UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80

Transcripción

UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80
Javier y Enrique Matesanz
UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80:
Me encanta que los planes salgan bien
Dolmen
Palma 2013
Índice
Presentación Investigación Comedia
7 To be continued
Javier Matesanz
Dramático
9 Retorno a Brideshead (1981)
La joya de la corona británica
168 Cheers (1982-1993)
77 Magnum P.I. (1980-1988)
De camisas hawaianas, un bigote y un Ferrari Donde todos conocen tu nombre
81 Remington Steele (1982-1987)
Usurpador, cinéfilo, seductor e inexistente
175 Enredos de familia (1982-1989)
De padres a la última, hijos carrozas
87 El coche fantástico (1982-1986)
179 La víbora negra (1983-1989)
Cuatro siglos de absurda historia británica
95 El halcón callejero (1985)
23 Flamingo Road (1981- 1982)
Familias infinitas, sagas interminables
185 Arnold (1978-1986)
98 El trueno azul (1984)
“KITT te necesito”...
. 185 Webster (1983-1989)
y otros sucedáneos innecesarios
Dos por el tamaño de uno
100 Se ha escrito un crimen (1984-1996)
190 La hora de Bill Cosby (1984-1992)
La adorable y ceniza Jessica Fletcher
Humor blanco de familia negra
105 Luz de luna (1985-1989)
196 Juzgado de guardia (1984-1992)
Detectives de la Luna azul
Una justicia de chiste
25 Fama (1982-1987)
Sudando para alcanzarla
Aventuras
14 Dinastía (1981-1989)
17 Los Colby (1985-1987)
19 Falcon Crest (1981- 1990)
21 Santa Barbara (1984- 1993)
31 Hotel (1983-1988)
Saint Gregory, hotel buen rollo
36 El pájaro espino (1983)
Por el amor de Dios… y de ella
39 Autopista hacia el cielo (1984-1989)
Un meloso ángel de la guarda
43 Norte y sur (1985, 1986 y 1994)
Amistad en guerra civil
47 La ley de Los Angeles (1986-1994)
El glamour de la abogacía
51 Treinta y tantos (1987-1991)
La madurez de la generación yuppie
201 Los problemas crecen (1985-1992)
¡Ay! cómo duele crecer
110 Cuentos del Mono de Oro (1982)
En busca del mono perdido
205 Las chicas de oro (1985-1992)
Imaginaos: Sicilia, 1922 …
115 El valle secreto (1980)
Un campamento en las antípodas
212 Alf (1986-1990)
E.T. El Extraterrestre del planeta Melmac
119 El equipo A (1983-1987)
“Me encanta que los planes salgan bien”
218 Primos lejanos (1986-1993)
Desde Mypos con humor
130 MacGyver (1985-1992)
El hombre multiusos
223 Matrimonio con hijos (1987-1997)
En la riqueza y en la pobreza,
.
en la salud y en la enfermedad
135 Los vigilantes de la playa (1989-2001)
228 Padres forzosos (1987-1995)
Esculturales socorristas de Malibú
La casa hasta los topes
Ciencia-Ficción
232 Roseanne (1988-1997)
Aquellos feos maravillosos
55 Aquellos maravillosos años (1988-1993) 141 El gran héroe americano (1981-1983) 239 Seinfeld (1989-1998)
¡Aterriza qué no es poco!
Cuéntame como pasó… en USA
Media hora sobre nada
148 V: Invasión extraterrestre (1983-1985)
245 Cosas de casa (1989-1998)
Lagartos de inspiración nazi
¿He sido yo?
154
Starman
(1986)
60 Canción triste de Hill Street (1981-1987)
El hombre de las estrellas
Tengan cuidado ahí fuera
163 Enano rojo (1988-1999)
66 Corrupción en Miami (1984-1990)
En una lejana y absurda galaxia
Policía “fashion” antivicio
Policíaco
73 Jóvenes policías (1987-1991)
Polis de instituto
168 A través del tiempo (1989-1993)
Autopista hacia el espacio-tiempo
Presentación |
To be continued
To be continued /continuará… Así deberíamos haber finalizado nuestro
anterior volumen Una más en la familia. Un paseo nostálgico por las
series televisivas de los 70. Y es que la primera edad de oro de la ficción
televisiva no abarcó una década sino dos, y la continuidad creativa
no fue solo temática y estilística, sino también temporal. Muchos de
aquellos seriales se prolongaron en el tiempo confundiéndose en el
imaginario cronológico del espectador, que entonces no advertía apenas
diferencias entre los unos y los otros. Del mismo modo que tampoco lo
hace hoy, desde la perspectiva de los años pasados, amalgamando todas
aquellas series como referentes nostálgicos de juventud. Sin atender
a las fechas como datos relevantes o diferenciadores, que pudieran
condicionar en exceso sus estéticas o sus contenidos. En España, de
hecho, la mayoría de aquellas producciones setenteras se emitieron
en la década de los ochenta, sin apenas signos de envejecimiento y
coincidiendo con las creaciones del momento. Algo que no supuso
handicap alguno para ellas ni una sorpresa para el público, que
consumió vorazmente tanto unas como otras. Nos llegaban todas por
igual, como adictivas propuestas de una sofisticada modernidad para
el entretenimiento colectivo. Y más en un país en transición como el
nuestro, ávido de nuevas experiencias tras cuarenta años de represión
social e ideológica y de cultura intervenida y endogámica.
La fiebre televisiva no remitió en los ochenta. Así como el cine
vivió en esta década una de sus crisis más profundas, motivada por
el auge del vídeo doméstico, que acaparó buena parte del público
cinematográfico desplazándolo de las salas públicas a los salones
particulares, la televisión, en cambio, se alió con el presunto enemigo
y salió reforzada. De manera inversamente proporcional al descenso
de las recaudaciones cinematográficas, proliferaron los videoclubes
en todas las esquinas, pero eso no fue óbice para el crecimiento de
7
8
| UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80
una ingente producción televisiva. Las series se convirtieron en un
complemento de la nueva oferta, perfectamente compatible con los
renovados hábitos de ocio en los ámbitos familiares. La gente no
quería ir al cine. Era más cómodo y más barato alquilar un vídeo y
verlo en casa. Pero ninguna de estas dos razones mermaba el atractivo
de la ficción televisiva, igualmente doméstica e incluso más barata. Y
ahora además, con los aparatos reproductores, también podía grabarse
y verse a cualquier hora, cualquier día. De modo que la edad de oro
televisiva, lejos de verse amenazada, no encontró obstáculos y mantuvo
su auge al menos durante una década más. Algo de lo que varias
generaciones de espectadores nos hemos beneficiado profundamente,
y que ahora nosotros pretendemos recuperar y compartir, en la
medida de lo posible, con todos aquellos lectores-espectadores que
abran este libro para reencontrarse en sus páginas con algunos de los
mejores momentos de las ficciones de nuestra juventud. Tal vez no sea
estrictamente cierta la frase “cualquier tiempo pasado fue mejor”, pero
casi. Y si no, pasen y lean.
Javier Matesanz
Retorno a Brideshead | 9
La joya de la corona británica
Retorno a Brideshead (1981)
Título original: Brideshead Revisited«Origen: Reino Unido«Nº de capítulos: 11«Nº temporadas:
Miniserie«Duración: 659 minutos«Género: Drama«Creador: John Mortimer (Novela: Evelyn Waugh)
«Dirección: Charles Sturridge, Michael Lindsay-Hogg«Productora: Granada Television«Producción
ejecutiva: Derek Granger, Martin Thompson«Música: Geoffrey Burgon«Intérpretes principales: Jeremy
Irons, Anthony Andrews, Diana Quick, Roger Milner, Phoebe Nicholls, Simon Jones
10
| UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80
factoría
«Latelevisiva
“Sí, había estado allí, lo conocía todo muy bien. Había estado allí la primera vez
con Sebastian, en una mañana de junio en la que vine sin conocer entonces mi
destino”.
La factoría televisiva británica abría la década de los ochenta con la que
se ha considerado nada menos que como una de las mejores miniseries
de televisión de todos los tiempos. Basada en la célebre novela homónima
de 1945, una de las grandes obras literarias británicas del siglo XX del
escritor Evelyn Waugh –escrita en tan solo cuatro meses, durante una
baja del ejército a finales de la Segunda Guerra Mundial–, la adaptación
de Retorno a Brideshead ya había estado en el punto de mira de la Metro
Goldwyn Mayer nada más ser publicada. Una intentona frustrada ante
la negativa del autor a vender los derechos cinematográficos, pues no
quería ver como convertían su historia en otra simple “película de amor
hollywoodiense". A esta le seguiría otra productora en 1950, la cual ya
contaba con un guión adaptado de Graham Greene, pero que terminó
abandonando el proyecto por motivos económicos. Finalmente habría de
pasar medio siglo para lograr llevar por fin la novela a la gran pantalla, en
el año 2008, de la mano de Julian Jarrold, con una cinta protagonizada,
entre otros, por la célebre actriz Emma Thompson.
Así las cosas, cuando los productores Derek Granger y Martin Thompson,
a través de la productora británica Granada Television, se hicieron con los
derechos de la novela en 1977, sabían que se encontraban ante un proyecto
de gran calibre, dotándolo con un presupuesto jamás visto hasta la fecha
en la televisión de aquel país y rodándolo íntegramente en formato de
largometraje con una duración de 659 minutos, para después segmentarlo en
once episodios, cosa que tampoco se había hecho nunca hasta el momento.
Y realmente valió la pena. El resultado final brilló con luz propia y gran
intensidad, a tenor de la multitud de premios y nominaciones cosechados
por la miniserie ente Baftas, Emmys y Globos de Oro.
británica abría
la década de
los ochenta
con la que se
ha considerado
nada menos
que como una
de las mejores
miniseries
de televisión
de todos los
tiempos.
Retorno a Brideshead | 11
el flamante
«Para
castillo de
Brideshead se
escogió el Howard’s
Castle, en Yorkshire,
el mismo que
utilizara el maestro
Stanley Kubrick
media década antes
para el rodaje de su
memorable Barry
Lyndon.
Y así llegó a nuestras pequeñas pantallas el célebre y tremendamente
nostálgico drama de Charles Ryder y su controvertida relación con la
aristocrática familia Marchmain. A través de dos décadas, desde los
tempranos años 20 hasta el estallido de la segunda guerra mundial,
contemplamos el auge y posterior decadencia de unos personajes que
nos mostraban a modo de flashbacks (narrados en primera persona por
el propio Charles Ryder, encarnado por un jovencísimo Jeremy Irons) los
felices días de la juventud perdida, el romanticismo del glorioso pasado
y el posterior declive de la madurez y la opulencia, con la pérdida de la
inocencia y la intensificación del hedonismo y los vicios. De esta manera,
la serie comenzaba con un Charles Ryder convertido en oficial del ejército
regresando a la mansión de Brideshead, tomada como cuartel militar
durante la guerra. La espléndida residencia que conoció en sus felices
días de juventud, convertida ahora en un lugar abandonado y decadente,
le induciría a rememorar con gran melancolía sus años de estudiante en
Oxford y, sobre todo, su primer encuentro con el bello Sebastian Flyte,
quien le enseñaría a disfrutar los disolutos placeres de la vida adinerada y
a liberarse de las cadenas forjadas por complejos y prejuicios.
Una brillante adaptación casi literal de la novela a cargo de John
Mortimer, con la estrecha colaboración del propio productor Derek
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| UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80
Granger y del realizador Charles Sturridge. Este último cogería el relevo
en la dirección de la serie tras el abandono de Michael Lindsay-Hogg
a mitad de un rodaje, que se prolongó durante nueve largos meses. Un
cambio que rápidamente se confirmaría como muy beneficioso para la
producción, ya que Sturridge aportaría a la historia la experiencia adquirida
tras haber realizado en el pasado otra gran adaptación de otra de las obras
de Waugh, Un puñado de polvo. Con una muy cuidada ambientación, los
productores no repararon en gastos a la hora de elegir las localizaciones y
escenarios, como las escenas rodadas en Oxford para las cuales obtuvieron
el permiso del Hertford College, lugar donde estudió el propio Evelyn
Waugh, para grabar las escenas en una de las habitaciones que ocupó el
novelista, ambientándolo con todo detalle según las descripciones de la
novela. Para el flamante castillo de Brideshead se escogió el Howard's
Castle, en Yorkshire, el mismo que utilizara el maestro Stanley Kubrick
media década antes para el rodaje de su memorable Barry Lyndon. Por
otra parte, las escenas a bordo del transatlántico fueron rodadas nada
menos que en la cubierta del Queen Elizabeth 2, considerado como el
último de los grandes transatlánticos hasta la llegada del Queen Mary 2
en el año 2004.
Pero, probablemente, el enorme éxito cosechado se debió en gran
parte a la elección de un elenco magistral, encabezado en sus papeles
protagonistas por el mencionado Jeremy Irons, quien llevaba una década
realizando discretas incursiones en la televisión británica, junto al ya
afamado Anthony Andrews, con una larga y productiva trayectoria de
participaciones televisivas entre las que cabe destacar la célebre serie de
los años setenta Arriba y abajo. Un dúo interpretativo que curiosamente
había sido seleccionado para encarnar los personajes contrarios. Es decir,
que inicialmente habían escogido a Andrews para el papel de Charles
Ryder y a Irons para el del flamante, excéntrico y hedonista Sebastian
Flyte. Pero parece ser que los actores sentían una fuerte inclinación
por interpretar cada uno el personaje del otro, así que en una poco
habitual, aunque clarividente decisión, los productores dieron su visto
bueno al intercambio interpretativo que finalmente conocimos los
de
«Ungranproyecto
calibre,
dotado con un
presupuesto
jamás visto
hasta la fecha
en la televisión
de aquel país
y rodado
íntegramente
en formato de
largometraje
con una
duración de
659 minutos,
para después
segmentarlo
en once
episodios, cosa
que tampoco
se había hecho
nunca hasta el
momento.
Retorno a Brideshead | 13
dúo
«Uninterpretativo
que
curiosamente había
sido seleccionado
para encarnar
los personajes
contrarios. Es decir,
que inicialmente
habían escogido a
Anthony Andrews
para el papel de
Charles Ryder y a
Jeremy Irons para
el del flamante,
excéntrico y
hedonista Sebastian
Flyte.
telespectadores, y que otorgaría a ambos actores el reconocimiento
internacional. Además, entre el excepcional reparto también destacaron
las memorables interpretaciones de algunos personajes secundarios,
como los interpretados por el gran Laurence Olivier, en el papel de Lord
Marchmain, el patriarca de la familia; y John Gielgud como Edward
Ryder, el padre de Charles, quienes cosecharon con sus actuaciones
buena parte de las nominaciones y premios obtenidos por la producción.
También cabe destacar a un curioso y famoso personaje, imposible de
disociar de la figura de Sebastian, su querido e inseparable osito de
peluche Aloysius. Para ese “personaje" dicen que Waugh se inspiró en
el osito Archibald Ormsby-Gore, propiedad del poeta John Betjeman,
compañero suyo en sus años en Oxford, quien jamás se separaba de su
osito, y que incluso, según cuenta la leyenda, cuando falleció en 1984 aún
lo llevaba entre sus brazos.
Como cabía esperar en aquellos años, en principio la serie se vio
envuelta en no poca polémica debido a la marcada relación homosexual
que unía a los dos personajes principales –aunque tanto en la novela
como en la serie se trataba implícitamente y con enorme delicadeza–, así
como la abierta condición homosexual de ciertos amigos de Sebastian, a
través de los cuales se introducían en la narración los graves problemas
y la clandestinidad que sufría el colectivo gay durante la primera mitad
del siglo XX. Por suerte, la incipiente liberación sexual que comenzaba
a medrar en las sociedades europeas de los años ochenta, sumado a la
profunda significación que todo ello aportaba al auténtico espíritu de la
novela de Waugh, permitió que finalmente la gran calidad que destilaba
la serie a todos los niveles lograra imponerse a la necia intolerancia
homofóbica, y así, tres décadas después, Retorno a Bridshead aún es, y
seguirá siendo, un magnífico referente entre las ficciones dramáticas de
la historia de la televisión.
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| UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80
Familias infinitas, sagas interminables
1
2
Dallas (1978-1991) fue la madre del soap opera moderno. El serial televisivo
en el que todos se reflejaban. El referente ineludible del folletín, que
después derivó, degeneró, en culebrón, pero que inicialmente mantenía
las formas estéticas de la elegancia y una cierta dignidad presupuestaria,
que le permitía flirtear con la etiqueta de la superproducción.
En nuestro anterior libro dedicado a las series de los 70, titulado Una
más en la familia (Editorial Dolmen, 2012), le destinamos un amplio y
merecido capítulo a esta serie, inspiración de todas cuantas le sucedieron
con mayor o menor fortuna, y de las cuales nos ocupamos a continuación
haciendo un ímprobo esfuerzo de síntesis y de concisión, que contrasta
con la longeva naturaleza de las mismas.
Dinastía (1981-1989)
Título original: Dynasty«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 220«Nº temporadas: 9«Duración:
45 minutos«Género: Saga familiar - Drama«Productora: Aaron Spelling Productions«Cadena:
ABC«Creadores: Richard Shapiro y Esther Shapiro«Música: Peter T. Myers, entre otros«Intérpretes
principales: John Forsythe, Linda Evans, Joan Collins, etc.
Disnastía no pretendía disimular ni engañar a nadie. Fue la respuesta
de la cadena ABC al éxito rotundo y de larga duración de Dallas en la
CBS. El mismo concepto, las mismas expectativas, la misma estructura
y hasta el mismo negocio –el petróleo– de las familias protagonistas,
desplazadas, eso sí, a Denver (Colorado), para distanciarse un poco del
modelo. Y aunque no consiguió nunca eclipsar el original, lo cierto es que
3
Seriales | 15
4
5
1. Dinastia
2. Los Colby
3. Falcon Crest
4. Santa Bárbara
5. Flamingo Road
obtuvo unas notables audiencias durante más de doscientos capítulos y
nueve temporadas, haciendo de las sagas familiares de los Carrington
y los Colby dos de las más emblemáticas y longevas de la historia de
la televisión, junto a los consabidos Ewing y a los Channing del Valle
de Tuscany, que paralelamente iniciaban su trayectoria vinícola en la
competencia. Era la edad de oro de la soap opera norteamericana.
Como todos los productos del género, Dinastía era un carrusel de
pasiones, traiciones, ambiciones, fraudes, adulterios y tantos conflictos
como pudiéramos imaginar, que iban evolucionando y afectando a la
práctica totalidad de los numerosísimos personajes que poblaban sus
capítulos, y cuyos roles alternaban la bondad y la perfidia según los
caprichos del destino, de los guionistas o, incluso, de los gustos de la
audiencia. Sería imposible resumir pormenorizadamente una teleserie,
de modo que intentaremos condensar al máximo la esencia de la trama,
que es la historia de los enfrentamientos emocionales, sentimentales y
financieros en el seno de una familia numerosa y multimillonaria, los
Carrington, que acumulaba cómplices y rivales, amigos y enemigos, como
si fueran coleccionables.
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| UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80
dijo en su
«Semomento
que
Todo empezó en realidad por amor y celos, aunque los negocios
fueran el campo de batalla. Denver Carrington, la empresa petrolera
de Blake Carrington ( John Forsythe), se ve obligada a repatriar a todos
sus trabajadores en los pozos de Irán tras la revolución islámica. Al
regresar del Próximo Oriente, el responsable de la delegación descubre
que una de las secretarias de la compañía, la mujer a la que ama, está a
punto de casarse con el jefe. Y aunque él también está casado decide
en su fuero interno que algún día se vengará del magnate. Algo que
pretende hacer empezando a trabajar por su cuenta explotando pozos en
Colorado. Es decir, haciéndole la competencia con aviesas intenciones
personales a quien fuera su jefe. Una mezquina maniobra empresarial
que se complicará, aún más si cabe, cuando se le una Steven Carrington,
el hijo homosexual de Blake, que ha sido repudiado por su padre a causa
de su condición, y que decide saldar cuentas con su progenitor de esta
manera. Y a partir de ahí, todo lo demás, pues cualquier relación o nueva
trama planteada era susceptible de alambicarse hasta el infinito.
La serie, creada por la pareja Richard y Esther Shapiro, fue una de las
más populares de los ochenta. Fue emitida desde el 12 de enero de 1981
hasta el 11 de mayo de 1989. Aunque dos años después, se realizó un
especial titulado Dinastía: la gran reunión en la que se ataban los cabos
sueltos de la serie y se le dotaba de un improbable final feliz.
La nómina de actores que participaron en la serie a lo largo de los años
es interminable, pero no cabe duda de que fueron tres los pilares básicos
de la saga: John Forsythe, cuya voz era todo un icono anónimo de la
televisión gracias al nunca visto Charlie de Los ángeles de…; Linda Evans,
que interpretaba el papel de la advenediza esposa del millonario; y Joan
Collins, que no apareció hasta la segunda temporada y que asumiendo el
rol de “la mala” de la serie como ex mujer de Blake, se convirtió en uno de
los personajes más populares, tan admirado como odiado.
Un triángulo sobre el que orbitó la práctica totalidad de tramas y
subtramas de Dinastía, y que parece ser que casi se bastaba él mismo para
Linda Evans
nunca aceptó de
buen grado que,
en el cenit de
su popularidad,
Joan Collins se
convirtiera en
la actriz mejor
pagada de
la televisión
–125.000
dólares de
la época por
episodio–.
Seriales | 17
generarlas desde la realidad, pues la rivalidad entre ambas actrices era tal
que, frecuentemente, se vivían escenas de envidias profesionales entre
divas que en nada desmerecían de las ficticias. Se dijo en su momento
que Linda Evans nunca aceptó de buen grado que, en el cenit de su
popularidad, Joan Collins se convirtiera en la actriz mejor pagada de la
televisión – 125.000 dólares de la época por episodio–.
A parte de ellos, y como suele ocurrir en este tipo de productos, fueron
muchas las estrellas invitadas o con papeles episódicos que formaron
parte del elenco del programa. Así, por ejemplo, de un modo u otro,
colaboraron Rock Hudson, Ali MacGraw, George Hamilton, Barbara
Stanwyck y Charlton Heston. Estos dos últimos, de hecho, acabaron
siendo los protagonistas del spin-off Los Colby, sobre el que volveremos
más tarde.
Aunque se habló durante años del proyecto de llevar el enfrentamiento
entre Carringtons y Colbys al cine –una posibilidad que confirmaron en
varias ocasiones los Shapiro, argumentando con entusiasmo la posibilidad
de escarbar en las raíces de ambas familias–, lo cierto es que nunca se ha
concretado, y Dinastía sigue aletargada en los nostálgicos y televisivos
años ochenta, a la espera de un nuevo despertar.
Los Colby (1985-1987)
Título original: The Colbys«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 49«Nº temporadas: 2«Duración:
45 minutos«Género: Saga familiar - Drama«Productora: Aaron Spelling Productions«Cadena:
ABC«Creadores: Richard Shapiro, Esther Shapiro, Robert Pollock y Eileen Pollock«Música: Bill
Conti«Intérpretes principales: Charlton Heston, Barbara Stanwyck, Ricardo Montalban, etc.
Colby nunca
«Losfuncionó,
sin
embargo ha
perdurado en la
memoria de todo
aquel que siguió
sus dos exiguas
temporadas de
apenas 49 episodios,
como si de un hito
televisivo se tratara.
El caso de Los Colby es de lo más extraño. Lo cierto es que el spin-off
extraído de Dinastía y centrado en los avatares financieros y sentimentales
de la familia del título, rival exacerbada de los Carrington, nunca
funcionó; sin embargo, ha perdurado en la memoria de todo aquel que
siguió sus dos exiguas temporadas de apenas 49 episodios, como si de un
hito televisivo se tratara.
Interpretada por Charlton Heston y Barbara Stanwyck, quien
curiosamente unos años antes había rechazado el papel de Angela
Channing en Falcon Crest, la serie fue introducida en un capítulo matriz
de la segunda temporada de Dinastía, donde los personajes de los Colby
(una rama californiana de la familia, desconocida hasta el momento)
fueron presentados en un baile celebrado en Denver, al cual acudían
para discutir sobre un ambicioso proyecto conjunto de las dos empresas
familiares. Pero, tras ese encuentro, la trama se desplazó hasta Los
Ángeles, donde discurrió la ajetreada vida amorosa y financiera de esta
acaudalada familia marcada por la ambición, el adulterio y la amnesia; y
continuamente amenazada por el malvado de la serie, Zachary Powers,
interpretado por el inolvidable Ricardo Montalbán.
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| UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80
incluyó en el
«Seúltimo
episodio
No obstante, los números, como ya hemos anticipado, no fueron buenos.
Tal vez a la audiencia le bastaba con una saga familiar, o quizás prefería
cambiar de canal como quien cambia de aires, y viajar con el mando a
distancia hasta Dallas, Santa Barbara, el Valle de Tuscany o, incluso, hasta
la soleada Florida de Flamingo Road; teleseries contemporáneas todas ellas
y emitidas simultáneamente en sus respectivas cadenas. El caso es que, por
una u otra razón, como los altos costes de producción de cada capítulo,
tras algo menos de dos años en antena se decidió la cancelación de la serie
por la vía rápida. Una precipitación en la resolución de conflictos y affaires
entre personajes que acabó por convertirse en una seña de identidad del
producto, que en el recuerdo es tal vez el programa con los momentos
más extravagantes, por no decir alucinantes o surrealistas, de la historia
de las soap operas.
Así, entre las tramas de la segunda temporada, además de los inevitables
hijos secretos, matrimonios prematuros y tormentosos divorcios, se coló la
KGB, se plantearon turbios negocios especuladores en estaciones espaciales
y, llegando a extremos demenciales nunca antes alcanzados en una ficción
presuntamente seria, se incluyó en el último de los episodios nada menos
que una nave extraterrestre que abdujo a Fallon Carrington Colby en plena
carretera estatal. Una flipada que dejó boquiabierta a toda la audiencia.
Pero ni con esas, ni con el que está considerado el cliffhanger más delirante
jamás filmado, la ABC renovó la serie para una tercera temporada. Decidió
finiquitar el contrato con la productora de Aaron Spelling, liquidando
el programa para siempre y dejándonos así con las ganas de saber como
regresaba Fallon a la Tierra. Porque regresar regresó, ya que tras la
cancelación de Los Colby se reincorporó, al igual que otros personajes, a la
serie de la cual surgió, Dinastía, que aún tenía cuerda para rato.
La que no tuvo energía, o paciencia, fue Barbara Stanwyck, que
superados los ochenta años decidió abandonar la mansión familiar al
término de la primera temporada, tal vez oliéndose la debacle. Y es que
más sabe el diablo por viejo que por diablo. Los Colby acabó en el número
68 del ranking de audiencias aquel año. Un fiasco.
nada menos
que una nave
extraterrestre
que abdujo
a Fallon
Carrington
Colby en plena
carretera
estatal. Una
flipada que dejó
boquiabierta
a toda la
audiencia. Pero
ni con esas la
ABC renovó
la serie para
una tercera
temporada,
dejándonos así
con las ganas
de saber como
regresaba
Fallon a la
Tierra.
Seriales | 19
Falcon Crest (1981- 1990)
Título original: Falcon Crest«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 227«Nº temporadas: 9«Duración:
60 minutos«Género: Saga familiar - Drama«Productora: Amanda & MF y Lorimar Television«Cadena:
CBS«Creador: Earl Hamner Jr.«Música: Bill Conti«Intérpretes principales: Jane Wyman, Robert Foxworth,
Susan Sullivan, Lorenzo Lamas, David Selby, Ana Alicia, etc.
sobremesa
«Laespañola,
al son
de la pegadiza
musiquilla
compuesta por Bill
Conti –el mismo
de Rocky y Karate
Kid–, se convirtió
en el emparrado
campo de batalla
de dos familias del
Valle de Tuscany:
los Channing y los
Gioberti.
En algunos países hispanohablantes Falcon Crest fue conocida como
Viñas de odio, y desde luego no iban nada desencaminados.
En las soap operas de los ochenta, y esta no fue una excepción, todos los
conflictos planteados recuperaban los modelos y esquemas instaurados
por Dallas a finales de la década anterior. Las envidias, odios, engaños
y fraudes eran las motivaciones que impulsaban, condicionaban y
caracterizaban a los personajes, y mayoritariamente se sucedían en la
propiedad vinícola que da título a la serie.
Aunque, en realidad, no era este el concepto primigenio del producto,
que le fue encargado por la CBS y la Lorimar TV a Earl Hammer para
la programación de tarde, donde las audiencias eran más jóvenes y los
contenidos más amables. La serie iba a contar la historia de una familia
centrada en la industria del vino en Norteamérica, y debía convertirse
en un drama costumbrista. Esas eran las únicas premisas en manos de
un creativo avalado por el éxito familiar de Los Walton (1972-1981), que
se emitía a la hora de la merienda. De ahí que Hammer ideara el ficticio
e inicialmente idílico Valle de Tuscany como recreación del auténtico y
californiano Valle de Napa. Un lugar hermoso y próspero, ideal para vivir.
Pero los productores querían ir más allá y exprimir el éxito de la que sin
duda era su mejor baza comercial en antena, Dallas, por lo que exigieron
un cambio de planteamientos y contenidos, y desplazaron las ambiciones
de Falcon Crest en la parrilla, situándolo en horario nocturno. Justo después
de las emisiones semanales de la familia Ewing, pensando tal vez que la
audiencia se engancharía a ambas series sin cambiar de canal.
No fue así, y aunque Falcon Crest es una leyenda televisiva con iconos
indiscutibles como la pérfida Angela Channing, lo cierto es que, en su
país, y a pesar de sus más de doscientos episodios, fue la menos popular
de todas las teleseries bastardas engendradas a imagen y semejanza de
la madre Dallas. Algo que no ocurrió en Europa, donde la arraigada
cultura vinícola en países como Italia, Francia o España, hizo que la
tempestuosa vida de los Channing y los Gioberti sedujera a millones de
telespectadores durante casi una década.
Y así, la sobremesa española, al son de la pegadiza musiquilla compuesta
por Bill Conti -el mismo de Rocky y Karate Kid-, se convirtió en el
emparrado campo de batalla de dos familias que eran una en realidad,
pues los viñedos del Valle de Tuscany pertenecían al abuelo Gioberti, que
los había levantado trabajando duro a lo largo de toda una vida anterior
al comienzo de la serie. Un vetusto agricultor italiano a quien nunca
conocimos, y que además de viñedos tenía dos hijos –y herederos–: Angela
Gioberti, viuda de Channing, y Jason Gioberti. Y es tras la muerte de
este último, en extrañas circunstancias, cuando se inicia la trama principal
que vertebrará todo el entramado de la serie, ya que dejará en herencia
una porción de sus tierras a su hijo de Nueva York, Chase Gioberti, que
decidirá mudarse a la plantación para hacerse cargo de ella y elaborar sus
propios vinos. Algo que Angela no aceptará nunca y se lo tomará como algo
personal, abriendo un conflicto que perdurará hasta el último capítulo.
Y a partir de ahí, las ramificaciones tendieron al infinito según la
fórmula habitual del género. Lujo, poder, traiciones y pasiones en un
“todo vale y sin cuartel”, que llegó a enfrentar y/o enamorar a la práctica
totalidad del reparto, que no fue precisamente escaso. En él destacaron,
ser que la
«Parece
rivalidad entre
Jane Wyman y
Lana Turner era
antológica, y los
responsables
del rodaje
tenían que
ingeniárselas
para rodar
por separado
incluso las
secuencias que
ambas divas
compartían,
resolviendo
después la
incongruencia
en la sala de
montaje.
Seriales | 21
algunos países
«Enhispanohablantes
Falcon Crest fue
conocida como Viñas
de odio, y desde
luego no iban nada
desencaminados.
principalmente, Jane Wyman (Angela Channing), que consiguió un
Globo de Oro por su trabajo en 1983, Robert Foxworth (Chase Gioberti),
David Selby (Richard Channing), Lorenzo Lamas (Lance Cumson) y
Ana Alicia (Melissa Agretti), entre otros. Pero a lo largo de las diferentes
temporadas desfilaron otras muchas celebridades como lo fueron Kim
Novack, Lana Turner, Cesar Romero, Mel Ferrer, Gina Lollobrigida
e incluso, como curiosidad, la española Assumpta Serna que, en 1989,
participó en ocho episodios en el papel de Anna Cellini.
Por otro lado, y en el capítulo más anecdótico, llegó a comentarse que
el ambiente en plató era tan malo en la realidad como en la ficción. Así,
por ejemplo, parece ser que la rivalidad entre Jane Wyman y Lana Turner
era antológica, y los responsables del rodaje tenían que ingeniárselas para
rodar por separado incluso las secuencias que ambas divas compartían,
resolviendo después la incongruencia en la sala de montaje.
Uno de los rasgos distintivos de la serie, y probablemente una de las
razones de su éxito, fue el uso de sorprendentes cliffhangers al final de
cada temporada, con las que se generaban unas expectativas a las que el
espectador era incapaz de sustraerse. Hubo planos congelados de punto
y a parte sobre un accidente de aviación, un terremoto, la explosión de
una bomba e incluso en un entierro de finado desconocido. Y todo con
una larga e intrigante pausa posterior hasta el comienzo del nuevo curso.
Una práctica que les resultó de lo más eficaz para fidelizar-torturar a la
audiencia. Al menos en España.
Santa Barbara (1984- 1993)
Título original: Santa Barbara«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 2.137«Nº temporadas:
10«Duración: 60 minutos«Género: Saga familiar - Drama«Productora: Dobson Productions y New
World Television«Cadena: NBC«Creadores: Bridget Dobson y Jerome Dobson«Música: Joseph
Harnell«Intérpretes principales: Marcy Walker, Lane Davies, Robin Wright, etc.
Intrigas, celos y poder alrededor de una familia adinerada. Otra soap opera.
Todas eran iguales. Sus planteamientos, idénticos. Y por acumulación,
evolucionaban y se ramificaban hacia el infinito. Pero si en sí misma esta
frase no fuera un absurdo, podríamos decir que el infinito de Santa Barbara
fue el mayor de todos. El que casi le dio la razón a tan excesiva hipérbole.
NBC confiaba
«Latanto
en el
Para empezar, eran cuatro las familias implicadas. Los Capwell, los
Perkins, los Andrade y los Lockridge. Poderosos e influyentes linajes
de Santa Bárbara (California), que rivalizan especialmente después de
la muerte de Channing Capwell (¿fue casualidad ese Channing como
nombre de pila, o mataron también a la competencia de la CBS de un
mismo plumazo? Nunca lo sabremos), que, por cierto, le fue imputada a
uno de los miembros del clan Perkins ( Joe) que, al salir de la cárcel con la
condicional, regresa a casa para hacer justicia y demostrar su inocencia. El
lío ya está montado, pero eso solo será el inicio de un camino que se alargó,
atención, diez temporadas con sus 2.137 capítulos, que convirtieron la
teleserie en la mayor de la historia.
Y es que nada era de tamaño normal en Santa Barbara. Sus productores
de la NBC confiaban tanto en el producto que, para rodarlo, construyeron
el que se convirtió en el plató más grande del mundo. El estudio número
11 de Burbank contaba con un área de más de 1.800 metros cuadrados
de platós y costó cerca de 12 millones de dólares de la época.
Pero no acaba ahí la desproporcionada grandeza del programa, cuyos
capítulos duraban una hora y se rodaban a un ritmo endiablado y en
diferentes localizaciones de manera simultánea, para, de este modo,
logar temporadas de hasta 230 episodios. Para que se hagan una idea
del gigantismo de esta serie, deben saber que las temporadas de Dallas o
Falcon Crest tenían entre 10 y 24 capítulos.
Por suerte para la cadena, Santa Barbara fue un gran éxito de público y
de crítica -llegó a acumular hasta 24 premios Emmy y al menos 10 Soap
Opera Awards-. Y no solo en los Estados Unidos, sino que se emitió en
decenas de países con magníficos resultados y en su versión extendida.
En España se mantuvo en antena desde 1989 hasta 1996, primero en las
tardes de Televisión Española y después en las mañanas de Antena 3.
De sus tramas poco hay que decir, pues sintetizarlas sería tarea imposible
e innecesaria, y la esencia de sus argumentos no dista ni un palmo de los
descritos en el resto de teleseries en este capítulo compendiadas.
producto que,
para rodarlo,
construyeron el
que se convirtió
en el plató
más grande
del mundo. El
estudio número
11 de Burbank
contaba con un
área de más de
1.800 metros
cuadrados de
platós y costó
cerca de 12
millones de
dólares de la
época.
Seriales | 23
Laberínticas intrigas y apasionados romances en torno a unos
privilegiados y acaudalados ciudadanos de la alta sociedad, que no
por ello eran más felices y, desde luego, no suponían ningún modelo
recomendable de conducta. Eso sí, eran carismáticos y atractivos, malos y
crueles como solo pueden serlo los poderosos, y vengativos como exige de
sus personajes cualquier “culebrón” que se precie. Entre ellos A Martinez
como el inolvidable Cruz Castillo, Marcy Walker en el papel de Eden
Capwell, o Robin Wright (Penn, desde su matrimonio con Sean), que
encarnaba a la deseada Kelly Capwell, y que finalmente fue la única que
consiguió una sólida carrera cinematográfica al finalizar la serie.
Aunque no debemos olvidar que también fue en Santa Barbara
donde hizo sus primeros pinitos nada menos que un infantil Leonardo
DiCaprio.
Flamingo Road (1981- 1982)
Título original: Flamingo Road«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 37«Nº temporadas: 2«Duración:
60 minutos«Género: Saga familiar - Drama«Productora: Lorimar Productions«Cadena: NBC«Creadores:
Gabrielle Beaumont«Música: Charles Albertine y Elliot Kaplan«Intérpretes principales: John Beck, Woody
Brown, Peter Donat, Howard Duff, Morgan Fairchild, Mark Harmon, etc.
en una
«Inspirada
novela de Robert
Wilder, de la cual
en 1949 se hizo una
película del mismo
título protagonizada
por Joan Crawford y
dirigida por Michael
Curtiz, Flamingo
Road era la calle del
éxito, la zona más
exclusiva en una
pequeña ciudad de
Florida.
Aunque obtuvo un notable éxito, superior en su momento al de Los Colby,
por ejemplo, en cuanto a los índices de audiencia se refiere, lo cierto es que
con el paso de los años Flamingo Road es la teleserie que menos huella
ha dejado en nuestra memoria catódica y, al contrario que algunas de sus
insignes contemporáneas, que siguen vigentes y con su carisma intacto,
se ha ido diluyendo hasta convertirse en un impreciso e insignificante
recuerdo de una época lejana.
Inspirada en una novela de Robert Wilder, de la cual en 1949 se
hizo una película del mismo título protagonizada por Joan Crawford
24
| UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80
y dirigida por Michael Curtiz, Flamingo Road era la calle del éxito, la
zona más exclusiva en una pequeña ciudad de Florida, en torno a la
cual se articulaban las vidas de una serie de influyentes personajes, cuyos
tentáculos políticos se abrazaban al poder para controlar y manipular a su
antojo y beneficio todos los recursos económicos y los intereses sociales
de la comunidad, urdiendo de ese modo tramas de corrupción y codicia
que condicionaban tantos sus vidas públicas como privadas.
Pese a que fue creada por los mismos productores que la fundacional
Dallas, con idénticos planteamientos y fórmula inicial, lo cierto es que
la operación no funcionó de igual manera. Tal vez porque el público
empezaba a cansarse de este tipo de productos que, a principios de los
ochenta habían proliferado en todos los canales. De modo que, tras una
aceptable primera temporada de quince episodios, la segunda significó
el inicio del declive. Flamingo Road empezó a ceder terreno ante la
competencia. Hart & Hart de Aaron Spelling le robaba cada vez más
audiencia desde la ABC, y tras veintidós capítulos la NBC decidió
rescindir el contrato con la productora de la serie, Lorimar.
Atrás quedaron, sin embargo, no pocos logros populares. Como por
ejemplo, que Morgan Fairchild, quien por cierto fue nominada al Globo
de Oro como mejor actriz por su papel de Constance, fuese incluida en
la lista de las 50 mujeres más perversas de la historia de la televisión en
un más que digno decimosexto puesto. O que Mark Harmon, quien aún
era un auténtico desconocido lejos de sus futuros éxitos cinematográficos
en Tuareg (1984) o Más fuerte que el odio (1988), y televisivos con Navy:
investigación criminal (2003 - y sigue en antena tras diez temporadas-),
fuera considerado como uno de los actores más atractivos y deseados del
año televisivo. Méritos que pueden imputársele en buena parte a la serie,
aunque no sean precisamente menciones de prestigio.
«Morgan
Fairchild, quien
por cierto fue
nominada al
Globo de Oro
como mejor
actriz por
su papel de
Constance, fue
incluida en la
lista de las 50
mujeres más
perversas de la
historia de la
televisión en un
más que digno
decimosexto
puesto.
Fama | 25
Sudando para alcanzarla
Fama (1982-1987)
Título original: Fame«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 136«Nº temporadas: 6«Duración:
50 minutos«Género: Musical«Productora: MGM Television«Cadena: NBC«Creador: Christopher
Gore«Intérpretes: Debbie Allen, Lori Singer, Gene Anthony Ray, Dave Shelley, Lee Curreri, Carlo Imperato,
Albert Hague, Erica Gimpel, Albert Hague, Ann Nelson, Carol Mayo Jenkins, Bill Hufsey, Valerie Landsburg,
Bronwyn Thomas, Jesse Borrego, Janet Jackson.
26
| UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80
Este capítulo no puede empezar de otro modo. Sería casi una falta de
respeto al clásico. A uno de los inicios más populares y estimulantes de la
historia de la televisión. Del todo coherente, además, con los contenidos
de la serie que, durante 136 episodios. se inició con esta misma frase:
“Queréis la fama, pero la fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar
a pagar. Con sudor». Y después Fame. El tema interpretado por Irene
Cara, que se convirtió en un auténtico himno a la superación y a la lucha
en pos de los sueños e ilusiones personales y profesionales de toda una
generación.
Irene Cara, sí, la cantante y bailarina que se hizo superfamosa por
componer y cantar “What a feeling”, canción emblemática del film
Flash Dance (1983), que protagonizó Jennifer Beals. Cara también cantó
“Fame”, el famosísimo tema de cabecera de la película Fama dirigida
por Alan Parker en 1980, y de la serie homónima que ahora nos ocupa.
La cantante asumió el papel de Coco en la película, pero no en la serie,
donde jamás apareció “de cuerpo presente” ya que fue la actriz Erica
Gimpel la que encarnó a la joven alumna aspirante a bailarina. Mientras
sonaba el inolvidable estribillo cantado por Cara, Fame, I’m gonna live
forever, baby, remember my name, remember, remember… Debbie Allen, la
profesora Lida Gray en el cine y en la tele, pronunciaba la emblemática
frase en cuestión.
Y así, con esta especie de trabalenguas, aclaramos un pequeño lío
mental respecto a la artista, que no pasa de ser anecdótico, pero que en
el recuerdo siempre resultaba algo confuso en el capítulo del nostálgico
quién es quién.
Porque Fama fue película antes que serie. Y también de éxito. De
hecho, para aprovechar la popularidad del film, excepto Irene Cara,
la
««Queréis
fama, pero la
fama cuesta, y
aquí es donde
vais a empezar
a pagar. Con
sudor».

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