Toda una vida - Porfolio
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Toda una vida - Porfolio
Toda una vida Mazarrón, gentes y oficios Fotografía Juan Francisco Belmar González María Dolores Olivo Pérez Toda una vida Mazarrón, gentes y oficios Fotografía Juan Francisco Belmar González María Dolores Olivo Pérez ÍNDICE - Presentación María Ángeles Martín Vigara María Dolores Olivo Pérez Juan Francisco Belmar González - “Mazarrón y los oficios tradicionales” Juan Francisco Belmar González - “Paisaje Humano” Juan Francisco Martínez Díaz - Artesanía del Esparto Ginés Hernández López Ginés Bienvengut María Martínez Casto Álvarez Ballesta - La Pesca José García Coy Pedro Jiménez Pérez - Mineros Ginés Navarro Sánchez Martín Gómez Morales - La Tierra Alfonso Adán Martínez José Román Sánchez Profesiones Antonio Hernández Urrea Carmen Talavera Hernández José Martínez Conesa María Victoria Navarro García Antonio Lorente López Alfonso Muñoz Paredes Rafael García Sánchez María García Sánchez Francisca García Sánchez Juan José Hernández Arróniz - Artesanos de la Madera Brígido Moreno Gómez Antonio Paredes Navarro - Nuestras Raíces Mateo García Francisco García Jorquera Saturnino Agüera Martínez Pág. 3 Pág. 5 Pág. 8 Pág. 9 Pág. 12 Pág. 14 Pág. 16 - Maestros Jerónimo García Jorquera Ana Sáez Hernández - Atención Médica Florentina Lucas Campillo José Templado Rafael García Castillo - La Radio Antonio Balanza González Miguel Morales Mateo Ana Aznar Aznar - Arte y artesanías Elisa Ortega Bombín Ángel Miguel Barona María Ángeles Martín Vigara Juana Acosta Gimeno María García Caparrós Conchita Sánchez Lorente Carmina Fernández Calvín Juana Martínez Andreu María Dolores Viudes Pujante Isabel Bastida Martínez Petra Araújo Caballero Josefa Muñoz Ruiz Concepción Vera Piñero - Ana Méndez España - Los autores María Dolores Olivo Pérez Juan Francisco Belmar González CRÉDITOS Exposición “Toda una vida“ Pág. 20 Pág. 24 Pág. 26 Juan Francisco Belmar González María Dolores Olivo Pérez TEXTOS Juan Francisco Martínez Díaz Juan Francisco Belmar González REVELADO LABORATORIO Foto Climent - Murcia Pág.28 Pág.30 Pág.32 Pág.34 Pág.44 Pág.46 DISEÑO Juan Francisco Belmar González IMPRIME Novoarte Catálogo editado con motivo de la exposición de fotografía “Toda una vida“, inaugurada en el Centro de Día de Puerto de Mazarrón el 4 de diciembre de 2011. presentación Mazarrón, gentes y oficios Cuando contemplamos a una persona mayor, siempre nos preguntamos qué habrá detrás, qué trabajos, aficiones y gustos han formado parte de su vida. Una vida en su mayoría dura por las circunstancias y también por los medios con que han tenido que desarrollar su trabajo. Las fotografías que podemos contemplar son un reflejo de lo que fueron sus actividades cotidianas en algunos de los casos y en otros de esas aficiones que ahora en la madurez de la vida y con todo el tiempo por delante pueden desarrollar. Personas todas ellas que ahora, en la etapa final de sus vidas, han apostado por una vida activa de servicio a los demás, colaborando con sus conocimientos, sus vivencias y su buena voluntad a que la gente joven recuerde y recuperé algunas de esas aficiones ya perdidas o como en otros casos a ofrecer su tiempo para que los demás disfruten con sus ideas y con su creatividad y que esa sapiencia adquirida con el paso del tiempo, verdadero pozo de sabiduría, sea un ejemplo para muchos otros. Sin olvidarnos de que todo ello, además de ser gratificante, contribuye a su propio disfrute personal y que son en muchos casos personas solidarias y voluntarias que de una forma altruista dedican mucho de su tiempo a los más necesitados siendo un ejemplo para muchos otros. Es cierto que siempre echaremos en falta a alguien, por supuesto, que no están todos los que son pero sí son todos los que están; y lo más importante, que con todos ellos se ha querido homenajear a todas esos mayores anónimos que siempre están cuando se les necesita. Mi agradecimiento personal a todos por haberse prestado a hacer este catálogo y por supuesto a Juan Francisco y Mª Dolores verdaderos artistas y artífices de esta idea. . Gracias a todos Mª Ángeles Martín Vigara Unos de los recuerdos más vivos que tengo en la memoria, son las largas charlas que mantenía con mi abuelo Mateo, sentados los dos en la puerta de su casa, yo con 4 o 5 años, y él.... con unos cuantos más! Enlazábamos un tema tras otro, y al final siempre le decía: “Abuelo, si estábamos hablando de esto, ¿cómo hemos terminado hablando de lo otro?” Y entonces mi abuelo se reía a carcajadas! Estas imágenes son sin duda de los mejores recuerdos de mi infancia. Seguramente de ahí me ha quedado el regusto de conversar tranquilamente con cualquier persona mayor. Los considero “mis abuelitos”. Tan llenos de experiencias, de vivencias, de recuerdos... Son nuestra historia, nuestra memoria, nuestras raices... Todos ellos conforman nuestro pasado inmediato, y hay una gran sabiduría popular que está a punto de perderse con ellos: ¿Quién leerá las cabañuelas de agosto? ¿Quién tejerá el esparto? ¿Quién reparará las redes? ¿Quién hará los encajes de bolillo? ¿Quién curtirá el cuero? ¿Quién, quien, quien? ¡Tenemos tanto que aprender de ellos! Por ello, cuando me propusieron el tema de esta exposición, el retratar a mis queridas personas mayores en un entorno que les fuera tan querido, en sus quehaceres antiguos, no solo no pude negarme, sino que ha sido para mí un verdadero placer! El trabajo ha sido grande, han sido muchas horas dedicadas a este proyecto, pero lo he realizado desde el corazón. Espero lo disfrutéis todos, María Dolores Olivo Cualquier trabajo fotográfico es en sí mismo un auténtico reto. Tal es así, que todo lo aprendido hasta el momento, toda la experiencia acumulada, no parece importar en absoluto. Es como si, ante cada nuevo reto, hubiese que empezar de nuevo, y se hace necesario construir todo desde el principio. Esta es condición inevitable si no se quiere seguir el camino marcado y se persigue abrir la fotografía a nuevos horizontes, nuevas formas de expresión lejos de los cánones establecidos. Y esta forma de ver y trabajar la fotografía se hace más necesaria cuando hablamos del retrato. En este caso, retrato entendido como algo más que una mera fotografía de un sujeto para convertirse en la imagen y reflejo de una persona con su vivencia personal. En la fotografía no sólo está el representado, sino toda su vida. Ésa, y no otra, ha sido la línea de trabajo que se ha llevado desde que se planteó la idea de esta exposición y sobre ella hemos desarrollado el conjunto de medio centenar de imágenes que componen esta muestra. Quisiera agradecer personalmente la buena acogida que nos han hecho todas las personas que figuran en esta exposición y que han accedido amablemente a posar para ella. También quiero agradecer que hayan compartido con nosotros esos fragmentos de sus vidas que nos iban contando mientras realizábamos nuestro trabajo. Ha sido toda una experiencia y una oportunidad única y para acercarnos a ellos y, a través de sus experiencias, también a nosotros mismos. Igualmente me gustaría agradecer la buena disposición de Mª Ángeles Martín Vigara, que nos ha acompañado en nuestro hacer y nos ha facilitado en lo posible la realización de este proyecto. Y, en definitiva, dar las gracias a cuantos han contribuido a que esta muestra vea la luz y pueda ser disfrutada por todos. Juan Francisco Belmar Mazarrón y los oficios tradicionales Con la posguerra, a mediados de siglo pasado se abre una nueva etapa caracterizada por una economía de subsistencia, en la que priman en Mazarrón las labores relacionadas con el campo, la pesca y la minería, a las que se suma una modesta actividad económica representada por unas cuantas tiendas de pedanías y las ubicadas en los centros urbanos de Mazarrón y Puerto. Dentro de las faenas del campo cabe todo aquello necesario para el desempeño de la actividad sin ayuda externa. Destaca, en importancia, todo lo relacionado con el ciclo del cereal, base de la economía del momento, desde la preparación de la tierra (muleros y labradores), hasta la cosecha (segadores) y su almacenamiento para su posterior consumo. El cereal es un elemento fundamental en la dieta del momento. La harina es el producto base de la alimentación y se emplea en la elaboración del pan, tortillas, dulces y las conocidas migas ruleras. La elaboración del pan se hace una vez a la semana y para los siete días siguientes. Las tortas y tortillas no se hacían con huevo (como las pensamos hoy) sino con base de harina. En cuanto a las migas, eran la comida fuerte del día, ya fuera tomadas por la mañana antes de ir a la faena, al mediodía en el campo, o por la noche al llegar. Del trabajo en el campo se definen numerosas labores que cuidan del mantenimiento de los aperos y de la realización de éstos. De entre ellos destaca el trabajo del cuero (talabartero), que se ocupaba de realizar todo tipo de tiras de cuero con las que Labores del campo. Mazarrón, años 40. se ataban y se dirigían las bestias. También hay que mencionar el enorme trabajo del esparto, fibra que por aquel entonces se empleaba en casi todo hasta que vino a ser sustituida por el plástico y otros materiales. El esparto era una necesidad y se trabajaba para cubrir necesidades concretas de la casa. Con él se hacía desde el calzado (si no, andabas descalzo) hasta la alfombra en la que te limpiabas los pies al entrar a casa, pasando por todo tipo de enseres como cachuleros, cestillos, capazas, canastos, etc, cada uno con su función expresa. En este caso, muy pocas veces podemos hablar de profesiones propiamente dichas, porque el desarrollo de la actividad se hace en el seno familiar o de la unidad de la vivienda y constituye una labor más dentro de la que se han de realizar habitualmente. Los oficios y tareas relacionados con la actividad rural eran la matanza (matachín), el esparto, la costura, el bordado, el bolillo, el pan, la confección de dulces, y así hasta cubrir todas las necesidades mínimas. Una actividad industrial que merece especial atención fue el gran desarrollo que alcanzó el molino de viento. Muy extendido por Mazarrón, alcanza su máximo en la primera mitad del siglo XX hasta su desaparición a mediados de los años 50 desplazado por los molinos de motor y combustible. En todas las pedanías solía haber algún tipo de establecimiento de este tipo, ya que el molino jugó un papel muy importante para toda una generación. En el caso del mar, los niños comenzaban muy pronto ayudando en las faenas (al igual que era la costumbre en otras como el campo o la mina). Entonces ayudaban a sacar los boles del agua y a recoger las artes a cambio de un puñado de pescado fresco. Esta pesca tradicional se desarrollaba muchas veces desde la misma orilla. De carácter muy localista y escaso alcance, se hacía siguiendo los tiempos que marcaba la naturaleza (especies capturadas según la época del año) y aprovechaba los corredores (zonas de paso de pescado en su movimiento estacional). Pastores, mediados de siglo pasado. tener todo tipo de productos para cubrir cualquier necesidad (leña, detergentes, comida, etc). También estaban las tradicionales tiendas de confección, telas y retales, y panaderías. Como los tiempos no estaban para muchas florituras, la necesidad hacía que se diera el caso de que una señora viniera a la peluquería con un peinado muy bien hecho y, al preguntarle la peluquera, resulta que no se había lavado la cabeza desde la última vez que estuvo para amortizar el peinado, y de eso a lo mejor hacía un año ya. En la minería, el trabajo comenzaba pronto, a los 9 o 10 años, por lo general con partida falsa en la que a un niño se le daba una documentación de un adulto. Se empezaba de pinche, atendiendo al desescombro de los tajos y el acarreo del mineral hasta las tolvas de En el grupo de faenas domésticas destaca el gran descarga. De ahí, conforme el niño se hacía adulto, si seguía en la mina podía pasar al martillo, a los vagones desarrollo de la costura, bordados, bolillo, confecciones, etc (que luego derivó en afición). El trabajo de la costura y otras faenas más especializadas. está muy bien representado en las realizaciones de tipo Cono la expansión del comercio aparecen particular y gentes que aún conservan el oficio como establecimientos del cuidado personal, peluquerías, entretenimiento. De ellas destaca la deliciosa estampa que se añaden a las tiendas típicas de barrio que solían tomada en Puerto de Mazarrón, donde aún se reúnen las mujeres a nivel particular a coser y charlar en las Por otra parte, también tendríamos que citar el largas tardes de verano. apartado de la enseñanza y el de la atención médica. De cuando aún no había colegios como los conocemos Con el paso del tiempo, la industrialización hoy, ni existía el centro de salud teniendo los médicos convertirá en establecimientos modernos los antiguos que atender a la gente en la antigua sede de Cruz Roja, oficios de carpintería, ya existentes desde antaño y de hoy desaparecida, o desplazados a zonas rurales y con los que aún quedan buenas muestras en el municipio. escasos medios. Ese desarrollo trajo consigo también la cultura, en la que destaca el trabajo de varias personas que han Un apartado especialmente humano lo representa contribuido a mantener intactas nuestras raíces, bien la radio. Varias generaciones de mazarroneros han a través del campo de la investigación arqueológica, crecido acompañados por este invento que, en aquellos la fotografía o la difusión histórica. También caben tiempos era tan raro y costoso que los niños solían aquellas gentes que han participado en la difusión y subirse a las paretas de las casas para oír la radio del realización de actividades culturales de todo tipo, a las vecino. Entre otras cosas porque no había ninguna que se añaden los que cultivan las artes, la pintura o la otra en la calle o en el barrio. poesía, como medio de expresión y testimonio de toda una generación y un tiempo histórico. Finalmente, cabe la mención de la mazarronera Ana Méndez, recientemente fallecida, y cuyo reconocimiento obedece a su labor altruista, su compromiso con los necesitados y con la sociedad, para la que ha trabajado participando activamente en diversos colectivos y asociaciones. Todos estos oficios están representados en las personas que conforman esta serie de fotografías y, en definitiva, no son sino una pequeña muestra del trabajo de toda una generación de mazarroneros a los que también rendimos homenaje a través de esta exposición. Los oficios que aquí han quedado reflejados, han ido desapareciendo en aras de nuevas tecnologías y materiales que hoy para nosotros son habituales pero que no existían en el tiempo en el que a ellos les tocó vivir. Para nosotros todos estos trabajos son los últimos ecos de otra época, a punto de desaparecer en el ruido y la vorágine de la vida de hoy. La pedanía de Los Rincones, h. 1950 Juan Francisco Belmar González paisaje humano Mazarrón, gentes y oficios Conforman parte de nuestro paisaje, paisaje vívido, en transformación constante, en el que el rostro no es uno solo sino cambiante como la mirada que hacia ellos dirigimos inmersa en una interminable secuencia de instantes fugaces. Se quiere entonces aislar a aquel de ese entorno inaprensible congelándolo en una instantánea con la ilusión improbable de extraer a la luz al ser real o genuino. Pero ese ser no puede vivir enajenado de sus circunstancias personales y colectivas, sin el aire que respira y sin la luz que lo define; no podemos privarle de atmósfera y, al cabo, se ha de escoger el lugar donde el retratado parezca hallarse tan presente y acomodado en su hipotético elemento que pudiera revelarnos aún el rastro de un “yo” desconocido o antes apenas sugerido. El lugar donde el hombre la mujer y ejerce su oficio que es su sustento, pero también la elección de la parcela íntima en la que satisface determinadas necesidades espirituales son las que operan de común denominador en este conjunto fotográfico. Ubicar al retratado en dichos contextos es integrarlo en un colectivo compuesto de otros tantos millones de sus semejantes, sin que con ello quede solapado su carácter único, por cuanto el oficio o el ejercicio de una vocación no es un mal riel de transmisión de las particularidades humanas. Aquí se da una diferencia sustancial con cierta manera de retratar de los antiguos, sea en la pintura o en una concepción decimonónica de la fotografía en la que el retratado podía serlo junto a los atributos que identificaban su profesión, sus inquietudes, su lugar en el tejido social o sus convicciones morales o ideológicas. En este caso dichos atributos, herramientas u objetos de labor no podían ser signos externos o complementos de ostentación formal en un sentido estético, sino que debían fundirse al individuo configurando así un solo cuerpo con él. Y es que el desempeño del oficio que es su sustento también es el barro que ha creado al Hombre condenado a ganar el pan con el sudor de su frente, el que ha moldeado sus miembros y traza en nuestra piel los surcos del tiempo. -Interesa subrayar esta dualidad: el Hombre es un productor y es el hacedor de su propio entorno, el cual a su vez le condiciona y le hace tal como es en carne y alma- No escapa a esta condición el trabajo intelectual, y así no hemos dejado de oír, referente a tal o cual individuo, que su frente despejada o ceño fruncido delatan las numerosas horas de su vida dedicadas a la meditación y el estudio. En esto suele ocurrir, como siempre que artísticamente se efectúa una aproximación de este cariz, que surge un efecto instantáneo de empatía o comprensión en virtud de la humanidad del retratado –lo que no ha dejado de generar sus controversias -, humanidad remarcada por el sentimiento de indefensión ante una lente fotográfica avasalladora. Esta apropiación del alma resulta de la captación de lo que parece un instante atrapado al vuelo, instante que, aislado del momento previo y posterior, se nos ofrece lleno de posibilidades dramáticas por cuanto creación de un elemento de incertidumbre. En otros el dramatismo depende exclusivamente del ángulo que adopta el fotógrafo atendiendo a criterios puramente plásticos, y conviene reseñar aquellas imágenes en el que los útiles de un oficio alcanzan una importancia primordial compositivamente hablando, como la de unos tubos de pintura que, amontonados sobre una mesa, apuntalan poderosamente a la artista que ejerce de punto de fuga, como lo harían unas redes de pesca con el hombre de mar que las teje. Es evidente, sin embargo, la predominancia del posado entre los diferentes modos de ejecución del retrato, aquél en el que el personaje se nos muestra plenamente consciente de la existencia de esa cámara y de su indefensión ante ella, si bien este temor se expresa de según qué modo atendiendo a sus singularidades psicológicas, lo que da un amplio margen de representación de la variedad humana. En otras palabras: el posado no es tanto un condicionante como un nuevo conducto que pone a prueba, a partes iguales, tanto al cazador fotográfico como a su víctima, y según una lucha cuyas reglas han sido antes pactadas sin que necesariamente el producto final esté libre de revelarnos un algo insospechado. Es que la atmósfera que envuelve los objetos en movimiento es una densa aureola que ocultaba una parcela no desdeñable de nuestro “yo”; despojadas de ella surge el ser en toda su viveza, como la carne que resalta en el vacío, descarnada, desbordante y al tiempo extremadamente apacible como lo es la calma tras la tormenta de los años que antecedieron el momento presente. El hombre y la mujer en su faena, pero también el trabajo ya realizado a través de su hacedor, que porta sobre su piel el producto de esos años de labor y esfuerzo, como la tierra roturada sugiere los útiles del campo que la ha trabajado: el ser desnudo -a veces el rostro copando el plano- tan lleno de significado que entre esta modalidad de retrato y el resto no se tarda en advertir el juego dialéctico que los hilvana. Este repertorio variado de formas de representación es prueba de ese conflicto entre fotógrafo y su modelo en el que el primero, en su intento por sustraer del segundo ese aparente ser genuino antes aludido, condiciona al otro en su empleo del color, del blanco y negro o del retoque fotográfico a fin de resaltar las cualidades del retratado que una imagen por sí solo no ha podido aprehender y de las que se tiene solo conocimiento paulatino a través de su voz y sus silencios. Juan F. Martínez Díaz artesanía del esparto Mazarrón, gentes y oficios Ginés Hernández López “El Hernández“ Ginés Bienvengut María Martínez “Maruchi” Casto Álvarez Ballesta “El Casto” la pesca Mazarrón, gentes y oficios Pedro Jiménez Pérez José García Coy mineros Mazarrón, gentes y oficios Ginés Navarro Sánchez Martín Gómez Morales la tierra Mazarrón, gentes y oficios Alfonso Adán Martínez José Román Sánchez “El Macho” profesiones Mazarrón, gentes y oficios Carmen Talavera Hernández Antonio Hernández Urrea “Bar El Puerto” José Martínez Conesa “El Carrañaca” Antonio Lorente López María Victoria Navarro García Francisca García Sánchez Rafael García Sánchez María García Sánchez Alfonso Muñoz Paredes José Martínez Conesa “El Carrañaca” artesanos de la madera Mazarrón, gentes y oficios Brígido Moreno Gómez Antonio Paredes Navarro nuestras raíces Mazarrón, gentes y oficios Mateo García Francisco García Jorquera Saturnino Agüera Martínez maestros Mazarrón, gentes y oficios Jerónimo García Jorquera Ana Sáez Hernández atención médica Mazarrón, gentes y oficios Florentina Lucas Campillo José Templado Rafael García Castillo la radio Mazarrón, gentes y oficios Miguel Morales Mateo Antonio Balanza González Ana Aznar Aznar arte y artesanías Mazarrón, gentes y oficios Ángel Miguel Barona Elisa Ortega Bombín María Ángeles Martín Vigara Juana Acosta Gimeno María García Caparrós Conchita Sánchez Lorente Carmina Fernández Calvín María Dolores Viudes Pujante Juana Martínez Andreu Isabel Bastida Martínez Petra Araújo Caballero Josefa Muñoz Ruíz Concepción Vera Piñero Florentina Lucas Campillo Antiguamente, juntarse por las tardes a bordar era una costumbre que no cabe en nuestra concepción del mundo de hoy. Este grupo de mujeres aún conserva, en una estampa deliciosa, esa tradición, como un pequeño eco de un tiempo en el que la vida iba a otro ritmo. Ana Méndez España Mazarrón, gentes y oficios Ana Méndez España nació en 1931 ene Los Almagros, pero enseguida se vino a vivir a Puerto de Mazarrón, donde estudió y luego se casó con el Práctico del Puerto de Mazarrón e industrial, Antonio Sáez Hernández, quedándose viuda con sólo 36 años y dos hijos. Entonces organiza un grupo de mujeres dedicadas a la fabricación doméstica de prendas de punto, dando empleo a 50 personas, y se gradúa como una de las primeras mujeres Administradora de Fincas, trabajando entonces como gerente en varias urbanizaciones locales que contribuyen al desarrollo turístico del municipio. Su preocupación por el bienestar de su pueblo le lleva a crear la primera aso- ciación de vecinos de Puerto de Mazarrón. A partir de 1983, decide dedicarse a Trabajos Sociales, por lo que se traslada a Murcia y colabora con Jesús Abandonado y es llamada como directora de la recién creada Casa Sacerdotal de Murcia. Durante 4 años, fue presidenta del Patronato de la Fundación Jesús Abandonado, gracias a su confianza personal, su experiencia en la vida privada y su visión de futuro. En esta etapa promueve la construcción de la actual Residencia Santa Catalina y la instalación de un nuevo comedor en Murcia. En 1993, recibe el reconocimiento “Mano de la Solidaridad”otorgada por la Hermandad de San Juan De Dios. A los 70 años, Ana Méndez se jubila y decide vol- ver a su Puerto de Mazarrón natal, donde su actividad no para: organiza Cáritas, es nombrada mujer mazarronera 2002, presidenta honoraria de la Fundación Iniciativa Social, presidenta del Centro de Día de las Personas Mayores del Puerto de Mazarrón... Este año, Ana había cumplido 80 años rodeada de toda su familia. Llevaba toda una vida creciendo y dando frutos con la sencillez y la habilidad con la que seguía cosiendo y tejiendo, mientras miraba la vida pasar desde la esquina de su casa... El pasado 28 de Octubre, Ana Méndez España nos dejó... quede para siempre entre nosotros su recuerdo, su vida, su lucha, su trabajo y su ejemplo. Ana Méndez España los autores María Dolores Olivo Pérez Nació en febrero de 1973, en la ciudad de Lyon, Francia. Con 18 años, se fue en busca de la luz y del calor, y se vino a vivir a Lobosillo, la pedanía murciana donde tenía sus raíces. Allí estudió Enfermería, profesión que ejerce desde 1995, actualmente en el Centro de Salud de Mazarrón. Siempre le ha interesado la cultura, en cualquiera de sus expresiones, ya sea teatro, literatura, pintura, música clásica, jazz... Con su primer sueldo, se compró una pequeña cámara analógica, con la empezó a hacer sus pinitos. Pero no fue hasta el año 2006, en que un gran amigo fotógrafo le regaló una cámara compacta digital, y la inició en el mundo de la fotografía. Dos meses después, adquirió su primera réflex digital. Su mentor en la fotografía ha sido Juan Francisco Belmar González, y posteriormente ha ido ampliando su experiencia con diversos cursos de fotografía y con las experiencias compartidas de las numerosas amistades que se ha forjado en este mundo fotográfico. Forma parte del colectivo fotográfico “14 ojos”, con los que ha compartido distintas exposiciones. También ha sido monitora de diversos cursos de fotografía en la Universidad Popular de Mazarrón. Ha sido miembro de jurado en varios concursos fotográficos, a destacar “Mazarrón día a día”, “Primer Certamen Nacional de Fotografía de Semana Santa de Mazarrón Francisco García Jorquera” y “Segundo Certamen Nacional de Fotografía de Semana Santa de Mazarrón Francisco García Jorquera”. EXPOSICIONES Seleccionada en la exposición del III concurso de Fotografía : “Murcia. Etnografía, cultura y tradiciones”, en 2008 Exposición colectiva “14 ojos” en la FNAC del espacio “Nueva Condomina” de Murcia, en mayo de 2009. Seleccionada en la exposición del IV concurso de Fotografía : “Murcia. Etnografía, cultura y tradiciones”, en 2009 Exposición colectiva “14 ojos” en la Concejalía de Cultura de Mazarrón, en octubre de 2009. Seleccionada en la exposición del V concurso de Fotografía : “Murcia. Etnografía, cultura y tradiciones”, en 2010 Exposición colectiva “14 ojos”: “Luz”, en la Concejalía de Cultura de Lorca, en julio de 2010. Exposición colectiva “14 ojos” : “Ante Annum”, en la cafetería “Pan de Oro”, en la plaza de Santo Domingo de Murcia, en septiembre de 2010. Exposición colectiva “14 ojos” : “Ante Annum”, en la cafetería La Fundición, en Mazarrón, en noviembre de 2010. Exposición colectiva “14 ojos” : “Ante Annum”, en el Casino de Cartagena, en diciembre de 2010 Exposición colectiva “14 ojos” : “Ante Annum”, en la cafetería “La Negra” de Orihuela, en marzo de 2011. Seleccionada en la exposición del VI concurso de Fotografía : “Murcia. Etnografía, cultura y tradiciones”, en 2011 Exposición colectiva “20 fotógrafos murcianos: Todos con Lorca”, a beneficio de Cruz Roja Lorca, en Casas Consistoriales de Mazarrón, en Octubre de 2011. los autores Juan Francisco Belmar González Nació en Mazarrón, el 8 de octubre de 1971. A los 17 años adquirió su primera cámara de fotos, una pequeña compacta analógica cuya principal sofisticación era incorporar un motor de arrastre. A los tres meses cambió esa pequeña cámara por una réflex. Al poco tiempo, ya tenía su primera cámara automática y... desde allí hasta hoy. Ha realizado numerosas exposiciones y reportajes, publicaciones, portadas de libros y revistas y ha impartido cursos de fotografía. De una vasta trayectoria de casi 25 años en la fotografía, destacan las siguientes actuaciones: EXPOSICIONES - VI Concurso de Fotografía - “Murcia, Etnografía, Cultura y tradiciones”. Museo etnográfico Los Molinos del Río. Murcia. Exposición colectiva años 2006, 2008, 2010 y 2011. - “IXZUS - La Pasión”, en Casas Consistoriales (2008) - Museo Arqueológico de Lorca (2010) - Museo de Arte Contemporáneo de Castilla la Mancha, Fundación Fernando Picornell (2011). Albacete. - “Realidades” - Museo de Arte Contemporáneo de Castilla la Mancha, Fundación Fernando Picornell. Albacete. - “Corrientes”. Muestra regional de pintura y fotografía. Colectiva. Ayuntamiento de Mazarrón y Consejería de Cultura, Juventud y Deportes de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. 2008. - “Paisajes de Mazarrón”. Itinerante. Universidad Popular. Concejalía de Medio Ambiente. Ayuntamiento de Mazarrón y Consejería de Desarrollo Sostenible y Ordenación del Territorio, Región de Murcia. 2008. - ”Más allá de tu mirada”. Hotel La Galerica. Puerto de Mazarrón, 2007. - “Haver”. Pub Siglo XIX. Mazarrón, 2006. - “Paisajes”. Hotel L´Azohía. Cartagena, 2005. PREMIOS 2007 2005 2005 2005 2005 Accésit Concurso de Etnografía “Murcia, Etnografía, Cultura y Tradiciones” de los Molinos del Río. Primer Premio Concurso de Fotografía Digital “Municipios de la Región de Murcia”. Fundación Integra. Accésit Concurso de Fotografía Digital “Municipios de la Región de Murcia”. Fundación Integra. Accésit Concurso de Fotografía Digital “Municipios de la Región de Murcia”. Fundación Integra. Accésit Concurso de Etnografía “Murcia, Etnografía, Cultura y Tradiciones” de los Molinos del Río. PUBLICACIONES - Cartel anunciador de la Semana Santa de Mazarrón, años 2008, 2010 y 2011. - Portada libro de Actas Jornadas de Carlantum, Universidad Popular de Mazarrón, años 2005, 2006, 2006, 2009 y 2011. - Portada del libro “Recordando el tiempo. Mazarrón y su historia-Recopilación de artículos” de Juan Francisco Belmar. Ediciones CO.PRO.GU. S.L, 2009. - Portada “El Misterio de la Vida”. Magdalena Vivancos. Concejalía de Cultura. Ayuntamiento de Mazarrón, 2008. - Portada revistas fiestas pedanías de Mazarrón, Revista de Fiestas de Bolnuevo (2008, 2009, 2010), Revista de Fiestas de Leiva (20072008), Los Rincones (2006). - Portada y diseño del CD “Extrasensorial” del grupo Sexto Sentido, Ecos de Juglaría (CD, Universidad Popular de Mazarrón, 2000) y del CD publicado por la Asociación Musical Maestro Eugenio Calderón (2000). - Guía de Senderismo de Mazarrón. Ayuntamiento de Mazarrón, 2001. - Guía de rutas naturales ”En Ruta por el municipio de Mazarrón”. Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Mazarrón, 1999. MEDIOS DE COMUNICACIÓN - Colaboraciones puntuales con los medios de comunicación regionales La Opinión de Murcia, La Verdad de Murcia y el Faro de Cartagena y Murcia. Colaboraciones puntuales con los medios de comunicación locales (La Voz de Mazarrón y Telesatélite Mazarrón) y los desaparecidos (Mazarrón Día a Día y Crónicas de Mazarrón). Colaboraciones para El Faro Deportivo (El Faro de Murcia). - Imágenes cedidas al portal web Murcia “www.regmurcia.com”, 2004. “Toda una vida“ Exposición de Fotografía Juan Francisco Belmar González María Dolores Olivo Pérez 4 de Diciembre de 2011 muchas gracias a todos los que han participado en la realización de esta muestra “Toda una vida“ - Mazarrón, Diciembre de 2011 Ginés Hernández López. Nace el 30 de marzo de 1929 en La Majada. Ha dedicado toda su vida a las faenas agrícolas y es un profundo conocedor de los más íntimos detalles de la vida de mediados del siglo pasado. Ginés Bienvengut. Nació en el Puerto de Mazarrón el 25 de agosto de 1933. Su experiencia laboral ha sido muy dilatada, dedicándose al pastoreo, a la mina, a la agricultura, a la albañilería,... Sus grandes aficiones son la poesía y el trabajo con el esparto, en el que es un verdadero maestro. María Martínez. Filatera. De Puerto de Mazarrón, ha vivido siempre en Isla Plana donde se ha dedicado a las labores tradicionales, destacando en su buen hacer el trabajo del esparto. Casto Álvarez Ballesta. Dedicado a las labores agrícolas toda su vida, ha vivido siempre en “la media legua”. Aprendió a trabajar el esparto del que ha conseguido con el tiempo la realización de piezas muy refinadas. José García Coy. Nació en Puerto de Mazarrón el 14 de julio de 1943. De joven estuvo diez años en Barcelona en una fábrica de productos químicos. El resto de su vida laboral hasta su jubilación ha sido pescador en el Puerto. Pedro Jiménez Pérez. Nace en Puerto de Mazarrón el 28 de julio de 1945. Trabajó hasta los 18 años en la agricultura y labores del campo. Luego fue cerrajero durante ocho años más. Desde entonces, ha trabajado toda su vida en la pesca. Ginés Navarro Sánchez. Minero desde los nueve años, comenzó a trabajar en las minas en los años 30 del siglo pasado. Conoció las explotaciones mineras de interior, donde trabajó de gavia, acarreando mineral. Martín Gómez Morales. Minero desde los nueve años. Empezó a trabajar en las minas con partida falsa, a nombre de otro. A finales de los años 30, conoció el trabajo en las galerías ayudando a sacar el mineral desde los puntos de arranque. Alfonso Adán Martínez. Nació el 5 de enero de 1939 y ha trabajado en labores relacionadas con la agricultura y labores del campo toda su vida. Ha trabajado más de medio siglo como tractorista hasta su jubilación. José Román Sánchez. Ha regentado toda su vida el antiguo molino de la pedanía de Leiva, así como la taberna que existía aneja al mismo. La actividad de la molienda tradicional fue muy importante para la subsistencia de los mazarroneros en los años de posguerra. Antonio Hernández Urrea. Nació en Sangonera el 14 de abril de 1947. Trabajó varios años en el Hotel Bahía, hasta que se establece por su cuenta y abre el Restaurante Bar El Puerto. Compatibiliza esta actividad con la vicepresidencia del grupo Futbol Bala Azul. Carmen Talavera Hernández. Nació en Nonduermas el 17 de septiembre de 1937 y ha dedicado toda su vida a la floristería y la peluquería. Reside en Puerto de Mazarrón desde hace 60 años. José Martínez Conesa. Nació en Cartagena el 3 de julio de 1944. Su primera profesión estuvo relacionada con el transporte. Durante 26 años fue camionero y, después trabajó 15 años como taxista, actividades que compatibilizaba con la hostelería, a la que ha dedicado 30 años de su vida. Es aficionado a la poesía y vive en Puerto de Mazarrón desde que nació. María Victoria Navarro García y Antonio Lorente López La tienda de telas de Alejandro lleva abierta al público desde 1895. Se conserva prácticamente con su instalación original y hoy encontramos en ella a María Victoria Navarro García (04-11-1955) y Antonio Lorente López (10-09-1941). Alfonso Muñoz Paredes Nació en la pedanía del Saladillo, el 24 de agosto de 1951. A los 13 años empezó de aprendiz en el taller de “Paco Justo” y en el de “Paco el Negro” después. Con 18 años cogió en alquiler el taller de “Paco Justo”, con la ayuda de su padre y, desde entonces, ha dedicado toda su vida a la mecánica. Panadería de Adolfo Los hermanos Rafael García Sánchez (29-07-1935), María García Sánchez (25-08-1938), y Francisca García Sánchez (14-09-1945), son los descendientes de Diego García Alarcón (Adolfo) que en 1928 adquirió el local de la cooperativa “La Constancia” para establecer una panadería que estuvo en funcionamiento hasta el año 1989. Juan José Hernández Arróniz. Nació en Puerto de Mazarrón el 23 de septiembre de 1940 y, emigrado a Barcelona, allí trabajó como transportista de pescado, de panadero, confitero y en una fábrica de encajes. Se jubila su pueblo natal trabajando de comerciante. Brígido Moreno Gómez. Nació en Consuegra (Toledo) el 10 de abril de 1952. A los 13 años ya se dedicaba a la carpintería. Este artesano de la madera se vino a vivir a Puerto de Mazarrón hace 23 años, donde reside actualmente. Antonio Paredes Navarro. Nació en el Saladillo en 1948. Trabaja en el oficio de carpintero desde finales de 1962, en la carpintería de los Hermanos Ureña, que entonces se encontraba en la Plaza Ramón y Cajal de Mazarrón. Mateo García. Cronista Oficial de la Villa de Totana, ha sido periodista de profesión y muy conocido en Mazarrón por los numerosos libros publicados, todos ellos relacionados con la historia del municipio. Francisco García Jorquera. Ha sido el fotógrafo de Mazarrón en el siglo XX. Su colección de fotografías es hoy la memoria gráfica de varias generaciones de mazarroneros. Saturnino Agüera Martínez. Nació en Puerto de Mazarrón en XX. De joven trabajó en varios oficios relacionados con la albañilería. Estuvo emigrado hasta que volvió definitivamente al Puerto donde ha desarrollado la actividad por la que todos lo hemos conocido siempre, su gran pasión: la arqueología. Jerónimo García Jorquera. Ha sido profesor toda su vida, en el colegio Ginés García Martínez, hasta su retiro hace pocos años. Además, ha colaborado en actividades culturales de todo tipo, especialmente en las relacionadas con el teatro y el humor. Ana Sáez Hernández. Nació el 12 de diciembre de 1921 en Puerto de Mazarrón en la calle San Hilario en la que aún vive hoy día. Cursó sus estudios de bachillerato en Cartagena entre los años 1931-38. Después continuó con los estudios de magisterio, consiguiendo la titulación en 1944. Su primera escuela, como maestra suplente, fue en Mazarrón en 1945. Con la plaza ya en propiedad fue maestra en Bolnuevo y en el Hogar Crucero Baleares. Al término del ejercicio de su profesión fue directora del grupo escolar Manuela Romero en Puerto de Mazarrón, donde se jubiló en el año 1986. Florentina Lucas Campillo Nace en Cartagena en 1933. Estudió perito mercantil, enfermería y solfeo. Vive en Mazarrón desde 1970 y se ha dedicado toda su vida a la enfermería. José Templado. Nacido en Abarán el 1 de junio de 1926 y estudió en Granada la carrera de medicina. Su primer destino como médico fue Ramonete y Cañada de Gallego, antes de pasar a su destino definitivo en Puerto de Mazarrón, donde ha ejercido hasta su jubilación. Rafael García Castillo. Cartagenero de nacimiento, realizó sus estudios de medicina en Valencia. Llegó a Mazarrón en el año 1973 donde empieza a pasar consulta en el edificio de Cruz Roja que había en la Plaza del Ayuntamiento. Tres años después pasó al antiguo centro médico (1976) donde ha pasado consulta hasta 1993, fecha de su jubilación. Antonio Balanza González. Nació el 7 de diciembre de 1945 y, desde los 16 años tiene una gran afición por la radio hasta que se dedicó profesionalmente al medio a partir de 1983 cuando funda Radio Musical de Mazarrón. Ha dedicado los veinte últimos años de su vida a las ondas en el municipio, en lo que hoy es La Voz de Mazarrón. Miguel Morales Mateo. Nació el 14 de junio de 1944 y su colaboración en la radio fue de 1982-85 en Radio Costa Cálida al frente de varios programas de contenido diverso. Ana Aznar Aznar. En los años 50, fue un hito en la historia de la radio de Mazarrón, al ser mujer pionera en esta actividad. Trabajó en la que era entonces Radio Juventud de Mazarrón. Ha sido Mujer Mazarronera del Año en 2006. Elisa Ortega Bombín. Nace en Burgos el 5 de diciembre de 1945. Su gran afición han sido las manualidades y destaca sobre todo en el repujado del estañoque aprendió durante su estancia en Madrid. Reside en Puerto de Mazarrón desde hace 15 años. Ángel Miguel Barona. Artesano del cuero. Nació en Madrid el 16 de julio de 1933. De oficio fue tornero matricero. Desde el año 1992, reside en Puerto de Mazarrón. María Ángeles Martín Vigara. Nació el 1 de agosto de 1953. Orihunda de Segovia, se trasladó a vivir a Mazarrón en 1975, donde siempre ha participado y colaborado en todo tipo de actividades culturales. Juana Acosta Gimeno. Llega a Mazarrón en el año 1973. Ejerce la costura desde el ámbito personal, para uso propio y familiar. Nació en Valencia, en el barrio de Ruzafa, de padre mazarronero y madre murciana. cuenta entre sus familiares con algunos mineros que trabajaron en las minas de Mazarrón. María García Caparrós. Nace el 18 de marzo de 1932. Ha sido costurera toda su vida, aunque no de profesión. El oficio lo aprendió con la modista Teresa Félix, que tenía el taller en Mazarrón, frente a la Plaza del Ayuntamiento. Los avatares de la vida no dejaron que su afición se convirtiese en oficio, ya que trabajó como administrativa, cambiando la aguja por la máquina de escribir y el ordenador para trabajar en el negocio familiar. Pero la costura continuó siendo una constante en su vida, siempre para uso familiar. Ha sido la costurera de excepción de su familia hasta hoy día que, a sus casi 80 años, todavía sigue siendo su entretenimiento. Conchita Sánchez Lorente. Es una figura habitual y entrañable del panorama cultural en Mazarrón. De su trabajo creativo, cultiva sobre todo la poesía, la escritura y las artes plásticas en todas sus facetas. Ha realizado diversas exposiciones y su trabajo destaca por estar dedicado siempre a Mazarrón, Puerto de Mazarrón, sus gentes, su memoria y sus recuerdos. Carmina Fernández Calvín. Madrileña de nacimiento, estudió perito mercantil. También realizó la Diplomatura de Pintura de la escuela de Artes y oficios de Málaga. Se dedica a la pintura con carácter personal e intimista, ha colaborado en exposiciones y muestras colectivas, trabajando en su taller y en la intimidad de su hogar. Reside en Bolnuevo desde 1985. Juana Martínez Andreu. Nace en Cartagena el 16 de septiembre de 1939. Bordadora y modista, reside en Puerto de Mazarrón desde hace casi un cuarto de siglo. María Dolores Viudes Pujante. Nace en Murcia el 14 de febrero de 1940 y desde muy joven trabajó en su taller de costura. Fue la primera persona que tuvo una tienda de cerámica en Puerto de Mazarrón. Isabel Bastida Martínez. Nace en Murcia el 21 de octubre de 1941 y es auxiliar de clínica titulada. Trabajó como jefa de enfermeras en Lourdes durante 20 años, pero su gran afición son las manualidades y los bordados por lo que se llegó a sacar el Título Oficial de Bolillera. Petra Araújo Caballero. Nació en Herrera de Alcántara (Cáceres), el 14 de abril de 1937 y es vecina de Puerto de Mazarrón desde hace muchos años. Josefa Muñoz Ruiz. Nace en Murcia el 14 de marzo de 1937. Ha sido profesora de Corte y Confección y hasta antes de casarse preparaba a las niñas que se presentaban al bachillerato. Lleva 58 años viviendo en Puerto de Mazarrón, de ellos, 30 años trabajando en un comercio de ultramarinos de propiedad familiar. Concepción Vera Piñero. Nació en Puerto de Mazarrón el 17 de febrero de 1938. Posee la titulación de Corte y Confección y desde niña, tiene una gran afición a los bordados. Ana Méndez España (1931-2011). Nació en los Almagros. Desde muy pronto vino a vivir a Puerto de Mazarrón, donde permaneció toda su vida. Destacó por su gran actividad y preocupacion por los demás, participando en asociaciones y entidades sociales y con fines caritativos.