nuestras razones de porqué pedimos un cambio en el diseño de

Transcripción

nuestras razones de porqué pedimos un cambio en el diseño de
NUESTRAS RAZONES DE PORQUÉ PEDIMOS UN
CAMBIO EN EL DISEÑO DE CRECIMIENTO
PORTUARIO PARA VALPARAÍSO Y PORQUE LA
NECESIDAD DE SOSTENER DEBATES PUBLICOS
SOBRE SUS IMPACTOS CON LA EMPRESA
PORTUARIA Y EL MINISTERIO DE TRANSPORTES.
Se está definiendo el futuro portuario de Valparaíso del próximo siglo y por lo
tanto también el de toda la ciudad. Hasta ahora nadie ha consultado a la
ciudadanía cuál es su opinión. La mayoría de la población desconoce el diseño
y las consecuencias directas e indirectas que significan este plan de expansión
portuaria que incide en la vida de todos quienes habitan y visitan Valparaíso.
La
Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) y la empresa concesionaria
Terminal Cerros de Valparaíso (OHL-TCVAL) a través de sus inserciones y
propaganda en prensa dan a conocer maquetas portuarias del Terminal 2 (T2)
que se ven imponentes en el papel y sobre todo aludiendo a maravillosos
beneficios laborales y económicos que tendrán los porteños con este terminal
de carga de contenedores.
Sin embargo, para nosotros, lo propuesto y concesionado por EPV tiene graves
falencias, ya sea en el diseño como en lo económico para el futuro de nuestra
ciudad. Queremos un buen puerto y estamos seguros -y con argumentos que
así lo demuestran- que el Terminal 2, emplazado en otro lugar del borde
costero metropolitano, sería aún más eficiente y con beneficios reales para
Valparaíso, porque entendemos la ciudad como un todo y no un terminal
portuario diseñado sin considerar que existe un entorno urbano que lo
alberga.
De esta manera compatibilizamos la actividad portuaria con nuestra condición
patrimonial, revalorizando terrenos del Estado, como también el decaído
suelo urbano de Valparaíso, ponderando la diversidad económica y
multisectorial de nuestra ciudad y brindándole a los porteños volver a tener
acceso al mar en la costanera.
Nuestros argumentos
I.- Diseños como el Terminal 2, apoyados contra toda evidencia técnica, social
y cultural por EPV, son producto de algunos vacíos institucionales que
tenemos en Chile. Los puertos chilenos son concesionados y en la práctica
razonan con la lógica de empresas privadas, operando sobre terreno fiscal,
por tanto, se les ha permitido tener todo tipo de privilegios e ignorar su
relación con las ciudades donde se emplazan. Eso explica, por qué el proyecto
de expansión del puerto es tan desconectado de la realidad de Valparaíso, y
también explica por qué se ha hecho a espaldas de la ciudad.
Por lo mismo, desde hace años diversos ciudadanos, profesionales y
académicos vinculados a Valparaíso hemos venido advirtiendo la necesidad de
un debate que responda al interés de sacar a Valparaíso del deterioro de sus
barrios históricos y del abandono de sus habitantes, asumiendo un nuevo
paradigma en que las aguas abrigadas no sólo estén disponibles para el
movimiento de carga -tal como lo han entendido otros puertos urbanos
reconvertidos del mundo- sino que se readapten sus diseños tradicionales para
multiplicar beneficios, ampliar las posibilidades de reactivación económica y
mejorar sustantivamente la calidad de vida urbana.
II. - La decadencia de Valparaíso en las últimas décadas, su abandono físico,
funcional y económico está también directamente relacionado -sin ser la
única, pero sí en forma esencial- a que el puerto no ha tributado sus
beneficios
en
nuestra
ciudad,
planteándose
ahora
inexplicablemente
soluciones mono-funcionales obsoletas, que van en la línea de puerto +
puerto, en vez de la idea contemporánea puerto + ciudad.
III.- Es inaceptable entonces, después de años de total indiferencia, que ahora
EPV y TCVAL ocupen los medios para referirse a participación ciudadana "de a
pie", toda vez que las obras ya fueron licitadas. Esto para nosotros no quiere
decir que el proyecto se concretará de igual forma, pero no habla bien de
prácticas que no compartimos.
Por lo tanto:
1.-
Como Mar para Valparaíso convocamos a EPV y al Ministerio de
Transportes (que define la política portuaria) a participar de un DEBATE
CIUDADANO, para informar y luego discutir de forma transparente las
consecuencias que este diseño tendrá para el futuro de Valparaíso, con el fin
de mejorar conjuntamente y buscar las alternativas que existen y que eviten
situaciones de irreversibilidad en la relación ciudad/puerto.
2.- Sabemos que la expansión portuaria es necesaria, pero la ciudad también
tiene prioridades que podemos conciliar con buenos proyectos. Por eso
debemos convenir que en la totalidad de lo que ofrece EPV a través de TCVAL
(T2), se han detectado deficiencias en aspectos técnicos de desabrigo,
urbanos de vistas, flujos peatonales y patrimoniales. Ante la advertida
depreciación de suelo urbano que hizo UNESCO, existen situaciones que se
pueden mejorar y conciliar con el reconocimiento de la interacción funcional
entre la ciudad y el puerto y que de no ser resueltas, incumplen con lo que la
ley de puertos establece, asunto que todo votante y contribuyente tiene
derecho a exigir.
3.- Reconocer las advertencias que los técnicos y expertos de ICOMOS han
alertado respecto a que el Terminal 2 amenaza la diversificación económica,
aumenta la depreciación del suelo urbano y no protege el patrimonio
subacuático de la bahía, materias que nos parece razonable sean revisadas.
4.- EPV no ha sido integrador de los intereses del Estado, y lo ha puesto en
una situación de tener que optar entre el patrimonio -con un puerto inclusivo
y multifuncional-, o el movimiento exclusivo y excluyente de cargas
marítimas, que autodefine como prioritario sin importar la particularidad del
entorno. Esto sobre terrenos estatales concesionados, con vocación de uso
público, que han de privilegiar primero el bien común, por sobre la
rentabilidad privada.
Creemos atendible que cuando existen posibilidades y oportunidades valiosas
para fortalecer una ciudad/puerto (que por lo demás es la única ciudad
UNESCO en un Chile en vías de desarrollo) parece del todo contraproducente
generar una colisión entre un convenio (UNESCO) o un contrato (TCVAL-OHL),
toda vez que Valparaíso puede optar por ambas: dos visiones y
convenciones sinérgicas para la ciudad.
5.- Exponer que la expansión portuaria descrita comprende 3 iniciativas: el
T2, un túnel bajo el muelle Prat y la demolición de los edificios EPV-TPS.
Estas 3 acciones generan preocupación:
5.1-La zona de atraque y acopio del T2 en el centro de la bahía porteña
presenta deficiencias que pueden resultar en pronta obsolescencia, por
cuanto su extensión de 725 metros no puede recibir 2 buques de 400
metros de eslora al mismo tiempo, que son los que actualmente
circulan por el Océano Pacífico. Además, resulta ser un frente de
atraque complicado por el golpe lateral del oleaje, ya que no está
totalmente abrigado por el molo ni posicionado en el ángulo correcto
para evitarlo, de manera que surgen argumentos para sostener que su
sector oriente –el más expuesto- no tendrá condiciones adecuadas para
la operación, sobre todo en los días de invierno. También nos preocupa
en esa zona desabrigada los efectos sobre la ciudad que pueda provocar
un tsunami con los containers ahí apilados.
5.2- La ampliación del Acceso Sur requiere demoler los edificios EPVTPS en el sector de la Plaza Wheelwright, esfuerzo que no sería
necesario en otras alternativas de expansión.
5.3- Nos sorprende que el túnel para el paso de los camiones por
debajo del Muelle Prat -de uso exclusivo del concesionario TCVAL- haya
quedado fuera del paquete de obras licitadas y por lo tanto EPV
propone hacer con recursos de todos los chilenos. Su costo ya asciende
a cifras sobre los 30 millones dólares. Actualmente EPV sociabiliza este
túnel a través de un llamado a concurso de arquitectura, solución
parcial que no parece pertinente se lleve a cabo antes de que TCVAL
primero resuelva las cerca de 500 observaciones realizadas por el
municipio, servicios públicos y ciudadanos al Estudio de Impacto
Ambiental, ni segundo, mientras UNESCO no responda respecto a la
condición patrimonial del sitio, siendo un simple recurso distractor para
la opinión pública.
6.- Un puerto bien diseñado y en otro lugar de nuestro borde costero sería
más competitivo y de mayores beneficios que el T2. Esto pues EPV diseñó un
Plan Maestro enfocado solo en la carga de contenedores, quitándole con ello
el título de actividad portuaria al Dique SOCIBER (500 empleos), a los
pescadores de la Sudamericana (500 empleos), al desarrollo de la Armada y a
la relación del ciudadano con su borde, además de des-potenciar a los
lancheros del muelle Prat, cuyo futuro operacional con el diseño actual del
puerto está en peligro. Estas cuestiones son dirimentes para el futuro de una
ciudad pequeña con vocación portuaria, urbana, patrimonial y turística.
Desde ahí es importante convenir que los 1.000 empleos que se dicen crear
(muchos de los cuales son turnos que no trabajarán si no hay barcos y que un
estudio de la UAI expone como 75% dedicados al transporte y la logística) no
son argumentos sustantivos comparados con los empleos y actividades que se
pierden. Esto adquiere mayor relevancia en el debate, cuando existen
alternativas que concilian las vocaciones de la ciudad y generan los beneficios
de la operación portuaria, junto a otras actividades marítimas compatibles,
además de los efectos sobre la calidad de vida urbana de los habitantes.
7.- ¿Para qué tenemos entonces en Valparaíso 5.000 egresados universitarios
cada año (el segundo capital humano más accesible del país) si la ciudad no
podrá sacarle provecho a menos que sean parte del negocio de la logística? El
debate se vuelve a hacer urgente cuando existen una cantidad mayor de
aseveraciones que argumentos técnicos que las avalen. Por lo tanto, antes de
la divulgación de proyectos de esta envergadura, creemos razonable
comprender los resultados de análisis y estudios, sobre los procesos que
intentan validar estas eventuales intervenciones en la ciudad.
Todo esto cuando existe una nueva economía local que viene desarrollándose
desde la declaratoria UNESCO del año 2003, que ha generado repoblamiento,
inversiones públicas y privadas, y cada una de estas industrias tiene una visión
de crecimiento. Creemos que es necesario entonces un nuevo estudio
socioeconómico actualizado y neutral que considere los impactos de estos
proyectos con los beneficios y amenazas que significarán para estas industrias.
Entendiendo con ello que la creación de nuevos empleos en la operación
portuaria, no debiese desestabilizar otras economías más frágiles en la
ciudad, cuando existen otras alternativas donde podemos sumar a todas.
En consecuencia, hay argumentos suficientes para tener otra mirada más
integradora sobre los beneficios económicos de la ciudad/puerto, donde
la apertura del borde costero a la ciudadanía podría transformarse en la
base socioeconómica del Valparaíso del siglo XXI.
8. Somos los habitantes y amantes de Valparaíso los que representamos el
valor excepcional que encarna la declaratoria de la Unesco, que reconquistó
para nuestra ciudad una posición relevante en el mapa mundial, como un
regalo para toda la Humanidad. Esta identidad es un capital económico, social
y cultural -del todo político- que no se puede desconsiderar al momento de
evaluar los diseños de los proyectos próximos y futuros, en donde es dirimente
que ellos protejan y potencien estos aspectos de la ciudad.
Para finalizar
Debemos agotar todos los esfuerzos para compatibilizar el puerto con la
ciudad. Aún, cuando la situación es compleja, debido a que EPV adelantó
procesos, se adjudicaron licitaciones, pero sin consenso ciudadano y sin una
mirada conciliadora a todas las vocaciones de la ciudad puerto.
Todavía es tiempo de enmendarlo.
Hacemos un llamado a nuestras autoridades para generar una mesa de trabajo
multisectorial que diseñe el mejor borde costero para el Valparaíso,
perfeccionando el plan maestro que EPV ha hecho durante todos estos años,
que por todo lo expuesto, pensamos ha sido a espaldas de la ciudad.
No pedimos anular la concesión a TCVAL, ni tampoco somos particularmente
defensores de que exista un operador único en el puerto, pero sí creemos
urgente modificar el emplazamiento y los impactos del proyecto T2.
Abogamos por una mejor relación ciudad + puerto, independiente de quién
opere y queremos lograr también -lo que es indispensable para Valparaísouna nueva Ley Portuaria que deje en la ciudad los beneficios económicos que
la actividad portuaria genera.
¡Valparaíso merece un trato privilegiado y responsable! Queremos y pedimos
como ciudadanos, menos propaganda y más diálogo. Esa es nuestra convicción
para lograr el Valparaíso de todos.
Mar para Valparaíso.
Asociación ciudadana.
Valparaíso, Marzo 2015

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