Modelo de Participación para Padres.

Transcripción

Modelo de Participación para Padres.
Consejo Nacional de Fomento Educativo
DIRECTORIO
José Ángel Córdova Villalobos
Secretario de Educación Pública
Arturo Sáenz Ferral
Director General del
Consejo Nacional de Fomento Educativo
María Teresa Escobar Zúñiga
Directora de Administración y Finanzas
Lucero Nava Bolaños
Directora de Educación Comunitaria
Miguel Ángel López Reyes
Director de Planeación
Juan José Gómez Escribá
Director de Medios y Publicaciones
Dolores Ramírez Vargas
Titular de la Unidad de
Programas Compensatorios
Rafael López López
Titular de la Unidad Jurídica
Fernando Sánchez de Ita
Titular del Órgano Interno de Control
Consejo Nacional de Fomento Educativo
Modelo para la Participación de Padres de Familia
en la Educación Inicial y Básica del Conafe
Edición
Consejo Nacional de Fomento Educativo
Texto
Dolores Ramírez Vargas
Lucero Nava Bolaños
Aquiles Ávila Hernández
Gladys Barrios Veloso
Mirna Vázquez Martínez
Ilustración
Mariano Ramírez Avendaño
Sergio Arau
Efrain Castro Calderón
Lourdes Guzmán Muñoz
Ilustración de portada
Humberto Vega Mendoza
Diseño
Fernando A. Mondragón Padilla
Coordinación general
Dolores Ramírez Vargas
Primera edición: 2012
D.R. © Consejo Nacional de Fomento Educativo
Insurgentes Sur 421, edificio B,
Conjunto Aristos, col. Hipódromo,
CP 06100, México, D.F.
www.conafe.gob.mx
ISBN 978-607-419-148-6
Impreso en México
Índice
Presentación
7
Introducción
9
I. La participación de la familia en la educación
15
Enfoque y referentes conceptuales
15
La participación social en la educación y su marco jurídico
21
La participación de la familia y la comunidad en el Conafe
23
II. Objetivos, características y elementos del Modelo para la Participación
de Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica del Conafe
27
Objetivos 27
Características 28
Elementos
34
III.Criterios de operación para el Modelo para la
Participación de Padres de Familia en la Educación
41
Estrategias, líneas de acción, actividades y recursos
41
Esquema de trabajo con padres de familia
43
Formación de figuras educativas
44
IV.Seguimiento, monitoreo y evaluación
47
Seguimiento
48
Monitoreo
49
Evaluación 50
V. Los padres de familia y la educación: hacia una
participación comprometida con el desarrollo social
53
El camino por recorrer
56
59
Referencias
Sergio Arau
Presentación
Por más de 40 años, el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) ha concedido gran importancia
a la cultura y a la participación de las comunidades; de hecho, el Consejo inicia sus servicios en las
zonas con mayor rezago social del país cuando los habitantes han expresado su interés y compromiso
con la educación, al consolidar la Asociación Promotora de Educación Comunitaria (APEC).
La escuela, a través de la relación con las familias, contribuye al desarrollo de las comunidades
mediante el apoyo y guía que proporciona a los padres y madres en la educación de sus hijos. Ahora, con
la oportunidad de reflexión y acción común que brindan la política educativa y las experiencias de los
grupos de familias, puede aprovecharse mejor el impacto de la institución escolar en la reconstrucción
del tejido social.
Con este fin, el Conafe diseñó el Modelo para la Participación de Padres de Familia en la Educación
Inicial y Básica del Conafe. Esperamos que este documento sirva de guía para aquellos interesados en
fortalecer los vínculos entre la familia y la escuela; y, de esta forma, se generen novedosas estrategias
que fomenten la participación dinámica, colaborativa e incluyente de los padres de familias y miembros
de la comunidad, pautando su corresponsabilidad en los procesos educativos de sus hijos.
Dr. Arturo Sáenz Ferral
Director General
7
Lourdes Guzmán Muñoz
Introducción
En el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), la participación dinámica, colaborativa e incluyente de
la familia en la educación se considera uno de los principales factores del éxito académico de los estudiantes y
una variable fundamental del desarrollo social de las comunidades.
Familia y escuela comparten la responsabilidad de que los niños de educación inicial y básica alcancen los
aprendizajes esenciales para su futuro desenvolvimiento en la vida. Por ello, el fomento a la participación social
constituye uno de los cuatro ejes rectores del Programa Institucional de Mediano Plazo del Conafe.
Como parte de las acciones realizadas a partir de dicho eje rector y en el marco de los programas y modalidades
de educación comunitaria, se diseñó el Modelo para la Participación de Padres de Familia en la Educación Inicial
y Básica del Conafe, que recupera la experiencia institucional acumulada respecto a la participación de las
comunidades en la instalación, funcionamiento y permanencia de los servicios educativos comunitarios. En este
sentido, la participación ha tenido un fuerte énfasis en la gestión escolar, sobre todo mediante las Asociaciones
Promotoras de Educación Comunitaria (APEC), que cumplen con los compromisos de acondicionar el espacio
físico y darle mantenimiento; brindar hospedaje, alimentación y seguridad al instructor comunitario, así como
garantizar la permanencia del servicio y asistencia de los alumnos a clases.
Desde 1993, el Conafe retomó el Programa de Educación Inicial No Escolarizada, que la Subsecretaría
de Educación Básica operaba, y asume la responsabilidad de ofrecer un servicio educativo de calidad con un
enfoque de derechos y en términos de equidad educativa y social, en concordancia con las políticas nacionales
e internacionales. Dicha propuesta se fundamenta en un modelo de educación inicial consistente, que orienta su
intervención hacia las comunidades rurales, indígenas y dispersas, con la finalidad de repercutir positivamente
en el desarrollo humano integral de los niños, potenciados en la interacción con sus padres, su familia, su
comunidad y la sociedad en general (Conafe, 2010).
El modelo pedagógico de educación inicial se caracteriza por crear espacios sociales de calidad y promover la participación comunitaria y la interacción entre diferentes grupos intergeneracionales, al crear comunidades de aprendizaje, propiciar de manera pertinente el desarrollo y la transformación social, y respetar
las características de las comunidades. Asimismo, dirige sus esfuerzos a favorecer el desarrollo integral y las
competencias de infantes, madres, padres y cuidadores responsables de su crianza, y a orientar a mujeres
embarazadas. También lleva a cabo acciones de promoción comunitaria para impulsar cambios culturales en
torno a la infancia que susciten la participación activa y sensible, así como la equidad de género, de modo
que se revalore la intervención de los hombres en la atención y el cuidado de los infantes. De igual forma,
enfatiza la importancia del trabajo grupal para alentar el intercambio de experiencias y conocimientos entre
los padres de familia.
9
Otra experiencia importante es el Programa de Apoyo a la Gestión Escolar (AGE), que inició en 1996 y
que involucra a los integrantes de las Asociaciones de Padres de Familia (APF) en formas de organización,
gestión y administración de recursos, con efectos sociales benéficos en el proceso de toma de decisiones de
los padres en la escuela. Este programa ha demostrado que la participación organizada de las familias influye
de manera positiva en los resultados educativos de los estudiantes, sobre todo al reducir las tasas de repetición
y deserción escolar (Conafe, 2011); también en el Programa de Educación Inicial, se ha posibilitado establecer
fuertes vínculos entre la escuela y las familias (Conafe, 2010).
A partir del ciclo escolar 2009-2010 y en concordancia con las líneas de acción del Conafe para promover
la equidad educativa, se diseñó e implementó la estrategia Fortalecimiento Comunitario para la Educación
(Fortalece), para apoyar con recursos económicos, a través de las APEC, a las comunidades que cuentan
con servicios comunitarios de preescolar, primaria y secundaria. La estrategia Fortalece permite impulsar la
participación organizada de las madres y padres de familia en acciones de mejora del ambiente escolar a favor
del aprendizaje de sus hijos.
Las experiencias mencionadas, herederas del espíritu de colaboración y compromiso social de la educación
rural mexicana, constituyen las bases sobre las cuales, hoy en día, desde la concepción de la educación comunitaria
del Conafe, se ha contribuido a la conformación de una sociedad más inclusiva, en la cual los miembros de las
comunidades se posicionan de manera corresponsable ante los nuevos retos que México enfrenta y, de ese
modo, legitiman su participación en la vida nacional.
Con este modelo de participación de padres de familia, se avanza en la vinculación familia-escuela, ya que
se enfoca en la gestión escolar y se dirige a los procesos de aprendizaje y desarrollo, así como a la transición de
los niños y jóvenes por la educación inicial y básica. En la misma vertiente, se efectúan acciones para fomentar
la participación dinámica, colaborativa e incluyente de las familias y miembros de la comunidad, al pautar su
corresponsabilidad en los procesos educativos de sus hijos.
Desde 2008, para fortalecer la colaboración en acciones específicas de gestión escolar y para motivar la contribución de los padres de familia en el aprendizaje y desarrollo, se publicaron boletines informativos bimestrales
para la APEC y diversos materiales impresos, entre ellos:
• Apoyemos juntos la transición de la educación inicial a preescolar.
• Apoyemos juntos la transición de la educación preescolar a primaria.
• Apoyemos juntos la transición de la educación primaria a secundaria.
• Encuentros con familias de adolescentes: sobre la construcción de la identidad.
• Familia y escuela: a generar un futuro mejor.
• Trabajemos juntos por un futuro mejor.
• Guía para la Asociación Promotora de Educación Comunitaria (APEC).
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La implementación de estos materiales mediante estrategias concretas ha sido reveladora (Conafe, 2011:7):
Se ha generado un cambio en la relación familia-escuela y, en consecuencia, los resultados académicos
se favorecen, ya que los alumnos se motivan al estar mejor preparados para transitar por los diferentes
niveles escolares y al percibir que sus padres se involucran en sus actividades educativas, existe un
mayor acercamiento entre padres e hijos y se logra más armonía en las reuniones.
Los resultados confirman la indiscutible relevancia de las variables contextuales, sobre todo las familiares, en los
procesos de enseñanza y aprendizaje (Parsons, 1990; García, 1998; Gómez, 1999; Covadonga, 2001; Sun y Li,
2001; Gertler y colaboradores, 2006; Flores, 2011; Bloom, 2011; Chavarría, 2011).
Debe destacarse que el Conafe opera en el contexto de zonas rurales, comunidades pequeñas y apartadas, y
poblaciones de extrema marginalidad y pobreza, así como de una gran diversidad lingüística y cultural. Para ello
ha elaborado un conjunto de programas, estrategias y acciones dirigidas a proveer servicios de educación inicial
y básica de calidad a las familias con mayor grado de vulnerabilidad, para propiciar condiciones de equidad
y asegurar el derecho a la educación de niños y jóvenes mediante el compromiso y corresponsabilidad de los
diferentes niveles de gobierno, así como de los sectores público, privado y social (Conafe, 2007).
De acuerdo a este contexto histórico y social, el Conafe ha consolidado un esquema de participación de
padres de familia en sus diferentes estrategias, programas comunitarios y acciones compensatorias, a través del
Modelo para la Participación de Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica, el cual coloca en el centro
de todas las acciones al aprendizaje y desarrollo de los niños y jóvenes, mediado por la intervención dinámica,
colaborativa e incluyente de la familia y la escuela en dos vertientes:
• Fomentar la intervención de los padres de familia en los procesos de aprendizaje y desarrollo de los niños,
niñas y jóvenes por medio de acciones específicas.
• Fortalecer la participación de los padres de familia en la gestión escolar.
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Esquema 1. Vertientes de intervención del Modelo para la Participación de
Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica del Conafe
En este documento sobre el Modelo para la Participación de Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica
del Conafe, la expresión “padres de familia” abarca los diferentes tipos de conformación de dicho grupo social,
es decir, madres, padres y cuidadores.
En el apartado “La participación de la familia en la educación”, se revisan el enfoque y las bases jurídicas,
conceptuales y teóricas del modelo. En el apartado “Objetivos, características y elementos del Modelo para
la Participación de Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica del Conafe”, se plantean los propósitos
y se detallan las peculiaridades del modelo. El tercer apartado, “Criterios de operación para la participación
de padres de familia en la educación”, describe la propuesta operativa para dicha participación. En el cuarto
apartado, “Seguimiento, monitoreo y evaluación”, se plantean los criterios para determinar el impacto de la
implementación del modelo. Finalmente, en el apartado “Los padres de familia y la educación: hacia una
participación comprometida con el desarrollo social”, se analizan los resultados de la operación del modelo, con
especial referencia a las limitaciones y fortalezas, y también se plantea un análisis prospectivo de la participación
de padres de familia en el marco de una corresponsabilidad social con la equidad educativa desde la visión y la
misión del Conafe.
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Mariano Ramírez Avendaño
Efraín Castro Calderón
I. La participación de
la familia en la educación
La familia es el grupo social más importante en la vida de los seres humanos, entre otras razones porque en ella se
inicia la formación de los individuos. Las actividades y relaciones familiares forman en las nuevas generaciones
las primeras cualidades de personalidad y brindan los conocimientos que representan la base y condición para la
asimilación del resto de aprendizajes y de relaciones sociales. Por tanto, la familia cumple una función educativa
fundamental, ya que desde muy temprano influye en el desarrollo social, físico, intelectual y moral de los niños
(Chavarría, 2011): es la primera escuela del ser humano, y los padres o cuidadores son los primeros educadores
de las nuevas generaciones (Villarroel y Sánchez, 2002).
Enfoque y referentes conceptuales
La familia es el grupo social primario, constituido ya sea por ambos padres o uno de ellos y los hijos, o por familiares
o cuidadores que conviven en una misma vivienda. Asimismo, la familia constituye el ambiente más próximo e
importante para los niños y jóvenes; provee a las nuevas generaciones atención, alimentación y cuidado, y representa
el espacio donde se adquieren los primeros valores, pautas de relaciones, afectos, aprendizajes y experiencias. La
familia así entendida asume una doble participación en la educación: es beneficiaria de un servicio y comparte el
esfuerzo responsable de generar una escuela y comunidad de calidad para todos (Fernández-Soria, 1996).
Las investigaciones demuestran que el esfuerzo educativo conjunto de la escuela y del hogar, mediante
la participación de los padres en la educación, influye de manera positiva en los resultados escolares de los
alumnos, por lo que la política educativa debe promover medidas que fomenten dicha colaboración (OCDE, 2001;
Bloom, 2011).
Cuando los padres de familia y los miembros de la comunidad se involucran en las actividades de la escuela,
los estudiantes alcanzan mejores resultados, la asistencia a clases aumenta y la deserción escolar disminuye.
Si los padres de familia generan expectativas claras respecto de sus hijos, apoyan con éxito su progreso en los
estudios, lo cual implica que les transmiten su ánimo y aspiraciones personales con influencia en sus logros de
aprendizaje (UNESCO-OREALC, 2004).
La escuela ideal representa un espacio vivo de convivencia y de intercambio entre adultos, niños y jóvenes;
un lugar en el que se piensa, discute y se trabaja tratando de reconciliar lo que se sabe con lo que no se sabe, las
dificultades, los errores, las expectativas, los éxitos, las dudas y los problemas de elección (Malaguzzi, 2001).
A fin de orientar la participación de las familias en el centro escolar, se requiere:
• Tener estructuras y procedimientos para involucrar a las familias en las decisiones que se toman en las
escuelas en cuanto a la organización de la escuela, la planificación de actividades para el mejoramiento del
centro escolar y los gastos, entre otros aspectos de gestión.
15
• Contar con estrategias de información sobre los objetivos y planteamientos pedagógicos de la escuela, la
programación anual y el progreso de los hijos, así como con mecanismos para promover el compromiso de
ayudar a los hijos en casa en las tareas relacionadas con el aprendizaje.
De acuerdo con lo anterior, existen dos vertientes para promover la participación de los padres de familia en la
educación:
• Intervención en la gestión escolar (instalación, mantenimiento y funcionamiento de los servicios educativos).
• Intervención en los procesos de aprendizaje y desarrollo (quehacer educativo).
La intervención de las familias en la gestión escolar y en los procesos de aprendizaje y desarrollo configuran la
corresponsabilidad de los padres de familia y miembros de la comunidad mediante la participación dinámica,
colaborativa e incluyente. Se trata de una participación dinámica porque las acciones y formas de intervención
pueden ser variadas y deben ser flexibles, y es colaborativa e incluyente porque el binomio familia-escuela
comparte objetivos, necesidades y potencialidades orientados a generar juntos las mejores condiciones de
posibilidad para que todos los estudiantes de los servicios comunitarios y compensatorios del Conafe consigan
logros de aprendizaje cada vez más altos.
Los padres, madres y cuidadores promueven la unión y los valores para la convivencia, cuando establecen
un vínculo de confianza, respeto, aceptación y cariño entre ellos y sus hijos. Por tanto, el presente modelo, parte
de una perspectiva de educación comunitaria que confiere valor a los aciertos de las familias en la formación de
hábitos que favorecen el desarrollo y la seguridad de niños y jóvenes.
La corresponsabilidad de las familias en los procesos educativos implica opinar, proponer, tomar decisiones,
ejecutar acciones y disentir en los procesos de gestión escolar, aprendizaje y desarrollo (OCDE, 2001).
Si bien la planeación didáctica, la práctica docente en el aula o la evaluación de los aprendizajes son
elementos sustantivos de los procesos de enseñanza y de aprendizaje, la participación de los padres de familia
y de los miembros de la comunidad se ha vuelto igual de importante para el éxito de la escuela, por lo que es
necesario integrarla a la dinámica del día a día en el centro educativo.
La integración de las familias en los procesos de desarrollo y de aprendizaje dentro y fuera del aula permite
crear atmósferas y acontecimientos de enorme relevancia existencial y formativa, para los niños y jóvenes como
para los adultos (Malaguzzi, 2001).
Por lo general, en las escuelas se espera que los padres de familia y los miembros de la comunidad se
involucren por sí solos (SEDL, 2000), pero en la mayoría de las ocasiones no ocurre así, de modo que el
involucramiento de las familias debe ser intencionado y planificado.
En la educación comunitaria, es condición que los padres y miembros de la comunidad lo soliciten el servicio
educativo, lo organicen y se corresponsabilicen de su operación por medio de la Asociación Promotora de
Educación Comunitaria (APEC). Por ello, el modelo pretende pautar el propósito de la participación, las acciones
y formas en que se realizará.
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Para propiciar y orientar la participación, conviene tomar en cuenta el nivel socioeconómico de las familias y
la educación formal de sus miembros. En comunidades con bajos niveles de escolaridad, los padres de familia
suelen dejar toda la responsabilidad de la formación de sus hijos al docente (Department of Education, s/a). Por su
parte, Bronfenbrenner (1986) señala que cuanto más bajas son las posibilidades económicas de las familias, hay
mayores probabilidades de que los padres mantengan relaciones inestables entre sí, muestren desinterés por las
tareas académicas, no valoren las actividades culturales y escolares y, como consecuencia, no motiven ni ayuden
adecuadamente al niño o al joven que, con frecuencia, verá disminuido su rendimiento.
La actitud de los padres hacia la escuela y hacia el rendimiento académico es un factor desencadenante
del éxito o del fracaso en el tránsito por los diferentes niveles educativos y se relaciona positivamente con la
tenacidad del alumno en el trabajo escolar (Fernández y Salvador, 1994). Derivado de ello, la continuidad
hogar-escuela será posible en la medida en que las familias participen en la gestión escolar y en el aprendizaje
y desarrollo de los niños y jóvenes.
El enfoque de participación de la familia en la educación implica la interacción entre los niños, las personas
responsables de ellos en casa, las figuras educativas y la comunidad en general, y esto permite crear ambientes
sociales para propiciar el aprendizaje y la formación de valores, lo cual es una de las finalidades del Conafe.
Se requiere que cada uno de los actores comprenda cómo se complementan sus roles, y, a través de la
colaboración, se fortalezcan los vínculos y la continuidad entre la familia, la escuela y la comunidad. Se trata, por tanto,
de un modelo de participación de padres con los niños y jóvenes donde se interrelacionan unos con otros mediante
las interconexiones sociales que se gestan en los diferentes contextos y prácticas sociales (Bronfenbrenner, 1986).
La influencia mutua entre los distintos niveles y contextos de convivencia es fundamental para la comprensión
compartida sobre el desarrollo, aprendizaje, los objetivos y el funcionamiento de la escuela .
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Esquema 2. Modelo ecológico de Bronfenbrenner
Cuando los padres de familia, miembros de la comunidad y agentes educativos comparten propósitos respecto a
la forma de participación que se requiere, estas mismas interacciones ayudan a los padres de familia a interpretar
y contribuir al progreso de sus hijos, y a la escuela le permite orientarlos sobre cómo apoyar mejor el aprendizaje
de los niños y jóvenes (Balarin y Cueto, 2008).
Las múltiples interacciones y reflexiones que se promueven y valoran entre las familias favorecen el desarrollo
del niño, al igual que un crecimiento compartido con sus padres y demás miembros de su familia y su comunidad
(Conafe, 2010).
Ser padre o madre de familia es una de las ocupaciones más difíciles a la que la mayoría se enfrenta sin
haberse preparado. Las prácticas educativas que se adoptan con los hijos por lo general derivan de experiencias
que se han transmitido de generación en generación y que se han adaptado de acuerdo con la época.
La interacción con un adulto determina el aprendizaje de un sinnúmero de destrezas y actitudes en el niño
(Rogoff, 1993). En el hogar, padres, madres y cuidadores suelen guiar y dirigir a los hijos en la realización de acciones,
y este proceso de participación guiada lleva a los hijos a resolver los problemas de la vida diaria y, en la práctica,
les posibilita desarrollar conocimientos que, en principio, debieran ser la base para los aprendizajes escolares.
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Al margen de las condiciones personales (biológicas, sociales o étnicas), un niño se desarrolla en la medida
que las experiencias en el hogar y escolares le den la oportunidad de actuar en su medio para entenderlo y
transformarlo (Giné, 1998).
Las competencias parentales inciden directamente en las prácticas educativas, y son el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que las familias poseen y requieren desarrollar, modificar o eliminar
para crear las condiciones apropiadas para el desarrollo integral de sus hijos. Favorecer estas competencias
implica fortalecer a las familias para que, a su vez, promuevan en el hogar y en la misma escuela condiciones
óptimas de desarrollo para sus hijos (Gordon, 2009).
Las familias dependen del trabajo colaborativo de muchas personas, pero sobre todo de las figuras educativas,
a fin de crear las condiciones para el adecuado desarrollo de los hijos. La relación colaborativa de los padres de
familia con las figuras educativas y la escuela se basa en el entendimiento mutuo y la comunicación.
La labor educativa consiste en promover un aprendizaje dialógico, centrado en los procesos de interacción
y comunicación (entre los miembros de la comunidad educativa), los cuales se orientan al desarrollo humano
como expansión de posibilidades y capacidades (Conafe, 2010).
Para lograrlo, sería importante trabajar como grupo colaborativo, pues las características más sobresalientes de
éste son: la interdependencia positiva entre sus miembros, la responsabilidad individual, el carácter heterogéneo de los
mismos, el liderazgo compartido, la corresponsabilidad en el aprendizaje de cada miembro, la promoción del aprendizaje en un clima social propicio, y la adquisición de habilidades sociales para trabajar en grupo (Ovejero, 1990).
El impulso del aprendizaje colaborativo como una forma de trabajar con niños y adultos enmarca y da sentido
a los contenidos, además de que modela interacciones más solidarias, pero las dota de autonomía al avanzar
conjuntamente en la expansión de capacidades y competencias (Conafe, 2010).
Para el trabajo colaborativo, la escuela y las figuras educativas requieren asumir actitudes que les acerquen a
los padres de familia y los ayuden a adoptar un papel incluyente y determinante en la educación de sus hijos. Esto
demanda que, en la escuela, las figuras educativas se conviertan en facilitadores de la participación y aprendizaje
de los padres, madres y cuidadores, mediante estrategias concretas:
• Reconocer, apreciar y fortalecer el invaluable conocimiento de los padres, madres y cuidadores acerca de
sus hijos.
• Dar información a las familias en términos claros y pertinentes acerca de los objetivos, recursos y
procedimientos pedagógicos utilizados en la escuela.
• Ayudar a las familias para que se vinculen con otras familias y demás miembros de la comunidad en los
procesos de gestión escolar.
• Reflexionar con los padres de familia y cuidadores acerca de sus derechos y obligaciones respecto a la
educación de sus hijos. Muchos desconocen la legislación referente a sus derechos y obligaciones para con
las instituciones educativas, lo cual favorece que queden marginados del proceso educativo de sus hijos.
• Ser positivos y mostrar apertura hacia la expresión espontánea de las necesidades y sentimientos de los
padres de familia.
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• Respetar la capacidad de decisión de las familias en la satisfacción de sus necesidades y en la aceptación
de propuestas.
• Entender el contexto social y cultural de la familia para promover el trabajo colaborativo e incluyente. Es
importante que las figuras educativas identifiquen y entiendan cuáles valores, costumbres y creencias de
las familias crean un ambiente en el que todos los padres se sientan invitados a cooperar.
• Ofrecer a las familias talleres de asesoría en los que comprendan cómo aprenden los niños en general y
cómo pueden apoyar el aprendizaje de sus hijos en el hogar. Para evitar que las familias adopten creencias
que limiten el aprendizaje de sus hijos, es preciso brindar información comprensible y práctica acerca del
desarrollo y el aprendizaje de los niños, en particular sobre hábitos de estudio y promoción de valores y
actitudes para la convivencia respetuosa, solidaria y responsable.
• Promover en los padres, madres y cuidadores, mediante la divulgación de experiencias exitosas, la certeza de
que ellos pueden influir favorablemente en la educación de sus hijos. La actitud de los padres de familia
respecto a sí mismos y a sus hijos puede cambiar si aprenden a plantearse metas a corto plazo, a la medida de
sus posibilidades, que se reflejen como logros en sus hijos.
• Fomentar la confianza, autonomía, iniciativa, empatía y autoestima como base del desarrollo personal y social.
• Propiciar el desarrollo autónomo en los padres de familia, al igual que la valoración y el ejemplo como
herramientas formativas de sus hijos.
Las estrategias para promover la participación de las familias pueden ser directas (con la presencia y participación
de los familiares) o indirectas (mediante recursos gráficos o escritos), y al mismo tiempo individuales (cuando una
familia o hijo necesitan apoyo específico) o grupales (con todas las familias del grupo o de la escuela).
Una alianza efectiva entre la familia y la escuela necesita un vínculo positivo, nutritivo y respetuoso, en el
que ambos sistemas combinen esfuerzos en beneficio de niños y jóvenes. Una relación de estas características
favorece y asegura un mejor rendimiento académico de los niños, así como un desarrollo integral de su persona,
autoestima y actitud hacia el aprendizaje (Corhorn y Pérez, 2005; Epstein, 2001; Ballen y Moles, 1994).
La escuela necesita de las familias: de su apoyo para reforzar los contenidos trabajados en clase, para el cumplimiento de los aspectos formales relativos a la enseñanza, y para asegurar que los niños reciban buenos tratos y afecto
en sus hogares (Tchimino y Yañez, 2003). Sin las familias, no podría cumplir cabalmente su labor de facilitar un aprendizaje de calidad, ni fomentar el compromiso de los estudiantes con sus estudios, o complementar las enseñanzas en
cuanto a hábitos y disciplina, ni conocer la realidad de vida y las características particulares de cada niño.
A su vez, las familias necesitan a las escuelas: requieren que en ellas se ofrezca una educación de calidad;
confiar en que sus hijos reciben una formación adecuada y buen trato, con todo el respeto y la dignidad que
merecen; y sentirse acogidos y respetados en sus saberes, en sus experiencias y en su capacidad de ser verdadero
aporte a la educación de sus hijos.
Por lo anterior, es importante propiciar que los agentes educativos y los miembros de la comunidad reconozcan que la pluralidad de formas de pensar es natural y deseable en el mundo; que la escuela se convierta en
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un espacio donde la diversidad se aprecie y valore como un aspecto cotidiano de la vida (SEP, 2006), y que se
conciba al mundo como heterogéneo y no como algo que podemos igualar.
Lograr una sólida alianza centrada en el desarrollo y aprendizaje de los niños no es fácil. En muchos casos,
implica motivar y acercar a las familias. Asimismo, las figuras educativas planifican sus actividades por y para su
comunidad cuando están convencidas de la importancia de acercar y promover la participación de los padres de
familia en la educación, y son conscientes de las razones que justifican asumir el desafío.
La participación social en la educación y su marco jurídico
En todas las comunidades, incluso en las muy pequeñas y aisladas, la escuela se une a los esfuerzos de la
familia y constituye parte esencial de la vida social: ambas conforman una unidad social en virtud de que la familia
recurre a la escuela como un medio de formación y desarrollo de niños y jóvenes; de esta manera, la comunidad
se fortalece en el encuentro entre familias y escuela.
La participación de los padres de familia en la educación es primordial y representa una palanca para mover
la vida social, así es concebida en la política pública educativa vigente, tal y como lo establece la Ley General de
Educación que plantea los siguientes lineamientos relativos a la participación de la familia:
• Efectuar programas para que los padres den mejor atención a sus hijos.
• Orientar a los padres para la educación de sus hijos.
• Informar a los padres de familia respecto al desempeño académico de sus hijos.
• Promover actividades de orientación, capacitación y difusión a los padres de familia para que cumplan
cabalmente con sus obligaciones educativas.
• Promover la participación social de los padres para:
Colaborar con las autoridades escolares en la superación de los educandos y el mejoramiento de los
establecimientos.
Formar asociaciones de padres de familia y consejos de participación social.
Opinar sobre los servicios de escuelas particulares.
Apoyar el proceso educativo de sus hijos.
Colaborar con la escuela de sus hijos en las actividades escolares.
Representar los intereses de las asociaciones de padres de familia.
Colaborar para la mejor integración de la comunidad escolar y el mejoramiento de los planteles.
Informar a las autoridades sobre irregularidades de la educación de los educandos.
La escuela debe informar sobre el calendario escolar, actividades, calificaciones y resultados de las evaluaciones,
además la autoridad de cada escuela pública de educación básica será responsable de la vinculación activa y
constante con la comunidad.
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En el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, como parte del objetivo 12 para promover la educación
integral en todo el país, define dos estrategias relacionadas con la participación de las familias en la educación. La
primera coloca a la comunidad escolar en el centro de los esfuerzos educativos al impulsar el trabajo conjunto
de las autoridades escolares, maestros, alumnos y padres de familia, no solo en el cumplimiento de planes y
programas de estudio, sino en la conformación de comunidades con metas compartidas y el interés de brindar
a los niños y jóvenes una educación integral. La segunda estrategia se refiere al impulso de la participación de
los padres de familia en la toma de decisiones en las escuelas (PND, 2007-2012).
Por su parte, el Programa Sectorial de Educación 2007-2012 establece la iniciativa de reactivar la participación
social en el ámbito de la educación inicial y básica fomentando la colaboración de los padres de familia para
consolidar el enfoque integral de la misma; también plantea fomentar la gestión escolar e institucional para fortalecer la
intervención de los centros escolares en la toma de decisiones, corresponsabilizando a los diferentes actores sociales
y educativos, y promoviendo la seguridad de alumnos y profesores, la transparencia y la rendición de cuentas.
En concordancia con los mandatos señalados y considerando su experiencia, vocación y papel en la educación
de las zonas de mayor rezago social y educativo, el Conafe, se ha planteado promover la participación de todos
los involucrados, para la mejora permanente de los servicios.
La gestión educativa del Conafe busca ser cada vez más eficaz y convertirse en un camino seguro para ofrecer
las mejores estrategias de intervención pedagógica, procesos pertinentes de formación y desarrollo docente, así
como los medios idóneos para impulsar una participación social que respalde todo ello.
De igual forma, las condiciones y necesidades educativas imperantes entre la población rural e indígena,
así como las orientaciones del marco legal y del gobierno federal en materia de intervención de la familia en
la educación, llevaron al Conafe a establecer el fomento de la participación social como uno de los cuatro ejes
rectores del Programa Institucional de Mediano Plazo 2007-2012.
La estrategia para fomentar la participación social se centra en impulsar la colaboración de la familia en la gestión
escolar referente a los servicios de educación inicial y básica, mediante el manejo de información y capacitación,
así como fortalecer la articulación con otros sectores de la sociedad y el ejercicio de la contraloría social.
Las líneas de acción para agotar dicha estrategia son (Conafe, 2007):
• Desarrollar mecanismos para la información, la capacitación y el acompañamiento a los padres de familia,
que tomen en cuenta la diversidad cultural y las necesidades de apoyo familiar de los niños y jóvenes en
su tránsito por la educación inicial y básica, con especial atención a escuelas multigrado, telesecundarias
y con población migrante.
• Ofrecer, a los padres de familia organizados, estímulos económicos para apoyar la gestión en la educación
básica, de modo que puedan ejercer decisiones sobre su destino, control, seguimiento y evaluación social.
• Establecer un sistema que permita vincular diferentes formas de participación de otros sectores con la
acción educativa.
• Impulsar la contraloría social mediante la divulgación de los derechos y corresponsabilidades de la
ciudadanía y el fomento de las capacidades para ejercerlos de manera efectiva y oportuna; también
22
por medio de la práctica de vigilancia y evaluación del programa, para que opere con honestidad y
transparencia, previniendo y evitando que acumule irregularidades o deficiencias en su desarrollo.
Como puede observarse, el marco jurídico y los objetivos de política pública educativa otorgan un papel
fundamental a la participación de la familia. Esta se promueve en el Conafe desde su creación y en los últimos
años se ha consolidado gracias a la investigación, la elaboración de materiales y la implementación de estrategias
para conseguir la colaboración de la familia en los procesos de aprendizaje y en la gestión escolar.
La participación de la familia y la comunidad en el Conafe
Aquí se describen las estrategias y acciones desarrolladas en el marco del Programa de Educación Inicial y Básica
para la Población Indígena y Rural del Conafe. Uno de los ejes para el fomento educativo, en este programa, es
el impulso a la participación social para que los padres de familia acompañen a sus hijos en su preparación
académica y participen organizados en el mantenimiento de los planteles escolares.
Las Asociaciones Promotoras de la Educación Comunitaria (APEC) y la
estrategia Fortalece
La participación de la familia es necesaria para que el servicio Educativo del Conafe se instale en la comunidad,
ya que esta se tiene que organizar con antelación y entonces conformar una Asociación Promotora de Educación
Comunitaria (APEC), instancia que adquiere las facultades legales y de representación comunitaria para fungir
como interlocutora con la institución. Entre las responsabilidades de la APEC se encuentran:
a) Organizar a la comunidad para proporcionar alimentación, hospedaje y seguridad al instructor que les
prestará el servicio social educativo durante un ciclo escolar.
b) Adaptar o construir un aula para el desempeño académico de los estudiantes, en caso de no contar con una.
c) Organizar la participación comunitaria para la elaboración de un diagnóstico y un plan de trabajo tendiente
a resolver las principales necesidades de educación y bienestar de los habitantes.
Por medio de la firma de un convenio, el Conafe y la APEC formalizan una relación de ayuda mutua a favor de la
educación de la comunidad, de modo que los niños son los principales beneficiarios.
Como parte de la política de equidad social y educativa del Conafe y considerando la participación social de las
APEC, a partir del ciclo escolar 2009-2010 se planteó la estrategia de Fortalecimiento Comunitario para la Educación
(Fortalece), por medio de la cual se otorgan apoyos económicos a las APEC para actividades de mantenimiento
escolar, adquisición de material didáctico y de uso cotidiano, así como pago de servicios y traslados.
23
Las Asociaciones de Padres de Familia
y el Apoyo a la Gestión Escolar
El Conafe ha destinado esfuerzos en innovaciones y recursos para propiciar y orientar la participación de los
padres de familia en el proceso educativo, porque esta acción ha demostrado un gran impacto en el aprendizaje
de los hijos (Bloom, 2011).
El Apoyo a la Gestión Escolar (AGE) representa una de las estrategias centrales del Conafe y se orienta al
fomento y fortalecimiento de la participación social en el espacio educativo, sobre todo de los padres de familia
agrupados por escuela en una Asociación de Padres de Familia (APF), con lo cual se propicia la interacción entre
los actores que intervienen en el proceso educativo.
La participación directa de los padres estrecha el vínculo familia-escuela y posibilita la colaboración de las
familias en las actividades de los hijos, a la vez que se fomentan prácticas de respeto y corresponsabilidad en
torno a la escuela y a la educación integral de los estudiantes. El punto clave que promueve la incorporación
de los padres de familia al entorno educativo es el fondo económico destinado a las escuelas preescolares,
primarias y telesecundarias rurales e indígenas con altos índices de marginación.
La operación del AGE otorgado por el Conafe ha hecho realidad los principios de la política educativa dirigida
a alcanzar con responsabilidad la equidad y la calidad.
Los Centros de Educación Comunitaria
Los Centros de Educación Comunitaria (CEC) tienen como objetivo general fortalecer los servicios educativos del
Conafe mediante el diseño y la implementación continua y permanente de estrategias educativas integradoras,
flexibles e inclusivas, que contribuyan a elevar la calidad educativa de la población beneficiaria (Conafe, 2005).
Para ello, se elabora un diagnóstico sobre aspectos sociales de la comunidad, de modo que los instructores
del CEC detectan las necesidades educativas y desarrollan acciones con el apoyo de un fichero de actividades
dirigidas a los diferentes usuarios: niños, adolescentes y padres de familia.
La participación comunitaria en educación inicial
La comunidad educativa del modelo de educación inicial está constituida por todos los participantes en el cuidado
y la atención de los infantes: padres de familia inscritos y no inscritos, familias de la comunidad, figuras educativas,
organizaciones civiles, instituciones de salud, comisarios ejidales, agentes municipales y promotores educativos.
24
El aspecto medular de la participación de los miembros de la comunidad consiste en identificar problemas,
proponer soluciones, organizar información, generar proyectos de trabajo conjunto en torno de un objetivo y
considerar el seguimiento y la evaluación de los resultados. Por ello, los integrantes de la comunidad educativa
asisten por voluntad propia, sin recibir ningún incentivo material a cambio.
El modelo de educación inicial del Conafe relaciona la participación comunitaria con un proceso educativo y
de organización que propicia un cambio de actitud y fomenta el interés de la comunidad por el bienestar infantil,
respetando su identidad social y cultural. Se trata de un proceso de construcción en el que todos los participantes
(promotoras educativas, padres y madres de familia y miembros de la comunidad) se convierten en agentes de
cambio de su realidad, mediante la colaboración en torno a un objetivo.
Los Comités de Participación Comunitaria en favor de la Primera Infancia (CPC) tienen como propósito
estimular y sensibilizar a la comunidad y a las personas partícipes en el cuidado de los infantes. A su vez,
proporcionan asistencia en el desarrollo de estrategias para fortalecer el tejido comunitario y realizan acciones de
contraloría social respecto de los recursos destinados a la educación inicial.
Las funciones principales de los integrantes del Comité de Participación Comunitaria son las siguientes:
• Efectuar acciones de contraloría social que apoyen el uso transparente y oportuno de los recursos
destinados a la educación inicial.
• Cuidar los materiales recibidos para educación inicial, así como dar mantenimiento al espacio y mobiliario.
• Motivar a los padres de familia y habitantes de la comunidad para intervenir en las sesiones y reuniones
de educación inicial.
• Apoyar en la colecta de papelería, juguetes y despensas en beneficio al desarrollo de los niños.
• Promover actividades de reforzamiento en los temas de salud, higiene y alimentación.
La contraloría social
Otra de las acciones que involucran la participación activa de los padres de familia y beneficiarios del Conafe en
general es la contraloría social, que constituye una práctica de transparencia y rendición de cuentas, así como un
mecanismo para que los beneficiarios verifiquen de manera organizada el cumplimiento de las metas y la correcta
aplicación de los recursos públicos asignados a los programas de desarrollo social.
La contraloría social en el Conafe contribuye a lograr la participación de la comunidad para que vigilen que
los apoyos se entreguen conforme a lo establecido en sus Reglas de Operación.
Los servidores públicos realizan actividades de operación y promoción de la contraloría social para que
los beneficiarios de los programas del Conafe lleven a cabo acciones orientadas al seguimiento, supervisión y
vigilancia de los servicios que se otorgan, a fin de garantizar sus derechos y fomentar una cultura de participación
y transparencia en el servicio público.
25
Lourdes Guzmán Muñoz
II. Objetivos, características y
elementos del Modelo para la
Participación de Padres de Familia en la
educación Inicial y Básica del Conafe
En este modelo, la participación de padres de familia en la educación es considerada un componente del
entramado social (Fernández y Salvador, 1994), en donde las interacciones entre los niños, las familias, la
escuela y la comunidad, determinan el funcionamiento del centro educativo, así como el rendimiento académico
de los alumnos (Bronfenbrenner,1986). Se le considera modelo ecológico pues la participación conjunta de
las diferentes figuras involucradas es fundamental para contribuir a la cohesión social que permita establecer
acuerdos, normas y valores compartidos, que incluyan el reconocimiento de la diversidad (Puig y Cols, 2011).
Objetivos
Objetivo general
Propiciar y orientar la participación dinámica, colaborativa e incluyente de los padres, madres y cuidadores
en los procesos de aprendizaje y desarrollo y en la gestión escolar mediante estrategias, acciones y recursos
que promuevan el vínculo estrecho entre la familia y la escuela, con la finalidad de ofrecer a los niños, las
condiciones que les posibiliten alcanzar los logros de aprendizajes establecidos en los planes y programas de
estudio vigentes.
Objetivos particulares
• Propiciar el desarrollo de las competencias parentales necesarias para que las familias apoyen de manera
pertinente y permanente los procesos de desarrollo y aprendizaje de los niños y jóvenes por medio del
vínculo familia–escuela con acciones específicas en el hogar.
• Fortalecer la participación de las familias en los procesos de gestión escolar en los servicios de educación
inicial y básica, mediante estrategias para el manejo de información y para la capacitación, así como para
el ejercicio de la contraloría social.
• Implementar estrategias de trabajo con padres de familia y miembros de la comunidad, no sólo como apoyo
a los procesos de aprendizaje dentro del aula sino también para promover la participación colectiva en un
proyecto común, que contribuya a mejorar las condiciones de vida.
27
Características
El Modelo para la Participación de Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica del Conafe posee las
siguientes características: dinámico, colaborativo, incluyente, centrado en el aprendizaje y orientado al desarrollo
de competencias.
Esquema 3. Características del Modelo para la Participación de
Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica del Conafe
Dinámico
La participación de las familias en los procesos de aprendizaje y en la gestión escolar se fundamenta en una
perspectiva ecológica de las interacciones sociales en donde el desarrollo y el aprendizaje de los estudiantes
están determinados por la interdependencia de los diferentes ámbitos de convivencia.
Las acciones y estrategias de intervención deben responder a los diferentes contextos culturales, así como a
los diversos estilos de organización institucional dentro y fuera de la escuela. Es por ello que se pretende impactar
en los factores dinámicos de convivencia familiar ya que los factores estructurales están determinados por un
conjunto de variables que escapan del ámbito de ingerencia del centro escolar; sin embargo, el fortalecimiento de
los primeros, impactará en la convivencia familiar a mediano plazo, y a largo plazo en las estructuras familiares e
incluso comunitarias (Blanco y Umayahara, 2004). Por lo tanto, se debe trabajar en la comunicación, los hábitos
de estudio, las actitudes positivas que beneficien el desarrollo de la personalidad y la creación de ambientes de
aprendizaje favorables, entre otros factores.
28
Colaborativo
Las líneas de acción que contempla este modelo tienen como destinatarios a los integrantes de las familias,
figuras educativas, estudiantes y comunidad en general, así que las acciones y recursos deben ser diseñados
considerando que los aprendizajes se dan en la práctica, y se generan a partir de un mundo estructurado social y
culturalmente (Lave y Wenger, 1991).
La creación de vínculos positivos entre la familia y la escuela se cimienta en una relación de respeto, comunicación y
corresponsabilidad. Por lo cual, se pretende impulsar prácticas sociales basadas en el entendimiento y la cooperación
que hagan posible el trabajo conjunto, planificado y organizado entre la escuela y las familias para ofrecer a los
niños y jóvenes las mejores condiciones escolares, familiares y comunitarias posibles para su adecuado desarrollo
personal, académico y social. El trabajo colaborativo es inherente a una convivencia armónica fincada en valores para
la democracia y permite establecer una continuidad de actitudes, tareas escolares y apropiación de contenidos entre la
escuela y la familia. Este modelo de participación plantea que los integrantes de las familias, en colaboración con
las figuras educativas y mediante acciones especificas que resulten relevantes a la comunidad, obtengan resultados
significativos utilizando herramientas de comunicación y cooperación a partir de la participación en las actividades
que realicen en conjunto (Brown, Collins y Duguid, 1989; Lave y Wenger, 1991; Greeno, 1998; Wenger, 2001).
Incluyente
Los servicios educativos comunitarios y acciones compensatorias del Conafe, son espacios en donde se privilegia
la equidad e inclusión. Por ello en el Modelo para la Participación de Padres de Familia en la Educación Inicial y
Básica, todos los niños, jóvenes y sus familias están ubicados en el centro de las estrategias, acciones y recursos
encaminados a construir comunidades de aprendizaje con un auténtico sentido de justicia social.
Se pretende que en conjunto, escuela, familia y comunidad, generen ambientes de participación en los que
todos, sin importar las diferencias, participen en términos de igualdad en la búsqueda de alternativas para mejorar
las condiciones en que se realiza el trabajo escolar, con énfasis en los procesos y los productos de aprendizaje
de los estudiantes; se trata de consolidar comunidades que conduzcan a una educación de calidad con equidad
(Lave y Wenger, 1991).
La política educativa debe aspirar a ser congruente con una perspectiva de aprecio por la interculturaldad,
es decir, requiere una perspectiva que incluya la revisión e integración de múltiples enfoques. Por ello, las
actuales teorías educativas han centrado su análisis de la diversidad, básicamente, en los aspectos lingüísticos
y culturales de cada comunidad; sin embargo, se requiere que se convierta en uno de los principios básicos de
la política y administración pública.
Este modelo se orienta a propiciar la perspectiva intercultural entendida como el conjunto de “relaciones e
intercambios culturales […], las cuales buscan desarrollar una interrelación equitativa entre pueblos y personas,
29
con una visión que permita entender los derechos humanos como posible patrimonio común de toda la humanidad.
Pero por ser una posible herencia común, ninguna cultura en particular podrá pretender ejercer el monopolio
interpretativo de los derechos humanos; advirtiéndose como reto para las distintas culturas, la construcción de
marcos interculturales en donde se vean reflejadas las distintas cosmovisiones en las que se sustenten tales
culturas” (Conafe, 2011d:18-19).
Centrado en el aprendizaje
Las acciones conjuntas con la comunidad que favorecen la interacción entre sus miembros son determinantes
para la construcción de nuevos esquemas cognitivos, lo cual constituye un propósito de los modelos educativos
del Conafe. La participación activa del individuo en interacción con los otros propicia su propio crecimiento y
desarollo, lo que da sustento a la intervención educativa posibilitando el desarrollo de competencias para el
aprendizaje autónomo.
El modelo promueve el aprendizaje situado, es decir, que es resultado de la relación significativa que los
sujetos establecen entre sus experiencias de vida y los contenidos a desarrollar como parte de las estrategias de
intervención. Se pretende que las familias, figuras educativas y demás integrantes de la comunidad construyan
conocimientos mediante actividades sociales que les ayuden en la adaptación de herramientas que puedan utilizar
para apoyar el aprendizaje de los niños y jóvenes, así como los procesos de gestión escolar. En este modelo se
considera que en el aprendizaje interviene el aspecto social, por lo que debe propiciarse en las situaciones
de complejidad que involucra la participación en comunidades (Brown, Collins y Duguid, 1989; Lave y Wenger,
1991; Greeno, 1998; Wenger, 2001).
Por lo tanto, el aprendizaje al que se orienta este modelo no se limita a los contenidos disciplinarios incluidos
en los planes y programas de estudio, sino también y sobre todo al conjunto de competencias para la vida que
los niños, jóvenes y sus familias utilizan y desarrollan de manera cotidiana.
Orientado al desarrollo de competencias
Las competencias son el conjunto organizado de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que un individuo
pone en juego de manera articulada para responder a las demandas del contexto y llevar a cabo tareas de forma
adecuada (OCDE, 2002).
Desde un enfoque educativo, las competencias se definen como la capacidad para realizar un conjunto
de acciones ante una situación específica, en la que se movilizan diversos recursos internos (cognitivos,
metacognitivos, actitudinales) y externos (materiales, sociales, simbólicos) con el fin de solucionar un problema
o realizar una tarea (Perrenoud, 2004).
30
Con las estrategias, líneas de acción y recursos que conforman este modelo, se pretende contribuir
al desarrollo de competencias para la convivencia democrática entre los integrantes de las comunidades,
competencias parentales en los miembros de las familias, competencias docentes y directivas en las figuras
educativas y, competencias para la vida de los niños y jóvenes.
El Modelo para la Participación de Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica del Conafe, tiene como
población objetivo a las familias (madres, padres y cuidadores) de los niños, niñas y jóvenes de 0 a 15 años
que transitan por su educación inicial y básica en comunidades atendidas por el Conafe, ya sea en servicios
educativos o acciones compensatorias.
Para impulsar la participación de la comunidad y los padres de familia, se han definido perfiles de desempeño
deseables en cada uno de los actores del modelo: la comunidad, la escuela, la familia y los niños o jóvenes. Éstos
están orientados al desarrollo de competencias agrupadas en ámbitos. A continuación se enlistan las principales
competencias genéricas que se pretende desarrollar con este modelo.
Comunidad: ciudadanos, instituciones públicas y privadas, y organizaciones sociales
Competencias para la convivencia democrática
que favorecen la participación de las familias en la educación
Ámbitos
Competencias
Manifiestan su identidad y pertenencia a la comunidad con actitudes de apego a la
legalidad y sentido de justicia.
Convivencia
Se relacionan considerando los valores para la convivencia democrática, armónica,
solidaria y respetuosa, generando ambientes seguros y adecuados para el desarrollo
integral de los niños y jóvenes.
Colaboran en las actividades productivas, económicas y culturales que favorecen el
desarrollo educativo, social y cultural de la comunidad.
Apoyan las acciones promovidas en la escuela para involucrar a toda la comunidad en
actividades que mejoren el aprendizaje y desarrollo de los niños, niñas y jóvenes.
Participación
Realizan acciones que favorecen la seguridad en la comunidad escolar y la protección
ante riesgos potenciales del entorno comunitario, en colaboración con las autoridades
federales, estatales y municipales, así como con organizaciones de la sociedad civil.
Participan activamente en los comités y asociaciones relacionados con la transparencia
en el uso de los recursos y la exigencia en el cumplimiento de compromisos educativos.
Asumen la responsabilidad compartida en el desarrollo integral de los niños y jóvenes.
Educación
Comparten prácticas de crianza que hayan sido determinantes en la educación de los hijos.
Colaboran con la comunidad escolar para ofrecer a los niños y jóvenes las condiciones
necesarias para recibir una educación de calidad con equidad.
31
Escuela: figuras educativas
Competencias docentes y directivas que favorecen la participación de las familias en la educación
Ámbitos
Competencias
Organizan actividades deportivas, culturales y recreativas que involucran a las familias, las
figuras educativas y la comunidad.
Convivencia
Fortalecen el contacto personal (con padres, madres y cuidadores) por medio de visitas
domiciliarias, para establecer una relación para interactuar con las familias y conocer la
realidad en la que viven los niños y jóvenes.
Promueven un clima de respeto hacia la integridad física, psicológica y emocional de los
niños, jóvenes y de todos los actores del proceso: padres, madres, tutores y vecinos.
Impulsan la creación de redes de colaboración entre padres, madres o cuidadores para que
inviten a otros a participar.
Gestión
escolar
Comunican a la comunidad sobre los programas sociales, ya sea gubernamentales o de
organizaciones civiles, que benefician a la escuela; además informan sobre los recursos y
bienes que recibe para fomentar la rendición de cuentas y la transparencia en el manejo de
los mismos.
Orientan la participación de las familias en la toma de decisiones y en la realización
de acciones para mejorar la calidad de los servicios educativos y de los procesos de
enseñanza y de aprendizaje.
Se muestran sensibles ante las situaciones que afectan la vida de los niños, estudiantes y
sus familias, contribuyendo a la búsqueda de soluciones a las mismas.
Ofrecen información pertinente a padres, madres y cuidadores sobre la importancia de la
familia como primer agente educativo.
Notifican a padres, madres y cuidadores por distintas vías los contenidos programáticos y
actividades académicas a desarrollar en los diferentes niveles educativos y el periodo de
tiempo en que se llevarán a cabo.
Procesos de
desarrollo
y de
aprendizaje
Promueven con padres, madres y cuidadores el empleo de estrategias para favorecer el
aprendizaje y el desarrollo integral de los niños y jóvenes, así como proponen sugerencias
de cómo apoyarlos en casa.
Informan a las familias sobre el desarrollo y los avances educativos de sus hijos y su
evolución durante el ciclo escolar.
Plantean estrategias y acciones para que las familias establezcan relaciones entre lo que se
enseña en la escuela y las actividades que realizan en la vida cotidiana.
Asumen junto con las familias, el compromiso de apoyar el desarrollo integral y el proceso de
formación de los niños y jóvenes en su tránsito por la educación inicial y básica.
Sensibilizan a padres, madres y cuidadores para que se involucren, asuman compromisos
y actúen de manera dinámica, colaborativa e incluyente en el proceso de desarrollo y
educativo de sus hijos.
32
Familia: padres, madres y cuidadores
Competencias parentales que favorecen el desarrollo y aprendizaje de los niños y jóvenes
Ámbitos
Competencias
Cultura y
comunidad
Promueven el sentido de identidad cultural y lingüística entre las familias pues
contribuye a la aceptación y vinculación intergeneracional reconstruyendo el tejido
social en la comunidad.
Convivencia
Establecen una coexistencia basada en valores y normas sociales.
Comunicación
Escuchan y entienden lo que sus hijos les expresan a través de diversas formas por
medio de gestos, acciones o palabras y procuran dar respuesta inmediata.
Emociones
Expresan su afecto y sentimientos a sus hijos y los hacen sentir queridos.
Conocimiento
de sí mismo
Promueven la autonomía e independencia en sus hijos.
Impulsan oportunidades de aprendizaje para sus hijos.
Atienden las indicaciones de las figuras educativas respecto a las actividades
específicas para realizar con sus hijos en casa.
Aprendizaje
Revisan de manera regular los cuadernos, libros de texto y tareas de sus hijos, además
preguntan sobre lo aprendido de manera cotidiana en clases, aún cuando no se tenga la
competencia lectora.
Propician el establecimiento de hábitos de estudio.
Transiciones
Apoyan y ayudan a sus hijos a enfrentar los momentos de cambios o transiciones en la
vida.
33
Alumnos: niños y jóvenes
Competencias para la vida favorecidas por el trabajo colaborativo familia-escuela-comunidad
Ámbitos
Competencias
Comparten y se relacionan de manera armónica, colaborando con la construcción de una
cultura democrática de participación, tolerancia y respeto a la diversidad.
Perciben a sus compañeros y a sí mismos como seres únicos, distintos a los demás, seguros
y con autoestima elevada, gracias al apoyo de su familia y demás figuras educativas.
Convivencia
Respetan a las demás personas cuando escuchan y comprenden las ideas de otros en el
hogar, la escuela y demás contextos.
Participan en actividades que contribuyen al desarrollo de su familia, escuela, comunidad y
del medio que les rodea.
Protegen la naturaleza y cuidan de los animales y plantas que hay en su comunidad.
Trabajan en equipo y participan en actividades grupales, respetando reglas y acuerdos.
Se comprometen con su educación y mejoran su aprovechamiento escolar con la
participación del padre, madre o cuidador.
Aprendizaje
Vinculan sus saberes previos con conocimientos formales de creciente complejidad.
Aplican sus conocimientos y creatividad para liderar procesos emprendedores, de forma
individual y en equipo, relacionados con la mejora de su calidad de vida y con el bienestar
de la comunidad.
Elementos
Con base en el enfoque y características del Modelo para la Participación de Padres de Familia en la Educación
Inicial y Básica del Conafe, se han considerado los siguientes elementos.
• Vertientes de intervención
• Estrategias
• Líneas de acción
• Actividades y recursos
• Evaluación
• Capacitación y formación de figuras educativas
• Contexto
34
El cumplimiento de éstos mediante un esquema operativo conducirá al logro de los objetivos planteados en el
modelo, así como para el desarrollo de las competencias que conforman los perfiles de desempeño deseable de
los actores involucrados.
El eje que articula los elementos del modelo son las vertientes de intervención, cuyo centro de impacto son
los niños y jóvenes quienes aprenderán en diversos ámbitos de su entorno: familia, escuela y comunidad.
Esquema 4
Como se puede observar en el esquema anterior, el modelo contempla dos aspectos en los cuales debe
participar la familia:
• Intervención en los procesos de aprendizaje y desarrollo.
• Intervención en la gestión escolar.
Para cada uno se han establecido estrategias, líneas de acción, recursos y actividades que, en conjunto, pretenden
impactar en el mejoramiento del rendimiento escolar de los niños y jóvenes que cursan la educación inicial y
básica, así como en el desarrollo de competencias para su vida futura.
35
Esquema 5. Elementos del Modelo para la Participación de
Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica del Conafe
Co
na
nte
xto rural e indíge
La escuela es el marco idóneo para planificar, ejecutar y evaluar la participación de la familia en sus dos vertientes
considerando que es la institución más cercana a los estudiantes y sirve para que interactúen con el resto de la
comunidad. Es por ello que el centro educativo debe proveerles las herramientas (estrategias, líneas de acción,
actividades y recursos)que les ayudarán a mejorar su aprovechamiento y productividad.
Además, es importante realizar el seguimiento, monitoreo y evaluación sobre el impacto de las intervenciones
para hacer ajustes e innovaciones periódicas que permitan mejorar las actividades y recursos. No obstante, para
llevar a cabo las estrategias se requiere incorporar a las figuras educativas en un proceso de formación que
les permita adquirir las herramientas teóricas y prácticas necesarias para fomentar la participación dinámica,
colaborativa e incluyente de los padres de familia en los procesos de aprendizaje y en la gestión escolar.
Participación de la familia en los procesos de aprendizaje y desarrollo
La familia se posiciona como un factor determinante para el desarrollo de los niños y de los jóvenes, así como
para su rendimiento académico. La familia vista desde un enfoque social se establece como una institución que
desempeña un papel fundamental en la vida de las personas. A pesar de que el sistema educativo institucional
aporta a los niños conocimientos, habilidades, actitudes y valores, la función educativa más potente reside en la
labor diaria de los padres, madres y cuidadores; es por ello que generar un vínculo estrecho entre la familia y
la escuela es una prioridad de este modelo. Por lo tanto, es necesario que en el hogar se fortalezcan los valores,
hábitos y actitudes positivas que contribuyan al buen desempeño de los hijos, pero también es deseable que las
familias apoyen el aprendizaje de los contenidos escolares.
36
Vincular a la familia con los procesos de aprendizaje y desarrollo de los hijos para contribuir a mejorar
las condiciones familiares y escolares en las que se desenvuelven y favorecerán su desempeño académico, lo
cual no es una tarea fácil debido, entre otras razones, a las características personales de cada niño u joven; a
situaciones externas que pueden afectar sus capacidades y su motivación, tales como: los distractores (televisión,
labores de campo y en el hogar, entre otros) o, a una familia o escuela poco motivadora. La mayoría de los
problemas escolares proceden frecuentemente de algunos aspectos de la vida cotidiana de los estudiantes, como
el entorno familiar o social, y no tienen relación directa con la escuela, por tanto, no se descubren fácilmente.
No obstante, se debe considerar que los padres, madres y cuidadores, con frecuencia no participan
de manera adecuada en la educación de los hijos, así como tampoco los ayudan a enfrentar las dificultades
arriba mencionadas. Mediante esta vertiente de intervención se pretende que las familias perciban a la escuela
como una instancia eficaz, mediante la cual pueden estar al tanto del proceso formativo y sus posibilidades
de transferencia a la vida cotidiana de los niños y jóvenes y así contribuir, de manera conjunta, al desarrollo
integral de los individuos.
Las estrategias y recursos que se implementen en esta vertiente de intervención deben:
• Promover el desarrollo de las competencias parentales que generen un clima de respeto y buen trato en la
familia para favorecer el desarrollo y el aprendizaje de los niños y jóvenes.
• Dotar a los padres, madres y cuidadores de conocimientos sobre el desarrollo y aprendizaje de sus hijos de
acuerdo a la etapa en que se encuentran.
• Orientar a los padres y madres para que se involucren y apoyen las actividades de aprendizaje de sus hijos.
La participación de la familia en los procesos de aprendizaje y desarrollo de los hijos debe ser el resultado de:
un trabajo compartido entre padres y figuras educativas a partir de la comunicación habitual entre
ellos; la puesta en común de criterios educativos, expectativas y acuerdos; la resolución conjunta de
los problemas particulares que se presenten; y el estudio de fundamentos y opciones pedagógicas,
a iniciativa de la escuela, que es la institución profesionalmente preparada para ejercer la acción
educativa (Chavarría 2011:141).
Por lo anterior, las líneas de acción, actividades y recursos para esta vertiente de intervención consideran:
• La promoción del trabajo colaborativo mediante el vínculo familia–escuela–comunidad.
• El acompañamiento en los procesos escolares y de desarrollo en un ambiente familiar de respeto, armonía y
colaboración.
• La orientación para que los padres de familia propicien la asimilación de hábitos de estudio, salud y valores
para la convivencia.
• El desarrollo de competencias parentales que favorezcan el aprendizaje y el progreso de sus hijos en su
tránsito por la educación inicial y básica.
37
Participación de la familia en la gestión escolar
La participación de los padres de familia se fortalece con el propósito de apoyar la gestión escolar en los servicios
de educación inicial y básica, mediante el manejo adecuado y pertinente de la información y la capacitación, así
como la participación con otros sectores de la sociedad y el ejercicio de la contraloría social.
La gestión escolar es el conjunto de acciones que se realizan en la escuela para organizar y administrar
su funcionamiento, lo cual incluye la toma de decisiones y la resolución de los conflictos (Conde, 2001). La
constitución del aula y la escuela como un espacio formativo requiere de una gestión escolar comprometida,
colegiada y flexible en donde participen todos los actores involucrados: autoridades y figuras educativas,
familias, niños, estudiantes y comunidad en general. Estás acciones son necesarias para ofrecer a los estudiantes
una experiencia educativa congruente, basada en una idea compartida respecto a las metas formativas y a las
acciones que se realizarán para alcanzarlas.
La formación de los niños y jóvenes es una tarea que debe ser compartida por la escuela, los padres de familia
y la comunidad. Esta corresponsabilidad debe darse de manera organizada, planificada y sistemática. Los padres
de familia deben participar en la construcción de las condiciones propicias, compromiso, claridad formativa y
responsabilidad en los hogares y en el entorno social. Para ello, se requiere de acciones coordinadas con las
figuras educativas y, a la vez, servir de vínculo con las tareas que realiza la comunidad, la cual se convierte en un
ámbito formativo al ofrecer a los niños y jóvenes condiciones adecuadas para el trabajo escolar y el desarrollo
personal tales como espacios físicos, recursos materiales suficientes, ambientes seguros y confortables, formas
de convivencia respetuosas y solidarias, organización escolar, entre otros.
La participación dinámica, colaborativa e incluyente de los padres de familia en la gestión escolar contribuye
a mejorar continuamente la calidad de los servicios educativos. Para fortalecer dicha participación es necesario
comprender que lo que se pretende es generar cambios permanentes dentro de los hogares y las escuelas,
recuperando las experiencias, habilidades, disposiciones y conocimientos de las figuras educativas y de las
familias. Por ello es necesario construir equipos de trabajo capaces de plantear metas comunes, tomar decisiones
y resolver conflictos de manera participativa y democrática.
Las estrategias de esta vertiente de intervención deben:
• Generar una interacción productiva, equilibrada, participativa y comprometida entre los padres, madres
y cuidadores con la escuela, para la resolución de los problemas educativos y para la optimización de
recursos a través de la promoción de procesos autogestivos.
• Lograr la participación de la comunidad en la supervisión de la entrega y correcta aplicación de los apoyos
que otorga el Conafe, para que se realicen conforme a lo establecido en las Reglas de Operación, y bajo
las prácticas de transparencia y rendición de cuentas.
• Promover y fortalecer la participación social en torno a la vida escolar, contribuyendo a consolidar
una cultura de colaboración, respeto y corresponsabilidad entre autoridades educativas, instructores
comunitarios, padres de familia y alumnos.
38
A través de acciones concretas, este modelo impulsa la participación de los padres, madres y cuidadores en la
educación de los hijos con un enfoque dinámico, colaborativo e incluyente, estrechando los vínculos entre la
familia y la escuela para lograr relaciones efectivas que conduzcan a mejores prácticas educativas.
39
Efraín Castro Calderón
III. Criterios de operación para el
Modelo para la Participación de
Padres de Familia en la Educación
El primer nivel de concreción del Modelo para la Participación de Padres de Familia en la Educación Inicial y
Básica del Conafe es la implementación de las estrategias que habrán de implementarse para cumplir con los
objetivos del modelo. Dicha implementación consiste en la delimitación de las líneas de acción y la definición
de las actividades y recursos específicos (materiales, humanos y financieros).
Debe tomarse en cuenta que la participación dinámica, colaborativa e incluyente de la familia en la educación
de los hijos se caracteriza por el interés común de apoyar el desarrollo y aprendizaje de los niños y por la
comunicación clara y constante entre familia y escuela. Ésta tiene lugar a través de espacios de intercambio
que la escuela promueve, donde padres, madres y cuidadores conocen lo que sus hijos necesitan desarrollar y
aprender, comparten lo que saben de ellos, las dudas que tienen sobre su crecimiento, expresan su interés sobre
temas relacionados con sus hijos y generan competencias parentales.
En este modelo, el diseño de las estrategias se orienta a la sensibilización y capacitación de las familias para
el desarrollo de sus competencias parentales, fortalecimiento de la educación institucionalizada al interior del
hogar y capacitación para la participación comunitaria.
Estrategias, líneas de acción, actividades y recursos
Enseguida se plantean las estrategias genéricas que conforman este modelo, así como los rasgos básicos que
habrán de cumplir las líneas de acción:
Participación en los procesos de aprendizaje
Estrategia
Impulso al trabajo colaborativo entre escuela–familia–comunidad para apoyar el rendimiento académico y el
desarrollo de los niños y jóvenes a fin de generar un futuro mejor para ellos.
Las líneas de acción deben cumplir con:
• Promoción del trabajo colaborativo mediante el vínculo familia–escuela–comunidad.
• Acompañamiento a los procesos escolares en un ambiente familiar de respeto, armonía y colaboración.
• Desarrollo de competencias parentales favorecedoras del aprendizaje de los hijos en su tránsito por la
educación inicial y básica.
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Participación en la gestión escolar
Estrategia
Fortalecimiento de las acciones dirigidas a los grupos organizados de padres de familia mediante el fomento a la
participación y corresponsabilidad en la toma de decisiones, la dotación de estímulos económicos para apoyar
la gestión y el impulso a la contraloría social.
Las líneas de acción deben cumplir con:
• Orientación y capacitación de los grupos organizados de padres de familia.
• Dotación de recursos para apoyar la gestión escolar.
• Organización y seguimiento de comités para la contraloría social.
La definición de las líneas de acción, actividades y recursos para promover la participación de las familias en la
educación debe incorporarse al plan operativo considerando lo siguiente:
• Todos los involucrados deben tener claridad en los objetivos que se pretenden alcanzar con el esquema
general de participación de padres de familia en sus dos vertientes de intervención: procesos de aprendizaje
y gestión escolar.
• Los objetivos del modelo, en general y de cada una de sus dos vertientes de intervención, deben ser monitoreados y ajustados sistemáticamente para que respondan a las necesidades y expectativas de las familias.
• Las acciones concretas y materiales de apoyo deben adecuarse a las características de aprendizaje de los
adultos, es decir, debe promoverse el aprendizaje en la práctica (aprendizaje situado).
• Las demandas de participación deben ser realistas, de acuerdo a las características de cada comunidad, para responder
a las posibilidades de las familias (tiempo, preparación, disposición, situación socioeconómica, etcétera).
• Debe evitarse cualquier situación que pueda generar conflicto de intereses entre la escuela y la familia.
• La participación de los padres de familia debe ser promovida a través de la motivación y sensibilización, por
ningún motivo mediante la coerción.
• Las intervenciones deben estar planificadas y evitar la actuación improvisada.
• Las líneas de acción, recursos y actividades deben actualizarse constantemente con base en los resultados que arroje
el proceso de seguimiento, monitoreo y evaluación de logros y limitaciones del esquema de participación.
• Las estrategias de cada vertiente de intervención se desarrollan en las pautas de trabajo y deberán contar con
los siguientes elementos:
Definición operativa que permita delimitar el alcance para cada ciclo escolar.
Objetivos de cada una.
Líneas de acción.
Actividades y recursos requeridos.
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El diseño de las líneas de acción, actividades y recursos tiene como punto de partida las competencias definidas
en los perfiles de desempeño deseables y deben ser congruentes con el enfoque, características y componentes
del Modelo para la Participación de los Padres de Familia en la Educación. Para ello, es recomendable elaborar
una matriz en donde se operacionalicen las competencias genéricas, en específicas e indicadores de intervención,
y evaluación.
Por su parte, las actividades concretas habrán de considerar diferentes modalidades:
Actividades
Descripción
Reuniones programadas
Son encuentros planificados y acordados en conjunto con los padres
de familia, pueden realizarse en la escuela o en la casa.
Reuniones espontáneas
Son encuentros no planeados con algún integrante de la familia de los
estudiantes, y pueden efectuarse en cualquier lugar y momento.
Visitas domiciliarias
Son visitas al hogar de cada estudiante y pueden estar programas o
ser espontáneas.
Trabajo conjunto estudiantefamilia en la escuela
Es una sesión de trabajo a la cual es invitada la familia para trabajar
con su hijo en una actividad propuesta por el instructor.
Pláticas y conferencias
Son encuentros en los que se invita a un especialista para que hable a
las familias sobre algún tema de su interés.
Grupos organizados de padres
y madres de familia
Es un espacio en el que se reúnen padres y madres de familia y el
instructor para tratar temas de gestión escolar, aprovechamiento
escolar o cualquier otro tema que sea importante tratar con la
comunidad escolar.
Entrega de información
Consiste en difundir información a las familias mediante diversos
medios. Por ejemplo, tablero de anécdotas, mensajes escritos, diario
de actividades escolares, hojas de información básica, dípticos,
carteles o boletines, periódico mural, periódico comunitario, boletines.
Orientación y capacitación
programada
Son actividades programadas y guiadas mediante materiales
elaborados ex profeso, tales como manuales, guías, cuadernillos,
calendarios, pósteres, etcétera.
Esquema de trabajo con padres de familia
El trabajo del instructor comunitario con los padres de familia se centra en la realización de diferentes actividades
definidas en las pautas de trabajo y guiadas por los materiales elaborados por el Conafe; buscando de manera
permanente motivar, orientar y apoyar a los padres de familia.
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Por ello, estas actividades deben ser incluidas dentro de la planeación semanal del instructor, sin interferir
con el trabajo en el aula. La capacitación será proporcionada por los capacitadores tutores o asistentes educativos,
como lo defina la delegación estatal del Conafe. De igual forma, estas figuras, junto con el Coordinador Regional
Académico, darán seguimiento al trabajo que realicen los instructores comunitarios con los padres de familia.
El instructor comunitario trabaja de manera directa con los padres de familia para impulsar su involucramiento:
organiza sesiones, prepara materiales, da seguimiento al trabajo que realizan los padres con sus hijos, así como
al cumplimiento de compromisos por parte de los padres de familia, lo que enriquece su relación y el vínculo
entre la comunidad y el instructor.
Esquema 6. Trabajo con padres de familia a través del instructor comunitario
Los estados que cuenten con Centros de Educación Comunitaria (CEC), tienen la opción de incorporar los
materiales a las actividades que organizan regularmente los CEC con la comunidad. De esta forma, los instructores
de CEC, en grupo, podrán compartir el material con los instructores de las comunidades que atienden, organizan
las sesiones con los padres de familia y dan seguimiento más cercano y puntual a las actividades.
Formación de figuras educativas
Impulsar la participación dinámica, colaborativa e incluyente de los padres de familia en la educación requiere
el desarrollo de competencias docentes y directivas en el ámbito de la vinculación escuela–familia–comunidad.
En este ámbito es importante que las figuras educativas adquieran conciencia del entorno social en el que están
inmersas, desarrollen herramientas para conjuntar esfuerzos con la escuela e intervengan en la solución de
problemas sociales procurando el desarrollo integral de los educandos.
Se pretende que las figuras educativas desarrollen competencias para trabajar de manera colaborativa con los
padres de familia y la comunidad. Desde la escuela, deben desarrollar habilidades para participar activamente en
las instancias organizativas del sistema educativo, comunitarias y oficiales, de acuerdo con los requerimientos
particulares y generales que deben atender.
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Las acciones formativas deberán, por tanto, contribuir al desarrollo de las competencias docentes y directivas
que conforman el perfil de desempeño correspondiente y además, ofrecer las herramientas para que los instructores comunitarios y el resto de figuras educativas puedan:
• Intervenir de manera colaborativa con la comunidad escolar, padres de familia y autoridades en la toma de
decisiones y en el desarrollo de alternativas de solución a problemáticas socioeducativas.
• Diseñar proyectos de trabajo para vincular las necesidades del entorno y la institución con base en un
diagnóstico.
• Evaluar los avances de los procesos de intervención e informar a la comunidad de los resultados.
Con el fin de que la formación se adapte a la operación propia de las delegaciones estatales, es necesario que
las estrategias, acciones y recursos para la participación de padres de familia en la educación se integren a las
temáticas de la formación de CTs y AEs para que ellos, a su vez, la repliquen con sus grupos de instructores
comunitarios.
Para ello, los programas estatales de formación habrán de considerar los siguientes referentes generales.
Propósitos
• Analizar el Modelo de Participación de Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica del Conafe, así
como sus dos vertientes de intervención en los procesos de aprendizaje y en la gestión escolar.
• Capacitar al personal estatal responsable de replicar la formación a las figuras educativas: coordinadores académicos, capacitadotes regionales, capacitadotes tutores, asistentes educativos e instructores comunitarios,
sobre los materiales para padres de familia,
Contenidos básicos
1. La intervención de la familia en la educación.
2. Modelo para la Participación de los Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica del Conafe: enfoque,
referentes conceptuales, marco jurídico, características y elementos.
3. Perfiles de desempeño deseable para la comunidad, escuela, familia y estudiantes.
4. Vertientes de intervención.
5. Pautas de trabajo del modelo.
6. Estrategias, líneas de acción y actividades para promover la participación de los padres de familia en la educación.
7. Recursos y materiales para la participación de los padres.
8. Seguimiento, monitoreo y evaluación de acciones.
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Lourdes Guzmán Muñoz
IV. Seguimiento, monitoreo y evaluación
El éxito en la implementación del Modelo para la Participación de Padres de Familia en la Educación depende de
que las estrategias, acciones, actividades y materiales de trabajo cobren valor en cada hogar, escuela y salón de
clases, además de que el conjunto de las acciones realizadas por las familias y figuras educativas tengan como
prioridad mejorar los aprendizajes de todos los niños, niñas y jóvenes que estudian en los servicios comunitarios
y compensatorios del Conafe.
El logro de los objetivos del modelo debe ser sometido a estrategias de seguimiento, monitoreo y evaluación
sistemáticas, sólo así podrá considerarse que la participación de los padres de familia en la educación se ha
concebido como un proceso sostenido de mejora continua. En ese sentido, el mejoramiento de la calidad con
equidad requiere el convencimiento y la acción conjunta de la comunidad, la escuela y la familia, principalmente
porque (Ramírez, 1991):
• Lo que realmente aprenden los alumnos depende, de manera fundamental, del trabajo que se realiza
diariamente en los hogares, las escuelas y las aulas.
• El conjunto de actividades, recursos y materiales diseñados sólo cobra valor si se utilizan adecuadamente por
cada familia y por cada instructor comunitario.
• Los logros de los alumnos dependen de la acción de todos los actores del proceso y del conjunto de
experiencias obtenidos en los espacios familiares y escolares. Si la acción de los instructores comunitarios
y familias no obedece a propósitos y principios comunes, los alumnos pueden recibir orientaciones distintas
e inclusive contradictorias.
• Las familas son quienes mejor conocen la escuela, a los alumnos y a sus instructores comunitarios, por lo tanto,
son quienes pueden detectar con precisión los logros y las deficiencias en los resultados y en el proceso.
Las condiciones básicas para la instrumentación de las estrategias de seguimiento, monitoreo y evaluación del
modelo son:
• Que todas las figuras educativas y familias conozcan a fondo los objetivos, enfoque, características y
elementos del modelo, así como su significado para cada nivel educativo, en las vertientes de intervención,
en los procesos de aprendizaje y en la gestión escolar.
• Que todos los actores involucrados participen en la recolección, organización, análisis y comunicación de la
información para identificar las fortalezas y debilidades, así como las causas que explican esa situación.
Sin estas condiciones, la búsqueda de la calidad con equidad puede enfrentar dificultades estructurales, ya sea
porque no se identifiquen los problemas reales que es necesario superar o porque las acciones apunten hacia
objetivos secundarios. El seguimiento, monitoreo y evaluación son elementos para impulsar la mejora continua
del modelo permiten tener una orientación definida, identificar los avances y los problemas.
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Las estrategias de seguimiento, monitoreo y evaluación se basan en información suficiente y confiable; además, es muy importante que al emitir opiniones, conclusiones o recomendaciones sin la información suficiente,
se corre el riesgo de que la valoración no corresponda a la realidad o sea parcial. Es indispensable que la información sea confiable y que existan evidencias de su veracidad (Antúnez, 2004).
Por otro lado, la recolecta de información debe realizarse con la participación de todos los actores involucrados, de tal manera que los resultados tengan reconocimiento y sean considerados para proponer cambios e
innovaciones (Darling-Hammond, 2002).
La finalidad del seguimiento, monitoreo y evaluación es responder con la mayor precisión posible a
cuestione como:
• ¿En qué medida la participación de las familias en la educación cumple con el objetivo general del modelo y los
objetivos de cada una de sus dos vertientes?
• ¿En qué medida se han desarrollado las competencias que conforman los perfiles de desempeño deseable de
cada actor involucrado?
• ¿Cuál es el impacto de la implementación de las estrategias, acciones y recursos que integran el modelo en los
logros de aprendizaje y en el desarrollo integral de los estudiantes?
• ¿Qué dificultades se presentan en la implementación de las estrategias, acciones y recursos del modelo?
• ¿Qué acciones emergentes han tenido que implementarse para la ejecución de las estrategias?
Responder a estas preguntas y a otras que surjan en el proceso permitirá identificar las debilidades y fortalezas
del modelo e indicarán qué corregir, qué fortalecer y qué nuevas estrategias y acciones se requieren para mejorar
la participación de las familias en la educación.
Seguimiento
El seguimiento consiste en el conjunto de acciones e instrumentos que permiten generar informes continuos
sobre la situación y estado que guarda la implementación de las estrategias, acciones, actividades y recursos del
modelo. El objetivo del seguimiento es generar alertas a los diferentes actores del proceso sobre las dificultades,
obstáculos e imprevistos que se presentan durante la implementación de las estrategias y que ponen en riesgo la
correcta ejecución de las acciones. Los informes generados por éste permiten realizar ajustes y diseñar acciones
emergentes para garantizar el cumplimiento de los objetivos.
Para el diseño de la estrategia de seguimiento es importante considerar lo siguiente:
• Objetivo general del modelo.
• Objetivos de cada vertiente de intervención.
• Enfoque del modelo de participación.
• Características.
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• Elementos.
• Estrategias, líneas de acción, actividades y recursos.
• Plan operativo (pautas de trabajo).
• Matriz de indicadores por competencias.
En el plan operativo deben definirse los cronogramas de trabajo que incorporen los informes de seguimiento a lo
largo del ciclo escolar, así como los instrumentos para recabar, organizar y comunicar la información.
Los elementos señalados sirven de fundamento para definir indicadores que permitan determinar la información
obtenida y procesarla. Los indicadores también son la base para la elaboración de los instrumentos de seguimiento.
Además, debe definirse con precisión la cadena de flujo de información que incorpore la participación de todos los
involucrados. La participación dinámica, colaborativa e incluyente de los estudiantes, las familias y las figuras educativas en las acciones de seguimiento del modelo contribuye también en la creación de una comunidad educativa cohesionada y donde haya consenso en cuanto al modo de proceder. Todos los involucrados tienen la legítima oportunidad
de influir en la creación de un discurso democrático en el que se aborde lo que realmente sucede en los procesos de
aprendizaje en el aula y el hogar, así como en los procesos de gestión escolar (Darling-Hammond, 2002).
Monitoreo
El monitoreo tiene el objetivo de identificar la congruencia entre las acciones planificadas y las realizadas, así
como determinar los desvíos existentes respecto a lo programado, haciendo un análisis de las causas y posibles
consecuencias de tales desvíos.
Para ello, debe tomarse al plan operativo (pautas de trabajo), como el patrón de comparación y determinar
los puntos de coincidencia y ruptura en la implementación de las acciones.
La comparación entre lo programado y lo realizado sólo será válida si existe una formulación adecuada, que
permita una planeación realista e idónea de las diferentes acciones, actividades y recursos requeridos en la
operación. En ese sentido, las pautas de trabajo son la guía orientadora para la elaboración de los instrumentos
de monitoreo. Hay que valorar que las pautas de trabajo constituyen una programación que estará determinada
por una multiplicidad de factores en donde intervienen diversos actores en diferentes etapas.
Además de considerar el contraste respecto a la programación, el monitoreo también debe comparar los
indicadores de resultado. Para cada indicador es posible realizar un análisis con la finalidad de contrastar
los resultados de distintas unidades ejecutoras con características similares. Se busca generar un aprendizaje
conjunto del modelo a partir de los éxitos y fracasos específicos.
Las acciones de monitoreo consistirán en supervisiones a cargo del responsable estatal del esquema de
participación de padres familia con el fin de asesorar a los instructores comunitarios en sus respectivas escuelas.
En estas visitas podrá participar personal de área central del Conafe y de las delegaciones estatales.
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Las guías de monitoreo deben elaborarse a partir de indicadores claros definidos a partir de las acciones, actividades y materiales que serán implementados en las localidades, así como de las competencias de los perfiles
de desempeño deseable de las personas que son beneficiadas con los mismos.
Evaluación
La evaluación de impacto constituye un elemento que permite el replanteamiento constante de todo el modelo
en sus diferentes componentes y niveles implementados. La evaluación del modelo es, por lo tanto, un proceso
sistemático, diseñado intencional y técnicamente, de recabamiento de información valiosa y confiable orientada
a valorar la calidad y los logros del mismo, como base para la posterior toma de decisiones de mejora.
El análisis de los resultados, logrados o no, del modelo en cada una de sus vertientes de intervención debe
hacerse teniendo en cuenta los objetivos planteados, así como las competencias establecidas en los perfiles de
desempeño y debe conducir a la elaboración de las conclusiones y propuestas; estas últimas deben orientarse al
reforzamiento de los aciertos y, en su caso, a la modificación de los aspectos menos satisfactorios.
Los resultados de la evaluación ofrecerán una visión global del modelo, así como el detalle de los aspectos
específicos de los diferentes elementos, acciones y recursos concretos.
La evaluación del modelo no debe constituir una acción puntual llevada a cabo en un sólo momento de su
gestión; por el contrario, debe ser inherente al desarrollo del propio esquema de operación en sus diferentes
fases y debe ser permanente. Se pretende que sea parte de cada una de las fases de implementación del modelo,
de forma tal que pueda analizarse cada una de ellas y llegarse al reconocimiento de los factores o causas de los
éxitos y de las fallas, así como de las posibles interacciones entre los factores que intervienen.
Para que la evaluación produzca resultados que redunden en el beneficio del modelo es preciso contar con
la cooperación voluntaria de los implicados; por el contrario, cuando se realiza contra la voluntad de ellos, tendrá
que enfrentarse el rechazo por no existir el necesario clima de confianza, por lo que la evaluación estará condenada al fracaso (Plante, 1994).
En el diseño de la estrategia de evaluación del Modelo para la Participación de los Padres de Familia en la
Educación Inicial y Básica del Conafe se deben considerar los siguientes aspectos:
La conducta y los hábitos de las personas constituyen variables que difícilmente un actor externo
puede observar; sin embargo, sí son observables los resultados que se esperaría obtener con
estos cambios en la conducta. Las modificaciones en la conducta y los hábitos que busca el
Mo­delo para la Participación de los Padres de Familia en la Educación, se derivan de la relación de
colaboración que establezca el instructor comunitario con los padres de familia. Por ello, el instructor comunitario es el actor mejor posicionado para conocer de manera específica los cambios
de actitud y hábitos de los padres de familia. También se tendrá que considerar un efecto de
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doble vía entre las modificaciones de la conducta de los padres de familia y las habilidades del
instructor comunitario. Estos aspectos serán tomados en cuenta para definir los instrumentos
de medición para el modelo. Un segundo aspecto es que el aprovechamiento escolar es resultado de
diversos factores cuya combinación puede tener resultados diferentes en situaciones similares.
Por ello, se debe procurar separar el efecto de todos los factores para identificar el efecto que
tiene el modelo. Finalmente, es relevante considerar la información disponible de los resultados
de la prueba ENLACE en las escuelas comunitarias (Santizo, 2011:6-7).
Dado el enfoque, características, componentes y esquema de trabajo del modelo es recomendable utilizar un
modelo experimental para el diseño del protocolo de evaluación, con el cual sea posible utilizar la información
de la prueba ENLACE, lo que permitiría definir una primera clasificación de escuelas de acuerdo al rango de
puntos obtenidos en dicha prueba. En el diseño de la evaluación los grupos de tratamiento y de control no serían
definidos aleatoriamente sino que se establecerían con base en la clasificación obtenida en la prueba ENLACE
(Santizo, 2011).
En el diseño de la estrategia de evaluación es recomendable considerar tres momentos o fases: después de
la definición del esquema operativo (pautas de trabajo), pero antes de pasar a su aplicación; en su ejecución; y
después de su realización.
Los elementos a considerar para el diseño de los instrumentos de evaluación son:
• Objetivo general del modelo.
• Objetivos de cada vertiente de intervención.
• Enfoque del modelo de participación.
• Características.
• Elementos.
• Perfiles de desempeño. Matriz de indicadores por competencias.
• Estrategias, líneas de acción, actividades y recursos.
• Plan operativo (pautas de trabajo).
• Resultados de la prueba ENLACE.
• Resultados educativos de ciclos escolares anteriores registrados en control escolar.
• Informes de seguimiento y monitoreo de la implementación.
Finalmente, se debe considerar que independientemente de los resultados que arroje la evaluación de impacto
es importante comprender que el diseño de estrategias, acciones, actividades y recursos es un proceso en
construcción permanente y no debe considerarse acabado pues las circunstancias están en constante cambio
y modifican los niveles de concreción del modelo. Las diferentes etapas de implementación y su evaluación
ofrecen aprendizajes que continuamente van abriendo alternativas para la mejora continua y sostenida de los
procesos y de los resultados.
51
Lourdes Guzmán Muñoz
V. Los padres de familia y
la educación: hacia una participación
comprometida con el desarrollo social
En el año 2008 como parte de las acciones realizadas en el marco del Modelo para la Participación de los Padres
de Familia en la Educación Inicial y Básica, el Conafe inició el desarrollo e implementación de diversos materiales
y acciones para el trabajo con padres de familia, entre los que destacan los siguientes.
Vertiente de intervención en los procesos de aprendizaje
Nivel
Título del material
Objetivo
Inicial
• Apoyemos juntos la transición de la educación
inicial a preescolar. Manual para el instructor
comunitario.
• Calendario: “Camino al preescolar. Aprendo a ser
independiente” (para familias).
• Póster: “Cómo conocer las competencias de los
niños para la transición al preescolar. Instrumento
de evaluación para el instructor comunitario”.
Fortalecer la participación de los
padres de familia y desarrollar sus
competencias parentales para que
ayuden a sus hijos a contar con las
habilidades básicas para una buena
transición al preescolar.
Preescolar
• Apoyemos juntos la transición de la educación
preescolar a primaria. Manual para el instructor
comunitario.
• Póster: “Cómo conocer las competencias de los
niños para la transición a la primaria. Instrumento
de evaluación para el instructor comunitario”.
• Calendario: “Camino a la primaria. Aprendo a ser
responsable”.
Promover la participación de los
padres de familia y desarrollar sus
competencias parentales para que
ayuden a sus hijos a contar con las
habilidades básicas de egreso del
nivel preescolar.
Primaria
• Trabajemos juntos por un futuro mejor. Manual
para el instructor comunitario.
• Calendario: “Camino a la Secundaria. Construyo
mi proyecto de vida” (para familias).
• Políptico: “Trabajemos Juntos por un futuro mejor”.
• Díptico: “Reflexiones sobre mi futuro”.
Promover la participación de las
familias en la escuela y desarrollar
las competencias parentales que
propicien una mejor relación al
interior de la familia en beneficio del
desarrollo de los aprendizajes en los
niños en la educación básica.
•
Secundaria
•
Encuentros con familias de Adolescentes: Sobre
la construcción de la identidad. Manual para el
instructor comunitario.
Hojas de información básica: “Acompañemos a
nuestros hijos en su paso por la adolescencia”
(para padres).
Crear espacios donde las familias
se reúnan con otras, no sólo para
reflexionar, sino también para
intercambiar y conocer otras
experiencias y puedan apropiarse de
otras formas de abordar una situación
que no necesariamente debe verse o
entenderse como un problema.
53
Vertiente de intervención en la gestión escolar
Actividad/Material
Objetivo
Reuniones con APEC
Para dar continuidad al trabajo que realiza el instructor comunitario,
así como tener contacto continuo con los padres de familia y las
comunidades, personal de la Delegación Estatal del Conafe realizó
tres reuniones con las APEC durante el ciclo escolar, con el objetivo
de proporcionar información que permitiera a la familias apoyar a sus
hijos en su aprendizaje y, asesorarlos sobre temas de gestión escolar
para mejorar los centros educativos.
Boletín APEC
Es un documento breve que tiene como fin orientar a la APEC y a los
padres de familia de la comunidad acerca de las actividades que
deben considerar durante el ciclo escolar para que su participación,
tanto en los procesos de aprendizaje, como en la gestión escolar, sea
activa y constante.
Guía APEC
Tiene como objetivo encauzar las acciones de la APEC hacia las dos
vertientes de participación de padres de familia en la educación:
gestión escolar e intervención en los procesos de aprendizaje. Para
ello, detalla las actividades que deben realizar durante el transcurso
del ciclo escolar para el buen funcionamiento de la asociación; por
ejemplo: las funciones propias de la APEC, manejo de las relaciones
interpersonales, valores, salud y educación, contraloría social y
espacios para anotar sus avances y evaluar su actuación como padre
de familia y miembro de la APEC.
Para el ciclo escolar 2010-2011, la implementación se realizó en los estados de Aguascalientes, Baja California,
Nayarit, Guanajuato, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala y Zacatecas.
Con base en el segundo informe de seguimiento realizado por la Unidad de Programas Compensatorios del
Conafe, que comprende el periodo de enero a marzo del 2011 se pueden plantear los siguientes hallazgos:
• Existe mayor relación de los padres de familia con sus hijos, hay mayor colaboración por parte de los padres
de familia en las actividades de la escuela, los instructores comunitarios consideran que ha recibido mayor
apoyo por parte de los padres de familia.
• Las sesiones con las familias han dejado logros significativos, los padres y madres de familia cada vez se
incorporan más al proceso educativo.
• Este proyecto ha sido y es, una de las herramientas básicas que fortalece el eje de intervención educativa,
ya que los padres se involucran en el proceso de aprendizaje de sus hijos significativamente.
• La estrategia de participación de padres de familia en la educación de sus hijos ha logrado crear ricas
y variadas atmósferas, así como procesos de cambio entre sus diversos actores, dando lugar a nuevos
espacios de comunicación y situaciones de aprendizaje que las madres, padres, cuidadores e instructores
54
comunitarios han experimentado. Estas situaciones les han permitido distinguir los diferentes roles que
desempeñan, y valoran la importancia de que los padres se involucren en todos los aspectos de la educación
de sus hijos.
• Las comunidades participantes han reconocido que la participación de las familias en la educación trae
beneficios tanto a los niños y jóvenes como a los padres de familia.
• La participación y compromiso de los padres de familia se han incrementado, incluso en algunos casos los
padres de familia han aceptado que las reuniones se realicen los domingos para poder asistir. Sin embargo,
en ciertas comunidades hay poca participación y apoyo por parte de los padres de familia argumentando
falta de tiempo.
• La percepción general de las figuras educativas es positiva al considerar que el panorama se visualiza
alentador en comunidades que han logrado una mayor intervención de las madres y los padres de familia
en el aprovechamiento escolar de sus hijos, lo que ha llevado a una mayor vinculación con el instructor
comunitario, dando como resultado que la calidad del servicio mejore.
• Los problemas internos entre las familias son un factor que afecta de manera directa a la comunidad, a los
niños y, por supuesto, a la escuela.
• La deserción de los instructores comunitarios es un factor que dificulta la implementación de las acciones
de intervención.
• En los casos de familias numerosas los padres no dedican tiempo de calidad a sus hijos para apoyarlos en
actividades escolares, así como escucharlos y dialogar con ellos.
• El nivel educativo de los padres de familia es un factor relevante ya que la mayor parte de los padres no
terminó la primaria y ésta situación les hace pensar que es más difícil apoyar a sus hijos.
• Por otro lado, se encuentran las familias con las que se está trabajando y que han respondido de manera
positiva, lo que ha permitido que el desarrollo de las actividades sea fructífero debido a que contribuyen
organizadamente en el desarrollo escolar de sus hijos, muestran preocupación por su integridad, bienestar
y autoestima, aún cuando no saben como acercarse a ellos para apoyarlos. Se han observado avances
significativos en la atención de los padres hacia los asuntos académicos de sus hijos, incluso en las
actividades de gestión escolar.
• Los beneficiarios (tanto familias como instructores comunitarios) han tenido un cambio de actitud hacia la
participación en la educación que ha favorecido las relaciones interpersonales, mostrando mayor seguridad,
mejor participación y colaboración, puesto que les interesa la educación de los alumnos y están pendientes
de su situación educativa.
• Existe una percepción positiva de los padres y madres de familia hacia los materiales empleados.
Como resultado de la revisión de los informes elaborados por las delegaciones participantes se identificaron
estrategias o iniciativas que tuvieron un impacto positivo durante la implementación en comunidad. Estas
experiencias exitosas son:
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• Demostración de trabajos realizados por los padres y los alumnos como teatro guiñol, obras de teatro,
mesas redondas, exposiciones.
• Dinámicas de integración y reflexión, lecturas de reflexión y trabajo colaborativo.
• Juegos, canciones, bienvenida y despedida.
• Carta de agradecimiento a los participantes por su especial colaboración.
• Las figuras educativas se muestran más motivadas y con mayor seguridad al intervenir o proponer temas
de mejora a los problemas que se presentan y mencionan haber implementado y adaptado algunos
materiales para la reflexión de la práctica docente aplicándolos directamente y con el giro hacia los padres
de familia.
El camino por recorrer
“La formación integral del ser humano implica educar en todos los valores, formar en todas las áreas de la
personalidad, actualizar todas las potencialidades del ser. Y esto sólo es posible cuando se integran y coordinan
los distintos agentes educativos, en especial aquellos que comparten la misma finalidad: padres y docentes”
(Chavarría, 2011:37). La integración de la familia y la escuela representa la forma de participación social con
mayores posibilidades para generar oportunidades de desarrollo para los individuos, las comunidades y la nación,
esto se debe a que el papel educativo que comparten tiene incidencia directa en los conocimientos, habilidades,
actitudes y valores de los individuos, se trata de una participación de la mayor trascendencia pues impactará en
la conformación de las prácticas sociales en el corto, mediano y largo plazo.
La articulación familia-escuela consiste en la actividad realizada por las madres, padres e instructores comunitarios para hacer coherentes las intencionalidades y acciones educativas que se realizan en el hogar y en la
escuela para mejorar los aprendizajes de los niños y potenciar adecuadamente su desarrollo (UNESCO, 2004).
En la medida que las familias adquieran el interés por participar en beneficio del niño o joven concebidos en
su integralidad y como sujetos de derechos, la integración familia–escuela redundará en beneficios en el campo
educativo, de la salud, del trabajo, de la convivencia y, en general, en el mejoramiento de las condiciones de vida
de los individuos como hijos, estudiantes e integrantes de la comunidad y de la sociedad; individuos que serán
los responsables de conducir el futuro del país hacia la transformación social que requiere, así de importante es
la implementación de las acciones, actividades y recursos que conforman el Modelo para la Participación de los
Padres de Familia en la Educación Inicial y Básica del Conafe.
Los ajustes que requiere el modelo deben determinarse a la luz de los resultados que arroje la evaluación de
impacto y alinearse a las características de las comunidades, familias y centros escolares. Debe considerarse que
la familia es el primer espacio donde los niños se desarrollan y aprenden. Sin embargo, los diversos problemas
o cambios que afectan a las familias tensionan las posibilidades de participación. Además, la pobreza, los
numerosos hogares monoparentales, la falta de acceso a servicios de salud, alimentación y educación, ciertas
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pautas de crianza, la incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar, hacen que el entorno que rodea a los
niños y jóvenes no siempre pueda responder a sus necesidades, por ello deben redoblarse los esfuerzos para
generar innovaciones educativas y organizativas para enriquecer el modelo de manera permanente y pertinente.
Las investigaciones realizadas sobre la participación y educación familiar permiten señalar qué mejora las
condiciones de vida de los niños y sus familias; apoya los procesos educativos y de formación de las madres y
los padres; aporta un currículum pertinente, favoreciendo una educación de calidad y potenciando los aprendizajes de los niños; entusiasma a los docentes (UNESCO, 2004). Sin embargo, estos mismos estudios plantean
que cuando la participación de las familias se da desde un rol asignado por la institución educativa, en general
tiende a fracasar, por lo tanto, se debe avanzar en la comprensión y operacionalización del enfoque dinámico, colaborativo e incluyente del modelo, para que la relación familia–escuela se constituya como un espacio
de convivencia democrática en donde la justicia social cobre sentido al empoderar a las familias y comunidades
en uno de los reclamos sociales más sentidos: una educación de calidad con equidad.
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Lourdes Guzmán Muñoz
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Lourdes Guzmán Muñoz
Modelo para la Participación de Padres de Familia
en la Educación Inicial y Básica del Conafe
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se terminó de imprimir el 30 de abril de 2012,
con un tiraje de 500 ejemplares, en los talleres de
Impresora y Encuadernadora Progreso S.A. de C. V. (IEPSA)
calz. San Lorenzo 244, col. Paraje San Juan,
CP 09830, México, D.F.