Untitled - Hermandad Jesús Nazareno de Pozoblanco

Untitled - Hermandad Jesús Nazareno de Pozoblanco

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Antonio Manuel Caballero Sánchez
Muy buenas noches a todos y bienvenidos al I Pregón Costalero Ciudad de Pozoblanco, que en
esta edición inaugural va a pronunciar Rafael Sánchez Ruiz.
El Colegio Salesiano, y más concretamente este teatro, que tantas actividades y de tan diversa
índole ha acogido a lo largo de su historia, es esta noche el escenario de un gran acontecimiento.
Cuando la cuentra atrás para el inicio de la semana santa ha cogido ya una velocidad de vértigo y
en apenas dos semanas asistiremos al inicio de siete días irrepetibles en nuestras vidas, esta noche
la cofradía de la entrada de jesús en jerulasén nos convoca para marcar un nuevo hito en el acervo
cofrade de nuestra ciudad. Pero empecemos con lo que dicen que es el arte más cercano a la memoria y a las emociones, la música.
Han pasado ya 62 años desde la fundación de la Banda del Colegio Salesiano y hoy, felizmente, ha
retomado su presencia en los acontecimientos festivos más destacados de nuestra ciudad.
La Banda de cornetas y tambores más emblemática de Pozoblanco por su trayectoria histórica es
toda una institución ya que ha formado musicalmente y en el ambiente salesiano, a generaciones
de pozoalbenses y ha sido, sin duda, el punto de partida para prometedoras carreras musicales.
Ahora inicia su sexta etapa, fruto del tesón de su actual director musical, Ángel Amor Rubio. en
un momento en el que parecía que todo estaba perdido, logró reunir, al inicio del curso asado, a 8
componentes. hoy son ya más de 45. Con edades comprendidas entre los 3 y los 18 años.
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El pasado 25 de marzo, fue presentado y bendecido su banderín. Nunca antes había contado con
uno propio.
La ilusión se ha ido contagiando hasta el punto de disponer de más intrumentos y de incorporar
modificaciones en su uniforme, como el nuevo fajín.
Como consecuencia de este esperanzador resurgir, la Banda estará mañana participando en el certamen “En clave de pasión” y además volverán a sonar sus acordes de inafancia y de futuro junto
a la Cruz de Guía del Domingo de Ramos de este año 2011.
Tal y como indica el programa de mano van a interpretar en este escenario las marchas:
Cristo Viejo, la Dolorosa y Cachorro, junto con el cierre de la Marcha Real.
Iniciamos por tanto este I Pregón Costalero Ciudad de Pozoblanco con la Banda infantil de cormetas y tambores del Colegio Salesiano San José de Pozoblanco.
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En una Semana Santa como la nuestra, en la que se puede participar activamente desde diferentes
facetas, parece que hay una llena de experiencias inolvidables, que marcan de por vida y que convierte en hermanos al grupo que la hace posible.
Ir debajo de un paso. Es eso que se llama el mundo del costal.
La importancia y el papel más o menos público de este colectivo de personas ha quedado patente
en los últimos años en pozoblanco, pues aunque para hablar del resurgir de la posibilidad de llevar
y pasear con devoción y arte a los titulares de las cofradías hay que retrotraerse en el tiempo un
cuarto de siglo , quizás sea más reciente el interés de las cofradías de crear las vocalías de costaleros
y así escuchar y atender sus necesidades, sin olvidar que se han organizado charlas para proteger
su salud y hasta Pozoblanco fue sede, y en este mislo local, del Primer Congreso de costaleros.
Despierta, pués, especial entusiamo eso que se llama el mundo del costal.
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Y ya en esa época del año que parece lejana aún al mismo Miércoles de Ceniza y en la que algunas
casas de hermandad empiezan tímidamente a abrir con regularidad sus puertas, hay un colectivo
de personas que va por delante en la escenificación de unos rituales que irán repitiendo, desde ese
momento, semana tras semana hasta desembocar en el Viernes de Dolores.
Sois muchos de los que esta noche estáis aquí, costaleros, braceros y capataces, los que anticipáis
con vuestra ceremonial y ceremoniosa igualá, ese tiempo litúrgico de preparación de la Pascua de
Resurrección. Y aludiendo a esta expresión de mundo del costal podemos, en efecto, decir que es
“un mundo”, pero un mundo abierto, solidario, comprometido, de esfuerzo común, compartido
y de fe.
derecha alante, izquierda atrás es mucho más que un giro político, que los costeros no sólo viven
en la costa y que los pasos no marchan sino que andan. Pero hemos aprendido, y bendito aprendizaje, mucho más. Que ser costalero no es sufrimiento. es sentimiento. el sentimiento hecho arte.
Que son costaleros quienes tienen un corazón grande, capaz de latir al ritmo de cada redoble de
tambor y que se fortalece en cada levantá.
¡Cómo no se van a fortalecer esos corazones si, a través del respiradero, se ven y se escuchan los
llantos, las angustias, las esperanzas y las oraciones del pueblo de pozoblanco!.
¡Qué privilegio llevar cerca al Señor, al Salvador, el que pone luz a la esperanza, el que calma el
dolor, el que se sacrificó por todos nosotros!.
Y si tantas personas, de distintas edades, procedencias o creencias reconocen sentir algo especial
cuando delante de ellos pasa una Dolorosa, o un Cristo sometido o crucificado será porque algo
estamos haciendo bien en esa semana en la que mostramos desde San Gregorio al Cerro, desde la
Calle Nueva al Centro y a la Carrera Oficial y desde la Plaza de la Iglesia a esta otra plaza de los
Salesianos, la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo día a día y paso a paso.
Hace varios años, algunas cofradías, como la de la Borriquita empezaron a incluir entre sus actividades los pregones costaleros que hoy en día vemos que, en el seno de distintas hermandades
se siguen realizando. Son pregones en los que los recuerdos, las vivencias y las sensaciones de ser
partícipe de una cuadrilla están muy presentes pero circunscritos al ámbito interno de una cofradía y cuadrilla ya que uno o una de sus componentes es el que recibe el encargo de pronunciar
ese pregón. Hoy, damos un paso más. nunca mejor dicho.
A quien busque jóvenes con todos esos valores aquí los va a encontrar, dentro o fuera de la trabajadera, pero siempre entorno al costal y a la faja.
Hoy nace el Pregón Costalero que se abre a todo el orbe cofrade de la ciudad, de ahí que lleve el
nombre de Pozoblanco, para dar voz a quien tenga algo que contar acerca de este bendito arte, sea
cual sea la cofradía y la cuadrilla pozoalbense a la que pertenezca.
Y cuanto hemos aprendido en estos años, tanto los que estáis bajo el paso como los que estamos
fuera. ya sabemos que meter los riñones no es sólo elaborar un plato de cocina, ya sabemos que
La idea ha partido de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, la Borriquita, a cuya presidenta, Ángela Linares, invito para que les diriga unas palabras.
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Querido Rafa gracias por haber aceptado este reto tan importante, sin duda sabemos que vas a
estar a la altura. Sabemos que vas a reflejar la importancia, no solo, de tus pasos como costalero
sino también de todos los hermanos costaleros. Desde que nos conocemos se que eres una persona muy comprometida con la Semana Santa y con el mundo de la trabajadera, la faja y el costal.
Gracias por dejarnos compartir contigo tu sabiduría, tus sentimientos y tu vida cofrade.
Hoy tú eres el protagonista y como estamos deseosos de poder disfrutar de tus palabras no quiero
extenderme mucho más.
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Buenas noches a todos; Director del colegio Salesiano, Consiliario de La Borriquita, Sr. Alcalde
y Concejales, Sr. Presidente de la Agrupación de Cofradías y Hermandades y miembros de su
Junta de Gobierno, compañeros de la Borriquita, querido pregonero y queridos cofrades y amigos
todos, bienvenidos al I Pregón Costalero Ciudad de Pozoblanco, que exaltara la figura del costal
a nivel local.
En la Semana Santa de Pozoblanco faltaban cosas por hacer, y una de ellas era este Pregón que hoy
ya es una realidad.
Un proyecto en el que los protagonistas seáis vosotros, costaleros y costaleras, los que os convertís
año tras año en los pasos de Jesús y Maria en el recorrido cristiano de su pasión y resurrección.
La Borriquita llega a este pregón tras la renovación de su Junta Directiva. Hace unos meses decidí
dar un paso más como cofrade y tome el llamador de esta Hermandad rodeada de personas de las
que cabe destacar su juventud e ilusión por dar un gran impulso al Domingo de Ramos pozoalbense.
Pues bien, dentro de sus inquietudes estaba el sueño de engrandecer el costal de nuestro pueblo,
y fruto del trabajo desarrollado hemos hecho realidad un proyecto tan demandado por costaleros
de nuestra ciudad.
Quisiera agradecer a la Banda de cornetas y tambores del Colegio Salesiano su brillante actuación,
ya que seguro vais a llegar muy lejos.
Dar como no las gracias al Excelentísimo Ayuntamiento de Pozoblanco, representado hoy aquí,
por su colaboración desinteresada desde el primer momento en el que le transmitimos la idea de
realizar este acto.
Y sin duda dar las gracias a todos esos costaleros y costaleras que me están acompañando en este
bonito y apasionante camino, ellos son ni más ni menos que mi Junta de Gobierno, sin ellos nada
podría salir adelante, gracias de todo corazón
Que este Pregón se convierta en uno de los grandes que se proclamen en nuestra ciudad cada
año, a la vez que un referente de nuestra Semana Santa. Las puertas como siempre están abiertas
a todos y para todos, solo así haremos a este Pregón más grande.
Rafa hoy vas a escribir un paso más en la historia de esta Hermandad, siéntete desde hoy en esta
casa como si fuera la tuya, porque desde que te elegimos pregonero ya te consideramos uno más
entre nosotros.
Gracias y buenas noches.
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Nos acercamos al momento más esperado de la noche y al que nos traído a todos hoy aquí a los
Salesianos.
¡Qué día más importante este 2 de abril!
El costalero pozoalbense va a contar desde hoy y así ya ocurrirá año tras año con su pregón. Y el
encargado de echarse el peso sobre su cerviz, espalda y riñones en esta primera edición es Rafael
Sánchez Ruiz.
Nuestro pregonero sabe de muchas cosas, pero sobre todo de su profesión. Pocas personas saben
contar cosas con una imagen. Él lo sabe hacer. Y cuando digo contar cosas con una imagen, me
refiero a narrar historias, relatar ambientes y estados de ánimo y desnudar el alma de personajes.
Situaciones para los que otros necesitamos emplear muchas palabras, se traducen en una imagen
en las manos y en la cámara de Rafael.
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Además, el protagonista del I Pregón Costalero sabe de cofradías, de marchas de bandas y agrupaciones musicales, de estilos y particularidades cofrades, de carteles y tertulias, y de los sentimientos
que existen debajo del paso.
A continuación, el costalero con la mayor trayectoria y en activo de la Semana Santa de Pozoblanco, Pedro García Fernández, nos presentará al protagonista de este Pregón Costalero.
Sr. Alcalde y demás autoridades que hoy nos acompañan; Sr. Director, Sr. Consiliario y Salesianos
Consagrados de nuestra querida Comunidad Salesiana de Pozoblanco; Sra. Presidenta y Junta de
Gobierno de la Hermandad de la Entrada de Jesús en Jerusalén; representantes de las distintas
Hermandades y Cofradías; hermanos cofrades, capataces, auxiliares, costaleras y costaleros; señoras y señores, amigos todos, buenas noches.
Inmersos en plena Cuaresma estamos hoy aquí convocados para hablar de nuestras cofradías y de
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sus costaleros. Pozoblanco pronto vivirá, otra vez, una nueva Semana de Pasión y sus costaleros,
que profesan un extraordinario amor a sus distintos titulares, vibrarán cuando lleguen esos momentos especiales entorno a ellos.
Y es que es preciso reconocer, públicamente, la figura y el trabajo de los esforzados artífices del andar de un paso, del balanceo suave de un palio, hacedores, desde la trabajera, de levantás rotundas,
de giros de ensueño en las esquinas de la primavera de un pueblo privilegiado por sus costumbres.
A los costaleros que, en los últimos años, vienen demostrando de forma clara y concisa, que son
un grupo de hermanos comprometidos y preocupados por sus Hermandades.
Los que hoy nos acogen se han agrupado de manera sólida para integrarse dentro de esta Cofradía
que les apoya y anima constantemente.
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Vienen demostrando su deseo de ser participativos y de aportar cosas e ideas nuevas. Muestra de
ello, es la organización, por primera vez, de este Pregón Costalero que acontecerá a continuación.
Aprovecho para transmitiros mi más sincera enhorabuena, por el empeño derrochado en la organización de este acto.
Y la tarea para realizar este reconocimiento público al costalero ha sido encomendada a una persona admirable. Rafael Sánchez Ruiz, un tarugo del “Lejio”.
sobremanera por su cariñosa forma de ser. Apasionado de todo lo relativo al mundo cofrade.
Rafalín, como le dice su madre, y siendo sincero, como yo lo tengo grabado en el móvil, nace en
Pozoblanco, un 24 de marzo de hace 38 años, en el seno de una familia cristiana, siendo el menor
de tres hermanos. Es aquí, en el seno de su familia, donde comienza su pasión por la Semana Santa, a través de la educación católica recibida y afianzada en este querido Colegio Salesiano, unida
al compromiso que siempre pudo observar en sus padres hacia sus devociones y que hicieron de
ellas un estilo de vida.
Son momentos como este, en los que uno se para a reflexionar en alguien y a pensar de dónde
venimos, los que hacen que las cosas cobren aún más sentido. Te agradezco, Rafa, que me hayas
hecho pensar en ti, porque me siento enormemente afortunado por tenerte como hermano y
como amigo, te agradezco de corazón que hoy este muy cerca de ti, para ser testigo de cómo culminas este acto.
Desde niño ha estado muy ligado a la Cofradía de San Gregorio. Heredó el número antiguo de su
padre de la Hermandad de Jesús Nazareno cuando tenía 10 años, por entonces como muchos de
nosotros, ya acompañaba al Sr. De la Borriquita el Domingo de Ramos.
Tras su paso por el IES Los Pedroches, se marcha a otro Colegio Salesiano, en este caso en Granada donde realiza su formación en imagen y sonido, que hoy día le permite desarrollar su trabajo
como diseñador gráfico y fotógrafo, sin olvidar su gran pasión, que es la fotografía artística. Todos
hemos podido admirar sus trabajos en numerosas exposiciones, carteles de Semana Santa, etc.
En 1994 comienza su andadura en la Cofradía de la Virgen de Luna. Dos años antes ingresa en la
Cofradía del Silencio, donde pudo compartir momentos cofrades muy agradables, junto a la que
hoy es su esposa, Begoña, formando así una familia cristiana, que se completa con Carlos y Luna,
dos futuribles costaleros, sin duda.
Es una persona sensible, afable, sincera e ilusionada con la empresa que le ha sido asignada de
pregonar el costal de Pozoblanco. Se caracteriza por ser amigo de sus amigos; los cuales le aprecian
En 1997 entra a formar parte de la cuadrilla de costaleros de Jesús del Silencio, a la que pertenece
desde entonces. También ha sentido sobre su cuello las trabajaderas de los pasos de Ntra. Sra. De
la Amargura y de Jesús Resucitado, así como de nuestra madre Auxiliadora en los primeras años
a costaleros.
Sé que lo vas a hacer bien, muy bien, porque lo harás con el corazón. Y el corazón siembre habla al
corazón; y el Señor del Silencio, el de San Gregorio, el que te vio dar tus primeros pasos racheados
está hoy contigo más que nunca.
Finalmente no quiero dejar pasar el momento para decirte que estoy completamente convencido
que hay una persona ahí arriba que hoy se siente orgullosa de verte es este atril porque sabía lo
mucho que te gustaban las cofradías, la Semana Santa y la costalería.
Es tu momento, disfrútalo...
Estás ante la chicotá de tu vida pero tienes la suerte de contar con una parihuela repleta de costaleros de categoría, de preparados cofrades y ante todo de muchos, muchos amigos. Así que solo
me queda decir:
¡¡¡ COSTALEROS, HERMANOS COSTALEROS, CAPATACES Y AUXILIARES PONERSE AL
PALO QUE VA A LLAMAR EL PREGONERO DEL COSTAL DE POZOBLANCO 2011
D. RAFAEL SANCHEZ RUIZ! !!
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a Felipe, Pepe y Domingo
http://www.youtube.com/watch?v=vS8m9ehAb-4
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El cordero apaleado
Los evangelistas han preferido no mostrarnos detalles de la escena. Pero podemos imaginarla sólo
con pensar que fue como tantas flagelaciones romanas. Aumentada quizá: porque los flageladores
no eran propiamente romanos -un pueblo, en definitiva, algo culto- sino orientales obligados por
los romanos al servicio militar: sirios, griegos, samaritanos, gentes bárbaras que sentían hacia los
judíos un odio por sus ínfulas de pueblo elegido, que les parecían un orgullo vacío. Para ellos,
golpear era un placer, un desahogo.
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Temblaba, pues, Jesús que por primera vez sentía la vergüenza de las desnudez. Su cuerpo era el
de un hombre. Su miedo el de un hombre. Su soledad en medio de la jauría era la soledad de un
hombre. Silbó el cuero en el aire. El había dicho: Amad a los que os odian. Sintió la quemadura del
primer latigazo y su carne se contrajo dolorida. Había predicado: Haced bien a los que os maldicen.
Un nuevo líctor hacia ya vibrar sus correas.
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Ofreced la mejilla izquierda a quien os abofetea en la derecha. Saltó la primera sangre y una correa
mal dirigida cruzó por primera vez su cara. Bienaventurados los perseguidos por la justicia, pensó,
mientras un nuevo golpe le obligaba a retorcerse. Era un hombre, eran las espaldas de un hombre.
¿El Padre le había abandonado? Apretó sus dientes, clavó sus uñas en la argolla de hierro que le
sujetaba. Temed a los que os puedan daño a vuestra alma, no a quienes puedan herir vuestro cuerpo.
Oía las risas y los jadeos de los que golpeaban. Su espalda era ya un campo arado, rajado como
por cuchillos y la sangre se mezclaba con largos surcos azules y morados. Era un dolor tan ancho
que comenzaba a no sentir los golpes. Tenéis que perdonar no siete veces, sino setenta veces siete.
Sus ojos borrosos no podían ver la sangre que resbalaba ya de sus pies al suelo. Bienaventurados los
que lloran, porque ellos serán consolados. Un nuevo golpe venía a borrar las fronteras del consuelo.
Cedieron pues sus rodillas y su cabeza se golpeó con la columna al caer. Hicieron girar su cuerpo
para que siguiera ofreciendo su espalda a los látigos. Ahora ya no medían los golpes y éstos herían
sus piernas, sus muslos, su cintura.Esta es mi sangre que se entrega por vosotros...
... Alguien cortó, por fin, el juego macabro. Era el tribuno responsable de detener el tormento
antes de que el condenado muriese. No sabía aún si el condenado subiría después a la cruz como
pedían los sacerdotes o si sería liberado como parecía querer Pilato. Sólo sabía que el gobernador
le había ordenado que las cosas no llegaran al final. Basta, dijo, basta. Y se detuvieron los látigos
en el aire. Los verdugos estaban sudorosos, excitados y como felices.
Desataron entonces al cordero apaleado y su cuerpo cayó al suelo como un saco pesado, desfallecido, sin conocimiento tal vez. Alguien cortó trajo entonces grandes cubos de agua que arrojaron
sobre el rostro y la espalda del caído, para lavarle y devolverle la conciencia al mismo tiempo.
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El cuerpo herido se retorcía y estremecía de dolor. Este parecía ahora incluso más intenso que
durante la flagelación. El cuerpo jadeaba con una palpitación lenta y sorda, como el de un animal
agonizante. Temblaba. Alguien echó sobre sus espaldas el manto brillante que Herodes le había
regalado. No sentían compasión, pero si repugnancia ante aquella espalda abierta como un campo recién arado.
Se hizo un silencio largo en el que los soldados se lavaron de las salpicaduras de sangre que llenaban sus rostros y sus brazos. Del pecho del caído salía un silbido doloroso y sus dientes castañateaban a intervalos. El sol le golpeaba en pleno rostro con la fuerza del mediodía e iluminaba aquella
máscara de dolor en que la sangre, los golpes y el sudor lo habían convertido.
I
I Pregon
Costalero
CIUDAD DE POZOBLANCO
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Alcalde de Pozoblanco, Diputado y hermano costalero, Concejales, Comunidad Salesiana, Presidenta de La Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, Presidentes, hermanos costaleros y
cofrades, estimada familia; buenas noches.
Me gustaría tener una buena oratoria para transmitiros todos los sentimientos y emociones que
despierta en mí ser costalero, pero reconociendo mis limitaciones, sé que no me desenvuelvo nada
bien a este otro lado de un evento y prefiero, humildemente, esconderme tras mi cámara para
transmitir y comunicar.
En primer lugar, quisiera agradecer de corazón las palabras entrañables de mi hermano Pedro,
hermano mayor y hermano costalero.
Con él, he compartido, la mitad de mi vida y la gran mayoría de momentos costaleros y cofrades
de más calado e intensidad.
fe
Es para mí todo un honor y un orgullo tener cerca al costalero más experto de Pozoblanco, que
esta cuaresma cumple veinticinco años mostrando el Silencio de Nuestro Padre por las calles de
Pozoblanco.
Pese a esa dilatada experiencia, nunca encontrarás en él un momento de vanidad, todo lo contrario. Se mantiene de forma discreta en la cuadrilla, aconseja a los jóvenes y se deja aconsejar para
continuar formándose de cara a depurar su oficio costalero.
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Un e-mail escrito por él, fue el culpable de que nos visitara Antonio Santiago. Desconozco que
escribió. Pero estoy convencido de que lo hizo con la misma pasión con la que afronta una nueva
chicotá. Gracias por hacer realidad aquella noche tan necesaria en esta localidad.
Pedro, siempre que te necesito, estás disponible, a la hora que sea, y para lo que sea. Tu, si eres un
verdadero hermano costalero.
Quieria agradecer también a la Junta de Gobierno de la Hermandad que nos acoge y a estos
jóvenes, ilusionados por mantener viva la llama del costal, la oportunidad que me brindáis de
compartir con todos vosotros mis experiencias.
Gracias, a todas esas personas que os alegráis de que esté hoy “a este otro lado”, con vuestro cariño
y apoyo me habéis hecho más fácil esta complicada chicotá.
Y gracias a todos los que hoy habéis querido acompañarme en este caminar. Gracias de verdad.
Antes de hacernos la ropa y colocarnos el costal, he querido comenzar este pregón con una parte
del libro de José Luis Martín Descalzo, Vida y Misterio de Jesús de Nazareth.
La lectura de este pasaje produjo un cambio profundo en mi forma personal de ver y vivir la Semana Santa. Tuve la suerte de toparme con este libro de las manos de mis Padres y fue durante el
transcurso de una jornada de reflexión de aquel pequeño grupo de noveles cofrades, dirigidos por
la que hoy es mi mujer, que formábamos el grupo de oración de la Cofradía del Silencio, cuando
empecé a mirar más allá de las Benditas Imágenes. Ayudado de este fantástico relato encontré, tras
mi Amarrado, un mensaje alto y claro: Amad a los que os odian, haced bien a los que os maldicen,
ofreced la mejilla izquierda a quien os abofetea la derecha... Silencio ante la humillación y el dolor...
Silencio... Silencio…
I
devocion
Con aquella sencilla reflexión empiezo a ver algo más allá de la estética y siento a mi Amarrado en
muchas situaciones de la vida. Situaciones en las que nos podemos sentir odiados, u odiamos y, no
podemos parar de pensar en el rencor o la venganza, situaciones incómodas y duras.
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Entonces, pienso en el Silencio de Jesús, el Nazareno, mientras sufría la mayor humillación pública. Nada de quejas. Nada de rencor... Perdón... Silencio...
Cada Lunes Santo cuando tengo el placer de poder ser sus pies, me centro en pensar que toda
nuestra labor debe estar encaminada a transmitir estas reflexiones. Y es, entonces, cuando veo el
paralelismo de mi trabajo con este modo de vivir la Semana Santa.
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Soy transmisor de los acontecimientos que suceden día a día. Uso la fotografía para contar lo
que estoy viendo y viviendo e intento comunicar a través de todas esas imágenes la información.
Cuando la noticia me despierta más interés o produce distintas emociones, procuro que en esas
imágenes la gente pueda percibir estos sentimientos.
A veces, hablando con amigos, me comentan aspectos de fotos publicadas, y puedo apreciar si ese
interés mío por transmitir, ha tenido éxito, o si no he llegado a los resultados esperados.
De la misma forma, todo el trabajo de las Cofradías y, en especial el de costaleros y costaleras que
disfrutamos portando los iconos pasionales, debe estar encaminado a esta labor evangelizadora y
transmisora, analizando, si sólo nos hemos quedado en el medio, es decir, en lo estético, o hemos
sido capaces de comunicar y enseñar con este apasionante catecismo callejero.
Os animo, al igual que hace Martín Descalzo en su libro, a que reflexionemos ante nuestros sagrados Titulares y, después de disfrutar de su belleza humana, procuremos internarnos en ese mundo
de mensajes. Esos mensajes que Jesús nos tiene reservados a modo particular tras sus imágenes.
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En los orígenes de la celebración de la Semana Santa son dos los aspectos esenciales que hacen que
la Iglesia cree las Imágenes Sagradas. La necesidad de dar a conocer el mensaje de Jesús al pueblo
de forma gráfica y el carácter penitencial.
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Veo con distancia este carácter penitencial que también ha llegado a nuestros días, pues la labor
que desempeñamos bajo los pasos, pese a ser dura, nos produce muchas satisfacciones. Y la realizamos libremente. Sin presiones.
Por esto, todos los que disfrutamos con una buena revirá y nos preocupamos de que un costal
este bien puesto, no debemos quedarnos en que nuestro trabajo sea una penitencia, que busca un
beneficio a cambio. Por supuesto en mi caso no lo es, sino, que debemos sentirnos como privilegiados evangelizadores del mensaje de Jesucristo.
sones de “He ahí Jesús”
Suena en una de las primeras grabaciones de Virgen de los Reyes, como un capataz anima y le dice
a su cuadrilla: la gente que no sabe venir a la Iglesia … que aprenda a rezar en la calle.
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fe
Acercamos a nuestros titulares al pueblo, y aunque entiendo, y soy el primero que disfruta con lo
estético y el oficio, debemos seguir evolucionando en nuestra labor evangelizadora, y si una sola
persona llega a estas reflexiones de las que antes he hablado, habrá merecido la pena.
Es muy fácil quedarnos a medias tintas y sólo ver lo exterior, pero entonces nos estaremos perdiendo lo más gratificante, el verdadero sentido de nuestro trabajo. Por todo esto, debemos de cuidar
el medio de comunicación, ya que el uso del mismo influirá mucho en el mensaje que llegue. Y
este medio no es otro que nuestra querida y deseada Semana Santa.
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Me gustaría que nos pusiéramos deberes y dejáramos el costal a un lado… Busquemos esos mensajes que guardan las imágenes para cada uno de nosotros, saquemos un momento para la reflexión…
De esta forma, cuando realicemos la Estación de Penitencia, tendremos más motivaciones para
participar en la misma. Así, no solo disfrutamos en grupo de una afición, de una amistad o de
unos colores. Nos unimos para divulgar el mensaje de Jesucristo. Por este camino se llega a la
plenitud del costalero.
honrados ciudadanos, como bien decía nuestro querido Don Bosco y sintiéndonos públicamente
orgullosos de ser costaleros.
Y en segundo lugar, cuidando las formas y el oficio. El trabajo costalero tiene que ser serio, constante, comprometido y eficaz. No soy partidario del todo vale y de aceptar cosas mal hechas porque se consideran tradición.
La Semana Santa actual es la puerta más grande que tiene nuestra Iglesia Católica, y no siempre
se sabe ver este matiz. Sus dirigentes no acaban de ver todo esto de lo que hoy hablamos, dejando
pasar grandes oportunidades de llegar al público. Algunos esperan sentados a que se llenen las
iglesias y no quieren ver que la parroquia más grande es el pueblo, en la calle, viviendo la Semana
de Pasión.
Que sí... Que nos quedamos en lo externo, que no siempre sabemos profundizar, lástima…
Pero estoy convencido de que en el fondo de nuestro ser cofrade y nuestro corazón costalero existe
ese momento de reflexión, esa llamada de Dios.
Sólo somos nosotros los que en repetidas veces desvirtuamos todo esto, sobre todo cuando nos
hacemos forofos de una devoción o cofradía y no abrimos los ojos a los mensajes de los demás .
Cuando sólo pensamos que nuestro criterio es el acertado, no escuchando al resto. Cuando hacemos de la vida en cofradía una competición, a ver quien echa más horas , a ver quien falta a tal o
cual actividad.
Me reitero en lo fácil que es quedarse en lo atractivo de la Semana Santa, la ropa, las tertulias e
incluso las rivalidades. Si nos quedamos aquí, estaremos enturbiando el mensaje y llegará distorsionado a nuestros receptores.
Extracto del Pregón de Semana Santa 2005 de Trini Fernández
De la misma forma, si no cuidamos el medio, primero nosotros, hermanos costaleros, en nuestra
vida diaria, vigilando nuestras actitudes hacia los demás, siendo ejemplos de buenos cristianos y
http://www.youtube.com/watch?v=23afwz2Wk_M
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...Hemos aumentado el número de cofradías, somos más cofrades, hemos mejorado nuestra organización, se ha enriquecido nuestro patrimonio, han mejorado los pasos, la ornamentación, las bandas.
Quizá todo está más acorde a como ha crecido el nivel de vida.
Pero yo me pregunto: ¿ qué nos hemos dejado atrás?. Debemos reflexionar sobre el auge en las
cofradÌas, pues si bien se ha garantizado el n˙mero de cofrades y la continuidad de las mismas, corremos el riesgo de la pérdida de identidad y ser absorbidos por agentes ajenos a nuestra Semana Santa y
sus costumbres.
Es bueno trabajar para alcanzar cotas máximas de belleza, ornamentos, decoración floral..., pero con
clara conciencia de que sirven a un Reino que no es de este mundo y en el que los valores se invierten
con frecuencia.
Cofradía y Hermandad responden al significado de fraternidad, congregación de devotos y unión de
voluntades. Si conseguimos hacer realidad esta definición, tenemos un buen punto de partida el gran
numero de personas que nos aglutinamos en torno a una devoción.
Mundo complejo y variopinto el de las cofradÌas, tan amado para unos y tan cuestionado por otros.
Los cofrades debemos dar testimonio de que en la Hermandad hay auténticos hombres y mujeres comprometidos, con ideas claras de lo que hacen y porque lo hacen, viviendo en la Fe de Cristo durante
todo el año. Y un día, sólo un día, en la Estación de penitencia dar testimonio público de nuestra Fe.
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Tenemos que trabajar para que nuestras cofradías no sean meros lugares de tertulia, que nuestros desfiles
penitenciales no sean simplemente considerados un bello espect·culo orientado al turismo. O acaso:
¿Se vende la devoción?
¿Se vende el sentimiento del nazareno que en silencio cumple su compromiso?
¿Se vende la oración del penitente que camina detrás del altar del Señor?
¿Se vende el trabajo sincero del costalero solidario con el hermano?
¿Se venden las profundas motivaciones que llevan a muchas personas a trabajar activamente por el
bien común?
sones de “La Salve”
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el costalero
Dentro de este mundo de comunicación, me considero un privilegiado al poder ser costalero,
pues puedo vivir en grupo mis experiencias.
Los costaleros realizamos la tarea más dura, a priori, pero más gratificante tal vez. Nos esforzamos
juntos, sudamos juntos y caminamos hacia el mismo lugar juntos.
Siempre ofreciendo nuestro trabajo para facilitar el de la Cofradía.
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A su disposición, comprometidos. Este compromiso tiene que ser real, sincero, sin otras preferencias.
compromiso
Compromiso con la cuadrilla, metiendo riñones y trabajando bien. El peso que tu no llevas, lo va
a llevar tu compañero.
Compromiso con tu capataz, respetando sus decisiones. Ellos guían nuestros pasos y siempre
buscan el bien para su gente.
Hay que apoyarlos de manera desmedida, aunque no siempre nos agrade su mandar….
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Silencio, apoyo y confianza. Ellos son nuestros ojos.
Compromiso de las Juntas de Gobierno con las cuadrillas, no interfiriendo en su trabajo, confiando en el mismo. Y compromiso de los costaleros y costaleras con su cofradía, participando
activamente.
Ahora, respetemos a todas esas personas que sólo se acercan a nuestras hermandades cuando pasa
la Navidad y los costales están deseosos de empezar. Todos somos necesarios debajo del Señor y
a nadie le tenemos que pedir explicaciones, ni exigir más obligaciones. El compromiso con la
cofradía, más allá del costal, tiene que surgir de forma espontánea. Con libertad y agrado.
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Respeto profundamente la labor de los siempre necesarios hermanos de luz y demás miembros
que forman un cortejo procesional y una cofradía. Pero nuestro compromiso con la cuadrilla, y
nuestro trabajo en equipo, aumenta también la intensidad de las vivencias. No debemos caer en la
hueca comparación de ver cómo se vive mejor la Semana de Pasión. Menospreciando sentimientos o haciendo competiciones devocionales.
Respeto, eso es lo que debe de formar parte del cariz de un buen costalero.
Nosotros podemos dar personalidad a una Hermandad y tenemos la capacidad de transmitir distinción, de forma que junto al mensaje de Jesús, también unimos mensajes que hablan de nuestro
ser. Unos más serios, otros más desenvueltos. De silencio, o de barrio. Cada uno a su estilo, pero
sin perder nunca la verdad del trabajo costalero.
Aunque repito que me siento un privilegiado siendo costalero, admiro a muchas personas que
portando los pasos con el hombro, realizan la misma función que nosotros y muchas veces caemos
de nuevo en absurdas comparaciones. Ellos también están al servicio de las cofradías. También
ensayan y se sienten hermanos como nosotros.
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No me quiero olvidar de muchísima gente que se acerca a sus Imágenes un solo día al año, para
portarlas en romerías y fiestas. Para ellos también mi reconocimiento, pues muestran públicamente su interés por lo nuestro y nuestras devociones.
Mi trabajo me permite conocer muchas de estas romerías y disfruto con las emociones y sentimientos que producen, en las gentes de nuestra tierra la variedad de Imágenes, sobretodo marianas, a lo largo y ancho de los Pedroches.
Os animo a que las descubráis. No os quedéis en vuestra casa de Hermandad recordando chicotás
y giros incansables. Interesaos y disfrutad de lo nuestro, no os vais a arrepentir.
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Todos los que portamos Imágenes tenemos en común sentimientos y motivaciones. Vivencias
difíciles de explicar, que nos hacen volver año tras año. Pero con todo el respeto que se merecen,
me vais a permitir que establezca una diferencia entre portadores o braceros y costaleros.
Ellos tienen que dar la cara en el momento de su trabajo, pueden ser reconocidos. Nosotros, los
costaleros, podemos ser anónimos. Esto es para mí una ventaja, pues aumenta mi sentimiento
cofrade. Será más tarde ya sin el costal, cuando tendremos que dar testimonio de nuestro trabajo,
sintiéndonos orgullosos de haber sido los pies del Señor o de Nuestra Madre.
sones de “Salve a la Macarena”
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oficio
Voy nombrando la palabra oficio con frecuencia para hablar del trabajo costalero, y no es que esté
de moda. Ser costalero es un oficio. Y como tal, tiene sus características para ejercerlo de la forma
más adecuada.
En cualquier trabajo se necesitan herramientas y un vestuario preciso.
El costalero necesita las suyas, el costal, la morcilla y la faja y una ropa que le permita ejercer sin
inconvenientes.
Sólo puedo entender el costal como una bendita herramienta, nunca como un uniforme.
Una herramienta que me facilita el trabajo. Con unas medidas y una composición adecuadas. Por
tanto, el color es totalmente secundario y los adornos intranscendentes.
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Durante estos años he visto verdaderos sinsentidos, sólo por ir todos iguales. Costales con telas no
aptas, por ser de un color determinado, o costales al revés.
Las cofradías de nuestro pueblo deben de tomarse mucho más en serio el aspecto del mismo, pues
cualquier variación puede perjudicar el trabajo. Y somos los costaleros más veteranos los que también nos tenemos que preocupar de que nuestros hermanos más jóvenes aprendan con exactitud
a realizarlo y a trabajar de forma adecuada.
No pasa absolutamente nada, si gente más nueva nos enseña mejoras técnicas que han podido
adquirir fuera, pues están compartiendo su experiencia con nosotros.
En Pozoblanco se suele dar el caso, que lo más viejos, solemos ser más tozudos a la hora de evolucionar. Y como en todos los trabajos, el costal también evoluciona.
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Como dice el Arzobispo Fray Carlos Amigo:
Sin fe el Costal es nada más que una vestidura apropiada para realizar un trabajo. El llamador es golpe
frío de metal que da órdenes...
...En cambio, con la fe el costal es cilicio y es corona. Corona que se pone sobre la cabeza y con cilicio
punzante en la espalda, porque no hay mayor honor y corona que llevar sobre los hombros a la Imagen
del Hijo de Dios o a Nuestra Señora la Virgen Santísima…
Creo que todos conocemos estas bellísimas palabras que llenan de sentido nuestro oficio. Pero
pienso que si nuestro “cilicio y corona” no está correctamente hecho y colocado, por mucha fe que
se tenga, no estaremos ayudando a nada ni a nadie.
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Nos podremos estar haciendo daño y podremos estar desigualando el paso, o lo que es lo mismo,
trabajando mal.
Por todo esto, considero de vital importancia el aspecto del costal, y aquí no todo vale. Se puede
tener muchísima devoción y mucha experiencia. Pero todos tenemos que ser más responsables a
la hora de hacernos el costal. De su forma y de nuestra postura dependerá mucho el fruto que dé
nuestro esfuerzo.
El costalero tiene que estar cómodo, con un calzado y un vestuario adecuado para poder trabajar
bien, y a la vez, discreto para no distorsionar el mensaje.
Nada debe distraer las miradas.
Lo importante no somos nosotros.
Ese día, en la medida de lo posible, tenemos que pasar totalmente al anonimato.
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De ahí que no creo que sea adecuado ir tras un paso con el costal.
Ese es un día para trabajar duro debajo.
Ya tendremos todo el resto del año para proclamar nuestro sentir costalero. Ahí, es donde se ven a
los buenos costaleros. Los que no reniegan de su ser cristiano en cualquier ambiente y ante cualquier persona.
No quiero excederme en aspectos técnicos que nos darían pie a interminables, pero agradables
tertulias. Respeto la forma de trabajar de cada hermandad.
Pero me gusta ver como cada año y cada ensayo que pasa, se va viendo más gente que hacen estiramientos, y van trabajando con la mirada al frente, el compás abierto y el costal en su sitio.
sones de “Salve al Rey de los Judíos”
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I
aficion
Me complace leer en el diccionario unas de las definiciones de afición.
Amor a alguien o a algo.
Curioso, pues recoge a la perfección mi sentir por la Semana Santa. En especial por el trabajo que
hoy nos reúne.
Amor al costal, amor a la cuadrilla y amor por el oficio.
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Cuando un costalero carece de afición, su trabajo, aunque igual de eficaz, puede faltar de ilusión y
cariño por lo que le rodea. Y a lo mejor ese sitio que ocupa, no es el que da más sentido a su vida
cofrade. Al costal hay que entenderlo, quererlo y sentirse orgulloso de portarlo.
Entiendo la afición como algo totalmente necesario para seguir formándonos de cara a conseguir
costaleros más íntegros.
Supongo, que a la mayoría de los miembros de las distintas cuadrillas de nuestra localidad les
gusta ser costaleros, pues me cuesta entender que alguien esté debajo sólo por devoción. El hecho
de que nos guste nuestro oficio es afición y cultivarla debe ser nuestro deber.
Todo el recorrido por mi experiencia cofrade y costalera es afición. Afición desmedida muchas
veces, pero yo no entiendo todo esto sin este cariño, sin este amor por algo y alguien.
Algo, la Semana Santa, y alguien, Jesús el Nazareno.
sones de “A ti, Padre”
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vivencias
Me gustaría que nos trasladásemos a la década de los 80.
Tengo la suerte de haber nacido en una familia comprometida con la sociedad y con la Iglesia.
He recibido de mis padres todo lo que un costalero puede y debe ansiar, un ejemplo vivo y constante de participación activa en la Parroquia y cofradías, unido a un cariño enorme por nuestras
tradiciones.
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Los primeros recuerdos, supongo que son parecidos a los de muchos de vosotros, ilusionado
desde que D. Rafael Blanco recorría las clases de EGB apuntando los nombres de los niños que
queríamos reservar palma para participar en la procesión del Domingo de Ramos. Los posteriores
nervios el día de reparto de las mismas, a ver si nos tocaba alguna que fuera grande, pero que a
su vez no estuviera muy doblada … Tuve la suerte de participar muchos años, vistiendo otros de
monaguillo, excepto con las famosas túnicas rojas de ribetes blancos, que no parecían gustarnos
y que arrancaban más de una sonrisa.
Pero lo que más recuerdo y perdura es la intensidad con la que mis padres han vivido siempre el
Triduo Pascual.
La asistencia a los Oficios, el sentido de la fiesta y sus explicaciones de los ritos, perduran por
siempre en mi memoria. Aunque como para cualquier niño resultaban pesados, manteníamos la
compostura lo mejor posible y a mí me gustaba mucho el lavatorio de los pies. Siempre me preguntaba lo mismo, como le huelan a alguno los pies …
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Nos encontramos en aquellos años ochenta con una Semana Santa bajo mínimos de participación, si la comparamos con la actual, pero quizás, similar en vivencias. No es bueno comparar.
Recuerdo las hoy temidas ruedas bajo los pasos y la fascinación que estas podían levantar en cualquier chiquillo. Recuerdo Viernes Santos por la noche a una Soledad, sola, calle mayor arriba. Un
pregón de urgencias a primera horas de la noche, tamboradas esperadas y desaparecidas …
Y también recuerdo colas a las puertas de las Parroquias para visitar el Monumento, e Iglesias con
sillas, aparte de las bancas, para vivir los oficios.
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Con todas estas vivencias, creo que es el momento de reflexionar en unos de los pilares que sostienen este humilde pregón y quizás el más duro de entender. Los costaleros, como casi todo en la
Semana Santa, no somos imprescindibles. La celebración de los misterios pasionales se ha mantenido en el tiempo sin nosotros, hermanos costaleros, y la esencia del mensaje ha llegado a nuestros
días sin chicotas ni marchas. Porque siempre ha habido personas preocupadas de continuar con
todo esto, que han sabido ver el autentico mensaje de Jesús.
Gracias a ellos, a aquellas personas que mantenían viva la llama, hemos recibido unas cofradías
dignas, a las que hemos incorporado con el paso el tiempo todo el misterioso y apasionante mundo del costal, pero no se nos puede olvidar nunca este preciado matiz,
a nosotros, a los del costal y la faja.
Antes de que todo ésto que ahora nos hace vivir los momentos más increíbles y sinceros debajo
de un paso, había semana santa, había mensaje y había personas comprometidas con las cofradías,
para que éstas hicieran su labor y además perduraran en el tiempo.
Los costaleros hemos puesto a todo esto chispa y genio, personalidad, pasión y entrega, pero como
bien recordaba Antonio Santiago en San Gregorio … Que bien va andando, ni tu vas debajo, ni
yo mandando…
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Me vais a permitir que rinda mi particular homenaje a tres personas que ya no están con nosotros, que vivieron su vida entregada por las hermandades y cofradías y que trabajaron a destajo,
robándole mucho tiempo a sus familias para aportar su grano de arena. Hoy, quiero recordar a
mis familiares, pero con ellos, también, quiero homenajear a innumerables cofrades anónimos
que trabajaron igual o con más entrega todavía , para legarnos las tradiciones y vivencias cofrades
de Pozoblanco.
Felipe, José y Domingo Sánchez Urbano, o como nos conocéis, supongo que cariñosamente, los
Chotos.
Estoy convencido de que si esta revolución costalera que vivimos, les hubiera pillado mucho más
jóvenes, hubieran sido costaleros entusiastas y con oficio. Pues le hubieran puesto lo mismo que
ponían en toda su vida, mucho corazón, mucho sentimiento y sobre todo, mucho trabajo.
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Audio de Felipe Sánchez Urbano
Extraido de una conversación grabada en noviembre de 1995, para unas prácticas de mis estudios de sonido.
Decir nuesto Padre Jesús en Pozoblanco es decirlo todo. Yo creo que Pozoblanco sin el Padre Jesús, ni
Padre Jesús sin Pozoblanco, hubiera sido nada. De la experiencia que tengo yo, de la vida que tengo yo,
además eso lo podemos ver todos los tarugos. No hay un día, no hay un momento, no hay una noche,
yo creo que no hay un momento del día que no haya alguien en Nuestro Padre Jesús. Bien cuando
está abierta la Capilla, que se abre a las siete de la mañana ... Donde yo creo que por ahí pasa todo el
mundo, y además, no hay una persona residente fuera de Pozoblanco, que viniendo, se pase sin venir a
hacer una visita al Padre Jesús, bien en el Cuadro, como le llamamos aquí , o bien dentro de la Capilla.
Además hay unas motivaciones grandísimas...
Todavía me pregunto de dónde sacó fuerza para ver entrar a su Virgen de Luna pocos días antes
de morir.
Qué forma de trabajar; qué forma de sentir; qué forma de transmitir.
Mi tío Pepe se echó arduas tareas al hombro, participando en la redacción de muchos de los textos
estatutarios que forman parte de nuestra historia cofrade.
Creyó como nadie en la unión de todas las cofradías, siendo presidente fundador de la Agrupación.
Y qué queréis que os cuente de mi padre ...
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Audio de Domingo Sánchez Urbano
Extraido de una entrevista en la radio que la hacía Isabel Jordán por su jubilación de cofrade de la Virgen de Luna en 2004
Mi Padrino Felipe fue un apasionado de su Padre Jesús, me consta que probó a meterse debajo,
quería saber de qué iba todo esto.
Cofrade de vanguardia.
- ¿ Te vas con el deber cumplido... sientes que has cumplido con tu obligación ?
- Yo ceo que sí, por lo menos lo que han querido de mi lo he hecho, quizás muchas veces nuestro afán
por ser, por hacer más, más, se quedan algunas cosillas opor ahí, pero vamos... ya se harán o si no hago
yo la hará otro porque siempre la siembra está ahí.... pero en fin, yo creo que sí...
- ¿ ...Qué sí, verdad ? ¿ Te ha costado el decidirte ?
- Sí, mucho...mucho
- ¿ Lo has pensado mucho, lo has meditado, lo has consultado con tu familia ?
- Hombre por supuesto, sobre todo con mi Rafa, mi hijo chico, que también es cofrade y el mismo me
dijo: ahora no, dentrro de unos meses, esto lo otro... y yo le he hecho caso...
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Doy gracias a Dios por los años que te tuve cerca Papá, pero me da rabia no poder vivir contigo
la felicidad de muchos momentos, como de ver a tus nietos cercanos a tu Virgen de Luna y sus
tradiciones.
Tus maduros consejos cofrades.
Cuantas veces me dijiste “cuidado, Rafa, que se pasa muy fácilmente de vivir a jugar a las cofradías”.
Cómo disfrutaste de tu año de Hermano Mayor de Nuestro Padre Jesús.
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Seguro que los tres están en ese palco de honor, que es el cielo, junto a su Virgen de Luna y su
Padre Jesús Nazareno, disfrutando y sintiéndose orgullosos de ver como todo por lo que lucharon
y trabajaron, perdura en el tiempo.
No se me puede olvidar la tremenda labor de apoyo de sus
mujeres. Incansables, sacrificando su tiempo para que ellos
trabajaran por lo nuestro.
Sirvan estos testimonios de vida cofrade, para que engrandezcamos nuestra labor costalera, uniendo a nuestra bendita
afición, esa entrega y cariño que aquellas personas nos regalaron. Y de esta forma, recordándolos, no olvidaremos la
verdad de nuestro trabajo.
sones de “Al Rey del Cielo”
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Aún tengo imágenes en la memoria de aquellos primeros cargadores, que no fueron costaleros
hasta dos años más tarde, ensayando por las calles del barrio de San Gregorio. Cuánta curiosidad
para los niños que nos acercábamos a ver a aquellos jóvenes que querían portar sobre sus hombros
el Cristo de la nueva cofradía.
Importante punto y aparte en la Semana Santa de Pozoblanco.
Aquellos jóvenes creadores de la Cofradía de Silencio, como se llamó originalmente, iban a acelerar el cambio en el resto de hermandades.
Sencillamente, buscaron la fórmula de vivir en cofradía todo el año, y a la vez, recaudar fondos de
otras formas, menos ortodoxas, pero más eficaces.
Ni mejor, ni peor, distinta la forma de ver la Semana Santa de estos chavales.
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Hasta ese momento, los cofrades vivían la Semana Santa a partir de la Cuaresma, pero a su vez,
sabían vivír en Parroquia el resto del año, disfrutando de todas las fiestas religiosas juntos.
La crecida de todas las hermandades, espoleados por los jóvenes de San Gregorio aún no ha llegado a su fin y el movimiento cofrade de Pozoblanco goza, hoy en día, de una participación ejemplar
desde entonces.
Los primeros años del costal en Pozoblanco son algo dubitativos, pues era un mundo totalmente
nuevo, que a su vez estaba resurgiendo por toda la geografía andaluza. De esta forma, Braulio
Cantero de la Cruz trae el costal a Pozoblanco, arropado por su cofradía y apostando por esta
forma tan genuina y gratificante de portar los pasos.
Llegan a Pozoblanco los primeros costales y se establece una forma de trabajar, un oficio, que es
tal y como Braulio entendió y vio en Córdoba. Su forma de andar y trabajar perdurará en el tiempo, incluso podemos encontrar hoy en día innumerables guiños en otras cuadrillas, distintas a las
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del Silencio de su formas. Pero como él bien nos contó en su Saludo Costalero de 2006, aquellos
fueron años de formación, años de aprendizaje.
De esta forma, nos encontramos con costales pequeños y con bastantes dudas de cómo realizar la
labor. El racheo se entendía como un arrastre total del pie, con la planta pegada al suelo, simplemente porque así sonaba más.
Y curiosamente, en otros aspectos, una cofradía de silencio arropada desde el primer momento de
toques de caja y tambor.
El siguiente paso en procesionar a costaleros fue el de Jesús Nazareno,1988, en silencio, prescindiendo de la banda, que por aquel entonces solían encabezar los cortejos.
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Durante estos años de mi niñez y
adolescencia, mis padres nos cedieron sus números de cofrades.
Para mi hermana Mari Luna, la
Virgen de los Dolores, de la que
había sido mi madre cofrade muchos años; para mi hermano Domingo, La Amargura, por la cercanía de mis padres a los Salesianos.
Y a mí me cedieron el número de
Jesús Nazareno, participando en
su Estación Penitencial muchos
Martes Santos, primero con los
trajes de la Tía Maruchi Urbano y,
posteriormente, con el de nuestros
padres. Y es en esta cofradía donde
empiezo a conocer la Semana Santa. De nazareno a acólito, pasando
por “aguaor”, pero curiosamente
nunca de costalero.
Por cierto, la foto en que me habéis visto de nazareno con mi hermana fue tomada el año del “Rafalin te has peinao”, que tan popular
hemos hecho en mi entorno.
Con mi familia vivía estos días intensos, hasta que llegados a la adolescencia y fruto de nuestras
experiencias en los campamentos del Luz Vida, nos empeñamos unos cuantos en que queríamos
ir a la Pascua de Antequera. Pese a los muchos “peros” que nuestro querido y recordado Don Fer-
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nando Santiago nos ponía para viajar hasta allí, al final lo logramos. Y gracias a estos años, pude
vivir de otra forma el Triduo Pascual, que a veces hoy en día, y a pesar de lo que disfruto con un
paso en la calle, echo tremendamente de menos.
Durante los años que estuve estudiando en Granada empiezo a fomentar mi afición por la Semana
Santa. Leía todo lo que caía en mis manos y adquiero mis primeras cintas de marchas cofrades.
Por aquel entonces, 1992, nada fáciles de conseguir. Aún conservo un álbum de cromos de la Semana Santa de Sevilla, que comencé a juntar por la curiosidad de conocer cofradías y devociones.
Eva Pedrajas me hizo cofrade del Silencio en una cata de cerveza, de las de antes, en 1992 y de la
mano de Begoña entré a participar más a fondo en esa Cofradía.
Primero ayudándole a ella en sus vocalía de formación y liturgia y posteriormente entrando como
Vocal de Acción Social.
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Durante estos años voy creciendo en mi afición, y gracias a un revés inesperado de la vida, el traslado de la familia de Begoña a Écija más un año que pasé en Sevilla continuando mi formación,
empiezo a conocer mucho más a fondo el arte costalero y las costumbres cofrades hispalenses.
1996 fue un año inolvidable. Viví la cuaresma en Granada, conociendo a muchas hermandades
y a personas ligadas a las mismas, ensayos de cargadores y costaleros, charlas, cultos, y como no,
tabernas cofrades, que empezaban a florecer.
Aquel año fotografié en Écija, impresionante ciudad, el Domingo de Ramos, y me llevé instantáneas novedosas, que hoy recuerdo con cariño. Además, ese año, aparte de llevarme pa´lante, el
Lunes y Martes Santo en Pozoblanco, me fui con mis primos Rafa y Trini a Sevilla tras el Pregón.
Fue aquel año cuando empecé a darme cuenta de la dimensión que tenía y tiene esta celebración
en la capital andaluza. De sus silencios y sus aplausos. Su afición, costumbre y tradición. Inolvidable.
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Durante esta época es cuando empiezo a acercarme más
a fondo al mundo del costal, hasta que en 1997, comencé mis primeros ensayos.
Antes, estuve debajo de un paso, el de la Virgen de los
Dolores, un Martes Santo. Y es que me pilló mi primo
Domingo Cano, que estaba algo apurado, pues le faltaba gente para empujar y no supe decirle que no. Otra
experiencia que sumar.
Hasta ese momento veía a los costaleros como insensatos, pero a su vez muy unidos y trabajando mucho por
la cofradía.
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Llegué a ese mi primer ensayo con bastante miedo, pues aún coleaba la historias de primeras levantás, y realmente no sabía a lo que me enfrentaba. Confíe plenamente en los dos Pedros, García,
mi cuñao y Ballesteros, mi añorado amigo. Él me pasó las rodilleras de Juan Antonio, tristemente
desaparecido años antes, ya que no quería que dejaran de salir un Lunes Santo.
El primer año todo son dudas ¿ Será éste el peso adecuado, llevaré poco? Nervios, tensión, emociones. Todo se diluyó aquel Lunes Santo cuando Luis Ballesteros comentó, ¿ os habéis fijado que
bonito se ve el Cristo reflejado en aquel escaparate ?
Entonces me di cuenta de lo que estaba haciendo, estaba siendo sus pies, estaba ayudando a pasearlo por Pozoblanco. Las dudas, mermaron.
1997 también fue muy entrañable por otros aspectos, pues tuve el honor de poder publicar mi
primer cartel de Semana Santa. Fue un cartel controvertido, como a mi me gustan, que, creo que
ha marcado un antes y un después en la clásica cartelería cofrade pozoalbense.
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Terminé este año viviendo en Sevilla y fue entonces cuando empecé a conocer mucho más a fondo
las aficiones hispalenses. Me llamaron poderosamente la atención aquellos traslados y vía crucis
tan solemnes. El contenido de las homilías de los Sacerdotes en los cultos, siempre con palabras
de aliento al cofrade. Los innumerables conciertos y como no, los ensayos de costaleros.
A través de un amigo pude entrar en la igualá y ensayo del Beso de Judas, con la idea de poder
hacer cuello, de cara a vivir el Lunes Santo en Pozoblanco.
Sólo me dijeron: Tú eres nuevo, pues ponte en aquella esquina.
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La ilusión por este dichoso mundo costalero va en aumento conforme van pasando los años y
encuentro bajo las trabajaderas, mi sitio cofrade.
Ya instalado de nuevo en Pozoblanco entro en la Junta de Gobierno del Silencio como vocal de
costaleros. Durante este periodo se introdujo la música tras los pasos de mi cofradía, y con ella,
nuevas y necesarias formas de andar y de entender el oficio. Este cambio vino a reforzar el sentimiento de cofradía de barrio, juvenil, de formas más populistas, que se fomentaba, frente a la
estética de silencio que nunca existió.
Pude observar como igualaban trabajadera por trabajadera y cuando le hacía falta alguien para
completar, miraban a aquella esquina donde permanecíamos bastantes jóvenes.
Arropado por mis dos Pedros, y de una forma un tanto extraña, no estuve presente en la votación,
fui elegido Presidente de la Cofradía. Esto no me impidió continuar con mi afición costalera.
Todo lo contrario. Mis ganas de aprender y seguir debajo iban en aumento.
Recuerdo que entraron muy pocos nuevos y vi como mi ilusión se desvanecía. Pero antes de
marcharme, uno de los que estaban en aquel rincón me preguntó ¿cuántos años llevas viniendo?
Lógicamente le contesté que era el primero y él me dijo, pues con este son ya seis años los que llevo
esperando.
Pero la realidad era bien distinta. Cada año nos costaba más formar cuadrilla. Desde la Hermandad se intentó motivar a los cofrades, pero nuestra ilusión no se correspondía con el compromiso
necesario. Fueron años difíciles, donde tuvimos que echar mano de otras cuadrillas, como bien
recordaréis.
Aquello me dejó un tanto perplejo y empecé a entender parte de lo que allí estaba sucediendo.
Acostumbrado a esperar personal para empezar un ensayo, estaba viviendo el lado totalmente
opuesto. Afición y compromiso al máximo.
De esta forma llegamos al transcendental e importante año de 2006. Mi Junta de Gobierno y yo
llegamos a unas conclusiones, que creo de vital importancia recordar hoy, y que con el paso del
tiempo, para mi se han convertido en decisiones de manual. Haciendo un ejercicio de responsabilidad, decidimos poner las ruedas bajo la Virgen de la Salud. Fue difícil asumir la decisión, pero
no tomarla.
Al día siguiente fui a comprarme un costal a la Plaza de la Alfalfa, pues otras de las muchas conclusiones que saqué de aquella fructífera noche en Santiago, fue que el tamaño de mi costal era
ridículo comparado con aquellos que pude observar. Aparte de otras cuestiones técnicas.
Cuando llegué a Pozoblanco con mi costal el doble de grande que el resto muchos se reían, pero
otros me preguntaban que de dónde lo había sacado. En la siguiente vuelta al pueblo ya traía
cuatro o cinco costales y todos los que empezamos a probarlos quedamos encantados con su uso,
que nos permitía trabajar de forma más cómoda.
Todavía oigo de vez en cuando que había costaleras para aquel año, pero teníamos que poner fin
a eso de ensayar un día y a la calle, nada de hacer grupo, nada de compromiso con la cofradía. No
tenía sentido volver a salir otro año más sin cuadrilla.
Y es que el ser costalero se tiene que sentir. No se puede reducir a ponerse debajo y achuchar. Hay
que vivirlo, y sobre todo, hay que tener gran devoción. Tener claro lo que estamos haciendo, esta-
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mos evangelizando. Por eso, si los motivos que llenaban nuestros pasos eran la amistad, la lástima,
el echar una mano o la afición hueca, no tenía sentido salir a costaleros.
Todos estos sentimientos se me vieron reforzados al pasar aquel Lunes Santo de 2006 y ver como
curiosamente recibíamos innumerables muestras de apoyo y enhorabuenas por la Estación de
Penitencia realizada.
De todas recuerdo con especial cariño la que me dio la que fuera su primera camarera , hoy desaparecida, Ana Calero, a la puerta de la Ermita de San Gregorio: “Que día más grande para mi
Señora, hoy si que se ha paseado como una Reina”.
Aunque me confieso costalero hasta la médula, romántico, como dijo Antonio Garrido, enamorado de este trabajo, que casi no puedo entender un Lunes Santo sin costal, tengo que reconocer
que aprendí muchísimo de aquel año.
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Aprendí a entender la verdadera labor del costalero y pude ver demostrado de la forma más dura
posible, en mi propia cofradía, la primera característica que debemos de tener clara, que somos
prescindibles.
Cualquier persona es sustituible dentro de una hermandad; nazarenos, nazarenas, costaleros, braceros, incluso las imágenes que tanto queremos. Pero el mensaje de Jesús, el Nazareno, seguirá
vivo.
No me quedo en esta reflexión. La encuentro evidente y la tengo siempre presente, pero todo esto
no nos quita a los costaleros de ser, lo digo de nuevo, unos privilegiados en la Semana Santa, y
poder trabajar con entrega, fe y compromiso.
Por eso, son muchos los momentos que he podido vivir bajo las trabajaderas y fuera de ellas, que
me llenan de orgullo.
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Y es mucha la gente con la que he disfrutado, aprendido y sudado. A todos tengo hoy que agradecer su disposición.
Sigo poniéndome bastante nervioso las horas previas a la Estación de penitencia, y puedo sentir
esas mariposas en el estómago. Ese cosquilleo anterior a algo intenso e importante.
Disfruto con la música cofrade desde hace mucho tiempo. Procuro escuchar todo el repertorio
de la banda que nos acompaña y proponer las que creo más adecuadas para cada lugar, pues las
marchas también hablan, transmiten.
Intento que mis compañeros se ilusionen también con el repertorio y vean en los sones otro aliciente.
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Me gusta mandar debajo y ver cómo mis hermanos confían plenamente en mi labor, si lo hago
bien acertamos todos y si me equivoco, nos equivocamos todos. Lo mejor, que vamos al mismo
son. Siempre con el izquierdo. Seguros. Todos juntos.
Espero que no vean en esta actitud ningún tipo de arrogancia, sólo quiero compartir esa enorme
energía que generan los sentimientos por poder ser costalero.
Y es que disfruto y lo vivo de forma tan intensa, que aunque suene granadera, ya pienso en hacerlo
lo mejor posible, transmitiendo ánimo a mis compañeros y compañeras, con entrega y disposición.
Qué grande esa tensión previa a una levantá… Vámonos otro poquito…
Confianza en mis capataces. Como me gusta apretar un pelín antes, sentir el roce de la trabajadera.
Gracias a Dios puedo recordar innumerables momentos cofrades por las calles de nuestra localidad.
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Afrontar la Carrera Ofical de un tirón, con tres o cuatro marchas, también es un reto que me
llena de gozo. Pese a las dudas y nervios previos es toda un satisfacción el compartir el esfuezo, los
ánimos, durante y al final de tan trabajada chicotá. Que gente más buena.
Tengo recuerdos en casi todas las calles, de otras muchas chicotás que, a priori, no las preparas con
tanto celo y que luego, por cualquier circunstancia, se convierten en inolvidables.
No os voy a negar que me gusta ese aplauso espontáneo, esos ánimos que vienen de fuera, dan
mucha fuerza. Pero disfrutaría de la misma forma, bajo un palio de cajón, con el único sonido de
nuestros pies.
Qué os voy a contar de ese Risquillo, sonando Consuelo Gitano o Al Cristo de los Faroles, de costero
y sobre los pies.
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¡ Y esa calle Dr. Rodriguez Blanco! Cuando las fuerzas flaquean y hay que contagiar a todo el
mundo con nuestras experiencias e ilusiónes. Alma de Dios, La Salve, Himno de San Antonio, Creo
en Jesús…
¡ Qué poquito nos queda para poder vivirlo de nuevo !
Parece que ya estoy oyendo ese resoplido que da fin a la Estación de Penitencia. Estamos en San
Gregorio. Lágrimas, abrazos, satisfacción por el trabajo bien hecho.
Gracias Dios mío por permitirme vivir estos momentos tantos años.
También me llevo grandes momentos con otras cuadrillas, como los vividos en la calle Andrés
Peralbo con mi Amargura. Apretando los dientes, sacando fuerzas para devolver a la Señora a su
hogar Salesiano.
amistad
Personalmente me da mucha tranquilidad debajo de un paso tener cerca a mi cuñado Pedro. Ya
os lo dije al principio. Su temple y su saber estar, siempre en alerta sin llamar la atención. Trabajo
duro y en silencio. Experiencia a raudales. Os sorprendería su capacidad para escuchar y aprender.
He podido disfrutar en esta “Casita de Dios” como le gusta decir a mi capataz José Martín, trabando con mi mujer cerca. Desconozco si hemos sido el primer matrimonio debajo de unas trabajaderas, no importa.
Pero si echo de menos su presencia que tanto me ayudó en los años difíciles. Es un lujo, pese que
a muchos no les cuadre, tener a mujeres en una cuadrilla de hombres. No os podéis imaginar las
ganas y el empeño que le ponen.
La mayoría de mis chicotás han sido dirigidas por mi Angelito, su generosidad y confianza en
mi trabajo son y han sido tan grandes, que me es complicado hablar de costaleros y no tenerlo
presente.
Recuerdo la sencillez de Fermín al frente de la cuadrilla. Me apoyó y me animó con el costal y las
nuevas formas que yo intentaba trasladar desde Sevilla. Él y su mujer Maite, grandes enamorados
de la trabajadera, han estado siempre cercanos a mis preocupaciones.
Echo muchísimo de menos a Pedro Ballesteros, aunque nunca pude compartir una chicotá con él.
Sí viví muy de cerca sus comienzos de capataz y sus desvelos para sacar adelante aquella cuadrilla
de mujeres. Qué corazón más grande, qué entrega por su cofradía y sus amigos. Su sombra es tan
alargada que lo sigo viendo cada vez que piso San Gregorio.
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Rafa y Trini son como mis padrinos cofrades, ellos me enseñaron que había Semana Santa fuera
de nuestras fronteras, y me demuestran día a día como continuar con nuestras tradiciones.
He tenido innumerables compañeros de trabajadera y me encantaría poder hablaros de cada uno
de ellos, pues si hay algo grande en los costaleros, eso es la amistad, con mayúsculas. Amistad con
personas que jamás pensaría que ibas a coincidir, unidos por un mismo fin.
Disfruto haciendo amigos y conociendo a gente y las trabajaderas han sido el comienzo de muchas
amistades. Es triste tener una cuadrilla y que la gente no se conozca, sólo se junte para ensayar y
a correr.
No es bueno, por eso, aparte de trabajar bien debajo, hay que trabajar muy despacito fuera, y este
punto, no todas las cofradías lo tienen claro. Hay que seguir trabajando. Es mucho más importante de lo que parece.
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Cuando uno va teniendo cierta edad como para ser de los más viejos debajo, me entra sana curiosidad por saber quienes son esos jóvenes que se acercan a nuestra cuadrilla, respeto sus motivaciones, pero si me gusta conocerlos, hablar.
A lo mejor hay gente que no lo entiende, pero es que desde ese momento se han convertido en
mis hermanos costaleros y por eso, como si de un hermano se tratara, hay que preocuparse por
ellos y por su trabajo.
En todos estos años he tenido muchos hermanos costaleros y a todos les estoy agradecido por
haberme permitido cumplir mi sueño de evangelizar con el costal. Bajo distintas Imágenes, pero
siempre con el mismo fin.
También he tenido la dicha de poder conocer a gente con gran afición, que me están enseñando
mucho y bien. Y además, he encontrado personas a las que les gusta la Semana Santa fuera de
rivalidades y fanatismos.
Sin colores, sólo olores.
Buscando la esencia.
Con mis tertulianos de alaGloria, vivo.
Extracto del Pregón de Semana Santa 2007 de Antonio Garrido
http://www.youtube.com/watch?v=Z18mV3mT3Ns
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Los costaleros románticos
Cargo kilos por cargar,
decía el mal costalero,
el costal es un sombrero,
el paso un trabajo más.
Contrito, otro, quijote, alma de cuajo,
faja roja y costal aún calado,
escuchaba al Silencio extenuado
entrando la Salud sin pies debajo.
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Cómo podría explicar lo que se siente,
compañero sin alma costalera,
llevando amor y vida por montera,
teniendo fe y linaje por simiente.
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Dime tú si vivir bajo las flores
no es creerse soberano por un día,
hacer posible y franca la utopía
de andar llevando al cielo tus amores.
Navegar frugal y henchido por la quilla
de un barco de piedad y pulso en vilo
e hilvanado a un costal sentir un hilo
que puede destocar a la cuadrilla.
Hacer vida la voz de un lazarillo
chicotá a chicotá a la costalera,
de caída en caída a Su manera
y escalón a escalón en el Risquillo.
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Y el cargador de kilos respondía:
Costalero romántico, me asombras.
Ser costalero es pasear,
conocer a mucha gente
y hacerse bien el costal.
Y el otro, en la Salud ensimismado,
pensaba: Para mí ser costalero
es sentir cómo late de un costero
al otro un corazón acompasado.
Amar la libertad en la angostura,
crear arte sin ser ningún artista,
siendo anónimo, ser protagonista,
encontrar en la fuerza la mesura.
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Prestar mis pies, mi orgullo a su costado,
como presta su aliento a mi resuello
el tesoro que brota de mi cuello
danzando en San Gregorio y amarrado.
Convertir mi pisada en andar raso
y andando convertir un paso en trono,
sufrir más cuando menos me emociono
y en la entrada pedir más menos paso.
No sé si será virtud,
ni eres Gestas, ni yo Dimas,
pero por ti no me cambio
cuando veo a mi Salud
alzada por su cuadrilla.
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Hace unos años me llamó tremendamente la atención un grupo de jóvenes, que encabezados por
un capataz firme y seguro, empezaban a ofrecer todos los Domingos de Ramos algo distinto a lo
habitual en nuestro pueblo.
Estaban mostrando a una cuadrilla mucho más humana y cercana de lo que se puede ver por
nuestras calles. Exteriorizando sus sentimientos y su cariño.
Lamentablemente esto todavía no se entiende mucho al pasar el Calatraveño, pero estos jóvenes
con sus formas están mucho más cerca de mi entender este mundillo. Y desde ese momento no
les he perdido la pista hasta que he podido conocerlos mucho mejor este año.
Comparo sus aptitud con la revolución que hubo en los ochenta con El Silencio, pues están
demostrando con sus ganas y su esfuerzo, que hay otros aspectos en el costalero que también
cuentan, aparte de los devocionales, como la formación, la afición y el imprescindible, lo digo con
mayúsculas, oficio.
No todo el mundo sabe apreciar el excelente trabajo que vienen desarrollando para el beneficio
del costalero y la costalera. Me consta que sin ningún afán de protagonismo, todo lo contrario,
con mucha generosidad.
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Es de aplaudir, con la cantidad de reclamos que tiene la juventud de hoy en día, como dan vida
a cualquier casa de Hermandad, sin mirar el nombre de la puerta, apoyando todo lo que huela a
Semana Santa.
Ellos y ellas.
Animando a mucha gente a vivir de forma intensa en cofradía. Formándose a muy alto nivel en
los aspectos técnicos de costaleros. Apoyando nuestras costumbres y tradiciones.
Quién tuviera veinticinco años para poder seguiros el ritmo. Os admiro.
Fruto de su formación, entre otros factores, yo he aprendido, por fin, a reconocer un buen costal.
Mi más sincera enhorabuena a Ángel Moreno por ese interés que demuestra públicamente en
torno a la ropa. Comparte generosamente sus conocimientos con todo el que se le acerca y estos
pequeños detalles nos benefician a todos. Gracias de verdad.
sones de “De vuelta al Porvenir”
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Gracias a todas las personas que han hecho realidad este humilde pregón.
Gracias a mis Hermanos Costaleros de Pozoblanco, pues sois los verdaderos protagonistas.
En el apartado técnico, a Vicente Castro Molina, hermano costalero, por tu ayuda con el montaje
y seguimiento de todo esto.
A mi cuadrilla del Silencio, por aguantarme debajo todos estos años. Con mis enfados y mis ánimos. Pero siempre a mi lado.
A Fran Velez por sacarme de apuros en esta cuaresma de prisas.
Gracias a mis nuevos hermanos costaleros de la Borriquita, costaleros de ilusión, nunca mejor
dicho, por hacerme un hueco en sus trabajadoras para compartir y aprender con ellos.
A Miguel Ángel Cabrera por su fantástica locución, dándole voz a las reflexiones prestadas por
Martín Descalzo.
A Antonio Manuel Caballero por rescatar estos añorados cortes que me han servido de mucho.
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Perdón y gracias, a mi prima Trini Fernández y a Antonio Garrido por robaros parte de vuestros
fantásticos pregones. Cómo lo iba a contar yo, si vuestro sentir supera cualquier intento al que
pudiera llegar.
Gracias a la Cofradía de Jesús del Silencio, en especial a Miguel Rosales por dejarme disfrutar un
ratito al lado de Él.
Y Gracias también a la hermandad de Jesús Nazareno por lo mismo, que fácil me lo ponéis todo
cuando solicito vuestra ayuda.
No tengo palabras para la Hermandad de la Borriquita, en especial para mi capataz, José Martín.
Habéis estado muy cerca.
Espero no haberos decepcionado en esta primera aventura de pregonar el costal pozoalbense.
He trabajado con vosotros muy a gusto y me habéis acogido como a un hermano. Gracias por
vuestra confianza sin fisuras.
Han sido pocos ensayos, pero he podido vivir su entrega y su vocación. Da gusto ver a gente joven
disfrutando debajo, con las ideas claras.
Me he sentido como en mi propia casa desde la primera levantá.
Qué poquito nos queda para el Domingo de Ramos.
Y gracias de corazón a mi costalera, sin costal por ahora, pero con mucho compromiso y entrega.
Gracias por estar en esa otra trabajadera tan importante como la que más, que es la familia. Sin ti
y tu dedicación no podría disfrutar de esta bendita afición.
Sin tu apoyo, este sencillo pregón no existiría.
No encuentro las palabras para expresar la gratitud por tu enorme generosidad.
Antes de terminar quiero recordaros lo que ya habéis visto proyectado, las principales características que entiendo que deben primar en una costalero o una costalera.
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Fe, en Jesucristo y en su mensaje de amor y perdón.
Devoción y cariño, por nuestras queridas Imágenes, siempre buscando en ellas el mensaje, no
quedándonos en lo terrenal.
Compromiso, con nuestros hermanos y con nuestra cofradía.
Oficio, preocupándonos de aprender y escuchar. Por nuestro bien y el de la cuadrilla.
Y afición, mucha afición. Esta será la puerta para empresas y compromisos mayores en nuestras
hermandades.
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Termino esperando no decepcionaros con esta primera cita pregonera, dándole gracias a Dios por
darme la energía para afrontar este reto y deseando que nuestro trabajo busque siempre la transmisión de ese mensaje de amor y paz que Nuestro Padre Jesús, el Nazareno nos enseñó.
He dicho, y ahí quedó.
Rafael Sánchez Ruiz
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Este Primer Pregón Costalero de Pozoblanco,
parte de la iniciativa de la Junta de Gobierno de la Hermandad
de la Borriquita de Pozoblanco
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Fue redactado durante el invierno de 2010/11
y sus últimos párrafos se incorporaron el 31 de marzo de 2011
Fue pronunciado en el Salón de Actos del
Colegio Salesiano de Pozoblanco
el 2 de abril de 2011
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