DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS EXCREMENTOS DE ZORRO
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DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS EXCREMENTOS DE ZORRO
Galemys 13 (nº especial), La señalización con excrementos en el 2001 zorro DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS EXCREMENTOS DE ZORRO ROJO ( Vulpes vulpes, LINNAEUS 1758) EN LOS MONTES DO INVERNADEIRO (OURENSE) I. BARJA1, F. J. DE MIGUEL1 Y F. BÁRCENA2 1. Depto. Biología. Unidad de Zoología. Univ. Autónoma de Madrid. Campus Universitario de Cantoblanco. 28049 Madrid. ([email protected]), ([email protected]) 2. Laboratorio de Parasitología. Fac. Farmacia. Univ. Santiago de Compostela. Campus Sur, 15706 Santiago de Compostela (A Coruña). ([email protected]) RESUMEN Los excrementos parecen jugar un importante papel en la comunicación olfativa de la mayoría de los carnívoros, habiéndose discutido su valor como señales territoriales dentro de la familia de los cánidos. En este trabajo se analiza la distribución espacial de las heces de zorro rojo ibérico (Vulpes vulpes silacea, Miller 1907) en los Montes do Invernadeiro (Ourense), a partir del examen de varios itinerarios que incluían pistas y cortafuegos. Estos itinerarios fueron recorridos aproximadamente cada mes y medio, durante un período de 8 meses, y proporcionaron un total de 196 excrementos, distribuidos sobre todo en puntos conspicuos (plantas, elevaciones del terreno, piedras, cruces de caminos, carroña, excrementos de otras especies y objetos de origen antrópico), que presumiblemente servirían para amplificar de forma visual y/o olfativa su eficiencia señalizadora. Se pudo apreciar una dicotomía entre los cruces de caminos, con heces colocadas en sustratos conspicuos, y los tramos sencillos (sin cruces), donde una gran proporción de los excrementos yacían directamente en el suelo. Este hecho parece confirmar el papel señalizador de las heces en los zorros. En los cruces el riesgo de intrusión es grande, y por tanto también la probabilidad de que una marca allí colocada sea detectada por otro individuo. Si los sustratos además son llamativos, la presencia de los excrementos en los cruces de caminos quedará doblemente realzada. Palabras Clave: Carnívoros, comunicación química, excrementos, marcas territoriales, señalización olorosa, zorro rojo. ABSTRACT Spatial distribution of the red fox scats in the Montes do Invernadeiro (Ourense, NW Spain) Scats seem to play an important role in olfactory communication in most of the carnivores, and their presumable function as territorial marks amongst canids (Canidae) has been longly argued at length. In this paper, the spatial distribution of iberian red fox (Vulpes vulpes silacea, Miller 1907) scats in “Montes do Invernadeiro” area, (Ourense province, NW Spain) has been analysed, by surveying some selected routes, that included forest roads, trails and fire breaks. These itineraries were travelled nearly every 45 days, during a eight months period, yielding a whole of 196 excrements, mainly located on conspicuous sites (plants, raised spots, stones, trail intersections, carrion, scats from other species or anthropic objects), that seemingly would enhance their efficiency as signals in a visual or olfactory way. Faeces from intersections were situated on notorious sites, while those found in simple stretches usually lied just on the soil. These differences can sustain a territorial function in the case of fox scats, since crossways, more exposed to intrusion, provide resident animals therefore with the best suitable sites to place marks, as they will be easily detected. If sites are conspicuous as well, the presence of scats in these junctions will be highlighted. Key words: Carnivores, chemical communication, scats, territorial marks, scent marking, red fox. 171 Galemys 13 (nº especial), 2001 ÁREA DE ESTUDIO El estudio se ha llevado a cabo en “Os Montes do Invernadeiro” y su entorno, en un área aproximada de unos 150 km2 en el centro-sur del Macizo Central Orensano, al Noroeste de la Península Ibérica (coordenadas UTM 29T 064632-646 y 467457-474). La mayor parte del área está formada por extensas pendientes con un relieve abrupto, constituida principalmente por pizarras y con altitudes comprendidas entre los 880 y los 1672 m, donde predomina el matorral entremezclado con pequeñas extensiones de melojar (Quercus pyrenaica). El brezo rubio (Erica australis), la carquexia (Chamaespartium tridentatum) y el jaguarzo (Halimium lasianthum) ocupan la mayor parte del área. En los lugares más húmedos están presentes el brezo blanco (Erica arborea), la retama blanca (Genista florida) y la escoba blanca (Cytisus multiflorus), mientras que en las cotas más altas predominan las praderas con árandanos (Vaccinium myrtillus) y la quiruela (Erica umbellata) (Castroviejo 1977). Importantes extensiones están ocupadas por bosques de repoblación de pino albar (Pinus sylvestris), subsistiendo el bosque primigenio, formado principalmente por asociaciones de roble (Quercus robur), abedul (Betula celtiberica) y acebo (Ilex aquifolium), a lo largo de los angostos valles y vaguadas. El corzo (Capreolus capreolus), ciervo (Cervus elaphus), jabalí (Sus scrofa), lobo (Canis lupus), marta (Martes martes), gato montés (Felis silvestris) y liebre (Lepus granatensis), son las especies más conspicuas de su biocenosis animal. METODOLOGÍA El período de muestreo abarcó desde julio de 1998 hasta febrero de 1999. Se establecieron una serie de recorridos largos que incluían pistas y cortafuegos, por suponer que al ser los terrenos del parque muy accidentados los zorros los utilizarían para desplazarse, concentrándose en estas zonas un mayor número de excrementos. Estos itinerarios fueron prospectados cada mes y medio mediante un vehículo todoterreno a una velocidad de 10-20 km/h, para así poder cubrir todos los itinerarios y localizar el mayor número de excrementos posible. Algunos de los recorridos se efectuaron a pie. Los cruces siempre se revisaron a pie, puesto que al ser muy anchas las pistas era difícil localizar todos los excrementos desde el vehículo. Durante el estudio se realizaron 8 muestreos, con un recorrido medio en cada uno de ellos de 60 km. En cada muestreo participaron dos o tres observadores. Cada excremento localizado fue registrado en una plantilla que incluía los siguientes datos: tipo de sustrato, proximidad a puntos de referencia (árboles, arbustos, presas, carcasas, etc.), tipo de vial (pista, cortafuegos, cortafuegos/pista), y ubicación del excremento en el vial, para lo cual se establecieron tres regiones (metodología descrita por Vilá et al. (1993): central: 43% de la anchura del vial, lateral 21%, marginal 36%. En 172 La señalización con excrementos en el zorro cuanto a la ubicación de los excrementos respecto a los cruces se establecieron 3 categorías, siguiendo la metodología descrita por Robinson y Delibes (1988): - A lo largo de los viales: cuando el excremento se localizaba en una zona donde no existía ninguna intersección o cuando la distancia al centro de ésta era mayor de 30 m. - Cruces simples: cuando la distancia del excremento al centro del cruce era igual o inferior a 30 m y los animales podían acceder a ese punto desde tres direcciones distintas. - Cruces múltiples: cuando la distancia del excremento al centro del cruce era igual o inferior a 30 m y los animales podían alcanzar ese punto desde 4 o más direcciones. El número de cruces simples y múltiples era de 47 y 5 respectivamente y suponían un total de 0,86 cruces por kilómetro prospectado. Al anotar exactamente el punto donde se encontraba cada excremento, se evitaba duplicar la información obtenida en los diferentes muestreos. R ESULTADOS Se localizaron 196 excrementos, ubicados principalmente en pistas (81%) y cortafuegos (19%). Del total de excrementos localizados el 56,6% estaban ubicados en sustratos conspicuos o próximos a puntos de referencia mientras que un 43,4% se encontraban directamente en el suelo (tierra o asfalto) (Tabla 1). Por lo que se refiere a las plantas elegidas para depositar las heces, se encontró un mayor número de excrementos sobre leñosas (63,5%) que sobre herbáceas (36,5%) (Tabla 1), a pesar de resultar estas últimas más abundantes (c2=5,4; g.l.=1; p<0,05; n=74). También se localizaron heces próximas a carcasas de ungulados, sobre objetos de origen antrópico e incluso sobre excrementos de lobo (Canis lupus), perro y ganado vacuno. El 46,4% de los excrementos se ubicaba en cruces de caminos, existiendo una correlación negativa entre el número de excrementos y la distancia al centro del cruce (Spearman r=-0,749; p< 0,01; n=90), encontrándose un mayor número de heces a una distancia del centro del cruce de 0-10 m (Figura 1). La mayoría de los excrementos se localizaron en las intersecciones simples (78% frente al 22% en cruces múltiples), probablemente debido a su mayor representación en el área de estudio (47 cruces simples frente a 5 cruces múltiples). La proporción de excrementos depositados en sustratos llamativos en los cruces fue mayor que a lo largo de los viales (60,4% frente al 53,3%), aunque estas diferencias no resultaron significativas estadísticamente. La zona del camino elegida por los animales para depositar las heces fue la lateral (72,4%) seguida por la zona central (23%). Donde se encontró un menor número de heces fue en la zona marginal (4,6%) (Tabla 2). Las diferencias resultaron significativas estadísticamente (c2=162,409; g.l =2, n=196). 173 Galemys 13 (nº especial), 2001 TABLA 1 Distribución de los excrementos según los sustratos Frequency distribution of faeces deposited on each kind of site S USTRATOS Nº EXCREMENTOS Tierra 55 Asfalto 30 Leñosas 47 Herbáceas 27 Excrementos de otras especies 11 Elevaciones del terreno 8 Piedras 8 Carcasas de ungulados 4 Objetos de origen antrópico 3 Alcantarillas 2 Troncos secos 1 TABLA 2 Ubicación de los excrementos por regiones dentro de las pistas. Frecuencias observadas y esperadas Regional location of faeces on the tracks. Observed and expected frequencies ZONA DEL CAMINO FRECUENCIA OBSERVADA (%) FRECUENCIA ESPERADA (%) Laterales 72,4 21 Centro 23 43 Márgenes 4,6 36 DISCUSIÓN Son muchos los trabajos que han confirmado el importante papel de las heces en la comunicación olfativa de los carnívoros: lince (Lynx pardina, Temminck 1827) (Robinson y Delibes 1988), lobo (Canis lupus, Linnaeus 1758) (Vilá et al. 1993), actuando como marcas territoriales y ayudando al espaciamiento de la especie. Las heces parecen tener algunas ventajas sobre la orina debido a su mayor permanencia y a la circunstancia de que una vez desvanecido su olor perdurarían como señales visuales. Precisamente, este componente visual de las marcas puede ser amplificado 174 La señalización con excrementos en el zorro defecando en sustratos conspicuos, lo que parece ser un patrón común para la mayoría de los carnívoros (Macdonald 1980, 1985). Así, los zorros de este estudio no depositaron las heces al azar, sino en sustratos que parecían aumentar su eficacia, puntos conspicuos, frecuentemente elevados (árboles, leñosas, herbáceas, etc.). Figura 1. Número de excrementos en relación con la distancia al centro del cruce Distribution of faeces according to their distance to the nearest junction Muchas veces los excrementos estaban colocados en las inmediaciones de presas, sobre excrementos de otras especies o sobre objetos de origen antrópico, lo que además de reforzar el componente visual de la marca, incrementaría la efectividad de la misma al asociarse con otros olores (presas, carcasas u otros excrementos). A su vez los excrementos ubicados en las proximidades de presas podrían guardar relación con la defensa de un recurso alimenticio. Además parece que la colocación de los excrementos en un sustrato elevado podría facilitar la difusión del olor por el viento. Coincidiendo con hallazgos previos de otros autores para distintos carnívoros (Peters y Mech 1975, Robinson y Delibes 1988, Vilá et al. 1993), una alta proporción de los excrementos de nuestro estudio estaba ubicada en cruces de caminos, lo que aumentaría la probabilidad de ser detectados por un animal moviéndose al azar (Robinson y Delibes op. cit.). El hecho de que los excrementos se localizaran preferentemente en cruces simples podría deberse sencillamente a la mayor representación de éstos en el área de estudio (0,78 cruces simples/km frente a 0,08 cruces múltiples/km). 175 Galemys 13 (nº especial), 2001 Fotografía 1. Excremento de zorro sobre excremento de ganado vacuno Fox faeces on cattle excrement Fotografía 2. Excremento de zorro sobre un ejemplar joven de Pinus sylvestris Fox faeces on a young specimen of Pinus sylvestris 176 La señalización con excrementos en el zorro Fotografía 3. Los restos de alimentación humana son frecuentemente utilizados como sustratos Remains of human feeding are frequently marked on Al contrario de lo observado por Vilá et al. (1993) en lobos, que colocaban los excrementos preferentemente en el centro del camino, los zorros eligieron las bandas laterales del mismo. Este hecho podría explicarse por el relieve abrupto de la zona, que haría que para conseguir una mayor percepción tanto visual como olfativa, los animales hubieran de caminar por estas bandas para localizar a las presas o a posibles depredadores. A lo largo de las mismas, además, los sustratos elevados son más abundantes. Donde se localizó un menor número de heces fue en los márgenes del camino, lo que parece lógico, ya que en estas zonas la probabilidad de detección resultaría disminuida. Los mamíferos son animales eminentemente olfativos, por lo que las señales químicas son las que emplean con mayor frecuencia como marcadores. No obstante, como estas señales han de ser depositadas sobre un sustrato, serán tanto más fácilmente detectadas cuanto mejor ubicado esté dicho sustrato y cuanto más llamativo resulte. Las heces, al igual que la orina y las secreciones de las glándulas olorosas (ampliamente utilizadas en la señalización territorial), son recursos limitados, como lo es también el tiempo de que disponen los animales para llevar a cabo una serie de tareas diarias. Por ello y por el coste que puede suponer el que una marca no resulte efectiva, a un animal le interesa elegir bien tanto la ubicación como las características físicas de los puntos a marcar. Así pues, cabe esperar que dentro del conjunto del territorio, el universo efectivo a marcar se vea restringido 177 Galemys 13 (nº especial), 2001 en gran medida, prácticamente limitado a lo que serían discontinuidades o rupturas del entorno, tanto químicas como visuales. Se podría aventurar incluso que los animales dispondrían de una imagen de búsqueda, poco específica, de tales discontinuidades. En este sentido, sus órganos sensoriales funcionarían como detectores de interrupciones, entre las que las piedras y plantas de porte destacado, las heces de otros animales y los objetos novedosos, aun de origen antrópico, estarían indudablemente incluidos. AGRADECIMIENTOS Agradecemos a Belén Bris, jefa provincial de Medio Ambiente Natural de la Xunta de Galicia, y a Juan Higueras, director del Parque Natural de Os Montes do Invernadeiro, las facilidades prestadas para el desarrollo de nuestro trabajo de campo. A Basilio Barrio y a Tomás Pérez, guardas del Parque Natural, su inestimable colaboración, y a nuestros compañeros de muestreo, Antonio Gago, Roberto Hermida y Laura Lagos, su amistad y desinteresada ayuda. REFERENCIAS CASTROVIEJO, S. (1977). Estudios sobre la vegetación de la Sierra del Invernadeiro. Naturalia Hispánica, 10. ICONA, Madrid. 102 pp. MACDONALD, D. W. (1980). Patterns of scent marking with urine and faeces among carnivore communities. Symp. Zool. Soc., 45: 107-139. MACDONALD, D. W. (1985). The carnivores: Order Carnivora. Pp. 619-722. En: R. E. Brown y D. W. Macdonald (eds). Social odours in Mammals. Oxford: Clarendon Press. PETERS, R. P. Y L. D. MECH (1975). Scent-marking in Wolves. American Scientist, 63: 628-637. ROBINSON, I. H. Y M. DELIBES (1988). The distribution of faeces by the Spanish lynx (Felis pardina). J. Zool., 216: 577-582. VILÁ, C., V. URIOS Y J. CASTROVIEJO (1993). Use of faeces for scent marking in Iberian Wolves (Canis lupus). Can. J. Zool. 72: 374-377. 178