italia perfil laticastelli

Transcripción

italia perfil laticastelli
6 - TURISMO
Sábado 6 de agosto de 2011 - Perfil
TURISMO - 7
Perfil - Sábado 6 de agosto de 2011
fotos: gentileza hotel laticastelli
desde el siglo XII.
Las plazas son el
centro de la vida social
en Florencia: centros
de reunión junto a los
palacios.
lguna vez,
un escritor
observó que
era muy común
ver a la gente
caminando mirando el piso
en las ciudades italianas.
“Tiene lógica –comentó–:
es que si levantan la cabeza
todo el tiempo y ven lo que
los rodea, corren el riesgo
de enloquecer ante tanta
belleza”. Sin dudas, tiene
lógica: es el efecto posible
de enloquecimiento que
nos produce la belleza de
las ciudades –Siena, Asís,
Florencia (deberíamos
repetir: Florencia, Florencia,
muchas veces), Pisa–. Locura
que se transforma en una
especie de sabiduría en las
regiones más campesinas.
Esos viñedos y olivares que
se elevan ondulando, como
cintas de seda, una seda de
un verde intenso, brillante,
hasta un cielo apenas celeste.
Un saber –con sus ecos de
sabor– que ocupa todos los
lugares que vemos, en ese
interior de la Toscana, donde
se ubica el hotel LatiCastelli
–sin dudas es un brillante
justificativo del viaje, dada la
proximidad con los centros
turísticos, pero conectados
con el espíritu del entorno:
se encuentra a 20 minutos
de Siena, a una hora de
Florencia, y a un poco más
de Pisa–, en San Gimignano,
en la región del vino chianti:
la certeza de que los paisajes
son el fondo de un cuadro
renacentista, o los que vio
San Francisco: la naturaleza
deliciosa como metáfora
de lo humano. O viceversa:
paisajes que son más que
Una caminata
junto al Arno
nos puede
dar muchas
pistas sobre la
inspiración
para ver, para vivir,
para sumergirse
en esa luz que,
de tan densa,
parece líquida.
El interior de
la Toscana: la
visión de las
torres a lo lejos,
los viñedos
del Brunello
di Montalcino,
la arquitectura
sorprendente
de los pueblos
amurallados, como
el del mencionado
LatiCastelli.
Cuando llegamos, el
primer impulso
consiste en afirmar
“yo ya estuve ahí”. La imagen
es el viñedo y la colina. El sol
devino (divino, también), se
transformó –por alquimia,
por sobre otras ciencias– en
perfumes: salvia, oliva, nuez.
Lo vimos en algún cuadro,
es nuestra cultura. Aquí,
conceptos supuestamente
antagónicos adquieren
una coherencia y una
consistencia notables. Lo
dijimos antes: locura y saber;
pero también naturaleza
y cultura; urbano y rural;
románico y renacentista.
Una explicación acerca de lo
que hablamos, una síntesis,
quizá pueda encontrarse en
San Gimignano: todo está
en aquellas pocas cuadras,
coronadas por las altísimas
torres (construidas a
partir del siglo XIV,
las más altas superan
los 50 m). Las torres
fueron –¿cómo hoy?–
en su momento un
signo de poderío o
de riqueza: las familias
de los señores las hacían
construir precisamente
como un símbolo. Llegó
a haber setenta. Hoy son
15. Pero no termina
ahí el encanto de la
ciudad. Un atardecer,
bien tarde, como a
las ocho, en la Plaza
del Duomo, es el
momento ideal
t
A
Pablo Helman
Sigue en pág. 8
nota de tapa / Toscana
ITALIA
tiempo
abierto
Montaigne habló ya del Grand Tour para referirse
al recorrido por la Toscana. Ciudades como Pisa,
Asís, Florencia o Siena pueden disfrutarse de otra
manera si uno se aloja en los hoteles rurales.
Florencia por dos.
Arriba el Arno y el Ponte Vecchio. Abajo, la vitalidad de la Plaza de la Signoria
8 - TURISMO
Sábado 6 de agosto de 2011 - Perfil
Perfil - Sábado 6 de agosto de 2011
TURISMO - 9
nota de tapa / toscana
fotos: gentileza hotel laticastelli
t
todos los tiempos.
Arriba, la Plaza del Campo, en Siena, es donde se corre el Palio. A la derecha, el pueblo amurallado de Monteriggioni. Abajo, el Duomo de Florencia, la Iglesia
Viene de pág. 7
t
para tomar un vernaccia
–blanco, frutado, y al mismo
tiempo profundo, fragante,
ensoñador–, nacido en
los viñedos vecinos, con
un queso peccorino con
miel, luego de haber visto
la maravillosa Coronación
de la Virgen de Piero
del Pollaiulo. Las torres
generan juegos de luces
y sombras que nos hacen
sentir que la ciudad está
llena de gentiles fantasmas.
San Gimignano es el
símbolo, pero cerca de
LatiCastelli hay mucho
para ver. Ciudades, colores,
fiestas, movimiento, que son
parte de la cultura. Aunque
estemos por primera vez,
siempre evocaremos algo.
Le sucede a la escritora rusa
Elena Kostioukovitc, quien,
en el genial libro Por qué a
los italianos les gusta hablar
de comida, narra el Palio de
Siena, casi poéticamente:
“Reminiscencia de estas
shakespearianas discordias,
eco de la antigua e
irreconciliable rivalidad
entre barrios es el Palio de
Siena, la famosa carrera de
caballos que desde el siglo
XII se disputa en la plaza del
Campo de Siena dos veces
al año, el 2 de julio, día de
la Virgen de Provenzano,
y el 16 de agosto, el día
siguiente de la Asunción,
y que tiene por premio un
Sigue en pág. 10
de San Francisco en Asís, una visión panóramica de la ciudad de Siena y el conjunto del Duomo y la Torre de Pisa: del románico al renacimiento.
10 - TURISMO
Sábado 6 de agosto de 2011 - Perfil
nota de tapa / toscana
matemática: arquitectura
románica, mármoles, formas
que demuestran que la
perfección existe. Y que la
duración es un concepto,
cuanto menos, llamativo.
Todo esto sucede a apenas
dos horas de viaje desde
Roma. Desde allí, hacia el
norte, pasando por Asís
–aquí el románico deja lugar
al gótico–, hasta llegar al
corazón de la Toscana:
un hotel, en una ciudad
amurallada, LatiCastelli,
tiene el don de hacernos
vivenciar todo esto. Y nos
da la ventaja adicional de no
tener que tener que mirar
todo el tiempo hacia abajo
para evitar la locura. n
paisajes renacentistas.
t
Los viñedos y olivares son parte
del paisaje de la Toscana.
Justa
distancia
Viene de pág. 9
‘palio’ o paño de tela con la
imagen de la Virgen. En ella
participan por sorteo (según
decreto de 1719) diez de los
17 barrios o contradas que
componen Siena desde el
siglo XVII; antes eran más
de cincuenta los barrios
hostiles que tomaban parte
de dicho sorteo, pero tras
varias fusiones, a fines del
siglo XVII quedaron sólo
las 17 actuales. Cada barrio
tiene sus colores, himnos,
banderas y emblemas:
el Aguila, la Oruga, el
Caracol, la Lechuza, la
Jirafa, el Puercoespín”. La
escritora señala que cada
barrio, además, tiene su
especialidad gastronómica:
“en el de la Oca, sede
en otro tiempo de los
mataderos, platos de carne
bovina; en el de la Torre,
de cerdo; en el del Aguila,
arroz con trufas negras”.
Florencia es de aquellos
lugares a los que hay que
hacer el esfuerzo de ir,
aunque sea alguna vez en
la vida. No en vano desde el
siglo XVII, desde el fin del
Renacimiento, desde Michel
de Montaigne, se habla del
Grand Tour para designar
el recorrido por la región:
no sólo es una cuestión
de museos, obras de arte,
iglesias. Una caminata
junto al Arno, junto a
edificios renacentistas,
un atardecer, nos puede
dar muchas pistas sobre la
inspiración de los artistas:
espacio que se hace tiempo,
la luz como un contenido
más químico que físico:
anatomías del Pollaiulo, o
geometrías de Brunelleschi
(el arquitecto de la cúpula
del Duomo), lógicas más
del afecto que del efecto.
La misma lógica que nos
hace sentir ante la Torre
de la también vecina Pisa,
que lo que está torcido es
todo el mundo, el universo,
menos ella. Desde el siglo
XII se inclina y nosotros nos
inclinamos ante la extraña
Medieval.
Amurallada, San Gemignano es un ejemplo claro de arquitectura de la época feudal.
NON STOP
Italia, Toscana central
Mar
Adriático
Pisa
Florencia
Fl
i
Certaldo
San Gimignano
Siena
Mar
Tirreno
Infografía: A.I.
Asís
Trevi
ROMA
Coordenadas:
Los aeropuertos
vecinos más
importantes son
Florencia, a una hora,
y Roma y Pisa, a dos
horas. Hay transfers al
hotel.
Hospedaje:
En temporada alta, las
12 habitaciones classic
de LatiCastelli tienen
un valor de 175 euros.
Las family suites,
270. Las cinco suites
de luxe, 330 euros,
al igual que las seis
garden suites.
El dato:
La pileta de LatiCastelli
está diseñada para que
puedan verse desde allí
paisajes renacentistas,
mientras se toma
un vernaccia de San
Gimignano.
Souvenirs:
Dos elementos únicos
y muy vecinos son
regalos ideales para
amigos. Por un lado, el
vino blanco Vernaccia,
es una Denominación
de Origen que sólo se
elabora en la Toscana.
Lo otro son los
excepcionales aceites
de oliva. Son más
suaves que lo conocido
y tienen un picor
característico.
L a percepción no es
igual. Estar en un pueblo
amurallado, que respeta
tradiciones estilísticas
medievales, es una forma del turismo bien diferente: un contacto con
el lujo que no pasa por la
tecnología, sino por un
trabajo muy cuidadoso
de reconstrucción, no
sólo del mobiliario, sino
también del espíritu del
lugar. La gastronomía,
por ejemplo, en lugares
como LatiCastelli, cumple un rol esencial: se
reciclaron las antiguas
cavas para crear La Taverna; el wine bar y restaurante del lugar reúne
distintos platos de fuerte
raigambre de la región. Y
además están los vinos:
“una enoteca con vinos
de la región del Chianti,
Rosso y Nobile de Montepulciano y Br unello
de Montalcino. Todos
especialmente seleccionados de bodegas locales”. Estar “en el campo”.
no quita que actividades
como el shopping
se puedan hacer
a pleno: en la zona se encuentra
The Mall y Valdichiana, con interesantes marcas italianas
de d iseño.
Y además,
en cada
lo c a l id ad
funcionan
los mercados: desde
el medioevo n o s ólo
empujan a las
economías regionales:
también son cultura, intercambio, proximidad
entre regiones. A eso se
suman los festivales de
verano y el Sarracino de
n
Arezzo. 

Documentos relacionados