Toda una vida - Porfolio

Transcripción

Toda una vida - Porfolio
Toda una vida
Mazarrón, gentes y oficios
Fotografía
Juan Francisco Belmar González
María Dolores Olivo Pérez
Toda una vida
Mazarrón, gentes y oficios
Fotografía
Juan Francisco Belmar González
María Dolores Olivo Pérez
ÍNDICE
- Presentación
María Ángeles Martín Vigara
María Dolores Olivo Pérez
Juan Francisco Belmar González
- “Mazarrón y los oficios tradicionales”
Juan Francisco Belmar González
- “Paisaje Humano”
Juan Francisco Martínez Díaz
- Artesanía del Esparto
Ginés Hernández López
Ginés Bienvengut
María Martínez
Casto Álvarez Ballesta
- La Pesca
José García Coy
Pedro Jiménez Pérez
- Mineros
Ginés Navarro Sánchez
Martín Gómez Morales
- La Tierra
Alfonso Adán Martínez
José Román Sánchez
Profesiones
Antonio Hernández Urrea
Carmen Talavera Hernández
José Martínez Conesa
María Victoria Navarro García
Antonio Lorente López
Alfonso Muñoz Paredes
Rafael García Sánchez
María García Sánchez
Francisca García Sánchez
Juan José Hernández Arróniz
- Artesanos de la Madera
Brígido Moreno Gómez
Antonio Paredes Navarro
- Nuestras Raíces
Mateo García
Francisco García Jorquera
Saturnino Agüera Martínez
Pág. 3
Pág. 5
Pág. 8
Pág. 9
Pág. 12
Pág. 14
Pág. 16
- Maestros
Jerónimo García Jorquera
Ana Sáez Hernández
- Atención Médica
Florentina Lucas Campillo
José Templado
Rafael García Castillo
- La Radio
Antonio Balanza González
Miguel Morales Mateo
Ana Aznar Aznar
- Arte y artesanías
Elisa Ortega Bombín
Ángel Miguel Barona
María Ángeles Martín Vigara
Juana Acosta Gimeno
María García Caparrós
Conchita Sánchez Lorente
Carmina Fernández Calvín
Juana Martínez Andreu
María Dolores Viudes Pujante
Isabel Bastida Martínez
Petra Araújo Caballero
Josefa Muñoz Ruiz
Concepción Vera Piñero
- Ana Méndez España
- Los autores
María Dolores Olivo Pérez
Juan Francisco Belmar González
CRÉDITOS
Exposición “Toda una vida“
Pág. 20
Pág. 24
Pág. 26
Juan Francisco Belmar González
María Dolores Olivo Pérez
TEXTOS
Juan Francisco Martínez Díaz
Juan Francisco Belmar González
REVELADO LABORATORIO
Foto Climent - Murcia
Pág.28
Pág.30
Pág.32
Pág.34
Pág.44
Pág.46
DISEÑO
Juan Francisco Belmar González
IMPRIME
Novoarte
Catálogo editado con motivo de la
exposición de fotografía “Toda una vida“,
inaugurada en el Centro de Día de Puerto
de Mazarrón el 4 de diciembre de 2011.
presentación
Mazarrón, gentes y oficios
Cuando contemplamos a
una persona mayor, siempre nos
preguntamos qué habrá detrás, qué
trabajos, aficiones y gustos han
formado parte de su vida. Una vida en
su mayoría dura por las circunstancias
y también por los medios con que han
tenido que desarrollar su trabajo.
Las fotografías que podemos
contemplar son un reflejo de lo que
fueron sus actividades cotidianas en
algunos de los casos y en otros de esas
aficiones que ahora en la madurez de la
vida y con todo el tiempo por delante
pueden desarrollar.
Personas todas ellas que
ahora, en la etapa final de sus vidas,
han apostado por una vida activa de
servicio a los demás, colaborando con
sus conocimientos, sus vivencias y su
buena voluntad a que la gente joven
recuerde y recuperé algunas de esas
aficiones ya perdidas o como en otros
casos a ofrecer su tiempo para que
los demás disfruten con sus ideas y
con su creatividad y que esa sapiencia
adquirida con el paso del tiempo,
verdadero pozo de sabiduría, sea
un ejemplo para muchos otros. Sin
olvidarnos de que todo ello, además
de ser gratificante, contribuye a su
propio disfrute personal y que son en
muchos casos personas solidarias y
voluntarias que de una forma altruista
dedican mucho de su tiempo a los más
necesitados siendo un ejemplo para
muchos otros.
Es cierto que siempre
echaremos en falta a alguien, por
supuesto, que no están todos los que
son pero sí son todos los que están; y
lo más importante, que con todos ellos
se ha querido homenajear a todas esos
mayores anónimos que siempre están
cuando se les necesita.
Mi agradecimiento personal
a todos por haberse prestado a hacer
este catálogo y por supuesto a Juan
Francisco y Mª Dolores verdaderos
artistas y artífices de esta idea.
.
Gracias a todos
Mª Ángeles Martín Vigara
Unos de los recuerdos más vivos que
tengo en la memoria, son las largas charlas que
mantenía con mi abuelo Mateo, sentados los
dos en la puerta de su casa, yo con 4 o 5 años,
y él.... con unos cuantos más! Enlazábamos un
tema tras otro, y al final siempre le decía: “Abuelo, si estábamos hablando de esto, ¿cómo hemos
terminado hablando de lo otro?” Y entonces mi
abuelo se reía a carcajadas! Estas imágenes son
sin duda de los mejores recuerdos de mi infancia.
Seguramente de ahí me ha quedado el
regusto de conversar tranquilamente con cualquier persona mayor. Los considero “mis abuelitos”. Tan llenos de experiencias, de vivencias,
de recuerdos... Son nuestra historia, nuestra memoria, nuestras raices... Todos ellos conforman
nuestro pasado inmediato, y hay una gran sabiduría popular que está a punto de perderse con
ellos: ¿Quién leerá las cabañuelas de agosto?
¿Quién tejerá el esparto? ¿Quién reparará las redes? ¿Quién hará los encajes de bolillo? ¿Quién
curtirá el cuero? ¿Quién, quien, quien? ¡Tenemos tanto que aprender de ellos!
Por ello, cuando me propusieron el tema
de esta exposición, el retratar a mis queridas
personas mayores en un entorno que les fuera
tan querido, en sus quehaceres antiguos, no solo
no pude negarme, sino que ha sido para mí un
verdadero placer!
El trabajo ha sido grande, han sido muchas horas dedicadas a este proyecto, pero lo he
realizado desde el corazón. Espero lo disfrutéis
todos,
María Dolores Olivo
Cualquier trabajo fotográfico es en sí mismo un
auténtico reto. Tal es así, que todo lo aprendido hasta
el momento, toda la experiencia acumulada, no parece
importar en absoluto. Es como si, ante cada nuevo reto,
hubiese que empezar de nuevo, y se hace necesario
construir todo desde el principio. Esta es condición
inevitable si no se quiere seguir el camino marcado y se
persigue abrir la fotografía a nuevos horizontes, nuevas
formas de expresión lejos de los cánones establecidos.
Y esta forma de ver y trabajar la fotografía se hace más
necesaria cuando hablamos del retrato. En este caso,
retrato entendido como algo más que una mera fotografía
de un sujeto para convertirse en la imagen y reflejo de
una persona con su vivencia personal. En la fotografía no
sólo está el representado, sino toda su vida. Ésa, y no otra,
ha sido la línea de trabajo que se ha llevado desde que
se planteó la idea de esta exposición y sobre ella hemos
desarrollado el conjunto de medio centenar de imágenes
que componen esta muestra.
Quisiera agradecer personalmente la buena
acogida que nos han hecho todas las personas que figuran
en esta exposición y que han accedido amablemente a posar
para ella. También quiero agradecer que hayan compartido
con nosotros esos fragmentos de sus vidas que nos iban
contando mientras realizábamos nuestro trabajo. Ha sido
toda una experiencia y una oportunidad única y para
acercarnos a ellos y, a través de sus experiencias, también
a nosotros mismos. Igualmente me gustaría agradecer la
buena disposición de Mª Ángeles Martín Vigara, que nos
ha acompañado en nuestro hacer y nos ha facilitado en lo
posible la realización de este proyecto. Y, en definitiva, dar
las gracias a cuantos han contribuido a que esta muestra
vea la luz y pueda ser disfrutada por todos.
Juan Francisco Belmar
Mazarrón
y los oficios tradicionales
Con la posguerra,
a mediados de siglo
pasado se abre una
nueva etapa caracterizada
por una economía de
subsistencia, en la que
priman en Mazarrón las labores relacionadas con el
campo, la pesca y la minería, a las que se suma una
modesta actividad económica representada por unas
cuantas tiendas de pedanías y las ubicadas en los
centros urbanos de Mazarrón y Puerto.
Dentro de las faenas del campo cabe todo
aquello necesario para el desempeño de la actividad
sin ayuda externa. Destaca, en importancia, todo lo
relacionado con el ciclo del cereal, base de la economía
del momento, desde la preparación de la tierra (muleros
y labradores), hasta la cosecha (segadores) y su
almacenamiento para su posterior consumo. El cereal
es un elemento fundamental en la dieta del momento.
La harina es el producto base de la alimentación y se
emplea en la elaboración del pan, tortillas, dulces y
las conocidas migas ruleras. La elaboración del pan se
hace una vez a la semana y para los siete días siguientes.
Las tortas y tortillas no se hacían con huevo (como las
pensamos hoy) sino con base de harina. En cuanto a las
migas, eran la comida fuerte del día, ya fuera tomadas
por la mañana antes de ir a la faena, al mediodía en el
campo, o por la noche al llegar.
Del trabajo en el campo se definen numerosas
labores que cuidan del mantenimiento de los aperos
y de la realización de éstos. De entre ellos destaca
el trabajo del cuero (talabartero), que se ocupaba
de realizar todo tipo de tiras de cuero con las que
Labores del campo. Mazarrón, años 40.
se ataban y se dirigían las bestias. También hay que
mencionar el enorme trabajo del esparto, fibra que
por aquel entonces se empleaba en casi todo hasta que
vino a ser sustituida por el plástico y otros materiales.
El esparto era una necesidad y se trabajaba para cubrir
necesidades concretas de la casa. Con él se hacía desde
el calzado (si no, andabas descalzo) hasta la alfombra
en la que te limpiabas los pies al entrar a casa, pasando
por todo tipo de enseres como cachuleros, cestillos,
capazas, canastos, etc, cada uno con su función expresa.
En este caso, muy pocas veces podemos hablar de
profesiones propiamente dichas, porque el desarrollo
de la actividad se hace en el seno familiar o de la unidad
de la vivienda y constituye una labor más dentro de la
que se han de realizar habitualmente.
Los oficios y tareas relacionados con la actividad
rural eran la matanza (matachín), el esparto, la costura,
el bordado, el bolillo, el pan, la confección de dulces, y
así hasta cubrir todas las necesidades mínimas.
Una actividad industrial que merece especial
atención fue el gran desarrollo que alcanzó el molino
de viento. Muy extendido por Mazarrón, alcanza su
máximo en la primera mitad del siglo XX hasta su
desaparición a mediados de los años 50 desplazado
por los molinos de motor y combustible. En todas
las pedanías solía haber algún tipo de establecimiento
de este tipo, ya que el molino jugó un papel muy
importante para toda una generación.
En el caso del mar, los niños comenzaban
muy pronto ayudando en las faenas (al igual que era
la costumbre en otras como el campo o la mina).
Entonces ayudaban a sacar los boles del agua y a
recoger las artes a cambio de un puñado de pescado
fresco. Esta pesca tradicional se desarrollaba muchas
veces desde la misma orilla. De carácter muy localista
y escaso alcance, se hacía siguiendo los tiempos que
marcaba la naturaleza (especies capturadas según la
época del año) y aprovechaba los corredores (zonas de
paso de pescado en su movimiento estacional).
Pastores, mediados de siglo pasado.
tener todo tipo de productos para cubrir cualquier
necesidad (leña, detergentes, comida, etc). También
estaban las tradicionales tiendas de confección, telas
y retales, y panaderías. Como los tiempos no estaban
para muchas florituras, la necesidad hacía que se diera
el caso de que una señora viniera a la peluquería con un
peinado muy bien hecho y, al preguntarle la peluquera,
resulta que no se había lavado la cabeza desde la última
vez que estuvo para amortizar el peinado, y de eso a lo
mejor hacía un año ya.
En la minería, el trabajo comenzaba pronto, a
los 9 o 10 años, por lo general con partida falsa en la que
a un niño se le daba una documentación de un adulto.
Se empezaba de pinche, atendiendo al desescombro
de los tajos y el acarreo del mineral hasta las tolvas de
En el grupo de faenas domésticas destaca el gran
descarga. De ahí, conforme el niño se hacía adulto, si seguía en la mina podía pasar al martillo, a los vagones desarrollo de la costura, bordados, bolillo, confecciones,
etc (que luego derivó en afición). El trabajo de la costura
y otras faenas más especializadas.
está muy bien representado en las realizaciones de tipo
Cono la expansión del comercio aparecen particular y gentes que aún conservan el oficio como
establecimientos del cuidado personal, peluquerías, entretenimiento. De ellas destaca la deliciosa estampa
que se añaden a las tiendas típicas de barrio que solían tomada en Puerto de Mazarrón, donde aún se reúnen
las mujeres a nivel particular a coser y charlar en las Por otra parte, también tendríamos que citar el
largas tardes de verano.
apartado de la enseñanza y el de la atención médica.
De cuando aún no había colegios como los conocemos
Con el paso del tiempo, la industrialización hoy, ni existía el centro de salud teniendo los médicos
convertirá en establecimientos modernos los antiguos que atender a la gente en la antigua sede de Cruz Roja,
oficios de carpintería, ya existentes desde antaño y de hoy desaparecida, o desplazados a zonas rurales y con
los que aún quedan buenas muestras en el municipio. escasos medios.
Ese desarrollo trajo consigo también la cultura, en
la que destaca el trabajo de varias personas que han Un apartado especialmente humano lo representa
contribuido a mantener intactas nuestras raíces, bien la radio. Varias generaciones de mazarroneros han
a través del campo de la investigación arqueológica, crecido acompañados por este invento que, en aquellos
la fotografía o la difusión histórica. También caben tiempos era tan raro y costoso que los niños solían
aquellas gentes que han participado en la difusión y subirse a las paretas de las casas para oír la radio del
realización de actividades culturales de todo tipo, a las vecino. Entre otras cosas porque no había ninguna
que se añaden los que cultivan las artes, la pintura o la otra en la calle o en el barrio.
poesía, como medio de expresión y testimonio de toda
una generación y un tiempo histórico.
Finalmente, cabe la mención de la mazarronera
Ana Méndez, recientemente fallecida, y cuyo
reconocimiento obedece a su labor altruista, su
compromiso con los necesitados y con la sociedad,
para la que ha trabajado participando activamente en
diversos colectivos y asociaciones.
Todos estos oficios están representados en las
personas que conforman esta serie de fotografías y,
en definitiva, no son sino una pequeña muestra del
trabajo de toda una generación de mazarroneros
a los que también rendimos homenaje a través de
esta exposición. Los oficios que aquí han quedado
reflejados, han ido desapareciendo en aras de nuevas
tecnologías y materiales que hoy para nosotros son
habituales pero que no existían en el tiempo en el
que a ellos les tocó vivir. Para nosotros todos estos
trabajos son los últimos ecos de otra época, a punto
de desaparecer en el ruido y la vorágine de la vida de
hoy.
La pedanía de Los Rincones, h. 1950
Juan Francisco Belmar González
paisaje humano
Mazarrón, gentes y oficios
Conforman parte de nuestro
paisaje, paisaje vívido, en
transformación constante, en
el que el rostro no es uno solo
sino cambiante como la mirada
que hacia ellos dirigimos inmersa
en una interminable secuencia
de instantes fugaces. Se quiere
entonces aislar a aquel de ese entorno inaprensible congelándolo en
una instantánea con la ilusión improbable de extraer a la luz al ser real
o genuino. Pero ese ser no puede vivir enajenado de sus circunstancias
personales y colectivas, sin el aire que respira y sin la luz que lo define; no
podemos privarle de atmósfera y, al cabo, se ha de escoger el lugar donde
el retratado parezca hallarse tan presente y acomodado en su hipotético
elemento que pudiera revelarnos aún el rastro de un “yo” desconocido o
antes apenas sugerido.
El lugar donde el hombre la mujer y ejerce su oficio que es su
sustento, pero también la elección de la parcela íntima en la que satisface
determinadas necesidades espirituales son las que operan de común
denominador en este conjunto fotográfico.
Ubicar al retratado en dichos contextos es integrarlo en un
colectivo compuesto de otros tantos millones de sus semejantes, sin
que con ello quede solapado su carácter único, por cuanto el oficio
o el ejercicio de una vocación no es un mal riel de transmisión de las
particularidades humanas. Aquí se da una diferencia sustancial con cierta
manera de retratar de los antiguos, sea en la pintura o en una concepción
decimonónica de la fotografía en la que el retratado podía serlo junto a los
atributos que identificaban su profesión, sus inquietudes, su lugar en el
tejido social o sus convicciones morales o ideológicas. En este caso dichos
atributos, herramientas u objetos de labor no podían ser signos externos
o complementos de ostentación formal en un sentido estético, sino que
debían fundirse al individuo configurando así un solo cuerpo con él.
Y es que el desempeño del oficio que es su sustento también es el
barro que ha creado al Hombre condenado a ganar el pan con el sudor de su
frente, el que ha moldeado sus miembros y traza en nuestra piel los surcos
del tiempo. -Interesa subrayar esta dualidad: el Hombre es un productor
y es el hacedor de su propio entorno, el cual a su vez le condiciona y le
hace tal como es en carne y alma- No escapa a esta condición el trabajo
intelectual, y así no hemos dejado de oír, referente a tal o cual individuo,
que su frente despejada o ceño fruncido delatan las numerosas horas de su
vida dedicadas a la meditación y el estudio.
En esto suele ocurrir, como siempre que artísticamente se efectúa
una aproximación de este cariz, que surge un efecto instantáneo de empatía
o comprensión en virtud de la humanidad del retratado –lo que no ha dejado
de generar sus controversias -, humanidad remarcada por el sentimiento
de indefensión ante una lente fotográfica avasalladora. Esta apropiación
del alma resulta de la captación de lo que parece un instante atrapado al
vuelo, instante que, aislado del momento previo y posterior, se nos ofrece
lleno de posibilidades dramáticas por cuanto creación de un elemento
de incertidumbre. En otros el dramatismo depende exclusivamente del
ángulo que adopta el fotógrafo atendiendo a criterios puramente plásticos,
y conviene reseñar aquellas imágenes en el que los útiles de un oficio
alcanzan una importancia primordial compositivamente hablando, como
la de unos tubos de pintura que, amontonados sobre una mesa, apuntalan
poderosamente a la artista que ejerce de punto de fuga, como lo harían
unas redes de pesca con el hombre de mar que las teje.
Es evidente, sin embargo, la predominancia del posado entre los
diferentes modos de ejecución del retrato, aquél en el que el personaje se
nos muestra plenamente consciente de la existencia de esa cámara y de su
indefensión ante ella, si bien este temor se expresa de según qué modo
atendiendo a sus singularidades psicológicas, lo que da un amplio margen
de representación de la variedad humana. En otras palabras: el posado no
es tanto un condicionante como un nuevo conducto que pone a prueba,
a partes iguales, tanto al cazador fotográfico como a su víctima, y según
una lucha cuyas reglas han sido antes pactadas sin que necesariamente el
producto final esté libre de revelarnos un algo insospechado. Es que la
atmósfera que envuelve los objetos en movimiento es una densa aureola
que ocultaba una parcela no desdeñable de nuestro “yo”; despojadas de
ella surge el ser en toda su viveza, como la carne que resalta en el vacío,
descarnada, desbordante y al tiempo extremadamente apacible como lo
es la calma tras la tormenta de los años que antecedieron el momento
presente.
El hombre y la mujer en su faena, pero también el trabajo ya
realizado a través de su hacedor, que porta sobre su piel el producto de
esos años de labor y esfuerzo, como la tierra roturada sugiere los útiles del
campo que la ha trabajado: el ser desnudo -a veces el rostro copando el
plano- tan lleno de significado que entre esta modalidad de retrato y el resto
no se tarda en advertir el juego dialéctico que los hilvana.
Este repertorio variado de formas de representación es prueba
de ese conflicto entre fotógrafo y su modelo en el que el primero, en su
intento por sustraer del segundo ese aparente ser genuino antes aludido,
condiciona al otro en su empleo del color, del blanco y negro o del retoque
fotográfico a fin de resaltar las cualidades del retratado que una imagen por
sí solo no ha podido aprehender y de las que se tiene solo conocimiento
paulatino a través de su voz y sus silencios.
Juan F. Martínez Díaz
artesanía del esparto
Mazarrón, gentes y oficios
Ginés Hernández López
“El Hernández“
Ginés Bienvengut
María Martínez
“Maruchi”
Casto Álvarez Ballesta
“El Casto”
la pesca
Mazarrón, gentes y oficios
Pedro Jiménez Pérez
José García Coy
mineros
Mazarrón, gentes y oficios
Ginés Navarro Sánchez
Martín Gómez Morales
la tierra
Mazarrón, gentes y oficios
Alfonso Adán Martínez
José Román Sánchez
“El Macho”
profesiones
Mazarrón, gentes y oficios
Carmen Talavera Hernández
Antonio Hernández Urrea
“Bar El Puerto”
José Martínez Conesa
“El Carrañaca”
Antonio Lorente López
María Victoria Navarro García
Francisca García Sánchez
Rafael García Sánchez
María García Sánchez
Alfonso Muñoz Paredes
José Martínez Conesa
“El Carrañaca”
artesanos de la madera
Mazarrón, gentes y oficios
Brígido Moreno Gómez
Antonio Paredes Navarro
nuestras raíces
Mazarrón, gentes y oficios
Mateo García
Francisco García Jorquera
Saturnino Agüera Martínez
maestros
Mazarrón, gentes y oficios
Jerónimo
García
Jorquera
Ana Sáez Hernández
atención médica
Mazarrón, gentes y oficios
Florentina Lucas Campillo
José Templado
Rafael García Castillo
la radio
Mazarrón, gentes y oficios
Miguel Morales Mateo
Antonio Balanza González
Ana Aznar Aznar
arte y artesanías
Mazarrón, gentes y oficios
Ángel Miguel Barona
Elisa Ortega Bombín
María Ángeles Martín Vigara
Juana Acosta Gimeno
María García Caparrós
Conchita Sánchez Lorente
Carmina Fernández Calvín
María Dolores Viudes Pujante
Juana Martínez Andreu
Isabel
Bastida
Martínez
Petra Araújo Caballero
Josefa Muñoz Ruíz
Concepción Vera Piñero
Florentina Lucas Campillo
Antiguamente, juntarse por las tardes a bordar era una costumbre que no
cabe en nuestra concepción del mundo de hoy. Este grupo de mujeres aún conserva,
en una estampa deliciosa, esa tradición, como un pequeño eco de un tiempo en el que
la vida iba a otro ritmo.
Ana Méndez España
Mazarrón, gentes y oficios
Ana Méndez España
nació en 1931 ene Los Almagros, pero enseguida se vino
a vivir a Puerto de Mazarrón,
donde estudió y luego se casó
con el Práctico del Puerto de
Mazarrón e industrial, Antonio Sáez Hernández, quedándose viuda con sólo 36 años y
dos hijos.
Entonces organiza un
grupo de mujeres dedicadas
a la fabricación doméstica de
prendas de punto, dando empleo a 50 personas, y se gradúa como una de las primeras
mujeres Administradora de
Fincas, trabajando entonces
como gerente en varias urbanizaciones locales que contribuyen al desarrollo turístico
del municipio.
Su preocupación por
el bienestar de su pueblo le
lleva a crear la primera aso-
ciación de vecinos de Puerto de Mazarrón. A partir de
1983, decide dedicarse a Trabajos Sociales, por lo que se
traslada a Murcia y colabora
con Jesús Abandonado y es
llamada como directora de la
recién creada Casa Sacerdotal
de Murcia. Durante 4 años,
fue presidenta del Patronato
de la Fundación Jesús Abandonado, gracias a su confianza
personal, su experiencia en la
vida privada y su visión de futuro. En esta etapa promueve
la construcción de la actual
Residencia Santa Catalina y la
instalación de un nuevo comedor en Murcia. En 1993, recibe el reconocimiento “Mano
de la Solidaridad”otorgada por
la Hermandad de San Juan De
Dios.
A los 70 años, Ana
Méndez se jubila y decide vol-
ver a su Puerto de Mazarrón
natal, donde su actividad
no para: organiza Cáritas,
es nombrada mujer mazarronera 2002, presidenta
honoraria de la Fundación
Iniciativa Social, presidenta del Centro de Día de las
Personas Mayores del Puerto de Mazarrón...
Este año, Ana había
cumplido 80 años rodeada
de toda su familia. Llevaba
toda una vida creciendo y
dando frutos con la sencillez y la habilidad con la que
seguía cosiendo y tejiendo,
mientras miraba la vida
pasar desde la esquina de
su casa... El pasado 28 de
Octubre, Ana Méndez España nos dejó... quede para
siempre entre nosotros su
recuerdo, su vida, su lucha,
su trabajo y su ejemplo.
Ana Méndez España
los autores
María Dolores Olivo Pérez
Nació en febrero de 1973, en la ciudad de Lyon, Francia. Con 18 años, se fue en busca de la
luz y del calor, y se vino a vivir a Lobosillo, la pedanía murciana donde tenía sus raíces. Allí estudió
Enfermería, profesión que ejerce desde 1995, actualmente en el Centro de Salud de Mazarrón.
Siempre le ha interesado la cultura, en cualquiera de sus expresiones, ya sea teatro, literatura,
pintura, música clásica, jazz... Con su primer sueldo, se compró una pequeña cámara analógica, con la
empezó a hacer sus pinitos. Pero no fue hasta el año 2006, en que un gran amigo fotógrafo le regaló
una cámara compacta digital, y la inició en el mundo de la fotografía. Dos meses después, adquirió su
primera réflex digital.
Su mentor en la fotografía ha sido Juan Francisco Belmar González, y posteriormente ha ido
ampliando su experiencia con diversos cursos de fotografía y con las experiencias compartidas de las
numerosas amistades que se ha forjado en este mundo fotográfico.
Forma parte del colectivo fotográfico “14 ojos”, con los que ha compartido distintas
exposiciones. También ha sido monitora de diversos cursos de fotografía en la Universidad Popular
de Mazarrón. Ha sido miembro de jurado en varios concursos fotográficos, a destacar “Mazarrón día
a día”, “Primer Certamen Nacional de Fotografía de Semana Santa de Mazarrón Francisco García
Jorquera” y “Segundo Certamen Nacional de Fotografía de Semana Santa de Mazarrón Francisco
García Jorquera”.
EXPOSICIONES
Seleccionada en la exposición del III concurso de Fotografía : “Murcia. Etnografía, cultura y
tradiciones”, en 2008
Exposición colectiva “14 ojos” en la FNAC del espacio “Nueva Condomina” de Murcia, en
mayo de 2009.
Seleccionada en la exposición del IV concurso de Fotografía : “Murcia. Etnografía, cultura y
tradiciones”, en 2009
Exposición colectiva “14 ojos” en la Concejalía de Cultura de Mazarrón, en octubre de
2009.
Seleccionada en la exposición del V concurso de Fotografía : “Murcia. Etnografía, cultura y
tradiciones”, en 2010
Exposición colectiva “14 ojos”: “Luz”, en la Concejalía de Cultura de Lorca, en julio de
2010.
Exposición colectiva “14 ojos” : “Ante Annum”, en la cafetería “Pan de Oro”, en la plaza de
Santo Domingo de Murcia, en septiembre de 2010.
Exposición colectiva “14 ojos” : “Ante Annum”, en la cafetería La Fundición, en Mazarrón,
en noviembre de 2010.
Exposición colectiva “14 ojos” : “Ante Annum”, en el Casino de Cartagena, en diciembre de
2010
Exposición colectiva “14 ojos” : “Ante Annum”, en la cafetería “La Negra” de Orihuela, en
marzo de 2011.
Seleccionada en la exposición del VI concurso de Fotografía : “Murcia. Etnografía, cultura y
tradiciones”, en 2011
Exposición colectiva “20 fotógrafos murcianos: Todos con Lorca”, a beneficio de Cruz Roja
Lorca, en Casas Consistoriales de Mazarrón, en Octubre de 2011.
los autores
Juan Francisco Belmar González
Nació en Mazarrón, el 8 de octubre de 1971. A los 17 años adquirió su primera cámara
de fotos, una pequeña compacta analógica cuya principal sofisticación era incorporar un motor
de arrastre. A los tres meses cambió esa pequeña cámara por una réflex. Al poco tiempo, ya tenía
su primera cámara automática y... desde allí hasta hoy. Ha realizado numerosas exposiciones y
reportajes, publicaciones, portadas de libros y revistas y ha impartido cursos de fotografía. De una
vasta trayectoria de casi 25 años en la fotografía, destacan las siguientes actuaciones:
EXPOSICIONES
- VI Concurso de Fotografía - “Murcia, Etnografía, Cultura y tradiciones”. Museo etnográfico
Los Molinos del Río. Murcia. Exposición colectiva años 2006, 2008, 2010 y 2011.
- “IXZUS - La Pasión”, en Casas Consistoriales (2008) - Museo Arqueológico de Lorca
(2010) - Museo de Arte Contemporáneo de Castilla la Mancha, Fundación Fernando Picornell
(2011). Albacete.
- “Realidades” - Museo de Arte Contemporáneo de Castilla la Mancha, Fundación Fernando
Picornell. Albacete.
- “Corrientes”. Muestra regional de pintura y fotografía. Colectiva. Ayuntamiento de
Mazarrón y Consejería de Cultura, Juventud y Deportes de la Comunidad Autónoma de la Región
de Murcia. 2008.
- “Paisajes de Mazarrón”. Itinerante. Universidad Popular. Concejalía de Medio Ambiente.
Ayuntamiento de Mazarrón y Consejería de Desarrollo Sostenible y Ordenación del Territorio, Región de Murcia. 2008.
- ”Más allá de tu mirada”. Hotel La Galerica. Puerto de Mazarrón, 2007.
- “Haver”. Pub Siglo XIX. Mazarrón, 2006.
- “Paisajes”. Hotel L´Azohía. Cartagena, 2005.
PREMIOS
2007
2005
2005
2005
2005
Accésit Concurso de Etnografía “Murcia, Etnografía, Cultura y Tradiciones” de los Molinos del Río.
Primer Premio Concurso de Fotografía Digital “Municipios de la Región de Murcia”. Fundación Integra.
Accésit Concurso de Fotografía Digital “Municipios de la Región de Murcia”. Fundación Integra.
Accésit Concurso de Fotografía Digital “Municipios de la Región de Murcia”. Fundación Integra.
Accésit Concurso de Etnografía “Murcia, Etnografía, Cultura y Tradiciones” de los Molinos del Río.
PUBLICACIONES
- Cartel anunciador de la Semana Santa de Mazarrón, años 2008, 2010 y 2011.
- Portada libro de Actas Jornadas de Carlantum, Universidad Popular de Mazarrón, años 2005, 2006, 2006, 2009 y 2011.
- Portada del libro “Recordando el tiempo. Mazarrón y su historia-Recopilación de artículos” de Juan Francisco Belmar. Ediciones
CO.PRO.GU. S.L, 2009.
- Portada “El Misterio de la Vida”. Magdalena Vivancos. Concejalía de Cultura. Ayuntamiento de Mazarrón, 2008.
- Portada revistas fiestas pedanías de Mazarrón, Revista de Fiestas de Bolnuevo (2008, 2009, 2010), Revista de Fiestas de Leiva (20072008), Los Rincones (2006).
- Portada y diseño del CD “Extrasensorial” del grupo Sexto Sentido, Ecos de Juglaría (CD, Universidad Popular de Mazarrón, 2000) y
del CD publicado por la Asociación Musical Maestro Eugenio Calderón (2000).
- Guía de Senderismo de Mazarrón. Ayuntamiento de Mazarrón, 2001.
- Guía de rutas naturales ”En Ruta por el municipio de Mazarrón”. Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Mazarrón, 1999.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
- Colaboraciones puntuales con los medios de comunicación regionales La Opinión de Murcia, La Verdad de Murcia y el Faro de
Cartagena y Murcia. Colaboraciones puntuales con los medios de comunicación locales (La Voz de Mazarrón y Telesatélite Mazarrón) y los
desaparecidos (Mazarrón Día a Día y Crónicas de Mazarrón). Colaboraciones para El Faro Deportivo (El Faro de Murcia).
- Imágenes cedidas al portal web Murcia “www.regmurcia.com”, 2004.
“Toda una vida“
Exposición de Fotografía
Juan Francisco Belmar González
María Dolores Olivo Pérez
4 de Diciembre de 2011
muchas gracias a todos
los que han participado en la realización de esta muestra
“Toda una vida“ - Mazarrón, Diciembre de 2011
Ginés Hernández López.
Nace el 30 de marzo de 1929 en La Majada. Ha dedicado toda su vida a las
faenas agrícolas y es un profundo conocedor de los más íntimos detalles de la vida de
mediados del siglo pasado.
Ginés Bienvengut.
Nació en el Puerto de Mazarrón el 25 de agosto de 1933. Su experiencia
laboral ha sido muy dilatada, dedicándose al pastoreo, a la mina, a la agricultura, a la
albañilería,... Sus grandes aficiones son la poesía y el trabajo con el esparto, en el que es
un verdadero maestro.
María Martínez.
Filatera. De Puerto de Mazarrón, ha vivido siempre en Isla Plana donde se
ha dedicado a las labores tradicionales, destacando en su buen hacer el trabajo del
esparto.
Casto Álvarez Ballesta.
Dedicado a las labores agrícolas toda su vida, ha vivido siempre en “la media
legua”. Aprendió a trabajar el esparto del que ha conseguido con el tiempo la realización
de piezas muy refinadas.
José García Coy.
Nació en Puerto de Mazarrón el 14 de julio de 1943. De joven estuvo diez
años en Barcelona en una fábrica de productos químicos. El resto de su vida laboral
hasta su jubilación ha sido pescador en el Puerto.
Pedro Jiménez Pérez.
Nace en Puerto de Mazarrón el 28 de julio de 1945. Trabajó hasta los 18
años en la agricultura y labores del campo. Luego fue cerrajero durante ocho años más.
Desde entonces, ha trabajado toda su vida en la pesca.
Ginés Navarro Sánchez.
Minero desde los nueve años, comenzó a trabajar en las minas en los años 30
del siglo pasado. Conoció las explotaciones mineras de interior, donde trabajó de gavia,
acarreando mineral.
Martín Gómez Morales.
Minero desde los nueve años. Empezó a trabajar en las minas con partida
falsa, a nombre de otro. A finales de los años 30, conoció el trabajo en las galerías
ayudando a sacar el mineral desde los puntos de arranque.
Alfonso Adán Martínez.
Nació el 5 de enero de 1939 y ha trabajado en labores relacionadas con la
agricultura y labores del campo toda su vida. Ha trabajado más de medio siglo como
tractorista hasta su jubilación.
José Román Sánchez.
Ha regentado toda su vida el antiguo molino de la pedanía de Leiva, así como
la taberna que existía aneja al mismo. La actividad de la molienda tradicional fue muy
importante para la subsistencia de los mazarroneros en los años de posguerra.
Antonio Hernández Urrea.
Nació en Sangonera el 14 de abril de 1947. Trabajó varios años en el Hotel
Bahía, hasta que se establece por su cuenta y abre el Restaurante Bar El Puerto.
Compatibiliza esta actividad con la vicepresidencia del grupo Futbol Bala Azul.
Carmen Talavera Hernández.
Nació en Nonduermas el 17 de septiembre de 1937 y ha dedicado toda su
vida a la floristería y la peluquería. Reside en Puerto de Mazarrón desde hace 60 años.
José Martínez Conesa.
Nació en Cartagena el 3 de julio de 1944. Su primera profesión estuvo
relacionada con el transporte. Durante 26 años fue camionero y, después trabajó
15 años como taxista, actividades que compatibilizaba con la hostelería, a la que ha
dedicado 30 años de su vida. Es aficionado a la poesía y vive en Puerto de Mazarrón
desde que nació.
María Victoria Navarro García y Antonio Lorente López
La tienda de telas de Alejandro lleva abierta al público desde 1895. Se conserva
prácticamente con su instalación original y hoy encontramos en ella a María Victoria
Navarro García (04-11-1955) y Antonio Lorente López (10-09-1941).
Alfonso Muñoz Paredes
Nació en la pedanía del Saladillo, el 24 de agosto de 1951. A los 13 años
empezó de aprendiz en el taller de “Paco Justo” y en el de “Paco el Negro” después.
Con 18 años cogió en alquiler el taller de “Paco Justo”, con la ayuda de su padre y, desde
entonces, ha dedicado toda su vida a la mecánica.
Panadería de Adolfo
Los hermanos Rafael García Sánchez (29-07-1935), María García Sánchez
(25-08-1938), y Francisca García Sánchez (14-09-1945), son los descendientes de Diego
García Alarcón (Adolfo) que en 1928 adquirió el local de la cooperativa “La Constancia”
para establecer una panadería que estuvo en funcionamiento hasta el año 1989.
Juan José Hernández Arróniz.
Nació en Puerto de Mazarrón el 23 de septiembre de 1940 y, emigrado a
Barcelona, allí trabajó como transportista de pescado, de panadero, confitero y en una
fábrica de encajes. Se jubila su pueblo natal trabajando de comerciante.
Brígido Moreno Gómez.
Nació en Consuegra (Toledo) el 10 de abril de 1952. A los 13 años ya se
dedicaba a la carpintería. Este artesano de la madera se vino a vivir a Puerto de Mazarrón
hace 23 años, donde reside actualmente.
Antonio Paredes Navarro.
Nació en el Saladillo en 1948. Trabaja en el oficio de carpintero desde finales
de 1962, en la carpintería de los Hermanos Ureña, que entonces se encontraba en la
Plaza Ramón y Cajal de Mazarrón.
Mateo García.
Cronista Oficial de la Villa de Totana, ha sido periodista de profesión y muy
conocido en Mazarrón por los numerosos libros publicados, todos ellos relacionados
con la historia del municipio.
Francisco García Jorquera.
Ha sido el fotógrafo de Mazarrón en el siglo XX. Su colección de fotografías
es hoy la memoria gráfica de varias generaciones de mazarroneros.
Saturnino Agüera Martínez.
Nació en Puerto de Mazarrón en XX. De joven trabajó en varios oficios
relacionados con la albañilería. Estuvo emigrado hasta que volvió definitivamente al
Puerto donde ha desarrollado la actividad por la que todos lo hemos conocido siempre,
su gran pasión: la arqueología.
Jerónimo García Jorquera.
Ha sido profesor toda su vida, en el colegio Ginés García Martínez, hasta su
retiro hace pocos años. Además, ha colaborado en actividades culturales de todo tipo,
especialmente en las relacionadas con el teatro y el humor.
Ana Sáez Hernández.
Nació el 12 de diciembre de 1921 en Puerto de Mazarrón en la calle San
Hilario en la que aún vive hoy día. Cursó sus estudios de bachillerato en Cartagena
entre los años 1931-38. Después continuó con los estudios de magisterio, consiguiendo
la titulación en 1944. Su primera escuela, como maestra suplente, fue en Mazarrón en
1945. Con la plaza ya en propiedad fue maestra en Bolnuevo y en el Hogar Crucero
Baleares. Al término del ejercicio de su profesión fue directora del grupo escolar
Manuela Romero en Puerto de Mazarrón, donde se jubiló en el año 1986.
Florentina Lucas Campillo
Nace en Cartagena en 1933. Estudió perito mercantil, enfermería y solfeo.
Vive en Mazarrón desde 1970 y se ha dedicado toda su vida a la enfermería.
José Templado.
Nacido en Abarán el 1 de junio de 1926 y estudió en Granada la carrera de
medicina. Su primer destino como médico fue Ramonete y Cañada de Gallego, antes
de pasar a su destino definitivo en Puerto de Mazarrón, donde ha ejercido hasta su
jubilación.
Rafael García Castillo.
Cartagenero de nacimiento, realizó sus estudios de medicina en Valencia.
Llegó a Mazarrón en el año 1973 donde empieza a pasar consulta en el edificio de Cruz
Roja que había en la Plaza del Ayuntamiento. Tres años después pasó al antiguo centro
médico (1976) donde ha pasado consulta hasta 1993, fecha de su jubilación.
Antonio Balanza González.
Nació el 7 de diciembre de 1945 y, desde los 16 años tiene una gran afición
por la radio hasta que se dedicó profesionalmente al medio a partir de 1983 cuando
funda Radio Musical de Mazarrón. Ha dedicado los veinte últimos años de su vida a las
ondas en el municipio, en lo que hoy es La Voz de Mazarrón.
Miguel Morales Mateo.
Nació el 14 de junio de 1944 y su colaboración en la radio fue de 1982-85 en
Radio Costa Cálida al frente de varios programas de contenido diverso.
Ana Aznar Aznar.
En los años 50, fue un hito en la historia de la radio de Mazarrón, al ser mujer
pionera en esta actividad. Trabajó en la que era entonces Radio Juventud de Mazarrón.
Ha sido Mujer Mazarronera del Año en 2006.
Elisa Ortega Bombín.
Nace en Burgos el 5 de diciembre de 1945. Su gran afición han sido las
manualidades y destaca sobre todo en el repujado del estañoque aprendió durante su
estancia en Madrid. Reside en Puerto de Mazarrón desde hace 15 años.
Ángel Miguel Barona.
Artesano del cuero. Nació en Madrid el 16 de julio de 1933. De oficio fue
tornero matricero. Desde el año 1992, reside en Puerto de Mazarrón.
María Ángeles Martín Vigara.
Nació el 1 de agosto de 1953. Orihunda de Segovia, se trasladó a vivir a
Mazarrón en 1975, donde siempre ha participado y colaborado en todo tipo de
actividades culturales.
Juana Acosta Gimeno.
Llega a Mazarrón en el año 1973. Ejerce la costura desde el ámbito personal,
para uso propio y familiar. Nació en Valencia, en el barrio de Ruzafa, de padre
mazarronero y madre murciana. cuenta entre sus familiares con algunos mineros que
trabajaron en las minas de Mazarrón.
María García Caparrós.
Nace el 18 de marzo de 1932. Ha sido costurera toda su vida, aunque no
de profesión. El oficio lo aprendió con la modista Teresa Félix, que tenía el taller en
Mazarrón, frente a la Plaza del Ayuntamiento. Los avatares de la vida no dejaron que su
afición se convirtiese en oficio, ya que trabajó como administrativa, cambiando la aguja
por la máquina de escribir y el ordenador para trabajar en el negocio familiar. Pero la
costura continuó siendo una constante en su vida, siempre para uso familiar. Ha sido la
costurera de excepción de su familia hasta hoy día que, a sus casi 80 años, todavía sigue
siendo su entretenimiento.
Conchita Sánchez Lorente.
Es una figura habitual y entrañable del panorama cultural en Mazarrón. De
su trabajo creativo, cultiva sobre todo la poesía, la escritura y las artes plásticas en todas
sus facetas. Ha realizado diversas exposiciones y su trabajo destaca por estar dedicado
siempre a Mazarrón, Puerto de Mazarrón, sus gentes, su memoria y sus recuerdos.
Carmina Fernández Calvín.
Madrileña de nacimiento, estudió perito mercantil. También realizó la
Diplomatura de Pintura de la escuela de Artes y oficios de Málaga. Se dedica a la pintura
con carácter personal e intimista, ha colaborado en exposiciones y muestras colectivas,
trabajando en su taller y en la intimidad de su hogar. Reside en Bolnuevo desde 1985.
Juana Martínez Andreu.
Nace en Cartagena el 16 de septiembre de 1939. Bordadora y modista, reside
en Puerto de Mazarrón desde hace casi un cuarto de siglo.
María Dolores Viudes Pujante.
Nace en Murcia el 14 de febrero de 1940 y desde muy joven trabajó en su
taller de costura. Fue la primera persona que tuvo una tienda de cerámica en Puerto de
Mazarrón.
Isabel Bastida Martínez.
Nace en Murcia el 21 de octubre de 1941 y es auxiliar de clínica titulada.
Trabajó como jefa de enfermeras en Lourdes durante 20 años, pero su gran afición
son las manualidades y los bordados por lo que se llegó a sacar el Título Oficial de
Bolillera.
Petra Araújo Caballero.
Nació en Herrera de Alcántara (Cáceres), el 14 de abril de 1937 y es vecina de
Puerto de Mazarrón desde hace muchos años.
Josefa Muñoz Ruiz.
Nace en Murcia el 14 de marzo de 1937. Ha sido profesora de Corte y
Confección y hasta antes de casarse preparaba a las niñas que se presentaban al
bachillerato. Lleva 58 años viviendo en Puerto de Mazarrón, de ellos, 30 años trabajando
en un comercio de ultramarinos de propiedad familiar.
Concepción Vera Piñero.
Nació en Puerto de Mazarrón el 17 de febrero de 1938. Posee la titulación de
Corte y Confección y desde niña, tiene una gran afición a los bordados.
Ana Méndez España (1931-2011).
Nació en los Almagros. Desde muy pronto vino a vivir a Puerto de
Mazarrón, donde permaneció toda su vida. Destacó por su gran actividad y
preocupacion por los demás, participando en asociaciones y entidades sociales y
con fines caritativos.

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