber hecho realidad nuestro deseo con tanta solicitud. Que el Señor, insuperable en generosidad, le recompense por su trabajo. Por nuestra parte le prometemos recordar sus intenciones en nuestras oraciones, sobre todo cuando estamos de rodillas ante el Santísimo Sacramento. Que Dios nos bendiga a todos. Respetuosamente suyas, por sor María Lilia Javier, ccs, y comunidad sor María Ana de san José • Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO PARROQUIA NOTRE-DAME DE L’ASSOMPTION Qui prie sauve son âme para los niños y las familias Boma, 19 de marzo de 2012 Señor director: Le doy las gracias porque he recibido los rosarios: son de verdad necesarios para los niños. Pero aún nos hacen falta libritos de Qui prie sauve son âme, muy solicitados por los niños y las familias de nuestra parroquia y diócesis. Gracias por lo que ha hecho hasta ahora. ¡Qué Dios le bendiga! Roger Phanzu-Kumbu GUINEA-BISSAU MISIÓN CATÓLICA DE CANCHUNGO Quem reza se salva para distribuir entre los jóvenes Canchungo, 27 de marzo de 2012 Dos imágenes del santuario de la Virgen de las Lágrimas, en Lezzeno (Como) Muy señores míos de 30Giorni: Debido a mi cambio de dirección he recibido solo ahora algunos números atrasados. Por el mismo motivo tampoco he recibido el CD de los cantos gregorianos. Y pensar que aún conservo el Liber usualis que compre en los años cincuenta cuando estaba en el seminario menor. Además, les hago una propuesta: mándenme, por favor, la edición en portugués de 30Dias, de modo que les sirva también a mis hermanos. Aquí en Guinea-Bissau el portugués es el idioma oficial, aunque se habla también el kriol. Quisiera aconsejarles esto para todos los ejemplares que envían a Guinea-Bissau, aunque, naturalmente, no es de mi incumbencia esta propuesta. Desearía, además, que me enviaran algunos ejemplares de Quem reza se salva, igualmente en portugués, que distribuiré a los que tengan una idea vocacional o a algún buen joven. Para ello les envío cien euros. Perdonen las molestias. padre Rino Furlato, ofm 3ODIAS 9 Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo • PANAMÁ PARROQUIA SAN PEDRO APÓSTOL Los fieles siguen pidiendo Quien reza se salva Santa Fe, 23 de abril de 2012 Debajo, vista del santuario de Tirano (Sondrio). Junto al campanario de estilo románico-lombardo, la majestosa cúpula realizada en 1580; a la derecha, la estatua de la Virgen de Tirano Apreciados hermanos: Mi nombre es Arcelio Castro y trabajo desde hace nueve meses en la parroquia San Pedro Apóstol de Santa Fe, al norte de la provincia de Veraguas en Panamá. Con estas cortas letras deseo ante todo agradecer de corazón a todos los que han trabajado en la elaboración del folleto Quien reza se salva, de manera especial a sus directores Giulio Andreotti y Roberto Rotondo. Recibí meses atrás 500 ejemplares del mismo a través del Monasterio de la Visitación en Panamá y ya todos han sido distribuidos por familia, siendo muy bien acogidos, incluso por aquellos que han estado alejados de la práctica religiosa. Muchos los han pedido prestados para leerlos despacio en sus casas. Los fieles siguen pidiéndome ejemplares del folleto y se nos han terminado, es por eso que deseamos hacerles un nuevo pedido de unos 500 ejemplares más. De ser posible pueden ser enviados a la misma dirección del Monasterio de la Visitación en Panamá. Si es necesario algún aporte más, nos lo comunican. De nuestra parte continuamos pidiendo a los beneficiarios de los libros oraciones por los donantes y yo mismo ofrezco algunas misas. Sin más, Dios les bendiga abundantemente por el apoyo a nuestra parroquia. Fraternalmente, padre Arcelio Castro 10 3ODIAS • Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo Arriba, interior de la Santa Casa en la Basílica de la Santa Casa (foto de la derecha), en Loreto (Ancona) MÉXICO ADORATRICES PERPETUAS DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL MONASTERIO SAN JUAN BAUTISTA Recibimos con inmensa gratitud Quien reza se salva y las demás publicaciones Coscomatepec, Veracruz, 25 de abril de 2012 Muy respetable senador Giulio Andreotti: ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento! Reciba un saludo fraterno en Jesús Resucitado, deseando de corazón que Él le bendiga en abundancia y recompense su generosidad con nuestra comunidad monástica. Somos las Hnas. Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento del Monasterio de San Juan Bautista de Coscomatepec. Nuestra misión es testimoniar la presencia de nuestro Señor Jesús en la Eucaristía postradas a sus pies día y noche ofreciendo nuestras continuas oraciones y adoraciones por la humanidad entera, es por ello que con inmensa gratitud nos dirigimos a usted al recibir de su gran generosidad la revista 30Días, el libro Quien reza se salva, El Hijo no puede hacer nada por su cuenta y Los cantos de la Tradición. No teniendo como pagar el bien que nos hace pedimos a Dios en nuestras plegarias y ponemos en las manos de María Santísima de Guadalupe sus necesidades y la de todas las personas que cola- ¬ 3ODIAS 11 Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo • COLOMBIA VICARIATO APOSTÓLICO DE SAN VICENTE – PUERTO LEGUÍZAMO boran en la publicación de este enriquecedor material que nos informa y retroalimenta para nuestra vida espiritual. La última vez que recibimos la revista fue el pasado mes de diciembre; hasta estos momentos no hemos obtenido la más reciente. Esperamos vernos favorecidas recibiendo mensualmente la publicación y las de otros libros que están bajo su dirección. Seguras de que Jesús Eucaristía será su compensación y la de los suyos, nos despedimos. Afectísima en Cristo: R.M. Esperanza del Corazón de Jesús y comunidad Arriba, la imagen de la Virgen de la Salud venerada en la Basílica romana de San Cosme y San Damián, en la foto de la derecha 12 3ODIAS Quiero proporcionar Quien reza se salva a los catequistas San Vicente, 1 de mayo de 2012 Estimado senador Giulio Andreotti: Soy un sacerdote diocesano del Vicariato Apostólico de San Vicente - Puerto Leguízamo, extensa región (96.000 kilómetros cuadrados) de la amazonía colombiana; mi trabajo, desde hace más de diez años, es el de vicario de pastoral y director de los departamentos de catequesis, animación bíblica y Obras Misionales Pontificias... somos pocos y hay que responder a más de un compromiso. Me dirijo a usted para solicitarle encarecidamente nos pueda proporcionar un buen número de los libros Quien reza se salva, pues quiero proporcionar a los catequistas y animadores de la Palabra un buen material como éste para que continúen con su ministerio de la catequesis. • Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo • Cartas desde el mundo Arriba, el santuario romano de la Virgen del Amor Divino; LÍBANO a la derecha, la imagen venerada en el santuario ORDEN DE LOS PADRES CARMELITAS Es esta una Iglesia local con muchas necesidades y desafíos, pues es escenario frecuente de enfrentamientos entre soldados del Ejército Nacional y la guerrilla de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), control de tráfico de drogas y de paramilitares, creando continuamente zozobra en nuestra población y comunidades; nuestras opciones y acción misionera nos exigen estar siempre con nuestra gente, ser voz profética para denunciar atropellos e irregularidades que de parte y parte violentan los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Somos una Iglesia creíble y con una buena aceptación en nuestros fieles. Los desafíos son muchos, pero la fe y esperanza en Aquel que ha resucitado nos confortan y animan a continuar con la misión encomendada. Mil gracias por al atención prestada. padre Ricardo Tovar Sánchez Qui prie sauve son âme, instrumento sencillo y práctico para la oración Hazmieh, 11 de mayo de 2012 Querido director: ¡Que la paz del Señor esté siempre con usted! Gracias por la revista 30Jours que me llega siempre. He leído mucho acerca del libro Qui prie sauve son âme que tanto bien ha hecho a todas las personas que se han beneficiado. Por esto le pido con la presente, si es posible, que nos envíe un centenar de ejemplares, dado que muchos de nuestros jóvenes (grupos de oración) desean utilizar este instrumento tan sencillo y práctico para la oración. Que el buen Dios siga manteniéndole en buena salud y bendiga su misión en la Iglesia. padre Makhoul Farha, ocd, superior provincial de los Carmelitas en Líbano 3ODIAS 13 Cartas desde el mundo • BENÍN MONASTERIO ETOILE NOTRE-DAME Qui prie sauve son âme ayuda a rezar bien La estatua de la Virgen en la gruta de Lourdes; Parakou, 29 de mayo de 2012 debajo, la fachada de la Basílica Señor director: Le escribo para agradecerle el envío de 30Jours, revista muy bien documentada y con un aspecto gráfico estupendo. Pero también para decirle que hace unos años le pedimos algunos ejemplares del librito Qui prie sauve son âme. Todos los ejemplares se distribuyeron en poquísimo tiempo para el bien espiritual de quienes lo recibieron. Ahora son muchos los que piden estos libritos que les ayudan a rezar bien. Esto evitaría que se refugiaran en las sectas, muy numerosas en Benín. Si pudiera renovar su generoso gesto, le estaríamos profundamente agradecidas. Un agradecimiento anticipado de parte de todas las personas que, gracias a usted, se acercarán a Dios. Respetuosamente, madre Bibiane Ignaro 14 3ODIAS Año de la fe Un rosario para todo el mundo «El Año de la fe es ante todo un año en el que hemos de rezar por la fe, y pedirle al Señor que nos la conceda». Entrevista abierta con el cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos. De las ordenaciones de los obispos chinos a la “campaña” de oraciones por el anuncio del Evangelio en cada continente por Gianni Valente E l pasado 19 de febrero le tocó a él presentar a Benedicto XVI las deferencias de todos los nuevos cardenales creados en el Consistorio del día anterior. En aquella ocasión, su eminencia Filoni colocó el servicio cardenalicio de los nuevos purpurados «bajo la protección de María, Madre de la Gracia». Ahora, su “estrategia” para vivir el inminente Año de la fe es un simple rosario. Una corona de oraciones que ofrecer para el anuncio del Evangelio en cada continente. El modo más sencillo para «pedirle al Señor el don de la fe», para sí y para los demás. Se trata de una Campaña de oración mundial para la evangelización que ha de acompañar al Año de la fe, a la que dio su bendición el papa Benedicto XVI el pasado 11 de mayo, con motivo de la audiencia concedida a los Directores nacionales de las Obras Pontificias Misionales, que serán los animadores de la iniciativa en cada uno de sus países. Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, ha viajado por 16 3ODIAS Fernando Filoni recibe el birrete cardenalicio de manos del papa Benedicto XVI en el Consistorio del 18 de febrero de 2012 todo el mundo y sabe cómo funciona. De él se conoce su carácter reservado, su indisposición hacia el cotilleo, su gran capacidad de trabajo, su capacidad de dar enseguida con el centro del problema buscando soluciones con realismo. Y el hecho de que estas dotes no representan el perfil de un “burócrata” vaticano, sino que dejan entrever una sabiduría espiritual y un modo de ver las cosas de la Igle- sia y del mundo sencillo y concreto. Como la corona de un rosario. 30Días lo ha entrevistado en su estudio, en el histórico Palacio romano de Propaganda Fide, asomado a la Plaza de España. De la Congregación para la Evangelización de los pueblos dependen hoy más de un millar de circunscripciones eclesiásticas, entre ellas la mayoría de las diócesis africanas, asiáticas y de Oceanía, además de universidades, seminarios, hospitales, escuelas. Cuando fue creado cardenal, pudo leerse en la nota biográfica que publicó L’Osservatore Romano que de niño «su casa estaba justo delante de la iglesia de su pueblo». Evidentemente, este fue un detalle importante de su vida... FERNANDO FILONI: Dios ofrece muchas posibilidades, y construye nuestra historia según lo que somos. Yo iba a la parroquia, ayudaba a los sacerdotes en la misa, y estando con ellos alrededor del altar intuía el significado de su dedicación. Hasta que el párroco nos preguntó una tarde a todos los monaguillos si alguno de nosotros quería entrar en el seminario. Yo levanté la mano y dije: ¡Yo! Había mucha espontaneidad infantil en aquel arranque. Pero también el que hubiera crecido teniendo ante mi vista la fe de mis padres en las cosas de todos los días. Los años de su preparación al sacerdocio fueron los del Concilio Vaticano II. Nuestros superiores nos ha cían leer durante las comidas las crónicas del Concilio. La televisión, aunque era en blanco y negro, nos ofrecía visualmente la imagen de la universalidad y de la variada diversidad humana de la Arriba, Benedicto XVI con el cardenal Filoni con motivo de la audiencia a los directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias en la sala Clementina, el 11 de mayo de 2012; a la derecha, el cardenal Filoni con motivo de la toma de posesión de la diaconía de Nuestra Señora de Coromoto en San Juan de Dios, Roma, el 23 de febrero de 2012 Iglesia: el Papa, los patriarcas de Oriente y los obispos que en procesión entraban en San Pedro. Blancos, negros, con barba, occidentales, orientales... Cuando comencé Teología en el seminario de Viterbo, el Concilio había terminado. Los escaños que habían servido para las congregaciones generales de los padres conciliares se mandaron a los distintos seminarios. Con los que llegaron a Viterbo se montó el aula de teología. Así que asistíamos a las clases sentados en los escaños de los padres conciliares. E intentábamos imaginar quién se había sentado en aquellos escaños que ahora ocupábamos nosotros. Su lema episcopal es «Lumen gentium Christus». Alude a las primeras palabras de la constitución dogmática sobre la Iglesia, el documento más importante que salió del Concilio. Estábamos impresionados por el gran debate sobre la Iglesia que había representado el corazón del Concilio: «Lumen gentium Christus», todo en solo tres palabras. El comienzo de la constitución conciliar hacía alusión al misterio y la misión de la Iglesia. Si la Iglesia no refleja la luz de Cristo, no tiene motivo de ser. También a nosotros se nos pedía que anunciáramos y diéramos testimonio de Cristo. Esta es la misión que la Iglesia me ha confiado también a mí. Como sacerdote, y luego como obispo y también como nuncio. Después de la ordenación sacerdotal vino usted a Ro- ¬ 3ODIAS 17 Año de la fe A la izquierda, padres conciliares a la salida de la Basílica de San Pedro durante los trabajos del Concilio Vaticano II. El lema episcopal de Filoni, «Lumen gentium Christus» alude al título de la constitución dogmática sobre la Iglesia del Concilio; a la derecha, Benedicto XVI firma la encíclica Caritas in veritate el 29 de junio de 2009: a su lado, monseñor Filoni, entonces sustituto en la Secretaría de Estado El Prefecto de las Iglesias “jóvenes” F ernando Filoni nació el 15 de abril de 1946 en Manduria, provincia de Taranto, en el seno de una familia natural de Galatone (Lecce), cuyo padre era policía de delitos financieros. Hizo los primeros años de secundaria superior en Nardó y terminó los estudios de bachillerato en Molfetta, en el seminario regional pullés Pío XI y los de Teología en Viterbo, en el seminario Santa María della Quercia. Fue ordenado sacerdote por Antonio Rosario Mennonna, obispo de Nardò, el 3 de julio de 1970. Se trasladó a Roma y cursó estudios en la Universidad Lateranense, consiguiendo la licenciatura en Derecho canónico, y en la Universidad estatal La Sapienza, donde se licenció en Filosofía. En la Pro Deo (hoy Libre Universidad Internacional de Estudios Sociales) consiguió el diploma en Ciencias y técnicas de la opinión pública, especializándose en periodismo. Al terminar sus estudios, el cardenal vicario de Roma, Ugo Poletti, le propuso entrar en la Pontificia Academia Eclesiástica. En 1981 comenzó su misión diplomática al servicio de la Santa Sede en Sri Lanka. Luego estuvo destinado en Irán de 1983 a 1985. Después de algunos años de ser- vicios prestados en la Secretaría de Estado, en 1989 fue trasladado a Brasil, donde se quedó hasta 1992, cuando cambió su residencia a Hong Kong. En la entonces colonia británica la Santa Sede había abierto una “Misión de estudio” –formalmente vinculada a la nunciatura ante las Filipinas– para seguir de cerca la situación de la Iglesia en China. Su permanencia en Hong Kong duró hasta enero de 2001, cuando Juan Pablo II le nombró arzobispo titular de Volturno y nuncio pontificio en Jordania e Irak. En Bagdad se quedó durante los últimos dos años del régimen de Sadam Husein, y luego durante la guerra y los siguientes tres años, hasta marzo de 2006, cuando Benedicto XVI lo trasladó como nuncio a Filipinas. En junio de 2007 fue nombrado sustituto de la Secretaría de Estado, cargo que cubrió hasta el 10 de mayo de 2011, día de su nombramiento como prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos. Benedicto XVI lo creó cardenal en el Consistorio ordinario público del 18 de febrero de 2012. G. V. ma para seguir sus estudios. Vivía y desarrollaba su servicio pastoral en una parroquia, y enseñaba en un instituto romano. ¿Qué recuerdos conserva de aquel período? Mi obispo me había permitido ir a Roma para completar los estudios. Opté por quedarme en una parroquia, y no en un colegio. Fueron años muy bonitos. La parroquia era la de San Tito, que ahora está dedicada a San Leonardo Murialdo. Yo enseñaba religión en el instituto clásico Vivona, en la sede separada que luego se convirtió en el instituto Sócrates. Conocí a cientos de chicos y chicas. Eran los años setenta, los años de la protesta. Para mí, que estudiaba teología, el diálogo continuo con ellos era una ayuda para confrontar lo que estábamos estudiando con la vida concreta. También para los chicos, creo, era una experiencia interesante oír hablar de teología y de historia de la Iglesia fuera de las generalizaciones que se leían en muchos periódicos. ¿Cómo llegó al servicio diplomático de la Santa Sede? Cuando mi obispo me pidió que volviera a la diócesis –de la que faltaba desde hacía ocho años–, el cardenal vicario Ugo Poletti, con sus modales Un rosario para todo el mundo bonachones y cautivadores, me dijo: «Tu diócesis ya tiene muchos sacerdotes. En la Secretaría de Estado me preguntan si hay disponibilidad...». Puede parecer un incidente en el camino. Pero para mí también aquello formaba parte de la línea que Dios traza en la vida de cada uno de nosotros. Después de un período en Sri Lanka, fue mandado usted a Irán. ¿Cómo era este país en aquellos años? fácil. Pero nos respetaban mucho. Se había dado el caso de los empleados secuestrados en la embajada de Estados Unidos. Pero aquel asunto había dado origen a una estima hacia la nunciatura, que había afrontado la difícil cuestión desde un punto de vista humanitario, sin intervenir en el terreno político. Y esto había sido apreciado. Después de otras etapas diplomáticas (Secretaría de La ciudad de Faluya, en Irak, bombardeada masivamente en noviembre de 2004 Era el durísimo período de la guerra entre Irán e Irak. Los bombardeos llegaban hasta Teherán. Era una guerra muy cruel, con cientos de miles de muertos. La Santa Sede tenía allí una antigua misión, desde que una representación del papa Urbano VIII se estableciera en Isfahan en 1629 a petición del sha Abbas el Grande, artífice de un renacimiento cultural y político persa. Una presencia que conoció altibajos, hasta el establecimiento de relaciones diplomáticas plenas entre Irán y la Santa Sede, en 1953. Yo pude compartir allí la vida de la comunidad cristiana local, compuesta por armenios católicos y ortodoxos, católicos latinos y caldeos. Para ellos la vida no era siempre Estado, Brasil), fue mandado usted a Hong Kong, punto de observación privilegiado sobre China Popular. Entonces estaba todavía muy difundida la idea de que una gran parte de la catolicidad china, presionada por las autoridades civiles, estaba abocada a crear una Iglesia nacional independiente. ¿Qué experiencias tuvo en este sentido? Cuando yo era seminarista me impresionaron los testimonios de fidelidad al Evangelio que procedían de China. Había leído las memorias de Gaetano Pollio, el arzobispo de Kaifeng que había sido encarcelado y expulsado en los primeros años del régimen maoísta, que luego fue arzobispo de Otranto y más tarde de Salerno. Me asombraba que, en los sufrimientos, había servido a la Iglesia y amado al pueblo chino. Aquellos acontecimientos me volvían a la mente después de recibir el cargo en Hong Kong. Eran los años de la apertura propiciada por Deng Xiaoping. Ahora vemos claramente la amplitud de miras de Deng. La Santa Sede quería que su posición internacional no se identificara con Taiwán, donde hay una sede diplomática vaticana. Así pues en Hong Kong se había abierto una “Misión de estudio”, que se había de ocupar de China Popular, además de la entonces colonia británica y de Macao. Era el momento en el que también la Iglesia de China iba reorganizándose. La Santa Sede quería comprender como progresaba la situación, y manifestar su cercanía a los católicos chinos que mostraban su gran deseo de vivir su fe en comunión con el Obispo de Roma. Un vínculo de comunión que los obispos chinos habían seguido confesando también en las persecuciones. ¿Cómo consideraba las divisiones existentes en la Iglesia china entre los llamados “oficiales” y los “clandestinos”? La división no era el resultado de dinámicas eclesiales, sino de circunstancias históricas y políticas. Era una situación de sufrimiento y de prueba. Y había que ayudar a la Iglesia de China, tanto al área llamada underground como a la no correctamente llamada “patriótica”, a mirar la situación con una perspectiva futura. Para que me entendieran yo decía entonces que la situación del catolicismo chino era comparable a un manantial cuya agua, en un momento determinado, encontraba un obstáculo en su fluir, se dividía en dos corrientes. Una parte buscaba la manera de seguir fluyendo abiertamente. La otra había encontrado la manera de fluir ba- ¬ 3ODIAS 19 Año de la fe jo la superficie de la tierra. Las dos corrientes, nacidas de la misma fuente, estaban de todos modos destinadas a volver a encontrarse en la unidad del mar. Y el mar –decía entonces– es el corazón de Dios. Las dos comunidades eclesiales, si hubieran seguido en la fe de los apóstoles, se hubieran vuelto a encontrar luego un día unidas en Cristo. Claro que desde que las dos corrientes se separaron ha habido muchas complicaciones. Pero creo que antes o después se llegará a una solución. Luego, como nuncio, vivió usted la crucial experiencia en Irak, donde vivió los bombardeos Estuve allí durante el primer período terminal del régimen de Sadam Husein, mientras se endu- gociaciones. Sadam me había manifestado también a mí que esta era su petición. Pero como cada líder, especialmente en el mundo árabe, si se quería tratar con él no había que humillarlo. Faltó comprensión de la situación. Bajo el régimen los cristianos sufrían injusticias, como toda la sociedad. Pero el régimen, para mantener la paz interna, tutelaba por lo menos la libertad de culto. La guerra no se justificaba desde el punto de vista político y de la justicia internacional. Porque Irak no había tomado parte en los atentados del 11 de septiembre. Y la cuestión de las armas de destrucción masiva era un pretexto. Un mes antes del comienzo de los bombardeos, Sadam había conseguido de la asamblea de los jefes de tribu la aprobación de la ley con la que Irak se comprometía a no dotarse de armas de destrucción masiva. Todos decíamos que era importante que ocurriera esto, que era una señal de su disposición a colaborar. Pero no sirvió para nada. Evidentemente la guerra estaba ya decidida. Y ya entonces se comprendía que después iba a llegar el caos, la guerra ha desestabilizado no solo la pequeña comunidad cristiana, sino todos los aspectos de la vida del país, provocando decenas de miles de muertos. Esto es lo que aún hoy seguimos teniendo ante nuestra vista. Después de un breve paréntesis en las Filipinas, fue llamado usted a Roma como sustituto en la Secretaría de Estado. ¿Qué puede decirnos sobre el ritmo del trabajo y sus modalidades? El sustituto es uno de los primeros colaboradores del Papa. Responde directamente a él y al secretario de Estado. Para mí fue un período muy hermoso, sobre todo A la izquierda, bautizos en una parroquia de Dili, Timor Oriental; debajo, Benedicto XVI con el cardenal Filoni con motivo de la audiencia a los directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias en la Sala Clementina, el 11 de mayo de 2012 recían de manera increíble las sanciones de la ONU para doblegar al régimen. La voz de la Iglesia era profética. Repetíamos en todas partes solo lo que veíamos: que en realidad las sanciones afectaban al pueblo, no al régimen. ¿Cómo interpreta hoy las intervenciones militares en Irak y todo lo que siguió después, para aquella área del mundo y sobre todo para sus comunidades cristianas? La guerra fue un error en sí misma. No se puede pensar que se puede exportar la democracia con la guerra. En aquel tiempo existían condiciones para las ne- 20 3ODIAS Un rosario para todo el mundo Fieles en oración junto al santuario de She Shan, cerca de Shangai, con motivo de la peregrinación anual del 24 de mayo porque me dio la posibilidad de conocer de cerca a Benedicto XVI y de tener un contacto muy frecuente con él, que es un padre, un maestro, y es extremadamente amable. Son esas riquezas y esos dones de gracia que quien los ha recibido lleva siempre consigo. Y por los que solo se puede dar gracias a Dios. El ritmo y las modalidades requerían mucho esfuerzo, pero formaban parte del trabajo. Ahora es usted prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos. ¿Cuáles son los criterios que le orientan en la tarea que le ha sido asignada? La Congregación de Propaganda Fide está llena de historia. Quienes trabajan aquí tienen que sentir el gran legado de este dicasterio que fue y sigue siendo tan importante para ayudar a la vida de las Iglesias en todo el mundo. Su primera razón de ser es el anuncio del Evangelio en todo el mundo. Y puesto que la Iglesia ahora está arraigada en muchos de aquellos que antiguamente eran territorios de misión, Propaganda Fide sigue ofreciendo sus servicios a los obispos, los sacerdotes, los religiosos y los laicos de aquellas Iglesias particulares. De este modo contribuye a expresar la «solicitud del Papa por todas las Iglesias», una fórmula evocadora, que siempre me asombra. An- dando el tiempo incluso las Iglesias más jóvenes adquieren consistencia en términos de seminarios, sedes, escuelas, universidades, asistencia sanitaria en las ciudades y los pueblos. El anuncio del Evangelio se expresa también abrazando las necesidades de los pueblos. Veo una antigua sabiduría en la decisión de confiar a Propaganda Fe el servicio y el cuidado en favor de las nuevas Iglesias no solo por lo que respecta a los aspectos estrictamente eclesiales, sino también a la hora de apoyar las obras materiales gracias a las Obras Misionales Pontificias, la red nacida de la intuición de Paulina Jaricot, la venerable que murió en la pobreza en las calles de Lyon precisamente hace quinientos años. La propagación de la fe, ¿es asimilable a una estrategia de expansión cultural y religiosa? La dinámica propia de la evangelización procede del mismo Cristo. Es Él, el enviado del Padre, quien mandó a sus discípulos a anunciar el Evangelio primero de dos en dos, y luego poniendo en sus manos plenamente este mandato de manera definitiva antes de la Ascensión. Las estrategias de expansionismo responden a una lógica comercial o política. El dinamismo interior de la fe, en realidad, no es paragonable a todo esto. Se puede ver en los Evangelios: cuando los primeros discípulos encontraron a Jesús no le pidieron otra cosa más que estar a su lado, conocerlo, escucharlo: «Maestro, ¿dónde vives?». «Venid y veréis». Y se quedaron con él. No había estrategia, no había idea de expansión, solo el deseo de conocerlo, porque nadie hablaba de Dios como él. Evangelizar es difícil. Lo sabía muy bien san Pablo y lo saben bien nuestros misioneros. La evangelización paga cada año un alto tributo incluso de sangre, pero nuestros misioneros, como el Apóstol de las gentes, tienen el consuelo de Dios, como san Pablo, el cual, después de innumerables persecuciones, vio en sueños al Señor que le decía: «¡Ánimo! Así como has dado testimonio de mí en Jerusalén, también es necesario que des testimonio de mí en Roma» (Hch 23, 11). Como prefecto de Propaganda Fide, se encuentra usted de nuevo en la tesitura de tratar los acontecimientos de China. Los organismos gubernamentales siguen queriendo ejercer formas de control en el nombramiento de los obispos. ¿Cómo puede abordarse este problema? Ha que abandonar la idea equivocada de que el obispo es un funcionario. Si no se sale de esta lógica, todo sigue estando condicionado por una visión política. Para ser funcionario de un partido o de un gobierno hay determinados criterios. Los utilizados para el nombramiento de los obispos son diferentes. Y hay que respetar esta peculiaridad. Lo que nosotros pedimos en todas partes, no solo en China, es que los obispos sean buenos obispos, dignos de la tarea que se les confía. Es decir, ¬ 3ODIAS 21 Año de la fe que sean hombres de Dios y también que sean capaces de tener una visión de conjunto de la vida de su Iglesia particular, para confirmar a los hermanos y ordenar sacerdotes en la fe y en la gracia de Dios. Se requiere una idoneidad particular, espiritual, y una madurez psicológica, que implica también equilibrio y prudencia. En la elección de obispos que se hace también en China son estos los criterios que dirigen el comportamiento de la Santa Sede. sensus fidei, purificado por años de sufrimiento. ¿Cuál es la tarea de la Santa Sede para con la Iglesia en China? La Iglesia es una realidad de comunión. No es una estructura verticalizada, en la que el único problema es hacer que pasen las órdenes que llegan de arriba. La tarea del magisterio no es afirmar ciertas ideas o convicciones del Papa o de los obispos. Su función propia es la salus animarum, es Rezando el rosario en la Catedral de la Inmaculada Concepción de Pekín Sabiendo bien, naturalmente, que también los obispos son ciudadanos de su propio país, y que, como tales, han de ser leales con su patria, dando al César lo que es del César, pero no en perjuicio de dar a Dios lo que es de Dios. Como sucesores de los apóstoles, se les exige que sean fieles totalmente a la doctrina de la Iglesia. Esta no es una “orden” del Papa. Lo desean ante todo los fieles. Son los fieles los que en concreto juzgan luego la idoneidad y la dignidad de sus obispos: los aman o los marginan. El bien precioso que es lo más importante para el Papa y los pastores en China, y que nos pide el Señor, es el cuidado pastoral del pueblo de Dios, el cual en China posee un extraordinario 22 3ODIAS la de confirmar al pueblo de Dios en la fe y en la fidelidad a Cristo, es vivir, en la comunión con toda la Iglesia, en la fidelidad al Papa. En China como en todas partes, cuando surgen dificultades hay que intervenir, y a veces corregir si es necesario. Pero tampoco en este proceso nadie decide por sí mismo. Se necesita el consenso de los fieles, de los sacerdotes y de los obispos. La Iglesia vive en este mundo y camina en la historia. Es esencial que también en las relaciones con la realidad civil y política los obispos, los sacerdotes, los religiosos y los fieles ayuden a la Sede Apostólica ofreciendo elementos de valoración. Lo único que no se puede hacer es separar y contraponer el Suce- sor de Pedro a los obispos, o bien a los sacerdotes contra los obispos, y mantener la unidad del pueblo de Dios. Aquí vuelve el tema de la Lumen gentium: si la Iglesia es Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo, no se pueden poner en contraposición los elementos que pertenecen tanto a su tradición como a su realidad viva. Benedicto XVI ha convocado un Año de la fe. ¿De qué modo participará usted y su dicasterio en esta perspectiva solicitada por el Papa a toda la Iglesia? Nosotros, como Congregación, afrontamos el Año de la fe en la perspectiva del primer anuncio. Y creemos que el Año de la fe es ante todo un año en el que hemos de rezar por la fe, es decir, hemos de pedir al Señor que nos la de. Sin esto, incluso todas nuestras obras y la red de ayudas que abarca todo el mundo, en especial el misionero, perderían su verdadera razón de ser. Por eso hemos pensado en una pequeña señal concreta: repartiremos un simple rosario cuyas cuentas intermedias entre una decena y la otra serán de distintos colores, representando los cinco continentes, como para significar que esa decena está dedicada especialmente a las exigencias de la evangelización y la fe en ese continente (los colores son: blanco para Europa, rojo para América, amarillo para Asia, azul para Oceanía y verde para África). Lo difundiremos por todo el mundo, recogiendo las peticiones y adhesiones también a través de internet. De este modo, quienquiera podrá rezar a la Madre de Jesús por el anuncio del Evangelio en todos los continentes. Me gusta pensar en la invitación que, en Canaán de Galilea, María dirigió a los criados: «Haced lo que él os diga». Si escuchamos esta invitación, estamos seguros de que el Señor no dejará que le falte a su Iglesia el mejor vino de la fe para todo el mundo. q Año de la fe Volvamos a san Agustín «Hablar de la Iglesia solo en términos de programación lleva ineluctablemente a pensar que, al final, son los hombres los que están en el comienzo del acto de fe. Y esta es la transposición, en términos pastorales, del pensamiento de Pelagio». Entrevista con Francesco Moraglia, patriarca de Venecia por Gianni Valente o seremos capaces de dar respuestas adecuadas sin una nueva acogida del don de la Gracia; no sabremos conquistar a los hombres para el Evangelio a no ser que nosotros mismos seamos los primeros en volver a una profunda experiencia de Dios». Así habló Benedicto XVI a los obispos italianos reunidos en asamblea plenaria el pasado 24 de mayo. Mientras se acerca el Año de la fe, el «N 24 3ODIAS Sucesor de Pedro no pierde ocasión de sugerir lo único que parece realmente interesarle. Son tiempos confusos, tiempos que contemplar de todos modos con «una mirada de gratitud por el crecimiento del grano de trigo incluso en un terreno que se presenta a menudo árido». Tiempos en los que también la actualidad eclesiástica parece otorgar más evidencia y resplandor a las palabras de Jesús: «Sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15, 5). «Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20). En este marco ha vivido monseñor Francesco Moraglia los primeros pasos de su ministerio como nuevo patriarca de Venecia. Sus respuestas, en la entrevista En estas páginas, el nuevo Patriarca de Venecia Francesco Moraglia durante la ceremonia de toma de posesión el 25 de marzo de 2012 que sigue, son una ayuda sencilla para vivir como tiempo propicio el inminente Año de la fe, desbrozando el campo de todo peligro de “auto-ocupación” eclesial. Benedicto XVI, durante su viaje a Portugal, había dicho: «Con frecuencia nos preocupamos afanosamente por las consecuencias sociales, culturales y políticas de la fe, dando por descontado que hay fe, lo cual, lamentablemente, es cada vez menos realista». Luego convocó un año de la fe. ¿Qué quiso sugerir el Papa con esto? FRANCESCO MORAGLIA: Al convocar el Año de la fe, el Santo Padre ha querido indicar que lo que desde siempre –es decir, también hoy– es la realidad que fundamenta la vida del creyente y de la Iglesia es la fe. Es precisamente el concepto que se tiene de fe lo que determina consiguientemente la manera de entender el cristianismo; y siendo la fe el comienzo de la vida cristiana, entonces, para la fe vale lo que el evangelista Marco dice a propósito de la parábola del sembrador: si no comprendéis esta, ¿cómo vais a comprender las otras parábolas? Es definitiva: según la idea que tengamos de la fe se origina y despliega un tipo u otro de cristianismo. Los periódicos escriben: este año sirve para “revitalizar” la fe. Pero, ¿está esto en nuestro poder? ¿Somos nosotros –la Iglesia, el Papa, o los fieles– los artífices de nuestra fe? La Iglesia, el Papa, los fieles, como también los teólogos, no están en el origen del hecho de fe ni de la vida del creyente. Por eso hemos de prestar atención a nuestro modo de hablar. En el ámbito humano y eclesial el lenguaje reviste una importancia fundamental; ahora bien, hablar de la Iglesia solo o principalmente en tér- minos de programación, como también reducir la evangelización a una cuestión de lenguaje, lleva ineluctablemente a pensar que, al final, son los hombres los que están en el origen del acto de fe. De este modo se reduce todo a una operación humana. Pero esta–bien mirado– es la transposición, en términos pastorales, del pensamiento de Pelagio; a mi modo de ver, hoy más que nunca ha de oírse alto y claro el nombre de Agustín, a cuya escuela hemos de volver todos, pastores y fieles. Para volver a su pregunta: la Iglesia, el Papa y los fieles pue- ¬ Un patriarca para la gente F rancesco Moraglia, segundogénito de cuatro hijos (dos chicas y dos chicos), nació en Génova el 25 de mayo de 1953 de un padre abogado –fallecido el pasado mes de febrero– y una madre maestra y luego ama de casa. Fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1977. En 1979 fue nombrado vicepárroco en una parroquia del centro de Génova, cargo que mantuvo hasta 1988. En 1981 se doctoró en Teología dogmática y en 1986 comenzó la docencia en el Instituto Superior de Ciencias religiosas de la región Liguria, enseñando Teología dogmática fundamental y Teología sacramentaria. Desde 1994 hasta 2007 fue también director del mismo Instituto. Desde finales de los ochenta ha enseñado también Cristología, Antropología, Teología sacramentaria e Historia de la teología en la Facultad teológica de la Italia septentrional, sección del Seminario de Génova. De 1990 hasta 2007 fue asistente diocesano del MEIC (Movimiento eclesial de compromiso cultural). En 1995 fue nombrado presidente de la Comisión diocesana para los problemas pastorales de los movimientos religiosos alternativos y de las sectas, y también, desde 1996, director de la Oficina diocesana para la cultura y la universidad. El 6 de diciembre de 2007 fue nombrado obispo de la sede episcopal de La Spezia – Sarzana – Brugnato. Lo ordenó obispo, el 3 de febrero de 2008, el cardenal Angelo Bagnasco. En abril de 2010 fue nombrado presidente del consejo de administración de la Fundación comunicación y cultura de la CEI, de la que depende la cadena Tv2000. Benedicto XVI lo nombró patriarca de Venecia el 31 de enero de 2012. El 29 de mayo de 2012 fue elegido presidente de la Conferencia episcopal del Trivéneto. En concomitancia con el ingreso y con los primeros meses de ministerio pastoral en la Serenísima, al nuevo Patriarca se le han dedicado ya dos instantbooks editados por Cid/Gente Veneta: Francesco, Patriarca dei due mari (con prefacio de Dino Boffo) y Con voi e per voi (con prefacio de don Sandro Vigani). De ellos hemos sacado algunas de las fotos de estas páginas. G. V. 3ODIAS 25 Año de la fe den –propiamente hablando– revitalizar la fe, ante todo, colocándola con renovada fuerza en el centro de la vida eclesial y proponiéndola como método de vida, o mejor dicho, como el caso serio del cristiano. ¿Cómo comienza la fe? ¿Puede ser el resultado de un plan educativo que hace surgir el sentimiento religioso del hombre? Me limito a decir que la fe, siendo el término de la gracia, es puro don. No quisiera que, sobre todo en el contexto actual, diluyendo el vigor de esta afirmación se termine –como ya he dicho– por calificar a la fe con términos demasiado humanos. Qué duda cabe que la expresión “la fe es pura gracia” hay que entenderla en el sentido de que la fe siempre se nos ofrece de manera humana, es decir, interpelando nuestra libertad y nunca prescindiendo de ella como tampoco de nuestra responsabilidad. ¿Cómo se mantiene, se alimenta y crece la fe? ¿Cómo no se pierde? ¿Es cuestión de tenacidad? La fe se mantiene sencillamente viviéndola cotidianamente en compañía de la Iglesia; día a día, pues, se alimenta y crece perteneciendo al mundo de la fe y renovando cada día la opción de la fe; en otros términos, dejándose llevar por la fe y recordando que –en lo concreto de la vida–, al final, para el cristiano todo es don. Sin duda alguna, descubrirse criaturas y gozar siéndolo, percibirse en la propia persona y en la propia historia como parte de un todo, de un proyecto que siempre nos precede y acompaña, esta es, podemos decir, la gracia que actúa. Encuentro especialmente eficaz la expresión usada por Benedicto XVI en Porta fidei: «La fe crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo...». Cuando se habla de la fe, las llamadas al Espíritu, a la Gracia, a Jesús, a veces parecen como formularios rituales, premisas obligadas de la “jerga” eclesial, para luego pasar al “discurso de verdad”, en el que el acento cae en la estrategia, en la fórmula que adoptar, en el plan educativo que tenemos que desarrollar. A veces pasa que también estas llamadas están ausentes casi por completo del lenguaje de quienes, a pesar de todo, se confiesan cristianos. De este modo se anulan los fundamentos de la vida bautismal. Esto es aún más grave si pensamos que el lenguaje es la mayor forma expresiva de la cultura de una persona; en cierto tipo de catequesis, por poner un ejemplo, se ha pasado de la confesión de Jesús salvador a Jesús entendido como maestro, luego amigo, y en fin como fuerza espiritual. Pero si la fe, que en la vida de la persona y de la Iglesia es esencialmente don y cumplimiento, queda envilecida en esta dimensión, y todo tiende a ser programación pastoral y construcción humana, encajonando al Espíritu en decisiones organizativas, entonces también la salvación se convierte de hecho en puro proyecto teológico y or ganización pastoral. Los ejemplos pueden multiplicarse, aquí me limito a indicar uno en el ámbito de la celebración litúrgica: la hiperactividad creativa y cierto protagonismo ante la asamblea. En muchos discursos, a la fe cristiana se la identifica e contrario, como si su afirmación fuera ante todo una respuesta a tendencias y filones culturales de la modernidad en la que vivimos. ¿Qué piensa de esta modalidad de enfoque? ¿Tiene la fe como primer objetivo expresivo la confutación cultural de la no-fe? Sí, es cierto, el riesgo indicado existe realmente. La fe, ante todo, ha de ser fiel a sí misma, es decir, ha de decir Jesucristo, decirlo bien, decírselo a todos, decirlo de manera comprensible y a partir –como nos enseña la Dei Verbum– de la Palabra de Dios transmitida por la Iglesia. La crítica que se le dirigía a cierta manualística coincidía precisamente en que se dejaba tomar Jesús y la samaritana, detalle de los mosaicos de la Basílica de San Marcos de Venecia 26 3ODIAS Volvamos a san Agustín por determinadas “cuestiones” que se querían confutar, pero terminando por reducir o incluso distorsionar, de manera inaceptable, las verdades de fe que, de por sí, se querían anunciar. Concretamente, para aprovechar la ocasión del Año de la fe, ¿qué hay que hac e r ? ¿ To m a r i n i c i a t i v a s ? ¿Echar discursos? La fe es respuesta a una persona –a la persona de Jesucristo–; así que los discursos, las conferencias, los simposios por sí solo siguen siendo insuficientes ante la realidad humano-divina de la fe; serían suficientes si la fe se colo- –muerte/resurrección– de Cristo; de este modo somos inmediatamente conducidos al centro del acontecimiento salvífico que puede vivirse solo en la fe; el corazón del hecho eucarístico se connota, precisamente, como mysterium fidei. Si la fe es un don de gracia, al comienzo y en cada paso del camino, ¿qué comporta esto para la Iglesia, para su forma y sus dinámicas? Comporta innumerables cosas. Indico una que, sin embargo, me parece que ayuda a comprender: me refiero al uso del adjetivo posesivo “nuestra”, colocado de- case únicamente en el plano humano, si fuera una pura opción ética o una tesis filosófica. Pero, en cambio, la fe pide que se la acepte y viva en su realidad sacramental, es decir, realidad humana y divina. Estoy, pues, convencido, por poner un ejemplo, de que una participación más intensa y una cuidada educación para la celebración litúrgica, por parte del pueblo de Dios –pastores y fieles–, de cara a una renovada vida de caridad hacia Dios y el prójimo, es una propuesta adecuada, un punto de partida justo, con vistas al Año de la fe. Se trata, lo repito, de implicar a toda la comunidad eclesial en el acontecimiento de la Pascua lante del sustantivo Iglesia; esto es un modo de expresarse que expresa cercanía, cariño, simpatía hacia la Iglesia pero si no tenemos cuidado de mantenerlo unido a la otra expresión, “Su” Iglesia, corremos el riesgo de considerar a la Esposa de Cristo como una criatura nuestra, un producto nuestro, una realización humana que, al final, precisamente porque es “nuestra” podemos siempre y de nuevo reconstruir y deconstruir a nuestro gusto. En cambio, la Iglesia es, ante todo, Suya, es decir, es de Cristo, quien, según la hermosa simbología patrística de los primeros siglos, retomada luego en la Edad Media, es el sol, mientras que la Iglesia se coloca como mys- terium lunae y está totalmente iluminada por el sol. A veces, también en nuestra reciente actualidad eclesial, esta percepción del punto manantío de la Iglesia queda ofuscada para muchos cristianos, como una especie de vuelco: de reflejo de la presencia de Cristo, se pasa a percibir al grupo eclesial como una realidad enfrascada en atestiguar por sí misma su presencia relevante en la historia. Y este atestado de sí misma es presentado como un modo para “demostrar” la credibilidad del cristianismo. ¿Para qué pueden servir estas dinámicas? Si se pierde de vista que el acontecimiento cristiano es algo real e histórico, que tiene que ver con la carne y la sangre, entonces este hecho nos lleva a una visión “espiritualista” que ya no intercepta al hombre concreto, hecho precisamente de carne y sangre. De este modo, si se pierde de vista que la Iglesia es cuerpo de Cristo, entonces, a cada instante, la Iglesia se pondrá a la búsqueda de su legitimación y afirmación, convirtiéndose en autorreferencial. Pensemos en los dos discípulos de Emaús que no se dan cuenta del Resucitado, que seguían hablando de sus problemas, de sus tristezas y que no consiguen abrir los ojos a Él y verlo. Es el drama siempre posible de la autorreferencialidad de la Iglesia, que quiere decir: extravío de su identidad sacramental; la Iglesia, en efecto, nos sigue recordando el Vaticano II, en la Lumen gentium, es sacramento de Cristo y, por lo tanto, si esta realidad se empaña la cuestión no es para nada insignificante. Del mismo modo, a veces parece que la intención de atestiguar la fe en el mundo es algo que hay que confiar a iniciativas extraordinarias o incluso espectaculares. ¬ 3ODIAS 27 Año de la fe Pero encaminarse por este camino significa no marchar de acuerdo con lo que Jesús dijo e hizo en el Evangelio, ni con la propia realidad del vivir humano, hecho de gestos cotidianos. La Iglesia, de este modo, se autoliquidaría; no se puede vivir, en efecto, de cosas extraordinarias, sino ordinarias: las cosas de cada día; el Evangelio no es para pocos elegidos ni está hecho de cosas vividas una vez y basta. Antes al contrario, es cuestión de salvación todos los días y para cada hombre. El comienzo del Año de la fe coincide con los cincuenta años del comienzo del Concilio Vaticano II. Algunos atribuyen directamente a aquel acontecimiento la crisis de fe, llegando a interpretarlo como el origen del retroceso del cristianismo o incluso como el instrumento de penetración de un pensamiento no católico en la Iglesia. ¿Qué piensa usted? Mi ordenación sacerdotal tuvo lugar en 1977, por lo que puedo decir que nací teológicamente y como sacerdote después del gran acontecimiento eclesial del Concilio ecuménico Vaticano II. Si volvemos a leer los textos conciliares, si interpretamos su espíritu a partir de la letra y no contra la letra, si no nos apresuramos a lanzar afirmaciones del tipo “por fidelidad al Concilio hay que ir más allá del Concilio” (frase en la que cada cual puede encontrar lo que más le guste cada vez), entonces no podemos más que considerar el Concilio como una verdadera gracia para la Iglesia de nuestro tiempo. También aquí, una vez más, Benedicto XVI nos ha indicado el camino principal hablando de la hermenéutica de la reforma en la continuidad y tomando las distancias de toda hermenéutica de la ruptura. El Año de la fe tiene su precedente en el que declaró Pablo VI en 1967 y que culminó 28 3ODIAS con la proclamación del Credo del pueblo de Dios. ¿Cómo vivió personalmente aquel momento, cómo lo recuerda? Entonces yo era un adolescente, tenía catorce años; pero me acuerdo muy bien de que se percibía en los medios de comunicación, y por consiguiente en la sociedad, el crecimiento de un clima de sospecha y animadversión hacia el magisterio de la Iglesia. Estaba claro el intento de dividir el cuerpo eclesial, contraponiendo el magisterio –sobre todo el del Papa– a los fieles, considerados el verdadero pueblo de Dios. Se olvidaba, o quizá no se quería recordar, que la Lumen gentium, hablando del pueblo de Dios como de quien disponía del poder profético y carismático, afirma, citando a Agustín: «La universalidad de los fieles no puede equivocarse en creer... “cuando desde los obispos hasta a los últimos fieles laicos” (cfr. san Agustín, De praedestinatione Sanctorum 14, 27: PL 44, 980) muestra el consenso universal en cuestiones de fe y de moral». Eran años en los que, con una catequesis oportuna, se habría tenido que apoyar y acompañar mayormente la fe de los sencillos frente al enorme poder de los especialistas. El Año de la fe coincide con una crisis económica que está ahogado incluso a las sociedades del bienestar. Alguien dirá que se busca refugio en lo espiritual para soportar los problemas materiales. ¿Qué tiene que ver, por ejemplo, la fe con la pérdida del trabajo que está angustiando también en Italia a millones de personas? Corresponde a una idea equivocada de fe la de quien se refugia en la fe solo para no sucumbir a los problemas materiales; el creyente, efectivamente, es aquel que se adhiere al Señor Jesús prescindiendo de que las cosas, humanamente, le vayan bien o mal. La fe, “sobre todo”, no tiene que ver con nada que sea colateral al hombre. El hombre no está ya completo en sí prescindiendo de su relación con Jesucristo. Antes bien, la fe es lo que lleva a la realización total humana respetándola en su especificidad y autonomía. Dicho esto, qué duda cabe de que la fe sostiene de manera particular a quienes atraviesan momentos difíciles, ayudándoles a vivirlos y colocarlos en un horizonte más amplio; sin embargo, con esto la fe no exime al creyente de cumplir todos los pasos que humanamente ha de llevar a cabo y de todo lo que está en sus manos hacer. En una historieta que circulaba en ámbito teológico hace al- Volvamos a san Agustín Jesús resucitado y el apóstol Tomás, detalle de los mosaicos de la Basílica de San Marcos, Venecia gunos años, se cuenta que un barco se está hundiendo y que, entonces, el comandante ordena: «¡Los ateos a las pompas, los creyentes a rezar!». Usted nació y creció en Génova y ahora es patriarca de Venecia. ¿Hay algún rasgo particular que connota y distingue la fe de la gente de mar? El amor por la propia historia y el vínculo con las raíces, el mantener vivos los recuerdos y las tradiciones, el valor que se da a la religiosidad popular y, además, entender el sentido de la vida como viaje, ir hacia una meta. Por lo tanto, en última instancia, una gran apertura al futuro y a los demás. Por otra parte, el mar une orillas de países y continentes distintos, el mar hace posible la comunicación entre los hombres mediante encuentros e intercambios comerciales pero sobre todo culturales; en fin, el mar, precisamente en su inmensidad, se convierte en símbolo de Dios y de su infinidad. ¿Y qué diría usted de su fe? ¿Cómo germinó? ¿Qué acontecimientos y encuentros la alimentaron? Mi fe, como asentimiento a las realidades creídas, es ahora la misma de cuando hace ya muchos años me preparaba para la primera comunión y de cuando era monaguillo; esto es para mí una cosa muy hermosa porque dice una vez más la verdad del Evangelio. Me refiero a la invitación de Jesús: dejad que los niños se acerquen a mí; la fe, de este modo, se muestra como es realmente a todos: niños y adultos, sencillos y doctos, ricos y pobres; aquí se muestra, en un sentido verdadero, toda la “democraticidad” de la fe. La modalidad de adhesión, pues, no afecta a la sustancia del acto de fe que está, precisamente, en la gracia, adhesión al misterio y no elaboración cultural. Precisamente por esto, los diferentes y múltiples modo de adhesión, más o menos cultos, no tocan a la fe en sí, es decir, al sí que salva. ¿Y qué indicaciones les dará a todos para vivir el Año de la fe? La indicación es volver a descubrir la fe en sus características propias, superando toda posible reducción y distorsión. El riesgo es hacer de ella una realidad intelectual o sentimental, no comprendiéndola ya como evento salvífico que hace que la humanidad se complete; el hombre, solo, no puede hacerlo, y la fe le permite realizar su humanidad; la fe completa lo que la criatura que soy yo solo entrevé y preanuncia. Por eso, la indicación de método que Jesús da a los suyos, cuando los llama al apostolado, es fundamental. A la pregunta: maestro, ¿dónde vives?, Jesús responde invitándoles a seguirlo. También nosotros al comienzo de este Año de la fe, en primer lugar, hemos de volver a descubrir la vida eclesial como sequela Christi. Se trata de vivir no solamente en la Iglesia, sino, como decía casi hace un siglo Romano Guardini, la Iglesia. Y para ello es fundamental volver a centrarse en una oración más auténtica –especialmente la litúrgica– y también volver a descubrir el gesto humilde de la peregrinación, señal de un camino común hacia la meta, que es el Señor Jesús, comienzo y realización de nuestra fe. El Papa Luciani, también patriarca, hizo como Papa sus primeras catequesis sobre fe, esperanza y caridad. ¿De qué manera puede ofrecer esta figura puntos de edificación en la actividad pastoral? Este año se cumple el centenario de su nacimiento, y trataremos de celebrarlo de manera digna. Algunos lo han considerado duro e incluso le han achacado que era demasiado fiel al Papa y a su magisterio. En realidad él trató en todo momento de poder componer las cosas y dar con la solución de los problemas. Y a más de treinta años de su muerte, en el pueblo y las parroquias ha quedado un recuerdo muy vivo de Luciani. Los venecianos, tanto de tierra como de mar, conservan un recuerdo grato y afectuoso de este patriarca. Lo recuerdan como un hombre de Dios, un pastor que dejó una huella en el pueblo, también con lo concreto de sus homilías y con su capacidad de diálogo y escucha. q 3ODIAS 29 mediplus forniture medicali ed elettromedicali Mediplus opera nel settore sanitario medicale con: • Forniture Ospedaliere - Cliniche - Case di cura • Rivendita Dispositivi medici • Distribuzione Elettromedicali Neurologia NK* • Distribuzione Elettromedicali Cardiologia NK* • Rivendita Prodotti per comunità (*Nihon Kohden) Contrada Piane Tronto, 48 64010 Controguerra (Te) tel. +39 0861817068/0861738105 fax +39 0861738855 mail: [email protected] www.mediplus.it Iglesia Diálogo interreligioso Haber visto al Papa rezar Es lo que cuenta también en el diálogo con el islam. Apuntes y reflexiones del presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo interreligioso por el cardenal Jean-Louis Tauran R ecientemente un profesor de la Universidad de Túnez les dijo a sus alumnos: «Estad atentos a no dejar caer vuestra plumas, porque si no en 32 3ODIAS vuestras manos quedarán los cuchillos». Es un aviso sabio. Cuanto más precaria es la situación, más necesario es el diálogo, porque no hay alternativa. Cierta- mente los cristianos, –en las escuelas, universidades y hospitales que mantenemos en los países de mayoría musulmana– cuidamos solícitamente de dar testimonio Fieles iraquíes en una iglesia caldea de Bagdad; en la página de al lado, Benedicto XVI durante el rezo del rosario; el cardenal Jean-Louis Tauran con los estudiantes del centro de formación profesional Inter-Faith, en Bokkos, Nigeria del amor hacia todos y sin condiciones o distinciones, y nuestros amigos musulmanes aprecian sinceramente esta actitud. Día tras día, trabajando en este Consejo Pontificio, descubro una dimensión a veces arrinconada: nuestros amigos musulmanes respetan a la gente que reza. Una liturgia o una Eucaristía bien preparadas y bien celebradas son un válido testimonio cristiano. No olvidaré nunca lo que me dijo, cuando trabajaba en la Secretaría de Estado, un embajador de religión musulmana que vino a hacer la tradicional visita de despedida: «Después de tres años de misión ante la Santa Sede, lo que más me ha llamado la atención no ha sido vuestra postura política sobre Oriente Medio o el prestigio de la diplomacia vaticana, sino haber visto al Papa rezar». Creo que esto es para nosotros como una invita- ción a ser siempre personas de fe, a no tener nunca miedo de manifestarla. Naturalmente pueden existir obstáculos externos (la discriminación por motivos religiosos) o incluso internos (ignorancia, pecado) que hacen que nuestro testimonio no sea siempre luminoso. Es importante que quien entra en diálogo tenga una idea clara del contenido de su propia fe y un perfil espiritual bien determinado: no puede haber un diálogo basado en la ambigüedad. Por desgracia, muchos jóvenes cristianos tienen una idea superficial del contenido de su fe; por esto es una gracia enorme tener a un Papa como Benedicto XVI, que sabe dar testimonio y enseñar que nuestra fe no es un sentimiento o una emoción –quizás también lo es, en algunos momentos– y desde luego no es un mito. Jesucristo existió, fue un hombre en medio de los hombres, vivió en un periodo y en un lugar históricamente determinados de la historia, murió y resucitó. El Papa Be- nedicto nos habla también del equilibrio entre razón y fe. Decía en una homilía pronunciada en Alemania: «La fe es sencilla. Creemos en Dios, principio y fin de la vida humana. En el Dios que entra en relación con nosotros, los seres humanos». Pero se preguntaba: «¿Es algo razonable?», y precisaba: «Creemos que en el origen está el Verbo eterno, la Razón y no la Irracionalidad» (santa misa en Regensburg, 12 de septiembre de 2006). Junto con la fe y la razón, también es importante la amistad. El diálogo interreligioso no es un diálogo entre las religiones, sino entre los creyentes llamados a testimoniar en el mundo de hoy que no solo de pan vive el hombre. Todo empieza con el respeto para acabar en una amistad respetuosa. Cuando estamos ante alguien que cree y reza de distinta manera que nosotros, lo primero es tomarse el tiempo para conocerle, para comprender sus aspiraciones espirituales; luego revisaremos lo que nos ¬ 3ODIAS 33 Iglesia Diálogo interreligioso distingue y lo que, en cambio, nos une. Y si existe un patrimonio común, entonces todos debemos ofrecerlo a la sociedad que nos rodea, porque el diálogo religioso no está destinado a mi comunidad, sino a la otra, a la de mi interlocutor. El diálogo es una apertura que nos llama a acercarnos con delicadeza a la religión y a la cultura de los demás. ¿Qué es lo que me ayuda en mi trabajo? El testimonio admirable de los cristianos que he tenido la gracia de conocer en países de Oriente Próximo, del Lejano Oriente y recientemente en África. Su adhesión convencida a la fe, su fidelidad a la Iglesia, el afecto filial que tienen al Papa, todo esto es una gran ayuda para todos. Jesús está allí en estas pequeñas comunidades. Es la fe de los sencillos, disponibles a acoger al obispo que les visita, a pedir una bendición, porque saben mediante una fe intuitiva que la Iglesia es una familia. Después de mi ordenación sacerdotal no me imaginaba, por supuesto, que viviría mi sacerdocio practicando el diálogo, primero “diplomático”, hoy “interreligioso”, aunque, en las estampitas de mi ordenación sacerdotal, mandé imprimir las palabras de Pablo a los Corintios: «Somos embajadores de Cristo: como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios» (2Co 5, 20). He de confesar que el dialogo interreligioso me ha permitido profundizar en mi fe, porque cuando le pregunto a alguien cómo vive su fe, sé que mañana me harán la misma pregunta a mí. En el mundo pluralista de hoy, estamos llamados cada vez más «a dar respuesta a todo el que nos pida razón de nuestra esperanza… con dulzura y respeto», como recomendaba Pedro (1P 3, 15-16). Recientemente estaba en Nigeria y me invitaron a visitar una 34 3ODIAS Benedicto XVI de rodillas ante el altar de la tumba de san Francisco, con algunos líderes y representantes de las Iglesias, de las Comunidades eclesiales y de las religiones del mundo, con ocasión del Encuentro de Asís, el 27 de octubre de 2011 escuela profesional fundada por un sacerdote, que acoge durante dos años a jóvenes, tanto musulmanes como cristianos. Admiré el respeto mutuo que demostraban, la alegría de estar juntos y también la dimensión religiosa que ese sacerdote ha sabido infundir en ellos, sin relativismo o sincretismo. Estoy convencido de que es posible vivir juntos en las sociedades humanas desgarradas por tanta violencia y ser, como creyentes, fermentos de perdón, reconciliación y paz. En fin, en varias ocasiones me han preguntado si “el presbítero Tauran” logra dar testimonio dentro de sus compromisos institucionales. No sé si mi vida ha sido un testimonio creíble, pero después de mi ordenación he tenido siempre una convicción: primero debo ser sacerdote, sean cuales sean las circunstancias. Lo importante para un sacerdote, pero también para los fieles, es que mediante nuestra vida de cada día quien no conoce a Jesús pueda “entrever” su presencia en medio de nosotros. De ahí la importancia de una Iglesia unida y misionera. Dentro de unos días pronunciaré en Rouen el panegírico de Juana de Arco y meditaré sobre algunas frases que ella pronunció antes de morir. Quisiera mencionar una que aprendí en los años del seminario: «Dieu fait ma route / Dios traza mi camino». Lo importante en la vida de todo cristiano, y con mayor razón para un sacerdote o un obispo, es cultivar la libertad interior para permitirle a Dios que realice, a pesar de nuestros límites, su proyecto: reunir a todos los hombres en una única familia. (Texto recogido por Giovanni Cubeddu) EN RECUERDO DE DON GIACOMO TANTARDINI 27 de marzo de 1946 – 19 de abril de 2012 «Ven, pues, Señor Jesús... Ven hacia mí, búscame, encuéntrame, tómame en brazos, llévame» (san Ambrosio, Expositio in psalmum 118) P O RTA D A RECUERDO Mi amigo don Giacomo 36 3ODIAS El cardenal Jorge Mario Bergoglio durante la homilía en la Basílica de San Lorenzo Extramuros el 18 de febrero de 2012 «En la ceremonia de las Confirmaciones en San Lorenzo Extramuros pedimos por su salud… y agradeció con un gesto de esperanza de curarse y, a la vez, de entrega». El cardenal Bergoglio recuerda a Giacomo Tantardini, sacerdote por el cardenal Jorge Mario Bergoglio, s.j. arzobispo de Buenos Aires Jesús y Juan, detalle de La última cena, Giotto, Capilla de los Scrovegni, Padua cuérdense de vuestros dirigentes, porque ellos les anunciaron la Palabra de Dios: consideren cómo terminó su vida e imi- “A ten su fe” (Heb 13, 7). Así nos exhorta el autor de la Carta a los Hebreos a tener en cuenta aquellos que nos anunciaron el Evangelio y que ya han partido. ¬ 3ODIAS 37 RECUERDO El cardenal Bergoglio con don Giacomo Tantardini en una foto de marzo de 2009 Así, por gracia, se puede perseverar en el camino, hasta el final: el hombre-niño se abandona en los brazos de Jesús mientras pide que pase este cáliz, y es tomado y llevado en brazos, con las manos juntas y los ojos abiertos. Dejándose sorprender una vez más por el don más grande. Nos pide que los recordemos pero no con la memoria formal y tantas veces compasiva del “¡qué bueno que era!” escuchada con frecuencia en el peristilo de los cementerios. Tal memoria es un simple recuerdo de formalidad social. Nos pide, en cambio, que los recordemos desde la fecundidad de su siembra entre nosotros. Nos pide que los recordemos desde la memoria del corazón, esa memoria deuteronómica que edifica sobre piedra, que plasma vidas y sella corazones. Sí, nuestro corazón se edifi- 38 3ODIAS ca sobre la memoria de aquellos hombres y mujeres que supieron acercarnos a fuentes de vida y de esperanza, de las que podrán beber los que nos sigan. Es la memoria de la herencia recibida y que, a su vez, hemos de trasmitir a nuestros hijos. Así, con esta memoria, recordamos a Don Giacomo, y nos preguntamos ¿qué nos dejó?, ¿qué huellas suyas encontramos en el camino de nuestras existencia? Simplemente me atrevo a decir que dejó las huellas de un hombre-niño que nunca terminó Dejad que los niños se acerquen a mí, Carl Vogel von Vogelstein, Galería de Arte Moderna, Florencia de sorprenderse. Don Giacomo, el hombre de la sorpresa; el hombre que se dejó sorprender por Dios y supo abrir el camino para que esa sorpresa anidara en los demás. Mi amigo don Giacomo Don Giacomo, un sorprendido que mirando al Señor que lo llamaba continuamente y se preguntaba, casi sin poderlo creer, como el Mateo del Caravaggio ¿a mí Señor?; un sorprendido ante esa indescriptible “sobreabundancia” vencedora de la gracia sobre la abundancia mezquina del pecado, de ese pecado que siempre nos disminuye; un sorprendido que se sintió busca- do, esperado y amado por el Señor, mucho antes de que él atinara a buscarlo, esperarlo y amarlo; un sorprendido que, como los del lago de Tiberiades, no se atrevía a preguntarle a Él quién era porque bien sabía que era el Señor. Y este sorprendido se dejó preguntar una y otra vez: “¿me amas?” para responder con la sencillez fogosa del amor: “Señor, tú sabes que te amo”. Y esto fue así porque este hombre-niño alimentaba su amor con la sencilla pero sapiencial prontitud de la contemplación de toda aquella Gracia que lo superaba. Así era Don Giacomo. No había perdido la capacidad de asombrarse; reflexionaba desde ese estupor que recibía y alimentaba en la oración. A veces daba la impresión de que esa sensibilidad lo agobiaba, lo cansaba o lo ponía nervioso, y esto no es raro en un hombre de temperamento humano fuerte a quien la Gracia no cesó de trabajarlo en su conversión a la mansedumbre. La última imagen de él me conmueve: en la ceremonia de las Confirmaciones en San Lorenzo Extramuros, las manos juntas, los ojos abiertos y asombrados, sonriente y serio a la vez. Allí pedimos por su salud… y agradeció con un gesto de esperanza de curarse y, a la vez, de entrega. Así, por gracia, se puede perseverar en el camino, hasta el final: el hombre-niño se abandona en los brazos de Jesús mientras pide que pase este cáliz, y es tomado y llevado en brazos, con las manos juntas y los ojos abiertos. Dejándose sorprender una vez más por el don más grande. Agradezco a Dios nuestro Señor el haberlo conocido. A mí también me cabe el “consideren como terminó su vida e imiten su fe” de la Carta de los Hebreos. Buenos Aires, 6 de mayo de 2012 3ODIAS 39 RECUERDO Una amistad que floreció bajo el signo de san Agustín Los congresos sobre la actualidad del santo de Hipona en la Universidad de Padua se convierten en ocasión de una amistad, profunda y duradera, entre un sacerdote, el desaparecido don Giacomo Tantardini, y un magistrado, Pietro Calogero, que entrega a 30Días su conmovido recuerdo por Pietro Calogero on Giacomo me recibió con una tímida caricia de sus ojos y un leve e infantil rubor cuando el 1 de abril de 2003 le fui presentado en el aula magna de la Universidad de Padua, poco antes de comenzar la tercera lección del ciclo de Convenios dedicados a la actualidad de san Agustín. El aula estaba repleta de jóvenes que esperan su palabra. Joven era también el rostro de don Giacomo, sobre el que formaban una mágica trama los colores acuarelados de la piel, la púrpura y el ámbar. Hacía tono con los colores incluso su voz, nobilísimo y refinado destilado de un inagotable manantial de ideas. La lectura y el comentario de textos agustinianos sobre la gracia y la belleza de la fe cristiana se D 40 3ODIAS oyeron en el aula durante casi una hora. En mi imaginación la figura de don Giacomo creció hasta lo indecible y cuando al terminar la lección me pidió que preparara algo para la lección siguiente, aun siendo consciente de mis límites, no tuve el valor de negarme. Así fue como el 20 de mayo de 2003, introduciendo en la misma aula la cuarta lección que iba a dar don Giacomo, traté el tema de la justicia terrenal en san Agustín e ilustré la actualidad de la misma especialmente en las relaciones con la política. Antes de afrontar los temas que él había preparado para su lección, que trataba sobre otras temáticas muy distintas, don Giacomo quiso intervenir sobre la concepción agustiniana de la justicia. Confieso que lo escuché con admirado estupor por su capacidad de alcanzar en un tiempo brevísimo una síntesis alta y completa de la temática que yo acababa de tratar. Pensé que era señal de genuino talento especulativo y de profundo conocimiento del pensamiento del obispo de Hipona, que había madurado como colofón de un proceso de identificación con este último, y que yo ahora quiero recordar aquí a grandes rasgos. «De lo que el procurador nos acaba de ilustrar», observó don Giacomo, «me han asombrado sobre todo tres cosas, que me parecen profundamente agustinianas y profundamente actuales. La primera es la alusión al hecho de que la justicia en sentido hu- El bautismo de san Agustín en un fresco del siglo XIV conservado en la iglesia de los Ermitaños de Padua mano, cuya tarea es dar a cada cual lo suyo, es un bonum de la ciudad terrenal, es una cosa buena de aquella ciudad que Agustín describe como el realismo subrayado por el episodio del encuentro del emperador Alejandro Magno con el pirata» (comentando el cual él se pregunta: «Remota itaque iustitia quid sunt regna nisi magna latrocinia?», arrinconada, pues, la justicia, ¿en qué quedarían los reinos sino en grandes bandas de ladrones?). «Lo segundo que me asombró especialmente», siguió diciendo don Giacomo, «es que esta justicia tiene como raíz la naturaleza humana, la persona humana. Agustín sabe muy bien que el pecado original hiere la naturaleza humana como tal. Y sin embargo él defiende la naturaleza humana afirmando que ningún pecado puede destruir extrema vestigia naturae, el último umbral de la naturaleza humana que fue creada buena y en la que habitat veritas, no en el sentido de que crea la verdad sino en el sentido de que en la naturaleza humana existe la posibilidad de reconocer la verdad, existe la posibilidad de reconocer la belleza, existe la posibilidad de reconocer el bien. Una naturaleza humana herida en la que permanece la apertura a la belleza, a la verdad, a la bondad, a la justicia. Una naturaleza humana herida, y sin embargo, capax Dei». «Lo último por lo que estoy verdaderamente agradecido al procurador», terminó diciendo don Giacomo, «son las alusiones finales a la historicidad de la justicia humana y a su relatividad. Creo que esto es lo que Agustín pone más en evidencia, de manera original, con respecto inclu- ¬ 3ODIAS 41 RECUERDO Confieso que lo escuché con admirado estupor por su capacidad de alcanzar en un tiempo brevísimo una síntesis alta y completa de la temática que yo acababa de tratar, señal de genuino talento especulativo y de profundo conocimiento del pensamiento Las portadas de los dos libros del obispo de Hipona, que había madurado de don Giacomo Tantardini, editados por Città Nuova en como colofón de un proceso 2006 y en 2009, que recogen de identificación con este último sus lecciones dedicadas a la actualidad de san Agustín Pietro Calogero, cuando era joven fiscal auxiliar de Treviso, investigó la matanza de la plaza Fontana, descubriendo la llamada “pista negra” y sacando a la luz las maniobras y encubrimientos de los servicios secretos italianos, delineando el proyecto subversivo conocido comúnmente como “estrategia de la tensión”. En Padua, durante los años setenta, dirigió la investigación que llevó a la detención de los jefes de Autonomia Operaia (Negri, Scalzone, Piperno), poniendo al descubierto los vínculos entre esta organización y las Brigadas Rojas. Actualmente es fiscal general en el Tribunal de Apelación de Venecia 42 3ODIAS so a otros puntos presentes en la filosofía cristiana: la historicidad y la relatividad de la justicia de la ciudad terrenal con respecto a la justicia que es don gratuito de Dios. Pero esta historicidad y esta relatividad son posibilidades de fecundidad, son posibilidades de valorizar todos los modelos históricos sin imponer nada a los demás, son facilidades de diálogo. Precisamente por esa historicidad el De civitate Dei es de una inmediatez y de una evidencia continuas. Agustín describe con realismo las cosas tal como son. Este realismo permite no imponer nada y valorar todas las posibilidades positivas. Esta alusión es lo que más me asombró de las cosas que escuché, junto a las amplias citas de Cicerón en su diálogo sobre la res publica. Muy interesante y actual es que en la concepción del hombre, en la concepción de los bona naturae, de los bienes de la naturaleza, Agustín no valoriza la tradición neoplatónica, sino que valoriza la tradición romana de Varrón y Cicerón. También a nivel cultural me parece realmente una de las cosas más importantes y actuales. Agustín, que normalmente es considerado un cristia- no platónico, en la concepción de la naturaleza humana y de los bienes esenciales de la naturaleza humana valoriza la tradición romana relativista (digo relativista en el sentido en que hablaba el procurador Calogero de historicidad y de relatividad) y no la tradición del neoplatonismo». Para terminar: un gran maestro, don Giacomo, que supo despertar en mí con la fuerza encantadora de su cultura y con su arrollador arte de la comunicación la antigua pasión por las ideas, las experiencias de la vida, el altísimo sentido de lo humano y de lo justo de Agustín, figura fundamental del cristianismo militante de los primeros siglos. Y al mismo tiempo un amigo: un amigo muy sensible, perennemente joven, humilde, esquivo, transparente como la más transparente de las porcelanas que hayan salido jamás de las manos del hombre. Maestro y amigo con el que me relacioné tiernamente hasta pocas semanas antes del gran vacío que nos ha dejado su muerte inesperada y al que ahora, con la mirada dirigida hacia el cielo, añoro. Venecia, 31 de mayo de 2012 El mosaico del arco de triunfo de la Basílica de San Lorenzo Extramuros, Roma En el surco de las Bienaventuranzas, el testimonio de don Giacomo Tantardini Homilía del cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio cardenalicio, en la santa misa exequial por don Giacomo Tantardini Roma, Basílica de San Lorenzo Extramuros, 23 de abril de 2012 Queridos hermanos obispos y sacerdotes, distinguidas autoridades, parientes y amigos del llorado don Giacomo, hermanos y hermanas en el Señor: Ha llegado la hora de dar el último adiós a nuestro querido don Giacomo Tantardini, que nos dejó silenciosamente la tarde del pasado jueves, poniendo fin a una vida completamente dedicada a ese Cristo que lo había “apresado”, como decía él recordando una palabra usada por san Pablo hablando de sí mismo en la Carta a los Filipenses (Fil 3, 12). ¬ 3ODIAS 43 RECUERDO Hoy nos hemos reunido en gran número entre los muros de esta hermosa Basílica que él tanto quería, para darle nuestro adiós. Un adiós afectuoso, agradecido. Por mi parte me he unido de buena gana a todos vosotros, que le habéis querido tanto, y prueba de ello es la cantidad de personas que hoy ha venido a este templo. Juntos, queridos amigos, daremos gracias al Señor por habérnoslo dado y lo confiaremos luego a las manos del Padre que está en los cielos, un Padre “rico en misericordia”, o, para decirlo con las palabras latinas tan queridas por don Giacomo, un Padre “dives in misericordia” (cfr. Ef 2, 4). Cristo. Creo que el término griego usado por san Lucas (cfr. Hch 4, 29), el término parresia (παρρησία) está más que indicado para describir el estilo seguido por don Giacomo en su apostolado. Parresia lo traducen los estudiosos con palabras distintas: intrepidez, valor, fortaleza, franqueza, pero todos ellos son términos que indican el espíritu interior de nuestro querido difunto. Incluso parecía que se inspiraba en el mensaje que dejó san Agustín a los cristianos de África: Nuestro Te Deum Hermanos míos, en cada misa damos gracias al Señor por los dones que nos da a lo lar go de nuestra existencia. Hoy, especialmente, queremos elevar a Dios un himno de gratitud por el don que ha hecho a su santa Iglesia con la vida y las obras de este gran sacerdote. Un día lejano el Buen Pastor le había hecho escuchar su voz misteriosa que le decía: «Ven y sígueme» (Mt 19, 21) y el joven generoso de Barzio, en la tierra de Lecco, respondió generosamente a aquella invitación. A la edad de veinticuatro años se hizo ministro del Señor y coUna imagen de la misa exequial por don Giacomo Tantardini menzó de este modo aquella misión generosa que lo traería luego a Roma, a esta Roma cristiana «Sed entusiastas de la verdad, sin soberbia», o que él tanto quería, donde invirtió con santo con el hermoso latín ciceroniano que tanto ardor la mayor parte de sus 42 años de sacer- amaba don Giacomo: «Sine superbia de veritadocio. Todos vosotros sois testigos de su afec- te praesumite» (Contra litteras Petiliani I, 31: to y su celo. Pl 43, 259). Nosotros queremos cantar hoy por la vida de Los Hechos de los Apóstoles nos hablan de Pedro y de Juan, quienes después de Pentecos- don Giacomo nuestro Te Deum de agradecités predicaban «con intrepidez» la palabra de miento al Señor. 44 3ODIAS En el surco de las Bienaventuranzas, el testimonio de don Giacomo Tantardini En el Cántico de las criaturas, san Francisco daba gracias al Señor por “hermana muerte”. Nosotros hoy, en primer lugar, queremos dar gracias al Señor por “hermana vida”, por la vida concedida a don Giacomo, la vida de la naturaleza y sobre todo por la vida más preciosa, como es la de la gracia. Nuestro sufragio En segundo lugar, hermanos míos, hoy nuestra Eucaristía quiere también ser una oración de ciones, y especialmente el Sacrificio eucarístico, para que nuestros difuntos, debidamente purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios (cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1032). La luz de la fe Hermanos míos, nuestra celebración eucarística, además, está iluminada toda ella por el esplendor de estas páginas de la Palabra de Dios, que acabamos de escuchar. Hoy, en particular, queremos elevar a Dios un himno de gratitud por el don que le ha hecho a su santa Iglesia con la vida y las obras de este gran sacerdote. Un día lejano el Buen Pastor le había hecho escuchar su voz misteriosa que le decía: «Ven y sígueme» (Mt 19, 21) El cardenal Angelo Sodano durante la homilía sufragio. La fe cristiana nos enseña que nada que no sea puro, que no sea santo, llega ante la presencia de Dios. En efecto, el Libro de los Proverbios de la Sagrada Escritura nos dice que «también el justo puede caer siete veces al día» (Pr 24, 16). Por eso la Iglesia, nuestra Madre y Maestra, siempre nos ha enseñado a ofrecer ora- En la primera lectura hemos escuchado algunas palabras de gran esperanza: «Las almas de los justos están en las manos de Dios» (Sap 3, 1), y luego hemos cantado en el Salmo del responso: «Misericordioso y piadoso es el Señor» (Sal 102): una visión de esperanza. En la segunda lectura, el apóstol Pablo escribía ya hace dos mil años a los romanos, que sufrí- ¬ 3ODIAS 45 RECUERDO Hasta parecía que se inspiraba en el mensaje que dejó san Agustín a los cristianos de África: « Sed entusiastas de la verdad, sin soberbia», o con el hermoso latín ciceroniano que tanto amaba don Giacomo: «Sine superbia de veritate praesumite» La Basílica de San Lorenzo Extramuros llena de fieles durante la misa exequial an por las persecuciones y el martirio de tantos de sus hermanos: «Tanto si vivimos como si morimos, somos siempre del Señor» (Rm 14, 7-9). El Evangelio, en fin, nos ha vuelto a ofrecer el mensaje de las Bienaventuranzas. Es ese mensaje grandioso y exigente se inspiró nuestro llorado don Giacomo. Por eso confiamos en que se haga realidad también para él lo que Cristo prometió a sus discípulos: «Vuestro será el Reino de los Cielos». El Aleluya pascual Con esta visión de fe, podemos despedir hoy a nuestro querido hermano don Giacomo. Al final de la misa, la liturgia pondrá en nuestros labios un canto conmovedor de la tradición cristiana primitiva: In Paradisum deducant te Angeli, que los Ángeles te acompañen al Paraíso. 46 3ODIAS Y hoy también nosotros cantaremos esta dulce melodía, conservando en el corazón el espíritu del Aleluya pascual. “Alabad al Señor” es el significado original de la palabra “Aleluya” que suena desde hace dos mil años en nuestras iglesias. Sí, también hoy queremos alabar al Señor. Hoy y siempre cantaremos Aleluya. Conclusión A María Santísima, por la que nuestro querido don Giacomo sentía una devoción filial, le confiamos, en fin, el alma bendita de quien nos ha dejado. Las letanías lauretanas, llamadas así porque surgieron en Loreto, invocan a María como Ianua Coeli, Puerta del Cielo. Que reciba entre sus brazos amorosos a este hijo suyo amado y lo introduzca amorosamente al encuentro definitivo con Su Hijo Jesús, en la patria eterna del Paraíso. Así sea. q Lecturas EL CRISTIANISMO: UNA HISTORIA SENCILLA Descanso en la huida a Egipto, detalle, Caravaggio, Galería Doria Pamphilj, Roma Encuentro con don Giacomo Tantardini en el Centro cultural Fabio Locatelli de Bérgamo, Italia, 15 de diciembre de 2000 Lecturas Don Giacomo Tantardini Quisiera comenzar con una frase de una poesía de Charles Péguy que resume de alguna manera lo que acabamos de escuchar. Dice Péguy en una de sus poesías a Nuestra Señora de Chartres: «Nos han dicho tantas cosas, oh Reina de los Apóstoles, / que no nos atraen los discursos. / Ya no tenemos más altares que los tuyos, / ya no sabemos más que una simple oración». Creo que cuando Péguy a principios del siglo iba en peregrinación a Chartres a pedir la gracia de la curación para sus hijos… que no estaban bautizados: Péguy convivía, por así decir, con una mujer judía que no había aceptado bautizar a sus hijos. Péguy, por tanto, no pudo nunca casarse cristianamente y no podía recibir los sacramentos de la Iglesia, y, sin embargo, creo que Péguy ha sido el testimonio poético más grande de estos últimos siglos, el más grande después de Dante. La gracia del Señor es dada según la medida del don de Cristo, como quiere Él. «Nos han dicho tantas cosas, oh Reina de los Apóstoles, / que no nos atraen los discursos. / Ya no tenemos más altares que los tuyos, / ya no sabemos más que una simple oración». Y, sin embargo, esta tarde debo hablar. Quisiera, pues, decir simplemente tres cosas que me parecen que son las que la Tradición de la Iglesia, que la sencillez de la Tradición (oración sencilla evoca la sencillez de la Tradición), que la sencillez de la Tradición cristiana, precisamente por Navidad, reitera, repite. 1. Hay una expresión dogmática que el mundo moderno, sobre todo en las últimas décadas, el mundo, ese mundo que está en la Iglesia, sobre todo ese mundo que está en la Iglesia, ha tratado casi de censurar. En cambio, no se entiende nada de la vida de los hombres y tampoco se entiende el cristianismo si no se parte de aquí: del pecado original. El pecado original. Es que todos los hombres, excepto María, nacen con el pecado original. No se comprende nada de la vida, no se comprende nada –dice en una expresión muy hermosa el último Concilio ecuménico de la Iglesia– de la sociedad humana, si no se parte de aquí: que los hombres nacen malos. Como dice Jesús: «Vosotros que sois malos». «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios». «Si homo non periisset, Filius hominis non venisset», así resume san Agustín la conciencia de la Iglesia: si el hombre no hubiera pecado, el Hijo del hombre no habría venido. Quisiera leer el comienzo del himno Il Natale (La Navidad) de Alessandro Manzoni… Alessandro Manzoni en muchos aspectos no es, digamos, un autor actual, porque en su estupenda novela, Los Novios, describe una condición cristiana como ya dada y, por tanto, no habla de nosotros, porque hoy ya no existe esa condición. Quizá la pagina más actual de Los Novios es la que describe la conversión del Innominado, cuando el Innominado, después de aquella noche, ve la gente contenta que va a recibir al cardenal Federico y se pregunta: «¿Qué tiene toda esa gente para es48 3ODIAS EL CRISTIANISMO: UNA HISTORIA SENCILLA Dios llama a Adán y Eva después del pecado original, Capilla Palatina, Palermo tar alegre?». Esta es la página más actual. «¿Qué tiene toda esa gente para estar alegre?». Y le nace en el corazón la curiosidad de ver por qué esta gente está alegre. Es la página que describe como uno puede hacerse cristiano hoy… Los antepasados de Alessandro Manzoni eran de mi pueblo, que es Barzio, un pequeño pueblo sobre Lecco, y el abuelo de Alessandro Manzoni se llamaba Alessandro porque el patrono de Barzio, como el patrono de Bérgamo, es san Alejandro. Y creo que también el autor de Los Novios se llama Alessandro por esto… Otros motivos hacen que lo sienta cercano. Aunque, repito, Manzoni en muchos aspectos no es actual, no es ciertamente como Péguy. El himno La Navidad comienza con la imagen de esa roca que se ha desprendido de lo alto de la montaña y está en el fondo del valle: «Là dove cadde, immobile ¬ 3ODIAS 49 Caín mata a Abel, Catedral de Monreale, Palermo / Giace in sua lenta mole; / Né, per mutar di secoli, / Fia che riveda il sole / Della sua cima antica, / Se una virtude amica / In alto nol trarrà» (Allí donde cayó, inmóvil / yace su inerte mole; / ni, con el pasar de los siglos, / volverá a ver el sol /de su antigua cumbre, / si una virtud amiga / no la levanta). La roca que cae al valle desde lo alto de la montaña no será posible que vuelva a ver el sol de la cumbre, si una fuerza amiga no la toma consigo y la lleva de nuevo arriba. «Tal si giaceva il misero / Figliol del fallo primo» (Así yacía el pobre / Hijo de la primera culpa). Así yacía el hombre, hijo del primer pecado. Así. «Donde il superbo collo / più non potea levar» (Que el soberbio cuello / ya no podía erguir). Creo que esta es la definición más realista del pecado original. ¿Qué es el pecado original? Don Giussani, en el último volumen de la colección que recoge los diálogos en una casa de los Memores Domini, dice: «¿Qué es el pecado original? ¿Qué es el orgullo del pecado original? Es la afirmación de sí mismo antes que de la realidad». El hombre no ve nada más que sí mismo. Caído desde esta altura no ve nada más que sí mismo. La afirmación de sí mismo antes 50 3ODIAS EL CRISTIANISMO: UNA HISTORIA SENCILLA que de la realidad. Hay además una estrofa en el himno que la leo toda porque es muy realista: «Qual mai tra i nati all’odio» (Quién entre los nacidos para el odio). Nacidos para el odio. Así. Es así la condición humana. Me llamó la atención hace unas semanas que un escritor no cristiano, no católico, Bobbio, al recibir un premio en la Universidad de Stuttgart, citara a Hegel (Hegel maestro de todos, por desgracia, en estos decenios), citara a Hegel en una de sus pocas expresiones realistas, cuando dice que la historia de la humanidad no es más que una gran carnicería. Así es. La historia de la humanidad es una gran carnicería. La historia de la humanidad, dice san Agustín, tomando el ejemplo de Roma, de la historia de Roma que nace de un fratricidio, va de homicidio en homicidio. «Qual mai tra i nati all’odio» (Quién entre los nacidos para el odio). Nacidos para el odio. No por el gesto creador. La creación es buena. Pero de hecho, por el pecado original, se nace para el odio. Y también las cosas buenas, las cosas bellas, inmediatamente se precipitan en la indiferencia. Y de esta condición del pecado original se puede hacer experiencia, el hombre hace experiencia. La gran poesía no hace más que hablar de esto. Para reconocer los efectos del pecado original no hace falta la fe, es suficiente la inteligencia humana. No reconocer los efectos del pecado original es una cuestión de no inteligencia, de ilusión, de idealismo. «Qual mai tra i nati all’odio, / Quale era mai persona, / Che al Santo inaccessibile…» (¿Quién entre los nacidos para el odio, / ¿quién era la persona,/ que al Santo inaccesible...). Qué cristiano es en este momento Manzoni. «Inaccesible»: al Santo que no se puede alcanzar, al Santo desconocido, al Santo cuya faz no se conoce. Y si uno dice Dios existe pero no lo ve (dice san Bernardo en una lectura del Breviario para el tiempo de Navidad), después de un tiempo ¿cómo puede reconocer que existe, si no puede llegar a Él, si se ha despeñado hasta el fondo del abismo, y a la luz del inicio, a la luz de la aurora del primer inicio de la creación, no puede llegar? ¿Cómo puede decir que existe? «Qual era mai persona, / Che al Santo inaccessibile / Potesse dir: perdona?» (¿Quién era la persona,/ que al Santo inaccesible / pudiera decir: perdona?). ¡Perdón! « ¿A quién darle las gracias? ¿Contra quién blasfemar?», preguntaba Cesare Pavese en una de las últimas frases de su diario. ¿A quién darle las gracias?, ¿contra quién blasfemar si el Misterio existe pero es inaccesible, existe pero no tiene rostro, existe pero es incomprensible, existe pero no se puede conocer? «Far novo patto eterno? / Al vincitore inferno / La preda sua strappar?» (¿Hacer un nuevo pacto eterno? / ¿Al vencedor infierno / su presa arrebatar?). ¿Quién podía arrebatarle su presa al diablo? Esta es la primera sugerencia: se nace con el pecado original. Y el dogma de la Iglesia dice que el pecado original hiere al hombre in naturalibus, en sus dimensiones naturales. No sólo hace que la coherencia sea imposible. Por ejemplo, uno sabe que el aborto es pecado, pero luego es incoherente. No es solamente así. El pecado original impide sucesivamente darse cuenta de que el aborto es pecado, porque el pecado original hiere a los hombres en su inteligencia natural: el ¬ 3ODIAS 51 Lecturas pecado original no sólo debilita la voluntad, sino que ofusca la inteligencia en cuanto tal. De modo que, incluso lo que es natural, lo que es creatural, y también lo que va contra el corazón, contra el gesto creatural, el hombre está ofuscado a la hora de reconocerlo. No es que no pueda reconocerlo, es que está ofuscado interiormente. No se comprende la realidad, no se comprende el mundo, si no se parte de aquí. No se comprende el mundo en que vivimos, no se comprenden las circunstancias en que estamos. 2. ¿Qué es lo que permanece en esta condición? El Misterio inaccesible, que no tiene rostro, y el hombre, para quien la luz (la luz quiere decir sorpresa de la creación, que es buena), esta luz, ya no es familiar. La creación ya no es cara beldad, ya no es querida belleza, sino ajenidad, enemistad, hasta el punto de que Caín mata a Abel. ¿Qué es lo que queda? Queda el corazón. El corazón herido, pero el corazón permanece corazón. Esta es la otra cosa importante que dice el catolicismo. Herido, ofuscado en el reconocimiento de lo verdadero y debilitado en la posibilidad de ser coherente con lo verdadero, y, sin embargo, el corazón permanece. Permanece el corazón del hombre. El corazón que nuestra madre, nuestro padre nos han dado, que Dios mediante ellos nos ha dado, permanece corazón. Es decir, el corazón permanece expectativa, expectativa de encontrar algo. El corazón permanece petición de estar contento, el corazón permanece petición de felicidad. El corazón herido sigue siendo corazón. Les leo dos fragmentos de la poesía más hermosa de Leopardi, A su dama, cuando Leopardi dice que lo que buscaba en la belleza de la mujer era una belleza más grande, una belleza que finalmente pudiera satisfacer la expectativa del corazón. Pero añade que esto era un sueño de cuando era adolescente. Al llegar a la edad adulta se da cuenta de que este sueño es imposible. «Viva mirarti omai / Nulla spene m’avanza» (De mirarte viva /ninguna esperanza me queda). No tengo ninguna esperanza de verte viva, oh belleza. Ya no tengo ninguna esperanza de encontrar, aquí en esta vida, esa cosa imprevista, esa cosa imprevisible, que mi corazón espera. «Già sul novello / Aprir di mia giornata incerta e bruna» (Ya apenas al abrirse / de mi jornada incierta, oscura). La genialidad humana es profecía de Cristo. No en el sentido de que anticipa a Cristo, no en el sentido de que hace discursos cristianos. Sino en el sentido de que Lo espera, rogando o blasfemando, pero Lo espera. «Già sul novello / Aprir di mia giornata incerta e bruna» (Ya apenas al abrirse / de mi jornada incierta, oscura). «Incierta». Si el Santo, si el Misterio es inaccesible, ¿qué puede hacer el hombre si no permanecer incierto? ¿Qué puede hacer el hombre? No se puede condenar al hombre, no se puede condenar al hombre por su nihilismo, no se puede condenar al hombre por su “no fe”. ¿Qué puede hacer si el Misterio no tiene rostro? ¿Qué puede hacer? Porque, además, el nihilismo (san Agustín en esto anticipa y responde a Nietzsche) nace del hecho de que uno se da cuenta de que ese Dios que uno mismo afirma es una proyección de uno mismo, es decir se da 52 3ODIAS La ofrenda de Abel y Caín, Capilla Palatina, Palermo cuenta de que no existe. Si Dios es una proyección, una imagen de uno mismo, uno se da cuenta de que ese Dios no existe, no es nada. Nihil est, no es nada. «…incerta e bruna, / Te viatrice in questo arido suolo / Io mi pensai» (…incierta, oscura, / viajera en este árido suelo / te imaginé). Pensé que te encontraría en este árido suelo, encontrar lo que el corazón espera. «Ma non è cosa in terra / Che ti somigli». Pero en la tierra no he encontrado nada, nada que meritase hasta el fondo mi corazón. Muchas cosas (también Leopardi tuvo muchas mujeres), pero nada, ninguna realmente que meritase hasta el fondo mi corazón. «Ma non è cosa in terra / Che ti somigli; e s’anco pari alcuna / Ti fosse al volto, agli atti, alla favella, / Saria, così conforme, assai men bella» (Mas no hay nada en esta tierra/ que se asemeje a ti; y si acaso alguna / en el rostro, en los actos, en el habla / pudiera parecerse, sería mucho menos hermosa). Aquí está la intuición, que puede ser solo gracia: si acaso hubiera un cosa que se te pareciera en el rostro, en las palabras, en los gestos, «sería mucho menos hermosa» de lo que mi corazón espera. Esta poesía termina con una oración, la oración más estupenda de un ateo, porque Giacomo Leopardi era ateo y materialista. Ningún devoto ha escrito una oración así al Misterio que se ha revelado: «Se delle eterne idee / L’una sei tu cui di sen- ¬ 3ODIAS 53 La Anunciación, con la escena de la expulsión de Adán y Eva del paraíso terrenal tras el pecado original, Fray Angélico, Museo del Prado, Madrid sibil forma / Sdegni l’eterno senno esser vestita» (Si una de las ideas / eternas eres tú, a la que de sensibles formas / no vistió la sabiduría eterna). Si tú, oh belleza, si tú, oh cosa que el corazón espera, si tú, oh cosa que el corazón pide, si tú, felicidad, eres una de las ideas eternas que desdeña vestirse de sensible forma. «E fra caduche spoglie / Provar gli affanni di funerea vita» (ni en caducos despojos, lúgubre, /probó los afanes de funérea vida), y desdeñas experimentar aquí en la tierra los afanes de esta vida que corre hacia la muerte, «Di qua dove son gli anni infausti e brevi, / Questo d’ignoto amante inno ricevi» (De aquí, donde el vivir es triste y breve, / de ignoto amante este himno recibe). «De aquí, donde el vivir es triste y breve». Esto es realismo cristiano. De un ateo, pero es realismo cristiano. Es realismo humano y, por tanto, profecía de Quien el corazón lo ha creado así. De aquí donde las cosas pasan rápidamente. Pasa rápidamente también lo bello, también la sonrisa del niño, del hijo, el cariño a la mujer que se ama. «De aquí, donde el vivir es triste y breve, / de ignoto amante este himno recibe». Queda el corazón, el corazón que espera algo así. Pero el hombre (y usamos una vez más una expresión de Agustín, que de este corazón ha sido en la Iglesia el testimonio quizás humanamente más fascinante), el hombre está lejos de este corazón, fugitivus cordis sui. El hombre esta lejos de esta petición y el 54 3ODIAS EL CRISTIANISMO: UNA HISTORIA SENCILLA hombre se conforma. Se da por contento. ¿De qué se contenta el hombre? De la usura, de la lujuria y del poder. Y no hay religión que resista. Se contenta con estas tres cosas, el dinero, la lujuria y el poder, tanto los que creen en Dios como los que no creen. Esto es una de las cosas más impresionantes del De civitate Dei de Agustín. Creer en Dios de por sí no cambia la vida, de por sí no cambia la vida. Todos los libros del De civitate Dei de Agustín son actuales. En los libros VIII, IX y X Agustín habla de los filósofos que conocieron a Dios, que reconocieron la existencia de Dios. Y, sin embargo, al final «pensaron que debían ofrecer honores divinos y sacrificios al diablo». El satanismo puede ser también la consecuencia de proclamarse creyente en Dios, porque creer en Dios no cambia realmente la vida. Es otra cosa lo que cambia la vida. Si creer en Dios cambiara la vida, no era menester que María diera a luz. 3. Por esto celebramos la Navidad. ¿Comprenden? Porque si creer en Dios cambiara la vida, no hubiera sido necesario lo que ocurrió hace dos mil años. Y además: no podríamos estar agradecidos como lo estamos. Cuando hace dos mil años en aquel pueblo, al límite de Palestina, en la Galilea de los gentiles, fue enviado el ángel Gabriel a una muchacha judía de nombre María… Comenzó todo allí. El Santo inaccesible, Aquel que ha creado el corazón bueno… (pero el pecado original ha conducido a esta condición por la que el hombre de hecho se contenta, no puede por menos que contentarse con la lujuria, el dinero y el poder), el Santo inaccesible se hizo carne en el vientre de una mujer. Un hecho. Esa historia sencilla comenzó allí. Y comenzó precisamente como historia, como historia sencilla. Comenzó con «Salve, llena de gracia, el Señor es contigo». Y esta muchacha judía, que no comprendió inmediatamente, se conturbó y se preguntaba qué significaría ese saludo. Y el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios». Y entonces la joven pronunció aquel «Sí», aquel «Heme aquí», por lo que el hombre tiene la esperanza de ser salvado. Sin aquel «Heme aquí», el creer en Dios no da esperanza al hombre. Aquel «Heme aquí» inicia una historia, una historia sencilla. Una historia quiere decir que Aquel que comenzó así con María («Has encontrado gracia ante Dios ») es Él, es Él quien lleva adelante este inicio. En efecto, piensen en la Virgen. Piensen: permaneció en este «Heme aquí» incluso cuando el ángel la dejó y se fue. Piensen en el consuelo… (es una de las cosas que más me impresionan, que más me conmueven con relación a la Virgen), piensen en el primer consuelo que tuvo, la prima vez que vio confirmado que lo que había oído era real, cuando como toda mujer se da cuenta de que está embarazada. Debió ser algo del otro mundo. Porque quería decir que aquella promesa era real, la promesa a la que inmediatamente había dicho «Sí», a la que inmediatamente había dicho «Heme aquí», esa promesa era real, lo que Otro había comenzado lo iba a llevar a cabo. Y, así, el otro consuelo que me asombra y me conmueve es cuando a san José se le apareció en sueños el ángel y le dijo: «José, hijo de David, no te- ¬ 3ODIAS 55 Lecturas mas tomar contigo a María tu esposa, porque lo concebido en ella viene del Espíritu Santo». Y piensen, porque lo podemos imaginar… (y es otra cosa respecto a todas las religiones de este mundo, es otra cosa. Es una historia de hombres, de jóvenes, eran dos jóvenes), piensen en qué sintió María cuando José la tomó consigo. Un hecho que le confirmó una vez más que aquel encuentro, aquel «Salve, llena de gracia» era real. Y luego fueron juntos a ver a Isabel, porque el ángel le había dicho que también Isabel esperaba un hijo y este hecho confirmaba asimismo aquel «Salve, llena de gracia, no temas, María». ¿Por qué es una historia sencilla el cristianismo? Es una historia sencilla (usamos una palabra que usa la Iglesia desde hace dos mil años) porque es gracia, porque es un acontecimiento y, por tanto, una historia de gracia. Si no fuera gracia, sería una cosa complicada. ¿Por qué no es sencilla la religiosidad humana? Porque nace del hombre. Porque es el intento bueno del hombre, partiendo de las cosas creadas, de reconocer al Creador. Pero esto no es una cosa sencilla, es una cosa fatigosa. Dice el dogma de fe: es una cosa fatigosa, una cosa de pocos, una cosa que, incluso cuando la religiosidad llega a su término (el Misterio existe), está mezclada con errores. Son las palabras del dogma de la Iglesia. No solo es de pocos, no solo es fatigosa, sino que incluso cuando uno llega a decir «Dios existe», esta afirmación está mezclada con errores. En cambio, hace dos mil años comenzó una cosa que es muy sencilla. A aquella muchacha se le prometió que concebiría y daría a luz. Y durante esos nueve meses, sucedieron muchos hechos muy humanos… Ante todo, se da cuenta de que está embarazada y que su vientre aumenta como el vientre de una mujer embarazada. Y el testimonio de José, que la toma consigo obedeciendo al Misterio más grande que él. Y el testimonio de su prima Isabel: también ella tiene un hijo. Y aquella Navidad, aquella primera Navidad, cuando por primera vez los ojos de dos muchachos, de María y de José, vieron a Dios. Vieron a Dios. Así comienza el cristianismo. No creyeron que Dios existe, no, esto lo creen también los musulmanes que quizá en esta religiosidad son más religiosos que nosotros, pero no han visto. No han visto – y, sin embargo, ha venido– y en la religiosidad y en la moralidad pueden ser más morales y más religiosos que nosotros. Por esto, entre otras cosas, fue grande Pablo VI cuando no hizo nada contra la construcción de la mezquita de Roma, es más, a quienes le decían que por lo menos consiguiera la reciprocidad, les respondía que la Iglesia no se rebajaba a ese nivel. Pero hay algo más. El cristianismo es otra cosa respecto a todas las religiones del mundo, a todas las morales del mundo. Y es que hace dos mil años un chico y una chica, José y María, vieron a Dios con sus ojos, no en una visión mística. María lo parió. Y José y ella asombrados lo miraron. Así comenzó la historia cristiana. Estaban allí mirando a Dios. Y luego, esa misma noche, los ángeles anunciaron a los pastores que en la ciudad de David (porque Dios es fiel a sus promesas), «Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido el Salvador».Y los pastores fueron, fueron y vie56 3ODIAS Descanso en la huida a Egipto, Bartolomé Esteban Murillo, Museo Puskin, Moscú ron a un niño. Este niño era Dios. Así cuando en el Credo decimos «Dios de Dios, Luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero [ese niño], engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación [por nosotros los hombres, por el hombre que se contenta de la lujuria, de la usura y del poder, por este hombre, no por los hombres de buena voluntad (la buena voluntad es la de Él), sino por este hombre concreto], que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo y por obra del Espíritu Santo se encarnó…». Añado esto. Después de María y José, después de esos treinta años en que el Eterno, que comenzó a existir y a crecer en el tiempo (el Eterno, permaneciendo eterno, comenzó a existir y a crecer en el tiempo y a contar los días, las horas, los meses y los años, como todos los niños), después de esos treinta años que vivió en Nazaret, obedeciendo a su padre y a su madre, empieza la misión, cuando aquella tarde a orillas del Jordán los dos primeros lo encontraron, cuando Juan y Andrés, después de que Juan Bautista dijera señalando «He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo», se fueron detrás de Él. Fueron detrás de Él atraídos por Él. Y entonces Jesús se vuelve y a estos dos muchachos –Andrés estaba casado, tendría, pues, algunos años más, pero Juan era jovencísimo–, a estos dos muchachos les pregunta: «¿Qué buscáis?». Me llama siempre la atención esto. No le ¬ 3ODIAS 57 Lecturas respondieron buscamos la verdad, buscamos la felicidad, tampoco le dijeron buscamos al Mesías. Lo que buscaba el corazón Lo tenían delante. Lo tenían delante. El corazón es infalible, en esto el corazón es infalible. Hay una tesis muy hermosa de la teología católica que habla de la infalibilidad de la fe. La infalibilidad del magisterio es secundaria respecto a la infalibilidad de la fe. La fe es infalible. Lo que buscaban, lo que el corazón buscaba, lo tenían delante. Entonces, a la pregunta, «¿Qué buscáis?», responden preguntando lo único que se puede preguntar. Cuando uno encuentra lo que el corazón desea, puede solo pedir que eso permanezca. «Maestro, ¿dónde vives?», es decir «¿dónde te quedas?». ¿Dónde estás para quedarnos contigo? Públicamente, aquí. Allí, con María y José, digamos, privadamente. Los treinta años de vida privada, privada pero con muchos episodios pú- La vocación de Mateo, Caravaggio, iglesia de San Luis de los Franceses, Roma 58 3ODIAS EL CRISTIANISMO: UNA HISTORIA SENCILLA blicos: los pastores, luego los Magos, después cuando tenía doce años en el Templo… Pero, con todo, una historia privada. Este es el inicio de la historia pública, de la historia por la que esta tarde estamos aquí. Por la que existe en el mundo esta historia sencilla de personas que se asombraron porque lo encontraron. Historia sencilla: se asombraron porque lo habían encontrado y una vez que lo encontraron depende de Él, no depende ante todo de ti, depende de Él que permanezca contigo. Es sencillo por esto. De no ser así –puesto que el inicio del cristianismo es gracia (si uno es cristiano, esto lo tiene que decir)– se introduce otra dinámica. ¡No! Una vez que se ha encontrado, ¿qué sucede? ¿Qué has hecho para encontrarlo? Nada. Entonces, mira, no te afanes, porque depende de Él. Depende de Él, que te ha encontrado y que permanece fiel. Depende de Él, que te es fiel, no depende en primer lugar de tu fidelidad. Depende de Él. Por esto es sencillo. Es sencillo porque no solo te encuentra Él, no solo fue Él quien salió al encuentro de los primeros, sino que depende de Él que permaneciera con los primeros, depende de Él que al día siguiente se dejara encontrar de nuevo por los primeros, depende de Él que al otro día también… Andrés aquella tarde volvió a su casa y le dijo a su hermano Pedro: «Hemos encontrado al Mesías». Otra cosa que me asombra es pensar que Pedro la primera vez que entrevió humanamente al Misterio hecho carne fue mirando el rostro de su hermano. Nunca había visto el rostro de Andrés así, el rostro de su hermano no lo había visto nunca así, porque la gracia tiene un reverbero en lo humano. La gracia es visible. Tiene una fuente invisible, pero tiene un reverbero visible, el reflejo de la gracia se ve, se ve y es inconfundible. Es infalible el reflejo de la gracia, es inconfundible con cualquier otra belleza. Es la belleza por la que el corazón ha sido creado. Entonces no solo es Él quien sale al encuentro, sino que es Él quien permanece, y así al día siguiente, cuando vio a Pedro, le dijo: «Tu eres Simón, hijo de Juan, tú te llamarás Pedro». Y de dos pasaron a ser tres y así siguieron adelante durante tres años… Así. Pero piensen en esos tres años, piensen de quién era la iniciativa. No era de los que le seguían, la iniciativa era siempre suya. Como cuando el joven rico, que fue invitado a seguirle, es más, al que amó… Jesús lo miró y se enterneció, lo amó. Y, sin embargo, el joven no le sigue, y entonces Jesús dice que para un rico es imposible entrar en el Reino de los Cielos, y Pedro le pregunta: «¿Y quién podrá salvarse?». Y aquí hay una de las frases más bellas del Evangelio: «Y Jesús fijando en ellos su mirada [mirándolos, no haciendo teología, mirándolos] les dijo: “Para Dios nada es imposible”». Mirándolos: porque lo que para él era evidente como Misterio, como hombre lo aprendía de lo que sucedía, como nosotros aprendemos de lo que sucede. Si Pedro estaba allí, si Juan estaba allí, si Mateo estaba allí (pensaba hoy, viendo los cuadros de Caravaggio, pensaba en la Vocación de Mateo de Caravaggio en San Luis de los Franceses, en Roma), si Zaqueo bajó del árbol lleno de alegría, quiere decir que para Dios nada es imposible. Porque Mateo era rico, recaudaba el dinero para los invasores romanos, y Zaqueo, el más ¬ 3ODIAS 59 Lecturas rico de Jericó… si ellos estaban allí, quiere decir que para Dios nada es imposible. También Jesús, como hombre, aprendió la naturaleza del Misterio de lo que sucedía. Lo que como Dios conocía, lo aprendió como hombre de la experiencia. Dice san Bernardo en una de las frases más estupendas sobre el misterio de Jesús: lo que por naturaleza conocía desde la eternidad (que para Dios nada es imposible) lo aprendió de la experiencia humana. También él se asombró cuando vio a Zaqueo echarse a correr. Piensen en el episodio de Zaqueo. Este hombre pequeño de estatura que tuvo que subirse a un árbol para verle pasar. Este pequeño hombre que era el jefe de las bandas ilegales de la ciudad de Jericó, y Jesús que pasa, lo mira y le dice: «Zaqueo, vengo a tu casa». No dijo nada, no le respondió. Lleno de alegría bajó. Y luego distribuyó el cuádruplo de lo que había robado. Pero luego, ¡luego! Inmediatamente, lleno de alegría bajó y corrió a su casa. Entonces es sencillo, es sencillo no solo porque el inicio es gracia, sino porque cada paso es gracia. Dice santo Tomás en una de sus frases más hermosas (la Iglesia católica, usando también esta frase, firmó el año pasado un documento con los luteranos en el que decía que en los aspectos esenciales de la doctrina de la justificación los católicos y los protestantes reconocen lo mismo): «Gratia facit fidem», la gracia crea la fe. La fe es el reconocimiento de este atractivo, la fe es el reconocimiento de este encuentro, la fe es el asombro reconocido de este encuentro. «Gratia facit fidem non solum quando fides incipit esse in homine», la gracia crea la fe no solo cuando la fe comienza en una persona, «sed quamdiu fides durat», sino durante cada momento en que la fe permanece. En cada momento, no solo al inicio, en cada momento la iniciativa es Suya. Esta tarde fui a ver, aquí en Bérgamo, la exposición sobre Caravaggio. Maravillosa. Nos hacía de guía un sacerdote que describía las obras muy humanamente y de una manera muy atractiva. Pero en cierto momento dijo que Caravaggio expresa la dificultad de la fe. Yo no diría esto. La fe, cuando sucede, no es nunca dificil. La “no fe” es fácil. Esto sí, es muy fácil la “no fe”. «Hombres de poca fe, ¿por qué dudáis?». Es muy fácil, también para los que le seguían, es muy fácil la “no fe”, es facilísima la duda, es facilísima la blasfemia, esto sí. Porque la gracia del Bautismo borra el pecado original, pero no las consecuencias del pecado original. Es facilísima la “no fe”, es facilísima la duda, es facilísima la traición. Piensen en Pedro: «Aunque todos te abandonen yo no te abandonaré nunca». Tres horas después… ¡Tres horas después! En primer lugar, media hora después ya se había quedado dormido. Y luego, tres horas después, lo traicionó. Es facilísima la traición. Pero la fe es más fácil. Es más fácil la fe. De no ser así, quiere decir que no se sabe lo que es. Es más fácil, porque cuando Jesús, después de la traición, lo miró, era más fácil echarse a llorar, más fácil que cualquier otra cosa. La fe es más fácil. No existe una fe difícil. Es más fácil. Es una imagen no cristiana de fe decir que la fe es difícil. Es más fácil, es aún más fácil que la traición. Piensen en Pedro, aquel pobre hombre, aquel pobre pecador: cuando Jesús lo mira, fue lo más fácil de la vida romper en 60 3ODIAS EL CRISTIANISMO: UNA HISTORIA SENCILLA El arrepentimiento de san Pedro, José de Ribera, Museo del Hermitage, San Petersburgo llanto, fue lo más fácil de la vida echarse a llorar. Fue lo más fácil de la vida decir: «Cuánto me amas, cuánto me amas, y, sin embargo, te he traicionado». Es fácil la fe, es fácil. No existe fe (esto es un dogma de fe), no existe fe si el Espíritu Santo no da la dulzura (habla de dulzura, no puede ser difícil la dulzura, sería una cosa inhumana), la dulzura de adherirse. Es el Espíritu, es la gracia lo que da la dulzura de adherirse. Utiliza la palabra dulzura: ¡más fácil, imposible! Es fácil la fe. Un instante después, se puede no creer. Un instante después, se puede blasfemar, un instante después se puede correr tras el dinero, la lujuria y el poder. Pero si uno ha experimentado esta dulzura, puede correr tras esas cosas como todos, y, sin embargo, esta dulzura es lo más fácil, es lo más fácil. Y echarse a llorar después de haber corrido tras la lujuria, el dinero y el poder, echarse a llorar, porque esta dulzura se presenta de nuevo, porque esa mirada te vuelve a mirar, echarse a llorar es lo más fácil. No hay nada más fácil para el niño que, después de todos los caprichos de ¬ 3ODIAS 61 Lecturas este mundo, se abandona en brazos de su padre y su madre, no hay nada más fácil. ¿Piensan que es difícil para el niño? Sería una cosa inhumana si no se abandonara. Es lo más fácil de este mundo abandonarse en brazos de los padres. Quisiera añadir la última observación. ¿Qué es lo que le pide al hombre esta gracia sin la cual el hombre no hace nada? «Que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe» dice una de las oraciones de la Iglesia. Lex orandi legem statuat credendi, decía la antigua fórmula que citó Pío XII, y que, quizás previniendo lo que sucedería, la cambió luego por Lex credendi legem statuat orandi, lo que significa: que la ley de la fe determina la ley de la oración. Pero la antigua fórmula decía que es la ley de la oración la que determina la ley de la fe. San Agustín, para responder a los pelagianos, usa normalmente este argumento: Decís que la fe no es gracia, ¿por qué, entonces, la Iglesia ruega que un no creyente se convierta? O estas oraciones son una manera de decir, o es Dios quien convierte el corazón. Decís que permanecer en la fe no es gracia, pero entonces, ¿por qué pedimos en la oración del Señor que no nos deje caer en tentación? Si vencer la tentación fuera una capacidad nuestra no rogaríamos que no nos deje caer en tentación. Por tanto, quiere decir que el no dejarse vencer por la tentación es gracia. O las oraciones que dice la Iglesia son superfluas, o tenéis que aceptar, dice Agustín a los herejes pelagianos, que cada paso La vocación de Pedro y Andrés, Caravaggio, Royal Gallery Collection, Hampton Court Palace, Londres 62 3ODIAS EL CRISTIANISMO: UNA HISTORIA SENCILLA de la vida cristiana es gracia; de lo contrario tenéis que eliminar las oraciones de la Iglesia. «Señor, que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe». Entonces, ¿qué le toca hacer al hombre en este camino en que la iniciativa es suya? «Si tú no tomas la iniciativa yo no emprendo el viaje», decía el día antes de su muerte imprevista el papa Luciani. El jueves por la noche murió y el miércoles había hecho el gesto que todos los miércoles hace el Papa, hablando de la caridad. Gesto centrado completamente en esto: si tú no tomas la iniciativa yo no emprendo el viaje. Y decía: ¿qué quiere decir tomar la iniciativa? (y citaba a san Agustín, una de las frases más estupendas de Agustín). No quiere decir solamente que atrae mi libertad, sino que también quiere decir que hace que esté contento de ser atraído. No solo me atrae, sino que me da el placer (Agustín dice precisamente voluptas, placer) de ser atraído. Si no me da el placer de adherirse, si no me da el placer de seguirlo, no puedo seguirlo. No solo atrae la voluntad, sino que da el placer de ser atraído. Este discurso sobre la caridad que el papa Luciani pronunció hace veintidós años es una de las páginas más hermosas del magisterio ordinario de la Iglesia. Pero entonces, ¿qué es posible para el hombre? Lo digo con las palabras de don Giussani en un artículo sobre el Santo Rosario publicado en el periódico Avvenire el domingo 30 de abril (en mi opinión una de las cosas más bellas en absoluto, no sólo de Giussani, sino de toda la Iglesia en estas décadas): «La respuesta a esta gracia consiste por entero en la petición de la que seamos capaces». La respuesta a esta gracia (que no es sólo del inicio, sino de cada paso) consiste por entero en la oración de la que seamos capaces. Nuestra respuesta es una oración, es una petición. Nuestra respuesta es la sorpresa de una pregunta, una pregunta como la de Juan y Andrés: «¿Dónde vives?». Frente a algo tan hermoso nuestra respuesta es: «¡Quédate!». Frente a una dulzura tan grande, nuestra respuesta es: «No me abandones, ¡quédate!». Nuestra respuesta es esta, y es la respuesta del niño cuando su padre y su madre lo aman. «Nuestra respuesta es una oración. No es una capacidad especial, es solamente el gesto de la oración». Puede ser el llanto del niño pidiéndoles a sus padres que lo amen. El llanto. En la antigua liturgia existía una misa para pedir el don de las lágrimas. Se pide mucho más con las lágrimas que con las palabras. El gesto, el impulso de una petición. Habet et laetitia lacrimas suas. Decía san Ambrosio. Cuando uno se alegra de esta dulzura, también esta alegría tiene sus lágrimas. En el fondo la alegría se expresa solamente llorando. Decía Giussani en el artículo citado: «Nuestra respuesta es una petición, y no tener una capacidad particular, es solamente el gesto de la oración». Luego añade Giussani (deseo leer esto porque remite a Péguy, con quien comenzamos): «Entramos en el mes de mayo [ahora estamos en la novena de la Navidad]. Creo que el pueblo cristiano se ha visto desde hace siglos bendecido [el inicio es Suyo: bendecido] y confirmado en su camino hacia la salvación [confirmado: porque si Él no confirma, aunque lo hayamos encontrado, no permanecemos en el encuentro. Es la sencillez de la Tradición. Por ejemplo un dogma del Concilio de Trento dice: «Si uno está en ¬ 3ODIAS 63 Lecturas estado de gracia, sin una ayuda especial de la gracia, no puede permanecer en gracia». ¿Comprenden que toda la vida cristiana está sostenida por Su iniciativa? Si uno está en estado de gracia, sin la ayuda especial de la gracia que es algo que se puede pedir, sin el atractivo que se renueva, no permanece en ese atractivo. No se puede vivir de un amor pasado, no se puede vivir del atractivo de ayer, ni tampoco del atractivo de hace un instante. No se puede. Se vive solo del presente. Por tanto, si uno está en estado de gracia, para permanecer en él es preciso que esta ayuda especial se renueve]. Creo que el pueblo cristiano se ha visto desde hace siglos bendecido y confirmado en su camino hacia la salvación, sobre todo, por una cosa: el Santo Rosario». Es sencilla la vida cristiana, es sencilla. Después de decenios de tantas palabras, de tantas luchas, de tantos retos… Dijo durante un Ángelus el papa Luciani: «Menos batallas y más oraciones». Creo que el pueblo cristiano se ha visto bendecido y confirmado, por una cosa: el rezo del Santo Rosario. Termino leyendo algunos versos de la poesía de Péguy con la que comencé. Describe el permanecer en esta gracia. «Este es el lugar del mundo donde todo se hace fácil». Fácil también el pecado, la traición, como Pedro. Fácil también la tentación de correr tras la lujuria, la usura y el poder. Pero fácil ser abrazados de nuevo. Y llorar de gratitud. Más fácil. La diferencia es que quien no lo experimenta no sabe esta cosa más fácil. Sabe todas las demás cosas, pero no sabe esta cosa más fácil. Más fácil, más hermosa, más sencilla. Todo se torna fácil. «La tristeza, la partida, incluso el acontecimiento». También es fácil que aquel estupor suceda de nuevo: en el Paraíso será perenne, aquí es fácil, aquí es fácil que suceda de nuevo, no perenne. Y dice también san Agustín: el Señor en algunos momentos puede no dar a sus elegidos, a sus santos, el atractivo arrebatador que los atrae hacia Él para que así, experimentando que son pecadores, pongan en Él su esperanza y no en sí mismos. Fácil. «Y el adiós temporal y la separación. / El único lugar de la tierra donde todo se hace dócil. […] Lo que en cualquier otro lugar requiere un examen / No es aquí sino fruto de una juventud inerme». Lo que en todas partes requiere un examen por lo que debes demostrar que eres bueno. También en casa es así, muchas veces. Debes demostrar que eres bueno. Y no puedes ser un pobre pecador. Debes demostrar que eres bueno. Así, al hecho de ser pecador como todos, añades también la hipocresía, que es pecado más grave, el de los fariseos. «Lo que en cualquier otro lugar requiere un examen / no es aquí sino fruto de una juventud inerme. / Lo que en cualquier otro lugar requiere un mañana / no es aquí sino fruto de una debilidad repentina. / Lo que en cualquier otro lugar requiere una certificación / no es aquí sino fruto de una pobre ternura. / Lo que en cualquier otro lugar requiere un toque de destreza / no es aquí sino fruto de una humilde ineptitud […]. Lo que en cualquier otro lugar es constricción de regla / no es aquí sino un gesto y un abandono». Como dice Giussani. Solo el gesto de la oración, solo el gesto de la petición. Como el niño que durante el día puede romper muchas 64 3ODIAS EL CRISTIANISMO: UNA HISTORIA SENCILLA Detalle de La Virgen del Rosario, Caravaggio, Kunsthistorisches Museum, Viena veces un vaso. Que lo rompa incluso mil veces y mil veces diga “mamá, ayúdame a no romperlo”, este es el hombre cristiano. “Mamá, ayúdame a no romperlo”. Y es más fácil, más feliz para el niño decir en brazos de su madre: “Mamá, ayúdame a no romperlo”, que incluso romper el vaso. « Lo que en cualquier otro lugar es constricción de regla / no es aquí sino un gesto y un abandono; / Lo que en cualquier otro lugar es una dura penalización/ no es aquí sino una debilidad que es liberada. […] Lo que en cualquier otro lugar sería duro esfuerzo / no es aquí sino sencillez y quietud; / Lo que en cualquier otro lugar es una rugosa corteza / no es aquí sino la savia y las lágrimas del sarmiento. […] Lo que en cualquier otro lugar es un bien perecedero / no es aquí sino un plácido y breve desinterés. / Lo que en cualquier otro lugar es un enorgullecerse / no es aquí sino una rosa y una huella en la arena. […] Nos han dicho tantas cosas, oh Reina de los Apóstoles, / que no nos atraen los discursos. / Ya no tenemos más altares que los tuyos, / ya no sabemos más que una simple oración». Feliz Navidad. q 3ODIAS 65 Per la salute dei denti e del sorriso, di tutta la famiglia • ODONTOIATRIA GENERALE • CHIRURGIA E IMPLANTOLOGIA • ESTETICA DENTALE • ORTODONZIA INVISIBILE • PROTESI • PARODONTOLOGIA • DIAGNOSI RADIOLOGICA • IGIENE DENTALE • PEDODONZIA • ANALISI GNATOLOGICA • CONTROLLO OGNI SEI MESI I NOSTRI PUNTI DI FORZA I NOSTRI ORARI • PRIMA VISITA E RADIOGRAFIA ORTOPANORAMICA • ORARIO CONTINUATO DAL LUNEDÌ AL SABATO DALLE 9.00 ALLE 21.00 SENZA IMPEGNO • POSSIBILITÀ DI ADEGUARE I PAGAMENTI ALLE VOSTRE ESIGENZE PERSONALI ATTRAVERSO FINANZIAMENTI A TASSO ZERO ITAL DENT E ITALSERVIZI INVITANO A VISITARE IL NUOVO CENTRO ODONTOIATRICO A ROMA, ZONA CINECITTÀ M LINEA A - SUBAUGUSTA PER INFORMAZIONI: TEL. 06 7230065 «Me alegra mucho que 30Giorni publique una nueva edición de este pequeño libro que contiene las oraciones fundamentales de los cristianos, que han ido madurando en el transcurso de los siglos. Le deseo a este pequeño libro que pueda convertirse en un compañero de viaje para muchos cristianos». de la presentación del cardenal Joseph Ratzinger del 18 de febrero de 2005 (elegido Papa el 19 de abril de 2005 con el nombre de Benedicto XVI) QUIEN REZA SE SALVA El pequeño libro del que 30Giorni ha distribuido ya centenares de millares de ejemplares, contiene las oraciones más sencillas de la vida cristiana, come las de la mañana y de la noche, y todo lo que ayuda a hacer una buena confesión. CUESTA SÓLO 1€ por ejemplar + gastos de envío OTRAS EDICIONES: ITALIANO, PORTUGUÉS, FRANCÉS, INGLÉS, ALEMÁN Y CHINO. Puede pedir ejemplares de todas las ediciones (la edición italiana tiene dos formatos, grande y pequeño) escribiendo a 30GIORNI - via Vincenzo Manzini,45 - 00173 Roma, Italia o a la dirección e-mail: [email protected]