La captura de Félix Díaz, 27ene14

Transcripción

La captura de Félix Díaz, 27ene14
(
)
La captura de Félix Díaz
El
Dato
22 Crónicas
LUNES 27 de enero de 2014
Alfonso Diez García
Cronista de Tlapacoyan
[email protected]
Antes que nada, mi agradecimiento
a quienes se toman la molestia de
escribirme. Le ofrecí hace varias semanas
a un lector de Martínez de la Torre,
Antonio Díaz Naranjo, ampliar lo que
ya apareció en mi libro, “La vida secreta
de Guadalupe Victoria”, sobre el tema
que describe la cabeza de esta crónica.
Parte de lo que me dice Díaz Naranjo
en su mensaje es que “soy descendiente,
por un lado, de Porfirio Díaz, y por otro, de
la mamá del periodista Nemesio García
Naranjo. Supe que escribió usted acerca
de la captura de uno de mis antepasados,
Félix Díaz, en Tlapacoyan, pero no he
podido conseguir su libro, así que le quedaría
agradecido si me indica dónde comprarlo y
si puede escribir algo más abundante acerca
del caso en las Crónicas de Tlapacoyan,
que colecciono; ha dicho usted que cuando
aparezca el libro con las crónicas lo regalará
a quien tenga la colección que aparece en el
Gráfico de Martínez, así que considéreme
como beneficiario...”
Efectivamente, mucho material y
fotos acerca del caso de Félix Díaz se
me quedó en el tintero debido a que
así lo requería el tema central de “La
vida secreta...”, así que, en esta crónica,
queda satisfecha la solicitud. Por lo
que al libro se refiere, espero poder
informar en fecha próxima dónde se
puede conseguir.
Félix Díaz en El Jobo
Durante la Revolución era frecuente
que llegaran al Jobo grupos de hombres
armados de todas las facciones. Ni
permiso pedían. Simplemente se
instalaban y se adueñaban de las
instalaciones de la hacienda, mataban a
los animales y se los comían, arrancaban
la fruta y los vegetales que encontraban
para servirse.
Lo mismo sucedió después de la
Revolución. Cada vez que algún jefe
revolucionario se levantaba en armas, si
andaba por Veracruz iba a parar al Jobo.
Un día llegó Félix Díaz Prieto,
el sobrino de Porfirio Díaz que se
asoció con Victoriano Huerta bajo las
directrices del embajador de Estados
Unidos, Henry Lane Wilson, en el
conocido como Pacto de la Embajada,
para asesinar al presidente Madero y al
vicepresidente Pino Suárez y que fue
también directamente responsable de la
ejecución de Gustavo Madero durante
el cuartelazo de la Ciudadela, la noche
del 9 de febrero de 1913.
Le decían “El Cojo Sánchez”, era
hijo de un hermano de Porfirio Díaz
al que le decían “El Chato”. Nació el
8 de febrero de 1868 en la capital del
estado de Oaxaca. Tras el triunfo de
la Revolución, fue de los primeros en
rebelarse contra Madero, lo hizo en
Veracruz el 16 de octubre de 1912; pero
poco le duró el gusto porque una vez
consumados los asesinatos de Madero
y Pino Suárez, Huerta no le cumplió
lo pactado a Félix Díaz y comenzó a
hostilizarlo de tal manera que éste tuvo
que huir hacia Cuba y Estados Unidos
en octubre de 1913.
Regresó a México para encabezar
al llamado “Ejército Reorganizador
Nacional” contra Venustiano Carranza,
de 1917 a 1920. Pasó de Oaxaca
a Chiapas y terminó en Veracruz,
donde contaba con cierto número de
seguidores. Su movimiento se apagaba.
Tras el asesinato de Venustiano Carranza
en Tlaxcalantongo, Puebla, el 21 de
mayo de 1920, quedó como presidente
Adolfo de la Huerta, quien era uno de
los integrantes del triunvirato sonorense
(Obregón, Calles y De la Huerta) que
persiguieron a Carranza hasta acabar
con él.
Comenzaron las negociaciones
entre el gobierno y el rebelde, de tal
forma que antes de llegar al Jobo, en
octubre de 1920, Félix había sostenido
una conferencia telegráfica con el
presidente De la Huerta en la que
imponía condiciones para entregarse a
las fuerzas del gobierno. Decían algunos
de los trabajadores de la hacienda que
veían a Díaz pensativo todo el tiempo,
volteando hacia la entrada, observando,
pero que nunca se mostró temeroso.
Las condiciones de Díaz Prieto para
entregarse eran cuatro:
1.- Reconocimiento del grado a todos
sus jefes y oficiales.
2.-Licenciamiento de sus tropas
siempre y cuando el gobierno les
entregara terrenos, instrumentos de
labranza, semillas y les pagara varios
meses de sueldos.
3.- Devolución de los bienes que
le fueron expropiados por Carranza y
que estimaba en un millón doscientos
mil dólares.
4.- Establecerse en el país en algún
lugar seleccionado por él con la promesa
de no levantarse en armas.
El presidente aceptó las tres primeras
condiciones, pero no que se quedara
en México, así que ordenó su captura.
Comisionó a los generales Luis T.
Mireles y Guadalupe Sánchez, quienes
Durante la Revolución era frecuente que
llegaran al Jobo grupos de hombres armados
de todas las facciones. Ni permiso pedían.
Simplemente se instalaban y se adueñaban de
las instalaciones de la hacienda, mataban a los
animales y se los comían, arrancaban la fruta y los
vegetales que encontraban para servirse.
>>EDICIÓN: Alba Marín >>FORMACIÓN: Dora Laura Sánchez B.
aprehendieron a Díaz en El Jobo el 5
de octubre de 1920. De la hacienda lo
llevaron a Tlapacoyan, luego a Teziutlán,
a Oriental y de ahí, por tren, al puerto
de Veracruz, donde lo embarcaron en
el vapor Flandré, el 12 de octubre a las
cinco de la tarde, rumbo a Cuba, de
donde él se dirigió a Nueva Orleans
para reunirse con su familia.
En el vagón del tren que lo llevaba
a Veracruz lo entrevistó un enviado del
periódico Excélsior, al que le dijo que él
no era responsable de los asesinatos de
Madero y Pino Suárez y deslizó que por
no castigar a los verdaderos culpables
se había sentado el precedente de
matar presidentes, en obvia referencia
al asesinato de Carranza, ejecutado
apenas poco más de cuatro meses antes
y del que uno de los responsables era el
propio presidente De la Huerta.
Félix vivió en el destierro durante
21 años y regresó a México para morir
cuatro años después en Veracruz (donde
estableció su residencia), el 9 de julio
de 1945, a los 77 años de edad. El
presidente entonces era Manuel Ávila
Camacho y Maximino, hermano de
éste, acababa de fallecer en Puebla cinco
meses antes.
MANUEL MONDRAGÓN Y FÉLIX DÍAZ, planeando los ataques contra las fuerzas
de Madero durante la Decena Trágica.
Destino trágico
SOCIEDAD PARA EL CRIMEN: MANUEL Mondragón, Victoriano Huerta, Félix Díaz y Aureliano Blanquet.
FÉLIX DÍAZ Y AURELIANO BLANQUET, DURANTE sus andanzas por Oaxaca y Veracruz levantados
en armas.
ADOLFO DE LA HUERTA, EX PRESIDENTE DE México, maestro de canto en Estados Unidos, ataviado
con su sombrero de carrete de los tiempos del Charleston (al centro de la imagen).
* El papá de Félix Díaz Prieto, que se llamaba Félix
Santiago Díaz Mori, fue gobernador de Oaxaca entre el
1 de diciembre de 1867 y el 9 de noviembre de 1871. Un
grupo liberal del estado conocido como “Los Borlados”
fue siempre hostil al hermano de Porfirio Díaz, de tal
manera que éste se ensañó contra todo lo que significara
actos religiosos, al grado de que en una ocasión ordenó
que la imagen de San Vicente fuera arrastrada, pateada
y decapitada, lo que provocó la molestia de un sector
amplio del pueblo. Tras secundar el Plan de la Noria,
Félix emprendió la huida del estado, pero fue capturado
en Juchitán, donde lo torturaron y lo ejecutaron, el 23
de enero de 1872, cuando tenía 38 años de edad. Su hijo
Félix apenas iba a cumplir 4.
* Uno de los acompañantes de Félix (el sobrino de
Porfirio), durante lo que podríamos llamar “Guerra de
guerrillas” en Veracruz, contra Venustiano Carranza, fue
el general Aureliano Blanquet, el mismo que aprehendió
a Madero durante la Decena Trágica. Blanquet, igual que
Félix Díaz, huyó a Cuba poco después que el anterior y
regresó en 1918 para unirse de nuevo a éste, en Veracruz;
sin embargo, durante la persecución feroz que el general
Guadalupe Sánchez emprendió contra Blanquet, cayó
éste en la Barranca de Chavaxtla, un lugar distante 27
kilómetros de Huatusco, el 15 de abril de 1918. Los soldados
carrancistas localizaron su cadáver y lo decapitaron para
luego exhibirlo en el puerto de Veracruz durante varios días.
* Guadalupe Sánchez, el general que capturó a Félix
Díaz y acabó con Aureliano Blanquet, era de Teocelo,
Veracruz, donde nació el 12 de diciembre de 1890. Fue
maderista, luego combatió bajo las órdenes de Cándido
Aguilar (el yerno de Venustiano Carranza). Derrotó a las
fuerzas de Higinio Aguilar que operaban en el Cofre de
Perote, en 1915 y luego participó en la Batalla de Celaya,
junto a Álvaro Obregón y contra Francisco Villa. En 1918
fue nombrado Jefe de Operaciones Militares en Veracruz
y fue quien derrotó al general Francisco Murguía en
Aljibes, Puebla, cuando Sánchez perseguía a Venustiano
Carranza, secundando el Plan de Agua Prieta. El 8 de
diciembre de 1823, tres años después de haber capturado
a Félix Díaz en El Jobo, tomó la ciudad de Jalapa, bajo
las órdenes de Adolfo de la Huerta, durante la llamada
Revolución Delahuertista, a la que secundaba, pero
cuando el movimiento fue derrotado, De la Huerta se
fue al destierro en Estados Unidos, donde vivía de dar
clases de canto; Guadalupe también fue exiliado y años
después regresó a morir a Veracruz.
* Felipe Adolfo de la Huerta Marcor, el presidente
que conferenció con Félix Díaz para que depusiera las
armas, nació en Guaymas, Sonora, el 26 de mayo de
1881 y fue presidente provisional de México, del 1 de
junio al 30 de noviembre de 1920. Fue Secretario de
Gobernación y Gobernador de Sonora, en ambos casos
nombrado por Carranza. Fue también senador por su
estado natal. Cónsul General de México en Nueva York
(el embajador en Washington era el ingeniero Ignacio
Bonillas) y regresó al país para hacerse cargo por segunda
ocasión del gobierno de Sonora. Pero cuando Carranza
propuso a Bonillas como candidato a la presidencia
de México, la tríada sonorense, mencionada antes, se
opuso y formuló el Plan de Agua Prieta, para derrocar
a Carranza, al que ejecutaron el Tlaxcalantongo,
Puebla, el 21 de mayo de 1920. Al terminar su encargo
provisional como presidente de México, De la Huerta
entregó el poder a Álvaro Obregón, quien lo nombró
Secretario de Hacienda. Se opuso al Tratado de Bucareli,
que Obregón acordó con el gobierno de los Estados
unidos, porque consideraba que éste atentaba contra
la soberanía de México, y se alzó en armas en la que
fue llamada Revolución Delahuertista. Casi derrotado
se fue a Estados Unidos el 11 de marzo de 1924. Abrió
una escuela de canto en un lugar cercano a Hollywood
y regresó a México en 1935, durante la presidencia de
Lázaro Cárdenas, tras haber permanecido once años en
el exilio. (Alfonso Diez G.)

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