PÁGINAS INTERIORES

Transcripción

PÁGINAS INTERIORES
MERLOT
Otros nombres: Bégney, crabutet,
merlau, sémillon rouge.
Tipo y color: Uva tinta; color azul
oscuro.
Principales regiones: Variedad francesa, está especialmente presente en el
sudoeste del país (Burdeos), pero también
en Languedoc-Rosellón. Es la segunda más
extendida del mundo tras la cabernet sauvignon, por lo que se encuentra en muchas zonas
vitícolas españolas (DO catalanas y murcianas,
Navarra, Ribera del Duero, Somontano, La Mancha, Uclés, etc.), suizas (Ticino), italianas (Toscana), neozelandesas, de Europa oriental (Hungría, Rumania)
y de América (Estados Unidos [California y Nueva York],
México, Chile, Argentina), al ser copiado el modelo del
vino tinto de Burdeos.
Historia: Originaria de la región francesa de Libourne,
cercana a Burdeos, allí era denominada merlau. El nombre
podría proceder del mirlo —merle, en francés—, por el
aprecio de esta ave por dicha variedad o por coincidir con el
color de su plumaje. Se obtuvo por un cruce de variedades
que tuvo lugar en el siglo xviii y se encuentra en la base de
los vinos de Burdeos, junto a la cabernet sauvignon. Algunas cepas de esta variedad fueron introducidas en Rioja
en la segunda mitad del siglo xix. Hace unos años, su producción se hundió en el valle de Napa (California) por los
comentarios que hace sobre ella uno de los protagonistas de
Entre copas, película de 2004 dirigida por A. Payne, tras los
que la variedad quedó en entredicho ante los consumidores.
La fuerza de la gran pantalla condujo a muchos viticultores
a plantar en su lugar pinot noir.
En la cepa: El racimo es pequeño y poco denso; la baya es
pequeña y de piel gruesa, con una forma elíptica ancha. La
cepa necesita un cierto aporte de agua y se adapta poco a la
sequía.
En la cesta: Madura tempranamente, por lo que es sensible
a las heladas primaverales. De buena fertilidad, las cosechas
son abundantes.
En la mesa: Produce vinos redondos con cuerpo,
alcohol y color. Son ricos en taninos y no necesitan envejecer mucho tiempo en barrica; madura
con rapidez en botella y es compañera ideal de
la cabernet sauvignon. Cabe resaltar su gran
adaptación para producir vinos rosados. Sus
aromas son complejos y elegantes, de roble y
especias, con sabor a mantequilla y ciruelas, y
sensación ácida, por lo que marida bien con
la caza mayor (los caldos más envejecidos),
las carnes rojas, el pato y los quesos de pasta
dura.
Búscala en: Las zonas francesas de Saint-Émilion y Pomerol son las que producen más vinos
con esta variedad, que es mezclada con otras.
Destaca también en los tintos y rosados de la
DO Navarra (bodega Castillo de Monjardín)
y de la DO Penedès (Jean Leon). En México,
cabe citar el varietal de L. A. Cetto.
MOSCATEL
Otros nombres: Gorda, gordo blanco,
moscatel de Málaga, moscatel de Alejandría, moscatel morisco; moscatell
(en catalán).
Tipo y color: Uva blanca; color verde
amarillo, aunque según la variedad
puede ser rojizo o más oscuro.
Principal región: Se trata de una familia de
variedades muy extendida por toda la costa
mediterránea; cabe destacar su implantación en
la península Ibérica (Málaga, Valencia, Alicante,
Setúbal), Italia, Israel, Chipre, Francia (Rosellón),
etc., pero se extiende más allá, y llega a las islas
Canarias (Gran Canaria) y hasta Sudáfrica y Australia (área
de Rutherglen, en Victoria).
Historia: Podría ser la más antigua de todas las familias de
cepas, puesto que ya se cultivaba en la antigua Grecia, fue
descrita por el naturalista romano Plinio en el siglo i e incluso se señala que fue bebida predilecta de Cleopatra, la última
soberana del Egipto faraónico. Sea como fuere, la denominación de una de sus variedades la vincula a Alejandría, puerto
egipcio del Mediterráneo unido al mundo helenístico por su
fundador, Alejandro Magno, en el siglo iv a. C.
En la cepa: Sus racimos son grandes, como también sus
bayas (excepto en la variedad moscatel de grano menudo),
aunque presentan irregularidades de tamaño. Su piel no es
excesivamente gruesa y su pulpa es blanda.
En la cesta: Necesita mucho sol y prefiere la proximidad
del mar para desarrollarse bien. Requiere temperaturas elevadas durante la floración —es muy sensible a las heladas—
y madura en época tardía. Su rendimiento es bajo.
En la mesa: Produce vinos variados, desde el blanco espumoso hasta los vinos generosos ricos y densos del Priorat.
Uno de los más apreciados es el vino dulce, muy aromático
—potente, elegante, floral—, denominado genéricamente
con el mismo nombre de la uva. Por las características de
este vino, el maridaje con aperitivos y cremas es excelente,
mientras que el vino dulce acompaña tartas, bizcochos, chocolate y frutas.
Búscala en: Con moscatel de grano menudo se
elaboran los caldos que generalmente se consideran más refinados, como sería el caso del Chivite
Colección 125 Vendimia Tardía (DO Navarra);
con moscatel morisco, por ejemplo, el Moscatel
Naturalmente Dulce, de Finca Antigua (V.T.
Castilla-La Mancha); el Vin de Constance,
de bodega Klein Constantia (Sudáfrica), se
elabora con moscatel (muscat) de Frontignac,
ya alabado por Luis XVI, Federico el Grande
o Napoleón; por último, destacar el moscatel
de Alejandría como variedad utilizada en los
vinos dulces de Alicante, Valencia, Málaga,
Empordà o Rivesaltes (muscat de Rivesaltes, en
el Rosellón).
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L
a recuperación de las variedades autóctonas de uva
es el tema más candente de la vitivinicultura actual.
En efecto, la tendencia se ha invertido y si desde el último cuarto del siglo xx la tendencia dominante, la que se
consideraba más moderna y prestigiosa, era la de adoptar
las variedades de uva foráneas —básicamente las francesas
más prestigiosas: cabernet sauvignon, merlot y syrah, entre
las tintas; sauvignon blanc y chardonnay, entre las blancas—,
actualmente las novedades más revolucionarias y que mayor
eco despiertan en la prensa especializada son las que se refieren a la recuperación de una variedad de uva autóctona: a un
vino elaborado con una uva local, a la recuperación de viejas
cepas de un tipo de uva de nombre pintoresco o a la replantación
de viñas con una variedad casi olvidada.
Pero para que esto sea posible, previamente ha tenido que haber
una labor de conservación de las variedades autóctonas, un trabajo
de investigación y selección para disponer de material vegetal sano
con el que injertar los pies americanos en las nuevas plantaciones.
Además, no basta con que se trate de una antigua variedad extendida
La reivindien un territorio concreto. Se trata de que con esa variedad se puedan
cación del
elaborar buenos vinos, que aporten algo nuevo o distinto al ya saturaterruño y de
do panorama vitivinícola mundial. No puede obviarse que si alguna
las variedades
autóctonas en
de estas variedades está en desuso quizá es porque en su momento
ocasiones se
los agricultores o los elaboradores decidieron que no era apta para
expresa en el
elaborar buenos vinos.
propio nomPor otro lado, no solo la introducción de variedades extranjeras ha
bre del vino,
sido la causa de la desaparición o el olvido de muchas uvas locales.
como en la
En primer lugar, la filoxera que arrasó las viñas europeas al final del
gama «Indigena» de la
siglo xix y principios del xx obligó a la replantación de todas las vides.
bodega Parés
Dado que el método para erradicar la plaga, plantar un pie americano
Baltà, sita en
resistente al insecto y posteriormente injertarlo con la variedad de Vitis
el Penedès.
vinifera europea deseada, era novedoso y caro, los primeros en aplicarlo
fueron los grandes propietarios, que injertaron solo con las variedades
que sus estudios revelaban como más
rentables, y también fueron esas variedades las que demandaron los pequeños
agricultores, así que en ese momento se
dejaron de lado muchas variedades tradicionales. Ese fenómeno, por ejemplo, fue
muy notorio en Cataluña, especialmente
en la zona del Penedès, donde la especialización en la elaboración de cava a partir
de la crisis de la filoxera propició que se
replantaran gran parte de los viñedos con
las tres variedades más adecuadas para
la elaboración de este vino espumoso:
macabeo, xarel·lo y parellada. Además,
posteriormente, ya en el último tercio del
siglo xx, no solo se extendió el cultivo
de las variedades importadas, sino que
Cepa vieja de garnacha en el Campo de Borja. Muchas variedades
algunas de las autóctonas más prestigiohan sufrido vaivenes a lo largo de la historia y, por motivos de rentasas, como la tempranillo, desplazaron a
bilidad u otros, han estado a punto de desaparecer —o en ocasiones
otras, como sucedió en La Rioja, donde
lo han hecho— de las tierras en las que estaban tradicionalmente
esa variedad desplazó en gran medida a
asentadas. Algunas se han recuperado con fuerza, dentro de un
las uvas garnacha, mazuelo y graciano.
movimiento que apuesta por revalorizar las variedades locales.
La recuperación
de variedades
autóctonas
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CLASIFICACIÓN DE LOS VINOS
EN LATINOAMÉRICA
Aunque los países latinoamericanos han optado, en general, por una mayor libertad a la hora
de clasificar sus vinos que en la Vieja Europa, al
final, los fondos de comercio de algunas denominaciones de origen españolas, italianas o francesas han influido, especialmente en Argentina,
a la hora de ofrecer sus propuestas, tanto a nivel
nacional como internacional.
Chile
Como baluarte de los vinos del Nuevo Mundo,
Chile ha optado claramente por las variedades
a la hora de ofertar sus vinos en el comercio
internacional. Sus apelaciones a carménère, merlot, cabernet sauvignon, pinot noir,
chardonnay, sémillon o sauvignon blanc, por
poner algunos ejemplos, son sus señas de
identidad.
No obstante, los cánones europeos y la
competencia con vinos con tradición como
los franceses les ha hecho establecer sus
propias denominaciones de origen, que
parten de las cinco grandes regiones
vitícolas que establece el decreto 464 de
26 de mayo de 1995 del Ministerio de
Agricultura chileno. Son las regiones
vitícolas de Atacama, Coquimbo, Aconcagua, Valle Central y Sur.
Estas cinco regiones, a su vez, se
dividen en subregiones, algunas de ellas
de gran predicamento, como los valles
de Elqui, Casablanca, Maipo, Curicó o
Panorámica de los viñedos de la bodega Caliterra,
en el valle de Colchagua, una de las zonas vitícolas reconocidas dentro del sistema de clasificación geográfica del vino chileno, regulado desde
1995. Abajo, botella de pinot noir 20 Barrels, de
la bodega Cono Sur. Tradicionalmente, Chile ha
optado por las variedades a la hora de ofertar sus
vinos en el mercado internacional.
Maule, pero también en zonas y áreas. Entre las
primeras destacan los valles de Colchagua y Tetuvén, y entre las segundas, Vicuña, San Juan, Santa
Cruz, San Javier y Negrete.
Las denominaciones de origen referidas a
esas regiones, valles o áreas vitícolas deben
tener, al menos, el 75 % de las uvas producidas
en origen y de los cepajes más comunes del
país, y los vinos deben ser envasados en el
territorio nacional. La denominación especial Secano Interior puede utilizarse cuando
las castas usadas sean la país o la cinsault
y estas provengan del área comprendida
entre el río Mataquito, por el norte, y Bío
Bío, por el sur. Asimismo, pueden indicar
añada cuando al menos el 75 % del vino
sea de ese año.
Los vinos sin denominación de origen
pueden ser elaborados en cualquier
parte del país y no solo con las uvas
reconocidas en el decreto sino con otras
cepas viníferas tradicionales. Por último,
los vinos de mesa son los obtenidos con
variedades de uvas de mesa.
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EXPRESIONES ARTÍSTICAS
Vino y literatura
La escritura es el espejo de la sociedad,
y las menciones a la vid y al vino han sido una
constante a lo largo de la historia de la literatura,
desde las primeras manifestaciones literarias.
Así, en la epopeya de Gilgamesh (1800 a. C.)
aparece un viñedo mágico formado por piedras
preciosas. En ese texto babilónico, en el que se
buscan respuestas a la vida y a la muerte, se desciende a los infiernos y en uno de sus jardines se
describe una viña en estos términos: «Sus frutos
en racimos suspendidos / fascinantes de contemplar». Los egipcios también hablaron del vino,
por ejemplo, en la conocida historia de Sinuhé,
en la que se relata que la tierra de Iaa tenía vino
abundante.
El vino ha servido de inspiración
a escritores de
todas las épocas,
y a la vez ha
constituido un
motivo importante en novelas,
relatos y poemas.
Arriba, Monólogo, nombre
de indudable
reminiscencia
literaria para este
rioja de crianza
de la bodega alavesa Solar Viejo.
Loas y advertencias
en la literatura clásica
En la literatura clásica griega, el vino aparece
de forma constante en la Ilíada y la Odisea. En
esta, el vino es el centro de la celebración en
los banquetes en los que participa Ulises, pero
también el arma con la que embriaga y derrota al
cíclope y la poción con la que Circe convierte a
sus compañeros en cerdos. En esta obra también
se habla del peligro del exceso, con el ejemplo de
uno de los hombres de Ulises que
muere al caer de un tejado tras
emborracharse. El vino es también hilo conductor en El banquete, de Platón, y el poeta Alceo
ya cantaba: «No plantéis ningún
árbol antes que la vid».
En la literatura romana se
mantuvo el interés por el vino,
en obras como la Eneida o en las
comedias de Plauto. En la Ars
amatoria de Ovidio, el vino se
ensalza como recurso para la seducción amorosa: «Para conquistar a una bella dama debéis ofrecer
vino en copa de oro y posar los labios donde los
suyos bebieron».
Entre los poemas dedicados al vino, quizás los
más famosos sean los escritos por el persa Omar
Khayyám en el siglo xii, conocidos como Rubaiyat, en los que explora la naturaleza humana y el
placer frente a la fugacidad de la vida: «Quiero
olvidar en la embriaguez el dolor de nuestra
ignorancia».
En el siglo xiii, Gonzalo de Berceo escribió en
San Millán de la Cogolla (Rioja) los conocidos
versos:
«Qiero fer una prosa en romanz paladino
en qal suele el pueblo fablar con so vezino
ca no so tan letrado por fer otro latino:
bien valdra, commo creo, un vaso de bon vino».
Un siglo más tarde, el Arcipreste de Hita señalaba los males del exceso en la ingesta del vino
diciendo: «Donde hay mucho vino, luego viene
la lujuria y todo mal después». Estas advertencias
son habituales en los textos bíblicos, aunque en
ellos también se recoge el vino como alimento y
símbolo sagrado y curativo.
En el Quijote de Cervantes también se encuentra el valor curativo del vino con el bálsamo de
Fierabrás, con el que sana el caballero andante,
quien, no obstante, no es consumidor de vino,
frente a su escudero Sancho, bebedor de bota. Por
ello, don Quijote le aconseja: «Sé templado en el
beber, considerando que el vino demasiado, ni
guarda secreto ni cumple palabra».
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