Los Diamantes de Mugabe
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Los Diamantes de Mugabe
Los Diamantes de Mugabe Raúl Ignacio Romanutti África Subsahariana AI 017/2010 30 de junio de 2010 RESUMEN En los últimos años, los descubrimientos de yacimientos de diamantes en la zona de Marange, al centro-este de Zimbabwe han despertado nuevas preocupaciones en la Comunidad Internacional acerca de dos puntos básicos: el proceso de fortalecimiento democrático en un Estado que ha sido gobernado por aproximadamente treinta años (con tenues aperturas a la participación) por un solo partido (el ZANU-PF) y, las sistemáticas violaciones de los derechos humanos en la región, especialmente en los yacimientos. Grupos de activistas civiles han declarado ante organismos internacionales que las humillaciones y degradaciones a los trabajadores de las minas son constantes; elevando al Proceso Kimberley el pedido para que suspenda las exportaciones de diamantes de Zimbabwe al mundo. Las organizaciones civiles que participan en el Sistema de Certificación, no disfrutan del derecho a voto, pero en el último tiempo se han unido para impedir que Harare siga siendo miembro del Cuerpo regulatorio internacional. El SCPK ha dado un plazo hasta junio de 2010 para que Harare regularice la situación en las minas de Marange, acontecidas las denuncias de violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas gubernamentales que controlan los yacimientos. Las políticas de Harare, enmarcadas en una ideología que enfatiza el africanismo radical, se han mantenido en pie a pesar de las presiones de la comunidad internacional al respecto. Los Diamantes de Mugabe Raúl Ignacio Romanutti1 Introducción En Diciembre de 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas dio un nuevo paso en la lucha contra los “diamantes conflictivos”, respaldando un sistema de certificación internacional de diamantes en bruto. Los antecedentes más próximos por los que la organización decidió dar este paso fueron los conflictos ocurridos en Angola, 1 El autor se encuentra cursando las últimas materias de la Licenciatura en Relaciones Internacionales (UCC), y se desempeñó como intreprete en el sur de África (NOMAD). GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 2 República Democrática del Congo, Guinea y Sierra Leona y, la financiación de grupos beligerantes mediante el tráfico del mineral en los mercados negros internacionales. El Sistema de Certificación del Proceso Kimberley (SCPK), es un régimen de control de importaciones y exportaciones de diamantes en bruto, en donde los países oferentes tienen la obligación de controlar la producción y el transporte de los productos desde las minas hasta el lugar de comercialización. En el Régimen participan gobiernos, industrias y actores de la Sociedad Civil, fijando requisitos para la vigilancia de la producción y comercialización del mineral y exigiendo un conjunto mínimo de instituciones que permiten la inspección de las condiciones de explotación2. En el primer párrafo del preámbulo, el documento del SCPK reza: “RECONOCIENDO que el tráfico de diamantes procedentes de zonas conflictivas constituye un grave problema internacional que se puede relacionar directamente con la financiación de conflictos armados, las actividades de los movimientos rebeldes dirigidas a socavar o a derribar gobiernos legítimos…” y luego “…RECORDANDO que el Proceso de Kimberley, puesto en marcha para encontrar una solución al problema internacional de los diamantes conflictivos, incluía a todos los interesados, es decir, a los Estados que producen, exportan e importan los diamantes, a la industria del diamante y a la sociedad civil”3, se define a los “diamantes conflictivos” como todos aquellos utilizados por movimientos rebeldes o sus aliados para financiar conflictos. En el documento se estipulan un conjunto de requisitos que los Gobiernos miembros de la Organización deben cumplir, entre los que se enumeran: a) crear un sistema de controles internos destinado a eliminar la presencia de diamantes conflictivos en las remesas de diamantes en bruto importadas a su territorio y exportadas desde aquel; b) designar una autoridad o autoridades responsables de las importaciones y las exportaciones; c) asegurarse de que los diamantes en bruto se importan y exportan en contenedores a prueba de manipulaciones; d) de acuerdo con las necesidades, modificar o promulgar las leyes o la reglamentación necesaria para la aplicación del sistema de certificación y arbitrar sanciones disuasivas proporcionadas en caso de violación; 2 3 http://www.kimberleyprocess.com/background/index_es.html http://www.kimberleyprocess.com/documents/basic_core_documents_en.html GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 3 e) recabar y conservar los datos oficiales pertinentes sobre la producción, importación y exportación y verificar y comunicar estos datos de conformidad con las disposiciones establecidas.4 Por otro lado, se estipula que los Gobiernos deben garantizar la seguridad de los trabajadores en las minas y yacimientos de extracción, así como velar por el respeto de normas y principios inscriptos en la Carta de las Naciones Unidas. Marange: Una nueva oportunidad para el ZANU-PF El África negra ha sido la región más afectada por los conflictos de los denominados “diamantes de sangre” y asimismo, la debilidad institucional de sus sistemas políticos no ha ayudado a un control eficaz de su comercio. Zimbabwe no ha sido la excepción en este sentido. El Estado africano (antes de su independencia denominado Rhodesia) comenzó a mostrar signos de inestabilidad luego de 1980, al terminar una cruenta guerra civil entre las minorías blancas y las mayorías negras, que llevó a Robert Mugabe, con el partido ZANU, al poder. Como explica Richard Dowden, lo que el electorado entendía bien era que sólo Mugabe, que desde sus comienzos había optado por la lucha armada y controlaba gran parte de los grupos beligerantes de la región, podía terminar con el conflicto: “muchos de los que votaron al ZANU-PF estaban votando por la paz más que por Mugabe” (DOWDEN; 2008: 134) El líder zimbabuense se había convertido en un nuevo Nkrumah o Kenyatta, una especie de héroe de liberación nacional que había luchado por las tierras de los pueblos oprimidos en manos de los blancos. Desde ese momento, Mugabe pretendió imponer el unipartidismo en el país. A partir de los años 90, el nuevo gobierno mantuvo todas las leyes opresivas que Ian Smith (Presidente del régimen racista en el país anterior a la aparición del actual gobernante) había utilizado en su dictadura; esgrimiendo como argumento el desequilibrio en que la región se encontraba inmersa: sobreviene la aparición de la ecuación de la “seguridad nacional”. Mientras tanto, el flamante líder acumulaba poder en el Ejecutivo. Es interesante comprender que, bajo el velo de un pensamiento socialista, el líder zimbabuense contribuyó a la metamorfosis del nacionalismo africano hacia el radicalismo y el nativismo. Como explica Ndlovu-Gatsheni, el debate sobre esta transformación ha incluido duras críticas al nativismo africano: para algunos autores 4 http://www.kimberleyprocess.com/documents/basic_core_documents_en.html GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 4 esto no es más que una filosofía falsa fundada en una neurosis sobre la victimización del continente (NDLOVU-GATSHENI; 2009: 63). La identidad que el Presidente construyó mediante la retórica discursiva para defender las políticas de su gobierno se encuentra subsumida (en especial en los últimos años) en una lógica del binomio “amigo-enemigo”, o mejor, el binomio “zimbabuense-amabhunu” (Boers, en referencia a los granjeros blancos sudafricanos). Las luchas por la liberación de clases comenzaron a transformarse en el continente, para sedimentar en la idea de emancipación de las comunidades oprimidas por el blanco colonizador. En contradicción con el discurso conciliador que había manejado en la década de los 805, Mugabe comenzó a principios de los 90 a culpar a los blancos de complot en asociación con el gobierno de Pretoria (en ese momento, Sudáfrica se encontraba enmarcada en las luchas para eliminar el régimen racista del Apartheid). En el año 2000, el Régimen se encargó de debilitar a la oposición blanca eliminando su fortaleza: la riqueza de este grupo provenía de la tierra y las industrias agropecuarias de comercio y procesamiento. Harare expropió las tierras en propiedad de los blancos y abrazó lo que Mugabe denominó la “tercera Chimurenga” (la tercera vez que los Shona fueron a la guerra para defender sus tierras; la primera había sido en 1896 con el arribo de los colonizadores, la segunda estaba enmarcada en las guerras de liberación de 19706): los auténticos hijos de la tierra no eran en su pensamiento, los blancos. Los argumentos de la lucha fueron el deseo de logro de la justicia redistributiva y la “nativización” de la economía. Lo cierto es que favoreció a la censura de fuerzas que no estaban dentro del ZANU-PF. Instantáneamente, en un Estado netamente agropecuario, la estructura económica colapsó, comenzó el desabastecimiento y se dieron los primeros desplazamientos de poblaciones a Estados vecinos. En 2008, nuevas votaciones presentaron un posible cambio en el país: Morgan Tsvangirai (opositor al oficialismo por el MDC, que enfatizaba la democratización, los derechos humanos y la buena gobernanza) ganaba las elecciones en Junio. Mugabe 5 Entre las frases más relevantes del discurso que enuncia en Febrero de 1980 se destaca: “…nunca sería una justificación correcta decir que porque los blancos nos oprimieron ayer cuando tenían el poder, los negros debemos oprimirlos hoy porque tenemos el poder” (DOWDEN; 2008: 135). 6 El territorio del país se divide étnicamente en dos comunidades: los Shona, ocupando el centro, este y norte y conformando aproximadamente un 80% de la población, y los Ndebele, ocupando el sur y sur-este y conformando aproximadamente un 20%. Históricamente existe una historia de enemistad entre los dos pueblos, inclusive el partido ZANU (de Mugabe, representando a los Shona) fue apoyado por la URSS y el ZAPU (representando a la comunidad Ndebele, con Joshua Nkomo como líder) fue apoyado por China durante algunos períodos de la guerra fría. Uno de los objetivos de Mugabe cuando ocupa el poder era la comunidad Ndebele, argumentando que se habían convertido en mercenarios a favor de Sudáfrica y que tenían como principal objetivo la desestabilización de su gobierno (DOWDEN; 2008: 138-139) GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 5 decidió una repartición del poder, otorgándole el cargo de Primer Ministro. Sin embargo, hasta la actualidad el desarrollo del Estado se ha visto obstaculizado por su débil estructura económica y política, adicionando el alejamiento del MDC con ZANUPF. En la actualidad, Zimbabwe subsiste a duras penas: en 2006 la esperanza de vida de la población rondaba los treinta y cinco años y, en 2008 la inflación se estimaba en 160.000 por ciento (DOWDEN; 2008: 156). Así también, en los últimos años, las denuncias de constantes violaciones de los derechos humanos y el poco fortalecimiento institucional del país en cuanto a los términos occidentales, lo han aislado de la Comunidad Internacional, con algunas excepciones, entre las que se cuentan las nuevas relaciones bilaterales con la República Islámica de Irán y por otra parte, las relaciones con el continente negro (la denominada “solidaridad africana”). Con una economía deteriorada, los yacimientos de diamantes en la región de Marange son para Harare un alivio: “los campos (…) podrían producir entre 1.000 y 1.700 millones de dólares (…) por año, ganancias que pondrían a Zimbabue en la lista de los seis mayores productores de diamantes del mundo. Una suma gigante para un país cuyo PIB era de 4.400 millones de dólares (…) en 2009, según el Fondo Monetario Internacional. Zimbabue necesita urgentemente más fondos para combatir el hambre, la enfermedad y la pobreza de su población” (El País, 2010). Para una estructura productiva pequeña como la de éste país africano, los yacimientos abren puertas nunca antes vistas. La expansión de dicha actividad productiva tiene su auge en la década del 90 de la mano de compañías británicas. En 2006, African Consolidated Resources (compañía de exploración y explotación mineral con base en Reino Unido y operaciones en Zimbabwe, Zambia y Mozambique) tomó el control de explotación de las minas, pero en el mismo año, el Gobierno de Harare decidió adquirir los derechos de explotación en la región y declaró los campos abiertos a cualquiera que quiera explotarlos7. La fiebre por los diamantes comenzó rápidamente: mineros ilegales en condiciones infrahumanas extraían los minerales y su comercialización en este primer período se llevaba a cabo entre aquellos y el Gobierno. Pero gradualmente, un mercado ilegal comenzó a desarrollarse. La consolidación de una economía sumergida paralela a la actividad aumentó las preocupaciones del gobierno, respondiendo éste con operaciones militares (la primera en 2006, denominada “Operación Chirorokoza Chapera”, en donde comienzan 7 http://www.diamonds.net/cms/Zimbabwe/docs/Marange_Timeline_041110.pdf GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 6 los abusos por parte de las Fuerzas de Seguridad) con miras a controlar el comercio ilícito, perpetrando violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Es en este momento en que la Policía toma el control de la región y, es que, como tal vez explica The Sunday Times, mientras los grupos defensores de los derechos humanos condenaban las campañas, los diplomáticos concluyeron que fue otro intento desesperado del Presidente Mugabe por encontrar nuevos recursos para retribuir a las fuerzas militares que lo mantienen en el poder8 (The Sunday Times, 2008). Asimismo, los informes de determinadas ONG´s sugieren que el Banco Central de Zimbabwe ha sido el mayor comprador de diamantes ilegales desde principios de 2006. En 2009, Human Rights Watch a través de su reporte sobre la situación en el país, expresaba que las fuerzas armadas estaban perpetuando en trabajos forzados a niños y adultos y torturando a las poblaciones locales para tomar el control absoluto sobre los yacimientos. Con la complicidad del ZANU-PF, la región se ha convertido en una zona sin ley. La ONG explicó también que la incautación de diamantes y el agravamiento de la violencia ocurrieron durante la mayor crisis económica del país, causada por las políticas del ZANU-PF, que ocasionaron altas tasas de inflación, desempleo, hambrunas y el aumento de enfermedades9 (Human Rights Watch, Junio 2009). En este sentido, los oficiales militares han conformado grupos (“sindicatos”) constituidos por trabajadores de las comunidades locales que se encargan de explotar los yacimientos para los intereses de las fuerzas armadas y así, consolidar la lealtad al partido en el poder. Las ventas ilegales de diamantes han contribuido a la corrupción y el enriquecimiento ilícito de los altos cargos del Partido y del Gobierno. La Respuesta de las ONG´s y de la Comunidad Internacional Las organizaciones civiles que forman parte del sistema de regulaciones internacional de comercio de las piedras preciosas han unificado esfuerzos en las últimas semanas (tras la inminente finalización del plazo que el Proceso Kimberley le dio a Zimbabwe para tomar medidas que implican cumplir con los estándares mínimos de explotación de los minerales), para exigir que el país africano cumpla con sus obligaciones de acuerdo a los compromisos firmados: eliminar de la región el contrabando (mayoritariamente hacia Mozambique, Sudáfrica e India), la corrupción y 8 9 http://www.timesonline.co.uk/tol/news/world/africa/article5299061.ece http://www.hrw.org/en/news/2009/06/26/zimbabwe-end-repression-marange-diamond-fields GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 7 los abusos a civiles y lograr un control completo de la industria del diamante en el país, así como regular las certificaciones para la exportación de los productos mediante los procesos estipulados. En 2008, los grupos civiles que forman parte de la Organización, habían pedido la suspensión de Zimbabwe del organismo regulatorio. El SCPK lanzó en 2010 un Programa de Vigilancia contra el blanqueo de los diamantes tratados ilícitamente hacia todos los miembros y participantes del Proceso de Kimberley, en orden de vigilar y controlar el tráfico ilícito que podría financiar a las tropas gubernamentales que controlan las zonas en donde se encuentran los minerales10. Los miembros del Sistema abogan en la actualidad por la finalización de las sistemáticas violaciones a los derechos humanos junto con el cumplimiento de las mínimas normas para la apertura del comercio y, por otro lado, el inicio de investigaciones sobre los inminentes casos de violaciones ocurridas en la región. Es necesario en este sentido, una redefinición del concepto “diamantes conflictivos”, adicionando la noción de explotación del mineral en esta situación. Por su parte, Human Rights Watch hizo un llamamiento a los Estados de la región a impedir y controlar el comercio ilegal del producto, mediante controles fronterizos estrictos y, con especial referencia a Sudáfrica, mediante la presión que pueden imponer los organismos regionales como el SADC o la Unión Africana. Objetivo: Mantener una estructura de poder Los beneficios para el ZANU-PF son claros: mientras el brazo armado del gobierno pueda mantener el control de las minas en la región de Marange, Mugabe mantendrá la lealtad del ejército, facilitando una balanza de poder a su favor. Nos encontramos frente a un Gobierno que en la actualidad está presionado por la Comunidad Internacional para fortalecer las instituciones democráticas en su estructura política (que hoy se acerca más a una especie de “democracia” con altos tintes de dictadura), y que necesita de los recursos que los yacimientos pueden ofrecerle para mantener el status quo que se perfila con grandes inestabilidades desde 2008. El desequilibrio en la región parece apremiante si los países del continente no imponen un control estricto sobre el tráfico ilegal (un mercado sumergido que se 10 http://www.kimberleyprocess.com/download/getfile/1077 GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 8 magnifica a pasos agigantados) y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, especialmente en los vecinos Mozambique y Sudáfrica. Tal vez las recetas que propone la comunidad internacional no sean las acertadas (un mercado abierto fundado en una doctrina neo-liberal que apoye los cimientos de las instituciones de una democracia occidental), pues “África para los africanos” debe ser en la actualidad una prerrogativa de los organismos internacionales, siempre al resguardo de que los acuerdos internacionales se han hecho para ser cumplidos; incluido el respeto por una cada vez más defendida definición de la seguridad humana. Es necesario señalar que el Proceso Kimberley también se encuentra apoyado por multinacionales que ven en los recursos naturales de los denominados Estados fallidos, una oportunidad para acrecentar el comercio internacional. Como explica Ndlovu-Gatsheni, el nacionalismo africano que llevó entre otros, a Mugabe al poder y que inicialmente había asumido el carácter de desarrollismo y concepción cívica de la Nación se vio transformado hacia un radicalismo africano y un Nativismo a la defensiva, especialmente en el caso de Zimbabwe (NDLOVU-GATSHENI; 2009: 67). La utilización de instrumentos retóricos para obtener el apoyo de la población en nombre de una “causa justa” no es nueva, pero se vuelve peligrosa cuando se combina con elementos que ponen en peligro la seguridad humana. Una cosa es clara, sin una presión internacional unificada, los yacimientos de Marange se presentan ante Mugabe como una oportunidad para perpetuarse en el poder. GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 9 BIBLIOGRAFÍA Dowden, Richard (2008), África: altered states, ordinary miracles. London: Portobello Books Ltd. Ndlovu-Gatsheni, Sabelo J. (2009), Africa for Africans or Africa for “Natives” Only? “New Nationalism” and Nativism in Zimbabwe and South Africa, in: Africa Spectrum, 44, 1, 61-78. ISSN: 1868-6869. Dugger, Celia W. 2010, “Zimbabwe diamonds fail to get conflict-free approval”, The New York Times, 24 de Junio. Disponible en: http://www.nytimes.com/2010/06/25/world/africa/25diamonds.html?ref=africa “Los diamantes de Zimbabue podrían perpetuar a Mugabe”, El País, 22 de Junio de 2010. Disponible en: http://www.elpais.com/articulo/internacional/diamantes/Zimbabue/podrian/perp etuar/Mugabe/elpepuint/20100622elpepuint_10/Tes “ZIMBABWE: Soldiers are the new illegal diamond miners”, IRIN humanitarian News and Analysis, 20 de Enero de 2009. Disponible en: http://www.irinnews.org/report.aspx?ReportID=82477 Swain, Jon 2008, “Battle for Zimbabwe´s blood diamonds”, The Sunday Times, 7 de Diciembre. Disponible en: http://www.timesonline.co.uk/tol/news/world/africa/article5299061.ece Dibon, Robyn (2008), “Death stalks a field of gems”, Los Angeles Times, 4 de Diciembre. Disponible en: http://articles.latimes.com/2008/dec/04/world/fgdiamonds4 Páginas web consultadas: African Consolidated Resources Plc.: http://www.acrplc.com/ Kimberley Process: http://www.kimberleyprocess.com/home/index_es.html, http://www.kimberleyprocess.com/documents/basic_core_documents_es.html, http://www.kimberleyprocess.com/download/getfile/1077 Diamonds.net powered by Rapaport Group: http://www.diamonds.net/cms/Zimbabwe/docs/Marange_Timeline_041110.pdf Human Rights Watch: http://www.hrw.org/en/news/2009/06/26/zimbabwe-end-repression-marangediamond-fields GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 10