CONSTRUCCIÓN DE EMBALSES

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CONSTRUCCIÓN DE EMBALSES
CONSTRUCCIÓN DE EMBALSES
La salvación para las sequías
LORETO GATICA/IVÁN PAREDES.
REVISTA DEL CAMPO EL MERCURIO
22.JUN.2009
Para ser potencia alimentaria, Chile aumentar la capacidad de su
infraestructura acumulación en 1.200 m3. En la IX Región avanzan través de
microembalses.
Actualmente, si se suma la capacidad de los embalses de riego que tiene Chile,
se llega a 4.000 millones de metros cúbicos de agua. Según los estudios de la
Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), para llegar a ser potencia alimentaria el
país debe sumar alrededor de 500 mil hectáreas de riego seguro -con
embalses- al millón doscientas mil ha de riego que hoy existen. Es decir, se
necesita que la capacidad de embalses crezca en alrededor de 1.000 a 1.200
metros cúbicos. Sumando la capacidad de los tres que actualmente están en
construcción y un cuarto que aún no se comienza a construir, en tres años
estaría listo un tercio de los requerimientos, a un costo aproximado de US$ 325
millones.
"Convento Viejo en la VI Región y El Bato en Illapel están virtualmente
construidos. Ancoa en la VII Región está en un 20% de su construcción y
esperamos poder iniciar el embalse de Chacarillas en la V Región durante este
año. Además, reparamos embalses que estaban bastante dañados, como el
Tutuvén en la VII, el Caritaya en la XV y Culimo en la IV Región. Sumando todo
eso podríamos llegar a 410 millones de metros cúbicos, en tres años
aproximadamente", explica Juan Antonio Arrese, director de Obras Hidráulicas.
Si las cosas marchan todas bien, el total de los requerimientos podría estar listo
en 2015. Sin embargo, a veces hay más buenas intenciones que las que se
concretan. Basta ver lo que ha ocurrido con Convento Viejo: lleva casi 50 años
en proceso de concretarse.
Si bien la construcción de los embalses toma entre tres a cuatro años, el
proceso desde que se piensa hasta que se ejecuta la obra puede tomar entre
30 y 40 años, no sólo por la inversión sino por la envergadura del proyecto. Por
ejemplo, el de Chacarilla tiene un costo de US$ 70 millones e implica 7 mil
hectáreas intervenidas. Sin embargo, el cambio climático, la posibilidad de que
aumente la temperatura y que las sequías se hagan más largas, han convertido
la construcción de embalses en prioridad para el Ministerio de Obras Públicas.
A lo que se suma el cambio de mentalidad de las asociaciones de regantes,
que ya tomaron el peso de la situación y están dispuestos a pagar su parte.
"Para ser potencia alimentaria no sólo se tiene que tener agua, sino seguridad
de ella. Los embalses son la mejor forma de dar esa seguridad, así lo
entienden los regantes. Al tomar conciencia de que tienen que pagar lo que les
corresponde, facilita que el Estado asigne recursos", explica Juan Antonio
Arrese.
Entre los próximos embalses a construirse (ver recuadro), Punilla, combina una
tendencia mundial: ser multiuso. Es decir, no sólo se trataría del embalse de
riego más grande después de la Paloma, con una capacidad de 620 millones
de metros cúbicos, -la Paloma tiene 700- sino que también se aprovecharía su
potencial hidroeléctrico.
"Punilla, además de riego podría generar cerca de 100 megawatts. También se
está pensando que en algunos casos, los embalses podrían ser un sostén de
agua potable rural", señala Arrese.
La IX Región busca solución
Aunque ha sido una de las zonas más afectadas por las últimas sequías, la
Región de la Araucanía tendrá que esperar para contar con un embalse, pues
si bien se realizó un estudio para identificar la factibilidad de distintas zonas
para construirlos, su concreción está dentro del Programa de Infraestructura de
Riego para 2020, junto con el Canelillo en la IV Región y el Chironta en el río
Lluta, en Arica.
Sin embargo, en la zona buscaron una solución para enfrentar el creciente
déficit de aguas-lluvias: una red de micro embalses -de uno a cien millones de
metros cúbicos de agua- que permitirían acumulación temporal de las lluvias
invernales para destinarlas al riego agrícola en primavera, otoño y verano.
Para ello la Dirección de Obras Hidráulicas regional identificó 70 sitios, fuera de
tierras indígenas, como posibles ubicaciones. De ellos fueron seleccionados
Loncoche, Traiguén y Collipulli para completar estudios de factibilidad y diseño
que permitan su construcción en los próximos diez años. Las represas tendrán
un costo de US$20 millones y serán las primeras de ese tipo que se planean
construir en el sur, subraya el director de la DOH de la IX Región, Claudio
Rojas Ayala.
Esto es crucial para la agricultura de la zona. "Con las sequías recurrentes hay
que empezar a estudiar las alternativas que tener un riego permanente para
asegurar los cultivos", recalca Rojas.
Con los microembalses se busca regular el recurso hídrico y operarlo de una
manera oportuna y eficiente en distintas épocas del año. La ejecución de estas
infraestructuras depende del grado de organización que tengan las
asociaciones de regantes, canalistas y agricultores. "Es determinante para que
el estado invierta y luego traspase su administración a los propios usuarios,
como ya ha ocurrido en el norte del país con los embalses interanuales", dice el
representante de la DOH local.
Los próximos embalses
Chacarilla V Región, cuesta US$ 70 millones, 7 mil hectáreas intervenidas.
Puntilla del Viento V Región, costaría US$ 195 millones 66 mil hectáreas
intervenidas.
La Ligua Petorca, V Región costarían US$ 220 millones 36 mil hectáreas
intervenidas.
Punilla VIII Región costarían US$ 400 millones 44 mil hectáreas.

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