de la farmacia galenica a la farmacia clínica y atención farmacéutica
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de la farmacia galenica a la farmacia clínica y atención farmacéutica
ACADEMIA IBEROAMERICANA DE FARMACIA GRANADA-SEVILLA DE LA FARMACIA GALÉNICA A LA FARMACIA CLÍNICA Y ATENCIÓN FARMACÉUTICA CON EL HORIZONTE DEL “MEDICATION THERAPY MANAGEMENT” DISCURSO PRONUNCIADO POR EL ILMO. SR. D. EDUARDO L. MARIÑO HERNÁNDEZ EN EL ACTO SOLEMNE DE RECEPCIÓN COMO ACADÉMICO CORRESPONDIENTE EL DÍA 12 DE ABRIL DE 2010 Y CONTESTACIÓN DEL ILMO. SR. D. ANTONIO M. RABASCO ÁLVAREZ SEVILLA, 2010 Edita: Academia Iberoamericana de Farmacia ISBN. 978-84-693-0945-2 Dep. Legal: GR-1739/2010 Imprime: La Gráfica, S.C.And. Granada De la farmacia galénica a la farmacia clínica y atención farmacéutica con el horizonte del “Medication Therapy Management” Discurso Pronunciado por el Ilmo. Sr. D. Eduardo L. Mariño Hernández Sevilla, 2010 Í N D I C E Preámbulo ……………………………………………………..…....................................................................... Introducción ..……………………………………………………..…................................................................. 7 9 Planes de estudios universitarios de Farmacia…………………………...................................... 11 Plan de estudios de 1965…………………………...................................................................................... 13 Plan de Estudios de 1973………………………….................................................................................... 16 Primeras normativas europeas…………………………........................................................................... 19 Planes de estudio de la década de los 90 u Homologados ............................................... 25 Oficialización de la Unidad de Farmacia Clínica y Farmacoterapia Firma en Bolonia del Documento ..………........... 32 ……………………….................................................................. 35 ........... 39 ……………………….......................... 42 Primeros cambios de planes de estudios en el siglo XXI y otros cambios Últimas normativas para los estudios de Farmacia Publicación final de las competencias …………………………....................................................... 43 Decreto de 1944. ¿Volviendo a…? ....………………………............................................................ 47 A modo de conclusiones …………………………...................................................................................... 49 Anexo I ……………………….................................................................................................................................. 51 Anexo II …………………………............................................................................................................................ 59 Bibliografía …………………………................................................................................................................... 5 63 PREÁMBULO Excmo. Sr. Presidente Excmos. e Ilmos. Sres. Académicos Excmas. e Ilmas. Autoridades Señoras y Señores En este acto de lectura del discurso de ingreso en la Academia Iberoamericana de Farmacia, quiero que mis primeras palabras sean de agradecimiento a quien promovió la presentación de mi propuesta para incorporarme a la misma, así como a todos los que depositaron su confianza en mi en el momento de mi aceptación y a los que, a veces desde unos pasos por detrás de la primera línea, me han permitido realizar a pesar de todo y de todos, no ya un proyecto de vida, que por sí mismo hubiera sido suficiente, sino el proyecto profesional que quería, evidenciando que no sólo era eficaz, efectivo y eficiente, sino que además de conveniente también necesario. Ambos proyectos, el personal y el profesional, en aproximadamente el último cuarto de siglo han sido especialmente singulares y han permitido, sin renunciar a los orígenes y con un ritmo muy acompasado y armónico, que hayan sido llevados a cabo de una manera paralela con diversos países de Centro y Sudamérica. Mi trayectoria profesional fue iniciada en la Universidad de Salamanca en los años 70 del siglo pasado, ligada siempre de manera completa con la Universidad de manera absolutamente vocacional y como decisión tomada con absoluta libertad, la obtención de la posición entonces conocida como de Profesor Adjunto en la citada Universidad y la posterior toma de posesión en el año 1988 de la Cátedra de Farmacia Galénica de la Universidad de Barcelona que obtuve en reñida competencia con otros candidatos al ganar el concurso-oposición convocado tras la jubilación forzosa por imperativos de la edad del Prof. Dr. Alfonso del Pozo Ojeda, que la ocupó durante largo tiempo. Los méritos universitarios a bien seguro han sido un elemento positivo para la decisión de esta docta academia, pero creo que también debe haber pesado, de manera importante, mi también conocido y a veces casi enfermizo empeño en asegurar y garantizar el denominado “Principio de Igualdad de Oportunidades”, aunque ello en muchas ocasiones me haya colocado en posiciones muy cercanas a los menos favorecidos y a aquellos que frecuentemente, y otras de manera casi segura, eran muy previsibles como “no ganadores”. Las múltiples consecuencias negativas, que me ha supuesto no ponerme 7 por sistema del lado de los “ganadores” las asumo y no reniego de ellas, pues de repetirse esas situaciones mi actuación sería la misma, dándome el grado de independencia y libertad con los que cuento, como uno de mis bienes más preciados. No obstante, el elemento que debe haber decantado la balanza para favorecerme con la presente distinción, debe haber sido mi declarada atracción y decidida vocación por los países de Centro y Sudamérica, en una historia larga, continuada e ininterrumpida que se inicio allá en el mes de noviembre de 1986. En este tercer vértice se suman y en buena medida contribuyen a su desarrollo, mi proyecto de vida y mi trayectoria profesional, de manera que las posibles claves del éxito de esta larga y fructífera relación, al menos por mi parte, creo que especialmente deben atribuirse a que nunca fui con la intención de convencer a ultranza, tampoco a intentar implantar modelos (ni incluso los que habían sido exitosos en otros lugares) y ni siquiera a enseñar, sino solamente a escuchar y a compartir, con el resultado tremendamente enriquecedor de aprender, tanto en lo profesional como aún más en lo personal. Mi compromiso auto impuesto en el terreno profesional, creo que ha alcanzado objetivos satisfactorios, aunque ello haya supuesto un coste imposible de defender como tardar más de 15 años desde mi primer viaje, en encontrar tiempo para poder conocer las incomparables cataratas de Iguazú. En el terreno de lo personal, en el que con toda certeza más he recibido y más seguiré recibiendo, no me siento capaz de escribir y trasmitir, algo que ha calado tanto en lo emocional. Son tantas las intensas experiencias (algunas incluso a veces tristes), son tantos los verdaderos amigos, cuyos nombres omitiré, entre otras razones porque ellos no necesitan que yo se los recuerde ahora y también porque no quisiera tener ningún error de omisión por mi parte, que seguro que se produciría, dado que de algunos nombres tuve el fallo de no tomar buena nota e incluso algunos ya no se encuentran entre nosotros. De acuerdo con el título del discurso y sin pretender realizar una revisión histórica exhaustiva, comentaremos el recorrido personal y profesional desde la Farmacia Galénica a la Farmacia Clínica y Atención Farmacéutica, especialmente en su vertiente universitaria y haciendo referencia a lo ocurrido en España y a mi experiencia en Centro y Sudamérica, comprobando, tal y como con bastante insistencia he repetido en múltiples ocasiones, como afortunadamente para muchos países de Centro y Sudamérica el cambio de paradigmas se ha producido o se está produciendo con mayor rapidez de lo que ocurre en España. De manera también no exhaustiva, se incluye en el Anexo I, los eventos en los que he participado en referencia a Centro y Sudamérica, cuya lectura detenida para los más 8 interesados permitirá también comprobar como con el tiempo, también se ha ido produciendo un cambio en las temáticas de acuerdo con el cambio antes citado. INTRODUCCIÓN En el año 1995 tuvo lugar el 150 aniversario de la creación de la Facultad de Farmacia y, por lo tanto del comienzo, en esta Universidad de la formación universitaria superior del farmacéutico. Dentro de los actos conmemorativos en la Facultad de Farmacia de Barcelona, el Prof. Charles Hepler coautor con la Prof. Linda Strand de la primera y más reconocida definición de Atención Farmacéutica (1990), impartió una conferencia y en una de sus diapositivas ilustraba los cambios en distintos ámbitos farmacéuticos. Así, Hepler indicaba que en la era agrícola la formación era empírica y la práctica era la tradicional de fabricación y evaluación de medicamentos. Más tarde en la era industrial la formación se hizo científica incluyendo (en aquellos países donde hubiera pasado) una formación sobre Química Farmacéutica, Farmacología, Farmacocinética, Comportamiento de mercados, realizándose una práctica de distribución con transición y aproximación a la clínica. Podemos decir que, gradualmente una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, la industria farmacéutica incrementa la fabricación de medicamentos “premezclados y preempacados”. Así, en Estados Unidos de Norteamérica el Acta Durham-Humprey modifica el Acta de la Food and Drug Administration, impactando negativamente en el farmacéutico al que se le reserva la completa capacidad de dispensación de medicamentos sin prescripción (Catizone y Mrtek, 1984). Después de la era industrial, llega la era de la información y aquí según Hepler la educación debería realizarse fundamentalmente sobre el cuidado al paciente, incluyendo Patología, Terapéutica, Comportamiento del paciente, etc., que llevaría a una práctica, ya de una madurez clínica que él denominaba como Atención Farmacéutica. Aunque este sería más o menos el tiempo en el que Hepler y Strand dieron su primera definición de Atención Farmacéutica (1990), la diapositiva de Hepler ya mostraba como en la era siguiente, es decir, en la de la comunicación, la formación debería hacerse especialmente sobre el control y manejo (Management) de la enfermedad y ya no señalaba como se denominaría lo que correspondería con esa práctica profesional. Si bien es cierto que, en muchos países y en el ámbito profesional asistencial, especialmente en el hospitalario, aproximadamente en la segunda mitad de los años 60 del siglo pasado, la Farmacia Clínica puede decirse que quedó implantada, esto no ocurrió tanto en el ámbito de la Oficina de Farmacia o Farmacia Comunitaria, ni tampoco se 9 pusieron las medidas necesarias para la correcta formación universitaria para esta actividad, al menos en España y, por el contrario, se perdió y se sigue perdiendo un tiempo precioso en cuestiones puramente terminológicas, algunas ya muy desfasadas y antiguas, mientras que todo sigue avanzando en los países más desarrollados, tal y como corroboran, los cambios que aparecen entre otras, en las publicaciones de Mc Givney y cols. (2007) a la que se hace expresa mención en el título del presente discurso y la de White y Latif (2007). Estos cambios con las correspondientes denominaciones, de alguna forma también las anunciábamos en la publicación del año 2006, que lleva por título “Desde la Farmacia Galénica a la Tecnología Clínica Farmacéutica a través de la Farmacia Clínica y la Atención Farmacéutica” (Mariño y cols., 2006 a). Dada las lógicas limitaciones de espacio, nos remitiremos a la lectura directa de estas publicaciones para los más interesados. Los cambios que se iban produciendo en el ejercicio profesional farmacéutico, por una parte, afectaban al propio ejercicio profesional y, por otra, biyectiva y lógicamente tenían repercusión en la propia formación de este profesional. De esta manera, la propia Farmacia Galénica, como disciplina universitaria ha ido cambiando de nombre con el tiempo, tal y como se muestra en la tabla 1. Año Denominaciones de Farmacia Galénica 1845 1849 1850 1857 1884 1886 1990 1928 1931 1944 1965 1973 Práctica de todas las Operaciones Farmacéuticas La Farmacia Operatoria y las Nociones Elementales de su Análisis Práctica de las Operaciones Farmacéuticas y Principio de Análisis Químico Prácticas de las Operaciones Farmacéuticas Farmacia Galénica y Legislación Sanitaria Farmacia Práctica o Galénica y Legislación relativa a la Farmacia Farmacia Práctica y Legislación Farmacéutica y Despacho de Recetas Farmacia Galénica o Práctica Farmacia Práctica y Legislación relativa a la Farmacia Farmacia Galénica y Técnica Profesional y Legislación Comparada Farmacia Galénica I y Farmacia Galénica II Farmacia Galénica General y Farmacia Galénica Especial Tabla 1.- Denominaciones de Farmacia Galénica a lo largo del tiempo Como puede observarse, los aspectos relacionados con la legislación han ido apareciendo en ocasiones explicitados en el título con o sin la cotitulación de Farmacia Galénica. Esta situación se mantuvo de forma más o menos alternante hasta el año 1944, al que más tarde nos referiremos con mayor extensión, donde por última vez aparecen dentro de una misma denominación pero expresamente separadas la Farmacia 10 Galénica, la Técnica Profesional y la Legislación Comparada. Desde entonces y como luego veremos, estos temas relacionados con la legislación fueron apareciendo de una manera separada en las materias o asignaturas que integraban los correspondientes planes de estudios. Durante bastante tiempo la utilización de los términos asignatura, materia o disciplina se han hecho de forma indiscriminada, más o menos aleatoria y con poca repercusión más allá de lo semántico. En los últimos planes de estudios esto no ha sido así y muchos autores parecen desconocer las diferencias existentes entre estos términos o a lo peor participando en la ceremonia de la confusión, que tan pocos favores ha hecho a la formación universitaria y al ejercicio profesional del farmacéutico, han preferido obviarlo. Así, debemos aclarar que desde la reforma de los planes de estudios para homologarlos con el resto de Europa, a nivel estatal se fijan el nombre y contenidos nominales mínimos de las materias troncales que deben cursar todos los alumnos. Después cada Universidad puede o no diversificar estas materias troncales en dos o más asignaturas e incluso puede agruparlas entre ellas. De igual manera cada Universidad ha tenido la capacidad de establecer las conocidas como asignaturas obligatorias de Universidad que deberían ser aquellas que no estando incluidas en las troncales, cada Universidad considera que son muy importantes para la formación del farmacéutico. Un estudio de lo que han sido y lo que presumiblemente serán estas asignaturas obligatorias de Universidad y las conocidas como asignaturas optativas, creo que sería buen ejemplo de las “cosas” que podemos llegar a hacer y de las que nos pueden llegar a permitir. PLANES DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS DE FARMACIA La ya citada evolución del conocimiento y el cambio en las actividades profesionales, como no podía se de otra manera, también afectó a Farmacia. Así, en 1240 el rey alemán Federico II hace público el Edicto de Palermo en el que se establece que una misma persona no puede ejercer a la vez las dos profesiones de médico y farmacéutico, de manera que aquel no pueda preparar medicamentos y éste no pueda diagnosticar ni administrarlos. Durante mucho tiempo la formación del farmacéutico no fue universitaria, llegando a 1880 cuando en España, como formación independiente, se establece la misma en los Colegios de Farmacia, con la obligatoriedad de realizar dos años de prácticas con un farmacéutico que tuviera Farmacia abierta al publico. Más tarde, apenas medio siglo después, en 1845, el Colegio de Farmacia de Barcelona, se incorporó a la actual Universidad de Barcelona, consolidando así la tan deseada formación universitaria del farmacéutico como titulado de grado superior. En ocasiones, y especialmente si lo comparamos con otros profesionales sanitarios 11 que sólo muy recientemente han adquirido este reconocimiento e incluso con aquellos que aún no lo han conseguido, parece que hay quien no valora suficientemente este hecho, y parecen preferir la descalificación generalizada, inútil, estéril e incluso probablemente esterilizante, en lugar de tomar actitudes preactivas y realizar actuaciones concretas, cada uno en su ámbito de competencia, para la por todos deseada mejora en la formación del farmacéutico. Mientras que el farmacéutico era quien exclusivamente preparaba los medicamentos, el concepto y el término “Farmacia Galénica” no sufrió grandes cambios. Esta afirmación, podemos hacerla extensiva por razones diversas, por una parte hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, que es cuando como decíamos la Industria Farmacéutica empieza a fabricar de una forma masiva los medicamentos y a preocuparse en la búsqueda de nuevos fármacos (principios o sustancias activas) que luego trasformaría en medicamentos y, por otra parte, hasta mediados de la década de los 60 del siglo pasado cuando se consolida la Farmacia Clínica y su práctica. Este último aspecto, como ahora veremos, aunque con algún retraso se produjo en algunos hospitales españoles y, de manera del todo incomprensible no tienen lugar en la formación universitaria del farmacéutico español, hasta mediados de los años 90 (aproximadamente 30 años después), al menos de una manera formal y generalizada como formación obligatoria para todos los alumnos. De esta manera, dentro de la Farmacia Galénica encontraron lugar y fueron creciendo las más recientes tendencias en relación con el medicamento y el paciente a quien está destinado, de manera que podemos afirmar que aquella Farmacia Galénica de los años 70 ha dado lugar, al menos, a la BioFarmacia, Farmacocinética, Farmacia Clínica, Farmacoterapia y Tecnología Farmacéutica (en orden alfabético) tal y como las conocemos ahora. Sin olvidar los importantes aspectos normativos, en los que a Farmacia se refiere, que tuvieron lugar en 1944 y sobre los que al final del presente discurso, volveremos a retomar, vamos a centrarnos en los últimos planes de estudios en los que se han producido o se deberían haber producido los cambios más importantes y especialmente aquellos que, desde hace algún tiempo, nos aproximaran a la formación de los médicos, como profesionales sanitarios en contacto con el paciente, en un modelo como el que ellos han conseguido que (como todo mejorable) permitiera igualar el número de alumnos de entrada a las Facultades de Medicina, con los de salida y con la de oferta de la formación especializada, de acuerdo con las necesidades sociales. Son muchas las diferencias que todavía existen en la formación universitaria del farmacéutico con respecto a la del médico, a pesar de la múltiple normativa legal, que no sólo permitía que esto no ocurriera sino que impulsaba a que no ocurriera. En mi opi12 nión ésta puede ser una de las causas para que no se hayan producido ni se vayan a producir a corto plazo los cambios en la formación del farmacéutico en la dirección adecuada hacia una actividad sanitaria. Estas diferencias, además de las ya dichas, son incluso más profundas pues, en muchos casos y probablemente más cuanto más histórica sea la Facultad de Farmacia de la que hablásemos, el profesorado de estas facultades es muy diverso y heterogéneo, siendo muchos de ellos no farmacéuticos (aspecto este no necesariamente preocupante, aunque obviamente un hándicap, por no conocer de entrada al menos el plan de estudios de Farmacia por no haberlo cursado) e incluso algunos con no demasiado interés en conocer las parcelas formativas ajenas a la suya y tampoco con excesiva avidez de conocer el ejercicio profesional y su evolución en el tiempo. Por el contrario en las Facultades de Medicina la mayor parte de sus profesores son médicos y un buen número ejercen profesionalmente además de cómo profesores universitarios también como médicos. En la historia más reciente y que personalmente hemos vivido, hemos podido comprobar la utilidad de que los alumnos de Farmacia pudieran ser justificantes para la dotación de plazas de profesorado sin más interés, por parte de bastantes, de quienes en muchos casos ocuparon las mismas que seguir realizando sus actividades investigadoras o de otro tipo que, inicialmente, realizaban por más que éstas estuvieran en ocasiones bien lejos de los ámbitos de Farmacia. De esta manera las Facultades de Farmacia han sido, en ocasiones el lugar de carreras universitarias de titulados superiores no farmacéuticos que incluso han llegado a tener importantes trayectorias. Otro estudio que desde aquí invitamos a que se realice, consistiría en determinar el número de licenciados en Farmacia que han obtenido el grado de doctor en Farmacia realizando sus trabajos en las Facultades de Farmacia y compararlos con los licenciados en otras carreras universitarias (químicos, biólogos, etc.) que hayan obtenido el citado grado de doctor en la misma Facultad de Farmacia. Este estudio se podría completar averiguando lo que ocurre en otras Facultades como Medicina con respecto a los doctores médicos y no médicos, a la Facultad de Biología y los Doctores Biólogos y no Biólogos y a la Facultad de Química y los doctores Químicos y no Químicos. No sería justo acabar este apartado sin hacer clara mención a Profesores de Facultades de Farmacia que no siendo farmacéuticos, quisieron y supieron ponerse tan a la altura de las circunstancias que han sido excelentes profesores de Farmacia, incluso mucho mejores que muchos que partían con la ventaja inicial de ser licenciados en Farmacia. PLAN DE ESTUDIOS DE 1965 El plan de estudios de 1965, fue ya un plan de estudios de cinco años, de los que el primer curso se realizaba en las Facultades de Ciencias era selectivo y quizás por la abrumadora evidencia de cómo aumentaba, cambiaba y se diversificaba el conocimiento ya 13 se ofrecían dos posibles orientaciones al estudiante de Farmacia. Este plan de estudios, estructurado en dos ciclos, aunque la finalización del primer ciclo no permitía ningún tipo de acreditación profesional, incluía las asignaturas obligatorias que se muestran en la tabla 2. Primer curso Matemáticas Segundo curso Química inorgánica Tercer curso Química Orgánica Cuarto curso Ampliación de Química Orgánica Quinto curso Higiene Física Química Biología Físico Química Fisiología Animal Botánica Microbiología Análisis Químico Farmacognosia y Farmacodinamia Farmacia Galénica I Bioquímica Bromatología y Toxicología Farmacia Galénica II Bioquímica Especial Historia y Legislación Geología Idioma (Inglés) Educación Física I Formación Política I Religión I Educación Física II Formación Política II Religión II Educación Física III Formación Política III Religión III Religión IV Tabla 2.- Asignaturas obligatorias del Plan de Estudios de 1965 Cuando esto ocurría en la formación universitaria del farmacéutico en España, en los países más desarrollados se estaban, como decíamos, produciendo unos cambios muy importantes que consideraban que el medicamento por si sólo no podía ser el producto final y que se necesitaba, tanto en su fabricación como en su elaboración (conceptos distintos, que también hay quien parece no diferenciar o prefiere no hacerlo), tener muy en cuenta el paciente o individuo de la especie humana a quien estaba dirigido. Estos cambios, incluían toda una serie de descubrimientos que daban cuerpo de doctrina a la BioFarmacia y a la Farmacocinética, que ya citamos precisamente en una publicación nuestra en la Revista de la Organización Farmacéutica Ibero Latinoamericana (Mariño y cols., 1996) con el título Farmacia clínica, farmacocinética clínica y administración de medicamentos, en la que también nos referíamos a ese paradigma imperante en la segunda mitad de los años 60 y que conocemos como Farmacia Clínica. La Farmacia Clínica que, a diferencia de lo que se suele decir, nació en la Universidad de Washington en los años 40 de la mano del Profesor Rising (1945) y que pronto fue prohibida (Johnson, 1946), tal y como varios años después explicaba Youngken (1953) en una interesantísima publicación. Así, la Farmacia Clínica permaneció “dormida” unos 20 años hasta que fue retomada, implementada y expandida en el ámbito hospitalario de Estados Unidos de Norteamérica, teniendo un momento sumamente interesante en la publicación de Parker (1965) en donde aparece, entre otras cuestiones de gran interés, una definición de Farmacia Clínica que todavía hoy puede ser de plena vigencia y que dice: 14 “La Farmacia Clínica es un concepto o filosofía que hace énfasis en el apropiado y seguro uso de los medicamentos en los pacientes. Este énfasis se coloca sobre el medicamento aplicado al paciente y no sobre el medicamento producto”. No resulta fácilmente este aparente “divorcio” entre el plan de estudios de Farmacia aprobado y los cambios que se estaban produciendo a nivel internacional e incluso en algunos lugares en el ámbito de la Farmacia de hospital en España. Aún es menos entendible cuando de todo ello se tenía conocimiento en el ámbito universitario. Por citar sólo algún ejemplo, en las dos más antiguas Facultades de Farmacia (Barcelona y Madrid) hay constancia, por parte de los entonces Catedráticos de Farmacia Galénica, de las respectivas Universidades, de la siguiente información (Mariño y cols., 2006 a): 1) En la Facultad de Barcelona, el Prof. Alfonso del Pozo Ojeda (e.p.d.), anterior Catedrático de Farmacia Galénica de esta Universidad y mi predecesor en esta plaza, en el año 1964 con motivo de la Festividad de la Inmaculada en su discurso decía textualmente: “…. las bases de la motivación no han variado en el transcurso de siglos; se mantienen vigentes y configuran a la Farmacia como profesión sanitaria íntimamente conexionada con la Medicina, que si ha evolucionado lo ha hecho siguiendo a su vez las directrices del progreso de los conceptos científicos y sociales de cada época y diferenciando facetas, producto de la lógica especialización creciente”. “…. Debe fijarse con claridad aquí, que tanto la dispensación como la elaboración del medicamento constituyen los fundamentos esenciales de la profesionalidad, objetivo de un servicio farmacéutico con límites bien precisos, que desde el punto de vista social pueden resumirse en la aceptación plena de responsabilidad en cuanto se refiere a la preparación correcta y dispensación eficaz y vigilada del medicamento”. Cuantas similitudes se pueden detectar con las definiciones de Farmacia Clínica de Parker de 1967, ya indicada y la de Atención Farmacéutica de Hepler del año 1990, que comentaremos más adelante. 2) En lo que se refiere la Universidad Complutense de Madrid, el Profesor Rafael Cadorniga Carro (e.p.d.), último Catedrático de Farmacia Galénica en esta Universidad (al menos hasta ahora), señalar que en el año 1975 con motivo del Primer Congreso de Biofarmacia y Farmacocinética, curiosamente celebrado en Barcelona, decía que la indicación que se consignaba a pie de página de “Hágase según arte” debía ser sustituida por “Hágase según ciencia”. Proyectar y realizar correctamente una preparación farmacéutica ha dejado de ser un arte para con15 vertirse en una ciencia, que conjuga prospección, ejecución y proyección en busca de la seguridad y eficacia exigible a toda forma de dosificación. Estas dos décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado, fueron sin dudas singulares y marcaron diferencias en múltiples aspectos, incluso en la formación universitaria del licenciado en Farmacia que aún no han llegado a resolverse, en mi opinión, y para las que no supe ni he sabido encontrar aún causas objetivas que lo justificaran. PLAN DE ESTUDIOS DE 1973 No llegó ni a una década de duración el plan de estudios anterior y aunque ello podría haber sido un indicador de la adecuación a las tendencias profesionales imperantes, lamentablemente no fue así y se siguió con la ya casi costumbre de encontrar con mucha facilidad a quien dice saber qué es o qué falta en la formación del universitario, pero pocos los que se atreven a decir qué es lo que sobra. De esta manera, buscando refugios en optatividades, orientaciones, ramas, intensificaciones, menciones, etc., sólo seguimos dándole vueltas al tema, sacrificando en decisiones asamblearias las opiniones de las minorías que pueden aportar tendencias emergentes para una formación que cubra las necesidades que la sociedad demanda. En la tabla 3 se muestran las asignaturas obligatorias del plan de estudios de 1973 Primer ciclo: 1º Curso: Matemáticas, Física, Química General, Biología, Geología. 2º Curso: Química Orgánica, Química Inorgánica, Físico-Química, Botánica, Parasitología, 3º Curso: Análisis Químico, Técnicas Instrumentales, Bioquímica, Microbiología, Fisiología Animal. Segundo ciclo: 4º Curso: Química Farmacéutica, Farmacognosia, Bromatología y Toxicología, Farmacia Galénica General y al menos una asignatura optativa. 5º Curso: Farmacodinamia, Higiene y Sanidad Ambiental, Farmacia Galénica Especial, Historia de la Farmacia y Legislación Farmacéutica y al menos dos asignaturas optativas. Tabla 3.- Asignaturas obligatorias del plan de estudios de 1973 Como puede observarse no se producen grandes cambios en lo que se refiere a las asignaturas troncales que obligatoriamente debían cursar todos los alumnos durante todo el curso académico y con una “carga” de docencia teórica de 3 horas de clase por 16 semana para cada una de ellas con excepción de Geología, Parasitología, Técnicas Instrumentales e Historia de la Farmacia y Legislación que tenían 2 horas de clase a la semana, al igual que las optativas, sólo que éstas solían tener una duración de un cuatrimestre. La novedad o novedades que se producen en este plan de estudios, que va a tener una alta longevidad (alrededor de unos veinte años o más, dependiendo de la universidad) es que no en todas las Facultades de Farmacia de España las asignaturas troncales eran las mismas, ni siquiera en su denominación (quizás un preludio de lo que ocurrió después en el otro extremo del péndulo respecto a lo que hasta el momento parecería ser una homogeneidad a nivel estatal) y la aparición de las optativas que llegaron conformarse en orientaciones y en donde, en algunos casos, se incluían los aspectos más novedosos. En algunas universidades estos conceptos más novedosos, como la Biofarmacia y Farmacocinética se comenzaron a incluir en las asignaturas troncales ante la no aparición del tantas veces anunciado cambio de plan de estudios. En otros no ocurrió así y por ejemplo en el caso de la Universidad de Barcelona (una de las indiscutibles pioneras en estas temáticas) no se comenzó la docencia para todos los alumnos de BioFarmacia y Farmacocinética, hasta el curso académico 1995-96, tras la aprobación en 1992 del plan de estudios homologado, siendo así una de las primeras en hacer esta incorporación digamos oficial y no con otras denominaciones. Las orientaciones en las que se incluían las asignaturas optativas no necesariamente existían en todas las Facultades y ni siquiera las asignaturas eran necesariamente las mismas. Así, hacia finales de los años 70 las orientaciones eran un total de 7: - En todas las Facultades se encontraba la orientación Ecológica y nos tememos que no era la consecuencia de la creencia de que éste fuera un espacio de importante inserción laboral de los futuros licenciados. - En un buen número de Facultades estaba la orientación Industrial, probablemente debido a la concepción, en aquel tiempo por parte de un número considerable de quiénes tenían la capacidad de toma de decisiones, de lo que era la Investigación y Desarrollo (I + D). No nos parece inconveniente apuntar que lo que más frecuentemente se hacía en aquel entonces eran los conocidos como Registros copias y/o Falsos genéricos, y que a la vez se tenía también quizás a una visión, incluso entonces muy romántica, como que en la Industria Farmacéutica la mayor parte de los profesionales que en ella trabajaban eran farmacéuticos y que el descubrimiento de un nuevo medicamento era más bien un acto solitario, que no un largo camino de un importante equipo de investigadores con un amplio abanico de formación. 17 - Únicamente en las Facultades de Barcelona y Complutense de Madrid se encontraba la orientación Bioquímica. - Sólo en la Facultad de Farmacia de Barcelona se encontraban las orientaciones de Productos naturales (posiblemente cercana a la ecológica), la Analítico - clínica y la de Farmacia Práctica, siendo esta última, al menos, un tanto llamativa al ser la de Barcelona la única Universidad que no disponía de la orientación Sanitaria. La no existencia de la orientación Sanitaria en la Universidad de Barcelona, cuando era la universidad con mayor número de orientaciones, incluyendo la de tener la exclusividad de contar con la orientación en Farmacia práctica, ha intentado justificarse como que se entendía que todo lo que debería hacer el farmacéutico tendría que tener una orientación y un paraguas sanitario. Razonamientos similares fueron empleados y documentados para pretender la no introducción de la Farmacia Clínica como asignatura para ser cursada por todos los alumnos, arguyendo que, como decía Parker (1967) en su definición, al tratarse de una filosofía, ésta no podía ser incluida en una asignatura universitaria si no impregnar a todas. Este argumento, sin duda bien intencionado, se encontraba muy lejos de la realidad y de haberse tenido en cuenta podría haber incluso inducido a cuestionarse la docencia universitaria de la Filosofía y las consecuencias que de ello podrían derivarse. Dejando aparte estas consideraciones, más o menos opinables, la realidad contrastada es que no fue así y cuando se realizó un sencillo estudio de los resultados de los exámenes, del año 1989, de las pruebas para obtener las plazas de especialización de Farmacéuticos Internos Residentes (FIR), muestran como las plazas ofertadas por Cataluña fueron ocupadas mucho después que las ofertadas por otras Comunidades autónomas (Mariño, 1989) y no debemos olvidar que el orden de elección se realiza de manera que los que obtienen los mejores resultados son los primeros en elegir. Aunque éste sería otro estudio también interesante de realizar, apuntar solamente que en la última convocatoria de 2009, casi veinte años después de incorporar la docencia de Farmacia Clínica para todos los alumnos de Barcelona y quince años después de su efectiva impartición, el número 1 de los resultados del examen FIR, es decir, la mejor calificación estatal ha sido la de una alumna de Barcelona, entre los diez mejores resultados ha habido tres alumnos de Barcelona y entre los 100 primeros se encontraron un total de doce licenciados por la Universidad de Barcelona. Siguiendo un orden cronológico, tras recordar la denominada y tan esperada Ley de Reforma Universitaria del año 1983, en la que creo que muchos creímos y pusimos muchas esperanzas y me temo que también bastantes quedamos muy decepcionados, a pesar que buena parte de las decisiones que en su día tomamos lo hicimos de acuerdo con la citada y defraudada creencia. 18 PRIMERAS NORMATIVAS EUROPEAS Creemos que también es necesario recordar que después de un tiempo de negociaciones importantes y a petición nuestra, con fecha de 1 de enero de 1988, España ingresó como miembro de pleno derecho en la Unión Europea. Este ingreso que supuso unos notables avances en muchos campos, también comportaba una serie de obligaciones por parte nuestra en distintos ámbitos, tales como en la formación universitaria superior y en concreto en la de Farmacia, con normativas Comunitarias en estos temas desde el año 1985 (es decir antes de nuestra incorporación), concretamente las conocidas como 85/432 y 85/433, recientemente vueltas a aprobar (Directiva 2005/36/CE) como normativa general de profesiones sanitarias, que en lo que afecta a Farmacia presentan los mismos contenidos y sólo ligerísimas modificaciones, algunas de las cuales se explicitan. En esta normativa europea, de hace más de 30 años, que ya cuando fue aprobada no podemos decir que fuera precisamente vanguardista, se detallaba que la formación del farmacéutico debería incluir las Materias (obsérvese que no dice asignaturas), que se muestran en la tabla 4. - Botánica y Zoología, Física, Química General e Inorgánica, Química Orgánica, Química Analítica, Química Farmacéutica, incluyendo el análisis de medicamentos, Bioquímica General y Aplicada (Médica), Anatomía y Fisiología; terminología médica, Microbiología, Farmacología y Farmacoterapia, Tecnología Farmacéutica, Toxicología, Farmacognosia, Legislación y, en su caso, Deontología Tabla 4.- Materias para la docencia teórica y práctica, según la directiva comunitaria 85/432 Sin quitar importancia a esta información, nos parece más relevante que un texto normativo, como esta Directiva comunitaria, repetimos del año 1985, aparezca: 19 1) Por una parte, cuales son las actividades habilitadas para el farmacéutico, con independencia de una posible experiencia profesional complementaria y, 2) por otra y en relación con las competencias, que debe garantizar la obtención del título de farmacéutico. Con respeto a las actividades habilitadas, esta Directiva en su artículo 1.2 (al que se remite el Real Decreto 1464/1990 de directrices generales propias para los planes de estudio de Farmacia homologados) en la descripción de los contenidos de la materia troncal “Estancias”, se indican textualmente: - - - preparación de la forma farmacéutica de los medicamentos; fabricación y control de medicamentos en un laboratorio (suprimido “en un laboratorio” en la última publicación de la normativa europea en - Directiva 2005/36/CE-); control de medicamentos en un laboratorio (“de control de medicamentos” incluido en la última publicación de la normativa europea en -Directiva 2005/36/CE-); almacenamiento, conservación y distribución de medicamentos al por mayor; preparación, control, almacenamiento y dispensación de medicamentos en las Farmacias abiertas al público; preparación, control, almacenamiento y dispensación de medicamentos en hospitales; difusión de información y consejos sobre medicamentos. En referencia a lo que garantizará la formación del farmacéutico, la normativa 85/432 indica lo que más tarde califica como competencias, las siguientes: a) un conocimiento adecuado de los medicamentos y de las sustancias utilizadas para la fabricación de los medicamentos; b) un conocimiento adecuado de la tecnología farmacéutica y del control físico, químico, biológico y microbiológico de los medicamentos; c) un conocimiento adecuado del metabolismo y efectos de los medicamentos y sustancias toxicas, así como de la utilización de los medicamentos; d) un conocimiento adecuado que permita evaluar los datos científicos relativos a los medicamentos, con el fin de poder proporcionar información adecuada; e) un conocimiento adecuado de las condiciones legales y de otro tipo relacionadas con el ejercicio de las actividades farmacéuticas. Así, en lo que a este apartado se refiere la posterior y última publicación de esta normativa europea en el año de 2005 (Directiva 2005/36/CE), se mantiene prácticamente igual aunque con algunas modificaciones, indicando textualmente: 20 Artículo 44. Punto 2. Apartado 3. La formación de farmacéutico garantizará que la persona de que se trate ha adquirido los conocimientos y COMPETENCIAS siguientes: a) un conocimiento adecuado de los medicamentos y de las sustancias utilizadas en su fabricación; b) un conocimiento adecuado de la tecnología farmacéutica y de los ensayos físicos, químicos, biológicos y microbiológicos de los medicamentos; c) un conocimiento adecuado del metabolismo y de los efectos de los medicamentos, así como de la acción de las sustancias tóxicas y de la utilización de los medicamentos; d) un conocimiento adecuado para la evaluación de los datos científicos relativos a los medicamentos, con objeto de poder facilitar la información adecuada sobre la base de ese conocimiento; e) un conocimiento adecuado de los requisitos legales y de otra índole relacionado con el ejercicio de la Farmacia. Efectivamente los cambios son mínimos, aunque lo suficientes como para evidenciar que no sólo se ha tratado de una simple operación de copiar lo establecido el año 1985, algo sobre cuya motivación y posible alcance no vamos ahora a entrar, aunque sin dejar de resaltar que en la publicación de 2005, tal y como hemos puesto en letras mayúsculas con negritas y subrayado, aparece el término “Competencias”. Sobre esta cuestión ha habido y nos tememos que habrá amplias discusiones y numerosa normativa legal, parte de la cual se incluye en el presente discurso. Curiosamente el término competencias no había aparecido en los textos legales de, al menos, los planes de estudios de Farmacia, hasta la publicación de la última normativa en 2008, donde aparece profusamente, quizás por necesidad de lo establecido en el “Documento de Bolonia” sobre la orientación de la formación universitaria hacia el ejercicio profesional, y sobre lo que más tarde trataremos. De igual manera y en lo que creemos que a veces también bastante olvidado, esta normativa, ya en 1985 establece y después en 2005, mantiene que la formación del farmacéutico supondrá un mínimo de cinco años, en los que se incluirá (cita textual, por ser habitualmente incumplido): - al menos cuatro años de enseñanza teórica y práctica con dedicación plena en una Universidad, en un establecimiento reconocido de enseñanza superior, o bajo la supervisión de una universidad, 21 - al menos seis meses de período de prácticas en una oficina de farmacia abierta al público o en un hospital bajo el servicio farmacéutico de dicho hospital. Reforzando, en mi opinión el carácter eminentemente asistencial de la profesión, la normativa específica dónde se deben hacer estos seis meses de prácticas profesionales, dejando en su momento, de forma excepcional y sólo durante 5 años, la posibilidad de hacer como máximo la mitad del periodo de éstas prácticas en una empresa de fabricación de medicamentos, pero nada más si no se dispone de plazas en oficinas de Farmacia y en Hospitales. La normativa ni nadie que yo sepa, indica ni prohíbe que los alumnos de Farmacia puedan hacer prácticas en la Industria Farmacéutica, aunque ello superado ese tiempo de exención, no puede ser dentro o en lugar de los seis meses normativamente expuestos a nivel europeo. Incluso llama la atención como quienes tanto parecen abogar por estas prácticas en la Industria Farmacéutica no las han implantado hace ya tiempo, como mínimo para los alumnos que puedan estar más interesados. En el año 1986 fui invitado a participar en la III Reunión Latinoamericana de Ciencias Farmacéuticas, que tuvo lugar en Montevideo (Uruguay) el 30 de noviembre y 1-5 de diciembre, con la conferencia: “Control adaptado en sistemas: aplicación en farmacocinética y en monitorización de medicamentos”. Este fue un macro-congreso con varias sesiones en paralelo, que aún recuerdo perfectamente, por cuestiones académicas tales como por la prácticamente “perfecta” organización, respeto absoluto de los tiempos, etc., a pesar de la complejidad del evento. No obstante, mi recuerdo es aún mayor por lo que supuso para mí, por una parte, la desaparición de algunos tópicos que aún observo en algunos compañeros que quizás no tuvieron la gran suerte que tuve yo, en lo ya dicho sobre el alto nivel académico y, por otra, por la seguro que mayor suerte que tuve encontrando a las personas de varios países de Centro y Sudamérica con las que, después de casi un cuarto de siglo, me alegro de poder seguir compartiendo mucho más que una afectividad ocasional. Sin lugar a dudas uno de los vértices que integró el Proyecto académico y de vida que dio lugar, entre otros, a este discurso, lo podemos encontrar en este Congreso y en la posibilidad que me dio de conocer después a otros compañeros, y no obstante amigos, que ha conformado la situación actual, en la que ya significa para mi, más lo personal que lo profesional. También el ser nombrado a raíz de este Congreso, coordinador del Área de Farmacocinética Clínica de la Organización Farmacéutica Ibero Latinoamericana (O.F.I.L.) en los años 1987 y 1988, junto con el posterior cargo de Secretario General de la OFIL durante los años 1996-1998, facilitó, sin lugar a dudas mucho, la expansión de esta actividad de Farmacia Clínica, probablemente la de mayor contenido científico y de mayor dificultad e implementación, que sin embargo da enormes satisfacciones, ayudada por la inmediatez y contundencia de sus resultados. 22 En abril de 1988, tras haber permanecido durante 14 años en la Universidad de Salamanca en la que fui estudiante, becario, ayudante, profesor adjunto, profesor agregado y profesor titular de Farmacia Galénica, se celebró en Barcelona el concurso-oposición para cubrir la plaza de Catedrático de Farmacia Galénica, la cual obtuve en competencia con otros dos concursantes (también profesores titulares) uno de la Universidad de Salamanca y otro de la Universidad de Barcelona. La toma de posesión tuvo lugar en el mes de junio y la incorporación definitiva en el de septiembre, tras permanecer en Comisión de Servicios a fin de dejar saldados todos mis compromisos académicos y extra-académicos, con una total creencia en la Ley de Reforma Universitaria de 1983, tal y como ya he señalado. En la Universidad de Barcelona se daban unas buenas condiciones para el desarrollo de las actividades asistenciales en la formación del farmacéutico, entre otras razones, por el claro enfoque histórico hacia la formación industrial. Esta cuestión, pensamos que en buena parte, era debida a la importante industria farmacéutica nacional y multinacional existente en Cataluña y con un importante auge en lo que había transcurrido de siglo XX. Sin embargo también el número, calidad y alto nivel sanitario de los hospitales existentes eran un aliciente más para llevar a cabo el proyecto, que ya llevaba algunos años dando vueltas. Así, en el año 1988, aunque de una manera un tanto informal, encontramos un claro antecedente en la entonces existente Subunidad de Farmacoterapia, de la que me hice cargo, dentro de la Unidad de Farmacia Galénica y a su vez dentro del Departamento de Farmacia que compartía nuestra área de conocimiento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica con la de Química-física y que con el tiempo se transformó en la actual Unidad de Farmacia Clínica y Farmacoterapia. No podemos dejar de decir que tanto para mí, como para nuestro grupo de trabajo en la Universidad de Barcelona (Unidad de Farmacia Clínica y Farmacoterapia), la trasposición de la normativa europea, especialmente de la Directiva 85/432 a la legislación española que tuvo lugar por el Real Decreto 1667/ 1989, de 22 de diciembre, concretando la efectiva implantación de este periodo de seis meses de prácticas, nos pareció una excepcional oportunidad de acercar la formación universitaria a la actividad profesional asistencial, así como una aproximación de los docentes universitarios a los farmacéuticos asistenciales, que redundaría en la generalización primero de la Farmacia Clínica y más tarde en la implantación y desarrollo de la Atención Farmacéutica. Siempre hemos creído en la conveniencia para el farmacéutico, de una buena formación universitaria en las ciencias básicas, pero también pensamos que dada la aparición de nuevos paradigmas, la formación para la asunción de estos nuevos retos, no debería quedar ahogada por esa amplia base que no culminase en nada y, por ello, los planes de estudio deberían tener como importante punto focal el ejercicio profesional que la sociedad espera y muy especialmente en aquellos ámbitos en los que se conceden exclusividades profesionales, como es el caso de la Farmacia asistencial. 23 Así, nos manifestamos, en numerosísimas ocasiones, incluso por escrito en general (Mariño, 2005, por citar una de las más recientes) y en particular especialmente en lo relativo a las Estancias y/o Prácticas Tuteladas en diferentes ocasiones con escaso o nulo éxito (Mariño, 1991; Mariño, 1997 a; March y cols., 1998; March y cols., 1999; Mariño, 2005) y, lamentablemente, el tiempo ha confirmado nuestros peores temores. Aquello, que por necesidades de la premura, falta de experiencia, dificultades varias, etc., fue necesario poner en marcha sin reunir las mejores condiciones, salvando honrosas excepciones, se ha desvirtuado de una manera que aunque ya ha sido importante puede, incluso empeorar, dado que se dan una serie de circunstancias contrarias a su mejora: el alumno sabe que sin problemas aprueba e incluso saca buena nota en la asignatura que más créditos tiene de toda la licenciatura, el farmacéutico sabe que al tutelar a un alumno que prácticamente ya ha finalizado sus estudios, la inversión de tiempo que hace en su aprendizaje, fundamentalmente al principio, puede serle bastante rentable la mayor parte de los seis meses preceptivos, y finalmente la Universidad también muy contenta pues es la asignatura por la que consigue mayores ingresos económicos con la matrícula y la que supone un menor gasto, muy probablemente de todas las que imparte de todas las carreras que oferta. Nosotros, tanto personalmente como en grupo, apostamos fuertemente por esta asignatura si es que se pretendía que fuera como tal, es decir, una asignatura de pregrado obligatoria, dependiente de la Universidad, a diferencia de como pasa en otros sitios como en el Reino Unido, que no depende de la Universidad. Nuestra coherencia nos ha supuesto en general, y a mi especialmente, un sin número de problemas que han llegado incluso a la necesidad de solicitar asesoría jurídica a mi Universidad y a manifestar mi opinión contraria, no sólo a lo que se hace en ella sino también a lo que se hace en otras, como en la Universidad en la que actué como Presidente del Comité externo del Programa de Evaluación Institucional (PEI), comunicándoselo a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). De esta manera, además de tener un balance personal, académico y profesional totalmente negativo, ha sido y es una (otra más) muy buena oportunidad perdida, en algo que, aunque parece que también hay quien lo ignora, no son estas prácticas profesionales en la historia reciente de la formación universitaria del farmacéutico, precisamente un invento de la Unión Europea en sus directivas del año 85, sino como veremos al final de este discurso podemos encontrar antecedentes muy cercanos físicamente en nuestra propia normativa de, por ejemplo el año 1944 de Ordenación de las Facultades de Farmacia, que más tarde comentaremos. 24 PLANES DE ESTUDIOS DE LA DÉCADA DE LOS 90 U HOMOLOGADOS La incorporación de España en la Unión Europea suponía cambios importantes también en el ámbito universitario que afectaban a los estudios universitarios que deberían ser homologados y que en el caso de Farmacia deberían cumplir, además de la trasposición ya hecha en el Real Decreto 1667/ 1989 antes citado, estar también de acuerdo con una normativa general de estudios universitarios (Real Decreto 1497/1997) y según directrices generales propias (Real Decreto 1464/1990) que establecían un plazo máximo de tres años para la publicación del nuevo plan de estudios de cada Universidad, plazo que fue ampliamente vulnerado. En este Real Decreto de 1990 ya se establecían las materias (no asignaturas) troncales que podían transformarse en asignaturas troncales y que junto con las obligatorias de Universidad y las optativas, permitirían la creación de unos planes de estudio con un considerable grado de autonomía para cada Universidad. De igual manera se incluían en el Real Decreto los conocimientos que debería proporcionar la formación universitaria al farmacéutico, replicando el BOE lo que ya figuraba en la Directiva europea 85/432 en los 5 apartados a) hasta la e) del artículo 2 que antes explicitábamos. No obstante por si ello fuera poco, la normativa del BOE incluye un apartado más donde se explicita lo que, además de lo marcado por la Unión Europea, a los estudiantes de Farmacia españoles se les debería proporcionar los conocimientos que se indican a continuación (entrecomillados) por tratarse de una cita textual: “Asimismo, se proporcionarán los conocimientos de salud pública, educación sanitaria y de los análisis relacionados con la salud, necesarios en materia de ejercicio de la actividades farmacéuticas”. No sabemos bien el objetivo y/o interés en incluir explícitamente este apartado con conocimientos adicionales a proporcionar, que en todo caso, por una parte diversificaba y ampliaba el secularmente amplio abanico en la formación del farmacéutico y, por otra, permitía asignar docencia a profesorado que quizás hubiera estado más justificado en épocas anteriores. Como consecuencia de en muchas ocasiones una nefasta política de recursos humanos en la Universidad y otras sevicias, en este tema, con asamblearia toma de decisiones, ha conducido a adaptar los planes de estudio al tipo de personal del que se dispone, que no a las verdaderas necesidades formativas del farmacéutico de acuerdo con la demanda social. Este efecto, en los planes de estudios de los 90, creemos que, fue mucho menor que el último que se está produciendo con la excusa de adecuar los planes de estudio al conocido como Documento de Bolonia. Ello es debido, entre otras causas, a que en el Real Decreto de 1990, aparecían las materias agrupadas en los dos clásicos ciclos formativos, sin más significado como en planes anterio25 res, y también se incluían las áreas de conocimiento correspondientes (con excepción de la materia “Estancias” para la que no aparecía ningún área) y por lo tanto el profesorado encargado de la impartición de las posibles asignaturas, que así también quedaba organizado en los dos ciclos como puede observarse a continuación en la tabla 5. Primer ciclo (2; 2,5 o 3 primeros años) Algebra Análisis matemático Biología Animal Biología Celular Bioquímica y Biología Molecular Botánica Ciencias Morfológicas Segundo ciclo (3; 2,5 o 2 últimos años) Bioquímica y Biología Molecular Comercialización e Investigación de Mercados Estadística e investigación operativa Farmacología Fisiología Fisiología Vegetal Geometría y Topología Farmacia y Tecnología Farmacéutica Farmacología Filosofía del Derecho, Moral y Política Fisiología Ingeniería Química Inmunología Matemática aplicada Medicina Microbiología Parasitología Medicina Medicina Legal y Forense Medicina Preventiva y Salud Pública Microbiología Nutrición y Bromatología Organización de Empresas Parasitología Psicología Social Química Analítica Química Física Química Inorgánica Química Orgánica Sociología Toxicología Tabla 5.- Áreas de conocimiento ordenadas de acuerdo con los dos ciclos de los planes de estudio a partir de 1990. 26 En el caso de los planes de estudio de Bolonia, sólo aparece un único ciclo y se pretende abordar, instaurar y desarrollar con un coste cero. Ello, presumiblemente (en algunos casos ya ha ocurrido así) ha llevado a incrementar la docencia en ámbitos no precisamente emergentes para justificar el exceso, al menos relativo, de personal docente en áreas sobre dimensionadas de personal, que en realidad deberían tener escasa o nula docencia en la formación pre-graduada del farmacéutico en la actualidad. A ello se une el predicamento, bastante generalizado también ahora, de que en la docencia no hace falta especialización (totalmente al contrario que en la investigación) y se conforma un claro panorama, consagrado por la decisión asamblearia de los que desde hace mucho tiempo son más en número y que lastran además el desarrollo del paradigma más reciente, por no hablar del último que parece, al menos de momento, inalcanzable. Sobre esta problemática realizamos una publicación reciente (Mariño, 2005), donde entre otras cuestiones decíamos al referirnos a las áreas de conocimiento y los ciclos que: “La desaparición de esta ordenación, con la posible no inclusión de ningún área de conocimiento en las futuras directrices propias de los estudios de Farmacia, consolidará la opinión, que no comparto, de quien piensa que todos los profesores de Farmacia son igualmente aptos para impartir cualquier asignatura y muy especialmente las de aplicación más profesional a nivel asistencial”. Lamentablemente con la excusa del coste cero (otra falsedad) y la necesidad de aprovechamiento del personal docente que se dispone, todo lo anteriormente comentado, se ha, se está y nos tememos que estará confirmando. En el Real Decreto de 1990 de directrices generales, como decíamos se incluyen las materias troncales (que no asignaturas) que se muestran en la tabla 6 y que además figuraban con unos descriptores, que deberían ser los mínimos comunes de formación a nivel estatal para todos los alumnos obligatoriamente. Primer ciclo Biología Vegetal y Farmacognosia Bioquímica Física Aplicada y Físico-química Fisiopatología Matemática Aplicada Microbiología Morfología y Función del cuerpo humano Parasitología Química Inorgánica 27 Química Farmacéutica Técnicas Analíticas Segundo ciclo Análisis biológicos y diagnóstico de laboratorio BioFarmacia y Farmacocinética Farmacología y Farmacia Clínica: Origen, propiedades y mecanismos de acción y efectos de los medicamentos. Posología. Farmacoterapia. Información y selección de medicamentos Gestión y Planificación Inmunología Legislación y Deontología Nutrición y Bromatología Salud Pública Tecnología Farmacéutica Toxicología Estancias: Periodo de formación de seis meses de prácticas tuteladas que se realizará en oficinas de Farmacia. Servicios de Farmacia hospitalaria y Empresas de fabricación de medicamentos, ajustado a lo determinado estas directrices generales y en el artículo 1.2 de la Directiva 85/432 CEE. Tabla 6.- Materias troncales de las Directrices Generales del RD de 1990. En el año 1990, realmente fueron bastantes los eventos de importancia y repercusión en Farmacia, tal y como fue el caso de la Ley 25/1990, del Medicamento. En mi opinión una buena Ley particularmente para el farmacéutico y para su desarrollo profesional sobre lo que luego comentaremos. Menos conocido creemos, que es el artículo 84 de esta Ley, que por ser publicada sólo dos meses después del RD de las directrices generales propias de los planes de estudios, de las que estamos hablando, nos parece que merece una especial atención, más aún si cabe, por el hecho de ser algo establecido por el máximo rango normativo de Ley: “Capítulo Primero: De la formación e información sobre medicamentos y de la receta Artículo 84. Actuaciones de las Administraciones Públicas.- 1. Las Administraciones Públicas competentes en los órdenes sanitario y educativo dirigirán sus actuaciones 28 a promover la formación universitaria y post-universitaria continuada y permanente sobre medicamentos de los profesionales sanitarios. En especial el fomento de la Farmacología y la Farmacia clínica”. Ciertamente esta publicación me fue de gran utilidad para convencer a la Junta de Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona, sobre la necesidad de incluir la Farmacia Cínica y Farmacoterapia como asignatura troncal y por ello para ser cursada obligatoriamente por todos los alumnos, aunque debo indicar que también lo fue mi posición como Director del Consejo de Estudios de Farmacia, órgano unipersonal y remunerado que recientemente había obtenido tras elección para representar a este Consejo de estudios, como órgano colegiado y paritario entre estudiantes y profesores. Por otra parte además la Ley del Medicamento de 1990, nos seguía ayudando, cuando establecía cuáles eran las actividades tanto a nivel de atención primaria y en la especializada de Farmacia Hospitalaria. Así, el artículo 87, establecía que las funciones para garantizar el uso racional del medicamento en la atención primaria, eran las siguientes: a) Elaboración de protocolos y pautas farmacoterapéuticas. b) Transmisión de la información sobre los medicamentos a los profesionales sanitarios. c) Información sobre la medicación a los pacientes, seguimiento de los tratamientos y farmacovigilancia. d) Colaboración con los hospitales, y servicios de atención especializada. e) Impulso y participación en la educación de la población sobre medicamentos, su empleo racional y la prevención de su abuso. f ) La custodia y correcta conservación de los medicamentos a su cargo. g) La dispensación de medicamentos a los pacientes por un farmacéutico o bajo su supervisión, con plena responsabilidad profesional y de acuerdo con la prescripción, o según las orientaciones de la ciencia y el arte farmacéutico en el caso de los autorizados sin receta, informándoles, aconsejándoles e instruyéndoles sobre su correcta utilización. h) Elaboración y dispensación de fórmulas magistrales y preparados oficinales, garantizando su calidad con arreglo a lo dispuesto en la presente Ley. De forma similar en el apartado 2 del artículo 91 de esta Ley, se establecía que para lograr el uso racional de los medicamentos las unidades o servicios de Farmacia realizarán las siguientes funciones: a) Garantizar y asumir la responsabilidad técnica de la adquisición, calidad, correc29 b) c) d) e) f) g) h) ta conservación, cobertura de las necesidades, custodia, preparación de fórmulas magistrales o preparados oficinales y dispensación de los medicamentos precisos para las actividades intrahospitalarias y de aquellos otros, para tratamientos extrahospitalarios, que requieran una particular vigilancia, supervisón y control. Establecer un sistema eficaz y seguro de distribución de medicamentos, tomar las medidas para garantizar su correcta administración, custodiar y dispensar los productos en fase de investigación clínica y velar por el cumplimiento de la legislación sobre estupefacientes y psicótropos o de cualquier otro medicamento que requiera un control especial. Formar parte de las comisiones hospitalarias en que puedan ser útiles sus conocimientos para la selección y evaluación científica de los medicamentos y de su empleo. Establecer un servicio de información de medicamentos para todo el personal del hospital, un sistema de farmacovigilancia intrahospitalario, estudios sistemáticos de utilización de medicamentos y actividades de farmacocinética clínica. Llevar a cabo actividades educativas sobre cuestiones de su competencia dirigidas al personal sanitario del hospital y a los pacientes. Efectuar trabajos de investigación propios o en colaboración con otras unidades o servicios y participar en los ensayos clínicos con medicamentos. Colaborar con las estructuras de Atención Primaria y Especializada en el desarrollo de las funciones señaladas en el artículo 87. Realizar cuantas funciones puedan redundar en un mejor uso y control de los medicamentos. Sin lugar a dudas éste y otros elementos fueron utilizados por quienes pensábamos que debía hacer un importante cambio en el ya longevo Plan de estudios de Farmacia y que el que saliera debería aproximar la formación al ejercicio profesional, especialmente al que la sociedad confiere ventajas competitivas de exclusividad, tal y como ocurre en el ámbito asistencial. En este mismo año 1990, aún no había ningún plan de estudios de Farmacia homologado que hubiera sido aprobado de acuerdo con el Real Decreto 1667/1989 y nosotros nos debatíamos sobre la conveniencia o no de introducir unas u otras asignaturas como troncales y por ello obligatorias para ser cursadas por todos los farmacéuticos. Aunque el RD de 1990 había supuesto avances en la línea de orientación de la formación académica hacia el ejercicio profesional, la tarea no fue fácil y por ejemplo en el caso de la asignatura “Farmacia Clínica y Farmacoterapia”, como publicábamos no hace mucho (Mariño, 2005) por citar sólo algunos ejemplos, tuvimos Instituciones con farmacéuticos de los ámbitos asistenciales, universitarios, etc., que acordaron formalmente proponer que no se incluyera la asignatura “Farmacia Clínica” y que en su lugar si se incluyera la “Farmacología Clínica”, coincidente con la especialización de postgrado 30 reservada exclusivamente a los licenciados en Medicina. Este acuerdo no sólo se tramitó oficialmente, sino que fue publicado en una revista de amplia difusión en el ámbito asistencial (cita textual de la publicación original, no referenciada). Mientras tanto y sólo por citar algunos ejemplos, Hepler y Strand (1990) publican su definición de Atención Farmacéutica, como: “La provisión responsable de farmacoterapia con el propósito de conseguir resultados bien definidos, que mejoren la calidad de vida del paciente”. También en 1990, la Asociación Americana de Farmacia en la conocida como OBRA’90 dejó claramente explicitado: “La Atención Farmacéutica implica la práctica de la actividad farmacéutica orientada hacia los resultados terapéuticos y focalizada hacia el paciente, requiriendo del farmacéutico la cooperación con el paciente y con otros profesionales sanitarios, para prevenir enfermedades, asesorar, monitorizar, iniciar y modificar tratamientos farmacológicos, con el fin de que los regímenes terapéuticos sean seguros y eficaces. El objetivo de la atención farmacéutica es optimizar la calidad de vida relativa a la salud del paciente y conseguir resultados clínicos positivos a un coste económico razonable”. Considerando como consideramos la Atención Farmacéutica como un paso más allá de la Farmacia Clínica, en la que se basa junto con la farmacoterapia, para el mayor beneficio del paciente, resulta obvio el notable retraso que seguíamos manteniendo incluso en el caso de los resultados más optimistas posibles sobre el cambio de plan de estudios. Después de muchísimas reuniones y discusiones, en el BOE del 22 de enero de 1993, apareció el primer plan de estudios homologado y que se correspondió con el de nuestra Universidad de Barcelona del año 1992, en el que, por una parte, en la asignatura Prácticas Tuteladas derivada de la materia troncal Estancias, aparece el nombre de nuestro Área de conocimiento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica, aunque años más tarde fue suprimida en contra de nuestra opinión y, por otra aparece la asignatura troncal de FARMACIA CLÍNICA Y FARMACOTERAPIA que obligatoriamente debe ser cursada por todos los alumnos. La aparición de esta asignatura, fue replicada posteriormente por todas las Universidades españolas, excepto por la de Santiago de Compostela que optó por crear un bloque de asignaturas optativas con la denominación de orientación en Farmacia Clínica. La asignatura Farmacia Clínica y Farmacoterapia fue pues aprobada en la Universidad de Barcelona en 1992 y difundida convenientemente (Mariño, 1993) y tenía ya entonces los siguientes descriptores, que aparecieron en el BOE: 31 “Información, selección y distribución de medicamentos. Farmacoterapia. Posología. Utilización de medicamentos. Farmacotecnia clínica”. Varios de ellos ya aparecían en el RD de 1990 en la materia correspondiente. El que no aparecía era el de Farmacotecnia Clínica, que nos tememos que no fue en su día muy comprendido, pero que para nosotros estaba íntimamente ligado con el conocido como “Pharmaceutical Clinical Technology” (PCT) impulsado por los Prof. Werteimer y Séller (2003) de la “Temple University” y a quienes ya nos hemos referido anteriormente (Mariño y cols., 2006 a). De esta manera, podemos decir que los innovadores e iniciadores fueron: Farmacia Clínica Prof. Rising. University of Washington (1945). Atención Farmacéutica Prof. Hepler. University of Florida (1990). Tecnología Farmacéutica Clínica Prof. Werteimer y Séller. Temple University (2003). Este último concepto de PCT, también tiene mucho que ver con lo que comentábamos al principio de este discurso (White y Latif, 2007) y especialmente sobre el “Medical Therapy Management” (McGivney, 2007). OFICIALIZACIÓN DE LA UNIDAD DE FARMACIA CLÍNICA Y FARMACOTERAPIA En nuestra pequeña historia llega el curso académico 1995-96 y se inicia la docencia de Farmacia Clínica y Farmacoterapia, como obligatoria para todos los alumnos de Farmacia de la Universidad de Barcelona, que ha permitido que todos los licenciados por esta Universidad, además de otras actividades con sus contenidos y objetivos educativos, hayan realizado desde entonces necesariamente varias sesiones de prácticas, en diferentes días en la Farmacia de Hospital y ninguno de ellos podrá pues desconocer esta actividad profesional. En este mismo año coincidió el 150 aniversario de las Facultades de Farmacia de Barcelona y de la Complutense de Madrid y la también citada Conferencia del Prof. Hepler en el Aula Magna de nuestra Facultad de Farmacia, explicándonos personalmente la Atención Farmacéutica. En este mismo año tiene lugar la creación formal de la Unidad de Farmacia Clínica y Farmacoterapia, que iniciada en la antigua Subunidad de Farmacoterapia en 1988, estuvo consolidándose y comenzó oficialmente a utilizar su denominación actual, que antes venía empleando de manera oficiosa. Una de las peculiaridades de la Unidad es que permitió la incorporación de profesionales farmacéuticos que ejercían su actividad laboral principal fuera de la Universidad. De esta manera, fue posible establecer la rela32 ción de la Universidad con la profesión (Oficina de Farmacia, Farmacia Hospitalaria, Atención Primaria e Industria Farmacéutica), utilizando la figura de profesor Asociado, tal y como estaba prevista en la después decepcionante Ley de Reforma Universitaria de 1983 también citada, y no como habitualmente se ha venido haciendo en la universidad española al recurrir a esta figura de profesor Asociado como mano de obra barata y precaria, con más frecuencia de la que habría sido de desear en mi opinión. No quisiera dejar pasar la ocasión, por ser especialmente pertinente con lo que nos ocupa, de decir que una de nuestras primeras profesoras Asociadas “de verdad”, la Dra. Dolores Torres (e.p.d), en el año 1992 leyó su discurso de ingreso en la entonces Real Academia de Farmacia de Barcelona con el atractivo y oportuno título de: “Evolución de la Farmacia Hospitalaria en España: De la Farmacia Galénica a la Farmacia Clínica”, cuya lectura nos parece altamente recomendable (Torres, 1992). En febrero de 1996 contábamos con nuestra página de Internet operativa (Sebarroja y cols., 1996). En aquel entonces una de la primeras páginas europeas de Farmacia y probablemente la primera de España de Farmacia con los contenidos de Farmacia Clínica y Farmacoterapia y sin ninguna dependencia comercial ni de otro tipo que el estar dentro del espacio de Internet de la Universidad de Barcelona, y con la dirección de acceso directo: http://www.ub.edu/farcli/wp0.htm La página de Internet además de haber recibido, desde hace ya tiempo, la acreditación del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona y posteriormente el marchamo HONcode (Health On the Net) que la avala como página de Internet reconocida, valiosa, independiente y fiable, nos ha resultado de gran aplicación en nuestra práctica diaria, como herramienta muy valiosa y en la difusión de conocimientos y aprendizaje de temáticas farmacéuticas estrechamente relacionadas, muy especialmente, con la Farmacia Clínica y con la Atención Farmacéutica. Siguiendo la línea iniciada en la Ley del Medicamento de 1990, siete años más tarde se publica en el BOE la Ley 16/1997 de Regulación de Servicios de las Oficinas de Farmacia, que en su artículo 1 establece que la Oficina de Farmacia deberá prestar los siguientes servicios básicos a la población: 1) La adquisición, custodia, conservación y dispensación de los medicamentos y productos sanitarios. 2) La vigilancia, control y custodia de las recetas médicas dispensadas. 3) La garantía de la atención farmacéutica, en su zona farmacéutica, a los núcleos de población en los que no existan oficinas de Farmacia. 4) La elaboración de fórmulas magistrales y preparados oficiales, en los casos y según los procedimientos y controles establecidos. 5) La información y el seguimiento de los tratamientos farmacológicos a los pacientes. 33 6) La colaboración en el control del uso individualizado de los medicamentos, a fin de detectar las reacciones adversas que puedan producirse y notificarlas a los organismos responsables de la farmacovigilancia. 7) La colaboración en los programas que promuevan las Administraciones sanitarias sobre garantía de calidad de la asistencia farmacéutica y de la atención sanitaria en general, promoción y protección de la salud, prevención de la enfermedad y educación sanitaria. 8) La colaboración con la Administración sanitaria en la formación e información dirigidas al resto de profesionales sanitarios y usuarios sobre el uso racional de los medicamentos y productos sanitarios. 9) La actuación coordinada con las estructuras asistenciales de los Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas. 10)La colaboración en la docencia para la obtención del título de Licenciado en Farmacia, de acuerdo con lo previsto en las Directivas Comunitarias, y en la normativa estatal y de las Universidades por las que se establecen los correspondientes planes de estudio en cada uno de ellas. Todo parecía coincidir y nosotros desde nuestra Unidad habíamos impulsado la creación de nuevas asignaturas optativas, de gran aceptación por parte de los alumnos, como las tituladas Ensayos Clínicos y Farmacovigilancia o la conocida primero como Farmacia Social y posteriormente como Atención Farmacéutica y Farmacia Social. No obstante teníamos, algunas/varias preocupaciones pues, al confirmarse con el tiempo lo que había sido por parte nuestra una fuerte apuesta en la formación del estudiante de Farmacia orientada hacia el ejercicio profesional, a los sectores más contrarios les empezó a preocupar no fuera ser verdad y que todo esto iba en serio y a otros sectores parecía que les estaba tentando ese tan frecuente defecto español que es la envidia. Nosotros, siguiendo en nuestra misma línea, en esta época realizamos dos acciones especialmente importantes: 1) Después de algunos intentos compartidos con otras instituciones que fueron fallidos, desde nuestra Unidad creamos el Master en Atención Farmacéutica Integral en 1999, que siendo de los primeros en su única posible modalidad “a distancia” continua en la actualidad en el Centro Oficial de Formación Continua (IL3) de la Universidad de Barcelona. 2) En el curso académico 1997-98 (bienio 97-99), y previamente al RD 778/1998, se inició un cambio en el Programa de Doctorado con objeto de orientarlo más al farmacéutico asistencial para facilitar la consecución del grado de Doctor. Así se introdujeron asignaturas con contenidos relacionados con este ámbito (Farmacocinética I y Farmacocinética II), a realizar en los dos años que entonces 34 se hacían de cursos en el programa de doctorado, para ya en el año siguiente 1998-99 (bienio 98-00) ampliar la oferta a seis asignaturas claramente asistenciales. Estos cambios en el Programa de Doctorado que resultaron completamente exitosos fueron suprimidos de forma sorprendente y sin ninguna justificación por distintas autoridades académicas del Departamento y de fuera del Departamento, en una actuación difícil de calificar desde la prudencia que un discurso como el presente supone y debe suponer. Estas y otras innovaciones docentes quedaron recogidas recientemente en la revista electrónica EDUSFARM de la Facultad de Farmacia de Barcelona (Mariño y cols., 2006b). FIRMA EN BOLONIA DEL DOCUMENTO Aunque al parecer algunos no tuvieron conocimiento en su momento, es en estas fechas cuando aparece lo que se denominó como DOCUMENTO BOLONIA, que era una declaración conjunta de los ministros europeos de educación, firmada en Bolonia el 19 de junio de 1999 sobre la base de la declaración de la Sorbona de mayo de 1998, que literalmente decía: “Adoption of a system essentially based on two main cycles, undergraduate and graduate. Access to the second cycle shall require successful completion of first cycle studies, lasting a minimum of three years. The degree awarded after the first cycle shall also be relevant to the European labour market as an appropriate level of qualification. The second cycle should lead to the master and/or doctorate degree as in many European countries.” Más tarde el documento original ha ido concretándose con el tiempo a lo largo de posteriores reuniones en otras ciudades tales como Helsinki (febrero, 2001), Salamanca (marzo, 2001), Praga (mayo, 2001), Estocolmo (mayo, 2002), Copenhague (marzo, 2003), Berlín (septiembre, 2003), Bled (octubre, 2004), Bergen (mayo, 2005)… Obviamente en nuestro caso, con la formación orientada hacia el ejercicio profesional nos habíamos adelantado casi una década a la firma del Documento de Bolonia y más de 20 años a lo que pueda ser la efectiva implantación de los próximos planes de estudio en base a este Documento, sólo iniciada en dos Universidades españolas (una pública y otra privada) en el curso 2008-2009. Como decíamos los cambios en los títulos de mis intervenciones en Centro y Sudamérica recogidas en el Anexo I, son un buen indicador del paralelismo que se iba produciendo en los temas profesionales a uno y otro lado del Atlántico. Así, en el año 35 2001, tras haber tenido el honor y el placer de haber sido elegido Académico correspondiente de la Academia de Farmacia y Bioquímica de Argentina, concretamente el 25 de octubre del 2001 en Buenos Aires, leí el discurso de ingreso con el título de: “Ensayo clínico: investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) con medicamentos” Evidentemente había y hay aún quienes no acaban de entender por ejemplo que la práctica de copiar medicamentos, con los registros copia o falsos genéricos, terminó cuando a finales de 1996 se publica la primera normativa legal sobre los medicamentos genéricos, otros todavía aparecen en los medios de comunicación diciendo que a los medicamentos genéricos debería exigírseles las mismas garantías de seguridad que al resto de los medicamentos, e incluso algunos se empeñan en pensar que la Industria Farmacéutica está constituida por un colectivo, poco menos que exclusivo, de farmacéuticos. Por otra parte, a los compañeros que se acantonan en la práctica clásica de distribución de medicamentos en el ámbito asistencial, debería recordárseles que el farmacéutico es un profesional sanitario (en nuestra opinión un especialista en el medicamento y en su entorno) entre otras razones porque así figura en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (2003), que dice: Artículo 2, punto 2. Las profesiones sanitarias se estructuran en los siguientes grupos: a) De nivel Licenciado: las profesiones para cuyo ejercicio habilitan los títulos de Licenciado en Medicina, en Farmacia, en Odontología y en Veterinaria y los títulos oficiales de especialista en Ciencias de la Salud para Licenciados a que se refiere el título II de esta ley. Artículo 6, punto 2. Sin perjuicio de las funciones que, de acuerdo con su titulación y competencia específica corresponda desarrollar a cada profesional sanitario ni de las que puedan desarrollar otros profesionales, son funciones de cada una de las profesiones sanitarias de nivel de Licenciados las siguientes: b) Farmacéuticos: corresponde a los Licenciados en Farmacia las actividades dirigidas a la producción, conservación y dispensación de los medicamentos, así como la colaboración en los procesos analíticos, farmacoterapéuticos y de vigilancia de la salud pública. Esta Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias era otro claro indicador de lo correcto de nuestras actuaciones en el lustro anterior, si bien, como anteriormente comentamos, desde algún tiempo aparecían ciertas amenazas sobre nuestro proyecto universitario-profesional de las que preferimos dejar constancia por escrito, al mismo tiempo que lanzábamos nuevas o actualizadas propuestas para reforzar las actividades 36 de Farmacia Clínica (Mariño, 1996; Mariño, 1997b; Mariño y cols. 1998; Sebarroja y cols. 1999; Modamio y cols. 1999; Mariño 1999; Modamio y Mariño, 2000; Mariño, 2000; Mariño, 2002; Mariño y cols., 2004). En este mismo año 2003, tuve el honor de ser nombrado Profesor Honorario por la Universidad Norbert Wiener de Lima en Perú, por mi “valioso aporte Académico Científico y Cultural” (cita textual). Mientras tanto y siguiendo con la ya bastante consolidada práctica de ir postergando la toma de decisiones y las actuaciones correspondientes, el “Documento de Bolonia” no corría mejor suerte que las desafortunadas Estancias y/o Prácticas Tuteladas, incluso a pesar de que en la Universidad de Barcelona en el año 2002 se procedió a hacer un cambio en el plan de estudios de 1992 con la excusa de estar así ya adecuados a las exigencias del “Documento de Bolonia”. Para este cambio, solicitamos (inocentes de nosotros) que las asignaturas optativas “Atención Farmacéutica y Farmacia Social” y “Ensayos Clínicos y Farmacovigilancia” fueran incluidas como docencia obligatoria para todos los alumnos, como ya ocurría para ésta última en varias Universidades. Los resultados fueron catastróficos, no sólo no se aceptaron estas peticiones, sino que se eliminó nuestra área de conocimiento de la asignatura troncal Estancias y/o Prácticas Tuteladas, que se hizo pasar a depender del Decano de turno, repartiendo el Profesorado Asociado existente (todos farmacéuticos con ejercicio profesional asistencial menos uno) entre todos los Departamentos adscritos a la Facultad que le quisieran acoger. No sería justo omitir que por parte de muchas Universidades hubo un desinterés olímpico de nuestra área de conocimiento y de otras áreas por la asignatura troncal de Prácticas Tuteladas y/o Estancias, teniendo los respectivos Decanos que suplir la citada falta de interés, si bien claramente no fue este el caso de la Universidad de Barcelona. En esta modificación del plan de estudios en 2002, también se redujo medio crédito de los 9 que tenía la asignatura troncal de Farmacia Clínica y Farmacoterapia, permitiendo sólo incluir la Atención Farmacéutica como descriptor de esta asignatura troncal. De esta manera, nos queda al menos la satisfacción “pírrica” de haber sido también los pioneros en promover e introducir la Atención Farmacéutica como contenidos obligatorios en la Universidad para ser impartidos a todos los alumnos de la Facultad de Farmacia de Barcelona (Resolución de la Universidad de Barcelona. 2002). Poco tiempo después, la Conferencia de Decanos de Farmacia en su reunión conjunta hispano-portugués en Coimbra (febrero de 2004) y en La Laguna a nivel europeo (marzo de 2004), acuerdan y manifiestan por escrito y con toda solemnidad, en uno de sus escasos acuerdos públicos, la inclusión de la Atención Farmacéutica en la licenciatura de Farmacia. Esto ocurrió sólo dos años después de que la Junta de la 37 Facultad de Farmacia de Barcelona, dijera que no a la inclusión de la Atención Farmacéutica, produciéndose así un giro copernicano, no sólo a nivel ibérico, sino también europeo, al acordarse todo lo contrario. Aunque hubo quien afirmó hasta la saciedad en público y privado, que el contenido del Documento de Bolonia no afectaría a los entonces recientemente modificados planes de estudios de la licenciatura de Farmacia, explicitando claramente la modificación del nuestro de 2002, parecía obvio que ello no podría ser así (Mariño, 2005), tal y como lamentablemente fue constatado más tarde. Esta publicación del año 2005, que citábamos en el párrafo anterior, era un trabajo sobre el “Documento de Bolonia” (Mariño, 2005) y en él repetíamos la opinión expresada 5 años antes en la publicación del año 2000 en la revista “el farmacéutico” titulada “Política educativa y su incidencia en la práctica farmacéutica” (Mariño, 2000), en la que decíamos que: “En nuestra opinión, este documento no ha sido suficientemente divulgado ni tenido en cuenta, a pesar de que establece plazos para medir intervenciones que deberían realizarse antes de dichos plazos. Aunque en este momento no nos es posible profundizar en ello, y considerando que este documento tendrá importantes repercusiones incluso en las estructuras de los centros universitarios, en los planes de estudios, en los objetivos institucionales no sólo de la docencia sino también de la investigación en los albores del próximo siglo…,” También indicábamos en la publicación de 2005 que: “ Si tuviéramos que resumir drásticamente todo lo que supone el inicial Documento de Bolonia y los sucesivos posteriores, podríamos decir que se trata de realizar todas las operaciones conducentes a un sistema de formación universitaria transparente y homogéneo en Europa que permita la fácil movilidad de alumnos y profesores y que provea un sistema de titulaciones común que conduzca a un adecuado nivel de cualificación para el mercado laboral y que a su vez permita la movilidad de los profesionales”. Aquí, habría que apuntar que, la movilidad de estudiantes es una realidad desde hace tiempo con los programas ERASMUS, SÓCRATES, SICUE y otros. La movilidad del profesorado universitario español, parece ser una de las más bajas de los países más o menos desarrollados, siendo frecuente que el profesor universitario que puede alcanzar el final de su trayectoria académica como Catedrático de Universidad lo haga cerca o en la misma ciudad donde nació, en la Universidad donde estudió o de la misma ciudad o Comunidad Autónoma y en donde ocupó otras plazas docentes de menor 38 nivel, siendo todo ello objeto de agrias críticas sobre la endogamia universitaria. Ciertamente los profesores no endogámicos somos pocos en porcentaje con respecto al total y aún menor si consideramos a los no endogámicos que obtuvimos la plaza en competencia con otros candidatos. En bastantes ámbitos y en muchos países (de los más desarrollados) este tema es considerado de gran importancia, por las repercusiones que entre otros niveles puede tener en comportamientos sociales recientemente más denunciados, como es el caso del tristemente famoso “Mobbing”. Finalmente la efectiva movilidad de los profesionales, como bien sabemos, sólo se conseguirá si se alcanzan niveles adecuados en su formación, pues de lo contrario ocurrirá de nuevo aquello de “se busca ……….., abstenerse los graduados por la Universidad de…………”. Ello unido a la generalizada evaluación de las Facultades y a la publicación de los resultados, no dejan en mi opinión otro camino que el de la excelencia, bien lejano del retratado en el clásico libro titulado: “La tribu universitaria” (Nieto, 1984). PRIMEROS CAMBIOS DE PLANES DE ESTUDIOS EN EL SIGLO XXI Y OTROS CAMBIOS La información básica sobre lo que implica el Documento de Bolonia ha quedado recogida en dos Reales Decretos recientes, uno sobre los estudios universitarios de Grado (2005a) y otro de Posgrado (2005b), a partir de los cuales y una vez se establezca el listado de titulaciones (algo que no afectará a Farmacia), se supone que de acuerdo con los Libros Blancos, se publicarán las directrices generales propias de Farmacia y de las demás titulaciones. Por esta época, empezamos a concretar otro proyecto que veníamos acariciando desde hacia tiempo. En nuestra Facultad de Farmacia, se había externalizado a los departamentos el espacio físico para hacer las prácticas de las asignaturas y se había establecido una estructura denominada “Unidad de Laboratorios Docentes” (ULD) que se encargaba de organizar y optimizar estas actividades, cosa que considero un acierto. Lamentablemente sólo existían laboratorios químicos y laboratorios biológicos, por lo que nuestro proyecto consistió en intentar conseguir un Laboratorio Asistencial, como si fuese un simulador lo más parecido posible a la práctica asistencial. Así, se hicieron las correspondientes peticiones oficiales y para su posible consecución nos resultó de gran ayuda la aprobación y subvención económica del proyecto EDEMED (Errores de medicación, que hoy preferimos denominar Del Uso Seguro de los Medicamentos). Este programa con dos partes una auto formativa, disponible de forma gratuita en la página de Internet de nuestra Unidad de Farmacia Clínica y Farmacoterapia, y otra de notificación, que ya nos ha sido solicitada por varias Universidades (incluyendo Centro y Sudamericana) nos ha permitido que los estu39 diantes de Farmacia de Barcelona lleven ya varios años notificando errores de medicación. Para su detección, y especialmente para entrenar la metodología de la obtención de información del paciente, fue muy útil contar con el simulador de Oficina de Farmacia. Actualmente, aunque no se dispone de un espacio físico para uso exclusivo de este tipo de simulaciones asistenciales, se ha obtenido un utillaje importante de tipo general a nivel informático y de audiovisuales y específico de Oficina de Farmacia y una muy importante concesión de maquinaria y utillaje referente a la Farmacia Hospitalaria, que también nos permite entroncar con el descriptor de Tecnología Clínica Farmacéutica de la asignatura troncal Farmacia Clínica y Farmacoterapia, de la que hablamos. Recientemente (curso 2008-09) los propios alumnos nos han solicitado que organizásemos como actividad de libre elección, la conocida como “Patient Counselling Event” para la que este laboratorio o Simulador asistencial es fundamental, permitiéndonos repetir la primera experiencia que de esta actividad tuvimos, precisamente el año 1995 como un acto más de la celebración del 150 aniversario comentado. En el curso académico 2005-06 propusimos la creación de una nueva asignatura optativa titulada Farmacia de Atención Primaria y Servicios de Salud, en base al extraordinario desarrollo en los últimos años de este tipo de ejercicio profesional y de las absolutamente positivas experiencias personales y académicas con los profesionales de esta modalidad de ejercicio. La asignatura fue aprobada y ha sido ya impartida durante dos cursos con una excelente acogida por parte de los alumnos. Para la aprobación de esta asignatura por parte del Consejo de estudios y después por la Junta de Facultad creemos que fue muy positiva la aparición en el BOE poco después de presentar nuestra solicitud, la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, que sustituye la Ley del Medicamento de 1990 y que dedicando un apartado específico a las funciones de la Farmacia de Atención primaria, entendemos que consolida su posición en el entorno sanitario de una manera importante. Así, esta Ley 29/2006 indica textualmente en el artículo 81, punto 2 que: Para contribuir al uso racional de los medicamentos las unidades o servicios de Farmacia de atención primaria realizarán las siguiente funciones: a) Garantizar y asumir la responsabilidad técnica de la adquisición, calidad, correcta conservación, cobertura de las necesidades, custodia, preparación de fórmulas magistrales o preparados oficinales y dispensación de los medicamentos para ser 40 b) c) d) e) f) g) h) i) aplicados dentro de los centros de atención primaria y de aquéllos para los que se exija una particular vigilancia, supervisión y control, según se establece en el artículo 103 de la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad y en las disposiciones reglamentarias que lo desarrollan. Establecer un sistema eficaz y seguro de distribución de medicamentos y productos sanitarios en los centros y estructuras a su cargo. Establecer sistemas de información sobre gestión de la farmacoterapia que incluya aspectos clínicos, de efectividad, seguridad y eficiencia de la utilización de los medicamentos y proporcionar una correcta información y formación sobre medicamentos y productos sanitarios a los profesionales sanitarios. Desarrollar protocolos y guías farmacoterapéuticas que garanticen la correcta asistencia farmacoterapéutica a los pacientes, en especial lo referente a la selección de medicamentos y la continuidad de los tratamientos y sistemas de apoyo a la toma de decisiones clínicas en farmacoterapia. Impulsar la coordinación en farmacoterapia entre diferentes estructuras sanitarias y niveles asistenciales y promover una investigación clínica en farmacoterapia de calidad y adecuada a las necesidades de los pacientes, garantizando la correcta custodia y dispensación de los productos en fase de investigación clínica. Establecer un sistema para el seguimiento de los tratamientos a los pacientes que contribuya a garantizar el cumplimiento terapéutico así como programas que potencien un uso seguro de los medicamentos. Impulsar y participar en programas de educación de la población sobre medicamentos, su empleo racional y la prevención de su abuso y formar parte de las comisiones relacionadas con el uso racional de medicamentos y productos sanitarios. Impulsar la coordinación y trabajo en equipo y colaboración con los hospitales y servicios de atención especializada, con la finalidad de asegurar la calidad de la prestación farmacéutica mediante el seguimiento de los tratamientos prescritos por el médico. Realizar cuantas funciones puedan redundar en un mejor uso y control de los medicamentos, mediante estrategias de colaboración entre los profesionales sanitarios de los equipos de atención primaria. Parece bastante evidente cómo la normativa legal que habitualmente va por detrás de la realidad, como suele ser lo correcto, en este caso ya conexiona las actividades del farmacéutico, en este caso de los de Atención Primaria, con las temáticas que comentábamos al inicio del discurso y que podían parecer un tanto utópicas, y que como también decíamos incluían lo referente a nuevos de paradigmas (White y Latif, 2007) y al “Medication Therapy Management” (Mc Givney, 2007) superando la Farmacia Clínica, la Atención Farmacéutica e incluso el “Management Disease”, que el Prof. Hepler nos anunciaba personalmente como última tendencia en el año 1995. 41 Considerando las actividades a realizar por el farmacéutico como profesional sanitario y las funciones a desarrollar según hemos visto para los farmacéuticos de hospital y más aún para los de Oficina de Farmacia y los de Atención primaria, ahora comentados, por ser ambos ejercicios profesionales de acceso directo sin necesidad de especialización y teniendo en cuenta que el Documento de Bolonia establece un plan de estudios con un único ciclo que debe capacitar profesionalmente, parece que no debería haber sido muy difícil establecer las competencias que tendría que alcanzar el estudiante de Farmacia durante su formación universitaria. La realidad es que no fue así, dejamos pasar el tiempo de los plazos previstos en el Documento de Bolonia y ahora hay que recuperar deprisa y corriendo el tiempo perdido y aprobar nuevos planes de estudios, en los que las nuevas mayorías dominantes de los actos asamblearios no dejaran de defender ciegamente y por encima de cualquier otro criterio, en primer lugar, sus intereses particulares, para con mucha probabilidad volver a desaprovechar otra excelente oportunidad. Si discutible puede ser la consecución de los nuevos planes de estudio según el Documento de Bolonia, más traumático será la manera en como al parecer quieren implantar dichos planes en las Universidades o mejor dicho como pretenden hacer desaparecer los actuales. Así, con mucha posibilidad puede ocurrir que un alumno normal que vaya haciendo año por año sus estudios de Farmacia y ello no es muy frecuente, se encuentre que al acabar el tercer año, se pretenda obligarle a cambiar de plan de estudios, lo que le implicaría, entre otras cuestiones, que le sobre un importante número de créditos de asignaturas cursadas y, por el contrario, que le hagan que tenga que cursar nuevas asignaturas de, por ejemplo el primer año de carrera. ÚLTIMAS NORMATIVAS PARA LOS ESTUDIOS DE FARMACIA Una vez establecidas las pautas generales en el BOE de 2005 para la modificación de los planes, quedaba esperar la aparición de los requisitos específicos para la preceptiva verificación por parte de la ANECA. En el caso de Farmacia, estos requisitos específicos para la verificación fueron publicados en el BOE por la Orden CIN/2137/2008, en el mes de julio de 2008, cuando al parecer estaba prevista su aparición para comienzos de ese año. El año 2008 aún me reservaba dos noticias para mí muy agradables y que tuvieron lugar ambas durante el mes de noviembre en los dos primeros países de Sudamérica que más he visitado y con los que he mantenido una mayor y continuada relación: 1) Fui designado Huésped de Honor de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata en la República Argentina, el día 17. 42 2) Fui el único español miembro del Comité científico del XII Congreso de la Federación Farmacéutica Sudamericana, conjuntamente con el II Congreso de Ciencias Farmacéuticas, las XIV Jornadas Nacionales de Farmacia Hospitalaria, las V Jornadas de Farmacia Comunitaria y FarmaUruguay 2008, en Montevideo en la República de Uruguay, entre los días 18 y 21. En este congreso, por imprevistos de última hora asumí personalmente las tres presentaciones de los tres miembros de nuestra Unidad que teníamos previsto asistir y tal y como puede observarse en el anexo I, donde se incluyen los respectivos títulos y donde se puede comprobar cómo las temáticas de las ponencias ya han experimentado claramente ese cambio que venimos repitiendo a lo largo de este discurso. Volviendo a la Orden CIN/2137/2008, también debe decirse que siendo un texto muy prolijo, fue mejorado (no sabemos exactamente por quien) con respecto a un borrador “oficial” y clandestino que circulaba a finales del año 2007 y que fue el único al que tuvimos acceso y sobre el que también manifestamos nuestra disconformidad por el contenido y por el opaco procedimiento seguido en su elaboración. Esto, según supe después, al parecer disgustó bastante a algunos miembros de la Conferencia de Decanos de Farmacia, sobre lo cual sólo puedo decir que lamento que no me lo comunicaran personalmente, para haber intentado explicarme y que comprendieran mis puntos de vista. También considero interesante señalar, para que cada cual haga la lectura que crea más oportuna, que la única Universidad (pública) que comenzó en el curso académico 2008-09 el plan de estudios de acuerdo con el Documento de Bolonia al parecer recibió la aprobación de la ANECA sobre la verificación del plan que presentaron cuando aún no se sabían ni se habían publicado los criterios para la citada verificación. Ello puede interpretarse lógicamente de distintas maneras, y también nos puede ser útil como un posible indicador del grado de intensidad en la verificación del organismo estatal competente en tan importante función. PUBLICACIÓN FINAL DE LAS COMPETENCIAS Así, la Orden CIN/2137/2008, como adelantábamos en referencia al término “Competencias” en el apartado 3 de objetivos del Anexo se establecen (cita textual) las: “Competencias que los estudiantes deben adquirir: 1) Identificar, diseñar, obtener, analizar, controlar y producir fármacos y medicamentos, así como otros productos y materias primas de interés sanitario de uso humano o veterinario. 43 2) Evaluar los efectos terapéuticos y tóxicos de sustancias con actividad farmacológica. 3) Saber aplicar el método científico y adquirir habilidades en el manejo de la legislación, fuentes de información, bibliografía, elaboración de protocolos y demás aspectos que se consideran necesarios para el diseño y evaluación crítica de ensayos preclínicos y clínicos. 4) Diseñar, preparar, suministrar y dispensar medicamentos y otros productos de interés sanitario. 5) Prestar consejo terapéutico en farmacoterapia y dietoterapia, así como en el ámbito nutricional y alimentario en los establecimientos en los que presten servicios. 6) Promover el uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, así como adquirir conocimientos básicos en gestión clínica, economía de la salud y uso eficiente de los recursos sanitarios. 7) Identificar, evaluar y valorar los problemas relacionados con fármacos y medicamentos, así como participar en las actividades de farmacovigilancia. 8) Llevar a cabo las actividades de Farmacia clínica y social, siguiendo el ciclo de atención farmacéutica. 9) Intervenir en las actividades de promoción de la salud, prevención de enfermedad, en el ámbito individual, familiar y comunitario; con una visión integral y multiprofesional del proceso salud-enfermedad. 10)Diseñar, aplicar y evaluar reactivos, métodos y técnicas analíticas clínicas, conociendo los fundamentos básicos de los análisis clínicos y las características y contenidos de los dictámenes de diagnóstico de laboratorio. 11)Evaluar los efectos toxicológicos de sustancias y diseñar y aplicar las pruebas y análisis correspondientes. 12)Desarrollar análisis higiénico-sanitarios, especialmente los relacionados con los alimentos y medioambiente. 13)Desarrollar habilidades de comunicación e información, tanto orales como escritas, para tratar con pacientes y usuarios del centro donde desempeñe su actividad profesional. Promover las capacidades de trabajo y colaboración en equipos multidisciplinares y las relacionadas con otros profesionales sanitarios. 44 14)Conocer los principios éticos y deontológicos según las disposiciones legislativas, reglamentarias y administrativas que rigen el ejercicio profesional, comprendiendo las implicaciones éticas de la salud en un contexto social en transformación. 15)Reconocer las propias limitaciones y la necesidad de mantener y actualizar la competencia profesional, prestando especial importancia al autoaprendizaje de nuevos conocimientos basándose en la evidencia científica disponible. Resulta muy interesante comparar lo que en el RD de 1990 (normativa anterior para el cambio de plan de estudios) se establecían como conocimientos que el estudiante debía adquirir, que como decíamos eran exactamente los cinco apartado (de a hasta e) del artículo 2 apartado 1 de la Directiva europea 85/432, a lo que de cosecha propia se incluyó uno adicional (también ya indicado): “Asimismo, se proporcionarán los conocimientos de salud pública, educación sanitaria y de los análisis relacionados con la salud, necesarios en materia de ejercicio de la actividades farmacéuticas”. Aunque como también hemos dicho, la normativa Europea de 2005, prácticamente replica lo indicado para los conocimientos de la Directiva 85/432 explicitando que esos cinco apartados, se corresponden con los conocimientos y las competencias, en la Orden CIN/2137/2008 se amplían como mínimo a los 15 puntos antes señalados, haciendo un ”mixing” en lo establecido en la normativa europea (Directiva 2005/36/CE) como “conocimientos y competencias” (artículo 44.3) con lo que se describe después como las 7 actividades “y su ejercicio, a reserva de la exigencia, en su caso, de una experiencia profesional complementaria” (artículo 45.2). A todo ello, y facilitado por la confusión creada, parece como si cada uno de los que intervinieron en este texto aprovecharon la ocasión para incluir algo de “lo suyo”, conformando al final algo, en mi opinión absolutamente inviable de alcanzar, con unos mínimos estándares de calidad, como competencias que concurran en una única persona normal. De esta manera queda la sensación que todo ello es por intentar justificar que se ha incluido lo nuevo, pero además se mantiene todo lo que estaba e incluso se introduce alguna “novedad” que no estaba ni se esperaba. Por si faltaba algún elemento más de confusión, en noviembre de 2008 se publica el Real Decreto 1837/2008 de trasposición de la Directiva 2005/36/CE antes citada donde se replica lo publicada en ella y de nuevo vuelven a aparecer los 5 puntos (desde a hasta e) de conocimientos y competencias (artículo 60.3) y las mismas 7 actividades citadas (artículo 61.2). 45 Para que no haya ningún problema de que parece que hay que meterlo todo, hinchando un globo insostenible que nos ha llevado a una formación absolutamente falta de identidad del farmacéutico y ahora no precisamente en la línea de lo establecido en el “Documento de Bolonia”, en la Orden CIN/2137/2008 se establecen unos módulos (algunos con nombres incluso curiosos) con unos mínimos de créditos (también muy ilustrativo) y con las “competencias que deben adquirirse” según se indica para cada uno de ellos, que incluimos en el Anexo II, con objeto de facilitar su lectura a quienes estén más interesados. Nos parece especialmente ilustrativa la información del Anexo II, fundamentalmente como constancia de cómo mínimo un “alto grado de complejidad” que nos temíamos no sólo en la docencia, incrementada al haber un único ciclo, sino en el aparente hecho de pretender una plenipotencia y multivalencia del profesorado universitario, que no sabemos que si lo que se pretende es que en donde haya menos carencia de profesorado, sean donde asuman la responsabilidad de que los estudiantes adquieran estas competencias, de olvidado cumplimiento o, sencillamente, que nos olvidemos de tantas competencias y les enseñemos de aquello de lo que más profesores haya. A todo esto, le debemos añadir las interpretaciones, repasos, pactos, etc., que se producirán en cada una de las Universidades, con los acuerdos asamblearios de las correspondientes Juntas de Facultad, que dudamos que se vayan a producir siempre después de lo que debían ser los preceptivos debates en el seno de los Departamentos y en base a los acuerdos de sus Consejos, puesto que es en ellos en los que finalmente recaerá la responsabilidad de la impartición de la docencia correspondiente. Nos tememos que esto no será así, incluso sabemos con certeza que, en algún caso, no ha sido así, por lo que tampoco sería de extrañar un acantonamiento de los profesores realmente implicados hasta ahora en la formación del farmacéutico, refugiándose en la investigación, en la que algunos parecen encontrarse cómodamente instalados desde hace tiempo, por más que tampoco sea fácil de visualizar su productividad específica ni su eficiencia. También queremos volver a repetir que al tener que ser esta formación de acuerdo con el Documento de Bolonia, debería hacerse orientada hacia el ejercicio profesional, por lo que todos los profesores de Farmacia deberían conocer profundamente el ejercicio real y especialmente aquel para el que se tiene la exclusividad, preocupándose de ello incluso un poco más aquellos que no sean farmacéuticos y no hayan tenido la ocasión de realizar los estudios de Farmacia. Muchas de las cuestiones aquí planteadas o apuntadas, tales como la obligatoriedad de los seis meses de prácticas en Oficinas de Farmacia u Hospital, la relación con los ámbitos asistenciales, la naturaleza sanitaria de la profesión farmacéutica y su imbricación con otros profesionales de la salud, la conveniencia de nuestra formación con la de otros pro46 fesionales de la salud, especialmente con la de los médicos, pueden parecer más o menos modernas aunque no lo sean del todo, por más que haya a quien si se lo parezca. Recientemente ha tenido lugar la aparición en diversos medios de comunicación, que la Conferencia de Decanos de Medicina, de fácil localización, había conseguido que se reunieran la Ministra de Sanidad y Política Social y el Ministro de Educación para tratar sobre los planes de estudios de Medicina. De igual manera, también se han publicado noticias sobre una preocupación, por parte de colectivos y organizaciones profesionales, ante una posible minusvaloración de los planes de estudios de Medicina. Sinceramente ambas cuestiones me llamaron la atención, pues no conocía iniciativas similares en el caso de Farmacia, hasta el punto de preguntar al respecto a través de la lista de distribución de Atención Farmacéutica, en donde no obtuve ninguna respuesta. A lo peor, los recientes y repetidos cambios de los ministros y el que Universidades dejara de estar, después de menos de 1 año, fuera del Ministerio de Educación tras integrarse en el de Ciencia e Innovación, para volver de nuevo al de Educación, no han permitido a nuestros “representantes” académicos y profesionales hacer este interesantísimo tipo de gestiones, realizadas para los estudios de Medicina. Lo que si es claro es que todo esto, sin duda tampoco ha sido bueno para mejorar los retrasos y mala gestión de la implantación de lo comprometido en 1999 en el Documento de Bolonia, sino más bien para todo lo contrario. DECRETO DE 1944. ¿VOLVIENDO A …? Pero como decíamos muchos de estos temas son del todo recurrentes y a mí personalmente por diversas razones, me resulta incluso un poco molesto tener que recomendar la lectura del Decreto de 7 de Julio de 1944 sobre Ordenación de la Facultad de Farmacia, del que por cierto he visto como alguna autoridad académica ha citado por escrito, quedándome la duda de si no se realizó una atenta, serena y reposada lectura del texto normativo o si, por el contrario, al contemplar por ejemplo lo que señala el artículo 5 de este Decreto de 1944 sobre para qué habilitaría el título de farmacéutico, no se leyó con demasiado detenimiento y se siguió también demasiado al pie de la letra, lo establecido hace más de 60 años. En cualquier caso, decir que, entre otras cuestiones en el Decreto de 1944 (hace más de 60 años), el artículo 62 decía: “Las oficinas de Farmacia, de los Centros del Estado, Provincia y Municipio, que radiquen en la capital del distrito universitario en que exista Facultad de Farmacia, podrán ser utilizadas previo acuerdo con las Corporaciones respectivas, para servir a la finalidad docente”. 47 Personalmente no recuerdo que esta posibilidad fuese llevada a la práctica y desde luego desde mis inicios en los estudios de Farmacia, nunca se recurrió a ello. En el fondo y en la forma estaba adelantándose (¿inventándose?) el tema de las Estancias y/o Prácticas Tuteladas que si hubieran puesto en marcha a raíz de esta normativa del 1944 seguro que no hubieran causado la sorpresa y tremenda problemática (de la que mejor no hablar) cuando hubo que implementarlas como consecuencia de imperativos de la Unión Europea (Directiva 85/432 y su posterior trasposición en 1989). Sin lugar a dudas todo lo que ocurrió en este tema a comienzos de los años 90 e incluso, lo que esta sucediendo actualmente con mayor frecuencia de lo deseable, no pasaría si nos hubiéramos adelantado a la normativa europea, tal y como decía el Decreto de 1944. Pero como siempre o casi siempre, las situaciones problemáticas de Farmacia no suelen ser debido precisamente a la falta de normativa. Otro ejemplo también similar, o incluso más paradigmático de cómo podíamos haber aproximado la formación del farmacéutico como profesional de la salud a la de otros profesionales sanitarios como los médicos, lo vemos también en este Decreto de 1944, cuando en el artículo 38 y de forma independiente a lo que podíamos asimilar a las Prácticas Tuteladas antes citadas, se indica textualmente: “Las Farmacias establecidas o que puedan establecerse en los Hospitales Clínicos de la Facultades de Medicina, en aquellas ciudades donde exista Facultad de Farmacia, deberán estar regentadas por el Catedrático numerario de Farmacia galénica; y podrán ser utilizadas para las prácticas escolares previo acuerdo con la Facultad de Medicina.” Así, ocurrió en las Universidades de Alcalá de Henares, Complutense de Madrid, Granada, La Laguna, Salamanca, Santiago de Compostela y Sevilla (en orden alfabético). Esta normativa se vino aplicando hasta la década de los años 80 que sepamos. Si bien lamentablemente este tipo de vinculación no resultó demasiado fructífero, quizás por haber sido practicado de forma bastante más personalista que institucionalista, no facilitándose que otros profesores universitarios de Farmacia no sólo del ámbito de la Farmacia Galénica, si no también de otros como la Bioquímica, Microbiología, Análisis Clínicos, etc., que hubiesen estado interesados en vincular su plaza universitaria con una hospitalaria, pudieran haberlo hecho. Esto por si mismo hubiera sido un objetivo interesante de alcanzar para la mejor y actualizada formación sanitaria del farmacéutico y que con la creación de plazas de Profesores Asociados para lo profesionales en el ámbito asistencial daría lugar a una deseable biyectividad, en mi opinión de interés para todos, y ello no sería sólo posible sino bastante accesible ya que un elevadísimo número de normativas legales lo posibilitan y propician como publicamos en el artículo titulado: “Política Educativa y su inci48 dencia en la práctica Farmacéutica (Mariño, 2000), donde queda recogida una buena parte de esta amplia bibliografía incentivadora y favorecedora, pero no aplicada por razones que nunca supimos. Hasta donde llega mi conocimiento, esta normativa tampoco ha sido de aplicación para la realización de prácticas dirigidas a los alumnos de Farmacia con independencia de las conocidas Prácticas Tuteladas y/o Estancias, excepto (al menos) en la Universidad de Barcelona, en donde a pesar de no haber existido nunca esta vinculación con el Hospital Clínico Universitario de Barcelona, los alumnos de la asignatura troncal Farmacia Clínica y Farmacoterapia y de otras asignaturas optativas impartidas desde nuestra Unidad, han venido realizando prácticas hasta el pasado curso académico 200809, curso en el que ya no ha sido posible realizar estas prácticas en el citado Hospital, aunque si en el resto de los hospitales habituales. La situación de las vinculaciones que para el área de Farmacología y la especialización de Farmacología Clínica (exclusiva de Medicina) funcionó bien, para el área de Farmacia y Tecnología Farmacéutica y la especialización de Farmacia Hospitalaria (exclusiva de Farmacia) en general no evolucionó positivamente, sino más bien al contrario. Así, a medida que los Catedráticos de Farmacia Galénica se han ido jubilando sus plazas han sido sustituidas por otras de menor categoría académica, perdiéndose además la vinculación con el ámbito hospitalario, de manera que actualmente sólo se mantiene en la Universidad de Salamanca, en donde existe desde prácticamente los comienzos de aquella Facultad, allá por los años 70. Esta amortización de las plazas y desaparición de la vinculación, promovidas por las mismas Facultades de Farmacia y Departamentos involucrados, dificultando la promoción interna (en caso de contar con candidatos que reúnan los méritos suficientes y el requisito de contar con el correspondiente título de especialista), pero asegurándose así la posible incorporación de profesores contratados de otras universidades, evidentemente no encaja mucho con el Documento de Bolonia, ni con su filosofía de la tan repetida movilidad de profesorado, que tengo la sensación de que tampoco lo va arreglar bien el actual método de provisión de plazas (Real Decreto 1312/2007) que de acuerdo con el programa denominado ACADEMIA, únicamente se necesita para la habilitación a Catedrático presentar la solicitud, para que en la ANECA una comisión estatal evalúe los méritos que presenta el solicitante. A MODO DE CONCLUSIONES Para ir finalizando queríamos volver a la publicación de White y Latiff, 2007 sobre la reingeniería que a todas las luces parece ser imprescindible y que ello, de acuerdo con 49 Mc Givney y cols. (2007), debería hacerse teniendo en cuenta los cambios de paradigmas producidos más recientemente, pasando por el “Patient Counselling”, “Clinical Pharmacy”, “Pharmaceutical Care“ y “Disease Management”, para llegar al “Medication Therapy Management” (MTM) como última tendencia, al menos, para visualizar. Nos parece que el camino está claro y los indicadores son más que suficientes. El “Documento de Bolonia” e incluso la normativa actual para la elaboración del Plan de estudios del grado en Farmacia (Orden CIN/2137/2008), por mucho que se retuerza con intereses poco defendibles ni oportunos, facilitan y posibilitan la formación universitaria del farmacéutico como profesional sanitario especialista en el medicamento y su entorno; y si al primer intento no se consigue sólo queda esperar la siguiente ocasión, pues no podemos ni debemos desaprovechar esta oportunidad. Por el contrario, sino somos capaces de olvidar intereses personales y gremiales, y no nos preparamos, no ya para el futuro si no para lo que ya ha tenido lugar o para lo que se está produciendo, difícilmente serán mantenibles ciertas exclusividades si nuestras principales funciones (o a lo peor únicas) las hace una máquina y tampoco tendrá ningún sentido mantener el coste social que supone la formación universitaria de un profesional farmacéutico, que es pagada, en más de un 80% de su coste real, por el erario público. No puede haber reconocimiento social sin asumir compromisos y responsabilidades y aquello que decidamos que no nos interesa, será realizado por otros profesionales de los actuales o de los que se creen nuevos, que ocuparan rápidamente el “nicho ecológico” por nosotros liberado y que no es otro que el que nos liga íntimamente con el paciente y su entorno, como ya decíamos en los objetivos formativos de la asignatura Farmacia Clínica y Farmacoterapia a principios de los años 90 del siglo pasado y que tantas veces hemos repetido intentando anular el efecto demoledor de quienes todavía hablan del farmacéutico como un técnico, con todos mis respetos hacia estos profesionales Nuestra preparación y nuestra posición, todavía son las mejores, luego la toma de decisión es nuestra y la responsabilidad también. Para nosotros en la Unidad de Farmacia Clínica y Farmacoterapia de la Universidad de Barcelona la respuesta está tan clara que ni consideramos que pueda haber otra alternativa que no sea asumir todo lo que conlleva el cambio, de forma ordenada pero sin pausa, aprendiendo de los muchos y recientes errores para no caer de nuevo en ellos. He dicho. 50 ANEXO I CONFERENCIAS Y OTROS EVENTOS EN Y CON IBEROLATINOAMÉRICA - III Reunión Latinoamericana de Ciencias Farmacéuticas. Montevideo (Uruguay). 30 de noviembre y 1-5 de diciembre de 1986. Título: Control adaptado en sistemas: aplicación en farmacocinética y en monitorización de medicamentos. - Coordinador del Área de Farmacocinética Clínica de la Organización Farmacéutica Ibero Latinoamericana (O.F.I.L.). 1987-1988. - Curso de Farmacocinética Superior. Universidad Nacional de la Plata. La Plata (Argentina). 4 a 6 de mayo de 1988. Título: Farmacocinética no lineal. Título: Modelos no compartimentales. Título: Estadística en Farmacocinética. Título: Principios de Monitorización. - Extensión del Curso de la Universidad Nacional de la Plata en el Centro de Graduados de Tandil (Argentina). 11 de mayo de 1988. Título: Seminario de Actualización en farmacocinética. - II Curso de Farmacocinética Superior. Universidad Nacional de la Plata. La Plata (Argentina). 4 y 5 de junio de 1990. - Conferencia en la Facultad de Farmacia. Buenos Aires (Argentina). 5 de junio de 1990. Título: Monitoreo farmacocinético en la práctica clínica. - Conferencias en la Facultad de Farmacia. Montevideo (Uruguay). 11 a 15 de junio de 1990. Título: Farmacia hospitalaria. Título: Monitoreo farmacocinética. - Conferencia en el Hospital de Clínicas. Montevideo (Uruguay). 15 de junio de 1990. Título: Monitoreo de drogas en un servicio de Farmacia. - Miembro del Comité de Redacción de la Revista O.F.I.L. 1991 - ….. - XX Congreso de la Sociedad española de Anestesiología, reanimación y terapéutica del dolor. IX Congreso hispano-luso de Anestesiología y reanimación. Congreso Iberoamericano de anestesiología. Barcelona, 7-12 de junio de 1992. Título: Cronofarmacocinética. 51 - I Congreso de la Federación Farmacéutica Sudamericana y II Congreso de Ciencias Farmacéuticas del Cono Sur. Montevideo (Uruguay). 4-7 de noviembre de 1993. Título: Formación del profesional farmacéutico en España y su inserción en la Comunidad Económica Europea. Título: Análisis numérico y estadístico en Farmacocinética. - II Jornadas Nacionales de OFIL-ESPAÑA. Ávila, 10-11 de diciembre de 1993. Título: Adecuación de los planes de estudio a las necesidades profesionales. - III Curso Internacional de Farmacocinética Superior. Samay Huasi, Chilecito (Argentina). 28 noviembre a 2 diciembre de 1994. Título: Estadística en Farmacocinética. Título: Significación de los parámetros farmacocinéticas. Título: Farmacocinética no lineal. Título: Bioequivalencia. Título: Nuevas tendencias en farmacocinética. - Conferencia en la Facultad de Farmacia. Buenos Aires (Argentina). Diciembre de 1994. Título: Control de sistemas en farmacocinética clínica. - Curso de farmacocinética clínica de la Unidad de Educación permanente de la Facultad de Química de la Universidad de la República de Uruguay. Montevideo. (Uruguay) 25-28 de septiembre de 1995. Título: Cronofarmacocinética y cronoterapéutica. - Curso sobre administración de medicamentos de la Organización Farmacéutica Ibero Latinoamericana (O.F.I.L.) y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Alicante. Alicante. 30 de mayo a 2 de junio de 1995. Título: Farmacocinética y la administración de medicamentos. - II Congreso de la Federación Sudamericana y VII Reunión Latinoamericana de Ciencias Farmacéuticas. Santiago de Chile. 2-6 de octubre de 1995. Título: Interacciones farmacocinéticas y su relevancia clínica. - Seminario de formación de los profesionales de la salud en el uso racional de los medicamentos. Ministerio de Salud de Chile. Santiago de Chile. 7 de octubre de 1995. - Curso Internacional de Nuevas Técnicas para la Fabricación de Medicamentos del Centro de Desarrollo en Tecnología Farmacéutica de la Universidad de Chile. Santiago de Chile. 9-11 de octubre de 1995. 52 Título: Cronofarmacocinética y su incidencia en la formulación de medicamentos. Título: Farmacocinética y dosificación individualizada. Título: Problemática en la falta de formas farmacéuticas comercializadas adecuadas a las necesidades. - Secretario General de la Organización de Farmacéuticos Ibero-Latinoamericanos (O.F.I.L.). 1996 – 1998. - V Jornadas Nacionales de OFIL-ESPAÑA. Granada (España). 26 y 27 de enero de 1996. - I Encuentro OFIL América-España. Segovia. (España). 23-24 de mayo de 1996 Título: Actividades en Ibero Latinoamérica en 1995. - VII Congreso argentino de Farmacia y Bioquímica Industrial. Buenos Aires. (Argentina) 3-8 de junio de 1996 Título: Biofarmacia y Farmacocinética. - VI World Conference on Clinical Pharmacology and Therapeutics. Buenos Aires. (Argentina) 4-9 de agosto de 1996. Título: Methods for distinguishig between models in numerical analysis of pharmacokinetic-pharmacodynamic studies. Título: Equivalences and bioequivalences in clinical pharmacology (European Situation). Título: Administración múltiple. Cambio en el estado estacionario. Título: Cómo seleccionar la dosis y el intervalo de administración. - Conferencia en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata. (Argentina). Agosto de 1996. Título: Farmacocinética y bioequivalencia. - Curso de Análisis Numérico y estadístico en estudios Químico-Farmacéuticos en el Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas -PEDECIBA- (Proyecto URU/84/002) del programa de las Naciones Unidas para el desarrollo. Montevideo. (Uruguay) 14-21 de agosto de 1996. Título: Introducción al diseño de experiencias sobre una base estadística. Título: Conceptos básicos estadísticos. Título: Estudios de inestabilidad de medicamentos. Título: Estudios biofarmacéuticos y farmacocinéticas. Título: Estudios de farmacocinética poblacional y monitorización. 53 - I Congreso de Farmacia de Hospital y Clínica. Ministerio de Defensa Nacional. Centro Médico Militar. Guatemala. 10-11 de octubre de 1996. Título: Fundamentos de farmacocinética. Introducción a la monitorización de fármacos. Título: Monitorización de antiepilépticos. Título: Monitorización de aminoglucósidos. Título: Monitorización de ciclosporina. - III Congreso Nacional de Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas. Lima (Perú). 25-29 de noviembre de 1996. Título: Metódicas actuales de estimación de parámetros en farmacocinética experimental y clínica: repercusiones en el uso seguro y eficaz de los medicamentos. Título: Docencia de pre-grado de Farmacia clínica. Título: Estudios de estabilidad del medicamento. - Conferencia en la Facultad de Farmacia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima (Perú). 27 de noviembre de 1996. Título: Farmacocinética en dosificación múltiple. - 1st Congress of Pharmaceutical Sciences. Ribeirao Preto. Sao Paulo (Brasil). 2024 de abril de 1997. Título: Introduction to Clinical Pharmacy. Título: Information and surveillance in the use of drugs products. Título: Pediatric pharmacy. Título: Geriatric pharmacy. Título: Clinical Pharmacokinetics and Therapeutic Drug Monitoring. - II Encuentro OFIL América-España. Madrid. 2-3 octubre 1997. Título: Docencia en Farmacia Clínica y Farmacoterapia en España. - VII Jornadas Nacionales OFIL España. Pamplona. 30-31 enero 1998. - Jornadas OFIL Portugal-España. Angra do Heroismo (Azores / Portugal). 6-9 junio 1998. - Curso de Maestría en Farmacia Clínica y Farmacoterapia. Universidad Internacional Andina “Simón Bolívar”. Sucre (Bolivia). 15 a 19 de junio de 1998. Título: Conceptos generales y tendencia actuales en Farmacia. Título: Bases conceptuales de la estabilidad de medicamentos. Título: Metodologías analíticas y conceptos generales de estadística. 54 Título: Metodología de estudios de estabilidad. Título: La farmacocinética y la farmacocinética clínica en la investigación y desarrollo de medicamentos. Título: Medicamentos genéricos y ensayos clínicos. Título: Farmacocinética, dosis única. Título: Farmacocinética, dosis múltiple. Título: Interacciones Farmacocinéticas. Título: Variabilidad Farmacocinética. Título: Variabilidad en pediatría y geriatría. Título: Cronofarmacocinética. Título: Monitorización farmacocinética. Título: Regresión no lineal y Bayesiana. Título: Modelos cinético-dinámicos o modelos del efecto farmacológico. Título: Control adaptado de sistemas: aminoglucósidos y antiarrítmicos. - I Encuentro Iberoamericano sobre avances e innovaciones en Farmacia y Medicamentos. Cartagena de Indias. 2-4 noviembre 1998. Título: Formación universitaria del farmacéutico. - VIII Congreso de la Organización de Farmacéuticos Iberolatinoamericanos (OFIL). Cartagena de Indias. 5-7 noviembre 1998. Título: Principios básicos en farmacocinética clínica. Título: Regimenes posológicos y dosis múltiples en farmacocinética clínica. Título: Nuevas tendencias de estimación paramétrica en farmacocinética clínica. - Curso para farmacéuticos hospitalarios “Gerencia y Gestión Farmacéutica”. Santa Fe de Bogotá (Colombia) 3-5 de mayo de 1999. Título: Farmacocinética clínica I: Ensayo clínico y monitorización. Título: Farmacocinética clínica II: Tendencias actuales para la estimación de parámetros de farmacocinética clínica. Título: Farmacocinética clínica III: Regímenes posológicos. - Octavo Congreso Argentino de Farmacia y Bioquímica Industrial y Sextas Jornadas de Farmacia y Bioquímica Industrial. Buenos Aires (Argentina). 14-19 de junio de 1999. Título: Farmacocinética poblacional. - Curso de Farmacocinética Clínica y Poblacional. Escuela de Graduados. Facultad de Farmacia y Bioquímica. Universidad de Buenos Aires (Argentina). 14-19 de junio de 1999. 55 Título: Principios básicos de Farmacocinética Clínica: variabilidad intra e inter individual. Título: Regímenes posológicos de dosis múltiples: estrategias farmacocinéticas. Título: Tendencias actuales de estimación paramétrica en farmacocinética clínica: Métodos de ponderación. Algoritmos de búsqueda, valores de las ’estimadas iniciales’, superficie de respuesta y alternativas bayesianas. - III Encuentro OFIL América-España. Madrid. 31 de marzo de 2000. - Curso de ‘Farmacia Clínica y Farmacoterapia’, pre-congreso del VI Congreso de la Federación Farmacéutica Sudamericana, VI Encuentro Nacional de Químicos-Farmacéuticos Hospitalarios y II Jornadas de Farmacia Comunitaria. Montevideo (Uruguay). Abril de 2000. Título: Farmacia Clínica: Bases metodológicas y científicas. Título: Farmacia Clínica pediátrica y geriátrica. Título: Farmacocinética Clínica y monitorización farmacocinética. Título: Farmacoinformática asistencial y clínica. Título: Información: fuentes y métodos de búsqueda. Título: Comunicación: Metodología con el paciente/cliente, otros farmacéuticos, otros profesionales de la salud y con las instituciones. Título: Atención Farmacéutica: concepto e implementación. ¿Cambio profesional o ..? Título: Problemas relacionados con los medicamentos. Título: El ensayo clínico y la práctica basada en la ’evidencia’. - VI Congreso de la Federación Farmacéutica Sudamericana, VI Encuentro Nacional de Químicos-Farmacéuticos Hospitalarios y II Jornadas Nacionales de Farmacia Comunitaria. Montevideo (Uruguay). 26-28 de abril de 2000. Título: Bioinequivalencia documentada: ¿Publicación de ensayos clínicos en fase I?. Título: Utilidad de la farmacocinética clínica en antibioticoterapia. Título: De la Farmacia Galénica a la Atención Farmacéutica pasando por la Farmacia Clínica. - Curso de Maestría en Farmacia Clínica y Farmacoterapia. Universidad Internacional Andina “Simón Bolívar”. Sucre (Bolivia). 5 a 10 de junio de 2000. Título: Introducción: Medicamentos estables, seguros y eficaces. Título: Conceptos intuitivos y numéricos en farmacocinética. Título: Estabilidad I. Título: Estabilidad II. Título: Ensayos Clínicos I. 56 Título: Ensayos Clínicos II. Título: Farmacocinética en la situación de dosis únicas. Título: Variabilidad en farmacocinética y farmacoterapia pediátrica y geriátrica. Título: Farmacocinética en regímenes posológicos en dosis múltiples. Título: Tendencias actuales en ’estimación’ paramétrica farmacocinética. - IX Congresso da Organizaçao de Farmaceuticos Ibero-Latinoamericanos. Salvador de Bahia (Brasil). 14-17 de junio de 2000. Título: Equivalencia terapéutica. - Reuniao Abenfarbio dentro del IX Congresso da Organizaçao de Farmaceuticos Ibero-Latinoamericanos. Salvador de Bahía (Brasil). 17 de junio de 2000. - Ceremonia de lectura del discurso de ingreso como Académico correspondiente en la Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica de Argentina. Buenos Aires (Argentina). 25 de octubre de 2001. Título: Ensayo clínico: investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) con medicamentos. - V Encuentro OFIL AMERICA-ESPAÑA. Puerto de la Cruz-Tenerife. 7-8 de febrero de 2002. - X Congreso de la Organización de Farmacéuticos Ibero-Latinoamericanos. O.F.I.L. y I Encuentro de Estudiantes de Farmacia Ibero-Latinoamericana. Santa Cruz (Bolivia). 9-11 de mayo de 2002. - I Congreso Internacional de Farmacia Clínica y Atención Farmacéutica. Universidad Norbert Wiener. Lima (Perú). 7-10 de septiembre de 2003. Título: El cambio de paradigma farmacéutico: del medicamento hacia y hasta el paciente (conferencia inaugural). Título: Medicamentos biotecnológicos: Farmacocinética Clínica y Atención Farmacéutica. Título: Punto de vista desde las Universidades europeas en la necesidades de formación para la Farmacia clínica y atención farmacéutica. - VII Encuentro OFIL América-España. Cádiz (España). 11 - 13 de febrero de 2004. - XI Congreso OFIL. Encuentro de Estudiantes y Profesores de Farmacia. Antigua (Guatemala). 3 - 5 de mayo de 2004. Título: La homologación del Pensum de la carrera de Farmacia en las Universidades de Ibero-Latinoamérica. 57 - Curso Internacional en el área de biodisponibilidad/bioequivalencia: Intercambiabilidad de medicamentos. Montevideo (Uruguay) 4-6 de abril de 2005. Título: Relación PK/PD como base teórica del seguimiento terapéutico de los medicamentos y de los estudios de biodisponibilidad. Título: Ensayos clínicos: aspectos éticos, metodológicos y legales. Título: Los estudios de biodisponibilidad como ensayos clínicos de fase I: bioequivalencia promedio, poblacional e individual. Título: Atención Farmacéutica comunitaria y hospitalaria; errores de medicación e intercambiabilidad de medicamentos. - XI Congreso de la Federación Farmacéutica Sudamericana y 6º Congreso Nacional Farmacéutica. Expofarma 2007. Asunción (Paraguay). 8-11 de agosto de 2007. - Designado Huésped de Honor de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata. (Argentina). 17 de noviembre de 2008. - Conferencia en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata. (Argentina). 17 de noviembre de 2008. Título: La importancia de la farmacocinética en los planes terapéuticos. - XII Congreso de la Federación Farmacéutica Sudamericana, conjuntamente con el II Congreso de Ciencias Farmacéuticas, las XIV Jornadas Nacionales de Farmacia Hospitalaria, las V Jornadas de Farmacia Comunitaria y FarmaUruguay 2008. Montevideo. (Uruguay). 18 – 21 de noviembre de 2008. Título: Aplicación de la variabilidad al uso racional del medicamento. (Curso Pre-congreso sobre “Variabilidad de la respuesta a los medicamentos”). Título: Medicamentos biotecnológicos y biosimilares: aspectos tecnológicos y clínicos. Título: Seguridad de los pacientes y errores de medicación. Título: Concordancia, adherencia y cumplimiento: repercusión en la efectividad y seguridad de los medicamentos. - Conferencia / taller: Medicamentos Biológicos, Biotecnológicos y Biosimilares. Instituto Nacional de Higiene (INH) 2009. Guayaquil (Ecuador). 8 de julio de 2009. Título: Diferencias entre los medicamentos clásicos y los de origen biotecnológico. La problemática de los biosimilares. - Conferencia / taller: Medicamentos Biológicos, Biotecnológicos y Biosimilares. Hospital Teodoro Maldonado. 2009. Guayaquil (Ecuador). 9 de julio de 2009. 58 Título: Diferencias entre los medicamentos clásicos y los de origen biotecnológico. La problemática de los biosimilares. - Conferencia / taller: Medicamentos Biológicos, Biotecnológicos y Biosimilares. Hospital Carlos Andrade Marín. 2009. Quito (Ecuador). 10 de julio de 2009. Título: Diferencias entre los medicamentos clásicos y los de origen biotecnológico. La problemática de los biosimilares Además durante todo este tiempo y de una manera prácticamente ininterrumpida en nuestra Unidad de Farmacia Clínica y Farmacoterapia de la Universidad de Barcelona se ha recibido para hacer Estancias de mayor o menor duración a Profesores y alumnos provenientes de algunos de los países de Centro y Sudamérica antes citados y de otros que no lo fueron, siempre subvencionados por organismos públicos, en muchos casos tras convocatorias competitivas, también públicas y siempre de forma oficial. ANEXO II Orden CIN/2137/2008, de 3 de julio, por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de farmacéutico. Anexo. Apartado 5. Planificación de las enseñazas. El plan de estudios deberá incluir como mínimo los siguientes módulos: Módulo de Química. Nº de créditos europeos: 54 Competencias que deben adquirirse: • Identificar, diseñar, obtener, analizar y producir principios activos, fármacos y otros productos y materiales de interés sanitario. • Seleccionar las técnicas y procedimientos apropiados en el diseño, aplicación y evaluación de reactivos, métodos y técnicas analíticas. • Llevar a cabo procesos de laboratorio estándar incluyendo el uso de equipos científicos de síntesis y análisis, instrumentación apropiada incluida. • Estimar los riesgos asociados a la utilización de sustancias químicas y procesos de laboratorio. • Conocer las características físico-químicas de las sustancias utilizadas para la fabricación de los medicamentos. • Conocer y comprender las características de las reacciones en disolución, los diferentes estados de la materia y los principios de la termodinámica y su aplicación a las ciencias farmacéuticas. 59 • Conocer y comprender las propiedades características de los elementos y sus compuestos, así como su aplicación en el ámbito farmacéutico. • Conocer y comprender la naturaleza y comportamiento de los grupos funcionales en moléculas orgánicas. • Conocer el origen, naturaleza, diseño, obtención, análisis y control de medicamentos y productos sanitarios. • Conocer los principios y procedimientos para la determinación analítica de compuestos: técnicas analíticas aplicadas al análisis de agua, alimentos y medio ambiente. • Conocer y aplicar las técnicas principales de investigación estructural incluyendo la espectroscopia. Módulo de Física y Matemáticas. Nº de créditos europeos: 12 Competencias que deben adquirirse: • Aplicar los conocimientos de Física y Matemáticas a las ciencias farmacéuticas. • Aplicar técnicas computacionales y de procesamiento de datos, en relación con información referente a datos físicos, químicos y biológicos. • Diseñar experimentos en base a criterios estadísticos. • Evaluar datos científicos relacionados con los medicamentos y productos sanitarios. • Utilizar el análisis estadístico aplicado a las ciencias farmacéuticas. Módulo de Biología. Nº de créditos europeos: 42 Competencias que deben adquirirse: • Conocer las estructuras de las biomoléculas y sus transformaciones en la célula. • Desarrollar habilidades relacionadas con el uso de los efectos beneficiosos de las plantas medicinales y comprender los riesgos sanitarios asociados con su mal uso. • Estimar los riesgos biológicos asociados a la utilización de sustancias y procesos de laboratorios implicados. • Comprender la relación entre el ciclo de vida de los agentes infecciosos y las propiedades de los principios activos. • Desarrollar habilidades para identificar dianas terapéuticas y de producción biotecnológica de fármacos, así como de uso de la terapia génica. • Conocer y comprender el control microbiológico de los medicamentos. • Conocer las propiedades de las membranas celulares y la distribución de fármacos. • Conocer la naturaleza y comportamiento de agentes infecciosos. • Conocer las principales rutas metabólicas que intervienen en la degradación de fármacos. • Conocer las plantas medicinales: diversidad botánica, fisiología, uso y gestión. 60 Módulo de Farmacia y Tecnología. Nº de créditos europeos: 24 Competencias que deben adquirirse: • Diseñar, optimizar y elaborar las formas farmacéuticas garantizando su calidad, incluyendo la formulación y control de calidad de medicamentos, el desarrollo de fórmulas magistrales y preparados oficinales. • Aplicar el control de calidad de productos sanitarios, dermofarmacéuticos y cosméticos y materiales de acondicionamiento. • Conocer los procesos de liberación, absorción, distribución, metabolismo y excreción de fármacos, y factores que condicionan la absorción y disposición en función de sus vías de administración. • Programar y corregir la posología de los medicamentos en base a sus parámetros farmacocinéticos. • Conocer las propiedades físico-químicas y biofarmacéuticas de los principios activos y excipientes así como las posibles interacciones entre ambos. • Conocer la estabilidad de los principios activos y formas farmacéuticas así como los métodos de estudio. • Conocer las operaciones básicas y procesos tecnológicos relacionados con la elaboración y control de medicamentos. • Determinación de la biodisponibilidad, evaluación de la bioequivalencia y factores que las condicionan. Módulo de Medicina y Farmacología. Nº de créditos europeos: 66 Competencias que deben adquirirse: • Utilizar de forma segura los medicamentos teniendo en cuenta sus propiedades físicas y químicas incluyendo cualquier riesgo asociado a su uso. • Conocer y comprender los fundamentos básicos de los análisis clínicos y las características y contenidos de los dictámenes del diagnóstico de laboratorio. • Desarrollar análisis higiénico-sanitarios (bioquímico, bromatológico, microbiológicos, parasitológicos) relacionados con la salud en general y con los alimentos y medio ambiente en particular. • Evaluar los efectos de sustancias con actividad farmacológica. • Conocer y comprender las técnicas utilizadas en el diseño y evaluación de los ensayos preclínicos y clínicos. • Llevar a cabo las actividades de Farmacia clínica y social, siguiendo el ciclo de atención farmacéutica. • Promover el uso racional del medicamento y productos sanitarios. • Adquirir las habilidades necesarias para poder prestar consejo terapéutico en farmacoterapia y dietoterapia, así como consejo nutricional y alimentario a los usuarios de los establecimientos en los que presten servicio. 61 • Comprender la relación existente entre alimentación y salud, y la importancia de la dieta en el tratamiento y prevención de las enfermedades. • Conocer y comprender la gestión y características propias de la asistencia farmacéutica en las Estructuras Asistenciales de Atención Primaria y de Atención Especializada en el Sistema Sanitario. • Evaluar los efectos toxicológicos de sustancias y diseñar y aplicar las pruebas y análisis correspondientes. • Conocer las propiedades y mecanismos de acción de los fármacos. • Conocer y comprender la estructura y función del cuerpo humano, así como los mecanismos generales de la enfermedad, alteraciones moleculares, estructurales y funcionales, expresión sindrómica y herramientas terapéuticas para restaurar la salud. • Conocer la Naturaleza, mecanismo de acción y efecto de los tóxicos, así como los recursos en caso de intoxicación. • Conocer las Técnicas analíticas relacionadas con diagnóstico de laboratorio, tóxicos, alimentos y medioambiente. • Conocer y comprender la gestión y características propias de la asistencia farmacéutica en el ámbito oficinal y de la industria farmacéutica. Módulo de Legislación y Farmacia Social. Nº de créditos europeos: 12 Competencias que deben adquirirse: • Conocer los fundamentos de la salud pública e intervenir en las actividades de promoción de la salud, prevención de la enfermedad en los ámbitos individual y colectivo y contribuir a la educación sanitaria, reconociendo los determinantes de salud en la población, tanto los genéticos como los dependientes del sexo y estilo de vida, demográficos, ambientales, sociales, económicos, psicológicos y culturales. • Conocer, comprender y aplicar las condiciones legales, sociales y económicas relacionadas con el ámbito sanitario y en particular con el medicamento. • Conocer los principios éticos y deontológicos y actuar según las disposiciones legislativas, reglamentarias y administrativas que rigen el ejercicio profesional colaborando con otros profesionales de la salud y adquiriendo habilidades de trabajo en equipo. • Dominar técnicas de recuperación de información relativas a fuentes de información primarias y secundarias (incluyendo bases de datos con el uso de ordenador). • Conocer y aplicar técnicas de gestión en todos los aspectos de las actividades farmacéuticas. • Conocer los principios y la metodología científica aplicada a las ciencias farmacéuticas, incluyendo la historia y función social de la Farmacia. 62 • Conocimientos básicos del Sistema Nacional de Salud, de la legislación sanitaria en general y específicamente la relacionada con los medicamentos, productos sanitarios y asistencia farmacéutica. • Conocer las técnicas de comunicación oral y escrita adquiriendo habilidades que permitan informar a los usuarios de los establecimientos farmacéuticos en términos inteligibles y adecuados a los diversos niveles culturales y entornos sociales. Módulo de Prácticas Tuteladas y Trabajo de Fin de Grado. Nº de créditos europeos: 30 Competencias que deben adquirirse: • Competencias transversales: • Organizar y gestionar el funcionamiento de una oficina de Farmacia. • Conocer el funcionamiento y gestión de un servicio de Farmacia hospitalaria o de atención primaria, incluido el personal adscrito a los mismos. • Gestionar los medicamentos. • Conservación, custodia, dispensación y distribución racional de los medicamentos y otros productos farmacéuticos. • Elaborar fórmulas magistrales y preparados oficinales. • Proporcionar atención farmacéutica a los pacientes. • Realizar farmacovigilancia. • Realizar la facturación de una Oficina de Farmacia, en su caso. • Presentación y Defensa ante el Tribunal universitario de un proyecto fin de grado, consistente en un ejercicio de integración de los contenidos formativos recibidos y las competencias adquiridas. BIBLIOGRAFÍA - Asociación Farmacéutica Americana. OBRA’90. Guía Práctica para poner en marcha la Atención Farmacéutica. 1990. - Catizone C, Mrtek RG. Office-based pharmacy in the United Status: the development of a practice alternative. Am Pharm. NS24: 24-32. 1984. - Decreto de 7 de julio de 1944 sobre Ordenación de la Facultad de Farmacia. BOE de 4 de agosto. Num. 217. 1944. - Directiva 2005/36/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 7 de septiembre de 2005 relativa al reconocimiento de cualificaciones profesionales. Diario Oficial de la Unión Europea 255/22 ES de 30 de septiembre. 2005. - Hepler C, Strand L. Opportunities and Responsability in Pharmaceutical Care. Am J Hosp Pharm. 47: 533-543. 1990. - Jonson HS. Report of the Committee of the Educational and Membership Standard. Am J Pharm Educ. 10: 80-90. 1946. 63 - Ley 25/1990, de 20 de diciembre, del Medicamento. BOE de 22 de septiembre. Núm. 306. 1990. - Ley 16/1997, de 25 de abril, de Regulación de Servicios de las Oficinas de Farmacia. BOE de 26 abril. Núm. 100. 1997. - Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias. BOE de 22 de noviembre. Núm. 280. 2003. - Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios. BOE de 27 de julio. Núm. 178. 2006. - March MA, Gasquet JA, Lastra CF, Mariño EL. Development of a pregraduate subject at the school of pharmacy at the University of Barcelona, Spain: “Tutelage Practice”. Am J Pharm Educ. 63: 186-189. 1999. - March MA, Lastra CF, Mariño EL. Formación universitaria del farmacéutico: Prácticas tuteladas (II). Offarm. 17, 4: 94-102. 1998. - Mariño EL. Farmacia Clínica y Universidad. El farmacéutico. 72: 39-57. 1989. - Mariño EL. Prácticas Tuteladas en la licenciatura de Farmacia: una cuestión opinable. Offarm 10, 1: 60-62. 1991. - Mariño EL. Farmacia Clínica y Farmacoterapia: nueva asignatura de pregrado obligatoria en Farmacia. Farm Clin. 10, 7: 615-622. 1993. - Mariño EL. Clinical Pharmacy, Patient Care, Pharmaceutical Care, Management Disease (Editorial). Farm Clin. 13, 1: 5-8. 1996. - Mariño EL. Formación universitaria del farmacéutico: Prácticas tuteladas (I). Offarm. 16, 10: 72-92. 1997a. - Mariño EL. Docencia Universitaria en pregrado de Atención Farmacéutica. El farmacéutico. Oct (extra): 74-92. 1997b. - Mariño EL. Algo se está moviendo en torno a la Atención Farmacéutica (entrevista). Offarm. 18, 12: 18-19. 1999. - Mariño EL. Política Educativa y su incidencia en la práctica farmacéutica. El farmacéutico. Dic (extra): 22-34. 2000. - Mariño EL. Enseñanza de la Atención Farmacéutica en la Universidad de Barcelona. El farmacéutico. 277: 65-75. 2002. - Mariño EL. El Documento de Bolonia y la formación universitaria europea del futuro farmacéutico. Atención Farmacéutica Eur J Clin Pharm. 7, 4: 309-313. 2005. - Mariño EL, Modamio P, Montejo O, Lastra CF. Farmacia clínica, farmacocinética clínica y administración de medicamentos. Rev. 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La formación universitaria del farmacéutico en Finlandia. Offarm. 18, 1: 82-85. 1999. - Modamio P, Mariño EL. Formación universitaria del farmacéutico. Evaluación de la calidad. Offarm. 19, 1: 102-105. 2000. - Nieto A. La Tribu universitaria. Ed. Tecnos (Madrid). 1984. - Orden CIN/2137/2008, de 3 de julio, por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de Farmacéutico. BOE de 19 de julio. Núm. 174. 2008. - Parker PF. Drugs and the People. Am J Pharm Educ. 24: 350-355. 1967. - Real Decreto 1497/1983, de 27 de noviembre, por el que se establecen directrices generales comunes de los planes de estudio de los títulos universitarios de carácter oficial y validez en todo el territorio nacional. BOE de 14 de diciembre. Nùm. 289. 1987. - Real Decreto 1667/1989, de 22 de diciembre, por el que se regula el reconocimiento de diplomas, certificados y otros Títulos de Farmacia de los Estados miembros de la Comunidad económica europea, así cómo el ejercicio efectivo del Derecho de establecimiento. BOE de 4 de enero. Núm. 4. 1990. - Real Decreto 1464/1990, de 26 de octubre, por el que se establece el título universitario oficial de Licenciado en Farmacia y las directrices generales propias de los planes de estudios conducentes a la obtención de aquél. BOE de 20 de noviembre. Núm. 278. 1990. - Real Decreto 55/2005, de 21 de enero, por el que se establece la estructura de las enseñanzas universitarias y se regulan los estudios universitarios de Grado. BOE de 25 de enero. Núm. 21. 2005 a. - Real Decreto 56/2005, de 21 de enero, por el que se regulan los estudios universitarios oficiales de Posgrado. BOE de 25 de enero. Núm. 21. 2005 b. - Real Decreto 1312/2007 de 5 de octubre por el que se establece la acreditación nacional para el acceso a los cuerpos docentes universitarios. BOE de 6 de octubre. Núm 240. 2007. - Real Decreto 1837/2008, de 8 de noviembre, por el que se incorporan al ordenamiento jurídico español la Directiva 2005/36/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 7 de septiembre de 2005 y la Directiva 2006/100/CE, del Consejo de 20 de noviembre de 2006, relativas al reconocimiento de cualificaciones profesionales, así como a determinados aspectos del ejercicio de la profesión de abogado. BOE de 20 de noviembre. Núm. 280. 2008. 65 - Resolución de 23 de noviembre de 1992, de la Universidad de Barcelona, por la que se hace público el plan de estudios de la Licenciatura en Farmacia de la Facultad de Farmacia de esta Universidad BOE de 22 de enero. Núm 19. 1993. - Resolución de 10 de septiembre, de la Universidad de Barcelona por la que se hace pública la modificación del Plan de Estudios conducente al título oficial homologado de Licenciado en Farmacia. BOE de 23 de octubre. Núm. 254. 2004. - Rising LW. Theory and Practice Can Be Combined. Am J Pharm Educ. 9: 557-559. 1945. - Sebarroja J, March, Gasquet, JA, Lastra CF, Mariño EL. Farmacia Clínica y Farmacoterapia en Internet. Farm Clin. 13, 4: 53-57. 1996. - Sebarroja J, Modamio P, Lastra CF, Mariño EL. Formación Continuada en Ciencias de la Salud y nuevas metodologías: aplicación al curso de “Management” de la Hipertensión. Farm. Clin. 1, 1: 80-82. 1999. - Torres D. Evolución de la Farmacia Hospitalaria en España: De la Farmacia Galénica a la Farmacia Clínica. Discurso de ingreso en la Real Academia de Farmacia de Barcelona. 1992. - Werteimer AI, Séller A. Preparing the pharmacist for the future: PCT to rescue. Pharm World Sci. 25: 39. 2003. - White EV, Latif DA. Reenginering pharmacotherapy delivery to maximize the role of the pharmacist and improve patients outcomes. Res Social Admin Pharm. 3: 223-235. 2007. - Youngken W. The Washington Experiment – Clinical Pharmacy. Am J Pharm Educ. 17: 64-70. 1953. 66 Contestación al discurso de Ingreso en la Academia Iberoamericana de Farmacia del Ilmo. Sr. D. Eduardo L. Mariño Hernández Pronunciado por el Académico de Número Ilmo. Sr. D. Antonio M. Rabasco Álvarez Excelentísimo Señor Presidente de la Academia Iberoamericana de Farmacia Honorables señoras y señores académicos Distinguidas autoridades Señoras y señores Amigos todos Mis primeras palabras serán de agradecimiento al Sr. Presidente y al resto de mis compañeros del Consejo Académico por haberme designado para contestar el magnífico discurso del nuevo miembro de nuestra Academia, profesor Eduardo Luis Mariño Hernández. Constituye para mí un honor y una inmensa satisfacción recibir en esta casa a uno de los profesionales de mayor capacidad de trabajo que posee la Farmacia española. Les aseguro que su incorporación a nuestra Academia se percibirá notablemente. Eduardo Mariño proviene de tierra de conquistadores, de la bella y muchas veces gran desconocida región de Extremadura. Su padre, natural de Trujillo, y su madre, de Cáceres. A pesar de que la vivienda familiar radicaba en Trujillo, él fue a nacer a Cáceres, con su abuela materna, la única que conoció, recibiendo los nombres de Eduardo, como su padre y su abuelo paterno, y Luis, como le gustaba a su madre. Ocupó el segundo lugar, entre 4 hermanos. Pronto vuelve al domicilio familiar, en Trujillo, donde pasa su infancia y buena parte de su adolescencia. Hasta los diez años estudia en el Colegio de las Hermanas Carmelitas de Trujillo. Posteriormente, como en este colegio solamente existía el bachillerato femenino, pasa al Instituto García de Paredes, también de Trujillo, donde empieza el Bachillerato en el curso académico 1964-65. Finaliza el bachiller, reválida en Don Benito (Badajoz) y después, el curso preuniversitario en Salamanca. La clara inclinación hacia las Ciencias, tan notable como el grado de desconocimiento de qué estudios específicos elegir y el deseo de su padre de que no se alejara demasiado del domicilio familiar, le llevan a pedir el cambio de expediente al distrito universitario de Sevilla, para realizar los estudios de Selectivo de Ciencias, entonces común a distintas Licenciaturas como Química, Biología y Farmacia, en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Badajoz. En aquellos tiempos, curso académico 1971-72, esta Facultad estaba físicamente ubicada en la Carretera de Olivenza, en edificios de los Salesianos, justo al lado de la Residencia Universitaria Salesiana (RUS); allí se aloja 69 Eduardo, y pasa un curso inolvidable, por múltiples razones, incluyendo que era la primera ocasión que se encontraba fuera de casa. Durante este curso en Badajoz, tiene más información y más ocasiones de pensar qué camino seguir después de ese primer año selectivo y común. Todas estas circunstancias, unidas al recuerdo de su padre como estudiante de Salamanca y el haber comenzado, justo un curso antes, a ofrecer la Universidad de Salamanca los estudios de Farmacia (entonces no existentes en el Distrito Universitario de Sevilla), motivan de nuevo su cambio de expediente a la Universidad de Salamanca para continuar en esta ciudad, los estudios de Farmacia, en su segundo año durante el curso 1972-73, incorporándose a lo que sería más tarde la segunda promoción de farmacéuticos por la universidad salmantina. Durante este periodo permanece en el Colegio Mayor San Bartolomé donde continúa tres años más, primero como Jefe de Estudios y después como Subdirector del mismo, compaginando su formación académica de pre y postgrado, con un desarrollo personal equilibrado, facilitado por estar en una ciudad netamente universitaria y en un ambiente tan excepcional como el de este Colegio Mayor, en el que incluso formó parte de su Tuna. En el curso 1975-76 finaliza los estudios de Farmacia, con la edad de 22 años. Fue precisamente el hecho de haberse quedado como Jefe de Estudios del Colegio Mayor San Bartolomé, lo que le permitió quedarse en Salamanca, lejos del domicilio familiar, a continuar su formación de postgrado, pues ya había sido mucha la ayuda económica que sus padres le habían proporcionado para complementar las becas con las que había cursado toda la Licenciatura. Muy probablemente, como ha comentado en ocasiones el propio profesor Mariño, el disfrute de estas becas, así como las dificultades en obtenerlas, y después en mantenerlas, ha sido una de las claves de su constante preocupación sobre el Principio de Igualdad de Oportunidades y esa clara tendencia a posicionarse más cerca del menos poderoso. El último año de Licenciatura se incorpora al entonces denominado Departamento de Farmacia Galénica que, a la sazón, estaba conformado por dos habitaciones, una para despacho del entonces aun no Catedrático, y otra para todo lo demás. Gracias a su buen expediente académico ocupa el primer lugar entre los Licenciados en Farmacia solicitantes de las Becas de Formación de Personal Investigador de la segunda promoción de Salamanca. La beca le fue concedida, aunque con bastante retraso, con fecha 27 de julio de 1977, con una dotación económica de 17.500 pesetas mensuales. Previamente, en junio de 1977, obtiene el título de Diplomado en Sanidad tras un año de estudios. Su Tesis de Licenciatura para la obtención del Grado, culmina el 8 de julio de 1977 con la defensa del trabajo titulado “Farmacocinética de la sulfacloropiridacina” que fue el primer estudio experimental de unión a proteínas y de farmacocinética en volunta70 rios sanos y en pacientes con insuficiencia renal e insuficiencia hepática realizado en el Departamento de Farmacia Galénica de la Universidad de Salamanca. Transcurren unos meses y obtiene una plaza de Ayudante de Clases Prácticas, en noviembre de 1977, compatibilizándola con la beca que disfrutaba. El 1 de diciembre de 1980 defiende su Tesis Doctoral que lleva por título “Estudio biofarmacéutico y farmacocinético de una nueva cefalosporina oral: cefadroxil”, que recibe la máxima calificación y además obtiene el Premio Extraordinario de Doctorado y el Premio del Patronato de la Universidad de Salamanca. A comienzos del año 1981 participa en las últimas oposiciones que se celebran para acceder al cuerpo de Profesores Adjuntos y las supera. Mientras se genera una vacante, ocupa una plaza de Profesor Agregado Interino, hasta que toma posesión como Profesor Adjunto Numerario en la Universidad de Salamanca. Posteriormente, en septiembre de 1984, motivado por cambios legales, se transforma en una plaza de Profesor Titular de Universidad en el Área de Conocimiento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica. Durante aquellos años cultiva, en paralelo, actividades de representación y gestión, siendo elegido Representante en la Facultad de Farmacia de la Asociación de Profesores Titulares de la Universidad de Salamanca, y miembro, asimismo, de la primera Junta de Personal Docente e Investigador, al formar parte de la lista de la Confederación Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF). A partir de la obtención del Doctorado realiza varias estancias de investigación a través de diferentes becas concedidas por entidades españolas o en colaboración con organismos internacionales. Entre otras, se pueden citar las estancias en el Departamento de Fisiología y Farmacología Clínica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Lyon, en el Laboratorio de Farmacocinética Aplicada de la Universidad de California, en Los Ángeles, o en la Universidad de Florida, en Gainesville. También comienza a ser requerido a nivel internacional para participar en Congresos; así sucedió en el año 1986 cuando fue invitado a la III Reunión Latinoamericana de Ciencias Farmacéuticas, celebrada en Montevideo (Uruguay), donde impartió la conferencia que llevaba por título “Control adaptado en sistemas: aplicación en farmacocinética y en monitorización de medicamentos”. A raíz de este Congreso fue nombrado Coordinador de Farmacocinética Clínica de la Organización Farmacéutica Ibero-Latinoamericana (OFIL) entre 1987 y 1988. Aquí comienza su fecunda relación con nuestros hermanos de Iberoamérica. En 1988 participa en un concurso-oposición para proveer la Cátedra de Farmacia Galénica de la Universidad de Barcelona, a la que accede tomando posesión el 16 de 71 junio de 1988, con tan solo 32 años, convirtiéndose en el Catedrático más joven del Área de Conocimiento. Este mismo año se casa con Cecilia Fernández Lastra, actualmente Catedrática de Farmacia Clínica y Farmacoterapia, también en la Universidad de Barcelona, con quien viene compartiendo su trayectoria personal y profesional. En ambas esferas, las cualidades de la profesora Fernández Lastra son extraordinariamente encomiables por lo que han formado un magnífico equipo a todos los niveles. En su matrimonio han tenido tres hijos: Cecilia, Eduardo y Ana Gabriela. Con frecuencia afirma Eduardo que son de lo que se siente más satisfecho y contento, aunque a veces se lamenta por no haberles dedicado más tiempo de lo que ha hecho. A lo largo de su estancia en la Universidad de Barcelona, en la que sigue, el profesor Mariño ha participado y se ha implicado en importantes hitos que han supuesto importantes avances para la Farmacia española. Citaremos algunos de ellos a título de ejemplo. En el año 1990, es elegido Jefe de Estudios de la Facultad de Farmacia, momento en el que tuvo la oportunidad de participar desde aquella posición en los cambios de los planes de estudios. La Universidad de Barcelona fue la primera en aprobar los planes de estudio homologados de la Licenciatura en Farmacia, hecho que tuvo lugar en 1992. En estos planes figuró, por vez primera en España en el currículo farmacéutico, la Farmacia Clínica como asignatura troncal para ser impartida obligatoriamente a todos los alumnos. Posteriormente, se ha incluido esta disciplina en, prácticamente, todas las Universidades españolas. En el orden interno de su Universidad, con el objetivo de potenciar la formación más asistencial del estudiante, aunque sin dejar atrás la clásica industrial, el profesor Mariño impulsa la creación de la Unidad de Farmacia Clínica y Farmacoterapia, que queda oficialmente aprobada en el año 1995, coincidiendo con el 150 Aniversario de creación de la Facultad de Farmacia de Barcelona. Previamente había participado en el inicio y desarrollo de la asignatura de Prácticas Tuteladas. Por otra parte, desde el año 1999 impulsa la impartición, en modalidad a distancia, del Máster de Atención Farmacéutica Integral, del que es Director. Asimismo, durante el periodo 2000 - 2004 es nombrado Director del Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica, realizando las gestiones para que se autorice a la Universidad de Barcelona el poder impartir el Título Oficial de Especialista en Farmacia Industrial y Galénica, siendo ésta, junto con la de Navarra, las primeras en otorgar el citado Título a nivel nacional. Pero, además, el recipiendario ha dedicado una cantidad ingente de esfuerzos en 72 fomentar las relaciones internacionales, tanto a nivel europeo, como americano. Ha sido el promotor de los programas Erasmus de Pregrado de la Facultad de Farmacia de Barcelona y años después participa como único grupo español en el consorcio denominado Pharmamobility, entre universidades europeas y norteamericanas, que ha conducido a los acuerdos bilaterales con las Universidades de Florida, Texas y Michigan, por no citar su fecunda y abundante relación con Centro y Sudamérica, ya mencionada a lo largo de su intervención. Su investigación se centra en el campo del medicamento, abarcando las tres grandes áreas, preclínica, clínica y postcomercialización. No profundizaremos con detalle en su extensa aportación científica, aunque sí citaremos, como muestra de su calidad, que cuenta con cinco sexenios de investigación hasta diciembre de 2006, el máximo de los que puede obtener por su edad. Hace unos meses, en el año 2009, la Generalitat de Catalunya en convocatoria pública concede a su equipo la distinción de ser Grupo de Investigación reconocido en Cataluña, apareciendo así por primera vez en el mapa de investigación de Cataluña la palabra Farmacia. Además de los puestos que he citado, el Profesor Mariño ha desempeñado otros cargos relevantes tales como Vice-Decano Adjunto de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona (1995-98), Secretario General de la O.F.I.L. (1997 a 1998), Representante en España de la Sección Académica de Farmacia de la F.I.P. (1998), etc. Asimismo, ha sido Promotor, Patrón fundador y Vicepresidente de la Fundación Pharmaceutical Care España, Profesor Honorario de la Universidad Norbert Wiener, Lima (Perú, 2003), Huésped de Honor de la Facultad de Ciencias Médicas en la Universidad Nacional de La Plata (Argentina, 2008) y Miembro del Comité Científico de numerosos Congresos Nacionales e Internacionales. Es Diplomado en Sanidad (1977), Especialista en Farmacia Hospitalaria (1988), Especialista en Farmacia Industrial y Galénica (2000) y Especialista en Análisis y Control de Medicamentos y Drogas (2002). Pertenece como Académico correspondiente a la Real Academia Nacional de Farmacia (1993) y a la Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica de Argentina (2001). En su magistral intervención, el recipiendario ha resumido documentada y magistralmente una parte fundamental de la Historia de la Universidad Española y la Farmacia: los primeros planes de estudios universitarios de Farmacia, normativas europeas, los planes de estudio homologados de los años noventa, el inicio y desarrollo de la docencia de Farmacia Clínica y Farmacoterapia, y un largo etcétera de cuestiones sobre la formación de los futuros farmacéuticos. Compartimos con el Profesor Mariño sus pensamientos, opiniones e inquietudes. Esperemos, por el bien de nuestra amada Farmacia, que no nos alejemos nunca de la vertiente asistencial de la misma. 73 Profesor, amigo, has cruzado más de veinte veces el Océano Atlántico para ir a Centro y Sudamérica donde has impartido más de 100 conferencias en Congresos y Cursos de Especialización. Conoces bien el camino, por tanto. Estoy plenamente convencido de que serás un magnífico embajador de nuestra Academia. Sé bienvenido a esta Corporación. Recibe mi felicitación más efusiva, que hago también extensible a Cecilia, tu esposa, y a tus hijos Cecilia, Eduardo y Ana Gabriela. 74