QUINTO DOMINGO CUARESMA

Transcripción

QUINTO DOMINGO CUARESMA
Quinto Domingo de Cuaresma
Domingo 13 de Marzo de 2016
YO TAMPOCO TE
CONDENO
Aunque tu historia te condene, Dios hoy te señala un
camino de Vida Nueva, Abundante y Plena.
Vida Nueva es lo que te ofrece el Señor al tender su mano sanadora sobre tu propia existencia. El Hijo de Dios nos
viene a ofrecer una auténtica oportunidad para renovar nuestra vida (sentido profundo de lo que llamamos
conversión). Mientras el mundo nos ofrece migajas de esclavitud, Dios nos ofrece superabundancia de gracia que
te liberará de todas tus ataduras y de todo aquello que te tiene sometido a una vida chata, monótona, mediocre y
sin esperanza. Este domingo, bajo la figura de una pecadora pública, el evangelista San Juan nos ofrece poder
contemplar la dinámica del amor de Dios. El cual no nos ha venido a ofrecer una Ley para condenar, sino un
corazón misericordioso, el corazón de propio hijo, para ayudarnos a encontrarnos con una senda de salvación. Ya
volveremos más adelante sobre este texto, por ahora que nos quede claro: mientras el mundo juzga y condena con
sus leyes, Dios nos ofrece en su amado Hijo una verdadera oportunidad para encontrarnos con la fuerza de su
amor y de su gracia, única capaz de otorgarnos un camino digno que nos conduzca a la comunión más plena que
podamos imaginar: con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Porque están llegando las bodas del cordero y todos
están invitados para este banquete de fraternidad. Todos estamos llamados a encontrarnos con su amor. Aquellos
que acojan este llamado, no sólo verán en esta vida las consecuencias de decirle sí al Señor, sino que se habrán
encontrado con el misterio más profundo de la vida. Esta es la buena noticia que las lecturas nos traen este
domingo en su conjunto.
CICLO C
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Quinto Domingo de Cuaresma
En la primera lectura: Isaías nos ofrece un anuncio de
salvación tan grande que nadie se puede sentir excluido. Ni
los más pecadores, aunque sean unas verdaderas bestias
salvajes, chacales o avestruces. Porque a Dios no le
interesan tus faltas, le interesa que por fin le glorifiques con
tu vida. Porque en este acto de glorificación el ser humano y
toda la creación alcanzan plenitud. Si alguien piensa que
puede construir un universo sin los fundamentos que Dios
ha puesto, las consecuencias serían como las que nuestra
historia relata en los libros de historia de todas las naciones:
hombres y mujeres, caudillos, que en nombre de su imperio
esclavizan y maltratan a muchos para obtener beneficios
particulares. Por eso que Dios viene con poder, para
derramar su gracia como un torrente, incluso en el desierto
más árido. Para que todos puedan beber y apagar la sed
que sacia de verdad. Porque en definitiva Dios sabe y
comprende que todas las búsquedas que el hombre
emprende, muchas veces, equivocadas, son caminos que
ha elegido para ir en búsqueda de la vida y su misterio más
profundo. Sin embargo las historias personales no
redimidas nos hacen perder la ruta y junto con morir
nosotros somos causa de la muerte de muchos, por eso
Dios se ha apiadado y ahora Él en persona nos viene a
tender la mano, sin juicio, con misericordia.
JESÚS TIENDE SU MANO A UNA MUJER: el evangelio de San
Juan nos presenta una escena muy vívida. Una mujer hallada
flagrantemente en pecado de adulterio es traída ante Jesús. El
relato lo conocemos. Sin embargo siempre hay matices que el
texto bíblico vuelve a entregarnos, para que nos encontremos
con el amor de Dios y aprendamos a reconocer su presencia por
medio de la fe en medio de las realidades que nos tocan vivir a
diario. Vamos a hacer una afirmación potente después de leer
completamente en texto: Jn 8:1-11. SI HAY ALGUIEN QUE EN
VERDAD LE INTERESA ESTA MUJER, ESA PERSONA ES
JESÚS. Ni al amante, ni a los doctores de la ley, ni al público
asistente que ya preparaban la lapidación pública, ni a los
propios discípulos de Jesús, ninguno de ellos está dispuesto a
hacer algo que busque el bien de esta mujer. El primero huye
dejándola abandonada como un trapo sucio; los doctores de la
ley y acusadores buscan un pretexto para matar a Jesús, el
público asistente quiere descargar sus frustraciones con
esta pobre infeliz que ha caído en desgracia. El único
que la ve, y la reconoce como persona y como
merecedora de al menos una oportunidad de enmienda,
es Jesús. Que lo hace no por simpatía, sino porque el
propio Señor alberga la esperanza de que esta mujer
tenga en su vida al menos una oportunidad, un
encuentro con el amor misericordioso y fecundo de
Dios.
CICLO C
Domingo 13 de Marzo de 2016
Jesús de manera magistral, sin juicio ni violencia
física ni verbal, va a dejar en las conciencias de
todos los presentes una afirmación tajante: todos
tenemos pecado. Luego, todos somos reos de
condenación. Por tanto, el que se atreva a juzgar a
esta mujer se condena así mismo. Todos,
seguramente por vergüenza, se van. Jesús entonces
le mostrará a esta mujer, que no sabemos su
nombre, un camino de salvación, porque lo hay, hay
una senda: VÉ, CAMINA, Y NO PEQUES MÁS.
Porque el pecado no nos lleva a la vida. Por primera
vez esta mujer ha saboreado algo infinitamente
mayor que el placer: la misericordia, la dignidad, el
respeto y el verdadero encuentro con Alguien que la
ha comprendido cuando su vida llegaba a su fin.
Jesús le muestra con misericordia el camino que ella
de manera equivocada buscaba: ser feliz, plena,
íntegra. Después de este acontecimiento, no nos
extrañaría que como San Pablo en la Segunda
lectura, afirmara esta mujer a posterior, dando
testimonio de lo que significó este encuentro con la
persona de Jesús: "después de conocer
al Señor, todo me parece una desventaja,
incluso basura, en comparación con el
amor de Dios, manifestado en Cristo
Jesús" ( Fil 3,8 y Rom 8,39)
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