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Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub ••• Fraŋcisco Devia ~~~~~~•~~~~~~ © Francisco Devia Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Registro de Propiedad Intelectual: Nº202.778 I.S.B.N. Nº 978-956-345-271-6 Impresión Gráfica Lom Agosto 2011, Santiago de Chile Para mi querida Paulita VOLUMEN I Capítulo I. Zagreb, la Llegada 17 Capítulo II. Presentación de Cartas Credenciales23 Capítulo III. El Presentador29 Capítulo IV. Palta Reina37 Capítulo V. La Quiebra45 Capítulo VI. Negro Galilea y don Benito 49 Capítulo VII. Un príncipe asiático 55 Capítulo VIII. Feliz Año 2007 61 Capítulo IX. La Salud Pública 67 Capítulo X. Un venezolano perdido en Zagreb73 Capítulo XI. Popurrí, La reencarnación79 Capítulo XII. El cazafantasmas85 Capítulo XIII. Zurcirse la boca 93 Capítulo XIV. Patudo99 Capítulo XV. Celebrando con el cuerpo Diplomático Residente 103 Capítulo XVI. Señor R. 109 Capítulo XVII. Plan de Acción121 VOLUMEN II Capítulo I 129 Snoring or Sleeping Emilio Capítulo II 137 El Príncipe de Luxemburgo Vereda Tropical y B. E. “Esmeralda” Capítulo III 149 El artículo 9 del Código Civil In the Navy Capítulo IV 157 El Extraño de Pelo Largo Expedientes Secretos X Capítulo V 165 Primer Ciclo de Cine Iberoamericano La Noche de la Música en español VOLUMEN III Introducción179 Capítulo I Casi se nos va el suizo - latino 181 Capítulo II La pequeña Leslie 193 Capítulo III 201 Hoy llamé a mi tío Pablo Fiestas latinas en Zagreb Capítulo IV 213 Villa Alemana Capítulo V 219 Arrivederci, tío Moncho ¿Sufría del corazón? Capítulo VI 231 Visita de nuestro hermano de los Andes ¿Un puma en Zagreb? El Cartero o Il Postino Capítulo VII 239 Sin calzoncito Consultas políticas Chile-Croacia Capítulo VIII 247 Procesión de la virgen de Guadalupe en Zagreb Capítulo IX 257 Mi tío Pablo Emilio Pásame la botella Capítulo X 267 Un polémico nacimiento Anexos277 La publicación de estos cuentos y anécdotas no habría sido posible sin el apoyo financiero de un grupo de amigos y familiares, quienes creyeron en esta iniciativa, transformándose en sus auspiciadores. Por otra parte, este libro está dedicado a todos aquellos que están convencidos que la familia y los amigos hacen la diferencia entre un día y otro, y en especial, a aquellos que consideran que el buen humor le da un sentido y contenido a nuestra existencia, tal como lo enseñaron y practicaron Pablo Aldunate, Rosita Serrano, Ramón Rey, Emilio Ruiz-Tagle y tantos otros. Vayan mis sinceros agradecimientos a: “Casa de Remates Ramón Rey Duque”, Esta Casa de Remates, en sus 25 años de existencia ha prestado servicios a organismos públicos y privados, como el Poder Judicial, Municipalidades, Ministerios y otros. Actualmente es dirigida por su hijo Luis Alberto Rey González, martillero público y judicial. El principal servicio prestado por esta casa de remates es la subasta de todo tipo de bienes, ya sea a través de remates voluntarios, judiciales, de quiebra y licitación de remates. Se ubica en calle Sazié 2450 y Av. España 249, Santiago, Fonos 6990887-6712427. www.ramonrey.cl. “Depodental” Artículos e insumos dentales, con 60 años en el mercado, en sus dos direcciones: Calle Diagonal Cervantes 778, Santiago, fonos 6332975 – 6335654 y en calle Luis Thayer Ojeda 059, Depto 14, fonos: 3346017 - 3348341. www.depodental.cl. Clínica de Especialidades Dentales “Edent” Clínica dental con profesionales altamente calificados con postgrados en cada una de las áreas de la odontología y especialidades médicas de apoyo complementario, incorporando además a sus atenciones las últimas tecnologías. Ubicación: calle 7 Norte Nº439, Fono 2694040, Viña del Mar. www.edent.cl. “Legal Group S.A.”, Es una empresa que cuenta con profesionales con trayectoria, que entrega soluciones integrales a personas y compañías, expertos en materias legales tanto corporativas como judiciales, tributarias, inmobiliarias, mineras y de capacitación. Asimismo, actualmente cuenta con el Centro de Mediación Familiar más grande de Chile y Latinoamérica. Se ubica en Almirante Pastene 333 of 402, Providencia, fono: 2354082. www. legalgroup.cl." “Metalúrgica Batiste S.A.”, Es una metalúrgica fundada en el año 1970. En 1993 se constituye en una sociedad anónima cerrada, cuyo presidente y representante legal es el señor Ramón Batiste Aleu y su gerente general el señor Jordi Batiste González. Dispone de una gran infraestructura, maquinarias especializadas y un excelente equipo de profesionales para poder desarrollar todo tipo de trabajo relacionado con el rubro metal mecánico. Se ubica en Camino Santa Marta 950, Parque industrial Santa Marta, Maipú. Fono: 5352166. www.batiste.cl. “Alfajores Artesanales Millalen” La Gloria Nº 40, Dpto 603, Las Condes. Fono 2280361. {Volumen} I Volumen I• PRÓLOGO ¿Cómo comenzar a explicar por qué nacen estos pseudo Cuentos y Anécdotas? Desde el momento en que nuestros papás y amigos/as nos pidieron que les comentáramos cómo nos encontrábamos en Zagreb, decidí empezar a recopilar nuestras experiencias y de paso, para amenizarlas, las mezclé con nuestras vidas previas, a saber: colegio, universidad, trabajo, etc. En buen romance, una ensalada de sucesos e historias, muy propia del autor de esta especie de saga de poca monta y/o valía. Como sus mercedes apreciarán, a medida que vayan entrando en el relato –si es que logran superar los primeros cinco capítulos– notarán que el estilo que el autor pretende darle a su obra tiende a mejorar, y esto gracias a la intervención flagrante de su señora, quien exigió que al menos en la redacción de esta obra fuese un poco más prolijo que en mi propia existencia, dado que estas historias serían leídas por nuestros familiares y amigos. Eso ingenuamente espero; aunque, a decir verdad, he terminado por escribir por el solo hecho de hacerlo. Otro motivo que explica el nacimiento de estos cuentos radica en que por razones que no son del caso reseñar, me encontraba en esa disyuntiva de querer volcar todas mis energías reprimidas en algo concreto. Siempre he sido deportista y eso me ha ayudado muchísimo en todos los ámbitos –el deporte es un liberador de tensiones–. Sin embargo, en ese especial momento que vivía, necesitaba un escape adicional. En consecuencia, estos cuentos son fruto de ese estado anímico. Pude haber optado por algún vicio, pero considero que escribir es más sano; ¿no lo creen así sus mercedes? ‹15› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Finalmente, estos breves relatos no tendrían razón de ser si no existiera una heroína, que en el caso de autos es mi fiel y abnegada escudera Paula, sin la cual no tendría ni rumbo ni fe, como lo afirma certeramente la letra de una canción mexicana cuyo nombre no recuerdo. Paulita, Volim te ~~~~~~~~~~~~~~~~ Se me olvidaba, el nombre Old Friends Pub lo tomé prestado del Restaurant-Pub donde almuerzo una vez por semana, lugar donde soy tratado y recibido por mi nombre de pila, Franjo1, costumbre que se ha perdido en este agitado siglo XXI. o , est ente alm n i F 1 elatos ves r s bre Franjo viene a ser Francisco en croata. ‹16› dr no ten ían razón de ser si no exist iera un a heroína, que en el caso I Capítulo »Zagreb, la llegada« I Volumen I• } L legamos a Zagreb con la Paula en un frío día de marzo de 2006. Apreciamos ya desde el avión que el tiempo (condiciones climáticas para los más puristas del lenguaje) no nos sería muy favorable, al menos, durante algún tiempo. Esto fue posteriormente corroborado por algunas nevadas que nos hicieron compañía algunos días después. Según los locales y diplomáticos residentes, esto no era nada comparado con lo que se acostumbra en esta área del mundo, en particular, Zagreb. Apenas pisamos tierra, nos dimos cuenta de que la capital de Croacia era una ciudad no mayor que Concepción, no muy poblada y con áreas verdes y parques públicos de interés. La ciudad está construida prácticamente sobre varias colinas, lo que hace difícil su tráfico vehicular. Existe un transporte público de buses y tranvías. Cabe señalar que en Zagreb se respetan las líneas peatonales y sus usuarios no abusan de ese derecho, como en Viña del Mar y/o Santiago. Fuimos recibidos por el funcionario diplomático a quien venía a reemplazar y por el chofer de la Embajada. Al principio no lograba identificarlo, hecho que motivó nuestra inquietud, atendido que no sabía nada de la Embajada ni de nuestro futuro Apart Hotel. Afortunadamente, nos reconocimos y saludamos, no teniendo esa misma suerte mi maleta. Sencillamente no llegó, provocando que el suscrito debiera repetir su atuendo durante tres días seguidos, lo que no fue grato ni para el afectado ni, por supuesto, para quienes me rodeaban. Cuando llegamos al Apart Hotel, su fachada y acceso efectivamente amenazaban ruina, lo que fue complementado por Paulita haciendo un comentario que da muestra de su mundo: “Esto me recuerda El Cairo, con departamentos horribles por fuera pero cómodos por dentro”. ¿Qué tal, Pascual? Concordamos que esto se debería en gran medida al sistema socialista, que no contempla la figura de un conserje o administrador de edificios ni tampoco el pago de gastos comunes. Por otra parte, no puedo continuar sin rememorar una simpática anécdota que afectara a la heroína de esta saga, es decir, a la señora Paula de Devia. En virtud a su negativa a relatar esta extraña experiencia a sus familiares, me siento en el deber de narrarla par moi meme: ‹19› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Era un día cualquiera y el viento arreciaba en Zagreb, acompañado de un leve nevazón. Como consecuencia de mi apuro, no cerré convenientemente una puerta de acceso al edificio –de hecho, si mal no recuerdo, la dejé literalmente a merced de la inclemencia del tiempo. Casi una hora después de esta situación, recibo una angustiosa llamada de la señora Paula, quien me comenta horrorizada que una señora mayor, con rasgos eminentemente croatas, la increpaba en su lengua, casi dialecto, por haber dejado abierta la puerta de esta especie de corredor. La Sra. Paula, sin perder su compostura y sin comprender nada de lo que se le señalaba, le explicaba en su perfecto inglés que “I don´t speak croatian”. Por su parte, la mencionada Vieja (derechamente digamos las cosas por su nombre, sin eufemismos) le reiteraba, ya más airada, con gestos y “mariguanzas”, que la aludida puerta de acceso debía cerrarse; de lo contrario, ¡KAPUTT, KAPUTT! Pobre Paulita, nunca imaginó que el culpable de estas recriminaciones era su bien amado y nunca predecible marido. Tampoco imaginamos ambos que este tipo de recibimiento iba a ser el sello distintivo de la mayoría de croatas vetustos aún empapados de socialismo puro, léase: imposibilidad de reconocer a un extranjero como tal, simplemente no existen en su mundo. No obstante lo anterior, como atenuante a dicha conducta cabría agregar que para esa generación de croatas, a quienes les tocó conocer de cerca dos guerras (la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de la Ex República de Yugoslavia), el extranjero siempre ha sido un ser distante, que no se ha involucrado en la historia croata, dejando, en consecuencia, a su país a su merced, a su suerte, en buen romance. Para colmo, minutos después otra persona mayor, de aspecto citadino, la llamaba por el citófono, también en correcto croata. Paulita, teléfono en mano y observando al personaje acurrucada, agazapada en la ventana para evitar ser observada por este individuo, me consulta: “Negro, ¿qué hago? ¿Le abro o no la puerta del edificio?, suponiendo que eso es lo que quiere…”. ‹20› p s otra s despué ara colmo, minuto e or ,d Volumen I• y ma na erso e a llamaba por el c l itófono, t dino, l do a ambién en c cita ervan orrecto cro cto e ata. Paulita, teléfono en mano y obs p s a Consulta al lector: ¿Cómo procedería usted ante esta situación? Alternativas: a) Deja todo lo que está haciendo y vuela a los brazos de su amada para apoyarla. b) Le sugiere que se refugie en su casa y no salga hasta el regreso de su Lord Protector. c) Le pide serenidad y que se deje de molestar, ya que hay cosas más importantes en la Embajada que no se pueden desatender. d) Le sugiere que le abra la puerta de acceso al edificio a ese desco nocido. e) Ninguna de las anteriores2. 2 La alternativa correcta fue la b. ‹21› II Capítulo »Presentación de Cartas Credenciales« II Volumen I• Una ceremonia tradicional y solemne en la diplomacia es la entrega de las Cartas Credenciales que debe efectuar cada nuevo Embajador ante el Jefe de estado donde desarrollará su labor. Estas cartas credenciales son suscritas por el Presidente de su país y lo invisten y acreditan como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en el mismo. En definitiva, para que se entienda en buen romance, estos documentos lo acreditan como el representante de su Gobierno ante el Estado donde ejercerá sus funciones. La tradición establece que esta ceremonia normalmente se realice ante el Jefe de Estado y el nuevo Embajador sea acompañado por el personal diplomático de su Misión Diplomática. Nuestra Embajada sólo cuenta con un único funcionario diplomático, es decir, el suscrito, por lo que mayor realce no se le podía dar a esta ceremonia. En virtud de esta situación, no se necesitó contratar ninguna van o vehículo auxiliar para desplazar al aludido personal ni tampoco la presencia de un cortejo de motos policiales para abrirnos paso en la congestionada Zagreb ni medidas adicionales de seguridad que sí se requerirían si fuese el Embajador del Imperio quien presentase sus cartas credenciales. En la práctica, fui sentado junto a nuestro nuevo Embajador, quien además de ser un caballero, es una excelente persona, algo escaso en nuestros días. 3 Vale la pena recordar que el día anterior ambos habíamos practicado con la Directora de Protocolo de la Presidencia la forma en que se desarrollaría este evento. Todo estaba claro, al menos eso pensaba. Sin embargo, las cosas no resultan siempre como uno las planifica. Por mi parte, tenía claro que debía velar por el discurso y las aludidas cartas. Tenía, además, instrucciones precisas de ubicarme siempre detrás del Embajador, a un metro aproximadamente, tal como lo dispone el pro- 3 Embajador Emilio Ruiz-Tagle Orrego, Ex Embajador en Paraguay y ex Cónsul General de Chile en la Paz. ‹25› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub tocolo. En consecuencia, más que funcionario diplomático auxiliar parecía un Body Guard, máxime si ese día llevé un terno oscuro a rayas, tipo mafioso napolitano (de la Camorra). ¿Qué sucedió? very simple: La Directora de Protocolo me había indicado que debía ubicarme detras del Embajador, a cierta distancia, para resaltar su figura y no la mía, y que cuando éste finalizara su discurso debía proceder a hacerle entrega física de las aludidas cartas. Sin embargo, para que el lector tenga una idea de cómo transcurrieron los hechos, conviene aclarar que ambos discursos –tanto el de nuestro Embajador y del Presidente Stjepan Mesic– se leyeron frente a frente, separados por cerca de 4 metros de distancia. El Embajador y el suscrito habíamos acordado que una vez que concluyera su discurso, me haría una seña para que en ese momento y sólo en ese instante, me aproximara a su lado y le pasara las consabidas cartas. Como soy gallego en lo que se refiere a instrucciones, una vez finalizado su discurso yo NO me movía de mi sitio, a la espera de la acordada señal. Tal fue la sorpresa que provocaba la inacción de la delegación chilena, que el propio Presidente Mesic hizo varios gestos a mi Embajador –levantaba sus manos y derechamente se reía–, pidiéndole en su idioma natal que le pasáramos las Cartas Credenciales para poder continuar con la ceremonia. Ante tales evidentes gestos, que fueron más evidentes que la imperceptible señal que esperaba de mi Embajador, prácticamente corrí para entregarle las citadas credenciales, retornando luego a mi sitio con la dignidad de un funcionario que se sabe cómplice de una falta. Afortunadamente, esta involuntaria descoordinación originó un relajo en el Protocolo Presidencial y permitió a la postre que la conversación prevista entre mi nuevo Embajador y el Presidente Stjepan Mesic se efectuara en términos muy amenos y cordiales. El suscrito, como delegación oficial que era, fue derivado a una mesa técnica donde era esperado por una doncella de juveniles veintitantos ‹26› Volumen I• años, quien sabía algo de español fruto de las teleseries o culebrones que aquí pasa la TV local. •El Ex Canciller José Miguel Insulza y el baño del ex Hotel Miramar• Diez años atrás fui comisionado como funcionario de la Dirección de Protocolo para velar por la correcta precedencia –orden protocolar- de las distintas autoridades que concurren todos los 21 de mayo al Congreso Nacional para escuchar al Presidente de la República, quien a su vez debe rendir la cuenta anual de su gestión ante la Nación. Cabe consignar que el suscrito nunca quiso trabajar en la Dirección de Protocolo, afirmando a quien quisiera escucharlo que no era el paradigma de la diplomacia. Por el contrario, siempre me caractericé por dar a conocer mi punto de vista, acción que muchos funcionarios de la “vieja ola“ catalogarían como impropia, ocasionándome más de algún problema en el pasado. Ese 21 de mayo, por error de un Vicealmirante, se anunció en Chile la muerte del ex Almirante Toribio Merino, ex integrante de la Junta Militar y ex Presidente del Poder Legislativo del Gobierno del Ex Pdte. Augusto Pinochet. En ese instante estaba almorzando con otros funcionarios de Protocolo. Al saber la noticia, se produjo un incómodo silencio. Noté que nadie iba a decir nada y decidí hacer una breve apología del ex Almirante, apelando más a su lado humorístico. Pese a lo anterior y seguramente por temor a ser catalogados de partidarios de la oprobiosa dictadura, los parroquianos de ese día – que casi todos habían ingresado durante el Gobierno Militar a la Cancillería- optaron por un silencio cómplice, embarazoso. Nadie dijo nada, nadie dijo nada… Esta situación me irritó4 4 Esa actitud colectiva me recordó la descripción que se hiciera del ex Ministro y Jefe de la Policía francesa durante la Revolución Francesa, J. Fouché a quien se lo acusaba de ser “fiel en el éxito e infiel en el fracaso”. ‹27› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub por lo que decidí callarme y solicitar unas copas de vino, a cargo de los contribuyentes. Cuando el equipo de Protocolo ya se disponía a retirarse, fui a sanitarios producto del precitado vino. Cuando me retiraba con mis manos visiblemente humedecidas (derechamente mojadas), aparece de la nada el en ese entonces Canciller José Miguel Insulza, quien me reconoce como funcionario auxiliar de Protocolo y me ofrece su mano para saludarme. Consulta: ¿qué hace usted en esa situación? a) Se seca sus manos en forma discreta y le ofrece su mano al señor Ministro. b) Se hace el loco y opta por no reconocerlo, haciendo abandono del lugar de los hechos. c) Estrecha la mano del señor ministro, no importándole que ésta se encuentra húmeda producto del precitado lavado. Total, será su problema a partir de ese instante. d) Enfrenta al señor Ministro, lo mira a la cara y le dice: “Señor Ministro, me encantaría poder estrecharle su mano, pero por razones obvias no puedo hacerlo ahora, ya que vengo saliendo del baño, como usted pudo , se anunció rante apreciar“. l mi rror d e a r e e un Vic e) Ninguna de las anteriores. , po yo a m de ¿Qué hice? 1 e2 Es Of course, d) Laku noc { Un abrazo, To be continued } ‹28› III Capítulo »El presentador« III Volumen I• Tomándome un agradable vino chianti del pueblito italiano de San Gimigniano les escribo, amigos, desde este mundanal ruido. Seguramente un entendido les diría que este tipo de vinos es propio de la Toscana – zona centro norte de Italia–, que es una cepa con “cuerpo, frutosa”, para paladares que desean compartir ese vino con una sabrosa pasta. Para mí, un ignorante en esta materia, siempre5 hay un motivo por el cual celebrar (tomar), cual Zorba el Griego, por lo que la botella de la referida cepa está en estos momentos casi extinguida, luego de haber sido degustada junto a mis suegros, quienes están de visita en estos lares y con quienes además recorrimos días atrás las ciudades de Viena y Praga. No entraré a reseñar lo que fueron nuestras vacaciones, pero no puedo dejar de agradecer la excelente organización de doña Paula, quien preparó todo el itinerario y rutas a seguir: centro y norte de Italia, para luego terminar con mis suegros recorriendo las ciudades anteriormente mencionadas. En lo personal, cada día me gusta más visitar los pueblitos y detesto más las grandes ciudades (urbes). Por ejemplo, en San Francisco de Asís, uno logra entender la mística de su Santo Patrono; en San Gimigniano, el por qué de la fama de sus torres; en Bardolino, el por qué es tan visitado por los alemanes, etc. Sin embargo, Florencia y Venecia –grandes urbes– no me causaron una gran impresión. Por ejemplo, el costo-servicio ofrecido por las famosas góndolas es exorbitante para los bolsillos de un funcionario público chileno. No estoy en condiciones de pagar cerca de 80 euros para que un tipo nos lleve en un bote por unos canales contaminados. Además, si queremos música de acompañamiento, el gondolero no será quien la interprete. ¡Noooo!; se requiere contratar (a tu costa, of course) 5 Como atenuante a mi ignorancia básteme decir que hice un breve curso de vinos cuando trabajaba en la Dirección de Protocolo. Lamentablemente, el día de la degustación, por razones “de agenda” no pude asistir a dicha clase, por lo que mantengo, hasta la fecha, mi desconocimiento al respecto. ‹31› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub uno o dos individuos adicionales, que premunidos con algún instrumentos musical, hacen del trayecto un espacio musical. ¡Para eso les pago a unos charros mexicanos y me ahorro los 80 euros! Por otra parte, no puedo dejar pasar el hecho de que también existe un dolo bueno en esta materia. Quienes ofrecen el servicio de góndola son, a decir de mi señora, estupendos, apolíneos, fibrosos. Pero una vez cancelado el servicio, quienes efectivamente desplazan a los usuarios es en muchos casos, un simple “remero” que se gana la vida –¡y que de apolíneo no tiene nada!. En virtud de lo expuesto y dada la economía de guerra que se vive en Europa (la depreciación del dólar en relación al euro nos ha dejado en la ignominia) optamos por lo lógico: recorrer los canales de Venecia en “Vaporetto”, una especie de micro “Pila Nuñoa o Canal San Carlos”. Estos vaporettos lo trasladan a uno por esta ciudad fluvial por precios más acordes con la realidad. Claro que la visibilidad no es la misma, máxime si muchas veces se va literalmente apiñado en sus pasillos. Sí, amigos, los vaporettos son unas micros-lanchas, c´est tout. Luego de esta larga cháchara y a falta de anécdotas que relatar, pasaré a rememorar un acontecimiento que últimamente, cual voz del más allá, me pide que sea relatado. Corría el año 2000 y estábamos en Túnez. Venía de asumir en la Embajada como segundo y último de la misma (Tercer Secretario era mi rango). Estábamos en vísperas del Festival de la Medina y se nos avisó que un artista chileno –compositor y guitarrista– venía a participar en el mismo. En atención a que la Embajada era minúscula, me ofrecí para ir a buscarlo al aeropuerto. El más sorprendido por mi presencia –cual jefe de delegación– fue el propio artista, quien agradeció en exceso esta deferencia. Reitero, fue demasiado amable. Como soy una persona franca, le indiqué que no era para tanto, pues si yo hubiese estado destinado en París, lo más probable es que NO lo habría ido a buscar, ya que chilenos arriban todos los días a esa ciudad; en cambio, a la antigua Cartago, no. El artista agradeció este gesto de franqueza –pues seguramente lo había pensado. ‹32› Volumen I• ¡Pero vamos al grano, Devia! Llegó el día del evento. Nos encontrábamos con doña Paula en primera fila, en un antiguo teatro tunecino, que parecía una mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada (más bien a la de Chile, en calle Catedral). El recinto estaba repleto de locales y en ese momento me recordó mucho la película Gandhi. En aquella película, éste se dirige a una multitud y en un encendido discurso, denuncia la opresión británica, provocando una ovación ensordecedora. Recuerdo que ese día, cuando vi esa película, siempre quise experimentar esa misma sensación: dirigirme a una multitud que lo observa a uno como a un ser extraño –una especie de ratón de laboratorio– y lograr, luego de un inflamado discurso, escuchar los aplausos de rigor. Amigos6, y los sueños se cumplen… Mientras conversaba animadamente, reitero, en primera fila, alguien se me acerca y me dice en perfecto francés: – ¿Usted es el Cónsul de Chile? – Sí, ¿por qué? – Lo necesitan en camarines. – ¡Chita Diego! ¿Qué pasa? –pensé. – Negro, ¿adónde te vas? –me consulta mi ingenua señora. – A camarines –respondí a medio camino, sin poder explicarle nada más. Y allí estaba, nuestro cantautor-compositor, guitarrista, etc., sentado, afinando su guitarra. –Hola, Francisco, disculpa que te haya hecho llamar, pero los organizadores del Festival me dijeron que no cuentan con ninguna persona que haga las veces de presentador, por lo que pensé que tú podrías hacerlo. Mi respuesta fue categórica: “Pero si yo llevo apenas un mes en Túnez; nadie me conoce y jamás he presentado a nadie (a lo más, hice un sketch en el Colegio y uno en la UC). Por lo demás –como para sacarme semejante ofrecimiento de encima– mi francés no es malo, ¡pero no soy nativo!” 6 nota: ¡salud! Acabo de ir a buscar otra copa de Chianti. Son las 10:45 p.m. y ya debo ir a acostarme. ‹33› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub – Mmmmm, estamos super mal entonces, señaló. Al ver su cara tan demudada, pensé ipso facto: “Negro, haz hecho tantas veces el ridículo, que una vez más, ¡qué importa!" - Está bien, le dije, voy a hacer tu presentación, pero después no me reclames si sale mal la cosa. - No te preocupes; ¡muchas gracias! Y en eso, aparece uno de los organizadores, quien en forma imperativa –muy poco amable– nos mira y nos exige que debemos salir, ¡yaaaa! Y así fue como salí esa noche, aterrado, con un terno oscuro y una corbata que imagino de un color “vivo” (poco o nada de sobria), ante un público que esperaba impaciente a su artista (de hecho, estaban inquietos los niños, porque el tema del presentador había demorado el inicio del show y llevaban más de media hora esperando). “Amigos, amigas, esta noche nos reunimos para escuchar a un gran artista, un hombre que viene de muy lejos, del lejano Chile, para acompañarnos en este Festival Internacional que tanta fama ha dado a este país …” Para qué les digo la cara que puso Paulita cuando me vio subir al escenario y luego, dirigirme al respetable público. La pobre estaba pálida, asombrada, demudada, denle el calificativo que quieran y déjenme seguir el relato, please. Toda esta presentación iba relativamente bien hasta que llegó el momento cúlmine … “Y ahora, queridos amigos, quiero presentarles aaaaaa….“ ¡Y se me olvidó el nombre! Con el susto, lo aterrado que estaba, los más de 200 espectadores, el francés, la mezquita-teatro, los balcones, los focos, la Paula, etc., ¡se me olvidó el nombre del artista! ¡Sí, se me olvidó completamente! ¡Chita Diego! y ahora ¿qué hago? No puedo explicarle al público que no recuerdo el nombre de mi propio compatriota (que tanto alabé en mi discurso). Habría sido un suicidio o la posterior muerte del artista: me imaginaba agredido con frutas de la estación, arrancando con el artista y su guitarra, la Paula detrás, llorando y corriendo tratando de alcanzarnos, sin comprender nada. ‹34› Volumen I• Y en eso recordé mis exámenes en Derecho: palabra mágica: IMPROVISAR. Si sumamos a lo anterior las clásicas frases para el bronce de mi gran amigo Luis A. Rey, tenemos un resultado óptimo. – Señoras y señores, para mí sería fácil decirles el nombre de este afamado artista chileno-parisino, pero prefiero que sea SU MÚSICA, sí, amigos, SU propia GUITARRA quienes lo presenten. Y como este h… no salía (pues esperaba que dijera su nombre, seguramente), tuve que tocarle muy fuerte (casi a fierrazos) la puerta que lo conectaba con el escenario, para que de ese modo saliera y comenzara el show. Cuando finalmente salió este anónimo artista, el teatro casi se cayó con los aplausos. Ovación cerrada, sin miedo, sin violencia. Fue como ir al Estadio y ver salir a nuestro equipo preferido. La barra se deshace en gritos y cánticos. Realmente eso fue algo increíble: En estos momentos se me viene a la mente, como si fuera ese día, lo que les describí previamente: la Paula, sola, sentada en primera fila, los balcones, la multitud, las luces, los pilares de esta especie de mezquita, etc. Queridos amigos, para qué les digo cómo bajé del escenario: estaba pálido y demacrado, asustado como un pollito recién nacido. Doña Paula estaba igual, ¡pues la pobre no entendía nada! Nunca supo lo cerca que estuvo de enviudar. Es ya muy tarde, son las 11:20 p.m. y es hora de acostarse; además, se me terminó el chianti. Ah, supongo que los tunecinos que asistieron ese día al concierto de guitarra nunca supieron cómo se llamaba el artista, al igual que yo, hasta el día de hoy.7 Laku noc 7 Creo que era de apellido Baeza, vive en París. Es un gran artista y muy simpático. Fue una lástima que tuviera tan improvisado presentador. ‹35› IV Capítulo »Palta Reina« IV Volumen I• Era un día cualquiera en la Dirección del Ceremonial y Protocolo. Era verano y, por lo tanto, el tiempo invitaba a estar en la playa y no en una oficina encerrado bajo cuatro paredes. Pero así es la vida del funcionario público, perdón, del servidor público. Repentinamente sonó el teléfono y fui informado por la Subdirectora (S) de la Dirección de África y Medio Oriente (DIREMOA) que debía colaborar en la organización de un almuerzo que estaba previsto celebrar ese día. Invitado: un Embajador encargado de la Política Multilateral de la Cancillería israelita. La contraparte nacional era obviamente DIREMOA, dirigida por un conocido Embajador, que, al decir de algunos, estaba más preocupado de su físico que del saber. En su defensa, se ubica el estamento femenino del Ministerio que lo consideraba un hombre atractivo. Este Embajador israelita fue catalogado por Héctor Faúndez (Q.E.P.D.), quien estaba a cargo del Escritorio Israel, como El Kissinger judío o eso al menos pretendía creerse el citado Embajador, a decir de Héctor. Cabe señalar que Héctor era una persona muy culta –conocedor del Medio Oriente – y muy dado a las bromas. Por mi parte, la labor que me correspondía desempeñar era en todo caso bastante simple, por no decir modesta: arreglar la mesa, es decir, ubicar a cada uno de los comensales en conformidad con las normas que rigen el ceremonial y protocolo, esto es, en el respectivo orden de precedencia (según el rango de importancia que se le asigna a cada persona). En chileno: si a usted y a su señora lo ubican en la mesa número 33 y a su amigo, compañero, vecino, etc., lo ubican en la mesa 4, ¿quién cree usted que tiene más precedencia? Fíjese, para confirmar sus dudas, ¿quién está más cerca del invitado de honor? Hecha esta aclaración, sigamos con nuestro relato, que confiamos sea ameno y del gusto de su merced. A la 1 p.m. de ese caluroso día me encontraba parado en la puerta de acceso del salón azul (comedor del Ministro) luciendo mi clásico terno gris, mitad poliéster, mitad algodón, adquirido en una afamada multitienda local, en cómodas tres cuotas precio contado. Mi corbata si bien no era ‹39› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub lila ni con guanaquitos, como estila el detective Cayetano Brulé,8 lucía una serie de figuras egipcias, que, evidentemente, no se condecían con los invitados de esa reunión. Primero llegó la delegación israelita, a quienes, junto con la Subdirectora (S) de la Dirección de África, saludamos cortésmente. Luego lo haría nuestro citado Director, quien lo hizo con retraso, aduciendo una intempestiva reunión con el señor Ministro de la época. Esto había motivado que a su llegada, ya nos encontráramos en pleno aperitivo. Normalmente en este tipo de situaciones, el funcionario clásico de DIPRO opta por guardar las distancias, buscando en todo momento pasar desapercibido, ser una especie de sombra, realizando en consecuencia un trabajo que no lo note nadie, ser un fantasma. Un funcionario clásico de DIPRO se retira satisfecho de su cometido si no pasa nada, si nadie se “condorea” (perdonen, sus mercedes, esta expresión tan popular, pero es muy atinente al caso de autos). Obviamente que ese tipo de política no la comparto, pues precisamente lo que uno debe intentar es lograr que los invitados interactúen, que conversen de lo divino y humano –aunque esto es difícil en este tipo de reuniones. Si para ello, el funcionario de DIPRO debe sumarse al banquete, why not? En virtud de lo anterior, me incorporé a la conversación con gran efusividad, brindando con los contertulios judíos en la antesala del comedor, tomándome, además, la libertad de consultar ciertas dudas históricas a nuestros visitantes. Ese es el instante previo con el que se encontró nuestro Director de DIREMOA. Cabe señalar que nunca nos habíamos visto antes, por lo que el desconocimiento era mutuo, materia que recobrará importancia al final de este capítulo. 8 Cayetano Brulé, detective privado de las novelas del afamado escritor chileno Roberto Ampuero. ‹40› Volumen I• Luego de los saludos de rigor, el jefe de los mozos me indica que la mesa está servida. En consecuencia, les comunico a los contertulios que pueden ingresar al comedor. En ese momento la Subdirectora (S) me dice: - Oye, vas a tener que ocupar el asiento del Ministro Consejero, pues no sabemos si va a venir o no. - ¿Cómo? ¿Estás loca? ¿Cómo que tengo que quedarme si no estoy invitado? - Pero ¿de qué te preocupas? Acuérdate que ustedes los de Protocolo están para eso, para resolver los problemas y son verdaderos comodines en caso de ausencia de un invitado. Como tú sabes, la mesa no puede figurar con un puesto vacío. Eso podría interpretarse como un desaire, lo que no es el caso, ¿no es así? - Tienes razón; me quedaré a almorzar entonces, pero, oye, ¿a dónde te vas? - Disculpa, pero tengo un asunto personal y no puedo quedarme –me respondió ya casi en la puerta de la antesala. - Umm, umm… Y así fue como ingresé a un comedor donde no conocía a nadie ni al invitado de honor ni a nuestro Director ni al resto de los comensales. Nos sentamos en el orden de precedencia correspondiente, ocupando yo el puesto del Ministro Consejero. El Embajador chileno comenzó haciendo un elogio del excelente estado en que se encontraban las relaciones bilaterales entre ambos países, haciendo además comentarios sobre el proceso de paz que se llevaba a cabo –que por lo demás continúa– en el Medio Oriente.9 Luego, intervino el festejado, respondiendo con la cortesía que se acostumbra en este tipo de situaciones. Por mi parte, observaba con mucha atención y deleite el plato que tenía frente a mí. Era nada menos que una de mis entradas preferidas: Palta 9 Aconsejo leer el libro del Embajador Luis Palma Castillo sobre el particular. ‹41› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Reina.10 Como era ya tarde –cerca de las 2 p.m.– mi estómago demandaba alimento, por lo que sus mercedes comprenderán que con hambre, la diplomacia se acaba. Como en ese famoso chiste en que una señora reclama por qué no le dan el asiento en la micro. Ante tal falta de educación, exclamó: “¡Ya no quedan caballeros en este mundo!” “¡No, señora, le respondió uno de los aludidos, lo que no quedan son asientos!”11 En fin, volvamos a ese momento cúlmine: una vez que terminó de hablar el Embajador israelita, me dirigí como una flecha hacia la palta reina que pedía a gritos ser devorada por el suscrito. Afanado me encontraba, sus mercedes, con el aludido plato cuando de pronto oí ruidos provenientes de la puerta principal. Una especie de forcejeo. En ese momento apareció, para estupefacción del suscrito, el aludido Ministro Consejero, quien me observó con sorpresa y casi con molestia, dándome a entender que estaba ocupando su puesto. Se produjo un silencio que podríamos calificar de escalofriante. Por mi parte, llevaba un tercio de palta reina en mi cuerpo y pese a que estaba completamente rojo de vergüenza –ruborizado– al igual que el citado Ministro Consejero, opté por lo que hasta el día de hoy considero lógico: seguí comiendo como si nada pasara, ya que consideré infamante para el suscrito, tener que pararme e irme, para de ese modo poder cederle mi asiento a una persona que, en primer lugar, se suponía no vendría y en segundo lugar, llegó notoriamente atrasada. Y así se quedó en medio de la sala el citado Ministro Consejero, mirando y buscando una silla que no existía para él. ¡Nadie entendía nada! 10 Plato que consiste en una ensalada con una palta rellena con camarones o atún, dependiendo del caso. 11 Chiste que me contara mi amigo Edgard Eckholt, actual Cónsul de Chile en Hungría. Con Edgard y su Sra., Marcela, estuvimos 3 años destinados en Filipinas. ‹42› Volumen I• Y allí apareció la experiencia del Director de DIREMOA: “Oye –dirigiéndose al Ministro Consejero–, dile al jefe de mozos que te traiga una silla para que puedas sentarte con nosotros, total estamos en confianza”. “Así es” –dijo el Embajador israelita, y yo, por supuesto, me sumé a ese coro. En la mesa creo que éramos 8 ó 10 personas. El Ministro Consejero buscó un lugar muy lejos de mi posición. En mi caso, di por superado este pequeño impasse -¿era que no?-. Como el vino estaba bueno y dada la escenita relatada, comencé a relajarme y decidí participar en la conversación que se desarrollaba entre ambos Embajadores. Recuerdo mis aportes: comenté que la colonia palestina en Chile era la más numerosa a nivel mundial, cercana a 300.000 personas; algo sobre las reservas hidrográficas de Chile y si no me equivoco, creo que algo sobre la guerra de 1956 –Canal de Suez–. Ambas autoridades asintieron en todos estos casos con la cabeza a mis aseveraciones, siempre formuladas con el respeto del caso. Una vez finalizado el almuerzo, me despedí de todos los participantes con una amplia sonrisa y retorné a mis funciones habituales, “contento señor, contento”, como diría el Santo Padre Hurtado y mi gran amigo cholo Bustamante. Al día siguiente me encontré con la Subdirectora (S), quien me atajó riéndose para comentarme que el Embajador de DIREMOA había quedado sorprendido primero por el incidente de la silla musical y luego por el grado de conocimiento que del país tenía uno de los delegados israelitas, el que a su juicio, debería ser seguramente del Mossad. La Subdirectora, sorprendida por este comentario, le consultó sobre cuál de todos los delegados era aquél que estaba tan bien informado sobre Chile. Este contestó inmediatamente: “Uno pelado que tenía un lunar en la cara”. “¡Pero si ese “gallo”, no es de la delegación judía! le aclaró la Subdirectora. “Era el funcionario asignado por DIPRO para coordinar y atender el almuerzo.” Laku noc, ‹43› V Capítulo »La Quiebra« V Volumen I• Con el tiempo he tomado conciencia de que los cambios ocurren por algo. Como decía la novicia rebelde: “cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana“ – aunque a veces cuesta encontrarla–. No lo sabré yo que pasé cinco años estudiando una carrera que no me gustaba. Aún recuerdo cómo daba mis exámenes de Derecho en la UC, un verdadero ejemplo de cómo se puede improvisar con convicción. Hubo espectáculos memorables, a decir de algunos compañeros de curso, que aún recuerdan mi pasado estudiantil. Mirado con perspectiva puedo afirmar que hice lo que estaba escrito, como diría mi amigo Sinuhé el Egipcio. Un ejemplo paradigmático fue el que realizara en el examen final de Derecho Comercial frente a una Comisión presidida por Nicolás “loco” Montt.12 Era atemorizante observar una mesa con cinco profesores atentos a tus movimientos y respuestas. Aunque sus mercedes no lo crean, había estudiado con relativo esmero ese ramo. Don Nicolás fue mi profesor durante ese año y no quería que se sintiera avergonzado, máxime si fuimos sólo catorce los alumnos que lo seguimos, dada su fama de inteligente, pero era demasiado estricto y loco. Sin embargo, se nos complicó el naipe a la primera pregunta: - A ver, señor Devia –me preguntó don Nico–. ¿Cuáles son las etapas de la quiebra? - (Chita Diego, pensé, ¿cuáles eran? Mmmm, estoy confundido y para peor visualizo en mi mente las páginas de un libro ¡y no de mis apuntes! Dios mío, ¿qué hago? ¡Ya sé!) Profesor, tal como nos enseñó usted en clases, las etapas de la quiebra son como la vida: la quiebra nace, vive y muere. Una vez dicha esta frase para el bronce, caí en el más absoluto mutismo. Ni bajo tortura en Irak o en Guantánamo me sacaban nada, pues nada sabía (en realidad, estaba muy confundido). Esta espontánea respuesta provocó la risa de la Comisión y logró distender un ambiente que se encontraba tenso. 12 Don Nicolás sería luego de terminar la carrera, mi primer jefe. Trabajé en su Estudio de Abogados. Consultado por amistades y familiares sobre cómo había logrado ingresar a ese Estudio, les respondía lo que mi madre afirmaba: “Entre locos nos entendemos”. ‹47› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub - Pero, señor Devia –me respondió don Nicolás– ¡De dónde sacó eso! - ¡Pero si usted lo decía en clases, profesor! - Sí, claro, pero desde un punto de vista pedagógico y no tan lite- ral, señor Devia. - ¿Y por qué no vamos viendo las etapas de a poco, profesor, con una pequeña orientación? Si le parece... - Umm, ya veo, señor Devia, ya entiendo lo que quiere. Está bien... Y así fue como don Nico me fue progresivamente dando pistas, señales, orientaciones, para poder de este modo responder a su pregunta. Para terminar la historia de este examen, sus mercedes deben saber que la retirada fue también bajo tirabuzón. Cuando creía que todo estaba dicho, don Nico paró mi presentación y me indicó que cambiáramos de tema y que conversáramos del derecho marítimo mercantil. Sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas. Me defendí estoicamente, apelando a lo que se me viniera a la mente. Fue tal esa chorrera de información inoportuna y no procesada, que confundí la palabra (o vocablo para los más puristas del lenguaje) desguace de los buques con desagüe. - ¡Esto es el colmo, señor Devia! –gritó don Nicolás– ¡Cómo usted puede confundir desagüe con desguace de los barcos! ¡El que se va a ir por el desagüe es usted! - Pero, don Nicolás, disculpe; fue una expresión desafortunada. (Dije esto riéndome derechamente.) - Mire, le propongo lo siguiente, señor Devia: Usted se retira en este instante de esta Comisión con un 5.0,13 pero me promete que ¡nunca, pero nunca va a ejercer como abogado! - Don Nicolás, se lo prometo, pues es precisamente lo que quiero: No ejercer nunca el derecho.14. Y así fue como resulté incólume de ese examen de Derecho Comercial. Habría otros, pero eso es parte de otra historia. 13 Nota más que satisfactoria. 14 Le tuve que recordar al mismo don Nicolás que me liberara de esa promesa, pues precisamente mi primer trabajo fue como Procurador en su estudio de abogados. ‹48› VI Capítulo »Negro Galilea y don Benito« VI Volumen I• En otro ámbito, se me olvidó comentar que en septiembre del año que se nos va visitaron Croacia el Negro Galilea y su señora Pilar.15 ¡Para qué quieren que les cuente! Recordamos innumerables anécdotas. Además, su señora era compañera de Colegio de la Paula, ergo, conversamos sin parar. El Negro me recordó un incidente que mi frágil memoria había quizás conscientemente borrado, sino totalmente, al menos en parte. Se trata de nuestra ex práctica judicial de la PUC, siendo los principales protagonistas en orden de intervención: don Benito, el citado Negro y nuestro reducido grupo de práctica. ¿Qué pasaba, queridos contertulios? Como ustedes saben, en tres oportunidades estuve a punto de retirarme de la Carrera de Derecho (en el primer, en el tercer y en el quinto año). Nos encontramos en el quinto año16 y terminando el año de la Práctica Judicial en Pudahuel. Mi desempeño en la mencionada práctica había empezado en forma desastrosa (no entendía nada de nada) y sólo había repuntado algo en el mes de octubre, fruto de un viaje relámpago a Horcones con mi amigo de colegio y PUC Paulo Figueroa, viaje que me permitió ver la luz.17 Era jefe de nuestra práctica don Benito, un abogado serio y muy profesional, acusado de duro por varios –sino la mayoría o casi totalidad- de sus ex alumnos (el año anterior ya había reprobado a un alumno y parece que quería repetir la experiencia con el suscrito). El último día de clases se me informó extraoficialmente (una especie de 15 Rodrigo “Negro“ Galilea y Pilar Vicuña, vinieron de vacaciones por esta zona del mundo. El Negro fue compañero y amigo de la UC, goleador de nuestro común equipo de baby fútbol, Yamikoko, y uno de los más alegres del curso, incluso en plenos exámenes. 16 Nota: falló la calefacción, estoy con 5 grados bajo cero y sigo tomando. “Para el frío y los colores”, como diría tío Moncho Rey. Ah, y escuchando al grupo ABBA. 17 Este viaje merece un capítulo aparte. Not Yet. ‹51› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub soplo, en la jerga) que estaba siendo reprobado en mi práctica.18 Este anuncio fue un verdadero mazazo, pues consideraba que luego de mi viaje a Horcones estaba rectificando mi proceder, aunque fuera en forma tardía.19 Y allí intervino el Negro Galilea, quien junto a otros amigos sabía que si yo era reprobado, renunciaba a la Carrera de Derecho y me iba de Chile. ¿Adónde? ¡Qué sé yo! A cualquier parte, con el riesgo de transformarme con el paso del tiempo en un peregrino sin rumbo ni fe. Esa misma tarde, el grupo humano –incluyendo a don Benito– decidió ir a celebrar el fin del curso a un restaurante del Partido Radical (creo que está ubicado en Gran Avenida). Como ya estaba dateado, decidí hacer lo único que hace un reo próximo a ser conducido al paredón: comer y tomar, como si el mundo se fuera a acabar -¡qué literal!-. Luego de la comida, una compañera de curso ofreció su casa para continuar la tertulia. Y allí empezaron las primeras dificultades. A un iluminado se le ocurrió preguntarle a don Benito qué pensaba de cada uno de nosotros. Empezó si no me equivoco con el Negro Galilea, a quien sindicó como una especie de alumno potencial. Serías un excelente alumno Galilea, si te dedicaras a estudiar y a no ocupar tu tiempo en “otras cosas”, ajenas a la Carrera. Luego se ensañó sin misericordia con otro compañero, a quien le espetó que sus problemas familiares e inseguridades no tenían por qué entorpecer su labor en la práctica. Al tercero tampoco le fue mejor: lo calificó de errático, y conste que había comenzado elogiándolo. Las caras de los afectados reflejaban lo que se estaba viviendo en esos instantes. Fue una ordalía, una carnicería, una matanza, a secas. 18 Me puse a bailar “Mamma Mia”, el frío es inaguantable y el vino está para ser degustado. A tu salud, Ernest Hemingway. 19 Acabo de recibir un SMS de Paulita; está en el aeropuerto de Sao Paulo, a 20 minutos de embarcarse. No sabe el frío que le espera en la casa y más encima, ¡sin agua caliente! ‹52› Volumen I• Ante este panorama, sus mercedes podrán comprender cómo me sentía. “¿Y qué pensará este personaje de mí?“, me preguntaba a mí mismo.Y cómo nunca falta una pregunta pelotuda en toda clase que se precie de tal, se le consultó a boca de jarro al inquisidor: “¿y qué piensa de Devia, don Benito?”. Lo veo como si fuera hoy. Para mala suerte estaba sentado frente a mí (como a 5 metros). Cada uno sostenía su trago, como en un duelo de pistolas: El inquisidor Torquemada, una copa de vino; por mi parte, mi infaltable cubalibre. Reconozco hidalgamente que cuando escuché la pregunta del millón palidecí, atragantándoseme la garganta ipso facto.20 “Prefiero no opinar de Devia”, fue su escueta respuesta.21 Me sentí muy dolido, humillado, cual insecto pisoteado sin piedad. Un país paria, un indocumentado. Y siguió un silencio que fue solo interrumpido por la dueña de casa, quien nos invitó a bañarnos a su piscina. Como ya los dados habían sido echados, cual Julio César, me zambullí en la piscina –no era precisamente el río Rubicón–, olvidando la escena anterior, para disfrutar como un niño de esa oportunidad histórica. Por mala coincidencia, casi golpeo a don Benito en esa acción (zambullida), quien también estaba tomándose un trago en la piscina. “Salud, don Benito”, fue mi respuesta a esta involuntaria acción; “salud”, me respondió Torquemada, con su clásica sonrisa. 20 Cabe señalar que yo no quería asistir a esta “celebración”, máxime si mi futuro estaba casi definido. Fue especialmente el propio Negro Galilea, y otros, como Hernán González, Cristián Saieh, Carlos Correa, y Pedro Felipe Vial quienes insistieron en que no faltara a esta inolvidable jornada de reflexión. ¿ Jaime Concha, also? 21 No sé qué fue peor: si ese comentario o la forma peyorativa en que lo dijo. ‹53› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Terminada la fiesta, Anita22 ofreció llevarme –pues vivíamos cerca–. Pero grande fue mi sorpresa al constatar que don Benito, sí, el mismísimo don Benito sería nuestro conductor.23 Recuerdo que tenía un Peugeot azul oscuro, cómodo y espacioso, del año, como correspondía a su alta dignidad y oficio. ¿Y qué creen que me pasó? Mientras avanzábamos veía las luces de la gran ciudad a mi alrededor. Con horror comencé a darme cuenta de que me había excedido en la cantidad de cubalibres permitidos -- además, hay que sumarle el vino y la comida del restaurante Masón, perdón, Radical. ¡Las mezclas son fatales! Y así fue cómo sin darme cuenta, como quien grita: “¡Agua va!”, así de fácil, vomité dentro del auto de don Benito. Cabe agregar a sus mercedes que fui incapaz de abrir el vidrio de la ventana,24 hecho que originó que el cuadro fuera aún más dantesco.25 No tengo idea de cómo llegué a mi casa ni tampoco de cómo abrí la puerta. Con todo, agradecí a don Benito su buena voluntad por traerme a mi casa, indicándole, además, que al día siguiente me enviara la boleta por el costo de la limpieza del auto.26 Suegro, Negro Galilea, don Benito, familia, amigos, salud y Laku noc 22 Anita me transcribió mis informes de la práctica judicial y también siempre me apoyó, insistiéndome que no abandonara la práctica judicial y la carrera. También trataba de convencer a don Benito que no me reprobara. Eternamente agradecido por su loable acción. 23 Lo que yo no sabía y el propio Negro me lo relataría aquí en Croacia, es que luego de varias horas logró convencer a don Benito, bajo juramento, que me daría una última oportunidad, una especie de nivelación (un intensivo de práctica judicial en los meses de enero y marzo), ya que “de lo contrario, el Negro Devia deja la carrera”, le habría señalado a don Benito. Don Benito habría respondido, “OK, pero si falla, lo repruebo “al tiro”. “Lo único bueno de Devia es que le gusta el fútbol”, había exclamado. (Don Benito es fanático de la Unión Española). 24 Tengo que haber estado muy curado, ¿o no? 25 Asimismo, cabe señalar también que cuando me subí al auto, don Benito había señalado que su auto lucía “como nuevo”, porque ese día lo había mandado a limpiar. Paradojas del destino. 26 Nunca me llegó la boleta. ‹54› VII Capítulo »Un Príncipe Asiático« VII Volumen I• En primer lugar debemos recordar que nuestro héroe, Cristaldo,27 nunca quiso formar parte de la Dirección del Ceremonial y Protocolo. Su traslado a esa Dirección se debió a una serie de circunstancias que no son del caso relatar. Sin embargo, hubo coincidencia entre los familiares y amigos de Cristaldo de que ése no era precisamente el lugar adecuado para empezar su carrera de funcionario público. Apenas pisó la oficina del que sería su Subdirector se sintió como el patito feo. Notó con estupor que su camisa rosada y suspensores no eran del agrado de su nuevo jefe. No obstante, en diplomacia las cosas rara vez se dicen directamente, por lo que, respecto a su indumentaria, Cristaldo siguió combinando sus corbatas y ternos (trajes) a su amaño, con el consiguiente riesgo que ello implicaba. Esto porque había un detalle que nadie había reparado, ni siquiera el propio Cristaldo: su daltonismo. Pero Cristaldo estaba hecho para grandes empresas, así al menos soñaba y reía para sí mismo. Protocolo es un lugar donde las posibilidades de cometer un error (con funestas consecuencias funcionarias) son parte del quehacer diario. Cristaldo no había solicitado ese puesto, por lo que se consideraba a sí mismo como inimputable.28 Pese a esta breve introducción, la Dirección de Recursos Humanos de la época consideró que Cristaldo era el hombre adecuado –idóneo– para Protocolo, pues reunía el perfil funcionario requerido. Pasó el tiempo y con él empezaron a llegar las visitas extranjeras, siendo una de ellas el de un Príncipe asiático. Su Alteza Real arribó en un enorme Boeing 747 acompañado de una impresionante comitiva oficial, para quienes el aludido Príncipe era una especie de divinidad o algo por el estilo. 27 Personaje inventado, no así la siguiente historia. 28 El éxito para la Dirección del Protocolo se traduce en que no se cometan errores, o por lo menos, que sean los mínimos posibles. Si todo transcurre normalmente, nadie se acuerda del Protocolo ni menos de sus funcionarios. Pero si hay una falla, el cadalso espera al presunto responsable. ‹57› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub En virtud de lo anterior, se instruyó a los funcionarios encargados del programa de la visita del Príncipe que éstos NO podían conversar y ni siquiera mirar detenidamente al Príncipe, pues esto podía interpretarse como un insulto. Para Cristaldo el citado príncipe era una persona más, una pega más, pero tenía conciencia que debía respetar las costumbres de otros países. En su primer día de visita, su Alteza decidió trotar por la noche. Fue atendida su solicitud, y se consiguió que la Escuela Militar facilitara su recinto deportivo –la pista de ceniza que rodea la cancha principal de fútbol. Como no había luz suficiente, a juicio de los visitantes, unos miembros del staff del Príncipe debieron correr agachados con una linternas para iluminarle el camino a su augusto señor –unos delante y otros detrás–, sin poder levantar la vista, so pena seguramente de “excomunión”. En definitiva, eran verdaderos esclavos quienes corrían cuales “curcunchos”. Cristaldo consideró que no estaba capacitado para esperar 1 hora o más sentado en su auto, por lo que consultó al Protocolo del Príncipe si él también podía sumarse al trote. Cristaldo explicó que su deseo era supervisar que todo estuviera en orden, pero éste en realidad pretendía aprovechar el tiempo en un “trabajo precompetitivo”, pues su agenda tenía previsto un partido de su Liga de Fútbol. Un trotecito nunca está de más en el hogar. Y así transcurrió la hora y media. Cristaldo ya no podía con las piernas, maldiciendo su iniciativa. “¡Pero este hombre no para! ¡Y más encima en las curvas aumenta su velocidad! ¡Qué bestia! ••$”&((** H…“--pensaba nuestro héroe. Pobre Cristaldo, al día siguiente se enteraría de que el Príncipe era aficionado a los aviones –tenía grado de General de la Fuerza Aérea de su país– y que, por lo tanto, tenía entrenamiento de piloto de guerra. “Con razón”, exclamó espontáneamente al enterarse del CV físico de su Majestad. Pero la noche no terminó ahí. Cuando su Alteza estaba ingresando al vehículo Mercedes Benz blindado, facilitado por el Gobierno de Chile, ‹58› Volumen I• éste no retiró a tiempo su royal finger, el que fue aprisionado al cerrar la puerta. El grito se escuchó clarito. Fue un aullido, algo atroz. “Cagamos”, pensó Cristaldo. El pánico se apoderó de Cristaldo y del oficial a cargo de su seguridad, quien había cerrado la puerta, lo que originó el relatado alarido. Se procedió ipso facto a abrir la puerta, lo que permitió visualizar a un Príncipe muy adolorido y que se apretaba –sobaba– su mano. Cristaldo aprovechó ese momento para observar el piso, buscando parte de un supuesto dedo, ya que el terrible portazo de esa puerta blindada bien pudo haber ocasionado ese resultado. Respiraron tranquilos al notar que su Alteza aún conservaba su dedo, pero supusieron con razón, que la rabia y el dolor lo consumían. Los contratiempos sufridos por el príncipe no quedaron ahí, ya que al día siguiente, el programa contemplaba una visita y ponencia en una Facultad de la Universidad de Santiago. Detalles no previstos: La Comitiva del Príncipe usaba trajes que se confundían con uniformes militares; esa Universidad venía saliendo de manifestaciones estudiantiles –as usual– y la presencia de la enorme comitiva policial provocó una rechifla generalizada. Cuando Cristaldo se bajó del auto, acompañando al Príncipe, ambos fueron objeto de improperios, al igual que todas las distinguidas visitas. Cabe consignar que el Rector de la aludida Universidad fue en todo caso el que más insultos recibió. No sé qué habrá pensado el Príncipe y su Comitiva, pero la cara de los estudiantes que estaban esperándonos a la entrada –cual Cordón de Honor– no eran precisamente cordiales. El oficial a cargo de la seguridad le hizo presente a Cristaldo lo expuesto y lo inconveniente que resultaba llevar al Príncipe ante ese escenario. Sin embargo, Cristaldo le señaló que el programa no se podía cambiar, salvo que corriera riesgo la integridad física de Su Alteza. ‹59› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Pese a lo anterior, el Príncipe y su Comitiva, al ingresar al anfiteatro –lugar donde se desarrollaría la ponencia– fueron recibidos por una ovación de los asistentes –profesores y público cautivo–. Nadie entendía nada. Afuera habían sido abuchados y en el anfiteatro era todo aplausos. En un momento de tranquilidad, Cristaldo ingenuamente consultó a una de las personas encargadas del Protocolo de la Universidad dónde se iba ubicar el traductor del Príncipe. - ¿Qué traductor?—respondió ella. - ¿Cómo que qué traductor? El que sirva de intérprete de la ponencia que hará el Príncipe. - Disculpe, don Cristaldo, pero eso no estaba previsto. ¿Pensé que ustedes o la Embajada tenían uno? - ¿Cómo que no estaba previsto? ¿¡Usted cree que yo hablo --- !? ¡Chita Diego! Ch… - ¿Y qué hacemos ahora, don Cristaldo? - Le sugiero que tomemos palco y aplaudamos cuando termine su ponencia, c`est tout! Y así fue como un príncipe asiático hizo una exposición por cerca de media hora ante un auditorio que no entendía un comino de lo que escuchaba. Al principio la gente estaba desconcertada, pero luego fueron tomándolo con humor, sobre todo aquéllos que estaban cerca de Cristaldo, pues éste era uno de los que más aplaudía en cada pausa de su Alteza. Para Cristaldo fue un espectáculo inolvidable, que siempre es objeto de comentarios junto con sus amigos. ‹60› VIII Capítulo »Feliz año 2007« VIII Volumen I• Como es propio de la mentalidad europea, las reuniones y festejos se planifican y organizan con bastante anticipación. En virtud de ello, fuimos invitados por el segundo de una Embajada amiga y señora a pasar el año nuevo en su casa. Asistirían también a esa velada como diría el comentarista deportivo Julio Martínez (Q.E.P.D.), nuestra pareja de amigos franco-alemana (T y S) y Paulina Rajcevic, chilena –croata baby sitter– del dueño de casa. Paulina además es periodista y se encuentra estudiando croata en la Universidad de Zagreb. Nuestro anfitrión es un diplomático cabal, de hecho tenía todo previsto, trayendo incluso tocino especialmente faenado para celebrar como Dios manda. Faisán29 era el plato principal, siendo asistido por una entrada preparada por Silva y el postre fue elaborado por doña Paula. No entraré en detalles, pero básteme mencionar que estuve a punto de comentar que el famoso faisán, que estaba muy bien preparado, tenía un gusto similar a pollo. Pero había sido instruido por Paulita para fermez la bouche y evitar mis clásicas comparaciones que no llevan, en algunos casos, a nada. 29 ¡Cómo nos cambia la vida, Devia! En tiempos universitarios, un completo (hot dog) y una bebida eran parte de mi alimentación. -Más que calidad, cantidad-, era el eslogan de la época. “¿Reniegas ahora de ello, Devia?”, como seguramente me espetaría Pato Piddo. ¡Claro que no, Piddo! En este contexto y a modo de ilustración, se me vino a la memoria una manifestación cultural universitaria organizada por la oposición de la época, en contra de la oprobiosa Dictadura del Ex Presidente y ex Capitán General, Augusto Pinochet. En aquella ocasión, y una vez finalizado este meeting político, gentilmente invité a una interesante mozuela a comer algo. Por mi parte, pensaba ingerir un completo (hot dog), fiel a la citada costumbre estudiantil. Respecto de ella, no tenía claro qué podía solicitar, pero su pequeño “físico y personalidad” ameritaban hacer un esfuerzo pecuniario; al menos, merecía un churrasco palta- tomate. Así lo creí al menos el infrascrito. Sin embargo, consultada sobre el particular, me respondió sorprendida por el ofrecimiento: - No, muchas gracias –quizás dudaba de la manipulación que de los alimentos que se hacía en ese lugar o sencillamente, quiso en forma sutil decirme: “oye, no me molestes”. -Ante tal oportuna respuesta, exclamé: “¡Menos mal! ¡Me acabo de dar cuenta de que no me alcanza la plata para invitarte, sorry!” Lo único positivo de este incidente fue que la mozuela tomó con mucho humor este contratiempo financiero. Con el tiempo llegaríamos a convertirnos en amigos y sólo en eso, nothing more, para mi desgracia, pues durante muchos años esta pequeña mozuela se transformaría en mi propia Nefernefernefer de la novela Sinuhé el Egipcio (Curiosamente, los diplomáticos egipcios han sido muy buenos amigos en las distintas destinaciones en que me ha tocado servir). ¿Será coincidencia? ‹63› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Sin embargo, el vino ofrecido por el anfitrión, más una rica caipiriña preparada por su señora, fueron relajando el ambiente y con ello, mi destemplada boca. S. abrió los fuegos al consultarme con una mirada fulminante si no me había gustado la entrada (pues estaba dejando algunos restos). “¡Nooo, cómo se te ocurre S.!”, le respondí, y en el acto me zampé las sobras, provocando la risa de la acusadora y con ello, de pasó, otro brindis. Posteriormente, ya pasadas las 12 y luego de comer 12 uvas y lentejas pasamos al living. Allí comenzó una conversación sobre la dotación de nuestras respectivas Embajadas. Sobre el particular, nuestro anfitrión nos explicó que su Embajada era pequeña pero al menos tenía una persona encargada de los temas culturales, una joven que era “inteligente, simpática, preocupada por su trabajo, etc”. Yo repliqué que en el caso nuestro era peor, pues sólo contábamos con dos secretarias y un chofer, por lo que le consulté si esa joven agregada cultural era una funcionaria de planta de su Embajada. Me contestó que no, que era una persona que venía por un tiempo, una especie de intercambio, una especie de… “¡Ah, de becaria!“ –respondí– “¡Como Mónica Lewinsky!“ (para horror de Paulita y Paulina, según me manifestaran al día siguiente). “Sí, una becaria, a secas”, respondió, sin dar pábulo para mayores comentarios. Luego, la conversación derivó en otros temas. Sin embargo, algunas veces ciertos asuntos que no se resuelven completamente vuelven nuevamente a escena. Esto ocurrió con nuestra becaria, pues a pito de nada, el dueño de casa comenzó nuevamente a elogiar a esta especie de Agregada Cultural, lamentando nuevamente su partida, pues reiteró que era una mujer capaz, inteligente, eficiente, etc. ¿Y qué piensan ustedes que hice? Desoyendo las instrucciones de la doña y esbozando una media sonrisa, exclamé con un español claro y potente: “Oye, noto un cierto entusiasmo en tus palabras”. Una vez terminado mi comentario, recibí un inmediato codazo de Paulita. No puedo describirles el rostro de ambas chilenas. Estaban notoriamente sonrojadas y según me señalaran después, derivado de la vergüenza que habían pasado con mis impertinencias. ‹64› Volumen I• Pero nuestro anfitrión, quien había escuchado atentamente mis palabras, acompañado, además, por su señora, me respondió: “Disculpa, no entiendo lo que me dices”. “A palabras necias, oídos sordos”, pensé. Como no esperaba semejante respuesta, el que se sonrojó fui yo, al tratar de explicarle que su entusiasmo en realidad provenía de su profundo pesar derivado de la intempestiva partida de su becaria. Hablé dos tonteras más, destacando en una de ellas la necesidad de contar con dicha institución – becarias– en las Misiones de Chile en el exterior y opté por el silencio para evitar más codazos. Finalmente, como esa noche estaba para más chascarros, hice nuevamente uso de la palabra para defender, en principio, una mayor autonomía para el País Vasco, medida que yo sabía era rechazada por la mayoría de los presentes. Argumenté que evidentemente era un tema complejo, pero que esa autonomía en todo caso, a mi juicio, no podía significar una separación del Reino de España, no sólo por ser inconveniente para España, sino que también para el propio País Vasco. No recuerdo si los comensales estuvieron de acuerdo con lo expuesto, pero donde sí me caí fue equiparar a la ETA con el movimiento mapuche en el sur de Chile. Ante tal aberración, ambas chilenas saltaron y me enrostraron que el vino al parecer estaba demasiado bueno, no dándome tiempo para terminar mi ponencia. (Como diría Julio César: ¿tú también, Brutus?) Sí, señores, tuve que sobreponerme al rechazo de mis propios compatriotas y explicar que los ataques terroristas tienen el mismo propósito: sembrar confusión, terror. Claro que la ETA no puede ser comparada con este seudo movimiento indigenista chileno, pero es evidente que en la zona de Arauco en el último tiempo se han llevado a cabo actos terroristas, por mucho que la autoridad de turno (el Gobierno y Tribunales) califique dichas conductas con otro nombre. Finalmente, nos retiramos de la casa de nuestros amigos muy alegres con rumbo a la Plaza Ban Jelasic, que viene a ser nuestra Plaza de Armas, lugar de reunión de la juventud de Zagreb, para luego retirarnos a nuestro hogar, dulce hogar. Laku noc ‹65› IX Capítulo »La Salud Pública« IX Volumen I• Conmoción ha causado en la opinión pública la errada operación quirúrgica realizada por un equipo médico de un hospital público croata, a la que fuera sometido un pobre ciudadano de este país el pasado mes. Lo que parecía una simple operación de apendicitis se transformó, sin explicación alguna, en la amputación de una de las piernas del paciente. No sólo esto, sino que además se teme que producto de una infección no controlada, estaría siendo comprometido un brazo y la otra pierna de este pobre hombre. Hasta el momento, el infrascrito no ha podido recabar mayor información, salvo tomar nota de la indignación generalizada que este hecho ha provocado, que ha significado además ventilar una serie de quejas dirigidas hacia el Servicio de Salud local, acusado de ser el sistema público más corrupto del país, detrás de los políticos y del Poder Judicial, en ese orden. Como prueba de lo anterior, se ha publicitado el caso de un cirujano que para atender a un paciente –en Croacia también existen las listas de espera, con el agravante que no hay clínicas privadas– le habría solicitado a la hija del enfermo la suma de 5.000 euros para operarlo de inmediato. Al explicarle que no contaba con esa suma, la respuesta del galeno fue simple: “Entonces, espere su turno en la lista”. Ante esta respuesta, la hija se dirigió de inmediato a la Policía, denunciando el hecho y procediendo a tenderle una trampa a este doctor, que por sus actos pareciera deducirse que nunca hizo el juramento de Hipócrates. La hija en cuestión, siguiendo las instrucciones del médico, llegó con los 5.000 euros solicitados por este “doctor de los pobres”, los cuales iban marcados. Una vez entregados éstos, este doctor del año se los guardó en su bolsillo confiado en su buena estrella. Sin embargo, pasado un tiempo prudencial, fue detenido por los sabuesos locales, comprobándose que esta práctica la venía realizando desde hacía mucho tiempo, siendo denunciado por testigos que fueron apareciendo –y se comprobó que su elevado nivel de vida no se condecía con sus exi- ‹69› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub guas rentas declaradas ante el Servicio de Impuestos respectivo–. Este incidente del apendicitis me recordó un caso que mi padre me contara años atrás respecto a un funcionario de la ENDESA. Este ingenuo funcionario tenía un furúnculo en el popó. 30 El afectado en cuestión, con bastante pudor, le señaló a sus colegas que la operación era sencilla, por lo que regresaría a más tardar en dos días; sin embargo, el destino le depararía una sorpresa. Nuestro amigo del relato despertó del postoperatorio no precisamente con un dolor en el popó, sino que en un sector de su estómago. Para su sorpresa arribó el doctor con una sonrisa de satisfacción en su rostro por el deber cumplido, según deduzco. - ¿Cómo le va, don Cristaldo?31 ¿Cómo se siente? - La verdad, doctor, no muy bien, pues tengo un intenso dolor en el estómago. - Lógico, don Cristaldo, no sabe cuánto nos ha demorado su intervención. - Pero, doctor, usted me dijo que era una operación sencilla. - Sí, claro, pero nos costó una enormidad encontrarle el apéndice, pero lo logramos finalmente. - ¿El apéndice? - ¡Sí, hombre, su apéndice! Tuvimos que “entrar a cortar“ (seguramente esta expresión no la utilizó el doctor, pero estaba en la mente de Cristaldo) parte importante de su aparato digestivo. - Pero, doctor, ¡yo fui operado del apéndice hace varios años! ¡YO NO TENGO APÉNDICE! ¿Qué me cortaron? Lo único que sí sabemos es que al menos el furúnculo seguía en su lugar, 30 Popó : expresión de mi suegra para describir lo mismo que según mi suegro es “poto”, vale decir, trasero en buen español. 31 Así denominaremos de ahora adelante a nuestro protagonista, pese a la negativa de mi cónyuge por tal denominación. ‹70› Volumen I• lo que motivó una segunda intervención del pobre de Cristaldo. En virtud de estas dos operaciones seguidas, nuestro amigo Cristaldo estuvo varios días hospitalizado, recuperándose satisfactoriamente de ambas intervenciones quirúrgicas. En aquellos años no se demandaba a los médicos por tales negligencias; quizás todos éramos más ingenuos y por qué no decirlo, más cándidos, por ende, más felices.32 Laku Noc. Co Co n au Conmo n ha c ci ó n m o oció n ha causad Co sad o so or e estddeamppaeti e d od ú do en l r gica rutene o usa n la opainoipó in p or a r i do e ó núbpliúcbalilccar leaoali uasa a er r d ca a en l sad da opera a o p i n n ió e nplúa boica la erra ical laa ció e p n ó i i n p p ú a e on ipt soarduor u daiuedarlaaprsúob re c roataú m éd oción ha m oción h nm ca o l n l púb itaza obre ciuda da n p aliz ci ó n quir puope emraécdrión n fue es.pa ob l e a li z a c n quir d , g ano de ico dliieca rqe co cruipo ci ó p licooaurn is.tbpidic e u qe em m uu n ho b oataaliza la q , ea pa mé ste d dico a ic oúrgica quir lico a da p a í , a op urrnaaedla qosi uel era qu m u n n qda opera rra irú ú d p ital prgo pu e un heuoess pf ís sp ho 32 No todos los médicos son malos; por el contrario, muchos de ellos dedican su vida por los demás; sin embargo, como todos los seres humanos, comenten errores. Cristaldo al igual que el croata de nuestra historia fueron sólo víctimas de los mismos. ‹71› X Capítulo »Un venezolano perdido en Zagreb« X Volumen I• Una de las funciones básicas de todo Consulado es prestar auxilio y asistencia a sus connacionales, como también, la defensa y protección de sus derechos en el exterior. Sin embargo, ¿qué ocurre en aquellos casos, donde por motivos de distancia y/o recursos, no existen Consulados con jurisdicción ni con medios para ayudar a un connacional en dificultades? Esto le sucedió a un venezolano que por razones aún no esclarecidas perdió su pasaporte en la estación de trenes de Zagreb. Su versión fue que al ser sorprendido por la Policía croata durmiendo en uno de los andenes de la citada estación, y al serle requerido su pasaporte, con sorpresa comprobó que tanto éste, como su segunda mochila, habían desaparecido “subrepticiamente”. En virtud de lo anterior, fue inmediatamente detenido y conducido a la Estación de Policía más cercana. En ese lugar le fueron leído sus derechos y los cargos en su contra –por vagancia e indocumentado–, todo en perfecto croata. Al no obtener respuesta de parte de Bernardo, así se llama el héroe de nuestra historia, quien obviamente no entendía ni jota de lo que se le acusaba, y como viéranse frustradas las universales señas de rigor, le fue proporcionado a Bernardo una intérprete en español, a su costa. En definitiva, luego de un brevísimo proceso, fue condenado a pagar una multa por vagancia, adicionándosele además el costo del proceso (que incluía los honorarios de la traductora). Como sólo tenía dinero para la traductora, fue encerrado en un calabozo y luego enviado a prisión preventiva permaneciendo entre 24 y 48 horas en esas dependencias. Don Bernardo es de profesión “charcutero”, de 1.70 m. de estatura, de no más de 30 años de edad y con un clarísimo acento venezolano. Ahh, es Chavista y como le señaló al Consulado de la República Bolivariana de Venezuela en Viena (le permitimos que llamara de nuestro Consulado, pues llegó a éste pidiendo ayuda), no es del nido. Su familia vive en un suburbio modesto de Carabobo. ¿Y qué diablos está haciendo usted en Zagreb?33 Es la preguna de rigor que que- 33 En realidad estaba pensando otra cosa al formular esta pregunta, pero por respeto al lector, se han cambiado algunas palabras, manteniéndose con todo, el sentido y alcance de las mismas. ‹75› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub ría formularle a Bernardo cuando llegó a nuestra oficina, en un caluroso día de julio; sin embargo, por diplomacia el diálogo que se desarrolló fue el siguiente: - ¿Y cómo supo, don Bernardo, que el único consulado de América Latina en Croacia era el chileno? - Por la Policía. Además, en la cárcel me informaron que usted podría ayudarme, Doctor, pues el Cónsul Honorario de Venezuela en Croacia habla inglés, y cuando le pedí ayuda, me cortó el teléfono, seguramente, porque no me entendía lo que le estaba pidiendo. - ¿Cómo es eso? ¿Le cortó el teléfono? - Sí, Doctor. Y un preso me dijo: “Oye, los chilenos y los venezolanos son “kif kif ”. Anda al Consulado chileno; ellos te deberían ayudar“. - Ummm, tiene suerte, don Bernardo, porque precisamente hace menos de un mes le indiqué a nuestro Ministerio, en Santiago, que me autorizaran a prestar auxilio a cualquier latinoamericano residente en Croacia, previendo precisamente situaciones como la suya. - Gracias, Doctor, (casi llorando). No sabe lo que he pasado estos días. - Me lo imagino. Y dígame, ¿qué podemos hacer por usted? - Doctor, me ha señalado la policía que no puedo salir de Zagreb sin pasaporte. Por lo tanto, pensé que usted podría darme uno. - Sí, me encantaría poder darle uno, pero usted es venezolano y no puedo extender un pasaporte chileno a una persona que no tenga nuestra nacionalidad. ¡Ahí sí que me cuelgan! Y le aseguro que hay varios interesados en mi Ministerio para que eso ocurra. ... silencio sobrecogedor (como diría Pedro Carcuro).34 - Mmm, ya sé lo que podemos hacer. Llamaremos al Consulado de Venezuela en Viena, porque la situación es compleja, ya que usted no puede salir de Croacia sin pasaporte y a su vez, éste mismo le es exigido para poder circular en Zagreb. ¡Esto es ridículo! Debemos solucionar este problema. - Gracias, Doctor. Luego de dos intentos fallidos, me comuniqué finalmente con la Licenciada Yasmín K., diplomática del Consulado de la RBV en Viena.: 34 Afamado comentarista deportivo de Televisión Nacional de Chile. ‹76› Volumen I• - Aló, Licenciada, frente a mí tengo a un ciudadano venezolano que requiere ayuda de ustedes. Le explico los hechos. - ¿Está seguro de que es venezolano, señor Cónsul? - Mire, tiene pinta y habla como venezolano; es lo único que puedo decirle. Su caso ha sido incluso difundido por la televisión croata y los diarios locales, sindicándosele como ciudadano venezolano. - Bueno, de ser así, Doctor, y como una manera de solucionar este caso, podríamos enviarle un Documento de Viaje a don Bernardo, el que usted podría entregarle personalmente, previa exhibición de un ticket de avión Zagreb- Caracas, ya que el documento de viaje se expide con el solo objeto de que el señor Bernardo XX pueda regresar a Venezuela. -Ok –le respondo–; procederemos en conformidad a sus instrucciones. Al día siguiente de la entrevista con don Bernardo, nos encontramos con otro tipo de dificultades. El pasaje de avión costaba 1.500 euros y nuestro héroe sólo tenía 700 euros. Luego de varias diligencias obtuvimos un pasaje por 961 euros. Don Bernardo, por el momento, se alojaba con unas monjitas. Con una de las hermanas me había contactado ya en dos ocasiones para buscar fórmulas de arreglo. La primera vez no pudimos comunicarnos telefónicamente. Al día siguiente me visitó al Consulado y me comentó que además de italiano (lengua que desconozco) hablaba francés. ¡Trés bien! Y ahí pude aclararle en qué estábamos, y que andábamos haciendo una vaca para embarcar a don Bernardo, entre el Consulado de Venezuela y el chileno. Lo que don Bernardo no comprendió en este diálogo entre la monjita y el suscrito, es que las monjitas podían tenerlo en su hogar hasta el 14 de julio. Algunas veces es preferible no saber francés. Si hubiese estudiado francés con mi amigo Maximiliano Prado, seguramente habría comprendido la conversación y se habría puesto más nervioso al finalizar ésta. In God we trust To be continued. ‹77› XI Capítulo »Popurrí, La reencarnación« XI Volumen I• Érase una vez un Jefe de Misión muy asiduo al estudio de la reencarnación y del esoterismo. Poseía un perro de raza labrador, de un magnífico color café claro. 35 A su llegada a Zagreb, su Excelencia sostuvo una reunión con su personal dando una serie de instrucciones, entre las cuales figuraba como obligatoria el paseo matinal de su perro. Grande fue la sorpresa del chofer, pues se le instruyó a que mostrara al citado can las bondades de Zagreb. Cuando se disponía a salir de la Embajada, escuchó una voz estentórea del propietario, quien le indicó: - Quiero que lo pasees en el auto. - De acuerdo, Excelencia –fue la inmediata respuesta de este eficiente empleado. - Además, debe ir en el asiento trasero, en el puesto que yo ocupo normalmente. (Asiento trasero derecho, en conformidad a las reglas del Protocolo Diplomático, es el lugar donde debe sentarse la persona con más rango.) - Como usted ordene, Excelencia. - Y deberás usar los limpiaparabrisas cuando andes con él, pues le gusta ver cómo se mueven. - Sus órdenes serán cumplidas a satisfacción, Excelencia. Y así fue como durante mucho tiempo, en la ciudad de Zagreb, se paseó un auto con placa diplomática, con unos parabrisas funcionando –pese a que no había lluvia ni amenaza de tal– con un perro en el asiento trasero, que ladraba de felicidad. Toda esta parafernalia habría tenido una explicación: el referido can habría sido la reencarnación de un antiguo monarca. Nuestro citado labrador no tenía una vida de perros, al menos en la capital de Croacia. •El Peaje• Un fin de semana finalmente nos armamos de valor y viajamos a la ciudad de Varazdin, ciudad croata que se distingue del resto por su rica arquitec- 35 Seguramente los fanáticos de los perros me acusarán de ignorancia, pero puedo ver en mi mente, como si lo viera aquí mismo, cómo este labrador mueve sus orejas mientras relato esta breve anécdota. ‹81› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub tura barroca. Evidentemente las desinteligencias surgieron temprano en la mañana: - ¿Dónde está el mapa rutero, Negro? - En la Embajada; se me olvidó. - Ahhhh... ¿Y los CD de música? - ¿Los necesitamos? Tú eres música para mis oídos.36 - Gracias, pero prefiero los CD. - Ok, voy a buscarlos (subo los tres pisos que separan al auto de nuestro departamento. Lo bueno, pensaba, es que este tipo de actividad es ideal para bajar de peso). - Negro, ¿no te parece que hace un poco de frío?. (Esto lo menciona cuando ya había cerrado la puerta de acceso al departamento, es decir, frente al auto). - Uhhhh (con cierta molestia, of course). Ok, iré a buscar dos chalecos. - ¿No te parece más apropiado nuestras chaquetas sin mangas? - Tienes toda la razón; ¡eres un real aporte! Con eso Paulita, como toda señora, queda feliz; pero uno, la pobre víctima, debe retomar otra vez los tres pisos de escaleras. Luego de casi 50 km. de viaje, advertimos la presencia de un peaje. - Paula, ¿tienes sencillo a mano?; te recuerdo que eres mi navegante. - Sí, claro; ¿cuánto es? - ¡Chica, no tengo idea! Primera vez que salgo de Zagreb, as you know. - Ok, supongo saldrá en la caseta. Una vez que llegamos a la caseta o toll (en inglés), con pavor noto que no hay nadie en ella, es decir, NO HAY NINGUN “COBRADOR HUMANO” y frente a nosotros se interponía una barrera que impedía que avanzáramos. En forma espontánea y apelando a un sentimiento tan nacional, grité: “¿Y ahora qué chucha hacemos?” Fue algo, reitero, espontáneo.37 36 ¿Los necesitamos? Tú eres música para mis oídos 37 Mi abuela Chela, Graciela Bareyre García (QEPD), debe estar revolcándose en la tumba. Ella, en estos casos, se expresaba diciendo “Chita Diego” y le molestaba de sobremanera mis chilenismos. Abuela, sorry, espero no cometer el mismo error la semaine prochain. ‹82› Volumen I• Sin embargo, mi navegante, Paulita, siempre con su sentido del tiempo y del espacio, me indicó, luego de segundos de vacilación y angustia: “Mira, dice en inglés Press the button”. En ese instante, se hizo la luz, y salió, luego de apretar el correspondiente botón, un ticket, que nos permitió pasar el toll. Todo gracias al expertise del navegante. Finalmente, Varazdin, como antigua capital de Croacia, es un lugar muy interesante y que valió la pena conocer. Incluso encontré un Café-Bar con vista al castillo de la ciudad, donde venden cubalibre, mi trago favorito. Como decía el Gral. Mac Arthur, I shall return •{Subido color moreno}• No recuerdo si en otro capítulo me referí a la primera impresión que provocó nuestro arribo en las secretarias de nuestra Embajada. Junto con agradecer que llegara una pareja normal, coincidieron que Paulita era una verdadera señora y que se notaba a la legua que somos una pareja que se entiende. Asimismo, fue comentario obligado mi subido color moreno, que equivocadamente lo relacionaban con unas supuestas vacaciones –inexistentes por lo demás–, y que evidentemente contrastaba con la tez blanca de Paulita. Ante ese comentario, inmediatamente reaccioné aclarando que mi color moreno NO era consecuencia o fruto de la playa, sino que era mi color natural. Ambas secretarias rieron de buena gana, pensando que una vez más les estaba tomando el pelo. Pero los días pasaban y pasaban, y mi color permanecía. Finalmente una de ellas se armó de valor y consultó directamente a Paulita por este extraño y permanente color de Francisco. Paulita, riéndose, le confirmó que era verdad lo que había expresado tiempo atrás. Ese color “negro, morenito, mate, canela o como quieran llamarlo” es connatural a Francisco. ¡Por algo le dicen NEGRO Devia! Laku Noc ‹83› XII Capítulo »El Cazafantasmas« XII Volumen I• Las casi cuatro semanas de vacaciones que tomamos con la Paula, una de las cuales fue íntegramente compartida con mis suegros, son un aliciente para cualquier persona que quiere recuperar sus energías luego de un año laboral. Con el feriado legal se benefician no sólo el trabajador, sino también la propia empresa. Si mal no recuerdo, durante la Revolución Industrial del s. XIX, este derecho prácticamente inalienable al ser humano no era parte integrante de la legislación laboral, tal como lo relata en sus innumerables obras Charles Dickens. Ergo, algo hemos avanzado en esta materia. Este descanso, como lo mencionara precedentemente, fue acompañado con la visita de mis suegros a Zagreb. Don Domingo, a quien rebauticé como Doménico (dado mi paso por Italia), mostró toda su agilidad senil, según sus propias palabras. Debió subir y bajar una gran cantidad de escaleras y caminar cual mochilero en Viena. En Praga se nos anduvo sublevando –no quería conocer más sitios–, por lo que como un buen yerno rastrero, me sumé a su planteamiento. En conclusión, Doménico caminó todo lo imprescindible, “dando por visto” –de común acuerdo– una serie de monumentos y/o espacios públicos. Eso sí, lo que nunca dimos por superado, a partir de las 20:00 hrs fue nuestro cubalibre, momento en el cual conversábamos y discutíamos diversos temas: historia, política, religión, fútbol, etc. Por su parte, la señora María de la Luz, alias “doctora Malu”, recorría con su hija una serie de calles y tiendas comprando, según daban a entender, “nimiedades”, las que fueron acumulándose con el paso de los días, provocando un manifiesto sobrepeso en su maleta. ¡Claro, como ellas no la cargan! La partida de mis suegros fue una pena, porque su presencia nos permitió recuperar algo que se pierde a la distancia: la cercanía física con la familia. ‹87› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub En otro orden de cosas y a pedido de mi amigo José Luis Bustamante G.38 relataré un incidente que me afectara cuando cursaba el primer año en la nunca bien ponderada Facultad de Derecho de la UC. Para ello, remontémonos al pasado. Es marzo del año 1985; un terremoto venía de azotar nuestro país. Este hecho implicó una demora en la inscripción de matrículas para aquellos alumnos que deseaban ingresar a sus respectivas Universidades. Recuerdo que ese día la Rectoría de la PUC determinó que debíamos efectuar tal trámite un día particularmente caluroso. En atención al calor reinante y fiel a mis principios –era marzo, tiempo de vacaciones– consideré apropiado ir en “traje de baño”,39 haciendo oídos sordos a los ruegos de mi madre, quien me pedía, imploraba, exhortaba a no cometer tal estupidez. - ¡Pero estás loco! ¡Inscribirte en esa facha! ¡Estás postulando a la Universidad, no a una feria! - Vieja, tengo que ser fiel a mis principios, sorry. - Al menos ponte una polera decente, ¡por amor de Dios! ¡Hablaré con tu padre! - Está bien, fue mi escueta respuesta, me pondré otra polera, una de color azul como la U.40 Cuando finalmente llegué a la UC a registrarme, me di cuenta de que mi vieja tenía toda la razón: era el único que vestía de corto. Todos estaban correctamente vestidos e incluso algunos de mis nuevos compañeros fueron de chaqueta y corbata. 38 José Luis Bustamante Gubbins, es casado con Macarena Sinn. Con José Luis fuimos compañeros de curso en Derecho de la UC y nos volvimos a encontrar en Perú y nos convertirnos en grandes amigos. Su señora, Macarena de Bustamante, fue compañera de Colegio (Villa María) y de Universidad (Escuela de Derecho de la U de Chile) de la Paula. ¿Chico el mundo, no? 39 Era un traje de baño clásico, una especie de bermuda actual con tres franjas de colores: azul, blanco y rojo; muy patrio. Sin embargo, no era un modelo anatómico. Según varios observadores –familiares– además de estar viejo (fruto de sus años de uso), me hacía parecer como “cortito de patas”. Me explico: era demasiado largo en proporción a mi cuerpo. Lucía como dos perniles en movimiento, a decir de otros. 40 La U o Universidad de Chile es mi equipo de fútbol favorito y su color es el azul, archirrival de la Universidad Católica. Nada más oportuno. ‹88› Volumen I• Para qué les digo la cara del profesor que inscribió mis ramos, quien resultaría ser el Secretario Académico de la Facultad o algo así. Me miró de arriba abajo, con un dejo de incredulidad y quizás desprecio –eso me pareció notar en su cara y me consultó: “¿Tiene usted calor, no? ¿Qué profesores y ramos quiere tomar?”. Mi respuesta fue categórica: “Aquéllos que se requieran para cumplir la carrera en 5 años, señor“. Como tenía dos compañeros de colegio que estaban en otra fila (ingresamos los tres ese año a la UC)41, me habían dado algunos nombres para proponer, pero los olvidé y dejé que la computadora me asignara al azar, tanto el profesor como el ramo respectivo. Pero había un profesor que sería inolvidable para todos aquellos que fuimos sus alumnos: don Gonzalo, profesor de la cátedra de Filosofía del Derecho, conocido por su severidad, estrictez y dogmatismo. Era un verdadero inquisidor del siglo XV, un Tomás de Torquemada, una especie de fundamentalista, un verdadero talibán, para algunos de sus detractores. Cuando mis dos ex compañeros de colegio supieron que me habían asignado con don Gonzalo, me sugirieron inmediatamente cambiarlo, aseverando que: “Son muy pocos lo que aprueban con él, y los que lo logran, lo hacen a un costo muy alto. Tu estilo puede provocarle algún rechazo, Negro. No seas tonto, cámbiate de curso con nosotros, al paralelo“. “Me niego“, fue mi inmediata respuesta, “La computadora ya seleccionó; es mi destino y lo aceptaré como tal, está escrito“. Y así fue como comenzó una especie de ordalía para el suscrito. Desde el primer día a todos nos quedó claro quién era la autoridad en su clase: don Gonzalo y nadie más. No sólo se imponía por sus conocimientos y envergadura física, sino también por la forma de expresarse. Pocas veces ha sido tan adecuada o ejemplarizadora la expresión del Código Civil: temor reverencial – eso provocaba entre sus alumnos don Gonzalo. 41 Paulo Figueroa Aste, el mejor alumno de mi curso en el Colegio, ingresó segundo a la Facultad de Derecho de la UC ese año de 1985. Actualmente reside en Holanda y cambió de profesión –Licenciado y Master en Artes-. Con Paulo sigo hasta hoy en contacto. Mi otro compañero fue Fernando Paniagua, quien es abogado de la Fuerza Aérea, y además, tiene su propia oficina de abogados junto a Patricio Piddo. ‹89› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Sus juicios eran lapidarios, acompañados muchas veces de cierta ironía, que a decir de muchos, parecía excesiva. Por mi parte, esas ironías las comprendía como una forma de enseñanza, por lo que sin celebrarlas en forma notoria, las aceptaba de buena gana –de buen talante, como diría un español clásico. Asimismo, acostumbraba en la Facultad a sentarme en primera fila, como una manera de captar mejor las palabras e ideas del profesor –ya se empezaba a manifestar mi sordera– y de estar presente, aunque fuera sólo físicamente. Además, siempre me ha gustado consultar mis inquietudes sin intermediarios, para así poder clarificar las materias y no con un afán rastrero, como erróneamente podría interpretarse por algunos. Y pasó lo que mis compañeros de curso temían: don Gonzalo, un día que no olvidaré nunca, comenzó a hablarnos del alma, de su inmortalidad, de su origen y evolución, de su calidad intrínseca, que era inmutable, única, propia y exclusiva del ser humano.42 Añadió, además, asertivamente, que era imposible realizar una demostración empírica del alma y que cualquier esfuerzo científico en tal sentido era una pérdida de tiempo. ”El alma es inmortal; fue creada por Dios y el resto son pamplinas”, fue la categórica conclusión de su exposición, seguidas dichas palabras de un profundo silencio y respeto del estudiantado. Pero ese día necesitaba expresar mis opiniones. Además, venía de sufrir un fin de semana que podría catalogarse de traumático, con secuelas físicas impensables. Me explico: ese fin de semana visité como de costumbre la casa de unos tíos en Viña del Mar. Su casa la catalogábamos de “embrujada” como consecuencia de una serie de ruidos y fenómenos paranormales que la afectaban. Según mis tíos, todo era consecuencia de mi imaginación febril, de una tara familiar no resuelta. Por mi parte, mantenía mis reservas sobre lo que pasaba en esa casa, hasta hoy. 42 Ya en ese instante quise intervenir para señalar que mi gato Hussein, a mi juicio, tenía tanta alma como cualquier mortal (confiaba más en él que en varios conocidos, pero me contuve de expresar esta idea). ‹90› Volumen I• Esa noche había llegado también de visita mi primo Rodrigo Pino, con quien quedamos a cargo de la casa y de nuestra abuela Chela.43 Ambos, tipín 10 p.m. constatamos con horror que se apagaba la luz de nuestra pieza sin ninguna razón, para posteriormente, prenderse sola, sin presencia humana cercana. Asimismo, fuimos testigos de cómo se abría la puerta principal de la casa (se abría al presionar un interruptor), ruidos en los ventanales, etc. En definitiva, vivimos una inolvidable película de terror. Rodrigo, en virtud de lo anterior, regresó –se fugó, derechamente– al día siguiente a Santiago y yo tuve como secuela una pequeña lesión, que requirió una operación posterior y que no es del caso detallar. ¿Pero qué tienen que ver estos sucesos con el alma inmortal? ¡Aterriza Devia! ¡Estás como tu suegra que no terminas los cuentos! Muy simple. Ante tan categórica afirmación de don Gonzalo sobre la imposibilidad de acreditar la existencia del alma en este mundo, yo levanté mi dedo y expresé –dada mi reciente experiencia personal–: “Profesor, una manera de demostrar que el alma es inmortal serían los espíritus!“ En ese instante escuché una risa contenida del alumnado, que se extinguió tan rápidamente como nació, cuando dicho alumnado observó que don Gonzalo, con cara de pocos amigos, me miró fijamente y me dijo a viva voz: -¿Qué dice? -Profesor, lo que quiero decir es que podemos demostrar lo que usted acaba de enseñarnos –alma inmortal– acudiendo a los libros sobre “espíritus o fantasmas”, afirmación esta última que acompañé de una soterrada sonrisa, que creo, pasados los años, fue la causa de mi perdición. -¡Salga de la sala! -Pero, profesor, yo … -¡Salga de la sala! Y así fue como, humillado, golpeado, dolido por no haber sido capaz de expresarme en mejor forma, tuve que hacer abandono de la cancha. Tomé 43 Graciela Bareyre García, viuda de Aldunate (Q.E.P.D). ¡Te extrañamos abuela! ‹91› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub avergonzadamente mi mochila (y no un maletín) y me retiré con relativa dignidad, con una palidez de quien se sabe próximo al cadalso. Vano, inútil, fue mi esfuerzo post clase, por hacerle entender a don Gonzalo que no quería estropearle su clase –burlarme, como también diría un español antiguo. Ese día fui rebautizado por mi curso como el cazafantasmas, que por las coincidencias de la vida estaba muy de moda esos días, pues la película venía de exhibirse con éxito de taquilla en Chile. Pese a todas las expectativas en contra, decidí a la semana siguiente, presentarme en la clase de Filosofía del Derecho como de costumbre y sentarme en mi sitio, como si nada hubiese pasado. To be continued. enc pres , sin a l o s mana ia hu es e ng ni in p la so de n re si n rse za ,s z p ra a za s i n n i n guna razón , a r si n razón, p nguna za sin nin inguna un ar az ón ,p ers nc ia e s ola , sin pre- r ra posteriormaerna posterio r p t aa me ende e , par posteriozrómn, ra ente posptererniormente, pnrte, , d se a, ol s ‹92› pa ón , na razó r a z n, gu in nin zsainsinsin za za steriorm nderse enre ncia hun prese te, p te, pren l a , si men d n r o e o i r ngin ó r s rse e sola, sin gu raz ra poste un de presencia ana en po ara ,p para r ,p nte e posteriorm XIII Capítulo »Zurcirse la boca« XIII Volumen I• Les escribo ciudadanos nuevamente desde Zagreb, acompañado esta vez con un rico sauvignon blanc de la viña Montes44 y con una serie de boleros interpretados por Luis Miguel (“Sin ti”; “...me iré con el sol cuando muera la tarde.”;”Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida; si nos dejan, nos vamos a vivir a un mundo nuevo...”;etc.). Canciones con letras devastadoras, aniquiladoras, no aptas para los inválidos sentimentales. Paulita se encuentra a mi espalda descansando y meditando qué vamos a hacer esta tarde. De hecho, cual político, le sugerí que fuéramos esta noche a bailar45 como una manera de practicar nuestras clases de salsa, y además, desmentir ese anónimo refrán popular que afirma que el matrimonio es la tumba del amor. Volviendo al capítulo anterior, dada la falta de anécdotas que merezcan una mayor atención, relataremos hoy la segunda parte de una inolvidable clase de Filosofía del Derecho. Ese infausto día don Gonzalo nos relató la historia del hombre, de su evolución, de cómo este ser pensante fue capaz de construir civilizaciones, mundos, etc. El alumnado, como era habitual en su clase, seguía con atención y silencio su ponencia. ¡No volaba ni una mosca! Por mi parte, contemplaba todo este espectáculo en primera fila, pese a algunas sugerencias en contrario. Regresé, cual delincuente, al mismo sitio del suceso, i mean me senté en primera fila y en mi silla, ya que consideraba que no tenía por qué avergonzarme. No puedo asegurar si mi presencia sorprendió o no a don Gonzalo, pero como buen profesor que era –realmente lo es–voces más funestas apostaban a que me impediría el ingreso a su clase. Don Gonzalo terminó su presentación diciendo: “El hombre fue creado por Dios. Lo demás son boberías o tonterías”. En ese momento, observé que la 44 Se me acabó el vino Chianti “toscano” de la otra vez. 45 Como Michael Douglas y Glenn Close en la película “Atracción Fatal”. La respuesta fue premonitoria y categórica: Ja, ja, ja,… ‹95› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub mano de mi compañero Claudio Venegas (Q.E.P.D.) se alzó.46 Inmediatamente pensé: “¡Qué vas a decir Claudio, ten cuidado!“. - Disculpe, Profesor, pero me surgió una duda. Usted nos acaba de explicar cómo se ha ido desarrollando el hombre a partir de su creación, de cómo fue evolucionando hasta adquirir una inteligencia que lo diferenciaría de los animales, ¿no es así? - Así es – respondió categóricamente don Gonzalo. - Sin embargo, hay una serie de teorías que intentan demostrar que el hombre es un ser animal que con el paso del tiempo fue evolucionando hasta alcanzar una capacidad mental superior a de las otras especies. - Señor Venegas, esas son unas teorías trasnochadas y carecen de fundamento. - Sin embargo, profesor, según algunas de esas teorías, se habría producido un momento en la historia –una especie de punto de inflexión–, en el cual el hombre pasó de ser un animal propiamente tal, a transformarse en un ser racional, que fue capaz de erguirse y de construir su destino. - Le reitero, señor Venegas, que esas teorías a las cuales usted apela son inconducentes. El hombre fue creado por Dios ¿A menos que usted se crea descendiente de un mono? ¿Usted desciende de un mono, señor Venegas? (Risas del alumnado, que siempre ha sido complaciente con la autoridad, aunque éstas sean injustas y afecten a uno de los suyos.) Por mi parte, observé fijamente a Claudio –lo estoy mirando como si fuera ahorita–47. Noté que tenía ganas de decir algo, de argumentar en contrario, 46 Claudio Venegas (Q.E.P.D.) era una persona alegre y sociable, militante del Partido Socialista; tomaba con humor las cosas de este mundo –incluso al propio Gobierno Militar–. Aún recuerdo cuando, terminada ya la Universidad, nos encontramos en pleno paseo Ahumada. Los abrazos y gritos recíprocos de alegría, contrastaban con la seriedad del mundo circundante. Me comentó que estaba en lo suyo, en una oficina encargada de defender los derechos de los consumidores. Su desaparición física fue una gran pena para los que lo conocimos. ¡Salud, compañero Venegas; nos vemos luego! 47 Claudio siempre se sentaba atrás, al fondo de la sala, y conociendo sus gustos, imagino que al lado izquierdo. ‹96› Volumen I• pero al ver la severidad del rostro de don Gonzalo, optó por lo lógico y prudente en ese instante: esbozó una sonrisa complaciente y enmudeció. Y en ese momento, mirando a Claudio, levanté instintivamente mi mano. “Te vas porque yo quiero que te vayas, a la hora que yo quiera te detengo, yo sé que mi cariño te hace falta, porque quieras o no, yo soy tu dueño; yo quiero que te vayas por el mundo, quiero que conozcas mucha gente,… entonces yo daré la media vuelta y me iré con el sol, cuando muera la tarde…(Luis Miguel, sigue acompañándonos y cantando). - Profesor, lo que mi COMPAÑERO48 Venegas ha querido explicarnos esta mañana es la Teoría del Eslabón Perdido.49 Nuevas risas del curso, pero esta vez, notoriamente contenidas. Fueron esbozos de carcajadas, pues la cara de don Gonzalo se descompuso, creando una especie de pánico colectivo (al que yo me sumé espontáneamente). Luego, se acercó amenazadoramente a mi pupitre, y me gritó –espetó–: - ¡Usted, usted! -indicándome furioso, con un dedo amenazador similar al que el Ex Presidente Ricardo Lagos utilizara en contra del Ex Presidente Augusto Pinochet50–, zúrzase la boca. ¡Usted, no me habla más hasta el día del examen! Y así fue como permanecí callado hasta el día del famoso examen, que para sorpresa de todos y la mía propia, aprobé, apelando al llamado ingenio criollo. Eso también amerita un párrafo aparte, pero me cansé de escribir y Paulita necesita ayuda. Dobra Vecer 48 La sola palabra “compañero” debe haber molestado a don Gonzalo, quien es un reconocido dirigente político de la Alianza por Chile. Debe haber sido –el solo pronunciamiento de la citada palabra- como un ají en su popó. 49 “Teoría de la Evolución de las Especies”, de Charles Darwin 50 Ese dedo acusador, que fuera alzado en vivo en un programa de Televisión, le significó a la postre una gran popularidad al entonces dirigente político Ricardo Lagos. ‹97› XIV Capítulo »Patudo« XIV Volumen I• Como viéramos capítulos atrás, un venezolano perdido en Zagreb no dejó de sorprendernos hasta el último minuto. Gracias a las gestiones del Consulado, se coordinó la visita de la Encargada de Negocios de Venezuela en Austria, quien aprovechó una entrevista que tenía programada con la Cancillería local para abocarse al problema que aquejaba a su connacional. La doctora G., la Encargada de Negocios, no sólo venía con el salvoconducto respectivo (que suple a un pasaporte en casos extraordinarios y le permite a su portador desplazarse de un lugar determinado a otro, en este caso, desde Zagreb a Caracas), sino que también con una generosa contribución del Consulado, que le permitía a don Bernardo completar la diferencia que necesitaba para comprar su pasaje de regreso. No detallaré las innumerables diligencias que se llevaron a cabo para lograr que el valor del pasaje para el señor Delgado fuera módico. Obviamente que el suscrito era uno de los más interesados, por un tema humano y práctico (don Bernardo me visitaba diariamente). Se logró rebajar un pasaje de 1.800 euros a uno por 961 euros. El día que se suponía que se resolvería todo, con la presencia de los interesados –don Bernardo, la hermana Maria Grazie (monja), la doctora G. y suscrito–, sucedió lo impensado: Don Bernardo, por sí y ante sí, decide que NO quiere regresar a Caracas. - ¿Qué? _fue nuestra espontánea reacción, incluyendo a la Monja. - He pensado que tengo dinero suficiente para mantenerme dos meses en Zagreb –afirmó. - Pero usted no tiene documentos; usted reside ilegalmente pues no tiene documentación válida – expresó la doctora G. Y la monja señaló, en perfecto Italiano: - ¡Bernardo, debes regresar a tu país! Mientras yo pensaba: ¡esto ya es hueveo!; ¡se volvió loco don Bernardo! ‹101› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Las caras ameritaban una filmación propia. De hecho, le hablé en francés a Maria Grazie para que nos ayudara a convencer a don Bernardo, quien por lo demás pretendía quedarse en la residencia de las monjitas, lo que por decoro era algo impensable e inviable. Luego de un tira y afloja, donde conviene rescatar lo convincentes que fueron todos los interlocutores, don Bernardo optó por recapacitar e ir a comprar, en compañía de Maria Grazie el boleto que lo dejaría, suponemos, en su Venezuela natal. Es así como finalizan las aventuras de nuestro querido don Bernardo en tierras croatas, tras lograr vencer el embrujo que causa la atmósfera de tranquilidad, comodidad y despreocupación que emanan la ciudades locales. Aunque cabe resaltar que vivir en Croacia es grato, tampoco se imagine usted, fiel lector, que es París, Londres o Washington, ya que reitero, es una ciudad pequeña que no cuenta con más de 800.000 habitantes. ‹102› XV Capítulo »Celebrando con el Cuerpo Diplomático Residente« XV Volumen I• Como ustedes deben saber, el segundo de toda Misión Diplomática en el exterior debe reemplazar a su Embajador cuando éste no se encuentra en el país, asumiendo en tal caso como Encargado de Negocios a.i. En dicha calidad fui invitado en compañía de la señora Paula de Devia a la celebración de Navidad y de Año Nuevo, que es ofrecida a todo el cuerpo diplomático por el Presidente de la República Croata, Stjepan Mesic y señora. Tradicionalmente el lugar donde se lleva a cabo esta ceremonia es en el Palacio de Gobierno que corresponde a la antigua casa del ex Mariscal Tito. Al apreciar su entorno –casa rodeada de bosques– uno se da cuenta de por qué los jerarcas socialistas no tenían ninguna intención de abandonar el poder, so pretexto de trabajar por el desarrollo y el bienestar del Estado Socialista. Primero, me bajé del auto como un gamo, un felino tratando al mismo tiempo de sostener mi mano enyesada, pues opté por no llevar una venda a fin de evitar la clásica pregunta: ¿Qué le pasó? Por la premura de mi acción, olvidé que iba acompañado, por lo que Paulita tuvo que gritarme desde el auto que me detuviera. Cuando me alcanzó, me recordó que íbamos juntos y que tenía que esperarla. ¡Mal Devia! Posteriormente fuimos conducidos a una sala relativamente grande donde se encontraba todo el cuerpo diplomático. Allí conversamos brevemente con algunos de ellos, para ser luego formados en estricto orden de precedencia. Cuando comienzan a decir los países, Paulita inmediatamente me dice “Negro, no quiero ser la última de la fila, tal como nos pasó en Perú”. Yo le respondí: “Paulita, no temas, esa situación no se repetirá“. Cuando el Presidente Ricardo Lagos visitó el Perú y en el besa manos de rigor –saludo– en el aeropuerto de Lima, terminamos también en el extremo opuesto de la fila, al lado de un perro policial antidrogas (cabe señalar que mi señora estaba muy inquieta ese día, porque temía que el can la atacara o detectara alguna supuesta sustancia psicotrópica), que nos observaba con cierta parsimonia. Pero “los caminos de la vida no son los que yo esperaba…etc”. Quedamos penúltimos entre una pareja nigeriana y el Encargado de Negocios de un ‹105› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub país del Magreb y cuyo nombre no puedo omitir, un tal Salem Mohamed +++. Este último se presentó cuando fue ubicado detrás nuestro –pasó a ser el último de la fila– y por ello conversamos una serie de futilidades como el tiempo, los años que llevaba en Croacia... lo típico. Cuando nos dan la orden de avanzar, pasó lo imprevisto. El aludido diplomático, quien previamente entablara un cordial diálogo con nosotros, aprovechó un segundo de vacilación en que un Embajador estaba mirando para otro lado y sin asco, ¡se puso delante de él! Se coló, en buen romance. Con Paulita no podíamos creer lo que presenciamos. “¡Pero qué diplomacia es ésta!” - exclamé para mí mismo, entre otras afirmaciones muy duras e irrepetibles hacia el país de origen del señor Salem y familia, que si las escuchara hoy mi abuela moriría de vergüenza. En definitiva, las aprehensiones de Paulita se hicieron realidad y cerramos el grupo o fila. Terminadas las presentaciones al Presidente Mesic –con nosotros– y luego de los discursos respectivos, pasamos al cocktail. Ese es uno de los momentos menos solemnes pero a la vez más esperado por los asistentes. En lo personal, opto por mi clásico vaso de jugo y/o copa de vino, pues no puedo caminar, conversar y comer a la vez. Mis fallas motrices son notorias y varios numeritos son testigos de esta afirmación, por lo que prefiero comer en mi casa. En un momento determinado fuimos abordados por un diplomático joven de nuestra América morena. Este personaje, como lo calificara luego mi navegante, cometió una serie de impertinencias que molestaron a la doña. Empezó en forma muy poco afortunada a comentar que un Embajador de su país –y que era amigo de uno de sus interlocutores– “era un viejo, que creo está jubilado… pero si tiene 65 años, nooo, que va, por lo menos 70 años”. Cabe resaltar que quien le preguntaba por ese Embajador –o sea el interlocutor– tenía a lo menos 65 años. “Creerá este h… que no va envejecer nunca”, pensaba para mí. Luego comentó que era muy amigo de un conocido diplomático del cual tengo la peor opinión. En fin, para qué seguir. Finalmente, como de flemático no tengo nada, decidí darle un corte al personaje señalándole que teníamos que hablar con el Nuncio –lo que por lo ‹106› Volumen I• demás era verdad–. Sin embargo, temo que por la forma en que me expresé (siempre se me notan mis afectos, es algo con lo que no puedo luchar, me supera), mi molestia fue captada por este promisorio diplomático. Esto lo comento pues cuando nos retirábamos –luego de haber hablado con el Nuncio– fuimos a despedirnos de este joven diplomático, pero éste fue incapaz de pararse y despedirse, limitándose a extendernos su mano. Como atenuante de su actitud, cabe hacer presente que en ese instante estaba en plena faena carnívora, devorando un buen trozo de carne croata. Finalmente, regresamos a nuestro hogar con un comentario lapidario de mi navegante: “Negro, ya no soporto estas latas. No quiero ser señora de diplomático ni menos de Embajador, ni nada que se le parezca. ¿Por qué no volvemos a Chile, con nuestra familia y amigos?” Esa tarde no hubo comentarios... Laku noc ‹107› XVI Capítulo »Señor R.« XVI Volumen I• Queridos contertulios, ¿y cómo andan? Por acá las cosas avanzan y estamos cumpliendo un año y cuatro meses en tierras croatas. El pasado fin de semana visitamos la isla de Pag y sus entornos anexos, lugares que hacen honor a las bondades proclamadas por las agencias de turismo sobre el Mar Adriático, aunque debo insistir que a mí me gustan más las playas del Caribe porque tiene arena (al menos, las de Varadero, Cuba). No obstante lo anterior –disfrutar de una vida de ricos y famosos51– puedo asegurarles que las comodidades de las que disfrutamos no valen la pena si no se disfrutan entre amigos/as . Tanto la Paula como el suscrito, lo que más valoramos fue el haber compartido todo un fin de semana con unas familias croatas amigas, pese a las dificultades idiomáticas. Cambiando nuevamente de tema, he decidido motu proprio y sin presión de ninguna clase, rememorar una anécdota que aunque resulte difícil relatarla, expresarla, desarrollarla, merece un reconocimiento especial por la coyuntura en que se produjo. Sin embargo, cabe precisar a ustedes que este cometido –tratar de revivir esta anécdota– es como intentar cantar a capela y sin conocimientos musicales- la fa- 51 Cabe recalcar que no siempre fue así. Con mis compañeros del Colegio, Luis A. Rey, Jordi Batiste y Cristián Chauriye concurríamos, cuando las circunstancias lo permitían, al famoso Restaurant “El Hoyo”, establecimiento que se encuentra ubicado en plena Estación Central. Sus especialidades son el chancho e interiores. Tragos: el terremoto, con su clásica réplica. Ambos brebajes son hechos en base a pipeño y helado de piña: es denominada la champaña de los pobres, por algunos de sus distinguidos degustadores. Asimismo, “el grupo” –como nos denominaba el inspector de nuestro Colegio Tito Harting– era atendido como especial esmero por los eficientes y fieles Manolo y Marambio. Ambos eran capaces de inventar una mesa si era necesario. Una vez Manolo prácticamente removió a dos parroquianos para hacernos un espacio. Por su parte, Marambio sería inmortalizado por la Televisión gracias a un cómico del Programa de Kike Morandé, quien también es parroquiano del Hoyo ¡Oh, que tiempos aquellos! Finalmente, recuerdo que incluso le sugerí al ex Canciller cubano Roberto Robaina, en su visita oficial a Chile (yo era su attaché), arrancáramonos a ese lugar aprovechando alguna coyuntura en su agenda, asegurándole que era un lugar típico de Santiago. Desgraciadamente, su acotado programa no nos dio tiempo para ello. Pero le había parecido muy interesante la idea, iniciativa que obviamente nunca transmití a mis superiores. Con todo, si me lo recuerdan en otra ocasión, aún hay dos inolvidables anécdotas que nos tocó vivir juntos en su recorrido por Santiago y Valparaíso, pero eso, sus mercedes, “es harina de otro costal”. ‹111› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub mosa canción “Granada”, cuyo compositor entiendo era un mexicano que nunca conoció dicha ciudad. Se requieren varios vasos de piscola, vino y/o whisky para ello. En ese sentido, no hay curado (ebrio) de la generación nacida entre los años 40 y/o 60, que no haya desafiado y expuesto sus cuerdas vocales para tan loable cometido. Eso me aseguró mi suegro mientras degustábamos unos cubalibres, en aquel tiempo.52 Aclaro que ninguno de los dos, a posteriori, osó tentar la suerte en tal dirección. Ambos sufrimos de una relativa sordera, más acentuada obviamente en don Domingo –con todo respeto. Pero ¿qué estaba diciendo? ¿Adónde iba ? ¡Ah, ya me acordé!: Corrían los años 90 y estaba adscrito en la Dirección General del Ceremonial y Protocolo, como un funcionario cualquiera en el Departamento de Giras y Visitas.53 Como era usual, estábamos sobrepasados de trabajo por la cantidad enorme de visitas y giras oficiales a las que el ex Presidente Frei nos tenía acostumbrados. Insisto; la dotación de funcionarios/a era escasa y las necesidades eran múltiples, por lo que en la práctica la citada Dirección se comportaba como un circo pobre. Éramos todo terreno, siendo los mismos para todo tipo de ceremonias o actos oficiales. Sin embargo, este hecho no era reconocido por la cabeza de esa Direc- 52 Cuando nos visitó en el mes de mayo del año en curso. En otro momento, pero esta vez en Túnez, el mismo suegro, en compañía de su compadre (también mío), Fernando Medina, brindamos todas las tardes con vino chileno, en un país de amplia mayoría islámica, para preocupación de nuestras respectivas cónyuges. 53 Como consecuencia de diferencias irreconciliables con el Director de DIPRO de la época, en la práctica oficiaba más como funcionario del Departamento de Visitas que el de Giras, ya que en sólo una ocasión obtuve una comisión de servicios al extranjero –a Argentina–. Fue tal la exclusión de la que era objeto (comentada por el medio donde laboraba), que solicité al año siguiente traslado al Dpto. de Visitas. Enterado el Director de este requerimiento, me concedió una audiencia, en la que le hice presente la situación de menoscabo que me afectaba, pues no entendía los motivos por los cuales era excluido sistemáticamente de todas las giras Presidenciales. “Si querían sancionarme”, le señalé, “por algo que hubiese cometido u omitido, merecía una explicación”. Ante esta exposición, el citado Director me contestó que habría sido una “rubia debilidad” la causa de mi exclusión y no razones políticas, las que lo habrían predispuesto en mi contra. Aseguró, para probar su “aserto”, que me había visto con sus propios ojos ingresar una rubia a mi pieza en el Hotel Alvear –lugar donde estábamos hospedados en esa Gira Presidencial. Inútiles, vanos, “al agua” fueron mis alegatos de inocencia, terminando por darme cuenta que era imposible convencerlo de su error. ‹112› Volumen I• ción, más interesada en servir a la autoridad de turno que prestar oídos a sus subordinados. Si hubiésemos estado en la época del Terror, no habría dudado en denunciar al mentado Director al ciudadano Robespierre, para que este último procediera a juzgarlo –en el Comité de Salubridad Pública– , en conformidad a los sacros principios de “liberté, égalité et fraternité”. Habría sido interesante observar al mencionado Director bajo esas circunstancias –siendo sometido a proceso por los Jacobinos. ¡Cómo cambia la gente cuando no tiene el poder del mando, y es, por el contrario, objeto del mismo!54 Una vez más me he ido por la ramas. ¡Aterriza, Devia, aterriza! Era un día como cualquier otro en DIPRO. Uno de sus funcionarios me pide como favor que lo reemplace, pues no puede ir al aeropuerto a despedir 55 al Director General de la Organización Internacional de Comercio (OMC). Por mi parte, yo debía ir a buscar a un connotado senador norteamericano (Bob Dole), quien venía a entrevistarse con altas autoridades chilenas por un tema que no recuerdo. “¡Oye, Cristaldo56 , no te preocupes! Yo te reemplazo. ¡Para eso estamos!“, respondí de ese modo a la petición citada. “Será todo muy simple: recibo en compañía de los funcionarios de DIPRO del Aeropuerto57 al Senador Dole, efectúo las genuflexiones de rigor, lo subo al bus (el Loro) y lo llevamos directamente a los salones VIP, para luego entregarlo a los funcionarios de su Embajada. Una vez allí, aprovecho de presentarme al Director de la OMC, para de inmediato, agarrar sus maletas y llevarlo al avión. Como ves, sencillllllitoo, como diría un argentino“. 54 Lamentablemente la naturaleza humana es así “fiel en el éxito e infiel en el fracaso”. Esto decían los detractores de Joseph Fouché –Ex Ministro de Policía de Francia (1792 a 1815), quien fue implacable ejecutor durante la época del Terror. Logró sobrevivir a varios Gobiernos gracias a su olfato político, traicionando según fueran las circunstancias del caso. 55 Despedir en la jerga de DIPRO era acompañar al ilustre visitante y colaborar en todos aquellos trámites necesarios para su Embarque. Sin embargo, estos trámites son de responsabilidad del interesado, correspondiendo en la mayoría de los casos a sus respectivas Embajadas asumir dicha función. En el caso de autos, por razones obvias, no había ninguna Embajada que cumpliera dicha labor “asistencial” para el ex Director de la OMC R.R. (1995 a 1999). Cabe agregar que el mismo señor R. sería posteriormente nombrado Ministro de Relaciones Exteriores de Italia. 56 Personaje inventado. 57 Son funcionarios dependientes de la Dirección General de Aeronáutica. ‹113› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Sin embargo, “Los caminos de la vida no son los que yo esperaba, no son lo que yo quería, no son los que imaginaba58… “ El vuelo del Senador Dole se atrasó, y para más remate, se extravió su maleta cuya recuperación demandó preciosos 20 minutos, de los que yo no disponía, atendido el compromiso protocolar con el señor R. Una vez superadas estas dificultades iniciales, me presenté con una amplia sonrisa para saludar al Director de la OMC. Noté en ese instante que se encontraba acompañado de una señora que podríamos calificar de atractiva y de un hombre, de mediana edad, que resultaría ser su asistente. - Señora R., disculpe este atraso de 10 minutos, pero estaba con un senador norteamericano. ¿Tiene usted listos sus tickets de vuelo (boardings) y sus maletas? - Sí –me contesta por él la señora que denominaremos ahora VIP– aquí están sus maletas y las de su asistente. - ¿Y dónde están los boardings? - pregunté ingenuamente. - Se supone que Cristaldo se encargaría de ese tema. - Disculpe, señora, pero todo lo relativo a chequeo de equipajes y boarding es competencia del interesado o en su defecto, de la Embajada respectiva. - ¡Pero eso nunca me lo dijo Cristaldo! - Mire, lamento este mal entendido entre usted y Cristaldo, pero faltan menos de 30 minutos para que el avión despegue, por lo que le sugiero nos desplacemos ahorita al counter de Lan Chile para ver si podemos embarcar a los señores. En ese instante el señor R., quien decía no entender español, pero sí sabía italiano –lengua similar al fin y al cabo– consulta en inglés a la señora VIP, sobre lo que ocurría. Esta procedió a explicarle lo previamente enunciado, provocando su natural alarma. - En fin, debo dirigirme al counter de Lan para ver qué puedo hacer. Necesito sus pasaportes y pasajes. Si quieren, pueden acompañarme, pero usted –dirigiéndome al asistente-, quédese aquí.59 (Esta decisión –de mantener al asistente en el VIP– resultaría a la postre, errada.) 58 Tonada interpretada por el grupo cubano “Buena Vista Social Club”; es un clásico. 59 Hasta el día de hoy me pregunto por qué tomé tan errada decisión. Recuerdo vagamente que pensaba, reflexionaba para mis adentros: “¿Por qué tenía que hacer el loco en el Counter de Lan ‹114› Volumen I• Llegamos al citado counter a toda velocidad y con el corazón en la mano. Estábamos jugando contra el tiempo. Era como estar jugando en Calama –cuando Cobreloa era un equipo que se hacía respetar en su cancha–, perdiendo 2 a 1, y faltando 15 minutos para el final del partido. ¡Había que jugársela! - Disculpe, señora, pero estamos con un problema. Por una confusión, el señor R. no hizo su check-in, por lo que nos gustaría enmendar ese error. - ¿Señor R. me dice? - Sí, R. - Aquí, en el sistema, aparece el nombre de ese señor, pero como usted ve, el counter está cerrado. El vuelo se cerró hace 5 minutos y el avión está próximo a despegar. - ¿Pero el señor R. tiene una reserva? - Sí, aparece en el computador con una reserva pero no se presentó al check-in, por lo que procedimos a ocupar su asiento con otro pasajero. - Ohh, ¿cómo dice? - Le reitero señor, el señor R. no se presentó a su check-in; por lo tanto, … - Señora, disculpe, pero el señor R. fue invitado por el Gobierno de Chile para asistir a una importante ceremonia y es, además, el Director de la OMC. Él tiene compromisos en Bruselas por lo que debe embarcarse hoy. En ese momento, ya francamente nervioso, el distinguido funcionario internacional –quien al parecer sí entendía bastante español– saca un fax de su chaqueta (cual mago Oli) y se lo exhibe a la señora de Lan: ese documento era categórico, copia fiel de la invitación oficial aludida, constando además en ésta que tenía una reserva de vuelo en primera clase en el avión de marras. - Lo lamento, señor, entiendo su posición, pero comprenda la mía; no es posible embarcar en primera clase al caballero. Observar la cara del señor R. era algo digno de ser retratado. Me comenzó a mirar, a partir de ese momento, de una manera francamente hostil, seguramente culpándome de todo este embrollo. intentando conseguir un asiento para un vuelo que prácticamente se estaba yendo?” ‹115› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Por mi parte, reconozco que estaba ansioso-nervioso, pero a su vez, tenía claro que estaba agotando todos los medios razonables y prácticos a mi alcance. - ¿Cómo que no puedo embarcarme?, me dijo fríamente –casi con desprecio– y en perfecto inglés, el mentado señor. - Lo que dice la señora de Lan Chile es que usted llegó tarde a su check-in y que su asiento ha sido ocupado por otra persona; por lo tanto, HOY no puede volar. - ¡Pero si yo soy el Director de la OMC! - We know who you are, but the plane is full, do you understand? Como sus mercedes podrán apreciar, el diálogo se estaba enrareciendo. Sin embargo, todos tenemos un Ángel Guardián y en el caso de autos, fue una simpática asistente de Lan quien estaba escuchando todo este lío (y quien además estaba notoriamente embarazada). Me llamó para un lado y me dijo: - Oye, ¿y si al señor le buscamos un asiento en la clase turista?; ¿te importaría? - ¡Qué me va a importar! Yo lo único que quiero es que se vaya este señor. Además, se está poniendo muy odioso. - Pero ¿tendrás cupo en la clase turista? - le consulté ipso facto. - ¡Mira, hay cupo! –gritó de felicidad. - Perfecto, pero ¿cómo paramos al avión? - De eso me encargo yo –me respondió–, pero tú encárgate de que físicamente se suba al avión ahora mismo. Con sonrisa triunfante me presenté nuevamente ante el señor R. y ante la señora de marras, señalándoles: - Hemos encontrado una asiento disponible en clase turista en el avión, por lo que hoy puede embarcarse. - ¿Turista? – me respondió secamente. - Sí, turista – le contesté en el mismo tenor. ¿Algún problema? - ¡Pero esto es un ultraje! (No recuerdo sus palabras exactas, pero fueron algo así.) - Señor R., hemos hecho un gran esfuerzo por intentar embarcarlo hoy, pero si a usted no le parece adecuada esta solución, puede viajar otro día y se acabó el problema. - Esta solución es inaceptable; me quejaré ante el Canciller José Miguel Insulza. - Puede hacerlo; es su derecho. Es más, hágalo, por favor. Mi nombre es Francisco Devia, funcionario de DIPRO. ‹116› Volumen I• Silencio embarazoso, of course. - Bueno ¿se embarca o no? - Está bien, me embarco. - Perfecto – exclamé. Y en eso se me acerca la señora VIP y me consulta: “oye, ¿y su asistente no se embarca con él?“ ¡Chita Diego! ¡Se me había olvidado! Hablo nuevamente con la futura madre de Lan y le digo: - Oye, ¿tienes por casualidad otro asiento disponible? - A ver, déjame ver. Sí, justo el último del vuelo. ¡Qué suerte! Como tú debes saber, ésta es muy mala fecha para viajar, pues el tráfico de pasajeros aumenta en forma impresionante. - ¿Y dónde se sentarán los caballeros? –le consulté. - Bueno, son los últimos asientos: Al fondo. - ¿Cerca del baño? - Sí, ¿cómo sabes? - Porque a nadie le gusta estar cerca del baño. Corrí nuevamente hacia el señor Ruggiero y la señora VIP, anunciándoles que también el asistente podía embarcarse. Don Renato estaba derechamente muy enojado y noté que no deseaba dirigirme la palabra, decisión que entendí y celebré. En virtud de lo expuesto, llamé a mi fiel aliado Cristián Tello60 y le instruí que debía ir a buscar al pánfilo que habíamos dejado en el VIP. Si mal no recuerdo, Cristián me comentó: “Francisco, deben estar saliéndole raíces“, y ante tan franca y natural respuesta, ambos nos pusimos a reír como Dios manda, sin preocuparnos si esta escena era o no vista por la precitada pareja. 60 Cristián Tello era uno de los choferes “concesionados” por la Dirección de Protocolo para todas las giras y visitas Presidenciales. Nos hicimos amigos producto del trabajo diario y su sentido del humor. Fue capaz de llegar en menos de 20 minutos desde la Estación Salvador hasta el Aeropuerto Pudahuel, en un día lleno de tacos. El suscrito le rogó a Cristián que debíamos volar al aeropuerto, pues íbamos atrasados para recibir al ex Canciller de Cuba, Robaina. La causa de mi atraso fue un partido de fútbol que se alargó más de lo presupuestado. Gracias a su pericia, llegamos a la loza del aeropuerto en el preciso instante en que el “Loro” se dirigía hacia el VIP con el citado Canciller. Y allí lo recibí, al pie de la escalera del loro, como si nada hubiese pasado. ‹117› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Recuerdo como si fuera hoy el momento en que veo llegar a Cristián y al asesor de R. Llegaron literalmente transpirando (sudando para los más puristas del lenguaje), debiendo además para su pesar, subir unas interminables escaleras del aeropuerto –con las maletas a cuestas–. Grande fue mi sorpresa al constatar que este asesor –pánfilo– venía cargando, además de sus bultos propios y los de su jefe, un maletín que identifiqué irreflexiva e inmediatamente como de mi propiedad.61 Sin mediar una pausa y temiéndome otra confusión, corrí cual Asafa Powell62 hacia el mentado asesor, quien en ese preciso instante le estaba haciendo entrega de mi maletín al señor R. - Nooo!, grité, this is my suitcase (me salió del alma). - This is mine!, me respondió el señor Ruggiero. - Noo, it is mine! Y ahí comenzó un furibundo forcejeo por el citado maletín, forcejeo que era observado por la concurrencia circundante. Presa de su furia, ira, descontrol, etc., el Señor R. me grita: “Read it” (había una especie de etiqueta identificatoria que estaba atada al mango del maletín). ¡Qué quieren que les diga, sus mercedes! Efectivamente, NO era mi maletín. Por lo que amostazado, avergonzado tuve que ceder ante la presión manual del señor R., cayendo ipso facto en un lógico mutismo. Este último acto fue la guinda de la torta. Ante este nuevo impase, el señor R. me dio la espalda y no me dirigió más la palabra, ingresando a Policía de Inmigración sin despedirse ni del suscrito ni de su fiel escudero Cristián Tello. Finalmente, con el tiempo me enteré de que el señor R. cumplió su palabra. Habría enviado una carta al Ministro de Relaciones Exteriores de la época, José Miguel Insulza, quejándose amargamente del trato recibido en Chile por un funcionario de Protocolo –no hay certeza si lo hizo con nombre y apellido–. Imagino 61 Éste me lo habían obsequiado en una Conferencia Internacional, cuyo nombre permanece en la más absoluta tiniebla. 62 Asafa Powell: Plusmarquista mundial batió su propio récord de los 100 metros lisos, dejándolo en un estratosférico 9.74. La clave de este magnífico crono, en palabras del propio Powell, fue “cero presión, cero tensión”. Waaaaaa, ssaaaaaaa! ‹118› Volumen I• que las inolvidables 14 horas de vuelo de Santiago a Ámsterdam, en clase turista –y al lado del baño- lo motivaron a redactar esa carta-denuncia. En virtud de lo precedentemente expuesto, mi Jefe63 me citó a su despachó y me consultó respecto a lo sucedido. Le conté en detalle lo sucedido, haciéndole presente en que si no hubiese actuado de esa manera, el Sr. R. habría perdido su vuelo. Con todo, afirmé categóricamente que estaba dispuesto a asumir todas las consecuencias administrativas de mis actos. El Embajador Lira me miró –una vez finalizados mis descargos– y me dijo: “Francisco Devia, estás realmente loco. Hablaré con el Ministro”. Nunca supe lo que hablaron, pero puedo comentarles que seguí trabajando en la Dirección de Protocolo hasta que me fui destinado a Filipinas. En las calificaciones de ese año, nada anormal ocurrió, por lo que “a buen entendedor, pocas palabras”. Laku noc, 63 El ex Director del Ceremonial y Protocolo, Juan Pablo Lira, es uno de los mejores Embajadores del Servicio Exterior. Asimismo, es una persona que se preocupa de sus funcionarios, virtud escasa en estos días en nuestro Ministerio. En el año 2001, por coincidencias del destino, volvería a estar “bajo su mando” en la Embajada de Chile en Perú. Hoy es el Director de América del Sur de la Cancillería. ‹119› XVII Capítulo »Plan de Acción para la Protección del Medio Marino y Áreas « Costeras del Pacífico Sudeste XVII Volumen I• Recuerdo vagamente que el Director de Medio Ambiente de la época me encomendó hacerme cargo de la Asamblea Ordinaria Anual del Plan de Acción para la Protección del Medio Marino y Áreas Costeras del Pacífico Sudeste. En ese entonces estaba a cargo del ágil pero diminuto Departamento de Asuntos Marítimos (DIMA-MAR), conformado por la eficiente abogada Gema R., el Tercer Secretario Marcelo “Perro” N. y nuestra querida secretaria Elena S. - Disculpe, Embajador, pero yo no tengo experiencia en este tipo de Asamblea, fue mi categórica respuesta ante el ofrecimiento del Director de DIMA. - Oiga, don Francisco, no me venga con excusas. Confiamos en la labor de su departamento. Además, ¿usted no estuvo destinado en Protocolo? - Sí, Embajador, pero no es lo mismo apoyar y colaborar en la realización de una recepción o almuerzo oficial, a ser el anfitrión mismo. - No se hable más del asunto; usted está a cargo y punto. Y así fue como el reseñado equipo organizó la precitada Asamblea Anual. La Agenda de la reunión fue preparada a tiempo y todo estaba resultando según lo previsto, hasta el día del primer almuerzo oficial. Ese día, debí improvisar un brindis de apertura, en uno de los salones de la Academia Diplomática. Los que me conocen saben que hablar es una de mis características, aunque no soy tan locuaz como mi madre. Sin embargo, esa tarde, estaba un poquitín confuso. Omití en el brindis saludar a una de las principales autoridades circundantes –lo que fue subsanado por un Embajador y amigo (don Fernando Zegers), quien hizo un brindis a posteriori, en honor de la afectada. Asimismo, por razones de exceso de trabajo en la cocina (había dos almuerzos simultáneos ese día), los platos no llegaban y nadie sabía por qué. Tuve que conminar al “Perro“ N., - prácticamente le grité –a que fuera a apurar la cosa–. Le tuve que insistir a viva voz, porque el pelotudo no me entendía, pues pensaba que lo estaba felicitando por su trabajo. ‹123› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Pero el día de cierre de la Asamblea fue unforgettable. Como el día anterior había tenido las reseñadas dificultades, me dije a mí mismo: “No cometeré los mismos errores; tendré más cuidado”. Cabe señalar que en el aperitivo, los distintos delegados comentaron su satisfacción por los avances que habíamos logrado en estas dos jornadas de trabajo. Imagino que sus mercedes piensan que muchos de esos elogios eran fruto de buena crianza. Yo pensé lo mismo, pero en la práctica, para los intereses –al menos de nuestra delegación– se habían abordado todos los temas que nos preocupaban. Aprovechando ese impulso de entusiasmo, le encomendé al “Perro” N. que trajera los documentos que contenían las conclusiones de la Asamblea para que una vez finalizado el almuerzo de clausura, fueran suscritos de inmediato por todas las delegaciones. El “Perro” N., fiel como los de su especie y raza, cumplió a satisfacción la orden recibida . Y los mozos nos hicieron entrar al Comedor Principal de la Academia Diplomática. Los delegados de los cinco países concurrentes a la reunión, –más de 20 personas– tomaron asiento en conformidad a la precedencia protocolar vigente. Era imponente ver esa mesa inmaculada, sacra, santa, virginal, cubierta de copas y platos, con sus respectivos comensales, todos correctamente vestidos. Y me tocó nuevamente hacer el brindis de rigor… Hablé de las relaciones internacionales, de lo gratificante que era tenerlos a todos presentes, del castellano como lengua madre, del sueño de Bolívar (no, eso jamás lo diré), mostrando con mi dedo –cual ex Presidente Ricardo Lagos– en forma orgullosa los documentos que suscribiríamos esa tarde y quise terminar diciendo: “Queridos amigos/a, no quiero aburrirlos más, brindemos todos juntos, como corresponde por … ¡ahhhhh…!” Pero había un detalle: “La cabra tira al monte”. Como mi madre se encarga de recordármelo cada vez que nos vemos: “Mijito, usted tiene manos torpes. ¡No, no toque eso, se le va a caer!” ¡Y mi madre, como todas las madres, tenía razón! Cuando dije brindemos todos juntos por… (hay, chita diego, ch…pónganles sus mercedes ‹124› Volumen I• las expresiones que a su real saber y entender son las apropiadas para la circunstancia descrita), rocé involuntariamente la copa de mi vecino, provocando dicha acción la caída de mi copa, cuyo contenido se volcó íntegramente no sólo en el inmaculado mantel, sino que también en los documentos oficiales que supuestamente suscribiríamos esa tarde. No sé qué fue peor: mi inmediato cambio de color –palidecí, y para un moreno eso ya es un desafío– o ver la cara de horror, desesperación y angustia de la pobre Gema R., quien estaba casi frente a mí. (Imagino que pensaba, pobre Francisco, ¡qué hizo!) Hubo unos segundos de absoluto silencio. Nadie decía nada. Opté por lo lógico. Bosquejando una forzada sonrisa expresé a viva voz: “Oye, Marcelo (el mismo Perro de siempre), pásame tu copa, mira que hay que celebrar“. Y así fue como levantando la copa del Perro, dije a la concurrencia: - Queridos amigos, tal como les estaba diciendo antes, ¡salud! - ¡Salud! - fue la unánime respuesta de todos los comensales, seguida de jocosos comentarios. No sé si fue como consecuencia del derrame de vino descrito precedentemente o el exceso de adrenalina del momento, pero puedo asegurarles que ese almuerzo fue uno de los que más he disfrutado en mi ya dilatada carrera como pseudo-diplomático. Finalmente, tuve que privar al Perro de compartir el café de sobremesa. Lo mandé derechito a buscar copias de los documentos que los delegados debíamos suscribir esa tarde. Un gran abrazo y Laku noc ‹125› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub q Ym can el o grataigfi a u a msnó, dnu t tocrnY atloeec ó nacuim eovneam reseng s p ami t s do i r e rdo Lagos- en o de B sueñ el u á si e jam ter eso á abslaé lomsi doc(no,oe, esnot jam d o e lnaaasrrrdum uHll elic rl g a i c e i o e go ex P d n r …s esi o inte d t d e e hre ere enatce iRsidc e rig d d a h e ri l b n elovaagc,m e e t raelnsotueceñ t h t i f i caónnt uevaemereante e qu for d ero dis n i br gu eol cuelnen r e mo l ac doom–o h ec e e ig nt mai ndo n l i r…n l n d g s e oslta lacleiso,ne me esa,ebvdlaédeoldoccrea… efliaca tH s re i u Hciraodbneléy de lY t c n grea cóionnteras intern torib os os esa ata ), miríam e ri a mad re, d ma or… Y me r… oc n a tocó n l rigo l e e t o s d u a s e vamente hacer el brindi c del dqereuiBolív oess/,a, no el b rind e ri is d en r os e n ac rlos a H toados prqeusee susc b s o re l brnri lé derlloasdsrYlomdiré ancd s adlees, de lo ioin m e r (n a olív te que n te era o: nerlosua to do “Q ‹126› {Volumen} II I Capítulo »Snoring or Sleeping? & Emilio« I Volumen II• Zagreb, 3 de abril del 2008 Pese a que sólo dos personas manifestaron expresamente su interés por un Tomo II de lo que hemos denominado “Cuentos o Anécdotas del Old Friends’ Pub o saga croata”1 y dado que, por el contrario, ninguna persona se opuso a esta loable iniciativa,2 presumiremos que el silencio de sus mercedes autoriza a su autor para retomar esta sana práctica. Sin embargo, con pavor debe dejarse constancia de la bajísima valoración cívica que la citada pseudo saga ha generado en sus lectores, hoy, cibernautas. Si de esa misma valoración dependiera mi existencia, seguramente me encontraría en riesgo de extinción, como muchas de las especies de nuestro planeta tierra, en particular, los grandes cetáceos o ballenas…ni se les ocurra buscar alguna alusión personal en esta frase. ¿Y qué ha pasado en este último tiempo? En primer lugar, semanas atrás concurrí en mi calidad de Encargado de Negocios a.i.3 a la conferencia del representante en Zagreb de la Organización de Cooperación y Seguridad Europea (OCSE). El expositor se encontraba explicando acerca de las tareas o cometidos que este año tiene previsto realizar su Misión Diplomática. Sin embargo, no todo sucedió como estaba previsto por los organizadores. Llevábamos veinte minutos de charla y de pronto oí una especie de ronquido. Sí, sus mercedes, un simple y vigoroso ronquido. Inmediatamente pensé que ese ruido, ajeno a la citada conferencia, había sido provocado por una silla o algo por el estilo. Craso error, pues un segundo ronquido me hizo comprender el nuevo escenario que se estaba 1 2 3 Lula Letelier y Jordi Batiste. Ni siquiera un detractor extemporáneo, que siempre los hay. ¿Suena bien, no? ‹131› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub desarrollando en ese momento. En virtud de ese ruido o sonido bronco, según la Real Academia Española, miré a mi alrededor y comprobando que estaba Rade4 a mi lado, le consulté sutilmente: - Rade, someone is sleeping, isn`t he? - Nooo, Francisco, someone is snoring5 !! Evidentemente, riéndome, traté de identificar al responsable de los hechos descritos. Para mi sorpresa, constaté que los ronquidos provenían de un Embajador que es conocido en el medio diplomático por ser weird6, quien para agravar aún más su falta, se ubicaba frente al expositor y a su jefe de gabinete –que lo acompañaba en ese menester–. Para detallar aún más los hechos, básteme sus mercedes indicarles que la cabeza de su Excelencia estaba completamente inclinada hacia uno de sus hombros (el derecho). La charla fue patética, ya que durante 25 minutos tuvimos que escuchar cada cierto tiempo el ruido o sonido bronco del citado Jefe de Misión Diplomática, el que iba in crescendo a medida que pasaba el tiempo, llegando a ser estos ronquidos, frecuentes y progresivos. La incomodidad de los asistentes fue manifiesta, en especial para el expositor y su Jefe de Gabinete, quienes no podían creer este espectáculo surrealista. Quizás por ello, como una soterrada venganza, el expositor terminó su discurso diciendo una cosa parecida a lo siguiente: - Queridos Embajadores y amigos/a presentes, espero que hayan comprendido que los objetivos que nuestra Misión se ha propuesto llevar a cabo este año, no serán fáciles de cumplir, pero es nuestro deber y desafío intentarlos. 4 Diplomático serbio quien cada lunes oficia de defensa en nuestro equipo de fútbol de los expatriados. 5 Traducción no oficial: roncando. 6Extraño. ‹132› Volumen II• “Confío en que esta charla no les haya parecido tan aburrida como aparentemente lo fue para el Embajador XXX. “Muchas gracias”. Este comentario final provocó risas y aplausos espontáneos de la audiencia. Por mi parte, junto a Rade aplaudimos a rabiar para intentar despertar al embajador XXX, lo que evidentemente logramos. El Embajador del año7 despertó exaltado y, literalmente, huyó avergonzado del lugar de los hechos. Con todo, lo que nunca entendí fue la poca caridad cristiana de dos embajadores y/o encargados de negocios que estaban próximos a él. ¿Cómo diablos no le tocaron un hombro o la espalda a ese pobre hombre para que se despertara? Eso en nuestro empobrecido, desgarrado y populista continente se hace, ¿no es así? En mi defensa, cabe señalar que pensé acercarme a su Excelencia, pero esa idea –materializarla– me significaba cruzar todo el salón de la conferencia, pues siguiendo viejas prácticas colegiales, me ubico en el último asiento en todas las ceremonias oficiales a las que debo concurrir por mi cargo, al contrario de otros que no escatiman esfuerzos por figurar en primera fila.8 Ese proyecto –el auxiliar al Embajador dormido- pudo haber sido incluso contraproducente, ya que mi eventual desplazamiento habría sido demasiado visible, muy descarado para la audiencia. Me cansé; otro día les cuento los efectos causados por el artículo publicado en la Revista del Domingo en el Mercurio el pasado mes.9 Les reitero que la bufanda que exhibo fue objeto de una dura polémica conyugal. 7Merece su Excelencia una placa de reconocimiento en un establecimiento Mac Donald´s como el Embajador del mes. 8 Eso me permite, cual mafioso, observar quiénes están y quiénes no. 9 Y que fuera publicado gracias a Sylvia Bustamante G. ‹133› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Sólo Dominguito Aljaro –menor de edad– fue el único que comprendió todo: la bufanda del “Francis” es igual a la del Inter.10 Como ven, la sabiduría infantil es insuperable. LAKU NOC Comité de Redacción P.D.: La historia del Príncipe de Luxemburgo la dejaremos para un próximo capítulo. •Emilio• Más de dos meses han pasado desde nuestra última comunicación, intitulada ¨Snoring or Sleeping¨, siendo el motivo de esta ausencia mediática una serie de hechos que no voy a precisar. He decidido retomar este hábito como una manera de recordar a nuestro querido amigo y ex Embajador, don Jefe Emilio Ruiz-Tagle (Q.E.P.D). No detallaré hoy las virtudes de Emilio, pero sí puedo asegurarles que era un caballero. Su vida no fue fácil, y siempre estuvo en primera plana, hecho que provocaba la lógica envidia de algunos. Sin embargo, era querido por su familia y sus verdaderos amigos. Por mi parte, puedo comentarles que nos reíamos mucho cuando hablábamos sobre nuestro común hobby: la lectura, coincidiendo ambos en que el escritor español Arturo Pérez Reverte es uno de los grandes de la narrativa contemporánea. Sus libros sobre Las aventuras del capitán Diego Alatriste deberían ser de lectura obligatoria para aquellos avezados que desean incursionar en ese género. 10 Inter de Milán, equipo de fútbol italiano. ‹134› Volumen II• Pero también hablábamos y discutíamos de política, de fútbol,11 del Ministerio, etc., no teniendo siempre la misma opinión, pero lográbamos superar nuestras diferencias con muy buen humor. Es decir, éramos amigos, simple y llanamente. En fin, es muy difícil encontrar casos donde se da una genuina amistad entre jefe y subordinado. Yo he sido muy afortunado, as usual, pues en este caso el resultado de la ecuación fue más que satisfactoria. (Espero que Emilio piense lo mismo.) Con todo, debemos retomar el capítulo anterior para dar la impresión que existe una cierta “Hoja de Ruta” en esta saga croata y con ello satisfacer la demanda de sus adeptos; pocos, pero fieles. 11 “Franjo”, me decía Emilio, “los periodistas chilenos son uno de los principales responsables del lamentable estado en que se encuentra el fútbol chileno: Endiosan a los futbolistas y le hacen creer a la gente que somos una potencia deportiva. ¡Y no lo somos!” Y ambos nos levantábamos indignados de nuestros asientos, exigiendo una Política Deportiva Nacional. ‹135› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub js dk j s hd j sh yjuklñq .edfrgthtyuiop2wert vs n s r j y k g v f 3 n i u nm, m,.edfrgthyju 4 ioñplkdvmñlqwertyu sfegvns nqw klñqwer zxcvb cvbn iopà 234 klvñ zx lñtyu flm k 5 u j i j n o 6 p y 7 b 2 h 8 90 s dfg h fñfrfgvt 345678 'ñ iopà si 90 ñl,.kesd vm rtyu n n d ' e ñ b b f v w c v q l sdjck g ñ k j lñbzbxbcb adckasdjcdjcasdkjclkdjcñisdjfh àssn vsñlkdvm e p r guhijkb o i t u y sd dàesrdtfy j c h vuasiowp d j c a sdkjclkdjcñisdjf r ty we ñ lq vm gkj sn vsñlkd 56 ñ ‹136› vlnkd sbfvgm vn nflñlqw mvn sfgvnsinfv ñc sdj ckadcka 7890'ñc d fg hjk l csdjck ñqwertyuiop23vsñlkdvmñl gthyjukl vnsinfvgkjsn 4567890'ñ qwertyuiop .edfr flmvnsfg àsd cs d fg h jck bn kasdjcdjcasdkjclk v jk l ñ c a f d djacdckasdjc dck a zxc fñ djca as ck ñisd j d s jfhvgkjsn svdskñdjcljckdvmñlqwervtybunm io,p. à ldkjd sinf vasw edsdfg cajcñ sfgvn n der v frg hjk isd s m l d f t y n j thy lñ k u f b h j i v c v v f jukzxc bbb lkd asw fñ yui bbb s lñqvw fñf 0' k l j s ñ bbb cñisde bbbdvñ b k e s r u t y nm iopñ2l3vf4l m56789 dvñl djrfthyva ksfñfvbuinsw dbebvrbntybsufbgidvvnbñsblikbnsb,f.fvebñdgbfkfdvrjvbgsntn fbl m hyjuklñqwert II Capítulo »El Príncipe de Luxemburgo« II Volumen II• Y finalmente les contaré sus mercedes la anécdota sobre El Príncipe de Luxemburgo, tal como la recuerdo. Me he provisto de un vaso de cubalibre, cual Ernest Hemingway, para tratar de ser lo más elocuente posible. Cuando se supo que el mentado Príncipe venía a Chile, don Eduardo Guillermo Bonvallet, alias el Gurú,12 fue enfático y muy poco diplomático al calificarlo de vagoneta.13 Hay que empezar diciendo que su visita oficial significó que, por primera vez desde que había llegado a la Dirección del Ceremonial y Protocolo, debía asumir en plenitud la responsabilidad de la visita de una autoridad internacional. El problema radicaba en que nunca antes había estado a cargo de un programa de esas características; por lo tanto, desconocía el motivo de la misma y obviamente sus detalles. Evidentemente, todo comenzó con dificultades. Si hay una cosa que me caracteriza, según dichos de mi propia madre, es que las cosas no resultan como deberían ser. ¿Vieja sabia? ¿Bruja? No, sencillamente una madre deslenguada, curiosa por excelencia, pero gran madre, al fin y al cabo. Según el programa previsto y redactado por otro funcionario (pues reitero, me entregaron el cachito de esta visita cuando yo estaba a cargo de otras actividades, digámoslo sin ambages), el vagoneta, perdón, el Príncipe de Luxemburgo debía reunirse con el Ministro de Economía en ese Ministerio (calle Teatinos 120, creo). Antes de llegar a ese Ministerio, me llama por celular el Capitán de Carabineros a cargo de la seguridad y operativo del Príncipe, Cristián L., y me dice: 12 Ex futbolista, entrenador y comentador deportivo, conocido por sus críticas a todo lo establecido, una especie de censor, un tribuno de la plebe, acusado de loco por varios, pero para mí es un fiel defensor del deporte en general y del fútbol, en particular. ¡A tu salud, Gurú! Haces entretenido el fútbol chileno. 13 Vagoneta: vago, wander. ‹139› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub – Francisco, mi avanzada me acaba de llamar y me dice que nadie espera al Príncipe en el Ministerio de Economía. – Pero, Cristián, ¡no puede ser! El programa dice claramente que lo recibirá el Ministro de Economía Subrogante. – Sí, lo sé, Francisco, lo estoy viendo, pero te reitero que mi avanzada dice que no hay nadie esperando al Príncipe. – ¡No puede ser! – ¡Qué quieres que te diga! Eso dice mi avanzada. ¿Qué hacemos? – ¡Chucha! –perdón abuela-, pero ¡esto es insólito! – ¿Qué hacemos, Cristián? Tú tienes más experiencia que yo. Ésta es mi primera visita internacional y yo estoy a cargo. – Francisco, te sugiero que le digamos que la audiencia se suspendió. – ¿Cómo? – ¡Que se suspendió! Lo regresamos al Hotel y luego lo pasamos a buscar para ir a la SOFOFA. – Cristián, excelente idea; así lo haremos. Y así fue como se procedió. El Príncipe aprovechó de descansar un poco más y nosotros preparar las reuniones de la tarde: almuerzo en la SOFOFA 14 y luego reunión en el Ministerio de Planificación. Llegamos a la SOFOFA sin inconveniente alguno. El almuerzo fue organizado por el embajador encargado de los intereses de Luxemburgo en Chile. Todo iba bien; sin embargo, notaba que el almuerzo se alargaba y alargaba y el Embajador –pánfilo, derechamente- no hacía nada por apurar la cosa. Le indiqué en dos oportunidades que debíamos partir, pues nos esperaban en el Ministerio de Planificación. Finalmente, decidí, ante la clásica indecisión de los diplomáticos, agarrar al Príncipe y llevarlo al auto de la comitiva, siendo acompañado por dos o tres de sus asesores. 14 SOFOFA : Sociedad de Fomento Fabril, ente gremial. ‹140› Volumen II• Pero, ¿y el resto de la Comitiva? Claro, el almuerzo y el bajativo estaban de lo mejor en la SOFOFA y el resto de la delegación no tenía interés en moverse. Cristián se me acerca y me dice: - Francisco, estamos atrasados; debemos partir ahora mismo. - Sí, pero y ¿el resto de la Comitiva? No puedo llegar al Ministerio de Planificación con autos desocupados (eran al menos cinco o seis). ¡Estos h… (¡piiii!) no quieren bajar! - Francisco, debemos partir. - O.K., Cristián, déjame subir una vez más y voy a lacear a los que pueda. Te insisto; no voy a llegar a ese Ministerio con autos vacíos. Y así fue como subí nuevamente y hablé con el Embajador pánfilo, a quien le indiqué que partíamos ahorita, con o sin él. Ante esta amenaza, logré reunir parte de la Comitiva y los subí a todos en el ascensor, debiendo los otros, por su parte, descender por la escalera. Cuando llegué al primer piso me encontré de frente con el pasado. Sí, amigos, una mujer que en otra época me gustó en exceso durante muchos años.15 “Negro –exclamó sorprendida– ¿qué estás haciendo aquí?” Tal fue mi sorpresa al salir del ascensor que no supe qué decir. Se me trabó la lengua y mentalmente pensé: “¿Cómo diablos se me aparece ahora, en plena faena, en mi primer cometido como funcionario propiamente tal? ¡Está mejor que nunca!” “Perdona –le dije–, pero estoy con el Príncipe de Luxemburgo, sorry”. Esas fueron mis últimas y vagas palabras, si mal no recuerdo. Y así fue como pese a todos estos imprevistos y con un corazón golpeado16, logré reunir parte importante de la citada delegación, instalándolos 15 Mi propia Nefernefernefer de la Novela Sinuhé el Egipcio de Mika Waltari (pág. 121. Edición de Bolsillo) 16 Canción: Un viejo Amor. Interprete: Los Huasos Quincheros: “…Que un viejo amor, no se olvida ni se deja; de nuestra alma si se aleja, pero nunca dice adiós”. ‹141› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub en sus respectivos autos. ¿Y los otros, el saldo o el resto? Sorry, se quedaron en la SOFOFA. En ese momento el Capitán de Carabineros me dice: - Francisco, estamos con casi media hora de retraso. Si quieres llegar relativamente a tiempo, debemos irnos a contramano. - ¿Qué significa eso, Cristián? - Irnos en sentido contrario de la Costanera. - ¡Pero eso es una locura! - Es lo único que podemos hacer para cumplir con los tiempos estipulados. - Ok, Cristián, hagámoslo; yo asumo la responsabilidad del caso. - Oye, pero te advierto que vamos a llegar con ruido de sirenas y será todo un despliegue –operativo– en pleno paseo Ahumada. - No me importa; hagámoslo.17 Y así fue como una comitiva de cinco o seis autos VIP, más su correspondiente escolta policial, se dirigió a toda carrera por la Costanera Norte hacia el centro de la capital, para ser exactos, pleno paseo Ahumada. El ruido era ensordecedor, parecía una película de Bruce Willis, tal era el escándalo que producíamos en esa frenética carrera hacia el centro de Santiago. Nadie entendía nada, ni la Comitiva, ni el Príncipe, ni tampoco el suscrito. Llegamos en menos de 10 minutos al Ministerio de Planificación, habiéndome aferrado durante todo ese tiempo a la manilla de la puerta del auto, en caso de un eventual volcamiento del vehículo, que a mi juicio, era inminente. Fue algo mágico, insólito: el ulular de esas sirenas, el ingreso de la Comitiva del Príncipe en pleno Paseo Ahumada (insisto, paseo peatonal por excelencia), la expectación de la gente por el ingreso de un grupo de autos 17 Paseo Ahumada: Principal paseo peatonal de Santiago de Chile. ‹142› Volumen II• en su área, su paseo, su hábitat. Paramos frente al Ministerio de Planificación; descendí rápidamente de mi auto, cual saeta, para abrir la puerta de Su Majestad, el Príncipe de Luxemburgo –no estoy seguro si llegué antes que el escolta de Su Alteza; pienso que no. En ese supremo momento, –en el instante que el Príncipe salía del auto– cuando toda la gente se agolpaba alrededor del auto para observar este hecho inusual, acompañado siempre del ulular de sirenas, se escuchó un grito claro y contundente: “¿Qué estái haciendo ahí, NEGRO DEVIA?” Cómo habrá sido el grito y la sorpresa de la gente al escuchar esa frase, que todos miramos al autor de la misma, siendo desde ese instante para mí, célebre y legendaria su figura. Cuando el Príncipe estaba entrando al edificio, le respondí a ese anónimo transeúnte, en forma solapada: “TRABAJANDO, trabajando”. Hasta el día de hoy, no sé quién fue el autor de ese anónimo grito. Me gustaría conocerlo, pues fue tan espontáneo y natural, que, reitero, nos desconcertó a todos, incluyendo a Su Alteza Real. Familia, amigos, me cansé; debo descansar y ver el partido de la Eurocopa entre Alemania y Turquía. Apoyo a Alemania, pues jugué fútbol en representación de su Embajada un mes atrás en un campeonato de futbolito inter-Embajadas. Esa, sus mercedes, es harina de otro costal. Un abrazo desde Zagreb, Negro Devia y su fiel Paulita. •Vereda Tropical y Buque Escuela “Esmeralda”• País en competencia: Chile Título de la Canción: “Vereda tropical” Intérprete: Leo Marini Co-Interprete: Francisco “Negro” Devia ‹143› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Voy por la vereda tropical, la noche plena de quietud con su perfume de humedad, En la brisa que viene del mar Se oye el rumor de una canción, de una canción de amor y de piedad … ¿Por quééé se fue? tú la dejaste irrrrr, vereda tropical, hazla volver a mí .. Así se encontraba el infrascrito dos días atrás tarareando esta canción, con su fiel aliado, un cubalibre doble,18 cuando erróneamente me creí capacitado para retomar nuestra saga, tomando la fatal decisión de acompañar este brebaje con un habano. Pensé que dado que al escritor Ernest Hemingway le gustaban los habanos, consideré oportuno mezclar mi cubalibre con un habano adquirido –en forma gratuita– con ocasión del matrimonio de un amigo chileno-croata. 19 - Negro, tú no sabes fumar; ¿para qué lo vas a hacer? ¿Qué necesidad tienes de probar un habano? Ya tienes 41 años y nunca antes has fumado. - Paulita, creo que Ernest Hemingway necesitaba tomar y fumar al mismo tiempo para poder escribir y yo debo reanudar la saga. La tengo muy abandonada. - Mmmmmm –expresó en forma sutil, casi imperceptible, sin pronunciar palabra adicional, ni en favor ni en contra de mi propuesta.20 18 Gracias a una botella de ron añejo que Emilio (Q.E.P.D.) me regaló tiempo atrás. 19 Alex Tudor. 20 Paulita es una verdadera diplomática, pues debería haberme dicho: “Negro, como bien sabes, existen campañas a nivel estatal y mundial que están prohibiendo fumar por razones de salud. Sin embargo, ahora, tú, con 41 años decides iniciarte en este vicio. ¡Estás completamente loco!” ‹144› Volumen II• No pasó más de una hora y media desde que habíamos finalizado nuestra conversación, cuando comencé a sentir un mareo espantoso. Me “afiebré”21 y tuve que irme derechito, humillado, a mi pieza, sin poder ni hablar ni menos escribir (antes fui a dejar la basura a la calle y casi me quedo con ella de tan mareado que estaba). Según expertos amigos en la materia, el motivo habría sido muy simple: aspiré el habano y eso fue fatal. Me habría bajado la presión. Mal, Devia, mal. Incluso mi suegra me envió un artículo donde se describían los efectos de fumar un habano en forma inapropiada. Ni la canción “Vereda Tropical” me ayudó en mi recuperación. Sólo pensaba en dormir y tratar de no vomitar, pues el mundo se me dio vueltas. Me acosté ipso facto, ofreciendo mis excusas a la doña de este hogar, quien no disimuló sus risas al verme en ese estado. En fin, no sigamos con esto y relatemos la anécdota por la cual cometí tan inapropiada mezcla –aunque torpeza sería la palabra apropiada. Para el conocimiento de sus mercedes, el Buque Escuela “Esmeralda”, con motivo de su LIII crucero de Instrucción, recaló oficialmente en la ciudad de Split entre los días 13 y 18 de de julio pasado. Suscrito, en su calidad de máxima autoridad de Chile en Croacia, debía recibir al Buque Escuela, debiendo para ello seguir un estricto Protocolo. Iría acompañado por nuestro Agregado Militar de Chile en Londres y concurrente en Croacia, Coronel Jorge S., con quien coordiné los preparativos previos y posteriores de la visita de la Esmeralda.22 En ese sentido, por ejemplo, acordamos invitar a algunos militares chilenos destinados en Bosnia-Herzegovina, a cuyo Comandante conozco personalmente. En la noche de ese día, además, se realizaría una recepción a bordo, según programa establecido. Sin embargo, siempre ocurren imprevistos. Según el plan original, recibiría- 21 En la jerga muy popular, de mi tiempo, se decía “flaco, te dio la pálida”. Aunque ahora deberían decirme: gordo y no flaco. 22 El Coronel Jorge Salas me pareció una persona sumamente profesional y agradable. ‹145› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub mos al Buque Escuela a las 8 a.m. en el muelle de atraque. Pero ¿qué pasó? Un fuerte viento impedía que la Esmeralda pudiera ingresar al puerto, ya que de hacerlo, se comprometía la nave –la operación era muy riesgosa-. Luego de dimes y diretes, se decidió, dado que el mal tiempo no amainaba, nosotros iríamos a la “Esmeralda” para proceder a la ceremonia de rigor. Y así fue como a las 12:30 p.m. una lancha nos llevó al Buque Escuela. Primero se cambió el lugar por donde subiría a bordo, pues la forma en que estaba anclada la Esmeralda aconsejaba abordarla por babor y no por estribor. Luego, con pavor, se me indicó que yo debería subir primero, solo, sí, solo-solito. Y por último, la escalera de abordaje era corta, y temía caerme cual Cucalón.23 “Pero, ¿y qué más da?”--dije para mí mismo. “Dios me tiene que ayudar”, pensaba mientras subía la escalerita. Estaba muy emocionado, pues cuando estaba en el Colegio se me pasó por la mente postular a la Escuela Naval, pero finalmente nunca materialicé esa idea.24 Ahora, el destino me daba una posibilidad única: Ser recibido por nuestro único y principal Buque de Instrucción. El mar estaba increíble y el sol me daba en plena cara; por eso, cuando llegué a la cubierta, estaba entre pálido –y no por el habano– y asustado, temeroso. Allí me recibió en el centro de la nave su Comandante, el Capitán de Navío Víctor Z. Cuando me disponía a darle la mano, me hizo un gesto para advertirme que no me acercara, pues debía permanecer en el centro del barco. En ese instante, escuché al oficial encargado de la Compañía de Grumetes, quien a viva voz, alzando su sable, gritó: “¡Honores al Encargado de Negocios de Chile en Croacia!” En el acto comenzó a tocar la banda instrumental, para luego de unos minutos, se procediera a interpretar nuestro Himno Nacional – por la misma banda, se entiende. 23 Cucalón es un periodista peruano que a bordo del Huáscar, durante la Guerra del Pacífico, por su descuido y pese a instrucciones que se le habían dado, se habría caído y luego ahogado. 24 En nuestra familia, mi bisabuelo fue Comisario General de la Armada, según entiendo. Asimismo, un primo de mi mamá alcanzó el grado de Vicealmirante durante la “oprobiosa” dictadura, entre otros ascendientes. ‹146› Volumen II• “Chita diego”, pensé, “pero que estái importante, Devia”. Y para no ser menos, empecé a cantar a todo pulmón nuestra canción nacional. Sin embargo, a medida que cantaba, notaba que era el único que lo hacía. El resto de la Oficialidad y Gente de Mar de la Esmeralda escuchaba con sumo respeto y atención nuestro himno. Fue tanta mi sorpresa, que empecé a tartamudear; sí, digámoslo tajantemente, pues noté con horror que no podía seguir a la banda. Para empeorar el escenario, pensé que estaban interpretando la estrofa prohibida –Mis valientes soldados–25 y esta disquisición me turbó aun más. Tal fue mi desconcierto, que en la mitad de mi canto, opté por callarme. Sí, sus mercedes, escucharon bien; me callé cual topo. (¿Existirá esa expresión?) “Pero, Devia, ¿cómo ch… se te olvidó la canción nacional? ¿De qué te sirve ser un pseudo especialista o experto en los Balcanes, Kosovo, Derecho del Mar, Filipinas, Túnez y/o Perú, etc.?”, me recriminaba mentalmente, para luego, con desesperación, añadir: “¡Dios mío, ayúdame! Please, help me!”. Y en eso, no me pregunten cómo, reconocí parte de una estrofa y retomé el canto, con los mismos bríos con que había comenzado, como si nunca nada hubiese pasado. Por último, una vez finalizado nuestro himno nacional, fui conducido a la cámara del Comandante, lugar donde almorzaría en compañía de los senadores Baldo ProkuriÇa y Jaime Naranjo, del edecán del Senado, Capitán de Navío Santiago Jaman, del Coronel Salas, entre otras autoridades invitadas. Para terminar, muchas cosas ocurrieron esa semana de julio, pero será materia de otro capítulo, al igual que nuestras vacaciones por el norte y centro de Francia. Les deseo lo mejor, como siempre. Francisco “Negro” Devia. 25 La estrofa de la Canción Nacional “de los valientes soldados” fue suprimida de todos los actos oficiales con la llegada del Gobierno de la Concertación de Partidos Políticos por la Democracia, el llamado “Arcoiris”, que traería una supuesta “Alegría para Todos”. ‹147› III Capítulo »El artículo 9 del Código Civil« III Volumen II• Acabo de terminar de leer el libro The Twelve Caesars de Suetonius y me doy cuenta de que en Roma lo habría pasado muy mal por mi persistente rebeldía a todo lo que considero arbitrario o injusto –algo demasiado subjetiv–. Que tu vida personal y familiar, como también tus propios bienes, dependan del estado anímico del Emperador de turno, me parece algo macabro y contrario al Estado de Derecho y a la certeza jurídica, requisitos que en toda sociedad civil deben imperar. ¿Suena bien la frase, no? Si me escucharan mis compañeros de la Universidad, se reirían de mis comentarios leguleyos, pues como sus mercedes deben recordar, suscrito estuvo en tres ocasiones dispuesto a abandonar la Carrera de Derecho en busca de un mejor destino. Incluso mi familia estaba de acuerdo en que lo hiciera, ergo, sólo faltó concretar, materializar la idea. Sin embargo, el destino me tenía reservado una sorpresa: terminar en el Ministerio de Relaciones Exteriores y ¿saben qué?, curiosamente mi bagaje jurídico26 me ha ayudado bastante para desenvolverme en él, ya que en definitiva uno aprende, luego de fastidiosos años, a armonizar conceptos, elementos, clasificaciones, los que sumados a un mínimo de criterio27, me han permitido sobrevivir en el mundo de las relaciones internacionales, en la diplomacia, y que hoy en día no es otra cosa que mi vocación y fuente laboral.28 Aún recuerdo, por ejemplo, cuando un ex dirigente de la UDI, en ese entonces profesor de Introducción al Derecho, en el examen de fin de año de su curso –un 22 de diciembre del año 1985– para ser aún más exactosme consultó: - A ver, señor Devia, –leyendo la lista de curso, pues seguramente no me identificaba– dígame qué reza el artículo 9 del Código Civil. - El artículo 9 dice más o menos así, profesor … 26 Presumiblemente escaso, según decir de algunos de mis amigos 27 Como diría un amigo: “Esta profesión requiere T.T.C. Negrito: tacto, tino y criterio, nada más”. 28 Mi fuente de trabajo, la “leche para Paulita”, el circo” para algunos de mis amigos; “el sueldo, pan o propina” para otros; y que para los suscriptores del diario popular La Cuarta sería sencillamente “ganarse el caviar”. ‹151› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Una vez terminada mi exposición, que yo creía madura, casi profesional y convincente, fui contraatacado de inmediato por el aludido docente: - Disculpe, señor… ¿Devia?, pero así no reza el Código. - Perdón, Profesor, pero no entiendo a que se refiere. - Lo que usted nos ha expuesto no es la definición exacta del artículo 9 del Código Civil. - ¿No? - No, cómo se le ocurre, el Código dispone otra cosa. - Sin embargo, Profesor, creo haberle reseñado todos los elementos que componen el concepto descrito en el citado artículo. La verdad es que… (y no alcancé a terminar esa frase, creo). - Señor, sus elementos no son suficientes. Usted debe ser capaz de recitarme de memoria el artículo 9. La profesión de abogado exige conocer en forma textual lo que dice la LEY. - Pero, Profesor, con todo respeto, considero que con los elementos que le he aportado, es posible elaborar el concepto que usted me ha solicitado. - A ver, señor Devia –si mal no recuerdo, ya estaba francamente molesto–: ¿sabe o no sabe lo dispuesto en el mentado artículo? En ese momento pensé: “Estái fregado, Negro, este h…se enojó y por lo tanto, es preferible tratar de que la derrota nos sea leve. En consecuencia, debes actuar”. Mi respuesta fue tajante: “Sí, sé el concepto del artículo 9 del Código Civil, Profesor.” Y así fue como cara de palo, sin asco, sin miedo ni violencia, le repetí nuevamente los mismos elementos que anteriormente había expuesto, terminando mi presentación con plena convicción y acompañándola, además, con una fina sonrisa –pudiendo ser calificada seguramente por los entendidos como mordaz–. “¡Váyase!”, me dijo con severidad y cara de pocos amigos, “Tiene un 3.0 en su examen final.”29 Y apenas escuché el 3.0, me paré en el acto, riendo y respondiéndole a viva voz le contesté: “Muchas gracias, PROFESOR,” con énfasis en esta última palabra. 29 En Chile las notas son de 1 a 7. Las notas o calificaciones entre 1 y 4 significa insuficiente, ergo, implica reprobar, repetir el curso. ‹152› Volumen II• Todavía recuerdo la cara desconcertada del Profesor y su ayudante, pues no lograban entender cómo infrascrito podía agradecerles semejante nota, ya que presumían, erróneamente, que con dicha nota yo reprobaba y debía por lo tanto rendir nuevamente un examen de recuperación en marzo del año siguiente. ¿Qué pasaba? Muy simple. Por cosas de la vida, mi nota de presentación era una de las mejores de mi curso. Me presentaba con un 5.5.; por lo tanto, con el 3.0 que me estampó solemnemente este riguroso y detallista académico, me daba un modesto 4.25, nota más que suficiente para aprobar su ramo y con ello, no verlo nunca más, al menos en clases. Sí, tendría que hacerlo por TV y diarios, con el devenir del tiempo. - Pero no sea latero, señor Devia, a ver dígame: ¿qué está usted leyendo ahora? - Ummm, O.K., Nuevas cosas del fútbol de Francisco Mouat. - ¿Y por qué usted está leyendo ese libro? No ve que con esa literatura sólo se ratifica lo que muchos piensan de usted: que más que estudiar Derecho, usted se dedicó a jugar fútbol en el Campus Oriente. - Mire, Profesor, en primer lugar hace más de 17 años que egresé de la UC. En segundo lugar, mantengo mis dichos: es decir, no es posible que en las Universidades y/o Institutos se nos obligue a memorizar conceptos inútiles, fútiles, déle el calificativo que su merced estime oportuno. En tercer lugar, leo lo que me da la gana y punto. Ah, y por último, porque fue un regalo de mi amigo Omar “Guatón” Vidal 30 antes de venirnos destinados con la Paula a Croacia. Negro Devia, ¿por qué das explicaciones? No tienes que darlas; el Profesor de marras siguió en lo suyo, la política, y tú, cumpliendo tu sueño de viajar por el mundo, cual gitano, como era tu propósito desde niño, cuando parecías, a decir de tu propia madre y tíos, un niño de Biafra,31 30 Grande y gordo amigo, quien todavía organiza los partidos del Ministerio en San Carlos de Apoquindo, todos los martes de cada semana. Fanático del Fútbol, jugó en la UC, debiendo retirarse por lesión. Siempre se queja, al igual que Dirceu –jugador brasileño, de que “yo les mandaba balones, y me devolvían sandías”. Nuevas cosas del fútbol. Pág 117. Ediciones B.2002. 31 Niños de Biafra, sinónimo de pobreza y desamparo extremo, provocada por la guerra civil que en esos años azotaba Nigeria (1966). Biafra fue el nombre que tomó la región sudoriental de ‹153› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub derivado este apelativo de mi excesiva flacura y piel canela (tostado por el sol de Santiago, Villa Alemana y Viña del Mar). Finalmente, nos visitaron en un día de julio del año en curso los progenitores de la familia Pfeffer Tocornal. Esperamos que su estadía haya sido grata, pues lo fue para nosotros. Otro día les hablaré de nuestras vacaciones en el país de Edith Piaf, de la ida a Salzburgo y a Munich, entre otras cosas. Laku Noc •In the Navy• ¿Recuerdan la canción “In the Navy” del grupo Village People. ¡Qué quieren que les diga! Ese grupo es uno de mis favoritos y aún recuerdo que algunos pensaban que era buena idea cambiar el himno de la marina norteamericana por esa canción. Lo que no decían, esas mismas personas, era que el grupo en cuestión era reconocidamente homosexual, a decir de algunos. ¿Por qué esta disquisición? Muy simple. Haremos una simple prueba para ver el grado de tolerancia de sus mercedes. Situación o caso Usted se encuentra en una fiesta de despedida de una pareja de amigos gays. Asiste acompañado de su señora y otros amigos en común, de distintas nacionalidades. Previamente se ha comido y tomados las porciones de rigor, destacando el “cubalibre”, el que es consumido con placer por la colectividad latina residente en Zagreb, en especial, la peruana. Nigeria al proclamar su independencia de este país e instituirse como una república el 30 de mayo de 1967. Subsistió como estado hasta el 15 de enero de 1970, tras la capitulación oficial el día 12 de enero. ‹154› Volumen II• La gente está muy animada, siendo la música un estímulo para aquellos reacios al baile. Los grupos Village People, Abba, son recurrentes. Usted ha bailado toda la noche, tanto con su señora como con otras amigas, como corresponde a la situación descrita. En un momento en que usted se encuentra SOLO, apoyado en una pared, derivado del cansancio, buscando con su mirada a su cónyuge, se aproxima uno de los invitados, quien es reconocidamente gay y lo invita a bailar: Pregunta: ¿Qué hace usted? Alternativas: 1) Su merced es una persona tolerante, por lo que acepta el ofrecimiento. 2) Su merced mira de reojo a su señora y le solicita su conformidad o disconformidad al respecto. 3) Su merced, sonrojado por la situación, mira con pavor a su alrededor buscando a su señora (nunca fue tan valioso tenerla cerca) y rechaza gentilmente el ofrecimiento. 4) Su merced es en el fondo un homofóbico reprimido, por lo que rechaza tajantemente este ofrecimiento, que lo considera ultrajante y sin decir “agua va”, agarra a su señora y se retira de la fiesta, despidiéndose con todo de los organizadores de la misma. 5) Ninguna de las anteriores. 32 32 Obvio, número 3. ‹155› IV Capítulo »El Extraño de Pelo Largo« IV Volumen II• El 21 de septiembre celebramos por primera vez en Croacia “El Día Nacional de Chile en Split”,33 evento del cual di cuenta a mi Ministerio a través de un colorido mensaje oficial, que, por supuesto, no reproduzco en este apartado. Con todo, básteme decir que la organización34 superó todas las expectativas. El teatro donde se desarrolló este espectáculo estaba colmado con más de 150 personas, 25 de los cuales eran oriundos de Punta Arenas, quienes se sumaron especialmente a esta actividad – venían en un vuelo charter desde Chile. En virtud de mi calidad de Cónsul de Chile en Croacia, fuimos ubicados con mi fiel escudera en primera fila, junto al Cónsul Honorario de Croacia en Punta Arenas, don Rudy M. Mientras conversábamos animadamente, de improviso se nos acerca “un extraño de pelo largo”, quien se dirige amigablemente al citado Cónsul Honorario: - Oiga, don Ruby, aparte de usted, ¿quién es la máxima autoridad de esta ceremonia? Estoy escribiendo en directo (lap top en mano) para el diario Magallanes y me están pidiendo esa información. - Mire, precisamente aquí, a mi lado, está con nosotros el Cónsul de Chile en Zagreb, quien es la máxima autoridad el día de hoy. En ese momento el “chascón” me observa extrañado, como reconociendo algo. Mueve su cabeza con gestos inequívocos de duda, hesitación. Don Rudy continúa: “Su nombre es don Francisco Devia”. 33 Split es la segunda ciudad en importancia y principal centro de la colonia chilena en Croacia. A su vez, frente a esta ciudad puerto, se ubica la isla de Brac, lugar de origen de la mayor cantidad de inmigrantes croatas que llegaron a Chile (95%). 34 Fue organizado por la Escuela “Bol”; la Fundación para la Inmigración Croata (MATICA) y nuestra Embajada. ‹159› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Cuando escuchó mi nombre, el chascón se movió derechamente incómodo, sorprendido, procediendo ipso facto a mirarme derechamente a los ojos.35 En virtud de lo mismo, y atendido el hecho de que ingenuamente pensé que no había captado mi nombre,36 me paré con relativa parsimonia y acercándome, le hice entrega de mi tarjeta de visita, cual empresario japonés. Cuando recibió y miró mi tarjeta, el chascón gritó a todo pulmón37 –frente a todos los presentes: - ¡Pero no lo puedo creer! ¡No puede ser! Tú eres EL NEGRO DEVIA ¡Qué estái haciendo aquí, HUEVÓN! Como sus mercedes comprenderán, fui completamente sorprendido por los acontecimientos - Bueno, vengo en representación de la Embajada de Chile … - Pero no puede ser, como vai a ser tú diplomático si siempre has estado mal de la cabeza. No te acordái de mí, HUEVÓN. Yo era tu delegado de deportes en la Universidad. ¡Oye, pero qué pelao y gordo estai! Si no podía reconocerte. - La verdad –lo miraba y no se me venía ningún nombre a la memoriano me acuerdo de ti. - Pero, HUEVÓN, si jugábamos al fútbol juntos. ¡Acuérdate! Fue lo único que hiciste en la Universidad. Negrito, tú erai uno de nuestros ídolos. Yo era del curso de C. Raggio. - ¿Y tú qué estás haciendo en Croacia? - Yo soy descendiente de croatas y vine con la delegación de Punta Arenas; me recibí de abogado y ejerzo en mi ciudad. Oye, nos juntamos después del show. Sus mercedes entenderán que suscrito no tenía cara para hablar con don Rudy luego de este comprometedor diálogo. En cinco minutos, toda la 35 “¿Qué le pasa a este tipo? ¡Por qué me mira así!”, pensé. “¿Será gay?” 36 Ya me va a poner Hevia o Jeria este “gil”. Clásico pensamiento que surge en el infrascrito cada vez que me preguntan por segunda vez mi apellido - por no haberlo captado en un principio, “al vuelo”- Es con D. 37 Paulita es mi testigo presencial o directo del desencadenamiento de los hechos en cuestión. ‹160› Volumen II• formalidad de que hacía gala junto a Paulita se fue a la “cresta” –perdón abuela Chela por la expresión. Paulita y mi cuñada Lula, quienes escuchaban y observaban atentamente nuestra conversación, se rieron de mí toda la noche, calificando la situación como insólita. De hecho, ellas lo apodaron “el extraño de pelo largo”38 •Expedientes Secretos X• Por otra parte y como relleno de este capítulo, les quiero relatar a sus mercedes un incidente del cual fui testigo y/o protagonista39 y que tuviera lugar hace varios años, durante mi desempeño como alumno del curso denominado Práctica Judicial.40 Válgame señalar que la clase teórica del curso la recibíamos en una casa ubicada en Calle Cumming (centro de Santiago) y que la atención al público la realizábamos en la populosa comuna de Pudahuel. Nosotros, como alumnos y aspirantes a ser abogados algún día –mis compañeros de curso, no infrascrito–, debíamos obligatoriamente cursar un año de esa práctica judicial, especie de antesala de lo que sería nuestra profesión. Mi profesor guía resultó ser el ya citado en el Primer Volumen de esta obra, don Benito, prestigioso profesional, reconocido por sus pares y subordinados por su capacidad y estrictez. Se rumoraba en aquel entonces, que haciendo gala de esa fama, había reprobado ya a varios alumnos, sin haberle temblado la mano en ello. 38 Hay una canción con esa letra. 39 No hay claridad sobre el compromiso o responsabilidad que me cupo en los hechos que se describirán “ahorita”. 40 Curso impartido en el último año de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile. ‹161› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Si sus mercedes se remontan al Volumen I de esta saga, en su capítulo pertinente,41 se percatarán de que don Benito se asemejaba y/o podía transformarse con relativa facilidad en el mismísimo Cardenal-Ministro Richelieu, para quien su razón de estado era el obtener el mejor desempeño de sus dirigidos, algo que precisamente no era mi norte. En consecuencia, el choque de las civilizaciones como señalaría el cientista político Samuel Huntington, era inminente; ¡qué duda cabía! Si la memoria no me engaña, en plena segunda semana de iniciado el aludido curso, sucedió algo que hasta hoy no tengo certeza del responsable/s y/o cómplice/s del mismo. En virtud de ello, he intitulado este apartado como “Los Expedientes Secretos X”. Paso a los hechos para no aburrirlos: Nos encontramos casualmente frente a los Tribunales en Lo Penal o del Crimen de Pudahuel con otro grupo de alumnos de la práctica judicial, situación que nos permitió intercambiar opiniones sobre el trabajo de cada uno y de nuestros respectivos profesores y tutores. En esa coyuntura, y sin decir “agua va”, se habría producido entre un grupo y el otro, el traspaso de un voluminoso expediente criminal.42 El propósito de esta entrega habría sido, según algunos, mi propia inquietud o curiosidad por conocer “físicamente” lo que era un expediente judicial, pues nunca había tenido uno ni menos visitado un Tribunal del Crimen. Lo que pasó después es fruto del mito. Según voces autorizadas, contestes en los hechos y en el derecho, afirman que una vez que el suscrito se cansó de hojear el precitado expediente, lo habría dejado inadvertidamente sobre el techo del auto de un compañero de curso (el mismo que gentilmente se lo habría facilitado). 41 Capítulo VI. 42 A decir de algunos testigos, “de manos” de un compañero y amigo de curso, Jaime C. a suscrito. ‹162› Volumen II• Aconteció que el propietario del vehículo se habría subido al mismo sin percatarse de la existencia del citado expediente –pensando ingenuamente que estaba en mi poder–. Al partir su auto, el expediente se habría caído al suelo, quedando su “humanidad” desparramada y humedecida en el estacionamiento del Tribunal. Al día siguiente –pues los hechos sucedieron en una fría y oscura noche invernal– este humedecido documento –como consecuencia de la niebla matinal– habría sido visto por un buen samaritano, quien seguramente conmovido por su abandono, lo recogió y llevó al Tribunal. Los funcionarios del Tribunal agradecieron sorprendidos su entrega y de inmediato iniciaron las consultas que el caso ameritaba.43 Para agravar aún más los hechos relatados, conviene añadir que este expediente correspondía a un proceso criminal seguido en contra de una banda de delincuentes, cuya mayoría de integrantes estaban en prisión, por lo que la desaparición de un expediente de estas características no era una falta menor (en estos casos, debe confeccionarse o reconstituirse un nuevo expediente, con las demoras del caso, sin considerar las responsabilidades administrativas y penales a que pueden dar lugar su extravío). Desgraciadamente este extravío o desaparición del proceso no pasó desapercibido para nadie, menos para don Benito (que era uno de los abogados patrocinantes). Cuando nos reunimos a la semana siguiente, don Benito estaba furioso, pues la Corporación de Asistencia Judicial de la Universidad es responsable de la custodia y cuidado de los expedientes cuando éstos les son entregados a sus alumnos. 43 Determinar los nombres de los abogados patrocinantes e investigar los hechos que originaron este extraño caso de pérdida o extravío del mencionado expediente. ‹163› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Las pesquisas internas44 a nivel de la Corporación no arrojaron resultados favorables para infrascrito: se me sindicaba como el principal responsable de los hechos descritos. En mi defensa alegué amnesia, pérdida parcial del conocimiento, etc., pues no recordaba nada de lo que se me imputaba. Afirmé con convicción que si necesitaban un culpable “ahí estaba mi pecho”, cual Libertador Bernardo O’Higgins frente a sus odiados detractores (cuando entregó el mando de la Nación). Reconocí hidalgamente, eso sí, que recordaba haber tenido en mis manos el expediente de marras, pero otra cosa era haberlo extraviado. Es un enigma45 que hasta hoy perdura en mi mente. A la semana subsiguiente terminaron las investigaciones y divagaciones sobre la autoría de este caso con las siguientes palabras de don Benito: - El caso del expediente lo voy a dar por cerrado. Sin embargo, no toleraré que este tipo de hechos se repitan. Mi prestigio y el de esta Corporación están en juego. ¿Está claro? - Sí, profesor. Respondimos todos, cual coro. - ¿Está claro? - Sí, profesor. A pocas palabras, buen entendedor. 44 Cabe indicar a sus mercedes que don Benito nos reconvino duramente por lo ocurrido. Cuando comenzó su “filípica” no entendía lo que pasaba ni menos su enojo, por lo que miraba a don Benito con asombro. Cuando denunciaba la irresponsabilidad de algunos, me miraba en exceso y luego entendería el por qué. (Supongo que ya se me sindicaba como principal sospechoso de los hechos –yo nada sabía del tema en comento-.) Para agravar aún más los hechos, mientras don Benito nos fustigaba en esa memorable jornada, yo me limitaba a mover mi cabeza con asombro ante tanta negligencia de parte de ese supuesto alumno, pensando: “Pobre Huevón, ¿quién será? Se jodió su práctica”. 45 O estigma, si sus mercedes me condenan. ‹164› V Capítulo »Primer Ciclo de Cine Iberoamericano« V Volumen II• Como relatara en el capítulo anterior, una gran y una memorable jornada se vivió en el denominado “Día Nacional de Chile en Split”. Sin embargo, quiero confesar a sus mercedes que pese mi investidura oficial –Encargado de Negocios a.i. y Cónsul de Chile en Zagreb–46 rehusé formar parte de la comitiva de anfitriones de dicha ceremonia, pues no me gusta ese tipo de protagonismo, a diferencia de otros personajes del mundillo diplomático y/o político.47 En virtud de mi predisposición, no compartida ni por Paulita ni su hermana Lula, desistí de hablar en la inauguración, y por error, tampoco me levanté del asiento cuando fui nombrado como una de las autoridades asistentes a ese acto –hice un leve movimiento de cabeza-48 ; menos aún, bailé cueca frente al respetable.49 Con todo, y como atenuante de lo expuesto, debo aclarar que terminada la ceremonia, conversé con el público asistente, y en especial, con los puntarenenses, con quienes hablamos de política local y chilena, de historia, etc. Al día siguiente, terminados los festejos reseñados, en pleno desayuno, Paulita fue más al fondo y junto con su hermana (dos mujeres contra 46 Como diría mi amigo Pato Piddo: “Devia, no puedo creerlo. ¿Tú a cargo de una Embajada? ¿Y más de un año? ¿Seguro que no ha pasado nada raro? No puede ser”. Gracias por la confianza, Pato Piddo. 47 Aún recuerdo a un ex Embajador que cada vez que llegaba a alguna parte, éste debía ser anunciado por su chofer –una especie de heraldo–“aquí está el Embajador de Chile en…” Lo curioso era que como nuestro alto representante diplomático ejercía funciones en un ex país socialista, los dependientes o funcionarios y/o curiosos miraban con extrañeza este tipo de anuncios. Y como nunca falta el humorista, en una ocasión le contestaron: Ambassador of Chile to XXX? and So What? En esa oportunidad nuestro chofer no tuvo necesidad de traducir nada. Cabe indicar que el aludido Embajador de Chile era un perfecto y soberano idiota, conocido en nuestro medio ministerial por lo mismo. 48 A diferencia del Cónsul Honorario de Chile en Punta Arenas, don Rudy, que poco le faltó tirarse a la multitud. Se notaba que tenía oficio. De hecho, con sus más de 65 años, se dio maña para bailar cueca. Algo digno de imitar. 49 Respetable: audiencia o público asistente. Hay una canción de salsa llamada “Talento de TV”, en donde se ríe el autor de la incapacidad de la intérprete. Ese día, estuve a su altura. ‹167› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub uno, ¿qué hacer?) me recriminaron mi falsa modestia, atribuyéndola a un inequívoco temor a presentarme en público. “Negro, debes superar eso”, fue la lacónica conclusión de ambas.50 Prometí, cual político, que enmendaría el rumbo, sin decir, por supuesto, cuándo. Pero Dios siempre nos da una segunda oportunidad, y así fue, con motivo del Primer Ciclo de Cine Iberoamericano en Croacia. 51 Según programa, estaba previsto que el Embajador de España fuera quien inaugurara este Primer Ciclo de Cine; sin embargo, por razones de fuerza mayor, se nos solicitó que fuera nuestra Embajada quien lo hiciera. Y así lo hicimos52, debiendo yo leer el texto de inauguración, en compañía de Lucía Glavich53, quien debió oficiar de traductora simultánea, haciéndolo muy bien (leyó el texto unas horas antes).54 Cuando me paré enfrente del escenario sentí algo de miedo (ciertas aprensiones), ya que no quería defraudar a Paulita ni tampoco a nuestros amigos, quienes habían concurrido al cine por invitación nuestra. Constaté personalmente el poder del micrófono, como medio para comunicar y transmitir mensajes a terceras personas. Fue una sensación muy extraña.55 Pensaba en ese momento, que si el moreno56 Barack Obama fue capaz de dirigirse a 150.000 personas en la ciudad de Chicago, ¿por 50 Reconozco que son ambas cosas. 51 Organizado por las Embajadas Brasil, Chile, España, Portugal y el Consulado Honorario de Perú, en memoria de nuestro ex Jefe y amigo Embajador Emilio Ruiz-Tagle (Q.E.P.D.) 52 El discurso fue preparado por la Embajada de España. Yo le hice pequeñas modificaciones. 53 Hija de nuestro inefable y varias veces citado amigo. 54 No contábamos con traductora ese día, por lo que debimos improvisar. Llamé a Marcos, quien nos aconsejó que fuera su propia hija la traductora. Gran idea. 55 Por eso los grandes oradores han despertado tantas pasiones: Julio César, Demóstenes, Arturo Alessandri, Benito Mussolini, etc. 56 Un calificativo similar utilizó Il Cavalieri Berlusconi para referirise al electo Presidente de Estados Unidos. ¿Por qué yo no podría hacer algo similar? Más que mal, también soy un moreno latino, de piel canela, al fin y al cabo. ‹168› Volumen II• qué no podría infrascrito hacerlo frente a 150 almas? Es una cuestión de número, nada más. Mi señora, al escuchar estas divagaciones –aciertos analógicos o metafóricos–, siempre me mira con sorpresa e incredulidad, pensando seguramente que ya es hora de que me internen en un Manicomio. Ya ni siquiera se ríe como antes. Seguramente 11 años de escuchar estos aciertos semánticos debe ser muy agotador. •La Noche de la Música en Español• En atención a que este suceso es descrito casi in extenso en el comunicado oficial que nuestro Consulado remitiera a los chilenos residentes en Croacia y que se anexa, me limitaré a comentar determinados acontecimientos: En primer lugar, los organizadores de este evento57 esperaban un máximo de 200 personas. Por contrapartida, Juan P., Cónsul de España, preveía que sería algo “en familia”, no más de 40 personas. En consecuencia, las 450 personas superaron las expectativas de todos. En segundo lugar, después de la presentación artística, un grupo importante del público asistente se quedó bailando salsa hasta las 1 a.m., hora en que fuimos desalojados de la Discotheque–Pub, por reclamos del vecindario (era un día de semana). Tercer otrosí: nuestra Embajada tenía una mesa reservada que podríamos denominar VIP, instalándose en ella algunos de nuestros amigos/a58 . Sin embargo, don Marcos Glavich, sin reparar que su asiento y el de su señora Mirjana dependían de la buena voluntad del Consulado de Chile, no se 57 Empresa Urban Vile. Uno de sus socios es el capitán del equipo de fútbol francés, Michel Foressier. 58 Familias Glavich, Tudor, Bianconi y Tarle. ‹169› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub cansó de molestar, acusándome de ser un clásico político centroamericano.59 Anexo Comunicado de Prensa Consulado de Chile en Zagreb El pasado miércoles 26 de noviembre se vivió en Zagreb un espectáculo inolvidable para todos aquellos que asistimos al estreno-presentación de la “Noche de la Música en Español”, evento inédito que tuviera lugar en la Discotheque-Pub “Sax”. Esta actividad musical consistió en que un grupo de personas –amateurs– cantara en público, acompañados por una banda musical especialmente contratada para el efecto. Doce fueron los “valientes” que subieron al escenario,60 quienes a su vez fueron presentados por dos jóvenes animadores, también amateurs, quienes tuvieron un desempeño calificado por todos los asistentes como sobresaliente. De la misma manera, cabe mencionar que en esta especie de Karaoke en vivo asistieron el Embajador y señora de España, el Encargado de Negocios de Chile en Croacia, el Directorio de la Asociación Latino-croata, Representantes del Cuerpo Diplomático y por supuesto, los amigos/a de los artistas, entre otros. En ese sentido, un público superior a las 450 personas repletaron la mencionada Discotheque-Pub, quedándose sin poder hacerlo un número importante de curiosos, demostrando este solo hecho el interés de la opinión pública croata por el idioma español. 59 Por mi forma de saludar a conocidos y público asistente. No debemos tolerar nunca más la presencia del señor Glavich en actos oficiales. Se dictará el bando o decreto respectivo. 60 Más de 30 personas, croatas y extranjeros, se inscribieron para participar como “futuras estrellas de la canción”, siendo seleccionadas 12. ‹170› Volumen II• En virtud de lo expuesto, la colonia chilena y latinoamericana residente en Zagreb –quienes asistieron en masa a este evento–, junto con expresar sus agradecimientos a los organizadores y Misiones patrocinadoras, han solicitado reeditar el próximo año esta iniciativa. Incluso un grupo de peruanos y chilenos (y una croata) han decidido concursar con una canción del afamado Wilfrido Vargas 61, comprobando esta iniciativa la importancia de la música y la cultura en el acercamiento de las personas y los pueblos. 61 “El baile del perrito”. ‹171› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub ‹172› {Volumen} III Volumen III• Dedicado a todos los expatriados en este mundo, a todos aquellos que, siendo extranjeros en el país donde residen, volverán a serlo cuando regresen a sus respectivos países. Y dedicado especialmente a nuestros amigos/as que una vez conocimos en Manila, Túnez, Lima y los de ahora, en Croacia, porque sin ellos, otro sería nuestro destino. ‹175› {PRÓLOGO} Volumen III• Introducción Estamos ya en junio del año 2009 y aún no entiendo cómo ha pasado tan rápido este año… y la vida misma. Me ha costado mucho retomar este volumen III de la saga, debido en gran medida a que no había sentido esa necesidad imperiosa de escribir, requisito fundamental para cualquier tipo de empresa1, pese a que muchos han sido los hechos que me han tocado presenciar y que ameritan más de un recuerdo y capítulo. Quizás como atenuante a esta falta de rigurosidad literaria, si se puede llamar así, ha sido el hecho de que acabo de terminar el cuento “Javiera, la del Sueño”, desafío que me demandó cerca de dos meses de preparación y redacción. Por otra parte, no ha habido mayor feedback entre el autor de esta saga y sus supuestos seguidores, cada vez menos numerosos (pero fieles2). También como mitigante a esta realidad, estaría el hecho de que el infrascrito fue afectado por un espía argentino, quien ingresó a su correo de gmail, cambiándole su clave y perdiendo por ello su casilla y todos sus contactos. Curiosamente, este incidente fue motivo de portadas en los diarios chilenos, pues este espía argentino (hoy asilado en Uruguay) hackeó a altas autoridades de mi país. Durante una semana esta noticia estuvo entre los titulares de los diarios, ya que aparecían cinco o seis figuras connotadas (el Ministro de Defensa, Directores, Embajadores), siendo acompañadas por el nombre de una persona que nadie conocía: Embajador de Chile en 1 El espíritu, la motivación, las ganas de hacer algo. Hoy ha regresado a mí, por arte y obra de Dios. Recomiendo una descripción sobre este tema del espíritu, “courage d´esprit”, en el libro On War de Carl Von Clausewitz, pág. 44 a 59. Editorial Wordsworth Classics of World Literature.1997. 2 Paulita (por obligación moral y conyugal), Ana María Valencia (peruana), Daria (croata), Luz (mexicana), Marcos Glavich, Mario Ostoic, Edgard Eckholt, Mam Marcela, Tamara Jaramillo, entre otros/as. ‹179› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Croacia, Francisco Devia, es decir, el nombre y apellido de quien suscribe estas líneas.3 Sin embargo, en un extenso artículo de ese fin de semana, publicado en el principal diario de Chile4, se analizó íntegramente este bullado caso, siendo por lo mismo mi nombre y apellido suprimidos, eliminados, sacados, expulsados, denle sus mercedes el calificativo que deseen, de la lista de notables víctimas del aludido hacker, regresando en consecuencia, a mi acostumbrado y merecido anonimato. Pero hubo un detalle: perdí todos mis contactos y hasta el día de hoy nadie de mi Ministerio me ha explicado nada de lo ocurrido, ni seguramente lo hará. Para terminar esta introducción, quiero expresar mi profunda tristeza por la partida de nuestros amigos Massimiliano y Sara, quienes regresaron a Italia luego de cumplir el primero su período de destinación como diplomático italiano en Croacia. Mentirles sería negar que no me encuentro afectado5, ya que ambos son muy queridos por todos quienes tuvimos el privilegio de conocerlos. La cantidad de despedidas de las que fueron objeto reflejan el cariño de todos. De ellos hablaremos en próximos capítulos. O.K., Negro Devia, es hora de comenzar y retomar esta sana práctica de escribir, ya que hay mucho que comentar. 3 ¿Por qué fui también víctima del hacker? Es un tema abierto de debatir, pero que será analizado en el Capítulo correspondiente. Diario El Mercurio. 4 5 Cuando nuestros amigos franceses Thierry y Silvia se fueron el año pasado, fue otro duro golpe para Paulita y quien escribe estas líneas. Con el “chanta” de Thierry almorzábamos todos los miércoles en el mismo restaurante. Él pedía sus calamares, y yo el menú del día. Gracias a ellos, Paula y yo retomamos los estudios de francés, y Thierry me enseñó a querer a nuestros hermanos de los Andes, los argentinos. -Pero “fresco” —así me decía—. Los argentinos tienen el tango y grandes librerías. Deberías quererlos. -Y también tienen el fútbol, las vacas y la pasión por la vida. Tienes razón, chanta, tienen de todo, salvo un Estado que funcione. –le respondía. ‹180› I Capítulo »Casi se nos va el suizo latino « 6 6 “La vida es un carnaval” (afamada canción de la negra-cubana Celia Cruz) cantaba este suizo latino en la fiesta narrada en el capítulo anterior. Quién imaginaría que en menos de un mes se transformaría, esa misma vida, para él, su familia y sus amigos en una angustia sin final. Suizo-latino, te salvaste, ¡Gracias a Dios! I Volumen III• “Año nuevo, vida nueva”, gran eslogan para aquellos que confían en que nada les pasará en el corto y mediano plazo. Sin embargo, este año 2009 nos sorprendería de una manera dramática, no apta para cardiacos, como diría un periodista deportivo chileno que todavía se mantiene en TV, pese a que ya es hora de que se retire a sus cuarteles de invierno. Por coincidencia, sería el corazón –la arteria aorta, para ser aún más puntillosos, detallistas– el que le haría una muy mala jugada a nuestro amigo Francesco, conocido como el suizo-latino.7 Quién iba a pensar que precisamente al día siguiente de los festejos de fin de año, viviríamos todos sus amigos una de las experiencias más difíciles que nos ha tocado presenciar y sufrir, en vivo y en directo, señoras y señores. La tarde anterior a ese día, con Francesco, Susana y sus niños, habíamos rememorado la cena de año nuevo, que precisamente se había celebrado en su casa. Hubo consenso en que una de mis preguntas de sobremesa de esa noche, había sido muy, pero muy desafortunada e inoportuna, atendido el contexto mundial. ¿Cuál fue ésta? Aquí va, juzgadla por su propio peso: -¿Qué piensan, amigos—dirigiéndome a los comensales de esa noche— sobre el bombardeo que hoy sufre la Franja de Gaza por parte del Ejército Israelita? ¡Qué pregunta más pelotuta y huevona! Fue un craso error, ya que inmediatamente, por las respuestas que se dieron en la mesa, se formaron dos bandos8, apelando cada uno a sus respectivas fuentes históricas. 7 El suizo-latino tiene una enfermedad conocida como Marfan syndrome: is a genetic disorder that affects connective tissue. 8 Mi abuela me enseñó: “Pichón, nunca hables en una mesa de religión y política si no conoces a todos los invitados, ya que puedes crear polémicas innecesarias y gratuitas”. ‹183› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Derivado de este error o metida de pata, opté como clásico diplomático, a tomar palco de esta discusión9 e intenté analizar los planteamientos de ambos contendores, como si fuera capaz de mediar en tal asunto. ¡Qué huevón más grande! – digámoslo sin ambages. Pensé luego de un minuto de reflexión: “Llevan años peleándose palestinos y judíos en Tierra Santa; no seré yo ni el grupo de comensales reunidos hoy en Zagreb quienes tengamos una solución ni la última palabra en esta controversia. ¿Negro Devia, qué hiciste?” En consecuencia y dado que íbamos en un camino sin salida, en forma sutil y premeditada, cambié el tema de la discusión, aprovechando un momento de silencio y vacilación de los comensales. Con los años, he utilizado esta técnica en varias ocasiones, librándome de eventuales linchamientos de parte de los presentes10. Al día siguiente, luego de comer las sobras11 en la citada casa de don Francesco y doña Susana12, recibimos una llamada telefónica a las 2 a.m. del siguiente día. Al principio pensé: “Tiene que ser número equivocado y/o una emergencia de Santiago”. Y con gran esfuerzo me levanté para contestar tan inoportuno llamado. -Aló. - Aló, Francisco. - Sí, soy yo; ¿quién habla? 9 que yo mismo había originado. 10 Como cuando en la mesa de un restaurante de un pueblo que quiero mucho, consulté si una mozuela de “reconocida trayectoria” seguía dando la tanda (era liviana de cascos, como diría mi abuela), sin saber que uno de los comensales reunidos era hermano de la mencionada doncella. Afortunadamente, el hermano en cuestión me conocía y se hizo el desentendido de mi malicioso comentario; de lo contrario, de haber sido otro el expositor, seguramente le habría, a lo menos, golpeado. Cabe señalar a sus mercedes que el citado hermano me superaba con creces en años, estatura y predisposición (voluntad). Era, además, temido por sus puños. 11 Leftovers, lo que quedó de la noche anterior de año nuevo. 12 Pues habíamos sido invitados nuevamente para ese solo efecto. ‹184› Volumen III• -Susana. - ¿Susana? ¿Qué pasa? - Francesco está muy mal, ¿puedes venir? - Pero claro, parto enseguida. En ese momento Paula me dice: - ¿Qué pasa, Negro? - Llamó Susana; el suizo-latino se siente mal. - ¿Qué vas hacer? - Voy a ir a ver qué ocurre. - Te acompaño. - Pero no es necesario, debe haber comido o tomado algo que le cayó mal. Duérmase. - Estás loco; voy contigo. Me voy a ir a lavar los dientes. (Esas son las cosas que uno no entiende de las mujeres: son las 2 a.m. y piensa en lavarse los dientes.) - Hazlo rápido, yo me voy a poner un buzo13 – algo práctico, pero no elegante–. (Esas son las sutiles diferencias entre Paulita y este escribano.) Y así fue como en menos de 15 minutos estábamos en casa de nuestros amigos. Lo que vimos fue algo que nunca olvidaremos. Francesco estaba literalmente tirado, próximo a la puerta, casi sin conocimiento, mientras Susana trataba de levantarlo y le hablaba para reanimarlo. Quise ayudarla, pero este suizo latino mide más de 1.85m., y aunque flaco, sus huesos pesan. En definitiva, no pudimos levantarlo, pese al esfuerzo de todos. En consecuencia, decidimos esperar la ambulancia. Como la ambulancia no llegaba, decidí llamar (y por ende, despertar) a un policía del Departamento del Interior, encargado de la protección de los diplomáticos, para que a su vez llamara a la ambulancia. Finalmente ésta llegó con casi 40 minutos de retraso. Seguramente la central telefó- 13 Ropa deportiva. ‹185› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub nica pensaba que era un caso de intoxicación alcohólica o algo parecido, típico de las fiestas de Año Nuevo. Francesco fue subido rápidamente por los paramédicos a la ambulancia; Paulita se quedó con Valeria (la hija pequeña de nuestros amigos), y junto con Susana, seguimos a la ambulancia. Luego de un rato de espera en el hospital donde fuera llevado Francesco, salió el doctor a cargo del turno, quien señaló lo siguiente, en perfecto inglés: - ¿Ustedes son familiares del enfermo? - Yo soy la señora y él es un amigo. - Señora, lamento decirle que su marido se está muriendo. -¿Qué? - Haremos lo posible por salvarlo, pero es muy difícil que lo logremos. No puedo ni quiero describir en palabras esta escena. Posteriormente, dada la gravedad de Francesco, éste fue derivado a otro hospital (Rebro), donde le harían una operación con equipo médico ad hoc. A su vez, el doctor a cargo del equipo médico que se ocuparía de Francesco, con una frialdad que ameritaba mejores obras, le diría en mi presencia a Susana: “Su marido se está muriendo. Ahora, si usted quiere, puede trasladarlo a Suiza, pero bajo su riesgo, ya que por su gravedad, no está en condiciones de volar en avión. Si decide que lo operemos aquí, hay alguna posibilidad remota de salvarlo”. En el intertanto, la víctima, es decir, nuestro suizo-latino se quejaba amargamente de dolores en su columna y pecho, además del frío. Incluso, vo- ‹186› Volumen III• mitó14 en un momento determinado, señalando, además, que quería ser trasladado y operado en Suiza. Como noté cierta vacilación en Susana, le expresé: - Susana, Francesco tiene que ser operado en Zagreb. - Pero, Francisco, tú escuchaste a Francesco, quiere que lo operen en Suiza. - ¡Por ningún motivo! —respondí y agregué—. Mira, Susana, él no tiene idea de lo grave que está. Te digo, frente a ti, que si lo trasladas a Suiza, tu marido y a la vez mi amigo, se nos muere. Me opongo a que sea trasladado. Susana meditó y así fue como finalmente se decidió operar a Francesco en Zagreb. Luego, informé por teléfono a Paulita de lo sucedido hasta ese instante. Días después me confesaría que pensó lo siguiente: “Ojalá que mi Negro no le hable demasiado a Susana”. ¿Qué confianza, no les parece? Cabe mencionar que la venida de Marco, quien es el chofer de la Embajada de Suiza, nos dio a Susana y a mí más tranquilidad. Eran las 6 a.m. y a decir verdad, estábamos muy afectados por la noticia. Francesco fue operado entre las 11:30 a.m. y las 3:30 p.m. del día 3 de enero del 2009. Yo regresaría a mi casa entre 12:30 y 1:30 p.m. a descansar un poco. Susana permanecería en el hospital todo ese día y Paulita, con Valeria, hasta las 8 p.m. 14 Para ser más exactos, vomitó sobre mi polar, el cual le había entregado para que no tuviera frío. Por malas coincidencias, este polar había pertenecido a mi ex jefe y amigo Emilio Ruiz-Tagle, quien me lo había regalado meses atrás. ‹187› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Respecto a Paulita, ésta se transformaría en la madre adoptiva de Valeria. Hay que hacer presente a sus mercedes que la niña en cuestión tiene un año y medio. Al día siguiente, Paulita sería auxiliada por Paulina Rajcevic, quien le haría compañía. Francesco estuvo más de una semana hospitalizado. Quizás uno de los momentos más difíciles fue el que nos tocó vivir dos días después de la operación, cuando uno de los médicos cirujanos, consultado por el estado de salud de Francesco respondió, a través de una traducción simultánea –gentileza de la Jefa de Enfermería– lo siguiente: “Señora, su marido probablemente tendrá un daño neurológico”. Esta afirmación la hizo mientras comía chicle, hecho que me pareció muy desafortunado e indigno. Al escuchar este diagnóstico, Susana y su cuñada Mónica (que acababa de llegar de Suiza) se abrazaron llorando. Por mi parte, me encontraba con Massimiliano15 quedando ambos anonadados por las referidas palabras del médico, sin saber cómo reaccionar. Sólo nos queda rezar, le comenté a Massi, y así lo hicimos. Yo recé a Monseñor Escrivá de Balaguer y Albás, fundador del Opus Dei, quien siempre me ha ayudado en mis momentos difíciles, pese a que estoy muy lejos de ser católico, y menos aún, de reunir las características y requisitos de todo miembro del Opus Dei16. En todo caso, siempre he considerado a Monseñor como un amigo cercano (una verdadera herejía), y por ello, ese día apelé a él con todo mi corazón. Sin embargo, afortunadamente el diagnóstico del médico fue revertido por la posterior evolución de Francesco. Por obra y gracia de Dios, se recuperó rápidamente. Algunos ya hablan de milagro, otros de canonización. ¿San Francesco? ¡Por favor, no seamos tan latinos, no exageren! ¡Pero si ese h… es mi amigo! ¡Nunca ha sido santo, por Dios!17 15 Segundo de la Embajada de Italia, grande y buen amigo, alias Dictador, Chavito, etc. Es el Presidente Vitalicio de nuestro club de fútbol de diplomáticos y amigos de Embajadas. 16 En el colegio, visité una de las sedes del Opus Dei. 17 Esta es mi venganza suizo-latino por todas las veces que me has molestado, no sólo a mí sino también a mi santa mujer. ‹188› Volumen III• En ese sentido, una de las gratas anécdotas fue el arribo de la colonia peruana-venezolana y una croata, quienes visitaron en masa a Francesco. Llegaron con globos y con un equipo de música; la canción escogida fue “El baile del perrito”. Para sorpresa y consternación de todos, el propio enfermo –que estaba convaleciente– se dio maña para bailar parte de la canción. Daria, la croata, reclamaba y decía: “¡Estáis todos locos!” Finalmente, tuve oportunidad de hablar a solas con el suizo-latino. Le dije la verdad: “Oye, h… casi dejas este mundo. Nos tuviste a todos preocupados”. Luego, para amenizar, cometí la torpeza de contarle ciertas anécdotas, sólo para hombres, lo que originó que al suizo-latino le diera un ataque de risa. “¡Veo que realmente te recuperaste, pelotudo!” —comenté con satisfacción. Pero este sincero comentario fue para peor, pues le dio más risa y mirándome directamente me dijo: “Oye, Franjo, ¡me vas a matar! Siento que se me va a abrir la herida de tanto reírme. Te agradezco tu visita, pero es hora de que te vayas”. Y así fue como el lado suizo de Francesco me pidió que abandonara su pieza, sin antes gritarle: “Oye, suizo, me voy, porque así tú lo quieres, pero quiero reiterarte que los médicos aconsejan que en estos casos, dada la gravedad de tu operación, no puedes tener ningún tipo de contacto o encuentro con tu señora18 en por lo menos 6 meses. Chao, suizo, ¡que te vaya bien y mucha suerte, porque la necesitas!” Finalmente, el suizo se iría más de un mes a Suiza (postoperatorio), para resucitar, cual Lázaro, y regresar a Zagreb a fines de abril pasado. Cabe decir que su recuperación es casi total y puedo dar fe de ella: Asistimos juntos a la Fiesta Latina del mes de mayo, y según confesión propia (no 18 Abstinencia. Por supuesto, que todo esto era un invento del suscrito, una mentira piadosa. ‹189› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub comprobable), se habría retirado pasadas las 2 a.m.19 Nos tomamos juntos unas cervezas (no había cubalibre, ni hielo, ni cerveza corona) y bailamos, respectivamente acompañados por una serie de canciones latinas, las que fueran cantadas a viva voz por la concurrencia de esa noche. Ese mismo día y lugar, despedíamos, además, bailando, a Massimiliano y Sara. Patricio, el DJ20 de la fiesta, puso especialmente las canciones “La camisa negra” y “Matador”, canciones que están entre las preferidas de Chavito. Por último, no puedo dejar pasar esta oportunidad para señalar que mi santa y deslenguada madre me recriminó, a través de Paulita, por lo que a su juicio sería un excesivo consumo de ron (cubalibre) de parte del infrascrito. Para su tranquilidad, y sólo por un tiempo moderado, tomaré cerveza y vino. De hecho, estoy por terminar una botella de vino blanco regalada por Massimiliano. En ese sentido y para que vea que Paulita sigue sus instrucciones, me prohibió, dos copas atrás, que siguiera tomando el vino blanco de Massi. Yo acaté esa disposición, señalando que no tomaría ninguna copa más hasta finalizar el almuerzo. Pero ya son las 4:30 p.m., por lo que puedo seguir tomando, con la moderación que amerita el caso, sin faltar a mi promesa hecha a mi santa y gran mujer. Por lo demás, estoy seguro de que mis amigos Massi, Tarek y Thierry habrían tolerado esta pequeña falta. Y me despido, como corresponde en estos casos, con una salsa, que me dispongo a bailar ahorita. Por favor, palmas, palmas, palmas: “OOOOOOOhhhh…Jaaaaa, yeeeeeee hay hombreeeeee.. shiifffff… (tambores) 19 Por mi parte, me retiraría a la 1:45 a.m., ya que tenía que dejar a una amiga en su casa y además debía levantarme a las 9 a.m., ya que jugábamos el campeonato inter-Embajadas. Este año fui nuevamente invitado a formar parte del equipo de la Embajada de Alemania (recibí tentadoras ofertas de la Embajada de Italia y USA, pero tenía un compromiso previo con Ralf y Carsten.) 20 Patricio Agüero, Laura Fernández y Zvonimir “Che” Troskot son los organizadores de las llamadas Fiestas Latinas en Zagreb. Eso, sus mercedes, amerita otro capítulo. ‹190› Volumen III• Desde que se fue yo no sabía, que algún día, ese amor iba a crecer sin sus caricias pero la distancia me enseñó, con dolor que este amor fue verdadero y no murió como quisiera soñar, con ella cuando vuelva a verla … le diré ohhh yeyeeeye que siempre la amaré y que este amor no desespera cómo quisiera soñaaaaarrrrr con ella cuando vuelva a verla la llenaré de rosas y poemas cuando vuelva a verla … le diré ohhh yeyeeeye que siempre la amaré y llenarla de besos cuando vuelva a verla le diré, uuaaaa jjeejjj que este amor no desespera le diré, le diré, que siempre la amaréééééééééé´ Título de la canción: no tengo la más remota21 idea. Hasta pronto amigos, P.D.: Fue un placer haberles escrito esta tarde. Massi, gracias por el vino 21 Pensé en otro sustantivo, más ad hoc, pero por respeto a mi abuela, lo omito. ‹191› II Capítulo »La pequeña Leslie« II Volumen III• Tal como le prometiera a mi amigo Massimiliano, finalmente escribí la historia de la pequeña Leslie, misma que contara en su casa con ocasión de una comida que organizara para un grupo de amigos/as italianos y suscrito. Hoy Massimiliano y Sara están en Roma, pero sus amigos italianos y chilenos seguimos en Zagreb. ¿Y la pequeña Leslie, dónde está? ¿Y quién diablos es la pequeña Leslie?, se preguntarán sus mercedes. Leslie es una niña dominicana afroamericana22, no mayor de 2 años y algunos meses de vida, quien junto a su madre en un frío día de invierno del 2008 visitó el Consulado de Chile en Zagreb. Cuando ese día entró Dunja 23 a mi oficina, se produjo el siguiente diálogo, que trataré de reproducir en la forma más fidedigna posible: - Hola, Franjo, tenemos un nuevo caso consular y para variar (como de costumbre), es muy raro. - ¿Y de qué se trata ahora, señora Dunja? - Una señora dominicana, que viene acompañada de su hija, necesita conversar contigo. Tiene un gran problema. - ¿Dominicana dijiste? ¿De Santo Domingo? ¿De la isla caribeña? - Sí, precisamente. - Perdona, Dunja, pero le aclaraste que éste es el Consulado de Chile. ¿No se habrá equivocado de lugar? Mira que bastantes problemas tuvimos con el caso del venezolano perdido en Zagreb24. - ¡Pero claro, crees que estoy loca! La pobre está desesperada y acudió a nosotros porque no tiene adónde ir. Te pido que la escuches. - O.K., Dunja, claro que lo haré, para eso nos pagan. 22 De raza negra o color. 23 Dunja es la secretaria del Consulado, quien debe recibir, como primera línea de combate, todo tipo de solicitudes y requerimientos. 24 Caso de Don Bernardo. Ver: Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub, Vol I. Cap. XI y XVII. ‹195› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Y así fue como Dunja abrió la puerta y haciendo las presentaciones de rigor, ingresaron a mi excéntrico25 despacho, Leslie y su madre. Las invité a sentarse frente a mi mesa, observándolas con detención, cual detective privado de poca monta26. Cuando las vi, noté, por la expresión del rostro de la señora, que efectivamente estaban en un serio problema, aunque Leslie obviamente no lo sabía: - Disculpe, Doctor, por molestarlo, pero la verdad es que hemos recorrido distintas oficinas sin que nadie nos dé una respuesta definitiva a nuestra situación. - ¿Y cuál es su situación, señora? - Me encuentro en calidad de ilegal en este país. “Chita Diego”, pensé, “otro casito para tus registros Negro Devia”. Cuando hice mi Práctica Judicial en la Cárcel de Mujeres tuve que atender y resolver algunos casos complejos. En fin, un caso más para la lista de anécdotas, y por ende, de la saga. – Señora, primero explíqueme por qué y cómo llegó a Zagreb - le solicité. En ese instante Leslie comenzó a tomar mis lápices y hojas fiscales, desordenando mi escritorio. Por su parte, su madre, avergonzada por el comportamiento de su hija, trató de impedírselo. Leslie reaccionaba enojada y en su idioma infantil le indicó claramente que a partir de ese instante, 25 Tengo colgado en uno de sus muros la foto del General. José Miguel Carrera, una foto de “Lo que el viento se llevó” (Clark Gable y Vivien Leigh) y un póster de la película “Azul Profundo” o “Deep Blue”. Brillan por su ausencia fotografías de las actuales autoridades de Gobierno. 26 Como si fuera Cayetano Brulé, el principal detective de las novelas del escritor chileno Roberto Ampuero. ‹196› Volumen III• los lápices y hojas del fisco chileno pasaban automáticamente a ser de su propiedad. Como consecuencia de este incidente materno-infantil comencé a reírme ruidosamente, hecho que provocó que el ambiente se distendiera un poco, pues la madre de Leslie estaba francamente nerviosa. - Mire, señora, deje tranquila a su hija. Es mejor que se entretenga dibujando y así nosotros podremos conversar. (Y así sucedió. Leslie se dedicó a dibujar en nuestra presencia, sonriendo y levantando su cabecita cada cierto tiempo.) - Gracias, Doctor. - En fin, ¿cómo llegó aquí? - Me vine con un grupo de peregrinos. -¿Peregrinos? - Sí, doctor, con un grupo de peregrinos judíos que tenían prevista una visita a Croacia. - Por lo tanto, ¿usted es judía? - No, Doctor. - Pero ¿cómo que no lo es? - No soy judía, señor Cónsul. Eso fue un invento para poder ingresar a este país. - A ver señora, vamos por partes: Usted primero me dijo que vino como peregrina judía a recorrer este país. Sin embargo, cualquier persona relativamente culta sabe que este país es católico por excelencia, a menos, que existiera un santuario o un lugar de culto judío en Croacia, hecho que desconozco. Por otra parte, y disculpe mi sinceridad, creo que no existe una comunidad afroamericana judía en Santo Domingo. Se lo digo directamente para evitar que usted después me acuse de hacer comentarios racistas. Lejos estoy de ello. - Veo, doctor, que usted no comprende nada. - ¡Pero claro que no comprendo!; por eso le estoy preguntando. - Doctor, yo vine engañada a Europa. Unos “empresarios” me prometieron que me darían trabajo en este continente. Para acceder a esta oferta, debía pagar en forma anticipada una importante suma de dinero. Una vez que se reunió un grupo suficiente de personas que tenían la intención ‹197› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub de emigrar de Santo Domingo, estos “empresarios” decidieron que era el tiempo para viajar como peregrinos judíos. - ¿Y consiguió el trabajo prometido? - No. Me dijeron que debía esperar un tiempo, por lo que estuve en la ciudad de Pula en calidad de turista. Luego, cuando estaba próxima a expirar mi visa de turismo, me indicaron que debía trabajar en un night club, ya que si me resistía, sería denunciada a las autoridades y luego deportada. - ¿Cómo dice? ¿Trabajar en un night club? - Sí, doctor, en un night club, porque las mujeres de color causamos sensación en esta parte del mundo. - Ummmm, ahora entiendo. - Señor Cónsul, yo fui engañada, pero a pesar de eso no quiero irme de aquí, pues en Santo Domingo no tengo futuro. Además, hay un ciudadano croata que quiere casarse conmigo y con ello podría solucionar la situación de mi residencia. - ¡Ah, el padre de Leslie! —expresé en forma triunfal. - No, doctor, él es un amigo croata que está dispuesto a casarse conmigo27. - ¿Y quién es el padre de esta niña? En ese momento señalé a Leslie, quien al percatarse que hablábamos de ella, me miró y sonrió, mientras rayaba, dibujaba y rompía un cuadernillo de propiedad del Estado de Chile28. “Inquieta la niña”, pensaba mientras la miraba. - El padre es un dominicano. Prefiero no hablar de él, porque es un flojo, un patán, quien reside en forma ilegal en España. Meses que nada sé de él. - ¡Flor de familia! –pensé para mí mismo. - Señor Cónsul, se lo pido por Dios, que no me deporten a Santo Domingo. 27 Un amigo interesado pensé. Como en la película “Matrimonio por conveniencia”, donde actúa el gordo Depardieu. 28 Supongo que no seré sumariado por este hecho. ‹198› Volumen III• Y ahí la señora se quiebra y comienza a llorar. Eso es algo que conmueve a cualquiera.29 - Mire, señora, voy a hacer lo posible para que se quede aquí con su hija, se lo prometo. Ahora, tranquilícese, por el bien suyo y de su hija, quien nos está mirando. - O.K., doctor, disculpe. - No se disculpe; humano es llorar. Ahora usted se va a retirar a su casa y me va a llamar en dos días más, o si prefiere, nos visita nuevamente. - Muchas gracias, doctor; sé que usted me va a ayudar. - Señora, haremos lo posible. Su caso es muy complicado, pero le aseguro que trabajaremos por usted. Y así fue como Leslie y su madre se hicieron miembros activos del Consulado de Chile durante unos meses. Incluso compré especialmente unos lápices de colores y un cuadernillo para Leslie. Cabe indicar a nuestros escasos lectores que con Dunja debimos mover cielo y tierra para obtener la residencia de estas dominicanas. Hubo días en que pensé que no lo lograríamos. Finalmente, con ayuda del abogado del Consulado logramos que su caso fuera revisto y analizado con mayor detención por las autoridades competentes (no estoy seguro si ya existía en ese tiempo un decreto de expulsión en su contra). Con los nuevos antecedentes aportados y atendida 29 Aunque también es un recurso muy femenino. En la Cárcel de Mujeres casi todas me lloraban, insistiendo en su inocencia (¡nunca tantas mujeres me lloraron!). Sin embargo, el 90% de mis defendidas era culpable del delito que se le imputaba. Prometo que incluiré en el futuro algunas anécdotas en esta saga. Por ejemplo, cuando la supuesta Claudia C. quiso golpearme en el denominado sucucho (una pequeña oficina anexa), porque, a su juicio, no estaba siendo lo suficientemente diligente con su caso. Cuando intentó hacerlo, la miré en forma desafiante, dándole a entender que yo también sabía defenderme, y que no iba a ser tan ingenuo como su víctima (acuchilló, apuñaló, a una persona por estar sobrepasándose con SU amiga. Estuvo más de un mes hospitalizado este anónimo don Juan, que nunca imaginó cómo terminarían sus besos y caricias. Ya me puse cebollento, cual teleserie o telenovela mexicana de poco pedigrí). ‹199› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub la edad de Leslie, se decidió que ambas dominicanas podrían residir un tiempo más en Croacia. La última vez que las vimos fue el año pasado. Ese día nos visitaron. La señora estaba feliz, porque su solicitud de residencia estaba en proceso de tramitación y existía la posibilidad de quedarse. Leslie había crecido un poco y estaba menos inquieta que la primera vez. No las hemos vuelto a ver. Con Dunja suponemos que están bien. No news, good news, como dicen los gringos. Sin embargo, compré nuevos lápices para Leslie, por si acaso. En Laku Noc rtu vi dd esto, expu o l e ‹200› la colonia chilen a y la t in oa me ric an a re siden tes en Zagreb III Capítulo »Hoy llamé a mi tío Pablo « 30 30 Jorge Pablo Emilio Aldunate Bareyre. III Volumen III• Hoy llamé a mi tío Pablo, así me sugirió mi gran amigo Tarek, el egipcio, que debía comenzar este tercer capítulo de la saga 2009, y así procedo. ¿Cómo empezar? Es casi imposible describir en un libro31 ni menos en un capítulo las andanzas de mi tío Pablo, conocido al interior de nuestra familia como el guatón.32 Hoy en día es imposible calificarlo de gordito, pues según mi madre está excesivamente delgado y según las propias palabras de mi tío, estaría más cerca del más allá. - Oye, guatón, no seas pesimista. - Sobrino, me estoy muriendo. - Mira, guatón, en diciembre voy a Chile y conversamos. No te puedes morir antes. Quiero verte. - No sé si llegue a diciembre, Francisco Javier. - Sí, guatón, vas a llegar. Tengo muchas cosas que contarte. De hecho, dame tu dirección para mandarte algunos capítulos de la saga. - O.K., toma nota, sobrino… 31 Con todo, siempre es posible resumir algo. Sin embargo, recuerdo el caso de un estudiante de una Facultad de Derecho (que no era muy inteligente, según varios de sus conocidos), quien al ser consultado y presionado por el profesor de turno sobre una definición y clasificación de un tema puntual (ya que éste se demoraba en contestar un pregunta), manifestó en forma altanera, soberbia y casi descortés: “Profesor, en 2 minutos es imposible resumir una materia tan relevante para el Derecho. No se puede explicar una institución jurídica de esa naturaleza en tan poco tiempo.” La respuesta del docente fue clara y categórica: “No se preocupe, señor X, ya pasaron sus 2 minutos. Puede retirarse. Su nota es un 2. REPROBADO.” 32 El guatón cuando era joven tenía un cierto parecido a Dean Martin. Era, además, un gran deportista, mujeriego, jugador, gran consumidor de whisky y vodka, etc. En definitiva y para resumir, era como se conoce en Chile: un farrero, un fiestero. - ¿Puedo seguir con tu descripción, guatón? - Sí, sobrino, sigue no más. ‹203› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Y así fue como me despedí por teléfono de mi tío, asegurándole que nos veríamos nuevamente, ya que hace más de 3 años que salí de Chile y hasta hoy aún no he regresado to my motherland. Pablo Aldunate: ¿mito urbano o realidad? ¡Qué no se ha dicho entre sus amigos y familiares sobre su excéntrica y disipada vida! Cuando era niño, mi madre nos decía: “No le hagan caso a su tío Pablo; está loco”. Hago presente a sus mercedes que se estaba refiriendo a su propio hermano. Añadiendo, además, como para fundamentar su afirmación: “Su tío siempre está pensando en viajar por el mundo y en hacer tonteras, por lo que no deben verlo como un ejemplo. Eso sí, hay que reconocer que es simpático y buena persona”. El intentar desviar nuestra atención de su hermano fue un craso error de mi madre, originando el efecto contrario. Precisamente la forma de ser del guatón fue la que siempre nos llamó la atención con mi hermano, porque Pablo Emilio no calzaba con los moldes o patrones conductuales normales: era un ser atípico, pero al fin y al cabo era nuestro tío. Y con el tiempo se transformaría en un tío-amigo, aunque discrepemos hasta el día de hoy en varias cosas, como la política, la forma de hacer negocios, etc. En ese sentido, convendría recordar dos anécdotas que reflejarían en parte el espíritu de mi tío. Según sus dichos, él habría detectado en mi persona una capacidad innata para la lectura. De hecho, afirma que fue él quien me enseñó a leer a la tierna edad de 4 años (obviamente no tengo memoria de la fecha exacta). Eso sí, recuerdo con certeza y claridad el día que hizo su primera apuesta conmigo. Entramos al restaurante de uno de sus amigos. Nos sentamos y luego de unos minutos dice al grupo de amigos y parroquianos circundantes: ‹204› Volumen III• - Amigos, les presento a mi sobrino Francisco Javier. Les cuento que sabe leer. Yo le enseñé. Noto que sus amigos me miran y se largan a reír. - Jaaaa, Jaaaa, ¡imposible!; es demasiado chico. ¿Qué edad tiene? - Cerca de 4 años. - Jaaa, Jaaaa. - O.k. ¡No me creen! Les apuesto un almuerzo a que mi sobrino es capaz de leer ese aviso o afiche. - Jaaa, Jaaa. Bueno, aceptamos tu apuesta, Pablo. Total, tú nos vas a tener que invitar y somos varios. Para mi sorpresa, recuerdo claramente sus risas, aunque no sus rostros. Esta situación –las risas– me puso nervioso33 y parece que no podía articular palabra. Pero el guatón tenía oficio34 y acercándose a mi oído me dijo textualmente: - Oye, Francisco Javier, ves esos helados que están en esa máquina (y me la mostró con su mano). - Sí, tío. - ¿Quieres uno? -¡Claro! - Bueno, te pido por favor que leas ese aviso que está en esa pared. - Por supuesto, tío. Y así fue como, sin vacilación ni duda alguna, leí de corrido, sin interrupción, el dichoso o famoso aviso. La sorpresa de sus amigos y parroquianos fue total y general. No podían creerlo. 33 Reitero a sus mercedes que durante mi niñez y casi toda mi adolescencia fui una persona tímida. 34 Tenía “oficio, esquina, calle, pool”. ¿Se entiende la jerga de la calle? ‹205› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Noté la satisfacción y orgullo del guatón por haber ganado su apuesta (y almuerzo). Por mi parte, obtuve mi recompensa: mi helado. Se produjo una relación favorable para ambas partes, hecho que en economía y en las relaciones internacionales se conoce como win-win situation. Cada uno obtuvo lo suyo. Sin embargo, no todo terminó en alegría esa tarde, pues mi mamá se enteró de este hecho. Armó un escándalo. Acusó a mi tío de irresponsable, de jugador, etc. Le prohibió pasear de nuevo conmigo. ¡Pobre guatón!… es fácil adivinar todo lo que le dijeron. A la larga, el único afectado sería yo. Decidí no volver a leer y solamente lo hice por obligación, cuando entré al colegio. Sin embargo, hoy leo mucho y lo hago por placer35, tal como lo hace el guatón. La otra anécdota me la contó su hermano Ramón, y luego el propio afectado con el tiempo agregaría más detalles de lo ocurrido en una tarde deportiva de la década del 50. Mi tío Pablo era un jugador de fútbol muy talentoso y por lo mismo, fue fichado por el Club Profesional de Fútbol Everton de Viña del Mar, en su división cadetes o juveniles36. Pablo, según su hermano Ramón, podía dominar y pegarle a la pelota indistintamente con cualquiera de sus dos piernas y, además, tenía un brinco y cabeceaba con mucha naturalidad, cual centrodelantero inglés37. 35 Un gran amigo de la familia, don Javier Zamora, fue también una de las personas que estimularon mi lectura precoz. 36 Mi tío Ramón me comentaba años atrás que los fines de semana, antes de comenzar los partidos, enviaban a buscar a mi tío a su casa, pues no era capaz de levantarse después de las fiestas a las que asistía. Llegaba muy de madrugada y en malas condiciones (mucho trago). Sin embargo, todos le perdonaban esas “salidas”, porque tenía condiciones innatas para el fútbol. 37 Una vez le comenté a mi tío que yo también era fanático del fútbol, agregando que me habría gustado ser futbolista. - Imposible –me dijo–. Se nota que no tienes condiciones. ‹206› Volumen III• Mi tío Ramón está convencido de que su hermano pudo haber sido un crack, pero me comentaba: “A Pablo le gustaba mucho más salir todas las noches con sus amigos. Derechamente, irse de farra”. Sin embargo, algo alejaría a mi tío del fútbol, al menos, a nivel profesional. Un día vino a jugar a Viña del Mar, por el Torneo Profesional de Fútbol de Primera División, su equipo favorito, “Magallanes”, acompañado éste de su bandita38. Por supuesto que el guatón fue al estadio a ver dicho partido. - ¿Y a quien apoyó el guatón? –le pregunté a mi tío Ramón–. ¿Al Everton, el equipo donde entrenaba y donde quizás pudo seguir un camino profesional –si así lo deseaba– o al Magallanes, el equipo de sus amores? - ¿No adivinas a quién apoyó, sobrino? - No se me ocurre. - ¡Al Magallanes! - ¿En serio? - Sí, en serio. Y no sólo eso. Como durante el partido el árbitro comenzó a saquear, robar al Magallanes39, tu tío Pablo se subió a la reja y se metió a la cancha para agredir al árbitro. Lo alcanzamos a detener justo a tiempo. - - ¿Por qué dices eso, guatón? Es cosa de verte sobrino. No tienes carácter y no tienes físico de futbolista. Dime una cosa: ¿eres lento, no es así? - ¿Cómo lo sabes? - Sobrino, “Lo que natura non da, Salamanca non presta” –y soltó una gran risotada. 38 El equipo de Magallanes se hacía acompañar en los partidos por una pequeña banda, conocida como “La bandita”. Me tocó escucharla. Hoy Magallanes “milita” en la Tercera División, y juega de local en la Comuna de Maipú. 39 Habría inventado un penal o seguramente expulsó a algunos jugadores de Magallanes. O quizás, todas estas posibilidades al mismo tiempo. Los partidos pueden ser fácilmente manipulados por un árbitro, hecho que se presta para abusos y en algunos casos, corrupción. ‹207› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Luego del término del partido y producto de su indignación por el robo de que fuera víctima Magallanes (“sobrino, fue un robo”, afirmarían ambos con el tiempo), Pablo decidió renunciar al Everton. Y así lo hizo, para consternación de todos. En fin, tengo muchas más anécdotas de don Pablo. Dejémoslas para otros capítulos, ¿no les parece? Ahora, iremos directamente a las Fiestas Latinas realizadas en las tórridas noches de Zagreb (más bien, invernales). •Fiestas Latinas en Zagreb• Las fiestas latinas mensuales que terminaron oficialmente el pasado 22 de mayo40 fueron organizadas por nuestros amigos Laura, Che Zvonimir y Patricio (el DJ). Cabe indicar que los hermanos Marusic tuvieron también una participación destacada. Por nuestra parte, junto a Paulita, actuamos como consejeros o asesores41. Cuando se dio inicio a este proyecto, nadie imaginó que tendría tanto éxito ni menos que fuera tan concurrido. La primera fiesta latina congregó a cerca de 300 personas en el Bar-Pub. La última, más de 500 personas. El lugar donde se llevaron a cabo es un pub universitario, que se ubica en el casco antiguo de Zagreb, muy central y de fácil acceso. La entrada tenía el módico valor de 15 kunas, es decir, USD 3 y su propósito fue recaudar fondos para caridad.42 40 Pues surgieron otras “imitaciones”, calificadas por nuestra amiga Daria como impostoras. Con todo, cabe añadir que no tuvieron el éxito esperado por sus organizadores. 41 Entiendo que con ocasión de estas fiestas, se creó especialmente un sitio web en Facebook donde participarían más de 300 personas. 42 Los fondos recaudados por las cuatro fiestas latinas celebradas hasta la fecha fueron entregados a la Orden de Malta (cerca de USD 1.000), a fin de colaborar con el financiamiento de la delegación croata que participará en una competencia de discapacitados que tendrá lugar este año en Segovia, España, competencia que es organizada por esta Orden. ‹208› Volumen III• Cada fiesta tuvo su anécdota propia, que serán narradas en su oportunidad. Sin embargo, la última es la que se me viene en estos momentos a la mente, por varias razones. Entre ellas destaco las siguientes: a) Nuestro Presidente Vitalicio del Club de Fútbol, Massimiliano, partía a Roma, por lo que había que tomar algunos cubalibres para despedirlo. b) Francesco G., sí, nuestro Lázaro43, había anunciado su regreso a las pistas de baile. Tuvo que asistir solo, ya que Susana se quedó con los niños. c) Al día siguiente de la fiesta estaba previsto el Campeonato anual inter Embajadas. Como comentara la otra vez, varios de los “bailarines” debíamos levantarnos temprano para participar en dicho torneo. Y así lo hicimos, con bastante esfuerzo. d) Nuevos integrantes se sumaron a estas fiestas, destacándose entre ellos, por su espíritu festivo, el gringo Harry. Uno de los hechos a remarcar fue la presencia de una niña asiática, que al parecer se equivocó de escenario44. Estuvo mucho rato bailando sobre la tarima del pub, buscando un protagonismo inmerecido. Luego, notando que la música latina no coincidía con su estilo, se acercó a Patricio (el D.J.) y le pidió que pusiera hip hop. Patricio, quien ya estaba francamente molesto por la actitud desvergonzada de esta bailarina china, le contestó en forma clara y convincente: “Honey, this is a Latino Party, not hip hop Party.” Luego de esta respuesta, ella hizo abandono del escenario, cayendo durante el transcurso de la noche en forma ininterrumpida en los brazos de varios croatas. Otro de los casos meritorios fue la actuación de uno de los mejores bailarines de la noche. Se trata de un europeo que habla varios idiomas con mucha fluidez y quien hace del baile una pasión. Tanta es su energía en esta materia, que ha recibido críticas de parte de unas amigas, dos france- 43 Ver Capítulo I del Vol. III de esta saga. 44 El pub en cuestión no es precisamente un modelo de virtudes, pero tampoco es un night club. ‹209› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub sas y una marroquí, quienes consideran que X baila, a juicio de ellas, muy serré, collé, es decir, excesivamente apretado. Parece que nuestro bailarín es más latino que europeo cuando se trata de mover las piernas en una pista de baile, pensaba para mí mismo, cuando escuchaba estos comentarios de pasillo45. Esa noche, mientras bailaba con una de las francesas afectadas, noté que a mi izquierda se había instalado nuestro amigo salsero. Había sacado a bailar a una agradable croata, quien se mostraba muy receptiva al estilo de baile de nuestro citado amigo. Sin embargo, al observar con más detalle a la pareja en cuestión, me di cuenta con preocupación de que la croata tenía novio, y era nada menos que un novio latino, quien es conocido por ser malas pulgas y deslenguado. Es decir, podía originarse un problema serio. Bastó que pensara en eso, y ¡zas, plaff, chas!, que arriba el novio. Aún recuerdo su cara de molestia, observando con horror cómo su novia bailaba serré, collé con este europeo, hecho que provocó que expresara en un perfecto castellano: “¿Y este huevón qué está haciendo con mi novia46?” Lo que no sabía nuestro enfadado, molesto e iracundo latino era que el bailaor, como dirían en España, también hablaba español. Al escuchar la citada frase, nuestro europeo latinizado se despegó rápidamente de su pareja y haciendo una venia de despedida, se dirigió al bar en busca de un trago adicional y de su señora. Cómo habrá sido la cara que puse mientras observaba esta escena, que mi amiga francesa me preguntó qué ocurría. “Nada, sólo un incidente que afortunadamente no pasó a mayores”, le respondí. 45 En la celebración del cumpleaños de la Reina Isabel II de Inglaterra, para ser más exactos. 46 La frase no es tan exacta pues me encontraba como a 2 m. de distancia. Súmesele, además, el ruido y música medio ambiental. Sin embargo, el “huevón” lo escuché clarito. ‹210› Volumen III• Esa noche me retiré tipo 1:45 a.m. No pude hacerlo más tarde, porque teníamos el partido de fútbol esa mañana. Se cantaron nuevamente las canciones “La camisa negra”, “El venado”, “Tiburón”, etc. Conclusiones: Francesco G. está plenamente recuperado. Varias fueron las cervezas que se tomó. Bailó, según fuentes autorizadas, hasta las 2:15 a.m., regresando a su casa seguramente por presión familiar, pues cuando me despedí noté que estaba feliz de la vida y no mostraba señales de querer retornar a casa. El Presidente y Sara regresaron a Italia muy contentos. Debemos mandarles un CD con música latina. Definitivamente van más mujeres que hombres a estas fiestas latinas, hecho que provoca que el suscrito tenga que bailar toda la noche, lo que lejos de ser una obligación, es un agrado. Paulita se queja de que prácticamente la abandono, pues, según ella, bailo más con nuestras amigas que con ella, comentario que a mi juicio es inexacto, erróneo. En ese sentido, como asesor de estos eventos, debo velar porque nuestros amigos comunes se entretengan. Por algo el señor Marcos Glavich afirma que en Zagreb se está en presencia de un Consulado Salsero.47 Finalmente, durante el último día nacional que me tocó asistir fui abordado por una Embajadora y su marido, quienes me preguntaron cuándo sería la próxima fiesta latina. Diez minutos después, se me acercó la señora de un conocido diplomático, quien moviendo sus manos rítmicamente, me consultó cuándo estaba prevista la próxima fiesta latina, porque ella quería asistir con su hermano. 47 Asimismo, recuerdo a los lectores que tanto el señor Glavich como infrascrito están fuera del mercado. No hay demanda ni oferta femenina hacia nosotros, como producto mercantil, se entiende. ‹211› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub – ¡Esto es el colmo! –le comenté un día riéndome a Paulita–. Cada vez que voy a un Día Nacional, los hombres me preguntan si están confirmados e inscritos para el próximo partido de futbol48 y sus mujeres me preguntan cuándo es la próxima fiesta latina. Creerán que soy un centro de eventos. Parece que Glavich tenía razón. 48 Todos los lunes jugamos futbolito. Son 47 los miembros del Club, siendo su mayoría diplomáticos y extranjeros residentes. El Club se llama “ Third Half Club” y ha obtenido el título de Campeón del Torneo de la Asociación Latina de Futbolito y Campeón del Torneo Mini World Cup, ambos el año 2010. ‹212› IV Capítulo »Villa Alemana« IV Volumen III• Así se llama el pueblo donde nacieron mis papás, localidad situada relativamente cerca de Viña del Mar. Si toman el automotor o tren desde dicha ciudad, usted se demorará cerca de 40 minutos en llegar a Villa Alemana. Muchas son las historias y anécdotas que con los años he escuchado de este pueblo, hoy ciudad, que según sus residentes ya contaría con más de 50.000 habitantes49. Sin embargo, Villa Alemana ya no es lo mismo de antes y lo digo porque aún la recuerdo como la conocieron mis papás. Es una pena, pero esa es la realidad de las cosas, la transformación de las mismas con el paso del tiempo. Entre las figuras ilustres de este pueblo estaría nada menos que Elías Figueroa, el gran crack de fútbol chileno, aunque hay varios que insisten en que habría nacido en Peña Blanca, pueblo vecino y rival. Tendré que consultar a mis padres al respecto. Por otra parte y ya entrando en materia, habría que recordar la gran notoriedad que logró esta localidad en los años 80, con la supuesta aparición de la Virgen María. Sí, amigos, un lugareño, que en un primer momento se llamaba Miguel Ángel, habría visto y estado en contacto con la Virgen, cuento parecido al de los pastorcitos de Fátima. Una vez que esta noticia fue trascendiendo, comenzó un peregrinaje masivo hacia este lugar. Los primeros fueron la gente de pueblos aledaños, pero una vez que la prensa tomó cartas en este asunto, se produjo un fervor religioso masivo, inusitado y arrasador. 49 Para Chile, el que en una ciudad habiten 50.000 habitantes es algo a considerar, pero me imagino que en la República Popular de China, una ciudad con similares características a las de este pueblo ni siquiera aparecería en un mapa caminero o rutero. ‹215› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Recuerdo que en esos años cuando en un almuerzo familiar consulté a mi papá su opinión sobre este asunto, éste se echó para atrás en su silla y comenzó a reírse: - Hijo, en Villa Alemana no hay ninguna aparición de la Virgen ni nada por el estilo. Parece que ese tal Miguel Ángel es un conocido drogadicto, por lo que supongo que debe estar alucinando. - ¿En serio? ¿Y cómo sabes eso? - Porque hace poco hablé con tus tías50 y me comentaron que ese muchacho tiene fama de ser consumidor de neoprén51. Además, me dijeron que la gente está como loca e incluso se visten con una especie de mantillas o foulards para taparse la cabeza. Se hacen romerías diarias al cerro donde este muchacho supuestamente dice conversar con la Virgen. - O sea, papá, ¿tú no crees en este milagro? - Claro que no, hijo; no soy tan ingenuo. - Pero según los diarios, la última vez fueron más de 50.000 personas. - Sí, claro, y pregúntales cómo terminaron. Primero que nada, derivado del hecho de que este tal Miguel Ángel les ordenara que miraran el sol, muchos de ellos terminaron con problemas en sus ojos y en el oculista. Otros, terminaron deshidratados y/o en el hospital local producto de desmayos, ya que justo ese día hizo un calor horroroso. ¡Pobre gente! No estoy seguro si mi madre intervino, como apoyando la tesis de que podría ser que este muchacho sí habría visto algo. - Si vio algo ese joven, fue fruto del alcohol o de las drogas –concluyó tajantemente. Y se larga a reír mi viejo, siendo acompañado por sus dos hijos. Creo que mi madre no dijo nada más ese día. 50 Mis Tías Irma y Elisa Devia, que en ese entonces vivían en Villa Alemana. 51 El neoprene era un pegamento que era utilizado por algunos jóvenes marginales para “volarse, drogarse”. ‹216› Volumen III• En definitiva, mi viejo tenía razón. El escándalo se destaparía semanas o meses después. Miguel Ángel era un drogadicto sin futuro y pese a su insistencia, nunca logró demostrar sus dichos. Luego, con el paso de los años, cambiaría de sexo y de nombre (hoy se hace llamar Karole Romanoff), hecho que acreditaría que ya en ese tiempo requería de un tratamiento psiquiátrico intensivo y quizás, bajo custodia hospitalaria. La iglesia católica (el Arzobispado de Valparaíso) jamás reconoció estas apariciones como una manifestación de Dios. Por mi parte, y por curiosidad innata, iría un día a la mencionada colina, descubriendo que se había instalado una especie de capilla, seguramente fruto de la erogación voluntaria de algunos humildes feligreses. Revisé el lugar y me pareció que es una colina “común y silvestre”, como dice mi padre. Sin embargo, noté que algunas personas caminaban hacia esa especie de capilla y oraban con mucho fervor. En fin, todo lugar es apto para meditar y/u orar. Esa colina, a mi juicio, es como cualquier otra, pero para algunos es especial y eso habrá que respetarlo. En cuanto al profeta Miguel Ángel, hay que reconocer que era, a lo menos, excéntrico. ‹217› V Capítulo »Arrivederci, tío Moncho « 52 52 Ramón Rey Duque (Q.E.P.D.) V Volumen III• Hace poco pasó a mejor vida mi tío Moncho (Q.E.P.D.)53. Me enteré justo cuando estaban visitándonos mi cuñada Yaya y mi sobrino Conrado54, con quienes habíamos estado una semana antes en Londres. Fue un duro golpe, pues tenía la secreta esperanza de verlo en diciembre próximo en Santiago. Tío Moncho era una excelente persona, amigo de sus amigos55 y consecuente con sus palabras y convicción. Sin embargo, también tenía un carácter irascible, temperamental, iracundo, malas pulgas, que provocaba en la audiencia que lo circundaba el llamado “temor reverencial”. Según su señora, Tía Chepa, con quien ahora se encuentra reunido, su mal carácter se debía principalmente a su diabetes. En realidad, eso ahora da lo mismo. Lo valioso es que sus consejos fueron muy apreciados por el suscrito, aunque algunas veces su crítica era despiadada, cual Voltaire56. De la misma manera, no era un ser que pasara desapercibido, no sólo por su estatura y vozarrón, sino también porque defendía sus principios in extremis, especialmente en la arena política. Fue él quien me enseñó y reiteró que la política es importante para el desarrollo de un país, no así los politiqueros57. En virtud de ello, un día me llevó a la sede del ex Partido Nacional58, casi al final del gobierno del ex Presidente o dictador –como sus mercedes deseen denominarlo– Augusto Pinochet. 53 Tío Moncho una especie de segundo padre y por eso agradezco a Dios haberlo conocido y aprendido de él, ya que no todo el mundo tiene la posibilidad de recibir consejos de dos padres, de dos mentores, de dos amigos. 54 Rosa Letelier mi cuñada, Conrado Hayler, mi sobrino. Ambos por el lado de Paulita. 55 Especialmente Pancho Iturriaga, Jorge Labatut (Q.E.P.D.), entre otros. 56 Quien fuera conocido en la historia, como sus mercedes recordarán, como “el gran demoledor”. 57 Los “señores políticos o politiqueros” son aquellos que viven y usufructan de ella para su beneficio personal. 58 Tío Moncho fue miembro de la Directiva del Partido Nacional en los años 70. Fue un tenaz adversario al ex Presidente Allende (socialista). Apoyó el pronunciamiento o golpe militar; sin embargo, cuando comprobó que el ex Pdte. Pinochet no deseaba entregar el ‹221› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub - Oye, Caleta59, ¿sabes por qué me interesaba tanto que vinieras hoy a la reunión del partido? - No, tío, la verdad es que usted fue bastante insistente al respecto. - Te traje porque quería que vieras cómo desaparece un partido político. - ¿Y por qué dice eso, tío? - Muy simple, Caleta. ¿Ves la asamblea de socios? Y en ese momento señala la referida sala principal de la sede con su dedo índice. - Sí, claro que la veo. - Pues fíjate muy bien; la Directiva de nuestro partido es más numerosa que la propia Asamblea de socios. ¡Hay más caciques que indios! o en buen romance, ¡muchos gerentes y pocos empleados! - Y nos largamos a reír. Finalizó diciendo: “Estamos jodidos, Caleta; el Partido no tiene juventud ni gente con ganas de trabajar”. Sin embargo, ese día no todo fue tan negativo, ya que escuchamos a un excelente orador, un señor ya mayor que había sido diputado del Partido por la zona sur. Su discurso provocó una verdadera ovación. Nos habló del Chile que conoció en su juventud y del que quería ver antes de morir, del Chile de hoy y del futuro, de los desafíos que debíamos enfrentar y superar para lograr ser un país serio y responsable en el concierto internacional, etc. Eran otros tiempos, pienso hoy en retrospectiva, donde se producía una genuina comunión entre el público y el orador. De hecho, su exposición mando, se convirtió en un opositor a su régimen. Luego, en 1990, con la llegada de la “Democracia” y con la asunción al poder de la Centro Izquierda, tío Moncho nuevamente pasó a ser de la oposición, ya que como diría mi abuela, era una persona de derecha “por tradición y doctrina”. 59 Así me dicen un grupo de amigos, especialmente del Colegio y del pueblo “La Estrella”. ‹222› Volumen III• me recordó al gran tribuno chileno de los años 20, de quien soy fiel admirador, el ex Presidente Arturo Alessandri Palma, conocido como “El León de Tarapacá”. A pesar del emotivo discurso reseñado, tío Moncho tenía razón. Poco tiempo después, el glorioso y legendario Partido Nacional terminaría fusionándose con otro partido político, para finalmente desaparecer de la escena política. A mi juicio60, las sucesivas Directivas de este nuevo engendro se preocuparon de obtener cargos públicos (Directorios de empresas públicas, Embajadas, etc.) para ellos y sus amigos, desatendiendo los principios y programa del Partido en formación. Nada nuevo bajo el sol. Otra anécdota que recuerdo con el tío Moncho, quien odiaba el fútbol por considerarlo el opio del pueblo y una pérdida de tiempo61, fue cuando nos acompañó a visitar la Embajada de Brasil en Chile. Esa visita no oficial se justificó plenamente, luego del incidente que se produjera con ocasión del partido de las selecciones de fútbol de Chile y Brasil (conocido como el Maracanazo. Ver anexo 1). El partido se jugó en Brasil, y nuestro arquero, Roberto Cóndor Rojas, salió supuestamente herido del campo de juego62, producto de una bengala arrojada por una hincha brasilera –“la fogoteira”–. Todo Chile y el mundo pensó erróneamente que dicha bengala le había golpeado en su cabeza, siendo, por lo mismo, retirado del campo de batalla, cual espartano, por sus correligionarios de profesión y armas. 60 Entre otras causas que motivaron su desaparición. 61 Llegando en varias ocasiones a calificar a su propio hijo menor y a suscrito, de “peloteros” “descerebrados”, “ociosos”, “crápulas”, “irresponsables”, etc. 62 Posteriormente, el propio Cóndor Rojas confesaría que se auto infirió la herida en su sien, para provocar la retira del equipo de la cancha. ‹223› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub En definitiva, la selección chilena, para vergüenza del mundo, se retiró de la cancha antes de finalizar el partido (íbamos perdiendo 1 - 0), aduciendo “falta de garantías” y pensando ingenuamente que Brasil, sí, sus mercedes, Brasil, sería a lo menos suspendido de las eliminatorias de ese mundial por la conducta de su público. Al ver en directo por televisión retirar a nuestro Cóndor herido y sangrando de la cancha63, inmediatamente afloró todo mi nacionalismo. En consecuencia, consideré oportuno manifestar toda mi frustración, rabia y molestia frente a la Embajada de Brasil en Santiago. Acto seguido, me dirigí a la casa de mi amigo Lucho para expresarle mi proyecto y para sorpresa de ambos, al escuchar tío Moncho nuestra conversación, éste señaló: - ¿Escuché bien? ¿Quieren ir a la Embajada de Brasil? - Sí, tío –dije yo. - Sí, papá –afirmó también su propio hijo, con cierto temor. - ¿No me digan que van a protestar frente a la Embajada? - Vamos a visitar la Embajada del Brasil, tío, sólo eso. - ¿Ah, sí? No me digan. Voy con ustedes. - Tío, no es necesario, no se moleste. - Temo por ustedes. Los conozco. Son un par de locos. Los van a meter presos. Los acompañaré. Como no nos quedaba otra alternativa, expresé: - Gracias, tío, por su gentileza. Por lo tanto, usted nos llevará en auto, ¿no es así? 63 El Cóndor, además, es uno de nuestros símbolos patrios, al estar incorporado en el escudo nacional. ‹224› Volumen III• - Pero claro. ¿Por eso te pusiste ahora tan contento, Caleta? - No sea mal pensado, tío. Obviamente que es mejor ir en auto y con su compañía que ir al centro de Santiago en metro. A su vez, es más seguro ir con un caballero como usted que mide más de un metro ochenta de estatura. Uno nunca sabe qué puede ocurrir en este tipo de eventos. Y así fue como partimos y nos dirigimos al Centro de Santiago, a la Embajada de Brasil64. Llegamos justo a tiempo. Estaban comenzando a congregarse los hinchas, los tifossis chilenos, la barra brava. Se notaba un ambiente complicado, conflictivo. El colectivo nacional, o pueblo derechamente, estaba esperando que alguien diera el primer paso y/o que algo ocurriera para poder expresarse como ameritaba la ocasión. Fue en ese momento que alguien empezó a gritar, a proferir una serie de insultos hacia la referida sede diplomática, los mismos que fueron coreados y voceados por todos los asistentes. Junto a mi gran amigo nos sumamos alegremente a esta manifestación, siendo vigilados a distancia por Tío Moncho, quien impertérrito (pero seguramente riéndose interiormente) velaba por nuestra seguridad. Nos cansamos de denostar, vituperar a la torcida brasilera y a su equipo, recordarles, además, a los funcionarios brasileros de la Embajada de Brasil en Chile, el por qué ese día no los queríamos en nuestra tierra y por 64 En ese tiempo era un anónimo estudiante universitario, sin norte conocido y más encima, con una invalidez sentimental que me afectaba en ese entonces. No había ingresado al Ministerio de Relaciones Exteriores ni tampoco había conocido a Paulita. Era un nómade en una jungla de cemento buscando su destino. ‹225› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub qué su país nunca lograría el tan ansiado desarrollo, calificativos que son imposibles de reproducir en esta saga por respeto al público lector.65 Repito, los calificativos y epítetos fueron de grueso calibre no aptos para oídos infantiles ni femeninos, y fueron también fruto de la pasión imperante. Súmesele a lo anterior, la presencia de la Prensa (el llamado Quinto Poder) y de Carabineros de Chile. Estos últimos se ubicaron frente a la Embajada dispuestos a salvaguardar el orden público e institucional66. En virtud de lo expuesto, la ira, rabia, frustración de los fanáticos del fútbol que visitamos ese día la Embajada de Brasil se dirigió, primero hacia la citada sede diplomática, y luego, producto de la defensa que de la misma hicieron las fuerzas de orden y seguridad, hacia Carabineros de Chile. De los insultos se pasó a la acción, al menos en el sector donde nosotros nos encontrábamos, por un hecho fortuito e inesperado. Un auto con vidrios polarizados y muy utilizado por la CNI67 se detuvo a 20 metros de donde estábamos localizados. Se bajó un sujeto vestido de chaqueta azul, semi guatón (gordito como diría una amiga), pantalón gris, lentes oscuros, pelo corto y bigote, clásico biotipo de un agente de la Central Nacional de Inteligencia de la época. Con mirada desafiante nos observó detenidamente, para luego agarrar con una de sus manos a un joven y anónimo hincha, no mayor de 17 65 Hubo ciertos epítetos que serían hoy sancionados por la Ley, que pena los hechos o conductas xenófobas y homofóbicas. 66 Como sus mercedes recordarán, en ese entonces el suscrito no estaba de acuerdo con el Gobierno Militar, pues consideraba que ya era hora que regresaran a sus cuarteles (estuvieron más de 16 años en el poder). 67 CNI: Central Nacional de Informaciones: La policía “política” de Pinochet, algunos de cuyos integrantes fueron responsables por los asesinatos y torturas de personeros de izquierda y/u opositores a su régimen. ‹226› Volumen III• años, quien sólo observaba lo que ocurría (o al menos, se limitaba sólo a insultar a la sede diplomática como todos nosotros). Luego escuché una frase que agravó aún más la situación: “¡Se quieren llevar preso a un compañero! ¡Debemos impedirlo!” Esta frase también la escuchó el agente de la CNI, por lo que seguramente pensó en su fuero interno que estaba procediendo correctamente al llevarse detenido a un simpatizante o militante de izquierda, y no a un anónimo hincha de fútbol. Cuando pretendía introducirlo al auto institucional, junto con Lucho y siete u ocho anónimos hinchas nos fuimos encima del CNI, amenazándolo y gritándole que lo soltara, siendo esta situación observada a distancia por el resto de la gente. Noté una gran duda en la cara del CNI, al ver lo furioso y decidido que estaba este grupo de avanzada. Cabe agregar que inconscientemente lo rodeamos, exigiéndole la liberación del compañero, hecho que le causó una mayor sorpresa y molestia. En virtud de este hecho, el CNI sacó su pistola, si mal no recuerdo, apuntando hacia arriba, haciendo ademán de disparar. Todos nos asombramos por la actitud prepotente y a la vez cobarde del citado agente, e instintivamente nos detuvimos y dimos un paso hacia atrás. Y en eso estábamos, meditando qué hacer, cuando escuché la voz ronca y fuerte de tío Moncho, quien se aproximó al sitio del suceso: “¡Qué estás haciendo, pelafustán! ¡Qué te has creído, miserable! ¿Piensas disparar acaso, infeliz? La cara de odio y de desprecio de tío Moncho hacia el referido agente me causó más miedo que el revólver del CNI. Y parece que al CNI le produjo el mismo efecto, pues mirando a tío Moncho, guardó su revólver, soltó al muchacho y se subió a su auto institucional, prácticamente huyendo del ‹227› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub lugar, recibiendo éste en su fuga una serie de epítetos, escupitajos y más de un certero piedrazo. Cabe reseñar que la actitud valiente de tío Moncho impidió que ese hincha fuese a parar a algún centro de detención, tipo Guantánamo, donde seguramente lo habría pasado muy mal. Superado este incidente y producto de lo ocurrido, al menos en nuestro sector, las piedras empezaron a salir como por arte de magia, y fueron dirigidas primero a la citada sede diplomática y luego a Carabineros de Chile. - Lucho, Caleta –gritó tío Moncho–; nos vamos. - Bueno, vámonos mejor –dijimos con mi amigo–. Esto se está poniendo feo. Lo que siguió después fue el caos, ya que de una simple manifestación deportiva se pasó a una protesta NO pacífica en contra del Gobierno. Cabe consignar para la historia que hubo excesos por ambas partes, siendo, además, varios los detenidos ese día por los desórdenes y daños ocasionados. •¿Sufría del corazón?• Hace pocas semanas un matrimonio muy querido cumplió más de 45 años de matrimonio. Toda una hazaña en estos días, más de parte del hombre, a mi juicio; más de parte de la mujer, en opinión de Paulita. Una de las anécdotas relativas a esta simpática pareja es el hecho de que durante el noviazgo o pololeo, el sujeto de marras, cada vez que su novia apoyaba su cabeza en su camisa (en su pecho para ser más exactos), le recordaba inmediatamente que sufría del corazón, por lo que ésta debía replegarse, separarse, alejarse de su hombre, ya que el corazón de Romeo no podía soportar presiones, ni menos, físicas. ‹228› Volumen III• Sin embargo, la realidad sería develada con el tiempo. A confesión de parte, relevo de prueba, dicen los abogados. El propio caballero en cuestión confesaría a su ahora cónyuge, meses después, que no sufría del corazón ni de nada por el estilo. Lo que ocurría era que no le gustaba que le arrugaran o mancharan sus camisas, ni siquiera su amada, la mujer de su vida. ¿Mañoso el señor o exceso de pulcritud? Amigos, nos vemos. Tío Moncho, Arrivederci. ‹229› Volumen III• VI Capítulo »Visita de nuestro hermano de los Andes« ‹231› VI Volumen III• Alegría nos causó enterarnos de que Martín, nuestro hermano de los Andes68, había decidido venir a Croacia para visitar a todos sus amigos y compartir su experiencia en México. Desgraciadamente Thomas debió quedarse “laburando”, como dicen en Argentina, país donde el idioma español es torturado sistemáticamente69. Don Martín fue el invitado de honor en una recepción organizada por el Grupo Latino70. El Comité Creativo, liderado por el suizo-latino, decidió distribuir una serie de mascarillas entre los asistentes, como una manera de protegerse de la influenza porcina o humana, que, como ustedes recuerdan, tiene un origen mexicano. Según afirmaba el suizo, Martín debía ser un claro portador. La presencia de Martín nos permitió revivir en común una serie de anécdotas, muchos de cuyos protagonistas han ido dejando Zagreb por razones de trabajo y/o familiares. Hubo varios brindis por la razón esgrimida, en honor de los presentes y ausentes. Cabe agregar que esa noche se descubrieron las dotes naturales de la pequeña Valeria. Con menos de 2 años ya es capaz de bailar y cantar, hecho que debiera ser materia de preocupación para sus padres. Además, notamos cierta predilección de la niña por uno de los comensales, a quien erróneamente denominó “papá”, hecho que causó la inquietud de su real progenitor, quien demandó al denunciado: “Oye, Vlado, ¿dónde estabas tú el día 14 de octubre del año 2007?71” Semanas después, iríamos con Paulita a Londres, lugar donde nos reuniríamos con mi cuñada Yaya y nuestro sobrino Conrado. ¡Qué ciudad, qué 68 Martín es un hijo más de la nación Argentina. Hoy reside en México junto con Thomas. 69 Por ejemplo: calle se dice calle y no, caaaasheeeeeeeee, como dicen más allá de los Andes, sector sudeste. 70 Son los organizadores y patrocinadores (sponsors) de las Fiestas Latinas, entre otras virtudes. 71 Fecha en que habría sido concebida la niña. ‹233› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub capital! Inmediatamente uno puede apreciar por qué el Reino Unido fue capaz de conformar un imperio, y por qué Chilito está a más de 80 años o más de diferencia, en el ámbito social, educacional, cultural, etc. •¿Un Puma en Zagreb?• Como sus mercedes tienen conocimiento, el Puma72 es un felino que habita en los Andes, estando su caza además prohibida, a lo menos en mi país, si la memoria no me engaña. Otras acepciones de Puma son: marca de ropa deportiva73. También podría ser utilizada esa denominación como el pseudónimo de un cantante venezolano de los años 80, quien fuera conocido como el Puma Rodríguez74, quien interpretara sabrosas canciones como “Pavo real”, “Agárrense de las manos”, etc. Nos quedaremos para el efecto de este subcapítulo con la primera acepción, si nos les molesta claro. Si les incomoda, el problema es suyo, no mío. Como reseñara en otros capítulos, la fauna diplomática es tan variada como la que mora y sobrevive efectivamente en la selva, jungla o sabana, sea ésta africana, asiática o americana. Uno de esos insólitos personajes fue destinado años atrás a la tranquila Zagreb, para consternación del personal local que debió soportarlo y padecerlo. Cabe adicionar que el aludido diplomático era por coincidencias de la vida, un eximio conocedor de la flora y fauna, especialmente de las aves. Asimismo, era un imitador innato de todo tipo de sonidos, habilidad 72 El puma, león de montaña, león o pantera (Felis concolor), es un mamífero de la familia Felidae, nativo de América. Ver anexo 1. 73 PUMA is the global athletic brand that successfully influences sport, lifestyle and fashion. 74 José Luis Rodríguez González es un cantante y actor venezolano. Nació en Caracas, Venezuela, el 14 de enero de 1943, y es también conocido artísticamente con el sobrenombre de El Puma. ‹234› Volumen III• que ejecutaba, realizaba, efectuaba, etc., durante la jornada laboral, para asombro de sus subordinadas. Se creía una suerte de ruiseñor, una mala imitación de mi tía abuela Rosita Serrano.75 No entraremos en el análisis de cada una de sus conductas en Zagreb, bástenos por ahora enfocarnos solamente en su simulación o imitación del puma. Sí, señoras y señores, este ya no tan junior diplomático tenía cierta predilección por dicho felino, a quien gustaba representar en su propia Embajada. Sin embargo, su imitación era muy ruidosa, sonora, para vergüenza, bochorno, humillación de los funcionarios que laboraban con él. Cabe añadir que sus representaciones eran intempestivas, es decir, comenzaban sin mediar provocación alguna, cual Tarzán de la Selva, siendo sus rugidos y alaridos acompañados por otros guturales sonidos, más propios de un zoológico o de un documental del National Geographic. Pero un día fue el colmo. Sus rugidos fueron públicos y notorios. Quizás por ello se produjo la siguiente situación: Mientras salía de la Embajada una de sus secretarias, ésta fue interceptada por un empleado del edificio. Sin mediar palabra, este empleado le demandó a la citada secretaria, en un tono entre preocupación y amenaza, conocer qué especie de fiera u animal peligroso se encontraba encerrado o privado de libertad en esa dependencia diplomática. Cuando se enteró de que la fiera hablaba varios idiomas, tenía dos patas y era, además, un funcionario diplomático, se limitó a decir: - Las compadezco. 75 Rosita Serrano era su nombre artístico y lo tomó de una de sus amigas. Su verdadero nombre era María Eugenia Aldunate y era prima en segundo grado de mi abuelo Jorge Aldunate. Según mi madre, su papá no hablaba de ella, pues era artista, y en esos años, era mal visto ese tipo de vida. ¡Cómo cambian las costumbres! Ver, además, anexo 3. ‹235› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub - Gracias –respondió nuestra atribulada secretaria–. La convivencia no es fácil –agregó, saliendo rauda de su lugar de trabajo. Nuestro Puma sería con el tiempo trasladado a otro país, donde seguramente siguió deleitando a sus contertulios. •El Cartero o Il Postino• No sólo los funcionarios diplomáticos juniors se encuentran algunas veces afectados por rarezas y/o anomalías congénitas, provocadas por el continuo deambular, hecho que a juicio de los especialistas provoca inevitablemente una suerte de desarraigo. Algunos Jefes de Misión también están “tocados” por este permanente devenir. Recuerdo que me comentaron tiempo atrás el caso de un Embajador quien literalmente vivía aislado del mundo exterior. Se limitaba a cumplir con el Protocolo que le demandaba su trabajo, pero en el fondo, se había transformado en una especie de ermitaño, según el infidente de esta historia. Uno de los puntos álgidos de ese voluntario auto exilio o encierro se produjo cuando, derivado de un resfriado o algo por el estilo, no pudo concurrir a su oficina. Como consecuencia de este hecho, llamó relativamente temprano a su secretaria para indicarle algo parecido a lo siguiente: ‹236› Volumen III• - Aló, señora X. - Sí, señor Embajador, ¿en qué puedo ayudarlo? - Como usted sabe, me encuentro enfermo. - Sí, señor Embajador, se le nota en la voz. - Por lo mismo, le pido que el chofer me traiga lo antes posible el diario. - Por supuesto, señor Embajador. - Sin embargo, quiero que el diario venga envuelto en plástico y sea arrojado por la puerta principal. Por ningún motivo quiero que ingrese el chofer. Que se limite solamente a tocar el timbre para avisarme que llegó. - ¿Pero no quiere que se lo entregue personalmente? - No, por ningún motivo. Que lance el diario por la puerta principal y se vaya. La cara de sorpresa del chofer (que venía recién asumiendo funciones) fue total. Debió consultar dos veces para comprobar si era efectivo lo que estaba escuchando. Como funcionario, se limitó a obedecer la rigurosa orden, huyendo del lugar una vez que tocó el timbre de la residencia oficial, siguiendo en consecuencia la instrucción recibida. de una ropa para su a e haga entrega que m a r ¿Que fauna, no? , pa M. , o re la e d iga m a na u a no fo e a una s después. Er e, ctiv dete la de mezc or tel é de harí a día L la mé p su a m i g a . No pu nc o n tra rl a. ( Lo a s ist ente ‹237› VII Capítulo »Sin calzoncito« VII Volumen III• Algunas veces las infidencias a la cónyuge, a la reina del hogar, a la matriz energética, pueden provocar una justificada preocupación. Recuerdo que un día la señora de un amigo le preguntó a la señora Paula (luego de oír unas anécdotas que han sido descritas en esta saga) si no se ponía nerviosa o no sufría de estrés por mi conducta. Paulita le respondió: “He optado por acostumbrarme, ya nada puedo hacer por cambiar a mi marido”. En este contexto, visitó un día nuestras oficinas un ciudadano paraguayo solicitando asistencia consular. En resumen, se trataba de un clásico problema migratorio. Las autoridades de inmigración eslovena le impedían reingresar a la Unión Europea como consecuencia de la expiración de su estadía como turista en Europa. Este ciudadano, oriundo de nuestra América Morena, pensaba erróneamente que nuestro Consulado podía hacer algo para revertir dicha medida restrictiva. Mientras lo entrevistaba, escuchaba mi CD de salsa, siendo la cantante cubana Celia Cruz una de sus principales vocalistas76. Noté que este ciudadano paraguayo ponía más atención a la melodía y letra de las canciones, que a mis consejos. Resultó ser que el muchacho en cuestión era estudiante de música, por lo que el sonido de la salsa le era más que familiar. Teniendo plena conciencia de lo que pasaba y hacía, decidí no cambiar mi música, dado que en mi oficina mando yo y punto. Cuando le conté lo sucedido a doña Paula, ésta me hizo presente de inmediato que no era apropiado escuchar salsas en mi lugar de trabajo, es decir, el Consulado de Chile en Zagreb. Por la función que ejerzo, escuchar música clásica o algo por el estilo sería lo lógico, señalando, además: ¡Pero si a ti te gusta la música clásica! ¿Por qué ahora tanto afán en escuchar salsa? 76 No soy el único que escucha salsa en su oficina en Croacia. Nuestra amiga Daria Skaramuca nos contó que con ocasión de la primera fiesta latina –estaba revisando uno de los CD que se habían preparado para el efecto–, mientras escuchaba la canción “el tractor amarillo”, se le acercaron varios colegas para preguntarle: “¿Qué es eso, Daria? ¿Qué estás escuchando? ¿De dónde sacaste esa música tan rara?” ‹241› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Mi respuesta fue categórica: “Cuando estoy haciendo la contabilidad de la Embajada, de suyo aburrida, opto por escucharlas, para reanimarme, ya que de lo contrario, querida mía, estaría completamente deprimido”. No obstante lo anterior, siempre el justo equilibrio, como afirmaba con certeza Santo Tomás de Aquino, se encuentra en el justo medio. Pasaron las semanas, y otro día cualquiera solicitó una entrevista una chilena que requería legalizar una serie de documentos para poder contraer matrimonio con un ciudadano croata. Era una chilena de buena presencia y se notaba educada77. En todo caso, en nuestro Consulado no se hacen diferencias de ningún tipo, atendiéndose a todo tipo de público, sin consideraciones de sexo, religión, raza, etc. Previa las presentaciones de rigor efectuadas por Dunja, hice ingresar a mi oficina a la futura señora, quien era acompañada por su novio. El suscrito los recibió en forma amable, ya que como decía Héctor Faúndez (Q.E.P.D.), se nos paga para eso, es decir, sonreír, afirmaba éste años atrás. Cuando fui interrumpido por esta pareja, ¿adivinen qué estaba haciendo? ¡La contabilidad! Luego de unos minutos de amena charla, noté con estupor, horror, casi preocupación que la salsa que estaba escuchando estaba llamando desmesuradamente la atención de la aludida novia. En virtud de ese hecho, presté atención a la letra de una de sus estrofas y casi me morí de vergüenza78. 77 Podría haber sido perfectamente alguna hermana o amiga de la Paula, o de mis primas Paulina o María Teresa. ¿Amiga mía?, depende del contexto. 78 Ver texto completo en el anexo 4. ‹242› Volumen III• “…Esta noche tu vendrás, sin calzoncito …” “¡Pero qué es esto!”, exclamé a viva voz. Sorpresa causó en mis contertulios mi sobrerreacción. Sin meditar ni un segundo, procedí a apretar la tecla STOP del teclado de mi computadora, parando en consecuencia la interpretación de los precitados versos. Por respeto a los lectores, el texto completo es reproducido sólo en el anexo, objeto puedan ponderarlo y juzgarlo. Cabe agregar que mi señora me catalogó, una vez narrado este hecho, con justificada razón, de ordinario79, indigno del cargo que represento. Aseguró que alguien podría malinterpretar mis gustos, pensando tal vez que era un degenerado. Incluso, me solicitó que no relatara esta anécdota, porque le daba vergüenza mi comportamiento. Para agravar aún más la falta cometida, con el tiempo me enteraría de que la mencionada novia era hija de un reconocido parlamentario de la oposición. •Consultas Políticas Chile-Croacia• Todo un éxito resultaron las Séptimas Consultas Políticas entre la Cancillería de Chile y la croata. Esta séptima versión se llevó a cabo en Zagreb, siendo la delegación chilena presidida por el Subsecretario Alberto Van Klaveren. Por la contraparte croata, el Secretario de Estado, Davor Bozinovic, presidía su delegación. Mi labor consistió ese día en apoyar a nuestra delegación en todos sus requerimientos. Conocía, además, a casi toda la delegación croata, situación que siempre es una ventaja en este tipo de conversaciones bilaterales. 79 Debió haber sido aún más categórica: “Negro, eres un rasca, un individuo de baja ralea, un huachafo, un cuma, etc.” ‹243› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Una vez finalizada la discusión de la agenda y luego del almuerzo en honor a la delegación chilena, partimos al aeropuerto. Llegamos una hora y media antes de la salida programada del avión, por dos razones plenamente válidas: 1. El tráfico de Zagreb algunas veces sufre de ciertos tacos o embotellamientos, en especial a esa hora (3:30 p.m.). 2. Tenía que jugar fútbol a las 6 p.m. en Maksimir. Si la delegación chilena partía tarde al aeropuerto, no alcanzaba a llegar al partido. Cabe indicar que fue un acierto llevarlos antes; de lo contrario, habrían perdido el avión. El taco que observé a mi regreso a casa, perdón, al fútbol, era descomunal, atroz. “Hiciste bien, Devia, en mandarlos temprano al aeropuerto”, pensaba mientras cantaba y movía mis manitos al compás de la salsa intitulada “Pásame la botella”80. Meditaba, además, que las consultas habían sido muy bien valoradas por ambas partes y que en unos minutos más, estaría jugando fútbol con mis amigos. No obstante lo anterior, cabe señalar que mientras estábamos haciendo un poco de tiempo en un restaurante del aeropuerto, dada la premura en que fueron despachadas las autoridades chilenas por el suscrito, aprovechamos de conversar en términos más humanos y menos protocolares. Comprobé, por lo mismo, que nuestro Subsecretario es una persona amable, sencilla y humana, y lo digo con expresión de causa. Él se acordaba de mí, ya que debimos trabajar juntos en un asunto muy complicado y que ninguno de los dos lo había olvidado, ni creo que lo olvidará nunca. 80 Esta es una de las canciones que más le gusta al “Che” Zvonimir Troskot. ‹244› Volumen III• Asimismo, cabe añadir que cuando un anónimo Embajador de una Dirección en Santiago quiso que se me amonestase con una anotación de demérito por un informe que hiciera en defensa del Buque Escuela “Esmeralda”, que estaba en ese entonces de paso por Croacia81 (fue juzgado de fascistoide por el aludido Embajador, a quien ya tengo identificado). Fue el propio Subsecretario quien habría señalado: “Conozco a Francisco Devia. Es un buen funcionario. No habrá ninguna anotación de demérito para él. Sólo llámenlo para que tenga más cuidado cuando redacte sus mensajes”.82 Cabe aclarar que el suscrito en ese tiempo era Encargado de Negocios, por lo que en ese contexto estaba facultado para enviar mensajes a Chile, según mi real saber y entender, sin darle explicaciones a nadie de mis actos, a lo menos, en Zagreb. Por último, mientras conversaba con el Jefe de Gabinete del Subsecretario, salieron a relucir nombres de algunos funcionarios, quienes no destacan precisamente por su fama de buenos funcionarios, siendo dos de los citados amigos del suscrito. Al observar la risa del Subsecretario, quien escuchó que los nombres aludidos eran acompañados por un pseudónimo (el Perro N., el Topo H.)83, agregué, como para reafirmar que eran mis amigos y la alta opinión que tengo de ellos: “Embajador Van Klaveren, tal como señalara una vez el famoso boxeador Mike Tyson, mis amigos están muertos o en la cárcel”. Amigos, no se puede renegar de la salsa ni menos de los amigos. Me cansé, otro día sigo escribiendo. 81 Mi informe fue muy duro en contra de Amnisty International, que denominaba a nuestro Buque Escuela como “el barco de la muerte y tortura” entre otros comentarios. Fue políticamente incorrecta mi defensa, pero era justificada, a mi juicio. 82 Todo esto me sería informado por fuentes fidedignas e internas. Gracias, don Alberto, por su apoyo. 83 Más parece una granja de animales que un Ministerio. ‹245› VIII Capítulo »Procesión de la Virgen de Guadalupe en Zagreb« VIII Volumen III• Insólita, inesperada fue la forma como se desarrolló la Fiesta Latina del mes de mayo del año en curso, evento que fuera organizado por la Asociación Latino-Croata, y que tradicionalmente se lleva a cabo en el Pub Strossmayer. Cabe destacar que previo a la fiesta en cuestión, y como una manera de prepararnos anímicamente, Francesco y suscrito decidimos invitar a nuestras señoras a un restaurante que fuera distinto, elegante, de buen tono, “de mantel largo” (y no a un Mac Donald o una Pizzería de ocasión). Por ello, nos dirigimos a cenar a un simpático restaurante ubicado a metros del aludido pub, y donde ambas cónyuges querían comer desde hacía meses. Todo fue muy grato, salvo la cuenta o l’adittion, the bill, que estuvo a la altura del nivel del restaurante. Este comentario está absolutamente de más, propio de un miserable, refleja toda la falta de tacto, tino y criterio del relator; la falta de cuna, de prosapia, de linaje, de distinción, etc. Con todo, creo que mi amigo suizo coincidió con mi comentario, pero no lo expresará por temor a su señora y/o su prudencia. Luego de desangrarnos pagando la mencionada cuenta y de haber terminado las cervezas y cubalibres de rigor, el ánimo estaba por los cielos; todo era alegría y en lo personal, me imaginaba conversando y bailando con nuestro habitual grupo de amigos. El DJ ya había recibido nuestro listado con las canciones que queríamos escuchar y bailar, todo estaba arreglado, como se suele decir en Latinoamérica. No obstante lo anterior y pese a las buenos deseos, fue imposible dar “un pasito para adelante, un pasito para atrás”. Por el contrario, terminamos cerca de las 3 a.m. en el Hospital de Rebro. ¿Cómo puede cambiar un escenario en tan pocas horas? C’est la vie, mes amies. ‹249› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub •Por unos tequilas y coronas de más• Cerca de la entrada nos ubicamos esa noche. Debido a dicha posición, saludábamos a todos los parroquianos que conocíamos y que iban ingresando al referido pub. Como diría el inefable Marcos Glavich, “clásica actitud de un político salsero en busca de votos”, comentario lleno de veneno, morbo y malquerencia, al cual ya estoy acostumbrado, proviniendo de quien proviene. Pasada una hora y media de nuestro arribo, de pronto nos preguntamos: “¿Y dónde está Marina? ¿Se supone que vendría esta noche?” El coro se respondió a sí mismo: “¿Parece que aún no ha llegado?” Media hora después aparece Marina. - ¿Y dónde has estado, Marina? - Con unos amigos y mi mamá. - ¿Con tu mamá? ¿Pero en qué parte? - Estamos allá, al fondo, en la última mesa. Entonces, decido ir a saludar a doña Lupita Ferrer84, agradable y simpática mujer que frisa los 70 años y con quien había conversado la semana anterior en dependencias del Consulado Salsero por razones profesionales. - ¡Señor Cónsul, don Francisco! ¡Qué placer verlo! ¿Cómo está? y ¿doña Paula? - Señora Lupita, precisamente estuvimos buscando a su hija hace más de una hora. Recién me enteré de que usted también estaba por acá. - Pero, don Francisco, tome asiento, le voy a presentar a unas amigas. Y así lo hice, observando con cierta preocupación que la mesa estaba llena de cervezas coronas y sus correspondientes tequilas, como consecuen- 84 Nombre que solicitó utilizar para los efectos de esta saga la principal protagonista de esta historia. Se agradece de antemano su excelente disposición y por permitirme publicar esta inolvidable jornada que nos correspondió presenciar. ‹250› Volumen III• cia de la promoción ofrecida por el bar: una corona y un tequila por 25 kunas, es decir, a USD 5 al tipo de cambio promedio. Si Francesco y suscrito habían llegado contentos a la fiesta, pude notar que doña Lupita y compañía lo estaban aún mucho más, a un menor costo que nosotros, ya que la promoción no se puede comparar con los valores del restaurante citado en este capítulo. Una de las amigas de Lupita, cuyo nombre mantendremos en el más absoluto anonimato, era incapaz de articular palabra. Su expresión facial reflejaba esa impotencia. La otra, más sobria, me preguntaba lo de rigor: nombre, ocupación u oficio, etc., y los otros dos hombres de la mesa, estaban “en su mundo”, más cercano del cielo que la tierra. Por su parte, doña Lupita parecía una quinceañera asistiendo a una de sus primeras fiestas. Alegremente me ofreció su cerveza y su taquito de tequila, aceptando suscrito la corona, no así el tequila, aduciendo un principio básico olvidado esa noche por la mesa de doña Lupita: no mezclar los tragos. Pasado un tiempo más que razonable, regresé donde doña Paula y con ella me quedaría, aprovechando la oportunidad para conversar con Glavich, Tarek, Lenka, Ana María, Daria, etc., esperando con cierta impaciencia que la música cambiara para salir a bailar. Repentinamente, se me acerca mi escudera con cara de preocupación. - Negro, la mamá de Marina se siente mal. - ¿Qué? ¿Qué le pasa? - No lo sé; no puede salir del baño. - Oye, suizo, tenemos una emergencia, acompáñanos. Y cuando nos acercamos al lugar de los hechos, observamos un conciliábulo en el baño de mujeres, entre las cuales estaba Marina. Para variar, en este tipo de situaciones, no sabían qué hacer. “Hay que sacarla del baño”, fue lo primero que manifestó en forma perentoria mi mujer, siempre ra- ‹251› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub zonando en forma práctica. Y así procedieron las que a partir de ahora calificaremos como “las lloronas”. Doña Lupita Ferrer estaba en muy mal estado; era incapaz de sostenerse en pie. Debido a ello, una de las lloronas le solicitó a la señora a cargo del baño, que le prestara su asiento por unos minutos. En una actitud que la retrata de cuerpo entero, la gorda del año se rehusó a prestar su asiento. “Qué vieja más floja”, comentaríamos después. Pasa sentada y siempre está presta, ágil y dispuesta a recibir las kunas de los usuarios de su baño, pero jamás ha sido diligente en la limpieza del baño ni menos colaborar en una emergencia como la descrita. “¿Qué hacemos con mi mamá?”, dijo Marina mirándonos, recordándonos de pasada, que Lupita tenía juveniles 70 años. Como la doña no podía moverse ni tampoco sostenerse en pie, fuimos abordados por una de las lloronas, quien hacía hincapié en que se requería fuerza bruta para transportarla. Y aquí sucede una de las etapas más graciosas de esta procesión religiosa que hemos calificado como de Guadalupe, por ser madre e hija de nacionalidad mexicana. Como sus mercedes notarán, estos pequeños detalles algunas veces hacen la diferencia. Sí, sus mercedes, Lupita estaba literalmente siendo sostenida por cerca de cuatro lloronas, además del suizo, siendo presididos y dirigidos por uno de los comensales de la mesa de doña Lupita, quien reitero, estaba tan ebrio como la virgen. El relator se limitaba a observar la escena. Tengo grabada en mi memoria cómo este grupo se desplaza frente al DJ y cruza la pista de baile con un paso cansino, lento, demoroso, tratando que su virgen no se cayera y rodara por el piso. Algunas parejas bailaban alrededor de este grupo de feligreses en forma extasiada, algunos casi frenéticamente, moviendo sus manitos al compás de la salsa, como alabando al Señor, sin percatarse que la procesión no era ‹252› Volumen III• parte de la fiesta. El resto de las parejas de la fiesta no da señales de alarma ni tampoco de devoción, concentradas en lo suyo. Sin embargo, noté con estupor que quien dirigía la procesión nos estaba llevando directamente al mismísimo bar. En eso escucho la voz estentórea y enérgica del suizo, quien en perfecto español señaló: “¡No sigamos a ese ebrio! ¿Adónde nos lleva este idiota?” Pese a los justificados temores del suizo, este espontáneo líder espiritual nos condujo acertadamente hacia una entrada especial y casi escondida del bar, que conducía precisamente al patio del pub. Y ahí sentamos a la doña, al aire libre. El comentario de Anita reflejó todo: “La señora lo estaba pasando rebién hasta que se le apagó la tele”. La conclusión generalizada fue la siguiente: “¿Y qué hacemos ahora?”. - Hay que llevarla a su casa –dijeron unos. - No, mírenla, está pálida, es mejor llevarla a un hospital. Es una persona mayor, su estado de salud puede complicarse y Marina no puede cargarla sola en caso de otra emergencia. Marina vacilaba y vacilaba. - Lo único claro es que tenemos que sacarla de acá –afirmó el suizo. - Sí, pero cómo lo haremos, compadre. Observa la cantidad de gente que hay en esta terraza. Y observando un gran desnivel que hay entre la terraza, señaló este relator: - Hay que bajarla por acá - ¡Estás loco, Franjo! ¿Cómo lo vamos a hacer? Habría que bajarla por esas escaleras con la misma silla donde está sentada y luego subir por esas otras gradas. Y si se nos va de lado, ¿cómo la afirmamos? ‹253› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub - Tienes razón, los dos solos no la podemos cargar, además, se nos puede caer la vieja. Vamos a llamar a Boris y a Juan para que nos den una mano. En el intertanto La Virgen de Guadalupe seguía sentada, absorta, ida completamente de este mundanal ruido. No se movía ni respondía a las consultas de su hija ni de las lloronas. Parecía petrificada, era una especie de figura de cera de Madame Tussaud. Había inquietud en el ambiente, eso era palpable. Y entonces ocurrió el milagro. De pronto, sin mediar provocación alguna, sin haber existido estímulo exterior alguno, la Virgen comenzó a mover sus patitas al compás de la música, de la salsa reinante. Este hecho nos causó a todos una gran risa y alivio, pero por respeto a Marina no la externalizamos como era debido, acudiendo a frases tales como “observen, está moviendo sus piernas”, “sí, está respirando un poco mejor”, etc. En eso llegan los cargadores adicionales, Juan Valencia y Boris Marusic. - Bueno, queridos amigos, hay que transportar a la mamá de Marina. - ¿Y por dónde lo haremos? –preguntaron los cargadores - Ya está decidido: por esas escaleras. - ¡Pero se nos puede caer! - No, no se nos puede caer, porque si no, morirá por desnucamiento. - Acordamos que Juan y Boris tomarían las patas delanteras de la silla, el suizo y yo, las de atrás. Si la doña, perdón, la Virgen, se nos iba de lado, tendríamos que improvisar y afirmarla como pudiéramos. Y así comenzó la segunda parte de la procesión: cuatro “cargadores” transportaron a la virgen y su silla, que esa noche vestía de negro, hacia la entrada exterior del pub, siendo seguidos por las angustiadas lloronas y siendo observados impávidos por el público ubicado en la terraza del pub. ‹254› Volumen III• Una vez que llegamos a la puerta, la Presidenta de la Asociación Latinocroata, Lana, llamó a la ambulancia, explicando el cuadro descrito. Pasados más de 45 minutos, y dada la demora, decidimos llevar por nuestros medios al hospital a doña Lupita. Pensamos que subirla a la casa de Marina, quien habita en un cuarto piso, sería una proeza titánica y muy riesgosa, para cargadores y lloronas, máxime si uno de los cargadores, el suizo, como sus mercedes recuerdan, fue operado del corazón el año pasado, detalle que los cargadores habíamos olvidado. En el intertanto, se empezó a congregar cierto número de feligreses frente a la puerta, y al observar a la Virgen y su entorno, se producían ciertos diálogos muy sabrosos. Por ejemplo, un connacional apodado Jack Bauer me preguntó en perfecto chileno: “¿Y que le pasó a la iñora?” Otro personaje, no querido por la comunidad latina, tuvo el mal gusto de preguntar a la masa congregada: “¿Se murió la vieja?” Paulita le respondió inmediatamente, “qué comentario más imbécil”. Y ante dicha respuesta, el estúpido se retiró del lugar. Asimismo, producto de la emoción, Marina quiso ir al baño, pero expresa a viva voz que no quería hacerlo por temor a dejar sola a su mamá. La respuesta diplomática del suizo no se dejó esperar: “Oye, Marina, anda al baño, la dejaste sola más de una hora y mira lo que pasó. ¡Qué más da que la dejes otros 5 minutos!” Finalmente, se decidió que llevaríamos a doña Lupita en Ernest (mi auto). Como el Consulado salsero es integral y está al servicio de la comunidad latina residente, no tuve reparos en ofrecerlo. Llegamos al hospital y allí ocurrieron una serie de anécdotas que merecen un capítulo posterior. Para concluir esta parte, podemos señalarles, queridos lectores, que Lupita llegó prácticamente intoxicada al hospital, registrándose un 3,4 por ciento de alcohol en la sangre. Recuerdo a sus mercedes que con 1 por ciento de alcohol en la sangre usted ya no puede ‹255› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub conducir. Imagínense con 3,4 por ciento. Ivan Feitl verificó en internet que con un 4,0 por ciento una persona puede morir. ‹256› IX Capítulo »Mi tío Pablo Emilio« IX Volumen III• Y se fue mi tío Pablo, pasó a mejor vida, puso proa al infinito, como diría mi querido suegro. Tampoco pudo esperarme tal como lo habíamos acordado por teléfono. Se suponía que nos juntaríamos en Viña del Mar en diciembre del 2009. Pablo Emilio o el Guatón tenía un gran sentido del humor y su existencia estuvo rodeada de miles de anécdotas (muchas de ellas habrían sido inventadas como consecuencia de su increíble imaginación, rayana en la mitomanía, a decir de familiares y amigos). Sin embargo, yo le creía y paff, se acabó. Tal era su fama, que mi cuñada Yaya siempre me molestaba preguntándome: “¿Y cómo está tu tío Pablo, tu modelo de vida?” Respondiéndole por mi parte: “Imagino que bien, porque el Guatón siempre anda contento, pese a sus problemas. Tengo que llamarlo”, añadía. Lo hice sólo dos veces este año. ¡Puta qué buen sobrino! Como atenuante a mi grave falta, y eso mi tío lo sabe, siempre me acordaba de él y así lo seguiré haciendo, porque los sentimientos no tienen fronteras ni tiempo85. Incluso, hay que recordar que mi vida de gitano ha tenido inconscientemente como prototipo a Pablo Emilio. Respecto al trabajo, el Guatón estuvo toda su vida en contra de la rutina, que a su juicio, liquidaba el espíritu de las personas. Quizás por eso su carrera bancaria estuvo rodeada de excentricidades. El Banco del Estado, lugar donde se desempeñaba, lo amonestó en varias ocasiones. Mi madre y sus hermanos aseguran que estas sanciones se 85 Jorge Pablo Emilio Aldunate Bareyre (Q.E.P.D.). Le dediqué un gol días atrás en nuestros partidos de los lunes. Fue una gran acción deportiva que ameritaba un mejor escenario. Fue un “golazo” para ti, Guatón. ‹259› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub justificaban plenamente, debido a la vida licenciosa de mi tío. En virtud de las mismas, y por razones estrictamente disciplinarias, fue trasladado desde la sucursal de Viña del Mar a la de Punta Arenas86. Su madre (mi abuela Chela) pensó erróneamente que estando lejos, su hijo maduraría. Todo indicaría que ese traslado fue para peor. Posteriormente, se adoptaría otra medida disciplinaria en su contra, siendo esta vez trasladado de Punta Arenas a Porvenir, otra de las ciudades más australes del mundo. Ante tantas sanciones, el Guatón decidió renunciar al banco y probar suerte en Estados Unidos. Y para allá se fue. Trabajaría primero de mozo (garzón) y luego en el Banco Mundial, a cargo de unas fotocopiadoras, entre otras funciones.87 Con el tiempo, el Guatón viajaría a África, en un viaje que nunca aclaró; recorrió en bus toda América Latina y el Caribe –¿Imitando, emulando al Che Guevara88?– para terminar (en uno de sus últimos viajes), perdido en el Amazonas. Pese a todo lo anterior, y ya en un ámbito más serio, nunca olvidaré cuando nos tomamos una botella completa de vodka finlandés en el departamento de mis papás, donde se alojó por años (se suponía que su estadía sería transitoria). Esa noche hablamos de lo divino y humano, riéndonos sin parar. 86 Por farrero, jaranero, mujeriego, jugador, digámoslo sin miedo ni violencia. 87 Según él, además de vender una serie de productos –empanadas, vestuario, etc.-, también se habría dedicado a organizar los juegos de azar al interior del citado banco, especialmente la Polla Gol. 88 El Guatón era cómodo. Viajó de Santiago a Washington en bus, no en moto. Cuando nos contó de su proyecto, mi madre le dijo: “¿Pablo, por qué no viajas en avión?” El Guatón la miró y le respondió: “En avión no se conoce el paisaje ni a la gente. Además, tengo tiempo”. ‹260› Volumen III• Pero hubo un momento de reflexión, en el cual el Guatón se quebró y me dijo: “Sobrino, algunas veces me siento como un simple payaso; sin embargo, los payasos también tienen sus días tristes. Recuerda eso, Francisco Javier”. Esa fue la única vez que vi triste a mi tío Pablo. Y por eso mismo, lo respeté aún más. Pásame la botella89 Hay algo que quiero decir Esto no me puede estar pasando a mí La chica que quería para mí Es traicionera y me quemaba hasta morir Pásame la botella Voy a beber en nombre de ella Pásame la botella Voy a beber en nombre de ella, ja Esta es la canción que le gusta a nuestro gran amigo “Che” Zvonimir Troskot y que me hiciera recordar un incidente que me tocara presenciar años atrás en el ex “Estadio Chile”90 , hoy rebautizado como “Víctor Jara”91. Se presentaba en dicho lugar la banda o grupo de rock “Los Prisioneros”,92 conjunto musical que se despedía por enésima vez de su público. (Era la 89 Ver anexo 5 90 El Estadio Víctor Jara es un complejo deportivo chileno situado en el oeste de Santiago de Chile. Fue inaugurado en 1949 con el nombre de Estadio Chile, pero en 2004 se le cambió el nombre al actual en homenaje al cantautor Víctor Jara. 91 Paulita me preguntó por qué mezclaba mi vida pasada con la presente, respondiéndole en forma escueta: “¡Paulita, no tengo más anécdotas en Croacia! y hay otras que no puedo publicar por deferencia, por respeto al público presente”. 92 Los Prisioneros fue una banda de rock chilena de la década de los 80. Es considerada una de las bandas de rock más importantes en Latinoamérica, cuya principal característica fueron sus letras cargadas de críticas sociales y de corte latinoamericanista. Ver anexo 6. ‹261› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub tercera vez que oficialmente anunciaban su retiro definitivo del espectáculo, hecho que motivó incluso entre la risa y la molestia de varios de sus seguidores, ya que era notorio su afán por reunir fondos para su vejez, para su jubilación, se entiende.) Esa tarde-noche el gimnasio, perdón, Estadio Chile, estaba colmado de gente. Ya llegando al lugar se apreciaba un ambiente de fiesta. Desde una especie de balcones, el populacho –digámoslo sin ambages– arrojaba, tiraba bolsas con líquidos de dudosa procedencia93 a todos aquellos que queríamos ingresar a ese recinto deportivo. Tal era el gentío o muchedumbre, que los organizadores decidieron cerrar algunas puertas de acceso, originando el justificado reclamo de aquellos que premunidos de su entrada (tickets en mano), se les impedía el ingreso por razones de seguridad (falta de asientos). 94 Conviene hacer presente que “Los Prisioneros” interpretaban una serie de canciones de un fuerte contenido político-social, situación que originaba que no todos los que asistieron ese día al Estadio Chile tenían como propósito escucharlas. Algunos iban sencillamente a provocar problemas con la Policía; asistían con el único fin de alterar el orden público. Como consecuencia de lo descrito, existía un numeroso contingente policial (Fuerzas Especiales) listo para actuar en caso de ser necesario, ya que se temían excesos por parte de los desadaptados de siempre. 93 Esos balcones al parecer correspondían a los de los baños del local, por lo que deduzcan ustedes de dónde provenían esos líquidos. Súmese a lo anterior, el linaje de los autores de esta humorada y no se necesitará ser Sherlock Holmes para adivinar la composición química de esas turbias aguas. 94 ¿Se vendieron más entradas de las previstas o se falsificaron otras o entraron los “frescos de siempre” eludiendo el control respectivo? ¿Quién sabe? ¿Y a quién le importa eso ahora? ‹262› Volumen III• Les recuerdo a sus mercedes que estábamos en el Chile en los años 80, con el Presidente o Dictador Augusto Pinochet (alias Pinocho) a cargo del país. A Pinocho no le gustaban los comunistas, los izquierdistas, los desórdenes ni las protestas o manifestaciones públicas. Y el grupo “Los Prisioneros” tenía canciones como “Muevan las industrias”, “¿Por qué no se van del país?”, etc., que no eran precisamente melodías de corte fascistoide o neo nazis. Pero sigamos con nuestro relato, Negro Devia, por favor. No te vayas por las ramas como tu madre y/o suegra. Una vez sorteadas las aludidas bolsas plásticas –especialmente su contenido–, nos ubicamos frente al escenario. El ambiente era, reitero, carnavalesco, jaranero, festivo. Obviamente que nos sumamos con espontaneidad a los cánticos de la galería, algunos de los cuales iban dirigidos a Carabineros de Chile, nuestra Fuerza Pública, y a sus respectivas esposas y familias. En ese sentido, cuando el líder y vocalista del grupo, Jorge González, subió al escenario y empezó a cantar la canción “¿Quién mató a Marilyn?”, no faltaron los graciosos que empezaron a apuntar con sus manos y dedos a la mencionada Fuerza Pública. Otros, más osados, les arrojaron bolsas plásticas (su interior ya fue objeto de análisis) y frutas de la estación (una que otra manzana y/o pera, naranja, etc.), escondiéndose y/o huyendo una vez lanzada la bolsa y/o fruta, cual cobardes de poca monta. Afortunadamente, la misma gente controló a esos desadaptados, ya que de continuar con ese tipo de conductas, se advirtió al público que se suspendería la función, el espectáculo. No obstante lo anterior, existía también un grupo de “simpáticos” que habían ido con la intención de reírse de todo y de todos, sin ningún afán belicista. A ese grupo, nos sumamos obviamente nosotros. ‹263› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Primero se comenzó a gritar, a corear el nombre de “Claudio, Claudio”,95 quien fuera uno de los primeros integrantes de la banda. Se especulaba antaño que Claudio Narea se habría retirado del grupo por un “lío de faldas” con Jorge González. Una mujer, dos hombres, clásica historia de la humanidad. Estos gritos, de apoyo hacia Claudio, molestaron sobremanera a Jorge González, quien se caracterizaba por tener un carácter irritable, irascible, irracional, explosivo. El segundo jocoso incidente fue la petición de la camisa de Jorge González. Sí, los fans que estaban cerca del escenario le gritaban, le imploraban que les diera algo de su persona. Jorge, seguramente pasado de revoluciones por la jornada, completamente sobre excitado, se sacó su prístina camisa blanca y la lanzó, la arrojó al público, cayendo en manos inapropiadas, ya que fue recibida precisamente por el aludido grupito de simpáticos o chistositos. ¿Y por qué digo inapropiadas? Muy simple. En un acto de suma descortesía, ese grupito le devolvió su camisa a Jorge. Sí, repito, la arrojaron de vuelta al escenario. Esto ocasionó el colapso de Jorge. En un acto infantil y fruto de esa broma, rompió su guitarra eléctrica y se retiró indignado del escenario. Y ahí quedó la cagada –perdón, abuela, por la expresión, pero refleja lo ocurrido–: ¡Puta que te enojái, huevón! ¡No seai cabro chico, gil c…! ¡Vuelve a cantar, cabrón, conch…! ¡Devuelvan la plata, frescos de m…!, etc. 95 Se referían a Claudio Narea. Wikipedia: cantante y compositor chileno, más conocido por ser el guitarrista y corista de la banda Los Prisioneros en los períodos 1982-1990 y 20002003. La gente: Claudio se retiró de la banda tras problemas con Jorge González, entre los cuales estaban la personalidad explosiva de Jorge González y el “lío de faldas”, como diría mi padre. ‹264› Volumen III• ¿Qué quieren que les diga, sus mercedes? No se respiró diplomacia esa tarde-noche en el Estadio Chile, luego de la intempestiva interrupción del evento. Los chistositos quedamos afónicos de tanto gritar. Aún recuerdo a uno de los asistentes, quien apoyado en una de las barandas, insultaba, injuriaba en forma desaforada a la banda, especialmente a don Jorge González. Su polola (novia) infructuosamente le pedía que se calmara, pero como nosotros apoyábamos su conducta, y nos sumábamos además a sus improperios e insultos, su polola se enojó y lo dejó. Cinco minutos después, y para alegría de la citada novia, seríamos desalojados violentamente del Estadio por Carabineros de Chile. Finalmente, de haber estado esa tarde-noche en el estadio Chile, estoy 100 por ciento seguro de que el Guatón habría sido parte de nuestro grupito de chistositos. See you soon, Guatón. Nunca, escucha bien, nunca te olvidaremos. . ‹265› X Capítulo »Un polémico nacimiento« X Volumen III• Todo trabajo u obra literaria, por modesta que sea, tiene un autor, un creador, un ser que quiere relatar algo, ya sea para sí mismo y/o para la posteridad. En este caso, la saga comenzó con un fin eminentemente familiar, pasando luego al ámbito social (difusión entre las amistades), para terminar ahora proyectándose como una especie de seudo-libro, cuya edición y/o posible publicación tendría, además, fines altruistas, “siempre y cuando se paguen primero los costos variables y fijos de su elaboración”, afirmó perentoriamente doña Paula, la heroína de esta saga. Sí, sus mercedes, cuando adquieran un ejemplar de la saga, estarán financiando a una institución de beneficencia, a saber: la Fundación “Debra” una fundación que va en ayuda de los niños piel de cristal. En este contexto, para comprender en parte el por qué del nacimiento de la saga, cuya justificación se encuentra en la introducción de los Tomos I y II, creo de justicia comenzar explicando quién es su autor, quién es este oscuro personaje que se esconde tras su computador y quien cada cierto tiempo, teclea y teclea su teclado, tratando de dejar testimonio de sus observaciones así como también de sus anécdotas y desventuras acontecidas en este globalizado y desarticulado planeta. La dificultad en la elaboración de esta saga radica en que como toda obra literaria, depende de cinco minutos de inspiración divina, y varias horas, días y meses de sudor y rutina, tal como expresara esta semana una profesora argentina de literatura, invitada por el Aula Cervantes de Zagreb. En virtud de lo anterior, se explicaría el hecho de que ya hace varios meses no he podido sentarme a escribir, no por falta de hechos susceptibles de narración y especialmente, desventuras, sino por la ausencia del referido impulso vital literario. Me sentaba frente a la pantalla y al teclado de mi computador, pero a pesar de que tenía una serie de ideas en mi cabeza e intentaba concatenarlas, unirlas, no podía iniciar ningún relato que mereciera ser registrado. ‹269› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub En ese sentido, el devastador terremoto que asoló Chile el pasado 27 de febrero, algunos problemas de salud, incidentes disciplinarios en nuestro equipo de fútbol “Third Half Club”, situaciones relativamente complicadas en que se han visto envueltos amigos en común, entre otras disyuntivas, me han impedido concentrarme adecuadamente. Pero como decía Scarlett O’Hara en la parte final de la película “Lo que el viento se llevó”: “…mañana será otro día…”. Hoy puedo comentarles que tengo un personal trainer, Neven, quien me prometió que en un mes podría perder 5 kilos y con ello, por primera vez en 15 años, bajar la barrera de los 80 kilos. No pretendo transformarme en un Brad Pitt, pero al menos quiero regresar a Chile lleno de fuerza y optimismo, porque eso me está pasando, he recuperado mi energía. Con los ejercicios a los que soy sometido por Neven (Kick Boxing, pesas, trote, etc.) noto que la presión que tenía sobre mi cabeza –stress– ha ido progresivamente disminuyendo. No sólo el cuerpo necesita estar sano, sino también el espíritu requiere de ayuda. Por coincidencias de la vida o por obra y gracia de Dios, como diría mi amigo José Luis Bustamante G., he visitado ocasionalmente una de las sedes del Opus Dei en Zagreb, para sorpresa de mi señora y amigos. ¿Pero qué haces tú en el Opus Dei, Devia?, si eres casi un pagano y un hombre de muy poca fe en la Iglesia Católica y en las Iglesias en general, que ha leído y todavía lee textos que podrían ser calificados de absurdos y herejes y que por cuya lectura, habrías sido procesado y ejecutado por el Santo Oficio en la lejana Edad Media, terminando en consecuencia tu mundana existencia convertida en un manojo de cenizas, fruto de una hoguera perdida en una campiña europea o americana. Comparto plenamente las críticas previamente expuestas, pero en definitiva, siempre he pensado que Dios está en todas partes, independientemente del nombre que le demos, como también debemos respetar a las personas que lo adoran. Recuerdo que ese fue uno de los temas de con- ‹270› Volumen III• versación que tuve con mi guía hinduista en el Monte Anapurna, uno de los Montes del Himalaya, lugar donde me dirigiera años atrás en busca de respuestas. Para mí, hay almas que están más cerca de Dios que otras, y estoy convencido de que Monseñor Escrivá de Balaguer, hoy San José María, es una de ellas. Nunca me ha abandonado y creo que merece dicho reconocimiento –aunque sea de un simple pecador, visto por los ojos de personas más escrupulosas. Terminada toda esta introducción, pasemos ahora a narrar una sabrosa anécdota del autor de esta saga: Nací en Santiago de Chile, un 12 de septiembre de 1966, año que coincidió con la celebración del mundial de fútbol en Inglaterra. Curiosamente, cuatro años antes ya mi país había sido también sede del referido torneo, por lo que deduzco que ambos eventos explicarían en parte mi gran afición por el deporte rey. Además, mi madre afirma con insistencia que durante su embarazo le di varias patadas, por lo que, insisto, el fútbol no me era ajeno. Asimismo, mi padre jugó fútbol por su Colegio (Padres Franceses de Viña del Mar) y por su ciudad, Villa Alemana, hasta que se casó (contrajo matrimonio para los lectores extranjeros de esta saga), confirmando que el matrimonio puede ser en algunos casos la tumba del deportista. Lo que nadie sospechó fue que mi nacimiento provocaría un pequeño incidente en la clínica donde mi madre tuvo a bien darme a luz. En ese momento sublime, al menos para el suscrito, su progenitora lo negó –sí, sus mercedes, lo negó, cual San Pedro a Jesucristo–. Afirmó a los cuatro vientos que yo no podía ser su hijo, que se lo habían cambiado por otro, que era demasiado feo para ser su hijo. Como atenuante a su insólita conducta, bástenos decir que se encontraba bajo, lo que suponemos, una fuerte depresión postparto, sumado al hecho que estaba muy aprensiva durante su embarazo, como consecuencia de ‹271› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub ciertas historias que había leído y escuchado de terceras personas, donde se comentaban casos de errores en la identificación de los niños al momento de su nacimiento en los hospitales y clínicas (suplantación de identidad). Para mi infortunio y desconsuelo, uno de estos cuentos provenía directamente de una prima de una de sus mejores amigas. Sucedió que por error, la clínica donde se había producido su parto, asignó a su guagua (bebé) a otro matrimonio, confusión que es muy desarrollada y explotada por las telenovelas venezolanas y mexicanas. Afortunadamente, los familiares y encargados de la clínica se percataron a tiempo de la confusión de maternidades e identidades indicadas, superándose, en consecuencia, este incidente, no sin antes el cuerpo médico y enfermero ser objeto de serios y severos reclamos de parte de las familias afectadas. Hoy habrían sido objeto de sendas demandas judiciales. Sin embargo, es preferible que nos atengamos a los acontecimientos que rodearon mi nacimiento sin mayores explicaciones ni análisis. Sean, sus mercedes, quienes ponderen los hechos y circunstancias que se exponen a continuación, condenando y/o liberando de responsabilidad a mi progenitora, es decir, a mi propia madre: Como se relatara previamente, las innumerables patadas que le di a mi madre durante su embarazo fueron acrecentándose a medida que se cumplían mis fatídicos nueve meses. Según fuentes fidedignas, al momento de ser separado de mi madre – corte del cordón umbilical–, habría arrojado en la balanza modestísimos 2,900 kilos, es decir, estaba en consecuencia en el límite del raquitismo, de la desnutrición, según simpáticos comentarios de algunos de mis parientes. ‹272› Volumen III• Mi abuelo materno habría sido aún más incisivo, calificándome de ser un niño modelo de Biafra.96 Súmesele a lo anterior el hecho de que exhibí en mi cara y partes de mi cuerpo, ciertas pigmentaciones de color azul. Según lo que supe ya en mi adolescencia, mi organismo no habría reaccionado al primer palmazo del médico, palmazo que antiguamente se le daba a la guagua al nacer para constatar si ésta se encontraba viva o muerta. Si no respondía al palmazo, era evidente que no había sobrevivido al parto, por ello la preocupación del doctor cuando al golpear mi “popó”, el suscrito no emitió grito alguno, hasta pasados varios segundos de incertidumbre. O sea, fui un cacho (problema) desde que nací. Con todas las cualidades precitadas, fui posteriormente llevado por la enfermera de turno al regazo de mi madre. Esta al verme llegar, reaccionó en forma vehemente, gritando que yo, sí, sus mercedes, quien suscribe esta saga, no era su hijo. “¿Pero qué le pasa a esta mujer? ¿Debe estar completamente loca?97”, seguramente pensó la enfermera de turno y luego el cuerpo médico que debió intervenir para tranquilizarla, ya que ésta, completamente descontrolada, insistía en que le entregaran a su hijo y se llevaran eso ( “eso”, sus mercedes, era el infrascrito). - ¡Esa guagua NO es mi hijo! - Pero, señora, ¿qué le sucede? ¡Éste es su hijo! - ¡No, no puede ser! Pero mire, si es horrible. Mire esos pelos en su cabeza. No, no es mi hijo. Es muy feo y flaco. - Señora, por favor, cálmese. Éste es su hijo. - No, no lo es. Me lo han cambiado. Nooo, nooo, sáquelo de aquí. 96 97 Antigua provincia separatista de la actual República de Nigeria. Hoy insisto en que se le denominaría depresión posparto, según entiendo. ‹273› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Derivado de lo anterior, fui sacado de su vista para que se tranquilizara. Ante tal escándalo, una enfermera atinó y decidió llevarle otro niño para mostrarle que al nacer todos eran parecidos. Fue un acierto, porque según dichos de mi progenitora, el niño que le habrían llevado era ostensiblemente obeso y con sus pelos muy lisos y gruesos. Ante dicho niño expresó, sin ningún reparo ni miramientos: “Oiga, enfermera, pero este niño también es horrible. Mire, tráigame devuelta al otro; es feo también pero al menos es más flaco”. Y así fue como finalmente fui aceptado por mi madre. El único que estaba orgulloso con su hijo era mi padre, quien inmediatamente me reconoció. Por el lado de mi madre, sus familiares me observaban con profunda desconfianza, la que se mantuvo hasta que cumplí algunos años. Eran otros tiempos; era otra sociedad. •Lamento de Cornudos• Nuestro paso por Santiago, entre noviembre y diciembre del año pasado, fue algo que no olvidaremos Paulita y el narrador de esta saga. No sólo por habernos alojado todo ese tiempo en casa de mis suegros, sino también porque pude visitar a mi familia después de tres años de ausencia y pude, además, compartir con algunos amigos. A su vez, pude comprobar que nuestra sociedad está enferma y que es necesario remediar ese diagnóstico. Pero dejaremos ese análisis para otra ocasión. Limitémonos ahora a un sabroso diálogo que tuviera con mi suegro en la fecha precitada, el que se detalla a continuación. Nos encontrábamos a eso de las 12:30 p.m. tomando nuestro cubalibre de rigor, previo al almuerzo que sería servido a eso de las 13:15 p.m. - Oiga, suegro, su hermana Susana, la Condesa, dijo que el cubalibre no es un trago para caballeros. - ¡Jajaaaaaa, no me digas! - Sí, suegro, pero pienso que eso no nos afecta ni a usted ni a mí, ¿no es así? ‹274› Volumen III• - Claro que no, yerno, ¡salud! Luego, viene la pregunta del millón de dólares: - Oiga, suegro, usted, que ya tiene más de noventa años, que está más cerca del infinito que yo, ¿piensa que Chile ha progresado? - ¿Pero qué te has creído? ¿Cómo me dices eso? - ¿Qué cosa, suegro? - Que tengo más de noventa años, ¿pero qué tienes en la cabeza? Tengo ochenta y dos años y me mantengo muy bien, como puedes notar. Y comienza a reírse con su cubalibre en la mano. En ese momento, pongo un CD de tangos (“24 tangos inmortales”). No sé si fue derivado de los cubalibres o del momentum, pero ambos nos callamos y escuchamos atentamente varias de sus canciones, como “Adiós pampa mía”, “Fumando espero”, “Tiempos viejos”, etc. Luego, vino el minuto de reflexión: - ¿Sabes lo que decía mi padre de los tangos? - No, suegro, ¿qué decía? - ¡Que eran un lamento de cornudos! - Y nos largamos a reír. - Pero fíjate en la letra de sus canciones: un amor que se va, un amor que no vuelve, se fue con otro, dame el humo de tu boca, etc. Finalmente, la doctora Malu, es decir, mi suegra, nos llama a la mesa, y por lo tanto, dejamos nuestros cubalibres para reemplazarlos por unas buenas copas de vino y unos sabrosos platos preparados por Blanca Julia, los mismos que fueron previamente supervisados por la citada doctora. ‹275› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Con este capítulo, dedicado especialmente a mis padres y suegros, se termina la temporada 2009. Con ello, “finito” el Tomo o Volumen III de esta saga. ¿Habrá una temporada 2010? Veremos, veremos. Bonne Nuit, a tous pa lgo q tre n oviembr en Sant iago, br e soNpu or o, f ue a d d ‹276› us Pa o arem ue no olvid stro e ey ic i e m pasa l año de {Anexo} Anexos• Anexo I Wikipedia El 3 de septiembre de 1989, Roberto Rojas protagonizó el Maracanazo de la Selección Chilena, el incidente más bochornoso en la historia de la Selección. La Roja jugaba su partido de vuelta frente a Brasil, en un encuentro válido por las clasificatorias al Mundial de Italia 1990. A Brasil le bastaba con un empate, mientras que a Chile sólo le servía una victoria e iba perdiendo 1 - 0. Fue entonces cuando Rojas se infirió un corte en el rostro para simular un ataque de los hinchas brasileños. Esto derivó en la suspensión del partido, ya que Chile se retiró de la cancha por «falta de garantías». Por aquel incidente, Roberto Rojas fue marginado a perpetuidad de las canchas de fútbol luego que reconoció la existencia de un plan orientado a conseguir la programación de un partido definitorio en cancha neutral. La FIFA, además, aplicó severas sanciones contra la selección nacional (fuera automáticamente del Mundial de Estados Unidos 1994), dirigentes chilenos y otros jugadores implicados en el escándalo. Anexo II Wikipedia El puma, león de montaña, león o pantera (Felis concolor), es un mamífero de la familia Felidae, nativo de América. Este gran felino solitario, vive en más lugares que cualquier otro mamífero salvaje terrestre en el Hemisferio Occidental: se extiende desde el Yukón, en Canadá, al sur de los Andes de América del Sur. El puma es adaptable y generalista, por lo que se encuentra en los principales biomas de toda América. Es el segundo mayor felino en el Nuevo Mundo, después del jaguar, y el cuarto más grande del mundo, después del tigre, el león y el jaguar, aunque está más emparentado con los pequeños felinos. Como cazador y depredador de emboscada, el puma persigue una amplia variedad de presas. Su principal alimento son los ungulados como el ciervo, en particular en la parte septentrional de su área de distribución, pero también caza especies tan pequeñas como insectos y roedores. Prefiere hábitats con densa vegetación durante las horas de acecho, pero puede vivir en zonas abiertas ‹279› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Volumen III Anexo III Rosita Serrano Rosita Serrano 1914 - 1997 1914 - 1997 Anexo 3 The singer and actress Rosita Serrano was . born as Maria Martha . Esther Aldunate singer was and actress del Campo in Chile. HerThe mother the Rosita wasRosita born as Maria famous singer Sofia delSerrano Campo. Martha Esther Aldunate del Serrano went to Berlin Campo with her mother in Chile. Her mother at the beginning of 1937 where was the famousshe singer Sofia was able to gain a footoald as a singer. del Campo. When she got a role in the movie “Es Serrano went to Berlin leuchten die Sterne” (38)Rosita she had her great with her mother at the breakthrough. It followed disc recordings beginning of 1937 where she which praised her as the Chilean nightingale was able to gain a footoald as and other movies like a“Bel Ami” (39) s i n g e r . When she got (40) a role in the and “Herzensfreud - Herzensleid” movie "Es leuchten die in which she impersonated singers. Sterne" (38) she had her great Further triumphes followed on different breakthrough. It followed stages and with her great German disc recordingstour. which praised But in 1943 she leftherGermany of nightingale a as the Chilean and other moviesoflike "Bel sudden and went to Sweden, because (39) andOnly "Herzensfreud political reason in all Ami" probability. - Herzensleid" (40) in which in 1951 she returned to the country of she impersonated singers. her successes and continued hertriumphes singning followed Further career. Morever she also took in and with on differentpart stages her great German tour. two more movies - “Schwarze Augen” (51) and “Saison in Salzburg” (52). But in 1943 left Germany After that her popularity tookshe off. of a sudden and went to She had different appearances in TV Sweden, because of political talk shows in the nextreason decades but the in all probability. Only glorious time from earlier was to the in 1951 days she returned her successes and over.Other movies withcountry RositaofSerrano: continued Die kluge Schwiegermutter (39) her Dersingning career. Morever she also took Vierte kommt nicht (39) undmore der movies partAnita in two Teufel (41) "Schwarze Augen" (51) and ‹280› "Saison in Salzburg" (52). After that her popularity took off. She had different appearances in TV talk shows in the next decades but the glorious time from earlier Anexos• Anexo IV Canción: Sin calzoncito Grupo Musical: Los Nosequién y los Nosecuántos Hoy el día no estuvo para fiestas hoy ha sido un solo de problemas la leche se avinagró el jugo se derramó y quise volverme a acostar. La mañana vino con jaquecas estornudos y dolor de muelas el carro que no arrancó el cheque que no llegó hoy ha sido un día para borrar. Cuando estuve a punto de rendirme de pensar que nada ya me sirve me pregunté si vendrás si tu amor me ofrecerás y el teléfono empezó a sonar. Mi cuerpo se sacudió mi alma se ilusionó y todo lo malo atrás quedó. Todo en la noche cambió una llamada bastó porque esta noche vendrás a darme tu amor. Esta noche tu vendrás sin calzoncito bailaremos al compás de tu cuerpito. ‹281› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Mi cuerpo se sacudió mi alma se ilusionó y todo lo malo atrás quedó. Esta noche tu vendrás... Anexo V Eah, eah OhOhOh (yeah you know), yeyeyei Pásame, pásame, pásame, pásame OhOhOh (yeah you know), yeyeyei (aaaah). Hay algo que quiero decir Esto no me puede estar pasando a mí La chica que quería para mí Es traicionera y me quemaba hasta morir. Hay algo que quiero decir Esto no me puede estar pasando a mí La chica que quería para mí Es traicionera, es traicionera, y… Pásame la botella Voy a beber en nombre de ella Pásame la botella Voy a beber en nombre de ella, ja. Todo lo que le brindé Le di mi amor y mi cariño también Lo que ella me pedía se lo daba también Un carro, una casa, y me pregunto por qué, por qué Ella se fue con otro hombre Ahora de la barra solito me quedé. ‹282› Anexos• Borracho, tirado con ganas de beber Y le dije al cantinero otra vez Pásame la botella Voy a beber en nombre de ella Pásame la botella Voy a beber en nombre de ella. Todos los que han sido traicionados Y con la botella se han desahogados. A la cuenta de tres Quiero ver a todo el mundo con el coro one, two, jaaa. Pásame la botella Voy a beber en nombre de ella Pásame la botella Voy a beber en nombre de ella. Hay algo que quiero decir Esto no me puede estar pasando a mí La chica que quería para mí Es traicionera, es traicionera, y… Pásame la botella Voy a beber en nombre de ella Pásame la botella Voy a beber en nombre de ella Pásame, pásame, pásame, pásame la botella Quiero brindar por ella Pásame, pásame, pásame, pásame la botella Pásame la botella Daddy Yankee ‹283› •Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub Anexo VI Los Prisioneros fue una banda de rock chilena de la década de los 80. Es considerada una de las bandas de rock más importantes en Latinoamérica, cuya principal característica fueron sus letras cargadas de críticas sociales y de corte latinoamericanista. Durante su primera fase (1982 - 1992) grabaron cuatro discos que se convirtieron en puntos de referencia de la música chilena y latinoamericana de los años 1980. Claudio Narea, guitarrista original, deja el grupo en 1990 justo antes de que lanzaran el exitoso disco Corazones. Jorge González y Miguel Tapia fueron acompañados por Cecilia Aguayo (teclados) y Robert Rodríguez (guitarra) hasta fines de 1991, en que el grupo se separa. ‹284›