El Museo del Prado

Transcripción

El Museo del Prado
MUSEO NACIONAL DEL PRADO
UN PASEO POR SUS ESTANCIAS MENOS
CONOCIDAS O VISITADAS
LA SALA XLIV
La mejor Pinacoteca del Mundo, no estoy hablando de Museos sino de
Pinacotecas, el Museo Nacional del Prado, acoge multitud de salas y estancias
en las que se van agrupando con un sentido museístico más acorde con los
postulados actuales, antaño los cuadros se colocaban formando dos o tres filas
en sentido vertical lo que imposibilitaba la contemplación de muchos de ellos,
auténticas obras maestras que, o bien dormían en los amplios almacenes del
Museo, o bien se exponían de manera desordenada o carente de una coherente
línea argumental, y en este sentido, en mi última vista al Museo, me llevé una
gratísima sorpresa al descubrir que en una de las Salas de la Planta Alta,
situada en una esquina y casi escondida, se habían agrupado un interesante
conjunto de pinturas de dos maestros venecianos, unas del gran maestro del
Renacimiento, Tiziano Vecellio di Gregorio, y otras de Jacopo Comin, apodado
Tintoretto o Il Furioso, y a las obras expuestas en esa Sala, la XLIV, está
dedicado este trabajo.
La flecha de color rojo indica la ubicación de la Sala XLIV del Museo del Prado.
TIZIANO VECELLIO DI GREGORIO
Nacido en el seno de una importante familia, su padre era il signore Gregorio
Vecelli, un distinguido concejal y militar, asentada en la localidad Pieve di
Cadore, población situada en la actual provincia de Belluno en la región de los
Alpes Vénetos, su fecha de nacimiento sigue siendo uno de los enigmas de su
vida pues según su propia correspondencia parecería hubiera nacido a mediados
de la década de 1470 d.C., aún cuando recientes estudios tienden a retrasar
dicha fecha al considerar más probable que fuera en torno al año 1490 d.C.,
falleciendo en la ciudad de Venecia el día 27 de agosto de 1576 d.C.
Autorretrato de Tiziano
Vecellio di Gregorio
Datado en el periodo :
1573 d.C. / 1576 d.C.
Óleo sobre lienzo.
Dimensiones : 86 × 65 cms.
Museo Nacional del Prado,
Madrid.
Muy joven entró junto a su hermano mayor, Francesco Vecellio, en el taller
del maestro mosaiquista veneciano Sebastiano Zuccato, trabando amistad con
sus dos hijos, Francesco y Valerio Zuccato, los cuales, tras la muerte de su
padre en el año 1527 d.C., continuaron regentado el taller, y lugar donde dio
los primeros pasos en su formación artística al recibir las enseñanzas iniciales
sobre las técnicas del dibujo y del uso del color, demostrando desde ese
momento unas grandes aptitudes naturales para la pintura que llevaron a su
mentor a presentarle como aprendiz en el taller de Gentile Bellini, hijo
primogénito del pintor Jacobo Bellini, y su sucesor al frente del mismo.
Madonna con Niño
Obra de Jacobo Bellini datada
hacia el año 1455 d.C.
Temple sobre tabla de
dimensiones 94 cm × 66 cm.
Galería de la Academia de
Venecia.
Anunciación.
Obra de Gentile
Bellini datada en
el año 1474 d.C.
Técnica mixta
sobre tabla con
dimensiones de
133 cm × 124 cm.
Museo ThyssenBornemisza,
Madrid.
Desavenencias con su maestro, que unos autores achacan a su apego a las
antiguas técnicas pictóricas, y otros al mal carácter del aprendiz, le llevaron
a abandonar el taller de Gentile y trasladarse al de su hermano Giovanni,
apodado Giambellino, quien estaba revolucionando la tradicional pintura
veneciana al utilizar una más amplia paleta de colores al tiempo que va
sustituyendo la técnica anterior basada en el temple por la del óleo cuyo lento
secado le permite obtener mayores detalles y sombras más definidas.
Retrato del dux Leonardo
Loredan
Obra de Giovanni Bellini
datada hacia comienzos del
siglo XVI d.C.
Óleo y temple sobre tabla de
dimensiones 62 cm × 45 cm.
National Gallery, Londres.
Esta primera etapa de su aprendizaje concluye en el año 1507 d.C. cuando se
asocia con el pintor Giorgio Barbarelli da Castelfranco, más conocido como
Giorgione, un artista de mucha mayor fama en aquel momento, para decorar la
fachada del Fondaco dei Tedeschi, la nueva sede de los mercaderes alemanes
en Venecia, frescos que por desgracia, y debido a estar expuestos a la
intemperie, han desaparecido prácticamente en su totalidad.
Esta asociación se mantuvo hasta la muerte de Giorgione acaecida durante la
epidemia de peste que asoló en el otoño del año 1510 d.C. la ciudad de
Venecia, momento en que Tiziano asume todo el protagonismo, llegando a
terminar algunas obras que su socio Giorgione había dejado inconclusas, lo que
generó, a posteriori, grandes problemas de identificación.
Fondaco dei Tedeschi, situado a orillas del Gran Canal, y cuyos frescos de la
fachada principal fueron realizados por Giorgione y Tiziano en el año 1507 d.C.
“Venus dormida”, óleo sobre lienzo obra de Giorgione fechada en el año 1510 d.C.
que algunos expertos consideran quedó inconclusa y fue terminada por Tiziano.
Tras el fallecimiento de Giorgione, Tiziano continuó su obra en solitario
realizando para el Colegio de san Antonio de Padua en el año 1511 d.C. una
serie de frescos que reproducen algunos de los milagros del santo.
“El milagro del marido celoso.”
Pertenece a las "Escenas de la Vida de
San Antonio de Padua", fresco realizado
en el año 1511 d.C.
Dimensiones : 327 x 183 cm.
Scuola del Santo. Padua. Italia.
“El milagro del recién
nacido.”
Pertenece a las "Escenas
de la Vida de San
Antonio de Padua",
fresco realizado en el
año 1511 d.C.
Dimensiones :
340 x 355 cm.
Scuola del Santo. Padua.
Italia.
Su carrera se fue afianzando hasta el punto que habiendo transcurrido solo
dos años de la muerte de Giorgione, el cardenal Pietro Bembo, de quien dos
décadas más tarde realizaría un retrato, le instó a abandonar Venecia para
instalarse bajo su patrocinio en Roma, oferta que rechazó pues era consciente
de que así como en Roma sería uno más de los artistas protegidos por la
Curia, en Venecia podía llegar a convertirse en el pintor más importante de la
ciudad, hecho que ocurrió cuando a la muerte en el año 1516 d.C. de su
antiguo maestro Giovanni Bellini acaparó la mayoría de los encargos públicos de
la República.
Retrato del cardenal
Pietro Bembo
Óleo sobre lienzo
datado hacia los años
1539 d.C. / 1540 d.C.,
obra de Tiziano Vecellio
di Gregorio.
Dimensiones :
94.5 cm × 76,5 cm.
Galería Nacional de
Arte, Washington D.C.
Curiosamente ese mismo año fue requerido por el duque de Ferrara, Alfonso I
d'Este, tal vez uno de los primeros nobles que confiaron en su talento o, más
bien, en el hecho de haber sido discípulo de Giovanni Bellini cuyos trabajos
habían sido de su agrado, quien le encargó un lienzo de tema religioso, que
sería su primera incursión en este tipo de obras, para el que escogió el
conocido pasaje bíblico del pago del Tributo al Templo recogido en el Evangelio
de san Mateo, capítulo 17, versículos 24 a 27, múltiples veces representado
por otros artistas, labor que continuó en los años siguientes realizando
diversos “cuadros de altar” para las iglesias venecianas de Santa María
Gloriosa dei Frari, una “Asunción de la Virgen” destinada al Altar Mayor y de
Santi Giovanni e Paolo, un “San Pedro mártir”, por desgracia desaparecido.
La renovación que este artista introduce tanto en el tratamiento de la
composición como en la iluminación de los personajes queda de manifiesto si
comparamos su versión con la que sobre este mismo asunto realizó en el primer
tercio del siglo XIV d.C. un artista de la talla de Tommaso di ser Giovanni di
Mone Cassai conocido como Masaccio.
IZQUIERDA :
“El tributo de la moneda”
Óleo sobre tabla obra de Tiziano
Vecellio di Gregorio datada en el año
1516 d.C.
Gemäldegalerie Alte Meister,
Dresde, Alemania.
ABAJO :
“El pago del tributo”, fresco obra
de Masaccio sito en la Capilla
Brancacci de la Iglesia de Santa
María del Carmine de Florencia,
fechada entre 1424 d.C. / 1427 d.C.
La relación con este aristócrata tuvo su continuación cuando recibió el encargo
de completar las dos obras que inicialmente iba a ejecutar el propio Giovanni
Bellini con destino al denominado “camerino d'alabastro” del Castello Estense,
de las que había prácticamente terminado la primera, “El festín de los
dioses”, lienzo que fue retocado por Tiziano para emparejarlo con el suyo
propio, “La Bacanal de los Andrios”.
“El festín de los dioses”, (arriba), obra de Giovanni Bellini, y “La bacanal”,
(abajo), obra de Tiziano, ambas para el duque de Ferrara.
Pero el gran impulso en su carrera acontecerá en el año de 1523 d.C.,
momento en que recibe los primeros encargos, incluiod su retrato, del marqués
de Mantua, Federico II Gonzaga, quien le presentará al Emperador Carlos V
de Habsburgo, relación, tras unos comienzos poco afortunados pues se cuenta
que el primer retrato que realizó para el monarca no fue de su agrado, se
convirtió en uno de sus artistas favoritos inmortalizándolo en obras como “El
Emperador Carlos V con un perro”, del año 1533 d.C., copia de una obra
anterior de Jakob Seisenegger, y tal vez su primer encargo importante, hasta
llegar a la majestuosa ”Carlos V a caballo en la batalla de Mühlberg”, dando,
además, inicio una intensa relación artística con otros miembros de esa Casa
Real como con su hermana María de Habsburgo, reina consorte de Hungría y
Gobernadora de los Países Bajos, quien le encargó una serie de pinturas de
carácter político recogidas bajo el nombre genérico de “Las Furias”, o su hijo
y sucesor Felipe II de Habsburgo, de quien realizó diversos retratos y una
serie de cuadros de temas mitológicos que el propio Tiziano denominó
“Poesías”, algunas de las cuales se exhiben en la Sala a la que dedicamos esta
presentación.
Retrato del marqués de
Mantua, Federico II Gonzaga
Obra de Tiziano datada hacia
el año 1525 d.C.
Óleo sobre lienzo de
dimensiones 125 cm × 99 cm.
Museo Nacional del Prado,
Madrid.
Y en este punto dejamos la biografía de este artista, un renovador tanto de
la técnica como de la producción pictórica pues en su taller llegaron a trabajar
su hermano Francesco Vecellio, su hijo Orazio, y su primo Cesare, para iniciar
nuestro recorrido por la misma, que espero resulte interesante.
Retrato del Emperador Carlos V de
Habsburgo con perro
Óleo sobre lienzo obra de Jakob
Seisenegger fechada en 1532 d.C.
Dimensiones : 231 x 149 cms.
Kunsthistorisches Museum, Viena.
Retrato del Emperador Carlos V de
Habsburgo con perro
Óleo sobre lienzo obra de Tiziano fechada
en 1533 d.C.
Dimensiones : 194 x 113 cms.
Museo Nacional del Prado, Madrid.
Retrato del Emperador
Carlos V a caballo en la
batalla de Mühlberg
Óleo sobre lienzo obra
de Tiziano fechada en
el año 1548 d.C.
Dimensiones :
335 x 283 cms.
Museo Nacional del
Prado, Madrid.
Sísifo
Óleo sobre lienzo
obra de Tiziano
fechada en 1548 d.C.
Encargo de María de
Habsburgo para su
Palacio de Binche.
Dimensiones :
237 x 216 cms.
Museo Nacional del
Prado, Madrid.
LAS OBRAS DE TIZIANO REUNIDAS EN LA SALA XLIV
DEL MUSEO DEL PRADO
Comenzaremos nuestro recorrido ante una de las obras que formaba parte de
la serie denominada “Poesías” que el rey Felipe II de Habsburgo encargó al
artista cuando aún era únicamente príncipe heredero y que fueron realizadas
entre los años 1553 d.C. y 1562 d.C.
La serie se componía de seis cuadros que por diversos avatares se fueron
dispersando, estando la primera, “Dánae recibiendo la lluvia de oro” que fue
terminada en el año 1553 d.C., formando parte de la colección privada de los
Duques de Wellington, en Apsley House, obra robada por el rey José I
Bonaparte y, tras ser recuperada, entregada por el monarca Fernando VII a
Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, como “recompensa” por su
participación en la Guerra de la Independencia, la segunda, “Venus y Adonis”,
fechada en el siguiente año, es la única que se conserva en el Museo Nacional
del Prado, a las cuales siguieron “Perseo y Andrómeda”, del año 1556 d.C.
hoy día en la Wallace Collection de Londres, y las dos Dianas, “Diana y
Acteón” y “Diana y Calisto”, ambas del año 1559 d.C., que fueron regaladas
por el monarca Felipe V de Borbón al marqués de Gramont en el año 1704 d.C.
y que tras la Revolución Francesa terminaron siendo adquiridas por Francis
Egerton, tercer duque de Bridgewater, manteniéndose en posesión de sus
sucesores, eso sí, expuestas en la National Gallery of Scotland de Edimburgo
hasta
que
un
descendiente
suyo,
Francis
Egerton
séptimo
duque
de
Sutherland, las vendió a un consorcio formado por la anterior y la National
Gallery de Londres y la última de la serie, “El rapto de Europa”, entregada en
el año 1562 d.C. y propiedad del Isabella Stewart Gardner Museum, Boston,
recogiendo todas ellas diversas escenas tomadas de la obra del poeta romano
Publio Ovidio Nasón “Las Metamorfosis” y, curiosamente, no tienen un fin
moralizador ni siquiera intentan ser un instrumento de carácter político como
sucede con la serie de “Las Furias” encargada por su tía María de Habsburgo,
en la cual los personajes mitológicos representan a los príncipes alemanes
rebelados contra la autoridad de su hermano el Emperador Carlos V, pues más
parecen destinadas a exaltar la sensualidad y el goce de los sentidos.
La primera que comentamos “Dánae recibiendo la lluvia de oro”, recoge el
momento en que Dánae, quien había sido encerrada en una cámara de bronce
por su padre Acrisio, el rey de Argos, pues un oráculo había predicho que el
hijo que concebiría mataría a su abuelo, es “poseída” por el dios Zeus que
para poder acceder a ella se ha transformado en lluvia de oro.
“Dánae recibiendo la lluvia de oro” (Tiziano, año 1553 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 193 x 115 cm - The Wellington Collection, Apsley House.
Se considera que la primera versión que sobre este tema realizó Tiziano es la
conservada en el Museo Capodimonte de Nápoles, en el cual no aparece la
anciana que recoge en un paño las pepitas de oro, sino un amorcillo.
“Dánae recibiendo la lluvia de oro” (Tiziano, año 1545 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 120 x 172 cm – Museo Capodimonte, Nápoles.
En la Sala XLIV del Museo Nacional del Prado se exhibe una copia de esta
obra realizada por el propio Tiziano en el año 1565 d.C., muy semejante a la
conservada en The Wellington Collection, que durante mucho tiempo se
consideró era la original de las “Poesías” pero que estudios recientes han
identificado con la adquirida por el propio Velázquez durante su primer viaje a
Italia, posiblemente en la ciudad de Génova en el año 1630 d.C., por encargo
del monarca Felipe IV de Habsburgo.
Es la más tardía de las conservadas que se considera obra personal del propio
artista y no producción de su taller, y en ella se aprecia la evolución del estilo
del pintor cuya pincelada se hace más suelta, predominando el color sobre el
dibujo, al tiempo que se conserva completa la parte superior en la que, entre
las nubes, se adivina la figura del dios Zeus.
“Dánae recibiendo la lluvia de oro” (Tiziano, año 1565 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 130 x 181 cm – Museo Nacional del Prado, Madrid.
De esta composición se conocen otras versiones que los expertos consideran
son obras de su taller realizadas, eso sí, bajo la supervisión del maestro, pues
bien es sabido que Tiziano “facturaba” a sus clientes copias elaboradas por
sus colaboradores de aquellas composiciones que más éxito hubieran obtenido,
en este caso se conocen otras dos propiedad, una del Museo del Hermitage de
San Petersburgo, y otra de la Staatsgalerie de Viena.
“Dánae recibiendo la lluvia de oro” (Tiziano, año 1554 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 120 x 187 cm – Museo del Hermitage, San Petersburgo.
“Dánae recibiendo la lluvia de oro” (Tiziano, año ¿ ?.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones ¿ ? – Staatsgalerie de Viena.
De la segunda de las “Poesías”, la titulada “Venus y Adonis”, conocemos parte
de su historia pues se ha conservado la carta que el propio Tiziano remitió,
junto a la obra, al rey Felipe II :
“ …… y, porque en la Dánae que ya envié a Vuestra Majestad se veía la parte
delantera, he querido en esta otra poesía variar y hacerla mostrar la contraria
parte para que resulte la habitación en la que han de estar más graciosa a la vista".
texto que pone de manifiesto el carácter más bien “lúdico” que tenían estas
obras para el monarca, aspecto de su carácter que por circunstancias de su
reinado irá desapareciendo a lo largo de los años.
El artista recoge el instante en el que el impulsivo Adonis, hijo, según la
Mitología, de Cíniras, rey de Chipre, y de su propia hija Mirra o Esmirna, sale
de caza momento que Venus le sujeta por el brazo intentando hacerle desistir
de su intención pues sabe que en el transcurso de la misma será atacado por
un jabalí que le causará la muerte, advertencia que resume en esta frase :
Por eso, amado mío no te enfrentes a aquellas fieras que en una situación de
peligro, lejos de darte la espalda, se te enfrentarán con terrible furia.
Piensa que de ese combate podemos salir lastimados tanto tú como yo.”
“Venus y Adonis” (Tiziano, año 1554 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 186 x 207 cm – Museo Nacional del Prado, Madrid.
Como en el caso anterior de esta obra se conocen otras versiones, siendo las
más reputadas las conservadas en el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles, en
la National Gallery of Art de Washington, en el Metropolitan Museum de
Nueva York y en la Dulwich Picture Gallery de Londres.
“Venus y Adonis” (Tiziano, año 1570 d.C.?)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 107 x 134 cm – Metropolitan Museum de Nueva York.
Son numerosos los pintores que a lo largo de la historia han tratado este tema
mitológico, por ejemplo, y en esa mismas fechas, Paolo Veronese realiza una
interpretación del mito pero situándolo en un momento anterior al precedente,
pues en él, la diosa vela el sueño de su amado que descansa apoyado en su
regazo antes de iniciar la partida de caza que le costará la vida, una versión
más tradicional y, podríamos decir, recatada, alejada del escorzo con que
Tiziano muestra a la diosa y que le aproxima más a la estatuaria clásica.
Pero tal vez sea Peter Paul Rubens el artista que más veces reinterpretó esta
obra de Tiziano pues durante su estancia en la Corte de Madrid pudo admirar
y copiar gran parte de las obras que del mismo formaban parte de la Colección
Real, gracias a lo cual se conocen muchas de ellas pues alguna desapareció a
consecuencia del incendio del Alcázar de los Austrias.
“Venus y Adonis” (Paolo Veronese, año 1580 d.C.?)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 162 x 191 cm – Museo del Prado, Madrid.
“Venus y Adonis” (Peter Paul Rubens, año 1614 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 83 x191 cm – Museo del Hermitage.
Las dos siguientes que vamos a comentar a pesar de no formar parte de los
fondos del Museo del Prado, están dedicadas a la diosa virgen de la caza, la
protectora de la naturaleza y la Luna, la Artemisa griega, la romana Diana, y
forman, como acontecía con los dos anteriores, un conjunto concebido para
exponerse uno junto al otro.
El primero de ellos, “Diana y Acteón” recoge el momento en que Acteón, hijo
del dios menor Aristeo y Autonoe y nieto de Cadmo, el fundador de Tebas,
agotado por la sed durante una cacería por el monte Citerión entró en una
gruta donde manaba una fuente en el momento en que la diosa, desnuda y
acompañada de su séquito de ninfas, se bañaba, pero dejemos que sea el
propio Ovidio el que nos cuente el final de la historia :
"El color que suelen tener las nubes cuando las hiere el sol de frente, o la aurora
arrebolada, es el que tenía Diana al sentirse vista sin ropa. Aunque a su
alrededor se apiñaba la multitud de sus compañeras, todavía se apartó ella a un
lado, volvió atrás la cabeza, y como hubiera querido tener a mano sus flechas,
echó mano a lo que tenía, el agua, regó con ella el rostro del hombre, y
derramando sobre sus cabellos el líquido vengador, pronunció además estas
palabras que anunciaban la inminente catástrofe: Ahora te está permitido
contar que me has visto desnuda, si es que puedes contarlo".
Esas gotas de agua transformaron al joven en un ciervo que en el mismo
instante de salir de la cueva fue atacado y despedazado por sus propios
perros que no reconocieron a su amo a pesar de los lastimeros sonidos que
emitía intentando darse a conocer pues su mente seguía siendo la del joven
cazador que accedió, imprudentemente, a la cueva.
El segundo, “Diana y Calisto”, recrea la escena en la que la diosa ordena a sus
ninfas desnuden a Calisto, su predilecta, la cual, habiendo sido seducida por el
dios Zeus que para conseguir sus propósitos se había adquirido la apariencia de
la propia diosa, había quedado embarazada.
La leyenda continúa señalando que la diosa Hera, celosa de la infidelidad de su
esposo el dios Zeus, transforma a la ninfa en osa y confundiendo la mente de
la diosa Venus-Artemisa, logra que esta la ataque y de muerte con sus
flechas pero, no obstante el Padre de los Dioses, arrepentido, la inmortaliza
transformándola en la constelación de la Osa Mayor.
En ambas obras se observa el dominio que el artista ha logrado del color al
tiempo que las figuras, dotadas de gran tensión al presentarse en forzados
escorzos, recogen en sus cuerpos desnudos la intensa luminosidad tan
característica de la pintura veneciana del periodo.
“Diana y Acteón”, (arriba) y “Diana y Calisto”, (abajo) (Tiziano, año 1559 d.C.)
Oleos sobre lienzo - Dimensiones 188 x 206 cm – The National Gallery. Edimburgo. Escocia.
Como en los casos anteriores otros artistas han reinterpretado estos mitos
entre los que se cuenta, como no, Rubens, con su Diana y Calisto, así como
Giuseppe Cesari, que muestra a Acteón en el momento en que de su cabeza
comienza surgir una cornamenta, el primer paso a su conversión en ciervo.
“Diana y Acteón”, (Guiseppe Cesari, año 1603 d.C.)
Óleo sobre cobre - Dimensiones 50 x 69 cms. – Museum of Fine Arts, Budapest.
“Diana y Calisto” (Peter Paul Rubens, año 1635 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 203 x 326 cm – Museo Nacional del Prado, Madrid.
La tercera composición “Perseo y Andrómeda”, recrea la historia de
Andrómeda, hija de Cefeo, rey de Etiopía, y de su esposa Casiopea que la
consideraba más bella que las Nereidas, las cuales, celosas y ultrajadas por el
atrevimiento de la reina, solicitaron al dios Poseidón que las vengase de tal
ofensa destruyendo la ciudad, castigo que según los oráculos solo podría ser
evitado si su hija Andrómeda era sacrificada como víctima expiatoria, por lo
que ante esa disyuntiva los padres de la joven la ofrecieron en sacrificio
encadenándola a una roca a orillas del mar para que el monstruo enviado por el
dios Poseidón la devorara, salvándose de este modo la ciudad.
El héroe Perseo, que según el relato regresaba de matar a la Gorgona
Medusa, contempla la escena y enamorado de la joven se compromete con el
rey Cefeo a matar al monstruo y liberar a su hija si, a cambio, le concede su
mano para desposarse con ella.
El artista recrea el momento en el que Perseo, armado con la espada-hoz, se
abalanza sobre el monstruo en un forzado escorzo, quedando en primer plano
el encadenado cuerpo desnudo de la joven.
“Perseo y Andrómeda” (Tiziano, año 1554 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 175 x 190 cms. - Wallace Collection, Londres.
Como en los anteriores casos otros muchos artistas recrearon este mito
durante ese periodo, bien sobre lienzo como Paolo Veronese, o formando parte
de la decoración de grandes espacios como la Galleria Farnese del Palazzo del
mismo nombre en Roma, obra de Annibale Carracci con la colaboración de su
hermano Agostino y su discípulo Domenico Zampieri, apodado el Domenichino.
“Perseo y Andrómeda”
(Paolo Veronese,
año 1577 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones :
260 x 211 cms.
Musée des Beaux-Art,
Rennes.
“Perseo y Andrómeda” (Annibale Carracci / Domenichino, año 1606 d.C.)
Fresco. – Galleria Farnese, Roma.
La última de las composiciones, “El rapto de Europa”, teórica pareja de la
anterior aun cuando algunos autores consideran que realmente debían de haber
sido ocho las composiciones de manera que “Perseo y Andrómeda” debía formar
pareja con una obra no realizada cuya temática debía ser “Jasón y Medea”,
mientras ésta lo haría con otra, que tampoco fue ejecutada, dedicada a
representar “La muerte de Acteón”.
Respecto al mito de Jasón y Medea, señalar que forma parte del ciclo de Los
Argonautas, siendo escasas las ocasiones en que se ha plasmado ese pasaje en
la pintura, de las cuales tal vez la obra más conocida sea la del pintor inglés
John William Waterhouse en la que recoge el pasaje en el que Medea va a la
tienda de su enamorado Jasón y le prepara una pócima mágica con la cual
podrá uncir al yugo los dos bueyes que custodiaban el vellocino de oro para
poder arar un campo con ellos y sembrar los dientes de dragón.
“Jasón y Medea”
(John William
Waterhouse, fechado en
el año 1907 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones :
134 x 107 cms.
Colección privada.
Del segundo, “La muerte de Acteón”, la National Gallery de Londres posee un
lienzo que algunos especialistas consideran que se trata del citado por el
artista en una carta enviada a Felipe II el 19 de junio de 1559 d.C., en la
que cita las dos "poesías" que tiene comenzadas, el Rapto de Europa y esta.
En ella, Tiziano culmina el relato ya iniciado en el cuadro “Diana y Acteón”
mostrando en primer plano a la diosa que armada de arco y flechas se suma a
la caza del pobre Acteón quien, al fondo del mismo, está siendo atacado por
los perros de su propia jauría.
Diversos estudios confirman que tanto el dibujo preparatorio como las fases
iniciales de la pintura son obra del propio maestro pero que por razones
desconocidas el cuadro debió quedar inacabado y fueron los miembros de su
propio taller los que lo terminaron.
“La muerte de Acteón” (Tiziano y taller?, año 1575 d.C.?)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 179 x 189 cms. – National Gallery, Londres.
Respecto a la última de la Poesías, “El rapto de Europa”, trata la historia de
la bella hija de Agenor y Telefasa, los reyes de la ciudad de Tiro, de la que
el dios Zeus se prendó cuando paseaba con sus compañeras por una playa,
momento en el que, conociendo la predilección que la joven tenía por los toros,
se metamorfoseó en ese animal y de esta guisa poder aproximarse a ella, la
cual, prendada de la belleza y la mansedumbre del animal, se acercó al mismo
y comenzó a acariciarlo hasta llegar a encaramarse a su lomo, y ……
…… pero dejemos sea el propio Ovidio quien nos describa la escena :
“Se atrevió también la princesa, sin saber a quién montaba, a sentarse sobre el
lomo del toro; entonces el dios, apartándose poco a poco de la tierra y de la
arena seca se eleva a las alturas.
Se asusta Europa y vuelve su mirada a la costa que, raptada, va dejando atrás, y
con la diestra agarra un cuerno, apoya la otra sobre el lomo; tremolantes, sus
ropas se ondulan con el viento.
…. siendo éste es el momento escogido para ser representado.
“El rapto de Europa” (Tiziano, año 1562 d.C.) - Óleo sobre lienzo
Dimensiones 178 x 205 cms. - Isabella Stewart Gardner Museum, Boston.
La historia concluye cuando, ya sobre el animal, ambos se encaminan hasta la
isla de Creta, siendo en Gortina, junto a una fuente, el lugar en que se una la
pareja de cuya relación nacerán tres hijos, Minos, Sarpedón y Radamantis.
Como en ocasiones anteriores la obra fue “copiada” por Rubens que, si
hacemos caso al tratadista español Francisco Pacheco, copió todas las obras
de Tiziano propiedad de la Corona merced a la amistad que le unía con el
monarca Felipe IV que le permitió acceder a ellas.
De manera literal señala que :
“…… copió todas las obras de Tiziano que tiene el Rey: que son los dos baños: la
Europa ……”
copia que, afortunadamente, se conserva junto a otras como “Adán y Eva” en
el propio Museo del Prado.
“El rapto de Europa” (Peter Paul Rubens, año 1628 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 183 x 202 cm – Museo Nacional del Prado, Madrid.
Conocidas las “Poesías” de Tiziano, ciertamente solo una es mostrada en esta
Sala consecuencia del poco aprecio que les manifestaron los monarcas de la
Casa de Borbón, ha llegado el momento de continuar con las dos restantes
obras que de este artista se exponen en ella, ambas muy características de su
producción y manera de entender el “negocio” de la pintura pues existen
multitud de copias, principalmente “facturadas” por su taller, en las que
manteniendo el esquema general únicamente cambian los complementos y los
rostros de sus protagonistas, hecho que ha llevado a los expertos a considerar
que el de la modelo pudiera ser, según el caso, el de la amante del
comprador, el cual también resulta "ligeramente reconocible” en el cuadro".
El primero de ellos, “Venus recreándose con la música”, nos muestra a la
diosa, desnuda, recostada sobre un diván ante un gran ventanal tras el que se
contempla un espléndido jardín y distraída acariciando con su mano izquierda
un pequeño perrillo, mientras un “caballero” contempla extasiado su desnudez
al tiempo que una de sus manos descansa sobre el teclado de un órgano.
“Venus recreándose en la música” (Tiziano, año 1550 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 138 x 223 cms. – Museo del Prado, Madrid.
Esta magnífica obra, si fuera la misma que la descrita por el pintor italiano
Carlo Ridolfi quien en su obra “Le vite degli Illustri Pittori Veneti e dello
Stato” recoge el siguiente comentario sobre una pintura que en ese momento
se encontraba ya en Inglaterra propiedad del rey Carlos I de Inglaterra :
“…… una fémina al naturale a canto alla quale stavasi un giovinetto suonando l’organo”.
fue propiedad del jurisconsulto Francesco Assonica, siendo adquirida por el
marqués de Haro para el rey Felipe IV en la almoneda en que se subastaron
los bienes del infortunado monarca tras ser condenado a muerte y decapitado.
Los antecedentes de esta obra dentro de la producción pictórica de Tiziano
nos remiten a la ya comentada “Venus dormida” de Giorgione, a las “Dánae” de
las Poesías, pero fundamentalmente a la “Venus de Urbino”, tal vez el más
logrado desnudo femenino de su carrera, hasta llegar a la que se considera el
más claro precedente de estas, “Venus y Cupido”.
“Venus de Urbino” (Tiziano, año 1538 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 119 x 165 cms. – Galería de los Uffizi. Florencia.
“Venus y Cupido” (Tiziano, año 1550 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 139 x 195 cms. – Galería de los Uffizi. Florencia.
En la segunda obra “Venus recreándose con el amor y la música”, el pequeño
perro ha desaparecido siendo sustituido por un amorcillo al que la diosa mira
tiernamente, manteniéndose los restantes elementos de la composición.
Se identifica esta obra con la entregada al Emperador Carlos V en la ciudad
de Augsburgo en enero del año 1548 d.C. que el monarca posteriormente
regaló al Cardenal Granvela y que, tras diversos propietarios, fue entregada
al rey Felipe III por el emperador Rodolfo II.
“Venus recreándose con el amor y la música” (Tiziano, año 1555 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 148 x 217 cms. – Museo del Prado, Madrid.
Como ya hemos comentado, existen varias versiones de estas obras en algunas
de las cuales, o bien se sustituye el instrumento musical que pasa de ser un
órgano, versiones del Museo del Prado y la Gemäldegalerie de Berlín, a un
laúd, versiones de Metropolitan Museum de Nueva York y Fitzwilliam Museum
de Cambridge, o bien en las que la diosa en lugar de acariciar al perrito, que
si le acompaña en la berlinesa, tiene en su mano una flauta junto a la que se
sitúa un segundo laúd, al tiempo que un amorcillo sostiene sobre su cabeza una
corona de flores, manteniéndose con ligeras variaciones el esquema general de
la obra, cortinajes, paisajes, eso sí, en las tres últimas una gasa cubre
pudorosamente su desnudez, considerando los expertos que en algún caso se
trata más de un trabajo del taller que del propio artista.
“Venus recreándose con el amor y la música” (Tiziano, año 1552 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 115 x 210 cms. – Gemäldegalerie, Berlín.
“Venus y el tañedor de laúd” (Tiziano, año 1565 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones 151 x 197 cms. – The Fitzwilliam Museum, Cambridge.
“Venus y el tañedor de laúd” (Tiziano, año 1570 d.C.) - Óleo sobre lienzo
Dimensiones 165 x 210 cms. – The Metropolitam Museum, Nueva York.
Vamos a completar nuestro recorrido por la Sala fijándonos en una serie de
obras de pequeño formato que ocupan la parte alta de sus muros salidas de las
manos de Jacopo Comin, apodado Tintoretto, su padre era tintorero, o Il
Furioso, por la pasión que ponía tanto en sus obras como en su vida privada de
la que daremos algunos apuntes, y que, curiosamente, están dedicadas a
ilustrar diversos pasajes bíblicos en los que las mujeres son las principales
protagonistas, bien de manera heroica, Judith o Esther, sensual, la mujer de
Putifar o la reina de Saba, o bien como simple objeto de deseo, Susana.
Forman el conjunto seis obras que se han agrupado bajo el título de “Escenas
bíblicas”, y cuyos títulos son, “Susana y los viejos”, “Esther ante Asuero”,
“Judith y Holofernes”, “La reina de Saba ante Salomón”, “José y la mujer de
Putifar” y “Moisés salvado de las aguas”, las cuales se completan con una de
mayor tamaño y forma ovalada dedicada a la “Purificación del botín de las
vírgenes madianitas”, todas ellas adquiridas en Italia por el pintor Velázquez
para el monarca Felipe IV, desconociéndose su procedencia, lo que sí parece
comprobado es que se trataba de pinturas que fueron realizadas durante un
largo periodo de tiempo destinadas, no a un ambiente sacro sino profano.
JACOPO COMIN, apodado TINTORETTO
Nacido en la propia ciudad de Venecia el 29 de septiembre de 1518 d.C., fue
uno de los 21 hijos de Giovanni Comin de oficio tintorero y distinguido
defensor bajo el mando de Bartolomé de Albiani de la ciudad de Padua frente
a las tropas imperiales por el que recibió el sobrenombre de “Robusti”, apodo
que también portó su hijo, de cuya profesión deriva el apodo con el que pasó a
la posteridad, “Tintoretto”, el pequeño tintorero.
Autorretrato de Jacopo
Comin, Tintoretto
Datado hacia 1547 d.C.
Óleo sobre lienzo.
Dimensiones :
46 cm × 38 cm.
Museo de Arte de
Filadelfia, Pensilvania,
Estados Unidos.
Dotado de un talento natural para el dibujo, se cuenta que su padre estaba
harto del chaval que garabateaba sin cesar las paredes de su tintorería, su
formación fue prácticamente autodidacta pues a pesar de ser inscrito como
aprendiz en el taller de Tiziano, su carácter impetuoso hizo que rápidamente
fuera expulsado del mismo, no obstante ese periodo de aprendizaje le permitió
asimilar tanto el concepto del color que el maestro, que ya contaba más de
medio siglo de vida, había desarrollado, como la soltura y ligereza en el trazo,
eso sí, con mayor exactitud en el dibujo hasta el punto que en su taller
figuraba una placa con la siguiente inscripción, “Il disegno di Michelangelo ed il
colorito di Tiziano”, -El diseño de Miguel Ángel y el colorido de Tiziano-.
Fachada de la casa de Tintoretto
en Fondamente dei Mori,
Venecia, muy próxima a su
‘bottega’ (taller).
Los estudiosos de su obra consideran que en aquellos primeros años se dedica
fundamentalmente a colaborar con otros pintores como Andrea Schiavone,
nacido Andrija Medulić, con quien trabajó en diversas obras al temple que, por
desgracia, han desaparecido, pero cuyo estilo influyó sobremanera en la
representación de las figuras de sus primeros cuadros independientes.
De gran audacia en cuanto a sus composiciones, dominador tanto de la pintura
al temple como al óleo, es conocido por su dominio de las leyes de la
perspectiva como demuestra en una de sus obras más emblemáticas, “El
Lavatorio”, pero no desdeña la ejecución de grandes obras al óleo como el
caso de “El Paraíso”, realizada para decorar la pared frontal de la Sala del
Consejo Mayor del Palacio Ducal de Venecia, que, con 22,6 metros de largo
por 9,1 metros de alto, fue considerada durante siglos el mayor cuadro sobre
lienzo del mundo.
La mayor parte de su producción pictórica se centra en obras de temática
bíblica o religiosa junto a retratos de personajes de la alta sociedad
veneciana, colaborando en algunos de ellos dos de sus hijos, Doménico y
Marietta, pues no fue partidario, al contrario de Tiziano, de mantener un
taller con gran número de aprendices.
“La ejecución de san Juan Bautista” (Andrea Schiavone) - Óleo sobre lienzo
Dimensiones : 117 x 161 cms. – Birmingham Museums and Art Gallery.
“La cena de Emaús” (Tintoretto, año 1543 d.C.) – Óleo sobre lienzo
Dimensiones : 156 x 212 cms. – Museo de Bellas Artes de Budapest.
Retrato del procurador
Jacopo Soranzo, obra de
Tintoretto, fechada
hacia 1550 d.C.
Óleo sobre lienzo.
Dimensiones :
106 cm × 90 cm.
Gallerie dell'Accademia,
Venecia.
“El Paraíso” (Tintoretto, año 1588 d.C. / 1594 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : 22,6 x 9,1 metros. – Palacio Ducal, Venecia.
De vasta y prolífica producción, Tintoretto falleció en la ciudad que le vio
nacer el 31 de mayo de 1594 d.C., víctima de la peste, se considera que su
obra maestra es la decoración de la Scuola Grande di San Rocco, donde a lo
largo de varios años ejecutó un total de cincuenta y dos cuadros.
LAS OBRAS DE JACOPO COMIN, TINTORETTO,
REUNIDAS EN LA SALA XLIV DEL MUSEO DEL PRADO
La primera de las obras que vamos a analizar es “Susana y los viejos”, y
recoge el capítulo 13 del Libro de Daniel, centrándose en el momento en que
dos ancianos jueces de Israel, intentan forzar a Susana, esposa de Joaquín,
tras sorprenderla cuando iba a darse un baño en el jardín de su casa :
13:13 Un día, después de decirse el uno al otro: "Vamos a casa, que es hora de
comer", salieron y se fueron cada uno por su lado.
13:14 Pero ambos volvieron sobre sus pasos y se encontraron de nuevo en el
mismo sitio. Preguntándose entonces mutuamente el motivo, se confesaron su
pasión y acordaron buscar el momento en que pudieran sorprender a Susana a
solas.
13:15 Mientras estaban esperando la ocasión favorable, un día entró Susana en
el jardín como los días precedentes, acompañada solamente de dos jóvenes
doncellas, y como hacía calor quiso bañarse en el jardín.
13:16 No había allí nadie, excepto los dos ancianos que, escondidos, estaban al
acecho.
13:17 Dijo ella a las doncellas: "Traedme aceite y perfume, y cerrad las puertas
del jardín, para que pueda bañarme."
13:18 Ellas obedecieron, cerraron las puertas del jardín y salieron por la puerta
lateral para traer lo que Susana había pedido; no sabían que los ancianos
estaban escondidos.
13:19 En cuanto salieron las doncellas, los dos ancianos se levantaron, fueron
corriendo donde ella,
13:20 y le dijeron: "Las puertas del jardín están cerradas y nadie nos ve.
Nosotros te deseamos; consiente, pues, y entrégate a nosotros.
13:21 Si no, daremos testimonio contra ti diciendo que estaba contigo un joven y
que por eso habías despachado a tus doncellas."
13:22 Susana gimió: "¡Ay, qué aprieto me estrecha por todas partes! Si hago
esto, es la muerte para mí; si no lo hago, no escaparé de vosotros.
13:23 Pero es mejor para mí caer en vuestras manos sin haberlo hecho que pecar
delante del Señor."
13:24 Y Susana se puso a gritar a grandes voces. Los dos ancianos gritaron
también contra ella,
13:25 y uno de ellos corrió a abrir las puertas del jardín.
13:26 Al oír estos gritos en el jardín, los domésticos se precipitaron por la puerta
lateral para ver qué ocurría,
13:27 y cuando los ancianos contaron su historia, los criados se sintieron muy
confundidos, porque jamás se había dicho una cosa semejante de Susana.
13:28 A la mañana siguiente, cuando el pueblo se reunió en casa de Joaquín, su
marido, llegaron allá los dos ancianos, llenos de pensamientos inicuos contra
Susana para hacerla morir.
“Susana y los viejos” (Tintoretto, año 1552 d.C. / 1555 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : 58 x 116 cms. – Museo Nacional del Prado, Madrid.
El relato continúa con la acusación de adulterio por los ancianos y la condena a
muerte por lapidación de la infortunada Susana, que es salvada cuando ya era
llevada al lugar de la ejecución por la intervención del profeta Daniel, todavía
un joven, que mediante un hábil interrogatorio logró desenmascararlos :
13:52 Una vez separados, Daniel llamó a uno de ellos y le dijo: "Envejecido en la
iniquidad, ahora han llegado al colmo los delitos de tu vida pasada,
13:53 dictador de sentencias injustas, que condenabas a los inocentes y
absolvías a los culpables, siendo así que el Señor dice: "No matarás al inocente y
al justo."
13:54 Conque, si la viste, dinos bajo qué árbol los viste juntos." Respondió él:
"Bajo una acacia."
13:55 "En verdad —dijo Daniel— contra tu propia cabeza has mentido, pues ya
el ángel de Dios ha recibido de él la sentencia y viene a partirte por el medio."
13:56 Retirado éste, mandó traer al otro y le dijo: "¡Raza de Canaán, que no de
Judá; la hermosura te ha descarriado y el deseo ha pervertido tu corazón!
13:57 Así tratabais a las hijas de Israel, y ellas, por miedo, se entregaban a
vosotros. Pero una hija de Judá no ha podido soportar vuestra iniquidad.
13:58 Ahora pues, dime: ¿Bajo qué árbol los sorprendiste juntos?" El respondió:
"Bajo una encina."
13:59 En verdad, dijo Daniel, tú también has mentido contra tu propia cabeza:
ya está el ángel del Señor esperando, espada en mano, para partirte por el
medio, a fin de acabar con vosotros
Es un tema tratado de manera habitual por diversos artistas, incluido el
propio Tintoretto que años después realizó una segunda versión de esta obra,
junto a Giovanni Francesco Barbieri, apodado Il Guercino, Giovanni Battista
Tiepolo e, incluso, una pintora como Artemisia Lomi Gentileschi..
ARRIBA : “Susana y los viejos”
(Tintoretto,
año 1555 d.C. / 1556 d.C.)
Óleo sobre lienzo.
Dimensiones : 146 x 194 cms. –
Kunsthistorisches Museum,
Viena.
DERECHA : “Susana y los viejos”
(Artemisia Gentileschi,
año 1610 d.C.)
Óleo sobre lienzo
- Dimensiones : 170 x 119 cms. –
Schloss Weißenstein, Colección
Schönborn, Pommersfelden.
ARRIBA : “Susana y los
viejos”
(Il Guercino, año 1617 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones : 176 x 208 cms.
Museo Nacional del Prado,
Madrid.
DERECHA : “Susana y los
viejos”
(Giovanni Battista Tiepolo,
año 1722 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones : 56 x 43 cms.
Wadsworth Atheneum,
Hartford, Connecticut.
La segunda de las “Escenas bíblicas”, “Esther ante Asuero”, narra un pasaje
del Libro de Esther, de difícil identificación aun cuando lo más probable sea
que corresponda a la presentación de la joven judía ante el monarca y su
elección como nueva reina (Capítulo 2 – Versículos 15 al 18)
2.15 Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, quien la había
tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo
Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos
los que la veían.
2.16 Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que
es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado.
2.17 Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y
benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona
real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti.
2.18 Hizo luego el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el
banquete de Ester; y disminuyó tributos a las provincias, e hizo y dio mercedes
conforme a la generosidad real.
“Esther ante Asuero” (Tintoretto, año 1552 d.C. / 1555 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : 59 x 203 cms. – Museo Nacional del Prado, Madrid.
Aun cuando pudiera corresponder a la petición que realiza la joven al rey
Asuero de clemencia para el pueblo judío ante el intento de exterminio de
Amán, el consejero del rey (Capítulo 7 – Versículos 2 al 6).
7.2 Y en el segundo día, mientras bebían vino, dijo el rey a Ester: ¿Cuál es tu
petición, reina Ester, y te será concedida? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la
mitad del reino, te será otorgada.
7.3 Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos,
y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda.
7.4 Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para ser destruidos, para ser
muertos y exterminados. Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaría;
pero nuestra muerte sería para el rey un daño irreparable.
7.5 Respondió el rey Asuero, y dijo a la reina Ester: ¿Quién es, y dónde está, el que
ha ensoberbecido su corazón para hacer esto?
7.6 Ester dijo: El enemigo y adversario es este malvado Amán. Entonces se turbó
Amán delante del rey y de la reina.
Curiosamente
ha
sido
un
pasaje
bíblico
escasamente
tratado
siendo,
posiblemente, los seis paneles elaborados por Sandro Botticelli y Filippino Lippi
para decorar los “Cassone” o Arcas de Boda de una noble florentina los que
mejor han narrado los diferentes sucesos recogidos en el Libro de Esther,
comenzando por el primero, cuyo motivo principal, que figura en primer plano,
es la elección de la heroína hebrea por el rey Asuero, quedando al fondo la
representación de un banquete, mientras el segundo muestra, en sus tres
escenas, su aflicción al conocer los planes del consejero Amán para exterminar
al pueblo judío cautivo en Babilonia, su petición de clemencia al rey Asuero y
la caída del consejero Amán.
Escenas del Libro de Esther – La elección de Esther por el rey Asuero.
Escenas del Libro de Esther – La lamentación de Mardoqueo, tío de Ester / El desmayo
de Esther al pedir a su esposo, el rey Asuero de Persia, que salvara a los Judíos del
Reino / El Gran Visir Aman pide en vano la misericordia de Esther
Sandro Botticelli / Filippino Lippi (Temple sobre madera)
Dimensiones : 48 x 132 cms.
No obstante ha sido esa segunda escena, la aflicción de Esther, la que más
veces ha sido fuente de inspiración de diversos pintores, tal vez debido a su
mayor carga dramática como es el caso, nuevamente, de Artemisia Lomi
Gentileschi o de Nicolas Poussin.
“Esther ante Asuero” (Artemisia Gentileschi, año 1628 d.C. / 1635 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : 208 x 274 cms. – Metropolitan Museum of Art.
“Esther ante Asuero” (Nicolas Poussin, año 1655 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : 119 x 155 cms. – Museo del Hermitage.
El tercer cuadro del conjunto está dedicado a una de las heroínas del pueblo
hebreo, Judith, la viuda que salvó su ciudad, Betulia, del asedio del ejército
de Holofernes, general del rey asirio Nabucodonosor, introduciéndose en su
campamento y tras emborracharle, decapitarle con su propia espada.
“Judith y Holofernes” (Tintoretto, año 1552 d.C. / 1555 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : 58 x 119 cms. – Museo Nacional del Prado, Madrid.
La historia aparece narrada en el Libro de Judith, habiendo escogido el
artista el momento en que Judith empuña la espada de Holofernes que, ahíto
de vino, descansa indefenso en su lecho, acción que el citado libro recoge en
su Capítulo 13, versículos 1 al 10 :
13:1 Cuando se hizo tarde, sus ayudantes se retiraron inmediatamente. Bagoas
cerró la carpa por fuera, después de hacer salir a los que estaban con su señor, y
todos se fueron a dormir, rendidos porque habían bebido demasiado.
13:2 Sólo Judit quedó en la carpa, mientras Holofernes, completamente ebrio, yacía
tendido en su lecho.
13:3 Judit mandó a su servidora que se quedara fuera de su dormitorio y que la
esperara a la salida como todos los días, porque había dicho que saldría para hacer
oración y había hablado en el mismo sentido a Bagoas.
13:4 Cuando todos ya se habían retirado de la carpa, y no quedaba nadie dentro de
ella, ni grande ni pequeño, Judit, de pie junto al lecho de Holofernes, dijo en su
corazón: "Señor, Dios todopoderoso, mira favorablemente en esta hora lo que voy a
hacer para la exaltación de Jerusalén.
13:5 Ha llegado el momento de acudir en ayuda de tu herencia,
y de realizar lo que me había propuesto
para aplastar a los enemigos que se alzaron contra nosotros".
13:6 Judit se aproximó entonces a la barra del lecho que estaba junto a la cabeza de
Holofernes, descolgó de allí su espada,
13:7 y acercándose al lecho, lo tomó por la cabellera y exclamó: "¡Fortaléceme en
esta hora, Dios de Israel!"
13:8 Luego le asestó dos golpes en el cuello con todas sus fuerzas y le cortó la
cabeza.
13:9 Hizo rodar el cuerpo desde el lecho y arrancó el cortinado de las columnas.
Poco después, salió y entregó a su servidora la cabeza de Holofernes.
13:10 Esta la metió en la bolsa de las provisiones, y las dos salieron juntas, como lo
hacían habitualmente, para la oración. Atravesaron el campamento y, bordeando
el barranco, subieron la pendiente de Betulia hasta llegar a sus puertas.
El Libro de Judith, al igual que acontece con el Libro de Esther y a pesar de
estar incluidos ambos en la Septuaginta, está considerado por el judaísmo así
como por algunas confesiones luteranas, como un texto apócrifo. lo que no ha
impedido ser una importante fuente de inspiración para numerosos artistas,
incluido el propio hijo del autor, Doménico Tintoretto, que realizó una versión
del momento posterior a la decapitación del general, cuando entrega su cabeza
cercenada a la criada para que la guarde en el cesto, tema también
representado por Cristofano Allori, pues se trata de una historia que fascinó
fundamentalmente a los “barrocos” que vieron una magnífica oportunidad para
plasmar una violenta acción, la decapitación de un hombre, que mostramos
vista por una mujer, Artemisia Lomi Gentileschi, quien realizó dos versiones
tanto de ese instante como de su continuación, y por el gran maestro del
claroscuro barroco, Michelangelo Merisi da Caravaggio.
“Judith y Holofernes” (Doménico Tintoretto, finales siglo XVI d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : 198 x 325 cms. – Museo Nacional del Prado, Madrid.
“Judith y Holofernes”
(Artemisia Gentileschi,
año 1614 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones :
199 x 163 cms.
Galleria degli Uffizi,
Florencia.
“Judith y su criada”
(Artemisia Gentileschi,
año 1619 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones :
114 x 94 cms.
Palazzo Pitti, Florencia.
ARRIBA : “Judith y
Holofernes”
(Caravaggio,
año 1599 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones :
137 x 186 cms.
Galleria Nazionale d'Arte
Antica, Roma.
DERECHA : “Judith con la
cabeza de Holofernes”
(Cristofano Allori,
año 1610 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones :
139 x 116 cms.
Palazzo Pitti, Florencia.
Continuando nuestro recorrido por este conjunto de obras le llega el turno a
“Salomón y la reina de Saba”, obra que en algunas ocasiones recibe el nombre
de “Visita de la reina de Saba a Salomón.
En este caso la referencia literaria la encontramos en el Primer Libro de los
Reyes, en cuyo Capítulo 10, versículos 1 al 13, se describe la visita que este
legendario personaje realiza al poderoso y sabio Salomón, el hijo del rey
David, al que sucedió como tercer rey de Israel.
10:1 La reina de Saba oyó hablar de la fama de Salomón, y fue a ponerlo a
prueba, proponiéndole unos enigmas.
10:2 Llegó a Jerusalén con un séquito imponente, con camellos cargados de
perfumes, de muchísimo oro y de piedras preciosas. Cuando se presentó ante
Salomón, le expuso todo lo que tenía pensado decirle.
10:3 Salomón respondió a todas sus preguntas: no hubo para el rey ninguna
cuestión tan oscura que no se la pudiera explicar.
10:4 Cuando la reina de Saba vio toda la sabiduría de Salomón, la casa que
había construido,
10:5 los manjares de su mesa, los aposentos de sus servidores, el porte y las
libreas de sus camareros, sus coperos y los holocaustos que ofrecía en la Casa
del Señor, se quedó sin aliento
10:6 y dijo al rey: "¡Realmente era verdad lo que había oído decir en mi país
acerca de ti y de tu sabiduría!
10:7 Yo no lo quería creer, sin venir antes a verlo con mis propios ojos. Pero
ahora compruebo que no me habían contado ni siquiera la mitad: tu sabiduría y
tus riquezas superan la fama que llegó a mis oídos.
10:8 ¡Felices tus mujeres, felices también estos servidores tuyos, que están
constantemente delante de ti, escuchando tu sabiduría!
10:9 ¡Y bendito sea el Señor, tu Dios, que te ha mostrado su favor poniéndote
sobre el trono de Israel! Sí, por su amor eterno a Israel, el Señor te estableció
como rey para que ejercieras el derecho y la justicia".
10:10 La reina regaló al rey ciento veinte talentos de oro, una enorme cantidad
de perfumes y piedras preciosas; nunca más se recibieron tantos perfumes como
los que la reina de Saba dio al rey Salomón.
10:11 La flota de Jirám, que había transportado el oro de Ofir, trajo también de
allí madera de sándalo en gran cantidad y piedras preciosas.
10:12 Con la madera de sándalo, el rey hizo unas balaustradas para la Casa del
Señor y para la casa del rey, y también cítaras y arpas para los músicos. Nunca
más se recibió una madera de sándalo como aquella, ni se la vio más hasta el
día de hoy.
10:13 Por su parte, el rey Salomón dio a la reina de Saba todo lo que a ella se le
ocurrió pedir, aparte de los regalos que le hizo como sólo podía hacerlo el rey
Salomón. Después, ella emprendió el camino de regreso a su país, acompañada
de su séquito.
El artista nos muestra el momento en que la reina de Saba, atraída por la
fama de Salomón como un rey justo y sabio, se presenta acompañada de un
imponente séquito ante el poderoso monarca israelita.
“Visita de la reina de Saba a Salomón” (Tintoretto, año 1552 d.C. / 1555 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : 58 x 205 cms. – Museo Nacional del Prado, Madrid.
Curiosamente este tema bíblico fue utilizado como alegoría del gobernante
sabio y poderoso ante el cual las demás naciones deben rendir pleitesía, como
sucede en la interpretación que de este asunto hizo el pintor Lucas de Heere
identificando al rey Felipe II de Habsburgo con el mítico Salomón.
“Visita de la reina de Saba a Salomón” (Lucas de Heere, año 1559 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : ¿ x ? cms. – Catedral de San Bavón, Gante.
En el marco del cuadro figura la siguiente inscripción el latín :
“COLLE SIONA SOLI VENIENS NICAULO SABÆI, SPEM SUPER ET FAMAM GRANDIA
MIROR AIT," (arriba)
"ALTER ITEM SALOMON, PIA REGUM GEMMA PHILIPPUS, UT FORIS HIC SOPHIÆ
MIRA THEATRA DEDIT" (abajo).
cuya traducción aproximada sería :
"Llegando desde la colina Nicaulo, en la tierra de Saba, hasta Sión, ella dijo: «He
visto cosas mucho mayores de lo que esperaba y me habían contado».(arriba),
“Del mismo modo otro Salomón, Felipe piadosa joya entre los reyes, dio aquí
como fuera asombrosas escenas de sabiduría." (abajo).
Tal vez la serie más completa sobre la vida del rey Salomón sea la realizada
por el artista napolitano, pero de posible origen español, Lucas Jordán o
Giordano, quien contratado por el monarca Carlos II de Habsburgo, realizó
una serie de frescos tanto para completar las bóvedas de la basílica como la
escalera monumental del Monasterio de El Escorial con pasajes de la vida de
los reyes David y Salomón, temas que retomó para decorar la desaparecida
ermita de san Juan del Buen Retiro, los cuales fueron trasladados a lienzo y
distribuidos por diferentes palacios y residencias reales, entre los que se
encuentra el denominado “Recepción de Salomón a la reina de Saba”.
“Recepción de Salomón a la reina de Saba” (Luca Giordano, año 1695 d.C.)
Fresco - Dimensiones : 249 x 364 cms. – Palacio de la Zarzuela, Madrid.
La siguiente obra, “José y la mujer de Putifar”, nos recuerda por su trazo y
colorido la primera de las comentadas, “Susana y los viejos”, obra en la que
volvemos a encontrarnos con un nuevo desnudo femenino que tal vez sea el más
logrado de la serie.
“José y la mujer de Putifar” (Tintoretto, anio 1552 d.C / 1555 d.C..)
Oleo sobre lienzo - Dimensiones : 54 x 117 cms. – Museo Nacional del Prado, Madrid.
El tema está sacado del Capítulo 39, versículos 1 al 39 del Libro del Génesis,
concretamente del versículo 12.
39.1 Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la
guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá.
39.2 Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su
amo el egipcio.
39.3 Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo
hacía prosperar en su mano.
39.4 Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su
casa y entregó en su poder todo lo que tenía.
39.5 Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que
tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de
Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.
39.6 Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa
alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella
presencia.
39.7 Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y
dijo: Duerme conmigo.
39.8 Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se
preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que
tiene.
39.9 No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado
sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y
pecaría contra Dios?
39.10 Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado
de ella, para estar con ella,
39.11 aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había
nadie de los de casa allí.
39.12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su
ropa en las manos de ella, y huyó y salió.
39.13 Cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había huido
fuera,
39.14 llamó a los de casa, y les habló diciendo: Mirad, nos ha traído un hebreo
para que hiciese burla de nosotros. Vino él a mí para dormir conmigo, y yo di
grandes voces;
39.15 y viendo que yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto a mí su ropa, y huyó y
salió.
39.16 Y ella puso junto a sí la ropa de José, hasta que vino su señor a su casa.
39.17 Entonces le habló ella las mismas palabras, diciendo: El siervo hebreo que
nos trajiste, vino a mí para deshonrarme.
39.18 Y cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.
39.19 Y sucedió que cuando oyó el amo de José las palabras que su mujer le
hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se encendió su furor.
39.20 Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del
rey, y estuvo allí en la cárcel.
39.21 Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia
en los ojos del jefe de la cárcel.
39.22 Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los
presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía.
39.23 No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban
al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo
prosperaba.
Este es otro de los asuntos bíblicos que han sido plasmados en sus obras por
artistas de prácticamente todas las épocas, desde miniaturas de Libros de
Horas, Devocionarios y otros incunables medievales, hasta llegar a la época
dorada del Barroco, momento en que pasa a convertirse en uno de los temas
más utilizados en obras de carácter devocional pues durante las primeras
décadas de la llamada Contrarreforma se convierte en motivo muy socorrido
para las prédicas cuaresmales, quedando plasmado en obras de pintores
pertenecientes a escuelas tan distintas como Bartolomé Esteban Murillo o
Guido Renni, quien hizo varias versiones de la misma, siendo, además, utilizado
por escultores siendo tal vez el ejemplo más interesante la obra labrada en
mármol realizada para la fachada oeste de la iglesia de san Petronio de
Bolonia por una artista, Properzia de Rossi.
Grabado con la escena de bíblica “José y la mujer de Putifar”, realizado por
Michael Wolgemuth y Wilhelm Pleydenwurff, perteneciente a las llamadas
“Crónicas de Nuremberg” editadas en el año 1493 d.C.
“José y la mujer de Putifar” (Murillo, año 1640 d.C. / 1645 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : 197 x 254 cms. – Gemäldegalerie Alte Meister, Kassel.
José y la mujer de
Putifar
Obras de Guido Reni
ARRIBA : Óleo fechado
en el año 1630 d.C.
Dimensiones :
129 x 170 cms.
The J. Paul Getty
Museum
DERECHA : Óleo fechado
en el año 1631 d.C.
Dimensiones :
227 x 195 cms.
Pushkin Museum,
Moscú.
“José y la mujer de Putifar” (Properzia de Rossi, año 1524 d.C.)
Mármol – Museo de San Petronio, Bologna.
La última obra de formato apaisado incluida en el conjunto que el Museo del
Prado ha denominado “Historias Bíblicas”, corresponde a “Moisés salvado de la
aguas”, un relato que aparece recogido en el Capítulo 2, versículos 1 al 10,
del Libro del Éxodo :
2.1 Un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de su misma tribu.
2.2 La mujer dio a luz un hijo, y viendo que era hermoso, lo tuvo escondido
durante tres meses.
2.3 Como no podía ocultarlo por más tiempo, tomó un canasto de papiro, le tapó
los agujeros con alquitrán y brea, metió en él al niño y lo puso entre los juncos a
la orilla del río Nilo.
2.4 La hermana del niño se quedó cerca para ver lo que pasaba.
2.5 La hija de Faraón bajó a bañarse en el río, mientras sus sirvientas se
paseaban por la orilla, ella divisó el canasto entre los juncos y envió a una criada
a buscarlo.
2.6 Cuando lo abrió, se dio cuenta de que era un niño que lloraba. Se
compadeció de él y exclamó: “¡Es un niño hebreo!”
2.7 Entonces, la hermana del niño dijo a la hija de Faraón: “¿Quieres que vaya a
llamar a una nodriza de entre las hebreas para que te críe este niño?”
2.8 “¡Ve!”, le contestó la hija de faraón.
2.9 La joven fue y llamó a la madre del niño. Y la hija de Faraón le dijo: “Toma
este niño y críamelo, que yo te pagaré.” La mujer tomó al niño y lo crió.
2.10 El niño creció; entonces ella lo llevó a la hija de Faraón, que lo trató como a
un hijo, y lo llamó Moisés, diciendo: “Lo he sacado de las aguas.”
El artista recrea el momento en que la hija del Faraón descubre al niño
escondido en una canastilla de mimbre en la orilla del río Nilo, destacando la
riqueza de los peinados y las vestimentas tanto de la protagonista como de las
damas que la acompañan.
“Moisés salvado de las aguas” (Tintoretto, año 1552 d.C. / 1555 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : 56 x 119 cms. – Museo Nacional del Prado, Madrid.
Obra de temática bastante habitual, son numerosos los artistas que han
representado la escena acentuando en la mayoría de los casos el ambiente
cortesano en el que se desarrolla, anacronismo que les ha permitido dotarlas
de un gran lujo en telas que constituyen los ropajes de las mujeres que en
ellos aparecen, a la vez que mostrar un completo repertorio de las joyas con
las que se adornaban las damas de la alta sociedad de la época.
Entre los pintores que han tratado este momento citaremos a Bonifazio
Veronese, uno de los pioneros, junto a Oracio Lomi de Gentileschi, autor de
dos versiones, la segunda de las cuales cuelga en el propio Museo, o Paolo
Veronés, del que se conocen al menos cuatro versiones de este tema.
“Moisés salvado de las aguas” (Bonifazio de' Pitati, Il Veronese, año 1545 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : ¿? cms. – Pinacoteca de Brera, Milan.
“Moisés salvado de las aguas” (Orazio Lomi de Gentileschi, año 1633 d.C.)
Óleo sobre lienzo - Dimensiones : 242 x 281 cms. – Museo del Prado, Madrid.
“Moisés salvado de las
aguas”
(Paolo Veronés,
año 1580 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones :
57 x 43 cms.
Museo Nacional del
Prado, Madrid.
Cerramos este apartado con una obra que el Museo del Pardo ha incluido
dentro de este grupo atendiendo al autor y a su temática, se trata de la
titulada “La purificación del botín de las vírgenes madianitas”, cuya origen
está sacado igualmente de la Biblia, en este caso del libro de Números, en
cuyo Capítulo 31, versículos 1 al 51, describe la guerra que el dios de los
hebreos ordena desatar contra los madianitas en venganza por alguna antigua
ofensa no olvidada ni perdonada :
31.1 Y Jehova habló á Moisés, diciendo:
31.2 Haz la venganza de los hijos de Israel sobre los Madianitas; después serás
recogido á tus pueblos.
31.3 Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros
para la guerra, é irán contra Madián, y harán la venganza de Jehová en Madián.
31.4 Mil de cada tribu de todas las tribus de los hijos de Israel, enviaréis á la
guerra.
31.5 Así fueron dados de los millares de Israel, mil por cada tribu, doce mil á
punto de guerra.
31.6 Y Moisés los envió á la guerra: mil por cada tribu envió: y Phinees, hijo de
Eleazar sacerdote, fué á la guerra con los santos instrumentos, con las
trompetas en su mano para tocar.
3.7 Y pelearon contra Madián, como Jehová lo mandó á Moisés, y mataron á
todo varón.
31.8 Mataron también, entre los muertos de ellos, á los reyes de Madián: Evi, y
Recem, y Zur, y Hur, y Reba, cinco reyes de Madián; á Balaam también, hijo de
Beor, mataron á cuchillo.
31.9 Y llevaron cautivas los hijos de Israel las mujeres de los Madianitas, y sus
chiquitos y todas sus bestias, y todos sus ganados; y arrebataron toda su
hacienda.
31.10 Y abrasaron con fuego todas sus ciudades, aldeas y castillos.
31.11 Y tomaron todo el despojo, y toda la presa, así de hombres como de
bestias.
31.12 Y trajeron á Moisés, y á Eleazar el sacerdote, y á la congregación de los
hijos de Israel, los cautivos y la presa y los despojos, al campo en los llanos de
Moab, que están junto al Jordán de Jericó.
31.13 Y salieron Moisés y Eleazar el sacerdote, y todos los príncipes de la
congregación, á recibirlos fuera del campo.
31.14 Y enojóse Moisés contra los capitanes del ejército, contra los tribunos y
centuriones que volvían de la guerra;
31.15 Y díjoles Moisés: ¿Todas las mujeres habéis reservado?
31.16 He aquí ellas fueron á los hijos de Israel, por consejo de Balaam, para
causar prevaricación contra Jehová en el negocio de Peor; por lo que hubo
mortandad en la congregación de Jehová.
31.17 Matad pues ahora todos los varones entre los niños: matad también toda
mujer que haya conocido varón carnalmente.
31.18 Y todas las niñas entre las mujeres, que no hayan conocido ayuntamiento
de varón, os reservaréis vivas.
31.19 Y vosotros quedaos fuera del campo siete días: y todos los que hubieren
matado persona, y cualquiera que hubiere tocado muerto, os purificaréis al
tercero y al séptimo día, vosotros y vuestros cautivos.
31.20 Asimismo purificaréis todo vestido, y toda prenda de pieles, y toda obra de
pelos de cabra, y todo vaso de madera.
31.21 Y Eleazar el sacerdote dijo á los hombres de guerra que venían de la
guerra: Esta es la ordenanza de la ley que Jehová ha mandado á Moisés:
31.22 Ciertamente el oro, y la plata, metal, hierro, estaño, y plomo,
31.23 Todo lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis pasar, y será limpio, bien
que en las aguas de purificación habrá de purificarse: mas haréis pasar por agua
todo lo que no aguanta el fuego.
31.24 Además lavaréis vuestros vestidos el séptimo día, y así seréis limpios; y
después entraréis en el campo.
Se trata de un tema muy controvertido hasta el punto que son escasos los
artistas que han reflejado este hecho, posiblemente como consecuencia de
narrar la propia Biblia que Moisés, tras huir de Egipto, había encontrado
refugio entre las gentes de Maidan y contraído matrimonio con una madianita.
“La purificación del botín de las
vírgenes madianitas”
(Tintoretto,
Último cuarto siglo XVI d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones :
295 x 181 cms.
Museo Nacional del Prado,
Madrid.
El artista, en este caso parece obra del taller de Tintoretto a partir de un
boceto del propio maestro, refleja el momento en que Moisés, situado en el
ángulo superior izquierdo, escucha el mandato de su dios que le ordena que
tome, tanto de personas como de los asnos, vacas y ovejas capturados a los
madianitas, uno de cada quinientos que serían entregados al Sumo Sacerdote
Eleazar, botín entre el que se contaban 16.000 vírgenes de las que deberían
purificarse 32 que pasarían a formar parte de la contribución.
Parece que esta obra estaba destinada a decorar el techo de una cámara
nupcial de un Palazzo de Venecia, aun cuando se desconoce quien pudiera
haber sido su propietario, lo que sí está demostrado es que fue traída por
Velázquez, junto a las seis anteriores, para el monarca Felipe IV.
La sala se completa con una última obra, “Joven veneciana”, realizada en este
caso por el hijo de Tintoretto, Doménico, cuyo tema entronca directamente
con la iconografía conocida como de “las cortesanas honestas”, muy en boga en
Venecia durante el siglo XVI d.C., y de las que en una de las Galerías del
Alcázar Real de Madrid se exponían, a mediados del siguiente siglo, hasta
ocho retratos de este tipo, alguno de los cuales descansa en los almacenes del
propio Museo a la espera de encontrar una ubicación adecuada.
“Joven veneciana”
(Doménico
Tintoretto,
año 1580 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones :
60 x 51 cms.
Museo Nacional del
Prado, Madrid.
“Joven veneciana”
(Doménico Tintoretto,
año 1580 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones : ¿ . ?
Museo Nacional del
Prado, Madrid.
“Joven veneciana
retratada como
Flora”
(Doménico
Tintoretto,
año 1590 d.C.)
Óleo sobre lienzo
Dimensiones :
61 x 55 cms.
Museo Nacional del
Prado, Madrid.
Y en este punto damos por concluidos los comentarios a nuestra visita a la
Sala XLIV del Museo Nacional del Prado.
Colonia Lindavista, Ciudad de México, a 17 de febrero de 2016
– festividad de san Evermodo, obispo de la Orden
Premonstratense y discípulo de san Norberto, que se dedicó a la
evangelización de los wendos.
José María Duchel de Mumbert.

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