el texto argumentativo - Escuela Bernardino Rivadavia
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el texto argumentativo - Escuela Bernardino Rivadavia
EL TEXTO ARGUMENTATIVO En los textos argumentativos el autor expresa sus ideas y sus puntos de vista sobre determinados asuntos o aspectos de la realidad, y para conseguir que los posibles receptores acuerden con la perspectiva que los textos exponen, utilizan procedimientos persuasivos. En otras palabras, recurren a la argumentación. Argumentar es aportar pruebas con el fin de defender una opinión o de persuadir a otros por medio de razones. Es frecuente que la necesidad de argumentar aparezca frente a temas que son controvertidos, ya que, de inmediato, suscitan posiciones contrarias o adversas: una medida del gobierno, un hábito instalado en la sociedad, la actitud de una persona. Para que una argumentación resulte eficaz debe provocar en el receptor un cambio de actitud, una variante en sus creencias, una modificación al evaluar un hecho. La argumentación está presente en distintos tipos de textos: cartas de lectores, editorial, discurso político, artículo de opinión, ensayo, etc. CARACTERÍSTICAS DE LA ARGUMENTACIÓN La argumentación manifiesta, generalmente, una posición contraria a otra, aunque no sea de forma explícita. Emplea pruebas de naturaleza diversa con el objetivo de confirmar una postura. Las pruebas pueden ser tanto datos y ejemplos extraídos de la realidad como creencias, testimonios de un tercero, opiniones de personas reconocidas, leyes. Persigue una demostración creíble, en otras palabras, en la argumentación vale más lo que parece verdad que la verdad propiamente dicha. Expresa la subjetividad del emisor a partir del uso de la primera persona, de adjetivos y verbos valorativos (bueno, malo, grande, estimo, valoro), verbos y adverbios que modalizan las afirmaciones (creo, pienso, felizmente, probablemente). Elabora un diálogo implícito con el destinatario. Como el emisor de un texto argumentativo tiene presente a quien recibirá su mensaje, son frecuentes las apelaciones al posible receptor (ustedes, señores, amigos). SUPERESTRUCTURA ARGUMENTATIVA 1 – Introducción: Es el punto de partida, la parte del texto en la que se presenta el tema del que se va a hablar. En el caso de las cartas de lectores, el punto de partida consiste en aquello que motivó al lector a escribir una carta al diario. En algunos casos, puede tratarse de una breve narración. 2 – Hipótesis: Expresa la posición defendida por el emisor con respecto a un determinado tema, es decir, la posición sobre la cual busca persuadir al destinatario. La hipótesis puede aparecer de manera explícita (claramente enunciada en el texto) o puede estar implícita (sin que se la exprese de un modo directo). 3 – Argumentos: Son las razones o las pruebas que se brindan en un texto para demostrar la hipótesis. 4 – Conclusión: Es la última parte de la argumentación, y su función varía en los diferentes textos: propone soluciones, retoma la hipótesis para reforzarla o apela al lector para que adopte una posición en relación con el tema tratado. RECURSOS DE LA ARGUMENTACIÓN Los textos argumentativos buscan persuadir al destinatario de la hipótesis sostenida por el emisor. Tienen función apelativa. Toda vez que un emisor adopta una posición frente a un tema, frente a un hecho, y argumenta para convencer a alguien de su opinión, estamos frente a un texto argumentativo. Existen diversos textos pertenecientes a diferentes ámbitos que desarrollan esta trama: conversaciones cotidianas, cartas de lectores, discursos políticos y sentencias jurídicas, notas de opinión, editoriales, entrevistas, ensayos, avisos publicitarios, reseñas críticas… La argumentación implica compromiso con una idea. Es polémica. El texto argumentativo, cualquiera sea su formato, obliga al destinatario a reflexionar sobre un tema, a desmenuzarlo y a tomar una posición: la misma del emisor, la contraria, la que integra elementos de diferentes posiciones… Puede admitir, básicamente, dos tipos de organización: - el emisor manifiesta una opinión y la sostiene a través de una secuencia de argumentos; - el emisor expresa su opinión y la confronta permanentemente con otras opiniones diferentes. Este discurso introduce el tema, toma posición frente a éste, argumenta para defenderla y saca conclusiones. El argumentador puede convencer a través de un discurso basado en demostraciones científicas o puede persuadir apelando a la emoción del lector. Para poder lograrlo, en estos textos se utilizan diferentes recursos argumentativos, es decir, diversas estrategias que lo ayudan a argumentar a favor o en contra de una determinada posición. El uso de estas estrategias es fundamental, ya que refuerzan la validez de los argumentos. Algunos de estos recursos son: la cita de autoridad, el planteo de causas y consecuencias, la ejemplificación, la generalización, el argumento contra la persona, la comparación, la metáfora y la pregunta retórica. La cita de autoridad es un recurso argumentativo que consiste en incluir en el texto las opiniones de un especialista reconocido con el fin de dar mayor legitimidad al propio texto. Por ejemplo, si se quiere convencer al destinatario de que es necesario cuidar el medio ambiente (hipótesis), el texto tendrá mayor credibilidad si se citan las palabras de un científico prestigioso que sostenga la misma opinión sobre el tema. Para introducir una cita de autoridad se utilizan los verbos de decir (por ejemplo: decir, afirmar, sostener, asegurar) seguidos de los dos puntos. Las palabras que se incluyen deben ir entre comillas. El planteo de causas y consecuencias permite relacionar los diferentes argumentos entre sí (o los argumentos con la hipótesis), dando al texto un mayor grado de cohesión. Los argumentos que señalan las causas se relacionan con la hipótesis o con otros argumentos a través de conectores como porque, debido a que, pues, puesto que, ya que. Por ejemplo: “El ámbito urbano registra los principales problemas ecológicos debido a la emanación de gases contaminantes, el ruido y el mal manejo de sustancias tóxicas (causa)”. Los argumentos que indican las consecuencias, en cambio, se relacionan con la hipótesis o con otros argumentos a través de conectores como en consecuencia, entonces, así que, por lo tanto, por consiguiente. Por ejemplo: “El concepto de medio ambiente abarca el medio sociocultural y no sólo el físico. Por lo tanto, los análisis ambientales deben tomar en consideración, también, todo aquello creado por el hombre (consecuencia)”. La ejemplificación consiste en mostrar un caso particular con el fin de ilustrar una afirmación general. Por ejemplo: “La contaminación del aire interior también constituye una preocupación sanitaria. El humo del cigarrillo es un ejemplo de contaminación del aire en espacios interiores”. La generalización consiste en un enunciado en el que se atribuye a una mayoría de elementos (objetos, lugares, o personas) las características de uno o de pocos casos particulares. Por ejemplo: “Los casos de contaminación ambiental registrados en el conurbano bonaerense demuestran que los argentinos no tenemos verdadera conciencia de la dimensión de los problemas ambientales”. Se trata de una generalización, Ya que – sólo a partir de los casos de contaminación registrados en el Gran Buenos Aires – el autor considera que ningún argentino tiene verdadera conciencia de los problemas del medio ambiente. El argumento contra la persona sirve para invalidar un argumento desacreditando a su emisor, no al argumento mismo. La comparación establece una relación entre dos elementos semejantes o diferentes; van encabezadas por como o tal como. La metáfora es una comparación en la que queda sustituido el sentido real por el imaginario. La pregunta retórica es una pregunta que no persigue una respuesta, sino que esconde una afirmación. EMPLEO DE CONECTORES EN LA ARGUMENTACIÓN En la argumentación es habitual el uso de conectores porque éstos permiten relacionar los diferentes argumentos entre sí (o los argumentos con la hipótesis), dando al texto un mayor grado de cohesión. Los argumentos que señalan las razones o motivos se relacionan con la hipótesis o con otros argumentos a través de conectores de causa (porque, debido a que, pues, puesto que, ya que). Los argumentos que indican las consecuencias, en cambio, se relacionan a través de conectores de consecuencia (por lo tanto, en consecuencia, entonces, así que, por consiguiente). Los argumentos que plantean una restricción, oposición o salvedad se relacionan a través de conectores de oposición (pero, sin embargo, no obstante, a pesar de, por el contrario, por otra parte). .............................................................................. Actividades para texto argumentativo 1- Argumentar a partir de una tesis. Elegir una de las siguientes tesis. ¿Cómo convencerías a otro de que es válida? Anota ideas y argumentos. Luego, piensa en qué orden lo expondrás. a) La violencia es un hecho cada vez más generalizado. b) El poema, el cuento, la novela, la tragedia y la comedia son, en el sentido propio de la palabra, fábulas: historias maravillosas en las que lo real y lo irreal se enlazan y confunden. (Octavio Paz, 1997) Buscar ejemplos y citas que fundamenten los argumentos que elaboraste. Escribir un artículo argumentando a favor de la tesis seleccionada. 2- Unir ideas. a) Es necesario economizar energía. / Es un desafío para todos los involucrados. b) Sin voluntad, nadie puede emprender una tarea riesgosa. / Los logros sólo podrán apreciarse luego. c) Aseguran que van a analizar el plan económico. / nefastas. Las consecuencias podrían ser 3- Conectar argumentos. Escribe un texto breve con argumentos sobre los programas de televisión humorísticos. Para hacerlo toma en cuenta los siguientes argumentos; luego amplía cada argumento con una frase o dos y conéctalos: -Los actores que sólo improvisan pronto se quedan sin nada que decir. -Una buena actuación necesita, además, un guión de calidad. -La escenografía es un elemento importante en un programa televisivo. 3- Analizar un texto argumentativo ¿Se cayó o se calló? (Ana María Kaufman) García Márquez (¿o debería poner, de acuerdo con su sugerencia, “garsía markes”?) planteó un tema que vuelve cada tanto: el de la reforma ortográfica del castellano, que consistiría básicamente en una reducción del alfabeto. No estoy de acuerdo con esta propuesta. Los que la sustentan argumentan que suprimiendo las letras que comparten una misma sonoridad, se escribiría con menos errores. Pero también es probable que el nuevo sistema dificulte la lectura. Cuando leemos, nuestro ojo no ve todas las letras, sino que selecciona algunas en función de las cuales anticipamos lo que se encuentra próximo. Un sistema con pocas marcas demanda mayor esfuerzo por parte del lector. Así desaparecerían los parónimos, con lo cual, si dice: “la señora se cayó”, tendríamos que apelar al resto del texto para saber si cerró la boca o aterrizó en el suelo. Por último, los que proponen simplificar la ortografía están sugiriendo, para decirlo en forma sencilla, “escribir como suena”. Pero… ¿Cómo suena dónde? ¿Conservamos una z y una s para los madrileños?... ¿Se trataría de adoptar las distintas ortografías en función de las pronunciaciones locales? Eso dificultaría enormemente la comunicación escrita entre los hispanohablantes. Sería conveniente utilizar el enorme esfuerzo que demandaría esa reforma en investigar por qué los niños tienen tantas dificultades ortográficas, cuál es la responsabilidad de la sociedad y de la escuela en ese problema y cuál sería la mejor manera de resolverlo. a) ¿Cuál es el blanco de la polémica y dónde aparece mencionada la tesis anterior? b) Señalen el enunciado que manifiesta en forma explícita el desacuerdo de la autora con la tesis anterior. c) ¿Qué argumentos apoyan esa tesis y cuál es la conclusión final de la autora? d) ¿Qué conclusiones parciales pueden identificarse? 4- Leer el texto argumentativo “Tribulaciones del no fumador” y resolver las actividades propuestas a continuación en Lengua y Literatura I, Editorial Estrada Polimodal, Cap. 4, página 75.