Después del hombre

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Después del hombre
hornaguera
REDACCION Y ADMINISTRACION: S.A. Hullera Vasco-Leonesa. Ramón y Cajal, 103. LA ROBLA (León). Tlfno. (987) 57 0 0 00. Télex: 8 9 9 3 5 SHVL E
IMPRIME: Gráficas Celarayn, S.A. Polígono Industrial de León - LEON. Depósito Legal: LE-1 3-1 95 9
Los hom bres y los días. Excmo. Sr.
D. Gonzalo Rodríguez M artín Granizo
Los hom bres de la Hullera Vasco
Leonesa
-S e rg io Barrios Otero
Seguridad
-A ccid e n te s por sumersión
Estadística de accidentes con baja
José Jesús Arias Diez
Servicio de Asistencia Social
La melancolía, segunda enfermedad
Romancero, adivinancero y otras sabidurías
Educación para la salud
-L o s virus gripales se camuflan
-C hernobil no ha puesto en peligro
los embarazos
Semana Santa leonesa
Después del hombre
¿Sabes que?
-L a felicidad
-C uriosidades
Filosofando
El hogar y el arte de llevarlo
-E l orden y el desorden
Deportes
-J o s é A velino Fernández Sahelices,
m ejor deportista del año 1 987
-Pesca. La tem porada de trucha
com enzó el 27 de marzo
-Galería de jugadores hulleristas
-Im p o rta n te triu n fo del Hullera ante
el M erendero
-L a selección española tiene que
dem ostrar ahora el alza del fútbol
del Club
-E l Barcelona triu n fó en la Copa
Humornaguera
-E l m undo que vivim os
Contraportada
-D ías de abstinencia
h o rn a g u e ra
REVISTA DE LA S.A. HULLERA VASCO-LEONESA
ANO X X IX
NUM. 329
ABRIL 198 8
Los hombres y los días
Excmo. Sr. D. Gonzalo Rodríguez Martín-Granizo
Almirante de la Flota Española y Leonés del Año
León es puerto de tierra aden­
tro que puede dar los más esclare­
cidos navegantes y guardadores de
la m ar oceana. Ni hace falta reco­
rrer las estelas de la historia ni re­
currir a efem érides de resonancia
tan universal com o pudieran ser
la batalla de Lepanto, la más alta
ocasión que vieron los siglos o la
acom etida frustrada por los ele­
m entos de la «Invencible» ante los
riscos británicos, ni siquiera la
epopeya del D escubrim iento, de
la cual resultó un m undo m ás a n ­
cho y la titulación de España
com o «A lm irante de la M ar O cea­
na». Nos bastaría para establecer
las consignas leonesas de la buena
m arinería que León ha reportado,
a lo largo de la generosa biografía
española con recordar que incluso
nuestro folclore recoge los latidos
de la m ar, cuando aconseja a los
capitanes:
M arinerito, arría la vela
que está la noche tranquila y
serena...
Con la m ención m usical y la
consignación en el C uaderno de
navegar de la exaltación del leo­
nés G onzalo Rodríguez M artín G ranizo al puesto de vigilancia
sobre todas las aguas que nos son
propias, com o A lm irante de la
Flota Española, nos basta para re­
gistrar la efemérides en el Libro
Blanco de los Leoneses Ilustres,
con letra de oro.
A nosotros, dicho sea en honor
a la verdad y el reconocim iento de
los valores que acreditan un ape­
llido, la proyección de don G o n ­
zalo Rodríguez M artín-G ranizo
en el m apa de la España actual
com o uno de los hom bres de
m ayor solvencia y de más claros
m éritos, no nos extraña, no nos
sorprende.
¡De
los
M artín G ranizo, todo cabe esperar!, de­
biera decir el m ote de un apellido
tan apegado a los usos, costum ­
bres y tradiciones leonesas. Y este
A lm irante de la Flota de las Españas es, adem ás de un leonés singu­
lar, un m iem bro de la saga de los
M artín-G ranizo, a cuya biografía
general debieran los Cronistas
prestar una m ayor atención por lo
que tiene de ejecutoria em inente­
m ente leonesa. Es posible que si
desde este León siem pre tan frío a
la hora de los reconocim ientos,
declaram os que los m éritos de don
G onzalo
Rodríguez
M artín G ranizo corresponden de modo
m uy significativo a su condición
de leonés de nacencia, de am or y
de costum bre; a la form ación ob­
tenida durante los años funda­
m entales de su hom bredad y a la
expectación que siem pre despertó
entre sus conciudadanos, podría­
mos ser tachados y con razón de
hábiles m anipuladores de la reali­
dad profesional y hum ana de este
leonés que, así que term inó su fase
de hom bre de secano, de provin­
ciano del interior, em prendió la
conquista de un m undo más a n ­
cho y sobre todo de unas perspec­
tivas m arinas cuyas rom pientes
aparecían com o un festón o una
guirnalda de espum as al otro lado
de la m ar. Puede afirm arse, con
absoluta seguridad, que la exalta­
ción de don G onzalo a tan alta re­
presentación nacional, es un justo
reconocim iento de sus m éritos, de
sus cualidades, de sus saberes.
A ño tras año, con intrépida cons­
tancia, ha venido preparándose
para las m ás im portantes em p re­
sas nacionales. Y el nom b ram ien ­
to con que ha sido honrado, le lle­
ga en el m om ento justo, en el
tiem po biográfico más convenien­
te.
N o nos proponem os enunciar
la relación de cualidades positivas
que encarecen la presencia de este
leonés altivo en el brillante reper­
torio del A lm irantazgo español.
Sencillam ente querem os hacerle
llegar nuestra adm iración y nues­
tra gratitud, porque su nom bre y
su reconocida valía nos honra a
todos los españoles en general y a
los leoneses en particular.
V. C.
hornaguera
LOS HOMBRES DE HULLERA VASCO-LEONESA
Sergio Barrios Otero
Ingeniero técnico de cielo abierto
-M e gusta León. Es una ciudad
limpia y bonita...
Ha vivido aquí casi toda su
vida. Desde los años cuarenta has­
ta los años ochenta. Pero cuando
era niño anduvo de un colegio a
otro. Su padre, m ilitar, cam biaba
de destino y el pequeño Sergio, el
m ayor de dos herm anos, cogía los
libros y co ntinuaba el bachillerato
a saltos. M adrid, Salam anca y
León se repartieron la escolaridad
de Sergio Barrios Otero. T erm inó
con los M aristas y llegó a la carre­
ra de M inas p or casualidad.
-¡Q ué sabía yo lo que acabaría
siendo! Tenía clara mi afición al
dibujo y a los pájaros. Un día,
siendo un chaval, vi un papel de
una Academia que preparaba a los
alumnos de Minas. Y allá fui. Ha­
1
1
4 -------- ^
bía que prepararse y eran años di­
fíciles. Era fundamental estar ca­
pacitado para ganar cuanto antes
un sueldo.
Sólo recordaba sus m anos n e­
gras por el carboncillo, a la hora
del dibujo. Todos sus ratos libres
los em pleaba delante del papel y
unos lápices. Se aficionó a la p lu ­
m illa y al tem ple. Indagó en va­
rias técnicas y estudió con la p a­
ciencia de un apasionado. M ás
tarde entraría en los secretos del
óleo. Por las tardes, en su estudio,
todos los días siente la necesidad
de pintar. H asta cerca de dos cen­
tenares de pájaros asisten desde la
terraza acondicionada de un sépti­
m o piso al entretenim iento y la
m eticulosidad de este artista ena­
m orado de la canaricultura.
V eintidós años en la H ullera
V asco-Leonesa. U na carrera de
obstáculos y de constancia hasta
encontrar el destino m ás ap ro p ia­
do a sus condiciones.
-A hora me encuentro completa­
mente feliz. Desde 1985 estoy
como ingeniero técnico en cielo
abierto. Trabajo en las Oficinas
Centrales de la Dirección, en San­
ta Lucía. M i trabajo es muy com­
plejo. Realizo los dibujos que sa­
len en la revista de Seguridad, ela­
boro los esquemas de ventilación
de todos los Grupos y estoy en
contacto con el dibujo en todas sus
ramas. Si la auténtica suerte es
encontrar un trabajo que satisfaga
las aficiones, yo puedo decir que
en estos momentos tengo una acti­
vidad laboral que se centra en el
ideal que yo venía buscando desde
hace muchos años...
N ada se consigue de la noche a
la m añana. Los éxitos llegan des­
pués de m uchos años de perseve­
rancia y de estudios. Hay que sa­
crificarse y eso lo sabe bien este
ingeniero técnico de M inas que
hace com patible su trabajo con su
vocación. Su andadura en H ullera
V asco-Leonesa ha sido intensa. El
propio Sergio Barrios O tero nos
cuenta sus pasos en la Em presa:
-Bueno, yo pertenezco a la pro­
moción 1960-64 de la Escuela de
Minas de León. Era preciso, antes
de hacer el proyecto fin de carrera
la realización de unas prácticas de
minas. Las prácticas consistían en
hornaguera
ciento cincuenta días que yo solici­
té en Hullera Vasco-Leonesa. Me
correspondió la Sección de Matallana, donde entonces era el inge­
niero jefe don Marino Garrido.
Entretanto, estando en la mina,
hubo necesidad de dar clases a los
vigilantes. Me designaron para
ello y se produjo el primer cambio
de destino. En plenas prácticas
pasé de ayudante minero, a la Sec­
ción de Topografía. Y además im­
partía esas clases. Cuando se ter­
minan los ciento cincuenta días de
prácticas me ofrecen la continui­
dad. Es el año 1966 y acepto en­
cantado.
-D espués, ¿cómo se desarrolla
su trabajo en Hullera VascoLeonesa?
-Recuerdo que tres años des­
pués se hizo un libro sobre la
Cuenca Ciñera-Matallana. Me
propusieron hacer los dibujos de
ese libro. Por aquellos años mi
afición artística era enorme y re­
cuerdo que aquel trabajo me en­
cantó... Luego volví a Matallana.
Por entonces el Grupo de Matalla­
na estaba a punto de extinguirse, y
lo que correspondía a Topografía
acabó integrándose en Santa Lu­
cía. Don Marino Garrido, de nue­
vo, me propuso para ponerme al
corriente en Electricidad y Mecá­
nica. M e preparé para ello y me
nombraron jefe de Electromecáni­
ca del Grupo Tabliza y Competi­
dora. Era ya el año 1971 y un año
después pasé a Santa Lucía, al se­
gundo relevo, también como jefe
de Electromecánica.
-¿M ás cambios?
-S í, todavía cambié de destino,
con la misma misión y categoría,
en el Grupo Socavón. Allí estuve
nueve años, donde termina mi de­
dicación a la Electromecánica. Du­
rante un año estuve en Organigra­
ma de Mantenimiento Preventivo
Integral de Empresa, en la zona
norte, que coge los Grupos Ciñera
y Socavón... A continuación se
produjo mi destino actual...
Dem asiadas m udanzas, que
Sergio Barrios O tero dice que
«son buenas o m alas, según com o
se mire. Lo im portante es saberse
adaptar y no abandonar nunca la
búsqueda de la verdadera voca­
ción. Mi alm a es de pintor. Lo
que sucede es que la experiencia
de la vida laboral enriquece. Da
tiem po de com parar unas activi­
dades con otras. De todas las que
he conocido me quedo con los
proyectos de gabinete»... Pero las
m udanzas de este trabajador lleno
de inquietudes en la H ullera Vas­
co-L eonesa han presidido la
m ayor parte de sus actividades.
Desde sus estudios en el colegio y,
anteriorm ente, cuando su padre,
destinado en León, quiso que su
hijo naciera en Abraveses de Tera,
cerca de Sanabria: Junio de 1941,
un zam orano que viaja a León a
los cuatro o cinco días de nacer y
que ahora confiesa su condición
leonesa con esa afirm ación de que
la ciudad le gusta porque «es lim ­
pia y bonita». De niño se apasio­
nó por los pájaros y, a consecuen­
cia de unas notas más descuidadas
que las dem ás, su padre abrió la
jau la de dos jilgueros, que echaron
a volar... A la m añana siguiente,
regresaron a la ventana del chaval.
Los pájaros tam bién saben ser fie­
les.
La conversación con este padre
de familia, con tres hijos, los dos
m ayores, chicas, está llena de m a­
tices. M em oria y voluntad de­
m uestra con el m odelo de vida
que ha escogido. («Para m í el día
debiera tener cuarenta horas, en
lugar de veinticuatro»). C uando
explica su jornada de trabajo en
H ullera V asco-Leonesa, de ocho
m enos cuarto a tres y cuarto, se
detiene en la descripción del G ru ­
po Fábrica, donde se testifican los
sondeos que se hacen en el día;
luego se hacen los cálculos y se
pasan al vegetal; m ás tarde se p a­
san a los perfiles con la ayuda del
geólogo. Se concreta así la posible
capa. Identificada la capa se cu b i­
ca. Y se sabe ya si es factible p o ­
der explotar esa zona. D espués de
realizar el plano de cartografía
geológica de superficie, con todos
los datos de afloram iento, se hace
la confección de perfiles equidis­
tantes, incluyendo toda la infor­
m ación de exterior y de las labo­
res de
interior...
Topografía
proyecta los sondeos, con la p ro ­
fundidad y la inclinación previs­
tas. U na vez dados éstos, se obtie­
nen los testigos para proceder a su
estudio. La codificación y verifi­
cación de los datos de los sondeos
hornaguera
se hace con los cálculos de longi­
tud, m edida y potencia real.
C uando hay carbón se hace un
m uestreo y se analiza por los quí­
micos. Estos datos se introducen
en el ordenador... Con la colum na
estratigráfíca del sondeo y con los
dibujos pasados a los papeles, lle­
ga el m om ento de la interpreta­
ción geológica. Llega el m om ento
de la intervención de los geólogos
antes de que, con el diseño defini­
tivo, el ingeniero jefe del D eparta­
m ento decida si se va a hacer la
explotación a cielo abierto con un
ratio interesante...
-E n una palabra, mi trabajo en
Hullera Vasco Leonesa en estos
momentos es de investigación y
desarrollo.
Por las tardes viene lo de la
p intura y lo de la canaricultura.
C om o cartelista ha obtenido accé­
sit en las Fiestas de San Juan y de
San Pedro. T iene el prim er p re­
m io de San José A rtesano para
pintores aficionados de la provin­
cia de León. La espátula y el p in ­
cel -e l bodegón y los retratos, so­
bre to d o - están presentes en lo
que se suele llam ar «tiem po li­
bre». Para Sergio Barrios Otero, el
tiem po libre pertenece a sus dibu­
jos y pinturas, a sus canarios de
concursos.
- S u afición a los pájaros ta m ­
bién es una inclinación infantil.
Pero, ¿cuándo em pieza a dedicar­
se con estudios a la canaricultura?
-Puede decirse que desde 1974.
Siempre me gustaba participar en
concursos. Todos los años he ga­
nado quince o veinte premios. En
siete ocasiones obtuve el Gran
Premio. Y en la actualidad tengo
el Premio Extraordinario de Cas­
tilla y León.
En el m undo de los canarios ya
es im posible parar a Sergio Ba­
rrios Otero:
-Cuestan mucho dinero pero
también se gana mucho dinero.
Para ello hay que echarle mucho
tiempo. Ocuparse de ello con la
dedicación y el cariño que yo lo
hago. Yo cultivo a los canarios ge­
néticamente. Quiero decir, que por
las reglas de Mendel sigo sus cro­
mosomas o genes...
Se entusiasm a diciendo que lo
m ism o que hace con la pintura se
puede hacer con los pájaros. «Lo
m ism o que se consiguen los colo­
res, desde el blanco al negro, se lo­
gran los pájaros inclusive con los
ojos rojos, que es la total carencia
de m elaninas».
Y
term ina contándonos que a
los canarios se les pone profesor,
que da las lecciones y exam ina,
obliga a repasar y consiguen una
puntuación que él tiene registrada
puntualm ente. M uestra una en o r­
me pasión cuando se adentra en el
m undo de la canaricultura. A bier­
to, con un carácter alegre, rebo­
sando ilusión y capacidad de co n ­
tagio, Sergio Barrios O tero pasaría
horas y horas enseñando libros
llenos de curiosidades y doctrina
sobre la vida de los pájaros. C ono­
ce detalles de genética y logra
transm itir el interés por una m ate­
ria que, ciertam ente, resulta ap a­
sionante... Por eso m ism o, p o r la
sim patía que transm ite, p or la
versatilidad de los tem as que do­
m ina, Sergio Barrios O tero goza
de una enorm e popularidad entre
la fam ilia de trabajadores de la
H ullera Vasco-Leonesa.
L. P.
hornaguera
Seguridad
Accidentes por sumersión
Por Carlos Jiménez y Santiago Yturriaga
Así com o el aum ento del nivel
de vida ha supuesto la m u ltiplica­
ción de los accidentes de tráfico,
se debiera haber reducido la fre­
cuencia de los accidentes por su­
m ersión, puesto que cada vez es
m ayor el núm ero de personas que
saben nadar. Sin em bargo esto no
ha sido así, sino que el núm ero de
esta clase de accidentes tam bién se
ha elevado, posiblem ente debido a
que tam bién ha aum entado el n ú ­
m ero de personas que acuden a
playas, piscinas, lagos, ríos, etc., a
practicar deportes acuáticos, en
m ayor proporción de los que
aprendieron a nadar.
R esulta obvio señalar que en el
salvam ento de personas en trance
de ahogarse es preciso que el soco­
rredor sepa nadar, pero sí se esti­
m a necesario que deba recarcarse
que el socorredor no sólo debe sa­
ber nadar, sino saber n adar m uy
bien, y aún así esta práctica es su ­
m am ente peligrosa para un soco­
rrista solitario, por lo que siem pre
que sea posible, debe procurarse
la ayuda de otros socorredores.
En todos los reportajes de C u r­
sos de Salvam ento y Socorrism o
A cuático, se incluye siem pre la
escena de un socorredor sacando
hornaguera
del agua a una persona que sim ula
ahogarse, pero que sabe nadar, co­
giéndola por la barbilla y nadando
de espaldas, m ientras que el ah o ­
gado se deja llevar plácidam ente,
si es que no ayuda tam bién n a­
dando disim uladam ente con sus
pies. Excepto en los casos de pér­
dida previa del conocim iento del
ahogado p or otra circunstancia,
quizás la que originó el accidente,
este sim ulacro no se parece en
nada a lo que sucede en la reali­
dad.
U na persona que se ahoga, que
sufre la indescriptible angustia de
la asfixia, pierde la racionalidad,
quedando sólo de ella el ser an i­
mal que percibe su m uerte próxi­
m a y que, aterrorizado, instintiva­
m ente trata de salvarse. En estas
condiciones no reconoce ni distin­
gue a un socorredor, por lo que es
prácticam ente inútil hablarle o so­
licitar su colaboración. C abría
aquí hacer algún distingo de aque­
llas situaciones en las que el p re­
sunto ahogado es una persona que
sabía nadar y que pasa un trance
apurado por algún accidente so­
brevenido en el agua, ya que en
este caso colaborará en su propio
salvam ento, pero fuera de esta es­
pecial circunstancia, una persona
en trance de ahogarse, es una es­
pecie de fiera de la que no puede
esperarse ninguna colaboración,
factor esencial a tener en cuenta,
para poder llevar a cabo felizm en­
te el salvam ento.
Siem pre que sea posible, p ro ­
cúrese la ayuda de otra persona,
que desde la orilla o em barcación
sostenga el cabo de un cable o
soga que previam ente el salvador
se haya anudado a la cintura y
que servirá para arrastrar a lugar
seguro, los cuerpos del socorredor
y víctima.
Si el salvador está vestido, debe
despojarse rápidam ente de cha­
queta, corbata y zapatos, porque
estas prendas dificultan el salva­
m ento y pondrían en gran peligro
su propia vida.
A rrojado al agua el socorredor
no deberá nadar dem asiado aprisa
hacia el lugar donde se debate el
accidentado, porque la fatiga le
colocará en situación de inferiori­
dad física para realizar las m anio­
bras de salvam ento.
Si la víctim a aún se debate en
el agua, debe acercarse por detrás,
cogerla por el cabello, m antenerla
con la cabeza fuera del agua y no
perm itir en ningún m om ento que
se le aproxim e más, y m enos aún,
que se le aferre con piernas y b ra­
zos a su cuerpo. En esta situación,
puede hacer señales al de la orilla
para que tire del cable o soga, p ro ­
curando siem pre que el accidenta­
do m antenga la boca fuera del
agua.
Si el cabello no ofrece buen asi­
dero, procúrese coger al acciden­
tado, siem pre de espaldas a él, por
la barbilla, y si no lo perm ite,
debe propinársele un puñetazo
por detrás del ángulo del m axilar
inferior, lo que probablem ente le
hará perder el conocim iento y fa­
cilitará las m aniobras de socorro.,
Si el accidentado no se debate,
sino que incluso tiene perm anen­
tem ente sum ergida la cabeza, se le
debe extraer cogiéndola por el ca­
bello, extenderla todo lo que sea
posible y en el m ism o agua hacer­
le dos o tres insuflaciones de boca
a boca que pueden repetirse d u ­
rante el trayecto hacia la orilla.
En el caso de que el socorredor
se encuentre solo, sin ayuda desde
la orilla, las m aniobras son idénti­
cas, pero a las dificultades señala­
das, se sum an las del arrastre del
cuerpo de la víctim a, extraordina­
riam ente fatigosas cuando son
m uchos los m etros que hay que
nadar utilizando solam ente los
pies y adem ás se transporta el
cuerpo de una persona.
Conseguido el rescate y situa­
dos socorredor y víctim a en tierra
firme, se procederá a practicar las
m aniobras de reanim ación con
respiración artificial boca a boca y
masaje cardiaco externo.
En este tipo de asfixiados pu e­
de ser adem ás m uy útil intercalar
el m étodo Schafier de respiración
artificial, que facilita la expulsión
del agua ingresada en el aparato
respiratorio y de la ingerida que
dilata el estóm ago, y aunque esta
viscera no tiene nada que ver con
la respiración, su distención pu e­
de dificultar las excursiones respi­
ratorias del diafragm a. N o obstan­
te debem os señalar que ningún
m étodo de respiración artificial
puede sustituir al boca a boca,
porque ninguno le alcanza en efi­
cacia. C uando se ha de practicar
una respiración artificial es siem ­
pre porque existe una situación de
extrem a urgencia en la que se h a­
lla en juego la vida de una perso­
na, y si se trata de salvar una vida,
es lógico que hagamos aquello que
sea m ás eficaz y más fácilm ente
disponible, y resulta que nuestros
pulm ones, nuestra boca y nuestros
m úsculos los llevam os siem pre
con nosotros. Por lo tanto siem pre
darem os preferencia al boca a
boca, pero en los ahogados puede
ser útil, después de una serie de
diez a doce insuflaciones, dar la
vuelta al accidentado, realizar
unas cinco o seis m aniobras de
Schaffer, y continuar con el boca
a boca, com plem entado con un
masaje cardiaco externo, hasta la
recuperación o fallecim iento del
accidentado.
hornaguera
Estadística de accidentes con baja
Mes de febrero de 1988
N.° Acetes.
%
2
1
1
11,76%
5,88%
5,88%
1
1
5,88%
5,88%
1
5,88%
2
1
11,76%
5,88%
2
1
2
11,76%
5,88%
11,76%
1
5,88%
Caídas ............................
Sierras ............................
T a l l e r ..............................
Soldadura .....................
E xterior
M anejo m a te r ia le s ___
G olpes contra objetos .
M a n io b ra s .....................
^C uerpo extraño en ojos
1
5,88%
T O T A L .................
17
100%
N.° Accidentes
%_
9
2
1
52,94%
11,76%
17,64%
11,76%
5,88%
17
100%
D errum bam ientos - D esprendim ientos
T ransportes continuos - Páncer ...........
T ransportes discontinuos M aniobras .
M onocarril
Caídas durante circulación
Caídas varias c a u s a s ...........
M áquinas y herram ientas
Diferenciales, pulifs,
silvestres, etc..............
M artillo picador . . .
Hachos, puntas,
cuchillas, alam bres .
E ntibación hidráulica
Entibación fricción ..
C aída de o b j e t o s .............
E x p lo s iv o s .......................
E x p lo s io n e s .....................
D esprendim ientos gases
Asfixias e intoxicaciones
Irrupciones de a g u a ___
C orriente eléctrica .........
Sostenim iento
O tras causas
M anejo m a te r ia le s ___
Pozos a 38°, com portas
S u tir a n d o .......................
G olpes contra objetos .
C uerpo extraño en ojos
Aire c o m p r im id o .........
Esfuerzos .......................
Lugares donde se producen los accidentes
Explotaciones .................................................
Labores en p re p a ra c ió n ................................
Pozos y c h im e n e a s ........................................
Otros lu g a r e s ...................................................
E xterior ...........................................................
TOTAL
2
3
hornaguera
JO SE -JE SU S
ARIAS DIEZ
Falleció en accidente
La m ina es com o una m adre
fiera, por cada pedazo de su carne
negra se cobra sangre joven, vidas
poderosas, ilusiones en flor. Y a
nosotros, com pañeros de las vícti­
mas rendidas en el ara de la m ina,
no nos queda sino rendir ante el
cuerpo sin vida del com pañero,
del am igo, el testim onio más en ­
trañable de nuestra condolencia.
Es lo que nos apresuram os a hacer
ante este nuevo hom bre de la
m ina rendido en un desgraciado
accidente de trabajo, que es la
renta m ás dolorida que nos acom ­
paña siem pre.
Jose-Jesús Arias Diez, m uerto
el día 9 de m arzo de 1988, cuando
de su juventud y de su capacidad
cabía esperar los m ás felices fru­
tos. Descansa en paz, com pañero
del alm a, com pañero.
Servicio de Asistencia Social
Personal que ha solicitado en el Servicio de Asistencia Social el
premio de nupcialidad o natalidad
NUPC IA LID A D
NATALIDAD
O scar Baizán O rdóñez y Y o­
landa G arcía G arcía, se casaron el
día 12-12-87.
Francisco Javier M orán G o n ­
zález e Inm aculada Diez F ernán­
dez, se casaron el día 9 -1 -8 8 .
José A ntonio T oribio Rosón y
Sacram ento Espadas Rodríguez,
se casaron el día 16-1-88.
C onstante Becerra Fernández y
M onserrat Rodríguez Fernández,
se casaron el día 14-11-87.
Noé V alenciano D uarte, nació
el día 9 -1 -8 8 , hijo de Felipe y
Araceli.
Evelyn Sánchez M artínez, n a­
ció el día 9 -1 -8 8 , hija de Juan
Miguel y M .a Rosa.
A lberto Miguel G arcía Casado,
nació el día 19-1-88, hijo de A l­
berto Miguel y M .a Rosa.
C ésar Pastrana G onzález, nació
el día 2 7 -1 0 -8 7 , hijo de A lejandro
y M .a Angeles.
M ario D uarte Linacero, nació
el día 2 1 -1 -8 8 , hijo de Ju an C ar­
los y M .a Teresa.
M arta R ivera Alvarez, nació el
día 5 -2 -8 8 , hija de José Francisco
y M .a Teresa.
A roa Tascón A lonso, nació el
día 2 5 -8 -8 7 , hija de Juan A ntón y
M .a Perfecta.
A lejandro M ontalvo Gabela,
nació el día 10-2-88, hijo de Juan
José y Elena.
La melancolía, segunda enfermedad
La m elancolía puede darse
tam bién en personas que padecen
ya de otra enferm edad psíquica.
Esta circunstancia, en la que ap e­
nas se había reparado hasta ahora
y que reviste im portancia tam bién
para el tratam iento, ha sido su­
brayada recientem ente por el Pro­
fesor R ainer Tólle, director de la
C línica Psiquiátrica de la U niver­
sidad de M ünster, en la revista
Fortschritte der Neurologie, Psychiatrie (Avances en la N eurolo­
gía y Psiquiatría). La práctica de
establecer solam ente un diagnósti­
co a los enferm os psíquicos, es por
ello en ocasiones discutible. La
m elancolía puede observarse so­
bre todo ju n to a la esquizofrenia,
enferm edades cerebrales agudas o
crónicas, epilepsia o deficiencia
m ental, pero tam bién en los «ex­
alcohólicos». En la gran m ayoría
de los casos en que se da m ás de
una enferm edad, la m elancolía es
la segunda.
hornaguera
Romancero, adivinancero y
otras sabidurías
Del Refranero del Marqués de Santillana
A quien dan, no escoge.
A quien dan no escoge, y dá­
banle de palos.
(Refrán que advierte que el que
recibe un beneficio debe m ostrar­
se satisfecho sin poner faltas a lo
que recibe).
Alegrías, albarderos, que el b á­
lago se arde.
Alegrías, albarderos, que se
quem a el bálago.
(El que se alegra con su perdi­
ción, m erece este baldón).
A zótenm e en consejo, y no lo
digan en mi casa.
A zótenm e en la plaza, y no lo
sepan en mi casa.
(C ontra los que quieren encu­
b rir cosas m uy públicas que les
pasan).
A mal abad, mal monescillo.
Si bien canta el abad, no le va
en zaga en m onacillo.
(Refrán con que se denota pari­
dad de condiciones o circunstan­
cias entre personas de distinta ín ­
dole o jerarquía).
A un no ensillades, y ya cabalgades.
A ún no ensillam os, y ya cabal­
gamos.
(R eprende a los que quieren
llegar al fin o térm ino antes de
tiem po sin haber puesto los m e­
dios necesarios).
A mi hijo lozano, no me lo cer­
quen cuatro.
Mi hijo esforzado, no m e lo
cerquen cuatro.
(Por m ucha fuerza y valor cue
tenga una persona, de nada le úrve cuando m uchos se op o n er a
ella).
Al asno m uerto, ponedle la ce­
bada al rabo.
Al asno m uerto, la cebada al
rabo.
(R eprende la necesidad de que­
rer aplicar rem edio a las cosas p a­
sada la ocasión oportuna).
A Dios te doy, libreta, bebida y
por hilar.
(R eprehende a los que no m o­
deran el gasto y antes que lo ga­
nen o caiga la renta, lo tienen gas­
tado).
A otro perro con ese hueso.
Los sabios no reciben engaño
de los cautelosos.
A un traidor, dos alevosos.
A dos traidores, un alevoso.
hornaguera
(A un traidor sólo le vencerán
dos personas que le superen en as­
tucia).
(El pobre gallego que no puede
com er, aunque para ello haya he­
cho brujerías).
A doba el tu paño, y pasarás el
tu año.
Echa trapo y pasarás año.
R em ienda tu paño y pasarás tu
año.
(Aconseja la econom ía y cuida­
do que se deben tener en las cosas
de uso propio para que duren).
Asaz puede de poco, quien no
am enaza a otro.
Asaz puede poco, quien no
am enaza a otro.
(Al pusilánim e, tan bien faltan
las palabras com o las obras).
Agua coge p or harnero, quien
cree de ligero.
Agua coge con harnero, quien
se cree de ligero.
(R eprende la tem eridad del que
cree ligeram ente y sin fundam en­
to).
Poco m edrará quien a todos da
crédito.
Acá lo ha M arta con los sus
pollos.
A llá se lo haya M arta con sus
pollos. («Se lo haya» equivale a se
las arregle, se las com ponga).
(Al apasionado, bien es por al­
guna color excusarlo).
A sna con pollino, no va dere­
cha al m olino.
La b u rra que tiene pollino, no
va derecha al m olino.
(Refrán con que se da a enten­
der que no puede hacer rectam en­
te las cosas quien está poseído de
alguna pasión).
Los que son mal inclinados, no
cam inan derechos por las virtu­
des.
A ldeana es la gallina, y cóm ela
el de Sevilla.
A ldeana es la gallina, y cóm ela
el de la villa.
(Refrán que advierte que no se
deben despreciar las cosas por ser
hum ildes o criadas en tierra po­
bre).
A ntes de mil años, todos sere­
m os calvos.
A yunas, gallego, a pesar de o
dem o.
-¿A yunáis, gallego? -S í, a pesar
de o demo.
El m alo, con mal se hace bue­
no.
A lza el rabo, rucia, que vanse
los de Olm edo.
Para m enospreciar a los de O l­
medo.
(Perezoso es el que a ninguno
remeda).
Ajonge, dijo Lucía al odre.
(Las personas bien acom odadas
suelen ser sum am ente delicadas y
p oner tacha o reparo a todo).
A m ozo goloso, higo a dinero.
Lo que «A caballo com edor,
cabestro corto».
(Costosos son los deleites a sus
am adores).
A sno m alo, cabe casa aguija.
A sno m alo, cabe casa aguija sin
palo.
(Refrán con que se zahiere a los
m alos trabajadores, que sólo se
dan prisa a trabajar cuando ya se
acaba la tarea).
A m engua de pan, buenas son
tortas.
(A falta de pan, buenas son to r­
tas de Zaratán).
A ndad, diablos, tras aquel fina­
do, que no nos m andó nada.
A ndar, diablos, con ese finado,
que nada nos ha dejado.
A m ala ventura, pan pintado.
(Al que es agraviado, caricias y
dulces palabras se deben ofrecer).
A la legua tom a el galgo a la
liebre.
A la larga, el galgo a la liebre
m ata.
(Refrán que enseña que con la
constancia se vencen las dificulta­
des).
T am bién puede significar que
el m ás fuerte suele salir vencedor.
A m or de m onjas, fuego de esto­
pas.
De llam arada que se consum e
pronto.
Lo que es delicado, presto en ­
cendido y presto es acabado.
A m ala venta, m ala cuenta.
C on un engaño se paga otro.
A sno de m uchos, lobos lo co­
m en.
(Refrán con que se denota que
nadie cuida de lo que está encar­
gado a muchos).
A todo hay m aña, sino a la
m uerte.
A todo hay rem edio, sino a la
m uerte.
(Se dice com o consuelo al que
ha sufrido algún contratiem po o
desgracia).
Así se sacude, com o granizo de
albarda.
Ansí salta, com o granizo en al­
barda.
Dícese de quien se enoja presto
y se sacude.
El m al acondicionado, consigo
m ism o está descontento.
A cuenta vieja, baraja nueva.
A cuentas viejas, barajas n u e­
vas.
O casión de nueva enem istad es
recontar la antigua.
(Aconseja no retrasar el ajuste
de cuentas para evitar disputas).
A rder por seco, y lacerar justo
por pecador.
Arde verde por seco, y pagan
justos por pecadores.
La m iseria sigue a los afligidos
y persigue a los escogidos.
Todos nuestros am igos y
lectores quedan, pues, citados
para esta tarea de recoger, co­
leccionar y hasta analizar los
refranes de sus respectivas loca­
lidades, enviándoles a la revista
H O R N A G U E R A , A venida del
Alcalde M iguel Castaño, 17,
León; o a La R obla (León).
H ullera Vasco-Leonesa.
m
hornaguera
Educación para la salud
Los virus gripales se camuflan
No es casualidad que anualmente los organismos oficiales de salud apre­
mien para que se proceda a una vacunación contra la gripe. La llamada se
dirige sobre todo a los grupos con un riesgo especial, como los asmáticos,
enfermos cardiacos, personas mayores y todos aquellos que tienen mucho
contacto con otras personas. Para contrarrestar las temibles epidemias, a
veces de alcance mundial, los científicos de todo el mundo se ocupan, en
más de cien laboratorios de investigación, en aislar y comparar nuevas ce­
pas de los virus gripales, muy transformables.
Todos los nuevos conocim ien­
tos se transm iten a la O rganiza­
ción M undial de la Salud (OMS)
en G inebra, que al principio de
cada año elabora criterios para el
desarrollo de nuevas vacunas.
Pero a pesar de todas las sustan­
cias, todavía no se ha conseguido
vencer definitivam ente la «epide­
m ia» gripal. La epidem ia más gra­
ve hasta ahora, conocida com o
«gripe española» en los años
1918/1919, cobró, con veinte m i­
llones de personas, un núm ero do­
ble de víctim as que el de la P rim e­
ra G uerra M undial. U no de cada
dos m uertos de aquella ola m u n ­
dial contaba entre veinte y cua­
renta años, m ientras que en los ú l­
tim os años han estado am enaza­
das predom inantem ente personas
ancianas y delicadas. Desde que
en 1968 se extendiera por todo el
m undo la gripe de Hong-Kong,
que en el invierno siguiente costó
la vida, solam ente en la R epública
Federal de A lem ania, a más de
treinta mil personas, ahora se
tem e una nueva ola de gripe.
H asta la aparición del SIDA, la
gripe viral o influenza estaba con­
siderada com o la últim a gran epi­
dem ia. Irrum pe una y otra vez, en
brotes estacionales, sobre am plios
estratos de la población en todo el
m undo. El virus de la influenza
puede atacar siem pre de nuevo
debido a su facultad de adaptación
general y a la m ultiplicidad y con­
tinua transform ación de su cuadro
de aparición.
Las causas para esta extraordi­
naria capacidad de transform ación
del virus han quedado descifradas
por los dos virólogos profesor Rudolf R ott, U niversidad de Giessen
y doctor John Jam es Skehel, N a­
tional Institute for M edical R e­
search en Londres, laureados por
ello con el prem io R obert Koch.
Las causas se basan en la elevada
m utabilidad de dos sustancias
proteicas (glicoproteínas), el enzi­
m a neuram inidasa (NA) y la hem aglutina (HA). C ontra am bas
sustancias se dirigen las defensas
inm unitarias orgánicas, siendo la
HA el com ponente viral desenca­
denante de la producción de los
anticuerpos neutralizantes en el
organism o. Los factores genéticos
de am bas sustancias proteicas es­
tán en condiciones de transfor­
m arse de tal m anera que el siste­
m a inm unitario ya no reconoce al
virus.
Los virus de la influenza p o ­
seen adem ás la asom brosa facul­
tad de intercam biar recíproca­
m ente factores hereditarios, debi­
do a que su dispositivo genético
(genoma) está subdividido en seg­
m entos, cada uno de los cuales co­
rresponde a un gen y puede tran s­
formarse independientem ente o
incluso, en caso de una infección
doble, unirse con dos grupos v ira­
les com pletam ente diferentes. De
este m odo puede surgir rep en tin a­
m ente una nueva y peligrosa cepa
viral.
hornaguera
Partiendo de este m ecanism o
de intercam bio genético, el virólogo de Giessen concluye que tiene
que existir una reserva para la
nueva ordenación de la carga he­
reditaria, a partir del cual el n u e­
vo virus transform ado es transm i­
tido a otro ser vivo -h o m b re o
a n im a l- Se han encontrado a la
vez los m ism os virus de la gripe
en aves y en m am íferos, cerdos o
caballos. Esto significa que tam ­
bién el hom bre es susceptible de
ser infectado por estos gérmenes.
Según la opinión de Rotts, este
parentesco genético de los virus es
un argum ento a favor de que las
aves sean el «gen-pool» para to ­
dos los virus de la influenza; allí
es donde éstos reestructuran sus
inform aciones genéticas en una
m odalidad perfeccionada de rela­
ción huésped-parásito.
Com o num erosas aves salvajes,
entre ellas aves m igratorias com o
patos, tienen continuam ente una
infección viral oculta, son una p o ­
sibilidad
de
alm acenam iento
m undial para nuevas com binacio­
nes. A m odo de ejem plo, ya ocho­
cientos aislados virales obtenidos
de un estanque de patos en Islandia abarcaban toda la m u ltiplici­
dad de agentes etiológicos encon­
trada en Europa, EE.UU. y C ana­
dá. Así, el «foco» de futuras epi­
dem ias m undiales podría encon­
trarse en los cam pos de arroz de
Asia sudoriental. Allí se da un
contacto especialm ente estrecho
entre hom bres, cerdos y patos sal­
vajes. Los viajes, por su parte, fa­
cilitan la expansión m undial de
las nuevas variantes de virus.
Hoy día, con los m odernos m é­
todos de tecnología genética, se
consigue reconocer el origen de
cada uno de los virus m ediante
sus «huellas dactilares» genéticas.
Esto podría contribuir a detener la
expansión natural y -según pare­
c e - continua de la influenza.
Franziska Becher
Chernobil no ha puesto en peligro
los embarazos
El accidente nuclear en la cen­
tral de C hernobil no ha afectado
los em barazos en la R epública Fe­
deral de A lem ania, según los da­
tos de que disponem os actualm en­
te. Este resultado se deduce de los
estudios perinatales en los estados
federados de Baviera y Baja Sajo­
rna. En el m arco de tales exám e­
nes se registran las m alform acio­
nes en los recién nacidos.
P artiendo de este efectivo de
datos se evaluaron por separado
los de aquellas m adres cuyo em ­
barazo se encontraba en un esta­
dio tem prano en el m om ento de la
sobrecarga radioactiva m ás in ten ­
sa: entre el 30 de abril y el 6 de
m ayo de 1986 (revista D er Frauenarzt). Este período está conside­
rado com o especialm ente propicio
para los daños por irradiación.
La com paración entre las re­
giones de Baja Sajonia relativa­
m ente poco sobrecargadas y las
del sur de Baviera, m uy sobrecar­
gadas, no proporcionó diferencia
alguna. En 1.287 partos de madres
del norte de A lem ania, que vivían
en regiones con una sobrecarga
m áxim a del suelo de 2.000 becquerel para el isótopo cesio 137,
acontecieron nueve m alform acio­
nes y seis nacidos m uertos. Frente
a ello se encuentran 1.262 partos
en regiones de Baviera en las que
la m adre estuvo expuesta a una
sobrecarga del suelo con cesio 137
por lo m enos diez veces superior,
20.000 becquerel y más. A quí se
registraron catorce m alform acio­
nes y un recién nacido m uerto. En
am bos grupos de com paración,
con una cifra de partos aproxim a­
dam ente igual, nacieron respecti­
vam ente quince niños dañados o
m uertos. T am poco otras co m p a­
raciones proporcionaron datos lla­
m ativos. T anto en 1985 com o en
1986, la cifra de nacidos m uertos
y de m alform aciones congénitas
de todos los partos registrados, se
encontró algo por encim a del uno
por cien, tanto en Baviera com o
en Baja Sajonia. Lo m ism o vale
para am bas regiones especialm en­
te valoradas. Además, tam poco se
encontraron indicios de que a
causa de accidente nuclear se h u ­
bieran solicitado con m ayor fre­
cuencia exploraciones preventi­
vas. De todas formas, se trata de
resultados provisionales, pues en
las exploraciones perinatales sólo
se puede detectar un cincuenta
p or ciento de las m alform aciones
posibles, porque la otra m itad se
m anifiesta m ucho más tarde. So­
lam ente se podrá disponer de in ­
form ación sobre lesiones a largo
plazo analizando los partos del
año 1987.
D. S.
hornaguera
Semana Santa leonesa
hornaguera
■
do, m arca el ritm o y el son del
cortejo.
M ientras don C lodoaldo Velasco, M agistral de la Santa Iglesia
C atedral y uno de los dos «picos
de oro» con que cuenta la oratoria
sagrada (el otro es don Eulogio
López, Lectoral de la m ism a
S.I.C.), pronuncia el serm ón de las
Siete Palabras en la capilla oficial
de la Sem ana Santa Leonesa, de­
dicada a Santa N onia, la esposa
fecunda de San M arcelo, que le ha
correspondido este año, siguiendo
el tu m o establecido entre los dos
fabulosos conm ovedores de cora­
zones fieles, Abades, H erm anos y
Papones, con el trío que capitanea
el cam panillero, se dedican, con
fervorosa aplicación cristiana a
«m atar judíos», o, los m ás trad i­
cionales y m enos antisem itas, a
«m atar el gusanillo» de la m añ a­
na, con sendos copazos de orujo
de alquitara.
C uando com ienza a salir la
com pungida beatería de la C api­
lla, con el corazón en un puñ o por
las apelaciones dram áticas de don
Clodoaldo, el puntual y fiel «Tocalafalda», que para eso cobra, co­
rre a cubrir su puesto y anticipa el
toque del redoblante con un gor­
gorito cam panillero. C uantos a n ­
dan de abrevadero, acuden a la
llam ada. La procesión com ienza.
La iglesiona del M ercado hace oír
la ronca voz de su m atraca, y los
«atajadores» se disponen a rendir
su tributo de insaciables seguido­
res del desfile...
Desde las prim eras horas de la
m añana, escucho el redoble m o­
nótono del tam bor que precede al
G ran Desfile, rubricado por el ca­
brilleo de la cam panilla, encerra­
do todo este protocolario anticipo
en el estridente clam or del corne­
tín.
Ya se ha dispuesto la cruz p a­
rroquial, flanqueada por los dos
m onagos pulcram ente revestidos
de sobrepelliz y con cara de frío
prim averal, que es el más perver­
so de los fríos leoneses.
«Tocalafalda», el inevitable
guiador de procesiones y de comparserías carnavalescas, que de
m enos nos hizo Dios y el pan de
cada día no tiene padre reconocí-
hornaguera
No sabría explicarlo, pero
ante la honda vibración de la re­
presentación, en lugar de traer al
recuerdo los versos de Lope o los
de don Francisco, el de San M ar­
cos, o los de don Pedro, el de los
M isterios teológicos, que son los
que me enseñaron a recitar en la
escuela en fechas com o ésta, para
aleccionam iento de protervos, me
dejo ganar por el ritm o, el color y
el sentim iento em anado de la
com posición procesional...
Un papón y otro papón... Y
San Juanín, andrógino, con sus
bellos ojos de cristal y su m elena
de paje m edieval... Y m ás p ap o ­
nes y redobles y tintineos de «Tocalafalda» y sus com pañeros.
Y
Jesús atado a la colum na,
desnudo el infeliz y con la color
cárdena de la carne, no se sabe si
com o consecuencia de los golpes
o p or los efectos de este frío feroz
leonés, del cual dice don G u m er­
sindo Rosales, m édico oftalm ólo­
go, político liberal y alcalde de
León para cuando la C iudad lo ha
m enester, que solam ente es ase­
quible para bueyes y para algún
que otro canónigo. (Hacia los del
«Sindicato de la M ontaña» apunta
el personaje, refiriéndose a los clé­
rigos del C abildo procedentes de
poblados m ontañeses, que son los
que m andan y dirigen el cotarro
catedralicio... ¡Que buen m iedo
tienen los curas al O bispín José!).
P o n -p o n -p o rro m p o n p o n ... Se
produce un silencio. Las gentes
esperan em ocionadas el quiquiri­
quí de una saeta. Se ha corrido la
voz de que A ixa la Hebrea, la p ro ­
caz estrella que actúa a pecho des­
cubierto en el Café de la calle de
La Palom a, atendiendo a los rue­
gos de cofrades conspicuos, asi­
duos a sus actuaciones y ad m ira­
dores de sus encantam ientos, ha
aceptado cantar algunas de las
saetas de su repertorio sacro, q u i­
zá com o penitencial contrapartida
de sus cupleterías sicalípticas, y el
buen pueblo espera... P o n -p o n prorrom ponpon... Más papones.
A falta de profesionales califi­
cados, recurro a los versos que me
parecen m ás apropiados al ritm o,
al color y a la expectación p ú b li­
ca. Y me canto para adentro aquel
hornaguera
saetario que A rdavín atribuyó al
M antón de M anila, que al fin y al
cabo es prenda sem anasantera,
con la peineta y la m antilla y el
puñado de violetas palpitando so­
bre el raso del pecho de las bellas
del país:
C on tus lindos rosetones
m ás rojos que la sangría
del costado redentor,
alum bras en los balcones
al Cristo de la agonía
que pasa en las procesiones
al redoble del tam bor...
P o n -p o n -p o rro m p o n p o n ...
Pasa el Cristo asom ado al balcon­
cillo de la Casa de Poncio Pilatos.
Le han cubierto con un trapajo
berm ejo, a m odo de gualdrapa so­
berana y le han coronado de espi­
nas... El Poncio, con el rostro co n ­
traído por la sorpresa, adelanta la
m ano y m uestra el Justo ajusticia­
do al pueblo.
-¿A quién preferís? ¿A Jesús o
a Barrabás?
El pueblo, com o siem pre, elige
a Barrabás... Pasan papones y más
papones. La Banda m unicipal en ­
saya sobre la m archa lenta de la
procesión, el him no sem piterno
de la Pasión.
-------*
O
* --------
Y
en el cafetín de La Palom a,
Aixa, la Hebrea, negras trenzas,
ojos negros, lágrim as negras com o
la pena, se consuela de la p ro h ib i­
ción de su sectario público, rep i­
tiéndose una vez y otra, ante la
tem blorosa copa de chinchón, la
soleá del cante que tenía p rep ara­
do para echárselo a la Virgen San­
tísim a de los siete cuchillos:
«¿Quién le com pra esta corona
que la Virgen va vendiendo?
Es «pa» enterrar a su H ijo,
que está m uerto en el m adero...»
P o n -p o n -p o rro m p o m p o n ...
Pasan los papones. Y a lejano,
com o am ortiguado en el tiem po,
se escucha el repique de la cam p a­
nilla del «Tocalafalda».
Victoriano Crémer
hornaguera
Después del hombre
Juan Parido Cardona
En esta ocasión vam os a dar un
salto hacia el futuro y ver cóm o
podría ser la vida sobre la T ierra
dentro de cincuenta m illones de
años. Aquellos que piensen que
eso está dem asiado lejos para te­
ner interés, pueden dejar el relato
aquí. Los que prefieran echar a
volar la im aginación que sigan
adelante y... ¡buen viaje!
En prim er lugar debem os elegir
con cuidado dónde instalar nues­
tra m áquina del tiem po, pues es
posible que, al llegar al final del
viaje, nos encontrem os en pleno
océano. El lento pero im parable
m ovim iento de los continentes
(algunos centím etros por año) los
habrá desplazado m uchos kilóm e­
tros desde su posición actual. El
em puje de Africa aprisionará a la
Península Ibérica contra el resto
de Europa, cerrándose el m ar M e­
diterráneo. A ustralia seguirá deri­
vando hacia el N orte, hasta cho­
car con Asia y la península de C a­
lifornia se desgajará del continente
am ericano a favor de la famosa
Falla de San Andrés, que es la que
produce los terrem otos en la zona
de Los Angeles.
El mundo dentro de 50 millones de años
(deducido de los movimientos actuales de
los continentes).
C om o recordarán nuestros lec­
tores, hace tan sólo dos m illones
de años que aparecieron sobre la
T ierra los prim eros simios con ca­
racterísticas hum anas. Para dentro
de otros cincuenta m illones de
años es casi seguro que la H um a­
nidad habrá dejado de existir y, si
ha tenido la elegancia de no lle­
varse p or delante al resto de la
vida del planeta, entonces los an i­
males y las plantas podrán seguir
evolucionando.
Recordem os tam bién que la
evolución es el proceso al que han
estado som etidos todos los seres
vivos desde los prim eros tiem pos
de la historia de la T ierra, consis­
tiendo en que las especies van m o­
dificando poco a poco su forma,
tam año y costum bres, adaptándo­
se a las condiciones cam biantes
del am biente en el que viven. De
esta m anera desaparecen unas for­
mas de anim ales y aparecen otras,
siendo el propio hom bre el p ro ­
ducto más perfeccionado de la
evolución hasta el m om ento.
nejílope» (U ngulagus sp.), un des­
cendiente del conejo que creció de
tam año hasta adquirir un aspecto
sem ejante al de los ciervos, cuyo
hábitat ocupó una vez desapareci­
dos éstos al talar el hom bre los
bosques. T am bién nos habla del
«vortex» (Balenornis vivipera),
que desciende de los pingüinos
aunque se asemeja exteriorm ente
a las ballenas, con sus m ás de
doce m etros de longitud sería el
m ayor anim al de la Tierra.
La «serpiente panzuda» viviría
en A ustralia. Es gruesa y poco
ágil, pero venenosa; caza al ace­
cho. Por su parte, el «m erodeador
nocturno» habitaría en ciertas is­
las; descendiente de los m urciéla­
gos, m ide hasta m etro y m edio de
altura y ataca en m anadas, con ra­
pidez y ferocidad.
La «serpiente panzuda» (Pingopis viperaforme).
A unque es m uy difícil predecir
en qué sentido se va a dirigir la
evolución de los seres vivos d u ­
rante los próxim os m illones de
años, existen algunos trabajos
m uy interesantes sobre el tem a.
U no de los más im portantes es el
estudio publicado por D. Dixon,
geólogo inglés, que se encuentra a
m edio cam ino entre la ciencia y la
ficción y del cual hem os extraído
algunas ilustraciones.
Dougal Dixon supone que el
clim a y la vegetación no van a
cam biar sustancialm ente, y que
tam poco lo van a hacer las formas
más inferiores de vida, com o los
insectos. Las m ayores diferencias
se darán en las aves y los m am ífe­
ros, debido a que son los que más
rápidam ene responden a los cam ­
bios en el am biente, evolucionan­
do deprisa y produciendo nuevas
formas.
Algunos de los anim ales que se
im agina este científico son el «co-
El «merodeador nocturno» (Manambulus
perhorridus).
Todos estos anim ales estarían
acom pañados por otros m uchos
no m enos sorprendentes, ad ap ta­
dos cada uno al am biente en el
que vive: zonas polares, selvas tro ­
picales, mares...
Puede que el futuro sea así y
puede que no lo sea, de todas for­
m as creo que ya es hora de que
nos introduzcam os de nuevo en la
m áquina del tiem po y regresemos
a nuestro querido siglo XX.
Ilustraciones de Sergio Barrios, basadas en
D. Dixon (1982), Después del hombre, Ed.
Blume.
hornaguera
¿Sabes que...?
Curiosidades
La
felicidad
Es un tem a en que todos
pensam os pero pocos parecen
entender. A lgunos logran al­
canzarla y la conservan. Otros
la consiguen por un m om ento
y luego la pierden. Y unos p o ­
cos n unca llegan a conocerla.
A pesar de todo, y por m uy es­
quiva que sea, la felicidad es
asequible, no im porta cuán
desdichados hayam os sido en el
pasado.
Por ejemplo:
- La felicidad no dism inuye
con la vejez.
- El dinero no puede com ­
p rar la felicidad.
- Los niños que no son feli­
ces no están condenados a ser
infelices en la edad adulta.
- M ucha gente es feliz.
A m or y sexo: La gente con­
sidera que el am or es la clave
de la felicidad. Los que am an y
son am ados se sienten m ás feli­
ces que el resto de sus sem ejan­
tes. Ni la prosperidad, ni un
em pleo im portante, ni la salud,
ni el atractivo personal, ni el
m atrim onio, ni incluso el sexo,
com pensan la falta de am or. Se
puede ser feliz sin una vida se­
xual satisfactoria, y se puede
tener ésta y ser infeliz, señalaba
Freedm an, aunque tam bién es
cierto que para m uchas perso­
nas el ingrediente sexual es un
factor im portante para la felici­
dad.
La vida m atrim onial hace
más fácil conseguir la felicidad,
incluso en esta época divorcista.
La vida del célibe: los h o m ­
bres y las m ujeres solteros son
generalm ente m enos felices que
los casados.
Los divorciados son m ucho
m enos felices que los que m an ­
tienen relaciones amorosas con­
yugales; por eso no sorprende
que la m ayoría vuelvan, des­
pués de un cierto tiem po, a ca­
sarse.
R esum iendo: la búsqueda de
la felicidad, es difícil y está lle­
na de im ponderables, pero ja ­
más debem os abandonar.
A unque seamos o hayam os
sido infelices, siem pre podem os
hallar la felicidad en el futuro.
¡Viva! ¡Viva la gente!
D ondequiera que se encuentre
m ejor es y m ás decente.
Si más fuera la gente,
dondequiera que se encuentre,
leal am iga de la gente,
m enos problem as tendría
y m ás gente la querría.
La búsqueda de la verdad eleva
a cada científico y a cada m ístico.
El viejo dicho es bueno: si Dios
tuviera en su m ano derecha toda
la verdad y en la izquierda la bús­
queda de ella, yo elegiría la iz­
quierda.
*
U n consejo para los de esta
época: m uchacho, nunca te jactes
de ser pobre, ni tam poco te aver­
güences de la pobreza, pero líbra­
te de ella cuanto antes.
*
En Venus hay una tem peratura
de sesenta grados centígrados, y la
atm ósfera está com puesta casi to ­
talm ente de m onóxido de carbo­
no... Parece la descripción de una
autopista en verano.
*
O ido a un nuevo senador: en
una de las prim eras sesiones del
senado a que asistí, se sentó a mi
lado un veterano senador y me
dijo: N o em piece usted con com ­
plejos de inferioridad. Los p rim e­
ros seis meses se m aravillará usted
de haber llegado aquí, y luego se
m aravillará de que hayam os llega­
do aquí los demás.
*
Existen dos cosas verdadera­
m ente im portantes en la vida: una
buena cam a y un m agnífico par de
zapatos. Siem pre estam os usando
una de las dos.
*
D efinición del beso: es para el
am or com o el term óm etro para la
m edicina. Sin él, no se puede m e­
dir la gravedad de un caso.
hornaguera
Filosofando
El m érito pertenece al hom bre
que se halla en el ruedo, cuya cara
está m arcada por el polvo, el su­
dor y la sangre... que sabe de gran­
des entusiasm os, de grandes devo­
ciones; que se quem a por una cau­
sa digna... que, en el m ejor de los
casos, conoce, al final del m ayor
triunfo, y que, en el peor de los
casos fracasa tras una gran osadía,
de m odo que nunca form ará parte
de esas alm as frías y tím idas que
no conocen ni la victoria ni el fra­
caso.
• La perfección proviene sólo de
la experiencia.
• La libertad vale cualquier sacri­
ficio que se haga por ella.
• Si esta noche vas a hacer algo
de lo que m añana te arrepien­
tes, duerm e hasta bien entrado
el día.
• Para ser feliz en el am or uno
debe saber, sin cegarse, cóm o
cerrar los ojos.
• La guerra es la afirm ación ro­
tunda de la im perfección h u ­
m ana.
• Que haya paz en la T ierra y
que com ience por mi.
• Si exagerásemos nuestras ale­
grías com o lo hacem os con
nuestras penas, nuestros p ro ­
blem as perderían toda su im ­
portancia.
• El pesim ista sólo ve el túnel; el
optim ista ve la luz que espera
al final del túnel; el hom bre
práctico ve el túnel, la luz y el
túnel siguiente.
• Si lo com prendes todo, segura­
m ente estás mal inform ado.
E. A. H .
El hogar y el arte de llevarlo
■
El orden y el desorden
Para mi m odo de entender, el
orden es m ucho más fácil que el
desorden.
No cabe duda que esto supone
un hábito y, por tanto un esfuerzo
grande o pequeño para adquirirlo.
Desde pequeños hay que acos­
tum brarse a tener las cosas orde­
nadas.
U na habitación es com pleta­
m ente diferente si está o no arre­
glada.
Hay niños que en su propia
casa son cuidadosos porque la a u ­
toridad del padre o de la m adre,
les obliga a no poner los pies en
los m uebles, a tratar las sillas, b u ­
tacas y puertas con m ucho cuida­
do: pero ¡ay Dios mío! en el m o­
m ento que están el el colé... el
desm adre, dan puntapiés a las si­
llas, las rozan contra la pared, se
ponen los pies encim a de la mesa,
etc.; en fin, los m altratan com o si
fuera una gracia y no una trem en­
da m ala educación. Las cosas se
estropean con el uso y está bien,
lo que no está tan bien es que se
estropeen con el mal trato.
A veces los cajones, bolsillos,
arm arios, están llenos de papeles
arrugados, son papelotes que no
tienen por qué estar ahí, no hay
m otivo para ello, otras veces están
por el suelo, por encim a de la
mesa, nuestra mesa de trr^ajo. Sa­
bem os que para estudiar se necesi­
tan m uchas cosas, incluso libros
abiertos, varios libros a un tiem po
para consultar, todo es necesario y
no se puede uno estar pendiente
de ordenarlos, pues no se haría
otra cosa. Pero lo que da aspecto
de desorden es que estos libros es­
tén desordenados, los cuadernos
escritos, las hojas en form a de
abanico, sucios, m anchados de
grasa (que tam bién hay m ucho de
eso, etc.).
A los chiquitines hay que ense­
ñarles a ser ordenados ya. El o r­
den es fundam ental para conse­
guir una m eta. En un cursillo de
lecto-escritura, dado p or doña
A urora U sero-A lijarde, una gran
pedagoga, decía entre otras co­
sas... que para enseñar a un niño a
leer y a escribir considera indis­
pensable el orden y que m uy p o ­
cas cosas se consiguen si falta el
mismo.
Encarna Sulé
hornaguera
Deportes
Jose Avelino Fernández Sahelices
mejor deportista del año 1987
N o es sorprendente que de
pronto se nos propongan nom bres
perfectam ente conocidos de los
que com ponem os la fam ilia hullerista que se proyectan incluso a
escala nacional sobre la pantalla
de la m ejor actualidad. Lo que
suele suceder, y en ello está nues­
tro pecado, es que los leoneses so­
mos fríos para el reconocim iento
de los valores propios. Podem os
decir con sobrada razón que al
m odo com o C astilla hacia sus
hom bres y les gastaba hasta su de­
saparición incluso de las páginas
de la historia, los leoneses contri­
buim os a que nuestros jóvenes
destaquen en m uy variadas profe­
siones, deportes o vocaciones pero
dejam os que su nom bre se pierda,
sin registrarle en los anales de la
Región. «H ornaguera», en la m e­
dida lim itada en la que puede y
debe corregir esta anorm alidad,
lleva a sus páginas figuras que in ­
tervienen con dignidad y acierto
en los distintos envites de la vida
deportiva, cultural y técnica, ta n ­
to para testim oniar a los consagra­
dos nuestra adhesión y adm ira­
ción, com o para general conoci­
m iento y aprecio de sus com pañe­
ros y amigos.
Y este es el caso y la ocasión
que nos obliga a proponer el n om ­
bre de José A velino Fernández
Sahelices para el aplauso general.
Porque este m uchacho, nacido el
9 de agosto de 1969, en la Vid de
G ordón, ha sido distinguido con
el trofeo que se concede al m ejor
deportista del año 1987 por la D e­
legación Provincial de Fútbol. Y a
fe que los m erecim ientos de José
A velino son evidentes; Subcam peón nacional de Infantiles con la
Selección Oeste; Subcam peón con
la Selección de C astilla y León;
C am peón de la C opa de la Fede­
ración con el equipo de la H ullera
año 1986. Y en 1987 ascensión a
Prim era División de C astilla y
León después de elim inar a la
Ponferradina por penaltis, dán d o ­
se la circunstancia de que José
A velino llegase a parar nada m e­
nos que tres penalties, tantos
com o en la ocasión de la C opa de
la Federación. Lleva jugando en el
equipo de la H ullera V ascoLeonesa seis años. Y com o en este
m undo nuestro todos estam os reli­
gados a fam iliares que asim ism o
form an parte de la G ran fam ilia
V asco-Leonesa, com pletem os el
cuadro biográfico de José Avelino,
diciendo que es hijo de José F er­
nández, del G rupo de C iñera,
com o Picador, con más de veinte
años de antigüedad en la em presa.
Para todos, para el protagonis­
ta, para el padre, y para nosotros
el orgullo y la enhorabuena.
hornaguera
PESCA
La temporada de trucha,
comenzó el 27 de marzo
La tem porada de pesca de la
trucha se inició el pasado 27 de
m arzo con carácter general. Com o
sucede con la caza, cada año se
puede pescar m enos días y menos
piezas. La reglam entación varía
según las provincias, y así se da el
caso curioso de zonas en las que,
donde la trucha escasea, se p u e­
den sacar veinte por día y pesca­
dor, y otras en las que, siendo
abundante, el cupo se ve reducido
hasta el caso extrem o de seis. En
España hay 700.000 pescadores.
FECHAS K LA TEMPORADA DE PESCA DE LA TRUCHA
Provincia
Aportara
Clono
Cupo
Álava
Albacete
Alicante
Asturias
Ávila
Badajoz
Barcelona
Burgos
Cáceres
Cantabria
Castellón
Ciudad Real
Cuenca
Gerona
Granada
Guadalajara
Guipúzcoa
Huesca
Jaén
La Corurta
La ñloja
León
Lérida
Lugo
Madrid
Murcia
Navarra
Orense
Patencia
Pontevedra
Salamanca
Segovia
Soria
Tarragona
Teruel
Toledo
Valencia
Valladolid
Vizcaya
Zamora
Zaragoza
20 marzo
20 marzo
20 marzo
27 marzo
27 marzo
3 abril
19 marzo
27 marzo
20 marzo
20 marzo
20 marzo
20 marzo
3 abril
19 marzo
20 marzo
27 marzo
6 marzo
20 marzo
20 marzo
19 marzo
20 marzo
27 maro
19 marzo
19 marzo
20 marzo
20 marzo
20 marzo
19 marzo
27 marzo
19 marzo
27 marzo
27 marzo
27 marzo
19 marzo
20 marzo
20 marzo
20 marzo
27 marzo
20 marzo
27 marzo
20 marzo
15 agosto
31 agosto
31 agosto
31 agosto
14 agosto
31 julio
31 agosto
14 agosto
15 agosto
7 agosto
31 agosto
31 agosto
31 agosto
31 agosto
15 agosto
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31 agosto
31 agosto
31 julio
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14 aoosto
31 agosto
31 julio
15 agosto
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14 agosto
31 julio
14 agosto
31 julio
14 agosto
14 agosto
14 agosto
31 agosto
31 agosto
31 agosto
31 agosto
14 agosto
15 agosto
14 agosto
31 agosto
8
20
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18
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19
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17
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1?
19
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19
19
19
19
Teléfono
944 / 47 1350
965 / 22 27 48
963 / 30 55 55
93 / 330 64 51
942 / 21 25 00
96 / 352 33 69
925 / 21 34 24
93 / 330 64 51
__
925 / 21 34 24
944 / 47 13 50
976 / 45 84 00
953 / 2211 50
981 /56 23 97
941 /23 66 00
983 / 30 55 55
93/330 6451
981 /56 23 97
91 / 435 51 21
968 / 24 0211
948/23 49 34
981 /56 23 97
983/30 55 55
981 /56 2397
983 / 30 55 55
963 / 30 55 55
983 / 30 55 55
93 / 330 64 51
976 / 45 84 00
925 / 21 34 24
96 / 352 33 69
983 / 30 55 55
944 / 47 13 50
983 / 30 55 55
976 / 45 84 00
Francisco
■ t
Alvaro
G onzález
U rdíales,
(Alvaro).
N ació el 9 -9 -5 7 en Llanos de
Alba, casado, dos hijos, reside en
La Robla, es em pleado del ayun­
tam iento de La Robla con la cate­
goría de Oficial de 1.a de Servi­
cios.
Pertenece a la Sociedad D epor­
tiva H ullera desde hace nueve
tem poradas, su puesto es de cen­
trocam pista, sus com pañeros le
reconocen com o el cerebro del
equipo.
Le gusta el deporte en general y
es gran asiduo a la lectura, incli­
nándose por los tem as deportivos
en sus diferentes aspectos.
Juan
Carlos
Ríos
Pérez.
Galería
de
jugadores
hulleristas
N ació en Santa Lucía el
2 5 -4 -6 1 , trabaja en la S.A. H ulle­
ra V asco-Leonesa con la categoría
de A. M inero, está casado, sin h i­
jos y reside en Pola de G ordón.
Pertenece al H ullera desde la
edad de juvenil en cuyo equipo
jugó tres tem poradas, in co rp o rán ­
dose al equipo de Preferente des­
pués de cum plido el Servicio M i­
litar, su puesto es de G uardam eta.
Practica el fútbol-sala y b alon­
m ano y tiene estudios de Bachiller
superior y realizado un curso de
A dm inistrtivo de Banca. G ran afi­
cionado a la música.
hornaguera
Así caminan los
equipos hulleristas
El equipo de Preferente, figura
en la clasificación en el segundo
puesto pero teóricam ente está en
p rim er lugar al tener dos partidos
m enos jugados en casa y que fue­
ron suspendidos a causa de la nie­
ve V illafranquino y Laciana.
El día 13 de m arzo consiguie­
ron una gran victoria en Zam ora
ante el M erendero, en este en ­
cuentro del cual fuim os especta­
dores, nuestros jugadores tuvieron
una actuación brillante, ya que no
sólo tuvieron que enfrentarse a los
contrarios, sino que tuvieron que
soportar la ineptitud de un señor
vestido de corto y negro.
Todos los aficionados seguimos
con m ucha ilusión la m archa del
equipo, con la esperanza de que
consigan en buena lid el título,
3XWDG
aunque no ignoram os las dificul­
tades de todo tipo con las que han
de encontrarse.
El equipo juvenil ha com enza­
do el día 12 de m arzo una nueva
com petición denom inada Torneo
Caja León, el prim er encuentro
les ha sido desfavorable al alzarse
con la victoria el San Esteban en
el cam po de Santa Bárbara donde
los dos conjuntos realizaron un
gran juego pero la suerte no
acom pañó a nuestros chavales; es­
peram os que en próxim os encuen­
tros se enjuguen estos dos puntos
negativos.
El equipo Alevín sigue en la
com petición con aceptables actu a­
ciones.
G. L.
Importante triunfo del Hullera
ante el Merendero
REGIONAL PREFERENTE
FUTBOL BASE
Resultados
Próxima jornada
LA BAÑEZA F.C., 1-AT. PARAMES, 1
FABERO, O-SPARTAK V ., 2
LA CIAN A, 1-S. FRANCISCO, 0
Merendero, 1-HULLERA, 2
Zamora Pro., 1-At. Zamora, 0
Toresana, 3-Sanabria, 2
HURA CA N Z, 2-RIB. CARRIZO, 1
EJIDO, 1-ARENAS, 0
CO YANZA, 2-BAÑEZA M A R IN A , 0
Valle Tera, 0-A T. PINILLA, 1
A T. PINILLA-LA BAÑEZA F.C
AT. PARAMES-FABERO
SPARTAK V .-LA C IA N A
S. FRANCISCO-Merendero
HULLERA-Zamora Pro.
A t. Zamora-Toresana
Sanabria-HURACAN Z
RIB. CARRIZO-EJIDO
A R EN AS-C O YA NZA
BAÑEZA M AR IN A-Valle Tera
Equipos_______________________
G.
E.
P.
F.
C.
Puntos
1 .- E J ID O
.....26
2 . -H U L L E R A
.....24
3 . - L A .BAÑEZA F .C .............. .....26
4 . - A T . PINILLA .................... ..... 26
5..—Zamora Pro..............................26
6 . - S . FRANCISCO ....................26
7 . - L A C IA N A
.....24
8..—AREN AS . .: ....................... .....25
9 . -B A Ñ E Z A M A R IN A ..............26
1 0 .- A T . PARAMES ....................26
1 1 . - .H U RA CA N Z ................... .....26
1 2 .-C O Y A N Z A
.....26
1 3 .—.At. Zamora ....................... .....26
1 4 .-F A B E R O
.....26
15..- SPAR TAK V ...................... .....25
16. — M e ren d ero ..............................26
1 7 .- R I B . CARRIZO ................ .....26
18.—Toresana
.....26
19.- V a lle .T e r a .......................... .....26
20..-- Sanabria .................................26
16
16
10
12
12
10
11
10
12
8
10
9
8
7
8
9
8
7
6
3
6
2
13
7
6
10
7
7
3
10
6
8
7
9
6
3
4
5
5
6
4
6
3
7
8
6
6
8
11
8
10
9
11
10
11
14
14
14
15
17
52
60
41
40
55
46
39
40
45
33
28
36
34
30
35
34
33
30
28
38
21
25
24
28
42
39
26
24
39
29
38
32
37
39
35
53
46
60
64
76
38+12
34+14
33+ 5
31+5
30+ 2
30+ 4
29+ 3
27+5
27+3
26
26
26
23- 1
23- 5
22- 4
2 1 -9
20- 4
19- 7
17 — 11
1 2 -1 2
Resultados
G R U P O PA R
Sa n Lorenzo, 2 -U .D . Leonesa, 3
C u ltu ra l, 1-La Estrella, 0
Bosco, 1-Peña, 0
J.
B o s c o .................................................. 2
U.D. L e o n e s a ................................... 2
Cul t ur al ............................................... 2
S a n Lorenzo...................................... 2
P e ñ a .....................................................2
La Estrella....................................... ...2
G.
2
2
1
0
0
0
E.
P.
C.
Pt.
0
0
0
1
1
0
0
4
1
0
4
2
1
1
1
1
3
4
1 1 2
2
1
4
F.
4
4
2
1
1
0
G R U P O IM P A R
Pte. Castro, 0-H u ra c á n , 1
J . D. Obrero, 1-Loyola, 6
Hullera, 0-San Esteban, 1
J.
Hur acán- Z.......................................
Loyola...............................................
Pte. C a s t r o ....................................
Sa n E s t e b a n ...................................
J . D. O b r e r o ...................................
León C. F..........................................
Hul l er a.............................................
21
2
2
2
2
1
1
G.
1
1
1
1
1
0
0
E.
0
0
0
0
0
1
0
P.
1
1
1
1
1
0
1
F.
C.
0
3
6
3
2 1 2
2
2
3
7
0
0
0
1
Pt.
2
2
2
1
0
hor naguer a
La selección española tiene que demostrar
ahora el alza del fútbol del Club
Se acerca la hora de Miguel
M uñoz. El seleccionador español
ha estado observando toda la tem ­
porada. P rudentem ente, desde la
clasificación del equipo español
de fútbol para la fase final de la
C opa de E uropa, que habrá de ce­
lebrarse en ju n io y en A lem ania,
M iguel M uñoz ha aparecido poco
y ha preferido hacer pruebas en
los partidos am istosos que ha
disputado. Los com prom isos fuer­
tes del Real M adrid, Real Socie­
dad y B arcelona -q u e son la base
del equipo de E sp añ a- ha puesto
en duda la oportunidad o no de
un program a preparatorio de la
selección. A veces nos olvidam os
de la clasificación de nuestro
equipo, finalista en la últim a
C opa de Europa. Lo que se trata
de defender es un subcam peonato
europeo. Y la presencia del equi­
po de M iguel M uñoz en A lem ania
ha habido de ganársela en el terre­
no de juego, si bien al final hubo
fortuna
en
aquel
A u striaR um ania que coincidió, la m ism a
fecha, con el E spaña-A lbania de
Sevilla... El llam ado «caso G ordi11o» vino a en turbiar este éxito y a
dem ostrar que las relaciones del
club con la Federación Española
de Fútbol se pueden resentir con
más facilidad de la deseada. En
este aspecto sí m erecería la pena
trabajar un poquito m ás en los
próxim os meses...
De la clasificación o no de la
selección española para la fase fi­
nal de A lem ania dependía la con­
gestión o la descongestión del ca­
lendario de la tem porada. La bue­
na andadura del Real M adrid en
su C opa de E uropa se ha tenido
que ver agobiada por unos com ­
prom isos de Liga y de aportación
de jugadores a la selección entre
sem anas, de m anera que el calen­
dario se ha visto estrechado por
im perativos no sólo de librar el
mes de ju n io com pleto, para tener
el equipo disponible en A lem ania,
sino p o r la exigencia de com pagi­
nar la Liga, la C opa del Rey y los
torneos europeos donde sólo se
m antienen Real M adrid y Español
de Barcelona, aunque han estado
tam bién en la pelea Sporting de
G ijón, Real Sociedad y Barcelona.
Sum ando las concentraciones y
los partidos am istosos de la selec­
ción de Miguel M uñoz, a estas ho­
ras el fútbol acum ulado en las
piernas de nuestros mejores juga­
dores es im portante, sobre todo,
cuando se trata de dem ostrar que
en la recta final de la Liga y de los
com prom isos europeos conviene
estar en form a y dar de sí al m áxi­
m o, lo m ism o que cuando en el
m es de ju n io tenga que com pare­
cer el equipo de España en H annover, Francfort y M unich...
Hay un hecho evidente: el Real
M adrid está en una tem porada
dulce. Su paso firm e por la C opa
de E uropa, dejando atrás nada
m enos que al N ápoles de M arado­
na, al O porto de M adjer y al
Bayem de M unich de Brehme, no
deja lugar a dudas sobre la buena
form a de la plantilla. Y ahí está el
esqueleto de la selección. La Real
Sociedad, que cayó en su com peti­
ción europea, aporta tam bién j u ­
gadores a Miguel M uñoz. Y el
Barcelona, a pesar de la crisis de
su bloque, que no es descartar ni
m ucho m enos el concurso de al­
gunos grandes jugadores con los
que cuenta el seleccionador. Si el
Español de Javier C lem ente causa
asom bro en la C opa de la U EFA y
el A tlético de M adrid -e n tem po­
rada de cara y c ru z - tam bién tiene
futbolistas disponibles para la
hora de A lem ania, estarem os ade­
lantando que al final se llegará a
tiem po para contar con un equipo
suficiente y capaz de corresponder
a la ilusión de los aficionados es­
pañoles.
Si el fútbol de club está en alza,
¿por qué no habrá de estarlo el de
la selección?... Es natural que
ahora sólo se piense en los pasos
finales de la Liga y en el esfuerzo
que Real M arid y Español van a
realizar ante el PSV E indhoven,
de H olanda, y ante el Brujas, de
Bélgica. Pero los m im bres están
ahí. Y la selección tiene que em ­
pujarse con el hom bro de todos.
A lgunas selecciones nacionales
suben de tono sobre los equipos
de club que aportan sus jugadores,
com o es el caso de Italia, por
ejem plo, o de A lem ania e Inglate­
rra. Otras, en cam bio, pierden en
capacidad colectiva y en rendi­
m iento... Esa es la tarea de Miguel
M uñoz. En pocos días, pero sufi­
cientes, tiene que poner las pilas
de la ilusión en pleno voltaje. La
com penetración, el ánim o y la vo­
luntad son im prescindibles. Hace
cuatro años, en la fase final E uro­
pea de Francia, el equipo español
dem ostró que tiene fútbol sufi­
ciente. Y en el M undial de M éxi­
co no defraudó. A yudém osle a
Miguel M uñoz para que en A le­
m ania -a h o ra que el fútbol espa­
ñol vuelve a estar a rrib a - siga la
racha.
L. P.
El Barcelona triunfó en la Copa
El Barcelona ganó la C opa del
Rey de fútbol al im ponerse a la
Real Sociedad por lA) en partido
jugado en el estadio Santiago Bernabéu. A lexanco m arcó el único
tanto, a los 16 m inutos de la se­
gunda parte, tras un saque de fal­
ta. El partido, m uy soso, fue con­
trolado por el conjunto azulgrana,
que efectuó un juego de conten-
ción en la prim era parte y atacó
un poco m ás en la segunda ante
un rival nervioso, que p artía
com o favorito, pero que n unca
jugó al nivel de los últim os tiem ­
pos. El Barcelona logró así un tí­
tulo que le da oportunidad de ju ­
gar en E uropa la tem porada p ró ­
xima.
hornaguera
Humornaguera
El mundo que
vivimos
—Dinos, joh Kalikatres sapientísimo!, de todos los accidentes de trabajo que darse pueden
¿cuál es el más frecuente, grave e irreparable?
—El propio trabajo, hijitos, el propio trabajo.
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hornaguera
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hornaguera
Días de abstinencia
Escribo esta nota de actualidad,
exactam ente cuando todos los re­
lojes m arcan las doce horas menos
cinco m inutos del día inédito, o
m ejor de la noche apenas estrena­
da del 11 de m arzo del año de gra­
cia -p o rq u e el año va a tener m u ­
c h a - de mil novecientos ochenta y
ocho, que es cifra cabalística, se­
gún los eruditos, sin explicar por
qué.
Y a partir de este m om ento
crucial que diría el puntual cro­
nista de deportes ante un encuen­
tro de transcendencia nacional,
com o el M adrid-B arcelona, por
ejem plo, los leoneses concreta­
m ente (porque en esta tierra de
autonom ías cada perro se lam e
sus llagas y se m ata sus pulgas) en­
tram os en lo que se da en llam ar
tiem po de m editación, o de refle­
xión com o gusta decir a Felipe
González, o de abstinencia, com o
proclam a el cura de mi parroquia.
A ndam os ya por la C uaresm a y
en los jardines franciscos de la
Ciudad, con perm iso de la au to ri­
dad com petente, se entrenan los
trom peteros y tam borileros que
habrán de acom pañar a los cofra­
des pertenecientes a las distintas
cofradías. ¡Dios sea loado! La C iu­
dad se llena de redobles y de alari­
dos m etálicos y com o som bras
fantásticas, por entre los arbolones
del Jardín desfilan acom pasada­
m ente, entre la algarabía de los
clarines, los com ponentes de la
Banda.
León ha entrado, sin que fuera
para ello necesario que lo decreta­
ra la Ju n ta del Censo, en un tiem ­
po penitencial de m editación, de
reflexión, de abstinencia. A partir
de esta hora fundam ental para el
destino de los españoles, y sobre
todo para el porvenir de algunos
de los m ás conspicuos conversos
de la localidad, recién incorpora­
dos a los azares dem ocráticos,
bajo el signo o título o calificación
de «N iño de las m onjas», a partir
de este m om ento digo, los leone­
ses nos sum irem os en la m edita­
ción más profunda, en la reflexión
m ás esclarecedora, en la abstinen­
cia más absoluta. Y evitarem os,
por la salvación de nuestras alm as
y la de nuestros am os o aliados,
según se m ire, incurrir en la fatal
m anía de com unicam os, de p arti­
cipam os, de conciliar nuestros p a­
receres.
Aquí se acaban nuestros privi­
legios de hom bres libres y hem os
de som etem os al Reglam ento. Y
ni com erem os carne, ni intentare­
mos torcer el curso de los pensa­
m ientos políticos, religiosos, so­
ciales o m ilitares de nuestros con­
vecinos. Desde todas las cam pa­
nas de la Península Ibérica, en la
cual aparece incluido León, solo o
con leche, se nos anuncia la en tra­
da en un tiem po de m editación,
de reflexión, de abstinencia, de si­
lencio. Y com o somos, cum pli­
mos.
A partir de este m om ento que
sea lo que Dios quiera y a quien
Dios se la de San Pedro se la b en ­
diga. Lo que sucede es que todos o
casi todos, incluyendo a los más
desatentos y m enos interesados en
el proceso de análisis y m edita­
ción al que nos entregam os disci­
plinadam ente, sabemos, intuim os,
sospecham os cuál va a ser el re­
sultado de nuestras m editaciones,
de nuestras penitencias, de nues­
tras abstinencias... U na vez más,
se convertirá en realidad aquel
principio, tan elocuentem ente ex­
presado en verso:
« ...Y vinieron los m orenos
y nos m olieron a palos,
que D ios ayuda a los buenos
cuando son m ás que los m alos...»
C um pliendo pues com o buenos
los preceptos establecidos por el
m ando para este tiem po de m edi­
tación, de reflexión y de abstinen­
cia, durante cuarenta y ocho h o ­
ras, cuando m enos, nos abstendre­
mos de com er carne, de escuchar
a Felipe G onzález, de asistir al ce­
rem onial de la confusión obser­
vando quiénes presidan nuestros
actos políticos, de inten tar la tra ­
ducción sobre la m archa de los
discursos de Don Hache M ancha,
de asom am os a ese m undo de
asom bros y de sorpresas que ex­
presa sus opiniones «nacionales»
en idiom as que a los m íseros mesetarios se nos antojan proceden­
tes de lejanísim as e ignoradas ga­
laxias, de soportar al vecino de la
terraza de enfrente que, a grandes
voces, nos interroga sobre la co n ­
veniencia o no de votar o no votar
(esta es la cuestión, que diría Sha­
kespeare), de vernos obligados a
traducir a lenguaje vulgar y de po ­
sible com prensión p o p u lar los
juegos verbales de quienes más
que nuestra conversión a la reli­
gión del poder y del no poder, p a­
recen em peñados en conducirnos
a Santa Isabel, centro psiquiátrico
leonés al que estam os destinados
todos, si Dios no lo rem edia...
A tendiendo, pues, a estos con­
dicionam ientos
cuaresm alespolíticos cuidam os de no m ezclar
carne y pescado en la m ism a co­
m ida, com o prescribía el catecis­
m o del Padre Astete. «El converso
‘N iño de las M onjas’, desde la
presidencia del últim o m itin
(¿quién se lo iba a decir?), asiste a
nuestro silencio con gesto de je n í­
zaro.
VICTORIANO CREMER
Hullera Vasco-Leonesa/S.A
C/ José Abascal, 48
Teléfono (91) 442 86 22
Télex 4 67 69 SHVL E
2 8003 Madrid
C/ Reino de León
Teléfono (987) 58 60 50
Télex 89637 SHVL E
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