los light"" amores - Teléfono de la Esperanza

Transcripción

los light"" amores - Teléfono de la Esperanza
nº 217 I MAYO - JUNIO 2007 I Revista del Teléfono de la Esperanza
avivir
www.telefonodelaesperanza.org
Las chicas creen
más en el amor
para siempre
(45% frente al 5%
de los chicos)
En España el número
de ‘singles’ ha
aumentado un 50%
en los últimos años
4 claves para
lograr
el amor
duradero
los amores " light"
publicidad
nº 217 I mayo - junio 2007 I sumario
A Fondo
06
Afectividad y miedo
al compromiso
En España, sobre todo en las grandes
ciudades, ha aumentado el número de
personas que viven solas y que organizan
su vida afectiva con la premisa del
no compromiso emocional
:
por Herminio Otero
20
14
26
Te querré mientras
pueda
La familia que
nos queda
Jóvenes frente al
compromiso afectivo
¿En qué consiste la
estabilidad de la pareja?
¿Cuáles son los obstáculos
para alcanzarla?
Los nuevos modelos de
convivencia a causa de
la provisionalidad
en los afectos
¿Creen los jóvenes españoles en el amor
para toda la vida o piensan que tiene
‘fecha de caducidad’?
por Alejandro Rocamora
por José María Jiménez
al psiquiatra Francisco
Alonso-Fernández
por Gloria Díez
*
Director:
Pedro Miguel Lamet
Redactor jefe:
Fernando Alberca
Dirección de Arte:
Cristina Bezanilla
TELÉFONO DE
LA ESPERANZA
:
37 A PIE DE CALLE
por José Luis Rozalén
De solterones a ‘singles’.
Vida de un ‘independiente’
por Antonio Saugar
Colaboradores:
Herminio Otero
Alejandro Rocamora
José Mª Jiménez
José Luis Rozalén
Gloria Díez
Antonio Saugar
Norberto Alcover
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Tel. 917 818 795
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42 CINE
Un cine sin
amores ‘light’
por Norberto Alcover
#
32 ENTREVISTA
:
46 COMUNICANDO
Inauguración de los
Centros del Teléfono de
la Esperanza en Cochabamba y Buenos Aires
Edita:
Teléfono de la Esperanza
Depósito Legal:
M-28.500-1973
Dirección, redacción,
y administración:
Francos Rodríguez, 51
(Chalet, 25)
28039 Madrid
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Fax.: 91 459 04 50
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q
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nº 217 I mayo - junio 2007 I CARTA DEL DIRECTOR
Los Amores ‘Light’
Antes todo duraba más: Desde el vestido de boda a la enciclopedia del abuelo, pasando por la vajilla, los
libros de texto y el abanico de mamá. Se compraba para conservar, y teníamos en los labios la mágica
expresión: “de toda la vida”. También, por regla general, en el amor. Es verdad que muchas situaciones
difíciles se solapaban, y con frecuencia se mantenían las apariencias por el qué dirán, mientras proliferaban
los amantes a escondidas o las frustraciones soportadas principalmente por la mujer.
Hoy casi todo es de usar y tirar: platos y vasos de papel, best-sellers que apenas permanecen unos
meses en las librerías, los electrodomésticos e incluso los vestidos. De aquí el éxito de los bazares
chinos, donde puedes adquirir a poco precio cosas fungibles.
¿Y el amor? “Te amaré para siempre”, decían los personajes de novelas y películas románticas de antaño.
Hoy se sustituye por el ligue de fin de semana, si no es por un apaño algo más duradero de “cada uno en
su casa y Dios en la de todos”. Son los amores ‘light’, de escasa intensidad, poca pasión y ningún drama.
¿La razón? Se sufre menos. La provisionalidad, las experiencias vividas, los fracasos amontonados han
engendrado una nueva especie de ‘solteros por vocación’, en su mayoría urbanitas, dispuestos a intentar
disfrutar de su sueldo, las comodidades del consumo, y “no sufrir más por amor”.
Es posible que no padezcan (si vivir así a la larga no es padecer), pero tampoco sus goces vitales atraviesan
el umbral de “pasar el rato”. Sin negro no hay blanco, sin lágrimas no hay verdadera alegría. Vivimos el
imperio del “gris”, el reino de la tibieza, el “pasar de todo” para protegernos probablemente de un mundo
demasiado agresivo, de una sociedad que nos explota, de una carrera por ganar más para tener más, de una
falta de tiempo compulsiva que nos impide entablar relaciones hondas y duraderas.
Tema tan actual pide reflexión, analizar las causas, contrastarlas con nuestros semejantes, en una palabra,
detenernos en el camino; ver el atasco desde arriba, donde se pueden dominar las encrucijadas de carreteras
y los destinos que anhelamos. Es lo que pretende, como siempre, este número de AVIVIR, en el que nuestros
especialistas se preguntan por el fenómeno en sí, sus causas, sus manifestaciones psicológicas, infantiles,
juveniles, familiares, sociológicas y culturales y algunas vías de solución.
En temas como éste hay que evitar los dos extremos: desmelenarse contra la situación
savonarólicamente, echado pestes contra este mundo que hemos pergeñado, o canonizar tal situación,
simplemente porque es actual y creada por las nuevas generaciones. Parece, por ejemplo, que una
causa de la misma puede ser la emancipación de la mujer. Atacar dicho progreso no es una forma
adecuada de atajar la futilidad de los amores de hoy.
Quizás, como casi siempre, la raíz esté en la educación y la axiología en la que vivimos inmersos. Si mis
valores son buscar sólo éxito, dinero, apariencia y placer instantáneo, además de evitar todo lo que suene
a compromiso o sacrificio, es difícil que busque un amor permanente, que no puede vivirse sin momentos
de dolor, desengaño, vejez y, en definitiva, pérdida. Se olvida que para ganar algo que valga al pena es
necesario correr un riesgo, como ya anunciaba la sabia copla popular: “Corazones partidos yo no los quiero,
que cuando doy el mío, lo doy entero”. Quizás nos hemos hecho hoy tan propietarios que nos resulta casi
imposible una felicidad profunda no egoísta, que está en la entrega total e incondicionada.
Pedro Miguel Lamet
afectividad y
miedo al
compromiso
solitarios urbanos
por Herminio Otero
Cada vez son más las personas que viven solas. Es un fenómeno urbano que
viene facilitado por la independencia en varios órdenes y que se refuerza por...
el miedo al compromiso.
nº 217 I mayo - junio 2007 I Un reciente reportaje en El País Semanal (abril
2007) hablaba de los más de siete millones de
españoles, hombres y mujeres, que viven sin
pareja. Algunos tuvieron parejas en su pasado
reciente, algunos están con hijos o sin ellos
en el presente, pero todos son ahora impares
o singles: personas de entre 25 y 65 años que
viven sin pareja convencional, ya sean solteros,
separados, divorciados o viudos.
Son solitarios urbanos que habitan, sobre todo,
en las ciudades de más de 100.000 habitantes.
Y hay más cuando la ciudad es más grande. En
Los más de siete millones
de españoles que viven sin
pareja habitan, sobre todo, en
las grandes ciudades
A FONDO
Solitarios en busca de pareja
Los impares de menos de 45 años buscan pareja
en un porcentaje muy alto, y los de más de 45
tienden simplemente a querer relacionarse. Los
impares necesitan saber que no están solos y que
pueden hacer muchas cosas. Por eso hay agencias
especializadas que organizan cenas literarias,
visitas turísticas, fiestas, tertulias, viajes, etc.
Y todos comparten una característica: son más
innovadores que la media y grandes buscadores de
soluciones de conveniencia, ya sean tiendas, ideas
o sistemas que les faciliten cubrir lo que quieren
de forma rápida y eficaz. Son frecuentadores de
canales de venta que ofrecen de todo a cualquier
hora y de los portales de encuentros en Internet,
también llamados de amor y de amistad. En
2005 un 30% utilizaba Internet como medio para
: : :
Madrid suponen un 13,8% de la población, pero
en Berlín ya son el 50%.
Los más de tres millones de españoles de 30 a
45 años que viven solos disponen de ingresos
mensuales un 40% superiores a los de la
media de personas de su franja de edad. Las
empresas dedicadas a la moda, la decoración,
la tecnología y productos de lujo los tienen muy
en cuenta: ven en ellos un filón de potenciales
consumidores, pues saben que menos cargas
familiares suponen más dinero para gastar sin
que nadie se lo impida.
Además de comprar con soltura, los impares están
al tanto de la oferta cultural y se mueven con
soltura por Internet para ampliar sus relaciones
amorosas y sociales. Aunque crean en su casa
un ambiente agradable y la mantienen siempre
abierta a los amigos y a la familia, en realidad
pasan más tiempo fuera que dentro. Porque todos
tienen algo en común: la necesidad de salir. Sus
agendas están repletas durante la semana y se
sienten ‘colgados’ cuando llega el fin de semana,
un puente o unas vacaciones. Entonces buscan
cualquier tipo de plan para tapar esos huecos.
los amores ‘light’
conocer gente. Este porcentaje aumenta entre
los solteros de mayor edad.
Ana Díaz, directora de comunicación de Match.
com, un negocio que nutre a más de 15 millones
de usuarios de 246 países, que tiene versiones
en 18 idiomas y que a lo largo de 2005 llegó
a facturar casi 190 millones de euros, resume:
“Los jóvenes de entre 18 y 25 años buscan en
Internet amistad y diversión; de 25 a 35 años, la
amistad deja abierta la posibilidad al ‘y después
rodea. Algunos suspiran por la pareja que no
encuentran. La mayoría están abiertos a lo que
pueda llegar. Pero muchos, incluso aunque el
40% afirme sentir presión social respecto a su
estatus, se declaran felizmente solteros.
Las causas
¿A qué se debe este fenómeno? Las razones
del aumento de los nuevos solteros tienen que
“En la generación anterior se manifestaron muchos fracasos
afectivos y por eso la actual es una generación que prefiere
no esperar nada, pero con esa desesperanza no se vive bien y
además no es verdad que todas las parejas terminen mal”
José Antonio Marina
ya se verá’, y a partir de los 35 años se busca
pareja de forma seria. Nosotros ofrecemos la
plataforma para que se pongan en contacto y el
anonimato está garantizado. Después son ellos
los que deciden”.
Los usuarios de estos canales no son gente rara
o que no sabe ligar: son gente normal que repite
en el medio virtual los roles de las relaciones más
convencionales: los hombres son más activos,
pero las mujeres terminan decidiendo; para ellos
resulta más importante la fotografía...
Los hombres y mujeres singles defienden el
placer que encuentran en sentirse independientes
y abiertos a su entorno y a la gente que les
ver con “la falta de tiempo, la incomunicación
de las grandes ciudades, la incorporación de la
mujer al mundo laboral, la preocupación por
situarse en el mundo profesional, el aumento
del número de separaciones y divorcios, y la
aparición de una tercera edad más activa y
numerosa”.
Pero hay otras causas que tienen que ver
con una sociedad posmoderna, pluralista y
opcional, en la que se ha sacralizado de forma
absoluta la propia libertad de conciencia con
tintes más o menos subjetivistas. Y a la vez
todo esto se amasa con situaciones de tipo
psicológico que llevan a algunas personas a
tener miedo al compromiso.
nº 217 I mayo - junio 2007 I La cultura del simulacro
Según Baudrillard, vivimos en el “tiempo de
los objetos”, sometidos a su continua sucesión.
Es la época de la acumulación de los signos de
la felicidad. La primacía de las relaciones de
producción ha sido desbancada por la apoteosis
de las relaciones de seducción (Lipovetsky),
seducción que se basa en la acumulación y
en la sobremultiplicación de las elecciones
espectacularizadas.
Vivimos así en una cultura del simulacro (J.
Baudrillard), que nos asienta en un mundo de
pseudo-gratificaciones frustrantes, y que crea
falsas expectativas y en la que los productos son
creados para un consumo inmediato, más allá
de la duración de su funcionalidad. Se vuelven
obsoletos aunque todavía funcionen bien. Lo malo
de esto es que lo mismo nos pasa a nosotros.
A FONDO
La cultura del simulacro implica también una libertad
sin compromiso para probarlo todo. La libertad
consiste en no renunciar a nada. “Ya no existe
verdad ni mentira, estereotipo ni invención, sino
una paleta infinita de placeres diferentes e iguales”.
Eso significa que cualquier proyecto va acompañado
de la posibilidad de su cancelación inmediata.
O sea, triunfa el presentismo: se vive en un
presente perpetuo, aquí y ahora, sin cuestionarse
sobre alguna posible definitividad.
Todo ello resulta incompatible con una vida fiel a
un proyecto de sentido. De otra forma: avanzamos
hacia la apoteosis del yo. Así lo resume el sueco
Mats Lindgren, experto en análisis de tendencias,
que predijo el nacimiento de la “generación X”
(hedonista, egotista y egoísta, la del superyó), en una
entrevista reciente en La Vanguardia (recuadro).
: : :
La apoteosis del yo
Avanzamos hacia la apoteosis del yo: cada individuo se realizará al tener más capacidad de elegir.
• Hemos pasado de un mundo donde lo esencial era cubrir las necesidades: comer, dormir, procrear..., a
otro donde lo divertido es satisfacer los deseos: fama, dinero, ser sexy, triunfar... Hemos pasado de la
necesidad al deseo. El futuro es el triunfo del ego.
• Antaño cubrir cada necesidad llevaba aparejado cumplir una obligación: satisfacer la necesidad de sexo
conllevaba la obligación de ser fiel a tu pareja; si no cumplías tu obligación, no cubrías tu necesidad.
• Hemos pasado de las necesidades a los deseos, y los deseos no implican obligaciones sino simplemente
elecciones, opciones. Hoy el truco no está en saber cumplir, sino en saber elegir, y si te equivocas saber
cambiar.
• Todos los valores serán a la carta: tendremos religiones de menú personal, donde cada uno habrá
elegido lo mejor del budismo y del cristianismo, por ejemplo, o dirá que es socialista en unas cosas
y liberal en otras; o en la vida familiar querrá ser padre, pero no pareja, o al revés... ¡Opciones, no
obligaciones!
• Lo moderno hoy es “nada por obligación, todo por opción”. El peligro está en pasar de la necesidad al
deseo y del deseo al capricho. No habrá grandes principios, ni grandes decisiones, y desde luego nada
será de por vida.
Mats Lindgren
los amores ‘light’
Miedo al compromiso
Todo eso tiene que ver también, por ejemplo,
con la vivencia de la sexualidad. José Antonio
Marina, autor de El rompecabezas de la
sexualidad, es partidario de una segunda
revolución sexual de modo que el sexo sea algo
más que hacer ‘submarinismo’ en la piel del otro
ser malo, pero cada uno de ellos tiene un tipo
de motivación, de metas y de satisfacciones,
y otro tipo de deberes y de compromiso. Cada
persona debe saber que hay unos proyectos
de vida mejores que otros y ha de decidir en
qué proyecto de vida quiere meterse.
Vivimos una época en el que triunfa el ‘presentismo’:
se vive en un presente perpetuo, aquí y ahora, lo que
resulta incompatible con una vida fiel a
un proyecto de sentido
y que recuperemos el talento para relacionarnos
afectivamente con otras personas. (Véase en el
recuadro El ejemplo de la sexualidad el resumen
que él mismo hace).
Mientras tanto, en una época en que la persona como
individualidad cobra fuerza y en que la sexualidad
tiene distintos proyectos, surgen preguntas como
éstas, según resume Patricia May:
Además, la sexualidad se puede incluir
dentro de varios proyectos de vida: la
sexualidad
desvinculada
(dos
personas
adultas que disfrutan con el sexo sin ningún
tipo de compromiso afectivo), relación sexual
placentera entre dos personas que quieren
tener un proyecto afectivo, proyecto de
convivencia que implica vivir con otra persona
y, por último, proyecto de procreación. Ninguno
de estos cuatro proyectos distintos tendría que
>¿
Por qué o para qué entrar en una relación
de compromiso con otra persona en épocas de
tantos vaivenes y cambios?
10
>¿
Qué gano atándome a otro, si la vida me ofrece
tantas oportunidades de experimentación de
acuerdo a los impulsos del momento?
>¿
Para qué cerrarme puertas si estando solo
puedo vivir sin ataduras?
: : :
nº 217 I mayo - junio 2007 I A FONDO
El ejemplo de la sexualidad
El sexo es un quebradero de corazones. Es un asunto que se nos ha ido complicando aunque parezca que lo
estamos trivializando, porque la trivialización es una complicación más... Lo que nos interesa es la sexualidad: los
modos de relacionarnos, los modos de disfrutar personalmente que se fundan en el sexo, pero que no son sexo
puro y duro, sino que son sexo humanizado y con unos componentes afectivos, culturales y sociales mucho más
ricos.
La primera revolución sexual que pretendía desvincular el sexo de todo tenía una justificación, porque las
morales sexuales se habían hecho opresivas... ¿Qué es lo que hizo la revolución sexual? “Vamos a quitar
al sexo toda connotación moral y vamos a disfrutar con él”. El asunto comenzó a no funcionar y fueron las
mujeres las que dijeron que “para este viaje no nos hacían falta estas alforjas”, porque era más de lo mismo.
Lo que querían era estar liberadas de normas que eran muy opresivas pero también un sexo vinculado
afectivamente. Libre sí, pero vinculado.
Hoy los medios de comunicación están dando una versión cutre de la sexualidad, “que si yo te hago esto, que si tú
me haces lo otro...”, y lo malo es que no tiene nada que ver con la realidad. Este tipo de la sexualidad es tan irreal
como el de la pornografía. Toda esa vida del tejemaneje de “ahora con ésta, mañana con la otra, me junto, me
separo...” en la vida real tiene consecuencias serias. Yo noto que mis alumnos coinciden en que lo más importante
son las relaciones afectivas para, a continuación, decir que ven tales fracasos que ni esperan esas relaciones
afectivas ni van a hacer nada por conseguirlas. Hay una especie de escepticismo generalizado. En la generación
anterior a la de mis alumnos se manifestaron los fracasos afectivos y por eso la actual es una generación que
prefiere no esperar nada. Pero con ese poso de desesperanza tampoco se vive bien, se vive con una sensación de
frustración, es una vida decepcionada antes de tiempo y por eso deberíamos recuperar las historias de los éxitos
afectivos. No es verdad que todas las parejas terminen mal, no es verdad que todas las familias sean un desastre.
Hay personas que tienen unas relaciones afectivas profundas, divertidas y estimulantes, pero la narrativa de la
felicidad es muy difícil de hacer, lo mismo en novela que en el cine que en la vida real. La de la maldad, de la
crueldad, eso nos sale bordado.
José Antonio Marina
11
los amores ‘light’
A ciertas personas les da miedo adquirir un compromiso
y se crean excusas contra la pareja para poder escapar
de una relación inicialmente buscada.
Este proceso se les repetirá con diferentes parejas hasta
que asuman que tienen que abordar sus limitaciones
>¿
No será mejor entrar en relaciones circunstanciales, sin compromiso, de modo que
cuando se vaya el encantamiento volemos
como mariposas en busca de otras flores?
Comprometerse a vivir la vida con otra persona
constituye un inmenso desafío. A muchos les
resulta interesante conocer a alguien y hasta
puede que se aventuren a iniciar una relación.
Entonces surge un universo de nuevas experiencias
amasadas en complejas emociones que nos
llevan a desear a una persona y a huir de ella a la
vez. La mayoría de las personas busca establecer
una relación sólida, pero a algunas les da miedo
adquirir un compromiso y tienden a huir porque
no saben cómo responsabilizarse ni cómo asumir
las adversidades con las que puede enfrentarse:
les asusta tomar decisiones, ser responsables de
sus actos y asumir las consecuencias. Su miedo
a la intimidad les crea confusión y empiezan
Estrategias
para afrontar el miedo al
compromiso
Estrategias para afrontar el miedo al compromiso
Hacer frente a la situación: conocer lo que sucede y por qué sucede.
Contemplar la posibilidad de cambio sin que ello implique una sensación de
descontrol.
Valorarse más y confiar en sí mismo: reconocer las capacidades y dificultades
que uno posee para fortalecer la seguridad en las acciones y decisiones que
se tomen.
Aprender a expresar los temores y las inseguridades. Saber exteriorizar las
preocupaciones ayuda a fomentar una relación de confianza en la pareja.
Conocer todos los miedos para sanearlos con nuevos pensamientos más
adecuados y ajustados a la realidad.
12
nº 217 I mayo - junio 2007 I A FONDO
a crearse excusas y argumentos contra la
pareja para poder escapar de una relación que
inicialmente habían buscado. Lo malo es que
este proceso de búsqueda de pareja y rechazo
al compromiso se repetirá continuamente con
diferentes parejas hasta que la persona asuma
q
que tiene que abordar sus limitaciones. El ciclo
se conseguirá romper cuando la persona se
sincere consigo misma, afronte sus verdaderas
necesidades. Entonces podrá arriesgarse, sin
miedo, al compromiso.
q
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*
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13
Te querré
mientras pueda
La estabilidad de la pareja ¿mito o realidad?
Claves para el amor duradero
por Alejandro Rocamora
Es evidente, desde la experiencia personal de cada uno, que la situación de la familia española
ha cambiado en estos últimos treinta años. Vemos por doquier, incluso en nuestro propio círculo
social, que existen desde familias de corte tradicional (donde la estabilidad es como una cualidad
suprema: se mantiene el matrimonio contra viento y marea) hasta parejas de hecho o cohabitación,
donde lo primordial es el afecto y lo demás es secundario, incluso con la ausencia de las mínimas
condiciones legales o jurídicas. Cada vez nos vamos acercando a este segundo modelo. Hoy desde
la psicología nos preguntamos: ¿En qué consiste la estabilidad de la pareja? ¿Cuáles son los
obstáculos para su logro? ¿Cómo facilitar su permanencia? Y todo ello sin olvidar que la vida de
pareja no es algo estático sino dinámico, pues la propia convivencia es adaptativa y cambiante.
14
nº 217 I mayo - junio 2007 I La estabilidad de la pareja es una realidad que
va tomando diversos ropajes en el proceso de
la convivencia, donde se producen avances y
retrocesos, paradas y acelerones, ya que está
configurada por dos personas que tienen un proyecto
común, pero sin renunciar a su idiosincrasia y
personalidad. Es por eso que podemos afirmar que
es una “estabilidad inestable”, pues el equilibrio
total y permanente no existe.
Se puede entender la estabilidad, pues, como
sinónimo de equilibrio de fuerzas que facilita
una armonía en la convivencia y también
estabilidad como sinónimo de permanencia a lo
largo del tiempo. No es posible cuantificar esos
parámetros, pero podemos afirmar que a partir
de los 15-20 años de convivencia una pareja es
estable, lo cual no quiere decir que no pueda
romperse, como lo demuestran las estadísticas
de divorcios. Eso sí, una pareja estable no es
sinónimo de ausencia de problemas o conflictos
sino de que ha sabido asumir esas dificultades
y ha ido construyendo un entramado que sirve
para su propio desarrollo personal y también de
los hijos. Por último, estable no implica que esté
ratificada por una norma o ley, sino que, a pesar de
los vaivenes de la propia historia como pareja, se
sigue manteniendo una proximidad-alejamiento
saludable y por lo tanto enriquecedora para los
dos miembros de la pareja.
De la “estabilidad inestable” a lo provisional
La pareja actual vive en una “sociedad de riesgo”,
como la ha denominado el sociólogo Bech (1998),
donde ha superado los criterios de producción
de la sociedad industrial para centrarse sobre
todo en el “valor de la seguridad”: Así se han
multiplicado los seguros de vida, seguro de
accidente, seguridad de las relaciones sexuales
para evitar el SIDA o la misma preocupación por la
salud, como en un intento por evitar a toda costa
la enfermedad y la muerte. En este panorama,
¿qué papel juega el amor en la pareja?
En “esta sociedad de riesgo” el valor fundamental
es la seguridad, no la producción de la sociedad
industrial. Por lo tanto, la razón principal para
mantener una relación de pareja, no será
A FONDO
económica, sino más bien creer que el vínculo
como tal proporciona amparo contra la soledad y
esto aunque no esté ratificada por la ley. Desde
esta posición podemos entender la provisionalidad
jurídica de las parejas (“las parejas de hecho”)
como una forma de no atarse y de estar “libre”
para encontrar la situación más segura.
En este modelo de sociedad prima la búsqueda
del bienestar emocional al de producción, y por
lo tanto se mantendrá el vínculo matrimonial
Una pareja estable no
es sinónimo de ausencia
de problemas sino de
que ha sabido asumir
esas dificultades y ha ido
construyendo un entramado
que sirve para su propio
desarrollo
siempre y cuando favorezca la felicidad del
sujeto y se romperá cuando la infelicidad haga
acto de presencia pese a las consecuencias
económicas negativas o de pérdida de estatus o
poder adquisitivo. Sin embargo, en ocasiones la
seguridad económica es el factor que determina
que la pareja permanezca unida, aunque
solamente sea en apariencia, con el perjuicio
para los propios cónyuges y los hijos.
Esta provisionalidad de la pareja la describe
Bech en el siguiente texto: “En los años
sesenta la familia, el matrimonio y el trabajo
eran vinculantes para organizar los planes de
vida, las situaciones de vida y las biografías”.
Sin embargo, continúa este autor, actualmente
“ya no está claro que dos personas vayan a
casarse, cuándo van a casarse, si conviven en
vez de casarse, si se casan en vez de convivir,
si el hijo nacerá y se criará dentro o fuera de
la familia, con la persona con la que uno vive
o con la persona que uno ama pero que vive
con otro, antes o después de la carrera o en
: : :
15
los amores ‘light’
medio de ella, cómo será compatible todo esto
a corto plazo, etc.” Es decir, hoy día todo es
más impreciso y provisional; antes todo estaba
como programado: noviazgo largo, terminar la
carrera o tener un trabajo estable, casarse,
tener hijos; el marido se dedicaba el trabajo
y la mujer a la crianza de los hijos (todos los
hijos que vinieran) era la secuencia lógica; hoy
el noviazgo casi no existe, se convive antes
de casarse, la mujer también trabaja fuera
de casa, se puede o no tener hijos (se puede
tener uno o varios), etc. Evidentemente este
tipo de relación puede ser más madura, pero
también puede producir más inseguridades y
sufrimiento, aunque a la larga creo que es más
beneficiosa tanto para las parejas como para los
hijos, pues el valor fundamental es el bienestar
psíquico no el estado económico.
Del enamoramiento al “divorcio psíquico”
Pero el camino del amor es tortuoso: comienza
con el enamoramiento y finaliza con el amor
maduro o con el “divorcio psíquico” (seguir
viviendo juntos pero aceptando que cada uno
El amor es como una carrera de maratón, pero con una
salida explosiva como si de una prueba de 100 metros
lisos se tratara (enamoramiento)
Es necesario un cambio de ritmo para ir adaptándose a
cada una de las etapas de la vida
16
nº 217 I mayo - junio 2007 I puede organizar su vida como desee), y en otras
ocasiones, con la ruptura real de la convivencia,
a través de la separación o el divorcio. En estos
supuestos se constata que el objeto amado no
era tan valioso como se esperaba. Se produce
un tiempo de reajuste, de crisis en la relación
de pareja, que puede llevar a la ruptura, o a
reiniciar nuevamente el camino tortuoso de un
proyecto en común, pero ahora cimentado en
las posibilidades y límites reales de cada uno.
Comienza, pues, un nuevo tipo de vinculación
amorosa, que puede ser facilitadora de la
felicidad de la pareja.
El amor es como una carrera de maratón, pero
con una salida explosiva como si de una prueba de
cien metros lisos se tratara (enamoramiento). Es
necesario un cambio de ritmo para ir adaptándose
a cada una de las etapas (de la vida). En el amor,
también lo importante no es ganar sino llegar a la
meta del amor estable. Pero este recorrido no está
exento de dificultades e incluso de zancadillas. La
vida de pareja es como un tobogán con cuestas que
subir y rampas que descender. Es esa capacidad de
adaptación al momento histórico de la pareja lo que
condicionará la supervivencia, o no, del amor.
Cuando estas condiciones no se cumplen y, pese a
que no se produzca la ruptura real, la convivencia
se convierte en un punto de desamor, que se
manifiesta por el hastío, la incomunicación, y en
los momentos más graves, en la falta de respeto
hacia el otro.
Toda ruptura es dolorosa incluso para el
miembro que la ha propiciado o facilitado. Es
una sensación de pérdida, de fracaso tanto si es
llevada a cabo en la vida real como si, aún
manteniendo las apariencias, el
desamor invade a la pareja:
es lo que algunos autores
han llamado “el divorcio
psíquico”. Este es tan
negativo como el real,
ya que la chispa del
amor se ha apagado
y la desconfianza, los
reproches, e incluso
la falta de respeto,
es lo que predomina.
A FONDO
Claves para el amor duradero
Al igual que todo atleta que se precie tiene que
prepararse física y mentalmente para realizar su
actividad, lo mismo podemos decir de la persona
que desee conseguir finalizar con éxito el siempre
difícil ‘maratón’ del amor. Son necesarias algunas
condiciones imprescindibles. Aquí señalaremos
las que nos parecen las más importantes:
1.- Favorecer un vínculo maduro en la infancia: el
niño que ha tenido una buena vinculación con las
figuras paternas y con su entorno, será un buen
candidato para establecer una pareja estable.
Existen personas que están incapacitadas para
una relación amorosa duradera porque no han
sentido en ellos mismos los efectos placenteros
de esa vivencia; en otras ocasiones, cuando
se han producido situaciones muy traumáticas
(violencia física, abandono, utilización como
una cosa, desvalorización total, etc.) el sujeto
pretenderá huir de toda posible unión, pues la
vive como una reproducción de las primeras.
Es, por tanto, imprescindible posibilitar un marco
convivencial sano en el niño, para que éste,
después de adulto, no sienta a los demás como
potenciales enemigos, o perciba todo vínculo
amoroso como posible invasor o destructor de
su identidad. Un ejemplo: las “relaciones de
dependencia” en la infancia en las que “madree-hijo” forman un todo único e indivisible,
difícilmente pueden favorecer el establecimiento
de una unión de pareja madura e independiente.
La sombra de la dependencia cubrirá toda relación
y la ruptura está servida de antemano. Aquí, ¿ha
fracasado el amor? No, ha fracaso el sujeto que
no ha podido establecer un vínculo sano. En
estos caso lo que falla no es el amor sino
la condición previa para establecer una
relación permanente.
2.- Saber elegir: la elección de
pareja es otro de los momentos
decisivos para el futuro del vínculo
amoroso. Si nos acercamos
al otro/a en un intento de
satisfacer un deseo inmediato
o
paliar
algún
problema
(soledad, incomunicación,
: : :
17
los amores ‘light’
Si nos acercamos al otro/a para satisfacer un deseo inmediato
o paliar algún problema (soledad, incomunicación, salir de
la custodia de los padres, demostrar que se es mayor, etc.)
habremos firmado de antemano la ruptura
salir de la custodia de los padres, demostrar
que se es mayor, etc.) habremos firmado de
antemano la ruptura. Una relación amorosa no
se puede edificar sobre la necesidad, ni tampoco
es solucionadora de problemas. El amor es
espontáneo e incondicional, no es premeditado,
ni mucho menos programado. El amor surge y
basta. No obstante, una cosa es cierta: una buena
pareja es aquella cuyas características no son ni
iguales ni complementarias, sino que tienen “un
carácter equivalente”. Es decir, cuando elegimos
desde la libertad (sin presiones ni retos) es posible
que consigamos a la “otra media naranja”, que
en su estructura más profunda sea semejante
a uno mismo. Así, una persona muy decidida y
emprendedora puede enamorarse de otra más
indecisa, pero posiblemente más segura en su
esfera más profunda, lo que producirá sintonía a
la hora de convivir. La seguridad aparente de la
primera encaja con la seguridad profunda de la
segunda. Es como mirarse en un espejo. Aquí el
amor tiene posibilidades de perdurar.
fuego del amor, para que no se apague.
4.- Adaptación: es una consecuencia de los
anteriores puntos. La vida en pareja tiene
numerosas “novedades” personales y externas
(nacimientos, muertes, enfermedades, etc.)
que son indispensables de ir incorporando
con una buena dosis de flexibilidad. Sin una
mínima capacidad de renuncia, ante los cambios
externos, la vida en pareja peligraría. Es otra de
las condiciones para llegar al amor duradero.
La estabilidad de la pareja ¿mito o realidad?
Una conclusión, en este sentido, es la importancia
del tiempo de noviazgo, donde la pareja tiene
posibilidades de conocer y conocerse a través
del intercambio con el compañero. Ambos
sujetos deben llegar a un conocimiento profundo,
mirándose en el espejo del otro, para tomar la
decisión de seguir o cortar. Desde esta perspectiva
“los flechazos” y “el usar y tirar” no son los mejores
consejeros para llegar a un amor duradero.
Lo negativo, pues, no es que una pareja se
rompa, lo patológico es considerar toda relación
afectiva transitoria. ¿Miedo a la vinculación o
miedo a la soledad? Pienso que pueden ser las
dos razones para explicar la provisionalidad de
las parejas actuales. Pues, a veces, tanto asusta
una relación estable como el sentirse solo; estas
dos vivencias provocarán que el mundo afectivo
sea transitorio, pues, en el primer caso, el sujeto
se puede sentir ahogado por la relación (falto de
libertad) y en el segundo, es precisamente el ansia
por neutralizar la propia soledad lo que hace que
se busquen relaciones, que ya en su inicio, están
predestinadas a romperse: como, por ejemplo, las
parejas que se forman para huir de la disciplina
paterna, tener una buena posición económica o
simplemente por jugar “a ser mayores”.
3.-Alimentación continua: el amor, como
cualquier experiencia humana, si no se alimenta
muere. Es un proceso dinámico, no estático, que
necesita unos cuidados continuos. No comienza
y termina en el enamoramiento sino que éste
es la puerta que abre la posibilidad de realizar
un proyecto común. A este respecto, entre las
condiciones indispensables, podemos señalar
las siguientes: la capacidad de redescubrir al
otro cada mañana y ser sensible a los pequeños
cambios cotidianos: un corte de pelo, un vestido
nuevo, etc. En los pequeños detalles es con lo
que vamos alimentando de forma continua el
La estabilidad de la pareja puede ser una
realidad siempre y cuando se den las condiciones
precisas, aunque la ruptura no necesariamente
es sinónimo de patología sino más bien de
corregir una decisión equivocada. El verdadero
amor, el que se sustenta en una estructura
“suficientemente sana” del individuo y que elige
un “carácter equivalente”, puede ser estable y
permanente siempre y cuando sus componentes
tengan ‘cintura’ para ir adaptándose a los cambios
constantes de la vida en común. Este puede ser
el “secreto” para que la estabilidad de la pareja
no sea un mito sino una realidad.
18
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19
La familia que
nos queda
Los nuevos modelos de convivencia familiar
por José María Jiménez Ruiz
La provisionalidad es uno de los rasgos más destacados en la vida del hombre contemporáneo.
Todo parece ser efímero, prescindible, perfectamente sustituible. Sucede con la ropa, con los
móviles, con los coches, con los ordenadores... Nadie apura hasta el final los distintos vasos de
la abundancia en que tratamos de saciar la sed de consumistas compulsivos. Se esfumaron los
tiempos de zurcidos y remiendos que hacían de nuestras nada estilosas indumentarias prendas
de duración ilimitada, días aquellos en que pasaban de hermanos mayores a pequeños, o de
unos primos a otros, pantalones todavía en buen uso, chaquetas aún aprovechables o calzados
convenientemente reparados por las manos habilidosas de un zapatero remendón. Tampoco las
relaciones personales son ajenas a esa especie de propensión a las probaturas y a los estrenos.
20
nº 217 I mayo - junio 2007 I Cada vez es mayor el número de quienes
optan por vivir instalados en una especie de
presentismo sin horizonte y se niegan a adquirir
vínculos que puedan comprometerlos más allá
de lo estrictamente necesario. Las cosas, es el
discurso más extendido, duran lo que duran,
más bien poco, y no vale la pena empeñarse en
que sean de otra manera. Además, se remacha,
no sin cierto cinismo, cuando los lazos son más
débiles se pueden romper con menos dolor y a
un coste psicológico perfectamente asumible...
Argumento, sin duda, difícil de rebatir, pero que
deja ayunos a quienes abrazan tal credo de una
de las experiencias más hondas a que puede
aspirar el ser humano.
¿Adiós a la familia?
Los datos, en cualquier caso, son los datos
y éstos nos revelan que más del 50% de las
parejas españolas tienen una esperanza de
vida que no llega a los diez años. Muchas de
ellas, el hecho no deja de ser llamativo y, en
buena medida, preocupante, se rompen ya en
los primeros meses, incluso entre aquellos que
tenían la experiencia de una larga convivencia
previa al compromiso matrimonial
Este fenómeno parece indicar que un colectivo
muy significativo de hombres y mujeres vinculan
el matrimonio más a lo que pueda durar la llama
de la pasión que a un compromiso firme de
amor. Un compromiso que incluya un proyecto
de vida que incorpore el propósito de formar
una familia y, llegado el caso, asumir con toda
responsabilidad las pequeñas y no tan pequeñas
renuncias a que pueda obligar la crianza y la
educación de los hijos.
¿Qué nos queda, pues, de la familia? Situados
en los andenes de estos trepidantes tiempos
postmodernos ¿hemos de decirle definitivamente
adiós?, ¿atinaron quienes, ya hace más de tres
décadas, se arriesgaron a vaticinar su defunción?
Lo que parece no estar en discusión es que
la familia, tal como la conocimos hasta bien
mediado el siglo pasado,-padre, madre, hijos...va a compartir su espacio con otros modelos
que nuestra sociedad ha metabolizado con una
naturalidad absolutamente pasmosa. Aparte de
A FONDO
ese colectivo cada vez más numeroso de quienes
deciden vivir solos, renunciando expresamente
a constituir su propia familia, han ido surgiendo
novedosas estructuras familiares que antaño
apenas tenían relevancia.
Cuando la pareja se rompe
Una de las que nos encontramos con más
frecuencia es la que constituyen un padre o,
más habitualmente, una madre que convive con
sus hijos tras la ruptura de su vínculo conyugal.
En general vienen precedidas de experiencias
traumáticas sumamente dolorosas. Si hacemos
caso a los expertos, sólo la muerte de un hijo
es comparable al dolor que supone la liquidación de todas las ilusiones y la renuncia a
todos los proyectos compartidos un día con la
persona amada.
Quienes hayan visto la película Infiel recordarán
el texto impactante de Btho Strauss, con el
que el director parece querer atrapar, desde los
mismos inicios, la atención del espectador:”No
hay ningún fracaso, ni la enfermedad, ni la
ruina profesional o económica que tenga un
eco tan cruel y profundo en el subconsciente
como el divorcio. Penetra hasta el núcleo de la
angustia resucitándola. La herida provocada es
más profunda que toda una vida”. Ni siquiera
la fuerte presión banalizadora de los medios
que venden permanentemente la idea de que la
quiebra de una pareja es algo irrelevante que no
deja huella, ni tiene consecuencias negativas,
ha conseguido, por el momento, hacer cambiar
de opinión a los entendidos. Tampoco silenciar
la angustia de quienes han pasado por ese
trance y buscan en los despachos de Orientación
familiar algún apoyo que les permita manejar
con la mayor destreza posible una situación que,
al desbordarles emocionalmente, merma sus
capacidades para hacerse cargo de las tareas que
son propias de su función paternal o maternal.
Ésa era, en cualquier caso, la demanda de Marta
al verbalizarme, ahora ya sin rencor, la dolorosa
experiencia de aquel aciago día en el que su marido
le dijo que no la amaba, que todo había acabado.
Transcurridos ya quince meses no quería darle
: : :
21
los amores ‘light’
más vueltas al asunto, ni seguir preguntándose
cómo pudo suceder. Había decidido centrar sus
energías en salir adelante y, sobre todo, me
dice, mientras se le humedecen los ojos, en que
la separación resulte lo menos dolorosa posible
para sus tres hijos. Ellos son ahora su prioridad y
a ellos se dedica en cuerpo y alma. Se considera
afortunada por disponer de un trabajo que le
garantiza la independencia y le parece muy
importante que en nuestra sociedad se potencie
la figura de mediadores familiares que ayuden
a quienes pasan por situaciones semejantes a
la suya. Afirma con absoluta convicción:”Sigo
creyendo que la familia es la columna vertebral
de nuestra sociedad. Me hubiera gustado que la
mía se hubiera mantenido unida y que mis hijos
hubieran visto juntos a su padre y a su madre,
educándoles en valores y ofreciéndoles unos
buenos modelos de identificación. No ha podido
ser exactamente así, pero no desespero y lucho
para que salgan de esta ‘aventura’ sin excesivos
rasguños y digieran lo más sanamente posible
esta experiencia que, hasta no hace mucho, los
tenía absolutamente desconcertados”.
complejo entramado familiar. Delimitar bien los
papeles de cada uno de ellos en relación a sus
propios hijos y a los del compañero/a no será una
tarea menor. Fundamental es también mantener
clara la conciencia de que los afectos no pueden
imponerse y que constituye un gravísimo error,
causa de no pequeñas frustraciones, pretender
ejercer de padre o de madre de niños que tienen
el suyo o la suya propios, aunque éstos no sean
convivientes, y, por supuesto, el legítimo derecho a
seguir considerándolos y queriéndolos como tales.
En cualquier caso, sí parece constatarse que
quienes se aventuran en estos nuevos y nada
simples sistemas familiares, están movidos, en
el fondo, por el afán de encontrar una unidad
de convivencia que se convierta en entorno
facilitador del propio desarrollo emocional y en
garantía de protección y seguridad. Aún en medio
de tantas rupturas que señalan la existencia de
una profundísima crisis, la familia sigue siendo
percibida como la estructura ideal en la que uno
acaba encontrando cobijo seguro frente a la dureza
de una sociedad extremadamente competitiva
que tiende más a encumbrar al triunfador que a
ponerse al lado del débil o del marginado.
La complejidad de las familias reconstituidas
Otro modelo familiar muy corriente en la
actualidad es el de las familias reconstituidas o
mixtas. Lo integran aquellas parejas que tras
haber roto un matrimonio previo inician una vida
en común junto a los hijos que cada uno de ellos
aporta de sus anteriores relaciones.
La complejidad de estas nuevas estructuras salta a
la vista. A las naturales dificultades de convivencia
habrá que añadir ahora las que se derivan de la
integración en una nueva unidad familiar de unos
niños que se ven forzados a compartir su padre
o su madre con otra persona que les es ajena y,
por si fuera poco, con unos “peculiares nuevos
hermanos” que les son impuestos y con quienes
nadie les puede garantizar que vayan a disfrutar
de una relación, no ya afectuosa, sino ni siquiera
mínimamente amistosa.
Desde el ejercicio de la responsabilidad los hombres
y mujeres que tienen el coraje de hacer una apuesta
de esa naturaleza están obligados a extremar
la prudencia y a tratar de liderar con finura ese
22
Parejas de hecho
Pero esta revolución que tanto está afectando al
modo como se articulan las relaciones personales
se pone también de relieve con la irrupción en
escena de otro peculiar modelo de convivencia,
las llamadas parejas de hecho, bien sean
heterosexuales u homosexuales.
En el primer caso estaríamos ante una forma de
vida en común, con mucha frecuencia provisional,
que un poco antes o un poco después acaba siendo
sancionada por el juzgado o por la Iglesia. Suele
tratarse de parejas que interpretan su relación
como una cuestión de índole estrictamente
personal y que consideran que en nada mejora
la calidad de la misma contar con unos papeles
que ‘ajusten’ su situación a la normativa vigente.
Por otra parte, la legislación actual contempla los
derechos de este tipo de uniones por lo que, en
la práctica, aún sin estar bajo el paraguas del
matrimonio civil o canónico, están perfectamente
amparadas por la ley.
nº 217 I mayo - junio 2007 I Y por lo que respecta a los homosexuales hay
que decir que, hasta ahora, “la convivencia de
hecho” era para ellos la única alternativa posible
al no estar contemplada su situación por el código
civil. Actualmente, la polémica ley de matrimonios homosexuales, que sectores amplios de la
sociedad hubieran preferido se llamara, como
sucede en la mayoría de los países de nuestro
entorno, “ley reguladora de la uniones entre
homosexuales”, ha venido a reconocer legalmente
una realidad que, desde el punto de vista social,
había sido aceptada ya hace mucho tiempo.
Otra cosa es que este tipo de familias no planteen
problemas a los que en ningún caso sería prudente
responder desde la banalización o la ligereza.
Quizá el más delicado sea el de la posible adopción
de menores. A este respecto, se suele aludir
a un pretendido derecho que supuestamente
tendrían las parejas homosexuales a adoptar.
Pero convendría subrayar que en este terreno,
como atinadamente argumentó en su momento
el prof. Marina, nadie tiene derecho alguno salvo
los niños. Ellos son los únicos sujetos de derecho
y es deber del legislador velar para que sean lo
más correctamente posible protegidos. Y su única
necesidad, con ser ésta muy importante, no es
A FONDO
la del afecto. Hay también otras muchas entre
las que no debe ser minusvalorada la de contar
con unos modelos de identificación masculinos
y femeninos que faciliten su desarrollo de la
forma más natural y armónica posible. Anthony
Giddens, ideólogo de la llamada “tercera vía”
socialdemócrata inglesa, nada sospechoso, por
cierto, de estar alineado con un pensamiento
retrógrado o reaccionario, alertaba hace algún
tiempo: “La idea de que la proliferación de
diferentes formas de familia es deseable y nada
problemática no es sencillamente convincente
(...) La serie más exhaustiva de estudios
realizados hasta la fecha rechaza la afirmación
de que los niños criados por un solo padre salgan
igual de bien parados que los niños criados por
ambos padres...”
Resistentes al paso del tiempo
Pero también hoy, ya bien adentrados en la primera
década del nuevo siglo, siguen siendo muchos
los hombres y las mujeres que no contemplan
que su compromiso pueda algún día acabarse y
no conciben para ellos una existencia en la que
: : :
23
los amores ‘light’
no esté incluida la persona que aman. Los años
han podido contribuir a modificar aspectos de su
relación, pero no a debilitar la fuerza de su amor.
Para muchos no se trata de creencias puramente
teóricas sino que forma parte de sus vivencias más
hondamente sentidas: jóvenes que se niegan a
considerar, siquiera, que puedan un día romperse
los solidísimos lazos que les ligan, parejas maduras
que celebran emocionados y agradecidos sus 25
años de matrimonio, ancianos que festejan sus
50 de vida en común y ya no pueden concebir
su existencia sin el amor y la ternura de quien
ha sido su compañero o compañera a lo largo
de toda una vida, buenas gentes que confiesan
con naturalidad que aman a su esposo o a su
esposa con más hondura que en los momentos
iniciales de su relación, que reconocen que su
propia identidad les es inconcebible sin el otro/a
porque ese “nosotros” que con él o ella han ido
creando, como compendio de complicidades, de
proyectos, de intereses o de afectos comunes, ha
pasado a formar parte de su propio yo.
He aquí, pues, otro modelo familiar que
mantiene su propio espacio. Nada ruidoso, es
cierto, y, al parecer escasamente atractivo para
los medios audiovisuales que parecen darlo por
inexistente. Pero, sin embargo, ahí está..., son
parejas admirables que resisten el paso del
tiempo y parecen haber encontrado el antídoto
frente al aburrimiento o el desamor, parejas que
tienen muy claro la relevancia que tiene para
sus vidas su compromiso afectivo y lo cultivan
gratificándose
mutuamente,
manteniendo
siempre abiertos canales de comunicación y
diálogo, desarrollando habilidades para afrontar
los problemas a que inevitablemente han de
enfrentarse y respetando los espacios personales
para que cada uno por separado pueda cultivar
intereses no compartidos.
Tiempos nuevos, proliferación de modelos
familiares. Sin duda alguna un verdadero desafío
para aquellas conciencias que no se dejan seducir
por los argumentos, generalmente muy simples,
de quienes se han apuntado a esa especie de
moral light todovalista que acepta cualquier
propuesta novedosa por el simple hecho de
serlo. Puesto que parece existir una básica
coincidencia en relación al papel central que juega
la familia en el conjunto de la sociedad, será
24
#
En las familias reconstituidas los
afectos no pueden imponerse y
es un error pretender ejercer de
padre o madre de niños que ya
tienen el suyo o suya propios,
aunque no convivan con ellos
lo más prudente tratar de proteger los valores
que ella encarna. La crisis de la institución
familiar es una llamada urgente a revisar con
responsabilidad nuestros comportamientos y
nuestras actitudes. Y a extremar la prudencia
porque los experimentos, en este terreno,
mejor con gaseosa que con pólvora...
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Nuestras
locuras y corduras:
comprender y ayudar a
los enfermos mentales
La idea directriz de esta obra es que la separación entre locura y cordura es una línea muy tenue.
Estas páginas hablan del sufrimiento de personas que caminan junto a nosotros. Pueden ser
nuestros vecinos o familiares, o los que nos acompañan cada mañana en el metro o el autobús.
Nos sorprenderíamos si conociéramos el estado psíquico de nuestro carnicero o panadero, de
nuestro psicólogo, del profesor de nuestros hijos... La locura no es algo ajeno a la vida cotidiana,
sino que es consustancial al ser humano. Este libro pretende acercarnos a ese mundo inaccesible
del malestar psíquico con respeto, pero también con una buena dosis de afecto y comprensión.
Alejandro Rocamora Bonilla (1944) es psiquiatra del Servicio de Salud Mental de la Latina (Madrid), y profesor
del Instituto Universitario de la Familia, en el Centro de Humanización de la Salud y en la Facultad de Psicología
de la Universidad Pontificia Comillas. Es también miembro fundacional del Teléfono de la Esperanza y autor de
diversos libros sobre la salud psicológica.
25
La apatía ética
del joven
postmoderno
El compromiso afectivo de los jóvenes
por José Luis Rozalén Medina
El Hombre postmoderno de nuestro tiempo suele ser éticamente débil; suele
mirar poco “hacia arriba”, “hacia sus semejantes”, “hacia su yo más profundo”;
suele mirar, más bien, “hacia abajo”, “hacia su ombligo”, “hacia su egoísmo”,
olvidándose de aquellos valores compartidos, generosos y esforzados, que
sólo se logran “con los demás”, con aquellos seres humanos con los que
vivimos y convivimos.
26
nº 217 I mayo - junio 2007 I El Hombre postmoderno de nuestro tiempo da
la impresión de que no soporta nada difícil, nada
exigente, nada comprometido; más que libre, se
muestra permisivo, intranscendente, sin ideales
que perseguir, sin sueños con los que soñar. En el
fondo, todo le da igual, todo tiene idéntico valor,
con tal de satisfacer sus veleidades y caprichos
más inmediatos. Más que brújula que apunta a un
camino seguro, es veleta que da vueltas y vueltas
a merced del inconstante viento.
En sus acciones y actitudes suele mostrar este
Hombre postmoderno una indiferencia escéptica
que le impide creer profundamente en verdad
alguna, un relativismo moral que lo aplana y no
lo compromete con nada serio, una apatía ética
que le impide crecer espiritualmente y ejecutar
acciones nobles y dignas; suele presentar este
tipo humano una perfecta inmadurez, una falta
de compromiso por nada ni por nadie, una
insensibilidad desalentada y desapasionada, un
cansancio permanente que no le deja remontar el
vuelo hacia el reino del espíritu y de la libertad;
aparentemente alegre, más que verdadera y
profunda alegría lo que busca es aturdimiento
placentero e instantáneo.
A FONDO
genital”… se han convertido en algo esencial, se
han erigido en el estandarte de una ideología
totalmente egoísta que piensa nada o muy poco en
los demás; vivir sin represiones, sin cortapisas de
ningún tipo, haciendo siempre “lo que me pida el
cuerpo”, contemplándose a sí mismo con deleite,
contemplando, sobre todo, el propio cuerpo, el
cual se cuida y reverencia.
Todo eso es “el no va más de lo progre”: culitos
respingones, senos y labios ´siliconados´,
perfiles perfectos, cirugía estética para todos los
órganos y miembros (aunque esa cirugía invasora
arramble con nuestra auténtica personalidad, con
nuestras arrugas construidas a golpe de vida y
vivencia), quirófanos innecesarios, ´cambios
radicales televisivos´, engañosos y crueles… he
ahí el verdadero rostro de Narciso en el siglo
XXI. Certeramente lo expresa A. Finkilkraut, otro
estudioso de la postmodernidad: “El pensamiento
ha sido derrotado... La sociedad de hoy se ha
convertido en eterna adolescente, tornadiza,
cambiante, que busca y que no encuentra; ya no
son los adolescentes los que intentan refugiarse
en la sociedad madura, es ésta la que corre
alocadamente tras la adolescencia y su peculiar
estilo de vida”.
Y ahí están los jóvenes
En medio de este mundo postmoderno, tan
´descafeinado´ y vacío, viven nuestros jóvenes:
esa atmósfera tan espesa respiran, esos contravalores (tan lejanos de cualquier compromiso
moral e intelectual) son sus marcos de referencia,
por lo que pueden caer fácilmente en sus redes,
en sus superficiales estilos de vida; en palabras
de Gilles Lipovetsky, uno de los más destacados
teóricos de la era postmoderna (época que califica
como “de la muerte del pensamiento” y “del vacío
de los valores”), “el individualismo narcisista, que
no se preocupa de nada ni de nadie, salvo de su
propio bienestar, es el nuevo estadio histórico
propio de las sociedades democráticas avanzadas
en el que están sumergidos nuestros jóvenes”.
Porque, en efecto, en estos tiempos que corren,
el derecho a disfrutar ´a tope´ de la vida, el amor
de ´quita y pon´, el goce individual por encima de
las experiencias comunitarias, el amor convertido
en ´hacer el amor´, el sexo identificado con “lo
El Hombre postmoderno
de nuestro tiempo da
la impresión de que no
soporta nada exigente, nada
comprometido; más que libre,
se muestra intranscendente,
sin ideales que perseguir, sin
sueños con los que soñar
Y ¿por qué Narciso no puede ser feliz? Pues
porque ha perdido el rumbo, porque ha olvidado la
estrella, porque ha olvidado que el amor y el dolor,
la salud y la enfermedad, el éxito y el fracaso van
juntos, son la doble cara de la misma moneda: el
vivir; porque Narciso ha olvidado que los triunfos
: : :
27
los amores ‘light’
“La sociedad de hoy se ha
convertido en eterna adolescente,
que busca y que no encuentra; ya
no son los adolescentes los que
intentan refugiarse en la sociedad
madura, es ésta la que corre
alocadamente tras la adolescencia y
su estilo de vida”
Finkilkraut
y las derrotas deben ser compartidos, porque
ignora que la apertura y el abrazo a los demás, el
compromiso serio y permanente con la gente que
nos rodea y nos quiere, el descubrimiento sincero
de nuestros afectos, la decisión de ser fiel a la
persona que nos ama, el intercambio de ternura…
todo eso constituye el verdadero ser de la persona,
su urdimbre, y no el exclusivo y enfermizo cuidado
del cuerpo, esté o no esté ´recauchutado´.
Pero hay otras formas de vivir y de amar
¡Ya lo creo que las hay! Y en ellas están situadas
muchas personas, maduras y jóvenes, que piensan
y viven con arreglo a planteamientos vitales muy
diferentes a los postmodernos. Efectivamente,
existen muchas personas (también jóvenes) que
se comprometen seriamente en sus amores, en
sus afectos, que nos llenan de esperanza, porque,
para ellas, “amar es vivificación perenne, creación
sin pausa, entrega duradera y sin condiciones”, y
entienden este supremo sentimiento del amor al
modo como nos lo describe Ortega y Gasset en
sus Estudios sobre el amor: “Acto que surge del
alma, que nos lleva hacia el objetivo amado en
flujo constante, que nos une a él y lo envuelve en
cálida afirmación de su ser”.
Un amor pleno, que ha nacido en la raíz de la
persona, no puede verosímilmente morir. Va inserto
para siempre en el alma. ”Las circunstancias”,
nos dirá Ortega, “podrán impedir su necesaria
nutrición, y entonces ese amor perderá volumen,
se convertirá en un hilillo sentimental, pero no
morirá. En ese fondo radical, la persona que
28
amó se sigue sintiendo absolutamente adscrita al
amado… Éste es el síntoma supremo del verdadero
amor: estar al lado del amado, en un contacto y
proximidad más profundos que los espaciales…
Amar es estar vitalmente en el otro”.
Amar es algo mucho más significativo, más
profundo, más comprometido, que simplemente
enamorarse de los rasgos de una cara, de
unos bellos ojos, de un perfil seductor. Amar
es decidirse por un cierto tipo de Humanidad,
por un cierto tipo de Vida, que precisamente se
traslucen a través de esa cara, de esos ojos, de
ese perfil, de esa voz, de esos gestos que nos
enamoran. El amar vertebra la dimensión más
verdadera y genuina de nuestra vida. Se es más
persona en la medida que se ama más profunda
y auténticamente. El amor no consiste en fusión,
ni en posesión, ni en puro sentimentalismo. El
amor es donación de uno mismo. Cada una de
las vidas que se entregan tiene su propia música,
su peculiar sonido, pero las dos, unidas en la
mente y en el corazón, interpretan la sinfonía
común de “la aventura compartida”.
El amado se convierte en el propio proyecto vital
del amante, y los dos, transformados, adquieren
una dimensión nueva, específica, que dignifica y
eleva al ser humano hasta cotas insospechadas.
Platón (que prefería “un alma armónica y bella,
aunque se asentara en un cuerpo poco gentil”)
nos dice en su Banquete que “el amor es el afán
de engendrar belleza, afán de conseguir una vida
justa y verdadera”.
Pocos poetas habrán expresado con más hondura
la esencia de la entrega amorosa que Pedro Salinas
en La voz a ti debida, cuando exclama: “Qué
alegría vivir/ sintiéndose vivido. / Rendirse/ a la
gran certidumbre, oscuramente, / de que otro ser,
fuera de mí, muy lejos,/ me está viviendo… Que
hay otro ser por el que miro el mundo, / porque
me está queriendo por sus ojos”.
El profesor Gerardo Castillo expone a los jóvenes
de hoy, en su libro Claves para crecer como
matrimonios, los testimonios y pensamientos
de una serie de parejas de famosos (no de
´famosillos´, sino de verdaderos profesionales
que han triunfado merecidamente en su actividad)
que nos hablan de sus experiencias de casados,
nº 217 I mayo - junio 2007 I llenas de ilusiones renovadas, de esfuerzo en
la aventura, de amor cada día más granado:
“La clave tal vez está en aceptar al otro como
es, sin pretender cambiarlo; encontrar tiempo
diario para estar juntos y conversar de cosas
personales; vivir la mutua comprensión hasta
el grado de complicidad; descubrir y admirar de
modo permanente nuevas facetas y cualidades
del otro; conquistarlo cada día, sin tomarse
descanso en el amor; cuidar los pequeños detalles
en la convivencia; mantener el mutuo respeto de
palabra y de obra”.
¿Qué opinan los jóvenes del compromiso?
Se les planteó a un amplio grupo de chicos y
chicas de 17 a 22 años, estudiantes en distintos
Centros Educativos, las tres cuestiones que a
continuación exponemos, para saber de primera
A FONDO
mano cuáles son sus planteamientos en relación
con tan interesante asunto:
1ª. ¿Qué ideas tienes tú sobre la permanencia del
amor en la pareja? ¿Amor cambiante o duradero?
¿Amor de ‘quita y pon’? ¿Amor sin compromiso
serio?
A esta pregunta, un 50% de respuestas (un 90%
chicas y un 10% chicos) responden que prefieren
y buscan un amor serio y responsable, y, si fuera
posible, para toda la vida. Extraigo algunas
de sus contestaciones más representativas:
“Cuando empiezas a salir con un chico, y sobre
todo cuando te comprometes con él, el amor debe
ser para toda la vida, al menos eso es lo que yo
quisiera; hay que intentar ser fiel y respetuoso
con aquella persona para siempre: si la quieres a
ella, no te hacen falta otros amoríos”. Amores de
‘quita y pon’ no son nada; yo baso el amor en la
: : :
El amar vertebra la
dimensión más genuina
de nuestra vida. Se
es más persona en la
medida que se ama
más auténticamente.
El amor no consiste
en fusión, ni en
posesión, ni en puro
sentimentalismo. El
amor es donación de
uno mismo
29
los amores ‘light’
sinceridad y en la entrega mutua”. “El verdadero
amor es una cosa muy seria y no se puede ir
´tonteando´ por ahí, dejando jirones de tu vida
sin ningún sentido”. “El compromiso entre dos
personas puede durar toda la vida, pero eso no
indica que ese amor se vaya desgastando poco
a poco; pero aun esos momentos de crisis hay
que intentar superarlos, y si no hay otra solución,
entonces habrá que romper, aunque sea doloroso,
sobre todo si hay hijos por medio”...
A esta misma pregunta, un 25% de chicos y
chicas prefiere matizar y dice que apuesta por
el compromiso y la permanencia en el amor
y los afectos, pero que a veces no lo ven muy
claro: “Yo pienso que el amor debe ser duradero,
pero la triste realidad es que pronto se acaba; lo
vemos constantemente en la vida, en la tele, en
las revistas: dura ´cuatro días´ y hay que pensar
en ´el repuesto´”. “En la adolescencia el amor es
cambiante, porque en ella sabemos poco de la
vida, aunque luego después, cuando maduramos,
puede ser para siempre”. “Para llegar a amar a un
hombre ideal, hay que probar con otros, porque,
si no, nos quedamos con el primero que llegue, y
no es asunto”. “El amor debería ser para toda la
vida, pero es muy difícil mantenerlo, porque te
puedes aburrir de tu pareja, y entonces…”.
Hay otro 25 % de estos jóvenes que ante esta
misma cuestión tienen unas opiniones mucho más
desesperanzadas y pragmáticas: “El mejor amor
es el cambiante, sin compromiso serio, porque
para toda la vida es un coñazo”. “Lo mejor es aquí
te pillo, aquí te mato… y a otra cosa, mariposa”.
“Comprometerse para toda la vida es muy fuerte”.
“Todo muere, y el amor también”.
La 2ª pregunta formulada decía así: “En el
ambiente en el que te mueves, qué opinan los
jóvenes, en general, sobre las mismas cuestiones
planteadas en la pregunta anterior, qué actitudes
tienen, cómo se comportan?”
Aquí las opiniones se diversifican: Sólo un 20%
cree que los jóvenes (sobre todo, chicas, opinando
sobre otras chicas) sí creen en el amor fiel y para
siempre. “Pretenden buscar el chico ideal para
ellas, y, cuando lo encuentran, le dan su amor y
su fidelidad sin condiciones”. “Mis amigas piensan
como yo: por el verdadero amor siempre merece
30
{
La clave tal vez está en
aceptar al otro como es,
sin pretender cambiarlo;
encontrar tiempo para
estar juntos; vivir la mutua
comprensión hasta la
complicidad; cuidar los
pequeños detalles en la
convivencia; y mantener
el mutuo respeto
la pena luchar. Conozco a jóvenes comprometidas
y serias”. ”Si no es un amor fiel y serio, no merece
la pena”.
Un 25%, en cambio, opina de forma radicalmente
diferente: “En la mayoría de los jóvenes no oigo
nunca la palabra amor, y sí ´rollete´ o ´ligue´
y esto tiene una lógica: no sabemos lo que
queremos”. “Piensan que es mucho más divertido
´picar´ en distintos sitios sin compromiso serio,
que comprometerse de por vida”. “Las chicas son
más románticas y sí creen en el amor, pero los
chicos que yo conozco van a ´pasárselo bien´ y
nada más”…
Por fin, un 55 %, el mayor porcentaje, piensa
que también hay que matizar: “La gente de mi
grupo opina que el mejor amor es el serio y
comprometido, pero se dan cuenta de que es muy
difícil mantenerlo”. “Muchos prefieren las relaciones
serias, pero otros sólo buscan ´ligoteos´ fáciles:
hay gente para todo”. “Hay mucha gente que le
gustaría encontrar su media naranja y quererla
siempre, pero es una lotería encontrarla, porque
muchas veces, aunque tú tengas esas intenciones,
el otro te la está jugando”…
La 3ª cuestión les interrogaba de esta manera:
“¿Es una meta prioritaria en tu vida formar una
pareja de hecho, casarte, formar una familia, o
le das más importancia a tener un buen trabajo,
ganar dinero y triunfar profesionalmente?”
Los resultados aquí nos indican que para sólo un
15% es algo fundamental el “formar una pareja de
nº 217 I mayo - junio 2007 I A FONDO
“El compromiso entre dos personas puede durar toda
la vida, pero eso no indica que ese amor se vaya
desgastando poco a poco; pero aun esos momentos de
crisis hay que intentar superarlos”
hecho”, casarse o formar una familia: “Aunque el
trabajo es muy importante, sin embargo el amor y
la estabilidad familiar es mucho más esencial para
mí: el trabajo puede cambiar, pero el amor es el
fundamento de toda mi vida”…
Un 25 % se inclina claramente por el trabajo, el
éxito profesional, el dinero: “Si triunfas en la vida,
puedes conseguir todo lo demás”. “Primero hay que
asegurar el modo de vida y luego vendrá el amor y
lo demás”. “Si tienes ´pasta´, y ´eres un señor´,
no te faltarán chicas con que pasártelo bien”.
}
Y luego, naturalmente, queda un amplio 60%
que afirma que se pueden conciliar las dos
cosas, aunque siempre lo más importante, en un
amplio porcentaje, será asegurar la vida con un
buen trabajo, ganando mucho dinero y teniendo
una estupenda colocación: “Las dos cosas son
compatibles, el amor y la profesión, pero si tuviera
que escoger, escogería tener una buena posición
económica”… “El amor es muy importante en la
vida, pero es algo inseguro; en cambio, la carrera
y el dinero te dan mucha tranquilidad, te quitan
agobios y tal vez, después, pueda surgir el amor”.
31
Francisco Alo
Entrevista
por Gloria Díez
“La libertad se conquista dentro”
Ha escrito cuarenta y cinco libros, el último, con ochenta y
tres años, dedicado a la libertad. Francisco Alonso-Fernández,
catedrático emérito, doctor honoris causa por cuatro universidades, es uno de los psiquiatras españoles de mayor prestigio.
Su campo de interés no se reduce a los temas estrictamente
médicos, como la depresión o las adicciones. En su bibliografía
ha tocado conflictos como el terrorismo, o se ha adentrado en
el análisis de personajes históricos o literarios. Ahí están su
Historia personal de los Austrias españoles o El Quijote y su
laberinto vital. El hombre libre y sus sombras, ensayo publicado
el año pasado en la editorial Anthropos, es un acercamiento a la
escurridiza libertad.
Nos gusta creer que somos libres. Libres para gobernar a nuestro criterio vida y sentimientos. Para
equivocarnos o para acertar. Pero la libertad es un don frágil, sometido a presiones tanto exteriores como
ejercidas desde nuestra propia mente. El conflicto entre libertad y predestinación, ocupó durante siglos
el pensamiento de los teólogos cristianos. Francisco Alonso-Fernández empieza su texto acercándose
precisamente al laberinto del libre albedrío. Y a su salida.
¿Qué lleva a un psiquiatra a interesarse por la libertad? Es un tema muy filosófico e incluso
muy teológico.
Es que es un tema que ha ido evolucionando. Primero fue, efectivamente, un tema teológico, luego
filosófico y al final, fundamentalmente, un tema científico. La libertad, tal como se aborda en el libro,
es un valor de salud. Y dentro de las ciencias de la salud, la psiquiatría es la más comprometida
con el problema de la libertad, hasta el punto de que se ha definido alguna vez la psiquiatría como
la ciencia de la salud que se ocupa de los enfermos que han perdido la libertad o que, al menos, la
tienen muy comprometida.
Podría pensarse que la introducción al ensayo de Alonso-Fernández estaría presidida por el pensamiento
de algún colega insigne, pero no es así. Para empezar su libro, el psiquiatra asturiano, cede la palabra a
un poeta, a Novalis, quien asegura que la voluntad del hombre es “su reino de los cielos”.
Su tesis es que la libertad es un paraíso limitado. Es decir, que somos limitadamente libres.
No cabe duda. Tenemos una libertad relativa, parcial, a veces, incluso, escalonada en grados.
Luego, hay seres humanos que la desarrollan con entereza y son los que la pueden disfrutar
como si fuera su reino de los cielos en la tierra. Pero siempre con limitaciones. La libertad es un
don relativo, porque alterna con la causalidad e incluso con el azar. Pero no es sólo eso, la libertad,
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onso fERnandez
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considerada en sí misma, tiene muchas limitaciones. Limitaciones de fuera y limitaciones de dentro.
Desde fuera, está el respeto a la dignidad y a los derechos de los demás. No es que la libertad de
uno termine donde empieza la libertad de los otros, termina mucho antes. No sólo tenemos
que respetar la libertad de los demás, sino también su dignidad y sus derechos. Este es un
factor que influye mucho en la postura que vamos a tomar, por ejemplo, en el derecho a morir.
A vueltas con los sentimientos
Dice usted que un razonamiento frío “no es posible casi nunca, a causa de las emociones, los
sentimientos y los factores inconscientes o subconscientes.”
Claro, hay factores emocionales, a veces inconscientes, y se produce un engaño de un ser respecto
a sí mismo. Así que, a veces, hay vivencias de libertad auténticas, y otras, vivencias de libertad
espurias, falsas.
¿Los sentimientos pueden ser un factor que limite la libertad?
Los sentimientos forman parte de la libertad, lo que pasa es que los sentimientos, cuando se
trasforman en emociones agudas y en pasiones, son coacciones o presiones sobre la libertad. Si bien
en mi libro se defiende que la libertad debe ser tutelada y dirigida por la razón, por el pensamiento
razonable, hay que tener en cuenta que el ser humano no es un ser racional puro, ni mucho menos,
tiene otros aditamentos y tenemos que contar con ellos a la hora del ejercicio de la libertad. Cuando
la emoción se desarrolla como una tempestad, de una manera aguda, se convierte en una limitación,
en una amenaza para la libertad.
Según las encuestas, un 75% de los hombres y un 72% de las mujeres creen que la vida está hecha para
vivir en pareja. Y un 85% de los que buscan una relación quieren que sea estable. Sin embargo, el número
creciente de separaciones y las situaciones de crisis que conllevan, están creando una percepción de “riesgo”
frente a los sentimientos. Hasta el punto de que Susana Tamaro, autora de un libro de ventas millonarias
titulado Donde el corazón te lleve, asegura que el verdadero tabú de nuestros días “no es el sexo, que se ha
reducido a un producto de intercambio, (…) sino precisamente el corazón con sus luces y sus sombras”.
No somos libres de sentir, ¿verdad?
No, en absoluto. Tampoco nadie nos ha pedido nuestra opinión para venir a este mundo. Y a medida que
vamos desarrollando nuestra vida nos vamos limitando a nosotros mismos, si es que somos seres que
nos movemos en el surco de los deberes hacia los demás y con la guía de la razón. Un estudiante se hace
abogado, se especializa, crea una familia y eso va dirigiendo la libertad, limitándola y encauzándola.
Cada opción supone renunciar a otras y va definiendo el camino que podemos recorrer.
Exactamente.
Negarse a sentir, negarse a sufrir.
¿Cree usted que si no nos implicamos emocionalmente podríamos ser más libres y más felices?
Yo creo que tenemos que implicarnos emocionalmente. Es decir, que, de alguna manera, la liber-
33
Entrevista con : tad del adulto está estructurada como un proyecto de vida y
dentro de ese proyecto están presentes los demás.
Dice usted que en un trastorno mental hay casi siempre un derrumbe de la libertad.
Bueno, hay pérdidas parciales y pérdidas absolutas. Por ejemplo uno de los capítulos del libro son los
enfermos adictivos y los enfermos adictivos sufren una pérdida de libertad frente a un objeto, frente
al objeto adictivo; pero en cambio mantienen el ejercicio de la libertad para los demás aspectos de
su vida. De la misma manera que el acto libre obedece a distintos grados de libertad, la pérdida de
la libertad también tiene sus grados, pero, efectivamente, en cualquier enfermo mental hay siempre
un menoscabo de la libertad. Y por eso precisamente el ejercicio de la psiquiatría, entendido en
profundidad, es un ejercicio noble, porque trata de ayudar al ser humano primero, a recuperar la
libertad y después, a ejercitarla de una manera debida, y éste es el problema de la rehabilitación.
De todas maneras, convendría decir ya, desde ahora, dos cosas con relación a la estructura de la
libertad; la primera, que la libertad es una facultad única, singular, una facultad psico-social
que nace en la intimidad del ser humano, que la tenemos que conquistar cada uno frente
a nosotros mismos, y frente a nuestras circunstancias, como diría Ortega. La otra es que se
compone de tres funciones, la facultad de elegir, el autocontrol y la facultad de actuar.
¿Habla de la voluntad?
No, la voluntad está vinculada a la libertad. Lo que pasa es que la voluntad sana tiene una gran
importancia, la voluntad libre se compone de dos alas, el ala de la estimulación del deseo y el ala
del autocontrol, del freno. Para que la voluntad sea libre tiene que desarrollar su función en esas dos
alas equilibradamente. Enfermos de la voluntad son, de nuevo, los enfermos adictivos. Tomemos un
alcohólico, se dice “no es un enfermo, porque él quiere beber”, efectivamente, quiere beber, pero es
que tiene una voluntad que ya no es una voluntad libre, porque hay un desequilibrio entre el deseo
y el freno. La voluntad del deseo es gigantesca mientras la voluntad del autocontrol se ha reducido a
cenizas. El acto de beber es un acto voluntario, pero es un acto de la voluntad ya patológica, enferma,
un acto no libre.
Morir de amor
Doctor, ya no se muere por amor, pero ¿se sigue sufriendo mucho?
Sí, se sigue sufriendo por razones sentimentales y más la población femenina que la
masculina. Aunque todo esto se va equilibrando, todavía pesan las raíces tradicionales en las
que el hombre está más condicionado por factores profesionales y la mujer por factores de familia,
pero, desde luego, los sentimientos juegan un papel primordial en la vida del ser humano, tanto para
conservarla en la senda de la salud, como para precipitarla en los abismos de la enfermedad.
En la pareja humana, ¿se mantienen patrones de dominación? ¿La ruptura de esos patrones genera
violencia?
Tenemos que ver que se ha producido un gran cambio en la humanidad desde los años sesenta
del siglo pasado: la “liberación” de la mujer. El detonante fue la píldora, pero en el fondo estaba
el progreso de la humanidad, ya preparada para esa liberación. Soplaban vientos de indignación
contra el desequilibrio profundo que existía entre las posiciones socio-culturales del hombre y de
34
nº 217 I mayo - junio 2007 I
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Francisco Alonso fERnandez
la mujer, en las que el hombre llegaba a ser un auténtico tirano y la mujer una esclavizada. La
liberación ha sido progresiva, de hecho todavía se está desarrollando. Como consecuencia, vino la
incorporación masiva de la mujer al mercado del trabajo, a la cultura, a la universidad, a la
erótica. Todo esto ha afectado a la estructura de la pareja, la pareja se ha feminizado y se ha
introducido lo que usted decía antes, los sentimientos, es decir, que la relación de la pareja en los
últimos años es una relación tan inmersa en una atmósfera afectiva como no había existido
nunca. Como consecuencia de la feminización del vínculo de la pareja estable, el sector masculino
siente que se le ha movido la silla y algunos sectores de la población masculina reaccionan con
violencia, puesto que no pueden admitir que la mujer no sea un objeto de su propiedad, como había
ocurrido casi desde siempre.
Sobre las soledades
Hay quien dice que las mujeres buscan hoy hombres que todavía no han llegado y los hombres mujeres
que ya no existen. La soledad, si es elegida, ¿crea desajuste?
Bueno, muchas veces la vida en soledad ya es una consecuencia de un desajuste individual,
porque la solidaridad, el altruismo, la compasión, son sentimientos que nos ligan a los demás
y que hacen que la vida en soledad, si es radicalmente en soledad, sea una vida cercenada. La
vida debe ser una vida en compañía, en relación, en comunicación con los demás. La vida radicalmente
en soledad, no en vivencia de soledad buscada, porque la vivencia de soledad buscada, tal como se
encuentra en composiciones poéticas, es un momento enriquecedor. Esa soledad poética se mueve con
hilos profundos de comunicación con los demás y a lo mejor, también con nostalgia de tiempos pasados. Así
que tendríamos que buscar las causas de la soledad porque como diría Góngora hay muchas soledades.
¿Y si el motivo de la soledad es el miedo a los sentimientos?
Esa es una defensa que se vuelve contra uno mismo.
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Francisco Alonso fERnandez
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Entrevista con :
Usted habla de emancipados y cautivos. ¿Qué somos frente a los sentimientos, lo uno o lo otro?
Un poquito ambas cosas, pero tenemos que buscar, más bien la emancipación y el llegar a ser
nosotros mismos, que esto es lo que quiere decir emanciparse.
Por su experiencia clínica, ¿los fracasos sentimentales están en el origen de muchas consultas al
psiquiatra?
Bueno, ahí pueden intervenir factores situados en cuatro sectores: por un lado cada uno de los
miembros de la pareja, por otro lo que es la pareja en sí, y luego la situación de la pareja en el
mundo. Son conflictos sometidos a variables muy distintas. Además tenemos que ver que hay
muchos fracasos de pareja ocultos, los fracasos de parejas tradicionales, donde la mujer tenía mayor
conciencia de fracaso que el hombre, pero lo aguantaba hasta límites inconcebibles.
¿Cuál sería la actitud adecuada frente a un fracaso sentimental?
Como ante cualquier frustración: está el camino de la resignación, el camino de la superación
y el camino de la reorganización.
Tiene usted una frase que me ha impresionado: “Los niños criados en el seno de una dictadura,
crecen sin sentirse libres, pero también sin echar de menos a la libertad, porque no la conocen”. ¿Es
muy importante educar en la libertad?
Si muy importante y saber educar en la libertad, no sólo al ser que se está educando, sino al
educador, para que tenga conciencia de que está criando seres, no para que se subordinen a él, ni
para que lo protejan, como muchas veces se piensa, sino seres para la libertad.
En las paredes de la habitación donde se desarrolla la entrevista, cuelgan cuadros y se acumulan
recuerdos. Aquí el doctor Alonso-Fernández, toreando a una vaquilla; allí consolando al papa Juan Pablo
II. En una posición central hay un retrato impactante, realizado a partir de una fotografía que está sobre
otro mueble, en un marco de plata. El lienzo es obra de un miembro histórico de los GRAPO, Sánchez
Casas. Comparando cuadro y fotografía se advierte mejor la fuerza y la exactitud de la obra. Sorprende,
aún más, que se trate de un pintor autodidacta. En un pasillo hay otros dos cuadros también de Sánchez
Casas bastante notables. Uno refleja la figura de un penitente, con capuchón, sentado en el borde de una
acera, frente al muro de una iglesia. “Sánchez Casas tenía conmigo una gran relación, dice sonriendo
Don Francisco, porque dentro de sus extravíos, en algunos momentos, era un gran artista, sobre todo un
gran dibujante y un pintor tremendo”. Y añade un punto orgulloso y un punto tímido: “Me han dicho que
hay terroristas que se han salido del GRAPO leyendo libros míos”.
** El hombre libre y sus sombras. Una antropología de la libertad. Los emancipados y los cautivos.
Francisco Alonso-Fernández. Editorial Anthropos. Rubí. (Barcelona) 2006
36
nº 217 I mayo - junio 2007 I De solterones a ‘singles’
Vivir sin pareja se convierte en la opción de un
importante número de personas
pertenecientes a un sector
de alto nivel económico
por Antonio Saugar
“Para vestir santos”. Así se quedaban quienes no
se casaban o vivían sin pareja. Se les llamaba,
despectivamente, solterones y solteronas. Eran
esas personas rodeadas de sobrinos por todas
partes. Pero los tiempos cambian y, ahora, a
esas mismas personas se les denomina singles
o ‘independientes’. Y se han convertido en uno
de los sectores de la sociedad supuestamente
de más alto nivel económico.
En España hay cerca de 12 millones
de personas mayores de 16 años que son solteros;
y el número de personas sin pareja ha aumentado
un 50 por ciento en los últimos años. Además, siete
millones de españoles han decidido convertirse en
singles, personas que viven de forma independiente,
aunque lo hagan con su familia.
Quien esto escribe, según los tiempos que corren,
las actuales definiciones y las características de
los individuos que formamos la sociedad, es un
single. Eso sí, ‘casero’, es decir de los que viven
en la casa paterna, al igual que otros 3,9 millones
de españoles.
El single se define como la persona que vive sola
por voluntad propia, que disfruta de su dinero y
tiempo libre y que enarbola la independencia y
: : :
37
los amores ‘light’
la libertad, afrontando la vida sin connotaciones
negativas. Esto es la teoría, porque no todos los
‘independientes’ cumplen con esta definición. En mi
opinión, en los aspectos personales, las definiciones
son demasiado genéricas. Una persona no deja de
ser ‘independiente’ porque no cumple un tanto por
ciento determinado de la definición.
El single no hace un juramento por el que se
compromete a estar sin pareja hasta el fin de
sus días. Se llega a ser single porque no se ha
encontrado la pareja adecuada, porque una o varias
relaciones no han llegado a buen término, o porque
la persona lo considera una filosofía de vida.
El hecho de ser un ‘independiente’ no significa
carecer de amigos o no salir con otras
personas. Una cosa es vivir solo y otra aislarse
socialmente. No tener pareja no significa no
continuar buscándola, algo que considero común
a la mayoría de los singles. Uno de los servicios
más utilizados por los ‘independientes’ son las
agencias matrimoniales por Internet, sistema
que a mí no me llama la atención. La tecnología,
uno de los puntos fuertes del single, no creo que
me sea de utilidad para encontrar pareja. Sólo
faltaba que alguien pretenda sustituir el “en tu
casa o en la mía” por “en tu web o en la mía”.
Como ‘independiente’ noto, no una presión, pero
sí ciertas indirectas de algunas personas que
hacen comentarios del tipo “¿Y tú, cuándo te
casas?” o “¿cuándo te echas novia? Que cuanto
más mayor es peor”. Quienes realizan estos
comentarios suelen ser personas pertenecientes
al mundo rural o muy ancladas en el pasado, y
38
que no comprenden la evolución de la sociedad.
Ante estos comentarios: sonrisa diplomática
y, como en los toros, dar largas cambiadas.
Tampoco me preocupan mucho los comentarios
que reivindican campanas de boda.
Algunos pueden pensar que el no tener
pareja estable supone no querer adquirir
responsabilidades. Creo que no es así. En mi
caso, en mi actividad profesional he asumido
y asumo grandes responsabilidades sin ningún
tipo de temor. ¿Por qué debe darme miedo
experimentar las responsabilidades de vivir con
otra persona? Puede que pertenecer a círculos
sociales o profesionales en los que los fracasos
de la pareja sean numerosos puede llevar a una
persona a no plantearse compartir su vida.
Eso de que el single tiene un nivel económico
elevado, es discutible. Quienes son solteros
o solteras sin hijos sí pueden disfrutar de una
economía más desahogada -eso suponiendo
que no estén metidos en una hipoteca-, pero los
‘independientes’ con responsabilidades familiares
-con hijos-, eso de gastar alegremente no lo
tienen tan claro. Sinceramente, creo que lo del
single rico es un mito.
Da la impresión de que somos gentes que estamos
siempre de viaje, de vacaciones, que no salimos
de los pubs, discotecas y buenos restaurantes.
Que gastamos en ropa lo que no está escrito -a mí
me gusta vestir bien y con ropa de determinadas
marcas y diseñadores-, pero eso no significa que
esté loco por adquirir lo último y más exclusivo
que llega a las tiendas y grandes almacenes.
nº 217 I mayo - junio 2007 I A PIE DE CALLE
“A mí los portales de encuentros por Internet no me
llaman la atención para encontrar pareja. Sólo faltaba
que alguien pretenda sustituir el “en tu casa o en la mía”
por “en tu web o en la mía”
@
Desde el punto de vista económico, los singles
puede compararse con los dinkys, aquellas
parejas que deciden no tener hijos. También son
‘acusados’ de llevar un tren de vida superior al de
los demás ciudadanos.
Javier es un fotógrafo de 36 años que se considera
single. “Desde siempre he tenido claro que nunca
viviría con una pareja. Es una opción de vida que yo
he elegido”. Javier se considera “bastante sociable.
No soy single por obligación”, comenta.
Respecto a lo que le ha llevado a ser ‘independiente’,
Javier señala que “fue esa idea de independencia
emocional, ya que no creo en el amor eterno. No
sé si puede ser un mecanismo de autodefensa
para saber estar en los momentos en que no
se tiene pareja”. “Con el paso del tiempo se
convierte en una idea irreversible; y el espacio y
la libertad son algo no negociable cuando tienes
una pareja”, asegura Javier, para quien ser single
es “una filosofía de vida, algo que tuve muy claro
desde siempre”.
Este single no se siente presionado por los
demás por llevar una vida en solitario, que no en
soledad. “Muy pocas veces he sentido presión.
La gente que me conoce ya sabe cómo soy, cómo
pienso, y ven que solo estoy muy bien”, señala
Javier. También considera un mito la bonanza
económica de los ‘independientes’. “Vivir solo
sale más caro”.
Para Javier, ser single es “algo definitivo. Con el paso
de los años uno se vuelve más raro, más egoísta y
menos capaz de ceder en terrenos tan importantes
para un single como independencia y espacio”.
Ser single no supone el fracaso del amor. “En
absoluto -dice Javier- yo he tenido parejas,
aunque en este momento no, y he conservado mi
independencia viviendo cada uno en su casa”.
Respecto a su relación con otros singles, Javier
afirma: “No selecciono a mis amigos dependiendo
de si están solos o en pareja. La mayoría de mis
amigos no son singles, pero eso no supone un
problema. Nos adaptamos”.
: : :
39
los amores ‘light’
Sean como sean, los singles se han convertido
en el objetivo de varios sectores económicos.
Es cierto que cuentan con productos específicos
para ellos y ellas. Tienen sus propios clubes para
su esparcimiento, para su ocio o para compartir
experiencias. Internet se ha convertido en
una herramienta clave para el ‘independiente’.
Páginas como www.clubdelsingle.com o www.
singleocio.com son sólo dos ejemplos en este
sentido. Además se celebran congresos dedicados
a personas ‘independientes’ en los que pueden
satisfacer todas sus necesidades.
Desde mi punto de vista, no hay dos singles
iguales ni que cumplan con la definición expuesta
al principio. Generalizar no es bueno. Hay
‘independientes’ que lo serán siempre, otros que
lo serán durante algunas fases de su vida, y otros
que nunca más volverán a serlo porque decidirán
compartir su vida con otra persona.
La búsqueda del amor en los solteros
B
Un 60 por ciento de los solteros espera encontrar
pareja. Así lo señala la encuesta realizada a
finales de 2006 por Meetic, el portal de Internet
que se dedica a búsqueda de pareja y amistades,
y que es uno de los más visitados por los solteros.
Esta encuesta señala, además, que un 14,5 por
ciento de las personas consultadas afirma que
desea continuar sin pareja al menos durante los
próximos 365 días.
40
Según este estudio, en España cuatro de cada
10 singles quieren una relación seria en breve;
quienes sólo desean divertirse con su pareja
alcanzan el 29,2 por ciento; y el 7,4 por ciento
desea casarse durante este 2007.
Esta encuesta se realizó entre 6.000 usuarios de
este portal de Internet de seis países europeos:
Alemania, España, Francia, Holanda, Italia y
Suecia.
Datos de distintas encuestas y del Instituto
Nacional de Estadística señalan que la mitad de
los singles españoles ha utilizado Internet para
encontrar pareja.
Y para aquellos singles a los que no se les dé
bien Internet o sus citas acaben en un desastre,
la tecnología les puede echar una mano. ¿Se
acuerdan los lectores de los Tamagochi?, esas
mascotas virtuales que hace unos años hicieron
furor entre niños y adolescentes. Pues ahora han
sacado los novios y novias virtuales.
El usuario o usuaria tiene ocho modelos para
elegir la pareja que más le guste. La relación se
mantiene a razón del número de puntos que el
jugador consiga mediante regalos, los lugares a
los que lleve a tan peculiar pareja, o las noches
de pasión, que pongan contento al novio o novia
virtual. Aunque habrá que preguntarse cómo será
una noche apasionada con estos ‘personajillos’.
Esta maquinita puede servir como simulador, al
igual que el de los aviones, para entrenar distintas
tácticas que lleven al single a dejar de serlo.
nº 217 I mayo - junio 2007 I A PIE DE CALLE
PIWUY
EL ‘SINGLE’ EN CIFRAS
El fenómeno single ha transformado algunos sectores de la economía, que están adaptando sus
actuaciones a las necesidades de esta nueva clase social. Alimentación, bancos, turismo, ocio o
inmobiliarias tratan de cubrir las necesidades de estos nuevos consumidores.
Las grandes superficies venden latas de conserva más pequeñas y paquetes de verduras por
unidades.
Los solteros o singles compran el 40 por ciento de los alimentos.
Aumentan los pisos con menos metros cuadrados para adaptarse a las necesidades de esta
nueva clase social.
Los singles viajan un 39 por ciento más que la media de la población.
Los solteros gastan con sus tarjetas de crédito una media de 500 euros al mes.
Madrid y Barcelona son las ciudades en las que hay mayor porcentaje de personas sin pareja
estable. Madrid cuenta con algo más de 800.000 singles.
El 80 por ciento de los singles está soltero; el 12 por ciento, separado; y el 8 por ciento,
viudo.
Consumen productos informáticos un 29 por ciento más que los núcleos familiares
tradicionales.
El 80 por ciento de los ‘independientes’ españoles están entre los 25 y los 49 años.
41
CINE
Un cine sin amores ‘light’
Las películas suelen contar pasiones tremendas
por Norberto Alcover
¿Por qué razones la historia de la cultura está ocupada casi en exclusiva por amores
radicales y un tanto dramáticos, cuando no trágicos, mientras desprecia cualquier tipo de
amor menos intenso, menos galvanizante y, por supuesto, menos inusual? Tal pregunta
tiene que ver, con toda seguridad, con la naturaleza del artista, creador de la dinámica
cultural siempre dominante, por lo menos hasta comienzos del presente siglo XXI: el
artista está interesado por lo anormal, por lo rompedor, por todo aquello que fractura el
orden establecido y nos conduce hasta zonas claroscuras de nuestra existencia. Y de esta
manera, el artista nos obliga a ir más allá de cuanto pudiéramos constatar en lo inmediato
de nuestra vida, tantas veces cegada por la rutina y por la homogeneidad de las cosas,
de las situaciones y de las personas.
Un pantocrátor románico es abnorme para manifestar la grandeza divina en toda su
grandiosidad. La estética ojival del gótico rompe la horizontalidad de la perspectiva para
sumergirnos en lo infinito del misterio último. Cuando el Renacimiento impone su ley
antropológica, y comienza propiamente la Modernidad estética, las ojivas góticas decrecen
y se impone la rotundidad de la línea recta, disminuyendo, de nuevo, la misteridad. El
Neoclásico conduce hasta esas zonas oscuras de nuestra mediocridad, elegante pero insulsa.
El arte moderno, más allá del siglo XIX, descreído desde una humanidad rota, insiste, por fin,
en la fractura de las formas para expresar con desparpajo lo ilógico y desasistido de la vida,
tras las grandes catástrofes bélicas. Y en la actualidad, perdidos los valores sustanciales sin
sustitución aparente, el arte moderno se dispersa en búsquedas multicolores, sin escuelas, sin
definiciones, sin norma alguna. Es la búsqueda casi por la misma búsqueda, es la permanente
invención de la realidad porque la realidad objetiva nos disgusta y no sabemos qué hacer.
El artista desea olvidar lo ligero de la vida, lo impotente de la vida, lo frágil de la vida para
instaurar sus dimensiones abracabrantes y siempre inusuales. El artista interpreta en el
mismo hecho de fracturar. Nos interpreta. Y todo depende de que sepamos leer su obra o nos
quedemos en la superficie inmediatamente observada. Desde El Mío Cid hasta La montaña
mágica. Desde las pinturas de Altamira hasta Picasso. Desde Las Cantatas medievales hasta
Schoenberg Desde la catedral de Burgos hasta los cubos de Moneo. Desde Amanecer de
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Murnau, en 1927 hasta Eyes wide shut de Kubrick en 1999, vísperas del actual siglo. Y con
estas dos obras, ingresamos en la dimensión cinematográfica de la cuestión que nos ocupa:
un cine sin amores ligeros/light.
Amores en tensión
La historia del cine es una sucesión de historias de amores tremendos, en tantísimas
ocasiones del todo punto radicales en su anormalidad. Pero no tanto en su dimensión estética
o formal, como sucede en los casos artísticos antes comentados, porque la sustancia del
cine es contar historias, un detalle sustancial que limita más de lo deseable sus posibilidades
expresivas. Más todavía, el cine nunca ha dejado de ser un arte popular, situación compleja
pero además forzada por su naturaleza comercial incluso industrial.
Por todas estas razones, más poderosas de cuanto pueda pensarse, el cine insistirá
en esos amores tremendos, en absoluto ligeros, pero mucho más en sus contenidos
narrativos que en sus manifestaciones formales o lingüísticas. Así, llega al corazón de
los espectadores, les inserta en historias que jamás vivirán en la vida real, y les abre,
indirectamente, a horizontes intelectuales y sentimentales que multiplican sus percepciones
cotidianas. Ésta es la grandeza y la limitación cinematográficas: insistir en los contenidos
narrativos intensísimos y manifestarlos, en general, de forma asequible para la situación
cultural de sus consumidores.
El cine insiste en los amores tremendos para llegar
al corazón de los espectadores con historias que jamás vivirán en
la vida real y abrirles a horizontes intelectuales y sentimentales
que multiplican sus percepciones cotidianas
Dos ejemplos: Pretty Woman y Cuatro bodas y un funeral
En 1990, saltaba a las pantallas esta película representativa del cine de amores ligeros.
De ese cine tan difícil de realizar precisamente porque evita las pasiones exacerbadas a
las que nos venimos refiriendo. Hablamos de un cine ligero mínimamente digno y hasta
con cierta vitola de humanidad y de progresismo social. En nuestro caso, una película que
recupera el mito de Pigmalion y la historia de La Cenicienta, un tanto en la deriva fílmica de
Howards Hawks, de Frank Capra y de tantos directores yanquis clásicos en los cincuenta.
Un film dirigido por un mediocre Garry Marshall, pero interpretado por una Julia Roberts en
estado de gracia y por un Richard Gere capaz de ilusionar a un amplio sector de la mujer
espectadora. Como saben los lectores, la historia de una prostituta pretendidamente ingenua,
que es asumida por la delicadeza humanitaria de un rico Don Juan, hasta transformarla en
una dama de la alta sociedad. Excelente guión narrativo. Magistral banda sonora. Y hasta
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excelente fotografía. Uno de esos films para consumo masivo que salen bien y que se hacen de oro:
porque permiten soñar a quienes lo contemplan.
El artista está interesado por lo anormal, por lo rompedor,
por todo aquello que fractura el orden establecido
y nos conduce a zonas claroscuras de nuestra existencia
Pues bien, Pretty Woman, la película más programada en televisión, es una rara avis en este
sector de los amores ligeros al que nos referimos. En definitiva, en momento alguno rompe el idilio de
los sentimientos normales, y si las situaciones son un tanto anormales (el proceso de rehabilitación
de la chica), de tal manera están narradas, música incluida, que en momento alguno el espectador
tiene que esforzarse por ir más allá de sus expectativas temáticas y estéticas. Sencillamente, Pretty
Woman gusta, entretiene y puede que nos permita llorar desde una primaria humanidad latente. Pero
todo es ligero, frágil, lábil, inundado por los buenos sentimientos, esos que esparcimos en la vida
de cada día. Nos gusta sin sacarnos de lo constituyente de nuestra normalidad. Y así, incluso nos
asegura en los valores habituales.
Cuatro bodas y un funeral es otro ejemplo de
este tipo de cine, pero con menos capacidad de
golpear. Y para nada decimos de esas películas
vulgares, chatas, absolutamente mediocres, que
rozan el erotismo simplón, y que se convierten
en un peligroso subgénero masivo: todas
las de los años setenta españoles. Mejor
olvidarlas como cine, si bien constituyen
ejemplos eximios de un momento
histórico muy determinado de nuestra
historia reciente.
Aclaración de cierre
Quien esto escribe, para nada
defiende solamente el cine de los
amores tremendos. En absoluto.
Por esta razón, recomiendo en este
momento final la revisión de los films
del Neorrealismo italiano de los años
cuarenta y cincuenta. En tantos de
ellos, se encuentra este cine de la
fragilidad sentimental con el otro
del claroscuro emocional, camino
de un humanismo absolutamente
delicioso. Un cine que, desde Fellini,
y antes Vittorio de Sica, alcanza al
Truffaut más límpido y de esta manera
nos introduce en un sector también
relevante de la Nueva Ola francesa de
los sesenta. Lléguense hasta ahí.
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comunicando
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5.: Nuevo Centro del
Teléfono de la Esperanza en
Cochabamba, ubicado en la
calle Lanza, 235.
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1, 4, 6, 8 y 9.: Diversas
imágenes de la inauguración.
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2, 3, 7 y 10.: Corte de la cinta
inaugural a cargo del arzobispo
de Cochabamba, del responsable
regional del Fondo de Población de
las Naciones Unidas, del presidente
internacional de ASITES y de
la presidenta del Teléfono de la
Esperanza en Bolivia.
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Cochabamba acoge el segundo Centro del
Teléfono de la Esperanza en Bolivia
Cochabamba ya dispone, como La Paz, de un Teléfono de la Esperanza
para atender y prevenir los problemas emocionales de la población. A su
inauguración, asistieron numerosos voluntarios y autoridades
El día 12 de abril a las 18:30 horas, todos estuvimos listos para un momento tan importante. Mientras
esperábamos a los invitados, la familia de Carmen Hoepner, orientadora del Centro, tocó música de
cámara para darle un toque especial a la bienvenida.
Comenzó el acto inaugural la Lic. Carmen Cossio, presidenta del Teléfono de la Esperanza en Bolivia, con
estas palabras:
“Muchas gracias a todos por su compañía en un día tan señalado. Desde hace tiempo estamos preparando
este día y, juntos los voluntarios, hemos ido venciendo las dificultades que se nos han presentado con la
esperanza de poder echar una mano al que sufre. Quiero recordar de forma especial a los voluntarios de España y también a los de Centro y Suramérica, algunos de ellos presentes aquí, por su apoyo. Este Teléfono
va a ser un referente en la prevención de crisis de los ciudadanos de Cochabamba. Hoy vemos que se hace
realidad un sueño, porque un grupo de voluntarios queremos prestar nuestro tiempo para escuchar a quien
lo necesite. Espero que nuestra formación nos sirva para mantenernos firmes a pesar de las tormentas que
tengamos que confrontar. Pretendemos servir a todas las personas que llamen y aportar, en colaboración
con las autoridades, una visión de lo que adolece nuestra sociedad. No sólo debemos extender la mano para
que las autoridades nos ayuden, sino también tenemos que poner nuestro esfuerzo y generosidad”.
Siguiendo el programa, pronunció unas palabras el Lic. Javier Suárez, voluntario del Teléfono
y vicepresidente del consejo de Centro. Dijo: “Mi saludo va para cada uno de los presentes. Como
voluntario, creo que vale la pena estos dos años de formación y siento que estamos dispuestos para
servir. La experiencia vivida este tiempo de formación fue muy enriquecedora, la cual nos ha ayudado
a sanarnos a nosotros mismos para luego poder sanar a los demás. Estamos felices de emprender este
trabajo que es un servicio”.
Monseñor Tito Solari, arzobispo de Cochabamba, al dirigirse a todos, dio las gracias por esta labor
emprendida, de la que dijo que es “la semilla de la paz con nosotros mismos y con la sociedad”. Afirmó
asimismo que está “contento de contar con un Teléfono de la Esperanza” en Cochabamba y que estará
“acompañándonos en el camino”.
El Dr. Alberto Castro, responsable regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas, agradeció
este emprendimiento y también dio su apoyo al Teléfono de la Esperanza para que tenga un buen
funcionamiento en nuestra ciudad.
En su intervención, Jesús Madrid, presidente internacional del Teléfono de la Esperanza, animó a los voluntarios
a “no olvidar nunca a las personas que esperan que les escuchemos y que seamos generosos”. Al finalizar su
alocución, Jesús Madrid invitó a Carmen Cossio y a monseñor Tito Solari a cortar la cinta inaugural.
El acto de inauguración concluyó con un brindis, a cargo de monseñor Tito Solari, quien con sus palabras
de aliento se mostró lleno de esperanza y expresó su alegría por participar en esta celebración.
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comunicando
Inaugurado el Teléfono
de Buenos Aires con un gran
respaldo social
Cerca de 300 personas participaron en la presentación oficial del nuevo
Centro del Teléfono de la Esperanza en Argentina
Con la presencia de Jesús Madrid, presidente internacional del
Teléfono de la Esperanza, de Matilde Hernández, presidenta del
Teléfono de Chillán (Chile), y de Carmen Villalonga, colaboradora
de los Centros de Murcia y Castellón, el 28 de marzo se inauguró la
Delegación Buenos Aires de la Asociación Internacional del Teléfono
de la Esperanza.
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1, 2, 3, 4, 6, 7 y 8.: Diversos
momentos de la inauguración
y del espectáculo musical.
Acompañaron autoridades, representantes de organizaciones,
fundaciones, empresas y agrupaciones españolas radicadas
en Argentina, medios gráficos y televisivos y gran cantidad de
público que disfrutaron del evento. Entusiastamente organizada, la
ceremonia se inició con los himnos de Argentina y España.
Ana María Ponce de León, presidenta del Centro, dio la bienvenida y
destacó que, gracias al accionar y la entrega de tantísimas personas,
hoy podemos decir: “Bienvenido Teléfono de la Esperanza, delegación
de Buenos Aires, aquí comienza tu trabajo”. Asimismo manifestó el
orgullo de poder abrir un canal de escucha en Argentina, con el aval
de los 36 años de experiencia de ASITES, brindando una labor de
manera gratuita, anónima y especializada en el servicio de ayuda
telefónica o presencial a quienes lo requieran.
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A continuación, el consejero Laboral y de Asuntos Sociales de
la Embajada de España, Rafael Herrera, tomó la palabra para
identificarse con la labor de las organizaciones que están al servicio
de la comunidad y comprometerse a dar respuesta oficial a la
obra del Teléfono, demostrando la felicidad que le invadía al estar
presente en esta inauguración.
El siguiente orador fue Juan Carr, fundador de Red Solidaria, que
se mostró entregado a prestar servicio al necesitado y a disposición
del Teléfono para trabajar de forma mancomunada para lograr una
mejor calidad de vida para todos.
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Como colofón, el discurso más esperado estuvo a cargo de Jesús
Madrid. Desde el inicio del acto, a un costado del escenario, había
tres sillas vacías. Comenzó entonces el presidente de ASITES,
refiriéndose a los principales protagonistas de esa noche: los
destinatarios de nuestra labor. Esos tres lugares representan a
aquellos que sufren y se sienten solos.
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Por otra parte, Jesús Madrid destacó el entusiasmo del equipo que integra la Delegación Buenos Aires.
Acompañaron en la mesa presidencial a Ana María Ponce de León, Rafael Herrera, Juan Carr y Jesús
Madrid, el cónsul adjunto de España, Eduardo Sánchez Moreno, y en representación de la Federación de
Asociaciones Españolas en Argentina, Luis González Abad, presidente del Centro Asturiano.
Tras proceder al corte de cintas, los trescientos invitados disfrutaron del espectáculo musical preparado.
El Auditórium del Banco Río brindó un confortable marco para tan nutrida concurrencia. Con muchísima
gracia, se presentaron los niños de FUNDAL, cuya presidenta es Marta Muzio. Nos deleitaron bailando
temas de nuestro folclore. A continuación, distintivo internacional de nuestro país, la cultura ciudadana
representada por el tango de Julio Penna y Teresita Rapsomanikis. Y como cierre del acto, la Escuela
de Danzas Españolas a cargo de María Fernanda Farina y el Conjunto de Gaitas dirigido por Alberto
López, ambos del Centro Galicia de Buenos Aires, hicieron presentes en la reunión el colorido, sonido y
tradiciones de la madre patria.
Raíces, historia, cultura, unidos en la música y la danza, en la solidaridad y la entrega, marcan un
anhelado estreno, que ha tomado forma para brindarse a la comunidad. Una veintena de voluntarios y
una ciudad. Una realidad y un propósito: que la soledad y la tristeza se encuentren con el corazón y la
escucha, para poder construir a partir de la crisis.
Espacio para el desarrollo y el crecimiento. Espacio para “ser persona”, ser respetada, valorada y aceptada
incondicionalmente. A partir de hoy, 4954-4455, en Buenos Aires.
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5.: De izda. a dcha., Eduardo Sánchez,
cónsul adjunto de España; Ana María
Ponce de León, presidenta del Teléfono
de la Esperanza de Buenos Aires; Jesús
Madrid, presidente internacional de
ASITES; Juan Carr, presidente de Red
Solidaria; y Luis González, presidente del
Centro Asturiano en Argentina.
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los amores ‘light’
CENTROS DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA EN ESPAÑA
ALBACETE
C/ Federico García Lorca, 20-1º
02006 ALBACETE
Tel.: 967 52 34 34. Fax: 967 52 34 48
E- mail: [email protected]
MURCIA
C/ Ricardo Zamora, 8
30003 MURCIA
Tel.: 968 34 34 00. Fax: 968 34 35 66
E-mail: [email protected]
ALICANTE
C/ Benito Pérez Galdós, 41-Entr. C
03005 ALICANTE
Tel.: 96 513 11 22. Fax: 96 512 09 52
E- mail: [email protected]
OVIEDO
C/ Facetos, 36 - bajo
33013 OVIEDO
Tel.: 985 22 55 40. Fax: 985 27 65 00
E-mail: [email protected]
ALMERÍA
Plaza Administración vieja, 1-1º izda.
04003 ALMERÍA
Tel.: 950 26 99 99. Fax: 950 26 07 89
E- mail: [email protected]
PALMA DE MALLORCA
C/ Miguel Marqués, 7 - 1º
07005 PALMA DE MALLORCA
Tel.: 971 46 11 12. Fax: 971 46 17 17
E-mail: [email protected]
BADAJOZ
C/ Ramón Albarrán, 15-1º dcha.
06002 BADAJOZ
Tel.: 924 22 29 40. Fax: 924 25 65 08
E- mail: [email protected]
PAMPLONA
C/ San Blas, 13 - bajo
31014 PAMPLONA
Tel.: 948 23 70 58. Fax: 948 38 20 34
E-mail: [email protected]
CÁCERES
Avd. de los Pilares, 8-3ºB
10002 CÁCERES
Tel.: 927 62 70 00.
E- mail: [email protected]
SALAMANCA
C/ Pollo Martín, 34 - 2º dcha.
37005 SALAMANCA
Tel.: 923 22 11 11. Fax: 923 22 62 35
E-mail: [email protected]
CASTELLÓN
C/ Obispo Salinas, 5 bajo
12003 CASTELLÓN
Tel.: 964 22 70 93. Fax: 964 22 02 58
E-mail: [email protected]
SANTIAGO DE COMPOSTELA
C/ Diego de Muros, 16 - 1º
15701 SANTIAGO DE COMPOSTELA
Tel.: 981 51 92 00
E-mail: [email protected]
GRANADA
C/ Horno del Espadero, 22
18005 GRANADA
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E-mail: [email protected]
SEVILLA
Avda. Cruz del Campo, 24
41005 SEVILLA
Tel.: 95 457 68 00. Fax: 95 458 23 75
E-mail: [email protected]
HUELVA
Avda. de Andalucía, 5 - 1º A
21004 Huelva
Tel.:959 28 15 15. Fax: 959 54 07 27
E-mail: [email protected]
TOLEDO
C/ Cardenal Tavera, 20 - 1º dcha.
45003 TOLEDO
Tel.: 925 23 95 25
E-mail: [email protected]
LAS PALMAS DE G.C
C/ Mesa de León, 4 - 3º dcha.
35001 LAS PALMAS DE G.C.
Tel.: 928 33 40 50. Fax: 928 33 60 60
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VALENCIA
C/ Espinosa, 9- 1º- 1ª
46008 VALENCIA
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E-mail: [email protected]
LOGROÑO
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26003 LOGROÑO
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47010 VALLADOLID
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50006 ZARAGOZA
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MÁLAGA
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29012 MÁLAGA
Tel. 95 226 15 00. Fax: 95 265 26 51
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Centro
Próxima inauguración
En proyecto
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nº 217 I mayo - junio 2007 I directorio
CENTROS DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA EN EL MUNDO
BOGOTÁ (COLOMBIA)
Cra 25 calle 48-11
4813 BOGOTÁ
Tel.: (00 57 1) 323 24 25
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BUENOS AIRES (ARGENTINA)
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BUENOS AIRES (capital federal)
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CHILLÁN (CHILE)
C/ 18 de septiembre, 456
380-0650 CHILLÁN
Tel.: (00 56 42) 22 12 00/02/08
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Entre Bolívar y Sucre
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C/ Costa Rica # 1272 (Zona Miraflores)
Entre Estados Unidos y Guerrilleros Lanza
Tel. (00 591 2) 224 84 86
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MEDELLÍN (COLOMBIA)
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SAN PEDRO SULA (HONDURAS)
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Tel.: (00 504) 558 08 08
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ZÚRICH (SUIZA)
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8027 ZURICH
Tel.: (00 41 43) 817 65 65. Fax: (00 41 43) 817 66 43
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OPORTO (PORTUGAL), TEGUCIGALPA (HONDURAS), VALENCIA (VENEZUELA).
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