EL PECADO

Transcripción

EL PECADO
EL PECADO
Marcelo Carcamo
ENE 2008
Una leyenda árabe dice que cierto molinero un día fue sorprendido por un camello que metió la cabeza por la puerta de la
tienda en que estaba durmiendo, y que le dijo: “Afuera hace mucho frío, permíteme meter tan sólo las narices”. El árabe
le dio permiso de hacerlo así; pero pronto había metido todo el cuerpo, lo cual no era muy agradable al molinero, quien
comenzó a quejarse diciendo que el cuarto era muy chico para los dos. Entonces el camello respondió “Si tú estás
incómodo puedes salirte; yo, por mi parte, voy a quedarme donde estoy”.

¿Qué hace el pecado con nosotros?
Is 59.1-2.
1
El poder del Señor no ha disminuido
como para no poder salvar,
ni él se ha vuelto tan sordo
como para no poder oir.
2
Pero las maldades cometidas por ustedes
han levantado una barrera entre ustedes y Dios;
sus pecados han hecho que él se cubra la cara
y que no los quiera oir.
A. Dios siempre ha querido estar cerca de nosotros (v.1).
B. “Pecado” viene del nombre hebreo que significa “errar en el camino”.
C. Dios nos creó para vivir en comunión con El, pero el pecado nos hace errar el camino.
D. El pecado nos separa de Dios como una muralla, por eso Dios lo odia.
E. Una relación con Dios sólo es posible si la muralla es removida por su perdón.

¿Cómo nace el pecado?
Stgo 1:14-15.
14
Al contrario, uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. 15De estos malos deseos nace el
pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte.
A. De nuestros malos deseos. ¡Dios no nos tienta!.
B. El camino del Pecado:
C. Tenemos la tendencia a culpar a los demás de nuestros actos, pero cada uno es responsable.
D. El destino final del pecado es llevarnos a la MUERTE ESPIRITUAL = lejos de Dios.

No nos bautizamos para vivir en pecado
Ro 6:1-13
1
¿Qué diremos entonces? ¿Vamos a seguir pecando para que Dios se muestre aún más bondadoso? 2¡Claro que no!
Nosotros ya hemos muerto respecto al pecado; ¿cómo, pues, podremos seguir viviendo en pecado? 3¿No saben ustedes
que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? 4Pues por el bautismo fuimos
sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el
glorioso poder del Padre.
5
Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. 6Sabemos
que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido
y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. 7Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. 8Si nosotros hemos
muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. 9Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a
morir. La muerte ya no tiene poder sobre él. 10Pues Cristo, al morir, murió de una vez para siempre respecto al pecado;
pero al vivir, vive para Dios. 11Así también, ustedes considérense muertos respecto al pecado, pero vivos para Dios en
unión con Cristo Jesús.
12
Por lo tanto, no dejen ustedes que el pecado siga dominando en su cuerpo mortal y que los siga obligando a
obedecer los deseos del cuerpo. 13No entreguen su cuerpo al pecado, como instrumento para hacer lo malo. Al contrario,
entréguense a Dios, como personas que han muerto y han vuelto a vivir, y entréguenle su cuerpo como instrumento para
hacer lo que es justo ante él.

El pago que da el pecado es la muerte
Ro 6:20-23
20
Cuando ustedes todavía eran esclavos del pecado, no estaban al servicio de la justicia; 21pero ¿qué provecho sacaron
entonces? Ahora ustedes se avergüenzan de esas cosas, pues solo llevan a la muerte. 22Pero ahora, libres de la esclavitud
del pecado, han entrado al servicio de Dios. Esto sí les es provechoso, pues el resultado es la vida santa y, finalmente, la
vida eterna. 23El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús,
nuestro Señor.
DESICIONES

Confesar Pecado
Sal 32:3-5
3
Mientras no confesé mi pecado,
mi cuerpo iba decayendo
por mi gemir de todo el día,
4
pues de día y de noche
tu mano pesaba sobre mí.
Como flor marchita por el calor del verano,
así me sentía decaer.
5
Pero te confesé sin reservas
mi pecado y mi maldad;
decidí confesarte mis pecados,
y tú, Señor, los perdonaste.
Stgo 5:16
16
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo
tiene mucho poder

Ser radicales
Mt 5:29-30
29
“Así pues, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácatelo y échalo lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte
de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. 30Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y
échala lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo vaya a parar al infierno.

Ayudarnos unos a otros
Gal 6:1
1
Hermanos, si ven que alguien ha caído en algún pecado, ustedes que son espirituales deben ayudarlo a corregirse. Pero
háganlo amablemente; y que cada cual tenga mucho cuidado, no suceda que él también sea puesto a prueba.

Fijemos nuestra mirada en Jesús
Heb 12:1-6
1
Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo
lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. 2Fijemos
nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Jesús soportó la cruz, sin hacer caso
de lo vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha
del trono de Dios.
3
Por lo tanto, mediten en el ejemplo de Jesús, que sufrió tanta contradicción de parte de los pecadores; por eso, no se
cansen ni se desanimen. 4Pues ustedes aún no han tenido que llegar hasta la muerte en su lucha contra el pecado, 5y han
olvidado ya lo que Dios les aconseja como a hijos suyos. Dice en la Escritura:
“No desprecies, hijo mío,
la corrección del Señor,
ni te desanimes cuando te reprenda.
6
Porque el Señor corrige a quien él ama,
y castiga a aquel a quien recibe como hijo.”

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