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Tutoriales y Actividades
El Bullyng
El bullying es una forma
de violencia entre
personas de edades
similares, es decir, entre
pares. Existe bullying
cuando un niño, niña o
adolescente es
molestado, agredido,
golpeado o humillado de
manera constante por
uno o varios
compañeros.
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Indice de Contenido
El
ing
Bully
Aprendiendo en familia
¿Qué es el bullying? pag. 2
¿Cómo se reconoce el bullying? pag. 2
Conductas relacionadas con el bullying.
Los participantes del bullying. pag. 3
¿Es bullying o no? pag. 4
pag. 3
¿Cómo saber si... ?
Ximena no quiere ir a la escuela. pag. 5
¿Cómo saber si mi hijo sufre bullying? pag. 6
Una niña muy despierta. pag. 7
¿Cómo saber si mi hijo comete bullying? pag. 8
¿Qué hago si... ?
Mi hijo sufre bullying. pag. 9
Mi hijo es acosador. pag. 11
Mi hijo es testigo de bullying.
pag. 13
¿Cómo protejo a mi hijo?
Cree un ambiente familiar de confianza, respeto y sin violencia.
La importancia del amor. pag. 16
Fortalece sus capacidades personales. pag. 16
Los valores en la familia. pag. 17
Las normas y los límites. pag. 17
¿Quién me ayuda?
Un asunto de todos.
pag. 18
pag. 15
Observatorio Ciudadano de la Seguirdad Escolar
Bullying: Aprendiendo en Familia.
¿Qué es el bullying?
El bullying es una forma de
violencia entre personas de
edades similares (pares). Existe
cuando un niño, niña o
adolescente
es
molestado,
agredido, golpeado o humillado
de manera constante por uno o
varios compañeros.
La víctima del bullying no logra
defenderse y piensa que pasará
pronto el acoso. Los acosadores,
también
llamados
bullys,
molestan y maltratan con la
intención de lastimar. El daño
que causa esta agresión puede
ser físico, social o emocional.
El bullying incluye conductas de acoso, intimidación,
hostigamiento y maltrato, pero siempre es entre
personas de edades similares. Generalmente los
agresores pertenecen al mismo grupo escolar que las
víctimas o son de grupos superiores.
¿Cómo se reconoce el bullying?
El bullying tiene características especiales que permiten distinguirlo de otras formas
de violencia entre escolares, como los pleitos ocasionales o los juegos rudos:
SI es bullying:
Se repite, la agresión es constante.
Las agresiones se presentan durante un largo periodo.
Es intencional. El agresor suele planear la agresión para provocar daño.
Se realiza lejos de la vista de los adultos o en lugares de poca vigilancia.
Muchas veces se relaciona con la discriminación.
El agresor o el grupo de agresores tienen más fuerza y poder que sus víctimas.
Aunque todos se rían, la víctima se siente humillada, ofendida, con miedo. El
bullying no es una broma.
NO es bullying:
El maltrato, la discriminación o cualquier otra forma de violencia de un adulto
hacia los alumnos.
Un pleito ocasional entre compañeros.
Una broma o un juego en el que todos se divierten.
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Conductas relacionadas con el bullying
Golpes, puñetazos, patadas y otras
Ojo con… el sexting.
agresiones físicas.
Diveros tipos de amenazas, algunas
acompañadas con pequeños golpes o
El sexting es el envío de mensajes con
usando armas para infundir más
contenido sexual (imágenes o videos de sí
mismo en situaciones provocativas y
miedo.
comprometedoras). Está de moda entre
Bromas pesadas, poner apodos y
algunos adolescentes. A veces son enviados
ridiculizar a compañeros.
por la propia víctima a una persona de
Burlarse de características físicas,
confianza (novio, amiga) pero alguien más
lo reenvía o lo sube a la red.
de preferencias sexuales, raza,
capacidades, religión o posición
social. Convirtiéndose el bullying en
discriminación.
Aislar, dejarlo solo, robarle amigos; excluir del grupo a la víctima, lo que aumenta
el riesgo de sufrir violencia.
Correr rumores o calumnias, de forma oral o escrita, como mensajes ofensivos
escritos en baños o en redes sociales. Es más frecuente entre las mujeres.
Ciberbullying: difundir imágenes reales o modificadas de la víctima, a través de
correos masivos, mensajes instantáneos o en redes sociales. Con frecuencia
estas imágenes se basan en el sexting.
Los participantes en el bullying
Para que exista bullying se
requiere acosadores que
agreden constantemente a
una o varias víctimas que
no se logran defender. Con
frecuencia existen testigos
que juegan un papel
importante estimulando o
denunciando la agresión. El
bullying afecta a todos los
involucrados.
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El Bullying:
Los acosadores
Las victimas
Los testigos
Suelen abusar de su fuerza,
son más fuertes que sus
víctimas o tienen más poder.
Disfrutan el poder de intimidar
y controlar a los demás. Se
burlan de la autoridad. Necesitan orientación porque con
frecuencia han sufrido maltrato y necesitan fortalecer
valores, inteligencia emocional y capacidades para convivir.
Se sienten acosados, atrapados, impotentes, desprotegidos, excluidos y menospreciados. Soportan las agresiones
durante tiempo con la esperanza de que serán pasajeras
o porque creen que es normal.
El daño va aumentando con el
tiempo: Afecta su autoestima,
tienen miedo de ir a la escuela, se distraen de las clases,
abandonan la escuela, se
deprimen y hasta pueden
llegar al suicidio o a atacar
físicamente a sus agresores
para vengarse.
Algunos son cómplices de la
violencia: animan al agresor,
toman fotografías y hasta
ayudan a golpear a la víctima.
Otros defienden a la víctima:
denuncian, piden ayuda y
tratan de detener las agresiones.
También hay testigos indiferentes que observan el abuso,
pero no lo detienen ni lo
estimulan.
¿Es bullying o no?
Lea los siguientes casos. Marque los que son un ejemplo de bullying.
Para obtener retroalimentción, consulte el archivo “Resultados”.
La maestra regaña constantemente a Luis, otros alumnos hacen lo mismo
que él y a ellos no les llama la atención.
Sara golpeó a María porque le quitó sus colores. María le devolvió el golpe.
Beto y sus amigos todos los días le quitan su comida a Janeth. Ella no dice
nada, piensa que pronto la van a dejar de molestar.
Varios grupos de alumnos rompen los vidrios de las ventanas, roban el
equipo deportivo y pintan grafiti en las paredes de la escuela.
Marisela inventa y difunde mentiras sobre Luisa y Rossana para hacerlas
quedar mal y evitar que tengan amigos.
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Bullying: ¿Cómo saber si... ?
Ximena no quiere ir a la escuela
Mi hija Ximena llegó de la escuela llorando. Aventó la
mochila y se encerró en el baño. Me preocupé mucho
porque ella es una niña muy alegre y no es grosera.
Toqué la puerta y le pregunté cómo estaba. Me dijo que
no quería hablar, que le había pasado algo horrible.
Pensé lo peor. ¿Drogas? ¿La violaron? ¿La asaltaron?
Toqué nuevamente la puerta, más desesperada, más
preocupada. Ximena, hija, qué te pasó, dime, te pudo
ayudar… Sólo escuché su llanto desesperado.
Me traté de tranquilizar. Ximena tiene 12 años y este año
termina la primaria. Están ensayando el vals de fin de
cursos. ¿Será un problema con el niño que le gusta?
Esperé a que ella también se tranquilizara.
– “¡Hija, estoy preocupada! Cuando quieras hablar
estaré aquí para escucharte. Te amo Ximena”.
– “Gracias mami”.
Después de un rato, salió del baño. Me contó que desde
hace dos años unos niños la molestan porque es
gordita, que ella no les hacía caso porque pensó que se
iban a cansar. Pero cada vez es peor. Cuando ella se
sienta en su silla estos niños se levantan con si al
sentarse ella los hiciera rebotar y todo el grupo ríe.
Cuando pasa al frente hacen “oink oink” y a veces hasta
la maestra se ríe.
Hoy ya no soportó, porque al ensayar el vals, nadie
quería ser su pareja. Roque, uno de los niños que la
molesta aceptó bailar con ella. Cuando estaban
ensayando una vuelta, Roque la soltó, Ximena se cayó y
los amigos de Roque se movieron como si hubiera un
terremoto. Todos los que estaban viendo el ensayo se
rieron y algunos hasta decían ¡Tembló porque se cayó la
gorda!
Ximena ya no quiere ir a la escuela ni bailar el vals. Le
dije que no se preocupara, que si no quería ir a la
escuela, que no fuera mañana, que yo iría a hablar con la
maestra y con la directora. Eso es bullying y la escuela no
lo debe permitir, le dije.
Nadie conoce a nuestros hijos mejor que nosotros. Sabemos cuando están tristes,
cuando algo les molesta, cuando mienten y cuando hacen berrinche. Por eso, la
familia puede reconocer si los hijos son víctimas de algún tipo de maltrato o violencia,
como el bullying.
En el caso anterior, era muy claro
que Ximena estaba sufriendo, que
algo le había pasado. Su mamá
estaba ahí para escucharla, para
comprender lo que le pasaba y para
protegerla. Pero en otros casos no
es tan sencillo. Algunas veces los
hijos no nos cuentan lo que les pasa
o como trabajamos todo el día es
más
difícil
observar
su
comportamiento.
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Las personas que han estudiado el bullying, han identificado algunos rasgos que
permiten a las familias y a los maestros reconocer si algún alumno o alumna está
siendo víctima de bullying. Sugerimos que observe a sus hijas o hijos, tomándolos en
cuenta.
¿Cómo saber si mi hijo sufre bullying?
Marque cada casilla que refleje un comportamiento de su hija o de su hijo.
A mi hijo o mi hija:
Le hacen bromas pesadas con frecuencia.
Siempre pierde sus libros, su dinero y otras cosas,
o se las rompen o esconden.
No le gusta salir al recreo, busca quedarse cerca
del profesor o de otros adultos.
Constantemente lo ponen en ridículo o se burlan
de él o de ella.
Seguido llega con moretones, heridas, cortadas,
arañazos o llega con la ropa rota.
Cuando tiene que hablar delante de los demás en
la clase se siente inseguro, tiene miedo y se pone
muy nerviosa o nervioso.
Le han puesto apodos ofensivos o que lo hacen
sentir mal.
Otros niños o niñas escriben ofensas en sus
cuadernos, se los rayan o se los rompen.
Casi siempre está triste y preocupado.
Otros niños o niñas lo insultan, le dan órdenes, lo
dominan.
No tiene amigos, nunca o casi nunca lo invitan a
fiestas y hace los trabajos en equipo solo. En la
escuela dice que está solo todo el tiempo.
Tiene pesadillas y algunas veces llora dormido.
Cuenta que uno o varios niños lo amenazan, lo
empujan, le pegan y no se sabe defender.
Tiene miedo de ir a la escuela, ha perdido el interés
por el trabajo escolar y ha bajado sus calificaciones.
Pide dinero extra o lo roba para contentar a sus
agresores.
Con frecuencia llega a casa llorando o llora en la
escuela.
Va y viene de la escuela por un camino ilógico.
Si lleva comida a la escuela, pide cosas extra o que
no le gustan.
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Una niña muy despierta
Janet es una niña muy alegre, siempre está haciendo
bromas y jugando. No es una niña violenta o mala. Eso
dijo la Sra. Hernández cuando el director de la escuela la
llamó para hablar sobre el comportamiento de su hija.
Janet constantemente molesta a otras niñas, se burla de
ellas, les hace bromas pesadas y por diversión las obliga
a que le den su almuerzo. El director comentó a la Sra.
Hernández que Janet y su familia tendrían que participar
en un programa de prevención y atención del bullying.
“¿Pero por qué, si Janet sólo es una niña muy
despierta?” dijo la mamá de Janet.
En muchos casos, la familia no se da cuenta de la conducta agresiva de sus hijas e
hijos porque confunden algunos comportamientos de los acosadores con bromas y
juegos o los justifican con la idea de que “así son los niños”.
Para prevenir y resolver el bullying la familia requiere aprender a reconocer lo que
hace un acosador y analizar si no tienen uno en casa.
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Sugerimos que observe si sus hijas o hijos presentan algunos de los siguientes rasgos
para saber el riesgo que corren de convertirse en agresores.
¿Cómo saber si mi hijo comete bullying?
Marque cada casilla que refleje un comportamiento de su hija o de su hijo.
Mi hijo o mi hija:
1. Hace bromas pesadas con frecuencia.
2. Con frecuencia hace correr rumores y calumnias
de algunas compañeras o compañeros.
3. Le gusta provocar con burlas y comentarios
ofensivos a otros niños más débiles.
4. Repetidamente golpea, empuja, da patadas o
molesta a otros niños o a sus hermanos más
débiles o indefensos.
5. Constantemente insulta, amenaza o ridiculiza a
algunos de sus compañeros.
6. Con los adultos de la casa es desafiante y
agresivo.
7. Con frecuencia recibimos quejas de la escuela y
de familiares de otros niños por su comportamiento violento.
8. Seguido llega con moretones, heridas,
cortadas, arañazos o llega con la ropa rota.
9. Tiene un grupo de amigos o amigas incondicionales que hacen lo que dice (travesuras, bromas
pesadas, romper reglas, golpear a otros)
10. Siente la necesidad de dominar, imponer su
voluntad a toda costa, incluso con amenazas y
agresiones.
11. Tiene mal carácter, se enoja fácilmente, es
impulsivo y no soporta que le digan que no puede
tener algo o no puede hacer lo que quiere.
12. No reconoce que las bromas crueles, las
amenazas, las humillaciones y los golpes lastiman
a los demás.
13. Casi nunca respeta las normas y no entiende
por qué se deben respetar.
14. Cree que la violencia es una forma natural de
convivir y resolver problemas.
15. Miente, roba, manipula y no puede respetar
los límites.
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Bullying: ¿Qué hago si... ?
Cuando uno de nuestros hijos es víctima de bullying, debemos actuar de inmediato
para protegerlo. La familia es el principal apoyo.
Reconozcan
que tienen un
problema
Mi hijo sufre
bullying
Tranquilice
a sus hijos
• Platiquen para saber qué está pasando, si es necesario hable con sus amigos, maestros,
amigos y familiares.
• Reconozcan juntos que enfrentan un problema. El acoso y la violencia entre compañeros
NO ES NORMAL. No se debe justificar con la idea de que "los niños son crueles".
• Mantenga la calma. No se asuste ni se enoje, pero tampoco le haga sentir que es un
asunto sin importancia.
9
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• Hágalo sentir que su familia lo protege, que puede confiar en usted y hablar de lo que le
pasa.
• Deje que se desahogue. No lo juzgue, ni interrumpa su relato con reclamos como ¿Por
qué te dejas?
• Mantenga la calma y no exagere. Si ve que usted está demasiado preocupado se puede
asustar.
• Hágale sentir que usted le puede ayudar y que lo protegerá.
• Ayúdele a comprender que aunque no se haya defendido, NO ES CULPABLE de que lo
acosen.
• Ayúdelo a comprender que es una persona valiosa y tiene derecho a ser respetado.
• No evada el problema con comentarios como "no te preocupes, estás exagerando" o
con promesas de cambiarlo de escuela. Si no se enfrenta el problema, el bullying lo
seguirá a donde vaya.
• Evite la violencia. No recomiende "pégale más fuerte" o que busque venganza.
• Enséñelo a enfrentar a los acosadores, a defenderse, a pedir ayuda, a negarse a hacer
algo que no quiere, a ponerse a salvo, a exigir respeto y a denunciar.
• Apóyelo para que denuncie el acoso. Acuda a la escuela para hablar con las autoridades y
con los maestros para solicitar que atiendan el problema. Si no encuentra respuesta,
diríjase a la Asociación de Padres de Familia, el Consejo de Participación Social o la supervisión escolar.
• Si su hijo se encuentra muy lastimado, busque ayuda psicológica.
10
Desarrollado por:
Si su hijo es un acosador, toda la familia debe frenar el bullying y ayudarlo a evitar el
comportamiento violento.
Mi hijo es
acosador
• Aunque le duela, si su hija o hijo es un acosador, reconozca que es un problema que
deberán resolver como familia.
• Mantenga la calma. No se asuste ni se enoje, pero tampoco le haga sentir que es un
asunto sin importancia.
• Ayúdelo a que reconozca que se trata de bullying, que hace daño a los demás y que no es
un comportamiento aceptable.
• Aunque su hijo o hija sea un acosador, no es un delincuente. Necesita apoyo y orientación para aprender a convivir sin usar la violencia.
• Platiquen para saber qué está pasando, por qué se comporta así. Algunos acosadores
han sido víctimas de violencia en la casa, en la escuela o en otros lugares o son frecuentemente humillados por adultos.
• Aunque crea que los amigos influyeron para que su hija o hijo sea un acosador, no los
culpe. Cada uno debe asumir la responsabilidad de sus actos.
• Comente la situación con la dirección de la escuela, con los maestros y con otros padres
para que le ayuden a comprender el problema.
...
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• Si recibe quejas sobre su comportamiento, no lo justifique. Es mejor corregir a tiempo
que "hacerse de la vista gorda" con un comportamiento agresivo que los puede llevar a
un problema mayor.
• Demuestre amor a su hija o hijo y al mismo tiempo comente las consecuencias que
tendrá su comportamiento en caso de que continúe acosando a otros niños. Debe
entender que no se le permitirá lastimar, molestar, agredir, burlarse o intimidar a otras
personas.
• Con calma, sin gritos, sin ofensas y sin golpes, busquen la solución del problema.
• Comente con la escuela la manera de resolver el problema. Seguramente ya se aplican
algunas estrategias para atender estos casos.
• Acuda, junto con su hija o hijo, a reuniones en la escuela en las que se trate de resolver el
problema. Conversen con las víctimas y sus familias, para ofrecer disculpas y encontrar
soluciones.
• Ayude a su hijo a sacar su energía y agresividad a través del deporte, la música, la danza,
el excursionismo y otras actividades que representen un desafío y desarrollen sus capacidades.
• Cree un ambiente familiar de confianza y respeto.
• Enseñe a sus hijos a resolver los conflictos sin usar la violencia, a reconocer sus errores, a
ofrecer disculpas de manera honesta y a reconocer el daño que sus acciones provoca a
los demás.
• Supervise a sus hijos sin que se sientan vigilados. Esté pendiente de lo que hacen, de
cómo reaccionan ante los problemas, de cómo se divierten y cómo manejan sus emociones.
• Demuestre a sus hijos que le interesan sus problemas y que los quiere.
• Ayude a sus hijos a manejar el enojo y la frustración.
• Ayude a sus hijos a tener límites. Establezca reglas claras y aplique las sanciones
cuando éstas no se cumplan.
• Participen en actividades escolares para prevenir y resolver el bullying.
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Los testigos o espectadores pueden tener un papel importante. Pueden convertirse
en cómplices si aplauden la violencia, se ríen de la situación y animan al acosador
tomando videos, fotos o simplemente observando divertidos el abuso. Este
comportamiento contribuye a aumentar la violencia en la escuela. En cambio, pueden
ayudar a frenar la violencia si defienden a quienes son acosados, denuncian o
rechazan al hostigador. Ayude a sus hijos a que no sean cómplices del bullying.
Mi hijo es
testigo
de
bullying
• Platique con sus hijos para que comprendan que el bullying no es un juego y que la
violencia lastima a todos, que no es normal. Aprender a rechazar la violencia es el primer
paso para que no se conviertan en cómplices del bullying.
• Oriente a sus hijos para que se alejen de compañeros que acostumbran molestar a los
demás.
• Ayude a su hija o a su hijo a que comprenda que aplaudir cuando se pelean dos compañeros es fomentar la violencia. Lo mismo grabar las agresiones para divertirse viéndolas, o
quedarse a observar los pleitos sin criticar a los acosadores.
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• Fomente en sus hijos la solidaridad y el compañerismo.
• Valore la amistad, el respeto mutuo y la posibilidad de convivir sin violencia.
• Fortalezca la autoestima de su hija o hijo y su capacidad para defender sus derechos y los
derechos de los demás.
• Eduque a sus hijas e hijos para que respeten las normas.
• Explique a sus hijas e hijos que todas las personas son valiosas y tienen derecho a ser
tratados de manera respetuosa.
• Enseñe a su hija o hijo a ponerse a salvo, a exigir respeto y a denunciar. Si conocen un
caso de bullying deben comentarlo con el maestro, con el director o con su familia.
• Si es necesario, acompañe a su hija o hijo a que denuncie el acoso.
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Bullying: ¿Cómo protejo a mi hijo?
Todos los miembros de la familia pueden proteger a los hijos del bullying creando un
ambiente de amor, respeto y valores. A continuación le damos algunas ideas:
Las niñas, los niños y los adolescentes necesitan saber
que pueden confiar en su familia, que pueden contar lo
que les pasa, lo que les molesta, lo que necesitan y lo que
les frustra y que serán escuchados con respeto.
Cree un ambiente familiar
de confianza, respeto y sin violencia.
El hogar es el lugar en el que aprendemos a ser personas y a relacionarnos con los
demás. Para que los hijos aprendan a defenderse del abuso de sus compañeros y
para prevenir la realización de actos violentos, es muy importante evitar la violencia
en el hogar. Si los hijos crecen en un ambiente respetuoso aprenderán a respetar. Por
ello debemos cuidar la relación entre hermanos, pues en algunas familias los
comportamientos violentos empiezan con los malos tratos o el bullying entre
hermanos. Si se acepta que entre hermanos se pellizquen, rompan sus cosas, se
ofendan o se golpeen, los hijos crecerán pensando que es normal convivir
maltratando a los demás o siendo maltratados. Lo mismo pasa si ven que los papás
constantemente se pelean.
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La importancia del amor.
El amor es una poderosa arma contra la violencia y los malos tratos. Los hijos que
crecen rodeados de amor tienen mejor autoestima y una mayor capacidad de convivir
de manera respetuosa, pidiendo a la vez respeto para sí mismos. Es importante crear
un ambiente familiar amoroso pero sin sobreproteger. Algunos acosadores vienen de
hogares en los que se expresa poco el afecto y otros de familias en las que se exagera
en los mimos y se permite que los hijos hagan lo que quieran.
Diga a sus hijos que los quiere, reconozca sus virtudes y hágales sentir que son
personas valiosas, que merecen ser cuidados y amados. Esto les ayudará a sentirse
seguros y a desenvolverse mejor en el mundo.
Los hijos también sienten que los queremos cuando nos preocupamos por su
bienestar, nos interesan sus problemas, los atendemos cuando están enfermos física
o emocionalmente, cuando los cuidamos y prevenimos riesgos, cuando somos justos,
creemos en ellos y tomamos en cuenta su opinión.
Fortalecer sus capacidades personales.
Los hijos sienten el amor de su familia cuando comparten
el tiempo libre, cuando platican y se divierten juntos.
¿Por qué uno de nuestros hijos es víctima de bullying y el otro no? Sabemos que cada
uno de nuestros hijos tiene su forma de ser. Algunas características les ayudan a
defenderse del bullying y evitan que cometan actos violentos. En la familia podemos
fortalecer esas características.
16
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Confíe en sus hijos. Revise las presiones que ejerce sobre sus hijos. No les pida
más de lo que pueden dar, pero tampoco piense que no sirven para nada.
Fortalezca la autoestima y el autoconcepto de sus hijos. Reconozca sus virtudes y
éxitos. Ayúdeles a que se acepten y se valoren tal como son.
Enseñe a sus hijos a controlar sus emociones como el enojo, la frustración o el
miedo. El ejemplo ayuda mucho, así que usted mismo debe controlar sus
emociones.
Enseñe a sus hijos a criticar la violencia que promueve la televisión y los
videojuegos.
Fomente el diálogo para resolver los conflictos sin usar la violencia.
Enseñe a sus hijos e hijas a denunciar las injusticias y los malos tratos.
Ayúdelos a que se sobrepongan ante situaciones difíciles.
Los valores en la familia.
A través de lo que viven, los hijos aprenden a respetar a los demás o a burlarse de
ellos, a golpear a alguien indefenso o a ayudarlo. El ejemplo diario educa en valores.
Esa es una gran responsabilidad de la familia. No puede pedir a sus hijos que
respeten si no se respeta en casa. Se recomienda que definan en casa los valores
familiares y aplíquenlos todos los días. Muchos acosadores viven en ambientes en los
que falla el respeto, la solidaridad, la consideración, la responsabilidad, la tolerancia,
la igualdad.
Nuestros
hijos
aprenden
a ser:
Solidarios, cuando se acostumbran a compartir y cooperar
entre hermanos.
Respetuosos, cuando reciben un trato respetuoso y se les
exige cumplir las normas familiares.
Tolerantes, cuando reconocen que sin importar las diferencias, todos somos valiosos y merecemos ser bien tratados.
Considerados, cuando en la familia cuidamos a los niños
pequeños, a los ancianos o a los enfermos.
Responsables, cuando tienen tareas que cumplir en el hogar,
como limpiar la mesa, ordenar su cuarto o pasear al perro.
Justos, cuando los padres aplican con justicia las normas y
sanciones.
Sinceros y honestos, cuando son escuchados sin criticar sus
opiniones.
Las normas y los límites.
Se sabe que las niñas, los niños y adolescentes que participan de actos violentos
tienen problemas para respetar normas y límites. Por ello, para proteger a los hijos de
situaciones de violencia se recomienda que en el hogar existan normas claras, orden
y disciplina.
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Bullying: ¿Quién me ayuda?
Un asunto de todos.
La única manera de prevenir y erradicar el bullying es unir esfuerzos de las familias,
los mismos alumnos, la escuela y la comunidad. El Consejo Escolar de Participación
Social puede coordinar estos esfuerzos, a través del comité para el desaliento de las
prácticas que generen violencia entre pares.
Algunas acciones que se pueden realizar son:
Elaborar normas escolares que claramente prohíban y sancionen el bullying.
Realizar jornadas de debate para que alumnos y familias comprendan las
características del bullying, sus consecuencias, cómo prevenirlo y cómo
enfrentarlo.
Nombrar un comité de padres, maestros y alumnos que analicen los casos
específicos y propongan soluciones.
Promover actividades deportivas y culturales para canalizar la energía de los
alumnos.
Buscar apoyo psicológico en universidades y el DIF para atender casos específicos.
Mejorar la supervisión en la tienda escolar, los baños, jardines, el patio y los pasillos,
en donde suelen ocurrir episodios de violencia entre estudiantes.
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Bullying: ¿Quién me ayuda?
Enseñar a los alumnos a reconocer el maltrato y el abuso, pidan respeto y denuncien.
Aplicar estrategias para que los alumnos se protejan unos a otros como las redes
integradas por alumnos de grados diferentes, quienes se cuidan mutuamente
durante la jornada, se apoyan en la comprensión de los contenidos escolares y en
la resolución de problemas de convivencia. Esta estrategia ha contribuido a
disminuir los problemas de intimidación y acoso de los alumnos mayores hacia los
más pequeños y a fortalecer la autoestima del alumnado como producto de la
experiencia de cuidar y ser cuidado.
Formar supervisores del buen trato y procuradores estudiantiles de derechos
humanos, que detecten casos de bullying e intervengan de inmediato para frenar
las agresiones.
Formar alumnos como tutores o “amigos voluntarios” que protejan a los alumnos
acosados, les brinden apoyo y consejos.
Crear un “buzón del acoso” y contar con un teléfono de contacto para que el alumno
víctima de bullying pida ayuda y protección.
Formar espectadores defensores ante el bullying para evitar que se conviertan en
cómplices.
Formar a algunos alumnos y a los padres como mediadores para que colaboren en la
resolución de conflictos y en la eliminación de la violencia.
Proteger y contener a la víctima de inmediato.
Sancionar al agresor de acuerdo con lo establecido en las normas, procurando que se
repare el daño, que asuma su responsabilidad y pida perdón a la víctima.
Conversar con los agresores para sensibilizarlos del daño que le hacen a la víctima.
Contar con maestros tutores que escuchan al alumno y le brinden apoyo cuando lo
necesiten.
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