Semana del 19 al 25 de Junio, de 2011

Transcripción

Semana del 19 al 25 de Junio, de 2011
Semana del 15 al 21 de Junio, de 2014. Domingo de LA SANTÍSIMA TRINIDAD.
1.- TEMA: “LA SANTÍSIMA TRINIDAD”
2.- HISTORIA:
“Sofía, está de visita”
La prima de Carlitos había sido invitada por Natalia a pasar toda la semana en casa de ellos. Sofía tenía la
misma edad que Natalia, y desde pequeñas solían andar juntas y se llevaban muy bien, hasta que los papás de
“Sofi” decidieron irse a vivir a otra ciudad. Desde entonces se veían muy poco durante el año, pero cuando
llegaban las vacaciones, no perdían la oportunidad de pasar un tiempo juntas.
Aquella semana había sido muy divertida para todos, tanto Natalia como Carlitos disfrutaron como nunca de la
compañía de su prima. Llegado el domingo, de camino a la Iglesia para asistir a Misa, notaron algo extraño en
Sofía, que estaba callada y pensativa; entonces, le preguntaron qué era lo que sucedía. Ella, con un gesto de
tristeza, les respondió: “Es que hace varios meses que no voy a Misa ni a la Iglesia y la verdad, tengo miedo que
Dios esté molesto conmigo, por haberlo olvidado todo este tiempo”.
Con una enorme sonrisa, Natalia le dijo: “No tienes nada que temer, Dios es un Padre bueno que conoce
nuestras faltas y que nos ama a pesar de ellas, por eso mandó a Su Hijo Jesús, para que todos los que creemos
en Él, no tengamos miedo de perder su amistad, sino que nos arrepintamos de nuestros pecados, pidamos
perdón y algún día podamos estar con Él para siempre en el cielo”.
Aún con cierto temor, Sofía preguntó: ¿Osea que Dios no castiga? y Carlitos, que no podía perder la oportunidad
de hablar, respondió: “Él no quiere castigarnos, y por eso mandó a Su Hijo Jesús, para salvarnos y no para
condenarnos. Lo que nosotros debemos hacer es tener fe y creer en Él, porque Dios siempre quiere lo mejor
para nosotros”.
Después de oír estas palabras, Sofía ya no tenía miedo sino al contrario, estaba decidida a confesarse y pedirle
perdón a Dios por haberlo abandonado ese tiempo. Y aquel domingo fue para todos un día de verdadero
encuentro con el Señor.
3.- EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 3, 16-18
“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que
tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara
por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el
Hijo único de Dios”.
Palabra del Señor / Gloria a Ti, Señor Jesús
4.- RELACIONES:
En el Evangelio:
“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su hijo
único, para que todo el que crea en él no perezca,
sino que tenga vida eterna.
En la Historia:
Natalia le dijo a Sofía: “No tienes que temer, Dios es
un Padre bueno que conoce nuestras faltas y que nos
ama a pesar de ellas, por eso mandó a Su Hijo Jesús,
para que todos los que creemos en Él, no tengamos
miedo de perder su amistad, sino que nos
arrepintamos de nuestros pecados, pidamos perdón y
algún día podamos estar con Él para siempre en el
cielo”.
Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino
para que el mundo se salvara por él. El que cree en
él no será condenado; pero el que no cree ya está
condenado, por no haber creído en el Hijo único de
Dios”.
Carlitos respondió: “Dios no quiere castigarnos, y por
eso mandó a Su Hijo Jesús, para salvarnos y no para
condenarnos. Lo que nosotros debemos hace es
tener fe y creer en Él, porque Dios siempre quiere lo
mejor para nosotros”.
MORALEJA: “Dios nos ama tanto, que nos dio a Su Hijo único para salvarnos. Nosotros debemos corresponder
a ese amor creyendo en Él”.
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5.- CATEQUESIS
CIC 292 La acción creadora del Hijo y del Espíritu, insinuada en el Antiguo Testamento, revelada en la Nueva
Alianza, inseparablemente una con la del Padre, es claramente afirmada por la regla de fe de la Iglesia: “Sólo
existe un Dios...: es el Padre, es Dios, es el Creador, es el Autor, es el Ordenador. Ha hecho todas las cosas por
sí mismo, es decir, por su Verbo y por su Sabiduría” “por el Hijo y el Espíritu”, que son como “sus manos”. La
creación es la obra común de la Santísima Trinidad.
CIC 260 El fin último de toda la economía divina es la entrada de las criaturas en la unidad perfecta de la
Bienaventurada Trinidad. Pero desde ahora somos llamados a ser habitados por la Santísima Trinidad: “Si alguno
me ama -dice el Señor- guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él”.
Dios mío, Trinidad que adoro, ayúdame a olvidarme enteramente de mí mismo para establecerme en ti,
inmóvil y apacible, como si mi alma estuviera ya en la eternidad; que nada pueda turbar mi paz, ni
hacerme salir de ti, mi inmutable, sino que cada minuto me lleve más lejos en la profundidad de tu
Misterio. Pacifica mi alma. Haz de ella tu cielo, tu morada amada y el lugar de tu reposo. Que yo no te deje
jamás solo en ella, sino que yo esté allí enteramente, totalmente despierta en mi fe, en adoración,
entregada sin reservas a tu acción creadora (Oración de la Beata Isabel de la Trinidad).
Una vez más, el Evangelio de este domingo nos muestra el gran amor que Dios nos tiene; al mismo tiempo y
justamente por esa entrega de amor a cada uno de nosotros, sus hijos, es que nos pide confianza en Él y en su
Palabra.
Dios Padre entregó a Su Hijo Único por amor al mundo, de igual manera, Jesús por amor se entregó en la Cruz,
y por amor el Espíritu Santo descendió sobre la Iglesia el día de Pentecostés.
No es tan fácil comprender el misterio de Dios revelado como Trinidad; entender de qué manera estamos
llamados a vivir con Dios, que es Uno y Trino. Jesús hecho carne en el Profeta de Galilea es el mejor punto de
partida, para comprender y alimentar nuestra fe.
1º ¿Cómo podemos vivir ante el Padre?
Por medio de Jesús aprendemos dos aspectos esenciales e importantes:
En primer lugar, con una confianza total. El Padre es bueno con nosotros; nada le importa más que nuestro bien.
Por eso es que debemos buscar momentos de íntima oración con Dios, allí podremos hablar con el Padre como
hijos necesitados.
Esa necesidad puede manifestarse de diversas maneras: Necesidad de respuestas a nuestros problemas,
necesidad de amor, de consuelo, de fuerza para superar momentos difíciles, etcétera. Podemos confiar
plenamente en Él, sin temores, sin penas, ni vergüenzas de lo que pueda pensar o sentir, con toda la
transparencia y sinceridad de nuestra parte, sabiendo que Él conoce todo en nuestro interior.
En segundo lugar, debemos demostrar una docilidad incondicional para acomodarnos a la voluntad de ese
Padre, pues Él sólo quiere acompañarnos en nuestro camino por la vida, quiere librarnos de los peligros. No hay
mejor manera de vivir nuestras vidas: el camino de Dios es el acertado.
2º ¿Qué significa vivir con el Hijo de Dios encarnado?
Primero, debemos seguir a Jesús: Conocerlo, creerle, hacernos sus amigos y aprender a vivir siguiendo sus
pasos.
En nuestro propósito de vivir santamente, debemos tratar de ver las cosas como Él; ver como sus ojos verían,
tratar de sentir como Él lo haría, actuar sintiendo que Él es quien está en nuestras conductas y actitudes, y por
tanto, tener paz y dar paz a nuestro prójimo. Así vive Dios cuando se encarna y así debemos vivir nosotros,
siendo un espejo de Su amor y de Su santidad.
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En segundo lugar, debemos hacernos parte activa en el Proyecto de Dios que Jesús pone en marcha, siguiendo
la voluntad del Padre. Este Proyecto que a la vez supone dos tareas: La salvación de las almas y la “Edificación
del Reino”, que es el horizonte que se nos propone desde el misterio último de Dios, para hacer la vida más
digna y buena, ya desde esta tierra, y con la vista siempre fija en la Vida Eterna.
3º ¿Qué es vivir bajo la luz del Espíritu Santo?
Es vivir principalmente animados por el amor. Lo esencial es vivirlo todo con amor y desde el amor. El amor es la
fuerza que pone sentido, verdad y esperanza en nuestra existencia. Es el amor el que nos salva de todo error
que cometamos, de todo mal paso que demos y cuando hacemos las cosas con amor, también las notamos;
percibimos cuando una persona nos trata con amor y nos sentimos bien, ahí está Cristo.
Quien vive “ungido por el Espíritu de Dios” se siente enviado de manera especial a anunciar la Buena Nueva. Esa
es la fuerza liberadora para los que se encuentran atrapados en el pecado; pone luz en quienes viven encerrados
en un mundo triste y oscuro, es un regalo para quienes se sienten solos y olvidados.
Desde que somos niños nos enseñan a rezar el Credo, y es importante saber que en él profesamos nuestra fe
tanto en el Padre como en el Hijo y en el Espíritu Santo.
También sabemos que al bautizarnos como cristianos nos hacemos Hijos del Padre, en la Primera Comunión
recibimos por primera vez el Cuerpo de Cristo, que durante el Sacramento de la Confesión recibimos
nuevamente la gracia de Dios Padre, que nos abraza como al hijo pródigo, y que con la Confirmación recibimos
la ratificación del Sello definitivo e imborrable del Espíritu Santo, que ya nos había marcado también en el
Bautismo…
Pidámosle entonces hoy a Dios, Uno y Trino, que fortalezca nuestra voluntad para abrirle nuestro corazón,
volvamos a Él profundizando e incrementando nuestra oración, y no tengamos miedo de pedirle perdón por
nuestros pecados; y si aún no lo tenemos como amigo, no tengamos miedo de decirle que queremos hacerlo,
que queremos amarlo, no dudemos en acercarnos a Él y a Sus Sacramentos, que no podremos tener mejor lugar
y más sano para crecer y vivir con la meta puesta en Su promesa: La vida eterna.
6.- REFLEXIONANDO CON LA GRAN CRUZADA: CA 106
He determinado dar a quien Me invoca con afecto, con fe, una especial recompensa en el Cielo; tantas veces Me
llamó en la tierra y otras tantas será alabado por todos los bienaventurados en el Cielo. Pero el que Me llama
distraídamente o por costumbre, ¿qué quiere de Mí si ni siquiera repara en Mi Nombre? Este Mi Nombre no da
fuerza si no Me aman; no puede suscitar sentimientos de piedad si no se pronuncia con el corazón más que con
los labios. ¿Quién conoce el poder que encierra el Nombre que Me dio Mi Padre?...
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7.- ACTIVIDADES:
7.1.- Actividades para niños de 1er. grado (niños de entre 5 y 7 años).
7.1.1.- Colorea la figura que nos relata el Evangelio.
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7.1.2.- Responde la siguiente pregunta reemplazando, en la respuesta, las figuras con vocales, según
corresponda. Luego procura aprender la jaculatoria que está debajo.
7.1.3.- Completa las frases del Evangelio con las palabras que faltan, sólo debes seguir la línea correcta y
encontrarás la palabra correspondiente.
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7.2.- Actividades para el grupo de 3er. año (niños de entre 8 y 10 años de edad).
7.2.1.- Responde las siguientes preguntas, referentes al Evangelio.
7.2.2.- En este dibujo: El Padre, El Hijo y el Espíritu Santo, aparecen separados, ¿podrías encontrar el
camino que los une? Luego colorea la imagen
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7.2.3.- Encuentra en la sopa de letras las palabras que están en los recuadros.
7.2.4.- Une cada globo que forma la Santísima Trinidad, con la obra que realiza cada una de la Tres
Personas. Observa el ejemplo. Luego reza el “Gloria” en honor a la Santísima Trinidad.
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7.3.- Actividades para el grupo de 5º año (niños de entre 10 y 12 años de edad).
7.3.1.- Completa las respuestas con las palabras que faltan.
7.3.2.- Forma palabras, ordenando las letras en las casillas que aparecen.
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7.3.3.- Resuelve el siguiente crucigrama.
7.3.4.- Descubre la frase del Evangelio, reemplazando las letras con números y viceversa.
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