Descarga - Escuela Huber
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Psicología Astrológica Bases prácticas del método Huber Rosa Solé Gubianes Psicología Astrológica Bases prácticas del método Huber www.psicologiaastrologica.es www.sincroniaeditorial.com Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. © 2014 Rosa Solé Gubianes © 2014 Sincronía JNG editorial, S.L. Coordinación editorial: Tere Balfagón Diseño de cubierta: Violeta Cabal Ilustración de cubierta: Montse Comerma Primera edición: octubre de 2014 ISBN: 978-84-942163-4-3 Depósito legal: B 20840-2014 Edita: Sincronía editorial Casanova, 82 08011 Barcelona Fotocomposición: José Antonio Rodríguez Impresión y encuadernación: A la memoria de Bruno Huber (1930-1999), pionero de la Psicología Astrológica. Para Louise Huber, en su 90 cumpleaños, fundadora junto con Bruno del Astrologisch Psychologisches Institut (Instituto de Psicología Astrológica), API en Adliswil, Suiza (1962-2012) y para Michael Alexander Huber, creador de la gran mayoría de imágenes de la formación de la Psicología Astrológica. A Richard Llewellyn, pionero de los cursos a distancia de la Psicología Astrológica, a través de la English Huber School of Astrological Counselling, y Angela Wilfart, cofundadora de la Escuela española Huber de Asesoramiento Astrológico. Agradecimientos Detrás de cada sueño siempre hay personas que nos apoyan, seres especiales que nos animan a seguir adelante ofreciendo su solidaridad de distintas maneras. Así, en momentos de duda o de falta de tiempo, las ayudas han llegado en volandas confirmando que era el momento adecuado para que esta guía se publicara. En primer lugar, este proyecto no hubiera sido posible sin la inestimable colaboración de Isadora Reig que ha coordinado toda la parte de micromecenazgo de la plataforma Verkami. Un especial agradecimiento para José Antonio Rodríguez por el diseño de todos los gráficos del libro, así como sus originales aportaciones en el capítulo de los signos y el anexo dedicado a los rayos. Otro especial agradecimiento para Silvia Sánchez que ha ilustrado el libro con sus expresivas imágenes colaborando con aportaciones personales en algunos capítulos. Gracias a la atenta lectura, aportaciones didácticas y comentarios constructivos de Alicia García algunas partes de esta guía son de 7 mucha más fácil comprensión para las personas que se acercan por primera vez a la Psicología Astrológica. Mención especial a la colaboración de Rodolfo Mantje por la recopilación del glosario de contenidos, el cual junto a la aportación de Yarize Gorrín en los ejemplos de interpretación práctica han complementado la tercera parte de este libro. Y a Luis Garrido por sus valiosos consejos en la corrección de estilo. Una mención especial a todos los recursos del API, de acceso libre, traducidos del alemán al castellano, por Joan Solé Girbau, de la editorial Api-Ediciones, desde los artículos de la revista Astrolog hasta el glosario de Bruno Huber, que han sido piedra angular de consulta de todos los capítulos. Finalmente agradecer a la antigua English Huber School of Astrological Counselling (actualmente APA, Astrological Psychology Association) creadora del curso avanzado de la formación a distancia cuyo contenido se tradujo al castellano en el año 1989 por la Escuela Huber de Asesoramiento Astrológico. A partir de este curso empezó la difusión del trabajo de Bruno y Louise Huber en castellano. Y una parte del mismo configura la base de esta guía práctica. A todos los asesores astrológicos que en su momento finalizaron los estudios en la escuela Huber así como los que están actualmente formándose, porque son los que han dado sentido y significado a mi vocación personal, base de los contenidos de este libro. A todos los micromecenas, que con sus aportaciones han confiado en el proyecto. Y a toda mi familia, especialmente a mi compañero Gregorio por su paciencia ante mis prolongadas sesiones delante del ordenador. ¡Gracias a tod@s por hacer realidad este sueño! 8 Prólogo El firmamento siempre ha ejercido sobre el hombre la fascinación de lo misterioso y lo sobrenatural. A los primeros observadores, la Tierra no pudo haberles parecido otra cosa más que plana. Probablemente veían el cielo como una cúpula sólida con el Sol, la Luna y otros objetos celestes moviéndose por debajo de ella. Las estrellas incrustadas en la bóveda celeste serían dibujos en el cielo, cuya formación y silueta podían relacionar con su historia tribal y la tradición de la comunidad. Gradualmente, eso que al principio se había visto con temor y aprensión fue asumiendo nuevas dimensiones. Durante el transcurso de un año solar, el hombre primitivo percibiría el aspecto siempre cambiante de las distintas constelaciones y estos dibujos, que podían ser apreciados junto con los movimientos cíclicos del Sol, la Luna y los planetas, fue lo que permitió a los primeros observadores formular las leyes relativas al cielo y al mundo natural. En esta incesante lucha por la existencia, el hombre primitivo llegó a darse cuenta de la profunda relación existente entre el cielo y la tierra. El periodo de crecimiento de las plantas y de la cosecha se podía relacionar con la aparición de ciertas constelaciones, y correspondía a los equinoccios (de primavera y otoño), mientras que el verano y el invierno correspondían a los solsticios (junio y diciembre). Durante el solsticio de diciembre, en el hemisferio norte, el Sol salía tarde y se ponía temprano, desplazándose por el cielo en un nivel bajo. A medida que los días se hacían más largos, quedaba claro que el Sol no se estaba «muriendo» sino que seguía irradiando su fuerza dadora de vida, alzándose de nuevo en su trayecto. Este hecho, junto con otros fenómenos celestes, sin duda inculcó en el hombre primitivo una sensación de maravilla divina mediante la cual intentó fusionar lo espiritual con lo mundano. Los mitos de las cosmogonías de las culturas antiguas, en muchas ocasiones comparten la misma base común asociada con los 9 fenómenos celestes. Y los ritos o conductas sagradas surgen para acercarse a este universo divino-cósmico para intercambiar dones, y al mismo tiempo mantener la armonía entre lo celeste y lo terrestre. El adentrase en el conocimiento de la astrología, en pleno siglo XXI, nos reconecta con este antiguo camino de búsqueda, patrimonio de la humanidad. La búsqueda de la conexión personal entre el cielo y la tierra. Uno de los caminos más antiguos de autoconocimiento: la genuinidad o el ser uno mismo. Este trabajo nace con la intención de establecer una base común en lo que a día de hoy denominamos psicología astrológica. Como un manual práctico, claro y preciso, tanto para el estudiante como para el entendido. El objetivo es asentar y clarificar la base y fundamentos de este método, desde los conceptos básicos hasta el ámbito interpretativo, mediante una sencilla pero profunda guía de la metodología utilizada paso a paso por la psicología astrológica. Se han recogido una gran parte de los trabajos de difusión y formación del Instituto API durante sus años de trayectoria, tanto en Suiza como en España a través de la Escuela Huber de Barcelona, a modo de homenaje y recopilación de todo el trabajo aportado por Bruno y Louise Huber a la comunidad astrológica. En España se han editado todos los libros de Bruno, Louise y Michael A. Huber, a través de API Ediciones por lo que el contenido teórico de esta especialidad es ampliamente conocido. Por este motivo la estructura de este manual se ha distribuido siguiendo el orden de los distintos niveles de la carta enlazando a cada uno con la bibliografía apropiada para ampliar conceptos. Al final se ha creado un glosario de conceptos para facilitar la consulta de contenidos. El mayor deseo es que el libro sea una guía útil para dar los primeros pasos en esta nueva especialidad llamada psicología astrológica. Rosa Solé Gubianes 10 Parte I Introducción a la psicología astrológica 1. Psicología, carta natal y síntesis 2. Metodología básica 3. Psicosíntesis astrológica 1. Psicología, carta natal y síntesis La astrología me proporcionó un modelo claro de la constitución del ser humano que encaja perfectamente con los conocimientos de psicología que tenemos hoy en día y, al mismo tiempo, un sutil conjunto de instrumentos para el diagnóstico del carácter individual de las personas y de sus problemas específicos. No existe ninguna otra disciplina ni ningún otro método que puedan ofrecer algo equivalente. Bruno Huber El horóscopo de una persona es una representación de la estructura de su personalidad, a partir de la cual, las distintas constelaciones permiten definir los correspondientes rasgos del carácter. Bruno Huber Psicología y astrología El término de psicología astrológica combina y unifica dos ramas importantes del saber humanista, psicología y astrología. Con sus respectivos matices, ambas ciencias actúan conjuntamente como herramienta de diagnóstico y método riguroso de autoconocimiento, permitiendo obtener una imagen global y completa del ser humano. Los conocimientos y la práctica que actualmente aporta la psicología moderna permiten observar y estudiar la estructura psicológica y espiritual del individuo basándose en un modelo conceptual. Por otro lado, el conocimiento astrológico moderno cada 13 vez se aleja más de la predestinación y las recetas populares comunes en la astrología clásica, para acercarse y centrarse en el contenido psicológico y el estudio del ser humano desde un prisma causal y profundo. La combinación de ambas ciencias, como se puede comprobar, es beneficiosa y enriquece ampliamente los contenidos y la práctica comunes a este saber. El origen de esta unificación y la constitución de la psicología astrológica como método y técnica fundamentada, tienen lugar a partir de las investigaciones y el trabajo inicial del Instituto de Psicología Astrológica, fundado en 1962 por Bruno y Louise Huber, y activo hasta el 2012. El trabajo y la base de las investigaciones de ambos autores se centran en estas dos ramas, psicología y astrología, actualizando, renovando y profundizando en los fundamentos y conceptos básicos de cada una de ellas, para combinarlas de manera natural y dar lugar a una técnica, método y fuente de conocimiento precisa, clara y coherente. En ningún momento existe la intención de inventar una nueva astrología, sino que una parte de los objetivos primordiales de todo el trabajo investigativo realizado es remarcar la conexión existente entre la astrología contemporánea y aquella tradición astrológica que tuvo su origen hace más de dos mil años. De esta manera se recuperan y actualizan los fundamentos perennes de esta tradición, enriqueciendo con ello la práctica actual e incorporando a ambas ciencias un cómputo de técnicas que agilizan y otorgan profundidad tanto en el estudio como en la práctica. Es de esta manera que aparece y comienza a acuñarse el término de psicología astrológica, hoy en día cada vez más popular y utilizado por diferentes escuelas e instituciones. El conjunto total de conocimiento y técnicas utilizados y llevados a la práctica no surgen del azar, sino de un riguroso examen detallado y corroborado en estrecha relación con el despliegue del universo tal y como se conoce. Como método eminentemente práctico, consigue 14 incorporar las percepciones y el conocimiento recogido desde hace más de dos mil años, combinándolos y adaptándolos a un enfoque psicológico moderno. «Como es arriba, es abajo», este antiguo aforismo hermético, presente en muchas tradiciones de sabiduría, refleja e ilustra el simbolismo de esta realidad de la cual conocemos que el microcosmos es un reflejo del macrocosmos. Desde esta óptica, la astrología nos confirma que el horóscopo, o mapa del cielo en el momento del nacimiento, dibujado desde el punto de vista objetivo del individuo muestra la relación de éste con el universo. Con la visión ptolemaica de la Tierra como centro del universo, el punto de vista geocéntrico es una base común en toda la astrología. A pesar de que el conocimiento científico y objetivo del universo afirme una realidad diferente, en términos de psicología y en lo referente al estudio del funcionamiento de la psique, el punto de partida es en todo caso la referencia subjetiva del individuo, es decir, la percepción real desde el planeta Tierra de cada individuo. La Tierra se superpone de esta manera como el centro del mundo del ser humano, a nivel simbólico. La astrología moderna remarca la importancia de ver en el horóscopo, considerado como el principal utensilio, el reflejo de una «totalidad individual», con un patrón único de energía viva y el consecuente potencial de crecimiento personal. El objetivo básico de la psicología astrológica es el de aumentar la comprensión y estimular los propios procesos de pensamiento. El análisis y trabajo terapéutico se aborda desde la concepción básica del ser humano como ser vivo que se autorregula y está sano por naturaleza, contrariamente al pensamiento vigente en la mayor parte de psicologías mayoritarias, que parten desde el punto de vista de la patología. Los principios sobre los que se asienta este método están claramente orientados a proporcionar una serie de directrices de carácter psicológico, en estrecha relación al conocimiento de uno mismo, con tal de conseguir una integración natural en la vida, ofreciendo criterios de valoración universales e inspirados en la naturaleza, que aporten un sentido y ética naturales y coherentes a la propia vida. 15 La capacidad de síntesis El concepto de síntesis es un punto clave tanto en el origen como en la comprensión de la psicología astrológica. El término «síntesis» o el verbo «sintetizar» aluden a la acción de reunir todo un conjunto de energías dispersas o divergentes y hacer con ellas un todo orgánico. Análisis y síntesis conforman una dualidad vital y necesaria en todo saber de carácter psicológico. En el caso de la astrología la cualidad de síntesis es característica y otorga un carácter universal a su conocimiento. Ser capaz de sintetizar implica diferenciar las diferentes partes dispersas y aparentemente inconexas para formar y dar realidad a la interconexión entre todas ellas, definiendo una globalidad o visión global sintetizadora. Para ello se necesita adquirir cierta distancia, neutralidad, objetividad y valores impersonales. Una vez conseguido, se alcanza una visión general similar a un gran espacio, a través de la cual se posibilita dar un significado y tejer una conciencia global, estableciendo relaciones que unifican cada parte y otorgan un sentido existencial. La psicología astrológica por propia naturaleza ofrece la posibilidad de alcanzar un punto de vista verdaderamente global, una perspectiva cósmica, tanto a nivel interno como a nivel global, considerando cada parte o energía como una parte de un todo. Este concepto de síntesis es una realidad necesaria y muy al día en nuestra actualidad. El desarrollo del ser humano apunta cada vez más explícitamente a la comprensión y la ejercitación del pensamiento en términos de globalidad y síntesis. Tanto a nivel psicológico o espiritual, como en su aspecto más materialista o cotidiano, todo apunta a alcanzar la mayor globalidad, el mayor entendimiento global y completo del ser humano en toda su expresión. Hoy más que nunca la psicología astrológica, y con ella una parte muy importante del saber humano, adquiere forma y aplicación práctica acorde a esta línea de pensamiento y desarrollo. 16 Origen y trayectoria de la psicología astrológica Actualmente la psicología astrológica es un término cada vez más conocido y más utilizado. Dentro de las diferentes ópticas que pueden englobar su posible significado, todas hacen alusión a esta combinación más o menos formal de la astrología. Su origen formal tiene lugar en el trabajo investigativo y divulgativo de Bruno, Louise y Michael Alexander Huber. Tanto Bruno Huber como Louise comenzaron a interesarse en la astrología en su juventud. Fue el espíritu investigador de Bruno Huber, quien no del todo satisfecho con el material disponible en el ámbito astrológico, inició tempranamente un trabajo investigativo que duraría años y daría excelentes frutos. Parcialmente insatisfecho con la consideración de la astrología de la época, Bruno abordó este profundo estudio y trabajo con un espíritu firme y continuo que no abandonaría hasta alcanzar la claridad y coherencia que inicialmente buscaba. Con el posterior apoyo de Louise incorporó diferentes saberes, conocimientos y metodologías para la constitución y fundamentación del método. Mientras se encuentra en Zúrich cursando estudios en la Universidad de Ciencias, realiza un viaje casual a Italia, donde coincide con Roberto Assagioli y tiene la oportunidad de conocer el Instituto de Psicosíntesis fundado por el mismo Assagioli. Esto marcaría un antes y un después en su vida. Gracias a este encuentro y a su creciente interés por la astrología, Bruno cambia sus estudios de ciencias por los de psicología. Esto supone un avance importante también en su aprendizaje en el ámbito astrológico. Posteriormente conoce a Louise, y con su relación se asientan las bases del aprendizaje y el avance investigativo en las áreas de la psicología y la astrología. Tras casarse en 1953 empezaron formalmente un riguroso trabajo de investigación en astrología, complementándolo con una formación paralela en ámbitos relacionados, como historia de las religiones, simbolismo y astronomía. En 1958 fueron invitados a colaborar en el establecimiento de la Escuela Arcana de Ginebra 17 para promocionar el trabajo de Alice Bailey. Todo ello tuvo una gran influencia en el desarrollo del más profundo interés de Louise por los aspectos espirituales de la astrología. De Ginebra se trasladaron a Florencia, donde trabajaron como ayudantes de Roberto Assagioli, participando estrechamente en la recopilación de conocimiento y escritos sobre la psicología y la aportación específica de Assagioli a este campo, la psicosíntesis. Es en este momento cuando gracias al trabajo de investigación y al aprendizaje continuo, comienzan a relacionar y establecer vínculos y puntos comunes entre la astrología y la psicología, y a percibir cómo a través del estudio de la carta natal podía entreverse un significado y contenido psicológico, que no sólo agilizaba sino que aportaba claridad y coherencia a la práctica de la psicología y fundamento a la astrología. Más de cincuenta años de investigación intensiva centrada en el asesoramiento y terapia psicológica, permitió a ambos autores estructurar una forma de psicología astrológica que ofrece un nuevo modo de interpretar una carta natal, examinando y dando significado a los niveles de la vida humana, desde el núcleo central de la psique hasta el entorno en el que vivimos. Con el asentamiento del método que resulta de las investigaciones y especialmente de la práctica terapéutica, en 1962 tiene lugar la fundación del Astrologisch Psychologisches Institut (API) en Adliswil, Zúrich, aunque los cursos no empezarán hasta 1964. Esto ocurre al finalizar los años de trabajo y colaboración en el Instituto de Psicosíntesis con Roberto Assagioli, quien en todo momento ampara y anima a Bruno y Louise con el trabajo de campo en el que se encuentran inmersos. Con la fundación del Instituto en Adliswil empieza la actividad formal de enseñanza, difusión e investigación en el desarrollo de una metodología de asesoramiento dentro del contexto de la especialidad llamada Psicología Astrológica. En 1981 inauguran la aparición de la revista astrológica Astrolog, como una herramienta de divulgación y difusión de la psicología astrológica, que hace posible su crecimiento y expansión a nivel mundial. La revista actualmente 18 continúa publicándose a través de la asociación alemana de psicología astrológica. El Instituto creó su propio diploma, Dip. A.P.I., un diploma oficial de asesor astrológico entregado al finalizar los estudios de psicología astrológica, que pronto adquiere relevancia y popularidad en Suiza, Inglaterra y Alemania, principalmente. Bruno y Louise Huber Aunque el trabajo de Bruno y Louise Huber se centra fundamentalmente en Suiza y Alemania, presentaron sus trabajos en diversos congresos internacionales e impartieron seminarios en diversos países. En 1983 se creó la escuela inglesa Huber y en 1990 la escuela española. A través de estas delegaciones en Inglaterra y España, se ofrece la formación reglada en directa relación con el Instituto de Suiza. Los asesores y psicólogos astrológicos formados en ambos países en estas escuelas, obtienen el diploma oficial del Instituto de Psicología Astrológica. Bruno Huber fallece el día 3 de noviembre de 1999, pero su trabajo continúa desarrollándose hasta el 2012 a través de Louise Huber y las nuevas aportaciones de su hijo Michael A. Huber, quien desde el comienzo trabajó e investigó conjuntamente con su padre. El Instituto API de Suiza cierra su delegación física en septiembre del 2012 y actualmente su trabajo sigue desarrollándose en Alemania y Suiza a través de diversas asociaciones, institutos y centros (véase el portal Astrologish Psychologie que continúa editando la revista Astrolog), en España a través de la Escuela 19 Huber, en Inglaterra con la Astrological Psychology Association, y en el resto del mundo, con creciente popularidad y prestigio. El trabajo de los Huber es eminentemente práctico, nunca han formulado ningún principio sin haberlo constatado antes a través de la práctica, y su amplio desarrollo se caracteriza desde el principio por la libre difusión de conocimientos, sin ánimo de lucro y completamente abierta. Desde la fundación del Instituto en Adliswil, y el desarrollo de la metodología y las técnicas que engloban la psicología astrológica, Bruno y Louise Huber publican ocho libros dentro de una serie titulada «Psicología Astrológica». En esta serie se definen las bases, fundamentos y metodología que conforma esta corriente de psicología y astrología. El objetivo de los ocho libros es explicar el método de la manera más completa posible, siempre con un lenguaje común claro, una exposición sencilla de conocimientos y una parte fundamental que es la aplicación práctica, uno de los ejes principales de la psicología astrológica. La serie de los ochos libros que se indican a continuación por título y orden, pueden descargarse gratuitamente en formato pdf, a través de la editorial de lengua española API Ediciones (www.api-ediciones.com). Los signos del zodíaco (2002), Astrología del Nodo Lunar (2002), Las casas astrológicas (2003), El reloj de la vida (2003), Transformaciones (2003), Astrología de la figura de aspectos (2003), Los planetas (2003) y La astrología y los siete rayos (2007). 20 2. Metodología básica El tiempo pasa y la sabiduría queda. Cambia sus formas y sus ritos pero en todas las épocas se basa en el mismo fundamento: la integración del ser humano en la naturaleza, en el ritmo cósmico. Principales características del método Hermann Hesse El concepto clave a la hora de establecer una base en la metodología empleada en la psicología astrológica es la síntesis. Al estudiar la carta natal, el punto de partida básico y decisivo es la concepción global de la expresión completa del individuo. Esto se traduce en un enfoque holístico del ser humano. Este enfoque o concepto es una pieza clave de este método, no sólo presente en la parte teórica y conceptual, sino también a la hora de elegir y aplicar las diferentes técnicas astrológicas. El método tiene como particularidad, entre otras, que funciona como un método integrado y completo, en el que todas sus partes deben de ser complementarias y armonizar entre sí. En este sentido, a la hora de establecer un nexo común entre astrología y psicología, se han establecido criterios rigurosos de selección de técnicas, en los que priman la sencillez, claridad y coherencia de conceptos y técnicas de interpretación. 21 Lejos de establecerse como método rígido y estático, está indudablemente abierto a posibles investigaciones, que continúen puliendo y definiendo cada vez de forma más precisa este saber. Debido a la inclusión de los conceptos y el modelo perceptivo de la psicología moderna, a la hora de establecer un método global se descartan algunas técnicas populares de astrología tradicional, que a pesar de no refutar su validez en determinados casos, no son fáciles de integrar y coordinar con el resto de técnicas. Este tipo de técnicas tradicionales puede ocasionar que la interpretación sea un tanto más ambigua, y no tenga una estructura concreta y práctica a través de la cual clarificar el significado o los significados esenciales. Además, muchas de las técnicas todavía vigentes en esta práctica de la astrología clásica o tradicional, forman parte de un contexto a veces algo desubicado y no acorde a la realidad global que actualmente vive el ser humano. En casos extremos la manera de aplicar dichas técnicas puede llegar a ser psicológicamente destructiva, o tener un efecto limitativo dentro de la capacidad de pensamiento creativo e independencia del individuo. También es común lo que se conoce como «efecto lupa», que puede llegar a distorsionar determinados significados o directrices de carácter psicológico, produciendo una confusión o percepción desproporcionada de la imagen del ser humano. La mayoría de estas técnicas corresponden fundamentalmente a técnicas de predicción, tanto clásicas como modernas. Lo cual no quiere decir que en un momento puntual puedan ser adecuadas, pero la interpretación común de dichas técnicas pone énfasis en los acontecimientos externos, como algo que viene de fuera. En este punto difieren en gran manera de la psicología astrológica, que sostiene que, en realidad, las fuerzas que determinan cómo se perciben de forma subjetiva los acontecimientos externos, cómo se experimentan, cómo se valoran y cómo se responde a ellos, son las experiencias o vivencias del mundo interior de la personalidad. La astrología ha sido continuamente una ciencia controvertida y en no pocas ocasiones mal interpretada, arrastrada por el uso popular 22 que tiene más que ver con la época medieval que con la mentalidad y vivencias actuales. De todos es sabido que un método se fundamenta y estructura a partir de las preguntas que se formulan, como hipótesis, de aquello que queremos conocer; y se desarrolla a partir de su aplicación y exposición de conocimientos. En este sentido, la astrología se delinea como una herramienta que al ser una ciencia exclusiva y universalmente humana, sus utilidades, metodología y las respuestas que aporta pueden ser tan diversas como las culturas, sociedades e intenciones existentes. Muchas de las consideraciones generales hacia la astrología no parten del conocimiento y el criterio propio, sino de un uso conocido y una aplicación distorsionada de técnicas astrológicas que en su momento fueron vigentes según la demanda popular pero que hoy en día están obsoletas o han perdido su significado original. En la psicología astrológica, parte del trabajo e investigación realizados se ha basado en estructurar y replantear los principios que dan sentido y uso a esta herramienta. La metodología se origina exclusivamente a partir de este enfoque global y de una visión sintetizadora del ser humano como globalidad, tanto individual como colectiva y cósmica. Gracias en parte a la base de la psicología moderna, de diferentes escuelas y especialidades, se construye y recupera una astrología adaptada a nuestro tiempo, enfocada en dar respuesta y aportar conocimientos aplicables y creativos al modelo de pensamiento y a la etapa de desarrollo humano actual y al día en la vida cotidiana. Las preguntas que cada vez tienen más relevancia en cada individuo son cuestiones que aluden al sentido de la vida desde la óptica interna, las preguntas tipo: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿hacia dónde voy?, ¿cuál es mi propósito vital?, ¿qué potencialidades innatas tengo?... No afirmaremos que la psicología astrológica aporta respuestas precisas a todas estas preguntas, puesto que forman parte de la libertad y la elección de vida exclusivamente personales, pero sí aporta claves y técnicas prácticas y precisas para abordar la 23 comprensión y el descubrimiento de este conocimiento integrado en cada individuo. Proporciona una base para abordar el autoconocimiento con unas pautas lo suficientemente neutras y objetivas como para profundizar y ampliar progresivamente dicho conocimiento, con el objetivo de fomentar la libertad y el reconocimiento de la voluntad esencial de cada individuo, en sintonía con el ritmo cósmico, global e individual. Percepción global y simplificación Junto con la síntesis e integración de técnicas, otro de los conceptos claves que prima a la hora de revisar y realizar la selección de medios técnicos, ha sido primordialmente la simplificación. Simplificar ha supuesto una importante exigencia orgánica con tal de asegurar una interpretación lo más clara, coherente y práctica posible. Esto no quiere decir en absoluto que se haya restado profundidad, más bien todo lo contrario. La simplificación tiene como objetivo enfocar y dirigir las diferentes técnicas hacia un objetivo y visión globales. Para no caer en la dispersión y divergencia de resultados e información, se realiza una criba natural y contrastada con tal de facilitar al máximo la interpretación y la practicidad de contenido, primando los objetivos básicos y comunes en la práctica a través de un método y técnicas integradas entre sí. Uno de los rasgos principales del intelecto del ser humano de hoy es el pensamiento causal lógico-lineal: un pensamiento que funciona de forma esencialmente analítica. Este tipo de pensamiento tiende a la descomposición del todo en sus partes, esto es, a la concentración en los detalles y a la pérdida de la visión global. El empleo de un gran número de técnicas no resuelve los problemas de interpretación: en realidad, complica más la interpretación. En astrología, muchas veces se enseña que una interpretación es correcta sólo si se puede confirmar con varias técnicas diferentes. En cambio, el principio de la psicología astrológica es totalmente opuesto: si se utilizan varias técnicas para obtener claridad, indica que no se han aprovechado suficientemente los medios primarios. 24 Elementos primarios Encontramos que en la psicología astrológica los elementos primarios están claramente delimitados. Con elementos primarios hacemos alusión a aquellos elementos más básicos en la astrología que establecen la base conceptual e interpretativa de toda técnica o método astrológico. Con ello nos remitimos a los orígenes, para recuperar las bases y fundamentos primarios, adaptados y traducidos al significado psicológico actual. Estos elementos primarios son en gran parte los mencionados por Ptolomeo, que pueden clasificarse en una serie de niveles interpretativos diferentes. Las definiciones de estos elementos son muy precisas y en la interpretación se utilizan de forma muy consecuente, buscando la coherencia y teniendo siempre muy presente el nivel existencial del que se trata y al que hacen referencia. Ptolomeo fue el último gran representante de la astronomía griega y, según la tradición, desarrolló su actividad de observador en el templo de Serapis en Canopus, cerca de Alejandría. El diagrama de aspectos de Ptolomeo, incluido en su libro el Tetrabiblos, donde a partir de los signos de Cáncer y Leo regidos por las luminarias (Sol y Luna), cada aspecto se relaciona con la cualidad del planeta regente, es el utilizado por Bruno Huber para el desarrollo e interpretación de las figuras de aspectos. Una sencilla y clara definición de este modelo sería pues: cada aspecto es 30º mayor que el anterior. Diagrama de Ptolomeo al que Bruno Huber añadió los aspectos de quincuncio y semisextil. 25 La figura siguiente representa el dibujo del diagrama de Ptolomeo con los siete aspectos (se han añadido el semisextil y el quincuncio que Ptolomeo no incluyó en el gráfico). Estos siete tipos de aspecto producen doce posibles posiciones puesto que los cinco aspectos entre 30º y 150º pueden darse hacia adelante o hacia atrás. El modelo ptolemaico, de origen babilónico, con algunas mutilaciones, ha permanecido hasta hoy como el más utilizado. Es interesante resaltar que casi la totalidad de autores que recomiendan este modelo o que lo han recomendado en el pasado, no mencionan dos de los siete aspectos, o son subestimados en la interpretación: el semisextil y el quincuncio, a pesar de que Ptolomeo los había mencionado y definido explícitamente. Desafortunadamente inspiró este descuido en su argumentación. Sostenía que los aspectos debían formar figuras simétricas. Por ejemplo, cuatro cuadraturas forman un cuadrado, tres trígonos un triángulo, seis sextiles un hexágono. Pero que doce semisextiles forman un dodecágono, y que doce quincuncios (una estrella de doce puntas) producen una figura parecida, no lo comentó. Y así, en su interpretación describe estos dos aspectos con el concepto lapidario de signos desunidos que no pueden mirarse, ni escucharse, ni ordenarse y que no poseen la misma fuerza. (Tetrabiblos, libro 1). Debemos aquí recordar que la palabra aspecto deriva de aspectare, que quiere decir mirar. Planetas aspectados son, de acuerdo a esto, planetas que se miran. Evidentemente, Ptolomeo escogió el sistema adecuado, incluso la división en doce. El dodecatopos, o división en doce partes, es la clasificación de aspectos propuesta en el siglo II d.C. por Claudio Ptolomeo, el famoso geógrafo, matemático, astrónomo y astrólogo. De esta manera, Ptolomeo continuó con la división del zodíaco en doce partes desarrollada por los babilonios entre los siglos VIII y V a.C. De esta división provienen los incrementos de 30º entre aspecto y aspecto que conforman un total de siete ángulos distintos posibles en el círculo: 0º Conjunción, 30º Semisextil, 60º Sextil, 90º Cuadratura, 120º Trígono, 150º Quincuncio y 180º Oposición. 26 Pero sus argumentos partían de otra lógica y no pudo argumentar dicho sistema de forma consecuente. El verdadero motivo de las sinuosas explicaciones de Ptolomeo, probablemente residía en otro lugar, es decir, en el hecho de que en su tiempo todavía no existía ningún concepto psicológico o filosófico para la cualidad del semisextil y del quincuncio. Según criterios histórico-psicológicos, probablemente las capacidades de autopercepción, de experimentación conscientemente sensitiva del entorno y de comprensión críticoanalítica, en ese tiempo, a lo sumo, estaban siendo creadas o construidas por una minoría avanzada. Por eso, desde el punto de vista de la experiencia astrológica, eran difícilmente definibles. Precisamente esas capacidades responden a los aspectos de 30º y 150º. Los cinco niveles Una de las aportaciones básicas de la psicología astrológica es la parte gráfica del dibujo del horóscopo para mostrar de forma claramente diferenciada los diferentes niveles del mismo. El horóscopo es una imagen simbólica de la persona y del mundo en que vive, por lo que representa al ser humano como un ser único con sus valores. Muestra el punto de vista subjetivo del ser humano, es decir, cómo se percibe a sí mismo, aunque en buena parte sea de forma inconsciente. Cada nivel es una unidad completa que ejerce una determinada influencia sobre el todo. Cada uno de estos niveles de la psique del ser humano reflejados en el horóscopo tiene un significado concreto, y para su interpretación existen fundamentos interpretativos diferentes. No obstante, al realizar la interpretación estos fundamentos deben aplicarse de manera que se garantice la coherencia entre los diferentes niveles. La posición de un planeta en un signo se interpreta como un potencial de disposición hereditaria, su posición en una casa indica la influencia del entorno y los aspectos que recibe le transmiten una determinada motivación interna. 27 Actualmente se ha popularizado este tipo de presentación gráfica en diversos programas de software astrológico. Carta natal de Bruno Huber. En este ejemplo de la carta de Bruno Huber, se aprecia la característica gráfica. En la parte exterior las líneas que marcan las distintas casas, le sigue el círculo de los doce signos del zodíaco, representados en el color de su correspondiente temperamento: fuego en rojo, tierra en verde, aire en amarillo y agua en azul. En el siguiente círculo se dibujan los diez planetas y el Nodo Norte. Y en la parte más cercana al centro, los aspectos están dibujados en rojo, azul y verde. El centro de la carta está representado por un círculo en blanco. 28 De dentro afuera, los cinco niveles representan lo siguiente: el círculo interior es el centro del ser, el yo superior o el alma. A continuación viene la estructura de aspectos, los planetas dispuestos en un círculo, los doce signos zodiacales y, por último, en la parte exterior, las doce casas. En esta representación el horóscopo es un reflejo del ser humano. Esta visión global de los diferentes niveles debe tenerse constantemente presente al realizar la interpretación. Aunque, en un determinado momento, se aborde la definición de un aspecto individual, siempre debe recordarse que no es más que una parte del todo. Cuando nos enfoquemos en las posibles especialidades del modelo conceptual global y las definamos individualmente, debemos procurar no perder la visión general ni olvidar las interconexiones. Siempre debemos tener presente lo más esencial: la motivación. Una y otra vez debemos regresar a ese nivel y, desde allí, desarrollar la interpretación. Los cinco niveles son: el círculo del centro, la figura de aspectos, los planetas, los signos del zodíaco y las casas astrológicas. La segunda parte del libro se dedica a ampliar los contenidos de los mismos empezando desde el nivel de las casas (la parte más externa) hasta el círculo del centro. 1. El círculo del centro Cuando el ser humano nace, este centro empieza, simbólicamente, a irradiar. Es la conexión con la propia esencia. A partir de este centro el ser humano puede crecer para desarrollar todo su potencial. El círculo central es un espacio de libertad en el que no se dibuja nada, los aspectos no lo atraviesan. Este círculo simboliza el alma o la conexión con nuestra parte más sabia. En psicosíntesis se le llama el yo superior: la causa de nuestra existencia. 2. La figura o estructura global de aspectos En su proceso de irradiación, lo primero que se encuentran las energías del centro son las líneas de aspectos. El conjunto de todos los 29 aspectos forma lo que se denomina figura de aspectos o estructura de aspectos y representa el «esquema de conexiones» o la estructura de la conciencia individual. La figura de aspectos simboliza la motivación de la persona en la vida; desde el punto de vista psicológico representa la «imagen de la conciencia» de la persona. Proporciona información básica sobre las capacidades y orientación básica de la persona en la vida. Es el nivel más profundo del ser humano y las personas que viven de forma inconsciente tienen muy poco o casi ningún acceso al mismo. No obstante, todo el desarrollo de la vida depende de esta energía vital motivadora. 3. Los planetas En el siguiente nivel encontramos los planetas, que con su posición en el zodíaco forman los aspectos y que pueden definirse como los verdaderos órganos esenciales del ser humano. Los planetas son como sensores, emiten y reciben energías, órganos de actuación y reacción: los instrumentos con los que la persona percibe el entorno y produce efectos en el mismo. Cada persona, en su horóscopo, dispone de diez instrumentos: el Sol y la Luna, que en el contexto astrológico están englobados en este nivel, y el resto de planetas; pero en cada individuo se encuentran en una situación distinta: en un determinado signo, en una determinada casa y con diferentes aspectos. De todos los niveles del horóscopo, éste es el nivel más móvil. De hecho, la astrología se considera la ciencia de los ciclos por las velocidades orbitales de los planetas, lo que resulta en la singularidad única de las posiciones en cada mapa natal. En la interpretación, los planetas deben considerarse como el conjunto de instrumentos de la personalidad. 4. El zodíaco (los signos) El zodíaco es un sistema circular con doce subdivisiones que nuestro Sol recorre, en su movimiento aparente alrededor de la Tierra, en el curso de un año. El zodíaco es un sistema de referencia cósmico que simboliza el orden de la naturaleza. Los signos zodiacales 30 muestran la disposición hereditaria del ser humano. Hacen referencia a estructuras que se reciben por vía genética, que son potenciales a disposición del individuo desde el momento del nacimiento y que se van desarrollando, empleando y transformando a lo largo de la vida. El entorno nos ayuda a hacerlo. Los signos son nuestras fuentes de energía en la vida, las raíces que alimentan a los planetas. 5. Las casas Las casas representan el entorno, las situaciones reales y formales de la vida con sus diferentes tipos de experiencias y actividades. A través de la educación, el entorno enseña un determinado comportamiento, es decir, estimula a utilizar los instrumentos representados por los planetas de la mejor forma posible. Estas influencias, también conocidas como sensibilización y efecto del medio ambiente, están indicadas por las posiciones de los planetas en el sistema de casas. Las casas representan, sobre todo en los adultos, las formas de reacción y las estructuras de comportamiento con las que el individuo actúa en el entorno, fomentadas mediante el estímulo del entorno o impuestas por el mismo. Para obtener más detalles referentes al efecto del entorno puede recurrirse a un horóscopo especial que recibe el nombre de horóscopo de las casas. Representación gráfica de los cinco niveles. De forma resumida éste es el modelo conceptual subyacente en la representación del horóscopo en cinco niveles. 31 La progresión de la edad Este método conduce a una comprensión más profunda de nuestra vida como ciclo evolutivo dentro de un contexto global de desarrollo, y su aplicación es sencilla. Cualquier persona, después de un período corto de prácticas, puede ver con una sola mirada en su horóscopo en qué fase de su vida se encuentra y qué es lo que tiene importancia en ese momento. El descubrimiento del punto de la edad se remonta a los años en los que Bruno Huber estuvo en el Instituto de Psicosíntesis del profesor Roberto Assagioli en Florencia. En aquella época, a finales de los cincuenta, Bruno Huber se dedicaba intensamente al trabajo de investigación (fue la época del descubrimiento del «punto de reposo» dentro del sistema dinámico de casas) y estudiaba muchísimas cartas natales. Un día le llamó la atención un número destacado de cambios profesionales en las cartas de varios clientes. Si bien los motivos individuales de tales cambios, ya consumados o sólo planeados, se diferenciaban mucho entre sí, todos tenían en común un fenómeno: aproximadamente en la mitad de la sexta casa de todas estas cartas natales estaba la línea divisoria entre dos signos. Exceptuando la décima casa con su temática profesional, se hacía evidente que el cambio regular de un signo a otro dentro de la sexta casa, por ejemplo Acuario y Piscis estaba relacionado con la necesidad de cambio. Todos sabemos que la sexta es la casa de la lucha por la existencia y del trabajo. También destacaba que cada una de estas personas, con cuyas cartas trabajaba Bruno Huber, había pasado ya los treinta años y se hallaba aproximadamente en la mitad de su vida. Suponer como causa la influencia de una mecánica de tiempo a partir de este cambio de signo era fácil. Y con ello comenzó la investigación profunda del problema. Se trataba de encontrar la dimensión matemática que activaba dicha mecánica de tiempo. Las investigaciones dieron el siguiente resultado: al dividir la sexta casa en setenta y dos partes, 32 que corresponderían a una supuesta duración de la vida de setenta y dos años, el mencionado cambio de signo dentro de la sexta casa coincidía siempre con la edad en la que el cliente había cambiado su profesión o, por lo menos, se había ocupado intensivamente de este tema. Al mismo tiempo, Bruno Huber amplió y perfeccionó este importante descubrimiento de gran transcendencia mediante la investigación en otras áreas de la vida. Así halló cambios, por ejemplo, en el ámbito familiar dentro de la cuarta casa, cambios de domicilio o de país en la tercera o novena casa, cambios en la situación económica en la segunda y octava casa. Descubrió que todos los cambios producidos en el transcurso de una vida, coinciden siempre con un cambio de signo dentro de la casa temáticamente relacionada. Bruno Huber llamó a este punto exacto dentro de una casa el «punto de la edad». El ritmo de setenta y dos años no sólo es aplicable a una pequeña parte de la carta natal, una casa, sino que funciona a nivel global en todo el horóscopo. Un ciclo de setenta y dos años, la progresión de la edad, que al dividirlo por doce, nos da la regla de seis años a través de cada casa. De esta manera, la progresión de la edad se hizo comparable con la aguja de un reloj que inicia su recorrido en la cúspide de la primera casa, en el ascendente, y forma una y otra vez aspectos nuevos con todos los puntos significativos del horóscopo – cambio de signo, zonas de casa, planetas o aspectos – a lo largo de su viaje de setenta y dos años. Por ejemplo, en una persona de 52 años, su punto de la edad estará en el punto de reposo de la casa novena (seis años por casa) o a los 14 años estará en el punto de inversión de la casa tercera. Bruno Huber, desarrolló y probó el método de la progresión de la edad a lo largo de muchos años de asesoramiento y enseñanza. Desde 1973, muchos estudiantes de psicología astrológica lo aplican con éxito (pero también es usado por médicos, psicólogos, asistentes sociales y pedagogos). El libro El reloj de la vida de Bruno y Louise Huber profundiza en los contenidos y aplicación práctica de esta técnica. 33 Ciclo de la progresión de la edad. La técnica es sencilla y cualquier persona puede aprenderla y aplicarla por sí misma. La vida comienza en el ascendente y la aguja de nuestro reloj vital inicia su viaje a través de las casas por orden de una a doce, es decir, en el sentido contrario a las agujas de un reloj. Si, por tanto, en el ascendente tenemos cero años, cuando la aguja de nuestro reloj vital, o el punto de la edad, llega a la cúspide de la segunda casa, tendremos seis años, en la cúspide de la tercera casa, doce, en el IC, la cúspide de la cuarta casa, dieciocho, etc., sin que importe el tamaño que pueda tener cada casa. De esta manera volvemos al ascendente a los setenta y dos años y pasaremos nuevamente por la cúspide de la segunda casa a los setenta y ocho. Para averiguar el movimiento anual, se cuentan simplemente los grados de la casa y se divide el número de grados obtenido por seis. Es importante tener en cuenta que, antes de aplicar la progresión de la edad, es necesario saber según qué sistema de casas ha sido calculado el horóscopo. En psicología astrológica se utiliza el sistema de casas de Koch (es un sistema similar al de Placidus con el que coincide en los cuatro puntos cardinales, pero las cúspides intermedias están calculadas para el lugar de nacimiento) del Dr. Walter Koch, ya que sólo este sistema ofrece resultados correctos en la progresión de la edad (para evaluar la motivación vital básica del individuo y el 34 foco de conciencia en cada etapa del ciclo vital es básico que el sistema de casas sea el calculado para el lugar de nacimiento). Pensar en el tiempo o experimentarlo como dimensión espacial ofrece la posibilidad de emplear la progresión de la edad de manera creativa y comprender al ser humano más íntegramente en su polaridad de libre albedrío y determinación. Mediante el estudio del ciclo del punto de la edad se pueden comprender las experiencias externas e internas en su conexión total con la vida. Se abren caminos para una asimilación profunda y más consciente. La progresión de la edad divide el conjunto de casas en doce períodos temporales grandes y las casas individuales en tres períodos temporales más pequeños. De esta manera se consiguen treinta y seis estaciones vitales diferentes, puesto que cada uno de estos períodos temporales tiene sus propias características muy específicas que lo distinguen tanto del período precedente como del sucesivo. El punto de la edad no es solamente un factor importante del tiempo dentro del horóscopo, sino que su significado en las diferentes casas capacita para entender el significado interno de un progreso individual en la vida. Así descubrimos rápidamente que lo que es de importancia decisiva no son los sucesos aislados sino las experiencias que surgen, es decir, las experiencias vividas, los sucesos psíquicos del ser humano que le marcan y le transforman. Sólo el entendimiento consciente, el darse cuenta de los procesos, permite ver su significado dentro del contexto de la vida. Entonces no sólo cuenta el suceso real, sino lo que se ha aprendido de él. Se trata de reconocer las fuerzas internas que obran en situaciones específicas dentro de nuestra constitución individual. Y aquí es de gran ayuda la progresión de la edad. Conforme a la posición del PE (punto de la edad) por casa y signo que se activa mediante aspectos a planetas determinados, se activan ciertas experiencias y nos comportamos de una manera determinada. Este modo de actuar no es explicable mediante una interpretación 35 global del carácter especialmente limitada, a no ser que se añada el tiempo, o mejor dicho la cualidad de un periodo temporal o vital que debe comprenderse dentro de sí mismo, mediante la ayuda del PE. Según la casa o el signo que atraviesa el punto de la edad, disponemos de diversas posibilidades y ventajas para la autoconciencia dentro del desarrollo individual: • • • • 36 El darse cuenta de hasta qué grado se es selectivo y hacemos o aceptamos únicamente lo que nos interesa, dejando de lado otras cosas. Ver inmediatamente en qué zona, signo o casa nos encontramos, cuáles son los problemas actuales y qué soluciones se ofrecen. Si nos acercamos a un planeta, percibimos su intensidad y nos podemos preparar de antemano para la evolución que nos exige según su cualidad planetaria. Si pasa el PE por la cúspide de una casa o bien por el PR o el PI, esto significa un aumento de la disponibilidad en la cúspide de una casa, un proyecto a largo plazo en el PI y un quedarse quieto para reorganizarnos en el PR. Si cambia el punto de la edad de un signo a otro, entonces cambia el temperamento, el enfoque y la forma de actuar según la cualidad del signo. Sabremos en qué momento de nuestra vida entramos en un signo u otro y podremos organizarnos en vista de ello. Con la ayuda del punto de la edad se puede comprender qué acciones y qué actitudes del pasado causaron la situación actual, así como las cualidades y el potencial a desarrollar. En el trabajo personal de individuación y del desarrollo del potencial creativo es de ayuda para reconocer las improntas que nos marcaron en la infancia, así como las posibles creencias desarrolladas a través de las mismas. Todo esto nos permite aceptarlas y transformarlas hacia un crecimiento personal genuino. Con este método de progresión de la edad no se intenta predecir acontecimientos. Lo que se pretende es comprender las actitudes psicológicas básicas de los diferentes períodos vitales para que encajen de la mejor forma posible en la vida. El trabajar con las herramientas de la psicología astrológica implica que no es adecuado concentrarse en los acontecimientos futuros o prognosis. Es el aprendizaje a pensar, no sólo en términos formalistas y materialistas, sino también en términos de cualidades psicológicas, energías y estados de conciencia. La tridimensionalidad en el horóscopo Vamos a introducir brevemente el concepto de tridimensionalidad en el horóscopo porque este concepto está en la base del segundo capítulo, es decir, los cinco niveles del horóscopo se han desarrollado desde el punto de vista de la tridimensionalidad, un concepto pionero en este ámbito que introdujo Louise Huber. Este concepto parte de la base esotérica de los tres planos del desarrollo del ser humano: físico (material), emocional (reacción inconsciente) y mental (pensamiento propio). El mundo aparente en el que vivimos es tridimensional. Continuamente experimentamos esta tridimensionalidad en la vida diaria, y lo experimentamos como una realidad. En primer lugar, está el plano físico. Nuestra existencia corporal se asocia a Saturno, como polo del yo en el cuerpo físico y básicamente se orienta hacia el aspecto material cuando no hay desarrollo de la conciencia. El siguiente nivel es el cuerpo emocional. Las constantes reacciones psíquicas a lo que nos rodea, reacciones de simpatía y de antipatía, el deseo de ser queridos o cualquiera de los múltiples deseos que se tienen en la vida. Todo esto se encuentra en el plano del cuerpo emocional y el polo del yo de este cuerpo es la Luna, el yo emocional. Como tercer plano en la construcción de la personalidad tenemos el cuerpo mental – así se conoce en los textos esotéricos. El cuerpo 37 mental es el área en donde tienen lugar nuestros procesos de pensamiento. Cada persona piensa según sus patrones, siente según su naturaleza emocional e intenta cumplir sus tareas en la vida real tan bien como puede. Hay que tener en cuenta que una gran parte del lenguaje utilizado en los textos esotéricos antiguos refleja la cultura y las creencias de su época, por lo que a veces produce confusión la descripción de la tridimensionalidad, dado que el modelo sigue un orden jerárquico y da la impresión que el tercer nivel es mejor que el primero. La gran aportación de la psicología astrológica a este modelo de la tridimensionalidad es el considerar que los tres polos de la personalidad están al mismo nivel, y cada uno está sujeto a las tres fases de desarrollo – fase inconsciente, fase del despertar y fase consciente – que se explican al final del capítulo siguiente. Las posiciones en el horóscopo de Saturno, Luna y Sol, por signo, casa y aspectos, nos dan pistas para conocer y aprender a manejar correctamente esta tridimensionalidad. El capítulo de los planetas está dedicado en gran parte a profundizar en la integración de la personalidad. De hecho, hay muchas posibilidades puesto que la tridimensionalidad existe en cada elemento. Tanto en los signos como en las casas, como en los planetas, existen cualidades que se interpretan o se pueden comprender físicamente, de forma puramente material o conceptual. También hay una componente que representa nuestra aproximación anímica, psíquica e interna a la vida, es decir, nuestra estructura emocional. Adicionalmente, en cada casa, signo o planeta tenemos una función de conciencia espiritual. Este conocimiento exige que la interpretación de un horóscopo sea muy diferenciada y que no contenga sólo lo que es generalmente conocido sobre los distintos elementos del mismo. Los tres niveles están siempre presentes y esta simultaneidad es el verdadero camino hacia el conocimiento que nos lleva a tener una 38 visión global, es decir, a la integración de la triple personalidad, o utilizando el término de Roberto Assagioli, a la psicosíntesis. La psicosíntesis persigue la integración de la triple personalidad o, con otras palabras, la comprensión simultánea de los tres planos en los que vivimos. Normalmente, lo que ocurre es que, según la situación o estado de ánimo, saltamos de un plano a otro. 39 3. Psicosíntesis astrológica Potencialmente, en cada uno de nosotros están todos los elementos y las cualidades del ser humano, las semillas de todas las virtudes y de todos los vicios. En cada uno de nosotros está el criminal potencial y el santo también potencial o el héroe. Es una cuestión de diferente desarrollo, de valoración, de elección, de control, y de expresión. Roberto Assagioli La psicosíntesis ocupa un lugar fundamental dentro de la psicología astrológica. Tanto en la estructuración y fundamentación del método en sí, como en sus vertientes teórica y práctica. Dentro de la incorporación de términos y modelos de la psicología en la astrología, la disciplina y especialidad de psicosíntesis es una de las más importantes y que mayor vinculación encuentra en este método. Roberto Assagioli y el origen de la psicosíntesis Su precursor es Roberto Assagioli (1888-1974). Assagioli fue pionero del psicoanálisis en Italia, investigando y practicándolo desde sus primeros años profesionales. Compartió con Freud y Jung el nacimiento del psicoanálisis y de la psicología profunda a comienzos del siglo XX en el grupo Zurich Freud Society. El estudio de los procesos del inconsciente le dejó una 41 profunda impresión, que más tarde desarrolló en una variedad de hipótesis que superaban los límites del psicoanálisis ortodoxo. También fue un pionero en el Movimiento de la Psicología Humanista, junto con Maslow, Rogers y Rollo May en los años sesenta. La idea principal de este movimiento era simple: más que enfocarse en la patología para definir al ser humano – como lo hacía el psicoanálisis demasiado a menudo – o en las similitudes estructurales entre el sistema nervioso animal y el humano – como lo sugiere el conductismo – se colocaba el mayor énfasis en la aspiración hacia la totalidad, en el potencial humano hacia el crecimiento, la expansión de consciencia, la salud, el amor y el gozo. Más adelante parte de los iniciadores de este movimiento, entre ellos Assagioli, derivaron hacia la Psicología Transpersonal. Denominaron así este importante movimiento para evitar las connotaciones negativas, o identificaciones que pudiera tener la palabra «espiritual» con las diversas religiones. La idea fundamental de la psicología transpersonal es la trascendencia de las limitaciones de lo personal para proyectarse hacia un todo mayor del que formamos parte. Gracias a su trabajo y aportación a esta disciplina, Assagioli fue uno de los primeros en escribir en el Journal of Transpersonal Psychology de Estados Unidos. Además de sus investigaciones y experiencias en el nivel profesional, su vida fue muy rica en diferentes contactos con personas que se movían en otras esferas del conocimiento, como Benedetto Croce, P. D. Ouspensky, Hermann Keyserling, Rabindranath Tagore, Inhayat Khan, D. T. Suzuki, Alexandra David-Néel, Viktor Frankl, Robert Desoille, Alice A. Bailey, y C. G. Jung. Con éste último, C. G. Jung, Assagioli mantuvo durante toda su vida una estrecha relación, a pesar de su abandono del psicoanálisis. A la base científica y formal de la psicología, en la cual era un experto por sus investigaciones y trayectoria laboral, se le agrega un profundo conocimiento de la filosofía hindú y del budismo, así como de la obra del Maestro D. K. el lama tibetano que dictó una gran parte de la obra a Alice Bailey. 42 Este amplio bagaje de conocimientos y capacidad para hacer convergir diferentes tradiciones de sabiduría, tanto formales como espirituales, dio como resultado una muy amplia perspectiva de las posibilidades de realización del ser humano. Toda su experiencia profesional, su reflexión y los frutos de sus investigaciones dan lugar a la constitución de la especialidad y disciplina llamada psicosíntesis. La contribución de la psicosíntesis a la psicología moderna es realmente imprescindible, y actualmente cada vez obtiene más reconocimiento. Desde hace tiempo se incluyen parte de los conceptos e ideas básicas enunciadas por Assagioli en la psicosíntesis en diferentes disciplinas que abarcan diversos ámbitos, desde la psicología formal hasta la astrología. Desde el comienzo de su difusión es una de las disciplinas adscritas en el movimiento transpersonal. Uno de los motores básicos de la especialidad creada por Assagioli es integrar las cosmovisiones de oriente y occidente, la espiritualidad y la ciencia, respondiendo a las necesidades de realización y trascendencia del ser humano. De este modo, la psicosíntesis tiene un campo muy amplio de aplicación. Actualmente cuenta con centros especializados en todo el mundo, donde se difunde su enseñanza y aplicación práctica en los cinco continentes. Psicosíntesis, conceptos básicos En su sentido más básico, la psicosíntesis enfatiza en los conceptos de síntesis e integración del individuo como noción básica. Trata del proceso de crecimiento e integración de elementos que se presentan previamente separados en el ser humano, que son conducidos hacia la armonización de una personalidad integrada denominada como «yo consciente». Esta disciplina particular considera que cada individuo posee un impulso natural hacia la propia evolución y que el individuo como tal puede dirigir conscientemente dicho proceso, con los adecuados conocimientos teóricos y prácticos que lo faciliten. Estos conocimientos ofrecen un marco de trabajo que nos capacita para comprendernos mejor a nosotros 43 mismos, nuestras capacidades y nuestras relaciones con los otros gracias a técnicas efectivas que aportan conciencia y estimulan el pensamiento propio. Las diferentes técnicas y conocimientos que conforman el cómputo global de la disciplina de Assagioli forman parte de este proceso de integración, dentro del nivel que definimos como yo personal o yo consciente. Como tal, su aplicación tiene lugar en los más diversos ámbitos: psicoterapia, educación, relaciones interpersonales y sociales, hospitales y cárceles como medio de rehabilitación psicológica. Según el ámbito en el que se aplique, adopta características particulares y adaptadas a cada caso. Por ejemplo, su aplicación en la formación de educadores es diferente a la que se emplea en el desarrollo personal o en la formación de terapeutas. Estas características diferentes tienen un núcleo o proceso fundamental que es común en todas sus aplicaciones. Lo que realmente varía son las técnicas empleadas de manera práctica, que llegan a superar las cuarenta. Entre las más utilizadas y conocidas están la imaginación dirigida, el análisis de sueños, los dibujos, las dramatizaciones, las máscaras, el modelado en arcilla y la expresión corporal. Los principios y métodos de la psicosíntesis se basan en la concepción de un yo superior o sí mismo en el centro de cada ser – individual y universal a la vez – que puede dirigir el desarrollo armonioso de todos los aspectos de la personalidad. Más allá de esta armonía personal, sus prácticas facilitan el acceso a las dimensiones transpersonales y el cultivo de las cualidades superiores de creatividad, amor altruista, sabiduría y paz. Los diagramas de la psique y sus funciones La exploración del mundo interno y en particular del inconsciente, nuestro mundo desconocido, se facilita mucho mediante un buen mapa, que nos permite familiarizarnos de forma general con las diversas dimensiones que estamos visitando. En primer lugar, veamos la terminología que le es propia dentro del marco 44 del lenguaje de la psicosíntesis. Para ello utilizaremos dos mapas que son representaciones visuales y esquemáticas de la realidad interna del ser humano. Como todos los mapas, son versiones insuficientes y estáticas de un territorio real; pero son muy útiles para facilitar la exploración y evitar malentendidos. Los diagramas de la psique de Roberto Assagioli, que hoy en día se utilizan universalmente, para la comprensión del modelo de la psicosíntesis son el diagrama ovoide o Huevo de Assagioli que representa a la psique en su globalidad, y el diagrama de la estrella o Estrella de Assagioli que representa las distintas funciones de la misma. A continuación se hace una breve descripción de los dos modelos dado que son básicos para entender la original aportación de Bruno Huber, el Ánfora (véase capítulo 8), que utiliza la carta natal como un mapa de la constitución básica del ser humano utilizando el modelo astrológico. Así como la dinámica de la integración de la personalidad dentro del contexto de la psicología astrológica. El diagrama ovoide o huevo de Assagioli El Huevo de Assagioli corresponde a un mapa de la psique. De sobras conocido en el mundo de la psicología, da un paso hacia adelante en cuanto a los modelos de Freud y Jung incluyendo la parte 45 espiritual, «el hombre siempre crece hacia la luz», que denomina inconsciente superior. Es decir, tenemos los siguientes estadios en la psique del ser humano: 1. Inconsciente personal: La parte inferior del diagrama alude al inconsciente inferior, dentro del cual existe mucho material reprimido, no digerido ni asimilado, y corresponde a lo que Freud denominó el «Inconsciente». Si queremos estimular conscientemente nuestro desarrollo, tenemos que investigar nuestro inconsciente inferior. De no hacerlo así, puede ser causa de confusión al acumular energía reprimida, controlar nuestras acciones y privarnos de nuestra libertad. 2. Subconsciente: En el inconsciente intermedio se localiza un área en la cual normalmente no somos conscientes de las motivaciones internas, pero en la que sí podemos movernos psicológicamente, recuperar datos y extraer información mediante la memoria, sin ninguna dificultad. En el inconsciente intermedio es donde están todos los niveles y estados de la mente que podemos hacer pasar voluntariamente a nuestro campo de consciencia (4). 3. Supraconsciente: En el inconsciente superior, se indica la región de la cual recibimos nuestras inspiraciones e intuiciones artísticas, filosóficas o científicas. Es el lugar donde residen los «imperativos éticos» que nos incitan hacia las acciones correctas, humanitarias o heroicas. La diferencia entre el inconsciente inferior y el inconsciente superior es el desarrollo de la conciencia, pues en el inconsciente inferior está la parte más primitiva de nosotros mismos, es como un principiante dentro de nosotros, mientras que el inconsciente superior representa lo que podemos llegar a alcanzar en nuestra evolución como potencial a desarrollar, del que todos disponemos. La diferencia entre el inconsciente inferior y el superior, depende de la evolución, no de la moral. El inconsciente inferior sólo representa nuestra parte más primitiva, nuestro principio, por decirlo de alguna forma. No es malo, sino únicamente lo más antiguo. Por otro lado, 46 el supraconsciente constituye todo lo que todavía podemos alcanzar durante nuestra evolución. Sin embargo, no es una mera posibilidad abstracta, sino una realidad viva con existencia y poderes propios. 4. Consciente: El campo de conocimiento consciente y objetivo a la luz de la realidad práctica, muestra el área del saber cotidiano. 5. Yo consciente: La comprensión de nuestro yo personal. Es decir, ¿quién experimenta estos niveles? El yo. En los primeros pasos de la evolución del hombre, el conocimiento del yo no existe. Para la mayoría de nosotros existe en estos momentos en una forma más o menos velada o confusa. Nuestra labor es conseguir la experiencia necesaria en su estado puro como yo personal (5). El yo personal es un reflejo o un avance del yo transpersonal (6), suficiente para darnos un sentido de precisión e identidad. Vive en el nivel de la individualidad, donde puede aprender a regular y dirigir los distintos elementos de la personalidad. El conocimiento del yo personal es una condición previa para la salud psicológica. 6. Ser transpersonal: El yo transpersonal es aquella parte de nosotros que al mismo tiempo que dispone del sentido de individualidad, vive en el nivel de la universalidad donde las expectativas y asuntos personales pasan a un segundo plano, a raíz de una visión más amplia. La identificación con el yo transpersonal es un caso extraño: para unos es la culminación de años de trabajo; para otros, una experiencia extraordinaria e inesperada. El yo transpersonal, aunque mantiene un sentido de individualidad, se halla al nivel de la universalidad, en el reino donde los planes y asuntos personales están eclipsados por la visión más amplia de la totalidad. La percepción del yo transpersonal es indicio de plenitud espiritual. El yo personal y el transpersonal son, de hecho, la misma realidad experimentada en niveles diferentes: nuestra verdadera esencia tras cualquier tipo de máscara y condicionamiento. 7. Inconsciente colectivo: El inconsciente colectivo es la energía que existe en el entorno en que vivimos y que es global para todos, de 47 la cual recibimos y emitimos constantemente sin ser demasiado conscientes de ello. Se trata del «Inconsciente Colectivo» tal y como lo describió Jung. Nuestra mente no está aislada. Se baña en el mar del inconsciente colectivo. Para Jung el inconsciente colectivo es la condición previa de cada mente individual, lo mismo que el mar es el portador de cada ola. Todas las líneas del diagrama están hechas con trazos discontinuos para dar a entender que no hay compartimentos rígidos que puedan impedir la interacción entre todos los niveles. En la carta natal, el yo personal (5) y el yo transpersonal (6) están simbolizados por el círculo situado en el centro de la carta, este concepto se explica detalladamente en el capítulo 8 dedicado al círculo del centro. Este yo, psique o cualquier nombre que se quiera utilizar para describir esta área única, tiene contacto con las energías universales, las cuales a través de la figura de aspectos se dirigen hacia la personalidad, representada por los planetas. El diagrama de la estrella El ovoide representa la estructura de la psique, mientras que la estrella representa la manera de funcionar de la psique. El diagrama de la Estrella de Assagioli representa nuestras funciones psicológicas. Esclarece otros aspectos de nuestro mundo interno, en particular la relación de las diversas funciones psicológicas con el yo y la voluntad. Como se puede observar en la ilustración, existen siete funciones psíquicas enunciadas según la psicosíntesis. Cada función psíquica es un instrumento que permite entrar en contacto con el mundo. Cuando entramos en ese contacto con el mundo, nuestra percepción es subjetiva, nunca objetiva, porque está muy condicionada por la manera de funcionar de estas herramientas dentro de nosotros. Estas funciones no sólo permiten entrar en contacto con el mundo, percibirlo y expresarlo, sino que nos permiten trabajar conscientemente para trabajarlas todas. 48 El mapa de las funciones es de gran utilidad en el trabajo de los psicólogos psicosintéticos. Las seis puntas de la estrella se trabajan por pares o polaridades, por ejemplo, la sensación va unida a la imaginación, la emoción-sentimiento al pensamiento y el impulsodeseo a la intuición. Si uno de los brazos de la polaridad está acentuado en exceso, el trabajar con el opuesto ayuda a equilibrar la función. En el área central del diagrama de la estrella está la voluntad, también presente en el centro del diagrama ovoide de la psique, y en el centro, el ser personal o el yo. Todas estas funciones presentan un aspecto exterior y uno interno. La sensación habitual (1) depende de los sentidos físicos, pero cada sentido tiene una contraparte interna. Para el tacto, es el tacto etérico, que permite percibir la sensación vibrátil de los cuerpos. El oído interno, al estar desarrollado, permite la clariaudiencia; la visión interna, la clarividencia, etc. La emoción-sentimiento (2) puede ser puramente reactiva o inconsciente, o corresponder a sentimientos conscientes que permiten seleccionar los elementos a los que dedicar atención. Del mismo modo, el impulso-deseo (3) puede ser automático-reactivo, gobernado por la emoción, o bien selectivo, dirigido por el yo personal. 49 La imaginación (4) puede ser mecánica, dejarse ir en asociaciones libres acerca de cualquier objeto o circunstancia que se presente, o bien dirigida para construir las imágenes elevadas con las que el yo desea identificarse. Del mismo modo el pensamiento, que puede ser entrecortado, disperso, asociativo, o dirigido, concentrado y sostenido. La intuición (6) exterior por su parte, interpreta sensaciones del propio organismo o del entorno a través de una sensación visceral, en cambio la interna es sensible a impresiones provenientes de los planos más sutiles. El desarrollo de los aspectos internos de las funciones psicológicas depende de la voluntad (7), considerada como la capacidad de concentración sostenida sobre un elemento escogido de la realidad manifiesta o sutil. Es a través de la voluntad que el yo personal (8) puede gobernar sobre las funciones psicológicas sin ser arrastrado por ellas, adquiriendo libertad y autonomía. En el proceso de psicosíntesis una persona pasa de ser una colección desordenada de tendencias inconexas a ser un conjunto armónico significativo que rodea un núcleo central: el yo. Con la intervención de la voluntad, el yo puede regular cada función del organismo psicofísico, lo que es un logro de la personalidad integrada. Es sólo a partir de un yo personal integrado que es posible un contacto con el ser transpersonal. Varios de los ejercicios de las técnicas de psicosíntesis buscan propiciar este contacto. Según Assagioli, la voluntad es la experiencia directa que todo ser humano tiene de sí mismo. En algún momento, quizás en medio de una crisis en la que un peligro amenaza, se produce un despertar en el que el individuo descubre su voluntad. Esta revelación de que el yo y la voluntad están íntimamente conectados puede cambiar toda la percepción de un hombre sobre sí mismo y sobre el mundo. Observa que es un sujeto viviente, un actor dotado con el poder de elegir, relacionar, producir cambios en su propia personalidad, en los demás y en las circunstancias. 50 Y esta percepción conduce a un sentimiento de totalidad, seguridad y alegría. Debido a que la psicología moderna ha descuidado la posición central de la voluntad, ha negado que tenga una relación directa con el yo. Con la certeza de que uno posee una voluntad, llega la realización de la conexión íntima entre voluntad y yo. Esta es la experiencia existencial de la percepción directa de la autoconciencia pura. Es la autoconciencia lo que separa al ser humano de los animales. Los seres humanos son conscientes pero también saben que son conscientes. Se puede expresar la importancia de la autoconciencia, la unidad de ser y volición en las afirmaciones: «Yo soy consciente de ser y de tener voluntad», o «Yo soy un yo que pretende». El yo consciente y las subpersonalidades La psicosíntesis lo postula como el centro coordinador de los distintos aspectos de la personalidad: cuerpo, psiquis y mente. Las dos funciones principales del ser personal son consciencia y voluntad. Su función consciente lo habilita para darse claramente cuenta de lo que está sucediendo dentro y alrededor de él, percibiendo la realidad interna y externa sin distorsión ni bloqueo desde la posición que asumiría un observador imparcial. Dentro del ser personal se desarrolla un concepto básico en la psicosíntesis: las subpersonalidades. Las subpersonalidades hacen referencia a aquellos aspectos parciales de la personalidad, identificados como entes semiautónomos, contradictorios entre sí, constituidos por una rutina ya programada a los que se debe ir colocando progresivamente bajo el control del yo consciente. En la personalidad humana hay muchas subestructuras que se alternan en el gobierno de la psique según las circunstancias. Las subpersonalidades más corrientes y obvias reflejan los papeles que hemos representado en el pasado o que representamos actualmente en nuestras vidas: el niño, el amigo, el amante, el padre, el maestro, 51 el médico o el funcionario. Otras pueden ser héroes de fantasía, figuras mitológicas o incluso animales. Una de las tareas importantes de la psicosíntesis es identificar e integrar las subpersonalidades en un conjunto dinámico que funcione armónicamente. El proceso de integración consiste en explorar esta multiplicidad interior que se reviste con distintas máscaras, según sea la circunstancia, y que se autodenomina «yo» durante el tiempo que permanece en el escenario. Pueden identificarse como el «yo profesional», el «yo social», el «yo deportista», el «yo familiar», el «yo religioso», e innumerables connotaciones más. También tienen lugar en este apartado las subpersonalidades neuróticas a las que llamamos «complejos», que incluyen una parte verdadera nuestra que busca expresarse, pero que ha sido reprimida o distorsionada hacia una manifestación patológica (fobias, por ejemplo). Hay unas subpersonalidades más fuertes que otras, y forma una parte muy importante en el proceso de integración el acto de no identificarse en esencia con lo que representan. La otra función del yo consciente es la voluntad, cuyo desarrollo ocupa un lugar muy importante en la psicosíntesis. A través de la voluntad ganamos libertad de elección, responsabilidad personal, el poder decidir sobre nuestras acciones y la habilidad de coordinar y dirigir los diversos aspectos de nuestra personalidad. Gracias a ella nos liberamos de reacciones no deseadas, de nuestra indefensión ante impulsos instintivos inoportunos y de someternos a las expectativas de otros. Llegamos a estar verdaderamente «centrados» y nos vamos capacitando en forma progresiva a seguir el camino más adecuado en concordancia con lo mejor de nosotros. De esta manera acrecentamos la capacidad de servir a las fuerzas de evolución, encontrando un sentido de profundo significado a nuestra vida personal. Llegamos a ser capaces de funcionar en el mundo de manera más efectiva y serena, en un espíritu de cooperación y de responsabilidad hacia nuestros semejantes. 52 Fundamentos de la psicosíntesis en la psicología astrológica Gracias al trabajo y la estrecha colaboración de Bruno Huber con Assagioli en el Instituto de Psicosíntesis establecido en Florencia, los principios de esta disciplina están muy presentes en el enfoque de la psicología astrológica. Aunque también abarca conceptos de otras escuelas de tradición psicológica, realmente la psicosíntesis contribuye con muy buena aportación a la estructuración y las bases conceptuales de la práctica astrológica. La psicosíntesis astrológica trata de comprender la imagen holística de la persona para reconocer la motivación y el sentido de su vida, de manera que las partes que después se analicen tengan un lugar lleno de sentido en la globalidad y no sólo un valor analítico o cuantitativo que fácilmente puede convertirse en receta. Así, por ejemplo, Júpiter no es sólo el gran benefactor, ni Marte tan sólo el pequeño infortunio. Para algunos, Marte es el mejor y el más elevado de los dioses y, para otros, es el mismo diablo. Y entre estos extremos hay infinitas posibilidades. En el horóscopo se intenta reconocer la imagen integrada, puesto que ésta garantiza una forma de vida armónica de acuerdo consigo misma. En el pensamiento psicosintético, esto es muy importante. Todo lo que tiene un papel en la vida de una persona debe armonizarse y no dar motivo a ninguna presión que no pueda asimilarse. Esto no significa que no deba haber presiones. Hay presiones que actúan como estímulo y hay otras que lo hacen como una carga. Éstas son partes desintegradas que no están controladas y que, bajo determinados estímulos, toman otra dirección. Pero, en la medida de lo posible, el sufrimiento que ocasionan va a ser evitado por la persona. En el horóscopo puede detectarse un exceso de énfasis en determinadas áreas que pueden ocasionar ciertos problemas en la vida. No obstante, no puede determinarse con exactitud el grado o la intensidad en que el problema se da. Hay personas que solucionan muchos más problemas que otras. Asimismo, tampoco puede determinarse el grado de 53 conciencia de una persona en un determinado momento. Esto sólo es posible hacerlo mediante la conversación. La integración presupone que se han reconocido y comprendido las partes desintegradas y que se ha encontrado un camino mediante el cual las podemos incorporar de nuevo. Pero ante todo, lo más importante es aceptar la desintegración. Pretender luchar en su contra está predestinado al fracaso puesto que supone una lucha cada vez mayor con las partes desintegradas de uno mismo (subpersonalidades). Al principio debemos intentar vivir con eso que no nos agrada y nos crea problemas. Es lo mismo que lo que debemos hacer con el miedo. Si ante el miedo cerramos los ojos o huimos, el miedo no desaparece, sino que crece más cada vez que apartamos la mirada. No queda más opción que confrontar el miedo y sufrir el dolor que ocasiona. En la medida en que aceptamos y sufrimos, percibimos de qué manera nos hace daño. Lo mismo ocurre con todos los problemas y las subpersonalidades. Los planetas dentro del diagrama ovoide de Assagioli siguiendo el modelo del Ánfora de Bruno Huber. 54 Siguiendo el modelo ovoide de la psicosíntesis, Bruno Huber lo adaptó a la psicología astrológica y lo modificó abriendo el ovoide por la parte superior, es lo que se conoce como el diagrama del Ánfora. El Ánfora de Bruno Huber, como mapa astrológico de la conciencia del ser humano, está formado por la combinación del diagrama ovoide de Assagioli y la tabla de las motivaciones planetarias (véase el capítulo dedicado a los planetas de la segunda parte). La diferencia entre el diagrama ovoide y el Ánfora es que el Ánfora está abierta en su parte superior, de aquí su nombre. En el apartado del círculo del centro se comenta más ampliamente el desarrollo del Ánfora de Bruno Huber como modelo de la constitución del ser humano. La metodología de la integración de los planetas de la personalidad, está inspirada en el diagrama de la Estrella, donde las distintas funciones psíquicas están interrelacionadas y se integran a través de la voluntad. Dentro de la carta natal, la fuerza de los planetas de la personalidad, tanto por signo como por casa así como por la posición en la misma y los aspectos que reciben, nos orientan sobre cuál es el más fuerte para activar el proceso de integración a través de la voluntad de la persona. Por voluntad entendemos, siguiendo la definición de Assagioli, la experiencia directa que todo ser humano tiene de sí mismo. Terminamos esta primera parte comentando tres etapas importantes en la transformación de la conciencia que pueden relacionarse con el enfoque de la tridimensionalidad que fluye a través de los cinco niveles o apartados que configuran la segunda parte de este libro. Un modelo de transformación La estructura del yo, en conceptos de la psicología astrológica, se puede comparar a un triángulo, uno de cuyos ángulos nos conduce en la dirección adecuada elevando nuestra conciencia, pero los otros dos, con sus necesidades, nos mantienen sujetos a la tierra porque se basan, probablemente, en lo que nos enseñaron de niños. 55 Cuando este triángulo estructura demasiado y se torna inflexible, entonces permitimos que nuestras vidas sean dominadas por las necesidades de aquello que nos exigen los demás, de las emociones descontroladas o de la imperiosa necesidad de seguridad. Por ello, el eje en el centro del triángulo necesita ser lubricado, de forma que pueda dar vueltas libremente y podamos llegar a ser conscientes de la capacidad que disponemos para hacer girar el triángulo a voluntad. De esta manera, la voluntad, las emociones o la vida práctica podrán llevarnos en la dirección correcta, tal como es apropiado en cualquier momento y ante cualquier situación con la que tengamos que enfrentarnos. Necesitamos ser conscientes de dicha elección y aprender a llevarla a cabo gustosamente. Las tres etapas del crecimiento De hecho, conocemos más de tres etapas. Assagioli propone seis o siete, pero aquí sólo presentamos tres para simplificarlas, conteniendo la síntesis de todas ellas. Estas divisiones no se suceden necesariamente por orden, una detrás de otra. Pueden constituir etapas en la forma que aquí se resumen, pero también pueden entremezclarse, por lo tanto no es fácil determinar dónde se encuentra uno en un momento dado, respecto a su propio crecimiento. La primera etapa es la de empezar a cuestionarse patrones de conducta que han regido nuestra vida de forma inconsciente. Son las primeras percepciones hacia una conciencia mayor, y nos abrimos a una comprensión de las leyes naturales desde otra visión más amplia. Esta etapa tiene momentos álgidos por la apertura de conciencia que conlleva nuevos horizontes, y también existe la otra cara del problema, inevitable, dado que el entorno que no comprende el cambio puede reaccionar en contra de este progreso personal que no comprende. Es una etapa en la que a menudo se entra en conflicto con las personas que nos rodean y se puede oscilar entre la pasión por lo nuevo, que puede llegar a ser bastante unilateral, y el miedo a la crítica de mostrarse distinto a los valores antiguos. 56 Una vez dado el primer paso, o comprendida la primera fase de desarrollo, sigue la fase de la conciencia del despertar, es decir, la de experimentar energías transpersonales, que en principio, no se comprenden completamente. Durante esta fase, a veces la persona necesita el soporte de otras personas que ya hayan experimentado el camino para evaluar el cambio y disfrutar de la armonía consigo mismo en relación a su entorno. Se aprende a ser consciente de las dimensiones espirituales, y al mismo tiempo estar en el presente y compartir con la gente del entorno respetándolos de acuerdo a sus normas. La persona se vuelve tolerante con los demás, sin juicios de valor. El conflicto de la primera etapa es entender que no hay que convencer a nadie de nuestra propia experiencia, permitir que los demás vivan a su manera, y también dejar espacio para nuestras vivencias internas. La primera etapa a menudo se inicia con el estudio de la astrología, o de cualquier otra ciencia oculta, pero hay otras posibilidades, como vivir hechos psicológicos o fenoménicos. Puede que se empiece teniendo visiones, o se experimenten fenómenos físicos, pero en cualquier caso, todo ello provoca conciencia espiritual. La segunda etapa es el estadio de aprendizaje. Cuanto más se aprende a concienciar las energías espirituales, más oportunidades se tienen de que su sistema humano actual – cuerpo, psique, mente – pueda reaccionar y sacar a la superficie los problemas no solucionados del pasado. De aquí la importancia de estar acompañado por personas que ya hayan pasado este proceso y nos puedan orientar en la forma más práctica para solucionar los posibles conflictos que puedan surgir. Es importante pasar por el proceso de autodescubrimiento y enfrentarse honestamente a sí mismo. El observar primero los pequeños yoes o subpersonalidades que constituyen el conjunto de su personalidad. Usted tiene un cuerpo físico, con unas necesidades físicas por un lado y otras emocionales por otro, y los problemas proceden del desajuste entre ambas. 57 El único camino posible en esta fase no es pretender solucionar las cosas desde fuera de sí mismo, sino con toda su pequeñez respondiendo a lo que la vida pide, con humildad y respeto hacia los demás y con aceptación hacia uno mismo. Intente observar y tratar los problemas mecánicos que hay en su psique y en su cuerpo para conducirlos, en cierta forma, hacia un orden de funcionamiento mejor. Debe ser cada vez más fiel consigo mismo; esto es incluso más importante que solucionar el problema. Aceptando su pequeñez, la curación se hará a todos los niveles mediante las energías espirituales. A veces, el prestar atención es importante en la solución de los problemas, es la posición del observador. El requisito previo y necesario es la aceptación de uno mismo, y no autoengañarse. Según Louise Huber, en la tercera etapa dentro de este desarrollo, cuanto mejor conozca las leyes espirituales de la naturaleza y aprenda a tratarlas, más la persona tendrá que enfrentarse a los retos en los que se pondrá a prueba la pureza de su motivación. La tercera etapa nos ofrece la oportunidad de llegar a ser conscientes para distinguir entre las necesidades que son naturales y la codicia del ego. Todo ello es muy complejo y no resulta fácil. Como ser humano físico, tenemos la necesidad de sobrevivir y averiguar lo que necesita nuestro cuerpo físico para vivir de forma consciente. El afecto, la pertenencia a un grupo o a una familia, las necesidades emocionales y sentimientos en el plano emocional son catalizadores para el desarrollo psíquico de la persona. Y el desarrollo de la filosofía personal, los valores, la conciencia social y nuestra aportación para que el mundo sea mejor son los vehículos para que las energías transpersonales puedan irradiar a través de nuestra personalidad. Ha sido necesario presentar estas tres etapas en un orden, y efectivamente aunque la persona pueda sentirse en armonía con la tercera etapa, de repente pueden aparecer problemas de la primera. A esa faceta le llamamos «efecto lupa», en la que surgen conflictos internos que se creían superados o se contemplan desde una nueva perspectiva. Estamos en constante evolución y estas fases de desarrollo nos 58 permiten con el tiempo desarrollar sentido del humor, lo que nos ayuda a desidentificarnos de nuestras subpersonalidades y tomar las decisiones adecuadas en los retos de la vida. Lo que se llama el cocrear conscientemente el propio presente y posibilidades de futuro. Métodos de psicosíntesis en psicología astrológica A modo de resumen, enumeramos los distintos métodos de psicosíntesis que se contemplan en cada uno de los distintos niveles de un horóscopo. En la parte segunda de esta guía, dedicada a los cinco niveles, se comentan ampliamente los mismos. Desde el centro hacia el exterior, Bruno y Louise Huber contemplan diversas técnicas de integración: • • • • • • • • • • • Astrología de la figura de aspectos: clave para la síntesis. Dinámica de las posiciones, fuertes o débiles, de los planetas de la personalidad por signo y casa. Improntas de la infancia (planetas cercanos al ascendente o descendente). Planetas en zonas de estrés (compensación/sublimación). Planetas en punto de reposo, caminos hacia el centro. Relaciones entre planetas transpersonales y las energías de transformación. Tensión de desarrollo entre signos y casas, el querer interno y el deber externo. Cálculos dinámicos, transformaciones de la motivación. El Nodo Lunar como primer paso de desarrollo personal. Signos y regentes exotéricos y esotéricos (transformación de conciencia). El signo ascendente (pensamiento semilla/desarrollo de metas). 59 • • • • Ascendente/Nodo Norte, una guía interna. Meditación sobre el horóscopo (encuentro de la identidad). El círculo central (el yo superior, el alma). Los tres horóscopos (el ser humano en evolución). Imagen de los cinco niveles de Michael A. Huber. 60