Cuéntame un cuento - Escola Secundária de Monserrate

Transcripción

Cuéntame un cuento - Escola Secundária de Monserrate
2011/2012
BAJO LA
SUPERVISIÓN
DE LA
PROFESORA
CUÉNTAME UN CUENTO
ROCÍO
VALVERDE
ESCOLA SECUNDÁRIA DE MONSERRATE
Alumnos de 11º
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Contenido
UNA ENFERMEDAD, UNA DIFERENCIA, UN CAMINO MÁS FÁCIL PARA LA FELICIDAD. ................ 5
EL REY GARGAMEL .................................................................................................................... 8
LA FUERZA DE LA UNIÓN ......................................................................................................... 11
OSO PEREZOSO ....................................................................................................................... 12
UNA HISTORIA DIFERENTE ...................................................................................................... 14
EL PIRATA DIFERENTE ............................................................................................................. 16
ALEX SALVA LA NAVIDAD ........................................................................................................ 17
LA CASA DE LOS DULCES ......................................................................................................... 19
CUATRO VIAJES, CINCO EMOCIÓNES, UNA CASA ..................................................................... 21
DIDI, UN ÁNGEL ...................................................................................................................... 24
EL CORAL ................................................................................................................................ 26
EL CUENTO DE LOS CUENTOS .................................................................................................. 29
TITO, EL DETECTIVE ................................................................................................................. 31
UNA AVENTURA PARA DORMIR .............................................................................................. 33
LA ELECCIÓN CORRECTA ......................................................................................................... 36
UN CUENTO DE HADAS Y AMOR.............................................................................................. 38
EL LOBITO ............................................................................................................................... 39
EL SOBRINO DEL MAGO .......................................................................................................... 40
LA SERPIENTE Y EL LOBO ......................................................................................................... 42
LAS APARIENCIAS NO NOS HACEN FELICES .............................................................................. 43
LA ISLA ENCANTADA Y EL SAPO ROSA ..................................................................................... 46
TODO SE RESUELVE ................................................................................................................. 49
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UNA ENFERMEDAD, UNA DIFERENCIA, UN CAMINO MÁS FÁCIL
PARA LA FELICIDAD.
Érase una vez, una princesa de 17 años, muy guapa e inteligente, pero
era una niña cerrada y aislada de sus compañeros del colegio religioso donde
sus padres habían decidido que estudiase. Se llamaba Gabriela.
Un día estaba triste, sentada en un banco del jardín de la Villa de las
Flores, dibujando a las personas y la naturaleza, cuando de pronto vio a una
chica apresurada para ir buscar agua a la Fuente de los Milagros. Era muy
guapa, tenía el pelo muy largo, castaño, liso, ojos verdes, era delgada. Tenía
una belleza envidiable.
Llegando al Castillo, Gabriela fue para su cuarto, donde empezó a
dibujar todo lo que había visto en el jardín por la tarde y dibujó a la chica de
una manera diferente, siempre con el deseo de volver a verla.
El día siguiente, al final de las clases, Gabriela volvió a sentarse en el
mismo banco del jardín donde había visto la chica que no salía de su
pensamiento.
La chica muy guapa volvió a pasar y Gabriela la siguió todo el camino
hasta su casa pobre y modesta, porque esta no pertenecía a la misma clase
social. Por eso, Gabriela se sentía muy infeliz, porque le estaba empezando a
gustar una chica del pueblo, por saber que era un amor imposible y porque
tenía su boda ya concertada.
Gabriela había sido prometida en matrimonio a un príncipe feo, malo y
muy vengativo. No era el amor de su vida, pero era una obligación de respeto
por su familia. Faltaba poco tiempo para el día de la boda, donde Gabriela
perdería su libertad.
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La princesa, se sentía sola y empezó a escribir todo lo que sentía en
una carta que más tarde dejó en la casa de la chica. Unos días más tarde, la
princesa recibió una respuesta de Alexandra, la chica del jardín. En la carta,
Alexandra, se presentaba con ganas de conocer a la princesa y decía que
también se había fijado en ella. Concertaron una cita en el banco del jardín de
la Villa de las Flores, pero había un pequeño problema: Gabriela no podía salir
del castillo sin la compañía de un guarda de su padre.
El día del encuentro con Alexandra, Gabriela se escapó por una
ventana de la parte de atrás del castillo. Cuando llegó al jardín, se puso muy
feliz al verla y Alexandra también.
Su amistad fue creciendo, sus encuentros continuaron y el sentimiento
de amor se hizo más fuerte, hasta que un día, se encontraron por detrás del
castillo y expresaron la atracción que sentían la una por la otra y la intención de
estar juntas.
Pero ni todo era como se esperaba.
Alexandra no quería pasar su vida escondida
detrás del castillo, porque no se sentía
cómoda con la situación.
Se querían, pero era una relación un
poco difícil de mantener. No es convencional
que dos chicas se enamoren, mucho menos
cuando una de ellas pertenece a realeza.
En un intento de lograr tener su vida, su independencia, un futuro con
la chica que ella tanto quería, para obtener su libertad, Gabriela huyó del
castillo de su familia, pero antes de salir cortó su pelo para poder irse sin que
nadie se diese cuenta. Pero aun así fue descubierta y más tarde excluida por
toda la sociedad que pensaba que amar a personas del mismo sexo era una
enfermedad. El Rey, su padre, encerró a su hija en una torre hasta el día de su
boda. Pero, no era fácil vivir en una torre que solo tenía una ventana.
Un día, ya cerca de su boda, estaba asomada a la ventana de la torre,
cuando apareció una bruja que habló con ella y la convenció para que huyese
de su padre y de su novio. Le dijo que existía un pozo mágico, que cuando las
personas infelices caían allí, su vida se transformaba y así serían felices.
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Pero, ni todo era fácil. La bruja le dijo que eso solo sucedería si ella
dejase toda su fortuna y su condición de princesa para ella. Gabriela se creyó
todo lo que la bruja le decía, y con toda su ingenuidad huyó del castillo por la
noche, salió por su ventana con la ayuda de la bruja, fue a la casa de
Alexandra y le contó toda la historia. Alexandra tenía miedo de arriesgar su
vida y cuando Gabriela le dijo que había sido una bruja quien se lo había
contado, su miedo creció. No obstante, el amor que las unía era mayor que
cualquier miedo. Ellas accedieron, la bruja les indicó el camino y, cuando
llegaron Alexandra se lo pensó dos veces antes de tirarse al pozo, pero incluso
con miedo, se lanzó con Gabriela, con la esperanza de poder vivir feliz con ella.
Nunca más se ha visto a las chicas, la princesa y la chica del pueblo.
Todo el mundo las buscó por todas partes pero no encontraron ningún rastro
de ellas.
Diana Dias, 11ºH y Celine Calçada, 11ºG
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EL REY GARGAMEL
Era una vez, en un reino muy distante, un rey que
tenía una personalidad muy difícil. Su mirada era
tenebrosa, aterradora, y bañaba de miedo a todos
aquellos que contrariando todas las posibilidades, se
arriesgaban a mirarle a los ojos. Su nombre era
Gargamel y todos le llamaban el "Rey Pavoroso". Durante su infancia, el ogro
Gargamel vivió un acontecimiento que marcó completamente su vida y, por
consiguiente, su personalidad.
En una noche tempestuosa, en que la lluvia caía fuertemente sobre el
valle de los sueños, los padres de Gargamel decidieron abandonarlo en el
medio de la selva. Allí se quedo durante toda la noche,
sufriendo las maldades que aquella malévola tempestad
persistía en hacer.
En la mañana que sucedió a esa terrible noche, el
gigante Hefty, cumpliendo con su rutina, fue a dar su
paseo matinal por el bosque. Se encontró con varios
árboles caídos, resultado de la tormenta que había bajado
para el valle de los sueños. Distraído, no concentraba su atención en un
determinado lugar, observando todo lo que lo rodeaba. Pero cuando menos lo
esperaba escuchó un grito que cautivó por
completo toda su atención. Buscó por entre
las ramas caídas y encontró un pequeño
ogro,
encharcado
y
lleno
de
frío.
Rápidamente se quitó la camiseta y enrolló
al recién nacido en ella. Corrió entonces en
dirección a su casa para proteger al bebé
del frío.
Pero Hefty no vivía solo. Él estaba acompañado por sus mejores
amigos, el duende Brainy y el mono Grouchy. Hefly explico después todo a sus
amigos y ellos enseguida decidieron ayudar a cuidar del bebé encontrado en el
bosque. Todos ellos tenían poderes mágicos y cuando los tres estaban en
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perfecta armonía eran capaces de curar la más profunda herida y remover la
más fea cicatriz.
Al tocar en las espaldas del ogro encontraron una marca de nacimiento.
Fácilmente llegaron a la conclusión que era la marca de los reyes y que aquel
pequeño bebé era miembro de una familia real.
Consiguieron unas ropas para el ogro bebé y lo colocaron en las puertas del
castillo del reino del valle de los sueños.
Con el pasar de los segundos, de los minutos, de los días y de lo años el rey
fue envejeciendo y volviéndose un ogro adulto. Como todos los habitantes del
valle de los sueños, el rey también poseía un poder especial y único. Tenía el
don de conseguir recordar día tras día todo lo que había vivido. Él conseguía
retroceder y vivir eso como se estuviera allá.
Este don era la explicación para tanta maldad. Como no conseguía
olvidar su triste pasado, el rey descargaba toda su furia en los otros.
Pero sus tres amigos, que un día lo habían salvado de la muerte cierta,
decidieron que ya era hora de confrontar al rey con algo que a partir de aquel
momento tal vez cambiase su personalidad por completo, a pesar de parecer
muy difícil o casi imposible.
El rey arrogante preguntó quién tenía valor de incomodarlo.
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Brainy dio un paso adelante y pronunció el nombre de los tres.
- Querido rey Gargamel, antes de nada pido disculpas por la aparición
improvisada
pero
tengo
algo
muy
importante para decirle. Hace algunos
años,
cuando
la
muerte
intentaba
apoderarse de usted, la audición de mi
amigo Hefty no vaciló y salvó su vida. Lo
cuidamos como si fuese nuestro hijo y
no lo dejamos morir. Sabemos que no
tuvo la mejor infancia y que eso lo atormenta, pero todo eso, porque ya pasó,
no puede servir para moldarlo como mala persona, sino como un rey fuerte,
que no cede a la primera dificultad.
Mire para nosotros. Exclamó Brainy. A primera vista no encuentra defecto
alguno en nosotros, pero en realidad, cada uno de nosotros es debilitado en
aspectos muy importantes. Yo por ejemplo, míreme a mí. Tengo la posibilidad
de proferir todas estas palabras, pero mi amigo Hrouchy ya no tiene la misma
suerte. Sí, él es mudo. Por ejemplo, Hefty, tiene la posibilidad de oír todos los
sonidos que componen las bellas armonías. Y de nosotros tres, solo Grouchy
consigue contemplar todas las maravillas que constituyen este mundo, pues es
el único que tiene visión.
Cada uno de nosotros posee sólo uno de los
sentidos, pero todos juntos nos completamos y es juntos
que tenemos el don de sentir. Somos los tres juntos que
conseguimos curar y fue así que lo salvamos.
Las lágrimas corrían por el rostro del rey Gargamel,
que sintió en aquel preciso momento que toda aquella actitud de orgullo, rabia
y rencor, no lo conducía a lugar ninguno, pues existen siempre personas en
peores situaciones que la nuestra, y bajar los brazos nunca es la opción
correcta.
Sea cual sea la dificultad o limitación tenemos que erguir la cabeza y
luchar por nuestros sueños. Ahí entendió la razón de que todo hubiese ocurrido
de aquella manera. Entendió la razón por la que era el rey del valle de los
sueños. Finalmente entendió la razón por la cual existía.
Ricardo Cruz y Vitor Barbosa, 11ºH
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LA FUERZA DE LA UNIÓN
Érase una vez, una familia que vivía en
una pequeña aldea.
El padre era un agricultor muy conocido
en su localidad; su madre murió después
de tener el último hijo. El padre fue quien
se quedó cuidándolos.
Cuando estaba para morir el padre,
llamó a los diez hijos que tenía y pidió a
cada uno que fuesen a buscar un palito
con medidas semejantes. Todos ellos fueron a buscar un palito y llegaran poco
tiempo después.
El padre cogió todos los palitos e hizo un manojo.
Luego le dio el manojo al hijo más viejo para partirlo, pero él no lo consiguió,
después lo dio al siguiente hijo que tampoco pudo romperlo e hizo pasar el
manojo por todos los hijos hasta el más pequeño. Ninguno de ellos concretizó
lo que su padre les había pedido.
Pasado un rato, le pidió a su hijo más jovencito que partiese los palitos uno por
uno y él consiguió hacerlo.
A continuación el padre dijo a sus hijos
que si ellos estuviesen cada uno por su
lado, todos ellos serían vencidos y les
pidió que se ayudasen siempre los unos a
los otros.
Más tarde su padre murió y ellos siempre
que tuvieron problemas los superaron porque estaban siempre unidos.
Cândido Pereira y Francisco Martins, 11ºH
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OSO PEREZOSO
Érase una vez, un Oso Perezoso a quien le
gustaba obtener las cosas sin que estas le dieran
trabajo. El Oso Perezoso vivía en el bosque armonioso,
con muchos árboles y cascadas. En el mismo bosque
vivían sus amigos, Guaxinin, Oso, Castor y Erizo.
Con la llegada de la Primavera, el Oso Perezoso
y sus amigos se encontraban todos los días a la hora de
comer y como nuestro protagonista era un animal a quien no le gustaba buscar
alimento, conseguía siempre comerse la comida de los otros.
Un día, el Oso trajo para la merienda una tarta de fresa y un pote de miel
mientras que el Oso Perezoso trajo dos manzanas. Cuando estaban sentados
a la mesa, el Oso Perezoso decidió decir al oso que su miel estaba estropeada,
por eso no podía comerla, podría ponerse enfermo. El oso se
creyó la historia y no comió la miel. Después de que todos
hubieron comido, el Oso Perezoso dijo que mientras los otros
guardaban las cosas él iba a poner la miel en la basura. Cuando
se encontró solo saboreó la dulce miel.
El día siguiente, cuando se volvieron a reunir, el Erizo trajo para la
merienda nueces y arroz con leche, y una vez más el Oso Perezoso se
aprovechó de la situación y le dijo al Erizo que iba a poner en la basura el arroz
con leche porque la canela estaba estropeada. Con su inocencia lo creyó y no
comió el dulce, de camino a la basura, una vez más el Oso Perezoso
aprovechó y se comió la comida del Erizo.
Durante varios días el Oso Perezoso hizo la misma cosa,
hasta que, después de tanto abuso, su amigo Castor
desconfió y un día decidió seguir al Oso Perezoso y
descubrir qué hacía él en la basura.
Al día siguiente, el Oso Perezoso dijo a su amigo Guaxinin que su tarta
de naranja estaba estropeada y volvió a comérsela cuando iba para la basura.
Mientras el Oso Perezoso se comía la tarta, el Castor contó a sus amigos lo
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que había visto el día anterior. Hastiados, los animales
decidieron gastar una broma al Oso Perezoso.
Así, un día ellos hicieron una tarta de chocolate
estropeada para la merienda Cuando llegó el momento de
comer, el Oso Perezoso miró la tarta de chocolate,
enseguida dijo que estaba estropeada y que la iba a tirar,
pero todos sabían que él iba a comérsela.
La tarde siguiente, cuando el Oso Perezoso llegó, sus amigos vieron que
él estaba muy extraño y le preguntaron qué le había
pasado; él les dijo que tenía mucho dolor de estómago y
que no sabía por qué. Entonces sus amigos le contaron
la razón por la cual tenía dolores y que habían hecho
eso para que aprendiera a comportarse. Después de
saber lo que había sucedido, el Oso Perezoso se
disculpó y prometió que nunca más haría una cosa igual. A partir de este día, el
Oso Perezoso nunca más se aprovechó de nadie. Y fueron felices para
siempre.
Ángela Viana, 11ºH y Edgar Araujo, 11ºG
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UNA HISTORIA DIFERENTE
Érase una vez, una historia, pero no es una historia encantada
es simplemente una historia normal, al igual que muchas otras!
Habla de una joven hada, Julieta. Ella era como todas las otras
hadas, le gustaría tener una docena de niños
y un príncipe encantado. Ella quería ser feliz
con su familia y dedicarse, como todas las
otras hadas, a tratar de sus hijos.
Por lo tanto, Julieta estaba decidida a luchar para encontrar un apuesto
príncipe. Así que pensó, pensó y pensó para encontrar una manera de tener el
mejor príncipe del reino y tuvo una idea, tenía que hacer trabajo voluntario con
el fin de ayudar a las hadas y así los príncipes pensarían que ella era muy
altruista. Así que ese día se inscribió en una institución de solidaridad para
ayudar a las hadas que habían sufrido violencia. Al día siguiente, empezó a
llevar a cabo su plan. En la institución se veía una gran cantidad de
sufrimiento. Hadas, muchas rechazados, insultadas, maltratadas. Simplemente
por ser dulces y haber dedicado su vida entera a
cuidar de sus pequeños brotes y su apuesto
príncipe, que no era sino una mera ilusión. Por lo
tanto, ella quedó tan impresionada por todo lo que
vio en la institución, que decidió que tenía que
encontrar la manera de que tuvieran una vida,
simplemente
porque
ya
no
vivían. Empezó
a
investigar sobre los talentos de esas hadas. Cuando
descubrió sus dones, encontró la forma de mejorar
sus habilidades. Por lo tanto, las hadas tenían un
significado para la vida, tenía una razón para su
existencia, eran útiles para la sociedad.
De hecho, Julieta se dio cuenta de que la vida no es simplemente casarse y
vivir felices para siempre, se dio cuenta de que existen los finales felices rara
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vez. En consecuencia, renunció a su sueño y se concentró en una lucha
altruista, mucho más objetiva y más por la felicidad de las otras mujeres,
terminando con el sexismo y poniendo fin a la violencia que se practica en
contra de hermosas hadas. Así termina esta historia con un final feliz, al menos
por ahora.
Inês Tomás y Ângela Capitão, 11º G
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EL PIRATA DIFERENTE
Érase una vez, en un país muy lejano, un niño pirata, hijo,
nieto y bisnieto de piratas. Se llamaba Manos Largas y no
se comportaba como los demás piratas. Él nunca había
robado nada ni asaltado ningún barco, aunque en su familia
todos daban por seguro que sería un pirata de primera. Sin
embargo, a Manos Largas no le atraía para nada la idea de dedicarse a robar a
la gente. Lo sabía porque, de pequeño, uno de sus primos le robó uno de sus
juguetes favoritos y aquello le había sentado fatal.
Según fue creciendo, el bueno de Manos Largas empezó a angustiarse con la
idea de que en cualquier momento surgiera su verdadera personalidad de
pirata, y no pudiera evitar dedicarse al robo, al abordaje y los pillajes.
Cada mañana, al despertar, se miraba al espejo para ver si se había
producido aquella horrible transformación que tanto temía. Pero cada
mañana tenía el mismo aspecto de buena persona del día anterior.
Con el tiempo, todos se dieron cuenta de que Manos Largas no era
un pirata como los demás, pero era tan larga la tradición familiar de estupendos
piratas, que ninguno se atrevía a decir que no era pirata. "Simplemente",
decían, "es un pirata bueno", y lo seguían diciendo a pesar de que Manos
Largas hubiera estudiado medicina y dedicara sus días a cuidar de los
enfermos de la ciudad.
Sin embargo, Manos Largas seguía temiendo convertirse en pirata, y cada
mañana seguía mirándose al espejo. Hasta que un día, viéndose viejecito, y
mirando a sus hijos y sus nietos, ninguno de los cuales había llegado a ser
pirata, se dio cuenta de que ni él ni nadie tenía que ser pirata ni ninguna otra
cosa de forma natural ni por obligación. ¡Todos podían ser lo que hicieran de
sus vidas! Y él, que había sido lo que había elegido, se sentía profundamente
satisfecho de no haber elegido la piratería.
Nadie nace predestinado para ser nada, está en nuestras manos cambiar
nuestras vidas día a día.
Iria Piñeiro y Joana Dantas, 11º H
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ALEX SALVA LA NAVIDAD
Todos los años, cerca de la Navidad, Alex y su
compañero Bolinha están atareados con los adornos de la Navidad.
Cierto día, cuando estaban a camino de su casa se
encontraron con sus amigos, Dumbo y Ping-Pong, que también estaban
tratando
de
la
decoración
para
la
llegada
de
Papa
Noel.
De repente, oyeron las campanitas del trineo y muy admirados, pues aún era
temprano para llegar Papa Noel, fueron a ver qué sucedía.
Cuando llegaron a la casa del árbol vieron a un chico en la terraza y le
preguntaron quién era. Este chico les dijo que era Mafarrico, duende de Papa
Noel.
Ellos, curiosos, quisieron saber qué hacía él allí y este les explicó que estaba
probando lo renos, como era habitual, y estos descontrolados lo habían hecho
caer.
Mafarrico intentó explicarles
que necesitaba ayuda para regresar
a la casa de Papa Noel, pues sin él
no habría Navidad. Alex y sus
amigos se pusieron a pensar ideas
para ayudar a Mafarrico.
La primera idea que tuvieron fue
hacer una cinta de papel gigante
para que pudiese subir hasta las
nubes y saludar a Papa Noel
cuando él pasara.
Esta idea no dio buen resultado, pues cuando intentó subir, la cinta rebentó.
Ping-Pong tuvo la idea de adornar el mayor árbol del bosque para que Papa
Noel parase así que viese a Mafarrico en la cima del árbol.
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Los otros lo ayudaron. Después de algunas horas ya
tenían el árbol listo y Mafarrico subió y esperó por
Papa Noel.
Pasado algún tiempo, Papa Noel pasó y vio a
Mafarrico. Paró y lo recogió, juntos pararon cerca de
Alex y sus amigos, les agradecieron la ayuda y les desearon una Feliz Navidad.
Colorín, colorado esta historia se ha acabado.
Diana Vieira y Cassandra Ferreira, 11º F
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LA CASA DE LOS DULCES
Era una vez una familia grande y feliz de empresarios. Vivían en una
mansión, en el centro de la ciudad, rodeados por unos bonitos jardines con
flores. En esa casa vivían once personas, la madre, el
padre, sus cinco hijos – los gemelos Pedrito y Juanito,
Matilde, Carolina y el hermano mayor, Miguel – la
cocinera, el jardinero y las dos empleadas de limpieza.
Un día, los padres hicieron un viaje de trabajo a
Estocolmo durante una semana. Sus hijos se quedaron en casa con los
empleados, pues no podían llevarlos con ellos. En los primeros días todo salió
bien, estaban felices y más libres, a pesar de que Miguel sentía que tenía más
responsabilidad y que debía proteger a sus hermanos.
Los niños querían jugar con Carolina y Matilde pero no les gustaban sus
juegos y se quedaban en el cuarto, empezando a echar de menos a sus
padres, hasta que un día planearon salir en su búsqueda, pensando que
estarían cerca de su casa y que los encontrarían. Y así lo hicieron; cuando ya
todos dormían, se vistieron y fueron al jardín a buscar unas piedritas para
marcar el sendero de regreso si se encontraban perdidos.
Durante horas caminaron y caminaron, cantando por las calles, acabando
por olvidarse de las piedras.
La mañana siguiente, cuando los hermanos se
despertaron y vieron que no estaban, decidieron
buscarlas. Luego encontraron las piedras que ellas
habían dejado en el sendero y las siguieron.
Después de caminar más de media hora dejaran de
mirarlas. Y decidieron que se separarían para
encontrarlas.
Mientras tanto, las niñas continuaron caminando hasta que el hambre y el
agotamiento eran tan fuertes que no aguantaban más. En ese momento
apareció una viejecita y, mostrándose preocupada, les preguntó:
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- ¿Qué hacen aquí unas niñas tan guapas?
- Buscamos a nuestros padres! – contestaron asustadas.
- ¿No tenéis hambre?
Las niñas, sin fuerza para hablar, simplemente respondieron con la
cabeza.
- Venid, venid, voy a ayudaros a encontrarlos pero antes pasad a
mi casa para comer unos bollitos deliciosos. – dijo la viejecita tomando
sus manos.
Así fue, cuando llegaron se quedaron maravillados, pues su casa estaba
cubierta de dulces. Comieron tanto, pero tanto que acabaron por dormirse en
un sofá hecho de gominolas. Cuando se despertaron estaba todo oscuro y no
sabían dónde se encontraban, estaban aterrorizadas. La vieja las había
escondido en el sótano.
Los hermanos continuaron buscándolas y después de muchas horas se
encontraron en medio del bosque. Estaban desanimados y muertos de hambre.
Decidieron buscar una casa donde
pudiesen pasar la noche y comer.
Poco tiempo después encontraron la
casa de los dulces, llamaron a la
puerta y una vez más, la viejecita fue
muy acogedora. Cuando ya estaban
terminando de comer, escucharon a
sus hermanas chillando. Corrieron y
se abrazaron, dejando a la vieja presa
en el sótano.
Cuando llegaron a casa, sus padres ya estaban, muy preocupados pero
acabaron por abrazarlos y no quisieron hablar más del asunto.
Colorín colorado este cuento se ha acabado.
Carla Cardoso y Sofia Silva, 11º F
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CUATRO VIAJES, CINCO EMOCIÓNES, UNA CASA
Había una vez un pequeño panda, Melman, que vivía
en un gran jardín zoológico en Madrid. En su segundo
cumpleaños su amiga cebra le regaló un ordenador
portátil con acceso a Internet.
Melman empezó por visitar algunos sitios de
agencias de viajes, donde encontró imágenes que lo
hicieron soñar…
El pequeño panda pensaba que sería más feliz en aquellos lugares que
en jardín zoológico.
Cierto día decidió hacer un viaje, escogiendo como su primer destino
¡Francia!
Cuando entró en el aeropuerto, la gente empezó
a gritar. Melman, en su inocencia, pensó que los gritos
eran el medio de comunicación, entonces con una
gran simplicidad se dirigió al mostrador y, a gritos,
pidió un billete para Francia.
Ya en el avión, el panda, pensó que los gestos que la azafata
hacía era una clase de gimnasia; se levantó e imitó los movimientos
de aquella señorita vestida de azul, provocando un gran ajetreo!
Tan pronto como aterrizó en Francia, fue a visitar la Torre
Eiffel…
Melman no subió en el ascensor, ni por las escaleras, ¡decidió trepar a la
Torre! Esta idea provocó el caos en la ciudad; la Torre Eiffel
estaba rodeada de fotógrafos, policías y bomberos. El pequeño
panda, creyendo que estaba haciendo algo extraordinario hizo
diferentes poses para los fotógrafos.
Cuando bajó de la Torre, los policías lo llevaran para la comisaría, donde
Melman decidió que el día siguiente se iría para Polonia.
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En Polonia probó a hacer snowboad, y en uno de los muchos tropezones
se encontró con una casita muy acogedora. Como su barriguita ya mascullaba
con el hambre decidió entrar. Allá dentro estaba Papa Noel, que lo invitó a
tomar un té con sus renos.
Todo iba bien hasta que Melman vertió el té por
encima de la nariz de uno de los renos. El pequeño
panda se puso muy triste por ser tan distraído y viajó
hasta Australia.
En una playa Australiana se encontró con un canguro con un aire
bastante refunfuñón, pero pese a ello, Melman extendió su toalla cerca de
Saltimbanqui, el canguro, llenándole la cara de arena.
Saltimbanqui, rabioso, se levantó y le echó un
gran rapapolvos al pequeño panda.
La bronca hizo que Melman pensara que el
pueblo Australiano era ceñudo, lo que lo llevó a
mudarse para Londres, ¡la ciudad de las compras!
En el centro de Londres avistó la rueda
gigante y, curioso, compró un billete y se
subió.
Iba solamente en la segunda vuelta y ya estaba harto, entonces abrió la
puerta y …
…
…
ZUUUMMMMM
¡Melman aterrizó en un camión de algodón dulce!
Después de esta gran aventura, el pequeño panda, fue a hacer unas
compritas… ¡Compró unas gafas de sol y un perfume bastante atractivo!
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Fatigado de las luces, del ruido y principalmente de la falta de compañía
decidió volver a Madrid, junto a sus amigos.
En el jardín zoológico, todos los animales recibieron al pequeño panda
con gran euforia, haciéndole pensar que por muchos sitios y personas que se
conozcan, es cerca de los amigos que uno consigue ser verdaderamente feliz!
Meritxell Mendes y Cátia Balinha, 11º F
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DIDI, UN ÁNGEL
Érase una vez un chico muy especial, se llamaba Didi,
pero no era un chico cualquiera… ¡Vivía en el cielo!
Era muy guapo, de una belleza que sólo en cielo es
posible. Estaba siempre cantando y tenía una alegría que lo
hacía brillar como si fuese una estrella.
Su actividad preferida era saltar de nube en nube. A
veces con tanta fuerza que hacía llover; pero en el cielo
todos se reían, porque Didi era un ángel muy feliz.
Los ángeles ayudan a los chicos y chicas que viven en la Tierra.
Didi tenía más responsabilidad porque era ángel de la guarda de muchos
chicos y chicas. Y no los ayudaba solamente, también los enseñaba a sonreír,
a saltar, a jugar y a creer. Esto, porque hay chicos perdidos y abandonados.
Cuando cumplía su tarea, se ponía tan feliz que empezaba a saltar una y
otra vez, de nube en nube.
Trabajo no le faltaba a Didi: coger a los chicos cuando estaban cayéndose
de la silla, darles la mano cuando estaban aprendiendo a andar, darles un
cariño cuando se sentían inseguros, abrazarlos cuando tenían miedo a la
oscuridad.
En fin, ser ángel de la guarda no es trabajo fácil.
Pero la gran tarea era Luna. Estaba siempre haciendo
travesuras, corriendo por los valles y colinas, y por eso se
lastimaba muchas veces.
Un día, cuando estaba en una de sus carreras, tropezó
y se cayó. Se lastimó y empezó a llorar. Entonces, apareció
Didi para limpiarle las lágrimas y hacerle caricias en la
cabeza. Al ver unas alas, Luna se asustó mucho y de un
salto se puso en pie. Él intentó tranquilizarla diciéndole que
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sólo pretendía ayudarla y después desapareció. Luna estaba muy confusa
porque no sabía si estaba soñando o si aquello era real. Lo buscó desesperada
pero no lo encontró.
Días después, el gato de Luna huyó para un puente.
Ella corrió tras él e intentó agarrarlo porque se estaba
cayendo. Y fue en ese instante que Didi actuó, porque Luna
también estaba a punto de caerse. Fue así que Luna supo,
al fin, que aquel ángel era real y se deslumbró.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Fátima Vital y Susana Ribeiro, 11º F
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EL CORAL
Era una vez un pez
payaso, llamado Sol, que vivía
en un coral con su familia y
sus amigos. Este coral tenía
una gran variedad de seres
vivos:
mar,
pulpos,
estrellas
cangrejos,
del
peces
payasos…
Todos los peces que allí
vivían eran felices y estaban en harmonía.
Sol era el jefe del coral y sus amigos le querían mucho y le tenían mucho
respeto. Sol tenía una novia llamada Luna; y su mejor amigo se llamaba Becas.
La vida en el coral era fantástica. ¡Todo era perfecto!
Pero un día Sol estaba jugando con sus amigos cuando sintieron una
brusca agitación en el agua y un ruido extraño. Permanecieron muy asustados
porque oyeron voces de humanos pidiendo ayuda y no sabían qué hacer. De
repente, cayó un barco cerca de su casa. Sol y sus amigos fueron a ver qué
pasaba y en el barco solo había comida, ropa, objetos…
Pasado algún tiempo, los peces
empezaron a ponerse enfermos y no
sabían el porqué. Sol vio que el agua
tenía muchas manchas oscuras y
pensó que sería del barco. Como Sol
era el jefe tenía que encontrar una
solución. Intentaron arrancar el barco,
pero como eran pequeños no tenían
fuerza. Entonces Sol, se acordó de que sus
enemigos tiburones eran muy fuertes y
conseguirían moverlo.
El pez payaso resolvió hacer un viaje
por el océano en busca de los tiburones
26
para pedirles ayuda. En su viaje pasó por grandes dificultades y atravesó
muchos peligros: casi fue preso por las redes de un pescador, pero un delfín lo
ayudó y se hicieron amigos.
Sol le contó al delfín el motivo de su viaje y este le prometió ayudarlo.
Juntos buscaron a los tiburones y encontraron su casa. Sol tenía miedo de
enfrentarse a ellos, porque era más pequeño e indefenso. Como le había
prometido ayuda, el delfín decidió que sería él quien hablase con los tiburones.
A estos no les gustó la visita inesperada y los asustaron, pero el delfín les
contó toda la historia y les pidió ayuda. El jefe de los tiburones le dijo que solo
los ayudaría si les diesen alguna cosa muy buena a cambio. El delfín transmitió
el mensaje al pez payaso y este le dijo que toda la comida del barco podía ser
para ellos. Como los tiburones son muy
ambiciosos
aceptaron
la
propuesta.
Entonces fueron al coral a ayudarlos y
sacaron el barco para un lugar más
apartado.
Así, el coral de Sol volvió a
quedarse limpio y cristalino y los peces
empezaron a ponerse mejor.
Algún tiempo después, en una conversación con el delfín, Sol tuvo la
idea de restaurar el barco, y el delfín lo apoyó. El jefe del coral convocó a todos
los habitantes del coral para una reunión, donde transmitió la decisión de
restaurar el barco. La idea fue bien aceptada por todos, principalmente por sus
amigos. Todos decidieron ayudarlo. Empezaron por limpiar el barco… y
después repararon todos los destrozos que tenía. Finalmente, el barco estaba
limpio, bonito y muy agradable.
Sol y sus amigos se pusieron muy contentos porque consiguieron
alcanzar el objetivo pretendido: transformar el barco. Aunque no sabían qué
hacer con él…
Algún tiempo después surgió la idea de convertirlo en una escuela.
Como no tenían dinero, decidieron que cada pez llevaría su material de
estudio. Pero todavía no había un profesor para enseñar a los peces…
27
Luna, la novia de Sol, pensó que el profesor debería ser el delfín, porque
él es muy inteligente y amistoso. Todos creyeron que era una buena idea, le
comunicaron la decisión al delfín y él
dijo que sería muy interesante poder
enseñar a sus amigos.
Pocos
días
después,
decidieron hacer una fiesta en el
barco para inaugurar la escuela. En
esa fiesta estaban presentes todos
los peces del coral y hubo una
sorpresa…Sol pidió a Luna en matrimonio. Ella muy contenta y feliz aceptó sin
dudar y pidieron a Becas que los casara.
Y así vivieron felices para siempre en el coral, donde hay amor, cariño y
respeto entre todos.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Patrícia Barbosa y Flávia Oliveira, 11º F
28
EL CUENTO DE LOS CUENTOS
Había una vez un príncipe y una
princesa que vivían muy felices en
su castillo lleno de lujos.
Un día, en el palacio apareció un
monstruo. Este monstruo se había
enamorado de la princesa y la
quería sólo para él, por lo que
decidió secuestrarla y llevársela a su
calabozo para ser felices juntos.
El príncipe, muy triste y desconsolado porque había perdido a su princesa, sin
poder hacer nada, decidió ir tras el monstruo para recuperar al amor de su vida.
Por el camino, en el bosque, se encontró con los
siete enanitos y con Caperucita Roja, que estaba
comiendo el almuerzo de la abuelita, y decidió
preguntar por la casa del monstruo. Ellos le
mostraron el camino y, el príncipe, valiente, atacó la
mazmorra del monstruo, lo mató y recuperó a su
princesa.
Volviendo
al
palacio,
continuaron
su
vida
matrimonial maravillosa y feliz. Pero un día, se
les apareció en la puerta del palacio una vieja
fea y arrugada vendiendo manzanas. Como la
princesa
estaba
embarazada,
al
ver
las
manzanas deliciosas, sintió deseos, y decidió comprar
una. Lo que ella no sabía era que la vieja bruja era mala
y que las manzanas estaban envenenadas. La princesa
murió en ese momento, y su joven príncipe se quedo
viudo y solitario.
29
En una noche de invierno muy lluviosa, llamó a la puerta del palacio una niña
toda mojada y llena de frío, pidiendo ayuda porque no tenía dónde dormir. El
príncipe se enamoró de inmediato de esa chica, que dijo ser una princesa.
La madre del príncipe, la reina, no quería que su hijo tuviera otra pena amorosa
y por eso dejó en la cama de siete colchones, donde la niña iba a dormir, un
pequeño guisante. Si la chica tuviese una noche incómoda, debido al guisante,
sería en realidad una princesa; si descansara y durmiera profundamente, sería
un fraude.
A la mañana siguiente la reina fue a despertar a la
niña y, de hecho, resultó que se trataba de una
princesa y dio al príncipe su permiso para casarse
con ella.
El príncipe y la princesa se pusieron muy contentos
con la decisión de la reina y para anunciar su compromiso decidieron dar una
fiesta. Esa noche, mientras la princesa se estaba preparando para la fiesta, le
apareció su hada madrina, la llevó al jardín y, con su varita mágica, cambió su
vestido por uno aún más bello, una calabaza por un hermoso carruaje y dos
ratitos por caballos de gran alcance.
Y así, los príncipes pudieron ir cómodos y hermosos para su fiesta de
compromiso.
En el salón principal del castillo de la princesa
estaban todos los amigos de la pareja.
Todo el mundo bailó toda la noche,
incluso el enanito Hornet se divirtió.
Y así, ¡vivieron felices y comieron perdices!
Margarida Almeida y Rodolphe Matos, 11º I
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TITO, EL DETECTIVE
Érase una vez un chico que se llamaba Tito y le encantaba hacer
investigaciones y vivir aventuras. Un día, Tito se enfrentó a una gran y
misteriosa aventura en su casa.
Tito estaba en su habitación, organizando sus
cosas
de detective, cuando escuchó un grito: ¡Socorro!
Tito saltó, agarró su lupa y su sombrero de
detective y abrió la puerta de su cuarto. Entonces
escuchó el grito de nuevo: ¡Socorro!
Tito casi se asustó. Pero se acordó de que un verdadero detective no se
asusta. Tragó el susto en seco y cogió la escoba que estaba en el pasillo. Con
la escoba en la mano, se sintió más seguro para hacer frente a lo que podía
venir. Y empezó a investigar de dónde
venían los gritos.
Tito ya estaba en las escaleras
cuando
decidió
agarrar
otra
arma:
agarró un tenis de su hermano mayor.
El tenis estaba muy sucio y olía mal. Era
un arma perfecta contra lo que estaba
causando el grito horrible.
Y escuchó el grito de nuevo: ¡Socorro!
Al pasar por el cuarto de baño, Tito cogió el papel higiénico, para atar al
enemigo y también un cepillo de dientes, por si acaso el enemigo tenía mal
aliento.
Cargado con todas estas armas, el detective Tito volvió a escuchar el
grito, ¡Socorro! Y, finalmente, Tito fue capaz de identificar de dónde venía el
grito, venía de la cocina.
Se acercó con cuidado a la puerta de la cocina, que estaba cerrada. Y
pensó si debería entrar, pues él no sabía qué peligros acechaban detrás de la
puerta.
Y volvió a escuchar el grito, ¡Socorro!
31
Cuando escuchó este último grito no le quedaba
ninguna duda: tenía que hacer algo, y
abrió la puerta de la cocina. Allí él pudo ver a su hermana
encima de una silla gritando, ¡Socorro!
El detective Tito trató de mantener la calma, y se
dio cuenta de que su hermana estaba mirando hacia
abajo.
Entonces el detective, con los objetos que fue encontrando por la casa
miró hacia el suelo y vio que en el piso limpio de la cocina había... una
cucaracha.
André Gonçalves y Luís Oliveira, 11º F
32
UNA AVENTURA PARA DORMIR
Paco
hermanos
tenía
más
dos
jóvenes,
Gabriel y Santiago. Un día, en
que estaban aburridos, Paco
les propuso contarles la historia de Carmelita.
Mientras Paco les relataba la historia, Carmelita apareció en la ventana
de su habitación. Carmelita solía volar a la casa de Paco para escuchar las
historias que éste contaba a sus hermanos. Una noche, Gabriel y Santiago la
sorprendieron en la ventana y le pidieron que les hablara sobre los secretos
que usan en el palacio de cristal para dormir.
Carmelita empezó a contarles como era sobre su vida en el palacio de
cristal. Empezó por decirles que había un dragón llamado Conchita, cuya
función era proteger el palacio. Conchita era un dragón muy simpático y amigo
suyo pero resultaba terrible para las personas desconocidas.
Paco y sus hermanos se entusiasmaron mucho con la historia,
especialmente con Conchita, y le pidieron a Carmelita que los llevase a
conocer el Palacio y el dragón. A Carmelita le pareció una idea genial y no
perdió tiempo. Enseguida los llevó al palacio.
Cuando estaban llegando, Conchita, que estaba en los aires para
proteger el Palacio, vio a Paco con sus nuevos amigos y se puso celosa.
Al llegar, Carmelita hizo las presentaciones pero Conchita asustó a
Gabriel y a Pedro, que huyeron a través del bosque. Se perdieron. Carmelita y
Paco se preocuparon porque sabían que podían ser raptados por las Cinco
Hermanas, que los podía transformar en ranas.
Sus temores se hicieron realidad y niños fueron raptados por las Cinco
Hermanas. Carmelita fue a la casa de éstas para intentar salvarlos. En la casa
se encontraba únicamente una de las Cinco Hermanas. Carmelita tuvo que
luchar contra ella para rescatar a Gabriel y a Santiago pero no lo consiguió,
33
pues en ese momento aparecieron las otras y tomaron a Carmelita como
rehén.
Paco, preocupado por la tardanza de su amiga decidió ir a buscarla, con
la ayuda de Conchita que también mostraba una gran preocupación.
Por los aires, Conchita y Paco intentaban encontrar la casa de las Cinco
hermanas, pero no lo conseguían porque estaba muy nublado. Tuvieron que
seguir su camino a pie. De pronto, vieron la casa y decidieron que tenían que
trazar un plan para ayudar a Carmelita y a los niños – el objetivo de las Cinco
Hermanas al raptar a los hermanos de Paco era intentar descubrir los puntos
débiles de Conchita y así conseguir entrar luego en el palacio.
Después de ayudar a Carmelita y a los hermanos de Paco, Conchita y
Carmelita volvieron para su Palacio y festejaran el logro con sus amigos.
Estaban todos contentos, bueno..., todos excepto Conchita, que continuaba
celosa.
En medio de la fiesta, Gabriel volvió a ser raptado por las Cinco
Hermanas, pero ninguno de los presentes en la fiesta se dio cuenta, a
excepción de Conchita, que lo vio todo pero no dijo nada para dar una lección a
Paco.
Las Cinco Hermanas volvieron a preguntarle a Gabriel cuáles eran los
puntos débiles de Conchita, y Gabriel, como quería que lo soltaran lo más
rápido posible, se los dijo. Ellas fueron volando al palacio de cristal con sus
escobas, pero antes encerraron a Gabriel en un armario.
Cuando llegaron al Palacio raptaron a Paco y a Santiago y se los
llevaron para su casa en el bosque. Gabriel, entretanto, se dio cuenta del error
cometido y escapándose del armario fue corriendo a pedir ayuda a Carmelita
para salvar a sus hermanos. Carmelita vaciló pero finalmente decidió ayudarle.
Mientras, Paco intentaba tranquilizar a Santiago diciéndole que todo iba a salir
bien.
De pronto apareció Carmelita para salvar a Paco y a Santiago. Tuvo que
luchar contra las Cinco Hermanas y durante la lucha, una de ellas se cayó en
34
un agujero que había en el bosque. Las otras hermanas la fueron a salvar pero
al intentarlo también se cayeron; así Carmelita se libró de ellas y aprovechó
tres de sus escobas para llevar a Paco y a sus hermanos para casa, ya que
Conchita solo tiene capacidad para llevar a una persona. Al llegar a casa,
Conchita y Carmelita se despidieron de sus amigos y regresaron a su palacio.
Después de esta aventura, los hermanos de Paco se fueron para cama y se
durmieron. Paco permaneció junto a la ventana pensando en la aventura que
tuvo con sus nuevos amigos.
Colorín colorado, esta historia se ha acabado.
Ana Lopes y Catarina Oliveira, 11º F
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LA ELECCIÓN CORRECTA
Era una vez, una aldea pequeñita en los
confines de la tierra donde toda la gente vivía feliz
con su profesión y tenía un huerto que cuidaba,
eran muy trabajadores, ellos comían mucha sopa
hecha con las verduras que cultivaban y por tanto
tenían una salud de hierro y nunca se ponían
enfermos.
Pero un día hubo una gran tempestad que destruyó toda la aldea y sus
huertas, la alegría desapareció y fue ocupada por la oscuridad. Como no tenían
comida empezaron a quedarse sin fuerzas y necesitaban de ayuda para
reconstruir el pueblo.
Una noche apareció un gnomo muy amable que
gustaba de ayudar a las personas sin pedir nada a
cambio,
él
era
pequeño,
tenía
una
nariz
muy
redondeada, una gran barba blanca, casi como la de
Papa Noel, y usaba siempre un capuz rojo.
Un día, una niña pequeña se lo encontró:
- ¡Hola!, ¿quién eres tú?
- ¿Hola? Soy un gnomo y, como me has encontrado, tienes derecho a pedir
un deseo.
Después de pensar un poco, ella dijo:
- Quiero que pongas de nuevo esta aldea como estaba antes para que
todos puedan volver a vivir felices.
La mañana siguiente el sol nació más brillante que nunca, la alegría se
sentía en el aire, los pajaritos cantaban, los árboles estaban llenos de fruto y el
suelo cubierto de flores coloridas y perfumadas.
36
Cuando toda la aldea se despertó, nadie quería
creer lo que estaban viendo y, cuando se enteraran de
lo que había sucedido, fueron todos a abrazar a la
niña y a agradecer su actitud tan generosa.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Moraleja: a veces no debemos pensar sólo en
nosotros mismos, sino también en los demás y en lo
que es mejor para todos.
Diana Machado y Diogo Carvalho, 11ºE
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UN CUENTO DE HADAS Y AMOR
Érase una vez un chico muy guapo, de pelo medio y claro, de ojos verdes y de
estatura elevada. Era un chico sociable pero algo tímido con las chicas. Cierto
día se cruzo con un chica que lo encantó, pero su timidez lo dejó petrificado.
Estaba muy triste, sentado en una piedra en el bosque cuando se acercó a él
un hada.
- ¿Un chico tan guapo llorando? ¿Qué pasa? -le preguntó.
- Estoy enamorado pero no tengo valor para declararme a la chica de mis
sueños… Me pongo muy nervioso y no soy capaz de hablar.
- Te voy a ayudar. Espera un rato que no tardo.
Y la hadita se fue volando.
Volvió con una pócima mágica hecha de vino, pétalos de rosa, miel y canela.
-Tómate esto y ve al baile en el castillo que el rey va a dar esta noche. La chica
que tú amas va a estar ahí y todo saldrá bien.
El joven montó su caballo blanco y cuando llegó al baile enseguida vio a la
chica. Se acercó y le preguntó:
-
¡Hola! Me llamo Pablo. ¿Quieres bailar conmigo?
Ella lo miró encantada y respondió:
-
Por supuesto que sí. Me llamo Paloma.
Los dos nunca más se separaran y han sido felices para siempre.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
João Vasco Miranda y Nelson Felgueiras, 11º E
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EL LOBITO
Érase una vez un lobito que estaba paseando con sus padres en el bosque.
Cuando sus padres se distrajeron, el lobito se distanció y se perdió. El lobito
anduvo varios días hasta que llegó a una pequeña aldea cerca del bosque.
En esa aldea vivían muchas familias de perros, gatitos, conejitos y otras.
Cuando el lobito llegó, todos los animales se asustaran con su presencia.
A pesar de que él era muy amoroso todos pensaban que era feroz. Pero una
conejita se fijó en él. Ella se aproximó y le dijo:
-
¡Hola!
-
¡Hola! ¿No tienes miedo de mí?
La conejita estaba muy avergonzada, le dijo
que no y se fue para casa.
Pasado algún tiempo se conocieron mejor y
se hicieron amigos.
Un día, una manada de lobos salvajes y muy
malvados se aproximaron a la aldea y todos
los animales pensaron que había sido el
lobito que los había llamado para comérselos. Todos gritaban:
-
¡Traidor, traidor!
El lobito fue obligado a salir de la aldea. Ya desesperado, sin saber qué hacer,
encontró un hada que lo ayudó y le dio poderes mágicos.
Por fin, el lobito regresó y expulsó a los lobos malvados que se habían
apoderado de la aldea toda. Todos lo celebraron, pues llegó el fin de los días
de tortura. El lobito y la conejita se enamoraron y fueran felices para siempre.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado
Andreia Castro y Flávia Fernandes, 11º E
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EL SOBRINO DEL MAGO
Un hombre de grandes artes tenía en su compañía un sobrino, que le guardaba
la casa cuando él necesitaba salir. Una vez él le dio dos llaves y le dijo:
- Estas llaves son de esas dos puertas; pero no las puedes abrir por
nada del mundo, el peligro es de muerte.
El joven, cuando se quedó solo, no se acordó de la amenaza y abrió una de las
puertas. Vio un campo oscuro y un lobo que venía corriendo para atacarlo.
Cerró la puerta con mucha rapidez, lleno de miedo. Después el Mago llegó:
- ¡Maldita sea!, ¿por qué abriste la puerta?, ¿yo no te advertí que podías
morir?
El niño lloró tanto que el Mago le perdonó. Al día siguiente, el mago salió, y le
repitió que no abriera aquellas puertas. No iba muy lejos, cuando su sobrino
abrió la puerta y sólo vio un campo con un caballo blanco pastando. Recordó la
amenaza de su tío y cuando sintió que el mago subía las escaleras, comenzó a
gritar:
- ¡Oh, estoy perdido!
El caballo blanco respondió:
- Coge una rama, una piedra y un puñado de arena, y viaja conmigo.
El Mago abrió la puerta: el niño saltó sobre el caballo blanco y gritó:
-¡Corre! que mi tío viene para pegarme.
El caballo blanco corrió a través del cielo, pero no iba demasiado lejos y el niño
gritó:
-¡Corre! que mi tío viene para pegarme.
El caballo blanco corrió más rápido, y cuando el mago estaba a punto de
atraparlos, dijo al niño:
-Tira por los aires el ramo.
Se hizo un bosque muy cerrado y, mientras el Mago se abría camino, ellos se
escaparon. El chico volvió a gritar:
-¡Corre! que mi tío viene para pegarme.
Entonces el caballo dijo:
- Tira por los aires la piedra
Pronto se levantó una gran montaña llena de piedras, que el mago tenía que
subir. Mientras huían, el niño gritó otra vez:
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-¡Corre! que mi tío viene para pegarme.
- Entonces tira la arena - dijo el caballo blanco.
Justo ahí apareció un desierto sin fin, que el Mago no podía cruzar.
Fueron a parar a una tierra donde todos estaban llorando. El caballo blanco
dejó al niño y le dijo que cuando estuviera en apuros lo llamara, pero que
nunca dijese como llegó a aquella tierra. El niño fue andando y preguntó por
quién estaban llorando, y alguien respondió:
- Es la hija del rey que fue secuestrada por un gigante, y se la llevó a un
lugar donde nadie puede llegar.
El niño lleno de coraje respondió:
-¡Yo soy capaz de ir allí!
Fueron a decírselo al rey y este lo obligó a cumplir su palabra. El chico llamó al
caballo blanco y consiguió ir a la isla y traer a la princesa, porque el gigante
estaba durmiendo.
La princesa, así que llegó al palacio no paraba de llorar. Entonces el rey le
preguntó:
-¿Por qué lloras tanto, hija?
- Porque he perdido el anillo que me había dado el hada madrina y si no
lo encuentro puedo ser secuestrada de nuevo o quedar encantada para
siempre.
Entonces el rey mandó decir que quién encontrase el anillo de su hija se
casaría con ella. El chico llamó al caballo blanco, que le trajo el anillo del fondo
del mar, pero el rey ya no quería que el chico se casase con la princesa. La
princesa declaró que quería casarse con el chico para que se cumpla que:
PALABRA DEL REY SIEMPRE SE MANTIENE.
Nuno Duarte y Diogo Pinheiro, 11º E
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LA SERPIENTE Y EL LOBO
Érase una vez un bosque donde vivían muchos animales, algunos
pequeños y otros grandes, pero nuestro cuento destaca un lobo muy malo y
una serpiente honesta.
Entonces, un día en un tiempo de poca comida, la serpiente fue a buscar
alimento pero el lobo robó su presa. Sorprendida, ella habló con el lobo acerca
de su comportamiento. El lobo malo no le prestó atención y aún encima la
insultó. La pequeña serpiente se sintió muy mal con la acción que el horrible
lobo hizo y huyó para su agujero. Ella, en su casa, lloró y pensó acerca de su
vida y que un día aquel animal podría necesitar su ayuda y pensaría en sus
acciones.
Pasó algún tiempo y estos dos animales se cruzaron muchas veces. El
lobo repitió la acción hasta que, durante una tormenta, la serpiente huyó hasta
un árbol viendo mucha agua pasar por debajo de las ramas. Después de pocos
segundos avistó al lobo pidiendo su ayuda y ella lo ayudó sin pensar. Viendo a
su amiga la serpiente ayudándolo, el lobo habló con ella y le pidió muchas
disculpas.
Con el tiempo los dos se hicieron muy amigos y vivieron felices para
siempre.
Rafael Cruz y Tiago Balazeiro, 11º E
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LAS APARIENCIAS NO NOS HACEN FELICES
Érase una vez, una familia de cuatro personas. Vivían en una ciudad de lujo,
donde no faltaba nada. En esta ciudad vivía gente de diferentes edades, y con
gran capacidad económica. Cerca de esta ciudad había un pueblo muy pobre,
cuyos habitantes en su interior, tenían poco o ningún poder económico.
La familia Monteiro vivía en la ciudad, donde la gente no tenía ninguna
dificultad, donde tenían todo lo que querían, no les faltaba nada. La familia
estaba compuesta por el padre Tomás, dueño de una empresa grande, la
madre Carolina, arquitecta, y Afonso y Rita, sus hijos. Se trataba de dos
hermanos gemelos, que tenían doce años, muy aficionados a las aventuras y
por descubrir cosas nuevas. Eran muy curiosos e inteligentes. Esta familia era
muy ocupada, los padres apenas tenían tiempo para sus hijos, tal como la
mayoría de las familias que viven en la ciudad. Esta familia nunca había ido al
pueblo vecino, ni estaba mínimamente interesada en ir allí, o incluso en hablar
de ello. Sólo pensaba en grandes viajes, en la posesión de grandes
propiedades y objetos de lujo. Los niños tenían todo lo que querían, y durante
el día estaban bajo el cuidado de una de sus doncellas, Ana. Los padres rara
vez se reunían con ellos, ya que salían muy temprano para el trabajo y
llegaban tarde a casa.
Todas las vacaciones de verano, estos dos hermanos pasaban el día en
nuevas aventuras y descubrimientos. Se cansaban de estar jugando a varios
juegos: en la piscina, al escondite, en el jardín grande y frondoso…
En un día caluroso y maravilloso de verano, en la piscina, estos dos hermanos
tuvieron una conversación. Ellos dijeron que estaban cansados de hacer lo
mismo cada día de vacaciones, y pensaron en ir a visitar el pueblo vecino, pero
por supuesto sin que los padres fueran informados.
Así decidieron que tenían que salir temprano porque los padres no podían
saberlo, y tenían que llegar antes de las ocho, ya que es el momento en que
estos dos hermanos cenaban. Tampoco se podían olvidar de decirle a Ana que
iban pasar el día en la casa de uno de sus amigos.
Llegó el gran día. Rita y Alfonso estaban ansiosos. Se subieron a sus bicicletas
y se marcharon con mochilas a la espalda, y con algunos alimentos y bienes
esenciales.
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El viaje duró una hora, y los dos estaban cansados, pero expectantes sobre lo
que iban a ver, porque sus padres nunca le habían hablado de este pueblo.
Cuando llegaron se turbaron, porque nunca habían pensado que esa aldea se
encontraba en una situación tan miserable. Nunca pensaron que había tanta
miseria y pobreza, y nunca habían visto nada como eso, porque estaban
acostumbrados a ver a las familias con todo lo que querían, sin faltarles nunca
nada.
Decidieron caminar por la ciudad para ver más de cerca lo que estaba pasando
entre las familias, y cómo vivían. Cada vez que avanzaban un poco se
sorprendían más.
Durante el día hablaron con la gente, y vieron cómo vivían, qué hacían, en qué
trabajaban, entre otras cosas.
Por la noche, cuando estaban en casa, Rita fue al cuarto de Afonso para hablar
con él sobre el día que habían tenido. Hablaron casi toda la noche, sobre todo
lo que habían visto en el pueblo, como tenían tantas cosas y esa gente no tenía
nada, y especialmente como nadie había hablado sobre el tema. Ellos
decidieron intentar hacer algo por esa gente.
Durante cinco días los dos hermanos vivieron en estrecha colaboración con las
personas, jugaron con los niños y comieron en la casa de algunas familias. De
hecho, en estos días, ellos veían las cosas de manera diferente.
Las familias se ayudaban unas a otras, vivían unos con otros, siempre
estuvieron presentes en el día a día de la vida de sus hijos, lo que es el inverso
de la familia Monteiro, y el resto de las familias que vivían en su ciudad.
Constataron que, a pesar de toda la miseria de este pueblo, esta gente vivía
feliz y unida.
Durante estos días crecieron mucho como personas y sus actitudes cambiaron
completamente. Decidieron donar algunos de sus juguetes que ya no
utilizaban, y también algunas ropas. Ellos hablaron con sus padres, y tuvieron
una larga conversación, en la que sus hijos les explicaron la miseria presente
en ese pueblo, y la situación en la que esas personas vivían. Así Tomás y
Carolina, abrieron sus ojos, y como tenían posibilidades económicas, ayudaron
a todas las personas que pudieron en esa aldea. Tomás, como propietario de
una gran empresa, entrenó a alguna población de la aldea, y más tarde les dio
puestos de trabajo. Carolina, como arquitecta, realizó proyectos para las casas
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de cada familia, una escuela y un centro de salud, sin poner en peligro sus
tierras de cultivo.
Todo resultó mejor para ese pueblo, pero no era sólo el pueblo que se
beneficiaba de la situación, la familia Monteiro también se volvió más unida, y
los padres de los gemelos comenzaron a tener más tiempo para ellos, estando
más presentes en su día a día.
Desde ese día todo se volvió diferente, ya fuera en la ciudad o en el pueblo
vecino. Ambas poblaciones estaban viviendo juntas y felices.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
João Queirós y Roberta Sousa, 11ºE
45
LA ISLA ENCANTADA Y EL SAPO ROSA
Érase una vez un sapo que se llamaba
Rodolfo y que vivía en una laguna en la
isla encantada del Oro, donde solo vivían
sapos. Rodolfo era un sapo rosa, pequeño,
indefenso y muy tímido a causa de su
color.
La isla era conocida como la más bonita y
rica isla de todo el mundo porque tenía
muchas piedras preciosas y también como la isla donde había muchos sapos
de todos los colores.
Pero toda esta riqueza no traía paz a la vida de los sapos porque los humanos
querían toda la riqueza para ellos y querían erradicar los sapos y vivir allá.
Un día por la tarde, Rodolfo estaba en la
principal laguna en su nenúfar, cuando de
repente se dio cuenta de que había un
barco muy cerca, casi invadiendo la isla.
Rodolfo se asustó mucho y fue saltando
muy rápido a contar la noticia al rey sapo,
Vicente. Rey sapo ordenó que todos los
sapos de todas las lagunas se juntasen
para prepararse para la guerra que se aproximaba.
Los sapos se unieron en la laguna principal y cargaron las armas. Cuando los
hombres llegaron a la isla, uno dijo:
-
¡Quiero hablar con el rey!
-
¿Por qué quiere hablar con nuestro rey? –
Preguntó Rodolfo muy curioso.
-
¡Queremos hacer un acuerdo con el rey! –
Exclamó el hombre.
Los sapos los llevaron y Rodolfo reparó en que por
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detrás del hombre había una chica muy guapa que no parecía estar muy
contenta.
Por el camino Rodolfo se aproximó a la chica y le preguntó:
-
¿Cómo te llamas?
-
Me llamo Julia. ¿y tú?
-
Rodolfo
-
Perdóname…
-
¿Por qué?
-
¡Porque mi padre os quiere quitar todas la piedras preciosas que tenéis y
quedarse con vuestra isla!
-
¡Por mil dioses! ¿Qué voy hacer? ¿Mi familia, mis amigos, qué va
sucederles?
-
¡Yo no sé, mil perdones, pero… puedo ayudarte!
-
¿Cómo? ¡Es tu padre, no lo puedes traicionar!
-
¡Él es muy malo!
Entonces, después de que Julia hubo dicho tantas cosas, acabó por convencer
a Rodolfo de que lo ayudaría. Rodolfo, entonces, decidió oír el plan de Julia.
Fueron para el castillo. Las horas pasaron y Vicente, el rey sapo, y el hombre
no llegaron a un acuerdo.
Rodolfo pensó:
-
¡La paz ha acabado, la guerra está declarada!
Julia le pidió que preparase a todos sus soldados y le dijo las coordenadas de
los soldados de su padre para que Rodolfo y los suyos pudiesen acorralarlos y
derrotarlos.
En el momento en que ellos hablaban había un hombre escuchando y una
vez que supo las informaciones se echó a correr, no para contar nada a sus
compañeros, pero sí para utilizarlas cuando fuese necesario.
La batalla empezó en los lagos: los sapos se organizaron de manera que
pudieron acorralarlos y consiguieron derrotarlos. Un grito de victoria se escuchó
en todo el mundo.
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Pero cuando los soldados sapos pensaban que estaba todo terminado, la
persona que había oído la conversación, y que ya estaba muy herida, apuntó
con un arma a Rodolfo y disparó. Cayeron los dos en el suelo al mismo tiempo.
Julia se aproximó a Rodolfo y le
imploró:
-
¡No te mueras, por favor! ¡Te lo pido!
Las lágrimas resbalaban por su cara y
una cayó encima de Rodolfo, la cual, por
arte de magia, lo transformó en un
hombre guapísimo.
-
¡Por mil dioses!- Exclamó Julia.
Rodolfo le dio un beso intenso a Julia y, a partir de ese día, los sapos vivieron
felices con Rodolfo y Julia gobernando la isla. Nunca más se separaron y
vivieron felices para siempre.
FIN
Ana Filipa Pereira y Rita Ibanez, 11º E
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TODO SE RESUELVE
Disney Land era un lugar muy bonito, en el cual no había personas malas. Eran
todos muy unidos, amigos. El valiente Cristiano Ronaldo estaba enamorado de
la chica más buena de Disney Land, Britney Spears . Una de las familias más
felices de aquel lugar eran Geppetto y su hijo Pepe, el más fuerte de la ciudad.
A Pepe le gustaba la chica más guapa de Disney Land, Megan Fox, que estaba
soltera.
Pero un día llegaron a Disney Land tres malvadas personas. El saqueador más
peligroso de los alrededores, Lionel Messi. Messi vino acompañado por la fea
Bestia y la mala Campanilla. El grupo de los tres malvados empezó a asaltar
las casas y tiendas de la ciudad. Mientras, Cristiano Ronaldo
consiguió
casarse con Britney Spears, y se fueron a vivir a la misma casa. Pasaron
algunos días, Messi y los suyos iban a asaltar a Megan Fox. Pero alguien se
acercó. Messi y los suyos decidieron secuestrar a Megan. La llevaron para una
cueva. Pero Pepe sintió su falta y sospechó de Messi, Campanilla y la Bestia,
así que decidió que los iba a seguir. Al día siguiente, los encontró y los siguió.
Ellos, sin saberlo, lo llevaron a la cueva donde habían escondido a Megan.
Pepe, al ver que su amada estaba en peligro quiso salvarla pero pensó que él
solo no podría derrotar a los tres malvados. Así que decidió llamar a su amigo
Cristiano Ronaldo.
Cuando llegó a casa de Cristiano, le contó lo sucedido. Cristiano, al ver la
situación en la que el amigo se encontraba, decidió ayudarlo. Pepe le dijo que
el día siguiente irían a la cueva donde Megan estaba. El día siguiente los dos
amigos encontraron a Megan. Pero cuando iban a huir, aparecieron Messi y los
suyos. Desataron a pelar. Fue un combate muy reñido. Pepe era demasiado
fuerte. Messi y los suyos huyeron llenos de miedo.
Pepe, besó a Megan. Los dos se fueron a vivir a casa de Geppetto. Cristiano
volvió a casa con su amada Britney Spears. Así que la ciudad volvió a lo
normal.
Y todos continuaron felices, comiendo perdices.
Bruno Coutinho y Christian Cruz, 11º E
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