Revista CACTUS 27 2011

Transcripción

Revista CACTUS 27 2011
Cactus
Corporación
N° 27 Noviembre de 2011 A.A. 7324 Bogotá, Colombia
Contenido
Editorial....................................................................................................... 2
Aeropuerto El Dorado: ¡Símbolo de Progreso! ¿Para quiénes?................... 5
Bogotá: Una Metrópolis: La falacia del desarrollo regional
desconcentrado para Bogotá y Cundinamarca............................................ 10
Fotorreportaje............................................................................................. 15
Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana?.................................. 19
El no tan incierto futuro de la floricultura................................................... 25
¿Quiénes somos?
La Corporación Cactus es una Organización No Gubernamental, ONG, de desarrollo, sin ánimo de lucro, creada
en 1995 con Personería Jurídica Res. 066/20 de febrero de
1996 de la Alcaldía Mayor de Bogotá, Colombia.
La finalidad de la Corporación es promover en los medios
urbanos y rurales de la Sabana de Bogotá, prácticas y relaciones respetuosas de los derechos humanos, económicos,
sociales, culturales y ambientales, orientados a alcanzar
condiciones de vida óptimas, especialmente para las trabajadoras, trabajadores y comunidades, con especial atención a
las mujeres y los jóvenes.
Con ese propósito adelanta los programas de:
– Comunicación y participación para el desarrollo.
– Mujeres, trabajo y agroexportación.
– Agua y soberanía alimentaria.
Revista Cactus N° 27
Dirección:
Aura Rodríguez
Edición:
Ricardo Zamudio Rozo
Diagramación e impresión:
ARFO, Editores e Impresores Ltda.
Editorial
S
e dice que Bogotá y la región que la circunda son una realidad inescindible. Qué se
considere la región circundante, depende de las ganas y estas pueden ser insaciables: la
Sabana como el entorno más inmediato, Cundinamarca un poco más allá o los departamentos incluidos en la región central. Reduzcámonos para los efectos de esta reflexión a la
Ciudad Región, esto es Bogotá y los municipios de la Sabana.
En este caso se afirma que la relación es la de un matrimonio indisoluble, “una relación simbiótica”, o la de dos hermanas con muchas razones para quererse y argumentos suficientes
para tomar distancias y verse con recelo. ¿Cuál es exactamente la relación entre estos dos
territorios, entre las distintas sociedades que están ubicadas en ellos?
Habría que decir en primer término que no son sociedades homogéneas, sino que están
cruzadas por diferencias sociales, intereses contrapuestos y grandes conflictos. Por ejemplo:
entre el gran comercio, el pequeño comercio y el ambulante hay diferencias, intereses y conflictos. En estas sociedades se dan hegemonías, más significativas en el caso de Bogotá, pues
tienen mayor peso y mayor capacidad para subordinar a otros. La hegemonía se concreta en
el proyecto que el grupo hegemónico ha definido para la sociedad y el territorio de que se
trate.
Las élites de Bogotá han decidido “internacionalizarse”, esto es hacerse competitivas en el
contexto global. Para ello, se han propuesto atraer inversión extranjera –ahora los inversionistas extranjeros y sus intereses entran en la realidad que llamamos “élites”–, modernizar
la infraestructura, producir para la exportación. Exportar no solo flores, también hortalizas y
frutas exóticas. Pero, como el Distrito Capital no dispone de los climas y de las tierras apropiadas para una producción agrícola diversificada para la exportación, las élites internacionalizadas requieren del entorno regional para articularlo a su proyecto.
En el proyecto de internacionalización no entran los pobres de Bogotá. O de pronto sí, pero
sólo como fuerza de trabajo barata, como una más de las ventajas comparativas que se le
ofrecen al inversionista. Así, se dice que en Bogotá el ingreso anual para trabajadores con
formación profesional y diez años de experiencia es la tercera parte de lo que se paga en Sao
Paulo o Río de Janeiro. Es el séptimo lugar en América Latina, pero “si usted señor inversionista, lo requiriera lo podemos rebajar todavía más”.
Curiosamente, sí entran las elites políticas de los municipios que reciben su propina por
cambiar la destinación del suelo o por liberar de predial los terrenos de las zonas francas, por
ejemplo. O por mero arribismo, “porque soy capaz de autorizar que las aguas servidas de
Bogotá terminen en Soacha sin tratamiento alguno, si la oligarquía bogotana me hacen sentir
que me tiene en cuenta, así sea por un rato”.
2
Editorial
De este modo, el proyecto de la ciudad región es la iniciativa de las élites bogotanas, el capital
transnacional –sobre todo financiero– y sectores de la clase política local. Del otro lado, del
lado de las mayorías, hay ignorancia, desinterés, apatía o acaso la sospecha de que todo está
definido y no hay mayor cosa que hacer.
Un problema a considerar es que la élite bogotana necesita que el proyecto de la internacionalización de sus intereses cuente con una superestructura administrativa de manera que
la concertación sea expedita y no tenga la traba de los alcaldes y los concejos parroquiales,
incapaces de alcanzar la dimensión a que ella ha llegado.
Se pretendió superar este bache mediante un Acuerdo de Voluntades entre el gobernador de
Cundinamarca y el alcalde de Bogotá, que oficializaba el proceso de integración iniciado por
instancias tecnocráticas sin contar con las comunidades. Porque como dice el ex alcalde Jaime
Castro, se requiere que la Gran Bogotá se dote “de la capacidad institucional que le permita
regular con carácter obligatorio para sus miembros, temas que dejaron de ser locales…”.
Quién puede negar que se necesita armonizar las políticas en la región. Pero se lo ha querido imponer mediante la creación de una instancia supraterritorial, creada desde el Congreso mediante Acto Legislativo 2003, declarado inexequible por la Corte Constitucional.
Igualmente, han intentado saltarse las dificultades a través de decisiones “técnicas” desde el
Departamento Nacional de Planeación. Es el caso de los megaproyectos de vivienda, que
también fueron echados para atrás.
Facatativá. Líder “neomuisca” realizando un ritual frente a una roca con arte rupestre.
Razón tiene el profesor Gerardo
Ardila cuando sostiene que “la
presencia de los alcaldes municipales y de sus respectivos concejos es fundamental para poder
ejecutar las ideas de integración”;
por ello que en su opinión “el
principal reto es, entonces, lograr
construir un marco de respeto
y confianza y un espacio de encuentro permanente, en el que se
discutan las necesidades, se establezcan prioridades y responsabilidades y se tomen decisiones en
consenso”*.
Pero cabe preguntarse si es posible la generosidad que propone el profesor Ardila. Y en este
sentido debemos interrogarnos cómo concibe la élite bogotana su relación con el entorno
* Ardila, Gerardo. “Retos de la región capital”. En: Región capital - Bogotá y Cundinamarca son el país entero en una región. Revista Semana,
Bogotá, 2010.
3
Editorial
regional. Hay manifestaciones al canto. Una de ellas serpentea por la verde Sabana y cuando
acaba de recorrerla es un río muerto, una capa de espuma blanca que cubre un curso de agua
inmóvil, fétido, sin vida. Es el regalo hediondo que la élite bogotana le hace a la región y al
país, sin consideraciones con nadie, con indolencia e irresponsabilidad.
La explicación es sencilla. Como en un juego de espejos, la élite bogotana reproduce el tipo
de relaciones que las metrópolis desarrollan con sus colonias. Es lo que Pablo González
Casanova, desarrollando el concepto del sociólogo norteamericano Wright Mills, llama colonialismo interno.
No solo hay asimetría en las realidades económicas, hay también subvaloración de los interlocutores, a los que hay que someter con arrogancia, para aprovechar lo que de ellos sea útil.
Se está lejos, muy lejos, de considerarlos merecedores de respeto, cuyas opiniones deben
atenderse para integrarlas en un consenso.
Nada hace sospechar que, en el marco de la Ciudad Región, las cosas sean diferentes. La élite
no ha tenido la confianza en los bogotanos como para surtir una efectiva democratización,
que desconcentre funciones y descentralice la gestión de la ciudad. Se acusa que en las localidades predomina la irracionalidad y la corrupción. Sólo que, como se ha visto, la administración desde el Edificio Liévano no es un dechado de racionalidad y honradez. No se puede
esperar trato distinto del que le han dado a Bosa, Fontibón y Suba, antes municipios con
identidad, ahora localidades anodinas que dependen en todo de lo que decide la centralista
administración distrital.
Otra muestra. Muchos sabaneros trabajan en Bogotá, diariamente deben dedicar tres horas
en transportarse entre su sitio de vivienda y su trabajo. Todos coinciden en que un tren de
“cercanías” es la solución. Los mismos que hablan de la Ciudad Región y de la necesidad de
integración, pregonan que dicha solución es un asunto de los municipios sabaneros, los cuales
por contraste van a tener que asumir la sobrepoblación de la capital mediante megaproyectos de vivienda, para lo cual deben proveerlos de servicios y equipamento urbano.
Estos son los problemas que las comunidades de la Sabana deben estudiar para discutirlos,
en un plano de igualdad, sin complejos ni falsos miramientos. Es necesario encontrar aliados
en la misma Bogotá, porque estamos convencidos de que la internacionalización no es el
negocio de los habitantes del Sur y en general de la periferia bogotana. Pero sobre todo, toca
aclarar el proyecto propio de los municipios de la Sabana, que bien puede tener puntos de
encuentro con otros proyectos pero que ante todo debe ser propio. Habilitemos los escenarios para esto.
4
Aeropuerto El Dorado:
¡Símbolo de progreso!,
¿para quiénes?
Por Ricardo Zamudio Rozo
L
a implementación del Macroproyecto Urbano Regional Aeropuerto EL Dorado –MURA– “es una estrategia de ordenamiento territorial que surge
de la necesidad de integrar la región y a Colombia con el mundo. Para ello,
dicen, se debe constituir un territorio equilibrado en materia económica y social y
preparado para enfrentar los retos de contener y relacionarse con el principal puerto de salida y entrada de carga y de pasajeros del país y de la región en el norte de
Suramérica1”.
Esta estrategia territorial implica una serie de cambios importantes en la dinámica y la
vida de las y los habitantes de municipios de la Sabana occidente (Funza, Madrid, Mosquera y Facatativá), algunos de Sabana Centro (Tenjo, Tabio, Bojacá y Subachoque),
así como en las localidades de Engativá y Fontibón del suroccidente bogotano.
En este contexto retomamos el evento
realizado el pasado 6 de septiembre de
2011: “Bogotá 2038, quinta edición del
escenario para pensar a la ciudad cuando
se cumplen sus 500 años de fundación”.
El evento, que fue convocado por la Revista Semana, Siemens, la Secretaría de
Salud y la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Bogotá, incluyó la realización de un Debate entre los
candidatos y candidatas a la Alcaldía Mayor de la Ciudad, bajo la moderación de
Alejandro Santos, Director de la revista.
1
Macroproyecto Urbano Regional Aeropuerto EL Dorado - MURA. Componentes, impactos y propuestas sociales, página 16.
5
Aeropuerto El Dorado: ¡símbolo de progreso!, ¿para quiénes?
Una de las muchas preguntas que les fueron hechas a quienes participaron del debate, giró en
torno a su percepción respecto del aeropuerto El
Dorado y su significación para la ciudad y la región.
Palabras más, palabras menos, sus respuestas fueron las siguientes:
• Aurelio Suárez: Es muy preocupante es que en
aras de la competitividad se sacrifique a 7 mil
familias de las localidades de Fontibón y Engativá, que tendrían que ser expulsadas. Para evitar
esto habría que pensar incluso en la reubicación
del aeropuerto.
• Gina Parodi: No se trata de construir una ciudad con aeropuerto, sino un aeropuerto con
ciudad. El aeropuerto representa la conexión
entre Bogotá y el mundo, y es además un polo
de competitividad. Hay que tener en cuenta en
esto asociar a los habitantes de Fontibón y Engativá, para crear un polo de desarrollo económico y social.
• David Luna: Lo clave es tener en cuenta el número de toneladas a exportar, más que el número de pasajeros que harán uso de sus instalaciones. Los Ministerios deberían pasar al Centro
de la Ciudad y los pobladores de las localidades
afectadas pasar al lugar que hoy ocupan los Ministerios. Es muy importante, para mejorar el
acceso al aeropuerto, la construcción de la Avenida Longitudinal de Occidente.
• Jaime Castro: El aeropuerto ha dejado consecuencias graves en salud para quienes habitan las localidades de Fontibón y Engativá,
puesto que la población escolar sufre de otitis e hipoaudición. Adicional a este impacto,
ya presente, no hay un plan para atender el
desplazamiento de las 10 mil familias que se
van a ver afectadas.
• Gustavo Petro: Hay un sobredimensionamiento del aeropuerto. Para articular a Bogotá con el resto del país y el mundo no solo
está el aeropuerto; existe la posibilidad de
6
mejoramiento del internet con banda ancha, el
ferrocarril y las aguas navegables (especialmente en lo que tiene que ver con manufacturas),
el aeropuerto se conecta con el Centro a través
de la calle 26. Junto a esto es necesario pensar
en el turismo cultural y no solo en el turismo
de negocios.
• Enrique Peñaloza: Se han aprobado obras en el
aeropuerto sin diseños; es necesaria una pista
adicional y el mejoramiento de la tecnología
para que se reduzca el tiempo entre vuelos.
Habría que pensar además en un aeropuerto
alterno en la Sabana de Bogotá. Son importantes las vías de acceso al aeropuerto como la Calle 63 desde la Circunvalar, la Luis Carlos Galán
y la Avenida Longitudinal de Occidente.
• Antanas Mockus: Para pensar en el Aeropuerto primero hay que responderse una pregunta:
Queremos una Bogotá modesta, o una Bogotá
ambiciosa? Si la respuesta es la segunda necesariamente tenemos que referirnos a la globalización. El 90% de la población tiene una educación deficiente; es necesario elevar el nivel
de la educación para aumentar la clase media.
Se necesita más gente cualificada para producir
mercancías de mayor consumo mundial.
• Carlos Galán: La construcción del aeropuerto
implica cobro de valorización a pobladores de
las localidades. Es necesario garantizar la infra-
Aeropuerto El Dorado: ¡símbolo de progreso!, ¿para quiénes?
estructura necesaria, manteniendo el respeto
por el medio ambiente y la integración de los
habitantes.
Como puede observarse son múltiples las miradas
que pueden tenerse sobre una obra de infraestructura tan importante como el MURA, cada una
con sus énfasis y matices. Sin embargo, tratando
de agrupar las visiones planteadas por los diferentes candidatos y la candidata es claro que hay
prioridades diferentes: Para unos, la mayoría, es
indiscutible que lo fundamental es el aeropuerto
por las posibilidades económicas que representa;
para otros, los menos, la prioridad es la gente que
habita los territorios que se verán más afectados.
Surgen entonces algunas preocupaciones como las
siguientes:
La población: ¿Permanecer o “volar”
de la zona?
Para algunos candidatos su preocupación central
está no tanto en el aeropuerto en sí mismo, sino
en la población que históricamente habita los sectores circundantes y en cómo se ha visto y se verá
afectada su calidad de vida, sea por las condiciones
de salud o por el desplazamiento de miles de familias. Frente a esta situación algunos de ellos hablan
de mitigar el impacto reubicándolas en otra u otras
zonas de la ciudad; otros hablan de asociarlas a las
dinámicas que genere el aeropuerto.
En el primer caso, muy seguramente se afectarían,
por no decir se rasgarían, las dinámicas culturales y
comunitarias que durante muchos años han construido un tejido social en sus localidades. “Para los
planeadores es menos costoso expulsar gente que
reubicar y construir un aeropuerto en otra parte2”. Por otro lado, habría que preguntarse cuáles
serían las opciones de tierra y de planes de vivienda para estas familias y las condiciones en que se
realizaría este desplazamiento y esta reubicación.
Para sus habitantes “este territorio significa mucho
más que un espacio físico disponible para cualquier
clase de construcciones o megaproyectos”3, razón
por la cual deben ser consultadas. Si hay un desplazamiento de la población se le debe garantizar
todos los equipamentos urbanos necesarios para
proteger su derecho a una vida digna.
En el segundo caso, asociar a las y los pobladores
a las dinámicas del aeropuerto, cabe preguntarse: ¿Qué significa “asociar” en este contexto específico? Si se trata de la generación de empleo,
vale la pena mencionar que “solo hay lugar para
negocios de alta jerarquía, para servicios de alta
calidad y en el mejor de los casos para tratar de
engancharnos de forma precarizada en las cadenas productivas proyectadas4”. Adicionalmente,
los pequeños negocios y la prestación de servicios, fuentes del sustento de quienes habitan los
barrios de estas localidades, con seguridad desaparecerán.
De otra parte con la ampliación de las operaciones
aeroportuarias, bajo el supuesto de la permanencia de la población en la zona, se seguirá viendo
afectado su derecho a la salud, el cual en el futuro
seguramente se verá más agravado por el aumento de la exposición al ruido, dado el incremento en
la frecuencia de los vuelos.
¿Polo de desarrollo económico y… social?
Para otros, la gran mayoría, pareciera que profundizar la apertura económica impulsada por el expresidente Gaviria a principios de la década de los
noventa, es la salida a dos grandes problemas que
tiene el país: aumento de la pobreza y desempleo.
“La nueva ola de competencia generada por la introducción de productos extranjeros al mercado
Idem, página 21.
Idem, página 17.
4
Idem, página 20.
2
3
7
Aeropuerto El Dorado: ¡símbolo de progreso!, ¿para quiénes?
colombiano transformó por completo la relación
de producción y demanda que había regido al país
por varias décadas. Como resultado, muchas industrias no lograron sobrevivir a la competencia, y
sectores enteros de producción desaparecieron5”.
Desde esta lógica es comprensible que al suroccidente de la capital y a la Sabana de Bogotá, caracterizada por tener tierras de las más fértiles del
país y una vocación agrícola importante, les destinen, al menos en buena parte, a la construcción
de un gran puerto seco que incluye bodegas, vías
y la ampliación del aeropuerto, lo cual facilitará el
almacenamiento, el ingreso y la salida de muchas
mercancías que van y vienen de diferentes partes
del mundo.
Por otra parte “…los grandes negocios asociados
al MURA serán aprovechados por el sector privado. Esto ya es evidente con la concesión a la empresa Opain del Aeropuerto, por gracia del cual
el Estado recibe menos del 50% de las utilidades,
por el uso de una infraestructura pública6”.
Junto a lo anterior “el desarrollo de las grandes
obras lleva aparejados grandes impactos socioambientales tales como la eliminación de zonas
verdes, la contaminación del aire por material particulado que conlleva un sinnúmero de enfermedades respiratorias, la intervención sobre los humedales y el aumento del ruido por el incremento
de las operaciones aéreas7”.
Todo por la competitividad
Es la terca creencia, a pesar de las evidencias, de
que “el mercado”, y más concretamente “el mercado internacional”, solucionará los grandes problemas económicos del país. En aras de promover
y garantizar dicho mercado, se hacen grandes inversiones en infraestructura y se crean las condiciones para que este sea viable.
Es cierto que la construcción de esta infraestructura puede generar empleo y que posiblemente
cuando esté en funcionamiento también lo haga;
pero, qué tipos de empleo se ofrecen y en qué
condiciones laborales? Muy probablemente empleos que no permiten un mejoramiento de la
calidad de vida de las poblaciones circundantes,
ni posibilidades de cualificación y formación. Siguiendo la tradición del trabajo ofrecido en la
Sabana de Bogotá, se ofrecerán empleos que requieren poca cualificación, y que se limitan a la
realización de actividades repetitivas y operativas
(Producción de flores y más recientemente trabajos de bodega).
Tomado de Apertura Económica en Biblioteca Virtual Luis Ángel
Arango. Ver link http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ayudadetareas/
poli/poli69.htm
5
8
La Competitividad, otra palabra muy mencionada
en el evento referido arriba, es sinónimo de producir más, a menor costo, con más calidad y en el
menor tiempo posible. Generalmente, y la sabana
de Bogotá tiene la experiencia con los cultivos de
flores para exportación, el aumento de la competitividad suele recaer sobre los hombros y la salud
de quienes laboran de diversas maneras: con el aumento de las metas de productividad a lo largo de
los años, con la tendencia a deslaboralizar y desregularizar el mundo del trabajo; todo para ser más
competitivos en el mercado internacional.
Obviamente existen otros países que también trabajan por lograr la mayor competitividad posible,
lo que implica que también sus poblaciones, sus
trabajadoras y trabajadores, y su infraestructura se
vean afectadas. En esta competencia mundial desaforada, se hace “lo que sea” por la competitividad
y se sacrifican las tierras y los seres humanos que
Macroproyecto Urbano Regional Aeropuerto EL Dorado - MURA.
Componentes, impactos y propuestas sociales, página 21.
7
Idem, página 20.
6
Aeropuerto El Dorado: ¡símbolo de progreso!, ¿para quiénes?
las habitan, de aquí y de allá, de nuestro país y de
otros países. Es como si, inevitablemente, los pobres de la tierra tuvieran que resultar sacrificados,
para alcanzar permanentemente una competitividad que supuestamente los va a salvar.
Mejores vías, para las mercancías…
Es evidente que a lo largo de los años el paisaje
sabanero se ha ido transformando: De la imagen
de unas tierras fértiles para la producción agropecuaria, y en particular para la producción de alimentos, en una Sabana más agroindustrial orientada a la producción de flores para exportación, en
donde por supuesto el aeropuerto ha jugado un
papel muy importante. Actualmente, la sabana se
orienta a la construcción de un puerto seco que,
en armonía con la adecuación de un aeropuerto
moderno, garantice la conexión de la región y el
país con el mercado global, facilitando la circulación de mercancías y la realización de negocios
internacionales.
Desafortunadamente las comunidades de la Sabana de Bogotá y de la ciudad no están siendo consultadas en relación a estos cambios estructurales
en su territorio. ¿Qué pasa y pasará con la producción de alimentos en la Sabana de Bogotá, fuente
de abastecimiento para la ciudad y el país? De qué
manera este cambio de paisaje impacta e impactará la construcción de identidades individuales y
colectivas con el territorio, con la región? Lo que
está en juego no es solo la conexión con el mundo,
sino también la conexión con nuestros territorios,
sus poblaciones y sus habitantes.
¿Todo por la plata?
En la mayoría de los planteamientos se deja entrever una perspectiva economicista del desarrollo:
Los seres humanos, el medio ambiente y la región
se colocan al servicio de los negocios de empresas
nacionales, multinacionales y de negocios internacionales; no al contrario, como podría pensarse
debería ser el orden de las cosas.
De otra parte, tienden a priorizarse mucho más
los negocios que la cultura, el intercambio cultural
y la educación: Si se piensa en ella (la educación),
generalmente es en función de cualificar para mejorar la producción y asegurar el éxito de los negocios, y muy poco para enseñar a pensar sobre el
presente y la construcción del futuro de la región,
de una manera integral, que contemple la economía como un aspecto importante de la vida y la
sociedad, pero no como el único y el más importante factor de desarrollo de las y los habitantes
de la región.
Todo esto debería hacernos pensar en cuál es el
modelo de ciudad y región que queremos; cuál es
el modelo de desarrollo que queremos para nuestros hijos e hijas. Y en este contexto, resignificar
el aeropuerto como símbolo para conectarse,
primero con otras regiones del país, luego con el
mundo, desde la economía, pero una economía
que beneficie a todos y todas; adicionalmente,
también desde la cultura, la educación, el arte y la
solidaridad.
9
Bogotá: una metrópolis
La falacia del desarrollo regional
desconcentrado para Bogotá
y Cundinamarca
Por Darío Antonio García
Los primeros diez años
H
an transcurrido diez años desde el momento en que la gobernación de
Cundinamarca y la alcaldía de Bogotá firmaron el acuerdo de voluntades
para hacer de la ciudad y el departamento una “región”, en lo que hoy se
conoce como la ciudad región Bogotá-Cundinamarca.
En los últimos diez años han aparecido diversos documentos que alimentan esta
idea. Es así como desde el acuerdo de voluntades, firmado en el 2001, nace el
concejo regional de competitividad (hoy Comisión Regional de Competitividad
CRC), conformado por el sector público, empresarial y académico. En 2003 sale a
la luz pública el documento “Bases del plan de competitividad”; en el mismo año se
emite el documento Conpes 3256 que lleva por titulo “Políticas y Estrategias Para
la Gestión Concertada del Desarrollo de la Región Bogotá-Cundinamarca”; en 2004,
la gobernación de Cundinamarca divulga su texto “Articulación De Los Planes de
Ordenamiento Territorial de los Municipios del Departamento de Cundinamarca y el
Diseño e Implementación y Puesta en Marcha del Sistema de Información Geográfica
Regional”; en 2005, motivados por la posible firma del TLC con Estados Unidos
y haciendo caso omiso de los mandatos del gobierno Nacional, se publica el documento “ Agenda Interna para la Productividad y la Competitividad de la Región”
con 71 proyectos que serían ejecutados con el ánimo de construir el desarrollo
regional.
En adelante, la alcaldía de Bogotá, la gobernación de Cundinamarca y la Corporación Autónoma Regional, apoyados por Universidades (fundamentalmente privadas), de la Cámara de Comercio de Bogotá y del sector empresarial de la ciudad y
el departamento, con múltiples estudios, constituyen el “Plan Regional de Competitividad Bogotá-Cundinamarca 2010-2019”. Por su parte el observatorio de la región
10
Bogotá: una metrópolis. La falacia del desarrollo regional desconcentrado para Bogotá y Cundinamarca
Bogotá-Cundinamarca realiza balances permanentes sobre el comportamiento de la economía y la
inversión en Bogotá y Cundinamarca.
Lo que parecen tener en común estos textos, entre muchos otros publicados en la década pasada,
es un mismo proyecto de desarrollo, una misma
forma de mirar el mundo y el rumbo del país y la
región. Tres son los pilares de dicho proyecto de
desarrollo:
1. Inversión extranjera e internacionalización de la
economía de Bogotá y Cundinamarca.
2. Competitividad regional.
3. Integración regional (en lo que tiene que ver
con su ámbito infraestructural).
De fondo, lo que parece tener en común la idea, es
la imposición de un modelo de desarrollo pensado
para favorecer la internacionalización de la economía mundial sin contar con los intereses, deseos y
expectativas de la población del departamento y
la ciudad de Bogotá; los proyectos y las obras que
en la actualidad están en fase de desarrollo no han
sido comprendidos y construidos por la población:
el espacio y sus características geográficas vienen
cambiando y las comunidades, atónitas, no se explican a qué se deben dichas transformaciones. Parece cierta la afirmación del geógrafo David Harvey cuando dice que los ricos dominan el espacio
mientras que los pobres se encuentran atrapados
en él.
¿Construir una región? ¿O, imponerla sin
ser viable?
El reto para la Gobernación de Cundinamarca,
para la alcaldía de Bogotá y para la CAR es la configuración de lo regional: Hacer de Bogotá y Cundinamarca una región; pero ¿qué se entiende por
lo regional? ¿Cuáles son los elementos que definen
a una región?
Ha existido históricamente en Colombia una discusión importante al respecto que los actores antes enunciados han ignorado. La literatura oficial
sobre la ciudad región (es decir, la enunciada en la
primera parte de este artículo) comprende que el
espacio se regionaliza por las acciones de reconfiguración espacial que el mercado a nivel mundial
demanda. En últimas las regiones no las construyen las personas sino el mercado:
“Los territorios relevantes en la economía global
se caracterizan por integrar sus zonas urbanas más
desarrolladas y los entornos suburbanos y rurales,
dando lugar a formaciones regionales con capacidad para interactuar competitivamente con las redes mundiales de ciudades región”1.
En teoría, la construcción de la región estará marcada productivamente por un modelo de desarrollo endógeno, que resaltará las ventajas competitivas de Bogotá y el departamento para sacar mejor
provecho de la actividad comercial en los mercados internacionales. Esto, reiteramos, en teoría,
traerá beneficios para la población en su conjunto.
Dos elementos de fondo vale resaltar en lo que
hemos hasta ahora enunciado: En primer lugar, el
discurso sobre lo regional está siendo utilizado de
manera retórica sobre una región que no existe
ni político-administrativa, ni socioculturalmente.
Esta región, se supone, va a construirse impulsada
por un modelo de desarrollo que el empresariado
local, internacional e instituciones gubernamentales apoyadas por la academia, vienen gestando
sin tener en cuenta a las personas que habitan el
espacio; en segundo lugar, el desarrollo endógeno
de que se habla, está maquillado por un discurso
que no cambia la realidad productiva; todo lo contrario, detrás de él se esconde la reprimarización
de la economía. En últimas, entramos al mercado
internacional con productos con poco valor agreConpes 3256. POLÍTICAS Y ESTRATEGIAS PARA LA GESTIÓN
CONCERTADA DEL DESARROLLO DE LA REGIÓN BOGOTÁCUNDINAMARCA. Bogotá, 2003.
1
11
Bogotá: una metrópolis. La falacia del desarrollo regional desconcentrado para Bogotá y Cundinamarca
gado en la propuesta productiva hecha para Cundinamarca y los municipios aledaños a la capital.
Nuestra posición en la economía mundial no cambia sino se afirma.
Por último, vale recalcar que los proyectos agenciados por la Comisión Regional de Competitividad y apoyados por diferentes sectores públicos y
privados, están demarcando la ruta a seguir de los
municipios del departamento de Cundinamarca:
están eliminando la poca autonomía que quedaba a
los municipios y a las personas que los habitan para
definir qué rumbo quieren tomar. En este contexto no importa si los y las habitantes construyen una
identidad regional y una pertenencia territorial, la
región no está siendo construida de abajo hacia
arriba: este es un proceso de “regionalización” ajeno a las personas y por supuesto, impuesto.
¿DESARROLLO REGIONAL
DESCONCENTRADO?
Al iniciar este proyecto de “regionalización”, el
Concejo Nacional de Política Económica y Social
(CONPES) decidió optar por un modelo de desarrollo desconcentrado de la siguiente manera:
1
concentrado
19 municipios
Este modelo abarca la conexión de 116 municipios
como la figura lo enuncia. La idea que hizo al Conpes optar por este modelo es que, según ellos, la
región Bogotá-Cundinamarca “requiere del diseño
de una estrategia regional de desarrollo desconcentrado que movilice los recursos alrededor de
una visión compartida del desarrollo en busca, fundamentalmente, de posicionar ventajosamente a
la región frente al Acuerdo de Libre Comercio de
las Américas –ALCA– y la coloque como la zona
más dinámica de la Comunidad Andina-CAN2”.
Sin embargo, muchas cosas han pasado desde
el momento en que el Conpes planteó esta idea
hasta la actualidad. Además de no ser firmado el
ALCA, el desarrollo regional desconcentrado no
ha podido ser.
La gobernación de Cundinamarca, en su documento “Articulación de los planes de ordenamiento territorial de los municipios del departamento de
Cundinamarca y el diseño, implementación y puesta
en marcha del sistema de información geográfica regional”, expone la división subregional del departamento de la siguiente manera:
2
LINEAL
3
DESconcentrado
66 municipios
116 municipios
Concentración del desarrollo
Asentamientos principales
Infraestructura estratégica
12
Conpes 3256. Políticas y estrategias para la gestión concertada del desarrollo
de la Región Bogotá-Cundinamarca, 2003.
2
Bogotá: una metrópolis. La falacia del desarrollo regional desconcentrado para Bogotá y Cundinamarca
Nº
1
Subregión
Alto Magdalena
y Tolima
2
Rioseco y Tolima
3
Bajo Magdalena
y La Dorada
4
Río Negro
y Boyacá
5
Valle de Ubaté
y Boyacá
6
Cuenca alta del río
Bogotá y Boyacá
7
Guavio y Chivor
8
Llanos orientales
y Meta
9
Chingaza y valle del
río Negro y río Blanco
10
11
Sumapaz
y Tolima
Sabana de Bogotá
Mapa subregional
El desarrollo desconcentrado no ha sido posible
simplemente porque la inyección de capital en la
“región” está pensada en su inserción con el mercado mundial, de manera que las empresas adquieren una ubicación que les facilite la exportación y una demanda efectiva de lo que producen.
Según la Cámara de Comercio, Bogotá concentra
el 27% de las empresas a nivel nacional, mientras
que Cundinamarca tan solo el 4%. “Según la localización de las empresas de la región, el 85%
se encuentra en Bogotá, el 15%restante se distribuye entre los municipios de las provincias de
Sabana centro (3,3%), Sabana occidente (2,8%),
Soacha (2%), Alto Magdalena (1,4%) y Sumapaz
(1,3%)3”.
CÁMARA DE COMERCIO DE BOGOTÁ. DINÁMICA DE
LA INVERSIÓN EMPRESARIAL EN LA REGIÓN BOGOTÁCUNDINAMARCA 2007-2008. Bogotá, agosto de 2008.
3
La relación que sostiene la capital con el departamento sigue siendo de extracción. Cierto es que
la ciudad está expulsando población e industria a
sus afueras, y esto puede representar un cambio
en los usos y valores del suelo de los municipios así
como un aumento en su productividad; sin embargo esto no necesariamente implica la desconcentración del desarrollo.
Apegándonos al mapa subregional (ver arriba), y
a la información estadística que sobre este tema
ha ofrecido la Cámara de Comercio de Bogotá y
otros estudios4, se encontrará que la expulsión de
población fundamentalmente se está dando hacia
la Sabana de Bogotá, así como la expulsión y lleSe recomienda ver por ejemplo: FRANCOISE, DUREAU entre
otros. METRÓPOLIS EN MOVIMIENTO, UNA COMPARACIÓN
INTERNACIONAL. Editorial Alfa Omega Colombiana, 2002.
4
13
Bogotá: una metrópolis. La falacia del desarrollo regional desconcentrado para Bogotá y Cundinamarca
gada de nuevas empresas. Por su parte, según los
mismos documentos mencionados anteriormente,
los municipios más lejanos a Bogotá, poco o nada
han cambiado su actividad e intensidad productiva.
De la misma manera, el desplazamiento de algunas
empresas a la Sabana y la creación de otras nuevas
no han logrado mejorar las condiciones de pobreza, desempleo, ausencia de hospitales con infraestructura adecuada y demás carencias.
La floricultura, sector que es todavía representativo en la Sabana en lo que respecta a creación de
empleos, viene en descenso generando un aumento de la tasa de desempleo en la sabana. Las nuevas industrias y el nuevo camino productivo del
departamento no han logrado suplir este vacío. El
saldo en términos de empleo es negativo.
Según la Cámara de Comercio, “Al terminar el
2008, se encontraban en la región Bogotá-Cundinamarca 286 mil empresas (31% de las registradas
en el país) y la inversión extranjera en la ciudad
llego a la cifra de US $2.364 millones, el 70% de
la inversión directa que llegó al país”; sin embargo
tal como lo enuncia la Corporación Cactus: “… a
pesar de la retórica que emana de las instituciones gubernamentales, es preciso subrayar que el
proyecto de integración económica de BogotáCundinamarca se ha llevado a cabo teniendo en
cuenta los intereses de los TLC, favoreciendo a la
empresas estadounidenses y Europeas junto con
las élites locales, más que el bienestar de los ciudadanos de la región5”.
5
Revista Cactus 26, agosto de 2010, página 35.
14
En su estricta lectura geográfica, ciudad región no
promueve el desarrollo regional desconcentrado;
la integración infraestructural facilita el flujo de
mercancías hacia el centro (que en este caso es
Bogotá). El desarrollo parece estar presente en los
índices de productividad, pero dichos índices no
se traducen en mejores condiciones de vida para
las personas; es decir; el beneficio de la actividad
productiva no ha sido desconcentrado; de manera
que puede ser más sensato hablar de un proceso
de metropolización que refuerza la vocación tradicional de los unos y los otros: lo que se nos ha
vendido como un novedoso proyecto resulta ser
en realidad un modelo espacial de más de 27 siglos
de antigüedad: la metrópolis.
La metrópolis como forma espacial concentra
por naturaleza los beneficios de la productividad
de su radio de acción. En la antigüedad representaba el centro cultural, económico, religioso,
político y social; los habitantes de la polis poseían
un nivel de vida mucho más alto que los habitantes de las colonias, y la polis como tal, tenía un
nivel de influencia decisivo en la vida social de las
colonias y su crecimiento estaba limitado por el
radio que podía controlar política y militarmente.
Las polis son a las colonias lo que Bogotá a los
municipios aledaños.
En 1920, Bogotá se abastecía de las aguas de los ríos
San Francisco y San Cristóbal, las cuales luego de
ser desinfectadas con cloro eran llevadas al tanque
de Egipto y repartidas a los habitantes por una
rústica red de conexiones que llegaban a muy pocos
domicilios de la ciudad. La poca cantidad y pésima
calidad del líquido generaba graves problemas de
salud e higiene a sus casi 144 mil habitantes.
Ppt BID 50 años caso río Bogotá, CD Memoria seminario de recursos
naturales y minero energéticos AURY SARA 2009. Foto 126.
Recorrido Cuenca media río Bogotá Mesa Territorio Red Juvenil Itoco,
2010.
En 1923 se dio comienzo a la primera parte del
Sistema Vitelma para el tratamiento de las aguas de
los ríos San Cristóbal, Tunjuelito y sus afluentes,
la infraestructura más valiosa que tiene la empresa
de acueducto y alcantarillado de Bogotá, declarada
patrimonio histórico y artístico de la nación en 1988.
Actualmente, de los 116 municipios de Cundinamarca, sólo 53 cuentan con agua potable, 33 tienen
planta de tratamiento pero no agua potable y en 23
de ellos no hay potabilización.
15
Presentación:
Iniciamos el viaje en el agua de donde nace la vida, en los ríos, que se van transformando a través de acueductos y embalses, para el abastecimiento de la creciente población. En la ruta siempre es reconfortante encontrar-nos con estos rostros...
alegres, inciertos, inquietos, que ante todo parecen seguros de acompañar los pasos... en la defensa del preciado líquido
y el territorio.
Cundinamarca tuvo una profunda transformación en el siglo XX, debido al proceso masivo de urbanización que derivó en
que la capital fuera el centro natural en torno al cual se desarrollaron las principales actividades económicas, sociales y
político administrativas del país; a esto se suma posteriormente el fenómeno del desplazamiento forzado.
Para 1938 la población de Bogotá era de 355.502 personas, mientras en Cundinamarca ascendía a 819.105 habitantes1.
Para 2009 la población de Bogotá creció a 7.259.597 y la de Cundinamarca a 2.437.1512. En la actualidad la Ciudad región
concentra más del 20% de la población del país y aporta el 33% del Producto Interno Bruto (PIB) del mismo. Sin embargo,
para 2005 el 49,67% de la población cundinamarquesa estaba viviendo por debajo del umbral de pobreza, mientras el
16,6% se encontraban viviendo en la miseria3.
Esta tendencia demográfica y migratoria, los altos niveles de pobreza, el modelo de producción predominante, entre otros
aspectos, hacen del territorio de la Sabana de Bogotá, un escenario de alto impacto sobre los recursos naturales, una de
cuyas más fuertes expresiones es el Río Bogotá, uno de los más contaminados del mundo.
http://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/14000/lcl2013-P1.pdf
Observatorio de la región Bogotá-Cundinamarca. Cámara de Comercio de Bogotá 2009
3
López, Castaño, Hugo., y Núñez Méndez, Jairo.“Pobreza y desigualdad en Colombia: Diagnóstico y estrategias.
Misión para el diseño de una estrategia para la reducción de pobreza y desigualdad”, Departamento Nacional de Planeación, Bogotá, 2007.
1
2
S. M. Doña María Teresa Roldán Fernández y su Corte
de Honor. 1930.
Familia que vive de la ronda del río Botello en Facatativá.
Foto Colectivo Dejando Huellas, 2011.
Familia aristocrática de Teusaquillo en 1930.
Foto Gumercindo Cuéllar.
Trabajadores de flores-Conflicto Flores La Sabana.
Foto Corporación Cactus, 2009.
Familia campesina
cundinamarquesa en 1930.
Foto Gumercindo Cuéllar.
16
Niños hijos de trabajadores de
flores en festividad del 14 de
febrero, Día de las Trabajadoras y
trabajadores de Flores, 2009.
Natural de la Laguna de
Fúquene - 93 años - Bogotá.
Foto Gumercindo Cuéllar.
Mujer e hija cundinamarquesas
en 1930.
Foto Gumercindo Cuéllar.
Familia cundinamarques
en 1930.
Comunidad campesina
cundiboyacense en 1930.
Foto Gumercindo Cuéllar.
Foto Gumercindo Cuéllar.
Niños trabajadores
vía Facatativá.
Foto Gumercindo Cuéllar.
Nativo de la Laguna de Fúquene.
Boyacá - Cundinamarca
Foto Gumercindo Cuéllar.
Ppt BID 50 años caso río Bogotá. CD Memoria
Seminario de Recursos Naturales y Minero
Energéticos AURY SARA, 2009.
Foto 126.
Familia bogotana en paseo sabanero, 1930.
Foto Gumercindo Cuéllar.
Trabajo realizado por Andrea Cárdenas
y Leonardo Luna
Fotografía antigua: Archivo de Gumercindo
Cuéllar, recopilado por Juan David Delgado.
Fotografía actual: Corporación Cactus
y Origen Urbano
Jóvenes marchando el Primero de Mayo en
Madrid, Cundinamarca.
17
Foto Corporación Cactus, 2010.
En los setenta se trasvasaron y bombearon
las aguas altamente contaminadas del río
Bogotá para ampliar la generación de energía
del sistema energético, sin importar el grave
impacto que esto trajo para Sibaté y su entorno,
con múltiples violaciones a los derechos de los
pobladores a la salud y al ambiente. Desde 1997
la empresa generadora propietaria de la represa
es EMGESA, hoy filial colombiana del grupo
español ENDESA, el mayor grupo eléctrico de
América Latina.
Mujer lavando en el río Botello Facatativá. Recorrido colectivo
Dejando Huellas, 2009.
Embalse del Muña. Recorrido río Bogotá, Mesa Territorio-Red Juvenil Itoco,
2010.
El Muña fue el sitio preferido para la recreación
de los pobladores de Bogotá y sus alrededores
hasta mediados del siglo XX, cuando se construyó
el Embalse para almacenar el agua de dos
microcuencas, con la perspectiva de generar
energía aprovechando la fuerte caída del salto de
Tequendama.
18
¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana?
¿Tiene cabida la agricultura
en la sabana del mañana?
Por Cenelia Serna
Antecedentes de la agricultura en la Sabana: indicios de hacia dónde
vamos
C
on mucha seguridad nuestras últimas dos o tres generaciones no pudieron
ser testigas directas de lo que significó la agricultura para la vida de la región
y el país.
La Sabana de Bogotá, ha sido considerada uno de los ecosistemas mas ricos del
mundo, llegando incluso a ser catalogados sus suelos como los más fértiles de Colombia. Estos suelos se han formado con aportes importantes de cenizas volcánicas,
materiales orgánicos de las antiguas lagunas de la altiplanicie y sedimentos provenientes de las montañas que la circundan.
Por esta razón, son suelos bien estructu- 100
Gráfico 1.
Evolución del uso del suelo en la Sabana de Bogotá
90
rados, ricos en materia orgánica y nutrientes, profundos y con buenas características
80
75,88
físicas, que han permitido que este espacio
70
61,9
ofrezca las más altas y mejores condiciones
60
para la producción de gran variedad de es50
pecies agrícolas. Es así como se ha estima38,1
40
do que los predios de la Sabana de Bogotá
30
24,12
han llegado a ser 24 veces más productivos
20
que suelos de otras regiones del país.
9,4
90,6
Agrícola
Pasturas
10
0
Para los años 60, la estructura del uso del
1960
1970
suelo de la Sabana correspondía fundamentalmente a pasturas en un 61,9% y a
la producción agrícola en un 38,1%. Pese a que la Sabana de Bogotá mantuvo la
tendencia nacional sobre los porcentajes de los terrenos destinados a la agricultura
y a praderas, los cuales no corresponden con sus reales vocaciones1 la Sabana mantenía un potencial productivo agrícola importante, base de su abastecimiento y del
1989
Las áreas dedicadas al pastoreo son dos veces superiores a las que realmente presentan esta vocación, mientras que las
destinadas a la agricultura son diez veces menor.
1
19
¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana?
miento de las áreas cultivadas se mantenían para
todos los cultivos de la zona, excepto para el cultivo de flores, que cada vez iba ganando terreno
literalmente, pues para esta fecha cerca del 12%
de área de la sabana estaba dedicada al cultivo de
flores.
abastecimiento de la ciudad capital. Para 1970 el
área agrícola había decrecido en cerca del 13%.
Para 1990 el panorama no era el mejor, las pasturas alcanzaban un área del 90,6% mientras que la
agricultura solo llegaba al 9,4%.
Evolución de la agricultura de 1960 a 1990
80
Gráfico 2.
Evolución de la agricultura tradicional en la Sabana de Bogotá
73,37
70
65,59
56,89
60
50
30
Cereales
36,65
40
Papa
25,84
Hortalizas
24,86
20
10
0
9,35
6,45
0,78
1960
1970
1989
En el 38,1% del área dedicada a la agricultura se
destacaban principalmente los cultivos de cereales
(trigo, cebada, maíz), papa y hortalizas. Es así, como
hacia la década de los 60s, del área dedicada a la
agricultura en la Sabana un 73,3% correspondía a
cultivos de cereales, un 25,8% a cultivos de papa
y el 0,78 % restante a hortalizas. Puede apreciarse
en el grafico, cómo mientras la papa y las hortalizas ganaban terreno, los cereales iban saliendo de la
producción Sabanera de forma acelerada.
Según esta misma fuente2, para 1990 el área cultivada en papa había decrecido a un 58% y el cultivo de cereales como trigo y cebada en un 14%,
lo que indica que la producción había decrecido
en cerca de un 68%. Esta tendencia del decreciGustavo Montañez Gómez. Oscar Arcila Niño, Juan Carlos Pacheco,
et al. ¿Hacia dónde va la sabana de Bogotá? Capítulo III. El escenario
económico. Páginas 101 a 109.
2
20
Las grandes extensiones de suelo fértil,
cubiertas de plásticos bajo los cuales se
producen las tristemente hermosas flores
de la Sabana de Bogotá, han sacado de sus
espacios productivos a cientos de pequeños productores que sustentaban su vida
de cultivos tradicionales que garantizaban
el 47% de abastecimiento a la región y a
la ciudad capital. Además ha obligado a los
pequeños y medianos agricultores que aun
resisten en la Sabana a ubicarse en zonas
de ladera y a ampliar la frontera agrícola,
agudizando los ya conocidos problema
ambientales.
El mantenimiento y sostenimiento de este monocultivo ha propiciado la alteración del microclima
de la zona, la acumulación de agroquímicos, la extracción masiva de aguas subterráneas. Aquí cabe
anotar que, según estudios de la Sociedad Geográfica de Colombia, en la Sabana de Bogotá el recurso hídrico en realidad no es muy abundante a
pesar de estar rodeada de extensos páramos. De
acuerdo con los estudios de los rendimientos medios de agua en la cuenca alta del río Bogotá son
inferiores a los del resto del país, varían entre 10
y 25 L/s/km2 en las cabeceras de las subcuencas y
entre 3 y 10 en la Sabana. Esta situación se explica
por el bajo volumen de las lluvias en el año y por la
voluminosa extracción de la misma.
El declive de la agricultura tradicional
La Sabana de Bogotá permanentemente se ha venido enfrentando a grandes y graves cambios, pa-
¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana?
sando de la producción de elementos básicos para
la alimentación, a las flores, el cemento y la agroindustria, elementos básicos para la acumulación.
Para 1992 y a raíz de la aplicación de la apertura
económica, en el caso de la agricultura salieron de
la producción alrededor de 300 mil hectáreas, entre las que se destacan áreas dedicadas a cultivos
de soya, cebada, maíz y algodón principalmente,
derrumbándose la producción de cultivos transitorios; mientras las estadísticas y las condiciones
de vida de las familias dedicadas a estos cultivos
mostraban una alarmante baja en la producción,
crecían a pasos agigantados las importaciones.
Para 1999 las hectáreas salidas de la producción
nacional ascendían a 800 mil. Un ejemplo de ello:
“Las importaciones de trigo se multiplicaron por más
de dos veces y media, las de cebada se duplicaron,
las de legumbres y vegetales se triplicaron y las de
arroz, soya, maíz amarillo y algodón, de las que nos
autoabastecíamos antes de la apertura, para 1997
ya valían más de 700 millones de dólares respectivamente. Hasta nos invadieron de frutas chilenas.”3
Con la aplicación de estas políticas, obviamente
la Sabana de Bogotá se veía fuertemente afectada y por ende veía, al igual que bastas áreas de la
geografía nacional, cómo se iba enfrentando a una
alarmante e irreversible pérdida de su vocación
agrícola tradicional.
aquí, en lo que corresponde a los seres pensantes,
donde se agudizan los problemas.
• El uso excesivo de maquinaria agrícola ha sido
una práctica comúnmente utilizada en la Sabana de Bogotá cuando se inicia un ciclo de producción; esta práctica ha generado el deterioro
de las propiedades fisicoquímicas del suelo, ha
aumentado la erosión hídrica y/o eólica, ha generado su compactación reduciendo sustancialmente la tasa de infiltración y de retención de
humedad.
• La aplicación indiscriminada de plaguicidas químicos, en todas las fases de cultivo, se expresa
frecuentemente en dosis más altas de las recomendadas y con mayor número de aplicaciones, con el agravante de que los insumos
más usados corresponden a la clasificación de
categorías toxicológicas I y II, es decir extremadamente y altamente tóxicas4. Las aplicaciones
se realizan en la mayoría de los casos sin ningún tipo de criterio técnico, son aplicaciones
calendario independiente de que el cultivo los
requiera o no. Esta práctica ha llevado a un mayor deterioro del suelo, contaminación de las
MAL USO Y MANEJO DE LOS ESPACIOS
DE LA SABANA
El suelo es un recurso natural, indispensable para
la subsistencia de los seres vivos. Su formación lo
influencia el material, el relieve, el clima y los organismos, incluidos en ellos los seres humanos, y es
El sector agropecuario colombiano frente al Tratado de Libre Comercio
con Estados Unidos. Recalca. Cartilla de estudios No. 2, 2006. Pág. 23.
3
4
Resolución No. 10834 del 25 de noviembre de 1992.
21
¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana?
aguas y pérdida casi irreversible de la microflora y microfauna edáfica.
• Urbanización acelerada y desordenada. El paisaje
de la Sabana de Bogotá, está pasando de una
gama de tonos provista de todos los colores,
a una red de grises que dejan entrever poco
colorido. La Sabana de Bogotá está siendo víctima de la más acelerada y desordenada urbanización y, como círculo vicioso, vuelven a estar en juego las fértiles tierras de la Sabana, la
producción agrícola y la seguridad alimentaria
de la región. Una expansión urbana sin consideraciones humanas, paisajísticas ni ambientales,
que atenta contra la cultura, que genera graves
cambios en el estilo de vida de sus pobladores
y pobladoras.
Tal y como la plantea Julio Carrizosa: “Las características de concentración de poder y de dinero en
la capital y las circunstancias en que vive el resto del
país... permiten prever que las migraciones hacia la
Sabana de Bogotá se intensificarán durante los próximos años y que el poco más de cien mil hectáreas planas que quedan al norte y al occidente de la ciudad,
en el Distrito y en otros mu­nicipios, se urbanizarán
con la misma o mayor velocidad con que se urbanizaron las 35.000 hectáreas que hoy cubre la capital, o
sea que al finalizar el siglo XXI es po­sible que hayan
sido cubiertas con calles y casas más de la mitad de
las tierras con alto potencial agropecuario”.5
Proyección de la agroindustria con
perspectivas netamente exportadoras
En consonancia y plena consecuencia con las políticas nacionales actuales, el enfoque sobre política
agropecuaria planteado para el sector es el de libre
comercio, donde se pone de presente la urgencia
Tomado de Revista de Estudios Sociales No. 32, abril de 2009: Pág. 206.
Lograr la sostenibilidad: un debate entre Bogotá y la región.
5
22
de apertura de nuevos mercados, priorizando la
expansión del mercado de productos agropecuarios, como bien está planteado en el documento
del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural
“APUESTA EXPORTADORA AGROPECUARIA 20062020”6.
En esa apuesta de apertura de mercados, el gobierno Colombiano ya ha firmado varios acuerdos
comerciales con países como Venezuela, México,
con la Comunidad Andina de Naciones, con Chile y los países del Mercosur. Hace poco entró en
vigencia el TLC con Canadá, ya tiene acuerdos comerciales con Japón y continúa haciendo grandes
esfuerzos y el lobby necesario para que se haga
realidad el TLC con Estados Unidos, su más entrañable objetivo.
Como es sabido por todos, incluso por el mismo
gobierno nacional, esta competencia internacional,
desleal y desigual genera grandes presiones sobre
las economías agrícolas y pecuarias más sensibles,
(seguramente aquellas sobre las que se fundamenta la soberanía alimentaria de las y los colombianos). Para amortiguar los impactos generados por
el libre mercado en este sector de la economía y
proteger a los productores y sus productos, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR)
planteó el programa de Agro Ingreso Seguro (AIS).
No es necesario entrar en detalles sobre la eficacia
de este programa; sabemos bien a dónde fueron a
parar esos recursos.
El Gobierno Nacional a través del MADR, en concierto con los gremios, identificaron y priorizaron
los diez grupos de productos de mayor potencial
para la exportación7, las áreas en las cuales se deApuesta Exportadora Agropecuaria. Ministerio de Agricultura y
Desarrollo Rural. 2006-2020.
7
Los productos priorizados como promisorios exportables pueden verse en
la Tabla I. Productos Priorizados en la Apuesta Exportadora Agropecuaria
2006-2020, del artículo “El no tan incierto futuro de la floricultura”, en
esta misma revista.
6
¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana?
sarrollaría el potencial productivo y las regiones
que garantizarán la producción, para lo cual fueron
considerados aspectos tales como: las oportunidades de mercado para cada producto, los requisitos para lograr su admisibilidad en los mercados
internacionales, las regiones del país que ofrecen
las mejores condiciones para su producción y los
instrumentos de política que servirán de apoyo
para incrementar su competitividad y asegurar su
ingreso a los mercados externos.
Según, este mismo documento, el gobierno espera que entre 2006 y 2020 el área sembrada de
cultivos con potencial exportable crezca en 2,5
millones de hectáreas, pasando de 1,9 millones
a 4,4 millones. Proyecta que el incremento en el
área sembrada de otros cultivos será de 302.569
hectáreas, pasando de 2,9 millones en 2006 a 3,2
millones en 2020. Aunque no deja claro cuáles son
los otros cultivos, podría suponerse que son aquellos que no tienen propósitos de exportación y por
lo tanto son para el consumo interno, desestimulando la producción para el consumo nacional, la
producción de todos aquellos agricultores que no
pueden hacer parte de las cadenas productivas o
que no se encuentran en las zonas priorizadas. Todos los recursos y esfuerzos estarán centrados en
la oferta agroexportadora, dejando a la deriva y a
la dependencia de las importaciones, la alimentación de las y los colombianos.
¿Qué se propone para la Sabana?
El Modelo Empresarial de Gestión Agroindustrial
(MEGA) se vende como la estrategia de desarrollo
económico para la región Bogotá-Cundinamarca,
que tiene como objetivo el Fortalecimiento de la
capacidad productiva y exportable de sus productos agrícolas y agroindustriales. El MEGA apoya
los productos de la cadena de Hortalizas, Hierbas
aromáticas, medicinales y condimentarías, Follajes, Tubérculos, Productos procesados, Frutas. Su
fin es apoyar la agroindustria exportadora, “Nuestros servicios están fundamentados en los Gestión
Productiva, promueve sus proyectos integrales de
producción, en la cadena agroindustrial, orientándolo
a los mercados internacionales”8.
Tal y como está planteado en el Plan estratégico
del Corredor tecnológico agropecuario para la Sabana occidente: “existen algunas especies hortícolas
que han probado en algunas regiones su capacidad
de adaptación a suelos salinos y que tienen potenciales de uso en alimentación animal y de generación
de energía, como la remolacha azucarera, de la cual
se tiene noticia de algunos ensayos exitosos. Es deseable hacer investigación alrededor de esta especie
en la Sabana de Bogotá con el fin de conformar un
paquete tecnológico integral de producción, manejo
del suelo y agua y postcosecha incluyendo oferta para
alimentación animal y procesamiento para generación de energía”9.
En ese mismo sentido la Mesa de Competitividad
de la Sabana de occidente planteó: “…varias son
las apuestas productivas que nos atañen, entre ellas,
la agroindustria, alimentos, flores, hortalizas, frutales
y aromáticas con buenas perspectivas exportadoras.
Igualmente el Turismo, la Informática y Salud de alta
complejidad. En el sector de Industria se destacan:
confecciones, químicos, bebidas, cosméticos, construcción, aseo, automotor”10.
Es evidente que la Sabana se consolida como el espacio estratégico para el desarrollo de las políticas
agroexportadoras, pues es una región que reúne
todos los criterios, requisitos y ventajas exigidas
por el mercado mundial; muestra de ello son to-
http://www.megagroindustrial.org.co/portal/default.aspx?catID=1
Corredor Tecnológico Agropecuario para la Sabana Occidente.
Universidad Nacional de Colombia –SENA– Corpoica. Plan Estratégico.
Bogotá D.C, julio 2006.
10
Mesa de Competitividad de la Sabana de Occidente. Centro de
Biotecnología Agropecuaria, 2008.
8
9
23
¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana?
das las propuestas que se vienen imponiendo y se
impondrán.
La Sabana de Bogotá está siendo destruida sin
consideraciones. A este ritmo, en pocos años los
colombianos asistiremos a presenciar las consecuencias de un viaje sin retorno, como producto de unos intereses que priorizan el mercado y
anteponen la acumulación de capital pasando por
encima de los seres humanos y en particular de los
más desprotegidos; unos intereses que arrasan indiscriminadamente con extensas áreas aptas para
la agricultura, estratégicas para la protección del
medio ambiente y del paisaje, que a la vez permiten la recreación de las comunidades que las circundan.
Todos las políticas que se han venido implantando
a través de los años, han desplazado al agricultor y
su agricultura tradicional, la misma que no puede
competir con la agroindustria de alta productividad y rentabilidad que es la prioridad del mercado
internacional; los está desplazando a las laderas, o
a la periferia de la ciudad e incluso de sus propios
municipios, mientras paradójicamente sectores
capitalistas, grupos económicos, e inversionis-
24
tas, constructoras e inmobiliarias, las clases alta
y media, que en su mayoría están directa o indirectamente implicadas en estas políticas, cual aves
carroñeras se apropian de las tierras despojadas,
pues tienen en la Sabana de Bogotá la oportunidad
de seguir enriqueciendo sus arcas.
El futuro agrícola y pecuario que se viene proyectando para la Sabana de Bogotá no es el más
prometedor; las políticas diseñadas para la región
generarán graves consecuencias: la perdida irreversible de la agricultura tradicional para el abastecimiento interno, la perdida de los suelos más
fértiles de Colombia, enfrentarse en el mediano
plazo a un fuerte desabastecimiento de alimentos, deterioro de las más elementales condiciones
de vida. Pensemos un poco si no es el momento
de emprender acciones que estén a la altura de
la problemática, es el momento de empezar a reflexionar cuál es el tipo de Sabana que queremos,
cuál es el modelo de desarrollo o el proyecto de
vida que soñamos para nosotros y las generaciones futuras. Si el problema es regional, regionales
tendrán que ser las salidas; si la problemática es
grande, grandes tendrán que ser las soluciones.
El no tan incierto futuro de la floricultura
El no tan incierto futuro de
la floricultura
Por Omaira Páez Sepúlveda
Los continuos cierres de decenas de empresas de flores, los más de 22.000 empleos perdidos en los últimos cinco años, las nuevas formas de organización empresarial así como las insistentes quejas del gremio floricultor por la pérdida de
rentabilidad causada por la revaluación del peso, generan incertidumbre frente al
futuro del sector. El artículo aborda algunos aspectos relevantes que indican que
aunque en los programas para la exportación y en la planeación regional las flores
cortadas pierden proyección frente a otros productos, el sector seguirá trabajando
por la “competitividad” y seguirá siendo apoyado por el gobierno nacional. Los
empresarios seguirán descargando el peso de “salvar” a las empresas en las trabajadoras y trabajadores, quienes, impedidos para ejercer su derecho a la organización sindical seguirán sometidos a una fuerte explotación laboral con violaciones
de sus derechos fundamentales, en especial, el derecho a la salud.
C
ompletando más de seis años de la llamada crisis de la floricultura1, la realidad de los habitantes de la Sabana de Bogotá y de municipios del oriente
antioqueño como La Ceja se encuentra signada por el desempleo campante debido a la pérdida de más de 22.000 puestos de trabajo, la degradación de las
condiciones laborales y el aumento de las cargas de trabajo para quienes continúan
vinculados a las empresas floricultoras.
Así mismo, los frecuentes cierres de las empresas (sobre todo de aquellas en donde
hay presencia la organización sindical independiente) y el uso de terrenos donde
antes se erigían cientos de invernaderos para la construcción de grandes bodegas,
En 2004, el Banco de la República efectuó la investigación Comportamiento reciente (2000-2005) del sector floricultor ante
las fuertes evidencias de la pérdida de rentabilidad de las empresas por efecto de la revaluación del peso. De otra parte, la
tendencia bajista del dólar se viene presentando en el país desde 2003. La Tasa Representativa del Mercado (TRM) abrió ese
año en 2.864,79 pesos por dólar y cerró en 2.778,21 pesos por dólar.El Incentivo de Cobertura Cambiaria se estableció en
2004 con el fin de proteger a algunos sectores exportadores entre los que se encontraba el floricultor, otorgando $200 por
cada dólar.
1
25
El no tan incierto futuro de la floricultura
hacen que la población de la Sabana de Bogotá con
preocupación e incertidumbre se pregunte por el
futuro de la floricultura.
aún cuando se sabe que ninguna medida de orden
macroeconómico ha demostrado ser efectiva para
estabilizarla.
Aunque en los medios de comunicación el sector
dejó de hablar de crisis y ahora se refiere a una
disminución en su rentabilidad, ésta se adjudica
únicamente a la pérdida de valor del dólar siendo
que las amenazas sobre el sector son de variada índole, cerniéndose como grandes amenazas para el
futuro del negocio tal como se verá más adelante.
El sector floricultor, dependiente de la tasa de
cambio, es entonces totalmente vulnerable ante
sus oscilaciones, por lo que el fenómeno que viene afectándolos desde 2003 y que según previsiones de economistas no va a ceder, efectivamente
constituye una gran amenaza para la sostenibilidad
del sector.
En primera instancia, debe enfatizarse que la revaluación del peso frente al dólar no equivale a que la
moneda colombiana tenga más poder en el mercado global, sino a la entrada masiva de dólares al país
por la venta de empresas públicas, por la Inversión
Extranjera Directa y por el rentable negocio del
narcotráfico, así como por la devaluación intencionada como política de Estado de los Estados Unidos para salvaguardar su economía. Aunque existen otras variables que inciden en la volatilidad de
la tasa cambiaria, las autoridades monetarias que
pretenden tener control sobre esta para proteger
a los sectores exportadores, claramente no están
en capacidad de hacerlo debido a que se trata de
factores estructurales del modelo económico.
Perdiendo terreno y disminuyendo el valor
Los floricultores aceptan que las medidas que ha
tomado el Banco de la República como la de comprar $20 millones de dólares diarios para frenar el
flujo de esta moneda no tendrán un efecto continuo de largo plazo, por lo cual “la alta volatilidad
continuará en el mercado cambiario afectando la
competitividad del sector”2. Aún así, la Asociación
Colombiana de Exportadores de Flores ASOCOLFLORES sigue acusando al gobierno colombiano
de no tomar las medidas suficientes para protegerlos de las oscilaciones de la tasa de cambio,
Revista Asocolflores. ¿Competitividad con revaluación? Herramientas para
enfrentar la pérdida de valor del dólar. Nº 77, Abril de 2011, pág. 57.
2
26
En 2009 Augusto Solano, presidente de ASOCOLFLORES, refirió que para 2004 el 85% de la flor
para la exportación era comprada por el mercado
de Estados Unidos y que para ese entonces ese
importador compraba el 75% de la producción.
Aunque la agremiación no explicó las causas de
este descenso, el aumento de volúmenes de producción de flores colombianas tiene relación con
estas variaciones y no solo la avanzada de otros
competidores como podría pensarse.
Apuntaba el señor Solano en el Seminario de
Competitividad realizado en septiembre de 2009
por Asocolflores, que debía verse con preocupación que aunque el 78% de las flores importadas a
Estados Unidos eran colombianas, los importadores nacionales recibían apenas el 65% del valor de
las ventas. El 20 % conformado por productores
de otros países percibían el 35% del valor.
La disminución de la rentabilidad de la floricultura para la exportación a nivel global y de los
productores colombianos en particular, tiene una
relación causal con la fórmula que han utilizado
los floricultores para enfrentar los periodos de
crisis y para competir en el mercado, enfocada
únicamente al aumento de la producción, extrayendo el mayor rendimiento posible a la fuerza
El no tan incierto futuro de la floricultura
de trabajo con el consecuente aumento del volumen y oferta del producto. De la misma manera,
la presencia de otros productores que operan
bajo la misma lógica y que también cuentan con
recursos de la Unión Europea y de USAID como
Kenia, Uganda, Tanzania y Ecuador han saturado
los mercados, generando una baja continua en los
precios.
En este sentido vale recordar que DOLE FRESH
FLOWERS, la línea de producción y comercialización de flores de la multinacional DOLE, tras
evidenciar que las proyecciones de rentabilidad
se alejaban de sus expectativas de ganancia, decidió en 2006 disminuir operaciones en Colombia y
Ecuador y en 2008 terminó vendiendo a empresarios colombianos todas las fincas que había adquirido hacía a principios de los 2000.
La disminución de la rentabilidad obedece también
al aumento de los costos de los insumos y otros
productos, que en algunos casos como los agroquímicos, plásticos y cartón pueden ser sustituidos
por productos de menor valor y calidad, pero que
en otros como el del combustible, que encarece
los costos de transporte así como los fletes, no tienen posibilidad de variación. ASOCOLFLORES, ha
advertido que el “encarecimiento” de los costos
laborales constituye una amenaza para el sector
aduciendo que éste, medido en dólares, se ha incrementado el equivalente al 140%3.
Con esta afirmación los floricultores sugieren que
los trabajadores de forma desconsiderada han
agravado los problemas financieros de las empresas, ganando más que en cualquier sector, cuando
en realidad siguen percibiendo en promedio un
salario mínimo. De fondo, también insinúan que
Colombia exportó 450 millones de flores para San Valentín, El universal.
com. co http://www.eluniversal.com.co/cartagena/economica/colombiaexporto-450-millones-de-flores-para-san-valentin-8631. Publicado el 11 de
febrero de 2011. Acceso 23 de septiembre de 2011.
los floricultores deberían pagar salarios menores
a los que actualmente perciben sus empleados y
empleadas.
¿Salvar el sector?
“La globalización radica en producir donde sea más
eficiente en términos de costo; obtener más capital
donde este sea más barato y vender donde sea más
rentable” de N.R. Narayana Murthy es el epígrafe
del artículo La floricultura en Colombia: de negocio a
empresa4, publicado la Revista Asocolflores. La frase devela cuál es la lógica de los empresarios y permite entender por qué, a pesar de las generosas
ayudas del gobierno colombiano que han estado
también envueltas en escándalos de corrupción, el
sector sigue en declive.
Si el objetivo de un empresario o inversor que
opera con la lógica de mercado imperante es la
mayor obtención de capital y el negocio de la floricultura no está ofreciendo garantías suficientes
para cumplir este fin, los empresarios no tienen
ningún reparo en invertir sus capitales en otros
negocios.
El caso de grupos como Floramérica y Falcon
Farms, entre otros, demuestra que si no se están
cumpliendo las expectativas de ganancia no importa cerrar empresas, aunque se trate de empresas
de tradición familiar o con décadas de antigüedad,
que otras épocas el negocio les hayan proporcionado altísimas ganancias o que cuenten con trabajadores y trabajadoras que les han servido durante
años. Ambos grupos fueron importantes beneficiarios de los subsidios del gobierno y de créditos
blandos para exportadores y en 2009 encabezaban la lista de las empresas con mayores ingresos;
sin embargo, desde 2010 vienen liquidando varias
3
Orozco, Guillermo A. La floricultura en Colombia: de negocio a empresa.
Revista Asocolflores Nº 76, Diciembre de 2010.
4
27
El no tan incierto futuro de la floricultura
de sus empresas y se encuentran en régimen de
insolvencia según la ley 1116 de 2006.
Actualmente la Fiscalía General de la Nación adelanta investigaciones sobre el destino de los recursos prestados por el Banco Agrario en la línea de
crédito a exportadores en 2008 que ascendieron
a 250 mil millones de pesos y que fueron garantizados en un 100% por el Fondo Agropecuario de
Garantías, ya que en 2010 hubo indicios de que
estos fueron invertidos en negocios diferentes a
la floricultura y en empresas que operan en otros
países5.
varios años impulsando el modelo agroindustrial
en Colombia. En el gobierno de Juan Manuel Santos, promotor de la “prosperidad democrática”, el
agro es un sector productivo que se constituye en
la “locomotora” de crecimiento económico junto
con el de la minería.
Frente a este sector, el gobierno de Uribe y ahora
el de Santos pretenden la especialización en productos agrícolas para la exportación, que logren
mayores ingresos para “generar más empleo e ingresos a miles de productores”6 y a la vez fomentar la modernización del sector agropecuario.
El documento Apuesta Exportadora Agropecuaria
Empleados de confianza de algunas de las grandes
2006-2020, del Ministerio de Agricultura y Desaempresas floricultoras, de manera confidencial han
rrollo Rural expone cuál es el grupo de los diez
relatado a la CORPORACION CACTUS que sus
productos con mayor potencial para la exportaempleadores les han informado que los capitales
ción, las regiones del país que ofrecen mejores
serían destinados a negocios más rentables como el
condiciones para su producción y los instrumende la palma y a otros productos para generar agrotos de política que asegurarán el incremento de la
combustibles como la remolacha. Sin embargo, en
competitividad y el ingreso a mercados externos.
un país de “libre mercado” como este, donde no
La tabla I contiene la lista de tales productos.
hay ningún control sobre el sector empresarial,
probar esta afirmación resulta casi
imposible porque no se encuenTabla I.
tran fuentes oficiales que contenProductos Priorizados en la Apuesta Exportadora Agropecuaria
2006-2020
gan esta información.
La floricultura y la planeación
regional y nacional
El afán de inserción de Colombia en la economía mundial y de
atracción de la inversión como
fórmula de crecimiento y “desarrollo”, cuyos enfoques son formalizados en los diferentes planes
de desarrollo, vienen desde hace
1. Cultivos de tardío rendimiento: palma de aceite, cacao, caucho, macadamia y marañón.
2. Frutas: pitahaya, mango, bananito, lima tahití, feijoa, aguacate,
uchuva, piña, maracuyá, lulo, mora, granadilla y tomate de árbol.
3. Hortalizas: ají, espárrago, cebolla bulbo, brócoli, coliflor, lechugas
gourmet y alcachofa.
4. Forestales.
5. Potenciales exportables: tabaco, algodón y papa amarilla.
6. Carne bovina y lácteos.
7. Acuicultura: camarón de cultivo y tilapia.
8. Cafés especiales.
9. Tradicionales exportables: café, flores, azúcar, plátano y banano.
10.Biocombustibles: etanol a partir de caña de azúcar, caña panelera y
yuca y biodiesel a partir de palma de aceite.
El informe La realidad bajo los invernaderos, Informe de Floricultura
colombiana Mayo de 2011, publicado por la Corporación Cactus, en el
artículo Debate a los subsidios a la floricultura, para no insistir en el error,
profundiza en el tema de los subsidios y en el escándalo de corrupción que
enlodó a los empresarios del sector en 2010.
5
28
Apuesta Exportadora Agropecuaria; Ministerio de Desarrollo Rural
2006-2020 Disponible en http://www.corpoica.org.co/sitioweb/Archivos/
Publicaciones/APUESTAEXPORTADORA.pdf
6
El no tan incierto futuro de la floricultura
Llama la atención que las floTabla II.
Metas en áreas cultivadas en Colombia 2006 y 2020, miles de hectáreas7
res están contempladas en el
numeral 9 como un producto
Productos
2006
2020
Incremento
exportable tradicional, cuanTardío rendimiento /1
433
1.425
991
do desde la década de 1990
Frutas /2
83
167
84
venía siendo considerado
17
56
38
como un producto no tradi- Hortalizas /3
96
164
67
cional de exportación. Este Exportables potencial /4
1.001
939
-61
cambio de categorización Exportables tradicional /5
40
215
175
tienen serias implicaciones Etanol (yuca y caña)
para la floricultura ya que se Forestal comercial
220
1.429
1.208
entiende que los productos Total apuesta exportadora
1.893
4.398
2.504
no tradicionales de expor- Otros cultivos
2.895
3.198
302
tación son aquellos que tieTOTAL CULTIVOS
4.789
7.597
2.807
nen mayores potenciales de
Tardío rendimiento: Palma, cacao, caucho, macadamia y marañón 2. Frutas: pitahaya, mango, bananito,
ganancia debido a que en lima tahití, feijoa, aguacate, uchuva, piña, maracuyá, lulo, mora, granadilla y tomate de árbol 3. Hortalizas: ají, espárrago, cebolla bulbo, brócoli, coliflor, lechugas gourmet y alcachofa 4. Exportables potenlos mercados internacionales cial: tabaco, algodón y papa amarilla 5. Exportable tradicional: café, flores azúcar, plátano y banano.
tienen mayores precios que Fuente: Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) - Apuesta Exportadora Agropecuaria.
los productos tradicionales si
8 sectores industriales y 4 sectores agropecuarios
bien sus mercados son más reducidos. Dentro de
(Carne bovina; Chocolatería, confitería y materias
las actuales políticas económicas y de desarrollo
primas anexas; Palma, aceites y grasas; y Camarolos productos tradicionales de exportación pasan
nicultura) para convertirlos en grandes competia un segundo plano de interés.
dores en el mercado global y “altamente generadores de desarrollo económico”.
La tabla II muestra en las metas de áreas cultivadas para 2020, que los únicos productos en los
A nivel regional se pretende fortalecer en la Saque se pretende reducir el número de hectáreas
bana de Bogotá el sistema agroindustrial, a través
cultivadas corresponden a los Exportables Tradidel Modelo Empresarial de Gestión Agroinduscionales, en los que la floricultura tiene un lugar
trial (MEGA), creado por el Consejo Nacional
importante. De 1.001 miles de hectáreas cultivade Competitividad en 2005 para promover el
das en 2006 se pasaría en 2020 a 939, indicando
desarrollo económico de Bogotá y Cundinamarun descenso de 62 mil de hectáreas, corresponca. El MEGA pretende que para el 2015 la región
diendo este número al de hectáreas en las que se
aumente sus exportaciones en cerca de US1.500
sustituyen los cultivos de productos tradicionales
millones de dólares, con base en una gama de
por los otros productos en los que se impulsa el
productos que contempla las hortalizas, las hiercrecimiento.
En el mismo sentido, el apoyo a sectores potenciales a través del Programa de Transformación Productiva sustentado en una alianza público-privada,
el Gobierno Nacional y empresas, gremios, asociaciones e instituciones, determinan el impulso a
La Tabla II tiene como fuente los datos de la Apuesta Exportadora
Agrícola y es incluido en el documento Sector Agroindustrial Colombiano
elaborado por PROEXPORT y la Sociedad de Agricultores de Colombia
SAC en el marco del Programa Invierta en Colombia. http://www.
inviertaencolombia.com.co/Adjuntos/087_Perfil%20Sector%20
Agroindustrial.pdf. Acceso 22 de septiembre de 2011.
7
29
El no tan incierto futuro de la floricultura
bas aromáticas, medicinales y condimentarías, follajes, tubérculos, productos procesados, frutas y
derivados lácteos.
El modelo, que para 2011 excluye de la cadena
empresarial las flores para la exportación8, promueve el proyecto integral para la producción
a través de la asesoría, formación y gestión para
orientar los productos al comercio internacional.
Aborda desde la transformación de productos
orgánicos hasta la instalación de empresas especializadas en sistemas de riego, asistencia técnica
agropecuaria, producción de semillas, importación
de maquinaria para agroindustria, y la implementación de buenas prácticas agrícolas para cumplir
con los estándares de calidad que exigen los importadores de países del norte.
Se concluye que en los diferentes documentos que
rigen las políticas de apoyo al sector agrícola, en
los que por décadas apareció el sector floricultor
como prioritario, se establece la provisión de apoyo a sectores diferentes debido a que se proyectan como fuentes de mayores ganancias y de mayor “competitividad”, apareciendo la floricultura
como un sector en declive.
Las estrategias de quienes siguen creyendo
en el sector
A pesar que los documentos de políticas de planificación que inciden en el sector floricultor,
muestran un declive en su proyección, es claro
que el sector no desaparecerá y que el gobierno seguirá apoyándolos no sólo por los empleos
que generan sino porque hace parte de la “buena
imagen” de Colombia en el exterior. Los empresarios que insisten en mantenerse en el sector
confían en la persistencia de la demanda interna-
cional y buscan estrategias que redunden en un
aumento de la “competitividad”, manteniendo las
que han venido trabajando y probando otras novedosas que garanticen ante todo un crecimiento
de las ganancias.
Los floricultores tienen conciencia de que la concentración de la producción y del mercado, a partir de las nuevas formas de organización empresarial como la fusión, les genera enormes ventajas
en cuanto a aumentar la capacidad de negociación
frente a los otros actores del mercado, en cuanto
a la posibilidad de incidir y hasta confundirse con
el poder político y para alcanzar mejores niveles
de rentabilidad en la medida en que aumentan la
productividad9.
Estas uniones que consolidan grandes grupos empresariales y que se sirven de empresas más pequeñas para completar sus pedidos, se han venido
dando desde hace varios años con buenos resultados para los empresarios. La estrategia consiste
en comprar productoras medianas y que ofrezcan
buenas condiciones de higiene y de productividad
para fortalecer los grupos, y en liquidar o vender
empresas menos avezadas que presentan algún
problema de sanidad o tienen presencia de organización sindical independiente.
En el sector sobresalen los grupos Chía (en el exterior Grupo Queen), Élite, C.I. Hosa y Falcon
Farms y Floramérica. Frente a este último se prevé
que años después de la intervención y del proceso de venta de algunas de sus fincas, resulten vendiéndose como grupo, algunas pocas empresas, las
más grandes y las que se encuentren en mejores
condiciones, luego de liquidar a la totalidad de sus
trabajadores, para que los nuevos propietarios
Esto se explica por el concepto de Economías a Escala que se puede
obtener cuando “el costo unitario medio desciende al aumentar el volumen de
producción”. En otras palabras, implica que se puede producir con menores
costes ya que crece el nivel de producción.
9
MEGA. Modelo empresarial de gestión Agroindustrial http://www.
megagroindustrial.org.co/faq/faq_generico.aspx, Acceso 23 de septiembre
de 2011.
8
30
El no tan incierto futuro de la floricultura
puedan contratar la mano de obra que prefieran
en las condiciones de su agrado.
transporte marítimo para reducir los costos a través del Proyecto Merlín.
A través de Asocolflores, el sector seguirá incidiendo para lograr medidas de apoyo del gobierno de turno, que garanticen lobby internacional
y recursos para subsidios, créditos y campañas
que permitan la sostenibilidad del negocio. En
este sentido resulta importante destacar el apoyo
que consiguió del gobierno para que se financien
campañas “agresivas” para aumentar el consumo
en los Estados Unidos, tal como lo prometió Juan
Manuel Santos en su participación en la XXXVIII
Asamblea General de Asocolflores10.
Sin embargo, la principal estrategia que utilizan y
que seguirán utilizando los floricultores es la explotación de miles de hombres y mujeres que
deben trabajar en los cultivos ante la ausencia de
otras posibilidades de empleo. La reducción de los
costos de producción comienza siempre por los
laborales, aunque en la actualidad de manera más
práctica y a la vez más sofisticada, ya que no se
recurre a la disminución de los salarios por el no
pago de trabajo extra o por la utilización de contratos que deslaborizan la relación laboral como
las Cooperativas de Trabajo Asociado, sino que
sencillamente se suprimen puestos de trabajo.
En este discurso el presidente Juan Manuel Santos
también advirtió que su gobierno continuaba con
una serie de acciones de lobby con el Congreso de
Estados Unidos para que fuera aprobado el Tratado de Libre Comercio, para garantizar a los floricultores la eliminación en el pago de aranceles que
hasta ahora se había sostenido con el ATPDEA y
que no había vuelto a ser renovada desde el 12 de
febrero de 2011.
Entre las múltiples estrategias que desarrollan los
empresarios para garantizar la sostenibilidad y la
rentabilidad se encuentra: la participación en ferias
internacionales con el fin de diversificar los mercados, la homologación del esquema de certificación
Flor Verde con otros sellos así como la elaboración de reportes de sostenibilidad GRI (Global Reporting Initiative) que permitan el acceso a nuevos
mercados y como estrategia de mercadeo; el impulso del Modelo G, que busca la unión de productores a la hora de efectuar las negociaciones
para reducir los valores de los bienes y servicios
que requieren las empresas y la promoción del
Palabras del presidente Juan Manuel Santos en la XXXVIII Asamblea
General de Asocolflores, 31 de Marzo de 2011. http://wsp.presidencia.
gov.co/Prensa/2011/Marzo/Paginas/20110331_08.aspx, Acceso 23 de
septiembre de 2011
10
La reducción del número de empleos, al tiempo
que se eleva la cantidad de flores exportadas, se
refleja en el dato aportado por el senador Enrique
Robledo en el Debate de control sobre subsidios a
la floricultura que se realizó en 2010, el cual indicó
que el crecimiento de la productividad en dinero
por cada trabajador ha aumentado 36% en los últimos siete años.
Las luchas persisten
Los principales damnificados de esta baja en la rentabilidad seguirán siendo las trabajadoras y los trabajadores de flores porque los empresarios hacen
recaer en ellos el peso de “salvar” a las empresas.
En muchos casos la crisis ha servido de argumento
para precarizar las condiciones de trabajo e irrespetar los derechos mínimos fundamentales e indudablemente para recargar más trabajo a quienes
siguen vinculados a las empresas.
Como estrategia para continuar con el negocio
de las exportaciones y en concordancia con las
proyecciones para la región en el ámbito productivo que tienen sustento en el MEGA, el gremio
31
El no tan incierto futuro de la floricultura
ha venido impulsado la sustitución de las flores
por el cultivo de aromáticas y frutas. Se trata de
aprovechar la experiencia de los exportadores de
flores en los mercados internacionales, que implica habilidad en las negociaciones y experticia en
el cumplimiento de los requerimientos que tienen
los productos agroindustriales en los mercados internaciones, así como las condiciones que ofrece
la Sabana de Bogotá, como mano de obra barata,
tierras fértiles y disposición de fuentes de agua.
Puede decirse en resumidas cuentas que el MEGA
es el mismo modelo de producción con los mismos impactos sociales y ambientales, involucrando también los mismos riesgos de la floricultura
32
basados en la revaluación del peso, variaciones en
la demanda y reducción paulatina en los precios de
los productos.
Si el desarrollo de regiones como la Sabana de
Bogotá depende directa e indirectamente de la
“suerte” de la producción agroindustrial y de las
decisiones privadas de los inversionistas, con un
impacto directo en la vida de los y las habitantes y
en el ambiente, las organizaciones sociales deben
seguir liderando propuestas de resistencia a este
modelo, que impulsen la construcción colectiva
de otras formas de vida más incluyentes, justas y
armónicas con el ambiente, el territorio y quienes
lo habitan.

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