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DOMINGO, CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS– 2 DE NOVIEMBRE 2014 - Nº 2199– CICLO A
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“EL QUE CREE EN MÍ, AUNQUE MUERA, VIVIRÁ” (Jn 11,25)
Los ritos funerarios en el Antiguo Testamento.
Cuando el israelita se entera de la muerte de un
pariente, rasga sus vestiduras (Lev 21,10), se pone
tosco vestido de luto (Gen 37,34), se descalza,
suelta sus cabellos (Miq 1,8; Job 1,20), se tumba
por el suelo (Jer 6,26), se cubre la cabeza de ceniza
(1Sam 4,12), se golpea el pecho, entona cantos
rituales (Is 32,12), ayuna (1Sam 31,13), concluye
con una buena comida (Ez 24,22). Los parientes
cierran los ojos y la boca del difunto (Num 19,15),
abrazan al muerto, el cuerpo es conducido a la
tumba, colocado en una caja. La suerte del difunto
depende de lo que suceda a su cadáver. Éste
necesita de una tumba, sin ella el muerto vaga
sin rumbo alguno. No ser enterrado es una pena
terrible (Jer 16,4). La oración por los difuntos es la
acción más noble (2Macabeos 12,43-46). Éstos y
otros ritos religioso-culturales se practican según la Biblia. Por tanto,
la prédica de pastores evangélicos en contra de nuestras tradiciones
religiosas y cristianas no tienen fundamento bíblico.
Actuación de Jesús.
Jesús da sentido a estos y a otros ritos funerarios que Marta, María y
parientes, reunidos en Betania, se disponen a practicarlos (Jn 11,1819.31.33). En ningún momento, Jesús los desautoriza. Dos planos se
unen en este episodio: lo que se cuenta como históricos y lo que se
presenta como enseñanza y como experiencia de fe. Esta actuación de
Jesús provoca la decisión homicida del Sanedrín (Jn 11,46-48.53-54;
PREGUNTAS
DE REFLEXIÓN
En la acción a favor de Lázaro confluyen las luces
de los signos de Jesús y la eficacia de sus obras:
Jesús es la Resurrección y la Vida; así se define a
sí mismo (Jn 11,25) y lo dice no sólo de palabra sino
devolviendo la vida a Lázaro. Éste al salir del sepulcro
por la Palabra de Jesús y al caminar ante Él libre de
sus vendas, es un signo anticipado del cristiano
que por la fe recibe de Jesús una participación de
su vida gloriosa. Hay que precisar esta afirmación:
Lázaro no resucitó, sólo recuperó su vida anterior;
de hecho, luego de unos años más, se murió. En
cambio, resucitar es revestirse de la vida gloriosa
de Cristo para NUNCA más morir y estar por siempre con Él disfrutando de la vida en plenitud. En efecto, los cristianos, creyendo en
Jesús y comprometidos con su causa, ponemos en sus manos nuestra
vida, dejamos de preocuparnos por resolver lo que ocurrirá después
de la muerte. Como Marta de Betania hemos de dejar nuestro pasado
y confesar la fe en Jesús: “Creo que Tú eres el Cristo, el Hijo de
Dios, el que iba a venir al mundo”(Jn 11,27). Al final de nuestra vida
presente nos espera Dios Padre, para abrazarnos con amor y darnos la
Resurrección de su Hijo. Por eso, hoy, 2 de Noviembre, agradecemos y
contemplamos a nuestro Difuntos disfrutando del amor de Dios Padre.
Por este gran regalo le alabamos y le damos las gracias.
• ¿Qué significa la muerte en tu vida personal, familiar y social? ¿Tiene valor orar y celebrar la Eucaristía por los Difuntos? ¿Cuál es tu postura ante lo que enseñan los predicadores evangélicos y otras
religiones no cristianas sobre los Difuntos?
1. RITO DE ENTRADA
M. En esta Eucaristía dominical celebramos la Conmemoración
de los Fieles Difuntos. Nos unimos a los Difuntos de nuestras
familias y a los de nuestros amigos, para orar por ellos y decir con
ellos esta profesión de fe: “Jesucristo, Tú eres la Resurrección
y la Vida. En tus manos ponemos nuestra historia.” Iniciamos
con el canto:
CANTO DE ENTRADA: “Cruzando el inmenso desierto”
Cruzando el inmenso desierto peregrina el pueblo de Dios,
en busca de cielos abiertos a la luz, la paz y el amor.
Yavé cambiará sus cadenas por la Tierra de Promisión;
allí será el fin de sus penas, y hallará consuelo el dolor.
Por ti, Patria esperada, encuentra ligera su cruz.
Por ti, Patria esperada, no apaga el desierto su fe.
Por ti, Patria esperada, enciende su marcha el amor.
Por ti, Patria esperada. Por ti.
2. SALUDO
C. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
C. El Señor Jesús que nos promete la vida eterna, esté con todos
ustedes. Y con tu espíritu.
3. ACTO PENITENCIAL
12,10-11). El sumo sacerdote Caifás convoca al gran
Consejo judío y da esta sentencia: “Es mejor que muera
uno solo por el pueblo y no que perezca toda la nación”
(Jn 11,49-50).
C. El Señor Jesús, que nos invita a la Mesa de la Palabra y de la
Eucaristía, nos llama a cambiar de corazón. Reconozcamos, pues,
que somos pecadores e invoquemos con confianza la misericordia
infinita de Dios. (Silencio breve).
C. Tú, que entregaste la vida por nosotros: Señor, ten piedad.
C. Tú, que eres la Resurrección y la Vida: Cristo, ten piedad.
C. Tú, Principio y Fin de la historia:
Señor, ten piedad.
C. Dios todopoderoso, tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.
CANTO GLORIA: “Misa del lago” (VSJ. 474)
Gloria a Dios, gloria a Dios en el cielo,
paz a los hombres, paz en la tierra.
gloria a Dios, en el cielo,
paz a los hombres que ama el Señor.
Te alabamos, te bendecimos,
te glorificamos y damos gracias,
Dios Padre nuestro.
Te proclamamos Hijo del Padre,
Rey del universo. Tú eres santo,
Dios Jesucristo.
4. ORACION COLECTA
C. Oremos (Silencio). Dios nuestro escucha con bondad nuestros
ruegos, para que, al crecer nuestra fe en tu Hijo resucitado de
entre los muertos, se afiance también nuestra esperanza en la
resurrección de tus hijos difuntos. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
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Mi alma espera en el Señor,
M: Por su fe en la resurrección, Judas Macabeo ordena al pueblo y yo confío en su palabra.
hacer colectas, oraciones y sacrificios por los pecados de los Mi alma espera al Señor,
más que el centinela la aurora. R.
difuntos.
5. PRIMERA LECTURA.
Lectura del segundo libro de los Macabeos 12, 43-46
Después de haber recolectado entre sus hombres unas dos mil
dracmas, Judas Macabeo las envió a Jerusalén para que se
ofreciera un sacrificio por el pecado. Él realizó este hermoso y
noble gesto con pensamiento puesto en la resurrección, porque
si no hubiera esperado que los caídos en batalla iban a resucitar,
habría sido inútil y superfluo orar por los difuntos.
Además, él tenía presente la magnífica recompensa que está
reservada a los que mueren piadosamente, y éste es un pensamiento santo y piadoso. Por eso, mandó ofrecer el sacrificio
de expiación por los muertos, para que fueran librados de sus
pecados.
Palabra de líos.Palabra de Dios.
6. SALMO RESPONSORIAL: Salmo 129 1-8.
R. Espero en el Señor; confío en su palabra
Desde lo más profundo te invoco, Señor
¡Señor, oye mi voz!
Estén tus oídos atentos
Al clamor de mi plegaria R.
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Si tienes en cuenta las culpas, Señor,
¿quién podrá subsistir?
Pero en ti se encuentra el perdón,
para que seas temido. R.
Como el centinela espera la aurora,
espere Israel al Señor,
porque en Él se encuentra la misericordia
y la redención en abundancia:
Él redimirá a Israel de todos sus pecados. R.
7. SEGUNDA LECTURA.
M. El Apóstol expresa el acontecimiento de la Resurrección en
un himno que canta la victoria de Cristo y la de los cristianos
sobre la muerte. Que este mensaje nos llene de consuelo y de
esperanza.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 15, 51-57
Hermanos:
Les voy a revelar un misterio: No todos vamos a morir, pero todos
seremos transformados. En un instante, en un abrir y cerrar de
ojos, cuando suene la trompeta final porque esto sucederá los
muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. Lo que es corruptible debe revestirse de la incorruptibilidad y lo que es mortal debe revestirse de la inmortalidad.
Cuando lo que es corruptible se revista de la incorruptibilidad y lo
que es mortal se revista de la inmortalidad, entonces se cumplirá la
palabra de la Escritura: “La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está
muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?” Porque lo que provoca la muerte es el pecado y lo que da fuerza al pecado es la Ley.
¡Demos gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro
Señor Jesucristo!
Palabra de Dios.
8.
EVANGELIO
M. Con este gran mensaje: “Yo soy la Resurrección y la Vida,” Jesús se manifiesta claramente
como Aquel que tiene poder sobre la muerte y
como el único que tiene la misión de dar la Vida
en Plenitud a toda la humanidad.
Aleluia.
Yo soy la Resurrección y la Vida
El que cree en mí no morirá jamás
Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según
san Juan 11,17-27
a Marta y a María, por la muerte de su hermano. Al
enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su
encuentro, mientras María permanecía en la casa.
Marta dijo a Jesús: «Señor, si hubieras estado
aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé
que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le
pidas». Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará».
Marta le respondió: «Sé que resucitará en la
resurrección del último día». Jesús le dijo:
«Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree
en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive
y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»
Cuando Jesús llegó, se encontró con que Lázaro
estaba sepultado desde hacía cuatro días.
Ella le respondió: «Sí, Señor, creo que Tú eres
el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al
mundo».
Betania distaba de Jerusalén sólo unos tres
kilómetros. Muchos judíos habían ido a consolar
Palabra del Señor.
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COMUNIDAD EUCARÍSTICA: COMUNIDAD MISIONERA
9. HOMILIA - SILENCIO
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12. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
C. Acepta con bondad estos dones, Señor, para que tus hijos
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. difuntos sean recibidos en la gloria con tu Hijo, a quién nos unimos
por este sacramento de su amor. Él que vive y reina por los siglos
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido de los siglos. Amén.
por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y 13. PLEGARIA EUCARÍSTICA
sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, CANTO DE COMUNIÓN: “Tu nos dijiste que la muerte”
Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Tú nos dijiste que la muerte no es el fin del camino,
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica, la comunión que aunque morimos no somos carne de un ciego destino.
de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la Tú nos hiciste, tuyos somos: nuestro destino es vivir
siendo felices contigo sin padecer ni morir. (2-2)
carne y la vida eterna. Amén
Cuando la pena nos alcanza por un hermano perdido,
11. ORACION UNIVERSAL
C: Supliquemos, hermanas y hermanos, por la vida eterna de cuando el adiós dolorido busca en la fe su esperanza,
nuestros Difuntos a Dios Padre, que no despreció las lágrimas de en tu Palabra confiamos, con la certeza que Tú
Marta y María de Betania, sino que devolvió la vid a su hermano ya le has devuelto la vida, ya lo has llevado a la luz. (2-2)
Lázaro a través de la intervención de su Hijo. A cada petición 14. RITO DE COMUNIÓN
respondemos: Por Cristo, Resurrección y Vida, óyenos.
15. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
C: Escucha, Dios Padre, nuestras oraciones y mira con amor a C. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo (✝) y Espíritu
tus hijas e hijos que lloran apenados; sé para todos consuelo y Santo, descienda sobre ustedes. Amén.
haz que del llanto y del dolor pasemos a la luz de tu Presencia.
CANTO FINAL: “Hoy el Señor resucitó” (VSJ. 368)
Por Jesucristo nuestro Señor, Vencedor de la muerte. Amén.
Hoy el Señor resucitó
CANTO DE OFRENDAS: “Eucaristía, milagro de amor”
y de la muerte nos libró.
A tu altar traemos, Dios el humilde don del pan,
de este pan que se convertirá en el Cuerpo de Jesús.
Alegría y paz, hermanos,
Te traemos también hoy los racimos de la vid,
que el Señor resucitó
de la vid que se convertirá en la Sangre de Jesús.
Sobre la cruz, Cristo venció
Con el vino y con el pan, presentamos nuestro don;
y el sufrimiento iluminó.
nuestras vidas y nuestro dolor/ entregados por amor.
SUGERENCIAS PARA LA CELEBRACIÓN
 Solemnizar el Acto Penitencial. Las invocaciones contienen gran riqueza bíblica.
 En la proclamación del Credo, destacar estas afirmaciones de fe: “Creo en la comunión de los santos, en el perdón de los
pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna.”
 Después de recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor, ahondar y unir el sentido pascual de Todos los Santos y Santas con la
Conmemoración de los fieles Difuntos.
 Explicar también, el sentido profundo de las tradiciones religiosas de nuestro pueblo.
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Por la Iglesia extendida en el mundo entero, que hoy
conmemora a sus fieles difuntos: para que anime con fe, C. Te pedimos, Padre, que recibas en la morada de la luz y de la
paz a tus hijos difuntos, por quienes hemos celebrado el misterio
gozosa y esperanzada a la patria celestial. Oremos.
pascual. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Por el Papa Francisco, Pastor Universal de la Iglesia de
Cristo: para que continúe proclamando el mensaje de la 16. RITO DE CONCLUSIÓN
esperanza presente y futura a toda la humanidad. Oremos. M. Hermanas y hermanos, fortalecidos en nuestra esperanza, retorPor nuestros Difuntos (…): para que llevados sobre los nemos a nuestros hogares y continuemos Conmemorando a nuestro
hombros del Buen Pastor, gocen de la compañía de los Difuntos. Que el encuentro con Cristo Resucitado en esta Liturgia
Eucarística, nos impulse a confesar, en el lugar donde nos encontresantos y santas. Oremos.
mos, la fe que proclamó santa Marta de Betania: “Creo que Tú eres la
Por todas las personas que, sin el consuelo de la fe, llo- Resurrección y la Vida.” Recibamos con fervor la Bendición de Dios.
ran ante la muerte: para que Dios les revele la gloria de la
17. BENDICIÓN SOLEMNE
vida futura. Oremos.
Por los Difuntos olvidados: para que nuestra oración por C. El Dios de todo consuelo, que con amor inefable creó al
ellos sea expresión viva de nuestra fraternidad cristiana. hombre y en la resurrección de su Hijo ha dado a los creyentes
la esperanza de resucitar, derrame sobre ustedes su bendición.
Oremos.
Amén.
Por nuestra comunidad parroquial: para que Dios nos
conceda poder decir con fe ¡Oh muerte! ¿Dónde está tu C. Él conceda el perdón de toda culpa a los que aún vivimos en
victoria?, y dar testimonio de una vida comprometida con el mundo, y otorgue a los que han muerto el lugar de la luz y de
la paz. Amén.
el Reino. Oremos.
(Los fieles de la Asamblea se deben habituar a orar por C. Y que a todos nos conceda vivir eternamente felices con Cristo,
otras intenciones que surgen en el momento presente). al que proclamamos resucitado de entre los muertos. Amén.
TODOS SOMOS MISIONEROS. SUSCRIBETE REVISTA BOLIVIA MISIONERA • TELF. 2- 2906385
10. CREDO
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CELEBRACIÓN POR NUESTROS DIFUNTOS
Se la puede realizar en la casa, frente al altar que preparamos
con motivo del Día de los Fieles Difuntos o, en el cementerio.
En la mesa de nuestros difuntos, aumentar el Crucifijo, la
Biblia y agua bendita.
INICIO: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén
M. Hermanas y Hermanos: Reunidos en este día dedicado a los Fieles Difuntos, reflexionemos en la realidad de
la muerte, entreguémonos a Cristo, quien nos pasa de
la muerte a la vida y elevemos nuestras oraciones por
todos los hermanos y hermanas que nos han precedido
en el tránsito hacia la vida definitiva.
CANTO: “En Dios pongo mi esperanza y confío en su
palabra.”
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ORACIÓN: Dios Nuestro, Padre misericordioso, te
pedimos el eterno descanso, la felicidad y la plenitud en
ti para:…(decir nuestros difuntos por los que vamos a orar).
Ellos ya pasaron de esta vida mortal a la vida que no
termina. Concédeles Señor el perdón de sus pecados
y la gracia de ser aceptados en el Reino de los Cielos.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS:
Del Evangelio de San Juan 11, 23-27
Jesús dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta respondió:
“Yo sé que resucitará en la resurrección de los muertos,
en el último día”. Jesús dijo: “Yo soy la resurrección.
El que cree en mí, aunque muera, vivirá. El que vive
y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?”
Ella contestó: “Sí Señor, yo creo que Tú eres el Cristo,
el Hijo de Dios, que ha venido al mundo”.
 Por las almas de nuestros familiares, parientes y
amigos difuntos, para que tengan vida eterna en
el Señor. Oremos.
 Por las almas del purgatorio que no tienen quien ore por
ellas, para que el Señor las lleve a gozar eternamente
de su gloria. Oremos.
 Por todos los difuntos, para que la sangre derramada de nuestro Señor Jesucristo les alcance la
salvación. Oremos.
 Por todos nosotros para que vivamos cumpliendo
la voluntad de Dios y por los méritos de Jesucristo,
logremos la vida eterna. Oremos
C. Padre misericordioso, Tú quieres que todas las personas se salven y ninguna perezca, escucha la oración
que te hemos elevado y la que está en nuestro corazón,
y haz que obtengamos la paz. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
PADRE NUESTRO: Con confianza y amor de hijos
digamos las oración que Jesús nos enseñó…..
ABRAZO DE HERMANDAD: Sintiendo la presencia
de nuestros seres queridos que están con el Señor,
compartamos un abrazo de paz.
CONCLUSIÓN: Que este encuentro con nuestros difuntos nos anime a convertirnos y a vivir dando testimonio
de nuestra Fe.
CANTO FINAL: Yo canto al Señor porque es grande / me
alegro en el Dios que me salva / feliz me dirán las naciones
/ en mí descansó su mirada / UNIDOS A TODOS LOS
PUEBLOS, CANTAMOS AL DIOS QUE NOS SALVA.
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
(Momentos de silencio para meditar este texto. Luego pedir
a los asistentes que compartan sus reflexiones).
ORACIÓN COMUNITARIA:
C. Con amor y humildad elevemos nuestras oraciones a
Dios Padre. A cada petición respondemos: Concédeles,
Señor, el descanso eterno.
Dios habla cada día: del 3 al 9 de noviembre
Liturgia de las Horas III semana.
Lunes:
Martes:
Miércoles:
Jueves:
Viernes:
Sábado:
Domingo, 32:
Flp 2,1-4; Sal 130,1.2.3; Lc 14,12-14; o (Mt 22,34-40)
Flp 2,5-11; Sal 21,26b-27.28-30a.31-32; Lc 14,15-24
Flp 2,12-18; Sal 26,1.4.13-14; Lc 14,25-33
Flp 3,3-8a; Sal 104,2-3.4-5.6-7; Lc 15,1-10
Flp 3,17— 4,1; Sal 121,1-2.3-4a.4b-5; Lc 16,1-8
Flp 4,10-19; Sal 111,1-2.5-6.8a.9; Lc 16,9-15
Sb 6,12-17; Sal 62,2.3-4.5-6.7-8; 1Ts 4,13-18; Mt 25,1-13
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