ELEGIR UN TUBO: CARACTERÍSTICAS BÁSICAS

Transcripción

ELEGIR UN TUBO: CARACTERÍSTICAS BÁSICAS
4.- CONSEJOS PRÁCTICOS
ELEGIR UNA MÁSCARA: CARACTERÍSTICAS BÁSICAS
Bajo el agua todos necesitamos tener la mejor visibilidad que sea posible.
Para ello el elemento fundamental es disponer de una máscara de calidad que además se adapte perfectamente a nuestra
cara.
A la hora de elegir su máscara debe tener en cuenta algunos puntos fundamentales, entre los que queremos destacar los
siguientes:
– Tira posterior: deberá ser ajustable y resistente. Lo más recomendable es que se divida en dos, para que la
podamos ajustar mejor a la cabeza.
– Hebillas: deberán ser fáciles de ajustar, aún estando bajo el agua y con los guantes puestos.
– Cristales: conviene que estén inclinados, porque aumenta el ángulo visual hacia abajo, lo que sin duda nos será
de ayuda para controlar algunos elementos de nuestro equipo.
Además deberán estar realizados en vidrio de alta seguridad, templado o laminado.
Tenga en cuenta que su campo visual aumentará cuanto más cerca se encuentren sus ojos del vidrio de la
máscara. Aún así ni la montura ni los cristales deberán apoyarse sobre la nariz, la frente o la cara, ya que eso
provocaría una presión dolorosa durante el descenso.
– Hueco para la nariz: además de ser cómodo, deberá permitirnos realizar la maniobra de Valsalva sin problemas.
– El facial de silicona siempre permite una mejor adaptación a nuestra cara. Además, la silicona es
hipoalergénica y ofrece una mejor resistencia que la goma.
ELEGIR UN TUBO: CARACTERÍSTICAS BÁSICAS
La evolución de los chalecos de buceo, con una flotabilidad que nos permite mantenernos sin problemas por encima de
superficie, ha provocado que el uso del tubo se reduzca bastante.
A pesar de eso el tubo continua siendo un elemento básico de seguridad para el buceador, que podemos necesitar en
momentos muy delicados de una inmersión.
Para que el tubo sea útil y cumpla sus funciones correctamente, deberá contar con una serie de requisitos mínimos que a
continuación resumimos:
– Cómodo transporte: raras veces utiliza el escafandrista un tubo, por eso lo más conveniente será decantarse por
tubos sencillos, flexibles y que permitan ser transportadas con comodidad.
– Longitud: el tubo del escafandrista deberá ser más largo que el del apneísta, puesto que el avance en superficie
se realiza más sumergido debido al peso del equipo. Podemos optar por tubos de longitud entre 30 y 35 cm.
– El diámetro interior rondará entre 2 y 2,5 cm. (para apnea es preferible que sea más ancho).
– El material del tubo, aunque flexible, deberá ser lo suficientemente rígido para que no se doble ante la fuerza
del oleaje.
– El extremo superior deberá tener un color llamativo, para que sea fácil de localizar.