La Ílhava portuguesa, belleza ancestral sobre el agua
Transcripción
La Ílhava portuguesa, belleza ancestral sobre el agua
La Ílhava portuguesa, Mercedes Peláez* belleza ancestral sobre el agua *Arquitecto. Realiza su tesis doctoral sobre el Arca de Noé en el Departamento de Expresión Gráfica de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid La Ílhava. Museo Marítimo de Ílhavo © Mercedes Peláez La Ílhava, a la izquierda. Sala de embarcaciones de la laguna de Aveiro. Museo Marítimo de Ílhavo © Mercedes Peláez La réplica de la Ílhava es también una pieza única y exclusiva, destinada a recuperar la memoria de los ílhavos y del barco que este pueblo de pescadores hizo célebre en la costa portuguesa con sus migraciones y sus palheiros. La copia se ha fabricado a iniciativa de la Asociación de Amigos del Museo, responsable del estudio documental del prototipo, y se ha encargado de su construcción el mestre António Esteves en el astillero de Pardilhó. Desde enero de 2014, la Ílhava se incorpora, recién estrenada, a la galería de embarcaciones típicas de la laguna de Aveiro, que guarda un moliceiro, un mercantel y las bateiras de Canelas, caçadeira, patacha, chincha, matola y Vouga, entre otras piezas, además de un imponente buque bacaladero que hacía desde Ílhavo la ruta pesquera de Terranova, que ocupa el espacio central del museo. Entre los valiosos barcos, a escala real, que guarda el Museo Marítimo de Ílhavo, una afilada nave con silueta negra de media luna y porte solemne detiene la mirada del visitante que circula entre tesoros de la cultura portuguesa del mar. Es una réplica de la elegante Ílhava, la embarcación tradicional de los ílhavos, extinguida en el siglo XX, tan elemental y soberbia como desconocida fuera de su entorno más inmediato en el centro de Portugal. Lleva el nombre del pueblo ílhavo, y es su icono. Se trata de una bateira portuguesa de tablas de madera, del tipo de barco do mar, de casco alquitranado con fondo plano y dos proas picudas curvadas en creciente lunar asimétrico, remos, y vela latina blanca. Tiene valor etnográfico incalculable, y remite al conjunto de costumbres que identifican la costa atlántica con el país luso y al barco con los remotos orígenes de la cultura humana en Oriente Medio. De la antigua Ílhava se tienen noticias a partir del siglo XVIII. Se utilizó en el mar y en los ríos del entorno, aunque fue fabricada para faenar en las aguas de la ría de Aveiro, poco profundas. Tiene fondo plano y el sistema de construcción es de esqueleto-primero. Se fabrica sobre una base de tablones que se utiliza, a modo de falsa quilla, para sujetar las rodas y las cuadernas. Después se forran costados y base con tablas a tope niveladas en horizontal. Este tipo de colocación distingue a las bateiras del centro de Portugal de los barcos nórdicos, donde van curvadas siguiendo quilla y bordas, y solapadas 117 Barco Oseberg, con forro de tablas en tingladillo y curvadas según quilla y borda. Museo Vikingo de Oslo, Noruega © Mercedes Peláez Llaüts, las barcas laúd de las Islas Baleares. Puerto de Sóller, Mallorca © Mercedes Peláez en tingladillo. Las Ílhavas eran impulsadas a remo y vela. Solían tener dos remos, a cargo de doce remeros de una tripulación de unos quince o dieciséis marineros. Pescaban a dúo con tarrafa, una red de arrastre que manejaron, al menos, desde 17511. Más eficaz que la jábega, y más moderna, incorporó el arte del bou del levante español, importado por pescadores catalanes instalados en Andalucía, Galicia y Portugal. co, inmutable, estacionario a través de los siglos y constituye uno de los más preciosos documentos para el estudio de la etnografía de la zona ribereña del centro del país, en especial de la ría de Aveiro”. La tipología de bateira abarca un amplio repertorio de una misma estirpe, que presenta diferencias formales en razón del uso y del medio acuático. Según Lopes, entre las bateiras lagunares de Aveiro están la caçadeira de aves, la saleira de las marinhas, el moliçeiro, la mercantel, y la murtoseira o labrega, concebida para pesca fluvial con la Ílhava, que se dedicó también a pescar en el mar y a la recolección de algas moliço por lo que, se cree, dio origen al moliçeiro. Hay además varios tipos de bateiras marítimas. La mayor es la bateira do mar, con proas desiguales. Incluye los tipos de barco do mar, da companha, saveiro y meia-lua, o de media-luna por su forma en creciente, común a las bateiras y a la Ílhava en diversos grados de simetría. La Ílhava pertenece al espléndido catálogo de tipos de embarcaciones tradicionales del centro de Portugal, que forman una entidad cultural digna de pertenecer a la lista del Patrimonio de la Humanidad por la especial vinculación de las artes pesqueras en relación con el territorio específico donde radican. Ana Maria Lopes2 explica que una bateira es “un tipo de embarcación arcai- 1 CARVALHO, Márcia, A Diáspora dos Ílhavos: memoria, realidade e mito, in: “A diáspora dos Ílhavos”. Catálogo de exposición. Museu Marítimo de Ílhavo, 2007. 2 LOPES, Ana Maria. “O vocabulário marítimo portugués e o problema dos mediterraneísmos”. Facultade de Letras da Universidade de Coimbra. Instituto de Estudios Românicos. Ílhavo, 2006. 118 La forma tajante de las bateiras no pasa desapercibida y son muchos los diagnósticos que sopesan su figura, genealogía y antigüedad. Octávio Lixa Filgueiras, reconocido experto en embarcaciones portuguesas además de arquitecto, etnógrafo y arqueólogo, insistía en valorar conjuntamente la función y la forma sin olvidar los procesos constructivos. En cuanto a la forma, Brandão encontró una razón técnica que justifica el espléndido perfil en creciente de las bateiras. En O barco3 escribió sobre el barco de Mira que, al salir desde la playa, tiene que atravesar el rompiente de la ola, cabalgarla y asentarse en el agua. Por eso “yergue” proa y popa, y “tiene exactamente la forma cóncava del espacio que va de ola a ola”. 3 BRANDÃO, Raul. O barco, in: “Os Pescadores”, 1923. Réplica del barco fenicio Mazarrón II construido con sistema de ‘forro-primero-con-quilla’, siglo VII a.C. Museo ARQUA, Cartagena | © Enrique Domínguez Uceta “Cada barco se ha hecho siempre en función del mar por el que navegue” explica Miquel Huguet, carpintero de llaüts en Menorca4. Para este mestre d’aixa, en el Atlántico “el barco tiene que nadar. Por eso son más planos”. El llaüd es típico del Mediterráneo, donde se necesitan barcos “muy quillados”, de extremos casi iguales, con un par de palos a modo de “nariz”. Sirven de tajamar y quizá de mira para el rumbo, como en su caso las proas levantadas de las bateiras. Al fabricar un barco tradicional, la configuración se obtiene repitiendo, con la ayuda de una regla, una forma ideal ya calculada. Este método, por copia de forma óptima, asegura la bondad de cada ejemplar. El maestro Esteves, constructor de la Ílhava, explica a Costa en la entrevista para el Boletín del MMI5 que un barco tradicional se fabrica sin planos, con un “pau de pontos” único para cada tipología. Esta regla es mejor que un dibujo porque permite replantear las medidas directamente a partir de un eje, y “funciona como una escala”. Su uso no es exclusivo de bateiras, se conoce por escalafón en Huelva y se emplea en jábegas y en llaüts de bou del levante español, ambos de probable ascendencia fenicia. Es fenicio el pecio Mazarrón II, del siglo VII a. C., el barco más antiguo entre los descubiertos, y es distinto a la bateira. Está casi intacto y permanece en aguas murcianas al cuidado del Museo ARQUA de Cartagena, donde guardan una réplica ejecutada por Astilleros Nereo en Málaga. La sorpresa de estos artesanos6 fue enorme cuando constataron que, al tener las medidas exactas de la jábega malagueña, se podía construir con su escalafón. El pecio Mazarrón II fue realizado con técnica de de forro-primero-con-quilla, aunque las tracas del forro semejan, por su gran grosor, las tablas de los remotos “barcos de tablón” que Filgueiras relacionó con India, Sumeria y el origen de la bateira. Analizando forma y construcción, Filgueiras descartó para la bateira el origen fenicio. La genealogía estaría en los barcos cretenses, y la de éstos en Sumeria y la India. En The Barco do Mar and the Thera Boats Breed, explicaba que los barcos do mar podrían estar emparentados con las naves en forma de creciente lunar, con dobles proas apuntadas, que figuran en los sellos cretenses del 2200 al 2000 a.C. En esa misma época, anterior a la fundación de Cádiz por los fenicios, habrían llegado al litoral luso siguiendo la ruta del estaño y de la plata desde Creta por Tartessos, supuesta colonia cretense. Filgueiras7 creía que la difusión desde Gibraltar hasta Aveiro de esos “barcos de tablón”, realizados con sistema de forro-primero-sin-quilla, coincidía con la migración de los túrdulos en el siglo III a. C. a raíz de la destrucción de Tartessos por Cartago. Razonaba que el sistema de “esqueleto-primero” es mediterráneo, así que su utilización en bateiras sería posterior a una técnica anterior de forro-primero-sin-quilla, más apropiada para embarcaciones de fondo plano. El sistema sin 4 RODRÍGUEZ, Víctor. Historia de un llaüd. Magazine Fuera de serie. Diario elmundo.es, Unidad Editorial. Madrid, 27-062014. En: www.fueradeserie.expansion.com/2014/06/23/ viajes/1403516710.html 5 COSTA, Nuno Miguel. “Entrevista Mestre António Esteves, construtor da Bateira Ílhava”. Boletín CIEMar-Ílhavo, nº 2. Museo Marítimo de Ílhavo, 2014. 6 VÁZQUEZ, Alfonso. “La prueba que une la jábega con Fenicia”. Diario La Opinión de Málaga, 7-6-2013. En: www. laopiniondemalaga.es/malaga/2013/06/07/prueba-unejabega-fenicia/593830.html 7 LIXA FILGUEIRAS, Octávio. “The Barco do Mar and the Thera Boats Breed”, en Ship Construction in Antiquity. II Simposio. Atenas, 1991. 119 Construcción en 2013 de una tarrada, con sistema de ‘esqueleto sobre tablones’, en un astillero tradicional de Basora, Iraq Tigris River Flotilla Trip, 2013 © Cortesía Nature Iraq Foundation Construcción en 2013 de la Ílhava, con sistema de ‘esqueleto sobre tablones’, en el astillero tradicional de António Esteves en Pardilhó, Portugal © Cortesía Etelvina Almeida quilla, aseguraba Filgueiras que permanecía en uso en el Alto Nilo mientras escribía su artículo en 1991, y añadía que el método de esqueleto-primero-sobre-tablones, el de la Ílhava, podía encontrarse todavía en las naves mesopotámicas. plano, proas ganchudas, sistema constructivo, y protección con bitumen. Según The Marsh Arabs Heritage Project10, corresponden a la familia iraquí la tarrada de pesca, el bote mash-huf y el jalbout para forraje, el balaam de personas y suministros, la ga’da para productos, la blanca canoa cazadera jalika, y el velero ‘ania, especializado en dátiles. Al menos en 2013 fue así. Ese año, la construcción de la Ílhava en Pardilhó coincidía con la fabricación en Basora de una tarrada tradicional alquitranada, típica de las marismas iraquíes, con el sistema de esqueleto-primero-sobre-tablones, el mismo de la Ílhava. La Nature Iraq Foundation8 encargó la tarrada con una guffa redonda para descender el Tigris desde Turquía hasta las marismas documentando el patrimonio asociado al rio. La acción se inscribió en los gestos por devolver el agua al hábitat de las Marsh Arabs, intacto durante cien siglos hasta ser desecadas en 1992 por motivos políticos. En 2013, un Green Festival celebraba la llegada de la inundación y, por primera vez en muchos años, una tarrada surcaba de nuevo el Éufrates a “remos de tres jeques”9, y seis mujeres competían en la regata de botes mash-huf a pértiga. Bateiras, Ílhavas y tarradas sumerias Desde tiempos sumerios, los barcos han dominado el paisaje de las marismas de Iraq con el trasiego entre cañaverales de tarradas, mash-huf y guffas de cañizo. Los primeros pertenecen a la tipología local de ancestrales barcos de madera, equivalente a las bateiras. Ambas familias de barcos, de tarradas y bateiras, forman equipos que concuerdan en clasificación funcional, fondo 8 “Nature Iraq Foundation”, para la conservación del medio ambiente en Iraq y Oriente Medio. www.natureiraqfoundation.org Arcata, California. 9 PORTER, Richard. “Marsh flooding brings new life to Iraq’s ‘Garden of Eden’”. BBC/Radio 4, junio de 2013. 120 De la antigüedad de la tarrada es testigo la barquita sumeria en plata, del 2600 a.C., del Museo Nacional de Iraq. Fue hallada en la excavación de la Tumba Real de Ur, donde los estratos de fango hicieron suponer erróneamente a Woolley, su arqueólogo, que se encontraba ante la prueba del Diluvio. Contó ambos hallazgos en Ur of the Chaldees, en 1959. Rememoraba que había dos modelos de barco, uno de cobre y “otro de plata admirablemente bien conservado, de poco más de medio metro de largo. Este último tiene la popa y la proa altas, cinco asientos, y en medio un arco destinado a sostener el toldo para proteger al pasajero; los remos, la pala en forma de hoja, están todavía colocados en los bancos”. El británico insistía en el parecido de estas barcas con las embarcaciones locales de los años veinte, y precisamente en esta barquita de plata basó Filgueiras la célebre comparación de parentesco entre el barco do mar y las naves mesopotámicas. La analogía es factible por forma y eslora. La escala humana a partir de la toldilla refleja una tarrada similar en longitud, lista para un mínimo de diez remeros. Hay varias decenas más de maquetas sumerias similares a la bateira. Son tarradas de tamaños y materiales diversos, arcilla, cobre, bronce, caña o madera con bitumen, y de una pasta negra de arena y betún. 10 The Marsh Arabs Heritage Project. En: www.amarfoundation.org/heritage/ Bitumen boat model nº 133043, de Ur, 2300 a 2100 a. C. Cortesía © Museo Británico, Londres Modelo de barco de bitumen PG 627 de Ur, según la ficha y foto de campo de Sir Leonard Wolley Cortesía © University of Pennsylvania Museum of Archaeology and Anthropology Uno de los dos modelos alquitranados descubiertos por Woolley que conserva el Museo Británico es casi idéntico a la Ílhava. Es el bitumen boat model de Ur, del 2300 al 2100 a. C., hecho de arena con betún. Estos barquitos, parecidos a los juguetes que según Ochsenschlager11 se fabricaban los niños hasta el siglo XX, se colocaban a la entrada de las tumbas. Otro de ellos, ahora en la Universidad de Pennsylvania, tiene proas distintas y llamó la atención de Filgueiras en referencia al barco do mar. Según la ficha de Wolley, se halló acompañado de cántaros con restos de betún. Hafford12 explica que pudieron contener ofrendas al demonio Lamashtu, siempre hambriento, repitiendo el rito protector que supuestamente se hacía al navegar en el mar. Los sumerios completaron el registro iconográfico de barcos con representaciones incisas en sellos cilíndricos. Varias de estas imágenes, impresas en positivo sobre tablillas de arcilla, han sido objeto de comparación con las bateiras. Hay tarradas y barcas de cañizo con altas proas zoomórficas, de semejanza menor. Destaca la “Barca Sagrada de Uruk”, llamada así por Parrot en su libro El diluvio y el Arca de Noé, de 1952. Procede de un cilindro de lapislázuli, de más de cinco mil años, encontrado en Uruk y ahora en el 11 OCHSENSCHLAGER, Edward L. “Iraq’s Marsh Arabs in the Garden of Eden”. University of Pennsylvania Museum of Archaeology and Anthropology. Filadelfia, 2004. 12 HAFFORD, Brad. “Ur Digitization Project: May 2013”. Penn Museum Blog, 2013. En: www.penn.museum/blog/museum/ ur-digitization-project-may-2013/attachment/boat/ 121 Barco sumerio, probablemente una guffa, que traslada a un rey-sacerdote; Sello de lapislázuli y su impresión moderna, Uruk, 3300-3000 a. C. | Cortesía © Vorderasiatisches Museum, Berlín / VA 11040 Barca tarrada de madera y guffa redonda de cestería, encargadas en 2013 por la Nature Iraq Foundation Tigris River Flotilla Trip, 2013 / Cortesía © Jennifer Hattam Vorderasiatisches Museum de Berlín. Los mitos del cataclismo y del barco salvador de la Humanidad tuvieron origen en la literatura sumeria, y es frecuente comparar el Arca con embarcaciones locales. mente sino a la larga, en paralelo y en el centro. La semejanza de guffas y canastras es tan alta, que no sería descabellado imaginar guffas o coracles, su equivalente nórdico, navegando en Aveiro entre bateiras, al modo mesopotámico. La Barca Sagrada ha sido publicada muchas veces en alusión al Arca, y en alguna ocasión para ilustrar las similitudes entre naves de Portugal y Sumeria. Filgueiras13 vio en ella un tipo de construcción, a base de fajos de cañizo, confrontable con la bateira. La Barca se muestra seccionada en corte vertical, incitando a suponer que fue oblonga, de fondo plano y altas proas curvas, al estilo de una tosca tarrada. A la vista del dibujo sumerio, se trata, sin embargo, de una guffa redonda de cestería, y esto es algo que no parece consignado en los análisis publicados sobre la Barca Sagrada. Tampoco consta la siguiente novedad, el hecho de que podría tratarse de la imagen del Arca redonda a la que se refiere la Ark Tablet, del 1900 al 1700 a. C., recientemente traducida por Finkel14 del acadio. La continuidad y extrema delgadez del casco y el derrame de la borda confirman que se trata de una guffa armada con el sistema constructivo típico de estos botes, mediante fuertes costillas enhebradas radialmente en las fibras de una canasta redonda, tejida previamente. Con ellas se obtiene una resistencia proporcional a la que logran las tablillas de madera en las canastras para sal de las marinhas de Aveiro. En estas canastras, no se colocan radial- 13 LIXA FILGUEIRAS, Octávio. “The Barco do Mar and the Thera Boats Breed”, en Ship Construction in Antiquity. II Simposio. Atenas, 1991. 14 FINKEL, Irving. “The Ark before Noah. Decoding the Story of the Flood”. Hodder & Stoughton. Londres, 2014 122 Canastra para sal de las marinhas de Aveiro. Museo Marítimo de Ílhavo © Mercedes Peláez Arca de Noé. Bible historiée toute figure, 1301-1400 Cortesía © Bibliothèque nationale de France El Arca de Noé en el Génesis. Südwestdeutsch Biblia Sacra, primer cuarto del siglo XIV Cortesía © Stadtbibliothek Schaffhausen, Suiza La imagen del Arca se ha basado en suposiciones y en las naves que los pintores veían en los puertos. Estos buques pintados, retratados con la disculpa del Arca, forman un legado de alto valor documental en la historia de las embarcaciones que revela en ciertos artistas un rigor comparable al ingenieril del célebre vicealmirante François-Edmond Pâris15. Este marino catalogó con espléndidos dibujos los buques que encontró en sus exóticos viajes en el siglo XIX, y, a efectos genealógicos de la bateira, algunas imágenes del Arca son tan relevantes como sus estampas, publicadas por el Museo Nacional de la Marina francés en Tous les bateaux du monde. Dos de las imágenes referidas del Arca, con esquema de una casa sobre un barco, resultan extraordinarias. Se trata de un par de miniaturas del siglo XIV incluidas en la Bible historiée toute figure y en la Südwestdeutsch Biblia Sacra. En la primera, el casco está calafateado y las proas se curvan hacia dentro, al modo de la tarrada y la Ílhava. En la segunda van hacia fuera, según los barcos nórdicos y las tarradas sumerias más raras. sus materiales. En el capítulo Watercraft, Carter asegura que la tipología de barcos de transporte marítimo y fluvial ya estaba definida en Mesopotamia en el periodo Ubaid, entre el 6000 y el 4300 a.C., y cita un barco del 5800 al 5300 a.C., procedente de Eridu, con proas, fondo plano y betún. Hay que añadir, a los datos de Carter, las representaciones de Tasili, en Argelia, del 4000 al 1500 a. C. y de Gobustan, en el Caspio, del 12000 al 7000 a. C., tan esbeltas como las naves minoicas del fresco de Thera. Los sellos sumerios con escenas de barcos, y las maquetas de tarradas, son relativamente modernas a pesar de su antigüedad. Hay certeza de la existencia de embarcaciones anteriores. Un reciente libro, A Companion to the Archaeology of the Ancient Near East, ilustra la configuración de los barcos de Mesopotamia y del Golfo Pérsico y 15 AA.VV. “Tous les bateaux du monde“. Catálogo de exposición en París, junio-septiembre 2010. Chasse-Marée / Glénant / Musée National de la Marine, Francia. Grenoble, 2010. La teoría de Filgueiras16 sobre la procedencia cretense del barco do mar fue confirmada por esta flotilla de naves pintadas en la Casa Oeste de Thera, en Santorini, arrasada entre el 1650 al 1550 a. C. por una erupción. La delicada estampa, de hace casi treinta y siete siglos, expone modelos a remo, veleros y barcas de diversos tamaños, rasgos y usos, de una misma familia naval, de doble proa y fondo plano, tan similar a las bateiras que el fresco parece retratar las costas lusas. 16 LIXA FILGUEIRAS, Octávio. “The Barco do Mar and the Thera Boats Breed”, en Ship Construction in Antiquity. II Simposio. Atenas, 1991. 123 Flotilla de barcos minoicos con forma de creciente lunar. Friso de la Casa Oeste en el yacimiento de Akrotiri, isla de Santorini © Dominio público. Wikipedia Varios barcos, con una barca mash-huf en segundo plano y una tarrada al fondo. Chabaish, Iraq. Fotografía W-087 de Gertrude Bell, 1916 | © Cortesía The Gertrude Bell Archive / Newcastle University, Reino Unido Filgueiras creía que la tipología cretense, supuesta antepasada del barco do mar, era sumeria, y que habría llegado a Creta desde la costa siria a través de Ugarit y de Acad. Wachsmann17 explica que los barcos pintados de Thera navegan en procesión, en algún tipo de ceremonia de primavera, o regata. Estas competiciones reflejan las pugnas por llegar en primer lugar a la lonja, y se celebran entre mash-huf, moliçeiros, o entre velas latinas en la albufera valenciana. Bell, en su viaje de 1916 a 1917, a Thesiger en los años cincuenta, y a Zaha Hadid, premio Pritzker de arquitectura, en la niñez. Bell y Thesiger las documentaron con textos y fotos de mash-huf, tarradas y guffas que certifican la permanencia en el tiempo de su forma invariable y la semejanza con la familia de las bateiras. Bateiras y tarradas se parecen entre sí en la medida en que las lagunas de Aveiro y de Iraq son semejantes. Forman un espacio natural donde las aguas dulces y saladas confluyen en albuferas, estuarios, marismas, mariñas, esteros, pantanos y deltas, que el tiempo siembra de sal, algas, barro, cañas, moluscos, peces y aves. Mandelman escribe en Deltas and Human History que la urbe debe su inicio al deshielo de la última glaciación. La elevación del agua “empujó las costas varios kilómetros tierra adentro” invadiendo las orillas de suaves pendientes de las plataformas continentales. Se crearon así “extensiones mucho más grandes de aguas someras”, que forman uno de los “ecosistemas más productivos del mundo” y principal territorio de arraigo de la cultura sedentaria. En los lugares acuáticos del planeta, la vida cotidiana es anfibia, la casa es lacustre, y la luz natural y los roles y reglas de la costumbre pautan los días. Conocerlas supone la diferencia entre vida y muerte, y se transmiten por creencias y leyendas para memorizarlas sin juzgarlas. El crudo rigor de esta bella escenografía ritual, seduce al contemplar su pureza. Las marismas árabes cautivaron a Gertrude 17 WACHSMANN, Shelley.”Seagoing Ships & Seamanship in the Bronze Age Levant”. Ed Rachal Foundation Nautical Archaeology Series. Texas A&M University Press. College Station. EE.UU., 2009. 124 La estampa de las embarcaciones en el paisaje de Mesopotamia se ha renovado inmutable al retornar tarradas y mash-huf con la inundación. Se dice en arquitectura que el mejor medio para la conservación es el uso, norma válida también para los barcos. Cuando en 1956 Samuel Noah Kramer publicó sus hallazgos de Sumeria eligió por título memorable La historia empieza en Sumer. Quizá esa historia, que Portugal continuó con sus barcos, tenga en la Ílhava uno de los mejores episodios por devolver al mar. Es posible que, algún día, la Ílhava navegue otra vez en el Atlántico luso, más allá del Museo Marítimo de Ílhavo donde reside este ejemplar único de un linaje ancestral. Tarradas a orillas del agua, posiblemente del Éufrates Riverside with buildings, boats and Arabs, Iraq. Fotografía W-123 de Gertrude Bell, 1916 | © Cortesía The Gertrude Bell Archive / Newcastle University, Reino Unido LIXA FILGUEIRAS, Octávio. The Barco do Mar and the Thera Boats Breed, en Ship Construction in Antiquity. II Simposio. Atenas, 1991. LOPES, Ana Maria. O vocabulário marítimo portugués e o problema dos mediterraneísmos. Facultade de Letras da Universidade de Coimbra. Instituto de Estudios Românicos. Ílhavo, 2006. LOTHE, Henri. Les peintures pariétales d’époque bovidienne du Tassili. Éléments sur la magie et la religión. Journal de la Société des Africanistes. Nº 36-1, vol. 36, pp. 7-28. París, 1966. Bibliografía AA.VV. y POTTS, D.T., editor. A Companion to the Archaeology of the Ancient Near East. Wiley-Blackwell / John Wiley & Sons Ltd. Chichester, Inglaterra, 2012. AA.VV. Tous les bateaux du monde. Catálogo de exposición en París, junio-septiembre 2010. Chasse-Marée / Glénant / Musée National de la Marine, Francia. Grenoble, 2010. BOTTÉRO, Jean. La epopeya de Gilgamesh. El gran hombre que no quería morir. Akal Oriente. Madrid, 2007. CARVALHO, Márcia, A Diáspora dos Ílhavos: memoria, realidade e mito, in: “A diáspora dos Ílhavos”. Catálogo de exposición. Museu Marítimo de Ílhavo, 2007. COSTA, Nuno Miguel. Entrevista Mestre António Esteves, construtor da Bateira Ílhava. Boletín CIEMar-Ílhavo, nº 2. Museo Marítimo de Ílhavo, 2014. FINKEL, Irving. The Ark before Noah. Decoding the Story of the Flood. Hodder & Stoughton. Londres, 2014. MANDELMAN, Adam. Deltas and Human History. Blog Porous Places. Departamento de Geografía. Universidad de Madison-Wisconsin, 2012. En: www.adammandelman.net/2012/-05/13/deltas-and-human-history/ Nature Iraq Foundation. Arcata, California. En: www. natureiraqfoundation.org OCHSENSCHLAGER, Edward L. Iraq’s Marsh Arabs in the Garden of Eden. University of Pennsylvania Museum of Archaeology and Anthropology. Filadelfia, 2004. PARROT, André. Le Déluge et L’Arche de Noe. Delachaux & Niestlé, S.A. Suiza y París, 1952. RODRÍGUEZ, Víctor. Historia de un llaüd. Magazine Fuera de serie. Diario elmundo.es, Unidad Editorial. Madrid, 27-06-2014. En: www.fueradeserie.expansion. com/2014/06/23/-viajes/1403516710.html WACHSMANN, Shelley. Seagoing Ships & Seamanship in the Bronze Age Levant. Ed Rachal Foundation Nautical Archaeology Series. Texas A&M University Press. College Station. EE.UU., 2009. WOOLLEY, Leonard. Ur of the Chaldees. Londres, 1950. 125