Periodistas que iluminan nuestra historia

Transcripción

Periodistas que iluminan nuestra historia
Periodistas que iluminan
nuestra historia
Centro de Historia Municipal
Alcaldía de Managua
PERIODISTAS QUE
ILUMINAN NUESTRA
HISTORIA
Centro de Historia Municipal
Alcaldía de Managua
Septiembre, 2004
Hecho el depósito legal: Mag-0216-2004
© Centro de Historia Municipal
Alcaldía de Managua
Todos los Derechos Reservados
Levantado de Texto : María Raquel Bustos Valle
Cuidado de Edición: Roberto Fco. Sánchez Ramírez
Agradecimiento a : Dr. Jorge Eduardo Arellano, por haber autorizado que de
su libro “Héroes sin fusil” se tomaran las biografías de Anselmo H. Rivas, Rigoberto Cabezas, Juan Ramón Avilés, Gabry Rivas, Pedro Joaquín Chamorro
Cardenal y José Francisco Borgen. Biblioteca del Banco Central de Nicaragua
“Roberto Incer Barquero”. Instituto de Historia de Nicaragua y Centro América
de la UCA. Periodista Ignacio Briones Torres. Lucrecia Lacayo, hija de Leonardo Lacayo Ocampo.
Diagramación
: Leonel Hernández
Impresión
: IMPRIMATUR Artes Gráficas
INDICE
INTRODUCCIÓN
7
PRÓLOGO
9
ENRIQUE E. GOTTEL PERIODISTA Y PIONERO
23
FABIO CARNEVALINI CAGLIERO
UN GARIBALDINO EN NICARAGUA
29
ANSELMO H. RIVAS: INTELECTUAL DEL
CONSERVATISMO DECIMONÓNICO
35
RIGOBERTO CABEZAS Y SU VIGENCIA
39
JUAN RAMÓN AVILÉS Y SU LEGITIMIDAD LIBERAL
51
GABRY RIVAS: PERIODISTANATO Y REPRESENTATIVO
55
JOSÉ FRANCISCO BORGEN: UNA VIDA A LA
ORILLA DE LA HISTORIA
59
BIOGRAFÍA DE LEONARDO LACAYO OCAMPO
MAESTRO Y FORJADOR DE PERIODISTAS
63
SALOMÓN BARAHONA LÓPEZ (CHILO)
67
GAM FUE UNA GACELA DEL TRABAJO
77
OFELIA MORALES GUTIÉRREZ
87
PEDRO JOAQUIN CHAMORRO CARDENAL:
VEINTE AÑOS DESPUÉS
91
ALBERTO MORA OLIVARES (1929-1974)
103
BIOGRAFIA WLLLIAM RAMÍREZ SOLÓRZANO
107
ACUERDOS DE ACTA DEL CONCEJO MUNICIPAL
SOBRE LA ROTONDA DEL PERIODISTA
111
CONCEJO MUNICIPAL DE LA ALCALDÍA
DE MANAGUA 2001-2004
112
DIRECTIVA DE LA FUNDACIÓNPERIODISMO
Y CULTURA “WILLIAM RAMÍREZ
113
HOMENAJE A RODOLFO TAPIA MOLINA
115
CENTRO DE HISTORIA
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MUNICIPAL
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ALCALDÍA DE MANAGUA
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SEPTIEMBRE 2004.
121
Periodistas que iluminan nuestra historia
INTRODUCCIÓN
M
i relación con el periodismo no ha sido
solo parte de mis responsabilidades como Alcalde de
Managua. En la lucha por
la liberación de Nicaragua,
tuve asignadas también misiones de información y
propaganda, fue cuando la
prensa nacional e internacional me conoció como
“Mauricio”.
Durante la guerra de agresión me desempeñaba como Ministro
de Turismo, se me encargó la atención de los medios extranjeros. Toda esa experiencia me ha permitido tener una mejor
valoración de lo que significa la labor informativa, motivo por
el cual, en mi gestión como Alcalde he dedicado todo el tiempo que me ha sido posible para atender a los periodistas.
He dado el apoyo para dignificar al periodismo nacional a través de la Orden Municipal “Juan Ramón Avilés”. Asimismo
inicié como Alcalde el reconocimiento a periodistas de origen
extranjero, fue así que el 8 de septiembre del 2002 restauramos la tumba y rendimos homenaje a Enrique E. Gottel, en
el cementerio San Pedro, un año después lo dedicamos a Fabio Carnevalini Cagliero y este año además de hacerle justicia
a seis destacados periodistas nicaragüenses, inauguramos el
monumento al periodista en la rotonda del mismo nombre.
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
Cuando la Fundación Periodismo y Cultura “William Ramírez”, me propuso el proyecto del monumento de inmediato di
todo nuestro apoyo, iniciando porque el Concejo Municipal
legalizara por decreto el nombre de la rotonda, comenzando
el proceso de ejecución, el que dada la magnitud de la obra no
pudo ser inaugurada el propio 8 de septiembre, “Día Internacional del Periodista”.
Culminamos el monumento material, queda pendiente el conjunto escultórico de Gottel y Carnevalini. Ha servido para fortalecer el monumento espiritual que como persona y Alcalde
tengo hacia los periodistas. El monumento del aprecio y la
gratitud. El monumento a quienes han reconocido nuestros logros y ayudado con su crítica oportuna.
Herty Lewites
Alcalde de Managua
Septiembre 2004
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Periodistas que iluminan nuestra historia
A manera de Prólogo
Los Iluminados soñadores
del periodismo nicaragüense
** Los códices, Gottel, Carnevalini, Rigoberto Cabezas y
Anselmo H. Rivas.
Mario Fulvio Espinosa
Cuenta Fernández de Oviedo que nuestros antepasados indígenas registraban en sus códices que el universo existió cinco
veces, y en cada una de esas etapas fue alumbrado por cuatro
diferentes soles, siendo el quinto sol el que hoy nos ilumina.
Con ese talento mítico, tan natural y sencillo, los cronistas
indígenas informaban que en esas cuatro etapas de cambio
telúricos, la tierra se fue formando favorecida por cuatro elementos que se formaron en cada uno de los ciclos: primero el
agua, después el fuego, luego la tierra y por último el viento.
“Esos cambios –escribieron los sabios cronistas indígenasocurrieron
en el transcurso de millones de años, y en cada una de esas
etapas surgieron seres humanos, plantas y animales cada vez
más perfectos”.
Con esa revelación nuestros padres indios se adelantaron en
varias centurias a los descubrimientos científicos de Darwin
sobre la evolución de los seres humanos, a diferencia del Gé–9–
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nesis -y sobre todo de Adán y Eva-, en forma poética señalaron en el Popol Vuh las peripecias que pasaron Tamagastad y
Cippatónal para formar al hombre con diversos materiales.
Los cronistas españoles, que contemplaban al indígena desde
su propia ignorancia, si bien registraron lo que ellos consideraron conveniente, jamás entendieron la belleza de los códices, la capacidad mítica imaginativa propia de la cultura de
los comunicadores indios, y cegados por la codicia y por el
fanatismo destruyeron con odio inquisitorial aquellos tesoros.
Un Memorial que reta la imaginación
Recordé aquellas maravillas del pensamiento mágico nacional
cuando alguien me preguntó que si eran velas de regatas esas
que se alzan hacia el cielo en el centro del Memorial de los
Periodistas. Le dije: “Son velas, pero además todas las cosas
que caben en tu imaginación”.
Porque bien pueden ser llamas libertarias que iluminan las
sombras, o banderas de fuego para encender auroras.
También podrían ser medias lunas, como aquellas que Alá estampó en los lábaros que guiaron a las huestes de Mahoma en
la lucha por lograr la identidad de los árabes.
Pueden ser gajos de naranja que proclaman la fértil creatividad del nicaragüense, a veces dolorosa, porque él no está en
un lecho de rosas.
Pueden ser olas que al levantarse entonan la canción grave,
eterna, palpitante del Padre Mar de Neruda.
Valgan estas imaginaciones para evocar con veneración y
respeto el mérito de aquellos periodistas que desde los viejos
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Periodistas que iluminan nuestra historia
tiempos de Netzahualcoyotl han hecho de la comunicación
social o colectiva un apostolado para encontrar la senda de la
libertad de pensamiento y expresión, derechos y valores indispensables para emprender la jornada hacia el desarrollo del
bienestar humano.
Este solemne y bello Memorial, es la culminación de un
proyecto concebido por la Fundación Periodismo y Cultura
“William Ramírez” para perennizar la memoria de aquellos
que cincelaron en letras de imprenta luminosas la historia del
Periodismo Nacional y que se entregaron sin ambiciones mezquinas -enarbolando la honradez, el civismo, la ética y el patriotismo-, a la pasión de divulgar opiniones y noticias.
Concebido en esos términos enaltecedores, el proyecto del
Memorial fue presentado ante la Comuna de Managua y apoyado de manera unánime e incondicional por el Concejo Municipal y por el Alcalde de Managua, señor Herty Lewites.
Se sometió a concurso el diseño resultando seleccionado el
presentado por el arquitecto Glen Smoll.
Se han colocado las doce primeras placas para perennizar la
memoria de igual número de periodistas notables del siglo
pasado, siendo ellos Rigoberto Cabezas, Anselmo H. Rivas,
Juan Ramón Avilés, José Francisco Borgen, Leonardo Lacayo Ocampo, Gustavo A. Montalbán, Pedro Joaquín Chamorro, Gabry Rivas, Salomón “Chilo” Barahona López, Alberto
Mora Olivares, Ofelia Morales Gutiérrez y William Ramírez.
Cada Primero de Marzo, Día Nacional del Periodista, y cada
Ocho de Septiembre, Día Internacional del Periodista, se agregarán otras placas conmemorativas y si llega a ser necesario
podrán instalarse a lo largo del Paseo de los Periodistas, o sea
la avenida que une el Memorial con la Pista Suburbana.
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Durante el mes de diciembre se colocará el conjunto escultórico que representa a don Enrique Gottel, fundador del moderno periodismo nicaragüense, a lomos del burrito en el cual se
trasladaba desde el Valle de Gottel hasta Managua para distribuir su periódico “El Porvenir de Nicaragua”, del cual era
impresor, director, reportero, redactor y distribuidor.
Al lado del señor Gottel estará la efigie de don Fabio Carnevalini, continuador de la publicación del “Porvenir de Nicaragua” y el que enriqueció su redacción con las plumas de
Rubén Darío, Manuel Riguero de Aguilar, Felipe Ibarra, Modesto Barrios, Bruno H. Buitrago, Francisco Gavidia, Marcel
Blanchard, Jerónimo Ramírez y otros brillantes exponentes de
la inteligencia Latinoamericana.
Ese conjunto escultórico está siendo elaborado por don Noel
Flores escultor que ya tiene en su haber otras muchas obras
que adornan diferentes edificios y lugares de Managua.
La noche negra del fanatismo
Pero, volviendo al intento de reseñar la histórica de nuestro
periodismo, encontramos que desde sus inicios ha estado plagada por continuos atentados directos e indirectos contra la
libertad de pensamiento y expresión. Cabe señalar, que durante la Conquista y la época Colonial las imprentas eran instrumentos de la iglesia que imponía en sus publicaciones el
fanatismo del dogma y la amenaza de las penas del infierno.
Pero el fanatismo y el dogma son por su naturaleza asesinos
del pensamiento libre y de la imaginación, de manera que podemos asegurar que ambas épocas fueron la edad negra del
medioevo europeo trasladado a Centroamérica, centurias de
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Periodistas que iluminan nuestra historia
oscurantismo y de sometimiento corporal y espiritual. Rémoras que aún nos siguen perjudicando al impedir el desarrollo
social y humano de nuestros pueblos.
Después de la declaración de Independencia en 1821, surgieron las oligarquías criollas y los periódicos vinieron a ser efímeros voceros de los líderes políticos en contienda. Fiebres y
chapetones, timbucos y calandracas, legitimistas y democráticos, granadinos y leoneses, liberales y conservadores, todos
ellos emitieron sus periódicos con la única mira de defender
sus posiciones políticas.
Impresos de vida efímera
Debido a los constantes altibajos de las guerras intestinas esos
periódicos fueron publicaciones efímeras, salían una o dos veces y después desaparecían, eran de circulación local pues la
enorme mayoría de nicaragüenses no sabían leer.
Poco podía progresar el periódico y la imaginación de los periodistas en un ámbito de criterios políticos ortodoxos y dentro
de marcos religiosos estrechos y oscurantistas. Sin embargo,
entre los años 1829 y 1900 se publicaron –según las investigaciones del profesor Mauricio Pallaís Lacayo-, 367 periódicos, el 31,25 por ciento fueron impresos en León, el 22.42 por
ciento en Managua y el 17.35 en Granada.
El primer periódico que se publicó en Nicaragua fue “La Opinión Publica”, salió a luz en León, el 9 de mayo de 1833.
Entre otras cosas decía: “La guerra civil ataca a nuestra santa religión porque, 1 - Destruye la caridad, que es la piedra
angular de ella, 2 – Porque da lugar a que se quebranten los
mandamientos del decálogo y se infrinjan los preceptos de la
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iglesia y 3 - Porque disminuye la devoción y los fondos que
hacen decoroso y majestuoso el culto”. Este periódico se publico bajo el gobierno de don Dionisio Herrera y de él solo se
publicaron, con mucha irregularidad, ocho ejemplares.
En 1835 nació el “Telégrafo Nicaragüense” –tenido por algunos
como el primer periódico de Nicaragua-, fue bajo la administración de don José Zepeda, su director fue el licenciado Gregorio
Juárez, de ese periódico sólo se editaron cinco números.
A estos periódicos siguieron muchos otros, ente ellos “El Semanario Necrológico de Nicaragua” (1837) “La Aurora de Nicaragua”, “El Centinela de Nicaragua”, “La Centella” (1838),
“El Articulista” (1839), “El Redactor Nicaragüense” (1840),
que tuvo una vida de dos años, “El Mentor Nicaragüense”
(1841), “El Boletín del pueblo”, “El Granadino”, “El ojo del
pueblo” (1843), “El Águila de Nicaragua”, “El Clarín Oficial
del Ejercito” (1844), “Registro Oficial”, “El Cometa de Nicaragua” (1845).
En años posteriores “El Regenerador Nicaragüense”, (1847),
“Gaceta del Supremo Gobierno” (1848), “El Noticioso”
(1849), “El Guerrillero” (1850), “Gaceta Oficial de Nicaragua” (1851), “El Clamor del Pueblo”, “El Boletín del Ejército
Democrático del Estado de Nicaragua” y “El Defensor del Orden” (1854), “Boletín de Noticias”, “Boletín Oficial” (1855)
e incluso “El Nicaragüense” que comenzó a publicar el 20 de
Octubre de 1855 el filibustero William Walker.
Con la misma carencia de periodicidad y limitadas posibilidades de ampliar sus espacios de información y difusión siguieron apareciendo otros periódicos tanto en León como en
Granada.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
Primer salto de calidad
Con la aparición en 1865 de “El Porvenir de Nicaragua” el
periodismo nicaragüense da su primer salto de calidad. Su
editor, don Enrique Gottel con visión futurista lo mantiene en
la palestra de la opinión publica centroamericana por más de
veinte años. Por primera vez se publican anuncios y noticias
de todo el mundo y el bisemanario -que tuvo una corta época
como periódico diario-, mantiene corresponsalías con México
y toda Centroamérica.
El camino marcado por Gottel es continuado por otro iluminado, don Fabio Carnevalini, y la vida del periódico termina
a medias en 1885, pues se fusiona con otro importante diario,
“El Ferrocarril” y continua su existencia, sin que se conozca a
ciencia cierta en que época dejó de existir.
Junto con “El Porvenir de Nicaragua” continúan publicándose muchos otros periódicos, entre ellos “El Registro Oficial”
(1866), “La Actualidad” (1868), “El Clamor Nacional” (1869),
“El Correo de Occidente” (1873), “La Aurora” y “El Eco de
Occidente” (1874), “La Tertulia” (1875), “El Republicano” y
“El Canal de Nicaragua (1876).
Segundo salto de calidad: el diarismo
** Rigoberto Cabezas y Anselmo Hilario Rivas
Cuenta el historiador Francisco Huezo que “en las primeras
horas de una noche de invierno de 1883, se presentó en el
cuarto de don Anselmo Hilario Rivas un viajero joven, preguntando por aquel, Vestía redingote azul, chaleco blanco,
corbata de lazo, y sombrerito negro de paño. Llevaba bajo el
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brazo, en un maletín, pañuelos, cuellos, una camisa, un cepillo de ropa y otros objetos de uso personal.
“Después de las presentaciones de rigor, aquel joven que dijo
llamarse Rigoberto Cabezas, le propuso a don Anselmo un negocio a medias, la fundación de un diario para Nicaragua.
Era Rigoberto de apuesto porte, delgado, de estatura regular,
cara ovalada coronada por mechones de cabellos negros, ojos
inquisidores, nariz recta sobre un mostacho negro que amparaba una boca pequeña de labios finos.
Con pasión mística comenzó a exponer sus argumentos a Don
Anselmo sobre las ventajas que presenta un diario sobre cualquier otro tipo de publicación periódica.
“La vida moderna –argumentó-, no se explica sin el periódico diario, forma parte de su propio movimiento, es su propia
alma. El diario es el libro del minuto, la información del momento, de todo lo que ocurre en el mundo moral e intelectual.
Su radio de acción es amplio, abarca a todas las ordenes y a
todos los gremios. Es útil al sabio, al artista, al agricultor, al
comerciante, al profesor, a la modista, a los artesanos. Cuando
no da una noticia, da un consejo y marcha a la par del hombre
en sus caídas y en sus triunfos”.
Como el señor Rivas argumentara que Nicaragua no estaba
todavía preparada para el diarismo, porque su vida intelectual era escasa, escaso su movimiento social y político y por
lo tanto escasos los temas para escribir, Rigoberto argumentó: “Natural es esa opinión tratándose de una empresa nueva,
desconocida, que presenta grandes dificultades y que lucha,
al iniciarse no más, con esa preocupación con que se reciben
los propósitos a primera vista quiméricos e insuperables. Sin
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Periodistas que iluminan nuestra historia
embargo, creemos que el Diario es posible, creemos que es
una obra llana, hasta sencilla: natural en nuestras actuales
circunstancias. Naturalísima por la altura que hemos alcanzado en morales y materiales adelantos; él obtendrá grandes
ascendientes porque viene a llenar un vacío, porque viene a
satisfacer varias necesidades que le darán inmensa importancia política y social”.
“Que no sea un mito la libertad”
Como si analizara nuestra prensa actual, habló Rigoberto sobre
la función del diario imaginado. “La competencia de un diario
la constituye su Redacción que estará integrada por hombres
que estén llamados por su experiencia y por sus luces a encaminarnos por los senderos de la bienandanza. La organización
del diario estará a cargo de hombres de serena imparcialidad
y criterio, de altos y definidos propósitos, consecuentes con
prácticas y avanzados principios regeneradores, en fin que
sean honorables y conspícuos ciudadanos del país”.
“Será el diario –añadió-, un verdadero poder, un poder constituido, un poder benéfico que pesará con sus opiniones en
la balanza del criterio nacional y que dará bríos y alentará el
desfallecido aliento de aquellos que ven con miedo el porvenir
y con reserva la cosa pública.
“La palabra del diario será siempre la opinión de un consejo de personas que estarán poseídas de ciencia, patriotismo y
rectitud y que harán del periódico una santa y grandiosa institución; pretendemos que él quede elevado en una esfera de
justicia incorruptible.
“El Diario fomentará el periodismo en Nicaragua y con el periodismo la discusión, y con la discusión, la luz, irradiando en
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torno al axioma que ha debido surgir del choque de diferentes
opiniones”.
Soñaba Rigoberto con hacer del diario un instrumento de cultura, “Si es de interés hará que el pueblo lea y que se acostumbre a leer, que la lectura haga en él una segunda naturaleza.
“Conquistadas las masas para ese hábito –la lectura-, no sería un
mito la libertad, no sería un negro porvenir nuestro mañana”.
Gratamente sorprendido quedó el señor Rivas al oír aquellas
nuevas ideas, aquellas palabras hermosas que entrañaban una
alta visión de las conquistas del espíritu moderno.
Le seducía la música de aquel concepto expresivo, el tono de
sinceridad y de fe que daban un perfil de apóstol a aquel joven
de mirada fulgurante y cabellos de ébano.
Ya no desconfiaba. Ya no dudaba del éxito. Aquella alta convicción se había infiltrado en su espíritu con el prestigio luminoso de la palabra.
Poco tiempo después –señala don Francisco Huezo- empezaba a publicarse bajo la dirección de ambos “El Diario de Nicaragua”, fundador del diarismo en la Republica, y creación de
Rigoberto Cabezas.
Aquel fue el segundo salto de calidad en la Historia del Moderno Periodismo Nicaragüense. Fue el resurgir de aquel pensamiento mágico que animó el espíritu de aquellos indígenas
antepasados nuestros.
Fue la reafirmación de que en nuestra Nicaragua existieron soñadores, que fueron comunicadores desde los viejos tiempos
de Netzahualcoyolt.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
Por eso, este Memorial será un sitio de respeto y veneración
hacia aquellos antepasados nuestros que pusieron las bases
para que nuestro periodismo sea en la actualidad una institución de prestigio que, según las encuestas, posee el más alto
grado de credibilidad en comparación al resto de instituciones
nacionales.
También será nuestro Memorial, cuando este bellamente arborizado, un lugar de reposo, cultura y meditación para el goce
de las nuevas generaciones de periodistas, que vendrán aquí
como acudían las musas a la Fuente Castalia, a retomar el ingenio, el talento, la sabiduría y la magia mítica que un día fue
gloria de nuestros indígenas antepasados.
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DOS INMIGRANTES DE GRATA
RECORDACIÓN
“Dos extranjeros de grata recordación contribuyeron a la
cultura del país, impulsando y dando nueva vida al
periodismo naciente: un alemán Gottel y un italiano, Fabio
Carnevalini”
Rubén Darío
Periodistas que iluminan nuestra historia
ENRIQUE E. GOTTEL
PERIODISTA Y PIONERO
Roberto Sánchez Ramírez
“
Nicaragua agradecida
1883” decía la lápida
que se colocó en la tumba
de Enrique Gottel, en enero
de 1883, ocho años después
de su muerte, el once de
enero de 1875. Monumento que se construyó en las
afueras del cementerio San
Pedro. Dicha lápida desapareció, igual que el recuerdo
del inmigrante alemán y hasta su tumba se dio por perdida
durante muchos años. ¿Pero quién fue Gottel para merecer esa
inscripción tan honrosa?
Enrique E. Gottel, nació en Danzig, Prusia (Alemania) en
1831. Muy joven emigró a los Estados Unidos. Cuando la fiebre del oro, en California, dispuso hacer el viaje siguiendo la
ruta por Nicaragua en la Compañía de Tránsito, propiedad de
el Comodoro Cornelius Vanderbilt. Sin embargo se quedó en
Rivas y en 1852 estableció un contrato con la Compañía para
darle atención a los viajeros. Pionero había sido su compatriota Hermann Dentsh, en la ruta de La Virgen, en el lago de
Nicaragua a San Juan del Sur.
Debido a la pugna entre William Walker y Vanderbilt, Gottel
perdió sus bienes en 1856 y quedó en la ruina. En 1861 organizó de nuevo el servicio y ya para 1868 tuvo un socio, el
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General colombiano Pedro Ruiz Tejada, estableciendo nuevas
rutas, pasando por Granada hasta llegar a Chinandega, mejorando los llamados “caminos reales”. En La Gaceta de Nicaragua del sábado 17 de junio de 1865, hay un artículo referente a
la Compañía de Diligencias. Al mismo tiempo fundó en Rivas
el año 1865 un periódico “El Porvenir de Nicaragua” que aparecía cada sábado, editado en español e inglés, sacando anuncios comerciales.
EL VALLE GOTTEL
En la carretera al poblado de Veracruz, jurisdicción de Nindirí, a unos cinco kilómetros del Km. 14 de la carretera a Masaya, está el Valle Gottel, en empalme de la carretera que va
a Managua, pasando por Las Jagüitas. Allí hay una pequeña
es-cuela con un letrero donde se lee el apellido de Gottel,
ignoro si se sabe en el lugar por qué se llama así.
El Presidente Fernando Guzmán, por decreto del 26 de Marzo de 1871, concedió a Gottel 195 manzanas de tierra, con
el propósito de establecer un poblado modelo que tuviera un
paradero de diligencias, brindar diferentes servicios, llegó a
tener un hotel con alojamiento y restaurante. Algo muy avanzado para su época, pero el proyecto de poblarla, sobre todo
con inmigrantes, no funcionó. Gottel trasladó la imprenta que
tenía en Rivas y “El Porvenir de Nicaragua” se convirtió en la
expresión de las ideas liberales.
En un escrito del 12 de agosto de 1874, don Enrique expresa:
“El Porvenir, será siempre enérjico sostenedor de los intereses
del partido liberal Centroamericano; i cumplirá fielmente con
su programa de ilustrar al pueblo; combatir la ignorancia, el
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Periodistas que iluminan nuestra historia
fanatismo i los abusos; promover el bienestar de los cinco Estados en general i el de Nicaragua en particular”. Fue firme en
sus ideas, respetuoso y humanista, aunque masón declarado
construyó una iglesia católica y una escuela en el poblado de
Nindirí.
AL RESCATE DE LA HISTORIA
Aprovechando que fue nombrado Cónsul de Guatemala en Nicaragua, en 1873 Gottel pasó un año en aquel país, investigando y estudiando por su cuenta gran cantidad de documentos
que están ahora en la biblioteca Bancroft, de la Universidad de
Berkeley, en California, sin que existan copias en el país.
Gottel era tan apasionado del periodismo que como anécdota
se cuenta que venía a Managua a distribuir el periódico, montado en una burrita. Era curioso que Gottel escribiera bien el
español a pesar que no llegó a dominar su habla. Fue su periódico ejemplo de libertad de expresión. Era tan tolerante que
permitía a sus adversarios escribir en su contra en su propio
periódico. Luchó por la independencia del periódico y hasta
los redactores discrepaban con las opciones de Gottel.
Además Gottel fue músico, autor de varias conocidas composiciones que se olvidaron a su muerte. Cita don Enrique Guzmán en la biografía que escribió con fecha 1 de enero de 1883
que conoció a Gottel en 1854, en la escuela que tenía don Anselmo H. Rivas en Granada y que era “inteligente, alegre, generoso, buen camarada en toda la extensión de la palabra, no
era posible tratarle íntimamente sin sentir por él una estimación y afecto”. Así escribía uno de los mayores representantes
del pensamiento conservador, autor del “Diario Íntimo”. Don
José H. Montalbán, en su obra “Breves apuntes para la histo–25–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
ria del periodismo nicaragüense” dice que: “don Enrique E.
Gottel es uno de los extranjeros que mayores bienes ha hecho
en Nicaragua”.
Gottel publicó en “El Porvenir de Nicaragua” artículos tomados de periódicos extranjeros, en especial aquellos relacionados con obras realizadas por inmigrantes alemanes. Se refirió
a las investigaciones del Dr. Karl Hermann Berndt sobre las
lenguas indígenas de Nicaragua, en especial el estudio en lenguas náhualt del Güegüense o Macho Ratón. También hizo
publicaciones sobre Maximiliano V. Sonnenstern.
El 3 de mayo de 1874, Gottel dejó de publicar “El Porvenir de
Nicaragua” y pasó la dirección a cargo del periodista de origen
italiano, Fabio Carnevalini que comenzó a editarlo en Managua. En el Instituto de Historia de Nicaragua y Centro América de la UCA (IHNCA-UCA), se encuentran los siguientes
números: 3 y 4 de 1866; 2-3-5-15-16-19 año 1867, alcances
(extras) 11-7-10 del mismo año; 19-23-25-27-29-31-32-3436-38-40-47-49-51 y 52 de 1868; 3-5-6 y 7 de 1869; 3-8-11 y
52 de 1874. Editados en inglés el 29 de 1866, el 1 y el 15 de
1867 y el 20 de 1868.
Gottel falleció el 11 de enero de 1875. Debido a sus ideas, le
fue prohibido el entierro dentro de los muros del cementerio.
Otro ilustre inmigrante de origen alemán, don Julius Bahlke,
realizó una colecta para comprar un terreno al norte fuera del
cementerio San Pedro. El día que se sepultó a Gottel, también
se inició el llamado “cementerio de los extranjeros”, inaugurado oficialmente el 5 de enero de 1885. Fue algo injusto, pues
Gottel, igual que otros distinguidos inmigrantes, dieron gran
parte de su existencia por el progreso de Nicaragua. Gottel,
fue un verdadero pionero.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
En La Gaceta del 16 de enero de 1875, en las páginas 30 y
31, se publicó una amplia crónica del funeral de Gottel. Se le
califica de “activo, intelijente i laborioso; buen amigo, franco,
leal y jeneroso; afectuoso, desinteresado i mui honrado, tal era
Gottel, el amigo que la muerte no ha arrebatado”. Asistió al
funeral el Presidente don Vicente Cuadra, acompañado de sus
ministros, senadores y diputados. Dijeron discursos don Francisco Deshon y el periodista don Fabio Carnevalini. Pese a la
disposición negativa de las autoridades de la iglesia católica,
el gobierno y el pueblo nicaragüense le expresaron su público
reconocimiento.
Ocho años después de fallecido Gottel, intelectuales y periodistas nicaragüenses presidieron un homenaje, en el que se
inauguró un monumento a su memoria. Eso fue el 5 de enero
de 1883. En su discurso Genaro Lugo dijo: “Agradezco de
corazón a todos aquellos buenos nicaragüenses que apoyaron
el cumplimiento de una deuda nacional. Para esa ocasión don
Enrique Guzmán, refiriéndose a Gottel, escribió: “fue un hombre útil”.
La hermosa lápida y la columna trunca de la tumba desaparecieron, igual que su recuerdo y hasta el sitio se dio por perdido hasta julio del 2001, cuando los trabajos de investigación
histórica de la Alcaldía de Managua, permitieron ubicar el lugar exacto de la tumba, proceder a la restauración y puesta
de la placa con la inscripción original: “Nicaragua agradecida
1883”. Con motivo del Día Internacional del Periodista, en
septiembre del 2001, se le dedicó la conmemoración a Gottel,
en el Cementerio San Pedro.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
FABIO CARNEVALINI CAGLIERO
UN GARIBALDINO EN NICARAGUA
Roberto Sánchez Ramírez
“De buena inteligencia, con
un juicio reposado, emitía
casi siempre sus opiniones a
favor de la justicia y sin descender al insulto que su sano
corazón rehusaba”, publicó
La Gaceta del 2 de abril de
1896, en el obituario dedicado a don Fabio Carnevalini
Cagliero, fallecido el día 25
de marzo y de quien también se expresó que: “prestó importantes servicios a Nica-ragua, justo es, pues, que honremos su
memoria”.
Si partimos que su llegada a Nicaragua fue en abril de 1856,
tenemos que fueron 40 años de protagonismo de don Fabio en
nuestra vida nacional. Como profesor en León, polémico periodista, orador en todas las principales actividades sociales,
políticas y hasta en funerales, incluyendo candidato a Alcalde
de Managua, teniendo como oponente a José Santos Zelaya
López, para el período de 1883. En esa ocasión casi se baten
en duelo. Fue el inmigrante que más se destacó en su época.
Por referencia autobiográfica, sabemos que nació en Roma el
11 de enero de 1829. Fueron sus padres don Ángel Carnevalini
y doña Julia Cagliero, familiar de Cardenal Cagliero, el primer
Nuncio Apostólico que vino a Nicaragua, en 1913. Su padrino
fue el famoso escultor Tenneranni, autor de varias obras que
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están en la Villa Borghese, en Roma y que tuve oportunidad
de visitar en varias ocasiones, ignorando la relación con don
Fabio Carnevalini Cagliero.
Combatió desde muy joven por la libertad de Italia. Estuvo
en la proclamación de la República. Se enfrentó a los ejércitos europeos que llegaron a apoyar al Papa Pío IX y sufre la
derrota. El 17 de julio de 1853 tuvo que marcharse de Italia.
Pasó a Francia, luego a los Estados Unidos, hasta llegar a Nicaragua donde participó en la Guerra Nacional contra William
Walker. Es posible que en ese período recibió el grado militar
de teniente - coronel que conforme decreto del 7 de diciembre
de 1869 fue ascendido a coronel, según La Gaceta del 18 de
diciembre de 1869.
En 1857 se radica en León y se dedica a la enseñanza, impartiendo la materia de gramática latina. Compartió las aulas
con personalidades de la época, como Máximo Jerez Tellería,
Gregorio Juárez, Hemenegildo Zepeda, etc. Desde entonces es
conocido por sus actitudes anticlericales, pese que tuvo diversos cargos en los diferentes gobiernos conservadores, en especial del presidente Joaquín Zavala. Diez años residió en León,
período en el que contrajo matrimonio con la joven de origen
alemán, Virginia Lena, con quien procreó a Mistala, Alfredo,
Julia, Ángel, Clelia, Elvira, Virginia, Angélica y Lucila. Los
varones no dejaron descendencia y se perdió el apellido Carnevalini.
Don Fabio participó activamente de las polémicas surgidas
por la actitud reeleccionista del Presidente General Tomás
Martínez Guerrero. Es cuando también apoya las ideas conservadoras, difícil en un ambiente liberal como el de León.
En 1867, bajo la presidencia del General Fernando Guzmán
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Periodistas que iluminan nuestra historia
So-lórzano, es nombrado redactor de La Gaceta y traductor
oficial del gobierno, ambos cargos eran de mucho prestigio y
con-fianza por el acceso a los personajes y documentos oficiales. Es cuando estrecha amistad con otro destacado inmigrante
de origen alemán, don Enrique E. Gottel, fundador y director
de El Porvenir de Nicaragua.
En 1869, es nombrado Comandante de Corinto. En La Gaceta
del sábado 13 de noviembre aparece publicada una despedida
firmada por don Fabio, al renunciar como redactor del periódico oficial. Es interesante leer que durante tuvo el cargo se esforzó en “favorecer en cuanto me ha sido posible, los intereses
de Nicaragua i de Centro América, lo mismo que sostener los
principios liberales”. Agrega que “ser fiel al gobierno á quien
sirve, es el principal deber de un empleado”. Dice al final “He
sido el primer extranjero que ha tenido el honor de llevarle la
palabra del Supremo Gobierno. Este honor he sabido, apreciarlo en alto grado”.
En 1873 viajó a Italia. Ese mismo año, el 14 de septiembre,
aparece como directivo del Club Social de Managua junto con
don Federico Solórzano y el Lic. Pascual Fonseca, quien fue
Alcalde de la ciudad. El discurso principal lo pronunció el ex
- presidente, General Máximo Jerez Tellería. Asistió el presidente don Vicente Cuadra. En 1875 es el orador en el funeral
de Gottel, en enero en el cementerio San Pedro. Llegó a tener
una gran influencia en la administración del Presidente Joaquín Zavala, al extremo que se le señala de ser uno de los
causantes de la expulsión de los sacerdotes jesuitas, en junio
de 1881. Don Joaquín y don Fabio se emparentaron al casarse
los familiares de aquel, Juan María y César Solís Avilés con
Julia y Clelia Carnevalini.
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Desde antes de la muerte de Gottel en 1875, don Fabio se había
hecho cargo de El Porvenir de Nicaragua. Primero se imprimió
en Rivas, luego en el llamado Valle Gottel y con Carnevalini
pasó a Managua, contribuyendo al desarrollo del periodismo
nicaragüense con intelectuales como Anselmo H. Rivas, Rigoberto Cabezas Figueroa, Pedro Ortiz, José Dolores Gámez,
quienes motivaron y apoyaron a Rubén Darío. Tuvo don Fabio
cambios en su forma de pensar, en lo que nunca cambió y le
valió el respeto ciudadano fue en su honradez y rectitud. En
1887 fundó El Managüense, editado con su hijo Ángel.
En La Gaceta del jueves 14 de julio de 1887, se publica el
acuerdo por el que se aprueba el acta de Asociación de la Compañía Aguadora de Managua. Ante el Escribano de la República comparecieron Francisco Alfredo Pellas, natural de Italia y
vecino de San Juan del Norte, mayor de edad, comerciante;
General don Joaquín Zavala, don Pedro Rafael Cuadra, don
Santiago Morales, abogado de Rivas, don Enrique Guzmán,
don Gonzalo Espinoza, don Pablo Giusto, natural de Italia y
marino, don Fabio Carnevalini, don Alberto Suhr, originario
de Alemania e ingeniero mecánico. Era presidente don Evaristo Carazo y Francisco Padilla, ministro de Fomento.
Don Fabio hizo la primera traducción de “La guerra de Nicaragua”, escrito por William Walker. Impreso en 1884 en la
imprenta de “El Porvenir de Nicaragua”. La mayor parte de
su obra apareció en hojas sueltas que lamentablemente se han
perdido. Es en La Gaceta que se pueden leer sus escritos. No
queda nada de sus numerosos discursos. En 1885 asumió la dirección del periódico Jesús Hernández Somoza. Don Fabio es
nombrado director de la Imprenta Nacional. Uno de los mejores discursos que pronunció fue con motivo del IV Centenario
del descubrimiento de América.
–32–
Periodistas que iluminan nuestra historia
Don Fabio Carnevalini Cagliero fue pionero también para que
los inmigrantes italianos merecieran respeto y sobresalieran
en sus actividades económicas y sociales, formando conocidas
familias, entre ellos don Antonio Belli, don Francisco Alfredo
Pellas, Palazio, Frixione, Salerni, Mántica, Caligaris, Marenco, Parodi, Picasso, Rappaccioli, etc. Muchos de ellos, don
Fabio incluido, se nacionalizaron nicaragüenses y todavía sus
apellidos tienen bastante figuración. Hace falta un mayor estudio sobre esta generación de inmigrantes que junto con otros
de diferentes nacionalidades contribuyeron al progreso de Nicaragua. En el caso de don Fabio el estudio más completo lo
escribió otro italiano, Franco Cerutti.
Don Fabio Carnevalini Cagliero falleció en Managua el 25 de
marzo de 1896, fue sepultado en el cementerio San Pedro. El
gobierno y la sociedad nicaragüense le brindaron el merecido
homenaje. Según referencia la tumba está al lado sur, frente al
parque 11 de julio, lamentablemente el sitio no está ubicado.
Por decisión de la Alcaldía de Managua y las principales asociaciones de periodistas, el Día Internacional del Periodista
del año 2002 fue en memoria de don Fabio. Libro 0006. Pág.
Part. 0266.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
ANSELMO H. RIVAS:
INTELECTUAL DEL CONSERVATISMO DECIMONÓNICO
Jorge Eduardo Arellano
E
DITORIALISTA, hombre
público e historiador, nació
en Masaya -de padre mulato- el
3 de noviembre de 1826. Autodidacta, se formó en las bibliotecas granadinas de la época,
princi-palmente en las de Pedro
Chamo-rro y Pedro Rouhaud.
«Frecuenta las tertulias que se
forman en las casas ricas para
leer y co-mentar revistas y libros recién llegados», escribió
Carlos Cuadra Pasos. Y así animaba, con su charla y guitarra, a
los elementos de la fracción de la clase dominante ubicada en
Granada, a la que serviría intelectualmente desde su nombramiento de Jefe de Sección en el gobierno de Laureano Pineda.
En 1853 se le encomendó la redacción de la Gaceta y otro
cargo: Traductor oficial. En 1854 sufrió la muerte de su hermano Pedro, víctima de la guerra civil, y también la de su jefe
y rector de conducta política: Fruto Chamorro. En esa guerra
cae prisionero y es arrojado, con una barra asida a los pies, a
un calabozo; allí lo rescata por una suma de dinero el caballero italiano Santiago Peccorini y se lo lleva a El Salvador.
Dedicado al estudio en ese país, regresa en 1857 y trabaja en
la primera administración del General Tomás Martínez. Funda
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
ese año el semanario El Centroamericano y luego, en 1861,
otro: La Unión Nicaragüense; redacta la Gaceta y escribe discursos. Pero en 1862 se opone a la reelección de Martínez y
es enviado al destierro. Seis años pasa en Cartago, Costa Rica,
donde se entrega a la enseñanza y conoce a su futura esposa:
una alemanita a la que había conocido en sus años de San Juan
del Norte.
En 1867 se traslada a Managua, llamado por el Presidente Fernando Guzmán para ocupar un alto cargo y se transforma en
ese gobierno, y en los de Vicente Cuadra y Pedro Joaquín Chamorro en el Ministro por antonoma-sia; además del Ministerio de Guerra, Marina, Instrucción Pública y Obras Públicas
-que dirige por un tiempo- es el canciller de las tres administracio-nes, a cuyos pensamientos y resoluciones infunde su
expresión literaria. Nicaragua causa resentimiento al partido
del sacrificado general Guardia, de Costa Rica, que inquieta
al país con sus gestos dictatoriales. Pero don Anselmo, en la
cúspide de su carrera política, consigue que Guardia llegue a
Belén, Rivas, solucionando el conflicto. Igualmente, va a El
Salvador y salva al General Tomás Martínez, prisionero de los
partidarios de Barrios. Durante el período de Pedro Joaquín
Chamorro, lleva dignamente el caso Eisentuck-Leal- ante la
agresividad prepotente del imperio alemán- y, con el acceso
al poder de Joaquín Zavala, pierde su hegemonía política y
se realiza como escritor, periodista y parlamentario, representando en los tres campos a su partido conservador tradicional.
«El distanciamiento de don Anselmo en los últimos períodos
conservadores -escribe Carlos Cuadra Pasos- es amistoso con
Zavala, frío con Cárdenas y de franca oposición con Carazo
y con Sacasa». En 1880 restablece la circulación de El Centroame-ricano y cuatro años más tarde funda, con Rigober–36–
Periodistas que iluminan nuestra historia
to Cabezas, el Diario de Nicaragua que se convierte, al poco
tiempo, en El Diario Nicaragüense, durante varias décadas el
diario de mayor reputación literaria del país. En 1889 se opone, a la administración Sacasa y fue expulsado a Costa Rica.
Otra vez de regreso, con Zelaya en el poder, retoma la dirección de su diario para cuestionar ahora a la administración
liberal. Por ello es perseguido, y sucumbe con su órgano de
prensa. Retirado a impartir clases de literatura y francés en el
colegio de su hija Francisca Berta Rivas, facilita su imprenta
para la publicación de una hoja semanal que después aparece
diaria: El Periódico. A continuación, se empeña en traducir del
inglés y el francés, respectivamente, «De esclavo a catedrático» de Bucker T. Was-hington y -en prosa- «Cyrano de Bergerac» de Edmundo Rostand. Los jóvenes le rodean y escuchan
su palabra ilustrada, expansiva, amena. Fallece en Granada el
7 de mayo de 1904.
El más genuino representante intelectual del conservatismo
de los 30 años, Anselmo H. Rivas sostuvo esta posición en
los brillantes y serenos editoriales de El Diario Nicaragüense.
Como heredero de la tradición oral, expresó el mismo punto
de vista en su intento historiográfico Ojeada retrospectiva, serie de artículos sobre el desarrollo político nicaragüense en la
primera mitad del siglo XIX. Polemista combativo, se distinguió por su estilo castizo y elegante. «Admira -anota Carlos
Cuadra Pasos-, como resultado de la educación literaria clasicista que tuvo en su juventud, el hecho de que este hombre
tan vehemente, pueda, sin embargo, mante-ner en la discusión
sólo el uso de frases ponderadas... Tras el seudónimo practica
la sátira; pero su ironía es superficial y benévola y hasta risueña».
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Periodistas que iluminan nuestra historia
RIGOBERTO CABEZAS
Y SU VIGENCIA
Jorge Eduardo Arellano
E
n 1884 Y 1894, respectivamente, tuvieron
lugar dos hechos de indiscutible valor histórico: la fundación del primer diario y la
llamada «Reincorporación
de la Mosquitia». El uno de
carácter cultural y el otro de
índole político-militar. Pero
ambos protagonizados por
un solo hombre: Rigoberto Ca-bezas (1860-1896).
Nacido en Cartago, Costa Rica, su padre fue el nicaragüense
Diego Cabezas -hijo de un rivense y una masaya- y su madre
la costarricense Josefa Figueroa. Educado en su ciudad natal,
se distinguió muy pronto como lo que siempre fue: un combativo periodista. Por eso el Presidente Guardia de Costa Rica lo
deportó al penal de la isla San Lucas, en donde vivió unos meses hasta que su padre logró libertarlo. Entonces se marchó a
Nicaragua, gobernada por el doctor Adán Cárdenas, uno de los
presidentes progresistas del período de los «Treinta años».
A iniciativa de Cabezas, mientras se consolidaba el Estado
nacional, surgió la empresa que financiaría la primera expresión de nuestro diarismo: El Diario de Nicaragua. Aparecido
en Granada el primero de marzo de 1884 bajo la dirección de
Anselmo H. Rivas (1826-1904) Y de Rigoberto Cabezas, con
la separación de éste por razones políticas, se transformó -a
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
los cuatro meses- en El Diario Nicaragüense que, con las interrupciones de rigor, llegaría a editarse aún en la década de los
cincuenta del siglo XX.
Ambos, pues, resultaron los fundadores del periodismo nacional. Rivas, conservador y ecuánime; Cabezas, liberal y exaltado; mas los dos próceres intelectuales, a pesar de que Cabezas conspiraría frustradamente contra el Gobierno del doctor
Cárdenas, participando en el movimiento del 15 de agosto de
1884 y siendo expulsado el 7 de noviembre del mismo año. En
Guatemala, país gobernado por el dictador liberal Justo Rufino Barrios, ejercería de nuevo el periodismo fundando otro
diario: El Pueblo, de corta duración.
En el número 2 de ese órgano, que circuló el 26 de julio de
1885, Cabezas expresó uno de sus principios: el anti-militarismo. «Todo se resiente -escribía a los 25 años- con ese ejército,
representante genuino de la fuerza; resiente el erario público,
se resienten las instituciones republicanas... El cuartel ha sido
hasta hoy el receptáculo de todas ineptitudes, de todas las inercias, de todas las hambrientas desesperaciones». Y agregaba:
«Tiene mil y mil inconvenientes el militarismo; y es cierto
que es el alma del despotismo, y que con él se oprime impunemente».
Pensamientos como éstos, de contenido democrático y conformadores de una moral pública, abundan en sus artículos y ensayos, con los cuales podría completarse un volumen capaz de
ratificarlo como el escritor de primera calidad que fue; volumen que se debiera comenzar a formarse con los cinco folletos
que dio a luz. Mas él conciliaba la facilidad de la pluma y el
espíritu de aventura y acción. Vivió en México, Estados Unidos y Cuba. Romántico social, impartía charlas a operarios de
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Periodistas que iluminan nuestra historia
haciendas y a miembros de la Sociedad de Artesanos de Masaya, escenario de su historia sentimental con Josefa Plata.
Opositor al gobierno del doctor Roberto Sacasa, tomó partido
el 11 de julio de 1893 con el liberalismo de León y el capitalino de J. Santos Zelaya; de manera que tuvo amplia acogida
en el régimen del último, lo que le permitió ejecutar el acontecimiento más importante de nuestra Nación-Estado durante el
siglo XIX, después de la Guerra Nacional Anti-filibustera. Me
refiero a la consolidación de la soberanía nicaragüense en todo
el territorio, el cual fue un proceso remontado a los pioneros
del Atlántico y a la política de los últimos presidentes de los
«Treinta años», tuvo su momento significativo en la toma militar de Bluefields el 12 de febrero de 1894, su confrontación
directa en julio y el hecho culminante el 20 de noviembre del
mismo año.
En esa fecha, los delegados de la Asamblea Mosquita reconocieron –en una convención- la soberanía nicaragüense,
quedando <<bajo el amparo de la bandera de la República>>,
exentos del servicio militar, con derecho del voto y el ejercicio
de cargos públicos, la autonomía económica y la exención de
impuestos. Este mutuo reconocimiento fue obra del régimen
de Zelaya, pero se debe originalmente a la iniciativa de Rigoberto Cabezas y de Carlos Alberto Lacayo, al esfuerzo de José
Madriz y otras personalidades de la época.
En conclusión: la vigencia de Rigoberto Cabezas está a la vista: prócer -es decir, constructor- intelectual y político. Y también patriota a carta cabal, amigo de la verdad y practicante de
la honradez.
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BIOGRAFÍA DE RIGOBERTO CABEZAS
Ignacio Briones Torres
Originarios de Rivas y Masaya respectivamente, los esposos
Francisco Cabezas y Asunción Alvarado se instalaron en Rivas el año de 1835. De este matrimonio nació don Diego Cabezas quien posteriormente se trasladó a Cartago, Costa Rica,
en donde contrajo matrimonio con Josefa Figueroa.
Ahí en Cartago nació Rigoberto, hijo de Diego Cabezas y Josefa Figueroa, el 4 de agosto de 1860.
Su Fe de Bautismo indica que su nom-bre completo era Rigoberto Domingo de los Dolores.
Teniendo solamente 13 años de edad fundó una “sociedad secreta” al estilo de las Logias Masónicas de la época, denominada “Friendship”, redactando él mismo los estatutos cuyo
primer artículo establecía que quienes ingresaban a esa sociedad debían mirarse como her-manos.
En 1881, Rigoberto Cabezas se traslada a vivir a Guatemala.
Quienes le conocieron lo describen como un joven de “frente
amplia y despejada, con el cabello partido por el lado izquierdo; boca regular, nariz aguileña, ojos vivos y escruta-dores.
En Guatemala gobierna el general Justo Rufino Barrios, considerado un adalid de la Unión Centroamericana.
Rigoberto lee a Rosseau, Voltaire, Diderot; pero su ídolo es
Robespierre.
A finales de 1881 se traslada a El Salvador, y de ahí, en 1882
llega a Masaya. Desde esa ciudad escribe a don Anselmo H. Ri–42–
Periodistas que iluminan nuestra historia
vas proponiéndole la publicación de un periódico diario...”Un
periódico -dice- que eduque al pueblo, que estudie los múltiples problemas que se presentan en el país que informe de lo
bueno y lo malo que proceden los gobiernos, que haga oposición honesta y respuesta”.
Don Anselmo le da una respuesta favo-rable; pero confiesa
carecer de dinero para la empresa. Entonces Rigoberto se da
la tarea de obtener los fondos y da cima a su propósito. Tiene
24 años de edad. DIARIO DE NICARAGUA aparece por primera vez el 10. de marzo de 1884.
Pronto surgirían diferencias entre Rivas y Cabezas, especialmente motivadas por ciertos ataques que el segundo formula
en contra del ex-presidente Vicente Cuadra. Rigoberto explica
la situación en el último número del Diario, correspondiente
al 29 de junio de 1884.
Inmediatamente se da a la tarea de publicar otro periódico,
aunque no diario, que se llamó “La voz del Pueblo”. En este
periódico abre una dura pelea contra la administración del
doctor Adán Cárdenas, quien termina expulsándolo de Nicaragua/ El gobierno de Cárdenas hace publicar en “La Gaceta”
del 25 de octubre de 1884 los motivos de la expul-sión.
El 14 de diciembre de ese mismo año, Rigoberto escribe a don
Adán Cárdenas: “Mi expulsión fue un golpe dado a la libertad
de imprenta, porque como Nicaragua entera lo sabe, lo que se
que-ría conseguir era la desaparición absolu-ta del “Diario de
Nicaragua”.
Por su parte, don Anselmo H. Rivas ha decidido seguir con el
diario; pero le cambia el nombre, poniéndole El Diario Nicaragüense.
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
Del exilio guatemalteco, Rigoberto Cabezas es también expulsado a México por el gobierno del general Lisandro Barillas,
quien sucedió a Barrios en la presidencia.
De México, Cabezas viaja a Estados Unidos y luego a Cuba,
en donde hace amistad de manera especial con el escri-tor cubano José María Marchand.
Regresa a Nicaragua en 1887 y consa-gra su tiempo a la formación de una organización de obreros, a quienes dicta charlas sobre política, economía e histo-ria . A los obreros les dice:
“Ya es hora de despertar, de pensar, de adquirir con-ciencia de
vuestra fuerza, de tener un propósito y de ir adelante”...
En -1888 el país comienza a agitarse enfrentado al régimen de
Roberto Sacasa. Entretanto trata de dedicarse a la agricul-tura
y la ganadería, Rigoberto Cabezas conspira. Así transcurren
los años que van entre 1890 y 1893.
Convertido en Jefe revolucionario toma Boaco el 29 de abril
de 1893. Luego trata de apartarse a la vida privada; pero no lo
consigue.
Herido en Boaco es trasladado a Granada, donde convalece.
Su segundo al mando es el general Carlos Alegría, combatiente de San Jacinto.
El 11 de Julio de 1893, toma el poder el jefe liberal José Santos Zelaya. Este nom-bra al señor Carlos Alberto Lacayo como
Comisario de la Reserva Mosquitia en la Costa Atlántica. Lacayo acepta el nombra-miento condicionando su aceptación a
que Rigoberto Cabezas sea nombrado su Secretario.
Rigoberto es nombrado Inspector de Armas de la Costa, el 23
de octubre de 1893. El 20 de noviembre de ese mismo año
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Periodistas que iluminan nuestra historia
firma de decreto de reincorporación de la mosquitia, enfrentándose de inmediato a un ultimátum inglés.
En 1895 funda en la imprenta “Bluefields Menssenger” -”La
Gaceta del Norte”, que él mismo dirige. El periódico tiene
como lema: constitución, trabajo, probidad. Ese mismo año,
deja la Costa víctima de intrigas. Se instala en Masaya, retirándose de la política. Adquiere una pequeña finca a la que
nom-bra “El Aventino” Ahí contrae el tétano y muere el 21 de
agosto de 1896, a los 36 años de edad.
UN HISTÓRICO DISCURSO
El 22 de agosto de 1896, el Dr. Manuel Coronel Matus, periodista, diplomático y político pronunció un discurso en los
funerales del General Rigoberto Cabezas en Masaya, publicado por La Gaceta del 26 de agosto de 1896, No. 21, de la cual
tomamos el texto.
“El país está todavía bajo la impresión dolorosa que ha causado la prematura muerte del notable escritor distinguido patriota, ocurrida en Managua el 21 del corriente.
No nos detendremos a narrar los méritos sobresalientes del
señor Cabezas, porque son demasiados conocidos dentro y
fuera de Nicaragua y porque á continuación reproducimos el
discurso oficial pronunciado por el señor Doctor don Manuel
Coronel Matus, Ministro de Relaciones Exteriores é Instrucción Pública, en el entierro del ilustre difunto, discurso que
condensa las brillantes cualidades y altos merecimientos del
ciudadano cuya pérdida lamentamos.
Queremos sí consignar que el Gobierno ha reputado como
duelo nacional la muerte del General Cabezas, por los impor–45–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
tantes servicios que prestó a la Nación, en su calidad de Inspector General de la Costa Atlántica. Comisario y Gobernador
é Intendente, y porque en él cifraba todavía Nicaragua, muchas legítimas esperanzas. Ha muerto de treinta y seis años,
en pleno vigor físico, moral é intelectual, y ya había rendido
copiosa labor patriótica; era pues fundado esperar de él nuevos y más valiosos servicios.
El señor Presidente se hallaba en Granada, de paseo, cuando
fue avisado de la muerte del señor Cabezas, é inmediatamente
dispuso asistir con su Gabinete á los funerales, que estos se hiciesen de cuenta del Gobierno, y que los honores de ordenanza
los tributara su Guardia de Honor.
El 22 se trasladó el Presidente á la ciudad de Masaya; hizo con
sus Ministros la visita de pésame á la familia, y enseguida se
organizó la procesión fúnebre, en el orden siguiente: el féretro
llevado en hombros por los amigos del joven Cabezas, que
se disputaban la honra de conducirlo a la última morada; los
Secretarios de Estado, llevando los listones que pendían del
ataúd; el Presidente de la República y los familiares del esclarecido muerto, presidiendo el duelo; una numerosa y distinguida concurrencia á continuación; y cerrando la marcha, una
Compañía de la Guardia de Honor con el Pabellón enlutado, y
una pieza de artillería con su correspondiente escuadra.
Así desfiló el cortejo desde la casa mortuoria hasta la plaza de
armas, en uno de cuyos portales hubo necesidad de suspender
y disolver la procesión, por causa de la lluvia.
Presentamos el pésame a la familia del General Cabezas, en
nombre del Gobierno y de la Nación que representa, y en testimonio de ello enlutamos las columnas del Diario Oficial. Es
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Periodistas que iluminan nuestra historia
este también nuestro deber como periodistas, en recuerdo del
diarismo nicaragüense y del brillante escritor de pluma candente engarzada en piedras finas.
No queremos terminar estas pocas líneas sin hacer mención
de dos notas simpáticas en el cuadro lúgubre de la muerte de
Cabezas. Primera, el desinterés, solicitud y consagración con
que el Doctor Horacio Guzmán, Vice decano de la Facultad de
Medicina, disputó á la muerte su ilustre víctima. Segunda, el
interés que despertó en la sociedad de Masaya la enfermedad
y asistencia de Rigoberto Cabezas, no obstante el retraimiento
en éste que vivía, y la consternación general que causó su fallecimiento. Esto honra á Masaya, porque demuestra que sabe
apreciar el mérito y la virtud, y le rinde desinteresado culto”.
DISCURSO
Leído por el Doctor Manuel C. Matus, comisionado por el Poder
Ejecutivo, en los funerales del General Rigoberto Cabezas.
SEÑORES:
La patria por gratitud, el gobierno por deber vienen á honrar
la memoria del General Rigoberto Cabezas; y tócame á mí en
nombre de aquella y por comisión del segundo, hacer el elogio
fúnebre de este ciudadano eminente, que supo con su energía
y su talento ser el digno intérprete de la actual Administración
para devolver á Nicaragua una rica parte de su suelo, que es
emporio de comercio y puerta abierta sobre los mares para la
comunicación universal.
Pocas palabras bastan á lamentar la pérdida de ese carácter entero al que sólo pudo quebrantar la muerte; de esa inteligencia
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superior que brilló como un sol tropical desde los primeros
albores de la vida; de esa alma generosa que amó el deber y
sacrificó en aras de la libertad; de esa constancia que recorrió
todas las esferas del trabajo y no conoció los límites de la laboriosidad; de esa virtud, humilde en el hogar, tierna al reclamo de la madre, dócil a la voz paternal; pero altiva, soberbia y
ruda en presencia de los despotismos ó cuando contemplaban
la corrupción de las sociedades, la vileza de los hombres.
Su pluma fue azote, divino como el rayo, como él brillante y
aniquilador. Lucía como la fúlgida luz de las nubes preñadas
de electricidad; más hería siempre como el acero del ángel
esterminador colocado á la entrada de ese otro paraíso, el de
la verdad, la justicia, el derecho y la moral. Dar grandeza al
pensamiento, novedad á la forma, brillo á las frases, sonoridad
al lenguaje, ira á la al palabra, fecundidad al discurso y elocuencia al dicterio, era el don sobrenatural de Rigoberto Cabezas, escritor sin segundo en este género de la prensa política,
después de la muerte de Juan Montalvo. El ilustre ecuatoriano
heredó de Cicerón la pluma de las Catilinarias; Cabezas la heredó del autor de los Siete Tratados.
Desde niño se encaró con los tiranos y vibró sobre sus frente
la cólera de Dios. Por eso sufrió persecuciones sin cuento y
castigos sin nombre; pero ni las unas ni los otros fueron capaces de mellar el temple acerado de su espíritu, que se mostró
como el de José Mármol, Julio Arboleda, Ismael Cerna y otros
tantos hombres indomables, en horas de amarga prueba, sereno y fuerte para sobrellevar el martirio, sufrir la miseria y
soportar la cárcel y el destierro. Sólo no pudo el bronce de su
alma resistir al egoísmo social, á la abyección de los pueblos,
á las tramas de insecto de los mendaces, á los rencores de la
–48–
Periodistas que iluminan nuestra historia
envidia, á las mordeduras aleves de la calumnia; y por eso
muere apartado del bullicio del mundo, como un misántropo,
sin más hogar que el de sus padres, sin más sociedad que la del
campo, sin más amigos que sus libros, sin más religión que la
del trabajo, sin más ideal que el desengaño.
¡Pobre amigo! Fuiste un atleta para lucha por la libertad y dejas tu nombre como ejemplo á Centro América; fuiste valeroso
y enérgico para legarle á tu patria un pedazo de sus entrañas,
asociando tu nombre á un hecho culminante de su historia,
la Reincorporación de la Mosquitia; más no pudiste sobreponerte á la ola de las pasiones que te arrojó a la yerta playa
del aislamiento, en medio de la cual has caído en el sepulcro,
separado por la maledicencia de los que como yo te quisieron
y admiraron.
Poco son los hombres como Rigoberto Cabezas, y por esa herencia fatal de la humanidad, de que lo bueno acaba pronto,
perece en mitad de su carrera. De él podemos decir como un
poeta indio de América: “le anocheció en la mitad del día”.
Era de la raza de los fuertes. Aquella breve campaña de 1894,
en que derrotado improvisa en Ciudad Rama, una columna
á la que infunde su bravura y con la que hace por el río una
travesía inverosímil, toma por sorpresa El Bluff y por amago
á Bluefields, le vuelve acreedor al grado de General sin haber
sido soldado.
Pero sus verdaderas batallas las ganó en la prensa. Casi niño
flajela a un tirano y da comienzo á su vida de periodista, si
agitada, fecunda, de enseñanzas.
Recordemos que es el fundador del diarismo en Nicaragua,
cuando no tenía veinticinco años de edad.
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
En el cumplimiento de la ley divina que obliga al hombre á
regar la tierra con el sudor de su frente para comer el pan, tuvo
iguales, no tuvo superiores. Asiduo, infatigable, hizo con sus
propias manos toda clase de labores, sin desdeñar á veces ni
los instrumentos del artesano, ni el hacha del leñador, ni la
azada del labriego, la muerte misma lo ha sorprendido en humilde cortijo pastando ganado y recogiendo su leche.
Digno modelo para la juventud ese joven pobre que se ilustra
por su propio esfuerzo, que ama la libertad, padece y sufre por
ella, que mantiene alta la frente, rígido el carácter é irreprochable la conducta, y que muere entregado á las más modestas
faenas de la agricultura, como hijo amoroso, honrando la vejez de los padres, y como buen patriota, habiendo prestado á
Nicaragua servicios relevantes.
La patria enluta su bandera en la que luce hoy una estrella colocada por el ciudadano que lloramos; la prensa orlará de negro sus columnas por el escritor sobresaliente que ha perdido;
la amistad regará flores sobre la tumba temprana que se abre
ahora; el Gobierno tributa honores á la memoria del patriota y
nuestros anales los recogerán para recordarlo en la posteridad,
que es el galardón de los buenos.
Masaya, 22 de Agosto de 1896.
–50–
Periodistas que iluminan nuestra historia
JUAN RAMÓN AVILÉS
Y SU LEGITIMIDAD LIBERAL
Jorge Eduardo Arellano
S
i hubo un periodista que
mantendría, a lo largo de
su existencia, la legitimidad
de los principios liberales,
ese fue Juan Ramón Avilés.
Fiel a la causa de su partido,
desde joven abordó asuntos
históricos, sociales y económicos, influyendo notablemente en la opinión pública
del país. De ahí que se le haya reconocido como uno de los
más altos valores de su generación.
Nació en el barrio San Juan de Masaya el 7 de junio de 1886.
Estudió en su ciudad natal, donde hizo circular un periódico
manuscrito: «El alfiler». En 1905 pensaba editar una revista literaria y establecer una biblioteca pública. Pero no logra
sus propósitos y se dedica a diversos oficios como carpintería,
hojalatería y tipografía, sin reprimir sus impulsos literarios,
firmando versos y prosas con el seudónimo de El duque de
alba.
A los veinte años se traslada a Managua para empeñarse «en
la cimentación de la concordia, intelectual y sincera, de la juventud», como lo escribía a Rubén Darío e1 21 de enero de
1907. Y esa labor la realiza con la fundación de importantes
publicaciones periódicas: Letras (1914) y La Noticia ilustrada
(1915). Desde el primero de julio de este año hasta su muerte
–51–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
dirige La Noticia, diario que mantuvo la hegemonía -durante
varias décadas- en el periodismo nicaragüense.
Según su biógrafo Humberto Osorno Fonseca: «...de todas
partes le llegaban mensajes de felicitaciones por sus artículos;
en todas las ciudades y pueblos por donde pasaba lo saludaban con aplausos; era el invitado de honor de las fiestas de los
obreros; las muchachas bellas de la sociedad gustaban tener en
sus álbumes un pensamiento de oro y rosa con su autógrafo;
era también el más entusiasta amigo de los deportistas». En
un editorial, escribió Avilés:«Los primeros años de La Noticia
los consagramos a cooperar con la mayoría del pueblo a dos
objetivos determinados: liberar a la Patria de la intervención
militar extranjera y liberar al pueblo de la dominación de una
oligarquía reaccionaria que se conservaba en el poder contra
la voluntad en potencia de la mayoría por la complicidad de
esa intervención ...».
Liberal doctrinario, Juan Ramón Avilés justificó el pacto Stimson-Moncada e incomprendió la lucha de Sandino; pero no
dejó de expresar un franco pensamiento anti - intervencionista. Así lo refleja su ensayo «El caso de Nicaragua ante la conciencia de América», aparecido en Repertorio Americano (14
de Enero, 1928) de Joaquín García Monge, quien le tenía alta
estima intelectual. En cuanto a su labor de difusión cultural,
fue uno de los impulsores fundamentales de las promociones
modernistas durante las tres primeras décadas del siglo XX.
Como creador se le conoció calidades de prosista literario; incluso Rubén Darío, en El Viaje a Nicaragua, advirtió el decoro
bizarro de sus prosas.
«El desorden, la amenaza contra el ciudadano, la guerra desatada por la ambición, es lo que ha formado el cuadro en que
–52–
Periodistas que iluminan nuestra historia
la vida nicaragüense se ha movido. Y desde este punto de vista, el ciudadano debe luchar contra toda opresión, virilmente, hasta lograr que las libertades públicas sean consagradas,
porque mientras el despotismo no se elimine, no podrán organizarse las fuerzas ciudadanas para la nueva independencia».
Pero Avilés, al mismo tiempo, creía en otro deber: la defensa
de la patria en la paz, con el trabajo, la posesión y el cultivo
de la tierra. Sólo ellos, para él, eran «prenda de nacionalismo
y promesa de prosperidad».
Fundador en México del movimiento «Acción Iberoamericana», nacido para contrarrestar el panamericanismo que
promovían los Estados Unidos, Avilés fue testigo del interés
norteamericano por la explotación de nuestros recursos naturales y por la intervención misma. Pero aceptó su cooperación
para establecer en Nicaragua la paz y el sufragio, base de la
democracia. Finalmente, Juan Ramón Avilés resumió su pensamiento en estas líneas:«Para acometer la obra de libertad
de la patria tenemos antes que lograr la libertad individual y
para la soberanía nacional lograr antes la garantía humana». Y
Osorno Fonseca afirmó: «No se hizo rico, pero tampoco vivía
pobre, así tenían que ser las cosas, porque su alma, su trabajo y
su dinero los había consagrado para el culto del liberalismo».
–53–
Periodistas que iluminan nuestra historia
GABRY RIVAS: PERIODISTA
NATO Y REPRESENTATIVO
Jorge Eduardo Arellano
PERIODISTA nato, Gabry Rivas encarnó el tipo
aventurero y picaresco del
nicaragüense: listo, ávido e
inteligente, dispuesto a emprender iniciativas osadas.
En 1910 editó el periódico
manuscrito Si te pica y luego El Quetzal, ya impresos,
ambos en Chinandega, donde había nacido el 31 de enero de 1890. Estudió en el colegio
del cubano José María Izaguirre de Managua y en el Instituto
Nacional de Occidente, sin llegar a bachillerarse; no obstante,
obtuvo una beca para estudiar en Chile.
Allí, en compañía de otros nicaragüenses, practicó la inevitable bohemia, conoció a Vicente Huidobro (fundador de la
corriente poética de vanguardia: el creacionismo) y preparó un
libro de versos: Sobre el sendero. Trabajó, al mismo tiempo,
de reportero y cronista social. Pero se trasladó a California,
donde fundó periódico. En Nicaragua, ya de regreso, participó
activamente en las filas más tradicionales de su partido, ocupó
una silla en el Congreso Nacional y luchó en la prensa, con
excepcional energía, por la causa del mismo.
E1 2 de marzo de 1926 fundó La Prensa con Pedro Joaquín
Chamorro Zelaya y Pedro Belli. Luego fue nombrado cónsul
de Nicaragua en Buenos Aires. A su retorno, fue procesado
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
por un acto político que protagonizó el 28 de agosto de 1925,
permaneciendo 70 días en la Penitenciaría de Managua; condena que le fijó la Corte de Apelaciones de Granada. Salió
libre, pues, el 5 de julio de 1928. Por mantener su beligerante
actitud conservadora, fue expulsado con otros opositores en
octubre de 1929, habiendo llegado a la Bahía de San Francisco
con el fin de residir en los Estados Unidos.
Desde entonces, data su ingreso al cine en Hollywood que
comprendió su participación en más de diez películas, interpretando papeles secundarios como empleado de hotel, chofer
y preso. Al respecto, dejó escrito que en su entrevista con el
productor cinematográfico que le dio trabajo, éste le preguntó
si tenía experiencia como actor. «Mucha» -le respondió Gabry
con aplomo-. «¿Dónde?» -le replicó el magnate-. «En Nicaragua. Fui diputado durante tres legislaturas», terminó de desarmarlo el «nica» obteniendo una sonora carcajada de su nuevo
patrón.
En 1932, ya en Managua, fundó el diario La Nueva Prensa que
dirigió durante 19 años, desempeñando una importante labor
periodística y consolidándose como una de las personalidades
gestoras de opinión pública. Esa labor incluyó la edición en
los 40 de un semanario humorístico que hizo época y no ha
sido aún superado (Los Lunes de la Nueva Prensa), por contar
con el equipo más brillante que hemos tenido en el siglo, encabezado por su hermano Gonzalo Rivas Novoa (GRN), Joaquín
Pasos, el caricaturista Toño López, José Francisco Borgen y
Manolo Cuadra.
Pese a sus oscilaciones políticas en relación con el dictador
Anastasio Somoza García, se convirtió en uno de los periodistas más representativos. Pero, por dificultades económicas,
–56–
Periodistas que iluminan nuestra historia
tuvo que vender La Nueva Prensa al Partido Liberal Nacionalista y obtener el nombramiento para ejercer un segundo consulado en México. En el Distrito Federal estuvo dos años.
Enseguida retornó al periodismo, pero no al escrito sino al
radial, fundando en Chinandega la Radio Panamericana. Para
entonces, la lucidez y el dinamismo de su talento lo utilizaría
únicamente -ya trasladado a Managua- para el florilegio ocasional en sus programas radiales y los actos en que aparecía
como maestro de ceremonias.
El Gabry de los recuerdos y viajes revividos en amena prosa
íntima, el polémico y combativo, el comentarista penetrante
de situaciones nacio-nales, el recreador de su propia y cercana
realidad había desaparecido. Y sólo quedaba salvado, literariamente, en dos series unitarias: los artículos de 1942 a raíz
de un viaje a México para tratarse unos pólipos en la cuerdas
vocales y los comentarios de su único libro publicado: El Sermón de la montaña (1945).
Los textos anteriores reducen la personalidad de Gabry Rivas,
falle-cido en 1969 mientras ocupaba el consulado de Nicaragua en Bélgica, cuyo desprendimiento humano opacó sus
miserias también humanas y cuya generosidad hizo de él un
amigo insustituible, de acuerdo al unánime testimonio de sus
colegas.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
JOSÉ FRANCISCO BORGEN:
UNA VIDA A LA ORILLA DE LA
HISTORIA
Jorge Eduardo Arellano
L
a mayoría de los hombres pasamos a la orilla de la historia, pero algunos tienen el privilegio
de hacerla y otros de revivir sus propias existencias
inmersas en ella. Este fue
el caso de José Francisco Borgen, un periodista
caballeroso y de estatura
moral, que logró en sus últimos años escribir y publicar sus memorias.
Chepe Chico -hipocorístico con que se le trataba cariñosamente-- nació en Masaya el 19 de marzo de 1909. Estudió con los
hermanos de las Escuelas Cristianas en la Escuela Graduada
No. 1 que regentaban junto al Instituto Pedagógico de Managua. Mas su verdadera escuela fue la vida intelectual y bohemia de la capital de Nicaragua entre finales de los años 20 y
principios de los 30.
A raíz del terremoto de Managua en 1931, trabajaba en el diario La Nación, dirigido por Leonardo Montalbán, como corrector de pruebas y cronista de béisbol. Luego edita con Víctor Velarde La Semana y, más tarde, colabora en «Los Lunes
de La Nueva Prensa», donde mantuvo secciones permanentes:
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
«Historia de Nicaragua relatada a los chavalos nicaragüenses»
y «Clínica de las musas».
También, entre otros diarios, laboró en La Estrella de Nicaragua y en una emisora: La voz de la América Central. En 1941
editó el folleto Rubén Darío: radio-charlas para el pueblo.
Para Pablo Antonio Cuadra, Chepe Chico fue «un larguísimo
diálogo de kilómetros y kilómetros de amistad: encuentros
con uno de los pioneros de la radio, tertulias juveniles con un
inquieto lector de literatura nueva, con un humorista, con el
compañero de bohemia de Manolo Cuadra, con el amigo de
Joaquín Pasos y de Toño López, con el comentador, con el
gustador y, no pocas veces, excitado por la amistad y el licor,
con el recitador de la voz reposada y sonora que reza para los
amigos aquellos poemas de vanguardia».
En 1954 se incorpora a La Prensa, encargándose de la página editorial que tamiza, equilibra y controla, convirtiéndose
-desde entonces- en la tribuna y el baluarte más importante
del periodismo nacional. Al mismo tiempo, crea una sección
de «Ayuda al necesitado» que en 1956 le mereció el premio
«Margenthaler» y mantendría durante varias décadas. Miembro del consejo editorial de La Prensa, falleció en Managua el
11 de abril de 1982.
A José Francisco Borgen, sin embargo, no le bastó la lucha
diaria del cronista ni ejercitar tanto su fino instinto poético
como su pasión por la música. Y decidió dejar testimonio autobiográfico: Una vida a la orilla de la historia que dejó de ser
pasado para convertirse en perdurable presente.
Sobre esta obra anotó Fidel Coloma: «no todo es crónica política en este libro singular. También está la pequeña historia, la
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Periodistas que iluminan nuestra historia
del tiempo largo. Ahí está su prolífica familia, que se proyecta
en la figura admirable de don Max Borgen. Allí esas costumbres provincianas de la capital, de pasear a caballo, de hacerle
la visita a la novia, de cultivar músicas en tertulias, de celebrar cumpleaños. Allí las costumbres populares, sobre todo de
Masaya, otro de los grandes amores de Chepe Chico. Tiene
unas páginas de antología, equiparables a la que José Coronel
Urtecho dedica a las comidas nicaragüenses».
Y su colega Mario Alfaro Alvarado comentó: «Chepe Chico
nos ofrece una visión viva, palpitante, del pasado inmediato,
de lo que él vio y observó. Experiencias que hace llegar al
lector con palabra fluida y prosa elegante, como un maestro
de la palabra escrita; como verdadera testitura a nivel de entusiasmo, que a veces es inspiración y a veces nostalgia; pero
siempre pensamiento lozano, narración honesta de los hechos,
evocación emocional que toca el alma». Es decir, un testimonio propio de hombre cordial que siempre fue José Francisco
Borgen.
–61–
Periodistas que iluminan nuestra historia
BIOGRAFÍA DE LEONARDO
LACAYO OCAMPO MAESTRO Y
FORJADOR DE PERIODISTAS
N
acido el 3 de enero de
1908 en la ciudad de
León, Nicaragua. Sus padres fueron Manuel Jerónimo Lacayo Balladares y
Carmen Ocampo Rojas.
Casado con Ofelia Escobar
Zuniga. Sus hijos son Sofía,
Leonardo, Paulo Emilio,
Lucrecia, Rafael y Ofelia.
Antes de laborar en Nicaragua había sido corresponsal en Chicago, Illinois de el “Grafico
de Managua” y colaborador de “Noticia Mundial” un semanario editado en español en esa misma ciudad en 1927.
Comenzó a trabajar como redactor deportivo de “La Prensa”
de Managua el 23 de marzo de 1931, iniciando en el periodismo nacional con una pagina diaria de deportes donde escribía
bajo el seudónimo de “DON”. Después de esas columnas fue
él quien bautizo al Boer con el nombre de los “Indios”. Después fue columnista de ese mismo periódico, estableciendo la
columna “Al Compás de la Hora”, que se publico en primera
pagina hasta diciembre de 1939.
El primero de enero de 1940 fundó como Jefe de Redacción,
junto con Alejandro Bermúdez hijo y Adolfo Altamirano
Browne, propietario del diario “La Estrella de Nicaragua” .
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
En 1942 entro a formar parte del cuerpo de Redacción de “La
Flecha” donde fue después sub-director y columnista.
En 1946 volvió como subdirector de la “Estrella de Nicaragua”, hasta 1949, cuando entro en igual cargo a “Novedades”
el primero de febrero de 1949. También trabajó para el diario
“La Noticia”,
Fue también columnista de “Los Lunes de La Nueva Prensa”
y colaborador activo en el diario del mismo nombre dirigido
por Gabry Rivas y colaborador en diversos periódicos durante
muchos años.
Asistió a varios congresos de La Sociedad Interamericana de
Prensa y El Congreso de Redactores Deportivos durante los
años 40. Cubrió como redactor deportivo las Olimpiadas de
San Salvador en 1935 y Panamá en 1938, así como la Serie
Mundial de Baseball Amateur efectuada en Caracas en 1944.
Fue el primer periodista que le dio la vuelta al mundo visitando China y Cuba en la época turbulenta de 1956, entrevistándose con varias personalidades y recibiendo varias condecoraciones. Fue condecorado por el Gobierno del Brasil, Orden
Estado del Sur de periodismo, con la orden Eloy Alfaro de
Ecuador, de la Cruz Roja de Cuba y de la dirección de deportes de la Republica Dominicana.
Escribió el libro “Alas de Emocion” en 1962 donde colecciono sus crónicas sobre el viaje alrededor del mundo.
Fue columnista del diario “New York en Español” y fundó
varios rotativos de Nicaragua. Fungió como Vice-Cónsul de
Nicaragua en Los Ángeles, California y Nueva York, en los
años 50.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
Trabajo primero para International News Service (INS), compañía que luego paso a United Press, convirtiéndose en United
Press Internacional donde fue corresponsal durante 35 años.
Fue catedrático de la Universidad Nacional de Nicaragua
(UNAN),donde fue profesor de varios periodistas como Angelita Saballos, Alvaro Montoya, Bayardo Arce, William Montiel y Peña, Thelma Nidia Guerrero, Eligio Alvarez, Esperanza
Bermúdez, Mario Fulvio Espinoza, Emigdio Suarez, Agustín
Fuentes, Juan Maltez, Filadelfo Martínez, Trinidad Vásquez
Chinchilla, El “teacher” Bonilla y muchos buenos periodistas.
También fue maestro de los Talleres de Periodismo que estuvo
situado del antigua Teatro Salazar media cuadra arriba.
Lacayo Ocampo fue el primer periodista que utilizó una rotativa en Nicaragua, lo mismo que el teletipo y radio foto en UPI.
En 1955 fue el primero en transmitir el servicio de noticias
por televisión y por radio el baseball de las grandes ligas de
los Estados Unidos.
También tuvo destacada actuación en la guerra de los Sandinistas y la Guardia Nacional. El alto ejecutivo de la UPI le
reconoció con mención especial. Fue también reportero de la
toma del Palacio Nacional en 1978. Creó las “Notas de Interés
Humanos” transmitidas por Radio Mil.
Hasta el año 1985 fue corresponsal de la United Press Internacional (UPI) donde pasó a retiro por jubilación, siendo sustituido por su colega periodista Oswaldo Bonilla.
En 1980 le fue amputada una pierna por diabetes y desde su
silla de ruedas continuó escribiendo y destacándose como un
decano del periodismo.
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
Durante 64 años se destaco como un periodista de alta ética
profesional. Lacayo Ocampo repetía: “El periodista es como
el lente de una cámara que capta lo que tiene que dar, la información es totalmente objetiva”.
El gran periodista, profesor de generaciones recibió el honor
de haber sido declarado un año; “El mejor profesor de la Escuela de Periodismo” y recordaba con suma satisfacción la
promoción que le dedico un grupo de estudiantes de periodismo, el diploma siempre lo conservó y exhibió con mucho
orgullo. Ya en su retiro forzado el maestro siempre meditaba
sobre lo que es la Libertad de Expresión, decía: “Esta no es
una gracia sino un derecho inalienable del pueblo”. “La Libertad de Expresión no es para alcahuetear a los gobiernos sino
para decides la verdad”, enseñaba el maestro.
Lacayo acampo siempre lucho contra la hora del cierre incluso el cierre de la propia vida. “No sabemos cuando llegara la
hora del cierre. Esa ultima edición que es cuando se apaga
la vida”. “La vida de un periodista esta ciertamente llena de
sorpresas, emociones e inquietudes”. “Nos mantenemos en la
batalla. Nos imaginamos ser un extraño domador de olas que
salta encima de una tabla, que flota contra la rompiente y desliza, zigzagueando de tumbo en tumbo con una sola pierna en
la cresta de la ola”.
Padre ejemplar, hombre valiente, único y maestro de muchos, que
inspirado siempre por su familia lucho por la vida y anheló dejar
un legado imborrable en los corazones de los que lo conocieron
así como fueron sus inquietudes en el campo de las letras.
Falleció el primero de Octubre de 1991.
–66–
Periodistas que iluminan nuestra historia
SALOMÓN BARAHONA LÓPEZ
(CHILO)
Mario Barahona
S
alomón Barahona López, (CHILO): periodista, escritor, artista, bohemio
y sobre todo caricaturista,
fue el menor de cuatro hijos: del matrimonio de doña
Adelaida López Espinoza
oriunda de Managua y don
Cecilio Barahona Brenes, de
Diriamba. Se casó con doña
Zoila Portocarrero y fue padre de 11 hijos.
“Chilo” como se le conoció popularmente por ser hijo de Cecilio (Chilo), nació en el viejo barrio de San Sebastián de Managua el 21 de Diciembre de 1904.Su formación educativa la
tuvo en el colegio de los Hermanos Cristianos de la Salle y
desde temprana edad manifestó vocación por el dibujo artístico que lo condujo a su consagración como uno de los caricaturistas más grandes de su época en Nicaragua y América
Latina.
El don de la caricatura lo manifestó de temprana edad, pues
desde pequeño le gustaba observar los rasgos característicos
de las personas para dibujarlos en forma caricaturesca. Una
vez, en el colegio se vio en problemas de disciplina con un
hermano cristiano, profesor suyo, porque una caricatura que
le hizo despertó el hazmerreír de sus compañeros de clase y el
–67–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
inesperado resentimiento del maestro.
En 1921, a los 17 años, “Chilo” publica sus primeras caricaturas en el periodiquito “El Field” de Santos Ramírez. En 1922,
el poeta Salvador Ruiz Morales lo llama a trabajar como caricaturista en la revista Los Domingos y posteriormente La Dirección del diario La Noticia lo invita a quedarse trabajando
como caricaturista de planta y posteriormente como reportero
de ese prestigioso rotativo.
Al respecto “Chilo” recordaba esa experiencia diciendo: “En
mayo de 1925 don Ángel Maria Pérez y don Horacio E. Pérez,
Gerente y Administrador respectivamente del diario “La Noticia”, en ese tiempo, me dejaron como caricaturista de planta
de ese diario, ganando cuarenta córdobas(oro en ese tiempo)
con derecho a trabajos particulares. En esa época empezamos
publicando una caricatura dominical, depues jueves y domingo, hasta que establecimos la caricatura diaria, mas o menos
en 1932 (1)... “Por esa época publiqué varios libros de caricatura Eso fue por allá por los años 30. Escribí sobre la historia
de la caricatura en Nicaragua y la Historia de la Ciudad de
Managua”.(2)
Posteriormente, junto con su hermano Ernesto, que también era
periodista, publicó la revista Pantalla, y en ella publicaba cari(1)
Salomón Barahona, Historia de la Caricatura en Nicaragua , Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación. Pág. 75, Febrero- Abril, 1989. Biblioteca Armando
Joya Guillén.
(2)
pinceladas de la vieja Managua, Revista el País, Pág. 28,
año III No. 27
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Periodistas que iluminan nuestra historia
caturas de temas variados. Esa revista pronto fue cerrada por el
gobierno por sus posiciones combativas en contra del fascismo
y de la dictadura del gobierno de Anastasio Somoza García.
El origen de “Panchito y la Rana”
“Chilo” y el director del Diario La Noticia, Juan Ramón Aviles
estaban interesados en la creación de un personaje caricaturesco que encarnara el pensamiento y la opinión del nicaragüense
popular, para poner en él los comentarios críticos humorísticos
del acontecer nacional e internacional y fue así que “Chilo” se
inspiró en la precocidad y fisonomía de un muchachito de
diez años de nombre Emigdio Mendoza que al parecer era una
especie de Mafalda de Quino y el nombre de “Panchito” lo
tomó del personaje popular «Panchito Managua», que había
hecho historia en la ciudad capital.
Posteriormente surgió el deseo de tener una pareja femenina
para que actuara con “Panchito” y la idea del nombre le llegó
del dicho popular “picar la rana” y de una anécdota del humor
popular que le ocurrió al propio “Chilo” en una fiesta en que
sacó a bailar a una muchacha que cargaba el mote familiar de
«las ranas», por lo cual los observadores de la calle riendo le
gritaron que estaban bailando «Panchito y la Rana.»
Así surgieron de “Chilo” y del humor popular esos celebres
personajes de la caricatura nicaragüense que por 42 años, fueron la referencia de la noticia de interés del periodismo nicaragüense y los que marcaron la trascendencia popular de
Salomón Barahona López.
“Chilo” continuó trabajando en la Noticia después de la muerte de Juan Ramón Aviles hasta que el Dr. Leopoldo Navarro
–69–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
asumió el control de dicho diario y se puso a trabajar en su
Editorial Chilo donde para cada Semana Santa editaba su periodiquito El Testamento de Judas.
La versatilidad de su personalidad
Caricaturista, artista, escritor, historiador y bohemio
Como caricaturista Chilo se distinguió por su gran habilidad
de dibujante del rasgo esencial de la forma, de la simpleza vigorosa de la línea que define el carácter, la expresión, el alma
y la fisonomía del personaje que es evidenciado en lo mas
sobresaliente de su ser.
La caricatura de Salomón Barahona era breve, rápida, fina,
picante, incisiva, aguda, sin caer en la vulgaridad o la irreverencia. En toda su obra se imponía el mensaje de denuncia
en la forma desolada o desnuda, dicho en pocas palabras, o el
“santo y seña” mudo incisivo, al mejor estilo chaplinesco. Al
respecto el poeta Gullermo Rothschuh Tablada dice: “Los
breves editoriales de Juan Ramón Aviles incomodaban al dictador que lo ha mandado a espiar y a matar. Pero le incomodaban más las fisgas cotidianas de “Panchito y la Rana”
De su gran habilidad para captar de primera impresión los rasgos característicos de sus personajes, vale destacar el articulo
del redactor de la Noticia en Corinto, Rigoberto Gutierrez a
propósito de como hizo “Chilo” la caricatura del Comandante
del Buque americano “Denver”, Capitán Wyman.
De sus obras de caricaturas se tiene toda la colección de los
KariKatos de Panchito y la Rana que produjo durante mas de
42 años, los libros: PERSONAJES NICARAGÜENSE, publicado en 1955 y REUNIÓN DE PRESIDENTES EN PANA–70–
Periodistas que iluminan nuestra historia
MA que fue publicado en Managua un año después. También
escribió el ensayo HISTORIA DELA CARICATURA EN NICARAGUA.
Como artista “Chilo” fue un excelente grabador en madera,
antes del fotograbado sus “Karikatos” los grababa con buril
en madera de madroño y de sus creaciones magistrales, el museo del arte latinoamericano de Washigton tiene una muestra
del personaje “la vaquita” de nuestro folklore..
También practicaba el dibujo artístico y en los años 60, en
compañía de sus amigos pintores Ernesto Brown, Munkelito,
Pérez Carrillo, Fernando Saravia, Anibal Garcia, César Caracas y otros, tenía un estudio llamado “Eda Prím” ubicado
en el segundo piso del edificio de la Farmacia Managua, de
la vieja Managua. Ese mismo estudio le sirvió de aula a los
alumnos de la Escuela de Arquitectura de la UNAN para sus
clases de dibujo de modelos vivos.
A inicio de los años 50, en ocasión del primer centenario de
ser Managua capital de la República Incursionó como historiador de dicha ciudad, haciendo el libro HISTORIA DE MANAGUA, con la colaboración del periodista Cesar Vivas R.
Perteneció al circulo de notables que la Alcaldía de Managua
conformó en los años 80 como Asociación de Historiadores
de Managua.
En su vida social y hasta una edad muy avanzada cultivó la
tertulia intelectual y bohemia, tanto con sus colegas, como con
poetas, escritores, escultores, pintores, y músicos. De esos grupos podemos recordar a Manolo Cuadra, Cesar Vivas,Ernesto
Brown, Rodofo Arana Sandigo, Juan Aburto, Francisco Gurdian, Emilio Quintana, Nieve Andino, Edith Grón, Fernando
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
Saravia, Fernando García «Duende Rojo», el maestro Luis A.
Delgadillo, Emilio Rothschuh, Lolita Soriano, Julián N. Guerrero, Chabelita Palacios y otros. En esos círculos destacaba
además de su amenidad de palabra, su caballerosidad con las
damas, y sus cualidades para preparar comidas y bebidas espirituosas, siendo famoso su original y refinado cóctel o asados
de criadillas o huevos de toro y sus tragos de aguardiente, curados con hollejo de naranja dulce y ciruela.
Como gran gourmet de la comida típica nicaragüense era un
buen conocedor de los restaurantes, comiderías, bares y cantinas mas famosos de la Managua de sus tiempos y en las entrevistas que como leyenda de la Managua del siglo pasado
le hacían los periodistas del presente él recordaba: “Existia
la costumbre de que después de las grandes fiestas sociales
o particulares la gente iba a comer nacatamales donde « las
Pijonas ». La mesa era la acera y ahí se sentaban a devorar
el apetecible y siempre deseado bocado.”... después vinieron
otros restaurantes famosos como el de la « Chumila »... ¡Ahí
si que se comía bien! Estaba también el restaurante de Pedro
« tuco»... servía muy buenas bocas. Las patitas de chancho
que ofrecía Mario «Patón» eran tan suaves y gelatinosas que
se les desbarataban a uno en la boca La mondonguería de la «
Romualda » siempre estaba llena, si querías consumir un buen
mondongo, ella era la mejor opción”
Por su prestigio internacional, en 1957 fue seleccionado por
el gobierno de Los Estados Unidos de América como uno de
los siete mejores caricaturistas de América Latina para hacer
un recorrido de honor por los Estados de los Estados Unidos
de Norte América, y tener un intercambiar de experiencias
con los más notables dibujantes ( Cartoonistas) incluyendo a
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Periodistas que iluminan nuestra historia
los de los estudios de Walt Disney y fue recibido en audiencia
especial en el Departamento de Estado de ese país. La caricatura que en esa ocasión le hizo al presidente de turno, Dwight
Eisenhower, hizo merito par ser publicada en uno de los diarios mas prestigiados de Washigton.
Fue directivo, miembro fundador, de la Asociación de Reporteros de Managua y uno de los principales promotores de las
famosas Veladas de Los Chicos de La Prensa que anualmente
organizaban los miembros de dicha asociación.
Nadador tiscapero y reverente de la naturaleza
Por su trabajo como periodista y sobre todo por la gran aceptación social y política que tenían las caricaturas de Panchito
y la Rana, Salomón Barahona fue un hombre muy popular y
conocido en todo el país.
Por la proximidad de su local de trabajo con los mercado Central, San Miguel y Oriental, “Chilo” era un marchante muy
conocido por todas las vendedoras de los mercados y de igual
manera ocurría con las lavanderas de Tiscapa porque él fue
un asiduo nadador de esa laguna hasta la edad de 90 años que
dejó de llegar por los altos niveles de contaminación que tenia
dicha lugar. A Tiscapa bajaba todas las mañanas acompañado
de su perro y el grupo de amigos del club de Las Ranas de regreso a su morada siempre llegaba con flores silvestres como
el Cuasquito, la Capanilla de color azul violeta, y el Jalacate
que cortaba en la Laguna para ponerlas de adorno en los floreros de su casa de Sajonia. “Chilo” era un fiel defensor de la
Laguna y siempre protestó por el despale de sus laderas y por
la contaminación de sus aguas
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
De joven también nadaba en el lago Xolotlán y siempre lamento públicamente su contaminación por las descargas de las
aguas negras y la industria de la zona costera de la ciudad.
Fue un buen conocedor de la flora y fauna de la región y sobre
todo de la botánica medicinal a la que recurría en muchas ocasiones para tratarse de algunas dolencias de su salud, que por
cierto siempre fue muy buena. El afirmaba que los médicos
eran mata sanos y que par estar sano había que hacer ejercicios, porque la función hace al órgano saludable. Su amor por
la naturaleza la cultivo desde niño en las Sierras de Managua
donde él llegaba a pasar vacaciones a la finca de una tía.
Reconocimientos y otras actividades
Medalla de Oro Guardia de Honor Rubén Darío,
Medalla de Oro de reconocimiento a su labor pública impuesta por un circulo de amigos en ocasión de un homenaje
Nacional de que fue objeto,
Miembro fundador de la Asociación de Artistas y Escritores
de Nicaragua,
Profesor de caricatura de la primera Escuela de Periodismo de
Managua que dirigió el Doctor Alfonso,
Medalla de oro Ciudadano del Siglo de Managua,
Autor de los «TESTAMENTOS DE JUDAS» que circulaban
como periódico en Semana Santa atacando la Dictadura de los
Somoza
–74–
Periodistas que iluminan nuestra historia
Fallecimiento
“Chilo” murió de viejo un 27 de Mayo del 2001 a la edad de
96 años, sus restos descansan en el Cementerio General de
Managua y en su lapida le acompaña una caricatura de «Panchito y la Rana»poniéndole una ofrenda floral en su tumba.
A su entierro llegaron personas de todos los sectores sociales
incluyendo gente humilde del pueblo y alguno que otro manifestó que leyendo a «Panchito y la Rana » había aprendido
a leer.
–75–
Periodistas que iluminan nuestra historia
GAM FUE UNA GACELA DEL
TRABAJO
Por Gustavo A. Montalván
Ramírez
D
on Gustavo Adolfo
Montalván Mejía, nació para vivir fuertes emociones inspirado en la velocidad
del quehacer en las cosas, del
amor al trabajo y la vida.
Su padre, don Juan Montalván, originario de Masaya,
fue un caballero de recia figura; su madre, doña Gregoria Mejía, fue una india bonita que bajó de los cafetales de Diriamba,
y se vino a vivir para siempre a la capital, Managua.
Oriundo de la ciudad de las flores, Masaya, su fecha natal la
marcó el calendario un 23 de agosto de 1922, y desde entonces
con el uso de razón, se propuso imponer marcas, lograr metas
y vencer obstáculos.
Junto a su madre, “Goyita”, el niño Gustavito creció y se creó
en casa de don Marcial Solís, quien lo matriculó en el Instituto Monseñor Lezcano, centro escolar para niños de padres de
pobres recursos económicos.
Guardó la fe en Dios, que le dio fortaleza para sí mismo y
suficiente cariño para amar a su prójimo, hasta la hora de su
muerte, un 17 de julio de 1985, día que se festejaba en Nicaragua, el “Día de la Alegría”, a la una de la tarde.
–77–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
Su naturaleza humana le concedió el privilegio de la memoria
para la captación de conocimientos, lo cual le valió el don
polifacético del humanismo científico, apasionado de las ciencias sociales, y convirtiéndose a la vez en un amante del deporte de la vida.
Es dificil resumir aquí la historia de un campeón de los ejercicios de juventud. Hay seres que vienen a existir en los parámetros del tiempo, capacitados a resolver problemas naturales
y espirituales, predestinados a ser paradigmas de la sociedad
y del mundo.
Entre uno de esos seres connotados se clasificó con buen suceso GAM, que responden a sus siglas de nombre y apellidos
propios, que son patronímico de las generaciones presentes en
el arranque de este tercer milenio.
El goce de su vida plena la desenvolvió en las décadas de los
30, 40 Y 50 del siglo XX. Su maestría la ejerció a mitad de
siglo hasta el fin de su vida. Su humanismo se opuso en la
práctica a la aberración de Hitler, y los efectos de la Segunda
Guerra Mundial.
Su rostro mestizo y de bien parecido, atrajo las miradas de
lindas jovencitas de la sociedad cuando espigaba los 17 años,
después de ganar en competencias de atletismo en carreras de
pistas planas, inclusive un maratón que partió de la Plaza de la
República en dirección a la Calle del Triunfo, hasta terminar
en el Parque de las Piedrecitas.
Sobresalió tanto en sus estudios de primara y secundaria que
don Marcial Solís lo premiaba más que a sus propios hijos que
estudiaban en el Instituto Pedagógico de Varones.
–78–
Periodistas que iluminan nuestra historia
En natación, venció a todos sus competidores varias veces,
cruzando ida y vuelta la Laguna de Tiscapa, la Laguna de Jiloá
y el Lago Xolotlán, cuando este último aún se le podía sumergir. Hizo espectáculos sin anunciarse con “clavados” desde lo
más elevado de las ramas de frondosos árboles que crecían en
las laderas de la Laguna de Tiscapa.
En las fiestas sociales, hizo alardes con estilos revolucionarios
de bailarín legítimo en aquella época de los primeros años de
los cuarenta. Enamorado de su pareja de catorce años, una linda chavala masayesa, Soledad Ramírez Masís (1929 - 1978),
contrajo matrimonio civil en la ciudad de Managua, a fines de
1943. Yo sería el mayor de sus hijos, en 1944, GAM junior;
me seguiría Alida Esther, en 1946, y Roberto Dudley, “Trapito
(q.e.p.d.)”, 1948.
De mis padres Gustavo y Soledad, en mi infancia les leía sus
cartas que ellos se hacían cuando mi padre viajaba fuera del
país. Ambos eran calígrafos magistrales; los caracteres de sus
manuscritos no tenían igualdad, pero la letra de mi padre era
una letra bella que lo hizo muy famoso por largo tiempo. Hay
personas que guardan algunos de sus manuscritos que el viento se llevó.
GAM senior, fue contratado por los Hermanos Cristianos de la
Salle, hacia 1950, donde impartió clases de gimnasia y deportes. Los estudiantes del Instituto Pedagógico de Managua, le
recuerdan con mucho cariño y nostalgia. Hizo mucha amistad
con el hermano Hipólito, director de los deportes en ese centro
de estudios. Ellos hicieron época.
GAM se inició en el periodismo a los 20 años, y fue un autodidacta y enciclopedista sin jactancias.
–79–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
Asimismo pareó el deporte a su actividad profesional. En la
década de los años 50, en la ciudad de Managua se construyó El Gimnasio Nacional, para fomentar los juegos de basket
ball, con exhibiciones de equipos masculinos y femeninos, en
horas de las tardes y las noches con iluminación eléctrica, muy
populares en sus competencias en todo el país. El Gimnasio
Nacional estaba situado una cuadra al sur, de donde fue la Lotería Nacional.
GAM actuó como director técnico de equipos masculinos y
femeninos, entre ellos el equipo femenino de Masaya de “El
Fénix”, que lo hizo campeón nacional. En la Academia Militar
del “Campo de Marte”, entrenaba equipos de basket ball de la
rama masculina.
Por estas razones fundó el periódico El Deportivo, que lo hizo
muy popular, en los años cincuenta.
Trabajó como redactor de planta y reportero, en Flecha, de
don Hemán Robleto; en El Gran Diario, del Dr. Adán Selva;
el Diario La Prensa, del Dr. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal; La Noticia, de don Juan Ramón A vilés, segunda época,
bajo la dirección de don Leonardo Lacayo Ocampo; Diario El
Mundo, del Dr. Fernando Agüero Rocha, y otros.
Al lado del Dr. Pedro Joaquín Chamorro, que GAM hizo su
mejor época en la vanguardia del periodismo nacional. Son
testigos sus 25 años de trabajo profesional en el Diario La
Prensa.
Aquí cultivó la amistad con don Pablo Antonio Cuadra (PAC).
GAM estuvo de responsable del Diario La Prensa, a raíz del
asesinato de Anastasio Somoza García, después del 21 de sep–80–
Periodistas que iluminan nuestra historia
tiembre de 1956, durante dos meses, luego de quedar reducido
a prisión el Dr. Pedro Joaquín Chamorro, director del Diario
La Prensa.
Aquí también creó la columna deportiva “Gotas y gotitas” por
GAM. En las páginas deportivas impulsó muchas actividades,
inclusive creó la columna “Con la Diosa Caisa” por GAM.
Por ejemplo, en Gotas y gotitas hablaba de todo, desde los deportes hasta de la vida social. Recuerdo que una vez se refirió
al deportista masayés, el joven de ese entonces Arnaldo Pasquier que integraba uno de los equipos masculinos, campeones de Basket Ball, a quien llamó el rey de los “Dos Puntos”,
porque era diestro en anotar dos puntos de largo al encestar la
bola.
El Dr. Arnaldo Pasquier, profesional ahora de la banca financiera internacional y director actual del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), recuerda aquel gesto
amistoso de GAM, que cuando se encontraba con Pasquier le
saludaba haciendo “la V de la victoria”, en señal de aquellos
gloriosos “Dos Puntos”.
Amante del ajedrez, lo cultivó toda su vida participando en la
Olimpiada Mundial de Libia. A su regreso publicó una serie
de reportajes sobre la República Popular de Libia y del Coronel Omar Kaddafy. Introdujo en Nicaragua los comentarios
críticos del ajedrez internacional y llevó a efecto los torneos
de categorías y la organización de la Federación Nacional de
Ajedrez de Nicaragua (FENANIC).
Le respaldan sus diez años de servicio informativo en el radioperiódico de Radio Informaciones, de don Rodolfo Tapia
–81–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
Molina, en Radio Mundial del fundador don Manuel Arana
Valle; otros años en Radio Continental del Dr. Mariano Valle
Quintero.
Otros años (1964 - 1968), en Radio Centauro, “Una voz de la
cultura nicaragüense” bajo la administración de su fundador
don Salvador Cardenal, y la dirección de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Aquí se difundieron las dos ediciones diarias
de La Prensa en el Aire, de mediodía y de las 5 P.M., donde
GAM fue Jefe de Redacción y de Información.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), le premió con
una beca de dos años de estudios de Periodismo Avanzado
Americano, (1957 - 1959), en la Universidad de Tulane, New
Orleans, USA.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos de América,
lo invitó cinco veces a cubrir los lanzamientos de los vuelos
espaciales del Programa Apolo, hacia los años de la década de
1960, en Cabo Cafiaveral, ahora Cabo Kennedy.
Por estos años, colaboró en la fundación de la Escuela de Periodismo de la UNAN, junto al Dr. Enrique Porras, el Prof.
Nássere Habed López, el Prof. Eduardo N. Matus y el Prof.
Guillermo Castellón. Ganó cinco Diplomas consecutivos
como “Mejor Catedrático de la UNAN”, entre los años 1963
- 1968.
De 1968 a 1970, GAM fue Jefe de Redacción del Radioperiódico “La Verdad”, bajo la dirección de Francisco Carranza
Chamorro y Joaquín Absalón Pastora, en Radio Mundial.
En los años siguientes, 1971- 1972, es director de su propio
programa Noticiero “Al Día todos los Días”, en Radio Fabu–82–
Periodistas que iluminan nuestra historia
loso Siete, hasta el mes de diciembre del 72, en ocasión del
terremoto de Managua. De 1973 a 1976, es Jefe de Redacción
del Radioperiódico “Cuarto Poder”, en Radio Éxito, bajo la
dirección de don Julio Armas.
De 1977 a 1979, es director de prensa en ABC Radio, bajo la
dirección administrativa del Lic. David Raskosky, y el Lic.
Octavio Sacasa. Aquí mismo, en los años 1980 - 1981, conduce los noticieros del Sistema de Información y Televisión
Sandinista (SITVS), originados desde ABC Radio, que pasó a
propiedad interina de la Revolución Sandinista.
En la década de los años 80, fue director de Radio Deportes.
Luego director de Noticieros de Radio Universidad.
Entre sus obras inéditas, se cuentan un Manual de Redacción
con Introducción al periodismo de Rubén Darío, de 600 páginas que entregó al Ministerio de Educación. Historia del periodismo radiofónico nicaragüense, que se encuentra extraviado. Memorias de GAM, que dejó en manos de sus familiares.
Ganador del concurso sobre la Historia de Managua (1957).
Ganador del concurso El Artículo Periodístico dedicado al
hombre que llegó a la Luna (1961); Autor de Biografía de Ernesto “Ché” Guevara (1972), de un mil ejemplares, en conjunto con el Dr. Adán Selva, edición destruida la noche del
terremoto del 22 de diciembre de 1972.
En su libre ejercicio de la expansión del espíritu, fue un catador ferviente del sumo de la caña y los derivados de la vid.
Cabe señalar que entre sus virtudes, GAM no sufrió el padecimiento de la envidia, el egoísmo, la falsedad, la estocada, ni
el mal prejuicio. Pero sí fue un hombre ameno, conversador
insigne, dueño de una iniciativa propia para el trabajo intelec–83–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
tual, gozando de una vocación única con capacidad informativa, investigativa e interactiva.
Fue amigo de todos y parejo hasta los confines de la lealtad.
Fue un servidor de la sociedad nicaragüense. Admirador de
Rubén Darío y José de la Cruz Mena. Desde su juventud apreció a estos dos grandes hombres de la Patria. Del uno decía
de memoria los versos más románticos y extraordinarios; del
otro, contaba la triste historia del músico que muere a orillas
del río Chiquito.
Para el Centenario de Nacimiento de Rubén Darío (1967), ordenó a todos sus periodistas en Radio Centauro, a cubrir los
eventos protocolarios, conferencias y entrevistas de los intelectuales nacionales y extranjeros.
Al mismo tiempo, afrontó los riesgos del 22 de Enero de 1967,
cuando en las calles de Managua, la Guardia Nacional, bajo las
órdenes de su director, Anastasio Somoza Debayle, sofocaba
una manifestación (de la tendencia del Dr. Fernando Agüero
Rocha, Presidente del Partido Conservador de Nicaragua), de
ochenta mil personas que partió de la Plaza de la República, y
un grupo de políticos liderados por el Dr. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, quedaron sitiados en El Gran Hotel.
A la hora de su muerte, el padre jesuita, César Jerez, Rector
de la Universidad Centroamericana (VCA) ofició una misa
en cuerpo presente despidiendo a su amigo entrañable, con
un reconocimiento de “sabio ejemplar”. La sociedad civil, el
gobierno de la revolución, y el Ejército Sandinista, le rindieron homenajes en distintos actos, finalizando en la Casa “Alvaro Montoya” de la Asociación de Periodistas de Nicaragua
(UPN).
–84–
Periodistas que iluminan nuestra historia
Sus restos mortales descansan en el Cementerio Occidental de
la ciudad de Managua.
La familia del ilustre ciudadano y sus trece hijos, y en el mío
propio, agradecemos por este medio a las autoridades civiles
y militares, y a los amigos que le rodearon en vida, y que le
supieron estimar y honrar.
Hacemos extensivo este agradecimiento, a la Fundación de
Periodismo y Cultura “William Ramírez” y la Alcaldía de
Managua (ALMA), que preside el Lic. Herty Lewites, por la
nueva Rotonda de los Periodistas, donde se levantará un monumento con bustos representativos de gloriosos periodistas,
entre ellos el del bien recordado GAM.
–85–
Periodistas que iluminan nuestra historia
OFELIA MORALES GUTIÉRREZ
N
ació en la ciudad de
Managua, el 26 de
septiembre de 1915, falleció
el 10 de abril del 2003. Sus
padres fueron Sra. Hipólita
Morales y Sr. Juan Francisco Gutiérrez, ambos autóctonos de Managua.
Verificó sus estudios de educación primaria en la escuela graduada estatal, Sagrado
Corazón de Jesús, después en el centro privado, colegio Santa
Cecilia y últimamente en la Escuela anexa a la escuela Normal
de Institutoras de la Divina Pastora. Todos los grados aprobados
con nota mención honorífica por lo cual obtuvo beca para verificar estudios para maestra de educación primaria en la Escuela
Normal de la Divina Pastora.
Realizó sus estudios de bachillerato en el Instituto Miguel Ramírez Goyena. Inició su trabajo en 1934 en escuelas estatales durante cinco años, luego en el colegio Renovación, durante 33 años y
últimamente en la escuela Marillac, dirigidas por religiosas.
Se jubiló en 1978 con 43 años de servicios. En 1961 inició
estudios en la escuela de periodismo de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua
UNAN, graduándose en 1965, en su segunda promoción. Le
correspondió pronunciar en el acto, el discurso a nombre de
sus compañeros.
–87–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
Ejerció el periodismo en los diarios La Flecha, La Noticia,
La Prensa y El Nuevo Diario. También dirigió el boletín del
Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos
durante el Gobierno Revolucionario, publicó en revistas de
Nicaragua y Centroamérica.
Laboró en muchas organizaciones del país. Fue fundadora de
la Federación Sindical de Maestros de Nicaragua en 1946 a la
cual sirvió en completa entrega durante 33 años. En su carácter de presidenta dirigió durante una semana la primera huelga de Magisterio Nacional en 1952, y después de una fuerte
lucha con el Ministerio de Educación y el Congreso, pues ya
habían aprobado el presupuesto Nacional, se logró el aumento
de sueldo solicitado.
En 1962 cuando la volvieron a elegir presidenta de la Federación encabezó la segunda huelga en la que además de aumento
de sueldos se reclamaba otros puntos en pro de la Educación,
el aumento fue del cien por ciento , en ese tiempo fue un gran
estimulo para que la Escuela Normal se llenara de estudiantes.
La Federación Sindical de Maestros de Nicaragua y los 15
Sindicatos afiliados, en reconocimiento a su labor acordaron
medalla o diploma.
En representación de la Federación Sindical de Maestros de
Nicaragua, participó en Congresos de Maestros en Centroamérica, Panamá y Brasil. Delegada del Partido Liberal Independiente, en el Frente Patriótico. Estuvo ante las autoridades
en Alemania Democrática y Rusia, durante el Gobierno Revolucionario y visitó España, Francia e Italia
Entre los reconocimientos recibidos están: Primera Maestra
de Educación Primaria 1964, con medalla Presidente de la
–88–
Periodistas que iluminan nuestra historia
República, impuesta por el Presidente René Schick. Orden
Miguel Ramírez Goyena, en 1986, durante el Gobierno Revolucionario. Diploma como Ciudadana notable de Managua
por la Comisión 2000. Placa por la Facultad de Humanidades
de la Universidad Centroamericana y Movimiento de Acción
Ciudadana.
Orden XX Aniversario de la Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua ANDEN. Placa por la Unión de Periodistas de Nicaragua. Medalla de Unión de Mujeres de Nicaragua. Placa de Bolsa de Mujeres. Medalla de oro y placa por
la Asociación de Comunicadoras “ Ofelia Morales Gutiérrez”.
Placa por Centro Nicaragüense de Derechos Humanos CENIDH. Diploma de la Facultad de Ciencias de la Comunicación
de la Universidad Centroamericana. Orden 150 Aniversario
de haber sido elevada Managua a capital de Nicaragua, Concejo Municipal de Managua.
–89–
Periodistas que iluminan nuestra historia
PEDRO JOAQUIN CHAMORRO
CARDENAL:HOMBRE DE
PRINCIPIOS Y PASIONES
Jorge Eduardo Arellano
N
o puede reducirse Pedro Joaquín Chamorro
Cardenal a la dimensión de
periodista. Por-que él, ante
todo, fue heredero y epígono
de una familia prócer y patricia, enquistada en las raíces
de la República y que produjo cuatro presidentes electos: Fruto (1853-1855), Pedro Joaquín (1875-1879), Emiliano
(1917--1920) y Diego Manuel (1921-1923), además de dos
encargados interinos del Poder Ejecutivo: Fernando (1860) y
Rosendo (1923). Sin embargo, nunca fue integralmente conservador, mucho menos oligarca, como señalaron sus detractores.
Nacido en Granada el 23 de septiembre de 1924, estudió la
primaria en el Instituto Pedagógico de Managua y la secundaria en el Colegio Centroamérica de Granada. Bachiller en
1943, ingresó a la Universidad Central para estudiar Derecho,
destacándose como dirigente estudiantil. Trasladado a México, prosigue sus estudios hasta licenciarse en Derecho de la
UNAM, obteniendo después el título de Doctor en Managua.
Co-director del diario La Prensa de 1948 a 1950, ese año asu–91–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
mió la dirección. En 1954 fue juzgado por la llamada «rebelión de Abril», sufriendo dos años de prisión. En septiembre
de 1956 fue arrestado de nuevo y juzgado con motivo de la
ejecución del general Anastasio Somoza García. Después de
seis meses de cárcel, es confinado al Puerto de San Carlos en
donde se fuga a Costa Rica acompañado de su esposa Violeta.
En 1952 trabaja en el diario Prensa Libre de San José, Costa
Rica.
A principios de 1959 participa en la expedición de Olama y
Mollejones, pero es capturado en junio del mismo año, procesado y condenado a 9 años de prisión. Un año después sale
de la cárcel a causa de una amnistía general. De 1966 a 1967
coordina la campaña cívica de la Unión Nacional Opositora
(UNO) y funda el grupo CIVES de resistencia pacífica. El 23
de enero de 1967 es arrestado y 45 días después puesto en
libertad, ya pasada las elecciones que llevaron a la presidencia
al general Anastasio Somoza Debayle. En 1974 es electo Presidente de la Unión Democrática de Liberación (UD EL), movimiento pluralista. En 1975, aprovechando el espacio que le
da la censura oficial sobre La Prensa, se dedica a la narración,
escribiendo y publicando la novela corta Jesús Marchena, en
1976 Ritcher 7 y en 1977 El enigma de las alemanas, libro de
cuentos. En noviembre del último año recibe en los Estados
Unidos el premio de Periodismo «María Moors Cabot», otorgado por la Universidad de Columbia y el l0 de enero de 1978
es asesinado.
Al margen de su valor histórico y político, el director-mártir
de La Prensa contribuyó al desarrollo de la narrativa nicaragüense. En Jesús Marchena perfila un personaje popular, en
torno del cual convergen historias de ricas connotaciones orales; en Ritcher 7 sondea la frustración nacional como horrible
–92–
Periodistas que iluminan nuestra historia
pesadilla, al mismo tiempo real e irreal, en el contexto del
terremoto de 1972, logrando una radiografía de la capital; y en
El enigma de las alemanas y otros cuentos (1977) demuestra
su habilidad al asimilar el impacto de la lectura de Gabriel
García Márquez.
Pero más de letras e ideas, Chamorro Cardenal era un hombre
de principios y pasiones. Un líder sin carisma, pero que daba
la cara en permanente e indoblegable actitud contestaria, acrecentada con el temple y el valor personal que poseía en grado
sumo. Y esa actitud o acción política, una de las más intensas
que haya vivido un dirigente de nuestro tiempo, la desarrolló
entre dos organizaciones, a cuya fundación contribuiría más
que nadie: UNAP (Unión Nacional de Acción Popular) en
1949 y UDEL (Unión Democrática de Liberación) en diciembre de 1974; movimientos que, concebidos como alternativas
coyunturales, fracasaron. Si el primero no fue sino un juvenil
intento de tendencia social demócrata, surgido durante la dictadura de Somoza I, el segundo articuló un bloque opositor
dinámico que aprovechaba las experiencias de la UNO (Unión
Nacional Opositora) de 1967.
En consecuencia, todo el protagonismo histórico de Pedro
Joaquín, incluyendo desde luego su extraordinaria vitalidad
testimonial, funcionó en el contexto de la «Somozagua» moderna, o más bien, del «somozato»: dinástico a partir de 1956,
fortalecido con el desarrollismo de los años 60, obsoleto y
descaradamente corrupto en los 70. De ahí que se considerase
abanderado de la oposición real a ese sistema y combatiese la
formal, «zancuda» o colaboracionista; un impugnador de la
institu-cionalización de la mentira y del «monocultivo» político desde su trinchera diaria: la página editorial de La Prensa.
–93–
Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
En esta página plasmó su ideología, vinculada a dos figuras
cardinales de la segunda mitad del siglo XX: John Kennedy y
Juan XXIII. Porque Pedro Joaquín era reformista tanto como
ellos. En ese sentido, no creía en una insurrección sangrienta,
sino en una revolución democrática de signo cristiano. Tampoco en el socialismo marxista, que según él repartiría la miseria en Nicaragua, sino en una movilización cívica en la que
participasen todos los sectores de la nación.
Pedro Joaquín planteaba la búsqueda de reformas -tanto en lo
político como en lo socioeconómico- para lograr un desarrollo
«con mayor contenido de justicia e igualdad». No veía en la
sociedad, pues, un exclusivo instrumento de producción material. Por eso atacaría la tecnocracia del grupo «minifalda»
que rodeaba a Somoza III en su primera administración, ampliando esta sentencia de Pablo Antonio Cuadra: «no creas en
la alianza del dinero con la ametralladora, porque heredarás a
tus hijos, no el dinero, sino la ametralladora». Lo que deseaba
era una restauración de la vida institucional y la práctica concreta de los principios constitucionales, de los derechos civiles
y sociales, la proyección pública de las empresas privadas, la
consolidación de una clase media fuerte y orgullosa; en fin,
una necesidad aún vigente: la «Revolución de la Honradez».
Acérrimo defensor de los derechos humanos -sobre todo de
los más pobres- y de la libertad de prensa, denunciaba la corrupción administrativa en todas sus manifestaciones y el enriquecimiento ilícito. Promovía la memoria del «general de
hombres libres», pero también exaltaba la de «los hombres
humildes»: Emiliano, olvidándose de su «lomazo» de 1925.
Optaba por el Voto y no por la Bota, aunque ésta se la calzó,
por cierta emergencia desesperada, en 1959. Mas no cuestionó
–94–
Periodistas que iluminan nuestra historia
el ejército de entonces, sino su origen interventor y su carácter
pretoriano y partidario, aparte de condenar sus abusos delictivos e insistir en su «nacionalización» .
Propugnador de la República pluralista al final de sus días,
la coyuntura lo condujo a tomar en serio una alianza con una
fracción del FSLN, de la que era su prominente expresión pública el «Grupo de los Doce», autollamándose «probable número trece». Pero su destino como mayor representante civil
de la lucha anti-somocista ya estaba trazado, culminando con
su asesinato. Mejor dicho: con su martirio que consti-tuiría el
detonante de la caída del «régimen nefasto y vergonzoso» que
repudió casi toda su vida.
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ALBERTO MORA OLIVARES
(1929-1974)
Danilo Aguirre Solís
S
i se quiere marcar
un hito para la caricatura de Alberto Mora
01ivares, hay que señalar la introducción de la
historieta en un medio
escrito de circulación
diaria.
Si se intenta profundizar en las características y mensajes de
su obra, habrá que destacar en la figura de “Nicasio” la fisonomía y la indumentaria del trotacalles y empleos emb1emáticos
de los pobres de Nicaragua, a los que AMO agrega.. para inmortalizar su caricatura, el espíritu crítico y permanente ironía
del personaje, frente a las injusticias y su propia desgracia.
Alberto además alcanza a redondear la magnitud de su trabajo, cuando hace conjugar en “Nicasio” las particularidades
físicas y manifestaciones de sus vivencias, con el alma noble
y la ausencia de resentimientos y rencores para expresar con
el humor de su protesta el drama de su clase.
No podía ser de otra manera, ya que ni la fama de su obra, ni
su condición de artista, ni su rango medio en la escala laboral,
le cambiaron nunca su proverbial humildad, su integración familiar y social con sus pares y la permanente sonrisa con que
diariamente enfrentaba el transcurrir de su vida.
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Centro de Historia Municipal. Alcaldía de Managua
Alberto Mora Olivares nació en Granada el l0 de enero de
1929 y murió en Managua el 28 de junio de 1974. En su corta
vida profesional le tocó vivir y trabajar en pleno auge de la
dictadura somocista y comenzó su incursión en la caricatura
para el Diario La Prensa en los años que esa dictadura devino
en dinastía.
Así, sus primeros blancos en 1962 fueron contra “el rey lucho”
aquel que dijo una vez que había estudiado para Presidente y
consolidó sus creaciones en los años del “titular del ejecutivo”,
designación con que Pedro J. Chamorro hacía resaltar la condición de usurpador del poder de Anastasio Somoza Debayle.
Se afirmaba y en alguna ocasión lo admitió Somoza, que el
dictador “gozaba”
con las caricaturas de AMO y hasta las coleccionaba. Los
adu1adores de siempre quería hacer destacar el sentido del
humor “del jefe”, al mismo tiempo que conceder1e al creador
de “Nicasio” los límites éticos y estéticos de sus trabajos.
No fue comprobable si eso era efectivamente un gesto sincero de Somoza, pero si podemos decir que nunca ese tipo de
receptividad a la crítica sana fue un atributo del “titular del
ejecutivo”.
De haber hecho Somoza un gobierno compatible con el humor
crítico de AMO, los nicaragüenses nos hubiéramos ahorrado
el saldo cruentísimo en sangre y destrucción para derrocado.
Alberto llegó a La Prensa con el expediente de dibujante publicitario bajo el brazo. Así se había ganado la vida y así se le
seguiría ganando en su nuevo trabajo, donde la caricatura fue
un aporte adicional a sus labores cotidianas.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
Todos en el diario sin embargo, solo vinculaban su personalidad, con el trazo de sus muñecos y pocos reparaban que el
extraordinario ser humano que los producía, hiciera otra cosa
en el periódico que derrochar humor con sus dibujos.
Distinguir con un reconocimiento que perpetúe la memoria de
Alberto Mora Olivares, es un gesto extraordinario de rescate
histórico de la Fundación Periodismo y Cultura “William Ramírez” y de la Alcaldía de Managua.
Los méritos de AMO trascendieron las fronteras de Nicaragua
y en 1972 le fue otorgado el premio Mergenthale de la Sociedad Interamericana de Prensa y le fue expresamente anunciado que el premio lo obtenía frente a un nutrido número de
concursantes del continente.
Si algo tendríamos que agregar sobre la obra de AMO y de
ninguna manera en inferior escala jerárquica a las virtudes que
hemos destacado, es la poesía escondida que contextualizaba
sus dibujos, su humor, su crítica, y sus protestas, en las más
genuina representación del nicaragüense típico de esa inmensa mayoría de desposeídos de la fortuna y abandonados a su
suerte en los extremos del subdesarrollo y la pobreza.
La poesía le venía de casta, su padre José T. Olivares fue un
creador artístico multifacético y está incluido en la antología
de la poesía nicaragüense recogida por el poeta Julio Valle
Castillo.
Si esta relación fue meramente genética, es por parte de su
madre Josefina Mora Castellón, que Alberto completa la formación espiritua1 que ha de prodigarse en humildad y nobleza
personal y en la proyección ético-crítica de sus caricaturas.
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El alma de Alberto Mora 01ivares se desbordaba en vigor para
darse, para servir a su pueblo con su arte, vigor que desgraciadamente le faltaba a su condición física que no le permitió
extender su genial creatividad ni acompañar por más tiempo
a su María Luisa y a sus hijos a quienes consagró lo mejor de
sus cariños y bondades.
El periodismo nicaragüense se ha enriquecido con notables
caricaturistas.
“Chilo” Barahona corno precursor de la sistemacidad de sus
dibujos y personajes en la prensa escrita. “Toño” López en la
permanente sátira política con profundidad social. Róger en
el desafío de la modernidad y los retos generaciona1es de los
años 80 del siglo pasado.
A cada quien lo suyo, pero ante Alberto Mora Olivares hay
que rendir el mayor de los respetos por los valores que nos
legó y la más grande admiración por la originalidad y genialidad de su obra.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
BIOGRAFIA WllLIAM RAMÍREZ
SOLÓRZANO
Rolando Cruz Castillo
W
illiam Joaquín Ramírez Solórzano nació en Niquinohomo, Municipio del Departamento de
Masaya el 17 de agosto del
año 1948. Sus padres el Ing.
Alfonso Solórzano (fallecido) y Adilia Ramírez Rivas.
El 11 de julio de 1970 contrae nupcias con Epifania
Avendaña Sandino, Profesora y Periodista niquinohomeña,
con la que procrea tres hijos, Amaru, Camilo y Aureliano.
También fue padre de Egda Alejandra Ramírez Vélez, Brenda
Ramírez López y William Alejandro Ramírez Palacios.
Su primaria la realiza en la Escuela Superior de Varones de Niquinohomo y su secundaria en la Escuela Normal de Varones
“Franklin Delano Roosevelt” de Jinotepe donde egresa con
honores como Maestro de Educación Primaria con especialidad en Educación Rural. Realiza sus estudios universitarios
en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, donde
obtiene el título de Periodista, graduándose con honores.
Trabajó como Periodista en Radio Centauro, Radio 590, fue Jefe
de Redacción del Noticiero Extra de Radio Mundial hasta 1972.
Funda junto con el Lic. José Esteban Quezada el Radioperiódico
Sucesos; laboró para el Diario La Prensa hasta el año 1974.
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Ingresa al FSLN en 1969, siendo Redactor del diario La Prensa. Dirigente Estudiantil, es electo Presidente de la Asociación
de Estudiantes de Periodismo y miembro del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN) como Responsable
de Propaganda.
En 1975 que se traslada -utilizando el seudónimo de Aureliano- a las montañas a luchar por la libertad de Nicaragua al
lado del Frente Sandinista de Liberación Nacional, integrándose a la columna Guerrillera “Pablo Úbec1a” en la Cordillera
Isabelia, en el noreste de Nicaragua Regresa a Managua en
1977 clandestinamente y herido de dos balazos.
En junio de 1979, forma parte junto con Joaquín Cuadra Lacayo y Carlos Núñez Téllez del Frente Interno que operaba
en Managua. \tVilliam fue uno de los que dirigió el Repliegue
Táctico a Masaya para el fortalecimiento de la lucha armada
en la zona sur del país, Masaya, Carazo y Granada.
Desde 1979 se desempeña en diversos cargos dentro de la organización del Ejército y Organismos del Ministerio del Interior.
En 1980 fue nombrado Ministro de Instituto Nicaragüense de
la Costa Atlántica, se traslada a Managua en 1985 donde desempeña el cargo de Ministro de Transporte de la República
de Nicaragua, también es nombrado Presidente de la Corporación de Transportes del Pueblo (COTRAP) y en 1988 como
director de la Empresa Nicaragüense de Alimentos Básicos
(ENABAS).
En 1988 es Delegado por el Gobierno para cubrir la emergencia del Huracán Juana que azotaba Bluefields.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
Fue distinguido por el gobierno revolucionario con el nombramiento de Comandante Guerrillero, grado honorífico otorgado
por el FSLN a los jefes de la guerra de liberación, también recibe
la orden “Carlos Fonseca Amador”, la más alta Condecoración
Partidaria del FSLN; La Unión Internacional de Periodistas reconoce su labor entregándole la Orden “Julius Fucick”.
Electo diputado por el FSLN en las elecciones del 25 de febrero de 1990, ante la Asamblea Nacional por un período de seis
años. En 1991 es electo miembro de la Asamblea Sandinista,
en 1992 funge como Secretario Ejecutivo de la Bancada Sandinista en la Asamblea Nacional y en 1993 es electo Presidente de la Comisión de Energía, Transporte, Construcción y Comunicación de la Asamblea Nacional, en 1994 es Presidente
de la Junta Directiva del Sistema Local de Atención Integral a
la Salud (SILAIS) de la ciudad de Masaya.
En el deporte se destacó apoyando a la Federación Nicaragüense de Baloncesto (FENIBAL) donde fungió como Presidente
de la misma; dirigió e impulsó los Torneos de Básquet “Carlos
Ulloa in Memorian”, fue Presidente de la Junta Directiva del
Equipo de Béisbol de la Costa Atlántica y los llevó al Campeonato en 1989, Presidió de la Junta Directiva del equipo de
Béisbol San Fernando de la ciudad de Masaya; fue miembro
de la Comisión de Ética y Disciplina de la Federación Nicaragüense de Béisbol Aficionado (FENIBA)
Creó la Fundación “Manos Amigas” y con ella logró la construcción de escuelas, letrinas para los mas necesitados de los
Municipios de Masaya; consiguió donaciones de equipos y
medicinas para diferentes centros de salud, así como ayuda
para los damnificados del maremoto en las costas del pacifico.
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Su anhelo era fundar una radioemisora y es 1996 que alcanza
ese sueño y junto con su amigo de años José Esteban Quezada
G. Funda Radio 580, a fin de ampliar la participación popular
y el juego de las opiniones ciudadanas, perfil que distingue
a la emisora. Dirige el programa Noticias y Comentarios, un
programa de opinión, con libertad de expresión y en el cual
participan personas con diferentes ideologías políticas y religiosas, siempre bajo el marco del respeto.
Regresa al Parlamento con el FSLN en el 2001 y en la Consulta Popular del Partido logra el 47% de votos de los electores del Departamento de Masaya; el mayor porcentaje a nivel
nacional.
Es un hombre que habla alto y claro cuando se refiere a los
problemas más sentidos del país.
En enero del 2001 se descubre que tiene células cancerigenas,
es tratado en Managua, Cuba y los Estados Unidos.
Fallece un 10 de marzo del 2003, a las 3:30 de la tarde en el
Hospital Monte España en Managua. Su cuerpo descansa en
el Cementerio de Niquinohomo junto a los restos mortales de
Fortunata Ramírez (su abuela materna).
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Periodistas que iluminan nuestra historia
ACUERDOS DE ACTA DEL
CONCEJO MUNICIPAL SOBRE LA
ROTONDA DEL PERIODISTA
Acta No. 56, Sesión Ordinaria No. 32 del Honorable Concejo
Municipal de Managua. 28 de agosto del dos mil tres.
1. Se aprobó por unanimidad, pasar a estudio de la Comisión de Gobernabilidad, la solicitud presentada por la
Fundación Periodismo y Cultura “William Ramírez”,
referente al cambio de nombre de la Rotonda Naciones
Unidas por el de Rotonda del Periodista, y a que se le señale sitio en donde se erigirá monumento a los periodistas
Enrique Gottel y Fabio Carnevalini
Acta No. 57, Sesión extraordinaria No. 22 del Honorable Concejo Municipal de Managua, 3 de septiembre del 2003.
1. Se aprobó con 15 votos a favor y 1 abstención el dictamen
de la Comisión de Gobernabilidad, relacionado a la solicitud presentada por la Fundación Periodismo y Cultura
“William Ramírez” y su correspondiente Resolución Municipal, en cuanto a nombrar como Rotonda del Periodista,
la que se encuentra ubicada en las cercanías a la Colonia
El periodista y la construcción de dos monumentos a los
periodistas Enrique Gottel y Fabio Carnevalini.
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CONCEJO MUNICIPAL DE LA
ALCALDÍA DE MANAGUA 2001-2004
Herty Lewites
Alcalde de Managua
Evertz Cárcamo Narváez
Vice Alcalde
Manuel Modesto Munguía
Secretario del Concejo Municipal
Concejales propietarios
Concejales suplentes
Pedro Pablo Aguilar Arriola
María Auxiliadora Contreras
Johana del C. Lira Luna
Frank José González Morales
Noel Francisco Escoto Carrero
Maria Auxiliadora Cano
Rosa Emilia Guido González
Alejandro Fiallos
Martha Ramírez de Palacios
Ana Julia Balladares
Miguel Meléndez Treminio
Martha Guillen de Lizano
Marcia Onelia Sobalvarro García
Denis Iván Alemán Mejía
Wilfredo Duran
Juan Francisco Navas Robleto
Guillermo Suárez Rivas
Nelson González Moreno
Héctor Danilo Núñez Pavón
Cesar Augusto Aguilar Castro
José Anastasio Leyton Pérez
Humberto José del Palacio González
Juana Estela Rivera
Arnaldo Javier Altamirano H.
Jasmina Mayorga Domínguez
Susana Rodríguez
Juana Arana
Julio Cesar Granja
Inocencio Velázquez
María del Socorro Gómez Cortez
Alcides Tobal
Pedro Joaquín Matamoros
Amada del C. Díaz Toledo
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Periodistas que iluminan nuestra historia
DIRECTIVA DE LA FUNDACIÓN
PERIODISMO Y CULTURA
“WILLIAM RAMÍREZ
Mario Fulvio Espinoza, Presidente
Manuel Eugarrios, Vicepresidente
Danilo Aguirre Solís, Tesorero
Rodolfo Tapia Molina, Fiscal
Rolando Cruz Castillo, Secretario
Carlos García Castillo, Vocal
José Esteban Quezada, Vocal
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Periodistas que iluminan nuestra historia
HOMENAJE A
RODOLFO TAPIA MOLINA
Alejandro Serrano Caldera
Este es una noche muy especial en que se honra a un periodista que honra al periodismo. Rodolfo Tapia Molina y Radio
Informaciones son un símbolo sin dejar de ser una realidad
cotidiana forjada a lo largo de cuarenta y siete años de trabajo
continuo, objetivo y siete tico, para informar y formar la opinen de los nicaragüenses sobre los acontecimientos nacionales
e internacionales.
Lo asiduo de la información y el apego a la objetividad que
han hecho de Radio Informaciones una costumbre en la vida
de los nicaragüenses, no han mutilado, sin embargo, ni la creatividad ni la imaginación, sin las cuales, ninguna labor capaz
de contribuir a crear una conciencia nacional y una opinión
pública, es posible.
Porque la objetividad no es letra muerta ni información congelada sin fluidez ni movilidad, sino punto de partida veraz a
través del cual surgen los diferentes puntos de vista que forman, por medio de las palabras, la perspectivas de los hechos.
Y es que las palabras como las cosas tienen perspectiva y ella
depende de cuando, como y donde se dicen y en esto, la participación de quien describe un acontecimiento y presenta una
información, es insustituible.
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La objetividad, pues, pasa siempre por el sujeto que expresa
y dice, y por los sujetos que escuchan y valoran. En esta relación insustituible entre lo ocurrido, lo dicho y lo escuchado,
se forman las noticias, se encarnan los hechos y se construye
la intermediación entre el objeto y el sujeto, la razón y la realidad.
Ese tejido hablado, escrito o visualizado, es el plano en el que
las personas, sujetos de la información, se instalan, es el mundo de las palabras y las imágenes que forman la realidad; es
la verdadera realidad en que nos encontramos situados, pues
nadie es testigo presencial de todos los acontecimientos de
los que tiene referencia. El mundo del cual forma parte, es
el mundo contado por los periodistas, es el medio, de ah¡ su
nombre, que hace posible vivir lo que no vemos, sentimos,
gozamos o padecemos.
De ahi la enorme responsabilidad del periodista que no solo
informa y forma, que no solo construye opinión, que no solo
traduce, deduce e induce la realidad a sus oyentes, lectores
o espectadores, sino que construye esa realidad, que forja el
mundo de referencias en el que todos estamos, de una u otra
forma, instalados.
Para mi, como probablemente para cada nicaragüense en su
respectiva situación, Radio Informaciones tiene una singular
significación. Además de escucharla cotidianamente, si en alguna ocasión olvido de sintonizar Radio Sandino a la una y
treinta de la tarde, mi esposa Giovanna, Italiana de nacimiento y nicaragüense de adopción me lo recuerda de inmediato.
Radio Informaciones es para ella uno de los referentes de su
nicaraguanidad.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
De esa manera se ha hecho habitual en nuestra casa, como
estoy seguro en la de muchos nicaragüenses, la sentencia de
Jaime Balmes con la se inicia el radioperiódico: ... “De la
prensa resultan el amor y el odio, la paz y la guerra, la luz y
las tinieblas, la verdad y el error, el bien y el mal ...” seguida
de la marcha de De Souza, ¨Barras y Estrellas? Cuya música
ha identificado retrospectivamente en el cine americano, las
películas sobre la Guerra de Recesión de los Estados Unidos.
Todo ello ha formado el periodismo de Rodolfo Tapia Molina
y construido esa institución que es Radio Informaciones, todo
ello ha contribuido a enseñar y enseñarnos que el periodismo
es ética, ethos, y que como tal está subordinado a los fines,
objetivos y valores que regulan y definen sus límites y alcances. En este sentido la ‚tica periodística se configura como un
derecho y un deber.
Es un derecho en cuanto constituye un conjunto de atribuciones propias para el ejercicio del periodismo. El acceso a los
lugares en que se genera la información, las facilidades que
corresponden al periodista y que deben prestárseles para cumplir con su cometido, el derecho al juicio crítico y a tomar
posición ante los acontecimientos y las actuaciones, lo que
implica el derecho a formar opinión y a influir con sus juicios
y valoraciones, en los juicios y valoraciones que se forma la
sociedad ante determinados hechos y conductas.
Es un deber en la medida en que está sujeto a la objetividad
y ponderación que se requieren cuando se trasmiten informaciones y juicios de valor. Esta responsabilidad es muy grande
sobre todo si se toma en cuenta el poder de los medios sobre la
población, cuyas dimensiones son mayores todavía ante el he–117–
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cho que la inmensa mayoría de las informaciones las obtiene
la sociedad, no en forma directa, sino a través de los medios.
Como ya lo expresamos, la relación entre los sujetos y los
acontecimientos, se produce siempre a través de la mediación
que ejercen los mecanismos de información.
El otro factor que se debe considerar, es el impacto impresionante de la noticia a causa del gran desarrollo tecnológico
que nos hace a todos virtualmente coetáneos y coterráneos, al
achicarse el mundo en la “Aldea Planetaria” de la que habla
Mac Luham.
Nada ni nadie ejerce tanta influencia; ni la escuela, ni el colegio,
ni la Universidad, nada tiene tanta cobertura ni atañe a tantas
personas como las informaciones que provienen de la radio, la
televisión y la prensa escrita. La masa de acontecimientos que
ocurren todos los días toma forma ante nosotros por la noticia,
conocemos los hechos por medio del fenómeno informativo, la
“realidad real” se nos presenta por la palabra hablada y escrita
y sobre todo, por la imagen. El mundo para nosotros, en una
gran proporción, es el mundo que vemos, oímos o leemos.
Imaginemos la enorme responsabilidad del periodista en tanto creador de un universo para ser conocido. Constructor de
mundos, verdaderos o falsos, fieles o distorsionados, buenos
o malos, el informador es responsable de la información y de
los efectos que ella produce.
“El hombre, dice Ernest Cassirer, no vive en un universo puramente físico, sino en un universo simbólico. Lengua, mito,
arte y religión son los diversos hilos que componen el tejido simbólico”(1). El periodista contribuye notablemente a la
creación de ese mundo simbólico.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
La responsabilidad del informador es enorme, aun y cuando
parte de su responsabilidad personal se desplaza hacia el sistema informativo que surge de la revolución tecnológica, de los
medios de comunicación, particularmente de la televisión.
“La palabra está distorsionada por la imagen. Todo acaba
siendo visualizado...El acto de tele ver está cambiando la naturaleza del hombre”...Estamos ante una nueva civilización
fundada en la “primacía de la imagen, es decir, en la preponderancia de lo visible sin lo inteligible, lo cual lleva a un ver
sin entender” nos dice Giovanni Sartori en su obre Homo
Videns.2 Y Baudrillard, todavía más radical expresa que “la
información, en lugar de transformar la masa en energía, produce todavía más masa.”3
Pese a lo que se dice, la imagen no solo es proyección de formas en la pantalla del televisor, la imagen es también, y quizás sobre todo, imaginación, reconstrucción intelectiva por la
magia de la palabra la que, como decía Heidegger, es la casa
del ser. Las palabras dicen y sugieren, definen e insinúan pues,
como ya dijimos, las palabras como las cosas tienen perspectiva y construyen no solo la conciencia y la opinión del sujeto
que las escucha, sino también la forma plástica de lo dicho en
la imaginación.
Radio Informaciones y la voz de su Director Rodolfo Tapia
Molina, son reconstructoras de imágenes y de conciencia por
la magia de la palabra, pero también son constructoras de historia, creadoras de imágenes, forjadoras de la imaginación.
Por todo eso el homenajeado de esta noche merece nuestro
aprecio, respeto y agradecimiento.
Gracias
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1 Ernest Cassirer. El Mito del Estado. Fondo de Cultura
Económica. México. D.F.
2 Giovanni Sartori. Homo Videns. Editorial Taurus. España.
3 Citado por Giovanni Sartori. Ob Cit.
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Periodistas que iluminan nuestra historia
Centro de Historia
Municipal
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Septiembre 2004.
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Periodistas que iluminan nuestra historia, terminó de
imprimirse en Septiembre de 2004, con un tiraje de 1000
ejemplares, en los talleres de IMPRIMATUR Artes
Gráficas, frente a Bancentro Bolonia,
Managua, Nicaragua Teléfono:(505) 2660957
i m p r i m a @ c a b l e n e t . c o m . n i

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