el divo en su laberinto - Plataforma Virtual de FONDOS DE
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el divo en su laberinto - Plataforma Virtual de FONDOS DE
T E A T R O Por Eduardo Roland y María Noel Álvarez CON ANTONIO TACO LARRETA EL DIVO EN SU LABERINTO Nadie puede dudar de que Taco Larreta es una figura central de la cultura uruguaya de los últimos sesenta años. Un artista de impar agudeza y elegancia intelectual que durante su extensa y prolífica vida ha logrado brillar en múltiples áreas: como dramaturgo, actor, director teatral, crítico especializado (cine y teatro), traductor, guionista (cine y televisión) y novelista. Este ‘Ciudadano ilustre de Montevideo’ –tan activo como siempre a los 85 años– acaba de volver a ser merecidamente homenajeado por su trayectoria y está a punto de publicar otra novela, culminada hace unos meses. S iempre va a tener sabor a poco una entrevista con Taco: es demasiado, cuantitativa y cualitativamente, lo que tiene para decir, para contar. Quizás ni siquiera se agotaría con un libro de tamaño estándar. Lo que sí colma cabalmente es su calidez -reflejada en su casa y sus cosas- que se siente al charlar con él en torno a una mesa. Los años no han pasado en vano, tanto sus desplazamientos como su manera de hilvanar las palabras son lentas, pausadas. Una vez que la conversación fluía y se dilataba en un marco casi familiar, uno tenía la sensación -cómo decirlo- de estar en presencia de 'un divo en pantuflas', alguien que a pesar de dar la impresión de encontrarse más allá del bien y del mal, tiene la delicadeza de pedir que ciertos juicios que pudieran herir a tal o cual artista demasiado conocido, no fueran publicados. "Estoy hablando demasiado", nos decía cada tanto, con una sonrisa entre feliz e irónica. Ojalá la entrevista que sigue logre transmitir al menos un atisbo de lo que puede sentirse al estar frente a frente con un monstruo sagrado en su propio laberinto. ¿En qué está trabajando en este momento o qué es lo último que ha hecho? Está por salir una novela que escribí entre diciembre y mayo. Ya está en imprenta. La va a editar Fin de Siglo. El año pasado, revisando papeles -cosa que no hago nuncaencontré un proyecto de novela bastante elaborado, del cual me había olvidado por completo. Empecé a leerlo y vi que era bastante completo, 25 esbozos de capítulos. Me interesó, me gustó, me pareció que era un tema muy válido hoy, un tema que yo había desarrollado en los años setenta en España. ¿Cuál es el tema? Creo que es un cuadro de los comienzos del exilio uruguayo en España. La novela se desarrolla en el año 74, es hasta cierto punto autobiográfica. Transcurre en un período bastante anterior a la llegada de los uruguayos, que fue sobre todo durante el año 76, cuando se produjo la invasión de sudamericanos sobre todo en España. A los tres meses de esa invasión, se nos empezó a llamar sudacas, antes no existía ese término. Hasta ese momento jamás me sentí discriminado por ser sudamericano. Pero llegaron cientos y sobre todo muy preparados, entonces se generó una verdadera resistencia por parte de los españoles. La novela cuenta la historia de un uruguayo en ese contexto, pero cuando la leés te das cuenta de que no soy yo porque las cosas que hace son terribles. Creo haber rescatado el espíritu original de la novela, que reconstruí a partir de unas notas que, según las fechas, fueron terminadas en el 74. 46 DOSSIER DOSSIER 3 TEATRO.pmd 46 25/06/2007, 12:49 Foto: Rodrigo López DOSSIER 47 DOSSIER 3 TEATRO.pmd 47 25/06/2007, 12:49 E A T R O Foto: Rodrigo López T Antonio Larreta par lui meme “Si la identidad tiene algo que ver con la actividad que un hombre desarrolla primordialmente en la vida, debo admitir que soy un escritor, porque he escrito sin pausa medio siglo, con una continuidad mayor que cualquier otra cosa que haya hecho, incluso el teatro, que es al mismo tiempo más ostensible y más público, pero también más espasmódico, aparte de fugaz. He escrito casi la totalidad del teatro que he actuado y/o dirigido, innumerables traducciones y versiones, y me enorgullezco de mis atrevimientos shakespearianos con El Rey Lear y Noche de reyes, sólo algo menos de lo que me precio de haberle proporcionado a los actores textos vivos y expresivos para obras menores. He hecho adaptaciones, muy libres a veces, de Los hermanos Karamazov, La Dorotea, Fuenteovejuna, La dama del perrito, Lulú (que todavía amenazo estrenar). He escrito una docena de obras originales, de las que rescato mis dos crónicas montevideanas: Un enredo y un marqués y Las maravillosas. Fui crítico de cine, y por un tiempo también de teatro, durante más de quince años. En una larga ausencia del teatro, que se prolongó casi dos décadas, me hice guionista en España, llegando a escribir unos treinta guiones cinematográficos y el doble para televisión, de los cuales por lo menos un sesenta por ciento se realizó para bien o para mal. Coseché, al margen de algún premio ministerial, y esquivos, furtivos reconocimientos críticos, algunos premios literarios fuera del país: Premio de las Américas (Cuba, 1970) por mi obra Juan Palmieri, Premio Planeta (España, 1980) por mi novela Volavérunt, Premio Goya (España, 1995) por mi guión El maestro de esgrima”. La vida es una novela Hablando de historias de exiliados: llama la atención que usted se haya ido del país en 1972, un año antes del golpe de Estado, teniendo en cuenta que la gran mayoría lo hizo después. ¿Fue intuición? La intuición no fue mía, fue de mi psicoanalista [risas]. Yo le dije un día que tenía muchas ganas de hacer un viaje y él me dijo "usted se tiene que ir ya", claro, sabía muchas cosas de mí. Y tenía razón. Estuve pensando cuál había sido mi conducta en el último año y había tenido un problema serio, había asilado en mi casa a un subversivo durante tres meses. Cuestión es que me fui a España, y al poco tiempo recibí un llamado de [el escritor Carlos] Martínez Moreno, quien era un abogado que defendía perseguidos políticos, y me dijo que ni se me ocurriera volver a Montevideo porque había encontrado un legajo… Es decir, que si regresaba, seguro marchaba preso. Sí, claro. Es más, en el momento que yo acogí a ese muchacho, estaba viviendo en una casa prestada por un matrimonio amigo que ya estaba en Europa. Y fue increíble porque el mismo día que el muchacho me dio la noticia de que se iba -yo ya estaba muy nervioso- y una hora después de su partida, me tocan el timbre: eran soldados… Evidentemente algo lo protegía. Es que yo se lo conté luego a mi psicoanalista como algo divertido. Estos soldados entraron con una actitud muy precaria e hicieron preguntas y de repente se pararon frente al retrato de una señora -la dueña de casa- hecho por un alumno de Torres García. Uno llamó al otro y sentí la palabra "Topolansky" [risas]. Me preguntaron quién era. Les expliqué que era una señora que vivía en Europa. No sé si me creyeron. Y luego se fueron. El teatro avant tout chose ¿Vive de forma diferente el rol de director que el de actor? Como actor nunca he perdido la costumbre de mirar a 48 DOSSIER DOSSIER 3 TEATRO.pmd 48 25/06/2007, 12:49 Taco a los 11 años, junto a su padre en 1933. través de la cortina para saber cuántos espectadores llegaron. Como director me desentiendo mucho más. Después del estreno, yo me desligo. No puedo entender cómo hay directores que siguen corrigiendo a los actores, para mí son de otra raza. A veces ha habido espectáculos que me han gustado mucho, y que he seguido otros días viendo algún acto, de repente, pero muy pocos en mi vida. masculino. Y nosotros teníamos un elenco muy talentoso, considerando tanto los actores como las actrices. ¿Por ejemplo? Sobre todo espectáculos de mi primera época. Tenía mucho que ver con las personas que trabajaba, o con que el proceso de trabajo haya sido interesante. Fue el primer director en adaptar Los gigantes de la montaña de Pirandello, de interpretarla completa y de hacerla en español, algo que nadie se había animado antes. La hice dos veces, en 1957 y en 1987. La primera versión era muy removedora. Yo creo que Pirandello es un gran renovador del teatro del siglo XX, en las lenguas latinas no tengo dudas de que fue el más importante. Y eso que las condiciones técnicas de la primera versión no fueron las adecuadas. Me acuerdo que se había atrasado el estreno pero no se suspendió: el público esperó horas para entrar a la sala. Hay gente que adoró la segunda versión, seguramente tenía más madurez de oficio de mi parte y de parte de los actores. De todas formas creo que fue más impactante la primera. ¿Era cierta la rivalidad que se dice que existía entre el Club de Teatro que usted fundó con El Galpón? Éramos los dos grupos independientes más importantes de la época, los que hacíamos mejor las cosas. El alma máter del Galpón era Blas Braidot, no Atahualpa. Tenía una energía imponente, un apasionado, un hombre valiosísimo. Éramos amigos a pesar de la rivalidad. El Galpón tenía más actores, sobre todo un buen elenco ¿Y la situación de la Comedia Nacional en ese momento? Había gente muy buena. Estela Medina probablemente es el único fruto de entonces, una gran actriz. DOSSIER 49 DOSSIER 3 TEATRO.pmd 49 25/06/2007, 12:49 E A T R O andaluces, que fue un tema prohibido por la televisión franquista porque involucraba a los alcaldes de los pueblos. Entonces pasé de escribir los pie de fotos a estar sentado en un mismo despacho con los capos de Televisión Española. Se hicieron 39 capítulos, y yo guioné 29. Foto: Rodrigo López T O sea que fue un éxito total. Sí, y además en todos los países que se exhibió funcionó bien. Recibí, por ejemplo, derechos de autor hasta de los países más insólitos: desde los escandinavos hasta Uganda en África. Sancho tuvo otra buena idea, que fue pedirle a Televisión Española que nombrara para cada capítulo a directores de cine y no de televisión, algo que nunca antes se había hecho. Ya en esa reunión que contaba recién con los directivos de la emisora, había muchos de estos directores, en su mayoría jóvenes, yo era el único mayor. ¿Alguno de esos directores trascendió luego? Pilar Miró, quien se hizo muy amiga mía. A tal punto que le escribí una comedia picaresca pero la prohibieron, estuvo muchos años sin verse porque tenía una escena un poco osada. Parece absurdo, quién iba a pensar que pronto llegaría el destape español y la movida madrileña. España se volvió irreconocible en seis meses. Taco guionista: un golpe de suerte ¿Cómo se inició como guionista de cine y televisión? Un día en Madrid estaba durmiendo, y a las dos de la mañana me tocan el timbre (hora que no es tan escandalosa como acá), y era Sancho Gracia que venía con un montón de libros. Le pregunté qué quería a esa hora y me dice: "Te lees estos libros y escribes trece capítulos de una hora para Televisión Española". Los miro y eran sobre bandoleros andaluces. Yo no sabía nada de ese tema. Pero los leí, me interesaron y ahí cambió mi vida. Fue a fines de 1974. ¿Dónde había conocido a Sancho? Acá en Montevideo. Yo había llegado de Europa en 1956 y escuché hablar de un chico que se llamaba Sancho Gracia, que estaba enamorado de China Zorrilla. Y luego fue alumno mío en la EMAD. (Fue la única vez en mi vida que di clases -por casi dos años- después nunca más quise. Nadie me entiende, pero el profesor de teatro trabaja con zonas de la persona muy delicadas). Ahí nos hicimos amigos con Sancho y fui yo quien le aconsejó que se fuera a España porque acá no iba a hacer carrera. En ese momento, a diferencia de ahora, la belleza física de un actor o actriz podía jugarte en contra, era menospreciada. Y efectivamente se fue e hizo una carrera sobre todo en televisión, debido al éxito que tuvimos con los bandoleros Y usted fue testigo de todo ese cambio… Sí, y me impactó mucho, fue un cambio radical. Me acuerdo también en esos momentos previos cuando estaba en los últimos ensayos de una obra, que entraron a la sala unos hombres y se sentaron en la platea; alguien me dijo muy alarmado: "Son ellos, la censura". Luego de ver la obra decidían si podía estrenarse. En ese espectáculo, por ejemplo, tuve que eliminar los gestos de una actriz y una línea de diálogo. Pero ya había sufrido la censura española cuando habíamos ido con el Teatro de la Ciudad de Montevideo, en el 62. Hacíamos una comedia llamada Una farsa en el castillo. Había una escena de amor que los espectadores oían solamente, en la que el actor hablaba de los duraznos de la actriz, y sacaron la palabra 'duraznos' porque decían que aludía a los senos de la mujer. El cine en los tiempos del cólera ¿Usted trabajó con García Márquez? Iba a trabajar con él pero quedó frustrado el proyecto. Él apareció en Madrid a buscarme porque había leído unos guiones míos y quería trabajar conmigo. Me citó en el Hotel Palace. Me dio un resumen de la historia para que yo empezara a trabajarla. Me citó en Cartagena de Indias cuatro meses después. Pero el primer día que nos vimos me dijo que tenía que irse a Caracas porque lo había llamado Kissinger, quien le había mandado un avión particular. Kissinger estaba preocupado porque el fútbol era un deporte poco popular en Estados Unidos, y quería crear en un año el interés por el mismo. García Márquez le aconsejó hacer una película con los mejores jugadores de fútbol del mundo. Lamentablemente para él, le expliqué que eso ya lo había hecho John Houston y se llamó Victoria, una película espantosa... ¿Cuál era el proyecto con él específicamente? Era una película de una novela que publicó cuatro años 50 DOSSIER DOSSIER 3 TEATRO.pmd 50 25/06/2007, 12:49 Junto a Dahd Sfeir. Junto a China Zorrilla en Un enredo y un marqués. A su regreso de la gira europea rodeado de colegas y amigos en 1962. Parte del elenco del Teatro de la Ciudad de Montevideo: Enrique Guarnero, China Zorrilla, Juan Jones, Graciela Gelós y Antonio Larreta. Temporada 1960. Taco Larreta y China Zorrilla. DOSSIER 51 DOSSIER 3 TEATRO.pmd 51 25/06/2007, 12:49 después, El amor en los tiempos del cólera. Pero yo le dije que no podía hacer nada con su material, porque tenía ochenta páginas escritas, y encima eran sobre historias de los antepasados de los protagonistas, es decir que la novela en sí no había empezado. Para contar eso en el cine precisaba un montón de horas. Quedó muy golpeado con mi respuesta. Creo que se desilusionó mucho con mi encuentro. ¿Cómo es él en la privacidad? Era muy agradable, siempre estaba vestido impecable. Hablábamos de cine todo el tiempo. La mujer era muy simpática, comíamos todas las noches los tres juntos. Para mi fue una experiencia única, convivir con un grande ¿no? Debut como novelista: gol de taco al minuto En Madrid, recientemente galardonado con el Premio Planeta. ¿Fue importante en lo personal haber ganado nada menos que el Premio Planeta con la primera novela que escribió? Fue muy importante en términos económicos. No sólo por el premio sino por cómo se vendió, yo no podía creerlo. Se vendieron de Volavérunt más de quinientos mil ejemplares. Me di cuenta de la popularidad que tenía el libro cuando fui invitado a una fiesta de Planeta con todos los escritores ganadores del primer y segundo premio; habían pasado casi veinte años de mi premio, y sin embargo los novelistas me querían conocer, venían a saludarme de todas las edades. Ahí me di cuenta de la popularidad de mi libro. ¿La escribió con vistas al concurso? Yo no la escribí pensando en el premio. Empecé a escribirla en un momento curioso, hacía cuatro meses que no trabajaba. Junto a Jacobo Lagsner en Madrid. ¿La había compartido con alguien antes de presentarse al concurso? No, nadie sabía que la había escrito. A mi hermana y a mi sobrina les conté el día mismo de la entrega del premio, porque me pasó algo muy raro. Yo tenía una reunión de trabajo con Mario Camus, entonces me tomo el metro, abro el diario y lo primero que veo es un titular que decía "Volavérunt tiene grandes posibilidades de ganar el Planeta". Y el artículo hablaba de quién podía ser el autor, y se arriesgaban nombres. Yo venía de una depresión terrible en ese momento. Entonces cuando estábamos a solas con Mario le digo: "No sé si voy a poder trabajar contigo", y él me respondió: "No me digas que eres el autor de Volavérunt". Volviendo al comienzo, una vez terminada esta última novela, y a pocas semanas de que salga a la calle, ¿le significa un peso haber comenzado su trayectoria novelística con un Premio Planeta? Es que no creo que sea una gran obra... D Eduardo Roland. Profesor de literatura, docente de Redacción Creativa en la Universidad ORT. Periodista cultural. Dirigiendo Los gigantes de la montaña con la Comedia Nacional en 1987. María Noel Álvarez. Licenciada en Comunicación por la Universidad Católica del Uruguay. Periodista. Conductora y productora de radio. Asistente académica de la Cátedra Unesco de Comunicación. 52 DOSSIER DOSSIER 3 TEATRO.pmd 52 25/06/2007, 12:49 T E M P O R A D A 2 0 0 7/J U L I O - A G O S T O JULIO 1,6,7,8,14,15,22: El Principito. Artes Escénicas Cachiporra. 1,3,4,5,6,7,8,10,11,12,13,14,15: El librero. Bosquimanos Koryak 1,6,7,8,13,14,15,20,21,22: La vida es sueño. Comedia Nacional 2,18,19: Festival Beethoven. Concierto de la OSSODRE. Dirige Piero Gamba 9: Triple Concierto. Orquesta Filarmónica de Montevideo 23: Primavera Suiza. Orquesta Filarmónica de Montevideo. Dir. Thomas Herzog 24,25,26: Jaime Roos en concierto AGOSTO 8: La Capilla Real de Madrid. Dirige Oscar Gershensohn 17,19,21,22,24,25: Rigoletto de Giuseppe Verdi 29: Compañía de Ballet Teresa Carreño de Venezuela 31: Orquesta de Vientos Europa. Dirige Maestro Rocco Reconquista s/n esq. Bartolomé Mitre Tels. (0598 2) 1950 3323 - 1950 3325 Servicio de atención automática telefónica: 1950 1856 Montevideo - Uruguay - CP 11000 DOSSIER 53 DOSSIER 3 TEATRO.pmd 53 25/06/2007, 12:49 C R Í T I C O Por Emilio Irigoyen Resiliencia Resistir, reconfortar Es probable que usted prefiera no leer El furgón de los locos, el relato autobiográfico de Carlos Liscano sobre su vida como preso político; ni ver Resiliencia, la versión teatral de Marianela Morena. El tema es doloroso, difícil, y además a esta altura puede sonar repetido: la cárcel, la tortura, el largo recorrido mental y espiritual de quien va perdiendo los referentes de su identidad y debe poco menos que inventarla de nuevo, hasta volver un día a la calle y descubrir que debe inventarse otra vez: ahora como hombre libre. Quizá ya crea conocer suficientes historias de dignidad y de bajeza. O quizás le provoque cierto temor exponer su sensibilidad a un tema tan angustiante, a un pasado todavía tan próximo y que sigue dividiendo aguas. Pero Resiliencia no es otra y la misma queja sobre el terror pasado, ni una condena política o moral arrojada sobre los culpables. No explica quiénes y cómo eran los malos, o los buenos. Tampoco representa de manera gráfica y directa los ‘apremios físicos’. Y no nos provee cómodas respuestas. Solamente se pregunta. No las preguntas más trilladas, del tipo: ¿cómo fue que nos pasó esto? (ya sea que hablemos en tanto individuos o como sociedad). A veces ni siquiera son preguntas, sino una constatación, como la que plantea el comportamiento del torturador, o el del simple funcionario que aprovecha a vivir su pequeña cuota de poder (o de sadismo): Esto también es ser humano. Es desde ese lugar de pérdida absoluta de los referentes (el punto donde el mundo y los hombres devienen terreno ignoto y el propio cuerpo parece volverse ajeno) que empieza a construirse la voz del relato. De allí surge, incluso, su discreto aliento poético. Con similar cuidado y discreción se construye también la voz de Resiliencia. La de un espectáculo que limita al máximo sus ‘efectos’, la de un actor que se desnuda de todo histrionismo. Como si ambos, espectáculo y actor, con discreta lucidez, comprendieran que no necesitan levantar el tono, pues hablan de algo que incluso en su mínima expresión puede resultar estridente y conmovedor. Llevar a escena este tema, con un solo actor, casi inmóvil y sin el menor ‘despliegue’ interpretativo, usando una única y desnuda lamparita como iluminación, podría resultar una pequeña forma de tor tura para el espectador. No sería la primera vez. Lo que logra Resiliencia, en cambio, es una sutil, sobria, agradable (sí, agradable), experiencia estética. Al terminar, Álvaro Armand Ugón saluda con extrema discreción, como recordándonos que aquí no hay mucho que aplaudir, poco que festejar. Algo que pensar y, quizás, que aprender. En medio de la catarata de basura escénica que inunda la ciudad, con espectáculos destinados a herir gratuitamente la sensibilidad del espectador (como La tercera parte del mar), y otros que directamente la anulan, proponiendo una visión alienada de la vida emocional (Busco al hombre de mi vida), esta pequeña puesta, inobjetable y discreta, es una experiencia estética y humanamente reconfortante. Resiliencia Texto: Versión de Marianela Morena sobre la novela El furgón de los locos de Carlos Liscano. Lugar: Sala Off Metro (San José 1211, 902 2017). Viernes y sábados 21 horas. Las nenas de Pepe La Bernarda parió un ratón Inver tir el designio de Bernarda Alba: no conservar la virginidad sino perderla esta misma noche. La idea de Gabriel Calderón para reescribir el clásico de García Lorca era ingeniosa, pero se queda en eso: una idea. Sólo sirve para usar un espacio formidable, la antigua Farmacia Solís (mobiliario incluido), cuyo aprovechamiento es lo mejor del espectáculo. El nutrido elenco no funciona: para lo limitado de las coreografías no hacían falta bailarinas, mientras que los parlamentos reclaman otra fineza. Pero en fin: si el texto no fuera tan inconsistente y banal, tan ingenuo y hasta tan torpe (¿este Calderón es el mismo que escribió Mi muñequita y Uz?), a Lorca la idea podría haberle gustado. Las nenas de Pepe Texto y direción: Gabriel Calderón. Lugar: Vieja Farmacia Solís (Agraciada 2623 y Santa Fe). Sábados 22, domingos 21 hs. 54 DOSSIER DOSSIER 3 TEATRO.pmd 54 25/06/2007, 12:49 T Playa desierta En busca de la obra perfecta La obra de Marguerite Duras es, entre muchas otras cosas, una búsqueda de la palabra perfecta. Esa palabra única, absoluta, que diría lo que realmente hay que decir, no es ‘amor’, ‘Dios’, ‘mamá’ o ‘infinito’, ni ninguna de las pobres tentativas que el hombre –el lenguaje humano– ensaya una y otra vez para decirlo. La obra de Duras se funda en la conciencia de que tal palabra no existe ni podría ser pronunciada, pero también en la convicción de que nada vale la pena ni justifica la escritura, sino el imposible intento por decir esa palabra imposible. Proust creía que al final de la casi incesante proliferación, en el extremo del gigantesco edificio de su Obra, la mano o los labios casi podrían llegar a tocar, paladear o cantar esa palabra. Medio siglo después, Duras no posee esa confianza. Mariana Percovich pareciera que tampoco. Pero a diferencia de artistas como Beckett, que trabaja desde la derrota y por la derrota, Percovich trabaja, como Duras, para la perfección. Precisamente porque el intento es imposible, debe ser perfecto. Una vez leí una ingeniosa y fina nota periodística sobre un concierto con obras de Mozart. El título era ‘La perfección existe’ y la última frase decía: “La per fección existe, y se llama Mozart”. Un durasiano podría parafrasear ese final diciendo: “La perfección no existe, y se llama Duras”. Cada espectáculo de Percovich es de un rigor y una precisión raros en un país donde prima el masomenismo. Rigor que se proyecta sobre la platea: sus puestas exigen del espectador concentración y, más aún, quizás, una disposición de ánimo. Aquí, más que en sus obras propias, apuesta a una concentración y una lentitud muy durasianas; a una búsqueda por la perfección todavía más firme que de costumbre. Concentración y lentitud de los movimientos y los gestos, pero también de los sentidos: el significado es algo que se construye con tiempo y con pausas, sin arrebatos. Incluso los arrebatos sólo significan a la larga, nunca en el momento. El espectáculo no ‘ilustra’ la biografía ni los textos de la escritora. Más bien parece querer fundirse con ellos. De hecho, a menudo es difícil reconocer cuándo la pieza retoma pasajes de la narradora y cuándo se trata de la escritura de Percovich. Otro tanto ocurre con la puesta en escena. La estética ‘china’ (movimientos inspirados en el tai chi, ideogramas en las paredes y en las vestimentas, abanicos, trabajo con formas teatrales orientales), en algunos aspectos resulta demasiado literal, casi convencional, y puede sonar arbitraria a quien no conozca lo suficiente de la vida y obra de Duras, que vivió hasta los 17 años en Indochina. Pero es una forma de reinventar escénicamente un universo E A T R O irrepetible (los tiempos y movimientos internos de su escritura están presentes en los movimientos de tai chi que ejecutan los actores). A ello contribuye la música en vivo de Ariel Ameijenda, un verdadero recital, tan cuidado como todo lo demás. Percovich dejó una exitosa carrera periodística para iniciar la teatral con Te casarás en América (1996), y dirige actualmente la Escuela Municipal de Ar te Dramático. Es una rara combinación de ar tista exquisita y eficaz directora de una institución artística. No se barajó su nombre para la dirección de la Comedia Nacional. Claro, ¿para qué buscar la per fección, si podemos conseguir el masomenos? Playa desierta Texto: Versión de Mariana Percovich sobre novela homónima de Marguerite Duras. Dirección: Mariana Percovich. Lugar: Undermovie (Montevideo Shopping, 200 2511). Viernes y sábados 21, domingos 20 hs. Dionisio y La vida es sueño Ah, sí: la Comedia Casi me olvido: nuestro elenco oficial estrenó dos puestas olvidables. Dionisio es un texto didáctico, escolar, sobre Dionisio Díaz, que los actores pronuncian con un acento gauchesco más bien ineficaz, llevado a escena con ciertos elementos simbólicos muy tenues y una notable ausencia de creatividad o de ideas (algo raro, viniendo del director Leonel Dárdano). La vida es sueño es un clásico formidable, que Adriana Lagomarsino monta con un despliegue inútil y una abrumadora ingenuidad. Los ‘bailarines’ dando saltitos como en una mala obra para niños son de las cosas más ridículas que la Comedia ha propinado en mucho tiempo. Excepción hecha del final de Tierno y cruel, claro: enormes fotos de niños pobres, como salidas de la publicidad de una institución caritativa. DOSSIER 55 DOSSIER 3 TEATRO.pmd 55 25/06/2007, 12:49 G E N D A Por Emilio Irigoyen Foto: Gustavo Castagnello A El ex director de la Comedia Nacional dirige una rara obra de Lope de Vega Tuya, Héctor Foto: Gustavo Castagnello Durante varios años y hasta hace unos meses fue director de una Comedia Nacional que en ese período se acostumbró a salir del centro y a convocar a directores jóvenes. Muchos dijeron que la vieja y venerable institución intentaba renovarse. Para otros, su gestión, que contó con un fuerte apoyo por parte del elenco, estuvo marcada por el elitismo y hasta el despilfarro. Estos términos empezaron a escucharse con más frecuencia tras el cambio de autoridades municipales, cuyas ostensibles ‘diferencias’ con la dirección artística de la Comedia, de quien el organismo es una dependencia, fueron notorias. Ahora que Héctor Manuel Vidal cesó en el cargo, este bicho de teatro vuelve a ser lo que era antes, y a lo que durante estos años apenas pudo dedicarse: uno de los más importantes directores de teatro del país. Sacarse el traje de dirigente para volver a ponerse el de jugador. Lo hace desde estos días en el Te a t r o V i c t o r i a , d o n d e V i d a l e s t r e n a Gatomaquia, adaptación de un simpático y curioso texto de Lope de Vega. Los gatos de Lope En la España del Siglo de Oro, Lope de Vega alcanzó un prestigio al que ni Cervantes ni Quevedo podían hacer sombra. En medio de los fastos y maravillas literarias del barroco, de su rutilante carrera literaria y su intensa vida personal, don Félix se hizo tiempo para componer un largo poema de versificación simple sobre las aventuras de un par de héroes más bien poco glamorosos: dos gatos, rivales por el amor de una felina. Además de los comendadores y peribañes por los que solemos recordarlo, Lope es autor de una obra variada y extensísima. Para empezar, una poesía cuya complejidad apenas tiene algo que envidiarle a Góngora, su enemigo poético y personal. Como el otro titán de la escena de su tiempo, William Shakespeare, quien escribió una colección de Sonetos que se encuentran entre la poesía más notable en lengua inglesa, también Lope compuso algunos. Unos 1.500, para ser más precisos, algunos de los cuales figuran entre los principales ejemplos del género en nuestra lengua. Y como aparentemente le sobraba el tiempo, o quizá fuera capaz de escribir dormido, este Monstruo de Naturaleza como lo llamó Cervantes, es autor de varios centenares de comedias (ni la historia ni sus contemporáneos pudieron llevar la cuenta), y puso además su firma en nueve epopeyas, tres poemas didácticos y una docena de relatos de cor te novelesco. De todo esto, algunas obras mayores han recibido relativamente poca atención, como La Dorotea (1632), largo relato dialogado de un realismo sorprendentemente crudo. Otra obra curiosa y poco conocida es esta Gatomaquia, donde Marramaquiz y Micifuf se enfrentan por el amor de la bella Zapaquilda. Lope era capaz de escribir tanto largos poemas épicos como obras en verso donde los parodiaba. La Gatomaquia es una de estas últimas: retoma temas, personajes y argumentos clásicos, pero desde el humor. Lope visita el amor, los celos, la brujería, la guerra y la muerte, temas recurrentes en su obra que aparecen aquí en clave paródica. Como dicen quienes ofrecen hoy esta versión montevideana: “entregándose al espejo del humor, nos pinta con cier to cinismo y picardía lo mejor y lo peor de la condición humana”. Sobre el texto, el director explica: “Como en una obra de Orwell, pero del siglo XVII, los gatos de Lope dejan de ser personajes de fábula infantil y cumplen con el distanciamiento y la seducción que pedía Brecht. Ya en el final de su vida, Lope usa su oficio en el manejo de la palabra, para comunicarse 56 DOSSIER DOSSIER 3 TEATRO.pmd 56 25/06/2007, 12:49 T con su hijo adolescente que está en plena acción, en el frente de batalla, y lo hace jugando. El resultado es esta lección sobre las pasiones, sus manejos y efectos”. Y un atractivo adicional para los amantes de esos animales a quienes Ner uda llamó “tigres de tocador” y “policía secreta de las habitaciones”. Lope ya había apelado a ellos en muchas de sus obras, pero aquí los hace protagonistas. Otro motivo de interés es que la adaptación conserva el verso. La combinación de actores jóvenes y teatro en verso es todo un símbolo del rol que Vidal ha tenido en la historia del teatro ur uguayo contemporáneo: un vínculo entre la vieja guardia (los históricos del teatro independiente y de la propia Comedia), y las figuras que, ya entrados los noventa, instalaron estéticas y actitudes nuevas en la escena. El denso tejido del sistema teatral uruguayo de los setenta fue hecho jirones por la dictadura, y un medio teatral no se re- E A T R O construye de un día para otro, por más que los artistas regresen y las salas se reabran. De hecho, la reaparición de los grandes nombres tras un hiato de una década, o más, obturó el desar rollo de las figuras emergentes. La renovación teatral empieza a sentirse con fuerza recién a mediados de los noventa y se saltea una o dos generaciones: gente como Jorge Curi, Antonio Larreta y Eduardo Schinca pasaron la posta a directores que no eran diez o quince sino treinta o cuarenta años más jóvenes que ellos. Vidal acompañó este momento de inflexión desde la Comedia Nacional, abriendo sus puertas a varios de los principales nuevos directores de la última década. Antes, en los ochenta, él mismo había sido, junto con Nelly Goitiño, un modelo a seguir para muchos de esos creadores, por puestas memorables como La boda de Brecht, en la propia Comedia (1986). Una figura emblemática vuelve a la cancha. Ya no es la misma cancha, es cierto. Pero la tribuna, aunque agite otras banderas, siempre recibe con júbilo a los buenos jugadores. Hablando de concursos, lo del «sobre cerrado» para conservar el anonimato del seudónimo siempre es un procedimiento universal para este tipo de cer támenes, en Australia o Uruguay. Pero nuestro Ministerio de Cultura decidió innovar: para presentarse a los premios nacionales de literatura de este año, cuyo llamado acaba de cerrar, había que llenar un formulario adicional, consignar nombre y seudónimo del concursante. Supongo que los formularios se guardan en un cofrefort cuya única llave la tiene el Sr. Ministro... Se podría culpar a los nuevos asesores de la Dirección de cultura, nombrados por designación directa, que son bastante jóvenes y sin mucha experiencia en el análisis, diseño e implementación de políticas culturales. Pero ellos mismos suelen participar en concursos como este, así que no debe ser idea de ellos. Como este cronista se presentó este año, no supo si comunicarse con el MEC en calidad de periodista, para obtener información sobre el nuevo formulario, o como concursante, para quejarse airadamente. Gatomaquia. Adaptación teatral de la novela de Lope de Vega. Dirección: Héctor Manuel Vidal. Con Diego Arbelo, Leandro Núñez, Jimena Pérez y Cecilia Sánchez. Funciones: viernes y sábados, 20.30 hrs., domingos 18.30hrs. Teatro Victoria (Río Negro 1477, tel. 9019971). Estreno: 20 de julio. Concurso y congreso El mayor congreso de teatro que hay en la región lo organiza cada agosto el Grupo de Estudios de Teatro de la Universidad de Buenos Aires. La 16ª edición será del 7 al 11 de agosto en el señorial Teatro Cervantes. Presente su ponencia y sea uno de los 200 críticos e investigadores de una docena de países que se reúnen cada año a intercambiar ideas e información sobre el teatro ibe-roamericano. Y si no quiere viajar espere hasta noviembre, cuando nuestra propia universidad pública organiza su III Coloquio Internacional de Teatro. Más joven y más chico, pero según algunos colegas brasileños, bastante más divertido. ¡Por favor, señores académicos! El 10° Certamen de textos teatrales Esperpento, por ejemplo, organizado en Torreperogil (España), con temática libre. Hay dos premios de 2000 y 1000 euros, que alcanzan para costearse el pasaje. Enviar tres copias en folios A4 a doble espacio, firmados con un seudónimo, e incluir disquete, o mandarlo por correo electrónico en formato PDF, también acompañados de su seudónimo. Calcular que la puesta en escena oscile entre los 30 y 90 minutos. Dirección: Ayuntamiento de Torreperogil («Cer tamen de Textos Teatrales» Patronato de Cultura y Deportes), C/ Plaza de la Villa, 19 C.P. 23320 TORREPEROGIL (Jaén España), acompañados de un sobre cerrado en cuyo exterior figurarán el título de la obra y el seudónimo del autor, y en su interior el nombre y apellidos, dirección, teléfono y una breve reseña sobre el currículo o biografía del mismo. Teatro Cervantes de Buenos Aires. DOSSIER 57 DOSSIER 3 TEATRO.pmd 57 25/06/2007, 12:49 EMBAJADA DE COLOMBIA Actividades Culturales 2007 SALTO – FOTOGRAFÍA BAJO EL MAR 27 de junio a 27 de julio Museo de Artes Visuales. Exposición de fotografía de la artista colombiana Ana María Rueda. CICLO DE TERTULIAS LITERARIAS «SILLAS DE PAPEL» 2007 Primer miércoles de cada mes. Residencia de la Embajada. Por invitación. Isabel Martínez: Sorpresas de mi vida. Gustavo Zerbino: Gestión de la adversidad. Julio Olivera: El Candombe, Patrimonio Nacional. Juan Gustavo Cobo: Raíces Colombianas de García Márquez. Eloy Machado y Marta Ureta: Aproximación al tabú de las malas palabras. Hugo Manini Rios: Rodó, Ariel y su influencia en el pensamiento hispanoamericano. Rafael Sardá Ellis: Recorriendo el arte contemporáneo latinoamericano. Emma Sanguinetti: Uruguay: país de pintores. LA IRRUPCIÓN DE LA NADA – DANZA Agosto Grupo de Danza Contemporánea L’explose. MUJERES EN LA GUERRA - TEATRO Septiembre - octubre Monólogo de la actriz Carlota Llano. Obra original de Patricia Lara. Dirección: Fernando Montes. BOGOTÁ CAPITAL MUNDIAL DEL LIBRO Septiembre en San José. Septiembre y octubre en la Intendencia de Montevideo. Participación en la Feria del Libro de San José. Participación en la Feria del Libro de Montevideo. MEMORIAS DE «SILLAS DE PAPEL» Noviembre Publicación de las Memorias del ciclo de tertulias literarias «Sillas de Papel» del año 2006. Embajada de Colombia en Uruguay Tel: (598 2) 9161592 Fax: (598 2) 9161594 Juncal 1305 Piso 18 Montevideo - Uruguay 58 DOSSIER DOSSIER 3 TEATRO.pmd 58 25/06/2007, 12:49