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ENTREVISTA
ALFONSO
USSÍA
[Antonio Santamarina]
ESPAÑA NO ES UN PAÍS DE
HUMOR, NO SABE REIRSE
DE SÍ MISMA
T
iene aspecto y modales de gentleman, una
risa viva, contagiosa entre dientes. Sus ojos
se entornan aún con cierta nostalgia cuando
el recuerdo le devuelve la imagen de su admirado
Mingote. Monárquico por pragmatismo, azote de
nacionalismos irracionales, férreo defensor de la
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Milicia y sus «hombres honrados». Con ustedes:
Ildefonso María Ciriaco Quadrato de Ussía MuñozSeca (Madrid, 1948), Alfonso Ussía.
¿Hay sitio para el humor en la España de hoy día?
España no es un país con humor, no sabe reírse
de sí misma. Aquí hace mucha gracia que te rías
de la persona de enfrente, pero cuando es sobre
ti, ya no tiene ninguna gracia. El humor de España
es de carcajada, de encías, cuando el gran humor
es el de la sonrisa. Pero claro que hay humor en
España, en zonas muy concretas. Está el humor
celta, de Galicia, que es desconfiado, de retranca.
España tiene el triángulo con el ingenio más luminoso, popular, y además nada ordinario, ni procaz:
Sevilla, Huelva y Cádiz. Pero en general, España no
es una nación con sentido del humor, todos los
grandes humoristas, empezando por Cervantes,
lo han pasado muy mal.
¿Es grueso el humor de hoy?
Sí, y es que una de las cosas que se han deteriorado muchísimo en España es la Educación, la
pérdida de estudios del latín, del griego, de la literatura en los colegios. Eso fue una idea ya del
ministro Solís, que en su momento eliminó horas
de estudio de las lenguas clásicas, que son nuestras raíces, para hacer más horas de deporte. Y
ello produjo una de las pocas situaciones realmente ingeniosas en las Cortes franquistas, cuando
Solís clamó desde el banco azul aquello de «menos
latín y más deporte»; y hubo un procurador murciano, muy listo y muy antipático también, que se
llamaba Adolfo Muñoz Alonso, que le replicó: «no
se ponga así, señor ministro, con el latín, porque
gracias al latín, a ustedes los de Cabra, se les
llama egabrenses».
¿Qué recuerdos guarda de su convivencia con
grandes humoristas de España, como Luis
Sánchez Pollack «Tip», Chummy Chúmez, el propio Antonio Mingote?
Las dos personas a las que yo echo de menos
todos los días son Antonio Mingote y Luis Sánchez
Pollack, porque además de la genialidad, de la
grandeza humana, es que eran unos hombres
buenísimos, unas maravillosas personas. Tip tenía
una cultura honda, una gran perceptiva literaria,
escribía muy bien, y escribía muy bien los versos.
¿Y Mingote?
Antonio Mingote es de las personas más rápidas
e ingeniosas que he conocido, con una cultura
inconmensurable; pero también de una gran timidez, ya seis personas le parecían una multitud y
entonces el tío ¡se quedaba callado! Pero ha sido
uno de los grandes genios del siglo XX español. Su
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El Ejército
representa la
decencia, el
patriotismo, la
lealtad
dibujo, su trazo, su humor, su cultura... Ha sido un
gran escritor, aparte de un gran dibujante y un
gran pintor, claro.
Lo que es prácticamente
desconocida es su faceta
de militar.
Antonio Mingote era un
gran militar. Después de la
guerra entró en una
Academia de transformación, se retiró de capitán y
acabó ascendiendo a coronel en la época en que Luis
Alejandre era Jefe de
Estado Mayor del Ejército.
Con el Mingote militar, hay
una anécdota muy divertida, y es que él tomó
Barcelona solo. Antonio adoraba a su madre, que se
había quedado en la guerra en
Barcelona. Estaban ya en el
Tibidabo, y Mingote pidió permiso para bajar a Barcelona. Su
coronel le contestó que si estaba
loco, que todavía no habían tomado la ciudad, pero Mingote insistió
tanto que al final, le dijo: «yo no me
he enterado de nada, haz lo que quieras». Y con un
asistente que tenía, amigo suyo, entró Mingote en
Barcelona andando. Y le miraban con asombro
porque llevaba la boina del Requeté. Llegó a la calle
Ganduxer, donde vivía su madre, y le dijeron
que ella estaba en Sitges. Y decía Antonio:
«con la misma educación que tomé
Barcelona, la abandoné». Tras la toma
de Barcelona, se fue andando hasta
Sitges, 54 kilómetros, y dos kilómetros antes de llegar, estaba su
madre con los brazos abiertos en
la carretera, esperándole. Es la
transmisión de emociones
entre dos personas.
Desde siempre, ha expresado
usted su reconocimiento por
los valores que encarna la
Milicia, ¿por qué?
El Ejército es la decencia, es la
honestidad, es el patriotismo y
es la lealtad. El Ejército está
soportando desde hace
muchos años una mengua en sus presupuestos absolutamente intolerable, los
poderes les reducen
Caricatura de Alfonso Ussía de Javier Barcáiztegui.
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los presupuestos y aún
así,
las
Fuerzas
Armadas son capaces
de seguir manteniendo
una
operatividad
extraordinaria, reduciendo de una manera
sensible sus gastos.
Son los únicos capaces
de aguantar sin protesta la mengua de sus
honorarios. Porque un
militar nunca lo es por
dinero, sino por otras
cosas que se llaman el
amor a España, la vocación de servicio. En los 37
años de monarquía parlamentaria, de democracia, no ha habido una institución más democrática
que el propio Ejército. La sociedad se va dando
cuenta de lo que significa el Ejército.
Y hablando de patriotismo y de milicia, nos gustaría conocer su opinión sobre la obra de
Augusto Ferrer-Dalmau.
Me apasionan su dibujo y su pintura, creo que es
de los grandes pintores de la España actual. Y
luego está la temática, dificilísima y muy arriesgada, seguramente poco provechosa para él; pero
en cambio, muy provechosa para la estética de
España, la temática del ejército es interesantísima. Fíjense que él se lleva toda su alma a los tiempos pasados, a las guerras carlistas, cuando la
uniformidad era pura belleza, pura estética. Y una
idea de lo gran pintor que es lo demuestra que, de
pronto, se desplaza a Afganistán y con la uniformidad actual, de batalla, que no es nada bonita, él lo
convierte en una auténtica obra de arte.
Es muy habitual compararle con Josep Cusachs…
Augusto es un gran pintor, a mí no me gusta establecer comparaciones, porque cada uno es consecuencia de su arte y de su personalidad, pero
evidentemente, no se puede negar que tiene un
cierto paralelismo con Josep Cusachs. Con todos
los respetos, yo tengo algunos dibujos de Cusachs,
y Ferrer-Dalmau es mejor, porque arriesga más.
En el año 2013 hacer lo que hace Augusto, me
parece admirable. Admirable y muy digno de gratitud por todos los que sienten en profundidad la
historia de España.
¿Cree que se repiten en nuestros días situaciones
ya vividas en la historia de España, en los preludios
de la Guerra Civil, como auguran algunos?
No, no se parece en nada la situación. Aquí hay
una izquierda todavía, y curiosamente es la izquierda joven, que parece que ellos han perdido la guerra. La izquierda tiene que darse cuenta, incluso
con la colaboración de lo que se podrían llamar las
derechas, de que es absolutamente imposible ir
setenta años atrás. Hubo una guerra, unos la
ganaron, otros la perdieron, la guerra terminó, se
perdió, pudo haber muchísimos errores en el
Franquismo, y yo creo que se cometieron muchos,
CUANDO LA
DERECHA HACE
DEMAGOGIA SE
VUELVE CURSI
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En el año 2013
hacer lo que
hace Augusto me
parece admirable
Franco no supo ser generoso. Y a su muerte, han
resurgido una serie de rencores, los nacionalismos periféricos, etc. Yo confío siempre en que no
vuelva a ocurrir semejante tragedia. Los mecanismos y la sociedad son completamente diferentes.
¿Cuál fue el gran acierto del franquismo, en mi
opinión? La creación de una clase media que no
existía en España. Y en este momento, España es
una nación de clase media, ahora tirando a la baja
todos, pero el tejido social es de clase media.
De siempre la izquierda ha sabido agitar y hacer
propaganda con maestría, ¿no?
Sí, porque está abierta a un horizonte demagógico
muchísimo más amplio que el de la propia derecha. Y la derecha, cuando recurre a la demagogia,
es cursi, mientras que la demagogia de la izquierda es social. Si vamos a la demagogia de la derecha, tenemos que ir a Solís, que era un cursi de
cuidado. Y hay que decir que ya es hora de que
éstos que se llaman derecha, centro liberal, o
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como quieran llamarse, aprendan a comunicar.
En estos momentos tenemos un presidente del
Gobierno, que no comunica bien, siendo una persona de gran cultura. Con una primera portavoz,
que es la señora Cospedal, que cada vez que
habla, mete la pata. Con un segundo portavoz, que
es el señor Floriano, que tendría que volver al
colegio a recibir clases de gramática. Esta gente,
que está mucho mejor preparada que la izquierda,
¿no tiene a una persona que sepa hablar a la
gente? ¿que sepa convencerles?
Alguien habrá, ¿no?
¿Quién comunica bien en el Partido Popular?
Pues Esperanza Aguirre. A la gente le puede parecer chula, a veces; los de la izquierda no la pueden
ver por altiva, pero habla a la gente, lo dice directamente y comunica. Ella sabe comunicarse.
Buena comunicadora es Rita Barberá. No tiene lo
que se dice un verbo muy fluido, pero dice lo que
la gente espera que diga, lo dice bien, mirando a la
cara, y dice lo que sabe que va a enfadar a los
otros. Gran comunicador fue Alfonso Guerra, fue
un maestro. Buen comunicador
es Rubalcaba. Buen comunicador
ha sido José Blanco… El PSOE
siempre ha tenido un gran efecto
en su comunicación.
Dos cuestiones de actualidad
para terminar. Por una parte,
¿qué sentimientos le provoca el
giro soberanista en Cataluña?
No sería nada optimista si nosotros fuéramos soberanos, pero
nosotros dependemos de otras
instancias ya superiores, como es
Europa. Los catalanes y los vascos
nunca han sido nación, y Europa no quiere en estos
momentos balcanizar ninguna zona, puesto que
eso fue tremendo, consecuencia de la creación de
una patria artificial, muy reciente, con el mariscal
Tito. Y con otro problema que nosotros no tenemos, afortunadamente, aunque sí lo vamos a tener.
Nosotros no tenemos cristianos frente a musulmanes como en los Balcanes, nuestro problema es
cristianismo o agnosticismo, el laicismo. Yo creo
que no van a dejar balcanizarnos. Y eso me hace
mucha ilusión.
Finalmente, ¿cuál es su opinión
sobre las críticas a la Monarquía?
Yo soy un monárquico pragmático, y
en el pragmatismo, la Corona significa la unión de todos los territorios
de España. El Rey es el Señor de
Vizcaya, el Conde de Barcelona, el
Rey de Aragón, es Príncipe de
Asturias… La monarquía en estos
momentos está atravesando una
época mala. En el mundo actual no
hubieran resistido la crítica popular,
no digo ya ni Carlos I, ni Felipe II, ni
Felipe IV, porque en este momento
se vive en un escaparate donde hay 40 millones de
personas fijándose. Pero también hay que decirles
al Rey y al Príncipe que los derechos son sagrados
siempre que se cumplan sagradamente los deberes. El Rey ha sido un gran cumplidor de sus deberes, como lo fue Don Juan. El Príncipe no debe
dejarse doblegar por quienes le pasan la mano por
encima de la espalda, diciéndole: «Señor, hay que
modernizar esto». No, no, no. Esto no hay que
modernizarlo en absoluto. Lo que hay que hacer es
adaptarlo, que es una cosa muy diferente.
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