Estudio de caso de Belo Horizonte, Brasil

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Estudio de caso de Belo Horizonte, Brasil
Estudio de caso de Belo Horizonte, Brasil:
LOS EXCLUIDOS Y LOS PROCESOS DE CONCERTACIÓN PÚBLICA
LOCAL
Cristina Almeida Cunha Filgueiras 1
Enero de 2005
1
Con la colaboración de Karla Cunha Pádua en la recopilación de información y realización de entrevistas.
2
INDICE
Página
INTRODUCCION
3
I. ASPECTOS CONCEPTUALES DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
3
II. EL PRESUPUESTO PARTICIPATIVO EN BELO HORIZONTE
5
III. VULNERABILIDAD SOCIAL, EXCLUSIÓN URBANA Y PARTICIPACIÓN
7
III.1. Los excluidos y el Presupuesto participativo
8
III.2. Los habitantes de campamentos
10
III.3. El Presupuesto participativo de la Vivienda (OPH)
12
III.4. La institucionalidad municipal y los proyectos para los campamentos
14
III.5. La población de la calle
16
III.6. Institucionalidad municipal y proyectos orientados a la población de la calle
18
IV. PRESENCIA Y ROL DE ACTORES EXTERNOS
19
V. CONCLUSIONES
20
VI. SUGERENCIAS PARA EL APOYO A EXPERIENCIAS DE CONCERTACIÓN PÚBLICA EN
EL NIVEL LOCAL
21
BIBLIOGRAFÍA
23
ANEXO 1: TIPOS DE OBRAS DEL PRESUPUESTO PARTICIPATIVO
25
3
INTRODUCCION
Este documento analiza la incorporación de los sectores socialmente vulnerables a los mecanismos de
concertación local y, en particular, a la toma de decisiones en política urbana en la ciudad de Belo
Horizonte en Brasil 2.
Hace más de una década se puso en marcha en esa ciudad la experiencia del presupuesto participativo,
importante innovación en la cual la sociedad civil participa en la toma de decisiones sobre la asignación de
los recursos de inversión en infraestructura de la municipalidad 3.
El presupuesto participativo es considerado por gran parte de los analistas un innovador proceso social e
institucional de democratización de la política pública, donde ocurre una interesante combinación entre
democracia participativa y democracia representativa. En dicho proceso ganan protagonismo sectores de la
sociedad excluidos de los beneficios urbanos, y que tradicionalmente no tienen acceso a los procesos
decisorios.
En este trabajo nos interesa conocer cómo, en el marco del presupuesto participativo, la Municipalidad de
Belo Horizonte se ha relacionado con la población en condición de vulnerabilidad: aquella de escasos
recursos que reside en barrios sin infraestructura y servicios urbanos adecuados, la que vive en los
campamentos y la población de la calle (personas sin casa, o con domicilios precarios y que viven de la
venta de desechos reciclables recolectados en las calles).
Las principales interrogantes que el estudio busca responder son: ¿cuáles son los efectos del presupuesto
participativo en las condiciones de vida de los sectores mencionados?, ¿cuáles son los aspectos
institucionales más importantes para que se incorpore la participación de estos sectores en los espacios de
deliberación y decisión?, ¿cómo cambió la institucionalidad del poder municipal para gestionar la
interacción con estos vecinos y sus organizaciones?
Para la elaboración del trabajo, se consultaron fuentes secundarias (principalmente documentos de la
Municipalidad de Belo Horizonte y estudios académicos) y se realizaron, en diciembre de 2004, entrevistas
con personal de varios órganos del gobierno municipal, de organizaciones sociales y comunitarias.
El texto está dividido en seis partes. En la primera se presentan los principales elementos conceptuales que
orientan el análisis del caso escogido. En la segunda parte se hace una síntesis del presupuesto
participativo en Belo Horizonte. En la tercera se analiza la situación de los habitantes de campamentos, la
población “sin casa” y la población de la calle, así como su relación con el presupuesto participativo. En esa
sección también se señalan las principales adaptaciones institucionales para que se desarrolle el proceso
de concertación del gobierno local con los sectores más vulnerables. En la cuarta sección se destaca la
presencia de agentes externos en los procesos analizados. Al final del documento, además de las
conclusiones, se presentan algunas sugerencias para entidades interesadas en apoyar experiencias de
concertación local.
I. ASPECTOS CONCEPTUALES DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
La pobreza y la desigualdad representan un desafío permanente para la democracia en Latinoamérica,
continente donde una parte importante de la población no ha alcanzado la ciudadanía social. En muchos
países de la región existe marcada segmentación de las sociedades, con amplios sectores que suman
necesidades básicas no satisfechas en los ámbitos de trabajo, salud, educación, vivienda, comida, acceso
a bienes y servicios básicos.
2 Este documento es parte del Estudio “La capacidad de concertación, el desarrollo desde las bases y las instituciones públicas”, desarrollado bajo
la coordinación de Rodrigo Villar y Gonzalo de la Maza.
3 El Presupuesto participativo en Belo Horizonte ha sido ampliamente estudiado, así como la experiencia precursora de Porto Alegre y de varias
otras ciudades brasileñas (Avritzer e Navarro, 2003).
4
En las grandes ciudades, la exclusión urbano-territorial es la realidad de aquellos ciudadanos obligados a
vivir en espacios degradados y sin acceso a la vivienda. La exclusión es un fenómeno multifactorial,
multifacético y dinámico que, sin embargo, no está asociado sólo a desigualdades en el acceso a recursos
materiales, sino además a deficiencias en la integración social (Paugam, 1996).
Junto a estos problemas, con frecuencia encontramos un poder local con escasa capacidad de formular e
implementar políticas urbanas y sociales que puedan contribuir a cambiar esa grave situación. También es
común que las iniciativas gubernamentales se apoyen en mecanismos decisorios poco transparentes,
burocráticos y sin hábito de diálogo con la población, terminando por reproducir políticas excluyentes y no
democráticas.
Otra tradición del quehacer de los gobiernos en Latinoamérica es la tutela hacia grupos más vulnerables,
muchas veces vistos como “clases peligrosas”. A lo largo de la historia de la región, los sectores pobres
han sido convocados a participar en actividades sociales y políticas sin que tengan ningún poder de influir
en las decisiones que se toman en su nombre y en nombre de la democracia y del orden social.
En razón de estos antecedentes, iniciativas de democracia participativa y la presencia activa de los
sectores más vulnerables en los espacios político-institucionales en el continente han despertado gran
interés de todo tipo de actores e instituciones. En algunos casos, tales experiencias se han transformado
en ejemplos de buenas prácticas de gobierno, componente indispensable del desarrollo económico y social
y muy especialmente para enfrentar el rezago social. (PNUD, 2004).
Santos Júnior (2001:234) resume las principales virtudes encontradas en algunas ciudades brasileñas: “la
institucionalización de prácticas de gobernanza democrática, así como el éxito de experiencias locales de
gobierno en el contexto de producción de políticas públicas responsivas con relación a los ciudadanos,
tienen que ver con la capacidad para: bloquear o minimizar las prácticas clientelistas vigentes y la captura
de las esferas públicas por intereses corporativos y particularistas; generar prácticas y estructuras
horizontales, experiencias de participación y capital social; empoderar grupos sociales en situación de
vulnerabilidad y exclusión; reforzar vínculos asociativos de los grupos locales, sus movilizaciones y sus
organizaciones representativas” (traducción libre de la autora).
El estudio parte del supuesto de que es fundamental crear y reforzar los diversos tipos de capital social en
los sectores sociales más vulnerables y excluidos. Las experiencias exitosas parecen apoyarse en un stock
de capital social micro (comunitario, vecinal) y meso (entre grupos), fortaleciendo a ambos, además de
impulsar el capital social vertical al poner a los sectores populares en diálogo con otros actores y darle la
posibilidad de influir en las decisiones de las instituciones gubernamentales.
Por el lado de las instituciones gubernamentales, la creación de mecanismos de incorporación de la
sociedad civil en la toma de decisiones crea tensión y al mismo tiempo oportunidades de cambio y
perfeccionamiento (Filgueiras, 2002). Las innovaciones institucionales exigen generar racionalidad,
aumentar la capacidad de acción y eficiencia de los órganos públicos. Sin embargo, hay experiencias
donde se ha avanzado no sólo en la racionalidad instrumental sino también en la capacidad de intercambio,
coordinación y sinergia con las organizaciones sociales.
Es importante estar atentos para que la innovación democrática, la articulación de redes y la activación de
capital social, entre otros ingredientes experimentados en iniciativas de fortalecimiento y transformación de
los gobiernos locales, no operen “sólo como referentes normativos sino como valores practicables y
también como requisitos para la resolución eficaz de problemas” (Blanco y Gomà, 2003). Para los vecinos
de las zonas más rezagadas de las ciudades latinoamericanas, los problemas son muy concretos. Su
participación en tales innovaciones político-institucionales es para exigir que éstas no sean sólo un
“respiradero” del sistema político sino que efectivamente se asocien al combate a la pobreza, la
desigualdad y la exclusión.
5
II. EL PRESUPUESTO PARTICIPATIVO EN BELO HORIZONTE
Pese a existir diferencias en la estructura y dinámica de lo que en la literatura se llama “presupuesto
participativo” en las distintas ciudades que lo han implementado, hay muchos elementos comunes, la
mayor parte de ellos basados en la experiencia precursora de la ciudad brasileña de Porto Alegre. Se
pueden destacar los siguientes aspectos comunes:
-
definición por la municipalidad de una parte del presupuesto anual para inversión en cada zona de
la ciudad cuya asignación será decidida con la participación de los vecinos, en asambleas;
-
definición, en conjunto con las organizaciones y vecinos participantes, de las “reglas del juego” y
los criterios de decisión para la elección de los proyectos. Tales criterios incorporan como
prioridad las demandas de los sectores más carentes en bienes y servicios urbanos;
-
la población, a través de sus representantes y de los mecanismos institucionales creados en el
proceso, realiza el seguimiento y control social del ciclo presupuestario hasta el término de la
ejecución de un proyecto.
En Belo Horizonte, desde el comienzo en 1993, el presupuesto participativo ha pasado por muchos
cambios en las normas y ajustes en la metodología. Ha habido constante perfeccionamiento institucional
hasta llegar al formato actual de la iniciativa, existiendo siempre una estrecha relación con el proceso de
planificación de la gestión municipal. Se puede apuntar como específicos del proceso de pPresupuesto
participativo de Belo Horizonte los siguientes elementos:
-
existencia de dos procesos simultáneos de asignación de los recursos, uno para las inversiones
en vivienda (el OP Habitação, OPH de ahora en adelante en el texto) y otro para las demás
inversiones en infraestructura (el OP regional) 4;
-
creación de un índice de calidad de vida urbana utilizado para la distribución del 50% de los
recursos entre los territorios de la ciudad;
-
incorporación en el proceso de las Caravanas de Prioridades: delegados elegidos en asambleas y
responsables de la selección de las obras, realizan visitas en terreno, junto con representantes del
poder público municipal, para conocer las demandas de obras pre seleccionadas;
-
existencia de las Comforças, comisiones de representantes de la población elegidos en
asambleas y encargadas de fiscalizar y del seguimiento de los proyectos aprobados;
-
hasta el año 1998 el proceso de Presupuesto participativo era anual. Después pasó a ser bianual,
debido a la gran cantidad de demandas y de obras aprobadas pero no concluidas.
En lo que se refiere a la relación entre presupuesto participativo y las organizaciones sociales o
comunitarias, los efectos más destacables son los siguientes:
4
-
cambios en la forma de interacción entre organizaciones populares y el gobierno municipal, dando
lugar a procesos de consulta más democráticos y reducción de la presencia de agentes
intermediarios tradicionales entre la población y los responsables municipales (Faria, 1996);
-
desde un principio la municipalidad ha establecido una relación prudente con las asociaciones
comunitarias: refuerzo, por un lado, reconociéndolas como el principal mecanismo de organización
y expresión de las demandas de los vecinos y distancia, por el otro, para que el proceso no fuese
dominado por organizaciones poco representativas o demasiado centradas en los dirigentes
(Silberschneider, 2000);
En el anexo 1 se presenta la lista de tipos de inversión en infraestructura asignados en el Presupuesto participativo.
6
-
se ha observado una relación positiva entre densidad asociativa y éxito en la obtención de
beneficios en el proceso del presupuesto participativo, o sea, los sectores más organizados han
encontrado más posibilidades de obtener los proyectos que planteaban;
-
los sectores no organizados o menos organizados, sin embargo, también han tenido posibilidades
en el presupuesto participativo y, de cierta forma, ese ha sido un elemento inductor de
organización (Andrade, 2002; Ribeiro, 2001).
Pasados diez años de la puesta en marcha del presupuesto participativo, algunas reacciones de
representantes del poder público municipal y de los vecinos revelan la complejidad de los aspectos
involucrados en la experiencia:
5
•
“Hasta la creación del presupuesto participativo, la cultura predominante en la administración
municipal era la realización de obras de mediano y gran tamaño, concentradas en algunos puntos
de la ciudad. Con el presupuesto participativo, las obras fueron diseminadas por la ciudad,
exigiendo una adecuación del aparato municipal a esa nueva realidad” (Valadares, Murilo 5, 2005).
•
“El presupuesto participativo da cuenta, a través de una inversión progresiva, de la enorme
demanda no atendida por obras en áreas de sectores populares. Antes de esa iniciativa, el
aparato municipal estaba volcado a grandes obras de infraestructura. Ha aumentado la capacidad
de intervención en la ciudad y se ha modificado la calidad de vida de la población en las áreas
consideradas prioritarias por razones sociales” (entrevista a la coordinadora de Participación
Popular de la Secretaría de Planificación de la Municipalidad de Belo Horizonte).
•
“El presupuesto participativo fue lo mejor que ocurrió en Belo Horizonte. Dio oportunidad a la
gente pobre para tener acceso a la municipalidad. Antes sólo los barrios más ricos lo tenían. Con
él, hemos obtenido muchas conquistas para nuestro campamento: apertura de calles, red de
agua, cuadra de deportes, centro cultural” (entrevista a dirigente de asociación comunitaria de la
Vila Fátima; delegada de una de las comisiones de fiscalización y control de la ejecución de los
proyectos aprobados).
•
“El presupuesto participativo es un instrumento de lucha, principalmente para los barrios pobres y
favelas. Es garantía de una planificación urbanística mínima y la oportunidad de discutir con la
comunidad sus prioridades, aprobarlas y hacer el seguimiento de su ejecución. El barrio Taquaril
es muy grande, son más de 35 mil vecinos, una pequeña ciudad. Nuestro barrio no tenía
infraestructura, no tenía transporte, agua, luz, escuela o consultorio de salud. Sólo había nuestra
voluntad de vivir allí” (dirigente de asociación comunitaria del Conjunto Taquaril, publicado en
Prefeitura de Belo Horizonte, 2003, p. 34).
•
“Antes del presupuesto participativo se obtenían los beneficios urbanos con los políticos, lo que
terminaba por provocar divisiones en la comunidad, pues algunas áreas eran atendidas y otras no.
Hemos participado del Presupuesto participativo desde el comienzo, nuestro barrio tuvo calles y
córregos urbanizados con recursos del presupuesto participativo, se construyó una cuadra de
deportes y un espacio para actividades culturales. Las obras más caras las fuimos obteniendo por
partes, con negociación con los otros barrios, dialogando con los delegados de otros barrios antes
de la asamblea de la segunda vuelta del proceso. En la primera etapa se presentan las obras más
caras y todos quieren ganar, por eso deben negociar, lo que depende del número de vecinos que
el barrio lleva a las reuniones donde se eligen los delegados (entrevista a dirigente comunitario,
barrio Lindéia).
•
“El presupuesto participativo sufre de escasez de recursos financieros. Por ejemplo, en ese año,
en el Barreiro, una región altamente poblada, hubo más de cien demandas y sólo quince pudieron
Secretario Municipal de Coordenação de Política Urbana e Ambiental, Prefeitura de Belo Horizonte.
7
ser aprobadas debido a los recursos disponibles” (entrevista a asesor técnico de la Gerencia
Regional del Presupuesto participativo en la Regional Barreiro).
•
“El presupuesto participativo no abre mano a muchas cosas, son los criterios. Hay un proceso de
embudo” (entrevista a dirigente comunitario, barrio Lindéia).
•
“La verdad es que los vecinos participan en momentos aislados, tales como las asambleas
regionales del presupuesto participativo, para las cuales llevamos tres o cuatro buses llenos y así
conseguimos obtener obras para el barrio. Sin embargo, en lo cotidiano no participan de la
organización, hay dificultades incluso para renovar la directiva de una asociación. Acaban
quedando los mismos dirigentes” (ídem).
•
“La población al principio tenía gran entusiasmo con el presupuesto participativo, las comunidades
se involucraron mucho pero después el proceso se burocratizó y perdió fuerza. Lo mismo ocurrió
con la población de la calle. Hoy parece que las decisiones ya vienen casi listas desde la
municipalidad” (entrevista a asesora de trabajo comunitario, de la empresa municipal de limpieza
urbana en el periodo 1993-1996).
El presupuesto participativo fue adquiriendo un formato cada vez más complejo, lo que, en opinión de
Andrade (2002), fue restringiendo la participación de los sectores populares. Algunos dirigentes vecinales
también son muy críticos pues piensan que las prioridades llegan previamente definidas por la
municipalidad, quien alega siempre razones técnicas. Los órganos municipales se han visto obligados a
hacer planificación a mediano y largo plazo y a adelantarse a las decisiones del proceso del presupuesto
participativo.
Una controversia surgida en los últimos tiempos se refiere a la inclusión, en las propuestas de obras que
deben ser financiadas con recursos del presupuesto participativo, de reformas de equipamientos
municipales tales como escuelas y centros de salud. Son las secretarías municipales y los consejos
sectoriales que incluyen tales demandas en el proceso decisorio. Representantes de la sociedad señalan
que dichas obras ocupan una parte significativa de los recursos para inversión en infraestructura y, en su
opinión, deberían ser financiadas por otros recursos del presupuesto municipal.
El presupuesto participativo no se limita a un embate de los sectores más necesitados de bienes urbanos
contra los sectores sociales de más recursos. En razón de la pequeña capacidad financiera del gobierno
municipal para inversión, frente a carencias existentes desde que se creó la ciudad, en las zonas más
vulnerables hay mucha discusión entre los vecinos para lograr que algunas demandas sean atendidas, en
detrimento de otras. Por ejemplo, no se alcanza a pavimentar todas las calles de un mismo barrio o
campamento, lo cual provoca conflictos entre los residentes para elegir las calles beneficiadas. En dichas
discusiones, como lo demuestran algunas opiniones presentadas arriba, pesan factores tales como la
capacidad de organización de los grupos de vecinos, lo que determina su posibilidad de elegir los
delegados que negociarán en última instancia las inversiones. Eso crea experiencias de negociación y de
solidaridad entre los vecinos de distintas áreas, sin embargo, también representa un importante factor de
división y de desgaste para cada participante individual y para las organizaciones colectivas.
III. VULNERABILIDAD SOCIAL, EXCLUSIÓN URBANA Y PARTICIPACIÓN
Belo Horizonte fue la primera ciudad planificada de Brasil. Su plan surgió de la mesa de trabajo de
urbanistas y arquitectos, siendo fundada en 1897 para reemplazar a Ouro Preto como capital del estado de
Minas Gerais. La ciudad ya nació con campamentos y favelas. De hecho, las primeras favelas fueron
formadas por parte de los obreros que construyeron Belo Horizonte y por personas venidas del campo
atraídas por el potencial de la nueva ciudad.
8
La ciudad tiene actualmente una población de 2.238.526 personas. Cerca de 400.000 viven en 175
campamentos, de los cuales al menos el 60.000 reside en áreas de riesgo (laderas, orilla de córregos)
(fuente: Revista Planejar BH, N° 7).
En el año 2000, el 14,1% de la población de la ciudad se encontraba “bajo la línea de pobreza” 6. En ese
año, el 20% más pobre percibía el 2,1% de la renta, mientras que los ingresos del 20% más rico equivalían
al 66,1% (PNUD / FJP/ IPEA, 2003).
Un censo realizado por la municipalidad en 1998 contó 916 personas viviendo en la calle (en albergues o
abrigos nocturnos, viaductos, calles y plazas de las zonas más cercanas al centro). No está calculado el
número de personas que “trabajan en la calle” pero que no viven en ella (fuente: portal en internet de la
Prefeitura de Belo Horizonte).
III.1. Los excluidos y el presupuesto participativo
Mejorar las condiciones de vida de la población de escasos recursos era una de las prioridades del Partido
dos Trabalhadores. Al llegar al poder municipal, el representante de ese partido electo en 1992 se encontró
con graves debilidades del poder público para resolver los graves problemas urbanos y sociales de Belo
Horizonte.
El gobierno municipal hasta entonces realizaba sólo acciones aisladas de urbanización de algunos
campamentos y reubicación de familias removidas debido a la ejecución de obras de infraestructura
pública. La precariedad de la política pública municipal también era resultado de la inexistencia de
programas de vivienda para la población de escasos recursos, por parte de los gobiernos federal y del
estado de Minas Gerais.
Con el presupuesto participativo se logró la urbanización de muchas favelas y en ellas se construyeron
diversos equipamientos colectivos. Los barrios de familias de escasos recursos también recibieron
beneficios. La información sobre el perfil de jefes de hogares directamente beneficiados por las inversiones
definidas en el Presupuesto participativo señala que “aproximadamente el 60% de estas personas tienen
renta igual o inferior a tres sueldos mínimos” (Gomes, 2004: 60), lo que es muy bajo. Por tal razón, muchos
analistas (entre ellos Santos y Avritzer, 2003) opinan que efectivamente el presupuesto participativo ha
producido una “inversión de prioridades” a favor de la población de escasos recursos de la ciudad.
Es necesario destacar algunos componentes importantes del presupuesto participativo, tanto de iniciativa
del gestor municipal como también de aprendizajes del proceso, relacionados a la decisión de otorgar
prioridad a las zonas con más carencias urbanas y sociales:
-
puesta en marcha, en 1996, del presupuesto participativo Vivienda (OPH). Esa iniciativa será
objeto del punto III.3 del presente documento;
-
elaboración del índice de calidad de vida urbana -IQVU- y su adopción en 2001 para focalizar los
recursos y su distribución según criterios de vulnerabilidad social de las unidades territoriales. Los
recursos presupuestarios pasaron a ser distribuidos dentro del territorio de la ciudad con base en
la relación entre población e IQVU: cuanto menor es el IQVU y más grande la población de un
área, mayor es la cantidad de recursos que el territorio debe recibir en la distribución del
presupuesto para inversión en infraestructura 7. También se elaboró el Mapa da Exclusão,
permitiendo localizar la carencia de servicios y equipamientos urbanos en cada área. El empleo de
6 En el Atlas do Desenvolimento Humano no Brasil fue considerada como “línea de pobreza” la renta per cápita menor que 75,50 reales, o sea, la
mitad del valor del sueldo mínimo en el año 2000.
7 Tomando como base la información del censo de población nacional del año 2000, el índice considera 54 indicadores, agregados en diez aspectos
relacionados a la oferta de bienes y servicios urbanos (vivienda, educación, deportes, medioambiente, salud, servicios urbanos, seguridad pública,
cultura y abastecimiento). Se realizaron cálculos para 80 unidades de planificación -UP- en las cuales fue dividida la ciudad para estos fines. Cada
aglomerado de campamentos constituye una UP específica; otras UP son formadas por diversos barrios de características homogéneas.
9
dichos instrumentos metodológicos busca más equidad y justicia en la distribución de los recursos
municipales 8;
-
en el año 2002 se definieron mecanismos para la aprobación de obras en las siete áreas
atendidas por el Programa BH Cidadania, experiencia piloto que integra las acciones de política
social dirigidas a familias en situación de riesgo social viviendo en zonas urbanas muy
carenciadas. Son comunes a las áreas de implantación del programa: falta de infraestructura
(especialmente obras de drenaje, pavimento, espacios de recreación y deportes), viviendas
precarias, ocupación de áreas inadecuadas y peligrosas, alto índice de violencia y de
vulnerabilidad social (Sant´Ana, 2004).
Como resultado de los elementos señalados, el gobierno municipal definió áreas prioritarias para acciones
de focalización socioespacial (llamadas “áreas de estrato 1”). Dichas áreas tienen un mayor peso al
momento de ponderar las demandas de la población en el Presupuesto participativo (cuadro 1).
Cuadro 1
Población de las “áreas prioritarias” (estrato 1)
Región
Barreiro
Centro-sul
Leste
Nordeste
Noroeste
Norte
Oeste
Pampulha
Venda Nova
Total
Población total de la ciudad
Total de población
de estrato 1
26.002
38.875
29.340
21.478
17.349
19.792
28.201
7.680
13.714
202.431
2.238.526
% de la población de
estrato 1 sobre el total
de la población
9,9
14,9
11,5
7,8
5,1
10,2
10,5
5,4
5,6
9,0
Peso de las demandas
de la población estrato
1
30%
40%
30%
20%
20%
30%
30%
20%
20%
Fuente: Prefeitura de Belo Horizonte. Orçamento Participativo 2005-2006. Metodologia.
Según los datos del cuadro 1, el 9% de la población de Belo Horizonte vive en áreas objeto de acciones
prioritarias de inclusión socio-espacial. En la zona centro-sur, una de las nueve regiones administrativas en
las cuales está dividido el territorio de la capital y donde también hay mayor concentración de población de
alto nivel socioeconómico, ese porcentaje alcanza el 14,9%. Por tal razón en esa región las demandas de
la población de las áreas prioritarias tienen un peso del 40% con relación al conjunto de demandas por
inversión.
En el proceso del Presupuesto participativo 2003-2004, de 117 proyectos aprobados, el 61% están
ubicados en áreas prioritarias. En dos de las nueve regiones administrativas en las cuales está dividida la
ciudad, ese porcentaje supera el 80%. En ese mismo periodo, los proyectos de urbanización de
campamentos correspondieron al 26,2% del total de proyectos aprobados. Sin duda, debido a la
focalización en las áreas de mayor concentración de pobreza, problemas de acceso a bienes urbanos y
Otra iniciativa destacable fue la creación de subregiones especiales para fomentar la participación de los vecinos de barrios de clase media y, por
lo tanto, de IQVU más alto: “con el Presupuesto participativo la clase media quedó sin canal de presentación de demandas. Ella siempre perdía en
la decisión de las obras, debido a la prioridad dada a las áreas más carentes. Hoy está definido que el 10% del presupuesto está reservado para las
áreas de mayor índice de calidad de vida, donde vive casi un tercio de la población. Con esta medida se logró que parte de la clase media
participara en la discusión y así se ha obtenido más respaldo social y legitimidad. También se consiguió que la clase media utilizara la participación
y la transparencia para obtener sus objetivos, en lugar de los recursos acostumbrados de influencia en el aparato del Estado o presión sobre de
políticos” (entrevista a la coordinadora de Participación Popular de la Secretaría de Planificación de la Municipalidad de Belo Horizonte).
8
10
vulnerabilidad social. Sin embargo, los resultados no son sólo fruto de las predefiniciones del poder
municipal, sino también de la movilización de los interesados y de las disputas con otros sectores:
“Para elegir delegados en el Presupuesto participativo tenemos que organizarnos en el
campamento para llevar mucha gente a la asamblea. Como nuestro campamento era el más
pobre en recursos urbanos, llevamos cuatro o cinco buses con gente para la votación. Para
obtener la aprobación de la apertura de una avenida, también llevamos mucha gente.
Elegimos delegados. Después hay que tener la certeza de que el delegado participa y que
votará por nuestros intereses. En un año llegamos a elegir trece delegados del campamento”
(entrevista a dirigente de asociación comunitaria de la Vila Nossa Senhora de Fátima y
delegada de Comforça).
“Rechazamos durante un año la reforma del Teatro Marília, ubicado en la zona central. Si en
las favelas no había luz ni agua, ¿cómo iban a sacar la plata para reformar el teatro? Nosotros,
los delegados de los campamentos, peleamos contra los estudiantes de clase media por eso,
hubo gran polémica. En el año siguiente sí se aprobó la reforma del teatro con recursos del
Presupuesto participativo, nosotros entendimos que nuestra prioridad ya había sido atendida y
también aprobamos la reforma de un colegio municipal de clase media en el centro” (ídem).
III.2. Los habitantes de campamentos
Los recursos aprobados en el periodo 1994-2002 para los proyectos en favelas corresponden al 25,23% del
total de los recursos del Presupuesto participativo. Dicho financiamiento fue utilizado en inversiones de
infraestructura realizadas en 96 campamentos, principalmente en pavimento, drenaje, contención de
laderas, escadarias, vías de acceso, alcantarillado, además de regularización de la situación legal de los
terrenos ocupados. De las 852 obras o proyectos aprobados en el Presupuesto participativo en el periodo,
el 28,17% se refiere a favelas, como se indica en el cuadro 2.
Eliminado: ron
Eliminado: s
Cuadro 2
Porcentaje de proyectos aprobados por el Presupuesto participativo en favelas. 1994-2000
Año
1994
1995
1996
1997
1998
1999-2000
2001-2002
Total
Total de proyectos
aprobados para la ciudad
171
166
90
100
68
124
133
852
% proyectos
para favelas
30,40
29,51
16,66
29,0
26,50
28,22
24,81
28,17
% recursos financieros
para favelas
33,52
30,35
24,38
24,81
23,20
23,49
24,53
25,23
Fuente: Jacinto, Claudinéia Ferreira y Moreira, Mauricio Alexandre. A experiência do Orçamento Participativo em vilas e favelas. Portal en
internet de la Prefeitura Municipal de Belo Horizonte: http: http://portal2.pbh.gov.br/pbh/index.html (consulta realizada el 7 enero de 2005).
Estos porcentajes no incorporan los recursos y los proyectos del OPH, lo que representa una importante
limitación para el análisis de la inversión total efectivamente realizada en los sectores más desfavorecidos
de la ciudad. De todos modos, se trata de muy pocos recursos frente a un gran volumen de obras
necesarias en los campamentos. El resultado, en los primeros años del presupuesto participativo, fue la
distribución de los recursos en pequeñas obras en muchos campamentos.
Código de campo
11
En una primera fase, hasta el 1995, las obras del presupuesto participativo quedaron esparcidas en el
territorio de la ciudad y “terminaban por no tener mucha consistencia, eran intervenciones por demás
puntuales. La municipalidad estaba ‘secando hielo’. Quedó claro que para conseguir que los campamentos
recibieran recursos del presupuesto participativo, era necesario que el primer proyecto fuese la elaboración
de un plan maestro en cada área. Ese plan entregaría las directrices para que se aceptase financiar las
obras en estos locales (...) el proceso de urbanización de esas favelas ha sido lento pero concentrado en el
espacio en términos de una acción orgánica” (Mauricio Borges Lemos 9, 2005).
Con el objetivo de construir obras que efectivamente generasen impacto en la población y que se fueran
sumando, desde 1998 se adoptaron los planes globales específicos (PGE), que guiaron las definiciones del
Presupuesto participativo con relación a cada favela 10. Se trata de un importante instrumento de
planificación en el corto y mediano plazo, que reemplaza las intervenciones puntuales y aisladas. La
población reconoció en esta iniciativa la posibilidad de realizar beneficios sostenibles y cambios más
estructurales en los campamentos.
Eliminado:
Las ventajas de los planes son:
-
mayor eficiencia y organización en la asignación de los recursos públicos, evitando malgastarlos
en acciones aisladas que no resuelven de forma sustentable los problemas de la población;
-
participación de la comunidad en el proceso de urbanización y regularización de la situación legal
de los terrenos ocupados.
Los recursos para la contratación de los planes globales también deben ser aprobados en el presupuesto
participativo. Se contratan estudios locales, los cuales incluyen tres áreas temáticas principales:
1- socioeconómica y organizativa: aborda las cuestiones sociales a través de trabajos de movilización de la
población, estudios socioeconómicos, recopilación de la historia de ocupación de los campamentos con
entrevistas a sus habitantes;
2- aspectos físicos: proyectos, estudios geológicos, urbanísticos, viales y sanitarios;
3- área jurídico-legal: recolección de información sobre la propiedad de los predios y establecimiento de
estrategias para la regularización de dichas propiedades.
Lo anterior permite señalar que existe una importante interacción entre los equipos técnicos y la población
en la preparación de los planes, con la aplicación de metodologías participativas.
“El PGE es un instrumento de la comunidad, es aprobado por ella. Cuando la comunidad de un
campamento asiste a las asambleas del Presupuesto participativo, ella se lleva el plan ‘bajo el
brazo’, con el parecer técnico y financiero, para solicitar las obras (...) El PGE vino a unir la
demanda de las comunidades por mejoras urbanas con la necesidad del órgano municipal
encargado de planificar la ejecución de las intervenciones en las favelas. Para la municipalidad
los planes se transformaron en un instrumento de captación de recursos externos para
financiar las inversiones” (entrevista a asesora de la URBEL).
Los resultados del proceso, tanto para la municipalidad como para la población, van más allá del
documento elaborado (cuadro 3).
Eliminado: “La URBEL consideró
que para ejecutar los proyectos en los
campamentos era necesaria una
planificacion. Esa perspectiva
siempre ha orientado el trabajo del
organo y por eso hemos llevado la
discusion dentro del Consejo
Municpal de Vivienda. Asi hemos
conseguido hacer aceptada la idea de
los planes estructuradores (PGE).
Eliminado: or
Eliminado: es
Eliminado: vem
Eliminado: casa
Eliminado: la URBEL
Secretario de Planificación Municipalidad de Belo Horizonte 1993-2000.
10 El primer PGE fue realizado en 1995, en la ocupación Nossa Senhora dos Passos, como parte de otro programa del gobierno municipal, el
Projeto Alvorada, desarrollado con el apoyo de la agencia de cooperacion italiana. La experiencia sirvió de modelo para la incorporación de esta
dinámica en el Presupuesto participativo.
9
Eliminado: .
Eliminado: la realizacion de
12
Cuadro 3
Planes globales elaborados para campamentos en Belo Horizonte hasta el año 2000
Planes globales
Elaborados
En elaboración
Previstos
Total
Número de campamentos
11
40
02
53
Población beneficiaria
10.948
41.226
5.798
57.972
Fuente: Internet portal PBH.
La relevancia de los PGE para la planificación y gestión urbana contrasta con el ritmo lento y gradual de su
puesta en marcha en los campamentos, lo que es fuertemente resentido por la población.
Eliminado: la
“Los planes globales en los campamentos fueron elaborados en procesos participativos, con
gran movilización de la población. Sin embargo, los recursos y los beneficios demoran en
llegar, pues el Presupuesto participativo va aprobando las obras por partes, eso desmoviliza y
desmotiva a la gente” (entrevista a asesora de trabajo comunitario, de la empresa municipal de
limpieza urbana).
La aprobación de inversiones en infraestructura, con recursos del Presupuesto participativo, llevó también a
la creación de los grupos de supervisión, formados por representantes de la comunidad. Tal como se ha
señalado, dichos grupos son pieza fundamental en el funcionamiento del Presupuesto participativo.
III.3. El Presupuesto participativo de la Vivienda (OPH)
El OPH es una peculiaridad del Presupuesto participativo de Belo Horizonte, el cual se ha transformado en
el principal mecanismo de política pública de vivienda en el municipio.
El Partido dos Trabalhadores había asumido, en las elecciones de 1992, el compromiso de construcción de
viviendas populares. Al iniciar la administración, el nuevo alcalde se encontró con grandes limitaciones en
ese campo. Sin duda la creación del OPH fue una señal del esfuerzo del gobierno municipal para superar
los límites financieros y operacionales en el sector de vivienda popular y la evidente incapacidad para
atender la demanda (Ribeiro, 2001). Pese su importancia, dicho esfuerzo sin embargo es aún bastante
modesto frente a la magnitud de la carencia de viviendas para la población de escasos recursos 11.
El proceso del Presupuesto participativo generó en los primeros años un gran número de demandas por
mejoras urbanas en los campamentos y conjuntos de vivienda populares necesitados de infraestructura,
además de la demanda de la población “sin casa” por la construcción de viviendas (Jacinto y Moreira, s/f).
De 49 proyectos de inversión aprobados en el Presupuesto participativo 1995, el 18,45% atendía a grupos
“sin casa”.
El movimiento de lucha por la vivienda pensó que el Presupuesto participativo podría transformarse en la
puerta de entrada de las demandas por vivienda en la ciudad, pasando a disputar los recursos destinados a
obras de infraestructura urbana y equipamientos públicos. Esa situación también está relacionada con el
vacío dejado por la crisis del sistema nacional de financiamiento del sector y su extinción a mediados de los
años ochenta (Gomes, 2005).
Según Navarro y Godinho (2005), la participación del movimiento de los sin casa en el Presupuesto
participativo generó dos problemas: la evidencia de la falta de recursos de la municipalidad para atender
Hay que señalar que, además de la produccion de nuevas viviendas, la política municipal de vivienda puesta en marcha incluía también el trabajo
de remoción o urbanización de campamientos y acciones de mejoras en conjuntos de vivienda construidos por los gobiernos municipales en la
década anterior pero que no contaban con recursos básicos de infraestructura.
11
Eliminado: “Fueron creados
tambien los grupos de referencia en
cada campamiento, formado por
vecinos y encargado del seguimiento
de las obras. Era una forma de
multiplicar la informacion y ayudar en
la organización comunitaria”
(entrevista a asesora de la URBEL)
Eliminado: ) (reducir???)
Eliminado: asumir
13
sus demandas y el cuestionamiento de la forma de distribución de los recursos financieros, pues la entrega
de un bien individual como es la vivienda se contraponía con la entrega de bienes colectivos. El interés de
la municipalidad era atender al mayor número posible de personas, sin embargo eso no era factible si gran
parte de los fondos se destinaban a bienes individuales. Esos puntos generaron un intenso debate tanto al
interior del aparato público como del movimiento popular.
Eliminado: de
La solución, para que no se repitiera lo ocurrido en el presupuesto participativo 1995, fue crear un canal
específico para tratamiento de las demandas de vivienda. La estructura del OPH es distinta del
Presupuesto participativo, tiene formas propias de distribución de los recursos, elección de los delegados y
criterios de selección de los núcleos de los sin casa.
El OPH fue integrado al Sistema Municipal de Vivienda, formado por un Consejo Municipal de Vivienda que
deliberaba sobre el Fondo Municipal de Vivienda Popular. El órgano ejecutor pasó a ser la Companhia
Urbanizadora de Belo Horizonte (URBEL). Varias de las decisiones tomadas en el OPH estaban sujetas a
las definiciones previas en esas instancias, en las cuales estaban representados tanto la población como el
ejecutivo municipal, empresas constructoras y sindicatos. En 1998 el Consejo fue desactivado debido a
crisis internas, permaneciendo en esa situación durante quince meses, lo que perjudicó la discusión con la
población y la respuesta a gran parte de sus demandas.
Eliminado: Y la
Eliminado: era el órgano ejecutor
Eliminado: fini
Eliminado: ciones d
Eliminado: como
Desde su creación hasta el año 2002, el OPH produjo alrededor de 1.600 viviendas populares y en aquel
año acumulaba la cantidad de 1.450 unidades aprobadas en las plenarias públicas pero aún no construidas
(Ribeiro, 2004, p. 134) 12.
Para tener una idea de la dimensión del proceso, se puede señalar que, en el Forum Municipal de Vivienda,
donde se decidirían los proyectos del periodo 2001-2002, se presentaron 178 núcleos de los sin casa, los
cuales sumaban en total 31.535 familias asociadas. De éstas, 13.469 participaron directamente en las
asambleas regionales, eligiendo 491 delegados. Esa cantidad de familias disputó las 830 unidades de
viviendas planificadas para el periodo, cuya construcción efectiva demoraría cuatro a cinco años en
promedio” (Ribeiro, 2004, p. 139).
La presencia de la población en el OPH ocurre de tres formas: inserción de las familias inscritas en los
“núcleos sin casa” reconocidos por el organismo municipal a cargo del tema vivienda; participación de los
asociados a los núcleos en las reuniones realizadas en las subregiones, donde son elegidos los delegados;
participación de los delegados en las reuniones del Forum Municipal de Vivienda, donde se toma la
decisión final sobre la asignación de cuotas de vivienda.
En el periodo 1995-2000, aumentó de 147 para 178 el número de núcleos sin casa en las reuniones
preparatorias del Presupuesto participativo, lo que, según Navarro y Godinho (2005), apuntaría a un
reconocimiento de la validez de la participación en el OPH. Estos autores consideran como principales
contribuciones del proceso:
-
creación de espacios de democracia directa en la deliberación de la política de vivienda;
-
institucionalización de la convivencia, aunque con conflictos, en espacios institucionales
innovadores;
-
mayor control de la sociedad sobre las acciones gubernamentales en ese ámbito de política
pública;
-
consolidación de un sistema deliberativo descentralizado y participativo;
-
diseminación de una cultura democrática que cuestiona las prácticas autoritarias y elitistas,
fuertemente arraigadas en el ámbito de las políticas de vivienda.
12 Para hacerse una idea del tamaño del problema de la vivienda en la ciudad y, así, conocer la real dimensión del esfuerzo realizado por el poder
municipal, es importante conocer el déficit de vivienda en la ciudad. Navarro y Godinho (2005) indican que, en el comienzo del OPH, el déficit era de
50.000 viviendas. Sin embargo, los autores no presentan los antecedentes de la metodología que permitió calcular esa cifra.
Eliminado: Hay que señalar que
la política municpal de vivienda fue
establecida en base a dos ejes: la
produccion de nuevas viviendas y el
trabajo junto a campamientos y junto
a conjuntos de vivienda contruidos
por la municpalida en la decada
anterior pero que no contaban con
recursos basicos de infraestructura
(silvia).
14
El punto neurálgico en el proceso son los mecanismos adoptados para asignación de las viviendas a las
familias, después que un núcleo sin casa ha sido beneficiado con un cierto número de viviendas. La
selección de las familias es de responsabilidad de cada uno de los núcleos. Desde el comienzo, el poder
público decidió no intervenir en la autonomía del movimiento, lo cual dio lugar a “prácticas políticas
predatorias que comprometen la efectividad democrática del modelo participativo adoptado en el
Presupuesto participativo” (Ribeiro, 2004: 142).
En palabras de una entrevistada, “vi mucha cosa errada en el OPH, gente que tenía tierra y que fue para
allá para ganar vivienda. Debería haber más control en la asignación de las viviendas, el criterio debe ser
más por necesidad y menos por participación, hay que fiscalizar a las familias” (dirigente de asociación
comunitaria de la Vila Nossa Senhora de Fátima; delegada de una de las comisiones de fiscalización y
control de la ejecución de los proyectos aprobados).
Todas las familias seleccionadas por los dirigentes de los núcleos efectivamente carecían de vivienda, sin
embargo, un número de ellas estaba fuera de otros criterios establecidos en conjunto con la población. Con
frecuencia predominó el favoritismo o el juego de intereses en la distribución de aquellas familias que
tenían algún lazo personal con los coordinadores de los núcleos sin casa. Se repetirían así, en algunos
núcleos, prácticas de clientelismo urbano por parte de los dirigentes de las organizaciones, que actuarían
como agentes políticos con intereses particulares.
Se constataron, pues, límites y contradicciones en el OPH. En él reapareció la vieja cultura del clientelismo
y apadrinamiento político para atender la demanda de vivienda, ahora ya no directamente por parte del
poder público, sino de los intermediarios de la misma organización popular:
“Todo indica que el sistema vertical de acceso a bienes y servicios públicos, a los cuales los
instrumentos participativos de gestión democrática y popular pretenden combatir, fue -en mi
visión- fortalecido por el OPH en lo que se refiere al proceso de selección de las familias. Ese
análisis indica que el OPH se demostró incapaz de sostener un sentimiento de confianza,
cooperación social y colaboración cívica de los grupos sin casa” (Ribeiro, 2004, p. 148).
Pese a tales límites, Ribeiro ve en el OPH un importante avance democrático y señala que para erradicar la
cultura política del apadrinamiento no basta con la democratización del Estado, es necesario además
avanzar en la democratización de la sociedad.
Se observa una renuncia del poder público a la responsabilidad de la asignación final de las viviendas, con
la transferencia de la tarea a los coordinadores de los núcleos. Al parecer, los responsables municipales
efectivamente pensaban que los núcleos de los sin casa, en forma autónoma, serían capaces de definir y
aplicar criterios justos y universales en la distribución de los beneficios.
III.4. La institucionalidad municipal y los proyectos para los campamentos
El presupuesto participativo exigió importantes adaptaciones del aparato público municipal respecto a la
capacidad de planificación, producción y entrega de información, definición de metodología de interacción
con los vecinos, capacitación del personal, entre otros (Filgueiras, 2004). Aspectos confirmados por la
coordinadora de Participación Popular de la Secretaría de Planificación de la Municipalidad de Belo
Horizonte:
“Para gestionar obras con participación popular fueron necesarios grandes cambios en el
aparato municipal. El presupuesto participativo es un proceso muy complejo, es un
instrumento de planeación de la ciudad, define la asignación de recursos escasos frente a
grandes demandas, sirve para priorizar y al mismo tiempo obedece a criterios técnicos”.
En el ámbito de los proyectos de inversión en campamentos, el principal órgano municipal involucrado fue
la URBEL. Creada en 1983, la institución sufrió muchos cambios desde la llegada del Partido dos
Trabalhadores al gobierno municipal en 1993. En la gestión de Patrus Ananias, el organismo acentuó su
Eliminado:
15
acción en los programas de extinción de las áreas de riesgos de vivienda, en el asentamiento de familias
removidas a causa de la ejecución de obras públicas y en la urbanización de favelas 13.
El presupuesto participativo representó un gran impacto en la estructura técnico-administrativa de la
URBEL, debido al importante aumento de recursos financieros de este órgano destinados a las favelas.
Según Jacinto y Moreira (s/f), el organismo tuvo al comienzo muchas dificultades para llevar adelante su
misión. Se destacan las siguientes:
-
insuficiente estructura para atender el gran número de intervenciones y obras puntuales que debió
realizar a partir del inicio del Presupuesto participativo;
-
fallas en las instancias técnicas y en las estimaciones de costo de las obras, generando necesidad
de complementación de recursos;
-
falta de un estándar de calidad de los proyectos técnicos;
-
el plazo promedio de un año para la realización de las obras fue insuficiente en la gran mayoría de
los casos;
-
dificultades financieras de la municipalidad impidieron el desarrollo de las obras en los plazos
previstos;
-
dificultades para compatibilizar las obras del Presupuesto participativo con las intervenciones de
las empresas de servicios públicos, principalmente la concesionaria de aguas y alcantarillado;
-
lentitud en los procesos de licitación y contratación de los proyectos y obras;
-
escasez de estudios urbanísticos o planes globales de las favelas que permitiesen una visión más
amplia y en consecuencia jerarquizar las intervenciones técnico-financieras;
-
inexistencia de un programa de mantención de las obras ejecutadas;
-
ausencia de un sistema de fiscalización y control de la ocupación del suelo urbano en las favelas,
con el objetivo de impedir que se empeorara la situación, con familias ocupando más zonas de
riesgo, o zonas que requerían trabajos de infraestructura.
A lo anterior se debe agregar la inexperiencia y falta de personal de la institución en el trabajo directo con la
población de las favelas. El nuevo contexto exigió cambios en la forma de acción y el aprendizaje de
metodologías. Desde el mandato municipal 1993-1996, el organismo incorporó a otros profesionales del
ámbito social y asumió importantes trabajos en áreas de riesgo, en conjunto con grupos de apoyo formados
en cada comunidad, realizando prevención en épocas de lluvias, actuando de manera rápida y coordinada
en situaciones de inundación o aluviones. La institución también realizó intensa labor en el diseño del OPH
y en el trabajo de movilización social relacionado a los proyectos de regularización jurídica de los predios,
provocando la necesidad de abocarse al diseño de estrategias de acción junto a los vecinos y sus
dirigentes:
“También se crearon los grupos de referencia en cada campamento, formados por vecinos y
encargados del seguimiento de las obras. Era una forma de multiplicar la información y ayudar
en la organización comunitaria” (entrevista a asesora de la URBEL).
En junio de 2003 se puso en marcha la “gestión de proximidad” con la construcción de centros de
referencia en seis campamentos y un equipo técnico municipal para orientar a la comunidad en la solución
de problemas y monitorear las áreas de riesgo. El papel de los centros es fiscalizar y controlar la
Eliminado: in embargo, s
Eliminado: a
Eliminado: la URBEL
Eliminado: profesional del
Eliminado: ¶
Intenso trabajo del equipo de URBEL
en la preparacion y formaticon del OP
Habitação., en particular en el
Eliminado: Creacion de grupos
de referencia,
Eliminado: se
Eliminado: :
Eliminado: :
En el ámbito de la construcción de vivienda, la URBEL estuvo a cargo de diversos programas. Uno de ellos es el Programa de Autogestión, en el
cual la municipalidad traspasa los recursos a comunidades apoyadas por organizaciones nogubernamentales, las familias realizan la construcción y
la administración financiera del proyecto. La construcción de tales viviendas también se hacía según otras modalidades: gestión pública (todo el
proceso de producción era gestionado por la institución y después de concluido era traspasado a la población); cogestión (la municipalidad entrega
material y asesoría técnica a las organizaciones populares y éstas construyen las casas).
13
Eliminado: Otros programas:
PEAR: Programa Estrutural em Áreas
de Risco (enfrentrar los problemas
dee las áreas de riesgo:
innondaciones, aluviones, etc.)
16
reocupación de áreas de riesgo, servir de espacio para abrigo de familias damnificadas por inundaciones o
aluviones en épocas de lluvia hasta su posterior reubicación.
Como resultado del arduo trabajo y del aprendizaje, hubo mejoras en el desempeño institucional,
aumentando la capacidad de resolución de los problemas mencionados anteriormente. Sin embargo, dicho
proceso se vio afectado por otras dinámicas en curso en la política municipal. Una reforma administrativa
realizada en el año 2000 retiró poder y recursos a la URBEL, disminuyendo su capacidad de intervención
en los problemas de vivienda de la ciudad (Coelho, 2002). La reforma entregó mayor poder a las
subsecretarías de administración regionales y el control de las políticas urbanas de vivienda quedó dividido
entre ellas. La URBEL se transformó en un órgano responsable de la elaboración de los proyectos técnicos
y de la contratación de las empresas encargadas de la ejecución de las obras.
Eliminado: ¶
III.5. La población de la calle 14
Eliminado: ¶
Para el análisis de la organización de la población de la calle en Belo Horizonte en los años noventa y su
interacción con el poder público, en particular en el contexto del Presupuesto participativo, hemos tomado
como base la periodización propuesta por Andrade (2002):
Eliminado: considera importante
mencionar
fines de los años 80: empieza a organizarse en la ciudad el trabajo de entidades sociales con la población
que vive en la calle. Los pioneros y principales protagonistas son los agentes sociales de la Pastoral de
Rua, grupo de religiosos y laicos que, con el apoyo de la Pastoral de la arquidiócesis, desarrollan
actividades de contacto con estas personas y grupos, acciones de asistencia y de promoción.
1990-1992: organización de los cartoneros y fundación de la ASMARE, asociación de los recolectores de
papel y material reciclable. A fines de 1992 se había iniciado una relación de colaboración entre los
cartoneros y la municipalidad, a través de un acuerdo en el cual también participó la Pastoral de Rua. En
ese marco se inauguró el primer galpón para separación del material recolectado en las calles. Este local
permite a los trabajadores recoger, almacenar y comercializar los materiales reciclables.
Desde el inicio de los años noventa los recolectores de desechos reciclables se convirtieron en importantes
asociados de la Superintendência de Limpeza Urbana -SLU, organismo de la administración municipal
encargado del aseo urbano y de la política de gestión de residuos- en la puesta en marcha de un programa
de recolección selectiva de desechos. Posteriormente, se destinaron dos nuevos locales al acopio,
separación y clasificación del material recogido en las calles de la ciudad. El funcionamiento de tales
locales está directamente relacionado a la mejora de las condiciones de trabajo y de vida de los
recolectores.
La experiencia de la ASMARE se transformaría posteriormente en referencia nacional de organización
cooperativa de trabajadores de la calle en la recolección de desechos sólidos, práctica exitosa de economía
solidaria y de generación de renta. La organización articuló una gran red de apoyo que incluye organismos
gubernamentales y no gubernamentales, del sector privado, religiosos, culturales, empresariales,
organismos internacionales. En el periodo 1997-2002, logró el apoyo de Inter-American Foundation para la
compra de equipamientos y reforma del local de acopio y clasificación de los desechos, producción de un
video institucional y organización de seminarios (Morrison, 2002).
1993-1996: extensión del trabajo del poder público y de organizaciones no gubernamentales a otros
segmentos de la población de la calle; asociación del poder público y la organización de población de la
calle para el desarrollo de proyectos.
14
Incluye la población sin casa y la población que vive del acopio y venta de desechos sólidos (cartoneros y otros).
Eliminado: ¶
Con formato: Numeración y
viñetas
Eliminado: inicio del trabajo de la
Pastoral de Rua con esa población.
La Pastoral de Rua es ,,,,
Eliminado: ¶
¶
Eliminado: organiza
Eliminado:
Eliminado: (
Eliminado: , cooperativa,
Eliminado: )
Eliminado: Apoyo de la IAF a la
ASMARE en 1997 hasta 2002.
Eliminado: C
Eliminado: Contratos con el
sector privado. Premios
internacionalesEn ese periodo los
recolectores de desechos reciclables
se tornaron asociados prioritarios de
la Superintendência de Limpeza
Urbana (SLU, organismo de la
administración municipal encargado
del aseo urbano y política de gestión
de residuos) en la puesta en marcha
de un programa de colecta selectiva
de desechos. Dos nuevos locales
fueron destinados por ese organismo
a la separación del material colectado
en las calles.¶
Convenio de la ASMARE con el
poder publico y Pastoral de Rua en
diciembre del1992 relacionado a la
manutención de locales de acopio y
clasificación de los desechos, mejora
de las condiciones de trabajo y vida
de los recolectores.¶
Eliminado: principalmente
17
En ese periodo la municipalidad creó el Programa de População de Rua. A través de equipos de
educadores y trabajadores sociales, se realizaron actividades de seguimiento, asesoría, apoyo, formación
de liderazgos, cursos y talleres, capacitación. También se llevó a cabo el abordaje individual de las
personas que vivían en la calle. En el desarrollo del programa fue clave la colaboración con una red de
apoyo a las actividades y organización de la población de la calle, siendo la más importante la Pastoral de
Rua “sin ellos no se obtenía o no se hacía nada” (entrevista a asesora de trabajo comunitario, de la
empresa municipal de limpieza urbana).
En el mismo periodo se creó el Forum de População de Rua, formado por representantes del movimiento
de la población de la calle, organizaciones no gubernamentales que lo asesoraban, representantes de
distintos órganos de la administración municipal. Su objetivo era contribuir en las políticas públicas dirigidas
a la población de la calle en Belo Horizonte. En el Forum se discutían los problemas de ese segmento, los
objetivos y las metas de los programas públicos, las acciones conjuntas entre poder público y sociedad.
Bajo la presión del movimiento y las organizaciones sociales que lo apoyaban, se produjo la
institucionalización del Forum, es decir, la aprobación por el legislativo municipal de normativas
reglamentando su existencia y la obligación del ejecutivo de mantener esa instancia de consulta y diálogo.
Ello no impidió las divergencias y los enfrentamientos entre las organizaciones y la administración
municipal al interior del Forum, al contrario, estos se acentuaron y se transformaron en una crisis.
1997 en adelante: se hace más fuerte el dilema de asociación-colaboración con el poder público; crisis del
Forum de População de Rua, que sentía que su polo organizativo se perdía, debido a la asociación con el
poder público; retorno de las manifestaciones de la población de la calle como estrategia de lucha para la
obtención de beneficios.
En un estudio sobre la participación de la población de la calle en el presupuesto participativo y su impacto
en la dinámica de organización de ese segmento social, Andrade (2002) apunta a la capacidad del
movimiento para articular acciones en los espacios social y político-institucional. A través de su
organización, apoyada en una fuerte identidad colectiva, ese sector se constituyó en actor estratégico y
negoció hábilmente beneficios en el Presupuesto participativo.
Sin embargo, la combinación de prácticas de movilización social y acción en la esfera institucional no
estuvo exenta de contradicciones. La organización de la población de la calle presentaba al mismo tiempo
una dimensión “movimentista” -de acción directa de reivindicación y enfrentamiento al poder público- y una
dimensión de asociación con el poder público. Estas dos caras entraron en contradicción en momentos
posteriores. Los “sin casa” luchaban por vivienda y también por el derecho a ocupar espacios públicos que
consideraban abandonados, enfrentándose así con la administración municipal. Un punto de quiebre de las
relaciones de colaboración con el poder público fue el seminario “População de rua – rumo às políticas
públicas”, realizado bajo la coordinación del Forum y donde se hicieron evidentes las diferencias de
estrategias.
A través de la participación en los espacios institucionales -el Forum y las asambleas del Presupuesto
participativo-, el proceso de organización de la población de la calle ganó visibilidad y reconocimiento social
y político en Belo Horizonte. En el OPH la población de la calle eligió delegados tanto a miembros del
movimiento como a representantes de la entidad externa que los asesoraba, lo que constituye una
particularidad con relación a los demás sectores participantes en las iniciativas del Presupuesto
participativo.
Los equipamientos obtenidos por la población de la calle en el Presupuesto participativo en los años 90
fueron los siguientes:
-
República Reviver: pensión pública para hombres, donde pueden residir por máximo un año;
equipamiento obtenido en el proceso del Presupuesto participativo 1993 e inaugurado en 1994;
Eliminado: A
Eliminado: , la primera
experiencia de colaboración con la
sociedad civil (la Pastoral).
Educadores sociales.¶
Existencia de
Eliminado: también ejercían
fuerte influencia en términos de
liderazgo sobre le movimiento,
personas clave “sin ellos no se
obtenía o no se hacia nada, sin
embargo su estilo también generaba
conflictos” (entrevista Andrade)
Eliminado: con el objetivo de
contribuir para hacer avanzar la
definición de políticas públicas para la
población de la calle en Belo
Horizonte. El Forum fue
Eliminado: la sociedad civil (
Eliminado: ,
Eliminado: Ongs asesoras)
Eliminado: , bajo el impulso de la
Pastoral de Rua.
Eliminado: , los problemas de la
población en cuestión
Eliminado: ¶
Eliminado: La
Eliminado: :
Eliminado: , bajo presión del
movimiento
Eliminado: su crisis,
Con formato: Numeración y
viñetas
Eliminado: u
Eliminado: ctor
Eliminado: destaca
Eliminado: es
Eliminado: s
Eliminado: E
Eliminado: de es
18
-
Centro de Referência para a População de Rua: espacio para atender necesidades básicas tales
como lavado de ropa, higiene personal, guardar pertenencias, realización de talleres de lectura,
teatro, etc. Inaugurada en octubre de 1996;
-
Centro de Saúde Carlos Chagas: consultorio de salud conquistado en el Presupuesto participativo
1995;
-
Local comunitario (creche) para la atención de hijos pequeños de recolectores de desechos
reciclables, conquistado en el Presupuesto participativo 1997.
Tales equipamientos tuvieron repercusión positiva en el proceso de inserción social de la población de la
calle. Al mismo tiempo, representaron un adelanto en la discusión y puesta en marcha de políticas públicas
de trabajo y vivienda que beneficiaron particularmente a ese sector. Sin duda, la capacidad de ese grupo,
sumado al apoyo clave de organizaciones intermediarias, le permitió influir en el diseño de políticas
públicas.
Eliminado: o
III.6. Institucionalidad municipal y proyectos orientados a la población de la calle
Tal como se procedió en el caso de la población de favelas, es importante señalar algunas características
de uno de los principales órganos de la administración municipal que se relacionaron intensamente con la
población de la calle en los contextos del Presupuesto participativo y de colaboración entre ese sector de la
población y el poder público.
Desde 1993 la Superintendência de Limpeza Urbana, SLU, implementó una propuesta innovadora que se
transformó en un referente en la gestión de residuos sólidos con participación de recolectores de papel y
materiales reciclables.
“No ha sido fácil la relación entre SLU y ASMARE. Por eso la primera incorporó en 1996 a
personal con experiencia en educación popular, conducción de trabajo comunitario y
conocimiento de dinámicas de grupos. A fin de cuentas, gente que hablara el lenguaje del
movimiento popular. También se creó un equipo de movilización social, encargado de realizar
actividades con la población, además de un área de comunicación social. Al comienzo la
relación entre la población de la calle y SLU fue tensa. Posteriormente se distendió y se
produjo un aprendizaje mutuo. Las presiones del poder público también contribuyen a que el
movimiento avance en sus acciones y propuestas” (entrevista a asesora de trabajo
comunitario, de la empresa municipal de limpieza urbana).
El segmento que se relacionaba con la SLU era el más organizado de la población de la calle, mientras que
los demás se conectaban con la Secretaría Municipal de Desarrollo Social. Este órgano fue el encargado
de la política de asistencia a la población de la calle y el principal interlocutor del poder público en el Forum
de População de Rua. Allí se concentró el conflicto más fuerte. La tensión principal con la Secretaría fue la
ocupación del espacio público, cuestionado por la administración municipal pero defendido como un
derecho por el movimiento y por la Pastoral de Rua.
Como conclusión del punto III, hay que señalar que, tanto en el contexto del presupuesto participativo como
de otros programas municipales mencionados, las experiencias institucionales implementadas resultaron
inclusivas para los vecinos de los barrios de escasos recursos, campamentos y población de la calle en
Belo Horizonte. Por cierto, ellas no han alterado radicalmente el cuadro de inequidad en lo que se refiere al
acceso a bienes, equipamientos y servicios públicos urbanos. Sin embargo, han tenido impacto en muchas
zonas en la mejora en la calidad de vida y disminución de la segmentación social y urbana. Tales mejoras
son fruto de la participación de esa población en la toma de decisiones sobre la inversión del gobierno
municipal en infraestructura. Pasados los periodos de movilización, la concertación entre actores sociales y
el poder público es indispensable para mantener lo conquistado, puesto que los equipamientos y servicios
requieren inversiones para evitar el desgaste y su desfase.
Eliminado: Desde la primera
gestión municipal del Partido dos
Trabalhadores,
Eliminado: y
Eliminado: popular (sobretodo
Eliminado: )
Eliminado: ,
Eliminado: G
Eliminado: – teatros, culturales –
Eliminado: junto a la población
Eliminado: en el periodo 19931996
Eliminado: ¶
Eliminado: se relacionaba con la
SLU
Eliminado: (faltó entrevista
Eliminado: Con la reforma
administrativa del 2000, la SLU fue
transformada en Secretaria de
Limpeza Urbana y perdió la
autonomía y el poder de iniciativa
propia que tuvo desde el 1993.¶
Eliminado: Redactar párrafo de
conclusión del punto II: experiencias
institucionales que
Eliminado: sectores
Eliminado: y favelas
19
IV. PRESENCIA Y ROL DE ACTORES EXTERNOS
En Belo Horizonte es evidente la importancia de agentes intermediarios, como la Pastoral de Rua, en la
organización de la población de la calle y en su relación con el poder público municipal. Dicha organización
ha desarrollado desde los años ochenta acciones de apoyo, movilización, educación popular y formación
de liderazgos. Por otro lado, ha sido interlocutora del gobierno local asociándose con él en proyectos
dirigidos a la población de la calle.
Para enfrentar los desafíos en la interacción con la organización de los cartoneros y otros recolectores de
desechos para venta, el órgano municipal encargado del aseo urbano incorporó en los años noventa a un
equipo de profesionales con larga trayectoria en educación popular, promoción social y cultural junto a
sectores de escasos recursos, experiencia adquirida en el movimiento comunitario y en organizaciones no
gubernamentales.
La incorporación de profesionales con experiencia en organizaciones no gubernamentales, así como el
establecimiento de contratos de prestación de servicios con organizaciones de este tipo para el desarrollo
de acciones sociales fue fundamental también para la URBEL y la Secretaria de Desenvolvimento Social,
órganos que junto a la Superintendencia de Limpieza Urbana pasaron a tener contacto más estrecho con la
población de la calle, los habitantes de campamentos y áreas de riesgo urbano. Tales instituciones también
han contratado, en diversos momentos, los servicios de consultoras para actividades en el ámbito de
desarrollo social y comunitario.
El trabajo de educadores populares, agentes de pastoral de la iglesia católica y de ONG, tal como el apoyo
financiero de agencias de desarrollo y organizaciones privadas, fueron muy importantes en el caso de la
ASMARE, la organización de recolectores de desechos sólidos urbanos que se hizo conocida por sus
actividades de generación de renta y promoción de ese sector.
No hemos encontrado relatos de actuación de organizaciones no gubernamentales directamente en el
presupuesto participativo (aparte de lo mencionado en el punto III.5 sobre la Pastoral de Rua, la cual
incluso tuvo miembros elegidos como delegados). Eso no significa que entidades de ese tipo no hayan
acompañado de cerca el proceso. Pese a que la búsqueda de antecedentes para la preparación de este
documento no se haya enfocado en esa cuestión, fue posible detectar la presencia de ONG y agentes
externos en la construcción de los espacios de concertación, aunque no en primera línea. Entre los
momentos de mayor efervescencia y movilización (las asambleas del presupuesto participativo, por
ejemplo) y el cotidiano de la vida en los barrios y campamentos existe un espacio donde se lleva a cabo el
trabajo comunitario, iniciativas de los vecinos o de organizaciones sociales o incluso de órganos
municipales como la URBEL y la SLU. Al parecer, en ese trabajo “micro”, menos visible, se desarrollan los
principales componentes que apoyarán la movilización en los espacios de concertación institucionalizados.
En ellos ocurre la sensibilización de los vecinos respecto de sus temas y sus derechos, la formación de
liderazgos, la capacitación y educación en distintas materias, la interlocución con agentes “externos” en
momentos que aún no son propiamente de consulta o decisión pero que son en sí mismos formadores de
capital social.
En la expresión de un entrevistado, “es más fácil llenar un bus con vecinos para una asamblea del
presupuesto participativo que realizar la labor de formación de las redes locales, de fomentar el diálogo y la
organización en una comunidad”. Sin embargo, las instancias clave de la innovación de la decisión
presupuestaria se apoyan ampliamente sobre ese trabajo. Ejemplo de eso es la labor llevada a cabo en
diversas zonas de la ciudad por la Rede de Intercâmbio de Tecnologias Alternativas, organización no
gubernamental creada en los años ochenta en Belo Horizonte, que desarrolla fundamentalmente trabajos
junto a población de escasos recursos, escuelas y centros de salud, en temas de organización comunitaria,
20
capacitación, agricultura urbana, seguridad alimentaria, educación ambiental, mejoras de la situación
ambiental de las localidades 15 (entrevista a profesional de la organización).
Desde la llegada del Partido dos Trabalhadores a la administración municipal en 1993, la Rede participó, en
conjunto con otras ONG, en la discusión de iniciativas y puesta en marcha de programas públicos,
particularmente en el ámbito de las políticas de abastecimiento y seguridad alimentaria. Desde entonces la
colaboración se hizo cada vez más compleja. Como participante en el diálogo para estructurar políticas, la
organización también fue contratada para la prestación de servicios. Sin embargo al poco tiempo resintió su
transformación en ejecutora de decisiones de los órganos municipales, cuyos proyectos eran evaluados por
criterios de costo-beneficio y no se valoraba el trabajo de organización y elaboración participativa de
diagnósticos y de planes para enfrentar los problemas de cada comunidad. Por otra parte, sectores del
gobierno municipal no estaban de acuerdo con la estrategia de intervención basada en la autonomía de las
comisiones gestoras de los proyectos comunitarios implementados con la asesoría de la ONG. A partir de
ese momento los contratos se interrumpieron, y los miembros de la organización expresaron críticas a las
limitaciones de los procesos de toma de decisión y control social en temas relacionados a la población de
escasos recursos.
Es importante mencionar que el propio gobierno municipal propuso la creación de la Escola de
Participação, donde -con la contribución de distintos tipos de organizaciones sociales- se realizan cursos de
capacitación a representantes de la sociedad civil que se relacionan con el poder público local (por ejemplo,
delegados de las Comforças, miembros de los diversos consejos sectoriales y Conselho da Cidade). Dicha
experiencia ha contado con recursos financieros del municipio y de organizaciones italianas que hace
varias décadas apoyan organizaciones sindicales en la región.
V. CONCLUSIONES
No hay duda que las experiencias institucionales de articulación entre sociedad y gobierno municipal
mencionadas en este trabajo resultaron inclusivas para los sectores populares vulnerables. Ese impacto se
refiere tanto al acceso a equipamientos públicos y beneficios urbanos, como a aspectos políticos. La
incorporación al sistema político de actores que no eran tomados en cuenta en las decisiones de política
pública de inversión local es uno de los principales resultados del Presupuesto participativo, tal como se
señala en casi toda la literatura al respecto. En el documento se ha destacado la participación de los
vecinos de barrios populares y campamentos, así como la “población de la calle” en dicho proceso.
El cambio en la calidad de vida de la población de escasos recursos en Belo Horizonte, en el periodo
iniciado en 1993 hasta ahora, es evidente en los resultados de apertura de calles, construcción de
equipamientos, urbanización de campamentos, elaboración de planes integrales de intervención en esas
áreas, entre otros beneficios. Más modestos, pero no menos importantes, son los resultados de la
intervención en el ámbito de la vivienda, un grave problema social y urbano en la ciudad.
La mayor parte de las conquistas en términos de políticas públicas aún no están consolidadas, por ejemplo,
las referidas a la población de la calle. Se ha avanzado. Sin embargo, no se puede afirmar un cambio que
se refleje en la institucionalidad municipal respecto de programas consolidados. Por otra parte, hay que
considerar que las debilidades de esa institucionalidad tienen orígenes más amplios que los desafíos
enfrentados en las experiencias aquí analizadas.
El trabajo identifica algunas de las principales condicionantes institucionales asociadas a los procesos de
concertación local:
-
gran cantidad de desafíos a los organismos municipales que deben tratar directamente con la
población, exigiéndoles cambios importantes para alcanzar mayor capacidad técnica (obras,
15 Para el desarrollo de tales actividades, la organización ha tenido financiamiento de órganos de la administración municipal, y de diferentes
instituciones de la cooperación internacional para el desarrollo (World Vision, Misereor, Eze, PNUD, UNICEF, entre otros) (Rede, 1999).
21
gestión de residuos, aseo urbano) y también capacidad para relacionarse con la población y sus
organizaciones. Aunque su labor está ligada a temas muy técnicos (el aseo urbano y la gestión de
residuos sólidos, la planificación y ejecución de obras de infraestructura), tuvieron que incorporar
equipos que se encargaran de la formación y actividades con sectores sociales y en particular con
los más excluidos;
-
contradicciones surgidas de la necesidad de mayor planificación por parte de la municipalidad (los
planes globales de obras en los campamentos son un ejemplo) y las exigencias inmediatas de la
población para la ejecución de las obras.
El poder público en Belo Horizonte viene cumpliendo el rol de garantizar los espacios de discusión con la
población y su participación en la toma de decisiones. Los ejemplos más importantes en el caso
mencionado son los delegados del Presupuesto participativo, las comisiones Comforças del Presupuesto
participativo, los grupos de referencia en los campamentos y los núcleos “sin casa”.
Sin embargo, persisten limitaciones para avanzar en el proceso, algunas de ellas relacionadas a las
características de la movilización social: escasa renovación de liderazgos; las mismas personas participan
en las diversas instancias. Eso no significa que no se han formado nuevos liderazgos a lo largo de los
últimos años en los procesos analizados, muchos de los cuales han sido calificados para el trabajo de
representación y de discusión con el poder público.
En opinión de algunos los entrevistados, en el Presupuesto participativo y sus instancias deliberativas se
destaca la presencia de vecinos y dirigentes con algún vínculo político partidario. Sin embargo, existe un
trabajo “que no aparece”, micro, del día a día, donde hay una presencia femenina importante, que no es tan
visible como los grandes momentos del presupuesto participativo. En cierta manera esas personas
participan en su desarrollo, dan continuidad a las decisiones en la comunidad, crean y sostienen las redes
organizativas que hacen el trabajo de seguimiento y con las cuales, en definitiva, cuentan los organismos
municipales en su labor. De todos modos, se debe reconocer que el Presupuesto participativo, tal como
otras experiencias, al mismo tiempo que se ha nutrido de tales redes, les ha dado otra dimensión, ha
ampliado su horizonte y ha avanzado en la creación de capital social vertical.
De ahí se concluye en la necesidad de reforzar aquellos procesos locales que no son los inmediatamente
políticos y deliberativos, pero que dan soporte a estos. El trabajo de organización, en actividades propias o
apoyadas principalmente por ciertos agentes externos: organizaciones no gubernamentales, grupos de
pastoral, educadores populares, prestadores de servicios en el ámbito social para la municipalidad, todos
ellos actores importantes en la creación de redes de contactos y capacidades comunitarias, y en el
aprovechamiento de las oportunidades para hacer elevar la calidad de los dirigentes vecinales.
VI. SUGERENCIAS PARA EL APOYO A EXPERIENCIAS DE CONCERTACIÓN PÚBLICA EN EL NIVEL
LOCAL
Con base en el estudio de caso realizado en Belo Horizonte, es posible presentar algunas sugerencias para
agencias de desarrollo interesadas en apoyar el desarrollo de base y experiencias de concertación pública
en el nivel local.
I- Apoyo a programas y proyectos del poder público en:
-
la realización de diagnósticos, estudios, construcción de índices, actualización periódica de tales
informaciones;
-
los cambios y aprendizajes necesarios en las instituciones municipales con gran componente
técnico pero que necesitan “equiparse” para interactuar con la población y en particular con
aquella de escasos recursos;
-
en los temas de capacitación, preparación de materiales, creación de metodologías, cursos para
liderazgo, capacitación de dirigentes sociales en temas diversos.
Eliminado: ¶
¶
22
II- Apoyo a agentes intermedios -organizaciones sociales, organizaciones no gubernamentales-, que
desarrollan trabajos de:
-
sensibilización y movilización de las comunidades; creación de capital social en el ámbito
comunitario;
-
educación popular y de promoción;
-
formación y capacitación de liderazgos.
23
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25
ANEXO 1: TIPOS DE OBRAS DEL PRESUPUESTO PARTICIPATIVO
Infraestructura
-
Tratamiento de fundos de vales
Canalización de córregos
Drenaje
Apertura de vías
Recomposición de pavimento de vías
Ensanchamento de vías
Pavimentación de vías
Contención de laderas
Construcción de escadarias
Construcción de puentes
Salud
-
Construcción de consultorios
Ampliación de consultorios
Costo y equipamientos para consultorios
Desapropiación o adquisición de predios
Deporte
-
Construcción – ampliación de centro deportivo
Construcción de cancha deportiva
Construcción de muralla, galerías y camarines en cancha de fútbol
Construcción de área de recreación
Construcción de plaza
Cultura
-
Construcción de centro cultural
Desapropiación o adquisición de predio
-
Elaboración de planes globales específicos (PGE)
Urbanización de pasajes (drenaje, contención, pavimentación)
Recursos para intervenciones definidas en el PGE
Educación
-
Construcción de escuela municipal
Ampliación de escuela municipal
Adquisición de equipamientos para escuela municipal
Techado para canchas en escuelas
Construcción de auditorio en escuela municipal
Desapropiación o adquisición de predios
Asistencia social
-
Reforma de Centro de Apoyo Comunitario - CAC
Desapropiación o adquisición de predios
Construcción de abrigos, albergues y republicas
Áreas de convivencia, creación y revitalización de plazas para promoción de
la convivencia familiar y comunitaria
Construcción de Centro de atención y actividades para adultos mayores
-
Construcción de parques ecológicos
Urbanización
favelas
Medio ambiente
de
Fuente: Prefeitura de Belo Horizonte (2004). Plano regional de empreendimentos Orçamento Participativo 2005-2006: 11.

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