HISTORIA DEL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA HUMANA El
Transcripción
HISTORIA DEL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA HUMANA El
HISTORIA DEL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA HUMANA El descubrimiento de la agricultura permitió que el individuo dejara de ser cazador y nómada y se asentara en un lugar permanentemente. Más tarde se creó el concepto de la agrupación rural, bajo la bandera del señor feudal, el cual velaba por la seguridad global, a cambio de imponerles a sus súbditos un impuesto. En este estadio de evolución, se enfatizarían los conceptos sociales de iglesia, colegio, lugares de encuentro para esparcimiento, etc. A raíz de la revolución industrial, sobrevendría el éxodo masivo del campo hacia las metrópolis, reforzándose así el concepto de la identidad nacional y luego con el descubrimiento de la computadora nació la era de la información la cual le está creando al humano la conciencia de la humanidad con miras a la proyección futura universal en el cosmos. En este deambular se observan, a grandes rasgos, las siguientes etapas de desarrollo espiritual de la conciencia: • • • • La conciencia espiritual del individuo como individuo. La conciencia espiritual del individuo como grupo. La conciencia espiritual del individuo como humanidad. La conciencia espiritual del individuo como universal. Es importante observar como el individuo, a pesar de transitar, en su desarrollo, por los niveles de conciencia espiritual colectiva, nunca perdió el énfasis en su individualidad sino que, por el contrario, cada nivel colectivo le permitió acrecentar la dimensión de su individualidad. La perspectiva individual no se perdió en aras de la adquisición de una perspectiva social como preconizaban muchos sociólogos porque el objetivo del movimiento espiritual es el regreso a la conciencia, después de salir en busca de apoyo espiritual externo. De hecho, la identidad espiritual social (judío, cristiano, musulmán, etc.) contrario a lo que pretende el estamento religioso tradicional, resultó ser una utopía porque no existen dos feligreses con las mismas necesidades espirituales ya que ambos se encuentran en diferentes estadios en la escala evolutiva espiritual. En este sentido vemos como, los que despiertan a la espiritualidad necesitan, a través de la libertad personal, la propia expansión de su conciencia, la cual no se puede conseguir mientras se pertenece a un grupo religioso determinado, en virtud de que, tanto la conciencia de humanidad como la de universalidad, se proyectan más allá de cualquier concepción religiosa de grupo, en función de que cualquier grupo es solamente una fracción del todo existente. De hecho, la virtud espiritual como el amor, la dignidad, la justicia, la verdad, etc., no son cristianos, ni judíos ni musulmanes, sino que pertenecen a la condición humana de carácter universal. No en balde los Diez Mandamientos, para el desarrollo de la santidad, que pronunció Jehová Dios en el monte Horeb, en presencia de todo Israel, fueron dichos en la segunda persona del singular, es decir, están dirigidos hacia el individuo en particular y no hacia el grupo representado por Israel, como pueblo. También observamos como, tanto el nacer como el morir es individual. La ascensión a Dios también es de naturaleza individual. Sin embargo, es importante observar como el subjetivismo individual se tiene necesariamente que contrastar o medir con el subjetivismo del prójimo para ayudarle a uno a crecer desde afuera hacia dentro, aunque lo más relevante es el crecimiento interno operado, en virtud de la expansión de la conciencia propia, a través de experiencias espirituales personales que no se pueden exportar a los demás, a menos que ellos hallan transitado ya por esa experiencia, lo cual viene a confirmar la condición colectiva de humanidad en forma de arquetipos perennes. ¿Cómo situar en la perspectiva correcta la función individual en el seno del esquema de la humanidad? Es preciso entender que el pecado original fragmentó al humano al subdividirlo en individualidades, en virtud de que el pecado produce división y desconexión de la totalidad. Por eso vemos que, sólo después de que Adán y Eva fueron expulsados del jardín del Edén, que tiene lugar copula entre ellos, lo cual produce el nacimiento de Caín y de Abel. Mientras estuvieron en el jardín del Edén, la humanidad (genero masculino y femenino) no se fragmentó, en virtud de que vivían en unidad en la armonía producida por la conexión con la totalidad. (Gén. Capitulo 4, vs 1) Por consiguiente, la humanidad, en la dimensión o expresión actual, en forma de pirámide, es decir dividida en la base entre dos opuestos, a través del crecimiento espiritual, ha de ir escalando y progresando, en virtud de la ley dual del péndulo, hasta alcanzar la cúspide donde se unen o integran los dos lados opuestos regresando a la armonía universal previa al pecado original. Es el punto de encuentro entre Dios y la humanidad o el final de los tiempos, a la usanza bíblica.