El Mate Viviente

Transcripción

El Mate Viviente
Cuentos para
niñ@s hechos
por niñ@s
El Mate Viviente
Colegio Juan Zorrilla de San Martín (HH Maristas)
Había una vez una niña llamada Carlota, tenía 9 años y el pelo castaño por los hombros. Vivía en una hermosa casa en compañía de su madre y su padre. La casa estaba
decorada con una tela verde agua con lunares violetas.
Cuento escrito e ilustrado por Delfina Fonticiella, Joaquín Ceretta, Pilar Arroyo, Agustín Gelos.
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El día de su cumpleaños vistieron la mesa con un mantel violeta que tenía una franja
rosada en el borde; la torta era de dos colores distintos: verde agua y lila. Le gustaba
mucho el color verde agua y por eso lo uso para celebrar su aniversario. Ese día, sus padres le regalaron un termo gris plateado y un mate marrón. También le regalaron una
cuerda de saltar, un espejo para su cuarto, un peine, unas cuantas gomitas para hacerse
peinados, pulseras y muchas cosas más.
Dos días después de la celebración, encontró en la sala de su casa un libro de hechizos
que explicaba como revivir a los muñecos, el libro decía: Viva, vivientes, vivientes viva
¡REVIVAN! y luego hacía un gesto con las manos. Así ellos revivían y podían conversar con Carlota.
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Un día como cualquiera, Carlota estaba conversando con los muñecos y ellos le dijeron: Carlota, ¿porqué no revives a tu termo y a tu mate? Entonces, Carlota comenzó
a pensar como podía hacer para que revivieran. Pasaron unos minutos y pensó que lo
podía intentar con el hechizo que hizo revivir a los muñecos. Intentó tres veces: la primera vez dijo el conjuro con un error, la segunda lo dijo bien, pero se olvidó de hacer
el gesto. La tercera, se dijo para adentro: ¡la tercera es la vencida! Entonces, volvió a
decir el conjuro, hizo el gesto con las manos y... ¡REVIVIERON!
Estaba tan feliz, que hizo un salto de alegría. Al día siguiente, el termo despertó a
Carlota, para que le explicara al mate que no era el más importante en la preparación
del brebaje. Carlota, que todavía estaba dormida, no entendía nada, entonces les pidió
que se callaran y siguió durmiendo. Cuando se despertó el mate se le tiró arriba y le
preguntó quién era más importante para servir mate, Carlota muy cansada con esta
situación, le respondió que en ese momento no importaba saberlo.
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El termo y el mate no paraban de preguntarle quién era la más importante, agotada
con tanta discusión, la pobre niña se lamentaba de haberle dado vida a tan peleadores
personajes. El mate no quería que el termo le sirviera agua y el termo se negaba a hacerlo, por lo que desde ese entonces, Carlota no podía tomar mate.
Tanto se lamentaba, que un día decidió hablar con su madre a ver qué pensaba sobre lo
que estaba pasando. Carlota preparó un hermoso té con tazas, platos, cucharas y unas
deliciosas galletas que hizo con sus propias manos.
Su madre se sorprendió mucho al verla haciendo galletas, pero prefirió no preguntar
nada. Unos minutos después, Carlota, le hizo una hermosa carta en la que la invitaba a
tomar el té y a hablar sobre un tema importante.
La madre fue a su cuarto y encontró la carta, la leyó y se dirigió hacía el comedor
donde la esperaba Carlota con la merienda que había preparado. La madre le dio un
beso, le agradeció a linda preparación y se sentó en la silla. Carlota le sirvió una taza
de té y le arrimó el plato de galletas para que se sirviera. Mientras la madre se servía le
peguntó: -¿por qué me has invitado a tomar el té y a hablar?
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Carlota le contó que su termo y su mate discutían y no paraban de preguntarle quién
era más importante en la función de tomar mate y que desde ese entonces no la dejaban tomar mate. Entonces le explicó que le interesaba su opinión respecto a quién
le parecía más importante. La madre se quedó pensando, agarró otra galleta y le respondió: - los dos, hija, porque el mate tiene que esperar a que el termo le sirva el agua
para disolverse y el termo está ahí, para cumplir esa función-.
El termo y el mate, que estaban debajo de la mesa y escucharon la conversación, se
pusieron a pensar un largo rato. El termo fue el primero en disculparse y el mate lo escuchó con atención: -Discúlpame, estaba pensando en mí mismo y no pensé en cómo
te sentirías tú.- El mate lo miró fijamente y le dijo: -Yo me debería disculpar primero,
fui muy egocéntrico al creerme el mejor-.
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Después de disculparse mutuamente decidieron ir a dar un paseo. Dejaron a Carlota
y a su madre charlando y esperarían un buen momento para contarle lo que habían
acordado. Se fueron al parque, al cine, al teatro, visitaron las escuelas, el supermercado y el shopping. Pasaron un muy buen día, disfrutaron y se compraron muchas
cosas. Volvieron a la casa de Carlota a merendar y ese fue el momento en que le contaron todo a Carlota y a su madre, quienes quedaron muy contentas con la resolución
adoptada. Desde ese día, fueron los mejores amigos y permanecieron muy unidos
siempre.
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Fin
Gracias al trabajo de los niños del Colegio Juan Zorrilla de San Martín
(HH Maristas) que de forma voluntaria y sin ánimo de lucro, han colaborado con su
tiempo y talento, este libro está disponible para todos aquellos que quieran y/o
necesiten leer.
Agradecemos especialmente a los alumnos de los talleres de cuentos que ceden
sus derechos para que esto sea posible y al Colegio Juan Zorrilla de San Martín
(HH Maristas) por incluir y difundir esta actividad.
Cámara Mágica permite la descarga total y/o parcial de los contenidos para
actividades educativas, culturales o simplemente para satisfacer el gusto e
interés por la lectura.
Una producción de Cámara Mágica.
Coleccion Fabrica de Cuentos
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