Visión - BMFI Costa Rica

Transcripción

Visión - BMFI Costa Rica
Visión
de los hombres de negocios:
Evangelio completo
Memoria
1977
Costa Rica
2012
Es difícil que Dios se haga socio de un proyecto
muy avanzado, cuando desde el principio
no lo hiciste tu socio. Cuando esto sucede,
el hombre que ha edificado su propia visión,
verá cómo al hacer a Dios todopoderoso
el socio mayoritario de su proyecto, éste
soberano destruirá lo edificado para hacer
su voluntad, la cual es buena, agradable y
perfecta.
La Visión de Dios para los hombres de
negocios, es tal cual es Dios, es una, solo hay
un Dios y solo hay una Visión de Dios para los
hombres de negocios. Para vivir plenamente
esta visión, debe ser transferida en el espíritu
de cada persona, porque Dios es espíritu y
es allí donde nos edifica, es solo a través de
hombres espirituales que Dios mantendrá su
visión clara y pura.
La visión de Dios para los hombres de negocios
se mantendrá hasta los últimos tiempos;
así lo ha manifestado Dios. Por ello prepara
y escoge, a través de su Espíritu Santo, a
2
algunos hombres en particular (pues este tipo
de posición no la dan los hombres, la da solo
Dios) al igual que Jesús escogió a sus discípulos,
para llevar el liderazgo, la formación, la
estructura, la pasión, el temple, la sabiduría,
y el propósito de esta visión. La han recibido
de gracia y se imparte de igual manera. Algo
tan valioso no se logra encapsular en un solo
hombre. Se han necesitado muchos años
de formación en la Universidad de Dios para
que hayan transitado un trecho de 35 años,
y sacar lo mejor de cada uno de ellos, algo
que cuesta trabajo.
Existen dos motivos principales por los cuales
este proyecto de rescate de nuestra memoria
se llevó a cabo. El primero es que sabemos
que la memoria falla, que los documentos
se deterioran, y que el tiempo se acorta; no
sabemos cuánto tiempo más faltará para la
venida de Jesús, pero sí que estamos cerca.
No sabemos cuántas personas más pasarán
por esta Visión, pero sí sabemos que faltan
muchas, por lo cual, consideramos de gran
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
importancia su documentación, para que
quienes vengan se pongan al tanto de
lo que ha sucedido y cómo, sobre todo si
contamos con la facilidad de la tecnología
de comunicaciones que hoy gozamos.
La segunda razón y que más me inquieta,
es que por agradecimiento a Dios, a su
amor y fidelidad manifiesta en este periodo,
quise tenerle frente a mí, darle un abrazo, y
agradecerle que, a través de esta Visión de
los hombres de negocios me hiciera su hijo y
heredero. Por eso quise hacerle saber algo que
ya sabe, pero que anhelo palparlo en lo físico,
y su Espíritu Santo me respondió: “Honra a los
valientes”, y yo le respondí: “Pero son hombres
y solo quiero exaltar al Padre, al Hijo y a ti”,
y Él me respondió: “No lo harás a hombres,
honrarás al Cristo que habita en ellos, al que les
ha dado la voluntad y fuerza para emprender
y forjar esta Visión; abrázalos, hónralos, ámalos,
agradéceles, reconóceles y bendícelos; al
hacerlo a ellos me lo haces a mí”. Este es el
segundo motivo por el cual he puesto mi
empeño, con la ayuda de Dios y de muchos
compañeros, en realizar esta memoria.
La historia de la Fraternidad en Costa Rica o
en el mundo, no ha podido ser escrita por un
solo hombre, ni por una sola organización;
solo Dios en su perfecto amor, a través
de hombres espirituales que anhelen su
semejanza (Lucas 6:39), la continuará. Él
escribe y nosotros vivimos a su voluntad, y es
lo mejor que nos puede pasar, pues es buena,
agradable y perfecta. Esta memoria encierra
una magnífica gloria pretérita de Dios, pero
su gloria venidera siempre será mayor.
Ing. Harry Loaiza Vindas
Coordinador General
BMFI, Costa Rica
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
3
MARCO
Yo estudiaba simultáneamente Medicina
e Ingeniería en la Universidad de Costa
Rica, cuando el 1° de enero de 1969 viajé
a una Escuela Bíblica en Inglaterra a realizar
estudios durante un año; mis planes no
resultaron como lo esperaba y quedé allí
por más tiempo del pensado. Yo había
crecido en un hogar cristiano evangélico de
tradición muy rígida, en la Iglesia Bautista.
En los 50´s se estimaba que la población
evangélica en Costa Rica llegaba a
1,69% (el “niño millón” nació en 1955) de
modo que los evangélicos en nuestro país
no éramos ni 20.000 personas y en ese
contexto, somos parte de una minoría que
enfrentábamos rechazo en las escuelas
públicas; por ejemplo: la Niña de Religión
–que nos daba clases todos los días–, le
decía a mis compañeros al final de la clase
“no se olviden de rezar por los protestantes
que son los hijos del diablo” y esa frase la oí
muchas veces en mi infancia. No obstante,
quizás fue lo que me dio valor a temprana
4
edad de llegar a ser –usando un término
extraño– “defensor de lo que uno cree, de
su fe”, puesto que nosotros no tenemos que
defender a Dios, Él se defiende por sí solo, Él
cuida de su nombre.
Yo fui lector asiduo de la Biblia desde niño;
mi mamá me enseñó a leer cuando tenía
como 5 o 6 años y aprendí con la Biblia en
la mano, de modo que cuando entré a la
escuela a primer grado, ya sabía leer, pero
sabía leer la Biblia…
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
En la década de los 50’s la lectura de la
Biblia no era permitida por parte de la Iglesia
Católica, aunque suene increíble. Había
mucha superstición dentro del catolicismo
respecto de la lectura de la Biblia, al extremo
de haber escuchado frases como “los que
leen la Biblia se vuelven locos”; esa y otras
frases eran comunes socialmente. Nosotros
desde muy temprana edad sufrimos rechazo
de parte de la familia de mi papá, que era
católica y por parte de mi abuelo materno,
el pintor Lydio Bonilla Pérez, uno de los
fundadores de los Testigos de Jehová en
Costa Rica. Mi abuelo Pérez era un católico
extremo, que fue y sigue siendo modelo de
vida para mí y mis hermanos. El abuelo Lydio
no fue modelo por haber vivido muchos
años fuera del país, pero sí llevó una vida
muy recta.
Mi mamá, desde que era una niñita, aprendió
a leer la Biblia y cuando se casó con mi papá,
él muy católico, tuvo que ceder porque mi
mamá siguió leyendo la Biblia. En el año
1954 mamá ingresa grave a la Clínica Bíblica
y por primera vez escucha el evangelio de
salvación en Cristo Jesús; le entrega su vida
al Señor Jesús y empiezan los problemas
de rechazo familiar y social. Así crecimos,
leyendo la Biblia y descubriendo desde muy
temprana edad quién es el Señor Jesús, con
un profundo grado de convicción de que la
respuesta para la humanidad está en Cristo y
creyendo en un Dios que hace milagros.
En 1955 hubo una epidemia de poliomielitis
en Costa Rica y yo contraje el virus y entré
en una situación de crisis, tenía varios días de
no comer, no podía caminar bien, ya el virus
había empezado a hacer estragos y mamá,
siendo una mujer de fe y oración, después
de haber visitado al Dr. Oreamuno Flores en
la Clínica Bíblica, me sentó en una mesa en
el centro de la sala de mi casa, y clamó a
Dios pidiendo que el Señor me sanara y Dios
no se hizo esperar. Cuando ella terminó de
orar yo me bajé de la mesa y salí corriendo y
me fui a la cocina a buscar de comer.
Ese Dios que conocí de manera milagrosa a muy
temprana edad, es necesario reconocerlo; es
menester enamorarse de Él y creo que, cuando
conocemos a Cristo nos enamoramos de Él;
cuando nos enamoramos de Cristo lo servimos
y no creo que haya otra forma de hacerlo. Me
parece que esa es la fórmula simple de crecer en
nuestro conocimiento de Dios. Interesantemente
dice el Señor Jesús en el Evangelio de San Juan:
“esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien
has enviado”. De modo que al conocerlo, nos
enamoramos de Él y le servimos.
En el año 66-67 participé en un intercambio
estudiantil en EUA y luego viajé a Inglaterra
donde pude mejorar mi inglés. En el año 69
fui a estudiar la Biblia en Inglaterra y a finales
de ese año conocí a Janet; a los pocos días
de conocernos le propuse matrimonio y hoy
tenemos más de 42 años de casados.
Al regreso a Costa Rica ya venía casado y de
manera inexplicable, terminé trabajando para
el Gobierno Británico en Costa Rica, gozando
de algunas prerrogativas inmerecidas o
inapropiadas para mi experiencia y edad; sin
embargo, ese trabajo me permitió un roce
constante con empresarios y funcionarios
públicos de alto nivel, lo que también hizo
posible entablar conversaciones a nivel
personal con gente importante, en situaciones
en las cuales para mi sorpresa, encontré que
muchas personas cerraban la puerta de su
oficina para hablar en privado, a la vez que
abrían sus corazones: vidas sin propósito ni
razón, vidas agotadas, vidas que carecían
de sentido… Y al hacerles la pregunta: “¿Y
quién es Cristo para vos?” la gente no sabía
responder, abriendo una oportunidad: “Yo
te lo puedo presentar, Jesucristo y yo somos
amigos; caminamos juntos, vivimos juntos, en
Él está la Vida y vos no lo has descubierto ni
con fama, riqueza, ni con poder”, y muchos
derramaban sus corazones rindiéndose ante
el Señor.
Nos seguíamos viendo fuera de la oficina, les
invitaba a un desayuno y esa historia se repitió
muchas veces. Yo no contaba con grandes
recursos económicos pero el estatus del
puesto, el vehículo oficial de la Embajada y
la labor que realizaba, me posicionaban muy
alto y servían como instrumentos para abrirme
muchas puertas ante hombres de negocios y
funcionarios de alto nivel. De pronto éramos 2
o 3, 5 y 10 y cuando éramos 15, pues ya cada
quien pagaba su desayuno. Mi lugar favorito
para los desayunos era el Hotel Royal Dutch.
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
5
“Hombres de Negocios,
con los pantalones bien puestos,
que aman a Jesús…”
Rodrigo Carazo, 1978
Hubo un momento en que algunos me
manifestaron tal contentamiento, que
sugirieron recoger dinero para invitar a otros
y yo no me opuse, simplemente les dije que
mi interés era que nos reuniéramos para
hablar de Cristo Jesús.
Un día llegó un misionero norteamericano,
John Huffman, quien me informa que está en
el país otro norteamericano de nombre Bob
Dunson, que pertenece a una organización
de hombres de negocios, que está haciendo
algo similar a lo que nosotros veníamos
haciendo en San José. Me reuní con este
señor que venía de Houston, Texas y me habló
del Full Gospel Business Men´s Fellowship
International
(Fraternidad
Internacional
de Hombres de Negocios del Evangelio
Completo, FIHNEC) que yo aún no conocía.
Después de conversar sobre el tema con el
Sr. Dunson, me invitó a Texas para que viera
cómo funcionaba la Fraternidad. Era el año
de 1975 y me fui a Texas y asistí a una primera
convención que me pareció espectacular.
Recordemos que yo venía de una tradición
Bautista, muy conservadora y me asusté un
poco cuando me encontré con una gente
muy pentecostal, que en media actividad
hablaban en lenguas y otros caían por el
poder del Espíritu Santo y aun así, me llamó
mucho la atención. Luego pensando en esta
experiencia me dije a mí mismo: bueno yo
creo en un Dios de poder; el poder de Dios
me sanó de niño y eso es algo inolvidable
para mí, pero este estilo no va mucho
conmigo porque mi énfasis ha sido:
6
“Conozca usted a Cristo,
Cristo le va a revelar la Vida
y cuando usted descubra la Vida en Cristo
todo lo demás vendrá…”
Yo nunca había utilizado el recurso del
testimonio personal, pero cuando regresé de
Texas le comenté a mis amigos, entre los que
estaban Jimmy Coleman, Olmedo Castro,
Osmín Vargas, Carlos Mauro, Ítalo Basinni,
Jorge Sánchez y otros que no recuerdo.
Algunos sugirieron reunir a las señoras una
noche por semana y ese grupo de señoras
con sus maridos todavía continúa hasta el
día de hoy.
Cuando finalicé el curso de capacitación en
la Embajada, me restaba permanecer ahí
como “vegetando en el puesto” y, como
regalo de cumpleaños, recibí el 23 de febrero
una llamada de la empresa CONDUCEN (con
la cual me había relacionado por medio de
la Embajada) ofreciéndome la Gerencia
de Mercadeo y Ventas; eso me quedó de
maravillas, porque tenía que viajar por el
continente y relacionarme con hombres de
negocios y hacer mucho de lo que había
aprendido durante la capacitación en la
Embajada y de mi experiencia con los hombres
de negocios y de lo que había aprendido de
los norteamericanos de la Fraternidad.
A donde quiera que llegara, compartía con
hombres de negocios, políticos, militares de
rango y con ellos hacía lo mismo que estaba
haciendo aquí con los hombres de negocios.
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
El trabajo que hacía en Costa Rica, sin
ninguna estructura, presentándole a Cristo a
cierto tipo de hombres, alguien lo toma en
Honduras y lo empieza a replicar por aquí y
por allá. Por ejemplo, el Procurador General
de la República, Dr. Óscar Pinto, un gran
personaje dentro del Gobierno Hondureño,
con quien compartí a nivel personal, él abre
su corazón al Señor y dice “voy para Costa
Rica a ver lo que estás haciendo” y se vino
para acá y de pronto ya en Honduras, Óscar
continuó con aquella obra y lo mismo se dio
en El Salvador, en Guatemala, en Panamá,
República Dominicana, Puerto Rico, Chile;
ya yo estaba bastante familiarizado con
hablarles de Cristo a los hombres de negocios.
Desarrollé negocios con la empresa ENDE
en Chile (es como nuestro ICE en ese país
precioso) y hablando con el Gerente
General de ENDE, de pronto le hablé de
Jesús y él le abre su corazón al Señor y así
sucesivamente… Sin darme cuenta, me dije
qué raro, esta cosa se hizo internacional.
Yéndonos atrás un poco, recuerdo cuando
llegó un hombre extraordinario llamado
Miguel Baeza, un publicista español con una
personalidad muy fuerte y al final de una
reunión de enseñanza bíblica en una casa en
Los Colegios, Moravia, quizás por el año 1976,
se puso de pie y dijo “hombré, si eso que has
dicho es verdad, yo también lo necesito”… Ahí
fue cuando él ofreció su sala de juntas en SAM
Publicidad, en Tibás y seguimos reuniéndonos
regularmente ahí,
una vez por semana.
Una noche de esas apareció Ricardo Gerli
acompañado de su amigo Hugo Castro. Yo lo
conocía de mi época de la universidad, Ricky
(Ricardo) era “el chiquillo rico y guapo” de la
universidad y era la envidia de todos nosotros,
porque todas las chiquillas suspiraban por él
y nosotros éramos pobres y feos… Cuando
Ricky llegó a la reunión salió con un rollo de
rosacrucismo y otro montón de cosas en las que
él anduvo metido y en esas veo a Miguel –que
era muy ortodoxo– que se le iba a ir encima,
lo calmé y le dije, “dejalo tranquilo, no me lo
espantés”. Esto sucedió en el año 1977. Al día
siguiente yo llamo a Ricardo a la Botica Francesa
y le dije “Ricky te habla Marco Pérez” y típico de
Ricardo me dice: “¡Hola viejo! ¿Cómo estás, en
qué te puedo servir?” y yo le dije “te llamo nada
más para decirte que yo te amo”... Ricky no era
mi amigo, yo fui movido a decirle a Ricky que yo
lo amaba. (¿Quién sabe qué habría pensado?,
nunca le he preguntado). Pero Ricky quedó en
silencio un largo rato, que después él me dijo
que se puso a llorar porque (palabras de Ricky)
“a mí ningún hombre me había dicho que me
amaba, ni mi papá”. Y esa noche como a las 2
a.m., sentados sobre el guardabarros del motor
de mi carro, frente a la Botica Francesa, Ricky
le entregó su vida al Señor Jesús. Cuando Ricky
entra a aquel grupo de hombres de negocios,
nosotros éramos un grupito incipiente y él llega
con toda la maquinaria de la Botica Francesa,
dinero, equipo y visión para hacer las cosas en
grande.
La conversión de Ricky fue una de esas
espectaculares; él le abrió su corazón a Jesús
de una manera extraordinaria y yo tengo el
privilegio inmenso de haber empezado a
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
7
discipular a Ricky, pero él conoce del Señor a
través de esa organización rara de hombres
de negocios, en la que nos reuníamos
empresarios a hablar de Jesús. El Presidente
don Rodrigo Carazo dijo en una ocasión:
“hombres de negocios, con los pantalones
bien puestos, que aman a Jesús…”
Cuando Ricky llega teníamos personajes
como Miguel Baeza y su joven hijo Carlos,
con un grupo de amigos que Carlos atrae;
Billy Schlager, Ítalo Bassini, Arnaldo Acuña y
muchos otros que se convierten de verdad y
dicen que “esto hay que hacerlo grande.” Es
ahí cuando la Fraternidad toma un impulso
jamás imaginado, se organiza, tomamos
una oficina, contratamos a un Secretario
Ejecutivo –don Jonás González Rodríguez– y
grandes cosas suceden a nivel internacional.
No solamente porque se llega a alcanzar a
hombres de negocios a todo nivel, sino que
se contaba con un recurso económico que
con gente como Ricky y otros que dijeron
“mi dinero no es mío, es del Señor, podemos
hacer lo que el Señor quiera”, empezamos
con reuniones en hoteles; ya no éramos 10
o 15 sino, reuniones de 600 personas, en el
Irazú, en el Kamakiri, en el Cariari.
Yo mantenía relación con los norteamericanos y ellos me designaron el primer Director
Internacional de la Fraternidad fuera de los
Estados Unidos. Yo fui el primer “extraño” de
la Fraternidad hacia el mundo, cargo que
también Ricky llegaría a ocupar.
personal sino enseñar a los hombres de
negocios a descubrir a Jesús en la Palabra
de Dios: “enamórate de Cristo porque es
inevitable servir a Cristo una vez que se le
conoce”. Quien realmente impulsó con
entusiasmo la estrategia del testimonio
personal fue Ricardo Gerli. Yo tuve que salir
del país en el año 84 en que me fui a México
y Ricky me sustituye y es ahí cuando toma
mucho impulso la estrategia del testimonio
personal.
A nuestro regreso de México
un año después, yo me desvinculé de la
Fraternidad (por ninguna razón en particular),
ya la Fraternidad se había hecho muy fuerte
y Ricky había mostrado capacidades que
todos reconocemos hoy sin duda y se impulsó
muchísimo más esa estrategia.
Mis cargos en la Fraternidad no tuvieron para
mí ninguna trascendencia o importancia
vital, porque ese no era mi objetivo o mi
interés. Mi interés era “encontrarme con
Gustavo –o como quiera que se llamara–,
presentarle al Señor Jesús y que él le abriera
su corazón a Cristo y luego hiciera lo mismo
con otros hombres”. Lo de la Fraternidad
fue una feliz coincidencia y una lindísima
experiencia. Guardo muchísimo afecto por
gran cantidad de hombres que conocí en
la Fraternidad y que todavía son mis amigos
entrañables. Nuestras relaciones en Cristo
tienen alcance eterno.
¿Qué más podremos desear
en la vida?
Ya con el conocimiento de allá y lo que
hacíamos aquí decidimos formar en 1977
la FIHNEC y esa es la que jurídicamente
cumple 35 años. La oficina de ACOGE se
convierte en la oficina de la Fraternidad y
simultáneamente empezamos a reunirnos
también en hoteles y empezamos a trabajar
a nivel internacional de manera sistemática.
Yo invito a gente como Francisco Fallas
a que venga a ayudarnos, porque había
mucha expectativa de orden espiritual, se
daban manifestaciones claras de orden
carismático y los milagros dejaron de ser
sorpresa.
Cuando fui a Texas comprendí perfectamente
lo que ellos hacían allá pero no lo continué
igual. Mi énfasis nunca fue el testimonio
8
Marco Pérez dirigiendo un evento de los
hombres de negocios
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
RICARDO
Fui contactado por un grupo de hombres de
negocios, inquietos, que estaban buscando
respuestas en el área espiritual de sus vidas.
Estos hombres se vinculan y deciden reunirse en
la oficina de una agencia de publicidad (SAM
Publicidad) en Tibás, hace 38 años. Uno invitó a
uno, el otro al otro, se conocieron, se vincularon
y empezaron a tener una relación amistosa e
iniciaron unas reuniones con un solo propósito:
“compartir y difundir el Evangelio entre hombres
de negocios”.
Ahí se fueron perfilando liderazgos. El primero
de ellos fue Marco Pérez, que era un joven
que había estudiado en Inglaterra y de ahí se
relacionó con Porta Antorchas. Cuando eso él era
gerente de ventas de la empresa CONDUCEN.
Era un joven inquieto que había crecido en el
Evangelio y con un claro perfil de liderazgo, y a
pesar de su juventud estaba trabajando junto
a otros hombres prominentes y muy respetados
a nivel empresarial que seguían a Marco en sus
iniciativas; él ha tenido siempre dotes de liderazgo
innegables. Ellos inventaron hacer reuniones en
una sala de juntas y alguien compartía un tema
o compartían sobre testimonios de lo que Jesús
estaba haciendo en la vida de ellos. No llevaban
agenda y ahí participaron hombres cuyos
nombres son fundacionales en la Fraternidad,
como Guillermo ´Billy´ Schlager, Miguel Baeza
Pardo, Noé Martínez, Fernando Castillo, Carlos
Alfaro y muchos otros que iban y venían.
Ellos se venían reuniendo desde hacía como dos
años, entiendo que los días miércoles en la noche
a las 7:30 p.m. y luego se iban a comer a un
restaurante chino, pero no tenían una metodología
ni vinculación con alguna organización nacional
o internacional, pero tenían un fuego interno
que lo compartían de una manera poderosa,
convincente; lo mantenían fuera del marco
religioso, de modo que era un ambiente libre y
la gente pedía la palabra se expresaba o pedía
que oraran por tal asunto o decían que tenía
una gran carga y estaba pasando por una gran
crisis. Luego empezaron a hacer desayunos en
un hotel y cada uno traía invitados, y si venía de
visita algún hombre prominente de negocios que
participaba de la fe, lo invitábamos a la reunión
que se hacía en SAM.
Un día aparecí en esas reuniones invitado por un
vecino. Cuando llegué, primero fui confrontado
por Marco Pérez y definitivamente fui tocado
por Dios. Yo venía acostumbrado a ser la cabeza
de un grupo de empresas, joven, profesional,
adinerado; llegué al grupo y reconocí a algunos
de ellos por mis relaciones empresariales, pero yo
llegué en medio de una crisis existencial y se me
presentó por primera vez una solución para mi
vida. El mundo empresarial, el dinero, el liderazgo,
nada me llenaba. Yo llevaba una vida como
cualquier costarricense que aspiraba a alcanzar
cierto estatus, una posición, y una vez que lográs
chunchificar tu vida, (llenarla de chunches), tenés
una gran frustración: tenía todo y no tenía nada;
yo venía de un mundo de cosméticos, de modelos,
de organizaciones y representaciones como la
del Playboy de Chicago, Nueva York, París, pero
yo me decía “tiene que haber algo más”.
Yo estaba muy bien casado con una mujer muy
especial y entre más mundano era yo, mi esposa
mejor me trataba; me amaba mucho, aunque
había una desintegración en el círculo social en
que yo vivía; yo soy el único de un grupo de como
20 amigos que todavía está casado. Hombres
prominentes todos, con vidas destrozadas por un
mundo que los había absorbido. Y yo no quería
eso porque yo venía de un hogar destruido. Ya
había buscado una solución a través de ayuda
profesional con un siquiatra famoso que me dijo
“tenés que buscar que tus valores, tus principios y
tu forma de pensar sean afines y tengás paz con
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
9
ellos” y uno no encuentra cómo enderezar esa
vida, aún no había tocado fondo pero estaba
consciente de que yo iba rumbo a la destrucción.
Marco Pérez es una preparación. Marco estaba
preparado y capacitado para hacer una
presentación de lo que es una solución en Dios, en
Cristo; tal vez no en el sistema en que lo hacemos
hoy en día en la Fraternidad, pero básicamente la
Palabra misma es irrefutable y cuando dice “venid
a mí los que estáis cansados y trabajados que
yo os haré descansar” se trata de una respuesta
categórica y absoluta y Marco dice, “solo hay
una respuesta y la respuesta no es una teoría, no
es una filosofía, es una Persona, es el Hijo de Dios
que pagó el precio por vos y es el único que es la
fuente de vida, de esa vida que vos necesitás”.
Marco Pérez es un hombre de una gran
personalidad, de un verbo muy correcto, un gran
vendedor, tiene ideas muy claras y además tiene
algo muy definido, para él no es suficiente con
formar un creyente y llevarlo a Cristo, él quisiera
que todo creyente fuese un líder. De modo que
Marco no te deja abandonado, te abre las
puertas para ser formado, es un excelente tutor
y solo el hecho de estar a su lado te permite
aprender mucho y Marco, a pesar de tener
entonces apenas 30 o 31 años, tenía muchísima
experiencia en el Evangelio, por la formación de
su hogar. Él es producto de la formación de una
madre extraordinaria y cuya fe incluso lo salvó de
un episodio de salud gravísimo que sufrió de niño.
Iniciamos una linda amistad, encontré en Marco
un amigo sincero, especial, alguien a quien
imitar, emular; encontré un maestro, un guía, el
consejo sano, el consejo correcto, la enseñanza…
Un modelo. Y más allá, su estilo no religioso con
una gran claridad. Un hombre que compartía su
conocimiento con gran libertad y no se dejaba
nada para sí. Si él podía participar en tu formación
de liderazgo él te incentivaba, te coadyuvaba. Y
nunca quiso ser el centro ni la estrella de la película.
Yo empecé a crecer en el grupo SAM y unos
meses después aparece un norteamericano,
Numan Payton, que había contactado a Marco
y dice ser representante de una Fraternidad de
Hombres de Negocios llamada del Evangelio
Completo. Hace una presentación y le propone a
Marco que oficialicemos el grupo y lo convirtamos
en un grupo de la Fraternidad y que él llevaría la
propuesta a los EUA. Marco de manera informal,
10
porque ahí no había afiliación, no había junta
directiva, no había estructura, preguntó “quiénes
están de acuerdo” y todos levantamos la mano.
Al mes recibimos una carta y nos dijeron que
nos visitarían una cantidad de hombres de
negocios que vendrían de EUA para compartir
con nosotros. Desde luego el vínculo era Marco
Pérez y él planteó el asunto de organizarnos
y así decidimos hacer un almuerzo semanal
en el segundo piso del Restaurante Ana en el
Paseo Colón y tomábamos acuerdos y demás;
decidimos integrar una junta directiva y Marco
planteó que nombráramos un presidente y que
tuviéramos dos liderazgos: yo me encargaría de
la parte estructural y él me orientaría en la parte
espiritual. “Vos serás el encargado del dinero,
eventos, desarrollo, etc. y yo me encargaré de la
capacitación y la parte medular de la extensión
del evangelio”; es decir Marco me designó y
quería tener como dos presidentes y ese era el
estilo de él; ahí no hubo votación. Marco hacía
un programa y me preguntaba “qué te parece”
y yo sugería algo y decía “me parece bien”
y entonces se hacía. Ese era el estilo de él. Yo
organizaba las contrataciones, compra de sillas,
traslado de local, etc. y él se encargaba del
liderazgo espiritual del grupo.
Vinieron los norteamericanos y se hospedaron en
el Hotel Irazú, era a fines de los 70´s y llegamos a
conocer un hombre, que era un ganadero y del
cual sabíamos muy poco: que era armenio y nos
habían contado que había recibido una visión
de Dios. Yo pude conversar con él la primera vez
en una cita en el Club Campestre El Castillo y me
preguntó quién era yo y qué hacía ahí, entonces
le conté sobre mí y me dijo que yo era el tipo de
hombre que él quería alcanzar y él me preguntó,
“¿qué hacemos?” Y yo le dije “sería bueno que
nos contaras qué y cómo”… Entonces tuvimos
otra reunión con él y un grupo de hombres
estuvimos una tarde compartiendo una especie
de seminario de preguntas y respuestas, en donde
Demos Shakarián se subió en una plataforma,
y todos alrededor de él escuchándolo y
preguntándole. Entre los líderes y miembros que
estuvieron ese día y permanecen recuerdo que
estaban Arnaldo Acuña, Gustavo Palavicini, los
hermanos Hernández, Dr. Euclides Padilla, Manuel
Pérez (primo de Marco), Hans Ramírez, Mitri Breedy
y otros muchos que no recuerdo.
Entonces ya tuvimos una idea y la promesa de él,
de que nos enviaría un libro que se llamaba “La
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
gente más feliz de la Tierra”, y los libros llegaron
dos o tres meses después y también la revista “La
Voz” que editaba un cubano Diarpa, donde se
incluían testimonios y supimos entonces lo que
era un testimonio al estilo de la Fraternidad. Nos
enviaban cada mes 500 o 600 revistas y entonces
mi oficina en la Botica Francesa se convirtió en “la
oficina de la Fraternidad”. Luego Marco Pérez es
nombrado Director de Visión Mundial y al poco
tiempo tiene que irse a vivir a México y nos reúne
y nos dice que ya no hay dos presidentes, que
queda solo uno.
Entonces yo empiezo a darle funcionamiento
corporativo a la Fraternidad, llevando libros
contables, con asistencia de un abogado y se
crean estatutos y se inscribe la Fraternidad como
una organización sin fines de lucro., se nombra
Junta completa con la ayuda de José Julio
Quesada quien era CPA y maneja las finanzas
mancomunadamente, se llevan actas, etc. y
entonces la Fraternidad toma una fisionomía formal.
Para entonces hemos crecido tanto que ya
no cabíamos en la Botica Francesa y papá nos
facilita a un costo muy razonable parte de las
instalaciones de ACOGE y nos trasladamos ahí,
donde había un salón para 200 personas y otras
facilidades. Recibimos nuevamente la visita de
dirigentes norteamericanos de la Fraternidad,
encargados de la parte internacional, como
los hermanos Norwood, Payton y otros. Demos
Shakarián nos llama y nos pide que apoyemos
la apertura de la Fraternidad en Honduras y
desde luego fuimos y apoyamos y ese fue el
inicio de toda una labor en Centroamérica que
continuamos en Guatemala, El Salvador, Belice,
Nicaragua; realmente cayó un avivamiento en
Centroamérica. Norwood nos había planteado
que abriéramos una oficina internacional en San
José, que estuvo a cargo de Jonás González R.
(padre), oriundo de Texas, a quien se le asignó
un salario y otras facilidades y una secretaria,
y luego se creó una Junta Centroamericana
y elegimos un Presidente de Guatemala y a mí
me nombraron Vicepresidente. Empezamos a
desarrollar Suramérica y nos proyectamos también
al Caribe (República Dominicana, Venezuela,
Panamá, Puerto Rico, etc.).
En el último viaje de Demos Shakarián a Centroamérica compartimos sobre nuestra necesidad de
capacitar a nuestros líderes y entonces fui a EUA
y participé en un ALTS (Advance Learning Training
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
11
Seminar) y pude entrevistar a muchos líderes de
gran experiencia y conocimiento en el desarrollo
de la Fraternidad. A raíz de ello empezamos a
traducir materiales de capacitación por medio
de un amigo nicaragüense que contratamos, e
hicimos una reunión latinoamericana para impartir
un seminario para líderes. Imprimimos las charlas,
los libros y enviamos toda la información vía télex
y configuré una manual para entrenamiento de
líderes, de modo que con el trabajo del traductor
y la secretaria logramos tener un material
adecuado y realizamos la capacitación de
unos 15 líderes que reunimos en Guatemala en
la Reserva del Biotopo, y luego ellos entrenaron
a su vez a otros 150 líderes para Centroamérica.
Luego empezamos a reunirnos cada dos meses
todos los centroamericanos.
Una vez establecida la Fraternidad en toda
Centroamérica, se cierra la oficina internacional
y Jonás se regresa a Texas. Yo sigo manteniendo
reuniones con Demos Shakarián en diversas
ocasiones en que viajo a EUA, y mientras tanto el
desarrollo local de la Fraternidad en Costa Rica se
ve afectado de manera extraordinaria, debido a
un avivamiento que permite expandir la Visión y
crear capítulos de la Fraternidad en todo el país,
bajo el liderazgo de otros compañeros que se
habían sumado activamente a la Fraternidad.
Por ejemplo, hay un hombre extraordinario
que Dios levantó con una enorme energía y
convencimiento, a quien Dios le hizo un milagro
de sanidad en su hijo y que sirvió para expandir
la Fraternidad de una manera milagrosa en
casi todo el país, ese hombre es Óscar Bolaños,
que con un grupo de hombres de Alajuela
fundan unos 35 o 40 capítulos en un tiempo
récord; también empiezan a llegar hombres muy
especiales a la Fraternidad como Ítalo Basinni,
quien tenía un enorme poder de convocatoria
y que en solo un año agregó decenas de
hombres a la Fraternidad; llega Francisco Fallas
también, persona que tiene un gran liderazgo,
un don de palabra, un gran carisma y empieza
a trabajar como Vicepresidente y se suma a ese
gran desarrollo que se está viviendo y resulta
en un gran apoyo, porque yo tengo que viajar
mucho y apoyar con charlas en México, Estados
Unidos, Guatemala, Panamá, Venezuela, Puerto
Rico. Entonces Arnaldo Acuña y Francisco Fallas
juegan un gran papel en ese crecimiento local
espectacular que se está experimentando y
llegando a los años 90´s, se está viviendo también
en Centroamérica un crecimiento milagroso de
iguales proporciones. Se celebran convenciones
nacionales e internacionales en toda la región y
tenemos visitas importantes como el Gral. Collin
Powell, el astronauta Charles Irwin, etc.
No hay duda que durante estas décadas, la
Fraternidad ha impactado decenas de miles de
hombres y sus hogares. Se ha hecho realidad la
Visión de sacar a los Hombres de Negocios de las
tinieblas y traerlos a la luz admirable de Cristo.
Nuestra Visión:
“Sacar a los hombres de negocios de las tinieblas
y traerlos a la luz admirable de Cristo Jesús”
12
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
ROBERTO
En el año 1984 yo trabajaba para Seriplastic y fue
ahí donde Ítalo Bassini me invitaba con alguna
frecuencia a que “fuéramos a la fraternidad”.
Algunas veces fui, quizás entre abril y mayo, pero
no entendía el mensaje. Ahí conocí a Marco
Pérez, Ricardo Gerli, Francisco Fallas, Arnaldo
Acuña y estaba llegando también Francisco
Hernández, Gustavo Palavicini y muchos otros.
Solamente había un grupo y se reunía en ACOGE y
luego en KAMAKIRI. Pero realmente mi integración
a la Fraternidad, fue a través de un encuentro
que tuve con el Señor Jesucristo en Guatemala,
a donde tuve que ir en el mes de noviembre del
año 1985, para atender un negocio que tenía
entre manos con una empresa muy grande y
debía regresarme el viernes a San José; pero no
fue posible finiquitar el acuerdo para ese día y la
contraparte insistió en que debíamos aprovechar
y cerrar el negocio hasta el lunes.
Entonces yo como hombre de negocios, estaba
acostumbrado en aquel tiempo a una vida
desordenada y licenciosa y decidí llamar a un
amigo, el Ing. Alberto Saldarriaga Palacios y
le comenté que tenía que quedarme el fin de
semana, le pedí que me llevara a conocer un
poco de la vida nocturna de Guatemala, pero
él me dijo que no podía porque tenía que ir a
un seminario de la Fraternidad Internacional de
Hombres de Negocios del Evangelio Completo,
entonces le dije: “qué es ese nombre tan raro y
tan largo” y me dio una pequeña explicación y
me dijo que era igual a la que estaba en Costa
Rica y me invitó a asistir, pero me dije: “no no, yo
voy a aprovechar el fin de semana, eso no es
para mí”. No acepté la invitación.
Al día siguiente, sábado al mediodía, estaba muy
aburrido y llamé a la casa de Alberto, su señora
esposa doña Sandra me contestó y me dijo “mirá,
Alberto está en el retiro que te mencionó, ¿Por qué
no vas?”, y para matar el fin de semana me fui para
allá para saber de qué se trataba. Llegué como
a las 4 p.m. y casualmente Alberto estaba dando
una charla llamada: “Las prioridades en el orden
de Dios” y él habló que de acuerdo a los principios
cristianos, primero el hombre nace para tener una
relación personal con Dios, y segundo, para tener
una buena relación con su esposa y con sus hijos;
tercero el trabajo y luego algún tipo de vida social
o comunitaria de ayuda al prójimo. Para mí, eso
no tenía sentido, Alberto estaba equivocado y así
lo expresé públicamente. Habíamos como unas 60
personas en el seminario, yo estaba atrás y era el
que se oponía a lo que Alberto exponía, yo creía
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
13
que el hombre había nacido para estudiar, para
prepararse, para tener un trabajo y para mantener
una familia, para luego, con esa familia disfrutar de
la vida, y claro, de vez en cuando ir a misa, pues
esa era la parte que llenaba el aspecto espiritual.
Por aquel entonces el trabajo no andaba bien,
habían muchos problemas en el negocio que
estábamos desarrollando, luego mi esposa y mis hijos
me estaban reclamando que yo “parrandeaba
mucho”, que andaba mucho en la calle. Como
hombre de negocios “vivía en el mundo”, llevaba
una vida muy disipada, con mucho desorden, y
según yo, era incomprendido porque aportaba
suficiente dinero al hogar para que tuvieran todas
las comodidades. Como mi punto de vista era tan
controversial, Alberto me hizo una pregunta que
me dejó desarmado. Él me preguntó: “Decime
una cosa, volvete a ver hacia adentro, ¿tu vida
está totalmente ordenada, bien balanceada, tus
prioridades están bien equilibradas?” y agregó:
“Me imagino Roberto, que tenés una buena
relación con tu señora”. Cuando Alberto me
pregunta sobre la situación actual de mi vida, eso
para mí fue determinante y me hizo cuestionar el
corre corre en que yo vivía, y la verdad es que
mi señora me estaba reclamando demasiado
por mi estilo de vida y dado mi ausentismo de la
casa, me decía que el dinero mejor lo enviara
con el mensajero; mis hijos ya estaban saliendo
del bachillerato y tomando decisiones muy importantes, hasta hablando de matrimonio, y yo no
me estaba enterando de nada; en el trabajo
estaba con muchos problemas y los amigos que
yo tenía eran amigos de parranda, no eran ningún
tipo de personas con las que podía entablar una
vida social sana; así que yo me sentí muy mal, al
extremo que tuve que retirarme de evento y para
rematar, Alberto me dijo: “Esto es lo que dice la
Palabra de Dios en la Biblia, ¿vos leés la Biblia?” y
me dije a mí mismo: “¿Cómo leer la Biblia si eso es
para los sacerdotes?”.
Recuerdo que en aquel entonces la Biblia era
algo muy específico para cierta gente, y sobre
todo para los sacerdotes y pastores, además, lo
que yo oía en misa era en latín, aún peor para
poder entender, así que no era un libro asequible;
de modo que cuando él me confrontó tuve que
retirarme de la reunión, porque dentro de mí se
desato “una guerra de perros”.
Me retiré hacia un jardín a pensar en todo eso y me
di cuenta que algo no andaba bien, yo andaba
14
en un corre corre y en un sube y baja; mi situación
con la familia estaba muy deteriorada y lo peor
era que los dioses míos eran el dinero y el trabajo
y tampoco estaban bien, así que me quedé más
de dos horas debajo de un sauce llorón y me
escondí ahí para que nadie me viera porque me
sentía avergonzado, con un llanto que no podía
parar. Me encontró un amigo y me preguntó qué
me pasaba y le comenté brevemente el asunto,
entonces me dijo: “...hay una persona que tiene
toda la autoridad y poder, y está interesada
en que vos hagás un buen negocio con Él, que
vos le entregués la vida, así como la tenés de
desordenada y Él va a hacer maravillas en tu
vida…”, y eso me impactó, porque como hombre
de negocios te sentís tan mal y que alguien llegue
y te ofrezca una ayuda de esa naturaleza, yo me
dije: “aquí está el negocio”.
Entonces fue cuando me habló de Cristo Jesús,
a quien yo oía solo de referencia, a quien creía
que se había quedado clavado en la cruz, y una
frase que me dijo este amigo me sorprendió: “...a
Él le fue dada toda autoridad y poder…” Si esto
es así, me dije, este es el cable del que me tengo
que agarrar y ahí mismo hicimos una oración muy
sencilla pidiéndole al Señor Jesús que viniera a
poner orden en mi vida, porque yo necesitaba
urgentemente su ayuda y que yo lo aceptaba
como mi Señor. A partir de ahí empezaron a
suceder una serie de maravillas en mi vida que
todavía no han concluido, inclusive después de
casi 27 años de haber aceptado al Señor Jesús
en mi vida. Ese fue el inicio de mi relación con
Jesús.
Me regresé el martes siguiente a Costa Rica
y venía con una llenura increíble del Espíritu;
cuando llegué a mi casa conversé con mi esposa
y le dije que las cosas iban a cambiar, que había
recibido al Señor y que ahora íbamos a hacer
una vida diferente. Mi esposa se asustó mucho,
porque realmente yo permanecía muy poco en
la toma de decisiones y no me involucraba en las
cosas de la casa, y entonces ella me preguntó:
“¿Qué fue lo que pasó, cambiaste de religión, te
volviste “pandereta” o qué?” y entonces le conté
mi experiencia en Guatemala.
Yo había estado ausente de mi hogar durante
muchos años y por eso mi mujer estaba escéptica
y le costaba creerme, así que tuvieron que pasar
como dos años para que realmente ella viera que
el cambio en mí era verdadero, puesto que yo
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
Hemos vivido casos de sanidad maravillosos en mi
familia y el último fue hace un año, cuando el Señor
me dijo “vas a tener que llevar preventivamente
a tu mujer donde un especialista”, y cuando
fuimos le encontraron un cáncer en el colon y
entonces la operaron, se lo extirparon y aunque
hubo una complicación en el proceso, luego ha
venido una restauración extraordinaria, no solo
en el aspecto físico sino también en lo espiritual,
porque hoy mi mujer tiene una relación preciosa
con Dios, y los hijos también, porque Dios usa esas
cosas para impactar a todos.
antes llegaba rutinariamente a las diez de la noche
y cuando empecé a llegar a las seis de la tarde,
todos se asustaban y se encerraban en sus cuartos
preguntándose, “¿Qué está haciendo papá
aquí?”. Porque yo no tenía ese hábito, los hijos no
me veían; ese cambio tan marcado en un principio
por supuesto que desordenó la rutina hogareña.
Reconstruir la relación de hogar fue muy duro y
llevó tiempo, pero el Señor empezó a hacer una
transformación en mí muy visible para la familia y
ellos comenzaron a ver un papá diferente, un papá
más cercano, comenzaron a aceptarme y así se
inició esa regeneración de vida que Dios ha hecho
en nuestro hogar: ahora sí tengo una relación con
mi esposa y mis cuatro hijos. Hoy por hoy tengo 8
nietos, una nieta de 22 años y hasta uno de kínder y
otro en gestación en estos momentos.
Las manifestaciones de amor y del poder del
Señor en nuestras vidas han sido maravillosas,
tanto en las grandes como en las pequeñas
cosas. A mí me ha costado mucho entender que
Dios no solamente está interesado en los grandes
proyectos, sino también en las pequeñas cosas
del diario acontecer, porque si vos le permitís
tener una relación con vos, es como si invitaras a
alguien a tu casa y le das el derecho de ingresar
en cualquier habitación, en todos los rincones,
hasta donde guardás cosas viejas. Él quiere
poner toda tu casa en orden, pero a veces uno
quiere reservarse ciertas cositas por ahí, pero si
vos le decís “vení a mi vida”, Él quiere participar
en todos los aspectos de tu vida.
Ya me había pasado con mi hija, que tuvo un
accidente cuando tenía 14 años y los siete
médicos que la vieron en la Clínica Bíblica, me
dijeron que era muy difícil que se recuperara y
que seguramente quedaría como un vegetal;
pero yo había escuchado y visto el poder de Dios,
y que Él a través nuestro, hace grandes milagros,
le impuse manos y reclamé sanidad total para
ella en el nombre de Jesús; y para la gloria de Él,
mi hija fue sanada, y hoy por hoy, es una médica
dedicada a sus pacientes, pero a raíz de esa
misma formación profesional, cuando se entera
del cáncer de su mamá, entiende del peligro
inminente y sobre todo, cuando le extirparon el
colon y la posterior unión de los órganos, estos
se sueltan y se produce una infección, peritonitis,
pero el Señor cumple su palabra y fue ahí en
donde una vez más, comprobamos que el Señor
es fiel, porque Él me había dicho que todo lo
que pasaríamos era preventivo, sin importar las
circunstancias por las que pasáramos, y así fue, la
sanidad se produjo de manera sobrenatural.
Yo he sido apasionado en las cosas que hago
y cuando estuve en el mundo también fui así,
de modo que cuando ingresé a la Fraternidad,
entendí que debía servirle al Señor con patrones
de excelencia. Al poco tiempo de haber ingresado
a la Fraternidad se produce una elección. Marco
Pérez ya se había retirado a su ministerio personal;
Ricardo Gerli era el presidente y a mí me nombran
secretario del único grupo que había en el año 85.
Ricardo me dice que en Guatemala hay como
10 capítulos, en El Salvador como 8, en Honduras
como 14 y nosotros que casi tenemos 10 años de
existencia solo tenemos un grupo y me preguntó:
“¿Qué hacemos¿”. Era evidentemente una
sentida necesidad que Ricardo veía. Como a mí
me tocaba viajar por Centroamérica por el tipo
de trabajo que tenía, Ricardo me dijo: “¿Porqué
no aprovechás en Guatemala y les preguntás a
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
15
los líderes de allá cómo es que hacen ellos para
abrir nuevos capítulos para ver si repetimos la
experiencia aquí?”. Llegué a Guatemala y me reuní
con mi amigo Alberto Saldarriaga, conversamos
del asunto y me explicó lo siguiente: “Cuando
alguno siente la necesidad de abrir un nuevo
capítulo, se reúnen cuatro o cinco a orar, piden
al Señor dirección, ponen el asunto en manos de
Dios y buscan el lugar, buscan otras personas y se
lanzan a fundar el nuevo capítulo”.
Luego en El Salvador, le pregunté lo mismo a
Edgardo Rodríguez el presidente nacional y en
su casa me dijo: “Vamos un momentito al jardín”
y me hizo sentarme, me impuso sus manos y me
dijo “Yo, Señor, en el nombre de Jesús, a este
hombre lo ato para que él comience a hacer
el segundo capítulo en Costa Rica” y punto. A
mí me llamaban mucho la atención, porque yo
estaba comenzando y me impactaban mucho
esta forma de hacer las cosas, porque no se
veían en ninguna parte.
ayuda de Dios, providencialmente se dio una
circunstancia excepcional y logramos limpiar la
situación y reinscribir el nombre de nuevo según
consta en La Gaceta N°195 del miércoles 7 de
octubre del año 1998.
Mi vida actual transcurre bajo la firme dirección
del Santo Espíritu de Dios, dándole a Él el primer
lugar en todo, en lo que debo de hacer, en mi
hogar, en mi ministerio y en la comunidad en la
que vivo, con la consigna de que “El que no sirve,
no sirve”, pues el cristianismo es un evangelio de
acción permanente para glorificar a Jesucristo,
nombre sobre todo nombre.
¡El que no sirve, no sirve!
Ya de vuelta en Costa Rica, le conté a Ricardo
toda la experiencia y así nació en mi corazón la
idea de hacer otro grupo. Hablé con Francisco
Hernández y con Gustavo Palavicini y les
comenté mi inquietud de abrir otro grupo en el
Hotel Corobicí, así tendríamos uno en el este y
otro en el oeste de San José. Nos pusimos a orar
y a pedirle dirección al Señor y nació el segundo
capítulo en el Hotel Corobicí en el año 87; se
cambió un poquito la temática porque yo me
traje algunas ideas de cómo estaba funcionando
en Guatemala porque aquí la hacíamos tipo
escuela, con las filas de mesas y dos personas
al frente, pero allá lo hacían más abierto, con
la gente alrededor, en círculo. Ese capítulo
del Corobicí hoy debe tener unos 25 años de
funcionar o más y, un dato curioso, cuando
celebramos los 10 años del capítulo, hicimos un
árbol genealógico y vimos que de ahí habían
salido como 25 capítulos más y esos a su vez
se habían multiplicado. Hoy en día hay más de
doscientos grupos en todo el país.
Otra tarea importante en la que me vi
involucrado fue en el asunto del nombre de
nuestra agrupación, cuando se perdió el nombre
que estaba inscrito en el Registro Nacional de
Asociaciones, por atrasos en la presentación
de las actas de las asambleas generales y
renovación de las juntas directivas, con el
agravante de quedar inmovilizados. Solo con la
16
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
FRANCISCO
Yo conocí a Señor en San Pedro Sula, en un
parque al lado de un hotel donde me hospedaba.
Era la última noche que había decidido vivir en
esta Tierra, porque estaba dispuesto a quitarme
la vida; ya tenía un largo historial de 17 intentos
de suicidio. Yo trabajaba con una empresa
norteamericana y a pesar de que estaba muy
bien económica y laboralmente y tenía esposa
y dos hijos, estaba en una crisis espantosa y en
medio de una profunda depresión. Ese día le
había pedido al gerente del hotel, que era un
amigo mío, me facilitara una habitación en el
último piso, porque ya había planeado que
después de cenar, iría a mi habitación y me
lanzaría por el balcón hacia el vacío.
En esos días yo era un fármaco dependiente porque
me tomaba como 14 pastillas diarias, anti depresivas
y demás, incluyendo una lorazepán diaria, que
me ponía a dormir dos o tres horas cuando me la
tomaba y debía acostarme, para levantarme luego
tan mal como me había acostado.
Según lo que la gente puede entender “yo era
un hombre de éxito” pero estaba viviendo una
etapa de agobio espiritual tremenda, que desde
luego no se apreciaba en la superficie. Esa noche
decidí bajar a cenar y como el ascensor no
respondía, empecé a bajar las gradas desde el
sétimo piso en que estaba y en cada entre piso,
me llegaba desde el parquecito del frente una
música de gente que estaba cantando; eso
para mí era insoportable. No obstante, cuando
llegué al primer piso y a pesar del calor ambiente
afuera y que yo andaba bien vestido de traje,
decidí salir y cruzar el parque; llegué donde
estaban cantando y había un hombrecito bajito
y muy sencillo, que estaba frente a una mesita
predicando y yo le presté mucha atención,
porque todo lo que decía en su mensaje estaba
dirigido especialmente para mí, como si tuviera
nombre y apellidos.
No sé cuánto tiempo estuve ahí escuchando y
cuando el hombre terminó su predicación, hizo
un llamado a aceptar a Jesucristo y pidió que
los que deseaban aceptarlo dieran un paso
adelante. Yo no me moví de donde estaba, pero
de una manera inexplicable me encontré delante
de aquel hombre y me pidió que hiciera con él
una sencilla oración. Pero yo tenía muchísima
resistencia en aceptar a Jesús y cuando el hombre
me decía repita conmigo “Señor Jesús…” yo no
pronunciaba palabras, simplemente balbuceaba
cosas y cuando él finalizó la oración yo empecé
a llorar ahí, delante de varias personas, sintiendo
un desahogo tremendo.
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
17
Esa noche, la depresión, la tristeza, la angustia tan
terrible que yo sentía y el deseo de suicidarme
desaparecieron de mí y bueno, no tenía la
menor idea de lo que tenía que hacer, si buscar
una iglesia o qué. Lo que sí sabía es que al día
siguiente me sentía como nuevo, no sabía lo que
había pasado en mi vida, pero me sentía muy
bien, después de haber estado viviendo en el
infierno.
Viajé a Estados Unidos a Akron, Ohio, donde
el dueño de la empresa casualmente había
decidido prescindir de mis servicios, y yo me
regresé a Costa Rica y no sabía todavía qué
me había sucedido. Entonces traté de buscar
personas que me pudieran explicar mi experiencia
en San Pedro Sula, y Dios que es tan grande,
fue poniéndome al encuentro de personas que
estaban ya en el camino del Señor.
Por ejemplo, algo curioso y extraño me sucedió
con un vecino, un señor mayor de origen
norteamericano que era cliente mío, don Wilton
Nelson, quien nunca me había hablado de temas
religiosos ni nada; un día llegó a un negocio que
18
tenía yo en San Francisco de Dos Ríos y me invitó
a que fuera al templo bíblico donde él asistía,
donde él daba las enseñanzas. Yo acepté
acompañarlo al templo, que está en el puro
centro de San José, calles 2 y 4, frente al antiguo
Registro Civil.
Ahí empecé a conocer gente y entre ellos a
Marco Pérez, quien en ese entonces trabajaba
para Phelps Dodge (CONDUCEN) y entonces
Marco me preguntó: ¿por qué no nos reuníamos
con un grupo de unos ocho hombres empresarios
más y hacíamos una fraternidad, para llevar
hombres a la iglesia evangélica?. Empezamos
así a reunirnos con un grupo de hombres en una
empresa llamada SAM Publicidad, propiedad
de don Miguel Baeza, un español muy querido,
y ahí llegábamos Marco, Ricky Gerli y muchos
otros más. Entonces este grupo de hombres
inscribimos la fraternidad como un grupo de
hombres cristianos. En ese entonces la llamada
visión ni siquiera se mencionaba, porque nosotros
éramos hombres llamados por el Espíritu Santo
y empezamos a traer hombres a las reuniones y
tuvimos mucho éxito. Después de cierto tiempo,
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
quizás un par de años, tuvimos relación con
algunos hombres de Texas que andaban por
aquí, buscando hombres de negocios para
hacer contacto con una organización que había
fundado un hombre llamado Demos Shakarián.
Ya nosotros teníamos 5 años trabajando con una
visión “hecha en Costa Rica” y fue muy exitosa
y era solo cuestión de empatar lo que hacían
allá con lo que hacíamos aquí, aceptando de
paso lo que Demos dijo que Dios le dijo, sabiendo
que también a nosotros Dios nos había dicho lo
mismo. Fue algo muy interesante.
Al principio de nuestras relaciones con la gente
de Houston, las cosas no anduvieron bien porque
algunos se resistían a que tuviéramos alguna
influencia norteamericana. El primero que fue allá
fue Marco Pérez, el hombre que inició el asunto
aquí y luego se salió. Entonces quedamos algunos
hombres de los que iniciamos, no muchos, entre
ellos Ricardo Gerli y yo y hubo muchos que se
dispersaron. Entonces empezamos a reunirnos
en ACOGE y ahí llegaron otros como José Julio
Quesada, Ítalo Bassini y una cantidad enorme
de hombres que se fueron sumando. Fue en
1979 cuando Demos Shakarián vino por primera
y única vez a Costa Rica y empezamos ya con
el nombre de FIHNEC, porque en otros países se
llamaba Hermandad de Hombres de Negocios
Cristianos. Durante muchos años trabajamos con
un solo capítulo en ACOGE y luego lo pasamos a
la Botica Francesa y de ahí pasamos al Kamakiri
durante varios años, hasta que se inició un
segundo capítulo en el Hotel Corobicí.
El despegue se dio en Alajuela aunque ya estaba
el capítulo del Hotel Costa Rica y del Hotel Europa
y así sucesivamente.
Luego
vinieron
las
dolorosas
divisiones
internacionales y nacionales y bueno, nosotros
seguimos aquí y hemos crecido enormemente
con el “Plan B de matrimonios”, que ha sido una
estrategia que nos ha permitido llegar a miles de
hogares y extender el mensaje de Dios, porque
ya las reuniones en hoteles son muy caras y de
esta otra forma logramos participar a las esposas
e hijos en la misión de la Fraternidad.
“Ya nosotros teníamos 5 años
trabajando con una visión
“hecha en Costa Rica”
y fue muy exitosa”
La fraternidad se abre y crece muchísimo en
1991 y se convierte en un movimiento laico,
pero habíamos pasado muchos años con solo
dos capítulos. La mayoría de la gente que nos
llegaba eran católicos y todavía permanecía la
idea de que la gente tenía que ser llevada a la
iglesia evangélica y quizás por eso no crecíamos,
ese era el concepto gringo. Y todos nuestros
manuales y todo lo que nos dieron que fue
traducido al español, habla de que la intención
es llevar la gente a la iglesia evangélica y eso fue
un entrabamiento.
En ese 1991 hubo una experiencia en Guatemala
muy interesante, con un derramamiento del
Espíritu Santo en una reunión, que cambió nuestras
vidas y a partir de ese momento, iniciamos con
un entusiasmo increíble y se multiplicaron los
capítulos a nivel nacional e internacional.
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
19
OSCAR
En octubre de 1988 un buen amigo mío, Jorge
Campos “Poto”, me había invitado a que fuera a
una reunión en el Kamakiri. A él lo habían invitado
en agosto a un evento de hombres de negocios
en la casa de Roberto Quirós aquí en Alajuela,
era una tarde de oración o algo así; luego lo
invitaron al Kamakiri y él fue y le gustó mucho, y
por eso también me invitó a que lo acompañara,
me dijo que había sido una reunión muy bonita y
por eso quería llevarme también.
En esos tiempos yo trabajaba como director de
ventas de una importante compañía de turismo
y estaba casado con una mujer estupenda,
pero tenía una vida personal muy complicada;
aunque financiera y profesionalmente me iba
muy bien, mi vida personal era un desastre y entre
mejor me iba en lo económico peor me iba en lo
personal, digamos que no superé la “prueba de
la prosperidad”.
Realmente estaba muy mal, cosechando lo que
había sembrado, cosas muy negativas: estaba en
proceso de divorcio, había perdido a mi primer
hijo dos días antes de que naciera, mi segundo
hijo a los ocho meses de edad fue diagnosticado
de una enfermedad terrible, incurable, que
hoy entiendo que todo ello era producto de la
maldición que yo había llevado a mi hogar; yo
estaba muy confundido, no sabía qué hacer, no
sabía qué quería de la vida. Yo tuve problemas
con el alcohol y había dejado de beber, pero
seguía teniendo una vida muy desordenada
y con gran pena reconozco que era infiel y yo
estaba muy confundido, tenía ganas de morirme,
no tenía ganas de vivir…, estaba muy muy
confundido.
20
En ese contexto fui a mi primera reunión. Por
aquellos días estaban Ricardo Gerli, Roberto
Madrigal, Roberto Quirós, Ítalo Bassini, Nelson
Cuenca, Raudin Soto, Francisco Fallas y muchos
otros más, y Francisco Hernández estaba dando
testimonio esa noche y me impactó mucho,
porque la historia de Francisco era muy parecida
a la mía y él al final lanzó un reto y dijo: “hagan
la prueba, no tienen nada que perder y sí tienen
mucho que ganar”.
Yo era tan rebelde que hice la prueba a mi manera,
porque dijeron que nos pusiéramos de pie y a mí
no me dio la gana; dijeron que levantáramos
la mano y yo no quise pero ahí, en el fondo de
mi corazón, a mi manera un poco irrespetuosa,
hice esa oración en la que él me guió y en vez de
decir “Jesús” yo decía “Colochos” por ejemplo,
pero al final, di el paso y acepté al Señor Jesús y le
entregué mi vida en ese momento, nunca se me
olvidará. Eso sí, lo condicioné.
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
A partir de ahí mi vida empezó a experimentar un
cambio radical. El Señor me perdonó y empecé
a tener paz y esto es importantísimo porque tenía
muchos años de no tener paz en mi corazón, lo
que tenía era mucha tristeza… Las facturas me
habían estado llegando por tanta mentira y tanto
desorden en mi vida, a tal punto de que nada me
llenaba, nada me hacía gracia, aunque tuviera el
doble de todo no me llenaba ese vacío interior. En
ningún lugar donde estuviera me sentía satisfecho
y si me cambiaba de lugar tampoco; si tenía un
carro quería otro y así sucesivamente. Me iba muy
bien financieramente, tenía una casa muy bonita,
viajes, carros, sin embargo nada me llenaba. Y
reconozco con mucho dolor que ni siquiera la
familia tan hermosa que Dios me había dado
llenaba ese vacío, y yo creo que tenía razón Pascal
cuando decía que “en la vida del hombre hay un
espacio que tiene la forma de Dios y que solo Dios
lo puede llenar” y uno trata de llenar ese espacio
con cosas, pero nada… Entonces, después de
buscar en muchos lugares y no encontrar la
respuesta, yo le perdí el sentido a la vida.
Ya eso me lo había dicho un hombre que tenía
fama de ser muy sabio (hoy entiendo que estaba
totalmente equivocado), un ex diputado que vivía
en Orotina y que era muy influyente, y yo era de
los privilegiados de su círculo cercano, tenía como
17 años de edad y un día me dijo en una cantina:
“hijo, yo tengo algo que enseñarte: la felicidad no
existe”. En ese momento no entendí nada, pero
con el paso de los años más de una vez recordé esa
frase y llegué a la conclusión, en mi ignorancia, de
que el viejo tenía razón y de hecho, yo me daba
importancia a mí mismo, cuando en una cantina
yo también le repetía a algún fulano incauto “hijo,
tengo algo que decirte: la felicidad no existe”. Lo
repetí tanto, me convencí tanto, que un día esa
verdad me alcanzó; esa “verdad” me dio en la
cara; y entonces me cuestioné “si la felicidad no
existe, ¿qué estoy haciendo aquí, cuál es el sentido
de la vida, si yo soy un perfecto infeliz…?” Entonces
entré en una profunda depresión y cada vez me
sentía peor.
En aquellos tiempos había muy mala información
sobre este tipo de problemas y las personas
ignorantes a las que yo les comentaba mi
situación me hundían más, porque me decían que
“ese problema de los nervios que yo padecía era
incurable” y yo me decía “si esta cochinada no
se me cura y no se me van a quitar estos ataques
de pánico, esta zozobra tan horrible en que
vivo, si esto es incurable, entonces yo no quiero
vivir…” Y así anduve varios meses pensando en la
posibilidad de suicidarme pegándome un tiro…
Mientras hubo metas que alcanzar, yo me
decía por ejemplo “me va a hacer feliz tener un
BMW” y entonces canalizaba toda mi energía
en conseguir esa meta y cuando tenía el carro
BMW, me daba cuenta de que ahí no estaba la
felicidad; entonces me imponía otra meta como
tener una novia con tales características y cuando
la alcanzaba tampoco me sentía feliz, hasta que
llegó un momento en que ya no tenía más metas,
ya había hecho de todo, había tenido de todo
(esposa, casa, carro, viajes, deseos de todo tipo,
etc.), incluso con la familia, “quizás teniendo un
hijo” me dije y bueno, el primero murió dos días
antes de nacer y fue doloroso; volver a hacer
el intento y vino el otro hijo, pero tampoco llenó
mi vacío; mi matrimonio, mi esposa, una buena
esposa, que tampoco me llenaba… Hasta que
me quedé sin metas y en esa profunda depresión
me cuestionaba constantemente: “la vida no
tiene sentido, la felicidad no existe y sino existe
entonces para qué vivir…”
Pasé a depender de fármacos y tratamientos y
nada daba resultado y cada vez me hundía más
en la depresión, hasta que apareció mi amigo
Poto, quien había logrado salir del alcoholismo
por medio de A.A., tratando de rehacer su
vida y estaba muy enfocado en ayudar a los
hombres con esa problemática. Cuando a él lo
invitaron a una reunión de la fraternidad, terminó
invitándome a mí también a su segunda reunión.
Y ahí fue cuando hice el gran negocio de mi vida.
Yo me acuerdo que después de la oración que
hice con Francisco Hernández, le puse condiciones
a Dios y le dije “Señor, si usted realmente existe yo
te pongo como condición esta noche, primero
que pongás paz en mi corazón y que me pongás
amor por mi esposa”. Esa noche dormí como un
lirón, con una paz que nunca había sentido. Y
empecé a ver características de mi esposa que
antes estaban veladas para mí, incluso su belleza
física pero también su belleza moral, espiritual,
una mujer extraordinaria, una gran persona y a
los 21 días después, se dio un acontecimiento
interesantísimo.
En un seminario al que asistí en el Convento de
las Hermanas Clarisas en Moravia, Ricardo Gerli
ofrecería una charla. Después de la charla lo
busqué y le pedí que me enseñara a orar, porque
yo no sabía orar y le conté que tenía a mi hijo
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
21
enfermo, que le habían diagnosticado una
epilepsia severa y que esa enfermedad no tenía
cura. Ricardo me enseñó un versículo que estaba
muy en boga en la fraternidad en esos días,
porque a través de un milagro que Dios había
hecho con un hombre de negocios, el Señor lo
había sanado de una miastenia grave, y lo había
sanado a través de ese versículo de Jeremías 33:3,
y Ricardo me mostró ese versículo y me enseñó
a orar y me explicó cómo hacerlo; y esa tarde
ahí mismo, clamamos a Dios por la salud de mi
hijo. Yo salí muy motivado del seminario y llegué
a mi casa y le dije a mi esposa que oráramos,
que Dios decía que si clamábamos a Él nos iba
a responder, y esa noche, de lo profundo de
nuestro corazón, clamamos a Dios porque sanara
a nuestro hijo. Después de orar un buen rato, vino
a nuestras mentes y corazones la convicción, la
certeza de que nuestro bebé estaba sano.
Efectivamente, días después llevamos al niño
a hacerle exámenes y los resultados ratificaron
que José Pablo estaba totalmente sano. De
modo que teníamos la prueba fehaciente del
poder de Dios, porque había exámenes y todo
un historial médico que primero confirmaban una
enfermedad severa y otros exámenes, realizados
después de nuestra oración de clamor a Dios,
que decían que el niño estaba totalmente sano.
Ese fue el gran detalle de parte de Dios; yo me
dije: “es como si se hubiera puesto una flor en
el ojal para mí”. Le agradecí tanto ese enorme
detalle, que a partir de ahí me enamoré del Señor
y empecé también a mejorar mi salud, me quitó
la depresión, sentía paz en mi corazón y estaba
aprendiendo a valorar a mi esposa.
Yo asistí durante unos cuatro meses al Kamakiri y
luego decidimos fundar un capítulo en Alajuela,
en el Restaurante Ambrosía y para ello recibimos
un gran apoyo de los líderes del Kamakiri e incluso
vinimos a negociar con el dueño del restaurante. El
primer día que tuvimos un almuerzo fue sensacional,
recogimos una ofrenda y era más que suficiente
para arrancar y así empezó el capítulo Ambrosía
que estuvo muchos años en ese sitio. Aquí se dio
un fenómeno muy interesante desde que arrancó
el capítulo y fue un avivamiento impresionante que
se vivió en Alajuela. Fue una verdadera locura. Y lo
mejor es que todos éramos muy novatos pues el
más veterano, Poto, si acaso tenía 6 meses en la
fraternidad y de ahí para abajo.
22
Esta inexperiencia nos ayudó a buscar mucho la
presencia y la dirección de Dios: ayunábamos
para dar la visión, ayunábamos para pedir la
ofrenda, ayunábamos todos y nos apoyábamos
mutuamente, porque en general teníamos
una gran mística y también un gran miedo a
equivocarnos o a que las cosas no salieran como
esperábamos. Es decir, si a vos te tocaba motivar
la ofrenda en la siguiente reunión, vos y los
demás líderes ayunábamos para que tuvieras la
unción de Dios y que todo saliera bien. O cuando
hacíamos reunión de la Junta Directiva todos nos
tirábamos al piso y clamábamos a Dios para que
nos usara y Él nos respondió enviándonos a veces
50 y hasta 60 hombres nuevos en una reunión. Era
una verdadera locura lo que estaba sucediendo
y yo creo que a Dios le gustaba esa dedicación,
esos ayunos, esos clamores en oración.
El restaurante se abarrotaba de una forma
inimaginable; por ejemplo había un árbol de
mango en el centro del restaurante y había
gente literalmente encaramada en el palo,
participando de la reunión. Fue una explosión
impresionante, impensable. Claro que teníamos
hombres que estaban llegando y eran de un
enorme calibre espiritual y una vocación de
servicio incomparable como Rodolfo Bains, Mario
Madriz, Edgar Madriz, Poto, Carlos Varela, Edgar
Chavarría, Óscar Cordero, Carlos Araya y un
larguísimo etcétera de decenas de hombres en
los diferentes capítulos que se fueron fundando.
Otro fenómeno interesante que se dio como a los
dos años, creo que fue en 1989, fue un día que
entré en un restaurante y un tipo me llamó y me
preguntó si yo era Óscar Bolaños y le dije “sí señor”,
entonces me dijo “le va a parecer una locura
pero hace días lo ando buscando” (él era Iván
Chavarría Díaz, un comentarista deportivo que no
tenía nada que ver con Dios ni era conocido mío).
Entonces yo le pregunté: “¿para qué me busca, en
qué le puedo servir?” y me repitió “a usted le va a
parecer una locura lo que yo le voy a decir, pero a
mí Dios me dijo que le diera dos horas en la radio”,
y yo le pregunté “¿y cómo le dijo Dios eso?”, y
agregó “tres veces me lo ha dicho, me dijo que era
usted, me dijo cómo era usted y aunque yo a usted
no lo conozco, cuando lo vi entrar supe que era
usted” y me volvió a decir “a usted le va a parecer
una locura pero esto fue una orden estricta de
Dios”, y yo supe después que ese hombre no era
cristiano ni creyente de nada, simplemente un
tipo con cierta fama local por ser un comentarista
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
en Puriscal donde el Señor reunió a 300 personas
en la fundación del capítulo y así sucesivamente,
empezamos a experimentar los milagros y las
cosas maravillosas que Dios estaba haciendo a
través del programa de radio, que también era
muy escuchado en las cárceles y hospitales; fue
un éxito total.
deportivo, que me insistió en que “Dios en sueños”
le había dicho que me concediera dos horas de
espacio radial y más aún, me dijo “lo espero tal día
a las 5 a.m. en la radio”.
Llegamos a la radio el día citado como 7 u 8
hombres y ninguno había siquiera cruzado la
puerta de una emisora, no teníamos la más
mínima idea de cómo funcionaba ese asunto. Ya
habíamos orado y llegamos a las 4:55 a.m. y le
dijimos, “bueno Iván aquí venimos a ver de qué
se trata esto” y él de inmediato se plantó y dijo
“ah no no no, yo no tengo idea de qué se trata
este asunto, eso es problema de ustedes…, en
tres minutos estaremos al aire” y esos tres minutos
se nos fueron diciendo “Dios mío, qué hacemos”
y nos respondimos “bueno, vamos a hacer lo
que sabemos hacer”: vamos a dar la visión y a
dar testimonio; “¿y quién conduce?”, preguntó
alguien y yo le dije “yo soy el M.C.” y echamos a
andar con el primer programa de radio y sobra
decir que fue un éxito rotundo. Y así empezamos
pero ¡duramos diez años al aire!, los domingos de
5 a 7 a.m., con repetición de 10 a 12 de la noche.
Incluso el horario fue un detalle interesante,
porque Iván nos comentó que alguna gente se
le había acercado y le había dicho “mirá ese
programa no es de Dios, porque a Dios se le dan
las mejores cosas y ese horario no es el de mayor
audiencia…” Pero resulta que no, que ese día y
esa hora eran inmejorables, por varias razones
que fuimos descubriendo.
Mediante ese ministerio radial el capítulo
Ambrosía empezó a expandirse rápidamente,
porque nos reportaban sintonía de todo el país;
cuando ya teníamos 4 o 5 personas de una misma
localidad, nos íbamos para allá y fundábamos un
nuevo capítulo, así fuera en Jicaral, en el sur, o
No solo abrimos nuevos capítulos en Alajuela sino
que también llegaban muchos miembros nuevos
cada viernes al capítulo Ambrosía, igual que se
abría en Guácimo, Sarchí, Ciudad Quesada,
Florencia, Limón, Nandayure, Puntarenas, Cañas,
donde fuera. Definitivamente había una unción
del Señor que nos tenía totalmente atrapados
en una actividad frenética por alcanzar hombres
para Cristo, había una pasión desenfrenada y
nosotros íbamos donde fuera, donde nos pidieran
y nos comprometíamos seriamente; hubo casos
donde fuimos durante dos años seguidos, semana
a semana a un determinado lugar, pues había
un altísimo nivel de compromiso con el servicio
a la causa del Señor. Esa fue la explosión de la
fraternidad.
Habíamos abierto un capítulo en el Banco
Nacional y por medio de ellos nos traíamos a
los muchachos internos en Hogares Crea y los
invitábamos a jugar fútbol y luego compartíamos
un almuerzo con ellos y los evangelizábamos. En
fin, nuestra creatividad e iniciativa no conocía
límites, según el Señor disponía en nuestros
miembros agradecidos.
Luego tuvimos otros programas de radio y hasta
en televisión, en el Canal 31 y muchas otras
actividades más, de modo que estábamos como
a tiempo completo trabajando en el ministerio
que el Señor nos había asignado y vea qué
interesante, lo que significa otra muestra más del
respaldo de Dios: yo casi no tenía tiempo para
trabajar en mi agencia de turismo, pero Dios
me prosperaba y a todos los compañeros que
también trabajábamos a diario en el ministerio,
Dios igualmente los prosperaba y nos permitía
dedicarnos casi a tiempo completo a servirle a
Él. Por ejemplo, teníamos grupos de trabajo y con
mucha frecuencia nos contactaban los gerentes
de grandes empresas, para que fuéramos a orar
por ellos, incluso asesorarlos y también a visitar
al personal y presentarles la fraternidad, con la
seguridad de que el cambio en esos hombres
cambiaría el ambiente laboral y mejoraría la
empresa; hubo empresas donde se convertían 100
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
23
o más trabajadores y también el gerente; éramos
asesores de la Asamblea Legislativa y llegábamos
a orar por los diputados y opinábamos en ciertos
asuntos de interés, en fin, nuestras actividades se
expandían con enorme velocidad y eficacia por
todo el país, las instituciones y las empresas.
Y claro, todo ello venía acompañado además
de unos milagros de sanidad extraordinarios que
hizo Dios por medio de nosotros. Vimos milagros
de sanidad por doquier, puesto que íbamos
a hospitales y a casas a orar por personas con
problemas de un infarto, sida, cáncer y muchas
otras enfermedades graves y Dios los sanaba por
medio de nuestras oraciones.
Con igual entusiasmo participábamos en las
actividades de la fraternidad y también íbamos
a las convenciones, nacionales e internacionales;
como yo trabajaba en turismo organizaba las
excursiones, a tal punto que la primera excursión
que organicé para visitar una convención
mundial en Los Ángeles fuimos 100 miembros de
Costa Rica, luego fuimos a Dallas, Orlando, etc.
y algo de lo más hermoso era que, al viajar en
grupo, nos regalaban una cantidad de tiquetes
que rifábamos entre compañeros que no podían
pagarse el viaje y así, siempre llevamos un
grupo variopinto de compañeros de todo nivel
socioeconómico y tenemos muchas anécdotas
impresionantes de los regalos adicionales que Dios
nos daba en esos viajes que fueron inolvidables.
Lamentablemente cuando vino la división
interna de la fraternidad ese fuego se apagó,
nos enfriamos, y yo sigo pidiéndole a Dios que
vuelva a encender ese fuego, que la verdad es
que no lo hemos vuelto a tener al nivel de lo que
experimentamos a fines de los ochenta e inicios
de los noventa, cuando sentíamos ese amor, esa
pasión, esa mística por servir en la fraternidad. Yo
sueño y tengo la certeza de que ese avivamiento
volverá a caer sobre la fraternidad, porque
nosotros somos un ministerio 100% pentecostal
y volveremos a ser usados por el Espíritu de
Dios para grandes cosas, no solo por lo que
está plasmado en la Profecía de Panajachel
(Guatemala, 1991), que predijo que desde Costa
Rica volvería a encenderse el fuego para todo
el mundo, sino que también habla de superar la
división, y también espero ese avivamiento por
algunas de las últimas manifestaciones de Demos
Shakarián sobre el futuro de la fraternidad.
“Definitivamente
había una unción
del Señor que nos
tenía totalmente
atrapados en una
actividad frenética
por alcanzar
hombres
para Cristo”
24
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
FRANCISCO
Un buen amigo llamado Luis Amador, un buen día
de 1985 me invitó a que fuéramos a una cena de
la fraternidad en el Kamakiri; teníamos una larga
y buena relación y habíamos compartido en el
pasado muchas fiestas y reuniones de tragos.
Yo estaba casado y tenía hijos pequeños y una
muy buena posición económica, porque tenía
negocios boyantes aquí y en El Salvador, donde
tenía clandestinamente otra familia; tenía el BMW
del año, viajes, unos buenos amigos empresarios,
pero con una vida sumamente complicada en el
campo personal, emocional, asistiendo a muchas
fiestas y en constante infidelidad. Entonces me
vi enfrentado a un descontrol total de mi vida y
empecé a vivir un conflicto espiritual muy serio.
Tenía muchas cosas materiales, gozaba de
buena posición social y amigos pero, en lo
familiar, enfrentando una demanda de divorcio
de mi esposa y mis hijos eran enemigos míos,
siendo niños de 8, 10 y 12 años, y por ese estilo
de vida me perdí la niñez de mis hijos. El Señor me
reveló posteriormente esta situación, pero en ese
entonces yo no podía entenderlo.
Yo andaba buscando una solución para mi vida
tan complicada. En medio de todo este embrollo
conocí al Dr. Luis Burstin, famoso cardiólogo;
también tenía un sicólogo y el sicólogo me
manda a buscar de Dios; yo en medio de mi
desasosiego, en medio de mi desorden, llegué
a la Clínica Burstin frente a la Bíblica buscando
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
25
un cardiólogo y me topé con el Dr. Burstin (que
se suicida de un balazo en noviembre de 1985)
y ese fue el hombre que yo busqué para que me
salvara la vida que tenía tan complicada.
En eso estaba cuando Luis Amador me habla
de los hombres de negocios, no me habló de
Jesús, pero en medio de los whiskies me invitó a
que lo acompañara a los hombres de negocios.
Yo estaba en medio de ese tremendo conflicto
existencial que no me dejaba en paz, viviendo
en una oscuridad tremenda, lleno de temor,
desasosiego y como me decía mi sicólogo
“Francisco estás viviendo una dicotomía, tenés
una doble vida, tenés que encontrarte, saber qué
piensa tu esposa y qué piensa tu otra esposa en El
Salvador…” Esa doble vida era imposible para mí.
Y cuando acepté la invitación de Luis y llegué a
la Sala Kamakiri me encontré un ambiente muy
agradable, con hombres como Ricardo Gerli,
Roberto Quirós, Francisco Fallas y otro montón
de hombres de negocios que hablaban de Jesús
y me gustó la reunión porque yo vi hombres
espirituales, que hablaban de Dios. Hombres
felices, hombres contentos que se abrazaban.
Como yo era muy sociable y encontré ahí gente
simpática, agradable, aunque yo me sentía
muy autosuficiente porque parqueaba mi BMW
afuera del Kamakiri, seguí asistiendo e incluso
fui a algún seminario, pero yo no tenía todavía
aquella realidad de Cristo en mi vida.
Estuve asistiendo como unos 3 meses al Kamakiri
antes de tener un encuentro personal con Jesús.
Yo andaba buscando algo en la intimidad,
algo que no conocía, al Dios desconocido para
26
mí, que me pudiera mostrar algo diferente a lo
que yo conocía: pues la fama, fortuna, licor,
mujeres, carros, viajes y todo eso material no me
llenaba... Los hombres de negocios me hablan
de Jesucristo, pero el Cristo que yo tenía era
un “Cristo de cadena”, un crucifijo de oro que
me colgaba del pecho que terminaba en una
mesa de noche de algún motel. Entonces yo
visitaba la iglesia católica por costumbre, porque
yo no tenía ninguna religión. Incluso hice una
convivencia donde me presentaron un Cristo
sin brazos, mutilado, que no me satisfizo. Pero los
hombres de negocios hablaban de Jesucristo
y eran hombres que habían tenido fracasos
tremendos en sus vidas emocionales, en asuntos
financieros, etc., pero eran hombres del perfil en
el que yo me movía y que inclinaban su cabeza
y oraban y eso me pareció muy interesante.
Entonces yo comencé a practicar algunas
disciplinas espirituales tales como arrodillarme,
por ejemplo, y continúo en esa búsqueda de Dios
que mi sicólogo me había recomendado y de la
que me hablaban estos hombres.
Recuerdo que tuve dos experiencias espirituales
muy significativas. Ahorita no recuerdo bien
pero creo que primero fue en la Parroquia de La
Soledad, donde yo me había casado años atrás
y estuve un día ahí, de rodillas, orando con los
ojos cerrados y sentí una presencia tan rica, tan
exquisita, que me hizo sentir una paz maravillosa
y yo sentía que si abría los ojos vería un hombre al
lado mío.
Posteriormente, es posible que a inicios de 1986,
estando un domingo en la tarde en mi casa,
solo, de rodillas, comencé a clamar al Señor, a
suplicarle a Dios que me ayudara porque yo
no podía seguir llevando esa vida que tenía, le
decía que yo necesitaba algo diferente en mi
vida y entonces tuve una confrontación violenta
conmigo mismo. De pronto tomé conciencia de
todo lo que yo había estado haciendo en mi vida;
comencé a analizar y a darme cuenta de qué
era lo que había pasado: una vida desordenada,
abusiva, riesgosa, había puesto en riesgo a mi
esposa y mis hijos y a mí mismo y a la otra familia
que tenía. Vinieron a mi cabeza tantas cosas
tormentosas, que me hicieron darme cuenta del
desastre que yo había provocado y preguntaba
“Señor, ¿qué pasó?”, y le pedí perdón y le dije
“Señor, perdóname, perdóname…”
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
Y entonces comencé a llorar y no podía parar.
Luego de 5 o 6 horas llorando ahí de rodillas,
ya de noche, me inundó una paz inexplicable.
Después de varias horas, llorando por la miseria
que yo había vivido durante todos esos años, me
pude levantar por fin y era otro hombre. Estaba
experimentando la verdadera liberación que
Cristo me dio en ese momento. Era un hombre
libre, sin pecado, sin condenación, experimenté
el amor de Dios, la reconciliación con el Señor
y comenzó una nueva vida para mí, una de
aceptación, de tolerancia, de cambio, de
perdón de mi esposa y de mis hijos, de separación
de aquella vida desordenada que había vivido.
Empecé a vivir el Nuevo Camino, una vida
de esperanza, de paz; ya tenía un hogar, una
esposa que amar, una familia que cuidar y aquel
negocio de licores que tenía lo vendí, porque
no me gustaba ya generar mis ingresos con ese
tipo de producto, que aunque era legal yo sentía
que no era dinero sano para mí. Y más bien inicié
un negocio comercial con una tienda deportiva
y hace 26 años puse mi tienda deportiva, con
una maquila de uniformes deportivos y esa es mi
forma de proyectarme hoy empresarialmente,
con relaciones muy importantes con empresas e
instituciones muy grandes y hago negocios con
mis amigos que necesitan artículos para producir
vida y mis clientes me encargan uniformes que
llevan a otros países por su propia cuenta y así he
llegado a Suramérica, Europa, Estados Unidos…, y
esto es obra de Dios.
Dentro de esta nueva vida como hijo de Dios, sigo
asistiendo al Kamakiri y empiezo a involucrame
con estos hombres extraordinarios que servían
ahí, y con el liderazgo de Roberto Madrigal
y Gustavo Palavicini, decidimos expandir la
fraternidad y abrimos el capítulo del Hotel
Corobicí con Marco Bonilla y otros que el Señor
estaba agregando. Luego abrimos otro capítulo
en el Indoor Club con Óscar Brenes, Fabio Solano,
Johnny el odontólogo, en el Hotel Europa, en el
Club Unión, el Tennis Club, en el Hotel Costa Rica,
en Rías Bajas, y empezamos a crecer y crecer y
abrir nuevos capítulos en muchos lugares.
servicio del ministerio. Sin duda fue una época
de avivamiento a fines de los ochenta, con una
gran fuerza, mucha vida, mucho compromiso
de los hombres.
Así que ya yo estaba involucrado en el servicio
del ministerio y había tiempo y dinero para hacer
la obra y sobre todo, estaba Cristo en medio de
nosotros. Ya asistíamos a convenciones mundiales
y yo había formado parte del equipo de trabajo de
la convención latinoamericana. Trabajábamos con
un enorme entusiasmo y nos sobraba motivación
para trabajar en la obra del Señor. Luego vinieron
ciertos problemas a nivel internacional y también
local, pero yo creo que todo ha sido para bien,
porque hoy, sobre la base de la visión que el Señor
le dio a Demos Shakarián, tenemos al menos cuatro
organizaciones que yo conozco, que tratamos de
alcanzar a los hombres por medio de otros hombres
compartiendo su testimonio.
Yo tengo muy clara la estrategia y el tipo de
hombres a quienes dirigimos nuestro ministerio:
nosotros tenemos que traer hombres que están en
abundancia económica, que el Señor les ha dado
esas riquezas y no saben que el Señor se las ha
dado y están despilfarrando en moteles, en bares,
en casinos, en drogas, en una vida desenfrenada,
porque no conocen al Dador de la verdadera paz.
Ese es nuestro público meta y hacia él enfocamos
la visión de los hombres de negocios.
“Sin duda fue una época
de avivamiento a fines de
los ochenta, con una gran
fuerza, mucha vida, mucho
compromiso de los hombres”
Óscar Bolaños llegó y vino también a darle
una fuerza enorme al ministerio, porque abrió
la fraternidad hacia Alajuela y muchos otros
lugares, con una labor protagónica en esa
expansión; él y muchos otros fueron llamados
por Dios a ser parte de la fraternidad y del
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
27
RICARDO
Pero una mala noche de tragos, la más oscura de
mi vida, llegué a casa y agredí a mi mujer delante
de mi hijo. Al día siguiente tenía que repetir el ciclo,
tomarme unos tragos, buscar compañía para
tratar de llenar ese vacío que sentía y el vacío no
se llenaba y esa noche incluso comencé a pensar
en suicidarme y peor, pensé en matarme y matar
a mi esposa y mi hijo. No pude dormir y a las 5
de la mañana de esa madrugada terrible, estaba
tocándole la puerta a mi amigo Francisco. Él me
dijo claro que sí, vamos a ir. Eso fue un martes 2
de abril de 1996 y a las 7:30 p.m. íbamos entrando
al Hotel Herradura y yo con mucho recelo,
pensando si iba a una nueva iglesia, una nueva
religión, si iban a haber cánticos, si iban a haber
Biblias, pastores o sermones.
Yo llegué a la fraternidad invitado por un buen
amigo, hace 16 años. En ese entonces estaba
muy necesitado de Dios, con un gran vacío en
mi corazón, pero convencido de que Dios era un
invento de algunos pocos para aprovecharse
de las multitudes, no importando la etnia o la
cultura; hoy mediante el dinero y en tiempos
atrás mediante cosechas y productos en especie
que pedían a la gente. Es decir, tampoco tenía
ningún interés en conocer a Dios porque era
un absurdo, Dios no existía, yo era un ateo.
Por muchos años siempre negué la existencia
de Dios pero un día mi amigo de juventud, de
discotecas, de tragos, Francisco Rodríguez,
me invitó insistentemente a una reunión de la
fraternidad y yo le decía que no insistiera, incluso
llegué a enojarme y hasta ofenderlo.
28
Yo había estudiado en un colegio de corte
religioso en Heredia, donde la disciplina era
muy importante y había un hombre encargado
de vigilar el cumplimiento de las normas que
era sumamente estricto e incluso violento. Por
ello generé un rechazo hacia los sacerdotes y
pastores y cuando entré a la universidad estudié
Sociología y asumí como mío el dicho ese de que
“la religión es el opio de los pueblos” y tiene cierta
verdad, porque yo hoy valoro la relación con
Cristo, no una religión.
En mi primera reunión fue interesante porque yo
llegué con un absoluto escepticismo, no quería
saber nada de iglesias ni de pastores ni sacerdotes
y me encontré con un grupo de hombres muy
agradables, compartiendo con una gran alegría
y no más llegando, me hicieron sentir muy bien, a
pesar de que yo venía a la defensiva. Y cuando
presentaron la visión de los hombres de negocios
y explicaron que no eran una nueva iglesia ni una
nueva religión, que no eran dirigidos por pastores
ni sacerdotes, me llamó todavía más la atención.
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
Dijeron que eran hombres comunes y corrientes,
hombres de trabajo y eso me gustó mucho, pero lo
que más me marcó esa noche fue que un hombre
dijo “amigos que vienen por primera vez, les voy
a hacer tres preguntas y si alguna de ellas tiene
un no por respuesta, usted está en el mejor lugar”
y continuó diciendo “pregunta número uno: ¿es
usted feliz?” y fue curioso porque él señaló con
su dedo y habíamos varios ahí delante pero ese
dedo me señaló a mí y yo, con toda la hipocresía
del caso moví afirmativamente mi cabeza
diciendo “sí yo soy feliz”, ya que no quería que
nadie se diera cuenta de que eso era una farsa,
era una máscara, porque yo no iba a reconocer
ahí delante de la gente que no era feliz; pregunta
número dos, dijo: “¿se siente usted realizado con
lo que tiene materialmente, económicamente?”
y a pesar de que yo trabajaba en un puesto
profesional en el ICE y ganaba bien, eso no se
traducía en un bienestar para mi familia, sino que
vivíamos muy ajustados y con deudas, alquilando
casa, y ahí no respondí, me quedé en silencio
y agregó, pregunta número tres: “¿tiene usted
una vida armoniosa, equilibrada, personalmente,
familiarmente, su esposa, sus hijos, sus vecinos,
sus compañeros de trabajo, su vida en general?”
y yo nada más decía para mí “quítenle el
micrófono a este tipo” y repitió: “si alguna de
estas tres preguntas tiene un no por respuesta,
entonces usted está en el mejor lugar, porque
aquí va a encontrar la verdadera felicidad, una
prosperidad integral, que te va a sustentar en
todo y sobre todo, vas a encontrar un equilibrio
en tu vida a nivel personal, familiar, emocional,
físico y sobre todo espiritual y por eso lo reto y lo
animo a que se de esta oportunidad”.
Y han pasado 16 años desde entonces y no me
canso de decirle a la gente que ese hombre no
me mintió y de verdad funciona; las tres cosas
que me ofrecieron como si fueran cláusulas
de un negocio, se han cumplido: permanezca
aquí y le aseguro que usted va a ser hombre
inmensamente feliz y Dios va a ordenar sus
finanzas y va a ordenar todos los ámbitos de su
vida, y esas tres cosas Dios las cumplió.
Desde esa noche me gustó la fraternidad y a la
cuarta reunión, me tocó escuchar a un hombre
que era ateo como yo y explicó su historia de
vida y no sé cómo, al final de la noche, cuando él
hizo el llamado para recibir a Jesús, aunque ya lo
había escuchado unas tres veces anteriormente,
esa noche cerré mis ojos y sí, mi corazón estaba
abierto de par en par, comencé a sentir el abrazo
más tierno que te podás imaginar y una voz que
me decía “porque te amo te perdono” y yo sentía
el abrazo, yo sentía que alguien se había venido
y me había abrazado pero no sabía de quién era
el abrazo, yo solamente lo sentía, cuando abrí
los ojos me di cuenta de que no había nadie; yo
pensaba que todos estaban viviendo algo similar,
pero no, unos estaban viendo para el techo, otros
veían el reloj, otros viendo los zapatos esperando
a qué hora terminaba la reunión y esa noche fue
mi experiencia, mi encuentro personal con Jesús,
lo conocí tal como es, vivo y real, no de doctrina,
no de conceptos, no de teorías, sino la presencia
misma de Dios en mi corazón. Entonces en ese
momento y hasta el día de hoy, no ha habido
un solo día en que no tenga el deseo de servir a
Jesús y de seguirlo a donde Él quiera que vaya.
Estuve al lado de hombres maravillosos como
Ricardo Gerli, Óscar Bolaños, Roberto Madrigal,
Francisco Fallas y otros muy especiales, que me
enseñaron muchísimo y que tuvieron la paciencia
para ayudarme, formarme; hombres que no les
importaba que fuera un muchacho, me llevaron
paso a paso a conocer la profundidad de las
cosas espirituales y siempre estuve ansioso y
anuente a aprender como conviene, algo que
no es fácil, porque la corrección nos cuesta.
Y con esos ejemplos muy rápidamente ya estaba
incorporado en el liderazgo y como a los cuatro
meses se habló de abrir un nuevo capítulo que
casualmente quedaba cerca de mi casa; en este
corto lapso ya Dios había restaurado mi hogar, yo
era un hombre nuevo, ya mi esposa estaba de
vuelta, Dios había sanado la herida en su corazón.
Cuando preguntaron quiénes se apuntaban al
nuevo capítulo yo me ofrecí sin saber que ahí
iría a permanecer durante los siguientes 16 años
hasta la fecha. Al inicio se llamaba El Pavorreal y
ahora se llama Alajuela centro y comencé siendo
el Fiscal y al año siguiente ya era el Presidente del
capítulo. Vinieron unas elecciones nacionales en
1998 y yo era un muchacho con apenas más de
un año en la fraternidad y ahí me encontré con
hombres de un tremando liderazgo y curtidos
de experiencia y me sucedió como Jeremías
que le decía a Dios “no no, es que yo soy un
chiquillo”, pero Dios lo había escogido y yo siento
que igualmente, Dios me escogió esa noche
y me nombraron Secretario nacional durante
tres años y luego me nombraron Vicepresidente
Regional para Alajuela, cuando Francisco Fallas
Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra!
29
“Desde que esta
organización nació
en el corazón de
Demos Shakarián,
Dios le dijo que
el signo distintivo
de la fraternidad
iba a ser el amor”
30
era el Presidente. Ese trabajo ha sido mi mejor
experiencia y fue el fundamento para llegar a la
presidencia que hoy ocupo en la fraternidad. Esa
experiencia me enseñó a hacer lo que hoy trato
de hacer a diario: promover el amor, la unidad y
el respeto entre los hombres de negocios.
hacer el evento en La Cueva de los Leones y
ahí llegaron 600 personas y luego pedimos el
Polideportivo Montserrat y fuimos un evento que
en las últimas ediciones, que las hacemos en la
primera semana de julio, está reuniendo a 4 o 5
mil personas en todo el recinto del Polideportivo.
Desde que esta organización nació en el corazón
de Demos Shakarián, Dios le dijo que el signo
distintivo de la fraternidad iba a ser el amor.
Sin embargo en dieciséis años he visto mucho
desamor y cómo muchas veces se anteponen
los intereses personales y grupales a las causas de
Dios. Hoy trabajo por el amor, la unidad y el respeto
y daría mi puesto porque todos los hombres que
formamos parte de una organización u otra
pudiéramos ser uno, como dice Juan 17:21 Señor,
que todos sean uno para que el mundo crea.
Luego de que tomamos esa gran fuerza
comenzaron a llegar las invitaciones a compartir
fuera del país, a compartir experiencias y demás.
Cuando reiniciamos este renacer de la
Fraternidad, hace más de 4 años, iniciamos muy
tímidamente con los primeros grupos de jóvenes
y de damas, y tres años después ha sido una
explosión sobrenatural de Dios, puesto que ya no
solo tenemos una Fraternidad de hombres que no
pierde su orientación, sino que a su vez sus esposas
e hijos están siendo fortalecidos y bendecidos.
En ese puesto de Vicepresidente me tocó atender
un problema de división que se había sufrido
en la zona y la gente se había fragmentado en
organizaciones aparte y llegamos con mucho
amor y respeto, a ese lugar donde estaba la
tierra totalmente desierta y con amor, unidad y
respeto empezamos a trabajar con ellos hasta
convertir esa zona en un modelo, una zona de
la cual todos hablaban bien. Comenzamos con
un evento de 100 y 200 personas en el capítulo
donde pertenecíamos y fuimos involucrando
a toda la zona, ya como Vicepresidente podía
invitar a otros para que juntos hiciéramos algunas
cosas, partiendo de un núcleo bien unido y a
partir de ahí luego pueden venir las multitudes.
Comenzamos a trabajar con un pequeño grupo
de hombres que se fueron interesando, que fueron
creyendo y un evento de 200 personas al año
siguiente se había convertido en uno de 400 y en
el lugar donde nos reuníamos nos dijeron “bueno
ya aquí no se puede” y nos fuimos entonces a
El factor de éxito en una organización como
esta, es dejar que el Espíritu Santo se mueva con
entera libertad, romper moldes y barreras que a
veces nosotros mismos nos ponemos, obedecer
a las autoridades y cumplir con los compromisos
y fomentar el compañerismo como uno de los
aspectos fundamentales para desarrollar el trabajo.
Y gracias a Dios los medios de comunicación
nos han abierto las puertas, porque tenemos
programas ahorita en Radio Santa Clara, Radio
Bahía, Radio Victoria y el Canal 33, que es un
canal de frecuencia nacional, un canal laico,
comercial, que nos ha permitido un promedio de
10.000 televidentes diarios, con una expectativa
de tener pronto 50.000 personas que nos permitan
llegar a sus hogares y eso es lo que le estamos
pidiendo a Dios que nos permita para los próximos
años, todo esto basados en Efesios 3:20: aquí el
que es poderoso para darnos mucho más de lo
que pedimos y pensamos, es el Señor.
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012
© Club BMFI Costa Rica
Todos los derechos reservados
Prohibida la reproducción total o parcial por
cualquier medio, sin autorización de la BMFI.
Producción editorial, entrevistas y transcripciones
de Habib Succar, BBB Producciones • Tels. 8350-4357 / 2221-8687
Correo-e: [email protected] • www.bbbproducciones.com
Somos...
¡La gente más feliz
de la Tierra!
Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012

Documentos relacionados

Convención BMFI 2012 - Libro PDF

Convención BMFI 2012 - Libro PDF de negocios, en la que nos reuníamos empresarios a hablar de Jesús. El Presidente don Rodrigo Carazo dijo en una ocasión: “hombres de negocios, con los pantalones bien puestos, que aman a Jesús…” C...

Más detalles