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Cuentos y Anécdotas
del Old Friends Pub
•••
Fraŋcisco Devia
~~~~~~•~~~~~~
© Francisco Devia
Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Registro de Propiedad Intelectual: Nº202.778
I.S.B.N. Nº 978-956-345-271-6
Impresión
Gráfica Lom
Agosto 2011, Santiago de Chile
Para mi querida Paulita
VOLUMEN I
Capítulo I. Zagreb, la Llegada
17
Capítulo II. Presentación de Cartas Credenciales23
Capítulo III. El Presentador29
Capítulo IV. Palta Reina37
Capítulo V. La Quiebra45
Capítulo VI. Negro Galilea y don Benito
49
Capítulo VII. Un príncipe asiático
55
Capítulo VIII. Feliz Año 2007
61
Capítulo IX. La Salud Pública
67
Capítulo X. Un venezolano perdido en Zagreb73
Capítulo XI. Popurrí, La reencarnación79
Capítulo XII. El cazafantasmas85
Capítulo XIII. Zurcirse la boca 93
Capítulo XIV. Patudo99
Capítulo XV. Celebrando con el cuerpo Diplomático Residente 103
Capítulo XVI. Señor R.
109
Capítulo XVII. Plan de Acción121
VOLUMEN II
Capítulo I 129
Snoring or Sleeping Emilio
Capítulo II 137
El Príncipe de Luxemburgo
Vereda Tropical y B. E. “Esmeralda”
Capítulo III 149
El artículo 9 del Código Civil
In the Navy
Capítulo IV 157
El Extraño de Pelo Largo
Expedientes Secretos X
Capítulo V 165
Primer Ciclo de Cine Iberoamericano
La Noche de la Música en español
VOLUMEN III
Introducción179
Capítulo I
Casi se nos va el suizo - latino
181
Capítulo II
La pequeña Leslie
193
Capítulo III 201
Hoy llamé a mi tío Pablo
Fiestas latinas en Zagreb
Capítulo IV 213
Villa Alemana
Capítulo V 219
Arrivederci, tío Moncho
¿Sufría del corazón?
Capítulo VI 231
Visita de nuestro hermano de los Andes ¿Un puma en Zagreb?
El Cartero o Il Postino
Capítulo VII
239
Sin calzoncito
Consultas políticas Chile-Croacia
Capítulo VIII 247
Procesión de la virgen de Guadalupe en Zagreb
Capítulo IX
257
Mi tío Pablo Emilio
Pásame la botella
Capítulo X 267
Un polémico nacimiento
Anexos277
La publicación de estos cuentos y anécdotas no habría sido posible sin el apoyo financiero de un grupo de amigos y familiares, quienes creyeron en esta iniciativa, transformándose en sus auspiciadores.
Por otra parte, este libro está dedicado a todos aquellos que están convencidos que la
familia y los amigos hacen la diferencia entre un día y otro, y en especial, a aquellos que
consideran que el buen humor le da un sentido y contenido a nuestra existencia, tal
como lo enseñaron y practicaron Pablo Aldunate, Rosita Serrano, Ramón Rey, Emilio
Ruiz-Tagle y tantos otros.
Vayan mis sinceros agradecimientos a:
“Casa de Remates Ramón Rey Duque”,
Esta Casa de Remates, en sus 25 años de existencia ha prestado servicios a organismos públicos y privados, como el Poder Judicial, Municipalidades, Ministerios y otros.
Actualmente es dirigida por su hijo Luis Alberto Rey González, martillero público y
judicial.
El principal servicio prestado por esta casa de remates es la subasta de todo tipo de
bienes, ya sea a través de remates voluntarios, judiciales, de quiebra y licitación de
remates.
Se ubica en calle Sazié 2450 y Av. España 249, Santiago, Fonos 6990887-6712427.
www.ramonrey.cl.
“Depodental”
Artículos e insumos dentales, con 60 años en el mercado, en sus dos direcciones:
Calle Diagonal Cervantes 778, Santiago, fonos 6332975 – 6335654 y en calle Luis Thayer Ojeda 059, Depto 14, fonos: 3346017 - 3348341. www.depodental.cl.
Clínica de Especialidades Dentales “Edent”
Clínica dental con profesionales altamente calificados con postgrados en cada una de
las áreas de la odontología y especialidades médicas de apoyo complementario, incorporando además a sus atenciones las últimas tecnologías. Ubicación: calle 7 Norte
Nº439, Fono 2694040, Viña del Mar. www.edent.cl.
“Legal Group S.A.”,
Es una empresa que cuenta con profesionales con trayectoria, que entrega soluciones
integrales a personas y compañías, expertos en materias legales tanto corporativas
como judiciales, tributarias, inmobiliarias, mineras y de capacitación. Asimismo, actualmente cuenta con el Centro de Mediación Familiar más grande de Chile y Latinoamérica. Se ubica en Almirante Pastene 333 of 402, Providencia, fono: 2354082. www.
legalgroup.cl."
“Metalúrgica Batiste S.A.”,
Es una metalúrgica fundada en el año 1970. En 1993 se constituye en una sociedad
anónima cerrada, cuyo presidente y representante legal es el señor Ramón Batiste
Aleu y su gerente general el señor Jordi Batiste González.
Dispone de una gran infraestructura, maquinarias especializadas y un excelente equipo de profesionales para poder desarrollar todo tipo de trabajo relacionado con el
rubro metal mecánico.
Se ubica en Camino Santa Marta 950, Parque industrial Santa Marta, Maipú.
Fono: 5352166. www.batiste.cl.
“Alfajores Artesanales Millalen”
La Gloria Nº 40, Dpto 603, Las Condes. Fono 2280361.
{Volumen}
I
Volumen I•
PRÓLOGO
¿Cómo comenzar a explicar por qué nacen estos pseudo Cuentos y Anécdotas?
Desde el momento en que nuestros papás y amigos/as nos pidieron que
les comentáramos cómo nos encontrábamos en Zagreb, decidí empezar
a recopilar nuestras experiencias y de paso, para amenizarlas, las mezclé
con nuestras vidas previas, a saber: colegio, universidad, trabajo, etc. En
buen romance, una ensalada de sucesos e historias, muy propia del autor
de esta especie de saga de poca monta y/o valía.
Como sus mercedes apreciarán, a medida que vayan entrando en el relato
–si es que logran superar los primeros cinco capítulos– notarán que el
estilo que el autor pretende darle a su obra tiende a mejorar, y esto gracias a la intervención flagrante de su señora, quien exigió que al menos
en la redacción de esta obra fuese un poco más prolijo que en mi propia
existencia, dado que estas historias serían leídas por nuestros familiares y
amigos. Eso ingenuamente espero; aunque, a decir verdad, he terminado
por escribir por el solo hecho de hacerlo.
Otro motivo que explica el nacimiento de estos cuentos radica en que por
razones que no son del caso reseñar, me encontraba en esa disyuntiva de
querer volcar todas mis energías reprimidas en algo concreto. Siempre
he sido deportista y eso me ha ayudado muchísimo en todos los ámbitos
–el deporte es un liberador de tensiones–. Sin embargo, en ese especial
momento que vivía, necesitaba un escape adicional.
En consecuencia, estos cuentos son fruto de ese estado anímico. Pude
haber optado por algún vicio, pero considero que escribir es más sano;
¿no lo creen así sus mercedes?
‹15›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Finalmente, estos breves relatos no tendrían razón de ser si no existiera
una heroína, que en el caso de autos es mi fiel y abnegada escudera Paula,
sin la cual no tendría ni rumbo ni fe, como lo afirma certeramente la letra
de una canción mexicana cuyo nombre no recuerdo.
Paulita, Volim te
~~~~~~~~~~~~~~~~
Se me olvidaba, el nombre Old Friends Pub lo tomé prestado del Restaurant-Pub donde almuerzo una vez por semana, lugar donde soy tratado y
recibido por mi nombre de pila, Franjo1, costumbre que se ha perdido en
este agitado siglo XXI.
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Franjo viene a ser Francisco en croata.
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a heroína, que en el caso
I
Capítulo
»Zagreb, la llegada«
I
Volumen I•
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L
legamos a Zagreb con la Paula en un frío día de marzo de 2006. Apreciamos ya desde el avión que el tiempo (condiciones climáticas para
los más puristas del lenguaje) no nos sería muy favorable, al menos,
durante algún tiempo. Esto fue posteriormente corroborado por algunas
nevadas que nos hicieron compañía algunos días después. Según los locales
y diplomáticos residentes, esto no era nada comparado con lo que se acostumbra en esta área del mundo, en particular, Zagreb.
Apenas pisamos tierra, nos dimos cuenta de que la capital de Croacia era
una ciudad no mayor que Concepción, no muy poblada y con áreas verdes
y parques públicos de interés. La ciudad está construida prácticamente sobre varias colinas, lo que hace difícil su tráfico vehicular. Existe un transporte público de buses y tranvías. Cabe señalar que en Zagreb se respetan
las líneas peatonales y sus usuarios no abusan de ese derecho, como en Viña
del Mar y/o Santiago.
Fuimos recibidos por el funcionario diplomático a quien venía a reemplazar y por el chofer de la Embajada. Al principio no lograba identificarlo,
hecho que motivó nuestra inquietud, atendido que no sabía nada de la Embajada ni de nuestro futuro Apart Hotel. Afortunadamente, nos reconocimos y saludamos, no teniendo esa misma suerte mi maleta. Sencillamente
no llegó, provocando que el suscrito debiera repetir su atuendo durante tres
días seguidos, lo que no fue grato ni para el afectado ni, por supuesto, para
quienes me rodeaban.
Cuando llegamos al Apart Hotel, su fachada y acceso efectivamente amenazaban ruina, lo que fue complementado por Paulita haciendo un comentario que da muestra de su mundo: “Esto me recuerda El Cairo, con departamentos horribles por fuera pero cómodos por dentro”. ¿Qué tal, Pascual?
Concordamos que esto se debería en gran medida al sistema socialista, que
no contempla la figura de un conserje o administrador de edificios ni tampoco el pago de gastos comunes.
Por otra parte, no puedo continuar sin rememorar una simpática anécdota
que afectara a la heroína de esta saga, es decir, a la señora Paula de Devia.
En virtud a su negativa a relatar esta extraña experiencia a sus familiares, me
siento en el deber de narrarla par moi meme:
‹19›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Era un día cualquiera y el viento arreciaba en Zagreb, acompañado de un
leve nevazón. Como consecuencia de mi apuro, no cerré convenientemente una puerta de acceso al edificio –de hecho, si mal no recuerdo, la
dejé literalmente a merced de la inclemencia del tiempo.
Casi una hora después de esta situación, recibo una angustiosa llamada
de la señora Paula, quien me comenta horrorizada que una señora mayor,
con rasgos eminentemente croatas, la increpaba en su lengua, casi dialecto, por haber dejado abierta la puerta de esta especie de corredor. La Sra.
Paula, sin perder su compostura y sin comprender nada de lo que se le
señalaba, le explicaba en su perfecto inglés que “I don´t speak croatian”.
Por su parte, la mencionada Vieja (derechamente digamos las cosas por
su nombre, sin eufemismos) le reiteraba, ya más airada, con gestos y “mariguanzas”, que la aludida puerta de acceso debía cerrarse; de lo contrario,
¡KAPUTT, KAPUTT!
Pobre Paulita, nunca imaginó que el culpable de estas recriminaciones era
su bien amado y nunca predecible marido. Tampoco imaginamos ambos
que este tipo de recibimiento iba a ser el sello distintivo de la mayoría
de croatas vetustos aún empapados de socialismo puro, léase: imposibilidad de reconocer a un extranjero como tal, simplemente no existen en
su mundo.
No obstante lo anterior, como atenuante a dicha conducta cabría agregar
que para esa generación de croatas, a quienes les tocó conocer de cerca
dos guerras (la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de la Ex República
de Yugoslavia), el extranjero siempre ha sido un ser distante, que no se ha
involucrado en la historia croata, dejando, en consecuencia, a su país a su
merced, a su suerte, en buen romance.
Para colmo, minutos después otra persona mayor, de aspecto citadino,
la llamaba por el citófono, también en correcto croata. Paulita, teléfono
en mano y observando al personaje acurrucada, agazapada en la ventana
para evitar ser observada por este individuo, me consulta: “Negro, ¿qué
hago? ¿Le abro o no la puerta del edificio?, suponiendo que eso es lo que
quiere…”.
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Volumen I•
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ata. Paulita, teléfono en mano y obs
p
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Consulta al lector: ¿Cómo procedería usted ante esta situación?
Alternativas:
a)
Deja todo lo que está haciendo y vuela a los brazos de su amada para apoyarla.
b)
Le sugiere que se refugie en su casa y no salga hasta el regreso de su Lord Protector.
c)
Le pide serenidad y que se deje de molestar, ya que hay cosas más importantes en la Embajada que no se pueden desatender.
d)
Le sugiere que le abra la puerta de acceso al edificio a ese desco
nocido.
e)
Ninguna de las anteriores2.
2
La alternativa correcta fue la b.
‹21›
II
Capítulo
»Presentación de Cartas Credenciales«
II
Volumen I•
Una ceremonia tradicional y solemne en la diplomacia es la entrega de
las Cartas Credenciales que debe efectuar cada nuevo Embajador ante
el Jefe de estado donde desarrollará su labor. Estas cartas credenciales
son suscritas por el Presidente de su país y lo invisten y acreditan como
Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en el mismo. En definitiva,
para que se entienda en buen romance, estos documentos lo acreditan
como el representante de su Gobierno ante el Estado donde ejercerá sus
funciones.
La tradición establece que esta ceremonia normalmente se realice ante
el Jefe de Estado y el nuevo Embajador sea acompañado por el personal
diplomático de su Misión Diplomática.
Nuestra Embajada sólo cuenta con un único funcionario diplomático, es
decir, el suscrito, por lo que mayor realce no se le podía dar a esta ceremonia. En virtud de esta situación, no se necesitó contratar ninguna van o
vehículo auxiliar para desplazar al aludido personal ni tampoco la presencia de un cortejo de motos policiales para abrirnos paso en la congestionada Zagreb ni medidas adicionales de seguridad que sí se requerirían si
fuese el Embajador del Imperio quien presentase sus cartas credenciales.
En la práctica, fui sentado junto a nuestro nuevo Embajador, quien además de ser un caballero, es una excelente persona, algo escaso en nuestros
días. 3
Vale la pena recordar que el día anterior ambos habíamos practicado con
la Directora de Protocolo de la Presidencia la forma en que se desarrollaría este evento. Todo estaba claro, al menos eso pensaba. Sin embargo, las
cosas no resultan siempre como uno las planifica.
Por mi parte, tenía claro que debía velar por el discurso y las aludidas
cartas. Tenía, además, instrucciones precisas de ubicarme siempre detrás
del Embajador, a un metro aproximadamente, tal como lo dispone el pro-
3 Embajador Emilio Ruiz-Tagle Orrego, Ex Embajador en Paraguay y ex Cónsul General de
Chile en la Paz.
‹25›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
tocolo. En consecuencia, más que funcionario diplomático auxiliar parecía un Body Guard, máxime si ese día llevé un terno oscuro a rayas, tipo
mafioso napolitano (de la Camorra).
¿Qué sucedió? very simple: La Directora de Protocolo me había indicado
que debía ubicarme detras del Embajador, a cierta distancia, para resaltar
su figura y no la mía, y que cuando éste finalizara su discurso debía proceder a hacerle entrega física de las aludidas cartas. Sin embargo, para
que el lector tenga una idea de cómo transcurrieron los hechos, conviene
aclarar que ambos discursos –tanto el de nuestro Embajador y del Presidente Stjepan Mesic– se leyeron frente a frente, separados por cerca de 4
metros de distancia.
El Embajador y el suscrito habíamos acordado que una vez que concluyera su discurso, me haría una seña para que en ese momento y sólo en
ese instante, me aproximara a su lado y le pasara las consabidas cartas.
Como soy gallego en lo que se refiere a instrucciones, una vez finalizado su discurso yo NO me movía de mi sitio, a la espera de la acordada
señal. Tal fue la sorpresa que provocaba la inacción de la delegación chilena, que el propio Presidente Mesic hizo varios gestos a mi Embajador
–levantaba sus manos y derechamente se reía–, pidiéndole en su idioma
natal que le pasáramos las Cartas Credenciales para poder continuar con
la ceremonia.
Ante tales evidentes gestos, que fueron más evidentes que la imperceptible señal que esperaba de mi Embajador, prácticamente corrí para entregarle las citadas credenciales, retornando luego a mi sitio con la dignidad
de un funcionario que se sabe cómplice de una falta.
Afortunadamente, esta involuntaria descoordinación originó un relajo en
el Protocolo Presidencial y permitió a la postre que la conversación prevista entre mi nuevo Embajador y el Presidente Stjepan Mesic se efectuara en términos muy amenos y cordiales.
El suscrito, como delegación oficial que era, fue derivado a una mesa
técnica donde era esperado por una doncella de juveniles veintitantos
‹26›
Volumen I•
años, quien sabía algo de español fruto de las teleseries o culebrones que
aquí pasa la TV local.
•El Ex Canciller José Miguel Insulza y
el baño del ex Hotel Miramar•
Diez años atrás fui comisionado como funcionario de la Dirección de
Protocolo para velar por la correcta precedencia –orden protocolar- de
las distintas autoridades que concurren todos los 21 de mayo al Congreso
Nacional para escuchar al Presidente de la República, quien a su vez debe
rendir la cuenta anual de su gestión ante la Nación.
Cabe consignar que el suscrito nunca quiso trabajar en la Dirección de
Protocolo, afirmando a quien quisiera escucharlo que no era el paradigma
de la diplomacia. Por el contrario, siempre me caractericé por dar a conocer mi punto de vista, acción que muchos funcionarios de la “vieja ola“
catalogarían como impropia, ocasionándome más de algún problema en
el pasado.
Ese 21 de mayo, por error de un Vicealmirante, se anunció en Chile la
muerte del ex Almirante Toribio Merino, ex integrante de la Junta Militar
y ex Presidente del Poder Legislativo del Gobierno del Ex Pdte. Augusto
Pinochet. En ese instante estaba almorzando con otros funcionarios de
Protocolo. Al saber la noticia, se produjo un incómodo silencio. Noté que
nadie iba a decir nada y decidí hacer una breve apología del ex Almirante,
apelando más a su lado humorístico. Pese a lo anterior y seguramente por temor a ser catalogados de partidarios de la oprobiosa dictadura,
los parroquianos de ese día – que casi todos habían ingresado durante
el Gobierno Militar a la Cancillería- optaron por un silencio cómplice,
embarazoso. Nadie dijo nada, nadie dijo nada… Esta situación me irritó4
4 Esa actitud colectiva me recordó la descripción que se hiciera del ex Ministro y Jefe de la
Policía francesa durante la Revolución Francesa, J. Fouché a quien se lo acusaba de ser “fiel en el
éxito e infiel en el fracaso”.
‹27›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
por lo que decidí callarme y solicitar unas copas de vino, a cargo de los
contribuyentes.
Cuando el equipo de Protocolo ya se disponía a retirarse, fui a sanitarios
producto del precitado vino. Cuando me retiraba con mis manos visiblemente humedecidas (derechamente mojadas), aparece de la nada el en
ese entonces Canciller José Miguel Insulza, quien me reconoce como
funcionario auxiliar de Protocolo y me ofrece su mano para saludarme.
Consulta: ¿qué hace usted en esa situación?
a) Se seca sus manos en forma discreta y le ofrece su mano al señor
Ministro.
b) Se hace el loco y opta por no reconocerlo, haciendo abandono del
lugar de los hechos.
c) Estrecha la mano del señor ministro, no importándole que ésta se encuentra húmeda producto del precitado lavado. Total, será su problema a
partir de ese instante.
d) Enfrenta al señor Ministro, lo mira a la cara y le dice: “Señor Ministro, me encantaría poder estrecharle su mano, pero por razones obvias no
puedo hacerlo ahora, ya que vengo saliendo del baño, como usted pudo
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apreciar“.
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¿Qué hice?
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Un abrazo,
To be continued
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‹28›
III
Capítulo
»El presentador«
III
Volumen I•
Tomándome un agradable vino chianti del pueblito italiano de San Gimigniano les escribo, amigos, desde este mundanal ruido. Seguramente
un entendido les diría que este tipo de vinos es propio de la Toscana –
zona centro norte de Italia–, que es una cepa con “cuerpo, frutosa”, para
paladares que desean compartir ese vino con una sabrosa pasta.
Para mí, un ignorante en esta materia, siempre5 hay un motivo por el cual
celebrar (tomar), cual Zorba el Griego, por lo que la botella de la referida
cepa está en estos momentos casi extinguida, luego de haber sido degustada junto a mis suegros, quienes están de visita en estos lares y con quienes además recorrimos días atrás las ciudades de Viena y Praga.
No entraré a reseñar lo que fueron nuestras vacaciones, pero no puedo
dejar de agradecer la excelente organización de doña Paula, quien preparó todo el itinerario y rutas a seguir: centro y norte de Italia, para luego
terminar con mis suegros recorriendo las ciudades anteriormente mencionadas.
En lo personal, cada día me gusta más visitar los pueblitos y detesto más
las grandes ciudades (urbes). Por ejemplo, en San Francisco de Asís, uno
logra entender la mística de su Santo Patrono; en San Gimigniano, el por
qué de la fama de sus torres; en Bardolino, el por qué es tan visitado por
los alemanes, etc.
Sin embargo, Florencia y Venecia –grandes urbes– no me causaron una
gran impresión. Por ejemplo, el costo-servicio ofrecido por las famosas
góndolas es exorbitante para los bolsillos de un funcionario público chileno. No estoy en condiciones de pagar cerca de 80 euros para que un tipo
nos lleve en un bote por unos canales contaminados.
Además, si queremos música de acompañamiento, el gondolero no será
quien la interprete. ¡Noooo!; se requiere contratar (a tu costa, of course)
5
Como atenuante a mi ignorancia básteme decir que hice un breve curso de vinos cuando
trabajaba en la Dirección de Protocolo. Lamentablemente, el día de la degustación, por razones “de
agenda” no pude asistir a dicha clase, por lo que mantengo, hasta la fecha, mi desconocimiento al
respecto.
‹31›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
uno o dos individuos adicionales, que premunidos con algún instrumentos musical, hacen del trayecto un espacio musical. ¡Para eso les pago a
unos charros mexicanos y me ahorro los 80 euros!
Por otra parte, no puedo dejar pasar el hecho de que también existe un
dolo bueno en esta materia. Quienes ofrecen el servicio de góndola son,
a decir de mi señora, estupendos, apolíneos, fibrosos. Pero una vez cancelado el servicio, quienes efectivamente desplazan a los usuarios es en
muchos casos, un simple “remero” que se gana la vida –¡y que de apolíneo
no tiene nada!.
En virtud de lo expuesto y dada la economía de guerra que se vive en
Europa (la depreciación del dólar en relación al euro nos ha dejado en
la ignominia) optamos por lo lógico: recorrer los canales de Venecia en
“Vaporetto”, una especie de micro “Pila Nuñoa o Canal San Carlos”.
Estos vaporettos lo trasladan a uno por esta ciudad fluvial por precios más
acordes con la realidad. Claro que la visibilidad no es la misma, máxime
si muchas veces se va literalmente apiñado en sus pasillos. Sí, amigos, los
vaporettos son unas micros-lanchas, c´est tout.
Luego de esta larga cháchara y a falta de anécdotas que relatar, pasaré a
rememorar un acontecimiento que últimamente, cual voz del más allá,
me pide que sea relatado.
Corría el año 2000 y estábamos en Túnez. Venía de asumir en la Embajada como segundo y último de la misma (Tercer Secretario era mi rango).
Estábamos en vísperas del Festival de la Medina y se nos avisó que un artista chileno –compositor y guitarrista– venía a participar en el mismo.
En atención a que la Embajada era minúscula, me ofrecí para ir a buscarlo
al aeropuerto. El más sorprendido por mi presencia –cual jefe de delegación– fue el propio artista, quien agradeció en exceso esta deferencia.
Reitero, fue demasiado amable.
Como soy una persona franca, le indiqué que no era para tanto, pues si yo
hubiese estado destinado en París, lo más probable es que NO lo habría
ido a buscar, ya que chilenos arriban todos los días a esa ciudad; en cambio, a la antigua Cartago, no. El artista agradeció este gesto de franqueza
–pues seguramente lo había pensado.
‹32›
Volumen I•
¡Pero vamos al grano, Devia! Llegó el día del evento. Nos encontrábamos
con doña Paula en primera fila, en un antiguo teatro tunecino, que parecía
una mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada (más bien a la de
Chile, en calle Catedral).
El recinto estaba repleto de locales y en ese momento me recordó mucho
la película Gandhi. En aquella película, éste se dirige a una multitud y en
un encendido discurso, denuncia la opresión británica, provocando una
ovación ensordecedora. Recuerdo que ese día, cuando vi esa película,
siempre quise experimentar esa misma sensación: dirigirme a una multitud que lo observa a uno como a un ser extraño –una especie de ratón
de laboratorio– y lograr, luego de un inflamado discurso, escuchar los
aplausos de rigor. Amigos6, y los sueños se cumplen…
Mientras conversaba animadamente, reitero, en primera fila, alguien se
me acerca y me dice en perfecto francés:
– ¿Usted es el Cónsul de Chile?
– Sí, ¿por qué?
– Lo necesitan en camarines.
– ¡Chita Diego! ¿Qué pasa? –pensé.
– Negro, ¿adónde te vas? –me consulta mi ingenua señora.
– A camarines –respondí a medio camino, sin poder explicarle nada más.
Y allí estaba, nuestro cantautor-compositor, guitarrista, etc., sentado, afinando su guitarra.
–Hola, Francisco, disculpa que te haya hecho llamar, pero los organizadores del Festival me dijeron que no cuentan con ninguna persona que haga
las veces de presentador, por lo que pensé que tú podrías hacerlo.
Mi respuesta fue categórica: “Pero si yo llevo apenas un mes en Túnez; nadie me conoce y jamás he presentado a nadie (a lo más, hice un sketch en
el Colegio y uno en la UC). Por lo demás –como para sacarme semejante
ofrecimiento de encima– mi francés no es malo, ¡pero no soy nativo!”
6 nota: ¡salud! Acabo de ir a buscar otra copa de Chianti. Son las 10:45 p.m. y ya debo ir a
acostarme.
‹33›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
– Mmmmm, estamos super mal entonces, señaló.
Al ver su cara tan demudada, pensé ipso facto: “Negro, haz hecho tantas
veces el ridículo, que una vez más, ¡qué importa!"
- Está bien, le dije, voy a hacer tu presentación, pero después no me reclames si sale mal la cosa.
- No te preocupes; ¡muchas gracias!
Y en eso, aparece uno de los organizadores, quien en forma imperativa
–muy poco amable– nos mira y nos exige que debemos salir, ¡yaaaa!
Y así fue como salí esa noche, aterrado, con un terno oscuro y una corbata
que imagino de un color “vivo” (poco o nada de sobria), ante un público
que esperaba impaciente a su artista (de hecho, estaban inquietos los niños,
porque el tema del presentador había demorado el inicio del show y llevaban más de media hora esperando).
“Amigos, amigas, esta noche nos reunimos para escuchar a un gran artista,
un hombre que viene de muy lejos, del lejano Chile, para acompañarnos en
este Festival Internacional que tanta fama ha dado a este país …”
Para qué les digo la cara que puso Paulita cuando me vio subir al escenario
y luego, dirigirme al respetable público. La pobre estaba pálida, asombrada, demudada, denle el calificativo que quieran y déjenme seguir el relato,
please.
Toda esta presentación iba relativamente bien hasta que llegó el momento
cúlmine … “Y ahora, queridos amigos, quiero presentarles aaaaaa….“ ¡Y se
me olvidó el nombre! Con el susto, lo aterrado que estaba, los más de 200
espectadores, el francés, la mezquita-teatro, los balcones, los focos, la Paula,
etc., ¡se me olvidó el nombre del artista! ¡Sí, se me olvidó completamente!
¡Chita Diego! y ahora ¿qué hago?
No puedo explicarle al público que no recuerdo el nombre de mi propio
compatriota (que tanto alabé en mi discurso). Habría sido un suicidio o
la posterior muerte del artista: me imaginaba agredido con frutas de la estación, arrancando con el artista y su guitarra, la Paula detrás, llorando y
corriendo tratando de alcanzarnos, sin comprender nada.
‹34›
Volumen I•
Y en eso recordé mis exámenes en Derecho: palabra mágica: IMPROVISAR. Si sumamos a lo anterior las clásicas frases para el bronce de mi gran
amigo Luis A. Rey, tenemos un resultado óptimo.
– Señoras y señores, para mí sería fácil decirles el nombre de este afamado
artista chileno-parisino, pero prefiero que sea SU MÚSICA, sí, amigos, SU
propia GUITARRA quienes lo presenten.
Y como este h… no salía (pues esperaba que dijera su nombre, seguramente), tuve que tocarle muy fuerte (casi a fierrazos) la puerta que lo conectaba
con el escenario, para que de ese modo saliera y comenzara el show.
Cuando finalmente salió este anónimo artista, el teatro casi se cayó con los
aplausos. Ovación cerrada, sin miedo, sin violencia. Fue como ir al Estadio
y ver salir a nuestro equipo preferido. La barra se deshace en gritos y cánticos.
Realmente eso fue algo increíble: En estos momentos se me viene a la mente, como si fuera ese día, lo que les describí previamente: la Paula, sola,
sentada en primera fila, los balcones, la multitud, las luces, los pilares de
esta especie de mezquita, etc.
Queridos amigos, para qué les digo cómo bajé del escenario: estaba pálido
y demacrado, asustado como un pollito recién nacido. Doña Paula estaba
igual, ¡pues la pobre no entendía nada! Nunca supo lo cerca que estuvo de
enviudar.
Es ya muy tarde, son las 11:20 p.m. y es hora de acostarse; además, se me
terminó el chianti.
Ah, supongo que los tunecinos que asistieron ese día al concierto de guitarra nunca supieron cómo se llamaba el artista, al igual que yo, hasta el día
de hoy.7 Laku noc
7 Creo que era de apellido Baeza, vive en París. Es un gran artista y muy simpático. Fue una
lástima que tuviera tan improvisado presentador.
‹35›
IV
Capítulo
»Palta Reina«
IV
Volumen I•
Era un día cualquiera en la Dirección del Ceremonial y Protocolo. Era
verano y, por lo tanto, el tiempo invitaba a estar en la playa y no en una
oficina encerrado bajo cuatro paredes. Pero así es la vida del funcionario
público, perdón, del servidor público.
Repentinamente sonó el teléfono y fui informado por la Subdirectora (S)
de la Dirección de África y Medio Oriente (DIREMOA) que debía colaborar en la organización de un almuerzo que estaba previsto celebrar ese
día. Invitado: un Embajador encargado de la Política Multilateral de la
Cancillería israelita. La contraparte nacional era obviamente DIREMOA,
dirigida por un conocido Embajador, que, al decir de algunos, estaba más
preocupado de su físico que del saber. En su defensa, se ubica el estamento femenino del Ministerio que lo consideraba un hombre atractivo.
Este Embajador israelita fue catalogado por Héctor Faúndez (Q.E.P.D.),
quien estaba a cargo del Escritorio Israel, como El Kissinger judío o eso
al menos pretendía creerse el citado Embajador, a decir de Héctor. Cabe
señalar que Héctor era una persona muy culta –conocedor del Medio
Oriente – y muy dado a las bromas.
Por mi parte, la labor que me correspondía desempeñar era en todo caso
bastante simple, por no decir modesta: arreglar la mesa, es decir, ubicar
a cada uno de los comensales en conformidad con las normas que rigen
el ceremonial y protocolo, esto es, en el respectivo orden de precedencia
(según el rango de importancia que se le asigna a cada persona).
En chileno: si a usted y a su señora lo ubican en la mesa número 33 y a
su amigo, compañero, vecino, etc., lo ubican en la mesa 4, ¿quién cree usted que tiene más precedencia? Fíjese, para confirmar sus dudas, ¿quién
está más cerca del invitado de honor? Hecha esta aclaración, sigamos con
nuestro relato, que confiamos sea ameno y del gusto de su merced.
A la 1 p.m. de ese caluroso día me encontraba parado en la puerta de acceso del salón azul (comedor del Ministro) luciendo mi clásico terno gris,
mitad poliéster, mitad algodón, adquirido en una afamada multitienda
local, en cómodas tres cuotas precio contado. Mi corbata si bien no era
‹39›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
lila ni con guanaquitos, como estila el detective Cayetano Brulé,8 lucía
una serie de figuras egipcias, que, evidentemente, no se condecían con los
invitados de esa reunión.
Primero llegó la delegación israelita, a quienes, junto con la Subdirectora (S) de la Dirección de África, saludamos cortésmente. Luego lo haría
nuestro citado Director, quien lo hizo con retraso, aduciendo una intempestiva reunión con el señor Ministro de la época. Esto había motivado
que a su llegada, ya nos encontráramos en pleno aperitivo.
Normalmente en este tipo de situaciones, el funcionario clásico de DIPRO opta por guardar las distancias, buscando en todo momento pasar
desapercibido, ser una especie de sombra, realizando en consecuencia un
trabajo que no lo note nadie, ser un fantasma. Un funcionario clásico de
DIPRO se retira satisfecho de su cometido si no pasa nada, si nadie se
“condorea” (perdonen, sus mercedes, esta expresión tan popular, pero es
muy atinente al caso de autos).
Obviamente que ese tipo de política no la comparto, pues precisamente lo que uno debe intentar es lograr que los invitados interactúen, que
conversen de lo divino y humano –aunque esto es difícil en este tipo de
reuniones. Si para ello, el funcionario de DIPRO debe sumarse al banquete, why not?
En virtud de lo anterior, me incorporé a la conversación con gran efusividad, brindando con los contertulios judíos en la antesala del comedor,
tomándome, además, la libertad de consultar ciertas dudas históricas a
nuestros visitantes. Ese es el instante previo con el que se encontró nuestro
Director de DIREMOA. Cabe señalar que nunca nos habíamos visto antes,
por lo que el desconocimiento era mutuo, materia que recobrará importancia al final de este capítulo.
8
Cayetano Brulé, detective privado de las novelas del afamado escritor chileno Roberto Ampuero.
‹40›
Volumen I•
Luego de los saludos de rigor, el jefe de los mozos me indica que la mesa
está servida. En consecuencia, les comunico a los contertulios que pueden
ingresar al comedor. En ese momento la Subdirectora (S) me dice:
- Oye, vas a tener que ocupar el asiento del Ministro Consejero, pues no
sabemos si va a venir o no.
- ¿Cómo? ¿Estás loca? ¿Cómo que tengo que quedarme si no estoy invitado?
- Pero ¿de qué te preocupas? Acuérdate que ustedes los de Protocolo están para eso, para resolver los problemas y son verdaderos comodines en
caso de ausencia de un invitado. Como tú sabes, la mesa no puede figurar
con un puesto vacío. Eso podría interpretarse como un desaire, lo que no
es el caso, ¿no es así?
- Tienes razón; me quedaré a almorzar entonces, pero, oye, ¿a dónde te
vas?
- Disculpa, pero tengo un asunto personal y no puedo quedarme –me
respondió ya casi en la puerta de la antesala.
- Umm, umm…
Y así fue como ingresé a un comedor donde no conocía a nadie ni al invitado de honor ni a nuestro Director ni al resto de los comensales.
Nos sentamos en el orden de precedencia correspondiente, ocupando yo
el puesto del Ministro Consejero. El Embajador chileno comenzó haciendo un elogio del excelente estado en que se encontraban las relaciones
bilaterales entre ambos países, haciendo además comentarios sobre el
proceso de paz que se llevaba a cabo –que por lo demás continúa– en el
Medio Oriente.9 Luego, intervino el festejado, respondiendo con la cortesía que se acostumbra en este tipo de situaciones.
Por mi parte, observaba con mucha atención y deleite el plato que tenía
frente a mí. Era nada menos que una de mis entradas preferidas: Palta
9
Aconsejo leer el libro del Embajador Luis Palma Castillo sobre el particular.
‹41›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Reina.10 Como era ya tarde –cerca de las 2 p.m.– mi estómago demandaba alimento, por lo que sus mercedes comprenderán que con hambre, la
diplomacia se acaba.
Como en ese famoso chiste en que una señora reclama por qué no le dan
el asiento en la micro. Ante tal falta de educación, exclamó: “¡Ya no quedan caballeros en este mundo!” “¡No, señora, le respondió uno de los aludidos, lo que no quedan son asientos!”11
En fin, volvamos a ese momento cúlmine: una vez que terminó de hablar
el Embajador israelita, me dirigí como una flecha hacia la palta reina que
pedía a gritos ser devorada por el suscrito.
Afanado me encontraba, sus mercedes, con el aludido plato cuando de
pronto oí ruidos provenientes de la puerta principal. Una especie de forcejeo. En ese momento apareció, para estupefacción del suscrito, el aludido Ministro Consejero, quien me observó con sorpresa y casi con molestia, dándome a entender que estaba ocupando su puesto.
Se produjo un silencio que podríamos calificar de escalofriante.
Por mi parte, llevaba un tercio de palta reina en mi cuerpo y pese a que
estaba completamente rojo de vergüenza –ruborizado– al igual que el citado Ministro Consejero, opté por lo que hasta el día de hoy considero
lógico: seguí comiendo como si nada pasara, ya que consideré infamante
para el suscrito, tener que pararme e irme, para de ese modo poder cederle mi asiento a una persona que, en primer lugar, se suponía no vendría y
en segundo lugar, llegó notoriamente atrasada. Y así se quedó en medio
de la sala el citado Ministro Consejero, mirando y buscando una silla que
no existía para él. ¡Nadie entendía nada!
10 Plato que consiste en una ensalada con una palta rellena con camarones o atún, dependiendo
del caso.
11 Chiste que me contara mi amigo Edgard Eckholt, actual Cónsul de Chile en Hungría. Con
Edgard y su Sra., Marcela, estuvimos 3 años destinados en Filipinas.
‹42›
Volumen I•
Y allí apareció la experiencia del Director de DIREMOA: “Oye –dirigiéndose al Ministro Consejero–, dile al jefe de mozos que te traiga una silla
para que puedas sentarte con nosotros, total estamos en confianza”. “Así
es” –dijo el Embajador israelita, y yo, por supuesto, me sumé a ese coro.
En la mesa creo que éramos 8 ó 10 personas. El Ministro Consejero buscó
un lugar muy lejos de mi posición. En mi caso, di por superado este pequeño impasse -¿era que no?-.
Como el vino estaba bueno y dada la escenita relatada, comencé a relajarme y decidí participar en la conversación que se desarrollaba entre ambos
Embajadores. Recuerdo mis aportes: comenté que la colonia palestina en
Chile era la más numerosa a nivel mundial, cercana a 300.000 personas;
algo sobre las reservas hidrográficas de Chile y si no me equivoco, creo
que algo sobre la guerra de 1956 –Canal de Suez–. Ambas autoridades
asintieron en todos estos casos con la cabeza a mis aseveraciones, siempre
formuladas con el respeto del caso.
Una vez finalizado el almuerzo, me despedí de todos los participantes con
una amplia sonrisa y retorné a mis funciones habituales, “contento señor,
contento”, como diría el Santo Padre Hurtado y mi gran amigo cholo Bustamante.
Al día siguiente me encontré con la Subdirectora (S), quien me atajó riéndose para comentarme que el Embajador de DIREMOA había quedado
sorprendido primero por el incidente de la silla musical y luego por el
grado de conocimiento que del país tenía uno de los delegados israelitas,
el que a su juicio, debería ser seguramente del Mossad.
La Subdirectora, sorprendida por este comentario, le consultó sobre cuál
de todos los delegados era aquél que estaba tan bien informado sobre
Chile. Este contestó inmediatamente: “Uno pelado que tenía un lunar
en la cara”. “¡Pero si ese “gallo”, no es de la delegación judía! le aclaró la
Subdirectora. “Era el funcionario asignado por DIPRO para coordinar y
atender el almuerzo.”
Laku noc,
‹43›
V
Capítulo
»La Quiebra«
V
Volumen I•
Con el tiempo he tomado conciencia de que los cambios ocurren por algo. Como
decía la novicia rebelde: “cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana“ –
aunque a veces cuesta encontrarla–. No lo sabré yo que pasé cinco años estudiando una carrera que no me gustaba.
Aún recuerdo cómo daba mis exámenes de Derecho en la UC, un verdadero
ejemplo de cómo se puede improvisar con convicción. Hubo espectáculos memorables, a decir de algunos compañeros de curso, que aún recuerdan mi pasado
estudiantil. Mirado con perspectiva puedo afirmar que hice lo que estaba escrito,
como diría mi amigo Sinuhé el Egipcio.
Un ejemplo paradigmático fue el que realizara en el examen final de Derecho
Comercial frente a una Comisión presidida por Nicolás “loco” Montt.12 Era atemorizante observar una mesa con cinco profesores atentos a tus movimientos y
respuestas.
Aunque sus mercedes no lo crean, había estudiado con relativo esmero ese ramo.
Don Nicolás fue mi profesor durante ese año y no quería que se sintiera avergonzado, máxime si fuimos sólo catorce los alumnos que lo seguimos, dada su fama
de inteligente, pero era demasiado estricto y loco.
Sin embargo, se nos complicó el naipe a la primera pregunta:
- A ver, señor Devia –me preguntó don Nico–. ¿Cuáles son las etapas de la
quiebra?
- (Chita Diego, pensé, ¿cuáles eran? Mmmm, estoy confundido y para peor
visualizo en mi mente las páginas de un libro ¡y no de mis apuntes! Dios mío,
¿qué hago? ¡Ya sé!) Profesor, tal como nos enseñó usted en clases, las etapas de la
quiebra son como la vida: la quiebra nace, vive y muere.
Una vez dicha esta frase para el bronce, caí en el más absoluto mutismo. Ni bajo
tortura en Irak o en Guantánamo me sacaban nada, pues nada sabía (en realidad,
estaba muy confundido).
Esta espontánea respuesta provocó la risa de la Comisión y logró distender un
ambiente que se encontraba tenso.
12 Don Nicolás sería luego de terminar la carrera, mi primer jefe. Trabajé en su Estudio de Abogados. Consultado por amistades y familiares sobre cómo había logrado ingresar a ese Estudio, les
respondía lo que mi madre afirmaba: “Entre locos nos entendemos”.
‹47›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
- Pero, señor Devia –me respondió don Nicolás– ¡De dónde sacó eso!
- ¡Pero si usted lo decía en clases, profesor!
- Sí, claro, pero desde un punto de vista pedagógico y no tan lite-
ral, señor Devia.
- ¿Y por qué no vamos viendo las etapas de a poco, profesor, con una pequeña orientación? Si le parece...
- Umm, ya veo, señor Devia, ya entiendo lo que quiere. Está bien...
Y así fue como don Nico me fue progresivamente dando pistas, señales, orientaciones, para poder de este modo responder a su pregunta.
Para terminar la historia de este examen, sus mercedes deben saber que la retirada
fue también bajo tirabuzón. Cuando creía que todo estaba dicho, don Nico paró
mi presentación y me indicó que cambiáramos de tema y que conversáramos del
derecho marítimo mercantil. Sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas.
Me defendí estoicamente, apelando a lo que se me viniera a la mente. Fue tal esa
chorrera de información inoportuna y no procesada, que confundí la palabra (o
vocablo para los más puristas del lenguaje) desguace de los buques con desagüe.
- ¡Esto es el colmo, señor Devia! –gritó don Nicolás– ¡Cómo usted puede confundir desagüe con desguace de los barcos! ¡El que se va a ir por el desagüe es
usted!
- Pero, don Nicolás, disculpe; fue una expresión desafortunada. (Dije esto riéndome derechamente.)
- Mire, le propongo lo siguiente, señor Devia: Usted se retira en este instante de
esta Comisión con un 5.0,13 pero me promete que ¡nunca, pero nunca va a ejercer
como abogado!
- Don Nicolás, se lo prometo, pues es precisamente lo que quiero: No ejercer
nunca el derecho.14. Y así fue como resulté incólume de ese examen de Derecho
Comercial. Habría otros, pero eso es parte de otra historia.
13 Nota más que satisfactoria.
14 Le tuve que recordar al mismo don Nicolás que me liberara de esa promesa, pues precisamente mi primer trabajo fue como Procurador en su estudio de abogados.
‹48›
VI
Capítulo
»Negro Galilea y don Benito«
VI
Volumen I•
En otro ámbito, se me olvidó comentar que en septiembre del año que
se nos va visitaron Croacia el Negro Galilea y su señora Pilar.15 ¡Para qué
quieren que les cuente! Recordamos innumerables anécdotas. Además,
su señora era compañera de Colegio de la Paula, ergo, conversamos sin
parar.
El Negro me recordó un incidente que mi frágil memoria había quizás
conscientemente borrado, sino totalmente, al menos en parte. Se trata de
nuestra ex práctica judicial de la PUC, siendo los principales protagonistas en orden de intervención: don Benito, el citado Negro y nuestro
reducido grupo de práctica.
¿Qué pasaba, queridos contertulios? Como ustedes saben, en tres oportunidades estuve a punto de retirarme de la Carrera de Derecho (en el primer, en el tercer y en el quinto año). Nos encontramos en el quinto año16
y terminando el año de la Práctica Judicial en Pudahuel.
Mi desempeño en la mencionada práctica había empezado en forma desastrosa (no entendía nada de nada) y sólo había repuntado algo en el
mes de octubre, fruto de un viaje relámpago a Horcones con mi amigo de
colegio y PUC Paulo Figueroa, viaje que me permitió ver la luz.17
Era jefe de nuestra práctica don Benito, un abogado serio y muy profesional, acusado de duro por varios –sino la mayoría o casi totalidad- de sus
ex alumnos (el año anterior ya había reprobado a un alumno y parece que
quería repetir la experiencia con el suscrito).
El último día de clases se me informó extraoficialmente (una especie de
15 Rodrigo “Negro“ Galilea y Pilar Vicuña, vinieron de vacaciones por esta zona del mundo.
El Negro fue compañero y amigo de la UC, goleador de nuestro común equipo de baby fútbol,
Yamikoko, y uno de los más alegres del curso, incluso en plenos exámenes.
16 Nota: falló la calefacción, estoy con 5 grados bajo cero y sigo tomando. “Para el frío y los
colores”, como diría tío Moncho Rey. Ah, y escuchando al grupo ABBA.
17 Este viaje merece un capítulo aparte. Not Yet.
‹51›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
soplo, en la jerga) que estaba siendo reprobado en mi práctica.18 Este
anuncio fue un verdadero mazazo, pues consideraba que luego de mi viaje a Horcones estaba rectificando mi proceder, aunque fuera en forma
tardía.19
Y allí intervino el Negro Galilea, quien junto a otros amigos sabía que si
yo era reprobado, renunciaba a la Carrera de Derecho y me iba de Chile.
¿Adónde? ¡Qué sé yo! A cualquier parte, con el riesgo de transformarme
con el paso del tiempo en un peregrino sin rumbo ni fe.
Esa misma tarde, el grupo humano –incluyendo a don Benito– decidió ir
a celebrar el fin del curso a un restaurante del Partido Radical (creo que
está ubicado en Gran Avenida). Como ya estaba dateado, decidí hacer
lo único que hace un reo próximo a ser conducido al paredón: comer y
tomar, como si el mundo se fuera a acabar -¡qué literal!-.
Luego de la comida, una compañera de curso ofreció su casa para continuar la tertulia. Y allí empezaron las primeras dificultades. A un iluminado se le ocurrió preguntarle a don Benito qué pensaba de cada uno de
nosotros.
Empezó si no me equivoco con el Negro Galilea, a quien sindicó como
una especie de alumno potencial. Serías un excelente alumno Galilea, si
te dedicaras a estudiar y a no ocupar tu tiempo en “otras cosas”, ajenas a
la Carrera. Luego se ensañó sin misericordia con otro compañero, a quien
le espetó que sus problemas familiares e inseguridades no tenían por qué
entorpecer su labor en la práctica. Al tercero tampoco le fue mejor: lo
calificó de errático, y conste que había comenzado elogiándolo. Las caras
de los afectados reflejaban lo que se estaba viviendo en esos instantes. Fue
una ordalía, una carnicería, una matanza, a secas.
18 Me puse a bailar “Mamma Mia”, el frío es inaguantable y el vino está para ser degustado. A
tu salud, Ernest Hemingway.
19 Acabo de recibir un SMS de Paulita; está en el aeropuerto de Sao Paulo, a 20 minutos de
embarcarse. No sabe el frío que le espera en la casa y más encima, ¡sin agua caliente!
‹52›
Volumen I•
Ante este panorama, sus mercedes podrán comprender cómo me sentía.
“¿Y qué pensará este personaje de mí?“, me preguntaba a mí mismo.Y
cómo nunca falta una pregunta pelotuda en toda clase que se precie de
tal, se le consultó a boca de jarro al inquisidor: “¿y qué piensa de Devia,
don Benito?”.
Lo veo como si fuera hoy. Para mala suerte estaba sentado frente a mí
(como a 5 metros). Cada uno sostenía su trago, como en un duelo de pistolas: El inquisidor Torquemada, una copa de vino; por mi parte, mi infaltable cubalibre. Reconozco hidalgamente que cuando escuché la pregunta
del millón palidecí, atragantándoseme la garganta ipso facto.20 “Prefiero
no opinar de Devia”, fue su escueta respuesta.21
Me sentí muy dolido, humillado, cual insecto pisoteado sin piedad. Un
país paria, un indocumentado.
Y siguió un silencio que fue solo interrumpido por la dueña de casa, quien
nos invitó a bañarnos a su piscina.
Como ya los dados habían sido echados, cual Julio César, me zambullí
en la piscina –no era precisamente el río Rubicón–, olvidando la escena
anterior, para disfrutar como un niño de esa oportunidad histórica.
Por mala coincidencia, casi golpeo a don Benito en esa acción (zambullida), quien también estaba tomándose un trago en la piscina. “Salud, don
Benito”, fue mi respuesta a esta involuntaria acción; “salud”, me respondió
Torquemada, con su clásica sonrisa.
20 Cabe señalar que yo no quería asistir a esta “celebración”, máxime si mi futuro estaba casi
definido. Fue especialmente el propio Negro Galilea, y otros, como Hernán González, Cristián
Saieh, Carlos Correa, y Pedro Felipe Vial quienes insistieron en que no faltara a esta inolvidable
jornada de reflexión. ¿ Jaime Concha, also?
21 No sé qué fue peor: si ese comentario o la forma peyorativa en que lo dijo.
‹53›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Terminada la fiesta, Anita22 ofreció llevarme –pues vivíamos cerca–. Pero
grande fue mi sorpresa al constatar que don Benito, sí, el mismísimo don
Benito sería nuestro conductor.23 Recuerdo que tenía un Peugeot azul oscuro, cómodo y espacioso, del año, como correspondía a su alta dignidad
y oficio.
¿Y qué creen que me pasó? Mientras avanzábamos veía las luces de la gran
ciudad a mi alrededor. Con horror comencé a darme cuenta de que me
había excedido en la cantidad de cubalibres permitidos -- además, hay
que sumarle el vino y la comida del restaurante Masón, perdón, Radical.
¡Las mezclas son fatales!
Y así fue cómo sin darme cuenta, como quien grita: “¡Agua va!”, así de
fácil, vomité dentro del auto de don Benito. Cabe agregar a sus mercedes
que fui incapaz de abrir el vidrio de la ventana,24 hecho que originó que el
cuadro fuera aún más dantesco.25
No tengo idea de cómo llegué a mi casa ni tampoco de cómo abrí la puerta. Con todo, agradecí a don Benito su buena voluntad por traerme a mi
casa, indicándole, además, que al día siguiente me enviara la boleta por el
costo de la limpieza del auto.26
Suegro, Negro Galilea, don Benito, familia, amigos, salud y
Laku noc
22 Anita me transcribió mis informes de la práctica judicial y también siempre me apoyó, insistiéndome que no abandonara la práctica judicial y la carrera. También trataba de convencer a don
Benito que no me reprobara. Eternamente agradecido por su loable acción.
23 Lo que yo no sabía y el propio Negro me lo relataría aquí en Croacia, es que luego de varias
horas logró convencer a don Benito, bajo juramento, que me daría una última oportunidad, una
especie de nivelación (un intensivo de práctica judicial en los meses de enero y marzo), ya que “de
lo contrario, el Negro Devia deja la carrera”, le habría señalado a don Benito. Don Benito habría
respondido, “OK, pero si falla, lo repruebo “al tiro”. “Lo único bueno de Devia es que le gusta el
fútbol”, había exclamado. (Don Benito es fanático de la Unión Española).
24 Tengo que haber estado muy curado, ¿o no?
25 Asimismo, cabe señalar también que cuando me subí al auto, don Benito había señalado que
su auto lucía “como nuevo”, porque ese día lo había mandado a limpiar. Paradojas del destino.
26 Nunca me llegó la boleta.
‹54›
VII
Capítulo
»Un Príncipe Asiático«
VII
Volumen I•
En primer lugar debemos recordar que nuestro héroe, Cristaldo,27 nunca
quiso formar parte de la Dirección del Ceremonial y Protocolo. Su traslado a esa Dirección se debió a una serie de circunstancias que no son del
caso relatar. Sin embargo, hubo coincidencia entre los familiares y amigos
de Cristaldo de que ése no era precisamente el lugar adecuado para empezar su carrera de funcionario público.
Apenas pisó la oficina del que sería su Subdirector se sintió como el patito
feo. Notó con estupor que su camisa rosada y suspensores no eran del
agrado de su nuevo jefe. No obstante, en diplomacia las cosas rara vez
se dicen directamente, por lo que, respecto a su indumentaria, Cristaldo
siguió combinando sus corbatas y ternos (trajes) a su amaño, con el consiguiente riesgo que ello implicaba. Esto porque había un detalle que nadie
había reparado, ni siquiera el propio Cristaldo: su daltonismo.
Pero Cristaldo estaba hecho para grandes empresas, así al menos soñaba
y reía para sí mismo. Protocolo es un lugar donde las posibilidades de
cometer un error (con funestas consecuencias funcionarias) son parte del
quehacer diario. Cristaldo no había solicitado ese puesto, por lo que se
consideraba a sí mismo como inimputable.28
Pese a esta breve introducción, la Dirección de Recursos Humanos de la
época consideró que Cristaldo era el hombre adecuado –idóneo– para
Protocolo, pues reunía el perfil funcionario requerido.
Pasó el tiempo y con él empezaron a llegar las visitas extranjeras, siendo
una de ellas el de un Príncipe asiático. Su Alteza Real arribó en un enorme Boeing 747 acompañado de una impresionante comitiva oficial, para
quienes el aludido Príncipe era una especie de divinidad o algo por el
estilo.
27 Personaje inventado, no así la siguiente historia.
28 El éxito para la Dirección del Protocolo se traduce en que no se cometan errores, o por lo menos, que sean los mínimos posibles. Si todo transcurre normalmente, nadie se acuerda del Protocolo ni menos de sus funcionarios. Pero si hay una falla, el cadalso espera al presunto responsable.
‹57›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
En virtud de lo anterior, se instruyó a los funcionarios encargados del
programa de la visita del Príncipe que éstos NO podían conversar y ni
siquiera mirar detenidamente al Príncipe, pues esto podía interpretarse
como un insulto. Para Cristaldo el citado príncipe era una persona más,
una pega más, pero tenía conciencia que debía respetar las costumbres de
otros países.
En su primer día de visita, su Alteza decidió trotar por la noche. Fue atendida su solicitud, y se consiguió que la Escuela Militar facilitara su recinto
deportivo –la pista de ceniza que rodea la cancha principal de fútbol.
Como no había luz suficiente, a juicio de los visitantes, unos miembros
del staff del Príncipe debieron correr agachados con una linternas para
iluminarle el camino a su augusto señor –unos delante y otros detrás–,
sin poder levantar la vista, so pena seguramente de “excomunión”. En definitiva, eran verdaderos esclavos quienes corrían cuales “curcunchos”.
Cristaldo consideró que no estaba capacitado para esperar 1 hora o más
sentado en su auto, por lo que consultó al Protocolo del Príncipe si él también podía sumarse al trote. Cristaldo explicó que su deseo era supervisar
que todo estuviera en orden, pero éste en realidad pretendía aprovechar el
tiempo en un “trabajo precompetitivo”, pues su agenda tenía previsto un
partido de su Liga de Fútbol. Un trotecito nunca está de más en el hogar.
Y así transcurrió la hora y media. Cristaldo ya no podía con las piernas,
maldiciendo su iniciativa. “¡Pero este hombre no para! ¡Y más encima en
las curvas aumenta su velocidad! ¡Qué bestia! ••$”&((** H…“--pensaba
nuestro héroe.
Pobre Cristaldo, al día siguiente se enteraría de que el Príncipe era aficionado a los aviones –tenía grado de General de la Fuerza Aérea de su país–
y que, por lo tanto, tenía entrenamiento de piloto de guerra. “Con razón”,
exclamó espontáneamente al enterarse del CV físico de su Majestad.
Pero la noche no terminó ahí. Cuando su Alteza estaba ingresando al
vehículo Mercedes Benz blindado, facilitado por el Gobierno de Chile,
‹58›
Volumen I•
éste no retiró a tiempo su royal finger, el que fue aprisionado al cerrar la
puerta.
El grito se escuchó clarito. Fue un aullido, algo atroz. “Cagamos”, pensó
Cristaldo. El pánico se apoderó de Cristaldo y del oficial a cargo de su seguridad, quien había cerrado la puerta, lo que originó el relatado alarido.
Se procedió ipso facto a abrir la puerta, lo que permitió visualizar a un
Príncipe muy adolorido y que se apretaba –sobaba– su mano. Cristaldo
aprovechó ese momento para observar el piso, buscando parte de un supuesto dedo, ya que el terrible portazo de esa puerta blindada bien pudo
haber ocasionado ese resultado. Respiraron tranquilos al notar que su Alteza aún conservaba su dedo, pero supusieron con razón, que la rabia y el
dolor lo consumían.
Los contratiempos sufridos por el príncipe no quedaron ahí, ya que al
día siguiente, el programa contemplaba una visita y ponencia en una Facultad de la Universidad de Santiago. Detalles no previstos: La Comitiva
del Príncipe usaba trajes que se confundían con uniformes militares; esa
Universidad venía saliendo de manifestaciones estudiantiles –as usual– y
la presencia de la enorme comitiva policial provocó una rechifla generalizada.
Cuando Cristaldo se bajó del auto, acompañando al Príncipe, ambos fueron objeto de improperios, al igual que todas las distinguidas visitas. Cabe
consignar que el Rector de la aludida Universidad fue en todo caso el que
más insultos recibió.
No sé qué habrá pensado el Príncipe y su Comitiva, pero la cara de los
estudiantes que estaban esperándonos a la entrada –cual Cordón de Honor– no eran precisamente cordiales. El oficial a cargo de la seguridad le
hizo presente a Cristaldo lo expuesto y lo inconveniente que resultaba
llevar al Príncipe ante ese escenario. Sin embargo, Cristaldo le señaló que
el programa no se podía cambiar, salvo que corriera riesgo la integridad
física de Su Alteza.
‹59›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Pese a lo anterior, el Príncipe y su Comitiva, al ingresar al anfiteatro –lugar donde se desarrollaría la ponencia– fueron recibidos por una ovación
de los asistentes –profesores y público cautivo–. Nadie entendía nada.
Afuera habían sido abuchados y en el anfiteatro era todo aplausos.
En un momento de tranquilidad, Cristaldo ingenuamente consultó a una
de las personas encargadas del Protocolo de la Universidad dónde se iba
ubicar el traductor del Príncipe.
- ¿Qué traductor?—respondió ella.
- ¿Cómo que qué traductor? El que sirva de intérprete de la ponencia
que hará el Príncipe.
- Disculpe, don Cristaldo, pero eso no estaba previsto. ¿Pensé que ustedes o la Embajada tenían uno?
- ¿Cómo que no estaba previsto? ¿¡Usted cree que yo hablo --- !? ¡Chita
Diego! Ch…
- ¿Y qué hacemos ahora, don Cristaldo?
- Le sugiero que tomemos palco y aplaudamos cuando termine su ponencia, c`est tout!
Y así fue como un príncipe asiático hizo una exposición por cerca de media hora ante un auditorio que no entendía un comino de lo que escuchaba.
Al principio la gente estaba desconcertada, pero luego fueron tomándolo
con humor, sobre todo aquéllos que estaban cerca de Cristaldo, pues éste
era uno de los que más aplaudía en cada pausa de su Alteza.
Para Cristaldo fue un espectáculo inolvidable, que siempre es objeto de
comentarios junto con sus amigos.
‹60›
VIII
Capítulo
»Feliz año 2007«
VIII
Volumen I•
Como es propio de la mentalidad europea, las reuniones y festejos se planifican y organizan con bastante anticipación. En virtud de ello, fuimos
invitados por el segundo de una Embajada amiga y señora a pasar el año
nuevo en su casa. Asistirían también a esa velada como diría el comentarista deportivo Julio Martínez (Q.E.P.D.), nuestra pareja de amigos franco-alemana (T y S) y Paulina Rajcevic, chilena –croata baby sitter– del
dueño de casa. Paulina además es periodista y se encuentra estudiando
croata en la Universidad de Zagreb.
Nuestro anfitrión es un diplomático cabal, de hecho tenía todo previsto,
trayendo incluso tocino especialmente faenado para celebrar como Dios
manda. Faisán29 era el plato principal, siendo asistido por una entrada
preparada por Silva y el postre fue elaborado por doña Paula.
No entraré en detalles, pero básteme mencionar que estuve a punto de
comentar que el famoso faisán, que estaba muy bien preparado, tenía un
gusto similar a pollo. Pero había sido instruido por Paulita para fermez
la bouche y evitar mis clásicas comparaciones que no llevan, en algunos
casos, a nada.
29 ¡Cómo nos cambia la vida, Devia! En tiempos universitarios, un completo (hot dog) y una
bebida eran parte de mi alimentación. -Más que calidad, cantidad-, era el eslogan de la época. “¿Reniegas ahora de ello, Devia?”, como seguramente me espetaría Pato Piddo. ¡Claro que no, Piddo!
En este contexto y a modo de ilustración, se me vino a la memoria una manifestación cultural
universitaria organizada por la oposición de la época, en contra de la oprobiosa Dictadura del Ex
Presidente y ex Capitán General, Augusto Pinochet. En aquella ocasión, y una vez finalizado este
meeting político, gentilmente invité a una interesante mozuela a comer algo. Por mi parte, pensaba
ingerir un completo (hot dog), fiel a la citada costumbre estudiantil. Respecto de ella, no tenía
claro qué podía solicitar, pero su pequeño “físico y personalidad” ameritaban hacer un esfuerzo
pecuniario; al menos, merecía un churrasco palta- tomate. Así lo creí al menos el infrascrito.
Sin embargo, consultada sobre el particular, me respondió sorprendida por el ofrecimiento:
- No, muchas gracias –quizás dudaba de la manipulación que de los alimentos que se hacía en ese
lugar o sencillamente, quiso en forma sutil decirme: “oye, no me molestes”.
-Ante tal oportuna respuesta, exclamé: “¡Menos mal! ¡Me acabo de dar cuenta de que no me alcanza la plata para invitarte, sorry!”
Lo único positivo de este incidente fue que la mozuela tomó con mucho humor este contratiempo
financiero. Con el tiempo llegaríamos a convertirnos en amigos y sólo en eso, nothing more, para
mi desgracia, pues durante muchos años esta pequeña mozuela se transformaría en mi propia Nefernefernefer de la novela Sinuhé el Egipcio (Curiosamente, los diplomáticos egipcios han sido
muy buenos amigos en las distintas destinaciones en que me ha tocado servir). ¿Será coincidencia?
‹63›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Sin embargo, el vino ofrecido por el anfitrión, más una rica caipiriña preparada por su señora, fueron relajando el ambiente y con ello, mi destemplada boca.
S. abrió los fuegos al consultarme con una mirada fulminante si no me
había gustado la entrada (pues estaba dejando algunos restos). “¡Nooo,
cómo se te ocurre S.!”, le respondí, y en el acto me zampé las sobras, provocando la risa de la acusadora y con ello, de pasó, otro brindis.
Posteriormente, ya pasadas las 12 y luego de comer 12 uvas y lentejas
pasamos al living. Allí comenzó una conversación sobre la dotación de
nuestras respectivas Embajadas. Sobre el particular, nuestro anfitrión nos
explicó que su Embajada era pequeña pero al menos tenía una persona
encargada de los temas culturales, una joven que era “inteligente, simpática, preocupada por su trabajo, etc”.
Yo repliqué que en el caso nuestro era peor, pues sólo contábamos con dos
secretarias y un chofer, por lo que le consulté si esa joven agregada cultural
era una funcionaria de planta de su Embajada.
Me contestó que no, que era una persona que venía por un tiempo, una
especie de intercambio, una especie de… “¡Ah, de becaria!“ –respondí–
“¡Como Mónica Lewinsky!“ (para horror de Paulita y Paulina, según me
manifestaran al día siguiente). “Sí, una becaria, a secas”, respondió, sin dar
pábulo para mayores comentarios.
Luego, la conversación derivó en otros temas. Sin embargo, algunas veces
ciertos asuntos que no se resuelven completamente vuelven nuevamente a
escena. Esto ocurrió con nuestra becaria, pues a pito de nada, el dueño de
casa comenzó nuevamente a elogiar a esta especie de Agregada Cultural,
lamentando nuevamente su partida, pues reiteró que era una mujer capaz,
inteligente, eficiente, etc.
¿Y qué piensan ustedes que hice? Desoyendo las instrucciones de la doña
y esbozando una media sonrisa, exclamé con un español claro y potente:
“Oye, noto un cierto entusiasmo en tus palabras”.
Una vez terminado mi comentario, recibí un inmediato codazo de Paulita.
No puedo describirles el rostro de ambas chilenas. Estaban notoriamente
sonrojadas y según me señalaran después, derivado de la vergüenza que
habían pasado con mis impertinencias.
‹64›
Volumen I•
Pero nuestro anfitrión, quien había escuchado atentamente mis palabras,
acompañado, además, por su señora, me respondió: “Disculpa, no entiendo
lo que me dices”. “A palabras necias, oídos sordos”, pensé.
Como no esperaba semejante respuesta, el que se sonrojó fui yo, al tratar
de explicarle que su entusiasmo en realidad provenía de su profundo pesar
derivado de la intempestiva partida de su becaria. Hablé dos tonteras más,
destacando en una de ellas la necesidad de contar con dicha institución –
becarias– en las Misiones de Chile en el exterior y opté por el silencio para
evitar más codazos.
Finalmente, como esa noche estaba para más chascarros, hice nuevamente
uso de la palabra para defender, en principio, una mayor autonomía para
el País Vasco, medida que yo sabía era rechazada por la mayoría de los presentes.
Argumenté que evidentemente era un tema complejo, pero que esa autonomía en todo caso, a mi juicio, no podía significar una separación del Reino
de España, no sólo por ser inconveniente para España, sino que también
para el propio País Vasco.
No recuerdo si los comensales estuvieron de acuerdo con lo expuesto, pero
donde sí me caí fue equiparar a la ETA con el movimiento mapuche en el
sur de Chile. Ante tal aberración, ambas chilenas saltaron y me enrostraron
que el vino al parecer estaba demasiado bueno, no dándome tiempo para
terminar mi ponencia. (Como diría Julio César: ¿tú también, Brutus?)
Sí, señores, tuve que sobreponerme al rechazo de mis propios compatriotas
y explicar que los ataques terroristas tienen el mismo propósito: sembrar
confusión, terror. Claro que la ETA no puede ser comparada con este seudo
movimiento indigenista chileno, pero es evidente que en la zona de Arauco
en el último tiempo se han llevado a cabo actos terroristas, por mucho que
la autoridad de turno (el Gobierno y Tribunales) califique dichas conductas
con otro nombre.
Finalmente, nos retiramos de la casa de nuestros amigos muy alegres con
rumbo a la Plaza Ban Jelasic, que viene a ser nuestra Plaza de Armas, lugar
de reunión de la juventud de Zagreb, para luego retirarnos a nuestro hogar,
dulce hogar. Laku noc
‹65›
IX
Capítulo
»La Salud Pública«
IX
Volumen I•
Conmoción ha causado en la opinión pública la errada operación quirúrgica realizada por un equipo médico de un hospital público croata, a la
que fuera sometido un pobre ciudadano de este país el pasado mes.
Lo que parecía una simple operación de apendicitis se transformó, sin
explicación alguna, en la amputación de una de las piernas del paciente.
No sólo esto, sino que además se teme que producto de una infección no
controlada, estaría siendo comprometido un brazo y la otra pierna de este
pobre hombre.
Hasta el momento, el infrascrito no ha podido recabar mayor información, salvo tomar nota de la indignación generalizada que este hecho ha
provocado, que ha significado además ventilar una serie de quejas dirigidas hacia el Servicio de Salud local, acusado de ser el sistema público más
corrupto del país, detrás de los políticos y del Poder Judicial, en ese orden.
Como prueba de lo anterior, se ha publicitado el caso de un cirujano que
para atender a un paciente –en Croacia también existen las listas de espera, con el agravante que no hay clínicas privadas– le habría solicitado a la
hija del enfermo la suma de 5.000 euros para operarlo de inmediato.
Al explicarle que no contaba con esa suma, la respuesta del galeno fue
simple: “Entonces, espere su turno en la lista”.
Ante esta respuesta, la hija se dirigió de inmediato a la Policía, denunciando el hecho y procediendo a tenderle una trampa a este doctor, que
por sus actos pareciera deducirse que nunca hizo el juramento de Hipócrates.
La hija en cuestión, siguiendo las instrucciones del médico, llegó con los
5.000 euros solicitados por este “doctor de los pobres”, los cuales iban
marcados. Una vez entregados éstos, este doctor del año se los guardó en
su bolsillo confiado en su buena estrella.
Sin embargo, pasado un tiempo prudencial, fue detenido por los sabuesos
locales, comprobándose que esta práctica la venía realizando desde hacía
mucho tiempo, siendo denunciado por testigos que fueron apareciendo
–y se comprobó que su elevado nivel de vida no se condecía con sus exi-
‹69›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
guas rentas declaradas ante el Servicio de Impuestos respectivo–.
Este incidente del apendicitis me recordó un caso que mi padre me contara años atrás respecto a un funcionario de la ENDESA. Este ingenuo
funcionario tenía un furúnculo en el popó. 30
El afectado en cuestión, con bastante pudor, le señaló a sus colegas que la
operación era sencilla, por lo que regresaría a más tardar en dos días; sin
embargo, el destino le depararía una sorpresa.
Nuestro amigo del relato despertó del postoperatorio no precisamente
con un dolor en el popó, sino que en un sector de su estómago. Para su
sorpresa arribó el doctor con una sonrisa de satisfacción en su rostro por
el deber cumplido, según deduzco.
- ¿Cómo le va, don Cristaldo?31 ¿Cómo se siente?
- La verdad, doctor, no muy bien, pues tengo un intenso dolor en el
estómago.
- Lógico, don Cristaldo, no sabe cuánto nos ha demorado su intervención.
- Pero, doctor, usted me dijo que era una operación sencilla.
- Sí, claro, pero nos costó una enormidad encontrarle el apéndice, pero
lo logramos finalmente.
- ¿El apéndice?
- ¡Sí, hombre, su apéndice! Tuvimos que “entrar a cortar“ (seguramente
esta expresión no la utilizó el doctor, pero estaba en la mente de Cristaldo) parte importante de su aparato digestivo.
- Pero, doctor, ¡yo fui operado del apéndice hace varios años! ¡YO NO
TENGO APÉNDICE! ¿Qué me cortaron?
Lo único que sí sabemos es que al menos el furúnculo seguía en su lugar,
30 Popó : expresión de mi suegra para describir lo mismo que según mi suegro es “poto”, vale
decir, trasero en buen español.
31 Así denominaremos de ahora adelante a nuestro protagonista, pese a la negativa de mi cónyuge por tal denominación.
‹70›
Volumen I•
lo que motivó una segunda intervención del pobre de Cristaldo. En virtud
de estas dos operaciones seguidas, nuestro amigo Cristaldo estuvo varios
días hospitalizado, recuperándose satisfactoriamente de ambas intervenciones quirúrgicas.
En aquellos años no se demandaba a los médicos por tales negligencias;
quizás todos éramos más ingenuos y por qué no decirlo, más cándidos,
por ende, más felices.32
Laku Noc.
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32 No todos los médicos son malos; por el contrario, muchos de ellos dedican su vida por los
demás; sin embargo, como todos los seres humanos, comenten errores. Cristaldo al igual que el
croata de nuestra historia fueron sólo víctimas de los mismos.
‹71›
X
Capítulo
»Un venezolano perdido en Zagreb«
X
Volumen I•
Una de las funciones básicas de todo Consulado es prestar auxilio y asistencia
a sus connacionales, como también, la defensa y protección de sus derechos en
el exterior. Sin embargo, ¿qué ocurre en aquellos casos, donde por motivos de
distancia y/o recursos, no existen Consulados con jurisdicción ni con medios
para ayudar a un connacional en dificultades?
Esto le sucedió a un venezolano que por razones aún no esclarecidas perdió su
pasaporte en la estación de trenes de Zagreb. Su versión fue que al ser sorprendido por la Policía croata durmiendo en uno de los andenes de la citada estación, y al serle requerido su pasaporte, con sorpresa comprobó que tanto éste,
como su segunda mochila, habían desaparecido “subrepticiamente”.
En virtud de lo anterior, fue inmediatamente detenido y conducido a la Estación de Policía más cercana. En ese lugar le fueron leído sus derechos y los
cargos en su contra –por vagancia e indocumentado–, todo en perfecto croata.
Al no obtener respuesta de parte de Bernardo, así se llama el héroe de nuestra
historia, quien obviamente no entendía ni jota de lo que se le acusaba, y como
viéranse frustradas las universales señas de rigor, le fue proporcionado a Bernardo una intérprete en español, a su costa.
En definitiva, luego de un brevísimo proceso, fue condenado a pagar una multa por vagancia, adicionándosele además el costo del proceso (que incluía los
honorarios de la traductora). Como sólo tenía dinero para la traductora, fue
encerrado en un calabozo y luego enviado a prisión preventiva permaneciendo
entre 24 y 48 horas en esas dependencias.
Don Bernardo es de profesión “charcutero”, de 1.70 m. de estatura, de no más
de 30 años de edad y con un clarísimo acento venezolano. Ahh, es Chavista y
como le señaló al Consulado de la República Bolivariana de Venezuela en Viena
(le permitimos que llamara de nuestro Consulado, pues llegó a éste pidiendo
ayuda), no es del nido. Su familia vive en un suburbio modesto de Carabobo.
¿Y qué diablos está haciendo usted en Zagreb?33 Es la preguna de rigor que que-
33 En realidad estaba pensando otra cosa al formular esta pregunta, pero por respeto al lector, se
han cambiado algunas palabras, manteniéndose con todo, el sentido y alcance de las mismas.
‹75›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
ría formularle a Bernardo cuando llegó a nuestra oficina, en un caluroso día de
julio; sin embargo, por diplomacia el diálogo que se desarrolló fue el siguiente:
- ¿Y cómo supo, don Bernardo, que el único consulado de América Latina en
Croacia era el chileno?
- Por la Policía. Además, en la cárcel me informaron que usted podría ayudarme, Doctor, pues el Cónsul Honorario de Venezuela en Croacia habla inglés,
y cuando le pedí ayuda, me cortó el teléfono, seguramente, porque no me entendía lo que le estaba pidiendo.
- ¿Cómo es eso? ¿Le cortó el teléfono?
- Sí, Doctor. Y un preso me dijo: “Oye, los chilenos y los venezolanos son “kif
kif ”. Anda al Consulado chileno; ellos te deberían ayudar“.
- Ummm, tiene suerte, don Bernardo, porque precisamente hace menos de
un mes le indiqué a nuestro Ministerio, en Santiago, que me autorizaran a prestar auxilio a cualquier latinoamericano residente en Croacia, previendo precisamente situaciones como la suya.
- Gracias, Doctor, (casi llorando). No sabe lo que he pasado estos días.
- Me lo imagino. Y dígame, ¿qué podemos hacer por usted?
- Doctor, me ha señalado la policía que no puedo salir de Zagreb sin pasaporte. Por lo tanto, pensé que usted podría darme uno.
- Sí, me encantaría poder darle uno, pero usted es venezolano y no puedo extender un pasaporte chileno a una persona que no tenga nuestra nacionalidad.
¡Ahí sí que me cuelgan! Y le aseguro que hay varios interesados en mi Ministerio para que eso ocurra.
... silencio sobrecogedor (como diría Pedro Carcuro).34
- Mmm, ya sé lo que podemos hacer. Llamaremos al Consulado de Venezuela en Viena, porque la situación es compleja, ya que usted no puede salir de
Croacia sin pasaporte y a su vez, éste mismo le es exigido para poder circular en
Zagreb. ¡Esto es ridículo! Debemos solucionar este problema.
- Gracias, Doctor.
Luego de dos intentos fallidos, me comuniqué finalmente con la Licenciada
Yasmín K., diplomática del Consulado de la RBV en Viena.:
34 Afamado comentarista deportivo de Televisión Nacional de Chile.
‹76›
Volumen I•
- Aló, Licenciada, frente a mí tengo a un ciudadano venezolano que requiere
ayuda de ustedes. Le explico los hechos.
- ¿Está seguro de que es venezolano, señor Cónsul?
- Mire, tiene pinta y habla como venezolano; es lo único que puedo decirle.
Su caso ha sido incluso difundido por la televisión croata y los diarios locales,
sindicándosele como ciudadano venezolano.
- Bueno, de ser así, Doctor, y como una manera de solucionar este caso, podríamos enviarle un Documento de Viaje a don Bernardo, el que usted podría
entregarle personalmente, previa exhibición de un ticket de avión Zagreb- Caracas, ya que el documento de viaje se expide con el solo objeto de que el señor
Bernardo XX pueda regresar a Venezuela.
-Ok –le respondo–; procederemos en conformidad a sus instrucciones.
Al día siguiente de la entrevista con don Bernardo, nos encontramos con otro
tipo de dificultades. El pasaje de avión costaba 1.500 euros y nuestro héroe
sólo tenía 700 euros. Luego de varias diligencias obtuvimos un pasaje por 961
euros.
Don Bernardo, por el momento, se alojaba con unas monjitas. Con una de las
hermanas me había contactado ya en dos ocasiones para buscar fórmulas de
arreglo. La primera vez no pudimos comunicarnos telefónicamente. Al día siguiente me visitó al Consulado y me comentó que además de italiano (lengua
que desconozco) hablaba francés. ¡Trés bien! Y ahí pude aclararle en qué estábamos, y que andábamos haciendo una vaca para embarcar a don Bernardo, entre
el Consulado de Venezuela y el chileno.
Lo que don Bernardo no comprendió en este diálogo entre la monjita y el suscrito, es que las monjitas podían tenerlo en su hogar hasta el 14 de julio. Algunas veces es preferible no saber francés. Si hubiese estudiado francés con mi
amigo Maximiliano Prado, seguramente habría comprendido la conversación y
se habría puesto más nervioso al finalizar ésta.
In God we trust
To be continued.
‹77›
XI
Capítulo
»Popurrí, La reencarnación«
XI
Volumen I•
Érase una vez un Jefe de Misión muy asiduo al estudio de la reencarnación y del
esoterismo. Poseía un perro de raza labrador, de un magnífico color café claro. 35
A su llegada a Zagreb, su Excelencia sostuvo una reunión con su personal dando una serie de instrucciones, entre las cuales figuraba como obligatoria el paseo matinal de su perro.
Grande fue la sorpresa del chofer, pues se le instruyó a que mostrara al citado
can las bondades de Zagreb. Cuando se disponía a salir de la Embajada, escuchó una voz estentórea del propietario, quien le indicó:
- Quiero que lo pasees en el auto.
- De acuerdo, Excelencia –fue la inmediata respuesta de este eficiente empleado.
- Además, debe ir en el asiento trasero, en el puesto que yo ocupo normalmente. (Asiento trasero derecho, en conformidad a las reglas del Protocolo Diplomático, es el lugar donde debe sentarse la persona con más rango.)
- Como usted ordene, Excelencia.
- Y deberás usar los limpiaparabrisas cuando andes con él, pues le gusta ver
cómo se mueven.
- Sus órdenes serán cumplidas a satisfacción, Excelencia.
Y así fue como durante mucho tiempo, en la ciudad de Zagreb, se paseó un
auto con placa diplomática, con unos parabrisas funcionando –pese a que no
había lluvia ni amenaza de tal– con un perro en el asiento trasero, que ladraba
de felicidad.
Toda esta parafernalia habría tenido una explicación: el referido can habría sido
la reencarnación de un antiguo monarca. Nuestro citado labrador no tenía una
vida de perros, al menos en la capital de Croacia.
•El Peaje•
Un fin de semana finalmente nos armamos de valor y viajamos a la ciudad
de Varazdin, ciudad croata que se distingue del resto por su rica arquitec-
35 Seguramente los fanáticos de los perros me acusarán de ignorancia, pero puedo ver en mi mente,
como si lo viera aquí mismo, cómo este labrador mueve sus orejas mientras relato esta breve anécdota.
‹81›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
tura barroca. Evidentemente las desinteligencias surgieron temprano en la
mañana:
- ¿Dónde está el mapa rutero, Negro?
- En la Embajada; se me olvidó.
- Ahhhh... ¿Y los CD de música?
- ¿Los necesitamos? Tú eres música para mis oídos.36
- Gracias, pero prefiero los CD.
- Ok, voy a buscarlos (subo los tres pisos que separan al auto de nuestro departamento. Lo bueno, pensaba, es que este tipo de actividad es ideal para bajar
de peso).
- Negro, ¿no te parece que hace un poco de frío?. (Esto lo menciona cuando
ya había cerrado la puerta de acceso al departamento, es decir, frente al auto).
- Uhhhh (con cierta molestia, of course). Ok, iré a buscar dos chalecos.
- ¿No te parece más apropiado nuestras chaquetas sin mangas?
- Tienes toda la razón; ¡eres un real aporte!
Con eso Paulita, como toda señora, queda feliz; pero uno, la pobre víctima,
debe retomar otra vez los tres pisos de escaleras.
Luego de casi 50 km. de viaje, advertimos la presencia de un peaje.
- Paula, ¿tienes sencillo a mano?; te recuerdo que eres mi navegante.
- Sí, claro; ¿cuánto es?
- ¡Chica, no tengo idea! Primera vez que salgo de Zagreb, as you know.
- Ok, supongo saldrá en la caseta.
Una vez que llegamos a la caseta o toll (en inglés), con pavor noto que no hay
nadie en ella, es decir, NO HAY NINGUN “COBRADOR HUMANO” y frente
a nosotros se interponía una barrera que impedía que avanzáramos. En forma
espontánea y apelando a un sentimiento tan nacional, grité: “¿Y ahora qué chucha hacemos?” Fue algo, reitero, espontáneo.37
36 ¿Los necesitamos? Tú eres música para mis oídos
37 Mi abuela Chela, Graciela Bareyre García (QEPD), debe estar revolcándose en la tumba.
Ella, en estos casos, se expresaba diciendo “Chita Diego” y le molestaba de sobremanera mis chilenismos. Abuela, sorry, espero no cometer el mismo error la semaine prochain.
‹82›
Volumen I•
Sin embargo, mi navegante, Paulita, siempre con su sentido del tiempo y del
espacio, me indicó, luego de segundos de vacilación y angustia: “Mira, dice en
inglés Press the button”. En ese instante, se hizo la luz, y salió, luego de apretar
el correspondiente botón, un ticket, que nos permitió pasar el toll. Todo gracias
al expertise del navegante.
Finalmente, Varazdin, como antigua capital de Croacia, es un lugar muy interesante y que valió la pena conocer. Incluso encontré un Café-Bar con vista al
castillo de la ciudad, donde venden cubalibre, mi trago favorito.
Como decía el Gral. Mac Arthur, I shall return
•{Subido color moreno}•
No recuerdo si en otro capítulo me referí a la primera impresión que provocó
nuestro arribo en las secretarias de nuestra Embajada. Junto con agradecer que
llegara una pareja normal, coincidieron que Paulita era una verdadera señora y
que se notaba a la legua que somos una pareja que se entiende.
Asimismo, fue comentario obligado mi subido color moreno, que equivocadamente lo relacionaban con unas supuestas vacaciones –inexistentes por lo
demás–, y que evidentemente contrastaba con la tez blanca de Paulita.
Ante ese comentario, inmediatamente reaccioné aclarando que mi color moreno NO era consecuencia o fruto de la playa, sino que era mi color natural.
Ambas secretarias rieron de buena gana, pensando que una vez más les estaba
tomando el pelo.
Pero los días pasaban y pasaban, y mi color permanecía. Finalmente una de
ellas se armó de valor y consultó directamente a Paulita por este extraño y permanente color de Francisco.
Paulita, riéndose, le confirmó que era verdad lo que había expresado tiempo
atrás. Ese color “negro, morenito, mate, canela o como quieran llamarlo” es
connatural a Francisco. ¡Por algo le dicen NEGRO Devia!
Laku Noc
‹83›
XII
Capítulo
»El Cazafantasmas«
XII
Volumen I•
Las casi cuatro semanas de vacaciones que tomamos con la Paula, una de
las cuales fue íntegramente compartida con mis suegros, son un aliciente
para cualquier persona que quiere recuperar sus energías luego de un año
laboral. Con el feriado legal se benefician no sólo el trabajador, sino también la propia empresa.
Si mal no recuerdo, durante la Revolución Industrial del s. XIX, este derecho prácticamente inalienable al ser humano no era parte integrante de la
legislación laboral, tal como lo relata en sus innumerables obras Charles
Dickens. Ergo, algo hemos avanzado en esta materia.
Este descanso, como lo mencionara precedentemente, fue acompañado
con la visita de mis suegros a Zagreb. Don Domingo, a quien rebauticé
como Doménico (dado mi paso por Italia), mostró toda su agilidad senil, según sus propias palabras. Debió subir y bajar una gran cantidad de
escaleras y caminar cual mochilero en Viena. En Praga se nos anduvo sublevando –no quería conocer más sitios–, por lo que como un buen yerno
rastrero, me sumé a su planteamiento.
En conclusión, Doménico caminó todo lo imprescindible, “dando por
visto” –de común acuerdo– una serie de monumentos y/o espacios públicos. Eso sí, lo que nunca dimos por superado, a partir de las 20:00 hrs
fue nuestro cubalibre, momento en el cual conversábamos y discutíamos
diversos temas: historia, política, religión, fútbol, etc.
Por su parte, la señora María de la Luz, alias “doctora Malu”, recorría con
su hija una serie de calles y tiendas comprando, según daban a entender,
“nimiedades”, las que fueron acumulándose con el paso de los días, provocando un manifiesto sobrepeso en su maleta. ¡Claro, como ellas no la
cargan!
La partida de mis suegros fue una pena, porque su presencia nos permitió
recuperar algo que se pierde a la distancia: la cercanía física con la familia.
‹87›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
En otro orden de cosas y a pedido de mi amigo José Luis Bustamante G.38
relataré un incidente que me afectara cuando cursaba el primer año en la
nunca bien ponderada Facultad de Derecho de la UC. Para ello, remontémonos al pasado.
Es marzo del año 1985; un terremoto venía de azotar nuestro país. Este
hecho implicó una demora en la inscripción de matrículas para aquellos
alumnos que deseaban ingresar a sus respectivas Universidades. Recuerdo
que ese día la Rectoría de la PUC determinó que debíamos efectuar tal trámite un día particularmente caluroso.
En atención al calor reinante y fiel a mis principios –era marzo, tiempo
de vacaciones– consideré apropiado ir en “traje de baño”,39 haciendo oídos
sordos a los ruegos de mi madre, quien me pedía, imploraba, exhortaba a
no cometer tal estupidez.
- ¡Pero estás loco! ¡Inscribirte en esa facha! ¡Estás postulando a la Universidad, no a una feria!
- Vieja, tengo que ser fiel a mis principios, sorry.
- Al menos ponte una polera decente, ¡por amor de Dios! ¡Hablaré con tu
padre!
- Está bien, fue mi escueta respuesta, me pondré otra polera, una de color
azul como la U.40
Cuando finalmente llegué a la UC a registrarme, me di cuenta de que mi
vieja tenía toda la razón: era el único que vestía de corto. Todos estaban
correctamente vestidos e incluso algunos de mis nuevos compañeros fueron de chaqueta y corbata.
38 José Luis Bustamante Gubbins, es casado con Macarena Sinn. Con José Luis fuimos compañeros de curso en Derecho de la UC y nos volvimos a encontrar en Perú y nos convertirnos en
grandes amigos. Su señora, Macarena de Bustamante, fue compañera de Colegio (Villa María) y
de Universidad (Escuela de Derecho de la U de Chile) de la Paula. ¿Chico el mundo, no?
39 Era un traje de baño clásico, una especie de bermuda actual con tres franjas de colores: azul,
blanco y rojo; muy patrio. Sin embargo, no era un modelo anatómico. Según varios observadores
–familiares– además de estar viejo (fruto de sus años de uso), me hacía parecer como “cortito de
patas”. Me explico: era demasiado largo en proporción a mi cuerpo. Lucía como dos perniles en
movimiento, a decir de otros.
40 La U o Universidad de Chile es mi equipo de fútbol favorito y su color es el azul, archirrival de la Universidad Católica. Nada más oportuno.
‹88›
Volumen I•
Para qué les digo la cara del profesor que inscribió mis ramos, quien resultaría ser el Secretario Académico de la Facultad o algo así. Me miró
de arriba abajo, con un dejo de incredulidad y quizás desprecio –eso me
pareció notar en su cara y me consultó: “¿Tiene usted calor, no? ¿Qué
profesores y ramos quiere tomar?”. Mi respuesta fue categórica: “Aquéllos
que se requieran para cumplir la carrera en 5 años, señor“.
Como tenía dos compañeros de colegio que estaban en otra fila (ingresamos los tres ese año a la UC)41, me habían dado algunos nombres para
proponer, pero los olvidé y dejé que la computadora me asignara al azar,
tanto el profesor como el ramo respectivo.
Pero había un profesor que sería inolvidable para todos aquellos que fuimos sus alumnos: don Gonzalo, profesor de la cátedra de Filosofía del
Derecho, conocido por su severidad, estrictez y dogmatismo. Era un verdadero inquisidor del siglo XV, un Tomás de Torquemada, una especie de
fundamentalista, un verdadero talibán, para algunos de sus detractores.
Cuando mis dos ex compañeros de colegio supieron que me habían asignado con don Gonzalo, me sugirieron inmediatamente cambiarlo, aseverando que: “Son muy pocos lo que aprueban con él, y los que lo logran,
lo hacen a un costo muy alto. Tu estilo puede provocarle algún rechazo,
Negro. No seas tonto, cámbiate de curso con nosotros, al paralelo“.
“Me niego“, fue mi inmediata respuesta, “La computadora ya seleccionó;
es mi destino y lo aceptaré como tal, está escrito“. Y así fue como comenzó
una especie de ordalía para el suscrito.
Desde el primer día a todos nos quedó claro quién era la autoridad en su
clase: don Gonzalo y nadie más. No sólo se imponía por sus conocimientos y envergadura física, sino también por la forma de expresarse. Pocas
veces ha sido tan adecuada o ejemplarizadora la expresión del Código
Civil: temor reverencial – eso provocaba entre sus alumnos don Gonzalo.
41 Paulo Figueroa Aste, el mejor alumno de mi curso en el Colegio, ingresó segundo a la
Facultad de Derecho de la UC ese año de 1985. Actualmente reside en Holanda y cambió de
profesión –Licenciado y Master en Artes-. Con Paulo sigo hasta hoy en contacto. Mi otro compañero fue Fernando Paniagua, quien es abogado de la Fuerza Aérea, y además, tiene su propia
oficina de abogados junto a Patricio Piddo.
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•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Sus juicios eran lapidarios, acompañados muchas veces de cierta ironía,
que a decir de muchos, parecía excesiva. Por mi parte, esas ironías las
comprendía como una forma de enseñanza, por lo que sin celebrarlas en
forma notoria, las aceptaba de buena gana –de buen talante, como diría
un español clásico.
Asimismo, acostumbraba en la Facultad a sentarme en primera fila, como
una manera de captar mejor las palabras e ideas del profesor –ya se empezaba a manifestar mi sordera– y de estar presente, aunque fuera sólo
físicamente. Además, siempre me ha gustado consultar mis inquietudes
sin intermediarios, para así poder clarificar las materias y no con un afán
rastrero, como erróneamente podría interpretarse por algunos.
Y pasó lo que mis compañeros de curso temían: don Gonzalo, un día que
no olvidaré nunca, comenzó a hablarnos del alma, de su inmortalidad, de
su origen y evolución, de su calidad intrínseca, que era inmutable, única,
propia y exclusiva del ser humano.42
Añadió, además, asertivamente, que era imposible realizar una demostración empírica del alma y que cualquier esfuerzo científico en tal sentido
era una pérdida de tiempo. ”El alma es inmortal; fue creada por Dios y el
resto son pamplinas”, fue la categórica conclusión de su exposición, seguidas dichas palabras de un profundo silencio y respeto del estudiantado.
Pero ese día necesitaba expresar mis opiniones. Además, venía de sufrir
un fin de semana que podría catalogarse de traumático, con secuelas físicas impensables. Me explico: ese fin de semana visité como de costumbre
la casa de unos tíos en Viña del Mar. Su casa la catalogábamos de “embrujada” como consecuencia de una serie de ruidos y fenómenos paranormales que la afectaban. Según mis tíos, todo era consecuencia de mi imaginación febril, de una tara familiar no resuelta. Por mi parte, mantenía mis
reservas sobre lo que pasaba en esa casa, hasta hoy.
42 Ya en ese instante quise intervenir para señalar que mi gato Hussein, a mi juicio, tenía tanta
alma como cualquier mortal (confiaba más en él que en varios conocidos, pero me contuve de
expresar esta idea).
‹90›
Volumen I•
Esa noche había llegado también de visita mi primo Rodrigo Pino, con
quien quedamos a cargo de la casa y de nuestra abuela Chela.43 Ambos,
tipín 10 p.m. constatamos con horror que se apagaba la luz de nuestra pieza sin ninguna razón, para posteriormente, prenderse sola, sin presencia
humana cercana. Asimismo, fuimos testigos de cómo se abría la puerta
principal de la casa (se abría al presionar un interruptor), ruidos en los
ventanales, etc. En definitiva, vivimos una inolvidable película de terror.
Rodrigo, en virtud de lo anterior, regresó –se fugó, derechamente– al
día siguiente a Santiago y yo tuve como secuela una pequeña lesión, que
requirió una operación posterior y que no es del caso detallar.
¿Pero qué tienen que ver estos sucesos con el alma inmortal? ¡Aterriza
Devia! ¡Estás como tu suegra que no terminas los cuentos!
Muy simple. Ante tan categórica afirmación de don Gonzalo sobre la imposibilidad de acreditar la existencia del alma en este mundo, yo levanté
mi dedo y expresé –dada mi reciente experiencia personal–: “Profesor,
una manera de demostrar que el alma es inmortal serían los espíritus!“
En ese instante escuché una risa contenida del alumnado, que se extinguió tan rápidamente como nació, cuando dicho alumnado observó que
don Gonzalo, con cara de pocos amigos, me miró fijamente y me dijo a
viva voz:
-¿Qué dice?
-Profesor, lo que quiero decir es que podemos demostrar lo que usted
acaba de enseñarnos –alma inmortal– acudiendo a los libros sobre “espíritus o fantasmas”, afirmación esta última que acompañé de una soterrada
sonrisa, que creo, pasados los años, fue la causa de mi perdición.
-¡Salga de la sala!
-Pero, profesor, yo …
-¡Salga de la sala!
Y así fue como, humillado, golpeado, dolido por no haber sido capaz de
expresarme en mejor forma, tuve que hacer abandono de la cancha. Tomé
43 Graciela Bareyre García, viuda de Aldunate (Q.E.P.D). ¡Te extrañamos abuela!
‹91›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
avergonzadamente mi mochila (y no un maletín) y me retiré con relativa
dignidad, con una palidez de quien se sabe próximo al cadalso. Vano,
inútil, fue mi esfuerzo post clase, por hacerle entender a don Gonzalo que
no quería estropearle su clase –burlarme, como también diría un español
antiguo.
Ese día fui rebautizado por mi curso como el cazafantasmas, que por las
coincidencias de la vida estaba muy de moda esos días, pues la película
venía de exhibirse con éxito de taquilla en Chile.
Pese a todas las expectativas en contra, decidí a la semana siguiente, presentarme en la clase de Filosofía del Derecho como de costumbre y sentarme en mi sitio, como si nada hubiese pasado.
To be continued.
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XIII
Capítulo
»Zurcirse la boca«
XIII
Volumen I•
Les escribo ciudadanos nuevamente desde Zagreb, acompañado esta vez con
un rico sauvignon blanc de la viña Montes44 y con una serie de boleros interpretados por Luis Miguel (“Sin ti”; “...me iré con el sol cuando muera la
tarde.”;”Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida; si nos dejan, nos vamos
a vivir a un mundo nuevo...”;etc.). Canciones con letras devastadoras, aniquiladoras, no aptas para los inválidos sentimentales.
Paulita se encuentra a mi espalda descansando y meditando qué vamos a hacer esta tarde. De hecho, cual político, le sugerí que fuéramos esta noche a
bailar45 como una manera de practicar nuestras clases de salsa, y además,
desmentir ese anónimo refrán popular que afirma que el matrimonio es la
tumba del amor.
Volviendo al capítulo anterior, dada la falta de anécdotas que merezcan una
mayor atención, relataremos hoy la segunda parte de una inolvidable clase de
Filosofía del Derecho.
Ese infausto día don Gonzalo nos relató la historia del hombre, de su evolución, de cómo este ser pensante fue capaz de construir civilizaciones, mundos, etc. El alumnado, como era habitual en su clase, seguía con atención y
silencio su ponencia. ¡No volaba ni una mosca!
Por mi parte, contemplaba todo este espectáculo en primera fila, pese a algunas sugerencias en contrario. Regresé, cual delincuente, al mismo sitio del
suceso, i mean me senté en primera fila y en mi silla, ya que consideraba que
no tenía por qué avergonzarme.
No puedo asegurar si mi presencia sorprendió o no a don Gonzalo, pero
como buen profesor que era –realmente lo es–voces más funestas apostaban
a que me impediría el ingreso a su clase.
Don Gonzalo terminó su presentación diciendo: “El hombre fue creado por
Dios. Lo demás son boberías o tonterías”. En ese momento, observé que la
44 Se me acabó el vino Chianti “toscano” de la otra vez.
45 Como Michael Douglas y Glenn Close en la película “Atracción Fatal”. La respuesta fue premonitoria y categórica: Ja, ja, ja,…
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•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
mano de mi compañero Claudio Venegas (Q.E.P.D.) se alzó.46 Inmediatamente pensé: “¡Qué vas a decir Claudio, ten cuidado!“.
-
Disculpe, Profesor, pero me surgió una duda. Usted nos acaba de
explicar cómo se ha ido desarrollando el hombre a partir de su creación, de
cómo fue evolucionando hasta adquirir una inteligencia que lo diferenciaría
de los animales, ¿no es así?
- Así es – respondió categóricamente don Gonzalo.
- Sin embargo, hay una serie de teorías que intentan demostrar que el hombre es un ser animal que con el paso del tiempo fue evolucionando hasta
alcanzar una capacidad mental superior a de las otras especies.
- Señor Venegas, esas son unas teorías trasnochadas y carecen de fundamento.
- Sin embargo, profesor, según algunas de esas teorías, se habría producido
un momento en la historia –una especie de punto de inflexión–, en el cual
el hombre pasó de ser un animal propiamente tal, a transformarse en un ser
racional, que fue capaz de erguirse y de construir su destino.
- Le reitero, señor Venegas, que esas teorías a las cuales usted apela son
inconducentes. El hombre fue creado por Dios ¿A menos que usted se crea
descendiente de un mono? ¿Usted desciende de un mono, señor Venegas?
(Risas del alumnado, que siempre ha sido complaciente con la autoridad,
aunque éstas sean injustas y afecten a uno de los suyos.)
Por mi parte, observé fijamente a Claudio –lo estoy mirando como si fuera
ahorita–47. Noté que tenía ganas de decir algo, de argumentar en contrario,
46 Claudio Venegas (Q.E.P.D.) era una persona alegre y sociable, militante del Partido Socialista; tomaba con humor las cosas de este mundo –incluso al propio Gobierno Militar–. Aún recuerdo cuando,
terminada ya la Universidad, nos encontramos en pleno paseo Ahumada. Los abrazos y gritos recíprocos
de alegría, contrastaban con la seriedad del mundo circundante. Me comentó que estaba en lo suyo, en
una oficina encargada de defender los derechos de los consumidores. Su desaparición física fue una gran
pena para los que lo conocimos. ¡Salud, compañero Venegas; nos vemos luego!
47 Claudio siempre se sentaba atrás, al fondo de la sala, y conociendo sus gustos, imagino que
al lado izquierdo.
‹96›
Volumen I•
pero al ver la severidad del rostro de don Gonzalo, optó por lo lógico y
prudente en ese instante: esbozó una sonrisa complaciente y enmudeció.
Y en ese momento, mirando a Claudio, levanté instintivamente mi mano. “Te
vas porque yo quiero que te vayas, a la hora que yo quiera te detengo, yo sé
que mi cariño te hace falta, porque quieras o no, yo soy tu dueño; yo quiero
que te vayas por el mundo, quiero que conozcas mucha gente,… entonces yo
daré la media vuelta y me iré con el sol, cuando muera la tarde…(Luis Miguel, sigue acompañándonos y cantando).
- Profesor, lo que mi COMPAÑERO48 Venegas ha querido explicarnos esta
mañana es la Teoría del Eslabón Perdido.49
Nuevas risas del curso, pero esta vez, notoriamente contenidas. Fueron esbozos de carcajadas, pues la cara de don Gonzalo se descompuso, creando una
especie de pánico colectivo (al que yo me sumé espontáneamente). Luego, se
acercó amenazadoramente a mi pupitre, y me gritó –espetó–:
- ¡Usted, usted! -indicándome furioso, con un dedo amenazador similar al que
el Ex Presidente Ricardo Lagos utilizara en contra del Ex Presidente Augusto Pinochet50–, zúrzase la boca. ¡Usted, no me habla más hasta el día del examen!
Y así fue como permanecí callado hasta el día del famoso examen, que para
sorpresa de todos y la mía propia, aprobé, apelando al llamado ingenio criollo. Eso también amerita un párrafo aparte, pero me cansé de escribir y Paulita
necesita ayuda.
Dobra Vecer
48 La sola palabra “compañero” debe haber molestado a don Gonzalo, quien es un reconocido
dirigente político de la Alianza por Chile. Debe haber sido –el solo pronunciamiento de la citada
palabra- como un ají en su popó.
49 “Teoría de la Evolución de las Especies”, de Charles Darwin
50 Ese dedo acusador, que fuera alzado en vivo en un programa de Televisión, le significó a la
postre una gran popularidad al entonces dirigente político Ricardo Lagos.
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XIV
Capítulo
»Patudo«
XIV
Volumen I•
Como viéramos capítulos atrás, un venezolano perdido en Zagreb no dejó
de sorprendernos hasta el último minuto. Gracias a las gestiones del Consulado, se coordinó la visita de la Encargada de Negocios de Venezuela
en Austria, quien aprovechó una entrevista que tenía programada con la
Cancillería local para abocarse al problema que aquejaba a su connacional.
La doctora G., la Encargada de Negocios, no sólo venía con el salvoconducto respectivo (que suple a un pasaporte en casos extraordinarios y le
permite a su portador desplazarse de un lugar determinado a otro, en
este caso, desde Zagreb a Caracas), sino que también con una generosa
contribución del Consulado, que le permitía a don Bernardo completar la
diferencia que necesitaba para comprar su pasaje de regreso.
No detallaré las innumerables diligencias que se llevaron a cabo para lograr que el valor del pasaje para el señor Delgado fuera módico. Obviamente que el suscrito era uno de los más interesados, por un tema humano y práctico (don Bernardo me visitaba diariamente). Se logró rebajar
un pasaje de 1.800 euros a uno por 961 euros.
El día que se suponía que se resolvería todo, con la presencia de los interesados –don Bernardo, la hermana Maria Grazie (monja), la doctora G.
y suscrito–, sucedió lo impensado: Don Bernardo, por sí y ante sí, decide
que NO quiere regresar a Caracas.
- ¿Qué? _fue nuestra espontánea reacción, incluyendo a la Monja.
- He pensado que tengo dinero suficiente para mantenerme dos meses
en Zagreb –afirmó.
- Pero usted no tiene documentos; usted reside ilegalmente pues no tiene documentación válida – expresó la doctora G.
Y la monja señaló, en perfecto Italiano:
- ¡Bernardo, debes regresar a tu país!
Mientras yo pensaba: ¡esto ya es hueveo!; ¡se volvió loco don Bernardo!
‹101›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Las caras ameritaban una filmación propia. De hecho, le hablé en francés
a Maria Grazie para que nos ayudara a convencer a don Bernardo, quien
por lo demás pretendía quedarse en la residencia de las monjitas, lo que
por decoro era algo impensable e inviable.
Luego de un tira y afloja, donde conviene rescatar lo convincentes que
fueron todos los interlocutores, don Bernardo optó por recapacitar e ir a
comprar, en compañía de Maria Grazie el boleto que lo dejaría, suponemos, en su Venezuela natal.
Es así como finalizan las aventuras de nuestro querido don Bernardo en
tierras croatas, tras lograr vencer el embrujo que causa la atmósfera de
tranquilidad, comodidad y despreocupación que emanan la ciudades locales. Aunque cabe resaltar que vivir en Croacia es grato, tampoco se imagine usted, fiel lector, que es París, Londres o Washington, ya que reitero,
es una ciudad pequeña que no cuenta con más de 800.000 habitantes.
‹102›
XV
Capítulo
»Celebrando con el Cuerpo Diplomático Residente«
XV
Volumen I•
Como ustedes deben saber, el segundo de toda Misión Diplomática en el
exterior debe reemplazar a su Embajador cuando éste no se encuentra en el
país, asumiendo en tal caso como Encargado de Negocios a.i.
En dicha calidad fui invitado en compañía de la señora Paula de Devia a
la celebración de Navidad y de Año Nuevo, que es ofrecida a todo el cuerpo diplomático por el Presidente de la República Croata, Stjepan Mesic y
señora.
Tradicionalmente el lugar donde se lleva a cabo esta ceremonia es en el
Palacio de Gobierno que corresponde a la antigua casa del ex Mariscal Tito.
Al apreciar su entorno –casa rodeada de bosques– uno se da cuenta de por
qué los jerarcas socialistas no tenían ninguna intención de abandonar el
poder, so pretexto de trabajar por el desarrollo y el bienestar del Estado
Socialista.
Primero, me bajé del auto como un gamo, un felino tratando al mismo
tiempo de sostener mi mano enyesada, pues opté por no llevar una venda a
fin de evitar la clásica pregunta: ¿Qué le pasó? Por la premura de mi acción,
olvidé que iba acompañado, por lo que Paulita tuvo que gritarme desde el
auto que me detuviera. Cuando me alcanzó, me recordó que íbamos juntos
y que tenía que esperarla. ¡Mal Devia!
Posteriormente fuimos conducidos a una sala relativamente grande donde
se encontraba todo el cuerpo diplomático. Allí conversamos brevemente
con algunos de ellos, para ser luego formados en estricto orden de precedencia.
Cuando comienzan a decir los países, Paulita inmediatamente me dice
“Negro, no quiero ser la última de la fila, tal como nos pasó en Perú”. Yo le
respondí: “Paulita, no temas, esa situación no se repetirá“. Cuando el Presidente Ricardo Lagos visitó el Perú y en el besa manos de rigor –saludo– en
el aeropuerto de Lima, terminamos también en el extremo opuesto de la
fila, al lado de un perro policial antidrogas (cabe señalar que mi señora
estaba muy inquieta ese día, porque temía que el can la atacara o detectara alguna supuesta sustancia psicotrópica), que nos observaba con cierta
parsimonia.
Pero “los caminos de la vida no son los que yo esperaba…etc”. Quedamos
penúltimos entre una pareja nigeriana y el Encargado de Negocios de un
‹105›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
país del Magreb y cuyo nombre no puedo omitir, un tal Salem Mohamed
+++. Este último se presentó cuando fue ubicado detrás nuestro –pasó a ser
el último de la fila– y por ello conversamos una serie de futilidades como el
tiempo, los años que llevaba en Croacia... lo típico.
Cuando nos dan la orden de avanzar, pasó lo imprevisto. El aludido diplomático, quien previamente entablara un cordial diálogo con nosotros,
aprovechó un segundo de vacilación en que un Embajador estaba mirando para otro lado y sin asco, ¡se puso delante de él! Se coló, en buen
romance.
Con Paulita no podíamos creer lo que presenciamos. “¡Pero qué diplomacia es ésta!” - exclamé para mí mismo, entre otras afirmaciones muy
duras e irrepetibles hacia el país de origen del señor Salem y familia, que
si las escuchara hoy mi abuela moriría de vergüenza. En definitiva, las
aprehensiones de Paulita se hicieron realidad y cerramos el grupo o fila.
Terminadas las presentaciones al Presidente Mesic –con nosotros– y luego de los discursos respectivos, pasamos al cocktail. Ese es uno de los
momentos menos solemnes pero a la vez más esperado por los asistentes.
En lo personal, opto por mi clásico vaso de jugo y/o copa de vino, pues no
puedo caminar, conversar y comer a la vez. Mis fallas motrices son notorias y varios numeritos son testigos de esta afirmación, por lo que prefiero
comer en mi casa.
En un momento determinado fuimos abordados por un diplomático joven
de nuestra América morena. Este personaje, como lo calificara luego mi
navegante, cometió una serie de impertinencias que molestaron a la doña.
Empezó en forma muy poco afortunada a comentar que un Embajador de
su país –y que era amigo de uno de sus interlocutores– “era un viejo, que
creo está jubilado… pero si tiene 65 años, nooo, que va, por lo menos 70
años”. Cabe resaltar que quien le preguntaba por ese Embajador –o sea el
interlocutor– tenía a lo menos 65 años. “Creerá este h… que no va envejecer nunca”, pensaba para mí. Luego comentó que era muy amigo de un conocido diplomático del cual tengo la peor opinión. En fin, para qué seguir.
Finalmente, como de flemático no tengo nada, decidí darle un corte al personaje señalándole que teníamos que hablar con el Nuncio –lo que por lo
‹106›
Volumen I•
demás era verdad–. Sin embargo, temo que por la forma en que me expresé
(siempre se me notan mis afectos, es algo con lo que no puedo luchar, me
supera), mi molestia fue captada por este promisorio diplomático.
Esto lo comento pues cuando nos retirábamos –luego de haber hablado
con el Nuncio– fuimos a despedirnos de este joven diplomático, pero éste
fue incapaz de pararse y despedirse, limitándose a extendernos su mano.
Como atenuante de su actitud, cabe hacer presente que en ese instante estaba en plena faena carnívora, devorando un buen trozo de carne croata.
Finalmente, regresamos a nuestro hogar con un comentario lapidario de
mi navegante: “Negro, ya no soporto estas latas. No quiero ser señora de
diplomático ni menos de Embajador, ni nada que se le parezca. ¿Por qué no
volvemos a Chile, con nuestra familia y amigos?”
Esa tarde no hubo comentarios...
Laku noc
‹107›
XVI
Capítulo
»Señor R.«
XVI
Volumen I•
Queridos contertulios, ¿y cómo andan?
Por acá las cosas avanzan y estamos cumpliendo un año y cuatro meses en tierras
croatas. El pasado fin de semana visitamos la isla de Pag y sus entornos anexos,
lugares que hacen honor a las bondades proclamadas por las agencias de turismo
sobre el Mar Adriático, aunque debo insistir que a mí me gustan más las playas del
Caribe porque tiene arena (al menos, las de Varadero, Cuba).
No obstante lo anterior –disfrutar de una vida de ricos y famosos51– puedo asegurarles que las comodidades de las que disfrutamos no valen la pena si no se
disfrutan entre amigos/as . Tanto la Paula como el suscrito, lo que más valoramos
fue el haber compartido todo un fin de semana con unas familias croatas amigas,
pese a las dificultades idiomáticas.
Cambiando nuevamente de tema, he decidido motu proprio y sin presión de ninguna clase, rememorar una anécdota que aunque resulte difícil relatarla, expresarla, desarrollarla, merece un reconocimiento especial por la coyuntura en que
se produjo.
Sin embargo, cabe precisar a ustedes que este cometido –tratar de revivir esta
anécdota– es como intentar cantar a capela y sin conocimientos musicales- la fa-
51 Cabe recalcar que no siempre fue así. Con mis compañeros del Colegio, Luis A. Rey, Jordi Batiste y Cristián Chauriye concurríamos, cuando las circunstancias lo permitían, al famoso
Restaurant “El Hoyo”, establecimiento que se encuentra ubicado en plena Estación Central. Sus
especialidades son el chancho e interiores. Tragos: el terremoto, con su clásica réplica. Ambos brebajes son hechos en base a pipeño y helado de piña: es denominada la champaña de los pobres,
por algunos de sus distinguidos degustadores. Asimismo, “el grupo” –como nos denominaba el
inspector de nuestro Colegio Tito Harting– era atendido como especial esmero por los eficientes y
fieles Manolo y Marambio. Ambos eran capaces de inventar una mesa si era necesario. Una vez Manolo prácticamente removió a dos parroquianos para hacernos un espacio. Por su parte, Marambio
sería inmortalizado por la Televisión gracias a un cómico del Programa de Kike Morandé, quien
también es parroquiano del Hoyo ¡Oh, que tiempos aquellos! Finalmente, recuerdo que incluso
le sugerí al ex Canciller cubano Roberto Robaina, en su visita oficial a Chile (yo era su attaché),
arrancáramonos a ese lugar aprovechando alguna coyuntura en su agenda, asegurándole que era
un lugar típico de Santiago. Desgraciadamente, su acotado programa no nos dio tiempo para ello.
Pero le había parecido muy interesante la idea, iniciativa que obviamente nunca transmití a mis
superiores. Con todo, si me lo recuerdan en otra ocasión, aún hay dos inolvidables anécdotas que
nos tocó vivir juntos en su recorrido por Santiago y Valparaíso, pero eso, sus mercedes, “es harina
de otro costal”.
‹111›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
mosa canción “Granada”, cuyo compositor entiendo era un mexicano que nunca
conoció dicha ciudad. Se requieren varios vasos de piscola, vino y/o whisky para
ello.
En ese sentido, no hay curado (ebrio) de la generación nacida entre los años 40
y/o 60, que no haya desafiado y expuesto sus cuerdas vocales para tan loable cometido. Eso me aseguró mi suegro mientras degustábamos unos cubalibres, en
aquel tiempo.52 Aclaro que ninguno de los dos, a posteriori, osó tentar la suerte en
tal dirección. Ambos sufrimos de una relativa sordera, más acentuada obviamente
en don Domingo –con todo respeto.
Pero ¿qué estaba diciendo? ¿Adónde iba ? ¡Ah, ya me acordé!: Corrían los años 90
y estaba adscrito en la Dirección General del Ceremonial y Protocolo, como un
funcionario cualquiera en el Departamento de Giras y Visitas.53 Como era usual,
estábamos sobrepasados de trabajo por la cantidad enorme de visitas y giras oficiales a las que el ex Presidente Frei nos tenía acostumbrados.
Insisto; la dotación de funcionarios/a era escasa y las necesidades eran múltiples,
por lo que en la práctica la citada Dirección se comportaba como un circo pobre.
Éramos todo terreno, siendo los mismos para todo tipo de ceremonias o actos
oficiales. Sin embargo, este hecho no era reconocido por la cabeza de esa Direc-
52 Cuando nos visitó en el mes de mayo del año en curso. En otro momento, pero esta vez en
Túnez, el mismo suegro, en compañía de su compadre (también mío), Fernando Medina, brindamos todas las tardes con vino chileno, en un país de amplia mayoría islámica, para preocupación
de nuestras respectivas cónyuges.
53 Como consecuencia de diferencias irreconciliables con el Director de DIPRO de la época,
en la práctica oficiaba más como funcionario del Departamento de Visitas que el de Giras, ya que
en sólo una ocasión obtuve una comisión de servicios al extranjero –a Argentina–. Fue tal la exclusión de la que era objeto (comentada por el medio donde laboraba), que solicité al año siguiente
traslado al Dpto. de Visitas. Enterado el Director de este requerimiento, me concedió una audiencia, en la que le hice presente la situación de menoscabo que me afectaba, pues no entendía los
motivos por los cuales era excluido sistemáticamente de todas las giras Presidenciales. “Si querían
sancionarme”, le señalé, “por algo que hubiese cometido u omitido, merecía una explicación”. Ante
esta exposición, el citado Director me contestó que habría sido una “rubia debilidad” la causa de
mi exclusión y no razones políticas, las que lo habrían predispuesto en mi contra. Aseguró, para
probar su “aserto”, que me había visto con sus propios ojos ingresar una rubia a mi pieza en el Hotel
Alvear –lugar donde estábamos hospedados en esa Gira Presidencial.
Inútiles, vanos, “al agua” fueron mis alegatos de inocencia, terminando por darme cuenta que era
imposible convencerlo de su error.
‹112›
Volumen I•
ción, más interesada en servir a la autoridad de turno que prestar oídos a sus
subordinados.
Si hubiésemos estado en la época del Terror, no habría dudado en denunciar al
mentado Director al ciudadano Robespierre, para que este último procediera a
juzgarlo –en el Comité de Salubridad Pública– , en conformidad a los sacros principios de “liberté, égalité et fraternité”. Habría sido interesante observar al mencionado Director bajo esas circunstancias –siendo sometido a proceso por los
Jacobinos. ¡Cómo cambia la gente cuando no tiene el poder del mando, y es, por
el contrario, objeto del mismo!54 Una vez más me he ido por la ramas. ¡Aterriza,
Devia, aterriza!
Era un día como cualquier otro en DIPRO. Uno de sus funcionarios me pide
como favor que lo reemplace, pues no puede ir al aeropuerto a despedir 55 al Director General de la Organización Internacional de Comercio (OMC). Por mi
parte, yo debía ir a buscar a un connotado senador norteamericano (Bob Dole),
quien venía a entrevistarse con altas autoridades chilenas por un tema que no
recuerdo.
“¡Oye, Cristaldo56 , no te preocupes! Yo te reemplazo. ¡Para eso estamos!“, respondí de ese modo a la petición citada. “Será todo muy simple: recibo en compañía de los funcionarios de DIPRO del Aeropuerto57 al Senador Dole, efectúo
las genuflexiones de rigor, lo subo al bus (el Loro) y lo llevamos directamente a
los salones VIP, para luego entregarlo a los funcionarios de su Embajada. Una vez
allí, aprovecho de presentarme al Director de la OMC, para de inmediato, agarrar
sus maletas y llevarlo al avión. Como ves, sencillllllitoo, como diría un argentino“.
54 Lamentablemente la naturaleza humana es así “fiel en el éxito e infiel en el fracaso”. Esto
decían los detractores de Joseph Fouché –Ex Ministro de Policía de Francia (1792 a 1815), quien
fue implacable ejecutor durante la época del Terror. Logró sobrevivir a varios Gobiernos gracias a
su olfato político, traicionando según fueran las circunstancias del caso.
55 Despedir en la jerga de DIPRO era acompañar al ilustre visitante y colaborar en todos aquellos trámites necesarios para su Embarque. Sin embargo, estos trámites son de responsabilidad del
interesado, correspondiendo en la mayoría de los casos a sus respectivas Embajadas asumir dicha
función. En el caso de autos, por razones obvias, no había ninguna Embajada que cumpliera dicha
labor “asistencial” para el ex Director de la OMC R.R. (1995 a 1999). Cabe agregar que el mismo
señor R. sería posteriormente nombrado Ministro de Relaciones Exteriores de Italia.
56 Personaje inventado.
57 Son funcionarios dependientes de la Dirección General de Aeronáutica.
‹113›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Sin embargo, “Los caminos de la vida no son los que yo esperaba, no son lo que
yo quería, no son los que imaginaba58… “
El vuelo del Senador Dole se atrasó, y para más remate, se extravió su maleta cuya
recuperación demandó preciosos 20 minutos, de los que yo no disponía, atendido
el compromiso protocolar con el señor R.
Una vez superadas estas dificultades iniciales, me presenté con una amplia sonrisa para saludar al Director de la OMC. Noté en ese instante que se encontraba
acompañado de una señora que podríamos calificar de atractiva y de un hombre,
de mediana edad, que resultaría ser su asistente.
- Señora R., disculpe este atraso de 10 minutos, pero estaba con un senador
norteamericano. ¿Tiene usted listos sus tickets de vuelo (boardings) y sus maletas?
- Sí –me contesta por él la señora que denominaremos ahora VIP– aquí están
sus maletas y las de su asistente.
- ¿Y dónde están los boardings? - pregunté ingenuamente.
- Se supone que Cristaldo se encargaría de ese tema.
- Disculpe, señora, pero todo lo relativo a chequeo de equipajes y boarding es
competencia del interesado o en su defecto, de la Embajada respectiva.
- ¡Pero eso nunca me lo dijo Cristaldo!
- Mire, lamento este mal entendido entre usted y Cristaldo, pero faltan menos
de 30 minutos para que el avión despegue, por lo que le sugiero nos desplacemos
ahorita al counter de Lan Chile para ver si podemos embarcar a los señores.
En ese instante el señor R., quien decía no entender español, pero sí sabía italiano –lengua similar al fin y al cabo– consulta en inglés a la señora VIP, sobre lo que ocurría. Esta
procedió a explicarle lo previamente enunciado, provocando su natural alarma.
- En fin, debo dirigirme al counter de Lan para ver qué puedo hacer. Necesito
sus pasaportes y pasajes. Si quieren, pueden acompañarme, pero usted –dirigiéndome al asistente-, quédese aquí.59 (Esta decisión –de mantener al asistente en el
VIP– resultaría a la postre, errada.)
58 Tonada interpretada por el grupo cubano “Buena Vista Social Club”; es un clásico.
59 Hasta el día de hoy me pregunto por qué tomé tan errada decisión. Recuerdo vagamente que
pensaba, reflexionaba para mis adentros: “¿Por qué tenía que hacer el loco en el Counter de Lan
‹114›
Volumen I•
Llegamos al citado counter a toda velocidad y con el corazón en la mano. Estábamos jugando contra el tiempo. Era como estar jugando en Calama –cuando
Cobreloa era un equipo que se hacía respetar en su cancha–, perdiendo 2 a 1, y
faltando 15 minutos para el final del partido. ¡Había que jugársela!
- Disculpe, señora, pero estamos con un problema. Por una confusión, el señor
R. no hizo su check-in, por lo que nos gustaría enmendar ese error.
- ¿Señor R. me dice?
- Sí, R.
- Aquí, en el sistema, aparece el nombre de ese señor, pero como usted ve, el
counter está cerrado. El vuelo se cerró hace 5 minutos y el avión está próximo a
despegar.
- ¿Pero el señor R. tiene una reserva?
- Sí, aparece en el computador con una reserva pero no se presentó al check-in,
por lo que procedimos a ocupar su asiento con otro pasajero.
- Ohh, ¿cómo dice?
- Le reitero señor, el señor R. no se presentó a su check-in; por lo tanto, …
- Señora, disculpe, pero el señor R. fue invitado por el Gobierno de Chile para
asistir a una importante ceremonia y es, además, el Director de la OMC. Él tiene
compromisos en Bruselas por lo que debe embarcarse hoy.
En ese momento, ya francamente nervioso, el distinguido funcionario internacional –quien al parecer sí entendía bastante español– saca un fax de su chaqueta
(cual mago Oli) y se lo exhibe a la señora de Lan: ese documento era categórico,
copia fiel de la invitación oficial aludida, constando además en ésta que tenía una
reserva de vuelo en primera clase en el avión de marras.
- Lo lamento, señor, entiendo su posición, pero comprenda la mía; no es posible embarcar en primera clase al caballero.
Observar la cara del señor R. era algo digno de ser retratado. Me comenzó a mirar,
a partir de ese momento, de una manera francamente hostil, seguramente culpándome de todo este embrollo.
intentando conseguir un asiento para un vuelo que prácticamente se estaba yendo?”
‹115›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Por mi parte, reconozco que estaba ansioso-nervioso, pero a su vez, tenía claro
que estaba agotando todos los medios razonables y prácticos a mi alcance.
- ¿Cómo que no puedo embarcarme?, me dijo fríamente –casi con desprecio– y
en perfecto inglés, el mentado señor.
- Lo que dice la señora de Lan Chile es que usted llegó tarde a su check-in y que
su asiento ha sido ocupado por otra persona; por lo tanto, HOY no puede volar.
- ¡Pero si yo soy el Director de la OMC!
- We know who you are, but the plane is full, do you understand?
Como sus mercedes podrán apreciar, el diálogo se estaba enrareciendo. Sin embargo, todos tenemos un Ángel Guardián y en el caso de autos, fue una simpática
asistente de Lan quien estaba escuchando todo este lío (y quien además estaba
notoriamente embarazada). Me llamó para un lado y me dijo:
- Oye, ¿y si al señor le buscamos un asiento en la clase turista?; ¿te importaría?
- ¡Qué me va a importar! Yo lo único que quiero es que se vaya este señor. Además, se está poniendo muy odioso.
- Pero ¿tendrás cupo en la clase turista? - le consulté ipso facto.
- ¡Mira, hay cupo! –gritó de felicidad.
- Perfecto, pero ¿cómo paramos al avión?
- De eso me encargo yo –me respondió–, pero tú encárgate de que físicamente
se suba al avión ahora mismo.
Con sonrisa triunfante me presenté nuevamente ante el señor R. y ante la señora
de marras, señalándoles:
- Hemos encontrado una asiento disponible en clase turista en el avión, por lo
que hoy puede embarcarse.
- ¿Turista? – me respondió secamente.
- Sí, turista – le contesté en el mismo tenor. ¿Algún problema?
- ¡Pero esto es un ultraje! (No recuerdo sus palabras exactas, pero fueron algo así.)
- Señor R., hemos hecho un gran esfuerzo por intentar embarcarlo hoy, pero
si a usted no le parece adecuada esta solución, puede viajar otro día y se acabó el
problema.
- Esta solución es inaceptable; me quejaré ante el Canciller José Miguel Insulza.
- Puede hacerlo; es su derecho. Es más, hágalo, por favor. Mi nombre es Francisco Devia, funcionario de DIPRO.
‹116›
Volumen I•
Silencio embarazoso, of course.
- Bueno ¿se embarca o no?
- Está bien, me embarco.
- Perfecto – exclamé.
Y en eso se me acerca la señora VIP y me consulta: “oye, ¿y su asistente no se
embarca con él?“ ¡Chita Diego! ¡Se me había olvidado! Hablo nuevamente con la
futura madre de Lan y le digo:
- Oye, ¿tienes por casualidad otro asiento disponible?
- A ver, déjame ver. Sí, justo el último del vuelo. ¡Qué suerte! Como tú debes
saber, ésta es muy mala fecha para viajar, pues el tráfico de pasajeros aumenta en
forma impresionante.
- ¿Y dónde se sentarán los caballeros? –le consulté.
- Bueno, son los últimos asientos: Al fondo.
- ¿Cerca del baño?
- Sí, ¿cómo sabes?
- Porque a nadie le gusta estar cerca del baño.
Corrí nuevamente hacia el señor Ruggiero y la señora VIP, anunciándoles que también
el asistente podía embarcarse. Don Renato estaba derechamente muy enojado y noté
que no deseaba dirigirme la palabra, decisión que entendí y celebré.
En virtud de lo expuesto, llamé a mi fiel aliado Cristián Tello60 y le instruí que
debía ir a buscar al pánfilo que habíamos dejado en el VIP. Si mal no recuerdo,
Cristián me comentó: “Francisco, deben estar saliéndole raíces“, y ante tan franca
y natural respuesta, ambos nos pusimos a reír como Dios manda, sin preocuparnos si esta escena era o no vista por la precitada pareja.
60 Cristián Tello era uno de los choferes “concesionados” por la Dirección de Protocolo para
todas las giras y visitas Presidenciales. Nos hicimos amigos producto del trabajo diario y su sentido del humor. Fue capaz de llegar en menos de 20 minutos desde la Estación Salvador hasta el
Aeropuerto Pudahuel, en un día lleno de tacos. El suscrito le rogó a Cristián que debíamos volar
al aeropuerto, pues íbamos atrasados para recibir al ex Canciller de Cuba, Robaina. La causa de
mi atraso fue un partido de fútbol que se alargó más de lo presupuestado. Gracias a su pericia,
llegamos a la loza del aeropuerto en el preciso instante en que el “Loro” se dirigía hacia el VIP con
el citado Canciller. Y allí lo recibí, al pie de la escalera del loro, como si nada hubiese pasado.
‹117›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Recuerdo como si fuera hoy el momento en que veo llegar a Cristián y al asesor de R. Llegaron literalmente transpirando (sudando para los más puristas del
lenguaje), debiendo además para su pesar, subir unas interminables escaleras del
aeropuerto –con las maletas a cuestas–.
Grande fue mi sorpresa al constatar que este asesor –pánfilo– venía cargando,
además de sus bultos propios y los de su jefe, un maletín que identifiqué irreflexiva e inmediatamente como de mi propiedad.61 Sin mediar una pausa y temiéndome otra confusión, corrí cual Asafa Powell62 hacia el mentado asesor, quien en ese
preciso instante le estaba haciendo entrega de mi maletín al señor R.
- Nooo!, grité, this is my suitcase (me salió del alma).
- This is mine!, me respondió el señor Ruggiero.
- Noo, it is mine!
Y ahí comenzó un furibundo forcejeo por el citado maletín, forcejeo que era observado por la concurrencia circundante. Presa de su furia, ira, descontrol, etc.,
el Señor R. me grita: “Read it” (había una especie de etiqueta identificatoria que
estaba atada al mango del maletín).
¡Qué quieren que les diga, sus mercedes! Efectivamente, NO era mi maletín. Por
lo que amostazado, avergonzado tuve que ceder ante la presión manual del señor
R., cayendo ipso facto en un lógico mutismo. Este último acto fue la guinda de
la torta.
Ante este nuevo impase, el señor R. me dio la espalda y no me dirigió más la palabra, ingresando a Policía de Inmigración sin despedirse ni del suscrito ni de su
fiel escudero Cristián Tello.
Finalmente, con el tiempo me enteré de que el señor R. cumplió su palabra. Habría enviado una carta al Ministro de Relaciones Exteriores de la época, José Miguel Insulza, quejándose amargamente del trato recibido en Chile por un funcionario de Protocolo –no hay certeza si lo hizo con nombre y apellido–. Imagino
61 Éste me lo habían obsequiado en una Conferencia Internacional, cuyo nombre permanece en
la más absoluta tiniebla.
62 Asafa Powell: Plusmarquista mundial batió su propio récord de los 100 metros lisos, dejándolo en un estratosférico 9.74. La clave de este magnífico crono, en palabras del propio Powell, fue
“cero presión, cero tensión”. Waaaaaa, ssaaaaaaa!
‹118›
Volumen I•
que las inolvidables 14 horas de vuelo de Santiago a Ámsterdam, en clase turista
–y al lado del baño- lo motivaron a redactar esa carta-denuncia.
En virtud de lo precedentemente expuesto, mi Jefe63 me citó a su despachó y me
consultó respecto a lo sucedido. Le conté en detalle lo sucedido, haciéndole presente en que si no hubiese actuado de esa manera, el Sr. R. habría perdido su
vuelo. Con todo, afirmé categóricamente que estaba dispuesto a asumir todas las
consecuencias administrativas de mis actos. El Embajador Lira me miró –una
vez finalizados mis descargos– y me dijo: “Francisco Devia, estás realmente loco.
Hablaré con el Ministro”.
Nunca supe lo que hablaron, pero puedo comentarles que seguí trabajando en
la Dirección de Protocolo hasta que me fui destinado a Filipinas. En las calificaciones de ese año, nada anormal ocurrió, por lo que “a buen entendedor, pocas
palabras”.
Laku noc,
63 El ex Director del Ceremonial y Protocolo, Juan Pablo Lira, es uno de los mejores Embajadores del Servicio Exterior. Asimismo, es una persona que se preocupa de sus funcionarios, virtud
escasa en estos días en nuestro Ministerio. En el año 2001, por coincidencias del destino, volvería a
estar “bajo su mando” en la Embajada de Chile en Perú. Hoy es el Director de América del Sur de
la Cancillería.
‹119›
XVII
Capítulo
»Plan de Acción para
la Protección del Medio Marino y Áreas «
Costeras del Pacífico Sudeste
XVII
Volumen I•
Recuerdo vagamente que el Director de Medio Ambiente de la época me
encomendó hacerme cargo de la Asamblea Ordinaria Anual del Plan de
Acción para la Protección del Medio Marino y Áreas Costeras del Pacífico
Sudeste.
En ese entonces estaba a cargo del ágil pero diminuto Departamento de
Asuntos Marítimos (DIMA-MAR), conformado por la eficiente abogada
Gema R., el Tercer Secretario Marcelo “Perro” N. y nuestra querida secretaria Elena S.
- Disculpe, Embajador, pero yo no tengo experiencia en este tipo de
Asamblea, fue mi categórica respuesta ante el ofrecimiento del Director
de DIMA.
- Oiga, don Francisco, no me venga con excusas. Confiamos en la labor
de su departamento. Además, ¿usted no estuvo destinado en Protocolo?
- Sí, Embajador, pero no es lo mismo apoyar y colaborar en la realización de una recepción o almuerzo oficial, a ser el anfitrión mismo.
- No se hable más del asunto; usted está a cargo y punto.
Y así fue como el reseñado equipo organizó la precitada Asamblea Anual.
La Agenda de la reunión fue preparada a tiempo y todo estaba resultando
según lo previsto, hasta el día del primer almuerzo oficial.
Ese día, debí improvisar un brindis de apertura, en uno de los salones de
la Academia Diplomática. Los que me conocen saben que hablar es una
de mis características, aunque no soy tan locuaz como mi madre. Sin embargo, esa tarde, estaba un poquitín confuso.
Omití en el brindis saludar a una de las principales autoridades circundantes –lo que fue subsanado por un Embajador y amigo (don Fernando
Zegers), quien hizo un brindis a posteriori, en honor de la afectada.
Asimismo, por razones de exceso de trabajo en la cocina (había dos almuerzos simultáneos ese día), los platos no llegaban y nadie sabía por
qué. Tuve que conminar al “Perro“ N., - prácticamente le grité –a que
fuera a apurar la cosa–. Le tuve que insistir a viva voz, porque el pelotudo
no me entendía, pues pensaba que lo estaba felicitando por su trabajo.
‹123›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Pero el día de cierre de la Asamblea fue unforgettable. Como el día anterior había tenido las reseñadas dificultades, me dije a mí mismo: “No
cometeré los mismos errores; tendré más cuidado”.
Cabe señalar que en el aperitivo, los distintos delegados comentaron su
satisfacción por los avances que habíamos logrado en estas dos jornadas
de trabajo. Imagino que sus mercedes piensan que muchos de esos elogios
eran fruto de buena crianza. Yo pensé lo mismo, pero en la práctica, para
los intereses –al menos de nuestra delegación– se habían abordado todos
los temas que nos preocupaban.
Aprovechando ese impulso de entusiasmo, le encomendé al “Perro” N.
que trajera los documentos que contenían las conclusiones de la Asamblea para que una vez finalizado el almuerzo de clausura, fueran suscritos
de inmediato por todas las delegaciones. El “Perro” N., fiel como los de su
especie y raza, cumplió a satisfacción la orden recibida .
Y los mozos nos hicieron entrar al Comedor Principal de la Academia
Diplomática. Los delegados de los cinco países concurrentes a la reunión,
–más de 20 personas– tomaron asiento en conformidad a la precedencia
protocolar vigente. Era imponente ver esa mesa inmaculada, sacra, santa,
virginal, cubierta de copas y platos, con sus respectivos comensales, todos
correctamente vestidos.
Y me tocó nuevamente hacer el brindis de rigor… Hablé de las relaciones
internacionales, de lo gratificante que era tenerlos a todos presentes, del
castellano como lengua madre, del sueño de Bolívar (no, eso jamás lo
diré), mostrando con mi dedo –cual ex Presidente Ricardo Lagos– en
forma orgullosa los documentos que suscribiríamos esa tarde y quise terminar diciendo: “Queridos amigos/a, no quiero aburrirlos más, brindemos todos juntos, como corresponde por … ¡ahhhhh…!”
Pero había un detalle: “La cabra tira al monte”. Como mi madre se encarga de recordármelo cada vez que nos vemos: “Mijito, usted tiene manos
torpes. ¡No, no toque eso, se le va a caer!”
¡Y mi madre, como todas las madres, tenía razón! Cuando dije brindemos todos juntos por… (hay, chita diego, ch…pónganles sus mercedes
‹124›
Volumen I•
las expresiones que a su real saber y entender son las apropiadas para
la circunstancia descrita), rocé involuntariamente la copa de mi vecino,
provocando dicha acción la caída de mi copa, cuyo contenido se volcó
íntegramente no sólo en el inmaculado mantel, sino que también en los
documentos oficiales que supuestamente suscribiríamos esa tarde.
No sé qué fue peor: mi inmediato cambio de color –palidecí, y para un
moreno eso ya es un desafío– o ver la cara de horror, desesperación y
angustia de la pobre Gema R., quien estaba casi frente a mí. (Imagino que
pensaba, pobre Francisco, ¡qué hizo!)
Hubo unos segundos de absoluto silencio. Nadie decía nada. Opté por lo
lógico. Bosquejando una forzada sonrisa expresé a viva voz: “Oye, Marcelo (el mismo Perro de siempre), pásame tu copa, mira que hay que celebrar“.
Y así fue como levantando la copa del Perro, dije a la concurrencia:
-
Queridos amigos, tal como les estaba diciendo antes, ¡salud!
-
¡Salud! - fue la unánime respuesta de todos los comensales, seguida de jocosos comentarios.
No sé si fue como consecuencia del derrame de vino descrito precedentemente o el exceso de adrenalina del momento, pero puedo asegurarles
que ese almuerzo fue uno de los que más he disfrutado en mi ya dilatada
carrera como pseudo-diplomático.
Finalmente, tuve que privar al Perro de compartir el café de sobremesa.
Lo mandé derechito a buscar copias de los documentos que los delegados
debíamos suscribir esa tarde.
Un gran abrazo y Laku noc
‹125›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
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{Volumen}
II
I
Capítulo
»Snoring or Sleeping? & Emilio«
I
Volumen II•
Zagreb, 3 de abril del 2008
Pese a que sólo dos personas manifestaron expresamente su interés por
un Tomo II de lo que hemos denominado “Cuentos o Anécdotas del Old
Friends’ Pub o saga croata”1 y dado que, por el contrario, ninguna persona se opuso a esta loable iniciativa,2 presumiremos que el silencio de sus
mercedes autoriza a su autor para retomar esta sana práctica.
Sin embargo, con pavor debe dejarse constancia de la bajísima valoración cívica que la citada pseudo saga ha generado en sus lectores, hoy, cibernautas. Si de
esa misma valoración dependiera mi existencia, seguramente me encontraría
en riesgo de extinción, como muchas de las especies de nuestro planeta tierra,
en particular, los grandes cetáceos o ballenas…ni se les ocurra buscar alguna
alusión personal en esta frase.
¿Y qué ha pasado en este último tiempo?
En primer lugar, semanas atrás concurrí en mi calidad de Encargado de
Negocios a.i.3 a la conferencia del representante en Zagreb de la Organización de Cooperación y Seguridad Europea (OCSE). El expositor se
encontraba explicando acerca de las tareas o cometidos que este año tiene
previsto realizar su Misión Diplomática. Sin embargo, no todo sucedió
como estaba previsto por los organizadores.
Llevábamos veinte minutos de charla y de pronto oí una especie de ronquido. Sí, sus mercedes, un simple y vigoroso ronquido.
Inmediatamente pensé que ese ruido, ajeno a la citada conferencia, había
sido provocado por una silla o algo por el estilo. Craso error, pues un
segundo ronquido me hizo comprender el nuevo escenario que se estaba
1
2
3
Lula Letelier y Jordi Batiste.
Ni siquiera un detractor extemporáneo, que siempre los hay.
¿Suena bien, no?
‹131›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
desarrollando en ese momento.
En virtud de ese ruido o sonido bronco, según la Real Academia Española, miré a mi alrededor y comprobando que estaba Rade4 a mi lado, le
consulté sutilmente:
- Rade, someone is sleeping, isn`t he?
- Nooo, Francisco, someone is snoring5 !!
Evidentemente, riéndome, traté de identificar al responsable de los hechos
descritos. Para mi sorpresa, constaté que los ronquidos provenían de un
Embajador que es conocido en el medio diplomático por ser weird6, quien
para agravar aún más su falta, se ubicaba frente al expositor y a su jefe de
gabinete –que lo acompañaba en ese menester–. Para detallar aún más los
hechos, básteme sus mercedes indicarles que la cabeza de su Excelencia
estaba completamente inclinada hacia uno de sus hombros (el derecho).
La charla fue patética, ya que durante 25 minutos tuvimos que escuchar
cada cierto tiempo el ruido o sonido bronco del citado Jefe de Misión
Diplomática, el que iba in crescendo a medida que pasaba el tiempo, llegando a ser estos ronquidos, frecuentes y progresivos. La incomodidad
de los asistentes fue manifiesta, en especial para el expositor y su Jefe de
Gabinete, quienes no podían creer este espectáculo surrealista.
Quizás por ello, como una soterrada venganza, el expositor terminó su
discurso diciendo una cosa parecida a lo siguiente:
- Queridos Embajadores y amigos/a presentes, espero que hayan comprendido que los objetivos que nuestra Misión se ha propuesto llevar a
cabo este año, no serán fáciles de cumplir, pero es nuestro deber y desafío
intentarlos.
4 Diplomático serbio quien cada lunes oficia de defensa en nuestro equipo de fútbol de los
expatriados.
5 Traducción no oficial: roncando.
6Extraño.
‹132›
Volumen II•
“Confío en que esta charla no les haya parecido tan aburrida como aparentemente lo fue para el Embajador XXX.
“Muchas gracias”.
Este comentario final provocó risas y aplausos espontáneos de la audiencia.
Por mi parte, junto a Rade aplaudimos a rabiar para intentar despertar al embajador XXX, lo que evidentemente logramos. El Embajador del año7 despertó exaltado y, literalmente, huyó avergonzado del lugar de los hechos.
Con todo, lo que nunca entendí fue la poca caridad cristiana de dos embajadores y/o encargados de negocios que estaban próximos a él. ¿Cómo
diablos no le tocaron un hombro o la espalda a ese pobre hombre para
que se despertara? Eso en nuestro empobrecido, desgarrado y populista
continente se hace, ¿no es así?
En mi defensa, cabe señalar que pensé acercarme a su Excelencia, pero
esa idea –materializarla– me significaba cruzar todo el salón de la conferencia, pues siguiendo viejas prácticas colegiales, me ubico en el último
asiento en todas las ceremonias oficiales a las que debo concurrir por mi
cargo, al contrario de otros que no escatiman esfuerzos por figurar en primera fila.8 Ese proyecto –el auxiliar al Embajador dormido- pudo haber
sido incluso contraproducente, ya que mi eventual desplazamiento habría
sido demasiado visible, muy descarado para la audiencia.
Me cansé; otro día les cuento los efectos causados por el artículo publicado en la Revista del Domingo en el Mercurio el pasado mes.9 Les reitero
que la bufanda que exhibo fue objeto de una dura polémica conyugal.
7Merece su Excelencia una placa de reconocimiento en un establecimiento Mac Donald´s
como el Embajador del mes.
8 Eso me permite, cual mafioso, observar quiénes están y quiénes no.
9 Y que fuera publicado gracias a Sylvia Bustamante G.
‹133›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Sólo Dominguito Aljaro –menor de edad– fue el único que comprendió
todo: la bufanda del “Francis” es igual a la del Inter.10
Como ven, la sabiduría infantil es insuperable.
LAKU NOC
Comité de Redacción
P.D.: La historia del Príncipe de Luxemburgo la dejaremos para un próximo
capítulo.
•Emilio•
Más de dos meses han pasado desde nuestra última comunicación, intitulada ¨Snoring or Sleeping¨, siendo el motivo de esta ausencia mediática
una serie de hechos que no voy a precisar.
He decidido retomar este hábito como una manera de recordar a nuestro
querido amigo y ex Embajador, don Jefe Emilio Ruiz-Tagle (Q.E.P.D).
No detallaré hoy las virtudes de Emilio, pero sí puedo asegurarles que era
un caballero. Su vida no fue fácil, y siempre estuvo en primera plana, hecho que provocaba la lógica envidia de algunos. Sin embargo, era querido
por su familia y sus verdaderos amigos.
Por mi parte, puedo comentarles que nos reíamos mucho cuando hablábamos sobre nuestro común hobby: la lectura, coincidiendo ambos en
que el escritor español Arturo Pérez Reverte es uno de los grandes de la
narrativa contemporánea. Sus libros sobre Las aventuras del capitán Diego
Alatriste deberían ser de lectura obligatoria para aquellos avezados que
desean incursionar en ese género.
10 Inter de Milán, equipo de fútbol italiano.
‹134›
Volumen II•
Pero también hablábamos y discutíamos de política, de fútbol,11 del Ministerio, etc., no teniendo siempre la misma opinión, pero lográbamos
superar nuestras diferencias con muy buen humor. Es decir, éramos amigos, simple y llanamente.
En fin, es muy difícil encontrar casos donde se da una genuina amistad
entre jefe y subordinado. Yo he sido muy afortunado, as usual, pues en
este caso el resultado de la ecuación fue más que satisfactoria. (Espero que
Emilio piense lo mismo.)
Con todo, debemos retomar el capítulo anterior para dar la impresión que
existe una cierta “Hoja de Ruta” en esta saga croata y con ello satisfacer la
demanda de sus adeptos; pocos, pero fieles.
11 “Franjo”, me decía Emilio, “los periodistas chilenos son uno de los principales responsables
del lamentable estado en que se encuentra el fútbol chileno: Endiosan a los futbolistas y le hacen
creer a la gente que somos una potencia deportiva. ¡Y no lo somos!” Y ambos nos levantábamos
indignados de nuestros asientos, exigiendo una Política Deportiva Nacional.
‹135›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
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II
Capítulo
»El Príncipe de Luxemburgo«
II
Volumen II•
Y finalmente les contaré sus mercedes la anécdota sobre El Príncipe de
Luxemburgo, tal como la recuerdo. Me he provisto de un vaso de cubalibre, cual Ernest Hemingway, para tratar de ser lo más elocuente posible.
Cuando se supo que el mentado Príncipe venía a Chile, don Eduardo
Guillermo Bonvallet, alias el Gurú,12 fue enfático y muy poco diplomático
al calificarlo de vagoneta.13
Hay que empezar diciendo que su visita oficial significó que, por primera
vez desde que había llegado a la Dirección del Ceremonial y Protocolo,
debía asumir en plenitud la responsabilidad de la visita de una autoridad
internacional. El problema radicaba en que nunca antes había estado a
cargo de un programa de esas características; por lo tanto, desconocía el
motivo de la misma y obviamente sus detalles.
Evidentemente, todo comenzó con dificultades. Si hay una cosa que me
caracteriza, según dichos de mi propia madre, es que las cosas no resultan
como deberían ser. ¿Vieja sabia? ¿Bruja? No, sencillamente una madre
deslenguada, curiosa por excelencia, pero gran madre, al fin y al cabo.
Según el programa previsto y redactado por otro funcionario (pues reitero, me entregaron el cachito de esta visita cuando yo estaba a cargo de
otras actividades, digámoslo sin ambages), el vagoneta, perdón, el Príncipe de Luxemburgo debía reunirse con el Ministro de Economía en ese
Ministerio (calle Teatinos 120, creo).
Antes de llegar a ese Ministerio, me llama por celular el Capitán de Carabineros a cargo de la seguridad y operativo del Príncipe, Cristián L., y
me dice:
12 Ex futbolista, entrenador y comentador deportivo, conocido por sus críticas a todo lo establecido, una especie de censor, un tribuno de la plebe, acusado de loco por varios, pero para mí es
un fiel defensor del deporte en general y del fútbol, en particular. ¡A tu salud, Gurú! Haces entretenido el fútbol chileno.
13 Vagoneta: vago, wander.
‹139›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
– Francisco, mi avanzada me acaba de llamar y me dice que nadie espera
al Príncipe en el Ministerio de Economía.
– Pero, Cristián, ¡no puede ser! El programa dice claramente que lo recibirá el Ministro de Economía Subrogante.
– Sí, lo sé, Francisco, lo estoy viendo, pero te reitero que mi avanzada
dice que no hay nadie esperando al Príncipe.
– ¡No puede ser!
– ¡Qué quieres que te diga! Eso dice mi avanzada. ¿Qué hacemos?
– ¡Chucha! –perdón abuela-, pero ¡esto es insólito!
– ¿Qué hacemos, Cristián? Tú tienes más experiencia que yo. Ésta es mi
primera visita internacional y yo estoy a cargo.
– Francisco, te sugiero que le digamos que la audiencia se suspendió.
– ¿Cómo?
– ¡Que se suspendió! Lo regresamos al Hotel y luego lo pasamos a buscar para ir a la SOFOFA.
– Cristián, excelente idea; así lo haremos.
Y así fue como se procedió. El Príncipe aprovechó de descansar un poco
más y nosotros preparar las reuniones de la tarde: almuerzo en la SOFOFA 14 y luego reunión en el Ministerio de Planificación.
Llegamos a la SOFOFA sin inconveniente alguno. El almuerzo fue organizado por el embajador encargado de los intereses de Luxemburgo en
Chile. Todo iba bien; sin embargo, notaba que el almuerzo se alargaba y
alargaba y el Embajador –pánfilo, derechamente- no hacía nada por apurar la cosa. Le indiqué en dos oportunidades que debíamos partir, pues
nos esperaban en el Ministerio de Planificación.
Finalmente, decidí, ante la clásica indecisión de los diplomáticos, agarrar
al Príncipe y llevarlo al auto de la comitiva, siendo acompañado por dos
o tres de sus asesores.
14 SOFOFA : Sociedad de Fomento Fabril, ente gremial.
‹140›
Volumen II•
Pero, ¿y el resto de la Comitiva? Claro, el almuerzo y el bajativo estaban
de lo mejor en la SOFOFA y el resto de la delegación no tenía interés en
moverse.
Cristián se me acerca y me dice:
- Francisco, estamos atrasados; debemos partir ahora mismo.
- Sí, pero y ¿el resto de la Comitiva? No puedo llegar al Ministerio de
Planificación con autos desocupados (eran al menos cinco o seis). ¡Estos
h… (¡piiii!) no quieren bajar!
- Francisco, debemos partir.
- O.K., Cristián, déjame subir una vez más y voy a lacear a los que pueda. Te insisto; no voy a llegar a ese Ministerio con autos vacíos.
Y así fue como subí nuevamente y hablé con el Embajador pánfilo, a quien
le indiqué que partíamos ahorita, con o sin él. Ante esta amenaza, logré
reunir parte de la Comitiva y los subí a todos en el ascensor, debiendo los
otros, por su parte, descender por la escalera.
Cuando llegué al primer piso me encontré de frente con el pasado. Sí, amigos,
una mujer que en otra época me gustó en exceso durante muchos años.15 “Negro –exclamó sorprendida– ¿qué estás haciendo aquí?” Tal fue mi sorpresa al
salir del ascensor que no supe qué decir. Se me trabó la lengua y mentalmente
pensé: “¿Cómo diablos se me aparece ahora, en plena faena, en mi primer cometido como funcionario propiamente tal? ¡Está mejor que nunca!” “Perdona
–le dije–, pero estoy con el Príncipe de Luxemburgo, sorry”. Esas fueron mis
últimas y vagas palabras, si mal no recuerdo.
Y así fue como pese a todos estos imprevistos y con un corazón golpeado16, logré reunir parte importante de la citada delegación, instalándolos
15 Mi propia Nefernefernefer de la Novela Sinuhé el Egipcio de Mika Waltari (pág. 121. Edición
de Bolsillo)
16 Canción: Un viejo Amor. Interprete: Los Huasos Quincheros: “…Que un viejo amor, no se
olvida ni se deja; de nuestra alma si se aleja, pero nunca dice adiós”.
‹141›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
en sus respectivos autos. ¿Y los otros, el saldo o el resto? Sorry, se quedaron en la SOFOFA.
En ese momento el Capitán de Carabineros me dice:
- Francisco, estamos con casi media hora de retraso. Si quieres llegar
relativamente a tiempo, debemos irnos a contramano.
- ¿Qué significa eso, Cristián?
- Irnos en sentido contrario de la Costanera.
- ¡Pero eso es una locura!
- Es lo único que podemos hacer para cumplir con los tiempos estipulados.
- Ok, Cristián, hagámoslo; yo asumo la responsabilidad del caso.
- Oye, pero te advierto que vamos a llegar con ruido de sirenas y será
todo un despliegue –operativo– en pleno paseo Ahumada.
- No me importa; hagámoslo.17
Y así fue como una comitiva de cinco o seis autos VIP, más su correspondiente escolta policial, se dirigió a toda carrera por la Costanera Norte
hacia el centro de la capital, para ser exactos, pleno paseo Ahumada.
El ruido era ensordecedor, parecía una película de Bruce Willis, tal era
el escándalo que producíamos en esa frenética carrera hacia el centro de
Santiago. Nadie entendía nada, ni la Comitiva, ni el Príncipe, ni tampoco
el suscrito.
Llegamos en menos de 10 minutos al Ministerio de Planificación, habiéndome aferrado durante todo ese tiempo a la manilla de la puerta del auto,
en caso de un eventual volcamiento del vehículo, que a mi juicio, era inminente.
Fue algo mágico, insólito: el ulular de esas sirenas, el ingreso de la Comitiva del Príncipe en pleno Paseo Ahumada (insisto, paseo peatonal por
excelencia), la expectación de la gente por el ingreso de un grupo de autos
17 Paseo Ahumada: Principal paseo peatonal de Santiago de Chile.
‹142›
Volumen II•
en su área, su paseo, su hábitat.
Paramos frente al Ministerio de Planificación; descendí rápidamente de
mi auto, cual saeta, para abrir la puerta de Su Majestad, el Príncipe de
Luxemburgo –no estoy seguro si llegué antes que el escolta de Su Alteza;
pienso que no.
En ese supremo momento, –en el instante que el Príncipe salía del auto–
cuando toda la gente se agolpaba alrededor del auto para observar este
hecho inusual, acompañado siempre del ulular de sirenas, se escuchó un
grito claro y contundente: “¿Qué estái haciendo ahí, NEGRO DEVIA?”
Cómo habrá sido el grito y la sorpresa de la gente al escuchar esa frase,
que todos miramos al autor de la misma, siendo desde ese instante para
mí, célebre y legendaria su figura. Cuando el Príncipe estaba entrando al
edificio, le respondí a ese anónimo transeúnte, en forma solapada: “TRABAJANDO, trabajando”.
Hasta el día de hoy, no sé quién fue el autor de ese anónimo grito. Me
gustaría conocerlo, pues fue tan espontáneo y natural, que, reitero, nos
desconcertó a todos, incluyendo a Su Alteza Real.
Familia, amigos, me cansé; debo descansar y ver el partido de la Eurocopa
entre Alemania y Turquía. Apoyo a Alemania, pues jugué fútbol en representación de su Embajada un mes atrás en un campeonato de futbolito
inter-Embajadas. Esa, sus mercedes, es harina de otro costal.
Un abrazo desde Zagreb,
Negro Devia y su fiel Paulita.
•Vereda Tropical y Buque Escuela “Esmeralda”•
País en competencia: Chile
Título de la Canción: “Vereda tropical”
Intérprete: Leo Marini
Co-Interprete: Francisco “Negro” Devia
‹143›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Voy por la vereda tropical,
la noche plena de quietud
con su perfume de humedad,
En la brisa que viene del mar
Se oye el rumor de una canción,
de una canción de amor y de piedad …
¿Por quééé se fue?
tú la dejaste irrrrr,
vereda tropical,
hazla volver a mí ..
Así se encontraba el infrascrito dos días atrás tarareando esta canción, con
su fiel aliado, un cubalibre doble,18 cuando erróneamente me creí capacitado
para retomar nuestra saga, tomando la fatal decisión de acompañar este brebaje con un habano.
Pensé que dado que al escritor Ernest Hemingway le gustaban los habanos,
consideré oportuno mezclar mi cubalibre con un habano adquirido –en forma gratuita– con ocasión del matrimonio de un amigo chileno-croata. 19
- Negro, tú no sabes fumar; ¿para qué lo vas a hacer? ¿Qué necesidad tienes de
probar un habano? Ya tienes 41 años y nunca antes has fumado.
- Paulita, creo que Ernest Hemingway necesitaba tomar y fumar al mismo
tiempo para poder escribir y yo debo reanudar la saga. La tengo muy abandonada.
- Mmmmmm –expresó en forma sutil, casi imperceptible, sin pronunciar palabra adicional, ni en favor ni en contra de mi propuesta.20
18 Gracias a una botella de ron añejo que Emilio (Q.E.P.D.) me regaló tiempo atrás.
19 Alex Tudor.
20 Paulita es una verdadera diplomática, pues debería haberme dicho: “Negro, como bien sabes,
existen campañas a nivel estatal y mundial que están prohibiendo fumar por razones de salud. Sin
embargo, ahora, tú, con 41 años decides iniciarte en este vicio. ¡Estás completamente loco!”
‹144›
Volumen II•
No pasó más de una hora y media desde que habíamos finalizado nuestra
conversación, cuando comencé a sentir un mareo espantoso. Me “afiebré”21 y
tuve que irme derechito, humillado, a mi pieza, sin poder ni hablar ni menos
escribir (antes fui a dejar la basura a la calle y casi me quedo con ella de tan
mareado que estaba).
Según expertos amigos en la materia, el motivo habría sido muy simple: aspiré el habano y eso fue fatal. Me habría bajado la presión. Mal, Devia, mal.
Incluso mi suegra me envió un artículo donde se describían los efectos de
fumar un habano en forma inapropiada.
Ni la canción “Vereda Tropical” me ayudó en mi recuperación. Sólo pensaba
en dormir y tratar de no vomitar, pues el mundo se me dio vueltas. Me acosté
ipso facto, ofreciendo mis excusas a la doña de este hogar, quien no disimuló
sus risas al verme en ese estado.
En fin, no sigamos con esto y relatemos la anécdota por la cual cometí tan
inapropiada mezcla –aunque torpeza sería la palabra apropiada.
Para el conocimiento de sus mercedes, el Buque Escuela “Esmeralda”, con
motivo de su LIII crucero de Instrucción, recaló oficialmente en la ciudad de
Split entre los días 13 y 18 de de julio pasado.
Suscrito, en su calidad de máxima autoridad de Chile en Croacia, debía recibir al Buque Escuela, debiendo para ello seguir un estricto Protocolo. Iría
acompañado por nuestro Agregado Militar de Chile en Londres y concurrente en Croacia, Coronel Jorge S., con quien coordiné los preparativos previos y
posteriores de la visita de la Esmeralda.22 En ese sentido, por ejemplo, acordamos invitar a algunos militares chilenos destinados en Bosnia-Herzegovina,
a cuyo Comandante conozco personalmente. En la noche de ese día, además,
se realizaría una recepción a bordo, según programa establecido.
Sin embargo, siempre ocurren imprevistos. Según el plan original, recibiría-
21 En la jerga muy popular, de mi tiempo, se decía “flaco, te dio la pálida”. Aunque ahora deberían decirme: gordo y no flaco.
22 El Coronel Jorge Salas me pareció una persona sumamente profesional y agradable.
‹145›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
mos al Buque Escuela a las 8 a.m. en el muelle de atraque. Pero ¿qué pasó?
Un fuerte viento impedía que la Esmeralda pudiera ingresar al puerto, ya que
de hacerlo, se comprometía la nave –la operación era muy riesgosa-. Luego de
dimes y diretes, se decidió, dado que el mal tiempo no amainaba, nosotros iríamos a la “Esmeralda” para proceder a la ceremonia de rigor.
Y así fue como a las 12:30 p.m. una lancha nos llevó al Buque Escuela. Primero se cambió el lugar por donde subiría a bordo, pues la forma en que estaba
anclada la Esmeralda aconsejaba abordarla por babor y no por estribor. Luego,
con pavor, se me indicó que yo debería subir primero, solo, sí, solo-solito. Y por
último, la escalera de abordaje era corta, y temía caerme cual Cucalón.23
“Pero, ¿y qué más da?”--dije para mí mismo. “Dios me tiene que ayudar”, pensaba mientras subía la escalerita. Estaba muy emocionado, pues cuando estaba en
el Colegio se me pasó por la mente postular a la Escuela Naval, pero finalmente
nunca materialicé esa idea.24 Ahora, el destino me daba una posibilidad única:
Ser recibido por nuestro único y principal Buque de Instrucción.
El mar estaba increíble y el sol me daba en plena cara; por eso, cuando llegué a la
cubierta, estaba entre pálido –y no por el habano– y asustado, temeroso. Allí me
recibió en el centro de la nave su Comandante, el Capitán de Navío Víctor Z.
Cuando me disponía a darle la mano, me hizo un gesto para advertirme que no me
acercara, pues debía permanecer en el centro del barco. En ese instante, escuché al
oficial encargado de la Compañía de Grumetes, quien a viva voz, alzando su sable,
gritó: “¡Honores al Encargado de Negocios de Chile en Croacia!”
En el acto comenzó a tocar la banda instrumental, para luego de unos minutos,
se procediera a interpretar nuestro Himno Nacional – por la misma banda, se
entiende.
23 Cucalón es un periodista peruano que a bordo del Huáscar, durante la Guerra del Pacífico,
por su descuido y pese a instrucciones que se le habían dado, se habría caído y luego ahogado.
24 En nuestra familia, mi bisabuelo fue Comisario General de la Armada, según entiendo. Asimismo, un primo de mi mamá alcanzó el grado de Vicealmirante durante la “oprobiosa” dictadura,
entre otros ascendientes.
‹146›
Volumen II•
“Chita diego”, pensé, “pero que estái importante, Devia”. Y para no ser menos,
empecé a cantar a todo pulmón nuestra canción nacional. Sin embargo, a medida que cantaba, notaba que era el único que lo hacía. El resto de la Oficialidad y Gente de Mar de la Esmeralda escuchaba con sumo respeto y atención
nuestro himno. Fue tanta mi sorpresa, que empecé a tartamudear; sí, digámoslo tajantemente, pues noté con horror que no podía seguir a la banda.
Para empeorar el escenario, pensé que estaban interpretando la estrofa prohibida –Mis valientes soldados–25 y esta disquisición me turbó aun más. Tal
fue mi desconcierto, que en la mitad de mi canto, opté por callarme. Sí, sus
mercedes, escucharon bien; me callé cual topo. (¿Existirá esa expresión?)
“Pero, Devia, ¿cómo ch… se te olvidó la canción nacional? ¿De qué te sirve
ser un pseudo especialista o experto en los Balcanes, Kosovo, Derecho del
Mar, Filipinas, Túnez y/o Perú, etc.?”, me recriminaba mentalmente, para luego, con desesperación, añadir: “¡Dios mío, ayúdame! Please, help me!”.
Y en eso, no me pregunten cómo, reconocí parte de una estrofa y retomé el
canto, con los mismos bríos con que había comenzado, como si nunca nada
hubiese pasado.
Por último, una vez finalizado nuestro himno nacional, fui conducido a la
cámara del Comandante, lugar donde almorzaría en compañía de los senadores Baldo ProkuriÇa y Jaime Naranjo, del edecán del Senado, Capitán de
Navío Santiago Jaman, del Coronel Salas, entre otras autoridades invitadas.
Para terminar, muchas cosas ocurrieron esa semana de julio, pero será materia de otro capítulo, al igual que nuestras vacaciones por el norte y centro
de Francia.
Les deseo lo mejor, como siempre. Francisco “Negro” Devia.
25 La estrofa de la Canción Nacional “de los valientes soldados” fue suprimida de todos los actos
oficiales con la llegada del Gobierno de la Concertación de Partidos Políticos por la Democracia,
el llamado “Arcoiris”, que traería una supuesta “Alegría para Todos”.
‹147›
III
Capítulo
»El artículo 9 del Código Civil«
III
Volumen II•
Acabo de terminar de leer el libro The Twelve Caesars de Suetonius y me
doy cuenta de que en Roma lo habría pasado muy mal por mi persistente
rebeldía a todo lo que considero arbitrario o injusto –algo demasiado subjetiv–. Que tu vida personal y familiar, como también tus propios bienes,
dependan del estado anímico del Emperador de turno, me parece algo
macabro y contrario al Estado de Derecho y a la certeza jurídica, requisitos que en toda sociedad civil deben imperar. ¿Suena bien la frase, no?
Si me escucharan mis compañeros de la Universidad, se reirían de mis
comentarios leguleyos, pues como sus mercedes deben recordar, suscrito
estuvo en tres ocasiones dispuesto a abandonar la Carrera de Derecho en
busca de un mejor destino. Incluso mi familia estaba de acuerdo en que lo
hiciera, ergo, sólo faltó concretar, materializar la idea.
Sin embargo, el destino me tenía reservado una sorpresa: terminar en el
Ministerio de Relaciones Exteriores y ¿saben qué?, curiosamente mi bagaje jurídico26 me ha ayudado bastante para desenvolverme en él, ya que
en definitiva uno aprende, luego de fastidiosos años, a armonizar conceptos, elementos, clasificaciones, los que sumados a un mínimo de criterio27,
me han permitido sobrevivir en el mundo de las relaciones internacionales, en la diplomacia, y que hoy en día no es otra cosa que mi vocación y
fuente laboral.28
Aún recuerdo, por ejemplo, cuando un ex dirigente de la UDI, en ese
entonces profesor de Introducción al Derecho, en el examen de fin de año
de su curso –un 22 de diciembre del año 1985– para ser aún más exactosme consultó:
- A ver, señor Devia, –leyendo la lista de curso, pues seguramente no me
identificaba– dígame qué reza el artículo 9 del Código Civil.
- El artículo 9 dice más o menos así, profesor …
26 Presumiblemente escaso, según decir de algunos de mis amigos
27 Como diría un amigo: “Esta profesión requiere T.T.C. Negrito: tacto, tino y criterio, nada
más”.
28 Mi fuente de trabajo, la “leche para Paulita”, el circo” para algunos de mis amigos; “el sueldo,
pan o propina” para otros; y que para los suscriptores del diario popular La Cuarta sería sencillamente “ganarse el caviar”.
‹151›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Una vez terminada mi exposición, que yo creía madura, casi profesional y convincente, fui contraatacado de inmediato por el aludido docente:
- Disculpe, señor… ¿Devia?, pero así no reza el Código.
- Perdón, Profesor, pero no entiendo a que se refiere.
- Lo que usted nos ha expuesto no es la definición exacta del artículo 9 del
Código Civil.
- ¿No?
- No, cómo se le ocurre, el Código dispone otra cosa.
- Sin embargo, Profesor, creo haberle reseñado todos los elementos que componen el concepto descrito en el citado artículo. La verdad es que… (y no alcancé
a terminar esa frase, creo).
- Señor, sus elementos no son suficientes. Usted debe ser capaz de recitarme de
memoria el artículo 9. La profesión de abogado exige conocer en forma textual
lo que dice la LEY.
- Pero, Profesor, con todo respeto, considero que con los elementos que le he
aportado, es posible elaborar el concepto que usted me ha solicitado.
- A ver, señor Devia –si mal no recuerdo, ya estaba francamente molesto–: ¿sabe
o no sabe lo dispuesto en el mentado artículo?
En ese momento pensé: “Estái fregado, Negro, este h…se enojó y por lo tanto, es preferible tratar de que la derrota nos sea leve. En consecuencia, debes
actuar”. Mi respuesta fue tajante: “Sí, sé el concepto del artículo 9 del Código
Civil, Profesor.”
Y así fue como cara de palo, sin asco, sin miedo ni violencia, le repetí nuevamente los mismos elementos que anteriormente había expuesto, terminando
mi presentación con plena convicción y acompañándola, además, con una fina
sonrisa –pudiendo ser calificada seguramente por los entendidos como mordaz–. “¡Váyase!”, me dijo con severidad y cara de pocos amigos, “Tiene un 3.0
en su examen final.”29
Y apenas escuché el 3.0, me paré en el acto, riendo y respondiéndole a viva voz
le contesté: “Muchas gracias, PROFESOR,” con énfasis en esta última palabra.
29 En Chile las notas son de 1 a 7. Las notas o calificaciones entre 1 y 4 significa insuficiente,
ergo, implica reprobar, repetir el curso.
‹152›
Volumen II•
Todavía recuerdo la cara desconcertada del Profesor y su ayudante, pues
no lograban entender cómo infrascrito podía agradecerles semejante
nota, ya que presumían, erróneamente, que con dicha nota yo reprobaba
y debía por lo tanto rendir nuevamente un examen de recuperación en
marzo del año siguiente.
¿Qué pasaba? Muy simple. Por cosas de la vida, mi nota de presentación
era una de las mejores de mi curso. Me presentaba con un 5.5.; por lo
tanto, con el 3.0 que me estampó solemnemente este riguroso y detallista
académico, me daba un modesto 4.25, nota más que suficiente para aprobar su ramo y con ello, no verlo nunca más, al menos en clases. Sí, tendría
que hacerlo por TV y diarios, con el devenir del tiempo.
- Pero no sea latero, señor Devia, a ver dígame: ¿qué está usted leyendo
ahora?
- Ummm, O.K., Nuevas cosas del fútbol de Francisco Mouat.
- ¿Y por qué usted está leyendo ese libro? No ve que con esa literatura sólo
se ratifica lo que muchos piensan de usted: que más que estudiar Derecho,
usted se dedicó a jugar fútbol en el Campus Oriente.
- Mire, Profesor, en primer lugar hace más de 17 años que egresé de la UC.
En segundo lugar, mantengo mis dichos: es decir, no es posible que en las
Universidades y/o Institutos se nos obligue a memorizar conceptos inútiles, fútiles, déle el calificativo que su merced estime oportuno. En tercer
lugar, leo lo que me da la gana y punto. Ah, y por último, porque fue un
regalo de mi amigo Omar “Guatón” Vidal 30 antes de venirnos destinados
con la Paula a Croacia.
Negro Devia, ¿por qué das explicaciones? No tienes que darlas; el Profesor de marras siguió en lo suyo, la política, y tú, cumpliendo tu sueño
de viajar por el mundo, cual gitano, como era tu propósito desde niño,
cuando parecías, a decir de tu propia madre y tíos, un niño de Biafra,31
30 Grande y gordo amigo, quien todavía organiza los partidos del Ministerio en San Carlos de
Apoquindo, todos los martes de cada semana. Fanático del Fútbol, jugó en la UC, debiendo retirarse por lesión. Siempre se queja, al igual que Dirceu –jugador brasileño, de que “yo les mandaba
balones, y me devolvían sandías”. Nuevas cosas del fútbol. Pág 117. Ediciones B.2002.
31 Niños de Biafra, sinónimo de pobreza y desamparo extremo, provocada por la guerra civil
que en esos años azotaba Nigeria (1966). Biafra fue el nombre que tomó la región sudoriental de
‹153›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
derivado este apelativo de mi excesiva flacura y piel canela (tostado por el
sol de Santiago, Villa Alemana y Viña del Mar).
Finalmente, nos visitaron en un día de julio del año en curso los progenitores de la familia Pfeffer Tocornal. Esperamos que su estadía haya sido
grata, pues lo fue para nosotros. Otro día les hablaré de nuestras vacaciones en el país de Edith Piaf, de la ida a Salzburgo y a Munich, entre otras
cosas.
Laku Noc
•In the Navy•
¿Recuerdan la canción “In the Navy” del grupo Village People. ¡Qué quieren que les diga! Ese grupo es uno de mis favoritos y aún recuerdo que
algunos pensaban que era buena idea cambiar el himno de la marina norteamericana por esa canción. Lo que no decían, esas mismas personas,
era que el grupo en cuestión era reconocidamente homosexual, a decir
de algunos.
¿Por qué esta disquisición? Muy simple. Haremos una simple prueba para
ver el grado de tolerancia de sus mercedes.
Situación o caso
Usted se encuentra en una fiesta de despedida de una pareja de amigos
gays. Asiste acompañado de su señora y otros amigos en común, de distintas nacionalidades. Previamente se ha comido y tomados las porciones
de rigor, destacando el “cubalibre”, el que es consumido con placer por la
colectividad latina residente en Zagreb, en especial, la peruana.
Nigeria al proclamar su independencia de este país e instituirse como una república el 30 de mayo
de 1967. Subsistió como estado hasta el 15 de enero de 1970, tras la capitulación oficial el día 12
de enero.
‹154›
Volumen II•
La gente está muy animada, siendo la música un estímulo para aquellos
reacios al baile. Los grupos Village People, Abba, son recurrentes. Usted ha
bailado toda la noche, tanto con su señora como con otras amigas, como
corresponde a la situación descrita.
En un momento en que usted se encuentra SOLO, apoyado en una pared, derivado del cansancio, buscando con su mirada a su cónyuge, se
aproxima uno de los invitados, quien es reconocidamente gay y lo invita
a bailar:
Pregunta: ¿Qué hace usted?
Alternativas:
1) Su merced es una persona tolerante, por lo que acepta el ofrecimiento.
2) Su merced mira de reojo a su señora y le solicita su conformidad o
disconformidad al respecto.
3) Su merced, sonrojado por la situación, mira con pavor a su alrededor
buscando a su señora (nunca fue tan valioso tenerla cerca) y rechaza gentilmente el ofrecimiento.
4) Su merced es en el fondo un homofóbico reprimido, por lo que rechaza tajantemente este ofrecimiento, que lo considera ultrajante y sin decir
“agua va”, agarra a su señora y se retira de la fiesta, despidiéndose con todo
de los organizadores de la misma.
5) Ninguna de las anteriores. 32
32 Obvio, número 3.
‹155›
IV
Capítulo
»El Extraño de Pelo Largo«
IV
Volumen II•
El 21 de septiembre celebramos por primera vez en Croacia “El Día Nacional de Chile en Split”,33 evento del cual di cuenta a mi Ministerio a
través de un colorido mensaje oficial, que, por supuesto, no reproduzco
en este apartado.
Con todo, básteme decir que la organización34 superó todas las expectativas. El teatro donde se desarrolló este espectáculo estaba colmado con
más de 150 personas, 25 de los cuales eran oriundos de Punta Arenas,
quienes se sumaron especialmente a esta actividad – venían en un vuelo
charter desde Chile.
En virtud de mi calidad de Cónsul de Chile en Croacia, fuimos ubicados
con mi fiel escudera en primera fila, junto al Cónsul Honorario de Croacia en Punta Arenas, don Rudy M. Mientras conversábamos animadamente, de improviso se nos acerca “un extraño de pelo largo”, quien se
dirige amigablemente al citado Cónsul Honorario:
- Oiga, don Ruby, aparte de usted, ¿quién es la máxima autoridad de
esta ceremonia? Estoy escribiendo en directo (lap top en mano) para el
diario Magallanes y me están pidiendo esa información.
- Mire, precisamente aquí, a mi lado, está con nosotros el Cónsul de
Chile en Zagreb, quien es la máxima autoridad el día de hoy.
En ese momento el “chascón” me observa extrañado, como reconociendo
algo. Mueve su cabeza con gestos inequívocos de duda, hesitación. Don
Rudy continúa: “Su nombre es don Francisco Devia”.
33 Split es la segunda ciudad en importancia y principal centro de la colonia chilena en Croacia.
A su vez, frente a esta ciudad puerto, se ubica la isla de Brac, lugar de origen de la mayor cantidad
de inmigrantes croatas que llegaron a Chile (95%).
34 Fue organizado por la Escuela “Bol”; la Fundación para la Inmigración Croata (MATICA) y
nuestra Embajada.
‹159›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Cuando escuchó mi nombre, el chascón se movió derechamente incómodo, sorprendido, procediendo ipso facto a mirarme derechamente a
los ojos.35
En virtud de lo mismo, y atendido el hecho de que ingenuamente pensé que no había captado mi nombre,36 me paré con relativa parsimonia
y acercándome, le hice entrega de mi tarjeta de visita, cual empresario
japonés.
Cuando recibió y miró mi tarjeta, el chascón gritó a todo pulmón37 –frente a todos los presentes:
- ¡Pero no lo puedo creer! ¡No puede ser! Tú eres EL NEGRO DEVIA
¡Qué estái haciendo aquí, HUEVÓN!
Como sus mercedes comprenderán, fui completamente sorprendido por
los acontecimientos
- Bueno, vengo en representación de la Embajada de Chile …
- Pero no puede ser, como vai a ser tú diplomático si siempre has estado
mal de la cabeza. No te acordái de mí, HUEVÓN. Yo era tu delegado de
deportes en la Universidad. ¡Oye, pero qué pelao y gordo estai! Si no podía reconocerte.
- La verdad –lo miraba y no se me venía ningún nombre a la memoriano me acuerdo de ti.
- Pero, HUEVÓN, si jugábamos al fútbol juntos. ¡Acuérdate! Fue lo
único que hiciste en la Universidad. Negrito, tú erai uno de nuestros ídolos. Yo era del curso de C. Raggio.
- ¿Y tú qué estás haciendo en Croacia?
- Yo soy descendiente de croatas y vine con la delegación de Punta Arenas; me recibí de abogado y ejerzo en mi ciudad. Oye, nos juntamos después del show.
Sus mercedes entenderán que suscrito no tenía cara para hablar con don
Rudy luego de este comprometedor diálogo. En cinco minutos, toda la
35 “¿Qué le pasa a este tipo? ¡Por qué me mira así!”, pensé. “¿Será gay?”
36 Ya me va a poner Hevia o Jeria este “gil”. Clásico pensamiento que surge en el infrascrito cada
vez que me preguntan por segunda vez mi apellido - por no haberlo captado en un principio, “al
vuelo”- Es con D.
37 Paulita es mi testigo presencial o directo del desencadenamiento de los hechos en cuestión.
‹160›
Volumen II•
formalidad de que hacía gala junto a Paulita se fue a la “cresta” –perdón
abuela Chela por la expresión.
Paulita y mi cuñada Lula, quienes escuchaban y observaban atentamente nuestra conversación, se rieron de mí toda la noche, calificando la
situación como insólita. De hecho, ellas lo apodaron “el extraño de pelo
largo”38
•Expedientes Secretos X•
Por otra parte y como relleno de este capítulo, les quiero relatar a sus mercedes un incidente del cual fui testigo y/o protagonista39 y que tuviera
lugar hace varios años, durante mi desempeño como alumno del curso
denominado Práctica Judicial.40 Válgame señalar que la clase teórica del
curso la recibíamos en una casa ubicada en Calle Cumming (centro de
Santiago) y que la atención al público la realizábamos en la populosa comuna de Pudahuel.
Nosotros, como alumnos y aspirantes a ser abogados algún día –mis compañeros de curso, no infrascrito–, debíamos obligatoriamente cursar un
año de esa práctica judicial, especie de antesala de lo que sería nuestra
profesión.
Mi profesor guía resultó ser el ya citado en el Primer Volumen de esta
obra, don Benito, prestigioso profesional, reconocido por sus pares y subordinados por su capacidad y estrictez.
Se rumoraba en aquel entonces, que haciendo gala de esa fama, había
reprobado ya a varios alumnos, sin haberle temblado la mano en ello.
38 Hay una canción con esa letra.
39 No hay claridad sobre el compromiso o responsabilidad que me cupo en los hechos que se
describirán “ahorita”.
40 Curso impartido en el último año de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad
Católica de Chile.
‹161›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Si sus mercedes se remontan al Volumen I de esta saga, en su capítulo pertinente,41 se percatarán de que don Benito se asemejaba y/o podía
transformarse con relativa facilidad en el mismísimo Cardenal-Ministro
Richelieu, para quien su razón de estado era el obtener el mejor desempeño de sus dirigidos, algo que precisamente no era mi norte. En consecuencia, el choque de las civilizaciones como señalaría el cientista político
Samuel Huntington, era inminente; ¡qué duda cabía!
Si la memoria no me engaña, en plena segunda semana de iniciado el aludido curso, sucedió algo que hasta hoy no tengo certeza del responsable/s
y/o cómplice/s del mismo. En virtud de ello, he intitulado este apartado
como “Los Expedientes Secretos X”. Paso a los hechos para no aburrirlos:
Nos encontramos casualmente frente a los Tribunales en Lo Penal o del
Crimen de Pudahuel con otro grupo de alumnos de la práctica judicial,
situación que nos permitió intercambiar opiniones sobre el trabajo de
cada uno y de nuestros respectivos profesores y tutores.
En esa coyuntura, y sin decir “agua va”, se habría producido entre un grupo y el otro, el traspaso de un voluminoso expediente criminal.42 El propósito de esta entrega habría sido, según algunos, mi propia inquietud o
curiosidad por conocer “físicamente” lo que era un expediente judicial,
pues nunca había tenido uno ni menos visitado un Tribunal del Crimen.
Lo que pasó después es fruto del mito.
Según voces autorizadas, contestes en los hechos y en el derecho, afirman
que una vez que el suscrito se cansó de hojear el precitado expediente, lo
habría dejado inadvertidamente sobre el techo del auto de un compañero
de curso (el mismo que gentilmente se lo habría facilitado).
41 Capítulo VI.
42 A decir de algunos testigos, “de manos” de un compañero y amigo de curso, Jaime C. a suscrito.
‹162›
Volumen II•
Aconteció que el propietario del vehículo se habría subido al mismo sin
percatarse de la existencia del citado expediente –pensando ingenuamente que estaba en mi poder–. Al partir su auto, el expediente se habría caído
al suelo, quedando su “humanidad” desparramada y humedecida en el
estacionamiento del Tribunal.
Al día siguiente –pues los hechos sucedieron en una fría y oscura noche
invernal– este humedecido documento –como consecuencia de la niebla
matinal– habría sido visto por un buen samaritano, quien seguramente
conmovido por su abandono, lo recogió y llevó al Tribunal. Los funcionarios del Tribunal agradecieron sorprendidos su entrega y de inmediato
iniciaron las consultas que el caso ameritaba.43
Para agravar aún más los hechos relatados, conviene añadir que este expediente correspondía a un proceso criminal seguido en contra de una
banda de delincuentes, cuya mayoría de integrantes estaban en prisión,
por lo que la desaparición de un expediente de estas características no era
una falta menor (en estos casos, debe confeccionarse o reconstituirse un
nuevo expediente, con las demoras del caso, sin considerar las responsabilidades administrativas y penales a que pueden dar lugar su extravío).
Desgraciadamente este extravío o desaparición del proceso no pasó desapercibido para nadie, menos para don Benito (que era uno de los abogados patrocinantes).
Cuando nos reunimos a la semana siguiente, don Benito estaba furioso,
pues la Corporación de Asistencia Judicial de la Universidad es responsable de la custodia y cuidado de los expedientes cuando éstos les son
entregados a sus alumnos.
43 Determinar los nombres de los abogados patrocinantes e investigar los hechos que originaron este extraño caso de pérdida o extravío del mencionado expediente.
‹163›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Las pesquisas internas44 a nivel de la Corporación no arrojaron resultados
favorables para infrascrito: se me sindicaba como el principal responsable
de los hechos descritos.
En mi defensa alegué amnesia, pérdida parcial del conocimiento, etc.,
pues no recordaba nada de lo que se me imputaba. Afirmé con convicción que si necesitaban un culpable “ahí estaba mi pecho”, cual Libertador
Bernardo O’Higgins frente a sus odiados detractores (cuando entregó el
mando de la Nación).
Reconocí hidalgamente, eso sí, que recordaba haber tenido en mis manos el expediente de marras, pero otra cosa era haberlo extraviado. Es un
enigma45 que hasta hoy perdura en mi mente.
A la semana subsiguiente terminaron las investigaciones y divagaciones
sobre la autoría de este caso con las siguientes palabras de don Benito:
- El caso del expediente lo voy a dar por cerrado. Sin embargo, no toleraré
que este tipo de hechos se repitan. Mi prestigio y el de esta Corporación
están en juego. ¿Está claro?
- Sí, profesor. Respondimos todos, cual coro.
- ¿Está claro?
- Sí, profesor.
A pocas palabras, buen entendedor.
44 Cabe indicar a sus mercedes que don Benito nos reconvino duramente por lo ocurrido.
Cuando comenzó su “filípica” no entendía lo que pasaba ni menos su enojo, por lo que miraba
a don Benito con asombro. Cuando denunciaba la irresponsabilidad de algunos, me miraba en
exceso y luego entendería el por qué. (Supongo que ya se me sindicaba como principal sospechoso
de los hechos –yo nada sabía del tema en comento-.)
Para agravar aún más los hechos, mientras don Benito nos fustigaba en esa memorable jornada,
yo me limitaba a mover mi cabeza con asombro ante tanta negligencia de parte de ese supuesto
alumno, pensando: “Pobre Huevón, ¿quién será? Se jodió su práctica”.
45 O estigma, si sus mercedes me condenan.
‹164›
V
Capítulo
»Primer Ciclo de Cine Iberoamericano«
V
Volumen II•
Como relatara en el capítulo anterior, una gran y una memorable jornada
se vivió en el denominado “Día Nacional de Chile en Split”. Sin embargo,
quiero confesar a sus mercedes que pese mi investidura oficial –Encargado de Negocios a.i. y Cónsul de Chile en Zagreb–46 rehusé formar parte de
la comitiva de anfitriones de dicha ceremonia, pues no me gusta ese tipo
de protagonismo, a diferencia de otros personajes del mundillo diplomático y/o político.47
En virtud de mi predisposición, no compartida ni por Paulita ni su hermana Lula, desistí de hablar en la inauguración, y por error, tampoco me
levanté del asiento cuando fui nombrado como una de las autoridades
asistentes a ese acto –hice un leve movimiento de cabeza-48 ; menos aún,
bailé cueca frente al respetable.49
Con todo, y como atenuante de lo expuesto, debo aclarar que terminada
la ceremonia, conversé con el público asistente, y en especial, con los puntarenenses, con quienes hablamos de política local y chilena, de historia,
etc.
Al día siguiente, terminados los festejos reseñados, en pleno desayuno,
Paulita fue más al fondo y junto con su hermana (dos mujeres contra
46 Como diría mi amigo Pato Piddo: “Devia, no puedo creerlo. ¿Tú a cargo de una Embajada?
¿Y más de un año? ¿Seguro que no ha pasado nada raro? No puede ser”. Gracias por la confianza,
Pato Piddo.
47 Aún recuerdo a un ex Embajador que cada vez que llegaba a alguna parte, éste debía ser anunciado por su chofer –una especie de heraldo–“aquí está el Embajador de Chile en…” Lo curioso
era que como nuestro alto representante diplomático ejercía funciones en un ex país socialista, los
dependientes o funcionarios y/o curiosos miraban con extrañeza este tipo de anuncios. Y como
nunca falta el humorista, en una ocasión le contestaron: Ambassador of Chile to XXX? and So
What? En esa oportunidad nuestro chofer no tuvo necesidad de traducir nada. Cabe indicar que
el aludido Embajador de Chile era un perfecto y soberano idiota, conocido en nuestro medio
ministerial por lo mismo.
48 A diferencia del Cónsul Honorario de Chile en Punta Arenas, don Rudy, que poco le faltó
tirarse a la multitud. Se notaba que tenía oficio. De hecho, con sus más de 65 años, se dio maña
para bailar cueca. Algo digno de imitar.
49 Respetable: audiencia o público asistente. Hay una canción de salsa llamada “Talento de
TV”, en donde se ríe el autor de la incapacidad de la intérprete. Ese día, estuve a su altura.
‹167›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
uno, ¿qué hacer?) me recriminaron mi falsa modestia, atribuyéndola a un
inequívoco temor a presentarme en público. “Negro, debes superar eso”,
fue la lacónica conclusión de ambas.50
Prometí, cual político, que enmendaría el rumbo, sin decir, por supuesto,
cuándo. Pero Dios siempre nos da una segunda oportunidad, y así fue,
con motivo del Primer Ciclo de Cine Iberoamericano en Croacia. 51
Según programa, estaba previsto que el Embajador de España fuera quien
inaugurara este Primer Ciclo de Cine; sin embargo, por razones de fuerza
mayor, se nos solicitó que fuera nuestra Embajada quien lo hiciera.
Y así lo hicimos52, debiendo yo leer el texto de inauguración, en compañía
de Lucía Glavich53, quien debió oficiar de traductora simultánea, haciéndolo muy bien (leyó el texto unas horas antes).54
Cuando me paré enfrente del escenario sentí algo de miedo (ciertas
aprensiones), ya que no quería defraudar a Paulita ni tampoco a nuestros
amigos, quienes habían concurrido al cine por invitación nuestra.
Constaté personalmente el poder del micrófono, como medio para comunicar y transmitir mensajes a terceras personas. Fue una sensación muy
extraña.55 Pensaba en ese momento, que si el moreno56 Barack Obama
fue capaz de dirigirse a 150.000 personas en la ciudad de Chicago, ¿por
50 Reconozco que son ambas cosas.
51 Organizado por las Embajadas Brasil, Chile, España, Portugal y el Consulado Honorario de
Perú, en memoria de nuestro ex Jefe y amigo Embajador Emilio Ruiz-Tagle (Q.E.P.D.)
52 El discurso fue preparado por la Embajada de España. Yo le hice pequeñas modificaciones.
53 Hija de nuestro inefable y varias veces citado amigo.
54 No contábamos con traductora ese día, por lo que debimos improvisar. Llamé a Marcos,
quien nos aconsejó que fuera su propia hija la traductora. Gran idea.
55 Por eso los grandes oradores han despertado tantas pasiones: Julio César, Demóstenes, Arturo Alessandri, Benito Mussolini, etc.
56 Un calificativo similar utilizó Il Cavalieri Berlusconi para referirise al electo Presidente de
Estados Unidos. ¿Por qué yo no podría hacer algo similar? Más que mal, también soy un moreno
latino, de piel canela, al fin y al cabo.
‹168›
Volumen II•
qué no podría infrascrito hacerlo frente a 150 almas? Es una cuestión de
número, nada más.
Mi señora, al escuchar estas divagaciones –aciertos analógicos o metafóricos–, siempre me mira con sorpresa e incredulidad, pensando seguramente que ya es hora de que me internen en un Manicomio. Ya ni siquiera
se ríe como antes. Seguramente 11 años de escuchar estos aciertos semánticos debe ser muy agotador.
•La Noche de la Música en Español•
En atención a que este suceso es descrito casi in extenso en el comunicado oficial que nuestro Consulado remitiera a los chilenos residentes en
Croacia y que se anexa, me limitaré a comentar determinados acontecimientos:
En primer lugar, los organizadores de este evento57 esperaban un máximo
de 200 personas. Por contrapartida, Juan P., Cónsul de España, preveía
que sería algo “en familia”, no más de 40 personas. En consecuencia, las
450 personas superaron las expectativas de todos.
En segundo lugar, después de la presentación artística, un grupo importante del público asistente se quedó bailando salsa hasta las 1 a.m., hora
en que fuimos desalojados de la Discotheque–Pub, por reclamos del vecindario (era un día de semana).
Tercer otrosí: nuestra Embajada tenía una mesa reservada que podríamos
denominar VIP, instalándose en ella algunos de nuestros amigos/a58 . Sin
embargo, don Marcos Glavich, sin reparar que su asiento y el de su señora
Mirjana dependían de la buena voluntad del Consulado de Chile, no se
57 Empresa Urban Vile. Uno de sus socios es el capitán del equipo de fútbol francés, Michel
Foressier.
58 Familias Glavich, Tudor, Bianconi y Tarle.
‹169›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
cansó de molestar, acusándome de ser un clásico político centroamericano.59
Anexo
Comunicado de Prensa
Consulado de Chile en Zagreb
El pasado miércoles 26 de noviembre se vivió en Zagreb un espectáculo
inolvidable para todos aquellos que asistimos al estreno-presentación de
la “Noche de la Música en Español”, evento inédito que tuviera lugar en la
Discotheque-Pub “Sax”.
Esta actividad musical consistió en que un grupo de personas –amateurs–
cantara en público, acompañados por una banda musical especialmente contratada para el efecto. Doce fueron los “valientes” que subieron al
escenario,60 quienes a su vez fueron presentados por dos jóvenes animadores, también amateurs, quienes tuvieron un desempeño calificado por
todos los asistentes como sobresaliente.
De la misma manera, cabe mencionar que en esta especie de Karaoke en
vivo asistieron el Embajador y señora de España, el Encargado de Negocios de Chile en Croacia, el Directorio de la Asociación Latino-croata,
Representantes del Cuerpo Diplomático y por supuesto, los amigos/a de
los artistas, entre otros.
En ese sentido, un público superior a las 450 personas repletaron la mencionada Discotheque-Pub, quedándose sin poder hacerlo un número importante de curiosos, demostrando este solo hecho el interés de la opinión
pública croata por el idioma español.
59 Por mi forma de saludar a conocidos y público asistente. No debemos tolerar nunca más la
presencia del señor Glavich en actos oficiales. Se dictará el bando o decreto respectivo.
60 Más de 30 personas, croatas y extranjeros, se inscribieron para participar como “futuras estrellas de la canción”, siendo seleccionadas 12.
‹170›
Volumen II•
En virtud de lo expuesto, la colonia chilena y latinoamericana residente
en Zagreb –quienes asistieron en masa a este evento–, junto con expresar sus agradecimientos a los organizadores y Misiones patrocinadoras,
han solicitado reeditar el próximo año esta iniciativa. Incluso un grupo
de peruanos y chilenos (y una croata) han decidido concursar con una
canción del afamado Wilfrido Vargas 61, comprobando esta iniciativa la
importancia de la música y la cultura en el acercamiento de las personas
y los pueblos.
61 “El baile del perrito”.
‹171›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
‹172›
{Volumen}
III
Volumen III•
Dedicado a todos los expatriados
en este mundo,
a todos aquellos que, siendo extranjeros
en el país donde residen,
volverán a serlo
cuando regresen a sus respectivos países.
Y dedicado especialmente a nuestros amigos/as
que una vez conocimos en Manila, Túnez,
Lima y los de ahora, en Croacia,
porque sin ellos,
otro sería nuestro destino.
‹175›
{PRÓLOGO}
Volumen III•
Introducción
Estamos ya en junio del año 2009 y aún no entiendo cómo ha pasado tan
rápido este año… y la vida misma.
Me ha costado mucho retomar este volumen III de la saga, debido en gran
medida a que no había sentido esa necesidad imperiosa de escribir, requisito fundamental para cualquier tipo de empresa1, pese a que muchos han
sido los hechos que me han tocado presenciar y que ameritan más de un
recuerdo y capítulo.
Quizás como atenuante a esta falta de rigurosidad literaria, si se puede
llamar así, ha sido el hecho de que acabo de terminar el cuento “Javiera,
la del Sueño”, desafío que me demandó cerca de dos meses de preparación
y redacción.
Por otra parte, no ha habido mayor feedback entre el autor de esta saga y
sus supuestos seguidores, cada vez menos numerosos (pero fieles2). También como mitigante a esta realidad, estaría el hecho de que el infrascrito
fue afectado por un espía argentino, quien ingresó a su correo de gmail,
cambiándole su clave y perdiendo por ello su casilla y todos sus contactos.
Curiosamente, este incidente fue motivo de portadas en los diarios chilenos, pues este espía argentino (hoy asilado en Uruguay) hackeó a altas
autoridades de mi país. Durante una semana esta noticia estuvo entre los
titulares de los diarios, ya que aparecían cinco o seis figuras connotadas
(el Ministro de Defensa, Directores, Embajadores), siendo acompañadas
por el nombre de una persona que nadie conocía: Embajador de Chile en
1
El espíritu, la motivación, las ganas de hacer algo. Hoy ha regresado a mí, por arte y obra
de Dios. Recomiendo una descripción sobre este tema del espíritu, “courage d´esprit”, en el libro
On War de Carl Von Clausewitz, pág. 44 a 59. Editorial Wordsworth Classics of World Literature.1997.
2
Paulita (por obligación moral y conyugal), Ana María Valencia (peruana), Daria (croata),
Luz (mexicana), Marcos Glavich, Mario Ostoic, Edgard Eckholt, Mam Marcela, Tamara Jaramillo,
entre otros/as.
‹179›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Croacia, Francisco Devia, es decir, el nombre y apellido de quien suscribe
estas líneas.3
Sin embargo, en un extenso artículo de ese fin de semana, publicado en
el principal diario de Chile4, se analizó íntegramente este bullado caso,
siendo por lo mismo mi nombre y apellido suprimidos, eliminados, sacados, expulsados, denle sus mercedes el calificativo que deseen, de la lista
de notables víctimas del aludido hacker, regresando en consecuencia, a mi
acostumbrado y merecido anonimato.
Pero hubo un detalle: perdí todos mis contactos y hasta el día de hoy nadie de mi Ministerio me ha explicado nada de lo ocurrido, ni seguramente lo hará. Para terminar esta introducción, quiero expresar mi profunda
tristeza por la partida de nuestros amigos Massimiliano y Sara, quienes
regresaron a Italia luego de cumplir el primero su período de destinación
como diplomático italiano en Croacia.
Mentirles sería negar que no me encuentro afectado5, ya que ambos son
muy queridos por todos quienes tuvimos el privilegio de conocerlos. La
cantidad de despedidas de las que fueron objeto reflejan el cariño de todos. De ellos hablaremos en próximos capítulos.
O.K., Negro Devia, es hora de comenzar y retomar esta sana práctica de
escribir, ya que hay mucho que comentar.
3
¿Por qué fui también víctima del hacker? Es un tema abierto de debatir, pero que será analizado en el Capítulo correspondiente.
Diario El Mercurio.
4
5
Cuando nuestros amigos franceses Thierry y Silvia se fueron el año pasado, fue otro duro
golpe para Paulita y quien escribe estas líneas. Con el “chanta” de Thierry almorzábamos todos
los miércoles en el mismo restaurante. Él pedía sus calamares, y yo el menú del día. Gracias a ellos,
Paula y yo retomamos los estudios de francés, y Thierry me enseñó a querer a nuestros hermanos
de los Andes, los argentinos.
-Pero “fresco” —así me decía—. Los argentinos tienen el tango y grandes librerías. Deberías quererlos.
-Y también tienen el fútbol, las vacas y la pasión por la vida. Tienes razón, chanta, tienen de todo,
salvo un Estado que funcione. –le respondía.
‹180›
I
Capítulo
»Casi se nos va el suizo latino «
6
6 “La vida es un carnaval” (afamada canción de la negra-cubana Celia Cruz) cantaba este suizo latino
en la fiesta narrada en el capítulo anterior. Quién imaginaría que en menos de un mes se transformaría, esa
misma vida, para él, su familia y sus amigos en una angustia sin final. Suizo-latino, te salvaste, ¡Gracias a
Dios!
I
Volumen III•
“Año nuevo, vida nueva”, gran eslogan para aquellos que confían en que
nada les pasará en el corto y mediano plazo. Sin embargo, este año 2009
nos sorprendería de una manera dramática, no apta para cardiacos, como
diría un periodista deportivo chileno que todavía se mantiene en TV, pese
a que ya es hora de que se retire a sus cuarteles de invierno.
Por coincidencia, sería el corazón –la arteria aorta, para ser aún más puntillosos, detallistas– el que le haría una muy mala jugada a nuestro amigo
Francesco, conocido como el suizo-latino.7 Quién iba a pensar que precisamente al día siguiente de los festejos de fin de año, viviríamos todos sus
amigos una de las experiencias más difíciles que nos ha tocado presenciar
y sufrir, en vivo y en directo, señoras y señores.
La tarde anterior a ese día, con Francesco, Susana y sus niños, habíamos
rememorado la cena de año nuevo, que precisamente se había celebrado
en su casa. Hubo consenso en que una de mis preguntas de sobremesa de
esa noche, había sido muy, pero muy desafortunada e inoportuna, atendido el contexto mundial. ¿Cuál fue ésta? Aquí va, juzgadla por su propio
peso:
-¿Qué piensan, amigos—dirigiéndome a los comensales de esa noche—
sobre el bombardeo que hoy sufre la Franja de Gaza por parte del Ejército
Israelita?
¡Qué pregunta más pelotuta y huevona! Fue un craso error, ya que inmediatamente, por las respuestas que se dieron en la mesa, se formaron dos
bandos8, apelando cada uno a sus respectivas fuentes históricas.
7
El suizo-latino tiene una enfermedad conocida como Marfan syndrome: is a
genetic disorder that affects connective tissue.
8
Mi abuela me enseñó: “Pichón, nunca hables en una mesa de religión y
política si no conoces a todos los invitados, ya que puedes crear polémicas innecesarias y gratuitas”.
‹183›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Derivado de este error o metida de pata, opté como clásico diplomático,
a tomar palco de esta discusión9 e intenté analizar los planteamientos de
ambos contendores, como si fuera capaz de mediar en tal asunto. ¡Qué
huevón más grande! – digámoslo sin ambages.
Pensé luego de un minuto de reflexión: “Llevan años peleándose palestinos y judíos en Tierra Santa; no seré yo ni el grupo de comensales reunidos hoy en Zagreb quienes tengamos una solución ni la última palabra en
esta controversia. ¿Negro Devia, qué hiciste?”
En consecuencia y dado que íbamos en un camino sin salida, en forma
sutil y premeditada, cambié el tema de la discusión, aprovechando un
momento de silencio y vacilación de los comensales. Con los años, he
utilizado esta técnica en varias ocasiones, librándome de eventuales linchamientos de parte de los presentes10.
Al día siguiente, luego de comer las sobras11 en la citada casa de don Francesco y doña Susana12, recibimos una llamada telefónica a las 2 a.m. del
siguiente día. Al principio pensé: “Tiene que ser número equivocado y/o
una emergencia de Santiago”. Y con gran esfuerzo me levanté para contestar tan inoportuno llamado.
-Aló.
- Aló, Francisco.
- Sí, soy yo; ¿quién habla?
9
que yo mismo había originado.
10 Como cuando en la mesa de un restaurante de un pueblo que quiero mucho, consulté si una
mozuela de “reconocida trayectoria” seguía dando la tanda (era liviana de cascos, como diría mi
abuela), sin saber que uno de los comensales reunidos era hermano de la mencionada doncella.
Afortunadamente, el hermano en cuestión me conocía y se hizo el desentendido de mi malicioso
comentario; de lo contrario, de haber sido otro el expositor, seguramente le habría, a lo menos,
golpeado. Cabe señalar a sus mercedes que el citado hermano me superaba con creces en años,
estatura y predisposición (voluntad). Era, además, temido por sus puños.
11 Leftovers, lo que quedó de la noche anterior de año nuevo.
12 Pues habíamos sido invitados nuevamente para ese solo efecto.
‹184›
Volumen III•
-Susana.
- ¿Susana? ¿Qué pasa?
- Francesco está muy mal, ¿puedes venir?
- Pero claro, parto enseguida.
En ese momento Paula me dice:
- ¿Qué pasa, Negro?
- Llamó Susana; el suizo-latino se siente mal.
- ¿Qué vas hacer?
- Voy a ir a ver qué ocurre.
- Te acompaño.
- Pero no es necesario, debe haber comido o tomado algo que le cayó
mal. Duérmase.
- Estás loco; voy contigo. Me voy a ir a lavar los dientes. (Esas son las cosas que uno no entiende de las mujeres: son las 2 a.m. y piensa en lavarse
los dientes.)
- Hazlo rápido, yo me voy a poner un buzo13 – algo práctico, pero no
elegante–. (Esas son las sutiles diferencias entre Paulita y este escribano.)
Y así fue como en menos de 15 minutos estábamos en casa de nuestros
amigos. Lo que vimos fue algo que nunca olvidaremos. Francesco estaba
literalmente tirado, próximo a la puerta, casi sin conocimiento, mientras
Susana trataba de levantarlo y le hablaba para reanimarlo. Quise ayudarla, pero este suizo latino mide más de 1.85m., y aunque flaco, sus huesos
pesan. En definitiva, no pudimos levantarlo, pese al esfuerzo de todos. En
consecuencia, decidimos esperar la ambulancia.
Como la ambulancia no llegaba, decidí llamar (y por ende, despertar) a
un policía del Departamento del Interior, encargado de la protección de
los diplomáticos, para que a su vez llamara a la ambulancia. Finalmente
ésta llegó con casi 40 minutos de retraso. Seguramente la central telefó-
13
Ropa deportiva.
‹185›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
nica pensaba que era un caso de intoxicación alcohólica o algo parecido,
típico de las fiestas de Año Nuevo.
Francesco fue subido rápidamente por los paramédicos a la ambulancia;
Paulita se quedó con Valeria (la hija pequeña de nuestros amigos), y junto
con Susana, seguimos a la ambulancia.
Luego de un rato de espera en el hospital donde fuera llevado Francesco,
salió el doctor a cargo del turno, quien señaló lo siguiente, en perfecto
inglés:
- ¿Ustedes son familiares del enfermo?
- Yo soy la señora y él es un amigo.
- Señora, lamento decirle que su marido se está muriendo.
-¿Qué?
- Haremos lo posible por salvarlo, pero es muy difícil que lo logremos.
No puedo ni quiero describir en palabras esta escena.
Posteriormente, dada la gravedad de Francesco, éste fue derivado a otro
hospital (Rebro), donde le harían una operación con equipo médico ad
hoc.
A su vez, el doctor a cargo del equipo médico que se ocuparía de Francesco, con una frialdad que ameritaba mejores obras, le diría en mi presencia a Susana: “Su marido se está muriendo. Ahora, si usted quiere, puede
trasladarlo a Suiza, pero bajo su riesgo, ya que por su gravedad, no está en
condiciones de volar en avión. Si decide que lo operemos aquí, hay alguna
posibilidad remota de salvarlo”.
En el intertanto, la víctima, es decir, nuestro suizo-latino se quejaba amargamente de dolores en su columna y pecho, además del frío. Incluso, vo-
‹186›
Volumen III•
mitó14 en un momento determinado, señalando, además, que quería ser
trasladado y operado en Suiza.
Como noté cierta vacilación en Susana, le expresé:
- Susana, Francesco tiene que ser operado en Zagreb.
- Pero, Francisco, tú escuchaste a Francesco, quiere que lo operen en
Suiza.
- ¡Por ningún motivo! —respondí y agregué—. Mira, Susana, él no tiene idea de lo grave que está. Te digo, frente a ti, que si lo trasladas a Suiza,
tu marido y a la vez mi amigo, se nos muere. Me opongo a que sea trasladado.
Susana meditó y así fue como finalmente se decidió operar a Francesco
en Zagreb.
Luego, informé por teléfono a Paulita de lo sucedido hasta ese instante.
Días después me confesaría que pensó lo siguiente: “Ojalá que mi Negro
no le hable demasiado a Susana”. ¿Qué confianza, no les parece?
Cabe mencionar que la venida de Marco, quien es el chofer de la Embajada de Suiza, nos dio a Susana y a mí más tranquilidad. Eran las 6 a.m. y a
decir verdad, estábamos muy afectados por la noticia.
Francesco fue operado entre las 11:30 a.m. y las 3:30 p.m. del día 3 de
enero del 2009. Yo regresaría a mi casa entre 12:30 y 1:30 p.m. a descansar
un poco. Susana permanecería en el hospital todo ese día y Paulita, con
Valeria, hasta las 8 p.m.
14 Para ser más exactos, vomitó sobre mi polar, el cual le había entregado para que no tuviera
frío. Por malas coincidencias, este polar había pertenecido a mi ex jefe y amigo Emilio Ruiz-Tagle,
quien me lo había regalado meses atrás.
‹187›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Respecto a Paulita, ésta se transformaría en la madre adoptiva de Valeria.
Hay que hacer presente a sus mercedes que la niña en cuestión tiene un
año y medio. Al día siguiente, Paulita sería auxiliada por Paulina Rajcevic,
quien le haría compañía.
Francesco estuvo más de una semana hospitalizado. Quizás uno de los
momentos más difíciles fue el que nos tocó vivir dos días después de la
operación, cuando uno de los médicos cirujanos, consultado por el estado
de salud de Francesco respondió, a través de una traducción simultánea
–gentileza de la Jefa de Enfermería– lo siguiente: “Señora, su marido probablemente tendrá un daño neurológico”. Esta afirmación la hizo mientras comía chicle, hecho que me pareció muy desafortunado e indigno.
Al escuchar este diagnóstico, Susana y su cuñada Mónica (que acababa de
llegar de Suiza) se abrazaron llorando. Por mi parte, me encontraba con
Massimiliano15 quedando ambos anonadados por las referidas palabras
del médico, sin saber cómo reaccionar. Sólo nos queda rezar, le comenté a
Massi, y así lo hicimos. Yo recé a Monseñor Escrivá de Balaguer y Albás,
fundador del Opus Dei, quien siempre me ha ayudado en mis momentos
difíciles, pese a que estoy muy lejos de ser católico, y menos aún, de reunir
las características y requisitos de todo miembro del Opus Dei16. En todo
caso, siempre he considerado a Monseñor como un amigo cercano (una
verdadera herejía), y por ello, ese día apelé a él con todo mi corazón.
Sin embargo, afortunadamente el diagnóstico del médico fue revertido
por la posterior evolución de Francesco. Por obra y gracia de Dios, se
recuperó rápidamente. Algunos ya hablan de milagro, otros de canonización. ¿San Francesco? ¡Por favor, no seamos tan latinos, no exageren!
¡Pero si ese h… es mi amigo! ¡Nunca ha sido santo, por Dios!17
15 Segundo de la Embajada de Italia, grande y buen amigo, alias Dictador, Chavito, etc. Es el
Presidente Vitalicio de nuestro club de fútbol de diplomáticos y amigos de Embajadas.
16 En el colegio, visité una de las sedes del Opus Dei.
17 Esta es mi venganza suizo-latino por todas las veces que me has molestado, no sólo a mí sino
también a mi santa mujer.
‹188›
Volumen III•
En ese sentido, una de las gratas anécdotas fue el arribo de la colonia
peruana-venezolana y una croata, quienes visitaron en masa a Francesco.
Llegaron con globos y con un equipo de música; la canción escogida fue
“El baile del perrito”.
Para sorpresa y consternación de todos, el propio enfermo –que estaba
convaleciente– se dio maña para bailar parte de la canción. Daria, la croata, reclamaba y decía: “¡Estáis todos locos!”
Finalmente, tuve oportunidad de hablar a solas con el suizo-latino. Le dije
la verdad: “Oye, h… casi dejas este mundo. Nos tuviste a todos preocupados”. Luego, para amenizar, cometí la torpeza de contarle ciertas anécdotas, sólo para hombres, lo que originó que al suizo-latino le diera un
ataque de risa. “¡Veo que realmente te recuperaste, pelotudo!” —comenté
con satisfacción.
Pero este sincero comentario fue para peor, pues le dio más risa y mirándome directamente me dijo: “Oye, Franjo, ¡me vas a matar! Siento que
se me va a abrir la herida de tanto reírme. Te agradezco tu visita, pero es
hora de que te vayas”.
Y así fue como el lado suizo de Francesco me pidió que abandonara su
pieza, sin antes gritarle: “Oye, suizo, me voy, porque así tú lo quieres, pero
quiero reiterarte que los médicos aconsejan que en estos casos, dada la
gravedad de tu operación, no puedes tener ningún tipo de contacto o
encuentro con tu señora18 en por lo menos 6 meses. Chao, suizo, ¡que te
vaya bien y mucha suerte, porque la necesitas!”
Finalmente, el suizo se iría más de un mes a Suiza (postoperatorio), para
resucitar, cual Lázaro, y regresar a Zagreb a fines de abril pasado. Cabe
decir que su recuperación es casi total y puedo dar fe de ella: Asistimos
juntos a la Fiesta Latina del mes de mayo, y según confesión propia (no
18
Abstinencia. Por supuesto, que todo esto era un invento del suscrito, una mentira piadosa.
‹189›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
comprobable), se habría retirado pasadas las 2 a.m.19 Nos tomamos juntos
unas cervezas (no había cubalibre, ni hielo, ni cerveza corona) y bailamos, respectivamente acompañados por una serie de canciones latinas,
las que fueran cantadas a viva voz por la concurrencia de esa noche.
Ese mismo día y lugar, despedíamos, además, bailando, a Massimiliano y
Sara. Patricio, el DJ20 de la fiesta, puso especialmente las canciones “La camisa negra” y “Matador”, canciones que están entre las preferidas de Chavito.
Por último, no puedo dejar pasar esta oportunidad para señalar que mi
santa y deslenguada madre me recriminó, a través de Paulita, por lo que
a su juicio sería un excesivo consumo de ron (cubalibre) de parte del infrascrito. Para su tranquilidad, y sólo por un tiempo moderado, tomaré
cerveza y vino. De hecho, estoy por terminar una botella de vino blanco
regalada por Massimiliano.
En ese sentido y para que vea que Paulita sigue sus instrucciones, me prohibió, dos copas atrás, que siguiera tomando el vino blanco de Massi. Yo
acaté esa disposición, señalando que no tomaría ninguna copa más hasta
finalizar el almuerzo. Pero ya son las 4:30 p.m., por lo que puedo seguir
tomando, con la moderación que amerita el caso, sin faltar a mi promesa
hecha a mi santa y gran mujer. Por lo demás, estoy seguro de que mis
amigos Massi, Tarek y Thierry habrían tolerado esta pequeña falta.
Y me despido, como corresponde en estos casos, con una salsa, que me
dispongo a bailar ahorita. Por favor, palmas, palmas, palmas:
“OOOOOOOhhhh…Jaaaaa, yeeeeeee
hay hombreeeeee.. shiifffff… (tambores)
19 Por mi parte, me retiraría a la 1:45 a.m., ya que tenía que dejar a una amiga en su casa y
además debía levantarme a las 9 a.m., ya que jugábamos el campeonato inter-Embajadas. Este año
fui nuevamente invitado a formar parte del equipo de la Embajada de Alemania (recibí tentadoras
ofertas de la Embajada de Italia y USA, pero tenía un compromiso previo con Ralf y Carsten.)
20 Patricio Agüero, Laura Fernández y Zvonimir “Che” Troskot son los organizadores de las
llamadas Fiestas Latinas en Zagreb. Eso, sus mercedes, amerita otro capítulo.
‹190›
Volumen III•
Desde que se fue
yo no sabía, que algún día,
ese amor iba a crecer sin sus caricias
pero la distancia
me enseñó, con dolor
que este amor fue verdadero
y no murió
como quisiera soñar, con ella
cuando vuelva a verla
…
le diré ohhh yeyeeeye
que siempre la amaré
y que este amor no desespera
cómo quisiera soñaaaaarrrrr con ella
cuando vuelva a verla
la llenaré de rosas y poemas
cuando vuelva a verla
…
le diré ohhh yeyeeeye
que siempre la amaré y llenarla de besos
cuando vuelva a verla
le diré, uuaaaa jjeejjj
que este amor no desespera
le diré, le diré, que siempre la amaréééééééééé´
Título de la canción: no tengo la más remota21 idea.
Hasta pronto amigos,
P.D.: Fue un placer haberles escrito esta tarde. Massi, gracias por el vino
21
Pensé en otro sustantivo, más ad hoc, pero por respeto a mi abuela, lo omito.
‹191›
II
Capítulo
»La pequeña Leslie«
II
Volumen III•
Tal como le prometiera a mi amigo Massimiliano, finalmente escribí la
historia de la pequeña Leslie, misma que contara en su casa con ocasión
de una comida que organizara para un grupo de amigos/as italianos y
suscrito.
Hoy Massimiliano y Sara están en Roma, pero sus amigos italianos y chilenos seguimos en Zagreb. ¿Y la pequeña Leslie, dónde está? ¿Y quién
diablos es la pequeña Leslie?, se preguntarán sus mercedes.
Leslie es una niña dominicana afroamericana22, no mayor de 2 años y
algunos meses de vida, quien junto a su madre en un frío día de invierno
del 2008 visitó el Consulado de Chile en Zagreb.
Cuando ese día entró Dunja 23 a mi oficina, se produjo el siguiente diálogo, que trataré de reproducir en la forma más fidedigna posible:
- Hola, Franjo, tenemos un nuevo caso consular y para variar (como de
costumbre), es muy raro.
- ¿Y de qué se trata ahora, señora Dunja?
- Una señora dominicana, que viene acompañada de su hija, necesita
conversar contigo. Tiene un gran problema.
- ¿Dominicana dijiste? ¿De Santo Domingo? ¿De la isla caribeña?
- Sí, precisamente.
- Perdona, Dunja, pero le aclaraste que éste es el Consulado de Chile.
¿No se habrá equivocado de lugar? Mira que bastantes problemas tuvimos con el caso del venezolano perdido en Zagreb24.
- ¡Pero claro, crees que estoy loca! La pobre está desesperada y acudió a
nosotros porque no tiene adónde ir. Te pido que la escuches.
- O.K., Dunja, claro que lo haré, para eso nos pagan.
22 De raza negra o color.
23 Dunja es la secretaria del Consulado, quien debe recibir, como primera línea de combate, todo tipo de solicitudes y requerimientos.
24 Caso de Don Bernardo. Ver: Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub, Vol I. Cap. XI y
XVII.
‹195›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Y así fue como Dunja abrió la puerta y haciendo las presentaciones de
rigor, ingresaron a mi excéntrico25 despacho, Leslie y su madre. Las invité
a sentarse frente a mi mesa, observándolas con detención, cual detective
privado de poca monta26.
Cuando las vi, noté, por la expresión del rostro de la señora, que efectivamente estaban en un serio problema, aunque Leslie obviamente no lo
sabía:
- Disculpe, Doctor, por molestarlo, pero la verdad es que hemos recorrido distintas oficinas sin que nadie nos dé una respuesta definitiva a
nuestra situación.
- ¿Y cuál es su situación, señora?
- Me encuentro en calidad de ilegal en este país.
“Chita Diego”, pensé, “otro casito para tus registros Negro Devia”. Cuando hice mi Práctica Judicial en la Cárcel de Mujeres tuve que atender y
resolver algunos casos complejos. En fin, un caso más para la lista de
anécdotas, y por ende, de la saga.
– Señora, primero explíqueme por qué y cómo llegó a Zagreb - le solicité.
En ese instante Leslie comenzó a tomar mis lápices y hojas fiscales, desordenando mi escritorio. Por su parte, su madre, avergonzada por el comportamiento de su hija, trató de impedírselo. Leslie reaccionaba enojada
y en su idioma infantil le indicó claramente que a partir de ese instante,
25 Tengo colgado en uno de sus muros la foto del General. José Miguel Carrera, una foto
de “Lo que el viento se llevó” (Clark Gable y Vivien Leigh) y un póster de la película “Azul
Profundo” o “Deep Blue”. Brillan por su ausencia fotografías de las actuales autoridades de
Gobierno.
26 Como si fuera Cayetano Brulé, el principal detective de las novelas del escritor chileno
Roberto Ampuero.
‹196›
Volumen III•
los lápices y hojas del fisco chileno pasaban automáticamente a ser de su
propiedad.
Como consecuencia de este incidente materno-infantil comencé a reírme ruidosamente, hecho que provocó que el ambiente se distendiera un
poco, pues la madre de Leslie estaba francamente nerviosa.
- Mire, señora, deje tranquila a su hija. Es mejor que se entretenga dibujando y así nosotros podremos conversar. (Y así sucedió. Leslie se dedicó
a dibujar en nuestra presencia, sonriendo y levantando su cabecita cada
cierto tiempo.)
- Gracias, Doctor.
- En fin, ¿cómo llegó aquí?
- Me vine con un grupo de peregrinos.
-¿Peregrinos?
- Sí, doctor, con un grupo de peregrinos judíos que tenían prevista una
visita a Croacia.
- Por lo tanto, ¿usted es judía?
- No, Doctor.
- Pero ¿cómo que no lo es?
- No soy judía, señor Cónsul. Eso fue un invento para poder ingresar a
este país.
- A ver señora, vamos por partes: Usted primero me dijo que vino como
peregrina judía a recorrer este país. Sin embargo, cualquier persona relativamente culta sabe que este país es católico por excelencia, a menos, que
existiera un santuario o un lugar de culto judío en Croacia, hecho que
desconozco. Por otra parte, y disculpe mi sinceridad, creo que no existe
una comunidad afroamericana judía en Santo Domingo. Se lo digo directamente para evitar que usted después me acuse de hacer comentarios
racistas. Lejos estoy de ello.
- Veo, doctor, que usted no comprende nada.
- ¡Pero claro que no comprendo!; por eso le estoy preguntando.
- Doctor, yo vine engañada a Europa. Unos “empresarios” me prometieron que me darían trabajo en este continente. Para acceder a esta oferta, debía pagar en forma anticipada una importante suma de dinero. Una
vez que se reunió un grupo suficiente de personas que tenían la intención
‹197›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
de emigrar de Santo Domingo, estos “empresarios” decidieron que era el
tiempo para viajar como peregrinos judíos.
- ¿Y consiguió el trabajo prometido?
- No. Me dijeron que debía esperar un tiempo, por lo que estuve en
la ciudad de Pula en calidad de turista. Luego, cuando estaba próxima a
expirar mi visa de turismo, me indicaron que debía trabajar en un night
club, ya que si me resistía, sería denunciada a las autoridades y luego deportada.
- ¿Cómo dice? ¿Trabajar en un night club?
- Sí, doctor, en un night club, porque las mujeres de color causamos
sensación en esta parte del mundo.
- Ummmm, ahora entiendo.
- Señor Cónsul, yo fui engañada, pero a pesar de eso no quiero irme
de aquí, pues en Santo Domingo no tengo futuro. Además, hay un ciudadano croata que quiere casarse conmigo y con ello podría solucionar la
situación de mi residencia.
- ¡Ah, el padre de Leslie! —expresé en forma triunfal.
- No, doctor, él es un amigo croata que está dispuesto a casarse conmigo27.
- ¿Y quién es el padre de esta niña?
En ese momento señalé a Leslie, quien al percatarse que hablábamos de
ella, me miró y sonrió, mientras rayaba, dibujaba y rompía un cuadernillo
de propiedad del Estado de Chile28. “Inquieta la niña”, pensaba mientras
la miraba.
- El padre es un dominicano. Prefiero no hablar de él, porque es un
flojo, un patán, quien reside en forma ilegal en España. Meses que nada sé
de él.
- ¡Flor de familia! –pensé para mí mismo.
- Señor Cónsul, se lo pido por Dios, que no me deporten a Santo Domingo.
27 Un amigo interesado pensé. Como en la película “Matrimonio por conveniencia”, donde actúa el gordo Depardieu.
28 Supongo que no seré sumariado por este hecho.
‹198›
Volumen III•
Y ahí la señora se quiebra y comienza a llorar. Eso es algo que conmueve
a cualquiera.29
- Mire, señora, voy a hacer lo posible para que se quede aquí con su hija,
se lo prometo. Ahora, tranquilícese, por el bien suyo y de su hija, quien
nos está mirando.
- O.K., doctor, disculpe.
- No se disculpe; humano es llorar. Ahora usted se va a retirar a su casa
y me va a llamar en dos días más, o si prefiere, nos visita nuevamente.
- Muchas gracias, doctor; sé que usted me va a ayudar.
- Señora, haremos lo posible. Su caso es muy complicado, pero le aseguro que trabajaremos por usted.
Y así fue como Leslie y su madre se hicieron miembros activos del Consulado de Chile durante unos meses. Incluso compré especialmente unos
lápices de colores y un cuadernillo para Leslie.
Cabe indicar a nuestros escasos lectores que con Dunja debimos mover
cielo y tierra para obtener la residencia de estas dominicanas. Hubo días
en que pensé que no lo lograríamos.
Finalmente, con ayuda del abogado del Consulado logramos que su caso
fuera revisto y analizado con mayor detención por las autoridades competentes (no estoy seguro si ya existía en ese tiempo un decreto de expulsión en su contra). Con los nuevos antecedentes aportados y atendida
29 Aunque también es un recurso muy femenino. En la Cárcel de Mujeres casi todas me
lloraban, insistiendo en su inocencia (¡nunca tantas mujeres me lloraron!). Sin embargo, el
90% de mis defendidas era culpable del delito que se le imputaba. Prometo que incluiré en
el futuro algunas anécdotas en esta saga. Por ejemplo, cuando la supuesta Claudia C. quiso
golpearme en el denominado sucucho (una pequeña oficina anexa), porque, a su juicio, no
estaba siendo lo suficientemente diligente con su caso. Cuando intentó hacerlo, la miré en
forma desafiante, dándole a entender que yo también sabía defenderme, y que no iba a ser
tan ingenuo como su víctima (acuchilló, apuñaló, a una persona por estar sobrepasándose
con SU amiga. Estuvo más de un mes hospitalizado este anónimo don Juan, que nunca imaginó cómo terminarían sus besos y caricias. Ya me puse cebollento, cual teleserie o telenovela
mexicana de poco pedigrí).
‹199›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
la edad de Leslie, se decidió que ambas dominicanas podrían residir un
tiempo más en Croacia.
La última vez que las vimos fue el año pasado. Ese día nos visitaron. La
señora estaba feliz, porque su solicitud de residencia estaba en proceso de
tramitación y existía la posibilidad de quedarse. Leslie había crecido un
poco y estaba menos inquieta que la primera vez.
No las hemos vuelto a ver. Con Dunja suponemos que están bien. No
news, good news, como dicen los gringos.
Sin embargo, compré nuevos lápices para Leslie, por si acaso.
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III
Capítulo
»Hoy llamé a mi tío Pablo «
30
30
Jorge Pablo Emilio Aldunate Bareyre.
III
Volumen III•
Hoy llamé a mi tío Pablo, así me sugirió mi gran amigo Tarek, el egipcio,
que debía comenzar este tercer capítulo de la saga 2009, y así procedo.
¿Cómo empezar?
Es casi imposible describir en un libro31 ni menos en un capítulo las andanzas de mi tío Pablo, conocido al interior de nuestra familia como el
guatón.32 Hoy en día es imposible calificarlo de gordito, pues según mi
madre está excesivamente delgado y según las propias palabras de mi tío,
estaría más cerca del más allá.
- Oye, guatón, no seas pesimista.
- Sobrino, me estoy muriendo.
- Mira, guatón, en diciembre voy a Chile y conversamos. No te puedes
morir antes. Quiero verte.
- No sé si llegue a diciembre, Francisco Javier.
- Sí, guatón, vas a llegar. Tengo muchas cosas que contarte. De hecho,
dame tu dirección para mandarte algunos capítulos de la saga.
- O.K., toma nota, sobrino…
31 Con todo, siempre es posible resumir algo. Sin embargo, recuerdo el caso de un estudiante de una Facultad de Derecho (que no era muy inteligente, según varios de sus conocidos), quien al ser consultado y presionado por el profesor de turno sobre una definición
y clasificación de un tema puntual (ya que éste se demoraba en contestar un pregunta),
manifestó en forma altanera, soberbia y casi descortés: “Profesor, en 2 minutos es imposible
resumir una materia tan relevante para el Derecho. No se puede explicar una institución
jurídica de esa naturaleza en tan poco tiempo.” La respuesta del docente fue clara y categórica: “No se preocupe, señor X, ya pasaron sus 2 minutos. Puede retirarse. Su nota es un 2.
REPROBADO.”
32 El guatón cuando era joven tenía un cierto parecido a Dean Martin. Era, además, un
gran deportista, mujeriego, jugador, gran consumidor de whisky y vodka, etc. En definitiva
y para resumir, era como se conoce en Chile: un farrero, un fiestero.
- ¿Puedo seguir con tu descripción, guatón?
- Sí, sobrino, sigue no más.
‹203›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Y así fue como me despedí por teléfono de mi tío, asegurándole que nos
veríamos nuevamente, ya que hace más de 3 años que salí de Chile y hasta
hoy aún no he regresado to my motherland.
Pablo Aldunate: ¿mito urbano o realidad? ¡Qué no se ha dicho entre sus
amigos y familiares sobre su excéntrica y disipada vida!
Cuando era niño, mi madre nos decía: “No le hagan caso a su tío Pablo;
está loco”. Hago presente a sus mercedes que se estaba refiriendo a su
propio hermano. Añadiendo, además, como para fundamentar su afirmación: “Su tío siempre está pensando en viajar por el mundo y en hacer
tonteras, por lo que no deben verlo como un ejemplo. Eso sí, hay que
reconocer que es simpático y buena persona”.
El intentar desviar nuestra atención de su hermano fue un craso error
de mi madre, originando el efecto contrario. Precisamente la forma de
ser del guatón fue la que siempre nos llamó la atención con mi hermano,
porque Pablo Emilio no calzaba con los moldes o patrones conductuales
normales: era un ser atípico, pero al fin y al cabo era nuestro tío. Y con
el tiempo se transformaría en un tío-amigo, aunque discrepemos hasta el
día de hoy en varias cosas, como la política, la forma de hacer negocios,
etc.
En ese sentido, convendría recordar dos anécdotas que reflejarían en parte el espíritu de mi tío.
Según sus dichos, él habría detectado en mi persona una capacidad innata
para la lectura. De hecho, afirma que fue él quien me enseñó a leer a la
tierna edad de 4 años (obviamente no tengo memoria de la fecha exacta).
Eso sí, recuerdo con certeza y claridad el día que hizo su primera apuesta
conmigo.
Entramos al restaurante de uno de sus amigos. Nos sentamos y luego de
unos minutos dice al grupo de amigos y parroquianos circundantes:
‹204›
Volumen III•
- Amigos, les presento a mi sobrino Francisco Javier. Les cuento que
sabe leer. Yo le enseñé.
Noto que sus amigos me miran y se largan a reír.
- Jaaaa, Jaaaa, ¡imposible!; es demasiado chico. ¿Qué edad tiene?
- Cerca de 4 años.
- Jaaa, Jaaaa.
- O.k. ¡No me creen! Les apuesto un almuerzo a que mi sobrino es capaz de leer ese aviso o afiche.
- Jaaa, Jaaa. Bueno, aceptamos tu apuesta, Pablo. Total, tú nos vas a tener que invitar y somos varios.
Para mi sorpresa, recuerdo claramente sus risas, aunque no sus rostros.
Esta situación –las risas– me puso nervioso33 y parece que no podía articular palabra.
Pero el guatón tenía oficio34 y acercándose a mi oído me dijo textualmente:
- Oye, Francisco Javier, ves esos helados que están en esa máquina (y
me la mostró con su mano).
- Sí, tío.
- ¿Quieres uno?
-¡Claro!
- Bueno, te pido por favor que leas ese aviso que está en esa pared.
- Por supuesto, tío.
Y así fue como, sin vacilación ni duda alguna, leí de corrido, sin interrupción, el dichoso o famoso aviso. La sorpresa de sus amigos y parroquianos
fue total y general. No podían creerlo.
33 Reitero a sus mercedes que durante mi niñez y casi toda mi adolescencia fui una persona tímida.
34 Tenía “oficio, esquina, calle, pool”. ¿Se entiende la jerga de la calle?
‹205›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Noté la satisfacción y orgullo del guatón por haber ganado su apuesta (y
almuerzo). Por mi parte, obtuve mi recompensa: mi helado. Se produjo
una relación favorable para ambas partes, hecho que en economía y en las
relaciones internacionales se conoce como win-win situation. Cada uno
obtuvo lo suyo.
Sin embargo, no todo terminó en alegría esa tarde, pues mi mamá se enteró de este hecho. Armó un escándalo. Acusó a mi tío de irresponsable,
de jugador, etc. Le prohibió pasear de nuevo conmigo. ¡Pobre guatón!…
es fácil adivinar todo lo que le dijeron.
A la larga, el único afectado sería yo. Decidí no volver a leer y solamente
lo hice por obligación, cuando entré al colegio. Sin embargo, hoy leo mucho y lo hago por placer35, tal como lo hace el guatón.
La otra anécdota me la contó su hermano Ramón, y luego el propio afectado con el tiempo agregaría más detalles de lo ocurrido en una tarde
deportiva de la década del 50.
Mi tío Pablo era un jugador de fútbol muy talentoso y por lo mismo, fue
fichado por el Club Profesional de Fútbol Everton de Viña del Mar, en
su división cadetes o juveniles36. Pablo, según su hermano Ramón, podía
dominar y pegarle a la pelota indistintamente con cualquiera de sus dos
piernas y, además, tenía un brinco y cabeceaba con mucha naturalidad,
cual centrodelantero inglés37.
35 Un gran amigo de la familia, don Javier Zamora, fue también una de las personas que
estimularon mi lectura precoz.
36 Mi tío Ramón me comentaba años atrás que los fines de semana, antes de comenzar los
partidos, enviaban a buscar a mi tío a su casa, pues no era capaz de levantarse después de las
fiestas a las que asistía. Llegaba muy de madrugada y en malas condiciones (mucho trago).
Sin embargo, todos le perdonaban esas “salidas”, porque tenía condiciones innatas para el
fútbol.
37 Una vez le comenté a mi tío que yo también era fanático del fútbol, agregando que me
habría gustado ser futbolista.
-
Imposible –me dijo–. Se nota que no tienes condiciones.
‹206›
Volumen III•
Mi tío Ramón está convencido de que su hermano pudo haber sido un
crack, pero me comentaba: “A Pablo le gustaba mucho más salir todas las
noches con sus amigos. Derechamente, irse de farra”.
Sin embargo, algo alejaría a mi tío del fútbol, al menos, a nivel profesional. Un día vino a jugar a Viña del Mar, por el Torneo Profesional de Fútbol de Primera División, su equipo favorito, “Magallanes”, acompañado
éste de su bandita38. Por supuesto que el guatón fue al estadio a ver dicho
partido.
- ¿Y a quien apoyó el guatón? –le pregunté a mi tío Ramón–. ¿Al Everton, el equipo donde entrenaba y donde quizás pudo seguir un camino
profesional –si así lo deseaba– o al Magallanes, el equipo de sus amores?
- ¿No adivinas a quién apoyó, sobrino?
- No se me ocurre.
- ¡Al Magallanes!
- ¿En serio?
- Sí, en serio. Y no sólo eso. Como durante el partido el árbitro comenzó a saquear, robar al Magallanes39, tu tío Pablo se subió a la reja y se
metió a la cancha para agredir al árbitro. Lo alcanzamos a detener justo a
tiempo.
-
-
¿Por qué dices eso, guatón?
Es cosa de verte sobrino. No tienes carácter y no tienes físico de futbolista. Dime una
cosa: ¿eres lento, no es así?
- ¿Cómo lo sabes?
- Sobrino, “Lo que natura non da, Salamanca non presta” –y soltó una gran risotada.
38 El equipo de Magallanes se hacía acompañar en los partidos por una pequeña banda,
conocida como “La bandita”. Me tocó escucharla. Hoy Magallanes “milita” en la Tercera
División, y juega de local en la Comuna de Maipú.
39 Habría inventado un penal o seguramente expulsó a algunos jugadores de Magallanes.
O quizás, todas estas posibilidades al mismo tiempo. Los partidos pueden ser fácilmente
manipulados por un árbitro, hecho que se presta para abusos y en algunos casos, corrupción.
‹207›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Luego del término del partido y producto de su indignación por el robo
de que fuera víctima Magallanes (“sobrino, fue un robo”, afirmarían ambos con el tiempo), Pablo decidió renunciar al Everton. Y así lo hizo, para
consternación de todos.
En fin, tengo muchas más anécdotas de don Pablo. Dejémoslas para otros
capítulos, ¿no les parece?
Ahora, iremos directamente a las Fiestas Latinas realizadas en las tórridas
noches de Zagreb (más bien, invernales).
•Fiestas Latinas en Zagreb•
Las fiestas latinas mensuales que terminaron oficialmente el pasado 22
de mayo40 fueron organizadas por nuestros amigos Laura, Che Zvonimir
y Patricio (el DJ). Cabe indicar que los hermanos Marusic tuvieron también una participación destacada. Por nuestra parte, junto a Paulita, actuamos como consejeros o asesores41.
Cuando se dio inicio a este proyecto, nadie imaginó que tendría tanto éxito ni menos que fuera tan concurrido. La primera fiesta latina congregó a
cerca de 300 personas en el Bar-Pub. La última, más de 500 personas. El
lugar donde se llevaron a cabo es un pub universitario, que se ubica en el
casco antiguo de Zagreb, muy central y de fácil acceso. La entrada tenía
el módico valor de 15 kunas, es decir, USD 3 y su propósito fue recaudar
fondos para caridad.42
40 Pues surgieron otras “imitaciones”, calificadas por nuestra amiga Daria como impostoras. Con todo, cabe añadir que no tuvieron el éxito esperado por sus organizadores.
41 Entiendo que con ocasión de estas fiestas, se creó especialmente un sitio web en Facebook donde participarían más de 300 personas.
42 Los fondos recaudados por las cuatro fiestas latinas celebradas hasta la fecha fueron
entregados a la Orden de Malta (cerca de USD 1.000), a fin de colaborar con el financiamiento de la delegación croata que participará en una competencia de discapacitados que
tendrá lugar este año en Segovia, España, competencia que es organizada por esta Orden.
‹208›
Volumen III•
Cada fiesta tuvo su anécdota propia, que serán narradas en su oportunidad. Sin embargo, la última es la que se me viene en estos momentos a la
mente, por varias razones. Entre ellas destaco las siguientes:
a) Nuestro Presidente Vitalicio del Club de Fútbol, Massimiliano, partía a
Roma, por lo que había que tomar algunos cubalibres para despedirlo.
b) Francesco G., sí, nuestro Lázaro43, había anunciado su regreso a las pistas de baile. Tuvo que asistir solo, ya que Susana se quedó con los niños.
c) Al día siguiente de la fiesta estaba previsto el Campeonato anual inter
Embajadas. Como comentara la otra vez, varios de los “bailarines” debíamos levantarnos temprano para participar en dicho torneo. Y así lo
hicimos, con bastante esfuerzo.
d) Nuevos integrantes se sumaron a estas fiestas, destacándose entre ellos,
por su espíritu festivo, el gringo Harry.
Uno de los hechos a remarcar fue la presencia de una niña asiática, que al
parecer se equivocó de escenario44. Estuvo mucho rato bailando sobre la
tarima del pub, buscando un protagonismo inmerecido. Luego, notando
que la música latina no coincidía con su estilo, se acercó a Patricio (el
D.J.) y le pidió que pusiera hip hop. Patricio, quien ya estaba francamente
molesto por la actitud desvergonzada de esta bailarina china, le contestó
en forma clara y convincente: “Honey, this is a Latino Party, not hip hop
Party.” Luego de esta respuesta, ella hizo abandono del escenario, cayendo
durante el transcurso de la noche en forma ininterrumpida en los brazos
de varios croatas.
Otro de los casos meritorios fue la actuación de uno de los mejores bailarines de la noche. Se trata de un europeo que habla varios idiomas con
mucha fluidez y quien hace del baile una pasión. Tanta es su energía en
esta materia, que ha recibido críticas de parte de unas amigas, dos france-
43 Ver Capítulo I del Vol. III de esta saga.
44 El pub en cuestión no es precisamente un modelo de virtudes, pero tampoco es un
night club.
‹209›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
sas y una marroquí, quienes consideran que X baila, a juicio de ellas, muy
serré, collé, es decir, excesivamente apretado. Parece que nuestro bailarín
es más latino que europeo cuando se trata de mover las piernas en una
pista de baile, pensaba para mí mismo, cuando escuchaba estos comentarios de pasillo45.
Esa noche, mientras bailaba con una de las francesas afectadas, noté que
a mi izquierda se había instalado nuestro amigo salsero. Había sacado a
bailar a una agradable croata, quien se mostraba muy receptiva al estilo de
baile de nuestro citado amigo. Sin embargo, al observar con más detalle
a la pareja en cuestión, me di cuenta con preocupación de que la croata
tenía novio, y era nada menos que un novio latino, quien es conocido por
ser malas pulgas y deslenguado. Es decir, podía originarse un problema
serio.
Bastó que pensara en eso, y ¡zas, plaff, chas!, que arriba el novio. Aún
recuerdo su cara de molestia, observando con horror cómo su novia bailaba serré, collé con este europeo, hecho que provocó que expresara en un
perfecto castellano: “¿Y este huevón qué está haciendo con mi novia46?”
Lo que no sabía nuestro enfadado, molesto e iracundo latino era que el
bailaor, como dirían en España, también hablaba español. Al escuchar
la citada frase, nuestro europeo latinizado se despegó rápidamente de su
pareja y haciendo una venia de despedida, se dirigió al bar en busca de un
trago adicional y de su señora.
Cómo habrá sido la cara que puse mientras observaba esta escena, que mi
amiga francesa me preguntó qué ocurría. “Nada, sólo un incidente que
afortunadamente no pasó a mayores”, le respondí.
45 En la celebración del cumpleaños de la Reina Isabel II de Inglaterra, para ser más
exactos.
46 La frase no es tan exacta pues me encontraba como a 2 m. de distancia. Súmesele,
además, el ruido y música medio ambiental. Sin embargo, el “huevón” lo escuché clarito.
‹210›
Volumen III•
Esa noche me retiré tipo 1:45 a.m. No pude hacerlo más tarde, porque
teníamos el partido de fútbol esa mañana. Se cantaron nuevamente las
canciones “La camisa negra”, “El venado”, “Tiburón”, etc.
Conclusiones:
Francesco G. está plenamente recuperado. Varias fueron las cervezas que
se tomó. Bailó, según fuentes autorizadas, hasta las 2:15 a.m., regresando
a su casa seguramente por presión familiar, pues cuando me despedí noté
que estaba feliz de la vida y no mostraba señales de querer retornar a
casa.
El Presidente y Sara regresaron a Italia muy contentos. Debemos mandarles un CD con música latina.
Definitivamente van más mujeres que hombres a estas fiestas latinas, hecho que provoca que el suscrito tenga que bailar toda la noche, lo que
lejos de ser una obligación, es un agrado. Paulita se queja de que prácticamente la abandono, pues, según ella, bailo más con nuestras amigas que
con ella, comentario que a mi juicio es inexacto, erróneo.
En ese sentido, como asesor de estos eventos, debo velar porque nuestros
amigos comunes se entretengan. Por algo el señor Marcos Glavich afirma
que en Zagreb se está en presencia de un Consulado Salsero.47
Finalmente, durante el último día nacional que me tocó asistir fui abordado por una Embajadora y su marido, quienes me preguntaron cuándo sería la próxima fiesta latina. Diez minutos después, se me acercó la señora
de un conocido diplomático, quien moviendo sus manos rítmicamente,
me consultó cuándo estaba prevista la próxima fiesta latina, porque ella
quería asistir con su hermano.
47 Asimismo, recuerdo a los lectores que tanto el señor Glavich como infrascrito están
fuera del mercado. No hay demanda ni oferta femenina hacia nosotros, como producto
mercantil, se entiende.
‹211›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
– ¡Esto es el colmo! –le comenté un día riéndome a Paulita–. Cada vez que
voy a un Día Nacional, los hombres me preguntan si están confirmados e
inscritos para el próximo partido de futbol48 y sus mujeres me preguntan
cuándo es la próxima fiesta latina. Creerán que soy un centro de eventos.
Parece que Glavich tenía razón.
48 Todos los lunes jugamos futbolito. Son 47 los miembros del Club, siendo su mayoría
diplomáticos y extranjeros residentes. El Club se llama “ Third Half Club” y ha obtenido el
título de Campeón del Torneo de la Asociación Latina de Futbolito y Campeón del Torneo
Mini World Cup, ambos el año 2010.
‹212›
IV
Capítulo
»Villa Alemana«
IV
Volumen III•
Así se llama el pueblo donde nacieron mis papás, localidad situada
relativamente cerca de Viña del Mar. Si toman el automotor o tren
desde dicha ciudad, usted se demorará cerca de 40 minutos en llegar
a Villa Alemana.
Muchas son las historias y anécdotas que con los años he escuchado
de este pueblo, hoy ciudad, que según sus residentes ya contaría con
más de 50.000 habitantes49.
Sin embargo, Villa Alemana ya no es lo mismo de antes y lo digo porque aún la recuerdo como la conocieron mis papás. Es una pena, pero
esa es la realidad de las cosas, la transformación de las mismas con el
paso del tiempo.
Entre las figuras ilustres de este pueblo estaría nada menos que Elías
Figueroa, el gran crack de fútbol chileno, aunque hay varios que insisten en que habría nacido en Peña Blanca, pueblo vecino y rival.
Tendré que consultar a mis padres al respecto.
Por otra parte y ya entrando en materia, habría que recordar la gran
notoriedad que logró esta localidad en los años 80, con la supuesta
aparición de la Virgen María. Sí, amigos, un lugareño, que en un primer momento se llamaba Miguel Ángel, habría visto y estado en contacto con la Virgen, cuento parecido al de los pastorcitos de Fátima.
Una vez que esta noticia fue trascendiendo, comenzó un peregrinaje masivo hacia este lugar. Los primeros fueron la gente de pueblos
aledaños, pero una vez que la prensa tomó cartas en este asunto, se
produjo un fervor religioso masivo, inusitado y arrasador.
49 Para Chile, el que en una ciudad habiten 50.000 habitantes es algo a considerar, pero
me imagino que en la República Popular de China, una ciudad con similares características
a las de este pueblo ni siquiera aparecería en un mapa caminero o rutero.
‹215›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Recuerdo que en esos años cuando en un almuerzo familiar consulté
a mi papá su opinión sobre este asunto, éste se echó para atrás en su
silla y comenzó a reírse:
- Hijo, en Villa Alemana no hay ninguna aparición de la Virgen ni
nada por el estilo. Parece que ese tal Miguel Ángel es un conocido
drogadicto, por lo que supongo que debe estar alucinando.
- ¿En serio? ¿Y cómo sabes eso?
- Porque hace poco hablé con tus tías50 y me comentaron que ese
muchacho tiene fama de ser consumidor de neoprén51. Además, me
dijeron que la gente está como loca e incluso se visten con una especie
de mantillas o foulards para taparse la cabeza. Se hacen romerías diarias al cerro donde este muchacho supuestamente dice conversar con
la Virgen.
- O sea, papá, ¿tú no crees en este milagro?
- Claro que no, hijo; no soy tan ingenuo.
- Pero según los diarios, la última vez fueron más de 50.000 personas.
- Sí, claro, y pregúntales cómo terminaron. Primero que nada, derivado del hecho de que este tal Miguel Ángel les ordenara que miraran
el sol, muchos de ellos terminaron con problemas en sus ojos y en
el oculista. Otros, terminaron deshidratados y/o en el hospital local
producto de desmayos, ya que justo ese día hizo un calor horroroso.
¡Pobre gente!
No estoy seguro si mi madre intervino, como apoyando la tesis de que
podría ser que este muchacho sí habría visto algo.
- Si vio algo ese joven, fue fruto del alcohol o de las drogas –concluyó tajantemente.
Y se larga a reír mi viejo, siendo acompañado por sus dos hijos. Creo
que mi madre no dijo nada más ese día.
50 Mis Tías Irma y Elisa Devia, que en ese entonces vivían en Villa Alemana.
51 El neoprene era un pegamento que era utilizado por algunos jóvenes marginales para
“volarse, drogarse”.
‹216›
Volumen III•
En definitiva, mi viejo tenía razón. El escándalo se destaparía semanas o meses después. Miguel Ángel era un drogadicto sin futuro y
pese a su insistencia, nunca logró demostrar sus dichos. Luego, con el
paso de los años, cambiaría de sexo y de nombre (hoy se hace llamar
Karole Romanoff), hecho que acreditaría que ya en ese tiempo requería de un tratamiento psiquiátrico intensivo y quizás, bajo custodia
hospitalaria.
La iglesia católica (el Arzobispado de Valparaíso) jamás reconoció estas apariciones como una manifestación de Dios.
Por mi parte, y por curiosidad innata, iría un día a la mencionada
colina, descubriendo que se había instalado una especie de capilla,
seguramente fruto de la erogación voluntaria de algunos humildes
feligreses. Revisé el lugar y me pareció que es una colina “común y silvestre”, como dice mi padre. Sin embargo, noté que algunas personas
caminaban hacia esa especie de capilla y oraban con mucho fervor.
En fin, todo lugar es apto para meditar y/u orar. Esa colina, a mi juicio, es como cualquier otra, pero para algunos es especial y eso habrá
que respetarlo. En cuanto al profeta Miguel Ángel, hay que reconocer
que era, a lo menos, excéntrico.
‹217›
V
Capítulo
»Arrivederci, tío Moncho «
52
52
Ramón Rey Duque (Q.E.P.D.)
V
Volumen III•
Hace poco pasó a mejor vida mi tío Moncho (Q.E.P.D.)53. Me enteré justo
cuando estaban visitándonos mi cuñada Yaya y mi sobrino Conrado54,
con quienes habíamos estado una semana antes en Londres. Fue un duro
golpe, pues tenía la secreta esperanza de verlo en diciembre próximo en
Santiago.
Tío Moncho era una excelente persona, amigo de sus amigos55 y consecuente con sus palabras y convicción. Sin embargo, también tenía un carácter irascible, temperamental, iracundo, malas pulgas, que provocaba
en la audiencia que lo circundaba el llamado “temor reverencial”. Según
su señora, Tía Chepa, con quien ahora se encuentra reunido, su mal carácter se debía principalmente a su diabetes. En realidad, eso ahora da
lo mismo. Lo valioso es que sus consejos fueron muy apreciados por el
suscrito, aunque algunas veces su crítica era despiadada, cual Voltaire56.
De la misma manera, no era un ser que pasara desapercibido, no sólo
por su estatura y vozarrón, sino también porque defendía sus principios
in extremis, especialmente en la arena política. Fue él quien me enseñó y
reiteró que la política es importante para el desarrollo de un país, no así
los politiqueros57. En virtud de ello, un día me llevó a la sede del ex Partido
Nacional58, casi al final del gobierno del ex Presidente o dictador –como
sus mercedes deseen denominarlo– Augusto Pinochet.
53 Tío Moncho una especie de segundo padre y por eso agradezco a Dios haberlo conocido y aprendido de él, ya que no todo el mundo tiene la posibilidad de recibir consejos de
dos padres, de dos mentores, de dos amigos.
54 Rosa Letelier mi cuñada, Conrado Hayler, mi sobrino. Ambos por el lado de Paulita.
55 Especialmente Pancho Iturriaga, Jorge Labatut (Q.E.P.D.), entre otros.
56 Quien fuera conocido en la historia, como sus mercedes recordarán, como “el gran
demoledor”.
57 Los “señores políticos o politiqueros” son aquellos que viven y usufructan de ella para
su beneficio personal.
58 Tío Moncho fue miembro de la Directiva del Partido Nacional en los años 70. Fue un
tenaz adversario al ex Presidente Allende (socialista). Apoyó el pronunciamiento o golpe
militar; sin embargo, cuando comprobó que el ex Pdte. Pinochet no deseaba entregar el
‹221›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
- Oye, Caleta59, ¿sabes por qué me interesaba tanto que vinieras hoy a la
reunión del partido?
- No, tío, la verdad es que usted fue bastante insistente al respecto.
- Te traje porque quería que vieras cómo desaparece un partido político.
- ¿Y por qué dice eso, tío?
- Muy simple, Caleta. ¿Ves la asamblea de socios? Y en ese momento
señala la referida sala principal de la sede con su dedo índice.
- Sí, claro que la veo.
- Pues fíjate muy bien; la Directiva de nuestro partido es más numerosa
que la propia Asamblea de socios. ¡Hay más caciques que indios! o en
buen romance, ¡muchos gerentes y pocos empleados!
- Y nos largamos a reír.
Finalizó diciendo: “Estamos jodidos, Caleta; el Partido no tiene juventud
ni gente con ganas de trabajar”.
Sin embargo, ese día no todo fue tan negativo, ya que escuchamos a un
excelente orador, un señor ya mayor que había sido diputado del Partido
por la zona sur. Su discurso provocó una verdadera ovación. Nos habló
del Chile que conoció en su juventud y del que quería ver antes de morir,
del Chile de hoy y del futuro, de los desafíos que debíamos enfrentar y
superar para lograr ser un país serio y responsable en el concierto internacional, etc.
Eran otros tiempos, pienso hoy en retrospectiva, donde se producía una
genuina comunión entre el público y el orador. De hecho, su exposición
mando, se convirtió en un opositor a su régimen. Luego, en 1990, con la llegada de la “Democracia” y con la asunción al poder de la Centro Izquierda, tío Moncho nuevamente pasó a
ser de la oposición, ya que como diría mi abuela, era una persona de derecha “por tradición
y doctrina”.
59 Así me dicen un grupo de amigos, especialmente del Colegio y del pueblo “La Estrella”.
‹222›
Volumen III•
me recordó al gran tribuno chileno de los años 20, de quien soy fiel admirador, el ex Presidente Arturo Alessandri Palma, conocido como “El
León de Tarapacá”.
A pesar del emotivo discurso reseñado, tío Moncho tenía razón. Poco
tiempo después, el glorioso y legendario Partido Nacional terminaría
fusionándose con otro partido político, para finalmente desaparecer de
la escena política. A mi juicio60, las sucesivas Directivas de este nuevo
engendro se preocuparon de obtener cargos públicos (Directorios de empresas públicas, Embajadas, etc.) para ellos y sus amigos, desatendiendo
los principios y programa del Partido en formación. Nada nuevo bajo el
sol.
Otra anécdota que recuerdo con el tío Moncho, quien odiaba el fútbol por
considerarlo el opio del pueblo y una pérdida de tiempo61, fue cuando nos
acompañó a visitar la Embajada de Brasil en Chile.
Esa visita no oficial se justificó plenamente, luego del incidente que se
produjera con ocasión del partido de las selecciones de fútbol de Chile
y Brasil (conocido como el Maracanazo. Ver anexo 1). El partido se jugó
en Brasil, y nuestro arquero, Roberto Cóndor Rojas, salió supuestamente
herido del campo de juego62, producto de una bengala arrojada por una
hincha brasilera –“la fogoteira”–. Todo Chile y el mundo pensó erróneamente que dicha bengala le había golpeado en su cabeza, siendo, por lo
mismo, retirado del campo de batalla, cual espartano, por sus correligionarios de profesión y armas.
60 Entre otras causas que motivaron su desaparición.
61 Llegando en varias ocasiones a calificar a su propio hijo menor y a suscrito, de “peloteros” “descerebrados”, “ociosos”, “crápulas”, “irresponsables”, etc.
62 Posteriormente, el propio Cóndor Rojas confesaría que se auto infirió la herida en su
sien, para provocar la retira del equipo de la cancha.
‹223›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
En definitiva, la selección chilena, para vergüenza del mundo, se retiró
de la cancha antes de finalizar el partido (íbamos perdiendo 1 - 0), aduciendo “falta de garantías” y pensando ingenuamente que Brasil, sí, sus
mercedes, Brasil, sería a lo menos suspendido de las eliminatorias de ese
mundial por la conducta de su público.
Al ver en directo por televisión retirar a nuestro Cóndor herido y sangrando de la cancha63, inmediatamente afloró todo mi nacionalismo. En
consecuencia, consideré oportuno manifestar toda mi frustración, rabia y
molestia frente a la Embajada de Brasil en Santiago.
Acto seguido, me dirigí a la casa de mi amigo Lucho para expresarle mi
proyecto y para sorpresa de ambos, al escuchar tío Moncho nuestra conversación, éste señaló:
- ¿Escuché bien? ¿Quieren ir a la Embajada de Brasil?
- Sí, tío –dije yo.
- Sí, papá –afirmó también su propio hijo, con cierto temor.
- ¿No me digan que van a protestar frente a la Embajada?
- Vamos a visitar la Embajada del Brasil, tío, sólo eso.
- ¿Ah, sí? No me digan. Voy con ustedes.
- Tío, no es necesario, no se moleste.
- Temo por ustedes. Los conozco. Son un par de locos. Los van a meter
presos. Los acompañaré.
Como no nos quedaba otra alternativa, expresé:
- Gracias, tío, por su gentileza. Por lo tanto, usted nos llevará en auto,
¿no es así?
63 El Cóndor, además, es uno de nuestros símbolos patrios, al estar incorporado en el escudo nacional.
‹224›
Volumen III•
- Pero claro. ¿Por eso te pusiste ahora tan contento, Caleta?
- No sea mal pensado, tío. Obviamente que es mejor ir en auto y con su
compañía que ir al centro de Santiago en metro. A su vez, es más seguro
ir con un caballero como usted que mide más de un metro ochenta de
estatura. Uno nunca sabe qué puede ocurrir en este tipo de eventos.
Y así fue como partimos y nos dirigimos al Centro de Santiago, a la Embajada de Brasil64. Llegamos justo a tiempo. Estaban comenzando a congregarse los hinchas, los tifossis chilenos, la barra brava. Se notaba un
ambiente complicado, conflictivo.
El colectivo nacional, o pueblo derechamente, estaba esperando que alguien diera el primer paso y/o que algo ocurriera para poder expresarse
como ameritaba la ocasión.
Fue en ese momento que alguien empezó a gritar, a proferir una serie de
insultos hacia la referida sede diplomática, los mismos que fueron coreados y voceados por todos los asistentes. Junto a mi gran amigo nos
sumamos alegremente a esta manifestación, siendo vigilados a distancia
por Tío Moncho, quien impertérrito (pero seguramente riéndose interiormente) velaba por nuestra seguridad.
Nos cansamos de denostar, vituperar a la torcida brasilera y a su equipo,
recordarles, además, a los funcionarios brasileros de la Embajada de Brasil en Chile, el por qué ese día no los queríamos en nuestra tierra y por
64 En ese tiempo era un anónimo estudiante universitario, sin norte conocido
y más encima, con una invalidez sentimental que me afectaba en ese entonces. No
había ingresado al Ministerio de Relaciones Exteriores ni tampoco había conocido a Paulita. Era un nómade en una jungla de cemento buscando su destino.
‹225›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
qué su país nunca lograría el tan ansiado desarrollo, calificativos que son
imposibles de reproducir en esta saga por respeto al público lector.65
Repito, los calificativos y epítetos fueron de grueso calibre no aptos para
oídos infantiles ni femeninos, y fueron también fruto de la pasión imperante. Súmesele a lo anterior, la presencia de la Prensa (el llamado Quinto
Poder) y de Carabineros de Chile. Estos últimos se ubicaron frente a la
Embajada dispuestos a salvaguardar el orden público e institucional66.
En virtud de lo expuesto, la ira, rabia, frustración de los fanáticos del fútbol que visitamos ese día la Embajada de Brasil se dirigió, primero hacia la
citada sede diplomática, y luego, producto de la defensa que de la misma
hicieron las fuerzas de orden y seguridad, hacia Carabineros de Chile.
De los insultos se pasó a la acción, al menos en el sector donde nosotros nos encontrábamos, por un hecho fortuito e inesperado. Un auto con
vidrios polarizados y muy utilizado por la CNI67 se detuvo a 20 metros
de donde estábamos localizados. Se bajó un sujeto vestido de chaqueta
azul, semi guatón (gordito como diría una amiga), pantalón gris, lentes
oscuros, pelo corto y bigote, clásico biotipo de un agente de la Central
Nacional de Inteligencia de la época.
Con mirada desafiante nos observó detenidamente, para luego agarrar
con una de sus manos a un joven y anónimo hincha, no mayor de 17
65 Hubo ciertos epítetos que serían hoy sancionados por la Ley, que pena los
hechos o conductas xenófobas y homofóbicas.
66 Como sus mercedes recordarán, en ese entonces el suscrito no estaba de
acuerdo con el Gobierno Militar, pues consideraba que ya era hora que regresaran
a sus cuarteles (estuvieron más de 16 años en el poder).
67 CNI: Central Nacional de Informaciones: La policía “política” de Pinochet,
algunos de cuyos integrantes fueron responsables por los asesinatos y torturas de
personeros de izquierda y/u opositores a su régimen.
‹226›
Volumen III•
años, quien sólo observaba lo que ocurría (o al menos, se limitaba sólo a
insultar a la sede diplomática como todos nosotros).
Luego escuché una frase que agravó aún más la situación: “¡Se quieren
llevar preso a un compañero! ¡Debemos impedirlo!”
Esta frase también la escuchó el agente de la CNI, por lo que seguramente pensó en su fuero interno que estaba procediendo correctamente al
llevarse detenido a un simpatizante o militante de izquierda, y no a un
anónimo hincha de fútbol.
Cuando pretendía introducirlo al auto institucional, junto con Lucho y
siete u ocho anónimos hinchas nos fuimos encima del CNI, amenazándolo y gritándole que lo soltara, siendo esta situación observada a distancia
por el resto de la gente.
Noté una gran duda en la cara del CNI, al ver lo furioso y decidido que
estaba este grupo de avanzada. Cabe agregar que inconscientemente lo
rodeamos, exigiéndole la liberación del compañero, hecho que le causó
una mayor sorpresa y molestia. En virtud de este hecho, el CNI sacó su
pistola, si mal no recuerdo, apuntando hacia arriba, haciendo ademán de
disparar.
Todos nos asombramos por la actitud prepotente y a la vez cobarde del
citado agente, e instintivamente nos detuvimos y dimos un paso hacia
atrás. Y en eso estábamos, meditando qué hacer, cuando escuché la voz
ronca y fuerte de tío Moncho, quien se aproximó al sitio del suceso: “¡Qué
estás haciendo, pelafustán! ¡Qué te has creído, miserable! ¿Piensas disparar acaso, infeliz?
La cara de odio y de desprecio de tío Moncho hacia el referido agente me
causó más miedo que el revólver del CNI. Y parece que al CNI le produjo
el mismo efecto, pues mirando a tío Moncho, guardó su revólver, soltó al
muchacho y se subió a su auto institucional, prácticamente huyendo del
‹227›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
lugar, recibiendo éste en su fuga una serie de epítetos, escupitajos y más
de un certero piedrazo.
Cabe reseñar que la actitud valiente de tío Moncho impidió que ese hincha fuese a parar a algún centro de detención, tipo Guantánamo, donde
seguramente lo habría pasado muy mal.
Superado este incidente y producto de lo ocurrido, al menos en nuestro
sector, las piedras empezaron a salir como por arte de magia, y fueron
dirigidas primero a la citada sede diplomática y luego a Carabineros de
Chile.
- Lucho, Caleta –gritó tío Moncho–; nos vamos.
- Bueno, vámonos mejor –dijimos con mi amigo–. Esto se está poniendo feo.
Lo que siguió después fue el caos, ya que de una simple manifestación deportiva se pasó a una protesta NO pacífica en contra del Gobierno. Cabe
consignar para la historia que hubo excesos por ambas partes, siendo,
además, varios los detenidos ese día por los desórdenes y daños ocasionados.
•¿Sufría del corazón?•
Hace pocas semanas un matrimonio muy querido cumplió más de 45
años de matrimonio. Toda una hazaña en estos días, más de parte del
hombre, a mi juicio; más de parte de la mujer, en opinión de Paulita.
Una de las anécdotas relativas a esta simpática pareja es el hecho de que
durante el noviazgo o pololeo, el sujeto de marras, cada vez que su novia
apoyaba su cabeza en su camisa (en su pecho para ser más exactos), le
recordaba inmediatamente que sufría del corazón, por lo que ésta debía
replegarse, separarse, alejarse de su hombre, ya que el corazón de Romeo
no podía soportar presiones, ni menos, físicas.
‹228›
Volumen III•
Sin embargo, la realidad sería develada con el tiempo. A confesión de parte, relevo de prueba, dicen los abogados. El propio caballero en cuestión
confesaría a su ahora cónyuge, meses después, que no sufría del corazón
ni de nada por el estilo.
Lo que ocurría era que no le gustaba que le arrugaran o mancharan sus
camisas, ni siquiera su amada, la mujer de su vida. ¿Mañoso el señor o
exceso de pulcritud?
Amigos, nos vemos.
Tío Moncho, Arrivederci.
‹229›
Volumen III•
VI
Capítulo
»Visita de nuestro hermano de los Andes«
‹231›
VI
Volumen III•
Alegría nos causó enterarnos de que Martín, nuestro hermano de los Andes68, había decidido venir a Croacia para visitar a todos sus amigos y
compartir su experiencia en México. Desgraciadamente Thomas debió
quedarse “laburando”, como dicen en Argentina, país donde el idioma
español es torturado sistemáticamente69.
Don Martín fue el invitado de honor en una recepción organizada por el
Grupo Latino70. El Comité Creativo, liderado por el suizo-latino, decidió
distribuir una serie de mascarillas entre los asistentes, como una manera de protegerse de la influenza porcina o humana, que, como ustedes
recuerdan, tiene un origen mexicano. Según afirmaba el suizo, Martín
debía ser un claro portador.
La presencia de Martín nos permitió revivir en común una serie de anécdotas, muchos de cuyos protagonistas han ido dejando Zagreb por razones de trabajo y/o familiares. Hubo varios brindis por la razón esgrimida,
en honor de los presentes y ausentes.
Cabe agregar que esa noche se descubrieron las dotes naturales de la pequeña Valeria. Con menos de 2 años ya es capaz de bailar y cantar, hecho
que debiera ser materia de preocupación para sus padres. Además, notamos cierta predilección de la niña por uno de los comensales, a quien
erróneamente denominó “papá”, hecho que causó la inquietud de su real
progenitor, quien demandó al denunciado: “Oye, Vlado, ¿dónde estabas
tú el día 14 de octubre del año 2007?71”
Semanas después, iríamos con Paulita a Londres, lugar donde nos reuniríamos con mi cuñada Yaya y nuestro sobrino Conrado. ¡Qué ciudad, qué
68 Martín es un hijo más de la nación Argentina. Hoy reside en México junto con Thomas.
69 Por ejemplo: calle se dice calle y no, caaaasheeeeeeeee, como dicen más allá de los Andes,
sector sudeste.
70 Son los organizadores y patrocinadores (sponsors) de las Fiestas Latinas, entre otras virtudes.
71 Fecha en que habría sido concebida la niña.
‹233›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
capital! Inmediatamente uno puede apreciar por qué el Reino Unido fue
capaz de conformar un imperio, y por qué Chilito está a más de 80 años o
más de diferencia, en el ámbito social, educacional, cultural, etc.
•¿Un Puma en Zagreb?•
Como sus mercedes tienen conocimiento, el Puma72 es un felino que habita en los Andes, estando su caza además prohibida, a lo menos en mi
país, si la memoria no me engaña. Otras acepciones de Puma son: marca de ropa deportiva73. También podría ser utilizada esa denominación
como el pseudónimo de un cantante venezolano de los años 80, quien
fuera conocido como el Puma Rodríguez74, quien interpretara sabrosas
canciones como “Pavo real”, “Agárrense de las manos”, etc.
Nos quedaremos para el efecto de este subcapítulo con la primera acepción, si nos les molesta claro. Si les incomoda, el problema es suyo, no
mío.
Como reseñara en otros capítulos, la fauna diplomática es tan variada
como la que mora y sobrevive efectivamente en la selva, jungla o sabana,
sea ésta africana, asiática o americana. Uno de esos insólitos personajes
fue destinado años atrás a la tranquila Zagreb, para consternación del
personal local que debió soportarlo y padecerlo.
Cabe adicionar que el aludido diplomático era por coincidencias de la
vida, un eximio conocedor de la flora y fauna, especialmente de las aves.
Asimismo, era un imitador innato de todo tipo de sonidos, habilidad
72 El puma, león de montaña, león o pantera (Felis concolor), es un mamífero de la familia
Felidae, nativo de América. Ver anexo 1.
73 PUMA is the global athletic brand that successfully influences sport, lifestyle and
fashion.
74 José Luis Rodríguez González es un cantante y actor venezolano. Nació en Caracas,
Venezuela, el 14 de enero de 1943, y es también conocido artísticamente con el sobrenombre
de El Puma.
‹234›
Volumen III•
que ejecutaba, realizaba, efectuaba, etc., durante la jornada laboral, para
asombro de sus subordinadas. Se creía una suerte de ruiseñor, una mala
imitación de mi tía abuela Rosita Serrano.75
No entraremos en el análisis de cada una de sus conductas en Zagreb,
bástenos por ahora enfocarnos solamente en su simulación o imitación
del puma.
Sí, señoras y señores, este ya no tan junior diplomático tenía cierta predilección por dicho felino, a quien gustaba representar en su propia Embajada. Sin embargo, su imitación era muy ruidosa, sonora, para vergüenza,
bochorno, humillación de los funcionarios que laboraban con él.
Cabe añadir que sus representaciones eran intempestivas, es decir, comenzaban sin mediar provocación alguna, cual Tarzán de la Selva, siendo sus rugidos y alaridos acompañados por otros guturales sonidos, más
propios de un zoológico o de un documental del National Geographic.
Pero un día fue el colmo. Sus rugidos fueron públicos y notorios. Quizás
por ello se produjo la siguiente situación: Mientras salía de la Embajada
una de sus secretarias, ésta fue interceptada por un empleado del edificio.
Sin mediar palabra, este empleado le demandó a la citada secretaria, en
un tono entre preocupación y amenaza, conocer qué especie de fiera u
animal peligroso se encontraba encerrado o privado de libertad en esa
dependencia diplomática.
Cuando se enteró de que la fiera hablaba varios idiomas, tenía dos patas y
era, además, un funcionario diplomático, se limitó a decir:
- Las compadezco.
75 Rosita Serrano era su nombre artístico y lo tomó de una de sus amigas. Su verdadero
nombre era María Eugenia Aldunate y era prima en segundo grado de mi abuelo Jorge Aldunate. Según mi madre, su papá no hablaba de ella, pues era artista, y en esos años, era mal
visto ese tipo de vida. ¡Cómo cambian las costumbres! Ver, además, anexo 3.
‹235›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
- Gracias –respondió nuestra atribulada secretaria–. La convivencia no
es fácil –agregó, saliendo rauda de su lugar de trabajo.
Nuestro Puma sería con el tiempo trasladado a otro país, donde seguramente siguió deleitando a sus contertulios.
•El Cartero o Il Postino•
No sólo los funcionarios diplomáticos juniors se encuentran algunas veces afectados por rarezas y/o anomalías congénitas, provocadas por el
continuo deambular, hecho que a juicio de los especialistas provoca inevitablemente una suerte de desarraigo. Algunos Jefes de Misión también
están “tocados” por este permanente devenir.
Recuerdo que me comentaron tiempo atrás el caso de un Embajador
quien literalmente vivía aislado del mundo exterior. Se limitaba a cumplir con el Protocolo que le demandaba su trabajo, pero en el fondo, se
había transformado en una especie de ermitaño, según el infidente de
esta historia.
Uno de los puntos álgidos de ese voluntario auto exilio o encierro se produjo cuando, derivado de un resfriado o algo por el estilo, no pudo concurrir a su oficina. Como consecuencia de este hecho, llamó relativamente temprano a su secretaria para indicarle algo parecido a lo siguiente:
‹236›
Volumen III•
- Aló, señora X.
- Sí, señor Embajador, ¿en qué puedo ayudarlo?
- Como usted sabe, me encuentro enfermo.
- Sí, señor Embajador, se le nota en la voz.
- Por lo mismo, le pido que el chofer me traiga lo antes posible el
diario.
- Por supuesto, señor Embajador.
- Sin embargo, quiero que el diario venga envuelto en plástico y sea arrojado por
la puerta principal. Por ningún motivo quiero que ingrese el chofer. Que se limite
solamente a tocar el timbre para avisarme que llegó.
- ¿Pero no quiere que se lo entregue personalmente?
- No, por ningún motivo. Que lance el diario por la puerta principal y se vaya.
La cara de sorpresa del chofer (que venía recién asumiendo funciones) fue total. Debió consultar dos veces para comprobar si era efectivo lo que estaba escuchando.
Como funcionario, se limitó a obedecer la rigurosa orden, huyendo del lugar una vez
que tocó el timbre de la residencia oficial, siguiendo en consecuencia la instrucción
recibida.
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‹237›
VII
Capítulo
»Sin calzoncito«
VII
Volumen III•
Algunas veces las infidencias a la cónyuge, a la reina del hogar, a la matriz
energética, pueden provocar una justificada preocupación. Recuerdo que
un día la señora de un amigo le preguntó a la señora Paula (luego de oír
unas anécdotas que han sido descritas en esta saga) si no se ponía nerviosa o no sufría de estrés por mi conducta. Paulita le respondió: “He optado
por acostumbrarme, ya nada puedo hacer por cambiar a mi marido”.
En este contexto, visitó un día nuestras oficinas un ciudadano paraguayo
solicitando asistencia consular. En resumen, se trataba de un clásico problema migratorio. Las autoridades de inmigración eslovena le impedían
reingresar a la Unión Europea como consecuencia de la expiración de su
estadía como turista en Europa. Este ciudadano, oriundo de nuestra América Morena, pensaba erróneamente que nuestro Consulado podía hacer
algo para revertir dicha medida restrictiva.
Mientras lo entrevistaba, escuchaba mi CD de salsa, siendo la cantante
cubana Celia Cruz una de sus principales vocalistas76. Noté que este ciudadano paraguayo ponía más atención a la melodía y letra de las canciones, que a mis consejos. Resultó ser que el muchacho en cuestión era estudiante de música, por lo que el sonido de la salsa le era más que familiar.
Teniendo plena conciencia de lo que pasaba y hacía, decidí no cambiar mi
música, dado que en mi oficina mando yo y punto.
Cuando le conté lo sucedido a doña Paula, ésta me hizo presente de inmediato que no era apropiado escuchar salsas en mi lugar de trabajo, es decir, el Consulado de Chile en Zagreb. Por la función que ejerzo, escuchar
música clásica o algo por el estilo sería lo lógico, señalando, además: ¡Pero
si a ti te gusta la música clásica! ¿Por qué ahora tanto afán en escuchar
salsa?
76 No soy el único que escucha salsa en su oficina en Croacia. Nuestra amiga Daria Skaramuca
nos contó que con ocasión de la primera fiesta latina –estaba revisando uno de los CD que se
habían preparado para el efecto–, mientras escuchaba la canción “el tractor amarillo”, se le acercaron varios colegas para preguntarle: “¿Qué es eso, Daria? ¿Qué estás escuchando? ¿De dónde
sacaste esa música tan rara?”
‹241›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Mi respuesta fue categórica: “Cuando estoy haciendo la contabilidad de la
Embajada, de suyo aburrida, opto por escucharlas, para reanimarme, ya
que de lo contrario, querida mía, estaría completamente deprimido”.
No obstante lo anterior, siempre el justo equilibrio, como afirmaba con
certeza Santo Tomás de Aquino, se encuentra en el justo medio.
Pasaron las semanas, y otro día cualquiera solicitó una entrevista una
chilena que requería legalizar una serie de documentos para poder contraer matrimonio con un ciudadano croata. Era una chilena de buena
presencia y se notaba educada77. En todo caso, en nuestro Consulado no
se hacen diferencias de ningún tipo, atendiéndose a todo tipo de público,
sin consideraciones de sexo, religión, raza, etc.
Previa las presentaciones de rigor efectuadas por Dunja, hice ingresar
a mi oficina a la futura señora, quien era acompañada por su novio. El
suscrito los recibió en forma amable, ya que como decía Héctor Faúndez (Q.E.P.D.), se nos paga para eso, es decir, sonreír, afirmaba éste años
atrás.
Cuando fui interrumpido por esta pareja, ¿adivinen qué estaba haciendo?
¡La contabilidad!
Luego de unos minutos de amena charla, noté con estupor, horror, casi
preocupación que la salsa que estaba escuchando estaba llamando desmesuradamente la atención de la aludida novia.
En virtud de ese hecho, presté atención a la letra de una de sus estrofas y
casi me morí de vergüenza78.
77 Podría haber sido perfectamente alguna hermana o amiga de la Paula, o de mis primas
Paulina o María Teresa. ¿Amiga mía?, depende del contexto.
78 Ver texto completo en el anexo 4.
‹242›
Volumen III•
“…Esta noche tu vendrás,
sin calzoncito …”
“¡Pero qué es esto!”, exclamé a viva voz. Sorpresa causó en mis contertulios mi sobrerreacción. Sin meditar ni un segundo, procedí a apretar la
tecla STOP del teclado de mi computadora, parando en consecuencia la
interpretación de los precitados versos.
Por respeto a los lectores, el texto completo es reproducido sólo en el
anexo, objeto puedan ponderarlo y juzgarlo. Cabe agregar que mi señora
me catalogó, una vez narrado este hecho, con justificada razón, de ordinario79, indigno del cargo que represento. Aseguró que alguien podría
malinterpretar mis gustos, pensando tal vez que era un degenerado.
Incluso, me solicitó que no relatara esta anécdota, porque le daba vergüenza mi comportamiento. Para agravar aún más la falta cometida, con
el tiempo me enteraría de que la mencionada novia era hija de un reconocido parlamentario de la oposición.
•Consultas Políticas Chile-Croacia•
Todo un éxito resultaron las Séptimas Consultas Políticas entre la Cancillería de Chile y la croata. Esta séptima versión se llevó a cabo en Zagreb,
siendo la delegación chilena presidida por el Subsecretario Alberto Van
Klaveren. Por la contraparte croata, el Secretario de Estado, Davor Bozinovic, presidía su delegación.
Mi labor consistió ese día en apoyar a nuestra delegación en todos sus
requerimientos. Conocía, además, a casi toda la delegación croata, situación que siempre es una ventaja en este tipo de conversaciones bilaterales.
79 Debió haber sido aún más categórica: “Negro, eres un rasca, un individuo de baja
ralea, un huachafo, un cuma, etc.”
‹243›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Una vez finalizada la discusión de la agenda y luego del almuerzo en honor a la delegación chilena, partimos al aeropuerto. Llegamos una hora
y media antes de la salida programada del avión, por dos razones plenamente válidas:
1. El tráfico de Zagreb algunas veces sufre de ciertos tacos o embotellamientos, en especial a esa hora (3:30 p.m.).
2. Tenía que jugar fútbol a las 6 p.m. en Maksimir. Si la delegación chilena partía tarde al aeropuerto, no alcanzaba a llegar al partido.
Cabe indicar que fue un acierto llevarlos antes; de lo contrario, habrían
perdido el avión. El taco que observé a mi regreso a casa, perdón, al fútbol, era descomunal, atroz.
“Hiciste bien, Devia, en mandarlos temprano al aeropuerto”, pensaba
mientras cantaba y movía mis manitos al compás de la salsa intitulada
“Pásame la botella”80. Meditaba, además, que las consultas habían sido
muy bien valoradas por ambas partes y que en unos minutos más, estaría
jugando fútbol con mis amigos.
No obstante lo anterior, cabe señalar que mientras estábamos haciendo
un poco de tiempo en un restaurante del aeropuerto, dada la premura en
que fueron despachadas las autoridades chilenas por el suscrito, aprovechamos de conversar en términos más humanos y menos protocolares.
Comprobé, por lo mismo, que nuestro Subsecretario es una persona amable, sencilla y humana, y lo digo con expresión de causa. Él se acordaba
de mí, ya que debimos trabajar juntos en un asunto muy complicado y
que ninguno de los dos lo había olvidado, ni creo que lo olvidará nunca.
80
Esta es una de las canciones que más le gusta al “Che” Zvonimir Troskot.
‹244›
Volumen III•
Asimismo, cabe añadir que cuando un anónimo Embajador de una Dirección en Santiago quiso que se me amonestase con una anotación de
demérito por un informe que hiciera en defensa del Buque Escuela “Esmeralda”, que estaba en ese entonces de paso por Croacia81 (fue juzgado
de fascistoide por el aludido Embajador, a quien ya tengo identificado).
Fue el propio Subsecretario quien habría señalado: “Conozco a Francisco
Devia. Es un buen funcionario. No habrá ninguna anotación de demérito
para él. Sólo llámenlo para que tenga más cuidado cuando redacte sus
mensajes”.82 Cabe aclarar que el suscrito en ese tiempo era Encargado de
Negocios, por lo que en ese contexto estaba facultado para enviar mensajes a Chile, según mi real saber y entender, sin darle explicaciones a nadie
de mis actos, a lo menos, en Zagreb.
Por último, mientras conversaba con el Jefe de Gabinete del Subsecretario, salieron a relucir nombres de algunos funcionarios, quienes no destacan precisamente por su fama de buenos funcionarios, siendo dos de los
citados amigos del suscrito. Al observar la risa del Subsecretario, quien
escuchó que los nombres aludidos eran acompañados por un pseudónimo (el Perro N., el Topo H.)83, agregué, como para reafirmar que eran mis
amigos y la alta opinión que tengo de ellos: “Embajador Van Klaveren, tal
como señalara una vez el famoso boxeador Mike Tyson, mis amigos están
muertos o en la cárcel”.
Amigos, no se puede renegar de la salsa ni menos de los amigos.
Me cansé, otro día sigo escribiendo.
81 Mi informe fue muy duro en contra de Amnisty International, que denominaba a
nuestro Buque Escuela como “el barco de la muerte y tortura” entre otros comentarios. Fue
políticamente incorrecta mi defensa, pero era justificada, a mi juicio.
82 Todo esto me sería informado por fuentes fidedignas e internas. Gracias, don Alberto,
por su apoyo.
83 Más parece una granja de animales que un Ministerio.
‹245›
VIII
Capítulo
»Procesión de la Virgen de Guadalupe en Zagreb«
VIII
Volumen III•
Insólita, inesperada fue la forma como se desarrolló la Fiesta Latina del
mes de mayo del año en curso, evento que fuera organizado por la Asociación Latino-Croata, y que tradicionalmente se lleva a cabo en el Pub
Strossmayer.
Cabe destacar que previo a la fiesta en cuestión, y como una manera
de prepararnos anímicamente, Francesco y suscrito decidimos invitar a
nuestras señoras a un restaurante que fuera distinto, elegante, de buen
tono, “de mantel largo” (y no a un Mac Donald o una Pizzería de ocasión).
Por ello, nos dirigimos a cenar a un simpático restaurante ubicado a metros del aludido pub, y donde ambas cónyuges querían comer desde hacía
meses.
Todo fue muy grato, salvo la cuenta o l’adittion, the bill, que estuvo a la
altura del nivel del restaurante. Este comentario está absolutamente de
más, propio de un miserable, refleja toda la falta de tacto, tino y criterio
del relator; la falta de cuna, de prosapia, de linaje, de distinción, etc. Con
todo, creo que mi amigo suizo coincidió con mi comentario, pero no lo
expresará por temor a su señora y/o su prudencia.
Luego de desangrarnos pagando la mencionada cuenta y de haber terminado las cervezas y cubalibres de rigor, el ánimo estaba por los cielos; todo
era alegría y en lo personal, me imaginaba conversando y bailando con
nuestro habitual grupo de amigos. El DJ ya había recibido nuestro listado
con las canciones que queríamos escuchar y bailar, todo estaba arreglado,
como se suele decir en Latinoamérica.
No obstante lo anterior y pese a las buenos deseos, fue imposible dar “un
pasito para adelante, un pasito para atrás”. Por el contrario, terminamos
cerca de las 3 a.m. en el Hospital de Rebro.
¿Cómo puede cambiar un escenario en tan pocas horas? C’est la vie, mes
amies.
‹249›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
•Por unos tequilas y coronas de más•
Cerca de la entrada nos ubicamos esa noche. Debido a dicha posición,
saludábamos a todos los parroquianos que conocíamos y que iban ingresando al referido pub. Como diría el inefable Marcos Glavich, “clásica
actitud de un político salsero en busca de votos”, comentario lleno de veneno, morbo y malquerencia, al cual ya estoy acostumbrado, proviniendo
de quien proviene.
Pasada una hora y media de nuestro arribo, de pronto nos preguntamos:
“¿Y dónde está Marina? ¿Se supone que vendría esta noche?” El coro se
respondió a sí mismo: “¿Parece que aún no ha llegado?”
Media hora después aparece Marina.
- ¿Y dónde has estado, Marina?
- Con unos amigos y mi mamá.
- ¿Con tu mamá? ¿Pero en qué parte?
- Estamos allá, al fondo, en la última mesa.
Entonces, decido ir a saludar a doña Lupita Ferrer84, agradable y simpática
mujer que frisa los 70 años y con quien había conversado la semana anterior en dependencias del Consulado Salsero por razones profesionales.
- ¡Señor Cónsul, don Francisco! ¡Qué placer verlo! ¿Cómo está? y ¿doña
Paula?
- Señora Lupita, precisamente estuvimos buscando a su hija hace más
de una hora. Recién me enteré de que usted también estaba por acá.
- Pero, don Francisco, tome asiento, le voy a presentar a unas amigas.
Y así lo hice, observando con cierta preocupación que la mesa estaba llena de cervezas coronas y sus correspondientes tequilas, como consecuen-
84 Nombre que solicitó utilizar para los efectos de esta saga la principal protagonista de
esta historia. Se agradece de antemano su excelente disposición y por permitirme publicar
esta inolvidable jornada que nos correspondió presenciar.
‹250›
Volumen III•
cia de la promoción ofrecida por el bar: una corona y un tequila por 25
kunas, es decir, a USD 5 al tipo de cambio promedio.
Si Francesco y suscrito habían llegado contentos a la fiesta, pude notar
que doña Lupita y compañía lo estaban aún mucho más, a un menor costo que nosotros, ya que la promoción no se puede comparar con los valores del restaurante citado en este capítulo.
Una de las amigas de Lupita, cuyo nombre mantendremos en el más absoluto anonimato, era incapaz de articular palabra. Su expresión facial
reflejaba esa impotencia. La otra, más sobria, me preguntaba lo de rigor:
nombre, ocupación u oficio, etc., y los otros dos hombres de la mesa, estaban “en su mundo”, más cercano del cielo que la tierra.
Por su parte, doña Lupita parecía una quinceañera asistiendo a una de sus
primeras fiestas. Alegremente me ofreció su cerveza y su taquito de tequila, aceptando suscrito la corona, no así el tequila, aduciendo un principio
básico olvidado esa noche por la mesa de doña Lupita: no mezclar los
tragos.
Pasado un tiempo más que razonable, regresé donde doña Paula y con ella
me quedaría, aprovechando la oportunidad para conversar con Glavich,
Tarek, Lenka, Ana María, Daria, etc., esperando con cierta impaciencia
que la música cambiara para salir a bailar.
Repentinamente, se me acerca mi escudera con cara de preocupación.
- Negro, la mamá de Marina se siente mal.
- ¿Qué? ¿Qué le pasa?
- No lo sé; no puede salir del baño.
- Oye, suizo, tenemos una emergencia, acompáñanos.
Y cuando nos acercamos al lugar de los hechos, observamos un conciliábulo en el baño de mujeres, entre las cuales estaba Marina. Para variar, en
este tipo de situaciones, no sabían qué hacer. “Hay que sacarla del baño”,
fue lo primero que manifestó en forma perentoria mi mujer, siempre ra-
‹251›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
zonando en forma práctica. Y así procedieron las que a partir de ahora
calificaremos como “las lloronas”.
Doña Lupita Ferrer estaba en muy mal estado; era incapaz de sostenerse
en pie. Debido a ello, una de las lloronas le solicitó a la señora a cargo del
baño, que le prestara su asiento por unos minutos. En una actitud que la
retrata de cuerpo entero, la gorda del año se rehusó a prestar su asiento.
“Qué vieja más floja”, comentaríamos después. Pasa sentada y siempre
está presta, ágil y dispuesta a recibir las kunas de los usuarios de su baño,
pero jamás ha sido diligente en la limpieza del baño ni menos colaborar
en una emergencia como la descrita.
“¿Qué hacemos con mi mamá?”, dijo Marina mirándonos, recordándonos
de pasada, que Lupita tenía juveniles 70 años. Como la doña no podía
moverse ni tampoco sostenerse en pie, fuimos abordados por una de las
lloronas, quien hacía hincapié en que se requería fuerza bruta para transportarla.
Y aquí sucede una de las etapas más graciosas de esta procesión religiosa
que hemos calificado como de Guadalupe, por ser madre e hija de nacionalidad mexicana. Como sus mercedes notarán, estos pequeños detalles
algunas veces hacen la diferencia.
Sí, sus mercedes, Lupita estaba literalmente siendo sostenida por cerca de
cuatro lloronas, además del suizo, siendo presididos y dirigidos por uno
de los comensales de la mesa de doña Lupita, quien reitero, estaba tan
ebrio como la virgen. El relator se limitaba a observar la escena.
Tengo grabada en mi memoria cómo este grupo se desplaza frente al DJ y
cruza la pista de baile con un paso cansino, lento, demoroso, tratando que
su virgen no se cayera y rodara por el piso.
Algunas parejas bailaban alrededor de este grupo de feligreses en forma
extasiada, algunos casi frenéticamente, moviendo sus manitos al compás
de la salsa, como alabando al Señor, sin percatarse que la procesión no era
‹252›
Volumen III•
parte de la fiesta. El resto de las parejas de la fiesta no da señales de alarma
ni tampoco de devoción, concentradas en lo suyo.
Sin embargo, noté con estupor que quien dirigía la procesión nos estaba
llevando directamente al mismísimo bar. En eso escucho la voz estentórea
y enérgica del suizo, quien en perfecto español señaló: “¡No sigamos a ese
ebrio! ¿Adónde nos lleva este idiota?”
Pese a los justificados temores del suizo, este espontáneo líder espiritual
nos condujo acertadamente hacia una entrada especial y casi escondida
del bar, que conducía precisamente al patio del pub.
Y ahí sentamos a la doña, al aire libre. El comentario de Anita reflejó
todo: “La señora lo estaba pasando rebién hasta que se le apagó la tele”.
La conclusión generalizada fue la siguiente: “¿Y qué hacemos ahora?”.
- Hay que llevarla a su casa –dijeron unos.
- No, mírenla, está pálida, es mejor llevarla a un hospital. Es una persona mayor, su estado de salud puede complicarse y Marina no puede
cargarla sola en caso de otra emergencia.
Marina vacilaba y vacilaba.
- Lo único claro es que tenemos que sacarla de acá –afirmó el suizo.
- Sí, pero cómo lo haremos, compadre. Observa la cantidad de gente
que hay en esta terraza.
Y observando un gran desnivel que hay entre la terraza, señaló este relator:
- Hay que bajarla por acá
- ¡Estás loco, Franjo! ¿Cómo lo vamos a hacer? Habría que bajarla por
esas escaleras con la misma silla donde está sentada y luego subir por esas
otras gradas. Y si se nos va de lado, ¿cómo la afirmamos?
‹253›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
- Tienes razón, los dos solos no la podemos cargar, además, se nos puede caer la vieja. Vamos a llamar a Boris y a Juan para que nos den una
mano.
En el intertanto La Virgen de Guadalupe seguía sentada, absorta, ida
completamente de este mundanal ruido. No se movía ni respondía a las
consultas de su hija ni de las lloronas. Parecía petrificada, era una especie
de figura de cera de Madame Tussaud. Había inquietud en el ambiente,
eso era palpable.
Y entonces ocurrió el milagro. De pronto, sin mediar provocación alguna,
sin haber existido estímulo exterior alguno, la Virgen comenzó a mover
sus patitas al compás de la música, de la salsa reinante.
Este hecho nos causó a todos una gran risa y alivio, pero por respeto a
Marina no la externalizamos como era debido, acudiendo a frases tales
como “observen, está moviendo sus piernas”, “sí, está respirando un poco
mejor”, etc.
En eso llegan los cargadores adicionales, Juan Valencia y Boris Marusic.
- Bueno, queridos amigos, hay que transportar a la mamá de Marina.
- ¿Y por dónde lo haremos? –preguntaron los cargadores
- Ya está decidido: por esas escaleras.
- ¡Pero se nos puede caer!
- No, no se nos puede caer, porque si no, morirá por desnucamiento.
- Acordamos que Juan y Boris tomarían las patas delanteras de la silla,
el suizo y yo, las de atrás. Si la doña, perdón, la Virgen, se nos iba de lado,
tendríamos que improvisar y afirmarla como pudiéramos.
Y así comenzó la segunda parte de la procesión: cuatro “cargadores”
transportaron a la virgen y su silla, que esa noche vestía de negro, hacia la
entrada exterior del pub, siendo seguidos por las angustiadas lloronas y
siendo observados impávidos por el público ubicado en la terraza del pub.
‹254›
Volumen III•
Una vez que llegamos a la puerta, la Presidenta de la Asociación Latinocroata, Lana, llamó a la ambulancia, explicando el cuadro descrito.
Pasados más de 45 minutos, y dada la demora, decidimos llevar por nuestros medios al hospital a doña Lupita. Pensamos que subirla a la casa de
Marina, quien habita en un cuarto piso, sería una proeza titánica y muy
riesgosa, para cargadores y lloronas, máxime si uno de los cargadores,
el suizo, como sus mercedes recuerdan, fue operado del corazón el año
pasado, detalle que los cargadores habíamos olvidado.
En el intertanto, se empezó a congregar cierto número de feligreses frente
a la puerta, y al observar a la Virgen y su entorno, se producían ciertos
diálogos muy sabrosos.
Por ejemplo, un connacional apodado Jack Bauer me preguntó en perfecto chileno: “¿Y que le pasó a la iñora?” Otro personaje, no querido por la
comunidad latina, tuvo el mal gusto de preguntar a la masa congregada:
“¿Se murió la vieja?” Paulita le respondió inmediatamente, “qué comentario más imbécil”. Y ante dicha respuesta, el estúpido se retiró del lugar.
Asimismo, producto de la emoción, Marina quiso ir al baño, pero expresa
a viva voz que no quería hacerlo por temor a dejar sola a su mamá. La
respuesta diplomática del suizo no se dejó esperar: “Oye, Marina, anda al
baño, la dejaste sola más de una hora y mira lo que pasó. ¡Qué más da que
la dejes otros 5 minutos!”
Finalmente, se decidió que llevaríamos a doña Lupita en Ernest (mi auto).
Como el Consulado salsero es integral y está al servicio de la comunidad
latina residente, no tuve reparos en ofrecerlo.
Llegamos al hospital y allí ocurrieron una serie de anécdotas que merecen un capítulo posterior. Para concluir esta parte, podemos señalarles,
queridos lectores, que Lupita llegó prácticamente intoxicada al hospital,
registrándose un 3,4 por ciento de alcohol en la sangre. Recuerdo a sus
mercedes que con 1 por ciento de alcohol en la sangre usted ya no puede
‹255›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
conducir. Imagínense con 3,4 por ciento. Ivan Feitl verificó en internet
que con un 4,0 por ciento una persona puede morir.
‹256›
IX
Capítulo
»Mi tío Pablo Emilio«
IX
Volumen III•
Y se fue mi tío Pablo, pasó a mejor vida, puso proa al infinito, como diría mi querido suegro. Tampoco pudo esperarme tal como lo habíamos
acordado por teléfono. Se suponía que nos juntaríamos en Viña del Mar
en diciembre del 2009.
Pablo Emilio o el Guatón tenía un gran sentido del humor y su existencia estuvo rodeada de miles de anécdotas (muchas de ellas habrían sido
inventadas como consecuencia de su increíble imaginación, rayana en la
mitomanía, a decir de familiares y amigos). Sin embargo, yo le creía y
paff, se acabó.
Tal era su fama, que mi cuñada Yaya siempre me molestaba preguntándome: “¿Y cómo está tu tío Pablo, tu modelo de vida?” Respondiéndole por
mi parte: “Imagino que bien, porque el Guatón siempre anda contento,
pese a sus problemas. Tengo que llamarlo”, añadía. Lo hice sólo dos veces
este año. ¡Puta qué buen sobrino!
Como atenuante a mi grave falta, y eso mi tío lo sabe, siempre me acordaba de él y así lo seguiré haciendo, porque los sentimientos no tienen
fronteras ni tiempo85. Incluso, hay que recordar que mi vida de gitano ha
tenido inconscientemente como prototipo a Pablo Emilio.
Respecto al trabajo, el Guatón estuvo toda su vida en contra de la rutina,
que a su juicio, liquidaba el espíritu de las personas. Quizás por eso su
carrera bancaria estuvo rodeada de excentricidades.
El Banco del Estado, lugar donde se desempeñaba, lo amonestó en varias ocasiones. Mi madre y sus hermanos aseguran que estas sanciones se
85 Jorge Pablo Emilio Aldunate Bareyre (Q.E.P.D.). Le dediqué un gol días atrás en nuestros partidos de los lunes. Fue una gran acción deportiva que ameritaba un mejor escenario.
Fue un “golazo” para ti, Guatón.
‹259›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
justificaban plenamente, debido a la vida licenciosa de mi tío. En virtud
de las mismas, y por razones estrictamente disciplinarias, fue trasladado
desde la sucursal de Viña del Mar a la de Punta Arenas86.
Su madre (mi abuela Chela) pensó erróneamente que estando lejos, su
hijo maduraría. Todo indicaría que ese traslado fue para peor.
Posteriormente, se adoptaría otra medida disciplinaria en su contra, siendo esta vez trasladado de Punta Arenas a Porvenir, otra de las ciudades
más australes del mundo. Ante tantas sanciones, el Guatón decidió renunciar al banco y probar suerte en Estados Unidos. Y para allá se fue.
Trabajaría primero de mozo (garzón) y luego en el Banco Mundial, a cargo de unas fotocopiadoras, entre otras funciones.87
Con el tiempo, el Guatón viajaría a África, en un viaje que nunca aclaró;
recorrió en bus toda América Latina y el Caribe –¿Imitando, emulando
al Che Guevara88?– para terminar (en uno de sus últimos viajes), perdido
en el Amazonas.
Pese a todo lo anterior, y ya en un ámbito más serio, nunca olvidaré cuando nos tomamos una botella completa de vodka finlandés en el departamento de mis papás, donde se alojó por años (se suponía que su estadía
sería transitoria). Esa noche hablamos de lo divino y humano, riéndonos
sin parar.
86 Por farrero, jaranero, mujeriego, jugador, digámoslo sin miedo ni violencia.
87 Según él, además de vender una serie de productos –empanadas, vestuario, etc.-, también se habría dedicado a organizar los juegos de azar al interior del citado banco, especialmente la Polla Gol.
88 El Guatón era cómodo. Viajó de Santiago a Washington en bus, no en moto. Cuando
nos contó de su proyecto, mi madre le dijo: “¿Pablo, por qué no viajas en avión?” El Guatón
la miró y le respondió: “En avión no se conoce el paisaje ni a la gente. Además, tengo tiempo”.
‹260›
Volumen III•
Pero hubo un momento de reflexión, en el cual el Guatón se quebró y me
dijo: “Sobrino, algunas veces me siento como un simple payaso; sin embargo, los payasos también tienen sus días tristes. Recuerda eso, Francisco
Javier”. Esa fue la única vez que vi triste a mi tío Pablo. Y por eso mismo,
lo respeté aún más.
Pásame la botella89
Hay algo que quiero decir
Esto no me puede estar pasando a mí
La chica que quería para mí
Es traicionera y me quemaba hasta morir
Pásame la botella
Voy a beber en nombre de ella
Pásame la botella
Voy a beber en nombre de ella, ja
Esta es la canción que le gusta a nuestro gran amigo “Che” Zvonimir Troskot y que me hiciera recordar un incidente que me tocara presenciar años
atrás en el ex “Estadio Chile”90 , hoy rebautizado como “Víctor Jara”91.
Se presentaba en dicho lugar la banda o grupo de rock “Los Prisioneros”,92
conjunto musical que se despedía por enésima vez de su público. (Era la
89 Ver anexo 5
90 El Estadio Víctor Jara es un complejo deportivo chileno situado en el oeste de Santiago de
Chile. Fue inaugurado en 1949 con el nombre de Estadio Chile, pero en 2004 se le cambió el
nombre al actual en homenaje al cantautor Víctor Jara.
91 Paulita me preguntó por qué mezclaba mi vida pasada con la presente, respondiéndole
en forma escueta: “¡Paulita, no tengo más anécdotas en Croacia! y hay otras que no puedo
publicar por deferencia, por respeto al público presente”.
92 Los Prisioneros fue una banda de rock chilena de la década de los 80. Es considerada
una de las bandas de rock más importantes en Latinoamérica, cuya principal característica
fueron sus letras cargadas de críticas sociales y de corte latinoamericanista. Ver anexo 6.
‹261›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
tercera vez que oficialmente anunciaban su retiro definitivo del espectáculo, hecho que motivó incluso entre la risa y la molestia de varios de sus
seguidores, ya que era notorio su afán por reunir fondos para su vejez,
para su jubilación, se entiende.)
Esa tarde-noche el gimnasio, perdón, Estadio Chile, estaba colmado de
gente. Ya llegando al lugar se apreciaba un ambiente de fiesta. Desde una
especie de balcones, el populacho –digámoslo sin ambages– arrojaba, tiraba bolsas con líquidos de dudosa procedencia93 a todos aquellos que
queríamos ingresar a ese recinto deportivo.
Tal era el gentío o muchedumbre, que los organizadores decidieron cerrar
algunas puertas de acceso, originando el justificado reclamo de aquellos
que premunidos de su entrada (tickets en mano), se les impedía el ingreso
por razones de seguridad (falta de asientos). 94
Conviene hacer presente que “Los Prisioneros” interpretaban una serie de
canciones de un fuerte contenido político-social, situación que originaba
que no todos los que asistieron ese día al Estadio Chile tenían como propósito escucharlas. Algunos iban sencillamente a provocar problemas con
la Policía; asistían con el único fin de alterar el orden público.
Como consecuencia de lo descrito, existía un numeroso contingente policial (Fuerzas Especiales) listo para actuar en caso de ser necesario, ya que
se temían excesos por parte de los desadaptados de siempre.
93 Esos balcones al parecer correspondían a los de los baños del local, por lo que deduzcan ustedes de dónde provenían esos líquidos. Súmese a lo anterior, el linaje de los autores
de esta humorada y no se necesitará ser Sherlock Holmes para adivinar la composición
química de esas turbias aguas.
94 ¿Se vendieron más entradas de las previstas o se falsificaron otras o entraron los “frescos de siempre” eludiendo el control respectivo? ¿Quién sabe? ¿Y a quién le importa eso
ahora?
‹262›
Volumen III•
Les recuerdo a sus mercedes que estábamos en el Chile en los años 80,
con el Presidente o Dictador Augusto Pinochet (alias Pinocho) a cargo
del país. A Pinocho no le gustaban los comunistas, los izquierdistas, los
desórdenes ni las protestas o manifestaciones públicas. Y el grupo “Los
Prisioneros” tenía canciones como “Muevan las industrias”, “¿Por qué no
se van del país?”, etc., que no eran precisamente melodías de corte fascistoide o neo nazis.
Pero sigamos con nuestro relato, Negro Devia, por favor. No te vayas por
las ramas como tu madre y/o suegra.
Una vez sorteadas las aludidas bolsas plásticas –especialmente su contenido–, nos ubicamos frente al escenario. El ambiente era, reitero, carnavalesco, jaranero, festivo. Obviamente que nos sumamos con espontaneidad a los cánticos de la galería, algunos de los cuales iban dirigidos a
Carabineros de Chile, nuestra Fuerza Pública, y a sus respectivas esposas
y familias.
En ese sentido, cuando el líder y vocalista del grupo, Jorge González, subió al escenario y empezó a cantar la canción “¿Quién mató a Marilyn?”,
no faltaron los graciosos que empezaron a apuntar con sus manos y dedos
a la mencionada Fuerza Pública.
Otros, más osados, les arrojaron bolsas plásticas (su interior ya fue objeto
de análisis) y frutas de la estación (una que otra manzana y/o pera, naranja, etc.), escondiéndose y/o huyendo una vez lanzada la bolsa y/o fruta,
cual cobardes de poca monta. Afortunadamente, la misma gente controló
a esos desadaptados, ya que de continuar con ese tipo de conductas, se
advirtió al público que se suspendería la función, el espectáculo.
No obstante lo anterior, existía también un grupo de “simpáticos” que
habían ido con la intención de reírse de todo y de todos, sin ningún afán
belicista. A ese grupo, nos sumamos obviamente nosotros.
‹263›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Primero se comenzó a gritar, a corear el nombre de “Claudio, Claudio”,95
quien fuera uno de los primeros integrantes de la banda. Se especulaba
antaño que Claudio Narea se habría retirado del grupo por un “lío de
faldas” con Jorge González. Una mujer, dos hombres, clásica historia de
la humanidad. Estos gritos, de apoyo hacia Claudio, molestaron sobremanera a Jorge González, quien se caracterizaba por tener un carácter
irritable, irascible, irracional, explosivo.
El segundo jocoso incidente fue la petición de la camisa de Jorge González. Sí, los fans que estaban cerca del escenario le gritaban, le imploraban
que les diera algo de su persona. Jorge, seguramente pasado de revoluciones por la jornada, completamente sobre excitado, se sacó su prístina
camisa blanca y la lanzó, la arrojó al público, cayendo en manos inapropiadas, ya que fue recibida precisamente por el aludido grupito de simpáticos o chistositos.
¿Y por qué digo inapropiadas? Muy simple. En un acto de suma descortesía, ese grupito le devolvió su camisa a Jorge. Sí, repito, la arrojaron de
vuelta al escenario.
Esto ocasionó el colapso de Jorge. En un acto infantil y fruto de esa broma, rompió su guitarra eléctrica y se retiró indignado del escenario. Y ahí
quedó la cagada –perdón, abuela, por la expresión, pero refleja lo ocurrido–: ¡Puta que te enojái, huevón! ¡No seai cabro chico, gil c…! ¡Vuelve a
cantar, cabrón, conch…! ¡Devuelvan la plata, frescos de m…!, etc.
95 Se referían a Claudio Narea. Wikipedia: cantante y compositor chileno, más conocido
por ser el guitarrista y corista de la banda Los Prisioneros en los períodos 1982-1990 y 20002003. La gente: Claudio se retiró de la banda tras problemas con Jorge González, entre los
cuales estaban la personalidad explosiva de Jorge González y el “lío de faldas”, como diría
mi padre.
‹264›
Volumen III•
¿Qué quieren que les diga, sus mercedes? No se respiró diplomacia esa
tarde-noche en el Estadio Chile, luego de la intempestiva interrupción
del evento.
Los chistositos quedamos afónicos de tanto gritar. Aún recuerdo a uno de
los asistentes, quien apoyado en una de las barandas, insultaba, injuriaba en forma desaforada a la banda, especialmente a don Jorge González.
Su polola (novia) infructuosamente le pedía que se calmara, pero como
nosotros apoyábamos su conducta, y nos sumábamos además a sus improperios e insultos, su polola se enojó y lo dejó.
Cinco minutos después, y para alegría de la citada novia, seríamos desalojados violentamente del Estadio por Carabineros de Chile.
Finalmente, de haber estado esa tarde-noche en el estadio Chile, estoy
100 por ciento seguro de que el Guatón habría sido parte de nuestro grupito de chistositos.
See you soon, Guatón. Nunca, escucha bien, nunca te olvidaremos.
.
‹265›
X
Capítulo
»Un polémico nacimiento«
X
Volumen III•
Todo trabajo u obra literaria, por modesta que sea, tiene un autor, un
creador, un ser que quiere relatar algo, ya sea para sí mismo y/o para la
posteridad.
En este caso, la saga comenzó con un fin eminentemente familiar, pasando luego al ámbito social (difusión entre las amistades), para terminar
ahora proyectándose como una especie de seudo-libro, cuya edición y/o
posible publicación tendría, además, fines altruistas, “siempre y cuando
se paguen primero los costos variables y fijos de su elaboración”, afirmó
perentoriamente doña Paula, la heroína de esta saga.
Sí, sus mercedes, cuando adquieran un ejemplar de la saga, estarán financiando a una institución de beneficencia, a saber: la Fundación “Debra”
una fundación que va en ayuda de los niños piel de cristal.
En este contexto, para comprender en parte el por qué del nacimiento de
la saga, cuya justificación se encuentra en la introducción de los Tomos I
y II, creo de justicia comenzar explicando quién es su autor, quién es este
oscuro personaje que se esconde tras su computador y quien cada cierto
tiempo, teclea y teclea su teclado, tratando de dejar testimonio de sus observaciones así como también de sus anécdotas y desventuras acontecidas
en este globalizado y desarticulado planeta.
La dificultad en la elaboración de esta saga radica en que como toda obra
literaria, depende de cinco minutos de inspiración divina, y varias horas,
días y meses de sudor y rutina, tal como expresara esta semana una profesora argentina de literatura, invitada por el Aula Cervantes de Zagreb.
En virtud de lo anterior, se explicaría el hecho de que ya hace varios meses
no he podido sentarme a escribir, no por falta de hechos susceptibles de
narración y especialmente, desventuras, sino por la ausencia del referido
impulso vital literario. Me sentaba frente a la pantalla y al teclado de mi
computador, pero a pesar de que tenía una serie de ideas en mi cabeza e
intentaba concatenarlas, unirlas, no podía iniciar ningún relato que mereciera ser registrado.
‹269›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
En ese sentido, el devastador terremoto que asoló Chile el pasado 27 de
febrero, algunos problemas de salud, incidentes disciplinarios en nuestro
equipo de fútbol “Third Half Club”, situaciones relativamente complicadas en que se han visto envueltos amigos en común, entre otras disyuntivas, me han impedido concentrarme adecuadamente.
Pero como decía Scarlett O’Hara en la parte final de la película “Lo que el
viento se llevó”: “…mañana será otro día…”.
Hoy puedo comentarles que tengo un personal trainer, Neven, quien me
prometió que en un mes podría perder 5 kilos y con ello, por primera vez
en 15 años, bajar la barrera de los 80 kilos. No pretendo transformarme
en un Brad Pitt, pero al menos quiero regresar a Chile lleno de fuerza y
optimismo, porque eso me está pasando, he recuperado mi energía.
Con los ejercicios a los que soy sometido por Neven (Kick Boxing, pesas,
trote, etc.) noto que la presión que tenía sobre mi cabeza –stress– ha ido
progresivamente disminuyendo.
No sólo el cuerpo necesita estar sano, sino también el espíritu requiere
de ayuda. Por coincidencias de la vida o por obra y gracia de Dios, como
diría mi amigo José Luis Bustamante G., he visitado ocasionalmente una
de las sedes del Opus Dei en Zagreb, para sorpresa de mi señora y amigos.
¿Pero qué haces tú en el Opus Dei, Devia?, si eres casi un pagano y un
hombre de muy poca fe en la Iglesia Católica y en las Iglesias en general,
que ha leído y todavía lee textos que podrían ser calificados de absurdos
y herejes y que por cuya lectura, habrías sido procesado y ejecutado por
el Santo Oficio en la lejana Edad Media, terminando en consecuencia tu
mundana existencia convertida en un manojo de cenizas, fruto de una
hoguera perdida en una campiña europea o americana.
Comparto plenamente las críticas previamente expuestas, pero en definitiva, siempre he pensado que Dios está en todas partes, independientemente del nombre que le demos, como también debemos respetar a las
personas que lo adoran. Recuerdo que ese fue uno de los temas de con-
‹270›
Volumen III•
versación que tuve con mi guía hinduista en el Monte Anapurna, uno de
los Montes del Himalaya, lugar donde me dirigiera años atrás en busca
de respuestas.
Para mí, hay almas que están más cerca de Dios que otras, y estoy convencido de que Monseñor Escrivá de Balaguer, hoy San José María, es una de
ellas. Nunca me ha abandonado y creo que merece dicho reconocimiento
–aunque sea de un simple pecador, visto por los ojos de personas más
escrupulosas.
Terminada toda esta introducción, pasemos ahora a narrar una sabrosa
anécdota del autor de esta saga:
Nací en Santiago de Chile, un 12 de septiembre de 1966, año que coincidió con la celebración del mundial de fútbol en Inglaterra. Curiosamente, cuatro años antes ya mi país había sido también sede del referido
torneo, por lo que deduzco que ambos eventos explicarían en parte mi
gran afición por el deporte rey.
Además, mi madre afirma con insistencia que durante su embarazo le di
varias patadas, por lo que, insisto, el fútbol no me era ajeno. Asimismo,
mi padre jugó fútbol por su Colegio (Padres Franceses de Viña del Mar)
y por su ciudad, Villa Alemana, hasta que se casó (contrajo matrimonio
para los lectores extranjeros de esta saga), confirmando que el matrimonio puede ser en algunos casos la tumba del deportista.
Lo que nadie sospechó fue que mi nacimiento provocaría un pequeño
incidente en la clínica donde mi madre tuvo a bien darme a luz. En ese
momento sublime, al menos para el suscrito, su progenitora lo negó –sí,
sus mercedes, lo negó, cual San Pedro a Jesucristo–. Afirmó a los cuatro
vientos que yo no podía ser su hijo, que se lo habían cambiado por otro,
que era demasiado feo para ser su hijo.
Como atenuante a su insólita conducta, bástenos decir que se encontraba
bajo, lo que suponemos, una fuerte depresión postparto, sumado al hecho
que estaba muy aprensiva durante su embarazo, como consecuencia de
‹271›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
ciertas historias que había leído y escuchado de terceras personas, donde se comentaban casos de errores en la identificación de los niños al
momento de su nacimiento en los hospitales y clínicas (suplantación de
identidad).
Para mi infortunio y desconsuelo, uno de estos cuentos provenía directamente de una prima de una de sus mejores amigas. Sucedió que por error,
la clínica donde se había producido su parto, asignó a su guagua (bebé) a
otro matrimonio, confusión que es muy desarrollada y explotada por las
telenovelas venezolanas y mexicanas.
Afortunadamente, los familiares y encargados de la clínica se percataron
a tiempo de la confusión de maternidades e identidades indicadas, superándose, en consecuencia, este incidente, no sin antes el cuerpo médico y
enfermero ser objeto de serios y severos reclamos de parte de las familias
afectadas. Hoy habrían sido objeto de sendas demandas judiciales.
Sin embargo, es preferible que nos atengamos a los acontecimientos que
rodearon mi nacimiento sin mayores explicaciones ni análisis. Sean, sus
mercedes, quienes ponderen los hechos y circunstancias que se exponen
a continuación, condenando y/o liberando de responsabilidad a mi progenitora, es decir, a mi propia madre:
Como se relatara previamente, las innumerables patadas que le di a mi
madre durante su embarazo fueron acrecentándose a medida que se cumplían mis fatídicos nueve meses.
Según fuentes fidedignas, al momento de ser separado de mi madre –
corte del cordón umbilical–, habría arrojado en la balanza modestísimos
2,900 kilos, es decir, estaba en consecuencia en el límite del raquitismo,
de la desnutrición, según simpáticos comentarios de algunos de mis parientes.
‹272›
Volumen III•
Mi abuelo materno habría sido aún más incisivo, calificándome de ser un
niño modelo de Biafra.96
Súmesele a lo anterior el hecho de que exhibí en mi cara y partes de mi
cuerpo, ciertas pigmentaciones de color azul. Según lo que supe ya en mi
adolescencia, mi organismo no habría reaccionado al primer palmazo del
médico, palmazo que antiguamente se le daba a la guagua al nacer para
constatar si ésta se encontraba viva o muerta. Si no respondía al palmazo,
era evidente que no había sobrevivido al parto, por ello la preocupación
del doctor cuando al golpear mi “popó”, el suscrito no emitió grito alguno, hasta pasados varios segundos de incertidumbre. O sea, fui un cacho
(problema) desde que nací.
Con todas las cualidades precitadas, fui posteriormente llevado por la enfermera de turno al regazo de mi madre. Esta al verme llegar, reaccionó en
forma vehemente, gritando que yo, sí, sus mercedes, quien suscribe esta
saga, no era su hijo.
“¿Pero qué le pasa a esta mujer? ¿Debe estar completamente loca?97”, seguramente pensó la enfermera de turno y luego el cuerpo médico que debió
intervenir para tranquilizarla, ya que ésta, completamente descontrolada,
insistía en que le entregaran a su hijo y se llevaran eso ( “eso”, sus mercedes, era el infrascrito).
- ¡Esa guagua NO es mi hijo!
- Pero, señora, ¿qué le sucede? ¡Éste es su hijo!
- ¡No, no puede ser! Pero mire, si es horrible. Mire esos pelos en su
cabeza. No, no es mi hijo. Es muy feo y flaco.
- Señora, por favor, cálmese. Éste es su hijo.
- No, no lo es. Me lo han cambiado. Nooo, nooo, sáquelo de aquí.
96
97
Antigua provincia separatista de la actual República de Nigeria.
Hoy insisto en que se le denominaría depresión posparto, según entiendo.
‹273›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Derivado de lo anterior, fui sacado de su vista para que se tranquilizara.
Ante tal escándalo, una enfermera atinó y decidió llevarle otro niño para
mostrarle que al nacer todos eran parecidos. Fue un acierto, porque según
dichos de mi progenitora, el niño que le habrían llevado era ostensiblemente obeso y con sus pelos muy lisos y gruesos. Ante dicho niño expresó, sin ningún reparo ni miramientos: “Oiga, enfermera, pero este niño
también es horrible. Mire, tráigame devuelta al otro; es feo también pero
al menos es más flaco”.
Y así fue como finalmente fui aceptado por mi madre. El único que estaba
orgulloso con su hijo era mi padre, quien inmediatamente me reconoció.
Por el lado de mi madre, sus familiares me observaban con profunda desconfianza, la que se mantuvo hasta que cumplí algunos años. Eran otros
tiempos; era otra sociedad.
•Lamento de Cornudos•
Nuestro paso por Santiago, entre noviembre y diciembre del año pasado,
fue algo que no olvidaremos Paulita y el narrador de esta saga. No sólo
por habernos alojado todo ese tiempo en casa de mis suegros, sino también porque pude visitar a mi familia después de tres años de ausencia y
pude, además, compartir con algunos amigos. A su vez, pude comprobar
que nuestra sociedad está enferma y que es necesario remediar ese diagnóstico. Pero dejaremos ese análisis para otra ocasión. Limitémonos ahora a un sabroso diálogo que tuviera con mi suegro en la fecha precitada, el
que se detalla a continuación.
Nos encontrábamos a eso de las 12:30 p.m. tomando nuestro cubalibre de
rigor, previo al almuerzo que sería servido a eso de las 13:15 p.m.
- Oiga, suegro, su hermana Susana, la Condesa, dijo que el cubalibre no
es un trago para caballeros.
- ¡Jajaaaaaa, no me digas!
- Sí, suegro, pero pienso que eso no nos afecta ni a usted ni a mí, ¿no es
así?
‹274›
Volumen III•
- Claro que no, yerno, ¡salud!
Luego, viene la pregunta del millón de dólares:
- Oiga, suegro, usted, que ya tiene más de noventa años, que está más
cerca del infinito que yo, ¿piensa que Chile ha progresado?
- ¿Pero qué te has creído? ¿Cómo me dices eso?
- ¿Qué cosa, suegro?
- Que tengo más de noventa años, ¿pero qué tienes en la cabeza? Tengo
ochenta y dos años y me mantengo muy bien, como puedes notar.
Y comienza a reírse con su cubalibre en la mano.
En ese momento, pongo un CD de tangos (“24 tangos inmortales”). No
sé si fue derivado de los cubalibres o del momentum, pero ambos nos callamos y escuchamos atentamente varias de sus canciones, como “Adiós
pampa mía”, “Fumando espero”, “Tiempos viejos”, etc.
Luego, vino el minuto de reflexión:
- ¿Sabes lo que decía mi padre de los tangos?
- No, suegro, ¿qué decía?
- ¡Que eran un lamento de cornudos!
- Y nos largamos a reír.
- Pero fíjate en la letra de sus canciones: un amor que se va, un amor
que no vuelve, se fue con otro, dame el humo de tu boca, etc.
Finalmente, la doctora Malu, es decir, mi suegra, nos llama a la mesa, y
por lo tanto, dejamos nuestros cubalibres para reemplazarlos por unas
buenas copas de vino y unos sabrosos platos preparados por Blanca Julia,
los mismos que fueron previamente supervisados por la citada doctora.
‹275›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Con este capítulo, dedicado especialmente a mis padres y suegros, se termina la temporada 2009. Con ello, “finito” el Tomo o Volumen III de esta
saga.
¿Habrá una temporada 2010? Veremos, veremos.
Bonne Nuit, a tous
pa
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Sant
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‹276›
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ey
ic i e m
pasa
l año
de
{Anexo}
Anexos•
Anexo I
Wikipedia
El 3 de septiembre de 1989, Roberto Rojas protagonizó el Maracanazo
de la Selección Chilena, el incidente más bochornoso en la historia de la
Selección. La Roja jugaba su partido de vuelta frente a Brasil, en un encuentro válido por las clasificatorias al Mundial de Italia 1990.
A Brasil le bastaba con un empate, mientras que a Chile sólo le servía una
victoria e iba perdiendo 1 - 0.
Fue entonces cuando Rojas se infirió un corte en el rostro para simular un
ataque de los hinchas brasileños. Esto derivó en la suspensión del partido,
ya que Chile se retiró de la cancha por «falta de garantías».
Por aquel incidente, Roberto Rojas fue marginado a perpetuidad de las
canchas de fútbol luego que reconoció la existencia de un plan orientado
a conseguir la programación de un partido definitorio en cancha neutral.
La FIFA, además, aplicó severas sanciones contra la selección nacional
(fuera automáticamente del Mundial de Estados Unidos 1994), dirigentes
chilenos y otros jugadores implicados en el escándalo.
Anexo II
Wikipedia
El puma, león de montaña, león o pantera (Felis concolor), es un mamífero de la familia Felidae, nativo de América.
Este gran felino solitario, vive en más lugares que cualquier otro mamífero salvaje terrestre en el Hemisferio Occidental: se extiende desde el
Yukón, en Canadá, al sur de los Andes de América del Sur. El puma es
adaptable y generalista, por lo que se encuentra en los principales biomas
de toda América. Es el segundo mayor felino en el Nuevo Mundo, después del jaguar, y el cuarto más grande del mundo, después del tigre, el
león y el jaguar, aunque está más emparentado con los pequeños felinos.
Como cazador y depredador de emboscada, el puma persigue una amplia
variedad de presas. Su principal alimento son los ungulados como el ciervo, en particular en la parte septentrional de su área de distribución, pero
también caza especies tan pequeñas como insectos y roedores. Prefiere
hábitats con densa vegetación durante las horas de acecho, pero puede
vivir en zonas abiertas
‹279›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Cuentos y Anécdotas del
Old Friends Pub
Volumen III
Anexo III
Rosita
Serrano
Rosita Serrano
1914 - 1997
1914 - 1997
Anexo 3
The singer and actress Rosita
Serrano was
.
born as Maria Martha . Esther Aldunate
singer was
and actress
del Campo in Chile. HerThe
mother
the Rosita
wasRosita
born as Maria
famous singer Sofia delSerrano
Campo.
Martha Esther Aldunate del
Serrano went to Berlin Campo
with her
mother
in Chile. Her mother
at the beginning of 1937
where
was the famousshe
singer Sofia
was able to gain a footoald
as a singer.
del Campo.
When she got a role in the movie “Es
Serrano
went to Berlin
leuchten die Sterne” (38)Rosita
she had
her great
with her mother at the
breakthrough. It followed disc recordings
beginning of 1937 where she
which praised her as the Chilean
nightingale
was able
to gain a footoald as
and other movies like a“Bel Ami” (39)
s i n g e r .
When she got (40)
a role in the
and “Herzensfreud - Herzensleid”
movie "Es
leuchten die
in which she impersonated
singers. Sterne" (38) she had her great
Further triumphes followed
on different
breakthrough. It followed
stages and with her great
German
disc recordingstour.
which praised
But in 1943 she leftherGermany
of nightingale
a
as the Chilean
and other
moviesoflike "Bel
sudden and went to Sweden,
because
(39) andOnly
"Herzensfreud
political reason in all Ami"
probability.
- Herzensleid" (40) in which
in 1951 she returned to the country of
she impersonated singers.
her successes and continued
hertriumphes
singning followed
Further
career. Morever she also
took
in and with
on differentpart
stages
her great German
tour.
two more movies - “Schwarze
Augen”
(51) and “Saison in Salzburg” (52). But in 1943
left Germany
After that her popularity
tookshe off.
of a sudden and went to
She had different appearances
in TV
Sweden, because
of political
talk shows in the nextreason
decades
but
the
in all probability.
Only
glorious time from earlier
was to the
in 1951 days
she returned
her successes and
over.Other movies withcountry
RositaofSerrano:
continued
Die kluge Schwiegermutter
(39) her
Dersingning
career. Morever she also took
Vierte kommt nicht (39)
undmore
der movies partAnita
in two
Teufel (41)
"Schwarze Augen" (51) and
‹280›
"Saison in Salzburg" (52).
After that her popularity took
off. She had different
appearances in TV talk shows
in the next decades but the
glorious time from earlier
Anexos•
Anexo IV
Canción: Sin calzoncito
Grupo Musical: Los Nosequién y los Nosecuántos
Hoy el día no estuvo para fiestas
hoy ha sido un solo de problemas
la leche se avinagró
el jugo se derramó
y quise volverme a acostar.
La mañana vino con jaquecas
estornudos y dolor de muelas
el carro que no arrancó
el cheque que no llegó
hoy ha sido un día para borrar.
Cuando estuve a punto de rendirme
de pensar que nada ya me sirve
me pregunté si vendrás
si tu amor me ofrecerás
y el teléfono empezó a sonar.
Mi cuerpo se sacudió
mi alma se ilusionó
y todo lo malo atrás quedó.
Todo en la noche cambió
una llamada bastó
porque esta noche vendrás
a darme tu amor.
Esta noche tu vendrás
sin calzoncito
bailaremos al compás
de tu cuerpito.
‹281›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Mi cuerpo se sacudió
mi alma se ilusionó
y todo lo malo atrás quedó.
Esta noche tu vendrás...
Anexo V
Eah, eah
OhOhOh (yeah you know), yeyeyei
Pásame, pásame, pásame, pásame
OhOhOh (yeah you know), yeyeyei (aaaah).
Hay algo que quiero decir
Esto no me puede estar pasando a mí
La chica que quería para mí
Es traicionera y me quemaba hasta morir.
Hay algo que quiero decir
Esto no me puede estar pasando a mí
La chica que quería para mí
Es traicionera, es traicionera, y…
Pásame la botella
Voy a beber en nombre de ella
Pásame la botella
Voy a beber en nombre de ella, ja.
Todo lo que le brindé
Le di mi amor y mi cariño también
Lo que ella me pedía se lo daba también
Un carro, una casa, y me pregunto por qué, por qué
Ella se fue con otro hombre
Ahora de la barra solito me quedé.
‹282›
Anexos•
Borracho, tirado con ganas de beber
Y le dije al cantinero otra vez
Pásame la botella
Voy a beber en nombre de ella
Pásame la botella
Voy a beber en nombre de ella.
Todos los que han sido traicionados
Y con la botella se han desahogados.
A la cuenta de tres
Quiero ver a todo el mundo con el coro
one, two, jaaa.
Pásame la botella
Voy a beber en nombre de ella
Pásame la botella
Voy a beber en nombre de ella.
Hay algo que quiero decir
Esto no me puede estar pasando a mí
La chica que quería para mí
Es traicionera, es traicionera, y…
Pásame la botella
Voy a beber en nombre de ella
Pásame la botella
Voy a beber en nombre de ella
Pásame, pásame, pásame, pásame la botella
Quiero brindar por ella
Pásame, pásame, pásame, pásame la botella
Pásame la botella
Daddy Yankee
‹283›
•Cuentos y Anécdotas del Old Friends Pub
Anexo VI
Los Prisioneros fue una banda de rock chilena de la década de los 80. Es
considerada una de las bandas de rock más importantes en Latinoamérica, cuya principal característica fueron sus letras cargadas de críticas
sociales y de corte latinoamericanista.
Durante su primera fase (1982 - 1992) grabaron cuatro discos que se
convirtieron en puntos de referencia de la música chilena y latinoamericana de los años 1980. Claudio Narea, guitarrista original, deja el grupo
en 1990 justo antes de que lanzaran el exitoso disco Corazones. Jorge
González y Miguel Tapia fueron acompañados por Cecilia Aguayo (teclados) y Robert Rodríguez (guitarra) hasta fines de 1991, en que el
grupo se separa.
‹284›

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