efectos sobre la mejora y retención de la fuerza de un programa de

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efectos sobre la mejora y retención de la fuerza de un programa de
Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 EFECTOS SOBRE LA MEJ ORA Y RETENCIÓN DE LA FUERZA DE UN PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DE 9 SEMANAS EN SUJ ETOS NO ENTRENADOS Rosa MªAceña Rubio Germán Díaz Ureña Daniel Juárez Santos­García Fernando Navarro Valdivielso, Fernando Universidad de Castilla La Mancha. Laboratorio de Entrenamiento Deportivo ([email protected]) RESUMEN En este estudio se ha analizado la mejora y retención de la fuerza dinámica máxima en 34 sujetos no entrenados, divididos en un grupo experimental (GE) (n=18) que efectuó un programa de entrenamiento para la mejora de la misma de 9 semanas de duración, realizando 2 sesiones de entrenamiento semanal, y un grupo de control (GC) (n=16) que no llevó a cabo ningún entrenamiento. Se tomaron mediciones del peso máximo elevado en 1RM, la fuerza máxima, y la fuerza media total, con el sistema de medición de fuerzas dinámicas ISOCONTROL 3.6, en el ejercicio de squat (SQ), antes (PRE­), en la mitad (MED­) y al final del tratamiento (POST 1), así como tras 1 (POST 2) y 2 meses (POST 3) de la finalización mismo. En el GE, los cambios de fuerza dinámica máxima obtenidos tanto en la mitad como al final del programa de entrenamiento fueron altamente significativos (p<0.01), logrando un 29% de ganancias al final del ciclo de entrenamiento, y un 31% tras 2 meses de la finalización del mismo. En el GC no se produjeron cambios significativos. En conclusión, tras 9 semanas de entrenamiento de fuerza, se puede mejorar la fuerza dinámica máxima de forma altamente significativa en sujetos no entrenados, y se pueden mantener las ganancias logradas durante al menos otras 8 semanas más después de finalizado el entrenamiento. PALABRAS CLAVE: entrenamiento, fuerza, desentrenamiento, no entrenado.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 1 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 1. INTRODUCCIÓN En numerosos estudios se ha podido comprobar que el periodo óptimo para conseguir adaptaciones con el entrenamiento de fuerza se sitúa entre 8 y 10 semanas (Chestnut y Docherty, 1999; Di Brezzo, Fort, y Hoyt­III, 2002; Geliebter y cols., 1997; Herrick y Stone, 1996; Higbie, Kirk, Gordon, y Barry, 1996; Hoff, Gran, y Helgerud, 2002; Ivey y cols., 2000; Keeler, Finkelstein, Miller, y Fernhall, 2001; Mc Bride, Triplett­McBride, Davie, y Newton, 2002; Osteras, Helgerud, y Hoff, 2002). Sin embargo, lo que aún no está suficientemente aclarado es durante cuanto tiempo se podrían mantener los beneficios obtenidos tras dicho periodo de entrenamiento. Tan sólo se han encontrado dos estudios de similares características al nuestro, en los que se ha logrado mantener las ganancias de fuerza alcanzadas con el entrenamiento durante 6 semanas (Narici, Roi, Landoni, y cols., 1989) y 8 semanas (Housh, Housh, Weir, y cols, 1996). En otro estudio encontrado, en 12 semanas encontraron ya pérdidas (Houston, Froese, Valeriote, Green, y Ranney, 1983). Por este motivo, el presente estudio se plantea con la finalidad de analizar si con 9 semanas de entrenamiento se dan las condiciones suficientes para mejorar de forma significativa la fuerza dinámica máxima en sujetos no entrenados, y si se podrían mantener durante 8 semanas más las ganancias logradas con este tipo de entrenamiento. 2. MÉTODO Sujetos Los sujetos de estudio fueron 34 varones sanos, de 18­24 años de edad, estudiantes de la Facultad de Ciencias del Deporte de Toledo, que por su escasa experiencia en el entrenamiento de fuerza, fueron considerados como principiantes siguiendo las indicaciones del Colegio Americano de Medicina del Deporte (Kraemer y cols., 2002). Procedimiento y diseño experimental Con el fin de probar el efecto de mejora y retención de la fuerza, se llevó a cabo un programa de entrenamiento de 9 semanas de duración en el que se efectuaron 2 sesiones de entrenamiento semanal (lunes y miércoles). La medición de peso máximo elevado en 1RM, fuerza máxima, y fuerza media total, se llevó a cabo con el sistema de medición de fuerzas dinámicas ISOCONTROL 3.6., en el ejercicio de squat (SQ), que fue el seleccionado para la medición de la fuerza dinámica máxima tal y como recomiendan autores como Fry, Kraemer y Weseman (1991); Brown y Weir (2001). Dichas mediciones tuvieron lugar: antes del
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 2 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 comienzo del estudio (PRE­), en la mitad (MED­) y al final del tratamiento (POST 1), así como tras uno (POST 2) y dos meses (POST 3) de la finalización del mismo. Antes de comenzar el tratamiento y previo al test inicial, se realizaron 6 sesiones de instrucción del entrenamiento y de los test de valoración para asegurar una correcta técnica y comprensión del proceso (Rhea, Ball, Philips, y Burkett, 2002). Se prohibió a los participantes la realización de cualquier otro tipo de ejercicio de fuerza mientras duró el experimento. Se les recomendó el seguimiento de una dieta equilibrada: hidratos de carbono (65%), grasas (20%) y proteínas (15%). Para la realización de los test, se trató de estandarizar al máximo todas las condiciones que pudieran influir en los resultados. Para conseguir una gran fiabilidad y evitar la variabilidad de las mediciones, los test de 1RM se realizaron en dos ocasiones separadas por 48 horas (Jones, Rikli, Beam, Duncan, y Lamar, 1997; Patterson, Sherman, Hitzelberger, y Nichols, 1996; Rhea, Ball, Philips, y Burkett, 2002), tomando como el verdadero valor el más alto alcanzado. La obtención del peso máximo elevado en 1RM, se realizó siguiendo el protocolo utilizado por Kraemer y Fry (1995), por lo que se efectuó un aumento del peso de forma progresiva hasta llegar a una carga con la que sólo se pudiera realizar una repetición, seguido de un descanso de 3 a 5’ (Brown y Weir, 2001; W. J. Kraemer y Fry, 1995; Weir, Wagner, y Housh, 1994), y se permitió intentar de nuevo hasta en tres ocasiones (Anderson y Kearney, 1982; W. Kraemer y Fry, 1991; Wilson, Murphy, y Pryor, 1994), considerándose como verdadero 1RM el valor más alto alcanzado siempre que la velocidad de ejecución fuese inferior a 0,20 m/s (García, Monteiro, y González, 2003). Partiendo del valor del peso levantado en 1RM, se formaron aleatoriamente ambos grupos con tratamiento estadístico para evitar las diferencias significativas entre ambos grupos. El programa de entrenamiento se diseñó siguiendo el modelo que Fleck y Kraemer (1997) adaptaron del modelo de periodización clásico para el entrenamiento de fuerza propuesto por Stone, O’Bryant y Garhammer (1981). En la primera mitad del programa se realizó un trabajo de hipertrofia muscular utilizando cargas entre un 70%­ 80% del 1RM. Tras el momento de evaluación MED­, se trabajó la fuerza máxima con cargas entre 85%­ 95% del 1RM. La duración de las sesiones de entrenamiento para el GE fue de unos 40 minutos en las que se efectuó lo siguiente: a) calentamiento estandarizado de 10 minutos consistente en la realización 7’ de carrera continua entre 120­140 p/m y 3’ de estiramientos (Brown y Weir,
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 3 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 2001) de los músculos a trabajar; b) 10 repeticiones al 40% del 1RM; c) la rutina de fuerza correspondiente en cada sesión; d) estiramientos de los músculos implicados. Análisis estadístico Se ha realizado un análisis de la varianza, Anova de medidas repetidas para analizar los cambios experimentados en los distintos momentos de evaluación en cada una de las variables, y la prueba T para muestras independientes para analizar las diferencias entre GE y GC en cada momento de evaluación. El índice de significación estadística fue establecido en p<0.05 para valores significativos y p<0.01 para valores altamente significativos. El tratamiento estadístico se llevó a cabo mediante el programa informático SPSS versión 13. 3. RESULTADOS En la Tabla 1 se han recogido los datos descriptivos de las distintas variables medidas. Se encontraron diferencias significativas (p< 0.05) en los valores medios del peso máximo elevado en 1RM, la fuerza máxima y la fuerza media total en todos los momentos de evaluación excepto en el momento PRE­ entre el GE y GC. En la Tabla 2 se indica el porcentaje de cambios de las mismas, donde se puede observar como en las tres variables seleccionadas para la medición de la fuerza dinámica máxima. En el GE se produjeron mejoras altamente significativas (p<0.01) tanto en la mitad como al final del programa de entrenamiento, y los mejores resultados se obtuvieron tras 2 meses de la finalización del mismo, aunque las ganancias durante el post­entrenamiento no llegaron a ser significativas. Mientras que en el GC no se dieron diferencias significativas en ninguno los momentos de evaluación. Tabla 1.­ Datos descriptivos de las difer entes variables medidas en el test de squat, en los distintos momentos de evaluación en el gr upo exper imental y gr upo contr ol PRE­ GE GE 126,5 154,3 128,3 169,0 18,70 21,6 21,7 27,3 n 18 16 18 Fuer za X (N) 1590,5 1487,3 Máxima SD 260,9 (N) n Fuer za Media (N) 130,7 SD POST 1 GC Total X (kg) MED­ GC 1RM GE GC POST 2 POST 3 GE GC GE GC 125,13 167,2 124,5 171,72 127,0 19,7 19,6 24,4 20,5 19,69 22,1 16 18 16 18 16 18 16 1829,2 1502,1 1974,4 1418,7 1877,9 1476,3 1995,26 1492,7 325,9 233,5 300,6 238,2 325,9 284,5 314,9 221,22 349,9 18 16 18 16 18 16 18 16 18 16 X (N) 1306,6 1266,1 1542,6 1289,3 1688,2 1265,3 1662,4 1254,1 1712,95 1279,5 SD 185,7 208,4 217,7 278,4 207,3 207,9 244,7 205,4 195,06 2187,6 n 18 16 18 16 18 16 18 16 18 16
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 4 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Tabla 2.­ Por centaje de cambios pr oducidos en las difer entes var iables medidas en el test de squat (SQ), en los distintos momentos de evaluación en el gr upo exper imental y gr upo contr ol MOMENTOS DE EVALUACIÓN VARIABLES 1RM (% ) Fuer za máxima (% ) Fuer za media total (% ) GE GC GE GC GE GC MED­PRE 18,10** 1,40 15,01** 0,99 18,06** 1,80 POST 1­PRE 29,28** ­1,12 24,14** ­4,84 29,20** 0,00 POST 2­PRE 27,92** ­1,61 18,07** ­0,75 27,22** ­0,96 POST 3­PRE 31,36** 0,39 25,45** 0,36 31,09** 1,05 POST 1­MED 9,46** ­2,56 7,94** ­5,88 9,44** ­1,83 POST 2­POST 1 ­1,05 ­1,00 ­4,89 3,90 ­1,53 ­0,96 POST 3­POST 2 2,69 1,97 6,24** 1,10 3,04 1,99 POST 3­POST 1 1,61 1,50 1,05 4,96 1,46 1,05 ** ganancias altamente significativas (p<0.01) 4. DISCUSIÓN En las tres variables de fuerza medidas (peso máximo elevado en 1RM, fuerza máxima y fuerza media total), se obtuvieron ganancias altamente significativas (p<0.01) tanto en la mitad como al final del programa de entrenamiento en el GE. Estas importantes ganancias logradas son habituales en sujetos con poca experiencia en el entrenamiento de fuerza y/o los que no han entrenado de forma regular durante varios años, ya que, debido a la elevada reserva de adaptación que poseen, pueden responder favorablemente a la mayoría de los protocolos de entrenamiento (Faigenbaum y cols., 2002; Fleck, 1999; Hakkinen, Pakarien, Alen, y Komi, 1985; W. J. Kraemer y Hakkinen, 2002; Navarro, 2000). En algunos estudios en los que también se ha trabajado la fuerza se han obtenido similares ganancias (Baker, Wilson, y Carlyon, 1994; Fleck, 1999; Hoffman, 2002; O´Bryant, 1982; Stowers y cols., 1983; Willoughby, 1992, , 1993). Además éstas coinciden con los hallazgos encontrados en la revisión de Kraemer y cols (2002), que observaron que los incrementos de fuerza muscular están entorno a 40% en sujetos no entrenados y 20% en poco entrenados. Durante el post­entrenamiento, como se ha podido comprobar en la Tabla 2, se siguen produciendo mejoras en el GE, de forma que los mejores resultados se consiguen tras dos
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 5 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 meses de la finalización del entrenamiento, y aunque estos cambios no son significativos si los comparamos con los resultados obtenidos al final del programa de entrenamiento, parecen indicar que se ha producido un efecto retardado en la obtención de ganancias. Es probable que esto se haya debido a la aplicación de un programa de entrenamiento de considerable carga teniendo en cuenta que los sujetos son no entrenados, lo cual ha podido suponer un exceso de entrenamiento que es el ha podido provocar el retraso en la aparición de ganancias. En relación a esto algunos investigadores han señalado que, la aplicación de una fase de alto volumen puede provocar un retraso en el incremento de la preparación aproximadamente de 2­5 semanas (Fry y cols., 1994; Siff y Verkhoshansky, 2000; Stone y Fry, 1997; Stone y cols., 1991). 5. CONCLUSIONES A la vista de los resultados obtenidos en las distintas variables seleccionadas para la valoración de la fuerza dinámica máxima en varones activos sin experiencia en el entrenamiento de fuerza, podemos afirmar que: 1. El entrenamiento de fuerza durante un periodo de 9 semanas permite mejorar la fuerza dinámica máxima de forma altamente significativa en la mitad y al final del programa de entrenamiento. 2. Los mejores resultados se obtienen 2 meses después de la finalización del entrenamiento, y aunque las diferencias durante este periodo no llegan a ser significativas, lo que si se puede afirmar es que no hay pérdida alguna de las ganancias logradas durante las 9 semanas de entrenamiento. Por tanto, podemos afirmar que, tras 9 semanas de entrenamiento de fuerza, se puede mejorar la fuerza dinámica máxima de forma altamente significativa en sujetos no entrenados, y se pueden mantener dichas ganancias durante al menos los 2 meses siguientes. 6. REFERENCIAS Anderson, T., y Kearney, J. T. (1982). Effects of three resistance training programs on muscular strength and absolute and relative endurance. Res Q, 53, 1­7. Baker, D., Wilson, G., y Carlyon, R. (1994). Periodization: The effect on Strength of Manipulating Volume and Intensity. Journal of strength and Conditioning Research, 8(4), 235­242. Brown, L. E., y Weir, J. P. (2001). ASEP Procedures Recomendation I: Accurate assessment of muscular strength and power. Official Journal of The American Society of Exercise Physiologists, 4(3), 1­21.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 6 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Chestnut, J. L., y Docherty, D. (1999). The effects of 4 and 10 repetition maximum weight­training protocols on neuromuscular adaptations in untrained men. Journal of strength and Conditioning Research, 13(4), 353­359. Di Brezzo, R. D., Fort, I. L., y Hoyt­III, G. L. (2002). Frecuency of traonong on strength development in women 40­ 65 years of age. Women in sport and physical activity journal, 11(1), 49­62. Faigenbaum, A., Milliken, L. A., LaRosa, R., Burak, B. T., Doherty, C. L., y Westcott, W. L. (2002). Comparison of 1 and 2 Days per week of stregth training in children. Research Quarterly for Exercise and Sport, 73(4), 416­424. Fleck, S. J. (1999). Periodize Strength Training: A critical rewiev. Journal of strength and Conditioning Research, 13(1), 82­89. Fry, A. C., Kraemer, W. J., Lynch, J. M., Marsit, J. L., Roy, E. P., Triplett, N. T., y cols. (1994). Performance decrements with high­ intensity resistance exerdise overtraining. Med. Sci. Sports Exerc, 26(9), 1165­1173. García, J., Monteiro, F., y González, C. (2003). A importancia da correcta aviliagao de 1RM e a sua relagao com a metodologia de Treino e o rendimiento desportivo. Treino Desportivo, 21(3), 28­30. Geliebter, A., Maher, M. M., Gerace, L., Gutin, B., Heymsfield, S. B., y Hashim, S. A. (1997). Effects of strength or aerobic training on body composition, resting metabolic rate, and peak oxygen consumption in obese dieting subjects. Am J Clin Nutr, 66(3), 557­563. Hakkinen, K., Pakarien, A., Alen, M., y Komi, P. V. (1985). Serum hormones during prolonged training of neuromuscular performance. European Journal of Applied Physiology, 53, 287­293. Herrick, A. B., y Stone, W. J. (1996). The effects of periodization versus progressive resistance exercise on upper and lower body strength in women. Journal of strength and Conditioning Research, 10(2), 72­76. Higbie, E. J., Kirk, J. C., Gordon, L. W., y Barry, M. P. (1996). Effects of concentric and eccentric training on muscle strength, cross­sectional area, and neural activation. J. Appl. Physiol., 81(5), 2173­2181. Hoff, J., Gran, A., y Helgerud, J. (2002). Maximal strength training improves aerobic endurance performance. Scandinavian Journal of medicine and science in sport, 12, 288­295. Hoffman, J. R. (2002). Periodized Training for the Strength/ Power Athlete. NSCA´s Performance Training Journal, 1(9), 8­12. Housh, T. J., Housh, D. J., Weir, J. P., y cols, y. (1996). Effects of eccentric only resistance training and detraining. International Journal of Sports Medicine, 17(2), 145­148. Houston, M. E., Froese, E. A., Valeriote, S. P., Green, H. J., y Ranney, D. A. (1983). Muscle performance, morphology and metabolic capacity during strength training and detraining: A one leg model. European Journal of Applied Physiology, 51(1), 25­35. Ivey, M. F., Roth, S. M., Ferrell, R. E., Tracy, B. L., Lemmer, J. T., Hurlbut, D. E., y cols. (2000). Effects of Age, Gender, and Myostatin Genotype on the Hypertrophic Response to Heavy Resistance Strength Training. Journal of Gerontology Series A: Biomechanical and Medical Sciences, 55, M641­ M648. Jones, C. J., Rikli, R. E., Beam, W. C., Duncan, S. J., y Lamar, B. (1997). Determining 1RM test­ retest reliability for older adults on weight stack and
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 7 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 pneumatic strength equipment. Research Quarterly for Exercise and Sport, 68 Supplement, A­52. Keeler, L. K., Finkelstein, L. H., Miller, W., y Fernhall, B. (2001). Early­Phase Adaptations of Traditional­Speed vs. Superslow Resistance Training on Strength and Aerobic Capacity in Sedentary Individuals. Journal of strength and Conditioning Research, 15(3), 309­314. Kraemer, J. W., Adams, K. J., Cafarelli, E., Dudley, G. A., Dooly, C., Feigenbaum, M. S., y cols. (2002). Progression Models in Resistance training for healthy adults. ACSM, Position Stand, Med and Sci. In Sports and Exc., 34(2), 364­ 380. Kraemer, W., y Fry, A. (1991). Strength testing: development and evaluation of methodology. In P. Maud y C. Foster (Eds.), Physiological Testing of Human Fitness. Champaign IL: Human Kinetics. Kraemer, W. J., y Fry, A. C. (1995). Strength testing: development and evaluation of methodology. In P. Maud y C. Foster (Eds.), Physiological assessment of human fitness. Champaign, IL: Human Kinetics. Kraemer, W. J., y Hakkinen, K. (2002). Strength training for sport. London: Blackwell Publishing. Mc Bride, J. M., Triplett­McBride, T., Davie, A., y Newton, R. U. (2002). The effect of Heavy­ Vs. Light­ load Jump Squats on the Development of Strength, Power, and Speed. Journal of strength and Conditioning Research, 16(1), 75­82. Narici, M. V., Roi, G. S., Landoni, L., y cols., y. (1989). Changes in force, crossectional area and neural activation during strength training and detraining of the human quadriceps. European Journal of Applied Physiology, 59, 310­319. Navarro, F. (2000). La controversia actual sobre la planificación del entrenamiento. II Jornadas de Actualización. Madrid, 7­8 de Julio de 2000, Centro Olímpico de Estudios Superiores. O´Bryant, H. (1982). Periodization: A teoretical model for strength training (dissertation). Louisiana Satae University. Osteras, H., Helgerud, J., y Hoff, J. (2002). Maximal strength­ training effects on force­ velocity and force­ power relatioships explain increases in aerobic performance in humans. European Journal of Applied Physiology, 88, 255­263. Patterson, P., Sherman, J., Hitzelberger, L., y Nichols, J. (1996). Test­ retest reliability of selected LifeCircuit machines. Journal of strength and Conditioning Research, 10, 246­249. Rhea, M. R., Ball, S. D., Philips, W. T., y Burkett, L. N. (2002). A comparison of linear and Daily Undulating Periodized Programs with Equated Volume and Intensity for Strength. Journal of strength and Conditioning Research, 16(2), 250­255. Siff, M. C., y Verkhoshansky, Y. (2000). Superentrenamiento. Barcelona: Paidotribo. Stone, M. H., y Fry, A. C. (1997). Responses to increased resistance training volume. In R. B. Kreider, A. L. Fry y M. L. O´Toole (Eds.), Overtraining and Overreaching in Sport. Champaign, IL.: Human Kinetics. Stone, M. H., Keith, R. E., Kearney, J. T., S.J., F., Wilson, G., y Triplett, N. T. (1991). Overtraining: a review of the signs, symptoms and possible causes. Journal of Applied Sports Science Research, 5(1), 35­50. Stowers, T., McMillan, J., Scala, D., Davis, V., Wilson, G. D., y Stone, M. H. (1983). The short term effects of three different stregthpower trining methods. National Strength Cond. Assoc. J., 5(3), 24­27.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 8 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Weir, J. P., Wagner, L. L., y Housh, T. J. (1994). The effect of rest interval length on repeated maximal bench presses. Journal of strength and Conditioning Research, 8, 58­60. Wilson, G., Murphy, A. J., y Pryor, J. F. (1994). Musculotendinous stiffness: its relationship to eccentric, isometric, and concentric performance. Journal of Applied Physiology, 76, 2714­2719. Willoughby, D. S. (1992). A comparison of three selected weight training programs on the upper and lower body strength of trained males. Annals Journal of Applied Research in Coaching Athletics, March, 124­146. Willoughby, D. S. (1993). The effects of meso­cycle­length weight training programs involving periodization and partially equated volumes on upper and lower body strength. Journal of strength and Conditioning Research, 7, 2­8.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 9 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ESTUDIO SEMILONGITUDINAL DE LA FUERZA EXPLOSIVA EN J ÓVENES FUTBOLISTAS DE ÉLITE Rafael Aranda Malavés ([email protected]) Facultat de Ciències de l’Activitat Física i l’Esport. Universitat de València – Valencia CF S.A.D. José Romero Sangüesa Facultat de Ciències de l’Activitat Física i l’Esport. Universitat de València – Valencia CF S.A.D. Francisco Forner Llacer Valencia CF S.A.D. Juan Torrijo Navarro Valencia CF S.A.D. RESUMEN El esfuerzo que realiza el futbolista durante la competición es específico de las características del partido de fútbol. En éste el futbolista realiza un esfuerzo caracterizado por su intermitencia y por englobar acciones de diferente intensidad (Bangsbo, et al., 1991). De todas ellas, son las acciones realizadas a alta intensidad, las cuales requieren una alta manifestación de fuerza y fuerza explosiva, las que parecen ser determinantes, basándonos en el hecho de que son las diferencias en la capacidad para manifestar fuerza máxima (Wisloff, et al., 1998) y fuerza explosiva (Cometti, et al., 2001) las que diferencian a los jugadores de distinta categoría. La utilización de gomas elásticas para la valoración de la fuerza aúna varias características que consideramos ventajosas para el conocimiento de la fuerza explosiva en futbolistas. Objetivo: Describir la variación de la fuerza explosiva de futbolistas de élite desde la categoría infantil hasta la categoría juvenil. Material y Método: 58 jugadores de categoría infantil, 43 de cadete, 43 de juvenil de la escuela del Valencia CF S.A.D. realizaron dos repeticiones sobre un recorrido de 5 m. a máxima velocidad con una resistencia de 24,4 N. Resultados: Los resultados obtenidos en cadetes son mejores que los obtenidos en los infantiles (p <0,0001) con una media un 32 % mayor. Los resultados obtenidos en juveniles son mejores que los obtenidos en los infantiles (p <0,0001) con una media un 47 % mayor y que los obtenidos en los cadetes (p <0,01), con una media un 10 % mayor.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 10 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Conclusión: Los futbolistas de élite de categoría cadete son capaces de desplazarse a mayor velocidad tanto sin como con una resistencia añadida que los jugadores infantiles, y los juveniles, a mayor velocidad que los cadetes. PALABRAS CLAVE: fuerza explosiva, velocidad, gomas, fútbol. INTRODUCCIÓN En el fútbol, así como en muchos otros deportes, se requieren movimientos explosivos en competición, lo cual hace necesario conocer los niveles de fuerza explosiva de los jugadores con una doble intención: por una parte valorar el estado de forma del jugador, y por otra establecer pautas de entrenamiento individualizadas para cada uno de ellos. En competición no siempre se realizan los mismos movimientos que cuando se realizan las valoraciones de fuerza, y muchas veces estos movimientos no se realizan a la misma velocidad. Los valores de fuerza que se desarrollan en pruebas inespecíficas (generalmente dentro de la sala de musculación no siempre se traducen en rendimiento durante la competición, ya que la medida de fuerza es específica del gesto o movimiento valorado. Para que haya una correspondencia entre el la valoración de la fuerza y el rendimiento en competición, los movimientos utilizados durante la valoración deben ser lo más parecidos posible a los de competición. La competición en fútbol dura noventa minutos, en los que el futbolista realiza un esfuerzo caracterizado por su intermitencia y por englobar acciones de diferente intensidad (Bangsbo, et al., 1991). De todas ellas, son las acciones realizadas a alta intensidad, las cuales requieren una alta manifestación de fuerza y fuerza explosiva, las que parecen ser determinantes, basándonos en el hecho de que son las diferencias en la capacidad para manifestar fuerza máxima (Wisloff, et al., 1998) y fuerza explosiva (Cometti, et al., 2001) las que diferencian a los jugadores de distinta categoría, siendo los de mayor categoría los que tienen mayor rendimiento en estas manifestaciones de fuerza. La fuerza es importante en las acciones que realiza el futbolista, saltos, entradas, golpeos, regates, cambios de dirección, y sobretodo, aceleraciones en distancias cortas. “La fuerza explosiva es la producción de fuerza en la unidad de tiempo” (González Badillo & Ribas, 2002). Cualquier manifestación de fuerza (fuerza­máxima, fuerza­velocidad y fuerza­resistencia) se puede realizar de forma más o menos explosiva.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 11 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 La fuerza explosiva se puede medir desde el inicio de la manifestación de fuerza hasta cualquier punto de la curva fuerza­velocidad o entre dos puntos cualesquiera de dicha curva. Por tanto, el sujeto tendrá tantos valores de fuerza explosiva como mediciones se hagan. El gesto de competición se realiza a una velocidad específica y en un tiempo específico. Estos valores de velocidad y tiempo pueden variar en función del rendimiento, ya que una mejora en el rendimiento va asociada con un aumento en la velocidad y por tanto una reducción del tiempo de aplicación de la fuerza para superar una misma resistencia. Schmidblicher (1992), en (González Badillo & Ribas, 2002) comenta que los ejercicios explosivos no son los que se producen a gran velocidad, sino aquellos en los que se produce la máxima o casi máxima producción de fuerza en la unidad de tiempo. No obstante, la fuerza explosiva y la fuerza explosiva máxima tienen una estrecha relación con la velocidad de movimiento ante una misma resistencia externa, ya que la mayor o menor velocidad depende de la capacidad de producir fuerza rápidamente y cuanto mayor es el grado de desarrollo de la fuerza inicial (producida en la fase estática) más rápidamente puede ser realizada la fase de aceleración (Verkhonshansky, 1996; en (González Badillo & Ribas, 2002)). La fuerza explosiva dependerá de: la composición muscular, sobre todo con el porcentaje de fibras rápidas; la frecuencia de impulso; la capacidad de sincronización; la coordinación intermuscular (técnica), las capacidades de fuerza máxima, la producción rápida de la fuerza en la fase estática y en el inicio del movimiento; la velocidad de acortamiento del músculo (González Badillo & Ribas, 2002). La utilización de gomas elásticas para la valoración de la fuerza aúna unas características que consideramos ventajosas para el conocimiento de la fuerza explosiva en futbolistas: 1. Valora específicamente el gesto más frecuente realizado por el futbolista en competición, la aceleración en distancia corta. 2. La resistencia que ofrece es en dirección horizontal; 3. No sobrecarga las estructuras del tronco; 4. Permite la utilización de los datos obtenidos para posteriormente utilizar las gomas como medio de entrenamiento de la fuerza de forma individualizada.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 12 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 OBJ ETIVO Describir la variación de la fuerza explosiva de futbolistas de élite desde la categoría infantil hasta la categoría juvenil. MATERIAL Y MÉTODO La muestra está formada por los jugadores de los equipos de la escuela del Valencia CF S.A.D de la temporada 2005­2006 (De 13 a 17 años) En total se han analizado 58 jugadores de categoría infantil, 43 de cadete y 43 de juvenil. Los jugadores realizaron dos repeticiones sobre un recorrido de 5 m. a máxima velocidad con una resistencia de 24,4 N. Las pruebas fueron realizadas con un mínimo de 24 horas de descanso previo y a la misma hora del día y durante el mismo período de la temporada tras un calentamiento previo de 15 minutos, y sobre una superficie de césped artificial de tercera generación. El personal que llevó a cabo las mediciones fue el mismo en todas las ocasiones. La velocidad de cada jugador se calculó a partir del tiempo que se tardó en recorrer a distancia referida, el cual fue medido con la ayuda de fotocélulas tipo reflex fabricadas por Sportmetrics, las cuales fueron situadas a una altura proporcional a la estatura de los sujetos. Los datos obtenidos fueron tratados estadísticamente mediante el programa SPSS 12.0. RESULTADOS Los valores de velocidad expresados en ratio respecto al mejor son los representados en el gráfico 1, en el cual se puede observar como los resultados obtenidos por los cadetes son mejores que los obtenidos en los infantiles (p <0,0001) con una media un 32 % mayor. Los resultados obtenidos en juveniles son mejores que los obtenidos en los infantiles (p <0,0001) con una media un 47 % mayor y que los obtenidos en los cadetes (p <0,01), con una media un 10 % mayor
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 13 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 1,0 * * * * * *
0,8 0,6 0,4 0,2 0,0 Infantiles Cadetes Juveniles Gráfico 1. Representación de la velocidad en 5m de jugadores infantiles, cadetes y juveniles con una resistencia de 24,4 N. ** (p <0,01), ****(p<0,0001). CONCLUSIONES Los resultados obtenidos en esta investigación nos permiten concluir que: Los futbolistas de élite de categoría cadete son capaces de desplazarse a mayor velocidad tanto sin como con una resistencia añadida que los jugadores infantiles, y los juveniles, a mayor velocidad que los cadetes. Agradecimientos Finalmente, cabe destacar la colaboración de la Escuela de Fútbol del Valencia CF S.A.D y en especial todos los técnicos de la temporada 2005­2006. REFERENCIAS Bangsbo, J., et al. (1991). "Activity Profile of competition Soccer." Can. J. Spt. Sci. 16(2): 110­116. Wisloff, U., et al. (1998). "Strength and endurance of elite soccer players." Med. Sci. Sports Exerc. 30: 462­7. Cometti, G., et al. (2001). "Isokinetic strength and anaerobic power of elite, subelite and amateur french soccer players." Int. J. Sports Med. 22: 45­51. González Badillo, J. J.; Ribas, J. (2002). Bases de la programación del entrenamiento de fuerza. Barcelona, INDE. AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 14 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INFLUENCIA DEL PROTOCOLO EN LA DETERMINACIÓN DE LOS UMBRALES VENTILATORIOS Y BIOQUÍMICOS EN EJ ERCICIO INCREMENTAL. Pedro José Benito Peinado ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Educación Física y del Deporte (INEF), Universidad Politécnica de Madrid. Francisco Javier Calderón Montero Facultad de Ciencias de la Educación Física y del Deporte (INEF), Universidad Politécnica de Madrid. Augusto García Zapico Facultad de Educación, Universidad Complutense de Madrid RESUMEN La utilización de los umbrales como forma de prescribir ejercicio es muy utilizada en el ámbito de la salud. Sobre todo para encontrar la intensidad mínima de entrenamiento. Las metodologías de determinación de los umbrales siempre han presentado controversia, sobre todo en la disquisición de la utilización de variables ventilatorias o bioquímicas. El objetivo de este trabajo fue, la comparación de los métodos ventilatorios con los bioquímicos para observar si existe relación entre ellos. Posteriormente también comparar los métodos más utilizados para la determinación de los umbrales en ejercicio con el método propuesto. Sujetos y Método: Doce sujetos varones, ciclistas aficionados fueron seleccionados para hacer dos pruebas incrementales una con protocolo escalonado y otra en rampa en cicloergómetro. Resultados: No existen diferencias significativas entre los protocolos utilizados, si entre los procedimientos ventilatorios y bioquímicos sobre todo en el primer umbral. Conclusiones: El método propuesto en el presente trabajo es altamente reproducible y no depende del tipo de protocolo utilizado, aunque si bien el modelo respiratorio pudiera ser influido por protocolos discontinuos, no existen diferencias entre los aquí presentados. PALABRAS CLAVE: Breathig pattern, Lactate Threshold, Ventilatory Threshold, Individual Anaerobic Threshold.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 15 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INTRODUCCIÓN. La utilización de los umbrales en la prescripción del ejercicio está fuerza de toda duda. Su utilidad trasciende en los miles de artículos escritos sobre este proceso de adaptación aguda al ejercicio. Sin embargo, la definición de los umbrales plantea algunas dificultades, desde el punto de vista de las diferentes metodologías utilizadas para localizarlos. Tanto es así, que es raro encontrar un artículo en el que se hable de la localización del umbral aeróbico, tan solo hemos encontrado algunas aisladas referencias (Aunola, 1991; Aunola et al., 1988; Aunola & Rusko, 1992). Todos los autores consultados (J.L Chicharro & Legido, 1991; Espinosa & Sanchéz­Lafuente, 2001; García, Navarro, & Ruíz, 1996; Navarro, 1998; Karlman. Wasserman, Hansen, Sue, Whipp, & Casaburi, 1994) coinciden en el planteamiento de que el lactato supone el patrón oro para la determinación de la transición aeróbico­ anaeróbica, y por consiguiente de los umbrales, siendo más habitual la denominación del método a través del procedimiento utilizado para conseguirlo. El lactato que encontramos en sangre es el resultado de su producción y su aclarado por otras regiones del cuerpo, sobre todo por hígado, riñón, corazón y músculos no activos (Cabrera, Saidel, & Calan, 1999; J.L Chicharro & Legido, 1991:44). La determinación de los umbrales por procedimientos ventilatorios no es un hecho actual. Los primeros procedimientos ventilatorios que se correlacionan con los umbrales lácticos datan de 1963 y 1977 (Margaria y Wasserman respectivamente, citados por J.L Chicharro & Legido, 1991:56). A parte de la certera controversia que mantienen algunos autores (Brooks, 1985; Davis, 1985) sobre estas metodologías, con respecto a si los cambios respiratorios reflejan o no los cambios bioquímicos en el ejercicio, otros autores consideran estas metodologías más que indicadas por su balance positivo de ventajas sobre inconvenientes en la evaluación de los deportistas (J.L. Chicharro & Fernández, 1995; J. L. Chicharro, Fernandez, Perez, & Legido, 1995; J.L Chicharro & Legido, 1991:53; Navarro, 1998:103; Ribas, Violan, Guerra, & Roman, 1994), sobre todo a partir del nacimiento de alternativas en la determinación como el procedimiento de los inversos ventilatorios (Benito, 2004) o combinaciones de varios (Gaskill et al., 2001). Si a todo lo anterior añadimos la inusitada controversia sobre si el protocolo puede influir o no en los resultados de los umbrales (Carter, Jones, & Doust, 1999; Craig et al., 1995; Myers & Bellin, 2000; Myers et al., 1992), tendremos un panorama completo de los problemas en su determinación.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 16 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Por tanto el objetivo principal de este trabajo era comparar la influencia de los protocolos en rampa y escalonados en la determinación por métodos ventilatorios y bioquímicos para observar si existe relación entre ellos. MATERIAL Y MÉTODOS Sujetos. Los datos descriptivos de la muestra se encuentran en la tabla 1. Doce sujetos varones ciclistas aficionados seleccionados por la Federación Madrileña de Ciclismo y nuestro Laboratorio participaron en el estudio. Todos los sujetos fueron informados de la naturaleza del mismo, firmando un consentimiento por escrito para participar, siendo desarrollado según las pautas éticas dictadas en la declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial, para la investigación con los seres humanos (WMA, 2000). Medidas de intercambio respiratorio. Las mediciones de composición y volúmenes del aire espirado, se realizaron con un equipo Jaeger Oxicon Pro ® (Erich Jaeger, Alemania). Todos los parámetros de intercambio de gases fueron medidos respiración a respiración y se promediaron cada 15 segundos. El protocolo de estudio. Las pruebas se realizaron sobre un cicloergómetro Jaerger ER800 ® (Erich Jaeger, Alemania). Los protocolos de esfuerzo usado consistían en un minuto totalmente en reposo, 3 minutos de calentamiento a 50 vatios y prueba progresiva con incrementos de 5 vatios cada 12 segundos (R) o prueba escalonada con incrementos de 25 vatios por minuto (E). El análisis de la transición aeróbica­anaerobica. Los datos de intercambio de gases se analizaron usando una técnica de identificación visual, propuesta por Wassermann, 1973 (K. Wasserman, Whipp, Koyl, & Beaver, 1973). En este método, se relacionan VE/VCO2, VE/VO2, la PET CO2 y la PET O2 respecto a la carga, para determinar la transición aeróbica­ anaeróbica, usando los criterios habituales. Se ha demostrado que la combinación de diversos métodos es más fiable en la determinación de los umbrales ventilatorios (Gaskill et al., 2001). Los criterios para analizar el umbral aeróbico bioquímico (umbral láctico) fueron “el valor más bajo en la concentración de lactato, a partir del cual se denota un crecimiento constante y sostenido de los valores de reposo” de 0,2 a 0,5 mMol/L por encima de línea base suelen tomarse como criterios para la determinación de dicho punto (Benito, Calderón, García, Bonito, & Meléndez, 2002; J.L Chicharro & Legido, 1991; Davis, 1985; Simon, Young, Gutin, Blood, & Case, 1983; K. Wasserman, 1984; K. Wasserman, Whipp, Koyl, & Beaver, 1973). Para el umbral anaeróbico bioquímico los criterios fueron “el segundo
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 17 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 incremento consecutivo de la concentración de lactato por encima de la línea base de 0,5 mMol∙l ­1 ” (Baldari & Guidetti, 2000; Benito, Calderón, García, Bonito, & Meléndez, 2002). Análisis estadístico. Se realizaron medias y desviación estándar de todas las variables. Tras realizar estudio de normalidad se aplicó una t de Student para muestras relacionadas. También se realizó un estudio de correlación de Pearson para establecer si existían correlaciones positivas entre las diferentes formas de calcular los umbrales. El nivel de significación fue de p < 0,05. Para el análisis estadístico se utilizó el programa SPSS v11.5 (SPSS Worldwide Headquarters, Chicago, IL). RESULTADOS Los descriptivos de la muestra analizada se presentan en la siguiente tabla, en la que se observa la homogeneidad de los sujetos, a pesar de su reducido número. Tabla I: Descr iptivos de la muestra. Media Desv. típ. Pr otocolo Pr otocolo R E R E 27,8 27,7 1,83 1,96 Edad 79,5 79,1 7,14 6,91 Peso 179,5 179,3 2,81 3,14 Talla 4,47 4,44 0,553 0,548 Consumo máximo de O 2 56,23 56,13 7,75 7,91 Consumo de O 2 r elativo al peso 359,2 358 42,0 42,0 Car ga máxima n=12 sujetos. Edad (años), Talla (cm), Peso (kg), FVC (L), FEV1(L), Consumo máximo de oxígeno (L), Carga Máxima (vatios). R =protocolo en rampa y E = protocolo en escalones. La t­Test para muestras relacionadas realizado sobre todas las variables consideradas dio como resultado, que no existían diferencias significativas entre ninguna de las variables comparadas a través del protocolo, es decir que los tipos de protocolos estudiados no influyen en la determinación de las variables. La tabla II muestra las medias de algunas de las variables más importantes consideradas.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 18 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Tabla II: Medias y desviaciones típicas de algunas variables de las consideradas comparándolas según el protocolo utilizado. Media Desv. típ. Pr otocolo Pr otocolo Sig Rampa Escalonado Rampa Escalonado Consumo máximo de O2 4,474 4,442 0,553 0,548 NS Producción máxima de CO2 5,133 5,313 0,739 0,636 NS Carga máxima 359,2 358,3 42,0 42,0 NS Frecuencia Cardíaca Máxima 192,5 185,5 14,0 6,7 NS Consumo de Oxígeno para Ua por método de lactato 2,356 2,131 0,418 0,351 NS Consumo de Oxígeno para Uana por método de lactato 3,731 3,537 0,499 0,411 NS Consumo de Oxígeno para Ua por nuevo método 2,498 2,250 0,117 0,280 NS Consumo de Oxígeno para Uan por nuevo método 3,917 3,559 0,526 0,557 NS Concentración de LH para Ua por método de lactato 2,36 2,29 0,77 0,68 NS Concentración de LH para Uana por método de lactato 4,39 4,31 1,08 0,95 NS Concentración de LH para Ua por nuevo método 2,40 2,28 0,82 0,61 NS Concentración de LH para Uana por nuevo método 5,27 5,10 1,34 1,30 NS ­1 n=12 sujetos por protocolo. Consumos de O2 y CO2 en Litros, Frecuencia cardíaca en latidos∙minuto , carga en vatios y lactato en mMol∙L ­1 . NS diferencias no significativas entre las variables. La siguiente tabla muestra la correlación de Pearson entre los métodos ventilatorios y el método bioquímico en sus manifestaciones más habituales de determinación. Tabla XXIV: Correlación que obtienen los métodos ventilatorios con respecto al método del Lactato en cada una de sus manifestaciones. U.A Ventilatorios Nuevo método U.An Consumo de O 2 r 0,798 0,507 Sig 0,002 0,056 NS Consumo de O 2 Frecuencia Car d r 0,925 0,849 Sig 0,001 0,001 Frecuencia Car d [Lactato] R 0,934 0,985 Sig 0,001 0,001 [Lactato] Car ga R 0,576 Sig 0,050 0,237 0,458 NS Car ga Ventilatorios 0,912 0,001 0,908 0,001 0,944 0,001 0,950 0,001 Nuevo método 0,863 0,001 0,872 0,001 0,910 0,001 0,674 0,016 n=12. U.a. Umbral aeróbico y U.an Umbral anaeróbico, métodos utilizados para comparar con el criterio del lactato. NS diferencias no significativas entre las variables.
Tanto en carga como en consumo de oxígeno, se observa una falta de corelación del nuevo método con respecto al procedimiento de análisis de lactato, siempre para el umbral aeróbico. AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 19 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 DISCUSIÓN Los resultados obtenidos en este estudio, nos muestran que los protocolos comparados no difieren ostensiblemente en cuanto al comportamiento ventilatorio y bioquímico se refiere. Es destacable que las cargas máximas alcanzadas siempre fueron superiores en las pruebas con protocolos incrementales (aún contabilizando el tiempo que se estuvo por encima de la última carga conseguida en el protocolo escalonado) y las producciones de VCO2 inferiores. Este hecho nos sugiere que la dinámica de las cargas en bloques, produce unos incrementos bruscos de la concentración de lactato que no es asimilada tan fácilmente como los pequeños incrementos casi imperceptibles de los protocolos en rampa. Sin embargo en la literatura los protocolos para análisis de lactato siempre se realizan en bloques (Aunola, 1991; Aunola et al., 1988; Davis, 1985; James, Adams, & Wilson, 1989; McLellan & Jacobs, 1993; Prioux, Ramonatxo, Hayot, Mucci, & Prefaut, 2000; Stegmann, Kindermann, & Schnabel, 1981; Urhausen, Weiler, Coen, & Kindermann, 1994; Weltman et al., 1990 y otros), salvo en raras excepciones (Pardo, 2001). Aunque es cierto que pueden producirse, y de hecho se produce un retraso, entre la modificación de la condición bioquímica de músculo y sangre hasta que se adapta la ventilación, se ha demostrado que existen mecanismos de anticipación que produce el efecto contrario para anticiparse a la situación de acidosis (K. Wasserman, Beaver, & Whipp, 1990). En nuestro caso es evidente que el comportamiento de las variables ha sido el mismo entre ambos protocolos (el t­test no ha detectado diferencias significativas en ninguna de las variables), solo cabe objetar que si hubiéramos comparado un protocolo en rampa con otro en escalones más largo, de 3 – 4 minutos, las diferencias hubieran sido mayores, pero no sabríamos si este hecho sería debido a la dinámica de la carga o al tiempo empleo en aplicarla. Esto ya ha sido realizado por otros investigadores y los resultados obtenidos no albergan lugar a dudas de que la duración de los incrementos puede influir notablemente sobre los parámetros ventilatorios (Prioux, Ramonatxo, & Prefaut, 1997). Utilizando el procedimiento descrito con anterioridad de los umbrales lácticos, Beaver y col utilizan el criterio de la 0,5 mMol∙L ­1 (Beaver, Wasserman, & Whipp, 1986). La media de estos autores para el Ua en consumo de O2 es de 1,83 (±0.30) L∙min. ­1 mientras que nosotros obtenemos para el mismo dato 2,13 (±0,41) L∙min ­1 . Esto puede ser debido a la diferencia de la muestra o a los procedimientos de análisis de gases, mucho más rudimentarios en aquellos años. En cuanto a la concentración de lactato las diferencias con los autores precedentes son muy evidentes. Ellos presentan unas concentraciones de 1,15 (±0,33) mMol∙L ­1 frente a los 2,29 (± 0,77) mMol∙L ­1 de nuestros datos, aunque otros están más en acuerdo con nosotros
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 20 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 2,00 (±0,50) mMol∙L ­1 (Prioux, Ramonatxo, Hayot, Mucci, & Prefaut, 2000). Mucho más cercanos a nuestros resultados es el estudio de Gaskill y colaboradores, en la que se comparan los métodos ventilatorios entre si con el del lactato (Gaskill et al., 2001). Estos autores sitúan el umbral aeróbico láctico en torno a los 1,70 (±0,30) mMol∙L ­1 los cuales aumentan en función del estado de desentrenamiento, es decir a peor condición física mayor concentración de lactato, ligeramente alejados de nuestros 2,29 (±0,77) mMol∙L ­1 . En cuanto al consumo de oxígeno, sus datos lo sitúan en 2,06 L∙min ­1 mientras que nosotros lo situamos en torno a 2,13 L∙min ­1 . Las diferencias observadas en cuanto a la concentración de lactato pueden ser debidas a la diferencia en el equipo de análisis de lactato, aunque estas son mínimas. Los datos de nuestros umbrales anaeróbicos son superiores a los presentados por algunos informes previos. En nuestro caso el umbral anaeróbico se sitúa en una media de 279,17 (±37,1) vatios (media ± D.T), 3,54 (±0,41) L∙min. ­1 de VO2 , mientras que McLellan y Jacobs presentan 240,3 (41,7) vatios, 3,16 (±0,64) L∙min­1 de VO2 (McLellan & Jacobs, 1993), datos que siguen muy alejados de los de Lucia y colaboradores con 234,7 (±34,6) vatios. Este hecho puede ser explicado en parte por la muestra, o por el procedimiento de análisis del VO2. Existen diferencias suficientes como para sospechar una infravaloración de los datos de consumo en este artículo, ya que presenta para ciclistas de profesional valores que son cuando menos “normales” comparados con los datos publicados (Gonzalez & Rubio, 1990; Lucia, Pardo, Durantez, Hoyos, & Chicharro, 1998). En cualquier caso, las concentraciones de lactato de nuestro umbral anaeróbico son muy superiores a la de estudios precedentes 5,1 mMol∙L ­1 frente a 3,46 (±0,66) utilizando la misma metodología (Urhausen, Weiler, Coen, & Kindermann, 1994). Existen estudios que han probado que existe una dicotomía entre los fenómenos ventilatorios y los bioquímicos (Simon, Young, Gutin, Blood, & Case, 1983), pero el escaso número de sujetos nos ofrece garantías sobre sus resultados. Otros han demostrado que la carga asignada al umbral anaeróbico puede influir de manera determinante en su validez (Baldari & Guidetti, 2000). El estudio de las correlaciones muestra la gran relación existente entre todas las metodologías descritas, aunque parece evidente que el umbral aeróbico es el que menos correlación consigue con respecto al patrón oro (procedimientos bioquímicos). Finalmente es necesario destacar la gran correlación entre los procedimientos bioquímicos y los umbrales calculados en forma de frecuencia cardíaca, lo cual da una
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 21 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 herramienta muy válida a los entrenadores para la aplicación de cualquiera de las metodologías descritas para el control del entrenamiento. CONCLUSIONES El método propuesto en el presente trabajo es altamente reproducible y no depende del tipo de protocolo utilizado, aunque si bien el modelo respiratorio pudiera ser influido por protocolos discontinuos, no existen diferencias entre los aquí presentados. El nuevo método aquí presentado para la determinación de la transición aeróbico anaeróbica, presenta una alta correlación con el comportamiento del lactato en la inmensa mayoría de sus manifestaciones. REFERENCIAS Aunola, S. (1991). Aerobic and anaerobic thresholds as tools for estimating submaximal endurance capacity. Unpublished Tesis publicada, Universite of Juvaskyla, Turku. Aunola, S., Marniemi, J., Alanen, E., Mantyla, M., Saraste, M., & Rusko, H. (1988). Muscle metabolic profile and oxygen transport capacity as determinants of aerobic and anaerobic thresholds. Eur J Appl Physiol Occup Physiol, 57(6), 726­734. Aunola, S., & Rusko, H. (1992). Does anaerobic threshold correlate with maximal lactate steady­state? J Sports Sci, 10(4), 309­323. Baldari, C., & Guidetti, L. (2000). A simple method for individual anaerobic threshold as predictor of max lactate steady state. Med Sci Sports Exerc, 32(10), 1798­1802. Beaver, W. L., Wasserman, K., & Whipp, B. J. (1986). A new method for detecting anaerobic threshold by gas exchange. J Appl Physiol, 60(6), 2020­2027. Benito, P. J. (2004). Estudio del modelo respiratorio: Nuevo método de determinación de los umbrales ventilatorios. Unpublished Experimental, Universidad Politécnica de Madrid, Madrid.
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 22 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Chicharro, J. L., Fernandez, A., Perez, M., & Legido, J. C. (1995). Umbral de compensación respiratoria vs obla en una prueba incremental con protocolo en rampa en cicloergometro. Archivos de medicina del deporte, XII(49), 341­345. Chicharro, J. L., & Legido, J. C. (1991). Umbral Anaerobio.Bases fisiológicas y aplicaciones (1ª ed.). Madrid: Interamericana∙McGraw­Hill. Davis, J. A. (1985). Anaerobic threshold: review of the concept and directions for future research. Med Sci Sports Exerc, 17(1), 6­21. Espinosa, J. S., & Sanchéz­Lafuente, C. (2001). Prueba de Esfuerzo Cardíaca Respiratoria y deportiva (1ª ed.). Barcelona: Edika Med. García, J. M., Navarro, M., & Ruíz, J. A. (1996). Pruebas para la valoración de la capacidad motriz en el deporte. Evaluación de la condición física (1ª ed.). Madrid: Gymnos. Gaskill, S. E., Ruby, B. C., Walker, A. J., Sanchez, O. A., Serfass, R. C., & Leon, A. S. (2001). Validity and reliability of combining three methods to determine ventilatory threshold. Med Sci Sports Exerc, 33(11), 1841­1848. Gonzalez, M., & Rubio, S. (1990). Valores ergoespirométricos en deportistas españoles de élite. Revista de investigación y documentación sobre las ciencias de la E.F y deporte., VI(14), 11­51. James, N. W., Adams, G. M., & Wilson, A. F. (1989). Determination of anaerobic threshold by ventilatory frequency. Int J Sports Med, 10(3), 192­196. Lucia, A., Pardo, J., Durantez, A., Hoyos, J., & Chicharro, J. L. (1998). Physiological differences between professional and elite road cyclists. Int J Sports Med, 19(5), 342­348. McLellan, T. M., & Jacobs, I. (1993). Reliability, reproducibility and validity of the individual anaerobic threshold. Eur J Appl Physiol Occup Physiol, 67(2), 125­131. Myers, J., & Bellin, D. (2000). Ramp exercise protocols for clinical and cardiopulmonary exercise testing. Sports Med, 30(1), 23­29. Myers, J., Buchanan, N., Smith, D., Neutel, J., Bowes, E., Walsh, D., et al. (1992). Individualized ramp treadmill. Observations on a new protocol. Chest, 101(5 Suppl), 236S­ 241S. Navarro, F. (1998). La resistencia. Madrid: Gymnos. Pardo, F. J. (2001). Evolución de los parámetros fisiológicos en ciclistas profesionales a lo largo de una temporada. Unpublished Tesis, Universidad Politécnica de Madrid, Madrid. Prioux, J., Ramonatxo, M., Hayot, M., Mucci, P., & Prefaut, C. (2000). Effect of ageing on the ventilatory response and lactate kinetics during incremental exercise in man. Eur J Appl Physiol, 81(1­2), 100­107. Prioux, J., Ramonatxo, M., & Prefaut, C. (1997). Effect of step duration during incremental exercise on breathing pattern and mouth occlusion pressure. Int J Sports Med, 18(6), 401­407. Ribas, J., Violan, M., Guerra, M., & Roman, B. (1994). Estudio comparativo de los métodos de detección del umbral ventilatorio. Apunts, XXXI(1), 269­275. Simon, J., Young, J. L., Gutin, B., Blood, D. K., & Case, R. B. (1983). Lactate accumulation relative to the anaerobic and respiratory compensation thresholds. J Appl Physiol, 54(1), 13­17. Stegmann, H., Kindermann, W., & Schnabel, A. (1981). Lactate kinetics and individual anaerobic threshold. Int J Sports Med, 2(3), 160­165. Urhausen, A., Weiler, B., Coen, B., & Kindermann, W. (1994). Plasma catecholamines during endurance exercise of different intensities as related to the individual anaerobic threshold. Eur J Appl Physiol Occup Physiol, 69(1), 16­20.
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 24 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 UN EJ EMPLO DE EVALUACIÓN DE LA SALUD EN LAS MODALIDADES DE LUCHA: DESATURACIÓN DE LOS MIEMBROS SUPERIORES EN J UDO Cristina Blasco Lafarga ([email protected]) Universidad de Alicante Raúl Pablo Garrido Chamorro Centro de Tecnificación de Alicante RESUMEN: En el Servicio de Apoyo al Deportista del Centro de Tecnificación de Alicante estamos estudiando los patrones de desaturación en miembros superiores, asociados a la práctica del Judo, aislando para ellos aquellos trabajos específicos que pueden acarrear algún problema. El trabajo consta de varias fases, de las cuales exponemos la primera. Material y Métodos: Hemos realizado una experiencia piloto con ocho judokas jóvenes, categorías ligeras, que ya entrenan un mínimo de una sesión diaria, en sesiones de dos horas. Su nivel de condición física es alto y la orientación de su entrenamiento es de rendimiento, pues pertenecen al grupo de Tecnificación de la Comunidad Valenciana. Hemos realizado dos grupos de “moto gachi”, sistema clásico de entrenamiento de Fuerza Resistencia Integrada, con una monitorización post­esfuerzo de la saturación con un plusioxímetro portátil TuffSat de la marca Datex­Ohmeda. Resultados: De las 32 tomas de saturación post­esfuerzo tomadas, el 68’75% se encuentran por debajo del 95% (Límite de Normosaturación). Si nos referimos a las tomas post­combate completo de cinco minutos, el 100% de los valores (8 = 25% de la muestra) se encuentra por debajo de este umbral de normalidad. El 50% de las tomas post cinco minutos se encuentra dentro del grupo de normalidad moderada y severa. El entrenamiento previo con “rulo” de antebrazo sí parece aumentar los niveles de saturación. Parece posible hablar de un perfil de “recuperación” de la saturación o reperfusión sanguínea similar al perfil de recuperación de frecuencia cardíaca.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 25 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 PALABRAS CLAVE: desaturación, fuerza resistencia, quemazón muscular, isquemia­ reperfusión, Kumikata. INTRODUCCIÓN El mundo de la práctica deportiva ha evolucionado de forma espectacular en los últimos años. Los conocimientos que acumulan los entrenadores, cada vez más asequibles y también más rigurosos han llevado a muchos clubs deportivos a constituirse en verdaderos centros de entrenamiento. La presencia de un campeón o deportista destacado, junto con el afán personal de un buen entrenador por desarrollar al máximo su trabajo, pueden llevar a que cualquier grupo deportivo, sea cual fuere su orientación inicial, acabe dirigido a la consecución del rendimiento. En absoluto queremos referirnos a esto como algo negativo, pero sí debemos plantearnos muchas cuestiones que subyacen alrededor. Independientemente de los problemas que puede acarrear el que los chavales se vean envueltos en el proceso sin haber tomado ninguna decisión en firme al respecto, o de otras cuestiones de tipo ético, social, etc., nos preocupa enormemente la repercusión que esta fase de “iniciación al rendimiento” pueda tener en sus organismos. Los que somos entrenadores vivimos rodeados de alusiones a la salud y a los posibles problemas que acarrea el deporte cuando se practica con demasiada reiteración e intensidad. ¿Qué debemos hacer?. ¿Desvirtuamos el deporte?, ¿mantenemos aquello que no es saludable a cualquier precio?... Los autores opinan que con los conocimientos actuales, las nuevas tecnologías y la interacción entre profesionales de la salud de muchas áreas, los entrenadores no pueden obviar la información que les llega sobre los aspectos aconsejables o contraindicados de su deporte. Es por tanto un momento idóneo para profundizar al máximo en las repercusiones orgánicas, psicológicas, etc. que produce cada deporte en función de su idiosincrasia. El conocimiento de aquello que es negativo debe llevarnos, al menos, a minimizar sus efectos y a buscar alternativas más saludables que permitan eficacia. En este artículo reflejamos parte de un trabajo que estamos haciendo para evaluar las repercusiones del trabajo de agarres en Judo. Conscientes de la necesidad de mantener secuencias muy largas de fuerza resistencia en la musculatura de los antebrazos y dedos, los autores se preguntan sobre la situación de bloqueo circulatorio, incluso descoordinación muscular en las manos y adormecimiento, que solemos buscar en las fases de afinamiento de
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 26 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 la resistencia específica. ¿Qué sucede con el consumo de oxígeno en las extremidades?. ¿Se llega a una situación de hipoxia celular?. ¿Tiene alguna repercusión este tipo de entrenamiento y la situación que conlleva mejorar la resistencia en los agarres?. Consumo de Oxígeno central y periférico: Cuando realizamos una ergoespirometría, nos centramos en valorar el volumen de oxígeno que un deportista introduce en sus pulmones por unidad de tiempo (VO2ml/min). Pero ésta no es la cantidad que el músculo de nuestro deportista puede utilizar durante el ejercicio (1), debido a que las diferencias entre difusión y perfusión limitan la cantidad de oxígeno (O2) que llevan sus hematíes (1) a nivel periférico. Para valorar la cantidad de O2 que transporta la sangre usamos la saturación de oxígeno. La oximetría de pulso (medición no invasiva de la saturación arterial) es actualmente un importante método de la monitorización no invasiva de la saturación arterial porque ofrece una lectura confiable y constante de la saturación de la hemoglobina arterial (4). Con ello podremos valorar la situación de oxigenación periférica. La saturación de oxígeno nos informa del porcentaje de oxígeno que llega a la sangre, del total inspirado (3). De esta manera, podemos valorar la eficiencia de nuestro deportista con respecto a la utilización del oxígeno (2). La oximetría percutánea pulsátil generalmente correlaciona muy bien con la oximetría que se mide en la sangre arterial obtenida mediante gasometría, con un error de 1­2 por ciento. Ambas formas de medición no presentan diferencias significativas en cuanto al valor de la saturación de oxigeno, por lo que consideramos a la medición de la saturación de la hemoglobina arterial por oximetría de pulso un buen sistema de medición de la saturación arterial, con resultados tan confiables como los realizados por la gasometría convencional(4). Curva de disociación de la Hemoglobina: La saturación de la hemoglobina no sigue una tendencia lineal, sino que cae de forma exponencial (ver los valores de la Tabla 1). Figura 1: “Curva de disociación de la hemoglobina”(5)
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 27 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 TABLA 2: CLASIFICACIÓN DESATURACIONES DE LAS Jerome A. Dempsey and Peter D. Wagner. Exercise­induced arterial hypoxemia J Appl Physiol, Dec 1999; 87: 1997 ­ 2006. 9 Categoría Normosaturación Desaturación leve Desaturación moderada Desaturación grave % de Saturación > 95% 93%­95% 88%­92% < 88% Figura 2. Curva de Disociación del oxígeno y la saturación (1).
Entrenamiento de la Fuer za resistencia integrada: El Moto Gachi es un elemento “estandarizado” – es decir, reconocido y aceptado por todos los Clubes de Judo­ de nuestro entrenamiento integrado. Con ello nos referimos a que busca la optimización de los elementos técnico­tácticos en situación de máxima fatiga. O dicho de otra forma, que desarrolla la resistencia de forma integral (resistencia lactácida a una fuerza útil y adaptable a los requerimientos técnico­tácticos de la situación). Precisamente por la valía que le atribuimos como elemento de máxima reproducción de la fatiga competitiva en situación real, este bloque de entrenamiento se utiliza como puesta apunto y siempre con intensidades máximas. En algunas ocasiones, buscando la máxima dificultad y fatiga, lo realizamos casi exclusivamente de agarres (Kumikata), de forma que tratamos de reproducir la sensación de quemazón de antebrazos, imposibilidad de relajar las manos, incluso adormecimiento de las mismas que a veces sentimos en aquellos combates que nos resultan especialmente duros. Como se dice en el campo del entrenamiento, a veces el entrenamiento debe conseguir ser más duro que la propia competición. Modelo del esfuer zo evaluado: Grupos de 4 rivales de semejantes características. Uno de ellos se convierte en Judoka fijo. El resto de adversarios se numeran y van entrando a combatir en parciales de un minuto y medio cada uno, sin descanso entre los relevos de adversario. De esta forma, el judoka fijo AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 28 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 realiza un combate de cinco minutos (tiempo estándar del combate en competición) en los que se asegura la máxima intensidad pues sus rivales llegan frescos y desarrollan secuencias cortas. Para igualar el trabajo, se dejan unos 3 minutos de recuperación al acabar cada bloque de cinco minutos. De esta forma se asegura algo de descanso intermedio (eliminación de lactato acumulado) antes de que pase a ser fijo el siguiente Judoka. En esta primera fase sólo tratábamos de comprobar si realmente se producía la isquemia que le atribuíamos, y por ello se programaron dos situaciones diferentes. Un Moto Gachi se realiza de forma clásica, tal y como se ha descrito. Pero en el segundo grupo de cuatro judokas, el judoka fijo realizaba, treinta segundos antes de su combate, una serie de 20 segundos de “rulo de antebrazo” –subir y bajar un disco colgando de una barra de madera con giros flexo extensiones de muñeca­. Con ello pretendíamos acentuar la fatiga y el consiguiente bloqueo muscular, acercándonos a una simulación del esfuerzo competitivo máximo. Tablas de anotación y evaluación de los resultados: Tabla 3, valores generales de la muestra. Nº de sujetos Sexo Edad Grado Categoría peso 8 Varones 17,9 + 2,4 Negro 1 y 2 Dan < 60 y < 66 Kg
Tabla 4, Moto Gachi clásico : Judoka 1 Basal FC 70 Judoka 2 SAT Basal FC 99 120 Judoka 3 SAT Basal FC 97 135 Judoka 4 SAT Basal FC 98 SAT 96 99 Secuencias de 90” de esfuerzo (parciales con al menos 5’ de descanso entre ellos, interrumpidas por el bloque de randori completo cuando llegamos a nuestro turno de fijo) J 2 142 97 J 1 186 98 J 1 190 97 J 1 175 98 J 3 180 86 J 3 192 96 J 2 175 88 J 2 192 98 J 4 ­­ 94 J 4 192 93 J 4 175 94 J 3 146 97 Secuencias de 300” de esfuerzo (Tiempo de combate que permanezco como Judoka Fijo) ORDE J ­> 2,3 y 4 N ORDE J ­> 3 ,4 y 1 N ORDE J ­> 4,1 y 2 N ORDE J ­> 1,2 y 3 N Rec 0 175 95 Rec 0 185 95 Rec 0 183 87 Rec 0 190 94 Rec 1 142 97 Rec 1 152 97 Rec 1 ­­ ­­ Rec 1 159 98 AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 29 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Tabla 5: Moto Gachi con esfuerzo previo de Rulo : Judoka 1 Basal Judoka 2 FC SAT ­­ 98 Basal Judoka 3 FC SAT ­­ 98 Basal Judoka 4 FC SAT ­­ 93 Basal FC SAT ­­ 98 Secuencias de 90” de esfuerzo (parciales con al menos 5’ de descanso entre ellos, interrumpidas por el bloque de randori completo cuando llegamos a nuestro turno de fijo) J 2 > 200 94 J 1 175 91 J 1 193 97 J 1 188 96 J 3 > 200 92 J 3 176 100* J 2 200 91 J 2 192 95 J 4 > 200 92 J 4 177 88 J 4 196 87 J 3 183 93 178 99 150 92 Secuencias de 300” de esfuerzo (Tiempo de combate que permanezco como Judoka Fijo) Rulo ­­ 96 ­­ 96 ORDEN J ­> 2,3 y 4 ORDEN J ­> 3 ,4 y 1 ORDEN J ­> 4,1 y 2 ORDEN J ­> 1,2 y 3 Rec 0 178 86 Rec 0 174 90 Rec 0 199 90* Rec 0 157 94 Rec 1 151 95 Rec 1 146 94 Rec 1 169 96 Rec 1 131 96 ORDEN : Referido a la secuencia de adversarios que voy a encontrarme. * Ver las conclusiones. Tabla 6: Distribución global de la muestra según categoría de desaturación: Categoría % de Saturación Nº de muestras Normosaturación > 95% 10 % sobre muestra 31,25 Desaturación leve Desaturación moderada Desaturación grave 93%­95% 88%­92% < 88% 10 8 4 31,25 25 12,5
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES la 30 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Figura 3. Gráficas de desaturación tras los parciales de esfuerzo de minuto y medio: D esaturación en el Moto Gachi de kumikata
(Parciales de 90" del bloque sin Rulo)
Serie3 Ídem en los Parciales
del bloque con Rulo
Serie3 Serie2 Serie1 Serie2 Serie1
4 4 3 Judokas
Combate 5' bloque sin Rulo Tp 0 de rec Rec al 1' Judokas
Figura 4. Gráficas de desaturación tras combates completos de cinco minutos como judoka fijo: 3 Ídem en el Cte completo con Rulo 20s de RULO (30s previo al Cte) Rec al 1' Tp 0 de rec 2 2 4 4 1 1 3 80 85 90 95 100 % de Saturación Judokas Judokas 3 80 85 90 95 100 % de Saturación 2 2 1 1 80 80 85 90 % de Saturación 95 85 100 90 95 100 % de Saturación Nº total de muestras de saturación post­esfuerzo –realizadas de forma inmediata al fin del esfuerzo­: 32 Tabla 7: Distribución por tipos de esfuerzo según categoría de desaturación: % de Parciales sin % sobre la Parciales con % sobre la Fin Cte sin % sobre la Fin Cte con % sobre la Saturación rulo muestra rulo muestra Rulo muestra Rulo muestra > 95% 7 21,875 3 9,375 0 0 0 0 93%­95% 3 9,375 3 9,375 3 9,375 1 3,125 88%­92% 1 3,125 5 15,625 0 0 2 6,25 < 88% 1 3,125 1 3,125 1 3,125 1 3,125 AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 31 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Tabla 8: Distribución selectiva de las muestras tomadas tras el combate de cinco minutos completo % de Saturación Población de muestras tomadas al final del Combate de 5' % sobre la muestra > 95% 0 0% 93%­95% 4 12,5 % 88%­92% 2 6,25 % < 88% 2 6,25 % CONCLUSIONES ­ Se confirma un nivel de desaturación en todos los casos, (el único dato de 100% en un parcial del judoka nº 2, se explica porque su rival, judoka nº 3, estaba al final de su Cte. De fijo y estaba ya bloqueado muscularmente –muerto, 90% de saturación) ­ Se confirma isquemia como consecuencia de niveles muy elevados de tensión muscular isométrica y concéntrica durante secuencias de esfuerzo largas. ­ Se abre así un campo de trabajo sobre el que se debe investigar más a fondo, pues la isquemia más severa lleva asociada problemas de salud graves como:
· El fenómeno de isquemia­perfusión reiterado es un factor desencadenante la aparición de radicales libres de oxígeno (ERO) y de procesos inflamatorios altos.
· La hipoxia, incluso anoxia a nivel periférico puede provocar muerte celular y problemas neurológicos graves.
· Ambos fenómenos se encuentran claramente descritos en la bibliografía médica asociados a lo que se conoce como “Síndrome de Crash”, típico de politraumatismos graves. ­ Habrá que investigar alternativas a esta situación propia de nuestro deporte. Por ejemplo, se observa que los judokas más fuertes físicamente manifiestan desaturaciones menos acentuadas. La mejora de fuerza máxima puede ser un factor minimizador del fenómeno. Un trabajo más centrado en los desplazamientos corporales para compensar la carga isométrica puede ser otro aspecto enriquecedor para la salud. ­ La medición de la saturación arterial periférica en miembros superiores puede ser una fácil medidor del estado de rendimiento en judo, por su simplicidad y su fiabilidad. Además, se observa en ella un patrón de recuperación al minuto similar al de la frecuencia cardiaca –datos por publicar­ que vienen a confirmar la rápida reperfusión consiguiente (fuente de problemas de salud).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 32 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 BIBLIOGRAFÍA 1. Garrido Chamorro, Raúl P. González Lorenzo, Marta. Sirvent Belando, José. García Vercher, Manuel. Patrones de Desaturación Ergoespirométricos en Futbolistas de 2ª División B. PubliCE Standard. 19/09/2005. Pid: 524. 2. Garrido Chamorro R.P., Gonzalez Lorenzo M., Garnes Ros A.F. Quiles Torregrosa, I. Patrones de Desaturación durante la realización de una ergoespirometría . Revista Cubana de Medicina del Deporte y la Cultura Física. 2003. 3. R.P. Garrido Chamorro, M. González Lorenzo, I Expósito Coll A. F. Garnés Ros. Patrones de saturación durante la realización de una ergoespirometría . efdeportes nº 79. 2004. 4. A. J. Rice, A. T. Thornton, C. J. Gore, G. C. Scroop, H. W. Greville, H. Wagner, P. D. Wagner, and S. R. Hopkins. Pulmonary gas exchange during exercise in highly trained cyclists with arterial hypoxemia . J Appl 5. MCardle, W. D. et AL. Fisiología del ejercicio. 1ª ed. Madrid: CSD, Alianza deporte. 1990. Otros títulos en refer encia: Davis J.A. Anaerobic threshold: review of the concep and directions for future research. Med Sci Sport Exer; 17(1):6­21. 1985. Jerome A. Dempsey and Peter D. WagnerExercise­induced arterial hypoxemia . J Appl Physiol; 87: 1997 ­ 2006. 1999. Williams JH, Powers SK, Stuart MK. Hemoglobin desaturation in highly trained athletes at sea level. Eur J Appl Physiol 5:298­302. 1989. Mucci P, Blondel N, Fabre C, Nourry C, Berthoin S. Evidence of exercise­induced O2 arterial desaturation in non­elite sportsmen and sportswomen following high­intensity interval­training. Int J Sports Med.25(1):6­13. 2004. Miyachi M, Katayama K. Effects of maximal interval training on arterial oxygen desaturation and ventilation during heavy exercise. J pn J Physiol.49(5):401­7. 1999. Dempsey JA, Hanson PG, Henderson KS. Exercise­induced arterial hypoxemia in hestlhy human sujets a sea level. J physol 355 161­175. 1984. Powers SK, Dodd S, Woodyard J, Beadle RE, Churh G. Hemoglobin saturation during incremental arm and leg exercise. Br J Sport Med 18 212­216. 1984. Hopkins SR, Mckeney DC. Hyposic ventilatory response and arterial desaturation during heavy exercise. J Appl Phisiol 67 1119­1124. 1989. Benoit H, Busso T, Castells J, Denis C, Geyssant A. Influence of hypoxic ventilatory response on arterial O2 saturation during maximal exercise in acute hypoxia . Eur J Appl Physiol 72 101­105,195. 1999. Harms CA Stager JM. Low Chemoresponse and inadequate hyperventilation contribute to exercise induced hypoxemia . J Appl Physiol 79 575­580. 1995. Miyachi M, Tabaka I. The relasionship between arterial oxygen desaturation during maximal exercise. J Appl Physiol 73 2588­2591. 1992.
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 35 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 LOS MODELOS DEPORTIVOS DE COMPETICIÓN Y DE RECREACIÓN Y SU RELACIÓN CON LA IMAGEN CORPORAL EN LA ADOLESCENCIA. Maria José Camacho Miñano ([email protected]) Emilia Fernández García ([email protected]) Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Educación ­ C.F.P. RESUMEN Introducción: El propósito de este trabajo es profundizar en las relaciones que se establecen entre la imagen corporal en la adolescencia y la práctica de actividades físico­ deportivas, considerando específicamente el influjo de la participación en competiciones. Metodología: La muestra del presente estudio está constituida por un conjunto de adolescentes, pertenecientes a una muestra más amplia, que se definieron como practicantes de actividad física; en total han sido 882 chicas (16,1% participantes en competiciones) y 1134 chicos (46,5% participantes en competiciones), de edades comprendidas entre los 12 y los 17 años. Se aplicó el BSQ como medida para la valoración de la imagen corporal y diversas cuestiones relativas a la práctica de actividades físicas. Resultados: Tanto los chicos como las chicas que manifiestan participar en competiciones muestran una imagen corporal significativamente más saludable que los que son físicamente activos, pero que se encuadran dentro de un modelo de deporte recreativo. Conclusión: Dado que la práctica de actividad física competitiva se asocia con una mejor imagen corporal en ambos sexos, éste es un aspecto a tener en cuenta en los esfuerzos de promoción de una imagen corporal positiva a través de la práctica de actividades físico­ deportivas. PALABRAS CLAVE: imagen corporal, actividad física, género, adolescencia.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 36 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INTRODUCCIÓN La naturaleza de la relación entre imagen corporal y participación en actividades físico­deportivas resulta enormemente compleja, y aún no ha sido determinada con claridad, debido a la multitud de factores que inciden en ella. Entre ellos, se ha señalado que la presencia o no del elemento competición, es una variable a tener en cuenta, ya que mediatiza significativamente las relaciones del individuo respecto a la práctica físico­deportiva y la vivencia de su propio cuerpo. Esta cuestión se perfila como de gran trascendencia para el colectivo adolescente, particularmente para las chicas, tanto por los particulares conflictos que giran en torno a su cuerpo en desarrollo (Toro Trallero, 1995; Cooper y Goodyer, 1997; Levine y Smolak, 2002), como por el hecho de que es precisamente en estos años cuando las chicas disminuyen considerablemente sus niveles de práctica física (Pate et al., 2002; Fernández García et al., 2003; Riddoch et al., 2004). En consecuencia, el propósito de este trabajo es analizar en qué medida la participación en la actividad física, según que ésta incorpore o no el componente de competición, se vincula con una configuración positiva de la imagen corporal en la edad adolescente. Se parte de la hipótesis de que la práctica deportiva de competición se relacionará con una imagen corporal más saludable que la práctica recreativa, debido a que los y las deportistas que compiten, centran fundamentalmente su interés en lo que su cuerpo es capaz de hacer (competencia motriz) más que en su apariencia física, posicionamiento éste que, en última instancia, revierte positivamente sobre su imagen corporal (Sonstroem, 1997). Si bien ha de matizarse que ciertas modalidades deportivas, en el caso del alto rendimiento, exigen edades considerablemente jóvenes para la práctica deportiva, ésta es, en cualquier caso, minoritaria; por este motivo, nuestro estudio se enmarca dentro de los modelos deportivos que coexisten de forma predominante en estas edades de la adolescencia, a saber, el Deporte Base, en cuya práctica el elemento competición es inherente a la misma y la actividad físico­deportiva recreativa o el Deporte para Todos, realizada como forma de disfrute, diversión y ocupación activa del tiempo libre (Sánchez Bañuelos, 1996). Por lo tanto, el presente trabajo se ubica dentro de un enfoque del ejercicio físico como un hábito estable orientado a la salud y el bienestar de los chicos y las chicas adolescentes.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 37 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 METODOLOGÍA. Muestra. La muestra del presente estudio forma parte de un trabajo más amplio que analizó la imagen corporal y la actividad física en la adolescencia en un total de 2.851 sujetos, 1.406 mujeres (49,31%), y 1.445 hombres (50,68 %), de edades comprendidas entre los 12 y los 17 años, y estudiantes de ESO, en 23 centros de carácter público, situados en Madrid capital y el área metropolitana de la Comunidad de Madrid. De esta muestra general, se seleccionaron finalmente aquellos chicos y chicas adolescentes que se definieron como practicantes de actividad física, eliminándose los que afirmaban que “nunca” o “raramente” se ejercitaban en su tiempo libre, con el fin de asegurar que las comparaciones entre los modelos deportivos mencionados se establecía entre practicantes de actividad física. En consecuencia, la muestra definitiva estuvo constituida por 882 chicas (16,1% participantes en competiciones) y 1134 chicos (46,5% participantes en competiciones). Instrumentos. Los instrumentos de medida que configuraron el cuestionario administrado, pueden agruparse en tres grandes bloques: ­ Datos de identificación: edad y sexo. ­ Cuestionario sobre la imagen corporal: Body Shape Questionnaire (BSQ), (Cooper, Taylor, Cooper y Fairburn, 1987). Se trata de un cuestionario que, originalmente, fue diseñado para valorar la insatisfacción corporal y la preocupación por la figura en personas que sufrían Trastornos del Comportamiento Alimentario; no obstante, ha demostrado su capacidad para valorar el malestar por la figura en población normal (no clínica), (Raich Escursell et al., 1996). Consta de 34 ítems, en los que se usa un formato de respuesta en una escala tipo Likert de 6 puntos, desde "1. Nunca" a "6. Siempre.” La puntuación del BSQ resulta de la suma de las puntuaciones obtenidas en cada ítem, siendo las puntuaciones más elevadas las indicativas de una peor imagen corporal. Ha sido ampliamente utilizado y está traducido y adaptado al castellano por Raich Escursell et al. (1996); su fiabilidad ha quedado asegurada con los altos índices de consistencia interna (alfa de Cronbach entre ,95 y ,97). Para su aplicación en este estudio se eliminaron dos ítems referidos a conductas patógenas de control de peso puesto que estos dos ítems son los que menos correlacionan con el resto del instrumento (Raich Escursell et al., 1996) ­ Cuestionario sobre los hábitos de práctica de actividad físico­deportiva que indagaba sobre la frecuencia (número de veces a la semana) con que se ejercitaban, con cierta intensidad, fuera del horario escolar, estableciéndose la respuesta de forma dicotómica en seis categorías
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 38 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 posibles y excluyentes. Para conocer si la práctica del deporte tenía un carácter competitivo se presentó una opción de respuesta dicotómica. Técnicas de análisis de los datos. Para realizar los cálculos estadísticos aplicados en el presente estudio, se utilizó el programa de estadística SPSS (Statistical Package for Social Sciences), versión 11.5. Los estadísticos extraídos a partir de los datos obtenidos, fueron Medias y Desviaciones estándar. Para comparar dentro de un mismo sexo los sujetos que compiten y los que no compiten se ha utilizado el análisis de varianza (ANOVA) de un factor, considerándose significativo un p valor<0.05. RESULTADOS Para determinar si existe una diferenciación en la imagen corporal de los chicos y las chicas adolescentes practicantes de actividad física, en función de su participación o no en competiciones, se realizaron, para cada sexo, los análisis de las diferencias de medias correspondientes a las puntuaciones de la imagen corporal en los grupos que afirman participar en competiciones y en los que no compiten. En el caso de las chicas, las que practican actividad física competitiva, muestran una puntuación en la imagen corporal ( X =74,47, DT= 34,42) muy inferior a las chicas que, aunque afirman ejercitarse, no participan en competiciones ( X =81,93, DT=35,55), constatándose a través de la aplicación del ANOVA de un factor que existen diferencias significativas entre las chicas practicantes de actividad física en función de su participación o no en competiciones. Este aspecto se concreta en unas puntuaciones considerablemente más bajas en la imagen corporal, para las que compiten que para las que no compiten (F=7,252, p=0,007).
En la muestra de chicos se constata que los que practican actividad física en su tiempo libre de forma recreativa, muestran una puntuación en la imagen corporal ( X =49,09, DT=21,478), superior a los que participan en competiciones ( X =45,08, DT=16,28), siendo la diferencia estadísticamente significativa (F=11,807, p=0,001). DISCUSIÓN El análisis de las puntuaciones obtenidas en la imagen corporal, según el carácter competitivo o recreativo de la actividad física realizada, revela que, tanto para los chicos,
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 39 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 como para las chicas, la práctica de ejercicio físico que incorpora la participación en competiciones se relaciona con la posesión de una imagen corporal más positiva, en comparación con aquellos sujetos que, aunque practican ejercicio físico, lo hacen según un modelo de deporte recreativo, del que queda excluido el elemento agonístico. Sobre esta cuestión, son varias las explicaciones que podrían justificar los hallazgos descritos en nuestra muestra: En primer lugar, el acceso a la práctica deportiva de competición, identificada en nuestro trabajo principalmente con un modelo de Deporte Base, implica generalmente una mayor adhesión y estabilidad en el tiempo de la práctica de actividades físicas, puesto que la participación en competiciones exige, en principio, la posesión de una cierta destreza enfocada a la consecución de resultados. La adherencia a la actividad física, según los años enrolados en su práctica, es una variable que se ha asociado positivamente con una buena imagen corporal (Camacho Miñano, 2005), hipótesis que podría justificar, en base a las reflexiones efectuadas, la mejor imagen corporal que muestran los chicos y las chicas que compiten, respecto a aquellos que no lo hacen. Otra posible explicación, relacionada con la anterior, se sustenta en la posibilidad de que, precisamente, el estilo de vida más activo de estos chicos y chicas que compiten, se relacione con la posesión de un físico más atlético, y en consecuencia, más cercano a los ideales estéticos imperantes. Se produce así una retroalimentación positiva que incidiría muy adecuadamente sobre la imagen corporal (Huddy y Cash, 1997; Waaler, 1998). Además, y según la Hipótesis de la función circular (Lerner y Jovanovic, 1990), los deportistas podrían ser percibidos por los otros como con un cuerpo físicamente atractivo, lo que podría resultar en un feedback positivo en relación a la apariencia que acentuaría la satisfacción corporal de estos chicos y chicas jóvenes. Por otra parte, y creemos que aquí se sitúa una de las explicaciones clave en relación a los hallazgos obtenidos, la realización de actividades con un carácter de competición lleva implícita una mayor orientación hacia el logro, que entroncaría, también en el caso de las chicas, con una concepción funcional del cuerpo y, paralelamente, un menor interés en el valor de atractivo físico. En base a la dicotomía de estereotipos que asigna el valor funcional del cuerpo al varón y una concepción más estática y decorativa a la mujer, se han generado tradicionalmente, y aún se perpetúan, profundas desigualdades de género (Martínez Benlloch et al., 2001); es posible que a través de la actividad física, fundamentalmente de carácter competitivo y organizado, se pueda contribuir a paliar esta situación y lograr así que las
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 40 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 chicas adolescentes aprecien sus cuerpos de una forma positiva, relacionada con su cuerpo como entidad dinámica y capaz de conseguir logros deportivos. A estas mismas conclusiones llegan Vázquez Gómez y Buñuel Heras (2000) mediante un trabajo de corte cualitativo. Por lo tanto, dado que la práctica deportiva de competición en la adolescencia se relaciona más favorablemente con una imagen corporal saludable, debe favorecerse que este modelo deportivo esté al alcance de las chicas, evitando asimismo el abandono de aquellas chicas enroladas en este modelo que se revela beneficioso para una estructuración positiva de la imagen corporal. De este modo se podría contribuir, desde nuestro ámbito de estudio, a la erradicación de las alteraciones de la imagen corporal, contrarrestando así los fuertes influjos socioculturales que suscitan, en gran parte, este tipo de problemáticas entre las jóvenes. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Camacho Miñano, M.J. (2005). Imagen corporal y práctica de actividad física en la adolescencia. Tesis doctoral no publicada: Universidad Complutense de Madrid. Cooper, P.J. y Goodyer, I. (1997). Prevalence and significance of weight and shape concerns in girls aged 11­16 years. British Journal of Psychiatry, 171, 542­4. Cooper, P.J., Taylor, M.J., Cooper, Z. y Faiburn, C.G. (1987). The development and validation of the Body Shape Questionnaire. International Journal of Eating Disorders, 6, 4, 485­494. Fernández García, E., Contreras Jordán, O.R., Sánchez Bañuelos, F. y Fernández­ Quevedo Rubio, C. (2003). Evolución de la práctica de la actividad física y el deporte en mujeres adolescentes e influencia en la percepción del estado general de salud. En A.A.V.V. Estudios sobre Ciencias Del Deporte. Serie de Investigación nº. 35 (pp. 25­60). Madrid: Consejo Superior de Deportes. Ministerio de Educación Cultura y Deportes. Huddy, D.G. y Cash, T.F. (1997). Body­image attitudes among male marathon runners: a controlled comparative study. International Journal of Sport Psychology, 28, 227­236. Lerner, R.M. y Jovanovic, J. (1990). The role of body image in psychosocial development across the life span: A developmental contextual perspective. En T.F. Cash y T. Pruzinsky (Eds.), Body images: development, deviance and change (pp. 110­127). New York: Guilford Press. Levine, M.P. y Smolak, L. (2002). Body image development in adolescence. En T.F. Cash y T. Pruzinsky (Eds.), Body image: A handbook of theory, research, and clinical practice (pp. 74­82). New York: Guildford Press. Martínez Benlloch, I. Pastor Cabala, R. Bonilla Campos, A. Tuber, S., Dio Bleichmar, E. y Santamarina, C. (2001). Género, desarrollo psico­social y trastornos de la imagen corporal. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Instituto de Estudios de la Mujer. Colección Estudios, 71. Pate, R. R., Freedson, P. S., Sallis, J. F., Taylor, W. C., Sirard, J., Trost, S. G. y Dowda, M. (2002). Compliance with physical activity guidelines: prevalence in a population of children and youth. Ann. Epidemiology., 12, 303­308. Raich Escursell, R. M., Mora Giral, M., Soler, A., Ávila, C., Clos, I. y Zapater, L. (1996). Adaptación de un instrumento de evaluación de la insatisfacción corporal. Clínica y Salud, 7, 1, 51­66.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 41 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Riddoch, C. J., Andersen, Wedderkopp, N., Harro, M., Klasson­Heggebo, Sardinha, L.B. Cooper, A.R. y Ekelund, U. (2004). Physical activity levels and patterns of 9­15­yr­old European children. Medicine and Science in Sports and Exercise, 36, 1, 86­92. Sonstroem, R.J. (1997). The physical self­system: a mediator of exercise and self­ esteem. En K.R. Fox (Ed.), The physical self. From motivation to well­being (3­26). Champaign: Human Kinetics. Sánchez Bañuelos, F. (1996). La actividad física orientada hacia la salud. Madrid: Biblioteca Nueva. Sonstroem, R.J. (1997). The physical self­system: a mediator of exercise and self­ esteem. En K.R. Fox (Ed.), The physical self. From motivation to well­being (3­26). Champaign: Human Kinetics. Toro Trallero, J. (1996). El cuerpo como delito. Anorexia, bulimia, cultura y sociedad. Barcelona: Ariel Ciencia. Vázquez Gómez, B. y Buñuel Heras, A. (2000). Experiencia y significado del deporte y del ejercicio físico en la vida de las mujeres españolas. En K. Fasting, S. Scraton, G. Pfister, B. Vázquez Gómez, y A. Buñuel Heras. Experiencia y significado del ejercicio físico en la vida de las mujeres de algunos países europeos (pp. 179­291). Madrid: Instituto de la Mujer. Serie Estudios nº 66. Waaler, N. (1998). Body image and physical activity. A survey among Norwegian men and women. International Journal of Sport Psychology, 29, 339­365.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 42 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 EFECTO DEL EJ ERCICIO INTERMITENTE VS. CONTINUO SOBRE EL GASTO CALÓRICO Y LAPERCEPCIÓN SUBJ ETIVA DEL ESFUERZO Daniel Ciudad Andres Orellana Monica Cervantes Ángel Gutiérrez ([email protected] ) Departamento de Fisiología,Facultad de Medicina. Universidad de Granada. INTRODUCCIÓN En los últimos tiempos no son pocos los centros y gimnasios que han generado estrategias buscando captar nuevos clientes, realzando la conveniencia y el impacto que tiene en la salud de las personas el incorporar como hábito de vida el ejercicios físico frecuente. Dentro de estas nuevas formas se ha desarrollado el concepto de “Fitness Express”, idea que se sustenta en un programa de entrenamiento en períodos de tiempo más reducidos y que apunta a capturar a aquellas personas que por sus condiciones de trabajo o vida personal, no pueden dedicarse a entrenar un mayor tiempo al día o la semana. Sin embargo, es importante señalar las característica de esta nueva modalidad, en función de análisis de variables fisiológicas tales como el cociente respiratorio, frecuencia cardiaca, consumo aeróbico máximo (VO2 máx), consumo calórico, velocidad aeróbica máxima y valores de intensidad submáximos, además de establecer la percepción subjetiva del esfuerzo en la prueba (RPE), correlacionándolo con el esfuerzo objetivado a través de la medición de las variables fisiológicas señaladas. Los beneficios de la práctica regular de actividad física incluyen reducción de enfermedades cardíacas, hipertensión arterial, diabetes tipo 2, cáncer de colon, fracturas por caídas, obesidad, depresión y ansiedad, entre otras. Así mismo, adecuados niveles de condición física, representada en el consumo de oxígeno, están asociados a disminución de los factores de riesgo cardiovascular, siendo clara la favorable relación entre actividad física, evento cardiovascular y mortalidad (3 y 4). La literatura en general, no es lo suficientemente precisa para identificar las intensidades de ejercicios saludables (12), ello probablemente porque los trabajos poseen
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 43 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 pocos sujetos, las mediciones de V02 máx son indirectas, no se consideran grupos de riesgo cardiovascular, entre otras variables. Los reportes previos (17) señalan que ejercicios interválicos (IT) comparados con ejercicios aeróbicos constantes (CTE), producen mejoras en la intensidad y en parámetros respiratorios, tanto en sujetos sanos como en cardiópatas, siendo significativas en la capacidad aeróbica y rendimiento. Hay sugerencias de que la actividad física rigurosa disminuye los factores de riesgo cardiovascular (1, 2, 6,7), sin embargo no existe acuerdo en cuanto a las intensidades (V02 máx), incremento de la carga (k/h) y gasto calórico (kcal) para un adecuado beneficio del ejercicio físico a entrenamiento de intervalos. A la luz de recientes investigaciones en grupos de riesgo cardiovascular (4) se señala que ejercicios de cargas ascendentes (k/h) parecen ser más importantes que los de intensidad (V02 máx) para reproducir una ganancia en la condición cardiovascular, recomendando al público un mínimo de 19 K/wk de ejercicio moderado (40 % a 55 % del V02 pico). Actuales recomendaciones de ejercicio físico para la salud, señalan actividades de moderada intensidad que permitan consumir 150 Kcal /día (unos 30 min/día), y más recientemente se sugiere un mínimo de 60 min/día. En 1998 la American College Sport Medicine (ACSM) entrega recomendaciones acerca de la duración del entrenamiento, intensidad y el modo de ejecución. (10) Experiencias con programas de ejercicios para realizar en casa, aplicado a individuos sanos y sedentarios de edad media, en base al consumo de V02 máx en rangos que oscilan entre 40 % y 81 %, han sido categóricos en determinar que ejercicios de baja intensidad cumplen con el objetivo de aumentar la capacidad funcional en dicha población.(11) Estudios epidemiológicos de las modalidades de ejercicios, indican con no mucha frecuencia la caminata y su rol en la prevención de enfermedades cardiovasculares (13), especialmente cuando ésta se desarrolla a intensidades moderadas, siendo sus beneficios destacados especialmente en mujeres post menopausias. El desarrollo de un modelo conceptual que integra funcionalmente la percepción subjetiva del esfuerzo en una prueba física (RPE), como es la desarrollada en la escala de Borg, está asociada con una multitud de variables sicológicas y fisiológicas, entre las que se cuentan la FC, FR, consumo de oxígeno, aumento de ácido láctico en sangre, actitud frente al cambio de intensidad del ejercicio (9). Los estudios de la ACSM determinaron dicha correlación subjetiva con la extenuación por el ejercicio, estableciendo, por ejemplo, que un
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 44 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ejercicio de intensidad moderada (12­ 13 ptos. en escala de Borg) es igual a una FC máx entre 60 % y 79 %. Esta investigación tiene como principal objetivo establecer un protocolo de ejercicios interválicos de corta duración (30 min), cuyas intensidades de 40 % y 60 % de la VAM, establecidas previamente mediante una prueba de esfuerzo máx., no sean extenuantes ( según escala de Borg) y cuyo consumo calórico sea significativo, para luego confrontar este con el obtenido en un protocolo de ejercicio a intensidad constante, de una hora de duración, esta vez con una intensidad del 40 % de la VAM, pudiendo así establecer el tiempo, en que sea igual el consumo calórico de la prueba interválica con la intensidad constante. De esta manera y en función principalmente del consumo de oxígeno, creemos posible conocer los efectos de ejercicios interválicos de corta duración, cuyo consumo calórico se iguale al de un ejercicio de tipo constante submáximo de mayor tiempo y con un nivel de percepción subjetiva del esfuerzo moderado. Establecer los beneficios que el programa de ejercicios interválicos pueda generar, trae como consecuencia estimular nuevos estudios que busquen dosificaciones de intensidades y tiempos para distintos consumos de grasa y carbohidratos (CH), considerando siempre una percepción subjetiva del esfuerzo moderado, de tal manera contribuir a que ejercicios interválicos con ciertas características, sean saludables y extrapolables a la población general. PALABRAS CLAVE: Ejercicio interválico, ejercicio constante, gasto calórico, percepción subjetiva del esfuerzo. MATERIAL Y METODO A través de un diseño experimental cruzado catorce sujetos sanos, (Tabla 1), siete mujeres (16 – 42 años ± 8,42) y siete hombres (16 – 47 años ± 9,84) previo consentimiento informado, fueron sometidos a dos protocolos de ejercicio submáximo, sobre tapiz rodante, en días diferentes. Uno de ejercicio interválico (IT) y el otro de ejercicio intensidad constante (CTE). La prueba de IT, implicó la realización de bloques de dos y un minuto a intensidades de 40 % de la VAM, para el intervalo de 2 minutos y de 66 % VAM, para el intervalo de 1 minuto respectivamente, completando diez palier para cada intervalo con un tiempo total de prueba de 30 minutos. La prueba CTE, se realizó al 40 % VAM, durante 60 minutos. Durante los test se controlaron las siguientes variables: frecuencia cardiaca (FC), consumo de
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 45 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 oxígeno (VO2) y cociente respiratorio (RER), a través del analizador de gases Oxycon­Pro, Pulsómetro marca Polar y el la percepción subjetiva del esfuerzo (RPE) usando la escala de Borg (Borg, G.1998). Se evaluó la composición corporal de los sujetos a través de antropometría. Las mediciones realizadas son las que corresponden al perfil restringido y bajo técnica de ISAK (Sociedad Internacional para el desarrollo de la Cineantropometría). Se controló el error técnico de medición (ETM) de los evaluadores y se usó el equipo Tom Kit de la marca Rosscraft. El gasto energético, medido en kilocalorías (Kcal.), obtenido a través del VO2 de los sujetos en la prueba de ejercicio CTE, se iguala con el obtenido en la prueba IT. Obteniendo un tiempo “x”. Se estudia el grado de correlación de las variables Kcal., RPE, RER para cada test al tiempo dado. ANALISIS ESTADÍSTICO Los valores se presentan como media (±SD). La normalidad de la distribución de la muestra se calculó mediante el test de Shapiro­Wilk, aceptando la normalidad de las variables estudiadas cuando P>0,20. Para la comparación de muestras se utilizó el test de Student. Se aceptó la significación cuando P<0,05. Para el análisis antropométrico se utilizó el programa Life size. Para el análisis estadístico de los datos de las pruebas se utiliza el programa SPSS 13.0. RESULTADOS Antropometricamente, los valores promedio (Tabla 1) se puede caracterizar a la muestra como población general. En el Índice de Masa Corporal (IMC) el promedio de las mujeres (22,1 kg/m²) se encuentran dentro de la categoría de peso normal. Para los hombres el valor promedio corresponde a 24,2 kg/m², también a categoría de peso normal. El porcentaje de grasa corporal medio fue de 24,7 para las mujeres. Dado que el programa de análisis de la composición corporal utilizado en el estudio Life Size aporta valores cercanos a la media del valor determinado por el programa. De manera que clasifica a las mujeres en categoría promedio y a los hombres con 24,7 %, también en categoría promedio. El índice cintura cadera sitúa a la media de los hombres (0,85) en valores normales
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 46 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 (menores a 0,95, Bray 1992), y el valor medio de las mujeres (0,71) se encuentra en la misma clasificación. La relación cintura­altura para ambos casos tiene valores normales (menores a 0,50). Por tanto los valores medios de la muestra, tanto hombres como mujeres, representan individuos normales con niveles de riesgo cardiovascular bajos. Al comparar los tiempos entre ambos protocolos a un mismo consumo calórico, se observó que el ejercicio CTE requiere un 47,1 % más de tiempo para igualar el gasto calórico que el ejercicio IT, en ambos géneros, siendo la diferencia altamente significativa. P≤ 0,001 (Tabla 2). En cuanto a la RPE durante la realización de ambos protocolos, no se encontró diferencias significativas a igual consumo calórico. Analizando el consumo calórico del ejercicio en ambos protocolos (Tabla 4), se observan que : Las mujeres no muestran diferencias significativas en el consumo de carbohidratos (P=0,96) y de grasas (P=0,96). Los hombres muestran diferencias significativas en el consumo de las grasas (P=0,002), gastando más grasas en el ejercicio CTE. Esto no sucede en el consumo de los carbohidratos que es igual en ambos protocolos (P=0,79). DISCUSIÓN El presente estudio recoge información acerca del ejercicio interválico, buscando conocer intensidades y tiempos de trabajo capaces de lograr mayores beneficios en la condición cardiovascular de las personas, a fin de establecer indicaciones precisas al momento de prescribir el ejercicio físico. En ambos géneros, la duración de la sesión puede ser menor (minuto) comparado con una prueba de ejercicio CTE a un mismo consumo calórico. Por otra parte los hombres demostraron tener mayores posibilidades de consumo de grasas al realizar ejercicio CTE en contraste con las mujeres que consumen la misma cantidad de grasas en ambas pruebas. No es mucha la literatura disponible que se concentre en establecer correlaciones entre consumos calóricos y ejercicios de tipo CTE y IT, a intensidades submáximas y que permitan mantener una percepción subjetiva al esfuerzo moderado. En ese sentido nuestra investigación señala que al practicar un ejercicio interválico, en el caso de las mujeres, se consume igual cantidad de grasa, sin mayor percepción subjetiva del esfuerzo y que además le ocupará menos tiempo para su ejecución.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 47 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 CONCLUSIONES El tiempo que se requiere en el ejercicio de intensidad CTE para equiparar el consumo calórico del ejercicio IT, es de un 47, 1 % más. La percepción subjetiva al esfuerzo no varió al comparar los resultados entre ambos protocolos al mismo consumo calórico. Las mujeres consumen la misma cantidad de grasa y carbohidratos en ambos protocolos. Los hombres consumen la misma cantidad de carbohidratos en ambos protocolos. Los hombres consumen mayor cantidad de grasa en el ejercicio a intensidad CTE que en el ejercicio IT. BIBLIOGRAFÍA 1.­ Lakka TA, Venalanainen JM, Rauranaa R, et al. Relation of leisure­time physical activity and cardiorespiratory fitness yo the risk of acute myocardial infarction. N Engl J Med 1994; 330:1549­ 1554 2.­ Talbot LA, Morrell CH, Metter EJ, et al. Comparison of cardiorespiratory fitness versus leisure time physical activity as predictors of coronary events in men aged < or = 65 years and > 65 year. Am J Cardiol 2002; 89:1187­1925 3.­ Berlin JA, Colditz GA. A mete­analysis of physical activity in the prevention of coronary artery disease. Ann J Epidemiol 1900; 132:612­628 4.­ Paffenbarger RS, Hyde RT, Wing AL, et al. Physical activity, all­cause mortality, and longevity of college alumni. N Engl J Med 1986; 314:605­613 5.­ Kesaniemi YA, ya chair. Dose­response issue concerning physical activity and health: an evidence­based symposium. Med Sci Sports Exerc 2001; 33: S351­S358. 6.­ Lee I. Hsiech C, et al. Exercise intensity and longevity in men: the Harvard Alumni Health Study. JAMA 1995; 273: 1179­1184. 7.­ Paffenba RS, et al. The association of changes in physical activity level and other lifestyle characteristics whit mortality among men. N Engl J Med 1993; 328:538­545. 8.­ Brian D. Duscha, et al. Effects of exercises training amount and intensity on peak oxygen consumption in middle­ age men and women at risk for cardiovascular disease. Chest 2005; 128:2788­2793. 9.­ E HALL, E. E., P. EKKEKAKIS, and S. J. PETRUZZELLO. Is the Relationship of RPE to Psychological Factors Intensity­Dependent? Med. Sci. Sports Exerc., Vol. 37, No. 8, pp. 1365–1373, 2005. 10.­ American College of Sport Medicine. Med. Sci. Sports Exerc. 30:975­991, 1998. 11.­ Effects of low­ and high­intensity home­based exercise training on functional capacity in healthy middle­aged men. Am J Cardiol. 1986 Feb 15;57(6):446­9. Gossard D, Haskell WL, Taylor CB, Mueller JK, Rogers F, Chandler M, Ahn DK, Miller NH, DeBusk RF.) 12.­ JUDELSON, D. A., K. W. RUNDELL, K. C. BECK, T. M. KING, and K. L. LACLAIR. Effect of High­Intensity Submaximal Work, with or without rest, on Subsequent O2max. Med. Sci. Sports Exerc., Vol. 36, No.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 48 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 13.­ Joann E. Manson, et al. Walking compared with vigorous exercise for the prevention of cardiovascular events in women. N Engl J Med, Vol. 347, No. 10. September 5, 2002. 14.­ Van Aggel­Leijssen, Dorien P. C., Wim H. M. Saris,Anton J. M. Wagenmakers, Joan M. Senden, and Marleen A. Van Baak. Effect of exercise training at different intensities on fat metabolism of obese men. J Appl Physiol 92: 1300–1309, 2002 15.­ High­intensity intermittent activities at school: controversies and facts S Ratel; N Lazaar; E Dore; G Baquet; et al Journal of Sports Medicine and Physical Fitness; Sep 2004; 44,3. 16.­ Van Aggel­Leijssen, et al. The effect of low intensity exercise training on fat metabolism of obese women. ObesRes. 2001;9:86 –96. 17.­ DUPONT, G., W. MOALLA, C. GUINHOUYA, S. AHMAIDI, and S. BERTHOIN. Passive versus Active Recovery during High­Intensity Intermittent Exercises. Med. Sci. Sports Exerc., Vol. 36, No. 2, pp. 302–308, 2004. 18.­ De Glisezinski, I., C. Moro, F. Pillard, F. Marion­Latard, I. Harant, M. Meste, M. Berlan, F. Crampes,and D. Riviere. Aerobic training improves exercise­induced lipolysis in SCAT and lipid utilization in overweight men. Am J Physiol Endocrinol Metab 285: E984–E990, 2003. 19.­ WARBURTON, D. E. R., M. J. HAYKOWSKY, H. A. QUINNEY, D. BLACKMORE, K. K. TEO, D. A. TAYLOR, J. MCGAVOCK,and D. P. HUMEN. Blood Volume Expansion and Cardiorespiratory Function: Effects of Training Modality. Med. Sci. Sports Exerc.,Vol. 36, No. 6, pp. 991–1000, 2004. 20.­Borg,G. 1998. Borg”s perceived exertion and pain scales. Champaing, IL. Human Kinetics. 21.­ STEPTO, N. K., A. L. CAREY, H. M. STAUDACHER, N. K. CUMMINGS, L. M. BURKE, and J. A. HAWLEY. Effect of short­term fat adaptation on high­intensity training. Med. Sci. Sports Exerc., Vol. 34, No. 3, pp. 449–455, 2002. 22.­ Kevin Norton and Tim Olds. Anthropometrica, a textbook of body measurement for sports and health courses. . UNSW Press. Australia 2002.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 49 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Tabla 1. Caracterización de la muestra Género Edad Vo2 máx. relativo Media Hombre Mujer Hombre Mujer Lactato intervalo Hombre Mujer Peso Hombre Mujer Estatura Hombre Mujer IMC Hombre Mujer % Grasa Hombre Mujer RCC Índice cintura altura Hombre Mujer Hombre Mujer Sumatoria pliegues Hombre Mujer Desv. típ. 30.57 26.29 9.86 8.42 48.129 9.54 40.086 10.26 2.800 1.56 2.500 73.586 1.37 5.01 57.500 7.52 175.200 161.129 24.043 5.77 6.05 1.35 22.129 2.55 15.443 3.96 24.171 6.64 .8533 .7169 0.05 0.05 .4737 0.03 .4276 0.04 79.986 19.61 107.943 42.45 Tabla 2. Diferencia de Tiempo al mismo gasto calórico en ambos protocolos A igual Gasto Calórico N Diferencia tiempo(minutos) entre CTE­ intervalo Diferencia porcentaje(%) de tiempo entre CTE ­ intervalo 14 14 Media 12.4 41.7 Desv. típ. 5.5 18.2
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 50 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Tabla 3 Relación gramos grasa consumidos prueba CTE ­ IT Media N Desviación típ. Error típ. de la media Gramos grasa consumidos cte. 8.37 14 4.29 1.14 Gramos grasa consumidos it 5.50 14 6.11 1.63 Tabla 4 Titulo:“ Se presenta los valores medios de consumo de carbohidratos y Grasa en el protocolo intermitente y protocolo constante en mujeres y hombres” Descriptive Statistics género mujer hombre N CHO_constante CHO_intermitente grasa_constante grasa_intermitente Valid N (listwise) CHO_constante CHO_intermitente grasa_constante grasa_intermitente Valid N (listwise) 7 7 7 7 7 7 7 7 7 7 AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES Minimum 16.36 23.16 4.03 1.06 Maximum 59.60 73.52 12.40 18.50 7.91 5.90 3.60 .74 50.50 42.40 19.56 13.90 Media 45.93 46.25 7.6786 7.55 24.87 27.16 9.06 3.46 Deviación Std
15.88 19.71 2.96 7.03 13.97 12.03 5.47 4.65 51 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 CARACTERÍSTICAS ANTROPOMÉTRICAS DE LA ESCALADA EN ROCA Vanesa España Romero ([email protected]) Francisco Ortega Porcel Ángel Gutiérrez Sainz Departamento de Fisiología. Facultad de Medicina. Universidad de Granada. RESUMEN La escalada en roca es un deporte cuya aceptación está incrementando de manera importante. Son muchas las personas que deciden empezar a practicarlo por su riesgo aparente, contacto con la naturaleza y su idiosincrasia recreativa, pero muy pocos estudios se han centrado en su investigación. Del mismo modo, existen pocos datos sobre las características antropométricas de los escaladores de Élite españoles. Para completar el vacío de esta información, 23 escaladores de la Copa de España (11 hombres y 12 mujeres) han sido evaluados. Estos datos son comparados con los de una prueba de la Copa del mundo aportados por Watts et al., (1993) y correlacionados con el valor de fuerza precompetitiva, tanto en términos absolutos como en relación al peso corporal. Las variables medidas fueron, edad, años de experiencia en la escalada, peso, días de escalada a la semana, máximo grado a vista y trabajado, suma de tres pliegues necesarios para el cálculo del porcentaje de grasa corporal, fuerza de prensión manual de la mano derecha, en valores absolutos y relativos y área grasa del brazo. Los resultados indican que el nivel de escalada entre los competidores de este nivel Élite es muy homogéneo. Estos sujetos presentan un porcentaje de grasa muy bajo; en cuanto a la fuerza de agarre en valores absolutos es moderada y alta cuando se presenta en relación a la masa corporal. Estos datos no se alejan de los presentados por Watts et al., (1993) de escaladores de Élite de una competición del mundo. PALABRAS CLAVE: Antropometría, Composición corporal, atletas de Élite, escalada en roca.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 52 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 1. INTRODUCCIÓN Desde que a mediados de los años 80 nace la escalada deportiva, el nivel físico de los escaladores ha aumentado, ya que se pueden concentrar en la dificultad que exige una ruta determinada (Watts et al., 1993). El nacimiento del rocódromo ha ayudado a que el escalador pueda mejorar su forma física y rendir mejor escalando. El rocódromo es una estructura urbana, al alcance de todos los niveles de escalada, donde se han realizado las primeras competiciones internacionales de escalada deportiva (1989). (Wall et al., 2004). La disponibilidad de estudios científicos de esta modalidad deportiva es limitado (Wall et al., 2004) y se centra en las características antropométricas y fisiológicas de los escaladores (Grant et al., 1996; Wilkins et al., 1996; Watts et al., 1996; Watts et al., 2000 y Watts et al., 2003). El objeto de este estudio es analizar los datos antropométricos de escaladores de Élite que han participado en diferentes pruebas de la Copa de España en 2005. Estos datos han sido comparados con los datos recogidos por Watts et al. en 1993 en pruebas de la Copa del mundo. Por otra parte, hemos correlacionado los datos antropométricos con la fuerza de prensión manual, tanto en valores absolutos como relativos. 2. MATERIAL Y MÉTODO Se estudiaron 23 escaladores de la Copa de España de escalada deportiva, con una edad comprendida entre 22 y 33 años. De los 43 escaladores masculinos y 16 femeninos, 11 (25,58%) y 12 (75%) se pudieron analizar y se prestaron voluntariamente a la realización de este estudio. Todos los sujetos fueron evaluados en las mismas condiciones a través de las diferentes pruebas que componen la Copa de España, en Mayo, Junio, 2005. Al mismo tiempo que se recogían los datos, los escaladores completaban un cuestionario adaptado de Wall et al. (2004), en el cual se recoge información sobre la cantidad de años escalando, días de la semana (promedio del mes), vía más dura a vista (ninguna realización previa) y vía más dura trabajada. El grado de escalada de cada sujeto fue definido como la ascensión de mayor dificultad realizada a vista (Watts et al., 1993), siguiendo el sistema de clasificación europeo. Para el propósito de este estudio, el grado de escalada fue convertido a una escala numérica estándar utilizada por Watts et al. (1993). (Tabla 1).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 53 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 La masa corporal fue determinada sin zapatos usando una báscula modelo Seca 714 con precisión de 100g (rango 0,1­130Kg). Los pliegues cutáneos fueron medidos en el hemicuerpo derecho mediante un plicómetro modelo Holtain (rango 0­40mm), que tiene una presión constante de 10 g/ mm2 de superficie de contacto. Los pliegues medidos y utilizados para calcular la densidad corporal fueron tricipital, pectoral, abdominal y muslo en hombres y tricipital, subescapular, suprailiaco y muslo en mujeres. Se han utilizado las ecuaciones de Jackson y Pollock (1977) para hombres y Jackson et al. (1985) para mujeres. La ecuación de Siri (1956) fue utilizada para el cálculo del porcentaje de grasa corporal. Fueron medidos también perímetros corporales mediante una cinta métrica de material inextensible (rango 0­ 150cm.) y diámetros óseos mediante pie de rey modelo Holtain (rango 0­14cm.). Los pliegues se midieron de una forma estándar y con el sujeto en posición anatómica. También se midió la longitud del brazo completo, longitud del brazo, y longitud del antebrazo. Además se midió, la dimensión de la mano en sentido longitudinal, transverso y oblicuo, y la longitud del tercer dedo. La fuerza de prensión manual fue determinada para ambas manos como la media de los valores obtenidos en el Test de dinamometría manual usando el dinamómetro electrónico DYnex TM (precisión ± 0,1Lb). A los sujetos se les permitió descansar un minuto entre pruebas, aumentando el tiempo de descanso si así lo requerían. Este valor absoluto de fuerza máxima también fue expresado en relación a la masa corporal de cada individuo, lo que consideramos como fuerza relativa al peso. Los datos fueron analizados mediante SPSS y fueron clasificados por sexo. 3. RESULTADOS Los datos descriptivos y antropométricos son recogidos en la tabla 2. Los participantes en las competiciones nacionales tienen entre 20 y 30 años y exceden los 8 años de escalada. El grado de escalada de la muestra fue clasificado en 3,85±0,52 para hombres y 3,31±0,53 para mujeres, superando en ambos casos el 4,00 cuando la ruta es trabajada, es decir, es de 7b+ a 7c+, superando el octavo grado cuando trabajan una ruta, llegando hasta 8b+ como media del grado trabajado en la categoría masculina. Cabe destacar el bajo porcentaje de grasa corporal que presentaban los sujetos (4,73±4,40 % y 12,63±2,42 % en hombres y mujeres, respectivamente). Los valores de fuerza expresados de forma relativa son más destacables que si se expresan de forma absoluta, 0,86±0,07 para la categoría masculina y 0,66±0,08 para la femenina.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 54 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Los datos de peso (figura 1), porcentaje de grasa corporal (figura 2), grado a vista (figura 3) y fuerza precompetitiva, absoluta y relativa, (figura 4 y 5) de los escaladores de Élite de la Copa de España son comparados con escaladores de Élite de una prueba de la Copa del mundo. Los parámetros descriptivos de la población y antropométricos se han correlacionado con fuerza de la mano derecha antes de la competición. En los parámetros descriptivos la edad tiene relación significativa con la fuerza de la mano (r = ­0,90; P ≤ 0,05) para varones y (r = ­ 0,651; P ≤ 0,05) para mujeres. Para estas últimas, el peso también se correlaciona significativamente con la fuerza de prensión manual (r = 0,716; P ≤ 0,05). En parámetros antropométricos, la fuerza de la mano en valores relativos tiene relación significativa para el sexo masculino con el diámetro de la muñeca(r = ­0,885; P ≤ 0,05); el perímetro del muslo(r = ­0,904; P ≤ 0,05) y perímetro del pectoral (r = ­0,888; P ≤ 0,05). En cuanto a la categoría femenina, el diámetro del codo tiene relación con la fuerza en valores absolutos (r = 0,628; P ≤ 0,05); y una relación muy significativa entre el perímetro del antebrazo y la fuerza en los mismos valores (r = 0,746; P ≤ 0,01). Además la longitud del ancho de la mano tiene relación significativa con el valor de fuerza obtenido(r = 0,845; P ≤ 0,01) al igual ocurre con la longitud del dedo corazón (r = 0,616; P ≤ 0,05). 4. DISCUSIÓN En el grado de escalada de la muestra la desviación típica observada es muy pequeña, reflejando una homogeneidad entre los competidores de este nivel Élite. El porcentaje de grasa corporal estimado es extremadamente bajo al igual que la suma de los pliegues, indicando una masa corporal muy baja. El exceso de grasa corporal podría aumentar el esfuerzo muscular requerido para mantenerse en los agarres o superarse por la pared. Los valores obtenidos, siguiendo a Watts et al. (1993); Watts et al. (1996) y Mermier et al. (2000); son normales para este grupo de población. La media de fuerza es más baja para las mujeres que para los hombres, cuando estos datos son comparados con los valores normales de la población, ambos sexos entran dentro del rango normal, siendo alto al expresarlo en relación al peso corporal. El área grasa del brazo es muy similar en ambos sexos. La participación española en las competiciones de escalada deportiva ha aumentado en los últimos años. Cada vez hay más participantes en las competiciones nacionales y el equipo español participa más en competiciones Internacionales.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 55 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Comparamos el peso y el % de grasa corporal de los participantes españoles con los de una Copa del mundo Internacional (Watts et al., 1993). Se observa que el peso, ilustrado en la figura 2 y el porcentaje de grasa corporal, en la figura 3, son muy similares para los escaladores españoles como para los de la Copa del mundo, observando una pequeña diferencia en el porcentaje de grasa femenino. En cuanto a la media del grado, definido a vista (figura 4) la categoría masculina de la Copa del mundo supera el octavo grado de la escala numérica francesa mientras que la media de los españoles no. La categoría femenina de ambas competiciones se encuentran en el séptimo grado a vista. La fuerza, tanto en valores absolutos como relativos es muy similar. Se ha correlacionado la fuerza de la mano derecha antes y después de la competición, tanto en valores absolutos como relativos con los distintos parámetros descriptivos y antropométricos medidos. Para ambos sexos, la edad tiene relación significativa con la fuerza de la mano, pues a mayor edad menor es el valor de fuerza obtenido (Metter et al., 2002). En categoría masculina, el diámetro de la muñeca está relacionado con valores menores de fuerza en relación al peso, ya que el diámetro de la muñeca es un indicador de la complexión ósea. (Guthrie et al., 1995). Además, a mayor perímetro del muslo y del pectoral menor es la fuerza obtenida en relación al peso, por tanto el esfuerzo muscular requerido para mantenerse en los agarres o superarse por la roca es mayor; ya se ha observado previamente que el peso corporal de los escaladores deportivos es bajo para superarse cómodamente por la roca. En cuanto a la categoría femenina se refiere el diámetro del codo tiene relación con la fuerza en valores absolutos y una relación muy significativa entre el perímetro del antebrazo y la fuerza en los mismos valores. Existen muchos artículos en los que la forma de la mano de las féminas está asociada al agarre sobre el cual se ejerce la fuerza isométrica máxima, es decir, el valor de fuerza en un test de dinamometría manual depende de la forma de la mano (Ruiz­Ruiz et al., 2002; Clerke A., 2005; Boadella et al., 2005). En nuestro caso, sólo se da en mujeres, ya que “la fiabilidad es menor al realizar el test de dinamometría manual en este sexo”, (Clerke A., 2005). Se observa que a mayor ancho de la mano y longitud del dedo corazón mayor es el valor de fuerza obtenido.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 56 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. BOADELLA JM, KUIJER PP, SLUITER JK, FRINGS­DRESEN, MH. (2005) Effect of self­selected handgrip position on maximal handgrip strength. Arch. Phys. Med. Rehabil. 86: 328­331 2. CLERKE A, (2005) Hand Shape Effects on Maximal Isometric Grip Strength and Its Reliability in Teenagers. J. Hand Ther . 18(1): 19 ­ 29 3. GRANT S, HYNES V, WHITTAKER A, AITCHISON, TC. (1996) Anthropometric, strength, endurance and flexibility characteristics of elite and recreational climbers. Journal of Sports Sciences.; 14: 301­ 309. 4. GUTHRIE H, FRANCES­PICCIANO M.(1995) Human Nutrition. USA Editorial Mosbi. 5. JACKSON, AS and Pollock, ML. (1985).Practical assessment of body composition. The physican and sports medicine 19, 76­90. 6. MERMIER CM, JANOT JM, PARKER DL, SWAN, JG. (2000) Physiological and anthropometric determinants of sport climbing performance. British Journal of Sports Medicine. 34: 359 – 66 7. METTER EF, TALBOT LA, SCHRAGER M and CONWIT R. (2002). Skeletal muscle strength as a predictor of all cause mortality in healthy men. Journal of gerontology. Biological Sciences.10: B359­ B365 8. POLLOCK M, JACSON A, AYRES J, WARD A, LINNERUP A and GETTMAN L. (1977). Body composition of elite class distance runners. Annals of the New York Academy of Sciences, 301, 361­370. 9. RUIZ­RUIZ J, MESA JL, CASTILLO M, GUTIERREZ A. (2002); Hand size influences optimal grip span in women but not in men. Journal of hand Surgery 897­ 901. 10. WALL CB, STAREK JE, FLECK SJ, BYRNES WC. (2004) Prediction of indoor climbing performance in women rock climbers. J. Strength Cond. Res. 18(1):77­83 11. WATTS PB, DAGGETT M, GALLAGHER P, WILKINS.(2000) Metabolic responses during sport rock climbing and the effects of active versus passive recovery. Int. J. Sports Med.21:185­ 90 12. WATTS PB, JOUBERT LM, LISH AK, MAST, WILKINS B. (2003). Anthropometry of young competitive sport rock climbers. Br. J. Sports Med. 37: 420­ 424 13. WATTS PB, MARTIN DT, DURTSCHI S.(1993) Anthropometry profiles of elite male and female competitive sport rock climbers. J. Sports Sci. 11:113­ 117 14. WATTS PB, NEWBURY V, SULENTIC J. (1996) Acute changes in handgrip strength, endurance and blood lactate with sustained sport rock climbing. J. Sports Med. Phys. Fitness 36: 255­ 260 15. WILKINS B, WATTS PB, WILCOX A. (1996). Metabolic responses during rock climbing in expert sport rock climbers. Med. Sci. Sports Exerc. 28:S159
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 57 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Tabla 1. Carta de conversión usada para estandarizar el grado de dificultad de la escalada deportiva. CLASIFICACIÓN EUROPEA CONVERSIÓN DEL GRADO 6a 1,00 6b 1,50 6c 2,00 7a 2,50 7b 3,00 7c 3,50 8a 4,00 8b 4,50 8c 5,00 Tabla 2. Valores medios (SD.) del grupo de variables investigadas
Hombr es Mujer es Edad 25,40±2,70 26,81±4,51 Peso 65,55±3,06 48,50±4,27 Años escalando 10,14±4,42 8,09±3,50 Días de escalada (en una semana) 5,33±1,12 5,18±1,68 Grado máximo a vista 3,84±0,52 3,31±0,53 Grado máximo trabajado 4,72±0,68 4,06±0,36 Suma de 3 pliegues hombres (pectoral+abdominal+muslo) 18,14±14,57 Suma de 3 pliegues mujer (tricipital+suprailiaco+muslo) 27,83±6,43 Densidad corporal (g/cc) 1,09±0,01 1,07±0,006 % grasa corporal 4,73±4,40 12,63±2,42 Fuerza pre­competición. Mano Dr. 56,34±4,30 31,72±4,34 Fuerza relativa pre­competición. Mano Dr. 0,86±0,07 0,66±0,08 Área grasa brazo (%) 43,48±19,31 43,70±8,95 Suma dinamometría manual (dr.+izq.)(Kg.) 113,18±8,95 62,27±9,05 1,73±0,14 1,29±0,17 Suma fuerza relativa (dr.+izq.) AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 58 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 90 80 peso (Kg) 70 60 50 40 30 20 10 0 H.Esp H.Ch.World M.Esp. M.Ch.World Figur a 1. Masa corporal de competidores en Copa de España y Copa del mundo.
16 % grasa corporal 14 12 10 8 6 4 2 0 H.Esp H.Ch.World M.Esp M.Ch.World Figur a 2. % grasa corporal de competidores en Copa de España y Copa del mundo. AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 59 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Grado m áxi mo a vista 6 5 4 3 2 1 0 H.Esp H.Ch.World M.Esp M.Ch.World Fuerza Pre­competi ción Dr. (Kg.) Figur a 3. Grado máximo a vista de competidores en Copa de España y Copa del mundo. 70 60 50 40 30 20 10 0 H.Esp H.Ch.World M.Esp M.Ch.World Figur a 4. Fuerza pre­competitiva mano Dr. de competidores en Copa de España y Copa del mundo.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 60 Fuerza Pre­com petición Relativa al Peso Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 1,2 1 0,8 0,6 0,4 0,2 0 H.Esp H.Ch.World M.Esp M.Ch.World Figur a 5. Fuerza pre­competitiva relativa al peso corporal de competidores en Copa de España y Copa del mundo.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 61 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 VALORACIÓN DE LA DIETA Y COMPOSICIÓN ÓSEA DE BAILARINAS CLÁSICAS ADOLESCENTES A TRAVÉS DE UN ESTUDIO LONGITUDINAL Amaia García (amaia.garcí[email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF., Madrid, U.P.M.) Antonio Torres ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF., Madrid, U.P.M.) María Teresa Muñoz ([email protected]) Hospital Infantil Universitario del Niño Jesús (Madrid) Guadalupe Garrido ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF., Madrid, U.P.M.) RESUMEN El ballet clásico es un arte cuyo instrumento es el cuerpo físico, su desarrollo exige de un perfecto control corporal y del desarrollo de unas cualidades físicas comparables a las de deportistas de más alto nivel. Las bailarinas requieren de un estricto control de peso y de una fisionomía característica. Dichas exigencias han sido el origen de la incidencia de trastornos en el comportamiento alimentarios en estos colectivos. Durante la época de crecimiento la restricción energética de la dieta podría inducir en un retraso del crecimiento y de la pubertad. Es conocido, que la actividad física de impacto y en particular cuando es practicada desde la infancia, junto con la nutrición son factores que pueden condicionar el pico de masa ósea (PMO), que determinaría la salud ósea en etapas posteriores de la vida. Se ha realizado durante tres años consecutivos (2003­2005) una valoración anual de la dieta en un grupo de bailarinas de ballet clásico, coincidiendo con una densitometría ósea mediante Absorciometría Fotónica Dual de Rayos X (DXA). Se encontró un aporte marginal para el calcio y la vitamina D, sin que dichos valores correlacionen con parámetros óseos. PALABRAS CLAVE: Nutrición, Composición Ósea, Ballet Clásico y Adolescencia.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 62 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 1. INTRODUCCIÓN La adolescencia es un período de tránsito entre la niñez y la etapa adulta, que se caracteriza por una aceleración en el crecimiento y de la mineralización ósea. En el ámbito de la alimentación dicha etapa se caracteriza por un aumento de los requerimientos de macro y micronutrientes, así como una modificación en las pautas alimentarías que determinan la selección de alimentos. En esta etapa de intenso crecimiento es prioritario un aporte elevado de ciertos nutrientes, y las posibles deficiencias de éstos podrían tener un impacto importante sobre la salud futura (Peña Quintana et al., 2001; Bonjour, 2002; Platen, 2001). Los hábitos dietéticos así como los relativos a la actividad física diaria que se establecen en periodos de infancia y adolescencia, tienden a perdurar en la edad adulta. El tipo de dieta que se siga durante este período puede condicionar el pico de masa ósea, y como consecuencia la salud del hueso en etapas posteriores de la vida (Peña Quintana et al.,2001). La ganancia de masa ósea en las mujeres se acelera entre los 11 y 13 años (etapa prepuberal) y representa aproximadamente la cantidad de hueso perdido durante los 30 años que siguen a la menopausia (Bonjour, 2002). Hay que destacar, que durante los últimos años de la adolescencia se adquiere el 50% del peso definitivo, el 25% de la talla adulta y e 50% de la masa ósea (Peña Quintana et al.,2001). En las mujeres, al final de la adolescencia se produce un gran aumento de la masa ósea, alcanzándose en muchos casos el pico de masa ósea (PMO) (Díaz Curiel et al., 2000). Cuanto mayor sea el PMO alcanzado durante esta etapa, menor será la incidencia en el proceso natural de desmineralización ósea, reduciéndose al mismo tiempo el riesgo de fracturas. Al ser la adolescencia una etapa clave en el establecimiento de los hábitos nutricionales, el presente estudio pretende asesorar y seguir a lo largo de tres años las pautas de comportamiento alimentario y buscar su posible relación con la composición ósea en un colectivo en el que se requiere un estricto control de peso corporal. 2. MATERIALES Y MÉTODOS La muestra estudiada (Tabla 1) está integrada por bailarinas adolescentes del Real Conservatorio Superior de Danza de Madrid.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 63 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Edad (años) Peso (Kg) Talla (cm) Body Mass % Index Amenor r eicas (BMI) Entr enamiento/sem (hor as) (nº de casos) 2003 (n=23) 11.3 ± 0.8 33.5 ± 4.5 142.8 ± 7.6 16.3 ± 1.4 17 (4) 6 ± 2 2004 (n=21) 12.2 ± 1.0 38.2 ± 6.2 148.4 ± 8.1 17.3 ± 1.8 40 (8) 8 ± 2 2005 (n=18) 13.2 ± 1.0 42.6 ± 6.1 154.6 ± 7.9 17.8 ± 1.5 61 (11) 10 ± 2 Tabla 1­ Características generales de muestra Se ha realizado durante tres años consecutivos (2003­2005) una valoración anual de la dieta de estas bailarinas, coincidiendo con una valoración del estatus óseo mediante densitometría. Cada uno de los tres años, durante el mes de abril se entregó a cada bailarina un cuestionario de registro de alimentos. Se incluye en dicha encuesta la recogida de datos de ingesta de alimentos durante 5 días (4 laborables y 1 festivo) en las diferentes comidas del día. En el mismo periodo se completaron encuesta de actividad que incluye las 24 horas del día fraccionadas en períodos de 15 minutos para estimar el nivel de actividad física desarrollado de forma habitual. Los datos procedentes de los cuestionarios de registro de alimentos (5 días), se procesaron con el software Nutritionist IV Diet Analisis (First Data Bank. San Bruno. Ca). Al tener dicho programa una base de datos abierta, se incorporaron una gran variedad de alimentos y recetas suministradas por las propias madres de las bailarinas. Durante el mismo mes de abril de cada año se valoró mediante Absorciometría Fotónica Dual de Rayos X (DXA) con un equipo Hologic QDR­4500W la composición ósea (densidad y contenido mineral óseos) en diferentes zonas anatómicas: columna lumbar (L2­L4),cadera (cuello del fémur y trocánter) así como triangulo de Ward´s. Los datos se trataron estadísticamente con el Software Statgraphics Plus 4.0. Se determinó la correlación entre los diferentes parámetros mediante regresión simple y se consideraron significativos los parámetros que presentan una p£ 0.05. Las diferencias entre variables se analizaron mediante un análisis de varianza (one way ANOVA) y mediante el coeficiente de correlación de Pearson (r).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 64 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 3. RESULTADOS La valoración de la dieta se llevó a cabo en tres ocasiones (Tabla 2). El aporte energético expresado de forma absoluta (Kcal/día) y relativa al peso (Kcal/kg) en cada valoración 2003 2004 2005 Kcal/día 2192 ± 414 2107 ± 377 2077 ± 371 Kcal/kg 67 ± 17 57 ± 17 51 ±13 Tabla 2­ Ingesta energética absoluta (Kcal/día) y relativa al peso (Kcal/Kg/día). La distribución energética de la dieta (% de la energía aportado por proteínas, carbohidratos y lípidos) (Figura 1). So observa una tendencia al aumento del porcentaje de hidratos de carbono y una reducción significativa (p≤0.05) en el porcentaje de lípidos en la última valoración con respecto a la anterior. Se relaciona de forma significativa (p<0.01; r=0.65) esta disminución con un descenso en el consumo de grasas saturadas. 60 50 40 2004 39* 37 35* 20 10 2003 45 45 48 30 2005 17 16 17 0 % P % HC % L *(p<0.05) Figura 1­Distribución energética (% de proteínas, % de hidratos de carbono y % de lípido)s . El aporte de vitaminas (Figura 2) y de minerales (Figura 3) que potencialmente intervienen en la mineralización ósea se expresó como porcentaje de las recomendaciones Dietary Referentes Intakes (Food and Nutrition Board 1997 y 2001). El aporte de vitamina K sobrepasó las recomendaciones (RDA) en las tres valoraciones. Por el contrario, la ingesta de vitamina D fue inferior a las propuestas como Adequate Intake (AI).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 65 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 % RDA Vit. K 136 130 2003 142 2004 2005 83 % AI Vit. D 92 73 0 50 100 150 200 250 Figura 2­Porcentaje de la recomendaciones de vitaminas K y D aportados por la dieta . El aporte diario de calcio no alcanzó las recomendaciones (%AI). El consumo por la dieta del resto de minerales (Mg, P, y Zn) fue el adecuado en las tres mediciones. 250 200 2003 150 2004 100 50 133 81 77 78 135 114 104 105 95 102 2005 120 109 0 % AI Ca % RDA Mg % RDA P % RDA Zn Figura 3­ Porcentaje de la recomendaciones de calcio, magnesio, fósforo y zinc aportados por la dieta. En la Tabla 3 y Figura 4 se muestran los resultados de las densitometrías óseas: contenido mineral óseo (BMC) y densidad mineral ósea (BMD) de diferentes regiones anatómicas (lumbar, cadera y triángulo de Ward´s). Como cabía esperar en una población en etapa de crecimiento se observa un incremento en todas las áreas anatómicas analizadas. CMO Total (g) CMO L2­L4 (g) CMO Cader a (g) CMO Ward´s (g) 2003 (n=23) 1129.49 ± 163.68 26.00 ± 5.28 17.04 ± 3.15 0.76 ± 0.13 2004 (n=21) 1318.93 ± 198.08 31.53 ± 6.55 20.62 ± 3.58 0.76 ± 0.16 2005 (n=18) 1541.03 ± 222.94 36.62 ± 6.79 24.28 ± 3.11 0.88 ± 0.16 Tabla 3­ Evolución del contenido mineral óseo en columna lumbar, cadera y Ward´s durante los 3 años.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 66 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 1,000 0,500 0,000 BMD L2­L4 BMD Cadera BMD Ward´s BMD Total 2003 0,643 0,717 0,635 0,891 2004 0,706 0,777 0,660 0,928 2005 0,764 0,844 0,693 0,990 Figura 4­ Evolución de la densidad mineral ósea (g/cm 2 ) en columna lumbar, cadera y Ward´s durante los 3 años. Se analizó la relación entre parámetros nutricionales y de composición ósea, se observó una correlación entre la ingesta de vitamina K y la DMO L2­L4 (p<0.05; r=0.30), DMO Cadera (p<0.05; r=0.29), DMO Ward´s (p<0.01; r=0.39), y la BMD total (p<0.01; r=0.36). De igual forma, se observó una relación entre la ingesta de vitamina K y el CMO L2­L4 (p<0.01; r=0.34), el CMO Cadera (p<0.05; r=0.29), el CMO Ward´s (p<0.05; r=0.31), y el CMO Total (p<0.01; r=0.37). El aporte de vitamina D y de calcio no estaba relacionado con los parámetros óseos en esta población. 4. DISCUSIÓN La energía aportada es suficiente para el correcto desarrollo y crecimiento de la muestra. En las tres mediciones se sobrepasan los valores recomendados para poblaciones similares (Food and Nutrition Board, 2002; Malina, 2004). Por otra parte, se ha sugerido que en deportistas de pesos corporales comprendido entre 35­45 Kg, similar al de nuestra muestra, que precisen de una técnica muy depurada, las recomendaciones de ingesta de energía se encuentren entre 1200 y 1900 Kcal/día (Neuman, 2001) dichos valores superan también a los encontrados en nuestra población. En cuanto a la distribución energética de nuestra muestra se observa que el % de energía derivada de los lípidos fue superior al recomendado (Food and Nutritión Board, 2002; Lowery, 2004) para una dieta saludable. La ingesta marginal en vitamina D y en calcio ha sido descrita en otras poblaciones de adolescentes sedentarias (Bayo, 2001; Requejo et al., 2002). La relación entre el aporte de calcio y la DMO sigue debatiéndose como se señala en una reciente revisión (Lanou et al., 2005). La dieta de este colectivo de bailarinas resultó ser similar a la de adolescentes sedentarias españolas por lo que
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 67 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 se propone que se establezcan más programas de asesoramiento nutricional en estas poblaciones. 5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bayo, M. (2001). Problemas nutricionales en gimnastas de élite. Revista Española de Nutrición Comunitaria, 7 (3­4), 75­85. Bonjour, J.P. (2002). Intervenir en tus huesos. Cómo afecta la dieta, los estilos de vida y la genética al desarrollo óseo en los jóvenes. Reemo, 11(1), 16­18. Díaz Curiel, M., Botella Serrano, B., Garcés Puentes, M.V., Ruiz Moreno, M., & Turbí Disla, C. (2000). Densidad mineral ósea en niños y adolescentes medida por absorciometría dual de rayos X. Reemo, 9(4), 137­141. Food and Nutrition Board, Institute of Medicine. (1997). Dietary reference intakes for calcium, phosphorus, magnesium, vitamin D and fluoride. Washington (DC): National Academy Press. Food and Nutrition Board, Institute of Medicine. (2001). Dietary intakes for vitamin A, vitamin K, chromium, cooper, iodine, iron, manganese, molybdenum, nickel, silicon, vanadium and zinc. Washington (DC): National Academy Press Food and Nutrition Board, Institute of Medicine. (2002). Dietary references intakes for energy, carbohydrate, fiber, fat, fatty acids, cholesterol, protein, and amino acids. Washington (DC): National Academy Press. Lanou, A.J., Berkow, S.E., & Bernard, ND. (2005). Calcium, dairy products, and bone health in children and young adults: a reevaluation of the evidence. Pediatrics, 115(3): 792­4. Lowery, L.M. (2004). Dietary fat and sports nutrition: a primer. Journal of Sports Science and Medicine, 3, 106­117. Malina, R.M. (2004). Energy and nutritional requeriments. En: R.M. Malina, C. Bouchard, & O. Bar­Or, Growth, maturation and physical activity (pp. 429­456). Champaign (IL): Human Kinetics. Neumann, G. (2001). Nutrition in sport. Oxford: Meyer & Meyer Sport. Peña Quintana, L., Madruga Acerete, D., y Calvo Romero, C. (2001). Alimentación del preescolar, escolar y adolescente. Situaciones especiales: dietas vegetarianas y deporte. Anales Españoles de Pediatría, 54(5), 484­496. Platen, P. (2001). The importance of sport and physical Exercise in the prevention and therapy of osteoporosis. European journal of Sport Science, 1(3), 1­20. Requejo Marcos, A.M. y Ortega Anta, R., (2002). Nutrición en la adolescencia y juventud. Madrid: Editorial Complutense.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 68 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ACTIVIDAD FÍSICA vs CONDICIÓN FÍSICA, INFLUENCIA SOBRE EL RIESGO LIPÍDICO CARDIOVASCULAR (estudio AVENA) E. García­Artero ([email protected]) F.B. Ortega Porcel F. Carreño Gálvez J.L. Mesa Mesa Dpto. Fisiología, Facultad de Medicina, Universidad de Granada. RESUMEN La adolescencia es una etapa clave en el desarrollo biológico. En ella tienen lugar numerosos cambios que determinarán en gran medida las características adultas del sujeto. Los hábitos más relacionados con la salud, tales como los alimenticios o los referentes a la práctica de actividad física, junto a características como las antropométricas o el nivel de condición física, quedan en gran medida determinadas en la adolescencia. De cara a prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares, será vital conocer en estas edades el riesgo lipídico que presenta la persona. A pesar de lo tradicionalmente establecido, practicar una mayor cantidad de actividad física no garantiza una buena salud cardiovacular. Es preciso que dicha actividad física suponga una mejora de la condición física, especialmente de la capacidad aeróbica y la fuerza muscular. PALABRAS CLAVE: Actividad física, capacidad aeróbica, fuerza muscular, riesgo cardiovascular, AVENA. INTRODUCCIÓN La práctica de actividad física regular se considera actualmente el método más eficaz para prevenir la aparición de las principales causas de morbi­mortalidad en los países occidentales (US Department of Health and Human Service, 2002). El Departamento de Salud norteamericano sitúa la actividad física como el primero de los diez indicadores de salud entre sus objetivos para el año 2010 (Healthy People 2010, 2000), motivado por los importantes riesgos que conlleva el sedentarismo para la salud individual y social (Colditz, 1999). En
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 69 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 niños y adolescentes, el nivel de actividad física practicado también parece estar relacionado con determinados factores de riesgo cardiovascular (Barnekow­Bergkvist et al., 2001; Eisenmann, 2004). Sin embargo, es conveniente realizar una clarificación conceptual respecto a dos términos íntimamente relacionados pero diferentes: actividad física y condición física. La primera se define como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos y que requiere un cierto gasto enérgético. Considera el tipo de esfuerzo físico que se practica, tomando también en consideración durante cuánto tiempo se realiza y con qué frecuencia. Por su parte, la condición física es entendida como una medida integrada de todas las funciones y estructuras que intervienen en la realización de ejercicio (músculo­esquelética, cardio­respiratoria, hemato­circulatoria, psico­neurológica y endocrino­metabólica) (Castillo et al., 2005). Dentro del concepto global de condición física, la capacidad aeróbica y la fuerza muscular se presentan como las cualidades físicas más determinantes sobre el estado de salud. Recientes estudios muestran el poder de estas variables como predictores de morbi­mortalidad por causa cardiovascular y por todas las causas, tanto en hombres (Myers et al., 2003; Metter et al., 2002) como en mujeres (Mora et al., 2003; Carnethon et al., 2003; Hulsmann et al., 2004). De modo similar, estudios transversales han demostrado la relación existente entre el nivel de forma física y otros factores de riesgo cardiovascular durante la infancia y adolescencia (Wedderkopp et al., 2003; Eisenmann et al., 2005). Importantes estudios longitudinales han constatado que el nivel de condición física que se posee en la vida adulta, así como la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular convencionales (hipercolesterolemia, hipertensión, etc.), vienen condicionados por el nivel de forma física que se tiene en la infancia o adolescencia (Hasselstrøm et al., 2002; Twisk et al., 2002). Es objetivo principal de este trabajo comprobar cuál de estas dos variables (actividad física o condición física) determina en mayor medida el perfil lipídico cardiovascular saludable en adolescentes. Secundariamente se pretende analizar la relación del perfil cardiovascular con dos parámetros concretos de la condición física: capacidad aeróbica y fuerza muscular. MATERIAL Y MÉTODOS Este trabajo forma parte del proyecto AVENA, un estudio multicéntrico (Granada, Madrid, Murcia, Santander, Zaragoza) diseñado para evaluar el estado de salud así como la
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 70 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 situación nutricional­metabólica y forma física de una muestra representativa de adolescentes españoles (Gonzalez­Gross et al., 2003). De un total de 2851 adolescentes de entre 13 y 18,5 años, 460 fueron escogidos al azar para realizar el estudio bioquímico­metabólico. El nivel de actividad física fue obtenido al considerar tipo, duración (mínimo de 12 minutos) y frecuencia de actividades físicas y deportivas fuera del horario escolar (día laboral, día de fin de semana y práctica de actividad física en vacaciones). Los datos fueron obtenidos a partir de cuatro cuestionarios en forma de recordatorio de las actividades físico­deportivas realizadas, enumeradas en una serie de categorías atendiendo al nivel de gasto energético (MET) (Martín­Matillas et al., sometido). La capacidad aeróbica (VO2máx) fue evaluada mediante un test de campo indirecto máximo de ida y vuelta de 20 m hasta el agotamiento (Léger et al., 1984). La fuerza muscular fue evaluada mediante tres test diferentes: salto de longitud sin impulso y con pies juntos, dinamometría manual y test de suspensión en barra con flexión de brazos, todos ellos incluidos en la batería EUROFIT validada y estandarizada por el Consejo de Europa (Instituto de Ciencias de la Educación Física y el Deporte, 1992). Con el ánimo de hacer contrastables estos tres diferentes parámetros de fuerza muscular, fueron transformados mediante el método división de cada valor individual por el valor máximo obtenido en dicha variable en cada grupo de edad ([13­13,9], [14­14,9], [15­15,9], [16­18,5]). El índice de fuerza general fue calculado como el promedio de éstas tres variables (Ortega et al., sometido). Extracciones sanguíneas de 20 ml tomadas en la vena cubital permitieron llevar a cabo los estudios hematológico, genético, imunológico y bioquímico­metabólico. Este último sirvió para establecer una puntuación indicadora del riesgo de enfermedad cardiovascular (cardiovascular disease, CVDzscore) en base a los valores de triglicéridos, colesterol LDL, colesterol HDL y glucosa (Mesa et al., en prensa). Cada una de estas variables fue tipificada, i.e., Z = ([valor ­ media]/DT). La variable tipificada del colesterol HDL fue multiplicada por [­1] para invertir el sentido de su relación con el riesgo cardiovascular. El riesgo de enfermedad cardiovascular (CVDzscore) fue calculado como la suma de las cuatro variables tipificadas. Por definición la media de este parámetro es cero, y mayores valores suponen un mayor riesgo cardiovascular. El análisis estadístico de los datos fue realizado con el programa SPSS 12.0. Las asociaciones entre las variables índice de actividad física, capacidad aeróbica e índice de fuerza general con el riesgo cardiovacular fueron examinadas mediante correlación parcial.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 71 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Edad y estadío madurativo (Tanner y Whitehouse, 1976) fueron empleadas como covariables de ajuste en todos los análisis. RESULTADOS En la tabla 1 se muestran las características físicas y perfil metabólico de la muestra estudiada. El peso y la talla fueron mayores en chicos (p≤0,001), mientras que el índice de masa corporal fue similar en ambos sexos. Los varones presentaron una mayor capacidad aeróbica (p≤0,001) y el porcentaje de sujetos activos fue tambien mayor en ellos (p≤0,001). La variable nivel de actividad física que aparece en esta tabla es dicotómica (activo / inactivo). Sin embargo, el posterior análisis de las correlaciones se realizó con el nivel de actividad física como variable continua, con varios grados diferentes para describir el nivel de actividad física de los adolescentes (Martín­Matillas et al., sometido). Los parámetros bioquímicos revelaron unos valores más altos de triglicéridos y glucosa para los varones (p=0,042 y p≤0,001 respectivamente). Las chicas mostraron un mayor contenido de colesterol total, colesterol LDL y colesterol HDL (p≤0,001; p=0,002; p≤0,001 respectivamente). La ratio colesterol total / colesterol HDL fue mayor en chicos (p=0,002). Tanto en varones como en mujeres, el nivel de actividad física no mostró correlación alguna con el riesgo lipídico cardiovascular (CVDzscore). Tras ajustar por edad y maduración sexual, la condición física aeróbica se relacionó inversamente con el riesgo de enfermedad cardiovascular en chicos (r= ­0,17; p=0,011). Sin embargo, aunque en chicas parece existir dicha relación, únicamente se observó una tendencia a la significación (r= ­0,10; p≤0,1) (Fig. 1). Cuando se realizó un ajuste adicional por nivel de actividad física, la fuerza de asociación entre ambas variables se vio incrementada significativamente en varones (r= ­0,235; p=0,001), mientras que en mujeres desapareció la tendencia a la significación (r= ­0,082; p=0,275). Tras ajustar por edad y maduración sexual, el índice de fuerza general se correlacionó negativamente con el riesgo lipídico cardiovascular, de forma significativa en mujeres (r= ­ 0,184; p=0,014) y con tendencia a la significación en varones (r= ­ 0,124; p=0,069) (Fig. 2). Estos resultados no se vieron afectados cuando la relación fue ajustada adicionalmente por nivel de actividad física.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 72 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 DISCUSIÓN El nivel de condición física que posee un sujeto está determinado principalmente por dos componentes. Uno de ellos es la carga genética del individuo, sobre el que, hoy por hoy, poco podemos actuar. El otro comprende el conjunto de estímulos que se le presentan al organismo. Entre estos últimos se situaría la actividad física que practica el sujeto. Por ello, resulta lógico que el nivel de actividad física determine hasta cierto punto la condición física aeróbica que presenta el individuo (Fig. 3). En base a los resultados aquí presentados, el nivel de actividad física de los adolescentes españoles no puede ser considerado un indicador del riesgo lipídico cardiovascular. Sí por el contrario la capacidad aeróbica, pues se ha mostrado asociada notablemente en el riesgo metabólico de los adolescentes. Mayores valores de condición física aeróbica suponen un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, especialmente en varones (Fig.1). Además, nuestros resultados indican que en varones esta relación es independiente del nivel de actividad física, lo cual implica que una mayor capacidad aeróbica supone un menor riesgo metabólico sea cual sea el nivel de actividad física que practique el sujeto. Por otro lado, la capacidad de fuerza de los sujetos estudiados, especialmente en mujeres, puede ser considerada como un indicador del riesgo metabólico. Un mejor estado de la función neuromuscular implica un menor riesgo de enfermedad cardiovascular (Fig. 2), independientemente del nivel de actividad física practicado por la persona. En anteriores trabajos el nivel de actividad física se ha correlacionado de forma positiva con la salud cardiovascular en adultos (Cheng et al., 2003; Endres et al., 2003) y también en niños y adolescentes (Eisenmann, 2004). La ausencia de dicha relación en este trabajo, junto con la relación positiva establecida entre nivel de actividad física y condición física aeróbica (varones r=0.181, p=0.009; mujeres r=0,259, p=0,000) (Fig. 3), plantea la posibilidad de que pueda ser la condición física aeróbica la variable que realmente determina la relación entre actividad física y salud cardiovascular presentada por anteriores estudios. Tal y como han demostrado otros trabajos realizados también en adolescentes (Hasselstrøm et al., 2002; Twisk et al., 2002), la condición física es mejor predictor del riesgo cardiovacular futuro que el nivel de actividad física. Practicar suficiente actividad física, aunque importante, no es requisito único para disminuir el riesgo lipídico cardiovascular. Esta actividad física que se practica debe suponer una mejora de la condición física, sobre todo capacidad aeróbica y fuerza.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 73 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 En el presente trabajo se presentan exclusivamente los parámetros bioquímicos necesarios para establecer el riesgo lipídico cardiovascular (CVDzscore). La totalidad de los valores de referencia de lípidos plasmáticos y lipoproteínas de los adolescentes españoles del estudio AVENA, han sido mostrados en estudios previos (Ruiz et al., en prensa). De igual modo, en este trabajo tan sólo se muestran la capacidad aeróbica y la fuerza general. La descripción detallada del nivel de condición física de los adolescentes españoles (fuerza de prensión manual, fuerza explosiva de tren inferior, fuerza resistencia de tren superior, flexibilidad, velocidad­agilidad y capacidad aeróbica) ha sido publicada con anterioridad (Ortega et al., 2005). CONCLUSIONES Un bajo nivel de condición física se muestra más eficaz que la actividad física como indicador del riesgo metabólico­cardiovascular de los adolescentes españoles, especialmente la capacidad aeróbica en varones y la fuerza muscular en mujeres. La condición física aeróbica, como manifestación del estado de la función cardiorrespiratoria, y la fuerza general, como expresión del rendimiento neuromuscular, son los parámetros de condición física con mayor potencial para preservar la salud de los adolescentes y prevenir la enfermedad futura. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES
76 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 1,50 Género varones mujeres 1,00 CVDzscore 0,50 0,00 p=0,011 ­0,50 ­1,00 p=0,131
­1,50 20,00 40,00 60,00 80,00 100,00 VO2 máx (ml/kg/min) Figura 1. Relación inversamente proporcional de la capacidad aeróbica (VO2máx) con el riesgo metabólico (CVDzscore). AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 77 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Género 1,00 varones mujeres 0,00 p=0,069 CVDzscore ­1,00 ­2,00 ­3,00 ­4,00 p=0,014
­5,00 ­6,00 0,20 0,40 0,60 0,80 1,00 Fuerza General Figura 2. El índice de fuerza general se relaciona negativamente con el riesgo metabólico (CVDzscore). AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 78 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 75,00 Género varones 70,00 mujeres p=0,000
VO2 máx (ml/kg/min) 65,00 60,00 p=0,009 55,00 50,00 45,00 40,00 35,00 0 2 4 6 Nivel de actividad física Figura 3. El nivel de actividad física que practica el sujeto determina en cierta medida su condición física aeróbica (VO2máx). AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 79 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 LA BICICLETA COMO ACTIVIDAD FÍSICA PARA LA MEJ ORA DE LA SALUD María Garrido Guzmán ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Sevilla. Agustín Cuello León ([email protected]) Técnico de estudios de transportes, Consultoría Alomón, Sevilla. RESUMEN La práctica de actividad física a través de la bicicleta sería un excelente ejemplo de orientación hacia la salud y el bienestar. Ir en bicicleta prescindiendo de un vehículo motorizado para ir a trabajar, podría llegar a ser una actividad cotidiana para muchas personas, realizada diariamente por necesidad, rutina o entretenimiento. Ésta sería una buena manera de realizar una práctica importante de actividad física, ya que nos encontraríamos con un trabajo de bicicleta continuo. Ello nos aseguraría una mejora en el estado de nuestra salud con los consiguientes beneficios que aporta el realizar una práctica moderada y aeróbica de actividad física como puede ser: reducir el riesgo de enfermedades coronarias, controlar el peso corporal o atenuar el estrés y la tensión de la vida cotidiana entre otros. La creación de carriles bici ayudará a mejorar la salud y los estilos de vida de la población alcanzando un modelo de vida activa que asegure calidad de vida. Veremos que existe una relación directa entre la creación de carriles bici y la utilización de la bicicleta en la ciudad, lo que nos confirmará que no es cierto que no se construyan carriles bici porque la gente no utilice la bicicleta como medio de transporte, sino todo lo contrario, la creación de carriles bici ayudaría a conseguir estilos de vida más activos en los ciudadanos, algo que beneficiaría a la salud de los mismos. PALABRAS CLAVE: actividad física, bicicleta, salud, estilos de vida. INTRODUCCIÓN: ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD Una perspectiva de salud está en consonancia con una actividad que va de moderada a vigorosa, de tal manera que en los niveles moderados de actividad se encuentran los mayores
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 80 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 beneficios saludables. Por esto mismo, señalamos a continuación las características que tiene una actividad física orientada al bienestar (Devís, 2000): ­ Adaptada a las características personales. ­ De moderada a vigorosa, es decir, entre una intensidad que permita a cualquier persona una práctica constante durante largo tiempo y otra intensidad que lleve a la sudoración y el jadeo en la respiración. ­ Habitual y frecuente de manera que forme parte del estilo de vida de las personas. ­ Orientada al proceso de la práctica más que al producto o excelencia atlética. ­ Satisfactoria. ­ Relacional, es decir, que permita la interacción positiva entre las personas. ­ Respetuosa con el medio ambiente. ­ Favorecedora de la autonomía intelectual relativa a la actividad física y la salud y del desarrollo de habilidades sociales que sirvan para llevar una vida mejor. Como vemos entonces, la práctica de actividad física a través de la bicicleta sería un excelente ejemplo de orientación hacia la salud y el bienestar. LA BICICLETA Y SU IMPLICACIÓN CON LA SALUD Existe una gran diversidad de actividades físicas que exigen niveles de intensidades muy distintos. Los deportes, juegos u otro tipo de actividades son los practicados para realizar práctica física, cada uno de ellos con determinadas características. Así mismo, el ir en bicicleta es considerado como una actividad cíclica en la que se garantiza un mejor control de la intensidad, porque se trata de movimientos repetidos y fáciles de mantener a ritmo constante según la voluntad del practicante. Ir en bicicleta prescindiendo de un vehículo motorizado para ir a trabajar, podría llegar a ser una actividad cotidiana para muchas personas, realizada diariamente por necesidad, rutina o entretenimiento. Ésta sería una buena manera de realizar una práctica importante de actividad física para llevar una vida activa. La actividad de ir en bici está incluida en el grupo de actividades aeróbicas. Sus principales beneficios están relacionados con un fortalecimiento del corazón y una mayor eficacia del sistema cardiovascular, así como el fortalecimiento de los músculos y los huesos (Devís, 2000). La atenuación del estrés y la tensión de la vida cotidiana, el ayudar a sentirnos
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 81 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 mejor, controlar el peso corporal y reducir el riesgo de enfermedades coronarias son otros de los beneficios que se obtienen de una práctica de actividad aeróbica como la bicicleta. Además de estos efectos, según Giménez (2001) los principales efectos que se pueden conseguir a través de la práctica de actividad física de forma continuada en personas adultas, y no tan adultas son: ­ Mejora general de la salud, tanto física como psíquica. ­ Pérdida de peso. ­ Mejores recorridos articulares. ­ Menor cansancio al realizar cualquier trabajo físico. ­ Mayor agilidad. ­ Ayuda a prevenir enfermedades coronarias. ­ Ayuda a prevenir la osteoporosis, o disminuye sus efectos. ­ Mejora la sociabilidad de los participantes. Sánchez (1996) también incluye como efectos positivos de la actividad física habitual sobre la salud un aumento de metabolismo, lo que resulta beneficioso desde el punto de vista nutricional, una mayor eficiencia del músculo cardiaco o una normalización de la tolerancia a la glucosa. Si tenemos en cuenta además, que una actividad física orientada a la salud está determinada por factores como el tipo, frecuencia, duración e intensidad, vemos como ejemplo, que según las recomendaciones básicas del American College os Sport Medicine la promoción de la salud en adultos va determinada por las siguientes características (Rodríguez, 1995): ­ Frecuencia: 3 a 5 días por semana. ­ Duración: 15 a 60 minutos de actividad física aeróbica continua o intermitente. ­ Intensidad: 40­85% VO2 max., o entre 55­90% de la frecuencia cardiaca máxima. Una intensidad menor, podría suponer beneficio para la salud, o incluso mejorar la condición física en algunas personas, como individuos sedentarios o en baja forma física. ­ Tipo: Actividad física que requiera la participación de grandes grupos musculares, que pueda ser mantenida durante un período de tiempo prolongado, y de naturaleza rítmica y/o aeróbica.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 82 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Vemos entonces como precisamente el uso de la bicicleta cumple totalmente estas recomendaciones y podríamos considerarlo como una actividad primordial en la consecución de mejora de la salud. El empleo de la bici como actividad cotidiana por parte de adultos principalmente, conseguiría grandes beneficios saludables. EL CARRIL BICI: DOS CASOS DE ÉXITO La salud es un problema social y un problema político, cuyo planteamiento y solución pasa, necesariamente, por la participación activa y solidaria de la comunidad (Sánchez, 1996). Además de ello, y tomando palabras de Tercedor (2001), una política llevada a cabo bajo unos principios de salud también será determinante del estilo de vida; tal es el caso del impulso de transporte en bicicleta (creación de carriles bici), de la promoción de transporte alternativo al coche (programa “mejor sin coche” del Ayuntamiento de Granada) o de los programas de fomento de la práctica deportiva llevados a cabo por Patronatos municipales y Diputaciones provinciales. Por todo ello, la creación de carriles bici en las ciudades, contribuiría a una mejora de la calidad de vida de la población. Más del 30% de los viajes que se realizan en coche en Europa corresponden a un desplazamiento inferior a 3 Km. y un 50% son inferiores a 5 Km. En ambos casos, la bicicleta es un transporte eficiente y eficaz que puede contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas y del entorno urbano. La declaración de Ámsterdam, realizada por los participantes de la primera Conferencia Mundial sobre la Bicicleta Vélo Mondial 2000, proclamó que las personas, incluidos los niños, deberían tener derecho a usar la bicicleta cuando quisieran. Esta premisa se sustentó sobre una serie de ventajas entre las que se pueden destacar las siguientes: ­ La bicicleta ofrece intimidad, independencia y libertad; el ciclismo es una actividad emancipadora. ­ Un mayor uso de la bicicleta significa un mejor acceso a las oportunidades de empleo y una mayor creación de puestos de trabajo, siendo una herramienta adecuada para el desarrollo. ­ El ciclismo, como actividad física, mejora la salud física y mental. ­ El uso de la bicicleta amplía el radio de actividad de las personas, independientemente de que sean jóvenes o de avanzada edad, hombres o mujeres.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 83 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Por estas y otras razones los participantes realizaron un llamamiento para que los gobiernos e instituciones pongan las condiciones necesarias para que el uso de la bicicleta se vuelva más atractivo. Y esto, en la ciudad, conlleva necesariamente a la creación de carriles bici. Son tantas las iniciativas que han fracasado en la implantación del carril bici en las ciudades españolas que, a pesar de todas las complejidades y dificultades que conlleva el éxito de una actuación de estas características, el principal argumento que se utiliza para obstaculizar cada nuevo proyecto es precisamente la gran cantidad de malos ejemplos de carril bici que existen en la actualidad. Sin embargo, si se profundiza en cada uno de esos casos, se observa como es la desidia y la falta de convicción en el éxito lo que ha llevado al fracaso ideas y proyectos que podrían haber funcionado. A continuación se revisarán los casos de dos ciudades que sí han conseguido alcanzar sus objetivos en los proyectos de carril bici que iniciaron y han popularizado el uso de la bicicleta como medio de transporte en el ámbito urbano. La ciudad de Barcelona cuenta en la actualidad con más de 120 Km. de carriles bici que conforman una autentica red ciclista en el entramado de la ciudad. La evolución de la longitud total de esta red se muestra en la tabla siguiente: EVOLUCIÓN DEL CARRIL BICI EN LA CIUDAD DE BARCELONA Car ril bici (Km.) 1999 2000 2001 2002 2003 Tasa de cr ecimiento medio anual 108,6 110,2 116,1 119,1 121,7 3 % Fuente: Ayuntamiento de Barcelona Gracias a esta amplitud de la red y a lo conexa de la misma se ha logrado que de las 300.000 bicicletas censadas en Barcelona, 30.000 utilicen diariamente los carriles bici de la ciudad. Los 13.000 viajes diarios que se registraron el pasado mes de julio son una muestra del éxito alcanzado en los cinco años de existencia de los carriles bici “bidegorris” en San Sebastián. La promoción de la bicicleta y la creación de 21,5 Km. de carriles bici ha supuesto para una ciudad de tamaño medio como San Sebastián, con alrededor de 182.000 habitantes, pasar de 4.000 viajes diarios a 13.000, lo que implica que el desarrollo de la red ciclista ha multiplicado por tres el número de usuarios.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 84 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 CONCLUSIONES La creación de carriles bici ayudará a mejorar la salud y los estilos de vida de la población como hemos comentado anteriormente. Alcanzar un modelo de vida activa que asegurare calidad de vida incluso en la vejez, lo podemos conseguir gracias a un trabajo en bicicleta continuo de fuerza, resistencia y flexibilidad tan importante a mantener en edades avanzadas. Hemos visto asimismo, que existe una relación directa entre la creación de carriles bici y la utilización de la bicicleta en la ciudad. Ello nos muestra que no es cierto que no se construyan carriles bici porque la gente no utilice la bicicleta como medio de transporte, sino todo lo contrario, la creación de carriles bici ayudaría a conseguir estilos de vida más activos en los ciudadanos, algo que beneficiaría a la salud de los mismos. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ­ Devís, J. y cols. (2000). Actividad física, deporte y salud. Barcelona: Inde. ­ Giménez, F.J. (2001). Actividad física saludable para adultos. En Tejada, J., Nuviala, A. y Díaz, M. Actividad física y salud. 163­172. Universidad de Huelva.: Publicaciones. ­ Rodríguez, F.A. (1995). Prescripción del ejercicio físico para la salud. Resistencia cardiorrespiratoria. Apunts: Educación Física y Deportes. 39: 87­102. ­ Sánchez Bañuelos, F. (1996). La actividad física orientada hacia la salud. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva, S.L. ­ Tercedor, P. (2001). Actividad física, condición física y salud. Sevilla: Wanceulen Editorial Deportiva S.L. ­ Ayuntamiento de Barcelona. En página web: www.bcn.es ­ Observatorio de la bicicleta de San Sebastián. En página web: www.observatoriodelabicicleta.org
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 85 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ANÁLISIS DE LA FRECUENCIA CARDIACA EN CLASES DE EDUCACIÓN FÍSICA EN ALUMNOS DE 3º DE E.S.O. Y SU RELACIÓN CON LA SALUD Eduardo Generelo Lanaspa Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte. Universidad de Zaragoza. Juan José Soler Sarradell ([email protected]) Facultad de Ciencias Humanas y Educación. Universidad de Zaragoza Javier Zaragoza Casterad Facultad de Ciencias Humanas y Educación. Universidad de Zaragoza Jose Antonio Julián Clemente Facultad de Ciencias Humanas y Educación. Universidad de Zaragoza PALABRAS CLAVE: Frecuencia Cardiaca, Educación Física, Salud, Unidad didáctica, Educación Secundaria. INTRODUCCIÓN. La presente comunicación es fruto del trabajo de investigación realizado en el Departamento de Educación física del I.E.S. “Serranía Baja” de la localidad de Landete (Cuenca­ Spain) y el grupo de investigación EFYPAF 1 de la Universidad de Zaragoza. Nos proponemos conocer cual es el nivel de intensidad fisiológica de las clases de Educación Física (EF) que se produce en un grupo de escolares de 3º de E.S.O., registrado por el seguimiento de la Frecuencia Cardiaca (FC) a lo largo de toda la programación anual. MARCO CONCEPTUAL. El uso de la FC en clases de EF como indicador de la intensidad del ejercicio ha sido investigado repetidas veces (Armstrong y cols. ,1990; Armstrong y Bray, 1991; Kemper, 1985; Klausen y cols. 1986; Li y Dunham, 1993; Strand y Reeder, 1993) entre otros. Algunos de ellos, han demostrado la capacidad de aumentar en el alumnado el tiempo que pasan en zonas de FC saludable, durante las clases de EF. (Seliger y cols. , 1980; MacConnie y cols., 1982; Shephard y cols.,1980). Durante 20 años, las investigaciones han indicado que la práctica de los niños en clases de educación física resulta insuficiente a nivel de moderada o 1 EFYPAF : Educación Física y Promoción de la Actividad Física. Grupo Emergente de Investigación reconocido por el Gobierno de Aragón (BOA de 15 de octubre de 2004).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 86 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 vigorosa actividad física (MVPA) (Cumming G.., 1969; Li&Dunham, 1993; Parcel y cols., 1987) y que la intensidad de las clases de E.F. son demasiado bajas en relación con las actividades diarias cotidianas (Taggart y cols., 1986). En una breve revisión de algunos estudios que analizan la FC en clase de EF, podemos comenzar con la comparativa que realiza Stratton (1996) sobre 17 estudios aplicados entre 1963 y 1995 que miden la FC en sesiones de actividad física. A partir de ellos, Stratton (1997) evaluó los niveles de actividad física en escolares durante las clases de EF mediante telemetría. Algunos estudios más recientes son, entre otros, los de Gindre (2000), Fairclough y cols. (2003), Kulinna y cols. (2003) y Grotenhuis (2001). En España, pese a no ser muy abundantes estos estudios, encontramos los de Rivas (1992), Vidal (1998) Soler (2004), Generelo (1995) o Sierra (2000). Estos dos últimos estudios confirman que la preparación y preocupación del docente consiguen estimular el compromiso fisiológico y ajustarlo al nivel óptimo que se requiere durante las clases de EF. En cuanto a las recomendaciones de intensidad de FC saludable, encontramos que no existe un consenso claro en cual es la intensidad óptima (Aznar, 2002). Como complemento, Navarro y Rico (1998) nos ofrecen unas consideraciones sobre el uso de la FC en escolares. A nivel internacional, aparecen entre las recomendaciones más aceptadas las del ACSM 2 (1991, 1998, 2003) que fija la intensidad saludable entre el 60­90% del Indice Cardiaco Máximo (ICMax) o el 50­85% de la FC de Reserva (FCR). En cuanto a la cantidad de tiempo en dicha FC saludable, aplicaremos las recomendaciones del U.S. Dept. H.H.SS. (1996) de alcanzar al menos el 50% de la sesión de EF en MVPA y la más general del NASPE (1998) 3 para escolares de secundaria con un mínimo de 30 minutos diarios en MVPA OBJ ETO DE ESTUDIO. El objeto de estudio es conocer cual es el nivel de FC media, medido en pulsaciones por minuto (ppm) y cual es el Tiempo, medido en minutos (min.) y porcentaje de sesión (%), que el alumnado está durante las clases de EF en zonas de intensidad moderada de FC, que denominamos FC saludable (FCS), durante la aplicación de una programación anual de EF y de las diferentes Unidades Didácticas (UD) que la componen. MATERIAL Y MÉTODOS. 2 3 American College of Sport Medicine. National Association for Sport and Physical Education (USA).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 87 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 El avance de los métodos de medición de la FC en la última década, popularizando el uso de la telemetría tanto a nivel científico como particular, nos permite mediante los pulsómetros realizar mediciones con gran precisión (Treiber y cols., 1989; Blanco A y Enseñat A, 1999; Boudet y Chaumoux, 2001),. Los 6 pulsómetros utilizados son de la marca POLAR modelo “Acurex­plus”, instrumentos de contrastada fiabilidad. El método utilizado es descriptivo y de caso. No se pretende generalizar o inferir los resultados, dado que los sujetos no componen una muestra representativa de la población, sino que todos ellos conforman la población en sí misma, en un contexto particular de enseñanza de un profesor en clases de EF de 3º de ESO en un IES de zona rural. A pesar de ello, se obtienen indicios interesantes sobre la intensidad de las clases de EF en adolescentes, que deberán ser completados con otros estudios. Para el análisis de la FC en clase de EF se comparan dos recomendaciones de Frecuencia Cardiaca Saludable (FCS): El primero, el tiempo entre el 60­90% del Índice Cardiaco Máximo (ICM), con la fórmula ICM = 220­edad 4 , que en nuestra población equivale a una zona de FC entre 123­185 ppm. El segundo, el tiempo entre 50­85% de la FC de reserva (FCR) calculado individualmente para cada alumno, a partir de la FCBase y la FC Máxima obtenida por una prueba de esfuerzo. Se analizan los resultados por género y UD. La población del estudio está compuesta por dos grupos­clase de 3º de ESO, con 56 alumnos inicialmente que, tras el filtrado por edad, resultó una población final de 37 alumnos (18 chicas y 19 chicos) distribuidos uniformemente entre los dos grupos. Se estableció un protocolo para el registro de la FC en cada una de las clases de E.F. (FCEF), mediante la colocación de 6 pulsómetros simultáneamente, siguiendo una distribución rotativa y alterna los días posteriores entre los alumnos de su mismo género. Las UD y el número de sesiones fueron: Condición Física y salud (4), Cualidades motrices (5), Deportes colectivos: fútbol­sala y voleibol (6), expresión corporal (2 ), Juegos (3), Medio natural (2), Raquetas (5 ), Teoría (1) y Tests de condición Física (1). Los dos periodos de EF semanales se impartían en una sola clase, resultando la duración media del total de los registros de 89 ± 8,5 minutos, aproximadamente un 87% del tiempo total de la sesión. De las 348 curvas registradas, desechamos un 11%, por errores en la medición, y al final obtuvimos un total de 307 curvas de FC válidas. 4 Fórmula de Karvonen (1964) ajustada por edad que predice el ICM, usada por el ACSM actualmente.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 88 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 RESULTADOS Y DISCUSIÓN. Los resultados describen la situación de la intensidad de la clase mediante dos tipos de datos: la FC media (ppm) y los tiempos en las zonas de FC saludable (minutos, % sesión). En primer lugar (A) se muestran los resultados medios de los 307 registros tomados a lo largo del curso escolar y en segundo lugar (B) los resultados diferenciados por UD. A) FC media y Tiempo de FC saludable del total del las sesiones de E.F. A.1) FC Media del total de las sesiones. La FC media del total de las curvas de FC es de 131,81 ± 19,96 ppm. (N=307). N . FCMedia d.t. Mín. Máx. (ppm) 20 73
175
Chicas 155 134,67 Chicos 152 128,89 19 61
164 Por género, se aprecian diferencias significativas entre ambos sexos (p<0,05) siendo más alta la media en chicas que en chicos. Hay estudios que coinciden con esta diferencia a favor de las niñas (Stratton, 1995), mientras que otros no encuentran diferencias significativas entre ambos sexos (Klausen y cols., 1986) o incuso mayor intensidad en los niños (Mota, 1994). Esto nos lleva a pensar en la gran variabilidad de intensidad de las clases de EF en función del género. 35,0 49 21,0 24 85,0 95 0,0 0 39,1 55,2 23,2 25,8 87,1 96,1 Mínimo Máximo Desviación típ. Media (% sesión) Mínimo Máximo Desviación típ. N=307 Tiempo entre 50­85%FCR Tiempo entre el 60­90% ICM Media (minutos) A.2) Tiempos medios en las zonas de F CS del total de las sesiones. 0,0 0,0 Al comparar las dos recomendaciones de FC saludable del ACSM (1998), difieren en sus resultados. El criterio más exigente es el del 50­85%FCR (35 ± 21 minutos; 39% de sesión), y se aprecian diferencias significativas (p<0,05) con el del 60­90%ICM (49 ± 24 min; 55% de sesión). Los tiempos medios en actividad vigorosa se sitúan en 5,2 ±7 min. (5,7%sesión) con el criterio del 50­85%FCR y 4,6±6,8 min., (5% sesión) con el 60­90%ICM. Al comprobar si la media de las clases de EF alcanza el 50% de la sesión de EF en la zona MVPA, vemos como solo con el criterio del 60­90%ICM se cumple el objetivo (60,2%)
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 89 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 frente al criterio 50­85%FCR que no llega (39,1+5,7=44,8%). Consideramos más apropiado el criterio basado en la FCR por ajustarse más a las características individuales. En los diferentes estudios revisados por Stratton (1996), se observan algunas medias de tiempo de clase de EF por encima del 50%FCR. Los resultados de Li & Dunham (1993) o Stratton (1997) sugieren que los niños no gastan una proporción media del tiempo de clase con FC por encima del 50%, con valores entre el 15­35%. Sin embargo Klausen y cols(1986), obtienen una media superior al 50% del tiempo de clase, cuando usan un criterio más bajo de FC (entre 37­46%FCR). Callesen y cols, (1983) descubrieron un gasto del 40% del tiempo de sesión cuando usaban un rango de FCS entre 136­140ppm. B) FC media y FC saludable de las difer entes Unidades Didácticas. B.1) FC media de las diferentes Unidades Didácticas (ppm). N Condición Física y salud Cualidades Motrices Deportes Colectivos Expresión Corporal Juegos Medio natural Raquetas Clase teórica Tests Condición Física Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos 20 20 22 20 29 28 12 10 17 19 12 13 31 30 6 6 6 6 Media 141 134 128 124 154 149 127 112 125 124 137 128 140 132 85 78 107 112 Desv. t. Máximo 11 10 17 10 9 10 21 13 18 20 17 17 10 10 9 10 7 12 160 155 155 147 171 164 159 139 157 162 175 159 162 149 98 87 117 132 Mínimo 117 122 90 106 139 128 96 93 102 98 108 96 122 109 73 61 95 96 La FCEF media por Unidades didácticas y por sexos es una de los cruces más interesantes de nuestro estudio. En ella se observa como por sexos los chicos tienen en casi todas las UD una menor FCEF media. Las chicas por lo general, tienen mayor FCEF media que los chicos, salvo en la UD de test de condición física y de Deportes colectivos, que son muy similares). Llama la atención como en expresión corporal los chicos tienen una FCEF media mucho más baja que las chicas y las chicas tienen una mayor dispersión de los datos, apreciándose diferencias significativas en este contenido(p<0,05). En el resto de UD los dos sexos tienen similares datos de dispersión.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 90 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Podemos clasificar las UD en cinco grandes grupos de intensida: las unidades de intensidad media­baja entre 120 y 130 ppm ( Cualidades Motrices, Juegos, Expresión Corporal), las Unidades de intensidad media entre 130 y 140ppm (Medio Natural, Raquetas, Condición física y salud), las unidades de alta intensidad (Deportes colectivos) , las de baja intensidad (tests de condición física 5 ) y las de muy baja intensidad (teórica). Estudios como el de Stratton (1997) o el de Gindre (2000) también muestran diferencias importantes de intensidad de FC según el tema de la UD. Por ejemplo, la media de los deportes de invasión (como el fútbol, baloncesto o jockey) obtiene más alta FC media que actividades como el bádminton o voleibol. B.2) Tiempos medios en las zonas de F CS por Unidades Didácticas (minutos, %) Chicas Condición Física y salud Tiempo entre 50­85%FCR Tiempo entre el 60­90% ICM Cualidades Motrices Tiempo entre 50­85%FCR Tiempo entre el 60­90% ICM Deportes Colectivos Tiempo entre 50­85%FCR Tiempo entre el 60­90% ICM Expresión Corporal Tiempo entre 50­85%FCR Tiempo entre el 60­90% ICM Juegos Tiempo entre 50­85%FCR Tiempo entre el 60­90% ICM Medio natural Tiempo entre 50­85%FCR Tiempo entre el 60­90% ICM Raquetas Tiempo entre 50­85%FCR Tiempo entre el 60­90% ICM Clase teórica Tiempo entre 50­85%FCR Tiempo entre el 60­90% ICM Tests Condición Física Tiempo entre 50­85%FCR Tiempo entre el 60­90% ICM Chicos Media % Media % N (minutos) Desv. t. sesión N (minutos) Desv. t. sesión 20 41 33 14 46,48 20 12 37,26 55 46 20 16 62,34 20 13 52,41 31 27 22 22 34,88 20 15 30,47 48 46 22 24 54,95 20 13 51,32 54 51 29 10 58,75 28 11 55,39 70 63 29 8 75,77 28 10 67,94 36 17 12 28 38,25 10 16 18,17 44 27 12 30 47,52 10 20 28,57 30 27 17 24 32,88 19 21 29,34 39 36 17 27 43,54 19 22 40,33 33 29 12 18 42,00 13 22 36,73 50 42 12 17 64,13 13 21 53,05 46 38 31 19 51,36 30 20 40,76 68 58 31 18 74,74 30 22 62,43 0 0 6 0 0,07 6 0 0,00 0 0 6 0 0,17 6 0 0,00 10 14 6 4 10,33 6 6 15,33 18 27 6 7 19,55 6 16 28,97 Los chicos tienen una distribución de los datos similar a la mostrada en la FCEF media. En la mayoría de los casos se superan ampliamente los 30 minutos de actividad física en FCS. Se obtienen valores muy bajos en los test de condición física. Las chicas no alcanzan los valores de FCS en las unidades de teórica (0 minutos), Tests (9,5 minutos), Juegos (29,9 minutos). Los chicos no los alcanzan en Tests (14 minutos), Teoría (0 minutos), Medio natural (28,8 minutos), Juegos (26,5 minutos), Expresión corporal (16,9 minutos) y Cualidades Motrices (27,3 minutos). Las diferencias entre las medias en la Unidad didáctica 5 En esta unidad se midió la batería EUROFIT pero se excluyó de la curva la prueba de coursse­navette por medirse un día aparte al necesitar los 6 pulsómetros en turnos para su medición, hecho que seguramente hubiera aumentado el tiempo y la FC media en las zonas de FCS
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 91 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 de expresión corporal son significativas con ambos criterios de FCS entre chicos y chicas (p<0,05) Algunos estudios han demostrado que la participación en actividades deportivas producen niveles superiores de MVPA que actividades de otro tipo (Hannon y Pellet, 1998; Stratton, 1997; McKenzie y cols., 2004) también coinciden en registrar que los niveles de actividad física varían según el contenido, donde las actividades de condición física producen mucho más nivel de actividad, seguidas de el juego libre y de los juegos deportivos, con diferencias significativas. CONCLUSIONES. El seguimiento de la FC en las Clases de Educación Física de los alumnos de 3º de ESO del IES “Serranía Baja”de Landete (Cuenca) durante un curso escolar genera las siguientes conclusiones: 1) Las clases de Educación Física impartidas generan beneficios para la salud del alumnado, según los tiempos medios registrados en las zonas de Frecuencia Cardiaca Saludable, atendiendo a las recomendaciones del American College of Sports Medicine. 2) La implicación fisiológica en las zonas de Frecuencia Cardiaca Saludable que producen las clases de Educación Física desarrolladas, es mayor en las chicas que en los chicos. 3) Las Unidades Didácticas de Deportes de Equipo, Raquetas y Condición Física son las que alcanzan mayor tiempo medio en las zonas de Frecuencia Cardiaca Saludable y cumplen las recomendaciones del American College of Sports Medicine.. Por el contrario las Unidades de Teoría, Expresión Corporal y Tests de Condición Física, no alcanzan estos valores medios recomendados. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. AMERICAN COLLEGE OF SPORTS MEDICINE (1991). “Guidelines for exercise testing and prescription”. 4th edition. Pennsylvania: Lea and Febiger. AMERICAN COLLEGE OF SPORTS MEDICINE (1998) Position Stand. The recommended quantity and quality of exercise for developing and maintaining cardiorespiratory and muscular fitness, and flexibility in healthy adults. Med Sci Sports Exerc 1998; 30:975­91. AMERICAN COLLEGE OF SPORTS MEDICINE (2003) “Physical activity, active lifestyles and kids' health: ACSM annual meeting hears research reports” Active­living­ (Collingwood,­Ont.) 12(5), Sept, 20­21.
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 95 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 LA PÉRDIDA DE PESO SALUDABLE EN DEPORTES DE LUCHA. Jose Mª Llamazares Torices ([email protected]) Entrenador Regional de Lucha Leonesa. Profesor de Educación Secundaria. Cesáreo López Rodríguez ([email protected]) Doctor en Medicina y Cirugía. Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte. Profesor de la ULE Daniel Mateos Fuertes ([email protected]) Profesor de Educación Secundaria. RESUMEN Los procesos de pérdida de peso son comunes a todos los deportes de lucha en los cuales se han instaurado categorías dependientes de este factor. Para conseguir competir en una categoría inferior los deportistas utilizan prácticas muy perjudiciales para la salud (diuréticos, deshidrataciones, lavativas, ayunos y dietas), con las cuales frecuentemente disminuyen su rendimiento físico. En este artículo se ofrecen distintos procedimientos para disminuir la masa y valores guía de composición corporal que pueden servir de apoyo a los luchadores y entrenadores a fin de no utilizar métodos que pueden afectar seriamente a la salud. PALABRAS CLAVE: Perdida de peso, deportes de lucha, composición corporal, masa grasa, deshidratación, programa educativo. 1) INTRODUCCIÓN. Los deportes de combate, ya sean con agarre o de golpeo, han sido organizados en función de distintas categorías de peso, principalmente con la finalidad de igualar las posibilidades de los contendientes en el plano estrictamente físico, ya que se entiende que una persona más corpulenta tendrá ventaja sobre otra más débil. Sin embargo en esta práctica, el establecimiento de reglas ocasiona que algunos practicantes intenten obtener algún beneficio manteniéndose al límite de dichas normas. De esta manera algunos luchadores utilizan las técnicas de pérdida de peso como un agente ergogénico (Mansilla, 1999; Villa y cols.,2000) con el fin de mejorar sus prestaciones en la competición.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 96 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Una revisión de la bibliografía existente refleja que la mayoría de los artículos existentes en revistas americanas referentes a la lucha o “wrestling”, se refieren a la pérdida de peso o “weight cutting”, así como a los efectos perniciosos y adversos que tienen sobre la salud la utilización de métodos de discutible utilidad en la reducción de masa corporal. Dentro de este enmarque se han realizado distintas propuestas como “el Proyecto de Peso Mínimo de Winsconsin” (Opplinger, 1995), en el cual se intentan marcar unas pautas para hacer más seguras estas practicas de disminución corporal. El propósito de esta comunicación, va a ser reflejar los datos existentes en la literatura acerca de este tema y hacer unas propuestas de aplicación al ámbito de los deportes de lucha. 2) INCIDENCIA DE LOS PROCESOS DE PÉRDIDA DE PESO SOBRE LOS COMPONENTES CORPORALES. La mayoría de los procesos de pérdida de peso se plantean sobre la disminución de distintos componentes corporales que es posible reducir y que a continuación detallamos con la su incidencia en el rendimiento físico. 2.1) Pérdida de masa grasa. Entre los deportistas, y especialmente, entre los luchadores podemos encontrarnos los dos extremos. El límite superior a partir del cual comenzarán a producirse alteraciones está perfectamente descrito. Así en hombres jóvenes sería un 20%, siempre dependiendo de la constitución. ( McArdle,W.D. y cols., 1990) Sin embargo en el otro extremo nos encontramos con más problemas, ¿ cual es el mínimo de masa grasa que puede tener un individuo?. En el ámbito de la lucha aparecieron iniciativas como “El proyecto de peso mínimo de Wisconsin” (Oppliger, R.A. y cols.,1995) en el cual se proponía un peso mínimo para participar en competiciones, un límite de pérdida de peso semanal y un programa de educación nutricional. En este proyecto se determinó como cantidad mínima un 7% de grasa en un luchador universitario para poder competir, sin embargo, otros autores determinan hasta un 5% para participar en adultos varones. En otros estudios del ámbito americano, se han encontrado porcentajes de grasa tan bajos, como el 3%, lo cual puede significar, hasta que punto pueden llegar estos deportistas en su intento de descender de peso. En el caso de las mujeres su porcentaje de grasa mínimo será mayor, ya que tienen depósitos ligados a la función reproductora, por lo tanto, estos datos nunca descenderán del 10 o 12%.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 97 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 2.2) Pérdida de masa muscular proteica. La sección transversal del músculo, está directamente relacionada con la fuerza producida por dicho músculo. La utilización de dietas hipocalóricas en combinación con entrenamientos extenuantes, puede llevar a la instauración de un estado catabólico, en el cual el atleta se consuma poco a poco. El cuerpo, al no disponer de los suficientes hidratos de carbono, comienza a utilizar las reservas proteicas y por lo tanto a perder musculatura. En estudios como el de Roemich y Sinning (1997) se demuestra que a lo largo de la temporada, en luchadores adolescentes se produce una pérdida de peso, pero dicha pérdida no es debida como pudiera esperarse a los niveles de grasa ( de 9,9% a 8.0% ), sino que se produce un descenso en la sección transversal, así como en las producciones de fuerza. 2.3) Depleción de glucógeno. La glucosa proveniente del glucógeno es uno de los sustratos energéticos principales en las actividades que requieran un aporte energético elevado como la lucha., por lo cual unos adecuados depósitos de glucógeno pueden influir positivamente en el rendimiento, a la vez que unos reducidos pueden perjudicar las prestaciones en competición. Así podemos encontrarnos a algunos luchadores que asisten a la competición en ayuno, con sus depósitos de glucógeno posiblemente vacíos, y esperando caer en una hipoglucemia en cuanto comience el combate. Un sujeto de unos 70 Kg tiene aproximadamente 530gramos de glucógeno, de los cuales 450 son musculares y 70 son hepáticos. Si tenemos en cuenta que este sustrato se almacena hidratado, está claro, que si un sujeto quiere perder peso, este puede ser un buen sistema, ya que le va a permitir perder varios kilos. Los inconvenientes están claros, un posible descenso en el rendimiento y la rápida recuperación del peso perdido en cuanto se restablezca una dieta normal. 2.4) Deshidratación. Villa y cols (2000) presentan una tabla en la cual se reflejan los efectos y repercusiones de la deshidratación: DESHIDRATACIÓN Vaciado gástrico Volumen y osmolaridad plasmática Presión venosa central Presión de llenado cardíaco y volumen sistólico Tasa máxima de sudoración Flujo sanguíneo a la piel Rendimiento (sobre todo aeróbico) AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES Viscosidad sanguínea Frecuencia cardiaca Temperatura a la cual aparece el sudor Utilización del glucógeno muscular Incidencia de malestar gastrointestinal
98 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Odriozola (1990) presenta los siguientes efectos de la deshidratación: 2% : su capacidad de trabajo comienza a resentirse, al 3% : su capacidad de contracción muscular bajará entre un 20 y 30 por ciento y al 8% : golpe de calor, agotamiento por calor o calambres continuados. Como pudimos apreciar en el estudio de Kiningham y Gorenflo (2001) , la mayoría de los métodos empleados por los luchadores se basaban en una deshidratación aguda realizada en los días previos a la competición, y tal y como este autor documentaba tres muertes producidas en los Estados Unidos, podrían estar debidas a tremendas pérdidas de agua. 2.5) Efectos combinados de los anteriores sustratos. En la práctica los deportistas no pierden selectivamente uno u otro sustrato, sino que las prácticas que emplean ocasionan reducciones en todos ellos, pero contrariamente a lo que puedan pensar, lo que menos se reduce son los depósitos de grasa. Villa y cols (2000) presentan en su libro un cuadro sobre los efectos que tiene una brusca reducción de peso sobre los parámetros fisiológicos y funcionales: REDUCCIÓN INCREMENTO Gasto cardiaco y volumen sistólico Frecuencia cardiaca Volumen sanguíneo y plasmático. Temperatura corporal Agua y electrolitos musculares Ritmo sudoral Potencia y capacidad aeróbica Resistencia muscular y umbral anaeróbico. Trabajo realizado y tiempo de resistencia hasta agotamiento Fatiga crónica Deshidratación Trastornos alimentarios Disfunciones menstruales SIN CAMBIOS ¿Fuerza y potencia muscular? ¿Velocidad de movimiento? Si nos damos cuenta, un luchador que constantemente intente pasar a la categoría inferior, posiblemente acabe cayendo en una fatiga crónica que posiblemente le llevará a bajos rendimientos, sino a lesiones y enfermedades. Otros de los riesgos, cada vez más presentes en la actualidad es la caída en trastornos alimentarios, cada vez más frecuentes en la población adolescente y deportiva en particular. A este respecto Kinningham y Gorenflo (2001) reflejaban en su estudio, que los luchadores que utilizaban métodos de pérdida de peso presentaban más episodios de comida compulsiva, asociados a trastornos alimentarios, que los que no empleaban dichos sistemas. El Colegio Americano de Medicina del Deporte en su manifiesto de 1996 presenta una tabla con los posibles efectos de los métodos más empleados para perder peso y que nosotros vamos a ofrecer de forma modificada:
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 99 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 POSIBLES EFECTOS METODOS Ayuno y/o dieta y deshidratación. Estabilización o posible reducción de la fuerza muscular. Ayuno y/o dieta y deshidratación. Estabilización o posible reducción de la capacidad anaeróbica. Menor volumen plasmático y sanguíneo, aumenta de la frecuencia cardiaca en reposo y submáxima, descenso del volumen sistólico, resultando un descenso de la capacidad de trabajo a intensidad constante. Menor consumo de oxígeno. Ejercicio y deshidratación. Ayuno y/o dieta. Deshidratación laxantes. y diuréticos y Compromiso de los procesos termoregulatorios, lo cual Deshidratación desciende la capacidad de resistencia y aumenta el riesgo de golpes de calor durante la práctica. Descenso del riego sanguíneo renal y de la filtración. Ayuno y/o dieta y ejercicio. Depleción del glucógeno, lo cual reduce la capacidad de resistencia de la musculatura, así como la capacidad de mantener los niveles sanguíneos de glucosa y acelera el catabolismo proteico. Ayuno y/o dieta, deshidratación, Depleción de electrolitos, resultando un compromiso de la diuréticos y laxantes. función muscular y posibilidad de arritmias cardiacas. 3) SOLUCIONES A LOS PROBLEMAS DESCUBIERTOS. 3.1) Programa educativo. Al igual que en el proyecto de Wisconsin (Oppliger,R.A. y cols.,1995) , todos los hallazgos descubiertos y las soluciones propuestas, no tienen ningún sentido, si no conseguimos que lleguen a la población en cuestión. La propuesta sería realizar un estudio previo en el cual se viera el alcance real del problema a través de una encuesta Tras conocer la realidad a la cual nos enfrentamos, una de las propuestas sería realizar unas jornadas técnicas o unas charlas en las cuales se les explicara directamente a los luchadores cuales son los métodos más adecuados para perder peso, cómo pueden controlar esas pérdidas, cómo pueden deteriorar su salud sin darse cuenta, etc... Otra solución sería enviar un experto a los clubes, para que él insitu pudiera trabajar con los luchadores y explicarles lo que estaban haciendo mal. 3.2) ¿Es posible reducir la masa grasa? Si tenemos en cuenta los datos aportados por Cesáreo López (1991) y Mirella Mansilla (1999) nos damos cuenta, que a pesar de ser algo diferentes, nos encontramos con que la mayoría de los luchadores se encuentran por encima del 7% aconsejado por el proyecto
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 100 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Wisconsin para luchadores universitarios y muy por encima del 5% recomendado por el Colegio Americano de Medicina del Deporte. Por lo tanto podríamos conseguir que nuestros luchadores, si fuera necesario redujeran peso a partir de masa grasa y no restringiendo líquidos, agotando sus reservas de glucógeno o perdiendo masa muscular. La entidad de dichas pérdidas puede llegar a ser considerable, pero requiere un control dietético y una disciplina, que quizás muchos deportistas nos estén dispuestos a aceptar y prefieran seguir con sus antiguos sistemas. 3.3) Hidratar se adecuadamente es importante. Existen muchos mitos acerca de beber agua en todos los deportes (López, 2002): “El agua engorda”, “Si no bebes tu cuerpo se adaptará y cada vez necesitarás menos agua”,”Si bebes agua te cansarás más”, “Cuanta más agua bebas más sudarás”, etc... Si además los luchadores utilizan métodos de perdida de peso a través de los cuales se pierde agua podremos intuir el peligro que corren estos deportistas. Es importante que los luchadores aprendan a regular su peso sin recurrir a deshidratarse, ya que además de disminuir posiblemente su rendimiento, están poniendo en peligro su salud. A la vez, deben aprender a hidratarse correctamente, antes, durante y después de las competiciones. 3.4). Asunción de posibilidades. En la actualidad ya es posible conocer el peso mínimo de una persona. La tendencia de los entrenadores y luchadores es intentar estar siempre en la categoría inferior, pero llega un momento en el cual esto es imposible y lo mejor que puede hacer ese luchador es aceptar la realidad e intentar luchar en la categoría que realmente le corresponde. 4) CONCLUSIONES. La pretensión de esta comunicación es demostrar que los métodos empleados en el ámbito de las luchas y deportes de combate, son erróneos tal y como están planteados ya que si se pretende que la reducción de peso sea un agente ergogénico, es decir, que aumente el rendimiento, estos sistemas posiblemente lo disminuyan más que aumentarlo. El ayuno, las dietas hipocalóricas, las saunas, los plásticos, el ejercicio en ambientes calurosos, los vómitos, los diuréticos y los laxantes, no pueden sino deteriorar la salud de los luchadores, a medio y largo plazo.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 101 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Nuestra propuesta es que si realmente pretendemos que la reducción de peso produzca beneficios a sus practicantes, ésta debe realizarse de una manera planificada y controlada, de forma que sólo perdamos peso a partir de los depósitos de grasa de reserva. Si esta pérdida la efectuamos a partir de las reservas de glucógeno, la cantidad de agua en el interior del cuerpo o disminuyendo la masa muscular del luchador, posiblemente estemos mermando sus capacidades físicas y perjudicando su salud. Pero ante todo debería efectuarse un verdadero programa educativo entre los luchadores y sus entrenadores, que les ayudara a no tener tantos errores en su entrenamiento o al menos que éstos no fueran tan graves. BIBLIOGRAFÍA. 1. American College of Sports Medicine, (1976), “Position statement: weight loss in wrestlers”, Medicine and Science in Sports and Exercise, vol 9, xi ­xiii. 2. American College of Sports Medicine, (1996), “Position stand on Weight Loss in Wrestlers”, Medicine and Science in Sports and Exercise, vol 28, nº 2. 3. Delgado, G.;(1997), “Relación Salud­Nutrición­Rendimiento en lucha canaria”, en “Luchas, deportes de combate y juegos tradicionales”, Edi. Gymnos, Madrid, 1997. 4. Fogelholm,G.M., Koskinen,R., Laakso, J., Rankinen, T. Y Ruokonen, I.; (1993), “Gradual and rapid weight loss: effects on nutrition and performance in male athletes”, Medicine & Science in Sports & Exercise, vol 25, nº 3. 5. González, A., Marrero, N., Hernández, A. y Clavijo, A.;(2004); “Sobrepeso y rendimiento en la lucha canaria”, en Amador, F. y cols , “Dimensión histórica, cultural y deportiva de las luchas”, Ed. Excmo. Cabildo Insular de Fuerteventura, Gran Canaria. 6. Gonzalez Gallego, J.; (1992),“ Fisiología de la actividad física y del deporte”, ed. Interamericana. McGraw­Hill, Madrid. 7. Kiningham, R.B. Y Gorenflo, D.W.; (2001), “ Weight loss methods of high school wrestlers”, Medicine & Science in sports & exercise. 8. Konopka, P.; (1998), “ La alimentación del deportista”, ed. Martínez Roca, Barcelona. 9. López Miñarro, P.A.; (2002), “Mitos y falsas creencias en la práctica deportiva”, Ed. Inde, Barcelona. 10. López Rodríguez, C.; (1991), “Evaluación antropométrica y de aptitud física, determinación de parámetros bioquímicos en la lucha leonesa.”, Tesis Doctoral, Oviedo. 11. López Rodríguez, C. (coor); (2000), “El entrenamiento en los deportes de Lucha”, ed. Federación territorial de Lucha, León. 12. López, C., Villa, G., Llamazares, J.M., García, J. y Mansilla, M. (2000), “Alimentación y ayudas ergogénicas en los deportes de lucha”, en López Rodríguez, C. (coor); (2000), “El entrenamiento en los deportes de Lucha”, Federación de Lucha, León. 13. López Rodríguez, C y Flórez De Celis, M.A., (2003), “ La lucha leonesa de hoy. Manual didáctico.”,Edi. Diputación de León, León. 14. Mansilla Fernández, M.; (1999), “Perfil funcional del competidor de Lucha Leonesa: comparación con otro deporte de lucha, el judo”, Tesis doctoral, León. 15. Mcardle, W.D., Katch, F.I. y Katch, V.L.; (1990), “Fisiología del ejercicio. Energía, nutrición y rendimiento humano.”, ed Alianza, Madrid.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 102 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 16. Oppliger, R. A., Harms, R. D., Herrmann, D. E., Streich, C. M. y Randall, R.; (1995), “The Wisconsin wrestling minimum weight project: a model for weight control among high school wrestlers”, Medicine and science in sports and exercise. 17. Rankin, J. W., Ocel, J. V. y Craft, L. L.; (1996), “Effect of weight loss and refeeding diet composition on anaerobic performance in wrestlers”, Medicine & Science in Sports & Exercise. 18. Odriozola, J.M.;(1990), “Nutrición y deporte”, ed. Eudema, Madrid. 19. Roemmich, J. N. y Sinning, W. E.; (1997), “Weight loss and wrestling training: effects on nutrition, growth, maturation, body composition, and strength.”, Journal of applied Physiology, vol 82,nº 6. 20. Tinajas, A. y Tinajas, J.V.; (1992), “ La grasa corporal y su reducción a través de la dieta y del ejercicio”, revista de Entrenamiento Deportivo, vol VI, nº 1. 21. Villa, J. G., Córdova, A., González, J., Garrido, G. y Villegas, J.A.; (2000), “Nutrición del deportista”, ed. Gymnos, Madrid.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 103 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 DISPOSICIÓN SAGITAL DEL RAQUIS AL REALIZAR EJ ERCICIOS DE EXTENSIBILIDAD ISQUIOSURAL EN USUARIOS DE SALAS DE MUSCULACIÓN. Pedro Ángel López Miñarro ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. UCAM Pedro Luis Rodríguez García Facultad de Educación. Universidad de Murcia Pilar Sáinz de Baranda Andujar1 Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. UCAM Ascensión García Ibarra Profesora de Educación Secundaria. RESUMEN Objetivos: Describir qué ejercicios de estiramiento isquiosural realizan los usuarios de salas de musculación así como la postura adoptada por el raquis al realizarlos. Método: A un total de 238 usuarios que realizaron uno o más ejercicios de estiramiento isquiosural se les evaluó la cifosis dorsal y lordosis lumbar en bipedestación y la cifosis total al realizar los estiramientos utilizando un inclinómetro ISOMED. Resultados: El ejercicio dedos suelo es el más realizado (n=188), seguido del estiramiento en bipedestación (n=66). El ejercicio dedos planta es el menos realizado en los sujetos analizados (n=38). La cifosis dorsal y lordosis lumbar media de los 238 sujetos fue de 45,73º ± 8,64º y 32,14º ± 7,41º, respectivamente. Los valores de cifosis total en el ejercicio de estiramiento en disposición dedos planta, dedos suelo y unilateral en bipedestación fueron de 101,58º±15,94º, 96,14º±11,34º y 70,64º±16,73º, respectivamente. Conclusiones: Los ejercicios de estiramiento isquiosural más frecuentemente realizados por usuarios de salas de musculación son el dedos suelo y el estiramiento unilateral en bipedestación. La postura corporal adoptada al realizar estos ejercicios se caracteriza por un aumento de la curva dorsal y la adopción de una postura invertida en el raquis lumbar, si bien el estiramiento unilateral en bipedestación es el que aporta valores angulares más reducidos. PALABRAS CLAVE: raquis, lumbar, dorsal, estiramiento isquiosural, inclinómetro.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 104 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INTRODUCCION La práctica de ejercicio físico en salas de musculación ha adquirido un gran auge en los últimos años. El trabajo de acondicionamiento muscular realizado por los usuarios de las mismas se centra en el fortalecimiento muscular, mientras las actividades de flexibilización se realizan con poca frecuencia (López, 2003). La cortedad isquiosural es frecuente en adultos (Hellsing, 1988; Kutsuna & Watanabe, 1981) y se relaciona con algias lumbares (Minkler & Patterson, 1994; Jones, Rikli, Max, & Noffal, 1998), espondilolisis y espondilolistesis (Standaert & Herring, 2000), hernias discales (Harvey & Tanner, 1991; Takata & Takahashi, 1994) y lesiones musculares (Cabry & Shiple, 2000; Croisier, Forthomme, Namurois, Vanderthommen, & Crielaard, 2002). Por tanto, la población adulta debe realizar ejercicios de estiramiento isquiosural que sean efectivos para prevenir y tratar dicha cortedad. Al realizar los ejercicios, la postura del raquis es importante ya que si se realizan los estiramientos con una cifosis dorsal aumentada y/o un raquis lumbar invertido, aumenta la presión intradiscal (Sato, Kikuchi, & Yonezawa, 1999; Wilke, Neef, Caimi, Hoogland, & Claes, 1999; Wilke, Neef, Hinz, Seidel, & Claes, 2001)), el estrés de cizalla anterior (McGill, 1997; Hedman & Fernie, 1997; McGill, Hughson, & Parks, 2000) y puede producir una deformación viscoelástica de los ligamentos del arco posterior (Brereton & McGill, 1999; Solomonow, Zhou, Baratta, Zhu, & Lu, 2002). Todo ello disminuye el umbral de tolerancia de los tejidos y aumenta el riesgo de repercusiones en los tejidos vertebrales. Sin embargo, no conocemos estudios que hayan estudiado qué tipo de ejercicios de estiramiento isquiosural realizan los adultos que se ejercitan en salas de musculación, así como la postura del raquis al realizarlos. El objetivo del presente trabajo es describir qué ejercicios de estiramiento isquiosural realizan los usuarios de salas de musculación así como la postura raquídea al realizarlos. MATERIAL Y METODO Se evaluaron tres sesiones de entrenamiento a 772 adultos varones voluntarios con una media de edad de 25,36 ± 6,32 años, entre 25 salas de musculación seleccionadas aleatoriamente. De estos, un total de 238 sujetos realizaron uno o más ejercicios de estiramiento de la musculatura isquiosural. El estudio fue aprobado por el comité ético de la Universidad de Murcia y los participantes fueron informados previamente acerca de los procedimientos del estudio, firmando un consentimiento informado.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 105 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 A todos ellos se les evaluó la cifosis dorsal y lordosis lumbar en bipedestación relajada al comienzo de su primera sesión de entrenamiento. Posteriormente, cuando realizaban algún ejercicio de estiramiento isquiosural se procedía a la medición del mismo durante su ejecución. Para la cuantificación angular de la postura del raquis se utilizó un inclinómetro ISOMED Unilevel. Para medir la cifosis dorsal en bipedestación se colocó el inclinómetro al inicio de la curvatura torácica (T1), situándolo en esta posición a 0º. A continuación se colocó donde se obtenía el mayor valor angular (final de la curvatura cifótica) que generalmente coincidía con T12­ L1, obteniendo el grado de cifosis dorsal. En el punto donde se determinó el mayor grado de cifosis dorsal, se colocó el inclinómetro a 0 grados y, a continuación, se situó en L5­S1, obteniendo el grado de lordosis lumbar. En los ejercicios de estiramiento isquiosural se midió la cifosis total puesto que la curva lumbar se disponía invertida, y el raquis dorso­lumbar presentaba una curva única de concavidad anterior. Para su medición el inclinómetro se colocó en T1 y se situaba a 0º, colocándolo a continuación en L5­S1, obteniendo el valor angular de la cifosis total. Para clasificar la postura en bipedestación se han utilizado las referencias de Santonja (1993) para la curva dorsal, y Rodríguez (1998) para la curva lumbar. Para los datos de la postura corporal se ha realizado un estadística descriptiva, así como una t­student para medidas repetidas. Un valor de p < 0.05 se determinó para establecer la significación estadística. RESULTADOS La cifosis dorsal media de los 238 sujetos fue de 45,73º ± 8,64º (rango: 22º­68º) y la lordosis media de 32,14º ± 7,41º (rango: 12º­60º). Un 43,3% presentaban valores angulares de cifosis dorsal normales (20­45º), mientras un 56,7% presentaban hipercifosis dorsal (>45º). Respecto a la curva lumbar, un 86,1% presentaban valores de normalidad (20­40º), con un 2,1% de sujetos con rectificación lumbar (0­20º), y un 11,8% con hiperlordosis lumbar (>40º). El ejercicio en disposición dedos suelo (DDS) es el más realizado (n=188), seguido del estiramiento unilateral en bipedestación (EUB) (n=66). El ejercicio en disposición dedos planta (DDP) es el menos realizado (n=38). Los valores de cifosis total en los estiramientos se presentan en la tabla 1. Todos los sujetos dispusieron el raquis lumbar en cifosis, no existiendo sujetos que mantuvieran una lordosis fisiológica o rectificada.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 106 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Tabla 1. Datos descriptivos de la cifosis total (grados) en los ejercicios de extensibilidad isquiosural. Ejer cicio n Media (SD) Mínimo Máximo DDS 188 96,14 (11,34) 54 126 DDP 38 101,58 (15,94) 79 140 EUB 66 70,64 (16,73) 34 110 DDS: estiramiento en disposición dedos suelo; DDP: estiramiento en disposición dedos planta; EUB: estiramiento unilateral en bipedestación. Al comparar la disposición raquídea entre los diferentes ejercicios de estiramiento isquiosural en aquellos sujetos que realizaban dos o los tres ejercicios analizados, se observan diferencias significativas entre el valor angular de la cifosis total en los ejercicios de estiramiento TT y SR respecto al UE (p<0.001). Sin embargo, al comparar la disposición raquídea entre la disposición TT y SR no se observan diferencias significativas (p=0.86). DISCUSION El objetivo principal de esta investigación es describir la postura del raquis reproducida por los usuarios al realizar ejercicios de estiramiento isquiosural. Esto es importante porque en las actividades físico­deportivas es preciso realizar ejercicios de estiramiento isquiosural con una técnica adecuada. Para el estudio se ha utilizado un inclinómetro por aportar una medida no invasiva, reproducible, válida y con buena correlación con la medición radiográfica (Saur, Ensink, Frese, Seeger, & Hildebrandt, 1996; Ng, Kippers, Richardson, & Parnianpour, 2001). Los valores de cifosis total evidencian una marcada flexión intervertebral al realizar los ejercicios. Tal flexión vertebral no aporta efectividad puesto que la musculatura isquiosural se origina en la tuberosidad isquiática, y es la posición de la pelvis, cadera y rodilla la que determinará la tirantez generada en la musculatura. En los ejercicios DDS y DDP se observa una gran similitud en la disposición raquídea, sin mostrar diferencias significativas entre los valores angulares medios, si bien respecto al EUB existen diferencias significativas (p<0.001). El menor valor angular en el EUB se debe a la flexión coxofemoral unilateral que genera tirantez en la musculatura isquiosural mientras el tronco permanece erguido. Según
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 107 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Liemohn, Sharpe y Wasserman (1994) el estiramiento isquiosural unilateral es más seguro que un estiramiento bilateral (DDS, DDP), porque el primero de ellos produce menor flexión vertebral. No obstante, bastantes usuarios flexionan el tronco para intentar aumentar la tirantez. Además, puesto que la mayoría de usuarios colocan la pierna a estirar a una altura excesiva, se produce una marcada retroversión pélvica, que desemboca en una postura de inversión lumbar. Sullivan, Dejulia y Worrell (1992) demostraron que una postura de ligera anteversión pélvica (con lordosis en postura neutral) es más efectiva para mejorar la extensibilidad isquiosural. En los tres ejercicios, los valores son superiores a los que aportan mayor seguridad a las estructuras raquídeas. Puesto que el estiramiento isquiosural debe basarse en la articulación coxofemoral, sin flexión vertebral, la cifosis dorsal medida debería ser semejante a la cifosis en bipedestación, siempre que ésta se encuentre en valores normales. Esto supone que la media de cifosis total en los ejercicios debería estar en torno a la media de cifosis en bipedestación (45,73º ± 8,64º). En este estudio un 56,7% presentan hipercifosis, por lo que incluso deberían corregir su cifosis dorsal (disminuirla ligeramente) al realizar los ejercicios, en vez que aumentar la flexión intervertebral. Respecto a la lordosis lumbar, debería estar en posición neutral, no permitiendo su inversión. Según McGill (2002) una técnica inadecuada al estirar los músculos coxofemorales conlleva un aumento innecesario de estrés sobre el raquis lumbar. Más concretamente, diversos estudios han mostrado que una marcada flexión intervertebral dorsal y lumbar aumenta la presión intradiscal (Sato et al., 1999; Wilke et al., 1999; 2001), el estrés de cizalla anterior (Hedman & Fernie, 1997; McGill et al., 2000), y disminuye el umbral de tolerancia de los tejidos vertebrales (Gunning, Callaghan, & McGill, 2001; Callaghan & McGill., 2001). Así también, la herniación discal parece estar asociada a los movimientos repetidos de flexión que se acompañan de fuerzas compresivas moderadas (Doers & Kang, 1999; Callaghan & McGill, 2001; Simunic, Broom, & Robertson, 2001), circunstancias que acontecen en los estiramientos realizados por los usuarios de salas de musculación. Para McGill (2002), al realizar un DDP las curvas deben estar alineadas, lo que no realizó sujeto alguno. Este autor plantea que las personas que son incapaces de mantener esta postura vertebral deben evitar este ejercicio, hasta que posean la suficiente extensibilidad isquiosural que les permita hacerlo de forma correcta. Mientras, es posible realizar otras variantes que permiten una mejora de la extensibilidad, pero manteniendo en todo momento
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 108 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 una correcta postura del raquis. Una buena alternativa para estas personas sería el estiramiento unilateral en bipedestación, pues facilita un mejor control de las curvas raquídeas. Sin embargo, es necesario enseñar a los usuarios cómo realizarlo correctamente, ya que la mayoría de los 66 usuarios que realizaron este ejercicio, se centraban más en la búsqueda de distancia que en la correcta ejecución del ejercicio, lo que deriva en valores angulares de cifosis total elevados. En conclusión, los ejercicios de estiramiento isquiosural más frecuentemente realizados por usuarios de salas de musculación son los estiramientos en disposición dedos­suelo y unilateral en bipedestación. La postura corporal adoptada al realizar estos ejercicios se caracteriza por un aumento de la curva dorsal y una inversión del raquis lumbar, si bien el unilateral en bipedestación es el que aporta valores angulares más reducidos. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Brereton, L. C., & McGill, S. M. (1999). Effects of physical fatigue y cognitive challenges on the potential for low back injury. Human Movement Science, 18, 839­857. Cabry, J., & Shiple, B. J. (2000). Increasing hamstring flexibility decreases hamstring injuries in high school athletes. Clinical Journal of Sport Medicine, 10, 311­312. Callaghan, J. P., & McGill, S. M. (2001). Intervertebral disk herniation: Studies on a porcine model exposed to highly repetitive flexion/extension motion with compressive force. Clinical Biomechanics, 16, 28­37. Croisier, J. L., Forthomme, B., Namurois, M. H., Vanderthommen, M., & Crielaard, J.M. (2002). Hamstring muscle strain recurrence and strength performance disorders. The American Journal of Sports Medicine, 30, 199­203. Doers, T. M., & Kang, J. D. (1999). The biomechanics y biochemistry of disc degeneration. Current Opinion in Orthopedics, 10, 117­121. Gunning, J. L., Callaghan, J. P., & McGill, S. M. (2001). Spinal posture y prior loading history modulate compressive strength y type of failure in the spine: a biomechanical study using a porcine cervical spine model. Clinical Biomechanics, 16, 471­480. Harvey, J., & Tanner, S. (1991). Low back pain in young athletes: A practical approach. Sport Medicine, 12, 394­406. Hedman, T. P., & Fernie, G. R. (1997). Mechanical response of the lumbar spine to seated postural loads. Spine, 22, 734­743. Hellsing, A.L. (1988). Tightness of hamstring­ y psoas major muscles. A prospective study of back pain in young men during their military service. Upsala Journal of Medical Sciences, 93, 267­276. Jones, C. J., Rikli, R. E., Max, J., & Noffal, G. (1998). The reliability and validity of a chair sit­and­reach test as a measure of hamstring flexibility in older adults. Research Quarterly for Exercise and Sport, 63, 338­343. Kutsuna, T., & Watanabe, H. (1981). Contractures of the quadriceps y hamstring muscles in healthy male adult. Nippon Seikeigeka Gakkai Zasshi, 55, 237­242. Liemohn, W., Sharpe, G. L., & Wasserman, J. F. (1994). Criterion related validity of the sit and reach test. Journal of Strength and Conditioning Research, 8, 91­94.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 109 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 López, P. A. (2003). Análisis de ejercicios de acondicionamiento muscular en salas de musculación. Incidencia sobre el raquis en el plano sagital. Tesis Doctoral. Universidad de Murcia. McGill, S. M. (1997). Distribution of tissue loads in the low back during a variety of daily y rehabilitation tasks. Journal of Rehabilitation Research and Development, 34, 448­ 458. McGill, S. M. (2002) Low back disordes. Evidence­based prevention y rehabilitation. Champaign: Human Kinetics. McGill, S. M., Hughson, R. L., & Parks, K. (2000). Changes in lumbar lordosis modify the role of the extensor muscles. Clinical Biomechanics, 15, 777­80. Minkler, S., & Patterson, P. (1994). The validity of the modified sit and reach test in college age students. Research Quarterly for Exercise and Sport, 65, 189­192. Ng, J. K., Kippers, V., Richardson, C. A., & Parnianpour, M. (2001). Range of motion y lordosis of the lumbar spine: reliability of measurement y normative values. Spine, 26, 53­60. Rodríguez, P. L. (1998). Educación Física y salud del escolar: programa para la mejora de la extensibilidad isquiosural y del raquis en el plano sagital. Tesis Doctoral. Universidad de Granada. Santonja, F. (1993). Exploración clínica y radiográfica del raquis sagital. Sus correlaciones (premio SOCUMOT­91). Murcia: Secretariado de publicaciones e intercambio científico. Sato, K., Kikuchi, S., & Yonezawa, K. (1999). In vivo intradiscal pressure measurements in healthy individuals and in patients with ongoing back problems. Spine, 24, 2468­2478. Saur, P. M., Ensink, F. M., Frese, K., Seeger, D., & Hildebrandt, J. (1996). Lumbar range of motion: reliability y validity of the inclinometer technique in the clinical measurement of trunk flexibility. Spine, 21, 1332­1338. Simunic, I., Broom, D., & Robertson, P. (2001). Biomechanical factors influencing nuclear disruption of the intervertebral disc. Spine, 26, 1223­1230. Solomonow, M., Zhou, B., Baratta, R. V., Zhu, M., & Lu, Y. (2002). Neuromuscular disorders associated with static lumbar flexion: a feline model. Journal of Electromyography and Kinesiology, 12, 81­90. Standaert, C. J., & Herring, S. A. (2000). Spondylolysis: A critical review. British Journal of Sports Medicine, 34, 415­422. Sullivan, M. K., Dejulia, J. J., & Worrell, T. W. (1992). Effect of pelvic position y stretching method on hamstring muscle flexibility. Medicine and Science in Sports and Exercise, 24, 1383­1389. Takata, K., & Takahashy, K. (1994). Hamstring tightness and ciatica in young patients with disc herniation. Journal Bone and Joint Surgery, 76, 220­224. Wilke, H. J., Neef, P., Caimi, M., Hoogland, T., & Claes, L. E. (1999). New in vivo measurements of pressures in the intervertebral disc in daily life. Spine, 24, 755­762. Wilke, H. J., Neef, P., Hinz, B., Seidel, H., & Claes, L. E. (2001). Intradiscal pressure together with anthropometric data ­ a data set for the validation of models. Clinical Biomechanics, 1, S111­S126.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 110 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ACTIVIDADES MOTRICES SIGNIFICATIVAS PARA EL TRABAJ O DE LA EDUCACIÓN POSTURAL EN LA ESCUELA. Rosa Miralles Pascual ([email protected]) Maestra de Educación Física RESUMEN Los hábitos posturales generan en muchas ocasiones patologías estructuradas que pueden evitarse con una correcta educación de la actitud en la edad de crecimiento, y es el maestro de educación física, junto con todos los demás docentes, quien tiene una importancia básica en esta prevención. Se diseña y se pone en práctica una unidad de programación que trata de forma interdisciplinar, el tema de la educaciónn postural, enmarcada dentro del eje transversal de la educación para la salud. Ofrecemos una unidad de programación interdisciplinar que intenta desarrollar de manera lúdica y con actividades vivenciales y significativas toda la estructura corporal, las características de la columna vertebral, las acciones incorrectas y las posibilidades de prevención. Realizando siempre un trabajo basado en la concienciación y la movilización, pues pensamos que es la mejor forma de modificar o mejorar una actitud, partiendo del propio conocimiento. El proyecto aboga por la motricidad como medio de aprendizaje de los contenidos transversales y defiende que las tareas motrices, convenientemente diseñadas, van más allá del componente recreativo, posibilitando la utilización de procedimientos de aprendizaje tanto motrices como cognoscitivos y volitivos. PALABRAS CLAVE: interdisciplina curricular, transversalidad, educación para la salud, educación postural.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 111 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Actividades motrices significativas para el trabajo de la educación postural en la escuela.
Las costumbres sedentarias del actual modo de vida nos ofrecen a veces situaciones realmente cómicas. Es frecuente observar a muchas personas frente al televisor, viendo incontables horas de deporte, sentados en un cómodo sofá con un mando a distancia, para evitar cualquier tipo de esfuerzo. En realidad, para involucrarnos en la actividad física y beneficiarnos de ella es necesario practicarla, de lo contrario, estas situaciones cómicas, serán probablemente la antesala a una posible dolencia de espalda que cada vez parece llegar en edades más tempranas. Podemos afirmar que en la actualidad son muchos los chicos y chicas que padecen dolor de espalda, ya sea por la falta de ejercicio físico, por el peso que deben soportar con las mochilas del colegio, o por haber adquirido malos hábitos posturales que, en muchas ocasiones, nadie les ha explicado cual seria la forma correcta de realizar las distintas tareas. Todo ello influye y ayuda a que la estructura corporal de los niños y niñas se vaya adaptando a esas nuevas costumbres, relacionadas tanto con la alimentación como con el sedentarismo. Nuestra idea se basa a empezar a concienciar a los alumnos y alumnas lo más pronto posible, puesto que se trata de inculcar hábitos de vida saludables y para desarrollar o modificar un hábito es necesario empezar cuanto antes mejor. El planteamiento de interdisciplina curricular que recoge el presente texto es una tarea que se ha llevado a cabo en unidades de programación a lo largo de dos cursos académicos con el fin de armonizar las materias de conocimiento del medio natural y la educación física a raíz del eje transversal de la educación para la salud. El énfasis puesto en la educación de la postura corporal y todo aquello que comportan las áreas citadas, ha permitido dar protagonismo a la vivencia motriz en cada una de las actividades que los alumnos han experimentado. Intentamos optimizar un enfoque innovador sin tener miedo a transgredir la propia disciplina. Entendemos la motricidad como medio educativo que promueve situaciones y acciones esenciales para la consecución de aprendizajes significativos, especialmente de aquellos que requieren la motivación y la participación activa de los alumnos, como pueden ser los contenidos transversales. Para poder llevar a cabo proyectos interdisciplinares que desarrollen contenidos, no solamente de las materias curriculares, sino también contenidos transversales, será necesario superar la cultura disciplinar que predomina en las escuelas.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 112 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 En la figura siguiente se pueden observar cuales son los principales factores que dificultan el desarrollo de proyectos tanto interdisciplinares como transversales dentro de los centros escolares. Los factores que obstaculizan o limitan la transversalidad y la interdisciplina curricular hacen referencia a... Una enseñanza... Una organización escolar... Un profesorado... ­ Basada fundamentalmente en ­ Que no prevé espacios dedicados ­ Que considera que son contenidos contenidos de actitudes, valores y a estos tipos de enseñanza. Falta de tiempo añadidos a los de las materias normas. ­ y de instrumentales ­ Más instructiva que educativa. organización. ­ Que no acostumbra a compartir ­ Falta de medios. su saber. ­ Que se siente más seguro dentro de su aula. ­ Que no posee un conocimiento teórico y práctico adecuado al respecto. Se elabora y se pone en práctica una unidad de programación que trata de manera interdisciplinar, el tema de la educación postural, enmarcada dentro del eje transversal de la educación para la salud. Esta práctica se realiza en una escuela rural, concretamente con los alumnos del ciclo medio y el ciclo superior de primaria, es decir, con alumnos y alumnas de nueve a doce años. De todos modos coincidimos en que és imprescindible iniciarlo en la educación infantil. Ofrecemos una unidad de programación interdisciplinar que intenta desarrollar de manera lúdica y con actividades vivenciales y significativas toda la estructura corporal, las características de la columna vertebral, las acciones incorrectas y las posibilidades de prevención. Realizando siempre un trabajo basado en la concienciación y la movilización, pues pensamos que es la mejor forma de modificar o mejorar una actitud, partiendo del propio conocimiento. Las actividades y situaciones de enseñanza y aprendizaje que planteamos se basan en principios que abogan por: partir de los conocimientos y de las experiencias previas de los
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 113 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 alumnos, crear zonas de aprendizaje progresivo, diseñar actividades contextualizadas, que sean transferibles a la realidad de los alumnos y mostrarles como utilizar procedimientos de aprendizaje. Aprendizaje significativo. Adaptación de Coll (1993) Durante el primer curso escolar se diseñó y se aplicó una unidad de programación de corte interdisciplinar, que desarrollaba contenidos conceptuales, procedimentales y de actitudes, valores y normas, de las distintas materias. Posteriormente, se analizaron cualitativamente los resultados, utilizando como instrumentos de análisis: Durante el proceso, un diario personal. Durante la práctica, la observación y la filmación de todas las sesiones realizadas.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 114 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Y para analizar la relación con el equipo docente se utilizó la entrevista personal, semi­ estructurada. Este proceso nos permitió modificar y mejorar la unidad de programación, y pudimos comprobar que el aprendizaje significativo de los contenidos transversales es factible a través de las tareas motrices. Algunas de las actividades diseñadas se describen a continuación:
· “¿Conoces éste hueso?” Objetivo: Conocer la ubicación de distintos huesos. Desarrollo: Los participantes se desplazan por el espacio, sin colisionar. Cuando el maestro les enseñe una tarjeta, deberán de decir el nombre del hueso que aparece y lo deberán tocar a un compañero. Material: Tarjetas de los principales huesos del cuerpo humano a tamaño real.
· “Musculitos” Objetivo: Conocer y localizar distintos músculos. Desarrollo: Similar al juego del pañuelo. Se distribuyen en dos equipos, cada miembro en lugar de tener un número, se le asigna el nombre de un músculo. En el centro se colocan un par de láminas en donde figuran los músculos del ser humano en posición anatómica (plano anterior y posterior) y con los nombres de los músculos a identificar ocultos. El docente nombra en voz alta el nombre de un músculo. A partir de este momento al participante que se le ha asignado éste nombre, correrá hacia el mural y deberá señalar con un adhesivo el lugar en donde se localiza el músculo citado. Ganará el equipo que obtenga más aciertos. Los compañeros que esperan su turno pueden ayudar desde su sitio, dándole consignas. Material: Dos murales o láminas (A3 o superior), en donde figuren los músculos del ser humano, adhesivos de dos colores (un color por equipo).
· “Bailongo” Objetivo: Movilizar las distintas zonas de la columna vertebral: cervical, dorsal y lumbar. Desarrollo: Con música variada, los alumnos van movilizando los distintos segmentos corporales. Durante la realización se permita bailar solos, por parejas o en grupo. A continuación el maestro orienta según la música, que los discentes muevan una parte de la
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 115 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 columna concreta. Se trata de que los alumnos puedan identificar las distintas zonas de la columna vertebral en función de la música, (salsa – zona lumbar, funk – zona dorsal...).
· “Quién va a Sevilla pierde su silla” Objetivo: Identificar la mejor forma de sentarse en una silla. Desarrollo: Se distribuye por el espacio diferentes sillas, una para cada alumno/a. Los alumnos deben correr alrededor de las sillas, a la voz del docente, deberán sentarse. El docente primero observará la postura adoptada por los alumnos y aquél que esté sentado de forma incorrecta será el que pasará a observar a sus componentes y así sucesivamente. Para pasar al rol activo, el alumno que observa tendrá que identificar al compañero que esté mal sentado, argumentar y especificar qué problemas puede acarrear. Las sillas son de diferentes tamaños y modelos (cojines, taburetes, sillas de despacho, de aula...), esto obliga a los alumnos a adoptar continuamente su actitud postural. El proyecto aboga por la motricidad como medio de apr endizaje de los contenidos transver sales y defiende que las tar eas motrices, convenientemente diseñadas, van más allá del componente recr eativo, posibilitando la utilización de procedimientos de aprendizaje tanto motrices como cognoscitivos y volitivos. Defendemos el trabajo interdisciplinario como método de aprendizaje mucho más significativo y global, pues partimos de la idea que los alumnos no son pequeñas partes compartimentadas, sino un todo global y complejo que necesita interrelacionarlo todo, experimentar y entender el porqué para poder llegar a comprender, consiguiendo así una transferencia de los aprendizajes que se producen en la escuela, hacia la vida cotidiana. Los hábitos posturales generan en muchas ocasiones patologías estructuradas que pueden evitarse con una correcta educación de la actitud en la edad de crecimiento, y es el maestro de educación física, junto con todos los demás docentes, quien tiene una importancia básica en esta prevención. Estamos convencidos que es desde la infancia, y a través de la escuela, que hemos de crear unos hábitos de higiene física y mental que permitan a los alumnos un desarrollo personal sano, que les motive para desear el bienestar, una mejor calidad de vida y unas relaciones interpersonales basadas en el desarrollo de la autoestima de las personas.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 116 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Podemos constatar que, este tipo de contenidos referentes a ejes transversales son ideales para ser desarrollados a través de propuestas metodológicas como la interdisciplina curricular. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS BLASCO, T. (1994). Actividad física y salud. Barcelona: Martínez Roca q CANTÓ, R. y JIMÉNEZ, J. (1998). La columna vertebral en la edad escolar. La postura correcta. Prevención y educación. Madrid: Gymnos editorial q CASTAÑER BALCELLS, M. y CAMERINO FOGUET, O. (1992). Unidades Didácticas para primaria I. Barcelona Inde publicaciones q CASTAÑER BALCELLS, M. y TRIGO AZA, E. (1995) La interdisciplinariedad en la educación primaria. Propuestas teórico­prácticas. Barcelona: Inde publicaciones q COLL, C. Y MARTÍN, E. (1993). El constructivismo en el aula. Barcelona: Graó q DEVÍS, J. y PEIRÓ, C. (1992). Nuevas perspectivas curriculares en educación física: la salud y los juegos modificados. Barcelona: INDE. q FRAILE, A. (1995). El maestro de Educación Física y su cambio profesional. Salamanca: Amarú ediciones. q GENERALITAT DE CATALUNYA. Departament d’Ensenyament. (1991). q Currículum Educació Primària. q LUCINI, F. (1994). Temas transversales y educación en valores. Madrid: Grupo Anaya q MARTINELLO, M. y COOK, G. (2000). Indagación interdisciplinaria en la enseñanza y el aprendizaje. Barcelona: Gredisa editorial. q PÉREZ SERRANO, G. (1990). Investigación­Acción. Aplicaciones al campo social y educativo. Madrid: Dykinson
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 117 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ELABORACIÓN E INVESTIGACIÓN DE UN PROTOCOLO PARA EL DESA (DESFIBRILADOR EXTERNO SEMIAUTOMÁTICO) EN PLAYAS José Benito Pastoriza Agulla ([email protected]) Alumno tercer ciclo de la Universidad de Vigo Diego López González Alumno tercer ciclo de la Universidad de Vigo Gerardo Miguel Calvo López Alumno tercer ciclo de la Universidad de Vigo José Luis García Soidán ([email protected]) Director Grupo Hi10.Fac. Educación Pontevedra. Universidad de Vigo RESUMEN. El propósito de esta investigación ha sido el de intentar valorar un protocolo de actuación, así como calcular el tiempo de intervención y su eficacia, en varias playas con distintas orografías del litoral de la provincia de Pontevedra, cuando se produce una parada cardiaca y se dispone en el puesto central de socorro de un DESA. Según datos del año 2002 en Galicia, se produjeron 74 ahogamientos y 1744 infartos agudos de miocardio (serie Tempus del Instituto Nacional de Estadística), que tuvieron lugar en distintas localizaciones entre ellas las playas, de ahí podemos deducir la importancia de la presencia de un DESA en las zonas concurridas donde existe un mayor riesgo potencial, para conseguir aplicar una descarga eléctrica antes de que transcurran los primeros cinco minutos de un infarto, como se establece en los protocolos actuales de soporte vital básico (ILCOR, 2000). La legislación gallega y la de otras comunidades nos permiten la utilización del DESA por personal no médico, siempre que tengan formación y acreditación para su uso. Revisando la literatura existen pocos trabajos de referencia, respecto a la utilización del DESA en playas, de ahí nuestro interés y la necesidad de valorar un protocolo de actuación y los tiempos de intervención y su eficacia en este entorno. PALABRAS CLAVE: protocolo, desfibrilador, playa.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 118 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INTRODUCCIÓN. Las paradas cardiacas en playas son potencialmente reversibles, si rápidamente se hace pasar por el corazón de las víctimas con fibrilación ventricular, una descarga eléctrica de un voltaje e intensidad determinados. A este procedimiento se le conoce como desfibrilación externa semiautomática (DESA). Si tenemos en cuenta las recomendaciones e investigaciones realizadas en todo el mundo, que pretenden la presencia del DESA en grandes centros comerciales, estadios deportivos y en general donde existen grandes concentraciones de población, como puede ser una playa, nos vemos en la necesidad de adaptar un protocolo que siga las normas internacionales (grupo ILCOR), así como valorar en la práctica los tiempos y las actuaciones en cada una de las fases del protocolo.En algunos ayuntamientos y empresas que gestionan playas de nuestro litoral, existe la preocupación de formar a su personal en estos temas y se plantean la compra de un desfibrilador ya que, si tenemos en cuenta que por cada minuto que una persona pasa con fibrilación ventricular, sin que se realice este procedimiento de desfibrilación, se reducen en un 10% las posibilidades de supervivencia. MATERIAL Y MÉTODO. En 7 playas de la provincia de Pontevedra, 4 de la zona de Sanxenxo y O Grove y otras 3 de la zona de Marín y Bueu, se realizaron varios simulacros de parada cardiaca en cada una de las playas, durante la segunda quincena de mayo y primera semana de junio, ya que en estas fechas había pocas personas en las playas y no funcionaba el servicio de socorristas, por lo cual causaríamos pocos inconvenientes durante los simulacros. Los simulacros fueron realizados siempre por el mismo equipo entrenado en un protocolo experimental de actuación con DESA en playas, formado por 4 personas y un video­ observador entrenado en técnicas de investigación. El objetivo era medir el tiempo de reacción y valorar las actuaciones desde que se producía el primer aviso de parada cardiaca, hasta la utilización del desfibrilador en el primer lugar seco más próximo a la víctima en la playa. El método consistió en que un especialista sin previo aviso, simulaba una situación de parada cardiaca, a la que inmediatamente tenía que dar respuesta el equipo con formación en el protocolo diseñado para el DESA, analizándose simultáneamente tanto el tiempo de reacción, como la corrección en la ejecución de los distintos pasos de la técnica; realizándose
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 119 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 al efecto un total de 24 simulacros en las 7 playas descritas anteriormente ubicadas en las Rías Bajas, y que a su vez se recogieron en video y en hojas de registro construidas al efecto, para posteriormente analizar estadísticamente los datos obtenidos con el programa SPSS 13.0. Se hicieron varios simulacros de parada cardiaca realizados por un experto que simulaba una parada cardiaca dentro del mar o en la arena, sin previo aviso a los socorristas y en distintos zonas de cada una de las playas, oscilando la distancia de nado para los socorristas entre los 25 ­50m, mientras que la distancia de remolque y traslado al primer lugar seco más próximo en la arena, osciló entre los 15 y los 30 metros, dependiendo de la hora del día (mareas). El objetivo era medir el tiempo de reacción del equipo de socorro, partiendo de un protocolo inicial de intervención. Protocolo. 1. Detección de la parada cardiaca y petición de ayuda. 2. Rescate y traslado de la víctima desde el mar o arena, al primer lugar seco más próximo al lugar del suceso. 3. Realización de RCP por los socorristas iniciales. 4. Utilización del desfibrilador, que junto con el oxígeno y otro material, deben ser traídos por otro socorrista avisado para ello. 5. Aplicación de oxígeno, utilización de manta térmica y preparación para traslado en ambulancia, indicando la zona de evacuación. Tabla1. Rejilla de control de tiempos y valoración de actuaciones de cada simulacro. Actuación 1: Actuación 2: Actuación 3: Aviso, rescate y traslado RCP y Desfibrilador Oxígeno, traslado y Evaluación evacuación Final Nº Simulacro Tiempo Valoración Tiempo Valoración Tiempo Valoración Tiempo Valoración total global Comentarios e Incidencias:
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 120 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 * El tiempo de cada actuación se medirá siempre en segundos. ** La valoración de cada actuación se hará teniendo en cuenta la siguiente clasificación: E: excelente; C: correcta; I: incorrecta; TI: totalmente incorrecta. En el apartado de valoración de las actuaciones se utilizaron los siguientes criterios: o Actuación 1: detección, aviso, rescate y traslado. Dentro de los siguientes rangos: 1. Excelente: sin fallos // 2. Correcta: con algún fallo poco importante ¿cuál? // 3. Incorrecta: con fallos importantes ¿cuáles? // 4. Totalmente incorrecta: fracaso total en la realización de las maniobras. o Actuación 2: RCP y desfibrilación en el primer lugar seco más próximo a la víctima, midiendo los tiempos de intervención y de llegada del desfibrilador en segundos. Analizando también de forma cualitativa lo siguiente: § Realización de la RCP por parte de los socorristas iniciales: valorando también la actuación por los rangos 1 a 4 definidos anteriormente. § Tiempo de llegada del desfibrilador y puesta en marcha, realizada por otro socorrista: valoración por rangos de actuación, de 1 a 4. o Actuación 3: aplicación de oxígeno, manta térmica y preparación para el traslado y evacuación en ambulancia: valoración por rangos de 1 a 4, de cada una de estas actuaciones. Videograbación Los 24 simulacros fueron grabados en una cámara de vídeo sony DCR VX, mini­Dv, con un zoom de 48x y siempre por la misma persona, que tenía formación previa en video­ grabación para investigación. A todos los participantes se les solicitó su consentimiento para ser grabados, así como para participar en dichos simulacros. RESULTADOS. Se establecieron los tiempos medios globales para cada una de las intervenciones, que fueron de x = 75“ y V = ± 19”. Siendo la valoración cualitativa de las actuaciones en esta fase de muy buena o buena en el 85% de los casos.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 121 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 100 80 60 40 20 0 Tº actuación 1 Gráfico 1. Tiempos de detección, aviso, rescate y traslado (actuación 1), En el gráfico 2, se recogen los tiempos realizados durante la actuación 2: RCP y desfibrilación en el primer lugar seco más próximo a la víctima. Los tiempos medios empleados en este apartado fueron: x = 218“ y V = ± 59”. 250 200 150 100 Tº act uación 2 50 0 Gráfico 2. Tiempos empleados durante la aproximación, remolque y extracción. En el gráfico 3 se recogen los tiempos medios empleados para la actuación 3, aplicación de oxígeno, manta térmica y preparación para el traslado y evacuación en ambulancia, cuyos valores promedio fueron de x = 104“ y V = ± 17”. 200 150 100 Tº act uación 3 50 0 Gráfico 3. Tiempos empleados para aplicación de oxígeno, manta térmica y preparación para el traslado y evacuación, medidos en segundos. En el gráfico 4 se recogen las valoraciones medias objetivas de los 24 simulacros; analizando las valoraciones globales de las actuaciones, por 3 expertos en soporte vital básico, para comprobar la validez de las actuaciones en cada una de las fases del protocolo diseñado para actuación en playas.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 122 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 10% 18% 22% Ex celente Corr ec ta Inc or recta Total mente i ncorr ec ta 50% Gráfico 4. Valoración global en % del total de simulacros realizados con el protocolo del DESA para playas. DISCUSIÓN. Después de realizar los 24 simulacros nos encontramos que: se ha invertido una media de 1’ 15” para detectar la parada y pedir ayuda remolcar y extraer a los que debemos añadir aproximadamente otros 3’ 48” para conseguir una adecuada realización de la RCP y conseguir que llegue el desfibrilador y por último debemos sumarle 1’ 44” para conseguir darle oxígeno, y preparar para su traslado en ambulancia. Se invirtieron 6’ 37” por término medio. Estos tiempos promedio son algo altos y susceptibles de mejora con el entrenamiento, no obstante son útiles si tenemos en cuenta que la cadena de supervivencia se activa ya en un 1’ 15”, además de que en unos 4’ a la persona ya se le está practicando RCP y ya puede recibir la descarga del desfibrilador en un tiempo aproximado de 5’. En un 68% las actuaciones han sido excelentes o correctas, no obstante existe alrededor de un 32% de intervenciones incorrectas; que afectan a todas las situaciones del protocolo, lo cuál es preocupante ya que son socorristas preparados para este protocolo y por tanto lo tienen perfectamente asimilado. Para poder obtener datos más fiables, deben realizarse más simulacros y en otros tipos de playas (con distintas orografías y zonas de acceso­evacuación). CONCLUSIONES. El protocolo diseñado al efecto, adaptado de las recomendaciones del grupo ILCOR, puede ser útil para conseguir una descarga útil en un tiempo corto, ligeramente superior a los 5’ en las playas analizadas, para una persona que se encuentre en parada cardiaca. De ahí la justificación de la necesidad de un desfibrilador en una playa, así como en cualquier otra instalación de uso público, que tenga un gran número de usuarios. Pero debe ser ensayado suficientemente para reducir los tiempos de actuación y sobre todo para realizar con eficacia las maniobras en cada uno de los pasos del protocolo.
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 124 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 EFECTOS DE UN PROGRAMA DE EJERCICIO FÍSICO SOBRE LA CONDICIÓN FÍSICA Y EL PERFIL LIPÍDICO EN MUJ ERES POSMENOPÁUSICAS Francisco Pradas de la Fuente ([email protected]) Universidad de Zaragoza. Luis Carrasco Páez Universidad de Zaragoza. Carlos de Teresa Galván Centro Andaluz de Medicina del Deporte. Hospital de San Juan de Dios. Granada. RESUMEN. El objetivo de este estudio fue valorar el efecto de un programa de actividad física sobre la condición física y diferentes parámetros bioquímicos indicadores del metabolismo lipídico en mujeres posmenopáusicas. Un total de 16 mujeres, con una edad de 67.19 ± 1.33 años (media ± dt) participaron en un programa de acondicionamiento físico de tres meses de duración, realizando dos sesiones semanales de 60 min. de duración. Tanto al inicio como al final del programa de intervención se registraron diferentes medidas referentes a la composición corporal de las participantes, a la fuerza muscular desarrollada y a la flexibilidad, mientras que se determinaron las concentraciones plasmáticas de colesterol, triglicéridos y lipoproteínas de alta y baja densidad. Los resultados obtenidos muestran un aumento significativo en los valores correspondientes a la fuerza isométrica máxima desarrollada por las extremidades superiores así como en la fuerza explosiva desarrollada por las extremidades inferiores. Además, después del programa, las participantes aumentaron significativamente su flexibilidad, no observándose, por otro lado, ninguna mejora en los indicadores bioquímicos del metabolismo lipídico. En el caso de las lipoproteínas de baja densidad, se observó, incluso, un aumento significativo de su concentración plasmática respecto a los niveles iniciales. Se puede concluir, por tanto, que un programa de acondicionamiento físico de estas características y dirigido a mujeres posmenopáusicas, consigue aumentar la capacidad para desarrollar fuerza muscular y la flexibilidad, aunque parece necesario la realización de programas integrados (con intervenciones en el área de educación sanitaria) para mejorar la salud y la calidad de vida de este tipo de población.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 125 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 PALABRAS CLAVE: acondicionamiento físico, menopausia, condición física, metabolismo lipídico. INTRODUCCIÓN. Debido al incremento de la expectativa de vida en las mujeres, cerca de un tercio de la vida la pasa en estado de menopausia. A consecuencia de lo anterior los países industrializados están enfrentando un aumento de la población de mujeres posmenopáusicas con un aumento concomitante de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y osteoporosis, las cuales son dependientes de la deficiencia estrogénica. Además, la menopausia está asociada con un incremento en el colesterol total y con cambios desfavorables en el perfil lipídico. El incremento del colesterol total en el plasma, está asociado con una disminución de las lipoproteínas de alta densidad (HDL), un predictor importante de eventos cardíacos en las mujeres, y con un incremento de los niveles plasmáticos de las lipoproteínas de baja densidad (LDL). Por otra parte, el proceso de envejecimiento y el sedentarismo son factores clave en el deterioro de la condición física, principalmente de la fuerza y la flexibilidad. Teniendo en cuenta que la práctica de actividad física puede ser una terapia adecuada, entre otras cosas, para regular el metabolismo lipídico y frenar la pérdida de la condición física, el objetivo de este estudio fue valorar el efecto de un programa de actividad física de tres meses de duración sobre la condición física y diferentes parámetros bioquímicos indicadores del metabolismo lipídico en mujeres postmenopáusicas. MATERIAL Y MÉTODOS. Un total de 16 mujeres, todas ellas pertenecientes al Aula Permanente de Formación Abierta de la Universidad de Granada y con una edad de 67.18 ± 5.19 años (media ± dt), participaron en un programa de acondicionamiento físico de tres meses de duración, realizando dos sesiones semanales de 60 min. de duración. Todas ellas fueron informadas de las características y protocolos del estudio antes de la realización del mismo, firmando el correspondiente consentimiento informado. Antes de comenzar con el programa de acondicionamiento físico, cada participante fue objeto de un reconocimiento médico cuyo objetivo fue descartar cualquier tipo de patología
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 126 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 que pudiera condicionar la participación en dicho programa y comprometer su salud. Asimismo, y como referencia inicial, se sometió a las participantes a diferentes pruebas para la valoración de su condición física. En lo que respecta a la fuerza muscular, se evaluó la fuerza isométrica máxima de las extremidades superiores (dinamómetro Takei 5101) y la fuerza explosiva de los miembros inferiores (salto con contramovimiento –CMJ–, perteneciente al test de Bosco, sobre la plataforma de contactos Ergo Tester de Globus®). Con el fin de valorar la velocidad gestual, las participantes realizaron la prueba “tapping – test”, prueba que forma parte de la batería Eurofit para adultos, al igual que la prueba “sit and reach”, destinada a la evaluación de la flexibilidad global del tronco. Además, se determinaron las concentraciones plasmáticas de colesterol, triglicéridos y lipoproteínas de alta y baja densidad (HDL y LDL, respectivamente), para así definir el perfil lipídico de las participantes. Todas estas valoraciones fueron aplicadas de la misma forma una vez finalizado el programa de ejercicio físico planteado. El programa de acondicionamiento físico se desarrolló a lo largo de un trimestre, realizando dos sesiones semanales de sesenta minutos de duración. Todas estas sesiones fueron diseñadas teniendo en cuenta el principio de individualización, siendo supervisadas por los investigadores. En la estructura de cada sesión se diferenciaron tres partes fundamentales: calentamiento, parte principal (en la que se desarrollaba el contenido específico de la sesión) y vuelta a la calma (mediante técnicas de relajación y trabajo de flexibilidad). La metodología utilizada en el programa de intervención estaba centrada en actividades lúdicas, ya sea a través de formas jugadas o de juegos predeportivos como bloque de trabajo básico. Para desarrollar la fuerza y la flexibilidad se realizó un trabajo más específico con sesiones de: ­ Ejercicios de fuerza con autocargas, por parejas y con banda elática. ­ Multilanzamientos de balón medicinal. ­ Entrenamiento de fuerza en circuito interválico por tiempo y por repeticiones. ­ Ejercicios de flexibilidad y movilidad articular. En lo que respecta al análisis estadístico de los datos, se aplicó la prueba de Kolmogorov – Smirnov para valorar la normalidad en la distribución de las variables consideradas en este estudio. Dado que todas ellas presentaron un distribución normal se empleó la prueba T de Student para muestras pareadas para comparar el efecto del programa de ejercicio físico planteado. Además, se calculó el coeficiente de correlación de Pearson para
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 127 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 determinar el grado de relación entre las distintas variables. En todo caso, el intervalo de confianza se situó en el 95%. RESULTADOS. Una vez finalizado el programa de ejercicio físico, no se observaron cambios significativos en la composición corporal de las participantes. El peso y el índice de masa corporal (IMC) no sufrieron ninguna modificación apreciable (peso: 68.68 ± 3.4 y 68.43 ± 3.28 Kg; IMC: 28.34 ± 1.04 y 28.29 ± 0.95 Kg/m 2 , para las situaciones de pre­y post­test, respectivamente). Por otro lado, se hallaron mejoras significativas en la flexibilidad (Figura 1), en el tiempo empleado para efectuar 25 ciclos en el “tapping – test” (velocidad gestual) (Figura 2), en la fuerza explosiva de los músculos extensores de las piernas (tiempo de vuelo y altura del salto tipo CMJ) (Figura 3), y en la fuerza isométrica máxima en la acción de prensión de las extremidades superiores (Figura 4). *** 30 25 cm 20 15 10 5 0 Pre­ Post­ Figura 1. Distancia (cm) alcanzada en el test “sit and reach”. ***p<0.001 18 ***
16 14 s 12 10 8 6 4 2 0 Pre­ Post­ Figura 2. Tiempo empleado en realizar los 25 ciclos en la prueba de “tapping­test”. ***p<0.001 AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 128 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 0,4 ** 0,35 0,16 * 0,14 0,1 0,2 0,08 0,15 0,06 0,1 0,04 0,05 0,02 s 0,12 0,25 0 m 0,3 0 Pre­ Post­ Pre­ Tiempo de vuelo Post­ Altura del salto Figura 3. Tiempo de vuelo (s) y altura del salto en la prueba CMJ. **p=0.009; *p=0.012. ** 30 *
25 Kgf 20 15 10 5 0 Pre­ Post­ Pre­ Mano derecha Post­ Mano izquierda Figura 4. Fuerza máxima isométrica (Kgf) registrada en las extremidades inferiores. **p=0.006; *p=0.05. Los indicadores bioquímicos que definen el perfil lipídico sufrieron un aumento que, a excepción de la HDL, que disminuyó ligeramente, y la LDL, cuyo aumento fue significativo (p=0.002), no mostró significación estadística (Tabla 1). TABLA 1. Indicadores bioquímicos del perfil lipídico. Par ámetr os Pr e­test Post­test Colesterol (mg/dl) 209.51 ± 5.97 217.69 ± 8.74 Triglicéridos (mg/dl) 99.88 ± 11.43 104.81 ± 10.69 HDL (mg/dl) 59.63 ± 2.93 58.25 ± 2.23 LDL (mg/dl) 119.31 ± 4.70 140.88 ± 8.03** ** p=0.002, según la prueba T de Student para muestras apareadas. AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 129 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 El análisis de correlación arrojó, como era de esperar, una clara y significativa relación entre los niveles plasmáticos de colesterol y LDL, tanto en la situación de pre­test como en la de post­test (r=0.85, p<0.001 y r=0.93, p<0.001 ,respectivamente). DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES. Según los resultados obtenidos en este estudio, podemos afirmar, que la realización de un programa de entrenamiento físico adecuado, adaptado y supervisado, contribuye de forma significativa a la mejora de la fuerza explosiva de los músculos extensores de la piernas y de la flexibilidad general del tronco. La actividad física regular es un importante factor que contribuye a mantener un buen estado de salud (Chirosa, Chirosa y Padial, 2000). Además, un buen trabajo muscular localizado es muy beneficioso para la persona mayor, ya que permite tonificar los músculos, mejorando su fuerza y movilidad (Paglilla, 2001), retrasando los perjuicios del proceso del envejecimiento en lo que a la condición física se refiere (Alcántara y Romero, 2001). Aunque los parámetros relacionados con la composición corporal (peso, IMC) no se vieron alterados a consecuencia del programa de ejercicio físico, el perfil lipídico de las participantes mostró un ligero, pero preocupante cambio. De hecho, los niveles de LDL fueron significativamente superiores al final del programa de ejercicio físico. Tal y como demuestran algunos estudios (Assmann y Schedule, 1992) , los cambios que, de forma significativa, se dan en el perfil de lipoproteínas en las mujeres después de los 50 años, ocurren antes en los hombres. Varios estudios cruzados y prospectivos han mostrado que la menopausia está asociada con un incremento en los niveles plasmáticos de colesterol total y triglicéridos (Jensen y col., 1990; De Aloysio, 1999). El aumento en colesterol total observado después de la menopausia, es atribuido principalmente a un aumento en el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) al tiempo que el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) tiende a disminuir (Pansini y col., 1993; De Aloysio, 1999). Aunque los niveles de estos indicadores bioquímicos se sitúan dentro de la normalidad para este grupo de población (PEPITW Group, 1995), no parece, a tenor de los resultados derivados de nuestro estudio, que un programa específico de ejercicio físico de tres meses de duración ejerza un efecto positivo en el perfil lipídico de mujeres posmenopáusicas. Se puede concluir, por tanto, que un programa de ejercicio físico, basado en el desarrollo de la fuera muscular y la flexibilidad, de tres meses de duración, consigue mejorar
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 130 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 estas dos cualidades físicas, aunque parece necesario el diseño de programas mixtos, con intervención multidisciplinar (clínica, nutricional, educativa, preventiva, de promoción de la salud y de la actividad física), para poder conseguir un efecto terapéutico sobre el metabolismo lipídico y las patologías a él asociadas. BIBLIOGRAFÍA Alcántara, P., Romero, M. (2001). Actividad física y envejecimiento. Lecturas EF y Deportes ­ Revista digital, 32. Assmann, G., Schedule, H. (1992). The importance of triglycerides: results from the Prospective Cardiovascular Munster (PROCM) Study. Eur J Epidemiol, 8(suppl 1), 99­103. Chirosa, L.J., Chirosa, I.J., Padial, P. (2000). La actividad física en la tercera edad. Lecturas EF y Deportes. Revista digital, 18. De Aloysio, D., Gambacciani, M., Meschia, M., Pansini, F., Bacchi Modena, A., Bolis, P.F., Massobrio, M., Maiocchi, G. Peruzzi, E. (1999). The effect of menopause on blood lipid and lipoprotein levels. Atherosclerosis, 147, 147­153. Jensen, J., Nilas, L., Christiansen, C. (1990). Influence of menopause on serum lipidsand lipoproteins. Maturitas, 12, 321­331. Paglilla, D.R. (2001). La tercera edad y la actividad física. Lecturas EF y Deportes­ Revista digital, 36. Pansini, F., Bonaccorsi, G., Campobasso, C., Franze, G.P., Gilli, G. Locorotondo, G., Molleca, G. (1993). Influence of spontaneous and surgical menopause on atherogenic metabolic risk. Maturitas, 17, 181­190. The Postmenopausal Estrogen/Progestin Intervention Trial Writing Group (1995). Effect of estrogen or estrogen/progestin regimens on heart disease risk factors in postmenopausal women. JAMA, 273, 199­208.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 131 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 PROMOCIÓN DE LA ACTIVIDAD FISICO­DEPORTIVA EN LAS CHICAS ADOLESCENTES A TRAVÉS DE PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN EN LOS CENTROS ESCOLARES Elena Ramírez Rico ([email protected]) Universidad Camilo Jose Cela. Emilia Fernández García ([email protected]) Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid Mª José Camacho Miñano ([email protected]) Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid RESUMEN El estudio que se presenta, tiene como propósito el analizar las tendencias internacionales actuales orientadas hacia la implementación de programas de intervención para la promoción de la actividad físico­deportiva en las chicas adolescentes. Para llevar a cabo este propósito, y previa determinación de los criterios de búsqueda y de selección de documentación, así como de las dimensiones objeto de estudio, se utilizaron técnicas de análisis de contenido aplicadas sobre los programas de intervención seleccionados. El proceso de análisis, de tipo inductivo, ha permitido identificar un conjunto de categorías emergentes y subcategorías en cada una de las dimensiones de estudio, así como establecer un análisis comparado entre programas. En las conclusiones, entre otras, se resalta la necesidad de implementar programas de intervención, orientados a la promoción de la actividad físico­ deportiva en las chicas de estas edades, como consecuencias de los beneficios que aportan sobre ellas. PALABRAS CLAVE: Actividad física. Género. Programas de intervención. Adolescencia
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 132 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INTRODUCCIÓN El descenso en la participación y la implicación con la actividad física en la edad adolescente es una evidencia constatada en distintos trabajos, tanto en la literatura internacional como en estudios españoles, siendo esta circunstancia mucho más acusada en la población femenina (National Center for Chronic Prevention and Health Promotion, 2004; Fernández y cols, 2002; Pate, Freedson, Sallis y cols, 2002; Riddoch y cols, 2004). Esta constatación, ha desembocado en las conocidas pautas y prescripciones de actividad física dirigidas a la infancia y la adolescencia (DHHS, 2000; Pate y cols, 1994; Sallis & Patrick, 1994) y ha promovido una corriente de interés, cuyas prioridades se establecen en torno al desarrollo de técnicas efectivas, aproximaciones y programas de intervención, orientados hacia el cambio de las actitudes y los comportamientos de actividad física en estas edades, estudiando la eficacia de las intervenciones en la escuela secundaria para prevenir el declive en la actividad física al comienzo de la adolescencia y en la transición a la juventud (DHHS, 1999; Sallis y cols, 1992) y considerando, en el caso de las actuaciones dirigidas a la población femenina, las particularidades que caracterizan las relaciones de las chicas adolescentes con la actividad física y el deporte (Arizona Department of health Services, 2004; Summerfield, 1998). Así, las recientes iniciativas de promoción de actividad físico­deportiva en la población adolescente se han centrado principalmente en programas de intervención, tanto en el entorno próximo de la comunidad como en el entorno escolar (National Center for Education in Material and child Health, 2005; Pate & Sirard, 2000; Wallhead & Buckworth, 2004), siguiéndose también este enfoque en el caso de los programas de intervención dirigidos a las chicas adolescentes y, resaltándose reiteradamente, el importante papel que puede desempeñar la institución escolar, que se configura como un espacio de relación. Dentro de este espacio, las actuaciones suelen enfocarse tanto hacia las clases de Educación Física como materia curricular, como, ampliando la dinámica de acción de los centros, a un conjunto de actividades extracurriculares, entre las que se encontrarían con carácter preferente las actividades físico­deportivas. El interés sobre la intervención a través de programas, si bien esta contemplado institucionalmente en el entorno internacional, encontrándose suficientemente promovido y consolidado, y configurando la promoción de actividad física en las chicas adolescentes una novedosa y reciente línea de investigación, en el caso de España no existe sobre esta temática una trayectoria de intervención específica asentada.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 133 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 En función de lo anterior, el propósito general de este trabajo es el de identificar las tendencias internacionales actuales en la implementación de programas de intervención que, basados en el entorno escolar, se dirigen a la promoción de la práctica de actividad físico­ deportiva de las chicas adolescentes. Para ello, y a partir del análisis de diferentes programas, los objetivos del estudio se enfocan a la identificación de las características básicas que configuran dichos programas; la detección de la necesidad y el impacto que éstos pueden tener en la vida de las adolescentes; el análisis de los aspectos o factores clave que enfatizan y desarrollan y el establecimiento de las posibles conexiones y divergencias existentes en los diferentes programas. En función de esta situación, el trabajo que se presenta pretende analizar los diferentes programas de promoción de actividad físico­deportiva en el contexto internacional, pudiendo extraer referencias y pautas para trabajar en nuestro país. DISEÑO Para la consecución de los objetivos anteriores, se realizó un diseño de tipo descriptivo­ interpretativo, mediante análisis documental, y empleando técnicas de análisis de contenido. El procedimiento seguido empleó tres fases: Una búsqueda y selección de documentos, la cual supuso la determinación de los criterios de búsqueda y la determinación de los criterios de selección de la documentación inicialmente recogida. Los primeros ­criterios de búsqueda­ priorizaron la autoría institucional, de organismos o asociaciones, la vigencia en su actualización, y su desarrollo dentro del ámbito escolar. Los segundos ­criterios de selección­, una vez revisada la documentación, se centraron en el cumplimiento de los programas de, al menos, 8 de las 9 dimensiones de análisis establecidas en la investigación. La identificación de las dimensiones de análisis de la investigación, se determinaron en las siete siguientes: elementos justificativos del programa, propósitos generales, objetivos del programa, actividades, evaluación, recursos humanos y resultados. Un proceso de análisis de la documentación que supuso las tareas de traducción de documentos, análisis de contenido a partir de las diferencias de estudio, identificación de categorías y subcategorías dentro de cada dimensión, definición de las categorías emergentes, análisis comparativo de los resultados obtenidos en los diferentes programas y la identificación de tendencias y rasgos de similitud – discrepancia entre programas.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 134 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 RESULTADOS OBTENIDOS Como resultado de la fase de selección de documentación, se seleccionaron finalmente los programas “Girls First”, “New Moves” y “Leap”, ya que incorporan el conjunto de dimensiones de análisis estipuladas como criterios de selección. Sus características básicas son: Girls First: Este programa es llevado a cabo por Sport Council for Gales, para las escuelas secundarias de Gales. Fue aplicado en 2001 con una duración de un año. Programa diseñado para las actividades físico­deportivas extracurriculares (Gardens, 2002; Sport Council for Wales, 2003). New Moves: Este programa es llevado a cabo por División of Epidemiology School of Public Health, en Estados Unidos. Fue aplicado en Septiembre del 2000, con una duración de un año. Programa diseñado para las clases de Educación Física (Newmark, Story, Hannan & Rex, 2003; Neumark­Sztainer, 2000). Leap: Este programa es llevado a cabo por las Universidades de Georgia, en el Sur y Norte de Carolina. Fue aplicado entre 1999 y 2000, con una duración de dos años. Programa diseñado para las clases de Educación Física y el resto de actividades fuera del currículo (Dishman, Motl, Saunders, Felton, Ward, Dowda & Pate, 2004; Felton, Saunders, Ward, Dishman, Dowda & Pate, 2005). De los resultados obtenidos en cada una de las dimensiones de análisis, y por cuestiones de espacio, se recogen solamente las categorías más representativas (véase tabla 1 y 2). Tabla 1: Categorías obtenidas correspondientes a las dimensiones de Elementos justificativos del programa; Propósitos Generales; Objetivos y Actividades. DIMENSIÓN Elementos justificativos Propósitos generales Objetivos del programa del programa Nivel de actividad física Nivel de actividad Cambios positivos hacía la Sesiones física actividad física CATEGORÍA Problemas de obesidad Mejora del disfrute Responsabilidad centro del Mejora del alimenticio AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES Actividades de actividad física Atender a las necesidades Sesiones de apoyo de las chicas patrón Alimentación social Sesiones de nutrición
135 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 En la dimensión de elementos justificativos del programa de las tres categorías obtenidas que recogen la necesidad y justificación de la intervención, la más representativa es la del ‘nivel de actividad’, señalando los tres programas estudiados los bajos niveles de actividad física femenina en las chicas adolescentes. Este factor, destacado, está en conexión con la categoría referida a la importancia de la implicación del centro escolar ‘responsabilidad del centro’, señalada explícitamente en dos de los tres programas estudiados. La tercera categoría, referente a la ‘problemática de la obesidad’ constituye una justificación para la intervención en un solo programa. Estas categorías se configuran como los fundamentos que a su vez sustentan la base de los propósitos y objetivos del programa, estando en íntima relación con ellos. En la dimensión de propósitos generales, los tres programas analizados se plantean la necesidad de incrementar los ‘niveles de actividad física’ entre las chicas adolescentes, señalándose también el propósito de ‘mejorar el disfrute’ de las chicas (Girls First), creando actividades atractivas y accesibles para ellas. También surge como propósito, configurando la tercera categoría, la necesidad de promover una ‘mejora del patrón alimenticio’ mediante la educación, ya que el programa considera que estos patrones son deficientes. Dentro de la dimensión de objetivos del progr ama se atiende a la mejora de los ‘cambios positivos hacía la actividad física’ (Girls Fist y New Moves), objetivo que se encuentra íntimamente relacionado con los propósitos y fundamentación de los programas, ya que se resalta la necesidad de incrementar ‘la práctica de actividad física’ entre las chicas adolescentes, para lo cual es necesario conseguir un cambio positivo hacia dicha práctica. Este propósito entronca con el siguiente, representado en la categoría de ‘necesidades e intereses de las chicas’, ya que debe hacerse de manera que conecte con ellas, puesto que, en ocasiones, las chicas no se sienten identificadas con las actividades que se proponen, tanto en la Educación Física escolar como en las actividades extracurriculares. También se resalta como objetivo la necesidad de ‘mejorar el patrón alimenticio’, al igual que se reflejaba en la fundamentación y propósitos del programa New Moves. En la dimensión actividades del programa, los tres programas estudiados implementan la intervención a través de ‘sesiones de actividad física’ que puedan ofrecer pautas para una mejor actuación, mediante la variación de las actividades, las calidad de las actividades, su atractivo, etc. Se identifican también otras dos categorías de ‘sesiones de apoyo social’ y ‘sesiones de nutrición’, presentes en el programa New Moves, con contenidos informativos­formativos
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 136 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 que ayuden a solventar los problemas que se encuentran las chicas en la sociedad y a mejorar esas conductas alimenticias. Tabla 2: Categorías obtenidas correspondientes a las dimensiones de Evaluación; Recursos humanos y Resultados. DIMENSIÓN CATEGORÍA Evaluación Recursos humanos Evaluación inicial Personas que forman parte del Nivel de disfrute y Evaluación del proceso Resultados centro diversión Padres y voluntarios Nivel de actividad física Evaluación sobre resultados Experiencias beneficiosas Evaluación post­intervención Dentro de la dimensión de evaluación, se identifica el tipo de evaluación que han utilizado los programas. La ‘evaluación del proceso’, referida a la valoración del proceso de implementación del programa y su desarrollo, y la ‘evaluación de los resultados’ en relación con los objetivos perseguidos por cada programa, son las dos categorías presentes en los tres programas estudiados, aunque con diferencia en cuanto a la forma de evaluar. Sin embargo la evaluación inicial y la post­intervención no esta presente en todos los programas. En la dimensión de r ecursos humanos, las dos categorías obtenidas ‘personas que forman parte del centro’ y ‘padres y voluntarios’, resumen los dos grandes bloques de recursos humanos con los que se cuenta para el desarrollo de los programas. Esta dimensión es fundamental, incidiendo en la importancia del equipo multidisciplinar en la educación, haciendo que de una manera colaborativa se consigan mayores logros y beneficios. En la dimensión de r esultados obtenidos por el programa, resalta, común a los tres programas, que se ha conseguido el aumento del ‘nivel de actividad física’ de las chicas durante la implementación del mismo. Esta categoría estaría íntimamente unida con las otras dos categorías de aumento del ‘nivel de disfrute y diversión’ y ‘las experiencias beneficiosas’. Con los resultados obtenidos, se puede ver cumplida la fundamentación reflejada en los elementos justificativos de los distintos programas.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 137 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 CONCLUSIONES Las conclusiones que de una manera sintética se pueden extraer del estudio llevado a cabo, constatan la existencia de un interés y desarrollo específico de programas de intervención para la promoción de actividad física para las chicas adolescentes en el ámbito internacional, así como la obtención de resultados positivos a través de la implementación de dichos programas. Una vez analizados estos resultados, se resalta por tanto la necesidad de apoyar y trabajar en esta línea con la población de chicas adolescentes españolas, así como la conveniencia de adoptar parar ello enfoques colaborativos dentro del entorno de la escuela. BIBLIOGRAFÍA § Arizona Department of Health Services. (2004). Healthy Arizona 2010 Program Physical Activity. Division of Public Health Services. Arizona. § Departament of Health and Human Services, U.S. (DHHS) (1999). Promoting Physical Activity. A guide for Community Action. Centers for Disease control and prevention. Human Kinetics, Champaign, Ill. § Departament of Health and Human Services, U.S. (DHHS) (2000). Healthy People 2010. U.S. Government Printing Office. Washington D.C., 2ª ed: Government Printing Office. § Dishman, R., Motl, R., Saunders, R., Felton, G., Ward, D., Dowda, M. & Pate, R. (2004). Self­efficacy partially mediates the effect of a school­based physical­activity intervention among adolescent girls. Preventive Medicine, 38, 628­636. § Felton, G., Saunders, R., Ward, D., Dishman, R., Dowda, M & Pate, R. (2005). Promoting physical activity in girls: a case study of one school´s success. Journal of School Health. 75, nº2, 57­61. § Fernández, E y cols. (2002). Evolución de la práctica de la actividad física y el deporte en mujeres adolescentes e influencia en la percepción del estado general de salud en Mujeres y actividades físico­deportivas nº35. Madrid: Consejo Superior de Deportes. § Gardens, S. (2002). Girls First: A Welsh secondary school sport challenge. Sport council for Wales. § National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion (CDC). (2004). Physical Activity School and Community Guidelines. Estados Unidos: Department of Health and Human Services. § National Center for Education in Maternal and Child Health. (2005). Characteristics of excellent physical activity programs for children and adolescents. Georgetown University. § Neumark­Sztainer, D. (2000). New moves teacher´s guide. University of Minnesota: Division of Epidemiology school of public health. § Neumark­Sztainer, D., Story, M., Hannan, P. & Rex, J (2003). New Moves: a school­ based obesity prevention program for adolescent girls. Preventive Medicine, 37, 41­51. § Pate, R., Freedson, P. S., Sallis, J. F., Taylor, W. C., Sirard, J., Trost, S. G. & Dowda, M. (2002). Compliance with physical activity guidelines: prevalence in a population of children and youth. Ann. Epidemiology, 12, 303­308. § Pate, R. & Sirard, J (2000): Physical Activity and Young People. Topics in Nutrition, 8. Hershey: Hershey Foods Corporation.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 138 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 § Pate, R. y cols (1994) Descriptive epidemiology of physical activity in adolescents. Pediatric Exercise Science, 6, 434­447. § Riddoch, C. J., Andersen, Wedderkopp, N., Harro, M., Klasson­Heggebo, Sardinha, L.B. Cooper, A.R. & Ekelund, U. (2004). Physical activity levels and patterns of 9­15­yr­old European children. Medicine and Science in Sports and Exercise, 36, 1, 86­92. § Sallis, J.F. y cols (1992). Determinants of physical activity and interventions in youth. Medicine and Science in Sport and Exercice, 24, 6, S248­ S257. § Sallis, J.F. & Patrick, K. (1994). Physical activity guideliness for adolescents: Consensus statement. Pediatric Exercise Science, 6, 302­304. § Sport Council for Wales. (2003). Girls First: year one evaluation. Sports update, 52. § Summerfield, L. (1998). Promoting Physical Activity and Exercise among Children. Estados Unidos: Kidsource online. § Wallhead, T. L., & Buckworth, J. (2004). The role of physical education in the promotion of youth physical activity. Quest, 56, 285­301.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 139 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD I: “ANOREXIA Y EJ ERCICIO FÍSICO” Inmaculada Rodríguez Marín ([email protected]) Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Grupo de Investigación HUM653. Universidad de Jaén Emilio J. Martínez López Grupo de Investigación HUM653. Universidad de Jaén María Luisa Zagalaz Sánchez Grupo de Investigación HUM653. Universidad de Jaén RESUMEN En los últimos tiempos se ha otorgado una importancia especial a la actividad física en la anorexia nerviosa. Se ha comprobado que antes de iniciarse el trastorno, e incluso antes de decidir un régimen alimentario restrictivo, una gran mayoría de pacientes ya practicaban ejercicio físico con mucha más frecuencia e intensidad que el promedio de muchachas no anoréxicas de la misma edad. La chica o chico anoréxico, incurren asiduamente en la práctica de ejercicio físico, pero no se trata sólo de un procedimiento para perder peso, sino también como conducta compensatoria recurrente para eliminar los supuestos “excesos” alimenticios que tanto les sobrecogen. La investigación que presentamos determina la población de riesgo para anorexia nerviosa en adolescentes de ambos sexos que durante el curso académico 2003/2004 han cursado de 1º a 4º de Educación Secundaria Obligatoria en centros docentes tanto públicos como privados, y corrobora cómo el ejercicio físico que practican nuestras adolescentes está encaminado fundamentalmente a perder peso. PALABRAS CLAVE: anorexia nerviosa y ejercicio físico. 1. APROXIMACIÓN Y DEFINICIÓN DEL TÉRMINO ANOREXIA NERVIOSA Vivimos en una sociedad y en un momento histórico en el que se está produciendo una gran paradoja. En los últimos años se están incrementando, por un lado, los problemas de
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 140 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 obesidad y, por otro, los problemas de la conducta alimentaria de anorexia (AN) y bulimia nerviosa. La delgadez se ha convertido para algunas mujeres, cada vez más jóvenes, y también para algunos hombres, en una especie de culto del que no pueden prescindir. Sacrifican horas enteras dedicadas al ejercicio físico (EF) para conseguir adelgazar. Se someten a dietas difíciles de cumplir, y terminan desarrollando una verdadera obsesión por estar delgadas, que en algunos casos, da lugar a una enfermedad por dependencia. Tal ocurre en las anoréxicas, que acaban deificando la delgadez, haciéndose dependientes de su símbolo, para lo que pueden llegar hasta morir de hambre (Rodríguez, Zagalaz y Martínez, 2005). La chica (aunque la AN puede darse tanto en varones como en mujeres, en el texto haremos referencia sistemática al sexo femenino dada su muy significativa mayor tasa de afectación) cree firmemente que está gorda, gruesa e hinchada y por lo tanto que debe reducir al máximo la ingestión de alimentos. Su objetivo es perder peso y lo hace a través de dietas restrictivas, empleo de conductas purgativas, exceso de EF, vómitos autoinducidos y/o abuso de laxantes; alteran de forma notoria las conductas de la ingesta y facilitan la aparición de comportamientos anómalos cuya finalidad es evitar la ganancia de peso. La valoración que hace de sí misma la persona que tiene este trastorno está determinada por lo que opina de su cuerpo. El aumento del número de casos de AN junto con la repercusión consiguiente en los profesionales de la salud, ha permitido constatar que todavía sabemos muy poco acerca de este género de trastornos. La AN es un trastorno psicosomático de raíz social, complejo y multicausal, caracterizado por una pérdida significativa del peso corporal (superior al 15%, según edad,
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 141 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 sexo y altura), una distorsión de la imagen corporal, un intenso temor a la obesidad y la decisión voluntaria de adelgazar, de carácter fundamentalmente femenino y adolescente, que se da en las sociedades occidentales industrializadas, y donde, en los últimos años, el abuso del EF vendría a completar y complicar el cuadro (Rodríguez, 2004). El EF en general y el deporte en particular constituyen actividades y fenómenos socio­ culturales, profunda y extensamente, instaurados en nuestra sociedad occidental. Promovidos y practicados colectivamente, están impregnados de connotaciones muy diversas, especialmente el EF. Junto a salubridad y estar en forma, implican juventud, fuerza, prestigio, esbeltez, delgadez, y mil virtudes más. Algo más de la mitad de la población femenina adolescente de nuestro país reconoce que practica o ha practicado actividad física con la intención de adelgazar. Por tanto, restricción alimentaria y EF constituyen los dos procedimientos básicos que nuestra sociedad ha consagrado para modelar el cuerpo. Están muy difundidos, son muy populares, y tienen la ventaja de ser francamente baratos. La chica anoréxica, por supuesto, incurre asiduamente en el EF, pero no se trata sólo de procedimientos para perder peso, sino también como conducta compensatoria recurrente para eliminar los “excesos” alimenticios que tanto la sobrecogen. En la última década la prevalencia de estos trastornos se ha disparado hasta el punto de constituir una auténtica “epidemia social” o “trastorno étnico” (Serrato, 2000). La AN es una enfermedad típica de las sociedades desarrolladas, con especial incidencia en grupos sociales de poder adquisitivo elevado, así como en sujetos de alto riesgo por su preocupación por la forma corporal, tales como bailarinas, gimnastas, deportistas de elite y modelos. La publicidad, la televisión, el cine, las revistas y la moda lo gritan: ¡hay que estar delgado! Una vez claro el fin, aparecen los medios: ejercicio físico, pastillas, dietas, vómitos, etc. No olvidemos que el mundo de la moda y sus máximas representantes, las modelos son “ideales de belleza” que millones de adolescentes imitan.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 142 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 En países desarrollados la AN se estima entre 1­4%, pero si consideramos formas subclínicas, podría llegar hasta el 5% del total de la población de adolescentes de edades comprendidas entre los 14 y 22 años. La AN suele acontecer al final de la etapa puberal (13­ 14 años), con pico de incidencia a los 15­18. También pueden verse casos de inicio más temprano, quizá lo más alarmante sea que esta preferencia por tener cuerpos más delgados se está extendiendo a niñas de 6­7 años (Collins, 1991). No es de extrañar, sin embargo, si se tiene en cuenta que las niñas imitan a sus hermanas mayores o a sus madres, están expuestas al mismo bombardeo estimular que relaciona belleza con delgadez y hasta tienen representaciones simbólicas de este ideal en sus juguetes. Sólo hay que mirar a las muñecas tipo Barbie, Bratz, Witch, My Scene,... con las que habitualmente juegan (Vera, 1998). La adolescencia es el periodo de mayor riesgo para el desarrollo de la AN, de ahí que la investigación que a continuación mostramos esté centrada en el alumnado de educación secundaria obligatoria (ESO) de la provincia de Jaén. 2. INVESTIGACIÓN ESTADÍSTICA – DESCRIPTIVA EN LA PROVINCIA DE J AÉN. Actualmente se reconoce y acepta la naturaleza multicausal de la AN. Es por ello que, el estudio que presentamos conexiona la psicología con la educación, y más concretamente con la Educación Física (Ed.F), dado el interés que la práctica de EF para perder peso presenta entre el alumnado de ESO. El objetivo principal de esta investigación realizada por la doctora Rodríguez (2004), era por un lado estimar la prevalencia de la población de riesgo para AN en adolescentes de ambos sexos que cursan primer ciclo (1º y 2º) y segundo ciclo (3º y 4º) de educación secundaria obligatoria en centros docentes tanto privados como públicos de la provincia de Jaén, y por otro, corroborar cómo el EF que practican nuestros y nuestras adolescentes está encaminado fundamentalmente a perder peso, atendiendo al tipo de EF que practican, cuanto tiempo dedican, y el valor individual y subjetivo que le atribuyen al EF. Para realizar este estudio estadístico­descriptivo de encuesta se seleccionó la muestra entre los jóvenes jiennenses de 12 a 16 años de edad matriculados durante el curso académico 2003/2004 en el primer y segundo ciclo de educación secundaria obligatoria en
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 143 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 los centros privados­concertados y centros públicos de la provincia. Finalmente participaron 1468 alumnos y alumnas (753 varones y 715 mujeres). El material utilizado fueron dos encuestas autoadministradas, el EAT­40 (Eating Attitudes Test) de Garner y Garfinkel y la encuesta sobre hábitos alimentarios y práctica de EF diseñada específicamente para la investigación. Además, para el cálculo del Índice de Masa Corporal (IMC = Peso en Kg / Altura en m 2 ) el peso y la talla se registró con una báscula ergonómica digital y un tallímetro vertical móvil con plataforma. Entre las principales conclusiones de la investigación destacamos que un 4,38% (IC 95%) de los varones y un 12,44% (IC 95%) de las mujeres, padecen actitudes desordenadas en la ingesta, entre el alumnado de educación secundaria obligatoria de 12 ­ 16 años de la provincia de Jaén. La prevalencia de la población de riesgo para AN nerviosa en adolescentes matriculados en educación secundaria obligatoria de la provincia de Jaén es de un 8,31% (IC 95%). Corren mayor riesgo de padecer AN nerviosa las alumnas de 4º educación secundaria obligatoria de las cuales un 15,97% presenta puntuaciones mayores o iguales de 30 en el EAT­40. El 21,1% y el 10,8% de las mujeres y varones respectivamente de 1º ­ 4º de educación secundaria obligatoria se autoevalúa como gordo y desean adelgazar. En un 46,2% de alumnos y alumnas de 4º de educación secundaria obligatoria se ha encontrado una gran preocupación por la figura corporal, que se refleja en su deseo de adelgazar. Así mismo el 53,1% de las mujeres de la población nunca se encuentran suficientemente delgadas. Un 58,2% de las mujeres adolescentes de 1º ­ 4º de educación secundaria obligatoria manifiesta que le gustaría pesar menos frente a un 37,2% de los varones. El 64,8% de los varones practican fútbol mientras que las mujeres prefieren en un 10,5% de los casos practicar aeróbic. El uso del EF para controlar el peso corporal es utilizado en mayor porcentaje por la población adolescente femenina de 12 a 16 años: el 15,4% de las mujeres manifiestan que
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 144 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 hacen EF para quemar calorías (frente a un 10,1% de los varones) y el 20,4% para estar más delgadas (frente a un 8,6% de los varones). Un 25,8% de la población afirma dedicar dos horas o más (al día) a la práctica de algún deporte fuera del centro escolar. Todo parece apuntar hacia la idea de que el ejercicio físico deja de ser una forma de disfrutar con el movimiento para convertirse en una lucha por conseguir el cuerpo ideal. No obstante no olvidemos que la práctica de ejercicio físico no es negativa, sí lo es su uso inadecuado. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS CRISPO, R., FIGUEROA, E. y GUELAR, D. (1998) Anorexia y Bulimia. Un mapa para recorrer un territorio trastornado. Barcelona: Gedisa. LOUREIRO, V.E. (1994) Comportamiento anoréxico en la población adolescente femenina de tercero de BUP del municipio de La Coruña. Tesis doctoral, Dtº de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad de Santiago de Compostela. Microfichas. RODRÍGUEZ, I.
(2004) Prevalencia de la población de riesgo para anorexia nerviosa en el alumnado de educación secundaria obligatoria de la provincia de Jaén. Especial atención al uso excesivo del ejercicio físico. Tesis doctoral, Dtº de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal. Universidad de Jaén. RODRÍGUEZ, I., ZAGALAZ M.L. y MARTÍNEZ, E.J. (2005) Anorexia nerviosa y práctica de ejercicio físico para perder peso. Apunts. Educación física y deportes. Nº 80, 29­34. SERRATO, G. (2000) Anorexia y Bulimia. Trastornos de la conducta alimentaria. Madrid: Libro­Hobby­Club. TORO, J. y ARTIGAS, M. (2000) El cuerpo como enemigo. Comprender la anorexia. Barcelona: Martínez Roca. VERA, M.N. (1998) El cuerpo, ¿culto o tiranía?. Psicothema,10, nº 2, 111­125.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 145 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD II: “OBESIDAD INFANTIL Y EJ ERCICIO FÍSICO” Inmaculada Rodríguez Marín ([email protected]) Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Grupo de Investigación HUM653. Universidad de Jaén Emilio J. Martínez López Grupo de Investigación HUM653. Universidad de Jaén María Luisa Zagalaz Sánchez Grupo de Investigación HUM653. Universidad de Jaén RESUMEN Hay toda una serie de circunstancias que de una u otra forma vinculan la reducción de la actividad física con los problemas de sobrepeso u obesidad. Las causas de la obesidad infantil se han relacionado de forma directa con los hábitos alimenticios de los niño/as: exceso del consumo de bollería industrial, consumo de embutidos con mucha frecuencia, exceso de sedentarismo, con especial incidencia de la televisión, ha incrementado la aparición de estos problemas. El número de niño/as obeso/as determinará el número de adultos obesos y consecuentemente de enfermos crónicos. En España la obesidad afecta al 13,9% de los niño/as y jóvenes y el sobrepeso se ha detectado en el 12,3% del mismo sector de población. Estos datos afectan sobre todo a los niño/as entre 6 y 12 años, siendo la prevalencia de la obesidad superior en hombres (15,6%) que en mujeres (12%). Para evitar que un niño/a se convierta en obeso/a es importante conseguir una alimentación adecuada, la práctica de ejercicio físico y cierta terapia que cambie la conducta a la hora de comer. Y es imprescindible la implicación de los padres, e incluso, en ocasiones, es necesario que los propios padres cambien sus hábitos ya que los hijos tienden a identificarse e imitar a sus progenitores. Lo que pretendemos es informar y ayudar a conocer este mundo en el que tantos pequeños sufren. PALABRAS CLAVE: obesidad y ejercicio físico
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 146 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 1. OBESIDAD INFANTIL La palabra obesidad deriva del latín obesus que quiere decir “persona que tiene gordura en demasía”. Se manifiesta por un incremento de peso mayor al 20 por ciento del peso ideal esperado según edad, talla y sexo. Puede definirse como la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, aunque en realidad es una enfermedad que implica mucho más que eso: dificultades para respirar, ahogo, interferencias en el sueño, somnolencia, problemas ortopédicos, trastornos cutáneos, transpiración excesiva, hinchazón de los pies y los tobillos, mayor riesgo de enfermedad coronaria, diabetes y asma son todos problemas asociados al exceso de peso. En la mayoría de los casos el médico, los padres y el niño niña están más preocupados por los problemas sociales que la obesidad origina, que por las alteraciones y complicaciones físicas que ésta puede ocasionar. Existen dos grandes consecuencias de la obesidad infantil:
· La primera está relacionada con cambios psicológicos:
· Baja autoestima.
· Bajos resultados en el colegio.
· Cambio en la autoimagen, particularmente durante la adolescencia.
· Introversión, a menudo seguida de rechazo social.
· La segunda consecuencia guarda relación con el aumento del riesgo de desarrollar diversas patologías, como:
· Aumento en la presión arterial (hipertensión).
· Aumento de los niveles del colesterol general (hipercolesterolemia), especialmente del “colesterol malo”.
· Altos niveles de insulina en la sangre (hiperinsulinemia).
· Problemas respiratorios al dormir (apneas de sueño).
· Problemas ortopédicos, especialmente de articulaciones.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 147 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 El mayor riesgo de la obesidad infantil es el hecho de que mientras menor sea el niño obeso, mayor el riesgo de desarrollar las complicaciones arriba señaladas durante el transcurso de su vida. 2. TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD INFANTIL La obesidad durante la infancia y adolescencia es el resultado de una compleja interacción entre factores biológicos, psicológicos y sociales, por lo que el tratamiento del niño o niña obeso/a debe ser multidisciplinario: endocrino, pediatra, nutricionista, psicólogo y padres, participarán integralmente. Es importante vigilar que el niño/a al bajar de peso no presente alteraciones en su crecimiento y desarrollo, no causarle alteraciones metabólicas, disminuir el apetito y tratar de evitar los problemas psicológicos, objetivos todos ellos que se persiguen durante el tratamiento. Una forma de lograrlos es a través de los siguientes pasos: 1.­ Cambiar el hábito alimentario del niño/a y la familia, aunque no es tarea fácil, sin embargo se pueden utilizar diferentes técnicas que lo harán más sencillo: a) Control diario. Consiste en que el niño/a lleve un registro semanal del consumo de alimentos, especificando la cantidad de cada uno de ellos, así como la actividad física que realiza y por cuánto tiempo. Hay que evitar las actividades que condicionan el consumo de alimentos fuera de los horarios de comida, como el ir de compras al supermercado antes de haber comido, consumir alimentos que por costumbre se acompañen de otros hipercalóricos, como hamburguesas con patatas y refrescos, pizzas, hot dogs y en general todo lo que se conoce como “comida rápida”. Comprometer al niño/a en la observación de su dieta y actividad física, lo hará más responsable y consciente de su problema. b) Modificar los hábitos alimenticios: Es la etapa más difícil de lograr ya que se trata de cambiar los hábitos de toda la familia; esta etapa puede conseguirse al reforzar los buenos hábitos, como una correcta masticación de los alimentos, comer despacio, disminuir la cantidad de alimentos, evitar golosinas, tomar agua en lugar de refrescos, ordenar las comidas (tres a cuatro veces al día), no repetir platos, evitar el comer a deshora, no realizar otra actividad simultánea como ver la televisión o distraerlo con juguetes (para que el niño/a tenga mayor control de lo que ingiere), e incrementar la actividad física diaria.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 148 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Los malos hábitos alimentarios de los padres los aprenden los hijos, añadir sal antes de probar los alimentos, consumir azúcar en exceso, mantequilla, fritos y salsas, son algunos ejemplos que durante las comidas diarias, el niño/a adquiere, inicialmente por imitación y que posteriormente repite, lo que generará un mal hábito para su vida futura. 2.­ Dieta adecuada para su etapa de crecimiento y desarrollo: Bajo prescripción médica se aportarán los requerimientos calóricos diarios del niño/a, de acuerdo a su etapa de crecimiento y desarrollo. Es conveniente sugerir los alimentos que habitualmente se consumen y particularmente aquellos que más le agradan al niño/a, así el médico podrá seleccionar aquellos que sean adecuados para la nueva dieta. Las dietas muy bajas en calorías no están indicadas para niño/as ni adolescentes, generalmente son dietas que se emplean por periodos muy cortos y que no modifican la conducta alimentaria, objetivo principal que se persigue, por lo que no se recomienda a estas edades. 3.­ Ejercicio y actividad física rutinaria.­ Este punto es primordial en la vida de cualquier niño/a, ya que favorece el gasto de energía y contribuye a disminuir de peso. El niño o niña debe realizar ejercicio programado, incluyendo el llamado "ejercicio de vida cotidiana", como acudir al colegio andando siempre que sea posible. Hay que evitar el sedentarismo de los pequeños. Iniciar al niño, niña o adolescente en la actividad física diaria es un principio indispensable. Es recomendable que el ejercicio físico lo realice acompañado de los padres, hermanos o amigos con una frecuencia de 3­5 días por semana, comenzando con una duración de 15 minutos aproximadamente e incrementar paulatinamente hasta una hora completa. Actividades como caminar, patinar, practicar natación, ciclismo, o bien, algún deporte que interese y divierta al niño/a como jugar fútbol, baloncesto o tenis son siempre un ejercicio. No olvidemos que se debe favorecer la actividad física diaria entre todos los miembros de la casa, caminar más, por ejemplo, y evitar realizar pequeños recorridos en coche, subir las escaleras en lugar de utilizar el ascensor, aprovechar los fines de semana o cualquier descanso para pasear en bicicleta, y como no, controlar actividades sedentarias prolongadas, como pueden ser
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 149 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 pasar horas delante del televisor, del ordenador o de algún videojuego. 4.­ Participación activa de los padres y la familia.­ Esta es una parte muy importante del tratamiento. No hay que olvidar que la alimentación es un hábito que se adquiere en el seno familiar. De los padres depende en gran medida el tipo, cantidad y la preparación de los alimentos que comerá el niño/a. Es muy útil modificar los hábitos alimentarios de toda la familia, no comprar alimentos que el niño/a no puede consumir, utilizar platos pequeños, ofrecer porciones pequeñas, mantener los alimentos fuera de la vista del niño/a, y por supuesto, educar con el ejemplo. En ocasiones los padres condicionan indirectamente la obesidad de sus hijos, al ofrecerle alimentos para distraer la atención de los niño/as, les dan golosinas en los momentos en que están “ocupados” y no pueden atenderlos o bien los premian con pasteles, dulces, chocolates y helados. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA AESA.­ Agencia Española de Seguridad Alimentaria. (2005). Estrategia NAOS para la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad. Ministerio de Sanidad y Consumo. Aranceta B.J.; Serra M. L., Ribas, B.L., Pérez R.C. (2001). Factores determinantes de la obesidad en la población infantil y juvenil española. Obesidad infantil y juvenil. Estudio EnKid (1998­2000). Vol. 2.­ Barcelona. Masson. Blasi, M.J. (2003). A burger and fries: The increasing Dilemma of Childhood Obesity. For Parents Particularly. Childhood Education; 79 (5): p.321­323. Hopper, CA; Munoz, KD; Gruber BM; & Nhuyen PK. (2005). The Effects of a Family Fitness Program on the Physical Activity and Nutrition behaviors of Third­Grade Children. Research Quarterly for Exercise and Sport. Vol. 76. p. 130­139. OMS (2002). Informe sobre la salud en el mundo. Reducir riesgos y promover una vida sana. Ginebra. 2002. Perez R.C., Ribas, B.L., Serra,M.L., Aranceta B.J. (2001). Estrategias de prevención de la obesidad infantil y juvenil. Obesidad infantil y Juvenil [estudio EnKid]. Barcelona. Masson. SEEDO. (2003). Prevalencia de obesidad en España. Estudio SEEDO (2000). Med. Clin. Barcelona. 12. 608­612. Serra, M. L., Aranceta, B. J. (2000). Desayuno y equilibrio alimentario. Estudio EnKid (1998­2000). Vol. 1.­ Barcelona. Masson. Serra, M. L., Aranceta, B. J. (2001). Obesidad infantil y juvenil. Estudio EnKid (1998­ 2000). Vol. 2.­ Barcelona. Masson. Serra, M. L., Aranceta, B. J. (2002). Alimentación infantil y juvenil. Estudio EnKid (1998­2000). Vol.3.­ Barcelona. Masson. Serra, M. L., Aranceta, B. J., Rodríguez S. F. (2003). Crecimiento y desarrollo. Estudio EnKid – Krece Plus (1998­2000). Vol. 4.­ Barcelona. Masson.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 150 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 DIMENSIÓN AFECTIVA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD: DESINHIBICIÓN EN EXPRESIÓN CORPORAL Mª Rosario Romero Martín ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte de Huesca. Universidad de Zaragoza RESUMEN Desde que la OMS en la primera mitad del siglo pasado definiera el concepto salud desde una perspectiva amplia, éste se ha convertido en objeto de estudio desde muy diversas disciplinas. Desde la aproximación de la Actividad Física, existe una cierta tendencia a la identificación del concepto salud con contenidos de la condición física y la práctica deportiva de tal manera que los estudios referidos a los aspectos afectivo­relacionales, como dimensión humana imposible de desdeñar desde ese concepto amplio de salud al que aludíamos, escasean e incomprensiblemente se relegan a otras disciplinas. Desde ese prisma se plantea esta comunicación abordando una, en cierto modo, original aproximación a la salud, como es la práctica de actividades físicas de expresión y estética. Es de todos conocida la dimensión afectiva de las actividades físicas de expresión e igualmente es conocido que son frecuentes los bloqueos afectivos en los alumnos­ participantes a las sesiones los cuales determinan la planificación docente; el profesional debe plantearse como objetivo la consecución de una cierta desinhibición de los sujetos ante las propuestas entendiendo por ello la habilidad para permitirse a sí mismo la expresión, comunicación o creación con base estética de ideas, sentimientos y sensaciones a través del cuerpo y el movimiento con una cierta soltura. En esta comunicación profundizamos en uno de los factores de la inhibición, mostrarse ante los demás en producciones de carácter expresivo o estético, proponiendo un sistema de categorías que permitan planificar el trabajo del profesor o animador de sesiones de contenidos expresivos en el ámbito de la Actividad Física.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 151 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 PALABRAS CLAVE: Expresión corporal, Actividad física y salud, Inhibición: bloqueos afectivos y Planificación de la Actividad Física 1. INTRODUCCIÓN Desde que la OMS en la primera mitad del siglo pasado definió el concepto de salud desde una perspectiva amplia, ésta se ha constituido en objeto de estudio de muy diversas disciplinas. Desde la aproximación de la Actividad Física, existe una cierta tendencia a la identificación del concepto salud con contenidos de la condición física y deportiva de tal manera que, los estudios referidos a los aspectos afectivo­relacionales como dimensión humana imposible de desdeñar desde ese concepto amplio de salud al que aludíamos, escasean e injustamente se relegan a otras disciplinas. Desde ese prisma se plantea esta comunicación abordando una, en cierto modo, original aproximación a la salud, como es la práctica de actividades físicas de expresión y estética, cuestión que no nos pararemos a justificar. Es de todos conocida la dimensión afectiva de las actividades físicas de expresión; también el hecho de que en los contenidos principalmente de Expresión Corporal, surgen con frecuencia bloqueos iniciales en los asistentes a las sesiones que hacen que la organización de la interacción y la planificación docentes, deban prestar una especial atención al proceso personal de la desinhibición entendida ésta en el contexto de la práctica de Actividad Física, como la habilidad para permitirse a sí mismo la expresión, comunicación o creación con base estética de ideas, sentimientos y sensaciones a través del cuerpo y el movimiento con soltura. 2. NECESIDAD DE PLANIFICACIÓN DE LA DESINHIBICIÓN Sin duda una buena planificación y diseño de los programas de Actividad Física, ya sea en el ámbito educativo, en el recreativo,… y también en los contextos de práctica saludable, debe contemplar una previsión de cómo abordar la problemática causada por los bloqueos que la persona siente y que mediatizan su forma de expresarse y relacionarse. Esos bloqueos que podríamos denominar con el término genérico de inhibición y su respuesta por parte del profesor, animador de Actividad Física, sin entrar en el análisis psicológico que entendemos excede las dimensiones de esta comunicación, es el objeto central de la misma.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 152 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 A esos bloqueos se refiere Bara (1975) como mediatizadores de la Expresión Corporal. Para Santiago (1985) uno de los pilares básicos sobre los que asentar cualquier programa de Expresión Corporal debe ser la toma de conciencia de lo que sucede dentro de nosotros. Para ello la primera tarea de la Expresión Corporal debe consistir en liberar los bloqueos que impiden la libre expresión. Según esta autora, el profesor debe ayudar a la auto­ liberación a través de la percepción personal que lleve al auto­conocimiento. Percibir para la autora es el “darse cuenta” de Stevens (1976), el tener conciencia de sí mismo. El percibir lleva consigo la interiorización que lleva de la mano a la verbalización de las experiencias sentidas cuestión que caracteriza a la Expresión Corporal si bien más en el ámbito terapéutico que en el pedagógico donde la verbalización se tiende a reducir. Motos (1985) menciona como líneas metodológicas al respecto: regla básica de utilizar en las primeras sesiones aquellas tareas que parezcan mas “inofensivas” para avanzar hacia los de mas riesgo personal y evitar la angustia o desazón del contacto corporal. La mayoría de los autores estudiados se refieren a ello y plantean algunas soluciones, si bien la experiencia nos demuestra que no existen recetas que no partan de la buena planificación de la observación por parte del profesor para analizar los procesos por los que atraviesa el grupo y cada sujeto en particular. Observamos con frecuencia en nuestra práctica profesional como profesores de la licenciatura de CCAFD, ya sea en los trabajos de los alumnos en la asignatura de Actividades Corporales de Expresión, en la de Practicum e incluso en profesionales ya en ejercicio, que en las sesiones de Expresión Corporal o de otras Técnicas Expresivas corporales, existe una tendencia clara a programar las tareas buscando como primer objetivo el desbloqueo y la desinhibición como requisito para que fluya la auténtica expresión, situando en ocasiones actividades específicas de desinhibición al principio de todas las sesiones e incluso, en ocasiones, programando unidades didácticas iniciales específicas. 3. FACTORES DE INHIBICIÓN En un cuestionario respondido por los alumnos de la Facultad de Educación de Zaragoza en el curso 1999­2000, llegamos a tipificar distintos tipos de bloqueos en las sesiones referidas a contenidos expresivos. De igual manera, nuestra experiencia nos ha permitido
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 153 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 diferenciar una serie de condicionantes relacionados con la inhibición, que vienen a determinar las tareas de expresión. Esta inhibición parece manifestarse en, cuando menos, las siguientes situaciones:
· Mostrarse a los demás, al público.
· Mostrarse a los demás bailando o en actividades expresivas y estéticas bloquea mas que si es jugando a algún juego o deporte.
· Al contacto físico, contacto con personas de otro sexo o con las del mismo en situaciones duales y esto suele estar referido a: – condicionantes físicos (sudor de las manos, tener reparo hacia otro por su olor,..) – psicológicos (o a la suma de este y el anterior) – por condicionantes derivados de los roles sexuales
· A emitir mensajes que nos hagan mas conocidos y por lo tanto mas vulnerables. En este caso se diferencian las exposiciones que reproducen lo que ha indicado el profesor de las creaciones personales, siendo estas últimas de más alto grado de inhibición
· A la falta de habilidad en general. Algunos de esos bloqueos se presentan también en otros contenidos (los tres primeros), si bien se entendía mayoritariamente que se acentuaban en las sesiones de contenidos expresivos. No es frecuente encontrar comportamientos debidos a uno solo de los aspectos anteriores pero en cualquier caso el profesor / animador debe tenerlos en cuenta para sus propuestas. 4. PROPUESTA DE TRATAMIENTO DE UN FACTOR DE INHIBICIÓN: EXPOSICIÓN ANTE LOS DEMAS Para esta comunicación elegimos uno de esos bloqueos: la inhibición o bloque ante la “ exposición o escenificación ante los demás”. A continuación exponemos una categorización
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 154 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 que parte de la descripción de tres condicionantes que estimamos principales que conforman las tres categorías que son: 1. Agrupamiento y tipo de trabajo si es individual o en pequeños o grandes grupos 1. individual 2. pareja 3. trío 4. pequeño grupo (4­6) 5. medio grupo 6. toda la clase 2. Lugar de ejecución 1. Integrado en el grupo clase 2. En un escenario 3. Ocupación del resto del grupo 1. Están ejecutando también 2. Son espectadores A partir de esas categorías establecemos un cuadro de posibles cruces entre ellas y a continuación ordenamos las distintas combinaciones que surgen ponderando la dificultad a tenor de nuestra experiencia LUGAR DE Integrado en el grupo clase En un escenario AGRUPAMIENTO/ EJECUCIÓN TIPO DE OCUPACION Están Son Están Son TRABAJO DEL RESTO ejecutando espectadores ejecutando espectadores DEL GRUPO también también 1 (individual) 6 11 ­ 16 pareja 5 10 ­ 15 trío 4 9 ­ 14 peq. grupo (4­6) 3 8 ­ 13 medio grupo 2 7 ­ 12 toda la clase 1 ­ ­ ­
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 155 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 A partir de ese cuadro surgen cuando menos 16 posibilidades o categorías que se han numerado por orden de menor a mayor dificultad en cuanto a la inhibición ante la escenificación ante los demás, las cuales las tendremos en cuenta en la programación. En el cuadro adjunto mencionamos las distintas categorías, sus características y algunos ejemplos en el ámbito educativo: CAT. CARACTERÍSTICAS 1 CONSECUENCIAS EJ EMPLO los demás agr upac. espacio actúan actúan todos en el espacio nadie ve a nadie, el en gpos. de 4; aprenden una simultáneam los de la habitual de alumno se siente rutina de cuatro movimientos ente clase, sin inmerso en su trabajo que los unen y repiten cada clase escenario uno durante una frase musical, que centre la tras lo cual lo interpretan toda atención la clase en las condiciones de la categoría uno. …
8 los que no actuan en en un supone una exposición gpo. de seis que prepara un son del grupos de 6 escenario alta, pero el hecho de sketch con la técnica de mimo; grupo son que actúen varios a la deben definir claramente los espectadores vez, diluye la personajes, un conflicto actuación de cada simple, desarrollo y desenlace persona en particular …
16 son espectadores individual en un la responsabilidad la performance que se exige escenario recae sobre el para las pruebas de ejecutante que se oposiciones a funcionarios constituye en foco de docentes de E. Primaria y E. atención único Secundaria
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 156 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 5. CONCLUSIONES
· Hemos trabajado ya sobre esta propuesta y nos parece factible y sencilla de integrar en la programación.
· Queda sin embargo todo un trabajo intenso sobre su utilidad y sobre su base científica, lo cual implica analizar con mayor profundidad las vivencias de los alumnos a partir de estas situaciones distintas y las reacciones de estos a través de metodologías apropiadas. 6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
· BARA, A. (1975). La expresión por el cuerpo. Buenos Aires: Búsqueda.
· SANTIAGO, P. (1985). De la expresión corporal a la comunicación interpersonal. Narcea: Madrid.
· ROMERO, M.R. (2003) (s.e.). Proyecto docente de la asignatura Actividades Corporales de Expresión para Titularidad de Universidad. Universidad de Zaragoza. Facultad de CC de la Salud y del Deporte de Huesca.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 157 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INFLUENCIA DE LA EXTENSIBILIDAD ISQUIOSURAL EN LA DISPOSICIÓN DEL RAQUIS AL REALIZAR UNA FLEXIÓN DEL TRONCO EN MUJ ERES POSTMENOPAUSICAS Pilar Sáinz de Baranda Andujar Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. UCAM. Pedro Ángel López Miñarro ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. UCAM. Antonio Cejudo Palomo Coordinador técnico del Programa de Gerontogimnasia del Ayuntamiento de Murcia. Olga Rodríguez Ferrán Profesora de Educación Física. IES RESUMEN Objetivo: Valorar la influencia de la extensibilidad isquiosural en mujeres postmenopaúsicas sobre el perfil sagital de la columna en un movimiento de flexión del tronco. Método: A un total de 125 mujeres postmenopáusicas se les evaluó la extensibilidad isquiosural mediante el test de elevación de pierna recta EPR), y se les midió la disposición de la curva dorsal y lumbar mediante un inclinómetro ISOMED Unilevel al realizar una flexión máxima del tronco en sedentación (test dedos­planta, DDP) y en bipedestación (test dedos suelo, DDS). Resultados: Las medias del EPR derecho e izquierdo fueron de 81.10º + 14.36º y de 82.70º + 14.73º, respectivamente (p<0.01). Existen diferencias significativas (p<0.05) en los valores medios de la curva dorsal en el DDP entre el grupo de cortedad grado I (60,97 ± 10,79) y el de normalidad (54,74º ± 11,49). En el DDP no existen diferencias significativas entre grupos. Para la curva lumbar, en el DDP hay diferencias (p<0.01) entre el grupo de cortedad grado I (3,45 ± 9,77) y el de normalidad (10,86 ± 12,19), mientras en el DDS no existen diferencias. Conclusiones: Al realizar un movimiento de máxima flexión del tronco, las mujeres postmenopausicas con mayor extensibilidad isquiosural presentan una menor cifosis dorsal y una flexión lumbar más acusada. PALABRAS CLAVE: raquis, lumbar, dorsal, estiramiento isquiosural, inclinómetro.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 158 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INTRODUCCIÓN La probabilidad de padecer una fractura vertebral en una mujer a partir de los 50 años es del 32% (Cummings, Black, & Rubin, 1989). Entre las consecuencias de estas fracturas se pueden destacar la pérdida de altura, el aumento de la cifosis dorsal (Ernst, 1998; Haczynski & Jakimiuk, 2001), la aparición de algias dorso­lumbares (Ross, Dais, Epstein, & Wasnich, 1994; Lindsey, Kim, Hannibal, & Alamin, 1995), una menor movilidad intervertebral (Ernst, 1998; Cooper, Oneil, & Silman, 1993) y la posibilidad de padecer una segunda fractura (Revel, Mayoux­Benhamou, Rabourdin, Bagheri, Roux, 1993). Se ha establecido una asociación entre la hipercifosis dorsal, una baja densidad mineral ósea y la pérdida de altura (Ettinger, Black, Palermo, Nevitt, Melnikoff, & Cummings, 1994), así como una mayor probabilidad de padecer una fractura vertebral en aquellas mujeres con mayores grados de cifosis dorsal (Ensrud, Black, Harris, Ettinger, & Cummings, 1997). Una adecuada extensibilidad isquiosural podría ser una medida que incidiera positivamente en la disposición de las curvas sagitales del raquis, lo que supondría un factor preventivo de la fractura vertebral. Gajdosik, Albert y Mitman (1994) indican que la extensibilidad isquiosural influye en las posturas de pelvis y tronco de adultos jóvenes. Li, McClure y Pratt (1996) indican que la extensibilidad isquiosural podría afectar al movimiento de flexión del tronco. Santonja, Ferrer y Martínez (1995) afirma que la cortedad isquiosural limita la flexión de la pelvis en el movimiento de flexión del tronco. Se ha comprobado experimentalmente que el exceso de compresión, la flexión vertebral y una sedentación prolongada, disminuyen progresivamente el umbral de tolerancia de los tejidos (McGill, 1997; Adams & Dolan, 1997), siendo, por tanto, factores de riesgo de la fractura vertebral. Si una mayor extensibilidad isquiosural en personas mayores se asociara a una menor flexión vertebral, supondría un factor de prevención de las fracturas vertebrales. El objetivo del trabajo es valorar la influencia de la extensibilidad isquiosural en mujeres postmenopaúsicas sobre el perfil sagital de la columna en movimientos de flexión del tronco. MATERIAL Y MÉTODO Un total de 125 mujeres postmenopáusicas fueron seleccionadas de un Centro de la Mujer y dos Centros de Personas Mayores de la Región de Murcia. La media de edad, peso y talla fue de 60.55 + 8.57 años, 70.52 + 11.99 kg y 154.30 + 5.92 cms., respectivamente. El estudio fue aprobado por el comité ético de la Universidad Católica San Antonio de Murcia y
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 159 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 las participantes fueron informadas previamente acerca de los procedimientos del estudio, firmando un consentimiento informado. La extensibilidad isquiosural fue valorada en ambas piernas mediante el test angular elevación de la pierna recta, utilizando un inclinómetro ISOMED Unilevel. Para la realización del test EPR, la explorada se situaba en decúbito supino sobre una camilla. Un explorador colocaba una mano fijando la pierna no explorada y la otra mano se disponía bajo el raquis lumbar para detectar la retroversión de la pelvis. Con las rodillas en extensión, otro explorador realizaba una flexión pasiva coxofemoral de forma lenta y progresiva, hasta que el explorador nota una basculación de la pelvis (Pope, Bevins, Wilder, & Frymoyer, 1985) o la explorada manifiesta dolor en el hueco poplíteo (Hyytyäinen, Salminen, Suvitie, Wickström, & Pentty, 1991), momento en el que se procedía a la medición en grados. Para clasificar la extensibilidad isquiosural se siguieron las referencias de Ferrer (1998): normalidad (≥ 75º), cortedad grado I (74º ­ 61º) y cortedad grado II (£ 60º). Además, se midió la curva dorsal y lumbar en flexión del tronco mediante un inclinómetro ISOMED Unilevel al realizar los tests dedos­suelo y dedos­planta. La explorada se sitúa en sedentación en el suelo (DDP) o en bipedestación (DDS), con las rodillas extendidas y los pies juntos en 90º de flexión, en contacto con el cajón de medición Acuflex y con las caderas en posición anatómica, sin rotación coxofemoral. En esta posición se le invita a que realice una flexión máxima del tronco con piernas y brazos extendidos, deslizando las palmas de las manos por el cajón. Para medir la cifosis dorsal el inclinómetro se colocó al inicio de la curvatura torácica (coincide generalmente con T1 ­ T2), colocándose en esta posición a 0º. A continuación el inclinómetro se colocaba en la marca realizada en T12­ L1. Dicha marcación fue realizada según las indicaciones de Madson, Youdas y Suman (1999). Para medir la lordosis lumbar, en la zona en la que se determina el grado de cifosis dorsal se nivelaba el inclinómetro a 0º y se colocaba a continuación en el inicio del pliegue interglúteo, que suele coincidir en L5­S1. Valores negativos indican persistencia de lordosis. Se realizaron tres mediciones de cada test de forma aleatoria con un intervalo de descanso de 5 minutos. El valor medio de cada test se utilizó para el análisis estadístico. A nivel estadístico se ha determinado la media y desviación típica de las variables analizadas. Para establecer las correlaciones entre las variables se utilizó el test de Pearson. Una t­student para muestras apareadas fue utilizada para comparar el valor EPR de ambas piernas. Un ANOVA de un factor se utilizó para analizar la influencia de la extensibilidad
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 160 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 isquiosural, según referencias de normalidad, sobre la disposición del raquis lumbar y dorsal. En el caso de ser significativa, se realizó un análisis mediante la prueba Tukey post hoc para analizar las diferencias por pares. Todos los datos fueron analizados usando el SPSS 12.0 y el nivel de significación fue de p < 0.05. RESULTADOS Tras la valoración de la musculatura isquiosural mediante el test EPR, para la pierna izquierda la muestra estudiada refleja una media de 82.70º + 14.73º, con un mínimo de 48º y un máximo de 128º. Tras la valoración de la musculatura isquiosural mediante el test EPR, para la pierna derecha, la muestra estudiada refleja una media de 81.10º + 14.36º, con un mínimo de 52º y un máximo de 120º. Existen diferencias significativas (p<0.01) entre los valores angulares de ambas piernas. La correlación entre los valores EPR de ambas piernas fue de r= .90. En la tabla 1 se presenta la distribución de mujeres en base a las referencias de normalidad para cada pierna. Los datos de la ANOVA indican que en la cifosis dorsal en el DDS existen diferencias significativas (p<0.05), pero no así en el DDP. En cuanto a la curva lumbar no hay diferencias en el DDS, pero sí en el DDP (p<0.01). La comparación de la cifosis dorsal y lordosis lumbar al realizar los ejercicios dedos suelo y dedos planta en base a las referencias de normalidad de la extensibilidad isquiosural se presentan en la tabla 2. Las correlaciones entre la cifosis dorsal y el EPR derecho e izquierdo fueron de r= ­0.33 (p<0.01) y r= ­0.36 (p<0.01), respectivamente, para el DDS. En el DDP dichas correlaciones fueron de r= ­0.21 (p<0.05) y r= ­0.19 (p<0.05), respectivamente. Para la curva lumbar respecto al EPR derecho e izquierdo, el DDS presenta unas correlaciones de r= 0.11 (p>0.05) y r= 0.17 (p<0.05). El DDP presenta correlaciones de r= 0.31 (p<0.01) y r= 0.29 (p<0.01), respectivamente. Tabla 1. Distribución de los casos según los valores de extensibilidad isquiosural valorada mediante el test EPR. EPR DRCH REF ERENCIAS EPR IZQ Normal:≥ 75º 67,7% 64,6% Grado I: 74º ­ 61º 25,4% 26,2% Grado II: ≤ 60º 3,1% 5,4%
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 161 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Tabla 2. Valores angulares medios (desviación típica) para la curva dorsal y lumbar en el dedos planta y dedos suelo en base a la extensibilidad isquiosural. Cur va dor sal Refer encias EPR n DDS Cur va lumbar DDP DDS DDP Nor malidad 88 54,74 (11,49) 62,42 (11,48) 15,91 (13,93) 10,86 (12,19) Cor tedad gr ado I 33 60,97 (10,79)* 63,52 (10,66) 12,30 (10,77) 3,45 (9,77) † Cor tedad gr ado II 4 58,67 (3,05) 7,50 (13,20) ­1,67 (13,50) 60,50 (10,24) † * p<0.05 entre cortedad grado I y normalidad; p<0.01 entre cortedad grado I y normalidad. DISCUSIÓN Al realizar el test DDS las mujeres con mayor extensibilidad isquiosural presentan valores angulares de cifosis dorsal más reducidos y una inversión lumbar más acusada. No obstante, en el DDP no se observa la misma tendencia en la cifosis dorsal, ya que no hay diferencias significativas, si bien el grupo de normalidad presenta una menor cifosis dorsal que el grupo de cortedad grado I. Gajdosik et al (1994), así como Tully y Stillman (1997) encontraron que una mayor extensibilidad isquiosural está asociada a una mayor flexión lumbar y menor flexión dorsal al realizar un DDS. No obstante, el estudio de Gajdosik et al (1994) valora adultos jóvenes y utiliza unas referencias en el EPR que establecen el límite de normalidad y cortedad en 85º y el de cortedad grado I y II en 65º. El aumento de la cifosis en los movimientos de flexión del tronco en mujeres postmenopáusicas, supone un factor de riesgo de la fractura vertebral ya que las fracturas se localizan con mayor frecuencia en la región torácica media (T6­T8) y la transición tóraco­ lumbar (T12­L1) (Haczynski & Jakimiuk, 2001). Hay que considerar que el número tan reducido de mujeres de nuestro estudio que presentan cortedad grado II (cuatro), supone una fuerte limitación, ya que no es posible establecer la relación y diferencias con el resto de categorías (cortedad grado I y normalidad). Esola, McClure, Fitzgerald y Siegler (1996) indican que una mayor extensibilidad isquiosural facilitaría mayor contribución coxofemoral en el movimiento de flexión del tronco y, por tanto, menor inversión lumbar. Otros autores consideran este hecho como el resultado de un bloqueo coxofemoral, que deriva en una la mala utilización del ritmo lumbopélvico, produciendo una mayor flexión raquídea (Fisk & Baigent, 1984; Stokes & Abery, 1980). Según Santonja y Martínez (1995) las personas con cortedad isquiosural, de grado I o II, al intentar alcanzar los pies adoptan una inversión lumbar y una hipercifosis dorsal. Nuestros
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 162 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 datos apoyan estas afirmaciones en cuanto a la cifosis dorsal, si bien encontramos que una mayor extensibilidad isquiosural induce un aumento de la flexión intervertebral lumbar. Es necesario que en los programas de ejercicio físico se realicen ejercicios de extensibilidad isquiosural con raquis alineado, así como un trabajo de concienciación pélvica, con objeto de que las mujeres consigan un mayor control sobre su pelvis y raquis a la hora de realizar movimientos de flexión del tronco. Sería interesante valorar la cinemática de la flexión del tronco en relación a la extensibilidad isquiosural en las actividades de su vida diaria. CONCLUSIÓN Al realizar un movimiento de máxima flexión del tronco, las mujeres postmenopáusicas con mayor extensibilidad isquiosural presentan una menor cifosis dorsal y una flexión lumbar más acusada, si bien existe una relación diferente según el test realizado. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Adams, M. A., & Dolan, P. (1997). Could sudden increases in physical activity cause degeneration of intervertebral discs?. The Lancet, 350, 734­735. Bado, J. L. (1977). Dorso Curvo. Montevideo: Artecolor. Cooper, C., Oneil, T., & Silman, A. J. (1993). The epidemiology of vertebral fractures. Bone, 14, S87­S97. Cummings, S. R., Black, D. M., & Rubin, S. M. (1989). Lifetime risks of hip, Colles', or vertebral fracture and coronary heart disease among white postmenopausal women. Archives International of Medicine, 149, 2445­2448. Ensrud, K. E., Black, D. M., Harris, F., Ettinger, B., & Cummings, S. R. (1997). Correlates of kyphosis in older women. The Fracture Intervention Trial Research Group. Journal of American Geriatric Society, 46, 682­687. Ernst, E. (1998). Exercise for females osteoporosis. A systematic review of randomised clinical trials. Sports Medicine, 25, 359­368. Esola, M. A., McClure, P. W., Fitzgerald, G. K., & Siegler, S. (1996). Analysis of lumbar spine and hip motion during forward bending in subjects with and without a history of low back pain. Spine, 21, 71­78. Ettinger, B., Black, D. M., Palermo, L., Nevitt, M. C., Melnikoff, S., & Cummings, S. R. (1994). Kyphosis in older women and its relation to back pain, disability and osteopenia: the study of osteoporotic fractures. Osteoporosis International, 4, 55­60. Ferrer, V. (1998). Repercusiones de la cortedad isquiosural sobre la pelvis y el raquis lumbar. Tesis Doctoral. Universidad de Murcia. Fisk, J. W., Baigent, M. L., & Hill, P. D. (1984). Scheuermann´s disease. Clinical and radiological survey of 17 and 18 years old. American Journal of Physical Medicine, 63, 18­ 30. Gajdosik, R. L., Albert, C. R., & Mitman, J. J. (1994). Influence of hamstring length on the standing position and flexion range of motion of the pelvic angle, lumbar angle, and thoracic angle. Journal of Orthopaedic and Sports Physical Therapy, 20, 213­219.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 163 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Haczynski, J., & Jakimiuk, A. J. (2001). Vertebral fractures: a hidden problem of osteoporosis. Med Sci Monit, 7, 1108­1117. Hyytiäinen, K., Salminen, J. J., Suvitie, T., Wickström, G., & Pentty, J. (1991). Reproducibility of nine test to measure spinal mobility and trunk muscle strength. Scandinavian Journal of Rehabilitation Medicine, 23, 3­10. Li, Y., McClure, P. W., Pratt, N. (1996). The effect of hamstring muscle stretching on standing posture and on lumbar and hip motions during forward bending. Physical Therapy, 76, 836­845. Lindsey, D. P., Kim, M. J., Hannibal, M., & Alamin, T. F. (1995). The monotonic and fatigue properties of osteoporotic thoracic vertebral bodies. Spine, 30, 645­649. Madson, T. J, Youdas, J. W., & Suman, V. J. (1999). Reproducibility of lumbar spine range of motion measurements using the back range of motion device. Journal of Orthopaedic and Sports Physical Therapy, 29, 470­477. McGill, S. M. (1997). The biomechanics of low back injury: implications on current practice in industry and the clinic. Journal of Biomechanics, 30, 465­475. Pope, M. H., Bevins, T., Wilder, D. G., & Frymoyer, J. V. (1985). The relations between antrhopometric, postural, muscular and mobility characteristics of males ages 18­55. Spine, 10, 644­648. Revel, M., Mayoux­Benhamou, M. A., Rabourdin, J. P., Bagheri, F., & Roux, C. (1993). One year psoas training can prevent lumbar bone loss in postmenopausal women: a randomised controlled trial. Calcified Tissue International, 53, 307­311. Ross, P. D., Dais, J. W., Epstein, R. S., & Wasnich, R. D.. (1994). Pain and disability associated with new vertebral fractures and other disability conditions. Journal of Clinical Epidemiology, 47, 231­239. Santonja, F., & Martínez, I. (1992). Síndrome de acortamiento de la musculatura isquiosural. En F. Santonja & I. Martínez (Eds), Valoración médico­deportiva del escolar (pp. 245­258). Murcia: Universidad de Murcia. Santonja, F., Ferrer, V., & Martínez, I. (1995). Exploración clínica del síndrome de isquiosurales cortos. Selección, 4, 2, 81­91. Stokes, I. A. F., & Abery, J. M. (1980). Influence of the hamstring muscles on lumbar spine curvature in sitting. Spine, 5, 525­528. Tully, E.A., & Stillman, B. C. (1997). Computer­aided video analysis of vertebrofemoral motion during toe touching in healthy subjects. Archives of Physical Medicine and Rehabilitation, 78, 759­766.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 164 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 RELACIÓN ENTRE INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y VARIABLES LIPÍDICAS Y SOMATOMÉTRICAS EN ESCOLARES DE CUENCA. Mairena Sánchez López (msanchez@enf­cu.uclm.es) Bernardo Berlanga Rodríguez Blanca Notario Pacheco Cristina Fernández Sçaiz Centro de estudios sociosanitarios. Cuenca OBJ ETIVO: Analizar la relación entre niveles de intensidad de la Actividad Física (AF) con diferentes variables lipídicas y somatométricas en escolares. PALABRAS CLAVE: Actividad Física, cuestionario, lípidos, somatometría y escolares. EMPLAZAMIENTO: comunitario provincial. PARTICIPANTES: 1076 escolares de 4º y 5º curso de Educación Primaria. MEDICIONES Y RESULTADOS: A todos los participantes se les determinaron las siguientes variables: IMC, colesterol total, c­HDL, c­LDL, triglicéridos, frecuencia cardiaca en reposo, presión arterial sistólica y diastólica, pliegue cutáneo y % de grasa corporal (medido por bioimpedancia), y se les administró el CAF­PE, un cuestionario traducido y adaptado al castellano del PAQ­C: Physical Activity Questionnaire for Older Children (Kowalski y cols, 1997), un cuestionario auto administrado que recoge la AF de los 7 días anteriores a la entrevista. Todas las preguntas contienen 5 opciones de respuesta en una escala Likert. La media de los ítems C1­1 (Pasear), C1­3 (Montar en bici), C1­14 (Jugar en la calle), C3 (Hacer deporte después del colegio) y el C5 (Deporte en el fin de semana) sirvieron para valorar la intensidad de la AF categorizada en 3 niveles: Baja, Media y Alta.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 165 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Mediante la prueba ANOVA se observó que existen diferencias estadísticamente significativas en c­HDL, triglicéridos, % de grasa corporal y FC por niveles de AF; por el contrario, no se encontraron diferencias significativas entre el resto de variables (tabla1): Intensidad C­T HDL LDL Tr igl Baja 163,45 63,63 86,09 Media 164,92 65,59 Alta 161,88 66,12 PAS PAD PCT % GC FC IMC 68,65 103,89 63,37 16,47 24,69 77,89 18,64 86,81 62,55 103,75 63,26 16,23 24,32 76,94 18,78 84,39 56,83 104,74 62,60 15,68 23,03 74,45 18,95 0,282 0,325 0,004 0,001 0,543
de AF p 0,278 0,040 0,353 0,001 0,316 Tabla 1. Relación entre niveles de AF y diferentes variables lipídicas y somatométricas. CONCLUSIÓN: Las variables que mejor discriminan entre niveles de intensidad de la AF son el c­HDL, triglicéridos, % de grasa corporal por bioimpedancia y la frecuencia cardiaca en reposo. BIBLIOGRAFÍA:
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· Serra Majem L, Aranceta Bartrina, J. Obesidad infantil. Estudio enKid. Vol 2. Barcelona: Masson, 2001. AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 166 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 DIFERENCIAS EN FUNCIÓN DEL GÉNERO EN LOS HÁBITOS DE VIDA ESCOLARES. Pedro Antonio Sánchez Miguel Ernesto de la Cruz Sánchez Fátima Agúndez González José Miguel Saavedra García ([email protected]) Grupo de investigación AFIDES. Universidad de Extremadura. RESUMEN Los objetivos de este estudio son: (i) conocer los hábitos de vida de la muestra estudiada y (ii) conocer si existen diferencias en estos hábitos de vida en función del género. Los sujetos que participaron en este estudio fueron 213 escolares, subclasificados en género, siendo 166 niños (9,81 ± 1,12 años) y 47 niñas (9,97 ± 1,16 años). Todos los sujetos complementaron un cuestionario referente a sus hábitos de vida. Se presentan descriptivos básicos de las variables estudiadas y se realiza una la prueba t de Student para muestras independientes para conocer las diferencias entre los dos grupos. La principal conclusión que se puede extraer de este estudio es que aunque el estilo de vida es similar en ambos sexos, existen diferencias significativas entre ambos grupos en distintas variables como el uso semanal de videojuegos, el consumo semanal de carne, la pertenencia a asociaciones deportivas y la realización de actividades deportivas extraescolares. PALABRAS CLAVE: Alimentación, ocio, deporte. 1. INTRODUCCIÓN Existen estudios que demuestran que la población infantil presenta un nivel de sedentarismo elevado, cuyo incremento es constante (García, 2001; Martínez­González et al., 2001; Klee et al., 2004), lo que resulta preocupante si pensamos que es durante la etapa infantil cuando se establecen los patrones de hábitos de vida que se fijarán en la edad adulta (McLennan, 2004). La obesidad infantil se relaciona directamente con la prevalencia de la obesidad en la edad adulta; dicho de otro modo, un niño obeso tiene muchas posibilidades de
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 167 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ser un adulo obeso (Glenmark et al., 1994, Guo et al., 1999, Baranowski et al., 2000, Ludwig y Gortmaker, 2004). Mantener una buena forma física previene la obesidad y los problemas asociados a ella, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, el cáncer y problemas mentales (Dwyer et al., 2002; Baranowski et al., 2000; Bianchini et al., 2002; Rovio et al., 2005). La práctica deportiva y la actividad física en forma de juegos son parte del aprendizaje y elementos necesarios para el desarrollo adecuado de las personas, siendo la infancia un período crítico para desarrollar hábitos de vida saludables (Haywood y Getchell, 2001). En nuestro país los niveles de participación deportiva infantil son sensiblemente menores a los del resto de Europa (García, 2001; Lasheras et al., 2001) y existen diferencias en la cantidad de práctica de actividad física entre hombres y mujeres, siendo frecuente que en las edades tempranas las chicas realicen menos ejercicio físico que los chicos (Lasheras et al., 2001; Tur et al., 2004; Escalante et al., 2005a). Esto va acompañado de otras peculiaridades, como es el caso de que las chicas que realizan actividad física llevan una dieta más adecuada que los chicos en similar situación (Tur et al., 2004). Otro aspecto fundamental para la salud, relacionado con los hábitos de vida, lo constituyen los hábitos alimenticios. Los profesionales del ámbito biosanitario, profesores y maestros asisten estupefactos a un brusco cambio de carácter negativo en los hábitos alimenticios de niños y jóvenes, que en pocos años ha evolucionado hacia un menor consumo de frutas, verduras y productos frescos respecto a décadas pasadas, asimismo existe un incremento en el consumo de productos muy refinados y ricos en grasas (Nicklas et al., 2004), impropios de una dieta adecuada. Esta circunstancia se ve agravada por el hecho de que en los más jóvenes es frecuente dedicar una parte importante de su tiempo de ocio a actividades pasivas como clases de refuerzo escolar, clases de música, ver televisión o jugar con vídeoconsolas y ordenadores (Hernández et al., 1999; Hancox et al, 2004). Así pues, los objetivos de este estudio son: (i) conocer los hábitos de vida de la muestra estudiada y (ii) conocer si existen diferencias en estos hábitos de vida en función del género. 2. MÉTODOS Los sujetos que participaron en este estudio fueron 213 escolares pertenecientes a 4centros escolares de Extremadura, y fueron clasificados en dos grupos en función del género. Tabla 1. Caracterización de la muestra (n, media y desviación típica).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 168 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Niños (n=166) Niñas (n=47) Edad (años) 9,81 ± 1,12 9,97 ± 1,16 Talla (metros) 1,40 ± 0,08 1,39 ± 0,10 Peso (kg) 35,67 ± 9,57 38,19 ± 10,12 Todos los niños realizaron un cuestionario de 26 preguntas (modificado de Saavedra et al., 2004) en el que se les preguntaba acerca de la valoración de su propio estado de salud (1 pregunta), sus hábitos alimenticios (10 preguntas), horas de sueño (2 preguntas), tiempo dedicado a caminar (1 preguntas), ocio relacionado con las nuevas tecnologías (5 preguntas). Todos los participantes realizaron el cuestionario asistidos por los responsables del estudio. En cuanto al análisis de los datos, se calculan los descriptivos básicos para la totalidad de la muestra y para cada grupo; mientras que para calcular las diferencias en función del género se utiliza la prueba t de Student para muestras independientes. 3. RESULTADOS En la tabla 2 se recogen los descriptivos básicos (media y desviación típica) de la totalidad de la muestra, así como los descriptivos básicos de las submuestras (niños y niñas) y las diferencias significativas entre los dos grupos, a través del valor de p. Tabla 2. Descriptivos básicos (media ± desviación típica) de las variables del cuestionario de hábitos de vida y diferencias significativas de los dos grupos a través de la prueba t de Student para muestras independientes.. Variable Niños/as Niños Niñas (n=213) (n=166) (n=47) 8,21 ± 1,66 8,23 ± 1,67 8,14 ± 1,62 0,752 Consumo fruta (días/s) 4,76 ± 2,35 4,36 ± 2,37 4,84 ± 2,24 0,219 Consumo carne (días/s) 3,59 ± 1,92 3,73 ± 1,91 3,10 ± 1,92 0,049 2,48 ± 1,57 2,50 ± 1,63 2,40 ± 1,34 0,675 3,37 ± 1,73 3,34 ± 1,82 3,45 ± 1,35 0,657
Estado percibido de salud (0 a 10) Consumo (días/s) pescado Consumo pasta/arroz/patatas (días/s) AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES P 169 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Consumo (días/s) pan/cereales 5,53 ± 2,10 5,53 ± 2,10 5,77 ± 2,00 0,470 Consumo (días/s) verduras 2,42 ± 1,99 2,38 ± 1,91 2,57 ± 2.26 0,562 Consumo (días/s) legumbres 2,42 ± 1,59 2,33 ± 1,57 2,75 ± 1,60 0,110 Consumo (días/s) embutidos 3,09 ± 2,01 2,95 ± 1,95 3,57 ± 2,17 0,063 Consumo lácteos (días/s) productos 5,90 ± 1,79 6,00 ± 1,74 5,57 ± 1,93 0,148 2,04 ± 1,86 1,97 ± 1,91 2,29 ± 1,65 0,259 Sueño por la noche (h) 9,10 ± 1,34 9,07 ± 1,33 9,20 ± 1,38 0,578 Sueño de día (siesta) (h) 0,38 ± 0,84 0,34 ± 0,81 0,51 ± 0,95 0,066 Televisión al día (h) 2,86 ± 1,95 2,90 ± 1,99 2,71 ± 1,82 0,538 Paseos o caminatas al día 1,75 ± 1,18 1,71 ± 1,15 1,91 ± 1,28 0,309 Uso videoconsola (días/s) 2,50 ± 2,13 2,78 ± 2,04 1,52 ± 2,16 0,000 Uso ordenador (días/s) 2,12 ± 2,18 2,21 ± 2,21 1,80 ± 2,09 0,253 2,62 ± 1,15 2,65 ± 1,18 2,53 ± 1,06 0,522 3,01 ± 2,21 3,13 ± 2,32 2,59 ± 1,73 0,179 Consumo pasteles (días/s) dulces y (h) Televisores (número) en casa Televisión diaria (h) En la tabla 3, se muestran los porcentajes de variables referidas al estilo de vida. Tabla 3. Porcentajes de diversas variables referidas al estilo de vida en ambos grupos. Var iable Niños Niñas Pertenencia a club o asociación deportiva 42,19 % 19,83 % Tienen televisor en su cuarto 32,25 % 35,67 % Van al colegio andando 48,97 % 43,45 % 70,97 % 58,22 % 68,55 % 72,01 %
Realizan actividades extraescolares deportivas Realizan actividades extraescolares no AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 170 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 deportivas El padre practica actividad física 35,10 % 37,08 % La madre practica actividad física 33,45 % 35,55 % 4. DISCUSIÓN Como podemos observar, los datos obtenidos nos permiten afirmar que la dieta de los escolares estudiados no es la adecuada (AESA, 2005) y no existen diferencias entre sexos en la mayoría de parámetros correspondientes al estilo de vida, si bien existen algunas diferencias significativas como en el caso del consumo semanal de carne donde se puede apreciar un consumo más elevado por parte de los niños. En cuanto a la práctica de actividad física y deportes, podemos afirmar que, en consonancia con otros estudios realizados en nuestro país (Lasheras et al., 2001; Tur et al., 2004) y nuestra región (Escalante et al., 2005a), las mujeres tienen un menor índice de participación deportiva en estas edades tempranas que los varones (menor pertenencia a clubes deportivos y menor índice de participación en actividades extraescolares de carácter deportivo en niñas), tendencia que suele invertirse en las edades adultas ya que al alcanzar la madurez las mujeres extremeñas suelen ser mayoría entre el colectivo de deportistas adultos (Escalante et al., 2005b). Esto puede deberse a que los patrones de socialización en la infancia en chicos y chicas son diferentes en detrimento de éstas últimas, ya que es frecuente que encuentren dificultades al acceso y práctica de actividad física y deportes (Stucky­Ropp y DiLorenzo, 1993). En cuanto al estilo de vida, algunos trabajos hacen énfasis en la inactividad femenina, afirmando que las chicas llevan una vida más sedentaria (Klee et al., 2004; Lasheras et al., 2001), y si bien algunos resultados de nuestro trabajo concuerdan con ellos, otros nos permiten afirmar que en ciertos aspectos las chicas tienen un ocio menos pasivo (menor tiempo dedicado a videojuegos y tendencia no significativa en un menor tiempo dedicado a ver televisión). En un estudio llevado a cabo en adolescentes en Palma de Mallorca (Tur et al., 2004) se halló que los chicos padecían más sobrepeso que las chicas a pesar de realizar mayor cantidad de práctica de actividad física formal, lo que podría deberse a otros factores del estilo de vida y de ocio relacionados con la inactividad como los ya mencionados.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 171 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 5. CONCLUSIONES Las conclusiones del presente estudio deben ser interpretadas con cautela por dos motivos, en primer lugar por que la muestra no se ha seleccionado al azar, ni a través de conglomerados, sino por accesibilidad; y en segundo lugar por que existe una desproporción evidente en el tamaño de la muestra de niños y niña. No obstante, podemos afirmar que (i) los hábitos alimenticios de niños y niñas no son adecuados existiendo un exceso en el consumo de productos cárnicos y un déficit en el consumo de alimentos de origen vegetal y pescado; (ii) no existen diferencias significativas en la mayoría de los componentes del estilo de vida entre niños y niñas y (iii) es necesario fomentar la práctica de deporte extraescolar entre el colectivo femenino en edades tempranas y promover aún más la igualdad de oportunidades entre ambos sexos para el acceso a actividades deportivas. 6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Agencia Española de Seguridad Alimentaria (2005). Estrategia para la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo. Baranowski, T., Mendlein, J., Resnicow, K., Frank, E., Cullen, K.W., y Baranowski, J. (2000). Physical activity and nutrition in children and youth: an overview of obesity prevention. Preventive Medicine 31, S1­S10. Bianchini, F., Kaaks, R., Vainio, H. (2002) Overweight, obesity and cancer risk. Lancet Oncology, 3, 565­574. Biddle, S.J., Gorely, T., Marshall, S.J., Murdey, I. y Cameron N. (2004). Physical activity and sedentary behaviours in youth: issues and controversies. Journal of Research Society Health, 124(1), 29­33. Dwyer, J.T., Feldman, H.A., Yang, M., Webber, L.S., Must, A., Perry, C.L., Nader, P.R., y Parcel, G.S. (2002). Maintenance of lightweight correlates with decreased cardiovascular risk factors in early adolescence. Journal of Adolescent Health, 31, 117­124. Escalante, Y., De la Cruz, E., Pino, J., Saavedra, J.M. (2005a) The practice of physical sports among children and youth in rural areas. En: Proceedings of the AIESEP World Congress 2005, Lisboa. Escalante, Y., De la Cruz, E., Pino, J., Saavedra, J.M. (2005b) The practice of physical sports among adults in rural areas. En: Proceedings of the AIESEP World Congress 2005, Lisboa. García, M. (2001). Los españoles y el deporte. Prácticas y comportamientos en la última década del siglo XX: encuesta sobre los hábitos deportivos de los españoles. Madrid: C.S.D. Gillman, M.W., Pinto, B.M., Tennstedt, S., Glanz, K., Marcus, B., y Friedman, R.H. (2001). Relationships of physical activity with dietary behaviours amosng adults. Preventive Medicine, 32, 295­301. Glenmard, B., Hedberg, G., y Jansson, E. (1994). Prediction of physical activity level in adulthood by physical characteristics, physical performance and physical activity in adolescence: an 11 year follow – up study. European Journal of Applied Physiology and Occupational Physiology, 69(6), 530­538.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 172 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Guo, s. y Chumlea, W. (1999). Tracking of body mass index in children in relation to overweight in adulthood. American Journal of Clinical Nutrition, 70,1455­1485. Hancox, R.J., Milne, B.J. y Poulton, R. (2004). Association between child and adolescent television wiewing and adult health: a longitudinal birth cohort study. Lancet, 364,257­262. Haywood, K.M. y Getchell, N. (2001). Life span motor development. Champaign: Human Kinetics. Hernández B., Gortmaker S.L., Colditz G.A., Peterson K.E., Laird N.M. y Parra­ Cabrera S. (1999). Association of obesity with physical activity, television programs and others forms of video viewing among children in Mexico City. International Journal lo Obesity and Related Metabolic Disorders, 23, 845­854. Klee, M.H., Tavares, R., Horta, B., Gelatti, C., y San’Tana, P. (2004). Prevalence of sedentarism and its associated factors among urban adolescents. Revista Súde Pública, 38(2), 1­6. Lasheras, L., Aznar, S., Merino, B. y Gil, E. (2001). Factors associated with physical activity amosn spanish youth through the nacional health survey. Preventive Medicine 32, 455­464. Ludwig, D.S. y Gortmaker S.L. (2004). Programming obesity in childhood. Lancet, 364, 226­227. Martínez­González, M.A., Martín­Almendros, M.I., Gibney M.J., Kearney, J.M., Martínez, J.A. (1999). Perceptions about body weight and weight reduction in Spain. Public Health Nutrition, 2(4), 557­63. Martínez­González, M.A., Varo, J.J., Santos, J.L., De Irala, J., Gibney, M., Kearney, J., y Martínez, J.A. (2001). Prevalence of physical activity during leisure time in the European Union. Medicine and Science in Sports and Exercise, 33(7), 1142­1146. McLeenan J. (2004). Obesity in children. Tracking a growing problem. Australian Family Physician, 33(6), 33­36 Nicklas, T.A., Demory­Luce, D., Yang, S.J., Baranowski, T., Zakeri, I., y Berenson, G. (2004). Children´s food consumption patterns have changed over two decades (1973­1994): the Bogalusa Heart Study. Journal of the American Dietetic Association, 104(7), 1127­1140. Pate R.R., Heath, G.W., Dowda, M. y Trost, S.G. (1996). Associations between physical activity and other health behaviours in a representative sample of US adolescents. American Journal of Public Health, 86, 1577­1581. Pino, J., Torres, S., Escalante, Y. y Saavedra, J.M. (2005). Diferencias en los hábitos de vida en función de la actividad física realizada en mujeres de núcleos rurales. En: Actas del Congreso Internacional Universidad Europea de Madrid. Actividad física y deporte en la sociedad del siglo XXI. Madrid: Universidad Europea de Madrid. Rovio, S., Kareholt, I., Helkala, E.L., Viitanen, M., Winblad, B., Tuomilehto, J., Soininen, H., Nissinen, A., Kivipelto, M. (2005). Leisure­time physical activity at midlife and the risk of dementia and Alzheimer’s disease. Lancet Neurology, 4, 705­711. Saavedra, J.M., Pino, J., Rodríguez, F.A., Escalante, Y., Caro, B.Durán, M.J., Mansilla, M., Torres, S. y Sánchez, P.A. (2004). La condición física y la salud. Mérida (Badajoz): Dirección General de Deportes de la Junta de Extremadura. Stucky­Ropp, R. y DiLorenzo, M.A. (1993) Determinants of exercise in children. Preventive Medicine, 22, 880­889. Tur, J.A., Puig, M.S., Benito, E., Pons, A. (2004) Associations between sociodemographic and lifestyle factors and dietary quality among adolescents in Palma de Mallorca. Nutritiom, 20, 502­508.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 173 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 7. AGRADECIMIENTOS Quisiéramos agradecer a los siguientes Colegios, personificados en su Director, Maestro de Educación Física y Monitor de Actividades Formativas Complementarias, su colaboración y total apoyo al estudio. – Colegio Público Alfonso VIII (Plasencia). Director: Sr. D. Pedro Jiménez Barriga. Maestro de Educación Física: Sr. D. Carlos Merchán Pérez. – Colegio Atenea (Mérida). Directora: Sra. Dña. Alicia Martínez. – Colegio San Calixto (Plasencia). Director: Sr. D. Juan José Núñez Sánchez. Monitor de Actividades Formativas Complementarias: Sr. D. Gerardo Sánchez Hernández. – Colegio La Salle (Plasencia): Director: Sr. D. Gerardo Durán Proenza. Maestra de Educación Física: Sra. Dña. Paloma Martín Nevado.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 174 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 DIFERENCIAS EN FUNCIÓN DEL GÉNERO EN LA CONDICIÓN FÍSICA EN ESCOLARES PREPUBERALES EXTREMEÑOS Pedro Antonio Sánchez Miguel Ernesto de la Cruz Sánchez Fátima Agúndez González José Miguel Saavedra García ([email protected]) Grupo de investigación AFIDES. Universidad de Extremadura. RESUMEN Los objetivos de este estudio son: (i) conocer el nivel de condición física de escolares extremeños y (ii) comparar dicho nivel en función del género. Los sujetos que participaron en este estudio fueron 166 varones (9,81±1,12 años) y 47 mujeres (9,98±1,40 años).Todos los sujetos fueron valorados a través de la batería Eurofit. Se presentan descriptivos básicos de las variables, y se realiza la prueba t de Student para muestras independientes para conocer las diferencias entre los dos grupos. Las conclusiones que se pueden extraer de este trabajo son: (i) la muestra se encuentra dentro de los parámetros normales en comparación con otras comunidades autónomas, a excepción de la flexibilidad; y que (ii) los niños tienen una mejor condición aeróbica que las niñas, no existiendo diferencias en el resto de variables analizadas. PALABRAS CLAVE: Batería Eurofit, actividad física, deporte. 1. INTRODUCCIÓN Son muchos los estudios que analizan la condición física en función del género. Así, tenemos estudios que analizan la condición física a 1097 niños y niñas de 10 a 14 años en la provincia de Córdoba mediante las pruebas de 1000 metros lisos, 50 metros lisos, abdominales en 30 segundos, flexibilidad profunda del cuerpo y salto horizontal, obteniendo que los niños presentan mejores valores que las niñas en todas las pruebas, a excepción de la flexibilidad, dónde el sexo femenino obtiene mejores resultados debido a razones genéticas y hormonales (Gómez et a., 2002).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 175 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 En Cataluña se midieron 1185 niños y 1228 niñas (utilizando la batería Eurofit) de edades comprendidas entre los 10 y 14 años y, 952 y 872 de entre 15 y 18 años, existiendo una tendencia general en ambos sexo de mejora progresiva de la velocidad de desplazamiento y, en la velocidad segmentaria del miembro superior se produce a los doce años mejores resultados por parte de las niñas y, después se invierten los valores. Al igual que en los estudios anteriores, la niñas presentan mejores valores en la flexibilidad. Por lo que respecta a la fuerza explosiva, se produce una tendencia progresiva en ambos sexos que se acentúa a los 15 años, siendo a partir de ahí incrementados los valores de los chicos y estabilizados los de las chicas. En el course navette se incrementa los valores hasta los 12­13 años en las chicas al igual que en la resistencia abdominal (14 –15 años), donde a partir de esas edades se estabilizan, mientras que en los chicos es progresivo ese aumento y en la fuerza mantenida de brazos se produce un gran aumento en los chicos de 13­17 años, no seguido por las chicas (Prat et al., 1993). En estudios realizados en el País Vasco (1996) con la batería Eurofit, valoran a 6658 sujetos de 9 a 17 años, obteniendo resultados decrecientes en el golpeo de placas y en la carrera 10 x 5 metros con el paso de los años, en la flexibilidad son las chicas las que presentan mejores valores, en el salto de horizontal, dinamometría, resistencia abdominal, suspensión con flexión de brazos y course navette son los chicos los que presentan mayores valores y ambos grupos, crecientes con la edad (Sainz, 1996). En la Comunidad Autónoma de Aragón se analizaron 1068 escolares (549 niños y 519 niñas) de entre 7 y 12 años mediante la batería Eurofit, corroborando los resultados obtenidos en el estudio del País Vasco, a resaltar que las niñas a los 7 años obtienen mejores resultados en la suspensión con flexión de brazos, además de presentar los niños y niñas mejores valores con el paso de los años en el course navette (Leiva y Casajús, 2004). En la misma comunidad autónoma se valoró la condición física mediante el test de esfuerzo en banco y realización de espirometría a 2731 escolares (1902 niños y 829 niñas) deportistas federados durante tres temporadas de entre 7 y 16 años, llegando a la conclusión que las chicas tienen una peor adaptación al esfuerzo que los niños tanto mediante la prueba del banco como con la espirometría (Muniesa et al., 2003). Así pues, una vez analizados los estudios que sobre la condición física hay en diferentes Comunidades Autónomas en nuestro país, nos planteamos realizar una primera aproximación a la realidad de Extremadura, planteándonos los objetivos: ((i) conocer el nivel de condición física de escolares extremeños y (ii) comparar dicho nivel en función del género.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 176 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 2. MÉTODO Los sujetos que participaron en este estudio fueron 166 niños (9,81±1,12 años) y 47 niñas (9,98±1,40 años) pertenecientes a 4 colegios de Mérida (Badajoz) y Plasencia (Cáceres). A todos los sujetos antes de comenzar las valoraciones se les suministró el cuestionario de aptitud para la actividad física (C­AAF) (Thomas et al., 1992; Rodríguez, 1996) al objeto de identificar a los individuos con síntomas de enfermedad o factores de riesgo que debería someterse a una valoración médica más completa antes realizar las pruebas de valoración funcional. Del mismo modo, los padres de los escolares cubrieron un consentimiento informado sobre la actividad. Los sujetos participantes en el estudio fueron evaluados con la Batería Eurofit (Council of Europe, 1988): – Talla y peso. – Suspensión en barra. Valora la fuerza resistencia del miembro superior, a través del tiempo que el sujeto es capaz de estar suspendido en una barra con prensión manual. – Carrera 10 x 5 m. Valora la coordinación y velocidad, a través de la carrera de diez tramos (5 ida y vuelta) de 5 m. – Golpeo de placas. Valora la velocidad gestual de tren superior a través del golpeo alternativo con una mano de dos círculos de 20 cm de diámetro y que están separados sus centros, 80 cm. Se completan 25 ciclos de ida y vuelta. – Flexión profunda de tronco. Valora la flexibilidad de los músculos isquiotibiales y columna vertebral. – Salto horizontal. Valora la fuerza explosiva del tren inferior a través de un salto horizontal hacia delante con pies juntos. – Abdominales en 30 s. Valora la fuerza resistencia abdominal. – Dinamometría manual. Valora la fuerza máxima de prensión a través de la dinamometría manual de mano derecha e izquierda. – Equilibrio del flamenco. Valora el equilibrio a través del equilibrio monopodal con visión, consistente en mantener el equilibrio durante un minuto sobre una barra. – Carrera de ida y vuelta. Valora la resistencia cardiorrespiratoria, a través de una prueba progresiva divida en estadíos de 1 minutos sobre una distancia de 20 m.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 177 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Se realiza un análisis de los datos, en el que se presentan los descriptivos básicos (media, desviación típica) de la condición física de los dos grupos. Igualmente, comparamos los dos grupos mediante la prueba t de Student para muestras independientes. 3. RESULTADOS En la tabla 2 se muestran los descriptivos básicos (media y desviación típica) y las diferencias significativas de las variables estudiadas entre los dos grupos, a través de la prueba t de Student para muestras independientes. Tabla 2. Descriptivos básicos (media±desviación típica) de las pruebas de la batería Eurofit de los grupos masculino­femenino y diferencias significativas de los dos grupos a través de la prueba t de Student para muestras independientes. Variable Masculino Femenino p Talla (m) 1,41 ± 0,08 1,40 ± 0,01 0,249 Peso (kg) 35,67 ± 9,58 38,19 ± 10,13 0,909 Suspensión en barra (s) 12,64 ± 13,80 14,12 ± 13,06 0,961 Carrera 10 x 5 metros (s) 22,80 ± 3,78 25,40 ± 3,03 0,321 Golpeo de placas (s) 18,58 ± 4,62 16,29 ± 5,06 0,650 Flexión adelante de tronco (cm) ­2,85 ± 6,56 0,59 ± 6,25 0,680 Salto horizontal (m) 1,35 ± 0,24 1,18 ± 0,20 0,082 Abdominales (repeticiones) 17,86 ± 4,80 18,19 ± 3,82 0,053 Dinamometría m. derecha (kg) 15,87 ± 3,80 16,09 ± 4,82 0,190 Dinamometría m. izquierda (kg) 14,49 ± 3,79 14,87 ± 4,75 0,102 Equilibrio del flamenco (intentos) 8,75 ± 4,73 6,17 ± 5,28 0,122 Carrera ida y vuelta (estadío) 3,59 ± 1,98 2,67 ± 1,46 0,025 p = nivel de significación 4. DISCUSION Los valores de las pruebas de la batería Eurofit se encuentran entre el percentil 45 y 65 de los estudios en muestras de escolares catalanes (Prat et al. 1993), vascos (Sainz, 1998) y aragoneses (Leiva y Casajús, 2004) salvo los valores de la flexibilidad, que se encuentran por debajo del percentil 30. De este modo, podemos afirmar que en todas las pruebas, salvo en la flexibilidad, los valores de nuestros sujetos se encuentran dentro de la normalidad.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 178 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 En este estudio observamos como existen en muchos parámetros mejores resultados en las niñas que en los niños en sus valores medios pero sin ser significativamente diferentes, por el contrario en la única prueba que existen diferencias significativas (course navette; p= 0,025) los valores alcanzados por los niños son mayores que en las niñas. Estos resultados se oponen a otros estudios realizados en Cataluña con la Batería Eurofit (Prat et al., 1993), sobre niños y niñas de 10 a 18 años en donde se encuentran diferencias significativas a favor de los niños a partir de los 15 años en la fuerza explosiva y resistencia abdominal, de los 13 años en el course navette y en entre los 13 y 17 años en la fuerza mantenida de brazos (Prat et al., 1993): Las diferencias en estas edades, pueden ser atribuidas a que son edades peri o postpuberales, en donde las diferencias entre niños y niñas se hace palpable, debido sobre todo a la regulación hormonal. Asimismo, en el País Vasco se valoraron a 6658 escolares de 9 a 17 años mediante Batería Eurofit (Sainz, 1996), existiendo diferencias significativas en la mayoría de las variables pero de igual forma en edades peri o postpuberales. Así, en el golpeo de placas existen diferencias significativas a mayor de los niños a partir de los 14 años, en el salto de longitud, carrera 10 x 5metros y course navette a partir de los 11 años; en la resistencia abdominal y la suspensión mantenida de brazos sólo hasta los 13 años. Por lo que respecta a la Comunidad de Aragón se midieron 1068 escolares (549 niños y 519 niñas) obteniendo diferencias significativas en la flexión de tronco adelante, salto horizontal, dinamometría manual, resistencia abdominal, suspensión mantenida de brazos, carrera 10 x 5 metros y course navette, teniendo en todos ellos un nivel de significación de inferior a 0,001 (Leiva y Casajús, 2002). Además estos resultados continúan y se acentúan con la edad. Así, estudios en 1501 niños de 13 a 16 años se encontraron diferencias significativas en todas las variables de la Batería Eurofit (Ferrando et al., 2000). 5. CONCLUSIONES Las conclusiones del presente estudio deben ser interpretadas con cautela por dos motivos, en primer lugar por que la muestra no se ha seleccionado al azar, ni a través de conglomerados, sino por accesibilidad; y en segundo lugar por que existe una desproporción evidente en el tamaño de la muestra de niños y niña. No obstante, podemos afirmar que (i) la muestra se encuentra dentro de los parámetros normales en comparación con otras
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 179 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 comunidades autónomas, a excepción de la flexibilidad; y que (ii) los niños tienen una mejor condición aeróbica que las niñas, no existiendo diferencias en el resto de variables analizadas. 6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Council of Europe. (1988). Committe for the development of sport: European test of physical fitness. Handbook for the Eurofit Test of Physical Fitness. Roma: CONI. Ferrando, J.A., Quílez, J. y Casajús, J.A. (2000). La condición física en los escolares aragoneses (13 a 16 años). Zaragoza: Diputación General de Aragón. Leiva, M.T. y Casajús, J.M. (2004). Cineantropometría, condición física y estilos de vida de los escolares aragoneses (7 a 12 años). Zaragoza: Diputación General de Aragón. Prat, J., Casamort, J., Balagué, N., Martínez, M., Povill, J., Sánchez, A., Silla, D., Santigosa, S., Pérez, G., Riera, J., Vela, J. y Portero, P. (1993). La batería Eurofit a Catalunya . Barcelona: Generalitat de Catalunya. Rodríguez, F.A. (1996). Versión española del Cuestionario de Aptitud para la actividad física (C­AAF/rPAR­Q). Archivos de Medicina del Deporte, 13, 63­68. Sainz, R. (1996). La batería Eurofit en Euskadi. Vitoria: Instituto Vasco de Educación Física. Thomas, S., Reading, J. y Shepard, R.J. (1992). Revision of the Physical Activity Readiness Questionnaire (PAR­Q). Canadian Journal Sports Science, 17, 338­345. 7. AGRADECIMIENTOS Quisiéramos agradecer a los siguientes Colegios, personificados en su Director, Maestro de Educación Física y Monitor de Actividades Formativas Complementarias, su colaboración y total apoyo al estudio. – Colegio Público Alfonso VIII (Plasencia). Director: Sr. D. Pedro Jiménez Barriga. Maestro de Educación Física: Sr. D. Carlos Merchán Pérez. – Colegio Atenea (Mérida). Directora: Sra. Dña. Alicia Martínez. – Colegio San Calixto (Plasencia). Director: Sr. D. Juan José Núñez Sánchez. Monitor de Actividades Formativas Complementarias: Sr. D. Gerardo Sánchez Hernández. – Colegio La Salle (Plasencia): Director: Sr. D. Gerardo Durán Proenza. Maestra de Educación Física: Sra. Dña. Paloma Martín Nevado.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 180 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 EVOLUCIÓN DEL SOMATOTIPO Y LA COMPOSICIÓN CORPORAL EN BAILARINAS ADOLESCENTES DE BALLET CLÁSICO Manuel Sillero ([email protected]) Hospital Infantil Universitario del Niño Jesús (Madrid) Amaia García (amaia.garcí[email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF., Madrid, U.P.M.) Mª de los Angeles Donoso ([email protected]) Hospital Infantil Universitario del Niño Jesús (Madrid) Guadalupe Garrido ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF., Madrid, U.P.M.) RESUMEN. Las bailarinas de ballet clásico entrenan diariamente, y desde la infancia, con un volumen e intensidad de trabajo muy elevado, de manera comparable a como lo hacen las gimnastas. Además, la danza les exige mantener un estricto control de peso para poder dedicarse a ella profesionalmente en el futuro. Estos factores pueden influir negativamente en el desarrollo normal de las niñas durante la etapa de crecimiento. El presente estudio longitudinal analiza la evolución del somatotipo y la composición corporal de un grupo de bailarinas del Real Conservatorio Superior de Danza de Madrid. Cada seis meses se realizaron mediciones antropométricas antropométricas y sus resultados se compararon con otros valores obtenidos por absorciometría Fotónica Dual de Rayos X (DXA) con el fin de comprobar la validez de las mediciones antropométricas, evaluar la evolución del desarrollo de las bailarinas estudiadas, y establecer unas normas de referencia aplicables a niñas de la misma edad y nivel de práctica del ballet clásico en España. PALABRAS CLAVE: Somatotipo, Composición Corporal, Ballet Clásico y Adolescencia. 1. INTRODUCCIÓN. En el ballet clásico, como ocurre en las distintas disciplinas de gimnasia y en la mayoría de los deportes de alto nivel, las bailarinas entrenan diariamente con un volumen e intensidad de trabajo muy elevados desde la infancia. Además, a la bailarina de clásico se le requiere una
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 181 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 tipología esbelta desde edades tempranas, hecho que determina en muchos casos el abandono de la actividad o el paso a otras especialidades que son menos exigentes con el peso corporal. Estos factores podrían influir en el desarrollo ­ y en la composición corporal ­ de las niñas, con posibles repercusiones negativas para su salud en un futuro. Las técnicas antropométricas se han mostrado como válidas para analizar la composición corporal en bailarinas (Eliakim et al., 2000), comparándolas con otras más reconocidas como la absorciometría Fotónica Dual de Rayos X (DXA). Por ello, se decidieron utilizar estas técnicas para estudiar la evolución de la composición corporal de un grupo de bailarinas adolescentes, ligadas a un estudio nutricional y a un seguimiento del proceso de maduración. Esto permitió asesorar de manera adecuada a los padres de las niñas con el fin de evitar problemas nutricionales en un periodo tan crítico como es la adolescencia. 2. MATERIAL Y MÉTODOS. La muestra estudiada está integrada por bailarinas adolescentes del Real Conservatorio Superior de Danza de Madrid. La tabla 1, resume las características generales de la muestra durante los tres años que ha durado el estudio. N Edad (años) Peso (Kg) Talla (cm) Baile/sem (horas) 2003 23 11.3 ± 0.8 33.5 ± 4.5 142.8 ± 7.6 6 ± 2 2004 21 12.2 ± 1.0 38.2 ± 6.2 148.4 ± 8.1 8 ± 2 2005 18 13.2 ± 1.0 42.6 ± 6.1 154.6 ± 7.9 10 ± 2 Tabla 1.­ Características generales de la muestra. (Horas de ballet por semana = Baile/sem) En la tercera semana de los meses de Abril y Octubre de cada año, se les realizó un estudio antropométrico que incluía 13 mediciones (peso, estatura, dos diámetros, dos perímetros y siete pliegues), las cuales permitieron elaborar el índice de masa corporal (BMI), el somatotipo (Carter & Heath, 1990), la suma de 4 y 6 pliegues (S4 y S6) y la estimación del porcentaje de Masa Grasa (%MG­S4 y %MG­S6) mediante las fórmulas de Yuhasz y Faulkner (Esparza, 1993) (Fórmulas 1 y 2).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 182 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 % MG­Σ4 (Faulkner) = (å 4 pliegues x 0,153) + 5,783 Fórmula 1 % MG­Σ6 (Yuhasz para mujeres) = 4,56 + (å 6 pliegues (mm) x 0,143) Fórmula 2 Este estudio antropométrico fue parte de una completa valoración que incluía, entre otros apartados, la determinación anual de la densidad y el contenido mineral óseos mediante absorciometría Fotónica Dual de Rayos X (DXA). Para estimar la densidad mineral ósea (BMD) y el contenido mineral óseo (BMC) y el porcentaje de Masa Grasa (%MG) totales, el equipo utilizado fue un Hologic QDR­4500 W (Bedford, MA). Los datos se recopilaron en una hoja de cálculo Excel de Microsoft ® , organizándolos por tomas y por edades de las bailarinas. Se utilizó el programa SPSS 11.0 © para determinar los estadísticos descriptivos, los coeficientes de correlación producto­momento de Pearson, y las regresiones simples, considerándose significativos los resultados que presentaran una significación del 5% (p £ 0,05). Las somatocartas han sido obtenidas mediante una aplicación en Excel desarrollada por Sillero (2004). 3. RESULTADOS Los resultados más relevantes de algunas de las variables registradas se pueden ver, resumidos por años y por meses en la Tabla 2. 2003 Abril Oct. 2004 Abril Oct. 2005 Abril Oct. TOTAL Edad BMI
11,48 0,87 11,68 0,87 12,18 0,89 12,67 0,92 13,16 0,94 13,50 0,86 12,39 1,13 16,6 1,4 16,9 1,5 17,3 1,8 17,3 1,8 17,8 1,5 18,6 1,8 17,3 1,7 S4 S6 (mm)
(mm) 58,5 17,7 63,7 18,7 68,2 23,0 70,3 21,2 70,1 18,5 73,2 26,9 67,1 21,1 29,0 8,7 33,7 10,4 37,2 14,9 37,9 12,4 38,1 10,3 41,3 15,6 36,0 12,5 %MG­
S6 12,9 2,5 13,7 2,7 14,3 3,3 14,6 3,0 14,6 2,7 15,0 3,8 14,2 3,0 AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES %MG­
S4 10,2 1,3 10,9 1,6 11,5 2,3 11,6 1,9 11,6 1,6 12,1 2,4 11,3 1,9 DH (mm) 5,3 0,2 5,4 0,2 5,4 0,2 5,5 0,2 5,5 0,2 5,6 0,2 5,5 0,2 DF (mm) 8,0 0,4 8,1 0,4 8,3 0,4 8,3 0,4 8,3 0,4 8,4 0,3 8,2 0,4 BMD (gr/cm 2 ) 0,89 0,05 ­­­ ­­­ 0,93 0,05 ­­­ ­­­ 0,99 0,06 ­­­ ­­­ 0,93 0,06 BMC (gr) 1122 176 ­­­ ­­­ 1318 19 ­­­ ­­­ 1541 222 ­­­ ­­­ 1319 258 %MG 17,3 5,1 ­­­ ­­­ 20,0 19,0 ­­­ ­­­ 19,7 4,8 ­­­ ­­­ 19,0 5,1
183 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Tabla 2.­ Medias (superior) y desviaciones típicas (inferior) de algunas de las variables registradas. (DH = Diámetro Húmero; DF = Diámetro Fémur). Los coeficientes de correlación producto­momento de Pearson entre los diámetros óseos y la BMD fueron de r (DH­BMD) = 0,572 (n = 56; p<0,05) y r (DF­BMD) = 0,439 (n = 56; p<0,05), respectivamente, algo inferiores a los obtenidos entre los diámetros óseos y el BMC, que fueron de r (DH­BMC) = 0,678 (n = 56; p<0,05) y r (DF­BMC) = 0,645 (n = 56; p<0,05). Respecto a los coeficientes de correlación entre los porcentajes de masa grasa obtenidos por las fórmulas antropométricas y por DXA, vemos que son mejores para los datos de la fórmula de Yuhasz de 6 pliegues (específica para mujeres): r (%MG­S6­DXA) = 0,793 (n = 56; p<0,05); que para los de la fórmula de Faulkner de 4 pliegues (“unisex”): r (%MG­S4­DXA) = 0,743 (n = 56; p<0,05). Sin embargo, los valores de porcentaje de masa grasa obtenidos mediante DXA son más elevados que los estimados mediante la antropometría mediante ambas fórmulas. La relación entre las distintas estimaciones se resume en las ecuaciones de regresión lineal presentadas en las fórmulas 3 y 4. %MG­S6 = 0,448 (%MGDXA) + 5,445 Fórmula 3 %MG­S4 = 0,268 (%MGDXA) + 6,049 Fórmula 4 SOMATOCARTA. Valores de las 6 tomas. 16 14 Las somatocartas de todos los casos 12 y los somatotipos medios (por tomas 10 y media general) de las seis tomas se 8 6 pueden ver en la figura 1. Se 4 aprecian somatotipos muy diversos 2 aunque las medias son somatotipos 0 centrados con tendencia a la ­2 ­4 ectomorfía que, con la edad, van ­6 despla­zándose hacia la izquierda, ­8 indicando una ganancia en el ­10 ­8 ­7 ­6 ­5 ­4 ­3 ­2 ­1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 Bailarina Somatotipo Medio 1ª TOMA 2ª TOMA 3ª TOMA 4ª TOMA 5ª TOMA 6ª TOMA
componente endo­mórfico, que es lo normal en niñas adolescentes en desarrollo AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 184 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Figura 1.­ Somatocarta resumen de las seis mediciones realizadas. 4. DISCUSIÓN La estatura y el peso medios de nuestras bailarinas (13,2 años, 42,6 Kg. y 154,6 cm) está todavía lejos de los datos de otros autores con bailarinas algo más mayores: 21 años, altura 162,6 cm y peso 52,6 Kg. (Yannakoulia et al., 2000) y 17 años, altura 165,2 cm y peso 49,6 Kg. (Young et al., 1994). Sin embargo, la evolución del índice de masa corporal (BMI) indica una ganancia progresiva de peso con la edad. Los datos de BMI en la última medición (18,6 kg/m 2 ) se asemejan ya mucho a los de van Marken Lichtenbelt y sus colaboradores (1995), que refieren BMI de 18,9 kg/ m 2 en bailarinas de 22,6 años de edad. Los valores de %MG estimados por técnicas antropométricas son claramente inferiores a los obtenidos DXA, que suele ser el método de referencia (Yannakoulia et al., 2000); sin embargo, debido a su elevada correlación con el DXA, su sencillez y economía, consideramos que pueden seguir utilizándose como método de seguimiento de la evolución de la composición corporal de las niñas, aunque sólo sea en forma de sumatorio de pliegues para evitar errores en la estimación de porcentajes de masa corporal al aplicar una fórmula. Estudios previos han expuesto valores de 17,4% de MG mediante pesada hidrostática, 16,4% mediante DXA y 18.3% mediante un modelo antropométrico de 4 componentes en bailarinas de 22,6 años de edad (van Marken Lichtenbelt et al., 1995); 19,4% mediante DXA y 19,9% mediante Bioimpedancia eléctrica en bailarinas de 21 años (Yannakoulia et al., 2000); y 21,1% mediante conductividad eléctrica total (TOBEC) en bailarinas de 15 años (Hergenroeder et al, 1991). Teniendo en cuenta que nuestras bailarinas son más jóvenes, y algunas de ellas todavía no han tenido la menarquia, entendemos que su componente graso está dentro de la normalidad para su nivel de actividad física y, desde luego, no se aproximan a los valores referidos por Young y sus colaboradores (1994) sobre una población de bailarinas de 17 años de media, con un 40% de casos anorexia nerviosa, que tenían unos valores medios de MG del 7,8%. Respecto a los últimos valores de densidad mineral ósea (BMD = 0,93 g/cm 2 ), están todavía por debajo de los 1,09 g/cm 2 registrados en bailarinas a los 17 años (Young et al.,
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 185 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 1994), y los 1,147 g/cm 2 , a los 22,6 años (van Marken Lichtenbelt et al., 1995), pero evolucionan progresivamente con la edad hacia, probablemente, valores similares. Nuestros datos de diámetros óseos de fémur y húmero parecen estar más relacionados con el contenido mineral óseo (BMC) que con la densidad mineral ósea (BMD) en bailarinas jóvenes. Se puede concluir, en general, que las bailarinas de la muestra tienen una composición corporal normal para niñas de su edad y nivel de actividad física, y su estricto programa de trabajo parece no estar repercutiendo negativamente ni en su desarrollo normal, ni en su salud. Sería conveniente realizar más estudios longitudinales con poblaciones activas y sedentarias de adolescentes, para valorar el efecto de la actividad física sobre la composición corporal en este periodo crítico del proceso madurativo. 5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
· Carter, J.E.L., & Heath, B.H. (1990) Somatotyping: development and implications. Cambridge Studies in Biological Anthropology (Volumen 5). Cambridge: Cambridge University Press.
· Eliakim, A., Ish­Shalom, S., Giladi, A., Falk, B., & Constantini, N. (2000) Assessment of body composition in ballet dancers: correlation among antropometric measurements, bio­ electrical impedance analysis, and dual energy X­Ray absorbtiometry. Int J Sports Med. 21(8):598­601.
· Esparza, F. (Editor) (1993) Manual de Cineantropometría. Pamplona: (G.R.E.C.) FE.ME.DE.
· Hergenroeder, A.C., Fiorotte, M.L., & Klish, W.J. (1991) Body composition in ballet dancers measured by total body electrical conductivity. Med Sci Sports Exerc. 23(5):528­ 33.
· Sillero, M. (2004) Guión de prácticas de kinantropometría . (http://www.cafyd.com /doc2sillero05.pdf consultada en Octubre de 2005)
· Van Marken Lichtenbelt, W.D., Fogelholm, M., Ottenheijm, R., & Westerterp, K.R. (1995) Physical activity, body composition and bone density in ballet dancers. Br J Nutr. 74(4):439­51.
· Yannakoulia, M., Keramopoulos, A., Tsakalakos, N., & Matalas, A.L. (2000) Body composition in dancers: the bioelectrical impedance method. Medicine & Sciencia in Sports & Exercise. 32(1):228­34.
· Young, N., Formica, C., Szmukler, G., & Seeman, E. (1994) Bone density at weight­bearing and nonweight­bearing sites in ballet dancers: the effects of exercise, hypogonadism, and body weight. J Clin Endocrinol Metab. 78(2):449­54 (http://jcem.endojournals.org /cgi/reprint/78/2/449.pdf consultada en Octubre de 2005)
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 186 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 EFICACIA DE LOS PROGRAMAS SOCIOMOTRICES PARA PERSONAS MAYORES. UNA INVESTIGACIÓN REALIZADA Àngels Soler Vila ([email protected]) Universidad de Barcelona UB Virtual­INEFC­Mèdia RESUMEN Esta comunicación presenta la evaluación de un programa SocioMotriz para personas mayores autónomas, mediante la cual se analiza la eficacia del mismo en el ámbito motor, psico­afectivo y cognitivo. En una primera parte se expone el marco teórico en que se fundamente el programa y las bases metodológicas en base a las que se lleva a cabo la intervención. En una segunda parte quedan reflejados los resultados positivos obtenidos después de 10 meses de implementación del programa en cuanto a: forma física, agilidad utilitaria, comportamiento psicomotor, adherencia al ejercicio físico, salud percibida, autoestima, autoconcpeto y estado de ánimo. Fruto de la investigación también se señala qué tipo de actividades son aquellas que más inciden el los logros observados, resultando que las tareas orientadas al trabajo perceptivo­ motriz, de coordinación rítmico­motora y los juegos de velocidad de reacción son las que más rendimiento procuran en los usuarios. En la discusión se concluye que el programa ha incidido favorablemente en la capacidad funcional y en la capacidad de adaptación exitosa a situaciones nuevas y conocidas y en la seguridad y confianza en uno mismo, lo que permite suponer una mayor capacidad de mantener la independencia en la vejez con una repercusión positiva en la autoestima, la satisfacción y el bienestar y, por tanto, en el estado general de salud. Todo ello refrenda el carácter preventivo­educativo de los programas SocioMotrices. PALABRAS CLAVE: Personas mayores. Ejercicio físico. Envejecimiento saludable. Competencia funcional. Evaluación del comportamiento.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 187 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 1. PRESENTACIÓN DE LOS PROGRAMAS SOCIOMOTRICES (PSM) Se trata de programas preventivo­educativo, dirigidos a todas las personas mayores de 65 años, que mantienen la autonomía en las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, independientemente se su nivel de forma física. Suponen una intervención integral a través del cuerpo y el movimiento, orientada al mantenimiento de la competencia psicomotora que tiene como objetivos que las personas mayores mantengan un buen estado de salud, participen activamente en el entorno próximo y contribuyan a la construcción social. Actúan incentivando la motivación del sujeto para activar y orientar su conducta en el sentido de conseguir objetivos relacionados con la salud, la satisfacción y la calidad de vida. Estimulando el sentido de competencia, el sentido del logro, las interacciones afectivas y relacionales dentro del grupo de trabajo y la creatividad. Se implementan mediante técnicas corporales variadas de toma de conciencia del propio cuerpo, situaciones lúdico­recreativas y situaciones socializantes. En la sesión se combinan tareas propias de gimnasia suave y de mantenimiento, juegos, expresión corporal, danzas colectivas, actividades en la naturaleza y acuáticas. No se trabaja nunca monográficamente (De Febrer d los Ríos y Soler Vila, 1989; Soler Vila y Jimeno Calvo, 1998). 1.1. Modelos de refer encia Enfoque global psico­biológico Wallon: Se propone un trabajo corporal sobre la unidad de la persona, haciendo un tratamiento siempre global de los objetivos bio­psico­afectivos de trabajo y proponiendo siempre la vivencia de la situación en uno mismo a compartir con el otro y con el grupo. Se pretende contribuir al buen equilibrio entre el yo, el mundo de los objetos y de los demás para que las personas mayores gocen de una vejez satisfactoria (Wallon, 1998). Teoría jerárquica de Maslow: Se atiende a los requerimientos básicos de movimiento que propician el buen funcionamiento orgánico, potencia el mantenimiento de la capacidad de acción, control y toma de decisión en lo cotidiano, dando respuesta a las necesidades de seguridad y autorrealización que precisan las personas mayores para mantener la autonomía (Maslow, 1991). Enfoque del ciclo de la vida y de la acción de Fierro: Los PSM pretenden ser motor de educación permanente ­para la salud y para el ocio­, que permita a sus usuarios integrar de
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 188 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 manera positiva los cambios vitales y ser protagonistas del cambio, manteniendo la capacidad de toma de decisión y de creación, para "estar presentes en el presente" y no vivir sólo de la experiencia pasada (Fierro, 1994). Enfoque ecológico de la competencia motriz: Los PSM se implementan a través de situaciones individuales y colectivas encaminadas a solucionar problemas motrices para desarrollar la competencia motriz, fortaleciendo los esquemas de movimiento y posibilitando una mayor adaptabilidad para que las acciones vividas en la sesión de trabajo puedan generalizarse a las propias de la vida cotidiana (Ruiz Pérez y otros, 1996). Animación sociocultural: Se pretende que las pesonas mayores tomen conciencia de sus problemas y sus necesidades, y potencia la comunicación interpersonal para que éstas los solucionens colectivamente. Para ello basan su intervención didáctica en pedagogías no directivas, pretendiendo generar un proceso estable de participación y creatividad en torno al cuerpo y el ejercicio físico en el cual las personas mayores se conviertan en agentes activos, protagonistas de su propio desarrollo y del desarrollo de su comunidad (Simpson, 1980). 1.2. Finalidades (Soler Vila, 2002) Facilitar un envejecimiento bio­psico­afectivo saludable: ­ A pesar de las limitaciones propias del avance en años. ­ Aprovechando todas las posibilidades existentes. ­ Aprendiendo estrategias que permitan un mejor afrontamiento. ­ Adoptando hábitos saludables que generen satisfacción y bienestar. Potenciar la competencia funcional para evitar la dependencia de los demás: ­ Evitando síndromes de desuso causantes de discapacidad. ­ Adaptando patrones motrices básicos para realizar adecuadamente las avd de autocuidado e instrumentales. ­ Entrenando habilidades psicomotoras. Contribuir a la realización personal: ­ Facilitando la adaptación al cambio. ­ Revalorizando el propio cuerpo y potenciando la autoestima. ­ Desarrollando el sentido de competencia y el sentido del logro. Facilitar disfrute y diversión: ­ Generando deseo más que necesidad. ­ Ayudando a reencontrar el placer del cuerpo y el gusto por el movimiento.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 189 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ­ Propiciando momentos de alegría y distracción. Promocionar la participación activa en la sociedad: ­ Fomentando la capacidad de decisión y el protagonismo. ­ Descubriendo nuevas vías de acción y relación. ­ Propiciando la interacción grupal. ­ Promocionando una imagen positiva de la vejez. 2. EVALUACIÓN DE LA EFICACIA DE LOS PROGRAMAS SOCIOMOTRICES 2.1. Diseño (Anguera Argilaga, 1995) Análisis de los cambios observados en el comportamiento de los usuarios, a partir de las comparación de los resultados obtenidos en los controles pre y post implementación del programa. Para evaluar: Perfil psicomotor, fortaleza física, agilidad utilitaria, actividad física habitual, conciencia corporal, aceptación del cuerpo y autoimagen, salud autopercibida, memoria, estado de ánimo (depresión y potencial energético) e integración social. Evaluación del proceso de implementación del programa, mediante un diseño de baja intensidad "laglog" mixto diacrónico­sincrónico, para analizar: ­ Las variaciones en el nivel de competencia de cada sujeto, mediante el análisis de tendencias. ­ La incidencia del tipo de actividad en el progreso del grupo, mediante análisis loglineal. 2.2. Usuarios La investigación se llevó a cabo en un grupo­clase compuesto por 19 usuarios (12 mujeres y 7 hombres), rango de edad entre 65 y 78 años. El programa se implementó durante 10 meses a razón de 2 encuentros semanales. 2.3. Resultados (Soler Vila, 2003) Variaciones en el comportamiento de los usuarios ­ Mejoró la competencia funcional. ­ Mejoró la forma física: Nivel inicial bajo (+++velocidad de reacción, ++ adaptación cardio­vascular y respiratoria +disponibilidad articular).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 190 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ­ Mejoró la competencia psicomotora: Nivel inicial adecuado a las AVD (+++equilibrio, ++coor. perceptivo­motriz y rítmico­motora, +coo. Dinámica). ­ Mejoró el estado de ánimo: Mayor aceptación del cuerpo, seguridad y confianza en uno mismo. Más espontaneidad y exteriorización de sentimientos. Más eficacia auto­ percibida. Se sienten más capaces, útiles y a gusto en su cuerpo y con más perspectivas y estrategias para afontar el futuro inmediato. Reconocen y valoran que son capaces de aprender. ­ Mejoró la salud auto­percibida, duermen mejor y sienten menos dolor. ­ Mejoró la relación y participación: aumenta la búsqueda de sus posibilidades y limitaciones en la acción, la capacidad de interiorización, la aceptación del contacto corporal, la aceptación de las diferencias dentro del grupo, la interacción con los demás y la integración en proyectos comunes. Se sienten más valorados por los hijos. Se incrementa la presencia en el entoprno y la participación en otras actividades. ­ Cambios positivos en el estilo de vida: aumentó la práctica de ejercicio físico, más allá de la participación en el programa y aumentó la actividad física autónoma en casa (excepto en las tareas pesadas), pero la vida sigue siendo muy sedentaria. ­ Mejoró la competencia cognitiva: ++ atención y concentración, ++ memoria, ++ aprendizaje, + capacidad de decisión (más acentuada en las tareas organizativas y relacionales que en las motrices), + creatividad. No se observaron variaciones en la capacidad de comprensión y construcción. Evolución del nivel de competencia de los usuarios durante la implementación: ­ La tendencia fue positiva en todos los usuarios tanto en el ámbito motor como en el afectivo­relacional y cognitivo. ­ La cohesión del grupo permitió la progresión conjunta. Ésta fue continua en todos los usuarios excepto en 3: 2 describieron oscilaciones, retrocediendo cuando aumentaba la difucultad pero recuperando con el tiempo el nivel de competencia y 1 avanzó hasta mitad del programa y se estancó, respondiendo con dificultad pero continuando la progresión. ­ El ritmo fue diferenciado según los usuarios, independientemente del nivel inicial: 3 usuarios avanzaron a ritmo más lento que los demás. El avance fue diferenciado según los ámbitos así, la baja forma física inicial condicionó el comportamiento motor y la adaptación psico­afectiva por el efecto de la fatiga.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 191 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 ­ La evolución fue distinta para cada ámbito motor: En función de las características de cada usuario. En el ámbito cognitivo la progresión fue fluida. Una mejor forma física permitía mayor competencia motriz, cuando había una buena adaptación psico­ afectiva. El poco conocimiento de posibilidades y limitaciones condicinaba la competencia motriz. Cuando mejoraba la competencia motriz aumentaba la eficacia percibida y aumentaba mucho el rendimiento. Conforme se cohesionó el grupo mejoró el comportamiento motor. Incidencia del tipo de actividad en el progreso del grupo: Las tareas que permitieron un avance más significativo en el comportamiento motor, afectivo­relacional y cognitivo de cada usuario y en el conjunto del grupo fueron las danzas colectivas, los juegos perceptivo­motores y de velocidad de reacción, las tareas cardio­ vasculares y aquellas orientadas a la educación de la respiración. 3. DISCUSIÓN Dimensión físico­motora: Se observaron resultados positivos, con una tendencia ininterrumpida a lo largo de la implementación del programa. El programa ha permitido que los usuarios disfruten de una mayor capacidad funcional por cuanto gozan de un mayor control y dominio del cuerpo y ha aumentado la autoeficacia percibida por lo que les hace más capaces de adaptarse mejor a las situaciones, conocidas y nuevas, de la vida cotidiana. Todo ello repercute positivamente en la autoestima, la satisfacción y el bienestar y, por tanto, en el estado general de salud. Dimensión afectivo­relacional: Los resultados fueron muy positivos en todos los controles y muy valorados por los usuarios, aun cuando el progreso fue muy paulatino. A medida que se progresaba en este ámbito aumentaba significativamente la competencia motriz, la capacidad de aprendizaje y la activación y participación social. Los usuarios relacionaron los lobgros con el aumento del conocimiento y crecimiento personal, las expectativas de futuro, el bienestar y la satisfacción. Ámbito cognitivo: Las mejoras percibidas son aquellas que más positivamente han valorado los usuarios por su repercusión directa en el día a día, con más seguridad y confianza en sí mismos, lo que mejora el autoconcepto y permite mantener la independencia. La autopercepción de los cambios a este nivel incidió muy positivamente en la aderencia al programa y el cambio en el estilo de vida.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 192 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Finalmente, la investigación permite reconocer científicamente el valor preventivo­ educativo de los Programas SocioMotrices ya que el tipo de intervención que proponen facilita: ­ Envejecer sin discapacidad ­ Elevar el nivel funcional ­ Mantener un compromiso activo con el entorno Y estos son los pilares en que se fundamenta el envejecimiento saludable según los acuerdos alcanzados en la II Conferencia Mundial sobre Envejecimento (Madrid, 2002). REFERENCIAS BIBLIOGRÀFICAS —Anguera Argilaga, Mª T. (1995). Diseños. En R. Fernández­Ballestero (Ed.), Evaluación de programas. Una guía práctica en ámbitos sociales educativos y de salud (pp. 149­172). Madrid: Síntesis. —De febrer de los Ríos, A. y Soler Vila, A. (1989). Cuerpo, dinamismo y vejez. Barcelona: INDE. —Fierro, A. (1994). Proposiciones y propustas para el buen envejecer. En: J. Buendía (Comp.), Envejecimiento y psicología de la salud (pp. 3­33). Madrid: Siglo XXI Psicología. —Maslow, A.H. (1991). Motivación y personalidad. Madrid: Díaz de Santos. —Ruiz Pérez, M.L.; Meléndez, A.; Linaza, J.L.; Graupera, J.L. y Martínez del Castillo, J. (1996). Vejez y competencia motriz. Revista Española de Educación Física y Deporte, Vol. 3, 30­38. —Simpson, J.A. (1980). Animación sociocultural. Madrid: Ministerio de Cultura. —Soler Vila, A. y Jimeno Calvo, M. (1998). Actividades acuáticas para personas mayores. Madrid: GYMNOS. —Soler Vila, A. (2002). Apuntes del curso de postgrado: Actividades físicas para personas mayores. Barcelona: Universidad de Barcelona (UB Vrtual). —Soler Vila, A. (2003). Evaluación de la eficacia del programa de intervención psico­ socio­motriz para ancianos (PIPSMA) sobre el bienestar de las personas mayores. Tesis doctoral presentada en la Universidad de Barcelona. Disponible en INEF Barcelona. —Wallon, H. (1988). Del acto al pensamiento. Barcelona: EUMO.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 193 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 LA ACTIVIDAD FÍSICA ESTÁ RELACIONADA INVERSAMENTE CON EL CONSUMO DE TABACO EN ADOLESCENTES. ESTUDIO AVENA P. Tercedor ([email protected]) M. Martin­Matillas M. Delgado P. Chillón Grupo AVENA. Departamento de Educación Física y Deportiva. Universidad de Granada RESUMEN La práctica de actividad física se muestra como una conducta saludable, que a pesar de ser reconocida como tal por la gran mayoría de la población no es practicada a los niveles recomendados para mantener/mejorar la salud. Por otro lado, la aparición de conductas no saludables parece ir en aumento entre la población adolescente, entre ellas el incremento del consumo de drogas como el tabaco. Empleando cuestionarios como instrumento de medida, previamente validados, se procedió a estudiar una muestra representativa de adolescentes españoles (13­17 años de edad) dentro del estudio nacional AVENA. Los resultados muestran un menor nivel de práctica de actividad física en los adolescentes de mayor edad, mostrándose las chicas menos activas físicamente. Igualmente se apreció un mayor consumo de tabaco en los adolescentes de mayor edad, existiendo un mayor consumo entre las chicas. El análisis correlacional realizado mostró una asociación directa entre nivel de práctica de actividad física y el consumo de tabaco, de forma que los adolescentes que menos actividad física realizaron consumieron a su vez más tabaco. La investigación muestra la posible incidencia de la práctica de actividad física sobre el consumo de tabaco. Se hace necesario intervenir sobre la adolescencia en general en promoción de la actividad física y prevención del tabaquismo, especialmente en el caso de las chicas. Se debe seguir profundizando en el estudio y aplicación de estrategias en las que la actividad física se emplee como herramienta preventiva y/o terapéutica del tabaquismo junto con otras medidas. PALABRAS CLAVE: actividad física, salud, tabaquismo, adolescentes
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 194 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INTRODUCCIÓN El consumo de tabaco y otras drogas (legalizadas o no), constituye un problema de salud pública de carácter prioritario, pues comporta niveles altos de morbilidad y mortalidad prevenibles (King y cols, 1996). A pesar de la existencia de campañas y programas de prevención, entre un tercio y la mitad de los escolares de países desarrollados experimentan con el tabaco antes de finalizar la educación obligatoria. Así, a los 15 años el 30% de los escolares europeos fumaron al menos un cigarrillo, según el European School Survey Project on Alcohol and Drugs (Hibell y cols, 2000), proporción que llega hasta el 38% en los países del Este. En España se aprecia un adelanto en la edad de consumo, estando situado en la actualidad en torno a los 13,2 años, y un incremento del porcentaje de chicas consumidoras de tabaco (Fernández, Nevot y Jané, 2002). A esta problemática social se une otra no menos nociva para la salud: en cuanto a práctica de actividad físico­deportiva se refiere, los adolescentes españoles son los menos activos de Europa y con mayores diferencias entre sexos (Mendoza, 2000), existiendo en la actualidad una preocupación social más incipiente aún al mostrarse recientemente los bajos niveles de forma física de los adolescentes españoles (Ortega y cols, 2005) y los altos niveles de sobrepeso y obesidad (Moreno y cols, 2005), asociados todos ellos con unos niveles bajos de actividad física, entre otros factores. En el mismo sentido, la preocupación social se ha visto reflejada en la propia estrategia del Ministerio de Sanidad y Consumo (2005) encaminada hacia la intervención nutricional, la promoción de la práctica de actividad física, el control del sobrepeso y de la obesidad. En ocasiones se ha sugerido la importancia de la práctica de actividad física para atenuar el consumo de drogas o incluso para evitar la experimentación con las mismas (Cohen, 1993), sin embargo no existe una evidencia científica que permita atribuir esta función a la actividad física, existiendo incluso estudios contradictorios en los que se asocia, en determinados grupos sociales, la práctica de deporte con el consumo de sustancias tóxicas, entre ellas el tabaco (Mendoza y cols, 1994). En el presente trabajo se analiza la relación existente entre la práctica de actividad física y el consumo de tabaco en una muestra representativa de adolescentes españoles. MATERIAL Y MÉTODO Características de la muestra Con el objeto de estudiar la población adolescente española se seleccionó una muestra de 2859 sujetos, con edades comprendidas entre los 12,40 y los 18,70 años y una media de
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 195 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 15,37 + 1,44 años. Los sujetos fueron elegidos de entre los escolares de Enseñanza Secundaria o Formación Profesional, procedentes tanto de centros públicos como privados de cinco ciudades españolas: Granada, Madrid, Murcia, Santander y Zaragoza. El 98,1% de los sujetos era de raza caucasiana, un 1,1% de latinoamericanos indios y el 0.8% restante de raza afroamericana, europeos del este, África subsahariana, África negra, asiática y gitana. Para establecer el tamaño de la muestra, se emplearon los datos sobre población española del Instituto Nacional de Estadística (1996), siendo el error muestral del 2% con una probabilidad del 95%. Para obtener grupos de edad equivalentes, la edad fue agrupada en cinco bloques desde los 13 a los 17 años, donde el grupo de 13 años comprende los sujetos desde los 12,40 hasta 13,99 años. Asimismo los sujetos de 17 hasta 18,70 años se agrupan en el bloque de 17 años. Diseño Se llevó a cabo un estudio transversal, descriptivo, no experimental con la intención de conocer el nivel de práctica de actividad física y el consumo de tabaco en población adolescente escolarizada. Para ello se aplicaron en cada uno de los centros escolares cinco cuestionarios autoadministrados, un cuestionario permitía conocer la frecuencia de consumo de tabaco; los otros cuatro cuestionarios se aplicaron para medir el nivel de práctica de actividad física en diferentes periodos de tiempo. La aplicación de estos instrumentos se realizó con los investigadores presentes en el aula. Los cuestionarios fueron elaborados específicamente para los propósitos del proyecto Avena, siendo experimentados previamente en diferentes estudios piloto (Tercedor y López, 1999; González­Gross, Castillo, Moreno y cols, 2003). Las variables que se analizaron fueron: frecuencia de consumo de tabaco, práctica actual de alguna actividad físico­deportiva fuera del horario escolar, frecuencia de práctica de actividad físico­deportiva fuera del horario escolar, gasto energético en METs durante un día lectivo, gasto energético en METs durante un fin de semana y gasto energético en METs durante el verano. Para obtener un valor que expresase el nivel de actividad física de cada sujeto, en primer lugar se obtuvo el gasto energético total en METs para cada uno de los cuestionarios y se aplicó la técnica estadística de análisis factorial de componentes principales, obteniéndose un índice de actividad física expresado mediante una variable continua. Posteriormente, mediante la aplicación del índice de Youden (1950), se diferenció la muestra entre sujetos activos y sujetos no activos (Martín­Matillas y cols, sometido).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 196 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 RESULTADOS Y DISCUSIÓN Los resultados obtenidos en nivel de actividad física muestran a un 59,2% de los adolescentes como activos físicamente, existiendo diferencias significativas en función del sexo (71.1% de chicos vs 46,7% de chicas) (tabla 1). Tabla 1.­ Nivel de actividad física en función del sexo Sexo Iaf no
activos Hombre mujer 332 579 911 28.9% 53.3% 40.8% N 815 507 1322 % 71.1% 46.7% 59.2% N 1147 1086 2233 % 100.0% 100.0% 100.0%
N % activos Total Total (p<0.001) Son diversos los estudios que han analizado el nivel de práctica de actividad física de la población escolar española (Chillón, 2005), sin embargo la falta de unanimidad en la metodología aplicada hace difícil la comparación de resultados, tal y como ha sido indicado por otros investigadores (Sallis y Saelens, 2000). En cuanto al consumo de tabaco, alrededor del 15% de los adolescentes son fumadores, ligeramente más las chicas que los chicos. En el caso de fumadores eventuales también son las chicas las que más fuman. En cambio, el porcentaje de chicos que han dejado de fumar es mayor (tabla 2). Tabla 2.­ Consumo de tabaco Sexo No consume tabaco Consume tabaco Fuma a veces Lo ha dejado N AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES Total Hombre Mujer 73,9 74,7 73,1 15,0 14,7 15,2 8,2 6,8 9,6 2,9 3,8 2,1 1692 834 858 197 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Estadístico de distribución: χ 2 = 2314,77; p<0,001 Conting sexo χ 2 = 8,67 y p<0,034 En la Encuesta Nacional de Salud (2001) se muestra una tendencia a reducir el consumo de tabaco entre los hombres, pero sigue aumentando el número de fumadoras mujeres, que ha pasado del 23% en 1987 al 27% en 2001, especialmente entre las más jóvenes (16 años). Estos resultados muestran la importancia de adoptar medidas para promocionar la práctica de actividad física a la vez que erradicar el consumo de tabaco, ya que se ha mostrado como la actividad física, la dieta y el consumo de tabaco y alcohol están asociados con el desarrollo de la obesidad, diabetes, enfermedad coronaria, osteoporosis y cancer (Stein y cols, 2005). En el análisis de la relación entre la práctica de actividad física y el consumo de tabaco se muestra una tendencia a fumar en menos cantidad o incluso a no hacerlo por parte de los sujetos físicamente activos. Un 77,2% de los activos dicen no fumar frente al 69,4% de los no activos (tabla 3). Este hallazgo muestra la relación significativa existente entre la práctica de actividad física y el consumo de tabaco, coincidiendo con el estudio de Casimiro (2002) realizado con adolescentes de 12 y 16 años de Almería. Tabla 3.­ Relación entre la práctica de actividad física y el consumo de tabaco Actividad física Consumo de tabaco Sí Recuento % de iaf A veces Recuento % de iaf Lo he dejado Recuento No Total % de iaf Recuento % de iaf Recuento % de iaf Total No activos 117 Activos 104 19.8% 52 11.1% 75 14.5% 127 8.8% 8.0% 8.3% 12 2.0% 35 3.7% 47 3.1% 410 724 1134 69.4% 591 100.0% 77.2% 938 100.0% 74.2% 1529 100.0% 221 2 χ =25,7 y p<0,001
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 198 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Una investigación llevada a cabo con estudiantes pre universitarios de Carolina del Sur (Winnail y cols, 1995) mostró una asociación entre altos niveles de actividad física y ausencia de consumo de tabaco. Sin embargo, en una muestra de estudiantes universitarios españoles, Nerin y cols (2004) no encuentran diferencias significativas entre la práctica de ejercicio físico y el consumo de tabaco. Las medidas preventivas deben abarcar a toda la población, con especial énfasis en la infancia. Dentro de esta etapa, y dado que el consumo de tabaco cada vez acontece a edades más tempranas, es fundamental actuar con los grupos de mayor riesgo y/o más desfavorecidos. Así, en el caso de las chicas la intervención se muestra prioritaria al ser el grupo más incipiente en el consumo de tabaco a la vez que menos activo físicamente. Por otro lado, en los niños y jóvenes con riesgo de enfermedad cardiovascular deben aplicarse medidas de prevención que deben incluir una evaluación inicial del nivel de práctica de actividad física así como la detección precoz del consumo de tabaco. Igualmente, deben ser aconsejados sobre dieta, actividad física, estrategias para dejar de fumar y, en su caso, terapia farmacológica dirigida por un especialista (Gidding, 1999). Mientras los niveles de práctica de actividad física en los adolescentes disminuyen conforme aumenta la edad (Tercedor, 2003), el consumo de tabaco se ve incrementado, lo que muestra la importancia de adoptar estrategias de intervención sobre ambas conductas. La experimentación con esta sustancia adictiva en la edad escolar sugiere la tremenda importancia de la escuela en la prevención, ya que los programas que se implementan en este ámbito tienen la ventaja de llegar a la mayoría de jóvenes, a sus familias e incluso a la comunidad (Delgado y Tercedor, 2002). Sin embargo, el meta­análisis realizado por Fernández, Nevot y Jané (2002) no mostró la aplicación de la actividad física en ninguno de los trabajos analizados. La presente investigación muestra la posible incidencia de la práctica de actividad física sobre el consumo de tabaco, no obstante se hace necesario profundizar en el estudio y aplicar estrategias en las que la actividad física se emplee como herramienta preventiva y/o terapéutica junto con otras medidas.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 199 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 REFERENCIAS Casimiro, A.J. (2000). Educación para salud, actividad física y estilo de vida . Almería: Servicio de Publicaciones. Universidad de Almería. Chillón, P. (2005). Efectos de un programa de intervención de Educación Física para la salud en adolescentes de 3º de E.S.O. Tesis doctoral. Universidad de Granada. Delgado, M., Tercedor, P. (2002). Estrategias de intervención en Educación para la Salud desde la Educación Física . Barcelona: Inde. Encuesta Nacional de Salud (2001). Ministerio de Sanidad y Consumo. Madrid Fernández, I., Nevot, M. Jané, M. (2002). Evaluación de la efectividad de los programas escolares de prevención del consumo de tabaco, alcohol y cannabis: ¿Qué nos dicen los meta­ analisis?. Revista Española Salud Pública , 76, 175­187. Gidding, S.S. (1999). Preventive pediatric cardiology. Tobacco, cholesterol, obesity, and physical activity. Pediatr Clin North­Am. 46(2): 253­62 González­Gross, M., Castillo, M.J., Moreno, L.A., Nova,. E., Gonzalez­Lamuño, D, Perez­Llamas, F., Gutiérrez, A., Garaulet, M., Joyanes, M., Leyva, A., Marcos, A. y grupo AVENA (2003). Alimentación y Valoración del Estado Nutricional de los Adolescentes Españoles (Proyecto AVENA). Evaluación de riesgos y propuesta de intervención. I. Descripción metodológica del estudio. Nutr Hosp; 18:15­27. Hibell, B., Anderson, B., Ahlstrom, S., et al (2000). The 1999 ESPAD Report. Alcohol an other drug use among students in 30 european countries. Estocolmo: Swedish Council for Information on Alcohol and other Drug, The Pompidou Group at the Council of Europe and the authors. Martín­Matillas, M., Tercedor, P., Delgado, M., Chillón, P., Pérez, I.J. An index for distinguishing physical activity level in Spanish adolescents. The Avena Study. Pediatric Exercise Science (sometido). Mendoza, R. (2000). Diferencias de género en los estilos de vida de los adolescentes españoles: implicaciones para la promoción de la salud y para el fomento de la actividad físico­deportiva. En: Educación Física y Salud. Actas del Segundo Congreso Internacional de Educación Física. Cádiz: FETE­UGT. Cádiz, 765­790. Sagrera, M.R., Batista, J.M. 1994. Conductas de los escolares españoles relacionadas con la salud (1986­1990). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Ministerio de Sanidad y Consumo (2005). Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad. Madrid Moreno, L.A. Mesana, M.I., Fleta, J., Ruiz, J., Gonzalez­Gross, M., Sarriá, A., Marcos, A., Bueno, M., and the Avena Study Group (2005). Overweight, obesity and body fat composition in spanish adolescent. The Avena Study. Annals of Nutrition and Metabolism, 49: 71­76. Nerin, I., Crucelaegui, A., Novella, P., Ramon­y­Cajal, P., Sobradiel, N., Gerico, R. (2004) Encuesta sobre la relacion entre el consumo de tabaco y la realización de ejercicio fisico en estudiantes universitarios. [A survey on the relationship between tobacco use and physical exercise among university students]. Ah­Broncrconeumol. 40(1): 5­9 Ortega, F.B., Ruiz, J., Castillo, M.J., Moreno, L.A., Gonzalez­Gross, M., Warnberg, J., Gutierrez, A., y Grupo Avena (2005). Bajo nivel de forma física en los adolescentes españoles. Importancia para la salud cardiovascular futura (estudio Avena). Revista Española de Cardiología , 58, 8: 898­909 Sallis J.F., Saelens B.E. (2000). Assessment of physical activity by self­report: status, limitations and future directions. Res. Q. Exerc. Sport. 71, 2: 1­14.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 200 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Stein, A.D., Gregory, C.O., Hoddinott, J., Martorell, R., Ramakrishnan, U., Ramirez­ Zea, M. (2005). Physical activity level, dietary habits, and alcohol and tobacco use among young Guatemalan adults. Food Nutr Bull. 26(2 Suppl 1): S78­87 Tercedor, P. (2003). Physical activity in adolescence as a health biomarker in adulthood. Annals of Nutrition and Metabolism, 47, 6:351­352 Tercedor, P., López, B. (1999). Validación de un cuestionario de actividad física habitual. Apunts: Educación Física y Deportes, 58: 68­72. Winnail, S.D., Valois, R.F., McKeown, R.E., Saunders, R.P., Pate, R. (1995). Relationship between physical activity level and cigarette, smokeless tobacco, and marijuana use among public high school adolescents. Journal School Health. 65(10): 438­42 Youden WJ. Index for rating diagnostic tests. Cancer . 3: 32, 1950. King, A., Wold, B., Tudor­Smith, C., Harel, Y. (1996). The health of youth. A cross national survey. Copenhague: Who Regional Office for Europe.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 201 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INTERRELACIÓN ENTRE HÁBITOS DEPORTIVOS Y PERFIL DE SALUD, EN EL SECTOR DE REÑACA (VIÑA DEL MAR­CHILE) Lilyan Vega Ramírez ([email protected]) Licenciada en Ciencias de la actividad física y deporte. RESUMEN En las últimas décadas se viene dando gran importancia al estudio de los diferentes estilos de vida personales y sus repercusiones en la sociedad. Se busca cada día más el aumentar la calidad de vida a través de acciones dirigidas a la mejora de la salud, al óptimo aprovechamiento del tiempo de ocio, a disfrutar de un elevado nivel socioeconómico, a alcanzar una mejor forma física y a mejorar el nivel educacional y cultural. La consecución de estas aspiraciones repercute de forma directa en el bienestar personal y social. El presente trabajo analiza los resultados obtenidos de una encuesta realizada en el sector de Reñaca, de la comuna de Viña del Mar (Chile), a una muestra constituida por 399 personas mayores de 13 años, En ella nos interesamos por sus hábitos deportivos así como por conocer el perfil de salud de las mismas, lo que nos llevó a analizar también la posible relación que pudiera existir entre ambas variables. Los resultados muestran que el sector de Reñaca tiene un alto índice de participación en las actividades deportivas. Así mismo comprobamos que existen diferencias significativas entre los practicantes y no practicantes deportivos, referidas a algunos aspectos que miden parámetros indicadores del estado de salud como el consumo de tabaco y el de alcohol. Estas mismas diferencias las hemos observado en aspectos subjetivos como la consideración personal sobre el estado de salud de los encuestados. PALABRAS CLAVES: Hábitos, Actividad Física, Deporte, Salud, Reñaca. ABSTRACT In the last decades the study of the different styles of personal life and their effect in the society are becoming very important. Each day it is too searched how to increase the quality of life through the actions led to improve health, to the best exploitation of leisure
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 202 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 time, to enjoy a high socioeconomical level, to reach better fitness and to improve the educative and cultural level. The attain of these ambitions has a direct effect on the social and personal well face. This work analysis the obtained results from an enquiry made in the area of Reñaca, of the community of Viña del Mar ( Chile), a sample constituted with 399 people older than 13. We were interested in the sports habits as well as to know their profile of health, which took us to analyse also the possible relationship that could exist between both variables. The results show that the area of Reñaca has a high index of participation in the sports activities. We also verified that there are significative differences between the practising sports and no practising sports, referred to some aspect that measure indicative parameters of both the state of health and the consume of tobacco and alcohol. We have observed these some differences in the subjective aspects as the personal consideration on the state of health of the enquired people. Key Words: Habits, Physical Activity, Sports, Health, Reñaca INTRODUCCIÓN La evolución que ha tenido cada sociedad en esta última década, derivada de los grandes y continuos cambios que han afectado al ámbito político, social, tecnológico, legal y demográfico, ha influido de modo decisivo en los modelos referidos a la cultura y a los valores tradicionales, preconizando nuevos conceptos y estilos de vida. Los estudios de desarrollo y modernización han estado en la vanguardia de las ciencias sociales al menos durantes los dos últimos decenios y muchas de sus hipótesis han guiado gran parte de la investigación realizada en economía, sociología, ciencias políticas y antropología social. Es evidente que la comprensión del cambio social es uno de los grandes retos de las ciencias sociales. En el contexto social Chile en el año 2000 ocupa el lugar Nº 38 en el Índice de Desarrollo Humano, alrededor del 85% habita en zonas urbanas. En 1998, la tasa de alfabetización en personas de más de 15 años fue de 95,4%. La escolaridad media de la población fue de 9,9 años. La tasa de crecimiento demográfico se redujo de 2,4% a 1,3% y el grupo de 65 y más años ha aumentado de 4,3% a 7,0%.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 203 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Así, los cambios socio demográficos que vienen ocurriendo, como el aumento de edad de la población (la predicción de la ONU dice que un tercio de la población europea para el año 2050 tendrá más de 65 años), la adquisición de hábitos insanos y, como consecuencia, el aumento de los problemas de salud, junto con una mayor tasa de morbilidad y mortalidad de enfermedades provocadas por estilos de vida no saludables, son ejemplos claros de la transformación de la que hablamos. La previsión realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) apud Jiménez (2003, p. 10) para el año 2.020, señala que “ las diez principales causas de muerte serán atribuibles a enfermedades de carácter no transmisible” . Entre ellas podemos nombrar: la Hipertensión Arterial, la Obesidad y la Diabetes II. La actividad física y el deporte son vistos como uno de los elementos importantes en este enfoque de estilo de vida saludable, ya que constituyen un factor de prevención y también juegan su otro rol como agentes de rehabilitación. La actividad física regular produce efectos beneficiosos sobre las articulaciones, pérdida de peso, efectos psicológicos positivos para la salud y el bienestar de la población. La actividad física, la definiremos como “cualquier movimiento humano que demanda un gasto energético significativo que puede ser realizado con un fin recreativo, para mejora de la salud, o atendiendo a su carácter competitivo o de socialización y cuyas actividades son practicadas de forma voluntaria”. El objetivo del trabajo a sido:
· Identificar, analizar e interpretar las repercusiones e interrelaciones que los hábitos deportivos tienen con el perfil de salud del sector de Reñaca de Viña del Mar, diferenciando según las principales variables. METODOLOGÍA Selección de la Muestra
· La muestra esta compuesta por 399 individuos del sector de Reñaca de Viña del Mar Chile, bajo la hipótesis de p = q = 0,5, para un nivel de confianza del 95,5% y un margen de error de _+ 5%, Instrumental
· Elaboración de una encuesta para la obtención de datos sobre los hábitos deportivos y el perfil de salud de la población de Reñaca.
· En consecuencia, el cuestionario mixto está formado por 52 preguntas, de ellas 44 son cerradas y 8 abiertas.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 204 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Procedimientos
· A fin de comprobar la claridad y validez de la encuesta elaborada, en el mes de Noviembre de 2002 se llevó a cabo una prueba piloto. Para la recogida de datos el trabajo de campo se realizó entre el 16 y 27 de marzo del 2003 La selección de la muestra se realizó a través de un muestreo aleatorio simple en el que las personas fueron abordadas en la calle, en su trabajo y en sus lugares de estudio del sector de Reñaca. Análisis de los datos
· El tratamiento estadístico ha sido realizado con soporte informático. Los datos se recogieron en una plantilla Excel con lo que se logró simplificar al máximo el proceso de ingreso de datos en la computadora, incluyendo análisis descriptivo, análisis de X 2 . RESULTADOS La práctica deportiva en el sector de Reñaca es realizada en mayor porcentaje por los hombres, con un 64,84%, que por las mujeres con un 56,46%. Esto, a pesar de las cifras, no es una diferencia significativa entre los sexos, como lo indica el test de la X 2 obtenido. En relación al análisis del estado de salud por sexos, los hombres consideran su estado de salud muy bueno y bueno (70,31%) en mayor porcentaje que las mujeres (51,29%). Para un estado de salud regular y malo, las mujeres presentan mayor porcentaje (46,87%) que los hombres (27,34%) Otro aspecto interesante es analizar el tipo de enfermedad por sexos. En general, los hombres presentan menos enfermedades que las mujeres y solo para la obesidad destacan en mayor porcentaje (7,81%) frente a las mujeres (6,27%). Por otra parte, las mujeres sufren con mayor frecuencia de hipertensión con 8,12% mientras que sólo un 3,13% de los hombres la padecen. El consumo de tabaco está relacionado con el ámbito social, reuniones de amigos, fiestas y diversión en general. Los hombres que fuman son el 42,52%, frente a las mujeres que solo lo hacen en un 30,15%. En todo caso la proporción de no fumadores destaca sobre la de fumadores, especialmente en las mujeres. Con respecto al consumo de Alcohol no se aprecian grandes diferencias según el género del encuestado. Tanto los hombres, 44,88%, como las mujeres, 42,28%, presentan porcentajes similares de ingesta de alcohol. Hecho que hemos asegurado al aplicar el test del X 2 .
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 205 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Concluimos diciendo que no se encuentran diferencias significativas en el consumo de alcohol entre ambos sexos y las que existen se deben al azar. Son conocidos los beneficios que aporta a la Salud el practicar alguna actividad deportiva. Las personas que realizan alguna práctica deportiva consideran en mayor porcentaje que su salud es muy buena que los no practicantes. Esto nos indica que, independientemente de que tengan alguna enfermedad o no, su estado de ánimo puede ser mejor. El tabaco es uno de los cancerígenos más potentes para los seres humanos. Las personas fumadoras que realizan una práctica deportiva (28,39%) consumen menos tabaco que las que no practican (42,33%). Por otra parte, el diferencial entre los no fumadores y fumadores en los practicantes deportivos es mucho mayor que el existente entre sus homólogos no practicantes. El Alcohol es uno de los responsables de muchos accidentes que se producen diariamente en todo el mundo. Las personas que tienen una práctica deportiva consumen en bastante menor porcentaje alcohol (37,71%) que los que no practican ninguna actividad (50,92%). Además, el porcentaje de practicantes no consumidores de alcohol es casi el doble que el de los consumidores, mientras que entre los no practicantes deportivos los consumidores de alcohol sobrepasan a los que no lo toman. Centrando ahora nuestra atención en la presencia de síntomas y los hábitos deportivos, las personas que realizan alguna práctica deportiva puntúan, en general, más bajo la presencia de síntomas que quienes no practican ninguna actividad física. La práctica de alguna actividad les hace sentirse mejor, valorando con una frecuencia menor cualquiera de los síntomas planteados. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES El objetivo del presente trabajo ha sido analizar los hábitos deportivos y el perfil de salud, así como sus interrelaciones de la población de Reñaca, mediante una encuesta diseñada para tal fin. Se ha constatado, además, la existencia de una relación entre estas variables. Esta relación podría responder a un nuevo estilo de vida de dicha población. Para interpretar los resultados empíricos de la encuesta hemos tenido en cuenta la profundización y radicalización de la etapa de desarrollo que va acompañada al proceso de cambio social que ha experimentado Chile en la década de los años 90. En la actual fase la
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 206 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 población chilena se va acercando a niveles de bienestar social y material propios de países en vía de desarrollo, que hace que vayan convergiendo en estilos de vida diferentes a los tradicionales. Se caracteriza por una autonomía individual, por la radicalización de la individualización y por la igualdad de género. En cuanto a la actividad física, el avance que se ha tenido radica fundamentalmente en un aumento de participantes en deportes que no están federados y en clubes deportivos tradicionales, con una diversidad de actividades y con un fuerte componente individualizador. Al analizar los resultados de nuestro trabajo se deduce que la práctica deportiva de la población chilena, en términos cuantitativos, es superior a la obtenida por la encuesta nacional de 1996. Al parecer, las políticas de fomentar el deporte para toda la población han tenido sus frutos diversificando y personalizando las actividades físicas y deportivas en las que se implica una población practicante que es, además, cada vez más amplia en cuanto al género, edad y condición socioeconómica. A la mayor práctica deportiva también podría decirse que han contribuido los programas de promoción de estilos de vida saludables del Ministerio de Salud el cuál tiene, dentro de sus propósitos, disminuir el sedentarismo de la población. El avance de la sociedad en Chile va conduciendo a que una mayor parte de la población viva en grandes ciudades y a que trabaje en actividades más o menos sedentarias en el dominante sector de los servicios. Por tanto, es una población que necesita el reencuentro con la naturaleza para su equilibrio físico, psíquico y/o social. Los principales resultados obtenidos con el test de la Chi –cuadrado, en cuanto a los hábitos deportivos y la salud, nos permiten constatar que la actividad física tiene un efecto positivo en la salud de la población en general ya sea en forma directa o indirecta, como a continuación relatamos. BIBLIOGRAFÍA Bandura, A. Ed. (1999). Auto­Eficacia: cómo afrontamos los cambios de la sociedad actual. Bilbao: Desclée De Brouwer. Barreau, J. & Morne, J. (1991). Epistemología y Antropología del Deporte. Madrid: Alianza Deporte. Blanchard, K. & Cheska, A. (1986). Antropología del Deporte. Barcelona: Ediciones Bellaterra, s.a. Bourdieu, P. (1988). La distinción. Madrid: Taurus Chile Deporte (2001). Política Nacional de Actividad Física y Deporte. En Chiledeportes.gov.cl [en línea]. Disponible : http://www.chiledeportes.gov.cl [Consulta: 3 Agosto 2003].
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 207 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Colomer, C. & Álvarez, C. (2000). Promoción de la Salud: concepto, estrategia y métodos. En Colomer, C., Álvarez, C. & Díaz, D. Promoción de la Salud y Cambio Social. Madrid: Masson. García Ferrando, M. (1990). Aspectos sociales del deporte. Una reflexión sociológica. Madrid: Alianza Editorial. García Ferrando, M. (2001). Los españoles y el deporte: prácticas y comportamiento en la última década del siglo XX. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Jiménez, A. (2003). Conoce a tus clientes: Cómo desarrollar un sistema integral de seguimiento y supervisión de usuarios en un centro de fitness. En VI Congreso de Empresarios deportivos. Madrid, 12 de abril. (Material didáctico). Jornadas de gestión, Seminario de Atención al Cliente. Nisbet, R., Kuhn, L. & Otros (1979). Cambio Social. Madrid: Alianza Universidad Tironi, E. (1999). La Ir rupción de las Masas y el malestar de las elites. Chile: Grijalbo.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 208 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 NIVELES DE ACTIVIDAD FÍSICA EN POBLACIÓN INFANTIL Y ADOLESCENTE ESPAÑOLA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA SALUD Oscar Veiga ([email protected]) Universidad Autónoma de Madrid Fernando Sánchez­Bañuelos ([email protected]) Universidad de Castilla la Mancha Benilde Vázquez ([email protected]) Universidad Politécnica de Madrid RESUMEN En este trabajo se comparan las recomendaciones internacionales sobre actividad física para niños y adolescentes con los datos sobre los niveles actividad física en población infantil y adolescente que se desprenden de los estudios españoles disponibles. Para ello se ha revisado los estudios que aportan información sobre el nivel de actividad física y seleccionado aquellos que aportan una información más detallada para poder realizar una comparación entre los patrones de actividad física y las recomendaciones existentes. Como conclusión, y a pesar de la necesidad de actualizar los datos sobre actividad física en población infantil y adolescente española, se puede concluir que resulta probable que un gran parte de esta población no esté cumpliendo las recomendaciones establecidas. Por otro lado, es posible señalar la conveniencia de que los estudios sobre patrones de actividad en el futuro incorporen items que traten de medir la realización de actividades relacionadas con el desarrollo de la fuerza y la flexibilidad. PALABRAS CLAVE: Recomendaciones de actividad física; Patrones actividad física; Niños; Adolescentes.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 209 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INTRODUCCIÓN Hoy sabemos que mantenerse físicamente activo es necesario para mantener un buen estado de salud y disfrutar por tanto de una adecuada calidad de vida (Bouchard & Shephard, 1994; Bouchard, Shephard, Stephens, Sutton, & McPherson, 1990; USDHHS, 1996). También sabemos que el desarrollo tecnológico ha reducido hasta límites insospechados las necesidad de utilizar nuestra propia fuerza muscular en nuestra actividad diaria. Se estima que más de un 60 % de la población de los países desarrollados es completamente sedentaria y no realiza los niveles de actividad física mínimos que pueden proteger su salud frente al desarrollo de las enfermedades hipocinéticas (USDHHS, 1996). Tenemos indicios además de que el sedentarismo comienza ya en edades tempranas, y que existe un gran estabilidad (tracking) de esta característica de modo que un niño sedentario será con mucha probabilidad un adulto sedentario (Malina, 1996). Para poder valorar si la población infantil es o no suficientemente activa es necesario conocer cuáles son los niveles mínimos de actividad que deberían realizar. En otra comunicación presentanda al presente congreso hemos revisamos las recomendaciones existentes sobre actividad física para el mantenimiento de la salud en adultos y su evolución, así como su adaptación para el casos de población adolescente. En la presente comparamos los datos disponibles sobre niveles de actividad física española en población adolescente con las recomendaciones existentes. 1. Recomendaciones actuales sobre actividad física en adolescentes En Conferencia de San Diego de 1993 se estableció por primera vez un consenso sobre directrices específicas sobre actividad física para adolescentes. Dos fueron las directrices finalmente propuestas en esta conferencia (Sallis & Patrick, 1994, p.307­308): § Directriz primera: “ Todos los adolescentes deberían ser activos diariamente, o casi diariamente, como parte de sus juegos prácticas deportiva, trabajo, sus actividades de transporte, actividades recreativas y su educación física o ejercicio estructurado, en el contexto de la familia la escuela y sus actividades complementarias” ´. § Directriz segunda: “ Los adolescentes deberían involucrarse tres o más veces por semana en actividades de 20 minutos o más cada vez que requieran un nivel de actividad física de moderado a intenso”
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 210 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Posteriormente en 1997, la Health Education Authority (organismo encargado de la educación para la salud en Reino Unido) organizó un simposio de similares características a la conferencia de San Diego de 1993. Las directrices surgidas al final del simposio fueron las siguientes (Biddle et al., 1998, p.3): § Recomendación primera: “ Todos los jóvenes deberían participar en actividad física, de al menos moderada intensidad, durante una hora al día.“ Los jóvenes que actualmente realizan poca actividad deberían participar en actividad física, de al menos intensidad moderada, al menos durante media hora al día” § Recomendación segunda: “ Al menos dos veces por semana, alguna de esas actividades deberían contribuir a mejorar y mantener la fuerza muscular, la flexibilidad y la salud esquelética” 2. Comparación de los patrones de actividad física en la población adolescente española con las recomendaciones sobre actividad física En otro lugar hemos revisado la información existente sobre niveles de actividad física en población adolescente española (Veiga, 2001). El Cuadro 1 recoge los principales estudios disponibles, trabajos cuyos resultados son difícilmente comparables debido a que abarcan diferentes tramos de edad y utilizan parámetros diversos en la medida de la actividad física. A pesar de ello, todos muestran una información relativamente congruente, especialmente en lo relativo a las tendencias observadas. De todos los trabajos citados, el que mayor información aporta es el último estudio realizado en España sobre Conductas de los Escolares Relacionadas con la Salud (ECERS) en el año 1994 (Mendoza et al., 1996). Los resultados de esta encuesta nos permiten comparar los niveles de actividad entre adolescentes de 11, 13, 15, 17 y 18 años. Este estudio realiza una medida autoinformada sobre la frecuencia de realización de tres tipos diferenciados de actividad física: la actividad física informal, la práctica deportiva y el ejercicio físico vigoroso.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 211 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Cuadro 1: Estudios españoles que aportan información sobre los niveles de práctica de actividades físicas y deportivas en el tramo de edad 11­19 años Tipo estudio Estudios de Ámbito Nacional Estudios carácter sociológico De ámbito nacional Estudio sobre Hábitos Deportivos de los Españoles 1996 (García Ferrando, 1997). Estudio sobre Hábito Deportivos de los Españoles 2000 (García Ferrando, 2001). Estudio sobre Tiempo Libre y Actividades Deportivas de la Juventud en España (García Ferrando, 1993). Estudio sobre Actitudes y Prácticas Deportivas de las Mujeres Españolas (Vázquez, 1993). De ámbito no nacional Estudio sobre motivos de práctica deportiva y causas de abandono en jóvenes andaluces(Morilla & Prieto 1993) Estudio sobre Actividades Motrices en el Tiempo Libre en Galicia (Trigo, 1990, 1992). Estudio sobre hábitos y actitudes de los andaluces ante el deporte (Otero, 2000). Estudios carácter epidemiológico Encuesta Nacional de Salud 1993 (Ministerio de Sanidad y Consumo, 1995). Encuesta Nacional de Salud 1995 (Ministerio de Sanidad y Consumo, 1996). Encuesta Nacional de Salud 1997 (Ministerio de Sanidad y Consumo, 1999). Estudio Español de Conductas de los Escolares Relacionadas con la Salud 1986 (Mendoza, Sagrera, & Batista, 1994). Estudio Español de Conductas de los Escolares Relacionadas con la Salud 19990 (Mendoza et al., 1994). Estudio Español de Conductas de los Escolares Relacionadas con la Salud 1994 (Mendoza et al., 1994). La comparación de la información sobre los niveles de actividad física que recoge el estudio ECERS 1994 con las recomendaciones de actividad física expuestas con anterioridad, nos permiten valorar si desde una perspectiva de la salud se puede considerar a la población juvenil española suficientemente activa. La primera directriz de la conferencia de 1994, hace referencia a la participación a diario o casi a diario en actividades físicas de al menos intensidad moderada de todo tipo como parte de la actividad diaria de niños y niñas. Para hacer una estimación del porcentaje de la población que cumple tal directriz la Tabla 1 presenta el porcentaje de sujetos que muestran una actividad diaria o casi diaria en cada uno de los parámetros de actividad física contemplados según la encuesta de ECERS 1994. Como puede observarse, los datos muestran que sólo un porcentaje no muy elevado de sujetos parece cumplir esa directriz. Además, existe una clara tendencia a la disminución del porcentaje que se sitúa por encima de la directriz con la edad y, así mismo, se observa un porcentaje de cumplimiento mucho menor en el caso de las chicas. Los datos publicados no nos permiten saber en qué medida se solapan las tres mediciones, para tener una apreciación
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 212 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 más exacta de que porcentaje de sujetos se involucran en alguna actividad física diariamente. Las conclusiones expuestas serían similares respecto a la primera recomendación realizada por la Health Educational Autority (Biddle et al., 1998) Tabla 1: Porcentaje de participación diaria o casi diaria en diferentes tipos de actividad fisica según ECERS de 1998 ACTIVIDAD FÍSICA INFORMAL CHICOS Edad (Años) 11 CADA DIA 38,5 13 15 40,5 29,5 CHICAS 17 18 23,7 23,7 11 13 29,8 23,8 15 17 18 16,2 9,2 10,1 15 17 18 7,2 5,3 4,0 PRÁCTICA DEPORTIVA CHICOS Edad (Años) 11 CADA DIA 26,5 13 15 30,4 23,2 CHICAS 17 18 17,1 17,7 11 13 12,1 12,1 EJ ERCICIO FÍSICO INTENSO CHICOS Edad (Años) 4­6 DÍAS 11 19,8 13 CHICAS 15 17,6 12,5 17 18 11 13 15 17 18 7,9 13,0 8,8 7,9 4,4 2,7 1,9 En relación con la segunda directriz del consenso de 1994, referida a la realización de actividad física intensa dos veces o más por semana, la Tabla 2 la recoge información de el porcentaje de chicos y chicas que dicen realizar algún tipo de actividad física que pueda ser considerada como intensa (práctica deportiva o ejercicio físico intenso). Los datos indican que aproximadamente dos tercios de los chicos de 11 a 15 años y la mitad de los chicos entre 17 y 18 años podrían estar cumpliéndola. En el caso de las chicas, sin embargo, aproximadamente sólo 4 de cada 10 chicas de edades comprendidas entre 11 y 13 años, y apenas 2 de cada 10 chicas con edades entre 17 y 18 años, cumplirían la recomendación. Tabla 2: Frecuencia de práctica deportiva y ejercicio físico intenso. Datos extraídos del estudio sobre Conductas de los Escolares Relacionados con la Salud de 1994 (Mendoza et al. 1996) PRÁCTICA DEPORTIVA CHICOS Edad (Años) Más 2 días semana 77,3 80,0 75,7 67,0 63,9 EJ ERCICIO FÍSICO INTENSO CHICOS Edad (Años) 11 13 15 17 18 Más de 2­3 días semana 68,9 70,5 66,9 56,6 54,6 AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES CHICAS 54,9 53,9 37,9 33,4 29,1 CHICAS 11 13 15 17 18 39,8 42,3 27,6 23,0 17,7
213 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 En cuanto a la segunda recomendación de la Health Educational Authority, los datos de la ECERS 94 no recogen información alguna sobre actividades que específicamente involucren el desarrollo de fuerza y flexibilidad, por lo que no es posible establecer ninguna conclusión al respecto. Es necesario hacer notar que existen diversos problemas para realizar una interpretación correcta de los niveles de actividad física que permita valorar adecuadamente su impacto sobre la salud. Por un lado, las medidas autoinformadas sobre actividad física poseen una validez moderada y proporcionan una información relativamente imprecisa. Por otro lado, las directrices actuales sobre actividad física en población infantil se fundamentan más en la opinión de expertos que en datos fehacientes de investigación. Sin embargo, si se valora toda la información expuesta se puede concluirse que, a pesar de las dificultades para una interpretación precisa, parece que una gran parte de la población juvenil española no cumpliría las directrices existentes sobre actividad física, realidad que es especialmente cierta en el caso de las chicas. Por otro lado, la comparación entre países de los datos de los Estudios sobre Conductas de los Escolares Relacionadas con la Salud muestra que la población adolescente española se encuentra entre las más sedentarias de Europa (King, Wold, Tutor­Smith, & Harle, 1996). En resumen, el balance final no puede ser optimista, ya que los datos muestran un elevado nivel de sedentarismo, especialmente en las chicas. Evidentemente, hay que poner este balance en el contexto de que los datos disponibles son de hace una década, y es indudable que los cambios sociales producidos en los últimos diez años en la sociedad española pueden haber producido cambios en los patrones de actividad física. Sería necesario, por tanto, retomar el esfuerzo por indagar cuáles son los patrones de actividad en nuestra población juvenil en la actualidad, especialmente teniendo en cuenta que nuestra población joven se mostraba hace diez años como la más sedentaria de Europa. En este sentido, es interesante comentar que las tendencias encontradas por Mendoza et al. (1996) al comparar los datos de las encuestas de 1986, 1990 y 1994 son la disminución de la actividad física informal y el incremento de la práctica deportiva, de modo que sería de gran interés comprobar si esas tendencias han seguido evolucionando en la misma dirección. Desgraciadamente España no participó en la encuesta de 1998 por falta de financiación y los datos de la encuesta de 2002 no están aún disponibles.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 214 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Biddle, S., Sallis, J., & Cavill, N. (Eds.). (1998). Young and active?. Young people and health­enhancing physical activity ­ evidence and implications. London: Health Education Authority. Bouchard, C., & Shephard, R. J. (Eds.). (1994). Physical activity, fitness and health. Champaign: Human Kinetics. Bouchard, C., Shephard, R. J., Stephens, T., Sutton, J. R., & McPherson, B. D. (Eds.). (1990). Exercise, fitness and health. Champaign: Human Kinetics. Cantera, M. A. (1997). Niveles de actividad física en la adolescencia. Estudio realizado en la población escolar de Teruel. Tesis Doctoral. Universidad de Zaragoza, Zaragoza. Cantera, M. A., & Devis, J. (2000). Physical activity levels of secondary school spanish adolescents. European Journal of Physical Education, 5(1), 3­44. Castillo, I., & Balaguer, I. (1998). Patrones de actividades físicas en niños y adolescentes. Apunts. Educación Física y Deportes(54), 22­29. García Ferrando, M. (1993). Tiempo libre y actividades deportivas de la juventud en España. Madrid: Instituto de la Juventud. Ministerio de Asuntos Sociales. García Ferrando, M. (1997). Los españoles y el deporte 1980­1995. Un estudio sociológico sobre comportamientos actitudes y valores. Madrid­Valencia: Consejo Superior de Deportes­Tirant Lo Blanch. García Ferrando, M. (2001). Los españoles y el deporte: Prácticas y comportamientos en la ultima década del siglo XX. Madrid: Consejo Superior de Deportes. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. García Montes, E. (1997). Actitudes y comportamientos de la mujer granadina ante la práctica física de tiempo libre. Tesis doctoral sin publicar. Universidad de Granada., Granada. King, A., Wold, B., Tutor­Smith, C., & Harle, Y. (1996). The health of youth. A cross­ national survey. Copenhague: WHO Regional Publications. Malina, R. M. (1996). Tracking of physical activity and physical fitness across the life spain. Research Quarterly of Exercise and Sport(67(Suppl.3)), S48­S53. Mendoza, R., Batista, J. M., Redondo, E., Sagrera, M. R., Sánchez, M. P., Sánchez, M., Torres, E., Carrasco, A. M., & Ojeda, B. (1996). La actividad físico­deportiva del alumnado español en el contexto de sus estilos de vida. Informe sin publicar. Madrid: Centro de Nacional de Investigación y Ciencias del Deporte. Consejo Superior de Deportes. Mendoza, R., Sagrera, M. R., & Batista, J. M. (1994). Conductas de los escolares relacionadas con la salud (1986­1990). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Ministerio de Sanidad y Consumo. (1995). Encuesta Nacional de Salud. Madrid: Secretaría General Técnica. Ministerio de Sanidad y Consumo. (1996). Encuesta Nacional de Salud en España,1995. Madrid: Secretaría General Técnica. Ministerio de Sanidad y Consumo. (1999). Encuesta Nacional de Salud en España,1997. Madrid: MSC. Centro de Publicaciones. Morilla , M., & Prieto , J. (1993). Motivos que llevan a los jóvenes andaluces a la práctica deportiva y causas de abandono prematuro. Malaga: Informe de investigación sin publicar. Instituto Andaluz del Deporte. Otero, J. M. D. (2000). Estudio Socioeconómico: Junta de Andalucía. Consejería de Turismo y Deporte.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 215 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 Pate, R., Long, B. J., & Heath, G. (1994). Descriptive Epidemiology of Physical Activity in Adolescents. Pediatric Exercise Science, 6, 434­447. Perula, L. A., Lluch, C., Ruiz, R., Espejo, J., Tavia, G., & Mengual, P. (1998). Prevalencia de la actividad física y su relación con varibles sociodemográficas y ciertos estilos de vida en escolares cordobeses. Revista Española de Salud Pública, 72(3), 11. Sallis, J., & Mckenzie, T. (1991). Physical education's role in public health. Research Quarterly for Exercise and Sport, 62(2), 124­137. Sallis, J., & Patrick, K. (1994). Physical Activity Guidelines for Adolescents: Consensus Statement. Pediatric Exercise Science, 6, 302­314. Sallis, J. F., Patrick, K., & Long, B. J. (1994). Overview of the International Consensus Conference on Physical Activity Guidelines for Adolescents. Pediatric Exercise Science, 6, 299­301. Sánchez ­Ortiz, E. (1990). Hábitos de vida y de salud de la población joven de Zaragoza. Tesis doctoral. Universidad de Zararoza. Simons­Morton, B. G., O'Hara, N. M., Simons­Morton, D. G., & Parcel, G. S. (1987). Children and fitness: A public health perspective. Research Quarterly in Exercise and Sport, 58, 295­302. Torre, E., Cardenas, D., & Girela, M. J. (1997). Los hábitos deportivos extraescolares y su interrelación con el área de educación física en bachillerato. Motricidad, 3, 109­129. Trigo, E. (1990). Juventud, tiempo libre y educación en Galicia. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid. Trigo, E. (1992). Las actividades motrices en el tiempo libre de los jóvenes en Galicia. Apunts d'educació física i l'sport, 27, 66­76. USDHHS. (1996). Physical Activity and Health. A Report of the Surgeon General. Atlanta, G.A: U.S. Department of Health and Human Services, Centers for Control and Prevention , National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion. Vázquez, B. (1993). Actitudes y prácticas deportivas de las mujeres españolas. Madrid: Instituto de la Mujer. Ministerio de Asuntos Sociales. Veiga, O. L. (2001). Niveles de práctica de actividad física y deportiva en niños y jóvenes: Revisión de estudios Españoles. In J. F. Campos & S. Llana & R. Aranda (Eds.), Nuevas aportaciones al estudio de la actividad física y el deporte (Vol. II). Actas del II Congreso de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (pp. 919­933). Valencia: Universidat de Valencia.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 216 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 REVISIÓN DE LAS RECOMENDACIONES SOBRE ACTIVIDAD FÍSICA PARA LAPOBLACIÓN INFANTIL Y ADOLESCENTE Oscar Veiga ([email protected]) Universidad Autónoma de Madrid Fernando Sánchez­Bañuelos ([email protected]) Universidad de Castilla la Mancha Benilde Vázquez ([email protected]) Universidad Politécnica de Madrid RESUMEN En este trabajo se revisa la evolución de las recomendaciones sobre actividad física orientada al desarrollo de la salud en adultos que se han ido proponiendo en los últimos 30 años, que han pasado de un modelo cualitativo de prescripción de ejercicio, basado en las características propias de la actividad (frecuencia, duración e intensidad), a un modelo cuantitativo de prescripción, basado en la cantidad de ejercicio acumulado. El primer modelo se fundamenta en la evidencia existente en torno al tipo de ejercicio que produce mejoras en a condición física cardiovascular, mientras que el segundo modelo se basa en las evidencias epidemiológicas sobre la cantidad de ejercicio que es necesario para protegerse contra la enfermedad cardiovascular. Para todas las recomendaciones que se han ido elaborando para adultos, diferentes autores que han propuesto adaptaciones para población infantil y adolescente, que son también revisadas a lo largo del artículo. Finalmente se recoge el consenso actual de recomendaciones sobre actividad física para población infantil que han sido propuestas por el Simposio de Consenso de San Diego de 1993, y por Health Education Authority de Gran Bretaña en 1998. PALABRAS CLAVE: Recomendaciones actividad física; Niños; Adolescentes; Actividad física para la Salud.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 217 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 INTRODUCCIÓN En la actualidad nadie duda que es necesario realizar cierto nivel de actividad física si se quiere mantener un buen estado de salud que permita disfrutar de una adecuada calidad de vida. Existe evidencia científica suficiente para afirmar que la actividad física moderada y regular protege contra un conjunto relevante de patologías y previene el deterioro funcional asociado al envejecimiento (U.S. Department of Health and Human Services, 1996). Sin embargo, las relaciones dosis­respuesta entre actividad física y salud son aún insuficientemente conocidas y, por tanto, también lo es cuál es aquel nivel de actividad física mínimo que producirá efectos beneficiosos sobre la salud (Fortier, Katzmzezky, Malina, & Bouchard, 2001). Durante los últimos 30 años se han propuesto diversas recomendaciones basadas en diferentes fuentes de evidencia. En este trabajo revisamos evolución de las recomendaciones sobre actividad física, así como las adaptaciones que se han hecho para el caso de la población infantil y adolescente. 1. Recomendaciones basadas de la mejora de la condición física cardiovascular Las recomendaciones sobre actividad física en adultos han derivado tradicionalmente de la investigación sobre sus efectos en el sistema cardiovascular. Durante mucho tiempo se tomó como referencia para establecer estas recomendaciones aquel tipo y cantidad de actividad física que tenía efectos contrastados sobre la condición física cardiovascular. Las primeras recomendaciones fueron elaboradas por al American College of Sport Medicine (ACSM) y se publicaron en 1978 (American College of Sport Medicine, 1978). Éstas proponían como pauta de actividad física la realización de ejercicio físico y continuo de alta intensidad (por encima del 60 % del consumo máximo de oxígeno). Sin embargo, aunque se asume que las directrices del ACSM de 1978 pueden promover beneficios para la salud, la evidencia disponible no avala la presunción que sean necesarios altos niveles de condición física para poseer una buena salud. En el caso de los niños, a falta de investigación específica, se ha asumido durante mucho tiempo una prescripción de ejercicio similar (Corbin, Pangrazi, & Welk, 1994), recomendándose la realización de 20­30 minutos de actividad física, tres o más veces a la semana, con una intensidad de 140 pulsaciones o más (Simons­Morton, Parcel, O'Hara, Blair, & Pate, 1988).
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 218 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 2. Recomendaciones basadas en la investigación epidemiológica sobre cantidades de ejercicio que protegen contra la enfer medad cardiovascular Sin embargo, a partir de los años 90, la evidencia epidemiológica acumulada durante la década de los 70 y los 80 cuestiona que sean necesarios los niveles de intensidad que se derivan de las recomendaciones sobre acondicionamiento cardiovascular de la ACSM para que se produzcan beneficios sobre la salud. De este modo, se pasa a reconocer el efecto beneficioso para la salud de la actividad física de intensidad moderada, proponiéndose a partir de ese momento la cantidad acumulada de actividad física (medida en términos de gasto energético semanal) como criterio para la prescripción en lugar de la intensidad del ejercicio. Este cambio de orientación en las prescripciones sobre actividad física supone el cambio de un del modelo cualitativo de prescripción, donde las características de la actividad (especialmente su intensidad) son el elemento relevante de la prescripción, a un modelo cuantitativo, donde lo relevante de la prescripción es la cantidad de ejercicio acumulado. A partir de esta nueva perspectiva, se pasa a proponer como recomendación mínima de actividad física la equivalente a un gasto energético de 3 kcal/kgr/min, que equivaldrían a caminar una media de 30 minutos diarios (Blair, Kohl, Gordon, & Paffenbarger, 1992), o a aquella actividad necesaria para acumular un gasto energético semanal de 700 kcal/sem (Fletcher et al., 1995). Estas recomendaciones han sido extrapoladas al caso de la población infantil. Así, Curenton (1994) ha propuesto como recomendación la realización de 20­40 minutos de ejercicio aeróbico al día extrapolando la directriz de gasto energético para adultos de 3 kcal/kg/min. Por su parte, Blair et al. (1989) han propuesto la recomendación de una actividad física que suponga un gasto energético de 4 kcal/kg/min, basándose también en la directriz de 3 kcal/kgr/min pero incrementándola en un tercio, ya que se sabe que durante la adolescencia se produce un descenso de los niveles de actividad que puede estimar en torno a un tercio. Corbin, Pangrazi & Welk (1994), por su parte, han propuesto elevar el nivel óptimo de actividad física hasta los 6­8 kcal/kg/min, al considerar que aquellos niños y niñas que alcancen esos niveles de actividad poseen una mayor probabilidad de permanecer activos durante la edad adulta. Las directrices del ACSM también evolucionado en el sentido de reconocer el valor de la actividad física moderada, reduciendo en su recomendaciones de 1990 al 40 % del
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 219 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 VO2max el umbral mínimo necesario para obtener mejora de la condición física cardiovascular en personas poco entrenadas y reconociendo además explícitamente que intensidades aún más bajas pueden tener efectos sobre la salud. Posteriormente, la ASCM ha incluido recomendaciones relativas al desarrollo de fuerza muscular y la flexibilidad dentro del conjunto de componentes necesarios para la obtención de una condición física saludable (American College of Sport Medicine, 1990;American College of Sport Medicine, 1998b). En 1998, además publican un conjunto de directrices específicas para personas mayores (American College of Sport Medicine, 1998a) . 3. Recomendaciones actuales de actividad física basadas en el modelo cuantitativo de prescripción de ejercicio En cuanto a las directrices sobre cantidad de actividad física que se derivan del modelo cuantitativo, se han publicado dos pronunciamientos especialmente relevantes. Por un lado, el pronunciamiento realizado de forma conjunta por el American College of Sport Medicine (ACSM) y Centre for Disease Control and Prevention (CDC) de los EE.UU, que da una recomendación genérica sobre la cantidad y tipo de actividad física a realizar para promover la calidad de vida. Esta recomendación señala “ todo adulto debería acumular un mínimo de 30 minutos o más de actividad física moderada la mayoría, preferiblemente todos, los días de la semana” (Pate, Pratt, Blair, & et al., 1995,p.406), haciendo hicapié que esos 30 minutos de actividad física pueden ser realizados de forma continuada o acumulando tramos 8­10 minutos. El segundo pronunciamiento es el realizado por el U.S. Department of Health and Human Services en su informe sobre actividad física y salud de 1996, que señala como recomendación mínima de actividad física una cantidad de ejercicio suficiente para gastar un mínimo de 150 kcal día, siete días a la semana, o un total de 1000 kcal a la semana (U.S. Department of Health and Human Services, 1996). En Gran Bretaña las directrices sobre actividad física para adultos, elaboradas por su Ministerio de Salud (Health Department), proponen como recomendación 30 minutos de actividad física al día, al menos 5 días a la semana, realizada de forma continuada o acumulados dos tramos de al menos 15 min.
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 220 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 4. Consenso actual sobre recomendaciones de actividad física en adolescentes En 1993 se celebró en San Diego la Conferencia Internacional de Consenso sobre Directrices de Actividad Física en Adolescentes. El objeto de ésta conferencia fue desarrollar directrices basadas en evidencia científica que sirvieran de guía a médicos y otros profesionales para realizar recomendaciones sobre actividad física en este grupo de población. En las conclusiones de la conferencia, se reseña que apenas existe evidencia científica específica para establecer recomendaciones de actividad física en niños y adolescentes (Sallis, Patrick, & Long, 1994), razón por la cual las directrices propuestas tomaron como base los efectos conocidos de la actividad física en adultos. Dos fueron las directrices finalmente propuestas en esta conferencia (Sallis & Patrick, 1994, p.307­308): § Directriz primera: “ Todos los adolescentes deberían ser activos diariamente, o casi diariamente, como parte de sus juegos prácticas deportiva, trabajo, sus actividades de transporte, actividades recreativas y su educación física o ejercicio estructurado, en el contexto de la familia la escuela y sus actividades complementarias” ´. § Directriz segunda: “ Los adolescentes deberían involucrarse tres o más veces por semana en actividades de 20 minutos o más cada vez que requieran un nivel de actividad física de moderado a intenso” La directriz primera se basa en que parece imprescindible la realización de actividades que supongan una sobrecarga del sistema músculo­esquelético para que exista un adecuado desarrollo óseo. Por otro lado, también se basa en la suposición de que el gasto energético vinculado al tipo de actividades propuestas conlleva la reducción del riesgo de sufrir obesidad. La segunda directriz propone la realización de cierta cantidad de actividad física dentro de un rango de intensidades de moderadas a vigorosas, y se justifica en que este tipo de actividad parece estar vinculada a una mejora de la salud psicológica, el incremento de los niveles de HDL­colesterol y el incremento de la condición física cardiovascular. Pate, Trost & Willians (1998) han criticado con posterioridad las directrices consensuadas en la conferencia de San Diego. En primer lugar, critican la falta de cuantificación de la primera directriz, al no especificar realmente la cantidad de ejercicio recomendada. La segunda directriz la critican por basarse en las prescripciones tradicionales para la mejora de la condición cardiovascular en adultos, sin que exista evidencia científica alguna que justifique esa relación dosis­respuesta en el caso de niños y adolescentes. Señalan además, que el tipo de actividad recomendada en la segunda directriz puede no ser la más
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 221 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 adecuada desde un punto de vista motivacional, ya que los niños parecen mostrar poco interés por las actividades de alta intensidad (Corbin et al., 1994) En 1997, la Health Education Authority de Reino Unido organizó un simposio de ámbito nacional de similares características a la conferencia de San Diego de 1993. Tras una revisión crítica de directrices existentes, se realizó una nueva propuesta de directrices tratando de mejorar las disponibles hasta el momento (Biddle, Sallis, & Cavill, 1998). Al igual que en la conferencia de 1993, en las conclusiones del simposio se reconoce explícitamente que existe poca evidencia científica para establecer criterios fundamentados sobre actividad física en población joven. Las directrices surgidas al final del simposio fueron las siguientes (Biddle et al., 1998, p.3): § Recomendación primera: “ Todos los jóvenes deberían participar en actividad física, de al menos moderada intensidad, durante una hora al día. Los jóvenes que actualmente realizan poca actividad deberían participar en actividad física, de al menos intensidad moderada, al menos durante media hora al día” § Recomendación segunda: “ Al menos dos veces por semana, alguna de esas actividades deberían contribuir a mejorar y mantener la fuerza muscular, la flexibilidad y la salud esquelética” La primera directriz propone una cantidad de actividad física moderada superior al mínimo de 30 minutos al día propuesta para los adultos y a menudo, por extensión, para los niños. Este incremento en la cantidad de actividad física sobre el criterio mínimo se justifica por la constatación de que, a pesar de que la mayoría de los niños británicos cumplen la prescripción mínima de 30 minutos de actividad por día, el sobrepeso y la obesidad en este grupo de población no ha dejado de crecer. Además, un número importante de niños muestra al menos un factor modificable de riesgo cardiovascular, así como síntomas de malestar psicológico. Por otro lado, propone como mínimo la realización de 30 minutos al día de actividad física moderada para aquellos jóvenes que son poco activos. La indicación de intensidad requerida para el cumplimento de la primera recomendación alude a una intensidad de “ al menos moderada” . Este nivel de intensidad implica, según Pate, Trost & Willians (1998), actividades que requieran un gasto energético entre 5 y 8 METs, lo que en sujetos jóvenes corresponde con intensidades comprendidas entre el 40% y el 60 % del consumo máximo de oxígeno. La segunda recomendación de la HEA, hace hincapié específicamente en la necesidad de que se realicen actividades que desarrollen la fuerza, la flexibilidad y la salud esquelética, reconociendo de forma explícita la importancia de este tipo de actividades para el
AREA III. Actividad física y depor te para la salud COMUNICACIONES 222 Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005 mantenimiento de una buena salud en niños y niñas. Esta recomendación representa una novedad respecto a las directrices anteriores, que sólo aludían a un tipo de actividad orientada a la mejora de la salud o condición física cardiovascular. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS American College of Sport Medicine. (1978). Position stand on recommended quantity and quality of exercise for developing and maintainig fitness in healthy adults. Medicine and Science in Sport(10), vii­x. American College of Sport Medicine. (1990). Position Stand: The recommended quantity and quality of exercise for developing and maintaining cardiorespiratory and muscular fitness in healthy adults. Medicine and Science in Sports and Exercise, 22, 265­274. American College of Sport Medicine. (1998a). ACSM Position Stand: Exercise and physical activity in older adults. Medicine and Science in Sports and Exercise, 30(6), 992­ 1008. American College of Sport Medicine. (1998b). Position Stand: The recommended quantity and quality of exercise for developing and maintaining cardiorespiratory and muscular fitness, and flexibility in healthy adults. Medicine and Science in Sports and Exercise, 30(6), 975­991. Biddle, S., Sallis, J., & Cavill, N. (Eds.). (1998). Young and active?. Young people and health­enhancing physical activity ­ evidence and implications. London: Health Education Authority. Blair, S. N., Clark, D. G., Curenton, K. J., & Powell, K. E. (1989). Exercise and fitness in childhood: implications for lifetime health. In C. V. Giosolfi & D. R. Lamb (Eds.), Perspectives in exercise science and sport medicine (pp. 401­430). Indianapolis: Benchmark Press. Blair, S. N., Kohl, H. W., Gordon, N. F., & Paffenbarger, R. S. (1992). How much physical activity is good for health? Annual Review of Public Health, 13, 99­126. Corbin, C. B., Pangrazi, R. P., & Welk, G., J. (1994). Toward an understanding of appropiate physical active levels for youth, Physical Activity Fitness Research Digest (Vol. 8, pp. 1­8). Curenton, J. (1994). Physical fitness and activity standards for youth. In R. R. Pate & R. C. Hohn (Eds.), Health and fitness through physical education. Human Kinetics: Champaign. Fletcher, G. F., Balady, G., Froelicher, V. F., Hartley, L., Haskell, W. L., & Pollock, M. L. (1995). Exercise standards. A statement for health care professionals. Circulation, 92(12), 3579­3580. Fortier, M. D., Katzmzezky, P. T., Malina, R. M., & Bouchard, C. (2001). Seven­year stability of physical activity and musculoskeletal fitness un the Canadian population. Medicine & Science in Sport & Exercise, 33(11), 1905­1911. Pate, R., Trost, S., & Williams, C. (1998). Critique of existing guidelines for physical activity in young people. In S. Biddle & J. Sallis & N. Cavill (Eds.), Young and active?. Young people and health­enhancing physical activity ­ evidence and implications (pp. 162­ 176). London: Health Education Authority. Pate, R. R., Pratt, M., Blair, S. N., & et al. (1995). Physical activity and public health: a recommendation from the Centres for Disease and Prevention and the American
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