Cancionero durangueño - Bibliotecas Virtuales de México

Transcripción

Cancionero durangueño - Bibliotecas Virtuales de México
Cancionero durangueño
Antonio Avitia Hernández
México, 2011
1
2
Prólogo
Con un enfoque incluyente, este Cancionero durangueño, contiene documentos de
la lírica ritual de las etnias primigenias de la entidad, alabanzas y canciones
religiosas de los mestizos e indígenas durangueños, romances tradicionales e
históricos de la época colonial, romances de la Guerra de Independencia.
Canciones y corridos decimonónicos, de los periodos: porfirista, revolucionario,
villista, de las rebeliones cristeras, de la segunda mitad del siglo XX, citadinos y
culteranos, entre los que hay ejemplos de diversa índole ideológica: liberales,
conservadores, comunistas, agraristas, cristeros, así como indígenas y priístas,
entre otros Con múltiples formas de composición que van desde las autóctonas
hasta el rock.
En todo el libro se puso énfasis en la ubicación histórica de las composiciones, en
la información en torno a evolución de las dotaciones instrumentales, los ritmos y
los contenedores para su conservación y difusión, así como en las formas de
interpretación que se utilizaron en los diversos momentos de la evolución histórica
de los cantos de los durangueños.
El resultado es una versión lírica de la Historia de Durango, que implica el
ordenamiento y la conservación de ese rico acervo cultural ritual, narrativo,
panorámico y sentimental de la creatividad de los ciudadanos de la entidad.
3
4
I.- Mitoteros y shamanes. Alabados, pasiones
pastorelas y romances
Ubicado en la región cultural conocida como Aridoamérica, el actual estado de
Durango, en la época prehispánica, estuvo habitado por diversos pueblos
nómadas y seminómadas, recolectores, cazadores agricultores como los
tarahumaras, laguneros, zacatecos, acaxees, xiximes, tepehuanes, coras,
huicholes y mexicaneros, entre otros, los que como la mayoría de las civilizaciones
del mundo tuvieron y tienen su propia producción de lírica ritual y narrativa.
Del terrible impacto que significó la conquista y las posteriores múltiples rebeliones
indígenas en contra del poder español, sobrevivieron, sobre todo en el extremo sur
del estado y de manera muy mermada, los pueblos: tepehuán, huichol, cora y
mexicanero.
En sus lenguas maternas, las etnias primigenias estatales han mantenido diversas
muestras de su lírica. En el caso de los tepehuanes destaca el importante ritual del
mitote que implica una preparación física y espiritual especial y que representa un
rasgo importante de su identidad. Por su parte, los shamanes huicholes en sus
rituales de medicina tradicional siguen interpretando un rico acervo de su propia
lírica.
Sobre los cantos de los huicholes, a finales del siglo XIX el antropólogo Carl
Lumholtz escribió:
No he oído nunca en una tribu primitiva canto mejor que el de los huicholes.
El tenaz caer de la lluvia, acompañado de frecuentes relámpagos, formaba
fantástico y sobrenatural acompañamiento al simpático son que me llegaba
entre la profunda oscuridad de la noche. Como voz emanada del país de las
hadas. Sonaba de diferente modo de cuanto semejante había oído entre los
indios mexicanos y en otras partes. (…) Un buen shamán, si dispone de
vigor, puede cantar noche tras noche nuevos versos durante quince días
cuando menos. Refieren en sus cantos cómo, en el principio de los tiempos,
5
crearon los dioses al mundo del caos y las tinieblas, cómo instituyeron las
costumbres de los huicholes y enseñaron al pueblo cuanto debía hacer para
agradarlos: a construir templos, cazar venados, ir en busca de la planta de
jiculí, cosechar el grano, hacer arcos y flechas y ejecutar ceremonias
rituales. No existen escritos ningunos que conserven estas tradiciones que
viven nada más en labios del pueblo, como herencia nacional, y pasan de
una a otra generación, conforme sucedía primitivamente con las sagas y
cantos populares de los antiguos hombres del norte.
1
En la imposición violenta de idioma, cultura, religión, dieta y organización social,
entre otros, que significó la conquista y la colonización por parte de los europeos.
Una de las estrategias más exitosas que los evangelizadores utilizaron para
divulgar el sistema de ideas de la Religión Católica, entre los indígenas
americanos fue mediante la traducción y representación constante, en lenguas
indígenas, del repertorio del teatro ritual de la Edad Media europea. Al momento
del montaje de las pasiones, pastorelas y milagros judeocristianos con actores y
lengua indígenas, los miembros de las órdenes evangelizadoras se quejaban de
que las voces de los indígenas no eran lo suficientemente graves como para
cantar
los
salmos,
letanías,
alabanzas,
jaculatorias
y
demás
cantos
correspondientes a la mitología y ritualística católicas.
En cada capilla de éstas suele haber ordinariamente quince o diez y seis
indios, que por lo menos son menester, así porque ellos tienen flacas voces
y no suenan si no es en alguna multitud, como también porque ellos suplen
el cantar y el tañer, y a esta causa tienen necesidad de descansar.
2
El sonido de las voces flacas de los indígenas mexicanos permaneció en las voces
de los mestizos, a pesar de la pretensión misionera del canto con voz gruesa,
explicándose en parle el porqué del agudo sonido actual del canto religioso
popular en el país, así como el de varias expresiones del repertorio lírico en el
folklore nacional. Por otra parte, de manera coincidente, los cantos de las
1
LUMHOLTZ, CARL. El México desconocido, Tomo II, México, Instituto Nacional Indigenista,
edición facsimilar, Colección Clásicos de la Antropología # 11, 1986, pp. 8 a 10
2
HORCASITAS, FERNANDO. El teatro náhuatl. Épocas Novohispana y Moderna, Primera parte,
México, UNAM, 1974, pp. 14.
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interpolaciones teatrales; los villancicos, alabados y otras formas de canto de
templo, están escritos en las métricas más usuales de la lírica y las coplas
populares.
El impacto del teatro misionero llegó a las zonas más apartadas de Aridoamérica,
como refiere Fernando Horcasitas "En la misión jesuita de Topia, Durango, los
tepehuanes realizaron representaciones dramáticas con motivo de la bendición de
la iglesia de un pueblo. Esto tuvo lugar en 1606 y vinieron indígenas de más de 30
leguas en contorno para presenciar las comedias.”
3
La introducción del teatro misionero en la Nueva España, nos indica el contacto
cultural que tuvo la poesía y el canto indígena con la poética y la música española.
Sin embargo, la producción de las representaciones de teatro misionero y de
piezas teatrales, líricas y musicales posteriores, ya no fue totalmente indígena ni
totalmente española, sino más bien resultó un producto sincrético que, en su
evolución, en lenguas indígenas decayó en la primera mitad del siglo XVII e inició
la interpretación de cantos de alabanza y representación de teatro ritual en lengua
española, por parte de archicofradías y comunidades, en diversos poblados de la
entidad, que todavía se siguen cantando y representando.
Otro importante elemento que influyó en las formas de composición e
interpretación de la lírica durangueña fue el romance, ese tipo de canción europea,
versificada y narrativa de gran diversidad temática, aunque preferentemente
histórica.
Durante la época colonial y hasta el año de 1823, la extensión del territorio de la
Nueva Vizcaya, con capital en la ciudad de Durango, con su diversas y
complicadas formas de gobierno colonial, como reinos, provincias e intendencias,
así como su gobierno eclesiástico, dividido en capillas, vicariatos, diócesis y
arquidiócesis, abarcó una gran extensión que terreno que incluía a los actuales
estados de: Durango, Sinaloa, Sonora, Chihuahua, parte del de Coahuila y
secciones del actual Texas y Nuevo México. Por lo anterior, en este primer
capítulo del Cancionero durangueño se incluye la Tragedia de la Misión de San
Sabá.
3
Ibíd., p.30.
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A mediados del siglo XIX, algunos intelectuales de la generación de los liberales,
como Guillermo Prieto, escribieron diversos romances en honor y conmemoración
de las hazañas y tragedias de los héroes de la Independencia. A la sazón,,
durante la primera fase de la guerra que nos dio Patria y Libertad, el Padre de la
Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla, fue aprehendido, juzgado, degradado y
ejecutado, en territorio que entonces era parte de la Intendencia de la Nueva
Vizcaya, de lo cual se deriva la decisión de incluir los romances referentes a la
prisión, juicio, degradación y fusilamiento del cura Hidalgo en este Cancionero
durangueño.
Como es del conocimiento común. El héroe independentista durangueño, general
Guadalupe Victoria, fue el primer presidente de México, por lo cual, como una
comprensible excepción, se incluyen en este cancionero dos romances referentes
a algunas hazañas del único durangueño que está sepultado en la Columna de la
Independencia, sin importar que las hazañas que narran los romances tuvieron
lugar fuera del territorio estatal.
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Entre la música y las danzas tradicionales de los pueblos indígenas; coras,
huicholes, tepehuanes y mexicaneros, que habitan el sur del estado de Durango,
se destaca la danza ritual de El mitote, llamada xiotal por los tepehuanes.
En la ancestral coreografía del mitote tepehuán, de gran significado religioso,
mitológico y cósmico, se disponen hombres y mujeres, llamados benditos, en
doble círculo, alrededor del fuego, avanzando en dirección opuesta a las
manecillas del reloj, en un baile repetitivo, monorrítmico y monocorde que se
prolonga durante toda la noche.
El instrumento musical con el que se acompaña a los mitoteros es el arco de
percusión o arco musical, que es, tal vez, el único instrumento musical
prehispánico de cuerda y que está hecho con una gran calabaza redonda, a la que
previamente se le han extraído las semillas y la fibra. La calabaza hace las veces
de caja de resonancia. Encima de la calabaza está colocado un arco de grandes
dimensiones, al que está atada una cuerda tensa. En ocasiones el arco se sujeta
amarrándolo sobre la calabaza y en otras se sostiene sobre la caja de resonancia,
presionando el pie en la parte media del arco. El grave, invariable y monótono
sonido del arco musical, parecido al que se produce al pellizcar la cuerda de un
violoncello, se obtiene golpeando la tensa cuerda del arco con dos palillos o
flechas. La música se complementa con la voz que, de cuando en cuando,
acompaña los repetitivos pasos de la danza.
Además del mitote, como corresponde a todas las civilizaciones del mundo, los
coras, huicholes, tepehuanes y mexicaneros tienen sus propios repertorios de
canciones tradicionales y lírica narrativa. Destaca especialmente el acervo de los
huicholes en su propio idioma, mientras que los tepehuanes y mexicaneros, en
algunos de sus cantos han optado por utilizar la dotación instrumental, las formas
de composición y el idioma español. La religiosidad sincrética y el culto del peyote
son temas recurrentes en las artes de la mayoría de los indígenas durangueños.
Por suponer que se trata de lo más cercano a los primeros cantos entonados en el
territorio de la entidad, se incluyen aquí algunos ejemplos de la lírica de los
pueblos primigenios que habitan el sur del estado de Durango.
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Última canción que se entona en la fiesta cuando aparece la estrella
de la mañana 4
(canción tepehuán)
So so da gui
U ki yi ru
Tu vá ni mi
(Hay) agua (o tesgüino)
en la casa,
Él baja (a nosotros)
Arco musical de percusión tepehuán. Tal vez el único instrumento
prehispánico de cuerda
4
LUMHOLTZ, CARL. El México desconocido, México, INI, Clásicos de la Antropología # 11, 1986,
p. 414. Ver también: GÁMIZ, EVERARDO. Monografía de la Nación Tepehuana que habita la
región sur del estado de Durango, México, Ediciones Gámiz, 1948, p.70. “Mitote tepehuán”, El cine
indigenista, 03, DVD Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, (D.). P.
México. Cía. Pr. Archivo Etnográfico Audiovisual del Instituto Nacional Indigenista, INI. Pr. Oscar
Magaña. D. y G. Rafael Montero García. Investigación. José Antonio Guzmán Bravo. Textos de:
Fernando Benítez y José Antonio Guzmán. Dirección en Locación. Gonzalo Martínez Ortega. F. en
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El venado y el peyote 5
(Canción huichol)
Anónimo
1.-Uguaritá temí enieni
2.-Uguaritá temí enieni
3.-Que hapou umetiyoane
4.-Uguaritá temí enieni
5.-Remucaté sani erieca
6.-Remucaté sani erieca
7.-1pau, ipau püré cuniuca
8.-Ne tehuatzi püré cuniuca
9.-Yu tecuta hre cuniuca
10.-Nemitá maní nemi cuebieca
11.- Nemitá maní nemi cuebieca
12.-Uguaritá neguá cuebieca
13.-Nemutama neu gua cuevieca
14.-Quetzú guatzua nayajausrruani
15.-Quetzú guatzua naye nesruani
16.-Uguaritá ne peí maimucü
17.- Uguaritá ne peí maimucü
18.-Uguaritá hrei enieca
19.-Uguaritá ne peí maimucü
20.-Mana cueri naye jausrime
21.-Yu tunuma neti quení
22.-Yu tunuma neti quení
23.-Yu teteima guaru juhahuetü
24.-Yu teteima guaru juhahuetü
25.-Yu tunuma güaraye reiya
26.-Yu tunuma güaraye reiya
27.-Yu matzima guaraye reiya
28.-Ugua tzipá temeiti guauni
29.-Ugua tzipá temeiti guauni
30.-Remucaté srua erieca
31.-Remucaté srua erieca
32.-Uguarit.a te peiti maní
33.-Hicüri hrúa te peiti maní
34.-Ena-Ena temú yeneni
35.-Macasrúa teni erieca
36.-Ena temuye neni mü
37.-Enaritá temuye neni mü
C. Henner Hofmann (como Henner Hofman). E. Ramón Aupart. Fo. 16 milímetros. I. Miembros de
la Etnia Tepehuán. Dur: 30‟. 2008.
5
PALAFOX VARGAS, MIGUEL. Los huicholes a través de sus danzas, Tepic, Nayarit, Editorial del
Magisterio, 1974, pp. 164 a 168.
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38.-Remuca srúa teni erieca
39.-Enaritá temuye neni mü
40.-Enaritá temuye neni mü
41.-Ari ari ucu kiecatü
42.-Mana cueri canalle neni
43.-Yu itarita cánalle neni
44.-Ena ena naye neni
45.-Tamatzica naye neni
46.-Eyeme kareuyumarie
47.--Guamatzica guareu tuicane
48.-Guamatzica guareu tuicane
49.-Yu mitama guareu tuicane
50.-Aisrü yuri tine yebeni
51.-Aisrü, aisrü tine yebeni
52.-Aisrü, aisrü sre pei enieca
53.-Icu, icu quieti kubekie
54.-Ena, ena temuye neni
55.-Ena, ella temuye neni
56.-Aisrü, aisrü temeiti guauni
57.-Tamatzica quiere kukieca
58.-Mana, mana tineyu guaune
59.-Mana, mana tineyu guaune
60.-Re illari tineyu guaune
61.-Re illari tineyu guaune
62.-lpáu, ipáu hreuyu juaguetü
63.-Tzipa reniuca remi maicu
64.-Ugua, ugua répica reiya
65.-Tzipa niuca remi maicumü
66.-Aisrüa repei ye reiya
67.- Aisrüa repei ye reiya
68.-Uyeya repeca reiyamü
69.-Kakaiteya hrecu jipite
70.-Hícuri-srüa te muye ne
71.-Ena, Ena te mu-ye ne
72.-Sre muca te srüa eriecam
73.-Aisrüa, aisrüa repei reiyani
74.-Quitzute kiere kuniucamü
75.-Quetzute kiere kuniucamü
76.-Tekutana re-yú eniétümü
77.-Yumatzica reye eniétümü
78.-Aizrüa, aiszrüa repeye reiyani
79.-Ena, Ena caniuye nécamü
80.-Rematzica aniuye nécamü
81.-Aizrüa caniuye nécamü
82.-Acu, acu kireku niúcamü
83.-Aisrüa, aisrüa repeye reiyani
84.-Ena, ena canacu haurrimene
12
85.-Ena, ena canacu haurrimene
86.-Kietzu hapau heuyu eriécame
87.-Kietzu hapau heuyu eriécame
88.-Muyetá hapau cahé anécamu
89.-Muyá hapau hreyu guaunemü
90.-Aisrüa guahepa múreyu tütuhué
91.-Guateteata mureyu tütuhué
92.-Guamatzica muyu tütuhué
93.-Guatetëata mureyu tütuhué
94.-Mugua kueri mené kuniukani
95.-Künükite mené kuniukane
96.-Aisrüa, aisrüa kaniuti auzrime
97.-Tamuayari kaniúti nenimü
98.-1pau, Ipau meté kuniukamü
99.-Künükile mete kuniuka
100.-Ipau, Ipau meté ícu hihuihua
101.-lpau, Ipau melé ícu hihuihua
102.-Mana pemanu kahue
103.-Kuka igua pemana kaguemü
l04.-Mana, mana kaneuti huzrime
105.-Tamuayari kaneuti hauzrime
106.-1pau, ipau müre kuniuca
107.-Kuka igua müreku niuca
108-Kietzü kuatzi kiena timieni
109.-Nematzica kiena timienimü
110.-Ipau, mane kueviékamü
111.-Kuka igua mürei-kühuabe
112.-Ipau, ipau müreiju eiyamü
113.-Matzikaya müreiku eiyamü
114.-Kietzü kuatzi matzi haka unieka:
115.-Kietzü rüari nekatíú tiyáni
116.-Ipau müreiju eiyamü
117.-Ipau, ipau müreicku hüabe
118.-Tizrrau ahetëa kaniuti kenímü
119.-Aberimieme kaniuti nenimü
120.-Yutunuma ureyeica tümü
121.-Kuaimurrare müregua ye neika
122.-Tecutana muregua ye neica
123.-Mana, kueri muraye nakirrüa
124.-Mana, kueri muraye nakirrüa
125.-Mana cutá nematzica münüá
126.-Kuzrrumuari kaneyé neikane
127.-Nematzica caneca be ni
128.-Múpau, müpau katineitá hüabé
129.-Mana, mana müreu ti haurime
130.-Heberigua müré ye niujamü
131.-Mana kueri müreu ti haurrime
13
132.-Ipau, ipau müreita ükitüa
133.-Kukutzita pere cu kiékaté
134.-ützitá perecu kiekaté
135.-ützimüri pemeká kenímü
136.-Ipau, ipau pemé anenimü
137.-Ugua cutá nepeyé kenímü
138.-Ugua cutä nepeyé kenímü
139.-Ipau, ipau neri reiyatëmü
140.-Heigua mieme neme kuniuzra
141.-Heigua mieme neme kuniuzra
142.-Ugua, ugua nepeyé keni
143.-Ugua, ugua nepeyé kení
144.-Neatümari nepeye keni
140.-Nemahuari kaney ye kení
146.-Nemahuari kane ye kení
147.-Yacü recate erieka
148.-Ipau, ipau kani aneni
149.-Ipau, ipau kaní aneni
150.-Reigua niuka neme kuniuzrüa
151.-Neteteima kate erieka
152.-Ugua curé nepeyebeni (ne pe ye bene)
153.-Neitarita ne pe ye bene
154.-Ugua, ugua ne pe ye bene
155.-Tzirikita umauta nüarrime
156.-Nematzica umauta nüarrime
157.-Remüka rüa teni erieca
El venado y el peyote 6
(Canción huichol traducción)
Anónimo
1.-Ahora aquí vamos a oírlo
2.-Ahora aquí vamos a oírlo
3.--A ver que dice aquí
4.-Aquí vamos a oírlo
5.-Para que no le tengan aversión
6.-Para que no crean ustedes
7.-Así, así está hablando mi bisabuelo
8.-Mi abuelo me lo está diciendo
6
Ibíd., pp. 168 a 172.
14
9.- -En la boca está diciendo
10.-Me están esperando mis hermanos
11,-Mis hermanos me están esperando
12.-Aquí los voy a estar esperando
13.-Voy a esperar a mis hermanos más chicos
14.-El pescado viene nadando hacia ellos
15.-Que de ellos salió. Los pescados salieron con ellos
16.--Ahora aquí quiero saber
17.-Ahora aquí quiero saber
18.-Ahora aquí esténlo oyendo
19.-Aquí voy a estar oyéndolo
20.-Allí viene nadando de paso
21-El se puso de rodillas
22.-El se puso de rodillas
23.-Hablándole él a su madre
24.-Hablándole él a su madre
25.-Los estaba viendo de rodillas
26.-Los estaba viendo de rodillas
27.-A sus hermanos mayores les tiene fe
28.-Ahora aquí vamos a buscarlo
29.-Ahora aquí vamos a buscarlo
30.-Para que crean que no es mentira
31.-Para que crean que no es mentira
32.-Ahora aquí vamos a saber
33.-Ahora sí vamos a saber
34.-Aquí, aquí vamos a salir
35.-Quiero que crean todo
36.-Aquí vamos a salir
37.-Ahora aquí vamos a salir
38.-Para que crean que no es mentira
39.-Aquí vamos a salir
40.-Aquí vamos a salir
41.-Ya ahora sí, ya ahora sí él está parándose
42.-Allí fue donde salió
43.-En su lecho donde salió
44.-Aquí, aquí es donde salió
45.-EI hermano mayor salió
46.-De veras que no se piensa
47.-EI hermano mayor los está empujando
48.-El hermano mayor los está empujando
49.-Su hermana menor anda empujando
50.-EI bien está allí parado
51--Bien, bien está parado
52.-Bien, bien, esténlo oyendo
53.-Este, éste, como está desalándose
54.-Aquí, aquí vamos a salir
55.-Aquí, aquí vamos a salir
15
56.-Bien, bien, vamos a buscarlo
57.-Nuestro hermano mayor donde se para
58.-Allí, allí se anda buscando
59.-Allí, allí se anda buscando
60.-Se anda buscando el corazón
61--Se anda buscando el corazón
62.-Así, así, él se pensaba
63.--A ver, ustedes quieren saber
64.-Acá, acá lo van a hallar
65.-A ver, ustedes quieten saber
66.-Bien, ustedes lo están volviendo a ver
67.--Bien, ustedes lo están viendo
68.-EI camino lo van a hallar
69.-Los huaraches se están viendo
70.-Ahora sí, aquí salimos
7l.-Aquí fuimos a salir
72. -Para que crean que no es mentira
73.-Bien, bien; ustedes tengan fe en él
74.-Los pecados que están diciendo
75.-Los pecados que están diciendo
76.-En la boca los está oyendo
77.-EI hermano mayor los está oyendo
78.-Bien, bien, tengan fe en él
79.-Aquí aquí va saliendo
80.-El hermano mayor aquí salió
81.-Bien; aquí salió
82.-A ver, a ver que dice él
83.-Bien, bien, tenga fe en él
84.-Aquí, aquí se fue nadando
85.-Aquí, aquí pasó de paso
86.-Su pescado sentía cuando pasó
87.-Su pescado sentía cuando pasó
88.-Ahora él se anda buscando
89.-Ahora él se anda buscando
90.-Bien, para con ellos se quiere aventar
91.-Desde abajo se quiere aventar
92.-EI hermano mayor se quiere aventar
93.-Desde abajo se quiere aventar
94.-A ni ahora están hablando
95.-Kununkite está hablando
96.-Bien, bien; ahí va nadando
97.-La espiga fue a salir
98.-Así, así están hablando
99.-Kununkite está hablando
100.-Así lo están gritando
101.-Así, así lo están gritando
l02.-Allí donde está parado
16
l03.-Collar ganador, donde estás, allí quiero estar
I04.-Allí allí se fue nadando
105.-Nuestra espiga se fue de paso
l06.-Así, así estás hablando
I07.-EI collar ganador está diciendo
108-Pescado, quiero que vengas
l09.-Mi hermano mayor véngase acá
110.-AsÍ le dijo: Allí te vaya esperar
111.-Collar ganador, le dijo
112.-Así, así le contestó él
113.-El hermano mayor le contestó
114.-El pescado me tenía contrariado
115.-Yo creo que no vaya poder ir
1I6.-Así, así le contestó
1l7.-Así, así le está diciendo
118.-Allí está parado debajo de ti
119.-Con mucho trabajo subió hasta allá
120.-De rodillas se fue allá
121.-Espuma le estaba saliendo
122.-En la roca le estaba saliendo
123.-Allí fue donde lo encontró
124.-Allí fue donde lo encontró
125.-Mi hermano mayor hasta allí llegó
126.-Donde hay barañas salió él
127.-Mi hermano allí está
128.--Así, así le dijo
129.-Allí, allí se fue nadando
] 30.-Apenitas está hablando
131.-Allí se fue nadando
132.-Así, así él le encargó
133.-Que se pusiera en el monte
134,-En el monte puede estar
] 35.-En el monte te vas a quedar
136.-Así, así te vas a hacer
137.-Aquí vaya quedarme yo
138.-Aquí voy a quedarme yo
139.-Así, así me quedo viendo
140.-Una vez fui a hablar
141.-Una vez fui a hablar
142.-Aquí, aquí me voy a quedar
143.-Aquí, aquí me vaya quedar
144.-Mi agua de masa vaya poner
145.-Mi agua de masa voy a poner
146.-No crean que es mentira
147.-Así, así es
148.-Así, así quedó allí
149.-Les fui a hablar una vez
17
150.-No crea mi madre que es mentira
151.-Aquí me voy a quedar parado
152.-Voy a quedarme en mi lecho
153.-Aquí, aquí me voy ti quedar
154.-Tziriquita se fue desdibujándose
155.-No crean que es mentira mi Dios
156.-Mi hermano mayor se fue desdibujando
157.-Para que no crean que es mentira
Los tambores de los dioses. Pieza de arte huichol
18
Eihuatzirra 7
(Canción huichol)
Anónimo
1.-Mana kuerí mümü
2.-Ne kakauma nekü ubeni
3.-Ne tutzima nekú ubeni
4.-Haramara nekú ubeni
5.-Mugua kuerí nekú ubeni
6.-Yunaimime guare réyate
7.-Pariyatzié jauta nieretë
8.-Yu nierika pecú yuitügua
9.-Pari tauta peicú yuitügua
10.-Tûtú tzârí nekú ubeni
11.-Künükieri nekú ubeni
12.-Künükieri nekú ubeni
13.-Paritzite nekú ubeni
14.-Rapabiye nekú ubeni
15.-Mana kuerí repei enieka
16.-Yu netzika repé enieka
17.-Yu netzika repé enieka
18.-Kamu kuerí necú ubeni
19.-Rejetüamü nekú ubeni
20.-Rejetüamü nekú uheni
21.-Ya utaitë karanu mieka
22.-Guanunuri karanu mieka
23.-Tzakaimuka naye niereni
24.-Haramara nati ukarrüa
25.-Ya utaitë kananu mieni
26.-Yu naimime gua enieté
27.-Yu naimime gua enieté
28.-Mana kuerí kaputí utaine
29.-1paü utaité kananu mieni
30.-Mana kuerí penu biyani
31.-Ne kakauma teni erieka
32.-Aicutzieya manu bîyani
33.-Ne kakauma repei enieka
34.-Re matzika repú enieka
35.-Müpau kueri püti benini
36.-Ipau, ipau kané táyüni
7
Ibíd., pp. 185 a 188.
19
37.-Hakierite nepé benini
38.-Hakierite nepé benini
39.-Ya utaitë kaná numiemi
40.-Ikü, ikü ya mutaine
41.-Ne rûcuri ya mutíniurrime
42.-Re üru ya müré niurrime
43.-Ya aneme püré ratüani
44.-Ya aneme püyë benani
45.-Ena, ena peka enieni
46.-Ipau, ipau kané taineni
47.-Ipau kaniú taineni
48.-Re hisrrüapa nenanu mieni
49.-Mana kuerí kananu mieni
50.-Mana kuerí hreika enieka
51.-Karimuka neku maneni
52.-Ne kakauma neku maneni
53.-Nâitzarie nenanu mieni
54.-Ipau, ipau utaité kananu mieni
55.-Mana kuerí meiku enigua
56.-Ya utaitë manuti beke
57.-Ipau utaitë panuti beke
58.-Remuka rüa ten¡ erieka
59.-Mana kuerí neku ubeni
60.-Ne kakauma neku ubeni
61.-Ya reutiyuata remücu mane
62.-Haramara pânati ube
63.-Tzakaimuta hreye manetü
64.-Reme, reme reniú jaguabe
65.-Ena, ena repénu bená
66.-Mana kuerí ketiú yurarrü
67.-Mana, mana remenu bimarrë
68.-Re rukuri remanu bimarrë
69.-Re iguátzirra panuka ürisrrü
70.-Tükiyâtë panuti benisrrüa
71.-Haramara mati nierizrrü
72.-Ya aneme paye bimani
73.-Remukarrüa teni erieka
74.-Matzi reiküa nekü ubeni
75.-Mana kuerí cananu mieni
76.-Yunai mime guareu re urietë
77.-Yu teteima guareu re urietë
78.-Yu utata neye bierene
79.-Gua matzika neye bierene
80.-Ne tehuatzi neye bierene
81.-Mana kuerí nekú ubeni
82.-lpau ne téyuni
83.-Mana kuerí nekú ubeni
20
84.-Re rukuri kietiú nu iguarra
85.-Mana kuerí neye maneni
86.-Ena repei reiyani
87.-Ipau, ipau neptíkuniutü
88.-Mana kuerí nenau mieni
89.- Ya utaité neutá niereni
90.-Gua utata neutá niereni
91.-Mana kuerí ligua reurietë
92.-Guahisrriüata neutá niereni
93.-Gua matzika kaputiú taine
94.-Gua matzica neutá âguani
95.-TTûtutzâri nêku ubeni
96.-Ya annetë nêku maneni
97.-Mana kuerí nenu bîyani
98.-Remukarrüa teni erieka
99.-Mana kuerí nenanu mieni
100.-Mana kuerí neká maneni
101.-Mana kuerí neká maneni
102.-Mana kuerí neká maneni
103.-Ugua, ugua kieré benini
l04.-Nekaríkü neniü taineni
105.-Ya utaitë kananu mieni
l06.-Gua matzika kananu mieni
107.-Mugua kuerí hautá nieretë
Eihuatzirra 8
(La última fiesta. Canción huichol)
Anónimo
l.-Así va a ser aquí
2.-Mis dioses se están poniendo
3.-Mis abuelos se están poniendo
4.-El mar se está poniendo
5.-Allí es donde se están poniendo
6.-Viéndoles a todos
7.-Para la tierra del peyote están viendo
8.-Su mirada están moviendo
9.-En medio de la tierra del peyote la están moviendo
10.-Ramos de flores se están poniendo
11.-Flores del viento se están poniendo
8
Ibíd., pp. 188 a 191.
21
12.-Flores del viento se están poniendo
13.-Todos los que son de la tierra del peyote se están
poniendo
14.-Rapavineme se está poniendo (Rapa, chalate; villeme,
llovedor)
I5.-Ahora sí lo vamos a oír
16.-Su vista van oír (nierica es vista, mirada, imagen, aspecto)
17.-Su vista van a oír (y el sentido es: lo que yo vea, les voy a
describir)
18.-Ahora sí ellos se están poniendo
19.-Abajo de ustedes se están poniendo
20.-Abajo de ustedes se están poniendo
2L-Así diciendo entre ellos, van pasando
22.-Su hijo menor va pasando
23.-Tzacaimuta está viendo para acá
24.-EI mar está parado
25.-Así diciendo va pasando
26.-EI hermano mayor va pasando
27.-Oyéndoles a todos
28.-Allí es donde se oye
29.-Así diciendo va pasando
30.-Allí esténlo agarrando
31.-Para que crean mis dioses
32.-Su tecomate esténlo agarrando
33.-Mis dioses esténlo oyendo
34.-Su hermano mayor óigalo
35.-Así ahora 61 se liberó
36.-Así, así dijo
37.-Que los ángeles (niños) estén salvados
38.-Que los ángeles estén salvados
39.-Así diciendo va pasando
40.-Este, éste así dice
41.-Mi jícara así va diciendo
42.-Su flecha así va diciendo
43.-Así les va a decir
44.-Así les va a contar
45-Aquí lo van a oír
46.-Así, así va diciendo
47.-Así está diciendo
48.-En medio de ustedes voy
49.-Así, así está diciendo
50.-Ahora él allí lo está oyendo
51.-Carimuca se está encajando
52.-Mis dioses se están poniendo
53.-En todas partes voy pasando
54.-Así, así diciendo va pasando
55.-Ahora él allí los está oyendo
22
56.-Así diciendo se está desprendiendo
57.-Así diciendo se está desprendiendo
58-Para que no crean que es mentira
59.-Allí se están poniendo
60.-Mis dioses se están poniendo
61.-Así diciendo están puestos
62.-EI mar se está elevando
63.-Zacaimuta allí está puesto
64.-Ustedes, ustedes pueden
65.-Aquí aquí lo van a librar
66.-Allí ahora como creció
67.-Allí, allí lo recogieron
68.-Su jícara recogieron
69.-Su eihúatzirra se van pasando
70.-EI aroma fue subiendo
7l.-EI mar se fijó para acá
72.-Así lo están sosteniendo
73;-Para que no crean que es mentira
74.-Ahora ellos se están poniendo
75.-Allí él ahora va pasando
76.-Reuniéndolos a todos
77.-Reuniendo a sus antepasados
78.-Así diciendo ancla él
79.-El hermano mayor allí anda
80.-Mi abuelo el fuego allí anda
8l.-Allí ahora se están poniendo
82.-Así dijo él
83.-Ahora allí se están poniendo ellos
84.-Su jícara cómo nació
85.-Allí están ellas
86.-Aquí estén los viendo
87.-Así, as¡ diciendo
88.-Allí van pasando
89.-Así diciendo está mirando para arriba
90.-A su izquierda está mirando
9l.-Allí él los ve
92.-En medio de ellos está viendo
93.-El hermano mayor apunta para acá con sus cuernos
94.-Ramos de flores se están poniendo
95.-Ramos de flores se están poniendo
96.-Así están puestos ellos
97.-Allí ahora ellos lo están sosteniendo
98.-Para que vean que no es mentira
99.-Allí ahora voy pasando
100.-Allí están puestos ellos
101.-Allí están puestos ellos
l02.-Acá, acá se va a librar
23
103.-Acá él como se va a librar
l04.-Yo aquí estoy diciendo
105.-Así diciendo él va pasando
l06.-El hermano mayor va pasando
107.-Para allá está mirando.
Shamán huichol en ceremonia
24
Tu tu irumari 9
(Flor engañosa)
Anónimo
l. Tutú irumari, tutú irumari
2. Vea necayeicani, ü necayeicani
3. Arí muyu naucuí, arí muyu naucuí.
4. Katiyu reiyaniüa Tzikatiyu reiyanüa.
5. Une necaveicaní jüri guarie murreiciüa
6. Necatí maigüetü, necatine maigüetü,
7. Arí cutá tauana ne kaniyé tabeka
8. Jüri muye ugua ne kaniye tabeka.
Tu tu irumari 10
(Flor engañosa. Traducción)
Anónimo
1. Flor engañosa, flor engañosa
2. Aquí ando, aquí ando
3. Ya. nos perdimos, ya nos perdimos
4. No te dejas ver, no te dejas ver
5. Aquí ando yo en la vuelta, del cerro
6. Sin poderte conocer y sin. poderme conocer
7. Ya ando borracho dentro de ellas (las flores)
8. Donde caminan los cerros, yo ando borracho.
9
Ibíd., p. 33.
Ibídem.
10
25
Con los sonidos del canto indígena primigenio de las diversas etnias de la entidad
y con la estructura poética de la lírica medieval europea, difundida, recreada y
reproducida por las diversas órdenes evangelizadoras de la Colonia: jesuitas,
agustinos y franciscanos, entre otros, las alabanzas tradicionales son parte del
folklore ritual sincrético del estado. Algunas archicofradías y conjuntos corales
tradicionales conservan y reproducen, año con año, los cantos de alabanzas, de
pasión y pastorelas, de las series de Semana Santa y de Navidad.
Siguiendo la tradición de las cofradías andaluzas, en el templo de San Agustín de
la ciudad de Durango, reside la Hermandad de Jesús Nazareno, conocida, por el
color de su indumentaria como Los morados,11 que rinde culto a una imagen de
Jesús Nazareno, llevada a Durango desde Sevilla, España en el año de 1673.
Las hermandades de nazarenos se encuentran extendidas por diversos puntos de
la entidad, desde la ciudad de Nombre de Dios, donde se localiza la más antigua,
fundada en 1670, hasta San José del Tizonazo, establecida en 1922, y que es la
de más reciente creación.
12
Alabanza de Semana Santa 13
Anónimo
Gracias te doy Padre mío,
gracias para dar el fin
y que ¡Viva Cristo Rey!
que está allá en San Agustín
Gracias te doy Padre mío.
gracias te doy Padre amado
11
También se les conoce como Los hermanos de San Agustín o Los hermanos de la cuerda,
porque usan una cuerda atada en la cintura de su túnica morada
12
REYES VALDEZ. JOSÉ ANTONIO. “Devociones y fiestas de la ciudad”, en: VILLA GUERRERO,
GUADALUPE Y FRANCISCO DURÁN (Coord.) Durango. Tierra de retos, Tomo II, Construyendo el
futuro, México, Milenio / La Opinión / Multimedios /Gobierno del Estado de Durango / Gobierno
Municipal de Durango 2007-2010 / PEÑOLES / ¡Vamos! Gómez Palacio / LXIV Legislatura del
Estado de Durango 2007-2010, 2009, pp. 57 a 58.
13
Cantantes Tepehuanes de San Bernardino de Milpillas Chico, municipio de Pueblo Nuevo,
Durango, cinta magnetofónica del acervo del Fondo de Grabaciones Sonoras de la Escuela
Nacional de Antropología e Historia, ENAH, grabó Juan Gamiño y J. L. Moctezuma el 9 de abril de
1986.
26
y que ¡Viva Cristo Rey!
y Jesús Sacramentado.
Gracias te doy Padre mío,
me despido en este verso
y que ¡Viva Cristo Rey!
Rey de todo el Universo.
Gracias…
Gracias te doy Padre mío.
gracias te doy Padre amado
y que ¡Viva Cristo Rey!
y Jesús Sacramentado.
Gracias…
Jesús el Nazareno
de mi vida tierno amor,
haz que pueda yo ser bueno,
haz que viva con temor.
27
Mañanitas a Nuestro Padre Jesús
14
Anónimo
Qué bonitas mañanitas,
cantaremos con placer,
a nuestro padre Jesús,
al tiempo de amanecer.
Ya viene alboreando el día:
ya comienza a esclarecer.
Padre Jesús Nazareno,
bendito sea tu poder,
Los pajarillos cantando,
sacudiendo sus alitas,
le entonan sus gorjeos,
sus alegres mañanitas.
Toditos sus visitantes,
vienen con mucho placer,
a cantar las mañanitas,
al tiempo de amanecer,
Desde muy lejanas tierras,
aquí le vienen a ver,
a cantar las mañanitas,
al tiempo de amanecer.
Familias una por una,
llegan con mucho placer,
a cantar las mañanitas,
al tiempo de amanecer,
Ya el primer viernes llegó,
ya comienza a esclarecer,
abre Señor, tus ojitos,
para que me puedas ver.
Aquí están tus mañanitas,
Padre de mi corazón,
recíbelas, Padre mío,
échanos tu bendición.
He venido esta ocasión,
a can tal' tus mañanitas,
recíbelas, Padre mío,
con tus sagradas manitas.
Eres un bello clavel,
del jardín más regalado.
Muy buenos días, Padre mío,
14
VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo I, México, Ediciones
Botas, 1940, pp. 50 a 53.
28
¡Oh!, Señor Sacramentado.
Qué bonitas mañanitas,
qué gusto y qué regocijo,
gloria al Padre, gloria al Hijo.
También tú, Espíritu Santo.
Viva Jesús Nazareno,
entonan en alta voz,
al tiempo de amanecer.
Bendito sea tu poder.
Ya viene rayando el Sol
resplandor sobre dorado,
saludándole al Señor,
de Nazareno nombrado.
De gusto y regocijo,
hoy le canta el ruiseñor,
y dice con regocijo:
“Buenos días, hermosa flor”.
El jilguero presuroso,
su canto va resonando.
al Señor de Nazareno,
su santo nombre alabando.
Padre Jesús Nazareno,
de los cielos alegría,
qué bonitas mañanitas,
ya viene alboreando el día.
Ya comienza a esclarecer,
ya cantan los pajaritos,
saludemos al Señor,
te alaban con su piquito.
Canarios y gorrioncitos,
vienen con mucha alegría,
a saludar al Señor,
a su santo romerío.
Ya vine, Padre amoroso,
porque me diste licencia,
de cantar tus mañanitas
en tu divina presencia.
Se me hizo mucha la ausencia,
un año que no te veía,
pero me diste licencia,
de estar en tu compañía.
Qué felicidad la mía,
de volverte a visitar,
en tu santuario dichoso,
tus mañanitas cantar.
Los ángeles en el cielo,
con regocijo y contento,
29
te rinden adoración
y rendido nombramiento.
Abre señor tus ojitos,
ya el primer viernes llegó,
que éstas son tus mañanitas,
mira que ya amaneció.
Los ángeles te saludan
en columnas con placer,
dándote mil parabienes,
al tiempo de amanecer.
Eres frondoso alelíe,
del jardín más escogido,
muy buenos días Padre mío,
Santo cielo aparecido.
De flores muy exquisitas.
sólo quisiera adornarte,
y darte rendidas gradas,
al tiempo de amanecer.
Qué bonitas mañanitas,
cantaremos con placer,
a nuestro Padre Jesús,
al tiempo de amanecer.
30
El alabado 15
Anónimo
Pues padeciste,
por amor nuestro.
Jesús bendito,
sed mi remedio.
Cuando su padre,
lo vio en el huerto,
la sacra sangre,
regando el suelo,
sangrientos lobos,
le llevan preso,
y a Anás presentan
aquel cordero.
Cruel bofetada,
da un hombre fiero,
con que lastima
su rostro bello.
En dura cárcel,
¡Ay! Dios eterno,
sufres humilde,
crueles tormentos.
Túnica blanca,
Herodes terco,
a Jesús viste,
cual hombre necio.
A una columna,
atado a tiento,
lleno de llagas,
su santo cuerpo.
De agudos juncos,
corona han hecho,
y de vil caña
le dan el cetro.
Ecce Horno, dice,
el Juez al pueblo,
mas éste pide,
que muera luego.
Pilatos firma,
contra mi dueño,
que muera infame,
en un madero .
15
Ibíd., pp. 53 a 57
31
Ya. la cruz carga,
mi Nazareno,
¡Ay! Que mis culpas,
son aquel peso.
Tres veces postra
el duro leño,
en tierra el hijo,
del Padre Eterno.
Su amante madre,
lo encuentra tierno
y queda herido
de ambos el pecho.
Mujer piadosa,
le ofrece un lienzo,
y el rostro santo,
recibe en premio .
A los que lloran,
por sus tormentos,
que lloren manda
por sí y sus deudos.
Con crueles clavos,
en tronco acervo,
clavan verdugos,
al rey del cielo.
De la cruz así,
cátedra da el Verbo,
dando doctrina
al Universo.
En la primera,
Ruega por esos,
que te atormentan
con raro ejemplo.
La gloria ofrece,
a un ladrón recto,
y en confesarle
a Juan, su primo
Luego encomienda.
de amores llenos,
a Juan su madre,
desde aquel tiempo.
Desamparado,
de Dios Inmenso,
se queja triste,
de sentimiento.
Siguen sus penas,
y ya sediento,
dice que se halla,
32
de más tormento.
Que está acabando,
clama el misterio,
de redimirnos
que era su intento.
En santas manos,
del Padre Eterno,
entrega su alma,
el último aliento.
Templo y convento de San Agustín en la ciudad de Durango, a principios del
siglo XIX
33
A nuestro Padre Jesús Nazareno 16
Anónimo
Jesús Nazareno,
estrella brillante,
válganos tu cruz,
tu cuerpo y tu sangre.
Válganos Jesús,
tu sacro misterio,
tu vida y pasión,
Jesús Nazareno.
Eres relicario,
de ornamente lleno,
eres fuerte escudo,
y en tí fe tenemos.
Venid, adoremos.
la sagrada imagen
de Jesús Nazareno.
que es nuestro consuelo,
El es nuestro amparo.
bálsamo al enfermo,
que cura las almas,
y alivia los cuerpos.
Sana los tullidos,
da vista a los ciegos.
es pues, poderoso
y de bondad lleno.
Mi amado Jesús,
hijo de María,
duélete, señor,
del que en ti confía.
¡Oh! Señor del cielo,
por tu sacra Imagen,
humildes pedimos,
nos mandes consuelo.
Clavadas al cielo
tus sienes divinas,
con barras de juncos
y agudas espinas.
Por tus cinco llagas,
mi amado señor,
perdón te pedimos,
llenos de dolor,
Adiós, Padre mío,
16
Ibíd., pp. 57 a 59.
34
adiós, mi alimento,
en tu sangre pura,
encuentro sustento,
Jesús Nazareno,
estrella brillante,
válganos tu cruz,
tu cuerpo y tu sangre.
35
Versos de pastorela 17
(canto cardenche)
Anónimo
Huélguense los pajarillos
para el portal de Belem.
Huélguense de ver al niño
y acabado de nacer.
Cante alegre la calandria
y también el gorrioncito.
Y el pavo con su hermosura
y el halcón con ligereza.
Águila se halla presente,
de ver tan magra belleza.
Gritaba una pastorcita
y afanando con empeño.
Haciendo una camisita
pa' Jesús mi dulce dueño.
Anda y Gila sin tardanza.
ven pónle su camisita.
Voluntá y amor mesurar.
y a arrullarle en su cunita.
17
VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, México,
Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978, Cantada por Eduardo Elizalde, Pablo García Antúnez y Juan
Sánchez Ponce.
36
De acuerdo con la tradición, a principios del siglo XVIII, un Jueves Santo, cuando
una imagen de Jesucristo crucificado era llevada en procesión por las calles del
entonces Real de Minas de Santiago de Mapimí, los feligreses, en su mayoría
criollos, fueron atacados por los indios cocoyomes y tobosos, y en la acción casi
trescientos mapimienses criollos y mestizos encontraron la muerte.
Durante la refriega algunos de ellos, cargando al Cristo, llamado ya El Señor de
Mapimí, huyeron con rumbo a la Comarca Lagunera, con la intención de llegar a
Santa María de las Parras. En su intento por salvar la imagen, los cansados
feligreses llegaron a la Sierra de Jimulco y allí decidieron ocultar la escultura al pie
de un viejo y grande mezquite, la taparon con ramas y se regresaron al pueblo de
Mapimí.
Se cuenta que la imagen fue encontrada por unos soldados de escolta, quienes la
trasladaron a la Parroquia del Real de San Antonio de Cuencamé, lugar
considerado más cercano y seguro, toda vez que el templo de Santiago de Mapimi
había quedado destruido. La tradición agrega que, cuando se intentó llevar la
imagen de la Parroquia de Cuencamé hacia Mapimí, ante los reclamos de los
habitantes de Mapimí, en una carreta tirada de mulas, no pudieron, por más fuerza
que hicieron las bestias y las personas para mover la carreta. Entonces, los de
Santiago de Mapimí prometieron construirle un templo y los de Cuencamé
regresar la imagen cuando le fuera terminado el templo que, hasta el día de hoy
no se ha edificado, por lo tanto, la imagen fue instalada en Cuencamé, a partir del
6 de agosto de 1715, en calidad de custodia. A grandes rasgos este es el relato
del por qué El Señor de Mapimí, que según la feligresía es muy milagroso, está en
el templo de Cuencamé.
18
Despedida del Señor de Mapimí 19
18
MORAL GONZÁLEZ, PAULINA DEL. Peregrinación y culto al Señor de Mapimí. Ritualidad y
región en el Cañón de Jimulco, Chihuahua, Chih., Tesis de Maestría en Antropología Social, por la
Escuela Nacional de Antropología e Historia. Unidad Chihuahua / Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores en Antropología Social, 2006.
19
Ibíd., pp. 59 a 60.
37
Anónimo
Adiós, Señor de mi vida,
adiós, mi prenda querida,
adiós cura venturoso,
adiós, función tan lucida.
Adiós, Señor de los cielos,
¡Ay! momento triste alarde,
prenda, la más estimada,
de la más dichosa madre.
Ya me despido llorando,
adiós hasta el venidero,
adiós, mi prenda querida,
que estás en este madero.
Adiós, santo romerío,
adiós, cirio consagrado,
adiós, mi Padre amoroso,
de todos seas alabado,
Adiós templo, adiós altar,
adiós, veleta encumbrada,
adiós, campanita, adiós;
adiós coro, adiós portal.
Adiós pila consagrada,
adiós santo bautisterio,
adiós tu colateral,
adiós, adiós cementerio.
Tu bendición esperamos
de tus manos consagradas,
Santo Cristo aparecido,
ya estoy presto en mi jornada.
Adiós Padrecito y Madre,
ya vi tu rostro de nuevo,
el visitante se va,
a volver de donde vino.
Ya se van tus visitantes,
de pueblos, ranchos y villas.
diciéndote, adiós, Señor,
ya vimos tus maravillas.
Ya se van tus peregrinos,
adiós, mi Padre querido,
se van de tu compañía,
con el corazón herido.
Se van de buena salud,
de Topia y de Culiacán,
de Durango y de Santiago,
del puerto de Mazatlán.
Ya se van del Cerro Gordo
38
de La Zarca y del Cordero,
dándote mil parabienes,
Padre y Jesús de los cielos.
Adiós rosa de Castilla,
los de Mapimí dirán,
también tos de La Laguna
de tu presencia se van.
Todos los de tierra adentro,
se despiden por iguales,
de Chihuahua y Canutillo,
y Santa Cruz de Rosales.
Ya llegó el. triste momento,
de ir a emprender su partida,
adiós, Señor de mi vida,
adiós, prenda de mi vida.
El Señor de Mapimí conducido en procesión por los miembros de la Hermandad,
en Cuencamé, Durango
39
Según la tradición, San Jorge, el santo patrón de la ciudad de Durango protege a
los durangueños de las mortales picaduras de los alacranes, animales que,
además de ser el emblema popular de la capital del estado, han sido y son un
problema de salud pública.
El culto a San Jorge fue instaurado en 1749, por el obispo de la Nueva Vizcaya,
Pedro Anselmo Sánchez de Tagle, quien hizo que bajo juramento, el 23 de abril
del mencionado año, la ciudad de Durango, adoptara a San Jorge como patrono
contra los alacranes y animales ponzoñosos. En un óleo de San Jorge ubicado en
la Sacristía de la Catedral,
aparece el santo combatiendo a un dragón en el
Infierno, mientras que en el piso se ven varios alacranes. Por supuesto que no
faltó la oración cantada, dedicada a San Jorge en su combate contra las alimañas,
para rezar antes de dormir.
En 1969, el Papa Pablo VI, eliminó a San Jorge del abundante santoral de la
Iglesia Católica Apostólica y Romana, como resultado de los acuerdos del Concilio
Vaticano II. Sin embargo, la veneración al Santo antialacránico sigue vigente en la
Perla del Guadiana.
20
Contra el piquete de alacrán 21
Anónimo
Señor San Jorge bendito,
por tu gloria celestial
y tu poder especial,
líbranos de todo mal.
de sabandijas, de víboras,
de todo bicho rabioso,
de piquetes de alacrán
y de animal ponzoñoso
y de pecado mortal.
20
REYES VALDEZ. JOSÉ ANTONIO. Op. Cit., p. 59.
CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), México, Ed. México Nuevo,
1939, p. 141.
21
40
Imagen de San Jorge ubicada en la Catedral de Durango
41
El Romance español de Delgadina, que data del siglo XV, con su original tema
incestuoso, ha tenido una gran difusión mediante la tradición oral en Europa, Asia,
África y, especialmente, en América. En cada uno de los lugares en que se canta,
la letra de La Delgadina se recrea y se adapta conforme a las características
lingüísticas y musicales regionales. Esta es una versión durangueña del famoso
Romance.
Romance de La Delgadina 22
Anónimo
Delgadina se paseaba
en su sala bien cuadrada,
con su manto de hilo de oro,
que en su pecho le brillaba.
“Levántate Delgadina,
ponte tu vestido blanco,
porque nos vamos a misa,
al estado de Durango”.
Cuando salieron de misa,
su papá le platicaba:
“Delgadina, hija mía,
yo te quiero para dama”.
“Ni lo permita mi Dios,
ni la Reina Soberana,
es ofensa para Dios
y también para mi mama”.
“Delgadina, hija mía,
oye bien lo que te digo,
mira, si no condesciendes,
yo te pongo un buen castigo”.
“Papacito de mi vida,
eso sí no puedo hacer,
porque tú eres mi padre
22
STRACHWITZ, CHRIS. Las hermanas Mendoza. The Mendoza sisters, Juanita y María. Los
Ángeles, Cal., Disco CD, Arhoolie Productions # 430, 1995, cantado por Las hermanas Mendoza,
track 10.
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y mi madre es tu mujer”.
“Papacito de mi vida,
tu castigo estoy sufriendo,
regálame un vaso de agua
que de sed me estoy muriendo”.
“Cuando le llevaron la agua,
Delgadina estaba muerta,
con sus manitas cruzadas
su boquita bien abierta”.
La cama de Delgadina
de ángeles está rodeada,
la cama del rey, su padre,
de demonios apretada.
Delgadina está en el cielo,
dándole cuenta al Creador,
y su padre, en el abismo,
con el Demonio mayor.
Ya con ésta me despido,
con la flor de clavelina,
así termina la historia,
la historia de Delgadina.
43
El 11 de octubre de 1620, el Papa Paulo V emitió la bula mediante la cual se fundó
el Obispado de la Nueva Vizcaya. Así, Durango quedaba como cabeza de la
nueva Diócesis que de acuerdo con Porras Muñoz: “Comprendía lo que hoy es
territorio de cuatro provincias eclesiásticas: el Arzobispado de Durango, Sonora,
con las Diócesis sufragáneas de Culiacán, Mazatlán y Torreón; el de Santa Fe, en
Nuevo México; con los de El Paso y Gallup; el de Chihuahua con los de Ciudad
Juárez y el de Hermosillo, con la de Ciudad Obregón. (…) Además comprendía el
actual Obispado de Tucson sufragáneo metropolitano de Los Ángeles, el Vicariato
Apostólico de la Tarahumara, una parte de Obispado de Saltillo, correspondiente
al Arzobispado de Monterrey, y algunos distritos de la actual Arquidiócesis de
Guadalajara”.
23
Así, la Diócesis de la Nueva Vizcaya constituyó el Obispado
territorialmente más extenso de la Nueva España, con centro administrativo en la
ciudad de Durango.
Mientras la evangelización en los confines neovizcainos se desarrollaba mediante
la fundación de misiones, la conquista militar se desarrollaba con el
establecimiento de presidios. En el área del actual Rockdale, Texas, tres misiones
franciscanas y un presidio, conjuntamente conocidas como las misiones de San
Xavier, fueron fundadas a finales de los años de 1740 y a finales de los años de
1750. Los problemas entre el comandante del presidio y los frailes, la enfermedad,
la sequía, y los apaches hostiles condenaron a ésta tarea evangelizadora al
fracaso final.
En el año de 1757 todas las propiedades de las misiones de San Xavier fueron
remitidas hacia un nuevo intento evangelizador en el Río San Saba, el proyecto de
extensión misionera más desastroso en la historia del Texas colonial. En el año de
1757 cerca del sitio del actual Menard, el Coronel Diego Ortiz Parrilla y los
misioneros Franciscanos dirigidos por el Padre Alonso Giralda de Terreros
establecieron el Presidio San Luís de las Amarillas y la Misión Santa Cruz de San
Saba. Los pueblos fueron establecidos a petición de los apaches lipan, un grupo
generalmente hostil con los españoles. Los lipanes, a causa del aumento de
presión de parte de los comanches y de sus aliados, especialmente de los
23
PORRAS MUÑOZ, GUILLERMO. Iglesia y Estado en Nueva Vizcaya, 1562-1821, México,
44
wíchitas, habían sido forzados a dejar de Iado su aversión hacia los españoles.
Pero al forjar una alianza de provecho, los lipanes enfurecieron más a sus
adversarios los indios. En marzo de 1758 los comanches y sus aliados, incluyendo
a los texas, los tonkawa, y a los indios bidai, atacaron la misión. En la acción,
saquearon y quemaron los jacales de la rudimentaria misión y mataron a ocho
personas, incluyendo al Padre Terreros.
Santa Cruz de San Saba llegó a ser la única misión en Texas en ser destruida por
el rotundo ataque indio. En el año siguiente, uno de los mayores asaltos a la
manada de la ganadería de San Saba costó la vida de veinte soldados y causó la
perdida de más de 700 caballos, mulas, y el ganado. Varios meses mas tarde, el
Coronel Ortiz Parrilla condujo un ejército enorme de soldados del presidio y de
aliados apaches, en una expedición punitiva hacia el Río Rojo, solo para sufrir una
derrota humillante. Después de los repetidos fracasos, la Misión de San Saba
nunca fue reconstruida. En el romance Tragedia de la misión de San Sabá, se da
cuenta del ataque de los comanches, lipanes, texas y demás indígenas a la
malograda misión evangelizadora neovizcaína. 24
Tragedia de la Misión de San Sabá 25
Relación de los Sacrílegos arrojos y sangrientos homicidios, acaecidos en los
confines de el Reyno de los Texas en el río de San Sabá este año de 58 a 16 de
Marzo en las venerables y Apostólicas Personas de el R. P. Fr. Alonso Giralda de
Therreros Predicador Apostolico y ex Guardián de el Colegio de la Santa Cruz de
la ciudad de Querétaro y Presidente Comisario de las Misiones de la Conquista y
reducción de los Indios Apaches, Ypamdes: 26 y de el Reverendo Padre Fray
Miguel Molina Predicador Apostólico e hijo de la Santa Provincia de Valencia de
Observantes, compañeros y ministros de dicho Reverendo Padre Presidente en la
UNAM, 1980, pp. 7 a 8.
24
SARAVIA, ATANASIO G.. Obras. Apuntes para la Historia de la Nueva Vizcaya, Tomo II, México,
UNAM, 1979, pp. 349 a 354.
25
Ibíd., pp. 393 a 415. El Romance fue localizado por Atanasio G. Saravia como manuscrito que
existe en la Biblioteca Nacional de Madrid, 18,758-15 y una copia del mismo le fue proporcionada
por don Manuel Romero de Terreros. Se respetó la ortografía original.
45
dicha nueva reducción y de algunos españoles: Por la invasión de los Yndios
Ynfieles Barbaras y algunos Apostatas entre ellos que assisten en aquel Pais
septemtrional, por la ocasion de habré plantado una Misión con su Presidio de 120
hombres para la reducción de dichos Yndios Apaches, Ypamdes, por los Colegios
de Propaganda Pide de la Santa Cruz de Queretaro; y San Fernando de México, y
los agravios que hicieron los Barbares con la Divina Peregrina Nuestra Señora de
el Refugio, como se venera en dicho Colegio de San Fernando, Patrona y
Protectora de dicha Conquista, la qual estava hermosamente pintada en un lienzo,
que estava en la Yglesia de la Mission, que invadieron los Yndios y con las demas
Sagradas Ymagenes maltratadas y agraviadas en odio de nuestra Santa Fee, con
las demás circunstancias de dicha invasión Compuesta por el Reverendo Padre
Predicador Apostolico Fray Manuel Arroyo, deste Colegio de San Fernando, e hijo
de la Santa Provincia de Castilla la Nueva.
Estremezcánse los orbes
pasmense la tierra y Cielos,
paren el curso los astros,
los planetas se estén quedos;
obscurezca el Sol sus rúas,
no den luz, luna y Luceros,
el mundo quede hecho un caos
de confusión y lamento;
Nieguen las plantas sus frutos,
su virtud los elementos;
lloren Angeles, y Santos,
o muestren su sentimiento
en el modo que ellos puedan;
giman y no hallen consuelo
los hombres; clamen a vna
con alaridos funestos
quentas criaturas viben
capaces de formar ecos;
y el resto de las demás,
en su modo hagan concierto,
de un desconcierto sensible,
de su pesar manifiesto.
Mas o pluma donde giras
26
Ypamdes. Se refiere a los indígenas lipanes.
46
tu buelo tan lastimero?
donde caminan tus ansias?
a donde va tu despecho?
Que pesar há sucedido?
Que golpe es, el que te ha puesto
en tan funesto ademán,
en tanto encarecimiento?
O dolor quien podrá ser.
causa de tan triste efecto,
sino el experimentar,
en el racional congresso,
ahora en los tiempos pressentes,
el maior atrevimiento,
el más secrilegc arrojo.
e! mas inhumano aliento,
el assalto mas feroz,
vil horroroso y sangriento
que se havrá visto en historias
y en los Anales de el tiempo.
Oigan pues, los que oidos tienen
lean con ojos atemos,
estos renglones escritos,
con suspiros los más tiernos,
Mas antes, de que refiera
1o fúnebre de e! sucesso,
historiaré los principios
que sin pensar produxeron
un fin codo lamentable:
la serie es como refiero:
Por los años de el Señor
de el de mil y setecientos
y cinquenta y seis, que es que es dio
principio al sucesso
gobernando en Nueva España
o siendo virrey de México,
el señor excellentissimo,
dignissimo Cavellero,
Marqués de las Amarillas,
de su nombre desempeño,
que es don Augustin de Ahumada;
gozando deste mismo tiempo,
la Capital Mexicana,
de un Arzobispo y sugeto,
dignísimo de tal Mithra,
por sus tan colmados méritos
como es Yllustrissimo
Señor y Doctor excelso
47
Don Manuel Rubio y Salinas
Padre amable y Pastor bueno.
En este pues dicho tiempo
por las instancias y ruegos
de los Gentiles Apaches
que en aquel septentrional seno
viven en errores ciegos
y movidos de alto impulso
de abrazar el evangelio,
y professar nuestra feé,
estas instancias hicieron
de que les pongan Missiones,
los Padres de los Colegios,
de Santa Cruz de Querétaro
y San Fernando de México:
Quienes pensando este punto
en el pesso de su Zelo,
proponen, instan y buscan
los mas oportunos medios,
para remediar sus almas
y dar logro a sus deseos:
y haviendo hallado el abrigo
de un Yllustre Cavallero,
magnánimo y mui devoto
zeloso y gran limosnero,
Padre unibersal de pobres,
de Charidad un portento,
y es porque nadie lo ignora,
el gran Don Pedro Therreros,
quien a costa de su hacienda,
el mantener ha dispuesto,
las Misiones, que se pongan,
por los dos dichos Colegios,
en las partes mencionadas
de el Apachino emispherio.
Con tal lado fervorossos
los Apostolicos pechos,
corrieron sus diligencias,
sacando en ellas decreto
de el dicho Señor Virrey
para plantar, luego luego,
un Presidio de cien hombres
para que sirva de freno
a las Barbaras naciones
que circundan a aquel seno.
Fundose pues el Presidio,
en apacible terreno,
48
en las margenes de un Río
tan hermoso, qual Letheo,
que aunque de poco caudal,
se descuella lisongero,
pareciéndose a la vista.
Gigante de vidrio Crespo
tiene por nombre San Sabá,
y aunque fixo no sabemos
porque tal nombre le han dado,
de congruencia podremos
dar la razon, que será,
porque sin duda ha dispuesto,
el señor de lo Criado,
obrar grandes sacramentos,
en tal sitio, pues de santo,
tiene el principio sin serlo:
Dixe mas, pues ia lo es,
supuesto que ha sido electo,
para que al eterno Padre,
se le ofrezca el hijo eterno
en loable sacramento (digo) sacrificio
por ministros tan afectos
como son los Apostolicos,
pues imitando a el cordero
divino, su sangre ofrecen,
sus pasos mesmos siguiendo,
por esso ya no me admiro,
que assi aya dispuesto el Cielo,
sean de la Cruz y Fernando,
elegidos a este empeño;
y si atentos reflexamos,
circunstancias, hallaremos
muchos años ya cifrados,
de este assumpto los bosquejos
De el Seraphico Francisco,
consta en su vida que luego
que en la fuente baptismal
fué reegendrado, le vieron
una Cruz, rosa y vistosa,
sobre su ombro derecho,
la que tubo permanente
toda la vida y siendo
su Padrino en el Bauptismo
un Peregrino de el Cielo;
quien duda sea señal cierta,
que el señor de los exercitos
con su sello Real le marca
49
como a grande de su Imperio?
para vencer y triumphar,
de el mundo, vicios e Ynfierno?
Para esso le mostró Dios,
en un suavissimo sueño,
un hermoso y gran Palacio
donde unos soldados vellos
se miraran bien armados,
pero todos con el sello de la Cruz
dandole a entender en esto,
que si con valor tomasen
su Cruz y estandarte Regio
vencería con sus hijos
los enemigos sobervios
de el mas supremo Monarcha,
En otra ocasión, queriendo
el patriarcha Seráphico
saber el destino cierto,
para que Dios le llamara
se le fué mostrado el serlo, el camino de la Cruz,
el exercicio evangelico,
y Apostólica tarea;
y assi en el primer Congresso
o Junta, que de sus hijos hizo,
para enviar obreros
que cultivasen la viña
de el Señor, el documento
que les dio, fue el adbertirles
que a correr en siguimiento
de la Cruz, eran llamados,
y a tolerar con esfuerzo
y generosa paciencia,
adversidades, desprecios,
y trabajos que se ofrezcan
en el servicio y obsequio
de Nuestro Dios y Señor,
vsando de quantos medios
sean posibles, y ganarle,
las almas, que tanto precio
ha dado, por redimirlas,
Veis aquí que ya tenemos,
los dos Colegios vnidos
por Ser vno el ministerio
vn Padre, el que los alienta
vno el estandarte, Regio
que los guia, pues la Cruz
Ynsignia es de el Regimiento
50
donde militan los dos
para dar el crecimiento
de los soldados a Christo
por la fee de sus misterios.
Por 1o que no ha sido acaso
que concurran Misioneros
y San Fernando a esta empresa
pues llevando por objeto
tan gran soldado de Christo,
vn Capitán tan guerrero,
gran caudillo de la fee,
que a sus enemigos fieros.
sugeto con gran orgullo,
y triunfo de todos ellos,
desempeñando su nombre,
que interpretado sabemos,
ser quien da gozo a la fee,
con victorias y tropheos,
provocando a hacer lo mesmo
a los que siguen su exemplo.
para que así tambien sean,
quien a la fee ponga augmentos
en el gozo de sus triunphos,
o conquistando o muriendo,
Simil propio de aquel Padre
de tan Seraphico pecho,
el Patriarcha Francisco
quien solo en el deseo
fuel Martir, sino que expuso
su vida, porque en efecto
Iu fuesse, avunque Dios no quiso
como se lo mostró a el mismo:
que de la carne el Martirio
padeciese, si el incendio
de su mente, con el qual
todo el, fuese vn expresso
retrato de Jesuchristo,
dando en esto a sus hijuelos,
incentivo, conque aspiren
a lo que el Padre y Maestro
con sus obras enseñó,
dando gloria a Dios supremo,
maximo gozo a la fee,
y a las almas el consuelo:
Pues que mucho, que alentados
con exemplares tan vellos,
como fernandos peleen,
51
avasallando y rindiendo,
y con valor alentando,
con espíritu el más recto,
a los que a la cruz se oponen
y a nuestra fee son adbersos?
esta es la razón, porque
los Femandinos tuvieron
por acertado llevar
en vn estandarte o lienzo,
la divina Peregrina,
Madre de el Divino verbo,
Refugio de Pecadores,
y de afligidos consuelo.
Margarita mas preciosa,
digna de el maior aprecio,
em quien de todos los males
hallamos prompto remedio.
Ymmaculada Princesa,
de la tierra y de los Cielos.
que sugetando al Dragon
saca de su Cauptiverio
a las almas, que la invocan,
desde el más terrible asiento
de la Culpa, y gozando
de su admirable presencia,
son yllustrados y llenos,
de su Charidad amante,
con los raios de su Zelo.
Es de el Patriarcha seraphico
y de sus hijos recreo,
de su Religion Patrona,
a quien, el primer templo
o cassa, le consagro
como en caveza poniendo,
de el maiorazgo a esta Reyna
de el Seraphico congresso.
También Prelada Jurada
de el Femandino Colegio,
para que a sus pies rendidos,
y a su obediencia sugetos,
hijos y subditos suyos
su virtud vaya en augmento;
y como exceptro que es
de la fee, sea su govierno,
para el logro de las almas,
el mas firme fundamento.
Assi fuertemente armados,
52
vnos y otros Missioneros,
en nombre de Dios caminan,
y San Francisco con ellos,
como Alferez de Jessus,
va tremolando y blandiendo
de la Cruz el estandarte,
y guiados de su exemplo,
sus hijos cambien tremolan,
el de el simulacro excelso,
de la Inmaculada virgen;
también imitando en esto
a San Fernando, que siempre
llevando a su lado diestro,
la Ymagen de esta gran Reyna
en sus empresas,
por cierto el triumphar llevava,
de el enemigo sobervio,
y Mahometana altivez;
y assi con el gozo mesmo,
que este santo a la fee daba
triumphos, vandetas y reinos;
Assi estos padres caminan,
hasta llegar mui contentos,
al mencionado san Sabá
donde esperan el tropheo,
Ya aquí plantado el Presidio
con muchas armas de fuego,
fusiles, espadas, lanzas
chuzos, Cueras y Pedreros,
Cavallos y Municiones,
de Militares arreos,
Trataron los religiosos,
de el Apostolico gremio,
de el Seraphin abrasado,
en el amor de su dueño,
poner su vivienda aparte,
y en distancia poco menos
de dos leguas se plantaron
todos con brazos abiertos
para admitir las naciones
que con ansias y deseos,
buscasen a Jesuchristo
con humilde rendimiento.
Clamaron los Santos Padres
con sacrificios y ruegos
a Dios, que a todos los traiga,
a su fee y conocimiento.
53
Mas el Dragon infernal,
que siempre está discurriendo
y maquinando sus trazas,
para de el todo perdernos;
luego que vió prébenciones,
para destruir su Ymperio,
convocó todas sus furias
embravecido y sobervio.
y con astucia inaudita,
las legiones repartiendo,
de Principes y sequaces,
que havitan en el aberno;
por las naciones se estienden,
derramando su veneno
de la milicia infernal,
y tanto que en año y medio,
lograron el ver vnidos
sus corazones groseros;
para emprender inhumanos
las maiores sacrilegios.
Dispuesta ya su malicia,
con tan malignos consejos,
Lucifer y sus sequaces,
sus tropas van disponiendo
conmoviendo el Gentilismo,
que con marciales estruendos
se aprestasen deste sitio
todas sus fuerzas vniendo
para frustrar de una vez,
los Christianos pensamientos.
y armados de punta en blanco,
y vnidos los Yndios velicos,
hacia este puesto caminan,
en ira y furor desechos.
Día diez y seis de Marzo
de el de mil y setecientos,
y cincuenta y ocho llegaron
a las siete poco menos
de la mañana y cercaron
la Mission, con gran despejo,
cinco naciones de Ynfieles
que los nuestros conocieron.
y con vna paz fingida
con el semblante alhagüeño,
paz, paz, publican a voces,
con infame fingimiento.
Los benditos Padres, bien
54
penetraron sus intentos,
pero se miran cercados,
de los Yndios Carniceros,
que disfrazando su furia,
y con desvergonzado aliento,
y con capa de amistad,
preguntando, e inquiriendo
que fuerzas tenia el Presidio,
y mientras hacian esto,
algunos de ellos entravan,
en los jarales, en donde hauia
sillas, cavallos y frenos,
fresadas y otras cositas,
que los Padres con esmero,
para captar a los Yndios
tienen para si atraherlos,
y cogiendo cada vno
comenzaron el saqueo.
Viendo pues tanto desorden
Fray Alonso de Therreros,
Padre de la Santa Cruz,
quien gozaba el privilegio
de ser digno Presidente
por parte de los Colegios.
Digo que viendo este
Padre no poder, ser contenerlos,
les franqueo quanto havia
generoso y placentero,
pero hallándose en los Yndios
un corazón traicionero;
disimulando maquinan,
Otro nuevo ardid, y enredo;
y fué, suplicar al Padre
vaia al Presidio con ellos,
para tener libre entrada,
y evitar con esto el riesgo
que sobre venirles pueda,
y hacer mal concepto al verlos.
Viéndose el bendito Padre
metido en tan gran aprieto,
por no mostrar cobardía
dio pleno consentimiento
de ir con ellos al Presidio,
llevando de compañero
a un soldado de los pocos
que resguardavan el puesto
quedando solo arras cuatro,
55
en custodia del terreno,
con otros dos religiosos,
cinco mujeres y un viejo,
diez muchachos, dos Apaches,
vno coxo, y otro ciego,
un Mayordomo, un herviente
y finalmente un harriero.
Esta es la gente española,
a quien les pusieron cerco
1os Yndios ynfieles, que
mas de mil, eran por cierto;
sin tener mas fortaleza,
ni mas amparo los nuestros,
que el de vnos jacales bastos
de Palos Zacate y cieno;
(Jacales, llaman en esta nueva
España, las casas de Paja.
Zacate, es yerba o heno.)
y aquestos nada anchurosos,
si, mui endebles y estrechos.
Dispuso el Padre el salir,
como referido llevo
en medio de la Canalla,
de los Ynfieles malévolos,
que todos a la desecha,
como el marchar disponiendo
y llevar en medio al Padre,
se menean y hacen ruedo,
mas los fusiles en mano,
prebenidos los azeros,
los chuzos flechas y lanzas,
los Alfanges y los Cueros.
Mas apenas montó el Padre,
y el soldado se ha compuesto
volviendo los dos el rostro,
para ver si van siguiendo;
quando a seis pasos contados
la contra seña se han echo,
y al punto, los dispararon
vomitando el plomo ardiendo,
conque al soldado y al Padre
les horadaron el cuerpo,
derribándolos en tierra,
dando ia el ultimo aliento.
Mas no paró la crueldad
de los bárbaros en esto,
sino que al Padre, desnudan,
56
y una lanzada le dieron,
en medio de el corazon,
y con su báculo mesmo
con raviosa crueldad
le atravesaron el pecho.
y quitandole el cerquillo,
y de el Casco todo el Cuero
en las lanzas lo jugavan
con irrission y desprecio,
dejando el cuerpo tirado
a la inclemencia de el tiempo.
También al pobre soldado,
desnudaron y le dieron
Otros valazos y heridas,
y Otros muchos improperios.
A otros tres pobres soldados,
de los ocho que vinieron
despachados de el Presidio,
a favorecer los nuestros,
los mataron cruelmente,
de los demas quatro hicieron;
y uno solo que quedo,
se resistio largo tiempo;
y con la espada en la mano
a muchos echo al Ynfierno;
Pero ia viéndose herido
por muchas partes su cuerpo,
rendido al suelo caió,
donde los Yndios le dieron,
vna terrible lanzada,
conque le abrieron el pecho;
desnudaronlo también,
y le dejaron por muerto
con las ansias de la muerte,
se levantó, avnque trémulo,
sin saber donde camina,
desagrado y macilento
vino a dar a la Mission,
a donde los Yndios perros,
lo cojíeron y arrojaron,
a las llamas, que de el cerco
eran ia mui numerosas
como referiré luego.
Pero Dios omnipotente,
que acude en el maior riesgo,
propicio le favorece,
asistiéndolo al momento
57
con fuerzas, que de las llamas
saliese y al Jacal puesto,
donde estavan los demás,
donde Confession pidiendo,
le abrieron luego la puerta,
y le metieron a dentro;
confesase con el Padre,
que havia quedado en el cerco,
y antes entró Juntamente
con los que se defendieron,
Hecha esta horrible maldad
con unos gritos funestos,
y alaridos formidables
que asombraran al mas bueno
publicaron cruda guerra,
horrorizando los vientos;
cercados por todas partes,
y rodeados, los nuestros,
cercados, pero animosos,
defenderse, propusieron,
y animando vnos a Otros,
gritaron a voz en cuello,
antes muertos, que rendidos,
guerra, guerra, fuego, fuego,
y siendo asi que eran quatro
los que manejar pudieron.
de algun modo nuestras armas
a la chusma resistieron,
con esfuerzo varonil,
sin reparar en el riesgo,
Pero viendo los Gentiles,
la guerra, que hacen a que estos
que sin poder acavarlos,
matan muchos los de. adentro,
discurren como inhumanos
vn infame pensamiento,
y fué quemar los jarales,
y assi el fuego les pusieron
por todas partes de suerte
que el Zacate y los maderos
comenzaron luego a arder,
y a dar crugidos horrendos.
Por puntos cunden las llamas,
y los cercados temiendo,
daban gritos y gemidos,
piedad al Cielo pidiendo
mas donde crecio el temor,
58
y el valor fué descreciendo,
fué al ver se augmentan las Ilamas
porque el aire iba en eugmento
por lo que en brebe se juzgan
pasto del voraz incendio,
Pero o Dios omnipotente,
y que bien reconocemos,
vuestra piedad infinita.
Pues apenas dispusieron
echar a la horrible llama,
vn relicario, al momento
aplacó el fuego sus iras,
conque cesó el desconsuelo ..
y avnque eran tantas las velas
que parecía aguacero,
al ver apagar las llamas
les dava maior esfuerzo
Mas a este alivio otro azar
les ahogo todo el contento.
Y fué que haviéndo notado
los Ynfieles, que de el cerco
de los jacales, el vno
era solo el que hacia fuego,
y resistencia a las valas;
se arrojaron con denuedo,
a otro Jacal donde estava
con humilde rendimiento
y con Jesuchristo abrazado,
pidiendo misericordia
al Señor del vniverso
Fr. Joseph de santi Estevan,
religioso muy austero
de la Provincia de Burgos
que vino para el Colegio
de San Fernando en Mission
el, y treinta compañeros,
por los años de el Señor
el de mil y setecientos,
y cinquenta que este fue
quando llego a aquestos Reynos.
Quiebran con achas la puerta
los Gentiles, con empeño
y entrandose en el Jacal
como leones sangrientos
envistieron con el Padre
y a valazos la tendieron,
cortan después la cabeza,
59
y le pican todo el cuerpo,
el qual parte se abraso
con los quemados maderos
que el fuego dejó encendidos.
Después pasan desatentos
a profanar de el Sagrado
osadamente el respecto
de las Sagradas Ymagenes;
y como canes raviosos,
y con su furor violento
enderezaron sus iras,
al mas soberano objeto,
a la mas brillante aurora;
al mas lucido lucero;
a la luna mas hermosa
que es de el sol divino espejo;
a la estrella de los mares;
a la arca de el Testamento;
al Trono de Salomon
a la que el mundo vniverso
tiene por Yris de paz;
a la zarza, que avn ardiendo
siempre intacta se quedó,
libre de el contagio feo,
avn de el asomo de culpa,
en el Ynstante primero.
Blanca piel de Gedeon
de la trinidad el tempo;
gozo de los Seraphines,
hermosura de los Cielos;
Ciudad donde Dios havita,
por cuia puerta sabemos,
todas las gracias entraron
para el humano Congreso.
Refugio de Pecadores
y de gracias mar inmenso.
Mas ia la pena me mata,
y me ahoga. el sentimiento.
Lo dire en vna palabra,
a la Madre de el Cordero,
que ia mencionada Ilebo.
y Peregrina Divina
A este hermoso simulacro
que es de todos embeleso,
con los chuzos y las vales
muchos agravios la hicieron;
por muchas partes cortaron,
60
a aquel soberano Lienzo.
O Dios como permitis
tan horribles sacrilegios!
y o dulce Virgen María,
como en vos tanto desprecio
toleraes! perdon os pido,
si ahora contra vos me quejo.
No sois vos por quien los orbes,
el celestial, como el terreo
han recibido, y reciben
guantos favores, se han eche?
No tiene duda y sino
con San Cirilo, lo pruebo.
Por ti Virgen Sacrosanta,
es bendito, el vnigenito
de aquel Padre de las luces.
Por ti, a Dios trino ofrecemos
las alabanzas, y glorias.
Por ti aquel precioso leño
signo de la Redempcion,
es Celebrado y expuesto
a tantas adoraciones,
en el mundo todo entero,
Por ti Angeles y Santos
oy se alegran en el Cielo.
Por ti los Demonios huyen,
y los morrales tenemos,
la dicha de ser con Christo
de su Reyno Coherederos.
Por ti toda Criatura
ciega entre errores protervos,
es convertida a la fee,
de vn Dios al conocimiento.
Por ti los fieles Chrisrianos
el Bauptismo recivieron,
y en el chatolico orbe
las iglesias se erigieron.
Por ti pues todas las gentes
la penitencia siguieron.
Por ti el hijo de Dios Padre
llenó de luces el suelo,
y a los que en densas tinieblas
de pecados estuvieron.
Pues sí esto es así, Señora
como permitís que el fuero,
de tantas prerrogativas
vultragen Ynfieles perros?
61
pero parece, percivo,
que me decís en lo interno,.
que .estos son Juicios de Dios .
que acá poder, no sabemos.
Pues' a donde nos parece
que los males son 'adversos
saca Dios bienes colmados,
y-frutos de grande precio.
Bien esto lo .dio a entender
Christo en aquel evangelio,
que nos refiere San Juan
en que dice ha de ser muerto,
el grano hermoso de trigo,
para que sea en efecto,
multiplicado su fruto:
Pero si no muere, es cierto,
que quedara solo el grano,
de lo que infiere con esto,
el Señor San Agustín;
Que si Christo, grano regio,
dio la vida por nosotros,
multiplicando en extremo
el fruto, porque su fee
tantas Gentes recivieron.
Assi sus Ymitadores
es menester que a su exemplo
mueran, porque otros recivan
la fee, que avn no tienen ellos.
y para darles mas fuerzas,
quiere la Reyna de el Cielo,
padecer tales vltrajes,
sacando de su desprecio,
el multiplicar los fieles,
en gloria de su vnigenito.
y asiendo esta honra tan grande,
dispuso, que fuese el premio,
en los Colegios ygual;
pues de los dos Missioneros,
que murieron vno fué
de el Queretano Colegio,
y el otro de san Fernando,
que es el Colegio de Mexico.
Pero mucho me dilato
volbamos pues al intento;
digo pues, que pelearon'
todo el día, estando embueltos
entre, plomo y entre llamas,
62
entre Congojas, e incendios;
entre temores y sustos,
sin comer y mui sedientos;
con la horrible noche encima,
ya disparando sin tiento,
y en vez de cesar Ia hoguera
por todas partes creciendo,
como la. lluvia de valas;
porque los barbaros tercos
pretendian acavar
de vna vez, con todo el resto.
Los que os preciáis de Christianos
discurrid en otros pechos.
qual estarian los Cercados
esperando por momentos.,
ser de la barbara chusma
victima de su tropheo.
faltos de Polvora ya,
y sin humano remedio,
viendo que la triste noche,
los va mas desfalleciendo,
y que al despertar la. aurora,
despertaría en las perros
nuevamente su furor,
y acavaria con ellos,
Discurrieron vn Arvitrio,
que mas parece despecho,
y fue el salirse, vno a vno,
por vn ahugero estrecho,
para ver si con lo obscuro
pueden escapar huyendo,
el Padre que havia quedado
(de los tres que dicho llevo)
que se havia retirado
con los que se defendieron,
que es Fr. Miguel de Malina
Religioso mui perfecto,
que de la Santa Provincia
de Valencia, vino a Mexico,
en la Mission referido
(quien al principio de el
recivió un fuerte valazo;
conque le hirieron el pecho
y maltrataron un brazo:)
determinó hacer lo mesmo,
como lo hizo arrojandose,
por el estrecho ahugero,
63
Que en 1o alto de vn Jacal
hizo la industria, y el fuego,
Valgame Dios que milagro
todos se fueron saliendo,
hasta aquel pobre soldado,
que ia tendido en el suelo
mas para morir estava
que para salir huyendo;
por en medio de los Yndios
que vigilantes y atentos,
rodeavan la Mission,
con luminarias a trechos,
continuando con sus voces,
mantener alerta el puesto.
Mas con todo, o que prodigio,
de la Reyna de los Cielos,
y Peregrina Divina,
que ya mencionada llevo.
ninguno los vió salir,
y lo que es mas no sintieron,
los lloros que al salir daban,
unos quantos chiquituelos,
a quienes sus madres sacavan,
con sobresalto y con miedo.
A buen paso se mudaron,
por los Valles y los cerros
hasta llegar al Presidio,
donde tomaron resuello;
Mas el padre tan herido
desangrando y sin sustento,
como caminar no puede,
el pobre se fué metiendo,
por malezas y chaparros,
desgarrandose el pellejo,
de las piernas y los brazos,
con las espaldas y el pecho
con las espinas que encuentra,
por no llevar en efecto,
mas vestido que la túnica,
y el vn pie solo cubierto
con la sandalia, que el otro
vá desnudo por el suelo,
y con tanto desabrigo,
sufriendo escarchas i yelos,
por espacio de tres dias,
sin tomar mas alimento,
que el que ofrece vn campo inculto,
64
en su zacate grosero.
Assí a desmaios camina,
hasta que por fin haciendo
de las tripas corazón
con trabajos, llegó al Puerto
O que milagros tan grandes,
O que favores excelsos,
obró aqui la Virgen Madre,
con el refugio y esmero,
de Peregrina divina,
con que sabe socorrernos.
Mas avn queda que adbertir,
otro fracaso no menos
sensible, que los pasados,
y fue que apenas sintieron,
los Yndios al reir la aurora,
que los de adentro se huyeron
quando acometen furiosos
al Jacal donde estuvieron,
y hallando solo al harriero
quien mas trabajó en el Cerco
(El que por mui mal herido
no pudo seguir los nuestros).
Contra el asestan sus furias,
y oprimiendolo entre ellos,
vivo le sacan los ojos,
y le parten el cerebro,
y cada qual con su sable,
va provando quien mas diestro
con .mejor golpe le ofende.:
y le descarnan el cuerpo.
O malicia, a quanto llega
tu insaciable atrevimiento,
tu crueldad inhumana
mas furor que el mismo Ynfierno:
pues este solo a los malos
ofende mas tu despecho,
sin perdonar a ninguno,
ofende a malos y a buenos.
En fin viendo que no hallan,
en quien provar sus aceros,
o en quien, cebar su furor;
los caxones van rompiendo,
y cargando con la ropa,
con Calizes y ornamentos,
dan lo demas a las 'llamas,
los Missales y aderezos
65
de el altar, con otros libros,
y Missionales arreos.
Todo lo queman y acaban,
y finalizado esto,
las vestiduras de el Padre
se las fueron repartiendo,
entre quatro de los
Texas que entre. ellos concurrieron
de otras naciones forzados,
con amenazas y ruegos,
Dieron la Túnica, al vno,
a Otro el hauito vistieron
a Otro ciñeron la cuerda
y al ultimo le pusieron
en su Cabeza el Casquete;
que de el Cerquillo y de el Cuero
al Presidente quitaron,
quando 1o echaron al suelo.
Disponiendo assí el señor
llegasen estos fragmentos
(mejor nombrare reliquias)
a una Mission que tenemos
en la Nación de los Texas;
para que en su vista hallemos
consuelo a tanta desgracia,
e incentivo a nuestro zelo.
Esta es la serie de el Casso,
a todas luces funesto
avnque todos esperamos,
sea para bien, conduciendo
al principio, para el logro
de las almas; para el merito
de los que dieron sus vidas,
por la fee padecieron
y en fin, para que a Dios Trino,
por siempre gloria le demos,
de Jesus el dulce nombre
ensalcemos y alabemos;
y a su Madre soberana,
también a conocer demos
a las naciones de el mundo;
siendo assi, esperar podemos
gozar de Dios la presencia
siglos, de siglos eternos,
Amen.
66
Lienzo sobre el ataque de los apaches y lipanes a la Misión de San Sabá
Indígenas lipanes
67
Mañanitas a la Virgen María
Cantadas desde principios del siglo XIX
27
Anónimo
Buenos días, paloma blanca,
hoy te vengo a saludar,
saludando a tu belleza,
en tu reino celestial.
Eres madre del Creador,
tu poder es soberano,
mándanos pronto el consuelo,
patrona del suelo indiano.
Los ángeles en el cielo,
forman columna este día,
y dicen en sus cantares,
ya viene alboreando el día.
Eres madre del Creador,
que a mi corazón encanta,
gracias te doy con amor,
buenos días, paloma blanca.
Niña linda, niña santa,
tu santo nombre alabado,
porque eres tan sacrosanta,
yo te vengo a saludar.
27
VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo I, México, Ediciones
Botas, 1940, pp. 56 a 57.
68
Capturado a traición el 21 de marzo de 1811, en Acatita de Baján, y después de
un tortuoso viaje de casi un mes bajo el sol de desierto, con hambre y sed, el
Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla arribó a Chihuahua para ser sometido
a un largo proceso militar y a una dolorosa degradación eclesiástica. Recluido en
el obscuro y estrecho cubo de la torre del ex colegio de la Compañía de Jesús,
pasó los últimos tres meses de su vida.
Por ser la cabeza de la insurrección, por tener una causa pendiente con la
Inquisición, y por el proceso eclesiástico al que debía ser sometido; el juicio de
Hidalgo tomó más tiempo que el del resto de los jefes insurgentes. Quince días
después de su llegada, el juez Ángel Abella, comenzó el interrogatorio al Padre de
la Patria, mismo que se prolongó tres días, y en el cual Hidalgo respondió con
entereza y serenidad a cuarenta y tres preguntas.
El licenciado Bracho formuló su dictamen enumerando las agravantes, concluyó
que Hidalgo era: “reo de alta traición y mandante de alevosos homicidios, y que
debía morir por ello, confiscársele sus bienes y quemar públicamente sus
proclamas y papeles sediciosos”.
A la ejecución de Hidalgo debía preceder la degradación hecha por un juez
eclesiástico. El canónigo Fernández Valentín, por órdenes del obispo de Durango,
procedió al acto de la degradación el día 29 de julio, con todas las ceremonias
estipuladas en el Pontifical Romano. Consumada la degradación, se le hizo poner
de rodillas ante el juez Abella, quien leyó la sentencia condenando al héroe
nacional a la pena de muerte. La pena tuvo lugar el 30 de julio de 1811, día en que
el cura don Miguel Hidalgo y Costrilla, cayó abatido por las balas de 12 fusileros
bajo las órdenes de Pedro Armendáriz.
Al momento de la Guerra de Independencia, de acuerdo con la división territorial
colonial en intendencias, el territorio del actual estado de Chihuahua estaba
incluido en la Intendencia de Durango. Como el juicio y fusilamiento del cura
Miguel Hidalgo y Costilla tuvieron lugar en la ciudad de Chihuahua y la autoridad
eclesiástica que lo dirigió fue el obispo de Durango Francisco Gabriel de Olivares,
se considera que el Padre de la Patria fue juzgado y fusilado en territorio de la
Intendencia de Durango.
69
En memoria del juicio y fusilamiento del Padre de la Patria, a mediados del siglo
XIX, el destacado liberal Guillermo Prieto escribió varias composiciones poéticas
sobre el caso: el Romance de Chihuahua. Hidalgo y sus compañeros entran
presos a Chihuahua, el Romance de la insurrección,
el Romance de Hidalgo
preso y el Romance de la degradación y el Romance de la muerte de Hidalgo.
Aquí reproducimos los últimos tres.
Romance de Hidalgo preso 28
Guillermo Prieto
Está don Manuel Salcedo,
estirado comandante,
enfrente del cabo Ortega,
y enfrente don Melchor Guaspe,
que van a servir a Hidalgo
de guardias y vigilantes.
Da unos pasos en la estancia,
anubla el severo empaque,
y en voz imperiosa y ruda
les intima aquestas frases:
“Id al cuidado del monstruo,
que ni vea, ni oiga, ni hable;
que le envuelvan las tinieblas
para que ni el suelo manche,
y que el aire le dé apenas,
porque puede emponzoñarle.
En silencio se despiden
los dos sirvientes leales,
y al calabozo de Hidalgo
los dos silenciosos vánse.
Hidalgo, el querido anciano,
nuestro bien y nuestro padre,
estaba enterrado vivo,
sin zozobra y sin quejarse.
Está tan tranquila su alma,
que le da paso al donaire,
y en secreto se enamoran
de su condición amable.
28
PRIETO, GUILLERMO. Romancero nacional, México, Editorial Porrúa, Colección Sepan Cuantos
# 450, 1984, pp. 55 a 56.
70
Ortega como hijo le ama,
Lo ama como hermano Guaspe,
Vaca le ofrece afectuoso,
Que es en todo ejemplar padre.
Alto, seco, mas chistoso
y oportuno como nadie,
el padre Rojas dirige
sus cosas espirituales.
Rojitas, le llama el pueblo
por lo fino y lo tratable;
y era un prodigio de ciencia
entre modestos sayales.
Y era un triste calabozo
en donde se ahogaba el aire,
y donde la luz tocaba
en el sitio agonizante.
Las horas del alimento
eran de breves solaces;
sucias y húmedas paredes,
mesita al desvencijarse,
con una huérfana silla
mensajera del desastre,
una vasija con agua,
un desgobernado catre,
más bien espanto del sueño
que cama en que se descanse,
fue el ajuar que concedieron
a Hidalgo los gobernantes;
pero Hidalgo está risueño,
chancea con sus guardianes,
está alegre, cual si viese
a sus amigos triunfantes,
sin sentir duelo en el alma
con su suplicio delante…
A veces, cuando comía,
para a la sombra hacer fraude,
con una púa trinchaba,
sus ordinarios manjares,
y encubría el contrabando
de la luz pura y el aire.
La víspera del suplicio
viendo a Vaca demudarse,
mientras comía contento,
le dijo: “Sosiego padre,
que yo soy quien carga el muerto,
y pesado no se me hace”;
siguiendo festiva charla
71
con todos los circunstantes.
En las paredes del cuarto
letreros varios halláronse
que los celosos esbirros
destruyeron suspicaces.
La lengua guarda el pescuezo
logró a la muerte escaparse,
y lo repitió Chihuahua
volando entre sus refranes.
Su corazón generoso,
agradecido y amante,
le consagró el cabo Ortega
el verso que da realce
a su ternura exquisita
y a sus sentimientos grandes,
que pues lo canta la Historia,
permitid que yo lo estampe:
“Ortega tu crianza fina,
tu índole y estilo amable,
siempre te harán apreciable
aun con gente peregrina.
Tiene protección divina
la piedad que has ejercido
con un pobre desvalido
que mañana va a morir,
y no puede retribuir
ningún favor recibido.”
Y esa musa sonreía
entre el vapor y la sangre,
dirigiéndose afectuosa
así a don Melchor de Guaspe:
Melchor, tu buen corazón
ha adunado con pericia
lo que pide la justicia
y exige la compasión.
(…)
Das consuelo al desvalido
en cuanto te es permitido:
partes el postre con él;
y agradecido Miguel
te da las gracias rendido.”
¡Qué tristes son los verdugos
junto a hombre que tanto vale!
¡Qué infelices los tiranos!
¡Qué asquerosos los secuaces!
En el día del suplicio,
los hombres de las ruindades
72
le mermaron la medida
del alimento constante.
Él lo notó, replicando
con cierto burlón donaire:
“Ya que me quitáis la vida,
no merméis el chocolate…”
En camino del suplicio
detúvose unos instantes
para pedir unos dulces
que en su mesa han de encontrarse.
Trajéronlos, tomó algunos,
y los demás los reparte
entre los mismos soldados
que pronto van a matarle.
¡Qué odiosos son los verdugos
de nuestros heroicos padres!
Y cuando el Sol de la Historia
toda su grandeza aclare,
surgirán en medio al mundo
con sus tallas de gigantes,
y esos, cual viles insectos
royendo los pedestales.
Romance de la degradación 29
Guillermo Prieto
Es del triste Hospital el patio extenso:
en su amplio corredor se alza un tablado
revestido de negras colgaduras:
en el fondo el dosel, sillones anchos,
la mesa y el sangriento crucifijo
entre dos llamas, lúgubre imperando.
Bajo el dosel, contémplase sombrío,
rígido, inmóvil, cual de duro mármol,
con su bonete de encumbrados picos,
el ojo hundido, y cual cadáver pálido,
evitando del vulgo las miradas,
el doctor Valentín, que de Durango
representa al Obispo, y ejecuta
29
PRIETO, GUILLERMO. Romancero nacional, México, Editorial Porrúa, Colección Sepan Cuantos
# 450, 1984, pp. 53 a 54.
73
servil y sin conciencia los mandatos.
A su lado se agrupan reverentes
dignidades de Iglesia y prelados
que oficioso llamó a los auxiliares
para el juicio sacrílego de Hidalgo.
El ojo sin fijarse, torvo el rostro,
difícil respirar, visible espanto
en el opuesto grupo está Salcedo,
de angosta frente, el pelo alborotado,
llevando al cinto la espada formidable
y alto bastón como señal de mando.
Esbirros de la Curia. Ricos hombres,
intrusos, y sirvientes, y soldados
se ven alrededor de aquel asiento
y cubriendo compactos su respaldo.
Después, desde las gradas, por doquiera
cerco macizo, muro continuado
de tropa con la mano en los fusiles,
estúpido el mirar, mudos los labios.
Luego la multitud, como de estatuas,
como algo terrífico esperando.
El Sol, como asustado, iluminaba
la pavorosa escena con sus rayos.
Iba a verse el fatídico divorcio
del siervo del Señor y el cielo airado:
íbase a ver a la Sagrada Madre
a su hijo a los verdugos entregando,
con estupor del espantoso infierno,
del mundo y de los cielos con escándalo.
Solo, de pie, tranquilo, se descubre,
alta la frente, al impasible Hidalgo,
con su misma mirada penetrante,
su frente calva y su cabello cano,
A una leve señal surgen veloces
esbirros negros y de angostos hábitos,
que alba y amito, cíngulo y estola
llevaban diligentes en las manos,
pero era el color rojo… como signo,
traduce el vulgo, de irrisión y escarnio.
Le revisten a Hidalgo, y así espera
entre el silencio y entre el mudo llanto.
El que impera, le ordena se arrodille,
con tono breve, ronco y destemplado,
y extiende majestuosa e imponente
al crucifijo la convulsa mano.
Hidalgo se arrodilla, y aparece
un misionero a quien llamaban Santo
74
y que era el canónigo verdugo
el hombre venerado, y secretario.
Tal era el padre Rojas, noble pecho,
consuelo, amigo, salvador de Hidalgo.
Servidor de la Iglesia, la obedece;
hombre, se le admiró tierno y humano.
Con voz que sofocaba la honda pena,
leyó el terrible, el implacable fallo
de la degradación y los sollozos
reprimidos brotaron de sus labios.
En la sentencia, el odio y la calumnia
depositaron ponzoñosos rayos,
y del rencor la baba venenosa
sobre cada renglón dejó su rastro.
Y el colmo del cinismo, y lo supremo
del proceder cruel, lo más villano,
es, que se dice al fin la sentencia,
después de haber al reo degradado
y entregado al verdugo a su capricho
inerme al sacerdote abandonado…
“Tenedle compasión, no le deis muerte”;
después de asegurarlo en el cadalso,
como quien pone una ascua de ironía
sobre la herida que se ve sangrando.
Y en medio a tal horror, ni un ¡ay! Ni un gesto
se oyó ni vio del impasible Hidalgo.
los cuervos clericales se abalanzan
y pieza a pieza arrancan ensañados,
murmurando estupendos anatemas,
al Dios de amor infames calumniando…
Y de morder y devorar sedientos,
la frente le royeron y las manos,
dizque para arrancar hasta el recuerdo
de la gracia y el óleo sacrosanto.
Y así, rendido, objeto de la farsa,
parodiando el martirio y el calvario,
al procónsul Salcedo y a los suyos,
y a los que conocéis, Abela y Bracho,
con petulancia los esbirros negros
a Hidalgo silenciosos entregaron.
El preso mudo va; fórmanle escolta
los prevenidos grupos de soldados…
Y a poco, todo solitario queda,
Dando el sol al dosel, y en el tablado.
75
Romance de la muerte de Hidalgo 30
Guillermo Prieto
Alza ¡oh muerte! En medio al pueblo
tu esqueleto descarnado;
y con esa voz que vibra
en las almas con espanto,
dile cómo Hidalgo el grande
cayó rendido en tus brazos,
y refuerza tus acentos
para que crucen los años.
En la portada de agosto
se reflejaba el Sol claro;
la ciudad está desierta
y silenciosos los llanos;
escuchábase con miedo
el resonar de los pasos,
cual si perturbar temieran
de un moribundo el descanso,
o despertar de su sueño,
al tigre mal resguardado.
Nada revelan las voces,
y nadie interrumpe el tráfico;
pero se ve en las miradas
cierto intenso sobresalto,
prontos a llorar los ojos,
prontos a gemir los labios,
y el Sol como amarillento,
y cual de luto el espacio.
Como silenciosas nubes
caminan en vuelo tardo
grupos de gente del pueblo,
que hasta el hospital llegando,
se dispersan y se pierden
sin dejar ni leve rastro.
La plaza está solitaria,
el cuartel está cerrado,
y cree percibir el vulgo,
o percibe, rumor raro,
que traduce misterioso
su conmoción ocultando…
Fanáticos en los templos
oran y derraman llanto
30
PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., pp. 56 a 58
76
porque ven al sacerdote,
al de Dios vivo traslado,
al que las llaves del cielo
colocó Dios en las manos,
entregado a los verdugos,
de la Iglesia excomulgado,
al cielo y a sus grandezas
delincuente desertando.
Y entonces de los infiernos
mirándole como aliado,
mezclan acciones de gracias
al gozo de los tiranos,
y Satanás se sonríe
de tan sacrílego escándalo.
Algunos en las alturas,
junto al hospital nombrado,
parecen seguir el drama
los conmovedores cuadros.
Ya se forma espesa valla
desde la prisión de Hidalgo
hasta la pared maciza
que cierra el segundo patio:
ya se distingue un gran grupo
y vése en el centro a Hidalgo;
a su lado el padre Rojas,
y otros padres a sus lados:
ya se percibe confusa
la voz del bélico mando,
y marcha la comitiva
muy lúgubre, paso a paso.
Hidalgo va descubierto,
su capa negra flotando;
era negro su vestido,
ni pulcro ni descuidado.
Va grave, mas sin tristeza;
Erguido, sin intentarlo;
marchaba como marchaba
en su ignorado curato,
e los pueblos bendecido
y de los pueblos amado,
el bien, la paz y el contento
diligente derramando,
detúvose un solo instante,
porque dejaba olvidados
unos dulces, que apacible
les dio a los que lo mataron.
Fila de estatuas parece
77
la valla de los soldados,
tanta grandeza del cura
con lágrimas contemplando.
De pronto pavor horrible
como que interrumpe el acto,
y se duda, y se vacila,
y hay miedo, terror y pasmo.
Mientras se formaba el cerco,
que suele llamarse cuadro,
aislado entonces se aparta
al centro, sereno, Hidalgo,
de majestad y de gloria
y fe sublime radiando.
¡Ay! Los que lo hubieran visto,
y los que hubieran mirado
el valor de los verdugos
y de aquel heroico anciano,
ni en argucias de doctores,
ni en sutilezas de sabios
desfogaran su impotencia
derramando comentarios.
Hidalgo mira de frente
preparar a los soldados;
se arrodilla en un banquillo
que pusieron de antemano;
¡estalla el trueno! Las balas
vestido y carne rasgaron;
respetaban la cabeza
guardándola para escarnio.
No aspira el héroe convulso
y en el suelo derribado,
nuevas heridas su cuerpo
hacen, traidoras, pedazos;
la noble cabeza, intacta,
en roja sangre nadando,
mantiene abiertos los ojos,
fijos, apacibles, claros,
como bendiciendo al pueblo
y a la traición perdonando.
78
Después de los graves fracasos militares sufridos por el Ejército Insurgente en los
últimos meses de 1810 y los primeros de 1811, durante la primera fase de la
Guerra de Independencia, liderada por el cura Miguel Hidalgo y Costilla. En su
huída hacia el norte de la Nueva España, algunos personajes importantes del
movimiento fueron aprehendidos en Acatita de Baján, en el actual estado de
Coahuila.
El Gobierno Realista de la Colonia y las autoridades eclesiásticas de la Religión
Católica decidieron trasladar al Padre de la Patria a Chihuahua. A otros
acompañantes de Hidalgo: los franciscanos Carlos Medina, Ignacio Jiménez y
Bernardo Conde, el fraile mercedario Pedro Bustamante, así como los sacerdotes
Mariano Balleza e Ignacio Hidalgo y Muñoz, se les trasladó a la capital de la
entonces Nueva Vizcaya donde, por espacio de un año, estuvieron detenidos en la
cárcel de San Francisco y fueron juzgados, sentenciados a muerte y fusilados el
17 de julio de 1812 en las cercanías de la ciudad de Durango, en la llamada
Cuesta de la Cruz del rancho de San Juan, ubicada en la ladera norte del Cerro de
Mercado.
Para honrar la memoria de los héroes insurgentes, a principios de la década de los
noventas del siglo XX, el Gobierno del Estado hizo levantar un obelisco en el sitio
donde, de acuerdo con la tradición, los acompañantes de Hidalgo fueron
sacrificados. Los insurgentes fueron enterrados en el Templo del Santuario de
Guadalupe, por lo que el lugar es conocido como Explanada de los Insurgentes y
en ese sitio también existe un monumento en recuerdo de los mártires.
En 1857, el Congreso Constituyente declaró Benemérito de la Patria a don
Mariano Balleza. Por su parte, el ilustre liberal Guillermo Prieto compuso su
Romance de Durango, que relata los acontecimientos.
Romance de Durango 31
Guillermo Prieto
“Que mueran esos traidores
que usted celoso custodia;
31
PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., p. 52.
79
que les tiren por la espalda,
cuidando mucho la tropa
no apuntar a sus cabezas,
y que las tallares ropas
les vistan después de muertos
con respeto y ceremonia;
que al fin por ser sacerdotes
a la Santa Iglesia se honra.
Durango, a quince de julio.”
Y así concluyó la nota
de don Bernardo Bonavia
contra los nobles patriotas
que a la partida de Hidalgo
se quedaron en Monclova.
Alguno como caudillo,
dio a la Patria honor y gloria;
otros, en su ministerio
ejercieron santas obras
en la misión sacrosanta
de paz y misericordia.
Suenan roncos los tambores:
Allanda manda en persona,
la ejecución presidiendo
vil traidor y con faz torva.
Y de dos en dos los padres
que la comitiva forman,
van, con espanto del mundo,
como procesión de sombras,
majestuosos y tranquilos,
sin orgullo y sin congoja.
La gente en hondo silencio
a verlos pasar se asoma,
y se retira callando,
mas conmovida y llorosa.
Balleza, Conde e Hidalgo
van con reforzadas tropas;
Medina y Jiménez rezan
sin cuidarse de su escolta.
De pronto recia descarga
su eco en la ciudad prolonga,
y a poco Allanda y Saavedra
tornan frente de la tropa,
que redobla sus tambores
cual después de una victoria.
80
Monumentos a los héroes de la Independencia sacrificados en Durango
81
82
Cartones de Xavier Gómez sobre los sucesos de la Guerra de Independencia
en Durango
32
32
GÓMEZ, XAVIER. Bojedades, Libro II, México, Edición del autor, 1955, pp.23 y 24.
83
Nacido el 29 de septiembre de 1786, en Tamazula, Durango, José Miguel Ramón
Adaucto Fernández y Félix, quien fuera el primer presidente de México, es más
conocido como Guadalupe Victoria, su nombre de batalla. Victoria estudió en la
ciudad de Durango y en el Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de México,
donde se graduó de bachiller. Convencido de la causa de la Independencia, desde
1811, Victoria combatió al lado del jefe independentista José María Morelos y
Pavón, y participó en el sitio de Cuautla.
Según la tradición, el héroe durangueño se cambió el nombre en honor a la Virgen
de Guadalupe, Patrona de México y los insurgentes, el cambio de nombre fue en
la ciudad de Oaxaca, después de atravesar a nado el río Jalatlaco y lograr la
victoria al tomar la plaza enfrente del templo de Guadalupe, en la mencionada
ciudad. En esa hazañosa acción, realizada el 25 de noviembre de 1812, Victoria
mostró su valor al enfrentarse con el Ejército Realista, al lanzar su espada a través
del mencionado río Jalatlaco gritando su famosa frase célebre: Va mi espada en
prenda, voy por ella y, a nado en medio de la metralla, inició la carga contra los
realistas, por lo que sus motivadas tropas fueron tras él. Así, los insurgentes
rápidamente derrotaron a los realistas. Esta acción valió para que los
independentistas lo pusieran al mando del Ejército Insurgente en Veracruz.
El Congreso de Chilpancingo nombró a Guadalupe Victoria, General Brigadier, en
1814. Posteriormente el independentista durangueño acompañó a José María
Morelos a Veracruz y se quedó a operar en esa provincia donde obtuvo triunfos en
Tolomé y Puente del Rey, lugar donde estableció su cuartel una temporada.
Para 1816 cuando arribó a Nueva España el nuevo virrey, don Juan Ruiz de
Apodaca, Guadalupe Victoria atacó el convoy que lo llevaba a la Ciudad de
México e incluso, estuvo a punto de capturar a Apodaca. Controló la zona
veracruzana hasta 1817, año en que fue derrotado en Palmilla por el español José
Manuel de Armijo. A partir de entonces su zona de operaciones se redujo a una
angosta franja entre la costa al norte del puerto de Veracruz y las montañas
cercanas a Huatusco, donde resistió constantes acosos y persecuciones por parte
de los realistas.
84
En el Romance de Victoria se narra la acción por la que el héroe durangueño
decidió cambiar su nombre en la ciudad de Oaxaca.
Romance de Guadalupe Victoria 33
Rafael del Castillo
En el asalto que dieron
a la ciudad de Oaxaca
las huestes, que el gran Morelos
en persona comandaba,
se registró un hecho heroico,
hecho digno de la fama,
que en bronces debía esculpirse
cual galardón de la Patria;
pues sólo en la antigua Roma
se vieron tales hazañas,
por hombres singularísimos
que en su Historia se destacan.
Las trincheras de las calles
y los fuertes de la plaza
hablan sido ya tomados
a vivo fuego y matanza.
Los repiques de los templos
y las belicosas dianas
resonando por doquiera
la victoria proclamaban;
mas El juego de pelota,
que fortificado estaba,
era el teatro de una lucha,
sin ejemplo, denodada.
Ancho foso le circula.
y nadie se aventuraba
a cruzarlo, sin que al punto
en él la muerte encontrara.
Don Guadalupe Victoria.
era quien acaudillaba
a los bravos asaltantes
de aquella última muralla
defendida por realistas,
y anheloso por tomarla,
33
Romances de la Guerra de Independencia, México, Secretaría de Educación Pública, biblioteca
Enciclopédica Popular # 71, 1945, pp. 67 a 68. El Romance de Victoria, de Rafael del Castillo fue
escrito en 1910, en ocasión del Primer Centenario del inicio de la Guerra de Independencia.
85
en un esfuerzo supremo
de valor, tomó su espada
y arrojándola hasta el muro.
"Allá va en prendas esa arma",
les gritó con voz tonante,
"voy por ella"; y a la charca
del zanjón echóse a nado,
desafiando la metralla.
Tras él, sus fieles soldados,
vitoreándolo, se lanzan
como alud que se despeña,
cual turbión que se desata,
y al desvanecerse el humo
de la contienda empeñada
la bandera de los libres
ondeó triunfante en la escarpa.
Una imagen del general Guadalupe Victoria
86
General Guadalupe Victoria. Primer Presidente de la República Mexicana
87
El 4 de noviembre de 1814, el militar realista José Félix Trespalacios y el
insurgente Juan Pablo Caballero, junto con un grupo de conspiradores
independentistas, fueron aprehendidos por tropas realistas cuando intentaron
apoderarse del cuartel de la ciudad de Chihuahua, perteneciente a la Intendencia
de Durango.
Después de la fallida acción de los insurgentes, José Félix Trespalacios fue
juzgado y condenado a prisión en la colonia española de Ceuta, ubicada en el
norte de África, mientras que Juan Pablo Caballero fue sentenciado a muerte,
pena que le se le conmutó por diez años de prisión y destierro perpetuo en las
Provincias Internas. Al triunfo de la independencia, Caballero retornó a Chihuahua
y Trespalacios ocupó diversos cargos de gobierno.
El Romance de Durango, describe la acción insurgente de los conspiradores de
Chihuahua en 1814.
Romance de Durango 34
Guillermo Prieto
¡Oh, cuán triste es que la nube
que promete lluvia y fresco
a las apagadas plantas
y a los sembrados sedientos,
al desgarrar las entrañas
retumbando ronco el trueno,
despida fatal granizo,
viertan torrentes sus senos,
y difunda por doquiera
la consternación y el duelo!
¡Cuán triste es que nos despierte
con su mano el esqueleto
la realidad espantosa
de nuestros felices sueños!
Tales son, Durango amado,
de tus glorias los recuerdos,
cuando Félix Trespalacios
y Juan Pablo Caballero
proclamar la independencia
34
PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., pp. 69 a 70.
88
entre tus bravos quisieron.
Ya está alzada la bandera,
ya están listos los aceros,
ya va a prorrumpir en vivas
el gran corazón del pueblo,
cuando una voz de verdugo
grita airada: “Dénse presos”,
y cayeron mil esbirros,
sobre los jefes resueltos,
dispersándose, cual suele
en las regiones del viento
bandada parlera de aves,
del arcabuz al estruendo.
Los mites de las revueltas,
los serviles palaciegos,
los mismos que en los peligros
todos son terror y miedo,
pero que aparecen listos
a cosechar los trofeos
cuando los triunfos coronan
las armas de los guerreros,
esos claman por la muerte
de los desdichados presos,
y les agobian injurias,
y les disparan denuestos.
“Que hable el licenciado Bracho”,
el vulgo exclama rugiendo,
y éste, diestro y compasivo,
ira implacable fingiendo,
dice que marchen a Ceuta,
marchen a Ceuta al momento.
Los chaquetas se enfurecen,
los criollos están contentos,
y los patriotas aplazan
a más tarde sus deseos,
como sepulta sus aguas
al nacer pobre venero,
y taladrando la tierra
se ostenta, pasando tiempo,
raudal puro de llanura,
sirviéndole al Sol de espejo.
89
En los momentos más difíciles de la Guerra de Independencia, entre 1817 y 1821,
Guadalupe Victoria se negó a indultarse y después tuvo que huir y esconderse en
las selvas de Veracruz, hasta la promulgación del Plan de Iguala por Agustín de
Iturbide en 1821, cuando, como lo relata el Romance de Victoria (1821), el
irredento Victoria fue localizado por las tropas de Antonio López de Santa Ana.
Al consumarse la independencia y formarse el gobierno del Primer Imperio
Mexicano encabezado por Iturbide, Victoria junto
con Miguel Barragán
manifestaron sus ideas republicanas, por lo que la administración imperial los
encarceló. Victoria escapó y volvió a las selvas, después suscribió el Plan de Casa
Mata, en diciembre de 1822 y cedió el mando de las tropas veracruzanas a
Antonio López de Santa Anna.
Al desmoronarse el Imperio, Victoria se consagró a la formación de la República
Federal y fue elegido miembro del Triunvirato de Gobierno, junto con Nicolás
Bravo y Pedro Celestino Negrete. El Triunvirato que funcionó del 31 de marzo de
1823 al 10 de octubre de 1824, aunque el jefe durangueño únicamente trabajó
como triunviro hasta julio de 1824, ya que estuvo al mando de las tropas
veracruzanas que enfrentaban el bombardeo incesante de las tropas españolas
que, atrincheradas en el Fuerte de San Juan de Ulúa, intentaban la reconquista de
México. En esa oportunidad, Victoria negoció un armisticio para evacuar del puerto
a los extranjeros.
El héroe durangueño fue diputado por Durango al Congreso Constituyente de
1824, que publicó la primera Constitución Política del México Independiente y que,
el 2 de octubre, nombró a Guadalupe Victoria, Primer Presidente Constitucional de
México.
El 10 de octubre de 1824 el independentista durangueño tomó posesión como
primer Presidente de México, inicialmente con el carácter de provisional, hasta el
31 de marzo de 1825 y al día siguiente, 1 de abril, inició el periodo constitucional
que, de conformidad con la Constitución, terminó el 31 de marzo de 1829; con
Nicolás Bravo como vicepresidente.
Desde el inicio de su administración, el primer presidente durangueño tuvo que
enfrentar los graves problemas derivados de la Guerra de Independencia, que
90
había dejado al país en la ruina y con un enorme ejército y una burocracia
heredadas del régimen colonial. No obstante, sus obras inmediatas fueron:
centralizar la hacienda pública, facilitar las actividades de la Sociedad
Lancasteriana dedicada a la educación, estableció relaciones diplomáticas con
Inglaterra, Estados Unidos, América Central y La Gran Colombia, y ordenó
constituir la Marina de Guerra que le permitió su mayor logro: la total
independencia de México, cuando el 18 de noviembre de 1825, el general Miguel
Barragán tomó el último bastión español, la fortaleza de San Juan de Ulúa en
Veracruz. Así, su gobierno volvió a decretar e hizo efectivo el fin de la esclavitud
en el territorio mexicano y posteriormente delimitó la frontera con los Estados
Unidos.
Victoria entregó el poder a Vicente Guerrero, el 1 de abril de 1829 retirándose a la
hacienda de El Jobo, en Veracruz. Después de un largo padecimiento, el patriota
de Durango murió de epilepsia el 21 de marzo de 1843 en Tenancingo, Estado de
México. El 25 de agosto del mismo año, el Congreso de la Unión, lo declaró
Benemérito de la Patria. Su nombre está incrustado en letras doradas en el recinto
de la hoy Cámara de Diputados y sus restos reposan en la Columna de la
Independencia en la Ciudad de México.
Romance de Victoria
(1821)
35
Guillermo Prieto
Terror de los negros bosques,
de sí propio. horror y miedo,
cual fantasma pavoroso
su descarnado esqueleto,
va Guadalupe Victoria
por los lugares desiertos:
su piel dibuja en relieve
los perfiles de sus huesos;
35
PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., pp.199 a 201.
91
su pelo toca en sus hombros
en descuidados cadejos;
su barba, revuelta y lacia
baja hasta cubrir su pecho,
como esas ramas que cuelgan
en el rigor del invierno
del desmoronado muro
sobre las ruinas cayendo.
Sus pies, con las uñas corvas,
dejan la huella en el suelo,
no de hombre, sino de fiera,
o más bien de monstruo horrendo.
Entre el cabello y la barba
casi se adivina el gesto
del hombre, y sus negros ojos
tienen resplandor siniestro,
como ascuas que sobreviven
al devorador incendio.
En aquel ser misterioso,
ni hay lágrimas ni hay acento:
parece como que flota
entre la vida y los muertos,
y que el dolor le permite
que asista a su propio duelo…
y a este suicidio espantoso,
y a este salvaje tormento
se entregó el héroe querido
y se condenó el guerrero,
cuando viendo de la Patria
desparecer el remedio,
odio juró a los tiranos,
y juró morir primero
que mirarla sumergida
en afrenta y vilipendio.
Primero el Virrey le acecha,
con tan decidido empeño,
que no le deja descanso
ni deja a sus ojos sueño.
Dos veces el sol ardiente
su giro emprendió de nuevo,
y dos resisten sus carnes
de la canícula el fuego,
sin que la desdicha dome
su constancia y su ardimiento.
Fatigados sus verdugos,
le dan al Virrey por muerto
y le fingen un cadáver, ,
92
y suplantan un entierro,
con que el Virrey, ya vengado
se demuestra satisfecho.
En tanto, peces y yerbas
tosco sustento le dieron:
después a la húmeda
arena pegaba sus labios secos,
pidiéndole a la locura
si no la muerte el consuelo.
En los mares del Oriente,
sobre las ardientes playas,
nuestra tricolor bandera
bañada en luz se levanta,
y de Veracruz los muros
irresistible amenaza.
"¡Gloria!” -las arenas dicen,
"¡Gloria!" -repiten las aguas,
y en "¡Viva la Independencia!"
prorrumpe el pueblo entusiasta
a Iturbide .proclamando
y vitoreando a. Santa Anna.
Éste, noble y generoso;
dice a su tropa: "Nos falta
para dar pompa a estos hechos,
para completar sus galas,
que venga aquí el Gran Victoria”
y a unos dragones destaca
para que doquier le busquen,
para que en triunfo le traigan,
para que presencie ufano
las victorias de la Patria.
Van preguntando a los bosques,
de Santa Anna los soldados,
por Victoria esclarecido,
por Victoria el denodado,
adonde la humana planta
no ha dejado ningún rastro.
y perdida la esperanza,
de vagar desesperados,
ya se tornan a sus jefes
y ya abandonan el campo,
cuando ven junto a los mares
corno un hilo de humo: blanco;
vuelan donde el humo se alza,
pronto Victoria es cercado,
y al verlo, casi cadáver,
junto a una peña espirando,
93
inmóviles le contemplan,
y de compasión lloraron ...
"Levántate, gran Victoria,
mi General, levantaos,
que por fin la Independencia
alumbra como sol claro" ...
y erguido aquel esqueleto
y de ventura radiando,
gozoso, altivo, ligero,
alta la faz, firme el paso,
"¡Que viva la Independencia!"
grita, el acento esforzando,
y tiende a sus salvadores
los cadavéricos brazos.
Otra imagen del héroe durangueño Guadalupe Victoria
94
II. El Durango decimonónico. Invasiones,
bandidos, rebeliones
Entre los años de 1820 y 1823, los territorios de Sinaloa, Sonora, Nuevo México y
Chihuahua quedaron oficialmente segregados de la Nueva Vizcaya y el 22 de
mayo de 1824, el Congreso Constituyente de la República creaba el estado de
Durango, como miembro de la Federación. Mexicana.
Las primeras décadas del estado de Durango, propiamente dicho, tuvieron la
constante de las pugnas políticas entre los liberales y conservadores, así como de
las múltiples incursiones de las etnias seminómadas apaches y comanches a las
poblaciones de mestizos y criollos, incluyendo la capital del estado.
Con respecto al desarrollo de la música en la entidad en esos años, el historiador
durangueño José Fernando Ramírez en su libro Noticias históricas y estadísticas
de Durango escribió lo siguiente:
El gusto por la música se extiende hasta las clases menos acomodadas, de
las cuales sin maestros, sin modelos y sin estímulos, han salido dos
orquestas, que no dejaron descontento al señor Enrique Herz. En casi todas
las casas se encuentra un instrumento musical, y cuando en 1840,
Zacatecas no tenía más que dos pianos y ningún pianista. Ambas cosas
abundaban en Durango.
36
En el año de 1846, el viajero inglés George F. Ruxton quien, a la sazón, realizaba
una travesía por el noreste de la entidad, al encontrarse de paso en el poblado de
San Pedro del Gallo, en su libro Aventuras en México, además de informar sobre
los ataques de los apaches y comanches, y sobre los defectos y virtudes de las
durangueñas y los durangueños, relató lo siguiente
Por la tarde trajeron una guitarra y se celebró un fandango en mi honor. Las
danzas de la gente del campo son graciosas, con buenas dosis de
95
pantomima, pero sus mejores cualidades están en las canciones que
acompañan con música y que, entonadas en voz baja, parecen novelas y
son muy agradables.
37
En 1847, los invasores gringos pasaron por Durango nomás de ladito y ocuparon
por un día la población de Mapimí. En los años cincuentas del siglo XIX, la terrible
gavilla de los bandidos tulises asoló diversos poblados e incluso la capital del
estado. El dato destacable sobre los tulises fue su relación política con el bando
de los conservadores, quienes no dudaron en entrar en tratos con los delincuentes
con la finalidad de acabar con sus enemigos los liberales.
En el momento de la Intervención Francesa, la capital de Durango fue ocupada
por los zuavos y durante el retorno al país de Benito Juárez, con su República
trashumante, en 1866, una vez que los franceses y sus tropas mercenarias
abandonaron el suelo patrio, el Benemérito de las Américas pasó unos días en la
Perla del Guadiana. Para 1871, la pugna por el poder, entre los leales a Benito
Juárez y los sublevados con el Plan de la Noria que apoyaron a Porfirio Díaz tuvo
sus repercusiones guerreras en la entidad.
Entre 1857 y 1873, los indígenas del sur del estado se vieron involucrados en la
larga guerra agrarista y milenarista que, contra el Estado Mexicano, lideró Manuel
Lozada, El Tigre de Alica.
Una gran cantidad del acervo de la lírica durangueña decimonónica se ha perdido,
por no existir en su momento los contenedores ni las técnicas adecuadas para
salvaguardar los textos y las notas. Aún así, diversos materiales, sobre todo
canciones, himnos y corridos han podido llegar hasta nuestros días. Los temas de
la lírica narrativa se centran en: la guerra entre liberales y conservadores, el
combate a los bandidos tulises, la Intervención Francesa y la estancia de Juárez
en la entidad, La rebelión de Porfirio Díaz contra el gobierno de Benito Juárez y las
acciones de guerra de El Tigre de Alica, en su lucha por la devolución de la tierra a
los indígenas del sur del estado.
36
RAMÍREZ, JOSÉ FERNANDO. “Noticias históricas y estadísticas de Durango”, en: Obras
históricas Tomo V, Poliantea, México, UNAM, Colección Nueva Biblioteca Mexicana # 148, 2003,
pp. 280 a 281.
37
RUXTON, GEORGE F.. Aventuras en México, México, Ediciones El Caballito, 1974, p. 142.
96
En el año de 1863, se estableció en Durango el arpista profesor Dámaso Uriza y
como resultado de su labor docente paulatinamente se fueron conformando
diversos conjuntos musicales en la entidad. Otra fuerte influencia fue la de los
músicos militares franceses adscritos a las bandas quienes durante la ocupación
amenizaron paradas militares, desfiles y bailes, con lo que hicieron escuchar otros
ritmos y dotaciones instrumentales a los músicos durangueños.
38
38
HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento,
97
En 1827, según el censo del Gobierno del Estado, el territorio durangueño tenía
149,821 habitantes, de los cuales 556 eran ministros religiosos regulares y
seculares. Una pequeña parte de los durangueños, siguiendo la corriente de la
época, se aglutinaron en dos organizaciones políticas, irreconciliables entre sí, la
Logia Yorkina, que integró a liberales republicanos y a quienes sus antagónicos
pusieron el apodo de cuchas, y la Logia Escocesa, en manos del Alto Clero, que
estuvo conformada por conservadores centralistas y a estos, sus antagónicos les
pusieron el mote de chirrines.39
El encono de la lucha de las logias y su
peligrosidad, obligó al parlamento mexicano a decretar la disolución de las mismas
el 25 de octubre de 1828. Por su parte la Iglesia Católica, mediante la publicación
de la bula Quo Graviora, del Papa León XII, el 13 de mayo de 1826, proscribió las
sociedades masónicas, aunque estas siguieron existiendo.
Cuchas y chirrines se enfrascaron en las luchas políticas que determinaba el
centro del país y, por lo general, coincidían con el predominio de los
correligionarios del gobierno del país, vinculándose casi sincrónicamente, con las
revueltas y pronunciamientos de la tercera, cuarta y quinta décadas del siglo XIX.
De las pugnas entre escoceses y yorquinos, sobresale el cuartelazo de marzo de
1827, durante el cual, al grito de: Dios Libertad y Ley, los rebeldes masones
escoceses ocuparon la ciudad de Durango, en un intento de limitar el poder de los
masones yorquinos. Al final de la jornada, el 11 de abril, los yorquinos recuperaron
el centro del poder estatal.
En marzo de 1830, con la ascensión de los centralistas al poder, los escoceses
chirrines retribuyeron los capitales eclesiásticos que, los yorquinos cuchas,
durante su estadía en el poder, habían enajenado. Los ataques entre cuchas y
chirrines incluyeron la composición de poesías y canciones ofensivas. Las pugnas
de los cuchas contra los chirrines se prolongaron hasta la Guerra de Reforma.
Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, pp. 7 y 8.
39
De acuerdo con don Fernando Ramírez. Chirrín era el apodo de un hombre pacífico y sin letras
pero con pretensiones de gran señor y literato. Y Chucha era un mendigo crapuloso entre simple y
bellaco que ganaba su vida haciendo reir con llanto y lágrimas fingidas, siendo por lo mismo el
ludibrio y desprecio del pueblo. (GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango.
1821-1910, México, Editorial Jus, 1955, p. 41)
98
Décimas de cuchas contra chirrines 40
Anónimo
Con una maldita maña
se nos quiere alucinar,
y que hallamos de gritar:
“¡Chirrines, que viva España!”.
Esa habilidad se engaña
cuando un camino toma
pues con tan rústica broma,
llegándola a consentir
es lo mismo que decir:
“¡Cristianos, que viva Mahoma!”.
Chirrines, ya feneció
la ley de convocatoria,
y su observancia ilusoria
Cucha malicia tomó.
Usando al pueblo usurpó,
un vil partido opresor,
los derechos de elector,
y con notorio agravio,
tres votos de inmundo labio
forjaron un senador.
El autor de ese pasquín
con seguridad y mucha
sin duda es algún cucha
y se vende por chirrín.
40
GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial
Jus, 1955, pp. 41 a 42.
99
Durante la Invasión Estadounidense a México, en los planes guerreros del ejército
invasor no estaba el entrar al estado de Durango. Previo al trazo la ruta hacia el
centro del país, para evaluar los costos y beneficios de la empresa, los
estadounidenses habían enviado a un daguerrotipista para que tomara las
primeras placas fotográficas de daguerrotipo en la entidad. Una en la Catedral de
la ciudad de Durango y otra en la Fábrica de Hilados y Tejidos de El Tunal, los
resultados de la evaluación hicieron que la invasión se trazara por el lado del
extremo noreste del estado de Durango. Así, los gringos se salvaron de que los
durangueños les compusieran corridos y sólo Mapimí fue la población durangueña
que mil yanquis invasores ocuparon el 9 de mayo 1847 y al día siguiente
continuaron con rumbo a Parras, Coahuila. Dada su importancia documental, se
reproducen aquí los primeros daguerrotipos tomados en el estado de Durango.
La Catedral de Durango, daguerrotipo estadounidense anónimo, 1847 (circa)
41
41
Catedral in Durango, México, daguerreotype, quarter-plate, c. 1847, 3-1/4 x 4 in . (8.3 x 10.2
cm.), en: Martha A. Sanweiss / Rick Stewart y Ben W. Huseman. Eyewitness to war. Prints and
100
Fábrica de Hilados y Tejidos de El Tunal, daguerrotipo estadounidense
anónimo, 1847 (circa). 42
daguerreotypes of the Mexican war, 1846 – 1847, Fort Worth, Tex., Washington, D. C., Amon
Carter Museum / Smithsonian Institute Press, 1989, p. 83.
42
German Cotton Manufacturer in Durango, México, daguerreotype, quarter-plate, c. 1847, 3- 1/8 x
4-1/8 in. (8.0 x 10.5 cm.), en Martha A. Sanweiss / Rick Stewart y Ben W. Huseman. Eyewitness to
war. Prints and daguerreotypes of the Mexican war, 1846 – 1847, Fort Worth, Tex., Washington, D.
C., Amon Carter Museum / Smithsonian Institute Press, 1989, p. 84. Los dos daguerrotipos
101
En 1857, durante el inicio de la Guerra de Tres Años o Guerra de Reforma, el
gobernador del estado de Durango, José de la Bárcena, no dudó en secundar al
bando conservador. Sin embargo, el jefe militar de los conservadores, Félix María
Zuloaga, tampoco dudó en sustituir en el puesto ejecutivo durangueño a de la
Bárcena para imponer al general José Antonio Heredia, un militar a modo, para la
defensa de la plaza.
Por su parte, los mandos liberales ordenaron al coronel Esteban Coronado, quien
se hallaba en Chihuahua, que marchara con sus seiscientos de tropa para
recuperar la plaza de Durango para el gobierno de la Reforma.
Después de un sitio que se prolongó del 3 al 7 de julio de 1858, los liberales
ocuparon la capital del estado. En el corrido que celebra la acción se menciona al
coronel liberal Esteban Coronado y a los generales conservadores: José Antonio
Heredia y Manuel Arteaga, así como al alférez liberal José Tarango, Tagarno en el
corrido, quien, en desventaja numérica, se distinguió al cortar la retirada de los
conservadores con una mínima fuerza de 26 hombres.
¿A dónde vas Coronado? 43
Anónimo
¿A dónde vas Coronado,
dejas ahí a tu mujer?
“A tomar a Durango,
a morir o vencer”.
Por la calle del Moro
no se puede pasar,
porque ahí dice el Tagarno:
“Arrincónemelo ahí”.
Si es Heredia, es lo mismo,
s es Arteaga, es igual;
a cualquiera que pase:
“Arrincónemelo ahí”.
expuestos fueron cortesía de Bernabé Hernández Andrade, quien radica en la ciudad de Los
Ángeles, California.
43
GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial
Jus, 1955, pp. 117 a 118.
102
En medio del ambiente nacional de ingobernabilidad, por la constante guerra de
liberales contra conservadores, las incursiones de los comanches y los apaches,
así como las múltiples invasiones extranjeras, durante los primeros años de la
naciente República Mexicana, los Tulises fueron un grupo de bandoleros que
operaron en la década de los años cincuentas del siglo XIX, en los estados de
Durango y Zacatecas. Se supone que recibieron el nombre de Tulises por ser
evadidos de la cárcel de San Andrés de Teúl, Zacatecas. En su momento, los
bandidos fueron sacados de la prisión por una guerrilla del Partido Conservador,
con la intención de que actuaran a favor de su bando aunque, de inmediato, los
delincuentes se separaron de los conservadores para delinquir por su propia
cuenta.
La pandilla de los Tulises se incrementó con la anexión de tres cuadrillas de
salteadores de caminos que merodeaban la región sur de Durango, bajo las
órdenes de Eutimio Serrato, Mucio Aquino y Francisco Valdéz, mejor conocido
como El Cucaracho. Reunidos en el poblado de Súchil, Durango, los Tulises
reconocieron como su jefe a Manuel Fernández y bajo su dirección saquearon El
Mezquital, entre otras poblaciones del sur del estado.
Fortalecidos y sin detenerse, el 11 de septiembre de 1859, los Tulises ocuparon la
ciudad de Durango. Como dueños de la ciudad, los Tulises fueron convocados por
los conservadores a una junta en el Palacio de Gobierno del Estado. En la
reunión, los bandoleros recibieron el apoyo y las bendiciones del cura del
Sagrario, del guardián del Convento de San Francisco y de diversas personas
conservadoras notables del comercio durangueño.
A la sazón, el Gobierno Liberal comisionó al capitán Tomás Borrego para combatir
a los Tulises y este, con sus tropas, logró expulsar a los bandidos de la capital del
estado. Los Tulises continuaron sus correrías y saquearon las poblaciones de
Santiago Papasquiaro y San Juan del Río, Durango y, posteriormente, se
adhirieron a los conservadores bajo la bandera del Plan de Tacubaya,
obedeciendo las órdenes del general conservador Domingo Cajén. Derrotados en
San Juan de Guadalupe, Durango, los Tulises se dispersaron y paulatinamente
fueron cayendo en las manos de la justicia en diversos territorios durangueños y
103
zacatecanos. Las acciones de los Tulises dieron lugar a la composición del
siguiente corrido testimonial.
Corrido de Los Tulises 44
Anónimo
Allá por sesenta y dos
pastoreando unas carretas
Los Tulises se acercaron
hasta el rial de Zacatecas.
Cuando me volví Tulís
mi padre me lo evitó.
“¡Uno sabe dónde nace,
pero donde muere, no!”
Bajaron los tulisanes
bajaron de tierra fría,
que por no robar de noche
robaron al medio día.
¡Que sí, que no,
Santa Lucía!
Por estar contigo, mi alma,
ya mero me amanecía.
Yo tenía mi Tulisana
que me la quería robar
me dijo que la dejara
que ya se iba a presentar.
No llores Tulisanita,
no llores, ni hagas llorar,
quien te trajo de tu tierra
te ha de volver a llevar.
¿Qué dices, mi alma,
qué dices, pues?
echemos el pecho al agua,
lo echaremos de una vez.
44
ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección
Científica # 46, 1976, pp. 23 a 25.
104
Bonitos los Tulisanes
cuando empiezan a robar,
se embozan hasta los ojos
y empiezan a disfrutar.
Decía Francisco Valdez
que nada lo acongojaba,
que estando en potrero doble
su caballo no brincaba.
¿Qué dices, mi alma,
qué dices, pues?
Los he de seguir robando
y aunque me afusile el juez.
Donde andan las aguilillas
no rifan los gavilanes,
ni las naguas amarillas,
aunque les pongan olanes.
El jefe don Mucio Aquino
no era ningún gallina,
pues él entró a Sombrerete
y a Fresnillo, rial de minas.
Estando por Zacatecas,
una mañana de invierno,
los agarraron a todos
las cordadas del gobierno.
El meco Francisco era otro
de los que echaban pirata
quedó, cerca de Las Pilas,
suspendido de una reata.
Decía José María:
“¡El Santo Niño nos valga!
¡Que el caballo Cantarito
ya va herido de una nalga!”
¿Qué dices, mi alma?
Te lo decía
que andando por los caminos
se había de llegar el día.
Desde allá de Sierra Fría
vienen a robar los riales,
105
y al amparo de la noche
entran hasta los portales.
En todo el camino real
ya se acabó la alegría;
mataron al negro Utimio
y al curro José María.
Doña Teodora Bañuelos
cuando supo la razón
luego ensilló se caballo
se lo echó a la comisión.
La cordada de Fresnillo,
también la zacatecana,
mataron cuatro Tulises,
el jueves por la mañana.
Vuela, vuela palomita,
paloma zacatecana,
anda llévale la nueva
a mi amada tulisana.
Vuela, vuela palomita,
y aunque se me enoje el juez,
si este corrido les gusta
se los cantaré otra vez.
106
Capitán Tomás Borrego
107
Domingo Cajén fue un militar de origen español que se afilió al Partido
Conservador y, durante la Guerra de Reforma, Miguel Miramón, el presidente de
los conservadores, lo comisionó para desarrollar las operaciones militares contra
los liberales en el estado de Durango. Así, en el año de 1859, Domingo Cajén, al
mando de 400 soldados conservadores, atacó la población de San Juan de
Guadalupe y fue rechazado y derrotado por las tropas liberales del capitán Tomás
Borrego, en El Alamillo. Posteriormente Cajén incorporó a sus fuerzas a los
bandidos Tulises.
Sin dejar de combatir, después de derrotar a los liberales del coronel José María
Patoni en Santa Bárbara, para el 17 de febrero de 1860, Domingo Cajén entró a la
ciudad de Durango y de inmediato, los conservadores le dieron el cargo de
gobernador del estado. En la ceremonia de festejo por el arribo de Cajén y sus
tropas a la Perla del Guadiana, se pronunciaron unos versos lisonjeros que han
llegado hasta este libro.
Versos en honor a Domingo Cajén 45
Antonio G. del Palacio
De mi niñez las horas más floridas
en la feliz España, se volaron:
y allí de religión y patria unidas
los nombres en mi pecho se grabaron.
En tí, Cajén, las miro revividas,
pues Méjico y España en tí triunfaron.
Religión, libertad, justicia sean,
lo que en nosotros los contrarios vean.
Como brilla tras hórrida tormenta
esplendoroso el Sol en la montaña,
así el noble guerrero se presenta
indulgente después de la campaña.
¿Por qué no cesa ya la lid cruenta
que de la patria el horizonte empaña?
Aún no es llegado de la unión el día;
Mas sí el de la clemencia e hidalguía.
45
GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial
Jus, 1955, p. 127.
108
Ya en su papel de gobernador conservador del estado, Domingo Cajén se aprestó
a combatir a las fuerzas liberales. Derrotó a los hombres del coronel José María
Patoni en Avilez, a los de Eulogio Núñez en Cilla Allende, Chihuahua y a otros
jefes liberales en territorio durangueño.
En el Corrido de Domingo Cajén se hace mención a la expedición que organizó
Cajén hacia el estado de Sinaloa, con el objeto de ocupar el puerto de Mazatlán,
partiendo de la ciudad de Durango. En el sinuoso camino a Mazatlán, por la Sierra
Madre Occidental, Cajén fue emboscado por los liberales, quienes lo derrotaron en
el Espinazo del Diablo, El Espinal en el corrido. Después de la derrota, el jefe
conservador español fue perseguido y fusilado en la Laguna del Tanque.
Corrido de Domingo Cajén 46
Anónimo
Cajén partió de Durango
en su caballo alazán,
diciendo que entraba al puerto
bebiendo leche con pan.
La conserva de Durango,
para Mazatlán marchó
mas como era de membrillo
en El Espinal se agrió.
109
Nacido el 22 de septiembre de 1828, en San Luis, Cantón de Tepic, entonces
perteneciente al estado de Jalisco, Manuel Lozada, en calidad de arriero y
contrabandista, sirvió a la casa comercial Barrón, Forbes & Cía., y como
guerrillero, al mando de un fuerte grupo de indígenas coras, huicholes,
tepehuanes y mexicaneros, de la región que comprende los límites de los estados
de Jalisco, Zacatecas, Durango y Nayarit. combatió a los liberales desde 1857. En
1858 los guerrilleros de Lozada ocuparon Ixtlán y el rancho Ocotillo, donde
derrotaron a las tropas liberales regulares del coronel José María Sánchez.
En su revuelta, Lozada se fue apoderando de gran parte del entonces estado de
Jalisco. La fuerzo de Lozada residía en que, en los territorios que iba ocupando,
imponía una serie de normas agrarias que beneficiaban a los indígenas de la
zona. El 7 de marzo de 1861, se inició una campaña a fondo, con más de tres mil
hombres, dirigida por el gobernador de Jalisco Pedro Ogazón y los coroneles:
Antonio Rojas, Ramón Corona y Herrera y Cairo, para terminar con la amenaza de
los lozadistas cuyos ataques, de acuerdo con los relatos y testimonios, se
caracterizaban por la crueldad extrema.
Los soldados que guerrearon contra los lozadistas fueron conocidos como Los
colorados, a los que hace mención el canto de guerra. Después de nueve días de
combate en el Paso de Alica, los persecutores de Lozada fracasaron en su intento
de acabar con los guerrilleros agraristas. 47
Los colorados 48
Anónimo
Ahí vienen los Colorados
de la Sierra de Amarillas,
échame a tus brazos mi alma,
con esas venas azules.
Salieron los colorados,
46
GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial
Jus, 1955, p. 129.
47
MEYER, JEAN. La tierra de Manuel Lozada, México, Universidad de Guadalajara / Centre
d‟Etudes Mexicaines et Centreaméricaines, 1989, pp. 162 a 167.
48
VÁZQUEZ SANTA ANNA, HIGINIO. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo I, México, Ediciones
Botas, 1953. pp. 160 a 161.
110
Salieron de uno en uno,
y su chata les decía:
“Los que se van..; ¿pero uno?"
Salieron los colorados
salieron de dos en dos,
y su chata les decía:
“Porqué no dicen adiós".
Salieron los colorados,
salieron de tres en tres,
y su chata les decía,
"¡vamos matando un francés!”.
Salieron los colorados,
salieron de cuatro en cuatro,
y su chata les decía:
"Que me traen de Guanajuato".
No quiero paz,
no quiero unión,
lo que quiero son balazos,
¡Viva la Revolución!
No quiero paz,
no quiero nada,
lo que quiero son balazos,
con el general Lozada.
111
Durante la Intervención Francesa, en el contexto de lucha contra los imperialistas
extranjeros y nacionales, el más sobresaliente líder político que, víctima de la
persecución, en medio de una azarosa y peligrosa travesía por el norte del país,
mantuvo la idea, la coherencia, las leyes, la guerra, así como el espíritu
republicano y de la Reforma fue el presidente Benito Juárez García.
En los últimos días del mes de noviembre, los últimos soldados franceses que
ocupaban la ciudad de Durango, dejaron la plaza. De inmediato las tropas
republicanas del general Silvestre Aranda se posesionaron de la Perla del
Guadiana.
El 26 de diciembre de 1866, en el largo periplo de la República trashumante, el
presidente Benito Juárez arribó a la ciudad de Durango. En el artículo titulado
Juárez, de Luis Zubiría y Campa y citado por José Ignacio Gallegos se da cuenta
de la entrada del líder republicano decimonónico a la ciudad de Durango:
“El 26 de diciembre de 1866 don Benito Juárez, hizo su entrada a la ciudad de
Durango, donde fue recibido con entusiasmo y arcos triunfales; las principales
personas del Partido Liberal, salieron a encontrarlo a la Garita del Norte, donde se
formó un templete para darle la bienvenida y pronunciar discursos alusivos al acto;
las campanas se echaron a vuelo y la artillería de la plaza hizo los honores de
ordenanza, disparando veintiún cañonazos. La comitiva oficial entró en elegantes
coches y el pueblo, delirante, pretendió arrastrar la carretela presidencial y quitar le
los caballos, pero el señor Juárez, de manera suplicatoria se opuso a ello.
La calle de mayor tráfico ha sido siempre la que hoy lleva el nombre de
Constitución y que en ese tiempo la apellidaban De los Conservadores, por tener
muchos de los connotados imperialistas sus residencias allí; la comisión
encargada del recibimiento no quiso que el presidente entrara por esa calle, sino
por la de Teresas (hoy Juárez). Al pasar por el lado oriente de la Plaza de Armas
se le extendió una gran bandera francesa, para que pasara sobre ella; al notarlo
don Benito, detuvo la carretela disgustado y ordenó que fuera levantado el referido
pabellón. Después se supo que la idea del hecho fue la señora Luz Noriega de
Arce, que había sido perseguida en la época de los franceses por su labor
patriótica a favor de la causa republicana; era esposa del general liberar Francisco
112
O. Arce. El séquito continuó y dio vuelta por la calle Real, hoy calle de 5 de
febrero, hacia la casa de Gobierno, donde se había preparado alojamiento al
presidente y sus acompañantes, que lo eran: el Lic. José María Iglesias, el Gral.
Ignacio Mejía, el Gral. Francisco Ortiz de Zárate, etc., y su escolta especial.
Por la noche se dio un gran baile en el salón principal del Palacio de Gobierno, al
que asistieron las familias de los liberales, distinguiéndose entre las damas, la
señora Guadalupe Porras de Mascareñas, con quien bailó una pieza el
Presidente; la aristocrática señora Josefa Segura de Santa María; la inteligente y
sociable señora Carmen Itune de Santa María; la arrogante señora Luz Noriega de
Arce; la señora Francisca Asúnsolo de la Peña llevando elegante traje tricolor;
doña Cleofás Valles de Ríos y Valles, doña Antonia Prado de Hernández, etc.. La
misma noche hubo fiestas públicas populares, un baile de la Plaza de Armas y los
cohetes clásicos.
Al día siguiente se obsequió al señor Presidente con un suntuoso banquete; al
finalizar éste hubo varios brindis y el señor Cayetano Mascareñas aludiendo a
algunas personas que habían simpatizado con el régimen anterior y que trataban
de acomodarse al nuevo orden de cosas, pronunció unos versos que terminaban
así:
Brindo por las blusas rotas
en la guerra, no en la paz;
no por los falsos patriotas
que gustan ponerse botas
al sol que calienta más.
El día 27 por la noche, la Compañía de Ópera Mexicana, que se encontraba en
Durango desde el mes de julio, dio una función de invitación, en el actual Teatro
Victoria, a la que concurrieron los liberales. Al entrar el Presidente se estrenó el
Himno a Juárez, composición durangueña con música del director de la compañía
señor Miguel Meneses y letra del licenciado Antonio Verdugo.”
49
49
GALLEGOS, J. IGNACIO. Compendio de Historia de Durango, 1821 – 1910, México, Editorial
Jus, 1955, pp. 148 a 150.
113
Desde ese momento el himno en cuestión se canta, el 21 de marzo de cada año,
en todas las escuelas públicas del estado de Durango y su letra es la siguiente:
Himno a Juárez 50
M. de Miguel Meneses y
L. de Antonio Verduzco
¡Viva Juárez! Mil ecos repitan,
porque Juárez la Patria nos dio.
Y ya rotas las férreas cadenas.
Impotente el tirano partió.
Hoy la Patria levanta su frente
do la huella estamparas el dolor,
y si aún llora, su llanto es tributo
con que Juárez le muestra su amor.
Ya la América entera contempla
al campeón de la santa igualdad.
Y si Europa otro Juárez tuviera,
cantaría también libertad.
Para contrarrestar la influencia de los versos del Himno a Juárez, los
conservadores citadinos durangueños acomodaron una parodia con la misma
métrica que rezaba lo siguiente:
¡Muera Juárez! Chaleco de pita,
porque Juárez, la Iglesia robó. 51
50
http://ieepo.info/foro/viewtopic.php?t=3736
CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corridos y canciones del siglo XIX. Glosa al programa de
Concha Michel (Palacio de Bellas Artes) 25 de mayo de 1946, Durango, Dgo. Editorial del Supremo
Tribunal de Justicia, 1987, p. 20.
51
114
Casa de Gobierno de Durango, donde se hospedó don Benito Juárez
115
Durante la rebelión porfirista en contra de la reelección de don Benito Juárez,
sustentada en el Plan de La Noria, en el estado de Durango, el ya entonces
general Tomás Borrego apoyó la rebelión secundado por algunos jefes guerreros
locales entre los que se contaba a Toribio Regalado Rosales, quien actuó en la
Región Lagunera, irrigada por el Río Nazas y limítrofe con el estado de Coahuila.
Por su parte, el general Francisco Tolentino, quien había ocupado por algún
tiempo la comandancia militar de Durango, fue enviado a combatir a los rebeldes
porfiristas de Regalado en La Laguna y trabó combate contra los insurrectos en la
Hacienda de Aviléz, hoy Ciudad Juárez, en noviembre de 1871.
En el Corrido de Regalado y Tolentino, también denominado como Corrido
norteño, se da la razón poética de la derrota de los leales juaristas de Tolentino
ante las fuerzas porfiristas de Regalado. Previo a la batalla de Aviléz, el general
Borrego había entrado a la ciudad de Durango, el 15 de octubre del mismo año.
Sin embargo, al fracasar el Plan de La Noria, don Benito Juárez envió a Durango
al general Sóstenes Rocha para que recuperase la plaza, misma que le fue
entregada sin resistencia el 22 de marzo de 1872.
Corrido de Regalado y Tolentino 52
Anónimo
Amigos voy a contar
una horrible desventura,
que por poco es sepultura
de gloriosa libertad.
Los valientes generales:
Regalado y Tolentino,
de lo granado y muy fino,
sufrieron horribles males.
En un lugar inmediato
al famoso Tlahualilo,
bailaron como en un hilo
y pasaron un mal rato.
52
PÉREZ MARTÍNEZ, HÉCTOR. Trayectoria del corrido, México, s.p.i., 1935, pp. 43 a 45.
116
Caudaloso y bello río
con sus riberas hermosas,
sólo fue sepulcro frío
de las victorias grandiosas.
Ese Nazas, que en sus vegas
riega maizales y flores,
fue entonces amigo a ciegas
y aliado de los traidores.
Los mochos en las alturas
por delante y por detrás,
estaban en las llanuras
juntándose más y más.
¡Adiós Chaparral florido,
de la Hacienda de Aviléz!
Donde peleó regalado
con rifles del dieciséis.
Los ojos de Tolentino
brillaban como la Luna,
gritándole al Santo Niño:
“¡Sácame de esta Laguna!”
En La Laguna anda un pato
vestido de colorado:
“No te asustes Tolentino,
que es Toribio Regalado”.
Terminada la batalla
y viéndose ya perdido,
quiso salir de la raya
exclamando: “¡Estoy molido!”
En un caballo lechero,
de modesto, humilde rango,
llegó el ilustre guerrero
a la ciudad de Durango.
117
En las primeras cuartetas de las Mañanas de Manuel Lozada. se narra el ataque
de los lozadistas a Valparaíso, Zacatecas, el 26 de octubre de 1861, aunque en el
corrido aparece la fecha de catorce de abril de 1860, durante la primera rebelión
de Manuel Lozada, misma que terminó con la firma de los Convenios de
Pochotitlán, firmados entre los liberales y los lozadistas el primer día de febrero de
1862 y en los que Lozada se comprometía a disolver sus fuerzas, a cambio de
garantías y de que el gobierno tomaría en cuenta la defensa de los indígenas
regionales, en lo referente a sus litigios por los terrenos con las haciendas
colindantes al territorio de Lozada.
El corrido salta en su narración 13 años, hasta la muerte de Lozada. Durante el
lapso de 1862 a 1873, Lozada fue el personaje central de la historia de Nayarit y la
región que comprende los límites de los estados de Jalisco, Zacatecas, Durango,
Sinaloa y Nayarit. .
El 15 de agosto de 1863, Manuel Lozada firmó, en el pueblo de San Luis, hoy San
Luis de Lozada, que era su centro de operaciones, el Acta de Adhesión al Imperio
de Maximiliano; de quien recibió una espada con rica empuñadura e
incrustaciones finas, por los servicios prestados al Segundo Imperio Mexicano. Al
tomar el puerto de Mazatlán para el Imperio, Lozada recibió, a su vez, la Cruz de
la Legión de Honor enviada por el emperador francés Napoleón III. El Tigre de
Alica permaneció fiel al Imperio hasta 1866 y el primer día de diciembre del mismo
año, ante la debacle de la Intervención Francesa, se declaro neutral.
Lozada estableció en su territorio un cacicazgo casi absoluto y la compañía
comercial Casa Barrón, Forbes & Cía., aprovechó el dominio regional de Lozada y
la autonomía del cantón de Tepic para sus negocios de contrabando de plata que,
al ser exportada por el puerto de San Bias, en buques de guerra ingleses, eludía el
control arancelario del Gobierno Central. Sin embargo, en 1867, Lozada reconoció
al Gobierno de Benito Juárez y Tepic fue transformado en Distrito Militar,
segregado del estado de Jalisco e independiente del centro.
Con la seguridad de la autonomía reconocida por el Gobierno del Centro, Lozada
dio la espalda a la Casa Barrón Forbes & Cía. y comenzó a restituir a los pueblos
de sus seguidores, las tierras que las haciendas les habían despojado, y los
118
beneficiarios fueron los pueblos: cora, huichol tepehuán y mexicanero, de la región
en que limitan los estados de Nayarit, Jalisco. Zacatecas, Durango y Sinaloa.
Lozada tuvo bajo su dirección, siempre directiva, jamás imperativa, a los
tepehuanes de Santa María Ocotán, San Francisco y Quiviquinta, a los de
Santiago Teneraca y a los de Tasquaringa [sic],53 a los huicholes que se
distribuyen entre los cuatro pueblos situados a lo largo del río Chapalagana
Tensompan, Santa Catarina Cuexcomatitán, San Sebastián Teponahuastán
y San Andrés Cohamiata], a los coras de Santa Teresa, Huazamota, Jesús
María, Mesa del Nayar y San Juan Peyotán. […] En torno a uno de sus
pueblos, Guaynamota, se dieron los últimos combates. […] Fuera de estos
tres linajes [indígenas], desde luego no solidarios, tras Lozada fueron
pueblos mezclados como Pueblo Viejo, Durango, donde hay aztecas y
tepehuanes, Nostic, formado por aztecas que desde hace mucho tiempo
olvidaron su lengua, Milpillas Chico, San Francisco y otros más donde los
coras, los huicholes y los tepehuanes coexisten tranquilamente. Todo sin
hablar de los poblanos, indios venidos no se sabe de dónde y así llamados
en las comunidades que los acogieron.
54
Los afectados con los deslindes agrarios de Lozada, iniciaron una campaña de
desprestigio del Tigre de Alica, en el Gobierno del Centro, a esta campaña se
anexaron la Casa Barrón Forbes y el general Ramón Corona, jefe del Ejército de
Occidente, mientras que, a fines de 1869, Lozada creaba el Comité de Estudios y
Deslindes para resolver los problemas agrarios de su zona. con el apoyo de
integrantes de cada pueblo.
Las acciones de los enemigos de Lozada lograron que, a fines de 1872, el
presidente Lerdo de Tejada autorizara el inicio de una campaña militar contra
Lozada, con tropas de Jalisco y San Luis Potosí. Lozada, por su parte, inició su
resistencia el 17 de enero de 1873, como Jefe del Ejército Mexicano Popular y con
el sustento del Plan libertador de los Pueblos de la Sierra de Alica, firmado por
53
Se refiere a Taxicaringa, municipio de Mezquital, Durango.
JAUREGUÍ JIMÉNEZ, J. JESÚS. Estudio etnohistórico acerca del origen de los mexicaneros
(hablantes del náhuatl) de la sierra Madre Occidental, en: Dimensión. Revista en línea
Antropológica,
Volumen
#
26,
México,
octubre
de
2002,
www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/index.php, p. 7
54
119
representantes de los pueblos bajo su dominio. Además de la defensa de sus
logros agrarios, el Plan Libertador convocaba a la Nación a formar un gobierno
verdaderamente representativo, ya fuera república, imperio o reino.
Fuerte con sus seis mil de infantería y sus 300 jinetes, casi todos indígenas,
Lozada marchó sobre Guadalajara, donde "los tapatíos entran en trance. El
Congreso se pone a deliberar, el gobernador solicita facultades extraordinarias, el
Ayuntamiento organiza una guardia, los comerciantes, cuerpos de defensa, A la
Mano Poderosa imploran las damas, los niños lloran a gritos, pidiendo a Dios
secretamente y desde el fondo de su corazón que llegue la bola, siquiera un ratito,
para conocer de deveras a esos mecos, mote que se dio a los lozadistas en
Guadalajara, de cara embijada, con plumas de guajolote en la frente, y que no han
visto, sino de palo, de los que se compran a cuartilla en el portal"
55
Los mecos 56
Anónimo
Ya vienen los mecos,
vienen de Tepí,
el meco más grande,
se parece a ti.
Ya vienen los mecos,
pa' Guadalajara,
el meco más grande,
ya se bate en retirada
Después de triunfar en Tequila, Lozada llegó a siete leguas de Guadalajara. El 28
y 29 de enero de 1873, el general Ramón Corona con las fuerzas del Ejército de
Occidente y los 600 hombres que el comercio de Guadalajara armó para su
defensa, logró derrotar a los lozadistas en La Mojonera, con las cargas de artillería
55
AZUELA, MARIANO. “Precursores”, en: Obras completas de Mariano Azuela, Tomo III, México,
Fondo de Cultura Económica, Colección Letras mexicanas, 1976, p. 402
56
VÁZQUEZ SANTA ANNA, HIGINIO. Cantares mexicanos, México, Ediciones de León Sánchez,
s/f, p. 28 y 29.
120
que dispersaron a la columna desorganizada, otro tanto sucedió con los lozadistas
en Sinaloa y Zacatecas
Ante la derrota militar, varios de los jefes lozadistas como: Domingo Nava,
principal ejecutor de la política agraria de Lozada, Agatón Martínez y Praxedis
Núñez, abandonaron la bandera del Plan Libertador o se amnistiaron y en algunos
casos, como el de Nava y Núñez, se pasaron a las filas del Gobierno.
Corrido sobre la traición a Lozada 57
Anónimo
¡Ay, Lozada! te vendieron
a los hombres de Jalisco.
¡Ay, Praxedis! ¡Ay, Domingo!
la traición está en su frente.
¡Los entierran hoy en vida
con su fama de valientes!
A instancias .del general Ramón Corona, la campaña contra Lozada continuó,
mientras el Tigre de Alica trataba de rehacerse, en las serranías del norte de
Jalisco, sur de Durango, oeste de Zacatecas y este de Nayarit. Poco a poco, los
lozadistas fueron exterminados y el 15 de julio de 1873, en el cerro de Los
Arrayanes, lugar cercano a Huaynamota, tal vez el último centro de operaciones
de Lozada, las tropas gobiernistas, comandadas por el general durangueño José
Ceballos, sorprendieron al Tigre mientras se bañaba en un arroyo. Los años de
guerra habían hecho de Lozada un hombre: tuerto, tullido de un brazo, tuberculoso
y enfermo de un pie.
Trasladado a Tepic, Lozada fue juzgado sumariamente el 18 de mayo de 1873 y
fusilado el 19, en el Cerro de Los Metates. Con la muerte de Lozada, más que la
pacificación de Jalisco y Zacatecas, se logró desbaratar la política agraria del Plan
Libertador y asegurar la propiedad privada de los latifundios de la región, aunque
57
MEYER, JEAN. “El Tigre de Alica”, en: Revista de la Universidad de México, volumen XXVIII, #
8, México, UNAM, abril de 1973, p. 26.
121
algunos seguidores de Lozada, como Marcelino Rentería, continuaron luchando
hasta 1885.
En el segundo capitulo de su novela Precursores, Mariano Azuela, escribió la
biografía literaria más completa que existe sobre Manuel Lozada, mientras que, en
el terreno histórico, Jean Meyer es el investigador que más ha seguido las huellas
del Tigre de Alica.
Corrido del Tigre de Alica 58
(Fragmento)
Anónimo
"¡Ay madrecita del alma!
¿Por qué me dejas cruzar
solita la nopalera
donde se pierde cualquera
y onde me van a matar?"
Cuando los carros estaban
al pie de la nopalera
los caballos se paraban
en sus patitas traseras.
Mañanas de Manuel Lozada 59
Anónimo
Vamos en nombre de Dios
y de esta tierra afamada,
aquí empiezan las mañanas
del señor Manuel Lozada.
Era un catorce de abril,
aquel año del sesenta,
cuando entró a Valparaíso
58
MENDOZA, VICENTE T.. El romance español y el corrido mexicano (Estudio comparativo),
México, UNAM, 1936, p- 564.
59
ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección
Científica # 46, 1976, p. 28.
122
con más de ciento cincuenta.
Llegaron a Los Portales
gritando en huichol y cora
que les dieran aguardiente
y tocaran la tambora,
Robaron cuarenta casas
y tres cajones de ropa,
se llevaron seis mujeres
y mataron a la tropa.
Manuel Lozada gritaba,
en su yegua La Mostrenca;
"No pierdo las esperanzas
de pasearme en Zacatecas".
No sólo en Valparaíso,
en Momax y El Plateado,
este bandido dejó
a todo el pueblo azorado.
Trece años consecutivos
a los pueblos asoló,
y sólo en Valparaíso
a más de ochenta mató.
Este bandido famoso
comenzó bien su carrera,
pero al fin fue derrotado
allá por La Mojonera.
Y aunque se escapó a la sierra
muy pronto fue capturado,
y dicen que allá en Tepic
Lozada fue fusilado.
Aquí dan fin las mañanas
de un hombre que fue malvado,
nos libramos de esta fiera
¡Que Dios lo haya perdonado!
123
Manuel Lozada. El Tigre de Alica
Sello del Juzgado lozadista de Huazamota, Durango
60
60
Sello del Juzgado de Huazamota. Archivo de Ramón Corona, Legajo 10, 1873, apud J. Meyer,
La tierra de Manuel Lozada, 1989, p. 356.
124
General José Ceballos, derrotó a los últimos guerrilleros de Manuel Lozada
125
126
III. Las canciones, corridos, valses y hojas
sueltas del Durango porfirista
En las postrimerías del siglo XIX, la aplicación de las Leyes de Reforma propició el
surgimiento de un sector capitalista empresarial agrícola en el estado de Durango.
Éste se esmeró en la concentración de la tierra en núcleos llamados haciendas y
en la adquisición de las concesiones de explotación minera. Para los empres arios
de Durango no importó el tradicionalismo o conservadurismo de su educación; en
tanto capitalistas, aceptaron la oferta de la venta de los terrenos que eran
propiedad de la Iglesia y estimularon la afectación de territorios comunales, por
parte de las Compañías Deslindadoras. El grupo empresarial, con el apoyo del
gobierno de Porfirio Díaz, creó dos polos de crecimiento en el estado: uno en la
Región Lagunera y otro en la ciudad de Durango; en ellos sus miembros
establecieron relaciones más allá de lo comercial emparentándose en ligas
matrimoniales y familiares en las que, sin empacho, se daba cabida a los capitales
y capitalistas extranjeros. Se crearon así grandes fortunas, latifundios e industrias
con la base de la sobreexplotación de los paupérrimos trabajadores.
La
acumulación
terrateniente
se
concentró
de
la
siguiente
manera:
48% en propiedades mayores de 50,000 hectáreas, siendo la más grande la
Hacienda de Santa Catalina del Álamo y Anexas con un total de 412.477
hectáreas. 21% en 42 propiedades de entre 20,000 y 50,000 hectáreas. 15% en
73 propiedades de entre 10,000 y 20,000 hectáreas. Por último, un 16% dividido
en 257 propiedades menos de 10,000 hectáreas.
61
Según Pastor Rouaix: A
principios del siglo XX, treinta personas eran dueñas de tres millones de hectáreas
(…) el que fue feudo de los Condes de San Pedro del Álamo, en tiempos de la
Colonia y que subsistía casi íntegro antes de la Revolución, contaba con
cuatrocientos cuarenta mil hectáreas, siendo mayor, en consecuencia que el
61
ARREOLA VALENZUELA, ANTONIO y Col.. Summa Duranguense, dos volúmenes Durango,
Gobierno del Estado de Durango, 1979-1980, pp. 10 a 14.
127
estado de Tlaxcala y poco menos que Morelos .”
62
O dos veces el territorio de
Belice.
El impulso económico del capitalismo durante el Porfiriato se disparó, desde la
última década del siglo XIX, con el tendido de las vías férreas en los puntos de
enclave económico al agilizar los fletes y el transporte de personas.
En la treintena porfirista se suscitaron diversos pleitos entre los mismos
capitalistas, por la exploración, posesión y concesión de los recursos naturales del
estado, de manera similar que en otras entidades del país.
La estructura del poder porfirista, que protegía los capitales de los empresarios
estatales, estaba basada en la fuerza armada de la Policía Rural o Acordada,
mantenida por los hacendados y sustentada en el poder de los jefes políticos y el
gobernador del estado, es decir, en una jerarquía inamovible y rígida que no
aceptaba cuestionamientos.
En esa misma época, con el advenimiento del orden armado de la dictadura liberal
porfirista, la apertura a las oportunidades de inversión de capitales de manera
segura y con ganancias insuperables se incrementaron en el estado, con la
protección de los brazos armados de las Acordadas y Policías Rurales, cuyo
principal dirigente en Durango fue el jefe Octaviano Meraz.
Bajo los disparos de los rifles de repetición de los rurales, surgieron y se
desarrollaron los grandes enclaves agrícolas, madereros, ganaderos, mineros e
industriales llamados haciendas. Según Pastor Rouaix: “El hacendado era una
autoridad feudal, omnímoda y absoluta, en muchos casos superior al jefe político
(a veces uno y otro eran la misma persona) y en todos por encima del jefe
municipal, que ejercía su dominio apoyado en las milicias armadas que sostenían
de su peculio, tituladas guerrillas o acordadas (…) El jefe político se consideraba
como un representante del gobernador de quien dependía directamente, y cuyas
órdenes eran las únicas que acataba y sus fallos los únicos que reconocía (…)
pues era el jefe de la policía urbana y rural, el amo y señor de cárceles y
prisiones”.
62
ROUAIX, PASTOR. La Revolución Maderista y Constitucionalista en Durango, México, De.
Cultura, 1931, p. 7.
128
En las postrimerías del siglo XIX sólo el bandidaje social de Heraclio Bernal e
Ignacio Parra cuestionó la legitimidad del Gobierno Estatal. Los litigios entre
terratenientes; por tierra o por aguas se multiplicaron. El despojo violento a
comunidades, como el de los terrenos de Santiago y San Pedro Ocuila
evidenciaron la determinación y preferencia hacia la inversión capitalista. Aunque
el episodio de violencia institucionalizada que involucró mayormente a los diversos
grupos regionales fue el de la masacre de Velardeña, en 1909.
En el terreno de lo musical en el estado de Durango se fortaleció la integración de
conjuntos musicales bien organizados como orquestas típicas, con dotaciones
instrumentales de guitarras, mandolinas, bandolones, arpa, violín, violoncello,
platillos y tambora, al tiempo que en el ambiente citadino de la Perla del Guadiana
y otros centros de población el arpista-cantante-historiador y vendedor de hojas
sueltas de canciones y corridos comenzó a ser un personaje propio del escenario
de atrios de templos, plazas, ferias y jardines.
Además de expender las hojas sueltas impresas en ciudad de México por la
imprenta popular de Antonio Vanegas Arroyo, con grabados de José Guadalupe
Posada, los arpistas historiadores cantantes comenzaron a vender las hojas
sueltas de la imprenta popular local que, bajo riesgo de que sus dueños perdieran
sus propiedades o su vida, reproducía las letras de canciones y corridos de los
historiadores cantantes durangueños, como Felipe García y Montes el de la
Guaripa.
Los valses, pasodobles, marchas, redovas shotises y mazurcas, entre otros,
fueron los ritmos que alegraron las fiestas y verbenas del porfirismo durangueño,
mientras que los corridistas historiadores cantantes, en sus letras, se ocupaban de
los temas locales como: la leyenda del alacrán de la Penitenciaría de Durango, el
bandidaje social de Heraclio Bernal, el bandidaje común de Ignacio Parra, el
tendido de las vías de los trenes urbanos y del Ferrocarril Internacional Mexicano,
en la entidad, así como la masacre de Velardeña.
129
Orquesta Típica de Durango, en 1908
63
Grupo musical infantil citadino durangueño de principios del siglo XX
130
En La celda veintisiete, se narra una legendaria y ficcionalizada historia, de gran
arraigo en el imaginario colectivo durangueño, que supuestamente tuvo lugar en el
año de 1880, en la antigua y ya desaparecida penitenciaría de la ciudad de
Durango. Como es del conocimiento común, los alacranes de Durango, sobre todo
los güeros, son famosos por su mortal ponzoña y, en el siglo XIX, significaban una
de las principales causas de decesos de los durangueños. Fue hasta principios del
siglo XX cuando los doctores Carlos León de la Peña e Isaura Venzor pudieron
desarrollar el suero antialacránico, cuya aplicación disminuyó considerablemente
la cantidad de fallecimientos por la picadura de los alacranes.
La celda veintisiete 64
Anónimo
El misterio que existía
en la celda veintisiete,
fue un alacrán ponzoñoso
que a los presos daba muerte.
Era el terror de la celda
ese maldito alacrán,
porque el preso que ahí entraba
muerto lo habían de sacar.
El Gobierno de Durango,
el indulto prometía,
al preso que ahí encerraran
y amaneciera con vida.
A la cárcel cayó un hombre
por el año del ochenta
y pidió que lo encerraran,
en esa mentada celda.
Pedro Rojas era el hombre
al que le tocó su turno
de entrar a la veintisiete,
63
AGUILAR, LUIS MIGUEL / JOSÉ JOAQUÍN BLANCO y GUADALUPE DE LA TORRE. Historia
gráfica de México, tomo 6, siglo diecinueve II, México, Editorial Patria / INAH, 1988, p. 132.
64
La celda veintisiete, disco GAMMA, G2495, 45 rpm, s/l, 1984, cantado por Los Rebeldes del
Bravo.
131
para pagar sus abusos.
Pidió que le concedieran
un cerillo y una vela,
para alumbrarse un poquito
en esa maldita celda.
Cerca ya de medianoche,
vio al alacrán traicionero
y, aprovechando el momento,
lo tapó con su sombrero.
Cuando llegó el carcelero
a recoger al difunto,
Pedro le dice sonriendo:
“Yo ya me gané el indulto”.
Cartón de Xavier Gómez sobre la Leyenda del alacrán de Durango 65
65
GÓMEZ, XAVIER. Bojedades, Libro I, México, Edición del autor, 1953, p. 117.
132
Heraclio Bernal Zazueta, también conocido como El Rayo de Sinaloa, de acuerdo
con Nicole Girón nació en el año de 1855, en el rancho de El Chaco, municipio de
San Ignacio, Sinaloa, aunque otras fuentes afirman que fue oriundo de Santiago
Papasquiaro, Durango. Durante la infancia de Heraclio, la familia Bernal recorrió
los minerales de la zona limítrofe de los estados de Durango y Sinaloa. En ese
contexto, el niño Heraclio pudo tomar estudios elementales con el profesor Bonilla,
en Guadalupe de los Reyes, Sinaloa.
Cuando Heraclio Bernal contaba los dieciséis años de edad, él y su familia se
vieron involucrados, a favor de Benito Juárez, contra los adictos al Plan de la Noria
y, por defender los intereses de los trabajadores de las minas, Heraclio Bernal fue
acusado del robo de unas barras de hierro, por lo que fue perseguido atendiendo
las demandas de los propietarios de los reales de minas, quienes propiciaron que
el jefe político Epifanio Lomelí, ordenara que la Policía Rural o acordada actuara
en contra de Bernal.
Ante el asedio, Heraclio Bernal inició su carrera de bandido y, en el año de 1876,
el mineral de San Vicente, de capital estadounidense, fue el blanco del asalto del
nuevo bandolero. Después de esta acción, Bernal fue aprehendido y encarcelado
en el Cuartel de Artillería de Mazatlán, Sinaloa.
En noviembre de 1876, el general Jesús Ramírez Terrón se levantó en armas
apoyando al Plan de Tuxtepec, adherido a la facción de José María Iglesias. Sin
embargo, en el mes de diciembre, Ramírez Terrón defeccionó y se pasó al bando
de los porfiristas y su tropa se transformó en la fuerza militar de Porfirio Díaz en
Sinaloa.
Al entrar al puerto de Mazatlán, Ramírez Terrón ordenó la liberación de Heraclio
Bernal y le dio el grado de teniente. Sin mayores compromisos con Ramírez
Terrón, el liberado Bernal volvió a su vida de asaltante, atacando los minerales,
diligencias y casas de funcionarios públicos y hombres ricos de la región de
Guadalupe de los Reyes, en donde su principal apoyo logístico fueron los
trabajadores mineros, a quienes, de vez en cuando, daba parte de los botines
obtenidos en las correrías. Aunque el principal objetivo de los asaltos de Bernal
era la obtención de armas, parque y dinero.
133
Los hombres que conformaban la banda de Bernal eran en su mayoría nativos de
la Sierra Madre Occidental de los estados de Durango y Sinaloa. Ellos, al
participar por periodos en la gavilla de Bernal, encontraban la manera de suplir la
falta de trabajo y la miseria. Para esa época, Bernal estableció su cuartel en El
Maguey, municipio de San Dimas, Durango, lugar encubierto por las inaccesibles
quebradas de la sierra.
En 1879, Heraclio Bernal apoyó la rebelión antiporfirista del general Jesús
Ramírez Terrón quien, el 2 de noviembre de 1879, lanzó el Plan de Copala, en el
que se exigía la aplicación estricta de la Constitución de 1857 y se desconocía el
gobierno de Porfirio Díaz. Durante la rebelión de Ramírez Terrón, Bernal y su
gente ocuparon la ciudad de Mazatlán, en junio de 1880, al tiempo que el general
Bernardo Reyes era comisionado para combatir a los seguidores del Plan de
Copala. En los siguientes meses, Bernal siguió ocupando importantes plazas de
Sinaloa, las que posteriormente serían perdidas por las tropas de Ramírez Terrón,
quien murió combatiendo el 22 de septiembre de 1880, en El Salto, Sinaloa.
Tras la muerte de Ramírez Terrón, Bernal extendió sus movimientos de bandolero,
desde Nayarit hasta la Sierra Tarahumara, trashumando entre los estados de
Durango, Nayarit, Sinaloa y parte de Chihuahua, siguiendo siempre la extensa
línea de la Sierra Madre Occidental, haciendo objeto de sus asaltos sobre todo a
las conductas, diligencias y minerales. Ante la creciente fuerza y fama de Bernal y
sus seguidores, el gobernador de Sinaloa, Francisco Cañedo Belmonte, organizó
varias acordadas para combatir vanamente a la gavilla, mientras que la guerra
contra los yaquis de Sonora distrajo las tropas federales y Bernal tuvo poca
resistencia durante los años de 1882 a 1885.
En 1885, Heraclio Bernal Zazueta expidió el Plan de La Rastra, Sinaloa, en el que
justificaba e intentaba legitimar sus acciones con base en los postulados del Plan
de Copala. En ese momento la fama de El Rayo de Sinaloa es tal que, en el
informe presidencial de abril de 1886, Porfirio Díaz mencionó las acciones que el
gobierno federal emprendió contra el pronunciado bandido de la Sierra de
Durango y Sinaloa.
134
A partir del año de 1886, el peligro más poderoso para la gente de Bernal fue la
acordada durangueña bajo las órdenes del jefe Octaviano Meraz quien, a pesar de
seguir muy de cerca los movimientos y desarrollar ataques constantes a la tropilla
de Bernal, nunca pudo someterlo ni vencerlo totalmente. Al momento de la fallida
rebelión antiporfirista del general Trinidad García de la Cadena, en Zacatecas,
Bernal de adhirió a su Plan de Cañitas, aunque sin llegar a tener contacto personal
con García de la Cadena, toda vez que la efímera acción de los cadenistas obligó
a Bernal a retornar a sus territorios de origen. La fuerza numérica de la guerrilla de
Bernal variaba, dependiendo de las circunstancias y de la acción política del
movimiento. Así, El Rayo de Sinaloa, en diversas épocas contó con 10, 40, 100 y
hasta 200 hombres.
Sin base política, tras la muerte de García de la Cadena, en enero de 1887,
Heraclio Bernal lanzó el Plan de Conitaca, firmado en Conitaca, municipio de San
Ignacio, Sinaloa. El texto del Plan de Conitaca supera en conceptos al de La
Rastra, toda vez que, además del desconocimiento del gobierno de Porfirio Díaz y
la exigencia de la aplicación de la Constitución de 1857, Bernal incluyó diversos
puntos regionales como el de la erección de los estados del Valle de México,
Cantón de Tepic y Laguna de Tlahualilo, procurando incluir entre sus
simpatizantes a los demás rebeldes antiporfiristas. El Plan de Conitaca fue
publicado y firmado por Heraclio Bernal Zazueta como Jefe del Movimiento
Restaurador de la Constitución de 1857. Ante la rebeldía de Bernal, en 1887, el
gobernador Cañedo Belmonte ofreció diez mil pesos de recompensa por la cabeza
del Rayo de Sinaloa y, para no quedarse atrás, el gobernador de Durango, Juan
Manuel Flores, ofreció la mitad de la recompensa.
Las historias y mitologías en torno a la muerte de Bernal son múltiples. En ellas se
cuenta que en la cueva que era su guarida, enfermo de gravedad, Bernal dio a
Crispín García, su segundo, la orden de que, una vez muerto, lo baleara para fingir
una muerte violenta y así podiera cobrar la recompensa que se ofrecía por su
cabeza. García cumplió la orden al pie de la letra, por lo que, todavía después de
muerto, Bernal cobraba botín. Por su parte, Nicole Girón apunta que Bernal:
135
“Denunciado, fue cercado en una montaña próxima a las minas de Nuestra
Señora, Sinaloa y falleció el 5 de enero de 1888”.
Según Francisco Castillo Nájera: “Los oprimidos miraban, en el bandolero, a una
reivindicación con tendencias redentoras. La simpatía por Heraclio Bernal fue
tanta, que, muchos años después de muerto, su tragedia sólo se cantaba en la
intimidad: en mi niñez supe que estaba prohibida por el Gobierno; ignoro la
veracidad sobre la prohibición, pero, repito, nadie se atrevía a cantarla
públicamente.”
66
Como personaje de leyenda y ficcionalización histórica, Bernal ha sido el
protagonista
de
novelas,
piezas
teatrales,
radioteatros
y
películas
cinematográficas e historietas. En su gran popularidad El Rayo de Sinaloa ha
logrado trascender la prueba del tiempo y su nombre es más conocido que el de
sus contemporáneos regionales. En lo que respecta a la lírica, se han localizado
hasta 15 versiones diferentes de corridos sobre la muerte de Heraclio Bernal, que
provienen de los estados de: Sinaloa, Durango, Nayarit, Chihuahua y la Ciudad de
México. El ejemplo que se transcribe a continuación procede del estado de
Sinaloa.
Corrido de Heraclio Bernal 67
Anónimo
Año de mil ochocientos
ochenta y ocho al contado,
Heraclio Bernal murió
por el Gobierno pagado.
Estado de Sinaloa,
Gobierno de Culiacán,
ofrecieron diez mil pesos
por la vida de Bernal.
66
CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corridos y canciones del siglo XIX. Glosa al programa de
Concha Michel (Palacio de Bellas Artes) 25 de mayo de 1946, Durango, Dgo. Editorial del Supremo
Tribunal de Justicia, 1987, pp. 22 y 23.
67
GIRÓN, NICOLE. Heraclio Bernal, ¿Bandido, cacique o precursor de la Revolución?, México,
INAH, Colección Científica # 40, 1976, pp. 92.
136
ESTRIBILLO:
¡Qué dices Cuca!
¡Qué dices pues!
Ya están los caminos libres,
¡vámonos pa‟ San Andrés!
Heraclio Bernal gritaba
que era hombre y no se rajaba,
que subiéndose a la sierra
peleaba con la Acordada.
¿Qué es aquello que relumbra
por todo el camino real?
Son las armas del dieciocho
que trae Heraclio Bernal.
La tragedia de Bernal
En Guadalupe empezó,
por unas barras de plata
que dicen que se robó.
Heraclio Bernal decía:
“Yo no ando de robabueyes,
pues tango plata sellada
en Guadalupe los Reyes”.
ESTRIBILLO.
Heraclio Bernal gritaba,
en su caballo alazán:
“No pierdo las esperanzas
de pasearme en Culiacán”.
Heraclio Bernal decía:
“Sin plata no puedo estar,
¡vamos arriba, muchachos!
A Guadalupe a rayar”.
Heraclio Bernal decía
Cuando estaba muy enfermo:
“Máteme usté‟, compadrito,
pa‟ que le pague el Gobierno”.
ESTRIBILLO.
Decía Crispín García,
muy enfadado de andar:
137
“Si me dan los diez mil pesos,
yo les entrego a Bernal”.
Le dieron los diez mil pesos,
los encontró en su mascada
y le dijo al comandante:
“Alísteme una Acordada”.
Vuela, vuela palomita,
vuela, vuela hasta el nogal,
ya están los caminos solos,
¡Ya mataron a Bernal!
138
Heraclio Bernal Zazueta
Tarjeta postal con el cadáver de Heraclio Bernal
139
140
Ignacio Parra, oriundo de La Cañada, municipio de Canatlán, Durango se inició
como bandido en la gavilla de Heraclio Bernal (ver Corrido de Heraclio Bernal) y, a
la muerte de su mentor, continuó sus correrías en la región de la Sierra Madre
Occidental, en los actuales municipios de Santiago Papasquiaro, Canatlán y San
Juan del Río. Los principales compinches de Ignacio Parra fueron: Federico
Arreola, Refugio Alvarado y los hermanos de Ignacio: Matías y Vicente Parra.
La importancia de Ignacio Parra, más que política, es con respecto a la relación
que Doroteo Arango, quien posteriormente sería conocido como Francisco Villa,
tuvo con la banda de Ignacio Parra. Por el hecho de que Doroteo Arango, a la
edad de 17 años, huyendo de la injusticia del Estado porfirista, se incorporó a la
gavilla de Ignacio Parra y permaneció en la misma por espacio de tres años
aproximadamente.
En noviembre de 1898, Octaviano Meraz, comandante de la Policía Rural o
Acordada del estado de Durango, organizó una batida contra los bandoleros de
Parra y, en el Puerto del Alacrán, cercano a la Hacienda de Santa Isabel de los
Berros, municipio de Canatlán, la Acordada de Meraz trabó combate contra la
tropilla de Parra. En la acción murieron: Ignacio Parra, Refugio Alvarado y
Federico Arreola.
Se han localizado ocho versiones diferentes de Corridos de Ignacio Parra y el que
se transcribe a continuación se destaca por su sentido narrativo y su lenguaje
regional.
Corrido de Ignacio Parra 68
Felipe García
Año de mil ochocientos
noventa y ocho al contado
mataron a Ignacio Parra
por ser un hombre afamado.
Los viajes de Ignacio Parra
eran para Culiacán,
del camino se arrendó
68
GÁMIZ, EVERARDO. Costumbres durangueñas, México, Edición del autor, 1966, pp. 105 a 107.
141
a morir al Alacrán.
Ignacio traía una yegua
de una andadura especial,
se le cayó sin remedio
de poderla levantar.
Ignacio ya con huaraches,
y con un rifle en la mano:
¡Hay que sacar a Refugio,
siquiera de aquí del llano!
A poco se encontró a Pedro
que dicen que es Villarreal,
le dice: “Presta tu caballo,
que ahorita voy a pelear”.
Luego que Ignacio se vio
en su caballo montado,
le dice a Matías su hermano:
“Pues déjame sin cuidado”.
Ignacio se retiró,
dando sus últimos pasos,
se encontró con la Acordada,
se agarraron a balazos.
Ignacio se tiró a pie,
para pelear más a gusto,
“¡No hay duda, yo moriré,
pero han de llevar buen susto!
Don Octaviano Meraz,
esto le dice a su gente:
“¡Quién sabe cómo nos vaya,
me dicen que es muy valiente!”
Don Octaviano Meraz
pues le dijo a su guerrilla:
“Ustedes me lo entretienen
y yo le busco la orilla”.
Don Octaviano Meraz,
pues lo cubría una lomita,
se le acercó por detrás,
hasta agarrarlo cerquita.
142
Luego se puso a tirarle,
como si fuera un venado,
no dejó de echarle tiros,
hasta que lo vio tirado.
Luego que ya lo mató,
dijo: “Lo hemos de colgar
y avisamos a Los Berros,
que lo vengan a llevar”.
Luego que llegó a la Hacienda
pues esto les ha ordenado:
“En el Puerto de la Cruz
a Ignacio dejé colgado”.
“De pronto me lo traerán
sin ninguna dilación,
lo bajan a Canatlán
por ser la jurisdicción”.
“Hombre de mucha viveza
y según yo lo comprendo,
le mocharé la cabeza
pa‟ presentarla al Gobierno”.
Dijo Francisco Morales:
“Pues puede que no sea así,
Para seguirle más males
Primero me mata a mí”
“No es por insultar ladrones
ni tampoco por venganza,
atienda usted mis razones,
que esa es vuestra semejanza”.
Más antes, los que robaban,
fuera dinero o en barras,
a quien le echaban la culpa,
era a los señores Parras.
Ese día que fue la acción
toda la gente ocurrió
hasta don Luciano López
que fue el que lo retrató.
Ese día que fue la acción
como tres veces se vieron,
143
pero no se hicieron fuego
porque no se conocieron.
Ese día que fue la acción
toda le gente corría,
la cabeza la pagó
la Hacienda Santa Lucía.
“Adiós todos esos llanos,
con sus lomas y bajíos.
Adiós parientes y hermanos
y tambièn amigos míos”.
“Adiós mi madre querida,
ya me despido de ti,
a dar cuenta de mi vida,
adiós Patria „onde nací”.
“Pos ya Dios me concedió,
el estrecharme en tus brazos
y el que tus ojos me vieran,
en mi cuerpo tres balazos”.
144
145
El pájaro prieto es una de las canciones tradicionales durangueñas obligadas para
los conjuntos de intérpretes de música tradicional durangueña y nadie pone en
duda su origen regional, aunque se desconoce la data y el autor de la misma, se
canta en el estado desde principios del siglo XX.
El pájaro prieto 69
Anónimo
Soy como el pájaro prieto,
que en las cumbres me mantengo,
soy como el pájaro prieto,
que en las cumbres me mantengo.
Las palabras que me diste,
en el corazón las tengo,
como no me las cumpliste
a que me las cumplas vengo.
Pavo real que eres correo,
tú que vas pa‟ Real del Oro,
Pavo real que eres correo,
tú que vas pa‟ Real del Oro.
Si ves la prenda que adoro,
pavo real dile que lloro,
lagrimitas de mis ojos,
por una joven que añoro.
Mi amor es como el conejo,
sentidor como el venado,
mi amor es como el conejo,
sentidor como el venado.
No come zacate seco,
ni tampoco mal trillado,
come zacatito verde,
de la punta serenado.
Por tus puertas voy pasando,
69
Corridos. Los Montañeses del Álamo, México, disco CD-VAR-7572, Variedades discos, s/f.
146
dándole gusto a la vida,
por tus puertas voy pasando,
dándole gusto a la vida,
Si me ves que ando pasando,
vuélvete a quedar dormida,
que yo paso vacilando,
Dándole gusto a la vida.
147
En 1899, como sistema de comunicación vecinal, se tendieron cinco kilómetros de
un ferrocarril de sangre, es decir, tranvía de tracción animal, entre Ciudad Lerdo y
Gómez Palacio, Durango. En 1897, la misma compañía ferroviaria lerdense
extendió el tranvía tirado por mulas cinco kilómetros más hasta la entonces Villa
de Torreón, Coahuila y, para el año de 1901, el tranvía de mulitas fue
transformado en el Ferrocarril Eléctrico de Lerdo a Torreón, S. A..
La planta de energía eléctrica que dio movilidad al tranvía Lerdo-Torreón se instaló
en Lerdo, al tiempo que cubrió las necesidades de alumbrado público de las
ciudades de Gómez Palacio y Lerdo. El Ferrocarril Eléctrico de Lerdo a Torreón
fue el signo de toda una época de transporte vecinal en el triángulo TorreónGómez Palacio-Lerdo, hasta que, a principios de la década de 1950 fue sustituido
por el transporte de vehículos con motor de combustión interna.
De Torreón a Lerdo 70
Anónimo
Soy maquinista de Torreón a Lerdo,
donde se encuentran las maravillas mil,
gallardas jóvenes de faz hermosa,
y ¡ay! Cuando las veo, me siento morir,
y ¡ay! Cuando las veo, me siento morir.
Siento una delicia, siento un gran placer,
ver lindas creaturas, de radiante faz,
porque en esas tierras yo logré encontrar,
jóvenes hermosas, bellas de verdad.
Bastante he viajado, en la vía Central,
y en Ferrocarril Internacional,
de Torreón a Lerdo, logré encontrar,
jóvenes hermosas dignas de afección.
A México y Jalisco fui de Torreón a Lerdo,
logré encontrar ninfas puras de amor,
y recuerdo siempre, con satisfacción,
a esas bellas mozas de gran corazón.
70
VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Cantares mexicanos, México, Ediciones León Sánchez, s./f.,
p. 104.
148
Tranvía eléctrico de Torreón a Lerdo cruzando el Río Nazas
149
Después de múltiples contratiempos, el 16 de octubre de 1892, arribó a la ciudad
de Durango el primer tren de pasajeros del Ferrocarril internacional Mexicano,
procedente de la ciudad de Torreón, Coahuila.
En abril de 1899, el Gobierno del Estado de Durango firmó un contrato con la
compañía Ferrocarril Internacional Mexicano para dar inició a la construcción del
Ferrocarril de Durango a Santiago Papasquiaro, como ramal del Ferrocarril
Internacional Mexicano que une a las ciudades de Piedras Negras y Torreón, en el
estado de Coahuila con la ciudad de Durango. En el proyecto original se
contemplaba que las vías llegaran hasta el Real de Guanaceví, en el extremo
noroeste del estado.
Después de cubrir el difícil tramo a Chinacates, la vía se comenzó a tender con
mucha rapidez. A principios de 1902, Santiago Papasquiaro recibió por primera
vez un tren y se continuó el tendido de las vías hacia las poblaciones de: El
Cazadero, La Loma y Los Herreras, lugar donde se construyó un puente que cruza
el Río Ramos. Posteriormente se tiraron los rieles tocando los poblados de:
Corrales, Sandías, Presidios de Abajo y Presidios de Arriba, hasta llegar, el día 12
de mayo de 1902, a Tepehuanes, lugar de donde la vía ya no avanzó, frustrando
el proyecto de tendido hasta Guanaceví. En los momentos de la construcción de
ferrocarriles en el territorio nacional, muchos proyectos aprobados y capitalizados,
como el de Durango a Guanaceví, se quedaron en los planos, o se truncaron, por
diversos motivos que iban desde las dificultades técnicas, la falta de capitales, l os
problemas políticos o la inviabilidad de los proyectos, entre otros. El total de la
extensión del Durango-Tepehuanes es de 218 kilómetros.
Casi un siglo prestó servició el Ferrocarril Durango-Tepehuanes, hasta que, a
finales del siglo XX, la aplicación de decisiones gubernamentales de corte
neoliberal, que limitan la intervención del Estado en los ámbitos jurídicos y
económicos, propició que las vías férreas mexicanas fueran liquidadas o puestas a
la venta. En el caso del Durango-Tepehuanes, como casi todas las vías
durangueñas de ferrocarril, dejaron de prestar servicio. Sobre la construcción del
ramal de Santiago Papasquiaro a Tepehuanes, los habitantes de Los Herreras,
cantaron el siguiente corrido.
150
Corrido de la construcción del Ferrocarril de Santiago Papasquiaro a
Tepehuanes 71
Anónimo
Ya viene corriendo el tren
y a toditos nos encanta,
dicen que pagan muy bien,
a los que tiran la llanta. 72
Adiós muchachas de Herreras,
son todas muy presumidas,
de recuerdo les dejamos
ese puente tan lucido.
Gritaban los de Corrales
Haciéndose a los caminos:
“Si nos dan los buenos días,
diremos que es el destino”.
Gritaban los de Sandías
con muchísimo valor:
“Invitemos la Candela,
a conocer el vapor”.
Gritaban los de Presidios,
Junto con los de Carreras:
“Estos gringos traen la plata
y la gastan de a deveras”.
Sigue corriendo la vía
para el Real de Guanaceví,
todas las muchachas dicen:
“No nos quedamos aquí”.
71
Comunicado por Lucio Quintero Corral, quien lo escuchó en Los Herreras, Durango. Recogido
por Antonio Avitia, en la ciudad de Durango, 1990.
72
Llanta.- Tira de acero.
151
El primer tren de pasajeros llegó a la ciudad de Durango el 16 de octubre
de1892
Estación de Ferrocarril de Santiago Papasquiaro a principios del siglo XX
152
El 13 de abril de 1908, la Mina de Terneras, del Real de Velardeña, municipio de
Cuencamé, que entonces era propiedad de la Compañía Velardeña Mining and
Smelthing Co., del capitalista estadounidense Guggenheim, y de la cual se extraía
cobre, fue el escenario de un incendio. Algunos de los deudos de las noventa
víctimas del siniestro fueron pobremente indemnizados, otros fueron reprimidos y
no pocos desterrados hacía el sur del país.
Un año después del incendio, los pobladores de Velardeña, dirigidos por el
sacerdote católico Ramón Valenzuela, organizaron una peregrinación con la
finalidad de festejar el día de La Pasión y la quema de los Judas. Esta
peregrinación religiosa fue realizada sin permiso oficial y únicamente contó con la
anuencia de los directivos extranjeros de la compañía minera.
El jefe político de Velardeña, José Antonio Fabián, consideró el ritual católico
como un acto de protesta por los acontecimientos del año anterior, sobre todo que
coincidía con la fecha del incendio, 13 de abril. Por otro lado, las manifestaciones
religiosas en la época porfirista eran consideradas como violaciones a la Ley de
Culto Externo.
Con estos antecedentes, José Antonio Fabián se apresuró a disolver a los
peregrinos y, con la ayuda de cuatro policías locales, se enfrentó a la multitud,
detuvo al sacerdote Valenzuela y lo encerró en el interior de la jefatura de
Velardeña. Los más de mil manifestantes-peregrinos católicos, enardecidos por la
acción del jefe político, se dirigieron a la jefatura y liberaron al padre Valenzuela.
Enseguida los policías de Velardeña, armados con fusiles atacaron a los
peregrinos, armados con piedras. La superioridad numérica de los católicos obligó
a los gendarmes a refugiarse en las propiedades de la compañía minera mientras
que la multitud velardeñense se ocupaba de saquear las pocas tiendas del lugar.
Sin pérdida de tiempo, Fabián telegrafió a Durango pidiendo auxilio y el
gobernador del estado licenciado Esteban Fernández, decidió imponer un castigo
ejemplar a los amotinados de Velardeña. Para lograr su cometido, Fernández
juntó a los 30 rurales de la Acordada de Octaviano Meraz, quienes pocos días
antes habían tenido acción en Avino. Para incrementar la fuerza, Fernández pidió
153
al Ejército Federal 60 soldados y de inmediato, el jefe político estatal se ofreció
para coordinar los movimientos de las fuerzas del Gobierno.
Al momento del arribo de la Acordada y el Ejército a Velardeña, muchos de los
amotinados habían huido, otros fueron aprehendidos y, de entre estos, los esbirros
porfiristas escogieron a 48 hombres al azar, a los que, sin formación de causa, los
pasaron por las armas, no sin antes obligarlos a cavar sus propias tumbas en el
lugar mismo de la masacre.
La matanza de Velardeña provocó un gran escándalo en la prensa nacional y el
Gobierno aseguró que se haría justicia y aunque los esbirros porfiristas, entre ellos
Antonio Calvillo y Octaviano Meraz, fueron consignados y sentenciados a prisión y
a la pena capital, poco después dejarían de ser huéspedes de la Penitenciaria del
Estado; merced a sus influencias y complicidades con las autoridades estatales.
Sin empacho, al inicio de la guerra revolucionaria, la mayoría de los rurales de
Durango fueron parte integrante del Ejército Federal.
73
La Tragedia de los
sangrientos sucesos de Velardeña, que narra el episodio es original del
compositor Montes el de la guaripa.
Tragedia de los sangrientos sucesos de Velardeña 74
Montes. El de la guaripa
Haremos una reseña,
¿ya saben lo que pasó?
Con la gente que murió,
en el Real de Velardeña.
Pues las desgracias primeras
que el Mineral presenció,
fue la gente que murió,
en la Mina de Terneras.
73
PARRA DURÁN, LORENZO. Cómo empezó la Revolución en Durango, Mérida, Yucatán,
Talleres de la Compañía Tipográfica Yucateca, 1930, p. 58. Ver también: ALTAMIRANO COZZI,
GRAZIELLA. Los años de la Revolución en Durango, 1910-1920, México, tesis de maestría en
Historia de México, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, 1993, pp. 44 a 46. VANDERWOOD,
PAUL J. Los Rurales mexicanos, México, Fondo de Cultura Económica, 1982, pp. 136 a 138.
74
ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 150 a 153.
154
De noche o de madrugada,
dicha mina se incendió,
la gente que trabajaba,
toda la más pereció.
Niños, mujeres y ancianos,
junto a la mina lloraban,
¡los mineros mexicanos,
abajo se achicharraban…!
Noventa y nueve murieron
creo nomás tres se salvaron
todos los más perecieron
como cuarenta sacaron.
Madres y esposas lloraban
Sus deudos ¡tenían razón!
Mas luego las conformaron
con… una indemnización.
Las familias que perdieron
su jefe, trabajador,
veinte pesos recibieron
por… lástima o favor.
Así las cosas quedaron
las familias… murmuraban
muchas de ellas emigraron
otras se les desterraban.
Quedó algo de indignación
el pueblo veía todo mal
por eso en el mineral,
se asomó la rebelión.
Al año de haber pasado,
el suceso lamentable,
se enfadó contra un empleado
que tenía la ley del sable.
Era el día once de abril,
por cierto día de Pasión
por un delito pueril
se vio una revolución.
Un presbítero, su nombre,
no lo digo, no hay razón,
155
habló al pueblo en un sermón,
de la muerte de Dios hombre.
Los fieles, de razón,
cierta imagen veneraban,
se les puso que sacaban
dicha efigie en procesión.
Mas un cacique… profano,
enemigo del derecho,
quiso hacerse el soberano…
oponiéndose a despecho.
Prohibió el culto religioso,
de ahí comenzó el agravio,
arengando muy fachoso,
aparentando ser sabio.
Cubren el busto bendito
como el procesión se fueron,
ciertos hombres, del carguito,
la procesión disolvieron.
En cierto sermón, dos casos,
son los que se registraron,
se oyeron unos balazos,
mas los fieles se asustaron.
¡Cuando se desengañaron,
que fue cierta autoridad,
todos los más se indignaron
por esa barbaridad…!
¡El pueblo vengarse jura!
fue tanta su indignación
que incendió la jefatura
hizo horrores ¡una porción!
Se armó grave pelotera,
gritos, blasfemias se oían,
balazos por dondequiera,
se mataban y se herían.
Varios comercios saquearon
cometieron desatinos
fueron y acabaron
con el Hotel de los chinos.
156
Cuando vieron el fandango,
por cierto nada agradable,
hablaron para Durango,
pidiendo auxilio, por cable.
Los auxiliares llegaron,
a Pedriceña, estación,
luego, sin más, agarraron,
varios hombres del montón.
Y sin más explicación,
a Velardeña marcharon,
y en la noche, en el panteón,
a varios de ellos mataron.
Hicieron más aprehensiones,
de algunos que sospechaban
y sin más explicaciones,
por las armas los pasaban.
Madres y esposas lloraban
¡qué día de desolación!
Mas, los verdugos mataban
sin piedad ni compasión.
¡Hasta un enfermo sacaron
Privado de calentura!
¡fueron y lo fusilaron
al pie de la sepultura…!
Ni las súplicas del padre,
ni la esposa que lloraba,
ni lo ruegos de la madre
pudieron servir de nada.
Cierta madre ¡qué dolor!
Dijo a periodistas… tunos:
“¿Con quién me quejo, señor?
Si todos se hacen… unos”.
Más de uno de esos valientes
¡un pacífico mató!
Nomás porque… lo juzgó,
de malos antecedentes.
No pensaron ¡asesinos!
157
Que los culpables huyeron,
los pacíficos vecinos
fueron los que perecieron.
¡Ah! Protestó la Nación,
por delito de gran peso,
mas se quedó en suspensión,
el tan famoso proceso.
¿Quiénes fueron los dragones
que cometieron los males?
Estos fueron los pelones,
que manda Garza González.
Don Octaviano decía:
“Si quieres tumbamos más,
agarrándolos dormidos,
yo nunca me hago pa‟tras”.
Calvillo le contestaba:
“Acabaremos la gente
traigo tropa bien armada
y en verdad que es muy valiente”.
Esparza se repetía:
“Todititos van iguales,
traigo buena disciplina,
en mi tropa de rurales”.
Vuela, vuela, pajarito,
anda párate en la peña,
ya se les acabó el orgullo,
que abusaron Velardeña.
Todo gran misterio encierra;
nos queda un gran desconsuelo,
no hubo justicia en la Tierra,
puede encontrarse en el Cielo.
158
Mineral de Velardeña en 1905
Cuerpo de Rurales de Gómez Palacio en 1909
159
La famosa canción de Los barandales del puente, se comenzó a escuchar en la
ciudad de Durango a principios del siglo XX. Su letra hace referencia al tranvía de
mulitas que transportaba a la gente desde la estación de los ferrocarriles hasta el
puente Fugeman, que cruzaba la ahora entubada Acequia Grande.
Los barandales del puente 75
Anónimo
Los barandales del puente
se estremecen cuando paso,
morena mía, dame un abrazo.
Dame la mano morena,
para subir al tranvía,
que está cayendo la nieve fría.
Si esta cayendo que caiga,
y asómate a la ventana,
morena mía, muy de mañana.
Nada más a ti te quiero,
de las demás no hago caso,
morena mía, dame un abrazo.
Por debajo de aquel puente,
corre el agua y nacen flores,
chinita mía, de mis amores.
Las blancas son muy bonitas,
y las morenas hermosas,
guardan amores entre las rosas.
Los barandales del puente,
se estremecen si te miro,
dame un besito que yo te pido.
Ya con esta me despido,
y entre perfumes de azahares,
aquí se acaban los barandales.
160
Tranvía de mulitas de Durango, a principios del siglo XX
75
“Los barandales del puente”, en: STRACHZWITZ, CHRIS y GUILLERMO HERNÁNDEZ,
Cancioneros de ayer. Parte 2. Sognsters from the past, 1920’s/1930’s, disco LP, Folkloric records
161
En las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, la ciudad de Durango
fue lugar de residencia de las familias de los latifundistas, concesionarios mineros,
comerciantes y demás capitalistas que desarrollaron sus negocios en el enclave
económico del territorio estatal, vinculado con el corredor que unió a la entidad con
la Región Lagunera y a la ciudad de Monterrey, Nuevo León, merced a la
comunicación que ofreció el Ferrocarril Internacional Mexicano, con sus múltiples
ramales.
En este contexto la ciudad tuvo, a su vez, la oportunidad de recibir a múltiples
compañías artísticas, de teatro, música sinfónica, conciertos, recitales, ópera, de
títeres, de funciones de cine silente y zarzuela, entre otras, al tiempo que algunos
de los miembros de las familias acomodadas podían, sin preocupaciones
económicas, dedicarse al solaz de las actividades culturales y desarrollar diversas
expresiones artísticas, con los lineamientos estéticos europeos, como en los casos
de compositores como: Luis Baca, Alberto Amaya, Gustavo E. Campa, Ricardo
Castro y Alberto M. Alvarado, entre otros, que dieron a una buena cantidad de sus
partituras de óperas, operetas, canciones, valses y sinfonías, entre otras
composiciones, sonidos que recordaban a los que salían de las orquestas,
compositores y cantantes europeos.
Es innegable que los compositores de la élite económica de la época aportaron su
creatividad al acervo de la cultura nacional y muchas de sus piezas siguen siendo
números obligados en el repertorio de las diversas orquestas de música sinfónica
mexicana, como es el caso del Vals Capricho, de Ricardo Castro.
De esta época y generación fue el compositor Alberto M. Alvarado nació en
Durango, el primer día de diciembre de 1864, y falleció en la misma ciudad, el 18
de julio de 1939, además de ser empresario teatral en su ciudad natal, su música
destacó nacional e internacionalmente. Una de sus composiciones más famosas
fue el vals Recuerdo, que se sigue interpretando en sus versiones instrumental y
cantada. En 1966, durante los festejos del IV Centenario de la fundación de la
ciudad de Durango, el vals Recuerdo fue declarado como himno regional de la
ciudad.
#9012, cantado por Hernández y Sifuentes, el Cerrito, California, 1977.
162
Recuerdo 76
(vals)
Alberto M. Alvarado
Es un recuerdo de amor, mujer,
como un aroma sutil de flor,
y es como estrella fugaz
de ilusión,
de mi deshojada pasión.
Cuando recuerdo tu voz, de amor,
que al fin se fue para no tornar,
siento en el alma un temblor
de dolor,
ansias de ponerme a llorar.
Y esa voz es mi vida y mi ser,
por eso, mujer,
recordar de él es sufrir otra vez.
Alberto M. Alvarado compuso el vals Recuerdo, himno regional de la ciudad
de Durango
76
KURI-ALDANA, MARIO y VICENTE MENDOZA MARTÍNEZ, Cancionero popular mexicano,
163
Tomo 2, México, SEP, 1987, p. 434.
164
IV. La lírica de los alacranes revolucionarios
En el territorio estatal, durante el porfirismo, y sobre todo en la primera década del
siglo XX, hubo diversos brotes de protesta y lucha huelguista, mutualista,
anarquista, por parte de campesinos, mineros, empleados, ferrocarrileros,
vaqueros y obreros. Si bien los casos más sobresalientes de lucha y pr otesta
laboral y de represión porfirista fueron los despojos de tierra de los comuneros de
San Pedro y Santiago Ocuila y la matanza de los mineros de Velardeña en 1909.
Poco a poco se fueron creando las organizaciones de la oposición política
efectiva, con la formación de clubes políticos que serían los centros de reunión de
los futuros líderes ideológicos y militares de la Revolución Mexicana.
La miseria, la sobreexplotación, el abuso, la inseguridad en el trabajo, la
discriminación y desigualdad en relación con los trabajadores extranjeros; el
despojo, la represión brutal, la falta de educación, la ausencia de libertad política y
de acceso al poder, fueron sólo algunas de las razones por las cuales, al momento
de la convocatoria del Plan de San Luis en el estado de Durango, se suscitaron
diversos levantamientos de pequeños grupos rebeldes que de manera paulatina
se fueron vinculando entre sí, incrementaron sus adeptos y sistemas de
abastecimiento. Así, de iniciar con tomar pequeños poblados, los rebeldes se
fueron aventurando a ocupar poblaciones grandes y, para mediados de 1911, los
revolucionarios durangueños organizados en la Segunda División del Norte
ocupaban la ciudad de Torreón, en la cual sucedió el lamentable episodio de la
matanza de los chinos.
El 31 de mayo de 1911, la ciudad de Durango caía bajo la presión de los tratados
de Ciudad Juárez, en las manos de los revolucionarios maderistas de todo el
estado, bajo la dirección de los jefes regionales: Domingo Arrieta, Calixto
Contreras, J. Agustín Castro, Matías Pazuengo, Conrado Antuna, Orestes Pereyra
y otros.
165
A fines de 1911 el nuevo gobierno revolucionario maderista tuvo que enfrentar en
la ciudad de Durango un complot palaciego de la facción que dirigía el general
Bernardo Reyes; el complot fue controlado y en su resistencia se efectuaron
combates
en
diversos
municipios
del
estado.
De
hecho,
surgía
la
contrarrevolución. En 1912, el mismo gobierno maderista estatal tuvo que combatir
contra los focos locales antimaderistas de las rebeliones zapatista y magonista.
Desde febrero de 1912 actuaron en el estado diversos grupos armados
antimaderistas contrarrevolucionarios, patrocinados por los capitalistas regionales,
que protagonizaron las rebeliones orozquistas y vazquistas; a los nuevos rebeldes
se les conoció con el mote de colorados. Los colorados tuvieron múltiples
acciones guerreras en la entidad y destruyeron e incendiaron las haciendas que
encontraban a su paso y que eran propiedad de los hacendados que no aportaban
para su causa. Para combatir a los colorados el gobierno maderista habilitó a
diversos grupos auxiliares irregulares, con el objeto de que ayudaran en los
combates a los .cuerpos regulares. Si bien los revolucionarios ex maderistas
habían sido licenciados y los cuerpos regulares del ejército formaban parte del
antiguo Ejército porfirista que había permanecido intacto.
Llegado el momento, los militares regulares intentaron neutralizar a los auxiliares
irregulares aprehendiendo a sus principales jefes, como Francisco Villa, Domingo
Arrieta y Calixto Contreras. Sin embargo, estos jefes recobraron su libertad tras
pasar unos días en prisión y retomaron el mando de sus tropas populares.
En febrero de 1913, cuando el Gobierno Maderista cayó por la acción de la
asonada huertista, Jesús Perea se declaró gobernador huertista de Durango y los
antiguos jefes colorados estatales: Jesús José Campos, Emilio Campa y Benjamín
Argumedo, fueron integrados junto con sus tropas al ejército huertista, en calidad
de auxiliares irregulares. Mientras que, en la capital del estado, se creaba un
cuerpo paramilitar denominado Defensa Social, integrado con empleados de las
empresas y comercios citadinos y con peones de las haciendas aledañas a la
Perla del Guadiana. Por lo ineficiente de sus acciones y lo elegante de su vestido,
los milicianos urbanos huertistas fueron bautizados por la población local con el
sobrenombre de Soldados de Chocolate. Sin importar su imagen, los soldados de
166
chocolate crearon el terror de la dictadura militar entre los maderistas de la ciudad
de Durango.
Tras el asesinato del presidente Francisco I. Madero, de inmediato, en todo el
estado, los jefes ex maderistas volvieron a levantar a sus adeptos y pronto
empezaron a combatir contra los colorados y los federales huertístas, y luego de
múltiples acciones y varios intentos de ocupar la capital del estado, se integraron
en el Ejército Popular Revolucionario Durangueño que fue dirigido por el general
Tomás Urbina. Los revolucionarios durangueños ocuparon la ciudad de Durango
el 18 de junio de 1913 y mientras los insurrectos incendiaban la ciudad, la Defensa
Social se desintegraba.
A fines de julio de 1913 los hombres del Ejército Popular Revolucionario
Durangueño se afiliaron al Plan de Guadalupe y se unieron a las fuerzas
coahuílenses del Ejército Constitucionalista, que dirigía Venustiano Carranza. Sin
embargo, ambos contingentes fracasaron en el intento conjunto de ocupar la
ciudad de Torreón.
En septiembre de 1913 el general Francisco Villa arribó a la Región Lagunera, e
integró la División del Norte con los cuerpos revolucionarios desperdigados y, con
una notable táctica guerrera, ocupó la ciudad de Torreón, combatió en Chihuahua
y destrozó a los cuerpos y ejércitos huertistas que encontró a su paso ..
En diciembre de 1913 los generales Contreras y Arrieta desalojaron la ciudad de
Torreón, ante el poderoso embate de los huertistas de la División del Nazas.
Villa retomó a La Laguna en marzo de 1914 y con encarnizados combates su
División del Norte recuperó Torreón. Por su parte don Venustiano Carranza
enviaba a los generales Pánfilo Natera. con su División del Centro; y Domingo
Arrieta, con su División Durango, a ocupar a sangre y fuego la plaza de Zacatecas,
el último baluarte del gobierno huertista. Sin embargo, los hombres de Natera y
Arrieta no eran suficientes para tomar la difícil plaza de Zacatecas, y Villa insistía
ante Carranza sobre la conveniencia de que la División del Norte combatiera en
Zacatecas. Carranza .se niega y Villa, apoyado por su Estado Mayor, se lanza
sobre la Victoria en el Cerro de la Bufa.
167
La toma de Zacatecas produce el rompimiento entre Carranza y Villa. Este
rompimiento se transformó en la creación de las facciones constitucionalistas de
los adeptos de Carranza y la convencionista producto de la Convención de
Aguascalientes, de fines de 1914, que aglutinó a los jefes de los diversos ejércitos
populares.
En la lucha de facciones, en el estado de Durango, los generales Arrieta se
mantuvieron fieles a Carranza; por su parte Villa impuso gobernadores
convencionistas, desde finales de 1914.hasta los últimos meses de 1915, tiempo
durante el cual se suscitaron diversos enfrentamientos armados de tropas
arrietistas constitucionalistas contra convencionistas villistas, en todo el territorio
estatal. La caída del Gobierno Convencionista tuvo su último capítulo con el
fusilamiento del general Benjamín Argumedo en la ciudad de Durango,
Entre 1910 y 1916, los historiadores cantantes de Durango tuvieron mucho trabajo
al componer las cuartetas de corridos y canciones sobre los acontecimientos
bélicos más sobresalientes de la guerra revolucionaria. Antonio Raymundo Muros,
Montes el de la Guaripa y Felipe García fueron algunos de los más productivos
compositores de tragedias, mañanas y corridos durangueños revolucionarios que
se ocuparon de los combates de: Topia, Santiago Papasquiaro, Torreón,
Cuencamé, Durango, Zacatecas. De asaltos a trenes como el de Estación
Carpintero. Del fusilamiento de Benjamín Argumedo. De canciones como La
Adelita y de corridos de ficción como el de Martín Herrera y Los tres amigos, estos
últimos que darían lugar a diversas versiones como la de Los tres amigos
compuesta veinte años después por Francisco Castillo Nájera y en los años
setentas del siglo XX a Los dos amigos, Eran cuatro de a caballo y El caballo
jovero.
Desde finales del siglo XIX, una especie de músicos y trovadores ambulantes,
acompañados con sus arpas medianas, salidas de la fábrica de arpas de la ciudad
de Durango, comenzaron a ofrecer sus canciones y corridos en las calles de los
principales centros de población del estado.
168
77
Orquesta del maestro Arturo Lugo, con arpa, a principios del siglo XX
77
78
HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento,
Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, p. 9 y 10.
78
Ibíd., p. 17.
169
El 20 de noviembre de 1910 dieron inicio los levantamientos revolucionarios a los
que había convocado don Francisco I. Madero, para derrocar a la dictadura
porfirista. Por diversos motivos, algunos grupos rebeldes modificaron la fecha del
inicio de sus actividades revolucionarias. Así, los antirreeleccionistas sinaloenses
planearon su levantamiento para el primer día de enero de 1911. Sin embargo, al
ser descubiertos en su conspiración, desde el 19 de noviembre de 1910, algunos
de ellos huyeron, mientras que otros, como Ramón Fuentes Iturbe, optaron por el
levantamiento.
Después de algunas correrías, Fuentes Iturbe logró reclutar a un buen contingente
y el 9 de enero de 1911, junto con la gente de los jefes: Pablo Serrano, Agustín
Cháirez, Félix y Miguel Laveaga, que en total hacían unos 100 hombres, ocuparon
la población de Tamazula, Durango, en medio de la Sierra Madre Occidental.
Para el 27 de noviembre, Fuentes Iturbe, unido con los maderistas de Conrado L.
Antuna y 200 de tropa, se atrevió al ataque del mineral de Topia, Durango.
Después de intentar la entrega pacífica de la plaza, mediante la vía parlamentaria,
con la cooperación de la tropa rebelde de los hermanos Domingo y Mariano
Arrieta, después de muchos esfuerzos y sufrimientos y de horadar algunas de las
casas del poblado, los maderistas ocuparon Topia. En el Corrido de la toma de
Topia, que fue publicado por primera vez en julio de 1911, se mencionan como
prisioneros a: Santiago Sánchez Román, jefe de la Acordada de Topia, Wenceslao
Torres, jefe de la policía local y Ruperto Rodríguez, jefe de las tropas federales en
Topia.
Corrido de la toma de Topia 79
J. Cuauhtémoc Serrano
En mil novecientos once
sucesos tristes pasaron,
la sangre del mexicano
nuestras tierras empaparon.
79
ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp.155 a 161.
170
Todo por un presidente
que, mancillando su honor,
ha derramado imprudente
en vez del bien, el dolor.
Contra él, hoy se levanta
el pueblo todo indignado,
reclamando: “Nuestra santa
Constitución, se ha olvidado”.
Al grito de un gran patriota,
de don Francisco I. Madero,
soldados del suelo brotan,
con corazones de acero.
Y por doquiera se escucha
en cantares y poesías:
“Madero triunfa en la lucha
y pierde Porfirio Díaz”.
A este Topia querido
el grito alegre llegó:
“Oíd lo que ha acontecido,
escuchad lo que pasó”.
Veintisiete de febrero,
es la fecha memorable,
oyóse el: “¡Viva Madero!”
a las cuatro de la tarde.
Por el norte aparecieron
los maderistas valientes,
y su cuerpo descubrieron
y descubrieron sus frentes.
Por los cordones bajaron:
por el este y occidente,
y en un momento sitiaron
llena de fe aquella gente.
Toditos muy asustados,
se empezaron a esconder,
poniéndose los soldados,
sus puestos a defender.
Y desde luego rompieron
el fuego los porfiristas,
171
diciendo: “¡Muera Madero!”
y “¡Vivan los gobiernistas!”.
Gritaban los del gobierno,
entre alegres y asustados:
“¡Entren a tomar la plaza,
gorderos y desgarrados!”.
Respondía los sitiadores,
con arrogancia y denuedo:
“¡Pero nunca aduladores,
primos hermanos del miedo!”
“¡Si del susto ya están muertos
y desde lejos los vemos,
nuestros pechos descubiertos,
la libertad defendemos!”.
En la calle de Cuauhtémoc,
los maderistas pasearon
y hasta las casas del centro
los de Madero llegaron.
Toda la noche se oyeron
los gritos y los bombazos,
los vivas al gran Madero,
los cantos y los balazos.
A la mañana siguiente,
siendo imposible el tomar,
ordena Iturbe a su gente
la población evacuar.
Los gobiernistas gritaban
Viéndolos tristes partir:
“No se vayan, que les vamos,
el desayuno a servir”.
“¡Ah! ¡Qué gusto! ¡Les ganamos!”
Los porfiristas decían:
“Dos hombres ya les matamos
Y heridos muchos se irían”.
Iturbe, con sus soldados,
desconsolados se fueron
pero ya muy reforzados,
en marzo nueve volvieron.
172
Al las once de la noche,
el sitio se comenzó,
el fuego nutrido y fiero
dos días enteros duró.
Los porfiristas no hallaban,
cómo la vida salvar,
desesperados gritaban:
“Ya no queremos pelear”.
La tienda La Mexicana,
viendo el fuego tan cerquita,
le da pavor y locura
y asustada “¡Auxilio!” grita.
Gritaban los de la torre:
“No resistimos ya más
a Iturbe, ya nos rendimos
y le pedimos la paz”.
Ruperto Rodríguez era
el jefe de los sitiados
y él fue quien le propusiera
la paz a los pronunciados.
En la Casa Americana
se arregló la transacción,
a las tres de la mañana
se hizo la rendición.
Decía Ramón F. Iturbe,
con su calma no perdida:
“A todos nuestros contrarios
les perdonamos la vida”.
Wenceslao Torres decía,
entre quejas y lamentos:
“¡Yo! El jefe de policía,
sufro en mi alma mil tormentos”.
“Yo creo me van a matar
todos estos revoltosos,
corrimos sin descansar
¡valientes son los miedosos!”
Sánchez Román ¡pobrecito!
173
suspirando se llevaba;
tan gordo, tan rechonchito,
¡Ay! Cuánta lástima daba.
Los chileros ya no andaban
con las armas de la guerra,
tristes y sólo pensaban
el regresar a su tierra.
En fin, todos los soldados
que defendían a Porfirio;
cabizbajos, demudados,
andaban con gran suspiro.
“¡Adiós!” decía don Ruperto,
“De este Topia me retiro,
el pecho lo llevo abierto
y el corazón dolorido”.
Ese día doce de marzo,
día feliz y venturoso,
las armas de los maderos
cantaron gloria de gozo.
Las calles estaban tristes,
todas las tiendas cerradas,
claraboyas por doquiera,
y cuatro casas quemadas.
Los pobres mucho sufrieron
en esos días de tormento,
muchísimos recibieron
del maderista el sustento.
De esa tragedia de Topia
aquí concluye la Historia;
no la olvidéis, que por siempre
grabada está en la memoria.
¡Salud! Iturbe y Antuna,
mi gratitud os la obligo,
en la desgracia o fortuna,
aquí tenéis un amigo.
Ya parece que se siente
la paz en el patrio suelo,
vuelva a pensar nuestra mente
174
y a abrirse vuélvase el cielo.
Que no haya odios ni venganzas,
que se proteja al vencido;
que estas tristes remembranzas
las cubra pronto el olvido.
¡Al trabajo, mis hermanos!
que él sea nuestro único abrigo,
estrechando nuestras manos
con afecto leal y amigo.
Que nuestra Patria adelante,
que nuestra Patria progrese,
con el trabajo constante
que a sus hijos enaltece.
El jefe revolucionario Ramón Fuentes Iturbe dirigió la toma de Topia
175
Después de varias acciones revolucionarias maderistas en el poniente estado,
incluyendo la ocupación del Topia, las fuerzas rebeldes de Domingo Arrieta,
separadas de las de sus camaradas del grupo del sinaloense Ramón Fuentes
Iturbe, continuaron combatiendo al noroeste de la entidad y el 7 de abril de 1911,
sin encontrar resistencia, tomaron el control de la población de Tepehuanes,
conectada por ferrocarril con la capital del estado y con Santiago Papasquiaro.
Fuerte con 1,500 hombres, Domingo Arrieta planeó el ataque a Santiago
Papasquiaro, al tiempo que el jefe de armas del estado de Durango, coronel
Prisciliano Cortés enviaba al capitán primero Antonio M. Priani, con 70 de tropa,
entre miembros del Ejército y soldados irregulares auxiliares para defender la
plaza de Santiago Papasquiaro por parte del Gobierno del general Porfirio Díaz.
Los federales llegaron a Santiago el 10 de abril de 1911 y establecieron fortines y
defensas en los lugares más estratégicos del poblado.
El 16 de abril, los maderistas de Arrieta atacaron Santiago Papasquiaro y para el
siguiente día ocuparon la plaza y aprehendieron al capitán Priani. La tragedia de la
toma de Santiago Papasquiaro, abunda en cuartetas poéticas y cantadas los
pormenores de la acción.
Tragedia original de los maderistas dedicada el señor don Francisco I.
Madero o La tragedia de la toma de Santiago Papasquiaro 80
Felipe García
En mil novecientos once,
diremos año primero,
comenzó la oposición
de don Francisco I. Madero.
Madero trae su cuestión,
con el señor presidente,
que le ha quitado la silla
80
LLANAS FERNÁNDEZ, ROBERTO. “Colección de las principales tragedias populares de la
Revolución”, en: Repertorio de la Revolución # 2, publicación bimestral de estudios y documentos
de la Historia de México, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora / Fuentes para
el estudio de la Historia de la Revolución Mexicana / Ediciones del Fondo de Cultura Económica,
1960, pp. 52 a 55.
176
pa‟ que otro señor se siente.
Don Porfirio, es muy verdad,
no se la quería entregar,
decía: “Si yo me levanto,
ya no me vuelvo a sentar”.
La cuestión que trae Madero,
con el señor don Porfirio,
es de defender la Patria
porque nos había vendido.
Ya le vendió los terrenos
a los que tienen dinero,
los pobres nos quedaremos
haciendo aire con sombreros.
Por dondequiera han cercado,
ya no tenemos salida,
la salida que tenemos
es la del cohete pa‟rriba.
No nos queda otra salida,
mas que ayudar a Madero,
vamos a exponer la vida,
ahí está Dios, lo primero.
Levantaremos el grito
¡Viva Dios, es lo primero,
la Virgen de Guadalupe
Y don Francisco I. Madero!
Madero trae dos banderas,
con una pide la paz,
con otra pide la guerra,
no se sabe hacer pa‟tras.
Adiós Villa de Santiago, 81
tú eras la más afamada,
¿quién te vido, quién te ve?
Pareces depositada.
Ya te quemaron los puentes,
porque no corra la vía,
Madero tan imprudente,
81
Villa de Santiago era el nombre de la cabecera de partido de Santiago Papasquiaro.
177
dicen que ahí están todavía.
En la Estación de Corrales
se quedó la pasajera,
temblaban los maquinistas,
al oír tanta balacera.
Tus pueblos se te cambiaron,
todos en contra de ti,
lo tendrías muy agraviados,
según me parece a mí.
Decía don Ricardo Estrada,
tambièn su hijo Baldomero:
“Al cabo morir es nada,
ayudándole a Madero”.
Decía Antonio Nevarez:
“Muchachos, no hay que temer,
la Virgen de Guadalupe
nos ha de favorecer”.
Francisco Herrera Corral
les dice a sus compañeros:
“Es fuerza darle la mano
a Jesús María Manqueros”.
Gritaban los federales,
antes de romper el fuego:
“¡Rancheros boca de palo,
rifles de parque de acero!”
El día dieciséis de abril,
¡Ah, qué día tan señalado!
A la una de la mañana
el fuego se ha comenzado.
El señor don Juan Martínez
le decía a Pedro Corral:
“Llegamos a los fortines
o nos van a sepultar”.
Decía el señor don Macario
a don Ascensión Martínez:
“Hoy tumbamos ese gallo
o aquí verán nuestros fines”.
178
A la Reina de los Cielos,
es la que estos traen de guía
ya cuando entran a pelear,
se encomiendan a María.
Ya cuando rompen el fuego
se levantan el sombrero
gritando: “¡Viva la Patria
y don Francisco I. Madero!”
Decía el capitán Arrieta
cuando comenzó la guerra:
“Muchachos, primero muertos,
que entregar nuestra bandera”.
El fuego duró dos días
estuvo buena la batalla,
más de varios pobrecitos
se quedaron en la raya.
Señor don Ricardo Estrada
gritaba con muchas ganas:
“¡Muchachos suban arriba,
y suénenle a las campanas!”.
Juan de Olague se arrojó,
nomás le llovían las balas,
a la torre se subió
y repicó las campanas.
Cuando estaba repicando
le llovían por dondequiera
esa fue la contraseña
para terminar la guerra.
No querían largar el puesto,
estaban bien afortinados,
pero les cerraron recio
muy pronto hicieron venado.
El diecisiete en la noche,
la guerra se terminó,
dicen que ganó Madero
y el capitán lo agarró.
Lo han paseado por la calle
que diga: “¡Viva Madero!”
179
y él decía: “¡Viva Porfirio
aunque yo muera primero!”
En los puntos que han tomado
Vienen dejando sus leyes,
¡Viva el señor don Francisco,
que pudo soltar los bueyes!
Madero levantó el grito
y se encontraba peleando,
para quitarnos el yugo,
que nos estaba atormentando.
En los puntos que han tomado,
han hecho sus travesuras,
a varios han molestado,
han quemado jefaturas.
Oficinas de Correos,
ya pocas les han quedado,
les han tirado papeles
y otros se los han quemado.
Les dejan la cárcel sola,
ellos echan la prisión,
hacen más grande la bola,
tienen bastante razón.
Se vienen a las haciendas,
donde hay mucho que agarrar,
piden armas y caballos,
también sillas para montar.
Les ha tocado la buena
a los pobres maderistas,
no los persigue el gobierno,
porque no las lleva a vistas.
Dicen que los maderistas
todos andan por su gusto,
y los pobres porfiristas,
no podían dormir de susto.
Los jefes de los partidos
ya no hallaban qué pensar,
corrían peor que bandidos,
no hallaban dónde parar.
180
En toditos los partidos
tenían jefes de Acordada
para perseguir bandidos
„ora creo que no había nada.
Ya vamos de cuesta abajo
si la carga se ladea,
nos queda cerca el adagio:
“Donde aprieta no chorrea”.
Madero levantó el grito
y luego se fue a la guerra,
se fue a defender la Patria
y engrosar nuestra bandera.
Señores, yo hice estos versos
como pobre misionero,
los compuse a la salud
de don Francisco I. Madero.
Y se acabaron los versos,
ya acabaré de cantar,
la bola ha rodado mucho,
aquí se vino a parar.
El General Domingo Arrieta León lideró la toma de Santiago Papasquiaro
181
Para el mes de mayo de 1911, los revolucionarios maderistas durangueños y
coahuilenses habían ocupado varias poblaciones de sus respectivas entidades,
entre ellas las aledañas a Torreón y Matamoros, Coahuila, así como Ciudad Lerdo
y Gómez Palacio, Durango, entre otras. El 9 de mayo de 1911, las fuerzas unidas
de los jefes revolucionarios: Emilio Madero, Jesús Agustín Castro, Orestes
Pereyra, Benjamín Argumedo, Sixto Ugalde y Calixto Contreras, dieron inicio al
asedio a la Perla del Nazas, importante por ser el punto del cruce de las vías de
los ferrocarriles Internacional Mexicano y Central Mexicano. La ciudad de Torreón
estaba defendida por 1,800 soldados porfiristas bajo las órdenes del general
Emiliano Lojero.
El sitio de Torreón se prolongó hasta el día 19, fecha en que los efectivos
porfiristas desalojaron la ciudad con rumbo al Cañón del Huarache, en el municipio
de Lerdo. Los 5,000 maderistas que el jefe gomezpalatino Castro dirigía, fueron
bautizados por Emilio Madero como la Segunda División del Norte. En la ocasión,
un lamentable incidente cuestionó los fundamentos ideológicos democráticos que
movían a los maderistas: Antes de la entrada de la Segunda División del Norte a
Torreón, el general Lojero había azuzado a los miembros de la numerosa
comunidad china radicada en Torreón, en contra de los revolucionarios
maderistas, argumentándoles que el ataque era dirigido específicamente contra
ellos. Sin medir las consecuencias, Lojero aprestó armas a los colonos asiáticos.
De esta manera, cuando los maderistas entraron en Torreón recibieron las
descargas de los temerosos chinos. De inmediato, los maderistas repelieron la
metralla y contraatacaron a sus
agresores. El saldo de la acción fue de 300
asiáticos muertos. Los maderistas se dieron al saqueo de los comercios de
Torreón. La xenófoba acción antichina de los maderistas provocó la protesta
diplomática del Imperio Chino. Sobre la toma maderista de Torreón en 1911 se
escribieron diversos corridos como: Las hazañas del general Lojero y la toma de
Torreón por el Ejército Libertador, La toma de Torreón y El combate del 15 de
mayo en Torreón, que a continuación se transcribe.
182
El combate del 15 de mayo en Torreón 82
Anónimo
Con fecha quince de mayo,
por fin Torreón se rindió,
después de dos días de lucha
que tanta sangre costó.
No creían los porfiristas
que tomaran a Torreón,
tenían ametralladoras
y una fuerte guarnición.
Murió allí don Jesús Flores,
dando pruebas de valor
y luto por él llevamos
todos en el corazón.
La valiente Petra Herrera
al combate se lanzó,
siendo siempre la primera
ella el fuego comenzó.
Y qué decir de los jefes
que, con sin igual ardor,
se batieron noblemente
dando ejemplo de valor.
Ibarra, Ugalde, Contreras,
Castro, Ramírez, Buitrón,
son nombres que el mexicano
recordará con amor.
El señor Doroteo Soto
y Benjamín Argumedo,
son hombres de gran valor
para pelear por Madero.
Siempre peleando con gusto
82
LLANAS FERNÁNDEZ, ROBERTO. “Colección de las principales tragedias populares de la
Revolución”, en: Repertorio de la Revolución # 2, publicación bimestral de estudios y documentos
de la Historia de México, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora / Fuentes para
el estudio de la Historia de la Revolución Mexicana / Ediciones del Fondo de Cultura Económica,
1960, pp. 56 y 57.
183
y aborreciendo a Corral,
fueron los hombres heroicos
que entraron al Pajonal.
Todos los jefes correctos,
se portaron al entrar,
jurando en nombre del Cielo,
que a Torreón debían tomar.
El pueblo que sus derechos
ha visto siempre ultrajados,
conservar debe los nombres
de sus heroicos soldados.
Por fin, esa plaza fuerte,
bella, rica y poderosa,
vio convertido su orgullo
en derrota ignominiosa.
Ese general Lojero,
que allí quería sucumbir,
huyó cobarde y rastrero,
sin resignarse a morir.
Lojero que prometía,
a Ciudad Lerdo quemar,
sólo pensó en esconderse
el infame y escapar.
Cuántos, cuántos maderistas,
los chinos asesinaban,
con el malvado pretexto
de que a robarles entraban.
Pero muy pronto el castigo,
sobre esos chinos cayó,
fueron muertos y sus tiendas
el pueblo entero saqueó.
El valeroso Macías
toda la noche peleó,
y hasta el centro de la plaza,
con los suyos penetró.
¡Que viva Petrita Herrera;
que vivan los maderistas,
que mueran con los pelones,
184
los cobardes porfiristas!
Con entusiasmo sincero
digamos de corazón:
“¡Viva Francisco I. Madero
y abajo la reelección!”.
El joven Jesús Agustín Castro, poco antes de su levantamiento
185
Después de su triunfo en Santiago Papasquiaro, Durango, el jefe maderista
Domingo Arrieta León se alistó con 1,500 hombres para ocupar la ciudad de
Durango que, en abril de 1911, estaba defendida por las tropas porfiristas del
coronel Prisciliano Cortés, quien para la defensa de la plaza ordenó hacer fortines
en el Templo del Santuario, el cerro de Guadalupe, la calle de Leyva, el Rancho
de Zataraín, el Rancho de Granados; las garitas de oriente, sur y suroeste de la
ciudad, el cerro de Los Remedios, El Ojo de Agua del Obispo, el hospital y los
talleres del ferrocarril.
Los maderistas pusieron sitio a la Perla del Guadiana desde el 29 de abril y varias
veces, de manera infructuosa, solicitaron a Cortés la entrega pacífica de la plaza.
Los ataques a la ciudad de Durango se desarrollaron por diversos puntos como lo
narra la Única tragedia sobre el sitio de Durango y entrada de las tropas
insurgentes. En la mayoría de los múltiples ataques, los maderistas de Arrieta
fueron rechazados por los efectivos porfiristas. Mientras tanto, el contingente
maderista se iba incrementando con las tropas rebeldes de los jefes Jesús Agustín
Castro, José Maciel y Calixto Contreras, procedentes de la ciudad de Torreón,
ciudad que desde el 19 de mayo era territorio revolucionario.
A pesar del constante asedio, Prisciliano Cortés resistió esperando la llegada de
refuerzos del centro del país. Sólo la noticia de la firma de los Tratados de Ciudad
Juárez y la renuncia de Porfirio Díaz, convenció a los porfiristas durangueños que
su causa estaba perdida y finalmente, el 31 de mayo de 1911, entregaron la plaza
a los jefes maderistas.
En su libro Farewell to Durango, Adiós a Durango, Johanne Caroline Wehmeyer
Bose, ciudadana alemana radicada en Durango, describió el horror que le causó la
entrada pacífica de los rebeldes maderistas. Su impresión negativa se debió
principalmente a la desuniformidad en los vestidos y la apariencia paupérrima de
ese espontáneo ejército popular que luchaba por su libertad y sus derechos.
186
Única tragedia sobre el sitio de Durango y entrada de las tropas
insurgentes 83
Montes. El de la Guaripa
Señores, voy a contar,
según lo que es mi opinión,
lo que acaba de pasar
con esta Revolución.
Empezó la discusión,
comenzaron las porfías,
se levantó la Nación,
contra don Porfirio Díaz.
Hizo muchas cosas buenas
don Porfirio a la Nación;
pero… se conocía apenas
ya nuestra Constitución.
El pueblo lo respetó,
al ilustre general;
pero… al fin se impacientó,
por reelegir a Corral.
El pueblo votó por Reyes,
general también como él;
mas se burlaron las leyes…
¡injusticias a granel!
La democracia burlada,
por Reyes, que fue el primero;
pidió con la mano armada,
a don Francisco I. Madero.
Al grito: “¡Viva Madero!”
El pueblo se levantó,
mostrando así, al mundo entero,
que rey no consiente, ¡no!
LLANAS FERNÁNDEZ, ROBERTO. “Colección de las principales tragedias populares de la
Revolución”, en: Repertorio de la Revolución # 2, publicación bimestral de estudios y documentos
de la Historia de México, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora / Fuentes para
el estudio de la Historia de la Revolución Mexicana / Ediciones del Fondo de Cultura Económica,
1960, pp. 37 a 39.
83
187
El peligro no era poco,
los porfiristas reían,
nombrándolo necio y loco,
sin saber lo que decían.
Muchos combates se vieron,
alguna gente murió.
Varias plazas se rindieron
y al fin la causa triunfó.
¡Viva Dios! Que es lo primero,
todo insurgente decía;
¡Viva la Virgen María!
Y don Francisco I. Madero.
Creo que se han desengañado
con las pruebas en la mano;
todo caudillo ha triunfado,
¡por el pueblo soberano…!
Mucha gente pereció
en esta Revolución;
su causa que defendió,
¡Sufragio y no Reelección!
Ya el veintinueve de abril,
Durango estaba sitiado;
hombres, serían ¡cinco mil!
Que al fin, lo hubieran sitiado.
El Gobierno constituido,
hacía muchos comentarios;
se vio algo comprometido,
reunió varios voluntarios.
Villarreal Camacho fue,
el que la plaza pidió,
pero… dicen, yo no sé,
que no se le contestó.
Cuevas, Pazuengo, tal vez
lo primero no sabrían
porque al coronel Cortés
todos la plaza pedían.
Como hace todo guerrero,
Lo que hizo fue afortinar.
188
Y dijo: “Primero muero,
que yo la plaza entregar”.
Dispensadme lo que digo,
no os tacho de cobardía,
había algo de valentía,
pero… grande el enemigo.
Polkos, gendarmes, rurales,
serenos y los montados;
habrían quedado tirados
juntos con los federales.
Arrieta, Castro y Lavín;
una vez más la pidieron.
Gobierno y comercio al fin,
más y más se previnieron.
Pazuengo y Cuevas llegó,
ya estaban bien prevenidos,
un combate se inició,
resultando tres heridos.
En Zataraín o Granados,
hubo un combate formal
¡Muertos y heridos tirados
por esa lucha fatal!
Los rebeldes en Granados,
ahí se parapetaron
nuestros valientes soldados
de ahí los desalojaron.
Estas noticias les doy
hirieron a Valdivieso,
murió el teniente Monroy,
Durango sintió el suceso.
Campero y Márquez pelearon,
aunque también los hirieron,
dos rurales les mataron ,
dos prisioneros hicieron.
Sangre, habría corrido más,
si sigue cual comenzó,
pero se inició “La Paz”
y el combate se aplazó.
189
Cerca de cuarenta días,
el sitio aquí nos duró;
renunció Porfirio Díaz
y al fin la Paz se firmó.
Manifestación hicieron,
hubo gritos a granel;
¡Horror! Tres hombres murieron
¡allí enfrente del cuartel!
Los insurgentes entraron,
cuando todo de arregló,
muchas ¡Vivas! Le gritaron
a Madero que triunfó.
Quedaron posesionados
de Durango, cuando entraron,
dicen que hubo envenenados,
¡tal vez rencillas quedaron!
Ya en paz, tres curros paseantes,
el “¡Quién vive!” les pegaron,
y en esos mismos instantes;
con balazos contestaron.
Debieron ser porfiristas,
por su imprudencia que hicieron,
murieron dos maderistas,
ellos… los tres perecieron.
Por fin el tirano fiero,
se ausentó de la Nación.
¡Viva Francisco I. Madero!
¡Viva la Constitución!
190
Tropas maderistas entrando a la ciudad de Durango el 31 de mayo de 1911
191
Con el triunfo de la Revolución Maderista, por la vía electoral, Francisco I. Madero
ocupó la silla presidencial a partir del 6 de noviembre de 1911. El breve periodo de
gobierno de Madero se caracterizó por la inestabilidad y los múltiples
levantamientos y pronunciamientos revolucionarios y contrarrevolucionarios que
se desarrollaron en el territorio nacional como el de Pascual Orozco y el de Emilio
Vázquez Gómez, entre otros, que pusieron en jaque la gobernabilidad del naciente
y efímero Estado mexicano maderista. A la sazón, don Francisco I. Madero contó
con el apoyo de la mayoría de los antiguos maderistas que habían sido
licenciados, mientras el antiguo Ejército porfirista retomaba sus posiciones.
En el Corrido del catorce de mayo, se da cuenta del combate que sostuvieron los
contrarrevolucionarios orozquistas, llamados también colorados, dirigidos por el
jefe Emilio P. Campa, contra varios cuerpos de soldados regulares e irregulares
voluntarios auxiliares maderistas en Estación Pedriceña, municipio de Cuencamé,
Durango.
En la composición se hace mención al Veintidós Cuerpo Rural Maderista que
obedecía las órdenes del teniente coronel Orestes Pereyra, así como al Batallón
Victoria que fue liderado por el capitán primero Luis Fernández de Castro.
Durante la acción del 14 de mayo de 1912, al incrementarse las fuerzas rebeldes
orozquistas, con el arribo de la tropa del jefe colorado Benjamín Argumedo, los
maderistas se vieron obligados a replegarse en la ciudad de Durango.
Corrido del catorce de mayo 84
Antonio Raymundo Muros
El catorce de mayo,
pasado el mes de abril,
quinientos maderistas,
pelearon con tres mil.
ESTRIBILLO:
“Perdóname, Dios mío,
¡Oh! Virgen, te lo ruego,
84
Manuscrito del corridista Antonio Raymundo Muros, facilitado por su hijo Moisés Muros Martínez,
recogido por Antonio Avitia en Santiago Papasquiaro, Durango, en 1987.
192
que son los maderistas
de Francisco I. Madero.
Llegan los maderistas
llegan a la estación,
tan pronto como llegan,
empiezan la cuestión.
ESTRIBILLO.
Comienza el Veintidós,
comienzan a pelear,
y el Batallón Victoria,
comienza a desfilar.
ESTRIBILLO.
Comienzan a pelear,
desde Aviléz al Centro,
les quitan los cañones
y todo el armamento.
ESTRIBILLO.
Argumedo decía:
“Mi general, ¿qué hacemos?
Los cañones que trajimos,
aquí los dejaremos”.
ESTRIBILLO.
Gritaba el Veintidós,
gritaba con afán:
“Nos hace falta el parque,
también el capitán”.
ESTRIBILLO.
Y el general Blanquet,
lucha por el cañón,
ellos venían diciendo:
“Venimos de Torreón”.
ESTRIBILLO.
Y el general Amaya,
les tira con valor,
193
y el general Pereyra,
les tira con furor.
ESTRIBILLO.
Decían los chihuahueños:
“Vamos al Escalón,
a reformar más parque,
pa‟ seguir la cuestión”.
ESTRIBILLO.
“¿Qué es aquello que diviso,
que acabo de divisar?
Son las tropas maderistas,
Que vinieron a guerrear”.
ESTRIBILLO.
La tragedia es bonita,
sabiéndola cantar,
¡Viva los maderistas,
Y el Veintidós cabal!
ESTRIBILLO.
Pascual Orozco. Jefe de los rebeldes contrarrevolucionarios colorados
194
Tras el golpe de estado en contra del presidente Francisco I. Madero y de que se
entronizó en el poder, el gobierno usurpador del general Victoriano Huerta, el
gobernador interino de Durango Jesús Perea, se adhirió al gobierno usurpador, al
tiempo que los rebeldes orozquistas, llamados colorados, fueron amnistiados e
integrados al Ejército Huertista, como tropas de auxiliares voluntarios irregulares.
La represión en contra de los maderistas no se hizo esperar y los miembros del
Grupo Renovador Maderista de Durango fueron sistemáticamente aprehendidos y
encarcelados. Para asegurar su permanencia en la ciudad de Durango, el
gobierno huertista conformó grupos paramilitares reconocidos como Defensa
Social, integrados con gente citadina de la clase media, empleados de comercio y
trabajadores de confianza de las haciendas aledañas a la capital del estado. Las
Defensas Sociales fueron organizadas y dirigidas Antonio y Emilio Bracho, con el
patrocinio de los diversos dueños de las haciendas, los fundos mineros y los
comerciantes radicados en la ciudad de Durango. Las Defensas Sociales
recibieron el nombre de Socialistas o Soldados de Chocolate, por lo ineficiente de
sus pocas acciones guerreras. Sin embargo, las Defensas Sociales de Durango
generaron un tenso clima de terror entre los habitantes de la Perla del Guadiana,
toda vez que entre sus acciones se destacó el llenar la penitenciaría con los más
importantes ciudadanos de filiación maderista, al tiempo que, sin formación de
causa, fusilaron a algunos de ellos.
Los grupos de poder que influyeron en la conformación de las Defensas Sociales y
en el apoyo al gobierno usurpador: los capitalistas, hacendados, comerciantes y
los miembros del alto clero, es decir, quienes temían perder sus privilegios con el
avance de las reformas revolucionarias, pusieron como jefe de armas de la ciudad
al general Antonio Escudero. Ante la represión, los maderistas durangueños se
levantaron de inmediato para derrocar al usurpador Huerta y se afiliaron al Plan de
Guadalupe, signado por Venustiano Carranza.
El ingeniero Pastor Rouaix y Silvestre Dorador fueron dos de los ciudadanos
aprehendidos, víctimas de la represión del gobierno estatal de Jesús Perea.
En consecuencia con las acciones rebeldes antihuertistas, el 20 de abril de 1913
la Brigada Guadalupe Victoria, conducida por Domingo Arrieta, se unió a las
195
tropas rebeldes cuencameras y laguneras de Calixto Contreras y Orestes Pereyra
para ocupar la ciudad de Durango. Para el día 23 se inició el ataque de los
revolucionarios y se continuó por todo el día 24 y parte del 25. Ese día, los
revolucionarios se vieron obligados a emprender la retirada, ante la inminente
presencia de los trescientos cincuenta jinetes colorados que se acercaban bajo el
mando del brigadier irregular Jesús José Cheché Campos. El día 26, los rebeldes
reorganizados volvieron a intentar la ocupación de la plaza, pero fueron
rechazados.
Tras sus infructuosos intentos, las tropas revolucionarias se reconcentraron en
Canatlán, al tiempo que la Defensa Social hacía estragos entre los maderistas de
la ciudad de Durango. Las tropas irregulares de “Cheché” Campos salieron de la
capital del estado para combatir a los rebeldes, pero fueron derrotadas por las
fuerzas de la Brigada Guadalupe Victoria, en los Llanos de Cacaria.
En Canatlán, los diversos cuerpos revolucionarios unidos nombraron como jefe
único a Tomás Urbina y con el llamado Ejército Popular Revolucionario
Durangueño, integrado por alrededor de cinco mil hombres, Urbina marchó a
Durango. Los jefes Calixto Contreras, Orestes Pereyra, Domingo y Mariano
Arrieta, así como Sergio y Matías Pazuengo fueron algunos de los miembros del
Estado Mayor de Urbina. Mientras tanto, el jefe rebelde durangueño Pánfilo
Natera, quien desde el 5 de junio, al mando de tropas revolucionarias
durangueñas y zacatecanas, había ocupado momentáneamente la capital del
estado de Zacatecas, cortó las comunicaciones telegráficas y ferroviarias de
Durango con el centro del país.
La ciudad era defendida por 1223 soldados huertistas regulares y auxiliares
irregulares, bajo la guía del brigadier Antonio M. Escudero. La batalla por Durango
tuvo lugar los días 17 y 18 de junio de 1913. Después de ocupar la plaza, las
tropas revolucionarias y la población local, se dieron al saqueo y al incendio de los
principales comercios de la ciudad como El Palomar, La Francia Marítima, el Café
de la Unión y las mercerías de súbditos alemanes: La Suiza y La Alemana. Una
vez que los revolucionarios antihuertistas ocuparon la ciudad de Durango, esta no
volvió a caer en poder del gobierno usurpador.
196
Al lograr establecer la paz en la ciudad, los revolucionarios nombraron como
gobernador del estado al ingeniero Pastor Rouaix quien, el 3 de octubre del mismo
año, promulgó la primera Ley Agraria del país, así como algunos decretos en
contra de los intereses de los grupos conservadores y de la Iglesia Católica.
La novela El mejor de los mundos posibles, de Martín Gómez Palacio recrea en
una sobresaliente prosa el episodio de la toma de Durango y las conductas de
diversos personajes en la ocasión, en especial la de una anciana que, más que
por la
acción de los revolucionarios, está preocupada por el corte de la
comunicación ferroviaria con la ciudad de Torreón, por el hecho de que ya no
podrá surtirse de la heroína necesaria para cubrir su demandante adicción. Otra
novela que se ocupa del tema es ¡Viva Madero! Escrita por Atanasio G. Sarabia.
El Corrido de la toma de Durango, primera y segunda partes, Tragedia de la
Defensa Social de Durango y la Tragedia de la Toma de Durango, son las
composiciones de lírica narrativa que cantaron la acción revolucionaria.
Corrido de la Toma de Durango 85
Anónimo
En mil novecientos trece,
se los diré platicando,
que fue el dieciocho de junio,
cuando se tomó Durango.
Al peso de medianoche,
esto se ha verificado,
que alrededor de Durango,
el fuego se ha comenzado.
Entraron los maderistas,
a caballo y a pie tierra,
los fortines los quitaron,
a las dos horas de guerra.
85
VÁZQUEZ VALLE, IRENE y JOSÉ DE SANTIAGO SILVA. Corridos de la Revolución Mexicana,
México, disco INAH/DEMLO, M C/ 0552, Colección INAH # 16, cantado por Manuel Valdéz, texto
adicional pp. 9 y 10, 1981
197
Decía Pánfilo Natera:
“Dios nos tenga de su mano”,
a don Calixto Contreras,
don Domingo y don Mariano.
Estos cuatro generales,
como valientes entraron,
juntos se dieron la mano,
y a Durango lo tomaron.
Gritaban los federales:
“Aquí tenemos la plata,
arrímense bachaneros, 86
cañones de hoja de lata”.
Llegó Calixto Contreras,
diciendo: “¿Qué es lo que pasa?
Aunque nos cueste la vida,
nos vamos hasta la plaza”.
Se fueron hasta la plaza,
sin temerle a los cañones,
y se fueron desfilando,
como cohetes los pelones.
Le contesta el general:
“No dudo de su verdad,
pues mire cómo está el fuego
adentro de la ciudad”.
Almacenes de Durango,
como La Alianza y La Suiza,
quedaron todos sus bienes,
convertidos en cenizas.
Sus tesoros se quedaron,
sepultados en la tierra,
para que no los sacaran,
los maderos en la guerra.
Generales de Madero,
de sangre noble y muy finos,
a todos han perdonado,
86
Bachanero. En Durango se dice del abigeo de ganado vacuno, o de quien comercia con la carne
de res robada.
198
porque no son asesinos.
Bella ciudad de Durango,
con tus lucidos jardines
¡Cómo te fueron tomando,
teniendo tantos fortines!
Cerrito de los Remedios,
es la mejor posición,
son los mejores fortines,
que tenía la población.
Del Cerro de los Remedios,
al fin los desalojaron,
unos fueron prisioneros,
y otros muertos se quedaron.
Qué caro les ha costad,
esa muerte de Madero,
el que no está sepultado,
anda muerto o prisionero.
¿Por qué corren caballeros?
ahora se les hace malo,
aquí están sus bachaneros,
que traen sus rifles de palo.
Decía don Domingo Arrieta:
“No corran ricos valientes,
que en mi casa me encargaron
una quijada con dientes”.
Sale el señor arzobispo,
Con su autoridad divina,
que venía a firmar la paz,
con el general Urbina.
Decía Pánfilo Natera,
a don Calixto Contreras:
“Que no pasen federales,
de México a las fronteras”.
Corrieron los federales,
toditos a rienda suelta,
a avisarle a Félix Díaz
y al viejo borracho Huerta.
199
Los federales se fueron
a avisar a Mondragón,
que allá en Durango, los leales,
les dieron feria y pilón.
Aquí da fin la tragedia,
por la presente ocasión,
si preguntan: “¿Quién la hizo?”
a nadie le den razón.
Segunda parte de la toma de Durango 87
-El 18 de junio de 1913Anónimo
¡Viva Dios, es lo primero!
¡Viva la Guadalupana!
¡Viva el nombre de Madero
y la Patria Mexicana!
Año de mil novecientos,
trece años más al contar,
perdió la guerra Durango,
con su Defensa Social.
Ahora sí fue de a de veras,
no como la otra ocasión,
se burlaron de Contreras
y ahora le piden perdón.
A las once de la noche,
Llegaron las avanzadas,
cuando el Sol abría su broche,
explotaban las granadas.
Gritaban los federales:
“Aquí tenemos la plata,
rancheros bocas de palo,
cañones de hoja de lata.
87
Hoja suelta de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros,
facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por
Antonio Avitia en 1987.
200
Decía el general Arrieta,
dando fuego a su trinchera:
“¡Viva Dios, viva la Patria,
que viva nuestra bandera!”
El cerro de los Remedios,
que defendían los pelones,
lo tomó el señor Arriaga,
con máuseres y cañones.
88
Los mochos y voluntarios
corrían a la desbandada,
de miedo de los bombazos,
y los tiros de metralla.
Durango estaba orgulloso,
porque tenía federales,
en doce horas de combate,
triunfaron las fuerzas leales.
¿Qué dirá Doña Clarines?
que tan valiente se trata:
“No pudieron los fortines,
con las lanzas de alcayata”.
Deja paloma tu nido
párate en ese nogal,
pregunta: “¿Qué ha sucedido
de la Defensa Social?”
¿Qué dices Rosa, qué dices,
de la Defensa Social?
corrían como codornices,
cuando viene el gavilán.
Los fortines se quedaron,
listos para la ocasión,,
en esta, los voluntarios,
se metieron al rincón.
Ya se les volteó la suerte,
todo el mundo lo decía,
que perdían hacha y machete,
si el maderismo venía.
88
Pelones, era el nombre que los revolucionarios daban a los soldados federales, por su corte de
pelo.
201
Adiós Durango lucido,
ya tu orgullo se acabó,
ya quedarás convencido
que Contreras te cumplió.
Con tirana felonía,
El veintitrés de febrero,
Blanquet, Huerta y Félix Díaz
fusilaron a Madero.
Tomaron los tribunales,
derramando sangre real,
Mondragón y federales,
Juntos con el capital.
Si pudieron los millones
asesinar a Madero,
ahora podrán los cañones,
vengar su muerte y su fuero.
¡Viva el general Contreras!
¡Vivan los hombres de honor!
¡Viva el general Pereyra!
¡Viva nuestro pabellón!
Pajarito pico de oro,
Párate en aquella lima,
dí, con tu canto sonoro:
“¡Viva el general Urbina!”
Al crujir de los cañones,
y al disparar las granadas,
corrieron los defensores,
con el rifle y las almohadas.
Enfermos del corazón,
por traidores a Madero,
se fue Serafín Hernández
y el general Escudero.
Por defender al gobierno,
los ricos adinerados,
ahora se andan defendiendo,
con un tecolote al lado.
202
Ya no se oyen las campanas,
ni una misa ni un sermón,
no se mira ni un sorbete,
ni una enagua pantalón.
Adiós Durango lucido,
te llevo en el corazón,
por esta vez me despido,
volveré en otra ocasión.
Tragedia de la Defensa Social y toma de Durango
89
Jomimo Séelmo
El miércoles día dieciocho,
del corriente mes y año,
nadie quería ya ser mocho,
ni vestir de rico paño.
Me ha causado tanta risa,
que se me ha roto una tripa,
ver los de leva en camisa,
los de botín con guaripa.
Parece tamaña papa,
pero de verdad se pasa,
que tomaron esta plaza,
los Lanceros de Otinapa.
Pues los curros 90 defensores,
de valor hacían alarde,
desfilando cierta tarde,
por entre lluvias de flores.
Y del Choclo, el Batallón,
por miedo a perder el hueso,
se afilian, con poco seso,
empleaditos de a montón.
Dependientes y cajeros,
89
Hoja suelta de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros,
facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por
Antonio Avitia en 1987.
90
Curro.- En Durango, despectivo para las personas de alta posición económica.
203
con su rifle y su canana,
se convierten en barberos
de la noche a la mañana.
Hoy, cambiando de vestido,
de una traza que da risa,
les pesa haberse metido
de once varas en camisa.
Pobres pollos, sin quehacer,
que se me figuran micos,
primero imitaban ricos
y hoy pelados quieren ser.
¡Oh! Qué Defensa Social,
que por tu causa y tus timos,
la novia y chamba perdimos,
otros la vida y caudal.
Pues las pollitas miedosas,
que les dieron serenata,
porque metieron la pata,
hoy los miran desdeñosas.
Por la noche, a los fortines,
los voluntarios marchaban,
pero antes allá mandaban,
camas, colchas y cojines.
Antes de hacer la campaña,
celebraban su victoria,
con botellas de champaña,
que hizo efecto de chicoria.
Antes de la plaza caer,
en poder de maderistas,
fueron llamados porristas,
fusilados por doquier.
Y los judíos comerciantes,
que de hambre ya nos mataban,
cada mañana aumentaban,
sus precios a los marchantes.
Azúcar, a pesos el kilo,
nos la vendía Calderón,
si le compraban pabilo
204
y un paquete de almidón.
Y los pobres canaricos,
participan nuestros males,
kilo de alpiste a los ricos,
vendieron a veinte reales.
De los ricos el ideal,
es sacrificar al pobre,
y como prueba nos sobre
la explotación comercial.
Pues la honradez se abolió,
ellos sólo querían plata,
mas vamos que les salió,
el tiro por la culata.
Hoy les llaman saqueadores,
a los que vida expusieron,
y ellos al pobre exprimieron,
detrás de los mostradores.
Fue el remedio peor que el mal,
Para el pobre ¡suerte indina!
¿Cuánto más vendrá la sal,
azúcar, café y harinas?
Pues del saqueo y quemazón,
los comerciantes se quejan
y en las bodegas se añejan,
las mercancías de a montón.
Los pobres revendedores,
hoy ruñen sin sal ni hueso
y esperan tiempos mejores
¡será su gusto por eso!
Mas lo perdido, perdido,
de los males, el mejor,
si triunfara fuera peor,
de los ricos el partido.
Cuántas pobres doncellitas,
llorarán su desventura,
porque su honra y hermosura,
es pasto de felicistas.
205
Cuando se acercó el ataque
se mofaron con grande saña,
porque dizque no traen parque
y a muchos lefios 91 engaña.
La prensa difamadora,
causa de la excitación,
hizo temer, sin razón,
a toda niña y señora.
Ni tanto fortín ni mina,
ni destrucción de nopales
asustó a los generales:
Contreras, Pereyra, Urbina.
Y quiso la suerte ingrata
que triunfara don Calixto,
con cañones de hojalata,
y de parque desprovisto.
Al ser Durango tomado,
ya no hubo más fanfarrones,
y los curros y pelones
corrieron más que un venado.
Obispado y Catedral,
fueron refugio de ricos,
cuando balas y no picos
les llovían por cada lado.
Y de allí fueron sacados,
llenos de miedo y temblores,
pues creían ser fusilados
por los bravos vencedores.
En entera libertad,
fueron puestos enseguida
y aplauden al general
su heroicidad desmedida.
Los heroicos generales,
su nombre han glorificado,
los curros en tales casos,
no les habrían perdonado.
91
Lefio.- En Durango se denomina así a la persona tonta o de poco entendimiento.
206
Sin descargar el azote,
aunque su nobleza abonen
cada rico que perdonen
será otro nuevo Iscariote.
A los pobrecitos Brachos,
caro, les costó la ganga,
pues creían que eran muchachos,
que se asustan con la changa.
Cayó nuestro presidente,
bajo la bala homicida,
los que cortaron su vida,
jamás erguirán la frente.
La Providencia divina,
pondrá fin a nuestros males,
¡Que vivan los generales:
Contreras, Arrieta, Urbina!
Todo patriota sincero,
con la mano al corazón,
diga: “¡Que viva Madero!
¡Viva la Revolución!”
Tragedia de la toma de Durango 92
1.6413104.211113112420 (sic)
Tomo la pluma en la mano,
luego la arrimo al tintero,
para afirmar como hermano,
la defensa de Madero.
Estos cinco generales,
con un amor verdadero,
se han dado la mano iguales,
en defensa de Madero.
En mil novecientos trece,
la fecha que digo yo,
92
Hoja suelta de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros,
facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por
Antonio Avitia en 1987.
207
señores, qué les parece,
ya Durango se tomó.
Junio dieciocho a la fecha,
que Durango se sitió,
luego se encendió la mecha
y el combate comenzó.
El miércoles diecinueve,
luego que el día esclareció,
el mismo pueblo que apruebe
quién Los Remedios tomó.
¡Viva don Domingo Arrieta!
y su gente tan unida,
que le entraron por la puerta,
no temen perder la vida.
El mayor Sánchez decía:
“Este cerro lo tomamos”,
nomás una voz se oía:
“Un paso pa‟tras no damos”.
Traiba gente de valor,
sobre todo muy unida,
no se les hizo dolor,
poner en riesgo la vida.
Todos gritaban abajo:
“¡‟Ora, valientes soldados,
unos son los del trabajo
y otros los privilegiados!”
Don Daniel y su asistente:
Banda y Porfirio Contreras,
y otros varios de su gente,
lo acompañaron deveras.
Cuando ya estaban arriba,
reunidos, de dos en dos,
todos gritaban: “¡Que viva,
la gran voluntad de Dios!”
Pobrecitos federales,
Voluntarios y demás,
que siendo todos iguales,
nunca quisieron la paz.
208
Se creían tan poderosos
y también su general
decía: “¿Pero estos piojosos,
dónde nos quieren ganar?”
El general Escudero,
pues dice: “Esto no se ha visto,
¡ah!, cómo pesa el Madero,
parece el de Jesucristo”.
Les diré a los socialistas,93
pues dirán que yo estoy loco,
son muchos los maderistas
ahí‟sta tu arpa, no la toco.
Pues yo les voy a decir,
aunque me echen en corrida:
“Si ellos no temen morir,
yo sí defiendo la vida”.
Luego al momento marchó,
sin ninguna dilación
y a mi Dios se encomendó
y salió por el panteón.
Cuando del cerro bajaron
el arzobispo salió,
con una bandera blanca,
y la paz solicitó.
Luego, de frente marcharon,
pa‟ entrar a la población,
en la garita de Analco,
se ha formado un escuadrón.
El arzobispo llegó,
a hablar con el general
y un automóvil mandó,
pa‟ acabarlos de entregar.
Dicho y hecho sucedido,
al instante se efectuó,
pues yo, ni perdón le pido,
que el arzobispo entregó.
93
Socialistas.- Nombre que se dio a los miembros de las Defensas Sociales de Durango.
209
Probado está lo que digo,
no nomás porque se ofrece,
si acaso otra cosa dijo,
es porque así lo merece.
Si no saben, yo les digo,
la traición tan declarada,
porque en su casa ha tenido
federación encerrada.
Emilio Bracho ocupaba
el puesto de general,
porque era el que gobernaba
a la Defensa Social.
Voy a decirles, señores,
Ahora que es la ocasión:
“Que mientras hayga traidores,
perdida está la Nación”.
Porque el Clero siempre ha sido,
traidor a nuestro gobierno,
porque él, siempre ha pretendido
despacharnos al Infierno.
Mucho cuidado Pastor, 94
con las leyes que usted dicta,
nos defiende del furor,
del que gobierna la Mitra.
Gritaba Orestes Pereyra,
A los demás generales:
“¡No le afloje a la cuerda,
que aprieten todos iguales!”
Decía Calixto Contreras:
“Bajaremos esa zanja,
porque les digo deveras,
ya se exprimió la naranja”.
Los Arrieta al pensar,
en venir a dar la mano,
94
Se refiero al ingeniero Pastor Rouaix, gobernador de Durango por los constitucionalistas.
Durante su administración, en la ciudad de Durango, en 1913, se promulgó la primera Ley Agraria
del país.
210
por venirles a quitar,
el peso del yugo tirano.
Urbina también les dice:
“Pues todos somos iguales,
pues yo vine porque quise,
contra de los federales”.
Los Arrieta y Contreras,
Pereyra también se anima,
de ver que entraron deveras,
junto con Tomás Urbina.
Adiós ciudad de Durango,
cuándo te vuelves a ver,
en el mundo que es tan largo,
no vuelve a restablecer.
Pues todos somos aliados,
y ¡ah! Qué a gusto quedarán
y a los pobres soldados,
a ver qué premio les dan.
La tragedia se acabó,
escribo noches y días
por eso les digo yo:
“¿Dónde están las garantías?”
Que todos seamos iguales,
¡Viva Dios! Que es lo primero,
y todos los generales
que defienden a Madero.
211
Cartón de Xavier Gómez sobre el incendio y saqueo, posteriores a la toma de
la ciudad de Durango, en 1913
95
95
GÓMEZ, XAVIER. Bojedades, Libro I, México, Edición del autor, 1953, p. 127.
212
General Tomás Urbina
213
General Orestes Pereyra
El Ingeniero Pastor Rouaix promulgó la primera Ley Agraria del país
214
El infructuoso asedio a la ciudad de Torreón, Coahuila, por las tropas del Ejército
Constitucionalista, bajo las órdenes del jefe Venustiano Carranza, dio inicio el 22
de julio de 1913. Sin poder ocupar la plaza, por la ruda resistencia de los efectivos
federales huertistas, los revolucionarios se vieron obligados a retirarse el 31 del
mismo mes, con dirección a los terrenos liberados en el estado de Durango.
Las fuerzas federales estaban agrupadas en la División del Nazas, cuyo jefe era el
general Ignacio A. Bravo, famoso por la dirección militar de la Guerra de Castas de
Yucatán. La División del Nazas, contaba con 4,000 hombres, 13 piezas de
artillería y 12 ametralladoras. Los soldados y el armamento fueron distribuidos en
cuatro sectores, de acuerdo con las condiciones del terreno y las posibilidades de
ataque de los carrancistas.
Por su parte, en lo militar, los hombres de Carranza reconocieron al durangueño
Tomás Urbina como su general en jefe y su número llegó a 8,000, entre
durangueños que recién habían ocupado la ciudad de Durango y coahuilenses
carrancistas que venían en retirada después de una fallida campaña en el estado
de Coahuila.
Los antihuertistas intentaron introducirse a Torreón por diversos puntos como: El
Cañón del Huarache, los cerros de La Constancia, la fábricas La Vencedora y La
Unión, así como el panteón. En la ocasión destacó el ataque a la Metalúrgica que
fue rechazado por los colorados huertistas de Benjamín Argumedo. Los
principales jefes que participaron a favor del gobierno usurpador de Huerta fueron:
Eustiquio Munguía, Benjamín Argumedo y Emilio Ocampo. En las tropas rebeldes
la dirección estuvo a cargo de los jefes: Orestes Pereyra, Calixto Contreras,
Andrés Arrieta, José Isabel Robles y Cándido Aguilar, entre otros.
Los combates de Torreón 96
Anónimo
Los combates de Torreón,
admiran por el valor,
96
MACAZAGA ORDOÑO, CÉSAR. Corridos de la Revolución Mexicana (edición facsimilar de
Corrido de la Revolución Mexicana de 1910 a 1930 y otros notables de varias épocas, colecci{on
de 100 corridos publicados por Eduardo Guerrero en 1930), México, Ed. Innovación, 1985, s. / p.
215
que el soldado mexicano,
desplegó con gran valor.
Actos de mucho heroismo
y de empuje sobrehumano,
se anotaban diariamente,
en los cerros y en el llano.
La sangre corrió a torrentes,
pero era sangre de hermanos,
que en esa lucha homicida,
empapáronse las manos.
Torreón es ciudad preciosa,
de riqueza sin igual,
y es el centro del comercio
de esa Comarca fatal.
Es una perla engarzada,
entre el Nazas y el Mayrán,
con sus campos de algodones,
que gran cosecha les dan.
Es emporio del comercio,
de aquella inmensa región
y con sus cintas de acero,
es un buen lazo de unión.
Dos centinelas la guardan,
como sultana querida,
pues Lerdo y Gómez Palacio,
la completan y la cuidan.
Las tropas que defendían,
a la ciudad de Torreón,
eran gentes reclutadas
sin pedirles su opinión.
Muchos de ellos se pasaron,
sin que hicieran resistencia
y otros murieron, los pobres,
sin tener de ello conciencia.
Se acercaron cautelosos,
después de ocupar Durango,
y cuando menos sintieron,
los atacaron de flanco.
216
Por la falta de cañones,
no tuvo éxito la empresa
y aunque perdían mucha gente,
(…)
En el cerro de La Cruz,
los asaltantes subían,
para quitar los cañones,
que desde allí los barrían.
Y así murieron por miles,
en ese cerro famoso,
los soldados carrancistas,
y allí quedan en reposo.
En el cañón del Huarache
y en Metalúrgica quedo,
dio una carga muy notable
el general Argumedo.
El general Bravo estuvo,
muy acertado él también,
mandando a los federales
que se portaron muy bien.
Dentro de la misma plaza,
los rebeldes disfrazados,
desde techos y ventanas,
tiraban a los soldados.
Diez días de luchas terribles
y de esfuerzos valerosos,
donde triunfó la defensa,
con efectos desastrosos.
Los carrancistas se fueron,
a Chihuahua y a Durango,
dejando el campo regado,
con muerto de su peculio.
Los carrancistas se fueron,
el treinta y uno de julio,
y quedaron unos pocos,
en Lerdo por tiempo largo.
El general Bravo enferma
217
y es cambiado por Munguía,
y éste mandó expediciones,
al rumbo de Picardías.
El general Andrés Arrieta participó en los combates de Torreón
218
El general Ignacio A. Bravo rechazó a los constitucionalistas en Torreón
219
La poca fortuna guerrera de los constitucionalistas afiliados al Plan de Guadalupe,
en el estado de Coahuila, así como el envío de grandes contingentes de tropas
huertistas a la zona, derivó en que los leales a Victoriano Huerta ocuparan el
cuartel general del Ejército Libertador, ubicado en Monclova, Coahuila y que,
como ya se apuntó, del 22 al 30 de julio de 1913, los carrancistas fracasaran en su
intento de tomar la estratégica ciudad de Torreón. Ante esta desalentadora
situación, Carranza optó por dirigirse a los territorios ocupados por los
revolucionarios y hacer efectivo su plan de organizar al Ejército Libertador en 7
cuerpos. Casi huyendo, el 4 de agosto de 1913, Carranza arribó a la ciudad de
Durango, en donde fue recibido por los generales Domingo y Mariano Arrieta,
comandantes militares de la entidad, y por el ingeniero Pastor Rouaix, gobernador
del estado. En los días en que Venustiano Carranza permaneció en Durango, I. D.
Flores le compuso el corrido laudatorio que se transcribe.
Después de estar cinco días en la Perla del Guadiana, Carranza se dirigió a
Canatlán y de allí, cruzando la Sierra Madre Occidental, hacia Hermosillo, Sonora.
Saludo sincero al Jefe Supremo de las Fuerzas Constitucionalistas. El
ilustre y honorable patriota señor don Venustiano Carranza 97
I. D. Flores
Salud, valiente patriota,
defensor del proletario,
castigador del que azota,
con mano vil de sicario.
En mi pecho encuentre abrigo,
tu simpatía y amistad,
eres tú del pueblo amigo,
y quien deseas libertad.
Y lo que siento lo digo,
con grande fe, con valor,
espero en Dios que el castigo,
tú mismo des al traidor…
97
ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 103 a 104.
220
Mas, si por sabios designios,
tú sucumbes en la lucha,
antes de rendir a indignos,
que al deber jamás escuchan.
Tu recuerdo será aliento,
del pueblo batallador,
tus palabras son de aliento,
del pueblo libertador.
Para que siga hasta el fin,
combatiendo al enemigo,
a quien procede tan ruín,
pagarla ha con castigo.
Sí. Os juramos anciano,
que todas las dictaduras,
en el suelo mexicano,
sólo tendrán sepulturas.
Y que el pueblo ardientemente,
luchará por derrocarlas,
porque es su anhelo ferviente,
para siempre exterminarlas.
Y pelearemos gustosos,
con todos esos traidores
y con los ricos tramposos,
que son del pueblo opresores.
Y en vos, anciano Carranza,
confiamos que, mientras vivas,
nos infundas la esperanza,
que es consuelo en las fatigas.
Y la Patria, hoy gemebunda,
mañana triunfante, hermosa,
de mirtos hará su tumba…
si vives, será tu diosa.
Tu nombre será bendito,
con los de Urbina y Arrieta,
Contreras, Pereyra e hijos
y cuantos a ti están cerca.
¡Vivan todos en unión,
221
y en grata fraternidad…!
Que luchen con intención,
de establecer igualdad.
En nombre de todo pobre,
la bienvenida te doy
¡Carranza, patriota noble!
Sabed que contigo estoy.
Don Venustiano Carranza habla a los durangueños en agosto de 1913
222
Miguel V. Laveaga, Vidal Soto y Manuel Manzanera, oriundos de San Dimas,
Durango, participaron en la Revolución Maderista y actuaron contra el gobierno
usurpador huertista, integrados a las fuerzas del jefe Domingo Arrieta. Después de
que las tropas revolucionarias ocuparon la ciudad de Durango, en julio de 1913, el
coronel Laveaga con sus cuatrocientos bragados, fueron comisionados para
combatir a los huertistas en el oeste del estado de Durango y en el este de
Sinaloa.
En el Corrido de Manzanera, narra con un estilo muy regional la actuación de los
serranos de San Dimas, durante la ocupación de San Ignacio, Sinaloa, que tuvo
lugar el 6 de septiembre de 1913. En la acción se destacó la actuación del coronel
Manuel Manzanera a quien durante la refriega, una bala que le pegó en su
cartuchera, hizo estallar dos cartuchos en su pecho. Manzanera se restableció de
su herida en San Dimas.
Corrido de Manzanera 98
Antonio Raymundo Muros
Fecha de seis de septiembre,
de mil novecientos trece,
atacaron San Ignacio,
señores ¿qué les parece?
ESTRIBILLO:
Yo ya me voy,
le aviso a mi corazón,
porque a Manuel Manzanera
lo mataron a traición.
A la una de la mañana,
marcharon y sin vereda,
yendo al frente de las fuerzas,
el coronel Manzanera.
ESTRIBILLO.
98
Manuscrito de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros,
facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por
Antonio Avitia en 1987.
223
Afuera de San Ignacio,
los estaban esperando,
ciento treinta federales
y allí se fueron topando.
ESTRIBILLO.
Cuando gritaron: “¿Quién vive?”
Le respondió Manzanera:
“Madero ¡Hijos de un malvado!”
Se soltó la balacera.
ESTRIBILLO.
Las balas se oían silbar,
los disparos daban luz,
pues todos los durangueños
invocaban a Jesús.
ESTRIBILLO.
Padre Jesús Nazareno,
que contigo naiden fuese,
pues nos sirvas de alegría
mientras que este día amanece.
ESTRIBILLO.
Pues vuela especial, paloma,
hasta llegar a Durango,
anda avisa al general
que „orita estamos peleando.
ESTRIBILLO.
El coronel Manzanera,
manifestó su valor,
se metió en la balacera,
para encontrar más honor.
ESTRIBILLO.
Cuando ya se (…)
y con mucho sacrificio,
prendían el esconderlo,
pero escalar ya no quiso.
224
ESTRIBILLO.
“Agua les pido nomás,
ya que me muero de sed,
si vienen los federales,
aquí los esperaré”.
ESTRIBILLO.
Juan Bautista le decía:
“Protejan al coronel,
y si vuelven los huertistas,
nos moriremos con él”.
ESTRIBILLO.
El valiente coronel,
señor Manuel Manzanera,
el tiro que lo baldó,
le estalló en la cartuchera.
ESTRIBILLO.
Cuando menos lo esperaban,
Laveaga atacó de nuevo,
al correr los federales,
no sabían ni del sombrero.
ESTRIBILLO.
Cuando atacó a San Ignacio,
Miguel Laveaga y su gente,
llevaron como segundo
a un militar muy valiente.
ESTRIBILLO.
Los de Durango salieron,
con el rumbo a Culiacán,
apretándole muy duro
al Gobierno Federal.
ESTRIBILLO.
A las seis de la mañana
el fuego lo suspendieron,
gritaban los federales:
225
“Los comevacas corrieron”.
ESTRIBILLO.
¡Que viva Miguel Laveaga,
Su segundo Manzanera,
y el capitán Vidal Soto!
Que en la guerra les dio prueba.
ESTRIBILLO.
Los traidores federales,
corrían para Culiacán,
para alivio de sus males,
mataron su capitán.
ESTRIBILLO.
Miguel Barraza mató
al capitán y a otros varios,
y sólo se conformó,
con agarrar sus caballos.
ESTRIBILLO.
Cuarenta rifles hallaron,
que tiraron los pelones,
y mucho parque regado,
por todos los callejones.
ESTRIBILLO.
El coronel Manzanera,
su sangre llegó regando,
luego mandó que tocaran,
al estilo de Durango.
ESTRIBILLO.
De San Ignacio salió,
el famoso coronel,
a ese Real de San Dimas,
a acabarse de atender.
ESTRIBILLO.
Adiós, adiós San Ignacio,
226
te voy a perder de vista,
te quedastes en la ruina,
por traidor y por huertista.
ESTRIBILLO.
Ya se acabó la tragedia,
dispensen lo mal dictado,
estos versos los compuso,
un maderista informado.
227
El 27 de septiembre de 1913, en la Hacienda de La Loma, municipio de Lerdo,
Durango, los revolucionarios durangueños y chihuahuenses que dirigía el jefe
Francisco Villa, se juntaron con los de la Región Lagunera que comandaban
Tomás Urbina y Calixto Contreras. En la importante reunión de jefes antihuertistas
se decidió la conformación de la División del Norte que integró a diversos cuerpos
rebeldes de Coahuila, Chihuahua y Durango. En virtud de sus méritos militares y
de creatividad estratégica, se optó por consenso que el comandante en jefe de la
nieva División fuese el general Francisco Villa.
Fuerte con 4,000 hombres y cinco cañones, Villa inició sus operaciones para
ocupar la ciudad de Torreón, el 29 de septiembre, combatiendo en la Hacienda de
Aviléz, hoy Ciudad Juárez, así como en Ciudad Lerdo, Durango y, para el día 30
del mismo mes, la recién estrenada División del Norte comenzó sus temibles
cargas guerreras sobre las goteras de la ciudad de Torreón, Coahuila.
Los ataques sobre la Perla del Nazas se prolongaron hasta el día 1 de octubre,
fecha en que los efectivos federales huertistas de la División del Nazas, bajo las
órdenes del general Eustiquio Munguía, ante la irrefrenable presión de los villistas,
después de perder 1,500 hombres, entre muertos, heridos y prisioneros, además
de 11 cañones y cinco ametralladoras, entre otros pertrechos, se vieron obligados
a desalojar la plaza.
En la Tragedia compuesta a la Revolución Maderista y a Torreón que relata la
acción, el autor utilizó elementos y personajes de pastorelas y pasiones del teatro
ritual católico, comparándolos con los jefes protagonistas del episodio bélico. En el
mismo corrido se consigna el término socialistas, que se refiere a los militantes de
las Defensas Sociales auxiliares del Gobierno Huertista.
Tragedia compuesta a la Revolución Maderista y a Torreón 99
T. S. D.
En mil novecientos trece,
pues esa es la realidad,
99
ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 109 a 111.
228
señores, qué les parece,
ya se supo la verdad.
Pues el día dos de los corrientes,
se supo ya la razón,
pero murió mucha gente,
en la toma de Torreón.
El rey de todo lo criado, (sic)
ha prestado protección,
para que fuera tomado,
ese punto de Torreón.
Ese gran repartidor,
de las leyes celestiales,
quiso darles gran amor,
a todos los generales.
Felicitamos a Villa,
en la presente ocasión,
que fue el general en jefe,
de la toma de Torreón.
Ya verán los socialistas,
el chasco que se han pegado,
Dios cuida a los maderistas,
Y a ustedes les da el colgado.
Pues no se puede Nagar,
que mi Dios es justiciero,
porque tienen que pagar,
lo que hicieron a Madero.
Huerta, ya estás satisfecho,
ya se cansan de decir,
que todo lo que tú has hecho,
no pagas ni con morir.
Todavía no quieres creer,
tú eres el primer tirano,
porque serás Lucifer,
figura de Victoriano.
Carranza, ángel Miguel,
que ha venido en buena hora,
que nos vino a defender,
desde lo alto de la gloria.
229
Ya verás qué asesino es,
que a él no le cuesta nada,
el humillarte a sus pies,
con su poderosa espada.
También Manuel Mondragón,
es una prueba eficaz,
en la presente ocasión,
es el mismo Satanás.
Ahí está Calixto Contreras,
que él es el ángel Gabriel,
porque él desea de veras,
el encontrarse con él.
Blanquet es el príncipe Augusto,
de las tropas infernales,
pero ni les causa susto,
a todos los generales.
Todos vinieron a ver,
por mandato del Eterno,
Huerta que es Lucifer,
lo refundan al Infierno.
Félix Díaz es la sierpe,
pues es del siglo primero,
él fue el que le dio la muerte,
a don Francisco I. Madero.
Ahí está, con su bandera,
San Jorge, también Santiago,
es el general Natera,
que viene a darle su pago.
Esos cuatro personajes,
dicen que se han vuelto fieras
pero ni le da coraje,
a don Calixto Contreras.
“Pues me cabe la esperanza”,
dice Calixto Contreras:
“¿Qué dice señor Carranza?
Deje ir a ver a esas fieras”.
Pues dice el señor Carranza:
230
“¿Dónde están esos malvados?
Pues tenemos la esperanza,
dicen que están enjaulados”
El pueblo que venga todo,
a función tan divertida,
pues estos, de cualquier modo,
se les quitará la vida.
Vamos a ver la función,
de gusto iremos cantando,
pues vamos a ver al león,
que se las come chillando.
En la presente ocasión,
pues esta ya es cosa cierta,
que en México existe un león,
que es don Victoriano Huerta.
Luego le sale Zapata,
porque es un hombre formal,
y luego su rifle saca,
y queda muerto el animal.
Luego sale Félix Díaz,
pues es el tigre sangriento,
pero a ese lo mata villa,
en menos que te lo cuento.
Luego se encontró Blanquet,
en figura de pantera,
pero le volteó al revés,
¡Ay! Don Pánfilo Natera.
Luego el valiente leopardo,
que es Manuel Mondragón,
que se encontró con Contreras,
y le sacó el corazón.
Los Arrieta y los Pereyra,
a Urbina y más generales,
pues les encarga Carranza,
a los demás animales.
¡Que viva el señor Carranza!
y que le hagan los honores,
no perdemos la esperanza,
231
de acabar con los traidores.
Mártir, si llevaste pena,
a la tumba donde estás,
pues peleará Maytorena,
hasta establecer la paz.
¡Viva el general Carranza!
¡Que viva y vuelva a vivir!
Que él defenderá la causa,
hasta vencer o morir.
El general Calixto Contreras, al centro, con su Estado Mayor.
232
Tropas villistas de la División del Norte entran a Torreón, en octubre de 1913
233
El 9 de diciembre de 1913, después de fuertes combates y movimientos
ferroviarios, el general José Refugio Velasco, jefe del Ejército del Nazas, recuperó
la plaza de Torreón para el gobierno huertista. De hecho, los revolucionarios de
Domingo Arrieta, Calixto Contreras y Yuriar, guardianes de la Perla del Nazas,
siguiendo las instrucciones de su jefe de División, Francisco Villa, desalojaron la
plaza y se trasladaron a Durango. A principios de enero de 1914, los hombres de
Victoriano Huerta combaten a los revolucionarios en La Loma, Aviléz, Pedriceña y
Mapimí, en escaramuzas que anunciaban enfrentamientos de mayor envergadura.
Por su parte, los guerreros de la División del Norte participaban y vencían a los
huertistas en las batallas de: Chihuahua, Tierra Blanca y Ojinaga, y es hasta
marzo de 1914 cuando el tronar de sus fusiles, carabinas y cañones retornaba al
estado de Durango.
El 19 de marzo de 1914, los villistas arribaron a estación Conejos, y, al siguiente
día, los bragados de la División del Norte, atacaban: Bermejillo, Tlahualilo, Peronal
y Mapimí. Poco después, mediante una conferencia telefónica, Francisco Villa
instaba al general José Refugio Velasco, jefe de la División del Nazas, a que
entregara pacíficamente la plaza de Torreón. La respuesta del guerrero federal
huertista resultó negativa y los villistas iniciaron su incontenible avance por los
desiertos de La Laguna.
Entre los días 21 y 23 de marzo se combatió fieramente en estación Sacramento
y, una vez que los villistas ocuparon el lugar, se dirigieron a las goteras de Gómez
Palacio. El día 23, los generales de las Brigadas de la División del Norte
guerrearon con sus cañones, caballos, ametralladoras, fusiles y pistolas en El
Porvenir, el cerro de La Pila y en Ciudad Lerdo.
Las noches del 24 y 25 de marzo, el cerro de La Pila es visible por la constante
iluminación que produce la metralla del combate que hace sucumbir a cientos de
soldados y oficiales, hasta que, por fin, el día 26, los huertistas abandonan Gómez
Palacio y se concentran en Torreón, suspendiendo toda posibilidad de parlamento.
La guerra continua en el cañón de El Huarache y en las riberas del Río Nazas. Los
cerros de La Cruz, de Calabazas, de La Presa y El Coyote, son los baluartes
234
federales que se van doblegando ante las granadas de las artillería de las
brigadas villistas de los generales: Ángeles, Saavedra y Servín.
Conocedor del arte de la guerra, el general Velasco intenta ganar tiempo el día 30,
al pedir una tregua para enterrar muertos y recoger heridos. Sin embargo, la
intuición de Villa prevé las intenciones de Velasco y los combates no se
suspenden. Tres días después aún se sigue peleando por Torreón. En momentos,
los villistas luchan cuerpo a cuerpo contra los huertistas y, sin poder resistir más,
el general José Refugio Velasco decide la retirada. El día 3 de abril de 1914, la
victoriosa División del Norte hacía su entrada triunfal en la Perla del Nazas.
La sangrienta secuela de la violencia revolucionaria contra Huerta, continuó en las
batallas de San Pedro de las Colonias y Paredón, en el estado de Coahuila.
De las batallas laguneras de marzo y abril de 1914, existen diversos documentos
fílmicos silentes, así como el famoso testimonio periodístico de John Reed,
compilados en el famoso libro México insurgente y los corridos de: La decena de
Torreón, La salida de los gachupines de la ciudad de Torreón, La toma de
Torreón. Segunda parte, la Honorable tragedia de la situación en San Pedro de las
Colonias, así como la Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro
que, por su originalidad, veracidad en el relato histórico y lenguaje regional, es la
que a continuación se transcribe.
Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro 100
Anónimo
Mil novecientos catorce,
año de Revolución,
tomaron los maderistas,
de nuevo otra vez Torreón.
Pues llegó el general Villa,
se acuarteló en El Vergel:
“Vamos metiendo la orilla,
pa‟ que conozcan la miel”.
100
Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su
hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en
1987.
235
“Amontónense pelones,
pa‟ que se den bien la mano,
prevengan bien sus cañones
y no se llamen a engaño”.
Generales maderistas,
todos se ponen de acuerdo:
“Vamos a echar los huertistas
de ciudad Gómez y Lerdo”.
A los de Estado Mayor,
les dijo el general Villa:
“Ahora hay que entrar con valor,
cada quien con su guerrilla”.
“A todos los oficiales
les voy a dar a saber,
llevan orden de tronarles
a los que quieran correr”.
“Si nos llegan a matar,
será porque nos conviene,
muchachos no hay que quitar,
el valor a quien lo tiene.
Para que mejor me entiendan,
se empezó a mover la gente:
“Aquí hay con qué se defiendan,
lleven parque suficiente”.
En Lerdo, también en Gómez,
guerra (…) encarnizada,
las calles (…)
llenas de gente tirada.
“Avancen”, decían los jefes:
“A echarlos de los fortines”,
“Federales no se dejen”,
gritaban los gachupines.
“Ya no hay lugar que les cuadre”,
decía el general Contreras,
“Ya conocerán su padre
ya no andarán de panteras”.
Era un rugir de cañones
236
que se oía por el (…),
hasta perder los pelones,
en ciudad Gómez Palacio.
Ve perdiendo la esperanza,
Velasco que trais el mando,
ya te hirieron a Ocaranza,
los valientes de Durango.
Murió Federico Reyna,
en la presente ocasión,
y también Ricardo Peña,
general de División.
Fortín Casa Colorada,
¡oh! Qué guerra tan fatal,
Mucha sangre derramada,
también en el Hospital.
En ese ataque murieron,
señores, que triste cosa:
mayor Virginio Romero,
coronel Pablo Mendoza.
Al mayor Jaques, la muerte,
le dieron los federales,
y a Luis Cásares también,
eran hombres muy cabales.
Pues decía el general Villa:
“Ahora lo verán, malvados,
qué caro les va a costar,
la muerte de mis soldados”.
Pues las pruebas que les dio,
en el campo y en las casas,
mucha gente les mató,
en Guarache y Calabazas.
¡Ay! Pelones no hagan fila,
no están tan afortinados,
en el cerro de La Pila,
quedaron muchos tirados.
Nomás hasta el dos de abril,
aguantaron los pelones,
para poderse salir,
237
tirotearon los cañones.
Una extensa polvareda
les sirvió de protección,
para salir de carrera,
de la plaza de Torreón.
Les decían los gachupines,
apretándose las manos:
“Recuperen los fortines,
nosotros les ayudamos”.
“Señores no hay nada de eso,
Éste Villa no es cualquiera,
ya no queremos el queso,
salir de la ratonera”.
Federales, no decían,
que eran hombres invencibles,
ya llegó el general Villa,
el vencedor de imposibles.
Siempre evacuaron la plaza,
los de Huerta y Argumedo,
se fueron a incorporar,
con las fuerzas de San Pedro.
Velasco llegó a San Pedro,
cuando ya va de corrida,
luego que vio aquel refuerzo,
dijo: “Ya fuimos de vida”.
“Ya somos doce mil hombres”,
dijo ese cabecilla:
“Con los que hay pa‟ derrotar
a ese general Villa”.
Estos creían ganar visto,
con dieciocho generales,
señores, no habíamos visto,
morir tantos federales.
Pues ya vale más, huertistas,
que se dejen de pelear,
porque con los maderistas,
no han de echar una al ganar.
238
Ya verán, aquí en San Pedro,
se acrecentaron sus males,
mil trescientos prisioneros,
muertos muchos oficiales.
Vayan a avisarle a Huerta,
que se quite de la silla,
porque no han de hallar la puerta,
cuando se le acerque Villa.
Cuando de nuevo evacuaron
esa plaza de San Pedro,
muchas fincas incendiaron,
para dejar su recuerdo.
Ya corrieron los pelones,
de nuevo echaron a huir,
ya dejaron los cañones,
mucho parque de fusil.
Velasco, esto siente más,
y en lágrimas se atraganta,
porque murió Joaquín Maas,
Arnoldo y Emilio Campa.
También de los maderistas,
nos han muerto mucha gente,
coroneles y oficiales,
todos de armas y valientes.
Les dice el general Villa,
a sus valientes guerreros:
“Hemos de vengar la sangre,
de todos los compañeros”.
“Pues ya no hay que hacer favores,
ni a los que porten bombines,
hay que matar al traidor,
y echar a los gachupines”.
“Todo aquel que es extranjero,
tiene la fiel esperanza,
a Huerta le dan dinero,
para que arruine a Carranza”.
Dice Huerta: “He de pelear,
contra todo el mundo entero,
239
al cabo me han de matar,
como yo maté a Madero”.
Métanle a marcha forzada,
ahora por la ocasión,
a mí no me importa nada,
que se acabe la Nación”.
Ya se acabó la tragedia,
Huerta goza de placeres,
Dice: “Yo sigo la guerra,
si no hay hombres, con mujeres”.
Revista de tropas federales en espera del ataque villista a Torreón
240
El General Francisco Villa al mando de la división del Norte tomó la ciudad
de Torreón en 1914
El general Calixto Contreras, al mando de la Brigada Juárez participó en la
toma de Torreón
241
Después de la toma de Torreón de 1914, por la División del Norte, se suscitaron
diversos desacuerdos de jerarquía entre los cuerpos revolucionarios, sobre todo
por parte del jefe Venustiano Carranza quien intentaba imponer su poco
afortunado criterio militar a las tropas de la poderosa División del Norte que dirigía
el general Francisco Villa
En este contexto, el general durangueño Pánfilo Natera, tras participar con sus
tropas en la ocupación de la Perla del Nazas, se dirigió a la ciudad de Durango, en
donde recibió la orden, de Venustiano Carranza, el primer jefe revolucionario quien
a la sazón se encontraba en la Perla del Guadiana, de ocupar la ciudad de
Zacatecas, último baluarte bélico huertista de importancia. Para cumplir su misión
Natera contó con las tropas durangueñas y zacatecanas de la División del Centro
y con los hombres de la División Durango, a las órdenes del general Domingo
Arrieta León.
Del 10 al 15 de junio de 1914, los 7,000 constitucionalistas enviados por Carranza,
combatieron por los fortines de la ciudad de Zacatecas, en los cerros de: La Bufa,
El Grillo, El Padre y Clérigos, lugar en el que los 2,000 federales huertistas que
comandaba el general Luis Medina Barrón lograron que los revolucionarios se
batieran en retirada. Ante la derrota de los nateristas y arrietistas se hizo evidente
que Zacatecas sólo podría ser ocupada por la División del Norte.
En los días en que la División del Norte avanzaba triunfante por el oeste del
estado de Durango, en la población de Cuencamé, cabecera del municipio del
mismo nombre se acuñó una extraña moneda, famosa en el mundo de la
numismática por ser la única pieza de dinero que en su reverso tiene una consigna
de muerte que reza: “MUERA HUERTA”. El nombre que los coleccionistas han
dado a la extraña moneda es: CUENCAMÉ 1914, MUERA HUERTA. Se cuenta
que los huertistas fusilaban sin formación de causa a quienes usaran esas
monedas en el mercado.
Corrido del ataque a Zacatecas 101
101
ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección
Científica # 46, 1976, pp. 66 a 67.
242
Anónimo
El ataque a Zacatecas,
que „ora voy a revalsiar,
forma otra página triste
del año que va a mediar.
Pánfilo Natera, el bravo
general, hizo prodigios,
pero siempre se estrellaban
los impulsos de sus hijos.
Pues la buena artillería
de los huertistas, hoy día,
ha obligado a los Natera,
a combatir noche y día.
Esos cerros que rodean
a la rica Zacatecas,
están muy bien artillados,
por los soldados aztecas.
Siete días con siete noches,
es lo que va en el ataque,
estando los carrancistas
valientes en el combate.
Los cerros de Guadalupe,
llegaron a sorprender
a las fuerzas de Medina,
pues tuvieron que correr.
Al asaltar Guadalupe,
se metieron a la plaza,
pues la División del Centro,
trae gallos de buena raza.
Con ese atrevido ataque
derrotó a los federales,
y amenazó a Zacatecas,
al frente de tropas leales.
Argumedo, el general,
con buena caballería,
fue persiguiendo a Natera,
por toda la Sierra Fría.
243
Los Arrieta y los Natera,
uno al otro se decían:
“¡No tomamos Zacatecas
por falta de artillería!”
Decía Pánfilo Natera:
“Ya no peliemos en vano,
le avisaremos a Villa
para que nos dé una mano”.
Villa, al saber la derrota,
le dio rabia de coraje,
y ordenó embarcar las tropas,
pues, para emprender el viaje.
Medina Barrón, Javier,
hermano del general,
se fue a topar con la muerte,
en un agarre formal.
Ese general Natera,
cuando atacó Zacatecas,
lo hizo con cuatro mil hombres,
contra diez mil bayonetas.
Vuela, vuela palomita,
por las ramas de un membrillo,
anda avísale a Carranza,
que no sale de Saltillo.
Vuela, vuela palomita,
por arriba del Crestón,
avísale a Pancho Villa,
acuartelado en Torreón.
244
General Domingo Arrieta y su Estado Mayor en 1914
General Pánfilo Natera García
245
Moneda CUENCAMÉ 1914, MUERA HUERTA. Única pieza numismática en el
mundo que tiene una consigna de muerte
246
Ante la ineptitud del mando militar del Ejército Constitucionalista, liderado por
Venustiano Carranza, el general Francisco Villa optó por renunciar a su cargo de
jefe de la División del Norte y, Carranza, satisfecho de sus gestiones e intrigas,
aceptó la renuncia. Sin embargo, el Estado Mayor de la División del Norte tomó la
determinación de reimponer a su jefe natural, el llamado Centauro del Norte.
Ante la derrota de los nateristas y arrietistas en su intento por ocupar Zacatecas,
Francisco Villa decidió intervenir, con la División del Norte en la batalla por
Zacatecas. Así, a partir del 17 de junio de 1914, las brigadas y cuerpos de la
División del Norte, haciendo pitar sus trenes, saltándose la autoridad moral de
Venustiano Carranza, iniciaron su viaje a Zacatecas y dos días después las tropas
unidas de las Divisiones: del Norte, del Centro y Durango comenzaron sus
preparativos para combatir a los miles de soldados del general huertista Luis
Medina Barrón.
Entre el 17 y el 23 de junio de 1914, la División del Norte, junto con las extenuadas
tropas de Natera y Arrieta, se cubrieron de gloria en la famosa Batalla de
Zacatecas,
una de las
más
grandes
acciones
bélicas
de
la Historia
latinoamericana. La División del Norte demostró que, militarmente, era la única
fuerza capaz de acabar con la facción huertista. Es de señalar que la mayoría de
los cuerpos y brigadas que intervinieron en la acción estuvieron integradas por
elementos y cuadros de oficiales oriundos del estado de Durango, entre ellos se
puede mencionar a: Tomás Urbina y su Brigada Morelos, Calixto Contreras y sus
cuencameros de la Brigada Juárez, Orestes Pereyra con la Primera Brigada de
Durango, Severino Ceniceros, quien, de manera accidental, jefaturó la Brigada
Juárez de Durango, Manuel Medinaveytia, jefe de Estado Mayor de la División del
Norte y Miguel González, jefe de la Brigada Guadalupe Victoria. Los mismos jefes
de la División del Centro y la División Durango; Pánfilo Natera y Domingo Arrieta,
así como sus oficiales brigadieres, fueron, en su mayoría, durangueños.
Al levantar el campo, una vez terminadas las hostilidades de la toma de
Zacatecas, las bajas huertistas sumaron más de 6,000 muertos y el número de
villistas que cayeron llegó a 1,500. En la gresca también sucumbieron alrededor
de 2,000 pacíficos.
247
En el botín de guerra se cuantificaron: 12,000 fusiles máuser, 50 ametralladoras,
19 cañones y gran cantidad de explosivos. De la misma manera, los villistas
hicieron 5,000 prisioneros, mientras que los horrores de la guerra desquiciaron la
paz y el tejido social de la hermosa ciudad colonial. Con la toma de Zacatecas, la
resistencia huertista estuvo prácticamente aniquilada y se marcó el triunfo de la
guerra contra el Gobierno Usurpador.
Corrido de la toma de Zacatecas 102
Arturo Almanza
Son bonitos estos veros,
de tinta tienen sus letras,
voy a cantarles a ustedes,
la toma de Zacatecas.
Mil novecientos catorce,
las vísperas de San Juan,
fue tomada Zacatecas,
como todos lo sabrán.
Era veintitrés de junio,
del catorce por más seña,
fue tomada Zacatecas,
por la División Norteña.
La toma de Zacatecas,
por Villa, Urbina y Madero,
el sordo Maclovio Herrera,
Juan Medina y Ceniceros.
Salió don Francisco Villa,
de la ciudad de Torreón,
con toda su artillería,
hasta el último escuadrón.
Se vino la División,
por el filo de la sierra,
porque se tenía que ver
lo bueno por su bandera.
102
ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección
Científica # 46, 1976, pp. 74 a 77.
248
Llegó don Francisco Villa,
a la estación de Calera,
porque iba a tomar la plaza,
para que entrara Natera.
Ya tenían algunos días,
que se estaban agarrando,
cuando llegó el general,
a ver qué estaba pasando.
Al llegar Francisco Villa,
con todos sus escuadrones,
se marchó en un automóvil,
al campo de operaciones.
Les dijo el general Villa:
“¿Con que está dura la plaza?
Ya les traigo aquí unos gallos,
creo que son de buena raza”.
Villa recorrió los puestos,
pa‟ colocar a su gente,
por el sur, por el oriente,
por el norte y el poniente.
Por Morelos y Las Pilas,
iban las caballerías,
por el centro de las tropas,
iban las infanterías.
Calculando su estrategia,
con la visión que él tenía,
en las lomas de La Plata,
colocó su artillería.
Ese mismo día, en la tarde,
emplazaron los cañones,
cerca del cerro de El Padre,
apuntado a Los Crestones.
Pusieron un reflector,
para encandilar a Villa,
y Ángeles lo derribó,
como rosa de Castilla.
Villa trazó bien sus planes,
249
y dijo a sus generales,
que al día siguiente estuvieran
en sus puestos muy formales.
En la Hacienda de Las Pilas,
pasó a sus tropas revista,
comenzando desde allí,
el ataque a los huertistas.
Manuel Chao y Servín,
pasaron por La Bonanza
y entraron a los lugares
que les fijó la ordenanza.
Emplazadas ya las piezas,
en punto a las diez del día,
fue bombardeada la plaza,
con muy buena puntería.
A las diez de la mañana,
comenzó aquella jornada,
y se oía la balacera,
que parecía granizada.
Empezaron los balazos,
por el cerro San Martín,
por La Araña y por El Padre,
también por El Chapulín.
Ese día por la mañana,
comenzaron a bajar,
heridos por todas partes
y el cañón a disparar.
Andaba las pobres juanas
empinadas de los cuerpos,
recogiendo a los heridos
y rezándole a los muertos.
Unas eran de la sierra,
los más de las poblaciones,
eran todas muy bonitas
y de muchos pantalones.
Avanzan los batallones
de los valientes villistas,
y los federales caen,
250
sin tener quién los asista.
Avanzaron los Dorados,
pasaron por San Martín,
para atacar a La Bufa,
el formidable fortín.
Para tomar a La Bufa,
subieron a La Cebada
y, por la loma de El Muerto,
encontraron gente armada.
Y los villistas con brío,
trepaban por las laderas,
pero al fortín no llegaban,
porque morían en las eras
Ataque, tras otro ataque,
los pelones rechazaban,
pero Madero y Urbina,
más batallones mandaban.
Cuatro horas duró el ataque,
para tomar posesiones,
de ese cerro de La Bufa,
que ha llamado la atención.
El cerrito de La Bufa,
de memoria tan famosa,
fue por la tarde tomada,
tras una lucha espantosa.
Robles y Toribio Ortega
desafiaron a la muerte,
y empezaron a atacar
la defensa del oriente.
La Bufa la defendían,
muchos más de tres mil Juanes,
pero en tana terrible ataque,
allí murió Soberanes.
Esos huertistas había,
en las cumbres de aquel cerro.
Pero fueron hechos polvo
Con un empuje certero.
251
Adiós cerro de La Bufa,
con tus lucidos crestones,
¡cómo te fueron tomando,
Teniendo tantos pelones!
Vadeando el cerro de El Padre,
abatieron las trincheras,
guerrilleros de Parral
y don Calixto Contreras.
El señor Rosalío Hernández,
valiente como formal,
le tocó sacar los mochos
del cerro de San Rafail.
Tierra Negra la tomó,
Gonzalitos por sorpresa,
porque estaba muy confiado
ese mayor Oropeza.
En la Cuesta del Calvario,
atacando con su gente,
murió Trinidad Rodríguez,
peleando como valiente.
Se metió por Las Mercedes,
el general Ceniceros,
y el jefe José Rodríguez
como buenos compañeros.
En la Plazuela García,
tuvieron un encontrón,
pero las fuerzas villistas
honraron su pabellón.
En la calle de Tres Cruces,
se atrincheran federales
y matan con sus disparos
a muchos soldados leales.
En dos horas de combate,
los federales corrieron,
las calles de San Francisco,
llenas de muertos se vieron.
Horrible carnicería
hicieron nuestros villistas
252
y, de seiscientos cincuenta,
quedaron sólo las listas.
Las baterías de Chihuahua,
tan cerradas como siempre,
disparan con precisión
sobre el cerro de La Sierpe.
Por el sur, sobre la vía,
Guadalupe y La Encantada,
por La Bufa y por Loreto,
la División los cercaba.
Valiente Medinaveytia,
con otros de gran templanza,
como don Rodolfo Fierro,
y ese general Almanza.
De los cañones salía,
una pura llamarada,
pero ya se definía,
la terrible desbandada.
Benavides Herrera,
los dos con sus batallones,
entraron a la estación
persiguiendo a los pelones.
En el fortín de San Juan,
de Dios creían detener,
el empuje de las tropas,
mas tuvieron que ceder.
Ese coronel Ramírez,
artillero federal,
cayó como caen los hombres,
en esa lucha infernal.
Los sitiados, ya perdidos,
dieron una orden brutal,
de volar con dinamita,
el Palacio Federal.
Palacio que fue una joya,
por su estilo colonial,
quedó nomás en montones,
de tierra, madera y cal.
253
Esa finca de La Aduana,
era una finca bonita,
la volaron los huertistas,
con pólvora y dinamita.
Quemaron los federales,
varias cuadras de la plaza,
antes de ser derrotados,
perdiéndose muchas casas.
El Palacio, Los Archivos,
Obispado y Catedral,
sufrieron daños muy graves,
por ese crimen bestial.
Pensaron, por Guadalupe,
irse muchos de salida,
pues perdieron la esperanza,
de resistir en sus reales.
“Medina Barrón, no creas,
que andamos porque sobramos,
pues con la ayuda de Dios,
a Zacatecas tomamos”.
Gritaba Francisco Villa:
“¡‟Ora sí, viejo barbón,
ya le puse aquí la muestra
a don Álvaro Obregón!”.
Ángeles, el general,
jefe de la artillería,
le pidió permiso a Villa,
cañonearlos todavía.
Y Villa le contestó:
“¡Hombre! No seas imprudente,
cómo quieres rematarlos
si perece mucha gente”.
Como a las seis de la tarde,
la plaza estaba tomada,
las campanas anunciaban
el triunfo de la jornada.
La sangre corrió a torrentes
254
y las gentes resbalaban,
en los charcos que, en las calles,
por dondequiera quedaban.
Por el lado de La Veta,
cantaban Los Horizontes, 103
“Fue tomada Zacatecas,
por la División del Norte”.
Medina Barrón fue el jefe,
de las fuerzas federales,
y retuvo por dos meses,
el empuje de los leales.
Fíjense lo que hacía Villa
con el que hacía prisionero,
le perdonaba la vida,
le daba ropa y dinero.
Gritaba Francisco Villa:
“¿Dónde te hallas Argumedo?
¡Ven párate aquí adelante,
tú que nunca tienes miedo!”
No te vayas orejón,
quédate a los chicharrones,
dile a Medina Barrón,
que murieron sus pelones.
Gritaba Francisco Villa::
“¿Dónde estás viejo Barrón?
¡Yo creo que todos me quedan,
guangos como el pantalón!”
¡‟Ora sí, borracho Huerta!
harás las patas más chuecas,
al saber que Pancho Villa,
ha tomado Zacatecas.
Felicitó Pancho Villa,
a todos sus batallones,
por el éxito alcanzado,
de acabar con los pelones.
¡Que viva Francisco Villa,
103
Los Horizontes, nombre de un conjunto musical que acompañó a la División del Norte.
255
que defiende al pueblo entero!
¡Que vivan sus generales:
Urbina y Raúl Madero!
Los muertos van al panteón,
cayendo como goteras,
por la mortandad que hicieron
Francisco Villa y Natera.
Cuatro ramitos de azahares,
puestos en cuatro macetas,
a los valientes villistas
que tomaron Zacatecas.
Vuela, vuela palomita,
llévate una flores secas,
y dile al borracho Huerta
que entramos a Zacatecas.
Vuela, vuela palomita,
párate en esas violetas,
¡señores, es el corrido:
La toma de Zacatecas!
“Mi nombre es Arturo Almanza,
soy dorado y no pelón,
¡Que viva Francisco Villa!
¡Viva la Revolución!”
256
El general Francisco Villa dirigió a la División del Norte en la la toma de
Zacatecas
257
General Luis Medina Barrón, jefe de las tropas federales huertistas en
Zacatecas que fueron derrotadas por la División del Norte
Imagen de los efectos destructivos de la guerra durante por la toma de
Zacatecas
258
La famosa y emblemática canción de La Adelita es considerada entre las
composiciones mexicanas más conocidas internacionalmente y su melodía implica
la identificación sonora inmediata con la Revolución Mexicana. De La Adelita,
existen múltiples versiones cantadas, instrumentales e incluso sinfónicas. Varios
investigadores coinciden en que La Adelita, en su versión original, surgió de entre
las tropas durangueñas del general Domingo Arrieta León.
A grandes rasgos, la historia de la canción es la siguiente: Una vez que los
revolucionarios antihuertistas ocuparon la ciudad de Durango, en junio de 1913, el
general Domingo Arrieta ordenó a su hermano Mariano que, junto con la Tercera
Brigada de Caballería de su División, se dirigiera, en el mes de septiembre de
1913, a apoyar a las tropas constitucionalistas de los generales Álvaro Obregón y
Ramón F. Iturbe, en la campaña de Sinaloa y en la toma de la ciudad de Culiac án.
A la sazón, el profesor Julián S. Reyes, actuaba como director de la banda de
música de la Brigada Arrieta. En la ciudad de Culiacán, al departir con los
camaradas revolucionarios y hacer comentarios en torno a las canciones
regionales, el profesor Reyes escuchó de un señor, de apellido Amezcua, la
melodía de La Adelita, en su versión silbada, y Amezcua le aseguraba que esa
tonada era de las que mayor éxito habían alcanzado en la región y que la música,
de autor desconocido, había empezado a escucharse hacía unos dos o tres años,
es decir en el periodo de la Revolución Maderista.
Percatándose de la calidad de la melodía, Julián S. Reyes desarrolló la
audiotranscripción musical de la melodía e hizo los arreglos necesarios para la
instrumentación en banda. De inmediato, La Adelita fue incorporada en el
repertorio del conjunto musical, como pieza obligada y en todos los lugares que la
Brigada Arrieta iba ocupando, se repetía la interpretación. Además de la música,
los intérpretes de la banda también cantaban la letra que adquiriría fama mundial.
En diciembre del mismo año, la triunfante Brigada retornaba a la ciudad de
Durango y el día 12, el general Mariano dispuso que la banda de Reyes ofreciera
una función en el Santuario de Guadalupe, en honor y agradecimiento religioso a
la Virgen del mismo nombre. En la ocasión se estrenó La Adelita, en la ciudad de
Durango y posteriormente no se dejaba de tocar en las serenatas que
259
semanalmente se ofrecían en la Plaza de Armas. La constante repetición de la
canción entre las tropas de los hermanos Arrieta propició que esta se transformara
en el himno de la División Durango y por ello, otros cuerpos revolucionarios les
llamaron Los Adelitos.
Muchas historias, chismes y consejas se tejieron en torno a la mujer que había
inspirado la famosa canción. No faltaron quienes, en el afán protagónico de ser La
Adelita, inventaron una gran cantidad de testimonios y pruebas poco fiables.
El señor Rufino Quiñónez, quien fuera el subdirector de la banda de música del
maestro Reyes, se dio de baja de las tropas arrietistas y, en compañía de los
también músicos de la banda: Alejo Ríos, Juan Flores y Toribio Correa, se dirigió a
trabajar a la ciudad de El Paso, Texas, en donde hicieron sonar las belicosas y
amorosas notas de La Adelita. En los Estados Unidos, la canción pasó a ser
grabada en discos fonográficos de pasta de 78 revoluciones por minuto y la
facilidad de reproducción, en su entonces novedoso contenedor, fue un nuevo
motivo que contribuyó a la popularización mundial de la canción.
104
La Adelita 105
Anónimo
Y Adelita se llama la joven
a quien yo quiero y no puedo olvidar,
en el mundo yo tengo una rosa
y con el tiempo la voy a cortar.
Si Adelita quisiera se mi esposa,
si Adelita fuera mi mujer,
le compraría un vestido de seda
para llevarla a bailar al cuartel.
Adelita, por Dios, te lo ruego,
calma el fuego de ésta mi pasión,
porque te amo y te quiero rendido
y por tí sufre mi fiel corazón.
104
MARÍA Y CAMPOS, ARMANDO DE. La Revolución Mexicana a través de los corridos
populares, Tomo I, México, Biblioteca del INEHRM, # 25, 1962, pp. 42 a 43.
105
DROMUNDO, BALTAZAR. Villa y La Adelita, Victoria de Durango, Dgo., Gobierno del Estado de
Durango, 1936, pp. 38 a 40.
260
Si Adelita se fuera con otro,
la seguiría por tierra y por mar,
si por mar, en un buque de guerra,
si por tierra, en un tren militar.
Soy soldado y la Patria me llama,
a los campos que vaya a pelear,
Adelita, Adelita de mi alma,
no me vayas, por Dios, a olvidar.
Por la noche, andando en el campo,
se oye el clarín que toca a reunión,
y yo repito, en el fondo de mi alma,
Adelita es mi único amor.
Si supieras que ha muerto tu amante,
rezarás por mí una oración,
por el hombre que supo adorarte
con el alma, vida y corazón.
Toca el clarín de campaña a la guerra,
salga el valiente guerrero a pelear,
correrán los arroyos de sangre,
que gobierne un tirano, ¡jamás!
Y si acaso yo muero en campaña,
Y mi cuerpo en la tierra va a quedar,
Adelita, por Dios, te lo ruego,
que con tus ojos me vayas a llorar.
Ya no llores, querida Adelita,
ya no llores, querida mujer,
no te muestres ingrata conmigo,
ya no me hagas tanto padecer.
Me despido, querida Adelita,
ya me alejo de mi único placer,
nunca esperes de mi alma cautela,
ni te cambio por otra mujer.
Ya me despido, querida Adelita,
de tí un recuerdo quisiera llevar,
tu retrato lo llevo en mi pecho,
como escudo que me haga triunfar.
Conque, quédate querida Adelita,
261
ya me voy a la guerra a pelear,
la esperanza no llevo perdida,
de volverte, otra vez, a abrazar.
262
En los últimos meses de 1914, las diversas facciones revolucionarias que
triunfaron contra el gobierno usurpador de Victoriano Huerta, con graves
diferencias de jerarquía e ideología, se reunieron en la Convención de
Aguascalientes, con la intención aparente de unificar criterios y dar rumbo
coherente a los destinos del país. En la Convención, los irreconciliables
revolucionarios se dividieron en dos grandes facciones: los convencionistas,
seguidores de los jefes populares Emiliano Zapata y Francisco Villa,
y los
constitucionalistas, quienes siguieron las órdenes del jefe Venustiano Carranza.
De inmediato, la guerra de las facciones en pugna volvió a cubrir de violencia y
sangre el territorio nacional.
Como una de las consecuencias de la guerra revolucionaria, los ferrocarriles del
país sufrieron graves destrozos y, dada la importancia estratégica de las cintas de
acero y los trenes, el 4 de diciembre de 1914, el Gobierno Constitucionalista de
Venustiano Carranza decretó la incautación de las vías férreas y los trenes de las
zonas que dominaban los constitucionalistas, con la creación de la Dirección
General de Ferrocarriles Constitucionalistas. Por su parte, el convencionista
Francisco Villa
incautó los tramos de ferrocarril de Paredón a Durango y el
Durango-Tepehuanes.
En el estado de Durango, la lucha entre los constitucionalistas y los
convencionistas, durante el año de 1915, fue protagonizada por las tropas
carrancistas constitucionalistas de los generales Mariano y Domingo Arrieta,
mientras que los villistas convencionistas actuaron bajo las órdenes del general
Tomás Urbina.
En un primer momento, Villa tenía la supremacía guerrera de la entidad, pero al
retirar tropas para combatir en El Ébano, San Luis Potosí, los hermanos Arrieta se
apoderaron de Tepehuanes y, siguiendo la vía del ferrocarril, el 13 de agosto de
1915, lograron ocupar la ciudad de Durango. Sin embargo, una partida de villistas,
perseguidos por las tropas carrancistas del general Francisco Murguía,
incursionaron en Durango y asaltaron el ferrocarril de Durango a Tepehuanes, a la
altura de la Estación Carpintero, el 19 de agosto de 1915 y el asalto es el asunto
del Corrido de Carpintero.
263
En un constante estira y afloja bélico, ante el avance de los villistas, los
constitucionalistas arrietistas se vieron obligados a desalojar la ciudad de Durango
el 23 de agosto de 1915 y para el 19 de octubre del mismo año, los carrancistas
recuperaban la plaza para los constitucionalistas.
Corrido de Carpintero 106
Antonio Raymundo Muros
En el nombre sea de Dios,
pido permiso primero,
para hacer estos versitos
del asalto a Carpintero.
Señores, en un momento,
prestadme vuestra atención,
para cantar la tragedia,
sucedida en la ocasión.
Comienzo pues a informar,
de los horribles desmanes,
que el diecinueve de agosto
sufrió el tren de Tepehuanes.
Pues qué inocentes estaban,
toditos los pasajeros,
que iban a ser despojados,
por los crueles bandoleros.
Con el rumbo a Tepehuanes
salió el tren de esta ciudad,
el cual fue descarrilado,
por los hombres sin piedad.
Toditos los pasajeros
se encontraban asustados,
de verse en esos momentos,
de bandoleros sitiados.
Los asaltantes estaban,
106
Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su
hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en
1987.
264
en línea de tiradores,
allí se vido el valor,
de los leales defensores.
Del rancho de José Antonio,
y también de los Potreros,
estaban posesionados ,
toditos los pasajeros.
Pues se abrió duro combate,
entre leales y rebeldes,
al mismo tiempo se oían,
tristes ayes de la gente.
Pues la escolta fue atacada,
por distintas direcciones,
quedando muertos y heridos,
en sus mismas posesiones.
Tristes lamentos se oían,
daban los agonizantes,
ya dueños del campamento,
quedaron los asaltantes.
La escolta que se abatía,
sin refuerzo cual ninguno,
tuvieron que sucumbir,
pues muriendo uno por uno.
Pues como buitres hambrientos,
se lanzaban los villistas,
asesinando furiosos,
a los pobres carrancistas.
Terminada la tarea,
los infames bandoleros,
pues se decían más furiosos,
a despojar pasajeros.
Se negaban pasajeros
a entregar los que llevaban,
sin esperar más, los hombres,
luego, luego los mataban.
En burros y en carretones,
llevaban lo que podían,
prendiendo fuego a los carros,
265
que estaban sobre la vía.
En los vagones había,
heridos que lamentar,
pues también fueron quemados,
no pudieron escapar.
Pues algunos pasajeros,
hasta la razón perdieron,
por los terribles momentos,
de miseria en que se vieron.
Muchos huérfanos quedaron
y muchas viudas también,
por el horrible desastre,
que sufrieron en el tren.
De desolación y muerte,
fueron aquellos momentos,
de balas y “agalabis”,
desprendían sus lucimientos.
El siniestro criminal,
proceder de los alzados,
hacen siempre recordar,
de los crímenes pasados
el pobre del conductor,
en grande aprieto se veía,
lo seguían por diez pesos,
que traía en su compañía.
Pues resultaron heridos,
en la sangrienta refriega,
lamentando su dolor,
las señoritas Ortegas.
Don José Ramón Valdez,
en esos tristes sucesos,
perdió un carro que llevaba,
pues más de quince mil pesos.
En el terrible atentado,
cometido en ese día,
perdió la vida el comerciante,
señor Eloíso García.
266
Vuela, vuela palomita,
apresúrate a llegar,
anda avisa que ya es muerto,
pues don José Salazar.
Al auditor Jesús Díaz,
le amagaban con la muerte,
pues poniéndole con rabia,
la carabina en la frente.
Al fin se vino salvando,
Jesús Díaz, el auditor,
por una tercera parte,
que intervino a su favor.
En fin, yo ya me despido,
lo acompaño en su dolor,
a los que quedaron huérfanos,
en los momentos de horror.
Ya se acabó la tragedia,
ya acabaría de cantar,
los versitos del asalto,
que hoy acabó de pasar.
Billete durangueño del periodo revolucionario
267
El 12 de diciembre de 1915, la población de Cuencamé, cabecera del municipio
del mismo nombre, que en esos momentos se encontraba sin defensa de
soldados y oficiales villistas convencionistas, fue atacada por las tropas
carrancistas constitucionalistas del general Francisco Murguía. Cuencamé era
reconocida en los medios villistas como La fábrica de generales, por el hecho de
que veintiún generales villistas de la División del Norte fueron cuencameros.
Después de ocupar la plaza, siguiendo la táctica militar llamada de tierra
quemada, Murguía ordenó a su tropa que Cuencamé fuera arrasada e incendiada
y que sus pobladores fueran reconcentrados en la ciudad de Durango con la
finalidad de cortar los abastecimientos que daban los campesinos a los
revolucionarios villistas.
En el juicio sumario al que se sometió años después, al general Francisco
Murguía, al cuestionársele sobre la orden de incendiar y arrasar Cuencamé, éste
argumentó lo siguiente: “Eso fue culpa de la Revolución misma, por ser un pueblo
refugio de villistas y madriguera de bandidos, puesto que los principales cabecillas
allí tenían su cuartel general, y fue el único medio que se puso para evitar el
sacrificio de muchas vidas”. En el Corrido de Cuencamé se dan los pormenores de
la acción de la tropa de Murguía.
Corrido de Cuencamé 107
Anónimo
En mil novecientos quince,
como lo tengo presente,
que en Real de Cuencamé,
echaron fuera a la gente.
Los que a Cuencamé robaron,
no aprovecharon el viaje,
todos quedaron tirados,
107
ARMENDÁRIZ DE MESTA, MARÍA DE LA PAZ y JESÚS RÍOS FAVELA. Monografía de
Cuencamé, Cuencamé, Durango, s / p, 1985, p. 50.
268
en la estación de Pasaje.
Pobres y ricos perdieron.
todos sin haber jugado,
salieron de Cuencamé,
nomás con lo encapillado.
Profecías no hay todavía,
las que anunciaban los sabios,
daban compasión los niños,
que llevaban de la mano.
Murguía le dice a González:
“Cuencamé es muy peligroso,
porque hay muchos generales,
todos cual más valerosos”.
¡Que viva Canuto Reyes,
Pedro Favela e Hilario
y el general Santos Sánchez,
por ser patriota y buen gallo!
Todos los de Cuencamé,
son del partido de Villa,
los del Pueblo y los de Ocuila,
también los de La Cuchilla.
Vuela, vuela palomita,
vuela, vuela y detente,
que pa‟l doce de diciembre,
echaron fuera a la gente.
Despedida no les doy,
porque no la traigo aquí,
se la dejé a mis amigos
y al Señor de Mapimí.
269
Monumento ubicado en Cuencamé, en honor a los generales villistas
cuencameros de la División del Norte
270
Se desconoce, a ciencia cierta, el lugar del nacimiento del general revolucionario
Benjamín Argumedo, conocido también como El Tigre de La Laguna. Sin
embargo, diversas fuentes coinciden en que fue oriundo de Matamoros, Coahuila.
A partir de 1910, la carrera bélica de Argumedo fue ininterrumpida y se destacó
por su valentía y por su constante cambio de facción. En 1910, El Tigre de La
Laguna fue maderista, en 1912 orozquista, en 1913 se afilió al Gobierno
Usurpador de Victoriano Huerta, y, a fines de 1914, rectificando su ruta, se vio a sí
mismo como defensor del Gobierno Convencionista al que se mantuvo leal, hasta
su muerte. Como convencionista, Benjamín Argumedo actuó al lado de los
generales: Juan Andrew Almazán, Higinio Aguilar y Emiliano Zapata, en los
estados de Puebla y Morelos.
Al momento de la derrota de los convencionistas, en la Ciudad de México,
Argumedo se trasladó a la ciudad de Toluca, de donde a su vez, fue desalojado
por las tropas constitucionalistas. Con la intención de cambiar la sede del
Gobierno Convencionista a la ciudad de Durango, Argumedo con su tropa, escoltó
al presidente convencionista Francisco Lagos Cházaro, desde Toluca hasta el sur
del estado de Durango.
En el camino a Durango, la gente de Argumedo fue atacada, derrotada y
dispersada por fuerzas constitucionalistas, en la Sierra de La Gruñidora, del
estado de Zacatecas. Por su parte, Francisco Lagos Cházaro escabulléndose y
haciendo a un lado su investidura, cambió de rumbo hacia el estado de
Tamaulipas, logró escapar de los constitucionalistas y se dirigió hacia Nicaragua.
Después de su derrota en La Gruñidora, Argumedo sostuvo diversos combates y
escaramuzas con tropas constitucionalistas de los generales: Francisco Murguía y
Domingo Arrieta, en los estados de Durango y Zacatecas. Durante un encuentro
con tropas de Arrieta, en la Hacienda de La Purísima, El Tigre de La Laguna
resultó herido y fue perseguido hasta su captura, el 4 de febrero de 1916. La
aprehensión de Argumedo, herido en un costado, se facilitó por la delación de su
secretario Pedro Rodríguez Triana, quien dio a conocer la posición de Argumedo
los constitucionalistas de Francisco Murguía.
271
Las Mañanas de Benjamín Argumedo proporcionan el relato de los pormenores de
la suerte de Argumedo desde su traición y captura en Temascal, municipio de
Súchil, Durango, su traslado a la ciudad de Durango, el juicio sumario en el que,
gracias a una adecuada defensa, obtuvo el indulto, la revocación del indulto, y la
sentencia de pena capital definitiva del general Francisco Murguía, quien actuaba
como jefe de operaciones militares del estado de Durango. El corrido finaliza con
el fusilamiento del general Argumedo en el panteón de Durango.
Se cuenta que, cuando Argumedo fue sentenciado pidió la gracia de ser fusilado
en público de la gente, esperando que, gracias a su ascendencia entre la
población, la multitud espectadora evitaría su ejecución y, aún cuando al momento
del fusilamiento hubo un conato de motín, la sentencia se cumplió el primer día de
marzo de 1916.
Inocencio Parra, el compositor de las Mañanas de Benjamín Argumedo, fue
asistente del general fusilado y para obtener los elementos de su sentido relato
cantado, siguió toda la secuencia del viaje, desde la aprehensión hasta el
fusilamiento del protagonista de las mañanas, para trasladar a sextetas poéticas,
el relato que se transformaría en uno de los más famosos corridos históricos de la
lírica narrativa mexicana.
Mañanas de Benjamín Argumedo 108
Inocencio Parra
Para empezar a cantar,
para empezar a cantar,
pido permiso primero,
señores, son las mañanas,
señores, son las mañanas,
de Benjamín Argumedo.
Adónde estaba Argumedo,
adonde estaba Argumedo,
tenía el camino andado,
a orillas de una laguna,
108
ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHETÉMOC. Op. Cit. , pp. 78 a 82.
272
ahí estaba el general,
viendo bañar su caballo.
De pronto comunicaron,
de pronto comunicaron,
al tirano de Murguía,
para aprehender a Argumedo,
para aprehender a Argumedo,
y a toda su compañía.
Cuando Rodríguez salió,
cuando Rodríguez salió,
a Temascal arribó,
diciendo que iba a la Sierra,
diciendo que iba a la Sierra,
a Benjamín traicionó.
Lo llevaron por la calle,
lo llevaron por la calle,
bastante gente acudía,
se llenó la Plaza de Armas,
se llenó la Plaza de Armas,
a ver lo que sucedía.
Dos lo llevaban del brazo,
dos lo llevaban del brazo,
y lo llevaban pie a tierra,
lo llevaban a Palacio,
lo llevaban a Palacio,
era el Consejo de Guerra.
Lo subieron a Palacio,
lo subieron a Palacio,
donde estaba el Tribunal,
ahí ganó la defensa,
y ahí ganó la defensa,
indulto pa‟el general.
Mas el general Murguía,
mas el general Murguía,
no hizo caso a la justicia,
y dio de nuevo sentencia,
y dio de nuevo sentencia,
que‟ra pena capital.
Su familia, que ahí estaba,
su familia, que ahí estaba,
273
estaba tan desolada,
al oír esa sentencia,
al oír esa sentencia,
hubo de cair desmayada.
Lo bajaron de Palacio,
lo bajaron de Palacio,
por la calle en gran alarde,
lo llevaba su destino,
lo llevaba su destino,
serían las seis de la tarde.
Por la calle donde iba,
por la calle donde iba,
fue la Veinte de Noviembre,
¿Cómo iría su corazón…?
¿Cómo iría su corazón…?
Seguro naiden lo entiende.
Último día de febrero,
último día de febrero,
novecientos dieciséis,
han sacado a Benjamín,
han sacado a Benjamín,
entre las cinco y las seis.
Ese reló de Durango,
ese reló de Durango,
sus horas le atormentaban,
porque clarito decía,
porque clarito decía,
las horas que le faltaban.
Cuando llegó a su destino,
cuando llegó a su destino,
dijo: “Vengo en agonía,
pues hoy tengo que ser muerto,
pues hoy tengo que ser muerto,
Dios así lo dispondría”.
“¡Válgame Dios! ¿Qué haré yo?
¡Válgame Dios! ¿Qué haré yo?”
Dijo al general Murguía,
y le pidió una mercé,
y le pidió una mercé,
a ver si la concedía.
274
Y don Francisco Murguía,
y don Francisco Murguía,
le contestó con esmero:
“¿Qué mercé es la que quiere?
¿Qué mercé es la que quiere?
mi general Argumedo”.
“Oiga usté, mi general,
oiga usté, mi general,
yo también fui hombre valiente,
quiero me haga ejecución,
quiero me haga ejecución,
en público y de la gente”.
“Oiga usté, mi general,
oiga usté, mi general,
yo no le hago ese favor,
pues todo lo que yo hago,
pues todo lo que yo hago,
es por orden superior”.
“En algunas ocasiones,
en algunas ocasiones,
también a usté habrá pasado,
pues jefe de operaciones,
pues jefe de operaciones,
ya sabe que soy nombrado”.
Luego que Argumedo vio,
luego que Argumedo vio,
que no se le concedía,
no manifestaba miedo,
no manifestaba miedo,
antes mejor se sonría.
“Ya que Dios me ha concedido,
ya que Dios me ha concedido,
el no morir en la guerra,
quiero que a mi alma en camino,
quiero que a mi alma en camino,
anime Cristo en la Tierra.
“Adiós mis padres queridos,
adiós mis padres queridos,
de toda mi estimación,
no me volveréis a ver,
no me volveréis a ver,
275
volé a la otra mansión”.
“Adiós todos mis amigos,
adiós todos mis amigos,
me despido con dolor,
ya no vivan tan engréidos,
ya no vivan tan engréidos,
de este mundo engañador”.
“Adiós, mi tierra afamada,
adiós, mi tierra afamada,
recinto donde viví,
adiós, mi querida esposa,
adiós, mi querida esposa,
ya me despido de ti”.
“Adiós, montañas y sierras,
adiós montañas y sierras,
ciudades y poblaciones,
„onde me vide en la guerra,
„onde me vide en la guerra,
que parecían quemazones”.
“Adiós, familia querida,
adiós, familia querida,
que era toda mi alegría,
adiós, mi querida esposa,
adiós, mi querida esposa,
adiós, Penitenciaría”.
Ya se acabó Benjamín,
ya se acabó Benjamín,
ya no lo oirán mentar,
ya está juzgado de Dios,
ya está juzgado de Dios,
ya su alma fue a descansar.
“Basta de tanto sufrir,
basta de tanto sufrir,
y tanto andar navegando,
miren „onde fui a parar,
miren „onde fui a parar,
en el panteón de Durango”.
Doy detalle en realidad,
doy detalle en realidad,
era un cuatro de febrero,
276
aprehendieron a Alaniz,
aprehendieron a Alaniz,
y a Benjamín Argumedo.
Esa tarde allá en la sierra,
esa tarde allá en la sierra,
lo empezaron a bajar,
apenas podía dar paso,
apenas podía dar paso,
¡ay, mi pobre general!
Lo bajaron de la sierra,
lo bajaron de la sierra,
todo liado como un cuete,
eran doscientos soldados,
eran doscientos soldados,
venidos de Sombrerete.
Lo montaron en un carro,
lo montaron en un carro,
como si fuera de flete,
pasaron por San Miguel,
pasaron por San Miguel,
arriba de Sombrerete.
Cuando arriban a Durango,
cuando arriban a Durango,
el tren comenzó a silbar,
veinte soldados de escolta,
veinte soldados de escolta,
que lo fueran a bajar.
Otro día por la mañana,
otro día por la mañana,
lo fueron a examinar,
le llevaron dos doctores,
le llevaron dos doctores,
que lo fueran a curar.
Cuando ya medio sanó,
cuando ya medio sanó,
que se le llega su día,
lo fueron a presentar,
lo fueron a presentar,
con el general Murguía.
Pues era un martes, por cierto,
277
pues era un martes, por cierto,
presente tengo ese día,
cuando lo sacó el resguardo,
cuando lo sacó el resguardo,
de la Penitenciaría.
“Tanto peliar y peliar,
tanto peliar y peliar,
con el máuser en la mano,
para morir fusilado,
para morir fusilado,
en el panteón de Durango”.
Amigo, no te señales,
amigo, no te señales,
por riqueza ni estatura,
pues todos somos iguales,
pues todos somos iguales,
materia de sepultura.
Vuela, vuela palomita,
vuela, vuela palomita,
párate en aquel potrero,
estas son las mañanitas,
estas son las mañanitas,
de Benjamín Argumedo.
Ya con ésta me despido,
ya con esta me despido,
porque cantar ya no puedo,
ya les canté las mañanas,
ya les canté las mañanas,
de Benjamín Argumedo.
278
279
Benjamín Argumedo. El Tigre de La Laguna
280
Martín Herrera es el personaje principal de un famoso corrido que ha tenido tantas
variaciones, que incluso algunas de algunas se le ha cambiado su .sentido original
a la narración. Al parecer el primer corrido fue el de Martín Herrera; bandido del
periodo de la Revolución, del que se desconoce si fue personaje real o de ficción.
Posteriormente la narración fue transformada en Los tres amigos, que tuvo dos
versiones, de las cuales, una fue de la. tradición oral, llamada Los tres amigos.
Canción revolucionaria de 1916, y la otra escrita en los años treintas del siglo XX,
por Francisco Castillo Nájera.
Desde los años setentas del siglo XX, ha tenido mucho éxito el corrido de Los dos
amigos que, en esencia, relata las mismas aventuras de Martín Herrera y Los tres
amigos. Con parecida versificación. Posteriormente Los Cadetes de Linares
compusieron Eran Cuatro de a Caballo, y los mismos cantantes compositores
hicieron la letra, música e interpretación de El caballo Jovero. Lo común en todas
estas versiones es que sus protagonistas: que venían de Mapimí / y por no venirse
de oquis / robaron Guanaceví".
Corrido de Martín Herrera109
Anónimo
Señores, tengan presente,
la suerte de Martín Herrera,
que aunque fue hombre valiente,
no murió en ninguna guerra.
Herrera con sus amigos
venía de Guanaceví,
y por no venir de oquis,
robaron en Mapimí.
Éntrale caballo prieto,
del fierro de Catarina,
como robaste los carros,
así robarías la línea.
109
VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Cantares mexicanos, México, Ed. León Sánchez, s/f, pp. 220
a 222.
281
Ellos eran dos bandidos,
que vistieron de mujeres,
para salir a robar,
en los carros de Praxedis.
José no sabía robar,
era hombre trabajador,
pero Martín lo enseñó
y salió de lo mejor.
Esos eran de lo bueno,
robaban mucho dinero,
despreciaban las gallinas
que veían en el potrero,
Éstos tenían maquinaria,
y ciencia de picardía,
descarrilando los trenes,
de tarde, de noche y día.
Martín tenía buen caballo,
que nombraba Palafrén,
se soltaba relinchando
cuando oía silbar el tren.
Una vieja remilgada,
que la llaman La Maruca,
fue la que los entregó,
en la ciudad de Pachuca.
Esta vieja rompe cuentos,
fue la que los entregó,
por un vestido de seda,
que un gringo le prometió.
Andábase la María
que hasta le daban torsones:
“¡Ay! Si me dieran a mi hijo,
lo pagaría con tostones”.
Le respondió el Juez de Letras,
como Presidente que era:
“Si 1o pesaran en oro,
tampoco yo te 1o diera”.
Responde el encapillado:
“Papá, ya no ande llorando,
282
que se le cumpla su antojo.
y no se ande avergonzando”.
Se murió como los hombres,
y al llevarlo iba cantando,
los hombres cuando se mueren,
nunca andan poniendo bando.
Triste fin el de este Herrera,
que por bandido perdió,
y aunque fue gallo muy fino,
el castigo recibió.
Y fue un bandido de fama,
que a todos causó mal,
pero a la hora de la muerte,
no se quiso confesar.
Va con ésta me despido,
subido en una palmera,
aquí se acaban cantando,
versos de Martín Herrera.
283
Corrido de los dos amigos 110
Anónimo
Estos eran dos amigos,
que venían de Mapimí,
que por no venirse de oquis,
robaron Guanaceví.
Ellos traiban dos caballos,
un obscuro y un jovero,
en el obscuro la ropa
y en el jovero el dinero.
También traiban maquinaria
y muy buena batería,
para desclavar los rieles
y hacer los cambios de vía.
Martín le dice a José:
“No te pongas amarillo,
vamos a robar el tren,
que viene de Bermejillo”.
“Amarillo no me pongo,
amarillo es mi color,
he robado trenes grandes
y máquinas de vapor”.
Válgame el Santo Niñito,
ya aprehendieron a José,
en la esquina del mercado,
lo ataron y se les fue.
Sería por las oraciones
que su madre le rezaba,
o sería su buena suerte
o más bien no le tocaba,
110
Cantado por "Los Alegres de Terán", en: 30 Corridos de Oro, Discos CBS, Lp.- 35·63, 1981.
284
Los tres amigos 111
Canción revolucionaria de 1916
Anónimo
Estos eran tres amigos,
que venían de Mapimí,
y por no venir tan di oquis,
robaron Guanaceví.
Éstos traiban herramienta,
maquinaria y batería,
pa' levantar los durmientes
y 1os rieles de vía.
Naiden supo que s'hicieron,
después que tanto se habló,
¿ Los tronaron? ¿Se rindieron?
Sepa Dios lo que pasó…
111
CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corrido de Durango. Los tres amigos, México, Imprenta
Mundial, s/f, p. 1.
285
Los tres amigos 112
Francisco Castillo Nájera
Éstos eran tres amigos,
pero amigos de verdá,
se miraban como hermanos,
comprendiendo 1 'amistá.
Naiden supo quiénes jueron,
ni cuál jué su condición,
pero todos los tuvieron
por hombres de corazón,
Hay quen diga qu'eran antes,
del principio de la bola,
revoltosos, estudiantes,
de parranda y de pistola,
Otros dicen que rancheros,
de mediana posición,
también cuentan que rieleros
y vecinos de Torreón.
Se rumoran qu'eran gentes
de la güena sociedá,
de familias muy decentes,
lo mejor de la cuidá.
Pa‟ mi ver eran mineros
del rumbo de Mapimí.
Manejaban los barrenos
y el belduque y el fusil.
Si alzaron con el motivo,
de salvar a la Nación;
por el sufragio afectivo
por la no releición.
Ganó muy pronto Madero
y sin mucho combatir,
y los tres vales se jueron
sin poder sobresalir.
112
Ibíd., pp. 1 a 11.
286
Resultaron gobiernistas
contra Orozco el infidente,
y más tarde carrancistas,
pa' vengar al Presidente.
Lueguito corrió la fama
de la nueva trinidá,
jué cundiendo como llama
por el campo y la ciudá.
Como jefes de gavilla
hicieron grande furor,
unas veces contra Villa,
y otras veces a favor.
Casi siempre eran formales,
sin violencia ni jactancias,
si hicieron algunos males
jué cuestión de circunstancias.
No eran piores ni mejores
que los otros sublevados,
jueron bravos luchadores,
a morirse resignados.
No usaron distintos modos
ni jué su conducta vil,
se portaron como todos
en una guerra civil.
En sus épocas de gloria
nunca jueron pretenciosos,
supieron de la victoria
y de trances peligrosos.
Es un juego el de la guerra
muy difícil de jugar,
uno atina y otro yerra
y la vida hay qui apostar.
En medio de los desastres
se supieron consolar;
hast‟al mejor de los sastres
se li olvida algún ojal.
Lucharon como pudieron,
con temple y con decisión,
287
obraron como supieron,
siempre con güena intención.
Que robaron, naiden niega,
pero sin ser abusivos,
por siempre hicieron entrega
de vales y de recibos.
Documentos triplicados,
pagaderos al triunfar,
muchos han sido aceptados
por el gobierno legal.
Gallardos y decididos,
en edá de merecer,
trastornaron los sentidos
de la niña y la mujer.
Si ocupaban triunfadores
los pueblos o la ciudá,
disfrutaban los favores
de damas de calidá.
Y por esas travesuras,
más o menos habituales
los condenaron los curas,
llamándolos criminales.
Pero en cuenta no tuvieron,
al dar ese fallo injusto,
que si las hembras cayeron,
jué por su purito gusto.
No eran hombres sanguinarios,
que mataran por placer,
si colgaban reaccionarios,
jué cumpliendo su deber.
Si a unos pocos prisioneros
se los echaban al plato,
nu es que jueran carniceros,
culpables de asesinato.
Era pa' llenar las formas,
qui ordenaban en los planes,
y en las diversas reformas,
los méritos capitanes.
288
Si volaron los durmientes,
ni jué afán de destrucción,
guerrilleros y prudentes,
tomaban su precaución,
Los llamaron chaqueteros,
bandidos sin convicción,
faiciosos y bandoleros,
y aprobio de la Nación.
Y eran los mesmos papeles,
de los mesmos limpiabotas,
qui antes los llamaros fieles,
distinguidos y patriotas.
Sin noticias en la sierra,
se explica su confusión;
di una guerra y di otra guerra
inoraron la razón.
Siempre siguieron peleando;
si sus jefes se voltiaban
ellos pasaban de bando
sin saber que se cambiaban.
Por eso nu es de justicia
echarles tantos insultos,
no supieron la noticia,
porque si hallaban ocultos.
Lejos de las poblaciones,
nunca jueron alvertidos
de las muchas divisiones
y cambios de los partidos.
Sinceramente pensaban
de sí mismos satisfechos,
que por el pueblo luchaban,
pa' conquistarle derechos.
Periodistas y habladores,
sin valor y sin firmeza,
los llamaron malhechores
y pidieron sus cabezas.
No almlra quí así pasara,
289
al fuego de la pasión,
y que tanto se gritara
contra la Revolución.
Pos medran hasta el presente
deturpadores arteros,
sin ningún antecedente,
que son los más argüenderos ,
En su casa, por cautela,
se quedaron los miedosos,
y otros iban a la escuela
por qu'eran unos mocosos.
Y ellos son los que cronican
nuestra lucha libertaria,
la deforman y critican
con maldad extraordinaria.
No existen hombres perfeitos ,
es la humana condición,
y resaltan los defeitos
en una revolución.
Oigan esos comentarios
quienes hablan por envidia,
por instintos reaccionarios,
por despecho y por perfidia.
Oíganlos, quien de repente
ha subido por favor,
y es el más intransigente
pa' perdonar un error.
El que jué a la pelotera
y supo del bien y el mal,
ni se asusta ni esagera,
todo lo halla natural.
Los que arman la chirinola,
y calumnian sin parar,
son los que tienen más cola
pa' podérselas pisar.
Ya ya vuelvo a los amigos,
y su historia a proseguir;
frente a tantos enemigos,
290
pos tuvieron que juyir.
Se publicaron fugaces
noticias de sus hazañas,
cuando en empresas audaces
bajaron de las montañas.
L'útlima vez que se supo
jué qu'en una dispersión
los tres dejaron el grupo
y corrieron p'al Bolsón.
En seguida es un secreto
lo que les ha sucedido;
el afamado tercero
para siempre si ha perdido.
Pobrecitos valedores,
la fortuna les falló,
ni hérues jueron ni traidores,
la tierra se los tragó.
Es posible que haigan muerto
de sed y de hambre y de pena,
hundidos en el desierto,
bajo las capas di arena.
Es un misterio profundo
su manera di acabar,
se perdieron en el mundo,
como gotas en el mar.
Tal vez quedaron tendidos,
en anónimo combate,
por no ser reconocidos
ni se les citó en el parte.
O mandados a la horca
por cualquier jefe asesino,
se mecieron cual mazorca
en un poste del camino ..
Quizás estén en la vida,
muertos de desilusión,
con el alma arrepentida
de su pasada actuación…
Es un profundo misterio
291
lo que les tocó al final,
si un joyo en el cementerio
o el grado de general ...
Cuánto siento que sus nombres
pierda la posteridá,
pos eran hombres muy hombres,
dignos de celebridá.
Igual qu'en el firmamento,
las voladoras estrellas,
alumbraron un momento
y no dejaron ni huellas.
Y aquí l'istoria termino,
sin decir, por no saber,
cuál jué el último destino,
de cualquiera de los tres.
Éstos eran tres amigos
jué tan juerte su amista,
que duró toda la vida
y siguen en l'etermindá.
292
Eran cuatro de a caballo 113
Los Cadetes de Linares
Eran cuatro de a caballo
de aquel real de Mapimí,
y como eran muy felones
se escondieron por ahí.
Pancho era de aquellos cuatro,
el más feliz sanguinario,
pues una vez mató a un cura,
cuando rezaba un Rosario.
Y Mariano, por su gusto,
cuántos pueblos incendió,
y para estar más contento
los trenes descarriló.
Eran cuatro de a caballo
de aquel real de Mapimí,
y como eran muy felones
se escondieron por ahí.
A Guillermo le gustaba
el robarse a las doncellas,
ofreciéndoles la gloria,
con la luna y las estrellas.
Y nos faltaba Felipe
un bandido muy sagaz,
que soñaba con el golpe:
robarse la Catedral.
Eran cuatro de a caballo
de aquel real de Mapimí,
huyendo de la Acordada,
se escondieron por ahí.
Mariano allá viene el tren,
lo vas a descarrilar,
Francisco deja a ese cura,
no lo vayas a matar.
Ten compasión ya Guillermo,
113
Cantado por El Conjunto Linares, en: Lo mejor de Los Cadetes, México, casete GM 1051, 1983.
293
de esa joven virginal,
dónde te escondes Felipe,
si te robas Catedral.
Eran cuatro de a caballo,
de aquel real de Mapimí,
Dios los halla perdonado,
Pues los mataron allí.
294
El caballo Jovero 114
Los Cadetes de Linares
Señores voy a cantarles,
un corrido verdadero,
es la historia de un caballo,
que se llamaba El Jovero.
Los dos amigos lo hicieron,
un caballo de batalla,
cuando robaba los trenes,
el Jovero relinchaba.
En sus lomos el cargaba,
mucho valor en dinero,
del que robaba Martín,
y su amigo José, El Güero,
Los soldados al Jovero,
una tarde lo mataron,
cuando escapaba José,
de una cárcel de Durango.
Adiós pueblo de Durango,
y también Guanaceví,
se quedo solo El Oscuro,
ya se va pa' Mapimí.
Ya con esta ahí me despido,
es muy triste recordar,
el Jovero ya murió,
ya no lo oirán mentar.
114
AGUILERA OSORIO, FELIPE. “Los Tigres del Norte, Los Cadetes de Linares”, Revista
Cancionero #13, México, Editorial Latinoamericana, s/f, pp. 38.
295
V. Los cantos de La Villada
Tras la caída del Gobierno Convencionista, las tropas de Francisco Villa, vencidas
en Celaya y Trinidad, comenzaron una etapa de guerra de guerrillas. En los inicios
de este periodo Villa realizó su entrada a territorio estadounidense que provocó la
Expedición Punitiva, en la que los soldados estadounidenses intentaron acabar
con el Centauro del Norte y no pocos villistas. En este episodio los
constitucionalistas de Durango confraternizaron con los villistas para combatir a
los invasores yanquis, mientras el tifo iba diezmando a la población del estado.
A fines de 1916, los guerrilleros de Villa inician una campaña en la que ocupan
Gómez Palacio, Lerdo y Torreón, al tiempo que la economía estatal se deterioraba
completamente después de tantos años de guerra.
Dando trabajo constante a los carrancistas, en marzo de 1917 Villa protagoniza la
batalla de Reforma en la que mueren varios cientos de soldados del general
Murguía. Los raids de Villa sorprenden a sus enemigos quienes no lo pueden
ubicar.
Entre 1916 y 1917 Carranza impuso a cuatro generales, no oriundos de Durango,
como gobernadores estatales, con la intención de acabar con la guerrilla villista y
neutralizar a los políticos locales. Sin embargo, en 1917, el general Domingo
Amera, ganaba las elecciones durangueñas y ocupaba el ejecutivo estatal. De
inmediato Arrieta promulgó la Constitución Política del Estado de Durango, dando
legalidad y legitimidad a su gobierno.
Las guerrillas villistas continúan sus correrías asaltando trenes y atacando
guarniciones y poblados. Sin embargo, la epidemia de influenza española de 1918
arrasó con la vida de cientos de carrancistas, villistas y pacíficos. Es el año del
hambre. El sufrimiento, la peste, la guerra, la escasez y la miseria, hacen estragos
entre los durangueños.
En 1919 Villa lanzaba su última campaña y fracasaba en su intento de ocupar la
ciudad de Durango. En 1920 aprovechando el lanzamiento del Grupo Sonora,
Francisco Villa amnistiaba a sus tropas ante el gobierno interino de Adolfo De la
296
Huerta. Sin embargo para cualquier gobierno mexicano la tensión era constante
por la posibilidad de que el general Francisco villa volviera a tomar las armas,
hasta que finalmente, en el año de 1923, el durangueño más conocido de la
Historia fue asesinado en Parral, Chihuahua.
Los cantos de La Villada se ocupan de los ataques de las guerrillas villistas a
Torreón, Gómez Palacio, Lerdo, Mapimí, Bermejillo, Tepehuanes, El Peronal, El
tren de Tepehuanes, Piedra Encimada y Navacoyán. También tratan sobre las
muertes de los guerrilleros villistas: Marcial Ortiz, Dionisio Carreón y Martín López,
a la rendición de Pancho Villa, a la fallida rebelión de Francisco Murguía y su
adicto Juan Carrasco y concluyen con la muerte de El Centauro del Norte. En este
apartado se incluyen también diversas canciones populares durangueñas de tema
villista
Santiago Papasquiaro, Durango, fue el lugar el que se localizó al mecánico don
Moisés Muros Martínez, hijo del corridista Antonio Raymundo Muros y custodio del
acervo de hojas sueltas y manuscritos de su padre y su madre Raymunda, que
integraban el Dueto Mundo y Munda quienes a principios del siglo XX, cantaron en
diversos lugares del norte del estado de Durango, aunque finalmente se
establecieron en Santiago Papasquiaro.
En su momento, don Moisés Muros comentó que, más o menos para los años
cuarentas del siglo XX, sus cansados padres ya estaban hartos de andar de
trovadores de cantina en cantina y que un buen día, en la ciudad de Parral,
Chihuahua, un desconocido parroquiano les pidió que cantarán el corrido de La
expedición punitiva, en el que se narra la invasión estadounidense a México, con
objeto de capturar a Pancho Villa. Mundo y Munda, cantaron varias veces su
versión del corrido y el parroquiano, embriagado, conmovido y llorando les regaló
veinte mil pesos, de aquellos años, por haber cantado la versión verdadera del
corrido en la que se incluían cuartetas que narraban cómo los parralenses habían
combatido a los invasores gringos. Los felices cantantes, con el dinero en la mano
les dijeron a sus hijos: “’Ora sí, mis hijos, nos vamos a Santiago Papasquiaro a
vivir en paz, ya no vamos a andar de aquí para allá” y con el dinero que recibieron
del desconocido se establecieron definitivamente en su lugar de origen.
297
El acervo de Mundo y Munda incluye hojas sueltas de diversos autores
durangueños publicados en imprentas populares de Santiago Papasquiaro,
Durango, Gómez Palacio y Guadalupe Victoria, en el estado de Durango, así
como de Torreón, Coahuila.
Destacan especialmente las composiciones de Montes el de la Guaripa,
historiador cantante que narró en cuartetas de corridos los sucesos más
relevantes de antes y durante la Revolución en el estado, así como otros que él
consideró importantes y que tuvieron lugar en otras entidades del país. En el
mismo acervo se localizaron hojas sueltas y manuscritos de textos versificados del
corridista Felipe García
así como del propio Antonio Raymundo Muros quien
según su hijo a veces se firmaba como Gonzalo Raymundo.
Entre las composiciones de Montes el de la Guaripa se encuentran: Los
sangrientos sucesos de Velardeña, Rendición de Francisco Villa y sus leales
guerrilleros, Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro, Única
tragedia del sitio de Durango por las fuerzas insurgentes y La toma de Durango,
así como la Tragedia de los sangrientos sucesos de Puebla, entre otras. Por su
parte Antonio Raymundo Muros fue el autor de: El corrido de Carpintero, La
tragedia de Obregón, Corrido del catorce de mayo, Corrido de Manzanera, Corrido
de Madero, La toma de Santiago Papasquiaro, La muerte de Villa, Corrido de Juan
Rentería, Corrido de Juan Flores, Corrido de Inés, Corrido de don Cipriano,
Corrido de José Parra, Corrido de los voluntarios, Corrido de los Corteses y
Tragedia de Miguel Calderón, entre otras.
Las composiciones localizadas en el Fondo de Antonio Raymundo Muros incluyen
textos que se refieren al periodo porfirista, a las diversas facciones revolucionarias
y a la Primera Rebelión Cristera. Raymundo Muros, como poeta, no escribía de
acuerdo a las reglas de las sílabas ortográficas y la Gramática, sino en relación
directa con la Prosodia pensando en el sonido de las canciones y la medida
sonora de los versos. Los versos de Raymundo Muros son palabras unidas que
suenan a canción y no palabras ortográficamente bien escritas que, para él,
posiblemente no sonaban en su musical, durangueña y dialectal forma de hablar y
cantar.
298
Los manuscritos de Raymundo Muros son una muestra del pensar musical y
artístico. Muros tiene claro qué es lo que quiere contar. Tiene claro también que lo
va a contar cantando y además en una melodía que él mismo ha creado y que
debe acomodar a una letra que se escribe en letras de canción de sílabas
prosódicas, con sus sinalefas, su léxico y sus modismos regionales, con sus
propios héroes y sus villanos. Historias cantadas casi siempre maniqueas y
liberales. En sus canciones Muros y Montes se conformaron como historiadores
cantantes, cuyo acervo, a pesar de que no fue posible reproducir su sonido
musical, en lo que corresponde a las letras, se logró reproducir y divulgar, con su
respectiva confrontación con otras fuentes como parte de la lírica narrativa
histórica estatal y nacional.
Es de señalar que, para los primeros años de la década de los veintes del siglo
XX, el uso del acordeón acompañado con la guitarra española ya era algo común
entre los intérpretes tradicionales durangueños, como lo demuestra la foto de los
hermanos Florencio y Frumencio Estrada, tomada en Huazamota, en el año de
1920,
Un ejemplo de la forma manuscrita no académica, prosódica, poética y
musical de escribir de Antonio Raymundo Muros: Adiós, adiós San Ignacio /
te voy a perder de vista / te quedastes en la ruina / por traidor y por huertista
/ yo ya me voy…
299
Florencio Estrada, con guitarra, Frumencio Estrada, con acordeón, y tres
amigos en Huazamota, en 1920, circa.
Orquesta Típica de Durango en 1924, circa
115
115
HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento,
Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, p. 10.
300
Después de la incursión guerrera villista a los Estados Unidos, en la población de
Columbus, Nuevo México, en marzo de 1916, que provocó el envío de tropas
yanquis en la persecución de Francisco Villa y los villistas, en la llamada
Expedición Punitiva. Con la expedición punitiva siguiéndolo, y con tropas
carrancistas tras él, a fines de 1916, Francisco Villa reconcentró sus tropas, las
municionó y se dirigió hacia el sur de Estado de Chihuahua, ocupó Satevó. La
Joya y Parral. Desde Parral, Villa lanzó su ataque a Santa Rosalía de Camargo,
Chihuahua, donde, el13 de diciembre de 1916, los villistas derrotaron a las tropas
constitucionalistas da Segundo Batallón que comandaba el mayor Tirso
Hernández.
En Santa Rosalía de Camargo, Chihuahua se suscitó un grave incidente; los
villistas habían registrado los trenes ocupados, carro por carro y luego de recoger
las vituallas útiles que encontraron embarcadas, dejaron a las mujeres soldaderas
constitucionalistas ocupando el tren en que se hallaban. A la sazón, el general
Francisco Villa se detuvo a cierta distancia del tren ocupado por las soldaderas,
dictando órdenes a uno de sus oficiales. En un momento, otro oficial villista cruzó
entre Francisco Villa y del tren de las soldaderas, se escuchó un disparo, y el
oficial que cruzaba cayó muerto, cerca del general Villa.
Como el disparo salió del tren de las soldaderas constitucionalistas corrió la voz de
que éstas trataban de dar muerte al general Villa y la escolta de Dorados de Villa
masacró a las soldaderas constitucionalistas. En esa ocasión murieron alrededor
de 90 soldaderas y según Francisco A. Almada, el incidente fue provocado por la
esposa del pagador de las fuerzas del general Rosalía Hernández.
De Santa Rosalía de Camargo, Villa encarriló sus tropas hacia Torreón, ocupando
Bermejillo, El Peronal, Gómez Palacio y Lerdo, en el estado de Durango y
siguiendo la vía de ferrocarril de Camargo a Torreón. Los combates de la tercera
toma villista de Torreón se realizaron del 20 al 24 de diciembre de 1916, Torreón
era defendida por las tropas de los generales Severiano A. Talamantes, Fortunato
Maycotte y Luis Herrera. El general Luis Herrera murió en la acción de la toma de
Torreón y el general Severiano A. Talamantes, herido en su honor militar por la
derrota, decidió suicidarse.
301
Por su parte, el autor anónimo del Romance histórico villista nos dejó su punto de
vista de soldado raso poeta de la Brigada Murga, sobre los movimientos y
sentimientos de los villistas en esta campaña. Luego de la tercera toma villista de
Torreón, el movimiento de la guerrilla villista preocupó fuertemente al gobierno de
Venustiano Carranza mientras que los jefes estadounidenses de la Expedición
Punitiva velan cada vez más lejano el supuesto objetivo de su misión: atrapar a
Villa.
Romance histórico villista 116
(Fragmentos)
Anónimo
XIX.- Avanzó hasta Bermejillo a correrlos a patadas.
El dieciséis a las ocho
salimos a la estación
nos íbamos a embarcar
y salir para Torreón,
Los trenes no regresaron
el jefe no lo sabía
nos volvimos a acampar
para salir otro d{a,
Como seis vacas matamos
ya tirando la tantiada
de oír lo que nos decían
que por allá no había nada.
José Arballo recordó
de las hambres retrasadas
mandó juntar las cabezas
y llevarlas tatemadas
El horno como era ajeno
no se quería calentar
temiendo que las cabezas
crudas fueran a quedar.
116
Romance histórico villista. Diario en verso de un soldado villista, Chihuahua, Chih., Librería La
Sorbona, 1975, pp. 117 a 133.
302
El diecisiete a las ocho
volvimos a regresar
formados a la estación
comenzamos a embarcar.
A las diez de la mañana
ya Murga se habla embarcado
haciendo también balance
pieza de pan por pelado.
Como a las dos de la tarde
nos despachó el general
ordenando el maquinista
nos apeara en Peronal.
Por la tarde y por la noche
iba la tropa azorada
comiendo su pan con leche
y cabeza tatemada.
Como a las seis del dieciocho
llegamos a Peronal
allí desembarcamos
como ordenó el general
Don Nicolás que era el jefe
y general de Brigada
avanzó hasta Bermejillo
a correrlos a patadas.
Los trenes del enemigo
nos salieron a encontrar
no creían que por detrás
los pudieran atacar.
La gente de Martín López
días antes se adelantó
les pudo quitar un tren
y el otro se les salió.
Como a las seis de la tarde
un correo mandó a avisar:
“Bermejillo está tomado:
no tienen que vacilar",
Fernández mandó ordenar
la tropa se organizará
303
y después de organizada
a Bermejillo avanzará
Pasamos a la estación
como gatos en costales
preguntando dónde había agua
que darle a los animales.
Dormimos en un ranchito
en la miseria siguiente
sin pasturas la remuda
y sin comida la gente.
El diecinueve seguimos
a la estación Sacramento
era la orden de Fernández
de poner su campamento.
El día veinte nos dijeron
“Hoy descansan todo el día,
mientras llega a Bermejillo
el general Pancho Villa”.
El veintiuno recibieron
la orden para marchar
diciendo: "A Gómez Palacio
hoy nos vamos a tomar".
A Gómez hemos salido
y poco antes de llegar
nos pusieron un correo
que ya podíamos entrar.
En Gómez estaba Villa
porque éste nos la ganó
viendo los trenes que traía
el enemigo corrió.
Como cinco cañonazos
tiraron por dar la prueba
que otro día irían
a quedar sin pantalón y sin leva.
XX.- Veinticuatro horas son buenas para tomarles Torreón.
304
Esa noche que llegamos
Villa ordenó a sus Brigadas
que así pasaran la noche
con las bestias enfrentadas.
A lodos sus oficiales
les ordenó posesión
veinticuatro horas son buenas
para tomarles Torreón,
El veintidós a las cinco
marchamos con ordenanza
con el general Fernández
por tenerle más confianza.
Villa le dijo a Fernández
"A tí te voy a mandar
por el cañón del Huarache
no te vayas a rajar".
"Te llevas a Aurelio Murga
Brigada de San Andrés
para que sepan en Torreón
que con ellos se dan tres".
Al llegar a un cerro grande
frente al de La Cruz está
nos tiramos cañonazos
que fue una barbaridad.
El cerro estaba tomado
por los mismos compañeros
tirándoles metrallazos
que parecían aguaceros,
Fernández le dijo a Aurelio
"Aquí rompemos la guerra
pasaremos en corrida
aunque se muera uno que otro.
Por el cerro de Calabazas
sube el primer escuadrón
que quiten las posesiones
que dan vista hacia Torreón.
El cuarto Escuadrón le mandan
que suban esos cerritos
305
no nos vayan a flaquear
porque somos muy poquitos.
Valdiviez, Murga y García
los tres en disposición
dispusieron que García
entrara por el cañón.
Estando García de acuerdo
que Murga le protegiera
lo mandó subir al cerro
que le nombran Polvorera.
Murga subió con su escolta
a cumplir la comisión
con otros cuantos soldados
de uno y otro Escuadrón.
Murga avanzó medio cerro
luego se dio una parada
para apaciguar el fuego
de nuestra misma Brigada.
Aurelio sacó su anteojo
y se puso muy contento
para ver al enemigo
cogiendo las posiciones.
Al pie de los parapetos
han plantado su bandera
y al grito de “¡Viva Villa!”
han corrido los Herrera.
Les cogimos su bandera
y se las hicimos pedazos
y al correr las codornices
les dimos muchos balazos.
Arballo mandó un correo
a Aurelio que le dijera
"El enemigo corrió
dejándonos la bandera".
Aurelio llega y pregunta:
"¿Dónde van los correlones?
ahora lo que hay que hacer
no dejar las posesiones".
306
"Que venga el Cuarto Escuadrón
y les eche la aullada
dejando abajo del cerro
todita la caballada".
Ya serian como las diez
no estábamos ni apurados
tocándoles mala suerte
a dos de nuestros soldados
Al encumbrar el cerrito
a Andrés Corral nos hicieron
de los mismos compañeros
los que avanzar no quisieron.
"No se rajen compañeros",
De la Rosa Contestó
"SI Basilio Soto es muerto,
todavía les falto yo".
A los pies del coronel
se ha recibido este duelo
Soto, que herido en la cara,
se ha ido volando al cielo.
Siguiendo el tiroteo
cuando a poquito ratito
se quejaba Moisés López
diciéndonos: "¡Ay Diosito!".
El brazo derecho fue
donde le dieron el tiro
y cumpliéndose dos horas
dejó el último suspiro.
Aurelio disimulaba
al dolor que le acobija
por los dos de sus soldados
que hablan matado ese día.
Se fue por la línea de fuego
donde estaba Chavarría
preguntando dónde estaban
los heridos que tenían.
Chavarría le rindió el parte
307
que Chacón no había salido
no sabía si estaba muerto
o estaba nomás herido.
Perfecto Chacón murió
en el campo de batalla
junto con Vicente Cárdenas
joven que lo acompañaba.
El día estaba terminado
y no se podía tomar
dando la orden mi jefe
que teníamos que avanzar.
Se fue el día llegó la noche
dejamos la posesión
caminando en tiradores
para el centro de Torreón.
Bajó la escolta de Aurelio
subiendo y bajando cerros
teniendo la feliz suerte
de encontrar los compañeros.
Encontramos a Pastrana
en su línea que tenía
diciéndonos le di ceza 117
a los de caballería.
Brigada Benito Juárez
que era un montón de mayates
si querías romper el sitio
con Pastrana te atoraste,
Se pusieron a acordar
Pastrana Arballo y García
que Arballo fuera otra vez
a los puestos que tenía.
Arballo subió a la gente
al cerro de Polvorera
como lo ordenó García
a esperar que amaneciera,
117
Dar ceza.- Palabras usadas por los campesinos norteños cuando se retira al becerro de la ubre
de la vaca, dándole un golpe en el hocico.
308
La gente ya no quería
no querían obedecer
por no tener parque ni agua
mucho menos qué comer.
Uno al otro se decía:
"Se nos acaba el aliento
con dos días y dos noches
que les fallaba alimento.
Luego que ya amaneció
Arballo buscaba a Aurelio
que por no haber dado vuelta
le entraba el desconsuelo.
Encontramos seis soldados
que conducían los heridos
a Epifanio Cerecerez
ya otros más desconocidos.
Aurelio con Chavarría
y con el otro escuadrón
les aclaró por las calles
de ese mentado Torreón.
De la Rosa y José Arballo
siguieron con su trabajo
la línea de tiradores
marchando a la cuenta de abajo.
Nos dirigimos a un cerro
cansados hechos pedazos
pero haciéndoles la seña
allí nos dieron de balazos.
Cerrito de la Agazapa
te tuve que bautizar
mucho trabajo nos diste
y nos quieres traicionar.
Un talaca 118 de la tropa
lo pensó de otra manera
avisándole a talones
y tirando la bandera.
118
Talaca.- Hombre flaco, tilico, esquelético.
309
La línea dio media vuelta
como queriendo arrancar
cuando llegaba un correo
ya no hay orden de tirar.
Atendimos al correo
demostrándole obediencia
no dándole a maliciar
lo hacíamos por conveniencia.
Al grito que hicieran alto
la gente se organizó
contemplando al enemigo
que por enfrente pasó.
A orillas del pueblo llegamos
donde Aurelio nos halló
mandó formar a la gente
y allí nos organizó
Nos fuimos a encuartelar
a la placita de toros
después trajimos los muertos
y a los heridos a todos.
Aurelio mandó a hacer cajas
de los nuestros que le hicieron
en prueba de gratitud
por sus servicios que dieron.
El sábado fue este día
y de fecha veintitrés
día en que enterramos cinco hombres
del pueblo de San Andrés.
Los llevaron al panteón
a hacerles su funeral
cumpliendo con su deber
de una tropa nacional.
310
311
312
Durante la Revolución, cada facción que ocupaba la capital del estado,
emitía su propio papel moneda. Estos son algunos billetes durangueños
impresos por diversos grupos revolucionarios
313
Después de las múltiples derrotas militares de las tropas villistas en los años de
1915 y 1916, para el mes de abril de 1917, el general Francisco Villa decidió
dispersar a sus soldados revolucionarios e iniciar la guerra de guerrillas. En varias
entidades de la República este periodo de las acciones villistas fue conocido con
el nombre de La Villada. Así, los subalternos de Villa iniciaron sus actuaciones
bélicas en pequeñas partidas, en el norte del estado de Durango, en el estado de
Chihuahua y en algunas regiones de diversas entidades del país.
En este contexto, el 14 de mayo de 1917, Villa sorprendió con su ataque a
Ojinaga, Chihuahua y continuó combatiendo a los grupos de ciudadanos armados
integrados en Defensas Sociales, conocidas como socialistas, así como a las
tropas constitucionalistas regulares de Durango y Chihuahua, desplazándose
constantemente por la sierra de Durango y aprovechando el apoyo de la
población, en lo tocante a vituallas e información estratégica.
Francisco Cervantes, Graziella Altamirano y Guadalupe Villa aseguran que, para
los meses de junio y julio de 1917, Francisco Villa, disfrazado de soldado
constitucionalista, junto con cuarenta y cinco hombres viajó hasta el centro del
país, con la finalidad de establecer contacto directo con Emiliano Zapata, líder del
Ejército Libertador del Sur, e integrar el Ejército Defensor de la Causa del Pueblo,
aunque otra versión de la ausencia de Villa señala que la intención era llegar hasta
la capital del país para apoyar un atentado contra la vida del general Venustiano
Carranza.
Una vez de regreso en sus territorios naturales de Durango y Chihuahua, Villa
volvió a concentrar a sus guerrillas, combatió de nuevo en Ojinaga, Chihuahua y
volvió a dispersar a sus cuerpos, para dar inicio a una serie de correrías en el
norte del estado de Durango.
Después de ocupar la hacienda de Canutillo, Villa combatió en los municipios de
Santa María del Oro, Santiago Papasquiaro y Tepehuanes, Durango, en contra de
las tropas regulares constitucionalistas y las Defensas Sociales de la región. Por
su parte, los constitucionalistas habían implementado la táctica de guerra de tierra
quemada y la reconcentración de la población de los asentamientos adictos a La
314
Villada, mermando de esta manera el abastecimiento y la efectividad de las
guerrillas de Pancho Villa.
El 11 de marzo de 1918, Francisco Villa ocupó la población de El Venado,
municipio de Tepehuanes, Durango, el ataque fue dirigido por los generales:
Martín López, Nicolás Fernández y Miguel García, con el apoyo del coronel Ismael
Máynez. El mismo día en Santa Catarina de Tepehuanes, se reunieron las tropas
constitucionalistas del general Miguel Aguirre con las Defensas Sociales de
Rincón de Ramos y puntos circunvecinos, bajo las órdenes del general irregular
auxiliar Teodoro Arreola, mejor conocido como El Jorobado. A este contingente se
unieron tropas constitucionalistas procedentes de la ciudad de Durango bajo las
órdenes del general Joaquín Amaro.
El 12 de marzo de 1918, los villistas fueron sorprendidos en El Venado y en la
refriega, algunos de ellos murieron y la mayoría huyó. Unos cuantos que fueron
aprehendidos fueron posteriormente colgados en los árboles del cerro de El
Pitorreal. En los corridos de: La llegada de Villa a Tepehuanes y del general
Aguirre se describen los pormenores de la derrota villista en Tepehuanes.
La llegada de Villa a Tepehuanes
119
(fragmentos)
Alberto Granillo
¡Ahí viene Francisco Villa!
Con todos sus coroneles,
dicen que viene colgando,
a los jueces de cuarteles.
¡Ahí vienen esos villistas!
Con este viejo carcacha,
y los padres de familia,
que escondan a sus muchachas.
Por el lado de El Venado,
ahí les pegaron un grito,
119
QUINTERO CORRAL, LUCIO. Pancho villa derrotado en Tepehuanes, Dgo., al intentar tomar la
ciudad de Durango, 1918, Ciudad Juárez, Chihuahua, edición del autor, 1990, p.26.
315
era el general Aguirre
y el general Teodorito.
El combate se empezó,
en las Mesas Cardenchentas, 120
dejaron sus provisiones,
y sus maletas mugrientas.
Gritaba Francisco Villa,
les gritaba con afán:
“¡Agárrenme al Jorobado,
para echármelo al morral!”
Le contesta Teodorito:
“No se vaya a equivocar,
viejo barbas de zamarro,
si no soy pieza de pan”.
A Villa lo derrotaron,
pues esa fue su fortuna,
y Aguirre lo va siguiendo,
rumbo al cerro de La Laguna.
Les decía Francisco Villa,
les decía en su despedida:
“A Eulogio Ortiz, general,
le voy a quitar la vida”.
Gritaba Miguel Aguirre:
“¡Échenles fuego bonito!
que paguen las vacas gordas,
que se hartaron en El Ojito”
Corrido al general Aguirre 121
E. Martínez Nájera / Zavala Ortiz
Mil nuevecientos dieciocho,
este recuerdo quedó,
pues el general Aguirre,
un escrito recibió,
pero como era de Arango,
120
121
Cardenchentas, de cardenche, nombre de una planta desértica de tallo agujerado y espinoso.
QUINTERO CORRAL, LUCIO, Op. Cit. p.28.
316
a él ni cuidado le dio.
Arango quería la plaza,
pues se la quería tomar,
“Su hijo traigo prisionero,
con él me voy a vengar,
me entregas diez mil cartuchos,
a cambio de su libertad”.
Aguirre le contestó,
en sentido muy formal:
“Tú eres un gran guerrillero,
yo también soy general,
la plaza no te la entrego,
ya te puedes retirar”.
En su caballo retinto,
el general se montó,
en la plaza de Tepehuanes,
él un grito les pegó,
ciento treinta hombres traía,
mientras que Amaro llegó.
Arango se retiró,
con el rumbo a El Pitorreal,
en Los Cerritos, Durango,
Aguirre lo fue a alcanzar:
“¡Esa injusticia que hiciste,
tú la tienes que pagar!”.
Adiós rancho de El Ojito,
qué tristeza te quedó,
al ver a Manuel Aguirre,
que ahí la vida perdió,
ahí se grabó el recuerdo
que para siempre quedó.
317
El general Joaquín Amaro participó en la acción contra los guerrilleros
villistas en El Venado, en marzo de 1918
318
El 27 de mayo de 1918, la guerrilla villista de Marcial Ortiz atacó el ferrocarril de
Durango a Tepehuanes, en el punto conocido como Piedra Encimada, situado en el
kilómetro 79 de la vía entre las estaciones de Pinos y Las Olas, cerca de la
población de Canatlán, Durango. En el asalto murieron más de 50 personas, entre
militares carrancistas y civiles. Por su parte, los villistas obtuvieron un botín cercano
a los 100,000 pesos.
En el corrido de la Gran tragedia del horrible asalto que sufrió el tren de
Tepehuanes, se relata cómo se efectuó el asalto y se menciona la muerte de
algunos oficiales carrancistas como el teniente coronel José Tostado y el coronel
Francisco Muñoz, ambos miembros del Estado Mayor del general Miguel Laveaga ,
así como el general Marcial Ibarra y el coronel Gabino Hernández, los dos
pertenecientes a las tropas del general Domingo Arrieta León. El botín que los
villistas obtuvieron fue cuantioso, porque en el tren viajaba el pagador de la Brigada
Gavira, Alfonso Balerazo quien cargaba con 45,000 pesos en monedas de oro para
pagar los haberes de las tropas carrancistas destacadas en los partidos de Indé y El
Oro, Durango.
Gran tragedia del horrible asalto que sufrió el tren de Tepehuanes
122
Gonzalo Raymundo
Señores, pongan cuidado
prestarme buena atención;
de lo que acaba de pasar
voy a dar información.
El veintisiete de mayo,
presente lo tengo yo,
el tren que iba a Tepehuanes
sangriento asalto sufrió.
122
Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su
hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en
1987.
319
El veintisiete de mayo,
presente lo tengo yo,
ese tren de Tepehuanes
Marcial Ortiz lo asaltó.
Pasaron a Canatlán
y no había ocurrido nada
pero el tren les fue asaltado
llegando a Piedra Encimada.
Entre las diez y las once,
cuando el caso sucedió,
oyeron los pasajeros
que una bomba estalló.
Gran sorpresa recibieron
toditos los pasajeros
al ver que estaban rodeados
por más de cien bandoleros.
Les decía Marcial Ortiz,
a todos sus bandoleros:
“Súbanse pronto a los carros
a ver si encuentran dinero”.
Y la escolta que allí iba
por dos horas combatió
pero en ese poco tiempo
bastante gente murió.
Cuando ya quedaron dueños
del campo los bandoleros
comenzaron a robar
a todos los pasajeros.
Hasta el mayor Balerazo
que iba a esta ciudad
de dinero le quitaron
una gran cantidad.
Pobrecito Carlos Lira
¡Ah!, qué suerte le tocó,
como él era el maquinista
graves heridas sufrió.
Fogonero y maquinista
junto con el celador
320
los trajeron a Durango
a los tres en un armón.
Se subieron a los carros
toditos los bandoleros
y el dinero les quitaron
a todos los pasajeros.
De la gente que allí iba
se oían ayes lastimosos
porque los villistas iban
todititos muy furiosos.
Lloraban los inocentes
y también las señoritas
de ver todas las infamias
que cometían los villistas.
Esas son barbaridades
de esos nombres sin piedad
que andan dejando inocentes
en la mayor orfandad.
De los muertos que quedaron,
sobre los carros del tren,
murió el teniente Tostado
y también un coronel.
Murió Francisco Muñoz
de la gente de Laveaga
y de Tejamen murió
el mayor Marcial Ibarra.
Pobre del mayor Ibarra
¡Ah!, qué suerte le tocó
que al dirigirse a su tierra
en el camino murió.
Vuela, vuela palomita,
y párate en aquella parra,
anda a avisar a Tejamen
que murió el mayor Ibarra.
Sigue paloma volando
y sin hacer tanto alarde
y avísale a Julio Ibarra
que ya falleció su padre.
321
Pues de la gente de Arrieta
murió el coronel Hernández
y murieron de la escolta
varios jefes y oficiales
Por los datos que aquí ha habido
y se dice que son ciertos
de ese asalto que ha ocurrido
quedaron cincuenta muertos.
Ya se acabó la tragedia
de ese tren que fue asaltado
señores yo no lo vi
pero así me han platicado.
322
El 3 de mayo de 1918, en los Llanos del Toboso, lugar cercano a Chinacates,
Durango, el jefe guerrillero villista Marcial Ortiz, quien en mayo del mismo año
había dirigido el asalto al tren de tepehuanes, ver el corrido anterior, fue abatido
por soldados carrancistas. Con la muerte de Marcial Ortiz, la guerrilla villista de
Canatlán, Durango perdió a uno de sus mejores líderes, sin embargo sus
subalternos continuaron la guerra contra los carrancistas y las Defensas Sociales
de la región. Los sucesos fueron cantados en los versos de Felipe García.
Corrido del asalto al tren de pasajeros en la Piedra Encimada, o La
muerte de Marcial Ortiz 123
Felipe García
Mil novecientos dieciocho,
presente lo tengo yo,
el veintisiete de mayo,
Marcial el tren asaltó.
El tren salió de Durango,
con destino a Tepehuanes,
en esa Piedra Encimada,
los villistas asaltaron.
Cuarenta mil pesos oro,
se llevaron los villistas,
era el pago que llevaba,
a las fuerzas carrancistas.
Mil novecientos dieciocho,
ni me quisiera acordar,
en los Llanos del Toboso,
allí se murió Marcial.
Iban con destino a Lajas,
por el Puerto del Coneto.
todos iban pensativos
porque Marcial había muerto.
123
ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 145 a 146.
323
En esa hacienda de Lajas,
sepultaron a Marcial,
y algunos de sus compañeros,
empezaron a llorar.
Allí quedó sepultado,
con toditos los honores,
el jefe de los villistas,
de San Juan y de Menores.
Adiós la Piedra Encimada,
tenemos que recordar,
del asalto que pasó,
con la gente de Marcial.
Adiós el tren pasajero,
de Durango a Tepehuanes,
ya murió Marcial Ortiz,
quien tramitaba los planes.
Vuela, vuela palomita,
párate en aquel reliz,
avísale a Pancho Villa
que murió Marcial Ortiz.
Adiós la hacienda de Sauces,
El Trébol y San Miguel,
ya murió Marcial Ortiz,
no lo volverán a ver.
Vuela, vuela palomita,
vuela con rumbo a Parral,
avísale a Pancho Villa,
que mataron a Marcial.
324
Durante el año de 1918, las guerrillas villistas continuaron combatiendo en los
estados de Durango y Chihuahua, principalmente. Sin embargo, el villismo no
lograba consolidarse ni unificarse, por lo que desde el exilio en los Estados
Unidos, surgió el intento de algunos militantes villistas para organizar al Ejército de
Reconstrucción Nacional.
A fines de 1918, el general Felipe Ángeles regresó al país y se internó en
Chihuahua, con el objeto de establecer contacto con el general Francisco Villa y
convencerlo de que apoyara a la organización Alianza Liberal Mexicana y se
integrara a ella. La Alianza había sido conformada en los Estados Unidos a fines
de 1918 y aglutinaba a los enemigos de Venustiano Carranza y el Ejército
Constitucionalista. Los afiliados de la Alianza pretendían imponer un nuevo
gobierno y restablecer la Constitución de 1857. La reunión entre Villa y Ángeles
tuvo lugar en Tosesihua, Chihuahua, el 14 de diciembre de 1918. Después de
varias conferencias, las guerrillas villistas se concentraron, a principios de 1919,
en Río Florido, Chihuahua, en donde Francisco Villa dio a conocer el Plan de Río
Florido, sumándose a los postulados de la Alianza Liberal Mexicana.
Mientras Villa siguió peleando en el norte de Durango y en el estado de
Chihuahua, el jefe guerrillero villista Lorenzo Ávalos hizo la guerra en el centro y el
sureste del estado, ya con la bandera del Plan de Río Florido y se anexó a la
guerrilla de Félix Díaz El Tepiqueño. En el corrido de La tragedia del combate de
Navacoyán y en la Estancia de San Pablo el día trece de mayo de 1919, se relatan
los pormenores de la derrota que sufrieron las guerrillas villistas de Félix Díaz El
Tepiqueño y el general Lorenzo Ávalos, por la acción de las tropas carrancistas y
los gendarmes de la ciudad de Durango, comandadas por el general Ismael Lares,
adscrito a la División Durango, también participaron los coroneles: Dámaso
Carrasco y Arturo Canales.
La tragedia del combate de Navacoyán y en la Estancia de San Pablo
el día trece de mayo de 1919 124
124
Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo
Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.
325
Las fuerzas federales y las rurales del estado salen victoriosas derrotando a los
famosos cabecillas bandoleros: Félix Díaz El Tepiqueño, Lorenzo Ávalos y otros
G. R (atribuido a Gonzalo Raymundo)
Señores voy a contar,
lo que pasas en la ocasión,
todo ello ha sido verdad,
que merece información.
El martes trece de mayo,
presente lo tengo yo,
en ese Navacoyán,
un combate se libró.
A las tres de la mañana,
el teléfono sonaba,
era de lo más urgente,
avisar lo que pasaba.
Al señor general Lares,
de Dolores le anunciaban,
que en ese Navacoyán,
el tiroteo se escuchaba.
Salvador Sánchez, teniente,
de las fuerzas federales,
peleaba valientemente.
En unión de sus leales.
Ayudando al capitán,
Felipe Cerros mentado,
que es de las fuerzas rurales,
de la hacienda de El Cuidado.
Con treinta hombres que tenían,
se portaban singulares,
en espera del auxilio,
que le habían pedido a Lares.
Cuando los villistas vieron,
que el auxilio se acercaba,
le avisaron a talones
y caballo les faltaba.
326
Lares, sin perder el tiempo,
y sin hacerse donaire,
ordena seguir sobre ellos,
por San Lorenzo del Aire.
En el rumbo que tomaron,
al dejar Navacoyán,
a las fuerzas de rurales,
lo siguen con mucho afán.
Los bandoleros tantean
que su plan va a fracasar,
y en San Lorenzo no esperan
y corren sin descansar.
Lares por fin los alcanza,
porque su plan no es en balde,
y los comienza a cuerear,
donde la hacienda de Alcalde.
Félix Díaz El Tepiqueño,
no se tantea muy seguro,
pues ya le han dicho que Lares,
siempre les pega muy duro.
Y corrieron a vapor,
como alma que lleva el Diablo,
tratando de hacerse fuertes,
en la Estancia de San Pablo.
Allí se vio apretadito,
el mentado Félix Díaz,
que para poder cumplir,
ya acababa con las frías.
Allí, las chusmas villistas,
creyeron que habían triunfado,
pues a Lares, con su gente,
casi lo tenía copado.
Tres horas duró el combate,
que fue de los muy reñidos,
Miguel González murió,
y hubo como cinco heridos.
Cuando Lares y su gente,
peleaban con valentía,
327
les llegaba como auxilio,
gente de la policía.
El combate fue reñido,
por lo que es de comprender,
y los leales del Gobierno,
cumplieron con su deber.
Pelearon con gran valor,
rurales y policías,
y gran derrota sufrieron,
Ávalos y Félix Díaz.
Los villistas que murieron,
en el combate librado,
6+sepultados los hallaron,
a todos en un vallado.
En el combate murieron,
dos soldados de los leales,
y otro día los sepultaron
con honores militares.
¡Paz al soldado que muere,
peleando con mucho honor,
y en defensa de la causa,
la muerte ve con valor!
¡Que viva el teniente Sánchez,
y viva el capitán Cerros!
¡Vivan todos los soldados,
que con valor combatieron!
¡Que vivan Lares, Carrasco,
González Rubio y Canales!
que siempre han peleado bien,
con sus fuerzas de rurales.
Aquí se acaban los versos,
en que hay algo que conmueve,
recuerda el trece de mayo,
novecientos diecinueve.
328
329
Dionisio Carreón se inició en la Revolución como maderista en 1910 y, a la sazón,
en 1919, actuaba como guerrillero villista en los municipios de Nombre de Dios,
Poanas, Vicente Guerrero y Súchil, del sur del estado de Durango. Las principales
acciones de Carreón fueron los asaltos a los trenes que cubrían la ruta de Cañitas
a Durango, entre las estaciones de Poanas y La Breña, como la del 12 de
septiembre de 1919.
Después de múltiples persecuciones, Dionisio Carreón cayó abatido en un
encuentro con las fuerzas carrancistas dirigidas por el teniente coronel Márquez, el
19 de septiembre de 1919, en un punto llamado La Cieneguita, ubicado en las
inmediaciones de la Sierra de La Ochoa. El cadáver de Carrón fue trasladado a
Poanas y posteriormente colgado de un poste del telégrafo.
El corrido de Carreón 125
Anónimo
En mil novecientos diez,
que Carreón se levantó,
diez años anduvo en armas
y el diecinueve murió.
Carreón salió de Parrilla,
con toda su compañía,
con tres castaños de vino,
que de La Villa traía.
Carreón llegó a Cieneguilla,
con toda su compañía,
“Traigan a Reyes Hernández,
para bailar todo el día”.
Sale Carreón y les dice:
“Oiga usted, mi general,
ahí se divisa una gente,
por ese camino real”.
125
ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 140 a 141.
330
Sale Carreón y les dice,
con muchísima alegría,
“Esa gente que diviso,
toda es gente de la mía”.
Castro le dice a Carreón:
“Buenos días mi general,
dicen que ahí viene una gente,
queriéndonos agarrar”.
No era gente de la suya,
sino la gente de Márquez,
y en menos que se los cuento,
echaron a los rifles parque.
Salieron a la casita,
donde echaron los gemelos:
“Dicen que la gente es mucha,
nos iremos a los cerros”.
Castro le dice a Carreón:
“Buenos días mi general,
le encargo mi cabellera,
si me llegan a matar”.
Carreón le contesta a Castro:
“Eso le digo yo a usté‟,
le encargo mi cabellera,
que es pa‟l Señor San José”.
Se soltó la balacera
y esta vez Carreón perdió
y estuvo dura la mezquitera,
que mucha gente murió.
Carreón era como Villa,
muy bueno pa‟ los balazos,
pero en esa Cieneguilla,
se le acortaron los pasos.
Murió Gregorio Carreón,
por providencia del cielo,
ya se acabaron los bailes,
en la casa de Consuelo.
Consuelo era muy bonita,
una mujer lisonjera,
331
a Chícharo, Carreón y Castro,
los traía como en collera.
Murió Gregorio Carreón,
señores, ya lo verían,
esos ricos hacendados,
¡Ay! Qué a gusto quedarían.
Ya con esta me despido,
por el rumbo de La Breña,
aquí se queda Carreón,
que siempre anduvo a la greña.
332
El general villista chihuahuense Martín López Aguirre fue miembro de la famosa
escolta de élite de Los Dorados de Villa y participó en la Revolución en las
diversas campañas que desarrolló la División del Norte.
El 9 de septiembre de 1919, como parte de la campaña guerrillera de la Villada,
sobre el estado de Durango, el general Francisco Villa ordenó al general Martín
López y sus tropas, el asalto a la ciudad de Durango, sin embargo, las fuerzas de
López resultaron derrotadas por los refuerzos carrancistas que arribaron a la Perla
del Guadiana, procedentes de la Región Lagunera. En la refriega, López se vio
obligado a ordenar la retirada y durante la huída fue herido por las balas de los
soldados de caballería del general Irineo Villarreal, en la Estación La Labor,
municipio de Durango y cuatro días después el general Martín López fallecía en
Las Cruces, Durango.
La escritora y bailarina durangueña Nellie Campobello, en su libro de relatos
Cartucho, narra que los carrancistas, al no dar crédito a la versión de que el
segundo al mando en las fuerzas de la guerrilla villista, Martín López, había
muerto, exhumaron su cadáver y, tras identificarlo, le quitaron unas hojas verdes
que cubrían una herida de su vientre. Para sorpresa de los carrancistas, las hojas
habían mantenido su color original, después de varios días del entierro del famoso
guerrillero villista.
La tragedia de Martín 126
Anónimo
Paloma real de Durango,
párate en aquel fortín,
les dices a los carranzas,
que aquí se queda Martín.
Martín López les decía:
“Ni miedo les tengo yo”
y jugando a los balazos,
ninguno se le escapó.
126
CAMPOBELLO, NELLIE. “Cartucho”, en: La novela de la Revolución Mexicana, Tomo I, México,
Editorial Aguilar, 1980, pp. 965 a 966.
333
Martín López les decía:
“Cuando atacamos Columbus,
quemamos todas las casas
y nos vamos a otros rumbos”.
En la hacienda La Labor,
una bala lo alcanzó,
dos días luego pasaron,
y luego se nos murió.
Martín López nos decía:
“no se vayan a rendir,
mejor que mueran alzados,
así es bonito morir”.
Martín López le hace piernas
a su caballo alazán,
en Llanos de Catarinas
fue Diablo para pelear.
De un lado para otro iba,
gritando fuerte y muy claro:
“Aquí les traigo a los changos,
sus cosquillas y su rayo”.
A caballo, con su lazo,
los rodió, allí en Canutillo,
allí toditos murieron,
pos no hubo ningún herido.
En Chihuahua y en Torreón,
y en el bonito Parral,
Martín López fue adelante,
porque sabía pelear.
A Chihuahua se metió,
en su caballo jobero,
los escalones subió
del Palacio de Gobierno.
En Las Cruces se murió,
en ese mes de septiembre,
lo enterraron Los Dorados,
los muchachos de su gente.
Paloma real de Durango,
334
no te canses de volar,
diles que el Güero Martín,
a su caballo subió.
sin miedo de irse a morir.
Vuela, paloma ceniza,
vete pa‟ aquella humareda,
y diles que Martín López,
aquí se quedó en la sierra.
En sus libros de relatos Cartucho y Las manos de mamá, Nellie Campobello,
dio forma literaria a los sucesos y personajes de la Villada
335
El 25 de mayo de 1920, un día después de la elección de don Adolfo de la Huerta
como presidente de la República, tuvo lugar la primera conferencia entre el
general Francisco Villa y el general Ignacio Enríquez, en el poblado de El Pueblito,
cercano al Valle de Allende, en el estado de Chihuahua. En la conferencia se trató
el asunto de la rendición de Francisco Villa y sus leales guerrilleros. Este primer
acercamiento se vio frustrado porque las tropas federales del general Jesús
Guajardo se movilizaron para reforzar a los soldados del general Joaquín Amaro,
con la aparente finalidad de combatir a la guerrilla villista.
En julio del mismo año, el general Eugenio Martínez estableció de nuevo contacto
con el general Villa quien, de manera sorpresiva, se movilizó desde el estado de
Chihuahua al de Coahuila y concentró sus fuerzas en Tlahualilo, Durango. La
conferencia entre Villa y Martínez tuvo lugar en Sabinas, Coahuila, el 28 de julio
de 1920, con la anuencia de Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles y Benjamín
Hill, todos miembros del poderoso Grupo Sonora. En el diálogo con Villa se acordó
la amnistía de la guerrilla villista con el ofrecimiento de garantías de vida, un año
de haberes a las tropas de la ex División del Norte y que la Hacienda de Canutillo,
Durango, pasaba a ser propiedad del general Villa.
Con los acuerdos logrados, en agosto de 1920, la guerrilla villista fue licenciada y
el general Villa estableció su residencia en la Hacienda de Canutillo. La rendición
de Villa fue uno de los mayores triunfos políticos de la administración de Adolfo de
la Huerta. Tanto las conferencias como la rendición de Villa fueron objeto de
diversas composiciones de corridos y mañanas regionales y nacionales.
La rendición de Pancho Villa 127
Primera parte
Anónimo
127
HERNÁNDEZ, GUILLERMO. The Mexican Revolutión. The Heroes and Events. 1910-1920
and Beyond, álbum de discos Folklorick Records, números 9041 a 9044, El Cerrito, California, s/f.,
cantado por Lupe Martínez y Pedro Rocha, grabado en la ciudad de Chicago, Illinois, Estados
Unidos de América, el 19 de junio de 1929.
336
Hoy que Villa se amnistió
voy a contar el suceso,
que a la Nación le costó,
millón y medio de pesos.
Cansados de n
avegar,
en sus vidas de aventura,
comenzaron a entregar
sus armas y sus monturas.
Villa, sin ningún reparo,
cuando todo se arregló,
en la Hacienda del Amparo,
un documento firmó.
Dijo el general Martínez:
“Señor, si hablo mal me mata,
pero vía lo que pasó,
con el general Zapata”.
“¡Pero, caracoles, cuerno!”,
comenzó Villa a decir,
“Creo que es honrado el gobierno
a quien me voy a rendir”.
Cuando Villa se amnistió,
con todos sus generales,
la confianza renació
en todos los minerales.
Villa sin ningún reparo,
cuando todo se arregló,
en la Hacienda del Amparo,
un documento firmó.
“Pues yo ya voy a firmar,
díganme sus pareceres,
que dizque les han de dar,
tierra y un año de haberes”.
Segunda parte
“Dándoles eso, se van”,
les dijo el coronel Trillo,
“Y al general le darán
337
La Hacienda de Canutillo”.
Villa les volvió a decir
en un discurso sencillo:
“¿Sabrán que me voy a ir
a la Hacienda de Canutillo?”
“Allá donde trabajemos,
para el que me quiera seguir,
y vean que también sabemos
trabajar para vivir”.
“Daré tierras a parcelas,
contratos y arreglos fijos,
voy a establecer escuelas
para educar vuestros hijos”.
Valles, cerros ya están tristes,
montes que Villa habitaba,
ya no oirán algarazas
de los villistas que andaban.
Por eso cantando digo
con mi voz clara y sencilla:
“¡Viva la gente valiente
del general Pancho Villa!”
Pues que con el fin, sin esto
ya no habrá quien diga más,
que para vivir tranquilos
se necesita la paz.
Ya con esta me despido
paseándome por la orilla,
terminó la rendición
del general Pancho Villa.
338
Francisco Villa, el durangueño más famoso en el mundo.
339
340
341
342
El general Francisco Murguía López de Lara tuvo un destacado papel como
revolucionario maderista y carrancista, sobre todo durante el combate a las
guerrillas villistas en los estados de Durango y Chihuahua y en el momento de la
huída de Venustiano Carranza a Veracruz, después de que fue derrocado, al
triunfo del llamado Grupo Sonora con el Plan de Agua Prieta, en mayo de 1920.
Tras la muerte de Venustiano Carranza, Francisco Murguía se refugió en los
Estados Unidos y en ese país comenzó a organizar una rebelión en contra del
gobierno de Álvaro Obregón y del Grupo Sonora. A la sazón, algunos ex
carrancistas le prometieron a Murguía que, en el momento en que entrase al
territorio mexicano contaría con su apoyo en armas, dinero, vituallas y soldados,
para hacer frente al gobierno obregonista.
Confiando en el apoyo prometido por sus correligionarios, Murguía cruzó la
frontera por el estado de Chihuahua, enarbolando el Plan de Saltillo, en el que se
desconocía al gobierno de Obregón. Ya como rebelde antiobregonista, Murguía
cruzó todo el estado de Chihuahua y se internó en el estado de Durango,
perseguido constantemente por las tropas del general José Gonzalo Escobar,
leales a Obregón, hasta que finalmente fue derrotado en El Huarache, Durango.
La intentona de Murguía fracasó desde sus inicios, tanto por la deserción de sus
pocos soldados, como por el incumplimiento de las promesas de dotación de
armas y vituallas que le habían hecho sus inconstantes correligionarios radicados
en Estados Unidos y en México. Por otra parte, contrario a lo que Murguía
esperaba, en el país, sólo hubo alguno que otro tibio levantamiento aislado que,
completamente desarticulados, fueron rápidamente neutralizados.
Una vez que fue derrotado en el Guarache, Murguía logró huir sólo y arribó a la
población de Santa Catarina de Tepehuanes, Durango. En ese lugar, Murguía fue
descubierto, aprehendido, juzgado sumariamente y fusilado el primer día de
septiembre de 1922. Durante el juicio sumario a Francisco Murguía, también
conocido como Pancho Reatas, se pusieron en evidencia diversas prácticas
corruptas del Ejército Constitucionalista, durante las operaciones en contra de las
guerrillas villistas.
343
Fusilamiento de Murguía 128
Eduardo Guerrero
Golondrina mensajera,
de tristezas y alegría,
ve a anunciar por donde quiera,
que murió Pancho Murguía.
Cruzó el Bravo en la frontera,
y se internó en nuestra tierra,
venía en contra del Gobierno,
y le declaró la guerra.
Mas el pueblo ya no quiere,
esas luchas fratricidas,
pues sólo adora la paz
y a sus familias queridas.
con cincuenta y ocho adictos,
pasó cerca de Escalón,
siendo luego perseguidos,
por las tropas de Obregón.
en el centro de Durango,
lo alcanzó el jefe Escobar
y derrotado en El Guarache,
huyendo pudo escapar.
Vagó por sierras abruptas
y por pueblos, disfrazado,
y así llegó a Tepehuanes,
triste, solo y muy cansado.
el cura de Tepehuanes,
con nobleza y caridad,
le dio asilo en el curato,
y lo asistió con bondad.
Pero nunca falta el pago,
de cualesquiera maldad,
pues una mujer, por venganza,
dio aviso a la autoridad.
128
ROMERO FLORES, JESÚS. Corridos de la Revolución Mexicana, México, Costa Amic Editores,
1979, pp. 242 a 246.
344
(ilegible) de ese hombre,
lo mató Murguía muy mal,
colgándolo de una rama,
con gran lujo de crueldad.
Al jefe Anacleto López,
la mujer le fue a contar
y este marchó para el pueblo
y de noche llegó a entrar.
Rodeó la tropa la iglesia,
cuando la hora santa rezara
el cura y pidió, por fuerza,
a Pancho Murguía entregara.
Estaba Murguía encerrado,
bajo del altar mayor,
en un pequeño cuarto,
y sumido en su dolor.
no tuvo tiempo de nada,
al entra el general,
y tuvo que darse preso,
sin un tiro disparar.
Fue llevado hasta el cuartel
y le hicieron un sumario,
siendo condenado a muerte,
por rebelde y temerario.
A las seis del día primero,
el consejo terminó,
y a las seis y media en punto,
a Murguía se fusiló.
Así terminó su vida,
este general valiente,
que fue el jefe más adicto,
de la carrancista gente.
Día primero de noviembre,
qué fecha tan memorable,
murió Francisco Murguía,
un general indomable.
El gobierno le ofreció,
perdonarlo si se unía
345
y él siempre quiso vengarse,
aunque no le convenía.
Trabajó en el extranjero,
por alcanzar la venganza,
deseando ver castigada,
la caída de Carranza.
Pero nuestra pobre Patria,
no puede con tanta pena,
y es justo que cada uno,
procure se ponga buena.
Por eso causa tristeza,
el fin de un valiente hombre,
pero se lo buscan solos
y nadie de ello se asombre.
Que sirva aquesta lección,
también a los poderosos,
que obren siempre sin crueldad
y sean justos bondadosos.
Tres cartas escribió firme,
arreglando sus negocios,
y encargó mucho a sus hijos,
el trabajo y no los ocios.
Nació don Pancho Murguía,
muy cerca de Sombrerete,
fue fotógrafo de oficio
y enemigo del bonete.
En Coahuila se afilió,
a la causa de Madero
y luego fue de Carranza,
adicto como el primero.
En la triste retirada,
de Apizaco y San Andrés,
fue quien más se distinguió,
por su valor y altivez.
Quedó luego prisionero,
de las tropas de Obregón,
pero luego, con astucia,
se salió de la Nación.
346
En los Estados Unidos,
siempre estuvo conspirando,
hasta que por fin volvió,
la muerte venía buscando.
Ya terminé este corrido,
y que sirva de lección,
que ya el pueblo está cansado
y no ayuda a la ambición.
347
En 1922, el general Juan Carrasco se levantó en armas en contra del Gobierno del
Estado de Sinaloa, entidad en la que el general Ángel Flores fungía como
gobernador. En busca de apoyo bélico, Juan Carrasco se afilió al movimiento del
Plan de Saltillo que, de manera fallida, lideraba el general Francisco Murguía.
A fines del año de 1922, Juan Carrasco intentó unir su tropilla con las fuerzas del
general Murguía, en algún lugar de la Sierra Madre Occidental, en el estado de
Durango. Sin embargo, el Gobierno Federal tuvo noticias de los movimientos y
planes de Carrasco, por lo que envió a las tropas del general Juan Torres para
combatir los rebeldes de Carrasco.
Juna Torres, en el cumplimiento de su mandato, juntó a sus tropas con los
integrantes de la Acordada de Coabortita, Sinaloa y el 8 de noviembre de 1922, en
un lugar de la Sierra, cercano a Guamuchilito, al oeste del estado de Durango, los
leales al general Álvaro Obregón Salido, trabaron combate con las fuerzas de
Juan Carrasco. En el encuentro, Juan Carrasco encontró la muerte.
La muerte de Juan Carrasco 129
Eduardo Guerrero
Válgame Dios de los cielos,
quién se lo había de pensar,
que al general Juan Carrasco,
así lo habían de matar.
Se levantó contra Flores,
por cuestiones de poder,
y lo persiguió el Gobierno
y al fin tuvo que perder.
Qué triste cosa es la vida.
del que tiene corazón,
que por vengar su amor propio
se enfrentó con Obregón.
Los desterrados de Texas,
en Carrasco y en Murguía,
129
MARÍA Y CAMPOS, ARMANDO DE. La Revolución Mexicana a través de los corridos
populares, Tomos II, México, Biblioteca del INEHRM, 26, 1962, pp.223 a 224.
348
tenían toda su confianza,
sabiendo lo que valían.
Pero no contaron nunca
con el sentir nacional,
que no quiere ya más guerra,
porque ya estamos muy mal.
Da tristeza ver morir
a hombres de gran valía,
que pronto desparecen
como Carrasco y Murguía.
El general Juan Carrasco
se levantó en Sinaloa,
porque tuvo gran enojo
con Flores, que echó una loa.
Como tenía simpatías
y del pueblo era querido,
con un buen golpe de gente
se hizo jefe del partido.
Ya se daba por muy cierto
que Juan llegaría a triunfar,
pero el Gobierno envió a Torres
y lo hubo de derrotar.
Luego se internó en la sierra
y de lugar en lugar,
anduvo con pocos hombres,
sin el triunfo ya esperar.
Dicen que se interceptó
a un enviado de Murguía,
quien pedía cita a Carrasco,
a Guamuchilito, que iría.
el mensaje era fechado
en Tepehuanes, Durango,
pero el Gobierno lo supo
y se puso rete chango.
Hizo aprehender a Murguía
y otra fuerza envió a la sierra,
que sorprendiera a Carrasco
y terminara esta guerra.
349
Cuando estaba más tranquilo
en aquella serranía,
fue rodeado de enemigos,
pues ya así le convendría.
Se defendió con denuedo,
luchó con mucho valor,
pero sucumbió cual bueno,
en el campo del honor.
Dicen que se dio un balazo,
al ver su causa perdida,
pero al levantar el campo
se halló a Carrasco sin vida.
Sinaloa llena de luto,
lloró a jefe tan querido
pues que tuvo acciones finas,
con el pobre y fue sentido.
El día ocho de noviembre,
novecientos veintidós,
murió el jefe Carrasco,
un general cual no hay dos.
Juan Carrasco les decía
en su caballo alazán:
“No pierdo las esperanzas
de tomar a Mazatlán”.
Juan Carrasco dijo a Flores
de El Quelite a La Sandía:
“En Culiacán los espero,
con toda la artillería”.
Juan Carrasco fue un amigo
de Flores y compañero,
y nunca, delante de él,
se quitaba su sombrero.
Juan Carrasco era valiente,
nadie lo puede negar,
y a todos los carrancistas
los alzó para pelear.
En Sinaloa y Nayarit,
350
en Durango y en Jalisco,
todos lo sintieron mucho
porque era un jefe muy listo.
Aquí termina el corrido
que es recuerdo de un valiente,
que por lanzarse a la guerra,
murió con toda su gente.
Con esta ya me despido,
del valiente Juan Carrasco,
que acabó como vivió,
sin tenerle a la muerte asco.
351
El 20 de julio de 1923, el General de División Francisco Villa fue asesinado, al caer
en una emboscada, al momento en que viajaba en su automóvil, justo cuando
salía de la ciudad de Parral, Chihuahua, con rumbo a la Hacienda de Canutillo,
Durango. En el atentado también perdieron la vida: el secretario de Villa, Miguel
Trillo, Claro Hurtado, Ramón Contreras, Daniel Tamayo y Rosalío Hurtado.
Jesús Salas Barraza, diputado local del estado de Durango, fue el encargado de
organizar a un grupo de enemigos de Villa para darle muerte. Este grupo estuvo
integrado por: Melitón Lozoya, Librado Martínez, Ramón Guerra, José Sáenz
Pardo, José Guerra, José Barraza, Ruperto Vara y Juan López Sáenz Pardo. Tras
el asesinato se generaron diversas versiones en torno a la dirección intelectual, la
organización y el patrocinio del atentado. Según Jesús Salas Barraza, se trató de
una venganza personal en bien de la Patria. De acuerdo con el diputado Emilio
Gandarilla, el general Plutarco Elías Calles fue el autor intelectual y patrocinador
de la acción. Estas y otras versiones circularon aunque nunca hubo una definitiva.
Y concluyente.
Los supuestos motivos del asesinato de Villa fueron, entre otros: su virtual apoyo a
la inminente candidatura de don Adolfo de la Huerta, así como los aparentes
planes de organización de una nueva rebelión en contra de Álvaro Obregón, para
la cual Villa contaba ya con armas, parque y gente dispuesta en el norte de
Durango, el sur de Chihuahua y Coahuila.
El durangueño Francisco Villa (Doroteo Arango) es el personaje histórico
mexicano más conocido en el mundo y sobre el cual se han escrito y cantado la
mayor cantidad de corridos y canciones, se han hecho películas, libros de Historia,
biografías, novelas, cuentos, piezas teatrales, radionovelas, historietas
y
programas de televisión, entre otros.
Corrido Historia y muerte del general Francisco Villa
130
Primera parte
130
HERNÁNDEZ, GUILLERMO. The Mexican Revolutión. The Heroes and Events. 1910-1920
and Beyond, álbum de discos Folklorick Records, números 9041 a 9044, El Cerrito, California, s/f.,
cantado por More, Ruby & Vivo, grabado en Los Ángeles, California, Estados Unidos de América,
el 31 de agosto de 1923.
352
Vivo.
En una Hacienda en la sierra,
de México maravilla,
de un labrador de mi tierra,
nació el gran general Villa.
Trabajó por mantener
a su madre y a su hermana,
y luchó por obtener
de trabajador la fama.
Pero el hijo del patrón,
con su dinero y poder,
burló a la hermana del peón,
que al fin era una mujer.
Pero Pancho era muy hombre,
y en prueba de su valor,
lavó con sangre su nombre
malhiriendo al burlador.
A las fuerzas de Madero
entró con brazo potente
y aquel humilde ranchero
fue un indomable insurgente.
Por su valor sobrehumano,
y fiereza sin igual,
don Pancho le dio en Rellano
el grado de general.
Mas sus valientes soldados
fueron su escolta y su corte,
los indomables dorados
de la División del Norte.
Mas por una imprecisión,
o traición de algún canalla,
perdió la brillante acción
del combate de Celaya.
Segunda parte
Fue temerario y valiente
y noble de corazón,
353
y admitió a toda su gente
al presidente Obregón.
Como pago a sus proezas
le dieron El Canutillo,
la hacienda que manejaba
con su secretario Trillo.
Pero la envidia y traición,
que se arrastraba escondida,
esperaba la ocasión
para arrancarle la vida.
Y muy cerca del Parral,
sin descubrir aún el móvil,
mataron al general
que iba guiando su automóvil.
Mas no tuvieron valor
para enfrentarse al caudillo,
y disparando a traición
mataron también a Trillo.
Le lloraron sus soldados
pues él era su esperanza
y los valientes dorados,
juraron tomar venganza.
Sólo así podían vencer
a ese valiente caudillo,
que con temor le llamaban
El Señor de Canutillo.
Duerme en paz porque tu nombre
cual astro en la Historia brilla,
será inmortal el renombre
del general Pancho Villa.
354
La figura de Francisco Villa ha sido objeto de la composición de una gran cantidad
de piezas de la lírica, además de los corridos de índole puramente histórica,
algunas piezas villista han tenido un gran éxito comercial y se han anexado al
acervo del cancionero durangueño. La tumba de Villa, El Siete Leguas, El corrido
de Durango y El Mayor de los Dorados, son sólo algunos ejemplos de un vasto
repertorio de canciones y corridos villistas.
La tumba de Villa 131
Pepe Albarrán
Cuántos jilgueros y cenzontles veo pasar,
pero qué tristes cantan esas avecillas,
van a Chihuahua a llorar sobre Parral,
donde descansa el general Francisco Villa.
Lloran al ver que aquella tumba,
donde descansa para siempre el general,
sin un clavel, sin flor ninguna,
solo hojas secas que le ofrenda el vendaval.
De sus dorados nadie quiere recordar,
que Villa duerme bajo el cielo de Chihuahua,
sólo las aves que gorjean sobre Parral,
van a llorar sobre la tumba abandonada.
Solo uno fue, que no ha olvidado,
y a su sepulcro una oración le fue a rezar,
amigo fiel y buen soldado,
grabo en su tumba: “Estoy presente general.”
Canten jilgueros y cenzontles sin parar,
y que sus trinos se oigan en la serranía,
y cuando vuelen bajo el cielo de Parral,
lloren conmigo por aquel Francisco Villa.
Adiós, adiós, sus avecillas,
131
Corridos. Los Montañeses del Álamo, México, disco CD-VAR-7572, Variedades discos, s/f.
355
yo también quiero recordarle a mi Nación,
que allá en Parral descansa Villa,
en el regazo del lugar que tanto amó.
356
El corrido de Durango 132
Graciela Olmos
En Durango comenzó,
su carrera de bandido,
en cada golpe que daba,
se hacía el desaparecido.
Al llegar a La Laguna,
tomó estación de Horizontes,
desde entonces lo seguían
por los pueblos y los montes.
Pero un día allá en el noroeste,
entre Tirso y La Boquilla,
se encontraban acampadas,
las fuerzas de Pancho Villa.
Gritaba Francisco Villa:
“Yo el miedo no lo conozco.
¡Que viva Pancho I. Madero!
¡Que muera Pascual Orozco!”
Gritaba Francisco Villa
en su caballo tordillo:
“En las bolsas traigo pesos
y en la cintura casquillos”.
¿Dónde estás Francisco Villa?
general tan afamado!
que los hiciste correr
a todos como venados.
Ya con ésta ahí me despido,
a la sombra de un durazno,
aquí termino cantando
el corrido de Durango.
132
Ibíd.
357
El Siete Leguas 133
Graciela Olmos
Siete Leguas, el caballo
que Villa más estimaba,
cuando oía silbar los trenes
se paraba y relinchaba;
Siete Leguas el caballo
que Villa más estimaba.
En la Estación de Irapuato
cantaban Los Horizontes,
ahí combatió formal
la Brigada Bracamontes;
en la Estación de Irapuato
cantaban Los Horizontes.
Como a las tres de la tarde
silbó la locomotora:
¡Arriba, arriba muchachos
pongan la ametralladora!
como a las tres de la tarde
silbó la locomotora.
Oye tú, Francisco Villa
¿qué dice tu corazón?
¿ya no te acuerdas valiente
que atacaste a Torreón?
¿ya no te acuerdas valiente
que tomaste a Paredón?
Adiós torres de Chihuahua
adiós torres de Cantera;
ya vino Francisco Villa
a quitarles la frontera,
ya vino Francisco Villa
a devolver la frontera.
133
Ibídem.
358
El Mayor de los Dorados 134
José Berrones
Fui soldado de Francisco Villa
de aquel hombre de fama mundial,
que aunque estuvo sentado en la silla
no envidiaba la presidencial.
Ahora vivo allá por la orilla
recordando aquel tiempo inmortal.
Ay… Ay…
Ahora vivo allá por la orilla
recordando a Villa allá por Parral.
Yo fui uno de aquellos Dorados,
que por suerte llegué a ser Mayor,
por la lucha quedamos lisiados,
defendiendo la Patria y honor.
Hoy recuerdo los tiempos pasados
que peleamos contra el invasor,
hoy recuerdo los tiempos pasados
de aquellos Dorados que yo fui Mayor.
Mi caballo que tanto montara
en Jiménez la muerte encontró,
una bala que a mí me tocaba
a su cuerpo se le atravesó.
Al morir, de dolor, relinchaba
por la Patria la vida entregó
Ay… Ay…
Al morir de dolor relinchaba
cómo le llorara cuando se murió.
Pancho Villa te llevo grabado
en mi mente y en mi corazón
y aunque a veces me vi derrotado
por las fuerzas de Álvaro Obregón.
Siempre anduve como fiel soldado
hasta el fin de la Revolución
134
Viva la Revolución. Los tremendos gavilanes Juan y Salomón, México, disco LP Stereo
monaural Son-Art, DS-531, s/f.
359
Ay… Ay…
Siempre anduve como fiel soldado
que siempre ha luchado al pié del cañón.
360
VI. Tragedias y mañanitas de cristeros,
comunistas y agraristas
Motivada, en apariencia, por la persecución religiosa, e instigada por los
conservadores y la Iglesia; la Primera Rebelión Cristera fue peleada, en Durango,
no tanto por los conservadores citadinos, sino por los cristeros campesinos
mestizos e indígenas; tepehuanes, huicholes y mexicaneros del sur del estado y
esta participación de los indígenas no católicos en la guerra de Cristo Rey, marcó
la gran diferencia entre las Rebeliones Cristeras regionales de Durango con
respecto a los levantamientos cristeros en otros estados del país. Para los
indígenas, el interés guerrero, más que religioso, era de resistencia étnica , ante la
intromisión de diversas compañías madereras transnacionales a sus territorios
boscosos que, para ese entonces, comenzaban a ser objeto de codicia y de
trámites de documentación en propiedad privada para su explotación. Ante la
Rebelión Cristera, el gobierno opuso al Ejército Federal y a los auxiliares
agraristas irregulares, habilitados para el combate a los enemigos del Estado
Mexicano.
En el mismo contexto estatal, durante los años veintes del siglo XX, una parte del
proletariado campesino e industrial de Durango protagonizó una breve pero
importante Revolución Soviética en la entidad, liderada por el maestro rural José
Guadalupe Rodríguez Favela quien, junto con algunos de sus correligionarios,
sería el mártir de la jornada. En la complicada y poco conocida historia de los
alacranes comunistas intervinieron como actores sociales: el gobierno local y
federal, el ejército, los agraristas oficiales, la Iglesia Católica, los cristeros, los
hacendados, los industriales durangueños, los comunistas durangueños, el Partido
Comunista Mexicano (PCM), algunos partidos políticos locales, la organización
internacional comunista o KOMINTERN, El Kremlin y los cuerpos diplomáticos
mexicano y soviético. El asesinato de Estado del profesor Rodríguez Favela,
provocó un sinnúmero de protestas internacionales en contra del gobierno de
361
México, así como la ruptura de las relaciones diplomáticas entre México y la
URSS.
Por otra parte, en la guerra por Cristo Rey, la fortuna bélica favoreció a los
cristeros y, tras múltiples acciones, componendas y enredos políticos y militares;
como la Rebelión Escobarista que anexó en sus filas a los cristeros durangueños,
el Estado Mexicano optó por la amnistía a los rebeldes y por la solución política
del conflicto con el Episcopado Nacional mediante los Arreglos de 1929.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la sierra durangueña se hizo objeto de
los intereses de inversión de los capitales madereros transnacionales, por lo que
su documentación, ante las autoridades del nuevo Estado Mexicano, a favor de los
inversionistas, se hizo expedita y sin considerar los intereses de los indígenas y
mestizos; propietarios primigenios de la zona del conflicto. Así, mientras que
algunos pobladores; indígenas y mestizos del sur de Durango, apoyaban la
inversión sobre la tala de los bosques; otros consideraban que la sierra era el
patrimonio último de los nativos y había que defenderlo; y si el vínculo con la
Rebelión de Cristo Rey era la opción, ese era el camino a seguir, sin importar la
filiación ideológica de los aliados; en este caso, los conservadores y el Clero.
Entre agosto de 1929 y agosto de 1934, los jefes cristeros permanecieron, en su
mayoría, apaciguados; mientras la instalación de los aserraderos serranos
avanzaban y los jefes del Gobierno Revolucionario iniciaban de nuevo la
persecución religiosa, aprovechando los elementos de justificación legal de la
Constitución para el caso; como el párrafo séptimo del artículo 130, en el cual se
especificaba que los gobiernos estatales tenían la última decisión sobre la
cantidad de ministros a autorizar, de los diversos cultos, para ejercer su confesión
en el territorio de la entidad. De la misma manera, los cambios en la Legislación
sobre planes y programas de estudio del sistema educativo nacional fueron objeto
de protestas y reacción.
En el estado de Durango, las limitaciones del gobierno local al clero Católico, sólo
permitieron un sacerdote católico para la atención espiritual del casi medio millón
de durangueños de la época.
362
En 1932, ante la nueva represión a la Iglesia, los conservadores citadinos lanzaron
el Plan de Durango, de poca repercusión y menor difusión; pero que proponía la
instauración de México como Estado Católico; la protección de los latifundios ante
los intentos agraristas y diversos lineamientos de orden civil como la prohibición
del divorcio; entre otros.
La represión directa, la imposición de las formas ejidales de tenencia de la tierra
en los repartos agrarios en la sierra, alrededor del territorio cristero, la
conformación de los aserraderos y latifundios madereros; así como el despojo de
los territorios indocumentados de indígenas y mestizos de los municipio de
Mezquital, Pueblo Nuevo y del sur del de Durango, incluida la propuesta educativa
del Estado que no consideraba las particularidades culturales indígenas, fueron
algunos de los móviles que llevaron a los habitantes del sur de Durango a
conformar el Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango y a iniciar la
Segunda Rebelión Cristera; con una total indiferencia a los motivos religiosos de
los conservadores citadinos y del Clero. Si bien, en 1934, los cons ervadores de la
Guardia Nacional, así como las archicofradías locales se vincularon con los
cristeros serranos, como en la Primera Rebelión; para 1936, la gran
incompatibilidad de intereses de los diversos grupos beligerantes antigobiernistas,
propició que los conservadores y el Clero; dadas sus negociaciones con el Estado
Mexicano y sus cambios de tácticas de lucha; guerrera y terrorista, por la de
competencia política y partidista pacífica, se desvincularon definitivamente de los
grupos cristeros campesinos, mestizos e indígenas.
Durante todo el periodo cardenista, la sierra de Durango fue escenario de la
Segunda Rebelión Cristera y los saldos de la misma, en términos de guerra,
demográficos, económicos y políticos no son cuantificables.
A lo largo de la
guerra, los principales jefes de la Rebelión como Trinidad Mora y Florencio
Estrada caían junto con sus soldados y otros, como Valente Acevedo cambiaban
de bando, defeccionaban o se amnistiaban.
Mientras tanto, entre 1930 y 1936, en la Región Lagunera se suscitaban las
grandes huelgas de trabajadores agrícolas y finalmente la dotación de tierra en
régimen ejidal por parte del gobierno del general Lázaro Cárdenas.
363
Sólo las resoluciones de dotación de tierra en régimen comunal agrario, el
despueble y la intervención de los funcionarios de los aserraderos; por medio de la
negociación, apagaron con la amnistía, el fuego de Cristo Rey en 1941. A partir
de ese momento, el último jefe cristero, Federico Vázquez, se transformó en el
cacique de Las Quebradas y representaba una amenaza latente de levantamiento
contra el Gobierno.
En 1945, Vázquez fue emboscado y acribillado en sus terrenos de la sierra, y con
su muerte se acababa toda Cristiada. Así, el enfrentamiento de católicos, Clero,
conservadores y cristeros mestizos e indígenas, contra agraristas, Ejército,
masones y capitalistas madereros, entraba de nuevo en el terreno de la
convivencia pacífica; con la anuencia y conveniencia del Estado Mexicano y con la
bendición del Episcopado Nacional.
La Segunda Rebelión Cristera fue el tema de Rescoldo, los últimos cristeros, la
novela testimonial más loada del ciclo, en términos literarios, producto de la
narrativa de Antonio Estrada Muñoz.
En los tiempos de la Segunda Cristiada, las fuerzas del orden público acabaron
con El Chojo Ladislao, el temible bandido lagunero, el valiente aviador lerdense
Francisco Sarabia se aventuró a volar de México a Nueva York, fue también el
tiempo en que falleció el genial compositor Silvestre Revueltas. Ya pasada la
Cristiada, el gobierno organizo el envío de compatriotas a los Estados unidos, en
calidad de braceros y para 1945, Federico Vázquez, el último cristero era
acribillado, terminando así el liderazgo de Cristo Rey. Todos esos acontecimientos
tuvieron su historiador cantante que se ocupo de hacer las cuartetas de su lírica
narrativa histórica.
Don Luis Domínguez, el último arpista cantante corridista de la ciudad de Durango,
quien, para interpretar sus canciones y corridos, desde los años setentas a los
noventas del siglo XX, se instalaba diariamente en la esquina de las calles Cinco
de Febrero y Constitución, mantuvo en su memoria y en las cuerdas de su arpa, la
letra y las notas de las mañanas de los jefes cristeros Florencio Estrada y Trinidad
Mora. Si bien el conjunto de dueto de acordeón, guitarra y voces, por la capacidad
364
sonora del acordeón iba ganando terreno entre los músicos tradicionales
durangueños.
Don Luis Domínguez, el último arpista cancionero corridista ambulante de la
ciudad de Durango
365
135
El 26 de octubre de 1926 tuvo lugar el Combate del Puerto de La Arena, en el que
el general Ismael Lares, junto con 250 de tropa, cayó en una emboscada cristera
en el Puerto de la Arena, lugar cercano a la Hacienda de Santa Elena, rumbo al
poblado de Mezquital. A pesar de que Fermín Núñez, asistente de Lares, había
aconsejado a éste que tratara la campaña contra los cristeros de manera más
cautelosa, éste se confió demasiado y sucumbió, junto con sus 250 soldados,
ante las balas cristeras. El cadáver de Lares quedó expuesto durante varios días.
Después de la derrota y muerte del general Lares, el movimiento cristero en el
estado de Durango, cobró seriedad ante las autoridades militares del país y, por
su parte, las tropas cristeras lograron una considerable dotación de parque, armas
y hasta unos gemelos.
Corrido del general Lares 136
Anónimo
(Fragmento)
Salió Lares de Durango
con su corazón dañado,
con puros lazos de a cinco,
los iba a traer amarrados.
El general lares dice:
“Yo no conocí a mi madre,
en el Puerto de la Arena,
vine a conocer a mi padre”
Corrido del Combate del Puerto de la Arena
137
Francisco Campos
135
HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento,
Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, p. 14.
136
Comunicado por don Casimiro Ruiz, en Santiago Bayacora, municipio de Durango, recogido
por Antonio Avitia en 1987.
137
MEYER, JEAN. La Cristiada, Tomo I, México, ed. Siglo XXI, 1977, pp. 116 a 117.
366
Voy a cantar estos versos
para que los oiga la gente
ya murió el general Lares,
por masón e imprudente.
El dieciocho de noviembre,
de año que ya pasó,
mataron al general Lares,
su raya se le llegó.
Por el Puerto de la Arena,
pasaba el general Lares,
muy quitado de la pena,
a morir por aquellos lugares.
El coronel le decía:
“No iremos a la batalla,
ahí iremos otro día
a ponerles la metralla”.
El general contestó:
“Yo vengo a cumplir con mi deber,
y si no quieres venir tú
ya nos volveremos a ver”.
El coronel Agapito Campos
le preguntó al general:
“¿Tú vienes a llevarnos amarrados?
¡ah!, que esperanza que nos lleve,
nosotros somos muy mal mandados”.
Ya se van los Santiagueros,
porque hicieron diablura
de matar al general,
ya le hicieron su sepultura.
Trinidad Mora
y Pancho Campos,
son los que lo mataron
nomás cayó del caballo,
y luego lo desarmaron.
El general Lares eran un hombre
trigueño y gordote
ahí está tirado
que parece guajolote.
367
Vuela paloma, vuelve a volar
anda y dile a Calles,
que no se vaya a equivocar.
Vuela paloma, por esos lugares,
anda y dile a Calles,
que ya mataron a Lares.
Vuela paloma, vuelve a volar,
anda y dile a Calles,
que nos venga a visitar.
Vuela paloma y no te vayas a caer,
anda y dile a Calles,
que aquí están sus papacitos
que lo quieren conocer.
Y con esto me despido
del Puerto de la Arena,
nos vamos yo y mi hermano,
nos vamos a hacer la cena.
368
El 17 de enero de 1927, el general Anacleto López, con tropas procedentes de
Sinaloa, Chihuahua y voluntarios de Santiago Papasquiaro, combatió y derrotó a
los cristeros en la Hacienda del Capulín, adyacente al Cerro del Capulín, cerca de
Mezquital. En este combate murió el general Dámaso Barraza al ser emboscado
por las fuerzas federales, según narra Francisco Hernández: “Imposible darle
auxilio porque eran un montón de federales y de donde estaba Barraza a donde
estábamos nosotros, había un llano muy grande y ahí hubiéramos muerto todos.”
138
Aún cuando las bajas federales fueron mayores que las de los cristeros, la
gente de Barraza, 1600 hombres, al ver caído a su jefe: “Empezaron a
desbandarse en lo más urgido del combate, quedando comprometidos como 150
hombres, viéndose obligados a batirse en retirada.”
139
A pesar de huir en retirada, los cristeros lograron recoger caballos y armas. Puede
decirse que al intentar iniciar una guerra formal, al estilo de las fuerzas de Pancho
Villa durante la Revolución, Dámaso Barraza fracasó y encontró la muerte. La
guerra cristera todavía no podía pasar de las guerrillas a los enfrentamientos de
línea por la carencia de tropas experimentadas y armas adecuadas. Junto con
Barraza murieron 34 cristeros entre los que se encontraba el jefe Andrés Flores.
El día 26 de enero, la publicación Revista Durangueña decía: “Murió el Indio
Barraza, el temible indio que fuera en otros tiempos de los dorados de Pancho
Villa, hombre muy malo y muy matón, se había alzado y andaba por todos los
ranchos del rumbo, recogiendo hombres para la guerra.”
El cadáver de Dámaso Barraza fue recogido por los federales, quienes lo
expusieron en el quiosco de la Plaza de Armas de la ciudad de Durango. Tras la
muerte de Dámaso Barraza, la guerra cristera durangueña fue liderada por el jefe
Trinidad Mora, ex sacristán del templo de Santiago Bayacora.
Corrido de Dámaso Barraza 140
Anónimo
138
HERNÁNDEZ, FRANCISCO / Antonio Avitia, Mezquital, Dgo., 1987.
MORA, TRINIDAD. “Informe de Campaña”, El coraje cristero, p. 67.
140
Comunicado por don Manuel Deras Rodríguez, en el Mezquital, Durango, recogido por Antonio
Avitia en 1987.
139
369
(Fragmento)
Adiós pueblo de Temoaya,
adiós Rancho de Yonora,
ya murió el jefe Barraza,
toda la gente lo llora.
En la Hacienda del Refugio
salieron gallos valientes,
y en la Hacienda El Capulín,
salieron gallos corrientes.
Tragedia de los voluntarios de Santiago Papasquiaro
o
Corrido de la batalla de la hacienda de El Capulín
141
(Versión de los soldados federales)
De Santiago Papasquiaro,
salieron los voluntarios,
pelearon como valientes,
redotaron los contrarios.
Entraron a la campaña,
todititos muy formales,
entraron los voluntarios,
y también los federales.
Se agarraron a balazos,
pues al toque del clarín,
los voluntarios pelearon
en el pueblo El Capulín.
Pelearon como valientes
en la guerra muy formal,
toda la gente decía
que los iban a acabar.
141
Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo
Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.
370
Eran quince voluntarios,
que de Santiago salieron,
once fueron los valientes,
y cuatro los que corrieron.
Válgame Dios de los cielos,
¿no saben lo que ya ha pasado?
Pelearon en Bayacora,
los hombres de Papasquiaro.
Porfirio en el tiroteo
que entraron al Mezquital,
yo como el río es muy grande,
pues no lo podía pasar.
Se metió en un charco hondo
pues ¡Ay! no podía ni ver,
les gritaba: “no te asustes,
¿qué nos puede suceder?”.
Porfirio siempre valiente,
con sus armas muy formal,
les dice a sus compañeros;
“entramos al Mezquital”.
Entraron al Mezquital,
después de pelear un rato,
Porfirio se fue adelante
después de bañado tanto.
Salieron de Papasquiaro,
los voluntarios muy bien,
Gonzalo Lechuga, el jefe,
los federales también.
Gonzalo Lechuga, el jefe,
que les dio pruebas deveras,
pelearon como valientes,
la gente decía deveras.
Ya mataron a Barraza,
adiós querido Yonora,
adiós Mezquital hermoso,
y Santiago Bayacora.
Porfirio Gutiérrez dice:
y lo gritaba en la plaza:
371
“nos vamos a Bayacora,
pues a tra‟iles una vaca”.
Adiós querido Yonora,
con todas sus serranías
ya mataron a Barraza
que muchos ni lo querían.
Quince de enero, por cierto,
toda la gente lloraba,
en Santiago Papasquiaro,
sin saber lo que pasaba.
Vuela, vuela palomita,
párate en esos laureles,
ya mataron a Barraza,
el jefe de los rebeldes.
Esta tragedia es compuesta,
pues no se sabe por quién,
pues siempre murió Barraza,
que tanto se acuerdan de él.
Toditos los voluntarios
son de mucho corazón,
¡Viva Gonzalo Lechuga!,
¡Viva la federación!.
¡Qué viva Anacleto López!
de todos muy estimado,
con poca federación,
los rebeldes ha acabado.
Me despido, amigos míos,
con todito el corazón,
que, en Santiago Papasquiaro,
muchos hombres de valor.
Gonzalo Lechuga dice,
que era el jefe de la escolta:
“Muchachos, no tengan miedo,
al cabo la vida es corta”.
Les dice Mariano Vázquez;
“Yo no me quemo los callos,
vale más que ya se vayan,
no soy de los voluntarios”.
372
Porfirio Gutiérrez dice:
“No se le conocía el miedo,
cantaba muchas canciones,
en el carro pasajero”.
El jefe cristero Dámaso Barraza intentó dar formalidad a la guerrilla cristera
142
373
El bandido ex villista Juan B. Galindo, quien operaba con su banda desde 1926,
en los municipios de Santiago Papasquiaro, Canelas, Tepehuanes, Coneto, Indé y
Canatlán, en el norte del estado de Durango, fue perseguido por diversos
contingentes de tropa regular dirigidos por el general Enrique León, el coronel
Carrera Torres y los generales Marcelo Caraveo y Martín Triana, entre otros. A
pesar de las frecuentes campañas que se llevaron a cabo en contra de Galindo, el
Gobierno Federal nunca lo pudo vencer.
A principios de 1927, algunos miembros de la Liga Nacional Defensora de la
Libertad Religiosa, LNDRL, intentaron convencer a Galindo de darse de alta en el
Ejército Libertador Cristero y al dirigirse al municipio de Santiago Papasquiaro,
para intentar realizar su labor de convencimiento, los ligueros Justo Martínez,
Espiridión Astorga, Jesús Amaya, Jesús M. Chávez e Isaías Corral fueron
descubiertos, aprehendidos y fusilados en Santiago Papasquiaro, el 3 de abril con
sólo un juicio sumarísimo de por medio.
A finales de mayo de 1927, Juan Galindo se amnistió con todas las garantías. El
corrido de Galindo narra un encuentro de las tropas del general Marcelo Caraveo
contra las fuerzas de Juan Galindo, huelga decir que perdieron los federales.
El corrido de Galindo 143
Anónimo
Dicen que ahí viene Galindo,
señores yo no lo creo,
llegó a Durango a operar;
el general Caraveo.
El general Caraveo,
cuando llegó a operar,
le aseguraba al gobierno;
que a Galindo iba a agarrar.
Galindo cuando lo supo
142
Dámaso Barraza intentó dar formalidad a la guerrilla cristera. Archivo Particular de Don
Francisco Flores, de Temoaya, municipio de Mezquital, Durango, facilitada por él mismo, recogida
por Antonio Avitia, en 1988.
143
Comunicado por Francisco Félix, en el atrio de la Catedral de Durango, recogido por
Hermelinda Hernández Terrazas en 1987.
374
a la sierra se metió,
toda la gente decía:
“Ya Galindo se perdió”.
No llegaban a veinte hombres,
los que Galindo traía,
pero todos eran gallos
como Brígido García.
Les decía a los agraristas
que no se fueran a creer
el gobierno lo que quiere,
es elevarse al poder.
En Llano Grande dirán
todos lo que presenciaron
y cuando asaltaron los trenes
y cantidad de changos mataron.
Les dice que a los agraristas;
a toditos por igual:
que no se crean del gobierno,
porque los vuelve a engañar.
Brígido le dice a Juan:
“Ya me voy a separar
me voy a la hacienda de Ramos,
porque me voy a amnistiar”.
A todos los agraristas
los llevaban como guía,
entró Galindo al Cañón,
ese de Jesús María.
Ya te fuiste, ya te vas,
ya volaste palomita,
adiós rumbos del Vergel,
y el rancho de La Casita.
En el Potrero de Campa,
donde acostumbraba pasar,
en el Rancho del Salitre,
dicen que viene a almorzar.
Los del Gobierno del centro
le preguntan al del estado,
que: “¿Qué pasó con Galindo?,
375
¿Qué si lo habían agarrado?”.
El Gobierno del estado
de pronto les contestó:
“Pues ya Galindo se fue
y Brígido se amnistió”.
En arroyo de Tlanjuelas,
se soltó la balacera,
luego al poquito momento,
una pura coleadera.
Caraveo le dice a Triana:
“ Se me hace mucha la gente,
el llano los esta brotando,
no te quedes. Vente, vente”.
Tiraron los chaquetines,
uniformes de soldados,
y le decían a Galindo
“ Nosotros somos forzados”.
Le dejaron a la gente
a Santiago los bajó,
y a todos los prisioneros,
en libertad los dejó.
Es hombre de gran honor,
ese mentado Galindo,
no mata nomás por matar,
sólo pelando a lo lindo.
Vuela, vuela palomita,
les llevarás la noticia,
que ya Galindo está muerto,
que ya está muerto de risa.
376
Un día de junio de 1928, el jefe cristero Trinidad Mora viajó con su gente a la
Hacienda de San Juan Capistrano, Zacatecas, para de allí dirigirse a Huejuquilla
El Alto, Jalisco, en donde se entrevistó con los jefes cristeros: Pedro Quintanar y
Florencio Estrada. Juntas, las fuerzas de los cristeros de Durango, Zacatecas y el
norte de Jalisco obtuvieron la victoria en la batalla del Cerro de las Papas, el pico
más alto de la sierra Tepehuán, en la sierra de Santa María Ocotán. En esa
ocasión, según el testimonio de Agapito Campos: “Los indios poblanos
(tepehuanes) que al parecer eran del gobierno pero fingidos, reunidos por el
coronel Ruiz para la campaña, habían avisado que conducirían a los federales
hasta la emboscada y que ellos irían a la vanguardia, con las piernas al aire.
Llegados al lugar elegido, los indios hicieron señas al Ejército de que avanzara
como si no hubiera peligro y abrieron fuego. Los soldados venían muy sin cuidado,
porque ni en las manos traían los rifles… y empezaron a caer como ratones en la
ratonera.”
144
En la batalla del Cerro de las Papas sucumbió el coronel José Ruiz, alias El Azote
quien, en febrero de 1927, había ejecutado al sacerdote Mateo Correa. Según
Antonio Estrada, en el Cerro de las Papas murieron unos 300 soldados federales.
Corrido del Combate del Cerro de las Papas
145
Anónimo
(Fragmentos)
El Coronel Ruiz decía:
“Acabé con los cristeros,
acabé por la otra sierra,
ya nomás Juan Andrés falta,
que habita por estos cerros”.
Le contestó Juan Andrés,
de la cima donde estaba:
“Aquí traigo unos cartuchos,
pa‟ formarte tu emboscada”.
144
CAMPOS, AGAPITO. “Combate del Cerro de las Papas”, en MEYER, JEAN. El Coraje Cristero,
pp. 47 a 50.
145
Comunicado por don Manuel Deras Rodríguez y don Francisco Hernández, recogido por
Antonio Avitia Hernández, en Mezquital 1987.
377
Es imposible explicar
nuestros cabecillas guerreros,
que en el Cerro de las Papas,
los mataban como perros,
a los pobres federales,
que hasta lloraban los cerros.
Pelearon como valientes,
el señor don Juan Andrés
y don Valente Acevedo,
también Macario Valdez.
Un día después del combate
que acababa de pasar,
llegó don Lucas Mora,
que los iba a auxiliar
que traía quinientos hombres,
de don Pedro Quintanar.
Mataron a José Ruiz,
también su estado mayor,
y trescientos federales,
quedaron alrededor.
Allí murió José Ruiz,
con su cruz y su letrero,
con otros habías podido,
porque eras camandulero.
Allí murió José Ruiz,
y en el letrero decía:
“Moriste en este cerro
porque eras camandulero”.
Como a las tres de la tarde,
ya acabaron los cristeros
al Cuarenta Batallón,
nomás el teniente Leandro,
Leandro Valles les quedaba.
378
A fines de febrero de 1928, las tropas cristeras de Trinidad Mora, Florencio
Estrada, Federico Vázquez y Valente Acevedo se juntaron para combatir a las
fuerzas del general Francisco Urbalejo en el Mezquital. El triunfo fue para los
cristeros. 200 cadáveres quedaron en el campo. Esta última derrota parece haber
sido lo que decidió a Urbalejo a incorporarse, posteriormente al levantamiento
escobarista con el general Caraveo.
146
Corrido de la toma de Mezquital 147
Anónimo
En el nombre sea de Dios
y de la Virgen María,
voy a cantar estos versos,
porque está muy triste el día.
Los soldados de la torre,
suben y bajan corriendo,
unos a los otros dicen:
“¿Qué no oyen pitar el cuerno?”.
Decía Federico Vázquez,
con todos sus oficiales,
“A la hora de los balazos,
toditos somos iguales”.
Decía Federico Vázquez;
“Ya no hallo ni qué pensar
y si Dios nos da licencia,
tomamos el Mezquital”.
Decía Federico Vázquez,
con muchísimo valor;
“y aprieten bien sus caballos,
pa‟ darles pruebas de amor”.
De los cinchos para abajo,
ya apretaron bien sus sillas,
146
MEYER, JEAN. La Cristiada, Tomo I, p. 259.
Comunicado por don Casimiro Ruiz, en Santiago Bayacora, Durango, recogido por Antonio
Avitia en 1987
147
379
porque iban a emborracharse,
ya mero sale la silla.
Valiente Irineo Valdez
y Pedro Pérez también,
que, en el Cordón de la Chuza,
se afortinaron muy bien.
Valientes son los Noriega,
valientes muy afamados;
se vinieron de la Chuza,
con los bracitos quebrados.
Los señores del Nayar;
tomaron un contrabando,
que se alisten los Noriega,
que ya no sigan robando.
Gritaba José Mireles:
“Yo ya me voy para el plan,
y a Federico le dejo,
mi caballito alazán”.
Decía don José Mireles:
“Muchachos, cómo le hacemos,
ya bajamos a la costa,
sabe Dios si volveremos”.
Gritaba José Mireles,
con todo su corazón:
“Lo que les dejo de herencia
que peleen la religión”.
El capitán era Utimio,
hombre de mucho valor,
cuando llegaron al río,
lo agarró un fuerte temblor.
Valencia le dice a Utimio;
“No creas que voy a correr,
aquí te voy aguardando,
por la Mesa del Laurel”.
Valencia le dice a Utimio:
“Mi caballo lo he sentido,
me cuesta seiscientos pesos,
en los Estados Unidos”
380
En la década de los veintes del siglo XX en diversas regiones del país y del estado
se desarrollaron múltiples movimientos campesinos con la finalidad de lograr el
reparto agrario de las tierras entre los trabajadores agrícolas de las haciendas y
latifundios, los vaqueros y los peones acasillados.
A la sazón, el líder agrarista José Refugio Salcido, había logrado éxito en sus
gestiones para que la Hacienda de Santa Rosa, ubicada en el municipio de
Durando, en el estado de Durango, fuera fraccionada bajo el régimen ejidal en el
año de 1929.
Sin embargo, los rebeldes cristeros de la zona, dirigidos por Trinidad Mora, en
virtud de que los agraristas fueron considerados como enemigos de su causa, por
apoyar al Gobierno en el combate de diversas asonadas y levantamientos como la
Rebelión Delahuertista, la Escobarista y la propia Rebelión Cristera, en calidad de
tropas auxiliares irregulares agraristas, anexas al Ejército Federal regular,
decidieron dar muerte al líder agrarista Refugio Salcido, el 7 de mayo de 1929, en
el poblado de Río de Santiago, cercano a Santiago Bayacora que era el principal
foco de la Rebelión Cristera en el estado.
Es de aclarar que como estrategia para neutralizar a la Cristiada en Durango, el
Gobierno Federal otorgó dotaciones agraristas en un conjunto de poblados
aledaños a la zona cristera en el municipio de Durango.
Actualmente Río de Santiago lleva el nombre del líder que logró la dotación y la
expedición oficial de los documentos primordiales del reparto agrario: Refugio
Salcido.
Corrido de Refugio Salcido
Anónimo
(fragmentos)
Vuela, vuela palomita,
vuela, vuela chuparrosa,
han llegado los rebeldes
a la Hacienda Santa Rosa.
Siendo el siete de mayo,
381
a las seis de la mañana,
ya aprehendieron a Salcido,
ahí cerca de la muralla.
Pobre de Tomasa Ortiz,
en qué confusión se vio,
le mataron a su esposo
y un infame lo entregó.
Adiós mi padre querido,
adiós mi madre querida,
murió Refugio Salcido,
el siete, en la madrugada.
382
José Guadalupe Rodríguez Favela nació en la ciudad de Durango, el 30 de mayo
de 1899 y estudio la carrera de docente en el Instituto Juárez. Para 1917
Rodríguez Favela estaba dando clase a grupo multigrado de primaria, en la
escuela rural de la hacienda de Muleros, hoy Vicente Guerrero. En diferentes
momentos, el docente, también ejerció el magisterio en diversos poblados de
municipios, entonces partidos, aledaños al de la capital del estado de Durango.
Como maestro rural, en las comunidades en las que laboró era conocido por los
alumnos y padres de familia como el Profe Lupe y se enlazó estrechamente con
las historias de vida de explotación de los miserables habitantes, la mayoría
peones acasillados, de la hacienda de Muleros. Pronto, los conocimientos
académicos del Profe Lupe fueron útiles, no sólo en la impartición de las clases de
lectoescritura y operaciones matemáticas a los niños y adolescentes, sino en la
asesoría para la redacción de documentos oficiales y en la dirección de juntas y
asambleas de organización de los miembros del naciente ejido de Vicente
Guerrero. Fue de esta manera como se inició la carrera de líder agrarista del Profe
Lupe cuyo primer triunfo fue el logro de la parcelación ejidal de la Hacienda de
Muleros, en 1919 y, en 1922, también dirigió el litigio que transformó en ejido a la
Hacienda de Tapona, que hoy se llama Guadalupe Victoria.
En 1923, José Guadalupe Rodríguez fue nombrado tesorero de la recién creada
Liga Nacional Campesina, LNC, organización encabezada por el líder veracruzano
Úrsulo Galván. Este cargo no impidió a Guadalupe Rodríguez el continuar con sus
labores como líder agrarista y defensor de los derechos de los obreros del estado
de Durango, al tiempo que definió su ideología y militancia como comunista y
miembro del Partido Comunista Mexicano.
En 1927, en ocasión de la celebración del décimo aniversario de la Revolución
Bolchevique, que instauró el gobierno de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, URSS, Rodríguez Favela junto con otros destacados miembros del
Partido Comunista Mexicano, entre los que se encontraba el pintor Diego Rivera,
viajó a diversos lugares de la URSS, incluida la ciudad de Moscú, además de que
participó en el Primer Congreso Internacional Campesino y se afilio a la
Internacional Comunista o KOMINTERN, organización encargada de desarrollar
383
los movimientos soviéticos y anexar otros países del mundo a la URSS. En su
visita a la URSS, Rodríguez Favela pudo observar los avances de organización de
las granjas agrícolas soviéticas y, a su regreso a Durango se dio a la tarea de
organizar los ejidos al estilo de los soviets, al tiempo que se preparaba para dar
inicio a la Revolución Soviética Mexicana. En sus acciones, el líder comunista
utilizó los logotipos comunistas, sobre todo la estrella roja de cinco puntas y la hoz
y el martillo cruzados como emblema de su lucha y los comunistas durangueños
de Rodríguez comenzaron a herrar el ganado mostrenco con un fierro de herrar la
hoz y el martillo, haciendo que el ganado pasara a ser parte del patrimonio
comunal del proletariado campesino durangueño.
En marzo de 1929, el general Francisco Urbalejo, jefe de operaciones militares en
el estado de Durango y el general Juan Gualberto Amaya, gobernador del estado,
se incorporaron con sus respectivas tropas a la Rebelión Escobarista, conflicto de
intereses y de poder entre militares. En la asonada militar los nuevos alzados
incluyeron como sus aliados a sus ex enemigos cristeros. A la sazón, los militares
escobaristas huyeron de la ciudad de Durango y los soldados de Cristo Rey
quedaron
momentáneamente
posesionados
de
la
Perla
del
Guadiana,
convirtiéndola en la única capital de estado de la República ocupada por tropas
cristeras.
Por su parte, José Guadalupe Rodríguez y sus agraristas fueron armados por el
gobierno como soldados auxiliares irregulares para el combate de la asonada
escobarista, así como de los rebeldes cristeros.
En abril de 1929, Rodríguez organizó diversas manifestaciones comunistas en
Durango y fue víctima de múltiples intrigas por las que fue encarcelado. Sin cargos
comprobables recuperó su libertad y para el primer día de mayo, los comunistas
durangueños marchaban en el centro de la ciudad festejando por primera vez en
la entidad el Día del Trabajo.
Posteriormente Rodríguez, por el sólo hecho de que, en la opinión de los militares,
representaba un peligro para Durango, fue de nuevo aprehendido y acusado de
comprar armas del Ejército, sin juicio de por medio y con autorización enviada por
el Secretario de Guerra y Marina, Plutarco Elías Calles, en el telegrama número
384
4204, el 14de mayo de 1929, el general Manuel Medinaveytia ordenó el
fusilamiento del líder comunista internacionalista, junto con
algunos de sus
correligionarios, en el Cuartel Juárez de la ciudad de Durango,
El asesinato de Estado de José Guadalupe Rodríguez Favela provocó múltiples
protestas de los internacionalistas comunistas en diversos países del mundo, lsa
represión y el desmantelamiento del Partido Comunista Mexicano, por parte del
Estado Mexicano, así como la ruptura de las relaciones diplomáticas entre México
y la URSS.
En el periódico comunista El machete, de fecha 25 de mayo de 1925, el pintor
Diego Rivera, camarada y correligionario de José Guadalupe Rodríguez Favela,
publicó un dibujo con la imagen del líder comunista martirizado.
Corrido de José Guadalupe Rodríguez
148
Jesús Antonio Valenzuela H.
José Guadalupe Rodríguez,
se llama ahora este corrido,
fuerte líder agrarista
con Valentía y entereza.
Por la tierra, a reaccionarios,
ahí les declaró la guerra,
acaudalados caciques,
cuestionaron a Rodríguez.
Nomás no entraría en su estima
y hay desarme de agraristas,
pues nunca estuvo en la lista,
orientarlos en sus miras.
Pero Rodríguez Favela,
era terco e incansable,
y aunque jamás lo quieran,
miren ricos y hacendados.
Ahí viene a caballo el maestro,
así que defiendan su agravio,
148
El Sol de Durango, Sección cultura, Durango, Dgo., 30 de noviembre de 1989, p. 7.
385
la traición fue muy constante
para José Guadalupe.
Todo por su noble gracia,
por ahí algunos decían,
que mucho más que él podían,
pero no llegó ese día.
Catorce de mayo, señores,
corría el año veintinueve,
nunca ya podré olvidar
murió el amigo Rodríguez.
Bajo las certeras balas
dicen que de un general,
pero Rodríguez Favela,
era terco e incansable.
Y aunque jamás lo quieran,
miren ricos y hacendados,
ahí viene a caballo el maestro
así que defiendan su agravio.
386
De izquierda a derecha: Úrsulo Galván, Luis G. Monzón, José Guadalupe
Rodríguez Favela (en segundo plano), Pedro Rodríguez Triana y Diego
Rivera (en primer plano), el 1 de febrero de 1929, en la ciudad de México,
durante la conformación del Bloque Obrero y Campesino
149
www.corbis.com
387
149
José Guadalupe Rodríguez Favela, por Diego Rivera
388
El 22 de junio de 1929, el Episcopado Nacional, de la Iglesia Católica Apostólica y
Romana, y el Estado Mexicano lograron llegar a unos acuerdos, llamados arreglos
que dieron por concluida la Primera Rebelión Cristera.
Desplazamientos y emigraciones masivas, descalabro de los sistemas agrícolas
de las zonas de guerra y desmantelamiento de diversas industrias, además de la
discordia política y la generación de enconos al interior de las poblaciones fueron,
entre otros muchos, los resultados no evidenciados de la Primera Rebelión
Cristera.
Mientras que la mayoría de los miembros del Episcopado Mexicano acataron los
arreglos y reanudaron una distante relación con el Estado Mexicano, delimitando
el ámbito de su poder, el arzobispo de Durango José María González y Valencia,
radicado en Texas, demostró abiertamente su oposición a los arreglos y los
jerarcas del Episcopado Nacional de manera sutil le aconsejaron que no regresara
al país, el destierro de González y Valencia duró hasta 1930.
El sentimiento de los cristeros ante los arreglos es expresado por Francisco
Campos de la siguiente manera:
El 21 de junio se hicieron los mentados arreglos del conflicto religioso y los
señores que intervinieron en dichos arreglos no debían haber admitido que
entregáramos las armas porque esas armas costaron muchas vidas, mucha
sangre, nosotros expusimos nuestras vidas para quitar esas armas y no es
posible ni justo que después de tantos sufrimientos y trabajos como los que
pasamos vayamos a entregar las armas.
150
Desde el momento en que se llevaron a cabo los arreglos, tanto el Estado como la
Iglesia comenzaron a realizar su labor de apaciguamiento del movimiento del que
de hecho, habían perdido el control.
En los primeros días del mes de julio de 1929 regresaron a Durango, provenientes
de México, los sacerdotes que estaban desterrados y el día siete se dijo misa en la
catedral.
150
CAMPOS, FRANCISCO. “Memorias de Santiago Bayacora”, en: Meyer, Jean. El Coraje
Cristero, México, ed. Universidad Autónoma Metropolitana, colección Universitaria # 4, 1981, p.
9.
389
Corrido de Santiago Bayacora 151
Francisco Campos.
Aquí me hinco a rezar,
al pie de esta verde mora,
esta es la historia señores,
de Santiago Bayacora.
Año de mil novecientos,
veintiséis, que digo yo,
que la gente de Santiago Bayacora,
en armas se levantó.
El veintinueve de septiembre,
ni me quisiera acordar,
llegó la federación
y empezamos a pelear.
Gritaba Trinidad Mora,
con su código de ley:
“Que muera todo el gobierno,
y que ¡Viva Cristo Rey!”.
Pancho Campos les decía:
“Ahora cabezas de azadones,
pensaban que andaban solos,
y aquí andan nuestros patrones”.
Gritaba Trinidad Mora,
con sus armas en las manos;
“Hagan fuego muchachos,
que al cabo no somos hermanos”.
Pues ya les di a conocer,
lo que en mi pueblo pasó
y si no lo quieren creer,
embustero seré yo.
La lumbre ya se prendió,
dijo una señora:
“La gente se levantó
en Santiago Bayacora”.
151
CAMPOS, FRANCISCO. El Levantamiento Cristero de 1926, en Santiago Bayacora, Durango,
Santiago Bayacora, Durango, mecanografiado por Luis Monreal Lozano, 1986, pp. 80 a 82
390
De eso no hay que dudar,
ahí se está combatiendo,
y sin poderlo remediar,
muchos se estarán muriendo.
Calles fue el culpable
que nos levantáramos
en armas y sólo Dios lo sabe,
adonde irán tantas pobrecitas almas.
A mis queridos lectorcitos,
de esto a duda no lo tengan,
de lo que dicen estos rengloncitos
y si se van ya no vengan.
Los amigos agraristas
muchos nos persiguieron,
también metieron las patitas,
pero también de ellos muchos murieron.
Esto todo no es todavía
me faltó más,
pero voy a ver al juez,
que se llama don Tomás.
Y con esto me despido,
es cuanto les digo por ahora,
nomás un favor les pido,
que no digan que soy de Santiago Bayacora.
391
Porfirio Mayorquín, conocido también con el pseudónimo de El Pillaco, fue un
general federal que, al momento en que inició la Primera Rebelión Cristera, en el
último trimestre de 1926, defeccionó y se afilió al Ejército Libertador Cristero del
Estado de Durango, ELCED, que dirigió el jefe Trinidad Mora. Porfirio Mayorquín,
con sus tropas durangueñas, operó como cristero en los límites de los estados de
Jalisco, Durango, Zacatecas y Nayarit.
En el corrido se narra cómo el 17 de junio de 1929, El Pillaco, con sus 100
cristeros durangueños, en una sorpresiva acción, ocupó la estación de Acaponeta,
Nayarit. Así, de manera momentánea, Mayorquín tuvo el control de parte de la vía
del Ferrocarril Sud-Pacífico.
Poco después de que se celebraron los Arreglos de paz, entre la Iglesia Católica y
el Estado Mexicano, Porfirio Mayorquín, fue ejecutado en julio de 1929 en
Jacalitos, Durango.
Corrido de Porfirio Mayorquín 152
Anónimo
El principio les diré,
la tonada no la supe,
¡Viva Porfirio, El Pillaco,
la Virgen de Guadalupe!
Gritaban los de Durango,
con toda su voz completa:
“Como Dios nos dé licencia,
entramos a Acaponeta”.
El diecisiete de junio,
como a las cuatro serían;
entró Porfirio, El Pillaco,
con cien hombres que él traía.
Porfirio se dedicó;
152
Comunicado por el corridista invidente Francisco Félix en el atrio de la Catedral de Durango.
Recogido por Hermelinda Hernández Terrazas, en 1987.
392
a saludarle a sus gentes,
a dos escoltas mandó,
a que quemaran los puentes.
Porfirio se dirigió,
como si fuera a la plaza,
el presidente y el guardia,
no hallaban cómo indultarse.
Don Valentín de Morán,
de momento lo aprehendió:
“Oiga usted don Valentín,
las llaves las quiero yo”.
“Oiga usted don Valentín,
pues por qué me desconoce,
ahora me entrega las llaves,
de todos los calaboces”.
Luego le entregó las llaves,
se puso a pensar un rato,
mientras abrieron el uno,
el dos, el tres y el cuatro.
Salieron todos los presos,
pensando en irse con él,
gritando: “¡Viva El Pillaco!
¡Y que Viva Cristo Rey!”
Gritaban todos los cuícos;
gritaban muy afligidos:
“Hermanitos de mi vida,
ahora sí fuimos perdidos”.
Gritaban todos los cuícos
que parecían monos changos,
del miedo que le tenían
a esa gente de Durango.
Salieron todos los presos,
con rumbo pa‟ la estación,
¡Viva Porfirio El Pillaco,
y Viva la Religión!
Salieron todos los presos,
toda la gente mirando,
a un lado de la estación,
393
todos los fueron armando.
Gritaban los del Pillaco,
con toda su voz completa:
“¡Como Dios nos preste vida,
entramos a Acaponeta!”.
Despedida no les doy,
porque no la traigo aquí,
señores son las mañanas
de Porfirio Mayorquín.
Vuela, vuela palomita,
que al cabo si soy de aquí,
estas son las mañanitas,
de Porfirio Mayorquín.
General Porfirio Mayorquín, al centro, con su Estado Mayor
394
General Porfirio Mayorquín
395
Desde los años treintas del siglo XX los músicos regionales norteños que
emigraban a los Estados Unidos, reproducían en discos de acetato, de 78
revoluciones por minuto, el repertorio de valses, redovas, chotises, canciones y
corridos del repertorio tradicional norteño y una de las canciones más
interpretadas fue El Pávido Návido, canción absurda y simpática que aprovecha el
sonido esdrújulo para dar ritmo a la pegajosa melodía. Desde entonces y hasta el
presente, una gran cantidad de grupos musicales tradicionales y comerciales, han
realizado grabaciones de la famosa canción.
El Pávido Návido
Anónimo
Ya se le acabó el columpio
donde ella se columpiaba,
se le acabaron los gustos,
a la joven que yo amaba.
Bienvenido el Pávido Návido,
¿dónde está su esposa Návida?
Componiéndose el vestívido,
arreglándose el peinávido,
las tiras del Pávido Návido
y el cordón del churumbel.
El que quiera ser mi amigo,
dos cosas debe tener,
buena silla buen caballo,
buenas piernas pa‟ correr.
Bienvenido el Pávido Návido,
¿dónde está su esposa Návida?
Componiéndose el vestívido,
arreglándose el peinávido,
las tiras del Pávido Návido
y el cordón del churumbel.
Yo me fui para Tlaxcala,
a ver a las tlaxcalteñas,
a ver si bailarlas puedo,
o les arranco las greñas.
396
Bienvenido el Pávido Návido,
¿dónde está su esposa Návida?
Componiéndose el vestívido,
arreglándose el peinávido,
las tiras del Pávido Návido
y el cordón del churumbel.
El que quiera ser mi amigo,
dos cosas debe tener,
buena silla buen caballo,
buenas piernas pa‟ correr.
Bienvenido el Pávido Návido,
¿dónde está su esposa Návida?
Componiéndose el vestívido,
arreglándose el peinávido,
las tiras del Pávido Návido
y el cordón del churumbel.
Yo me fui para Tlaxcala,
a ver a las tlaxcalteñas,
a ver si bailarlas puedo
o les arranco las greñas.
Bienvenido el Pávido Návido,
¿dónde está su esposa Návida?
Componiéndose el vestívido,
arreglándose el peinávido,
las tiras del Pávido Návido
y el cordón del churumbel.
397
Mañanas de Crecenciano Martínez
Triste y doloroso atentado sucedido en San Juan del Río el 26 de mayo de 1933,
en el que perdió la vida el Sr. Crecenciano Martínez, Presidente Municipal de la
misma cabecera 153
Francisco García
Año de mil novecientos,.
treinta y tres, pongan cuidado,
dicen que en San Juan del Río,
pasó un horrible atentado.
El día veintiocho de mayo,
todos ténganlo presente,
entre San Juan y El Ranchito,
pues ocurrió mucha gente.
El origen del atentado,
dicen fueron las carreras,
y según lo que ha pasado,
yo lo apruebo deveras.
Los caballos que corrieron,
pongan bastante cuidado,
uno era color oscuro
el otro era colorado.
Los dueños de los caballos,
pongan bastante atención,
uno era del Ranchito,
el otro del Resbalón.
Les dice don Juan Manuel,
dueño del caballo oscuro:
“Corre con doscientos pesos,
pierdo o gano no aseguro”.
(ilegible)
(ilegible) del colorado:
“Corre con lo que usted diga,
el asunto está arreglado”,
153
Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su
hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en
1987.
398
Se fueron al partidero,
como todos lo dirán,
más y más gente ocurría,
se quedó solo San Juan.
Pues nombraron sus veedores,
con bastante precaución,
y también sus corredores,
para evitar discreciones.
Entre las nueve y las diez,
¡Ah! Qué gusto y qué alegría,
pues ya no cabía la gente
de donde quiera ocurría.
Pues partieron los caballos,
venían a cual más, volando,
¡Válgame Dios de mi vida!
Discordia venían sembrando.
Pues salieron al cabestro,
en donde están los veedores,
pues los que iban al oscuro,
decían: “Ganamos señores”.
Pregunta a los veedores,
los que se encontraban lejos:
unos que ganó el oscuro
y otros que venían parejos.
De allí empezó la discordia,
¡Válgame Dios! Pobre gente,
para poder arreglar,
le hablaron al Presidente.
Dijo Chanito Martínez:
“Qué quieren que haga, señores,
quien decide esta cuestión,
son los señores veedores”.
Les preguntó el Presidente,
que cuál caballo ganó,
dos dijeron: “Fueron tablas”,
el otro no contestó.
Les dijo el Presidente:
“Si me conceden razón,
399
ni uno ni otro ganó,
que termine la cuestión”
“Pues reciban su dinero,
cada quien lo que anotó,
que se acaben discusiones,
que así lo deseo yo”.
Unos quedaron conformes,
otros seguro que no,
jugaron otra carrera,
porque a la vista se vio.
Y la tercera carrera,
esa ya no se corrió,
empezó la balacera,
(ilegible)
Hagan de cuenta un combate,
toda la gente corría
ya parecía el día del juicio,
nomás un clamor se oía.
Dicen que daba miedo,
los tiros fueron nutridos,
cuando ya se asilenció,
hubo un muerto y dos heridos.
El muerto fue el Presidente,
¡Válgame el poder de Dios!
Un herido el policía,
y otro José Ángel Muñoz.
Pobrecito de Chanito
pues sería así su suerte,
en el mentado Ranchito,
allí lo encontró la muerte.
Era domingo por cierto,
presente tengo ese día,
allí terminó su vida,
pues así le convendría.
Santa Rosalía llegó,
y el Santo Niño bendito,
los dos a un tiempo ,llegaron,
a auxiliar al pobrecito.
400
Señora Santa Librada,
haya sido su madrina,
y su alma sea consignada,
para la mansión divina.
Lo llevaron en un carro,
lo llegaron a San Juan,
lo tendieron en su casa,
como todos lo sabrán.
De pronto telegrafiaron,
a avisar a sus dolientes,
gran sorpresa se llevaron,
¡Válgame Dios! Pobre gente.
De Durango se ha venido,
Don Cesáreo, su hermanito,
con su corazón partido,
pobrecito, pobrecito.
Pues el señor don Cesáreo,
se ha vestido de valor,
para darle sepultura,
¡Válgame mi Redentor!
No lloren mis hermanitos,
pidan a Dios con empeño,
que tome mi alma en su manos,
y me dé su Santo Reino.
Mi Dios ya mandó por mí,
resistirme no podré,
ya me llamó a darle cuenta,
quién sabe cómo saldré.
Adiós todos mis hermanos,
pues les pido, por favor,
para que Dios me perdone,
perdonen al malhechor.
Adiós todos mis amigos,
adiós compadre Ramón,
adiós Gregorio Sifuentes,
volé para la mansión.
Les encargo a toditos,
401
esos que yo haya ofendido,
de que, por Dios, me perdonen,
echando todo en olvido.
Adiós Río de Santiago,
recinto donde viví,
adiós apreciable esposa,
hoy me despedí de ti.
San Pedro, ábreme la puerta,
para pasar a tu Gloria,
a darle cuenta al creador,
de mi vida transitoria.
Dios sabe bien lo que hace,
estoy persuadido yo,
uno sabe dónde nace,
pero donde muere no.
Ya se acabaron los versos,
ya terminaron sus fines,
estas son las mañanitas,
de Crecenciano Martínez.
402
La complicada Primera Rebelión Cristera en el estado de Durango, con sus
múltiples grupos e intereses encontrados de: Ejército Federal, masones, soldados
agraristas auxiliares irregulares, indígenas coras, huicholes y tepehuanes
gobiernistas, contra los cristeros mestizos durangueños y zacatecanos, los
indígenas coras, huicholes y tepehuanes cristeros, las militantes de las Brigadas
Femeninas Santa Juana de Arco también llamadas Bi-Bi o Brigada InvisibleBrigada Invencible, así como los miembros de de diversas organizaciones
religiosas, resultó en una derrota militar para los gobiernistas, ente las guerrillas
cristeras en los campos de batalla de las quebradas de las serranías de los
municipios de: Pueblo Nuevo, Durango, Súchil y Mezquital.
Sin embargo, los arreglos entre la Iglesia Católica y el Estado Mexicano
suspendieron las hostilidades y la mayoría de los jefes cristeros durangueños
lograron sobrevivir a la cacería de ex jefes de la Primera Cristiada, que desarrlló el
gobierno durante los años de 1929 a 1933.
en el año de 1932, los conservadores citadinos de la capital del estado, lanzaron
el Plan de Durango, de contenido abiertamente reaccionario y recalcitrante, que no
tenía relación alguna con las demandas populares de los cristeros campesinos
serranos, por lo que el mencionado plan nunca pasó del papel.
En 1934, el Gobierno Estatal volvió a reiniciar la persecución religiosa, el
anticlericalismo y el jacobinismo, al tiempo que loa antiguos jefes cristeros:
Trinidad Mora, Ejército, los agraristas y los caciques locales, se vieron obligados a
entrar de nuevo en acción contra el Estado y sus aliados, ya sin el apoyo de la
Iglesia ni de los conservadores, transformándose en cristeros excomulgados en lo
que se llamó la Segunda Rebelión Cristera cuyos guerrilleros: “en treinta y cuatro
pelearon solos / por no dejarse nomás matar”. Así, el 22 de noviembre de 1934,
los jefes del Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango, ELCED, firmaron
el acta de su levantamiento en Cerrito Gordo, municipio de Mezquital. Aunque este
pronunciamiento
formal
fue
casi
desconocido
sistemáticamente ocultado en la historiografía nacional.
403
y
por
mucho
tiempo
Mañanas de los cristeros de Durango 154
Irineo El Jabalín Menchaca
Señores, vengo yo de Durango,
vengo a traerles una canción:
es el corrido de los cristeros
que allá hicieron la rebelión.
Trinidad Mora por Bayacora,
Federico Vázquez por Mezquital;
Florencio Estrada por Huazamota
y rancherías del Río San Juan.
En 27 unieron sus fuerzas
con Castañón y con Quintanar;
en 34 pelearon solos
por no dejarse nomás matar.
Tropas de línea y de rurales,
más grupos cora y tepehuán,
los combatían desde Durango
a Huejuquilla y Peyotán.
Las tres partidas en la callista,
juntas lograron exterminar
dos regimientos de federales,
en Candelaria y Río San Juan.
Vuela, paloma de los arroyos,
vete ligera sin descansar,
dile al gobierno que va a costarle
un poco caro poder ganar.
154
ESTRADA MUÑOZ, ANTONIO. Rescoldo, los últimos cristeros, México, ed. Jus, colección
Voces Nuevas # 17, 1961, p 130.
404
Tropas cristeras de Florencio Estrada
155
155
Tropas Cristeras de Florencio Estrada. Fondo Aurelio Acevedo Robles, ARA, Centro de
Estudios Sobre la Universidad, CESU, Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de
México, AH, UNAM. Sección fotográfica.
405
El primer día de enero de 1935, las fuerzas de Federico Vázquez sostuvieron un
gran combate en el Cerro de Chachamoles, municipio de Mezquital, en el cual los
cristeros acaban con las tropas del Décimo quinto y Vigésimo octavo Regimiento y
con parte del Cuadragésimo. En el encuentro murió el teniente coronel Luis Barba
Uribe y la misma suerte corrió el mayor Mateo Muñoz Martínez, el saldo excedió a
los cuatrocientos soldados federales muertos. Con respecto al combate del cerro
de Chachamoles, el general José Cortés refiere lo siguiente:
Chachamoles.- punto situado en las estribaciones de Cerro Gordo, donde
existía una sola vivienda, en este lugar fue donde sufrió el golpe el día
primero de enero de 1935, la columna mixta que comandaba el extinto
teniente Luis Barba Uribe que perteneció al Vigésimo octavo Regimiento de
Caballería y, dada la topografía tan accidentada y peñascosa, fue una de
las causas de la emboscada que sufrió la mencionada columna. 156
Cortés Ortiz consideraba a Cerro Gordo como el cuartel general de los rebeldes,
en donde No ha entrado jamás fuerza federal.
157
Corrido del combate del Cerro de Chachamoles
158
Compuesto por un soldado
del Décimo quinto Regimiento
Allá voy con la canción,
de la bola que hizo Mora,
haciendo revolución,
con indios de Bayacora.
Ya la bola se rompió,
y allí mismo reventó,
y aquí, dijo una señora,
“la lumbre ya se prendió”.
156
CORTÉS ORTIZ, JOSÉ. (general de brigada). Datos generales sobre la topografía donde
merodea el enemigo, X Zona Militar, Cuartel General, Durango, AGN. Grupo Documental
Presidentes, Lázaro Cárdenas, vol. 559 exp. I, f. 5, 20 de marzo de 1935.
157
CORTÉS ORTIZ, JOSÉ. Op. Cit., s / p.
158
Compuesto por un soldado del Décimo quinto Regimiento, recogido en Santiago Bayacora,
comunicado por Agapito Campos, en 1987.
406
Corre, corre maquinita,
nos vamos hasta „onde vayas,
fueron a desembarcarse,
a la estación de Murallas. 159
El día primero de enero,
de sus recuerdos hagamos,
que en el Cerro‟e Chachamoles,
una emboscada encontramos.
Gritaba el teniente Chávez,
cuando le faltó el valor:
“muchachos hemos perdido,
ya mataron al mayor”.
“Muchachos, hemos perdido”,
decía el sargento Rangel,
ya mataron al mayor,
y al teniente coronel.
Decía Federico Vázquez:
“¿Venancio, cómo le hacemos?,
si se nos acaba el parque,
ya mejor nos rendiremos”.
Le contestó don Venancio:
“no hay cuidado compañeros,
acabaremos el parque,
y después nos rendiremos”.
Entró Castro con su gente,
y entró por un vado blanco,
de zapatos la trinchera,
y le dejaron el zanco.
Ese Batallón de línea,
su brillante me engañó,
ya se acabó tu mayor,
que era tu primera espada.
Ese Batallón de línea,
y con el Veintiocho a bordo,
159
Murallas.- Estación terminal de un ramal de ferrocarril, que parte de la estación Purísima del
ferrocarril al Salto, donde hay campamentos madereros.
407
caminaban muy contentos,
porque iban pa‟Cerro Gordo.
Cristeros de la Sierra de Michis, de la tropa de Federico Vázquez
408
A finales de abril de 1935, se juntaron las fuerzas de los jefes cristeros: Trinidad
Mora, Federico Vázquez, Valente Acevedo, Florencio Estrada y los tepehuanes de
Chano Gurrola, quienes habían rehusado la amnistía ofrecida por el gobierno,
para tomar el poblado de Mezquital. Es curioso notar que, en el corrido que se
compuso a la memoria de esta acción, es más importante una carrera parejera
entre las remudas de Valente Acevedo y Chano Gurrola que el propio combate
contra los federales.
Corrido de la Toma del Mezquital 160
Irineo El Jabalín Menchaca
Señores, traigo la historia
de una apuesta desigual:
un penco zacatecano
con un potro tepehuán.
Valente Aceves montaba
su Naranjo bailador,
el indio Chano Gurrola
en su Cosquillo Ratón.
El pelotón de Valente
se reía del tepehuán:
“juego caballos y armas”.
Les dijo Chano al retar.
Llegó primero el Cosquillo
y nadie podía ni hablar;
menos Valente y los suyos
que tuvieron que pagar.
La pareja la corrieron
un ratito antes nomás
que emboscaran a resguardo
que defendía Mezquital.
“Maldita mi mala suerte”,
decía Valente al pelear;
160
ESTRADA MUÑOZ, ANTONIO. Op. Cit. pp. 51-51
409
“con estos riflones indios
ni un sardo voy a tumbar”.
Cristeros tepehuanes de la tropa de Chano Gurrola
410
En el mes de mayo de 1935, Lucas Mora, hijo del jefe del Ejército Libertador
Cristero del Estado de Durango, Trinidad Mora, cayó muerto durante una
emboscada que le fue tendida por los soldados del Vigésimo tercer Regimiento
que dirigía el coronel Alberto Bello Santana, en el Rancho de La Quinta, municipio
de Durango.
Corrido de Lucas Mora 161
(Fragmentos)
Anónimo
Veintinueve Regimiento
pero ¡ah! qué fuerte peleó
y en el Rincón del Infierno,
a Lucas Mora mató.
Salió el coronel Alberto,
como a las 10 de la noche,
ahí se fueron a quedar,
a atajarles el retache.
Dice el coronel Alberto,
Alberto Bello Santana;
“nos bajamos a La Pinta,
a las 6 de la mañana”.
Se bajaron a La Pinta,
antes de alborear el día,
a los primeros balazos,
les mataron el vigía.
411
En los inicios de la década de los treinta del siglo XX, las solicitudes de dotación
de tierra por parte de los campesinos de la Comarca Lagunera, se multiplicaron y
el movimiento agrarista era contenido por los latifundistas de la región, mediante la
repartición de parcelas no productivas, la formación de centros de población fuera
de las regiones con regadío y la represión directa, con el apoyo de los grupos
paramilitares llamados guardias blancas. Sin embargo, la lucha por la tierra y los
derechos laborales de los trabajadores agrícolas continuó mostrándose con
diversas facetas.
De acuerdo con Alfonso Porfirio Hernández: En Torreón se formó la Federación
Sindical Revolucionaria de la Comarca Lagunera y, en Gómez Palacio, la
Federación de Sindicatos de Obreros y Campesinos de la Comarca Lagunera,
posteriormente estas organizaciones se unificaron y conformaron el Comité
Regional de Defensa Proletaria de la Comarca Lagunera.
El 11 de junio de 1935, en contra de los deseos de las autoridades de trabajo y
municipales, los peones laguneros se lanzaron a la huelga en Manila, municipio de
Gómez Palacio, solicitando la firma de un contrato colectivo de trabajo, jornada de
ocho horas , un peso y cincuenta centavos de salario mínimo y la intervención de
un miembro del sindicato al momento del pesaje del algodón, que era el principal
producto de la Hacienda de Manila.
El día cuatro de agosto de 1935 finalizó la huelga con el triunfo del Sindicato
Rivera, como lo detalla el corrido. El triunfo de la Huelga de Manila dio nuevos
bríos a la lucha proletaria y fue uno de los principales acicates para el reparto
agrario lagunero del periodo presidencial del general Lázaro Cárdenas, en el año
de 1936.
Corrido del movimiento de huelga de la Hacienda de Manila
Adrián Vargas González
Año de mil novecientos
161
Comunicado por FRANCISCO FELIX. Corridista invidente de la Catedral de la ciudad de
Durango, entrevistado por Hermelinda Hernández Terrazas, en 1987.
412
treinta y cinco en la ocasión,
escúchenme compatriotas
mi más bonita canción,
la canción de la esperanza,
de libertad y de unión.
Voy a dar un pormenor,
de lo que nos sucedió,
en la Hacienda de Manila,
cuando la huelga estalló,
ese día once de junio,
treinta y cinco que pasó.
Es esta cantar proletario,
señores pongan cuidado,
del movimiento de huelga,
que en Manila se ha implantado,
por cincuenta campesinos,
que se hallaban humillados.
Bajo el ideal traicionero,
del tirano capital,
que malos tratos les daba
y raquítico jornal,
los campesinos sufrían,
una situación fatal.
Sufrieron el hambre y la sed,
por las tareas tan pesadas
y el oprobio y la infamia
vieron las huellas marcadas,
en sus hogares benditos,
sus adoradas familias.
Porque ese coronel Bello,
subjefe de operaciones,
muy altanero gritaba,
a todititos los peones,
para ver si desistían,
de sus buenas intenciones.
Y el sindicato blanco,
nombrado Maclovio Herrera,
desafiaba a los miembros
del Sindicato Rivera,
por los acontecimientos
de la burguesía extranjera.
413
También de las guardias blancas,
pagadas por los patrones,
que a muerte los amagaban,
con crueles depravaciones,
esos hombres inhumanos,
de traidores corazones.
Tan sólo porque pedían,
todititos en unión,
las garantías que nos da,
la Ley de la Constitución,
a todos los proletarios,
de nuestra rica nación.
Esto sucedió en Manila,
en la Región Lagunera,
cuando el Sindicato Obrero,
denominado Rivera,
se propuso a desafiar
a la burguesía extranjera.
al cual estaba sujeto,
a callar y obedecer,
cumpliendo con su deber,
se lanzaron a la huelga,
hasta morir o vencer.
Ese día cuatro de junio,
presente tengo ese día,
se enviaron las peticiones,
a ver si las concedían,
los patrones de la Hacienda,
los Hermosillo García.
En el legajo que enviaron,
iban justas peticiones,
el aumento de salarios,
material de curaciones
y para los campesinos,
pedían sus habitaciones.
La copia de peticiones,
se envió a la Junta Central,
para que la resolviera,
siendo autoridad arbitral,
y contestó el presidente
414
que la huelga era ilegal.
al recibir la noticia,
con gran desesperación,
los campesinos pidieron,
¡ay! Para su protección,
amparo al juez de distrito,
de la ciudad de Torreón.
Mas luego el juez de distrito,
con una orden determinante,
fue quien concedió el amparo,
al grupo solicitante,
y les dio su protección,
como honrado gobernante.
Ese Martínez Adame,
que el amparo concedió,
siendo él el juez de distrito,
que con su deber cumplió,
y a todos los compañeros,
su gran amistad brindó.
no obstante que ya amparados,
los campesinos se hallaban,
todas las clases burguesas,
vilmente los maltrataban,
y ellos con valor siniestro,
decían que no se rajaban.
En cambio así soportaron,
hasta el último momento,
que obtuvieron la victoria,
ese día cuatro de agosto,
sin ningún detonamiento,
que graba mi pensamiento.
Obtuvieron libertad,
dejaron de ser cautivos,
porque en la ceñida lucha,
siempre marcharon unidos,
los compañeros de clase,
que se hallaron oprimidos.
Después de tanto sufrir
y de vivir humillados,
por parte de la reacción,
415
ahora fueron respetados,
sus derechos que tenían,
por tanto tiempo ultrajados.
Así se triunfó en Manila,
según lo marca la Historia,
por eso, siempre contento,
he elogiado la victoria,
de mis hermanos de clase,
por su labor meritoria.
¡Viva la unión que es la fuerza!
¡Viva la Constitución!
¡Viva la Ley del Trabajo!
que rige nuestra Nación
y el pabellón rojo y negro,
símbolo de redención.
Aquí da fin el corrido,
de la Región Lagunera,
con un adiós a mis cuates
del Sindicato Rivera.
Adiós Hacienda de Manila,
la más rica sementera.
Adiós, también me despido,
de todos en general,
de mis hermanos de clase,
en nuestra lucha social,
mi saludo fraternal.
Para pulsar mi guitarra,
se necesita una púa,
y el que dirigió la huelga,
fue el compañero Murúa.
Yo compuse este corrido,
sin ninguna pretensión,
es el sentir proletario,
de mi noble corazón,
que lo envío como recuerdo
por todita la Nación.
416
El 15 de abril de 1936, en una acción simultánea, los cristeros de Federico
Vázquez y de Pánfilo Reyes atacan a los poblados agraristas de reciente creación:
Colonia Felipe Ángeles y El Chimal, hoy Plan de Ayala, así como a las defensas
sociales agraristas auxiliares irregulares de los poblados de Colonia Pino Suárez y
Colonia Aquiles Serdán, entre otros, junto con el destacamento militar regular de
San Lorenzo Calderón, todos del municipio de Durango. En la refriega cayó el
teniente coronel cristero Pánfilo Gurrola.
162
Corrido de la Defensa del Chimal 163
Anónimo
Voy a cantar un corrido,
que compuse en esta tarde,
el mero quince de abril,
todos tráiban el alarde.
Ahí bajaron los cristeros,
por el Potrero del Salto,
no les tiraron de lejos,
para agarrarlos de asalto.
Ahí bajaron los cristeros,
se fueron por el camino,
mataron dos compañeros
de la casa‟e don Albino.
Gritaba Santiago Núñez;
gritaba muy afligido:
“¡que me manden la Defensa
de ese pueblo de Salcido!”.
Vuela, vuela palomita,
párate en aquella loma,
anda tráeme la Defensa,
de ese pueblo de La Noria.
Vuela, vuela palomita,
162
Diario de Durango, 17 de abril de 1936.
Comunicado por don Santos Quirino García, en el ejido Plan de Ayala, municipio de Durango,
Dgo., recogido por Antonio Avitia en 1984.
163
417
párate en esos nopales,
anda tráeme la Defensa
del pueblo de Pino Suárez.
Ahí venía Santiago Núñez
como lobo encarnizado,
se quiso poner el saco,
pero le vino forzado.
Cuatro tiros les tiraron,
ya no les tiraron más,
con esos cuatro tuvieron,
para no voltear pa‟tras.
A pezuña de caballo,
don Francisco se peló,
dirección de Santa Cruz,
que hasta el sombrero tiró.
Estaba Pancho Morales,
acostadito en su cama,
por agarrar su pistola,
agarró la sobrecama.
Ahí bajaron los cristeros,
por una lado del Chimal,
devisan a Aurelio Torres
le empezaron a tirar.
Venía don Tiburcio Torres,
que parecía bicicleta,
con Aurelio mal herido
atascándose en la huerta.
La Defensa del Chimal
faltaba don Luis Contreras,
en el cerro de La Noria,
se volvió puras carreras.
De la Defensa del Chimal,
faltaba Próspero Chávez,
en el cerro de La Noria,
se aterraba de nopales.
Ahí bajaron los cristeros
por un lado del Chimal,
ahí se llevaron las mulas,
418
de Lupe y don Juan Leal.
El teniente‟e San Lorenzo,
fue muy triste su destino,
nomás le llegó el aviso,
y parecía remolino.
Gritaba Santiago Núñez,
¡ay! Gritaba con afán:
“que me manden la defensa,
del pueblo Aquiles Serdán”.
Ahí viene José Borrego,
que parecía la dientona,
del miedo que les tenía,
no llego más que a la loma.
Ahí venía este Luis Pineda,
como queriendo llorar,
del miedo que les tenía,
ni el cuerno podía pitar.
Las mujeres de ese pueblo,
estaban muy asustadas;
unas se meaban a gatas,
y otras se meaban paradas.
“Aquí no hay quien valga más”,
gritaban los agraristas,
ahí salieron asustados,
toditos los fraccionarios.
Otro día por la mañana,
devisan por los rincones,
el primero que corrió,
fue don Canuto Pintores.
Ya con esta me despido,
con estos versos cabales,
estos versos los compuso;
el que teje los huacales.
Ya con esta me despido,
ladeándome mi sombrero,
aquí termina el corrido,
de los mentados cristeros.
419
El 7 de junio de 1936, en el Arroyo del Paso Ancho, cercano a San Juan
Capistrano, municipio de Valparaíso,
Zacatecas, el coronel cristero Florencio
Estrada cayó en una emboscada dirigida por el teniente coronel regular Ignacio
Tejeda. El cuerpo de Florencio Estrada fue exhibido en la plaza de Huejuquilla El
Alto, Jalisco. Florencio Estrada, con sus tropas de cristeros indígenas, muchos de
ellos no católicos, tepehuanes, huicholes y mestizos había actuado como soldado
de Cristo desde la Primera Rebelión, a partir de 1927, afiliado a las fuerzas del
Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango, ELCED, que dirigió Trinidad
Mora.
El escritor Antonio Estrada Muñoz, hijo del coronel Florencio Estrada, en su novela
Rescoldo. Los últimos cristeros, considerada por Juan Rulfo como una de las
mejores cinco novelas de la Literatura mexicana, narró la lucha de los últimos
cristeros de Durango, quienes, desdeñados por la Iglesia Católica, más que por
las banderas del catolicismo social y los móviles de la estrecha moralidad de los
conservadores citadinos, peleaban por la sobrevivencia de los pueblos tepehuán,
cora, huichol, mexicanero y las comunidades de mestizos, en la defensa de los
bosques de la Sierra Madre Occidental y de las formas de vida comunitaria,
contraria a las imposiciones agraristas oficiales regionales y sin relación con los
intereses de los conservadores, en una complicada guerra de múltiples actores de:
cristeros (tepehuanes, coras, huicholes, mexicaneros y mestizos), Brigadas
Femeninas Santa Juana de Arco o Bi-Bi Brigada Invisible – Brigada Invencible,
que pelearon en contra del Ejército Federal, las tropas agraristas auxiliares
irregulares, así como los grupos tepehuanes, huicholes y coras gobiernistas.
Mañanas de Florencio Estrada 164
Anónimo
Escuchen señores,
con mucho cuidado
con todita la atención,
164
Cantado por don Luis Domínguez, corridista de la plaza de Armas de Durango, recogido por
Antonio Avitia en 1993
420
murió don Florencio,
el hombre valiente,
hombre de resolución.
Le dijo Florencio,
montado en su macho,
a los de su infantería:
“Qué dicen muchachos,
nos vamos temprano,
antes de alborear el día”.
En ese Paso Ancho,
estaban almorzando,
cuando el gobierno llegó,
allí se batieron
a fuego cerrado,
donde Florencio murió.
Pobre de Florencio,
cuando ya lo hirieron,
se le acercó más la bola,
detrás de una peña,
se puso a hacer fuego,
y ya no tronó su pistola.
Vuela paloma, sigue volando,
con todo el vuelo,
que Dios te dio,
anda a avisar, a ese Huazamota,
que Florencio Estrada,
ya se murió.
Pobre de Florencio,
cuando andaba herido,
la bola se le arrimaba,
luego un capitán
de esos del gobierno,
le dio un balazo en la cara.
Adiós mis amigos,
y mis compañeros,
los que no quieren andar,
váyanse muy lejos,
a otros países,
no los vayan a matar.
Adiós mis hermanos,
421
y mis compañeros,
los acompaño hasta aquí,
váyanse muy lejos,
a otros países,
no les pase lo que a mí.
Adiós mi señora,
Lolita Muñoz,
ya me voy a separar,
lo que sí te encargo
y son a mis hijos
no los vayas a entregar.
Adiós mi señora,
Lolita Muñoz
me despido en tu presencia,
y cómo quieres
que yo tenga vida,
si Dios me echó la asistencia.
Ese dieciséis,
en el mes de junio,
un sábado por la tarde,
tomó don Florencio,
por San Juan, señores,
muy silencio y sin alarde.
Andaba esa gente,
de ese Huejuquilla,
la gente con mucho ruido,
querían conocer,
a ese rebelde,
que nunca se había rendido.
Vuela paloma, sigue volando,
con todo el vuelo,
que Dios te dio,
anda a contar
a ese Huazamota,
que Florencio Estrada
ya se murió.
422
Florencio Estrada y Dolores Muñoz, en Los Ángeles, California, 1925 (circa)
165
423
Forro de la primera edición de Rescoldo
165
Florencio Estrada y Dolores Muñoz, en los Ángeles, California, 1925; Archivo fotográfico
personal de Adolfo Estrada Muñoz, facilitada por él mismo, recogida por Antonio Avitia, en
Huazamota, 1995.
424
Durante la Segunda Rebelión Cristera, el Ejército Libertador Cristero del Estado de
Durango, ELCED, incluyó entre sus filas a algunos miembros del pueblo tepehuán,
liderados por Chano Gurrola y Juan Andrés Soto. En contraparte, los tepehuanes
afiliados y leales al Gobierno Federal, obedecieron las órdenes de su jefe Chón
Aguilar.
La guerra cristera, que dividió a la etnia tepehuán, poco tenía que ver con los
cirios y los rosarios de los conservadores y la Iglesia Católica. Los móviles de los
cristeros indígenas no católicos estaban más relacionados con la defensa de los
terrenos boscosos contra la intromisión, el despojo y la tala de los mismos, por
parte de diversas compañías madereras transnacionales como la Lumber Co.. Al
mismo tiempo, los cristeros indígenas intentaban mantener un sistema de vida
comunal, de acuerdo a la visión del mundo, cosmogonía, costumbres y tradiciones
de su ancestral civilización seminómada.
Por su parte, los tepehuanes gobiernistas optaban por la apertura de los bosques
a la explotación de las compañías taladoras y por el agrarismo ejidal en los
complicados y conflictivos linderos de la región de Santa María Ocotán y
Xoconoxtle, del municipio de Mezquital.
Después de varios combates contra las tropas regulares y las auxiliares
irregulares indígenas tepehuanes del Gobierno, el jefe cristero tepehuán Juan
Andrés Soto, aliado del general cristero Federico Vázquez, cayó abatido en el mes
de septiembre de 1936 y el propio general Lázaro Cárdenas del Río, presidente de
República, envió radiogramas a la sierra de Durango para felicitar al jefe Chón
Aguilar y sus tepehuanes gobiernistas por los triunfos logrados en el combate
contra los cristeros. Por su parte, los corridistas tepehuanes compusieron su
corrido a Juan Andrés Soto, para perpetuar la memoria de sus hazañas rebeldes.
Corrido de Juan Soto 166
Anónimo
166
La música en el Nayar, México, cassette INI-RAD-II-8 (XEJMN), 1994, cantado por Gregorio
Ciriani Flores, Lorenzo Soto Soto, Jorge Soto Soto y Honorato de la Rosa Mijares.
425
Voy a cantarles amigos,
de una historia muy famosa
en Santa María Ocotán
estao‟e Durango vivía:
“Me llamó Juan Andrés Soto”
con mucho valor decía.
Era un hombre decidido,
el miedo no conocía,
andando por dondequiera,
valientemente luchaba,
con sus trescientos soldados
de la Rebelión Cristera.
Por dondequiera que andaba
todos ya no lo querían,
porque era un hombre cristero
y en armas contra el gobierno,
del estado de Durango,
Nayarit y de Chihuahua.
Año de mil novecientos
en treinta y seis fue su muerte,
en el campo Los Crestones,
le pusieron la emboscada,
lo mató Chon Aguilar,
Juan Andrés no traiba gente.
Los dos eran compañeros,
Juan Andrés y Federico
que se apellidaba Vázquez,
el Gobierno lo seguía,
los dos hombres muy valientes
pero ellos se defendían.
Más antes fue perseguido,
el coronel José Ruiz,
pero en Cerro de Las Papas,
el coronel fue perdido,
por un hombre traicionado
llamado Lucio Carrillo.
Era el año treinta y tres,
en Santa María Ocotán,
cuando el señor Juan Andrés,
apañó varios soldados,
para expulsar a unos maestros
426
de un Internado mentado.
Año de mil novecientos,
treinta y seis fue su muerte,
en el Campo Los Crestones,
le pusieron la emboscada,
lo mató Chón Aguilar,
Juan Andrés no traiba gente.
427
En los últimos treinta años del siglo XIX, La Región Lagunera, que comprende
varios municipios del noreste del estado de Durango y del suroeste del de
Coahuila, con la introducción de los ferrocarriles Central Mexicano e Internacional,
así como de los diversos sistemas de irrigación de la zona semidesértica, por
medio de los canales construidos sobre los cauces de los ríos Nazas y Aguanaval,
se transformó en un enclave minero, agrícola e industrial de gran importancia
económica. Los capitales de la Tlahualilo Company, Pourcell, La Algodonera,
Brittingham y Lavín, entre otros, crecieron con la explotación del trabajo de los
jornaleros, acapillados, temporales y bonanceros. Estos últimos asistían a La
Laguna en las épocas de mayor demanda de mano de obra, en los tiempos de la
pizca del algodón.
Después del violento periodo épico la de Revolución, los trabajadores agrícolas de
La Laguna iniciaron su organización en sindicatos. No pocos de los sindicatos
agrícolas laguneros se afiliaron al Partido Comunista Mexicano, PCM, desde la
década de los veintes del siglo XX. En demanda de mejoras laborales, los
miembros de los sindicatos agrícolas laguneros organizaron diversas huelgas que
sistemáticamente fuero quebradas por los patrones mediante la contratación de
guardias blancas y esquiroles.
En 1935, el problema laboral lagunero se agudizó. Las demandas de los
trabajadores agrícolas, más que agraristas y de reparto de tierras, eran en el
sentido proletario de mejora de la situación laboral, la contratación colectiva y la
seguridad social, entre otras. Así, la Federación de Sindicatos de Obreros y
Campesinos de Durango, FSOCD, tomó la iniciativa de la resistencia y para el 18
de agosto de 1936, dio inicio una gran huelga de jornaleros agrícolas laguneros
que fue apoyada por los trabajadores urbanos, mineros, textiles y ferrocarrileros
de la región, con la intervención de la Confederación de Trabajadores de México,
CTM y el PCM. En medio de la huelga, los patrones acarrearon de fuera más
gente que nunca, y los huelguistas se trenzaron con sus suplentes esquiroles.
Nadie sabe a ciencia cierta cuántos muertos y heridos hubo en la ocasión. La
huelga de La Laguna duró diez días y afectó a 72 ranchos de los estados de
Coahuila y Durango.
428
Para poner solución al conflicto, el 19 de octubre de 1936, el general Lázaro
Cárdenas del Río, en su papel de presidente de la República, decretó la
expropiación y reparto de los territorios en cuestión. En el dotación resultaron
beneficiados entre 15 y 16,000 peones acapillados, 10,000 eventuales y 15,000
bonanceros. Para pa explotación de la zona se integraron unidades de producción
y cooperativas agrícolas. Era el inicio de la política agraria cardenista que se
continuaría con los repartos de los estados de Michoacán y Yucatán, entre otros.
Correspondió a Agustín Ramírez la composición de la lírica narrativa oficial, que
se ocupó del reparto agrario de La Laguna, suceso que modificó las relaciones
políticas, económicas y sociales, así como las expectativas de los habitantes de la
región.
Corrido de La Laguna
Agustín Ramírez
Año de mil novecientos,
octubre del treinta y seis,
de la Región Lagunera
los hechos les contaré.
Corrido de La Laguna,
que toditos cantarán,
porque pinta los sucesos
más grandes de este lugar.
Dos corazones unidos,
Coahuila y Durango son,
se juntan en La Laguna,
capullito de algodón.
Situación de La Laguna
precaria para el peón,
mucho dinero corriendo,
mas todo para el patrón.
ESTRIBILLO:
429
Laguna, tierra de ensueño,
Laguna, tierra de amor,
hoy pones un bello ejemplo
a todita la Nación.
Cárdenas con sus anhelos,
sociales de redención,
repartió a los agraristas
la tierra del algodón.
Muchos dueños protestaron,
pero viendo la razón,
todas las tierras cedieron
por un México mejor.
Linda tierra lagunera,
mentada por tu riqueza,
el pueblo, la clase humilde,
te dará mayor grandeza.
Militares y civiles,
al llegar Gabino Vázquez,
con entusiasmo acogieron
de Cárdenas los ideales.
ESTRIBILLO:
Laguna, tierra de ensueño,
Laguna, tierra de amor,
hoy pones un bello ejemplo
a todita la Nación.
Con nobleza se enaltece,
en la Hacienda de Dolores,
ofrecieron sus terrenos
para los trabajadores.
Con Marroquín y Ramírez
hubo muchos laguneros
que, además de dar sus tierras,
colaboran con el pueblo.
Hacienda de Tlahualilo,
primera repartición,
que vas a dar a los pobres
la tierra y la redención.
ESTRIBILLO:
430
Laguna, tierra de ensueño,
Laguna, tierra de amor,
hoy pones un bello ejemplo
a todita la Nación.
Dejando pasiones bajas
y protestas de rencor
¡Viva el pueblo lagunero!
Cantemos con emoción.
Ya señores, me despido,
de Gómez, Lerdo y Torreón,
aquí se acaban cantando,
los versos del algodón.
ESTRIBILLO:
Laguna, tierra de ensueño,
Laguna, tierra de amor,
hoy pones un bello ejemplo
a todita la Nación.
431
Campesinos laguneros laborando en un canal de irrigación en los años
treinta del siglo XX
432
Un día de diciembre de 1936, el general cristero Trinidad Mora, jefe de
operaciones militares del Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango,
ELCED y líder natural de mestizos, tepehuanes, coras, huicholes y mexicaneros
cristeros, fue emboscado en su casa de la ciudad de Durango. En la acción, los
soldados federales horadaron el techo de la vivienda para poder acceder hasta
donde Mora ofrecía resistencia. Acostumbrado a la guerra desde la Primera
Rebelión Cristera, Mora, junto con tres de sus subalternos resistió hasta la muerte.
La larga y complicada Segunda Rebelión Cristera se iba quedando descabezada.
Corrido de la muerte de Trinidad Mora 167
Anónimo
Año de mil novecientos,
treinta y seis, en esta vez,
hubo que agarrar a Mora,
en compañía de otros tres.
Mora se vino a Durango,
para poderse curar,
y se le puso, en el centro,
una casita comprar.
Dos meses tenía viviendo,
y otro que no completaba,
pero a las escondidillas,
del Gobierno se burlaba.
Se fueron unos charritos,
a una cantina a tomar
y de copita en copita,
de Mora empiezan a hablar.
Un soldado del Cuarenta
al oír que platicaban,
se fue a vestir de paisano,
a ver si los encontraba.
167
Comunicado por Francisco Félix, en el atrio de la catedral de Durango, recogido por Hermelinda
Hernández Terrazas en 1987.
433
Cuando regresó el soldado,
todavía logró encontrarlos,
les empezó a dar copitas,
y poco a poco a tantearlos.
Luego les dice el soldado,
con muchísima atención:
“¿Dónde se encontrará Mora?,
quiero darme de alta yo”.
Le contestó el individuo:
“Si usted quiere hablar con él;
vive en la calle de Zarco,
número seiscientos seis”.
Luego regresó el soldado,
a hablar con el coronel;
“Ya sé donde se halla Mora,
vamos a acabar con él”.
Le contestó el coronel:
“Tú te encargas de esa gente,
si tú logras descubrirlo,
te la doy de subteniente”:
Luego que el gobierno supo,
que en Durango subsistía,
ahí le velaron la casa,
de noche como de día.
Y una noche los soldados,
ya cansados de velar,
le destecharon la casa,
para poderlo agarrar.
Mucho parque y medicina,
fue lo que se le encontró,
porque pensaba salir,
y no se le concedió.
Vuela, vuela palomita,
a Santiago Bayacora,
avísale a los cristeros,
que ya mataron a Mora.
Ya con esta me despido,
434
porque ya llegó la hora,
aquí termina el corrido,
del señor Trinidad Mora.
Los cuerpos del general Trinidad Mora y quienes cayeron junto con él,
expuestos en el patio del Hospital Civil de Durango
435
Ladislao Alvarado, mejor conocido como El Chojo,
168
fue un famoso bandolero
que durante los años treintas del siglo XX asoló la Región Lagunera y la Región de
Los Llanos del estado de Durango. El Chojo Ladislao ubicó su refugio en el
municipio de Matamoros, Tamaulipas y actuó principalmente en el municipio de
Gómez Palacio, como jefe de una banda que tuvo como integrantes a El
Chapeado, El Borrado, Francisco Quiñones y Pedro Valenzuela, entre otros. Los
asesinatos y asaltos que cometió la banda del Chojo fueron novelados por
Manuel Terán Lira. Después de una prolongada búsqueda, el 30 de enero de
1937, la banda del Chojo Ladislao fue emboscada por tropas regulares, en el
rancho Casablanca, ubicado al norte del Cerro de La Pila, ubicado en la ciudad de
Gómez Palacio. En la refriega El Chojo cayó abatido por las balas del gobierno.
Corrido del Chojo Ladislao 169
Anónimo
Domingo treinta de enero,
como a las tres de la tarde,
mataron a Ladislao,
sin dar muestras de cobarde.
Se juntaron para el golpe,
policías y federales,
y él empezó los balazos
gritando: “¡Tales por cuales!”.
En Pedriceña mató
a don Adrián López Frías,
desde entonces el Gobierno,
tenía contados sus días.
Matamoros fue su fuerte,
pues allá hasta se paseaba,
en queridas y en parrandas,
el dinero lo gastaba.
168
Chojo. Adjetivo norteño que significa achaparrado o de baja estatura.
Revolución. Revista mensual de política y cultura, # 45, Torreón, Coahuila, Editorial Macondo,
abril de 1986, contraportada.
169
436
Asaltó el banco en San Pedro
y nadie sabía lo que era,
a las ocho de la noche,
se soltó la balacera.
Murieron tres policías
en el lugar de los hechos
y El Chojo se les pintó,
llevándose ocho mil pesos.
El Chapeado y El Borrado,
venían haciendo traición,
eran cuicos y bandidos
y el segundo fue llorón.
Lo rodearon en la casa,
de un tal Pedro Valenzuela,
que se encontraba en el riego,
cultivando la parcela.
Ese domingo fatal,
se balaceó sin recelo,
corrió junto con Fidel,
montados a puro pelo.
Si sino ya estaba escrito,
se le cansó su caballo,
y El Chojo se echó pie a tierra,
peleando como buen gallo.
Muy buena cuarenta y cinco,
portaba siempre Alvarado,
pero le llegó el día
en que lo mató un soldado.
Adiós Panchito Quiñones,
Valenzuela y El Borrado,
ya acabó por fin El Chojo
y en Torreón fue sepultado.
437
438
Francisco Sarabia Tinoco nació el 3 de julio de 1900, en la ciudad de Lerdo,
Durango. En esa ciudad Sarabia estudió la primaria y después, en los Estados
Unidos, curso el bachillerato y se especializó en mecánica. Hacia el año de 1928,
en Chicago, Illinois, Francisco Sarabia estuvo matriculado en la Aeronautic School
y realizaba exhibiciones acrobáticas en un circo aéreo.
De regresos en su Patria, Sarabia fundó una escuela de aviación en Monterrey,
Nuevo León, fue piloto de carga en Tabasco, fundo la empresa de Transportes
Aéreos de Chiapas, con una flota de 32 pequeños aviones y también estableció
una ruta aérea en Baja California. El escritor Graham Greene, en su novela
Caminos sin ley, dedica una buena parte de su relato a las hazañas aeronáuticas
de Sarabia en medio de las selvas del sureste del país.
En 1938, la pericia aeronáutica de Sarabia comenzó a batir récords
internacionales de velocidad en viajes aéreos de distancia. El 2 de diciembre de
1938, el piloto cubrió la ruta de México a Los Ángeles, en seis horas y media. El
10 de marzo del mismo año, el aviador durangueño voló de México a Chetumal en
tres horas con treinta y un minutos. Tres días después, el intrépido aeronauta,
cubrió su ruta de Chetumal a Mérida en sólo cuarenta y ocho minutos. Sin dejar
los controles, el 9 de abril la nueva hazaña fue de México a Guatemala, en
únicamente dos horas con cincuenta y cinco minutos.
Durante un viaje a los Estados Unidos, el piloto lagunero adquirió un avión GEEBEE, al que bautizó con el nombre de El Conquistador del Cielo y lo adaptó para
su máxima hazaña. La bitácora señalaba salida del Campo Aéreo de Balbuena, en
la Ciudad de México, el 24 de mayo de 1939 y con solo el combustible
indispensable, ante la expectativa de los mexicanos y los estadounidenses,
Sarabia cubrió la distancia entre México y Nueva York, en diez horas con cuarenta
y tres minutos.
Después de la hazaña que le ganó la admiración y su lugar entre los más
destacados aviadores de la Historia, Francisco Sarabia tenía en mente regresar a
su tierra natal para visitar a doña María Tinoco, su madre. Sin embargo, lo que
sucedió después fue descrito por las cinco versiones diferentes de corridos de
Sarabia. Aquí se transcribe una de ellas.
439
Corrido de Francisco Sarabia 170
Felipe Valdez Leal
Del Campo de Balbuena,
se alzó hasta el firmamento,
un pájaro de acero,
con rumbo a Nueva York.
Ligero como el aire,
más rápido que el viento,
perdiéndose en las nubes,
a todos dijo: “Adiós”.
Y allá en la inmensa altura
de un héroe el pensamiento,
volaba tras la dicha
de ser el vencedor.
Tan sólo por la gloria
de ver que su bandera
ondeara con orgullo,
allá en otra nación.
Sarabia atravesaba,
la larga cordillera,
volando como nunca
lo hiciera otro aviador.
Y, a veces, desdeñando,
la muerte traicionera,
cruzaba el horizonte
rugiendo su motor.
En menos de doce horas
de continuado vuelo,
Sarabia victorioso
llegaba a Nueva York.
Intrépido piloto,
que al descender del cielo,
de daba a nuestra Patria,
con ello, un grande honor.
170
Antología del corrido mexicano, México, álbum de discos Orfeón, LP-JM-06, 1974, cantado por
Emmanuel Gómez.
440
Y nunca imaginaba,
que allá, en extraño suelo,
su nave traicionara
su arrojo y su valor.
Así como a Carranza,
le guió el mismo camino,
iguales los laureles
supieron conquistar.
Y fue la misma suerte,
que les marcó el destino,
que muertos, a su Patria,
tenían que regresar.
Carranza halló la muerte,
en un rayo asesino,
Sarabia entre las aguas
del Río Potomac.
441
442
Francisco Sarabia y El Conquistador del Cielo
El Conquistador del Cielo
443
Silvestre Revueltas Sánchez nació el 31 de diciembre de 1899, en Santiago
Papasquiaro, Durango. Revueltas estudió música y composición sinfónica, en la
ciudad de México y en los Estados Unidos. En el año de 1929, el compositor
durangueño fue cofundador de la Orquesta Sinfónica de México y trabajó como
catedrático del Conservatorio Nacional de Música . Revueltas sobresalió en el
ámbito internacional por su gran genio creativo como compositor que legó a la
humanidad diversas y piezas musicales que se han integrado a los repertorios de
la una buena cantidad de orquestas sinfónicas del mundo, en su mayoría ubicadas
dentro del movimiento estético nacionalista mexicano como las piezas sinfónicas:
Sensemaya, Janitzio, Homenaje a García Lorca, El renacuajo paseador, la música
para las películas: Vámonos con Pancho Villa, La noche de los mayas, El signo de
la muerte, así como la poco conocida pero excelente sinfonía Tierra para las
macetas, entre muchas otras.
El 5 de octubre de 1940, víctima de una pulmonía, Silvestre Revueltas falleció en
la ciudad de México y Alfonso del Río compuso las cuartetas de su corrido
fúnebre. Por su parte el poeta chileno Pablo Neruda, amigo personal de Silvestre
Revueltas escribió y publicó su entrañable poema: A Silvestre Revueltas, de
México en su muerte (oratorio menor)
A Silvestre Revueltas, de México en su muerte (oratorio menor)
171
Pablo Neruda
Cuando un hombre como Silvestre Revueltas
vuelve definitivamente a la tierra,
hay un rumor, una ola
de voz y llanto que prepara y propaga su partida.
Las pequeñas raíces dicen a los cereales: «Murió
Silvestre»,
y el trigo ondula su nombre en las laderas
y luego el pan lo sabe.
Todos los árboles de América ya lo saben
171
NERUDA, PABLO. Canto general, Caracas, Venezuela, Biblioteca Ayacucho, 1981, pp. 290 a
291.
444
y también las flores heladas de nuestra región ártica.
Las gotas de agua lo trasmiten,
los ríos indomables de la
Araucanía ya saben la noticia.
De ventisquero a lago, de lago a planta,
de planta a fuego, de fuego a humo:
todo lo que arde, canta, florece, baila y revive,
todo lo permanente, alto y profundo de nuestra América lo
acogen:
pianos y pájaros, sueños y sonidos, la red palpitante
que une en el aire todos nuestros climas,
tiembla y traslada el coro funeral.
Silvestre ha muerto, Silvestre ha entrado en su música
total,
en su silencio sonoro.
Hijo de la tierra, niño de la tierra, desde hoy entras en el
tiempo.
Desde hoy tu nombre lleno de música volará
cuando se toque tu patria, como desde una campana;
con un sonido nunca oído, con el sonido de lo que fuiste,
hermano.
Tu corazón de catedral nos cubre en este instante, como el
firmamento
y tu canto grande y grandioso, tu ternura volcánica,
llena toda la altura como una estatua ardiendo.
Por qué has derramado la vida? Por qué
has vertido
en cada copa tu sangre? Por qué
has buscado
como un ángel ciego, golpeándose contra las puertas
oscuras?
Ah, pero de tu nombre sale música
y de tu música, como de un mercado,
salen coronas de laurel fragante
y manzanas de olor y simetría.
En este día solemne de despedida eres tú el despedido,
pero tú ya no oyes,
tu noble frente falta y es como si faltara
un gran árbol en medio de la casa del hombre.
Pero la luz que vemos es otra luz desde hoy,
la calle que doblamos es una nueva calle,
la mano que tocamos desde hoy tiene tu fuerza,
todas las cosas toman vigor en tu descanso
y tu pureza subirá desde las piedras
a mostrarnos la claridad de la esperanza.
Reposa, hermano, el día tuyo ha terminado,
con tu alma dulce y poderosa lo llenaste
445
de luz más alta que la luz del día
y de un sonido azul como la voz del cielo.
Tu hermano y tus amigos me han pedido
que repita tu nombre en el aire de América,
que lo conozca el toro de la pampa, y la nieve,
que lo arrebate el mar, que lo discuta el viento.
Ahora son las estrellas de América tu patria
y desde hoy tu casa sin puertas es la Tierra.
¡A’i con la venia...! La muerte de Revueltas
172
Alfonso del Río
A‟i con la venia, señores,
voy a cantar un corrido,
andan los malos rumores,
de un caso muy aflictivo.
Hagan la rueda, mirones,
traigo noticias bien ciertas,
sé de los hechos mejores,
del un tal Silvestre Revueltas.
Pónganme todos cuidado,
que ando con muchos dobleces,
vengo los hechos cantando,
de ese famoso Revueltas.
Quiero que sapan ustedes,
de un músico muy pujante,
¿no hay quien permiso me niegue?
Voy a seguir adelante.
Señores, oigan la nueva,
la nueva que trajo el día,
murió silvestre Revueltas,
murió de una pulmonía.
El viernes cuatro de octubre,
del novecientos cuarenta,
172
RÍO, ALFONSO DEL. Cantar de Silvestre Revueltas, México, Ed. Revista Musical Mexicana,
1937, pp. 12 a 23.
446
por ahí de la media noche,
se fue Silvestre Revueltas.
Silvestre, ya en agonía,
la gente en el Bellas Artes,
aplaude con alegría,
su Renacuajo paseante.
Nadie se lo imaginaba,
todos se hallaban contentos,
y mientras allá en su casa,
Revueltas estaba muerto.
Los músicos no creían,
la gente no daba crédito,
a todos les parecía,
que se iniciaba un concierto.
Pensaban en obras nuevas,
las últimas de Silvestre,
tal vez en La coronela,
su ballet, el más reciente.
Aquel que estrenó Waldeen,
la famosa bailarina,
que le dio vida a la muerte,
cananas y carabina.
¡Diablo de vieja huesona,
más flaca que una hebra de hilo,
por más que traga no engorda,
a nadie deja tranquilo!
Se lleva al hombre que vale,
lo mismo que al más gordote,
joven y rico, ¡no le hace!
se lleva al rico y al pobre.
Revueltas bien lo sabía,
que aprovechando una mona,
al fin se lo llevaría
la muy ingrata pelona.
Andando en sus alegrías.
muy recelosa lo espiaba,
él, un violín le pintaba
y en sus beberes seguía.
447
Pero sucede que un día,
llamó a la muerte a su cama,
para escribirle una danza
y ella cargó con su vida.
Quedó su cara serena,
igual que la de un valiente,
despreciativa, sin pena,
¡le vino guanga la muerte!
Y un sábado en la mañana,
llegó Silvestre Revueltas,
a la capital dorada,
de gran agencia muertera.
Los médicos de esta casa,
todito lo tasajearon,
y dizque pa‟ que durara,
las tripas se las lavaron.
Después, la caja muy fina,
de seda y abullonados,
de motas en las esquinas,
se lo tragó de un bocado.
Hiciéronle buen velorio,
sus gentes y sus amigos,
allá en el Conservatorio,
estuvo entre cuatro cirios.
Alfonso del Río, Baqueiro,
lueguito se adelantaron,
y fueron los dos primeros,
que al muerto se le acercaron.
Ahí „sta Revueltas tendido,
al frente, como guardianes,
de un lado, Julián Carrillo,
del otro, Don Carlos Chávez.
Ahí le hicieron la guardia,
toditas sus amistades,
de todas partes llegaban,
llenando aquellos portales.
Pintores, muchos poetas,
448
todos con caras tristonas,
iban a ver a Revueltas,
tapado por las coronas.
Estando el pobre sin vida,
le echaron unas canciones,
Sonia Verbitzki le abría,
su jaula de ruiseñores.
Los músicos de la orquesta,
por puños están llegando,
su afecto para Revueltas,
así lo van demostrando.
„Orita le están tocando,
la marcha más rigurosa,
ya primero le tocaron,
su Duelo por García Lorca.
Dirigió Guillermo Orta,
después siguió Chucho Reyes,
la música era una rosa,
de aroma y colores tenues.
Sólo la Marcha dragona,
que toca Isaac Calderón,
en su trompeta sonora,
parece llanto de flor.
Está parado en la esquina,
mandando al barrio sus toques,
la pena se la adivinan,
todos aquellos mirones.
La tropa vino a callarlo,
que es pieza tan militar,
que no se puede tocar,
cuando uno pueda desearlo.
“Pues que la hizo mi padre,
si casi soy su hermanito,
¿Cómo no voy a tocarle,
la marcha yo a mi maestrito?”.
“¿Es que no saben ustedes,
que está tendido Revueltas?
¡Si éste también era un jefe,
449
nomás que sin charreteras!”.
La tropa oyó sus razones,
y allá, cada media hora,
tocaba Isaac, los girones
de aquella Marcha dragona.
La calle de La Moneda,
de gente estaba apretada,
toda se hallaba silencia,
ni coches la transitaban.
en una negra carroza,
su caja está colocada,
en otra llora su esposa,
juntito con sus cuñadas.
Montones de acompañantes,
llenaron muchas carrozas,
y otras llevaban remates
de flores y de coronas.
en el panteón lo bajamos,
me acuerdo, fue día domingo,
junto al cadáver hablaron,
último adiós los amigos.
Pablo Neruda le dijo,
cosas que oyó todo el mundo,
llanto que fue en los caminos,
haciéndose más profundo.
Señores de alto copete,
de todas clases había,
se hallaba toda la gente,
parada en las tumbas frías.
Parece que estaba junta,
para escuchar un concierto,
Revueltas, desde su tumba,
se lo estaría dirigiendo.
amigos, ya me despido,
Revueltas quedó enterrado,
aquí se acaba el corrido,
de un músico señalado.
450
Silvestre Revueltas Sánchez
451
452
Durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, en diciembre el año de
1941, después del ataque de los japoneses a Pearl Harbor, los Estados Unidos
de Norteamérica declararon la guerra a las potencias del Eje y de inmediato se
inició el reclutamiento de civiles estadounidenses y el envío de tropas a los frentes
de guerra de Europa y el Océano Pacífico. Esta situación originó la ausencia de la
mano de obra nativa en los campos agrícolas y en algunos sectores industriales
del vecino país del norte.
En 1942, con el objeto de sostener su economía de guerra y ante la merma de
mano de obra, el Gobierno de los Estados Unidos, en coordinación con el
Gobierno de México puso en funcionamiento un sistema de contrataciones o
enganches de braceros mexicanos.
Entre los términos del convenio figuraban, como garantías para los trabajadores
contratados: la exención del servicio militar, la protección contra actos de
discriminación racial, así como la obligación de los patrones de proveerlos de
transporte y viáticos, tanto del viaje de ida como del de retorno. Se estipulaba
también que a los braceros mexicanos se les proporcionaría alojamiento, servicios
sanitarios, atención médica y protección, en caso de enfermedades profesionales
y accidentes, así como salarios en cantidades iguales a las de los trabajadores
agrícolas estadounidenses. Como era de esperarse, en el momento de su puesta
en marcha, las cláusulas de los convenios de las contrataciones de braceros, sólo
fueron cumplidas de manera parcial y todavía en los inicios del siglo XXI los ex
braceros litigaban por el pago no cubierto, de un seguro descontado de sus
haberes.
Aún cuando existía el programa de contratación de braceros, los inmigrantes
ilegales mexicanos a los Estados Unidos rebasaron siempre la cifra de los
inmigrantes legales, sobre todo por las dificultades burocráticas de las
contrataciones y los enganches.
Para agilizar el programa de braceros, el Gobierno Mexicano abrió centros de
contratación como el de la ciudad de Durango, donde, como lo relatan los corridos
Tragedia de los braceros y El bracero durangueño, Con la esperanza de ser
contratados en los enganches, muchos campesinos sin tierra, y algunos otros que
453
ya contaban con dotación de tenencia de parcelas, como ejidatarios o comuneros,
se enlistaron para ser enganchados. Sin embargo, para junio de 1944, la
contratación de braceros estaba aparentemente limitada por parte del Gobierno
Estadounidense y no pocos jornaleros que habían abandonado sus poblados, se
encontraron desamparados en la ciudad de Durango, en la larga espera para ser
contratados en algún enganche.
A la sazón, el líder popular Máximo Gámiz Fernández se movilizó ante las
autoridades mexicanas y estadounidenses, de sus gestiones y diligencias resultó
que, al estado de Durango, se le señalara la cuota más alta de braceros para el
año de 1944.
Una vez terminada la guerra, en las siguientes décadas y hasta los años setentas
del siglo XX, los programas de contratación de braceros continuarían, hasta que el
Gobierno de los Estados Unidos decidió darlos por terminados. Aunque la
inexorable emigración, sin retorno, de durangueños a los Estados Unidos, ya no
podría ser detenida.
Corrido de los braceros 173
J. Florentino
Con el permiso señores,
con la venia compañeros,
voy a cantar la tragedia,
de toditos los braceros.
el año cuarenta y cuatro,
señores tengan presente,
estábamos en Durango,
muchísima gente.
Nos daban de comer,
a todos en el Hospicio,
nos íbamos arrimando,
haciendo sacrificio.
La mayor parte de la gente,
173
ARIAS, OLGA y ANTONIO ARREOLA VALENZUELA. Máximo Gámiz Fernández. Un auténtico
líder, Durango, Gobierno del Estado de Durango, 1979, pp. 15 a 16.
454
se va a trabajar,
y los demás mirando,
porque no tenemos qué almorzar.
el veinticinco de junio,
compañeros ¡qué tristeza!
por fin se concedió
de los mismos compañeros un mensaje.
una mesa directiva,
con muchísimos afanes,
poniendo su inteligencia,
el profesor Gámiz.
El profesor Gámiz,
se muestra buen hermano,
buscando el bien,
para todo mexicano,
toditos los braceros,
toditos en general.
Quedarán agradecidos,
con mi general Corral,
todos los braceros,
estábamos en un brete,
esperando los renganchistas
que vinieran el veinticinco.
De varios municipios,
estábamos reunidos,
toditos con la esperanza,
de ir a los Estados Unidos.
Le pedimos al Gobierno,
como hombres luchadores,
que nos deje ir a Estados Unidos,
a todo hombre trabajador.
Ya hicimos el sacrificio
y estamos desesperados,
que se quedan nuestros hijos,
todos desamparados.
Decía un compañero,
que es Adolfo Sandoval:
“No estén tristes compañeros
que todos nos vamos a enganchar”.
455
Decía el Güero Aureliano,
con todo su valor:
“Esto se lo debemos,
al señor gobernador”.
También el general Blas Corral,
no puso ningunas trabas,
de México dirigió
a Durango telegramas.
Gámiz y Velver
son buenos compañeros,
anduvieron trabajando,
a favor de los braceros.
Bonito Durango,
no lo puedo negar,
lo triste que se hace,
que no tengo qué almorzar.
Pensando y pensando,
se van las horas,
nos daban de comer,
cada veinticuatro horas.
Pobrecitos laguneros,
ellos no pueden ya,
porque tienen sus parcelas
y tiene qué cumplir.
Las mujeres que se quedaron,
y los hombres que se van,
se quedan con la esperanza
de que allá les mandarán.
Dispensen camaradas,
dispensen compañeros,
estos versos son compuestos,
por uno de los braceros.
Ya con esta me despido,
para no hacer ya fandango,
miren lo que pasó
en la capital de Durango.
El que compuso estos versos
456
no es poeta ni trovador.
Corrido del bracero durangueño 174
Teófilo Nevárez Ramos
Con cariño verdadero,
aquí les voy a dejar,
los versos de los braceros,
que al calce voy a firmar.
Dos mil braceros reunidos,
en la ciudad colonial,
hoy estamos convencidos,
de este engaño sin igual.
No dirigimos a Pilo
y al ver nuestra situación,
éste, presto tomó el hilo,
pidiendo contratación.
“No se preocupen, muchachos”,
nos dijo sin vacilar,
“Hoy vienen ya los gabachos,
que los van a contratar”.
Pilo dijo que arreglaba
que vinieran contratistas,
pero éste nunca contaba,
con los pillos sinarquistas.
Y por estar esperando,
la dicha contestación,
estamos atravesando,
por terrible situación.
Braceros llenos de angustia,
que es muy triste recordar,
decían con caras muy mustias:
“Hoy no tengo qué almorzar”.
Aunque no haya que almorzar,
pedimos de corazón,
174
Ibíd., pp. 17 y 18.
457
diríjanse a Blas Corral,
que sabe la situación.
Y Gámiz, el consejero,
hombre de rectitud sin igual,
nos ayuda a los braceros,
al igual que Blas Corral.
La noticia de Blas Corral,
causó luto al corazón,
ni quién fuera a sospechar
esta triste negación.
La noticia voy a dar,
aunque la mano me tiemble:
“Los irán a contratar,
hasta el mes de septiembre”.
“Ya no hay enganches braceros,
regresen para sus chozas,
qué quieren pues, compañeros,
así termina las cosas”.
Las pobres mujeres tristes,
le dicen a su marido:
“¿Pero mi viejo, qué hiciste?
Mejor nunca hubieras ido”.
Aquel hombre avergonzado,
contesta a su fiel mujer:
“No me culpes, fui engañado,
te juro nunca volver”.
Y lamentan su amargura,
porque se acabó el maíz,
todo por buscar ventura,
en extranjero país.
El cónsul americano,
como obra humanitaria,
dijo que el país hermano,
daría ayuda pecuniaria.
Se oyeron los cañonazos,
de dinero disparar,
y colocó a los braceros,
a la orden del capital.
458
muchas gestiones se hicieron,
hombres de buenos centavos,
que no saldrán braceros,
pues necesitan esclavos.
Bien Gámiz, el consejero,
camarada comunista,
pensó que había obrado,
de elementos sinarquistas.
Que gocen abril y mayo,
julio a agosto va a pasar,
porque ahí viene el mero gallo,
que su brillo va a opacar.
¡Que vivan los comunistas!
¡Que muera Acción Nacional!
Alcen vuelo, sinarquistas,
porque ahí viene Blas Corral.
Abajo los sinarquistas
y polkos de Acción Nacional,
que el Partido Comunista,
en México va a triunfar.
Me despido de Corral
y de Gámiz con ternura
y Dios les ha de mandar,
prosperidad y ventura.
Muy bien por Máximo Gámiz,
camarada comunista,
que lucha por los ideales,
de un México antifascista.
No hay que dudar, compañeros,
que Máximo sí se mete,
nos defendió a los braceros,
a capa, espada y machete.
Demos las gracias hermanos,
a Máximo y secretaria
y al cónsul americano,
por su ayuda pecuniaria.
Partido de la Revolución,
459
también de ti me despido,
en otra contratación,
me darás por asistido.
Como no pienso volver,
me regreso con mi hermano,
me despido de Velver
y del güerito Aureliano.
Adiós Corral, ya me voy,
como soy tu partidario,
este recuerdo te doy,
lo publicas en El diario.
Me despido, compañeros,
ya que juntos fracasamos,
son recuerdos del bracero,
Teófilo Nevárez Ramos.
Registro de Seguridad Social del bracero durangueño Santos Núñez Sotelo
460
Identificación migratoria del bracero durangueño Santos Núñez Sotelo
461
El 25 de febrero de 1941, los últimos cristeros mestizos y tepehuanes que aún
resistían en la Sierra de Durango se rindieron, en la X Zona Militar, ante el general
Elpidio Velázquez, Entre 1940 y 1944, el ex jefe cristero Federico Vázquez se
transformó en el cacique de la región cristera de Durango, situación que, para el
Gobierno, representaba cierta fuerza política que, en cualquier momento,
podía ser movilizada formalmente.
Cuando se amnistió Vázquez, estaba de gobernador Elpidio Velázquez;
éstos quizás eran muy cuates, como luego dicen, porque le dio toda clase
de garantías haciéndolo jefe forestal y otros cargos más.
Este, cuando se vio con esos cargos, se fue a Santiago, allí empezó a
hacer cuanto él quería con los pobres poblanos (tepehuanes y huicholes)
imponiéndoles cuotas muy altas, estableciendo uniones, como por ejemplo,
Unión de Veteranos y no dejándolos trabajar libremente y multándolos
cuando hacían cosas que a él no le caían bien; él era el único que era todo,
él era el jefe del cuartel, el que representaba el pueblo y en fin, él era todo;
sin acordarse de cuando andábamos sufriendo todos en la sierra, en vez de
hacer por los del pueblo, era su primer enemigo. 175
En 1944, misivas, telegramas y recados al Ejecutivo Federal, solicitaban una plaza
burocrática para el ex general Federico Vázquez, ya que el nombramiento que se
le había otorgado al amnistiarse le había sido retirado.
176
Luego de algunos problemas de tipo administrativo, con el Gobierno del Estado;
durante el periodo de Blas Corral….
Fue una comisión a Santiago, a poner mal en contra de Quico Vázquez y el
gobernador ordenó que ya no anduviera metiendo en ningún asunto y que
si tenía otra queja de él, se procedería en su contra. 177
Era ya el año de 1945 y, considerando las declaraciones del gobernador como una
amenaza formal, hombre de pocas palabras, Federico Vázquez se retiró hacia El
Varal. En el Gobierno se sospechó de este movimiento y se interpretó como un
175
CAMPOS, FRANCISCO. “Memorias de Santiago Bayacora”, Op. Cit., p. 60 a 61.
AGN, Ramo Presidentes, Lázaro Cárdenas, docto. 710.11/207.
177
CAMPOS, FRANCISCO. Op. Cit., p. 63
176
462
nuevo intento de alzamiento cristero, en tiempos en que México ya participaba en
la Segunda Guerra Mundial y Hitler sucumbía en Alemania.
Pero el nuevo gobernador decidió apagar de una buena vez aquella única
brasa de rescoldo que sobraba.
Mandó diez mezquitaleños que se apostaran en los potreros de Federico.
A dos fuegos lo tumbaron de su caballo El Quelite.
178
Así, el Diario de Durango, en una de sus ediciones más vendidas, la del 21 de
marzo de 1945, noticiaba, en su encabezado de primera plana: Acribillado a
balazos pereció el ex temible cristero, Federico Vázquez.
La prensa daba razón de que, la muerte de Vázquez, había sido en el campo
maderero denominado Los Ejes. El último cristero, emboscado por sus enemigos,
no tuvo ninguna oportunidad de defenderse.
Corrido de Federico Vázquez 179
Anónimo
(ilegible)
defendieron a su pueblo
contra fuerzas federales,
les querían cerrar el templo,
órdenes presidenciales.
(ilegible) el primer combate
que aquellos hombres tuvieron,
(ilegible) toda la sierra
allí moría mucha gente,
otros desaparecieron.
La causa que ellos peleaban
en aquella rebelión,
no querían que un mal gobierno
quitara la religión
ellos mismos se impusieron
aquella noble misión.
178
ESTRADA MUÑOZ, ANTONIO. Op. Cit., p. 231.
Manuscrito inédito, comunicado por el corridista Abel Martínez, en la plazuela Baca Ortiz, de la
ciudad de Durango, recogido por Antonio Avitia en 1991.
179
463
Así fue como surgieron
aquellos hombres cabales,
no midieron el peligro
lo tuvieron a raudales
por eso fue que llegaron
a ser grandes generales.
Después de tantas peleas
Trinidad siempre cayó,
y en el año del cuarenta
Federico se amnistió.
Así tuvo su final
aquella revolución.
El general Federico Vázquez en su campamento
180
180
El general Federico Vázquez en su campamento. ARA, CESU, AH, UNAM, sección Fotográfica.
464
Un oficial cristero, el general Lorenzo Ávalos, el general cristero Federico
Vázquez, el gobernador Elpidio G. Velázquez y otro oficial cristero el día de
la amnistía en la Décima Zona Militar 181
Los últimos cristeros en el momento de la amnistía, al fondo el muro de la X
Zona Militar 182
181
Un oficial cristero, el general Lorenzo Ávalos, el general cristero Federico Vázquez el
gobernador Elpidio G. Velázquez y otro oficial cristero el día de la amnistía en la Décima Zona
Militar; en: VELÁZQUEZ, ELPIDIO. Mi primer año de gobierno, Durango, Departamento de
Publicidad y Turismo del Gobierno del Estado de Durango, 1941, p. 111.
465
182
Los últimos cristeros en el momento de la amnistía, al fondo el muro de la X Zona Militar; en:
VELÁZQUEZ, ELPIDIO. Mi primer año de gobierno, Durango, Departamento de Publicidad y Turismo del
Gobierno del Estado de Durango, 1941, p. 111.
466
VII.
Corridos,
canciones
cardenches
y
rockanroleras
A partir del segundo lustro de los años cuarentas del siglo XX, la producción de
composiciones de lírica narrativa durangueña, de índole histórica tuvo una
evidente merma. Sin embargo corridos como el de La explosión de Guayuleras, en
1955, el del IV Centenario de Durango, en 1963, los dedicados al Movimiento
Estudiantil del Cerro de Mercado de 1966, La Creciente del Nazas en 1968 y el de
César Guillermo Meraz y el Corrido de Dolores del Río, cubren parcialmente la
tradición de contar la Historia en canciones, aunque es abrumante la composición
y difusión de corridos de ficción que se ocupan de situaciones
y bandidos
inventados.
La evolución de la difusión del cancionero durangueño pasó de la hoja suelta, al
disco de acetato de 78 revoluciones por minuto o rpm, al de 33 rpm, al de 45 rpm,
al cartucho magnetofónico, a la cinta magnética, al míasete, al disco compacto, al
mp3 y al mp4 y su difusión publica se transmitió por la radio y muy poco en la
televisión.
Mientras se mantenía la interpretación del acervo conocido de la Revolución, en
compensación con la merma de lírica narrativa histórica, El durangueño Francisco
Castillo Nájera, con la voz de Concha Michel, presentó en el Palacio de Bellas
Artes, El Gavilán, corrido grande. La etnomusicóloga Irene Vázquez Valle inició la
investigación de la canción cardenche. Destacados compositores y cantantes
como Los Broncos de Reynosa, el Conjunto Primavera y Lorenzo de Monteclaro
multiplicaron las composiciones de índole panorámica que describieron las
bellezas y añoranzas de las ciudades y poblados de la entidad, muchos de ellos
compuestos por Miguel Ángel Gallardo. Por otra parte los rockanroleros Bob Dylan
y Jaime López compusieron rolas durangueñas. En especial la de Bob Dylan
467
Romance in Durango, ha sido traducida del ingles al portugués y al italiano, e
interpretada por los cantantes Fabricio de André y Mauricio Fagner.
En los inicios del siglo XXI, en algunas ciudades estadounidenses, como Chicago,
Illinois, en las que radica una gran cantidad de compatriotas migrantes de la Patria
chica, diversos grupos musicales, como Montéz de Durango, Los Chenchos y
Durango Express, entre muchos otros, han desarrollado una forma de
interpretación musical de ritmo rápido, casi siempre a compás de 2/4, de diversas
canciones del repertorio norteño y que adapta baladas y canciones famosas del
repertorio de la radio y la televisión, al que se le ha llamado pasito durangueño,
cuya dotación instrumental básica está integrada por los teclados, las tarolas, el
bajo electrónico y la voz. De gran éxito, entre la población migrante y la nacional,
existen ahora hasta salones de enseñanza de baile de salón que entre sus ofertas
de lista de ritmos a enseñar incluyen el pasito duranguense. Habrá que esperar a
la evolución de este ritmo para verificar si es capaz de soportar el paso del tiempo.
468
Al observar el éxito de los corridos populares, algunos poetas académicos se
anexaron a la producción de cuartetas de corridos y de estas iniciativas surgió la
corriente del corrido culto. Haciendo una diferenciación: el corrido popular es aquél
que nace de poetas casi siempre anónimos o poco famosos, que sólo han
conocido las primeras letras y cuyos versos tienen todas las características de:
ingenuidad, arcaísmos y regionalismos propios del proletariado agrícola y urbano y
de los cuadros bajos de las milicias regulares e irregulares, incluyendo además
una ausencia casi total de vocablos académicos. Por otra parte, el corrido culto
surge de poetas letrados, sobre todo posteriores a la revolución, que desarrollan
toda una escuela corridista intelectual cuyo lenguaje, la mayoría de las veces, no
tiene mucho que ver con el habla popular. En el corrido culto; la ingenuidad y las
formas populares casi siempre se leen un tanto falsas.
Entre los corridistas cultos podemos citar a: Francisco Castillo Nájera, con su
corrido El Gavilán (Corrido Grande) que Emilio Abreu Gómez comparó con el
Martín Fierro del argentino José Hernández; Celedonio Serrano Martínez con El
Coyote, que ha sido llevado al teatro; Servando Acuña con Corridos y Colores;
Renato Leduc con A casi 70 años de la Revolución; José Muñoz Cota con
Corridos a Ricardo Flores Magón. También se han hecho obras de teatro-corrido
como: Fui Soldado de levita de Francisco L Urquizo; Los dos hermanos de Felipe
Santander; El corrido de Pablo Damián de Héctor Azar y el Corrido de Juan
Saavedra de María Luisa Ocampo, así como el Corrido de Demetrio Jáuregui de
Concha Michel, junto con La madrugada o corrido de la muerte y atroz asesinato
del General Francisco Villa de Juan Tovar. De esta forma, la cultura nacional se ha
enriquecido con corridos más elaborados y con un lenguaje más metafórico, que
han sido cantados en el Palacio de BeIlas Artes, y su interpretación ha sido
realizada incluso por orquesta sinfónica, mientras que, en la clase proletaria, el
corrido sigue existiendo no como un lujo cultural, sino como una forma viva de
contar las historias de la cotidianidad, con héroes que van cambiando de armas y
de medios de transporte y cuyos delitos e ideales también se van transformando,
así como las catástrofes van cambiando su material destructivo y su intensidad.
469
Cabe aclarar que los corridos escritos por poetas cultos, casi nunca han tenido la
difusión ni la popularidad que han tenido los corridos escritos y cantados por
poetas e intérpretes no académicos, cuantimás que los corridos cultos, en su
mayoría, son ficticios según Miguel Ángel Gutiérrez: "Estos falsos corridos, estos
romances de laboratorio se delatan enseguida, ya por el empleo de ciertas
palabras que no usa el pueblo, ya por la inclusión de giros de lenguaje distintos a
como el pueblo los aprovecha”. 183
El durangueño Francisco Castillo Nájera, quien fuera ministro plenipotenciario de
México en China en los anos veinte, del siglo XX, embajador de México en
Estados Unidos durante la expropiación petrolera y embajador de México en
Bélgica y Francia durante la Segunda Guerra Mundial, además de traductor,
escritor, médico, poeta y filólogo entre otras muchas cosas, escribió en París, en
1934: El Gavilán (corrido grande), con trescientos cuarenta cuartetas de versos
octosílabos, cuya trama se desarrolla totalmente en el estado de Durango, El
Gavilán ha tenido varias ediciones, la primera publicada en París, 184 en el año de
1934. Una versión compactada en ciento veintiséis cuartetas de corrido grande de
Francisco Castillo Nájera, fue musicalizada por Concha Michel y estrenada en el
Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, el 25 de mayo de 1946, esta
última versión es la que aquí se transcribe.
El Gavilán
(Corrido grande) 185
Francisco Castillo Nájera
183
GUTIÉRREZ ÁVILA, MIGUEL ÁNGEL. Corrido y violencia entre los afromestizos de la Costa
Chica de Guerrero y Oaxaca, Chilpancingo, Guerrero, UAG, 1988, p. 42.
184
CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), París, Ediciones Estrella, 1934.
CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), México, Ed. México Nuevo, 1939.
185
CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), versión compactada por
Concha Michel, en: MICHEL, CONCHA / QUETZAL RIEDER ESPINOZA. México en sus cantares,
Morelia, Michoacán, FONCA / INI / IMC, 1997, pp. 173 a 187. Ver también: CASTILLO NÁJERA,
FRANCISCO. Corridos y canciones del siglo XIX. Glosa al programa de Concha Michel (Palacio de
Bellas Artes) 25 de mayo de 1946, Durango, Dgo. Editorial del Supremo Tribunal de Justicia, 1987.
470
Introducción
En Durango existe un cerro,
es el Cerro del Mercado,
por ser de purito fierro,
tiene su significado.
De Durango soy oriundo,
y en Durango fue nacido
el manís que vuelve al mundo
pa‟ correr en mi corrido.
Mocedades
Los episodios y cuentos
que este corrido comenta.
van hasta mil novecientos
desde ochocientos setenta.
Hubo un tal Jesús Cienfuegos,
por alias El Gavilán,
siempre metido en rejuegos
y bravo como alacrán.
Desde que era muy chamaco
-la voz del pueblo pregona-,
lo vieron como chinaco
Patoni, Parra y Corona.
Era I'alma del borlote
y el espanto de los cuicos
y la espuela y el azote
del Cantón de Los Pericos.
Terror de los nocherniegos
del Calvario y del Parián.
nadie pudo con Cienfuegos,
el famoso Gavilán.
Lu agarraron los franceses
-sigue el run-run popular-,
y en una de tantas veces
ya lu iban a fusilar.
471
Revoltura de borrachos
en la riña callejera,
corrió mole de gabachos
sin que nadie falleciera.
Inocente principiante,
no se pudo poner vivo,
los zuavos le echan el guante
y El Gavilán paga el chivo.
Se les ocurre a los jueces
que en aquello hay sedición;
los heridos son franceses
reclutas de Napolíón.
Jesús, por ese delito
soportó su cautiverio
el tiempo que Don Benito
la jiricua del Imperio.
Fines del sesenta y uno
¡Viva el Sufragio Efectivo .. ¡
en el momento oportuno
Jesús está fugitivo.
¡A darle, que es mole de olla,
Jesús de nuevo se arranca,
si hay tigres, los apergolla,
y conquista Tierra Blanca!
Apogeo
Galante y dicharachero
presumió con las muchachas.
cuando fue banderillero
de Rafáil Rojas Carcachas.
Pronto dejó el redondel
y los humos de Don Juan
para cumplir su papel.
de purito Gavilán.
No era tampoco remiso
en la cuestión de mujeres,
472
nomás que sin compromiso
y cambiando de quereres.
Ninguna podía lograr
inspirarle una pasión;
su pasión fue batallar.
con razón y sin razón.
En la chinche lo zambullen
-un decir, a cada rato-,
los agente li atribuyen:
lesiones u asesinato.
Jefe en todas las barriadas,
el mejor en la pelea.
¡Jijo de diez mil tostadas
el mula que no lo crea!
Carnitas
Imposible parecía
sujetar al valentón,
pos la ley no permitía
pudrirlo en una prisión.
De camitas lo metieron
al batallón del Estado,
y allí se desatendieron
de que estaba invalidado.
Fruto anónimo del vicio,
sin moral ni educación,
a los doce, fue al Hospicio,
después, a la Corrección.
Entre fugas y encerrona,
su adolescencia vivía:
se lo tragó la chirona
al cumplir la mayoría.
Le sienta bien el oficio,
tiene ganas de ascender.
y se retira del vicio,
de jugar y de beber.
473
Si se permite algún trago
y unas manitas de albur,
ya no es un malora briago
ni empedernido tahúr.
Se pasó meses y meses
dándole duro al servicio,
se pasiaba pocas veces
y regresaba en su juicio.
Lo pusieron de patitas
a las puertas del cuartel,
y salió de los carnitas
maldiciendo al Coronel.
De allí lo llevan a Lerdo,
y le dice el Oficial:
-Lo destierran por acuerdo
del Inspector General-.
Destierro
Cienfuegos, en la Laguna,
languidece de calor;
buscando fresco y fortuna,
se pela p'al interior.
Tuvo altas. Probó miserias,
montó trenes y caballos,
fue palero de las ferias
y amarrador en los gallos.
No hace cosa de provecho,
por pensar en su cantón,
y en la jaula de su pecho
no le cabe el corazón,
Como enfermo se consume.
sin tener enfermedad,
y la carne se le entume,
y también la voluntad.
Peleas, música, chupada,
muchachonas, naipes, gis,
no le sirven para nada,
474
no le quitan lo infeliz
Está desganado y triste.
y su carácter de fierro
se destempla y no resiste
las herrumbres del destierro.
Se marchita, se agorzoma,
no puede con el fastidio,
y le está haciendo carcoma
la tentación del suicidio.
Modelo de machedumbre,
ya se lo llevó la trampa
no conserva ni el vislumbre
de su varonil estampa.
Suele sentir una garra
que'l corazón le atormenta,
y tanto se lo desgarra
que's ya una garra sangrienta.
Vuélvete a tu tierra, grulla,
no hay suelo como tu suelo;
esta tierra no es la luya
y aquí no levantas vuelo,
De no volver a su tierra
se morirá de tiricia,
y en su cerebro se aferra
luchar contra l'injusticía.
Y sin que nada l´importe,
y fiel a su inclinación,
se dirige rumbo al norte,
camino de su región.
Después de muchos trasiegos,
se le colma su placer."
y aquí está Jesús Cienfuegos,
pa'l que no lo quera ver.
Al distinguir su ciudad,
nu alcanza respiración,
también la felicidad
li hace daño al corazón ..
475
Reconquista
Otra vez de ceca en meca,
y el camino a comenzar;
cuando la dicha se seca
hay que hacerla retoñar.
Y ganó a fuerza de puños,
y de trucha y de puñal,
con guantones y rasguños
el respeto general.
No fue la lucha pesada,
se debe decir lo cierto,
y en toda la temporada
no se contó ningún muerto.
Comprende por experiencia,
y el instinto se lu anuncia.
que en caso de una pendencia
no faltará la denuncia.
Ya una vez lo traicionaron.
y aunque él recibió l' ofensa,
mintieron y le estropearon
la legitima defensa.
“Juilones”, grita un fuereño,
todos los de este catarro ..
y el mochiller durangueño
lo quemó a boca de jarro.
Jesús, como antiguamente,
goza de reputación,
y en el sitio prominente
lo repone l'opinión.
No es que por iscle se raje.
se chafa por desconfiado,
Cienfuegos no es ningún guaje
para dar diatiro dado.
Ya tiene el colmillo duro
y por algo peina canas;
si lo ven en un apuro
476
le quitan hasta las ganas.
De nuevo si halló mal visto,
con disgusto lo tragaban,
por más que le daban pisto
y a las juergas lo invitaban.
Amor
En tan triste situación,
de viejo, ya decadente.
le reclama el corazón
una deuda muy urgente.
Saliendo de la cantina,
asquiado de la canalla,
topó con una catrina, .
y por poco se desmaya.
Desde entonces I'esperó
a l‟ora de oscurecer;
una vieja l'informó
de cuanto quiso saber.
Reputación excelente,
de su trabajo vivía,
sola, con una pariente,
que pasaba por su tía.
Al terminar d'informarle
Jesús habló convencido:
"Con licencia de Dios Padre.
yo he de ser el preferido".
No era gala ni era rota,
era luz, La Cigarrera,
obrera de La Gaviota,
ni enredista ni amiguera.
Y El Gavilán, transformado
por un prodigio de amor,
en tallercito privado
trabaja de tallador.
Con hambre de ser amado,
477
El Gavilán se arrepiente,
reniega de su pasado:
ya ni malva ni aguardiente.
Se merca un jarano azul
que cambia por el güichol,
pantalón de cachirul
y zapatos de charol.
Dos años y no se nota
ni un poquito de esperanza,
pero crece la pelota,
y rebota y no se cansa.
"Alcanza quien persevera”,
ya conoces el refrán;
ninguna polla matrera
se escapa del Gavilán.
Reborujo
Venadero que porfía.
consigue cazar venado,
y el amor, cuando confía,
es por fin recompensado.
Vinieron las condiciones:
para llegar a figura.
publicar las relaciones,
y en seguida, juez y cura.
Trata sólo con la gente
que ni sospecha su historia,
y, contento del presente,
vive, con Luz, en la gloria.
Es manantial de dulzura,
la vida para Jesús,
un delirio de ventura
y borrachera de Luz ..
La mujer era su Dios,
porque su vientre nutría,
a la carne de los dos
que a los dos pertenecía.
478
Luz, enferma, cayó en cama,
Jesús, trémulo de espanto,
siguió tan terrible drama
que acabó en el camposanto.
Sintió su alma reventar
cuando contempló morir
al ser próximo a brotar,
y al sediento de vivir.
Con tan bárbara derrota,
la mente se le nubló;
estuvo como un idiota,
por eso no se mató.
Si su destino infernal
lo empuja por mal camino,
vuelve al camino del mal.
forzado por su destino.
Medio turbia la conciencia,
sin amor, sin rey ni roque;
se lanza en una existencia
que es un completo disloque.
Ruina
Otra vez la burra al trigo
y otra vez a las andadas;
casi no queda un amigo
de las épocas pasadas.
Se le ve tan agüitado,
tan sucio, tan irrisorio,
que dondequiera es llamado
piltrafiento vejestorio.
No se da cuenta. Jesús…
ausente l'alma y absorta:
rumia el recuerdo de Luz.
lo demás poco l‟importa.
Como sonámbulo vaga.
o divaga en la cantina,
479
si alguno paga, se embriaga,
y duerme en cualquier esquina.
No falta quien asegura
que El Gavilán se murió,
y que éste, por chifladura,
el sobrenombre tomó,
En contadas ocasiones,
El Gavilán se despierta,
desembucha maldiciones,
con intención de reyerta.
Los paisanos y la tropa,
teniéndolo por demente.
lo atarantan con la copa
y le llevan la corriente.
Es bastante divertido,
trompetón y a medios-chiles.
discurre con buen sentido.
y cuenta historias a miles.
Y El Gavilán se imagina
contando su propio cuento
que sobre su propia ruina
levanta su monumento.
Bebe mucho y habla poco,
ya se duda de su ley,
todos dicen que está loco
por la yerba y el maguey,
Provocación
Una noche, ya muy noche,
cansados de haber bebido,
y de andar de troche en moche,
sin objeto definido.
Para concluir la parranda.
se les ocurrió chupar:
eran seis los de la banda,
y entraron en un solar.
480
Entonces un chamagoso
de los de la guardia vieja,
se quiso hacer el chistoso,
viéndole a Jesús l'oreja.
Se soltó como aguacero,
sin que mediara cuestión:
"Oguiche, lomo de cuero.
pegoste, chivo. gorrón .. "
“Es inútil que presumas,
te conozco en el pellejo,
gavilancito sin plumas,
ya te volviste conejo.
“Aquí ninguno te traga,
ni el más coyón te respeta,
nos reímos de tu daga.
de tu mojosa chaveta”.
Pareció muy singular
que Jesús, callado y quieto,
soportara, sin chistar,
ese discurso completo.
Pero luego, paso a paso,
hasta l'otro se acercó;
para no perder el caso,
la pandilla los rodió ..
Ya están los dos cara a cara
y con los fierros desnudos;
el borlo que se prepara
es de los más pistonudos.
Todos por corazonada,
por fatal presentimiento,
tienen la boca cerrada
y contenido el aliento.
Disputa
Y Cienfuegos, con voz clara,
pa‟ las copas que tenía,
al contrario le dispara
481
esta suave letanía:
"Tus palabras insolentes
necesito contestar;
luego me pelas los dientes,
y después, a liquidar”..
“Yo no te dije ni pío,
no interrumpí tu sermón;
ora te aguantas el mío,
pa igualar mi educación”.
Cienfuegos, El Gavilán,
no deja de ser tu padre,
encomiéndate a Satán
o al santo que más te cuadre.
Porque se m'hinchan los güesos,
me hago el pato y el zorrillo,
pa escoger de todos esos
al de más valor y brillo.
Si tolero a los bisoños,
aunque me sobran tamaños,
a ti te quito los moños
y te esculco los redaños,.,
Porque son esos valientes
retoños de mi valor..
Pos no tuve descendientes
de mi sangre y de mi amor.
En los nuevos he mirado
los hijos de mis bravuras
y nu he de ser el tiznado
que devore a mis criaturas.
Hoy mueres, y no de risa,
tú pagas por todos juntos,
que te digan una misa,
y una oración de dijuntos".
El otro alternar pretende,
dice, con voz insegura,
algo que nadie le entiende.
y El Gavilán se sulfura:
482
"¡Viejo jijo del tasajo,
descuajo a tu propia madre:
si a los pollos me les rajo
es que también soy tu padre!".
Se asustan los valedores,
y toditos intervienen,
a ver si los reñidores
en un arreglo convienen.
"¡Que se declare mi puerco,
pa'poderlo perdonar,
y que no se ponga terco,
pos lo voy a jinetear ... ¡"
Dice el contrario: "Me río,
poco hace el que se las echa,
pa puerco, tú eres el mío;
echador, no te alzo mecha.
Soy hombre y no me cuarteo,
sé de truchas y de balas;
la alas te las apeo,
a mí no me achicopalas".
Se colocan frente a frente,
como a tres o cuatro varas,
dan pasitos, de repente,
semblantiándose las caras.
Cienfuegos. así contesta:
"Antes de pegar el brinco,
si mi voz no te molesta,
te diré cuántas son cinco.
Es l'una de la mañana,
y no llegas a las dos,
en el barrio de Santa Ana
le das al mundo tu adiós".
Y El Gavilán, muy violento,
se adelanta con un salto;
simplemente es un intento,
simulación del asalto.
El otro, que es sorprendido
por la mañosa cabriola,
483
se frunce, suelta un quejido,
y ya no da pie con bola.
"Águila, pues, matasiete,
retírate de la rueda,
tú te pelas de casquete;
yo me pelo como pueda"
Ante los testigos mudos
se arremeten los rivales:
los jorongos por escudos,
y por armas, los puñales.
Desenlace
Y Cienfuegos se avalanza
y, como era natural,
en los dentros de una panza
quedó atorado un puñal.
El otro se tambalea,
se dobla muy despacito..
y que la sangre chorrea
lo denuncia el gorgorio.
Ni aspavientos ni reproches,
El Gavilán se peló,
sin decir las buenas noches,
pensando que lo mató,
Para salir de la duda
se arrimaron los demás,
también para darle ayuda,
si estaba herido nomás.
Los ojos blancos y abiertos,
la boca ya sin respiro,
asigún los más expertos,
era cadáver. diatiro.
Tuvo escasa consecuencia
tan desagradable asunto.
la prencipal diligencia
fue sepultar al difunto.
484
Después
Vinieron transformaciones,
s'iluminó la ciudad.
y en calles y callejones
llegó la eletrecidad
Ya entrado el siglo presente.
dijo un órgano local
que el cuerpo de un insolente
se hallaba en el hospital.
Que era el cadáver de un hombre
perverso, matón y beodo,
Jesús Cienfuegos por nombre
El Gavilán, por apodo.
Los años se han escurrido,
apenas vienen, se van,
y aquí se acaba el corrido
del famoso Gavilán,
Escrito en París por el doctor Francisco
Castillo Nájera. Fechado en marzo de
1934. Musicado por Concha Michel,
en abril de 1946.
485
Francisco Castillo Nájera
486
En acuciosas investigaciones, realizadas en los años de1945 y 1946, el folklorista
Vicente T. Mendoza, estableció que la conocida canción Paloma de San Juan del
Río, también conocida como Paloma ¿de dónde vienes? o San Juan del Río o
Bonito San Juan del Río, es durangueña. De acuerdo con el testimonio del propio
Mendoza: “El origen del canto (apenas reconocible) es el estado de Durango, en
México, donde existe la población de San Juan del Río”.
186
Efectivamente, como
es del conocimiento general en el estado, San Juan del Río, es el nombre de una
población y un municipio que se localiza en la parte central de la entidad.
Paloma ¿de dónde vienes? 187
Anónimo
Paloma ¿de dónde vienes?
Vengo de San Juan del Río,
cobíjame con tus alas,
que ya me muero de frío.
Si fuera papel, volara,
si fuera tinta, escribiera,
quisiera ser estampilla,
y en ese sobre me fuera.
Por debajo de la arena,
corre el agua y no la vemos,
¿por qué nos quisimos tanto?
Y ahora nos aborrecemos.
Paloma, ve con violencia,
y dile a mi amor que aguarde,
que sufra y tenga paciencia,
que yo volveré más tarde.
Vengo de San Juan del Río,
subiendo y bajando lomas,
aquí se acaban cantando,
los versos de La Paloma.
186
MENDOZA, VICENTE T. y VIRGINIA R. R. DE MENDOZA. Estudio y clasificación de la música
tradicional hispánica de Nuevo México, México, UNAM, 1986, pp. 271 a 272.
187
Chayito Valdez. Versiones originales, disco 3, México, Disco FONOVISA / UNIVISIÓN # 7898,
2008.
487
Bonito San Juan del Río 188
Anónimo
Paloma ¿ de dónde vienes?
Vengo de San Juan del Río.
Cobíjame con tus alas
que ya me muero de frío.
Te abrigaré con mis alas
¡ Pobre pichoncito mío!
Mas vámonos luego luego,
para mi San Juan del Río.
Palomita, con violencia,
dile a mi amor que me aguarde,
que sufra y tenga paciencia,
que he de volver, aunque tarde.
Si fuera tinta corriera,
si fuera papel volara,
si fuera estampilla de oro,
en ese sobre me fuera,
Los higos y los duraznos,
en el árbol se maduran
y los ojitos que quieren,
desde lejos se saludan.
En Guaymas tengo una rosa,
en Hermosillo un clavel,
y en la Estación de Rosario
tengo todo mi querer.
Cuando naranjas, naranjas,
cuando limones. limones;
Chatita, cuando te bañas,
muy tres piedras que te pones.
¡Bonito San Juan del Río!
¿Por que eres tan engreidor?
Será por tanta muchacha
188
Versión literaria que existe en la: Sección de Música, Archivo de Belfas Artes. Procede de
Durango. Melodía, comunicada por la Señora María Morones, en: MENDOZA, VICENTE T. El
romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo, México, UNAM, 1939, pp. 471 a
472.
488
que tienes al rededor.
Cuando pases por el puente,
no bebas agua del río,
ni dejes amor pendiente
como tú dejaste el mío.
Cuando pases por el rió
no bebas agua en botella,
ni dejes amor pendiente,
como tú dejaste el de ella,
489
El sábado 23 de septiembre de 1955, procedentes del poblado Dinamita, dos
camiones que cargados con más de 15 toneladas de explosivos, se estacionaron
en el pequeño poblado de Guayuleras, municipio de Gómez Palacio, uno de los
camiones se ubicó cercano al paso del tren de vapor, movido a base de carbón,
conocido como El Pollero, que viajaba desde Chihuahua.
Posiblemente las chispas de la caldera del tren llegaron a los explosivos del
camión y se provocó una terrible explosión que abrió un cráter donde se
encontraba. El segundo vehículo también estalló y se desintegró, el saldo de terror
y muerte fue de aproximadamente cincuenta personas fallecidas, aunque nunca
se pudo establecer la cantidad exacta de las víctimas fatales y nunca se pudo
determinar la causa real de la tragedia. En Gómez Palacio, Torreón y Lerdo, la
onda expansiva del fenómeno destruyó cristales de conocidos comercios.
La explosión de Guayuleras 189
Francisco Javier Zúñiga
Máquina mil setecientos,
la que venía de Chihuahua,
pasaba por La Laguna,
con rumbo a la Capital.
La gente se preparaba,
para llegar a cenar,
y nunca se imaginaba,
lo que les iba a pasar.
Entrando a Gómez Palacio,
pasaba por Guayuleras,
y los rieles retumbaban,
traqueteando iban las ruedas.
Dos camiones que ahí estaban,
cargados con dinamita,
la muerte los esperaba,
con su guadaña maldita.
189
Revolución. Revista mensual de política y cultura ·# 50, Torreón Coahuila, Editorial Macondo,
abril de 1987, contraportada.
490
La trepidencia o las chispas,
de rauda locomotora,
hizo iluminar los cielos,
como si fuera una aurora.
Todo voló en mil pedazos,
las ruedas, cabezas y brazos,
y entre fierros retorcidos,
quedaron muertos y heridos.
Lerdo, Gómez y Torreón,
se estremecieron de espanto,
c0n la terrible explosión,
que dejó ahí un camposanto.
Año del cincuenta y cinco,
la región se conmovió,
en septiembre veintitrés,
a las nueve de la noche,
mucha gente allí murió.
Ya con esta me despido,
al pie de las nopaleras,
cantando muy compungido,
la explosión de Guayuleras.
491
Se considera el día ocho de julio de 1563, como la fecha en que de manera oficial
fue fundada la villa de Durango, por el capitán Francisco de Ibarra, gobernador de
la Nueva Vizcaya y esa fecha ha dado pie a la máxima celebración en la Perla del
Guadiana, en 1963, los festejos fueron mayores, toda vez que se trataba del IV
centenario de la fundación de la capital del estado. Para la ocasión, el famoso
dueto durangueño conformado por el acordeonista y compositor Paulino Vargas y
por el bajosextista Javier Núñez, además de un tololochista interpretaron el corrido
del…
IV Centenario de Durango 190
J. Bautista Núñez
Soy mexicano nacido acá en Durango,
donde los hombres son puro corazón,
son hombrecitos no son rajados
aman con honra su glorioso pabellón.
Aquí en mi tierra en llanuras y cañadas,
se dan los hombres del ocio y el hablar,
tierra bendita, tierra de amores
que forman parte de la gran Mesa Central.
Vengan foráneos y turistas extranjeros
aquí a mi tierra, hermosa capital,
donde hay amigos y son sinceros
y con dinero buen ambiente también hay.
Canten gorriones y palomas mensajeras,
cuando atraviesan esta linda ciudad,
allá en un lado se encuentra un lago
que es conocido por la Presa del Tunal.
Ya me despido de Durango querido,
ya me despido de mi tierra natal,
Parque Guadiana, Cerro Mercado,
al centro tiene su preciosa Catedral.
190
Los Broncos de Reynosa, México, Disco LP, ECO # 25380, 1975.
492
Cumplió Durango su IV Centenario,
sus lindas fiestas jamás olvidaré,
soy mexicano, soy de Durango,
por mi bandera donde quiera moriré.
Portada del disco en el que se incluye el corrido del IV Centenario de
Durango
493
Desde los inicios del siglo XX, las propiedades y concesiones mineras del Cerro
de Mercado, yacimiento de fierro, aledaño a la ciudad de Durango, fueron
adquiridas y explotadas por la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de
Monterrey, Sociedad Anónima, FUMOSA, ubicada en la ciudad de Monterrey,
Nuevo León.
Aprovechando el transporte del Ferrocarril Internacional Mexicano, la compañía en
cuestión explotó ininterrumpidamente el yacimiento hasta que, en la ciudad de
Durango se gestó un movimiento estudiantil promovido, en apariencia, por
alumnos del Instituto Tecnológico de Durango, ITD, y de la Universidad Juárez del
Estado de Durango, UJED, entre otras instituciones educativas de la Perla del
Guadiana.
La bandera aparente de los estudiantes movilizados, en 1966, era por la
industrialización y la promoción de la explotación de los recursos naturales y
minerales del estado en el propio territorio de la entidad. El movimiento se inició de
hecho, el 6 de junio de 1966, cuando los contingentes de alumnos ocuparon el
Cerro de Mercado, con la finalidad de evitar la extracción y traslado del mineral a
FUMOSA. La espectacular acción estudiantil contó con el apoyo de la población
civil y el movimiento se generalizó en la ciudad, e impacto a diversos municipios
de la entidad, desequilibrando la legitimidad del gobernador del estado Enrique
Dupré Ceniceros.
La instalación de una planta siderúrgica y la industrialización de Durango eran las
principales demandas en los escritos y manifiestos del movimiento. Sin embargo,
la viabilidad técnica de la instalación de una siderúrgica en la ciudad de Durango
era poco posible, toda vez que para fundir el óxido de hierro, mineral que se extrae
del Cerro Mercado, dependiendo de la calidad del mineral, se requieren
aproximadamente dos tantos de hulla o carbón mineral por cada tanto de óxido de
hierro, esa fue la razón por la cual FUMOSA había decidido instalar la siderúrgica
en Monterrey, cerca de la región carbonífera del estado de Coahuila abatiendo los
costos de producción.
494
El movimiento estudiantil del Cerro de Mercado cobró fama en la República y se
prolongó hasta el 27 de julio provocando la desaparición de poderes en el estado y
movilizando diversos intereses de los capitales mineros del país.
Para cubrir sus necesidades de materia prima, FUMOSA decidió iniciar la
explotación de diversos minerales en otros estados de la República, como el de
Peña Colorada, Colima. De esta manera, el movimiento estudiantil tuvo un efecto
contrario al de su principal demanda aparente, al provocar el desmantelamiento de
múltiples puestos de trabajadores mineros.
Manipulado por algunos capitalistas madereros del estado, especialmente por
Gilberto Rosas, quienes intentaban presionar al Gobierno Federal de Gustavo
Díaz Ordaz para que se levantara la veda forestal, el movimiento continuó sin
lograr la industrialización ni la instalación de una siderúrgica en la entidad, que era
la
demanda
aparente
de
los
movilizados
estudiantes.
En
estudios
e
investigaciones posteriores se ha ido aclarando la participación de las diversas
autoridades civiles, militares y religiosas, así como asociaciones empresariales
locales, además de los líderes estudiantiles, durante los cuarenta días que se
prolongó la ocupación física del Cerro de Mercado en 1966.
Mientras los manipulados estudiantes volvían a sus aulas, el Gobierno Federal
levantó la
veda forestal
y se
instalaron
diversas
empresas
forestales
paraestatales, la sierra durangueña volvió a ser talada, el poder ejecutivo estatal,
de manera interina, fue encargado al licenciado Ángel Rodríguez Solórzano.
Después del movimiento estudiantil, entrañable para esa generación de citadinos
durangueños, la peleada industrialización del estado de Durango, se vio
postergada, al tiempo que la emigración de durangueños a los Estados Unidos
continuó dejando solas a las rancherías, los pueblos y las villas. La lírica narrativa
histórica correspondiente al Movimiento Estudiantil Durangueño de 1966, fue muy
abundante y de su conjunto se ha seleccionado el…
Corrido al estudiantado 191
Salvador Castañón
191
GÁMIZ PARRAL, MÁXIMO N., Pueblo mío, s / l, Edición del autor, s / f., pp. 143 a 146.
495
Voy a cantar un corrido,
con mi cariño sincero,
a mi querido Durango,
y a todo México entero.
Señores, el seis de junio,
ya cansados de sufrir,
quitan el Cerro Mercado,
pensando en el porvenir.
Pensando en el porvenir,
todito el pueblo se unió,
reclamándole al Gobierno,
lo que antes le prometió.
“Estamos pidiendo justicia”,
les grita Durango entero,
señores en este mundo,
la justicia es Don Dinero.
Toditos los durangueños,
todos se encuentran contentos,
en donde quiera que se hallan,
apoyan al movimiento.
Porque son bueno patriotas,
no lo podemos negar,
son puritos durangueños,
que no se saben rajar.
Durango está orgulloso,
toditos les brindan su apoyo,
tener hijos tan gallos
siendo todavía unos pollos.
Siendo todavía unos pollos,
pero tienen que crecer,
pues ya se sienten muy gallos,
y se saben defender.
Toditos los gobernantes,
a Durango han ofrecido,
una grande fundición,
pero ninguno ha cumplido.
Con purititas promesas,
496
Durango se ha mantenido,
por sus malos gobernantes,
Durango siempre ha sufrido.
Pobrecitos durangueños,
qué triste la están pasando,
todavía existen gachupines,
que los están explotando.
Una compañía española,
apoyada por la ley,
llevaba nuestros metales,
a fundir a Monterrey.
En estos últimos años,
hoy dura la están pasando,
porque nos quieren cambiar,
nuestro Cerro de Mercado.
Con unos cuantos obreros,
y maquinaria pesada,
devoraban nuestro cerro,
ni los huesos le tronaban.
Los señores industriales,
ya se están entristeciendo,
ya no llevarán metal,
a ver quién sale perdiendo.
De aquí ya no llevan nada,
ya no sopearán la gorda,
ni harán tacos en torta,
pues al señor presidente,
le hicimos la petición,
que se acuerde de las leyes.
Pedimos cancelación,
de nuestro Cerro Mercado,
a esa compañía española,
que mucho nos ha explotado.
Que se compran el Cerro
o aprovechan la ocasión,
el Cerro está mal vendido,
son bienes de la Nación
y una Patria no se vende.
497
en todo México entero,
apenas se puede creer,
tenemos tanta riqueza,
no tengamos qué comer.
No tengamos qué comer,
toditos mis hermanos,
pues la gorda que tenemos,
nos la quitan de la mano.
Ese señor Carlos Prieto,
ese señor Maldonado,
los millones que presumen,
son del Cerro de Mercado.
El cerro te dio millones,
pa‟ que compraras la prensa,
defiende tus intereses,
lo que te falta es vergüenza.
En mil novecientos veinte,
se los estamos contando,
se llevaron nuestros metales,
nomás estamos mirando.
Señores capitalistas,
hay que respetar lo ajeno,
ya se enojó el alacrán,
ahora lo tienen en el seno.
¡Ah! Qué gusto les va a dar,
el alacrán enojado,
no los dejó arrimarse,
al Cerrito Mercado.
Adiós señor Carlos Prieto,
ahora sí me da pena,
ya Durango despertó,
ya ha roto la cadena.
Adiós Cerro de Mercado,
adiós Durango querido,
en donde quiera que esté,
nunca te echo al olvido.
498
Cartón de prensa sobre el Movimiento Estudiantil de 1966
499
Se desconoce la data y el autor de la y tradicional canción durangueña de El
pájaro y el chanate. Cantada a capella tiene ciertas similitudes con lo sonidos
musicales de las canciones cardenches. Sin embargo, como se canta de manera
individual y no en conjunto, además de que las coplas de la canción se refieren al
entorno de la ciudad de Durango y no a la Región Lagunera, algunos
investigadores niegan que El pájaro y el chanate sea una canción cardenche.
En 1966 se estrenó la exitosa película Los caifanes, dirigida por Juan Ibáñez. En
la que, como parte de la banda sonora, se escucha la voz el cantante Óscar
Chávez interpretando El pájaro y el chanate, como fondo de una extraña y bien
lograda escena que se desarrolla en el interior de una funeraria. La película y el
cantante popularizaron la canción, que forma parte del mejor repertorio de la
música durangueña.
El pájaro y el chanate 192
Anónimo
El pájaro y el chanate,
jugaron una partida,
el pájaro y el chanate,
jugaron una partida.
El pájaro está en Durango,
el chanate en la otra vida,
el pájaro está en Durango,
el chanate en la otra vida.
Zopilote dile a el aura,
que ponga al que le de alerta,
Zopilote dile a el aura,
que ponga al que le de alerta.
Que arriba del ojo de agua
hay una vaquilla muerta,
que arriba del ojo de agua
hay una vaquilla muerta.
192
Óscar Chávez en Bellas Artes en vivo, Vol. I, México, Disco CD, Polydor / Polygram CDNPM
1482, MCRN 1482, s / f..
500
Cuando vayas a Durango,
le dirás a la patrulla,
cuando vayas a Durango,
le dirás a la patrulla.
Que aquí no hay flores de venta,
cada quien corta las suya,
que aquí no hay flores de venta,
cada quien corta las suyas.
Fotograma de la película Los Caifanes en la que Óscar Chávez interpretó El
pájaro y el chanate
501
En el año de 1967, un gran elenco de artistas de fama internacional rodaba en
escenarios durangueños la cinta Los cañones de San Sebastián. Como parte del
reparto se encontraba el actor y compositor sinaloense José Ángel Espinosa,
mejor conocido como Ferrusquilla. En la ocasión, el artista compuso una de
sentida canción a la ciudad de Durango. La monja se esconde, que hace
referencia a la tradicional leyenda durangueña de La monja de Catedral
La monja se esconde 193
José Ángel Espinosa Ferrusquilla
Es un orgullo viajar
por esta región
pues tengo presente
que aquí en Durango nació
el hombre que fue
primer Presidente;
y algunos años después
San Juan vio nacer
a Francisco Villa,
ese caudillo que fue
capaz de llegar
también a la silla.
Niños que sin descansar
pregonan La Voz.
y El Sol de Durango,
cuando la hermosa ciudad
después de soñar
esta despertando,
mientras en la Catedral
se escuchan sonar
campanas de bronce
y ante el reflejo solar,
como una ilusión
la monja se esconde.
Niños que sin descansar
pregonan La Voz.
y El Sol de Durango,
cuando la hermosa ciudad
después de soñar
esta despertando,
193
Pedro Rocha y Sida. Su piano y sus popurrís, s / l, Disco CD Trac Record s / n, s / f.
502
mientras en la Catedral
se escuchan sonar
campanas de bronce
y ante el reflejo solar,
como una ilusión
la monja se esconde.
José Ángel Espinosa Ferrusquilla, compositor de La monja se esconde
503
A partir del 10 de septiembre de 1968, las aguas del ciclón Naomi comenzaron a
anegar los territorios de los estados de Jalisco, Sinaloa, sonora, chihuahua,
colima, Nayarit, Durango y Coahuila.
El torrente que bajó de la Sierra Madre Occidental de Durango, tomó su cauce
natural del lecho del Río Nazas, que es controlado por la Presa Lázaro Cárdenas,
también conocida como Presa del Palmito. En tres días de lluvia constante, la
creciente del Nazas rebasó el embalse de la Presa Lázaro Cárdenas e inundó la
Región Lagunera, mientras que el Río Aguanaval, en el este de la entidad, hacía
otro tanto.
Las incontroladas aguas del Nazas y del Aguanaval, anegaron los poblados
laguneros así como la zona urbana de: Torreón, Coahuila y Gómez Palacio y
Ciudad Lerdo, Durango, mientras que la población de San Pedro de las Colonias,
Coahuila tuvo que ser desalojada. Los esfuerzos de civiles y militares de la zona
urbana lagunera se centraron en la protección de los puntos estratégicos de la
región, como la Central Termoeléctrica de Gómez Palacio.
Para el día 18 de septiembre, la situación comenzó a normalizarse, aunque la
prensa nacional, acaparada por el Movimiento estudiantil de 1968 y por la
entonces próxima inauguración de los XIX Juegos Olímpicos, restó importancia a
la inundación de La Laguna.
La creciente del Nazas 194
Blas Jurado Galindo,
de Rodeo Durango.
Por la sierra de Durango,
el ciclón Naomi azotó,
como el año diecisiete,
presente lo tengo yo.
Tres días de lluvia, señores,
ya no hallábamos qué hacer,
algunas habitaciones,
se empezaron a caer.
194
GOLDBLAT CARRANCO, JORGE. Señores, tengan presente. Primer concurso nacional de
corrido, México, Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, 1987, p.85.
504
Al vertedor de la presa,
le aumentaron un retén,
pero el peso de las aguas,
no lo pudo sostener.
Último día de lluvia,
le avisaron al teniente,
que esa anoche no durmiera,
que estuviera muy pendiente.
Por el cañón de Labores,
iba corriendo el rumor,
los campesinos alertas,
y algo de preocupación.
El catorce de septiembre,
cuál sería su sorpresa
al ver la inmensidad de agua,
que se fugó del presón.
El pueblito de rodeo,
pasó por dura lección,.
Primero y antes que Nazas,
Lerdo, Gómez y Torreón.
Las tres ciudades hermanas,
no querían tiempo perder,
con costalitos de arena,
el río querían detener.
El Nazas se desbordó,
inundando la región,
mientras los grandes señores,
lo observaban por avión.
Año del sesenta y ocho,
se anunciaba la Olimpiada,
pero del dicho huracán,
la gente no sabía nada.
505
Una imagen de la inundación que provocó la creciente del Nazas en 1968
506
En los años setentas del siglo XX, el abogado César Guillermo Meraz, militante del
Partido Revolucionario Institucional, PRI, se destacó como líder y asesor en los
múltiples litigios por la dotación y posesión de tierras de diversos ejidos del estado
de Durango, sobre todo en los de la Región de Los Llanos y en la Sierra Madre
Occidental. El éxito de las gestiones de Meraz, propició que algunos grupos de la
burguesía terrateniente durangueña hicieron públicos sus temores, ante la
posibilidad de afectación de sus intereses, en el reparto agrario de los latifundios a
los campesinos.
En este contexto, en condiciones nunca aclaradas, el 25 de marzo de 1975, el
licenciado Meraz fue asesinado en un lugar de la carretera de El Salto, Pueblo
Nuevo a la ciudad de Durango. El asesinato del líder agrarista provocó una gran
cantidad de manifestaciones campesinas de duelo y protesta en la ciudad de
Durango, así como un complicado y escandaloso juicio en el que, dado que nunca
se llegó al “fondo del asunto”, ganó la impunidad. Sin embargo, en ese momento,
la muerte de Meraz, no disminuyó la movilización agrarista regional.
Sobre el asesinato de César Guillermo Meraz, los campesinos compositores y
cantantes sacaron al público algunos corridos que recuerdan la memoria del
abogado.
Corrido de César Guillermo Meraz 195
Anónimo
Año del setenta y cinco,
el veinticinco de marzo,
a un gran líder campesino,
los de la mafia han matado.
César Guillermo Meraz,
siempre fue un líder valiente,
por defender a los pobres,
desafió a los influyentes.
Cerca de El Salto, Durango,
195
Comunicado en la ciudad de Durango por la señora Albertina Barbosa viuda de Meraz, recogido
por Hermelinda Hernández Terrazas, en 1986.
507
le ponen una emboscada,
sabían que allí pasaría,
cerca de la madrugada,
y de crimen tan cobarde,
la Judicial se encargaba.
Lo mataron a traición,
con una bala asesina,
porque les venía muy grande,
en la Central Campesina.
Fue un líder limpio y capaz,
en la sangre lo traía,
como su padre vivió.
sabía que así moriría.
Campesinos de la sierra,
campesinos de Los Llanos,
¡Que viva César Meraz
y que mueran los villanos!
¡Sigamos en pie de lucha
por el pueblo de Durango!.
Monumento a César Guillermo Meraz en la ciudad de Durango
508
Desde la década de los cincuentas del siglo XX, se han compuesto, interpretado y
difundido una gran cantidad de canciones y corridos descriptivos y laudatorios del
terruño. Miguel Ángel Gallardo
196
fue uno de los más exitosos compositores de
corridos panorámicos y destaca su entrañable Durango, Durango, que se incluye
aquí, junto con otras composiciones dedicadas a diversos lugares de la entidad,
como el famoso Corrido a Santiago Papasquiaro.
Corrido de Durango, o Durango, Durango 197
Miguel Ángel Gallardo
Yo soy de la tierra de los alacranes,
yo soy de Durango, palabra de honor,
en donde los hombres, son hombres formales,
y son sus mujeres puro corazón.
Nací en Tierra Blanca, cerquita de Analco,
aprendí de niño, Recuerdo,. a cantar,
Cerro Los Remedios, Cerro de Mercado,
sólo estando muerto los podré olvidar.
Durango, Durango, mi tierra querida,
callada y tranquila ciudad colonial,
yo por defenderte daría hasta mi vida,
y por donde vaya te he de recordar.
Aquí en esta tierra sagrada y bendita,
nació Pancho Villa, caudillo inmortal,
y entre sus Dorados, cantando Adelita,
por todas las calles lo vieron pasar.
Paseo Las Moreras y Las Alamedas,
donde con mi prieta iba a platicar,
no puedo olvidarla, como nunca olvido,
196
Miguel Ángel Gallardo nació en el año de 1901, en la Hacienda de Tapona, actualmente la
ciudad de Guadalupe Victoria, Dgo.. Compositor, autor del Corrido de Durango, o Durango
Durango, Corrido a Santiago Papasquiaro y otros; participó como artista de cine en varias
películas, falleció en 1977. El Corrido de Durango, o Durango, Durango es interpretado por
diversos cantantes como El Charro Avitia, Lorenzo de Monteclaro y Los Broncos de Reynosa, entre
muchos otros.
197
15 éxitos de Francisco “El Charro” Avitia. Versiones originales, México, Disco LP, RCA /
Camden, CAMS-1161, 1984. Cantado por Francisco “El Charro” Avitia, con el Mariachi Vargas de
Tecalitlán.
509
la Guadalupana de tu Tepeyac.
Durango, Durango, mi tierra querida,
callada y tranquila, ciudad colonial,
yo por defenderte daría hasta mi vida
y por donde vaya te he de recordar.
Francisco “El Charro Avitia” uno de los intérpretes de El Corrido de Durango
510
El Corrido de Durango 198
Emilio Barney
Háganse a un lado señores,
ábranme campo y lugar,
que de Durango, el corrido,
aquí les vengo a cantar.
Ese es mi lindo Durango
que vive en mi corazón,
sus paisajes son divinos
sus mujeres lindas son.
El Puente de las Moreras,
el agua deja pasar;
el viento en Las Alamedas,
también se pone a cantar.
Durango estoy orgulloso,
de tu estirpe señorial,
tienes tu patrón San Jorge,
de leyenda sin igual.
Por el lado de la sierra,
el sol se quiere ocultar,
y el Parque Guadiana entonces,
se pone triste a rezar.
Para divino Durango,
como Durango no hay dos,
para dejarlo bonito,
detuvo su paso Dios.
Cuna de genios y artistas,
que son tu gloria cabal,
hasta diste un Pancho Villa,
que no ha tenido otro igual.
Ricardo Castro y Revueltas,
Alvarado y el Chaflán,
Ramón Novaro y Dolores
y otros muchos que ah están,
198
Cantares de la Revolución. Hnos. Zaizar, México, Álbum de 3 discos LP, Peerless, AP-152,
1978, Disco 2, Cantado por Los Hermanos Zaizar.
511
Cuatro siglos te acompañan,
policromados de luz,
y tienes las bendiciones,
de nuestro padre Jesús.
Ya con ésta me despido
y aquí les vine a cantar,
el Corrido de Durango,
que nunca podré olvidar.
Originario de Cuencamé, Lorenzo de Monteclaro es uno de los más famosos
intérpretes de canciones durangueñas
512
Corrido a Santiago Papasquiaro 199
Miguel Ángel Gallardo
Santiago Papasquiaro,
mi tierra tan querida,
rincón en donde hay hembras
preciosas de verdad,
camino de hombres machos
que se juegan la vida
pero en cuestión de amores
no admiten un rival.
Me gustan sus mujeres,
de tez apiñonado,
de cuerpo delgadito
y de regular facción,
por una doy la vida
que tengo yo prestada
será porque la quiero
Con todo el corazón.
Si vieras qué bonito
es estar enamorado,
si vieras qué bonito
si amar con frenesí,
Santiago Papasquiaro,
mi suelo idolatrado,
lindo rincón del alma
lugar donde nací.
Recuerdo El Tagarete,
su arroyo tan nombrado,
el río de Santiago,
que tan famoso es,
Santiago Papasquiaro,
no creas que te he olvidado,
ni a tu linda calzada
José Ramón Valdez.
Santiago Papasquiaro,
en tus noches de luna,
si vieras qué dichoso
las horas me pasé,
ese inmortal recuerdo,
199
Los pescadores del río, s / l, Disco PIR, LP-001, s / f. Cantado por Los Pescadores del Río.
513
que llevo de mi cuna,
que mientras tenga vida,
jamás te olvidaré.
Hermosos los paisajes
de este suelo adorado,
el filo de su sierra
recorta el cielo azul.
Yo de este lindo pueblo,
yo estoy enamorado
Santiago Papasquiaro
no hay nada como tú.
Santiago Papasquiaro,
ya quiero despedirme,
pero eso sí, te juro,
que pronto he de volver
Santiago Papasquiaro,
yo no quisiera irme,
tan sólo porque dejo
mi vida y mi querer.
Recuerdo El Tagarete,
su arroyo tan nombrado
el río de Santiago,
que tan famoso es,
Santiago Papasquiaro
no creas que te he olvidado,
ni a tu linda calzada
José Ramón Valdez.
514
Voy camino a Tepehuanes 200
Miguel Ángel Gallardo
Voy camino a Tepehuanes,
voy saliendo de Durango,
ay mi Cerro de Mercado,
qué lejos te vas quedando.
ya pasamos de Morcillo
y en la presa voy volteando.
Se divisa allá a lo lejos
una preciosa arboleda.
es mi escuela consentida
la Guadalupe Aguilera,
se ven grupos de estudiantes
cruzando la carretera.
Manzanales y perones
de mi bello Canatlán,
ya pasé Guatímapé
y también la soledad,
ya vamos llegando a Patos,
que hoy se llama Nuevo Ideal.
¡Ay, qué bonita región!
Ala que le estoy cantando,
cuánta muchacha bonita,
florecitas de Durango,
hay blancas y morenitas
y güeritas, sí señor.
de labios coloraditos
y muy lindos pa' el amor,
Al pasar por Chinacates,
le grité mucho al ganado
Nomás al subir la cuesta,
vi Santiago Papasquiaro,
la tierra del gran Revueltas
y del pinole afamado.
Ya pasamos los Herrera,
Hervideros y Corrales,
en Presidios y Carreras,
saludamos muy formales.
200
Ibíd.
515
Bueno, amigos, ya llegamos,
al nombrado Tepehuanes,
Muy cerquita hay unos pueblos,
que contarles me provocan.
Es Purísima uno de ellos;
y San José de la Boca,
donde encuentran un amigo,
en cada puerta que tocas.
516
Corrido de El Salto 201
Miguel Ángel Gallardo
Qué rebonito es El Salto,
con sus pinos hasta el cielo,
con su preciosa quebrada
y con sus aserraderos.
Por las tardes silenciosas,
cuando el sol se va a ocultar,
vienen los trabajadores,
entonando este cantar.
En El Salto y Pueblo Nuevo,
yo mi vida pasaré,
en el corazón los llevo,
nunca los olvidaré.
Por la Colonia Morelos
La Victoria y El Recuerdo,
por ese Barrio del Muerto,
de mi chata yo me acuerdo.
La Colonia Americana
la de Juárez y Obregón,
a todas las alteñitas,
les dedico esta canción.
Por Juan Manuel y El Zapote,
El Jorongo y La Ciudad,
por Lechería y la Campaña,
donde yo me iba a pasear.
En la sombra de los pinos,
me sentaba a descansar
adiós mi Salto querido,
nunca te podré olvidar.
En El Salto y Pueblo Nuevo,
yo mi vida pasaré,
en el corazón los llevo,
nunca los olvidaré.
201
Ibídem.
517
De México hasta Durango 202
Margarito Estrada
De México hasta Durango,
en un camión pasajero,
se ha ido la joven que amo,
dejándome sin consuelo.
Serían las dos de la tarde,
cuando nos dimos la mano,
con su mirada en mi pecho,
un dardo dejó clavado.
Es muy larga la distancia,
de México hasta Durango,
pero si usted no me lleva,
yo llegaré caminando.
Habían pasado seis horas,
y yo mirando un retrato,
al cielo le preguntaba
qué pueblos había pasado.
Otras seis horas pasaron
ya casi de madrugada,
salí a preguntarle al viento,
a ver qué rumbo llevaba.
Es muy larga la distancia,
de México hasta Durango,
pero si usted no me lleva,
yo llegaré caminando,
Quería que el viento llevara,
un pedacito de mi alma,
pa' darle la bienvenida,
cuando a Durango llegara.
Si pueden ver hacia el norte,
aquel lucero que brilla,
Beatriz es ese lucero,
dulce ilusión de mi vida.
202
Dueto América. Sus grandes éxitos, México, Disco LP, HARMONY, H.L. # 8984, 1980. Cantado
por Dueto América.
518
Es muy larga la distancia,
de México hasta Durango,
pero si usted no me lleva,
yo llegaré caminando.
519
Entre los años de 1897 a 2004, se filmaron un total de doscientos setenta y ocho
(278) cintas cinematográficas en el estado de Durango. De éstas, treinta (30) son
de la época del cine silente, producidas entre 1897 y 1936. Noventa y ocho (98)
son de formato de ocho, súper ocho y dieciséis milímetros, independientes, así
como filmes documentales científicos, antropológicos y culturales, entre otros.
Con respecto al cine industrial, ciento cincuenta (150) han sido los filmes rodados
en territorio durangueño entre los años de 1954 a 2004.
La década de los setenta del siglo XX, fue el periodo con mayor cantidad de
película industriales, nacionales y extranjeras, rodadas en el territorio estatal. En
total se filmaron cincuenta películas de las cuales veinticinco fueron mexicanas,
diecinueve estadounidenses, una inglesa y cinco coproducciones. La calidad de
los actores, directores, camarógrafos, músicos y técnicos que participaron en las
películas filmadas en Durango, propició que el Gobierno Estatal promoviera a la
entidad como Movieland o La tierra del cine.
Entre 1972 y 1973 se rodó en Durango Billy the Kid, (Pat Garret and Billy the Kid).
En la película se muestra la difícil amistad entre el famoso gatillero Billy the Kid
(Billy el Niño) y el ex forajido Pat Garret, quien, en 1881, ha sido contratado por los
ganaderos de Nuevo México para acabar con los cuatreros del estado, mientras
que Billy the Kid, en el ambiente mexicanoestadounidense, se empecina en seguir
llevando la vida de bandolero, única que conoce, y que no se amolda al inevitable
cambio de los tiempos. Finalmente, cumpliendo con su indeseable pero cómoda,
labor de policía, Pat Garret tiene que dar fin a la vida de Billy y, a su vez, el mismo
Pat, años después, es abatido por quienes le han contratado.
La música y canciones de la película fueron compuestas por el famoso
rockanrolero Bob Dylan, quien además viajó a Durango para hacer el papel de
Alias. Sobresale en el soundtrack la canción Knockin’ on Heaven’s Door,
(Tocando a las Puertas del Cielo). Durante su estancia en la Perla del Guadiana,
Bob Dylan compuso su mundialmente conocida canción Romance in Durango,
grabada en el año de 1975.
520
Romance in Durango tiene su versión al italiano, adaptada por Fabrizio de André
que se llama Avventura a Durango y su versión en portugués, cubierta por
Raimundo Fagner, titulada Romance no Deserto.
Romance in Durango 203
Bob Dylan
Hot chili peppers in the blistering sun
Dust on my face and my cape,
Me and Magdalena on the run
I think this time we shall escape.
Sold my guitar to the baker's son
For a few crumbs and a place to hide,
But I can get another one
And I'll play for Magdalena as we ride.
No llores, mi querida
Dios nos vigila
Soon the horse will take us to Durango.
Agarrame, mi vida
Soon the desert will be gone
Soon you will be dancing the fandango.
Past the Aztec ruins and the ghosts of our people
Hoofbeats like castanets on stone.
At night I dream of bells in the village steeple
Then I see the bloody face of Ramon.
Was it me that shot him down in the cantina
Was it my hand that held the gun?
Come, let us fly, my Magdalena
The dogs are barking and what's done is done.
No llores, mi querida
Dios nos vigila
Soon the horse will take us to Durango.
Agarrame, mi vida
Soon the desert will be gone
Soon you will be dancing the fandango.
203
Bob Dylan-Desire, Disco CD Columbia CK 33893, DIDP 020243, New York, 1975.
521
At the corrida we'll sit in the shade
And watch the young torero stand alone.
We'll drink tequila where our grandfathers stayed
When they rode with Villa into Torreon.
Then the padre will recite the prayers of old
In the little church this side of town.
I will wear new boots and an earring of gold
You'll shine with diamonds in your wedding gown.
The way is long but the end is near
Already the fiesta has begun.
The face of God will appear
With His serpent eyes of obsidian.
No llores, mi querida
Dios nos vigila
Soon the horse will take us to Durango.
Agarrame, mi vida
Soon the desert will be gone
Soon you will be dancing the fandango.
Was that the thunder that I heard?
My head is vibrating, I feel a sharp pain
Come sit by me, don't say a word
Oh, can it be that I am slain?
Quick, Magdalena, take my gun
Look up in the hills, that flash of light.
Aim well my little one
We may not make it through the night.
No llores, mi querida
Dios nos vigila
Soon the horse will take us to Durango.
Agarrame, mi vida
Soon the desert will be gone
Soon you will be dancing the fandango.
522
Romance en Durango
Bob Dylan
Traducción libre de
Antonio Avitia
Desde Guatimapé nos vienen persiguiendo,
ya estamos hambrientos y cansados,
yo y Magdalena nos andamos fugando,
y yo creo que esta vez sí nos pelamos.
Ay… tuve que cambiar mi guitarrita,
por unos tacos y un cuarto de posada,
pero ahí después me compro otra,
pa‟ cantarle a Magdalena mis canciones.
No llores, mí querida,
Dios nos vigila,
pronto llegaremos a Durango,
agárrame, mi vida,
el desierto acabará,
y al rato bailaremos en el fandango.
En pesadillas me aparecen los espantos,
alucinantes como el peyote,
después me aturden las campanas de la iglesia,
y veo la cara ensangrentada de Ramón.
Fui yo el que le disparó en la cantina,
y con mi dedo le jalé al gatillo,
ándale, vámonos, mi Magdalena,
lo que pasó, pasó… y ya ni modo.
No llores, mí querida,
Dios nos vigila,
pronto llegaremos a Durango,
agárrame, mi vida,
el desierto acabará,
y al rato bailaremos en el fandango.
Ya sueño el día en que vayamos a los toros,
oreja y rabo le darán al matador,
vas a ver a mi abuelo, tomando sus sotoles,
platicando otra vez de cuando Villa entró a Torreón.
523
Y en la ermita del pueblo, la que está en el cerro,
el padre nos dará la bendición,
yo voy con mi arracada y con mis botas nuevas,
tú, vestida de blanco, pa‟ que les dé envidia.
La distancia es larga, pero ya mero llegamos,
todo está listo y la fiesta comienza,
el Espíritu Santo nos protege,
con sus ojos de serpiente de obsidiana.
No llores, mí querida,
Dios nos vigila,
pronto llegaremos a Durango,
agárrame, mi vida,
el desierto acabará,
y al rato bailaremos en el fandango.
¿¡Qué es ese trueno, que rezumba!?
¡La cabeza me duele y me da muchas vueltas!
¡Ven, siéntate, no digas nada!
¡Ay… no puede ser… ya me pegaron!
¡Hey, Magdalena, toma la fusca!
tira allá hacia el cerro, donde relumbra,
y apunta bien, mi chaparrita,
yo creo que yo ya no la voy a hacer…
No llores, mí querida,
Dios nos vigila,
pronto llegaremos a Durango,
agárrame, mi vida,
el desierto acabará,
y al rato bailaremos en el fandango.
524
Avventura a Durango 204
Bob Dylan
Traducción al italiano
Fabrizio De André
Peperoncini rossi nel sole cocente
polvere sul viso e sul cappello
io e Maddalena all'occidente
abbiamo aperto i nostri occhi oltre il cancello
Ho dato la chitarra al figlio del fornaio
per una pizza ed un fucile
la ricomprerò lungo il sentiero
e suonerò per Maddalena all'imbrunire.
Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà
e presto arriveremo a Durango
stringimi Maddalena 'sto deserto finirà
tu potrai ballare o fandango
Dopo i templi aztechi e le rovine
le prime stelle sul Rio Grande
di notte sogno il campanile
e il collo di Ramon pieno di sangue
Sono stato proprio io all'osteria
a premere le dita sul grilletto
vieni mia Maddalena voliamo via
il cane abbaia quel che è fatto è fatto
Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà
e presto arriveremo a Durango
stringimi Maddalena 'sto deserto finirà
tu potrai ballare o fandango
Alla corrida con tequila ghiacciata
vedremo il toreador toccare il cielo
all'ombra della tribuna antica
dove villa applaudiva il rodeo
Il frate pregherà per il perdono
ci accoglierà nella missione
avrò stivali nuovi un orecchino d'oro
e sotto il livello tu farai la comunione
204
Fabrizio de André in concerto. Arrangiamenti PFM Registrato dal vivo a Firenze e Bologna 1314-15-16/1/1979, Vol. 2, Italia, Disco CD Ricordi CDOR 8431, 1980.
525
La strada è lunga ma ne vedo la fine
arriveremo per il ballo
e Dio ci apparirà sulle colline
coi suoi occhi smeraldi di ramarro
Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà
e presto arriveremo a Durango
stringimi Maddalena 'sto deserto finirà
tu potrai ballare o fandango
Che cosa è il colpo che ho sentito
ho nella schiena un dolore caldo
siediti qui trattieni il fiato
forse non sono stato troppo scaltro
Svelta Maddalena prendi il mio fucile
guarda dove è partito il lampo
miralo bene cercare di colpire
potremmo non vedere più Durango
Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà
e presto arriveremo a Durango
stringimi Maddalena 'sto deserto finirà
tu potrai ballare o fandango
526
Romance no deserto 205
Bob Dylan
Traducción al portugués
Raimundo Fagner
Eu tenho a boca que arde como o sol
o rosto e a cabeça quente
com Madalena vou-me embora
agora ninguém vai pegar a gente.
Dei minha viola um pedaço de pão
um esconderijo e uma aguardente
mas um dia eu arranjo outra viola
e na viagem vou cantar pra Madalena.
Não chore não querida esse deserto finda
tudo aconteceu e eu nem me lembro
me abraça minha vida me leva em teu cavalo
e logo no paraíso chegaremos.
Vejo cidades fantasmas e ruínas
á noite escuto o seu lamento
são pesadelos e aves de rapina
no sol vermelho do meu pensamento.
Será que eu dei um tiro no cara da cantina
será que eu mesmo acertei seu peito
vem vamos voando minha Madalena
o que passou passou não tem mais jeito
Naquela sombra vou armar a minha rede
e olhar os solitários viajantes
beber cantar e matar a minha sede
lá longe onde tudo é verdejante.
Não chore não querida esse deserto finda
tudo aconteceu e eu nem me lembro
me abraça minha vida me leva em teu cavalo
e logo no paraíso chegaremos.
O padre vai rezar uma prece tão antiga
domingo na capela da fazenda
205
Focus. O esencial de Fagner, Sao Paulo, Brasil, Disco CD, BMG / RCA Víctor. # 7432170406-2,
cantado por Mauricio Fagner, 1999.
527
brinco de ouro e botas coloridas
nós dois aprisionados nessa lenda.
Ouço um trovão e penso que é um tiro
a noite escura me condena
não sei se vivo morro ou deliro
depressa pega a arma Madalena
Tem uma luz por trás daquela serra
mira mas não erra minha pequena
a noite é longa e é tanta terra
poderemos estar mortos noutra cena.
Não chore não querida esse deserto finda
tudo aconteceu e eu nem me lembro
me abraça minha vida me leva em teu cavalo
e logo no paraíso chegaremos.
Portada del soundtrack de la película Pat Garret & Billy the Kid, 1972
528
Bob Dylan en Durango, caracterizado para el papel de Alias, en la filmación
de la película Pat Garret and Billy the Kid
529
En el año de 1977, la etnomusicóloga Irene Vázquez Valle viajó a la Región
Lagunera de los estados de Coahuila y Durango, donde se entrevistó con el líder
campesino Arturo Orona y este le confirmó de la existencia de una forma de canto
tradicional a capella llamada Canción cardenche, el mismo Orona ordenó a uno de
sus hijos que llevara a la investigadora con los campesinos cantantes de
canciones cardenche de Sapioriz, municipio de Lerdo, Durango.
Vázquez Valle iba bien preparada, con un buen equipo de grabación in situ, y
logró compilar los sonidos de varios ejemplos de canciones cardenche con los que
integró el disco Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, que
publicó el Instituto Nacional de Antropología e Historia en el año de 1978. La
edición del acetato dio como lugar a una buena cantidad de grabaciones e
investigaciones posteriores referentes a esta original forma de expresión musical
tradicional. 206
En el año de 2009 los cantantes de canción cardenche de Sapioriz fueron
galardonados con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en la categoría de Artes
y Tradiciones Populares. Eduardo Elizalde F, Fidel Elizalde, Genaro Chavarría,
Antonio Valles y Juan Sánchez, son los nombres de algunos cardencheros de
Sapioriz. Heriberto Aguilera, Refugio Agüero Pérez y Francisco Beltrán son
algunos cardencheros de La Flor de Jimulco.
Según la razón de Vicente T. Mendoza: "En la región que corresponde a la cuenca
del Río Nazas, el corrido ha adquirido una manera muy especial de manifestarse:
se ha hecho, por decirlo así, más expresivo, más hondo; las inflexiones melódicas
que emplea usan mucho del potamento y del arabesco en forma de grupetto, tanto
en sentido ascendente como descendente, lo que hace pensar en un origen
206
Entre las grabaciones e investigaciones se pueden mencionar las siguientes: La canción
cardenche, México, Casete CP 206, Discos Pentagrama / Cenzontle / INAH / INI / CONACULTA /
DGCP, Colección de Música Popular # 6, 1992.RAMÍREZ GARCÍA, PASCUAL (Comp.)
Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, Gómez Palacio, Durango, Casete
CASS 001, DGCP Unidad Regional Norte La Laguna / SECyD Cultura / GEFEB /PACMYC, 1994.
La canción cardenche, s / l, Casete GEFEB Vol. 2, DGCP Unidad Regional Norte La Laguna /
SECyD Cultura / GEFEB /PACMYC, 1995. La canción cardenche, México, CONACULTA / DGCP /
Unidad Regional Laguna / R. Ayuntamiento de Torreón 91-93, 1991. ROMERO GARCÍA, NADIA
CRISTINA. Cenzontles del Nazas. La canción cardenche en el Ejido de Sapioriz, Durango: un
depósito de memoria colectiva, (1940-1960), México, Tesis Maestría (Maestría en Antropología)
por la Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, 2009.
530
andaluz, Pero esto mismo hace inconfundibles las melodías de la región” 207 Aún
cuando las afirmaciones de Vicente T. Mendoza nos encaminan a pensar en un
origen andaluz de las canciones cardenche, en el sonido de las melodías de la
cuenca del Nazas se ha encontrado un parecido extraordinario entre los cantos de
alabados, canciones funerarias y cantos de pastorelas y pasiones, de los estados
de Durango y Coahuila, con las canciones y corridos cardenches, llamados así por
la similitud de sonido que el silbido agudo, largo, triste, lastimero y melancólico,
que el viento del desierto produce al pasar por entre el tallo agujereado del
cardenche, ese arbusto desértico de hojas espinosas, flores púrpuras y tallo
agujereado, que se usa para cardar lana.
Tanto los corridos y canciones cardenches, como los cantos rituales del noreste
del estado de Durango y el suroeste de Coahuila, están escritos en versos
octosílabos, al estilo español, pero guardan, en su sonido agudo y lamentoso, la
memoria de relación con el canto ritual tepehuán, la etnia guerrera que habitó
parte de la región lagunera hasta el siglo XVII, aunque la cuenca del Nazas fue
habitada por los irritilas hasta el siglo XVIII y después tuvo inmigraciones
españolas y tlaxcaltecas.
En la Región Lagunera: "géneros como el corrido, la llamada canción mexicana y
los cantos de pastorelas perdieron su propio estilo para tomar el de la región, el de
la cardenche” 208
De acuerdo con Irene Vázquez Valle: “La canción cardenche es un género
polifónico que se canta siempre a 3 o 4 voces distintas y a cape/la. Se dice que en
épocas pasadas llego a cantarse a 5 voces. Los grupos de cardencheros
distribuyen las voces de acuerdo a su tesitura. Cada una de las voces posee un
nombre popular; así, quienes cantan la voz más grave -llamada en la región el
fundamental-, se conocen como los que hacen la marrana o el arrastre. Otra voz,
la más aguda del conjunto, es conocida con el nombre de la contralta, a veces
llamada también arrequinte o requinto. Se dice que el requinto se usa sobre todo
207
MENDOZA, VICENTE T.. El romance español y el corrido mexicano (Estudio comparativo),
México, UNAM, 1936, pp. 152.
208
VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, México,
Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978. texto adicional, s/p.
531
en los cantos de Pastorelas, y en éste caso representa la cuarta voz, todavía más
aguda que la contralta. Se añade que cuando no existe la cuarta voz, la tercera, es
decir la contralta, toma su lugar. Otra voz es la segunda, la voz intermedia que
frecuentemente lleva la melodía.
La forma de jugar con las 3 voces difiere de una interpretación a otra, aunque al
decir de los cardencheros los cambios mayores se dan en la marrana que, según
la canción, entra antes o después de las otras voces. También se dice que hay
canciones que "necesitan" comenzar con la contralta, o bien con la segunda voz,
en tanto que hay otras en que "se debe" de alternar la contralta y la segunda voz.
También se dice que antiguamente la contralta era la voz que nevaba la melodía y
cantaba los "versos" de la canción, en tanto que las otras voces sólo emitían
sonidos que servían de acompañamiento armónico. Se dice así mismo que esto
sucedía cuando se lograban reunir conjuntos muy grandes de cardencheros.”
209
Por su parte Vicente Mendoza Martínez explica: “La canción cardenche se
caracteriza por:
1. Cantarse a capella es decir, sin acompañamiento instrumental en los géneros
de corrido, canción amorosa y en los pasajes de pastorelas.
2. Interpretarse a tres voces diferentes.
3. Las prolongadas pausas que se intercalan a través del discurso musical, no
necesariamente al final de verso o estrofa., sino a criterio o capricho de los
intérpretes -que en ocasiones aprovecha la primera voz para recordar a sus
compañeros la parte que sigue a manera de apuntador- Con esto, se logra un
estado de expectación constante entre el auditorio, pues resulta impredecible la
frase que sigue o el término de la canción. Esta característica y el ritmo personal
que imprimen a sus interpretaciones, hacen prácticamente imposible intentar
acompañarlas con algún instrumento y sumamente difícil su transcripción musical.
4. El dramatismo interpretativo que se logra mediante la potencia de la voz, la
utilización de constantes e inesperados silencios y en el empleo de potamentos y
calderones, es decir, arrastrar ciertas vocales en determinados momentos y
209
Ibíd.
532
sostener los sonidos en otros, en contraste con palabras cortadas o apenas
musitadas en determinados pasajes.
5. El inicio de una frase rara vez se realiza simultáneamente, lo común es que sea
la primera quien las preceda, aunque excepcionalmente lo hace la contralta o el
arrastre. seguida o alcanzada inmediatamente por las otras. Como esto se repite a
lo largo de la canción, se logra un leve efecto polifónico, característico del estilo
que nos ocupa.
6. La entrega personal de cada uno de los intérpretes que, al decir de ellos
mismos, para cantar la canción cardenche hay que "sentirla". sólo de esta manera
recibirá plenamente el mensaje quien la escuche (…)”.210
A continuación se transcriben algunas de las más conocidas letras de canciones
cardenche.
Ándele y ora si 211
Anónimo
Ándele y ora si
ya se le hizo lo que quería,
su padre y su madre se fueron
para el Real de Mapimí, si, si…
Ándele vamos platicando
y ora que hubo este lugar,
contésteme y dígame algo
y ora que la saque a bailar, si, si...
Si usted me quisiera a mi
corno yo lo quiero a usted,
recuerde que yo la amé
con frenesí, si, si…
Platíqueme joven adorada
210
MENDOZA MARTÍNEZ, VICENTE. “Introducción”, en La canción cardenche, México,
CONACULTA / DGCP / Unidad Regional Laguna / R. Ayuntamiento de Torreón 91-93, 1991, pp. 14
a 15.
211
Los Folkloristas, Vol. III, México, Discos Pueblo, DP, 1043. Cantada por los Folkloristas, 1980.
533
pero dígame que sí,
su padre es jefe de Acordada
del Real de Mapimí, si, si...
Si usted me quisiera a mí
como yo la quiero a usted,
recuerde que yo la amé
con frenesí, si, si…
Desde mañana y en adelante
s‟taremos solos, platicaremos
sí, señorita, platicaremos,
antes que vayan
a estar escuchando por ahí ..
Yo ya me voy a navegar a los desiertos
212
Anónimo
Yo ya me voy…
a navegar a los desiertos,
me voy al ejido
y esa estrella marinera ..
Y ay, tan sólo al pensar
que ando lejos de mi tierra.
nomás que me acuerdo.
me dan ganas de llorar.
Pero a mí no me divierten
los cigarros de la dalia.
pero a mí no me consuelan
esas copas de agua ardiente.
Y ay, tan sólo al pensar
que dejé un amor pendiente,
nomás que me acuerdo
me dan ganas de llorar...
Pero a mi no me divierten,
los cigarros de la dalia,
212
Ibíd.. Otra versión en: VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La
canción cardenche, México, Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978, Cantada por Eduardo Elizalde,
Pablo García Antúnez y Juan Sánchez Ponce.
534
pero a mi no me consuelan
esas copas de agua ardiente.
Y ay, tan sólo al pensar…
que dejé un amor pendiente,
nomás que me acuerdo,
me dan ganas de llorar.
Por esta calle donde voy pasando 213
Anónimo
Por esta calle ...
Por esta calle
donde voy pasando
con mi botella
y mi quebranto.
Si no me quieres
porque soy templado,
anda con Dios, mujer,
qué hemos de hacer
Ella me dice que no tome vino,
que si la quiero que le haga ese favor.
Yo le respondo con caricias tiernas:
“Voy a olvidar estos vicios por tu amor”.
Y ella me dice que no tome vino,
que si la quiero que le haga ese favor.
Yo le respondo con caricias tiernas:
“Voy a olvidar esos vicios por tu amor”.
No se por qué… 214
213
VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche,
México, Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978, Cantada por Eduardo Elizalde, Pablo García
Antúnez y Juan Sánchez Ponce.
535
Anónimo
No se por qué…
No se por qué.
ya esa mujer la adoro,
no sé por que…
yo la adoro con delirio.
De que la miro,
se calma mi martirio,
se calma el fuego
y también el frenesí.
Todos los días yo gano
un peso diario,
y una peseta
se la llevo a mi querida.
¡Ay! la mujer
de todas la preferida
¡Ay! la querida
que desaires pasará.
¡Ay! la mujer
se asoma y dice ¡ahí va!
¡Ay! que trabajo
es amar sin libertad.
¿Quién les ha dicho
que el hombre casado es libre?
tiene su mujer
aparte de una querida.
Por las mujeres
se componen las canciones
ellas son causas de que el mundo
no ande en paz.
Al pie de un árbol 215
214
Ibíd.
536
Anónimo
Y al pie de un árbol. .
Y al pie de un árbol
mi alma se encuentra triste,
y aluminada
con la luz de la mañana.
Salió y me dijo
que era esperanza vana,
donde a la vez
mejor me duermo yo ....
La vide venir
más no creía que era ella,
yo me acerqué
hacia el pie de su ventana.
Salió y me dijo
que era esperanza vana,
donde a la vez
mejor me duermo yo
Quisiera ser
una garza morena,
para estarte mirando
en una redoma de oro.
Pero trigueñita…
nomás que me acuerdo, lloro,
¿quién tiene la culpa?
Usté que me abandonó.
Ojitos negros ¿a dónde están? 216
Anónimo
215
216
Ibíd.
Ibíd.
537
Ojitos negros ¿.a dónde están…?
¿a dónde están que no los miro?
Me acuerdo de ellos, pego un suspiro.
¡Ay! ojitos negros, sabrá Dios ende andarán…
Esos ojitos son muy bonitos,
esos ojitos son muy hermosos.
esos ojitos son muy precioso,
¡Ay! ojitos negros sabrá Dios onde andarán..
Todos me dicen que por ahí andan,
que por ahí andan. yo no los miro.
Me acuerdo de ellos. pego un suspiro.
¡Ay! ojitos negros sabrá Dios ande andarán.
Todos me dicen que por ahí andan,
que por ahí andan, por la estación…
y yo los vide. dije: “ellos son…
iAy! ojitos negros, dueños de mi corazón”.
Y alza esa vista, no te avergüences… 217
Anónimo
Y alza esa vista. no te avergüences.
Y alza esa vista, no te avergüences.
de los recuerdos de lo pasado.
Tu gusto fue ... has terminado.
para que entrara otro hombre mejor que yo.
Preso me llevaron para Escobedo,
voy sentenciado a las fronteras,
mejor quisiera ... que te murieras ..
Para no verte en brazos de otro infeliz.
Yo ya me voy, trigueña hermosa,
¿qué no recuerdas? Nomás yo era.
Preso me llevaron .. pa' las fronteras ..
217
Ibídem
538
la causa ha sido quererte con grande amor.
Al píe de un verde maguey 218
Anónimo
Al pie de un verde maguey
yo me quedé;
mi amor se quedó dormido,
que ingrato fue.
Al canto de los borrachos yo disperté,
qué crudo vengo,
quiero curarme,
no hallo con qué.
Pero ¡ay, Dios mío!
quítame esta cruda,
me va a matar.
La Virgen de Guadalupe
me ha de ayudar.
Qué crudo vengo,
la cantinera
no quiere fiar.
Pero ¡ay, Dios mío!
quítame esta cruda,
me va a matar.
la Virgen de Guadalupe
me ha de ayudar.
218
Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, Gómez Palacio, Durango, Casete
CASS 001, DGCP Unidad Regional Norte La Laguna / SECyD Cultura / GEFEB /PACMYC, 1994,
cantada por Antonio Valles, Juan Sánchez Ponce y Genaro Chavarría Ponce.
539
Después de una tocada en una peña de la ciudad de Durango, el rocanrolero
mexicano Jaime López también le compuso su canción a La tierra de los
alacranes. El título de su pieza fue Nadie va a Durango y se puso a la venta en
1989, integrada al disco compacto Desenchufado.
Nadie va a Durango 219
Jaime López
La diligencia, mi amor, ya no circula,
ni el Doroteo aquel, un tal Arango,
ni aventureros ni vagos valedores,
será por eso que nadie va a Durango.
Aquí la mano de Dios está re lejos,
será por ser tan ateos, dice un bato,
se fue John Wayne y ya el pueblo es un fantasma,
será por eso que nadie va a Durango.
Hoy todo el mundo camina muy correcto,
las botas limpias, sin polvo, ya sin fango,
no hay jirafas ni alucinaciones,
por eso estamos tan solos en Durango.
Ya el horizonte no es un potro bronco,
pepitas de oro no hay tan a la mano,
no existe más esa fiebre gambusina,
será por eso que nadie va a Durango.
Por el desierto no crece ya el delirio,
la tarde pone su cara de venado,
y la esperanza se extingue como lobo,
será por eso que nadie va a Durango.
Hoy todo el mundo camina muy correcto,
las botas limpias sin polvo, ya sin fango,
no hay jirafas ni alucinaciones,
por eso estamos tan solos en Durango.
540
Portada del disco Desenchufado, de Jaime López
219
LÓPEZ, JAIME. Desenchufado, México, CD, Spartakus, 1998.
541
A pesar de las ventajas ecológicas, energéticas y económicas del ferrocarril sobre
otros medios de transporte terrestre, la dirección geopolítica económica del Estado
Mexicano, en la última década del siglo XX, ha determinado que la autopista y el
automóvil de combustión interna sustituyan a las cintas de acero y a las
locomotoras en el transporte de pasaje y carga y, merced a las decisiones
gubernamentales de corte neoliberal, que limitan la intervención del Estado en los
ámbitos jurídico y económico, las vías férreas mexicanas han sido liquidadas o
puestas a la venta, por lo que paulatinamente se han privatizado y el único
resultado visible de las operaciones, en el territorio estatal, ha sido la suspensión
casi total de los servicios de las poco contaminantes locomotoras.
En el inicio del siglo XXI, los fletes durangueños ya no serán cargados por las
hileras de vagones y la visión de un desarrollo ferroviario moderno, con un mínimo
gasto de energía, será otra de las cosas por las que las nuevas generaciones
tendrán que pugnar.
En su nostálgico canto, José Ignacio Cárdenas Alvarado, nos remite a los viajes
en ferrocarril que los braceros durangueños hacían, hasta principios de los años
noventas del siglo XX. Viajes que en el presente ya no son posibles por el
desmantelamiento y privatización del sistema ferroviario nacional de pasajeros, al
tiempo que en su lírica nos da los muy conocidos motivos económicos por los que
los paisanos se aventuraban y se siguen aventurando a viajar hacia los Estados
Unidos.
Ya viene el tren de Durango 220
José Ignacio Cárdenas Alvarado
Ya viene el tren de Durango,
me tengo que despedir,
en la Estación de La Goma,
buscando mi porvenir.
220
Músicos del Camino Real de Tierra Adentro, México, CD INAH # 49, INAH / CONACULTA,
2007, cantado por José Ignacio Cárdenas Alvarado.
542
De torreón a Ciudad Juárez,
voy a tomar otro tren,
después cruzar la frontera,
no sé cuándo volveré.
Sé hacer los cortes de alfalfa,
y se pizcar algodón,
sé cultivar el tomate,
la sandía y el melón.
Sé hacer los cortes de alfalfa,
y se pizcar algodón,
sé cultivar el tomate,
la sandía y el melón.
Pero de pobre no salgo,
el dinero nunca alcanza,
me voy para el otro lado,
a forrarme de lana.
Ya verás viejita chula,
los dólares que traeré,
ya nunca tú ni mis hijos,
volverán a padecer.
Sé hacer los cortes de alfalfa,
y se pizcar algodón,
sé cultivar el tomate,
la sandía y el melón.
Sé hacer los cortes de alfalfa,
y se pizcar algodón,
sé cultivar el tomate,
la sandía y el melón.
543
La famosa actriz, y estrella, del cine silente y sonoro. Dolores del Río cuyo nombre
original era Dolores Asúnsolo y López Negrete, nació en la ciudad de Durango, 3
de agosto de 1904. Participo en 29 películas estadounidenses y 32 mexicanas,
casi siempre en papeles protagónicos. Se le recuerda por su actuación en las
cintas estadounidenses Resurrección, Ramona, Evangelina, Volando a Río y Ave
del paraíso, así como en las mexicanas: Flor silvestre, María Candelaria y La
Malquerida, entre muchas otras. En Durango, participó en la cinta La Cucaracha.
Dolores del Río falleció en la Ciudad de México el 11 de abril de 1983 y, desde el
año de 2005, sus restos yacen en la Rotonda de los Hombres y Mujeres Ilustres
de Durango.
El Corrido de Dolores del Río es original de Concha Michel, quien lo dedicó a la
actriz en ocasión del día de su santo el 16 de abril de 1943
Corrido de Dolores del Río 221
Concha Michel
¡Qué flor tan espigadita
nacida para el amor!
Su cuna fue allá en Durango
en plena revolución,
en plena revolución.
En el Cerro de Mercado,
tan alto y lleno de frío;
a las once de la noche
nació Dolores del Río.
nació Dolores del Río.
A la Capital la llevan
para ponerla a estudiar,
la encierran en un convento
a los cinco años de edad
a los cinco años de edad.
Su patria dejó muy joven
y a Hollywood se marchó:
coronada de laureles
221
Fondo de impresos sueltos de la Biblioteca Nacional, UNAM, Fondo reservado.
544
a México regresó
a México regresó.
Dolores del Río pensaba,
cuando estaba en otras tierras:
“Yo he de honrar a mi patria
luciendo con las estrellas,
luciendo con las estrellas" .
Los gringos, llenos de orgullo
decían al ver a Lolita:
“¡Oh!, tú no ser mexicana
parecer españolita,
parecer españolita",
“¿Qué pensarán estos gringos?”,
decía, Lolita indignada,
“Que en México sólo hay mecos
con la cabeza emplumada,
con la cabeza emplumada”.
Del gran escritor Tolstoi,
hizo la bella creación,
y así comenzó su fama
filmando Resurrección,
filmando Resurrección..
Artistas y generales
y Directores de empresa
de Lola se enamoraron
hasta perder la cabeza
hasta perder la cabeza.
El General Obregón,
cuando Lolita sufría,
le ofrendaba sus consuelos
si a México se volvía,
si a México se volvía.
Viajó como embajadora
por los confines de Europa
y fue admiración de todos
que abrían semejante boca.
que abrían semejante boca.
Sus cintas más afamadas,
después de Resurrección,
545
Ramona y Evangelina
le dieron reputación,
le dieron reputación.
Volando hacia Janeiro
y Ave del paraíso,
también le dieron la gloria
y un nombre muy bien preciso,
y un nombre muy bien preciso.
Qué flor tan espigadita
se me hace que tiene frío,
del norte viene bajando
y ella es Dolores del Río
y ella es Dolores del Río.
A México ya regresa
con entusiasmo sincero
a desarrollar el arte
que cuesta y deja dinero,
que cuesta y deja 'dinero.
La flor silvestre es el nombre
que lleva su nueva obra,
y así pura mexicana
siempre serás, bella Lola,
siempre serás, bella Lola.
Ya México da el ejemplo
de que de veras las puede
y hacer que lo reconozcan
las esperanzas no pierde
las esperanzas no pierde.
Con ésta ya me despido,
blanca flor espigadita.
Que sea para ti la gloria.
Adiós ¡Oh! bella Lolita,
Adiós ¡Oh! bella Lolita.
546
La famosa actriz durangueña Dolores Asúnsolo y López Negrete, mejor
conocida por su nombre artístico de Dolores del Río
547
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554
Índice
página
Prólogo_________________________________________________________3
I.- Mitoteros y shamanes. Alabados, pasiones
pastorelas y romances____________________________________________5
Última canción que se entona en la fiesta cuando aparece
la estrella de la mañana_____________________________________________10
El venado y el peyote_______________________________________________11
Eihuatzirra_______________________________________________________19
Tu tu irumari______________________________________________________25
Alabanza de Semana Santa_________________________________________26
Mañanitas a Nuestro Padre Jesús_____________________________________28
El alabado_______________________________________________________31
A nuestro Padre Jesús Nazareno_____________________________________33
Versos de pastorela________________________________________________36
Despedida del Señor de Mapimí______________________________________37
Contra el piquete de alacrán_________________________________________40
Romance de La Delgadina__________________________________________42
Tragedia de la Misión de San Sabá____________________________________45
Mañanitas a la Virgen María_________________________________________68
Romance de Hidalgo preso__________________________________________70
Romance de la degradación_________________________________________73
Romance de la muerte de Hidalgo____________________________________76
Romance de Durango______________________________________________79
555
Romance de Guadalupe Victoria______________________________________85
Romance de Durango______________________________________________88
Romance de Victoria_______________________________________________91
II. El Durango decimonónico. Invasiones, bandidos, rebeliones ______95
Décimas de cuchas contra chirrines___________________________________99
¿A dónde vas Coronado?__________________________________________102
Corrido de Los Tulises_____________________________________________104
Versos en honor a Domingo Cajén___________________________________108
Corrido de Domingo Cajén_________________________________________109
Los colorados____________________________________________________110
Himno a Juárez__________________________________________________114
Corrido de Regalado y Tolentino_____________________________________116
Los mecos______________________________________________________120
Corrido sobre la traición a Lozada____________________________________121
Corrido del Tigre de Alica__________________________________________122
Mañanas de Manuel Lozada________________________________________122
III. Las canciones, corridos, valses y hojas
sueltas del Durango porfirista ___________________________________127
La celda veintisiete_______________________________________________131
Corrido de Heraclio Bernal__________________________________________136
Corrido de Ignacio Parra___________________________________________141
El pájaro prieto___________________________________________________146
De Torreón a Lerdo_______________________________________________148
Corrido de la construcción del Ferrocarril
de Santiago Papasquiaro a Tepehuanes_______________________________151
Tragedia de los sangrientos sucesos de Velardeña______________________154
Los barandales del puente__________________________________________160
556
Recuerdo_______________________________________________________163
IV. La lírica de los alacranes revolucionarios ______________________165
Corrido de la toma de Topia________________________________________170
Tragedia original de los maderistas dedicada el señor don Francisco I.
Madero o La tragedia de la toma de Santiago Papasquiaro________________176
El combate del 15 de mayo en Torreón________________________________183
Única tragedia sobre el sitio de Durango y entrada de las tropas insurgentes__187
Corrido del catorce de mayo________________________________________192
Corrido de la Toma de Durango_____________________________________197
Segunda parte de la toma de Durango________________________________200
Tragedia de la Defensa Social y toma de Durango_______________________203
Tragedia de la toma de Durango_____________________________________207
Los combates de Torreón__________________________________________215
Saludo sincero al Jefe Supremo de las Fuerzas Constitucionalistas.
El ilustre y honorable patriota señor don Venustiano Carranza______________220
Corrido de Manzanera_____________________________________________223
Tragedia compuesta a la Revolución Maderista y a Torreón_______________228
Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro__________________235
Corrido del ataque a Zacatecas______________________________________242
Corrido de la toma de Zacatecas_____________________________________248
La Adelita_______________________________________________________260
Corrido de Carpintero_____________________________________________264
Corrido de Cuencamé_____________________________________________268
Mañanas de Benjamín Argumedo____________________________________272
Corrido de Martín Herrera__________________________________________281
Corrido de los dos amigos__________________________________________284
Los tres amigos__________________________________________________285
Los tres amigos__________________________________________________286
Eran cuatro de a caballo___________________________________________293
557
El caballo Jovero_________________________________________________295
V. Los cantos de La Villada _____________________________________296
Romance histórico villista__________________________________________302
La llegada de Villa a Tepehuanes____________________________________315
Corrido al general Aguirre__________________________________________316
Gran tragedia del horrible asalto que sufrió el tren de Tepehuanes__________319
Corrido del asalto al tren de pasajeros en la Piedra Encimada,
o La muerte de Marcial Ortiz________________________________________323
La tragedia del combate de Navacoyán y en la Estancia
de San Pablo el día trece de mayo de 1919____________________________325
El corrido de Carreón______________________________________________330
La tragedia de Martín______________________________________________333
La rendición de Pancho Villa________________________________________336
Fusilamiento de Murguía__________________________________________344
La muerte de Juan Carrasco________________________________________348
Corrido Historia y muerte del general Francisco Villa_____________________352
La tumba de Villa_________________________________________________355
El corrido de Durango_____________________________________________357
El Siete Leguas__________________________________________________358
El Mayor de los Dorados___________________________________________359
VI. Tragedias y mañanitas de cristeros, comunistas y agraristas ____361
Corrido del general Lares__________________________________________366
Corrido del Combate del Puerto de la Arena____________________________366
Corrido de Dámaso Barraza________________________________________369
Tragedia de los voluntarios de Santiago Papasquiaro o
Corrido de la batalla de la hacienda de El Capulín_______________________370
El corrido de Galindo______________________________________________374
558
Corrido del Combate del Cerro de las Papas___________________________377
Corrido de la toma de Mezquital_____________________________________379
Corrido de Refugio Salcido_________________________________________381
Corrido de José Guadalupe Rodríguez________________________________385
Corrido de Santiago Bayacora_______________________________________390
Corrido de Porfirio Mayorquín_______________________________________392
El Pávido Návido_________________________________________________396
Mañanas de Crecenciano Martínez___________________________________398
Mañanas de los cristeros de Durango_________________________________404
Corrido del combate del Cerro de Chachamoles_________________________406
Corrido de la Toma del Mezquital____________________________________409
Corrido de Lucas Mora____________________________________________411
Corrido del movimiento de huelga de la Hacienda de Manila_______________412
Corrido de la Defensa del Chimal____________________________________417
Mañanas de Florencio Estrada______________________________________420
Corrido de Juan Soto______________________________________________425
Corrido de La Laguna_____________________________________________429
Corrido de la muerte de Trinidad Mora________________________________433
Corrido del Chojo Ladislao__________________________________________436
Corrido de Francisco Sarabia_______________________________________440
A Silvestre Revueltas, de México en su muerte_________________________444
¡A‟i con la venia...! La muerte de Revueltas____________________________446
Corrido de los braceros____________________________________________454
Corrido del bracero durangueño_____________________________________457
Corrido de Federico Vázquez_______________________________________463
VII. Corridos, canciones cardenches y rockanroleras______________467
El Gavilán (Corrido grande)_________________________________________470
Paloma ¿de dónde vienes?_________________________________________487
Bonito San Juan del Río___________________________________________488
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La explosión de Guayuleras________________________________________490
IV Centenario de Durango__________________________________________492
Corrido al estudiantado____________________________________________495
El pájaro y el chanate_____________________________________________500
La monja se esconde______________________________________________502
La creciente del Nazas____________________________________________504
Corrido de César Guillermo Meraz___________________________________507
Corrido de Durango, o Durango, Durango_____________________________509
El Corrido de Durango_____________________________________________511
Corrido a Santiago Papasquiaro_____________________________________513
Voy camino a Tepehuanes_________________________________________515
Corrido de El Salto________________________________________________517
De México hasta Durango__________________________________________518
Romance in Durango______________________________________________521
Romance en Durango_____________________________________________523
Avventura a Durango______________________________________________525
Romance no deserto______________________________________________527
Ándele y ora si___________________________________________________533
Yo ya me voy a navegar a los desiertos_______________________________534
Por esta calle donde voy pasando____________________________________535
No se por qué…__________________________________________________535
Al pie de un árbol_________________________________________________536
Ojitos negros ¿a dónde están?______________________________________537
Y alza esa vista, no te avergüences…_________________________________538
Al píe de un verde maguey_________________________________________539
Nadie va a Durango_______________________________________________540
Ya viene el tren de Durango________________________________________542
Corrido de Dolores del Río_________________________________________544
Fuentes_______________________________________________________548
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