Kütral - Universidad Viña del Mar

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Kütral - Universidad Viña del Mar
ISSN 0718-9842 versión impresa
ISSN 0718-9850 versión en línea
Pensando la Ciudad
NÚMERO 2
Revista Kütral
FOTO PORTADA:
TitoTricot
IMPRESIÓN:
OIKOS Impresos Ltda.
San Enrique 555, Cerro Alegre, Valparaíso
Fono: 2237318
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DISEÑO:
sacajugo marketing estratégico
www.sacajugo.cl
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Kütral
Pensando la Ciudad
Número 2 Julio 2011 Año 2
DIRECTOR DE REVISTA KÜTRAL
Dr ©Tito Tricot, sociólogo, Universidad Viña del Mar
COMITÉ EDITORIAL
Dr. Jorge Larraín, sociólogo, Universidad Alberto Hurtado, Chile
Dr. Salvador Martí i Puig, cientista político Universidad de Salamanca, España
Dr. Patricio Miranda, sociólogo, Universidad Católica, Chile
Dr. Nelson Morales, sociólogo, Universidad Viña del Mar, Chile
Dr. José Olavarría, sociólogo, Universidad Católica, Chile
Dr. Francisco Panizza, cientista político, London School of Economics, Reino Unido
Dr. Julio Pérez, cientista político, Universidad de Cádiz, España
Dr ©Tito Tricot, sociólogo, Universidad Viña del Mar, Chile
Dra. Teresa Valdés, socióloga, Universidad Católica, Chile
EQUIPO DE REDACCIÓN
Alejandro Castro, sociólogo, Universidad Viña del Mar
Juan Pablo Espinoza, sociólogo, Universidad Viña del Mar
Tito Tricot, sociólogo, Universidad Viña del Mar
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Kütral
Pensando la Ciudad
Índice
Presentación
4
Editorial
5
Artículos
7
Felipe Espinosa Parra
7
El Concepto de Fragmentación Cultural en el Estudio Socio-territorial de Valparaíso
Patricio Díaz Rodríguez
30
Luis Vildósola B.
55
Enrique Antileo Baeza
75
Dr. Luis Campos Medina
Representaciones de la ciudad en cien palabras: narraciones breves y
significaciones durables
97
Viejos Conflictos, Nuevos Derechos: el Derecho a la Ciudad y Metodologías de
Educación Ciudadana en América Latina. Un Guiño a la Experiencia de la Ciudad
Educadora
Viña del Mar, ciudad de tomas silenciosas
Diáspora mapuche y multiculturalismo en Santiago
Entrevistas
Patricia Castillo Irribarren, Trabajadora Social
118
Raúl Araya, Arquitecto
123
Reseña de libros
Enrique Aliste y Anahí Urquiza (2010), Medio Ambiente y Sociedad: Conceptos,
130
metodologías y experiencias desde las ciencias sociales y humanas
La Ciudad en Imágenes
Tito Tricot
133
Normas de Publicación Revista Kütral de Sociología
160
3
Kütral
Pensando la Ciudad
Presentación
L
a revista Kütral, palabra mapuche que significa fuego, se inscribe en la necesidad
de contar con un medio escrito de calidad que sirva de espacio de reflexión, debate
y aporte acerca de los principales temas que informan la realidad chilena y
latinoamericana en particular e internacional en general, en el campo de la sociología
y las ciencias sociales
Es un esfuerzo desde la carrera de sociología de la Universidad Viña del Mar
para el fortalecimiento disciplinar que recoja y difunda las discusiones teóricas,
metateóricas y metodológicas en el ámbito de la sociología, principalmente, aunque
no exclusivamente, latinoamericana.
No obstante lo señalado, no se busca ni es la intención, materializar y perpetuar
un ensimismamiento disciplinar que coarte las posibilidades inter o multidisciplinarias
ante diversos temas, sino que sólo priorizar la sociología en una revista que se
constituya en un importante espacio de reflexión y propuesta académica tanto al
interior de la universidad como fuera de ésta.
La revista se visualiza como un vehículo importante de reflexión y también como
receptáculo y agencia divulgadora de trabajos realizados por docentes, investigadores
y estudiantes avanzados y, para ello, Kütral se organiza en torno a criterios temáticos
y tiene como objetivo principal constituir un espacio de análisis teórico y debate
crítico acerca de América Latina en general y, en lo particular, sobre aquellos temas
que puedan constituir problemáticas importantes en la vida de nuestros países.
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Kütral
Asimismo, la revista contendrá no sólo discusiones a nivel teórico general, sino
que también a nivel de sociología aplicada a fin de dar cuenta de expresiones y
desarrollo de vertientes teóricas que examinan y buscan dar respuesta a fenómenos
como la globalización, cultura, identidad, movimientos sociales, género, pueblos
originarios, medio ambiente y el cuerpo, entre muchos otros.
También, incorpora reseñas de libros, entrevistas, comentarios de material
audiovisual y actualizaciones bibliográficas.
Kütral se publica semestralmente y, por cierto, están todos convocados a enviar
sus trabajos, los cuales deberán estar en conformidad con las Normas de Publicación
de la revista y ser evaluados por el Comité Editorial.
Director
Pensando la Ciudad
Editorial
Pensando la Ciudad: entre la identidad, el
territorio, la memoria y el futuro
P
ensar es cuestionar, sospechar y asombrarse antes las insondables oportunidades del conocimiento. Es, por sobre todo, ejercer el derecho a la duda que, lejos
de abrumarnos con su manto de incertidumbre, nos acoge con un abanico de
posibilidades de aproximación a la realidad. Esto es precisamente lo que buscamos
en este número de Kütral abocado a reflexionar la ciudad desde la ciudad, desde
sus habitantes, sus calles, sus historias, sus alegrías, sus dolores y, por cierto,
también sus sueños. Es en este marco general que se abordan algunos de los
temas que informan el debate de la ciudad del siglo 21 y en un mundo crecientemente
globalizado en nuestro país. No son ni todos los temas, ni todas las preguntas, ni
menos aún todas las respuestas, no obstante constituye un esfuerzo de sociólogos,
antropólogos e historiadores, mayoritariamente locales, de pensar la ciudad, nuestra
ciudad, oteando el pasado y dibujando el futuro mediante la confrontación de
problemas y discusión de soluciones a los mismos.
Es en este horizonte que Felipe Espinoza analiza el concepto de fragmentación
cultural para intentar comprender el fenómeno de la globalización en sus distintos
aspectos culturales. A partir de los aportes de la nueva sociología de las ciudades
se examina la realidad socio-territorial de Valparaíso. Por su parte, también en
relación a Valparaíso, Patricio Díaz aborda las profundas transformaciones
experimentados por la ciudad a raíz de los ajustes estructurales neoliberales de
las décadas de 1980 y 1990, focalizándose en movimientos pro derechos humanos
surgidos en el mismo periodo para analizar la idea de "Derecho a la Ciudad",
"Ciudad Educadora" y "Pedagogía de la Ciudad".
Lo anterior dice relación con la necesidad de visibilizar aquellos fenómenos muchas
veces ocultos o desconocidos. Lo mismo realiza Luis Vildósola al analizar a dinámica
de los pobladores que llevan a cabo tomas de terrenos en Viña del Mar, donde se
ha verificado un silencioso proceso de conquista y producción de espacio urbano
bajo la fórmula de una re-apropiación local del suelo contiguo al que ocuparon vía compra o toma de sitio - sus padres o vecinos, en décadas anteriores. Son
tomas que expresan una estrategia local-popular de construcción de ciudad que
agencian necesidad y, también, memoria.
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Kütral
Pensando la Ciudad
La construcción de ciudad y el análisis de las representaciones de la misma,
también congrega el análisis de Luis Campos, quien - en una esfera muy diferente
- intenta comprender la multiplicidad de significados asignados a la ciudad actual,
las maneras de entender la realidad social y las formas de la experiencia individual
y la relación con otros. Lo hace mediante una reflexión teórica que toma como
referencia un conjunto de micro-relatos del concurso "Santiago en 100 palabras"
para, en lo medular, explorar la idea de la necesidad de que la ciudad sea
representada para poder ser pensada y vivida. La misma ciudad de Santiago es
el objeto de análisis de Enrique Antileo, pero en su dimensión humana al discutir
la problemática migratoria de la población mapuche a la ciudad de Santiago desde
los conceptos de diáspora y multiculturalismo. Por un lado se intenta visibilizar los
desafíos que arroja la diáspora mapuche a los discursos políticos del movimiento
mapuche, haciendo análisis de la diferenciación urbano-rural y destacando sus
aportes en el debate de la identidad, la nación y la territorialidad. Por otro lado, se
examina las políticas indígenas urbanas desde una crítica al multiculturalismo.
Con el aporte de todos, Kütral intenta pensar la ciudad, la identidad, el territorio,
la memoria y el futuro.
Director
Julio 2011
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Kütral
Pensando la Ciudad
El Concepto de Fragmentación Cultural en el
Estudio Socio-territorial de Valparaíso
Felipe Espinosa Parra*
L
Resumen
a revisión del concepto de
fragmentación cultural en este trabajo
ha permitido comprender el fenómeno
de la globalización en sus distintos aspectos culturales. A partir de esta
definición teórica, se ha buscado actualizar los efectos y el impacto de la
globalización en la cultura local a partir
de los aportes de la nueva sociología
de las ciudades. La aplicación de este
concepto a la realidad socio-territorial
de Valparaíso, sin duda requiere de una
afinación de los instrumentos de análisis
y metodologías. Esta investigación, que
recorre la historia y los efectos de las
principales transformaciones que ha
sufrido Valparaíso a partir de finales del
siglo XIX en el marco de sus relaciones
globales, pretende sentar las bases para
una discusión más profunda y más fructífera en el tema.
T
Abstract
he review of the concept of cultural
fragmentation in this paper has helped
us to understand the cultural aspects of
the globalization phenomenon. From
this theoretical definition, we have sought
to update the effects and impact of globalization on local culture resorting to
the contributions of the new "sociology
of cities". Applying this concept to the
socio-territorial reality of Valparaiso,
undoubtedly requires refinement of
analytical tools and methodologies. This
research, which traces the history and
impact of major changes that Valparaiso
has undergone from the late nineteenth
century as part of its global relations,
intends to lay the groundwork for further
and more fruitful discussion in this field.
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Kütral
Palabras clave
Keywords
Fragmentación cultural, transformación
social de Valparaíso, globalización
cultural.
Cultural Fragmentation, Social
Transformation of Valparaiso, Cultural
Globalization.
*Sociólogo, Universidad de Valparaíso, chileno, director del Núcleo de Investigación Cultural y Socio-territorial
de Valparaíso
Pensando la Ciudad
Introducción
Es cierto que la globalización ha generado distintos impactos en las culturas
locales que se acentúan con mayor fuerza a partir del siglo XX. Este impacto ha
sido desarrollado por distintos teóricos en Latinoamérica y puede verse claramente
en la discusión y los aportes planteados por Néstor García Canclini. Pero este
fenómeno ha sido definido sobre todo desde el análisis sobre el impacto en las
culturas nacionales y sobre las culturas indígenas. Hoy más que nunca el escenario
sobre el que opera la globalización (en complicidad o a través de las culturas
locales) ha cambiado. A medida que las barreras transfronterizas son superadas
producto de una apertura de los mercados financieros en una primera instancia,
y luego por la libre circulación de personas, bienes y servicios, el sentido "nacional"
del fenómeno pierde peso. Cada vez más son las ciudades sobre las que la
globalización ejerce su poder homogeneizador y diversificador. En ellas se plantean
los nuevos modelos en la organización social y económica. Este fenómeno no es
nuevo, ha estado presente en el desarrollo de las grandes ciudades del mundo
(World Cities), en las super villas, en la ciudad informacional (Castells), y en el
fenómeno más reciente de las "ciudades globales (Sassen, 2001).
Cómo afecta el fenómeno de la globalización en la actualidad a las ciudades que
participan de alguna forma en el circuito de ciudades globales es un objeto de
estudio nuevo. Generalmente la discusión ha estado enfocada en las grandes
ciudades — como se dice — pero el efecto que produce en algunas ciudades
"residuales" de la globalización es un objeto de estudios nuevo. Se ha dado cuenta
de la fragmentación que produce en distintos sentidos la globalización. Tanto en
lo cultural con Larraín, Castells, como en lo educacional Hoppenhayn y como en
la fragmentación social que se produce de manera espacial cuyo análisis ha cobrado
mayor importancia en la última década (Salcedo, Arriagada, Moreno, Carroza).
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Kütral
Este texto busca indagar en el impacto cultural de la globalización, es decir en
los fenómenos de fragmentación cultural que presentan las ciudades y su objetivo
final es la revisión del concepto para su aplicación en la realidad socio-territorial
de Valparaíso.
Indicios de fragmentación cultural en Simmel y la teoría crítica
alemana
Para situar el concepto de fragmentación cultural en las ciudades es necesario,
Pensando la Ciudad
pero no imprescindible, recorrer un largo camino hasta la teoría crítica de Frankfurt.
Los aportes que esta escuela de pensamiento puedan adherir al concepto van a
ser finalmente poco ilustrativos, pero es importante destacar su influencia en lo
que va a ser la revisión de un concepto que parece ya fracturado. Tanto en su
origen fundacional como en su desarrollo y difusión posterior, esta escuela tuvo
la suspicacia de situar el fenómeno cultural como un objeto de estudios de las
ciencias sociales. Influenciados de alguna manera por las "ciencias del espíritu"
de Wilhelm Dilthey, lograron congregar distintas disciplinas en torno a un mismo
objeto de estudio. Sin duda la globalidad de la mirada investigativa que propusieron,
permitió al mismo tiempo identificar la globalidad de los fenómenos en el campo
de la cultura y va a ser este elemento determinante para el posterior desarrollo de
la teoría de la cultura.
Pero al mismo tiempo, las direcciones a las que apuntaban la discusión los
teóricos de Frankfurt, daban cuenta de un creciente apoderamiento de la razón
utilitarista en el campo de la producción cultural. A través de los mecanismos de
producción y reproducción de los objetos y los contenidos culturales, se extiende
el campo de dominación y se refuerza la infraestructura del modelo capitalista.
Este fenómeno en el cual la obra de arte pierde "su aura" subsumida al ejercicio
de la reproductibilidad mecánica, va a estar en el principio de fragmentación cultural
en el contexto de una "industria cultural" global. Simmel con anterioridad va a ser
fundamental para conducir el análisis sobre la cultura a las grandes ciudades y
urbes. En la "rápida aglomeración de imágenes cambiantes" (Simmel, 2001),
Simmel reconoce las condiciones psicológicas y los fundamentos sensoriales de
la vida anímica por las que se establece una "organización como seres de la
diferencia" (Íbidem). Es en este sentido en que la cultura bajo un sistema de
objetivación y reproductibilidad va a conformar un individuo aislado, fragmentado
que va a moldear el ejercicio social en las ciudades.
"Allí donde son cuestionados los productos de la vida específicamente
moderna según su interioridad, por así decirlo, el cuerpo de la cultura
según su alma (tal y como esto me incumbe a mí ahora frente a nuestras
grandes ciudades), allí deberá investigarse la respuesta a la ecuación
que tales figuras establecen entre los contenidos individuales de la
vida y los supra-individuales, las adaptaciones de la personalidad por
medio de las que se conforman con las fuerzas que le son externas"
(Simmel, 2001: 376).
La transformación en la cultura y en los modelos de producción cultural se
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Kütral
Pensando la Ciudad
introduce rápidamente en las sociedades modernas. Es por esta razón que resulta
sumamente complejo para la teoría crítica observarlos. Uno de los métodos
desarrollados por Benjamin tempranamente puede ser descrito como la "dialéctica
de la mirada", donde "cada objeto encierra un pedazo de memoria e historia" (Entel,
1999: 65). Este método que consiste en interpretar las imágenes "con referencia
al mundo exterior al texto" (Íbidem), va a tener una enorme influencia en los métodos
de investigación para el estudio de la cultura en las ciudades, reconociendo en las
prácticas de la vida cotidiana la influencia de un modelo cultural con características
globales.
La fragmentación cultural en la teoría americana y latinoamericana
Mientras la teoría crítica permitió establecer a la cultura en el centro del debate
sobre el sistema capitalista, los efectos de esta teoría tuvieron repercusiones en
distintos aspectos. Por un lado, se puede observar en la tradición de Hesmondhalgh,
Garnham y Miège, una preocupación por los modelos y estrategias de las industrias
de la cultura y el info-entretenimiento en las sociedades modernas y los efectos
de una globalización informacional como en la tradición de Castells. Por otro lado,
es posible reconocer una serie de estudios e investigaciones enfocados en dar
cuenta los efectos y el impacto de la globalización y de los modelos globales en
las culturas locales como en Jameson y Clifford o en las culturas tradicionales en
el campo latinoamericano como en García Canclini y Yúdice.
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Si en la primera línea, el centro del análisis cultural se basa en la comprensión
sobre los modelos en los que actúa la cultura en el marco de una sociedad
capitalista, en el segundo caso, la preocupación está más ligada al efecto expansivo
de estas estructuras globales en los sistemas locales. En este segundo aspecto
el estudio sobre la cultura adquiere un carácter crítico en el que es posible identificar
el sentido y el origen de la asimetría. Edward W. Said dirá que "ninguna descripción
de la identidad cultural europea y de las artes puede (…) pasar por alto la relación
entre cultura e imperio" (Schröder, Breuninger, 2005: 39). De esta manera reconoce
el carácter globalizante del modelo estudiado por los teóricos alemanes, en el
fundamento mismo de su sentido cultural y establece en los principios de la identidad
europea el sentido de dominación cultural.
Si bien el fenómeno en Latinoamérica no es nuevo y se puede ver reflejado en
los estudios post-coloniales y sobre el mestizaje, este nuevo fenómeno de
globalización de la cultura debe su complejidad a la multiplicidad de estímulos que
Pensando la Ciudad
reconocieron los críticos de Frankfurt y la diversidad de flujos y redes de intercambio
por los cuales la cultura se desplaza. Algunos de los puntos de origen y centros
desde los cuales se emiten las señales, los productos y los contenidos son
ampliamente reconocidos, como en el caso de Hollywood, pero no otros que están
en un constante desplazamiento y división de sus áreas de influencia. Esto marca
una diferencia sustancial con otras formas de imperialismo cultural y transformación
de las identidades locales, donde el centro de las influencias era claramente
reconocido y ampliamente diferenciado como en los casos de las conquista de los
territorios de América y África. Para García Canclini "si no contamos con una teoría
unitaria de la globalización no es sólo por deficiencias en el estado actual del
conocimiento sino también porque lo fragmentario es un rasgo estructural de los
procesos globalizadores" (García Canclini, 1999:48). En este sentido, la globalización
aparece como fragmentaria en su esencia y agrega "se presenta como un conjunto
de procesos de homogenización y, a la vez, de fraccionamiento articulado del
mundo, que reordenan las diferencias y las desigualdades sin suprimirlas" (Íbidem).
De esta manera la globalización cultural presentaría dos tipos de fragmentación
distinta; una que le permite articularse sin necesidad de un centro neurálgico, y
la segunda que se presenta como efecto de la primera y que genera una nueva
división social, basada ya no sólo en el trabajo sino también en un fraccionamiento
del espacio cultural.
A través de una depurada metodología de la mirada, distintos autores se han
volcado a la tarea de observar cómo estos cambios operan en las culturas locales
dando cuenta de una fuerte asimilación de símbolos, textos y producciones culturales
que tienen una connotación especial en las localidades fronterizas nacionales y
en las metrópolis y grandes ciudades latinoamericanas. El proceso llamado "de
hibridación cultural", ha tenido una alta difusión no sólo entre los cientistas sociales
de la región, sino también en un amplio círculo de nuevos movimientos políticos
y culturales. Es posible reconocer variados fenómenos en los que se produce un
tipo de fragmentación o hibridación cultural para los cuales distintos autores han
aportado a su conocimiento. Ya conocido es el trabajo de García Canclini en el
que observa los procesos de hibridación de las culturas populares y nacionales.
Similar es el diagnóstico de Galeano quien reconoce una fragmentación entre
países latinoamericanos debido a la influencia globalizante de los mercados
estadounidenses. También es posible encontrar estudios sobre el impacto de la
globalización en las culturas indígenas o tradicionales donde se observa como
señala Larraín una "fragmentación y discontinuidad cultural" (Díaz, 2002) caracterizada por "una serie de intersticios o vacíos culturales (…) ocupados por
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Pensando la Ciudad
elementos foráneos, provenientes de la globalización y de la forzosa apertura
cultural que ella provoca" (Íbidem). Los distintos trabajos permiten observar la
especial connotación que adquiere la cultura en los nuevos procesos de globalización.
Ambos conceptos, el de hibridación como asimilación cultural y el de fragmentación
como división cultural, se refieren al mismo proceso de globalización que ocurre
de manera simultánea y en distintas intensidades en distintas partes del globo. Sin
embargo, los estudios sobre estos fenómenos tienden a enfrentar el problema de
manera global, ya sea en los flujos, direcciones y escenarios debido a la debilitación
de las barreras transfronterizas nacionales o en cuanto al efecto en "las culturas"
tradicionales por el debilitamiento de las identidades indígenas o mestizas. En los
dos casos el fenómeno de la globalización puede ser observado en sus efectos
también globales, pero no así en sus aspectos residuales, que traspasan los
conceptos nacionales y tradicionales.
El concepto de fragmentación social en las ciudades latinoamericanas
Es quizás por esta razón que la discusión sobre la fragmentación cultural en las
ciudades (no sólo como concepto nacional o tradicional) no haya sido un motivo
de estudio para los cientistas sociales de la región. Si bien estos aportes al
conocimiento sobre el impacto de la globalización son fundamentales para poder
levantar cualquier teoría sobre la fragmentación cultural de las ciudades, es aún
limitado el conocimiento del fenómeno en espacios y territorios más allá de las
metrópolis. Más bien pareciera, que en la actualidad, el concepto de hibridación
cultural estaría siendo superado, y ampliamente extendido, salvo en los territorios
más aislados del mundo latinoamericano.
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Kütral
En este sentido, el concepto de "ciudad global" instaurado por Saskia Sassen
(Sassen, 2001), ha permitido dilucidar la primera complejidad en el estudio de la
globalización, a decir, la fragmentación en la que se presenta. Si bien los centros
desde los cuales se engendran y se distribuyen los conceptos y contenidos culturales
son dispersos, es posible reconocerlos en una red de mega ciudades super
desarrolladas con las cuales los territorios residuales de la globalización tienen
mayor o menor contacto. Esta idea permite comprender la aparente dispersión o
fragmentación del fenómeno de la globalización que es simplificado en la visión
imperialista de la cultura en Latinoamérica, enfrentada generalmente contra la
influencia norteamericana. Es probablemente la efectiva y poderosa influencia de
los estados unidos durante los años 80' y 90' lo que explica que el fenómeno haya
Pensando la Ciudad
sido tomado desde esta perspectiva con algunos matices por los cientistas sociales
de la región. Pero es luego del retorno a la democracia de los países latinoamericanos
en los '90, que el fenómeno de una cultural global engendrada a través de nodos
y redes, toma más fuerza. A través de la apertura de los mercados financieros, la
firma de tratados de libre comercio y la intensificación del intercambio de personas,
bienes y servicios, es que se comienza a percibir en Latinoamérica el efecto
completo de la globalización en la cultura. Al debilitarse las fronteras nacionales,
debido a la privatización y desregulación de los mercados internacionales, cobran
importancia nuevas unidades espaciales o escalas. Entidades sub-nacionales,
ciudades y regiones, entidades supra-nacionales como organizaciones mundiales
y bloques de libre comercio comienzan a tomar una preponderancia mayor en la
articulación de la globalización cultural. Es en este sentido importante establecer,
de qué manera estas nuevas entidades espaciales reciben los fenómenos de la
globalización, de qué manera influyen y son influidas.
Existen distintos aspectos en los que se ha producido un fructífero debate
intelectual en torno a los efectos de la globalización en las ciudades. Carlos de
Mattos identifica en un artículo cinco grandes áreas de cambios derivados de la
globalización; cambios en la organización y funcionamiento de la ciudad,
reestructuración económica que afecta a los mercados metropolitanos del trabajo,
financierización de la economía mundial que considera a la tierra metropolitana
como un medio privilegiado para su valorización, cambios en la morfología urbana
que se observa en la relocalización de los centros tradicionales y finalmente una
modificación de la imagen y el paisaje urbanos producto de las transformaciones
anteriores (De Mattos, 2002). Siguiendo esta línea de investigación se han realizado
distintos análisis que se introducen de lleno a estudiar los fenómenos globales en
las ciudades y el desarrollo de estas.
Algunos de los estudios dan cuenta de la fragmentación social en las ciudades,
basado en una división de la ciudad que es posible observar en distintas formas
de segregación residencial. Este proceso de aglomeración territorial de grupos
homogéneos social, étnica, religiosa, económicamente entre otras posibilidades
estaría conduciendo a una "situación de desintegración social y a una "subcultura"
de la desesperanza" (Sabitini, Cáceres y Cerda, 2001). Al mismo tiempo "la
globalización de las metrópolis en Chile y en el resto de América Latina parece
haber agravado el llamado "efecto vecindario", por el deterioro que ocasiona en
el empleo y por la masificación que generan los fenómenos de exclusión y subcultura
urbana, sobre todo entre los jóvenes." (Arriagada, 2010). Por otro lado Carroza y
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Kütral
Pensando la Ciudad
Valenzuela afirman que "una de las expresiones de la fragmentación está en los
patrones de asentamiento residencial de los diferentes grupos sociales." (Bailey,
Carroza, Espinosa, Tiemann, 2011), que en situaciones es posible que no se vea
dualizado, es decir entre dos espacios segregados y en contradicción. Esto puede
alertarnos de que los fenómenos de cercanía física entre realidades dispares no
implican integración social. Ya sea en su dimensión socioeconómica, socioeducacional o socioespacial, la fragmentación social en las ciudades se producen más
intensamente cuanto más introducidas en la globalización están. Sería entonces
también factible preguntarse, si no estarían ocurriendo procesos de fragmentación
cultural en las ciudades afectadas por la globalización o si este tipo específico de
fragmentación podría explicar los conflictos de integración social cuando las
fracciones no se encuentran espacialmente segregadas. Sin duda la constatación
de este fenómeno trae complejidades, especialmente en las definiciones metodológicas y es por ello importante la revisión del concepto desde sus categorías y
variables.
Desafíos Metodológicos
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Kütral
Distintas evidencias dan cuenta de un proceso de fragmentación social en las
ciudades latinoamericanas producto de la globalización. Existe además un vasto
conocimiento sobre los efectos de la cultura global en las culturas locales y además
sobre el rol de la cultura en la conformación de un sistema global. Pero cabe
hacerse la pregunta sobre ¿cómo es posible reconocer procesos de fragmentación
cultural en las ciudades? Más allá del imperialismo cultural que ejercen las grandes
potencias en el mundo latinoamericano, es interesante poder determinar las formas
que toman en las culturas locales las redes de influencia global. Para ello es
imposible soltar fácilmente la pregunta original acerca de qué es la cultura. ¿Es
posible determinar los aspectos culturales propios de una sociedad y si es así
cómo?
En los estudios latinoamericanos son comunes las referencias a la cultura
indígena, la cultura tradicional mestiza y la cultura popular. Pero esa oposición
entre cultura indígena, tradicional y popular frente al dominio de la cultura imperialista
estadounidense y europea pueden estar ocultando nuevos procesos de fragmentación
cultural en las ciudades como nuevas unidades espaciales y escalas de influencia.
Para James Clifford la respuesta no es tan simple.
Pensando la Ciudad
"Al intervenir en un mundo interconectado, uno es siempre en diversos grados
"inauténtico": atrapado entre culturas, implicado en otras. En razón de que el
discurso en los sistemas de poder globales se elabora vis a vis, nunca se puede
ubicar un sentido de diferencia o distinción en la continuidad de una cultura o una
tradición. La identidad es coyuntural, no esencial." (Clifford, 2001: 26)
Siguiendo este esquema de pensamiento ya desde la visión de un mundo
interconectado y no de unidades nacionales aisladas, es difícil poder reconocer
los principios de identidad cultural en las ciudades. La oposición binaria de cultural
local versus cultura imperialista, hegemónica y global estaría entrando en crisis.
Al mismo tiempo, la oposición de los modelos culturales "con" y "sin" aura, que
fueron ampliamente discutidos por los críticos de Frankfurt y que era más evidente
en el arte, podría estar debilitándose ya que como recuerda Larraín "lo global no
reemplaza a lo local, sino que lo local opera dentro de lo global" (Díaz, 2002). De
tal manera se asume que en los lugares "tocados por la globalización" ya estaría
operando con mayor o menor fuerza este sistema. Las transformaciones en la
identidad cultural de las ciudades parecen estar diluidas en una serie de procesos
globales fragmentarios que operan silenciosamente al interior de ellas. Para E. W.
Said "ninguna identidad cultural aparece de la nada; todas son construidas de
modo colectivo sobre las bases de la experiencia, la memoria, la tradición (que
también puede ser construida e inventada), y una enorme variedad de prácticas
y expresiones culturales, políticas y sociales" (Schröder, Breuninger, 2005: 39). Es
justamente esta característica, la de construcción/invención, que adoptan las
culturas locales en el marco de la globalización aquella que impide descubrir el
fenómeno de fragmentación de manera clara.
Sin embargo es posible reconocer al menos 3 tipos distintos de fragmentación
con algún grado de incidencia en los procesos de fragmentación cultural:
· Fragmentación como hibridación cultural: Se refiere a los procesos de introducción de contextos simbólicos y comunicativos externos a las culturas locales
y su asimilación en esquemas de pensamiento y lógicas de interacción en la vida
cotidiana de las personas.
· Fragmentación como discontinuidad temporal de procesos identitarios: Se
refiere a la eliminación progresiva de formas de vida tradicionales, técnicas,
símbolos, formas y contenidos comunicacionales, pero también de los procesos
de racionalización de aquellas prácticas y costumbres como elementos patrimoniales
en extinción.
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Kütral
Pensando la Ciudad
· Fragmentación como segregación espacial: Se refiere a la concentración
espacial de grupos sociales determinados por su raza, etnia, condición socioeconómica o socioeducacional, entre otras posibilidades con un alto grado de homogenización interna y diferenciación con otros segmentos sociales ubicados espacialmente lejos.
Cada uno de estos fenómenos sociales tiene algún grado de repercusión en la
fragmentación cultural en las ciudades. Algunos de ellos se producen con mayor
intensidad dado un mayor grado de penetración de la globalización o de las
condiciones culturales propias de cada espacio territorial de representación. Ahora,
de qué manera se dan estos fenómenos de fragmentación en las ciudades y de
qué manera es posible conocerlos es la tarea principal que se propone este escrito
y para ello se ha procurado utilizar el escenario de Valparaíso como objeto de
estudio e indagación. La selección de esta ciudad para el estudio de la fragmentación
cultural no es arbitraria como se verá. Las particularidades de su construcción
histórica le darán un carácter preferente para observar los efectos residuales de
la globalización dada su importante relación con la globalización temprana y esta
segunda etapa del proceso.
La variable socio espacial: Valparaíso
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Kütral
Para conocer los procesos actuales de fragmentación cultural en Valparaíso,
es necesario tomar en cuenta el contexto histórico desde el cual emergen. Para
ello es necesario recorrer un trecho de tiempo en el cual se comienzan a acentuar
los modelos y la influencia de la globalización en la ciudad. El carácter de puerto
principal de Chile que adquiere Valparaíso, debido al temprano descubrimiento de
las potencialidades navieras de su bahía, va a ser determinante al momento de
comprender la estrecha relación de la ciudad a la economía global. Al situarse
como primer puerto del Pacífico Sur luego del Cabo de Hornos, una de las principales
vías marítimas del siglo XIX, va a dotarlo de abundantes conexiones de intercambio
con el mundo global. No sólo en la economía, sino también en la cultura y en la
vida cotidiana del puerto se reflejó esta etapa.
"En distintos momentos, sobre todo con la consolidación en el 1800,
Valparaíso fue una ciudad puerto, comercial y financiera, destacada
por el auge y vanguardia en el quehacer cotidiano, propuesta principalmente por aquella mixtura migrante sociocultural (Estrada, 2000) del
territorio." (Bailey, Carroza, Espinosa, Tiemann, 2011: 22)
Pensando la Ciudad
Es en esta primera etapa donde es posible reconocer procesos de hibridación
cultural como una característica de la fragmentarización de la sociedad producto
de la temprana globalización. Entre 1820 y 1910 la población total de Valparaíso
crece en un 400%, siendo de "cuarenta mil habitantes en 1820, setenta mil en
1870, cien mil en 1885 y ciento sesenta mil en 1910" (Pizzi, Valenzuela, 2009: 4).
Este crecimiento se debe a dos tipos distintos de inmigración producto de los
procesos globales que vive la ciudad. Por un lado "los cerros comienzan a poblarse
por los inmigrantes pobres en casas suspendidas en la pendiente" (Pizzi, Valenzuela,
2009: 3), lo que da vida a los conventillos que consideraban a "los ranchos, carpas
y toldos amontonados en un sitio que se rodeaba de cercas" (Urbina, 2002: 8).
Este proceso de crecimiento de población a partir de la inmigración masiva de
nuevos pobres urbanos "coincide con una gran inmigración inglesa destinada a
controlar el sector comercial y financiero, quienes ocupan los cerros Alegre y
Concepción de manera más organizada y planificada a partir de 1840" (Pizzi,
Valenzuela, 2009: 4).
La hibridación cultural que se produce en la ciudad producto de estos dos nuevos
grupos sociales que se encuentran en la época cuyo motor fue el auge del puerto
y el comercio internacional, se va a ver reflejado en distintos elementos que
constituirán hasta hoy las bases sociales en la constitución de una morfología de
la ciudad. Ambas clases comienzan a ocupar distintos espacios geográficos y
culturales y comienzan a conformar el paisaje que se mantiene durante largo tiempo
en la ciudad. Por un lado los conventillos de las clases bajas y nuevos pobres
urbanos se distribuyen "por toda la ciudad aunque en forma preferente en las
quebradas y el pie de los cerros" (Urbina, 2002: 8). La multiplicación de los
conventillos se hace evidente a finales del siglo XIX, donde se constata que
"ascendía a 543 en 1892 y a 1619 en 1905" (Íbidem). Por otro lado, los inmigrantes
internacionales como los ingleses, holandeses, italianos y alemanes comienzan
a producir cambios en el paisaje urbano y se "incorporan modelos arquitectónicos
y urbanos neoeuropeos." (Pizzi, Valenzuela, 2009: 4). Estos fenómenos de inmigración
van a formar un paisaje fragmentado de realidades desiguales en la ciudad. Estos
asentamientos y ocupaciones simbólicas del espacio van a tener efectos rápidos
en la cultura urbana de Valparaíso a principios del siglo XX. En los conventillos,
en las precarias viviendas la "sociabilidad se producía naturalmente" debido a la
cercanía espacial que mantenían sus pobladores.
"Compartían pasillos, patios, lavaderos, servicios higiénicos y cocinas, dando
a ocasión a "los compadrazgos y las visitas cotidianas", a "préstamos de dinero,
útiles de cocina y alimentos que, a veces, hacían difícil diferenciar lo propio de lo
17
Kütral
Pensando la Ciudad
ajeno" (Urbina, 2002:17).
La inmigración europea produjo un "fuerte mestizaje cultural" en la sociedad de
la época lo que "ha favorecido relaciones de tolerancia entre sus habitantes" (Fadda,
Cortés, 2007: 58). Esto además permitió impulsar una fuerte vida de barrio en la
cual se crean vínculos y "redes sociales de interdependencia y asociatividad que
potencian la vida en la ciudad, mejorando la calidad de vida de quienes la habitan"
(Íbidem), lo que será un sello característico de la ciudad hasta la actualidad. Este
proceso de hibridación cultural basado en la fragmentación social de la ciudad, no
será visto como un problema hasta principios del siglo XX, donde se desarrollarán
los primeros planes de estructuración y ordenamiento de la ciudad.
18
Kütral
Una de las explicaciones más razonables sobre el incremento de la población
urbana de Valparaíso para la época, se debe a la centralidad que comenzó a tener
el puerto a mediados del siglo XIX en el concierto nacional. Si bien el puerto había
estado funcionando durante todo el siglo, no es hasta la construcción del ferrocarril
que une a Valparaíso con la capital Santiago en 1860, que la estructura social y
la morfología de la ciudad cambia. Comienza una llegada masiva de inmigrantes
nacionales, mientras que la ciudad no crece al mismo ritmo. Luego ocurre el
terremoto en 1906 que va a traer consecuencias catastróficas para la ciudad que
no alcanzará a recuperarse hasta la construcción del Canal de Panamá en 1914.
Este periodo que va a estar marcado por un proceso de fragmentación cultural
basado en la hibridación y mestizaje cultural entre clases inmigrantes distintas como
consecuencia directa e indirecta de los procesos de globalización, va a ser
preponderante en los procesos posteriores. Asumiendo los principios de construcción
e invención de la cultura y la identidad en base a la experiencia social y colectiva,
este periodo, reflejaría la base principal sobre la cual se articularían nuevos procesos
de fragmentación cultural en Valparaíso. Por decirlo de otra forma, la hibridación
simbólica producida entre inmigrantes nacionales y nuevos pobres con inmigrantes
internacionales, comerciantes y portuarios, que no se mezclan pero se reflejan en
el paisaje, van a establecer la matriz identitaria de la ciudad sobre la cual se van
a desarrollar y van a tener efecto los distintos procesos de globalización que se
articulan a partir de este periodo. Es posible reconocer que si bien el proceso de
hibridación produce una fragmentación cultural en la ciudad, la asimilación de este
proceso no tiene para los estudiosos actuales necesariamente una connotación
negativa. Esto podría explicar que el proceso de asimilación e hibridación cultural
se produjo en profundidad, alcanzando y soslayando la visión crítica del investigador
en la actualidad.
Por alguna razón, la discusión sobre el Valparaíso de esta época en adelante
Pensando la Ciudad
ha sido escasa. Se suele afirmar que a partir de 1914 la ciudad comienza a entrar
en crisis hasta su decadencia económica que tiene como auge los años '70. Se
adjudican causas diversas y ciertas como la I Guerra Mundial que aísla
comercialmente al puerto y el Canal de Panamá. Sin embargo varios de los
fenómenos culturales que se presentan en la época van a ser constitutivos de la
asimilación de los fenómenos globales a nivel local y van a ser la matriz de una
nueva identidad cultural que va a sustentar un segundo periodo de fragmentación.
Lo que sucede en realidad es que bajo el modelo de sustitución de importaciones
el país comienza un crecimiento en su número de industrias enfocado en suplir la
demanda interna. Con la construcción en 1860 del ferrocarril que une Valparaíso
y Santiago, se crea un polo productivo importante que comienza a generar "una
industria manufacturera asociada al ferrocaril consolidando, por una parte, la ciudad
de Santiago como urbe interior con un rol de conexión clave entre el norte y el sur
del país al igual que con el puerto de Valparaíso" (Pizzi, Valenzuela, 2009: 4).
Aunque el desarrollo industrial de Valparaíso fue importante, más como región que
como ciudad, el crecimiento de Santiago a principios del siglo XX se auspiciaba
mayor. Muchas de las industrias de Valparaíso se situaron en realidad en las
localidades contiguas como Viña del Mar donde se estableció una industria azucarera
y en el valle central que permitió a los agricultores dar circulación a su producción.
Pero el mayor beneficio lo tenía Santiago al obtener una vía rápida situándose al
centro del país en todas las direcciones posibles.
Esta visión sobre el modelo económico global no hubiera sucedido de esa
manera si el foco del desarrollo se hubiera centralizado o hubiera tenido alguna
congruencia con un modelo de planificación urbana. Mientras en esta primera etapa
de globalización temprana el puerto de Valparaíso se posicionaba como un eje en
el circuito económico mundial, las decisiones sobre el modelo de desarrollo nacional
que se tejían en Santiago apuntaban en otra dirección. El país podría haber optado
por un desarrollo a gran escala de su matriz portuaria, pero en cambio potenció
las vías terrestres para favorecer a la capital. Esto se vio reflejado tanto en el
ferrocarril como también luego en la construcción del túnel Lo Prado en 1930 que
conecta de manera más directa al puerto con la capital y que se ve beneficiado
por un fuerte y explosivo aumento en el uso del automóvil. Esta asincronía entre
los discursos sobre el modelo de desarrollo nacional y los cambios en los modelos
globales de organización económica, van a tener un fuerte impacto sobre la ciudad
de Valparaíso, afectando especialmente la matriz sociocultural. Poco tiempo después
de la construcción del ferrocarril comenzó a reconocerse que el acelerado crecimiento
de la población debido a la inmigración masiva acarrearía problemas. A partir de
esa época comienzan a tomar más fuerza las tesis higienistas en Valparaíso
19
Kütral
Pensando la Ciudad
que se masifican en diarios y periódicos de la época y se complementan en el
discurso y la acción de autoridades. Este proceso se realiza a través de programas
de saneamiento enfocado en el "mejoramiento y limpieza de los cauces de las
quebradas y esteros, encauzándolos, y el adoquinado de las calles principales de
la ciudad" (Álvarez, 2001). En 1887 se encargan las obras para la construcción del
embalse Peñuelas, que permitiría el saneamiento del agua bebestible y que finaliza
su construcción en 1900. Esto le permitió al puerto de Valparaíso en 1930 inscribirse
en la oficina Sanitaria Panamericana como "Puerto Limpio Clase A" (Ibídem). Debido
a la expansión de la ciudad en 1930 se construye "una gran vía, llamada "camino
de Cintura" o Avenida Alemania que surca los cerros a una altura de cien metros
sobre el nivel del mar" (Pizzi, Valenzuela, 2009: 4), lo que va a marcar el límite de
la ciudad para la época. Este límite urbano va a coincidir además con "el límite de
las quebradas abovedadas que llegan al terreno bajo de relleno, atravesándolo y
desembocando en el mar" (Araya, 2009: 41). Todas estas acciones a las que debe
someterse el puerto de Valparaíso, van a ir apuntando a resolver distintos procesos
de fragmentación cultural que se venían acentuando en las últimas décadas producto
de la apertura de las vías terrestres. Esto permitió que el proceso de hibridación
entre clases inmigrantes sucediera de manera aislada, un mestizaje simbólico que
se presenta en la ciudad y se inserta en la vida cotidiana, pero que no se compone
de dos esferas que se comunican, sino que funciona unilateralmente desde el
extranjero a la ciudad en la que se desarrolla.
20
Kütral
Este paulatino proceso de fragmentación cultural tiene también una respuesta
desde el ámbito de la cultura. En 1873 se crea la Biblioteca Severín que funcionó
hasta 1920 como la única biblioteca pública del país. En 1892 se funda el club de
deportes Santiago Wanderers y en 1909 se funda el Everton FC, ambos equipos
aún vigentes en el fútbol profesional. En 1898 se crea la Bolsa de Valores de
Valparaíso y en 1894 se crea el primer curso de leyes que en 1911 se transformaría
en el primer curso fiscal de leyes, que sería la base de la escuela de derecho de
la Universidad de Valparaíso. Tras la caída de la economía global en 1929 y el
ascenso del puerto de San Antonio que había comenzado a construirse en 1912,
Valparaíso entra en una etapa de claros y oscuros. Uno de los efectos que provocó
el terremoto de 1906 fue el cambio de vivienda de las clases dirigentes muchas de
las cuales se fueron a Viña del Mar. Con la cercanía espacial que generaba el
ferrocarril que pasaba por Viña del Mar, y tras la crisis económica, otra cantidad
importante se mudó a Santiago por lo que Valparaíso se fue despoblando prontamente
de clases dirigentes. El uso recreativo que comenzó a tener la región para la elite
del país se vio reforzado a partir de 1930 con la construcción de balnearios, el
casino, el palacio presidencial y el teatro municipal en Viña del Mar. Mientras tanto
Pensando la Ciudad
en los cerros de Valparaíso las condiciones de vida se van deteriorando cada vez
más. Es interesante observar como desde el auge del puerto hasta el comienzo
de su decadencia existe una amplia cantidad de información. Esto se condice con
la necesidad de cambios y transformaciones que requiere la ciudad para su
formación. Sin embargo a partir de 1930 los datos sobre Valparaíso comienzan a
desaparecer y sólo es posible encontrar testimonios fotográficos, documentales y
análisis etnográficos a partir de 1960. Esto se debe a que en esta etapa comienza
un nuevo proceso de fragmentación cultural basado en la "discontinuidad temporal
de procesos identitarios".
Algunas de las empresas que se quedaron hasta mediados del siglo XX como
Betteley y Cía. importaron y empaquetaron té. Lazonby y Cía. se dedicó a la
importación de metales y artículos de construcción, y otras se dedicaron a la
exportación de salitre, trigo y a la importación de textiles y otros bienes, además
de actividades de servicio como las aseguradoras (Estrada, 2006).
"Efectivamente, luego de la crisis de 1929, se produjo un muy negativo
impacto en el comercio mayorista internacional de Valparaíso. "Si bien
la gran mayoría de estas casas comerciales logró superar la crisis y
adaptarse a las nuevas circunstancias, ellas perdieron importancia en
relación al conjunto de la economía nacional" (Estrada, 2006).
La mayoría de estos emprendimientos comerciales eran realizados por la clase
dirigente extranjera, británicos, italianos, alemanes, franceses, españoles y otros
de diversos países. En 1875 las "colectividades europeas más importantes" en
Valparaíso sumaban un total de 6.921 extranjeros, en 1885 era de 7.662, en 1895
aumentaba a 10.302 y en 1907 alcanzaba su punto máximo con 14.630. Para 1920
la cifra comienza a bajar a 13.443, luego en 1930 pasa a 12.995, y en 1940 es de
13.664 debido a un aumento de inmigrantes alemanes y de otras naciones no
categorizadas producto de la segunda guerra mundial. En 1952 la cifra llega a
11.592 (Estrada, 2006). Sin duda que la dirección de Valparaíso y su rol portuario
en la economía nacional comienza a transformarse y "a su vez, las políticas
intervencionistas y estatistas, que marcaron la vida económica chilena con cada
vez más fuerza, se avenían mal con el espíritu de libertad empresarial que animaba
la vida económica de Valparaíso" (Couyoumdjian, 2000: 99). Este segundo proceso
de fragmentación cultural se va a ver reflejado en un estado cada vez más avanzado
del fenómeno de la globalización.
Al transformarse la matriz económica y productiva de Valparaíso, se produce
21
Kütral
Pensando la Ciudad
un fenómeno de transformación cultural. La elite nacional comienza a ocupar los
espacios de recreación de la ciudad jardín, como el teatro, el club hípico, los hoteles,
el casino y los balnearios. En Valparaíso por otro lado comienzan a construirse las
primeras casas de estudio, como la Universidad Católica de Valparaíso, la Universidad
Técnica Federico Santa María, las Escuelas de Enfermería y Obstetricia (1933),
la Estación de Biología Marina (1941) y la Facultad de Medicina (1951) de la
Universidad de Chile y el Instituto Pedagógico (1947), todas las cuales se mantienen
hasta el día de hoy. Todo este proceso va a significar una larga búsqueda para una
definición de la identidad porteña. Se van a potenciar los símbolos de la ciudad,
pero también van a crecer múltiples interpretaciones sobre Valparaíso difundido
por intelectuales, artistas, políticos y poetas. Esto va a fomentar una activa vida
cultural y bohemia, a la cual las clases populares adhieren poco a poco. Durante
esta época, la ciudad no comprendía que su actividad cotidiana, aquella que servía
a los marinos que celebraban el término de una aventura por mares torrentosos,
iba a ser tan significativa no sólo como una experiencia individual, sino que en la
memoria colectiva.
22
Kütral
Existe en la memoria social una referencia continua a la edad dorada de Valparaíso
que despierta en las primeras décadas del siglo XX. Pero es en realidad en 1961
cuando Neruda inaugura su casa La Sebastiana, o en 1964 cuando Joris Ivens
documenta Valparaíso con su cámara. Es en 1963 cuando se le otorgan por primera
vez los derechos de transmisión del Festival de la Canción de Viña del Mar a UCV
Televisión y en 1967 cuando el doctor Aldo Francia crea el primer Festival de Cine
de Chile en Viña del Mar y que lo llevaría a dirigir años más tarde "Valparaíso Mi
Amor". Varios cantores populares se formaron por esa época y no es extraño que
con la influencia británica en Valparaíso surgieran en 1963 grupos musicales como
Los Jaivas. Si bien la matriz socioeconómica de la ciudad estaba "haciendo aguas"
(Bailey, 2011), algunos símbolos de reconfiguración cultural y espacial se estaban
sucediendo. Siendo Valparaíso un puerto conectado, aunque perdiera importancia,
iba poco a poco asimilar los nuevos procesos de globalización para la época.
En este punto, me interesa detenerme, porque es mi intención que lo que deseo
plantear no pase desapercibido. En la tesis de la fragmentación cultural hasta aquí
planteada, reconozco un proceso de hibridación cultural en Valparaíso, producto
de una globalización temprana para el concierto nacional (Chile), pero ya avanzada
para el concierto internacional. Si bien Valparaíso es planteado como "testimonio
excepcional de la fase temprana de globalización de avanzado el siglo XIX, cuando
se convirtió en el puerto comercial líder de las rutas navieras de la costa del Pacífico
de Sudamérica" (Unesco, 2004), su alcance y su desarrollo no siguieron los modelos
Pensando la Ciudad
de organización global, sino que se transó siempre dentro de una realidad nacional
contingente. Esto explicaría el explosivo crecimiento desde mediados del siglo XIX
pero con mayor intensidad en el periodo de 1870-1920. En parte la crisis de
Valparaíso se debe a una incapacidad de administrar los rápidos movimientos con
los que comienza a actuar el mercado internacional. Si bien la crisis que afectó a
1930 tuvo repercusiones a nivel mundial, Valparaíso no logró adaptarse a la velocidad
en que debía hacerlo y la crisis era un reflejo en sí mismo de la velocidad en que
se afectaban los mercados locales en un sistema hiperconectado. Distintos registros
etnográficos como el documental de Joris Ivens "A Valparaíso…" (1965), dan cuenta
de la velocidad en que transcurre la vida en Valparaíso. La lentitud de la vida
cotidiana se hace evidente y algunos autores plantean que Valparaíso perdió la
oportunidad de ser realmente una ciudad lenta y funcional, si no fuera por una
sobrepoblación de stock en el mercado automotriz. Estos recursos etnográficos de
la vida en el puerto nos permiten identificar algunas realidades que hacen a
Valparaíso completamente distinto a muchos puertos del mundo. Aunque es
reconocido el fenómeno y ampliamente difundido, la morfología de los cerros de
la ciudad, es fundamental para comprender la lentitud con que suceden los procesos
en Valparaíso. La verticalidad con la que se levantan los cerros requería rápidamente
un sistema de transporte eficiente que pudiera movilizar a la gente con facilidad.
El documental de Ivens muestra como los porteños vacían el plan a una hora, y a
otra hora bajan de manera masiva a participar de las actividades comerciales. La
vida del puerto se sucede lentamente, subiendo y bajando uno a uno los escalones
interminables. Es cierto que hasta 1930 se construyeron todos los "ascensores" o
"funiculares" en los cerros, pero que ese sistema de transporte funcione bajo las
mismas condiciones hasta la actualidad (cuando funcionan) dan cuenta de un
completo descuido por que las clases populares de los cerros se integren a la vida
cotidiana del plan, que pronto va a tomar la forma de bares, moteles y residenciales
momentáneas para los marinos y para los rezagados.
Lo importante es que desde ese momento hasta 1960 pasó un largo trayecto
para que se tomaran decisiones a nivel nacional sobre el puerto al que habían
deteriorado poco a poco proyectos industriales de otras características. La respuesta
del Estado fue en esa época administrar todos los puertos de Chile bajo un mismo
modelo a través de la creación de la empresa EMPORCHI. Este fenómeno de
nacionalización público-privada va a afectar negativamente al puerto de Valparaíso.
Ya con la base socioeconómica debilitada, a partir de 1960 la participación de la
industria manufacturera de Valparaíso en relación a la nacional, disminuye notablemente: 26,7% en 1960, 13,7% en 1985 y 8,3% en 1997 (Carroza, 2011). Las
decisiones sobre como administrar el puerto no habían servido. Sin embargo, este
23
Kütral
Pensando la Ciudad
nuevo núcleo que se comenzó a crear en torno a la cultura y las universidades
pudo en algún momento ser muy fructífero. El fútbol cobra gran importancia y
Wanderers obtiene títulos en 1958 y en 1969, Everton de Viña del Mar lo hace en
1950 y 1952. En 1964 el presidente de Francia Charles de Gaullle visita Valparaíso.
¿Es posible que esa matriz cultural hubiera sido aprovechada en concordancia con
un desarrollo tecnológico del puerto acorde las exigencias globales y a través de
la matriz universitaria que la ciudad formaba cada año? Pareciera ser que en este
proceso también se comenzó una transformación fragmentaria producto de la
marginalización que comienza a producirse en el año 1970. Esto se refleja en el
aumento del trabajo informal y la persistencia y aumento de condiciones precarias
de los sectores altos de los cerros. El estancamiento que producen las sucesivas
transformaciones del puerto se produce con atraso o atraen directamente consecuencias negativas, "mientras en 1907 la población de la capital no alcanzaba a
duplicar a la de Valparaíso y Viña del Mar, actualmente llega a ser siete veces
mayor" (Bailey, Carroza, Espinosa, Tiemann, 2011: 47). Esto refleja claramente
como Valparaíso pierde importancia en esta época frente al crecimiento nacional.
Conclusiones
24
Kütral
Hemos revisado hasta ahora la relación que se produce en las transformaciones
de orden económico producido por la primera fase de globalización industrial
temprana de Valparaíso y sus efectos en el campo de la cultura. El proceso de
hibridación cultural entre inmigrantes internacionales y nuevos pobres se inserta
como paisaje urbano de la ciudad. Tras las crisis económicas, la ciudad adquiere
nuevas significaciones, extendiendo su área de influencia en las localidades aledañas
como Viña del Mar y tomando mayor fuerza la idea de ciudad de descanso, turística
y recreativa. Estos cambios en la significación de la ciudad, que son el elemento
principal para entender este segundo tipo de fragmentación cultural basado en la
interrupción de los procesos identitarios del puerto, van a tomar cada vez más
fuerza hasta 1970. La fragmentación como se puede ver, pasa por la lejanía simbólica
de las clases sociales para aprehender los procesos de globalización. Las clases
dirigentes se marchan cuando la economía cae y la ciudad no tiene capacidad para
levantarse. Sin embargo es en esta época entre 1930 y 1970 cuando se comienza
a tejer un nuevo sentido de identidad basado en las características históricas del
puerto, los símbolos que adquieren relevancia y el fortalecimiento de una matriz
cultural que se ve reflejado en un desarrollo fructífero de la cultura.
Sin embargo las tesis de la elite nacional de la época apuntarían hacia otra
dirección nuevamente. La ciudad comienza poco a poco a recibir mayor cantidad
Pensando la Ciudad
de migrantes pero ahora de un tipo distinto, basado en una masificación paulatina
del turismo nacional. Sobre todo a Viña del Mar comienza a extenderse la imagen
recreativa de Valparaíso. Pero va a ser nuevamente el ascenso del idealismo
nacional el que perjudicará el desarrollo natural que cursaba la ciudad. Durante la
dictadura militar todo el complejo artístico, cultural e identitario del puerto comienza
a ser acallado. Esto se produce de manera simultánea y derivado del "apagón
cultural" que se genera en todo el país. Algunas manifestaciones culturales que
habían surgido en esa época como el Festival de Cine de Viña del Mar deben ser
suspendidas. Esto también quita fuerzas para que el sector cultural crezca y se
posicione a nivel global. La dictadura no va a ser para Valparaíso más que otra
forma de posicionamiento de los idealismos nacionales que contagia a la mayoría
de los países sudamericanos de la época.
Estas constantes interrupciones de los procesos sociales, económicos y culturales
que vive Valparaíso a través de su historia van a impedir que éste logre en algún
momento consolidarse. Ya con el retorno a la democracia la base socioeconómica
de la ciudad se veía muy perjudicada. Es ahí entonces, en los intersticios y vacíos
culturales producto de los anteriores procesos de fragmentación cultural, donde
comienza a tejerse una nueva idea para la ciudad. Es ahí entre los inmigrantes de
3era generación, los nuevos migrantes internacionales producto de la apertura de
las fronteras y la liberalización del mercado y los porteños que mantuvieron la vida
social y de barrio en cada cerro, que la idea de un Valparaíso nuevo comienza a
tomar fuerza. Con un ánimo descentralizador, el Congreso Nacional se traslada a
Valparaíso y el número de universidades y matriculas sube de manera intensa cada
año a partir de 1990 hasta alcanzar más de 80.000 matrículas en la actualidad que
se distribuyen entre Viña del Mar y Valparaíso.
Comenzando los primeros años del siglo XXI, Valparaíso entra en un escenario
favorable como en algunas épocas de su historia conoció. El sector cultural del
país apostó por el puerto para situar la primera institucionalidad cultural del país
con el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. El mismo año, tras un proceso
que comenzó en los años 90', Valparaíso es declarado como patrimonio de la
humanidad por la UNESCO. Todo esto, sumado a que el balneario de Viña del Mar
ya se había consolidado como principal destino turístico nacional y compitiendo
directamente con otros balnearios similares en Sudamérica, permite a Valparaíso
comenzar a escribir un nuevo periodo de su historia. Sin embargo, aparecen nuevas
evidencias de fragmentación social en la ciudad, basado en una nueva configuración
espacial de la pobreza y las clases dirigentes.
25
Kütral
Pensando la Ciudad
Si bien es cierto que en la primera etapa de colonización global de Valparaíso
ya existían evidencias concretas de segmentación espacial entre las clases y
segmentos sociales que co-habitan en la ciudad, es en la década de los '90 que
esta segregación comienza a acentuarse a escalas globales. Con la llegada de la
democracia comienza una etapa de crecimiento económico en el país y apertura
de los mercados. Una importante inversión extranjera comienza a operar en el país
y se busca una modernización completa de los aparatos del Estado. En 1999 llega
la modernización del puerto a Valparaíso, lo que debilita aún más la variable de
empleabilidad que ejercía el puerto en la ciudad. Al mismo tiempo cobran cada vez
más fuerza las tesis sobre el Valparaíso cultural y universitario. Se propicia el
contexto para un mayor intercambio internacional en Valparaíso ahora basado en
un nuevo tipo de inmigración turística y universitaria que favorece la característica
multicultural de la ciudad. Sin embargo entre estos años comienza prontamente un
reajuste de la ocupación social del espacio.
La población económicamente activa crece en el área que ocupa al Gran
Valparaíso de 200 mil en 1982 a 300 mil en 2002. Esto se debe a un incremento
sustancial en el tipo de trabajador "empleador, empresario" que sube un 200%
entre 1982 y 1992, de 6.531 en el 82' a 19.832 en el 92' (Carroza, 2011). Esto se
complementa con las cifras para el periodo siguiente (1992-2002) en los que
aumentan las categorías socio-ocupaciones de Dirigente, Trabajadores Medios,
Trabajadores de Comercio y Servicios y Trabajadores No-Calificados, y disminuyen
los Obreros y Trabajadores Agrícolas (que al ser desagregados por sexo indican
un reemplazo de las labores de hombres por mujeres) (Íbidem). Sin duda, las
categorías que más crecen en este periodo de retorno y transición a la democracia
son las dirigentes y trabajadores medios en el Gran Valparaíso. Esto va a tener un
efecto casi inmediato en la configuración espacial que adopta la ciudad.
26
Kütral
Si bien es cierto que la industria de manufactura tiene un repunte a partir de
1995, esta no llega a alcanzar nunca las cifras de 1960. Lo que sucede en realidad
es que, aunque de menor importancia para el PIB local el paisaje social de la ciudad
de Valparaíso comienza a tomar forma a partir del sector de comercio y servicios.
Esto se refleja claramente entre 1992 y 2002 donde el crecimiento de la población
económicamente activa se frena en los sectores primario y secundario (variación
de un 6,7% y un 3,4% respectivamente), y un incremento del sector terciario (24,3%
sobre un 31,5% que ya había crecido entre 1982 y 1992). Esto va a significar que
la actividad económica se concentre entre Valparaíso y Viña del Mar que para el
2002 cuentan con 70% de los residentes económicamente activos del Gran Valparaíso
y el 80% del trabajo del total de población económicamente activa (que se dirigen
Pensando la Ciudad
a trabajar a estas 2 ciudades). Esto va a significar una transformación en el paisaje
de la ciudad que se verá reflejado en la conformación espacial de estas clases
sociales que ahora se aparecen como dirigentes y no calificados.
Mientras en 1992 la concentración de dirigentes en el área metropolitana de
Valparaíso era bastante baja, en 2002 esta comienza a acentuarse fuertemente en
algunos sectores de Viña del Mar como Reñaca y Recreo, pero además en varios
sectores del borde costero como la comuna de Concón, y en Valparaíso entre el
Cerro Placeres y Playa Ancha (Carroza, 2011). Así mismo los trabajadores no
calificados, representando el segmento más pobre de la población, se desplazan
de las zonas tradicionales en los cerros que bordean Viña del Mar y Valparaíso,
para alejarse cada vez más del borde costero. Esto se refleja en la desconcentración
que se acumulaba en el plan o muy cerca del borde costero y la concentración en
nuevos distritos censales más alejados. Así mismo el fenómeno de los condominios
en el interior de Valparaíso va a propiciar otro tipo de segmentación social basada
en la multiplicación de los barrios cerrados. A pesar de que la distancia geográfica
cuando se analiza en el plano cartográfico entre las distintas clases no es muy
evidente, la distancia simbólica que se produce en esta época va a ser considerable.
Esto se va a ver reflejado en distintos planes de vigilancia y de control de la violencia
que se implementarán a partir de esta época con un especial énfasis en Viña del
Mar (la ciudad de las cámaras), pero también en Valparaíso.
Todas estas evidencias, nos llevan a pensar que se estaría produciendo un
nuevo tipo de fragmentación cultural en la ciudad que una vez más permite
cuestionarnos sobre la efectividad de las decisiones sobre Valparaíso tomadas por
el aparato estatal nacional. De qué manera es posible identificar estos nuevos
procesos de fragmentación cultural actuales, es una pregunta que requiere de un
profundo diagnóstico de los nuevos procesos de globalización que vive Valparaíso,
los cambios y reconfiguraciones del paisaje urbano y las luchas de poder al interior
de la ciudad sobre el poder simbólico y la representatividad política de los ciudadanos
frente al desarrollo auspiciado por Santiago, que ya ha comenzado a tomar una
discusión profunda con estudios e investigaciones destacables (González, 2011).
Algunas interrogantes sobre el futuro como ciudad cultural y universitaria de
Valparaíso podrían estar entrando en crisis en el contexto de nuevos discursos
sobre el futuro turístico de Valparaíso. Algunos de los conceptos como
"barcelonización" de Valparaíso que toman fuerza en el discurso de las clases
dirigentes de la ciudad (Íbidem) como un "simulacro de un simulacro" de la
globalización requieren ser redefinidas y examinadas.
27
Kütral
Pensando la Ciudad
La revisión del concepto de fragmentación cultural en este trabajo ha permitido
comprender el fenómeno de la globalización en sus distintos aspectos culturales.
A partir de esta definición teórica, se ha buscado actualizar los efectos y el impacto
de la globalización en la cultura local a partir de la nueva sociología de las ciudades.
La aplicación de este concepto a la realidad socio-territorial de Valparaíso sin duda
requiere de una afinación de los instrumentos de análisis y metodologías. Esta
investigación, que recorre la historia y los efectos de las principales transformaciones
que ha sufrido Valparaíso a partir de finales del siglo XIX en el marco de sus
relaciones globales, pretende sentar las bases para una discusión más profunda
y más fructífera en el tema.
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29
Kütral
Pensando la Ciudad
Viejos Conflictos, Nuevos Derechos: el Derecho a la
Ciudad y Metodologías de Educación Ciudadana en
América Latina. Un Guiño a la Experiencia de la
Ciudad Educadora
Patricio Díaz Rodríguez*
Resumen
L
30
Kütral
Abstract
T
a ciudad como espacio de desarrollo
ha experimentado profundas
transformaciones tras los ajustes
estructurales neoliberales de las
décadas de 1980 y 1990. En parte, el
mecanismo de la descentralización ha
sido fundamental en la configuración de
esta "nueva ciudad". Asimismo, sendos
movimientos sociales pro-derechos
humanos durante las mismas décadas
de 1980 y 1990 y los primeros años del
siglo XXI han impulsado "desde abajo"
cambios en la comprensión ideológica
tanto de sujetos sociales históricamente
invisibilizados como de las formas como
se tienen que construir los espacios
locales. Por lo mismo, para que la
ciudadanía vuelva a tener la posibilidad
de decidir lo mejor para su propio
desarrollo, tienen que existir instancias
de derecho y de estrategias educativas
que avalen la construcción del "poder
local". Así, el impulso dado por el
"Derecho a la Ciudad", la "Ciudad
Educadora" y la "Pedagogía de la
Ciudad" está siendo fundamental para
lograr una "ciudadanía empoderada".
he city has undergone deep
transformations after the neoliberal
structural adjustments of the 1980's and
1990's. In part, the mechanism of
decentralization has been essential for
the configuration of this "new city".
Likewise, each pro-Human Rights social
movement, during the same historical
period and the first years of the 21st
century, has boosted, "from the bottom",
changes in the ideological understanding
of both, the historically hidden social
subjects and the ways the local spaces
should be built. Therefore, for citizens
to have a new opportunity to partake in
their own development there must be
instances of educational strategies that
guarantee the construction of "local
power". Thus, the concepts and praxis
of the "Right to the City", the "Educational
City" and the "Pedagogy of the City"
constitute important experiences in the
quest for an "empowered citizenship".
*Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales (PUCV); Estudios de Posgrado en Historia y Ciencias
Sociales (ARCIS); Máster© Estudios Latinoamericanos, Universidad de Salamanca, España. Investigador
ONG EKOSOL de Educación y Cultura. E-Mail: [email protected]
Pensando la Ciudad
Palabras clave
Keywords
Modelos de Desarrollo en América
Latina, Descentralización, Derecho a
la Ciudad, Participación ciudadana,
Ciudad Educadora.
Models of Development in Latin
America, Decentralization, Right to the
City, Citizens' participation, Educational
City.
31
Kütral
Pensando la Ciudad
Introducción
Desde hace poco más de cuarenta años, comenzamos a vivir otra profunda
transformación en la historia de la humanidad. Ésta encuentra su origen tanto en
conflictos inconclusos anteriores a esta etapa de cambios, como también en las
actuales tensiones que se circunscriben como propias de la fase de transición
hacia un nuevo período de la historia. Según Eric Hobsbawn, estos cambios
fundamentales en la historia de la humanidad, se deberían principalmente a que
a fines del siglo XX se produjo un agotamiento de las ideas novedosas y creativas
que apuntaron hacia un rejuvenecimiento del pensamiento humano (Hobswabn,
1995). Esta reflexión, que pretende comprender la reacción conservadora en lo
político (devenida para muchos en neoconservadurismo dictatorial) y liberal en lo
económica (devenida en neoliberalismo), en parte se entroncó con las preocupaciones, angustias, ansiedades, descreimientos, optimismos y propuestas que buena
parte de la literatura humanista desarrolló en las últimas décadas del siglo XX
(Sennett, 1978; Jameson, 1988; Lipovetsky, 1988; Lyotard, 1989; Vattimo, 1990;
Lyotard, 1998; Derrida, 1998).
Ciertamente, grandes debates sobre el 'derrumbe de las ideologías'; la 'crisis
de sentido de la humanidad'; el 'agotamiento de los proyectos universalizadores
de la modernidad' y de su idea del 'progreso sin fin'; la 'crisis del modo de acumulación
capitalista fordista'; y el 'Fin de la Historia'; fueron — y en cierta medida siguen
siendo — temas de discusión de los más influyentes pensadores contemporáneos;
sobre todo si se vinculan estas temáticas al análisis de los primeros resultados
de los cambios de paradigma y sus consecuencias tangibles como la consecución
de nuevos modelos de desarrollo a nivel global con incidencia directa en lo local
(González, 1994).
32
Kütral
En efecto, estas disquisiciones ideológicas trajeron como consecuencias una
serie de nuevos relatos durante las décadas de 1980 y 1990 que hablaron del paso
de un mundo bipolar de posguerra a uno 'unipolar' de libremercado (neoliberalismo),
en la cual los Estados Unidos de Norteamérica (como Estado Gendarme), ciertos
grupos de poder Transnacional (Multinacionales) y ciertas instituciones financieras
mundiales — avaladas académicamente — habrían tenido el poder para conformar
un nuevo orden mundial. A su vez, estas instituciones, producto de la necesidad
de adaptar el mundo a sus requerimientos doctrinarios libremercadistas, instruyeron
un proceso de 'recomendaciones técnicas' a los Estados-nación para que iniciaran
una serie de 'Ajustes Estructurales' cuyos efectos en la organización
Pensando la Ciudad
política-económica y social-cultural de los Estados fueron a lo menos 'significativas'.
Sin embargo, como sabemos que las valoraciones entregadas a dichos procesos
de “transformación estructural” tienen un profundo cariz ideológico, no podemos
dejar de prestar atención a cómo, 'desde abajo', organizaciones sociales y políticas
de distinta índole comenzaron rápidamente a oponerse a la homogeneización
libremercadista y a proponer nuevas formas de desarrollo humano enmarcadas
primordialmente en la llamada 'justicia social'. Movimientos Altermundistas, Foros
Sociales Mundiales, Estados-nación proclives a la democracia social, grupos de
trabajo de base e intelectuales aún orgánicos; han lograron posicionar dialécticamente
y de manera global (mundial), nacional (estado-nación) y local (provincias, ciudades,
barrios) sólidos argumentos en cuestiones donde la humanidad ha jugado y se
juega buena parte de su futuro, generando contradicciones a la 'visión única'
neoliberal en temas tan fundamentales como: el viejo conflicto entre un medioambiente descontaminado y el crecimiento económico industrial; la ya no tan nueva
discusión entre una integración mundial puramente económica (financiero-comercial)
y otra que valoriza la dimensión social; la histórica pugna civilizatoria entre el
eurocentrismo más conservador (con racismo y xenofobia) y la multiculturalidad;
el antagonismo entre el paradigma científico dualista (aristotélico- cartesiano) y el
paradigma del análisis complejo transdisciplinario; los cambios culturales que
legitiman a sujetos antes invisibilizados por la historia frente a los paradigmas
conservadores tradicionales; entre otros.
Así, las latentes tensiones señaladas necesariamente nos remiten a los
denominados Derechos Humanos, puesto que, independientemente que sus
orígenes sean producto de la batalla entre los hijos de la ilustración (el liberalismo
y el socialismo), actualmente se estarían concibiendo por un lado como marco
ético-jurídico de las relaciones humanas a escala global y local1, mientras que por
otro como paradigma emancipatorio y libertario, sobre todo por aquellos que intentan
profundizar la justicia social. Por lo mismo, no va a ser casualidad que a fines de
la década de 1980 y continuamente durante la década de 1990 y el inicio del siglo
XXI surja una nueva oleada de derechos humanos cuyo énfasis está en dar Carta
de legitimidad a una serie de luchas históricas "humanizadoras" que han tenido
el propósito de promover los sueños construidos por movimientos sociales que,
a través del tiempo, han hablado de poner fin a las injusticias de todo tipo. Este
último proceso de legitimación histórica, que se inició con la inserción del 'Derecho
a la Ciudad' en la Constitución de Brasil del año de 1988 y con el establecimiento
de la Convención Internacional de los Derechos del Niño en 1989,
1 En la Cumbre del Milenio del año 2000, los países integrantes de la ONU aprobaron la Declaración del
Milenio, que consiste en relevar la importancia del desarrollo humano en base a los derechos humanos.
Estos fueron conocidos como "Los Objetivos del Milenio".
33
Kütral
Pensando la Ciudad
y que continuó con los Derechos de la Mujer, los Derechos de los Pueblos Indígenas
y los protocolos de acuerdo sobre descontaminación ambiental, se vincula con los
cambios paradigmáticos esbozados y en particular con los denominados "cambios
culturales y sociales".
Entonces, por lo argumentado, no va a ser casualidad que en el presente,
algunas de las tensiones más significativas se estén produciendo entre los
movimientos sociales con "Enfoque de Derechos Humanos" y los impulsores de
un nuevo orden global fundamentado a partir de la promoción de la mundialización
de la economía de mercado. Ahora, desde una perspectiva estratégica, para los
movimientos sociales con Enfoque de Derechos Humanos, las actuales tensiones
ideológicas, otorgan nuevas posibilidades de lograr implementar esfuerzos teóricos,
metodologías de trabajo y prácticas cuyo menor o mayor impacto aún está por
evaluarse, puesto que las metas trazadas por los organismos internacionales,
estados nacionales, gobiernos locales, organizaciones sociales y políticas, organismos
de base y actores sociales que se concertan como movimiento social global, en
general son establecidas a mediano y largo plazo, pues finalmente sus principales
objetivos son la obtención 'de una sociedad más humana' y la producción de 'un
mejor lugar para vivir'.
34
Kütral
Asimismo, posicionar las posibilidades de generar una 'sociedad más humana',
significa tratar de aprovechar al máximo los escasos espacios que nos deja el
neoliberalismo para construir una ciudadanía que actúe críticamente, de manera
participativa y que ejercite 'el derecho de vivir en perspectiva de derechos humanos'.
Un buen ejemplo de uno de esos intersticios aprovechados por los movimientos
sociales han sido los cada vez más profundizados procesos de descentralización
que los ajustes estructurales otorgaron en su afán de aminorar la funcionalidad del
Estado. Por lo mismo, y desde nuestra visión, es en estas instancias que el aporte
de las teorías y metodologías propias de la educación ciudadana se hacen más
efectivas, ya que los viejos anhelos de conseguir una sociedad más justa, junto
con las novedosas prácticas en educación y pedagogía social, han hecho que
ciertas expectativas, que hace un tiempo se veían lejanas (e incluso algunos daban
como muertas), hoy aparezcan como reales, trasuntando en una visión de la
humanidad bastante más alentadora.
Así, el presente artículo, tiene por objeto central aportar con algunos considerandos
que nos ayuden a relacionar los cambios experimentados por la Ciudad latinoamericana como fenómeno social con el Derecho a la Ciudad y con algunas bases
Pensando la Ciudad
teóricas y metodológicas que gobiernos locales urbanos (La Ciudad Educativa) y
organizaciones locales de base (Pedagogía de la ciudad) están implementando
como alternativas de pedagogía social que, de manera original y práctica, pueden
entregar algunas luces sobre cómo encarar las transformaciones globales y locales.
Lo anterior, necesariamente implica reconocer que la histórica pérdida de derechos
políticos, sociales, económicos y en síntesis de los derechos ciudadanos en general
durante los procesos de Ajuste Estructural, dictaduras militares y asentamiento de
desarrollo neoliberal, han hecho en extremo difícil la reconstrucción del tejido social,
principalmente en aquellos sectores y sujetos sociales que resultaron ser los más
dañados en lo que a atropellos de derechos humanos se refiere: los sectores
populares.
Crisis, Cambios de Paradigmas y Reformas Estructurales
La crisis del período fordista2 de acumulación (1930-1982) trajo consigo un
sinnúmero de cambios y acomodos dentro del capitalismo. De hecho, el proceso
de concentración de poder que se llevó a cabo durante el fordismo, se caracterizó
por el ser el punto culmine de la supremacía de las descomunales maquinarias
estatales (Estado Benefactor, Estado Keynesiano, Estado Desarrollista, Estado
Soviético, entre otros), la de gigantescos monopolios del Mercado y, al decir de
Gabriel Salazar, de las macro-teorías de la Ciencia Social (Salazar, 1998).
Evidentemente, este régimen se fundamentó en la regulación centralizada de todos
los procesos de la sociedad moderna, convirtiéndose no sólo en el paradigma de
desarrollo económico, sino que también en la máxima expresión de participación,
de militancia ideológico-partidista y de representatividad ciudadana.
Asimismo, esta fase del Capitalismo, pese a que su duración fue menor que las
anteriores y que detentó la etapa de crecimiento económico más acelerada hasta
ese momento en la historia, fue a su vez la que exteriorizó las crisis más graves
llegando casi al punto de generar el mayor desastre de la raza humana3.
Si bien es cierto que con altos y bajos el Capitalismo durante el fordismo fue
superando importantes conflictos, el problema de la inflación mundial "provocada
por el mismo gigantismo estructural" (Ibídem) junto con la baja tasa de crecimiento
ocasionaron una profunda recesión que llevó a partir del año 1973 a la crisis del
2 Fase iniciada en 1930, perfilada en la Conferencia de Bretton Woods en 1944, con estreno de su crisis en
la década de 1960, con la profundización de esta y su estado de coma en 1973 con la crisis petrolera, hasta
finalmente cavar su tumba en 1982 tras el desconcierto y el caos financiero y monetario mundial.
3 El miedo a la bomba nuclear marcó toda la Guerra Fría. Fue el símbolo máximo de la pugna entre URSS
y USA.
35
Kütral
Pensando la Ciudad
modelo económico que se había consolidado después de la Segunda Guerra
Mundial. De ahí en adelante, los intelectuales vinculados al Capitalismo comenzaron
a plantear que el 'gigantismo estructural' concentrador de poder debía interrumpirse
y finalizarse a través de una gran reformulación del sistema, lo que en concreto
implicaba la devolución de poder por parte del Estado a los agentes del Mercado,
situación que quedó refrendada para América Latina tras el llamado Consenso de
Washington (Stiglitz, 2003) en los denominados "Ajustes Estructurales Neoliberales".
De este modo, tras la profunda crisis experimentada por el Estadocentrismo, se
inicia la historia de la primera oleada de reformas, cuya principal característica fue
justamente adecuar las "recetas neoliberales" de los organismos económicos
internacionales a los respectivos contextos nacionales latinoamericanos. En
concreto, los 'ajustes estructurales' consistían en dar vuelta el proceso de
concentración de poder realizado durante largos siglos por el Estado desde sus
orígenes en la Europa moderna. Se proponía 'desconcentrar el Estado (mejorar
la eficiencia de las entidades subnacionales para hacerlas más óptimas para el
funcionamiento de la nueva forma de producción capitalista), 'flexibilizar' el empleo
(desregulación social del empleo y desarme de las conquistas y de las organizaciones
de la clase obrera), centrar los esfuerzos científicos en mejorar la 'eficiencia' del
sistema (revolución tecnológica al servicio del mercado).
36
Kütral
Finalmente, el discurso desconcentrador obtuvo su consolidación tras la crisis
económica de 1982. De esta manera, las soluciones neoliberales no se hicieron
esperar y, pese al discurso anti-estatista, éstas se impusieron en buena parte de
América Latina por medio de la intervención autoritaria del Estado, debido a que
"el tono imperativo del cambio no era compatible con un ajuste automático del
Mercado" (Ibídem). Entonces, paradójicamente los remedios utilizados (ajustes
estructurales) necesitaron de la mantención de un Estado fuerte y centralizado en
el mando, es decir, requería de una mano dura que no temblara en sofocar
movilizaciones populares, que no se mostrara débil en la restricción de los gastos
sociales, en el control monetario, en las intervenciones económicas y en la aplicación
de una reforma fiscal y burocrática (en los entes nacionales y subnacionales) radical
que ayudara al incentivo de la inversión privada y a la mayor eficiencia administrativa
del Estado4. Así, por medio de esta contradicción fue que se llevó a cabo la primera
oleada de reformas a fines de la década de 1970 y a principios de la década de
1980.
4 No olvidemos que países como Chile o Bolivia fueron los "laboratorios" en los que se experimentó por
primera vez el neoliberalismo.
Pensando la Ciudad
Consecuencias sociales, económicas y políticas
La intromisión del mercado en espacios que durante el fordismo le fueron propios
al Estado, significó la transformación no sólo de éste (del Estado), sino que de la
sociedad en su conjunto. El Estado perdió el rol asignado y sólo comenzaría a
hacerse cargo de aquellas actividades que a los particulares (empresarios) no le
interesan o simplemente no estuvieran en condiciones de tomar a su conveniencia.
Lo anterior trajo como consecuencia la transformación integral de las relaciones
sociales y políticas, profundización del verticalismo y de la hegemonía de sectores
dominantes por sobre dominados y la transformación del espacio de desarrollo
humano: adecuación de la infraestructura de las ciudades y del campo a las lógicas
neoliberales de apertura de los mercados internacionales en lo que a importación
y exportación se refiere, entregándose el territorio a la oferta y la demanda y a la
aplicación del razonamiento de la ventaja comparativa con el consiguiente resultado
del enriquecimiento de ciertos lugares y el empobrecimiento de otros.
Efectivamente, la desigualdad estructural que el Capitalismo arrastra consigo
profundizó aún más las inequidades sociales ya preexistentes a la etapa de reformas,
situación que Diego Palma reafirma al plantear que la sociedad que corresponde
a las relaciones capitalistas está organizada según desigualdad estructural que se
basa y reproduce en el control desigual sobre la economía (Palma, 1993). En fin,
asistimos a lo que Norbert Lechner denominó como desintegración social, situación
que asoció directamente con la globalización de la economía de mercado y la
instauración de las 'Reformas Estructurales' en América Latina (Lechner, 1992).
De este modo, las políticas económicas emanadas del Consenso de Washington
no fueron suficientes, el crecimiento económico no lo fue todo y las sensaciones
de angustias y de inseguridad durante las últimas décadas del siglo XX aumentaron.
Lo anterior queda refrendado para los Estados latinoamericanos al momento de
producirse las crisis de la segunda mitad de la década de 1990, cuyos efectos se
vislumbraron negativamente, lo que llevó a replantear los alcances del modelo
neoliberal y su estrategia de desarrollo hacia afuera: "Con el impacto de la crisis
asiática, primero, y luego de la bancarrota rusa, en 1998, se hizo evidente que las
reformas estructurales no habían puesto a las economías latinoamericanas a salvo
del impacto de nuevos choques financieros internacionales"(Paramio,1997: 17).
En este sentido, la sentencia de la historia es inapelable: las reformas fracasaron,
ya que no cumplieron el cometido para el que estaban destinadas, es decir, no
37
Kütral
Pensando la Ciudad
lograron promover un crecimiento económico estable, ni menos procurar un
desarrollo a mediano plazo. A su vez, no fueron capaces de superar la situación
de pobreza y exclusión social que se mantenía (y profundizaba) en América Latina
tras el fin del modelo de sustitución de importaciones y la crisis de la deuda. Por
último, lejos de robustecer la democracia, esta fue perdiendo legitimidad lo que
produjo una crisis de la representatividad en donde el desprestigio de la 'clase
política' llegó a niveles nunca antes vistos en el transcurrir de la historia latinoamericana.
La respuesta organizada: crítica, estrategia y Derechos Humanos
Con el tiempo, los grises estudios de la realidad humana contemporánea
realizados en plena crisis fordista fueron siendo desplazados por experiencias
sistematizadas de resistencia "local" contrarias a la "globalización de la economía
neoliberal" durante las décadas de 1980, de 1990 (Ver Coronado y Pajuelo, 1996)
y principios de la década del 2000, y por el perfeccionamiento de la crítica intelectual
al sistema neoliberal imperante. Dentro de esta crítica, la proveniente desde las
Ciencias de la Educación, desde las Ciencias Sociales en general y de las
metodologías de la Nueva Historia Social5 en particular, han sido importantes para
lograr la revaloración y recuperación de nociones como "democracia participativa",
"ciudadanía", "identidad", "memoria colectiva", "proyecto social-popular", "economía
solidaria", entre otros.
38
Kütral
Asimismo, las nuevas experiencias de resistencia local se han caracterizado
por el desarrollo de nuevas metodologías en educación y pedagogía social6; por
la coordinación internacional de ONG's y de organismos de base que trabajan en
la "perspectiva de la integración social de los pueblos de América Latina"7; por la
consolidación de bloques regionales en lo social, político y económico como el
ALBA; y por la instalación en varios países de América Latina de gobiernos
impulsados y/o apoyados por movimientos sociales8.
5 No vamos a descubrir ahora el aporte de Henry Giroux, Paulo Freire o Ramón Flecha por el lado de la
educación; o el aporte de Manuel Castells y muchos más en Ciencias Sociales; o a los historiadores Carlos
Aguirre Rojas (México) y Gabriel Salazar Vergara (Chile).
6 Casi todas las innovaciones metodológicas se relacionan con la educación ciudadana, destacando en los
últimos años la llamada "Pedagogía de la Ciudad".
7 Interesante fue el proceso que llevó a cabo a cabo el Programa Mercosur Social y Solidario (PMSS) que
coordinó a organizaciones sociales de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile durante buena parte de
la primera década del siglo XXI.
8 Los más simbólicos son el apoyo a Evo Morales por buena parte del movimiento indígena boliviano, en
su momento a Lula en Brasil por el Movimiento de los Sin Tierra (con apoyo condicionado), y a Rafael Correa
por los movimientos sociales (incluyendo el indígena) en Ecuador.
Pensando la Ciudad
Desde esta perspectiva, la preocupación por consolidar los Derechos Humanos
es un activo común de gran parte de ONG's y movimientos sociales globales y
locales, lo que ha implicado la revisión general de teorías, metodologías y
experiencias. Algunas de estas se han referido a los procesos de descentralización,
al paradigma del desarrollo local y a la 'ciudad como derecho humano'.
Globalización, poder local, descentralización y participación ciudadana
Las teorías en torno al "poder y desarrollo local" en base a la descentralización,
junto con las discusiones centradas en la llamada participación ciudadana, se han
sometido a debate desde hace ya bastante tiempo. Para nuestra contemporaneidad
ha sido en los últimos treinta años del siglo XX cuando se han posicionado como
materia de estudio gracias a una amplia cobertura intelectual y comunicacional.
Esta situación concebida aproximadamente a partir de la década de 1960 en Europa
y proyectada recientemente en la década del 1970 en América Latina, tiene su
origen — como señalamos con anterioridad — en la crisis económica suscitada
en el periodo final de la fase capitalista del fordismo. Ciertamente la gran mayoría
de los países occidentales revirtió la acumulación de poder en el Estado y siguió
las "recomendaciones" del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial,
desconcentrando el poder en una supuesta devolución hacia distintos organismos
de la sociedad.
En la práctica, la "descentralización" y la "desconcentración"9 se efectuaron por
parte del Estado a distinta escala y con diferentes cuotas de poder; lo cual significa
que, tal como señala Gabriel Salazar, dicha devolución de poder se realizara
mínimamente 'hacia abajo' (ciudadanía y entidades locales) y con mucho más
ahínco 'hacia el lado' (regionalización administrativa; privatización de antiguos
servicios públicos del Estado, licitaciones de programas y proyectos 'públicos' de
desarrollo social o urbano a empresas consultoras) y 'hacia arriba' (bolsas de
comercio mundial, empresas transnacionales, aceptación de las políticas sociales
emanadas desde el Banco Mundial o el FMI; el asentimiento de la gendarmería
política mundial por Estados Unidos, el disciplinamiento bajo las leyes globales en
temas como pobreza, medioambiente y tráfico de drogas), (Salazar, 1998).
De esta manera, se supone que la desconcentración de poder del Estado
significó su reconcentración en manos de los mismos antiguos poderes (como los
agentes del Mercado). De estos poderes surgirían los dictámenes de cómo se debe
9 La descentralización se refiere a la "devolución de poder" realizada por el Estado a otras entidades como
los empresarios o la sociedad civil en general, mientras que la desconcentración se refiere a cómo el Estado
se "descarga de funciones" en entidades del Estado de carácter subnacional.
39
Kütral
Pensando la Ciudad
llevar a cabo la descentralización, adecuándose ésta según la realidad histórica,
política e ideológica de cada Estado-nación.
Efectivamente, hablar de descentralización es comprender que ésta no se ha
dado de la misma manera en cada uno de los países que se han preocupado del
tema (Seminario Gobierno Regional de Valparaíso, 2001), siendo por lo tanto un
proceso ambiguo, muy discutido y en el cual no hay acuerdos totales. De hecho,
la mayoría de los Estados-nación ha reproducido fielmente los mandatos del centro
de los poderes mundiales ocurriendo lo que algunos han visto como la acción de
las "fuerzas globales" y su impacto que nos lleva a las "consecuencias locales"
(Rodríguez y Winchester, 1997): se habla de la "glocalización" (Ibídem) para
entender este fenómeno propio de la era que vivimos en la cual ambos conceptos
(global y local) se ligan íntimamente.
40
Kütral
Pero es también el "retorno del territorio" (Santos, 1996), o sea que a pesar de
las verticalidades geográficas del mundo (norte-sur, por ejemplo) y a pesar de que
la globalización libremercadista es el estadio supremo de la internacionalización
del capital, se ha generado un conocimiento e interdependencia universal de los
lugares, conociendo distintas realidades que alimentan nuestros conocimientos.
Es lo que Milton Santos llama como "los milagros de la ciencia crean nuevas
solidaridades como la posibilidad de un acontecer solidario, a pesar de todas las
formas de diferencia entre personas y lugares" (Santos, 1996:125). Por lo tanto,
es en el lugar o territorio donde se vive el conflicto entre la homogeneización del
mercado y la solidaridad y otros valores sociales similares: la racionalización
impuesta a través de normas, programas políticos, bombardeos comunicacionales
y culturales, se enfrentan con la proliferación de asociaciones, pequeños movimientos,
organizaciones sociales que poco a poco van reconstruyendo los legítimos espacios
ciudadanos de participación y poder local, tomando por sus propias manos las olas
de soberanía no entregadas directamente y haciéndose cargo del "derecho de
decidir lo que es mejor para sus propias vidas". "Por ahora el Lugar — no importa
su dimensión — es la sede de esa resistencia de la sociedad civil, pero nada impide
que aprendamos las formas de extender esas resistencias a escalas más altas"
(Ibíd.: 129).
Así, la descentralización (desde una perspectiva democratizadora) pasó de ser
un mero mecanismo neoliberal a ser parte — en palabras de Madoery — de la
"reinvención de lo local", y más específicamente, del Enfoque de Desarrollo Local.
De este modo, se ha pasado de un 'desarrollo asistido' desde gobiernos centrales
Pensando la Ciudad
a un 'desarrollo endógeno', es decir, "al desarrollo como algo construido a partir
de capacidades relacionales de los actores personales e institucionales locales,
de la proximidad no sólo geográfica, sino fundamentalmente, organizativa e
institucional" (Madoery: 2001: 2). Concretamente, vivimos un desplazamiento de
la política hacia el territorio local (Ibíd.: 10), en donde la valoración de lo local
aumentó, poniendo fin a aquellas visiones reduccionistas en América Latina que
no concebían en lo local sino algo pequeño e intrascendente e incluso un freno al
desarrollo integral de las sociedades (Arocena, 2001). Lo local, por lo tanto, es una
apuesta política, lo que necesariamente implica una forma de entender el poder
de manera diferente a los paradigmas tradicionales.
Por lo mismo, es que al tomar en cuenta las ideas de participación ciudadana
e innovación institucional, Jaime Ahumada nos señala que
"la política local trata, básicamente, de la construcción de un poder
local, que se nutre a partir de la capacidad decisional, la capacidad
organizativa y la capacidad creativa de los agentes territoriales. Poder
local construido sobre la base de la capacidad convocante, aglutinadora
y movilizadora de la política. Por la cercanía de los decisores y actores
y la inevitabilidad de la participación, el desarrollo local es el tipo más
político y societal de desarrollo socioeconómico" (Ahumada, 1993:
161).
De este modo, cuando hablamos de la construcción de espacios locales y de
la constitución de actores en perspectiva de participación ciudadana hacemos
referencia a cómo el espacio local le da significado y valor al papel de los actores
individuales y colectivos (Boisier, 2001), pues estos son esenciales para generar
un desarrollo local pleno (Madoery, 2001: 11). Es lo que Robert Putnamal, al
destacar las cualidades de las comunidades del norte de Italia, denomina en
consonancia con el Banco Mundial como capital social; es decir, la capacidad que
tienen ciertas comunidades de generar acciones colectivas políticas y económicas
a partir del auto-reconocimiento de sus tradiciones cívico-culturales (Putnam, 1993).
En la misma senda, comprender la existencia de movimientos sociales en pos
del desarrollo local e innovación institucional, tiene que ver con comprender a un
movimiento social como
"un actor colectivo que interviene en un proceso de cambio social y
que está conformado por una agrupación de personas que comparten
41
Kütral
Pensando la Ciudad
ciertos objetivos de cambio social (o de oposición a un cambio, por ej.,
ecologistas vs. destrucción ambiental) que poseen una identidad colectiva
y que llevan varios años de acciones conjuntas, aunque su nivel
organizativo y programático sea flexible y diverso" (Serra, 2000: 7).
En efecto, el accionar de movimientos sociales locales y su relación con la
gestión de sus respectivos gobiernos locales son la manifestación específica del
paradigma de desarrollo local, de la participación ciudadana y de formas de expresar
la democracia participativa. A tiempos actuales, y producto de todos los fenómenos
sociales en este artículo representados, la ciudad y sus actores (niños/as, mujeres,
minorías sexuales, otros) cobran relevancia.
La Nueva Ciudad Latinoamericana: Entre el Neoliberalismo y la
Resistencia del Lugar
La ciudad actual, esa que se transforma con las 'reformas estructurales', ya no
es la misma de nuestros abuelos y ni siquiera la misma de nuestros padres. La
historia no es estática, no cabe duda. Sabemos de sus movimientos y transformaciones a través del tiempo (Rodríguez, 2001). De hecho, las tensiones globales y
los cambios de paradigmas señalados en puntos anteriores tienen repercusión
directa en la producción de la vida en la nueva ciudad latinoamericana. En ella
coexisten la tensión entre lo tradicional y lo moderno, donde la ciudad ya no es
una sola y homogénea, sino que es de una multiplicidad de culturas y de una
diversidad abismante de expresiones y prácticas sociales:(Rodríguez, 2001). Se
asegura que "... ella debe ser pensada desde la perspectiva de la complejidad; en
un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados; presenta
la paradoja de lo individual y múltiple, el tejido de eventos, acciones, interacciones,
retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen el mundo urbano" (Giraldo,
1995: 297).
42
Kütral
Desde la década de 1970 se comienza a advertir el tránsito de la "ciudad vecina"
a los modernos centros metropolitanos: que las metrópolis y las conurbaciones
conectadas por sendas carreteras sustituyeron la ciudad donde se reconocían
todos los vecinos; que se reemplazó la vida de ciudad con raíces campesinas por
una heterogénea, compleja, globalizada y con aires de internacionalización:
"estamos ante una ciudad-encrucijada, ciudad-mundo, que se constituye
precisamente a través de computar (chatear), conjugar,
Pensando la Ciudad
equilibrar, sus muchas divergencias internas. La ciudad actual responde
a la acción de factores activos, incluso contrastantes. De ahí surge su
variopinto y su capacidad de asombrarnos todos los días. La gran
ciudad actual es grotesca. Ni siquiera se la conoce. Por debajo de su
orden externo bulle una inmensa discordia" (Rodríguez, 2001: 4).
De este modo, la creciente desigualdad mundial también implanta su contradicción
en la ciudad. Sabemos de la existencia de barrios cuyo uso de suelo es de una
plusvalía sólo de acceso para ricos, perdurando en la antítesis antiguos cordones
marginales de pobreza ajenos al consumo desatado y privilegiado de cierto tipo
de bienes exclusivos. Si bien esta contradicción no nace con la nueva ciudad
latinoamericana, su repercusión en la vida privada se hace más evidente al provocar
por un lado exclusión y por otro resentimiento social, claves para entender buena
parte de la violencia urbana actual (Rodríguez & Winchester, 1997). Además, en
aquellas ciudades que pertenecen a Estados que privilegian la especulación
inmobiliaria sin control y, por lo tanto, con una débil legislación que resguarde el
patrimonio tangible e intangible local, se produce la consiguiente fragmentación
de las urbes y de sus grupos sociales, debido principalmente a la pérdida del
centro histórico originario, teniendo como consecuencia directa la atomización de
las identidades, la pulverización del tejido social y como corolario el declive de los
espacios públicos tan necesarios para "hacer vida en la ciudad". Entonces, lo que
se pierde son las lógicas comunitarias de hacer vida social. Se reemplaza la
posibilidad de ejercer el derecho a decidir sobre el espacio propio por el cambio
a una autonomía y diversidad de sujetos con sus propias subculturas y en donde
en la mayoría de los casos no existe interconexión entre sí.
De igual forma, la tecnocracia con la que actúan muchas veces los funcionarios
públicos impiden la creación de ciudad o de espacios públicos desde una ciudadanía
participativa y en base a los legados culturales propios de sus antepasados, ya
que su amor por el "progreso técnico" y por la planificación racionalista inciden en
que las políticas urbanas se hayan orientado, principalmente, hacia los aspectos
físicos y económicos, restando importancia a los asuntos referidos a la cultura, la
socialización de los migrantes campesinos y de las nuevas generaciones urbanas,
la formación de ciudadanos modernos, la ética pública, el patrimonio urbano y el
medioambiente (Uribe, 2001: 151). Frente a lo anterior, el ciudadano carente de
educación social se alejará de lo público y se ensimismará en los espacios privados
con amigos y familiares donde buscará la seguridad y la comprensión. Porque
claro, hoy en día una de las preocupaciones latentes son aquellas referidas a la
"seguridad" (Ibídem).
43
Kütral
Pensando la Ciudad
En resumen, el pasar de la ciudad vecina a la ciudad metropolitana10, se tradujo
en sendos trastornos socio-culturales que desbordaron las posibilidades de reacción
de las entidades tradicionales como el Estado, la Familia y la Escuela. Todo pese
a los intentos de superar los problemas y "enfermedades urbanas"11 propias de
la ciudad actual, a través de la inversión en obras públicas y equipamiento urbano
y de la "intervención social" en "grupos de riesgo" por medio de "políticas sociales".
Podríamos decir entonces que hoy en día surge la necesidad de plantear a la
ciudad como un espacio de lucha para instaurar y/o profundizar los Derechos
Humanos. Para ello, se necesita renovar y reiniciar la educación ciudadana con
el objeto de reconstituir tejido social en la nueva complejidad urbana. Esta ahora
toma en cuenta los nuevos paradigmas mundiales en torno a los "valores sociales",
teniendo la educación social un sitial de importancia mayor, pues usando métodos
y técnicas propias de la educación social-popular, se intenta establecer la nueva
ciudadanía crítica.
El derecho a la ciudad y la democracia participativa
44
Kütral
Los primeros planteamientos que se refirieron al tema de la ciudad como derecho
tienden a ser entregados en propiedad al pensador francés Henri Lefevre, quien
en la década de 1960 hizo efectivo el concepto en el libro que lleva justamente
como título El Derecho a la Ciudad. El libro, inspirado en los macro-procesos de
urbanización y sus consecuencias geo-espaciales y sociales, fue el principio del
movimiento pro derechos a la ciudad que con el paso del tiempo fue consolidando
sus posturas debido a la realidad urbana imperante en las décadas de 1970, 1980
y 1990. Justamente, en los años 80, comienzan a construirse agendas políticas
de reforma urbana a nivel de la sociedad civil en algunos países de América Latina.
El caso más simbólico es el de Brasil, el que durante pleno proceso de transición
a la democracia elaboró la constitución en 1988 que contempla el Derecho a la
Ciudad en uno de sus apartados.
En la década de 1990 se realizan las grandes Conferencias de las Naciones
Unidas. Dos de ellas incorporan directamente el Derecho a la Ciudad como uno
de sus temas prioritarios: la del Medio Ambiente en 1992 (Río de Janeiro) y la de
los Asentamientos Humanos-Hábitat II, en 1996 (Estambul). Estas Conferencias
crean la Agenda 21 y la Agenda Hábitat, respectivamente.
Ya en el siglo XXI, la profundización de este derecho se hace evidente por los
11 Se entienden como enfermedades urbanas las derivadas de la contaminación ambiental, los atochamientos
vehiculares, el crecimiento 'vertical' de las ciudades, el surmenage y el estrés.
Pensando la Ciudad
niveles que tuvo la movilización social en busca de su conquista. Así, en el proceso
de sucesivos Foros Sociales (Foro Social de las Américas en Quito, Julio 2004;
Foro Mundial Urbano en Barcelona, Octubre 2004; Foro Social Mundial, Porto
Alegre, Enero 2005), en septiembre del 2005, en Barcelona, se aprueba la Carta
Mundial del Derecho a la Ciudad, base jurídica de muchas iniciativas que tendrán
asiento en América Latina.
La Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad. Una mirada al caso
brasileño
La Carta Mundial del Derecho a la Ciudad se define como el usufructo equitativo
de las ciudades dentro de los principios de sostenibilidad, democracia, equidad y
justicia social. A partir de la comprensión de la ciudad como espacio colectivo
culturalmente rico y diversificado que pertenece a todos sus habitantes, el derecho
a la ciudad es comprendido como un derecho colectivo de los habitantes de las
ciudades, en especial de los grupos vulnerables y desfavorecidos, confiriéndoles
legitimidad en su acción y organización, con base en sus usos y costumbres, con
el objetivo de alcanzar el pleno ejercicio del derecho a la libre autodeterminación
y a un estándar de vida adecuado. Los principios rectores de la Carta Mundial por
el Derecho a la Ciudad son: Gestión democrática de la ciudad; Función social de
la ciudad; Función social de la propiedad; Ejercicio pleno de la ciudadanía; Igualdad
sin discriminación; Protección especial de grupos y personas vulnerables; Compromiso social del sector privado; Impulso a la economía solidaria y las políticas
fiscales progresivas.
Políticamente, la presentación de una propuesta en donde se invita a la ciudadanía
'urbana' a tomar la gestión de sus ciudades implicó por parte de las autoridades
nacionales y locales en donde el uso de este derecho está legitimado, a realizar
las correspondientes reformas urbanas que, como resultado 'político', tuvieron la
introducción de este Derecho en sus Constituciones nacionales. Sin lugar a dudas,
esto significa que existe un reconocimiento y valorización del principio de la función
social de la ciudad y como fundamento de las políticas de desarrollo. En este
sentido, no va a ser casualidad que al ser reconocido este derecho constitucionalmente por algunos Estados-nación latinoamericanos (Brasil, Argentina, México)
se haya producido un ímpetu ciudadano por participar en la gestión de su propio
desarrollo. De hecho, muchas experiencias de poder local e incluso de innovación
participativa hoy en día se están sistematizando producto del profundo impacto
democrático que han tenido. La asimilación de la Carta en estos Estados
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Kütral
Pensando la Ciudad
latinoamericanos (Brasil, Argentina, México) se haya producido un ímpetu ciudadano
por participar en la gestión de su propio desarrollo. De hecho, muchas experiencias
de poder local e incluso de innovación participativa hoy en día se están sistematizando
producto del profundo impacto democrático que han tenido. La asimilación de la
Carta en estos Estados latinoamericanos, manifestó el fortalecimiento del papel
de los Municipios como el principal ente colectivo para promover la política local,
lo cual indica que la descentralización 'hacia abajo' tiene componentes democráticos
que fortalecen la participación, ya que obviamente la municipalidad es el órgano
representativo más afín con la idea del ejercicio de derechos ciudadanos. De esta
manera, decenas de municipios están implementando, evaluando y difundiendo
políticas en base al Derecho a la Ciudad.
Por ejemplo, una de las experiencias primigenias más innovadoras se encuentra
en Brasil, en el llamado Estatuto de la Ciudad del año 2001. El Estatuto de la
Ciudad conlleva un profundo impacto en el derecho a la ciudad, que deja de ser
un derecho reconocido solamente en el campo de la política y pasa a ser un
derecho reconocido en el campo jurídico. Así, el derecho a la ciudad se transforma
en un nuevo derecho fundamental brasileño, integrando la categoría de los derechos
colectivos. Ciertamente, el Estatuto de la Ciudad establece el derecho a vivir en
ciudades sostenibles, como el derecho a la tierra urbana, a la vivienda, al saneamiento
ambiental, a la infraestructura urbana, al transporte y a los servicios públicos, al
trabajo y a la recreación y a la gestión democrática por medio de la participación
de la población y de asociaciones representativas de los varios segmentos de la
comunidad en la formulación, ejecución y seguimiento de planes, programas y
proyectos de desarrollo urbano.
46
Kütral
Como consecuencia directa del Estatuto de la Ciudad, y con el fin de aportar
con el equilibrio democrático en Brasil, el año 2003 se creó el Ministerio de las
Ciudades, cuyo objetivo principal es conseguir integrar y articular las políticas de
desarrollo urbano, habitación, saneamiento ambiental, movilidad y transporte urbano
a nivel nacional. Su forma más concreta de acción y por las implicaciones en la
implementación del derecho a la ciudad que tiene, cabe destacar el Consejo y las
Conferencias de las Ciudades. La Conferencia Nacional de las Ciudades se congrega
para asegurar la participación pública y el control ciudadano, así como supervisar
los procesos democráticos de formulación e implementación de las acciones,
programas y proyectos de políticas nacionales urbanas. Por lo mismo, la Conferencia
tiene como forma de funcionamiento la reunión de delegados que representan
diferentes segmentos de la sociedad civil organizada y del gobierno en sus diferentes
niveles, de forma a establecer las directivas para los próximos
Pensando la Ciudad
años de las políticas implementadas por el Consejo de Ciudades. Como dato
anexo, el Consejo de ciudades se reunió por primera vez en el 2003 bajo el lema
"1ª Conferencia Nacional de las Ciudades". En ella se establecieron los principios
y directrices para la política nacional de desarrollo urbano y para las Conferencias
siguientes.
El ejemplo brasileño — único en su especie — no implica reconocer que el
'Derecho a la Ciudad' está dando sus primeros pasos como derecho colectivo. Lo
que sí implica es dar a entender que su establecimiento es posible, sobre todo si
se implementan las herramientas necesarias para lograr dicho proceso de profundización de la democracia participativa. Claro está que este lento proceso de
conciencia de derechos ciudadanos ha necesitado de métodos y experiencias de
educación ciudadana a distinta escala que trabajan en perspectiva del Derecho
a la Ciudad.
La Ciudad Educadora como Método de Educación Ciudadana
El avance de la perspectiva de derechos ha sido leído por muchos Estadosnación altamente descentralizados y por gobiernos locales urbanos de diversas
partes del mundo como la oportunidad de profundizar en la tan deseada democratización participativa, pues el gobierno de la ciudad (municipio, cabildo, ayuntamiento),
tal como ya señalamos, es visto como la institución política más cercana al
ciudadano, siendo incluso para algunos su organización natural. Los fundamentos
que avalan lo planteado, señalan que el concepto de ciudadanía se liga con la
participación política y el ejercicio de este derecho: "la educación del ciudadano,
era la educación del hombre para vivir en la sociedad, esto era, para vivir en la
ciudad". En este sentido, la ciudadanía no sólo se percibe como aquella que
'participa' en elecciones nacionales o que se relaciona jurídicamente con el Estado;
sino que también como la que se preocupa de los asuntos y problemas cotidianos
de su barrio y ciudad; como la que hace uso de los espacios públicos; y como la
que ejerce control ciudadano sobre sus representantes. Entonces, la ciudadanía
se convierte en tal, en el momento que construye civilidad; es decir, cuando hace
vida política en la ciudad, cuando tiene conciencia de sus derechos civiles, de sus
derechos sociales y económicos, de sus derechos políticos y de sus derechos
culturales.
La idea de levantar una ciudad educadora desde los gobiernos locales, tiene
como intención educar a la ciudadanía. Para Gadotti, la concepción plena de
ciudadanía se "manifiesta en la movilización de la sociedad para la conquista de
47
Kütral
Pensando la Ciudad
nuevos derechos y en la participación directa de la población en la gestión de la
vida pública, a través, por ejemplo, de la discusión democrática del presupuesto
de la ciudad" (Gadotti, 2005: s/n). Y justamente ése es el objetivo primordial trazado
por la ciudad educadora, o sea
"busca instaurar, con todas sus energías, la ciudadanía plena, activa,
cuando establece canales permanentes de participación, incentiva la
organización de las comunidades para que tomen en sus manos, de
forma organizada, el control social de la ciudad"(Ibídem) o "la construcción de una ciudadanía organizada, autónoma y solidaria, capaz
de convivir en la diferencia y de solucionar pacíficamente sus conflictos"
(Op. Cit. Rodríguez: 1).
Metodológicamente, la ciudad educadora es apertura de espacios, porque
comprende que la crisis de la escuela tradicional es parte de las tensiones
provocadas por los cambios culturales. La ciudad educadora no concibe la educación
como el conocimiento parcelado y disciplinario que aún persiste en la escuela,
pues entiende
"los procesos científicos y tecnológicos como parte de un todo, colocándolos en una dimensión social y cultural, no como conocimientos
aislados, puros y exactos; también tiene la característica de tornar local
un conocimiento global, que puede ser adaptado (...) en proyectos de
vida local: Erradicación de enfermedades, historias de vida, adecuación
de tecnologías para usos locales (...)" (Palacios, 2006: s/n).
48
Kütral
Así, el aprendizaje en el espacio urbano se viene convirtiendo en un nuevo
paradigma pedagógico, pues aprender en la ciudad de su producción social actual
y también de su pasado, implica reconocer el dinamismo de la historia a través de
la crítica de los conocimientos y paradigmas tradicionales existentes; por medio
de la aceptación colectiva de nuevos aprendizajes; y a través de la construcción
de nuevos conocimientos para el futuro. Para aquello, es fundamental reincorporar
a la memoria colectiva12 como respuesta a las dudas sobre cómo construir
ciudadanía, puesto que el hecho de recuperar y aprender saberes olvidados o
desechados por la ciencia moderna y la historia oficial, nos ayudan a comprender
de mejor manera conceptos como solidaridad, democracia participativa o proyecto
histórico-popular.
12 El 'mnemotropismo' o tendencia de las sociedades actuales 'a escarbar' en la memoria social y en la
historia, cobra sentido cuando el cuestionamiento a las oficialidades de todo tipo renueva la lucha por la
construcción de representaciones del pasado y la proyección de futuros colectivos.
Pensando la Ciudad
Génesis y Desarrollo de la Ciudad Educadora
En nuestra era, la idea de ciudad Educadora se da partir de Edgar Faure en
1972. Faure nos propone "sacar la educación de los espacios cerrados en donde
se hallaba confinada, para trasladarla a los lugares de reunión, a las fábricas, las
plazas, a los parques, a las calles y, en fin, a los espacios públicos" (Faure, 1973:
265).
En el año 1990, teniendo como marco la Convención de los Derechos del Niño,
se reúne en Barcelona el recientemente creado Movimiento de Ciudades Educadoras
con motivo del I Congreso Internacional de Ciudades Educadoras. Las orientaciones
del encuentro fueron determinadas por la aspiración de los gobiernos locales
reunidos por mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Las conclusiones fueron
publicadas en la llamada Carta de Ciudades Educadoras. En ella se expresa el
sentir de los objetivos trazados por este movimiento. El Movimiento de Ciudades
Educadoras, con motivo del III Congreso convocado en Bolonia, se institucionaliza
y formaliza en la AICE, o Asociación Internacional de Ciudades Educadoras.
Textualmente, la AICE plantea que la ciudad educadora
"es una propuesta integradora de la vida ciudadana que concierne a
gobiernos locales, pero también a todo tipo de instituciones y asociaciones públicas y privadas. Su objetivo es trabajar conjuntamente con
sentido educativo en el desarrollo de políticas y actuaciones que
impulsen la calidad de vida de las personas, su compromiso con el
espíritu de ciudadanía y los valores de una democracia participativa
y solidaria"13
Como datos genéricos, tenemos que a la fecha, se han realizado 11 congresos
de la AICE, siendo el número 12 para el año 2012 posiblemente en la ciudad de
Seúl.
Congresos realizados
Congresos
Año
Ciudad Sede
I
1990
Barcelona
II
1992
Gotemburgo
III
1994
Bolonia
IV
1996
Chicago
Tema Central
La Ciudad Educadora para Niños y Jóvenes.
La Educación Permanente.
El Multiculturalismo. "Reconocerse:
Para una Nueva Geografía de las Identidades".
Las Artes y las Humanidades como Agentes
de Cambio Social.
13 Folleto de presentación de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras.
49
Kütral
Pensando la Ciudad
V
1999
Jerusalem
VI
2000
Lisboa
VII
2002
Tampere
El Futuro de la Educación. El Papel de la
Ciudad en un Mundo Globalizado.
VIII
2004
Génova
Otra Ciudad es Posible. El Futuro de la Ciudad
como Proyecto Colectivo.
IX
2006
Lyon
X
2008
Sao Paulo
Construcción de Ciudadanía en Ciudades
Multiculturales.
XI
2010
Guadalajara
(México)
Deporte, Políticas Públicas y Ciudadanía.
Retos de una Ciudad
Llevar el Legado y la Historia al Futuro.
La Ciudad, Espacio Educ. en el Nuevo Milenio.
El lugar de las Personas en la Ciudad.
Fuente: Asociación Internacional de Ciudades Educadoras. 2011
Finalmente, hoy por hoy, la AICE cuenta con 331 gobiernos locales asociados
pertenecientes a 69 países. De ellos, 12 países son latinoamericanos, siendo 57
los gobiernos locales asociados. La mayor presencia la aportan los gobiernos
locales de Brasil, Argentina y Colombia, destacando por la calidad de sus proyectos
educativos de ciudad, Porto Alegre, Sao Paulo, Rosario, Santa Fe, Medellín, Bogotá,
Mérida y Caracas.
De Chile, se sabe que han suscrito "alguna vez" la Carta de Ciudades Educadoras
por lo menos seis gobiernos locales: Valparaíso, Vallenar, Frutillar, Concepción,
Purranque y Los Ángeles, apareciendo en la actualidad en la base de datos solo
tres de ellos (Vallenar, Los Ángeles y Purranque). Lamentablemente — a excepción
de Vallenar — son desconocidos los proyectos educativos de ciudad desarrollados
por estos gobiernos locales14.
50
Kütral
14 De Vallenar se conocen una serie de proyectos de educación ambiental en donde el municipio en conjunto
con actores locales de diversas edades desarrolla la recuperación e integración del río Huasco en el plan
regulador. Su objetivo consiste en transformar el río contaminado en un espacio de esparcimiento y educación.
En el caso de Valparaíso, no debemos confundir su reconocimiento como patrimonio de la humanidad y los
carnavales culturales con ciudad educadora, pues en el primero y en el segundo de los casos corresponden
a iniciativas de carácter gubernamental nacional, mientras que la ciudad educadora se preocupa de desarrollar
ciudadanía en el ámbito local.
Pensando la Ciudad
A Modo de Consideraciones Finales
El nuevo contexto global en camino a su determinación, ha dejado abiertas las
puertas para que la ciudadanía pueda tomar en sus manos su propio desarrollo.
Claro está, ésta no fue la idea inicial, pues los poderes instalados en la cúspide
de la pirámide mundial sólo pensaron en la transnacionalización del capital y en
la adecuación de los territorios a dicha forma de entender el crecimiento económico
y el desarrollo humano. Pero en los últimos años, la respuesta de la sociedad no
se hizo esperar. El descreimiento en las bondades del neoliberalismo ha generado
una nueva confrontación, o mejor dicho, un nuevo mundo "bipolar". No al estilo
de la Guerra Fría, por supuesto. La confrontación en este nuevo mundo bipolar
se da en sentido "ético". Por un lado, están todos los que pregonan la homogeneización del mundo en base a los paradigmas libremercadistas, mientras que por
otro están todos los que con preocupación observan el desenvolvimiento humano
en el planeta, sintiendo a la postre que 'algo hay que hacer'.
La conformación de nuevos movimientos sociales que rompen con los antiguos
formatos de los movimientos sociales tradicionales; la creación de nuevas metodologías educativas ciudadanas; la creación de frentes continentales con el fin de
extender las prácticas solidarias; la toma de conciencia a nivel local y con mayor
fuerza a nivel global de la perspectiva de Derechos Humanos; la fuerza que sujetos
históricamente invisibilizados han ido paulatinamente desarrollando y la búsqueda
de mejoras concretas en la calidad de vida (Derecho a la Ciudad por ejemplo), son
algunas experiencias de nuevo orden que se van oponiendo a la homogeneización
mundial bajo el paradigma del libremercado.
Desde esta perspectiva, las teorías, metodologías y experiencias entregadas
a lo largo de este artículo nos entregan algunos indicios de lo que se está haciendo
en torno a al Derecho a la Ciudad, (como derecho colectivo) y con algunas
metodologías de educación ciudadana, la educación en Derechos Humanos y la
educación en la auto-valoración como sujetos sociales con derechos, principalmente
en la ciudad. Efectivamente, al transformarse la estructuración de los poderes
mundiales y la ciudad atrapar funciones negadas históricamente por los centralizados
Estados-nación, se ha producido que muchas de las prácticas tendientes a educar
en el ejercicio de los derechos ciudadanos se realicen en ciudades, prácticas que
podríamos concluir como novedosas, puesto que ninguna de las que hemos
desarrollado a lo largo de estos párrafos (El Derecho a la Ciudad en Brasil y La
Ciudad Educadora) tiene más de veinte años.
51
Kütral
Pensando la Ciudad
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54
Kütral
Pensando la Ciudad
Viña del Mar, ciudad de tomas silenciosas1
Luis Vildósola B.*
L
Resumen
a dinámica de los pobladores que
realizan tomas de terrenos en Viña del
Mar (1987-2007), expresa como principal característica el desenvolvimiento
de un proceso de conquista y producción
de espacio urbano bajo la fórmula de
una re-apropiación local del suelo contiguo al que ocuparon - vía compra o
toma de sitio - sus padres o vecinos, en
décadas anteriores. El fenómeno, se
reconoce en la comuna con el nombre
de "tomas silenciosas", en alusión a su
escasa visibilidad en la esfera pública
y a su relativo bajo nivel de confrontación con la autoridad política, aunque,
como comportamiento social, responde,
más bien, a una estrategia local-popular
de construcción de ciudad, condicionada
en este período por dinámicas históricas
globales y locales que le otorgan, por
un lado, especificidad cultural, y por
otro, la configuración de una trama de
relaciones donde confluyen las lógica
de disciplinamiento, negociación y resistencia.
T
Abstract
he dynamics of shanty town dwellers,
who carry out land takeovers in Viña del
Mar (1987-2007), show, as one of its
main characteristics, the development
of a process of conquest and production
of urban space under the formula of a
local re-appropriation of land adjacent
to the one which that occupied by their
parents or neighbours in previous decades. The phenomenon, is known as
"silent takeovers", due to its scarce visibility and relative low level of confrontation with political authority. As collective
action, it can be understood as a local
- popular strategy of construction of the
city with a logic that articulates discipline,
negotiation and resistance.
Keywords
Shanty Town Dwellers, Land Takeovers,
Silent Takeovers, Viña del Mar City,
Discipline Enforcement.
Palabras claves
Pobladores, tomas de terrenos, toma
silenciosa, ciudad de Viña del Mar,
disciplinamiento.
1 Este artículo forma parte del proyecto de investigación: "Dinámicas de Poblamiento Popular en Ciudades
de la Provincia de Valparaíso" que realiza el programa Historia y Cultura Local de Ekosol.
* Trabajador social; Magíster © en historia y ciencias sociales en Universidad ARCIS, investigador de la ONG
Ekosol. E-mail [email protected]
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Kütral
Pensando la Ciudad
La ciudad de Viña del Mar como contexto de tomas de terreno
Según un catastro de "Asentamientos Humanos Precarios" (AHP), realizado
por la Oficina de Gestión Habitacional de la Ilustre Municipalidad de Viña del Mar,
el año 2002, en la comuna, había cerca de cuatro mil familias (unas 12 mil personas)
en esta condición. Se trata, principalmente, de quienes viven en las llamadas:
"tomas" silenciosas de terrenos. El mismo catastro, consigna que en estos
asentamientos: predominan las personas jóvenes (promedio 23 años de edad),
de ingresos bajos y empleos inestables. Geográficamente, se hallan instalados en
las partes altas de los cerros: Achupallas, Forestal, Reñaca Alto y Miraflores Alto.
(DIDECO: 2002)
DISTRIBUCION DE COMITES POR TERRITORIO
SECTOR
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Kütral
COMITES
FAMILIAS
Achupallas
38
1.334
Forestal
32
1.094
Reñaca Alto
20
660
Miraflores Alto
9
350
Chorrillos
4
180
Viña Oriente
4
111
Otros
4
80
TOTAL
111
3.816
Fuente: DIDECO, I. Municipalidad de Viña del Mar, 2002
La masiva ocupación de terrenos en Viña del Mar, en el ciclo 1987 - 2007,
se produce en un escenario de transformaciones profundas de la sociedad chilena
que impactan la proyección social, territorial y urbanística de esta comuna, rompiendo
aquellas bases de equilibrio que habían sustentado sus estructuras de desarrollo,
entre 1940 y 1975. En Viña del Mar, desde mitad de los años '70, en adelante, se
hace presente un nuevo patrón de desarrollo que marca las directrices de una
nueva etapa en la historia local. Su impacto en la organización del espacio urbano
ha sido distinto al que produjo la fuerza industrial en la primera mitad del
Pensando la Ciudad
siglo XX. Sus actores y su lógica son diferentes. En esta nueva etapa, la ciudad
da cuenta de procesos que están revelando, cada vez más, la expansión, el
dinamismo y las facilidades que halla el capital comercial-financiero para desplazarse
hacia cualquier parte de la comuna. De este modo, inversionistas
nacionales/internacionales (que operan a escala global) aprovechan las ventajas
que ofrece la localidad para concretar sus "emprendimientos". En la última década,
algunas de esas dinámicas se han hecho más visibles en Viña del Mar.
Internacionalización del negocio inmobiliario. Este rubro, se observa como
uno de los que están comandando las directrices del "desarrollo local", y aparece
como uno de los sectores más dinámicos de la economía viñamarina.
"Los datos del Censo Nacional confirman que el sector terciario es
el único que registró un incremento de ocupados en el período 1992
- 2002 y, que, este aumento se dio en actividades como; inmobiliarias,
empresariales y de alquiler, 96,8 %; intermediación financiera, 26,9
%; comercio al por mayor y menor 24,7 %, y enseñanza 21,1 % "
(Valdebenito: 2002 :17).
Sin embargo, al observar el impacto global de este hecho, emergen algunos de
los costos asumidos por los habitantes de Viña del Mar. Entre otros; el incesante
incremento del precio del suelo convirtiéndola en una ciudad, comparativamente
más "cara". En esto, se funda uno de los principales pretextos usados para decirles
a los pobres, que, acá; ya no quedan terrenos para construir2. Por otra parte, está
la fuerte ingerencia que asumen las empresas y capitales extranjeros en las
operaciones inmobiliarias, que debilitan la influencia local en las decisiones que
afectan la marcha de la ciudad.3
"Los terrenos de las petroleras en la avenida Jorge Montt tienen sólo
ventajas para despertar el interés de parte de potenciales compradores:
suelos planos, vista al mar, excelente ubicación e inmejorables accesos.
Por eso, la firma: Colliers Internacional - encargada de la venta espera
que el Concejo Municipal no rigidice el seccional que está en la última
fase de su trámite" (Diario El Mercurio de Valparaíso: 15 de abril, 2002).
2 "El precio del suelo que es el recurso que le pone el freno, sobre todo, en Viña del Mar, ha sido muy claro,
por el alto costo del suelo y el alto costo de la urbanización del suelo que va quedando" Manuel Hernández:
(2003) ex Director del SERVIU Región de Valparaíso.
3 "Como síntoma de "la 'ciudad globalizada, que se conecta con las redes mundiales de la economía, las
finanzas y las comunicaciones; comienzan a hacerse evidente dos fenómenos de importancia por sus efectos
en la estructura social y espacial de ellas: la desterritorialización y la desmaterialización" (García Canclini,
citado en Rodríguez A y Winchester L, 1997:: 33).
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Kütral
Pensando la Ciudad
Contribución local a la acumulación global. La localidad se ha mostrado
como una excelente plaza para el arribo de grandes inversiones de capital. Tanto
para el denominado rubro de los intangibles: fondo previsional, seguros, bancos
y financieras; como para el negocio en inmobiliarias, cadenas farmacéutica,
supermercados, y el retail.
Una de las marcas que ha liderado este tipo de aterrizaje en Viña del Mar, es
"Falabella". Esta firma comercial (hoy también en la línea bancaria) tiene verdaderos
'templos' comerciales, abiertos todo el año. La llave de oro en la expansión
monumental de sus negocios se funda, justamente, en la capacidad de mantener
endeudados a crecientes masas de consumidores locales. Así, mientras sus ingresos
se fundan en contribuciones e intereses aportados localmente, el capital acumulado
ingresa a circuitos globales, operando sin garantías de compromiso con un
desarrollo local sustentable.
"Lo que fue la Sastrería Económica Italiana de calle Ahumada a
comienzos de 1900, terminó siendo una de las 10 compañías más
grandes del país hacia el año 2000, con tentáculos repartidos por todo
Chile, y también en Argentina y Perú; y con presencia en una serie de
otras empresas, ligadas al mundo del retail: Home Deport, Farmacias
Ahumada y los Mall Plaza Oeste, del Trébol y La Serena. Tras la
reciente fusión Falabella y Home Center, la nueva compañía por nacer
y que 'en la pasada' transformó a las hermanas Solari Falabella las
mujeres más ricas de Chile, tendrá un valor bursátil de 2.800 millones
de dólares. (Diario La Tercera: 24 de agosto, 2003)
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Kütral
Y, aunque esto en Viña del Mar no se diga, y la prensa local poco lo investigue,
es probable que la extrema acumulación de riqueza de unos, esté actuando en
desmedro de las condiciones de vida de otros que, en la práctica, han venido
acumulando: segregación espacial, deterioro educacional, precarización laboral e
inseguridad vecinal. Son los síntomas de una 'pobreza ciudadana' que se hace
visible, en toda América Latina4.
Presión para eliminar las normas de política de suelo. Los grandes capitales
parecen llevar el control en cuanto al manejo de las normas que regulan la dinámica
4 "Las ciudades de América Latina "son hoy el principal escenario del desarrollo económico y las oportunidades
de progreso, y por otra parte son espacios donde se concentran los pobres y excluidos del progreso, pues
la reestructuración económica global ha afectado a las economías nacionales, pero especialmente a las
personas en las ciudades. Junto a la magnitud de la pobreza urbana, se percibe una creciente polarización
y desigualdad social, en la medida en que los roles y funciones de los centros urbanos son más complejos
y diversos, y se acentúan las diferencias entre ciudades y territorios, y al interior de éstos" (Bárcena, A, y
Simioni, D, 2003:: 30).
Pensando la Ciudad
territorial en Viña del Mar. Así, al menos, se observa el 2003 en la actitud de
autoridades comunales que avalan una ofensiva para desgravar 4.551 hectáreas
que estaban protegidas (40 % de la superficie de la comuna. (Diario El Mercurio
Valparaíso, lunes 21 de julio, 2003).
Desde el ámbito municipal se explica que se quiere desgravar estos suelos y
modificar el Plan Intercomunal de Valparaíso (PIV) por razones de desarrollo de
nuevas inversiones, y que
"es necesario lograr estos cambios mediante una estrategia pues, si
bien existe una intención de parte del gobierno Regional de reemplazar
al PIV, por uno más moderno, no podemos esperar 4 o 5 años para
que esto se produzca, por eso, la autoridad comunal de Viña ideó una
estrategia: aplicar modificaciones al actual PIV por la vía de seccionales,
lo que sería sin lugar a dudas un trámite más ágil" (Ibídem).
Las autoridades comunales señalan que no hay que temerle a la expansión de
la ciudad, aunque habrá que precisar que con ello están señalando que desean
facilitar el arribo de capitales, asumiendo la desregulación en la transacción del
suelo en la ciudad.
Grandes proyectos en la ciudad están condicionados a un cambio en
el PIV, uno en el Sausalito y otro, en el estero de Viña, también un
proyecto para el sector Sausalito que está gravado como área verde
(...). La congregación del Colegio Sagrados Corazones quiere levantar
en la subida Padre Hurtado una sede para unificar los establecimientos
de Viña y Valparaíso. Está también el proyecto del Campus Rodelillo
de la Universidad Viña del Mar.5 (Ibíd.)
La espectacular invasión del espacio público. Los procesos que impactan
en la organización y el funcionamiento de la llamada "Ciudad Jardín", en las
últimas décadas, configuran una estructura urbana viñamarina que adquiere formas
inéditas. Se hacen visibles los nuevos 'centros' comerciales, los edificios de altura
y la renovación de las vías de acceso a la ciudad. Además, se ve la multiplicación
de los sitios para bancos y financieras; la venta de automóviles, seguros y salud
privada. Y se visualizan las diversas "cadenas" de comida rápida: McDonald's,
Pizza Hutt, del retail (Falabella, Almacenes París, Ripley, etc); de supermercados
(Líder, Jumbo, Santa Isabel); de videos (Blockbuster), y de farmacias (Ahumada,
Brand, Cruz Verde). Todo ello, agrupado urbanísticamente como: shopping centers,
mall y paseos peatonales.
5 Ya construido y funcionando.
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Pensando la Ciudad
En la ciudad, la industria del espectáculo asume festivales, conciertos, ferias
del libro, cicletadas, corridas masivas y distintos eventos, pasando a formar parte
de una nueva dinámica en la ciudad. Ya no se trata sólo de un festival de la canción
y de un casino de apuestas para la temporada estival, como fue en décadas
pasadas, ahora, todo ello se integra a la figura de la "industria del turismo". En
torno a ella, se posicionan imágenes publicitarias como: Viña, Ciudad que Encanta
y Viña, Ciudad Bella. Y, a la cola, se ha plegado la 'industria' privada de la educación
con su slogan: Viña, Ciudad Universitaria. La irrupción masiva de internet corona
este proceso, como una red que invade el espacio público y privado en la ciudad,
creando, como en muchos otros lugares; "sensaciones y apariencias de modernización, desarrollo y globalización" (Salazar: 2000).
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Kütral
La televigilancia, por su parte, se despliega como un gran ojo que controla la
calle y la vida cotidiana del viñamarino. Con esto, se han visto reforzados algunos
elementos de orden represivo en la ciudad. "El sistema de televigilancia se inició
en 1995 en Viña del Mar. Hoy funcionan más de 60 cámaras en diversos sectores,
operadas por ex Carabineros"6 (El Observador de Viña del Mar, 2006). Mientras,
al mismo tiempo, los viejos barrios y centros industriales se deterioran y/o desaparecen, como sucede en la zona de la ex Compañía Refinadora de Azúcar de Viña
del Mar (CRAV); el sector de 15 Norte y la calle San Antonio, el sector de Las
Salinas y el sector El Salto. De este modo, se van debilitando identidades locales
ligadas a la industria y al comercio, y terminando los antiguos espacios de sociabilidad
obrera. Y, en varios cerros, que cobijan en su parte alta a los sectores populares
de la comuna, se observa la instalación de "soluciones" habitacionales que llegaron
a modificar la vida de aquellas poblaciones consolidados en décadas pasadas.
Pues, como dice un dirigente poblacional: "llenaron la población Glorias Navales,
un sector súper pobre. SERVIU instaló mil y tantas viviendas ahí donde no hay
policlínico, no hay colegio, no existe ninguna infraestructura urbana para acoger
la cantidad de familias." (Hevia Rufino: 2003)7.
Es, en este contexto, donde emergen las tomas de terrenos de Viña del Mar
como fenómeno que abarca un ciclo de más de dos décadas (1987-2007), siendo
los años noventa el tiempo de su máxima expansión. Se trata de un período en
que la comuna afianza su condición de ciudad de servicios, centro de turismo y
espectáculos de nivel internacional, y lugar donde hacer "buenos" negocios. Y es
en esta realidad, donde los pobladores en toma, reciben los efectos desintegradores
y desocializadores de esta 'ciudad globalizada'. Aunque se debe recordar, que; las
6 El costo de mantención de 15 cámaras bordea los 6 millones de pesos. Las empresas de seguridad firman
contratos por 5 años". (Diario El Observador de Viña del Mar, 26 de noviembre de 2006).
7 Dirigente Social de la Unión Comunal de Allegado de Viña del Mar. Entrevista, 19 de abril, 2003.
Pensando la Ciudad
tomas como fenómeno social en Viña del Mar, se han hecho presente en distintos
momentos de la historia comunal, y que las actuales; son sólo una nueva versión.
En esta etapa, los factores directos que explican la masiva presencia de tomas de
terrenos en la ciudad, son: la existencia de un grave déficit de habitación popular,
estimado en 20 mil unidades (DIDECO: 1993); la débil respuesta del SERVIU en
materia de subsidios habitacionales para Viña del Mar8; y la coyuntura de la "vuelta
a la democracia" que eleva las expectativas de solución al problema habitacional.
Sin embargo, el carácter 'silencioso' de este fenómeno se debe interpretar desde
una combinatoria más compleja de hechos y relaciones que afectan el
comportamiento social de los pobladores en toma. En este artículo, se hará a partir
de la revisión de algunos aspectos que atañen a las lógicas de 'disciplinamiento',
'negociación' y 'resistencia' que acuden; en forma dinámica y dialéctica (Illanes:
2004), a su configuración como sujetos.
Disciplinamiento
El modo en que se posicionan los pobladores viñamarinos en toma de terrenos,
ante la problemática y el contexto que enfrentan, se sintetiza en la forma "silenciosa"
de desarrollar su estrategia de ocupación en las partes altas de los cerros de Viña
del Mar. La ciudad, en este caso, se presenta como el espacio que refleja como
un espejo el tipo de sociedad que estamos viviendo (Garcés: 2004). Es aquí, donde
los pobladores viñamarinos retratan su toma como el fruto de un largo camino de
reconfiguración social, condicionado por su incorporación obligada a los nuevos
principios que organizan la vida en la sociedad chilena, desde mitad de los años
setenta. Y es, en este lugar, donde los pobladores se constituyen en tanto que
grupo social subordinado. Pero, como se sabe en la teoría sociológica, tales
condicionamientos suelen ser, a la vez, 'estructurados' y 'estructurantes'9, de tal
modo que las tomas 'silenciosas', además de representar a una parte del margen
residual del libre mercado en la ciudad, expresan también, la voluntad de los
pobladores de reagruparse socialmente para denunciar su extrema incertidumbre
habitacional; y para desarrollar, fuera del mercado, una alternativa propia de
solución a su problema. Eso, en una ciudad que cría sus propios 'monstruos".
8 "Para Viña del Mar, entre 1990 y 1999, el SERVIU logró construir y asignar un total de 1.549 viviendas,
lo que equivale sólo al 12 % del total de familias que postularon al subsidio en ese período". (Arellano Nelson:
2005::).
9 "Estos habitus, como los categoriza Bourdieu, "son condicionamientos asociados a una clase particular de
existencia, sistemas de disposiciones duraderas y transferibles, estructuras estructuradas predispuestas para
funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como principios generadores y organizadores de prácticas
y representaciones que pueden ser objetivamente adaptadas a su fin, sin suponer la búsqueda consciente
de fines y el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos…"(Bourdieu, citado por Tricot,
2010::91).
61
Kütral
Pensando la Ciudad
El disciplinamiento, por tanto, refiere a la forma en que han debido relacionarse
los pobladores con los cambios estructurales profundas ocurridos en Chile, en las
últimas décadas y, a la manera de confrontar los efectos de las sucesivas crisis
(económicas, políticas y culturales) que ha vivido el país y la comuna. De modo
que su comportamiento conlleva una tensión permanente en cuanto a sobrevivencia
y permanencia en la ciudad, donde se ven obligados a moverse entre: integración
y desintegración, modernización y pobreza, terciarización y desalarización, entre
otros procesos en marcha.
Los pobladores frente a la política habitacional
El fenómeno de las tomas de terrenos, aquí revisado, transcurre dentro de
un escenario nacional excepcional desde el punto de vista de la historia de la
política habitacional aplicada en Chile. De hecho, ocurre cuando esta política
registra una gran continuidad, dispone de mecanismos político-administrativos
para su aplicación en todo el país, y demuestra capacidad para incrementar la
producción de viviendas10, de hecho,
la capacidad de producción anual en el país pasó de 22 mil viviendas
en 1982 a 142 mil en 1997; la producción de viviendas con subsidio
estatal, que se mantuvo alrededor de las 50 mil unidades entre 1985
y 1988, alcanzó las 100 mil unidades en 1996. La base operativa del
sistema es el mecanismo financiero del "subsidio habitacional", creado
hacia fines de los años '70, aplicado de forma masiva desde mediados
de los años '80 y consolidado en los '90' " (Sugranyes: 2006: 14 y 25).
62
Kütral
A la luz de estos antecedentes, el problema habitacional de los pobladores en
tomas, de Viña del Mar, resulta contradictorio, pues, su realidad, no se condice
con los parámetros de efectividad que exhibe a nivel nacional la política de vivienda,
y parece rebatir el balance de éxitos alcanzados por ésta, durante la década del
noventa. En efecto, los datos del SERVIU y el Municipio viñamarino indican que
la oferta de subsidios habitacionales fue muy inferior a la demanda local de
viviendas11, al tiempo que los "asentamientos precarios" se incrementaron, en este
período. En diciembre del 2000 el municipio registró 90 asentamientos irregulares
en la comuna que involucraban a 3.186 familias (11.756 personas), lo cual señalaba
10 "La política habitacional en Chile, en los años '80 y '90, a partir de una institucionalidad centralizada por
encima de cambios en política, ha dado techo a los pobres, con la construcción de 500 mil viviendas públicas
(Serviu), y ha regularizado la gran mayoría de los asentamientos precarios urbanos. Logró también, en las
dos décadas, reducir el déficit habitacional; en el marco de crecimiento de la economía. Esta producción
masiva de viviendas superó el crecimiento vegetativo de población y la formación de nuevos hogares ".
(Sugranyes: 2006:: 58).
11 "Podemos señalar que mientras 10.932 familias se inscribieron a los programas del SERVIU, sólo se
ofertaron 2.513 viviendas en los últimos 10 años". (Rojas,F:2002::15)
Pensando la Ciudad
que se habían incrementado en un 122 %, respecto al año 1997. Y el año 2003
llegó a 3.816 familias (Valdebenito: 2006).
Los pobladores frente a una nueva realidad laboral productiva
El posicionamiento actual de los pobladores en tomas de terrenos, tributa
fuertemente a las condiciones laborales y económicas que han vivido, en las últimas
4 décadas. En este sentido, como grupo social, han experimentado una sociedad
donde la ganancia rige como principio organizador de la vida económica (no las
necesidades sociales) y una ciudad desplazada a los servicios, que profundiza la
desigualdad.(Harvey, D:1998:: 216).
Según la CAS II, las familias que han optado por una forma no regular
de acceder a la tierra y la vivienda, están bajo la línea de la pobreza
y la indigencia. Presentan altos índices de dependencia sociodemográfica y una inserción laboral precarizada (cesantes y/o empleos
informales "de pobres"), lo que implica ingresos destinados íntegramente
a la sobrevivencia. (Valdebenito: 2006).
Sin embargo, este sitial que registran en Viña del Mar los pobladores en tomas,
amerita una revisión dentro del contexto de transformaciones estructurales que
sufre la sociedad chilena, desde mediados de los años setenta, como fruto de los
criterios que impone la dictadura militar, y como efecto de su adhesión a la economía
globalizada. La vida de los sectores populares de la región y de la comuna se ve
alterada por ambos hechos.
Panorama de crisis
La Región de Valparaíso resulta particularmente perjudicada por la crisis
económica del país, durante los años ochenta. En la región, "se registran 282
empresas en quiebra en el período 1981 -1989" (Tapia, J, y Vallejos, P: 1992:: 8).
En Viña del Mar, el descalabro lo simboliza la quiebra de la Compañía Refinadora
de Azúcar (CRAV), en 1981, industria centenaria que da vida a numerosas
poblaciones de trabajadores en la ciudad. La crisis de los años ochenta, dejó como
herencia en la zona un lastre (no superado, aún) de una alta tasa de desempleo,
el cual se ha mantenido por sobre el promedio nacional, durante varias décadas12.
En esto radica el alto índice de pobreza que registra la ciudad. En paralelo al
panorama de crisis del área productiva, en Viña del Mar se va afianzando la la
terciarización de su economía. "En función de 1992, el sector
12 "La desocupación alcanzó en abril de 2002, el 13, 9 % de cesantes y el 1,9 % de personas que buscan
trabajo por primera vez. Este registro, es 4, 8 % más elevado que el porcentaje observado, en 1992".
(Valdebenito, C: 2006::17).
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Kütral
Pensando la Ciudad
terciario es el único que aumenta la población ocupada en términos absolutos
(10.080 personas más), y en términos de su incidencia (de 75, 9 % a 81, 3 % en
2002)". (Valdebenito, C: 2006:: 16)
Desalarización y desproletarización, surgen como procesos vividos por los
pobladores, en toma. Y, desde este lugar, testimonian sus efectos: "Antes, cuando
Viña del Mar tenía muchas industrias, los viejos se daban el lujo de dejar una
fábrica, y se cambiaban altiro a la otra que estaba al lado. Era otra realidad".
(Eleonor: Achupallas, abril 2007). En esta "nueva" realidad, la actividad productiva
no es más que un pálido reflejo de lo que fue, antes. Es lo que se deduce del relato
de Eduardo, quien señala:
"Soy obrero textil, de la industria Zhar, también mi padre trabajó allí.
Antes, hacíamos 20 tipos de frazadas, se producía y se vendía, pero
cambió, pasamos a ser 'importadora' de frazadas chinas, sale más
barato, la compran y acá la etiquetan. Hoy sólo se tejen las lanas. Los
patrones dicen: "nosotros nos estamos adaptando al sistema de hoy;
estamos bien, lo que me preocupa son ustedes". El 2007 llegaron 2
container con frazadas chinas, las vendió todas"13.
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Kütral
En esta realidad, también se pueden reconocer las transformaciones que
impactan la situación de la mujer en la industria, ya que "han contratado mujeres
porque son las que necesita que desembolsen, cambien la etiqueta y sellen, nada
más, esa es su pega. No necesita huinchadora, rematadora, o dobladora, sólo
esas mujeres. Nos vamos a quedar sin pega Así murieron las textiles: Viña,
Sedamar" (Ibídem). Sin duda que, en este contexto, el trabajador — sobre todo
el varón — pierde protagonismo en el quehacer productivo. En este camino, ha
visto reducirse las plantas industriales, el empleo estable y la seguridad. Además
se queda sin sindicatos, que fueron referentes de sociabilidad14 y la organización
que le permitió adquirir terrenos, en los años '50. Ahora su situación es otra, de
mucha menor resonancia social en la ciudad. Más aún, mayoritariamente, se ha
visto obligado a constituirse en torno a aquellos grupos sociales que ensanchan
la dinámica informal del empleo y la economía. Y, atendiendo su debilidad laboral,
ha debido apelar a sus redes y recursos inmediatos para subsistir, porque — como
señalan — "la verdad es que hay un par de vecinos con vehículos. Ellos, por
iniciativa propia, se ponen a tirar gente no más. O sea, como se dice son piratas,
acarrean gente por unos pesitos para arriba (Manolo: Lomas La Torre, 2007).
13 Entrevista a Eduardo Sandoval, obrero textil en Viña del Mar, Achupallas, abril, 2007.
14 "Hay que reconocer que en algunas industrias, en el período de industrialización sustitutiva, se procedió
a reproducir viejas formas comunitarias de convivencia. La Compañía de Azúcar de Viña del Mar, tenía una
"población" amurallada donde vivían los trabajadores, se llamaba "la ciudadela". Había teatro, actividades
sociales tales como bailes, cumpleaños y las fiestas nacionales. El recuerdo de los trabajadores es de una
"gran familia". (Bengoa J: 2006: pp 158)
Pensando la Ciudad
Los pobladores frente a la desintegración social
El año 1985 se registra en la "Ciudad Jardín", una incipiente oleada de organización de pobladores que demanda solución para su grave problema habitacional.
La coyuntura del terremoto de ese año, sirvió para manifestar una realidad de
pobreza (allegados y sin casa) en un país con dictadura militar y en una ciudad
que invisibiliza a sus pobres.
Antes de la aprobación del Proyecto de Reconstrucción, para pobladores
cuyas viviendas fueron afectadas por el terremoto del 3 de marzo de
1985, el CECAP-CELPE15 y las Parroquias de Forestal y Achupallas
habían apoyado a los Comités de Damnificados. A seis meses del
sismo, la ausencia de respuesta a la demanda poblacional produjo la
disolución de los grupos. (Faile: 1987::9)
Hacia fines de la década del ochenta y principios del noventa se formaron
decenas de comités de allegadas y familias Sin Casa. Esto ocurrió en varios cerros
de Viña del Mar. y representaban a miles de familias con problema de vivienda en
la ciudad. Gran parte de estos grupos se organiza en coordinadoras sectoriales y
constituyen la Unión Comunal de Allegados, la UCA. Pero, ya entrada la década
del noventa, se estima que al menos la mitad de estos comités, derivó en la
realización de tomas silenciosas de terrenos. Esto se mantuvo durante toda la
década del noventa y se extendió hasta mitad del dos mil. Todo este proceso, sin
embargo, ha tenido escasa visibilización en la esfera pública de la comuna. Existen
variadas razones para que esta situación se mantenga de esta forma, y en este
texto, se señalan algunas claves que contribuyen a su interpretación. En primer
lugar, las tomas silenciosas de terrenos, del período 1987-2007, se expresan en
un período histórico en que el movimiento popular refleja un profundo retroceso,
lo cual incide en sus condiciones de fragilidad organizativa y discursiva, en la
comuna.
En segundo término, son tomas de terrenos que ocurren en un tiempo en que
la política pública cuenta con dispositivos legales y financieros poderosos, orientados
a contener la explosión de la demanda habitacional de los sectores populares, en
particular, aquella que pueda desafiar la regulación del mercado y/o sobrepasar
las normas establecida para salvaguardar la propiedad privada. Es una situación
que pone tensión en las tomas.
15 CECAP, Centro de Capacitación Poblacional, CELPE, Centro de Educación Laboral Permanente. Ambas
ONGs, apoyaron la realización de un proyecto de viviendas para 100 familias de los sectores Achupallas y
Forestal, entre 1985 y 1987. En Achupallas, se hizo cargo el Área Social de la Parroquia del sector, y el
sacerdote Alfredo Hudson. Esta experiencia se realizó con fondos de la Cooperación Internacional proveniente
de Alemania, la Fundación GTZ.
65
Kütral
Pensando la Ciudad
En tercer lugar, las tomas, se producen en una ciudad cuyas elites tradicionales
resienten la presencia de "lo popular".16 Para ellas, la "irregularidad" y la pobreza
de los pobladores, no se condice con la imagen pública de Viña del Mar. Por tal
motivo, ofrecen resistencia política-cultural a estas tomas, las invisibilizan, pues,
contradicen el ideal de comuna homogénea que manejan en su relato unilateral
referido a: "una ciudad de categoría internacional'. Esto, es algo que influye en la
percepción que tienen de si mismo los pobladores, y en su opción de expresar en
forma abierta la ilegitimidad de su movimiento. Finalmente, las tomas silenciosas
si bien reflejan exclusión y desigualdad social, también expresan los signos vitales
de un movimiento popular local, capaz de sobreponerse a un contexto (global/local)
adverso, a partir de la ocupación de sitios y la concresión de una propuesta propia
de solución habitacional. De acuerdo a la teoría social, su registro "silencioso"
podría ser computado: no como movimiento "en fase de emergencia, sino, como
un movimiento de "subsidencia". (Salazar, G, 2001:12)
Negociación
66
Kütral
Los pobladores de las "tomas", perciben que el campo de las negociaciones
es un área compleja, de equilibrios delicados, plagado de dilataciones y tramitaciones
burocráticas, a veces riesgosa para sus intereses. Es un espacio de disputa donde
deberá enfrentar, directa o indirectamente, a figuras con poder económico y político
formidables. Y, se dan cuenta, de que su posición en la coyuntura histórica que
enfrentan, es precaria. En primer término, porque representan una dinámica que
transgrede las normas del mercado, pero, además; porque ellos refieren a un
grupo social que desconfía de partidos políticos e instituciones del Estado, no
dispone de organizaciones vigorosas ni representaciones intermedias que le
apoyen. Carecen de aliados externos importantes. Pero comprenden que su
situación, de alguna manera, constituye parte de un problema estratégico en la
sociedad chilena, reconociendo que aunque su conducta no es legal, su lucha
por un sitio para vivir en la ciudad, es legítimo. De cualquier modo, su decisión
de salir a negociar la permanencia en el terreno no se presenta como un salto al
vacío, ni mucho menos. De hecho, arriban a esta instancia con una carta negociadora
efectiva entre sus manos; llegan con el expediente de una ocupación ya realizada.
Arriban con una apropiación social del terreno, en marcha y, "al final, cuando ya
está la toma hecha, las autoridades se la juegan porque se quede en el lugar, no
16 Según el (ex) Concejal Luis Parot de la I. Municipalidad de Viña del Mar: "No hay conciencia de la disciplina
que se necesita para mantener un perfil alto en las plazas de Viña del Mar, y se están autorizando una serie
de actividades molestas y dañinas"dijo, refiriéndose a los autos y caballos que se autorizan en algunos
parques. El concejal agregó, que: "si se permite instalar juegos tienen que ser los mejores, no la picantería
que se autoriza, la ciudad pierde su calidad de elegante y tranquila y se transforma en "popular". (Diario "El
Expreso", martes 4 de febrero de 2004).
Pensando la Ciudad
les conviene erradicar, porque les sale a mayor costo. No sólo económico, sino
costo político " (Juan Solís: La Parva, abril 2007).
Tejer confianzas entre pares
En las 'tomas', se observa que los primeros esfuerzos se invierten en la búsqueda
de confianzas entre pares y en sondear el terreno a ocupar. Esto incluye investigar
el tipo de propietario del suelo (privado o público), y evaluar el modo concreto de
hacer la toma. Luego viene la ocupación 'silenciosa'. En esta fase aparecen las
primeras normas que regirán el nacimiento de la ocupación, y que, en buena
medida, establecen una base durable en la organización del espacio en los
asentamientos. Una vez que se instalan las primeras familias en el terreno, surgen
acciones para resolver las necesidades de agua potable y electricidad. Se realizan
gestiones personales y grupales de acercamiento a 'otros', todavía cercanos a su
realidad: vecinos, dirigentes de Juntas de Vecinos, familiares y otros. Cada integrante
del grupo moviliza sus recursos. Cuando el grupo se siente más fortificado se
anima a salir un poco más allá; y se inicia el primer acercamiento al gobierno
comunal. Por lo general, en este primer encuentro con el municipio, el mensaje
se le devuelve al grupo en forma de aviso: ¡debe formalizarse para entablar
relaciones en lo público!. Es decir; tiene que "legalizarse", pues; la municipalidad
"no atiende" a gente que provenga de tomas: "La toma ha sido luchada, porque
no te pescan si soy de una toma de terreno. Y además, soy ilegal, estás en un
terreno particular, no debías hacerlo, pero ¿qué hacemos? si es tanta la necesidad
de vivienda". (Olaya: Forestal, abril 2007)
El negocio del suelo y tomas de terrenos
Una de las causas importantes en la expansión y consolidación de las tomas
de terrenos se relaciona con el negocio del suelo, donde los particulares juegan
un rol relevante.17 Un caso especial en este período, lo constituye la toma de la
"Parcela Once", de Forestal, donde se instala un numeroso contingente de familias.
El hecho resulta distinto a otras ocupaciones por las características del terreno.
Se trata de un suelo plano, pegado a una carretera que vincula con la capital del
país. En suma, es un terreno de mayor valor comercial que el del común de las
tomas, sujeto a la especulación en el negocio del suelo. En esta toma, tras un largo
17 "Está el poder económico que son los dueños de la tierra; "Los Hernández" por un lado y "Los Bernales"
con la "Sociedad Quiscal" (de la sucesión Blanca Vergara), por otro. Al menos en el caso de Quiscal el asunto
es que el proceso parte de los pobladores que se toman y habitan el lugar, lo dotan de vida, y luego, viene
la municipalidad en su doble discurso de 'negación' y 'prohibición', pero al mismo tiempo le suministra los
elementos para mantenerlo (agua, recolección de basura) y se utiliza de plataforma para campañas políticas"
(Nelson Arellano, dic. 2004).
67
Kütral
Pensando la Ciudad
batallar y varios intentos de erradicación, incluyendo la oferta de un terreno
alternativo (la Parcela 15), los pobladores logran permanecer en el lugar, más la
promesa del SERVIU de construir allí, viviendas en plazos cercanos. Es probable
que dichos acuerdos se cumplan, pues, esta toma, representa un amplio y visible
frente de entrada a la turística ciudad de Viña del Mar, y el municipio es el primer
interesado en que esta situación se resuelva con rapidez.18
La transacción de los precios del suelo de los agentes privados se plantea,
caso a caso, y es el esquema que impone el propietario de acuerdo a su conveniencia.
A este evento, los pobladores concurren, habitualmente, después de que han
logrado comprometer al municipio y al Serviu en la negociación, que serán los
compradores originales del suelo.
En la negociación todos ganan
Según Nelson Arellano, ex funcionario del municipio viñamarino, en la comuna
se observa una suerte de ciclos de tomas de terrenos.
"En el mes de diciembre de 1973 se catastraron 23 tomas de terreno
que ocupaban poco más de cien hectáreas y contenían a 4.075 familias
(cita estudio de García, Patricio 1992). Treinta años más tarde, eran
casi 4 mil familias. Y en 1948, se registra una 'ocupación' de terrenos
en el cerro Forestal realizado por familias de obreros de la industria
Textil Viña en el sector "Las Pechugas", que más tarde se llamó
población Manuel Rodríguez" (Arellano: 2005: 58).
68
Kütral
Lo que cambia en el tiempo es básicamente el contexto socio-político y económico
en que se producen las "tomas", lo cual influye en el carácter y significado que
estas adquieren. La expresión "al final todos ganan", se comprende como el
resultado de una confluencia de intereses entre sectores involucrados en determinados períodos. Los pobladores, porque logran el acceso al suelo urbano. Los
propietarios de tierras, por que ven una oportunidad para integrar su propiedad al
uso de suelo urbano, en un período de sostenido incremento del valor de la misma.
La clase política local, porque halla en las tomas la posibilidad de tener ingerencia
sobre los grupos más vulnerables, en tiempos en que no resulta fácil aproximarse
a ellos, para hablar de política contingente.
18 En el marco del lanzamiento de los resultados de un nuevo catastro nacional del MINVI sobre campamentos
en Chile, realizado con presencia de autoridades de la región y la comuna, en la Parcela Once de Forestal,
Viña del Mar, la directora regional del SERVIU, María F. Cruz, aseguró que" La Parcela 11, es uno de los
campamentos que pretendemos darle solución durante este año, porque es uno de los campamentos
"emblemáticos". Diario El Mercurio de Valparaíso, jueves 26 de mayo de 2011 (págs., 2 y 3).
Pensando la Ciudad
Quizás, la posición más complicada es la del SERVIU, institución que debe
manejarse en un rol político-técnico y de equilibrios que no son fáciles de manejar
en lo concreto. Esta situación tiene importancia en Viña del Mar, dado que en la
comuna el 60 % de las tomas, están en terrenos del SERVIU y Bienes Nacionales
(Arellano: 2005:: 56). Además, esto es algo que se considera en los comités a la
hora de evaluar la toma de terrenos.
Resistencia
En el proceso que realizan los pobladores en tomas de terrenos, se distinguen
al menos cuatro actitudes y conductas relacionadas a una lógica de resistencia en
su estrategia de poblamiento: una opinión crítica frente a la eficacia de la política
habitacional, en la comuna; rechazo frente al tipo de "solución" habitacional que
ofrece el Servicio de Vivienda y Urbanismo (SERVIU); demanda de alternativas
habitacionales que no impliquen el desarraigo respecto al sector poblacional y la
ciudad donde se habita; y una revalidación de la autoconstrucción como alternativa
viable en los cerros viñamarinos. La articulación de estos elementos en las tomas
de terrenos, configuran la trama de una acción cultural popular que se origina en
la decisión de superar, por cuenta propia, un problema de 'inseguridad' habitacional
inmediato, y en la concresión de un proceso de reapropiación social de espacio
urbano.
Reapropiación social del territorio ocupado
En Viña del Mar, resulta notorio que en las tomas de terrenos la orientación
fundamental de las ocupaciones la otorgan aquellos pobladores que se han
desplazado dentro del mismo sector donde vivían y barrios donde mantienen
importantes lazos de afecto.
"Las primeras familias llegaron hace 12 o 13 años. Cuando ella llegó
en 1994 había 4 ó 5 familias viviendo allí. Después, empezó a llegar
gente. La mayoría son de acá de Forestal, la mayor parte estaban
pagando arriendo o viviendo con familiares y cuando hay niños chicos
molestan" (Comité Bajo Edén: Forestal).
La acción de la toma se manifiesta en directa relación con su percepción de
territorialidad. De este modo, la 'toma' se va constituyendo en un espacio cercano,
familiar y reconocido; un lugar que los pobladores reivindican para sí, mediante
una actualización del sentido de arraigo y pertenencia, y una resignificación de su
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Kütral
Pensando la Ciudad
historia local. "Se intentó hacer una toma con puros hijos, nos embarcamos como
7 personas que sabíamos todo este cuento y dijimos ¡ya! puros matrimonios
jóvenes. Pero llegaron los pacos y todos pa' afuera, no resultó" (María Galarce:
Reñaca Alto). En todo caso,
"ahí viven mis padres, mis suegros, nosotros, ellos, todos tenemos
gente, familia aquí… aquí en todo Reñaca Alto. Tengo en el pasaje,
cuatro casas que son familiares, son mis primos, mi hermano vive más
pa' allá y aquí están mis 4 cuñadas, familia de mi señora. …(Patricio
Godoy: Reñaca Alto, abril 2007)
Distancia ante opciones ineficientes o ajenas de solución
El distanciamiento de los pobladores frente a fórmulas oficiales de solución al
problema habitacional ha tenido al menos dos causas directas: la insuficiencia del
SERVIU para ofertar viviendas en cantidades acordes con la demanda comunal;
y la tendencia de una parte de los pobladores en toma de postular como alternativa
válida, la autoconstrucción. En cuanto al primer punto, resultan elocuentes algunas
de sus expresiones: "Las casas del SERVIU todas pegadas, además son lugares
en que llega cualquier gallo, gente que tiene mal vivir" (Comité El esfuerzo: Reñaca
Alto). Es decir,
"Esas casas del SERVIU son verdaderas cajas de fósforo, no hay
espacio para nada, se escucha todo. Son casas como de papel. Lo
que deseo es tener una casa sólida donde mis hijos tengan espacio
suficiente, donde puedan jugar y crecer como corresponde" (Comité
Vista Las Palmas: Forestal).
70
Kütral
El rechazo a la oferta oficial de vivienda social también se puede deducir de
su conducta como grupo organizado ante la opción de integrar programas del
SERVIU, al menos hasta mitad del año dos mil. "El 2003, de 111 comités que
había en Viña del Mar, sólo 29 de ellos se había registrado en el SERVIU"(Urquieta:
2003:: 28). Y, de hecho, este fue un tema debatido al interior de los comités de
vivienda.
En 1989, surge esta idea de levantar Comité de Allegados. Nosotros
partimos sin que nos gustaran las casas SERVIU. No nos gustaban
porque eran muy chicas, eran cajas de fósforo, está bien que la
familia chilena fuera disminuyendo, pero no significa que tengamos
que achicar la casa, y los dormitorios. No éramos animales a los que
había que encerrar. Si el Estado no promueve políticas que
Pensando la Ciudad
sean sanas pa' la cuestión mental y física, yo no soy arquitecto o
ingeniero, pero todos los que han estudiado esta cuestión — ellos
hablan de que la construcción de las viviendas básicas es pésima. A
la personas las enferma. En Santiago está la cagá 'con el hacinamiento.
(Eleonor: Comité La Parva, abril: 2007)
Autoconstrucción en el proceso de tomas de terrenos
En el marco de las tomas, la autoconstrucción ha sido
la solución habitacional durante muchos años. Y no solo entendida
porque la persona construyó sola, sino porque lo hizo con sus
vecinos, amigos, es todo eso. Casi históricamente se ha realizado
autoconstrucción. Obedece a una necesidad y a una solución, pero
eso tiene que ver con que contaban con un espacio físico, un terreno,
y una vez que tenían eso, se ponían a construir. (Juan Solís: toma
La Parva, abril 2008)
Si se compara las actuales iniciativas de autoconstrucción de los pobladores
en toma, con aquellas que se produjeron en las décadas del '50 y el '60, en los
cerros de la comuna, las diferencias son importantes, pues, lo que hicieron entonces
fue una verdadera política-popular de solución habitacional. 20 Tómese como
ejemplo el caso de Forestal, el cerro más poblado de Viña del Mar, donde al año
1987 se diagnostica que: "de 33 poblaciones en el lugar, 27 eran procesos de
autoconstrucción" (Fraile: 1987:11).
En todo caso, pese a que las actuales tomas de terrenos constituyen una versión
reducida respecto de aquellas experiencias que desarrollaron su padres y/o vecinos,
su existencia no deja de ser relevante en el contexto en que se producen, y sus
logros son destacables en términos de conquista y producción de espacio urbano.
Hoy, a poco más de dos décadas de haber iniciado el movimiento "silencioso" de
tomas de sitios, los pobladores pueden contar a su favor una serie de avances
importantes en el plano de la disputa por el acceso al suelo urbano, en Viña del
Mar. Pero, también, en su tarea de reconstititución como sujeto colectivo en la
ciudad.
El desarrollo de más de cuarenta asentamientos y/o poblaciones nuevas en los
cerros viñamarinos; la revalidación de la práctica de autoconstrucción; y el
desenvolvimiento de una infinidad de relaciones sociales y comunitarias, durante
este período, constituyen la prueba de una experiencia de logros asentada en
20 En Achupallas, la Confederación de Sindicatos Obreros Industriales de Viña del Mar, compró 914 hectáreas
en 1950, e ideó una Ciudad Satélite para los Trabajadores de Valparaíso. Gran parte de este proyecto se
llevó a cabo por sistema de Autoconstrucción. (Vildosola L: 1998:: 95)
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Pensando la Ciudad
en su "poder de habitar" la ciudad. En definitiva, con la toma silenciosa, los
pobladores logran revalidar su condición de productores de espacio urbano,
transitando desde una posición de extrema fragilidad, hasta lugares de mayor
actoría. En esta marcha logran reafirmar un sitio propio en la ciudad y abren cauce
para poner en cuestionamiento: valores y actitudes que interpelan las nociones de
ciudadanía que circulan en la sociedad actual. Es posible afirmar que
"la sociedad civil se fundamenta en la conciencia y reconocimiento
de derechos, y en la necesidad, por tanto, de límites a los poderes
del Estado y los poderosos. En Chile, siguiendo la tesis de Mario
Góngora, primero fue el Estado, y la sociedad civil o no ha existido,
o ha sido débil y embrionaria. Es por ello que la rebelión de los
siervos, de los pobladores, frente a la propiedad privada, no trasmuta
en sociedad civil actuante y sustentada, sino en comunidad de
resistencia" (Bengoa: 2002:: 14).
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74
Kütral
Pensando la Ciudad
Diáspora mapuche y multiculturalismo en Santiago
Enrique Antileo Baeza*
Resumen
E
Abstract
T
l objetivo central de este artículo es
discutir el problema de la migración de
población mapuche a la ciudad de Santiago desde los conceptos de diáspora
y multiculturalismo. Por un lado se intenta visibilizar los desafíos que arroja
la diáspora mapuche a los discursos
políticos del movimiento mapuche, haciendo análisis de la diferenciación urbano-rural y destacando sus aportes en
el debate de la identidad, la nación y la
territorialidad. Por otro lado, abordamos
las políticas indígenas urbanas desde
una crítica al multiculturalismo.
Palabras clave
Migración, Diáspora, Movimiento
Mapuche, Multiculturalismo.
he main objective of this article is to
discuss the problem of Mapuche migration to Santiago city, applying the concepts of diaspora and multiculturalism.
It is, on the one hand, an attempt to
demonstrate the challenges that the
Mapuche diaspora generate regarding
the political discourse of the Mapuche
Movement. Also, it analyzes the urbanrural differentiation and highlights its
contribution as regards the debate about
identity, the nation and territoriality. On
the other hand, urban indigenous policies
are discussed from a critical view of
multiculturalism.
Keywords
Migration, Diaspora, Mapuche
Movement, Multiculturalism.
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Kütral
*Antropólogo, Magíster. © en Estudios Latinoamericanos, Universidad de Chile.
Pensando la Ciudad
Introducción
Hablar de mapuche que viven en ciudades podría parecernos un tema bastante
abordado a estas alturas, considerando la producción escrita existente, sin embargo,
aún creo en la necesidad de darle más vueltas al asunto en estas pocas páginas
y en la urgencia de preguntar y evidenciar las tensiones que emergen de esta
situación, sobre todo las que conciernen a la población mapuche residente en la
metrópolis más grande de Chile: Santiago.
La realidad mapuche de la capital se ha transformado en un punto de reflexión
para dirigentes, organizaciones e intelectuales del movimiento mapuche. Es una
cuestión preocupante en relación a las demandas políticas y territoriales enarboladas
en los últimos veinte años. En Santiago reside cerca del 30% de la población
mapuche a nivel nacional (según Censo 2002), alto porcentaje en comparación
con la residencia en el territorio histórico o Wallmapu, lo que deriva de constantes
procesos migratorios y de posterior asentamiento permanente en la capital.
Parte del movimiento mapuche de los noventa y de estos primeros años del
siglo XXI interpretó esta situación bajo el concepto de diáspora, intentado aludir
a un conjunto de población que ha debido salir de su territorio (hogar), quizás no
bajo la fuerza, pero sí por diversas condiciones materiales que impedían su
continuidad en él. La diáspora busca potenciarse en la discursividad mapuche
actual, sobre todo en relación con el concepto de nación y con las demandas
colectivas que forman parte del proceso reivindicativo contemporáneo.
76
Kütral
Son varias las problemáticas que animan esta discusión sobre la diáspora y sus
vicisitudes. Por un lado, me interesa desentrañar los límites de la lectura dicotómica
urbano-rural, enfocada en caracterizar el funcionamiento de las organizaciones,
en visibilizar los problemas identitarios (desde la etnicidad) o en rastrear la articulación
de memorias colectivas, como vehículos del sentido de pertenencia en Santiago.
Me sitúo en la posibilidad de lograr una visión crítica del problema de las migraciones
a Santiago que vaya más allá de las características residenciales y que intente
comprenderlo en los marcos de relaciones coloniales vigentes.
Por otro lado, el desarrollo de las políticas indígenas multiculturales para la
población urbana (visible en la producción de documentos, comisiones, pactos,
acuerdos, mesas y políticas de reconocimiento) merece también un detenimiento:
intentar deslizar una mirada desde las relaciones de dominación al discurso
Pensando la Ciudad
multicultural del aparato público y la economía vigente. Estos son los caminos por
los que se moverá la presente discusión.
Más allá de lo urbano y lo rural
La visibilización de un enorme número de población indígena residente en
Santiago después del Censo de 1992, despertó al apetito intelectual por entender
este fenómeno e intentar abordarlo desde las diversas disciplinas. Anterior a eso
muy pocos estudios o acercamientos se habían desarrollado sobre cualquiera de
las aristas que sugiere este tema, entre esos pocos, algunos ejemplos como Carlos
Munizaga (1961), José Bengoa y Eduardo Valenzuela (1984) o Sonia Montecino
(1990).
Las cifras del Censo de 2002, más allá de los graves problemas en las preguntas
de adscripción étnica y los cerca de trescientos mil indígenas menos en esta
medición (Gundermann, Foerster, Vergara, 2005; Valdés, 2004), volvieron a resituar
el fenómeno de la población urbana y particularmente la importancia del caso
santiaguino como polo migratorio. Del total indígena, según este instrumento, un
64,8% reside en zonas urbanas, mientras que un 35,2% habita en sectores rurales.
En el caso particular del pueblo mapuche los datos son muy parecidos: el 62,4%
habita en la urbanidad y el 37,6% en espacios rurales (INE-MIDEPLAN, 2005).
Con estos antecedentes Santiago se ha convertido en el centro de investigación
sobre la vida de los mapuche en las ciudades, dejando a un costado las residencias
urbanas en otros centros. Según el último Censo, en la capital viviría cerca de
30,37% de la población nacional mapuche de un total de 604.349 personas, lo que
la convierte en la segunda región en número después de la Araucanía 1 .
En los últimos veinte años han aumentado los trabajos sobre mapuche
urbanos, constituyéndose Santiago como el principal foco de las observaciones.
La literatura sobre este tópico aporta varios elementos a la comprensión de
procesos de reafirmación de la identidad étnica, procesos de etnogénesis y
etnificación, surgimiento de discursos etnonacionales, dinámicas organizaciones,
experiencias migratorias, etc. Autores importantes, por ejemplo, son Andrea
Aravena y Nicolás Gissi2.
1 El Censo de 1992 contabilizó 409.079 personas mapuche en Santiago, es decir, un 44% del total mapuche,
posicionando a la R.M como el espacio con mayor presencia. El Censo de Población y Vivienda de 2002
puso a la Araucanía nuevamente como la zona de mayor peso demográfico.
2 Andrea Aravena es una de las investigadoras que más ha trabajado la problemática urbana, Sus documentos
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Kütral
Pensando la Ciudad
Ahora bien, hablando en términos generales, la necesidad de dar cuenta de la
migración mapuche y la inserción en espacios citadinos (en sus heterogéneas
dimensiones), más el énfasis puesto en el caso de Santiago, ha derivado en la
preponderancia de la distinción urbano/rural para el análisis de los movimientos
poblacionales mapuche y su establecimiento en espacios no rurales. Esta dicotomía,
independiente de que existan perspectivas críticas a ella, ha ganado terreno en la
discusión, en la discursividad de organizaciones y dirigentes y ha sido también
utilizada para el diseño e implementación de políticas específicas. No obstante,
creo que la dicotomía cada vez agota su alcance en el presente político del
movimiento mapuche. Si bien puede entregar valiosos elementos para la
caracterización de formas de vidas y experiencias urbanas, es un concepto cada
vez más despolitizado, en el sentido de su escasa interrelación con las discusiones
sobre derechos colectivos, autodeterminación y territorialidad que llevan adelantes
los sectores más críticos del movimiento.
La distinción urbano/rural se vuelve entonces una reducción, en la medida en
que encierra la realidad social mapuche en estas características residenciales.
Como lo indica Álvaro Bello, el concepto "no dice mucho acerca de los sujetos en
tanto protagonistas de procesos que implican a la etnicidad, la clase y/o el género,
sólo designa una condición que podríamos denominar "demográfica" y que se
refiere al hecho de vivir o haber nacido en la ciudad" (Bello, 2002:3). Además, es
un concepto sin historicidad en la medida en que tiende a soslayar las razones de
la problemática migratoria (Gissi, 2002), por ende, obnubila uno de los aspectos
más dramáticos del colonialismo en Chile.
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En este contexto, se hace necesario acudir a nuevas formas de entender el
caso particular de Santiago y de otras realidades citadinas, mirar el problema de
la urbanidad más allá de su especificidad, destrabar la discusión y potenciarla a
la luz de la reivindicación territorial. Efectivamente, se trata de observar, desde el
lugar en que estamos, un vínculo con lo que se ha estado definiendo como territorio.
Para despejar dudas, no digo que el problema de la urbanidad no sea relevante,
porque tiene suspropias complejidades, pero prefiero observar con otro lente este
nudo. Parto del dato no menor de que hay mapuche urbanos no sólo en Santiago,
sino en Valparaíso, Viña del Mar, Rancagua y también en Concepción, Cañete,
han puesto énfasis en el plano de la discriminación, la estigmatización y negación de la población mapuche
en Santiago (Aravena, 2001), así como en los orígenes históricos, económicos y sociales de la migración a
la metrópolis. Desde nuestra perspectiva, lo más relevante de su planteamiento es el lugar que otorga a la
memoria colectiva (2003a) y a las organizaciones en la etnicidad mapuche desplegada en el contexto
santiaguino (2003b). En el caso de Nicolás Gissi (2002), lo más destacado lo encontramos en el intento de
comprender la situación urbana mapuche en un contexto general de reivindicación étnica y en la deconstrucción
del concepto mapuche urbano, que acarrea una negación de la historicidad y memoria colectiva de la sociedad
mapuche.
Pensando la Ciudad
Temuco, Valdivia, Osorno, etc. Según los censos, la mayoría de nosotros vivimos
en ciudades y no en las reducciones o comunidades surgidas al alero de la ley
indígena. Lo que podría diferenciar estas urbanidades, desde mi perspectiva, es
otra distinción: el estar situado/no situado en el territorio histórico o territorio
reivindicado.
No es lo mismo vivir en Temuco, que en una de las periféricas comunas de la
metrópolis capital chilena. Esas creo son las distancias que deben y se han estado
instalando en el debate. Si tomamos esta perspectiva el problema ya no radicaría
en si el mapuche vive o no en la ciudad o en el hecho de dejar el lof o quedarse.
El problema sería el lugar desde donde se habla, se actúa y se moviliza. En tal
sentido, lo que trato humildemente de poner en la mesa (siguiendo una línea que
ya varios han trabajado) es una apertura para comprender el problema muchísimo
más allá de mapuche urbanos y mapuche rurales, muchísimo más allá de comuneros
o no comuneros. Nos abrimos a entender la migración en el marco de relaciones
coloniales vigentes, en el marco de violentos procesos de despojo y desplazamiento.
La diáspora en el caso de Santiago
En la vereda opuesta de las limitaciones políticas urbano/rurales, nos encontramos
con la diáspora. Evidentemente, hablar de diáspora no contiene una marca de
masividad en el movimiento mapuche, de hecho su uso ha sido principalmente un
aporte de los intelectuales para dar un giro distinto al análisis de realidades como
Santiago. Desde nuestra perspectiva, es un concepto bastante desafiante para
el movimiento, ya que por un lado podría permitir la apertura a lecturas políticas
acerca de los movimientos migratorios arraigados en la historia y, por otro, llamaría
a redefinir muchos elementos que tienen relación con el discurso de la identidad
y la nación.
Según Jana Evans Braziel y Anita Mannur (2003), el término diáspora viene del
griego diasperien, donde dia significa "a través de" y sperien se traduce como
"sembrar o dispersar la semilla", y su uso data del siglo III a.c. Generalmente
refiere al traslado masivo de pueblos fuera de su territorio por razones políticas,
económicas, militares, etc. Como lo indica Gabriel Izard (2004) para el caso de la
diáspora africana, el concepto
"hace referencia a grupos que han sido desplazados de su lugar de
origen a través de la migración, el exilio, etcétera, y se reubican en
otro territorio. Las comunidades diaspóricas tienen además
79
Kütral
Pensando la Ciudad
como una de sus principales características el hecho de cimentar, en
ocasiones, su identidad a partir de un territorio primigenio, que se
convierte en punto de referencia sobre el que se construyen las distintas
expresiones de la etnicidad" (2004:91)
No obstante, conforme el concepto ha ido adquiriendo fuerza en el mundo
académico, cada autor ha puesto sobre la mesa diversos puntos que atañen a su
definición. Según la venezolana Mireya Fernández (2008) pueden distinguirse dos
probables campos que trabajan la concepción de diáspora. Por un lado, lo relacionado
con el desplazamiento de pueblos que mantienen conexión con su tierra y su
historia, que se vinculan con la sociedad donde se encuentran, pero manteniendo
una identidad de grupo diferenciada. Por otro lado, un campo donde adquiere
relevancia la relación del individuo, su identidad y las transformaciones que se
producen en la convivencia con otras sociedades, en fin, los procesos transnacionales,
des-localizados, híbridos.
En el caso mapuche, la ocupación del concepto de diáspora sin duda se ha
vinculado en mayor medida con la dimensión territorial y, en menor grado, con las
transformaciones identitarias. Además el camino recorrido por el concepto es
relativamente reciente. Si bien un número importantes de intelectuales mapuche
han reflexionado sobre los mapuche urbanos o sobre el caso de Santiago3, un
segmento pequeño es el que ha introducido y sostenido el concepto de diáspora
para la realidad migratoria mapuche. El concepto remitiría al conjunto de la población
mapuche que ha salido o se encuentra fuera del Wallmapu, entendiendo éste
como el territorio histórico que se extiende al sur del río Bío Bío hasta la X región
en Chile (Ngulu mapu) y que se emplaza en la parte sur de Argentina (Puel mapu).
80
Kütral
El recorrido de la diáspora se inicia con los trabajos de Pedro Marimán y Diane
Hugheney (1993, 1995), donde se le menciona vagamente a la luz de los datos
censales. Posteriormente Pedro Marimán (1997) profundizará más sobre el asunto.
Otro material clave, ineludible, es el texto de José Ancán y Margarita Calfío publicado
en la Revista Liwen en 1999. Luego vendrá Víctor Naguil (2005), quien escribe sus
reflexiones programáticas sobre autogobierno en el periódico Azkintuwe, dedicando
un lugar especial al caso de la diáspora. Por último, están las aproximaciones de
Sergio Caniuqueo, Pablo Marimán, José Millalén y Rodrigo Levil en su libro Escucha
Winka (2006). Estas serían las contribuciones que se han realizado con mayor
fuerza a la comprensión de las migraciones y asentamientos de población mapuche
fuera del territorio histórico como diáspora. Revisemos un poco este camino.
3 Aquí podemos encontrar los textos de otros documentos de Fernando Quilaleo (1992) José Ancán (1994,
1995), Ramón Curivil (1994), Eduardo Curilén (1995), Clorinda Cuminao (1998), Marcos Valdés (2000)
Geraldine Abarca (2002), Felipe Curivil (2006), Ana Millaleo (2006), Liber Osorio (2009), entre otros.
Pensando la Ciudad
El documento del historiador Pedro Marimán Quemenado (1997) potencia el
concepto de diáspora para el caso mapuche y todos sus miembros que residen
fuera de su hogar. En ese sentido, este material deviene significativo para las
futuras reflexiones que irán socializando su uso, en concordancia con una postura
nacionalista que queda más clara en su propia definición:
"La diáspora mapuche, entendida como un flujo migratorio de carácter
colectivo (un fenómeno social), no necesariamente concertado, pero
con una coherencia interna, y en todo caso provocado por factores
exógenos al grupo, ha generado una dislocación de la continuidad
demográfica mapuche en el hábitat histórico. Este hábitat es por cierto
el territorio, el país propio, que es mucho más que la tierra entendida
como un factor de producción" (Marimán, Pedro, 1997:218-219).
El texto de Pedro Marimán está conectado con la noción de País Mapuche y
con la construcción de un proyecto político que inexorablemente debe discutir con
el rol otorgado a los mapuche que son parte de este exilio forzado. Ulteriormente,
José Ancán y Margarita Calfío (1999) refuerzan el concepto, considerando la
diáspora quizás como el problema político-territorial de mayor envergadura en la
historia actual de la sociedad mapuche. Su origen se encontraría en los albores
del período reduccional, de alguna manera en el hito fundador de la situación
colonial que vive hoy nuestro pueblo:
"La actual situación de disgregación demográfica y sociocultural
mapuche -la diáspora- que tanto conviene a las miradas simplistas, es
a nuestro juicio el fenómeno geopolítico base de la época contemporánea
Mapuche. Sus causas estructurales, en lo general están lo suficientemente bien establecidas como para volver sobre ellas: a la derrota
político militar y ocupación del territorio, se sucedieron procesos
migratorios masivos producto del empobrecimiento de las escasas
tierras sucesoras del proceso de radicación" (Ancán y Calfío, 1999:
53-54).
81
Los autores recogen los planteamientos de Pedro Marimán y le dan cuerpo a
una posible utopía para la diáspora, basada en la idea del retorno al País Mapuche,
proceso que por supuesto conlleva una serie de revisiones del propio movimiento
sobre ese territorio y sus imaginarios para el futuro, un espacio que superaría con
creces los límites del concepto de tierra. Este documento es valioso en cuanto a
los significativos aportes que realiza sobre problemática urbana santiaguina.
Desarrolla una profundización de las ideas retornistas, donde la diáspora proyecta
su participación en la reconstrucción y repoblamiento del territorio mapuche,
superando las visiones campesinistas, fundamentalistas y culturalistas.
Kütral
Pensando la Ciudad
La apuesta de Ancán y Calfío sienta un precedente para las reflexiones futuras
sobre la diáspora. De hecho, en sus planteamientos Víctor Naguil (2005) toma
gran parte de este análisis y le da un giro político-programático en términos de lo
que podríamos denominar una agenda del repoblamiento. De todas maneras esta
preocupación por el peso demográfico mapuche en el territorio propio ya se había
manifestado anteriormente en José Marimán (1997)4. Sin embargo, la novedad de
Víctor Naguil radica en su esquemática propuesta para materializar, pese a las
adversas condiciones económicas, las ideas de retorno al territorio mapuche, ya
sea en términos poblar nuevamente el Wallmapu, como de frenar la migración
regional.
Las ideas sobre repoblamiento también tienen correlato con los autores de la
ya conocida publicación Escucha Winka (Caniuqueo, Marimán et. Al., 2006), cuando
entroncan su reflexión política final — el epílogo sobre el futuro — con la población
en diáspora que quisiera regresar al Wallmapu y establecerse en él. Al respecto
sostienen:
"Una salida para estos grupos podría ser un proceso de repatriación
que implicaría identificar a la población que se encuentra en esta
situación, para establecer políticas y estrategias de reubicación analizando las posibilidades urbanas y rurales, midiendo competencias y
aptitudes, ya que la repatriación debería estar bajo un marco de
desarrollo económico, inversión que debe ser sopesada con la proyección
económica que pueda tener esa población. Es posible que en algunos
casos se inserten en su propia comunidad o en sus territorios de origen;
en otros casos se insertarán en ciudades, pues sus vidas y ocupaciones
están relacionadas con el mundo urbano" (2006:261).
82
Kütral
En términos generales, el uso del concepto diáspora en estos intelectuales se
encuentra estrechamente vinculado a los discursos políticos mapuche contemporáneos, posicionando el territorio como un elemento insoslayable. También la
disposición de la categoría diáspora genera una estrecho ensamble entre colonialismo
y migración que permite comprender los movimientos poblacionales, no como
cuestiones azarosas, sino directamente emparentadas con relaciones de dominación
o de colonialismo interno (González Casanova, 2006).
4 osé Marimán sostiene lo siguiente: "la tarea política del presente es maniobrar bajo las condiciones existentes
para hacer posible el camino a una autonomía territorial política del pueblo mapuche. En otras palabras, el
momento político presente supone asumir tareas que permitirán un mañana de autodeterminación para los
mapuche. Dos se destacan, la primera es la inversión de las corrientes migratorias en el mapuchemapu. Es
decir, frenar la emigración que está vaciando la Araucanía de población mapuche, e impulsar y favorecer el
retorno o instalación de los mapuche radicados fuera que así lo deseen. La segunda, es el desarrollo de la
consciencia e identidad política de la etnia, es decir, de una identidad nacional sin la cual no será nunca
verdaderamente un actor político" (Marimán J, 1997).
Pensando la Ciudad
Con claridad se aprecia una lectura ante todo política de la diáspora y sus
posibilidades estratégicas en un proyecto colectivo, sin embargo, salvo las valiosas
contribuciones de José Ancán y Margarita Calfío (1999) no encontramos mayor
discusión, de quienes han tomado el guante de la diáspora, en la trastienda
identitaria, sus conflictos internos y los retos que impone ella misma al movimiento
mapuche. Los avatares de la diáspora y la identidad(es)5, especialmente en el
caso santiaguino, y sus repercusiones políticas son lo que nos interesa tratar a
continuación.
La diáspora desafiante
El intelectual jamaiquino Stuart Hall — desde lo que se ha denominado una
postura contextualista radical (Grossberg, 2006), en términos de la relación de la
historia, espacio y tiempo con los conceptos — se acerca a la definición de diáspora
de la siguiente manera:
"…la diáspora no nos remite a esas tribus esparcidas cuya identidad
sólo se puede afianzar con relación a una patria sagrada a la que se
debe regresar a toda costa, aun si ello significa expulsar a otro pueblo
al mar. Ésta es la forma antigua, imperialista y hegemónica de la
"identidad étnica". Hemos visto el destino de la gente de Palestina en
manos de esta concepción retrograda de la diáspora, y la complicidad
de Occidente con esa concepción. La experiencia de la diáspora, como
la propongo aquí, está definida no por una esencia o pureza, sino por
el reconocimiento de una heterogeneidad y diversidad necesarias; por
una concepción de "identidad" que vive con y a través de la diferencia,
y no a pesar de ella… (Hall, 2003:244).
Me parece necesario abrir con este autor una discusión sobre diáspora e
identidad(es) en el caso mapuche para visualizar los desafíos que presenta al
movimiento. Indudablemente, Stuart Hall se acerca a la diáspora desde la misma
trinchera con que aborda la problemática identitaria. Elabora un posicionamiento
antiesencialista de la identidad (Hall, 1996), entendida como una construcción
permanente y no como algo dado, como elaboración que se produce a nivel
discursivo y que se destaca por su dinamismo y por su lógica de la diferencia. Por
eso al hablar de identidad o de diáspora lo hace como una estrategia, un lugar, un
posicionamiento, fijándose en las transformaciones, en las hibridaciones y no en
los remanentes de un pasado.
5 Tomo este plural identidades del texto de José Ancán: "Identidad(es) mapuche frente al Bicentenario chileno"
(2010).
83
Kütral
Pensando la Ciudad
De todos los textos referidos a la diáspora por parte de los intelectuales mapuche,
el único que aborda con perspicacia los problemas identitarios es el agudo análisis
de Ancán y Calfío (1999). Enfocados generalmente en el pragmatismo político, el
resto de los autores anteriormente mencionados han priorizado por dar cuerpo al
planteamiento retornista, que indudablemente es un aporte a las discusiones
actuales del movimiento, produciendo una omisión del margen vivencial de la
población en diáspora al acomodar su vida en una metrópolis como Santiago, que
conflictúa permanentemente su identidad.
En este sentido, Ancán y Calfío señalan que "los sucesivos y sutiles enmascaramientos identitarios que afectan a los mapuche santiaguinos, han convertido en
invisible su presencia y su actuar, tanto en su medio citadino, como en el particular
para el discurso etnográfico que sistemáticamente tiende a ignorarlos" (Ancán y
Calfío; 1999:50). Todas estas situaciones conflictuadas vinculadas a la experiencia
diaspórica, particularmente en el caso de Santiago, en el seno de una sociedad
otra, con sus propios ritmos, visibilizan nuevos procesos que ponen en cuestión
las definiciones clásicas de la identidad en términos de atributos étnicos. Más bien,
estos procesos de enmascaramiento (Ancán, 1995; Ancán y Calfío, 1999), haciendo
un parangón con los intentos de blanqueamiento detallados por el antillano Frantz
Fanon en Piel Negra, Máscaras Blancas (1952), nos llevan a cuestionarnos sobre
qué tipo de discurso será capaz de abrigar estas realidades y acerca de cómo
nuestros proyectos políticos de futuro se harán cargo de una sociedad mapuche
que claramente no se mantiene estática. De todas maneras, es preciso señalar
que si bien la diáspora da cuenta de una sociedad moviéndose en los tiempos
actuales, las transformaciones sociales también cruzan los campos y ciudades del
Wallmapu, no restringiendo estos fenómenos a la migración y sus heteróclitas
consecuencias.
84
Kütral
Para Jana Evans Braziel y Anita Mannur (2003) hay dos premisas importantes
en la teorización sobre la diáspora. Por un lado, la diáspora nos obliga a repensar
las rúbricas de la nación y el nacionalismo; por otro, nos ofrece múltiples sitios
deslocalizados para contestar a la hegemonía y fuerzas homogeneizadoras de la
globalización6. Efectivamente, dándole un giro a la primera premisa de las autoras,
en el caso mapuche la diáspora logra tensionar la nación u obliga a replanteársela
en otros términos. No se trata de desarmar el concepto de nación ni de deconstruirlo
hasta su disolución. No se trata de llamar a juicio a la nación como señala el Grupo
Latinoamericano de Estudios Subalternos (1998), para desecharla finalmente, sino
6 La cita textual dice lo siguiente: "We propose two important premises upon which to ground the urgency
of theorizing diaspora. First, diaspora forces us to rethink the rubrics of nation and nationalism, while refiguring
the relations of citizens and nation-states. Second, diaspora offers myriad, dislocated sites of contestation
to the hegemonic, homogenizing forces of globalization " (Braziel y Mannur, 2003:7)
Pensando la Ciudad
de la posibilidad de abrir nuevos caminos para su uso. Sabemos que la tensión se
desarrolla cuando se ponen en primer plano espacios de transnacionalización e
hibridación donde se negocia constantemente la identidad colectiva e individual
(Irazuzta, 2005). Se trata de preguntarnos qué discurso de la nación permitirá incluir
las disimiles realidades de la diáspora mapuche.
Desde mi perspectiva, las articulaciones de la nación desde la etnicidad, vale
decir, considerando un número de atributos relevantes para definirla es una corriente
que choca precisamente con las múltiples identidades que despliega la diáspora.
Es ostensiblemente desafiante pensarlo así, porque la reflexión sobre la incorporación
de la diáspora en un proyecto político colectivo depende muchísimo del tipo de
discurso que se establezca en torno a ella. No podemos esfumarnos en un
nacionalismo étnico, que dé preponderancia a las "características objetivas" que
constituyen la nación, porque las contrariedades abundan; ni tampoco podemos
desvanecernos en la dimensión vivencial de las transnacionalizaciones o hibridaciones, porque se corre el riesgo de despolitizar los planteamientos de un proyecto
de liberación.
En tal sentido, es preciso repensar las conceptualizaciones mapuche de la
nación, considerando su constante utilización por parte de intelectuales, dirigentes
y organizaciones. Si bien se ha caracterizado el primer momento del discurso
nacional mapuche como un nacionalismo étnico o etnonacionalismo (Foerster,
1999; Foerster y Vergara, 2003; Lavanchy, 2002, 2003), creo que la construcción
política de la nación mapuche explora también otras dimensiones. Una puerta la
abren los autores de Escucha Winka (Caniuqueo, Marimán et. al., 2006) cuando
distinguen necesariamente entre movimiento autonómico (la línea a seguir) y
movimiento etnonacional.
Las realidades de la diáspora requieren de un concepto de nación que sea
capaz de incluir las dispersas situaciones en las que se encuentra la población
mapuche. Urge zafarse de una idealización de la nación en sí y más pensar en ella
como un instrumento, como una posibilidad de ponerse de igual a igual con el que
oprime, casi siempre detentor de su propia autodefinición nacional. Si bien es
factible comprender la fuerza de un primer nacionalismo nativista criticado fervientemente por el intelectual palestino Edward Said (1996), es viable también pensar
la nación en una faceta de liberación (Fanon, 1961).
Evidentemente hablar de nación potencia los objetivos y proyectos políticos que
85
Kütral
Pensando la Ciudad
tenga el movimiento mapuche. Como lo indica Said "es un hecho histórico que,
como fuerza política movilizadora, el nacionalismo — restauración de la comunidad,
afirmación de la identidad, emergencia de nuevas prácticas culturales — instigó
y propulsó la lucha contra la dominación occidental en todo el orbe no europeo"
(Said, 1996:338). Sin embargo, clarificar de qué nación estamos hablando es un
paso que debemos transitar. La dotación de atributos etnicisitas a la nación termina
por socavar su despliegue político inclusivo. Como lo señalan Pedro Cayuqueo y
Wladimir Painemal (2003) la nación permitiría posicionarse frente a las múltiples
particularidades políticas y territoriales (y podríamos añadir identitarias) de la
sociedad mapuche. Empero, agregaría, ese posicionamiento no implicaría una
absorción unificante, sino ante todo un uso político.
Ese es precisamente el ámbito de la nación que nos interesa. Desestimamos
el uso de la nación como una pauta de elementos constituyentes, más bien lo
encausamos para comprender los procesos históricos de una colectividad.
Entenderíamos en parte la nación como lo han planteado, por ejemplo, Grínor
Rojo, Alicia Salomone y Claudia Zapata, vale decir, como
"la comunidad de personas que al menos en lo que concierne a su
dimensión valórica existe antes que 'todo eso', es decir que existe
antes del Estado, y que desde antes se siente/sabe dueña de un
espacio, territorio, y de un tiempo, una memoria colectiva, en cuyos
beneficios todos los individuos que son 'nacionales' confluyen y participan
de manera espontánea, sensible, horizontal y transversal" (Rojo G,
Salomone A y Zapata C, 2003:34).
86
Kütral
El énfasis de la nación en los aspectos históricos de una colectividad es
probablemente un camino que abre las posibilidades para que la diáspora sea
parte de los proyectos políticos del movimiento mapuche. Despejar el enclaustramiento de tintes esencialistas es en cierta forma también un acto liberador. Como
señala Frantz Fanon "la nación no es sólo condición de la cultura, de su efervescencia,
de su continua renovación, de su profundización. Es también una exigencia. Es en
primer lugar, el combate por la existencia nacional lo que levanta el bloqueo de la
cultura, lo que le abre las puertas a la creación" (Fanon, 1961:224).
Multiculturalismo y diáspora en Santiago
Las políticas indígenas en Chile, desde la inauguración de la relación jurídica
forzada Estado-pueblo mapuche post-ocupación, han pasado por diversas etapas,
Pensando la Ciudad
pero jamás han dejado a un costado su carácter colonialista. Desde las leyes de
división de la década del 20' y del 30', pasando por el indigenismo, por los aberrantes
decretos pinochetistas, nos encontramos hoy con un nuevo marco de políticas
públicas con claros tintes ideológicos del multiculturalismo, que se articulan y dan
continuidad, casi con un solapamiento estratégico, a un contexto de dominación
en que se encuentra el pueblo mapuche. Dicho multiculturalismo se desenvuelve
en todo lo que atañe a políticas indígenas, desplegando sus especificidades en
el caso particular de indígenas urbanos y de mapuche santiaguinos.
El multiculturalismo, según Slavoj Zizek (2008), se basa en su noción de que
vivimos en un universo post-ideológico, cuando en realidad se constituye en el
entramado mismo del capitalismo global. Según el filósofo esloveno, el multiculturalismo corresponde a "esa actitud que — desde una suerte de posición global
vacía — trata a cada cultura local como el colonizador trata al pueblo colonizado:
como nativos, cuya mayoría debe ser estudiada y respetada cuidadosamente"
(Zizek, 1998:172). Sostiene además el autor que el multiculturalismo no se mueve
tan sólo en las relaciones que establece el colonialismo imperialista tradicional,
sino que se desenvuelve en la autocolonización que imponen las nuevas formas
de mercado, donde la empresa capitalista global supera su propio origen y coloniza
incluso aquel territorio que le da vida (Zizek 1998, 2008).
El multiculturalismo es un producto liberal, cuestión clara por ejemplo en los
escritos de Will Kymlicka (1996), que influye en el diseño y la implementación de
políticas indígenas y políticas de reconocimiento; que valora la diferencia del otro
en tanto un cuerpo cerrado, no histórico, tradicionalizado y folclorizado. El antropólogo
mexicano Héctor Díaz Polanco (2006) define el multiculturalismo como
"un peculiar enfoque teórico político que contiene una concepción
acerca de qué es la diversidad y cómo esta debe insertarse en el
sistema de dominación; y que, consecuentemente, recomienda un
conjunto de prácticas o políticas públicas que deben adoptarse respecto
de las diferencias (políticas de identidad), especialmente teniendo en
mente la discutida neutralidad del Estado: las llamadas acciones
afirmativas o discriminación positiva" (Díaz Polanco, 2006: 172-173).
En Chile, el multiculturalismo es una nueva modalidad de políticas colonialistas,
en el marco del neoliberalismo. En la práctica asistimos a una celebración de la
diferencia (no sólo en el sentido étnico) y a un discurso del respeto a la diversidad,
que genera cierta permisividad (sobre todo si esa diferenciación se enmarca en
87
Kütral
Pensando la Ciudad
el plano individual), pero que cercena las demandas o planteamientos colectivos
que puedan alterar el status quo del funcionamiento del Estado o del sistema
económico. La acción afirmativa del Estado, uno de los ejecutores de las políticas
multiculturales, puede reconocer al otro, pero según sus propios términos. Esto
ha quedado de manifiesto, por ejemplo, en todas las discusiones dadas en Chile
por cerca de 20 años para el reconocimiento constitucional de pueblos indígenas
o en los esquizofrénicos debates oficiales producto de la aprobación del Convenio
169 de la O.I.T. (Organización Internacional del Trabajo).
Las políticas indígenas urbanas, enmarcadas ideológicamente en el multiculturalismo neoliberal, operan también delineando el lugar del Otro7. Estas políticas
apuntan fundamentalmente al mejoramiento de la calidad de vida, fortalecimiento
de la identidad y la promoción de derechos y no discriminación. Ahora bien, las
principales consecuencias de estas líneas ideológicas en relación a la diáspora
son, por un lado, la omisión/negación de la historicidad de las migraciones y su
vínculo con las relaciones de colonialismo vigentes en Chile y, por otro lado, la
despolitización de la diáspora, desalojándole de su sentido territorial reivindicativo
y de su espacio en el discurso nacional mapuche. Es decir, complementando lo
anterior, las políticas indígenas urbanas fomentan la posibilidad de "continuar
viviendo como mapuche" sin la necesidad de problematizar la relación con el
territorio (reducido a tierra en este sentido) y, por lo tanto, frenando los enlaces
con la construcción de un proyecto político para el pueblo mapuche. No habría
espacio para los cuestionamientos sobre la historia migratoria y el asentamiento
en Santiago, naturalizando la vida en las grandes urbes fuera del Wallmapu.
88
Kütral
Ahora bien, esa posibilidad de "continuar viviendo como mapuche" en Santiago
o en cualquier lugar fuera del territorio reivindicado, está sujeta a un esquema
estereotipado del ser mapuche, que guarda relación con el fomento de una identidad
estática, no complejizada en los avatares de la ciudad neoliberal. Como señala
Joaquín Bascopé (2009), el multiculturalismo contemporáneo "ha conducido hasta
el absurdo esta ansiedad identitaria, olvidando las interpenetraciones históricas
7 En el caso específico de estas políticas, el año 2008 -durante el Gobierno de la presidenta Michellet Bacheletse publicó el documento "Re-conocer. Pacto social por la multiculturalidad", donde se propuso una línea
especial de trabajo para las poblaciones que viven en centro urbanos. Ahora bien, este material tenía sus
antecedentes en la Consulta Nacional Indígena Urbana realizada el año 2006 y el Informe final de la Consulta
publicado el año 2007. El Estado engulló el concepto de mapuche urbano, surgido inicialmente en el seno
del movimiento mapuche santiaguino, y dio un cuerpo a un conjunto de medidas (que venían realizándose
improvisada y sectorialmente) para este sujeto urbano, apropiándose de las múltiples necesidades sociales
de la población citadina. Asimismo, dándole continuidad a esta armazón, el programa de Gobierno de Sebastián
Piñera destacó durante su campaña la importancia de las políticas urbanas considerando que la mayoría de
la población indígena residía en ciudades, particularmente en Santiago, lo que iba también aparejado con
el cambio de enfoque en los procedimientos de restitución territorial, ahora de solución individualizada.
Pensando la Ciudad
de las sociedad autóctonas con sus vecinas (…). Esta ilusión identitaria pretende
borrar las diversas imbricaciones de los grupos sociales, substituyéndolas por un
esquema donde estos se encuentren aislados y homogéneos" (Bascopé, 2009,
19).
Por otra parte, las políticas urbanas podrían aparentar una apertura a nuevas
formas culturales que nos hagan cuestionar la visión del mapuche esencializado
que debiesen teóricamente construir, sin embargo, siguiendo a Díaz Polanco
(2006), en esos casos comenzaría a operar la tolerancia límite del multiculturalismo.
El antropólogo señala que "el multiculturalismo liberal está dispuesto a aceptar a
cualquier grupo cultural que no desafíe la visión de mundo ni las prácticas que
avala el liberalismo" (Díaz Polanco, 2005:178). En ese plano, la lógica multicultural
sabe muy bien cuáles son las concesiones que puede otorgar y cuáles las
prohibiciones; cuáles son los lenguajes controversiales y los derechos y las acciones
políticas apropiadas; en fondo hace saber cuándo se va más allá de lo permitido
(Hale, 2007).
Finalmente, otro punto que me gustaría destacar de las políticas multiculturales
guarda relación con el planteamiento de Zizek (1998, 2008) respecto al multiculturalismo como una forma de racismo. Según el autor:
"El multiculturalismo es una forma de racismo negada, invertida,
autorreferencial, un 'racismo con distancia': respeta la identidad del
Otro, concibiendo a éste como una comunidad 'auténtica' cerrada,
hacia la cual él, el multiculturalista, mantiene una distancia que se
hace posible gracias a su posición universal privilegiada. El multiculturalismo es un racismo que vacía su posición de todo contenido
positivo (el multiculturalismo no es directamente racista, no opone al
Otro los valores particulares de su propia cultura), pero igualmente
mantiene esta posición como un privilegiado punto vacío de universalidad, desde el cual uno puede apreciar (y despreciar) adecuadamente
las otras culturas particulares: el respeto multiculturalista por la
especificidad del Otro es precisamente la forma de reafirmar la propia
superioridad" (1998:172).
Tomando en cuenta esta reflexión de Zizek y considerando los planteamientos
desarrollados por el peruano Anibal Quijano (2000) sobre cómo la clasificación
racial de la población ha sido constitutiva del capitalismo moderno eurocentrado
y ha sido pieza clave en el engranaje de la colonialidad del poder, hoy bajo el
paraguas multicultural del capitalismo global el racismo también articula la relación
89
Kütral
Pensando la Ciudad
dominante sobre el Otro registrando un continuum colonial. En el fondo, no existirían
tantas distancias entre los mecanismos de multiculturalismo y la constitución racial
del colonialismo clásico claramente expresada en los textos de Aimé Cesaire
(1950), Albert Memmi (1957) y el ya citado Frantz Fanon (1952, 1961).
Conclusiones
Posicionamos la diáspora, recogiendo gran parte de su camino en la intelectualidad
y movimiento mapuche, como una forma distinta de abordar las migraciones y el
establecimiento permanente en ciudades, particularmente aquellas que se encuentran
lejos del Wallmapu. Quizás no en oposición, pero sí disputando la reflexión con
la dicotomía urbano/rural, justamente por las características políticas que abre la
primera, en desmedro de las connotaciones descriptivas de la segunda.
Posicionamos la diáspora por su tono desafiante para el movimiento mapuche
y sus intelectuales, porque invita a discutir sobre identidad mapuche, pero en plural,
vale decir, evidenciando el marco vivencial que lleva la sociedad en diáspora
cruzada por variadas situaciones cotidianas, que van constatando la presencia de
múltiples identidades mapuche no unívocas, no cerradas, llenas de dinamismo.
En ese mismo sentido, la diáspora nos obliga a repensar los arquetípicos usos de
la nación en sus cabales étnicos, para hablar de un intento por replantear los
contenidos de ella en el caso mapuche.
90
Kütral
No es desestimar el potencial político, histórico, jurídico y estratégico de la
nación, sino más bien dar un giro en su disposición. No se trata de repudiarla por
provenir del mundo occidental, porque como indica Edward Said (1996) eso sería
negar la historia de los préstamos culturales, donde "una confusa y a la vez limitadora
noción de prioridades permitiría únicamente aquellos que han inventado una idea
fuesen capaces de ponerla en práctica" (1996:337). Diría que el problema de la
nación en el caso mapuche supone zafarse de ciertos nacionalismos acérrimos
basados en un culturalismo identitario (Said, 1996); supone aventurarse a concebirla
en su dimensión instrumental, que sostiene como necesidad el abarcarla más allá
de sus encierros étnicos, entenderla en las dificultades que plantea su uso y
definición, comprenderla en medio de los desafíos de una comunidad histórica. En
estos recovecos la diáspora busca ser incluida en esa nación como parte de un
proyecto liberador. La conciencia nacional, siguiendo a Fanon (1961) inundaría no
sólo la lucha descolonizadora, sino también la búsqueda de un horizonte humano
postnacional.
Pensando la Ciudad
Sin embargo, en medio de los débiles intentos del movimiento mapuche por
visibilizar la diáspora como un problema político, las arremetidas multiculturales
embisten precisamente en los tópicos mayormente tratados sobre la población
mapuche que ha salido del Wallmapu, desincentivando la articulación de la
reivindicación territorial en estos sectores y la lectura en clave colonial de las
migraciones. El proceso etnofágico (Díaz Polanco, 2006), en tiempos multiculturales,
absorbe la diferencia mapuche y la acepta dentro del sistema en aras de una
concepción esencializada o que no rebase los límites de la tolerancia neoliberal.
El multiculturalismo, ya sea en su dimensión racista (Zizek, 1998, 2008) o en
el establecimiento de relaciones de dominación, representa un continuum colonial
en el caso mapuche. El disfraz de la apertura a lo diverso es el perfecto barniz
para un colonialismo transformado en los tiempos actuales, moldeando la
representación del otro en los términos del colonizador.
Por último, y en la lógica de los desafíos, esta revisión de la diáspora a la que
aludo citando a los autores mapuche que han escrito sobre ella, si bien es un
aporte (lleno de cuestionamientos claramente) para visibilizar una problemática
hasta hace poco tiempo encubierta, deja muchísimas preguntas y retos. Por eso,
a modo de cierre y aduciendo a las formas actuales del colonialismo y a las trampas
del multiculturalismo, creo que el movimiento mapuche no ha madurado aún una
reflexión potente sobre la diáspora.
En ese sentido, quienes han deslizado su pluma sobre los migrantes y residentes
permanentes alejados del Wallmapu, han enfatizado con mayor claridad los aspectos
políticos de la diáspora, así como la necesidad de la utopía retornista o del proyecto
territorial. No obstante aquello, no han profundizado aún en cómo lograr un
posicionamiento del tema de los mapuches sin tierra que viven fuera en nuestro
discurso reivindicativo, ni tampoco en qué articulaciones debe hacer el movimiento
mapuche con estos sectores. Ese es uno de los grandes desafíos que nos llegan
a esta hora y que enfrentarán las nuevas generaciones. Urge la maduración del
movimiento para la incorporación de estos sectores en los procesos descolonizadores.
El desafío es ver cómo podemos pasar de una suerte de asistencialismo interno
a un horizonte de colaboración más integral; es preguntarse por los caminos a
recorrer para que los santiaguinos (y otros que viven en la diáspora) no sólo
reaccionemos a los vaivenes de la contingencia en Wallmapu, sino que dialoguemos
con todos los sujetos y seamos parte del mismo proceso.
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Kütral
Pensando la Ciudad
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Pensando la Ciudad
Representaciones de la ciudad en cien palabras:
narraciones breves y significaciones durables
Luis Campos Medina *
" Ne pas essayer trop vite de trouver une définition de la ville ;
c'est beaucoup trop gros,
on a toutes las chances de se tromper.".
Georges Perec
Resumen
E
l análisis de las representaciones de
la ciudad constituye una aproximación
útil para comprender la multiplicidad de
significados asignados a la ciudad actual, las maneras de entender la realidad
social y las formas de la experiencia
individual y la relación con otros. Ello
se ejemplifica a través de una reflexión
teórica que toma como referencia un
conjunto de micro-relatos del concurso
"Santiago en 100 palabras". Se parte
de la idea de que la tensión que se
expresa en la ciudad entre unidad y
discontinuidad, así como su heterogeneidad y dinamismo, plantean la necesidad de que ella sea representada para
poder se pensada y vivida, lo que vuelve
relevante el estudio de sus representaciones.
Palabras claves
Representaciones de la ciudad, microrelato, ficción, Santiago de Chile.
Abstract
T
he analysis of representations of the
city constitutes a helpful approach to
comprehend the multiplicity of meanings
attached to the contemporary city, the
ways to understand social realty, the
forms of individual experience and the
relationship with others. This is illustrated
through a theoretical reflection whose
reference is a set of short stories taken
from the "Santiago in 100 words" competition. We begin from the idea that the
tension between unity and discontinuity
to be found in the city, as well as its
heterogeneity and dynamism, calls for
a need to represent it in order to be
thought about and lived in. The latter
makes relevant the study of its representations.
Key words
Representations of the city, Short Story,
Fiction, Santiago of Chile.
*Sociólogo, Doctor en sociología, chileno, investigador independiente, [email protected]
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Pensando la Ciudad
Introducción
A comienzos de los noventa, F. Dubet (1995) proponía que las distintas
representaciones de la ciudad daban cuenta de tres elementos fundamentales:
una nueva forma de "cuestión social", la renovación de las políticas públicas y un
ideal de ciudadanía. La ciudad aparecía entonces como la proyección espacial de
las relaciones de clase o como el espacio que debe ser equipado funcionalmente
de modo de favorecer la integración social o las articulaciones productivas.
Tales representaciones operarían a diversas escalas, con orientaciones diversas,
pero todas ellas compartirían la triple alusión a la ciudad que se piensa que existe,
la ciudad que "es" y la ciudad que se desea producir, como indicaba B. Lepetit
(1979). En ellas sería posible observar, por tanto, un vínculo entre espacio y
significación social.
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Efectuar una primera reflexión en torno de las representaciones de la ciudad
de Santiago de Chile y sus lugares, a partir del análisis de un conjunto de microrelatos que forman parte del concurso "Santiago en 100 palabras" tiene sentido
en la medida que, precisamente, permite observar el vínculo entre espacio y
significación social; las problemáticas que afectan a la ciudad, las formas de acción
que desarrollan sus habitantes, así como las maneras en que componen sus
vínculos sociales. Esa observación implica trascender la habitual concepción de
ciudad en tanto "marco" de la actividad social o simple suma de elementos
arquitectónicos, para pensar también en la relación que se establece entre estos
aspectos y las formas en que sus habitantes asignan significado a los lugares, a
sus experiencias, a las separaciones espaciales y a sus relaciones con otros. Para
ello se precisa de un marco conceptual que ponga atención en las características
de la representación y sus usos; que no olvide su relación con la ficción y articulación
con el "trasfondo".
Para una mejor comprensión de las páginas que siguen es necesario indicar
que "Santiago en 100 palabras" es un concurso anual organizado desde 2001, en
el que se invita a los habitantes de la ciudad de Santiago y, en general, a cualquier
persona que se sienta motivada a hacerlo, a escribir un relato de no más de cien
palabras sobre la ciudad de Santiago de Chile o sobre la vida urbana actual. Los
relatos son evaluados por un jurado de personas ligadas a la actividad literaria o
a la organización del concurso, luego de lo que se selecciona un conjunto de once
que son publicados en las estaciones de metro, en los vagones del ferrocarril
Pensando la Ciudad
urbano y, cada dos años, en publicaciones especiales "de bolsillo" que recopilan
los cien mejores micro-relatos. Además, entre esos once relatos hay tres que
reciben un premio en dinero1.
El concurso ha sido organizado desde su origen por la revista electrónica "Plagio",
en colaboración con el Metro de la ciudad de Santiago y el apoyo de la empresa
Minera Escondida. A partir de su primera edición se ha realizado todos los años,
viéndose incrementado el número de participantes de manera exponencial en cada
una de sus versiones2.
A continuación el lector encontrará una exposición en tres apartados. El primero
de ellos articula la perspectiva conceptual de las representaciones sociales con el
estudio de los textos del concurso. El segundo describe brevemente los tres
principales aspectos relevados en el análisis de las representaciones de la ciudad
presentes en los micro-relatos, mientras que el tercero plantea una reflexión en
torno al acto de escritura y su importancia en el marco de las formas de pensar y
vivir la ciudad. El artículo se cierra con un breve apartado de conclusiones3.
Las representaciones sociales como perspectiva para analizar las
formas de pensar la ciudad
La ciudad contemporánea es el espacio de expresión de diversas manifestaciones
sociales que poseen un valor simbólico incontestable. Un sinnúmero de prácticas
sociales en las que se expresan tradiciones; formas de concebir el mundo y el
vínculo social con el otro; rutinas, usanzas y costumbres tienen lugar en el espacio
urbano, convirtiéndole en escenario y objetivo de múltiples formas de investigación.
Entre tales prácticas destacan aquellas que tienen a la propia ciudad como su
objeto de reflexión y acción específico; prácticas que buscan hacer pensable la
ciudad, hacerla venir al lenguaje y la imaginación, representarla. Como se indicó,
la intención de este artículo es ofrecer una reflexión teórica en torno a las
representaciones de la ciudad existentes en un conjunto de micro-relatos que
forman parte del concurso "Santiago en 100 palabras". Esto, partiendo de la base
de que en dichos relatos es posible encontrar representaciones de la ciudad de
Santiago. Ese ha sido su supuesto inicial.
1 Esto ha cambiado en el transcurso de los años, pero se entenderá de esta forma para claridad de la
exposición.
2 El año 2001 se recibió un total de 2.691 micro-relatos participantes. El 2002 se llegó a 9.710. La progresión,
en los años siguientes llegó a su máximo el año 2007 con 50.572.
3 Parte de este análisis se realizó en el marco de la memoria de Master en Ciencias Sociales del autor. El
acceso a los micro-relatos utilizados fue autorizado por los organizadores del concurso.
99
Kütral
Pensando la Ciudad
Se trata, no obstante, de un supuesto que puede justificarse a partir del llamado
hecho por los organizadores del concurso desde su primera versión: "escribir sobre
la ciudad de Santiago o las cosas que pasan en ella". Según la perspectiva aquí
adoptada, tal convocatoria establece una condición para participar en el concurso
que es, a la vez, la condición de pertinencia para un análisis de los relatos en la
perspectiva de las representaciones de la ciudad. En esta línea de argumentación
se puede proponer la idea que los relatos de "Santiago en 100 palabras", al igual
que relato literario en general, según Barthes, se caracterizan por proponer una
relación desplazada con la ciudad, es decir, una relación en la cual "un objeto
percibido en su totalidad, o (…) dado en su totalidad, no significa más que por uno
de sus atributos" (Ver: Barthes, 1985: 256, traducción propia).
En consecuencia, se puede considerar, a priori, que todos los relatos satisfacen
esta condición de pertinencia y que en todos los relatos es posible encontrar
representaciones de la ciudad4. Como dice M. Augé:
"La ciudad, la gran ciudad, tiene su lugar en la literatura, en la pintura
y hasta en la música; es decir, la ciudad es de manera ejemplar objeto
de representaciones de las que podemos hallar una versión modesta
e individual en las palabras que suelen decir los habitantes de una
ciudad sobre la relación que mantienen con ella, en la historia que los
vincula a ella, en los recorridos que realizan por ella en intervalos
regulares." (Augé, 1998: 146).
100
Kütral
Si bien parece plausible postular que el estudio de un conjunto de relatos con
pretensiones literarias sobre la ciudad y la vida urbana, escritos por ciudadanos
comunes y corrientes, es una forma pertinente y relevante de aproximarse a la
comprensión de las representaciones de la ciudad, es necesario explicitar que el
origen de esta investigación se encuentra, más que en esa claridad, en una intuición,
un presentimiento fundado en la experiencia de un habitante de Santiago que
observó con sorpresa e interés los primeros años del concurso.
Sorpresa e interés porque los micro-relatos leídos mostraban diversas visiones
de la ciudad en su condición de estructura física y material, así como de las formas
de interacción social de sus habitantes. Una diversidad de enfoques que transmitían
una variedad de experiencias que los hacían aparecer como un interesante
4 Esta idea se inspira parcialmente en las propuestas de K. Lynch, quien propone que para cualquier ciudad
existe una imagen colectiva que agrupa un gran número de imágenes individuales o bien una serie de
imágenes colectivas que pertenecen cada una a un grupo numeroso de ciudadanos. Esas imágenes de grupo
son necesarias para todo individuo que debe actuar eficazmente en su medio y en común con sus conciudadanos
(Lynch, 1969, p.53). Se dice "parcialmente", por no compartir la dimensión metodológica del planteamiento,
cercana a las perspectivas del individualismo metodológico.
Pensando la Ciudad
documento de época. Hablando de la ciudad y de la vida en ella, los micro-relatos
referían también a una serie de fenómenos: a la complejidad de la vida contemporánea, la gran envergadura de la ciudad o la multiplicidad de los actores que
viven en ella. Incluso, en algunas ocasiones, Santiago aparecía como la síntesis
metafórica de situaciones sociales indeseables, como la injusticia, la discriminación,
la exclusión social.
Esa apreciación cobra mayor nitidez en la actualidad a partir de reflexiones que
indican que la ciudad se emplea, muchas veces, para hablar de distintas cosas,
en una situación de gran polisemia (Dubet, 1995:128). Esto, probablemente, porque
la ciudad constituye un objeto de pensamiento situado en una escala más cercana
y más aprehensible que "estructura social", "sociedad" u otro, pero que es coherente
con la complejidad de la experiencia de los individuos: no obstante el gran tamaño
que pueda tener la ciudad, es una realidad que los individuos experimentan
cotidianamente y de la que poseen un conocimiento vívido, lo que la hace utilizable
en el lenguaje.
Resulta casi evidente, en este sentido, plantear que las representaciones de
la ciudad constituyen también maneras de concebir la realidad social y las maneras
de producción de esa realidad, siendo posible, si se profundiza un poco, observar
que a través de esa práctica representacional, que liga ciudad y realidad social,
los individuos operan dando sentido a su experiencia e intentando hacer controlable
la complejidad vivida cotidianamente, recurriendo a un objeto cercano y relativamente
"consensual": la ciudad.
Desde la perspectiva de la psicología social, las representaciones sociales
refieren a las maneras en que comprendemos los acontecimientos de la vida diaria,
nuestro entorno, la información circulante, a las personas de nuestro ambiente
cercano o lejano. Como señala Jodelet, se trata de formas de pensamiento que
están orientadas hacia la comunicación, la comprensión y el control del ambiente
social, material e ideal (Jodelet, 2003:367), que permiten la integración de la
novedad, la interpretación de la realidad y la orientación de las conductas y
relaciones sociales. Las representaciones sociales nos permiten gestionar el medio
ambiente, comprender y explicar los hechos de nuestra vida diaria y actuar con y
sobre otros. El proceso de elaboración de las representaciones sociales se encuentra
ligado a la posición social de los individuos, por lo que su significado "depende a
la vez de factores contingentes — naturaleza y dificultades de la situación, contexto
inmediato, finalidad de la situación — y factores más generales que superan
101
Kütral
Pensando la Ciudad
la propia situación: contexto social e ideológico, lugar del individuo en la organización
social, historia del individuo y el grupo, objetos sociales en disputa"( Abric, 1994:
13, traducción propia).
La teoría de las representaciones sociales intenta incluir la forma en que lo
social transforma un conocimiento en representación, al mismo tiempo que la forma
en que esta representación transforma lo social: los procesos de objetivación y de
anclaje, respectivamente. El primer proceso posee el triple carácter de construcción
selectiva, esquematización estructural y naturalización. Es decir, un proceso que
podría definirse como secuencial y orientado a la construcción de un marco y de
instrumentos para guiar la percepción y los juicios. El proceso de anclaje concierne
al enraizamiento social de la representación. En él las dimensiones críticas son
la significación y la utilidad de la representación. En este sentido, el anclaje emerge
como asignación de sentido y como instrumentalización del saber. Se puede ver,
de esta forma, que la relación entre anclaje y objetivación es de orden dialéctico.
Se trata de una especie de "circularidad" en la que el individuo toma referencias
del mundo y las integra en sus discursos y prácticas, los que a su vez retornan e
"intervienen" en el mundo y sus formas.
102
Kütral
Hablar de representaciones de la ciudad significa, entonces, plantear que la
ciudad no es sólo el escenario de una serie de actividades y prácticas sociales,
sino que ella se ve transformada, en su significado y en su materialidad, por dichas
prácticas: la ciudad y sus territorios no sólo constituyen una materialidad específica,
sino también una construcción significativa, que depende de las formas de las
relaciones sociales y de los sistemas de significados de sus habitantes (Lassave,
2002). Dicho con otras palabras, la ciudad es tanto la forma urbana y arquitectónica
(urbs), como las relaciones humanas y los vínculos políticos (civitas). De ello se
desprende que la ciudad es un objeto sobre el que actúa el poder simbólico y, en
consecuencia, un objeto que se modifica a través de las palabras que se utilizan
para designarlo o describirlo, un objeto que se constituye al conferirle sentido
(Depaule y Topalov, 1996: 250), lo que equivale a decir que la ciudad es un objeto
cuya "realidad" es una disputa social y simbólica que no se reduce a su materialidad
evidente (Bourdieu, 1987:159).
Las percepciones de los habitantes devienen, de esta forma, representaciones
que influyen en la ciudad, le otorgan cualidades a ella y sus lugares, pero también
orientan la percepción y la configuración de nuevas representaciones, puesto que
nuestros registros sensoriales no son independientes de las formas culturalmente
Pensando la Ciudad
establecidas de captación del entorno que posee el colectivo humano del que
formamos parte.
Desde esta perspectiva, las representaciones de la ciudad pueden ser entendidas
como dispositivos de estabilización simbólica, vale decir, como objetos discursivos
que permiten fijar el valor y el sentido de la experiencia, a fin de minimizar las
inevitables variaciones derivadas de un contexto social de alta incertidumbre. Ellas
son empleadas para hacer frente a las exigencias de sentido que imponen las
transformaciones sociales por las que atraviesa la vida social actual, en una
dinámica que busca dar coherencia y operatividad, a nivel de las existencias
individuales, a procesos que afectan a la sociedad en su conjunto.
De ello se deriva que las representaciones sociales de la ciudad poseen, al
menos en germen, un componente normativo inherente (Searle, 2001), puesto que
permiten atribuir sentido y significado a la ciudad, y a la experiencia propia y de
los otros en la ciudad. Tal componente puede expresar consideraciones sobre la
legitimidad de la ciudad existente, sobre la validez de las delimitaciones, de las
denominaciones, de las fronteras urbanas, y de la realidad socio-espacial de la
ciudad en general. Al mismo tiempo, a través de estas consideraciones sobre la
legitimidad, las representaciones sociales de la ciudad expresan la condición
histórica de la ciudad y su condición de producto social, vale decir, su historicidad.
Lo anterior está en directa sintonía con los planteamientos de I. Joseph para
quien la ciudad no es ni un dispositivo de asimilación ni un operador de integración.
Al contrario, ella produce la "disimilaridad", la segregación y la exclusión, pero,
al mismo tiempo, hace visibles dichos procesos exponiéndolos y dramatizándolos
y, en ese movimiento, los hace ingresar al espacio de la crítica pública (Joseph,
1994: 9). Esto significa que las representaciones de la ciudad contenidas en los
micro-relatos hacen parte de ese movimiento "dramatizador" y que, hablando de
la realidad vivida de la ciudad, conectan con el derecho que tienen sus habitantes
a participar de los bienes, servicios y equipamientos urbanos disponibles y al uso
global del espacio urbano, en tanto contribuyentes al proceso de producción de
la ciudad (el denominado "derecho a la ciudad"), lo que equivale a plantear que
pueden poseer o adoptar un importante carácter político.
Considerando los elementos hasta aquí planteados es posible señalar que las
representaciones de la ciudad presentes en los micro-relatos del concurso constituyen
configuraciones narrativas, con pretensiones literarias, articuladas por los habitantes
103
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Pensando la Ciudad
de la ciudad a partir de su experiencia social que, i) permiten situar la propia
experiencia de sus habitantes — y su sentido — en el marco de la vida urbana,
ii) dan cuenta de las maneras de concebir la realidad social y las maneras de
producción de esa realidad y, iii) poseen un componente normativo (inherente),
que puede derivar en una crítica respecto de la justicia de la ciudad y la vida urbana
(sentido de igualdad, exclusión, etc.).
La triple dimensión de las representaciones de la ciudad
La reflexión aquí desplegada se basa en el análisis de un corpus de información
constituido por un total de doscientos noventa y cinco relatos (295), cuyas
características es necesario precisar. En efecto, en todas las versiones del concurso
participaron miles de relatos, a partir de los cuales los jurados seleccionaron los
micro-relatos ganadores. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, cada
dos años la revista Plagio hace una nueva selección de los cien mejores relatos.
Del total de relatos de dos años, eligen cien, entre los cuales se encuentran los
once originalmente seleccionados de cada año (22 para los dos años), y de otros
setenta y ocho desconocidos del público. Estas selecciones se llaman "Los 100
mejores"5.
104
Kütral
Así pues, se trabajó con un total de doscientos noventa y cinco relatos publicados
en las tres ediciones de "Los 100 mejores". Por tanto, resulta claro que no se trata
de una muestra obtenida a partir del total de relatos participantes en todas las
versiones del concurso, sino de un conjunto de micro-relatos seleccionados por
los organizadores, es decir una muestra "filtrada" por ellos. En este sentido, queda
de manifiesto que se trata de un corpus en el que se evidencia un sesgo importante,
ya que no hay posibilidad de informarse de los textos que no fueron seleccionados
por los organizadores y que posiblemente presentan una diversidad importante.
A pesar de ello, parece pertinente desarrollar un análisis como el aquí propuesto,
en el entendido que constituye una primera aproximación y puede proveer de líneas
interpretativas sugerentes. Los planteamientos siguientes girarán en torno de los
tres registros mencionados más arriba que emergen como los aspectos centrales
de las representaciones de la ciudad presentes en los relatos: la experiencia de
los habitantes y su sentido; las formas de concebir la realidad social y cómo ella
se produce y; el componente normativo y potencial crítico de las representaciones
de los micro-relatos.
5 Sin embargo, en el caso de los mejores de los años 2003-04, entre los cien relatos seleccionados, los
organizadores incluyeron cinco relatos cuyo origen es un concurso equivalente realizado en la ciudad de
Valparaíso. Por eso, en esa selección, sólo se cuenta con noventa y cinco relatos sobre la ciudad de Santiago.
Pensando la Ciudad
Constelaciones temáticas: indicios de experiencias múltiples
El primer aspecto a considerar es que la invitación a escribir sobre la ciudad y
sobre cosas que en ella ocurren, se convierte en la ocasión para hacer alusión a
una serie de temas, problemas, pensamientos, sentimientos, etc. que forman parte
de la experiencia de los habitantes de la ciudad (o del país).
El análisis del contenido temático de los micro-relatos ratifica la idea de que las
representaciones de la ciudad poseen una importante amplitud de significados y
que frecuentemente se emplea a la ciudad para hablar de otra cosa que forma
parte de la experiencia de sus habitantes. Para el análisis de los relatos se construyó
la noción de "constelaciones temáticas", es decir, grupos de temas entre los cuales
se puede definir vínculos de sentido que vuelven plausible la hipótesis de tratarlos
como un grupo, siendo posible identificar siete de ellas en el corpus de relatos.
Los temas abordados por los micro-relatos son múltiples, muy variados, complejos
y, además, cada relato habla, en varios casos, de más de un tema. A partir de
varias lecturas se intentó definir el tema, o el tema principal, de cada micro-relato
y para ello se construyó la noción de "constelaciones temáticas". Se eligió este
término porque expresa de buena forma la idea de una proximidad entre elementos
de una misma clase pero con diferencias entre ellos. En otras palabras, se puede
decir que una "constelación temática" es una especie de espacio o campo asociativo
que sugiere una determinada idea de conexión o coordinación en términos de
pertinencia y adecuación. Se construyó siete constelaciones temáticas saber, "vida
afectiva", "biografía", "imaginarios del día a día", "problemas de la ciudad", "problemas
de la vida en la ciudad", "sentido de la vida" y "memoria de la ciudad y hechos
típicos". Además, fue necesario hacer uso de una categoría "otros" para agrupar
aquellos relatos imposibles de considerar en alguna de las constelaciones mencionadas.
En "vida afectiva" se agrupó relatos que hablan de temas como el amor y las
relaciones de pareja, pero también relatos que hablan de sexualidad (heterosexualidad
y homosexualidad). El vínculo del sentido que se estableció en ese caso es la idea
de una referencia constante a los sentimientos, a las emociones y a las maneras
que tienen los habitantes de la ciudad de abordarles. Un ejemplo de ello es el
micro-relato "Lecciones olvidadas":
Javiera y María son amigas. Javiera quiere a María porque nunca le
ha fallado, por su lealtad incondicional. María quiere a Javiera de la
forma que se admira un precipicio al caminar por el borde: con
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Kütral
Pensando la Ciudad
fascinación, delirio y pánico. Si retrocede, pierde de vista el esplendor
de tanta belleza. Si avanza un paso más, empieza la caída, el horror,
la catástrofe. A Javiera siempre le dijeron: "No hay que confiar
ciegamente en la gente". A María le enseñaron claramente que las
niñas deben fijarse en los niños. En esta ciudad la gente crece y se
olvida de todo.
Bajo el nombre de "biografía" se agrupó los relatos que narran distintas etapas
de la vida de una persona o bien su historia vital completa. Especial importancia
cobra aquí un tipo de relato que relaciona biografía y espacio, o trayectoria biográfica
y lugares significativos. En este tipo de relato la historia individual encuentra un
registro en el espacio de la ciudad (un micro-relato ilustrativo es "Santiago por
primera vez").
Después de tres noches, un amanecer nos sacaron las vendas de los
ojos y nos subieron a un bus de Carabineros. En Dávila Baeza con
Recoleta no aguanté y levanté la cabeza. No me dijeron nada. "Vamos
a cruzar un puente", le dije a mi papá. No me contestó. Más adelante,
unos comandos detuvieron el bus. Mi padre levantó la cabeza y me
dijo: "Escuela de Bellas Artes". Pensé que era un cuartel. Nos hicieron
agachar la cabeza hasta que llegamos al Estadio Nacional. "Esto no
es un jardín infantil", dijo un capitán, y me echó. Volví solo a Buin.
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Kütral
La tercera "constelación temática" se llamó "imaginarios del día a día" y está
formada por los micro-relatos que hablan de las situaciones de la vida diaria, de
las rutinas cotidianas que son tomadas por los autores de los micro-relatos y, en
este gesto, arrancadas a esta rutina. También se agrupan en esta categoría los
micro-relatos que hablan precisamente de hechos que rompen las rutinas diarias
a través de la irrupción de las situaciones extraordinarias, nunca vistas en la ciudad
de Santiago y que, quizá, nunca se pueda ver en la medida en que forman parte
de las ficciones de sus habitantes. Un tercer tipo de relato agrupado en esta
categoría es el que habla de los hechos ordinarios, es decir, de situaciones que
se podría calificar de "mínimas", cuyos autores intentan desplegar en una estética
particular. Es decir, en estos relatos, importante es la forma de narrar un hecho
trivial y cotidiano. Valga como ejemplo de esta constelación el micro-relato "Hora
de incidentes":
Espero el Metro. Siento un rumor desde el túnel y aparece una manada
de rinocerontes. "Ahora sí", dice un jubilado al escuchar un pitazo, pero
es el tren expreso a Chiguayante lleno de huasos agitando pañuelos.
El público impaciente organiza una pichanga entre andenes:
Pensando la Ciudad
San Pablo 2, Escuela Militar 0. Por fin llega el Metro extrañamente
iluminado, parece árbol de pascua. Subimos, está lleno de alienígenas
que nos abducen. Nos encomendamos al Señor, Él nos escucha y
somos liberados junto a la Virgen del San Cristóbal. El funicular no
funciona, tenemos que bajar a pie… Por eso llegué tarde, Jefe.
La cuarta "constelación temática" hace referencia a los "problemas de la ciudad".
El hilo conductor es aquí una consideración problemática de algunos aspectos de
la ciudad de Santiago que pueden remitirse a ámbitos como el urbanismo, la
economía, la seguridad pública, etc. Es decir, ámbitos de acción pública donde
hay protagonistas institucionales ya establecidos (el micro-relato "Santiago de
Nueva Extremadura").
Éste es el lugar. Aquel río nos brindará agua y desde esta cima
veremos si el enemigo se aproxima. Luego haremos calles anchas
para evitar los atochamientos. El río mantendrá su cauce. Castigaremos a quien ose ensuciarlo. Construiremos alcantarillas que sean
capaces de beber las aguas lluvias, precaviendo inundaciones.
Ubicaremos el aeropuerto retirado y hacia el sur, evadiendo la
neblina. Desapareceremos uno o dos cerros para ventilar la cuenca
y evitar el smog. Quiero que la Plaza de Armas sea inmensa, un
parque. ¿Qué opina Gamboa, estaré exagerando? ¿Sí? Entonces
olvide lo que he dicho y que sea su voluntad.
La quinta "constelación temática" se denomina "problemas de la vida en la
ciudad", siendo su foco las dificultades en la relación entre los habitantes. Se
trata de problemas ligados a las formas que adopta la producción del vínculo
social, mezclado con sentimientos de integración a la sociedad chilena actual.
La conexión principal entres estos micro-relatos es que se observa la ciudad
desde un punto de vista que destaca la disminución de la densidad emocional
de las relaciones sociales y una especie de rutinización del desinterés que
erosiona, no solamente la ciudad en su situación presente — en su condición de
organización significativa —, sino también las posibilidades de construir la ciudad
en y para el futuro (el micro-relato "La visita").
La gente sentada. Todos ensimismados en sus pensamientos. Nadie
ve a nadie, es como si estuvieran solos en esta gran micro amarilla.
Son las ocho de la mañana. Pero a nadie la interesa. Un nuevo
pasajero sube al carro. Tiene cuatro patas y una cola. Sube sin
pagar el pasaje y nadie le dice nada. Nadie se fija. Y a nadie le
interesa. La micro parte y el perro se acuesta en la mitad del pasillo.
Pero nadie hace nada. En la parada siguiente el perro se baja. Y
tampoco nadie lo nota. Todos siguen sin ver.
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Kütral
Pensando la Ciudad
Se eligió la fórmula "sentido de la vida" para nombrar la sexta "constelación
temática" en la que se agrupó los micro-relatos en que se propone una interrogación
sobre el sentido de la existencia individual, ya sea de forma directa o a partir de
fenómenos como la muerte, la vejez o la soledad. En esta categoría se puede
encontrar también relatos que refieren a temas como el destino y el libre albedrío
(el relato "Arcano mayor").
Mientras los edificios grises desaparecían bajo un brumoso cielo
crepuscular y cruzaba melancólico la esquina, me sucedió algo singular.
Bajo el monumento a Barros Arana una mujer leía el Tarot y mi tristeza
me llevó a consultarla. Bastos, espadas y exóticos personajes anunciaban que pronto llegarías a mí. Seguí preguntando sobre nuestro
destino hasta que apareció la fatídica carta sin número, donde un
macabro esqueleto segaba el campo, y con ella lúgubres presagios
extinguieron mi curiosidad. Pasó el tiempo. En la misma esquina ahora
espero micro en dirección al cementerio donde tu nicho marchita mi
semanal ofrenda floral.
La séptima constelación se ha denominado "memoria de la ciudad y hechos
típicos" y agrupa los micro-relatos que hacen alusión a la historia y a los productos
de la historia. En otras palabras, se puso en esta categoría los micro-relatos que
poseen referencias a los hechos o personajes históricos y a los relatos que hablan
de gestos y situaciones calificables de "típicos", carácter debido a un proceso de
acumulación histórica y de repetición que vuelve viable el reconocimiento. De
diferente manera, los dos tipos de relatos hacen alusión a la historia de una ciudad
(por ejemplo, el micro-relato "Rutina asumida").
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Don Arturo cierra la puerta de su casa tras de sí, en Alameda 1158.
Camina en dirección a La Moneda, cruzando la avenida en la que
alguna vez azuzó a las masas desde el balcón de su hogar, época en
que fue catalogado como "El León", nombre que calzaba con su rugir
al viento líneas colmadas de idealismo mesocrático. Lo que implican
estos recuerdos lo pone melancólico, al tiempo que espera que los
semáforos le den verde. Hasta siente lástima por él mismo, pero
finalmente acepta que el trabajo como estatua tras el Palacio debe
cumplirlo con brioso estoicismo.
La diversidad de temas de los micro-relatos es también una diversidad de
tiempos y de espacios, vale decir, una diversidad de escalas de observación de
la ciudad y vale la pena considerarla como un recordatorio de la complejidad de
la misma. Esto se acentúa cuando se añade la dimensión temporal, es decir, cuando
Pensando la Ciudad
se trata de hacer un abordaje diacrónico o histórico. La idea de observar la ciudad
desde un punto de vista total se menciona en algunos relatos, pero se trata sobre
todo de un deseo, de una aspiración a poseer las capacidades para comprender
y/o administrar la ciudad como una totalidad y de aprehenderla de una sola vez.
Lo que prevalece, luego del análisis del conjunto de micro-relatos, es la idea de
que la ciudad de Santiago no puede reducirse solamente a una de sus dimensiones,
aunque esta dimensión, no importa cual, tome las características de problema
general de la ciudad o de un fenómeno que se puede encontrar por todas partes
en ella.
En efecto, tomados individualmente, los micro-relatos son "reductibles" a un
punto de vista más o menos específico — por ello es posible el ejercicio de
construcción de constelaciones temáticas — , pero, tomados en su conjunto, dan
cuenta de la ciudad en tanto totalidad de experiencias posibles, de su permanente
tensión entre unidad y discontinuidad, de aglutinación de lo disímil. Más aún, indican
la particularidad de los puntos de vista que siempre y necesariamente dejan algo
fuera: cada micro-relato emerge como una forma de legibilidad y conciencia de la
ciudad que, junto con mostrar aquello que narra, sugiere todo aquello que sigue
ausente.
La realidad social y su producción
Los micro-relatos parecen expresar a coro que la ciudad se produce a través
de la acción de los habitantes. Pero la ciudad es, también, el conjunto de relaciones
sociales que establecen dichos habitantes de manera organizada y con sentido.
Vale decir, la ciudad no es vista siempre ni exclusivamente en los micro-relatos
como un objeto material, sino que también se le observa como una organización
de relaciones sociales que adquiere independencia de los individuos y que conforma
una estructura que, en ocasiones, se impone a los habitantes: las relaciones
sociales en la ciudad adquieren cierta rigidez y se convierten en una especie de
fuerza desconocida que obra sobre quienes habitan en ella y sus biografías. Como
dice Morand, "la ciudad se constituye en un poder supraindividual capaz de doblegar
la voluntad de destino personal de sus habitantes" (Morand, 1977:107). El microrelato "Por poco" es una buena ilustración de este punto:
Una mujer me miró a través de la vitrina en un centro comercial. Y bien,
en su mirada me vi con tres hijos, un perro en el patio, el miedo a
perder el trabajo, los préstamos interminables, y unos atardeceres de
domingo eternos y lánguidos en casa de sus padres. Sentí el
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Kütral
Pensando la Ciudad
peso de las mañanas iguales, de las tardes iguales, de las noches
repetidas, de los iguales reproches. Rápidamente desvié la mirada,
apuré el tranco y salí a la calle. Había sobrevivido a uno de esos
segundos fatales con que la ciudad suele sellar el destino de los
hombres.
Los relatos de "Santiago en 100 palabras" hablan, también, de las formas que
adopta la producción del vínculo social entre sus habitantes y los sentimientos de
integración a la sociedad chilena actual, de una manera en que los conceptos de
sociabilidad, individuación y subjetivación parecen estar siempre presentes. Se
encontró, reiteramos, algunos micro-relatos donde se destaca la disminución de
la densidad emocional de las relaciones sociales, por ejemplo, el micro-relato "El
sentido de la vida en una fila de hormigas que recorren una esquina en el centro
de Santiago, o de tal vez otro lugar":
"Hermana hormiga, mi sentido es seguirte a donde vayas y con la
carga que se me indique". "Hermana hormiga, mi sentido es seguirte
a donde vayas y con la carga que se me indique". "Hermana hormiga,
mi sentido es seguirte a donde vayas y con la carga que se me indique".
"Hermana hormiga", repitió la primera de ellas, y al percatarse de que
nadie la guiaba adelantada, dio media vuelta y repitió a la que antes
le seguía: "Hermana hormiga, mi sentido es seguirte a donde vayas
y con la carga que se me indique".
Se encontró también relatos que profundizan en los efectos subjetivos de la vida
en la ciudad y, en muchos casos, reflejan las formas en que se produce y asigna
significado a las jerarquías urbanas, a las diferencias de condición social que se
"solidifican" en la ciudad. Ilustrativas resultan, por ejemplo, las formas de asignar
sentido a la organización segregada de la ciudad, o al hecho de establecer
correlaciones estables entre espacios y significados a través de etiquetas, estigmas,
e incluso el establecimiento de "regiones morales" ("Contrapunto amoroso").
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Kütral
Ella cuica, yo piruja. No sé qué le vi, no sé qué me vio. Sería su cuerpo
de niñita bien (¡bien rica!), sería su compromiso social apostólico
romano. Entre mirada y mirada fuimos encontrándonos el lado amable.
Después de un tiempo, el encuentro se imponía. La cita era complicada.
¿Alto Las Condes o Bío Bío? ¿Tavelli o El Hoyo? Los opuestos se
atraen. Dialéctica, dije. Electromagnetismo, precisó. Después de recorrer
Santiago, yo quise recorrerla a ella. Ella también quería. Democrática
e irremediablemente terminamos fornicando en Plaza Italia. General
Baquedano, diría ella. Manuel Rodríguez, repuse yo.
Pensando la Ciudad
En este punto se hace necesario decir que las representaciones de la ciudad
de los micro-relatos pueden hacer olvidar que la realidad social y sus significados
son también una producción, puesto que al dar por sentado el significado de lugares
y personajes, se esconde el hecho de que las categorías que se emplean para
hablar de la ciudad, de sus barrios o de sus habitantes, no son naturales ni evidentes,
sino que poseen una historicidad.
Componente normativo y potencial crítico
Otro elemento interesante de destacar, que se desprende de lo anterior, es que
en muchos micro-relatos la ciudad aparece como metáfora de situaciones sociales
indeseables: de crimen, delito y violencia; de pobreza y miseria; de trabajo; de
vejez; de muerte; de problemas para establecer vínculos con otros; etc. En los
casos en que esto ocurre se encontró que los micro-relatos frecuentemente rompen
con la separación entre el nivel micro-social y el nivel macro-social y vinculan
situaciones particulares con cuadros de sentido más amplios.
Se puede tomar, como ejemplo de ello, los micro-relatos que hablan del trabajo
y que son, al mismo tiempo, micro-relatos sobre el desempleo, en los que se puede
ver cómo, respecto de éste, se establece una vinculación entre los efectos de nivel
psicológico que afectan a los desempleados (desempleados reales o potenciales),
y la dimensión "moral" del fenómeno, especialmente en la consideración por el
sufrimiento del otro y por las consecuencias sobre su vida diaria y sobre sus otros
cercanos. Además, por lo que se refiere a las relaciones laborales, a veces se
ilustra la tensión que existe entre los cuadros normativos que guían la interacción
con los otros fuera del trabajo y aquellos que guían la relación con los otros en el
trabajo, en una especie de "ironía sobre la rectitud", en la medida que, a pesar del
carácter injusto y, a veces, un poco inhumano asignado al último marco normativo
(dentro del trabajo), éste termina por imponerse, mostrando una suerte de inevitabilidad social (por ejemplo el relato "Cara o sello").
Tengo el listado, pero el fin de semana no lo pude mirar. Sé que debo
reducir el personal, pero a quién corto. Al guatón Sanhueza, a la chica
Teresa, a mi compadre Juan o al narigón Castro. Quizás a la vieja
Elena, que le queda poco para jubilar. A Susanita ni pensar, espera
guagua y la dejaron botá. Cómo lo hago, a quién elijo. Todos somos
amigos, cómo se los voy a decir. Debo ser profesional, los sentimientos
deben quedar fuera. Una moneda. Sí, una moneda.
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Kütral
Pensando la Ciudad
La relación entre situaciones particulares y cuadros de sentido más amplios da
cuenta de formas de concebir la realidad social y las maneras de producción de
esta realidad, pero se puede añadir también que esa vinculación es indicativa de
la satisfacción o el descontento con la ciudad que viven sus habitantes. Esta idea
de satisfacción o descontento con la ciudad no es trivial: puede considerarse como
un componente importante del sentimiento de inclusión o exclusión de los individuos
(Valera y Pol, 1999).
En estos micro-relatos se muestra que la ciudad no está frente a nosotros de
una manera evidente o, mejor aún, se muestra una suerte de dramatización de lo
evidente, en el sentido asignado a la idea de dramatización por Joseph (1994). No
obstante, en los micro-relatos de "Santiago en 100 palabras" lo que "se dramatiza"
no se reduce a los temas de segregación, desigualdad, etc., sino que se hace
visible en otros procesos como la desintegración social, la angustia e incluso la
desesperación, que no necesariamente son conocidos por todos los habitantes.
A través de la dramatización la ciudad se convierte en una "alteridad" posible
de ser reflexionada, vale decir, un objeto que merece la atención de los habitantes.
Esta dramatización supone una visión crítica sobre la realidad de la vida urbana
y/o sobre las acciones y los discursos que pretenden describirla, lo que da cuenta
del carácter normativo de las representaciones de la ciudad mencionado más
arriba.
Representaciones, trasfondo y acto de escritura
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Kütral
A través del análisis de los micro-relatos de "Santiago en 100 palabras" es
posible acceder a las distintas maneras en que los habitantes asignan sentido a
su experiencia, a las formas en que conciben la realidad social y su producción,
y a los modos de dramatización de distintos aspectos de la vida urbana. Cada
micro-relato puede ser pensado como una respuesta a la invitación efectuada por
los organizadores del concurso a escribir cuentos de cien palabras sobre la ciudad
de Santiago o las cosas que ocurren en ella y, por lo tanto, cada uno puede ser
pensado como el resultado de una "puesta en palabras" de la ciudad, en el contexto
del concurso.
Vistos así, los relatos de "Santiago en 100 palabras" constituyen construcciones
narrativas que "hacen pública" la experiencia privada de una persona (o incluso,
un conjunto de personas) en las cuales otras personas pueden reconocerse:
Pensando la Ciudad
recogen temas específicos que se nombran y se asocian a otros acontecimientos
que forman parte de la experiencia social de comunidades de habitantes y, así, se
convierten en potenciales espacios para reflejarse y para reflexionar. Este juego
de reconocimiento y reflexión (siempre posibles y no obligatorios) supone la
"inmersión" de los lectores en aquello que es narrado, lo que supone el funcionamiento
de un principio de "verosimilitud" que permita que los micro-relatos conecten, de
alguna manera, con las vidas de quienes los leen. Vale decir, los micro-relatos del
concurso son leídos y, en la medida que se produce la inmersión, ellos pueden ser
"activados" por situaciones reales a través de una dinámica asociacionista. Además,
ellos pueden ser guardados en la memoria de los lectores y activados, posteriormente,
por otras situaciones (Schaeffer, 1999; 2005). Para que esto ocurra, es necesario
que la lectura de los micro-relatos de "Santiago en 100 palabras" active un conjunto
de capacidades no intencionales de sus lectores, vale decir, un "trasfondo". La
noción de trasfondo ha sido propuesta por el filósofo norteamericano John Searle,
quien la entiende como aquellas capacidades no intencionales, no conscientes y
no representacionales que permiten a los seres humanos desenvolverse y lidiar
con el mundo. El trasfondo constituye un conjunto de condiciones para el
funcionamiento de contenidos intencionales, pues, entre otras cosas, permite que
se dé tanto la interpretación lingüística como la interpretación perceptiva; facilita
ciertas clases de predisposición; y dispone a los individuos a ciertos tipos de
conducta. .En este sentido, y en términos prácticos, el trasfondo constituye cierto
tipo de conocimiento sobre el funcionamiento del mundo que es movilizado y puesto
en juego en cualquier interacción.
Resulta plausible pensar, en esta perspectiva, que los micro-relatos de "Santiago
en 100 palabras" "activan" un trasfondo en sus lectores para poder entenderlos o,
dicho de otra forma, que los lectores de los micro-relatos deben "movilizar" un
trasfondo para poder entenderlos. Esto, a su vez, se produce porque los microrelatos constituyen, ellos mismos, un registro de los trasfondos que los habitantes
de la ciudad de Santiago movilizan en sus desempeños cotidianos 6. En esta
dinámica, los micro-relatos contribuyen a crear, recrear y asentar distintos trasfondos
en la medida que conforman iteraciones sobre iteraciones que van dando forma
a la ciudad. A través de palabras que se eligen, los relatos modulan la realidad de
la ciudad vivida por los habitantes, produciendo condensación social, sedimentación
de significados, articulando ese conjunto de disposiciones motivacionales que
condicionan la estructura de nuestras experiencias: un trasfondo.
Por otra parte, es posible plantear que el acto de escritura de los micro-relatos
6 Esto se puede pensar de manera similar al proceso de condensación social descrito por Durkheim, según
el cual las impresiones individuales son fijadas, consolidadas, cristalizadas para devenir colectivas.
113
Kütral
Pensando la Ciudad
supone una retirada reflexiva a través de la que se selecciona acontecimientos y
palabras entre muchas potencialmente utilizables, para hacer posible nombrar y
pensar un fenómeno o una realidad específica. En consecuencia, en los microrelatos es posible encontrar una puerta de acceso a los métodos de retracción a
través de los cuales los propios habitantes intentan comprender su ciudad y, en
el mismo movimiento, comprenderse a sí mismos movilizando sus herramientas
mentales y lingüísticas (Lepetit, 1979).
Así, el llamado a escribir que hace el concurso puede ser entendido como un
llamado a producir sentido sobre la ciudad en un formato específico que limita la
variación y variabilidad de los actos de escritura, de lo que puede desprenderse
que el concurso, en tanto mecanismo dispuesto para producir relatos sobre la
ciudad, actúa en el proceso de construcción de un régimen de pertinencia para
pensarla y reflexionarla. A través de los micro-relatos de "Santiago en 100 palabras"
se expresa la "legibilidad" de la ciudad, entendiendo por ello, tanto la facultad de
ser reconocible claramente y sin ambigüedad (Lynch, 1969), como aquella disposición
prospectiva que entiende la ciudad como una totalidad de experiencias posibles
y por venir (Stierle, 2001). Implícitamente, el concurso solicita relatos sobre la
ciudad escritos "aquí y ahora", relatos actuales, escritos en un momento que supone
unas formas históricas y limitadas para hacer inteligible la ciudad.
Conclusión
Los micro-relatos de "Santiago en 100 palabras" son la multiplicidad de respuestas
dadas a la invitación efectuada por los organizadores del concurso a escribir microrelatos de cien palabras sobre la ciudad de Santiago o las cosas que pasan en ella
y, por lo tanto, cada relato puede ser pensado como el resultado de una "puesta
en ficción" de la ciudad, en el contexto de un concurso con pretensiones literarias.
114
Kütral
Identificar las formas y carácter que adoptan estos actos de escritura se vuelve
relevante para comprender las maneras en que se piensa la ciudad de Santiago
y se activan trasfondos. Para ver cómo la ciudad deviene objeto de pensamiento
y acción (legítimo) para sus habitantes. Pero, además, el acto de nombrar la ciudad,
sus lugares y personajes es interesante de analizar puesto que en él se produce
una forma de aproximación simbólica de la ciudad, vale decir, el acto de escribir
o hablar de un lugar desconocido o de un personaje desconocido vuelve concebibles
y pensables dichos lugares y personajes. Esto indica que las representaciones
sociales de la ciudad poseen una función de aproximación simbólica de la ciudad,
Pensando la Ciudad
en la medida que vuelven perceptibles y relativamente familiares lugares y espacios
de la ciudad que no necesariamente lo son, en un proceso que obedece a las
lógicas de objetivación y de anclaje, mencionadas anteriormente. En este sentido,
dichas representaciones producen efectos sobre la experiencia de los habitantes
en los planos de sus relaciones con otros habitantes, con la ciudad, sus lugares
y sus rutinas.
La argumentación aquí desarrollada hace posible plantear las hipótesis de que
siempre los micro-relatos dicen cosas que contribuyen a definir la ciudad, y de que
siempre aquello que es dicho en los micro-relatos contribuye, por ínfimo que sea,
a estructurar nuestra consciencia de la ciudad (de su diversidad y su sentido),
nuestra experiencia de la ciudad (de sus aspectos y sus historias) y nuestras
disposiciones a vivirla. Todos los micro-relatos del concurso le asignan funciones
y significaciones a la ciudad que, a través de la lectura, quedan disponibles y
pueden pasar a formar parte del trasfondo compartido por sus habitantes. Sin esas
funciones y significados, cuyo origen se encuentra hasta en los actos más ínfimos
y triviales, la ciudad no sería pensable ni, tampoco, vivible.
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117
Kütral
Pensando la Ciudad
Construyendo un mundo mejor
Entrevista a Patricia Castillo Irribarren, Trabajadora Social
F
undadora y ex directora del Taller de Acción Comunitaria (TAC), organización
social situada en Valparaíso, específicamente en el Cerro Cordillera, y cuyo propósito
ha sido desde sus inicios reunir a la comunidad en torno a tareas de crecimiento
y desarrollo. TAC se ha constituido en un importante centro cultural, un espacio
de encuentro y educación activa al que acuden muchas personas, particularmente
los niños y jóvenes de las escuelas del sector. Desde la base del voluntariado de
profesores, estudiantes, artistas y una red de profesionales, el TAC ha logrado ser
un punto de encuentro que se inserta en el barrio, respetando el entorno y rescatando
su historia local.
Kütral conversó con Patricia Castillo en relación a la historia del TAC, sus
experiencias y su visión del Chile actual
¿Cómo surge la iniciativa del TAC y que objetivos persigue desde sus inicios?
118
Kütral
Surge en el año 1988, en período de dictadura. Tal vez no tenga tantas respuestas
como la que busca la pregunta, pero sí te puedo contar que lo nuestro era la
búsqueda de un espacio que generara la posibilidad de un encuentro, y ese
espacio debía reunir determinadas condiciones. Estamos hablando de un lugar
que, siendo pobre, no fuese paupérrimo, es decir, nunca se pensó en instalar
una olla común, sino que un espacio de encuentro que generara "alas". Y el Cerro
Cordillera reunía esas condiciones. Por otra parte, debía ser un espacio donde
se pudiera llegar a pie desde muchos lados, pues nadie viene a trabajo comunitario
y toma cinco micros para llegar. El espacio que nosotros buscábamos debía ser
un espacio en el que existiendo diferencias — recuerda que estamos hablando
de tiempos de dictadura — la gente aun confiara algo en el otro, o bien, no
estuviera tan absolutamente dividida. Pero sobre todo, ese lugar debía ser un
lugar con historia. En este sentido, me parece que el Cerro Cordillera reunía
todas esas características, puesto que en este barrio en el siglo pasado han
nacido una serie de organizaciones, lo cual da sentido a un trabajo de desarrollo
social o político. Desde este punto de vista, el trabajo no parte de cero, sino que
se parte desde un soporte que es la historia.
Pensando la Ciudad
Los objetivos que persigue desde sus inicios fueron crear un espacio de encuentro,
trabajar con actores y no con beneficiarios, y cumplir con un rol de facilitador más
que de protagonista principal y que además fuera la gente la que, teniendo este
espacio, fue capaz de encontrarse con otros e ir pensando su barrio.
¿Cómo se entiende la acción social y el compromiso ciudadano desde el
TAC?
Yo creo que en el TAC se entiende el compromiso ciudadano como el "deber ser"
de todos. No nos parece que sea un tema del TAC, sino más bien nos parece que
debe ser un tema de todos y cada uno el asumir un rol de preocupación, de
compromiso y de trabajo, para que así no bailemos la música que nos ponen, sino
que seamos sujetos críticos. A eso apunta reiteradamente nuestro trabajo con los
niños y con la gente, es decir, que juntos con otros, aun pensando distinto, podemos
cambiar la historia, de lo contrario será la historia que hagan otros.
¿Cómo se logra vincular el TAC con el barrio? ¿De qué modo ha contribuido
a fortalecer el sentido de identidad?
Yo creo que al comienzo se logra vincular al barrio con dificultad, con desconfianza,
pero en la medida que la experiencia se va mostrando, también se va haciendo
creíble y la gente se va sumando con lentitud. El vínculo pasa por muchas
conversaciones, por muchas reuniones, por muchos encuentros con distintos
actores relevantes de un barrio: las escuelas, consultorios de salud, la Cruz Roja,
organizaciones de base, jardines infantiles. Necesariamente para hacer cosas hay
que juntarse con estos actores y pensar juntos, y no pensar juntos como islas sino
que pensar juntos desde la diversidad como un aporte.
¿Qué papel juega el TAC en el territorio local?
Yo creo que juega un rol importante. Es un actor más, pero un actor particular, puesto
que la esencia del TAC han sido los niños, niños que participan y van voluntariamente
al Taller. En este sentido, el TAC cumple un rol aglutinador donde el trabajo que se hace
allí tiene necesariamente un efecto multiplicador: para la casa, el barrio, la escuela, el
espacio público. Entonces, creo que el TAC es un actor más, pero es un actor que tiene
particularidades que lo hacen interesante como un trabajador del barrio.
El TAC ha influido fuertemente en la identidad, en el sentido que la gente ha
descubierto o redescubierto la importancia que tiene el barrio y el rol que le
119
Kütral
Pensando la Ciudad
corresponde jugar a ellos allí. También ha permitido que la gente del barrio se dé
cuenta que Cordillera es mucho más que aquel discurso que corre por los medios
en el cual señala a este barrio como un barrio peligroso.
¿Cómo adopta y visualiza el TAC la educación popular?
Yo no sé si lo adoptamos así específicamente. A lo que nosotros apuntamos es a
ser capaces de hacer una reflexión en la acción y creo que de alguna manera esto
se ha acercado a la educación popular. La educación popular se ha hecho carne
en la vida y en las acciones cotidianas que nosotros desarrollamos, y no es raro
hoy en día ver profesores o gente con la cual trabajamos preocupados por el tema
de la educación popular, cosa que antes no era tema. Yo vengo de una generación
en la cual la educación popular fue tema y hoy hay una búsqueda nuevamente de
esto que se ha ido perdiendo en el tiempo y que ha resultado interesante de retomar
a partir de un modelo que les parece que tiene muchos elementos de educación
popular.
¿Cuál es la importancia de la participación conjunta de los diversos actores
con los beneficiarios?
120
Kütral
Nosotros no hablamos de niños-voluntarios-beneficiarios propiamente tal, y si es
que hay que referirse a beneficiarios entonces lo somos todos. Es decir, hay un
aprendizaje mutuo muy potente. Sabemos que los niños tienen mucho conocimiento
y nosotros nos hemos dado cuenta que hemos aprendido mucho de ellos. Esa es
la sensación final de todos los voluntarios, es decir, sentir el cambio que se ha
producido en ellos mismos en términos de una mirada de la realidad, de la vida y
el compromiso. Algo muy distinto a la mirada que inicialmente trajeron. Claramente
hay una retroalimentación de los distintos actores, lo cual es una fortaleza potente
en el trabajo con otros.
Es importante señalar, además, que el TAC tiene actores muy diversos. Tenemos
a las comunidades educativas en su conjunto que son muy diversas, también
tenemos muchos voluntarios de distintas profesiones y de distintos lugares del
planeta. Hemos tenido voluntarios de Asia, África, América Latina y de Europa. De
alguna manera este encuentro con las distintas culturas también es una ganancia
para todos.
Pensando la Ciudad
¿Qué conexión ha existido en la acción del TAC y la acción de las políticas
públicas del Estado?
Yo creo que no ha habido desde el TAC ni del Estado una búsqueda muy especial
de puntos de encuentro o de no-encuentro. Sin embargo, como se ha puesto de
moda los últimos diez años, por lo menos en los gobiernos anteriores, se ha tendido
a mirar con lupa las experiencias en los territorios para reconocer en ellas experiencias
de innovación. Nosotros fuimos una de las experiencias chilenas observadas y
estudiadas. Fuimos también escogidos como la mejor experiencia chilena de
innovación en la educación en temas como medio ambiente y vivienda.
En el caso del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, durante el gobierno de Ricardo
Lagos la ministra Sonia Tschorne viene a conocer de cerca la experiencia del TAC,
aunque ella ya conocía de antes todo lo que el TAC hacía en términos de valoración
del barrio en los niños. Entonces, con este acercamiento aparece en el MINVU el
proyecto de barrio "Vigías del Patrimonio", el cual pretende lograr objetivos similares
a lo que los niños del TAC hacen en relación a su barrio.
Y luego otros programas de políticas públicas, como Chile Barrio, han rescatado
varios aspectos del trabajo del TAC. En definitiva, yo creo que ha habido un
reconocimiento desde el Estado y una influencia de la experiencia educativa del
TAC en programas de políticas públicas.
Situados en un contexto en que el actual gobierno aparece fuertemente
influenciado por una visión más tecnocrática y empresarial ¿Qué reflexión
final podría usted compartir a quienes trabajan en iniciativas similares al TAC
y qué piensan acerca de un desarrollo más participativo y comunitario?
Quizás debería restarme a contestar la pregunta por lo escéptica que soy y lo poco
creíble que se me hace la experiencia del gobierno. Se me hace poco creíble, porque
siento que no es posible proyectar el bien público y la empresa en el mismo terreno.
Claramente eso es lo que me hace dudar. Creo que es un minuto de mucho desafío
para el mundo social y comunitario, es decir, para los que hemos soñado con una vida
más comunitaria, en la que el consumo y la economía no son lo central. Por lo tanto,
creo que eso nos obliga a tener ojo con la realidad y a no dejarse consumir en el consumo.
Lo que quiero decir es que no es fácil, hay que trabajar por no dejarse llevar por
un discurso que está permeando todo el país y en el que algunos enganchan.
Bajo este discurso hay una lógica un poco perversa de hacernos creer que todos
somos parte de este progreso y de que el desarrollo nos va a llegar, aunque sea
chorreado, pero nos va a llegar. Así puedes ver que lo que se transmite es que si
121
Kütral
Pensando la Ciudad
eres emprendedor te salvas, o bien puedes observar que el emprendedor que
tiene un barco de maní se siente empresario y después lo puedes escuchar
protestando por una subida de impuestos. Por otra parte, hay una campaña de
desinformación, y por ese lado siento que hay una gran necesidad de trabajar para
separar la paja del trigo, para que logremos darnos cuenta de cuál es la verdad,
qué es lo que hay de fondo. Por ejemplo, te encuentras con el discurso de que si
Hidroaysén no se lleva a cabo te van a cortar la luz, cuando en realidad el sesenta
por ciento de esa energía va destinada a las empresas mineras. En este sentido
creo que la desinformación contribuye fuertemente a consolidar un poder que nos
apesta.
Sólo en la medida que logramos saber la verdad somos mucho más libres, incluso
si es para optar por un modelo de libre mercado. Es necesario saber la verdad de
las hidroeléctricas, y desde esa verdad desarrollar un juicio sobre Hidroaysén. Hay
que trabajar por el derecho a ser ciudadanos informados. Yo creo que en ese
camino la gente común, los educadores, la gente de las redes y de las pequeñas
organizaciones están llamados a hacerse parte de esta transparencia.
Alejandro Castro
122
Kütral
Pensando la Ciudad
La necesidad de pensar la ciudad
Entrevista al arquitecto Raúl Araya
R
aúl Araya Bugueño, arquitecto de la Universidad de Valparaíso, Magister en
Filosofía, con mención en Filosofía Política en la Universidad de Chile, posee
amplia experiencia en proyectos de vivienda social y en la recuperación de edificios
patrimoniales con procesos participativos y multidisciplinarios. Actualmente es
arquitecto de la consultora Borde Urbano con la cual se han materializado proyectos
emblemáticos como la Rehabilitación del Edificio Unión Obrera en Valparaíso y el
Conjunto Habitacional Newen Ruka en el sector de Reñaca Alto.
Kütral conversó con el profesional acerca de la ciudad, los espacios públicos,
el territorio y la identidad en un mundo globalizado. Asimismo, se reflexiona acerca
de la idea de una revolución en el pensar y en la acción que apunte hacia la
sustentabilidad de la región.
A su juicio ¿Es posible afirmar que en Chile y en nuestra región existe una
mirada territorial que permita fortalecer las identidades locales?
Dicho así como lo planteas te diría que no. Me da la impresión que hay elementos
que sustentan esta afirmación, por lo pronto se me ocurren dos: Primero, la
modificación del Plan Regulador Metropolitano de Valparaíso, el PREMVAL y,
segundo, el notable abandono en que se encuentra la ciudad de Valparaíso, por
lo tanto si existiera esa mirada territorial se habría notado.Mi impresión es que esa
mirada no existe. En particular podríamos agregar también elementos de mayor
complejidad, por ejemplo, por el lado de la naturaleza me parece que no se
consideran variables medioambientales; luego, si consideramos la participación
desde una mirada territorial más extensa, tengo la impresión de que estas no pasan
de ser experiencias puntuales muy localizadas y que más tienen que ver con las
propias organizaciones sociales que con las políticas públicas en general.
¿Cuál es su opinión frente al crecimiento potencial del parque habitacional
en las ciudades de Chile desde la inversión privada y la relación con planes
reguladores?
123
Kütral
Pensando la Ciudad
Gran pregunta, porque precisamente, volviendo al caso del Plan Regulador
Metropolitano de Valparaíso, que ya lleva hartos años en tramitación — y que
ojala no se apruebe nunca — en él se supone un crecimiento de la población del
veinte por ciento en circunstancias que el crecimiento vegetativo de la Región
de Valparaíso está entre el uno y el dos por ciento. Por lo tanto, evidentemente
que estamos hablando de una estimación que no tiene que ver con el crecimiento
de la población, ni tiene que ver con la accesibilidad al tema de la vivienda en
general, sino que más bien tiene que ver con la Planificación Territorial y que
sobre esta base la especulación se eleva al infinito. Muestra de eso es la crisis
inmobiliaria que se da en EEUU y que es claro ejemplo del ejercicio especulativo
llevado al límite. En Chile presiento que eso no va a llegar a tales extremos,
precisamente por las regulaciones que se iniciaron con la política crediticia a
partir de la crisis del 82. Sin embargo, opera de otras maneras, como las diversas
formas de acceso al crédito, que genera endeudamientos catastróficos que están
largamente por sobre el nivel de ingreso de las familias. Entonces hoy día es
cada vez más frecuente que las familias chilenas de clase media se vean
compelidas o casi empujadas a tener una segunda vivienda, porque es parte del
status que quieren mantener. Luego, la especulación de este veinte por ciento
adicional de viviendas está localizada en determinados territorios que tienen que
ver con determinados tipos de dueños. O sea, esto es con nombre y apellido, no
es de otra manera. Esa es la única explicación por la cual el Plan Regulador
Metropolitano de Valparaíso en estudio tiene múltiples criterios de definición de
áreas. Tú podrías perfectamente poner una regla que señale algo así como: "se
incorporará dentro del área de desarrollo urbano todas aquellas zonas que no
son parte de áreas verdes o de áreas de protección silvestre en general", sin
embargo tú ves el plan y frecuentemente omite eso, y omite con nombre y
apellido. Entonces eso es parte de la especulación.
124
Kütral
Otro elemento que quisiera destacar es el hecho de que el valor de la vivienda
en Chile, si comparamos con los países vecinos, es relativamente barato, es
decir, aquí es más asequible comprar una vivienda. En consecuencia, sobre un
ochenta por ciento de la población tiene una vivienda, cifras estratosféricas si la
comparamos con Argentina donde, entiendo, menos del cuarenta por ciento de
la población tiene una vivienda. Por lo tanto, en Chile iniciar el abordaje de una
segunda vivienda es casi como un tema natural para algunos sectores.
¿Cómo cree usted que las identidades, las especificidades y la cultura en
nuestro territorio local han venido enfrentando el fenómeno de la globalización?
¿Existe un equilibrio deseable entre lo global y lo local plasmado en nuestro
modo de vivir la ciudad?
Pensando la Ciudad
Yo creo que hay lugares que se logran de mejor manera que otros. Valparaíso diría
que es un buen ejemplo. Hay ciertas comunidades rurales también, particularmente
en el norte, más que acá en la región, donde tiendo a no ver eso tan desarrollado.
Hay intentos que tienen que ver precisamente con el espesor o la densidad cultural
que tiene el lugar y que hace una resistencia natural a la globalización entendida
como homogenización en general. Porque habría que desmenuzar ese concepto de
globalización en varios componentes, desde los aspectos meramente económicos
como la circulación de los capitales por un lado — no así la circulación de las personas,
lo cual nos encantaría, porque podríamos circular libremente alrededor del mundo
sin tener las fronteras que tenemos, es decir como circulan los capitales — por lo
tanto la globalización es una cuestión que funciona sólo en algunos aspectos.
Otro asunto es aquello de creer que la cultura sería algo relativamente homogéneo
para todo el mundo, o sea, dicho así rápidamente: es la cultura del Jeans Levis
implantada a escala planetaria. Si entendemos eso como globalización creo yo que
no se hace tanta resistencia. La resistencia es más bien desde lo local, donde aquellas
comunidades que tienen una mayor historia o un mayor espesor cultural, que se
reconocen de una determinada forma, sin entrar a problemas identitarios, hacen una
oposición en el propio "hacer", más que en la construcción de un discurso. Es en el
propio "hacer" donde se acusan estas diferencias. Por ejemplo, hay ciertos lugares
donde la población tiene formas organizativas de larga data, como las organizaciones
de pobladores. Este elemento no está en los cánones de la globalización por supuesto,
viene de una matriz formativa en las propias comunidades y que persisten de una
cierta manera, como por ejemplo: los comités de allegados, las agrupaciones en
torno a los campamentos y algunos comités de vivienda. Si uno le da lugar a que
ellos manejen sus propios códigos, adquieren prontamente una cierta autonomía
que es bastante interesante, no sólo en función de un objetivo, sino en general en
niveles de autoorganización que empiezan a relevar, por decirlo de alguna manera,
su propio "ser" en el mundo. Y es en esos casos cuando se da la resistencia más
radical a esta tendencia de "homogeneización" de la globalización. En cualquier caso,
es interesante ver a los grupos actuando. Por nombrar algunos casos, están el
Comité de la Población Unión Obrera en Valparaíso y otro comité de vivienda en
Quilpué que a partir de la lucha por la dignidad de las personas, surgieron una serie
de elementos, como clubes de adulto mayor y agrupaciones de micro emprendimiento,
lo cual es muy interesante porque le han dado sostén por más de diez años, partiendo
de su propio potencial y sus propias capacidades sin pedir "ropa prestada" a nadie.
En definitiva, estas formas me parece que vas más al asunto de fondo que otras que
son meramente declarativas y retóricas.
125
Kütral
Pensando la Ciudad
Si nos situamos en un contexto en el cual han surgido nuevos espacios de
interacción social -- desde centros comerciales hasta los nuevos espacios
virtuales del mundo digital -- ¿Cómo ha sido afectado el uso y la valoración
de los espacios públicos a nivel local?
Si uno pudiera poner el ejemplo de lo que es el peso o la apuesta masiva de la
globalización, diría que es justamente esa transición que ha ocurrido de manera
brutal entre la concepción del espacio público como algo común, no como el
excedente del espacio privado, hacia una nueva manera de considerar el espacio
público como un lugar ni público ni privado y que es la figura del Mall.
Si tomamos un ejemplo para explicar esta transición, un buen caso es la cimarra
de los niños. La cimarra que nosotros antes hacíamos era en los lugares públicos
o en los perímetros de la ciudad, pero hoy en día la cimarra se hace en el Mall,
entonces es bien interesante el fenómeno porque cuando uno se escapaba del
colegio era para escaparse también de todo lo que se asociaba al colegio, y eso
era el encierro de las instituciones educacionales. Uno escapaba o hacia los
espacios públicos o a lo que eran lo extramuros. Sin embargo, hoy el escape es
hacia el corazón del sistema, es decir, es como una fuga hacia adelante y el gran
problema de eso es que, para quien tiene una visión de ciudad, transforma las
relaciones políticas de la ciudad. En este sentido Moulian señaló que esta transición
es "de ciudadanos a consumidores". El gran problema es que cuando las personas
sólo buscan estar en los espacios de consumo, considero que "algo se perdió
en la pasada", y eso que se pierde es la capacidad reflexiva respecto a tu propio
ser en el mundo, es decir, a ser capaz de tener un espacio de lucidez o un
distanciamiento de lo que es tu pura privacidad hacia un espacio de lo que es
de todos. Cuando eso se pierde es la lucidez misma lo que se pierde, y considero
que eso es algo grave.
126
Kütral
¿Es posible proyectar en un mediano plazo a Valparaíso y Viña como ciudades
sustentables?
Totalmente, pero hay que hacer una revolución. Valparaíso y Viña, incluso
todo el desarrollo interior de estas ciudades llegando hasta Limache, son
parte de unos ejes que podríamos llamar ejes ecológicos, esto es tanto
en el borde costero como en esos bordes interiores en los que se ven
comunidades a través del recorrido Marga-Marga. Pero esta revolución
debe considerar una mirada que sea capaz de incorporar
Pensando la Ciudad
cada uno de los temas relevantes hoy en día, como las concepciones ecológicas
que nada tienen que ver con discursos genéricos o ecologías profundas, sino que
tienen que ver con cuestiones tan simples como darse cuenta que el Parque Italia
no tiene pájaros. Si alguien repara en ese tipo de fenómenos u otro como el que
los zorros de La Campana no pueden hacer el recorrido Cerro La Campana Colliguay - Sector Sur de Playa Ancha. Lo que ocurre en este caso es que la
manera en que la naturaleza se ha comportado por cientos o miles de años se
rompe, y cuando se rompe de esa manera, eso afecta radicalmente a la ciudad.
Por otra parte, vemos lo que pasa en Valparaíso con la propuesta del Mall en el
Muelle Barón o la propuesta de Marga Mar — del estero navegable — en la cual
desaparece el estero, lo cual es absurdo, porque sería un estero navegable, pero
sin estero. Estos casos ponen en evidencia que no hay ninguna concepción
profunda de cómo son las relaciones históricas del comportamiento del territorio.
Ahí también tienes en Viña el caso de la disminución permanente de las playas,
que en el caso de Valparaíso ya casi no quedan.
Entonces, si me preguntas si se puede proyectar ciudades sustentables te diría
que sí, pero sólo restaurando los sistemas y para ello se necesita tener una
comprensión de los fenómenos de comportamiento de la naturaleza y una
comprensión de cómo crece la ciudad y cuáles son los déficit radicales que sufren
las ciudades como Viña del Mar o Valparaíso: como el desempleo y la pobreza.
Asi es posible lograr sustentabilidad porque el capital acumulado de Valparaíso y
Viña del Mar es enorme, al igual que el potencial creativo de las personas, pero
hay que administrar poniendo todas estas concepciones en una mesa, y lograr
que el Estado tenga una mirada sobre ese desarrollo territorial. Los que nos
quedamos en Valparaíso debemos apostar a que algún día la ciudad pueda
recuperarse o sanarse a sí misma en función de que el potencial está, porque el
capital económico y cultural está. Entonces tienes elementos donde encontrar
estos recursos de un modo muy sistémico, sin destruir nada, sino creando, con
una mirada muy propositiva asociada a la cultura. Recordemos que Valparaíso
tiene una cantidad de estudiantes universitarios enorme y eso en algún momento
va a tener que pesar sobre la ciudad.
¿Considera que las Políticas de Vivienda y de Desarrollo Urbano son
democráticas?
La Política de Desarrollo Urbano me queda claro que no, porque en las regulaciones
urbanas la ciudadanía no tiene ninguna participación más que levantar el dedo
para decir "sí" o "no" en estos procesos administrativos que se hacen por treinta
127
Kütral
Pensando la Ciudad
días donde se muestran los proyectos. Además creo que no, porque todos los
elementos relevantes de lo que es una comprensión de ciudad termina siendo
solamente una planificación de escritorio muy desvinculada de las discusiones
urbanas que se dan hoy en día. En el mismo PREMVAL1, buena parte de sus
conceptos son de hace más de treinta años y eso se explica porque lleva más de
quince años en desarrollo. De este modo, resulta que en el mundo de la ciudad han
acontecido cosas y se ha pensado de múltiples maneras. Por ejemplo, en la discusión
urbana del PREMVAL, en ningún momento se consideran los derechos de tercera
o cuarta generación los cuales son los que tienen que ver con lo que se conoce
como el Derecho a la Ciudad. En consecuencia, si no se considera eso es poco
probable de que hablemos de democracia al respecto.
En el tema de la vivienda en general la respuesta sería que las políticas habitacionales
tampoco son democráticas salvo por un punto en relación con una política que
comenzó a regir el 2006 donde los grupos podían llegar a desarrollar sus propios
proyectos. Hay ejemplos de que eso fue así y donde operó una cierta lógica
democrática no sólo desde el punto de vista de las participaciones --de esa que viene
desde el manual del Banco Mundial-- sino porque la participación es una dirección
sobre el proyecto, es decir, los pobladores tienen una dirección sobre el proyecto,
lo cual me parece a mi hace efectivo el ejercicio democrático desde el desarrollo
de las políticas de vivienda.
128
El problema con eso es que al no ser auspiciado o exigido permanentemente con
las políticas del Estado quedan más bien como proyecto localizado que logran ciertas
cosas. Es decir, en la Política de Vivienda todavía opera mayoritariamente el mercado
inmobiliario, esto por sobre el noventa por ciento yo diría. Desde el momento en que
opera el mercado inmobiliario la democracia no existe, porque en esos casos la
operación la hace una constructora que llega con sus proyectos y le pregunta al
poblador si le gusta o no. Eso creo yo es algo grave, ya que habiendo la otra posibilidad
tengo la impresión de que las instituciones públicas como el SERVIU han sido
totalmente incapaces de ver la potencialidad de hacer proyectos participativos con
democracia interna, desarrollados desde la misma gente.
Kütral
Cuando los proyectos se desarrollan bien, cuando son proyectos democráticos, le
quitan al Estado una carga que en otros proyectos se mantiene por largos años,
porque de ese modo la gente se autonomiza y una vez que eso ocurre estos grupos
pasan a ser grupos productivos. Lamentablemente no se le ha dado relevancia a
eso porque los ministerios en Chile operan sobre la lógica de la ejecución
presupuestaria, y en relación a eso creen que el mercado inmobiliario generado
por las empresas constructoras es más eficiente que estos otros proyectos. Mi
1 Plan Regional Metropolitano de Valparaíso
Pensando la Ciudad
apreciación personal es que justamente debería ser todo lo contrario, que lo más
eficiente terminan siendo estos otros proyectos participativos, y no los de las
grandes constructoras, y a modo de referencia si te fijas en cualquier proyecto que
se ha hecho de más de 150 familias, te vas a encontrar exactamente los mismos
fenómenos, las mismas "lacras sociales" que se ven de los proyectos SERVIU de
los años noventa y fines de los ochenta. En consecuencia la rentabilidad social,
la cual se da en los proyectos participativos, no se considera en la institucionalidad
pública.
De acuerdo a su experiencia ¿Cómo las políticas habitacionales deben afrontar
la multiculturalidad de la comunidad?
Yo creo que Chile ha llegado a un nivel de desarrollo de políticas de vivienda que
perfectamente puede tomar algunas ventajas de su propia experiencia. Hoy en día
perfectamente se podría trabajar fenómenos como lo multicultural o lo intercultural,
puesto que no es un fenómeno localizado en un solo ministerio, por lo tanto no es
algo sectorializado. Si las instituciones tuvieran una cierta apertura de mirada y
vieran la potencia que hay en las comunidades o en las organizaciones, o más
bien, si no le temiera, el desarrollo se daría sólo porque hay una cantidad de masa
crítica de profesionales para hacer eso. La prueba de que se puede hacer es que
nuestro mismo equipo ya lleva un segundo o tercer proyecto en esos cánones. En
definitiva son cosas que se hacen porque las hace la comunidad y el que teme
tomar este camino se vuelve un burócrata.
¿Es el derecho a la vivienda y el derecho a la ciudad un tema pendiente en
Chile?
A mí me complica hablar de derecho, porque los derechos son históricos. El derecho
a la vivienda fue una lucha larga en Chile que tiene su expresión más viva a partir
de la toma de los terrenos de lo que hoy es la Población La Victoria, pero esta
lucha tiene antecedentes que uno puede rastrear hasta el siglo XIX. Ese derecho
no está conquistado de modo alguno. Ahora, el derecho a la ciudad es un derecho
de cuarta generación, sobre el cual todavía hay pocas luces sobre lo que significa
y cómo se puede llegar a constituir materialmente. Ambos casos son ejercicios
pendientes como muchos otros derechos, porque lo que está pendiente todavía
es la democracia, y en la medida que eso siga pendiente, todo lo demás seguirá
poniéndose como un problema sectorial. Asimismo, en la medida que nosotros no
seamos capaces de sacar estos problemas de esa sectorialidad tampoco se va
a desarrollar la democracia. Tenemos que entrar a ese círculo virtuoso en la cual
a través de una cosa ir ligando las otras.
Alejandro Castro
129
Kütral
Pensando la Ciudad
Reseña de Libros
Medio Ambiente y Sociedad: Conceptos, metodologías y experiencias
desde las ciencias sociales y humanas
Enrique Aliste y Anahí Urquiza (2010), RIL Editores, Santiago, 280 páginas
Enrique Aliste, Geógrafo y Magister en Gestión y Planificación Ambiental, junto
con Anahí Urquiza, Antropóloga Social y Magister en Antropología y desarrollo,
ambos de la Universidad de Chile, se presentan como compiladores de una serie
de artículos que abordan la reflexión de la problemática ambiental desde las ciencias
sociales. La idea medular que introduce este libro es la necesidad de las ciencias
sociales de abordar los temas ambientales, puesto que, tal como expresa Enrique
Leff1 en la introducción, la crisis ambiental "es una crisis eminentemente social:
una crisis de la razón y del pensamiento; de los modos de pensar, actuar y producir"
(p.15). Emerge entonces la necesidad de que las disciplinas como la sociología,
la antropología, la psicología, la geografía y el derecho, no sólo extiendan una
mirada crítica a los problemas ambientales, cada vez más visibles para la ciudadanía,
sino que además aporten concretamente con la construcción de conceptos, teorías,
metodologías y modelos de gestión. El presente libro aparece en este contexto,
promoviendo a su vez un sentido de transdisciplinariedad para tratar el problema
de la relación entre medio ambiente y sociedad.
130
Kütral
El lector puede apreciar el esfuerzo de los autores de lograr en el desarrollo de
cada artículo, desde diferentes perspectivas, un objetivo en común que consiste
en "abordar la recomposición de la fracturada y fragmentada relación de la sociedad
humana con la naturaleza" (Ibídem). En primer lugar, los antropólogos Marcelo
Arnold y Anahí Urquiza enfatizan que los problemas ambientales se deben
principalmente a problemas de comunicación propios de la sociedad contemporánea,
puesto que el problema existe socialmente en la medida que son comunicados.
En la medida que existen amenazas de tipo ambiental, la noticia lo constituye
socialmente como una amenaza real. Los autores señalan en este sentido que "su
presencia en la red que constituye lo social lo hace surgir como problema" (p. 32).
Así es como se reconocen que existen déficits cognitivos, sobre todo en las
sociedades en vías de desarrollo, que inciden en el impedimento de visibilizar e
incidir adecuadamente en los problemas ambientales. Las formas imperantes y
tradicionales de observar este tipo de problemas sólo logran respuestas parciales
y fragmentadas lejos de considerar la complejidad ambiental.
1 Ambientalista y economista mexicano, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la
UNAM.
Pensando la Ciudad
El articulo de Enrique Aliste titulado "Territorio en Ciencias Sociales: Trayectorias
espaciales y ambientales en debate", desarrolla una interesante revisión del
concepto de "territorio", reapropiado por las ciencias sociales, y lo pone a disposición
del debate ambiental. El territorio debe ser visto como una construcción social en
la cual se pueden analizar los espacios de transformación desde la perspectiva de
las significaciones que los sujetos le asignan socialmente. En este sentido Aliste
enfatiza que el territorio "va dibujándose con nuestras formas y capacidades de
poder leerlo, de escribirlo y sentirlo como expresión de las formas de apropiación
con que la sociedad logra entenderse a sí misma" (p.59). En este contexto, el
territorio debe entenderse como un espacio vivido por los sujetos en su historia e
identidad, y que además se revaloriza en los procesos de globalización. Este
apronte conceptual permite al lector descubrir también que la visión de sustentabilidad
del espacio y el territorio es un elemento en un proceso permanente de construcción
social producto de las transformaciones de una sociedad dinámica.
Otro artículo que cabe destacar es el de las antropólogas Asunción Díaz y
Bárbara Morales, en el cual se plantea la tensión entre lo global y lo local en el
ámbito de los conflictos ambientales y las distintas formas de observarlos. Las
autoras proponen la búsqueda de enfoques y estrategias metodológicas rescatando
una mirada de lo local que permitiría desvincularse de la totalidad hegemónica
globalizante. En este sentido se señala que "los problemas ambientales son
espacios donde operan diversas racionalidades sistémicas, por lo que una manera
legítima de observarlos sería apuntando hacia las distintas lógicas que operan en
el nivel local en el que estos se desenvuelven" (p. 83). Una mirada reflexiva de los
problemas ambientales debe considerar los diversos actores y racionalidades que
se entrecruzan constituyendo particulares formas de enfrentar lo local con lo global,
o lo público con lo privado.
Pilar Moraga y Luis Cordero, por otra parte, permiten al lector entender la relación
sociedad y medio-ambiente desde el ámbito del derecho. Por un lado, Pilar Moraga
releva el principio precautorio y preventivo que debe y ha venido considerando el
derecho ambiental ante los nuevos riesgos que surgen de la aplicación de las
nuevas tecnologías. Por otro lado, Luis Cordero realiza un análisis del rediseño de
la institucionalidad ambiental y el modelo de gestión ambiental en Chile.
Finalmente, la última parte del libro recoge distintos estudios de caso en los
cuales destaca el desarrollo que realiza Francisco Ther sobre el desarrollo de
sociedades litorales sustentables desde la construcción de los imaginarios sociales.
De este modo la propuesta reivindica a la ciudadanía capaz de construir sustentabilidad mediante la participación.
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Comentarios finales
La revisión conjunta de este trabajo compilatorio aproxima al lector a una
perspectiva multidisciplinaria de las ciencias humanas sobre la discusión entre el
medio ambiente y sociedad. En la actualidad es posible observar que el debate
sobre la institucionalidad ambiental, sobre el diseño de la matriz energética en
Chile, sobre el conflicto entre lo público y lo privado en las iniciativas de producción
energética y sobre los criterios de sustentabilidad en la planificación urbana, se
ha intensificado en los últimos años producto de múltiples factores, entre los cuales
se podría destacar el surgimiento de las redes sociales como espacios democráticos
de expresión ciudadana. Es por ello que la conciencia y la racionalidad ambiental
es cada vez más creciente una vez que se ha visualizado la crisis ambiental como
una amenaza vital. En consecuencia, las ciencias sociales no sólo tienen la
obligación de realizar los esfuerzos necesarios para contribuir a la generación de
conocimientos y sentar bases teórico-conceptuales que permitan una armonía
entre el sujeto y el medio ambiente, sino que además deben propiciar y promover
un sentido de responsabilidad social ambiental en la ciudadanía en virtud del
equilibrio ecológico y la preservación de territorios sustentables.
Alejandro Castro Reyes sociólogo, Universidad de Viña del Mar, Chile
E-mail: [email protected]
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Normas de Publicación
Revista Kütral de Sociología
Universidad Viña del Mar
Artículos: Estos deben ser inéditos y serán sometidos a la evaluación del Consejo
Editorial que determinará si estos pueden o no publicarse. Dicho Consejo tiene la
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Esto incluye la bibliografía completa.
Debe escribirse en tamaño carta, con caracteres Arial 11, espacio 1,5 y sin
numeración de página.
Títulos: Estos deben ser breves, no más de 15 palabras y deben incluir traducción
al inglés. En el texto mismo, los títulos van en letra Arial, tamaño 14 y alineados
a la izquierda.
Subtítulos: Se escriben en Arial, tamaño 12. Deben ser breves, van en negrita
y alineados a la izquierda.
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Resúmenes: Su extensión se limita a 150 palabras. Asimismo, debe presentarse
un abstract en inglés. También, al menos cinco palabras claves.
Bibliografía: Debe ubicarse al final de cada artículo y debe ordenarse
alfabéticamente por el apellido del autor.
Ejemplo: Larraín J, (1996) Modernidad, Razón e Identidad en América Latina,
Editorial Andrés Bello, Santiago. Si hay más de una ciudad con el mismo nombre,
debe indicarse también el país.
Si se citan capítulos o artículos, el nombre de los mismos debe ir entre comillas.
El título del libro o revista va con cursiva.
Ejemplo: Chihuailaf E. (2008) "Nuestra lucha es una lucha por ternura", en Historias
y luchas del pueblo mapuche, Editorial Aún creemos en los sueños, Santiago.
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Si se repitiese un autor en la bibliografía, debe usarse Idem
Ejemplo: Tricot T. (2009), "Lumako: punto de inflexión en el desarrollo del nuevo
movimiento mapuche", Revista de Historia Actual, Número 19, Primavera, 2009.
Ídem. (2006), La Lucha del Pueblo Mapuche, Ediciones Ilwen, Santiago.
Citas: Tanto en el texto como en las notas, las citas deben ir entre paréntesis e
indicando el apellido del autor y el año de publicación del libro o artículo en la
bibliografía.
Ejemplo: (Millalen, 2009)
Si se incluye una cita textual, debe adicionarse el número de página, después de
los dos puntos.
Ejemplo: (Millalen, 2009: 27)
De incluirse cita del mismo autor y texto en un mismo párrafo, puede utilizarse
Ibídem si es en la misma página.
Ejemplo: (Ibídem).
Si es en una página diferente,
Ejemplo: (Ibid: 38)
puede usarse el siguiente formato:
Las citas textuales de más de tres líneas de extensión, deben ir indexadas en
margen izquierdo con dos centímetros adicionales y a espacio simple.
Notas: Las notas deben ir con números pequeños (Arial, tamaño 10) y su contenido
al pie de página. Las referencias a textos deben ir entre paréntesis, mencionar el
autor, año y el número de página si procede
Ejemplo: (Saavedra, 2002:115)
Gráficos: Sólo pueden incluirse gráficos en color negro. En lo posible con letra
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