un destino de lujo
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un destino de lujo
Crucero: LAS BOCAS DE BONIFACIO Un destino de lujo Las Bocas de Bonifacio ponen de acuerdo a los incondicionales de la navegación a vela más intensiva, a los devotos de playas blancas y aguas turquesas y también a quienes gustan de recalar con todo lujo y comodidad 68 P ocos rincones del Mediterráneo ofrecen tal concentración y diversidad de fondeaderos, calas escondidas y puertos naturales como las Bocas de Bonifacio. En el tramo de algo más de veinte millas entre el cabo Testa y Porto Cervo hay hasta nueve puertos deportivos dispuestos a recibir transeúntes, sin contar las numerosas playas y fondeos bien protegidos de los vientos dominantes diseminados por los extremos de Córcega, Cerdeña y las pequeñas islas de las Bocas. Una vez en el estrecho de Bonifacio, las cortas distancias invitan a alternar, incluso en un mismo día, varios lugares de recalada. Hay muchas opciones, pero se ha de asumir que, en verano, los rincones más populares están siempre concurridos. Por suerte para quienes gustan de dormir cogidos del ancla, al caer el sol, los cientos –¿miles?- de 69 motoras que pululan por la zona desaparecen como las avispas y vuelven a su puerto base. Las plazas libres en los puertos son preciadas joyas que se disputan a diario los navegantes de paso. Quienes no quieran o puedan prescindir de la toma de tierra y la manguera de agua dulce deberán reservar y presentarse puntuales a los muelles para asegurarse una de estas plazas. LAS BOCAS DE BONIFACIO Llegar a las Bocas La ruta más corta de las costas españolas al norte de Cerdeña son las poco más de 190 millas que hay desde Maó (Menorca). La distancia es similar yendo al estrecho de Asinara, en el extremo NW de Cerdeña, o arrumbando a la bella y acogedora Alguer, en la costa oeste. La recalada en las Baleares, en ruta al norte de Cerdeña, apenas desvía a quienes salen de los puertos del Levante o Sur nacional. Por el contrario, hacer escala en las Baleares desde las costas catalanas siempre supone más de 300 millas -en dos etapas-, alargando mucho las 235 millas directas que hay entre Palamós (Girona) y el norte de la costa sarda. Y también se puede llegar desde España a las Bocas sin separarse más de 12 millas de tierra. Sólo hay que ir costando el Mediterráneo español, el golfo de León, la Riviera francesa e italiana, cruzar por las islas de la Toscana hasta Córcega y bajar luego hasta las Bocas. Una previsión meteorológica a 48 horas es fundamental en una travesía que cruza la zona de influencia del golfo de León. En verano, la tramontana acostumbra a abrirse como una escoba en esta franja del Mediterráneo. Al norte de las Baleares y en la costa catalana rola a gregal (NE), mientras que en las cercanías de Córcega y Cerdeña tiende a soplar del W/NW. Y en un mar tan caprichoso como el Mediterráneo, además de los humores del viento también se ha de prever gasoil suficiente para hacer muchas millas a motor. La playa de la Pelosa, entre Cerdeña y la Isola Piana ofrece una amplia explanada de agua color turquesa De Alguer a Sta. Teresa de Gallura Escoger Alguer como puerto de entrada a Cerdeña nunca es un error. Esta población, con su historia muy ligada a la corona catalano-aragonesa, tiene el casco antiguo mejor conservado de la isla y su amplio puerto permite una cómoda y segura escala. Los mejores amarres para transeúntes son los que quedan en el muelle al pie de las murallas. Los otros pantalanes ofrecen idénticos servicios, protección e incluso algo más de tranquilidad, pero obligan a un largo paseo para llegar al casco antiguo. Como es habitual en Italia, cada pantalán está gestionado por una empresa distinta. Se ha de ir negociando hasta encontrar la mejor oferta. Desde Alguer, el camino hacia las Bocas de Bonifacio pasa por la rada de Porto Comte, protegida por el imponente cabo Caccia. La bahía y su cabo conforman uno de los fondeaderos más bonitos y seguros de Cerdeña. A medio camino queda el pequeño puerto de Fertilia, hoy barrio residencial de Alguer. Escoger Alguer como puerto de entrada a Cerdeña nunca es un error 70 Desde el aeropuerto de Fertilia (que es el de Alguer) hay conexión low cost Ryanair regular a Girona, lo que puede ser interesante para la movilidad de la tripulación. Entre el cabo Caccia y Asinara, la costa discurre rocosa e inhóspita durante casi 30 millas, con apenas refugios de buen tiempo. El más atractivo es Porto Ferro, con una torre de vigía cerrando al norte esta solitaria y abierta playa, donde dicen se refugiaba un joven Cristóbal Colón en su época de pirata. El estrecho de Asinara (también conocido como Passo dei Fornelli) ahorra en sus escasos 500 metros la veintena de millas que supone rodear la isla de Asinara. El paso, con unos 3 metros de calado mínimo, está plagado de bajos y requiere seguir al pie de la letra una doble enfilación de pilones en las laderas de la pequeña Isola Piana (instrucciones disponibles en cualquier capitanía cercana). En Stintino vivían pescadores de la cercana almadraba y familiares de los reclusos de la penitenciaría de Asinara. Hoy, el turismo es la principal fuente de ingresos de este simpático puerto, siempre concurrido por navegantes hispanos. La escollera protege dos pequeñas entradas naturales, Porto Manu y Porto Minore, aunque sólo la primera ofrece calado suficiente para veleros. Oficialmente ya no se puede fondear en la rada, aunque parece que hay cierta vista gorda al respecto. Una alternativa es amarrar en los pantalanes adosados al dique exterior que, tras unos años de abandono, van incor- Contraluz sobre el puerto de Alguer, con la silueta del cabo Caccia recortándose en el horizonte porando servicios básicos (agua y luz). En el muelle sur de Porto Manu hay una docena de plazas –siempre reservadas- para barcos de hasta 18 metros. Enfrente quedan los pantalanes del Club Náutico local, que también ofrece algunos amarres transeúntes. Sólo los amarres en el muelle sur quedan al pie de los comercios y restaurantes del pueblo. Los demás obligan a rodear el puerto paseando o cruzar en chinchorro. Al lado de Stintino, la playa de la Pelosa y su cercano islote Piana, cierran una amplia y protegida explanada con fondos de blanca arena. Es uno de los rincones más agradables y fotogénicos del norte de Cerdeña. La vecina isla de Asinara, Parque Nacional desde los años 90, tiene su acceso reglamen- En Alguer, los mejores amarres son los que quedan a los pies de las murallas de la ciudad 71 LAS BOCAS DE BONIFACIO tado, con unos campos de boyas para amarrar o pernoctar. Se puede desembarcar con anexo . . . a remo, pues entre la larga lista de normas medioambientales está la prohibición de utilizar motores FB. En Asinara se puede visitar la antigua penitenciaría y también ver animales salvajes como corzos y jabalís, si bien los más famosos son sus endémicos asnos blancos enanos. De Stintino hay unas 45 millas en ruta directa hasta al cabo Testa, cifra que se puede alargar hasta 55 millas recalando en los distintos puertos del golfo de Asinara. A 9 millas al SE queda Porto Torres, con su gran puerto comercial. El interés turístico de esta escala es escaso, pero es bueno saber hay una pequeña dársena deportiva donde suelen haber plazas libres. Con mal tiempo se puede dejar al barco y explorar Cerdeña en coche de alquiler. Aquí llega también un ferry regular desde Barcelona (Grimaldi Lines). A 14 millas de Porto Torres está Castelsardo, reconocible de lejos por su castillo en lo alto Al poco de entrar en Porto Minore (Stintino) apenas hay un metro de calado de un promontorio. Castelsardo tiene un puerto deportivo equipado con servicio mecánico y travelift. Pero aparte de la capitanía y una cantina, no hay más servicios ni comercios. El puerto es bastante soso y los pantalanes quedan a un par de kilómetros del pueblo, con un bus que hace el recorrido. El casco antiguo, restaurado y reconvertido al turismo, ofrece bonitas vistas y se hace agradable pasear por sus estrechas calles, con innumerables iglesias, las ruinas del castillo y . . . unos cuantos turistas llegados en autocar. En Isola Rossa, a 9,5 millas al NE, todavía fae- nan algunos pescadores en lo que hoy es un enclave vacacional presidido por su islote de granito rosado. Su pequeño puerto deportivo admite barcos de hasta unos 20 m. y siempre hay plazas libres, seguramente gracias a que este puerto apenas sale mencionado en las guías de navegación, y ni aparece en algunas cartas. El lugar tiene encanto suficiente para una estancia relajada, y aun es posible comprar el pescado fresco que traen las barcas locales. Isola Rossa tiene una zona de fondeo junto a la playa, someramente protegida por el islote y el propio puerto. El antiguo pueblo de pescadores de Stintino acoge hoy un turismo eminentemente familiar Los amarres en los pantalanes del muelle exterior ya tienen agua y toma 220 v. 72 El cabo Testa, a 19 millas de Isola Rossa, es la siguiente escala tras un tramo de costa bastante alto y de difícil recalada. El propio cabo dispone de buenas zonas de fondeo sobre arena a ambos lados del alto promontorio donde luce el faro. Es bueno saberlo por si arrecia el viento en las horas centrales del día. El cabo Testa es la puerta de las Bocas de Bonifacio y la bocana de Sta. Teresa de Gallura queda a un par de millas. Navegar por las Bocas La nutrida y bien conservada flota de vela latina de Stintino tiene un importante calendario de regatas Las Bocas de Bonifacio es uno de los lugares más ventados del Mediterráneo occidental. Todo lo que sopla en mar abierto se amplifica aquí uno o dos grados Beaufort, predominando (en verano más del 60%) los vientos del W. La orografía del estrecho hace el viento tienda a establecerse de Levante o de Poniente. Esto incluye las brisas veraniegas, que llegan hasta F5 o F6 en las horas centrales del día. Con la brisa soplando del E o del W, lo más práctico si la brisa es suave es navegar en zigzag, con el viento al través, entre Córcega En Isola Rossa suele haber plazas libres en pleno verano, pues el puerto queda lejos de las Bocas y apenas sale reseñado en las guías de navegación Es posible comprar pescado fresco a las barcas locales de Isola Rossa. En este tranquilo pueblo de veraneo hay un amplio surtido de comercios y restaurantes Las murallas del castillo de Castellsardo, en lo alto de la loma, aun protegen su bien conservado casco antiguo Santa Teresa ofrece todo tipo de servicios y queda bien protegido, aunque desde los pantalanes hay un largo rodeo a pie hasta el pueblo 73 LAS BOCAS DE BONIFACIO En Santa Teresa hay numerosas tiendas y la oferta gastronómica es variada. La capital comarcal también celebra un animado mercado semanal y Cerdeña, para dejarse llevar a lo largo de la costa si el viento arrecia. En las Bocas, llevar la contraria al viento es un mal asunto. La mayoría de islas y puntas destacadas tienen fondeaderos protegidos en ambos lados, por cuanto es posible navegar al resguardo del oleaje y echar el ancla al socaire. Se ha de estar atento a los partes meteorológicos, pues los cambios son repentinos y las puntas de viento pueden ser fuertes, incluso en pleno verano. En caso de aviso de coup de vent, mejor dejar momentáneamente las Bocas para protegerse al este u oeste de Córcega o Cerdeña. Navegar por las Bocas es como una revalida de los títulos de navegación. Incluso con la ayuda del GPS, a menudo se ha de echar mano de enfilaciones, marcaciones, sondas, tener en cuenta corrientes, prioridades de paso, marcas cardinales, maniobrar en espacios reducidos, etc.. Y todo ello en una El trajín de barcos que constantemente entran y salen de Bonifacio es espectacular. En plena temporada hay que llegar pronto para encontrar amarre zona bastante concurrida. De día, el intenso tráfico de yates y ferrys (los grandes mercantes tienen prohibido el paso por las Bocas) recomienda una máxima atención. Incluso así, tramos como entre los cabos del Orso y Ferro pueden ser estresantes, con semirígidas, veleros, motoras y megayates llegando por todos lados, cada uno de ellos con su particular prioridad. Las estelas, algunas enormes y complicadas de evitar, recomiendan navegar con las escotillas cerradas incluso en los días de buena mar. El balizamiento nocturno permite adentrarse sin problemas en los principales puertos y canales, pero no es muy sensato navegar de noche entre las islas menores. El archipiélago de la Maddalena Las islas Razzoli, Budelli y Santa María están unidas como pétalos y ofrecen distintos fondeaderos. El mayor está en el centro de las tres islas, con un campo de boyas sobre arena (también se puede echar el ancla) y aguas de un precioso turquesa. Este fondeo no está protegido por el W y si sopla de allí hay que buscar resguardo tras la propia isla Budelli, en otra bonita zona de fondeo. Cala Sta. María, al sur de su homónima isla y bien protegida del W y NW, es otra agradable alternativa. La Maddalena tiene una costa muy recortada, con fondeos al abrigo de todos los vientos. Entre ellos citar cala Francese, en un entorno de rocas muy protegido y a menudo tranquilo, o cala Spalmatore, poco edificada aunque recibe muchos bañistas al estar cerca de la carretera. En Caprera, cala Garibaldi -bautizada así en honor del patriota italiano- es un buen abrigo. Aquí había hasta hace poco un animado Club Med. Al otro lado de la isla, cala Coticcio (también conocida como Tahiti) se divide en dos ensenadas, cada una de ellas con su En La Maddalena, los amarres más buscados son los de cala Gavetta, pegados al centro del pueblo Bonifacio es una escala ineludible en un crucero por las Bocas 74 Desde La Maddalena mirando al sur, a la derecha se intuye cala Gavetta, enfrente Santo Stefano, a la izquierda se ve algo de Caprera y al fondo Cerdeña. En las Bocas, las distancias son cortas Las islas de las Bocas ofrecen numerosos abrigos protegidos al socaire del viento reinante pequeña playa. El lugar es magnífico y suele tentar a los barcos de la jet-set, pues queda cerca de Porto Cervo y el acceso por tierra es complicado. Un poco al sur, cala Portese tampoco es mala opción. Spargi tiene en cala Corsara su foto más famosa, pero la gran concurrencia de barcas privadas y de turistas casi hace más recomendable chafardear por su costa este, donde hay varias pequeñas calas con fondo de arena o roca donde echar el ancla con buen tiempo. El archipiélago de la Maddalena es Parque Natural y, aparte de una tasa para visitantes que pasan a recoger unos empleado en gommone (30,- € aprox.), hay algunas restricciones a la navegación, pesca y fondeo. Un folleto explicativo está disponible en cualquier capitanía u Oficina de Turismo local. de “gente bien”. Hay un pequeño hotel y más chalets de lo que a simple vista parece, pues todos quedan muy camuflados en el paisaje. Por haber, hay hasta una pequeña pista de aterrizaje y puerto deportivo. Los residentes se desplazan en cochecitos eléctricos, como en los campos de golf. Cala di Zeri, al W, está entre las mejores de la zona para tomar un baño. Poco más de una milla separan Cavallo de la punta Sperone (Córcega), con las islas Ratino y Piana cortejando el estrecho “atajo” de la Pintarella entre Bonifacio y el oeste de Corcega. Aquí está el fondeo más bonito del lado corso de las Bocas, el espejo de aguas entre la punta Sperone, con vistas a su espectacular campo de golf, y la isla Piana. Dependiendo del viento, el mejor fondeo estará a uno u otro lado de la isla Piana. En la playa de Sperone, privada para los residentes en su exclusiva urbanización, chapotea lo más granado de la clase política y empresarial francesa. Lavezzi, Cavallo y la costa de Córcega A NW del archipiélago de la Maddalena, separadas por las 4 millas escasas del canal principal de las Bocas, están las pequeñas Lavezzi y Cavallo. La primera es un amasijo de rocas, con bonitos –y concurridos- rincones de arena blanca en todos sus puntos cardinales. Escoger el más apropiado depende de donde sople el viento, yendo siempre con cuidado de no fondear antes la quilla que el ancla. En Lavezzi hay un monumento en memoria de los 700 tripulantes de “La Semillante”, fragata francesa que en febrero de 1855, camino de la guerra de Crimea, se estrelló en estas rocas en un temporal. No hubo supervivientes y los 560 cuerpos que se encontraron descansan aquí en un par de cementerios construidos al efecto. Cavallo, un poco más al norte, es un reducto Lavezzi es un amasijo de rocas de granito pulidas por el sol, el mar y el viento. Hay fondeaderos y pequeñas playas en sus cuatro puntos cardinales 75 LAS BOCAS DE BONIFACIO En un cementerio junto a la bonita cala Giunco (Lavezzi) están enterrados los 560 náufragos de la fragata La Semillante La costa norte de Cerdeña El norte de Cerdeña ofrece una amplia gama de bonitos fondeos, con la ventaja de que la costa sarda suele estar bastante menos frecuentada por barcos fondeados que las vecinas islas de las Bocas. Ya hemos comentado las dos playas (La Colba y Reperata) flanqueando el cabo Testa. Porto Quadro, al este de Sta. Teresa es otra buena alternativa de buen tiempo. Un poco más allá, Cala Marmo- El mejor rincón donde echar el ancla dependerá de donde sople el viento, con cuidado de no dar con alguna de las muchas piedras que siembran el espejo de agua entre Lavezzi y Cavallo rata era preciosa hasta que se construyó un enorme hotel que la ha desfigurado irremisiblemente. Es mejor continuar hasta las playas de Sambuco, Barcaccia o la Licciola. Un poco más al este, al fondo de la larga entrada de Porto Pozzo, está su homónimo pequeño pueblo de veraneo, con un pantalán donde amarran infinidad de gomonne. En su extremo (2 m. máx. de calado) pueden improvisarse un par de plazas para transeúntes. El calado empieza sobre los 10 m. en la entrada del fiordo y va disminuyendo paulatinamente. Llegando al pueblo hay poco más de 2 m.. La tranquilidad y buena protección del lugar apenas se ve alterada por las olas de las neumáticas que entran y salen. En tierra hay supermercado, un par de restaurantes y una fuente de agua al pie del pantalán. El cercano Porto Puddu queda algo más recogido del viento y ofrece más calado, pero Al fondo del estuario de Porto Pozzo hay poco más de dos metros de calado. Las laderas de este tranquilo puerto natural recuerdan mucho el norte de Menorca 76 apenas tiene recursos de restauración o avituallamiento. Entre Porto Pozzo y Porto Pudu está la gran playa de Liscia. Su rincón oeste, tranquilo y bien resguardado, está entre los favoritos de los megayates. Siguiendo hacia el este, pasado Palau la costa se abre al sur hacia el gran golfo de Arzachena. Cerca de su entrada y protegida del viento del oeste, la bahía Salina es un fondeo muy recomendable tanto de día como de noche. Su ribera alterna los tramos residenciales con otros más boscosos e incluso hay un pequeño pantalán en cala Capra donde eventualmente puede amarrar algún transeúnte de hasta 13 m. Pasado Arzachena mejor evitar la Baia Sardinia, llena de hoteles y bañistas. Un poco más allá, cala Liscia di Vacca, sólo bien protegida por el este, resulta más elegante en su urbanización, reuniendo a diario un buen ramillete de barcos de gran eslora. El lujoso y discreto hotel Pitrizza (asalariados abstenerse de tomar ni una cerveza en el chiringuito de su pequeña playa) completa un decorado de bastante buen gusto. Aquí empieza la Costa Smeralda. Las fiestas VIP de la Costa Smeralda (Hotel Cala di Volpe en la foto) son un santuario de ricos y famosos de todo el mundo La Costa Smeralda La Costa Smeralda es una urbanización de lujo promovida a finales de los años 60 por el Aga Kahn. En ella también participaron inversores y terratenientes locales hasta reunir centenares de hectáreas de terreno en los áridos y rocosos alrededores de una franja costera que limita al norte con la cala Lischia di Vacca y al sur hasta poco más allá de la cala di Volpe. El objetivo era preservar esta zona del turismo de masas que estaba invadiendo otras costas del Mediterráneo, reservándola para unos visitantes y un tipo de construcción más elitista e integrada en el paisaje. En todo caso, la Costa Smeralda ya no es lo que fue. El capital ruso compró hace un par de años la urbanización y las grandes fortunas, artistas de primera línea y top-models que antes pululaban por las callejuelas de Porto Cervo han desertado o se esconden en sus casas. De puertas afuera o en locales de moda como el Billionaire de Flavio Briatore o el Nikki Beach, han sido progresivamente sustituidos por neo-millonarios del Este, sus cariñosas amiguitas profesionales, políticos en activo o retirados, famosillos de variada trayectoria y mucho mirón. Otras consideraciones al margen, este tramo de costa es ciertamente bonito y las playas de Pevero, Romazzino, del Príncipe o la famosa cala di Volpe merecen una visita por sí mismas. Compartir escenario con un montón de yates absolutamente desmedidos tampoco es grave. Y es un espectáculo al que se ha de asistir, ni que sea una vez. Los yates de menos de 25 metros pasan prácticamente desapercibidos una vez amarran en Porto Cervo 77 LAS BOCAS DE BONIFACIO Los principales puertos Santa Teresa de Gallura Sta. Teresa de Gallura, también llamada Longosardo, queda al fondo de una estrecha entrada natural. El puerto ofrece buen abrigo en cualquier condición y su marina dispone de 500 plazas, de las cuales un buen centenar para transeúntes. El pueblo –que asoma al mar por lo alto del acantilado- y una torre de vigía a la derecha de la entrada facilitan la aproximación diurna, no siempre evidente. De noche hay un faro en la bocana. Ojo con los ferrys que cruzan sin descanso a Bonifacio, a apenas 7 millas. Son absolutamente prioritarios en el canal de entrada, pues su margen de maniobra es muy escaso. Unos marineros en gomonne (VHF 9) guían a los yates hasta su amarre. El servicio es amable y eficiente y las duchas -con baño privado para cada usuario- no tienen rival en la zona. El pueblo de Sta. Teresa, a 1 km. del puerto, no es el más seductor de las Bocas, pero dispone de buenos restaurantes, comercios y gran mercado semanal para todo tipo de avituallamientos. Ficha práctica: 41º 14,5´N - 9º 11,8´E, Capitanía en el muelle este (VHF 9 y 16). 500 plazas de amarre, de las cuales un centenar para transeúntes. Eslora máx: 28 m., Calado 2 a 5 m., Tarifas 2009: 70,- € para un 12 m., Agua, 220 v.,WC, duchas, combustible, grúa 15 TM, varadero. de pantalanes flotantes adosados al muelle exterior, al E de la zona de atraque de los ferrys, pero se menean bastante si el mar no está perfectamente calmo. Más lejos (1 km. aprox.) quedan los pantalanes de Marina di Nido d’Aquila (también conocido como Porto Lungo) al oeste y los de Marina del Ponte (cala Camiciotto) al este. En ambos se puede probar suerte. No hay posibilidad de fondeo y, en general, la relación calidad/precio de todas las opciones de amarre es baja. La Maddalena es una simpática y animada población que invita a pasear entre sus callejuelas y plazas, llenas de restaurantes, bares, heladerías y tiendas de todo tipo, incluyendo el entrañable mercado cubierto. Buena parte de su prosperidad viene de la base norteamericana de la OTAN en la vecina isla de Santo Stefano, con más de 1.300 marines dispuestos todo el año a gastar su dinero en copas y pizzas. Pero esta base cerró en 2008, dejando en el aire el futuro de la Maddalena. Se habla de inversiones para modernizar el puerto y atraer grandes yates. De momento todo sigue igual. Ficha práctica. 41º 12,7´ N - 9º 24,6´ E. Capitanía, tel. 39 790600 - VHF 9 y 16, 150 plazas de amarre, 50 para transeúntes. Eslora máx.: 15 m., calado de 2 a 5 m., Tarifas 2009: 90,- € para un 12 m.. Agua, 220 v., duchas/WC, gasolinera en muelle y otra cercana en el pueblo, varadero con grúa 20 TM. La Maddalena La Maddalena, capital de la Gallura, está conectada con Palau (Cerdeña) por un carrusel diario de ferrys y sus 12 mil habitantes son el principal núcleo habitado de las Bocas. La opción de amarre mejor y más buscada es cala Gavetta, antiguo puerto pesquero a tocar del centro del pueblo y reconvertido con los años a un uso deportivo. También hay un par Cannigione Antiguo refugio de pescadores al fondo de la inmensa y protegida bahía de Arzachena, Cannigione ha visto prolongar su espigón en los dos últimos años para dar cabida a las grandes esloras, previéndoles nuevos amarres tanto en el interior como en el exterior de la dársena. El espigón protege además a los distintos pantalanes, flotantes o con pilo- Los pantalanes quedan protegidos por el recientemente ampliado espigón. Cannigione es una agradable colonia de veraneo nas, que se han ido instalando con los años para uso deportivo. Cada uno está gestionado por una empresa distinta y hay que ir tanteando hasta encontrar plaza libre. Cannigione mantiene su amplia zona de fondeo, pero ojo con las sondas al fondo de la bahía, donde decrecen con rapidez. El pueblo recibe un turismo familiar y tranquilo que hace agradable sentarse en alguna terraza, pasear tomando un helado o entretenerse en cualquier tipo de compras. Un buen puerto base para unos días de estancia en las Bocas. Ficha práctica: 41º 06,6´ N - 9º 26,6´ E. Capitanía cerca del muelle principal (VHF 9), 250 plazas de amarre, 50 para transeúntes, Eslora máx.: 20 m., Tarifas 2009: 65 € para un 12 metros. Agua, 220 v., combustible, grúa 23 TM. Porto Cervo Sentarse en cubierta con una cerveza fresca y dejar pasar la tarde indolentemente viendo el desfile de superyates que van entrando por la bocana de Porto Cervo es todo un show. Seguro que tampoco falta un pensamiento nostálgico sobre lo preciosa que debía ser esta entrada natural hace 50 años, cuando no había una sola edificación en sus laderas. Aquí, la densidad de megayates a vela o motor es abrumadora, hasta el punto que un barco de 20 metros pasa totalmente desapercibido. El puerto tiene acondicionados con contramuelle y amarres sus flancos este y oeste. El YC Costa Smeralda, visible tras el espigón principal y uno de los clubes náuticos más lujosos del mundo, merece una visita ni que sea con la excusa de pedir el parte meteo (es gratuito). En sus aledaños están algunas de las tiendas y terrazas más chic del puerto, con permiso de las muchas que también hay en el coqueto centro comercial. La antigua zona de fondeo libre, al norte del puerto, ha Porto Cervo aprovecha una gran entrada natural en la que se han acondicionado distintos contramuelles y pantalanes 78 sido sustituida desde hace un par de años por una veintena de boyas. Hay que llegar pronto para encontrar una libre. Ficha práctica: 41º 08,3´ N - 9º 32,3´E. Capitanía en el muelle norte. (Tel. 39 789 94 286, VHF 9 y 16), 700 plazas de amarre, 150 para transeúntes en el muelle este. Eslora máx: 90 m., Tarifas 2009: 190,€ para un 12 m.. Servicios: Todos, incluido barco de salvamento propio. Bonifacio Bonifacio queda al fondo de un estrecho fiordo que se mete entre los blancos acantilados del extremo sur de Córcega. Bullicioso y abigarrado, baste decir que con sólo 200 amarres para transeúntes contabiliza unas 15.000 escalas anuales, sin contar las decenas de barcos de turistas que constantemente entran y salen del puerto. No se aceptan reservas a barcos menores de 12/13 m. y en verano hay que llegar pronto para encontrar hueco. Los de mayor eslora pueden reservar y amarran en el dique sur, donde también está la gasolinera. Hay agua y luz en los amarres, pero las duchas son más estrechas que las de un cuartel (posiblemente renovadas para 2010). A falta de amarre se puede fondear en cala Catena, haciendo firmes las amarras en el acantilado. Cuanto más al fondo de la cala, más seguro con vientos fuertes. Si los muelles rebosan animación, otro tanto puede decirse de los comercios de primera línea, con cientos de turistas llenando las terrazas o comprando en las tiendas. Una empinada rampa lleva hasta la ciudadela amurallada, colgada de forma casi irreal sobre el acantilado. Sus estrechas callejuelas entre edificios medievales y renacentistas están muy bien conservadas y abren huecos al mar con preciosas vistas sobre las Bocas y la vecina Cerdeña. Aquí también hay un hervidero de tiendas, bares y restaurantes con mesas al aire libre. Bonifacio es una escala ineludible en un crucero por estas aguas. Ficha práctica: 380 plazas, 200 para transeúntes, eslora máxima: 60 m.. Capitanía t. 495 731 007 – VHF 9, agua, 220 v.,WC/duchas. Precios 2009: 58,- € para un 12 m. Una empinada rampa sube hasta la ciudadela amurallada, donde hay un hervidero de tiendas, bares y restaurantes con mesas al aire libre. del E. El entorno es tranquilo y tiene cierta gracia, con su pequeña urbanización de apartamentos adosada a la ladera. En tierra hay un par de cafeterías y un colmado, sin olvidar un restaurante más lujoso junto a la playa. Los precios son caros, en línea con lo habitual por estos lares. Palau: Puerto base de la mayoría de ferrys que recorren las islas, Palau tiene una pequeña dársena deportiva con algunas plazas Las estrechas callejuelas de Bonifacio discurren entre edificios medievales y renacentistas para transeúntes. El pueblo ofrece todo tipo de servicios y comercios, pero peca de la habitual “frialdad” de los puertos concurridos por ferrys. Con buen tiempo, es posible fondear en las playas a ambos lados del puerto. La costa entre Palau y la punta Sardegna está elegantemente urbanizada y hay una playita y unos pantalanes, apenas protegidos, con el nombre genérico de Porto Rafael. Es un enclave “chic”, donde siempre concurren los megayates. Otras alternativas de amarre Porto Massimo: Pretencioso nombre para este minúsculo y coqueto puerto deportivo al norte de la Maddalena. Hay apenas una quincena de plazas para transeúntes, normalmente en un pantalán flotante anexo. El puerto dispone de agua, luz y unas duchas bastante correctas. En el muelle se admiten barcos hasta 25 m. y también se alquilan boyas en el exterior del espigón, al socaire de una punta rocosa sólo expuesta a los viento El pequeño Porto Massimo queda un rincón bien protegido de los vientos del W a N. El lugar tiene su gracia 79 LAS BOCAS DE BONIFACIO No muy lejos de Palau, el cabo Orso (Oso en italiano), toma su nombre de esta fantástica roca de 18 m. de altura y forma de oso, bien visible desde el mar y controlando las Bocas desde la noche de los tiempos. Desde el Oso hay unas bonitas vistas y, puestos a alquilar coche o moto, se pueden visitar los restos megalíticos cerca de Caniggione, posiblemente emparentados con las taulas y talaiots de Menorca. Marina dell´Orso: Esta marina aprovecha una larga y estrecha entrada natural (Poltu Quatu) entre el golfo de Arzachena y Liscia di Vaca. En su interior hay amarres –incluidos algunos parta transeúntes- para barcos de hasta unos 30 metros. El abrigo es bueno, pero el entorno, estrecho entre acantilados, se hace agobiante por el calor veraniego. El ambiente tampoco tiene mucha gracia. Cavallo: El pequeño puerto de Cavallo queda en el lado sur de esta isla, con una entrada balizada entre las rocas que no apetece nada tener que negociar algún día con viento y mar de poniente. Mejor pedir plaza antes de entrar (VHF 9 y 67), pues el puerto es pequeño y la veintena de amarres que hay para transeúntes (215 en total, hasta 20 m.) suelen estar reservados en plena temporada. Hay agua y luz en todos los amarres, así como gasolinera (ojo con el calado). En tierra hay un colmado, un bar/restaurante y un hotel en la playa junto al puerto. Todo es fino y elegante, como es norma en esta isla de elite. El precio sube en consecuencia. n Apuntes del clima Entre mayo y octubre, el clima predominante en las Bocas es seco y soleado, aparte de algunas tormentas a finales de agosto, las lluvias son raras entre junio y septiembre. Cerca del mar, las temperaturas pueden pasar de 30º en plena canícula, flirteando con los 40º tierra adentro. A partir del mes de mayo se pueden disfrutar varios días seguidos sobre los 20/25º, invitando a los primeros baños en el mar. La temperatura del agua llega a unos 20º en junio y sube hasta los 25º en pleno verano, sobre todo en playas de poco calado. Tras repetidos días de mistral, la temperatura del agua puede bajar hasta unos 17/18º, refrescando sensiblemente el ambiente. Bastante raras en otras costas del Mediterráneo, las corrientes pueden alcanzar intensidades de hasta 3 nudos en las Bocas (sobre todo entre el cabo Testa y la punta Falcone). La dirección de estas corrientes es siempre hacia el este o el oeste, dependiendo de la dirección y perseverancia del viento. En los canales entre algunas de las islas también se forman corrientes de menor intensidad. Cartas y guías Para adentrarse con seguridad en una costa tan recortada y trufada de peligros como esta es indispensable navegar con cartas fiables y detalladas. Los institutos hidrográficos francés e italiano disponen de un buen catálogo de cartas papel de la zona, lo mismo que Garmin, C-Map o Navionics en formato electrónico. Las cartas oficiales italianas no son fáciles de encontrar en nuestro país (puntos de venta en www.marina.difesa.it) Como guías náuticas, mi favorita es Corse, Sardaigne et îles toscanes, de Rod Heikel (Ed. Imray, en francés), todo y que algunas opiniones del autor son . . . opinables. También son interesantes el Pilote Cotier Benétéau Corse - Sardaigne NE (Ed. Praxis, en francés), de Alain Rondeau, la Guida ai Mari di Corsica e Sardegna (Ed. Zanichelli, en italiano), de J. Anglés, o Corsica and North Sardinia, de Robin Brandon Ed. Imray, en inglés). Como complemento, es ilustrativo consultar la Aeroguide Sardegna del Nord (Istituto Geográfico de Agostini, en italiano), con fotos aéreas y descripciones turísticas del norte de Cerdeña y las islas de las Bocas en un formato similar a su equivalente para las islas Baleares de la misma editorial (Planeta–Agostini). De compras Castellsardo es famoso por sus cestas y accesorios de mimbre, que muchos artesanos locales venden a la puerta de sus casas. En los mercados semanales y en algunas tiendas de los pueblos también venden los bonitos manteles, alfombras y tapetes de algodón típicos de Cerdeña, con motivos coloreados. Los vinos sardos están bastante logrados en general. En cada pueblo hay una tienda especializada donde probarlos. En Alguer se ha de catar su orujo, llamado filiferru y –entrados en gastos- no olvidar que esta población es famosa por su orfebrería de coral rojo. Los quesos sardos, mayormente de oveja, son suaves y sabrosos. Córcega es famosa por sus embutidos, con menos sal y especies que los hispanos. Mejor probar antes de comprar. Por el contrario, los quesos corsos –y por extensión los franceses-, se pueden meter en la cesta de la compra con los ojos cerrados. Todos son buenos. Otro tanto puede decirse de sus vinos locales más renombrados. Córcega es una de las primeras D.O. conocidas y los romanos ya adoraban sus caldos hace 2.000 años. Ichnusa, la cerveza más popular en Cerdeña, es suave y bastante parecida en sabor al estándar español. En Córcega se ha de probar la Pietra, con harina de castaña y un gusto algo más fuerte y ciertamente especial. Si bien la oferta en los supermercados es variada y abundante, los precios son caros tanto en Córcega y Cerdeña como en las islas menores. Son cosas de la insularidad y de la buscada exclusividad de la zona. Llegar con las bodegas llenas puede suponer un buen ahorro. Con viento fuerte y mar de poniente, mejor evitar la entrada de Cavallo, balizada entre rocas amenazadoras La artesanía y orfebrería de coral es una de las especialidades locales en Alguer 80