generación del 98

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generación del 98
GENERACIÓN DEL 98
Génesis y evolución de la Generación del 98
En los últimos años del siglo XIX, surgió un grupo de jóvenes
escritores con preocupaciones políticas, herederos directos del
Regeneracionismo (1). Estos autores comenzaron publicando
diversos artículos periodísticos y después emprendieron el camino
del ensayo y de la novela.
Según Azorín, este grupo de autores constituyó la llamada
Generación del 98. Los rasgos comunes que identificarían a todos
los componentes de la Generación son la ideología progresista que
revelan sus primeras obras y la preocupación por el estado de crisis
social y política de la España de la época.
Es difícil delimitar la nómina de escritores que pertenecen a la
Generación del 98, entre otras razones, porque los autores del 98
no tuvieron conciencia de pertenecer a ninguna generación.
Generalmente, se suele aceptar que la Generación del 98 estuvo
formada por Azorín, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu. A ellos se les
suele añadir Unamuno, como percursor y maestro, y Antonio
Machado, como epígono miembro tardío de la Generación.
Azorín, Pío Baroja y Ramiro Maeztu formaron el único grupo
homogéneo dentro de la Generación del 98. Juntos publicaron
algunos artículos firmados con el sobrenombre de Los Tres, y en
1901 publicaron un Manifiesto en el que denunciaban el clima de
descomposición espiritual de la España del momento y anunciaban
su intención de cooperar a la generación de un nuevo estado social.
No obstante, el grupo se deshizo rápidamente. Ya en 1901,
Maeztu publicó un artículo en el que acusaba a Azorín de estar a
sueldo para desprestigiar a los escritores progresistas, y a partir de
1905 cada uno evolucionó hacia posturas ideológicas dispares.
La generación del 1898 cometió el error de buscar una respuesta
abstracta y filosófica a los problemas concretos y prácticos
planteados por el estado de España. Ellos pensaban que el
problema de la situación era la falta de conciencia nacional y la vida
espiritual y que el país estaba pasando por una crisis de conciencia.
Para ellos la solución era modificar la mentalidad de su pueblo y
pretendían hacerlo a través de sus obras, artículos, revistas, etc.
Características de la Generación del 98
Desde que Azorín “inventara” la Generación del 98. Se han venido
señalando algunos rasgos que podrían individualizar a los autores
del 98 frente a otros escritores coetáneos. Entre rasgos destacan
los siguientes:
 La actitud de preocupación ante la situación de España. Esta
actitud contrasta con la evasión del Modernismo hacia lo estético
y aproxima a los noventayochistas a la postura crítica de Larra.
Mientras que los modernistas pretendieron una renovación
estética, los autores del 98 persiguieron conmover la conciencia
nacional.
 El idealismo de las soluciones que aportan para regenerar el
país. Este idealismo contrasta con la postura pragmática de los
regeneraconistas. Así, mientras los regeneracionsitas intentaron
llevar a la práctica sus ideas, algunos críticos han destacado la
abulia de los autores del 98 y su incapacidad para pasar a la
acción e intentar aplicar las reformas propuestas.
 La búsqueda de lo auténticamente español a través de la historia
y de la literatura. En opinión de los escritores noventayochistas,
Castilla constituye la esencia del alma española por eso buscan
las claves de lo auténticamente español en Castilla, en la Edad
Media castellana y en la literatura castellana medieval.
Este conjunto de rasgos se reflejó tanto en la actitud vital de cada
autor como en los temas de sus obras.
La lengua literaria de la Generación del 98
Los autores que componen la Generación del 98 no muestran estilo
uniforme. El individualismo del que hicieron gala hizo que cada
escritor se esforzara por encontrar un estilo propio, personal
diferenciador. Ahora bien, pese a la variedad de estilos, todos
coincidieron en lo siguiente:
 El rechazo del barroquismo y del retoricismo decimonónico “Huid
del preciosismo-decía Machado-, que es el mayor enemigo de la
originalidad. Pensad que escribís en una lengua madura, repleta
de folclor, de sabor popular, y que ése fue el vaso santo de
donde sacó Cervantes la creación literaria más original de todos
los tiempos”.
 La precisión y la claridad. Azorín decía: “Escribimos mejor
cuanto más sencillamente escribimos; pero somos muy contados
los que nos avenimos a ser naturales y claros”.
 La recuperación de localismos y arcaísmos. Así, por ejemplo,
Unamuno incorporó a sus obras palabras procedentes del léxico
rural de Salamanca y otras voces de raíz popular, como
“entresijo”, “redaños”, “meollo”; y Azorín revivió palabras que
yacían en obras literarias antiguas: “rejuela” (brasero para
calentarse los pies) “represa”, “tundidor” (persona que tunde o
golpea la lana para colchones)...
Opiniones de la crítica sobre el concepto Generación del 98
La Generación del 98 es considerado por algunos críticos dentro de
un movimiento literario mucho más amplio: el modernismo. Otros,
como Pedro Salinas, se opusieron a esta identificación y
consideraron ambos como fenómenos literarios independientes: la
Generación del 98 y el modernismo. Para Mainer, el concepto de
generación está tomado de la sociología y no es exacto trasponerlo
a otro campo como es el literario. El historiador Tuñón de Lara,
finalmente, prefiere manejar el concepto de 'Grupo del 98'.
(1) Se llamó regeneracionistas a un conjunto de intelectuales que
durante el último cuarto del siglo XIX se platearon el problema
de la decadencia española y abogaron por la necesidad de
regenerar el país mediante la aplicación de un vasto programa
de reformas. Entre las reformas que los regeneracionistas
propusieron destacan la racionalización en el uso y la
distribución de la tierra, la modernización de la administración
pública y la mejora de la enseñanza. Joaquín Costa sintetizó el
ideario regeneracionista en una famosa expresión: “despensa y
escuela”.
TEXTO COMPLENTARIO
Quiero fechar idealmente estas páginas españolas en un viejo
pueblo castellano; uno de esos pueblos que he intentado retratar en
mis libros. El campo se extiende ante mi vista; se halla en la
primavera cubierto con el tapiz verde de los sembrados, roto acá y
allá por las hazas hoscas, negras, de los barbechos y eriazos;
aparece en otoño desnudo, pelado, de un uniforme color grisáceo.
No se yerguen árboles en la llanura; no corren arroyos ni manan
hontanares. El pueblo reposa en un profundo sueño...
Ningún lugar mejor que estos parajes para meditar sobre nuestro
pasado y nuestro presente. Causa de la decadencia de España han
sido las guerras, la aversión al trabajo, el abandono de la tierra, la
falta de curiosidad intelectual... No hay más aplanadora y
abrumadora calamidad para un pueblo que la falta de curiosidad por
las cosas del espíritu: se originan de ahí todos los males. Se origina
de ahí la ausencia de examen, de comparación, de apreciación, de
crítica. De crítica engendradora de adhesión y de repulsión, de
entusiasmo y hostilidad que remueven la inercia de los de abajo e
impiden la corrupción de los de arriba.
Esos españoles que hemos hecho desfilar por estas páginas,
movidos estaban de una insaciable curiosidad intelectual; viajaron
por Francia, Italia, Alemania, Inglaterra. Los que no salieron de
casa –como Gracián- sentíanse ansiosos por toda novedad
filosófica o primor literario. La falta de curiosidad intelectual es la
nota dominante en la España presente. ¿Cómo haremos para que
interese un libro, un cuadro, un paisaje, una doctrina estética, una
manifestación nueva del pensamiento? ... No saldrá España de su
marasmo secular mientras no haya millares y millares de hombres
ávidos de conocer y comprender.
(“Lecturas españolas” de Azorín)
CUESTIONES
1. Contenido
2. Actitud de Azorín ante la situación de España.
3. La presencia de Castilla.
4. Rasgos de la generación del 98.

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