cuaderno[ 34 - Fundación MAPFRE
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Entre dos siglos: cuaderno[ 34 FUNDACIÓN MAPFRE 2008 España 1900 a Comisario Pablo Jiménez Burillo Dirección científica María Dolores Jiménez-Blanco Coordinación María Martín de Argila Colaboración y Documentación María José Rivero Yanes María Sanz Pérez Registro Pedro Benito Albarrán [Ilustración de cubierta] Darío de Regoyos El aguacero (Bahía de Santoña), 1900 Restauración Jorge García, Nieves Peñalver, Leopoldo Casero Óleo sobre lienzo, 75 x 90 cm MNAC. Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona Diseño y dirección del montaje Jesús Moreno y Asociados Realización del montaje 14 octubre 2008 Exmoarte, SA Transporte 25 enero 2009 SIT Transportes Internacionales, S.A. Seguros FUNDACIÓN SALAS DE MAPFRE EXPOSICIONES Paseo de Recoletos, 23 28004 Madrid MAPFRE EMPRESAS Compañía de Seguros y Reaseguros, S.A. Otras entidades colaboradoras Allianz, Axa Art, Schunck Group. Arte Secur. Fine Art Insurance Broker, STAI, Servicios Técnicos de Aseguramiento Integral Otros servicios MAPFRE CAUCIÓN Y CRÉDITO Compañía Internacional de Seguros y Reaseguros Entre dos siglos: España 1900 cuaderno[ 34 Fundación MAPFRE 2008 Presidente del Patronato José Manuel Martínez Martínez Presidente de la Comisión Directiva Filomeno Mira Candel Dirección Pablo Jiménez Burillo Director Dirección de ediciones José Luis Catalinas Calleja Luis Miguel García Mora Coordinación María Martín de Argila INSTITUTO DE CULTURA Corrección de textos Miriam López Díaz Presidente Diseño original Alberto Manzano Martos Juan Antonio Moreno Maquetación Director General Pablo Jiménez Burillo eleuve Fotomecánica y preimpresión Director General Adjunto Daniel Restrepo Manrique Cromotex Impresión tf. Artes Gráficas, S.A. CONSEJO ASESOR ©De los textos, los respectivos autores Presidente Alberto Manzano Martos Secretario Rafael de Penagos Manuel Alcántara Venancio Blanco Matías Díaz Padrón ©De las fotografías: los respectivos autores No habiendo sido posible localizar a los autores y propietarios de los derechos de reproducción de algunas fotografías, la FUNDACIÓN MAPFRE presenta sus excusas y expresa su pesar por ello ©Anglada-Camarasa, Aurelio Arteta, Julio González, José Gutiérrez Solana, Santiago Rusiñol, Joaquim Sunyer, Josep de Togores, Joaquín Torres García, Daniel Vázquez Díaz, Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2008 ©Salvador Dalí, Fundación Gala-Salvador Dalí, VEGAP, Madrid, 2008 ©Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2008 ©De la presente edición: FUNDACIÓN MAPFRE Juan Fernández-Layos Rubio Luis García Berlanga Julián Grau Santos Pablo Jiménez Burillo Marcial Loncán Antonio López García Antonio Mingote Leandro Navarro Paseo de Recoletos, 23 28004 Madrid, 2008 ISBN: 978-84-9844-125-3 Depósito legal: 1 cuaderno[ 34 cuaderno[ 34 Fundación MAPFRE 2008 Desde su creación, la FUNDACIÓN MAPFRE se ha caracterizado por la realización de un programa de exposiciones que ha revisado de manera sistemática el arte español de entre siglos. A través de retrospectivas individuales y exposiciones colectivas o temáticas, en las que ha estado también muy presente el contexto internacional, un amplio público ha podido disfrutar de algunos de los creadores más definitorios de la época, a la vez que se han recuperado otros que habían sido injustamente preteridos. Entre dos siglos: España 1900 pone un brillante colofón a la labor desarrollada durante todos estos años y constituye un magnífico pórtico de nuestra nueva sede. La exposición, que reúne alrededor de un centenar de obras, propone una visión panorámica de las diversas tendencias y de las distintas posibilidades plásticas que confluyen en un momento histórico crucial: el paso del siglo XIX al XX. Casas, Mir, Rusiñol, Nonell, Anglada-Camarasa, Julio González y Picasso nos acer- can a la Barcelona de 1900, en la que se superponen el modernismo, el simbolismo y el postimpresionismo, mientras que los pinceles de Sunyer y del uruguayo Torres García anuncian el clasicismo noucentista. Zuloaga y Solana abundan sobre el tópico de la España negra, en contraste con otra más luminosa, más moderna, capturada en los lienzos de Sorolla. Junto a ellos, Regoyos –un artista plenamente integrado en el postimpresionismo internacional–, Echevarría, Iturrino y Arteta –autores que asumen sin complejos los lenguajes de las vanguardias europeas– , o Dalí y Miró, que experimentan con las distintas tendencias de la modernidad antes de encontrar un estilo propio. Pablo Picasso Esta exposición, como todas las realizadas durante estos años, no hubiera sido posible sin la Maternidad, ca. 1902-1903 colaboración prestada por instituciones públicas y coleccionistas particulares, a quienes nuestro Tinta sobre papel, 21,5 x 16 cm Instituto quiere expresar aquí su más sincero agradecimiento. Colecciones MAPFRE Alberto Manzano Martos. Presidente. FUNDACIÓN MAPFRE. Instituto de Cultura 2-5 6-37 38-39 La España blanca Pablo Jiménez Burillo Entre dos siglos: España 1900 Mercedes Rivas Sobre el catálogo 40 Cronología 41 Bibliografía 42-43 Arte español 1900 en la web 44-45 Glosario 46-47 Pieza de toque María Dolores Jiménez-Blanco 2 cuaderno[ 34 3 cuaderno[ 34 La España blanca Pablo Jiménez Burillo Tradicionalmente, la historiografía ha considerado moderno el arte que se ajustaba a una serie de principios estéticos o formales y se desarrollaba en un marco cronológico determinado. El arte moderno debía estar ligado a una idea de progreso y a la transformación de los propios conceptos artísticos. En líneas generales, se basaba en un principio: el de sustituir el ideal de belleza por el de libertad; no era mejor un arte más bello, sino más libre. Al margen de la cronología, un artista podía o no ser moderno si coincidía con los criterios y los principios de moda en cada momento. Este proceso tenía sus referentes y a su alrededor se construyó una sólida historiografía que ha hecho imperar su concepción de lo moderno y lo vanguardista para explicar la renovación artística desde el siglo XIX. Pero al hilo de esta visión canónica han podido ir creciendo discursos complementarios que iluminaban parcelas desatendidas –como el decisivo papel desempeñado por los simbolistas– y proponían lecturas más complejas. Desde hace unos años, el propio prestigio de lo moderno y de las vanguardias clásicas empieza a ponerse en cuestión y conoce nuevas lecturas. Nada nuevo si entendemos que nuestro concepto de lo moderno se basa en una tensión, en una serie de ideas contradictorias: lo original y lo igualitario, lo refinado y la cultura de masas... Ignacio Zuloaga Retrato de la Sra. Malinowska (la Rusa), 1912 Óleo sobre lienzo, 197 x 98 cm Todo ello ha favorecido que el viejo sistema monolítico que establecía un canon contemporáneo se haya abierto. En países como España, en la periferia de las corrientes modernas, el proceso ha pasado por legitimar a una serie de artistas por En depósito su proximidad a los modelos internacionales. Creado un canon, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla escritas nuestras primeras historias del arte, se ha instaurado 4 cuaderno[ 34 Joaquín Sorolla Niños en la playa. Valencia, 1916 Óleo sobre lienzo, 70 x 100 cm Colección particular un cierto consenso sobre nuestro pasado artístico: es el primer esfuer- Paralelamente, al amparo de la descentralización cultural vivida zo por ordenar ese conjunto heterogéneo de obras que entendemos en las últimas décadas, se ha rescatado el arte de finales del siglo XIX como arte moderno. y los principios del llamado arte nuevo. La labor de Cristina Men- Un arte que se origina en una doble ecuación: entre lo clásico doza y Mercè Doñate en el MNAC de Barcelona y la de Miguel Zuga- y lo moderno –con Picasso como paradigma– y entre lo autócto- za y Miriam Alzuri en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, junto con no y lo cosmopolita. Clásico, cosmopolita, moderno y castizo al la desarrollada por nuestra Fundación, han facilitado que hoy la pin- mismo tiempo, ésa parecía ser nuestra seña de identidad, que se tura de Rusiñol, Casas, Nonell o Arteta, del primer Zuloaga y de acentuaba por la distancia geográfica, social y cultural con las gran- Sorolla entre por derecho propio en la historia de la modernidad. des metrópolis. A todo ello se une que nuestros artistas presentan Hay que citar también a estudiosos como Javier Pérez Rojas, Javier ritmos y preocupaciones propios y que las tensiones políticas –con González de Durana, Francesc Fontbona, Francesc Miralles y un lar- Guerra Civil incluida– han hecho del nuestro un arte ensimismado en go etcétera en el que, desgraciadamente, no me puedo detener aquí. los vaivenes de una historia ajena a lo que acontecía en Occidente. Es preciso mencionar las importantes aportaciones de Francis- A historiadores como Eugenio Carmona les debemos una visión co Calvo Serraller que, cuando se le reconocía como el adalid del clara y precisa de eso que llamamos «arte nuevo» y que es nuestra arte emergente, quiso dedicar su esfuerzo a artistas fuera de la vanguardia de los años veinte y treinta; a su lado habría que citar actualidad. La exposición que, con su respaldo científico, presen- a Juan Manuel Bonet y su Diccionario de las vanguardias (1995) y tamos sobre Julio Romero de Torres (1993), la primera que se le dedi- la relectura de Dalí en el entorno de la generación de 1914 de Agus- caba desde su muerte, hizo, de alguna forma, que nuestros fan- tín Sánchez Vidal –Buñuel, Lorca, Dalí: el enigma sin fin (1988). tasmas de un arte prevanguardista se instalasen con naturalidad en 5 cuaderno[ 34 Ramón Casas Estudio / La terraza, ca. 1889 Óleo sobre lienzo, 91 x 110 cm Colección particular el canon, borrando los límites de la propia historia moderna del arte. la vanguardia. Desde los albores simbolistas de Urgell y Meifrèn o Algo notable si tenemos en cuenta, por ejemplo, que la revisión los retratos de Zuloaga, el gusto por la pintura de Sorolla, verda- de Robert Rosenblum y Mary Anne Stevens sobre este tema en Euro- dero epicentro de nuestra modernidad, la intensidad de Rusiñol o pa –en la exposición 1900: Art at the Crossroads (2000)– llegaba la depurada facilidad de Casas, de la alegría triste de Iturrino a la siete años después y tras las retrospectivas de Sorolla, Iturrino, Rusi- rotunda simplificación aséptica y clasicista de Julio González y las ñol, Zuloaga o el simbolismo en España. coloristas visiones de Miró o los cubismos picassianos se extiende La FUNDACIÓN MAPFRE , en colaboración con museos y especialis- tas, se ha dedicado en estos últimos quince años a la recuperación una historia que resulta convincente y que despliega todo un sistema de comunes referencias y complicidades. de los artistas de este período, presentando también sus contextos Con esta exposición queremos cerrar ese proceso de revisión que internacionales –como en la exposición del círculo de Los XX, en el iniciamos en 1993 ahora que nuestra programación, desde unos caso de Regoyos (2000)– y sus visiones de grupo alrededor de temas criterios no muy alejados, se ha ido haciendo más internacional. Éste como los jardines o la playa (en 1999 y 2000, respectivamente) e ha sido un trabajo de muchas personas e instituciones; para todos intentado mostrar cómo el período no se cerraba en sí mismo, sino ellos, algunos citados en estas líneas, todos presentes en nuestros que funcionaba como un eslabón que desembocaba con cierta natu- catálogos y publicaciones, mi gratitud personal y la gratitud de la ralidad en el llamado arte nuevo. FUNDACIÓN MAPFRE. Ésta es la idea que justifica la exposición que hoy presentamos, que ofrece una visión de conjunto de esa España de 1900 que se va Pablo Jiménez Burillo abriendo hasta acercarse, en Miró y en Picasso, al propio corazón de Director General del Instituto de Cultura de FUNDACIÓN MAPFRE 6 cuaderno[ 34 7 cuaderno[ 34 Recorrido Entre dos siglos: España 1900 Mercedes Rivas A finales del siglo XIX España conoce una etapa de cierta estabilización en la que, de forma morosa, se desliga de su pasado de aislamiento para acompasarse con el ritmo que marcan los nuevos tiempos. ¿Cómo eran los españoles a finales del siglo XIX? ¿Eran un país de gente tosca y pobre que poblaba paisajes duros y sombríos o una tierra agradecida donde la pobreza se aliviaba a plena luz en una sociedad que también buscaba el progreso y subirse de una vez por todas al tren de la modernidad? En esta época que cabalga entre los siglos XIX y XX , España era un país envuelto en muy diferentes matices, marcado por Julio Romero de Torres A la amiga, 1905-1906 fuertes contrastes regionales y sociales, que atravesaba un período de profundos cambios estructurales de los que resultaría un país más moderno y más comprometido con su entor- Óleo sobre lienzo, 168 x 95,5 cm Principado de Asturias no europeo. Esto es, a finales del siglo XIX, España conoce una etapa de cierta estabilización en la que, de forma morosa, se Colección Pedro Masaveu desliga de su pasado de aislamiento para acompasarse con En depósito en el Museo de Bellas Artes de Asturias el ritmo que marcan los nuevos tiempos. 8 cuaderno[ 34 Modest Urgell Eliseu Meifrèn i Roig Atardecer Paisaje nocturno Óleo sobre lienzo, 142 x 295 cm Óleo sobre lienzo, 60,5 x 80,5 cm MNAC. Museu Nacional d’Art Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. de Catalunya, Barcelona En depósito en el Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid La historia, y la parte de ella que ha quedado plasmada por los pintores de esta exposición, revela que al lado de la España triste existía una España blanca, un país abierto a otras experiencias que supo retratar la realidad desprendiéndose de la negativa carga anímica que parecieron llevar consigo algunos de los artistas de fin de siglo quiere Darío de Regoyos (2002), Hermen Anglada-Camarasa (2002), Juan rendir un fructífero homenaje a los artistas que desarrollaron par- La colección de obras que presenta la de Echevarría (2004), Joaquim Mir (2004-2005) e Ignacio Pinazo te de su actividad creativa en el período de entre siglos. Algunos (2005). Artistas que vienen a unirse en esta exposición antológica de ellos constituyen el germen de nuestras colecciones –como José a Modest y Ricard Urgell, Eliseu Meifrèn, Nicolau Raurich, Salvador Gutiérrez Solana– y en buena parte han sido objeto de antológicas Dalí, Miguel Viladrich, Josep de Togores, Julio González, Manolo individuales y colectivas con las que nuestra institución ha preten- Hugué, Aurelio Arteta, Joaquín Torres García, Picasso y Joan Miró. dido aquilatar la valía de autores que, en ocasiones, habían quedado La nómina de creadores es lo suficientemente diversa y amplia para relegados: Gutiérrez Solana (1992), Julio Romero de Torres (1993), que el espectador que se acerque a nuestras salas disfrute del rico FUNDACIÓN MAPFRE Joaquín Sorolla y Bastida (1995), Francisco Iturrino (1996), Santia- panorama pictórico de esta época, un relato artístico que nos per- go Rusiñol (1998), Sorolla-Zuloaga (1998), Joaquim Sunyer (1999), mite contemplar la gradual transición hacia la modernidad desde fina- Daniel Vázquez Díaz (2002), Isidre Nonell (2000), Ramón Casas (2001), les del siglo XIX hasta adentrarnos en los años veinte. 9 cuaderno[ 34 La nómina de creadores es lo suficientemente diversa y abarcadora para que el espectador que se acerque a nuestras salas disfrute del rico panorama pictórico de esta época, un relato artístico que nos permite contemplar la gradual transición hacia la modernidad desde finales del siglo XIX hasta adentrarnos en los años veinte son la etapa en la que y se fabrican ascensores eléctricos; los primeros rascacielos empie- Occidente comienza a dar el salto cualitativo más radical que has- Las dos últimas décadas del siglo zan a romper la horizontalidad de las ciudades y muy pronto la per- ta ese momento había conocido. Un simple repaso a algunas de cepción de imágenes y sonidos adquiriría un carácter repetitivo por las innovaciones que se producen entonces bastará para imaginar lo el uso de fonógrafos o gramófonos y cinematógrafos. El hombre de que podrían haber sentido los hombres y mujeres de la época: se este período tendrá que dirigir su mirada hacia nuevos ángulos, inventan el teléfono y el telégrafo, la lámpara incandescente; se ins- es más consciente de que el lugar que ocupaba en el mundo se ha talan nuevos sistemas de calefacción, como el gas, y se generaliza desplazado. XIX el suministro de agua corriente; se extiende el uso de máquinas Esta era de progreso y bienestar se vive con más lentitud en de escribir o de bicicletas; se van desarrollando redes de tranvía; nuestro país. La particular idiosincrasia española la había conver- se crea el primer motor con gasolina que llevará a la producción tido en un destino muy apreciado por viajeros de países vecinos masiva de coches hacia 1900; se mejoran las técnicas de elevación como Francia, Inglaterra o Alemania, que buscaban en estas tierras 10 cuaderno[ 34 Darío de Regoyos El paseo de Alderdi Eder, 1894 Óleo sobre lienzo, 29 x 40 cm Colección particular Darío de Regoyos Las redes, 1893 Óleo sobre lienzo, 60 x 73 cm Colección particular aquello que les pudiera poner en contacto con algo ancestral y España negra (1899), que recogía las impresiones del poeta tradu- genuino: España se configuró como el punto exótico de Europa y cidas y comentadas por Regoyos. ese exotismo fue cultivado como imagen preconcebida. Este acer- El pintor no logró que Verhaeren cambiara de opinión respec- camiento amable de los viajeros románticos contrastaba con el de to a la idea inicial que se había forjado: “Lejos de verlo de una otros europeos que visitaban la península con el afán de encontrar manera alegre como la mayor parte de los extranjeros que nos ven rasgos diferenciales negativos que la alejaran de la Europa desarro- a través del cielo azul y de la alegría aparente de las corridas de llada. A finales del siglo XIX, el poeta belga Emile Verhaeren y el pin- toros, sintió una España moralmente negra”. Regoyos conocía bien tor Darío de Regoyos recorrieron el país –País Vasco, Burgos, Ávila, la otra cara porque en 1882 había recorrido la península en com- Segovia, Madrid– buscando los tintes más oscuros. De este viaje se pañía de Théo van Rysselberghe y Constantin Meunier. Pero con publicaron unas crónicas en la revista Luz, en 1898, editadas como Verhaeren realizó un viaje distinto, que sirvió más para confirmar 11 cuaderno[ 34 José Gutiérrez Solana Los autómatas, 1907 Óleo sobre lienzo, 107 x 140,5 cm Colección Arango la idea preconcebida que el poeta tenía que para conocer nuestra De algún modo, la España negra de Verhaeren fue a coincidir con diversidad: “Decididamente era difícil hacerle ver España a través la temática de algunos de los pintores de este momento –que pre- de las niñas bonitas ni de la alegría del cielo; detrás de aquella luz sentan una escenografía pareja a esta imagen de negritud contra fuerte siempre encontraba un alma negra en todas las cosas, algo la corriente europeizadora– y con la “España como problema”, que de triste o navrant, siendo esta palabra la que él repetía a conti- constituye uno de los principales debates sobre la identidad nacio- nuación de cualquiera de sus impresiones”. Y así, lo lamentable y nal de los intelectuales del 98 y de la generación del 14. Las pala- lo negro se encontraba en iglesias al anochecer, en penitentes que bras de José Ortega y Gasset, a propósito de Zuloaga, pueden ayu- hacían procesión de rodillas, en viáticos que seguían hasta la casa de darnos a resumir esta visión: “Es la española una raza que se ha los enfermos, en vagones de tercera donde buscaban los tipos más negado a realizar en sí misma aquella serie de transformaciones rudos y erráticos. sociales, morales e intelectuales que llamamos Edad Moderna […]. 12 cuaderno[ 34 Hermen Anglada-Camarasa Friso valenciano, ca. 1905-1906 Óleo sobre tabla, 83 x 151 cm Colección LL-A Joaquín Torres García El entoldado, 1917 Óleo sobre cartón, 65 x 73 cm Colección particular Los pueblos que se han sometido a este cambio del medio históri- consigo algunos de los artistas de fin de siglo. De hecho, la variedad co han renunciado a perseverar en su ser, han afectado las refor- de registros que podríamos encajar en esta España blanca está sien- mas de su carácter y han comprado el bienestar […]. Nuestro pue- do cada vez más puesta en valor por las instituciones o por la crítica; blo, por el contrario, ha resistido: la historia moderna de España se como indica María Dolores Jiménez Blanco en su contribución al catá- reduce, probablemente, a la historia de su resistencia a la cultura logo: “La atención dedicada en las últimas décadas a este período moderna […]. ¡Un ansia indomable de permanecer, de no cambiar, ha puesto de manifiesto que esos años presentan muchas otras posi- de perpetuarse en idéntica sustancia!”. bilidades de lectura: en ellos se superponen infinitas variedades y gra- La historia, y la parte de ella que ha quedado plasmada por los dos de renovación artística, con mayor o menor conexión con las inci- pintores de esta exposición, revela que al lado de la España triste exis- pientes vanguardias internacionales. Podemos hablar de la convivencia tía una España blanca, una España bañada por la luz del mar Medi- de registros aparentemente opuestos como tradición y modernidad, terráneo y de tierras castellanas o por los atardeceres de agradables simbolismo y naturalismo, clasicismo y realismo, academia y disiden- paseos; un país abierto a otras experiencias, a una vida bohemia o bur- cia. Binomios que, a su vez, resultan espoleados por la tensión ver- guesa, y que supo retratar múltiples instancias de la realidad, pero con náculo-cosmopolita, que vertebra gran parte de la producción no sólo desprendimiento de la negativa carga anímica que parecieron llevar plástica, sino también cultural de todo el período”. 13 Ramón Casas cuaderno[ 34 Ignacio Pinazo Asidua al Moulin de la Gallete, ca. 1891 Óleo sobre lienzo, 35 x 27 cm Anochecer en la escollera III Óleo sobre lienzo, 105 x 265 cm Colección particular IVAM, Institut Valencià d’Art Modern Generalitat Valenciana Donación de Esperanza Pinazo Martínez Un paseo por la modernidad Comienza nuestro itinerario con tres paisajes de autores que realizan su obra en la segunda mitad del siglo XIX en el terreno del Sorolla, Pinazo inaugura una novedosa concepción sobre la percepción de la realidad. impresionismo y que preparan el camino a la siguiente genera- Otros lienzos donde el paisaje se convierte en protagonista ción: Modest Urgell (1839-1919), Eliseu Meifrèn (1858-1940) e Igna- son Cala San Vicente (1903) de Joaquim Mir (1873-1940), Calella (ca. cio Pinazo (1849-1916). Urgell, como profesor en la Escuela de la 1906) de Nicolau Raurich (1871-1945), Efecto de la mañana en el Llotja, y Meifrèn, vinculado a la tertulia de Els Quatre Gats, esta- mar (1908) y Cala de San Vicente. Mallorca (1919) de Joaquín Soro- blecieron una relación directa con los artistas más jóvenes del lla (1863-1923) y Cadaqués de Salvador Dalí (1904-1989), muy ale- modernismo, como Anglada-Camarasa, Casas, Rusiñol o Miró. jado del estilo al que estamos acostumbrados. La confluencia de Anochecer en la escollera de Pinazo muestra rasgos que hablan tendencias es palpable: del modernismo singular de Mir o Raurich de un nuevo lenguaje pictórico, aunque ajeno a los movimientos al naturalismo de Sorolla o al postimpresionismo de un temprano que renovaron la pintura en esta época. El artista supera el motivo Dalí. Si en Raurich aún es posible percibir una definición de los con- costumbrista de este entorno marítimo con un cromatismo de rosas tornos, sobre todo por el uso de colores contrastados y previsibles y grises y la presencia desdibujada del hombre y las dos mujeres que –el azul del mar, el verde del monte bajo mediterráneo, los tonos dialogan frente al mar. Digno antecesor de otro artista valenciano, rocosos del acantilado y de la casa–, en Mir los perfiles se tornan Joaquim Mir Ermita de Sant Blai. La A´leixar, 1910 Óleo sobre lienzo, 137,7 x 142 cm Colección particular imprecisos y es el color el que hace el dibujo. Así un estallido de colo- En cambio, las formas son nítidas y fieles en la versión de la mis- res crea los volúmenes en Ermita de Sant Blai. La A’leixar (1910), que ma Cala de San Vicente de Sorolla. Hay también acantilados y un son toda la expresión del lienzo en Decoración de la casa Trinxet mar en calma, pero la presencia de las barcas de pescadores la hacen (1904). No en vano, la evolución que se produce en Mir le conduce menos sutil. Un efecto radicalmente opuesto al que consigue en desde un naturalismo luminoso hasta un postmodernismo que roza lo que parece un estudio del amanecer: en Efecto de la mañana la abstracción. en el mar, los juegos de la luz sobre el agua, mediante colores que Nicolau Raurich Calella, ca. 1906 Óleo sobre lienzo, 41 x 51 cm MNAC. Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona declinan un esmeralda profundo, blancos y rosas, tiñen el paisaje Cadaqués o la perspectiva de El huerto de Es Llaner (1921), pinturas de un tono irreal. sin estridencias de un temperamento artístico aún en gestación. Todavía lejos del surrealismo y del objetivismo que harán evolu- Conocido retratista y paisajista, Nicanor Piñole (1878-1978) ofre- cionar su obra a finales de los años veinte, los trabajos que se presentan ce en su Vista del puerto de Gijón (1902-1905) una excusa para recrear de Dalí son deudores del tardoimpresionismo y del modernismo cata- una vista panorámica de la ciudad con una base en el naturalismo lán. Podemos observarlo al estudiar las técnicas con las que ejecuta costumbrista. Mar y ciudad son asimismo los protagonistas de las 16 cuaderno[ 34 Joaquín Sorolla Cala de San Vicente. Mallorca, 1919 Óleo sobre lienzo, 81 x 105 cm Fundación Museo Sorolla, Madrid Joaquim Mir Cala San Vicent, 1903 Óleo sobre lienzo, 80 x 97 cm Colección Banco de España, Madrid obras de Darío de Regoyos (1857-1918). Nacido en un pueblo coste- que lo animó a ampliar sus estudios en Bruselas. Allí permaneció ro asturiano, la naturaleza inquieta del pintor le llevó a Madrid a largos períodos y entró en contacto con el círculo de L’Essor, prime- estudiar en la Escuela de Bellas Artes en 1878; en aquellos años impar- ro, para colaborar después en la fundación de Los XX (1883-1893), entre tía la cátedra de paisaje el maestro belga Carlos de Haes (1829-1898), quienes se encontraban James Ensor (1860-1949), Théo van Rysselberghe 17 cuaderno[ 34 Salvador Dalí El huerto de Es llaner, 1921 Óleo sobre lienzo, 40 x 50 cm Colección A. Surroca Salvador Dalí Cadaqués Óleo sobre lienzo, 46,5 x 46,5 cm Colección Masaveu Todavía lejos del surrealismo y del objetivismo que harán evolucionar su obra a finales de los años veinte, los trabajos que se presentan de Dalí son deudores del tardoimpresionismo y del modernismo catalán 18 cuaderno[ 34 (1862-1926) o Fernand Khnopff (1858-1921), llamados a renovar las parte del paisaje: pescadores en Las redes (1893), un vigilante en el artes plásticas de su país para reconocer la libertad del creador frente parque del carrusel vacío de El paseo de Alderdi Eder (1894) [pág. 10], al academicismo. Pasaba largas estancias entre Bilbao y San Sebas- los viandantes que atraviesan el Urumea a pie o en diligencia por El puen- tián, que convirtió en motivos fetiche de sus cuadros, que repasaban te de Santa Catalina (1906), o los curiosos y trabajadores de El aguace- una y otra vez sucesivos estadios lumínicos en la ciudad, cerca del ro (bahía de Santoña) (1900). Corresponden al período de madurez mar, en la naturaleza, persiguiendo a la figura humana que formara del Regoyos impresionista: el que sabe captar a la vez ese momento de Nicanor Piñole Vista del puerto de Gijón, 1902-1905 Óleo sobre lienzo, 40 x 42,5 cm Colección particular 19 cuaderno[ 34 intensa iluminación que puede surgir tras la lluvia, el humo del barco inunda la obra de Sorolla en los primeros años del siglo XX. La temá- a vapor, el arco iris casi completo que realza toda la escena. Como aman- tica es recurrente: niñas vestidas y niños desnudos que se bañan y te de la luz, se sentía atraído por los nocturnos; La Concha de San Sebas- corren por la playa o que son vigilados por mujeres protagonizan tian, efecto de anochecer (1895) es ejemplo de ello. Verano (1904), Corriendo por la playa (1908), Baño en la playa (1908) Del Cantábrico al Mediterráneo de nuevo: las playas de Valen- y Niños en la playa (1916). Es el Sorolla luminista que acaba de con- cia –el Cabanyal o la Malvarrosa– suelen componer el paisaje que seguir en 1900 el Grand Prix de los pabellones español y lusitano en Darío de Regoyos El puente de Santa Catalina, San Sebastián, 1906 Darío de Regoyos La Concha de San Sebastián, efecto de anochecer, 1895 Óleo sobre lienzo, 60 x 73 cm Óleo sobre lienzo, 44 x 56,5 cm Colección particular Colección particular Darío de Regoyos El aguacero (bahía de Santoña), 1900 Óleo sobre lienzo, 75 x 90 cm MNAC. Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona 20 cuaderno[ 34 Joaquín Sorolla Corriendo por la playa, 1908 Óleo sobre lienzo, 90 x 166,5 cm Principado de Asturias. Colección Pedro Masaveu. En depósito en el Museo de Bellas Artes de Asturias Joaquín Sorolla Efecto de la mañana en el mar, 1908 Óleo sobre lienzo 61 x 100,3 cm Colección Masaveu la Exposición Universal de París el que persigue nuevas luces para de un motivo recortando un primer plano, un objeto o las figuras del incorporar a su obra. Pero también son cuadros en los que llega a fondo y a jugar con la perspectiva, caso de Niños en la playa (1916). revelarse un visible interés por captar el movimiento en las figuras Una temática muy querida en la pintura de Sorolla son los cua- a través del efecto de la brisa del mar en las telas –Verano– o por la dros en los que su propia familia –su mujer, Clotilde, y sus hijas– acción combinada del viento y la carrera de los niños en Corriendo aparece retratada. Viajero perpetuo, los desplazamientos familia- por la playa. También ha aprendido a dejar escapar del lienzo parte res eran continuos: inviernos en Madrid, veranos en Valencia y el 21 cuaderno[ 34 Joaquín Sorolla Verano, 1904 Óleo sobre lienzo, 149 x 252 cm Colección Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, Cuba Joaquín Sorolla Baño en la playa, 1908 Óleo sobre lienzo, 75 x 105 cm Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid resto del año visitaban San Sebastián, Asturias o Granada. Entre 1906 y Clotilde paseando en los jardines de La Granja (1907) –con ese gesto y 1907 viven en El Pardo y visitan la sierra de Guadarrama. Sorolla adelantado común a otros cuadros– nos invitan a imaginar el relato captura vivencias de estos viajes a manera de instantáneas gracias de los días pasados en La Granja mientras pintaba el retrato del a su enorme facilidad para atrapar el momento: María pintando rey Alfonso XII. en El Pardo (1907) –comentada en otro apartado de este cuaderno–, En su contrato para decorar la Hispanic Society de Nueva York, Saltando a la comba. La Granja (1907), María mirando los peces (1907) Archer Huntington pidió a Sorolla que representara la vida de 22 cuaderno[ 34 Joaquín Sorolla María mirando los peces, 1907 Óleo sobre lienzo, 80,6 x 105,5 cm Colección particular Joaquín Sorolla Clotilde paseando en los jardines de La Granja, 1907 Óleo sobre lienzo, 170 x 100 cm Colección Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana España y Portugal; durante ocho años (1912-1920) recorrió la para hacer más consciente y cómplice a la sociedad vasca de la nece- península en busca de tipos y folclore. Coincidiendo con este trabajo sidad del arte como pieza fundamental en el engranaje del progre- encontramos Patio de artistas del Café Novedades (1915), estampa so. Por influencia de Francisco Iturrino (1864-1924), comenzó a viajar del mundo del flamenco andaluz de un inconfundible sello por Andalucía y a retratar en su obra a mujeres de etnia gitana. costumbrista. Curiosamente del mismo año es la obra Dos amigas. Aunque pueda entroncar con el regionalismo, su interés no reside Granada de Juan de Echevarría (1875-1931), pintor vasco amigo en reflejar una España de pandereta: no hay tipismo sino más bien de Iturrino, de Zuloaga, del escultor Paco Durrio y de Picasso. Eche- un acercamiento antropológico y una técnica que recuerdan al pri- varría fue miembro muy activo de la Asociación de Artistas Vascos, mitivismo de Gauguin. La aproximación al tema de la mujer es simi- una plataforma que trabajaba en pro de la renovación estética y lar en Isidre Nonell (1872-1911): Lola (1909) expresa la soledad o la 23 cuaderno[ 34 24 cuaderno[ 34 Joaquín Sorolla Patio de artistas del Café Novedades. Galería alta. Sevilla, 1915 Óleo sobre lienzo, 125 x 210 cm Colección particular Joan Miró El abanico rojo, 1916 Óleo sobre cartón, 103 x 73 cm Fuji Television Network Inc marginación de esa otra parte de la sociedad que sólo avanzaba para seguir siendo miserable. De Iturrino y Echevarría se presentan además Interior sevillano (1910-1911) y Naturaleza muerta (ca. 1915), respectivamente, cuadros que ejemplifican la influencia del fauvismo, tendencia surgida en el postimpresionismo en pintores como Henri Matisse (18691954) y del personalísimo estilo de Paul Cézanne (1839-1906), artista encumbrado por fauves y cubistas. La liberación del color respecto al dibujo –ya anunciada por Degas y Gauguin–, la pincelada decidida y la superación de la perspectiva tradicional sirven al interior de Iturrino para solapar el jarrón sobre la mesa y la mesa sobre el sofá, siendo apenas perceptible la delimita- 25 Juan de Echevarría cuaderno[ 34 Isidre Nonell Dos amigas. Granada, ca. 1915 Lola, 1909 Óleo sobre lienzo, 106 x 89 cm Óleo sobre lienzo, 69,9 x 58,5 cm Museo de Pontevedra Colección particular Joan Miró El tiesto de flores y el limón, 1916 Óleo sobre cartón montado sobre cartón, 64,5 x 51 cm Colección LL-A ción de planos. Un juego semejante de colores y perspectiva se plantea en El abanico rojo (1916) y El tiesto de flores y el limón (1916) de los primeros años de andadura artística del catalán Joan Miró (1893-1983), ambos presentes en esta exposición. El cromatismo exacerbado articula el discurso pictórico de Hermen Anglada-Camarasa (1871-1959), cuya obra alcanzó un notable reconocimiento internacional ya antes de la Primera Guerra Mundial, y aunque la contienda hizo que se trasladara de París a Pollensa, su prestigio se siguió cimentando en las décadas siguientes. Desde un principio se reconoce en el pintor un estilo propio vinculado con el simbolismo expresionista, el postimpresionismo y el decadentismo, manifestaciones de perfiles trabados del arte francés de fin de siglo. 26 cuaderno[ 34 Juan de Echevarría Francisco Iturrino Naturaleza muerta, ca. 1915 Interior sevillano, 1910-1911 Óleo sobre lienzo, 90 x 116 cm Óleo sobre lienzo, 82 x 98 cm En depósito en el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla Museo de Bellas Artes de Bilbao Su particular lenguaje está fundado no sólo en la fusión de tonos y A Julio Romero de Torres (1875-1923) le han afectado notable- gamas inesperados, es “la muerte de la línea como perfiladora de mente dos elementos ajenos a su arte y personalidad: su temprana los volúmenes”, en palabras de Balsach. También sorprendieron y muerte y la manipulación que hizo de su obra el aparato franquis- provocaron amores y rechazos los temas de su obra, que van del París ta. La dictadura lo convirtió en figura representativa de lo español, de la Belle Époque a escenas costumbristas y a una galería de per- lo hizo pasto del folclorismo y abarató su expresión convirtiendo uno sonajes femeninos que rozan a menudo el umbral de lo prohibido. de sus cuadros en billetes de cien pesetas. Si bien es palpable la En el palco (ca. 1901-1902) nos lleva al mundo nocturno de los cafés- influencia de los temas y personajes de la copla andaluza y del folle- concierto y de los cabarets para asomarse al tema de las cortesanas tín en muchos de los cuadros de Romero de Torres, el tratamiento de lujo, que solía retratar con un vestuario rico y con grandes som- refinado y estilizado de los mismos junto a un renovado clasicismo breros. Una de las piezas más turbadoras que podemos contem- se conjugan a favor de un enaltecimiento de lo popular. plar es, sin duda, La Sibila (ca. 1913), una mujer que apela directa- Los cuadros que se exhiben corresponden al momento en que mente al espectador con una mirada enigmática y con un erotismo se asienta su estilo como pintor de un idealismo con anclajes en la amenazador. Aquí utiliza Anglada-Camarasa negros absolutos sobre escuela simbolista europea, que coincide con la etapa en la que el un fondo frío, matizados por las flores del mantón que cubre todo modernismo va a derivar hacia un arte regionalista. A la amiga (1905- el cuerpo de la mujer salvo el brazo derecho y el seno, que son resal- 1906) [pág. 6] presenta a una mujer trabajadora con sus hijos, que tados con destellos plateados para acabar convertidos en uno de los mira de soslayo a un personaje fuera del cuadro: ¿encierra tal vez la principales focos de atracción del lienzo. triste historia de una madre soltera que se ve obligada a entregar a 27 Hermen Anglada-Camarasa En el palco, ca. 1901-1902 Óleo sobre tabla, 23,3 x 33 cm Colección Masaveu Hermen Anglada-Camarasa La Sibila, ca. 1913 Óleo sobre lienzo, 195,5 x 114,5 cm Colección Anglada-Camarasa Fundación ”la Caixa” cuaderno[ 34 Julio Romero de Torres Ángeles y Fuensanta, ca. 1909 Óleo y temple sobre lienzo, 99 x 119 cm Museo Julio Romero de Torres, Ayuntamiento de Córdoba Miquel Viladrich Las herméticas, 1909 Óleo sobre tabla, 37 x 55 cm Museu d’Art Jaume Morera, Lérida 29 Ramón Casas Santiago Rusiñol Entre dos luces, 1894 Interior con figura femenina, ca. 1890-1891 Óleo sobre lienzo, 73,5 x 60,6 cm Óleo sobre lienzo, 199 x 120 cm Colección A. Surroca Colección Masaveu cuaderno[ 34 sus hijos a una institución? Hondura dramática que trasciende cual- que revelase una verdad íntima. En Las herméticas lleva al mismo quier populismo para denunciar un problema universal. Es por esto plano un relato bifronte: dos mujeres que no pueden mirarse la una que autores como Ramón del Valle-Inclán no dejan de glosar el a la otra y que, al contrario, están pegadas, como un busto de Jano idealismo del pintor: “Él sabe que la verdad esencial no es la baja que mira a la vez al pasado y al porvenir. verdad que descubre los ojos, sino aquella otra que sólo descubre el espíritu unida a un oculto ritmo de emoción y de armonía, que Casas, Rusiñol, Zuloaga, Gutiérrez Solana es el goce estético”. En este mismo sentido se puede interpretar Ángeles y Fuensanta (ca. 1909), versión de un tema similar al tra- Las figuras de Ramón Casas (1866-1932) y Santiago Rusiñol (1861- tado en Amor sagrado, amor profano (1908), que nos invita a fan- 1931) han ido de la mano en numerosas ocasiones. Tuvieron una lar- tasear en los vericuetos de un trío folletinesco: dos jóvenes ena- ga y fecunda relación amistosa que les llevó a compartir exposicio- moradas del mismo hombre, las dos en pugna por ese objeto de nes –la primera en 1890, en la Sala Parés– o a ser los protagonistas deseo relegado al segundo plano del lienzo mientras la ciudad de un viaje en carro por tierras catalanas mucho más amable que –¿Córdoba?– se desdibuja en la lejanía. Así, la finura expresiva de el de Regoyos y Verhaeren. Rusiñol escribía las crónicas de esta aven- Romero de Torres logra cautivar con un tema eterno, repetido has- tura: Por Cataluña (desde mi carro), mientras Casas realizaba dibu- ta la saciedad en canciones y boleros, en el teatro clásico o en la jos y apuntes del paisanaje. Ambos fueron los artífices, junto a Pere más simple telenovela. Romeu, de la creación de Els Quatre Gats y atrajeron al local a los Del mismo año de Ángeles y Fuensanta es Las herméticas (1909) artistas que visitaban Barcelona. Desde su estancia en París, donde de Miguel Viladrich (1887-1956), quien compartía con el simbolis- compartieron vivencias y un estilo similar dentro del modernismo, la mo europeo su admiración por los autores del Renacimiento, como trayectoria de Casas y Rusiñol corrió de una forma paralela. Baste com- Botticelli o Durero, y su búsqueda de un arte espiritual, casi místico, parar Interior con figura femenina (ca. 1890-1891), de Rusiñol, y Entre 30 cuaderno[ 34 Santiago Rusiñol La morfina, 1894 Óleo sobre lienzo, 88,5 x 115,2 cm Museu Cau Ferrat (Consorcio del Patrimonio de Sitges) Ramón Casas Flores deshojadas, 1894 Óloe sobre lienzo, 80 x 101 cm Colección particular dos luces (1894), de Casas: los dos muestran una habitación con muje- desnuda de Casas; el título, Flores deshojadas, puede llevarnos a con- res semivestidas, un momento de intimidad y ensimismamiento de jeturar la historia que acaba de vivir, tumbada en un espacio abier- los personajes en un entorno doméstico. El diálogo surge, también, to, con una postura de abandono –repetida en otros lienzos del entre dos imágenes de mujeres derrotadas: La morfina (1894) y Flo- autor–, rodeada de rosas rojas como simbolizando algo abyecto. res deshojadas (1894). En el primero, Rusiñol podría haber querido Entre las otras obras que se exhiben de Casas –Un patio. Mi exorcizar su propia adicción a este alcaloide, que consumía por una hermana en la terraza del Paseo de Gracia (ca. 1889) y Estudio / La dolencia física y por el que necesitó someterse a una cura de desin- terraza (ca. 1889) [pág. 5]– se sitúan en un espacio al que era muy toxicación; el autor explora las posibilidades expresivas que desen- aficionado: la casa y las figuras femeninas que la habitan, un inten- cadena la ingesta de morfina en una mujer, cuyo rostro expresa su to de narración doméstica en el que casi podríamos seguir el día a pérdida de conciencia, nada comparable a esos paraísos artificiales día de los personajes familiares, que hacen de Ramón Casas un docu- que se buscaba en la droga. Desde la revista Luz se decía de él: “Rusi- mentalista de la historia social de la mujer burguesa de la época. ñol es el artista de la naturaleza enferma, es el autor de estas eter- A Zuloaga y Gutiérrez Solana se les ha vinculado también con nas verdades que Dios ha escrito sobre la tierra, en la hoja de un frecuencia a pesar de que sus lenguajes artísticos no manifiesten una árbol, en una flor marchita, en un sol que se va. Sus telas impresio- tendencia común, salvo por el estereotipo de la España negra y nan; son cuadros psicológicos, en todos ellos hay una nota, una figu- por su admiración a El Greco, Velázquez y Goya –en los que apren- ra que hace pensar”. Tan misteriosa como la anterior resulta la mujer den temas, el uso del color y el distanciamiento de los personajes–, 31 cuaderno[ 34 y por ser artistas de la escuela española cuya influencia trasluce en De José Gutierrez Solana (1886-1945) se ha comentado a menu- sus obras –como Ribera, Zurbarán o Valdés Leal, que aportan su mis- do que su pintura es inclasificable; la crítica tiende a enmarcarlo ticismo y espiritualidad–. Tales influencias son evidentes en La ena- cerca del realismo grotesco y del expresionismo truculento y a rela- na doña Mercedes (1899) y Monje en éxtasis (1907) de Ignacio Zu- cionarlo con James Ensor, pero el belga ensayó lo grotesco con loaga (1870-1945). Inspirándose en la tradición velazqueña de enanos una gama de blancos, mientras que a Solana le atraía la negrura y bufones de corte, doña Mercedes rememora la Maribárbola inte- de las cosas. Su obra es la que podemos relacionar de una forma grada en Las Meninas (ca. 1656) por la afinidad en el rostro y la rique- más clara con la España negra de Regoyos y Verhaeren. Desde sus za de vestuario, pero, al estar sola, el autor juega con los muebles primeros cuadros aparecen cementerios, procesiones de flagelan- y la enorme bola que carga para patentizar el enanismo de la figu- tes y romerías populares, y también escribió su propia serie sobre ra. Mientras que los tonos negros y azulados y la estilización del Monje en éxtasis, junto al gran tamaño del óleo, agigantan al personaje recalcando el instante de exaltación mística que está viviendo. Desde 1890, Zuloaga vivió en París largas temporadas compar- Ignacio Zuloaga tiendo experiencias con Casas y Rusiñol, con Utrillo, Toulouse-Lautrec, Monje en éxtasis, 1907 Dethomas o Gauguin y Paco Durrio, compañeros de estudio en 1895, Óleo sobre lienzo, 188 x 115 cm y más adelante con Rodin, a quien le unió una estrecha amistad. Ignacio Zuloaga La enana doña Mercedes, 1899 Óleo sobre lienzo, 130 x 95 cm Musée d’Orsay, París Musée d’Orsay, París 32 cuaderno[ 34 José Gutiérrez Solana Procesión de noche, 1917 Óleo sobre lienzo, 74 x 118 cm Colecciones MAPFRE La España negra (1920), donde reconoce su deuda con Zuloaga: aquí, desde el mismo título, el autor dirige nuestra interpretación: “Es difícil al viajero que recorra estos pueblos españoles y que vaya los personajes del pueblo aparecen acartonados, cosificados, es la con un espíritu despierto para ver y sentir que el recuerdo del gran procesión de los que esperan, de los que son pasado. pintor vasco dado no se apodere de él”. No es casual que las dos regiones más desarrolladas del país, Procesión de noche (1917) ejemplifica su gusto por las procesio- Cataluña y País Vasco, coincidieran en incentivar un arte propio para nes de Semana Santa más tétricas, aquéllas en las que la imaginería cimentar su necesidad identitaria. Aunque a la postre el mecenaz- religiosa es sustituida por una estación de penitentes que viven en su go artístico de raíces burguesas no pudo convertir su credo en imá- cuerpo la pasión de Jesús. Solana recrea a la izquierda el momento genes, sí tuvo “una repercusión sobre la realidad artística, tanto de la flagelación y a la derecha al Jesús Nazareno, coronado de espi- porque la hicieron posible con el enriquecimiento del país como nas y con la cruz a cuestas camino del Calvario. El tremendismo de porque pudieron pagarlo desde las instituciones que gobernaban”, la escena hace que los espectadores vuelvan el rostro o le den la espal- como indica en nuestro catálogo Javier González de Durana. Es decir, da, sustituyendo así sus miradas por la nuestra. En Los autómatas sirvieron de puente para hacer del arte una herramienta más del (1907) [pág. 11] trabaja con una técnica novedosa adelantándose a progreso, facilitando espacios y sufragando exposiciones periódi- los nuevos realismos; en su obra posterior, estatuas, muñecos, más- cas en Bilbao y Barcelona de los artistas locales, haciendo encar- caras y maniquíes van a materializarse con visos de realidad, pero gos institucionales para decorar edificios públicos –como la Casa de 33 cuaderno[ 34 Joaquim Sunyer Mediterránea, 1910-1911 Óleo sobre lienzo 85,5 x 130 cm MNAC. Barcelona Aurelio Arteta Cuatro Caminos, 1917-1919 Óleo sobre cartón, 76,5 x 75 cm Patrimonio Artístico Kutxa-Caja Gipuzkoa, San Sebastián Aurelio Arteta Camino del mercado, 1913 Óleo sobre lienzo, 100 x 115 cm Diputación Foral de Bizkaia, Bilbao Juntas de Gernika–, implementando una política de becas o definiendo las enseñanzas de las escuelas de Bellas Artes. Del bilbaíno Aurelio Arteta (1879-1940) se exhiben dos óleos de temática y factura dispar: del campo de Camino del mercado En este intento por crear un arte regionalista, Eugenio d'Ors (1913) a la urbe de Cuatro Caminos (1917-1919). La pintura de Arteta propuso a los artistas e intelectuales catalanes recuperar el espíri- supo abordar con desenvoltura las exigencias del nacionalismo para tu de la Renaixença para elevar la cultura catalana a un nivel euro- ir más allá, hacia un costumbrismo humanista, agrandando la peo. El noucentisme invocaba el redescubrimiento del Mediterrá- dimensión de los personajes mediante un juego de perspectiva. En neo para retornar a lo primitivo y esencial. En este contexto madura contraste, la glorieta de Cuatro Caminos aparece dibujada en con- Joaquim Sunyer (1874-1956), cuyo lienzo Mediterránea (1910-1911) trapicado para que puedan tener cabida los edificios y el tráfico vale en sí mismo como manifiesto y síntesis de la estética noucen- de tranvías, del carromato y el coche, a cuyo alrededor merodean tista: representa un momento arcádico junto al mar, una vida idíli- los personajes como meras comparsas, carentes del vigor de las ca en plena comunión entre el ser humano y la naturaleza, que rega- campesinas. la sus dones al hombre y a la mujer que en ella viven. Todo ello Daniel Vázquez Díaz (1882-1969) está representado por obras expresado con un lenguaje pictórico de enorme simplicidad con que desvelan las características esenciales de su trayectoria pictóri- antecedentes en el primitivismo de Gauguin o en la coloración y ca. Toreros saludando (1908-1909) alude al momento del saludo al constructivismo de Cézanne. comenzar la corrida. Vázquez Díaz no abusa de la riqueza cromática 34 cuaderno[ 34 Daniel Vázquez Díaz Las bañistas / Desnudos en la piscina, ca. 1930-1935 Óleo sobre lienzo, 203 x 175 cm Colecciones MAPFRE del traje taurino y opta por tres tonos básicos y entremezclados: tra- flujo de pintores que iban y venían a París era continuo; la ciudad je rojo y capote de paseo azul en uno de los toreros e invertidos los se prestaba a acoger la actualidad más novedosa, como la exposi- colores para el otro sobre un fondo de amarillo albero que se con- ción de pintores cubistas en las Galeries Dalmau, que presentó por funde con los bordados en oro de la esclavina. Las bañistas / Des- primera vez en España obras de Marcel Duchamp, Albert Gleizes, nudos en la piscina (ca. 1930-1935) es el cuadro más contemporáneo Jean Metzinger, Marie Laurencin o Juan Gris. Por otro lado, la Escuela de esta exposición y ejemplifica una de las claves técnicas del pintor: de la Llotja ejerció una gran labor educadora a finales del siglo el rigor constructivo de ascendencia cezanniana. y principios del XX XIX y ayudó a que iniciaran su formación artística varios de los pintores aquí expuestos. Fuera por el poso de lo aprenEl camino de la vanguardia dido, las horas de tertulia y diversión en Els Quatre Gats, el impulso que recibían a su paso por París o su propia entraña creativa La última cita de este recorrido está jalonada por las obras de llevaba en ciernes el aire fresco de la vanguardia. artistas –González, Hugué, Miró, Togores, Torres García y Picasso– Con Manolo Hugué (1872-1945) incorporamos la escultura a esta que coinciden en tiempo y espacio en torno a la Barcelona de Els muestra presentando dos obras: Mujer sentada (1912) y el relieve Quatre Gats, el noucentisme y la Escuela de la Llotja, por un lado, Mujer agachada (1914), realizadas tras instalarse definitivamente y en su búsqueda personal de nuevos territorios para la plástica, por en Cataluña después de pasar varios años en París dedicado al el otro. Desde finales del siglo XIX, Barcelona se había convertido en diseño de joyas. Los desnudos de Hugué ponen en comunicación una ciudad receptiva de las nuevas manifestaciones artísticas y el la estatuaria clásica de antiguas civilizaciones –particularmente 35 cuaderno[ 34 las estelas sumerias– con las nuevas líneas escultóricas surgidas en Desnudo (1921), que roza los presupuestos formales de la nueva la vanguardia, mostrando la conciliación de dos tendencias apa- objetividad para exhibir con crudeza y nitidez la figura femenina. A rentemente contrapuestas. Precisamente de uno de los artistas su vuelta a París tras el fin de la Primera Guerra Mundial, Togores que va a renovar el panorama escultórico español, Julio González entró en contacto con artistas cubistas y surrealistas, como Braque, (1876-1942), se han seleccionado Dos mujeres (1920) y Mujer Maillol, Max Jacob y el propio Picasso, que le llevaron a experimentar peinándose, telas que evocan el espíritu noucentista en las que el nuevos derroteros estéticos; así, el Desnudo exhibe un realismo tratamiento del color modela y realza las figuras para dar una impre- casi tocable, conseguido mediante el volumen, la claridad visual y la sión de relieve y asemejarlas a sus metales repujados. González sensualidad del color. fue, además, gran colaborador de Picasso y le ayudó concretar su En El barco español (1918) se aprecia el gusto por lo arqui- idea de trasladar al espacio lo que previamente había desarrollado tectónico que define la pintura futura de Joaquín Torres García en el dibujo. (1875-1949). Desde muy temprano, Torres García nutrió a su obra de Ecos de Cézanne nos trae Josep de Togores (1893-1970), quien un fondo teórico, manifestando en sus textos un concepto idealista experimentará con distintos estilos de la vanguardia como en el del arte en oposición a lo mimético, que está en la base de su Daniel Vázquez Díaz Manolo Hugué Toreros saludando, 1908-1909 Femme accroupie (Mujer agachada), 1914 Óleo sobre lienzo, 83 x 64 cm Bronce, 23 x 18 x 18 cm Colecciones MAPFRE Colección Artur Ramon, Barcelona Manolo Hugué Mujer sentada, 1912 Relieve en bronce, 32 x 33 x 5,5 cm Colección particular 36 cuaderno[ 34 universalismo constructivo, motor de su obra desde su regreso a en los años iniciales de su carrera. Desde Lola, la hermana del artista Uruguay. Acompañado por su paisano Rafael Barradas, Barcelona se (ca. 1899) hasta Frasca y libros (1910-1911), su pintura atraviesa convierte en un laboratorio de observación, atraídos por los sonidos, estadios no excluyentes que llevan del modernismo al cubismo. el movimiento, el tráfico portuario, la interacción de personas y cosas Con Lola, hermana del artista se anticipan rasgos que dominarán en la ciudad moderna. Esto influye en la adopción de un lenguaje su época azul, como la oscuridad tonal y trazos alargados que más urbano y compartimentado, como podemos observar en sus acentúan la actitud de Lola, que mira al espectador con cierta cuadros. desatención. De Pablo Ruiz Picasso (1881-1973) se han seleccionado varias La corrida de toros (1900) es uno de sus primeros acercamientos obras que nos permiten contemplar la creciente evolución del pintor al mundo taurino, tema constante a lo largo de toda su vida. Picasso Josep de Togores Desnudo, 1921 Óleo sobre lienzo, 73 x 116 cm Colección particular Julio González Joaquín Torres García Dos mujeres, 1920 El barco español, 1918 Óleo sobre lienzo Óleo sobre cartón 61 x 46,5 cm MNCARS, Madrid 52 x 36 cm Colección particular 37 cuaderno[ 34 resuelve con luminosidad y una gran libertad de colorido la espera Picasso compone Frasca y libros en una época en la que trabaja de la cuadrilla en las suertes finales de la corrida. El artista subvierte en estrecha colaboración con Georges Braque (1882-1963), cuando los motivos pintando en verde el coso taurino o las muletas de un el lenguaje cubista de ambos deriva hacia el llamado cubismo rosa anaranjado. El carácter festivo acompaña la realización del analítico coincidiendo con los meses que pasan en la localidad Impreso del menú de Els Quatre Gats (1899-1900). El de Picasso es pirenaica de Céret. Posterior a Las señoritas de Avignon (1907), un cartelismo enraizado en la escuela del grafismo catalán –Anglada- Picasso utiliza una gama fría de grises y ocres que transmiten un Camarasa, Casas– que versiona la pose de Pere Romeu en 4 Gats aspecto metalizado al juego de volúmenes entre los libros y la frasca, (1898), de Casas, a la vez que propone un juego de volúmenes afín dejando entrever un posible abandono de la pintura figurativa y a los carteles de Tolouse-Lautrec. su acercamiento a la abstracción. Pablo Picasso Frasca y libros, 1910-1911 Óleo sobre lienzo, 38 x 46 cm Colección particular Pablo Picasso Lola, la hermana del artista, ca. 1899 Carboncillo y lápices de color sobre papel 45 x 29,5 cm Museu Picasso, Barcelona Pablo Picasso La corrida de toros, 1900 Pastel y aguada sobre cartón, 16,5 x 30 cm Museu Cau Ferrat, Sitges 38 cuaderno[ 34 Para saber más Sobre el catálogo El catálogo editado con motivo de la exposición Entre dos siglos: España 1900, comprende estudios de reconocidos especialistas que sirven para apreciar la solidez y diversidad del conjunto de obras que la FUNDACIÓN MAPFRE ha reunido para esta muestra antológica. La presentación de Pablo Jiménez Buri- y en la que se formaron la mayoría de nues- El recorrido que traza Maria-Josep Bal- llo, director general del Instituto de Cul- tros autores que acudían a París y a otras sach, de la Universidad de Gerona, en tura de de la FUNDACIÓN MAPFRE, viene a pon- ciudades europeas para completar sus estu- “Modernistas y noucentistas: apuntes para derar el proceso de consolidación de los dios y para dar sus primeros pasos en su una visión del cambio de siglo en Barcelo- artistas españoles en torno a 1900 gracias carrera artística. na” sigue a los principales autores que lle- a la labor emprendida por instituciones Lily Litvak, profesora de la Universidad varon a Cataluña la idea de modernidad: museísticas y fundaciones al lado de his- de Texas, sintetiza en “Hacer visible lo invi- Casas y Rusiñol, en su camino de ida y vuel- toriadores y críticos de arte en las últimas sible. El simbolismo en la pintura españo- ta de Barcelona a París fueron los impul- décadas; esta actividad ha supuesto el esta- la, 1891-1930” los rasgos de un movimien- sores del arte del modernismo, que supo blecimiento de un canon que sitúa al arte to que está en la raíz de la mayoría de las combinar territorios de intimidad y urbanos hispano entre la modernidad y el clasicis- manifestaciones artísticas de este período con el simbolismo europeo, del que también mo, entre lo cosmopolita y lo castizo. y que persigue la revelación de la verdad participa Anglada-Camarasa, quien nunca La experta mirada de Francisco Calvo a través de la sugerencia y la búsqueda de se reconoció como modernista. El lado Serraller, profesor de la Universidad Com- lo divino. Llegó tardíamente a España y social estaría representado por Nonell, que plutense, en “Un fin de siglo milenarista”, tuvo que enfrentarse a una pintura de cor- utiliza su pintura para retratar a seres des- encauza el arte español en las mismas te naturalista, pero perduró hasta los años validos o marginados; también se hace eco corrientes del fin de siglo europeo; inclu- veinte, según Litvak, gracias a la flexibili- de los avances plásticos de Mir o Viladrich. so nuestra reiterada crisis del 98 corres- dad del simbolismo, una estética en la que La modernidad abrió la puerta a una ten- ponde a crisis identitarias semejantes en confluyen diversas corrientes europeas: dencia que quiso ser regionalista y poten- el resto de Occidente, tal vez lo singular de decadentismo, esteticismo, prerrafaelismo, ciar las esencias del catalanismo, el nou- nuestro caso sea la progresiva toma de con- culto a la belleza, admiración por Wagner, centisme, pero que llevado por artistas ciencia regional. Junto a las cuestiones polí- por los primitivos italianos y por El Greco. como Sunyer aprendió a trascender lo par- ticas, la interpretación del siglo XIX español Promotor del simbolismo fue Valle-Inclán, ticular para expresar un profundo senti- se ha visto condicionada por la confusa para quien Romero de Torres era el único miento de la realidad mediterránea, ras- explicación académica de lo que sucedía en que veía en las cosas “aquella condición treable asimismo en la obra de Miró. la vanguardia internacional. Habla Cal- suprema de poesía y misterio que las hace Javier González de Durana, director de vo Serraller de una nebulosa que se cier- dignas del arte”. Y en este repaso por el Tenerife Espacio de las Artes, aborda en ne entre 1880, con el fin del impresio- simbolismo español estudia a pintores como “Claves artísticas y políticas para una nismo, y 1910, cuando despega el cubismo Urgell, Meifrèn, Raurich, Rusiñol o Sunyer. modernidad en el País Vasco (1886-1919)” 39 cuaderno[ 34 la relación del desarrollo histórico vasco tradición pictórica española, de Velázquez en 2006. Rosenblum parte de un aconteci- con los procesos artísticos que desencade- a Goya o El Greco, su obra es una llama- miento singular: la Exposición Internacio- na. Parte de la abolición de los fueros vas- da de atención hacia los problemas del nal de 1900 celebrada en París, que le lle- cos, en 1876, para explicar su influencia en país. La misma tradición nutre la obra de va a revisitar un repertorio de autores cuya las transformaciones económicas e indus- Gutiérrez Solana, donde la realidad apa- posible repercusión no llegó a prosperar triales que favorecerían el surgimiento de rece tal cual, sin filtros morales, pero al ante el alud de personalidades con las que un nuevo paisaje ideológico y artístico. En hilo de esta España negra que vigilaba debía competir. Para ello se acerca a la este contexto, Sabino Arana promueve un como pintor y escritor. Su complementa- monumental exhibición del Grand Palais, arte fundacional al servicio de la patria, sin ria, la España blanca, es la de Sorolla, quien que acogió a pintores de todo el orbe, de embargo, el nacionalismo no lograría del en sus temas transmite una visión opti- Rusia a Martinica, Indochina o Japón. Entre todo sus propósitos. La otra fuerza políti- mista. La riqueza de 1900 se amplía con otros, nacionalistas rusos como Andrei Rya- ca en Euskadi es el socialismo, que caería autores como Anglada-Camarasa, Casas, bushkin, el finlandés Gallén-Kallela y el en un arte maniqueo. Así, lo que de ver- Mir, Rusiñol, que entrecruzan sus expe- polaco Jacek Malczewski; un Sorolla del rea- dad incidió en la renovación artística vas- riencias parisinas para apoyar la renova- lismo social, semejante al británico Albert ca fueron las seis exposiciones de arte ción de la sociedad catalana, en donde sur- Rutherston y al belga Léon Fréderic; diver- moderno de Bilbao –entre 1900 y 1910–, ge el noucentisme, alrededor del que giran sas representaciones de lo femenino traí- celebradas para confrontar el arte oficial Torres García o Sunyer; por no mencionar das por los estadounidenses Cecilia Beaux y académico y promover las nuevas ten- a autores que se miran en la vanguardia, o Gari Melchers, los alemanes Paula Moder- dencias acogiendo obras de figuras locales como Dalí, Miró o Picasso y que pueden sohn-Becker y Franz von Stuck; paisajes de e internacionales. coexistir con regionalistas y cosmopolitas Harald Sohlberg, noruego, de Augustus Vin- En “1900: caminos hacia la moderni- como Arteta, Romero de Torres o Vázquez cent Tack, Albert Pinkham Ryder, William dad”, María Dolores Jiménez-Blanco, de Díaz. La multiplicidad de etiquetas artís- Homer, americanos. Lo que importa es que la Universidad Complutense, repasa la ticas rubrica la atracción que aún ejerce la relectura actual que hagamos de esta encrucijada del arte español en la transi- esta época en el espectador. época pueda depararnos nuevas y gratas ción del XIX al XX; recalca la autora que nues- Cierra el catálogo un estudio pione- tra historia del arte ha estado marcada por ro: “El arte en 1900: ¿ocaso o amanecer?”, sorpresas artísticas. Además, el catálogo incluye una deta- el tópico de la España negra, un concepto de Robert Rosenblum, conservador del llada cronología –elaborada por María Sanz que explicaría el sentido político de auto- Solomon R. Guggenhein Museum de Nue- Pérez y María López Fernández, de la res como Zuloaga: en continuidad con la va York e historiador del arte, fallecido DACIÓN MAPFRE– FUN - y una completa bibliografía. 40 cuaderno[ 34 Para saber más Cronología 1888-1914 1888. Comienzos de Picasso. En en el Salon de la Société Nationale des de Casagemas hace que inicie su épo- Diego Rivera, Romero de Torres, Rusi- Barcelona, se celebra la Exposición Beaux-Arts, en el Salon des Indépen- ca azul. Zuloaga es premiado en Dres- ñol y Regoyos. Braque presenta obras Universal, primera manifestación del dants y en el Salon des Impressionis- de y Casas en Múnich. cubistas en la Galería Kahnweiler. modernismo. Regoyos expone en Bru- tes et Symbolistes. selas en el V Salon de Les XX. 1902. Nonell expone sus óleos sobre 1909. En Barcelona, se publica el 1895. Aún dicen que el pescado gitanas en la Sala Parés. Mir empieza manifiesto futurista de Marinetti. Pri- 1889. Zuloaga se traslada a París; es caro de Sorolla, expuesto en la la decoración de la casa Trinxet. Angla- mera exposición individual de Zuloa- conoce a Degas, Gauguin, Toulouse- Exposición Nacional de Bellas Artes, da-Camarasa participa en el Salon de ga en Estados Unidos, organizada por Lautrec, Dethomas y a los españoles supone el triunfo del realismo con- La Libre Esthétique de Bruselas y en el la Hispanic Society. Durrio y Rusiñol. temporáneo y el final definitivo de la Schulte Kuntsalon de Berlín. 1910. En París, Julio González rea- 1890. En la Exposición Nacional de pintura de historia. En Bruselas, Rego- 1903. Iturrino y Echevarría viajan liza sus primeras máscaras de metal Bellas Artes de Madrid exponen Rego- yos comienza a participar en el Salon a París. En el Salon de la Societé Natio- repujado. Rusiñol y Anglada-Camara- yos, Sorolla, Urgell, Meifrèn, Rusiñol de La Libre Esthétique. nale des Beaux-Arts destacan las obras sa participan en la Exposición Inter- de Rusiñol, Zuloaga, Casas y Anglada- nacional de Bellas Artes de Buenos Camarasa. Aires. y Zuloaga. Sucesivas exposiciones irán 1896. La Sala Parés exhibe carteles atrayendo a todos los autores del de Mucha, Toulouse-Lautrec y Stein- momento. Casas y Rusiñol se insta- len, entre otros. Sunyer se instala en lan en París y exponen en la primera París. exhibición de la Société Nationale des Beaux-Arts. 1904. Nace Salvador Dalí en Figue- 1911. Muere Nonell en Barcelona. ras. Picasso se instala en Barcelona. Sunyer presenta Pastoral, paradigma 1897. En Barcelona, se inaugura Els Exposición de Torres García e Iu Pas- de la pintura noucentista. Sorolla fir- Quatre Gats. Exposición de Regoyos cual en el Cercle Artístic de Sant Lluc, ma un contrato con Arthur Hunting- 1891. Primera Exposición General de en la Galería Durand-Ruel. Nonell y punto de partida del noucentisme. Éxi- ton, de la Hispanic Society, para reali- Bellas Artes en Barcelona. Zuloaga pre- Canals participan en la exposición de to de Anglada-Camarasa en la Inter- zar la serie Visión de España. Kandinsky senta sus obras, junto a Gauguin, Van pintores impresionistas y simbolistas national Society of Fine Arts de Lon- y Marc fundan en Múnich El jinete azul. Gogh y Toulouse-Lautrec en la Galería de Le Barc de Boutteville. Éxito inter- dres, la Grosse Kunstausstellung de 1912. La Galería Dalmau inau- Le Barc de Bouteville. nacional de Sorolla avalado por pri- Dresde y la Wiener Secesión de Viena. gura la Exposició d’Art Cubista, con 1892. Torres García se instala en meros premios en la VII Exposición 1905. Zuloaga viaja por Madrid y obras de Duchamp, Gleizes, Gris, Barcelona. Sitges inaugura la primera Internacional de Múnich, la II Bienal Toledo junto a Rodin. Matisse, Maillol Marie Laurencin, Léger y Metzinger. fiesta modernista en el Cau Ferrat, pro- Internacional de Arte de Venecia y en y Derain presentan las primeras telas Primera exposición de Juan Gris, en movida por Rusiñol. Regoyos inicia su la Exposición Internacional de Viena. fauves en el Salon d’Automne de París, la Galería Sagot. pintura puntillista, influenciado por 1898. En Barcelona, Mir presenta Signac. Se celebra el primer salón de La catedral de los pobres en la IV Expo- 1906. Picasso conoce a Matisse y na, es homenajeado por la Libre la Ordre de la Rose+Croix du Temple sición de Artes e Industrias Artísticas. André Derain. La Galería Georges Esthétique. Se organiza en Nueva 1899. Exposición de Casas en la Petit ofrece una exposición de paisa- York la Armory Show, primera gran jes de Rusiñol. exposición de arte contemporáneo, en la Galería Durand-Ruel de París, punto de partida del simbolismo. Sala Parés. donde exponen Nonell y Sunyer. 1913. Fallece Regoyos en Barcelo- que incluye obras de Picasso. 1893. Nace Miró en Barcelona. 1900. En Bilbao, primera Exposición 1907. En Barcelona, Durand-Ruel Regoyos expone en el último Salón de de Arte Moderno, que se consolida patrocina la V Exposición Internacio- 1914. Anglada-Camarasa se tras- Les XX, que este año deriva en La Libre como convocatoria anual e interna- nal de las Bellas Artes e Industrias lada a Pollença y participa en la Bienal Esthétique. Sorolla es premiado en cional en los próximos años. Exponen Artísticas, donde participan autores de Venecia. la Exposición Universal de Chicago. Gauguin, Casas, Picasso, Pichot, Rego- españoles al lado de, entre otros, El estallido de la guerra sorprende yos, Rusiñol, Zuloaga y Durrio. Ensor, Manet, Monet, Morisot, Pisa- a Robert y Sonia Delaunay en Espa- rro, Sisley, Rodin y Picabia. ña, donde residen hasta 1921; tam- 1894. Casas expone Garrote vil y Rusiñol La morfina en la Sala Parés. 1901. Picasso funda Arte Joven, Exposición individual de Anglada- donde colaboran los hermanos Baroja, 1908. En Madrid, Exposición Nacio- Camarasa. En París, Rusiñol participa Rusiñol, Nonell o Unamuno. El suicidio nal de Bellas Artes, con presencia de bién se instalan Gleizes, Laurencin, Picabia y Charchoune. 41 cuaderno[ 34 Para saber más Bibliografía La variedad de creadores de esta muestra nos ha llevado a reunir en esta bibliografía algunos títulos esenciales centrados en este período de entre siglos o que son, en buena parte, catálogos de exposiciones antológicas, como las organizadas por nuestra fundación, consideradas hoy obras de referencia entre crítica y público y que pueden encontrarse en numerosas bibliotecas. A resaltar asimismo la serie que la FUNDACIÓN MAPFRE viene dedicando a los maestros españoles del arte moderno y contemporáneo, así como el actual catálogo de Entre dos siglos: España 1900. Anglada-Camarasa (1871-1959), cat. exp. Madrid, Fundación Cultural MAPFRE VIDA, 2002. Aurelio Arteta: una mirada esen- FONTBONA, Hermen Joaquim Sunyer. La construcción de Anglada-Camarasa. Madrid, Francesc. una mirada, cat. exp. Madrid, FUNDACIÓN MAPFRE, Fundación Cultural MAPFRE VIDA, PRADO VADILLO, Mercedes. Tra- Museu Nacional d´Art de Cata- dición y modernidad en la pin- lunya, 1999. tura de Darío de Regoyos, cat. 2006. FONTBONA, Francesc y Llüisa Sala cial. 1879-1940, cat. exp. Bilbao, Tubert. Manolo Hugué (1872- Museo de Bellas Artes, 1998. 1945). Segovia, Museo de Arte José Gutiérrez Solana, cat. exp. Contemporáneo Esteban Vicen- Madrid, Museo Reina Sofía, te, 2006. Turner, 2004. BORNAY, Erika. Las hijas de Lilith. Madrid, Cátedra, 1998. Francisco Iturrino (1864-1924), cat. Juan de Echevarría (1875-1931), cat. en España. Pintura y escultura exp. Madrid, Fundación Cultu- exp. Madrid, Fundación Cultu- ral MAPFRE VIDA, 1996. werg, 1997. exp. Gijón, Museo Nicanor Piñole, 2002. Ramón Casas: el pintor del moder- BOZAL, Valeriano. Arte del siglo XX 1900-1939. Madrid, Espasa-Cal- 1890-1904. Barcelona, Lun- ral MAPFRE VIDA, 2004. nismo, cat. exp. Madrid, Fundación Cultural MAPFRE VIDA, 2001. GALÁN MARTÍN, Belén y Chus Julio Romero de Torres, cat. exp. Bil- RICHARDSON, John. Picasso. Una CALVO SERRALLER, Francisco. La hora Tudelilla Laguardia. Pinturas de bao, Museo de Bellas Artes de biografía. Madrid, Alianza Edi- de iluminar lo negro: tientos Zuloaga en las colecciones del Bilbao, 2002. torial, 1995. sobre Julio Romero de Torres. Museo Reina Sofía. Madrid, La generación del 14. Entre el nove- SÁNCHEZ VIDAL, Agustín. Salvador Madrid, FUNDACIÓN MAPFRE, 2006. Museo Reina Sofía, 2000. centismo y la vanguardia (1906- Dalí. Madrid, FUNDACIÓN MAPFRE, CASAMARTINA I PARASSOLS, Josep. GONZÁLEZ ESCRIBANO, Raquel. 1926), cat. exp. Madrid, Fun- Josep de Togores. Madrid, FUN- José Gutiérrez Solana. Madrid, pe, 1991. DACIÓN MAPFRE, 2008. FUNDACIÓN MAPFRE, 2006. dación Cultural MAPFRE VIDA, 2002. Dalí joven: (1918-1930), cat. exp. Ignacio Pinazo. Los inicios de la pintura Miró: tierra, cat. exp. Madrid, Fun- Madrid, Museo Reina Sofía, moderna, cat. exp. Madrid, Fun- dación Colección Thyssen-Bor- 1994. dación Cultural MAPFRE VIDA, 2005. nemisza, 2008. Daniel Vázquez Díaz. Mis contem- Isidre Nonell, 1872-1911, cat. exp. Modest Urgell: 1839-1919, cat. exp. poráneos, cat. exp. Madrid, Madrid, Fundación Cultural Barcelona, Fundación ”La Cai- Fundación Cultural MAPFRE VIDA, 2000. Darío de Regoyos, 1857-1913, cat. exp. Madrid, Fundación Cultural MAPFRE VIDA, 2002. DUPIN, Jacques. Miró. Barcelona, Polígrafa, 2004. MAPFRE VIDA, 2000. JIMÉNEZ BLANCO, M.ª Dolores. xa”, 1992. Mujeres pintadas. La imagen de la Julio González. Madrid, FUNDA- mujer en España, 1890-1914, CIÓN MAPFRE, cat. exp. Madrid, Fundación 2007. Joaquim Mir, 1873-1940, cat. exp. Madrid, Fundación Cultural MAPFRE VIDA, 2004. Cultural MAPFRE VIDA, 2003. OCAÑA, Maria Teresa, ed. Picasso. La formación de un genio, 2007. Santiago Rusiñol (1861-1931), cat. exp. Madrid, Fundación Cultural MAPFRE VIDA, 1997. Sorolla y Zuloaga. Dos visiones para un cambio de siglo, cat. exp. Madrid, Fundación Cultural MAPFRE VIDA, 1998. Torres García, cat. exp. Madrid, Valencia, Museo Reina Sofía, IVAM, 1991. VERHAEREN, Émile y Darío de Regoyos. España negra. Barcelona, Terra Incógnita, 1999. 42 cuaderno[ 34 Para saber más Arte español 1900 en la web www.coleccionesmapfrearte.com españoles de este período de La FUNDACIÓN MAPFRE inició su entre siglos. Están presentes colección con obras de Rafael de todas las técnicas en obras de Penagos y José Gutiérrez Solana. gran importancia para Desde 1989 han sido continuas estructurar el pasado artístico de las adquisiciones de pintura, nuestro país. Es muy útil su dibujo, fotografía, grabado o buscador para identificar autores ilustración gráfica de artistas y obras. españoles e internacionales como www.museothyssen.org Picasso, Dalí, Vázquez Díaz, Klee Las colecciones Thyssen- o Picabia. La página es una Bornemisza tienen piezas de herramienta muy útil para Regoyos, Sorolla, Picasso, Dalí y localizar los artistas y las obras de Miró. Proporciona las fichas del nuestras colecciones MAPFRE, con catálogo en la mayoría de los una presencia destacada de los cuadros. pintores de Entre dos siglos: www.mnac.es España 1900. Asimismo, la El Museo Nacional de Arte de fundación facilita la consulta a la Cataluña cuenta con una visita virtual a través de excelente colección de arte www.exposicionesmapfrearte.com catalán de fin de siglo. Facilita www.museobilbao.com fichas de Mir, Anglada-Camarasa, El Museo de Bellas Artes de Meifrèn, Nonell o Sunyer. Bilbao, que celebra este año su www.museobbaa.com centenario, tiene su origen en el El Museo de Bellas Artes de los herederos en pago de los metamorfosis de Ovidio. Es una deseo de convertir Bilbao en un Asturias en Oviedo alberga lo derechos sucesorios. También página ágil con copiosa referente cultural; buena parte de esencial del arte español –Sorolla, expone la colección personal del información sobre la vida y la sus fondos procede de donaciones Casas, Rusiñol o Romero de artista, con obras de Degas, obra de Picasso. de instituciones y particulares. Torres– y tiene en depósito la Braque, Matisse, Miró, Cézanne. www.museopicassomalaga.org Cuenta con una excelente Colección P. Masaveu. Su Facilita el acceso a todos los El Museo Picasso de Málaga nace representación de los pintores de buscador contiene información fondos de Picasso. en el deseo del artista de que una fin de siglo español y de artistas detallada de las obras. www.museupicasso.bcn.cat parte de su obra tuviera una sede vascos. Facilita un motor de www.musee-picasso.fr [francés] Creado en 1963 por iniciativa de en su ciudad natal. La colección búsqueda muy completo. El Museo Nacional Picasso de Picasso y de su secretario Jaume –procedente de las donaciones de www.museoreinasofia.es París guarda la colección más Sabartés, el Museo Picasso de la viuda del hijo de Picasso y de Las salas del Museo Reina Sofía completa del pintor –óleos, Barcelona tiene piezas como El su nieto– consta de ciento treinta atesoran una de las colecciones diseños, esculturas y cerámica– Arlequín, la colección Plandiura y y tres piezas; para cada una se más representativas de artistas fruto de la dación al Estado de la serie de grabados Las aporta una ficha explicativa. Julio Romero de Torres en su estudio 43 Salvador Dalí en Cadaqués cuaderno[ 34 la Casa Museo de Port Lligat y el Montevideo contiene abundante Castel Gala Dalí de Pubol. información sobre el pintor y su www.fundaciomiro-bcn.org obra e incluye una selección de sus La Fundación Joan Miró ha textos teóricos más conocidos reunido más de catorce mil piezas –Constructivismo orgánico, La de todas las épocas del artista recuperación del objeto–. –mediante depósitos y www.ignaciozuloaga.com donaciones–, desde su formación Página dedicada a Ignacio en Barcelona y los primeros Zuloaga que proporciona una contactos con las vanguardias. biografía, indica la ubicación de Permite consultar una selección sus obras en diversos museos y de obras, con notas explicativas. una selección virtual de las www.museojulioromero.com mismas. Se ofrece también El Ayuntamiento de Córdoba es información sobre los museos del el depositario de la colección del pintor: la Casa Museo de Zumaya Museo Julio Romero de Torres, y el Museo de Pedraza de la cuya página reúne datos variados Sierra. sobre su biografía y su familia y www.fundacionbancosantander. propone una visita virtual o la com posibilidad de descargarla en La colección de la Fundación vídeo. La obra del pintor Banco de Santander permite responde a una cuidada realizar una visita virtual para clasificación completada por contemplar obras representativas www.ivam.es www.salvador-dali.org datos de cada lienzo. de fin de siglo español. El IVAM se ha centrado en los La Fundación Gala-Salvador Dalí www.rusinolsitges.com Acompañan a las obras una orígenes del arte moderno, ofrece a través de sus puertas de En 2006 –75 aniversario del biografía de cada artista y una representado, entre otros, por enlace –Dalí– acceso a la fallecimiento de Santiago ficha explicativa. Ignacio Pinazo, Julio González y biografía del autor y, en 2004, Rusiñol–, el Ayuntamiento de www.fundacion.telefonica.com/a Joaquín Sorolla. Para consulta de comenzó a publicar el catálogo Sitges reunió datos diversos en rte_tecno/colecciones/arte.html sus fondos por Internet se razonado de su obra pictórica, torno a la figura del “señor del La colección de arte de la necesita autorización del museo. que abarca en la actualidad Cau Ferrat” –la casa-taller de Fundación Telefónica cuenta en www.museosorolla.mcu.es desde 1910 hasta 1939 y se irá Rusiñol–, que convirtió a la su haber con obras de Vázquez La Casa Museo Sorolla de Madrid ampliando en los próximos años. ciudad en centro de referencia Díaz, Torres García y Picasso, entre expone obras y ofrece fichas La web da cabida también a del movimiento modernista otros, y una sección muy completa explicativas de una selección de espacios relacionados con el catalán. sobre Juan Gris y el cubismo. óleos del artista, así como de su pintor, como el Teatro Museo Dalí www.torresgarcia.org.uy Proporciona información colección de cerámica. y el Museo Dalí-Joyas de Figueras, La web del Museo Torres García de abundante de los artistas. 44 cuaderno[ 34 Glosario Academias y escuelas con frecuencia a acaloradas discusiones, las de Bellas Artes tertulias fueron un espacio donde polemizar Las academias y escuelas de Bellas Artes se pero también un laboratorio de ideas en los establecen en el siglo con la intención que surgirían nuevas propuestas artísticas y de formalizar los estudios artísticos (pintura, literarias durante la llamada Edad de Plata de escultura, arquitectura). La Real Academia de nuestra cultura. El esplendor de las tertulias Bellas Artes de San Fernando se crea en 1744 llega a Madrid con el 98, El Gato Negro –calle para “promover el estudio y cultivo de las tres del Príncipe–, el Nuevo Café de la Montaña Nobles Artes, Pintura, Escultura y Arquitec- –Puerta del Sol– o el Café de Madrid –calle tura, estimulando su ejercicio y difundiendo Alcalá– convocaron a la bohemia noctámbu- el buen gusto artístico con el ejemplo y doc- la de la capital y reunían a personalidades trina”; la docencia se impartía en la Escuela como Azorín, Unamuno, Benavente, Maeztu, Especial de Pintura, Escultura y Grabado. La Ricardo Baroja, Rubén Darío o Valle-Inclán, ver- Real Academia de Bellas Artes de San Carlos dadero agitador cultural hasta las primeras –antes Academia de Santa Bárbara– de Valen- décadas del siglo XX. El Nuevo Café de Levan- cia se funda en 1754. La Real Academia de te –calle Arenal– recogió el testigo del ante- Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, en rior, donde de nuevo Valle-Inclán ejercía un Pablo Picasso Sevilla, comienza como escuela de pintura, magisterio más estimulante que el académi- Croquis para el menú dibujo y escultura en 1759. En Barcelona se co y que atrajo a artistas como Romero de de Els Quatre Gats, 1899-1900 establece en la Llotja de Mar la Escola Gra- Torres, Regoyos, Rusiñol, Zuloaga, Mir, Piñole, tuïta de Disseny (1775), conocida como Escue- Viladrich o Picasso y a escritores como Azo- XVIII la de la Llotja; a comienzos del siglo XX, la sec- rín, Baroja, Darío y Machado. Igualmente mundo, en palabras de Pere Romeu, su due- ción académica se separa y pasa a llamarse famoso fue el Café Botillería del Pombo –calle ño, que cedía el local a los artistas –aquí rea- Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Carretas–, inmortalizado por Gutiérrez Sola- liza Picasso su primera exposición–, que cola- Sant Jordi. Academias y escuelas atrajeron a na en La tertulia del café Pombo (1920). Entre boraban con cuadros –el tándem de Casas, finales del siglo XIX a la mayoría de los artistas otros, están retratados Manuel Abril, José Ber- autor también de los carteles– o, como Picasso, de nuestra exposición: Meifrèn, Mir, Nonell, gamín, Mauricio Bacarisse y Ramón Gómez de diseñando la portada del menú, presente en Sunyer, Modest Urgell –que también fue pro- la Serna, que presidía la tertulia de los sába- la muestra. Durante 1899 editó quince núme- fesor– y su hijo Ricard, y los más jovenes dos. Los cafés siguieron siendo un foco de efer- ros de la revista Quatre Gats, para dar a cono- Hugué, Miró, Torres García o el propio Picasso vescencia cultural durante las vanguardias y cer las obras de sus artistas habituales, que estudiaron en la Llotja. Picasso también lo hizo promovieron revistas y manifiestos. Después también colaboraban en su grafismo. En su en Madrid, como Regoyos, Vázquez Díaz, Dalí de la Guerra Civil y por la presión de la dic- último número anuncia una nueva publica- o Gris. tadura su actividad entró en declive. ción, Pèl y Ploma, dibujada íntegramente por Cafés y tertulias Els Quatre Gats (1897-1903) A finales del siglo Ramón Casas, portavoz del modernismo. la presencia del escri- Casa de comidas y música en vivo de Barce- Naturalismo, modernismo tor en la sociedad se hace más notoria por su XIX, lona que convocó a numerosos artistas e inte- y simbolismo participación en la prensa; su figura se trans- lectuales atraídos por su ambiente novedoso, El siglo forma en la del intelectual que adquiere un evocador del conocido local parisino, Le Chat movimientos artísticos que comienzan con el compromiso político y que se populariza por Noir. Lo importante era el alimento del espí- romanticismo y el realismo y continúan con su asidua concurrencia a los cafés y a su par- ritu más que la comida, como decía Rusiñol. el impresionismo o el simbolismo. Podría ticipación en tertulias de toda índole. Dadas Impulsó tertulias que pretendían arreglar el resultar estéril definir los límites entre estas XIX es una época entrecruzada de 45 cuaderno[ 34 fidedigna de la naturaleza mientras que el Picasso –ambas pueden ser consultadas en simbolismo intenta hacer visible lo invisible, www.cervantesvirtual.com–. Con otro sentir reflejar ideas espirituales a través de escenas nacería Hermes (1917-1922), impulsada por la y objetos reales. La estética simbolista confluía burguesía nacionalista para potenciar las acti- con diversas corrientes: decadentismo, este- vidades culturales del País Vasco y ayudar a su ticismo, prerrafaelismo, el culto a la belleza, modernización. Juan de la Encina, seudónimo la admiración por Wagner, por los maestros de Ricardo Gutiérrez Abascal (1888-1963), era primitivos italianos y por El Greco, la exalta- su crítico de arte; de carácter conservador y anti- ción de la fantasía y el sueño. El modernis- vanguardista, llegó a dirigir el Museo Nacional mo serviría de vehículo para liberar la expre- de Arte Moderno, de Madrid, desde 1931 has- sión ante las limitaciones académicas, no tenía ta el estallido de la Guerra Civil. una doctrina común: habría que hablar más de modernistas que de modernismo. Entre los Vanguardias autores que estudiaríamos en una u otra ten- Dos son los movimientos que podríamos con- dencia, Casas y Rusiñol serían representativos siderar dentro de una primera etapa de la van- del modernismo, Sorolla del naturalismo lumi- guardia: cubismo y fauvismo. Este último deri- nista y Romero de Torres estaría cercano al va del término fauve, que alude al uso de simbolismo. colores exagerados, salvajes. El fauvismo tuvo una corta duración –aproximadamente, de Santiago Rusiñol Noucentisme 1904 a 1908–, pero revolucionó la concepción Término acuñado por Eugenio d'Ors para refe- del color en el arte contemporáneo: empleaba rirse a un grupo de artistas e intelectuales que tonos puros, violentos y arbitrarios aplicados a tendencias que, en síntesis, derivan de la con- pretendían la renovación de la cultura cata- pinceladas bruscas para lograr valores pictóri- traposición entre una concepción idealista o lana y su equiparación a nivel europeo. Los cos puramente nuevos en dibujos de trazos realista del arte. En lo que respecta a la Espa- autores noucentistas recuperaron el espíritu marcados; tiene sus precedentes en el postim- ña finisecular, la crítica coincide en señalar tres de la Renaixença, buscaban la belleza y la per- presionismo –Van Gogh, Gauguin– y su prin- corrientes básicas: naturalismo luminista, fección formal y el redescubrimiento del Medi- cipal representante artístico era Henri Matisse. modernismo y simbolismo, que conviven o de terráneo para retornar a lo primitivo y esen- El cubismo proponía representar la realidad de las que parten manifestaciones tardorro- cial. Torres García teoriza sobre el noucentismo un modo simultáneo. Desarrollado por Picasso mánticas, postimpresionistas o decadentistas. en 1907: recomienda volver a la tradición del y Braque hacia 1907, se considera que Las seño- El naturalismo cree en una representación arte mediterráneo dejando de lado el impre- ritas de Avignon marcan el punto de partida sionismo francés, el prerrafaelismo inglés y de esta corriente. el simbolismo. Joaquim Sunyer es su repre- Partiendo de los últimos trabajos de Cézanne sentante pictórico más conocido. –que buscaba plasmar en cuadros sucesivos Grand Bal, 1891 Daniel Vázquez Díaz La Alameda de Fuenterrabía, 1918-1920 diferentes puntos de vista del mismo motiRevistas y crítica literaria vo– y de la síntesis formal que aportaban las En el fin de siglo se generaliza la producción máscaras tribales del arte africano, el cubismo de revistas relacionadas con el arte y la lite- intentaba reflejar en el lienzo distintas pers- ratura que intentan llevar a sus páginas pos- pectivas del objeto; esto produciría una re-pre- tulados artísticos, noticias y críticas. Eran publi- sentación fragmentada y secuencial. Al prin- caciones periódicas que solían tener una cipio se restringió a una gama de colores fríos duración efímera y apoyaban una determi- –grises, marrones, verdes– y después se enri- nada forma de entender el arte. Entre ellas, queció al incorporar la técnica del collage, la revista Luz (1897-1898) se convirtió en por- haciendo que cualquier elemento encontrado tavoz del modernismo y Arte joven (1901), con o buscado pudiera formar parte de la obra. La dirección artística de Picasso, animaba al eclec- pintura postcubista terminó derivando hacia ticismo y a una crítica mordaz y variopinta la abstracción e influyó notablemente en la –arte, toros, teatro, literatura– entre dibujos evolución de nuevas formas de abordar el tra- de los artistas del momento y sobre todo de tamiento de la realidad en el arte. 46 cuaderno[ 34 Joaquín Sorolla María pintando en El Pardo, 1907 Óleo sobre lienzo, 80 x 106 cm Colección particular 47 cuaderno[ 34 Pieza de toque Sorolla: María pintando en El Pardo María Dolores Jiménez-Blanco Entre febrero y mayo de 1907 una exposición itinerante de obras lienzo en un contexto muy específico: el de los cuadros protagoni- de Sorolla recorre las ciudades de Dusseldorf y Colonia. Todavía no zados por pintores o, lo que es lo mismo, el de la mirada de un había tenido lugar su apoteósis neoyorquina, que vendría de la mano artista sobre otro. En los años finales del siglo de la exposición que Archer Milton Huntington organizó en la His- otros pintores retrataron a sus colegas, considerándolos compañeros panic Society, y que le consagró internacionalmente. Pero ya era de fatigas y de aspiraciones. Un caso paradigmático es el célebre cua- un pintor de gran prestigio. Sorolla, sin embargo, no acompañó a dro Retratándose, que Santiago Rusiñol y Ramón Casas pintaron al su obra con ocasión de aquella importante gira. La razón: su hija alimón hacia 1890. Por lo general, lo que se retrata es el gesto del María había caído enferma. Por ello, la familia Sorolla decidió pasar artista, su acción, pero raras veces se nos permite contemplar la ima- una temporada en El Pardo y La Granja, cerca de Madrid, donde el gen que están creando. Sorolla retrata con gran cercanía afectiva a pintor realizó paisajes y escenas de jardín, al tiempo que trabajaba su hija, que debe trabajar en una pequeña tabla apoyada en la tapa en algunos retratos. Es entonces cuando realiza éste de su hija María, de su caja de pinturas. Quizá también con algo de condescenden- a la que antes había retratado, con un espíritu muy diferente, en cia. María, que tenía entonces diecisiete años, había comenzado a María enferma: una composición de fuerte asimetría, a cuya derecha pintar unos años antes en el estudio de su padre. Es cierto que la aparece una María taciturna y ensimismada, envuelta en mantas fren- afición a la pintura podría entenderse como las aficiones propias de te a un paisaje aún invernal y silencioso, como suspendido en el tiem- una jovencita bien educada. Sin embargo, el hecho mismo de repre- po, en donde un tono sombrío expresaba cromáticamente la desa- sentar a María trabajando en el mismo campo en el que su padre zón de la enfermedad. Por el contrario, en María pintando en El Pardo había triunfado profesionalmente, podría interpretarse como un todo alude a la felicidad recobrada: María se ha recuperado de su gesto de modernidad en sí mismo: una joven de diecisiete años podía, enfermedad, igual que el campo del fondo, cuyo estruendoso colo- al menos teóricamente, emprender el mismo camino profesional rido anuncia que, con la primavera, la naturaleza ha vuelto a la vida. de su padre, emularlo artísticamente. Sin embargo, algo más tarde Sorolla retrata a su hija pintando, radiante y serena, con una gran María contraería matrimonio con otro de los discípulos de su padre: sombrilla clara a sus espaldas. Todo el cuadro transpira optimismo. Francisco Pons Arnau. La tozuda realidad sociocultural de la época Se ha dicho que en la obra madura de Sorolla predominan los se impuso y, como ocurriría a tantas otras mujeres artistas de la pri- retratos femeninos, y se ha comentado, no sin razón, que la suya es XIX y primeros del XX mera mitad de siglo, María relegaría su actividad artística. una visión siempre amable, enaltecedora, muy lejana de la desmiti- Seguramente un poco más tarde Sorolla vuelve a retratar a María ficadora mirada de su contemporáneo Degas. Pero María pintando de paseo y vestida de blanco en los jardines de La Granja. Lleva una en El Pardo es, dentro de sus retratos femeninos, un cuadro especial: sombrilla plegada y todo parece indicar que la enfermedad ha que- no se trata sólo de reproducir de forma más o menos halagadora dado decididamente atrás. Al año siguiente, Sorolla reemprende- los agraciados rasgos físicos de su hija, dulcificados además por la ría sus viajes por España y Europa tanto para pintar como para asis- euforia de su recuperación. Por el contrario, deberíamos situar este tir a las inauguraciones de sus cada vez más exitosas exposiciones. 48 cuaderno[ 34 Próxima exposición Max Ernst. Una semana de bondad 5 de febrero - 24 de mayo 2009Pardo Max Ernst La cour du dragon 10, Une Semaine de Bonté Madrid, 26 de marzo de 1936. La obra de Max Ernst que encarna la culminación de la novela collage se expone por primera y única vez en Madrid en los bajos de la Biblioteca Nacional. De los 184 collages originales que la forman, cinco no se mostraron. En la prensa de la época para comentar la obra se aludía a la sentencia de Goya: "El sueño de la razón produce monstruos". Los collages que Max Ernst realizó durante un viaje de tres semanas en Italia plasman toda la fantasía, las obsesiones y los "monstruos" del pensamiento surrealista. Con ella Max Ernst rompe las fronteras entre géneros y técnicas y convierte Una Semana de bondad en una de las cumbres del movimiento que abandera. La obra resulta de una vigencia absolutamente consolidada y esto pone de manifiesto la evidente clarividencia de Juan de la Encina al exponerla en 1936. Mediante la exposición hoy completa de los 184 collages originales recuperamos para el público unas obras que raramente viajan por su extrema fragilidad, y que siguen manteniendo toda la intensidad y la fuerza del momento en que fueron creadas. Probablemente el surrealismo sea uno de los movimientos que nunca ha perdido su vigencia y que a día de hoy sigue siendo una fuente de inspiración viva, fresca y contemporánea como pocas.