LESIONES INTERPERSONALES - Instituto Nacional de Medicina

Transcripción

LESIONES INTERPERSONALES - Instituto Nacional de Medicina
Padre e hijo regresando a casa.
Madera, arcilla, arena, lámina de hierro, tela y resina, 2001.
LESIONES INTERPERSONALES
Personal Injures
By María Isabel Soriano
Statistic CRNV
During 2002 the National Institute of Legal Medicine and Forensic science recorded 107.387 injured people in
cases of common violence, so the death rate was 4% lower than the year before, with 65% men, this means 324
men and 169 women for every 100.000 inhabitants, the average ages were 32 and 30 years for men and
women, respectively. The most affected people were those between 18 and 24 years. 63% of the cases were
committed with solid weapons (hammers and stones), and the main cause was street fight with a frequency of
75%, in 68 % of the cases the aggressor was known and the place were most aggressions were committed were
the streets (57%)
The quantity of violent events and its economical and social cost request more study in order to prevent and control
them, as well as this, the principal aim of this studies is to bring the attention of the government about the violent
problem in Colombia, and then creating new ways of participation and opinion trying to make the life of the
Colombians better.
Resumen
Durante el año 2002, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Cien-
cias Forenses valoró a 107.387 personas lesionadas en eventos de violencia común presentándose respecto del año anterior una disminución
del 4% en esta forma de morbilidad. A nivel nacional, la participación
de los hombres fue del 65%, con tasas de 324 para el sexo masculino
y 169 para el sexo femenino, por cada 100.000 habitantes. La edad
promedio fue de 32 y 30 años para hombres y mujeres respectivamente,
siendo el grupo de edad más vulnerable el de 18-24 años. El 63% de
los lesionados fue agredido con arma contundente. La riña fue el móvil
que se presentó con mayor frecuencia 75%; en el 68% de los casos se
conoció al agresor, y el lugar donde más se presentaron estos casos
fue la vía pública con un 57%.
A propósito de la cantidad de lesionados en eventos violentos, y a los
costos de toda índole que estos conllevan, se hace necesario prestar
mayor atención a la prevención y control de éstos, con el fin de crear
espacios de participación y organización ciudadana para mejorar la calidad de vida de los habitantes.
MARTA ISABEL SORIANO BERNAL
Estadística CRNV
COLABORADOR JUAN IGNACIO CARDONA GIRALDO
Filósofo CRNV
Introducción
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
Las lesiones Interpersonales por violencia común se refieren a todo evento
50
que genere lesiones a personas que pueden conocerse o no, y que
ocurren, generalmente, fuera del hogar. En este articulo se presentan
cifras sobre los casos de violencia común que fueron denunciados ante
una autoridad y, por consiguiente, valorados por el Instituto nacional
de Medicina Legal y Ciencias Forenses, es decir, no representan la totalidad de los eventos violentos ocurridos durante el año 2002 en el
territorio colombiano. En razón de la alta participación de los eventos
de violencia común, respecto al total de dictámenes realizados por lesiones personales en Colombia durante el
2002, y a los costos generados al servicio de salud por
los cuidados proporcionados a estos casos, se consideEl 29% de los
dictámenes realizados
ra prioritaria la atención que se le debe prestar a dicha
por lesiones
problemática. Esta, por su parte, debe ser analizada en
personales
doble vía: la primera, porque una buena parte de las
corresponden a
violencia común.
personas heridas este año tiene una probabilidad mayor de hacer parte de los casos de muertes violentas en
los siguientes periodos. Lo contrario ocurre en la segunda vía, donde muy seguramente muchos de los lesionados, debido a las heridas recibidas, no formaron parte del grupo de
los muertos en forma violenta y, por consiguiente, no incrementaron
los indicadores relacionados con muertes por homicidio. De acuerdo
con las variables con que cuenta el Instituto sobre actos de violencia
común a nivel nacional, y al análisis y comportamiento de cada una de
ellas, se observó una alta participación de jóvenes en estos eventos,
sobre todo en las grandes ciudades –puesto que el 72% de los datos,
correspondieron a capitales de departamento–. Otra variable importante que se destacó fue el móvil, siendo las riñas aquellas que alcanzaron una mayor frecuencia. Teniendo en cuenta estas tendencias, se
tomó la decisión de dedicar el espacio de este artículo, destinado para
el referente conceptual, al recuento de uno de los planes adelantados
por la Alcaldía Mayor de Bogotá, para la reinserción de jóvenes
pandilleros.
Marco conceptual
Dentro de las acciones tomadas para disminuir la violencia común, es
de resaltar el proceso de desmovilización y desarme de pandillas adelantado en la localidad de Ciudad Bolívar, de Bogotá. Este programa
fue realizado por la Unidad Coordinadora de Prevención Integral de la
Alcaldía Mayor de Bogotá, en el año de 1996; e involucró a 23 personas
–la mayoría de ellos jóvenes–, de una misma pandilla, que voluntariamente renunciaron al porte y uso de objetos bélicos, el cual culminó
con la elaboración y firma de un acta de compromiso de desarme. El
primer paso, consistió en formular una hipótesis que guiara el análisis.
Una vez establecida esta hipótesis, se enriqueció con reflexiones suscitadas en prolongadas conversaciones con Ignacio Bustos, líder de la
pandilla denominada Los especiales, y alma del proceso de desarme1.
Posteriormente, esta mirada se iluminó con las opiniones de expertos
en filosofía y ética, psicología, sociología y política. Finalmente, el análisis de todo este material condujo a una caracterización del proceso y a
la formulación de conclusiones y recomendaciones, para hacer de esta
experiencia un posible modelo que pueda compartirse y enriquecerse
en muchos otros procesos de paz2.
Como hipótesis explicativa, se propuso: el sentido de todo el proceso
consiste en la construcción de una ética colectiva, ética que les ha permitido a los pandilleros re-crear una vida con sentido compartido, y reordenar todas las dimensiones de su vida. Esto ha sido posible porque la
motivación no proviene de un discurso extenso, sino de una experiencia
tejida desde adentro. Después del análisis y aportes obtenidos de las
conversaciones con los expertos, se confirma que la hipótesis trata de
la construcción de una ética colectiva3.
Podría decirse que este proceso finalmente pretende conducir al desarme, y que se trata de una socialización tardía. Representa el pase de
entrada a una sociedad a la que nunca antes habían pertenecido estas
personas, porque nunca se les había dado la bienvenida. Posiblemente,
esta dinámica de abandono de las armas, y todo lo que ellas conllevan
(protección, prestigio, poder, dinero), es la expresión de la aceptación
de un reto: andar por la vida (en esta sociedad) con otro tipo de instrumentos diferentes a los fierros. Esta sería la ética que surge, a modo de
pacto, como una posible actitud frente al riesgo que se corre en semejantes compañías y que, en últimas, consiste en atreverse a seguir su lucha
por alcanzar lo que quieren, con los mismos instrumentos que los convencieron a ellos de fundir sus armas: la palabra, la confianza en el otro, y la
esperanza de que la sociedad agresiva no les cobrará tanta valentía arrebatándoles la vida4.
Las reflexiones finales que se encuentran en este informe, apuntan a
señalar las siguientes prioridades: el requerimiento de dosis inmensas
de apertura y creatividad para llegar a estos muchachos en conflicto,
siendo nuestras pesadas instituciones inadecuadas para ello. Dada la
1
2
3
4
Unidad Coordinadora de Prevención Integral, Reparando el tejido social. Por qué se desarma un pandillero,
Alcaldía Mayor de Bogotá., Impresión Creamos alternativas, Bogotá, abril de 2001, p. 11.
Ibid., p.11.
Ibid., p.34 y 96.
Ibid., p.96.
problema de un modo distinto,
tratando de hacer justicia a ambas partes; es decir, considerando
la relación entre al actor y el sujeto igualmente determinadas. Pero,
¿cuáles son esas determinantes
que prometen tantas cosas? Antes
que nada, se debe decir que tienen
un lugar común, aquel que la crítica de Ten a la institución del castigo plantea y que nos permite
retomar la propuesta de Martha
Nusbaum: la idea de unas condiciones determinantes tanto del
actor como del sujeto.
Supuesto con el cual puede coincidir Rorty, ya que desde su propuesta, el denominado criminal
puede verse como un ser humano
desposeído, fronterizo a nuestras
prácticas de seguridad (entendiendo por esta última las condiciones
de una vida lo suficientemente
libre para convertir en no esenciales para la propia estima las diferencias con otros), y a nuestra
16
simpatía .
La idea de unas condiciones iniciales hace referencia a determinaciones como el empleo, la
seguridad, la integridad corporal,
la nutrición básica, el cuidado de
la salud y la educación, entre
otras instancias que, en las sociedades occidentales, se proponen
como indicadores de la seguridad
MUJER
Y
BESTIAS
RODEADAS POR LA MAREA ROJA.
ÓLEO /
TELA,
2000.
gran dificultad para una acción directa, el énfasis institucional debe colocarse en crear condiciones de entorno, tales como capacitación, bolsas
de empleo (insistiendo los mismos jóvenes en la necesidad de aprender
a trabajar, en la importancia de aprender a ganarse la vida honradamente, mediante el trabajo, porque es el trabajo aquello que les permitirá adquirir nuevos hábitos, nuevas responsabilidades), y seguridad
social. Y para llevar a cabo este proyecto, las instituciones pueden trabajar con jóvenes surgidos del mismo medio, capaces de servir de
puente entre los parches y las instituciones5. Para ello, es necesario
desarrollar una serie de acciones y programas que ya están claramente
identificados (capacitación con becas, pasantías en empresas, generación
de unidades productivas en sectores afines a sus gustos artísticos y
ecológicos, etc...). Todo esto requiere recursos, pero, expresándolo en
los mismos crudos términos económicos, las inversiones requeridas
para ofrecer alternativas ocupacionales a estos jóvenes, con seguridad
valen menos que el costo en el cual incurre la sociedad por cuenta de
la violencia en la cual estaban ellos involucrados y a la que pueden
regresar6. De esta forma, posiblemente se disminuirá la frecuencia de
este tipo de violencia, a partir de programas que proporcionen a sus actores
algunas herramientas para la solución alternativa de conflictos, es decir,
para que así se desvirtúe la violencia como única alternativa a seguir.
Distribución según edad y sexo
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
Cuadro 1. Lesiones interpersonales según edad y sexo.
Colombia, 2002
D el total de 107.387 lesionados por violencia común, el 65%
correspondió al sexo masculino, es decir, de cada 3 víctimas 1 fue mujer.
A nivel nacional, la tasa de participación del sexo masculino y femenino fue de 324 y 169 respectivamente, con rangos que oscilan entre
–17-616 para los hombres y 14-307 para las mujeres– encontrándose
para todos los grupos de edad del sexo masculino, tasas superiores a
las del sexo femenino.
5
6
52
Ibid., p.98.
Ibid., p.96.
La edad promedio de las víctimas fue de 32 años para los hombres y
de 30 años para las mujeres. Los grupos de edad de 18-24, 25-34 y
35-44 del sexo masculino, muestran las mayores tasas por cada 100.000
habitantes, siendo de 616, 538 y 521; y los grupos de edad femeninos más afectados fueron de 18-24, 25-34, 15-17 y 35-44 con 307,
275, 266 y 247 lesionados. De esta manera, pues, se pierden 141.460
años de vida saludable, es decir, por cada 100.000 habitantes se pierden 245 AVISA.
El 82% de los lesionados en hechos de violencia común en el país
durante el 2002, corresponden al grupo de personas económicamente activas, es decir, 58.049 hombres y 29.911 mujeres. Quienes muy
seguramente tendrán que afrontar problemas de índole económico, social y familiar durante el tiempo de recuperación o incapacidad, al cual
se verán sometidos después de haber estado involucrados en este tipo
de hechos violentos.
Distribución temporal
Cuadro 2. Lesiones interpersonales según mes.
Colombia, 2001 y 2002
En promedio, mensualmente se realizaron 8.949 valoraciones por este
tipo de violencia, siendo los meses de mayor frecuencia diciembre,
9.768, julio con 9.353 y septiembre con 9.340. Marzo fue el de menor
frecuencia con 8.157. Del mismo modo, el mayor número de víctimas
se concentró durante el segundo semestre 55.201, lo que representa
una diferencia de 3.015 lesionados respecto al primer semestre de 2002.
Durante el primer semestre se realizó el 49% de las valoraciones
médico-legales por violencia común y, en el segundo semestre, el 51%.
de las garantías de aquellos derechos y libertades fundamentales
de todo ser humano, instancias
obligadas para toda representación de una calidad de vida. En
otras palabras, representan los
mínimos parámetros en los que
tradicionalmente se valora, juzga
y castiga, todo atentado contra la
dignidad humana y en relación
con los cuales, se establecen las
prioridades de toda política que se
describa a sí misma a favor de la
dignidad humana.
Entendiendo por dignidad humana, la valía del hombre como tal,
aquello que nos diferencia de otro
ser vivo y que nos iguala entre sí,
es decir, nuestras libertades y
oportunidades, nuestras capacidades. Esta hipótesis necesariamente
presupone como garante de tal
igualdad el respeto por la misma,
lo que sólo se da en la medida en
que se promueva la capacidad que
todo individuo tiene, de organizar
su vida de acuerdo con su visión
personal de qué es lo más profundo
17
y lo más importante para sí , sea
criminal o no; porque aunque no
practique esto último de la misma
manera que nosotros, no por ello
podemos decir que el homicidio
pueda representarle a aquel que lo
ejecuta una forma de hacer culto a
la vida, o una afirmación de su
propia libertad, al disponer de la
corporeidad del otro.
Como dice Nussbaum, el enfoque
de las capacidades es un planteamiento que no se centra en la
satisfacción de las preferencias o
en la mera cuantificación de los
recursos, ya que presume que las
primeras (las capacidades), más
allá de satisfacerse con el cálculo
de una distribución promedio de
la riqueza de una país o con la
predeterminación del bienestar de
un pueblo a partir de su proximidad a un paradigma de ciudadanía
o humanidad, presupone que tanto
los recursos como las preferencias
no son algo exógeno, es decir, que
dependen de las posibilidades de
Al comparar los datos mensuales de los años 2001 y 2002, se encontraron disminuciones en 9 meses del año, siendo los más notorios
marzo (1.262 casos = 13%), mayo (1062 casos = 10%) y junio (844
casos = 9%), e incrementos que oscilan entre el 2% y 6% en enero,
septiembre y febrero.
En el ámbito nacional, se observa una disminución del 4% en los lesionados de 2002 respecto del año inmediatamente anterior, representados en 4.722 dictámenes menos. Lo cual suscita dos posibles
hipótesis. Puede ser que, debido a la ineficacia del Estado en lo que
atañe a soluciones prácticas para estos problemas, se haya reducido el
número de usuarios de estos servicios (ya sea porque no los conocen,
o por la deficiencia en la calidad de semejantes servicios); o, por otro
lado, que realmente los planes de convivencia y seguridad, adelantados por el gobierno nacional y los gobiernos locales, sí han tenido algún impacto en este fenómeno.
Distribución según mecanismo causal
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML
Y
CF
Figura 1. Lesiones interpersonales
por sexo según arma.
Colombia, 2002
54
En Colombia, 68.001 personas fueron lesionadas con arma contunden-
te, 15.690 con arma cortocontundente, 12.962 con arma cortopunzante,
6.318 con arma de fuego, 1.266 con armas desconocidas, quemaduras
y químicos, y 3.150 casos correspondieron a otras armas. De cada 20
hombres lesionados, 12 lo fueron con arma contundente, 3 con arma
cortocontundente, 3 con arma cortopunzante y 2 con otra arma; y de
cada 20 mujeres, 14 fueron heridas con arma contundente, 3 con arma
cortocontundente, 2 con arma cortopunzante, y 1 con otro tipo de arma.
Nótese que, aunque estadísticamente las mujeres participan con menor frecuencia en este tipo de eventos; el sexo no tiene incidencia alguna en el tipo de armas utilizadas en dichas confrontaciones. Ya que
la mayoría de estas armas parecen ser improvisadas, es decir, que se
vuelven armas no solamente por su predisposición formal, sino por su
inmediatez.
Del total de víctimas valoradas por lesiones interpersonales en el país,
un 72% pertenecían a capitales de departamento. Obedeciendo posiblemente al fenómeno de las multitudes, imperante en almacenes,
calles, buses, o en sitios de diversión, las cuales hacen aún más amplias las oportunidades de enfrentamiento.
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML
Y
CF
Cuadro 3. Lesiones interpersonales en capitales según arma.
Colombia, 2002
55
Distribución según móvil 7
Figura 2. Lesiones interpersonales por sexo según móvil.
Colombia, 2002
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML
Y
CF
Se pudo establecer el móvil para violencia común en el 88% de los
casos 66.554. De éstos, 50.290 correspondieron a riñas; 5.770 a atracos;
4.132 a otros móviles; 3.117 a intervenciones legales; 2.603 a venganzas; 514 a enfrentamientos entre fuerzas armadas y 128 a intolerancia
social. La participación del sexo masculino en las riñas fue de 72%, y
del sexo femenino de 82%; en atracos, del 10% para los hombres y el
6% para las mujeres. Lo que replicaría el supuesto ampliamente difundido que hace de la violencia una cuestión de sexo.
7
56
Para Bogotá no se cuenta con datos discriminados según móvil.
Y
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML
Tres cuartas partes
de los lesionados a
nivel nacional tuvieron
como móvil la riña.
CF
Cuadro 4. Lesiones interpersonales según móvil por departamento.
Colombia, 2002
57
Distribución según agresor
Figura 3. Lesiones
interpersonales según agresor.
Colombia, 2002
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
Cuadro 5. Lesiones interpersonales
según agresor por departamento.
Colombia, 2002
El total de agresores conocidos involucrados en violencia interpersonal
fue de 72.890, desconocidos 29.002 y fuerza pública 5.495.
58
Distribución según lugar del hecho 8
Se conoció el escenario del hecho en el 97% de los eventos, 73.286.
En orden descendente, los hechos de violencia interpersonal se
llevaron a cabo en: vías públicas 41.357, residencias 15.417, tabernasbares 4.683, lugares de trabajo 3386, sitios de diversión 3.236, y, otros
lugares, 5.207.
Figura 4. Lesiones interpersonales según lugar del hecho.
Colombia, 2002
MADRE
E HIJO CONTEMPLADO UNA MAÑANA PERFECTA.
ser utilizados y del conocimiento
de una situación particular, del
desarrollo de unas facultades y de
las determinaciones de una cultura, que para mal o para bien, predeterminan las posibilidades
anteriormente descritas.
Tasas de participación
La tasa nacional para violencia común fue de 245 lesionados por cada
100.000 habitantes, tasa que disminuyó en un 6% respecto al año
anterior (-4.722 casos). En 83 puntos de atención se encontraron valores superiores a dicha cifra, presentándose la tasa máxima en
Chocontá, 1.429, y la mínima, en Saravena 25. Por otra parte, el número de víctimas en hechos relacionados con violencia común para las
cinco principales capitales de departamento (Bogotá 31.720, Cali 4.578,
Barranquilla 4.797, Medellín 4.170 y Bucaramanga 4.082) equivalen
casi a la mitad del total nacional (46%).
Estos resultados, de nuevo ponen de manifiesto que este fenómeno
se ha ido presentando especialmente en las grandes ciudades, porque
el establecimiento de considerables poblaciones trae consigo infinidad
8
Para Bogotá no se cuenta con datos discriminados según lugar del hecho.
De aquí que “la facultad de elegir
libremente no se proteja con una
defensa solo formal de los derechos y libertades básicas”, ya que
“requiere unas condiciones materiales previas, sin las cuales la
facultad de elegir sería sólo un
18
simulacro” . Acerca de esas condiciones materiales, es pertinente
decir que antes de ser agotadas en
la dotación de los medios
policivos de vigilancia y castigo, y
por ende, para no caer en las dificultades que se señalaban a propósito de la institución del
castigo, necesariamente han de ser
precedidas por un estudio de las
capacidades, es decir, de los medios y finalidades que se ven intrincados en el acto de matar.
Como lo dice Nussbaum, la pregunta por las capacidades busca
determinar aquello que un sujeto
puede realmente ser y hacer, lo que
no sólo es la pregunta por la satisfacción que un acción implica para
dicho sujeto, sino por lo que hace
y está en condiciones de hacer, es
decir, por sus determinaciones
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
Cuadro 4. Tasa de lesiones interpersonales según puntos de atención del INML y CF .
Colombia, 2002
60
de personas de diferente raza, cultura, condición social y/o hábitos de
convivencia. Así mismo, diversas problemáticas que resaltan las dificultades para el cubrimiento de las necesidades básicas, situaciones de
desplazamiento y migración, desempleo, falta de educación, desarraigo geográfico, social y cultural. Todo esto, unido a la dificultad de adaptación que se presenta a la llegada a un núcleo social complejo como el
de las grandes poblaciones, obliga a adoptar algunas actitudes a la defensiva, que determinan la supervivencia en el medio citadino. Estas
actitudes, muchas veces no son las más adecuadas y generan formas
de violencia, que a la larga, terminan estableciéndose como estilos de
vida, los cuales, convencionalmente, se han equiparado con la famosa
violencia urbana9.
Conclusiones
Según la información sobre los lesionados en violencia común a nivel
nacional, durante el año 2002, se puede concluir lo siguiente:
•
En promedio, mensualmente en Colombia fueron heridas 8.949
personas, es decir 294 diariamente, o 12 cada hora.
En general, el comportamiento de las variables observadas en lesionados por violencia común es similar al de periodos anteriores,
encontrándose que la morbilidad disminuyó un 4% respecto al año
anterior, la participación de las víctimas del sexo masculino fue de
65%, el grupo de edad más vulnerable fue el de 18-24 años.
El promedio de edad de las víctimas fue de 32 años para los hombres y 30 años para las mujeres. Se perdieron 141.460 años potenciales de vida saludable (AVISA).
El 63% de los lesionados, fue agredido con arma contundente, el
15% con arma cortocontundente y el 12% con arma
cortopunzante; el móvil fue la riña en las tres cuartas partes de los
casos, en el 68% de los mismos se conoció al agresor, y los lugares
en que se presentó un mayor número de estos actos de violencia
fueron la vía pública (57%), y la residencia (21%).
La tasa por cada 100.000 habitantes a nivel nacional fue de 245,
presentándose los valores más altos en Chocontá (1.429, 6 veces
la tasa nacional), Cáqueza (1.212, 5 veces la tasa nacional) y Leticia
(1.027, 4 veces la tasa nacional). Las tasas más bajas se dieron en San
Juan del Cesar 97, Bello 89, Jamundí 86, Mocoa 35 y Saravena 25.
Las agresiones sufridas por un hecho violento son múltiples e
interactúan entre sí de forma compleja, comprometiendo el orden
mental, y en general la estabilidad de los afectados.
•
•
•
•
•
9
Sobre esta hipótesis puede consultarse el texto de Suarez Castro, Alberto. Análisis Psicosocial de la
Violencia, Latino Impresores, Bogotá, agosto 2002, p.79-80. Y el texto de la secretaría distrital de salud,
Diagnósticos sociales con participación social, localidad 19,ciudad Bolívar.
materiales, que en relación con las
mismas determinantes económicas
y culturales, posibilitan o no desarrollar y utilizar todas aquellas
facultades que son inherentes a
todo individuo de cualquier sociedad occidental, y que hacen deseable y practicable (es decir,
viable), una redescripción de sí
teniendo como referente la dignidad humana.
La tesis de las capacidades, al
remontarse al ámbito de las facultades, se centra en considerar el
desarrollo de las mismas, pero
partiendo de las determinaciones
físicas (es decir, de un estado anímico o de un estado de salud) y
culturales (fruto de las jerarquías
sociales), que condicionan la posibilidad de dicho desarrollo. Lo
anterior, haciendo justicia a Rorty
y con el fin de “proporcionar una
pauta rectora para la medición de
la calidad de vida y para la plani19
ficación política” .
Recapitulando: cuando se habla
de capacidades hacemos referencia
a las funciones que son decisivas
en la vida humana, funciones
cuya presencia o ausencia se suele
entender como señal de ausencia o
presencia de vida humana y que
diferencian a los humanos de
otros seres distintos, de la misma
manera que los iguala entre sí. Sin
embargo, una vez dada la desigualdad de condiciones iniciales,
el desconocimiento de tal tipo de
funciones no excluye a su actor
(en el caso que nos ocupa sería el
criminal) del canon de la humanidad, precisamente porque la condición de posibilidad del
desarrollo de las facultades
humanas (como igualmente se
afirmaba con anterioridad),
depende no sólo de una garantía
formal (como los derechos), sino
que también estriba en ciertas
condiciones materiales como la
educación, que predeterminan la
disposición y el desarrollo de
facultades como la asociación
valiosa con otros.
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
Figura 5. Puntos de atención del Instituto según rango de tasa de lesiones interpersonales.
Colombia, 2002
62
Recomendaciones
•
Promocionar actividades de información, formación, recreación,
rescate de valores positivos y establecimiento de proyectos de vida
constructivos. Dichas acciones buscan ante todo mejorar la calidad
de vida, crear espacios de participación y organización ciudadana
y el fortalecimiento de las potencialidades individuales y colectivas10.
Si se pretende ofrecer un auxilio estatal a las personas lesionadas
en estos eventos, lo ideal sería ofrecer oportunidades de empleo,
capacitación, seguridad social y sobre todo, aceptación social11.
La violencia urbana surge de la interacción de los individuos en las
ciudades, mas no en las poblaciones pequeñas. Por lo tanto, el
manejo de esta problemática se debe realizar a gran escala, empezando con programas gubernamentales que realmente cambien
la actitud y el comportamiento violento de las personas involucradas
en este fenómeno12.
El objetivo del resumen presentado en este artículo, sobre el proceso de desarme de la pandilla Los especiales, adelantado por parte de la Unidad Coordinadora de Prevención, de la Alcaldía Mayor
de Bogotá, es recordar a las instituciones que les compete intervenir conflictos. Que tengan en cuenta la metodología utilizada en
el trabajo con dicho grupo, con el fin de aplicarla para contribuir a
comprender las diversas formas de violencia en las que se encuentran involucrados estos jóvenes.
Esta metodología les permite construir a ellos mismos su correspondiente proceso. Resulta de suma importancia atender la forma
como trabajaron los miembros de la pandilla Los especiales, quienes diseñaron una ética no importada por medio de discursos, sino
construida al interior del grupo, que a través de conversaciones y
reflexiones, los condujo a tener nuevas visiones de su entorno, a
admitir y valorar los principios de convivencia y a reconocer en el
otro a alguien casi igual a ellos mismos. En dicho proceso la pandilla, a medida que pierde la seguridad dada por las armas, gana otra,
dada por la participación en un grupo que permite el surgimiento
de una ética basada en la responsabilidad y el respeto por el otro.
•
•
•
•
10
11
12
Unidad Coordinadora de Prevención Integral, Ibid., p 9.
Ibid., p.97.
Suarez, Op.cit, p.89.
Por otra parte, el término facultad
posee dos connotaciones distintas, en un primer sentido, alude a
las garantías jurídicas dadas por
el solo hecho de hacer parte de
una comunidad concreta. En otro
sentido, el término facultad enuncia las capacidades que le son posibles desarrollar a casi todo ser
humano, en ciertas condiciones
iniciales tanto físicas como materiales, es decir, las posibilidades y
garantías de ejecutar ciertas funciones, que hacen o no practicable
20
un estilo de vida .
Dichas facultades, en tanto capacidades funcionales, nos remiten a
considerar la acción de un individuo en referencia a los medios y
fines con los que este cuenta y que
se supone promueven o no la valía
o dignidad humana; lo anterior
puesto que hemos acordado en
presumir, que “los seres humanos
son seres que, con el debido apoyo
educativo y material, pueden llegar a ser plenamente aptos para
desempeñar esas funciones huma21
nas” , como la función de reconocer y respetar la vida e integridad
personal de otro ser humano.
Igualmente se debe aclarar que
Martha Nussbaum habla de tres
tipos distintos de capacidades, las
básicas o innatas, que aluden casi
a una predisposición genética del
ser humano; las internas o condiciones suficientes para el ejercicio
de las facultades; y las combinadas o funciones donde se alternan
las anteriores capacidades, y que
por ende, no solo dependen de las
facultades jurídicas que legitiman
su práctica, sino de la posibilidad
de ser practicadas. Como ejemplo
de lo anterior Nussbaum dice lo
siguiente: “una mujer que, sin ser
mutilada, ha enviudado de niña y
tiene prohibido contraer nuevo
matrimonio, posee la capacidad
interna pero no la combinada,
22
para la expresión sexual” .
E igualmente diferencia entre la
idea de actuación (ejercicio de las

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