Cuaresma-Pascua - Evangelización Valencia

Transcripción

Cuaresma-Pascua - Evangelización Valencia
Cuaderno
Pastoral
2015
Cuaresma-Pascua
Vosotros sois
pueblo de Dios
© Arzobispado de Valencia
Edita:
Arzobispado de Valencia
Diseño y producción gráfica:
Medianil Comunicación
www.medianil.net
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d
i
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e
Mensaje del Santo Padre ........................................................................................................................ 04
Presentación ............................................................................................................................................... 10
CUARESMA 2015 ....................................................................................................................................... 13
Miércoles de Ceniza .......................................................................................................................... 18
Primer domingo de Cuaresma B .................................................................................................. 22
Segundo domingo de Cuaresma B .............................................................................................. 26
Tercer domingo de Cuaresma B .................................................................................................... 30
Cuarto domingo de Cuaresma B .................................................................................................. 34
Quinto domingo de Cuaresma B .................................................................................................. 38
Domingo de Ramos en la Pasión del Señor B ......................................................................... 42
Miércoles Santo ................................................................................................................................. 50
Jueves Santo ....................................................................................................................................... 51
Viernes Santo ...................................................................................................................................... 52
Sábado Santo ..................................................................................................................................... 53
C. D. de Espiritualidad....................................................................................................................... 56
C. D. de Catequesis............................................................................................................................. 74
COV (Centro de Orientación Vocacional “Juan Pablo II”)..................................................... 82
C. D. de Educación Católica y Pastoral Universitaria ........................................................... 96
C. D. de Pastoral de la Salud ......................................................................................................... 104
Propuesta Diocesana de Cáritas .................................................................................................. 112
C. D. para los Mayores y Laicos. Vía Crucis .............................................................................. 124
C.D. de Familia y Vida ...................................................................................................................... 143
PASCUA 2015 .............................................................................................................................................. 147
Primer domingo de Pascua B ........................................................................................................ 150
Segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia .................................................. 155
Tercer domingo de Pascua B ......................................................................................................... 159
Cuarto domingo de Pascua B. El buen Pastor ......................................................................... 162
Quinto domingo de Pascua B. La vid y los sarmientos ........................................................ 166
Sexto domingo de Pascua B. El mandamiento nuevo del amor ....................................... 168
La Ascensión del Señor B. El camino hacia el cielo ............................................................... 172
Pentecostés B. El nuevo pueblo de Dios .................................................................................... 176
Meditaciones de Santa Teresa para tiempo de Pascua ........................................................ 180
C.D. de Misiones ................................................................................................................................. 185
C. D. para los Mayores y Laicos. Vía Lucis ................................................................................ 189
C. D. de Educación Católica y Pastoral Universitaria ........................................................... 207
PROPUESTA DE CANTOS......................................................................................................................... 209
APP CUARESMA PASCUA 2015............................................................................................................. 214
Vosotros sois pueblo de Dios
Mensaje del
Santo Padre
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Mensaje del Santo Padre
“Fortalezcan sus corazones”
(St 5, 8)
Queridos hermanos y hermanas:
La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades
y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2 Co 6,2). Dios
no nos pide nada que no nos haya dado antes: «Nosotros amemos a Dios porque él nos amó primero» (1 Jn 4,19). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos
busca cuando lo dejamos. Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide
ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos bien y nos
sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace
jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias
que padecen... Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta actitud
egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal
punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de
un malestar que tenemos que afrontar como cristianos.
Cuando el pueblo de Dios se convierte a su amor, encuentra las respuestas a las
preguntas que la historia le plantea continuamente. Uno de los desafíos más
urgentes sobre los que quiero detenerme en este Mensaje es el de la globalización de la indiferencia.
La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también
para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de los
profetas que levantan su voz y nos despiertan.
Dios no es indiferente al mundo, sino que lo ama hasta el punto de dar a su Hijo
por la salvación de cada hombre. En la encarnación, en la vida terrena, en la
muerte y resurrección del Hijo de Dios, se abre definitivamente la puerta entre
Dios y el hombre, entre el cielo y la tierra. Y la Iglesia es como la mano que tiene abierta esta puerta mediante la proclamación de la Palabra, la celebración
de los sacramentos, el testimonio de la fe que actúa por la caridad (cf. Ga 5,6).
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Vosotros sois pueblo de Dios
Sin embargo, el mundo tiende a cerrarse en sí mismo y a cerrar la puerta a través de la cual Dios entra en el mundo y el mundo en Él. Así, la mano, que es la
Iglesia, nunca debe sorprenderse si es rechazada, aplastada o herida.
El pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para
meditar acerca de esta renovación.
1. «Si un miembro sufre, todos sufren con él» (1 Co 12,26)
La Iglesia
La caridad de Dios que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio.
Sin embargo, sólo se puede testimoniar lo que antes se ha experimentado. El
cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia,
que lo revista de Cristo, para llegar a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres.
Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies.
Pedro no quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no
quería ser sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este
servicio sólo lo puede hacer quien antes se ha dejado lavar los pies por Cristo.
Sólo éstos tienen “parte” con Él (Jn 13,8) y así pueden servir al hombre.
La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar
a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando
recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía. En ella nos convertimos
en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En él no hay lugar para la indiferencia,
que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de
Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás.
«Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado, todos se
alegran con él» (1 Co 12,26).
La Iglesia es communio sanctorum porque en ella participan los santos, pero a
su vez porque es comunión de cosas santas: el amor de Dios que se nos reveló
en Cristo y todos sus dones. Entre éstos está también la respuesta de cuantos se
dejan tocar por ese amor. En esta comunión de los santos y en esta participación en las cosas santas, nadie posee sólo para sí mismo, sino que lo que tiene
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es para todos. Y puesto que estamos unidos en Dios, podemos hacer algo también por quienes están lejos, por aquellos a quienes nunca podríamos llegar
sólo con nuestras fuerzas, porque con ellos y por ellos rezamos a Dios para que
todos nos abramos a su obra de salvación.
2. «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9)
Las parroquias y las comunidades
Lo que hemos dicho para la Iglesia universal es necesario traducirlo en la vida
de las parroquias y comunidades. En estas realidades eclesiales ¿se tiene la
experiencia de que formamos parte de un solo cuerpo? ¿Un cuerpo que recibe
y comparte lo que Dios quiere donar? ¿Un cuerpo que conoce a sus miembros
más débiles, pobres y pequeños, y se hace cargo de ellos? ¿O nos refugiamos
en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el mundo,
pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada? (cf. Lc 16,1931). Para recibir y hacer fructificar plenamente lo que Dios nos da es preciso
superar los confines de la Iglesia visible en dos direcciones.
En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración. Cuando la Iglesia terrenal ora, se instaura una comunión de servicio y de bien mutuos que
llega ante Dios. Junto con los santos, que encontraron su plenitud en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la indiferencia. La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha dado la espalda a los sufrimientos del
mundo y goza en solitario. Los santos ya contemplan y gozan, gracias a que,
con la muerte y la resurrección de Jesús, vencieron definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el odio. Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos caminan con nosotros, todavía peregrinos. Santa
Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia, escribía convencida de que la alegría en
el cielo por la victoria del amor crucificado no es plena mientras haya un solo
hombre en la tierra que sufra y gima: «Cuento mucho con no permanecer inactiva en el cielo, mi deseo es seguir trabajando para la Iglesia y para las almas»
(Carta 254,14 julio 1897).
También nosotros participamos de los méritos y de la alegría de los santos, así
como ellos participan de nuestra lucha y nuestro deseo de paz y reconciliación.
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Vosotros sois pueblo de Dios
Su alegría por la victoria de Cristo resucitado es para nosotros motivo de fuerza
para superar tantas formas de indiferencia y de dureza de corazón.
Por otra parte, toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que
la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados.
La Iglesia por naturaleza es misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres.
Esta misión es el testimonio paciente de Aquel que quiere llevar toda la realidad y cada hombre al Padre. La misión es lo que el amor no puede callar. La
Iglesia sigue a Jesucristo por el camino que la lleva a cada hombre, hasta los
confines de la tierra (cf. Hch 1,8). Así podemos ver en nuestro prójimo al hermano y a la hermana por quienes Cristo murió y resucitó. Lo que hemos recibido,
lo hemos recibido también para ellos. E, igualmente, lo que estos hermanos
poseen es un don para la Iglesia y para toda la humanidad.
Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los lugares en los que se
manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.
3. «Fortalezcan sus corazones» (St 5,8)
La persona creyente
También como individuos tenemos la tentación de la indiferencia. Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir.
¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber por esta espiral de horror y de
impotencia?
En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial.
No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas
para el Señor, que deseo que se celebre en toda la Iglesia —también a nivel
diocesano—, en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de la
oración.
En segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las
personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de
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caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés
por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad.
Y, en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida,
mi dependencia de Dios y de los hermanos. Si pedimos humildemente la gracia
de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades, confiaremos en las
infinitas posibilidades que nos reserva el amor de Dios. Y podremos resistir a la
tentación diabólica que nos hace creer que nosotros solos podemos salvar al
mundo y a nosotros mismos.
Para superar la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia, quiero
pedir a todos que este tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del corazón, como dijo Benedicto XVI (Ct. enc. Deus caritas est, 31). Tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea
ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero
abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los
caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un
corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro.
Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con ustedes a Cristo en
esta Cuaresma: “Fac cor nostrum secundum Cor tuum”: “Haz nuestro corazón
semejante al tuyo” (Súplica de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús). De
ese modo tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso,
que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la globalización
de la indiferencia.
Con este deseo, aseguro mi oración para que todo creyente y toda comunidad
eclesial recorra provechosamente el itinerario cuaresmal, y les pido que recen
por mí. Que el Señor los bendiga y la Virgen los guarde.
Vaticano, 27 de enero de 2015
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Presentación
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Presentación
El ritmo del Año litúrgico va marcando el camino de la vida cristiana, el acercamiento y conocimiento del Misterio de Dios, la vida misma que él nos regala. A lo
largo del tiempo litúrgico tenemos la oportunidad, se nos da la oportunidad, de
acercarnos a las maravillas que Dios ha hecho, y continúa haciendo en nosotros.
Lo hacemos a través de la lectura y la contemplación de la Palabra de Dios, siendo, no sólo espectadores, sino testigos privilegiados del obrar de Dios.
Así, ahora nos preparamos a vivir, con intensidad, la Cuaresma y la Pascua, que
marcan el centro de la vida cristina por contener los acontecimiento centrales de
nuestra fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Y una año más, las Vicarías de Evangelización y de Acción Caritativa y Social, a
través del trabajo de las distintas Comisiones, ofrecen a las Parroquias y demás
Comunidades Cristianas unos materiales para preparar y vivir estos acontecimientos. Son muchos los materiales que podemos encontrar para esta ocasión,
en librerías y en otros lugares; es mucha la capacidad de trabajo de nuestras Parroquias a la hora de pensar cómo plantear los tiempo litúrgicos. Ésta quiere ser
una ayuda, una colaboración, con la ardua tarea de cuantos quieren celebrar bien
estos tiempo de nuestra salvación.
Como cada año el grueso de los materiales está formado por aquellos que quieren ayudarnos a vivir mejor la Eucaristía dominical, verdadero centro de la vida
cristiana, sin la cuál no hay Iglesia. Las moniciones, orientaciones para la homilía,
preces, que se presentan, han de ser convenientemente adaptadas a la situación
concreta de la comunidad que celebra.
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Vosotros sois pueblo de Dios
Los demás materiales, que este año hemos distribuido en dos secciones (Cuaresma y Pascua), quieren ayudar en la realización de otras celebraciones propias de estos días.
Esperamos que sirvan para su propósito y nos ayuden a vivir, con mayor fidelidad, los misterios de nuestra salvación.
Buena Cuaresma y mejor Pascua.
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CUARESMA
Cuaresma
2015
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El pueblo de
la Alianza y
los sujetos de
la evangelización
I. En el corazón del año litúrgico
La Cuaresma y la Cincuentena Pascual, como preparación y consecuencia de la Semana Mayor o Santa, se fueron formando con la mirada puesta en dos grupos diferentes de fieles: los catecúmenos que vivirían ese año la
iniciación cristiana y los cristianos veteranos, que debían
purgar los pecados con la penitencia pública o privada
y renovar purificados el misterio de su propia salvación.
Era un tiempo en que la comunidad cristiana se sentía
más como “Iglesia madre” y velaba por la incorporación
de nuevos hijos o la recuperación de los alejados, como
algo vital para su propia misión y supervivencia.
La Cuaresma tiene en realidad 46 días, desde el miércoles
de ceniza al sábado santo inclusive, a los que se deben
restar los seis domingos, quedando 40 días de penitencia.
Sin embargo, desaparecida la institución del catecumenado y sustituida la reconciliación pública por la penitencia secreta a partir del siglo VII, la Cuaresma quedó
configurada como un tiempo casi exclusivamente penitencial y ascético. La ceniza se empezó a imponer a todos
los fieles en el siglo IX, cuando había decaído la práctica
de la penitencia pública. Por otra parte, la devoción a la
Pasión de Cristo y a la Virgen Dolorosa invadió también
las últimas semanas de la Cuaresma sobre todo a partir
de la Baja Edad Media. Al mismo tiempo se asistió a una
decadencia litúrgica del tiempo pascual, que ahora se
presenta con mayor claridad como Cincuentena festiva y
mistagógica en la alianza sellada por el misterio pascual
y el don del Espíritu.
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CUARESMA
Por todo ello, el Itinerario Diocesano de Evangelización
(IDE) debe ayudar a la plena recuperación del verdadero
sentido de estos tiempos litúrgicos que afectan a todos
los fieles, sin olvidar las aportaciones históricas posteriores que, como ocurre con la religiosidad popular, extienden la noticia y la celebración del misterio pascual por
toda nuestra sociedad.
II. Una Cuaresma y Pascua
en el primer año del IDE
¿Quiénes y qué vamos a anunciar?
En el tiempo en que los grupos del IDE reflexionan sobre la actividad evangelizadora del Pueblo de Dios, estos
tiempos litúrgicos, con los textos bíblicos propios de este
año B, nos ayudan a descubrir en primer lugar el contenido del mensaje que se ha de proclamar, y que no es
otro que la salvación que viene del Misterio Pascual de
Jesucristo, culmen y cumplimiento de la Antigua Alianza
y comienzo de la Nueva, que es el ámbito de amor y fidelidad en el que nos movemos como creyentes.
Por su parte, la lecturas de esta Cincuentena Pascual iluminan y estimulan la acción de los evangelizadores, que
son miembros de la Iglesia, respondiendo a los retos y
desafíos del mundo actual; son los laicos que participan
activa y responsablemente en la misión de la Iglesia y
lo hacen sobre todo en sus parroquias, comunidades de
discípulos misioneros, formando —según el ejemplo de
los Hechos de los Apóstoles— comunidades fraternas y
corresponsables.
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Vosotros sois pueblo de Dios
III. La Cuaresma B y sus particularidades
En este año 2015, los domingos de Cuaresma tienen tres
lecturas cuyos temas no están necesariamente relacionados entre ellos, sino que forman tres secuencias diferentes: la historia de la salvación centrada en la alianza
otorgada por Dios (Primera lectura: Antiguo Testamento), el misterio pascual y su aplicación en la Iniciación
Cristiana (Segunda lectura: Apóstol) y el tema propio de
este año que es el misterio pascual (Evangelio). En algunas ocasiones coinciden los temas de la primera lectura
y el Evangelio, como profecía y cumplimiento, sirviendo
la lectura segunda de clave interpretativa de la relación
entre ambas.
Debemos tener presente el plan completo de esta Cuaresma para evitar la dispersión de temas bíblicos sugeridos
por las lecturas, las cuales en los tres años están dispuestas siguiendo la recomendación de san Agustín, para el
cual la historia de la salvación está dividida en siete edades; las cinco primeras abarcan el Antiguo testamento, la
sexta fue inaugurada por Cristo y la séptima corresponde
a la Parusía.
Así evocaremos nuestro camino hacia Cristo mediante
la iniciación cristiana. Nuestra experiencia catecumenal
comienza este año recordando que cada uno de nosotros
ha sido salvado, como Noé en el arca, de las aguas de la
muerte, que fueron para nosotros, al contrario, un baño
de purificación y renacimiento (Génesis 9, 8-15. Primera
lectura, 1º Domingo de Cuaresma B). En la Pascua debe-
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
remos renovar la profesión de fe y el compromiso bautismal, pero antes habremos de revivir un proceso que nos
llevó por pura gracia al Bautismo en el principio de nuestra existencia, que se renovó en forma de catecumenado
antes de los otros sacramentos de iniciación: Confirmación y Eucaristía, pero que podemos volver a recorrer,
madurando como cristianos y reviviendo las gracias de
la iniciación cristiana.
CUARESMA
IV. Signos para seguir esta Cuaresma
V. Los domingos de Cuaresma
La señal del Arco Iris como “firma de Dios” en su primera
alianza o pacto con la creación puede servir de guía para
esta Cuaresma 2015. Según la estructura de cada iglesia,
se pueden ir mostrando los siete colores del Arco, disponiendo cartulinas en el fondo el presbiterio, o adornando
el ambón con bandas verticales: violeta el miércoles de
ceniza, añil el 1º domingo, azul del 2º, verde el 3º, amarillo el 4º, naranja el 5º y rojo el Domingo de Pasión. A
esto se pueden añadir los signos especiales del “Tríptico
pascual”: los escombros el 3º domingo, la cruz el 4º y las
espigas el 5º y, finalmente, las palmas del domingo de la
Pasión del Señor. Al comenzar la homilía se puede invitar
a los fieles a que contemplen esos signos, para descubrir
su significado completo cuando escuchen la explicación
de la Palabra de Dios.
En los comentarios de este año añadimos al final un cuadro dirigido a cada lector que puede utilizarse para la
hoja parroquial o el folleto de liturgia o de canto de cada
domingo, como una invitación personal a la “Renovación de la Alianza”.
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Vosotros sois pueblo de Dios
18 de febrero de 2015
Miércoles de Ceniza
Para renovar
la Alianza
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Joel 2, 12-18
El profeta Joel describe la liturgia penitencial del “Día de
la expiación” en el antiguo Israel, y pide al pueblo de Dios
que rasgue su corazón y no los vestidos. La penitencia tiene su pleno sentido cuando se convierten las voluntades
de las personas. Convertirse es volver a Dios con ánimo
firme y sincero. Contestaremos a la palabra de Dios con
el salmo penitencial por excelencia: “Misericordia, Señor,
hemos pecado”.
Segunda lectura.
2 Corintios 5, 20-6. 2
San Pablo considera la conversión auténtica como una
tarea permanente, cuando dice: “Dejaos reconciliar con
Dios” porque nuestro tiempo es breve, y la Cuaresma es
tiempo de gracia y salvación. La reconciliación consiste
en recomponer la relación rota o debilitada entre nosotros y Dios, entre nosotros y los hermanos.
Evangelio de Mateo 6, 1-6. 16-18
Jesús enseña a sus discípulos cómo tiene que ser su estilo
de vida y describe tres dimensiones de la misma: la oración, relación con Dios; la limosna, relación con el prójimo, y el ayuno, relación con uno mismo. La oración es
imprescindible para el discípulo de Cristo; la limosna es
expresión de sincera caridad y el ayuno muestra la conversión a Dios.
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CUARESMA
Moniciones a la Liturgia de la Palabra
Ideas para la homilía
Comenzamos hoy un itinerario que nos conducirá a la
Noche Pascual, en la que serán bautizados los nuevos hijos de la Iglesia y nosotros renovaremos los compromisos
de nuestro Bautismo. Este camino lo vivimos instruidos y
modelados por la Palabra de Dios, proclamada cada día
en la celebración. El día de nuestro bautismo, el sacerdote, tocando con el dedo nuestra boca y nuestros oídos,
hizo el rito del “Effetá” (que significa ábrete). Recordamos
hoy al inicio de la Cuaresma este gesto con las mismas
palabras que nos fueron dichas aquel día a cada uno: “El
Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, nos conceda escuchar su Palabra y proclamar la fe”.
Un año más emprendemos este camino de preparación
hacia la Pascua que es la Cuaresma. Una nueva oportunidad que el Señor nos regala de volver a las fuentes de
nuestra vida cristiana, a lo genuino de nuestro discipulado, a la esencia de nuestra fe, a la recuperación de la
imagen que el Señor resucitado ha impreso en cada uno
de nosotros el día de nuestro bautismo y que, desde la
Pascua anterior, el pecado ha podido emborronar y desfigurar.
En este momento el lector puede subir al ambón llevando el leccionario, lo deposita sobre él, lo abre solemnemente y proclama la primera lectura.
La Cuaresma es el itinerario de preparación y la puerta de
entrada al misterio de la Pascua. Es un camino que evoca
los cuarenta días de Moisés en la cima del monte Sinaí
antes de sellar la alianza, los cuarenta años de Israel en
el desierto y los cuarenta días de ayuno de Jesús antes de
iniciar su ministerio público. Un camino que nos lleva a
la renovación de nuestro bautismo y a la conversión de
vida, iluminado especialmente en este ciclo B por el Misterio Pascual de Cristo. Su Cruz y su paso a la vida nueva
de la Pascua son el motor que nos llevan a nosotros a
vivir este tiempo de paso, de conversión, de retomar la
vida en Cristo más radicalmente y con más autenticidad.
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Vosotros sois pueblo de Dios
Los tres fines de la Cuaresma
No es un simple tiempo de penitencia y de ascesis, sino
un momento de profunda renovación interior y de una
viva participación en el Misterio Pascual de Cristo. El
acento de este tiempo, por tanto, no puede estar puesto
en nuestras prácticas penitenciales sino en la acción santificadora del Señor. Es una nueva oportunidad que Dios
nos brinda para recomponer la relación rota o debilitada
entre Él y nosotros, entre nosotros y los hermanos. No
dejemos caer en saco roto este tiempo de gracia y de salvación, como nos dice hoy san Pablo.
meses de auténtica Primavera del Espíritu, pueda con nosotros también “renovar la alianza”. Será en la contemplación del amor de Cristo crucificado donde mejor entenderemos este extraño camino de la entrega y del don
de sí mismo hasta el extremo que nos hace pasar de la
muerte a la vida, que ha sellado con nosotros este pacto
que nada ni nadie puede romper. Conviene, especialmente este año, colocar en un lugar destacado del presbiterio
desde el inicio de la Cuaresma, la imagen del crucificado
para acompañarnos en este camino pascual.
Las lecturas bíblicas de la Cuaresma son muy ricas y nos
sostienen en nuestro camino de conversión. Convendrá
presentar hoy ya, en el inicio de este itinerario, la doble
dimensión de la cuaresma de este año centrada en la Renovación de la Alianza y en el Misterio de la Cruz de
Cristo, culmen de esta alianza. Para nuestra diócesis,
que está iniciando el Itinerario Diocesano de Evangelización, la renovación de esta alianza nos hace considerar
el lema de este primer año “Vosotros sois Pueblo de Dios”
(1 Pe 2,9) como un estímulo para recobrar conciencia de
lo que somos y hemos recibido por el Bautismo, por puro
don y gracia de parte de Dios.
Las lecturas de este primer día de Cuaresma nos llevan
a buscar una actitud sincera en nuestros deseos e intenciones, en nuestras obras y actuaciones, de cara a Dios, a
nosotros y al hermano (Evangelio). Este tiempo de conversión (1ª lectura), nos tiene que disponer a dejarnos encontrar por este Dios que sale a buscarnos en la persona
de su Hijo, “el que no había pecado y lo hizo expiación
por nuestros pecados para que, unidos a Él, recibamos la
justificación” (2ª lectura).
En este ciclo B a través de las primeras lecturas de los domingos, siguiendo las etapas de la historia de salvación
que Dios hizo con Israel, nos dan la clave para dejar que
Dios, en este tiempo de Cuaresma y Pascua, en estos tres
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CUARESMA
Oración de los fieles
El rito de la ceniza
El rito que vamos a vivir seguidamente nos hace experimentar nuestra pobreza y nuestra fragilidad. Recibimos
la ceniza en nuestras cabezas. Cenizas que nos hablan
de suciedad, de caducidad, de muerte. Al final de nuestro camino cuaresmal recibiremos de nuevo el agua del
Bautismo en la aspersión de la Noche Santa, que nos habla de limpieza, de novedad, de vida. Entre estos dos momentos un tiempo de cuarenta días que hoy se abre para
dejar que el Señor rejuvenezca en cada uno de nosotros
la gracia y la santidad.
Comienza este tiempo de gracia y de salvación, tiempo
de encuentro y de alianza. Es el empeño de un Dios que
quiere encontrarse contigo para hacer nuevo su pacto,
su apuesta por ti y llenarte de su vida. Hoy nos lo pregunta el Señor a cada uno en esta celebración: ¿Me dejas? Reconocer tu pobreza y debilidad, simbolizada en
la ceniza que recibimos en nuestra cabeza, y admitir tu
incapacidad de mantener el pacto por tu propio empeño
o tus fuerzas, es el primer paso para decirle que sí a su
propuesta y darte cuenta de la necesidad vital de que el
Señor en esta Pascua que se acerca renueve su Alianza
contigo.
Ahora es el tiempo de la gracia, ahora es el tiempo de
la salvación. Acudamos al comenzar la Cuaresma a Dios
nuestro Padre para que escuche las súplicas de su pueblo
penitente. Oramos cantando (o diciendo): Kyrie eleison.
- Para que la Iglesia entera, que ha recibido hoy el signo
de la ceniza, sienta la necesidad imperante de su conversión a Dios y de su retorno a ser reflejo del rostro de
Cristo en medio del mundo. Kyrie eleison.
R/. Kyrie eleison.
- Para que todos los hombres puedan experimentar la
cercanía de Dios en este tiempo santo y, por la oración
y la escucha de la Palabra, descubran a Cristo presente en sus vidas. Kyrie eleison.
R/. Kyrie eleison.
- Por todos los que pasan necesidad material o espiritual; para que nuestro ayuno y nuestra generosidad
les haga experimentar la caridad cristiana y el amor
fraterno. Kyrie eleison.
R/. Kyrie eleison.
- Por los pecadores, los que se sienten alejados de Dios,
los bautizados que viven al margen de la Iglesia; para
que en estos días de misericordia se dejen encontrar y
perdonar por Cristo que los llama a volver a Él. Kyrie
eleison.
R/. Kyrie eleison.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
22 de febrero de 2015
- Por nuestra diócesis y nuestro arzobispo Antonio, por
todos los grupos del Itinerario Diocesano de Evangelización, por nosotros mismos y nuestra parroquia,
para que en esta Cuaresma nos dejemos convertir en
auténticos testigos del amor de Cristo. Kyrie eleison.
R/. Kyrie eleison.
Dios todopoderoso y eterno: escucha las oraciones de tu
pueblo, perdona sus pecados y purifica su mente, para
que cuantos con amor iniciamos el camino de la Cuaresma, obtengamos la paz y la misericordia. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Primer domingo
de Cuaresma B
Yo hago un pacto
con vosotros
CUARESMA
Moniciones a las lecturas
Ideas para la homilía
Primera lectura.
Génesis 9, 8-15 y 1 Pedro 3, 18-22
Iniciamos este domingo en la primera lectura la serie de
las etapas de la Historia de la Salvación que nos hacen
adentrarnos en el tema del pacto misericordioso, de la
alianza de amor que Dios quiere hacer con la humanidad
y, por tanto, con cada uno de nosotros.
Comenzamos a leer la historia de la salvación a partir
del episodio del Diluvio, cuando Dios salvó al justo Noé y
a su familia e hizo la primera alianza con la humanidad.
Todo aquello era un anuncio profético del sacramento
del Bautismo, que nos salvó de la muerte eterna, como lo
explica san Pedro en la segunda lectura.
Evangelio de Marcos 1, 12-15
San Marcos evita contar con detalle las tentaciones de
Jesús en el desierto. Más bien nos lo presenta como el
nuevo Adán que vence al tentador, en vez de lo ocurrido
con los primeros padres. Al comenzar su vida pública, la
primera palabra de Jesús en su predicación nos llama a
la conversión.
En los orígenes de esta Historia nos encontramos hoy
con la alianza de Dios con Noé tras el diluvio. Tras aquel
acontecimiento que puso fin a la maldad y a la perversión de la humanidad se alza con fuerza la promesa del
Señor, una promesa de paz, de perdón, de reconstrucción,
de nueva posibilidad.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
El signo de la alianza
El Bautismo que nos salva
El hermoso elemento del arco iris quedará como un signo
cósmico que recordará este pacto de Dios con los hombres, esta promesa de no echarse atrás en su palabra
dada, en no destruir la humanidad a pesar de su maldad
sino ofrecerle un camino de reconstrucción auspiciado
por la bondad y la paz de Dios. El signo del arco iris nos
hace presente a nosotros, con un lenguaje poético pero
lleno de significado, que Dios nos ofrece después de la
tempestad la calma, que el Señor tiene la última palabra
sobre la vida del hombre y ésta es siempre de vida y no
de muerte.
San Pedro en la segunda lectura nos interpreta el pasaje
de Noé a la luz de nuestro propio Bautismo. Con Cristo
comienza una nueva humanidad. Su descenso hasta el
fondo de la muerte nos ha asociado a nosotros por el
Bautismo en este camino de paso de la muerte a la vida,
haciéndonos partícipes de una nueva creación, de una
regeneración, de una vida eterna, la de los hijos de Dios,
que no termina ni con la muerte.
Para los cristianos nos resulta fácil identificar este signo
del arco iris con Cristo crucificado, el verdadero y definitivo signo alzado entre el cielo y la tierra de la paz, la
reconciliación y el perdón para el hombre. Su Cruz nos
hace levantar la mirada a nosotros cuando nos llega la
oscuridad del pecado y la propia muerte que ella conlleva para confiar en la palabra del pacto que Dios nos ofrece en su Hijo. La luz que surge de su Resurrección y que
rompe nuestras propias tinieblas es la mejor garantía de
la fidelidad de Dios con nosotros. Así lo cantamos hoy
en el salmo: “tus sendas Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan tu alianza”.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Jesús en el desierto
Precisamente el pasaje de Jesús en el desierto que nos
trae hoy san Marcos, el evangelista de este año, nos introduce en este proyecto de nueva humanidad que el Padre quiere hacer con nosotros a través de su Hijo Jesús.
Cada año el primer domingo de Cuaresma escuchamos
este episodio de la experiencia de Jesús en el desierto,
modelo de nuestros cuarenta días cuaresmales. San Mateo y san Lucas en los otros ciclos nos presentan como
en un tríptico las tentaciones de Jesús, no así san Marcos
que no nos cuenta explícitamente las tentaciones y nos
da la posibilidad de que cada uno pongamos en nuestro
camino de lucha cuaresmal las nuestras, con la confianza de poder ser vencidas por el poder y la fuerza de Jesús.
El evangelista nos sitúa a Jesús en el inicio de su misión
empujado por el Espíritu al desierto. El desierto es el lugar
donde no tenemos otras seguridades más que Dios, es el
ámbito de la tentación, pero también el de la posibilidad
de recrear por la obediencia el paraíso que perdimos por
nuestra desobediencia. El desierto es el lugar y el tiempo
de la fidelidad y del amor. Eso es lo que vive Jesús a pesar
de la tentación del enemigo para tomar otro camino más
fácil pero opuesto a la voluntad del Padre.
Cristo en un nuevo Adán y la humanidad en el Pueblo de
Dios, llamado a convertirse en esta Cuaresma y a creer
en la Buena Noticia de que el Reino de Dios ya está en
medio de nosotros, como nos dijeron el miércoles al ponernos la ceniza en la cabeza repitiendo las palabras con
las que concluye el evangelio de hoy.
Cristo en el desierto es el modelo de nuestra Cuaresma.
Una nueva creación comienza con él. Como un nuevo
Adán, quiere convertir tus desiertos en un nuevo jardín del paraíso, donde puedas encontrarte con tu Dios.
Como en tiempos de Noé quiere hacer contigo un pacto
para llevarte de la destrucción a la vida. Su invitación
pasa por la lucha contra el mal y la llamada a la conversión. El Reino está cerca.
Marcos nos señala que Jesús vive rodeado de animales
y los ángeles le sirven. Dato revelador de que algo está
cambiando. El desierto se convierte en un nuevo paraíso,
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
1 de marzo de 2015
Oración de los fieles
Oremos a Dios, nuestro Padre, al comenzar este tiempo
de gracia, en este día de salvación.
- Por la Iglesia, impulsada por el Espíritu, como Cristo,
al desierto de la Cuaresma, para que se vea fortalecida en la lucha contra las fuerzas del mal, roguemos
al Señor.
- Por tantos «espíritus encarcelados» que podrían escuchar la palabra de aliento que necesitan, y acogerse a
la mano amiga de Cristo, que los levante, roguemos
al Señor.
- Por los niños que en este tiempo de Cuaresma se preparan con más intensidad a recibir los sacramentos de
la penitencia y la Eucaristía, para que descubran en su
vida la presencia de Dios, roguemos al Señor.
- Para que el Itinerario Diocesano de Evangelización
nos ayude a vivir con más intensidad la Cuaresma y a
prepararnos mejor para celebrar la Pascua, roguemos
al Señor.
- Por los que iniciamos esta santa Cuaresma, para que
vivamos la experiencia del encuentro con Dios en
Cristo, aumente nuestra fe y nos convirtamos sinceramente, roguemos al Señor.
Dios y Padre nuestro, paciente y misericordioso, escucha
nuestras súplicas y no nos dejes caer en el tentación.
Amén.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Segundo domingo
de Cuaresma B
Haré de ti un gran
pueblo y te bendeciré
CUARESMA
Moniciones a las lecturas
Ideas para la homilía
Primera y segunda lecturas.
Génesis 22, 1-2.9-13.15-18 y Romanos 8, 31b-34
El camino de la Alianza tiene una meta. No es éste un
contrato interesado para sacar beneficios. Es la relación
enamorada de un Dios que quiere sacar a su Pueblo de
proyectos mediocres que le llevan a mendigar trocitos
de vida y hacerle participar de su misma gloria, la Vida
en plenitud. Por eso, en esta segunda etapa de nuestro
ascenso hacia el monte de la Pascua, vislumbramos la
propuesta que nuestro Dios nos hace con esta Alianza, la
tierra prometida a la que Dios nos quiere llevar.
El sacrificio de Isaac es figura de la ofrenda de Cristo en el
Calvario. La fe de Abrahán es correspondida por la fidelidad de Dios. En esta segunda etapa cuaresmal, vivimos
la experiencia de Abrahán como cristianos, llenos de confianza, pues, como proclama san Pablo: Si Dios está con
nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
Evangelio de Marcos 9, 2-10
El Evangelio de la Transfiguración anuncia la gloria de
Jesús cuando resucite de entre los muertos. El Señor
manda guardar silencio a los discípulos, porque quiere
que su misterio de muerte y vida sea anunciado después
de que todo ocurra conforme al plan de Dios.
La Transfiguración del Señor
Este domingo escuchamos cada año el relato de la Transfiguración de Jesús, hoy narrado por Marcos, acompañante de Pedro, uno de los testigos directos del acontecimiento. El texto comienza anotándonos que la escena
se desarrolla seis días después de haberles anunciado su
pasión y muerte. Éste, y no otro, será el camino de llegar
a la Gloria, a la Claridad luminosa, a la Vida que ahora
descubren en Jesús.
La debilidad de Pedro y los otros discípulos, que no es
ocultada por el evangelista, nos hace a nosotros poner
los pies en tierra en este camino de subida, de exigencia,
de renuncia donde, misteriosamente, todo se regala de
forma gratuita.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
El ejemplo de Abrahán
En la primera lectura encontramos otro camino de subida: el de Abrahán con su hijo Isaac en uno de los montes
del país de Moria, donde le indicó Dios. En esta segunda etapa de la Historia de la Salvación encontramos la
respuesta que el hombre libremente tiene que dar a Dios
para que éste pueda hacer Alianza: la fe del hombre que
se abandona incondicionalmente en Él.
La fe de Abrahán muestra que sólo en la obediencia a la
palabra de Dios se puede recuperar pasado y futuro, que
la historia tiene sentido sólo cuando el hombre se fía totalmente de este Dios que es capaz de hacer surgir la vida
en medio de la muerte. Éste es el modo de vivir nuestra
alianza con Dios. Ante nuestro pequeño y limitado “sí”,
que exige sin embargo la entrega de aquello donde está
puesto nuestro corazón, la bendición de Dios se derrocha
y la promesa se afianza en el corazón del hombre convirtiéndose en certeza.
Pablo nos hace profundizar en este misterio de la obediencia, que en Abrahán se dio como anuncio de la entrega que el mismo Dios hizo de su Hijo. Isaac, que ascendió
con la leña sobre sus hombros al monte, fue librado de la
muerte. Jesús, que subió al Gólgota con la cruz sobre sus
hombros, llegó hasta el final en su sacrificio para garantizar por siempre la confianza de cada hombre en el amor
radical y misericordioso de Dios. Con esta ofrenda nadie
puede dudar de su amor.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
De nuevo en un monte se oye la voz de Dios. El sacrificio del hijo de Abraham era el anuncio de la entrega que
Dios hace de su Hijo. “Éste es mi Hijo amado; escuchadle”. Escuchar y obedecer es tu respuesta a la propuesta
de Dios, para llevarte por la Cruz a la Gloria.
CUARESMA
Oración de los fieles
Oremos a Dios Padre, que nos ha dado todo con Jesucristo, su Hijo.
- Por la Iglesia, para que no se canse de anunciar, ante
el mundo, el amor y la misericordia de Dios. Roguemos al Señor.
- Por los que buscan a Dios sin saberlo, por los que viven sin esperanza; para que puedan descubrir, el verdadero rostro del Dios vivo, revelado en Cristo, roguemos al Señor.
- Por los enfermos, para que la fortaleza de la fe los
ayude a poner su confianza en el Señor y puedan recobrar la salud, roguemos al Señor.
- Por los frutos del Itinerario Diocesano de Evangelización; para que nos ayude a renovar constantemente
nuestro seguimiento de Jesucristo y anunciarlo en el
mundo, roguemos al Señor.
- Por nosotros y nuestras familias, llamados a vivir en
la oscuridad y a la luz de la fe; para que no nos desanimemos y confiemos en quien hace nuevas todas las
cosas, roguemos al Señor.
Señor, Dios nuestro; tu Hijo Jesús ha destruido nuestra
muerte y ha sacado a la luz la vida inmortal; que tu misericordia venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
8 de marzo de 2015
Tercer domingo
de Cuaresma B
Las palabras de
la Alianza
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Éxodo 20, 1-17
La tercera etapa de la historia de la salvación nos lleva
al acontecimiento del Éxodo de Egipto y, en este año, al
episodio de la entrega de la Ley de Dios en el Sinaí por
medio de Moisés; éste es el “código de la Alianza” donde
Dios pone las condiciones para vivir dentro de este espacio de salvación: los diez mandamientos.
Segunda lectura.
I Corintios 1, 22-25
Los judíos pedían a Jesús que hiciera signos o prodigios,
para creer en él. Esta exigencia fue rechazada por Jesús,
pues el único signo que Dios da es para los hombres “lo
necio”, “lo débil”, la cruz, detrás de lo cual está el misterio
de la resurrección de Jesús.
Evangelio de Juan 2, 13-25
El primero de los signos del misterio pascual de este tríptico de la Cuaresma es la destrucción del templo de Jerusalén como símbolo de la muerte violenta de Jesús; y la
reconstrucción posterior de su cuerpo, verdadero templo
de Dios, en la resurrección.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Ideas para la homilía
Una nueva etapa en nuestro camino cuaresmal y llegamos a la tercera etapa de la Historia de Israel donde escuchamos que la Alianza se sella en el Sinaí con Moisés y
se graba en tablas de piedra.
Los diez mandamientos
Hoy se proclama el Decálogo, más conocido como «los
diez mandamientos». En realidad en la Biblia no se llaman así, sino «las diez palabras». Palabras con las que
Dios propone al pueblo liberado de la esclavitud de Egipto el camino de la auténtica libertad y que resumen toda
la voluntad de Dios para Israel en aquella primera alianza. Hoy el Señor tiene también para nosotros un camino de salvación, unas palabras de vida, unos hitos que
señalen en nuestras circunstancias actuales por dónde
podemos caminar en sintonía con su voluntad.
fiel y confiada a la propuesta de este camino de vida que
afecta a las situaciones más pequeñas de nuestra vida
cotidiana y a las grandes decisiones de nuestra existencia. Si nos creemos que la propuesta del Señor es para
nuestra felicidad más auténtica cantaremos agradecidos
con el salmista: “Señor, tú tienes palabras de vida eterna, tus preceptos son descanso del alma, tu ley alegra el
corazón, da luz a los ojos, son más preciosos que el oro y
más dulces que la miel”.
Estos “mandatos”, que en nuestra mentalidad occidental
los entendemos a veces con un excesivo carácter legal e
imperativo, nos son regalados como las Palabras de la
Alianza, para garantizar el cuidado que Dios tiene sobre
su Pueblo, para conducirnos por el camino de una verdadera libertad, la del corazón, la que nos hace vivir en paz
con Dios, con nosotros mismos y con los demás.
Las Palabras del decálogo no nos atan las manos, no
nos quitan nada, no nos privan de nuestra libertad ni de
nuestra voluntad. En la Alianza del amor no importa el
cumplimiento escrupuloso y legalista, sino la respuesta
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
El “Tríptico Pascual”
En el evangelio inauguramos hoy el llamado “Tríptico
Pascual”, tres relatos de san Juan que nos hacen profundizar y nos llevan a la contemplación del Misterio de la
Cruz de Cristo que conduce y desemboca en la vida. Para
Juan en la Cruz está ya la Gloria, en el madero se sienta el
Señor como Rey eterno y se consuma la obra de la Salvación con el paso de Jesús de este mundo al Padre. Por eso
san Pablo nos muestra, en la segunda lectura, que aquí
está la verdadera sabiduría, la verdadera fuerza, la de
Dios, aunque para el mundo religioso aún hoy sea un escándalo y para los intelectuales una necedad. También a
nosotros se nos han contagiado otras “sabidurías”: la del
éxito, la de la fama, la del prestigio, la del reconocimiento, la de la salud, la del bienestar. La sabiduría de Dios es
la del perder, la del perdón, la del servicio, la del amor...
Es la misteriosa lógica de Dios, que es más sabia y más
fuerte que los hombres, aunque nos parezca lo contrario.
Hoy proclamamos el pasaje de la purificación del Templo que nos hace mirar a la verdadera presencia de Dios
en medio de nosotros: Jesucristo. Este templo, que es su
cuerpo, será destruido en la cruz por los hombres pero
será levantado por el poder de Dios en la resurrección.
El pasaje del evangelio de hoy nos sitúa en el ámbito de
la Pascua, con su sabor de entrega y libertad, y como a
los discípulos que recordaron y creyeron en sus palabras
después de la Resurrección, nos hace confesar la fe con
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
firmeza poniendo la confianza en este Cristo que toma el
camino de la entrega para darnos vida y sellar la nueva
alianza con su Sangre.
La Cuaresma de este año de alianza te hace mirar a la
Cruz. El Cuerpo de Jesús clavado en el madero es el templo destruido por los hombres pero levantado de nuevo
por Dios. Y ésa es la nueva ley, la nueva alianza: La ley
del amor. Ese nuevo pacto no está ya escrito en tablas
de piedra sino en la persona de Cristo crucificado. Mira y
contempla al amor crucificado.
CUARESMA
Oración de los fieles
Oremos a Dios Padre, que escucha nuestra oración, en
medio de su templo, que somos nosotros.
- Por el Papa Francisco, por nuestro Obispo Antonio y
todos los que tienen en la Iglesia la misión de enseñar,
para que difundan con claridad la ley del amor a Dios
y al prójimo, en la que se resumen todos los mandamientos, roguemos al Señor.
- Por la autoridades y los que más influyen en la sociedad, para que encuentren en los mandamientos de
Dios una orientación permanente para ordenar las relaciones humanas, roguemos al Señor.
- Por las familias, pequeñas Iglesias domésticas en el
seno de la Iglesia católica, una y santa; para que se
mantengan unidas y no se destruyan bajo los ataques
del egoísmo y la falta de amor, roguemos al Señor.
- Por todos los llamados a participar en el Itinerario
Diocesano de Evangelización; para que hagamos de
nuestro ambiente una imagen viva del Amor misericordioso de Dios, roguemos al Señor.
- Por nosotros, para que acogiendo el perdón de Dios
hagamos nuestra vida más auténticamente cristiana
y nos convirtamos en mensajeros de la misericordia,
roguemos al Señor.
Ten, Padre bueno, paciencia con nosotros, perdona nuestras culpas y escucha nuestras súplicas. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
15 de marzo de 2015
Cuarto domingo
de Cuaresma B
Cuando se rompe
la Alianza
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
2 Crónicas 36, 14-16. 19-23
La cuarta etapa de la historia de la salvación —en la tierra prometida— nos sitúa en el momento de la destrucción de Jerusalén y del templo de Salomón, como castigo porque el pueblo de Israel se había apartado de la
alianza con Dios. El perdón, sin embargo, con una nueva
oportunidad, está próximo.
Segunda lectura.
Efesios 2, 4-10
Como ocurrió con Israel, Dios nos salva de la muerte que
merecían nuestros pecados. El misterio pascual de Jesucristo nos permite participar de su muerte y resurrección.
Evangelio de Juan 3, 14-21
El segundo signo del tríptico pre-pascual es el de la cruz,
anunciada en la serpiente de bronce que Moisés levantó
en el desierto. Del mismo modo Jesús, alzado en la cruz,
es fuente de salvación para todos.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Ideas para la homilía
Llegamos a este cuarto domingo, conocido por Dominica Laetare, marcado por el carácter festivo ante la proximidad de las fiestas pascuales. El tono de la celebración
nos lo da la antífona de entrada de la misa con la cita
de Isaías 61: “Festejad a Jerusalén, gozad con ella todos
los que la amáis; alegraos de su alegría, los que por ella
llevasteis luto”. Este domingo nos lleva a la alegría, pues
ciertamente la renovación de la Alianza despierta el gozo
en el corazón de los que se saben rescatados y salvados
por el Señor.
La ruptura de la Alianza
Hoy en la primera lectura, ya en la cuarta etapa de este
recorrido que estamos haciendo, leeremos la página final
del «libro de las Crónicas». El pueblo ha sido infiel a Dios
y a la Alianza, por eso lo ha perdido todo y se encuentra
en la muerte. La experiencia del destierro en Babilonia
hace pensar a Israel en su lejanía de Dios. Al apartarse de
la fidelidad al proyecto de Dios no sólo han roto el pacto
con el que les sacó de la esclavitud y les dio la libertad,
sino que la consecuencia es la pérdida de su propia identidad, de lo que ellos son gracias a esta Alianza.
La idea de fondo es válida también para nosotros hoy.
Somos pecadores. La Alianza siempre es cosa de dos, pero
observamos que cuando este pacto se rompe siempre es
por la misma parte, la nuestra. Dios es fiel, guarda siempre su Alianza, como cantamos estos días. La fidelidad es
uno de los rasgos más característicos del Dios revelado.
Incluso cuando nosotros somos infieles, él permanece
fiel, porque no puede negarse a sí mismo (2 Tim 2, 13). No
puede dejar de ser fiel.
La Cuaresma nos lleva a reconocer en nuestro pecado
y debilidad la posibilidad para que Dios recomponga la
relación y renueve la Alianza. Él lo hará del modo que
menos esperemos, como sorprendió a Israel suscitando
en Ciro, un rey pagano, la posibilidad del regreso a Jerusalén, a la tierra de la Alianza, a la relación con su Dios.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
El signo de la Cruz
La lectura concluye dejando entrever la esperanza, la certeza de que la última palabra de Dios es siempre la vida
y no la muerte. Nosotros no somos los autores de esta
experiencia de salvación, de reconstrucción, de conversión, de volver a empezar. Es Dios el que lo hace siempre.
Es suya la iniciativa. San Pablo nos lo dice en la segunda
lectura de hoy: “Estábamos muertos por el pecado y Él
nos ha hecho vivir por Cristo, por el gran amor con que
nos amó”. Es una actuación gratuita, un amor regalado,
una gracia inmerecida. Por eso hoy, en medio de esta
Cuaresma, hacemos fiesta en este domingo Laetare. Tenemos arreglo, pues en Cristo se nos ofrece la salvación.
El evangelio nos ofrece el segundo pasaje del “Tríptico
Pascual”. Hoy, como a Nicodemo en la noche, en la oscuridad del mal y del pecado, se nos invita a mirar el luminoso amor que Dios nos regala en su Hijo Jesucristo, y
éste crucificado.
El mismo Jesús nos hace levantar la cabeza para mirar a
la Cruz y encontrar en ella el signo del amor de Dios por
nosotros, su deseo de salvar al mundo y no condenarlo.
Jesús cita, en el evangelio que hoy escuchamos, la experiencia del pueblo de Israel en el desierto cuando por su
infidelidad la muerte se apodera del pueblo en aquellas
mordeduras de serpientes (Núm 21, 4-9).
Dios prepara, como siempre, una solución ante esta situación trágica para su pueblo. Ordena a Moisés colocar
una serpiente de bronce en lo alto de un madero para que
aquellos que sean mordidos por las serpientes levanten
la mirada hacia este estandarte, es decir, vuelvan a poner
su confianza y seguridad únicamente en Dios, y así quedarán sanados.
A nosotros, heridos por la mordedura del mal y del pecado, cansados de las situaciones adversas de la vida y
apresados como aquellos israelitas por la queja, la desesperanza y el pesimismo ante los acontecimientos que
vivimos, Dios nos ofrece la imagen de Cristo Jesús elevada en lo alto de la Cruz como el lugar donde fijar nuestra
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Oración de los fieles
Oremos a Dios, nuestro Padre, que es rico en misericordia
y nos muestra su bondad en Cristo Jesús.
mirada, poner nuestra confianza y recomponer la Alianza. La Cruz es nuestro antídoto contra la mordedura del
mal y al mismo tiempo el lugar donde se firma de nuevo
el pacto, esta vez pagado y sellado a un alto precio: la
Sangre de Cristo (cf. 1 Pe 1,19).
Ésta es la señal de la nueva alianza: Cristo levantado en
la cruz. Como Israel, mordido por la serpiente del pecado, alza con toda la humanidad la mirada hacia la cruz
de Cristo, con la confianza de que si miras quedarás curado, si crees tendrás vida eterna. Ésta es la respuesta de
Dios al hombre cuando rompe la alianza. Ante la cruz
hoy puedes hacer tuya esta oración de la liturgia y decirle al crucificado: “Cuando el hombre, por desobediencia,
perdió tu amistad, tú no le abandonaste al poder de la
muerte, sino que, compadecido, tendiste la mano a todos, para que te encuentre el que te busca, y reiteraste
así tu alianza con los hombres”.
- Por la unidad de la Iglesia, en comunión con el Papa,
para que todos los que hemos recibido un mismo bautismo, celebremos la Eucaristía en unidad, como signo
del Amor de Dios, roguemos al Señor.
- Por todos los que padecen las consecuencias del pecado o están pasando por pruebas difíciles, por los
perseguidos por causa de su fe, para que pongan su
esperanza en la Cruz de Cristo, que es la llave que nos
abre la entrada a la vida gloriosa de la resurrección.
Roguemos al Señor.
- Por las vocaciones, para que los jóvenes respondan a
la llamada de Cristo y las familias acojan y cultiven
los gérmenes de la vocación al sacerdocio y a la vida
consagrada, roguemos al Señor.
- Por los que participan en el Itinerario Diocesano de
Evangelización, para que anuncien con libertad la riqueza de la gracia de ser salvados por Cristo, roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, para que reconozcamos nuestras
infidelidades a la alianza de amor que Dios desea
mantener con todos sus hijos, y volvamos a la paz y
comunión con Él por la verdadera penitencia, roguemos al Señor.
Padre misericordioso, que no quieres que nadie perezca,
sino que todos se conviertan y tengan la vida eterna;
escucha nuestras súplicas. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
22 de marzo de 2015
Quinto domingo
de Cuaresma B
Una Alianza nueva
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Jeremías 31, 31-34
Llegamos finalmente este domingo a la quinta etapa de
la historia de la salvación, que es la de los profetas que
anunciaron la venida de Jesucristo, y en aquel momento
Jeremías anunció una alianza nueva , en la que los hombres vivirán en la voluntad y en la ley del Señor. Será una
alianza no escrita en piedra sino en el corazón de cada
persona.
Segunda lectura.
Hebreos 5, 7-9
Jesucristo es el autor de la salvación: muriendo y siendo
enterrado como la semilla del trigo, ejerció su sacerdocio
en favor de todos los hombres orando, sufriendo y obedeciendo.
Evangelio de Juan 12, 20-33
El tercer signo del tríptico pre-pascual es el del grano de
trigo enterrado como simiente de una nueva cosecha.
Siempre cuesta comprender el sentido del dolor y del sufrimiento. Jesús, como la semilla que muere en el surco,
debe morir para fructificar en salvación. Es la historia de
Jesús y es nuestra historia.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Ideas para la homilía
Se acerca la Pascua. Este domingo sabe a renovación, a
vida nueva, a fidelidad. Estamos en la penúltima estación de nuestro camino cuaresmal. En el recorrido por el
proyecto salvífico de Dios con su pueblo llegamos a la
quinta etapa, el tiempo de los profetas. Abre la liturgia
de la Palabra de este domingo el espléndido texto de Jeremías en el que el Señor ofrece a los suyos la superación
de la antigua alianza, que se les ha ido cayendo de las
manos por su infidelidad. Les propone hacerlo de forma
distinta, un pacto nuevo grabado no ya en tablas de piedra sino en el corazón.
La Nueva Alianza
Vivir la relación con Dios no es el cumplimiento de unas
normas y preceptos, de una ley moral en la que se premia
al que cumple y se castiga al que la infringe. La alianza nueva, escrita en el corazón de cada hombre, será de
nuevo iniciativa de Dios, que llevará a los suyos a sentirse Pueblo de su propiedad. Es la experiencia que se nos
regala de conocer al Señor con su rostro auténtico, precisamente cuando en lo profundo de cada uno, “desde el
pequeño al grande” de su perdón y de su misericordia, de
su amor incondicional “cuando perdone sus crímenes y
no recuerde sus pecados” (Jer 31, 34).
Se prepara ya esa renovación inmediata de la Alianza en
la próxima y ya cerca celebración del Triduo Pascual. Aún
nos quedará el próximo domingo, último de Cuaresma, el
de Ramos en la Pasión del Señor, para dar un paso más
en este recorrido, para contemplar que esta renovación
va a ser aún más novedosa y radical que la que se nos
propone en este domingo. Descubriremos que la culminación de la Alianza traspasa incluso el nivel de lo profundo
del hombre, como vemos en este domingo y se nos va a
ofrecer en Cristo, el siervo sufriente, a través de su Sangre
(escucharemos el tercer cántico del siervo, el himno de Filipenses y el relato de la Pasión según san Marcos). Así se
sella la verdadera y definitiva Alianza, “nueva y eterna”,
con nosotros y con todos los hombres, para el perdón de
los pecados: A precio de la Sangre del mismo Hijo de Dios.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
El sacrificio pascual de Jesucristo
No es una Alianza de conveniencia, no es un juego o un
contrato ficticio. Jesús nos repite a nosotros lo que dijo un
día a una santa que estaba meditando la pasión: “¡No te
he amado de broma!” (cf. Beata Angela de Foligno). Es un
pacto de Sangre, una Alianza definitiva que nada puede
romper, pues siempre tenemos la posibilidad de volver
a ella. Dios no se echa atrás ni en sus promesas, ni en su
fidelidad, ni en su voluntad de salvarnos.
El autor de la carta a los Hebreos nos lo recuerda en la
segunda lectura (la volveremos a escuchar más extensa el Viernes Santo): ¡A gritos y con lágrimas presentó
oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte!
Sorprendentemente nos dice el texto que en su angustia
fue escuchado. ¿Fue escuchado? No entra este camino en
nuestra lógica, no hubiera sido desde luego ésta nuestra
respuesta. El evangelio nos muestra en el tercer episodio
del “tríptico pascual” la dinámica, el camino, la lógica
que sigue Dios: la del grano de trigo que cae en tierra y
muere y así da mucho fruto, la de perder para ganar, la
de morir para vivir, la de aprender sufriendo a obedecer,
como nos dice la carta a los Hebreos, y sin embargo se
convierte en autor de salvación para los demás.
El Papa Benedicto XVI nos regaló, en aquel Viernes Santo
del 2005, antes de ser elegido Papa, la meditación del Vía
Crucis siguiendo este proceso del grano de trigo. Reproducimos sus palabras introductorias por su gran belleza descriptiva del proceso del grano de trigo que muere
para dar fruto y de la dificultad que tenemos nosotros de
entrar en este camino:
“Señor Jesucristo, has aceptado por nosotros correr la
suerte del grano de trigo que cae en tierra y muere para
producir mucho fruto (Jn 12, 24). Nos invitas a seguirte
cuando dices: «El que se ama a sí mismo, se pierde, y el
que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
La “Hora” de Jesús
para la vida eterna» (Jn 12, 25). Sin embargo, nosotros
nos aferramos a nuestra vida. No queremos abandonarla, sino guardarla para nosotros mismos. Queremos poseerla, no ofrecerla. Tú te adelantas y nos muestras que
sólo entregándola salvamos nuestra vida. Mediante este
ir contigo en esta Pascua quieres guiarnos hacia el proceso del grano de trigo, hacia el camino que conduce a
la eternidad”.
“Ha llegado la hora”, nos dice el evangelio de hoy. La
hora de Jesús y la nuestra. La hora de la fidelidad, del
amor entregado, la hora de dar la vida para que otros la
tengan. Que estos días finales de la Cuaresma, antes llamados semana de pasión, nos hagan caminar muy pegados a Cristo para que sus sentimientos, su generosidad y
su pasión por la humanidad, se nos contagien para nuestra vida. Así nos lo dice hoy Jesús: “donde esté yo estará
mi servidor”, es decir, por donde paso yo y como paso yo
pasaréis también vosotros. Que le dejemos renovar este
año de nuevo su Alianza con nosotros, así recobraremos
la certeza de ser su Pueblo (como nos dice el IDE de este
curso) y le dejaremos, con más libertad y más consciencia de nuestra necesidad, que Él sea nuestro Dios.
Hoy, junto a muchos hombres y mujeres de nuestro
mundo, sigues diciendo: “Queremos ver a Jesús”. La humanidad está sedienta, tu vida lo necesita, tu corazón lo
desea. Y Dios te lo presenta así, en la Cruz. Es el grano de
trigo que muere para dar fruto, para que tú tengas vida;
Jesús es el que se aborrece a sí mismo para guardarte a ti
para la vida eterna. Éste es el precio que han pagado por
ti; éste es el coste de la alianza nueva y eterna. Este año
se cumple de nuevo su palabra: “Cuando yo sea elevado
sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí”.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
29 de marzo de 2015
Oración de los fieles
Oremos a Dios Padre, por Jesucristo, su Hijo, autor de la
salvación eterna.
- Por el Papa Francisco y nuestro Obispo Antonio; para
que en todo momento puedan seguir proclamando la
Verdad de Dios, para el bien del pueblo cristiano y de
toda la sociedad, roguemos al Señor.
- Por los que, aún sin saberlo claramente, desean ver
a Jesús, para que puedan reconocerle en los que se
llaman discípulos suyos, roguemos al Señor.
- Por el pueblo de la Antigua Alianza, para que lleguen
a descubrir en Jesús al Mesías que llevó a plenitud la
Ley de Moisés y las palabras de los Profetas, roguemos al Señor.
- Por todas las parroquias y comunidades, para que
sean un signo evangelizador de la Nueva Alianza,
fundada en el amor y escrita en el corazón de los
hombres, roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, para que las fiestas de Pascua que
se acercan nos ayuden a vivir y compartir con los demás intensamente la vida cristiana, siguiendo la palabra y el ejemplo de Jesús, roguemos al Señor.
Dios, Padre nuestro, que levantaste a tu Hijo del sepulcro escucha las oraciones que te presentamos, como él,
en los días de nuestra vida mortal. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Domingo de Ramos en
la Pasión del Señor B
La nueva Alianza
en la sangre del Señor
CUARESMA
Moniciones a las lecturas
En la bendición de las palmas.
Evangelio de Marcos 11, 1-10
Corresponde este año leer el relato de san Marcos correspondiente a la entrada de Jesús en Jerusalén. Como es
habitual en este evangelio, se destaca la confesión de fe
en Jesucristo como el Mesías Hijo de Dios; pero el mismo
pueblo de Jerusalén que lo recibió en triunfo, renegará de
él poco después.
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Según la intención propia de este evangelista, todo el relato de la Pasión según san Marcos se desarrolla a la luz
de las dos grandes líneas directoras de esta Evangelio,
que son la proclamación de Jesucristo como Hijo de Dios
y como Salvador de toda la humanidad y no sólo del
pueblo de la antigua Alianza.
MISA DE PASIÓN
Primera lectura.
Isaías 50, 4-7
El tercer cántico del Siervo del Señor anuncia la Pasión
del Mesías, presentándola como una muestra suprema
de obediencia a la palabra y la voluntad de Dios, al someterse al poder del pecado del mundo y padecer por
ello mansamente. Gran importancia tiene la recitación
del Salmo responsorial 21, mencionado por Cristo en la
cruz: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Segunda lectura.
Filipenses 2, 6-11
San Pablo proclama la unidad del misterio pascual de
Jesucristo, humillado hasta la muerte en la cruz como el
Siervo de Yahwéh y glorificado como Hijo de Dios en la
resurrección.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Ideas para la homilía
El pórtico de la Semana Santa
Para los que no asisten a la liturgia del Viernes Santo,
hoy es el encuentro con Cristo paciente, en contraste con
su manifestación gloriosa en el próximo domingo, día de
Pascua. La procesión inicial imita la que se hacía en Jerusalén desde el siglo V. En todas las misas se debe resaltar
hoy el rito de entrada, al menos con una monición y un
canto apropiado, pero cuando se hace con los ramos y
palmas se proclama el relato de la entrada triunfal de
Jesús, este año B según san Marcos. En la Misa las dos
primeras lecturas se leen todos los años. En primer lugar
el tercer cántico del Siervo de Yahwéh y el salmo 21 que,
leído en su integridad, no es un grito desesperado sino
una súplica llena de esperanza; y luego el gran himno de
Filipenses en el que se ensalza la humildad de Cristo y la
autenticidad de su encarnación cuando se rebajó hasta
la muerte; también se proclama su exaltación a la gloria
como respuesta del Padre a su obediencia. Toca así mismo leer este año la Pasión según san Marcos, en la que se
proclama de modo preferente la dignidad de Jesucristo,
Hijo de Dios y Salvador de la humanidad. La celebración
del sacrificio eucarístico manifiesta la unidad del Misterio Pascual de Jesucristo, muerto por nuestros pecados y
resucitado para nuestra justificación.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
El sacrificio del Siervo de Dios,
Salvador de la humanidad
Las dos primeras lecturas constituyen el marco de la Pasión del Señor: Jesús no retrocede, se somete a todos los
ultrajes de los hombres. Es precisamente esto, su entrega
y abnegación hasta la muerte en cruz en medio de la historia, lo que hace de él el Señor de la historia —porque la
Pasión no es un “mito” intemporal, sino que ocurrió realmente “bajo el poder de Poncio Pilato”—, es la muestra
de lo que ocurre desde principio a fin de la tragedia de
la humanidad: Dios es golpeado, cubierto de insultos y
salivazos, mientras él, por nosotros y para tomar sobre
sí nuestros pecados, se rebaja hasta el extremo, hasta someterse incluso a la muerte.
Todo el relato de la Pasión según san Marcos se desarrolla a la luz de la gran línea directora de esta Evangelio,
que es la proclamación de Jesucristo como Hijo de Dios y
como Salvador de toda la humanidad y no sólo del pueblo de la antigua Alianza. De este modo, en el momento
culminante de la muerte, el centurión romano que monta
guardia frente a Jesús, al pie de la cruz, al ver cómo había
expirado dijo: “Realmente, este hombre era Hijo de Dios”
(Mc 15, 39). Es la primera vez que se le tributa a Jesús este
título en el segundo Evangelio; y así, después de asistir a
una serie inacabable de insultos y desprecios por parte
de los representantes del pueblo elegido, vuelve a brillar
la luz de la fe por boca de un extranjero. Aunque el oficial
romano no pudo dar a esta confesión todo el sentido que
CUARESMA
Monición al Credo
nosotros le damos, el evangelista Marcos ve en ello ciertamente la confesión por un pagano de la personalidad
sobrehumana de Jesús.
En la muerte de Cristo se cumple con toda su real crudeza
lo anunciado sacramentalmente en la última cena: “Ésta
es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos”
(Mc 14, 24). El misterio pascual, renovado perennemente
en la Eucaristía y celebrado de modo especial en la Semana Santa, abre el camino de la salvación tanto a los
descendientes carnales de Abrahán como a los pueblos
que son hijos de Dios por la fe.
En este domingo la Iglesia primitiva entregaba el Credo a
los que iban a ser bautizados en la Noche Pascual, para
que el Sábado Santo lo pudieran proclamar ellos de memoria. El día de nuestro bautismo, al entrar en la Iglesia,
nos marcaron con la señal de la cruz en nuestra frente.
El signo de la cruz nos ha acompañado desde entonces a
lo largo de nuestra vida y nos identifica como cristianos.
Ante la imagen del crucificado, en este último domingo
antes de la Noche de Pascua, profesamos el símbolo de
la fe que hemos recibido de la Iglesia.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Oración de los fieles
Entramos en los días oscuros y luminosos de la Pasión
y muerte del Señor. El Espíritu convoca a su Iglesia a experimentar el amor infinito del Padre, a través de su Hijo
colgado en la cruz. Presentemos confiadamente nuestra
oración cantando (o diciendo): Oh Señor, escucha y ten
piedad.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
- Por la santa Iglesia, para que viviendo en la fe el misterio de la Pasión, recoja del árbol de la cruz el fruto
de la esperanza. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
- Por los jóvenes, para que, unidos en la Iglesia, aprendan el valor de la pobreza al contemplar a Cristo en
su Pasión y descubran que éste es el camino para alcanzar el Reino de Dios. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
- Para que llegue la paz y la libertad a los lugares donde los cristianos son perseguidos y todos los hombres
alcancen la salvación. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
- Por los enfermos, los moribundos y todos los que sufren, para que apurando el cáliz de la Pasión, a semejanza de Cristo paciente, tengan la firme esperanza de
participar con él en su gloria. Oremos.
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R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
- Por los pecadores para que experimenten en estos días
de la Pasión la misericordia de Dios y sientan que valen el precio mismo de la sangre de Cristo. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
- Por nosotros que en el bautismo fuimos sumergidos
en la muerte de Cristo y nos disponemos a celebrar su
Pascua para que participemos también de su resurrección. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Escucha, Padre, la oración de tu pueblo, que celebra la
Pasión de tu Hijo; haz que, después de haberlo aclamado
en el día de la alegría, sepamos seguirlo con la fidelidad
del amor en la oscura, pero vivificadora, hora de la cruz.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
CUARESMA
VI. La Semana Santa de 2015
Con estas breves introducciones a la celebración de la Semana Santa, se desea ayudar a vivir de forma TESTIMONIAL Y EVANGELIZADORA estos actos tan importantes.
Al mismo tiempo intentaremos volver sobre el mensaje
fundamental del Itinerario Diocesano de Evangelización (IDE): “LA ALEGRÍA DE ANUNCIAR EL EVANGELIO”.
Se indica en cursiva la forma en que podrían participar
los comprometidos en el IDE. Se podría repartir por todas
las casas un programa de los actos de la Semana Santa,
destacando su valor evangélico, como respuesta a las
inquietudes y problemas de las persones de hoy en día.
cuando os pregunten vuestros hijos: “¿Qué significa para
vosotros este rito?”, responderéis: “Éste es el sacrificio de
la Pascua de Yahveh...”.
Como ya se hizo el curso pasado, a lo largo de esta Semana Mayor, destacaremos, entre otros muchos, unos
momentos y signos de gran valor simbólico que pueden
llamar la atención de los alejados o los menos instruidos,
como una llamada para evangelizar. Los comprometidos
en el IDE deberían prepararse y provocar el interés y el
diálogo sobre el significado —la Buena Noticia— de estas celebraciones. La extrañeza, y las preguntas que pueden suscitar son el mejor motivo para una instrucción y
vivencia compartida en la mejor tradición bíblica, como
leemos en Deuteronomio 6, 20-21: En el futuro, cuando
tu hijo te pregunte diciendo: “¿Qué significan los testimonios, las leyes y los decretos que Yahveh nuestro Dios os
mandó?”, entonces responderás a tu hijo: “Nosotros éramos esclavos del faraón en Egipto, pero Yahveh nos sacó
de Egipto con mano poderosa”... Y lo mismo cuando se
trata del ritual de la cena de Pascua en Éxodo 12, 26-27: Y
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Domingo de Ramos en
la Pasión del Señor
La Buena Noticia de
la salvación universal
La Buena Noticia de la salvación universal
Bendición de palmas y ramos, procesión y santa Misa
Acompañamos al Señor cuando entra en la Ciudad Santa para ofrecer su sacrificio para la redención del mundo.
Durante los primeros siglos del cristianismo, este domingo estaba dedicado a la entrega del “Credo”, el símbolo
de la fe, a los catecúmenos que debían recibir el bautismo
en la Pascua; era la “entrega del símbolo” que preparaba
a la “devolución del símbolo” que los bautizandos debían
realizar en la mañana del Sábado Santo. El “símbolo” era
en la vida corriente un signo de reconocimiento: dos fragmentos de cerámica que debían encajar; de este modo,
los candidatos recibían el “Credo” que debían aprender
de memoria como señal de admisión entre los cristianos.
En el siglo IV comenzaron a llegar a Tierra Santa un gran
número de peregrinos que deseaban recordar los hechos
de Jesús en los mismos lugares en que habían ocurrido.
Muy pronto comenzaron a repetir la entrada festiva del
Señor en Jerusalén, bajando del monte de los Olivos con
palmas, ramos y cantos y acompañando al Obispo.
Esta celebración se difundió por todas las iglesias con diferentes formas, y la propia de la liturgia romana es muy
fiel a la tradición primitiva de Jerusalén, con la asamblea
que se reúne fuera de la iglesia, y marcha hacia ella después de leer el Evangelio de la entrada de Jesús, siguiendo con cantos al Obispo o sacerdote que preside.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Un rito propio de este día:
La procesión de las palmas y ramos
Es una procesión al revés de las normales, donde el sacerdote va en cabeza y no se va en filas, sino en grupo tras
él. No hay imágenes, porque la marcha es como el cuerpo de Cristo, cabeza y cuerpo que van a Sión y al templo,
en la Ciudad de Dios. Hacemos lo que hicieron los niños y
gentes de Jerusalén en este mismo día, haciendo nuestro
el lema de este curso del IDE: “SOIS PUEBLO DE DIOS”.
Los que siguen el IDE podrían ir juntos por grupos en esta
procesión.
Los colores litúrgicos en la Semana Santa
En estos días se usan ornamentos cuyo color tiene un
significado que todos deben conocer. El rojo recuerda la
realeza de Cristo y también su sangre derramada en la
Pasión, por eso se usa el Domingo de Pasión desde la procesión de las palmas en honor de Cristo Rey y también
el Viernes Santo. El morado es signo de penitencia y por
eso se utiliza en la Cuaresma y en sus días finales, lunes,
martes y miércoles de la Semana Santa. El blanco es el
color de la alegría y se viste en todo el tiempo de Pascua,
la Cincuentena o Pentecostés, a partir de la Vigilia Pascual; son blancas y resplandecientes las vestiduras de los
ángeles que anuncian la resurrección de Jesús, como lo
fueron sus ropas en la Transfiguración.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Miércoles Santo
Las procesiones de Semana Santa
Desde las de Pasión y muerte hasta la de gloria, estas
manifestaciones piadosas populares son un motivo de
asombro, preguntas y emociones especialmente para
los más jóvenes, y los mayores deberían aprovecharlo
para que las verdades de la fe en Jesucristo se conserven
unidas a las imágenes plásticas de los pasos y también
de las representaciones de la Pasión. Los penitentes, las
promesas, los sacrificios... deberán llevar a una explicación de que toda la vida ha de ser también un ejercicio
de renuncia al pecado y a las malas costumbres, para
purificarnos, aprovechar el amor que Dios nos ofrece y
convertirnos cada vez más a Dios. Se podría preparar un
folleto explicativo de estas procesiones indicando la personalidad y finalidad de cada hermandad y el significado de los “pasos”.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
La Misa Crismal es una magnífica imagen del misterio de
la Iglesia, en la que se expresa el fluir de la gracia de los
sacramentos desde el sacerdocio de Cristo, y por medio
de sus ministros que la hacen presente en todas las comunidades.
Algunos representantes del IDE podrían acompañar a su
párroco ese día a la Catedral para recoger el Crisma y los
Santos Óleos, que podrían llevar luego en la procesión de
entrada en la Misa del Jueves Santo en sus parroquias.
CUARESMA
Jueves Santo
En la cena del Señor
La alegría de estar con Jesucristo
Monición de despedida
Se conmemora la institución de la eucaristía y del sacerdocio, y se recuerda el supremo mandamiento del amor.
Es el “Día del amor fraterno”.
Al final de la misa del Jueves Santo, se puede convocar a
los fieles a la siguiente “estación” con estas o semejantes
palabras:
Unos ritos propios de este día:
El lavatorio de los pies
Queridos todos: Al terminar esta celebración, vamos a seguir acompañando al Señor en los primeros pasos de su
Pasión, en oración ante el Santísimo Sacramento, como
en el Monte de los Olivos. Luego, mañana, a las (…) horas
celebraremos el Oficio de Laudes ante el Monumento y
a las (…) horas el Vía Crucis en (lugar donde se realice).
Por la tarde, a las (…) horas, como los peregrinos a Jerusalén, acudiremos al Gólgota, al Calvario, a venerar la
Cruz salvadora, cuando la Palabra de Dios nos anuncie
el sacrosanto misterio de la Pasión. Recordad que mañana es día de ayuno y abstinencia. Siempre muy cerca
de Jesus. Alabado sea el santísimo sacramento del altar.
R/. Sea por siempre bendito y alabado.
Todas las iglesias son este día un gran cenáculo. Las personas elegidas para el lavatorio representan a los doce
apóstoles y el sacerdote es Jesucristo, que da así ejemplo de humildad y de servicio. El contexto en el que Jesús
pronuncia estas palabras no es otro que la noche del Jueves Santo, después de la Cena, antes de morir en la cruz.
En esa impresionante ocasión, Jesús revela a sus discípulos que va hacia el Padre. Este ir al Padre constituye
el culmen de la salvación. Todo el que siga a Jesús irá a
donde Él va. El día siguiente no se celebra la Eucaristía,
y se resalta con una procesión el traslado de las formas
consagradas hasta el sagrario. Se abre así un tiempo de
vigilia y oración ante el Santísimo en el que respondemos
a las palabras de Jesús en el monte de los Olivos: Velad y
orad para no caer en la tentación (Mt 26, 41).
Este año se podría lavar los pies a los animadores y otros
miembros del IDE.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Viernes Santo
Nos alegramos en el triunfo de la cruz
El “Monumento”
En la oración ante el Santísimo Sacramento, conservado
para la comunión del día siguiente en el “Monumento”,
acompañamos al Señor en la soledad de su Pasión y le
damos gracias porque ha querido permanecer sacramentalmente en medio de nosotros.
Hoy el sagrario está adornado con flores y luces, para enseñarnos la importancia de la presencia del Señor en el
sagrario de todos los días, donde se conserva para dar la
comunión a los enfermos o a los que están en peligro de
muerte y ser adorado con calma y silencio, en un diálogo
con él. Para favorecer todo esto suele haber una capilla
especial, adornado con fervor y buen gusto, para que le
visitemos allí con frecuencia.
Podrían organizarse turnos de velas ante el Santísimo
con los grupos del IDE y asistir juntos a la Hora Santa o
la Liturgia de las Horas.
CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Este acto vespertino comienza con la liturgia de la palabra en la que se leen dos lecturas y la Pasión según san
Juan, a la que sigue la homilía y la oración universal;
concluye esta liturgia con la adoración de la Cruz y la
comunión con la Eucaristía consagrada en la Misa de la
Cena del Señor.
Unos ritos propios de este día:
La adoración de la cruz
Un altar sin manteles y una cruz sin crucifijo. En esta tarde, la desnudez del altar, símbolo de la de Jesús en el
Calvario, y la austeridad de la ceremonia nos trasladan
al patio del Gólgota, en el magnífico conjunto de monumentos que contemplaban los peregrinos de los siglos IV,
V y VI, antes de la invasión islámica. Allí, al aire libre,
delante de la colina del calvario, revestida de mármoles
preciosos y sobre la que se alzaba una gran cruz de madera, se leía la Pasión y se pasaba a besar la reliquia de
la cruz, la Vera Crux que encontró santa Elena.
Es un acto de profunda seriedad, pero alumbrado por la
gloria del madero en el que estuvo clavada la salvación
del mundo. El acto del Viernes Santo no es un funeral.
La sencilla cruz de madera, sin la imagen del crucificado,
que cruza la iglesia hasta el altar para allí ser adorada:
el trofeo de la Pasión ante el que deberemos hacer genuflexión siempre que pasemos ante él, hasta que comience
la Vigilia Pascual.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Sábado Santo
Monición de despedida
Hermanos y hermanas: Nos separamos en silencio, como
aquellos que “bajaban del Calvario y se daban golpes de
pecho”. (Nos vamos a encontrar de nuevo en la procesión del Santo Entierro). Mañana Sábado Santo nos reuniremos a las (…) horas para celebrar el Oficio de Laudes
como si estuviéramos junto al Santo Sepulcro y, ya por la
noche, debemos estar todos para la gran celebración de
la Vigilia Pascual. Se nos invita a seguir guardando este
día el ayuno, para romperlo en la celebración de la Pascua del Señor. Hasta que nos reunamos todos otra vez
junto al fuego en la Noche Santa.
El Vía Crucis
En muchos casos fuera del templo, de nuevo parece que
nos traslademos a la ciudad santa de Jerusalén, recorriendo con Jesús, la Vía Dolorosa.
Los animadores o un miembro de cada grupo del IDE podrían leer los textos de las estaciones.
La esperanza en el amor
más fuerte que la muerte
Oficio de lecturas y Laudes
La mañana de este Sábado Santo debería ocuparse en
la oración y en la preparación de la gran Vigilia, al menos por el grupo más responsable de la comunidad. Los
miembros del IDE podrían preparar y celebrar el Oficio
de Lecturas y Laudes. Es un día en que se nos invita a
continuar el ayuno del Viernes Santo, siguiendo la primitiva tradición del ayuno prepascual que se rompe en la
comunión de la Vigilia.
EN LA NOCHE SANTA,
SOLEMNE VIGILIA PASCUAL
La mejor noticia: Cristo sigue con nosotros
El Misterio Pascual de Cristo, crucificado, sepultado y resucitado, tiene en esta liturgia nocturna “Madre de todas
las demás vigilias”, su celebración culminante. La vigilia
comienza en el exterior del templo con la liturgia de la luz
y se ilumina la iglesia como signo de la resurrección del
Señor. La liturgia de la palabra proclama las maravillas
de Dios en la historia de la salvación, desde la creación
del mundo al Misterio Pascual de Jesucristo; luego viene
la liturgia bautismal, con la renovación de las promesas
que se hicieron en la iniciación cristiana, y luego la asamblea es invitada a la mesa que el Señor, por medio de
su muerte y resurrección, ha preparado para su pueblo
(cuarta parte de la vigilia, liturgia eucarística).
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Unos signos singulares:
El fuego y el cirio pascual
Nos reunimos en torno a una hoguera, como los israelitas en los campamentos cuando iban hacia la tierra
prometida. En la Pascua todo es nuevo, el fuego, el agua
del Bautismo, los panes sin levadura… El cirio pascual
es un símbolo de Jesucristo resucitado, que conserva las
huellas de la Pasión, como la cruz y las cinco marcas señaladas con granos de incienso que recuerdan las cinco
heridas del crucificado. También se marcan en el cirio el
Alfa y la Omega, letras griegas que significan que Jesús
es el Señor de esta Pascua, cuyo año tambien se marca, y
de todos los tiempos, del principio al fin. Como la columna de fuego que iba guiando a los israelitas en el desierto,
así nos guía ahora Jesús y entra el primero en la iglesia,
iluminándola con su luz.
Los miembros del IDE podrían preparar la hoguera, repartir las candelas a los fieles y proclamar las lecturas.
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Vosotros sois pueblo de Dios
Cuaresma 2015
Comisión
Diocesana
de Espiritualidad
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CUARESMA
Presentación
En este tiempo de Cuaresma-Pascua —tiempo de gracia—,
en que la Iglesia nos invita a vivir la fe más intensamente
y desde el Itinerario Diocesano de Evangelización, cuyo
lema es “Vosotros sois Pueblo de Dios”, nuestra Comisión
os propone varios materiales:
1.- Reflexiones sobre las Siete Palabras de Karl Rahner.
2.- Viacrucis con textos de Santa Teresa de Jesús.
3.- Meditaciones de Santa Teresa para tiempo de Pascua.
Con los materiales 2 y 3, seguimos contribuyendo a la
celebración del quinto centenario de Santa Teresa, tema
nuclear este año en las actividades de nuestra Comisión.
Así, también compartimos la experiencia existencial teresiana de los acontecimientos proclamados y celebrados
en el tiempo litúrgico de Cuaresma-Pascua.
Vivamos, pues, también nosotros como hizo Santa Teresa
ese tiempo y profundicemos en lo que se nos invita desde
el Itinerario Diocesano de Evangelización: “Vosotros sois
Pueblo de Dios”.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Pistas para leer
las Siete Palabras
Hemos elegido para esta reflexión un escrito del gran teólogo alemán Kart Rahner, lumbrera del Concilio Vaticano
II, cuya traducción castellana fue elegida en 1988 por el
profético Instituto Social Obrero de Valencia, para ser publicado en su Boletín previo a la Semana Santa. Su título
es Siete palabras.
Siete palabras
Siguiendo el trazo grueso de Rahner, proponemos al lector que lo lea teniendo en cuenta los tres acentos que él
proponía para una espiritualidad cristiana, hoy.
En primer lugar, que la nota primera y más importante
que ha de caracterizar a la espiritualidad de hoy es la relación personal e inmediata con Dios. Se trata pues de
leer este contenido, no ya desde una perspectiva meramente sentimental, sino de conversación directa, inmediata, con nuestro Padre, entreverada con nuestra vida,
tal vez llena de pecado pero donde puede sobreabundar
la gracia.
Segundo, debemos trabajar nuestra mente y nuestro corazón para que lo que nos inspire la lectura del escrito
esté interrelacionado con nuestra experiencia vital, de
modo y manera que se produzca una aplicación en nues-
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
tra vida de aquello que nos sugiere el Espíritu Santo a
través de la Palabra. De ahí ha de surgir un escalón más
en la renovación de nuestra espiritualidad. Paradójicamente, podemos afirmar que no hay espiritualidad cristiana donde no está implicada la propia experiencia humana, la propia vida: la espiritualidad y la vida normal
cristiana hoy se ligan, se compenetran, se promueven
recíprocamente.
Y tercero, es necesario situarnos en una nueva ascética
de la libertad. La ascética se contempla hoy como la libertad responsable ante el deber… “Quien esté abierto al
futuro absoluto de Dios será capaz de superar la apetencia sin límites de llenar su vida con el mayor goce posible
para, en último término, destruirse a sí mismo por su inmoderación … Este aspecto de la vida espiritual es lo que
denominamos hoy ascética en sentido amplio”.
No se trata, pues, de leer desde la perspectiva de la reflexión teológica especulativa, ni tampoco desde la compasión humana por el dolor y las angustias de Jesús en
su pasión. Os proponemos que antes de leer el contenido
de estas ‘Siete palabras’ invoquéis al Espíritu Santo y le
pidáis con fe y esperanza que, por medio de ellas, la Palabra os ilumine para que transforme vuestra experiencia vital, mentalidad y proyectos de vida en los de Cristo
que quiere vivir en vosotros. Si esto sucede, esta humilde
lectura podrá haberos ayudado a vivir vuestro kayrós
ahora, el tiempo oportuno para cada uno de vosotros,
sugerido por el Espíritu de Cristo.
CUARESMA
Las siete palabras
de Jesús en la cruz
por Karl Rahner, SJ
Primera Palabra:
“Padre, perdónalos
porque no saben lo que hacen”
(Lc 23,34)
Cuelgas de la cruz. Te han clavado. No te puedes separar
de este palo erguido sobre el cielo y la tierra. Las heridas
queman tu cuerpo. La corona de espinas atormenta tu
cabeza. Tus manos y tus pies heridos son como traspasados por un hierro candente. Y tu alma es un mar de
desolación, de dolor, de desesperación.
Los responsables están ahí, al pie de la cruz. Ni siquiera
se alejan para dejarte, al menos, morir solo. Se quedan.
Ríen. Están convencidos de tener la razón. El estado en
que estás es la demostración más evidente: la prueba de
que su acto no es sino el cumplimiento de la justicia más
santa, un homenaje a Dios, del que deben estar orgullosos. Se ríen, insultan, blasfeman. Mientras tanto cae sobre ti, más terribles que los dolores de tu cuerpo, la desesperación ante tal iniquidad. ¿Existen hombres capaces de
tanta bajeza? ¿Hay, al menos, un punto común entre Tú y
ellos? ¿Puede un hombre torturar así a otro hombre, hasta la muerte? ¿Desgarrarlo hasta matarlo con el poder de
la mentira, de la traición, de la hipocresía, de la perfidia...
y mantener la pose del juez imparcial, el aspecto del inocente, las apariencias de lo legal? ¿Cómo lo permite Dios?
¡Oh Señor, nuestro corazón se habría destrozado en una
furiosa desesperación! Habríamos maldecido a nuestros
enemigos y a Dios con ellos.
Sin embargo, Tú dices: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. ¡Eres incomprensible, Jesús! Amas a
tus enemigos y los encomiendas al Padre. Intercedes por
ellos. Señor, si no fuera una blasfemia, diría que los disculpas con la más inverosímil de las excusas: “no saben”.
Sí, sí saben, ¡lo saben todo! ¡Pero quieren ignorarlo todo!
No hay cosa que se conozca mejor que aquello que se
quiere ignorar, escondiéndolo en el subterráneo más profundo del corazón; pero, al mismo tiempo, le negamos la
entrada a nuestra conciencia. Y Tú dices que no saben lo
que hacen. Sí, hay algo que no saben: tu amor por ellos.
Pronuncia tu palabra de perdón sobre mis pecados. Di al
Padre: “Perdónalo porque no sabe lo que ha hecho”. Mas
lo sabía... lo sabía todo, pero no conocía tu amor.
Hazme pensar tu primera palabra cuando recite distraído
el Padre Nuestro y afirme perdonar a los que me ofenden.
Necesito tu fuerza para perdonar de corazón a aquellos
que mi orgullo y mi egoísmo consideran como enemigos.
Vosotros sois pueblo de Dios
59
Vosotros sois pueblo de Dios
Segunda Palabra:
“Yo te aseguro:
hoy estarás conmigo
en el paraíso”
(Lc 23,43)
Agonizas y, sin embargo, en tu corazón rebosante de dolor hay todavía un sitio para el sufrimiento de los otros.
Vas a morir y te preocupas por un criminal que, atormentado en su martirio infernal, reconoce que su pena fue
merecida por su vida de maldad. El abandono de Dios
te ahoga y hablas del Paraíso. Tus ojos se velan en las
tinieblas de la noche y oteas la luz eterna. Al morir nos
preocupamos de nosotros mismos, pues los otros nos dejan solos y abandonados. Tú, sin embargo, piensas en las
almas que deben ir contigo a tu Reino. ¡Corazón de misericordia infinita! ¡Corazón heroico y fuerte!
Un delincuente miserable pide que te acuerdes de él y
Tú le prometes el Paraíso. ¿Se puede transformar tan rápidamente con tu proximidad una vida de pecado y de
vicio? Si pronuncias las palabras de absolución se perdonan hasta los pecados y las bajezas más repugnantes de
cada vida criminal. Nada puede impedir la entrada a la
santidad de Dios. Se puede admitir, llevando las cosas al
límite, un poco de buena voluntad, en un pecador, pero
su perversidad, sus instintos viciados, la brutalidad, el
fango..., ¡eso no desaparece con un poco de buena voluntad y con un arrepentimiento fugaz en el patíbulo! ¡Uno
de esa calaña no puede entrar en el Paraíso tan limpiamente como las almas que se purificaron toda la vida,
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
los santos que prepararon sus cuerpos y sus almas para
hacerlos dignos del Dios tres veces santo! Y, sin embargo,
Tú pronuncias las palabras de tu gracia omnipotente que
penetra en el corazón del ladrón y transforma el fuego
infernal de su agonía en la llama purificadora del amor
divino. El amor destruye la culpa de la criatura rebelde. Y
así el ladrón entra en el Paraíso de tu Padre.
¿Me darás a mí la gracia del atrevimiento temerario que
exige y espera todo de tu bondad? ¿El coraje de decir,
como si fuera el mayor de los criminales, “Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino”?
CUARESMA
Tercera Palabra:
“Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Hijo ahí tienes a tu madre”
(Jn 19,26)
Está ya próxima tu muerte, la hora en que tu Madre tenía
que estar cerca de ti. Ésta es la hora que une, de nuevo, al
Hijo y a la Madre. La hora de la separación y de la muerte. La hora que arranca a la madre viuda el hijo único.
Señor Jesús, tu muerte no será inútil si me acojo a este
materno corazón. Estaré presente cuando llegue el día de
tus bodas eternas, en las que la creación, transfigurada
para siempre, se unirá a ti para siempre.
Una vez más tu mirada contempla a la de tu Madre. No
le ahorraste nada: ni la alegría ni la pena, las dos surgían
de tu gracia, las dos provenían de tu amor. Amas a tu
Madre porque te ha asistido y servido en la alegría y en el
dolor; así llegó a ser completamente tu Madre.
Tu Madre, tus hermanos y tus hermanas son los que
cumplen la voluntad del Padre que está en los cielos. A
pesar de tu tormento, tu amor vibra de la ternura terrena
que une al hijo y a la madre. En la suprema agonía de la
salvación, te has conmovido por el llanto de una madre.
En ese momento, le has dado un hijo y al hijo una madre.
Por esto la tierra nueva será posible.
Pero ella no estaba sola con el dolor de madre a cuyo
Hijo matan, estaba en nuestro nombre como Madre de
los vivientes. Ofrecía a su Hijo por nosotros. Repetía su
“fiat” a la muerte del Señor. Era la Iglesia junto a la cruz.
Al entregar la Madre al discípulo amado, nos la has entregado a cada uno de nosotros.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Cuarta Palabra:
“Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?”
(Mt 27,36)
Se acerca la muerte. No es el final de la existencia corporal, la liberación y la paz, sino la muerte que representa
el fondo del abismo, la inimaginable profundidad de la
angustia y devastación. Se acerca tu muerte. Desnudez,
impotencia horrible, desolación desgarradora. Todo cede,
huye... No existe más que abandono lacerante. Y en esta
noche del espíritu y de los sentidos, en este vacío del corazón donde todo abrasa, tu alma insiste en llorar. La tremenda soledad de un corazón consumido se hace en ti
invocación a Dios.
¡Seas adorada oración del dolor, del abandono, de la impotencia abismal, del Dios abandonado! Si Tú, Jesús, eres
capaz de orar en tal angustia, ¿dónde habrá un abismo
tal que desde él no se pueda gritar al Padre? ¿Hay una
desesperación que no se pueda hacer oración si busca
refugio en tu abandono? ¿Hay un mudo dolor capaz de
ignorar que su grito silencioso sea escuchado en las moradas celestiales?
Recitaste el Salmo 21 para hacer de tu abandono total
una plegaria. Tus palabras: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has abandonado?”. El grito desgarrador que tu Espíritu Santo puso en el corazón del Justo de la Antigua Ley.
Tú —si me está permitida la explicación—, en el paroxismo del sufrimiento, no has querido rezar de modo distinto
a como lo hicieron tantas generaciones anteriores a ti. En
62
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
cierto modo, en aquella Misa solemne que Tú mismo celebraste como sacrificio eterno has rezado con las fórmulas litúrgicas consagradas y así has podido decirlo todo.
Enséñame a orar con las palabras de la Iglesia de tal manera que se hagan palabras de mi corazón.
CUARESMA
Quinta Palabra:
“Tengo sed”
(Jn 19,28)
El evangelista Juan, que la escuchó, nos cuenta: “Sabiendo que todo estaba cumplido para que se cumpliera
la Escritura, exclamó: ¡Tengo sed!”. También aquí confirmaste la palabra tomada de los Salmos y que el Espíritu
había profetizado ante tu Pasión. En el Salmo 21 se dice
de ti: “Mi paladar está seco lo mismo que una teja, y mi
lengua pegada a mi garganta”, y en el Salmo 69, versículo 22, está escrito: “En mi sed me han abrevado con
vinagre”.
Señor Jesús, sucumbes para que seamos salvos. Mueres para que vivamos. Tienes sed para que restauremos
nuestras fuerzas en el agua de la vida. Nos invitaste a
esta fuente cuando en la fiesta de los Tabernáculos exclamabas: “Si alguno tiene sed venga a mí porque de mi
seno correrán ríos de agua viva” (Jn 7,37).
¡Oh Servidor del Padre, obediente hasta la muerte y
muerte de cruz! Tú miras más allá, incluso en la agonía,
en la que el espíritu se oscurece y desaparece la conciencia clara, intentas ansiosamente hacer coincidir todos los
detalles de tu vida con la imagen eternamente presente
en la mente del Padre. No te referías a la sed indecible
de tu cuerpo desangrado, cubierto de heridas abrasadas
y expuesto al sol implacable de un mediodía de Oriente.
Cumplías la voluntad del Padre hasta la muerte con una
humildad inconcebible y digna de adoración. Sí, lo que
los profetas habían predicho como voluntad del Padre se
cumple en ti: tengo sed.
Así comprendiste toda la aspereza cruel de tu Pasión: era
una misión que cumplir, no un ciego destino; era la voluntad del Padre, no la maldad de los hombres; redención de amor, no crimen de pecadores.
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Vosotros sois pueblo de Dios
Sexta Palabra:
“Todo está cumplido”
(Jn 19,30)
Está cumplido. Sí, Señor, es el fin. El fin de tu vida, de tu
honor, de las esperanzas humanas, de tu lucha y de tus
fatigas. Todo ha pasado y es el fin. Todo se vacía y tu vida
va desapareciendo. Desaparición e impotencia... Pero el
final es el cumplimiento, porque acabar con fidelidad y
con amor es la apoteosis. Tu declinar es tu victoria.
¡Oh Señor!, ¿cuándo entenderé esta ley de tu vida y de la
mía? La ley que hace de la muerte, vida; de la negación
de sí mismo, conquista; de la pobreza, riqueza; del dolor,
gracia; del final, plenitud.
Sí, llevaste todo a plenitud. Se había cumplido la misión
que el Padre te encomendara. El cáliz que no debía pasar
había sido apurado. La muerte, aquella espantosa muerte, había sido sufrida. La salvación del mundo está aquí.
La muerte ha sido vencida. El pecado, arrasado. El dominio de los poderes de las tinieblas es impotente. La puerta
de la vida se ha abierto de par en par. La libertad de los
hijos de Dios ha sido conquistada. ¡Ahora puede soplar
el viento impetuoso de la gracia! El mundo en la oscuridad comienza, lentamente, a arrebolarse con el alba de
tu amor.
Tú que perfeccionas el universo, perfeccióname en tu
Espíritu, ¡oh Verbo del Padre, que cumpliste todo en la
carne y con el martirio! ¿Podré decir en la tarde de mi
vida: “Todo está cumplido, he llevado a su término la mi64
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
sión que me encomendaste”? ¡Oh Jesús, sea cual sea mi
misión que me haya encomendado el Padre —grande o
pequeña, dulce o amarga, en la vida o en la muerte—,
concédeme cumplirla como Tú cumpliste todo! Permíteme llevar a plenitud mi vida.
CUARESMA
Séptima Palabra:
“Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu”
(Lc 23,46)
¡Oh Jesús, el más abandonado de los hombres, lacerado
por el dolor, es tu fin! Ese final en el que a un ser humano
se le llega a quitar hasta la decisión libre entre el rechazo
y la aceptación. Es la muerte. ¿Quién te arrastra o qué
te arrastra? ¿La nada? ¿El destino ciego? No, ¡el Padre! El
Dios que une sabiduría y amor. Así te dejas llevar y te
abandonas en las manos ligeras e invisibles que a nosotros, incrédulos, prendados de nuestro yo, se nos presentan como el ahogo imprevisto, la crueldad y el destino
ciego de la muerte.
Pero Tú lo sabes: son las manos del Padre. Tus ojos, en
los que ya se ha hecho la noche, son capaces de ver al
Padre; se han fijado en la pupila quieta de su amor, y tu
boca pronuncia la última palabra de tu vida: “Padre, en
tus manos encomiendo mi espíritu”.
Todo lo devuelves a quien todo te lo dio. Sin garantías y
sin reservas confías todo a las manos de tu Padre. ¡Qué
amargo y pesado don! El peso de tu vida que acarreaste solo: los hombres, su vulgaridad, tu misión, tu cruz, el
fracaso y la muerte. Pero ahora no has de llevarlo por
más tiempo; puedes abandonarlo todo y a ti mismo en
las manos del Padre. ¡Todo! Estas manos sostienen segura y cuidadosamente. Son como las manos de una madre. Acogen tu alma tan delicadamente como un pajarillo que se alberga entre las manos. Nada tiene peso. Todo
es luz y gracia, todo es seguridad al amparo del corazón
de Dios, donde la pena se puede desahogar en llanto y
donde el Padre seca las lágrimas de las mejillas de su
hijo con un beso.
Jesús, ¿encomendarás un día mi pobre alma y mi pobre
cuerpo a las manos de tu Padre? Depón el peso de mi
vida y de mis pecados sobre la balanza de la justicia en
los brazos del Padre. ¿A dónde huiré, dónde me esconderé
sino en ti, hermano en la amargura, que has padecido por
mis pecados? Hoy me tienes ante ti. Me arrodillo bajo tu
cruz. Beso tus pies que, silenciosos e intrépidos, me siguen
con el paso sangrante por los caminos de la vida. Abrazo
tu cruz, Señor del amor eterno, corazón de los corazones,
corazón paciente, traspasado e infinitamente bueno. Ten
piedad de mí. Acógeme en tu amor. Y cuando mi peregrinar llegue a su fin, cuando el día decline y me envuelvan
las sombras de la muerte, pronuncia entonces tu palabra
definitiva: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
¡Oh buen Jesús! Amén.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Viacrucis
a partir de textos escogidos
del Libro de la Vida
de Santa Teresa de Jesús
PRIMERA ESTACIÓN
Jesús, condenado a muerte
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
Para la ambientación general antes del Viacrucis
“Represéntate a Cristo delante de ti. Siempre que pienses
de Él, acuérdate de su amor por ti, que amor saca amor.
Acostúmbrate a enamorarte de su humanidad.
Tráele siempre contigo. Mira que te mira. Acompáñale.
Habla con Él. Pídele por tus necesidades. Quéjate a Él de
tus trabajos.
Alégrate de estar con Él. No te olvides de Él en esta hora.
Dile palabras que te salgan del corazón” (Vida 12,2 y
13,22).
“Su Majestad ha sido el libro verdadero adonde he
visto las verdades. ¡Bendito sea tal libro, que deja impreso lo que se ha de leer y hacer, de manera que no
se puede olvidar!” (V 26,5).
- Andar el camino de la vida en compañía de Jesús es
un grito de esperanza. Con Él, la muerte no tiene la
última palabra.
- Hoy abro mi corazón a Ti, Señor Jesús, para aprender
verdades: el amor es más fuerte que el odio, el amor
no entiende de límites ni de treguas, la vida se nos da
a chorros cuando Tú subes camino del Calvario.
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
SEGUNDA ESTACIÓN
TERCERA ESTACIÓN
Jesús, con la cruz a cuestas
Jesús cae en tierra
por primera vez
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
“No dejen de considerar muchas veces la Pasión y
vida de Cristo, que es de donde nos ha venido y viene
todo bien” (V 13,13).
- ¡La cruz! Signo y recuerdo de la entrega con más pasión y más gratuidad jamás vivida.
- Cuando el camino es áspero y las cargas insoportables, sabemos que Tú nunca nos dejas solos.
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
“Si quiere ganar libertad de espíritu y no andar siempre atribulado, comience a no se espantar de la cruz,
y verá cómo se la ayuda también a llevar el Señor y
con el contento que anda” (V 11,17).
- Miles de hombres y mujeres mordiendo el polvo cada
día, aplastados por la depresión y la tristeza, por la
violencia y la explotación, por la pobreza o la debilidad.
- Señor Jesús, tu ternura nos levanta; tus ojos nos regalan una mirada de compasión para los que están
caídos.
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
CUARTA ESTACIÓN
QUINTA ESTACIÓN
Jesús encuentra a su madre
Jesús, ayudado por un cirineo
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
“Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos los
bienes… ¿Qué más queremos de un tan buen amigo al
lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones
como hacen los del mundo? Bienaventurado quien de
verdad le amare y siempre le trajere cabe sí” (V 22,7).
“Bien de todos los bienes y Jesús mío, ordenad luego
modos cómo haga algo por Vos, que no hay ya quien
sufra recibir tanto y no pagar nada. Cueste lo que costare, Señor, no queráis que vaya delante de Vos tan
vacías las manos” (V 21,5).
- La Madre sale al encuentro. ¡Cuántas veces salen las
madres al encuentro! Su presencia fortalece, ¡y de qué
manera!
- Al arrimar el hombro a toda situación injusta y dolorosa, ¡somos cirineos de Jesús!
- Cuando voy a tu encuentro, Señor Jesús, me hallo con
la luz de tu mirada y sé que nunca me dejarás en el
camino.
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
- ¿Cómo es que necesitas mi ayuda, Señor Jesús? Aquí
tienes mis manos.
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
CUARESMA
SEXTA ESTACIÓN
SÉPTIMA ESTACIÓN
La Verónica enjuga
el rostro de Jesús
Jesús cae en tierra
por segunda vez
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
“Quisiera yo siempre traer delante de los ojos su retrato e imagen, ya que no podía traerle tan esculpido en
mi alma como yo quisiera” (V 22,4).
“Acuérdense de sus palabras y miren lo que ha hecho
conmigo, que primero me cansé de ofenderle, que Su
Majestad dejó de perdonarme. Nunca se cansa de dar
ni se pueden agotar sus misericordias; no nos cansemos nosotros de recibir” (V 19,15).
- El gesto de una mujer: tan gratuito y valiente. Así es el
amor. Sólo cuando consolamos y cortamos la hemorragia de los que sangran podemos descubrir y bordar
en nuestro pañuelo el rostro de Cristo.
- Cuando te miro, Señor Jesús, con la cruz a cuestas, tu
rostro se queda grabado en mi corazón y toda mi vida
se abre a tu amor.
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
- Marcados por heridas profundas: soledad, fracaso,
desprecio, falta de afecto. Sumergidos en el pecado.
Caídos al dar por bueno lo que es mediocre y al llamar virtud a lo que es cántaro agrietado. Abrazados
una y otra vez a la mentira.
- Si caigo, Señor Jesús, por segunda vez, Tú me das la
mano.
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
OCTAVA ESTACIÓN
NOVENA ESTACIÓN
Jesús consuela
a las mujeres de Jerusalén
Jesús cae a tierra
por tercera vez
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
“No me ha venido trabajo que, mirándoos a Vos cuál
estuvisteis delante de los jueces, no se me haga bueno
de sufrir. Con tan buen amigo presente, con tan buen
capitán que se puso en lo primero en el padecer, todo
se puede sufrir: es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es
amigo verdadero” (V 22,6).
“Que ésta llamo yo verdadera caída, la que aborrece
el camino (la oración) por donde ganó tanto bien…
Allí entenderá lo que hace y ganará arrepentimiento
del Señor y fortaleza para levantarse” (V 15,3).
- Nunca nadie como Jesús dio un papel tan protagonista a la mujer. Quiso beber del cántaro de la Samaritana, perdonó a la que tanto amó, se dejó embalsamar
y querer por ellas.
- A las abatidas de la tierra, Tú, Señor Jesús, les dices
palabras de aliento; ¡eres el Amigo verdadero!
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
- Pueblos enteros, caídos, incapaces de ponerse de pie.
Gentes desorientadas, sin saber qué hacer ni por dónde ir. ¡Tantas personas sin camino!
- Pero si, desde el suelo, abro los ojos, te veo a Ti, caído
por nosotros, gritando al oído: ¡Ánimo! ¡Levántate!
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
CUARESMA
DÉCIMA ESTACIÓN
UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús, despojado de sus vestidos
Jesús, clavado en la cruz
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
“Es muy buen amigo Cristo, porque le miramos Hombre y vémosle con flaquezas y trabajos, y es compañía” (V 22,10).
- ¡Qué afán por despojar al pobre de su vestido, al hambriento de su pan, a todos los pequeños de su dignidad! Queremos ser hermanos, pero hacemos trizas la
paz. Queremos compartir, pero no dejamos que el pan
sea pan nuestro en una mesa común. Queremos respirar aire limpio, pero no respetamos la naturaleza.
- Y Tú, Señor Jesús, te dejas desnudar de la vida para
que pueda vestirme con una túnica de alegría. ¡Cuánto amor el tuyo! ¡Cuánta ingratitud la mía!
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos… “Siempre que se piense de Cristo, nos acordemos del
amor con que nos hizo tantas mercedes… que amor
saca amor” (V 22,14).
- En lo alto de la cruz se vislumbra el triunfo de la vida
sobre la muerte. Jesús no es un fracasado. Lo absurdo
es vencido por la esperanza.
- Al pie de la cruz, Señor Jesús, abro mis manos y recojo
tu amor. ¿Cuándo se despertará mi amor por Ti?
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
DUODÉCIMA ESTACIÓN
DECIMOTERCERA ESTACIÓN
Jesús, muere en la cruz
Jesús en los brazos de su madre
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
“Díjome una vez el Señor que pusiese los ojos en lo que
Él había padecido, y todo se me haría fácil” (V 26,3).
“Es bueno pensar las penas que allí tuvo y por qué las
tuvo y quién es el que las tuvo y el amor con que las
pasó… Se esté allí con Él” (V 13,22).
- Pequeño en la cuna y pequeño en la cruz, pero fuerte para fortalecer toda rodilla vacilante. Nacido en el
silencio y muerto en la soledad, pero dando siempre
motivos de aliento a todos los abatidos.
- Pero tu semilla de amor ya está sembrada en mi corazón; el fruto no tardará en asomarse.
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
- Toda una vida en los brazos de la Madre; la que sintió
el primer aliento, recoge ahora el último suspiro. Todo
se ha cumplido.
- Señor Jesús, abro mis brazos para acogerte, como María. Al tocar tu cuerpo muerto, tu amor me recorre por
dentro, tu vida vence mi pecado.
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
CUARESMA
DECIMOCUARTA ESTACIÓN
Jesús es puesto en el sepulcro
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
Canto final
“Poníame en las manos de Dios, que Él sabía lo que
me convenía, que cumpliese en mí lo que era su voluntad en todo” (V 27,1).
Victoria, tú reinarás, oh Cruz, tú nos salvarás.
- Ningún sepulcro puede retener el grito imparable de
la vida. La tierra pronto se llenará de risas y cantares.
Una fe de resurrección pide ir más allá del monte de
las lágrimas.
Este viacrucis está basado en materiales del
Portal Carmelitano
http://www.portalcarmelitano.org
- Señor Jesús, cierro los ojos y me pongo confiadamente en tus manos. Hágase en mí tu proyecto. Amén.
Señor, pequé, ten misericordia de mí:
Padrenuestro y Avemaría.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Cuaresma 2015
Comisión
Diocesana
de Catequesis
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Celebración Penitencial
para el tiempo
de Cuaresma
Canto
Vengo ante Ti, mi Señor,
reconociendo mi culpa,
con la fe puesta en tu amor,
que Tú me das como a un hijo.
Te abro mi corazón,
y te ofrezco mi miseria,
despojado de mis cosas,
quiero llenarme de Ti.
QUE TU ESPÍRITU, SEÑOR,
ABRACE TODO MI SER.
HAZME DÓCIL A TU VOZ,
TRANSFORMA MI VIDA ENTERA.
HAZME DÓCIL A TU VOZ,
TRANSFORMA MI VIDA ENTERA.
Puesto en tus manos, Señor,
siento que soy pobre y débil,
mas Tú me quieres así,
yo te bendigo y te alabo.
Padre, en mi debilidad,
Tú me das fortaleza.
Amas al hombre sencillo,
le das tu paz y perdón.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
SALUDO del sacerdote
En el nombre del Padre , y del Hijo y del Espíritu Santo
R/. Amén.
La gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de
Jesucristo su Hijo en la verdad y en la caridad, esté
con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
MONICIÓN de entrada
Durante el camino de esta Cuaresma hemos rezado juntos, como Pueblo de Dios, teniendo muy presente nuestro
encuentro con Jesucristo, en el don de la fe, en la alegría
de creer y en cómo todos los bautizados estamos llamados a vivir y dar en el mundo testimonio de nuestra fe.
Ahora, juntos también y como comunidad cristiana, vamos a celebrar el sacramento de la misericordia de Dios
y a pedirle perdón por nuestros pecados. Él puede sanar
nuestra vida, hacerla nueva y darnos su paz. Él puede
perdonarnos. Creemos en la misericordia de Dios, creemos en el perdón de los pecados, por eso estamos aquí,
dolidos y arrepentidos, pero seguros y confiados en el
amor de Dios que es más fuerte que nuestro pecado.
Le pedimos que nos mire compasivamente y nos devuelva la alegría de una vida renovada.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
ORACIÓN
Oremos, hermanos, para que Dios, que nos llama a la
conversión, nos conceda la gracia de una verdadera y
fructuosa penitencia. (Silencio breve)
Padre de la misericordia y Dios de todo consuelo: que
no te complaces en la muerte del pecador sino en que
se convierta y viva, auxilia a tu pueblo para que vuelva a ti. Ayúdanos a escuchar con fe tu palabra, confesar nuestro pecado y darte gracias por el perdón que
nos regalas. Haz que, realizando la verdad en el amor,
hagamos crecer todas las cosas en Cristo, tu Hijo, que
vive y reina por los siglos de los siglos. AMÉN.
CUARESMA
Liturgia de la Palabra
Primera lectura
Salmo responsorial
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4,1-6
R/. Dichosos los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que
andéis como pide la vocación a la que habéis sido
convocados.
Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos,
sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en
mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la
paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola
es la esperanza de la vocación a la que habéis sido
convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios,
Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra
todo, y lo invade todo.
Palabra de Dios.
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo? R/.
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R/.
El que no hace mal al prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R/.
El que no retracta lo que juró
aun en daño propio,
el que no presta dinero con usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R/.
Vosotros sois pueblo de Dios
77
Vosotros sois pueblo de Dios
Evangelio
 Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 47. 8,3
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera
a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se
recostó a la mesa.
Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse
de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con
un frasco de perfume, y, colocándose detrás junto a
sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus
lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría
de besos y se los ungía con el perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado, se dijo: Si
éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo
está tocando y lo que es: una pecadora.
Jesús tomó la palabra y le dijo: Simón, tengo algo que
decirte. El respondió: Dímelo, maestro.
Jesús le dijo: Un prestamista tenía dos deudores: uno
le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como
no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál
de los dos lo amará más? Simón contestó: Supongo
que aquel a quien le perdonó más. Jesús le dijo: Has
juzgado rectamente.
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua
para los pies; ella en cambio me ha lavado los pies
con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo.
Tú no me besaste; ella en cambio, desde que entró, no
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella en cambio me ha ungido los
pies con perfume. Por eso te digo, sus muchos pecados
están perdonados, porque tiene mucho amor: pero al
que poco se le perdona, poco ama.
Y a ella le dijo: Tus pecados están perdonados.
Los demás convidados empezaron a decir entre sí:
¿Quién es éste, que hasta perdona pecados? Pero Jesús
dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vete en paz.
Palabra del Señor.
CUARESMA
Homilía
Examen de conciencia
Es conveniente que se guarde un tiempo de silencio para
examinar la conciencia y suscitar la verdadera contrición
de los pecados. En determinadas circunstancias, puede
utilizarse el formulario propuesto a continuación.
A la luz de la Palabra de Dios repasa tu propia vida.
a)En relación con Dios
Mi vida ¿está centrada en Dios como valor supremo? ¿Rezo habitualmente y lo hago con atención?
¿Leo asiduamente la Palabra de Dios, sobre todo los
cuatro evangelios? ¿Participo activamente en la Eucaristía dominical y la valoro como fuente principal de mi vida cristiana? ¿Mis obras hacen patente
mi condición de seguidor Cristo? ¿Me preocupo de
pedir clase de religión para mis hijos y de inscribirlos en la catequesis parroquial?
b) En relación con el prójimo
¿Cómo es mi trato con mis familiares? ¿Contribuyo
a hacer que en casa reinen el amor, la comprensión
y la fe? ¿Busco el bien de los demás miembros de
la familia? ¿Soy persona de paz? ¿Impongo siempre
mis criterios y hago difícil el diálogo? ¿Procuro ponerme en el lugar de los demás y estoy dispuesto a
ayudarles? ¿Pido perdón cuando es preciso? ¿Si me
han molestado, me encierro en el silencio y hago
mala cara durante días? ¿Sé perdonar de corazón
y disimular las faltas ajenas? ¿Vigilo mi mal genio,
ahorrando malestar a los demás? ¿Como padre o
madre, me preocupo también del crecimiento en la
fe de mis hijos? ¿Mantengo fidelidad al amor matrimonial? ¿Como hijo, respeto y ayudo a mis padres?
Si tengo responsabilidad sobre los demás ¿sé respetarles y tratarles con delicadeza y justicia?
c)En relación a mí mismo
¿Cumplo con los deberes de mi estado (esposos, padres, hijos…)? ¿trabajo con honradez y justicia? ¿Soy
justo con todos? ¿Amo la verdad, o he calumniado
o difamado a alguien? ¿Estoy siempre descontento
y murmurando? ¿Vivo con esperanza cristiana o me
dejo dominar por el pesimismo? ¿Practico la caridad con los necesitados? ¿Respeto con castidad mi
cuerpo y el de los demás? ¿Soy limpio de corazón?
¿Me dejo llevar por la envidia? ¿Controlo la ira?
¿Sé resistir a las tentaciones materialistas de este
mundo? ¿Soy fiel al matrimonio? ¿Amo a la Iglesia,
escuchando sus orientaciones y siendo miembro
activo? ¿Me doy cuenta de las necesidades materiales de la Iglesia y contribuyo a su sostenimiento?
¿Colaboro en lo que puedo en las diversas tareas de
mi parroquia?
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Rito de reconciliación
Presidente:
Hermanos: confesad vuestros pecados y orad unos
por otros, para que os salvéis.
Todos juntos prosiguen:
Yo confieso ante Dios todopoderoso…
Presidente:
Pidamos humildemente a Cristo, nuestro salvador y
abogado ante el Padre, que perdone nuestros pecados
y nos limpie de toda maldad, respondamos diciendo:
Te rogamos, óyenos.
-Que nos concedas la gracia de una verdadera penitencia. R/.
-Que nos concedas el perdón y borres las deudas de
nuestros antiguos pecados. R/.
-Que quienes nos hemos apartado de la santidad de
la Iglesia, consigamos el perdón de nuestras culpas y
volvamos limpios a ella. R/.
-Que permanezcamos, de aquí en adelante, con entrega sincera, fieles a tus sacramentos, y mostremos
siempre nuestra adhesión a ti. R/.
-Que renovados en la caridad, seamos testigos de tu
amor en el mundo. R/.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
-Que perseveremos fieles a tus mandamientos y lleguemos a la vida eterna. R/.
Con las mismas palabras que Cristo nos enseñó, pidamos a Dios Padre que perdone nuestros pecados y nos
libre de todo mal.
Todos juntos prosiguen:
Padre nuestro…
El sacerdote concluye, diciendo:
Escucha Señor a tus siervos,
que se reconocen pecadores;
y haz que, liberados por tu Iglesia de toda culpa,
merezcan darte gracias con un corazón renovado.
Por Jesucristo nuestro Señor.
CUARESMA
Confesión y Absolución Individual
Ahora nos acercamos a los sacerdotes presentes para
manifestar nuestros pecados y recibir el perdón y la absolución.
Oración Final
Dios todopoderoso y eterno,
que has reconciliado al mundo
por medio de la Pasión de tu Hijo,
concédenos que las tinieblas del pecado
desaparezcan de nuestro corazón
y que los misterios de la Pascua del Señor,
los podamos celebrar con una santa alegría.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Canto final de Acción de Gracias
Yo canto al Señor porque es grande,
me alegro en el Dios que me salva.
Feliz me dirán las naciones,
en mi descanso su mirada.
UNIDOS A TODOS LOS PUEBLOS,
CANTEMOS AL DIOS QUE NOS SALVA.
Él hizo en mí obras grandes,
su amor es más fuerte que el tiempo.
Triunfo sobre el mal de este mundo
derriba a los hombres soberbios.
Bendición y despedida
El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu Espíritu.
El Señor dirija vuestros corazones en la caridad de
Dios y en la espera de Cristo.
R/. Amén.
Para que podáis caminar con una vida y agradar a
Dios en todas las cosas.
R/. Amén.
Y que os bendiga Dios todopoderoso. Padre , Hijo y
Espíritu Santo.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Cuaresma 2015
COV
Centro de
Orientación
Vocacional
“Juan Pablo II”
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
El camino vocacional
Introducción
En este tiempo de Cuaresma en el que nos adentrarnos,
se nos invita a convertirnos, a volver al Señor. Es un tiempo privilegiado para ponernos nuevamente cara a cara
hacia Él. Es un tiempo fuerte de gracia que nos prepara
para la Pascua, para el Paso del Señor. Si así lo hago, si
vuelvo a Él, será ocasión propicia para que Dios me haga
ver qué quiere de mí, para saber qué plan tiene para mí, a
qué me llama desde toda la eternidad.
Centrados en la Palabra de Dios, procuraremos descubrir
a continuación las distintas etapas del discernimiento
vocacional, para así ofrecer herramientas a aquellos jóvenes que se preguntan:
¿Qué quiere Dios de mí? ¿Cuál es su designio sobre mi
vida? ¿Me llama Cristo a seguirlo más de cerca? ¿No podría yo gastar mi vida entera en la misión de anunciar al
mundo la grandeza de su amor a través del sacerdocio,
la vida consagrada o el matrimonio?
Vosotros sois pueblo de Dios
83
Vosotros sois pueblo de Dios
1er Paso: Oración
“¿Qué debo hacer, Señor?”
(Hch 22,10)
La Vocación no es inicialmente lo que tú quieres ser y
hacer, sino, ante todo, lo que Dios quiere que tú seas y
hagas; no es algo que tú inventas, es algo que encuentras; no es el proyecto que tú tienes sobre ti mismo, es el
proyecto que Dios tiene sobre ti y que tú debes realizar. Tú
no te llamas, te llama Dios.
Por eso, para descubrir tu vocación, lo primero que debes
hacer es dialogar con Dios: orar. Sólo mediante la oración
podrás encontrar lo que Dios quiere de ti. En la oración,
el Espíritu Santo afina tu oído para que puedas escuchar:
“Habla, que tu siervo escucha” (Is 3,10).
Si Dios es quien llama, he de escucharle para ver a qué
me llama. Él siempre llama, lo que se trata es que descubra a qué.
Para ello es imprescindible orar. ¿Y esto qué es? Acudamos a santa Teresa de Jesús, en este año jubilar en el cual
celebramos el V Centenario de su nacimiento, para ver
qué nos dice al respecto: “No es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas
veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama”
(Libro de la Vida).
Tratar significa que el protagonista no soy yo y Dios un
espectador pasivo que acoge, escucha, y si le parece bien
actúa. Hay una relación entre Dios y el hombre, donde
ambos son interlocutores activos el uno del otro.
La amistad es posible entre iguales, y la oración nos hace
ver que la distancia entre Dios y el hombre no es insu-
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
perable, en virtud del amor infinito de Dios, que se nos
manifiesta cercano y personal.
Es necesario el “estando muchas veces” en la oración,
ya que toda amistad auténtica debe ser cuidada. El roce
hace el cariño como se suele decir, o como dice Teresa:
“Amor saca amor” (Libro de la Vida). Es necesaria la perseverancia, la continuidad y permanencia en el tiempo.
Es una exigencia del amor.
Será importante también el trato “a solas”, es decir, teniendo intimidad con Dios. Y esto no significa exclusivamente estar solo físicamente, sino liberarnos de lo que
nos estorba para el encuentro con Dios. Será conveniente
el silencio para poder escucharle. Jesús mismo se retiraba habitualmente a orar en soledad al Padre.
A propósito de la oración, san Agustín escribe: “Orar mucho, no es, como algunos piensan, rezar con muchas palabras… Evitemos en la oración las muchas palabras, y
oremos mucho en el silencio del corazón”.
“yo”, donde “yo” soy el que tiene que orar, “yo” soy el que
tiene que amar a Dios,… haciendo del yo el protagonista.
He de acudir a la oración experimentando que Dios me
ama, y de este modo, al amor de Cristo responderé con
Amor.
Sólo en el diálogo con Jesús podrás oír su voz que te llama: “ven y sígueme” (Lc 18,22); o bien, escucharás que te
dice: “vuelve a tu casa y refiere lo que Dios ha hecho por
ti” (Lc 8,38).
Preguntas para la reflexión:
• ¿Cuál piensas que es el proyecto que Dios tiene
sobre ti? ¿Has pensado alguna vez en ello?
•¿Sueles buscar momentos para hablar con Dios?
•¿Alguna vez has sentido que Dios te habla?
Hemos de ir a la oración sabiendo que “Dios nos ama”.
Ya nos lo dijo san Juan: “Dios es amor” (1 Jn 4, 8) y “Dios
nos amó primero” (1 Jn 4, 19). Será el amor de Dios el que
me atraiga a la oración como un imán. Lo propio nuestro,
creados a imagen y semejanza de Dios, es el Amor. En la
oración podemos decir: “Mi alma reposa en paz sólo en
Dios” (Salmo 62,2). Hemos de descubrir la misericordia
de Dios en nosotros, en mi vida, en mi historia concreta,
de lo contrario haremos de la oración un monólogo del
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
2o Paso: Percepción
“Pero había en mi corazón
algo así como fuego ardiente,
prendido en mis huesos
y aunque yo hacía esfuerzos
por ahogarlo, no podía”
(Hch 22,10)
Para poder descubrir lo que Dios quiere de ti, tienes que
aprender a escuchar, estar atento, experimentar. Para
esto, necesitas saber hacer silencio en torno a ti y en tu
interior. El ruido te impedirá percibir.
Estate atento a todo, a tus deseos, a tus miedos, a tus
inquietudes, a tus proyectos. Escucha a todos: a los que
aprueban tu inquietud, a los que la critican. Dios se vale
de diversos intermediarios para hacerte oír su voz. Escúchate a ti mismo: ¿A qué se inclina tu corazón? ¿Qué es
lo que anhelas? Aprende a mirar a los hombres que te
rodean, ¿qué te está diciendo Dios a través de su pobreza, de su ignorancia, de su dolor, de su esperanza, de su
necesidad de Dios...? Escucha al Padre que, a través de
la historia concreta de los hombres, te revela la manera
concreta en la que quiere que colabores con Él en la instauración del Reino.
Mira tu historia. ¿Por qué camino te ha llevado Dios?
¿Cuáles son los acontecimientos más importantes de tu
vida? ¿De qué manera Dios ha estado presente o ausente
en tu vida? ¿Qué personas concretas han sido significativas para ti? ¿Por qué?
Contempla el futuro. ¿Qué experimentas al pensar en la
posibilidad de consagrar tu vida a Dios? Tienes solo una
vida, ¿a qué quieres dedicarla por completo?
Ten cuidado en discernir si tu inquietud y la atracción que
sientes son signos de una verdadera vocación consagrada, o bien son manifestaciones de que Dios quiere que,
como laico, intensifiques tu vida cristiana.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
3er Paso: Información
Sólo si aprendes a escuchar, a mirar y a estar atento, podrás descubrir los signos de la llamada de Dios.
En este nivel podrás llegar a decir: “Tal vez Dios me esté
llamando”, ”siento la inquietud de consagrar mi vida a
Dios”.
Preguntas para la reflexión:
• ¿Eres de los que habla sin parar? ¿Te
cuesta escuchar a los demás?
•¿Cómo actúas cuando alguien te critica?
•¿Cuáles han sido los acontecimientos
más importantes de tu vida?
“Observad cómo es
el país y sus habitantes,
si son fuertes o débiles,
escasos o numerosos;
cómo es la tierra, buena o mala;
cómo son las ciudades que
habitan,
de tiendas o amuralladas;
cómo es la tierra, fértil o estéril,
con vegetación o sin ella”
(Núm 13, 18-20)
•¿Qué personas han sido más significativas para ti?
•¿Qué experimentas al pensar en la posibilidad
de consagrar tu vida a Dios?
•¿A qué quieres dedicar tu vida por completo?
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Los caminos para realizar la vocación consagrada son
múltiples. No es suficiente querer entregar tu vida a Dios
y desear dedicarte al servicio de tus hermanos. Es necesario saber dónde quiere Dios que tú lo sirvas. Tal vez
quiere que lo sirvas como sacerdote diocesano, o como
miembro de una congregación religiosa, etc.
Para descubrir el lugar en que Dios quiere que estés, es
necesario que conozcas las diversas vocaciones. Debes
saber cuál es la espiritualidad que viven los sacerdotes
diocesanos o las diferentes congregaciones, y que veas
por cuál de ellas te sientes atraído. Tienes que conocer la
manera concreta en la que se vive esa consagración: No
es lo mismo una congregación contemplativa, que una de
vida apostólica. Asimismo, debes tener un conocimiento
de su misión en la Iglesia, y por medio de qué actividades apostólicas pretenden realizarla: misiones, enseñanza, hospitales, dirección espiritual, promoción vocacional,
predicación de ejercicios, medios de comunicación, etc.
Debes saber también quiénes son los principales destinatarios de su apostolado: jóvenes, sacerdotes, pobres,
enfermos, niños, religiosos, etc.
Aunque ordinariamente cuando se siente la inquietud
vocacional se siente también el atractivo por una vocación específica, bien vale la pena dedicar algunas horas
a informarte más a fondo sobre esa vocación y otras. Y
aunque al final te decidieras por la que en el principio te
inclinabas, el tiempo empleado en informarte no habrá
sido desperdiciado.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
En este nivel podrás decir: “posiblemente Dios me está
llamando a seguirle más de cerca de este modo concreto:
entrando en el Seminario; ingresando en este monasterio;…”.
Preguntas para la reflexión:
• ¿Qué caminos de vocación consagrada conoces?
• ¿Cuáles te parecen más atrayentes? ¿Por qué?
CUARESMA
4o Paso: Reflexión
“¿Quién de ustedes,
queriendo edificar una torre,
no se sienta primero
a calcular los gastos y ver
si tiene para acabarla?
No sea que,
habiendo puesto los cimientos
y no pudiendo terminar,
todos los que lo vean
se pongan a burlarse de él,
diciendo:
‘Éste comenzó a edificar
y no pudo terminar’”
(Lc 14, 28-30)
La vocación es una empresa demasiado grande; ¡y es
para toda la vida! Por eso, no te puedes lanzar a ella sin
antes haber reflexionado seriamente, y con la debida calma, sobre ti y sobre la vocación que pretendes seguir.
Debes reflexionar sobre cuáles son tus capacidades y
limitaciones; serás capaz de ser fiel a los compromisos
que implica la vocación; en qué signos concretos te basas
para pensar que Dios te llama; que es lo que más temes
de la vocación; cuáles son las razones en favor y en contra que tienes para emprender ese camino; qué es lo que
te atrae de ese estado de vida, y qué es lo que te gusta
de él.
Dios te pide que te comprometas responsablemente en el
discernimiento de su voluntad. Él quiere que tú pongas en
juego tu inteligencia y tu capacidad de reflexión y juicio
para que puedas encontrar tu vocación. Él te da la luz de
su Espíritu Santo para que descubras qué es lo que quiere
de ti.
No debes pretender, ilusoriamente, tener en mano un
contrato firmado por Dios, en el que revela su plan sobre
ti, y de esa manera poseer la evidencia de su llamada.
No; nunca se te dará tal documento. Lo que encontrarás
serán signos que te hablen de la voluntad de Dios en tu
vida; una intuición que habitará en tu corazón de manera
persistente.
En este nivel llegarás a decir; “creo que Dios me llama“;
“creo que, con la ayuda de Dios, podré responder”.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
5o Paso: Dirección Espiritual
Preguntas para la reflexión:
• ¿Cuáles crees que son tus mejores virtudes?
¿Y tus defectos?
•¿Qué es lo que más temes de la vocación?
•¿Qué es lo que más te atrae de ese estado de vida?
•¿Has hablado con algún conocido al que Dios
le haya llamado, sobre su vocación?
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
“Levántate y vete a Damasco,
allí se te dirá
todo lo que está establecido
que hagas”
(Hch 22, 10)
CUARESMA
En realidad, la dirección espiritual no es un paso más en
el proceso de discernimiento de tu vocación; es un recurso
que debe estar presente en cada uno de los pasos anteriores. El director espiritual te motivará a orar y estar abierto, a percibir los signos de la voluntad de Dios; te indicará
dónde obtener la información y te ayudará a reflexionar.
Te pondrá cerca de Dios para que libremente decidas tu
vida. Te ayudará a que te prepares convenientemente
para ingresar allí donde Dios te llame. Su oración y sacrificio por ti te alcanzarán del Espíritu Santo la luz para que
descubras tu vocación y la fuerza para seguirla. La Palabra de Dios dice: Para obtener un consejo “recurre siempre
a un hombre piadoso, de quien sabes seguro que guarda
los mandamientos, que comparte tus anhelos, y que, si
caes, sufrirá contigo” (Eclo 37, 12).
Si bien es cierto que la vocación es una llamada que Dios
te hace, y que nadie puede escucharla por ti ni responder
a ella en tu lugar, también es cierto que tienes necesidad
de un director espiritual que te acompañe en tu camino
de discernimiento vocacional y confirme la autenticidad
de tu llamada.
Te ayudará a tener datos objetivos desde fuera y evitar
así caer en tu propio subjetivismo. Es fácil hacerse ilusiones y creer que es llamada de Dios lo que en realidad es
solo un deseo subjetivo. Acudir al director espiritual es un
acto de humildad; es aceptar que no tienes el monopolio
de la voluntad de Dios sobre ti; es aceptar la mediación
de un hombre de Dios, representante de la Iglesia, para
descubrir el plan que Dios tiene para ti.
Jesucristo, después de habérsele aparecido a Pablo en
el camino de Damasco, le dijo que fuera con Ananías,
que éste le indicaría cuál era la voluntad de Dios. Cristo
mismo hubiera podido decirle directamente a Pablo qué
quería de él, sin embargo, quiso valerse de la mediación
de Ananías para hacerle descubrir su vocación (Hch 22,
10-15).
En el discernimiento de la voluntad de Dios sobre ti, no
puedes prescindir de la mediación de la Iglesia.
El hermano Roger de Taizé, al respecto dijo:
«Tú que aspiras a seguir a Cristo, lo encuentras solamente dándole tu confianza, y no de otro modo.
Todo comienza por un fiarse. ¿Pero cómo tener confianza y seguirle en un compromiso de toda la vida
cuándo tienes tanto miedo de equivocarte, de que
no sea verdad y tanto miedo, más tarde, de haberte equivocado? Así no se camina. Así no avanzarás.
Así no Le conocerás.
Para prepararte a dar un sí a Cristo y luego vivirlo,
tienes necesidad de que alguien en la Iglesia te escuche. Tienes que hablar hasta el fondo a alguien
de ti mismo, pero no a cualquiera. Tiene que ser
alguien que tenga un probado espíritu de discernimiento; que sepa leer por debajo de tus contradicciones, de tus mismas desconfianzas, y que no te
deje en tu mediocridad. Pero no todo saldrá como
tú esperas.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
En todo caso, siempre hay algo que es una certeza:
no conocerás a Dios más que aceptando el riesgo
de confiarte y de vivir. Jamás conoce a Dios una
existencia replegada, volcada sobre sí misma, cerrada en sí. Exige una existencia expuesta, no protegida… y eso, no durante un periodo, sino cada
vez más, y para toda la vida.
¡Atrévete ahora mismo a retomar este riesgo! Mientras tengas miedo a equivocarte, jamás avanzarás
porque no empezarás. Quien no avanza, muere. Se
camina y crece confiando.
Cuando el sí a Cristo ha sido confirmado por la
Iglesia, por aquellos que saben escuchar y te dicen que avances, si te quedas en los pantanos de
la indecisión, de tu decisión o de tu pesar, pierdes el
tiempo, un tiempo que ya no te pertenecía porque
ya es tiempo de Dios. Si confías, aun en la noche
y la ambigüedad que puede envolver tu decisión,
serás consumido por el Fuego del Espíritu de Dios,
y más tarde entenderás. Y más tarde entenderás.
Quien vive arriesgadamente a causa de Cristo, jamás se equivoca y sabe que sólo quien pierde la
vida por Él, la gana. Y un día, con toda certeza,
comprenderás el sentido de este sí, y darás gracias
rebosando gozo. Quien no se arriesga, tampoco
vive».
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Para cuidar de aquellos jóvenes que intuyen que Dios les
está llamando, el COV “Juan Pablo II” cuenta con una
sede donde se acoge a todos aquellos jóvenes que por iniciativa propia o enviados por un sacerdote, acudan para
ser ayudados por la Iglesia sobre la voluntad de Dios en
su vida.
Junto con el acompañamiento espiritual para discernir la
vocación, el COV realiza retiros mensuales para que los
jóvenes, acompañados por la Iglesia y desde la Palabra
de Dios, tengan la posibilidad de un tiempo de intimidad
con el Señor, para escucharle y saber si les llama a seguirle.
Preguntas para la reflexión:
• ¿Conoces a alguien que te haya ayudado a
descubrir tu vocación?
•¿Cómo crees que deben ser estas personas?
CUARESMA
6o Paso: Decisión
“Te seguiré vayas donde vayas”
(Lc 9, 57)
Una vez que vayas descubriendo qué es lo que Dios quiere de ti, no te queda sino dar el paso, decir “sí”, decidirte
a seguir a Jesús. Dale tu “sí” a Dios como lo hizo la Virgen María: desde la Fe y no desde la certeza absoluta de
cómo será exactamente. Fiado de la Palabra de Dios y la
Promesa que ha impreso en tu corazón.
Tomar tal decisión es difícil. Ante la opción sentirás todos
tus miedos, incertidumbres y limitaciones: “¡Ay, Señor
mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho” (Jer
1,7). Y sin embargo, a pesar de todas tus limitaciones, o
mejor, con todas ellas, has de responder al Señor, como
Isaías: “Aquí estoy, envíame” (Is 6,8); debes decidirte
como María: “Aquí está la esclava del Señor, cúmplase
en mí lo que has dicho” (Lc 1,38).
Llegar a tomar una decisión con la cual comprometerás
toda tu vida, no sólo es difícil; es una gracia. Debes pedirle al Espíritu Santo esa capacidad de respuesta.
No afrontar la decisión equivale a dejar correr tu vida,
desperdiciarla. Para iniciar el camino de la vocación, no
esperes tener la evidencia de que Dios te llama. Él te lo irá
diciendo a través de signos, acontecimientos, su Palabra,
la oración, mediaciones personales,… que te llevarán a
esa intuición abrazada en la Fe, en ese creer sin ver.
Es necesario querer seguir radicalmente a Jesucristo: “Sí,
quiero seguirte”. Tal vez tengas dudas si llegarás al final,
si podrás con las exigencias, etc.; pero de lo que no puedes dudar es de tu decisión.
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Vosotros sois pueblo de Dios
7o Paso: Acción
En este nivel podrás decir: “quiero consagrar mi vida a
Dios en el servicio de mis hermanos”.
Preguntas para la reflexión:
• ¿Te atreverías a decir que sí,
si te sintieras llamado por Dios?
• ¿Crees que seguir tu vocación es un acto de valentía?
• ¿Crees que los seminaristas tienen dudas
acerca de su vocación?
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
“Jesús los llamó.
Inmediatamente dejaron
la barca y a su Padre
y lo siguieron”
(Mt 4, 21-22)
CUARESMA
Una vez decidido, ¡lánzate! No te dejes vencer por el miedo; ¡lánzate!
La decisión se debe concretar en la acción. Debes poner
todos los medios que estén a tu alcance para realizar lo
que has decidido. No cedas a la tentación de diferir el ingreso: “Te seguiré, Señor. Pero déjame primero... “ (Lc 9,
59-61).
Con la decisión has comprometido todos los momentos
posteriores; ahora se trata de buscar cómo ser fiel. La única manera de realizar el proyecto de Dios es la fidelidad
de cada día. Tienes que vivir todo momento en coherencia con lo que has decidido; cada paso debe ir dirigido
hacia la meta.
Y, ¿cuando venga la dificultad? Perseverar. El camino emprendido no es fácil, pero lo haces con Cristo, de hecho
Él te dice “Sígueme”, no te dice ve por allí y yo me quedo
aquí, sino que vayas con Él, junto a Él.
Y María te acompaña e impulsa a recorrer el camino que
Jesús ha trazado. Además, no se trata de cargar hoy la
cruz de toda la vida, sino sólo la de hoy; y así cada día.
En este nivel deberás de decir, como Pedro: “nosotros lo
hemos dejado todo y te hemos seguido” (Mt 10,28).
Preguntas para la reflexión:
• ¿Te consideras una persona valiente?
¿En qué ocasiones?
• ¿Vives con coherencia según tus
convicciones religiosas?
• ¿Alguna vez se han burlado de ti por ellas?
• ¿Serías capaz de dejarlo todo para seguir a Jesús?
Y con la certeza de que “no hay nada imposible para Dios”
(Lc 1, 37). Hay que estar dispuesto a todo, pasar por lo
que sea, enfrentar cualquier dificultad. Jesús no te ofrece
otra cosa; “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese
a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” (Lc 9,23).
¡Claro que el sendero es arduo y pesado!, pero tienes en ti
la fuerza del Espíritu Santo. Dios no llama al capacitado
sino que capacita al que llama.
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Cuaresma 2015
Comisión
Diocesana
de Educación
Católica y
Pastoral
Universitaria
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Objetivos
Propuesta
1. Ayudar al niño/joven a reconocerse Pueblo de Dios por
su relación con Él. Que se descubra como laico en misión, activa y responsable, cuya fuente es el encuentro
personal con Jesús.
Los cuatro temas del Primer Ciclo del Itinerario Diocesano de Evangelización, cuyo lema es “Vosotros sois Pueblo
de Dios”, nos servirán de guía para nuestra propuesta.
2. Recorrer la Cuaresma en camino hacia la Pascua,
afrontando los retos, desafíos y posibilidades que la
sociedad actual plantea para vivir la Pascua como el
acontecimiento de nuestra salvación.
3. Descubrir en el año del V Centenario del nacimiento de
Sta. Teresa que la “puerta de entrada al castillo interior” es la oración.
Para la Cuaresma, los temas 1 y 2:
1. La Iglesia en el mundo actual: retos y desafíos.
2. Los laicos y su participación activa y responsable
en la misión de la Iglesia.
Para la Pascua, los temas 3 y 4:
3. La parroquia, comunidad de discípulos misioneros
4. Una comunidad fraterna y corresponsable.
Vosotros sois pueblo de Dios
97
Vosotros sois pueblo de Dios
I Parte
Vosotros sois pueblo de Dios:
El camino hacia la Pascua
El cartel del Itinerario Diocesano de Evangelización del
Primer Ciclo: “Vosotros sois Pueblo de Dios/Sou Poble de
Déu”, nos servirá de base para nuestra acción catequética
y/o escolar. Puedes descargarlo en idevalencia.org/categoria/materiales/ o solicitarlo al correo de secretaria@
idevalencia.org para recogerlo en la Vicaría de Evangelización (C/ Avellanas, 12).
Cada catequista/maestro/profesor pegará el cartel del
IDE Ciclo 1 en un lugar visible de la sala o el aula. A este
cartel se le añadirá una cartulina o papel, del mismo tamaño en blanco, de manera que las dos partes completen un único mural.
En el cartel del IDE, aparece representado un pueblo, en
semicírculo, que se anuncia explícitamente como Pueblo
de Dios. Con el trabajo que proponemos vamos a completar esta imagen de manera que se visualice que es de
Dios y prepararemos de esta forma el camino hacia la
Pascua.
El proceso de creación del mural implica una reflexión
centrada en los evangelios del cada domingo, y el resultado de la oración que hagamos y los gestos/pautas que
se propondrán frutos de esa oración, intentarán mostrar
que el Pueblo de Dios es un pueblo en camino hacia la
Pascua.
98
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
- Los jóvenes cristianos en el mundo actual.
Retos y desafíos.
- Los jóvenes cristianos, laicos que participan activa y
responsablemente en la misión de la Iglesia.
CUARESMA
Educación Primaria/
Catequesis Primera Comunión
Educación Secundaria/
Catequesis de Confirmación
Partiendo del lema del IDE trabajaremos con los niños la
construcción del pueblo de DIOS: cada semana les repartiremos unas casitas y en ellas los niños irán escribiendo
la oración que les sugiera la lectura del evangelio de la
semana.
Desarrollo de la actividad
(Los contenidos y reflexiones se ofrecerán en la página
web de la Vicaría de Evangelización, evangelizacionvalencia.org)
1. Dibujar/fotografiar en el centro del mural una Iglesia que represente la Iglesia del pueblo o barrio al
que pertenece el Colegio/ IES/ grupo de catequesis.
Se puede incluir el nombre de la Parroquia para que
lo jóvenes se sientan identificados con ella.
2. Cada semana de Cuaresma —o una de las semanas si se realiza como una actividad única— los jóvenes escucharán el Evangelio propio y ayudados
por la reflexión que se propone han de escribir una
oración. Esta oración comunitaria se concretará en
unas palabras dirigidas a Dios, consensuadas por
todo el grupo o clase, que se pondrán por escrito en
el dibujo/fotografía de la iglesia del mural. Allí quedará expresado el inicio de una oración que se irá
completando a lo largo de las siguientes semanas,
y con las palabras que la escucha de la Palabra de
Dios y su interiorización va suscitando en el grupo.
Cada semana se iniciará la reunión/sesión rezando
la pequeña oración que vamos confeccionando. Si
la actividad es única, se realiza una oración completa ese día según el evangelio y la reflexión que se
ha hecho, y se finaliza la actividad rezando juntos la
oración común.
Vosotros sois pueblo de Dios
99
Vosotros sois pueblo de Dios
Textos para realizar las oraciones de Cuaresma. Adjuntamos pistas para que el profesor o catequista pueda orientar o enmarcar el evangelio, y preparar mejor la oración.
Ceniza: Mt 6, 1.3-4.6.16-18
1º Cuaresma: Mc 1, 12-15
Tu Padre está en lo escondido; y tu Padre,
que ve lo escondido, te recompensará.
Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios.
Para los jóvenes ver a Dios puede resultar difícil. Por eso
es importante hacerles descubrir que necesitan un cierto
recogimiento del corazón, un silencio exterior e interior y
un tiempo para Él, para buscarle y encontrarle. También
necesitan de una nueva mirada, distinta a la que están
acostumbrados, la “mirada trascendente”, que les permita descubrir la presencia de Dios en acontecimientos, gestos y palabras cotidianas. La Palabra les revela que “en
lo escondido” está Dios. Y que su búsqueda en la oración
y en la vida, no es tiempo ni esfuerzo perdido. Tendrá su
recompensa.
100 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
No es fácil ver en el mundo actual, en nuestra sociedad,
la llegada del Reino de Dios que se nos anuncia en el
Evangelio. Muchos son los retos y desafíos que nos plantean a los jóvenes cristianos Frente a una cultura de la
muerte, una cultura de la Vida. Frente a todas las mentiras que se difunden, la Verdad. Frente a tanta corrupción
e injusticia, una sociedad más justa. Frente la violencia
que nos rodea, la Paz. Frente al interés, la Gracia. Frente a
un mundo egoísta, un Reino de Amor.
CUARESMA
2º Cuaresma: Mc 9, 2-10
3º Cuaresma: Jn 2, 13-25
Éste es mi Hijo amado, escuchadlo.
Él hablaba del templo de su cuerpo.
Los jóvenes han de redescubrir a Jesús. En un mundo en
el cual las propuestas religiosas son muchas y se reducen
todas a una misma categoría, el cristiano no puede olvidar que Jesús, es el Hijo amado del Padre. El joven cristiano no debe permanecer indiferente permitiendo que la
Persona de Jesús se diluya entre tantos otros personajes
célebres de la historia, en aras de una actitud “respetuosa” hacia todos. El joven cristiano, frente a la “tolerancia”,
en muchas ocasiones, de la burla que se profesa hacia el
Señor, debe, por el contrario dar la cara por Él, amarle,
escucharle y seguirle.
Considerar el cuerpo como un templo resulta muy novedoso y grandioso. Estamos acostumbrados a escucharlo
en nuestras comunidades, pero lo profundo de esta afirmación ya es más difícil alcanzarlo. Ante la muerte, la
destrucción del cuerpo, la fe nos anuncia que se puede
reconstruir, precisamente por ser algo más que “carne”.
Por ser templo de Dios. La importancia del cuerpo para
el joven ha de ser considerada mucho más de lo que, en
ocasiones, en la iglesia lo hacemos. “Fuera de la Iglesia”
oyen hablar constantemente de la naturaleza, de sus leyes de nuestra animalidad, del resto de los animales, de
la sexualidad, de la muerte… Y ahí estamos llamados a
anunciarles la grandeza de la enseñanza de Jesús en el
Evangelio respecto al orden natural y sobrenatural. De
la grandeza de nuestra vida humana y cristiana,… que
alcanza a nuestro cuerpo, modelado por el mismo Dios y
ungido por el Bautismo.
Vosotros sois pueblo de Dios
101
Vosotros sois pueblo de Dios
4º Cuaresma: Jn 3, 14-21
5º Cuaresma: Jn 12, 20-33
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo
para condenar al mundo.
Cuando Yo sea elevado sobre la tierra,
atraeré a todos hacia Mí.
Si existe la fe en Dios, la fe en Cristo, los cristianos, y más
aún los jóvenes cristianos es por el gran Amor de Dios y
para anunciar el gran Amor de Dios. Demasiados jóvenes
se alejan de Dios por no sentirse condenados. Y también
demasiados jóvenes alejan a otros de Dios por condenar.
El cristianismo no existe para “cargar” a las personas sino
para liberarlas del peso del mal y de la muerte. Para abrir
un horizonte a una vida que a veces parece una “pasión
inútil”. Hemos de ayudar a descubrir la verdadera Pasión
de la Vida, la Alegría del Amor de Dios.
La Cruz es la señal del cristiano. Esto que aprendieron los
jóvenes cuando eran niños, ahora han de volver sobre
ello. Muchos jóvenes, cristianos y no cristianos, buscan
un cristianismo sin cruz. Sin un Cristo que murió por nosotros, sin un amor que pasa por el sufrimiento, sin todo
aquello que pueda alterar “mi vida”. Quedándose solo
con lo que parece “lo bueno” de la religión. Rechazando
todo aquello que “no me gusta”, “no estoy de acuerdo”…
Y es importante reconocer el hecho histórico de la cruz,
de la redención, del camino que tuvo que recorrer nuestro
Maestro y nuestro Señor:
102
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
En la cruz está la vida (Santa Teresa de Ávila)
En la cruz está la vida
y el consuelo,
y ella sola es el camino
para el cielo.
En la cruz está “el Señor
de cielo y tierra”,
y el gozar de mucha paz,
aunque haya guerra.
Todos los males destierra
en este suelo,
y ella sola es el camino
para el cielo.
De la cruz dice la Esposa
a su Querido
que es una “palma preciosa”
donde ha subido,
y su fruto le ha sabido
a Dios del cielo,
y ella sola es el camino
para el cielo.
Es una “oliva preciosa”
la santa cruz
que con su aceite nos unta
y nos da luz.
Alma mía, toma la cruz
con gran consuelo,
que ella sola es el camino
para el cielo.
Es la cruz el “árbol verde
y deseado”
de la Esposa, que a su sombra
se ha sentado
para gozar de su Amado,
el Rey del cielo,
y ella sola es el camino
para el cielo.
El alma que a Dios está
toda rendida,
y muy de veras del mundo
desasida,
la cruz le es “árbol de vida”
y de consuelo,
y un camino deleitoso
para el cielo.
Después que se puso en cruz
el Salvador,
en la cruz está “la gloria
y el honor”,
y en el padecer dolor
vida y consuelo,
y el camino más seguro
para el cielo.
Vosotros sois pueblo de Dios
103
Cuaresma 2015
Comisión
Diocesana de
Pastoral
de la Salud
104 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
“Los testigos de la cruz y de la resurrección de Cristo han
transmitido a la Iglesia y a la humanidad un específico
Evangelio del sufrimiento. El mismo Redentor ha escrito este Evangelio, ante todo, con el propio sufrimiento
asumido por amor, para que el hombre «no perezca, sino
que tenga la vida eterna». (80) Este sufrimiento, junto
con la palabra viva de su enseñanza, se ha convertido
en un rico manantial para cuantos han participado en
los sufrimientos de Jesús en la primera generación de sus
discípulos y confesores y, luego, en las que se han ido sucediendo a lo largo de los siglos.
Es ante todo consolador —como es evangélica e históricamente exacto— notar que al lado de Cristo, en primerísimo y muy destacado lugar junto a Él, está siempre
su Madre Santísima por el testimonio ejemplar que con
su vida entera da a este particular Evangelio del sufrimiento. En Ella los numerosos e intensos sufrimientos se
acumularon en una tal conexión y relación, que si bien
fueron prueba de su fe inquebrantable, fueron también
una contribución a la redención de todos. En realidad,
desde el antiguo coloquio tenido con el ángel, Ella entrevé en su misión de madre el «destino» a compartir,
de manera única e irrepetible, la misión misma del Hijo.
Y la confirmación de ello le vino bastante pronto, tanto
de los acontecimientos que acompañaron el nacimiento
de Jesús en Belén, cuanto del anuncio formal del ancia-
no Simeón, que habló de una espada muy aguda que le
traspasaría el alma, así como de las ansias y estrecheces
de la fuga precipitada a Egipto, provocada por la cruel
decisión de Herodes.
Más aún, después de los acontecimientos de la vida oculta y pública de su Hijo, indudablemente compartidos por
Ella con aguda sensibilidad, fue en el Calvario donde el
sufrimiento de María Santísima, junto al de Jesús, alcanzó un vértice ya difícilmente imaginable en su profundidad desde el punto de vista humano, pero ciertamente
misterioso y sobrenaturalmente fecundo para los fines de
la salvación universal. Su subida al Calvario, su «estar»
a los pies de la cruz junto con el discípulo amado, fueron
una participación del todo especial en la muerte redentora del Hijo, como por otra parte las palabras que pudo
escuchar de sus labios, fueron como una entrega solemne de este típico Evangelio que hay que anunciar a toda
la comunidad de los creyentes.
Testigo de la pasión de su Hijo con su presencia y partícipe de la misma con su compasión, María Santísima ofreció una aportación singular al Evangelio del sufrimiento,
realizando por adelantado la expresión paulina citada al
comienzo. Ciertamente Ella tiene títulos especialísimos
para poder afirmar lo de completar en su carne —como
también en su corazón— lo que falta a la pasión de Cristo.
Vosotros sois pueblo de Dios
105
Vosotros sois pueblo de Dios
Peticiones
A la luz del incomparable ejemplo de Cristo, reflejado con
singular evidencia en la vida de su Madre, el Evangelio
del sufrimiento, a través de la experiencia y la palabra de
los Apóstoles, se convierte en fuente inagotable para las
generaciones siempre nuevas que se suceden en la historia de la Iglesia. El Evangelio del sufrimiento significa no
sólo la presencia del sufrimiento en el Evangelio, como
uno de los temas de la Buena Nueva, sino además la revelación de la fuerza salvadora y del significado salvífico
del sufrimiento en la misión mesiánica de Cristo y luego
en la misión y en la vocación de la Iglesia.
“Con María, Madre de Cristo, que estaba junto a la Cruz,
(103) nos detenemos ante todas las cruces del hombre
de hoy.
Invoquemos a todos los Santos que a lo largo de los siglos fueron especialmente partícipes de los sufrimientos
de Cristo. Pidámosles que nos sostengan.
Y os pedimos a todos los que sufrís, que nos ayudéis. Precisamente a vosotros, que sois débiles, pedimos que seáis
una fuente de fuerza para la Iglesia y para la humanidad.
En la terrible batalla entre las fuerzas del bien y del mal,
que nos presenta el mundo contemporáneo, venza vuestro sufrimiento en unión con la cruz de Cristo”.
De la encíclica Salvifici Doloris, S. Juan Pablo II
106 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
1. Por el Papa, los Obispos y los Sacerdotes, para que
con su ministerio pastoral hagan presente que el sufrimiento tiene valor y sentido corredentor, asociado a la Pasión y muerte en Cruz de Nuestro Señor
Jesucristo.
2. Por nuestros hermanos que sufren la enfermedad,
concédeles fortaleza en el cuerpo, paz en el espíritu, paciencia en el dolor y plena recuperación de la
salud.
3. Señor, que quieres que enriquezcamos con nuestra
presencia y testimonio a la Iglesia, llena a nuestros
religiosos con el celo de tu Nombre y da el incremento a lo que ellos siembran y riegan en tu campo desde su vocación hecha vida en su particular carisma.
4. Por la buena relación entre las familias, para que,
a ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, mantengan en su hogar el ambiente adecuado para el
crecimiento de todos sus miembros “en sabiduría,
estatura y gracia ante Dios y ante los hombres”.
5. Por los pobres y desamparados, por los incomprendidos, por los que no se sienten queridos… para que
tengan siempre una persona dispuesta a vivir y poner en práctica las palabras de Cristo: “…habéis visto lo que he hecho con vosotros, haced vosotros lo
mismo”.
CUARESMA
Oración
6. Por los que otros años vivieron y celebraron con nosotros aquí, en la tierra, la aventura del Paso del Señor, para que gocen y disfruten por siempre contigo,
Padre, de lo que aquí creyeron y esperaron.
Padre nuestro…
Señor Jesús, creemos que estás vivo y resucitado.
Creemos que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de nosotros.
Te alabamos y te adoramos, por venir hasta nosotros
como pan vivo bajado del cielo.
Tú eres la resurrección y la plenitud de la vida. Tú eres,
Señor, salud de los enfermos.
Ten compasión de los que sufren en su cuerpo, de
los que sufren en su corazón y de los que sufren en
su alma, de aquellos que están orando y oyendo los
testimonios de lo que Tú estás haciendo por tu Espíritu
renovador en el mundo entero.
Ten compasión de ellos, Señor. Bendícelos a todos y
haz que vuelvan a encontrar la salud, que su fe crezca
y se vayan abriendo a las maravillas de tu amor, para
que también ellos sean testigos de tu poder y de tu
compasión.
Te lo pedimos por intercesión de María Santísima, tu
madre, quien estaba presente al pie de la cruz. La que
te tuvo en sus brazos al encarnarte y la que te sostuvo
al bajarte de la Cruz contemplando tu cuerpo maltratado y ensangrentado. La misma que fue testigo de tu
Resurrección al tercer día y que reunió a tus Apóstoles
en espera de la venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés.
Vosotros sois pueblo de Dios
107
Vosotros sois pueblo de Dios
Palabras del Papa Francisco,
en la audiencia general de la Plaza de
San Pedro el miércoles 26 de febrero de 2014,
sobre el sacramento de la Unción
Queridos hermanos, buenos días.
Hoy quiero hablaros del Sacramento de la Unción de los
enfermos, que nos permite tocar de cerca la compasión de
Dios por el hombre. En el pasado se le llamaba “Extrema
unción”, porque era entendida como consuelo espiritual
en la inminencia de la muerte. Hablar por el contrario de
“Unción de los enfermos” nos ayuda a extender la mirada
a la experiencia de la enfermedad y del sufrimiento, en el
horizonte de la misericordia de Dios. 1. Existe un icono bíblico que expresa en toda su profundidad el misterio que se trasparenta en la Unción de los enfermos: es la parábola del «buen
samaritano», en el Evangelio de Lucas (10,30-35).
Cada vez que celebramos tal Sacramento, el Señor Jesús, en la persona del sacerdote, se hace cercano a quien sufre y está gravemente enfermo, o
anciano. Dice la parábola que el buen samaritano
se preocupa del hombre sufriente echando sobre
sus heridas aceite y vino. El aceite nos hace pensar en aquel que es bendecido por el Obispo cada
año, en la Misa Crismal del Jueves Santo, propiamente para la Unción de los enfermos. El vino, al
contrario, es signo del amor y de la gracia de Cristo que nacen del don de su vida por nosotros y se
108 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
expresa en toda su riqueza en la vida sacramental de la Iglesia. Finalmente, la persona sufriente
viene confiada a un posadero, a fin de que pueda
continuar cuidando de él, sin olvidarse de lo que
cueste. Ahora, ¿quién es este posadero? Es la Iglesia, la comunidad cristiana, somos nosotros, a los
cuales cada día el Señor nos confía aquellos que
están afligidos, en el cuerpo y en el espíritu, para
que podamos continuar derramando sobre ellos,
sin medida, toda su misericordia y salvación.
2. Este mandato es reiterado de forma explícita y
precisa en la Carta de Santiago, donde recomienda: «¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame
a los presbíteros de la Iglesia, que recen por él, y
lo unjan con óleo en el nombre del Señor. La oración hecha con fe salvará al enfermo, y el Señor lo
restablecerá; y si hubiera cometido algún pecado,
le será perdonado» (5,14-15). Se trata pues de una
praxis que se vivía ya en tiempo de los Apóstoles.
Jesús ha enseñado a sus discípulos a tener su misma predilección por los enfermos y los que sufren,
y les ha transmitido la capacidad y la tarea de
continuar a dar en su nombre y según su corazón
CUARESMA
alivio y paz, a través de la gracia especial de tal
Sacramento. Pero esto no nos debe hacer caer en la
búsqueda obsesiva del milagro o en la presunción
de poder conseguir siempre la curación. Sino que
es la seguridad de la cercanía de Jesús al enfermo
y también al anciano, porque cada anciano, cada
persona mayor de 65 años, puede recibir este Sacramento, mediante el cual es Jesús mismo el que
se le acerca. Pero cuando tenemos un enfermo a menudo se piensa:
“llamamos al sacerdote para que venga”; “No, porque
trae mala suerte, no lo llamemos”, o bien “el enfermo se
asusta”. ¿Por qué se piensa esto? Porque existe un poco
la idea de que después del sacerdote llega la funeraria.
Y esto no es verdad. El sacerdote viene para ayudar al
enfermo o al anciano; por eso es tan importante la visita
de los sacerdotes a los enfermos. Es necesario llamar al
sacerdote junto al enfermo y decirle: “venga, dele la unción, bendígalo”. Es Jesús mismo quien llega para aliviar
al enfermo, para darle fuerza, para darle esperanza, para
ayudarlo; incluso para perdonarle los pecados. ¡Y esto es
precioso! Y no necesitamos pensar que esto es un tabú,
porque es siempre precioso saber que en el momento del
dolor y de la enfermedad nosotros no estamos solos: el
sacerdote y aquellos que están presentes durante la Unción de los enfermos representan de hecho a toda la comunidad cristiana que, como un único cuerpo se aprieta
entorno a quien sufre y a sus familiares, alimentando en
ellos la fe y la esperanza, y sosteniéndoles con la oración
y el calor fraterno. Pero el mayor apoyo deriva del hecho
que quien está presente en el Sacramento es el mismo
Señor Jesús, que nos toma de la mano, nos acaricia como
hacía con los enfermos y nos recuerda que le pertenecemos y que nada —ni siquiera el mal y la muerte— podrá
jamás separarnos de Él. Adquiramos esta costumbre de
llamar al sacerdote para que a nuestros enfermos —no
digo enfermos de gripe, de tres-cuatro días, sino cuando
se trata de una enfermedad seria— y también a nuestros
ancianos, venga y les de este Sacramento, este consuelo,
esta fuerza de Jesús para seguir adelante. ¡Hagámoslo!
Vosotros sois pueblo de Dios
109
Vosotros sois pueblo de Dios
Pascua
En la perspectiva de la Pascua, sufrir y morir no son meramente estar en la cruz, sino una oportunidad de amar,
y de amar más: “Dios amó tanto al mundo que nos dio a
su Hijo Unigénito, y aquél que cree en Él no morirá, sino
que tendrá vida eterna” (Jn 3, 16). En esta vida terrenal,
debemos integrar el Viernes Santo con el Domingo de
Pascua, ya que uno necesita del otro. Si las personas sufren unidas a Dios, sus experiencias de angustia y dolor
pueden convertirse en experiencias de resurrección.
La muerte es parte de la vida. Día que vivimos en Cristo es
un día de muerte para el mundo y un día que nos acerca
a la vida eterna en Cristo: “…si el grano de trigo muere, da
mucho fruto” (Jn 12, 24 - 26).
San Juan Pablo II dice en Evangelium Vitae que el sentido
más profundo de la vida se encuentra en el amor, en servir a los otros con amor y por amor.
Dios nos ama, por eso nunca moriremos. La muerte, para
los que creen en Cristo, significa realmente pasar a otra
realidad para no morir ya jamás (Jn 11, 26). Para un cristiano, la muerte, aunque por supuesto es muy importante y también traumática, no es la realidad última y final
del hombre; no significa la estación-término de nuestra
vida, el olvido y el sinsentido. San Clemente de Alejandría dijo de una manera bellísima: “Mediante su muerte y
resurrección, Cristo convirtió la puesta de sol en amanecer”. Santa Teresita del Niño Jesús, justo antes de morir a
110
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
la edad de 24 años, afirmó: “No me estoy muriendo, sino
que estoy entrando en la vida eterna”. También Rabindranath Tagore, poeta hindú, dijo: “La muerte no es apagarse la luz, sino apagarse la lámpara porque ha llegado
la aurora”.
Nosotros, enfrentados al sufrimiento y a la muerte, y con
ellos, hemos de repetir: “Alaba, alma mía, al Señor, porque es bueno y su Amor dura por siempre”.
CUARESMA
Preces
1.Por la Iglesia, que sepa acoger las alegrías y las
esperanzas de todos los hombres y los ayude a encontrar en Dios el cumplimiento de sus anhelos.
2. Por los obispos, los presbíteros y los diáconos, para
que, con la fuerza de Jesús resucitado, sean instrumentos de reconciliación y de amor entre todos.
3.Por quienes gobiernan a los pueblos, que se esfuercen en construir una sociedad más justa y solidaria.
4.Por quienes sufren discriminación laboral, social,
sexual, económica, o por razón de su procedencia,
para que termine esta situación y todos vean reconocida su dignidad humana.
5. Por los que viven experiencias de dolor, para que no
se dejen vencer por el desánimo, sino que la fuerza
de la fe y la solidaridad de los hermanos los ayude
a creer en la resurrección.
6.Por las familias, para que se dejen inundar de la
sinceridad y la verdad que nacen de la resurrección,
y abran sus puertas a la hospitalidad de los miembros más pobres y sufrientes.
7. Por todos nosotros, que la fuerza del Evangelio nos
haga testigos de la vida nueva de Jesús.
¿Qué nos traes, Señor,
en esta mañana de Pascua?
Os avanzo una gran noticia: la muerte,
con la mía, ha sido aniquilada y vencida.
Cuando un día caigáis en sueño profundo,
comprenderéis el fruto de este amanecer pascual:
seréis eternos, como mi Padre es eterno,
estaréis convocados a una fiesta sin final,
donde vuestros ojos se asombrarán
ante la belleza del rostro de Aquel que os creó.
¿Todavía me preguntáis qué os traigo?
Frente a un mundo pequeño,
os regalo un Reino inmenso.
Frente al llanto del suelo,
os garantizo la dicha eterna.
Frente a la cruz pesada,
os anuncio el consuelo divino.
Frente al absurdo de la muerte,
la vida conquistada.
Y, junto con todo esto, os traigo un ruego:
¡Creed en Dios! ¡Esperad en Dios!
Que Él, como a mí, os dará vida plena y resucitada.
P. Javier Leoz
Vosotros sois pueblo de Dios
111
Cuaresma 2015
Propuesta
Diocesana
de Cáritas
112
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Guión litúrgico para la Eucaristía del segundo domingo de mes
cuya colecta se destina a la Cáritas Parroquial
8 de marzo de 2015
Tercer domingo
de Cuaresma
Desarrollo de la oración
Material para que los miembros de cada Cáritas Parroquial puedan animar la Eucaristía dominical, con el fin
de sensibilizar e implicar a la comunidad en el compromiso sociocaritativo.
Ambientación del lugar
Se puede poner un cartel en el ambón o en la parte delantera del altar donde se lea:
En este tercer domingo de Cuaresma, al igual que los
primeros discípulos, nos reunimos hoy aquí en torno
a la mesa del altar para celebrar la fe que nos une,
para dejarnos alcanzar por la Palabra de Dios que
nos orienta, y para alimentarnos del Cuerpo de Cristo
que nos sustenta y nos hace comprometernos con los
hermanos. La Campaña de Cáritas de este año nos
invita a preguntarnos sobre lo que estamos haciendo
con nuestro hermano, con nuestro prójimo, en el que
está Dios encarnado.
Que la Eucaristía de hoy nos haga salir de aquí siendo
más conscientes de que todos somos Templos Vivos
habitados por Cristo, con la misión de hacer de este
mundo un lugar fraterno y justo. Donde todos amemos y vivamos la justicia en nuestro día a día con los
que están a nuestro alrededor.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
PALABRA DE DIOS
Monición a la 1ª lectura (Éx 20, 1-17)
En la primera lectura Dios presenta al pueblo de Israel
los diez mandamientos como código ético y moral de
conducta para que puedan vivir y convivir en paz y
justicia como pueblo elegido de Dios.
Monición a la 2ª lectura (1 Cor 1, 22-25)
Al igual que hace 2000 años, el mensaje y la persona
de Jesús resucitado es hoy negado y rechazado por
los que viven instalados en el mundo del bienestar
y del materialismo, por los que viven encerrados en
sus ideologías, prejuicios y autosuficiencias. Estamos
llamados a predicar sin descanso, con nuestras vidas
comprometidas, la alegría del Evangelio de Jesús que
ha traspasado nuestros corazones.
Monición al Evangelio (Jn 2, 13-25)
Hoy el Templo donde habita Dios Padre, Hijo y Espíritu
Santo es el cuerpo de cada ser humano. Hoy en este
Templo sagrado que es el ser humano, se está imponiendo la ley del Mercado para someterlo y convertirlo en un consumista sin interioridad.
Este Mercado también reduce al ser humano a una
mercancía más, que cuando no le es útil, rentable o
productivo, lo descarta del sistema. Es la lógica del
tanto tienes tanto vales, que a veces tanto se cuela en
nuestra relaciones humanas.
¿Cómo reaccionaría hoy Jesús ante los desmanes del
Mercado que tantos excluidos provoca en nuestro
mundo y en nuestras relaciones humanas mercantilizadas?
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PETICIONES
1. Señor de la Vida, te pedimos por los que pasan hambre en el mundo, por los que no tienen acceso a la
sanidad y a la educación, para que la ciudadanía
exija a los gobernantes que trabajen sin descanso
por un mundo justo. Roguemos al Señor.
2. Señor de la Vida, te pedimos por las personas y familias que en nuestro barrio viven angustiadas por
la falta de recursos y futuro, por las que están sin
trabajo, para que no pierdan la esperanza, se llenen
de tu presencia, y encuentren en su entorno y en nosotros apoyo y ayuda fraterna. Roguemos al Señor.
3. Señor de la Vida, te pedimos por la Iglesia, por
nuestra comunidad parroquial, por cada uno de
sus miembros, para que nunca dejemos entrar en
nuestro corazón la ley del Mercado, ni la lógica del
Mercado, ni las actitudes y comportamientos del
Mercado, sino que reine sólo el Espíritu del Evangelio. Roguemos al Señor.
4. Señor de la Vida, te pedimos por la paz en el mundo
y en todos los corazones, para que toda violencia,
agresión y terrorismo desaparezcan. Roguemos al
Señor.
5. Señor de la Vida, te pedimos para que todos nosotros seamos testigos, allí donde estemos, del estilo
de vivir comprometido con nuestros hermanos y
hermanas más necesitados, nuestros prójimos. Roguemos al Señor.
CUARESMA
Oración para después de la comunión
Caminaré
Caminaré siempre en tu presencia
por el camino de la vida.
Te entrego, Señor, mi vida, hazla fecunda.
Te entrego mi voluntad, hazla idéntica a la tuya.
Caminaré a pie descalzo, con el único gozo
de saber que eres mi tesoro.
Toma mis manos, hazlas acogedoras.
Toma mi corazón, hazlo ardiente.
Toma mis pies, hazlos incansables.
Toma mis ojos, hazlos transparentes.
Toma mis horas grises, hazlas novedad.
Hazte compañero inseparable
de mis caídas y tribulaciones.
Y enséñame a gozar en el camino
de las pequeñas cosas que me regalas,
sabiendo siempre ir más allá
sin quedarme en las cunetas de los caminos.
Toma mis cansancios, hazlos tuyos.
Toma mis veredas, hazlas tu camino.
Toma mis mentiras, hazlas verdad.
Toma mis muertes, hazlas vida.
Toma mi pobreza, hazla tu riqueza.
Toma mi obediencia, hazla tu gozo.
Toma mi nada, haz lo que quieras.
Toma mi familia, hazla tuya.
Toma mis pecados.
Toma mis faltas de amor, mis eternas omisiones,
mis permanentes desilusiones, mis horas de amarguras.
Camina, Señor, conmigo; acércate a mis pisadas.
Hazme nuevo en la donación, alegría en la entrega,
gozo desbordante al dar la vida,
al gastarse en tu servicio.
Amén.
Vosotros sois pueblo de Dios
115
Vosotros sois pueblo de Dios
Guión de oración de Cáritas
para la Comunidad Parroquial
Oración para mirar
con ojos renovados
Ambientación del lugar
La oración estará presidida por un icono de Jesús. A
su lado estará una Biblia abierta por Mc 10,46-52, y
lamparillas encendidas a su alrededor.
Una música suave de fondo sonará para crear ambiente
de oración.
Desarrollo de la oración
Lector 1:
En un mundo donde la oscuridad de la injusticia
inunda la vida de tantas personas; en un mundo donde tantos viven cegados por el egoísmo, por el dinero,
por el afán de tener y poseer, por el afán de dominar,
por la indiferencia ante el hermano necesitado… En
un mundo tan necesitado de luz…, desde Cáritas os
invitamos a participar en esta oración para llenarnos
de la luz de Dios, para ser agentes de luz.
Empezamos poniéndonos en presencia de nuestro Padre Madre Dios. Sentimos la necesidad de estar con
Él, y Él tiene también la necesidad de estar con nosotros. No deja de buscarnos, de esperarnos, de aguardar a que paremos, a que hagamos silencio interior
para escuchar que siempre está pasando a nuestro
lado, esperando a que le hagamos caso, a que le llamemos.
Llamémosle con fuerza en este momento de oración,
para que ponga luz en nuestras oscuridades.
Lector 2: se levanta y coge la Biblia que preside la oración
para leer el texto evangélico: Mc 10,46-52. Tras un breve
silencio, el lector 1 dirá:
Ahora vamos a dejar unos 13 minutos para que cada
uno relea este pasaje evangélico, y haga el siguiente
ejercicio de imaginación:
116
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Imagina que tú eres el ciego,
métete de lleno en la escena,
estás sentado junto al camino,
escuchas los pasos de la gente pasar,
sientes la brisa del aire sobre tu rostro,
el frescor o el calor del día.
De pronto escuchas que mucha gente se acerca,
el murmullo de sus voces cada vez es más grande,
algo está pasando,
alguien importante está pasando…
Escuchas que es Jesús el que va
en ese tumulto de gente…
¿Qué sentirías al saber que es Jesús quien está pasando a tu lado…?
¿Quién es Jesús para ti en estos momentos de tu vida?
¿Le llamarías? ¿Le dirías algo? ¿Qué le pedirías?
Imagina que te contesta a
lo que le has dicho o pedido.
Imagina cómo sería el sonido de su voz,
cómo resonarían sus palabras dentro de ti,
el efecto que provocarían en ti…
y quédate en silencio contemplándote
como protagonista
dentro de esta escena del evangelio.
Escucha lo que Jesús te está diciendo
a través de ella en estos momentos de tu vida.
Pasados unos 13 minutos, el lector 2 volverá a proclamar
Mc 10,46-52.
Después de ser proclamado el evangelio, el lector 1 dirá:
Ahora leemos a dos coros la oración titulada “Levántate, mira, descubre”. Después dejaremos unos 12 minutos para releerla y meditarla… como si esas fueran
las palabras que nos ha dicho Jesús después de levantarnos del borde del camino y curarnos de nuestra ceguera. Deja que vayan resonando en ti.
Pasados unos 12 minutos, el lector 1 dirá:
Leemos ahora todos juntos la oración titulada “Caminaré”. Después dejaremos unos 12 minutos para releerla y hacerla nuestra. Durante este tiempo, el que quiera podrá decir en voz alta alguna frase de esta oración,
esa frase que con más fuerza quisiera decirle a Dios en
estos momentos.
Pasados unos 12 minutos, cuando ya no quede nadie por
decir ninguna frase, el lector 1 dirá:
En estos momentos, si alguien quiere hacer una petición, alguna acción de gracias, o compartir algo de lo
vivido en este espacio de oración, ahora es el momento
de hacerlo.
Para terminar vamos a rezar juntos, cogidos de la
mano, la oración que Jesús nos enseñó, y después de
rezarla nos daremos un abrazo de paz: Padre nuestro…
Vosotros sois pueblo de Dios
117
Vosotros sois pueblo de Dios
Oración para mirar
con ojos renovados
Llegaron a Jericó. Y cuando ya salía Jesús de la ciudad
seguido de sus discípulos y de mucha gente, un mendigo
llamado Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto
al camino. Al oír que era Jesús de Nazaret, el ciego comenzó a gritar: —¡Jesús, Hijo de David, ten compasión
de mí! Muchos le reprendían para que se callara, pero él
gritaba más aún: — ¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Jesús se detuvo y dijo: —Llamadle. Llamaron al ciego y
le dijeron: —Ánimo, LEVÁNTATE, el Maestro TE LLAMA. El
ciego arrojó su capa, y dando un salto se acercó a Jesús,
que le preguntó: — ¿Qué quieres que haga por tí? El ciego
le contestó: — Maestro, quiero recobrar la vista. Jesús le
dijo: —Puedes irte. Por tu fe has sido sanado. En aquel
mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús
(Mc 10,46-52).
Levántate, mira, descubre
Levántate cuando no encuentres horizonte,
porque siempre hay un camino que recorrer,
y no hay razón para dejar de intentarlo.
Jesús siempre te abre caminos de esperanza.
Levántate, aunque te rodeen las sombras de
la incertidumbre.
La luz se abre paso por resquicios insospechados,
y al iluminar la realidad la llena de posibilidades…
Déjate siempre sorprender por Jesús.
Levántate, aunque te opriman tus miedos,
tus complejos, tus fragilidades, tus dificultades.
Puedes quitarte muchos estorbos
que te impiden avanzar,
y avanzarás más liviano, más libre, más alegre.
Déjate sanar y liberar por Jesús… Déjate llevar por él.
Levántate, aunque te sientas sin fuerzas.
Es Jesús el que te impulsa, quien te lleva de la mano,
quien te llena de su Espíritu.
Deja atrás las sombras y oscuridades,
las cegueras y vendas que te aíslan y entristecen.
Deja atrás todo lo que oscurece la vida.
Vamos, levántate, el Maestro te llama
para encenderte la mirada.
118
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Con tu mirada encendida,
con tu mirada renovada… DESCUBRIRÁS:
Que todos somos obra de Dios,
llevamos algo de bueno en el corazón.
Que los adolescentes tienen un caudal de planes,
y los niños, de amor.
Que todos valemos la pena,
y nos queda algo de la imagen de Dios.
Que los pobres tienen un caudal de riqueza,
y los discapacitados, de capacidades.
Que a todos hay que darles otra oportunidad.
Que hay razón para tender puentes,
dar a todos la paz, trabajar por la paz,
amar y defender la creación.
Que todos somos dignos de amor,
justicia, libertad, perdón.
Que todos somos dignos de compasión,
respeto y de muchos derechos.
Que todas las criaturas son mis hermanas.
Que la creación es obra maravillosa de Dios.
Que no hay razón para levantar barreras.
Que no hay razón para ninguna clase de discriminación.
Que no hay razón para el fanatismo
y para no dialogar con alguien.
Que no hay razón para maldecir,
juzgar y condenar a nadie.
Que no hay razón para matar, ni para el racismo.
Que todos los ancianos tienen un caudal de sabiduría,
y los jóvenes, de ideales.
Que hay razón para ser hermanos
y seguir siendo amigos.
Que hay razón para sonreír a todos.
Que hay razón para dar a todos los buenos días,
dar a todos la mano,
intentar de nuevo hacerlo todo mejor.
Que hay razón para seguir viviendo,
para vivir en comunidad.
Que hay razón para prestar un oído
a lo que dicen los demás.
Que hay razón para servir, amar, sufrir.
Que hay razón para hacer otro mundo posible,
para hacer presente cada día un trocito de Reino.
Vosotros sois pueblo de Dios
119
Vosotros sois pueblo de Dios
Caminaré
Caminaré siempre en tu presencia
por el camino de la vida.
Te entrego, Señor, mi vida, hazla fecunda.
Te entrego mi voluntad, hazla idéntica a la tuya.
Caminaré a pie descalzo, con el único gozo
de saber que eres mi tesoro.
Toma mis manos, hazlas acogedoras.
Toma mi corazón, hazlo ardiente.
Toma mis pies, hazlos incansables.
Toma mis ojos, hazlos transparentes.
Toma mis horas grises, hazlas novedad.
Hazte compañero inseparable
de mis caídas y tribulaciones.
Y enséñame a gozar en el camino
de las pequeñas cosas que me regalas,
sabiendo siempre ir más allá
sin quedarme en las cunetas de los caminos.
Toma mis cansancios, hazlos tuyos.
Toma mis veredas, hazlas tu camino.
Toma mis mentiras, hazlas verdad.
Toma mis muertes, hazlas vida.
Toma mi pobreza, hazla tu riqueza.
Toma mi obediencia, hazla tu gozo.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Toma mi nada, haz lo que quieras.
Toma mi familia, hazla tuya.
Toma mis pecados.
Toma mis faltas de amor, mis eternas omisiones,
mis permanentes desilusiones, mis horas de amarguras.
Camina, Señor, conmigo; acércate a mis pisadas.
Hazme nuevo en la donación,
alegría en la entrega,
gozo desbordante al dar la vida,
al gastarse en tu servicio.
Amén.
CUARESMA
5 semanas,
5 compromisos
de fraternidad
para Cuaresma y Pascua
Somos de la misma familia, la humana. Somos hijos del
mismo Padre-Madre Dios que nos ha creado por puro
amor. El artículo 1º de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos nos indica que debemos comportarnos fraternalmente los unos con los otros. Desde nuestra
esencia estamos llamados a vivir como hermanos y hermanas. Es la meta de nuestra plena humanización.
Para ejercitarnos en ser cada vez más fraternos, te proponemos vivir a lo largo de 5 semanas, 5 compromisos
que ayudan a hacer posible y palpable la Fraternidad.
Aseguramos que todo aquel que se atreva a vivir a fondo
esta experiencia de compromiso, se llevará una gran sorpresa… ya no podrá volver atrás, repetirá la experiencia.
Semana 1a
Compromiso de
Acogida y Cercanía
Esfuérzate cada día de esta semana por saludar con cariño a las personas con las que te encuentres. Toma tú la
iniciativa en el saludo, ve a buscarlas. Muéstrales que les
importas, que ellas son lo primero para ti, y sé amable
y cercano con ellas mientras estén contigo. Haz que se
sientan a gusto contigo. Estate especialmente dispuesto a
perdonar cualquier desencuentro o roce de convivencia.
Al final de esta semana escribe 5 nombres de personas
con las que has puesto en práctica conscientemente este
compromiso (como mínimo). Si no llegas a 5 nombres,
tendrás que repetir este ejercicio la semana siguiente con
5 nuevas personas.
Vosotros sois pueblo de Dios
121
Vosotros sois pueblo de Dios
Semana 2a
Compromiso de
Escucha y Empatía
Semana 3a
Compromiso de
Gratuidad y Compartir
Esfuérzate cada día por escuchar con atención lo que los
demás quieran contarte, por pequeño o insignificante
que parezca. Vive conscientemente con actitud de escucha durante esta semana. No hables sólo de ti y de tus
cosas con los demás, déjales que puedan hablarte de su
vida y de sus cosas, dales la oportunidad de que puedan
desahogarse o confiarse contigo si quieren. Que puedan
disfrutar el regalo de sentirse escuchados. Durante esta
semana esfuérzate por crear ocasiones que den pie al
otro a hablar de lo que lleva dentro, y al mismo tiempo
tú practica la empatía con ellos, trata de ponerte en su
lugar, sentir lo que ellos sienten por lo que te están contando.
Durante esta semana esfuérzate por hacer algo gratuitamente por otra persona: dedicarle tiempo a alguien,
hacerle algún favor, ayudarle en alguna tarea, sorprenderle con algún detalle, adelantarte para satisfacer alguna necesidad de alguien, etc. Comparte también algo
material tuyo con alguien.
Al final de esta semana escribe 5 nombres de personas
con las que has puesto en práctica conscientemente este
compromiso (como mínimo). Si no llegas a 5 nombres,
tendrás que repetir este ejercicio la semana siguiente con
5 nuevas personas.
122
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Al final de esta semana escribe 5 nombres de personas
con las que has puesto en práctica conscientemente este
compromiso (como mínimo). Si no llegas a 5 nombres,
tendrás que repetir este ejercicio la semana siguiente con
5 nuevas personas.
CUARESMA
Semana 4a
Compromiso de
Animar - Alegrar - Pacificar
Semana 5a
Compromiso de ojos y corazón
abiertos a la Solidaridad
Durante esta semana estate atento al estado anímico de
las personas que te rodean, o si sufren algún conflicto
que les quita la paz. Acércate a aquellos que veas que tienen un mal día, o que alguna cosa les preocupa, o que las
veas tristes o con la moral baja, y dales alguna palabra
de ánimo, o arráncales alguna sonrisa, o simplemente,
sin decir nada especial, que te sientan cercano en su problema, que no están solos, tú estás ahí, cuentan contigo.
Y a los que encuentres sin paz, trata de pacificarlos como
buenamente puedas.
Durante esta semana te proponemos que eches una mirada especial a las problemáticas sociales y humanas que
hay en el mundo y en la sociedad que te rodea. Mira con
atención los telediarios, las noticias, los periódicos. Dedica tiempo a informarte, buscar, preguntar, sacar información sobre esto. Imagina que a alguien de tu familia
le ha pasado algo malo, y estás volcado en informarte
lo mejor posible sobre lo que le ha ocurrido. Es tu hermano y no puedes hacer menos. Haz pues un repaso de
todos los colectivos humanos que lo están pasando mal
en la actualidad. Plantéate cuál de esas problemáticas o
situaciones que sufren hermanos tuyos es la que más te
duele, te conmueve, o te indigna, y hazte esta pregunta:
¿Qué puedo hacer yo, por poco o insignificante que parezca? ¿A dónde puedo ir para colaborar, o echar una mano,
o aportar mi granito de arena? Todo menos quedarme sin
hacer nada.
Al final de esta semana escribe 5 nombres de personas
con las que has puesto en práctica conscientemente este
compromiso (como mínimo). Si no llegas a 5 nombres,
tendrás que repetir este ejercicio la semana siguiente con
5 nuevas personas.
Al final de esta semana si no has contestado nada positivo y concreto a estas preguntas anteriores, deberás repetir este ejercicio la semana siguiente.
Vosotros sois pueblo de Dios
123
Cuaresma 2015
Comisión
Diocesana para
los Mayores
y Laicos
124
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Vía Crucis
CUARESMA
Desde muy antiguo, el Vía Crucis es un momento privilegiado de la tradicional piedad del pueblo de Dios, especialmente querido por las personas mayores, del mismo
modo que es seguido con fervorosa devoción por todos
los fieles creyentes, en este tiempo de Cuaresma y especialmente en la Semana Santa. Momento de oración
guiada por la Palabra de Dios, en el que, a través de las
tradicionales estaciones, contemplamos las etapas del
camino que siguió Cristo hasta su muerte en la Cruz.
Proponemos seguir, en el presente año, este camino teniendo presentes los temas del Ciclo 1 “Vosotros sois Pueblo de Dios” (especialmente los temas 1 y 2), del Itinerario
Diocesano de Evangelización “La alegría de anunciar el
Evangelio”, y lo haremos de la mano de la Exhortación
apostólica Evangelii gaudium del Papa Francisco, teniendo como fondo la Resurrección de Cristo desde la que podemos contemplar y meditar con serena alegría los misterios de la Pasión de nuestro Señor.
El Vía Crucis es un excelente instrumento para ayudar
a todos nuestros fieles —laicos, religiosos y sacerdotes;
mayores y jóvenes; hijos, padres y abuelos— a que tomen conciencia de su pertenencia activa al pueblo de
Dios y a la importancia de participar con alegría en el
anuncio gozoso del Evangelio.
Sugerimos que este santo ejercicio sea realizado de manera comunitaria en nuestras parroquias, en nuestras calles y plazas, en los viacrucis de nuestros pueblos, en las
residencias de ancianos; así como de manera particular
por cualquier fiel, y especialmente los ancianos y los enfermos en sus casas, que uniéndose a la Cruz de Cristo,
desean participar ofreciendo sus dolores y sufrimientos
por la acción evangelizadora de la Iglesia.
Vosotros sois pueblo de Dios
125
Vosotros sois pueblo de Dios
Monición inicial
En el nombre del Padre , y del Hijo,
y del Espíritu Santo.
R/. Amén.
126
también en la muerte para vencerla y salvarnos. En
la Cruz de Cristo está todo el amor de Dios, está su
inmensa misericordia. Y es un amor del que podemos
fiarnos, en el que podemos creer.
En el marco del Itinerario Diocesano de Evangelización, fruto de la nueva etapa evangelizadora que se
abrió en nuestra Diócesis hace cuatro años, manifestamos la necesidad que tenemos de renovarnos y de
insistir en la audacia del anuncio gozoso del Evangelio, ya que el mundo y la sociedad en los que vivimos
necesita del testimonio fuerte, alegre y esperanzador
de cada uno de nosotros.
Fiémonos de Jesús, confiemos en Él, porque Él nunca
defrauda a nadie. Sólo en Cristo muerto y resucitado
encontramos la salvación y redención. Con Él, el mal,
el sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra,
porque Él nos da esperanza y vida: ha transformado
la Cruz de ser un instrumento de odio, de derrota y de
muerte, en un signo de amor, de victoria, de triunfo y
de vida.
El Papa Francisco, en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, al que seguiremos en este Vía Crucis,
nos recuerda que el Evangelio, donde deslumbra gloriosa la Cruz de Cristo, nos invita insistentemente a la
alegría. Por ello, todos nosotros, tanto mayores como
jóvenes, que somos el pueblo de Dios, estamos invitados a participar en esta nueva etapa evangelizadora
marcada por esa misma alegría.
Pero la Cruz invita también a dejarnos contagiar por
este amor, nos enseña así a mirar siempre al otro con
misericordia y amor, sobre todo a quien sufre; a quien
tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto; a quien no tiene esperanza; al que no
conoce el amor. La Cruz nos invita a salir de nosotros
mismos para ir al encuentro de ellos y tenderles la
mano, anunciándoles que sí que hay esperanza.
Hemos venido hoy aquí para acompañar a Jesús a
lo largo de su camino de dolor y de amor, el camino
de la Cruz. Nunca estamos solos en este camino. Con
nosotros siempre está Jesús que nos amó tanto, que
quiso morir por nosotros. Un amor tan grande que entra en nuestro pecado y lo perdona; entra en nuestro
sufrimiento y nos da fuerza para sobrellevarlo; entra
Llevemos nuestras alegrías y nuestros sufrimientos a
la Cruz de Cristo; encontraremos un Corazón abierto
que nos comprende, nos perdona, nos ama y nos pide
llevar este mismo amor a nuestra vida, amar a cada
hermano o hermana nuestra con ese mismo amor,
anunciándoles con alegría la Buena Noticia, el amor
de Dios, el Evangelio.
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
CUARESMA
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío;
por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme
con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia,
propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia
que me fuere impuesta.
Amén.
Vosotros sois pueblo de Dios
127
Vosotros sois pueblo de Dios
PRIMERA ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Mateo (26,59-60.63-66)
Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para condenarlo
a muerte y no lo encontraban, a pesar de los muchos
falsos testigos que comparecían. El sumo sacerdote se
puso en pie y le dijo: «Te conjuro por el Dios vivo a que
nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios». Jesús
le respondió: «Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo:
desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la
derecha del Poder y que viene sobre las nubes del cielo». Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras
diciendo: «Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos
ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué decidís?». Y ellos contestaron: «Es reo de muerte».
Meditación
Señor, nosotros somos tu pueblo, el pueblo santo de
Dios, y confesamos que tu Hijo asumió nuestra carne
humana elevando a cada hombre al corazón mismo
de Dios, que ama infinitamente a cada ser humano, y
que por su muerte y resurrección nos revela y nos comunica la infinita misericordia del Padre. Creemos que
Jesús dio su sangre por nosotros y eso nos garantiza
tu amor sin límites que ennoblece a todo hombre. Dios
nos invita a dejarnos amar por Él y a amarlo con el
amor con el que Él mismo nos amó primero. Este mismo amor que provoca en nuestras vidas y en nuestras
128
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
acciones la reacción más importante y fundamental:
desear, buscar y cuidar el bien de los demás. Es tan
grande y maravillosa esta noticia, que siempre la
queremos volver a escuchar, a la vez que continuamente deseamos volver a anunciarla, de una forma u
otra, a todos los que nos rodean: a nuestros familiares, a nuestros hermanos, a nuestros hijos y nietos, a
nuestros amigos, a nuestros vecinos. ¡Anunciemos la
Buena Noticia del amor de Dios a todos los hombres!
(cf. Evangelii gaudium, 178).
Padre nuestro
Canto (CLN 526)
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo;
a ti levanto mis ojos
porque espero tu misericordia.
CUARESMA
SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús con la cruz a cuestas
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Marcos (8,34-36)
Jesús, llamando a la gente y a sus discípulos les dijo:
«El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a
sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque
quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que
pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo
entero si pierde su vida?».
Padre nuestro
Canto (CLN 103)
Ved la Cruz de la Salvación
donde Dios nos dio la vida;
precio de la redención
de la humanidad caída.
Cruz de Cristo Vencedor,
te adoramos, sálvanos.
Meditación
Señor, Jesús es el modelo de la opción evangelizadora que nos introduce en el corazón del pueblo. ¡Qué
bien nos hace mirarlo cercano a todos! La entrega de
Jesús en la Cruz no es más que la culminación de ese
estilo de vida que marcó toda su existencia. Cautivados por este modelo, deseamos cargar también con
la Cruz: integrarnos a fondo en la sociedad, compartir
la vida con todos, escuchar sus inquietudes, colaborar
material y espiritualmente con ellos en sus necesidades, alegrarnos con los que están alegres, llorar con
los que lloran y comprometernos en la construcción
de un mundo nuevo, codo a codo con los demás. Pero
no por obligación, no como un peso que nos desgasta, sino como una opción personal que nos llena de
alegría y nos otorga identidad. ¡Ayúdanos, Señor, a
que llevemos la Cruz, que tú nos das, cada día! (cf.
Evangelii gaudium, 269).
Vosotros sois pueblo de Dios
129
Vosotros sois pueblo de Dios
TERCERA ESTACIÓN
Jesús cae por primera vez
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del libro del profeta Isaías (53,4-6)
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros
dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de
Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones,
triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos
errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.
Meditación
Señor, tú quieres que todos nosotros renovemos nuestro encuentro personal con Jesucristo, especialmente cuando nos alejamos de Él. Digámosle con infinita esperanza: «Señor, me he dejado engañar, de mil
maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez
para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre
tus brazos redentores». ¡Nos hace tanto bien volver a
Él cuando nos hemos perdido! Tú no te cansas nunca
de perdonarnos, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a tu misericordia. Jesús, que nos invitó
a perdonar «setenta veces siete» nos da ejemplo: Él
perdona setenta veces siete. Nos vuelve a cargar sobre
sus hombros una y otra vez. Nadie podrá quitarnos
la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver
a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona
130 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
y que siempre puede devolvernos la alegría. No huyamos de la Cruz y de la resurrección de Jesús, nunca
nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada
pueda más que la vida de Cristo que nos lanza hacia
adelante! (cf. Evangelii gaudium, 3).
Padre nuestro
Canto (CLN 107)
Sí, me levantaré.
Volveré junto a mi Padre.
A ti, Señor, elevo mi alma,
Tú eres mi Dios y mi Salvador.
Sí, me levantaré.
Volveré junto a mi Padre.
CUARESMA
CUARTA ESTACIÓN
Jesús se encuentra con su Madre
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Lucas (2,34-35.51)
Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira,
éste está puesto para que muchos en Israel caigan y
se levanten; será una bandera discutida: así quedará
clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma». Su madre conservaba todo
esto en su corazón.
Meditación
Señor, en medio de tu pueblo siempre está María, tu
madre. Ya desde tu nacimiento, ella es la que sabe
transformar un pobre pesebre en la casa de Jesús, con
unos pobres pañales y una montaña de ternura. Ella
es la del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas. En María encontramos la fuerza
de Dios para sobrellevar los sufrimientos y cansancios
de la vida. Como madre nuestra y madre de todos, es
signo de esperanza para todos los hombres. Ella es
la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con
su cariño materno. Como una verdadera madre, ella
camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama
incesantemente en nosotros la cercanía del amor de
Dios. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora.
¡María es la Madre de la evangelización! (cf. Evangelii
gaudium, 284.286).
Padre nuestro
Canto (CLN 398)
Mientras recorres la vida,
tú nunca solo estás,
contigo por el camino
Santa María va.
¡Ven con nosotros al caminar,
Santa María, ven!
¡Ven con nosotros al caminar,
Santa María, ven!
Vosotros sois pueblo de Dios
131
Vosotros sois pueblo de Dios
QUINTA ESTACIÓN
El Cireneo ayuda a Jesús
a llevar la cruz
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Marcos (15,21)
Pasaba uno que volvía del campo, Simón de Cirene, el
padre de Alejandro y de Rufo, y le obligaron a llevar
la cruz de Jesús.
Meditación
Señor, nosotros deseamos compartir la vida con la
gente y entregarnos generosamente a la labor evangelizadora, pero para eso también necesitamos reconocer que cada persona es digna de nuestra entrega.
No por su aspecto físico, por sus capacidades, por su
lenguaje, por su mentalidad o por las satisfacciones
que nos brinde, sino porque es obra de Dios, criatura
tuya. Tú la creaste a tu imagen, y refleja algo de tu
gloria. Todo ser humano es objeto de tu ternura infinita, y el mismo Señor habita en su vida. Jesucristo dio
su preciosa sangre en la Cruz por esa persona. Más
allá de toda apariencia, cada uno es inmensamente
sagrado y merece nuestro cariño y nuestra entrega.
Por ello, si logro ayudar a una sola persona a vivir
mejor, eso ya justifica la entrega de toda mi vida. Es
hermoso ser pueblo fiel de Dios. ¡Y alcanzamos la plenitud cuando rompemos las paredes y el corazón se
nos llena de rostros y de nombres! (cf. Evangelii gaudium, 274).
132
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Padre nuestro
Canto (CLN 398)
Un mandamiento nuevo
nos dio el Señor:
que nos amáramos todos
como Él nos amó.
La señal de los cristianos
es amarse como hermanos.
CUARESMA
SEXTA ESTACIÓN
La Verónica enjuga
el rostro de Jesús
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del libro del profeta Isaías (53,2-3)
No tenía figura ni belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado por los hombres, como
un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos,
ante el cual se ocultan los rostros; despreciado y desestimado.
Meditación
Padre nuestro
Canto (CLN 398)
Anunciaremos tu Reino, Señor,
tu Reino, Señor, tu Reino.
Reino que ya ha comenzado,
Reino que no tendrá fin.
Tu Reino, Señor, tu Reino.
Señor, queremos ser la Iglesia en salida, la comunidad
de discípulos misioneros que sintiéndose profundamente amados por el Señor, saben salir de sí mismos,
sin miedo, saliendo al encuentro y buscando a los alejados, llegando a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos, metiéndose con obras y gestos en
la vida cotidiana de los demás, acortando distancias,
abajándose hasta la humillación si es necesario, asumiendo la vida humana, tocando la carne sufriente
de Cristo en cada hombre que sufre. Viviendo un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber
experimentado en nosotros la infinita misericordia del
Padre y de su fuerza arrolladora. ¡Ayúdanos, Señor, a
que también todos nosotros tengamos «olor a oveja»!
(cf. Evangelii gaudium, 24).
Vosotros sois pueblo de Dios
133
Vosotros sois pueblo de Dios
SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del libro de los Salmos (22,7-12)
Pero yo soy un gusano, no un hombre, vergüenza de
la gente, desprecio del pueblo; al verme, se burlan de
mí, hacen visajes, menean la cabeza: “Acudió al Señor,
que lo ponga a salvo; que lo libre si tanto lo quiere”.
Pero tú eres quien me sacó del vientre, me tenías confiado en los pechos de mi madre; desde el vientre materno tú eres mi Dios. No te quedes lejos, que el peligro
está cerca y nadie me socorre.
Meditación
Señor, no nos dejes caer en la tentación de la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre, que ahoga
el fervor y la audacia de la evangelización. Sabemos
que nadie puede emprender una lucha, si de antemano no confía plenamente en el triunfo. El que comienza
sin confiar, perdió de antemano la mitad de la batalla
y entierra sus talentos. Aun con la dolorosa conciencia de nuestras propias fragilidades, queremos seguir
adelante sin declararnos vencidos, recordando lo que
el Señor dijo a san Pablo: «Te basta mi gracia, porque
mi fuerza se manifiesta en la debilidad» (2 Cor 12,9).
El triunfo cristiano es siempre una cruz, pero una cruz
que al mismo tiempo es bandera de victoria, que se
lleva con una ternura combativa ante los embates del
mal. ¡Que tu Cruz, Señor, nos haga fuertes en el com134
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
bate por anunciar con alegría tu victoria sobre el mal!
(cf. Evangelii gaudium, 85).
Padre nuestro
Canto (CLN 398)
Oh rostro ensangrentado de Cristo, el Señor.
Cabeza circundada de afrenta y de dolor.
Contritos contemplamos tu pena y tu aflicción.
Acoge nuestro llanto, oh Cristo Salvador.
CUARESMA
OCTAVA ESTACIÓN
Jesús encuentra a las mujeres
de Jerusalén
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Lucas (23,28-31)
Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que vienen días en los que dirán: “bienaventuradas las estériles y los vientres que
no han dado a luz y los pechos que no han criado”.
Entonces empezarán a decirles a los montes: “Caed
sobre nosotros”, y a las colinas: “Cubridnos”; porque,
si esto hacen al leño verde, ¿qué harán con el seco?».
Meditación
Señor, vivimos en una civilización que está herida por
la obsesión del anonimato, a la vez que obsesionada
por los detalles de la vida de los demás, impudorosamente enferma de curiosidad malsana. En cambio,
tú quieres que nosotros tengamos la mirada cercana
para contemplar, conmovernos y detenernos ante el
otro cuantas veces sea necesario. También quieres tú
que hagamos presente la fragancia de la presencia
cercana de Jesús y su mirada personal, trabajando el
«arte del acompañamiento», para que todos aprendan siempre a respetar y amar la persona sagrada del
otro. Así pues, caminemos por este mundo con una
mirada respetuosa y llena de compasión que al mismo tiempo sane, libere y aliente a madurar en la vida
cristiana. Tú nos invitas a querer curarnos, a cargar
con nuestra camilla, a abrazar la cruz, a dejarlo todo,
a salir siempre de nuevo a anunciar el Evangelio. ¡Señor, nuestra propia experiencia de dejarnos acompañar y curar, nos enseña a ser pacientes y compasivos
con los demás! (cf. Evangelii gaudium, 169.172).
Padre nuestro
Canto (CLN 110)
Llorando los pecados tu pueblo está, Señor;
vuélvenos la mirada y danos el perdón,
vuélvenos la mirada y danos el perdón.
Seguimos tus pasos, camino de la Cruz,
subiendo hasta la cumbre de la Pascua de Luz.
Vosotros sois pueblo de Dios
135
Vosotros sois pueblo de Dios
NOVENA ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Mateo (11,28-30)
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados,
y yo os aliviaré. Tomad mi yugo y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis
descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Meditación
Señor, es cierto que en algunos lugares hay sociedades que quieren construirse sin Dios o que destruyen
sus raíces cristianas. En otros, la resistencia violenta
al cristianismo obliga a los cristianos a vivir su fe
casi a escondidas en el país que aman. También la
propia familia o el propio lugar de trabajo puede ser
ese ambiente árido donde hay que conservar la fe y
tratar de irradiarla. Pero es precisamente a partir de
esta experiencia dolorosa, como podemos descubrir
nuevamente la alegría de creer, su importancia vital
para nosotros, hombres y mujeres. En el sufrimiento se
vuelve a descubrir el valor de lo que es esencial para
vivir; así, en el mundo contemporáneo, son muchos
los signos de la sed de Dios, del sentido último de la
vida, a menudo manifestados de forma implícita o
negativa. Y aquí se necesitan sobre todo personas de
fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia
la Tierra prometida y de esta forma mantengan viva
la esperanza. Todos nosotros estamos llamados a ser
136
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
personas-cántaros para dar de beber a los demás. A
veces el cántaro se convierte en una pesada cruz, pero
fue precisamente en la Cruz donde, traspasado, el Señor se nos entregó como fuente de agua viva. ¡No nos
dejemos robar la esperanza! (cf. Evangelii gaudium,
86).
Padre nuestro
Canto (CLN 519)
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor escucha tu voz.
CUARESMA
DÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es despojado
de sus vestiduras
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Juan (19,23-24)
Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron
su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costuras,
tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron:
«No la rasguemos, sino echémosla a suertes, a ver a
quién le toca». Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica».
Meditación
Señor, a veces sentimos la tentación de ser cristianos
manteniendo una prudente distancia de las llagas
del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria
humana, que toquemos la carne sufriente de los demás. Espera que renunciemos a buscar nuestras seguridades personales o comunitarias que nos permiten
mantenernos a distancia del sufrimiento humano,
para que aceptemos de verdad entrar en contacto con
la existencia concreta de los otros y conozcamos, así,
la fuerza de la ternura, de tu ternura. ¡Cuando lo hacemos, la vida siempre se nos complica maravillosamente y vivimos la intensa experiencia de ser pueblo,
tu pueblo, el pueblo de Dios! (cf. Evangelii gaudium,
270).
Padre nuestro
Canto (CLN 519)
Perdona a tu pueblo, Señor,
perdona a tu pueblo, perdónale, Señor.
Por los tres clavos que te clavaron
y las espinas que te punzaron,
perdónale, Señor.
Vosotros sois pueblo de Dios
137
Vosotros sois pueblo de Dios
UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús clavado en la cruz
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Juan (19,25-24)
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la
Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al
discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí
tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a
tu madre».
Meditación
Señor, en la Cruz, cuando Cristo sufría en su carne el
dramático encuentro entre el pecado del mundo y la
misericordia divina, pudo ver a sus pies la consoladora presencia de su Madre y de su amigo. En ese crucial
instante, antes de dar por consumada la obra que el
Padre le había encargado, Jesús le dijo a su madre
María: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego le dijo al
amigo amado: «Ahí tienes a tu madre». Estas palabras de Jesús al borde de la muerte no son sólo una
preocupación piadosa hacia su madre, sino que son
más bien la expresión de una especial misión salvífica: Jesús nos dejaba a su madre como madre nuestra. Sólo después de hacer esto Jesús pudo sentir que
«todo está cumplido». En la Cruz, en el momento crucial de su muerte redentora, ¡Cristo nos da a María, su
madre, como madre nuestra! (cf. Evangelii gaudium,
285).
138
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Padre nuestro
Canto (CLN 106)
¡Victoria! ¡Tú reinarás!
¡Oh Cruz, tú nos salvarás!
El Verbo en ti clavado
muriendo nos rescató,
de ti, madero santo
nos viene la redención.
¡Victoria! ¡Tú reinarás!
¡Oh Cruz, tú nos salvarás!
CUARESMA
DUODÉCIMA ESTACIÓN
Jesús muere en la cruz
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Mateo (27,45-50.54)
Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde Jesús
gritó: «Elí, Elí lamá sabaktaní», es decir: «Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Jesús, dio
otro grito fuerte y exhaló el espíritu. El centurión y sus
hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados: «Realmente
éste era Hijo de Dios».
Meditación
Señor, a todos nosotros —mayores y jóvenes; laicos,
religiosos y sacerdotes; pueblo santo de Dios— nos
apremia siempre, en todo tiempo y lugar, la tarea de la
evangelización, pero no puede haber auténtica evangelización sin la proclamación explícita, manifiesta y
evidente de que Jesús es el Señor, y sin que esté muy
claro que lo primero, en cualquier actividad de evangelización, es la proclamación de Jesucristo. En efecto,
la evangelización, como predicación alegre, paciente
y progresiva de la muerte y resurrección salvífica de
Jesucristo, ¡debe ser nuestra prioridad absoluta, y esto
vale para todos! (cf. Evangelii gaudium, 110).
Padre nuestro
Canto (CLN 106)
Dios es fiel: guarda siempre su Alianza;
libra al pueblo de toda esclavitud.
Su Palabra resuena en los profetas,
reclamando el bien y la virtud.
Y Jesús nos dará en el Calvario
su lección: “Hágase tu voluntad”.
Y su sangre, vertida por nosotros,
será el precio de nuestra libertad.
Vosotros sois pueblo de Dios
139
Vosotros sois pueblo de Dios
DECIMOTERCERA ESTACIÓN
Jesús es bajado de la cruz
y entregado a su Madre
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Mateo (27,55-59)
Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos,
aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea
para servirlo; entre ellas, María la Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los
hijos de Zebedeo. Al anochecer, llegó un hombre rico
de Arimatea, llamado José, que era también discípulo
de Jesús. Éste acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de
Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana
limpia.
Meditación
Señor, al pie de la Cruz, en la hora suprema de la nueva creación, Cristo nos lleva a María. Jesús nos lleva
a su madre, porque no quiere que caminemos sin una
madre, y el pueblo de Dios ve en esa imagen materna
todos los misterios del Evangelio. Ella, que lo engendró con tanta fe, también acompaña al resto de sus
hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y
mantienen el testimonio de Jesús, a todos nosotros.
María siempre nos lleva a su Hijo para sobrellevar los
sufrimientos y cansancios de la vida. María nos da la
caricia de su consuelo maternal y nos dice: «No se turbe tu corazón. ¡Nunca olvides que yo soy tu Madre!»
(cf. Evangelii gaudium, 285-286).
140 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Padre nuestro
Canto (CLN 106)
Estrella y camino, prodigio de amor,
de tu mano, Madre, hallamos a Dios.
Tú nos lo diste en Belén, en pobre portal,
en tu regazo le ven el rey y el zagal.
Tú nos lo diste en la Cruz, altar de dolor,
muerto en tus brazos está un Dios Redentor.
CUARESMA
DECIMOCUARTA ESTACIÓN
Jesús es puesto en el sepulcro
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Lucas (23,53-55)
Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca,
donde nadie había sido puesto todavía. Era el día de
la Preparación y estaba para empezar el sábado. Las
mujeres que lo habían acompañado desde Galilea lo
siguieron, y vieron el sepulcro y cómo había sido colocado su cuerpo.
Meditación
Señor, bien sabes que el hombre no puede vivir sin
esperanza, ya que la vida sin esperanza se vuelve insoportable. Si pensamos que las cosas no van a cambiar, recordemos que Jesucristo ha triunfado sobre el
pecado y la muerte y está lleno de poder. Jesucristo
verdaderamente vive. Su resurrección no es algo del
pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por
todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable. Verdad que muchas
veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias,
maldades, indiferencias y crueldades que no ceden.
Pero también es cierto que en medio de la oscuridad
siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o
temprano produce un fruto. En un campo arrasado
vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible. Habrá
muchas cosas negras, pero el bien siempre tiende a
volver a brotar y a difundirse. Cada día en el mundo
renace la belleza, que resucita transformada a través
de las tormentas de la historia. Los valores tienden
siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho
el ser humano ha renacido muchas veces de lo que
parecía irreversible. Ésa es la fuerza de la resurrección
y cada evangelizador es un instrumento de ese dinamismo. Cristo resucitado y glorioso es la fuente profunda de nuestra esperanza, y ¡nunca nos faltará su
ayuda para cumplir la misión que nos encomienda!
(cf. Evangelii gaudium, 275-276).
Padre nuestro
Canto (CLN 106)
Ubi cáritas est vera,
Deus ibi est.
Congregávit nos in unum Christi amor.
Exsultémus et in ipso iucundémur:
Timeámus et amémus Deum vivum.
Et ex corde diligámus nos sincéro.
Ubi cáritas est vera,
Deus ibi est.
Vosotros sois pueblo de Dios
141
Vosotros sois pueblo de Dios
Oración final
(De la oración de Evangelii gaudium)
Virgen y Madre María,
tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro «sí»
ante la urgencia, más imperiosa que nunca,
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.
Estrella de la nueva evangelización,
ayúdanos a resplandecer
en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Tú, que estuviste plantada ante la Cruz
con una fe inquebrantable
y recibiste el alegre consuelo de la resurrección,
recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu
para que naciera la Iglesia evangelizadora.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.
Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos
el don de la belleza que no se apaga.
142
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Cuaresma 2015
Comisión
Diocesana de
Familia y Vida
Vosotros sois pueblo de Dios
143
Vosotros sois pueblo de Dios
Catequesis preparatoria
1. Creado para la alegría
Somos más que un accidente de la evolución. Somos
más que la suma de nuestra biología. Dios existe. Él es
bueno. Él nos ama. Él nos hizo a su imagen para participar de su alegria. Toma parte activa en nuestras
vidas. Él envió a su único Hijo para restaurar nuestra
dignidad y llevarnos a casa con él.
2. La Misión de Amor
Dios obra a través de nosotros. Tenemos una misión.
Estamos en el mundo para un propósito: para recibir
el amor de Dios y mostrar el amor de Dios a los demás. Dios busca curar un universo roto. Él nos pide
que seamos sus testigos y ayudantes en ese trabajo.
144 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
3. El significado de la sexualidad humana
El, terrenal, mundo corporal tangible es más que materia inerte o arcilla para modelar para la voluntad
humana. La creación es sagrada. Tiene un significado
sacramental. Refleja la gloria de Dios. Eso incluye a
nuestros cuerpos. Nuestra sexualidad tiene el poder
de procrear, y acciones de la dignidad de ser creado
a imagen de Dios. Necesitarnos vivir en consecuencia.
4. Dos convertido en uno
No estamos hechos para estar solos. Los seres humanos necesitan y completan mutuamente. La amistad
y la comunidad satisfacen ese anhelo con enlaces de
interés común y el amor. El matrimonio es una forma única de íntima amistad que llama a un hombre
y una mujer a amarse en la forma del pacto de Dios.
El matrimonio es un sacramento. El amor conyugal
es fructífero y se ofreció sin reservas. Este amor es la
imagen de la fidelidad de Jesús a la Iglesia.
CUARESMA
5. Crear el Futuro
El matrimonio está destinado a ser fértil y la bienvenida a una nueva vida. Los niños dan forma al futuro,
tal como ellos mismos se forman en sus familias. Sin
hijos, no puede haber futuro. Los niños criados con
amor y orientación son la base para un futuro amoroso. Niños heridos auguran un futuro heridos. Las familias son la base para todas las comunidades más
grandes. Las familias son iglesias domésticas, lugares
donde los padres ayuden a los niños a descubrir que
Dios los ama y tiene un plan para la vida de cada niño.
6. Todos los osos les gusta la fruta
No todo el mundo se llama al matrimonio. Pero cada
vida está destinada a ser fértiles. Cada vida tiene el
poder y la necesidad de fomentar una nueva vida, si
no es a través de tener y criar hijos, también a través de otras formas vitales de entrega de auto, construcción y servicios. La Iglesia es una gran familia de
diferentes vocaciones, cada uno distinto, pero cada
necesidad y el apoyo a los demás. Sacerdocio, la vida
religiosa y la vocación laica, célibe para enriquecer, y
se enriquecen con el testimonio del estado matrimonial. Las diferentes formas de ser casto y célibe fuera
del matrimonio son formas de donación de la propia
vida al servicio de Dios y de la comunidad humana.
7. Luz en un mundo oscuro
En su mejor momento, la familia es una escuela de
amor, la justicia, la compasión, el perdón, el respeto
mutuo, la paciencia y la humildad en medio de un
mundo oscurecido por el egoísmo y el conflicto. De
esta manera, la familia enseña lo que significa ser humano. Sin embargo, muchas tentaciones surgen que
tratan de persuadir a olvidar que hombre y mujer son
creados por el pacto y la comunión. Por ejemplo, la
pobreza, la riqueza, la pornografía, la anticoncepción,
los errores intelectuales filosóficos y otros todos pueden crear contextos que desafían o amenazan la vida
familiar saludable. La Iglesia se resiste a estas cosas
por el bien de la protección de la familia.
8. Un hogar para el Corazón Herido
Muchas personas, sobre todo hoy, se enfrentan a situaciones dolorosas derivadas de la pobreza, la discapacidad, las enfermedades y las adicciones, el desempleo y la soledad de la edad avanzada. Pero el divorcio
y la atracción hacia el mismo sexo influyen en la vida
de la familia en diferentes pero poderosas maneras.
Familias y redes de familias cristianas deben ser fuentes de la misericordia, la seguridad, la amistad y el
apoyo a los que luchan con estas cuestiones.
Vosotros sois pueblo de Dios
145
Vosotros sois pueblo de Dios
9. Madre, Maestra, Familia:
La naturaleza y el rol de la Iglesia
La Iglesia tiene formas institucionales porque ella
tiene que trabajar en el mundo. Pero eso no agota su
esencia. La Iglesia es la Esposa de Cristo, una “ella”, no
una “cosa”. En las palabras de san Juan XXIII, ella es
nuestra madre y maestra, nuestro consolador y guía,
nuestra familia de fe. Todavía necesitamos la sabiduría de la Iglesia, los sacramentos, el apoyo y la proclamación de la verdad, porque ella es el cuerpo de
Jesús en el mundo; la familia del pueblo de Dios con
mayúsculas.
10. La elección de Vida
Dios nos hizo por una razón. Su amor es nuestra misión en la vida. Esta misión nos permite encontrar
nuestra verdadera identidad.
Si optamos por adoptar esta misión, tendremos una
nueva perspectiva sobre muchos temas, no sólo la
familia. Para vivir la misión de la Iglesia doméstica
significa que las familias católicas a veces como las
minorías, con valores diferentes a su entorno cultural.
Nuestra misión de amor requerirá coraje y fortaleza.
Jesús está llamando, y podemos responder, la elección de vida de la fe, la esperanza, la caridad, la alegría, el servicio y la misión.
146 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Oración por el Sínodo de la Familia 2015
Padre, regala a todas las familias la presencia de esposos fuertes y sabios, que sean manantial de una familia libre y unida.
Padre, da a los padres una casa para vivir en paz con
su familia.
Padre, concede a los hijos que sean signos de confianza y de esperanza y a los jóvenes el coraje del compromiso estable y fiel.
Padre, ayuda a todos a poder ganar el pan con sus
propias manos, a gustar la serenidad del espíritu y a
mantener viva la llama de la fe también en tiempos
de oscuridad.
Padre, danos la alegría de ver florecer una Iglesia
cada vez más fiel y creíble, una ciudad justa y humana, un mundo que ame la verdad, la justicia y la misericordia.
PASCUA
Pascua
2015
Vosotros sois pueblo de Dios
147
Vosotros sois pueblo de Dios
Domingo de Pascua
de la Resurrección
del Señor
Éste es el día en que actuó el Señor
Un rito propio de este día: el “Encuentro”
Misa del día de Pascua
En casi todos los pueblos tiene lugar la ceremonia del
“Encuentro” de Jesús con su santísima Madre. Es un acto
juvenil y alegre, en el que la liberación de la muerte se
expresa soltando pajaritos y palomas; como dice el salmo 123: Nuestra vida ha escapado como un pájaro de la
jaula del cazador... La piadosa tradición de que Jesús se
apareció antes que a nadie a su Madre aparece por primera vez en el apócrifo “Evangelio de Nicodemo” y a él
alude también san Ambrosio en su “Tratado sobre las vírgenes”, pero son los autores de los siglos XIV y XV quienes
desarrollarán literariamente este tema que hace a María
sufrir una Pasión paralela a la de su Hijo como corredentora con él.
Los cincuenta días que van desde este domingo de Resurrección hasta el de Pentecostés han de ser celebrados
con alegría y exultación como si se tratase de un solo
y único día festivo, más aún, como un “gran domingo”,
tal como lo proclama el himno israelita propio de estas
fechas que los cristianos aplicamos al Misterio Pascual:
“Éste es el día en que actuó el Señor; sea nuestra alegría
y nuestro gozo” (Salmo 117, 24).
Los miembros del IDE podrían acudir a este acto como grupos de familias, llevando cada una paloma o cada niño
un globo que se soltasen en el momento del encuentro.
148 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PASCUA
Segundas Vísperas.
Conclusión del Triduo Pascual
Es un acto que podríamos ir recuperando. Son la celebración del encuentro vespertino de Jesús con los caminantes de Emaús y con los discípulos en el cenáculo. Se abre
el tiempo de alegría de la Cincuentena, la semana de semanas que es el santo Pentecostés.
VII. La Pascua de 2015
Después del momento central que es el Triduo Sacro, y
profundizando en lo que hemos de anunciar, seguiremos
el tema de las primeras lecturas de la Cuaresma, pues
la primera carta de san Juan nos enseña el contenido de
la Nueva Alianza, que es la fidelidad en el amor que es
propio de Dios y que se nos comunicó en nuestro nuevo
nacimiento en el bautismo como fruto del sacrificio de
Jesucristo, propiciación por los pecados.
También los Hechos de los Apóstoles y los evangelios responden a la pregunta de qué hemos de presentar como
Buena Noticia, destacando la importancia del “kerigma”,
el anuncio de la salvación como fruto del Misterio Pascual de Jesucristo y la participación en él como única
forma de salvación. Es, sin embargo, mucho más que la
difusión de una doctrina; ya que la vivencia litúrgica de
la Pascua nos hace presente al Señor que viene con sus
grandes misterios de la Pasión, la resurrección, la ascensión y la efusión del Espíritu Santo.
Finalmente, el ejemplo de los primeros cristianos y de los
apóstoles nos debe ayudar a la reflexión y la toma de decisiones comprometedoras sobre quiénes han de evangelizar, con qué recursos y de qué forma lo han de realizar.
Vosotros sois pueblo de Dios
149
Vosotros sois pueblo de Dios
5 de abril de 2015
VIII. Los domingos de Pascua
Domingo de Pascua
de la Resurrección
del Señor
150 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Primer domingo
de Pascua B
PASCUA
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos de los Apóstoles 10, 34ª 37-43
Comenzamos la lectura del libro de los Hechos de los
Apóstoles, que nos recuerda los orígenes de la Iglesia, en
la sexta de las edades del mundo. En este día de Pascua
escuchamos el mensaje fundamental de los apóstoles,
como testigos de la resurrección de Jesucristo.
Evangelio de Juan 20, 1-9
El sepulcro vacío, contemplado con la luz de la fe, fue el
primer signo que hizo ver a los apóstoles la resurrección
de Jesucristo. Así comprendieron que tenía que resucitar
de entre los muertos, como el Señor había anunciado.
O bien, el evangelio de la Vigilia Pascual:
Salmo responsorial 117
Evangelio de Marcos 16, 1-7
Durante la cincuentena pascual cantaremos varias veces este salmo 117 que proclama la liberación de Israel
de la esclavitud de Egipto y anuncia proféticamente la
resurrección de Jesucristo en este día de Pascua en que
actuó el Señor.
En la madrugada del primer día de la semana, el anuncio del ángel a las mujeres que iban a ungir el cuerpo de
Jesús les encomendó ser las primeres mensajeras de la
Resurrección del Señor.
Segunda lectura.
Colosenses 3, 1-4
El apóstol nos anuncia que el misterio pascual debe realizarse también en nosotros, que hemos comenzado a vivir la vida de Cristo desde nuestro bautismo.
O bien, en la misa vespertina:
Evangelio de Lucas 24, 13-35
En la tarde de este mismo día, Jesús se apareció a dos
caminantes que fueron en seguida sus anunciadores ante
los apóstoles reunidos en el cenáculo.
O bien:
1 Corintios 5, 6b-8
El sacrificio pascual de Jesucristo es el principio de nuestra
salvación, por eso el apóstol nos anima a vivir una vida
nueva, diferente a la que sigue los valores del mundo.
Vosotros sois pueblo de Dios
151
Vosotros sois pueblo de Dios
Ideas para la homilía
Las mujeres “apóstolas”
Subo al Padre mío y Padre vuestro
En un amanecer que podemos imaginar fresco y brumoso, en el primer día de la semana, unes mujeres del círculo de Jesús fueron las primeres en ver, escuchar y sentir
que todo estaba a punto de cambiar. Y fueron “apóstolas”, sobre todo María Magdalena, a quien la Iglesia Antigua dio este título de “apóstola de los apóstoles”; enviadas a anunciar a los discípulos que el Señor no iba a ser
un difunto llorado y recordado, sino alguien vivo y, sobre
todo, presente. “Id a todo el mundo a anunciar el Evangelio”, dirá Jesús a los que de este modo hizo “apóstoles”;
pero antes estuvieron ellas, a las que su sociedad no les
daba derecho a ser testigos en un juicio.
“No me toques”, dijo Jesús a María de Magdala, “porque
aún no he subido al de Padre” (Jn 20, 17). Aún después
de un diálogo tan personal “María... Maestro”, Jesús no
quiere que lo retengan, porque no se va; tiene un tiempo
para mostrarse visiblemente a los discípulos, y luego estará siempre con ellos y en todo lugar con su palabra, su
Cuerpo y sangre y en el encuentro de la caridad.
152
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PASCUA
Al Dios mío y Dios vuestro
Anunciamos a Jesús de Nazaret
Dios, fuente y origen de toda divinidad, es Padre de Jesús
y de los suyos, pero de una manera distinta, él por naturaleza y nosotros por adopción. Creemos en un solo Dios,
pero en el seno de la divinidad existe una relación que
se manifiesta en la perfecta obediencia de Jesús al Padre
hasta el mayor sacrificio.
“Lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse” (Hch 10, 39-40; Primera lectura); éste es el anuncio
público, el “kerigma” apostólico en boca de Pedro, proclamando un hecho salvador de alcance universal, porque “todos los que creen en él reciben, por su nombre, el
perdón de los pecados” (v. 43). Éste es el núcleo de la fe
y el mensaje cristianos, y su eco vibrante no debe faltar
nunca en la comunicación de la fe, tanto en la misión y
la predicación como en la catequesis y la enseñanza religiosa.
Vosotros sois pueblo de Dios
153
Vosotros sois pueblo de Dios
Oración de los fieles
Para vivir una vida nueva
El misterio pascual de la muerte y la resurrección de Jesús se realiza en cada cristiano a partir del Bautismo y la
Confirmación, y se consuma y actualiza durante toda la
vida en la participación en la Eucaristía. Es verdad que
todavía nuestra vida está escondida con Cristo en Dios,
pero también que está llamada a la gloria con el mismo
Cristo (cf. Col 3, 3-4; Segunda lectura); y esto tiene una
consecuencia práctica, porque debemos vivir esa vida
nueva, orientada al cielo y desprendida de los bienes de
la tierra.
Todo ello está dicho de forma más expresa en la otra lectura opcional para este día: Ha sido inmolada nuestra
víctima pascual: Cristo. Así, pues, celebremos la Pascua,
no con levadura vieja (de corrupción y de maldad), sino
con los panes ácimos de la sinceridad y la verdad (1 Cor
5, 7-8).
Buscar los bienes del cielo, purificar nuestra conducta,
es decir, organizar nuestra personalidad y nuestra vida
según el modelo de Jesucristo. Es lo que intentamos con
la penitencia cuaresmal y que ahora se nos ofrece como
una gracia de la Pascua del Señor si estamos preparados
para recibirla.
Queridos hermanos, puestos en pie como renacidos a la
vida nueva por el Bautismo, y orando como pueblo sacerdotal, pidamos que los Frutos de esta Pascua permanezcan en nosotros y lleguen a todo el mundo.
- Por el Papa Francisco y nuestro Obispo Antonio; para
que les sigamos fielmente en el camino que Jesús
abrío con su resurrección, roguemos al Señor.
- Por todos los renacidos a la vida con Cristo en esta
Pascua; para que su vida esté de acuerdo con los dones recibidos y se abra finalmente a la gloria eterna,
roguemos al Señor.
- Para que el Itinerario Diocesano de Evangelización
tome nueva fuerza como consecuencia de nuestra
participación en los misterios pascuales, roguemos al
Señor.
- Para llevemos la confianza y la alegría que nos comunica el Resucitado a todos aquellos con quienes convivimos y nos encontramos, roguemos al Señor.
- Por nuestros hermanos cristianos que están siendo
más probados en su fe; para que reciban la ayuda que
necesitan y no cedan en la persecución, roguemos al
Señor.
Todo esto te lo pedimos, Padre, unidos en tu Espíritu de
caridad, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
154 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PASCUA
12 de abril de 2015
Segundo domingo
de Pascua
o de la Divina
Misericordia
“La Misericordia Divina llega
a los hombres a través del corazón
de Cristo Crucificado y Resucitado”
(Juan Pablo II, Dives in misericordia)
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos de los Apóstoles 4, 32-35
La primera lectura nos hace revivir la experiencia de la
primera comunidad cristiana, de los primeros discípulos
de Jesús, que crecía convirtiéndose en una multitud.
Segunda lectura.
1 Juan 5, 1-6
En los domingos de Pascua de este año vamos a escuchar la lectura de pasajes de la primera carta del apóstol
san Juan, elegidos por sus temas que son el nuevo nacimiento por el Bautismo y el mandamiento nuevo del
amor como norma de vida para los cristianos.
Evangelio de Juan 20, 19-31
En el evangelio de hoy, contemplamos como Cristo se
hace presente en medio de la comunidad que está reunida en su nombre, a pesar de nuestros miedos y dificultades.
Vosotros sois pueblo de Dios
155
Vosotros sois pueblo de Dios
Ideas para la homilía
El Señor se hace presente
en medio de aquellos a los que ama
para ser mensajeros
El Hijo, una vez ha cumplido su misión, se presenta en
medio de los suyos entregándoles el don del Espíritu, de
tal forma que así podrán dar testimonio en medio del
mundo del amor que el Padre nos tiene. En la tarde-noche del Jueves Santo, el Señor anunció a los suyos, que
no los dejaría solos con la promesa de su regreso (Jn 14,
18). Ahora, ésta se cumple, y los que allí estan reunidos,
hacen experiencia de fe por el don del Espíritu. Pero no
todos pudieron encontrarse con el Señor, Tomás no estaba. Su ausencia y desconfianza, nos valió una nueva
muestra de Jesús resucitado y la última bienaventuranza: “Dichosos los que crean sin haber visto”.
156
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
El Octavo día, el primer domingo
“El primer día de la semana —el tercero después del vienes— está atestiguado desde los primeros tiempos en el
Nuevo Testamento como el día de la asamblea y el culto
de la comunidad cristiana (cf, 1 Cor 16,2; Hch 20,7; Ap
1,10)… Si se considera la importancia que tiene el sábado
en la tradición veterotestamentaria, basada en el relato
de la creación y en el Decálogo, resulta evidente que sólo
un acontecimiento con una fuerza sobrecogedora podía
provocar la renuncia al sábado y su sustitución por el
primer día de la semana. Sólo un acontecimiento que se
hubiera grabado en las almas con una fuerza extraordinaria podría haber suscitado un cambio tan crucial en
la cultura religiosa de la semana. Para esto no habrían
bastado las meras especulaciones teológicas. Para mí, la
celebración del Día del Señor, que distingue a la comunidad cristiana desde el principio, es una de las pruebas
más fuertes de que ha sucedido una cosa extraordinaria
en este día: el descubrimiento del sepulcro vacío y el encuentro con el Señor resucitado” (Jesús de Nazaret, 301302).
PASCUA
El día de la fe
El Espíritu de paz y amor, don del Resucitado
El domingo es también un día de fe. El Espíritu nos capacita para que podamos renovar cada semana la profesión con la que entramos en la Iglesia. No somos ya
como Tomás, que no podía creer, ya que no estaba cuando fue exhalado el Espíritu. Con alegría escuchamos hoy
la última bienaventuranza pronunciada por Cristo y dirigida a los cristianos de todos los tiempos: Dichosos los
que crean sin haber visto (Juan 20,29).
En su primera aparición a los discípulos, Jesús exhaló su
aliento sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; a
quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos (Jn
20, 22-23). Para eso murió el Hijo de Dios hecho hombre,
para llegar junto al Padre y volver a traer a los hombres
el Espíritu de la vida sobrenatural que perdieron los primeros padres en el comienzo de la historia. Muchas veces
parece que Jesús vino para arreglar las cosas del mundo,
para que cesasen las penas y las injusticias en una nueva era paradisíaca; en otras ocasiones el Señor es imaginado como un maestro de virtud que tiene consejos y
recetas para todo lo que lleva a la felicidad. Sin embargo
todo ello no dejan de ser consecuencias de la gracia fundamental, que es el nuevo comienzo.
Vosotros sois pueblo de Dios
157
Vosotros sois pueblo de Dios
Oración de los fieles
El testimonio evangelizador de la comunidad
Las primeras comunidades cristianas son un ejemplo
para todos los tiempos. Ahora también nuestras comunidades seran evangelizadoras si responden al modelo
de caridad y unidad, de fe y alegría que era su principal
atractivo. Quien se siente en paz con Dios, la comunidad
que se reúne reconciliada en la paz de Dios, quien se conoce a sí mismo amado de Dios porque aspira el aroma
de la unción del Espíritu, no tiene temor a nada de este
mundo; será un apóstol activo o un mártir silencioso que
difundirá el testimonio del Salvador, individualmente o
en comunidad.
Oremos a Dios Padre de Misericordia, por medio de su
Hijo, resucitado de entre los muertos que derrame sus
gracias sobre nosotros.
- Por la Iglesia, Pueblo de Dios; para que, aprendiendo
lo esencial de la ley divina, comprenda que Dios quiere “misericordia no sacrificios”, roguemos al Señor.
- Por nuestro mundo, dividido por el odio, las guerras,
la segregación en ricos y pobres, dominadores y dominados, vencedores y vencidos; para que sea posible
la paz, fruto de la justicia y del amor fraterno, roguemos al Señor.
- Para que siguiendo el Itinerario Diocesano de Evangelización se suscite en todo creyente la aspiración
de confesar con plenitud, y renovada confianza y esperanza la resurrección de Cristo verdadero camino y
vida del hombre, roguemos al Señor.
- Por los que buscan y aún no han llegado a la fe; para
que tengan la dicha de poder creer sin ver, roguemos
al Señor.
Escucha, Padre; son la oración de tu Iglesia, reunida en
el nombre de tu Hijo Jesucristo, que confía en el don del
Espíritu Santo para anunciar la Buena Noticia del perdón
y la misericordia, ahora y por siempre.
R/. Amén.
158
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PASCUA
19 de abril de 2015
Tercer domingo
de Pascua B
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos de los Apóstoles 3, 13-15.17-19
El mensaje de Pedro en la lectura es una fuerte llamada
a la conversión. La Iglesia llama a la humanidad a una
nueva vida, la del Evangelio, que brota del perdón y de la
misericordia que Cristo manifiesta en la cruz.
Segunda lectura.
1 Juan 2, 1-5ª
San Juan nos invita a ser auténticos en nuestra vida cristiana. Permanecer en Cristo es cumplir sus mandamientos, esencialmente el mandamiento del amor que nos
asemeja al mismo Dios. La verdad de nuestra fe se manifiesta en nuestro amor a Dios y al prójimo.
Evangelio de Juan 24, 35-48
En este relato de aparición, el tercero en este tiempo de
Pascua, el Señor abre el entendimiento de los Apóstoles
para comprender el misterio de Cristo. La Eucaristía es el
encuentro con el Señor que hace posible conocer a Cristo
y conociéndolo poder amarle y seguirle cada día.
Vosotros sois pueblo de Dios
159
Vosotros sois pueblo de Dios
Ideas para la homilía
En el tercer domingo de Pascua, la lectura del evangelio
nos propone una de las apariciones de Jesús resucitado a
los Apóstoles. El pasaje sucede justo después de que los
discípulos de Emaús retornen a Jerusalén y cuenten a los
demás la experiencia que habían tenido de camino a su
ciudad.
160 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Encuentro eucarístico
La clave de este relato es el contexto de la aparición: una
comida. Jesús se presenta en medio de sus discípulos y
ante su sorpresa fruto de la inmensa alegría del encuentro con su amigo y maestro resucitado les pide algo de
comer. Le ofrecen un poco de pescado a la brasa. ¿Por
qué precisamente este alimento? El término pez en griego permite un cierto juego con sus letras de manera que
para los primeros cristianos el pez se identifica con claridad con el mismo Cristo. He aquí, pues, el contexto del
encuentro con Jesús: la Eucaristía, en la que se nos da el
mismo Señor como alimento.
PASCUA
Toda la Escritura habla de Cristo
Conocer para anunciar
Una vez han compartido la comida, Cristo abre el entendimiento de los discípulos para que comprendan el sentido de la Escritura o, lo que es lo mismo, comprendan al
mismo Cristo y su misión como Redentor y Salvador del
mundo. La Eucaristía es el momento central de la vida
cristiana porque en ella recibimos la Palabra del Señor
que da cuenta de sus enseñanzas y del camino que nos
propone. En la comunión sacramental, Jesús nos abre el
corazón con el don de su Espíritu de manera que comprendamos y llevemos adelante a través de nuestras
obras el misterio de Cristo, sus palabras y obras.
Los dos de Emaús corrieron a comunicar su encuentro con
Jesús a los demás discípulos. Nosotros somos el Pueblo
de Dios, convocado por Cristo para proclamar su gloria y
manifestarla al mundo. Él nos ha abierto el entendimiento, nos ha revelado la profundidad de su persona y nos
ha enseñado la calidad del amor que tiene por nosotros.
La Iglesia continúa la obra del Señor: nosotros somos sus
testigos.
Comprender el sentido de la Escritura no es únicamente
un ejercicio intelectual. Cierto que nuestra mente se alimenta de la Palabra, pero no es suficiente. Comprender
a Cristo es entender la urgencia de sus mandamientos,
esencialmente el mandamiento del amor.
Vosotros sois pueblo de Dios
161
Vosotros sois pueblo de Dios
26 de abril de 2015
Oración de los fieles
Oremos confiadamente al Padre, que levantó a su Hijo de
la muerte con la fuerza del Espíritu:
- Por la santa Iglesia de Dios, Pueblo de Dios; para que
muestre a todos en su testimonio de palabra y de
obra, el mismo amor de Cristo, roguemos al Señor.
- Por los que viven en la violencia, la ira y el odio; para
que Dios les cambie el corazón y puedan descubrir el
gozo de la paz y el amor al prójimo, roguemos al Señor.
- Por los catequistas que ayudan a comprender la Palabra de Dios a los niños, los jóvenes y los adultos que
se preparan para ser cristianos, roguemos al Señor.
- Por nosotros, reunidos en la mesa del Señor; que comprendamos la urgencia de vivir el amor de Dios manifestado en Cristo y cumplamos con alegría el mandamiento de amar igualmente al prójimo, roguemos
al Señor.
Escucha, Padre, nuestras oraciones, y nunca dejes que se
rompa la unidad de quienes compartimos el mismo Pan.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
162
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Cuarto domingo
de Pascua B
El Buen Pastor
PASCUA
Moniciones a las lecturas
Ideas para la homilía
Primera lectura.
Hechos de los Apóstoles 4, 8-12
El cuarto domingo de Pascua es conocido como el domingo del Buen Pastor. El Señor utiliza esta imagen para
presentarse ante sus discípulos y hacerles comprender un
rasgo esencial de su identidad: el acompaña y guía a su
Pueblo que es la Iglesia.
Jesús es el único Salvador, ayer, hoy y siempre. No hay
otro fundamento sobre el que podamos asentar nuestra
vida que el mismo Señor. La vida cristiana no es seguir
unas ideas, sino dejarse conducir por una persona, Cristo,
haciendo de él el centro de nuestra vida.
Segunda lectura.
1 Juan 3, 1-2
En Cristo resucitado todos somos hermanos. La fraternidad que brota del bautismo y que nos hace hijos de Dios
es un anticipo del destino de gloria que Dios ha preparado para todo el Pueblo de Dios.
Jesús contrasta con aquellos a los que denomina mercenarios, que ni piensan ni les importan las ovejas. Cuántas veces nos dejamos llevar en la vida por las cosas, el
dinero, las ideologías, y ponemos nuestra esperanza en
aquello que es incapaz de dar felicidad y hondura al corazón del hombre.
Evangelio de Juan 10, 11-18
En este domingo leemos un fragmento del capítulo décimo del evangelio de Juan, donde Cristo se presenta como
el Buen Pastor. Él nos conoce y nos guía. Nosotros estamos llamados a escuchar su voz y a ser miembros activos del rebaño del Señor que es la Iglesia.
Vosotros sois pueblo de Dios
163
Vosotros sois pueblo de Dios
El corazón del Pastor
La comunidad del Pastor
El Señor nos muestra su corazón de Pastor y nos hace
vislumbrar una convicción profunda para el cristiano: el
discípulo de Jesús nunca camina solo en la vida. Siempre,
a nuestro lado, acompañándonos, guiándonos, conduciéndonos, está la presencia de Cristo. Incluso en medio
de las dificultades de la vida, Jesús nos toma en brazos
como a la oveja de la parábola y nos lleva por el camino
de la vida hacia la meta de la salvación.
La imagen del Buen Pastor es también un reto para el
Pueblo de Dios que es la Iglesia: nuestra acción pastoral,
es decir, nuestra vida comunitaria tiene que corresponder
a la condición de Buen Pastor de nuestro maestro.
164 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Las consecuencias son claras. En primer lugar, la comunidad cristiana debe conocerse. Como Cristo conoce a sus
ovejas así nos hemos de conocer y estimar unos a otros.
La Iglesia no puede ser un grupo de desconocidos con
una espiritualidad individualista y solitaria. El Señor nos
ha constituido en su pueblo y ovejas de su rebaño. Todos
estamos unidos en el camino de la salvación.
PASCUA
Oración de los fieles
Nos envía a reunir un rebaño más grande
En segundo lugar, el Señor nos envía a las ovejas que no
son de nuestro redil. La tarea de la evangelización forma
parte esencial de nuestra identidad cristiana. En el ADN
de nuestra fe está proclamar de palabra y de obra la experiencia de Cristo resucitado.
Cristo es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas y
nosotros su Pueblo, llamado a dar la vida por Él y su
evangelio para mayor gloria de Dios y crecimiento de su
Reino.
Oremos a Dios nuestro Padre, pastor y guardián de nuestras vidas.
- Por el Papa Francisco, por nuestro Arzobispo y por todos los pastores de la Iglesia; que vivan su ministerio
siendo imágenes vivas de Cristo Buen Pastor, roguemos al Señor.
- Por los responsables del gobierno de las naciones;
que guíen a sus ciudadanos por caminos de justicia,
de paz y de solidaridad con los más necesitados, roguemos al Señor.
- Por las vocaciones al ministerio sacerdotal; que no
falten jóvenes que se consagren al servicio de Dios y
de los hermanos partiendo el pan de la Palabra y el
de la Eucaristía, roguemos al Señor.
- Por nosotros, miembros del Pueblo de Dios que tiene
a Cristo por guía y pastor; que nos dejemos conducir
por los caminos del amor, el perdón y la fraternidad,
roguemos al Señor.
Padre lleno de amor, ayúdanos a permanecer unidos
en Cristo, para que no dejemos su senda y lo tengamos
siempre como nuestro Buen Pastor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Vosotros sois pueblo de Dios
165
Vosotros sois pueblo de Dios
3 de mayo de 2015
Quinto domingo
de Pascua B
La vid y los sarmientos
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos de los Apóstoles 9, 26-31
En la conversión de san Pablo descubrimos que la fe nace
en el encuentro con Cristo y que en la vida de la Iglesia
el protagonismo absoluto corresponde al Espíritu Santo.
Es Él quien hace brotar la fe, la alimenta para que crezca
y consolida la vida cristiana en el corazón de cada creyente.
Segunda lectura.
1 Juan 3, 18-24
La vida cristiana es tremendamente sencilla: creer en
Dios y amarnos unos a otros. San Juan presenta en su
carta la necesidad de unir una fe robusta con un amor al
prójimo igual de firme. El reto para el creyente es hacer
posible la simplicidad del Evangelio.
Evangelio de Juan 15, 1-8
Jesús utiliza muchas imágenes para mostrarnos su íntima relación con nosotros. Hoy nos presenta la de la vida
y los sarmientos. Sólo unidos a Cristo podemos dar fruto,
sólo unidos al Señor seremos capaces de ser discípulos
suyos.
166
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PASCUA
Ideas para la homilía
La unidad del Pueblo de Dios
La íntima unión en Cristo
Cristo el Señor, en virtud del don del Espíritu Santo, ha
constituido a la Iglesia, el nuevo Pueblo de Dios, su Cuerpo, del que Él mismo es la cabeza. La imagen de la vid
y los sarmientos que Jesús presenta en el fragmento del
evangelio de Juan que acabamos de proclamar nos ayuda a comprender la unión íntima entre Cristo y los cristianos.
Esta unión íntima se manifiesta en la oración, el trato
personal con Cristo en un diálogo de amigo a amigo, y,
sobre todo, en la vida sacramental. En los sacramentos,
especialmente la Eucaristía, el Señor nos ofrece la savia
del Espíritu que vivifica y santifica nuestro ser cristiano.
Más aún, no hay fruto de vida cristiana que podamos dar
si no es porque expresa la misma vida del Señor. Todo
aquello bueno y santo que realizamos en nuestra vida es
consecuencia de nuestra unión con Cristo.
De la misma manera que las ramas están unidas al árbol y la rama recibe la savia del tronco y así es capaz de
mantenerse viva y dar fruto, así el cristiano está unido a
su Señor. La imagen de la vid y los sarmientos sorprende por su simplicidad y, al mismo tiempo, por su certero
contenido. El cristiano no puede vivir sin Cristo, sin estar
unido íntimamente a su Señor.
La imagen de la vid y los sarmientos nos aporta un elemento más: todos los sarmientos comparten un mismo
tronco y forman una única unidad hasta el punto que el
sarmiento, por sí solo, no puede vivir. La vida de Cristo
inunda a toda la Iglesia y lo hace desplegando una comunidad de creyentes unidos entre sí por Cristo. De esta
manera, nuestra unidad no es fruto de un esfuerzo humano o de un acuerdo o de simpatías sino que viene de
lo alto, de Cristo mismo que nos une en la caridad, esto
es, en el mismo amor. Por eso, el mandamiento principal
del Señor es el amor al prójimo. Si somos una sola cosa
en Cristo estamos llamados a expresar un mismo amor
en Cristo.
Vosotros sois pueblo de Dios
167
Vosotros sois pueblo de Dios
10 de mayo de 2015
Oración de los fieles
Invoquemos con fe al Señor, que desea ser el centro de
nuestras vidas.
- Por todos los fieles cristianos, los religiosos y religiosas, los diáconos, sacerdotes, obispos y el Papa Francisco. Que unidos firmemente a Cristo demos todos
frutos de vida cristiana que den testimonio del Señor
ante el mundo, roguemos al Señor.
- Por el fin de toda forma de guerra y de violencia, especialmente aquella que pretende justificarse en la
religión, roguemos al Señor.
- Por los fieles comprometidos en el Itinerario Diocesano de Evangelización; para que su mensaje alcance a
todos los miembros de nuestra comunidad parroquial
y ciudadana, roguemos al Señor.
- Por los niños y jóvenes que en estos días reciben los
sacramentos de la iniciación cristiana: bautismo, confirmación y Eucaristía. Que crezcan unidos íntimamente a Cristo Jesús, roguemos al Señor.
- Por nosotros, reunidos en torno a Cristo. Que la Eucaristía que celebramos nos una más íntimamente a
Cristo y demos los frutos de amor y misericordia que
Dios espera, roguemos al Señor.
Te pedimos, Padre, que tu Espíritu de caridad nos mantenga unidos como los sarmientos a la vid que es tu Hijo
Jesucristo, que vive y reina contigo por los siglos de los
siglos. Amén.
168
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Sexto domingo
de Pascua B
El mandamiento nuevo
del amor
PASCUA
Moniciones a las lecturas
Ideas para la homilía
Primera lectura.
Hechos de los Apóstoles 10, 25-26.34-35.44-48
La grandeza de la fe cristiana, seguramente su mayor
dignidad, es que el cristiano puede tocar el corazón mismo de Dios. No fruto del esfuerzo del hombre, como si hubiésemos conquistado la intimidad de Dios, sino porque
Dios ha querido mostrarnos su esencia y nos ha dejado
entrever su naturaleza: Él es amor.
La Iglesia es católica porque todos los hombres y mujeres
del mundo están llamados a formar parte de ella. Es el
Espíritu quien condujo a la Iglesia en sus inicios para que
descubriera que el mensaje de Jesús tenía como destinatario a la humanidad entera.
Segunda lectura.
1 Juan 4, 7-10
En esta lectura de la primera carta de san Juan se nos
muestra la identidad profunda de Dios: Él es amor. Un
amor apasionado por la humanidad hasta entregar a su
Hijo por nosotros.
Evangelio de Juan 15, 9-17
El amor al prójimo se encuentra en el centro mismo del
Evangelio. Es el fruto esencial que Cristo espera de nosotros. La raíz de este amor y su medida es el mismo amor
de Cristo.
Vosotros sois pueblo de Dios
169
Vosotros sois pueblo de Dios
La contraseña del Pueblo de Dios
El mandamiento nuevo de Jesús
El Pueblo de Dios es una comunidad de creyentes marcada por el amor. La humanidad ya brota toda ella del
amor de Dios. Hemos sido creados por amor, pero sobre
todo, hemos sido redimidos por amor. Dios lleno de ternura por la humanidad, sintiendo lástima del ser humano perdido en el pecado y el egoísmo nos envió a su
Hijo. Cristo nos muestra la calidad del amor de Dios y
Él mismo lo realiza y manifiesta en su pasión, muerte y
resurrección.
El mandamiento de Cristo es simple y, al mismo tiempo,
un reto grande: amaos unos a otros y hacedlo, además,
como yo os he amado. Es simple, porque amar es tremendamente sencillo y, sin embargo, es un reto grande, porque el pecado y el egoísmo tienen una fuerza tremenda
en nuestro interior. ¿De dónde puede sacar el creyente
fuerzas para vencer las resistencias que le impiden amar
al prójimo? El mismo Señor nos da la respuesta: de la
amistad con Cristo.
La Iglesia está llamada a continuar en el mundo la obra
de Cristo, una obra que es, ante todo, de amor. Por eso,
el amor es la actividad que debe bañar toda la acción
de la Iglesia, toda su pastoral, todo su quehacer hasta
culminar en la Eucaristía donde se nos da el mismo amor
de Cristo y se nos muestra como el Señor nos ha amado
hasta el extremo.
Si Cristo es nuestro amigo, si nos ha escogido, es porque
nos ha amado primero. Es el amor gratuito e incondicional de Dios hacia cada uno de nosotros la raíz del amor
al prójimo que estamos llamados a vivir.
170
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PASCUA
Oración de los fieles
La Buena Nueva del amor de Cristo
El Itinerario Diocesano de Evangelización quiere revisar
nuestra vida eclesial para hacer más efectiva nuestra
acción pastoral y evangelizadora. Hemos de convencernos que todas nuestras tareas pastorales, todas las actividades de la parroquia han de estar permanentemente
bañadas por el amor de Cristo, expresarlo, manifestarlo
y suscitarlo. Así, la comunidad de los creyentes, será el
grupo de los amigos de Jesús y daremos los frutos de
amor que Él espera.
- Por la Iglesia, Pueblo de Dios y comunidad de hermanos en Cristo; que no se canse de anunciar con alegría
el amor al prójimo como base del proyecto de Dios
para la humanidad, roguemos al Señor.
- Por Cáritas Diocesana y las demás instituciones cristianas que se dedican a manifestar el rostro caritativo de la Iglesia; que el Señor bendiga sus esfuerzos y
los fieles correspondan a sus esfuerzos en favor de los
más necesitados, roguemos al Señor.
- Por todas las familias cristianas, por su amor y entrega; que los padres sean ejemplo de fe y de caridad
para sus hijos, roguemos al Señor.
- Por los acosados por causa de la justicia o por permanecer en la fe; para que sus perseguidores descubran
la fuerza sanadora del amor y cesen en su violencia,
roguemos al Señor.
- Por nosotros, reunidos en torno al amor de Cristo; que
seamos cada día más amigos de Dios unidos en un
mismo amor mutuo, roguemos al Señor.
Concédenos, Padre, compartir y entregar nuestras vidas
con un amor semejante al de tu Hijo Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
Vosotros sois pueblo de Dios
171
Vosotros sois pueblo de Dios
17 de mayo de 2015
La Ascensión del Señor B
El camino hacia el cielo
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos de los Apóstoles 1, 1-11
El libro de los Hechos de los Apóstoles comienza con el
relato de la Ascensión del Señor. Cristo asciende al cielo
pero no abandona a su rebaño. El Señor enviará el don
del Espíritu que construirá y desarrollará la Iglesia en camino hacia la Pascua definitiva: el Reino de los cielos.
Segunda lectura.
Ef 1, 17-23
La esperanza nace de la certeza de la meta. Contemplar a
Cristo en la gloria nos invita a vislumbrar nuestro futuro;
si él, que es nuestra Cabeza, ha llegado al cielo, también
nosotros, su cuerpo estamos llamados a alcanzar también su Reino.
Evangelio de Marcos 16, 15-20
Cristo no abandona a su Iglesia, al contrario, se manifiesta siempre presente en medio de ella. Nosotros los cristianos, animados por esta presencia, continuamos la obra
de salvación de Cristo.
172
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PASCUA
Ideas para la homilía
En la unidad del Misterio Pascual
El anuncio del misterio de la salvación
La Ascensión es un momento más del único misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo, y expresa
sobre todo la dimensión de exaltación y glorificación de
la naturaleza humana de Jesús como contrapunto a la
humillación padecida en la pasión, muerte y sepultura.
En el relato de este misterio según el Evangelio de san
Marcos propio de este año B (16, 15-20), el Señor envía a
los discípulos a proclamar y a realizar la salvación, según el triple ministerio de la Iglesia: pastoral, litúrgico y
magisterial: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación formando y desarrollando la vida
de la Iglesia, comenzando por el anuncio de la Buena
Noticia y aplicando la salvación a los que crean en ella,
introduciéndoles sacramentalmente en la Iglesia por medio del Bautismo.
Al contemplar la ascensión de su Señor a la gloria del
Padre, los discípulos quedaron asombrados, porque no
entendían las Escrituras antes del don del Espíritu, y miraban hacia lo alto. Intervienen dos hombres vestidos de
blanco, es una teofanía, la misma de los dos hombres
que Lucas describe en el sepulcro (24,4). En ellos la Iglesia Madre judeo-cristiana veía acertadamente la forma
simbólica de la divina presencia del Padre, que son Cristo
y el Espíritu. Las palabras de los dos hombres son fundamentales: Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando
al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al
cielo, volverá como le habéis visto marcharse (Hch 1,11).
En un exceso de amor semejante al que le llevó al sacrificio, el Señor volverá para tomar a los suyos y para estar
con ellos para siempre; y se mostrará como imagen perfecta de Dios, como icono transformante por obra del Espíritu, para volvernos semejantes a él, para contemplarlo
tal como él es (1 Jn 3,1-12). Contemplando en la liturgia el
icono del Señor —sobre todo en la Eucaristía— intuimos
el rostro de Dios tal como es y como lo veremos eternamente. Y lo invocamos para que venga ahora y siempre.
Como decía Jesús al principio de su predicación: Se ha
cumplido el tiempo (Marcos 1, 15) y ha llegado el momento de la gran decisión: El que crea y se bautice, se
salvará; el que se resista a creer, será condenado. Se está
cumpliendo el plan de Dios, y la salvación, anunciada
primero a Israel, es proclamada a todos los pueblos. En
esta obra de conversión universal, por larga y laboriosa
que pueda ser, los discípulos pudieron pronto darse cuenta de que el Resucitado estaba vivo y operante en medio
de los suyos: Ellos fueron y proclamaron el Evangelio
por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su Palabra con los signos que los acompañaban.
Vosotros sois pueblo de Dios
173
Vosotros sois pueblo de Dios
La presencia salvadora del misterio
El Señor sigue con su pueblo
La lectura apostólica que propone la Iglesia interpreta
perfectamente el acontecimiento de la Ascensión del Señor, adentrándonos en el misterio del ingreso del resucitado en el santuario celeste. Ahora, con la asunción de la
humanidad del Hijo de Dios, re-presentada en el misterio
litúrgico, sobre la que reposa la gloria del Padre, adorada
por los ángeles, también nosotros somos unidos por la
gracia a esta alabanza eterna, en el cielo y en la tierra.
Estamos en el penúltimo momento del misterio pascual,
antes de la donación del Espíritu Santo al cumplirse los
días de la cincuentena, el Pentecostés.
La Ascensión del Señor no significa un apartamiento de
la humanidad, sino la forma en que seguirá actuando en
el mundo mediante una forma superior y universal, con
su ser divino y humano grorificado. El Señor tampoco
ha estado ausente en la historia sucesiva de la Iglesia:
siempre viene a nuestro encuentro a través de los hombres en los que Él se refleja; mediante su Palabra, en los
Sacramentos, especialmente la Eucaristía. En la liturgia
de la Iglesia, en su oración, en la comunidad viva de los
creyentes, experimentamos el amor de Dios, percibimos
su presencia y, de este modo, aprendemos también a reconocerla en nuestra vida cotidiana.
174
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PASCUA
Oración de los fieles
La vida cristiana
Las oraciones de esta solemnidad piden que permanezcamos fieles a la doble condición de la vida cristiana,
orientada simultáneamente a las realidades temporales
y a las eternas, huyendo tanto del “horizontalismo” como
del “angelismo”. Ésta es la vida en la Iglesia, comprometida en la acción y constante en la contemplación. Durante la acción litúrgica y especialmente en la Eucaristía, sentimos esta tensión del “ya, pero todavía no” del
Reino de Dios y de nuestra propia salvación, “porque la
ascensión de Jesucristo es ya nuestra victoria, y donde
nos ha precedido él que es nuestra cabeza, esperamos
llegar también nosotros como miembros de su cuerpo”
(Oración colecta).
Cuando estamos celebrando la Ascensión de nuestro Señor a los cielos, oremos unidos en la misma esperanza de
participar en su misma gloria.
- Por la Iglesia, llamada a continuar la obra de Cristo
en el mundo; para que se deje animar por su presencia
viva en medio del Pueblo de Dios, roguemos al Señor.
- Por todos los que viven sin esperanza en su vida a causa de la pobreza, la enfermedad o la falta de cariño;
que puedan descubrir en el Señor la alegría que necesitan en sus vidas, roguemos al Señor.
- Por los cristianos que están viviendo la experiencia del
Itinerario Diocesano de Evangelización; para que sean
cada vez más plenamente conscientes de su pertenencia al Pueblo de Dios y del testimonio de Cristo que
están llamados a dar a los demás, roguemos al Señor.
- Por nuestros hermanos difuntos; que puedan participar de la gran fiesta del Reino de los Cielos, roguemos
al Señor.
Mira, Dios todopoderoso, a tu Iglesia en oración, y envía
sobre ella tu Espíritu, para que anuncie con humildad
y valor la salvación que nos entregó tu Hijo Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
24 de mayo de 2015
Pentecostés B
El nuevo pueblo de Dios
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos de los Apóstoles 2, 1-11
En la primera lectura escuchamos con emoción el relato
de Pentecostés. La irrupción del Espíritu Santo supone el
inicio del camino de la Iglesia. El fuego del Espíritu arde
en los corazones de los fieles para que el mensaje del
Evangelio resuene en todos los rincones del mundo.
Segunda lectura.
1 Cor 12, 3b-7.12-13
Quien recibe el Espíritu de Dios debe dejar conducirse por
él cada día. Pablo nos hace una lista de todo aquello que
acalla al Espíritu en nosotros para que nos comportemos
cada día de acuerdo con nuestra condición de cristianos.
O bien:
Gál 5, 16-25
San Pablo nos describe en esta lectura los frutos que el
Espíritu Santo produce en los miembros del Pueblo de
Dios, cuando se dejan guiar por él.
Evangelio de Juan 20, 19-23
La Iglesia es un pueblo en camino. El Espíritu Santo nos
va guiando hacia la plenitud que es el Reino de Dios.
Cada vez que escuchamos la Palabra se nos muestra la
verdad de Dios y recibimos la fuerza de lo alto para hacerla realidad en la vida.
176
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PASCUA
O bien:
Jn 15, 26-27
Lo mismo que les ocurrió a los apóstoles, necesitamos
que el Señor nos haga comprender toda la verdad con la
luz del Espíritu Santo.
Ideas para la homilía
El Espíritu Santo,
impulsor de la evangelización
Como ocurre en la mayoría de las principales fiestas cristianas, esos días ya estaban santificados por la liturgia
israelita, de modo que eran una profecía de la acción
salvadora definitiva que se iba a realizar en esta ocasión
precisa. Así ocurre con la Pascua judía y la cristiana, con
la fiesta de la luz y la Navidad o con el Pentecostés “típico”, mosaico y el cristiano.
No era un buen día para los discípulos. Las calles de Jerusalén se iban llenando de fieles y peregrinos que celebraban la entrega de la Ley de Moisés en el Sinaí; los escasos
seguidores del Maestro de Nazaret, el crucificado, estaban discretamente reunidos en oración junto con María,
la Madre de Jesús. Y allí reciben el don prometido por el
Resucitado: la nueva Ley y el alma de la nueva Iglesia,
el Espíritu Santo. En el día y momento menos adecuado,
hay que salir a la calle a anunciar que todo había cambiado.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Jesucristo resucitado, dador del Espíritu
La acción del Espíritu en la Iglesia
El discurso de san Pedro en este mismo día nos da la clave para comprender el misterio (designio divino) contenido en el acontecimiento de Pentecostés: A este Jesús lo
resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Exaltado a la diestra de Dios y recibida del Padre la promesa del Espíritu Santo, le derramó según vosotros veis
y oís (Hechos 2,32-33).
Al recibir el aliento del Resucitado (Juan 20,22), los discípulos son creados de nuevo (Cf. Génesis 2,7). Son bautizados, confirmados, consagrados sacerdotalmente, iniciados pues en todo el Misterio divino. Son constituidos
en portadores del Espíritu a los hombres, con la misión de
difundir el fruto de la cruz, reunir la familia de Dios como
morada de la Trinidad, conducir hacia el banquete de la
redención, hacer de los hombres pecadores y dispersos
el Cuerpo de su Jefe, el Resucitado. Y así hasta nosotros.
La obra de Jesucristo como Salvador no podía terminar
en su victoria sobre la muerte, era necesario que su acción salvadora tuviese una continuidad a través de los
tiempos, de modo que pudiese ser el único Salvador del
mundo ayer hoy y siempre. Jesús no dispuso de mucho
tiempo para preparar a sus seguidores, ni estableció detalladamente la vida futura de su Iglesia, por eso dejó
dicho que “Muchas cosas me quedan por deciros, pero
cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta
la verdad plena” (Juan 16, 12; Evangelio año B). De este
modo, el Señor, en la última Cena, promete el don del
Espíritu, que envió desde el Padre, después de su resurrección. Este Espíritu inspirará a los apóstoles en la etapa
fundacional de la Iglesia, y asistirá a sus sucesores a lo
largo de la historia.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PASCUA
Oración de los fieles
Un momento importante en el IDE
Pentecostés es una fiesta misionera, de envío a anunciar
a Jesucristo resucitado y su mensaje en todos los ambientes. Los laicos están llamados a vivir su compromiso
apostólico en complementariedad y colaboración con
otros miembros de la comunidad cristiana. El Itinerario
Diocesano de Evangelización debe ayuda comprender
a todos sus participantes y también a todos los feligreses del particular significado que asume el compromiso
apostólico en su parroquia. Los laicos han de habituarse
a trabajar en la parroquia en íntima unión con sus sacerdotes, a exponer a la comunidad eclesial sus problemas y los del mundo y las cuestiones que se refieren a la
salvación de los hombres, para que sean examinados y
resueltos con la colaboración de todos; a dar, según sus
propias posibilidades, su personal contribución en las
iniciativas apostólicas y misioneras de su propia familia
eclesiástica. La participación viva de los laicos en la vida
de la parroquia permite que ésta responda a su vocación
original de ser un foco de evangelización y un lugar de
comunión para todos los hombres.
Cuando terminan los días de la Cincuentena Pascual, en
esta solemnidad de Pentecostés, oremos unidos al Padre,
para que nunca nos falte el don de su Santo Espíritu.
- Por el Papa Francisco, nuestro Arzobispo Antonio, los
presbíteros, diáconos, religiosos, religiosas y fieles
cristianos laicos; que unidos por un mismo Espíritu
demos los frutos de vida cristiana que el Señor espera
de nosotros, roguemos al Señor.
- Por la unidad de todas las Iglesias y comunidades
cristianas; que los que hemos recibido un mismo Espíritu en el Bautismo podamos un día celebrar una
única Eucaristía, roguemos al Señor.
- Por los no creyentes y los que son indiferentes ante
la fe; que puedan descubrir la presencia de Dios en su
vida, roguemos al Señor.
- Por los que padecen por causa de la pobreza, la ignorancia o la falta de trabajo; para que encuentren
remedio gracias al afán de justicia y caridad de los
cristianos, roguemos al Señor.
- Por nosotros, miembros del Cuerpo de Cristo; que el
Espíritu Santo anime nuestro testimonio audaz del
Evangelio en nuestros ambientes, roguemos al Señor.
Derrama sin cesar, Padre, sobre tu pueblo, el don de tu
Espíritu, para que se mantenga unido en la paz y anuncie con fuerza y alegría la Buena Noticia de la salvación
y la unidad de todos los pueblos. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
Vosotros sois pueblo de Dios
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Vosotros sois pueblo de Dios
Meditaciones
de Santa Teresa para
tiempo de Pascua
La experiencia profunda de la Trinidad, en Teresa de Jesús, la afianza en que Cristo es el único camino, el que nos
muestra al Padre y en quien el Padre nos hace los más
grandes dones.
Esta experiencia trinitaria en el acontecimiento Cristo,
es a la que se nos llama en este tiempo de CuaresmaPascua para poder vivir existencialmente la realidad a la
que nos convoca la Iglesia diocesana de Valencia cuando
nos recuerda: “Vosotros sois pueblo de Dios”.
Santa Teresa, como los apóstoles, llegó a comprender
plenamente el misterio de Cristo únicamente después de
sus encuentros y de su experiencia del Resucitado, que
salió en su búsqueda y se hizo ver y oír a través de las
visiones y locuciones.
Como aconteció en la Comunidad primitiva, la Santa, entendió que el Resucitado es el Crucificado, el que pasó su
vida haciendo el bien y liberando a todos los oprimidos
«porque Dios estaba con él». Pero, precisamente, porque
Dios estaba con él, no sólo en la encarnación y el ministerio público, sino de manera singular, en la cruz y en la
resurrección, muy pronto Teresa pasa a comprender que
en Cristo se nos ha revelado plenamente el Padre y que
llegamos a esta comprensión merced a la acción del Espíritu Santo en nosotros, pues es quien nos lleva a la plenitud de la verdad de la revelación: en Cristo estaba el
Padre reconciliando consigo a la humanidad.
180 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Experiencia de conversión de Santa Teresa,
ante la imagen de Cristo muy llagado
y su evocación de la Magdalena
«Era yo muy devota de la gloriosa Magdalena y muy
muchas veces pensaba en su conversión, en especial
cuando comulgaba, que como sabía estaba allí cierto el
Señor dentro de mí, poníame a sus pies, pareciéndome no
eran de desechar mis lágrimas» (V 9, 2).
Progresivo encuentro del Resucitado
«Algunas veces —y casi ordinario, al menos lo más continuo— en acabando de comulgar descansa; y aun algunas, en llegando al Sacramento, luego a la hora quedaba
tan buena, alma y cuerpo, que yo me espanto. No parece
sino que en un punto se deshacen todas las tinieblas del
alma, y salido el sol conocía las tonterías en que había
estado» (V 30, 14).
Confesión de fe eucarística
«Pues si todas las veces la condición o enfermedad, por
ser penoso pensar en la Pasión, no se sufre, ¿quién nos
impide estar con Él después de resucitado, pues tan cerca
le tenemos en Sacramento, adonde está ya glorificado?
(V 22, 6).
PASCUA
Experiencia teresiana de Cristo
como Maestro interior
Experiencia eucarística,
fuente de fortaleza
Lo presenta en el tercer grado de oración, como «el hortelano y el que lo hace todo» (V 16, 1).
«Duró muy poco estar en esta opinión. Y así siempre tornaba a mi costumbre de holgarme con este Señor, en
especial cuando comulgaba. Quisiera yo siempre traer
delante de los ojos su retrato e imagen, ya que no podía
traerle tan esculpido en mi alma como yo quisiera. ¿Es
posible, Señor mío, que cupo en mi pensamiento ni por
una hora que Vos me habías de impedir para mayor bien?
¿De dónde me vinieron a mí todos los bienes sino de Vos?
(V 22, 4).
Reconocimiento de la humildad de Cristo
«¡Oh, Padre Eterno, que mucho merece esta humildad!...
como se hace aquí una cosa con nosotros por la parte
que tiene de nuestra naturaleza, y como señor de su voluntad lo acuerda a su Padre, que, pues es suya, que nos
la puede dar; y así dice “pan nuestro”. No hace diferencia
de Él a nosotros; mas hacémosla nosotros de Él, para no
nos dar cada día por Su Majestad» (CV 33, 5) .
Experiencia eucarística
«Me dio el Señor hoy, acabando de comulgar, esta oración sin poder ir adelante, y me puso estas comparaciones y me enseñó la manera de decirlo y lo que ha de hacer aquí el alma; que, cierto, yo me espanté y entendí en
un punto» (V 16, 2).
«No diré cosa que no haya experimentado mucho. Y es así
que cuando comencé esta postrera agua a escribir, que
me parecía imposible saber tratar cosa más que hablar en
griego, que así es ello dificultoso. Con esto lo dejé y fui a
comulgar. ¡Bendito sea el Señor que así favorece a los ignorantes!... aclaró Dios mi entendimiento, unas veces con
palabras y otras poniéndome delante cómo la había de
decir, que como hizo en la oración pasada, Su Majestad
parece quiere decir lo que yo no puedo ni sé» (V 18, 8).
Experiencia eucarística progresiva
«Solas las manos», después «vi también aquel divino
rostro» y, finalmente, «un día de San Pablo, estando en
misa se me representó toda esta Humanidad Sacratísima
como se pinta resucitado», lleno de hermosura y majestad (V 28, 1-2).
«No hombre muerto, sino Cristo vivo; y da a entender que
es hombre y Dios. No como estaba en el sepulcro, sino
como salió de él después de resucitado. Y viene a veces
con tan grande majestad que no hay quien pueda dudar,
sino que es el mismo Señor, en especial acabando de comulgar, que ya sabemos que está allí, que nos lo dice la
fe. Represéntase tan señor de aquella posada, que parece
toda deshecha el alma se ve consumir en Cristo» (V 28, 8).
Vosotros sois pueblo de Dios
181
Vosotros sois pueblo de Dios
Experiencia y recuerdo de las visiones
«Cuando yo me llegaba a comulgar, y me acordaba de
aquella majestad grandísima que había visto, y miraba
que era el que estaba en el Santísimo Sacramento (y muchas veces quiere el Señor que le vea en la Hostia), los
cabellos se me espeluzaban y toda parecía me aniquilaba» (V 38, 19).
Agradecimiento de Santa Teresa al
Señor que se «encubra» y se «disfrace»
en los signos sacramentales
«¡Oh, Señor mío! Mas si no encubrieras vuestra grandeza,
¿Quién osara llegar tantas veces a juntar cosa tan sucia y
miserable con tan gran majestad? ¡Bendito seáis, Señor!
Alaben os los ángeles y todas las criaturas, que así medís
las cosas con nuestra flaqueza, para que, gozando de tan
soberanas mercedes, no nos espante vuestro gran poder
de manera que aun no las osemos gozar, como gente flaca y miserable» (V 38, 19).
¡Oh riqueza de los pobres, y qué admirablemente sabéis
sustentar las almas y, sin que vean tan grandes riquezas,
poco a poco se las vais mostrando!» (V 38, 20).
Cuando yo veo una majestad tan grande disimulada en
cosa tan poca como es la Hostia, es así que después acá
a mí me admira sabiduría tan grande, y no sé cómo me
da el Señor ánimo ni esfuerzo para llegarme a Él; si Él,
que me ha hecho tan grandes mercedes y hace, no me le
diese» (V 38, 21).
182
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Oración del Padrenuestro y
sentido trinitario en Santa Teresa
«Pues visto el buen Jesús la necesidad, buscó un remedio
admirable adonde nos mostró el extremo de amor que
nos tiene, y en su nombre y en el de sus hermanos pidió
esta petición: “El pan nuestro de cada día dánoslo hoy,
Señor”. Entendamos, hermanas, por amor de Dios, esto
que pide nuestro buen Maestro, que nos va la vida en no
pasar de corrida por ello...» (CV 33, 1).
«Pues, ¿qué padre hubiera, Señor, que habiéndonos dado
a su Hijo – ¡y tal hijo! – y parándole tal, quisiera consentir
se quedara entre nosotros cada día a padecer? Por cierto,
ninguno, Señor, sino el vuestro; bien sabéis a quién pedís
(CV 33, 3).
«He mirado yo cómo en esta petición sola duplica las palabras, porque dice primero y pide que le deis este pan
cada día y torna a decir “dánoslo hoy, Señor”. Pone también delante a su Padre; es como decirle que ya una vez
nos le dio para que muriese por nosotros, que ya nuestro es, que no nos le torne a quitar hasta que se acabe el
mundo, que le deje servir cada día. Esto os enternezca el
corazón, hijas mías, para amar a nuestro Esposo; que no
hay esclavo que de buena gana diga que lo es, y que el
buen Jesús parece se honra de ello» (CV 33, 4).
PASCUA
Eficacia de la presencia de Cristo
en la Eucaristía
«Pues no se queda para otra cosa con nosotros sino para
ayudarnos y animarnos y sustentarnos a hacer esta voluntad que hemos dicho se cumpla en nosotros» (CV 34, 1).
«Que le hallamos como queremos, y si no es por nuestra
culpa, no moriremos de hambre; que de todas cuantas
maneras quisiere comer el alma, hallará en el Santísimo
Sacramento sabor y consolación. No hay necesidad ni
trabajo ni persecución que no sea fácil de pasar, si comenzamos a gustar de los suyos» (CV 34, 2) .
Jesús es «el preciso don» que nos ha regalado el Padre
«para que en sacrificio le podamos ofrecer muchas veces» (CV 35, 5).
Experiencia de misión y respuesta
de Teresa a la misión que le
encomienda el Resucitado
«Habiendo un día comulgado, mandóme mucho Su Majestad lo procurase con todas mis fuerzas, haciéndome
grandes promesas de que no se dejaría de hacer el monasterio y que se serviría mucho en él» (V 32, 11).
«Comencé a acordarme de mis grandes determinaciones
de servir al Señor y deseos de padecer por Él. Y pensé que
si había de cumplirlos no había que andar a procurar
descanso; y que si tuviese trabajos, que ése era el merecer... con éstas y otras consideraciones, haciéndome gran
fuerza, prometí delante del Santísimo Sacramento de hacer todo lo que pudiese» (V 36, 9).
Cristo eucarístico,
ofrenda en la cual se complace el Padre
«Remedio a tan grandísimos males»: «No lo hagáis por
nosotros, Señor, que no lo merecemos; hacedlo por vuestro Hijo. Pues suplicaros que no esté con nosotros, no os
lo osamos pedir. ¿Qué sería de nosotros? Que si algo os
aplaca, es tener acá tal prenda. Pues algún medio ha de
haber, Señor mío, póngale vuestra Majestad» (CV 35, 4).
Vosotros sois pueblo de Dios
183
Vosotros sois pueblo de Dios
Lecturas para profundizar
Vida 22 y 6 M 7: Son los dos capítulos cristológicos por
antonomasia. En ellos la Santa nos presenta su experiencia integral e integradora del misterio de Cristo.
Siglas:
Camino 33-35: No necesitan presentación. Constituyen la
gran síntesis eucarística de Santa Teresa. Leerlos, no para
informarnos, sino como lo hace Teresa. Orando el don del
Padre en Cristo en este regalo de la Eucaristía.
CE= Camino de Perfección (Códice de El Escorial)
Cuenta de Conciencia 12 = Relación 26: Merced de la comunión el día de Ramos.
F= Libro de las Fundaciones
Cuenta de conciencia 25 = Relación 33: El matrimonio
espiritual se realiza en la Eucaristía.
C= Camino
C= Camino de Perfección (Códice de Valladolid)
CN= Cuatro Niveles de Oración Libro Vida
Const= Constituciones
E= Exclamaciones
M= Castillo Interior o Las Moradas
MC= Meditaciones de los Cantares
Mdt= Meditaciones
P= Poesía
R= Libro de las relaciones espirituales de Santa Teresa de
Jesús, escritas por ella misma a varios de sus directores
V= Libro de la Vida
184 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Cuaresma 2015
Comisión
Diocesana de
Misiones
Vosotros sois pueblo de Dios
185
Vosotros sois pueblo de Dios
Yo soy misionero
Actividad misionera para Jóvenes que se preparan a la
confirmación, Juniors, Scouts o cualquier otro grupo parroquial.
La catequesis de confirmación (o la reunión del grupo
elegido) será práctica. Lo cual les va a animar a dos cosas, a reforzar su identidad cristiana y a tener deseos de
formarse, para dar razón de su fe en la práctica:
Tendrá tres tiempos:
1. Preparación y envío.
2. Realizar la misión.
3. Acogida del misionado.
1. Preparación y envío
Esta Misión ha de realizarse antes de la Misa o de una
oración, pero mejor si no es solo para el destinatario
de la Misión, sino que se haga de todos modos, por eso
conviene la celebración de la Eucaristía.
Se reúnen los “misioneros” y piensa como se va a
realizar, si se va a acudir a un lugar público, a la calle, la plaza, o a algunas casas, predeterminadas o al
azar. Para jóvenes mejor ir a la calle, a los parques.
También se piensa a quien misionar, si es un grupo de
jóvenes, mejor dirigirse a otros jóvenes.
Antes de salir se hace una breve oración, poniendo el
resultado de la Misión en la gracia del Espíritu Santo.
186
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
2. Realizar la misión
El contenido principal a trasmitir es el Kerigma. “Jesucristo es Dios que se ha hecho hombre para anunciarnos el amor de Dios, ha muerto para el perdón de
nuestros pecados, para librarnos de toda esclavitud
incluso de la muerte. ¡Cree en él y tendrás vida eterna!”. Con estas palabras u otras parecidas.
Se puede llevar algún tríptico con información sobre Dios y la Biblia, Jesucristo, la Iglesia… Y si tras el
anuncio del Kerigma hay oportunidad de diálogo, con
la ayuda del Tríptico hablar sobre alguno de esos temas, mejor tratar solo uno y dejar los otros para otra
ocasión. Nunca discutir, ni dar ocasión al enfado… y
siempre devolver bien por mal y bendecir al que nos
maldiga; esto es muy importante, siempre humildes.
Tras esto siempre hay que acabar con la invitación.
Lo más importante es conseguir que acepte esa invitación, y se decida a acudir. Si se invita a la Misa se
puede quedar con ellos en un lugar para entrar juntos. Pero muy importante estar atentos y acogerlos
cuando vengan. Quedar un poco antes de que empiece para explicarles un poco. Hay que valorar si se les
invita sólo hasta el Ofertorio. Si se quedan a toda la
Misa hay que advertir la disposición necesaria para
poder Comulgar, puede que no hayan recibido el bautismo o la primera comunión, que necesiten el sacramento de la Penitencia para poder comulgar.
PASCUA
3. Acogida del misionado
No hablar en Misa, después es muy recomendable
que en unos breves minutos les pidamos que compartan lo que más les extraña, o les inquieta. Se les puede
invitar par otras veces y el objetivo final sería que se
incorporasen a algún catecumenado según su necesidad.
Por último se reúne el grupo y comparten sus experiencias. Si no hubiese tiempo lo pueden hacer en la
próxima sesión de catequesis, o reunión del grupo. En
esta puesta en común no debe faltar que piensen en los
misioneros que han ido a lugares de misión, como se
sentirán ellos en esta ardua tarea de la evangelización,
y así ofrecer nuestra ayuda con oración y recursos. Incluso si alguno ha disfrutado con la misión plantearse
si tendrá una vocación misionera ad gentes.
Consideraciones
Lo que han hecho hoy debe ser una actitud permanente en todo cristiano, pues somos discípulos misioneros.
Los catequistas o responsables podrían estar rezando
delante del Sagrario si es posible, pidiendo por el éxito
de la misión. También se puede contactar con algunas
contemplativas y pedir su oración para esta actividad
misionera.
Si necesitan los trípticos puedes pedirlos en la Delegación de Misiones. Email: [email protected]
Si realizas esta Actividad misionera en tu parroquia y
nos envías unas fotos y un relato, nos llenará de alegría saber que ha servido.
Os dejo este relato de las dificultades que pusieron
unos jóvenes judíos y sus maestros fariseos cuando Jesús les envió de dos en dos a predicar la buena nueva.
Vosotros sois pueblo de Dios
187
Vosotros sois pueblo de Dios
Relato de la Misión
que Jesús dio a unos jóvenes discípulos
Con cara ensombrecida fueron diciendo cada uno de
los jóvenes a Jesús: —Yo no soy el Mesías, ¿qué les
puedo decir? —No estoy preparado para algo tan difícil. —Pero y ¡si me rechazan! Quedaré avergonzado.
—Yo hago mis oraciones, vengo a la Sinagoga, pero
ése no es mi trabajo. —Si me preguntan no sabré responder a todo. —No servirá de nada y tengo muchas
otras cosas que hacer.
Jesús contestó: No os envío como soldados desarmados a una muerte segura, sino que vais en mi nombre,
y Dios está con vosotros. No os preocupéis de qué diréis, el Espíritu Santo os inspirará. Si os avergonzáis de
mí, también yo me avergonzaré de vosotros en el día
final. Si huís de toda cruz siempre seréis esclavos.
Si queréis ser mis discípulos seréis misioneros, desde el
primer día, de vuestra adhesión a mí, al menos. Vosotros id y sembrad el Evangelio, Dios, mi Padre del Cielo
hará que ese grano germine, crezca y dé fruto.
Después, a parte, fueron contradiciendo los maestros
Fariseos de estos muchachos: —Los vas a desanimar
pidiendo tanto. —Estaban tan contentos escuchando
tus enseñanzas, y les has dejado asustados, mejor que
solo escuchen, ya les nacerá. —Los impíos de la calle,
no merecen ponerse delante de Dios. –—Nunca hemos
usurpado esa tarea propia de los profetas, ¿en nombre
de quién los envías, qué autoridad tienes? —Eres un
188 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
buen maestro enseñando. ¿Para qué te metes en esos
líos?
A lo que Jesús contestó: Hipócritas, los profetas os
envían a llevar al pueblo el mensaje y vosotros no lo
hacéis, y enseñáis esos vicios a los jóvenes. El evangelio no es para vuestro uso exclusivo, eso es un abuso,
os ha sido dado para darlo gratis. Ellos son discípulos
misioneros, es lo que Dios quiere. ¡Habéis encerrado la
Buena Noticia entre cuatro paredes, ella que aletea
y no puede parar, y la estáis matando en este encierro! ¡Hombres de poca fe, hasta cuando os tendré que
aguantar! Dios nos envía porque nos ama, y sabe que
predicar el evangelio es la máxima ganancia y da mucha alegría.
¡Salid sin miedo y llevad la buena Nueva del Evangelio al mundo, veo caer al enemigo a plomo, y la fiesta
que hay en el cielo por los que son liberados por la
fuerza del Evangelio! Algunos de los jóvenes empezaron a levantarse, incluso alguno de los maestros, y se
pusieron en camino, sus caras se volvieron a llenar de
alegría, llevaban un mensaje con la fuerza de la Palabra de Dios, no tenían nada que temer.
PASCUA
Cuaresma 2015
Comisión
Diocesana para
los Mayores
y Laicos
Vía Lucis
Vosotros sois pueblo de Dios
189
Vosotros sois pueblo de Dios
En este tiempo de Pascua y desde hace unos años, se ha
introducido en nuestra práctica devocional el ejercicio de
piedad denominado Vía Lucis. En él, como sucede en el
Vía Crucis, los fieles, recorriendo un camino, consideran
las diversas apariciones en las que Jesús, desde la Resurrección a la Ascensión, manifestó su gloria a los discípulos, en espera del Espíritu Santo que les había prometido,
y así recuerdan el acontecimiento central de la fe: la Resurrección de Cristo.
El Vía Lucis es un excelente instrumento para ayudar a
todos nuestros fieles —a nuestros mayores, a nuestros
ancianos, a nuestros jóvenes— a que tomen conciencia
de su pertenencia activa al pueblo de Dios y a la importancia de participar con alegría en la acción evangelizadora de la Iglesia.
Este año, proponemos seguir este camino teniendo presentes los temas del Ciclo 1 “Vosotros sois Pueblo de Dios”
(especialmente los temas 3 y 4), del Itinerario Diocesano
de Evangelización “La alegría de anunciar el Evangelio”,
y lo haremos de la mano de la Exhortación apostólica
Evangelii gaudium del Papa Francisco.
190 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
El modo de realizar el Vía Lucis es semejante al del Vía
Crucis, pudiendo los files recorrer las XIV estaciones tras
un fiel que porta un cirio encendido, símbolo de la Luz
que es Cristo resucitado, o bien, permaneciendo los fieles
sentados.
Sugerimos que este ejercicio sea realizado en nuestras
parroquias, así como en las residencias de ancianos, durante el tiempo de Pascua, de modo semejante al Vía Crucis en el tiempo cuaresmal.
PASCUA
Monición inicial
En el nombre del Padre , y del Hijo,
y del Espíritu Santo.
R/. Amén.
El mundo y la sociedad en los que vivimos, necesitan
del testimonio fuerte, alegre y esperanzador de cada
uno de nosotros, necesitan de evangelizadores con espíritu que anuncien con valentía y audacia la Buena
Noticia: Jesucristo, que te amó hasta dar su vida para
salvarte, está ahora vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte del pecado
y de la muerte. Así pues, todos los cristianos estamos
convocados a esta misión de transmitir la alegría del
Evangelio.
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío;
por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme
con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia,
propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia
que me fuere impuesta.
Amén.
El Papa Francisco, en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, al que seguiremos en este Vía Lucis, nos
invita insistentemente a participar en esta labor a todos nosotros, tanto mayores como jóvenes, el pueblo
santo de Dios, con alegría, con esperanza, con amor.
Tarea más importante aún en este tiempo de Pascua,
en que para nuestra fe y para nuestro testimonio cristiano, es fundamental proclamar la resurrección de
Jesús, ya que la fe en Cristo crucificado y resucitado
es el corazón de todo el mensaje evangélico, al que somos llamados a proclamar incesantemente con gozo
y júbilo.
Vosotros sois pueblo de Dios
191
Vosotros sois pueblo de Dios
PRIMERA ESTACIÓN
Jesús resucita y conquista
la vida verdadera
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Mateo (28,5-6)
El ángel habló a las mujeres: «Vosotras no temáis, ya
sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí:
¡ha resucitado!, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos:
“Ha resucitado de entre los muertos y va por delante
de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. Mirad, os lo he
anunciado».
Meditación
Señor, este anuncio de los ángeles en la Resurrección
de Cristo, nos sigue llegando continua y renovadamente a todos los creyentes, incluso a los tibios y a
los no practicantes y nos ofrece: ¡una nueva alegría
en la fe y una fecundidad evangelizadora! Dios nos
ha manifestado su amor inmenso en Cristo muerto y
resucitado. Él hace a sus fieles siempre nuevos; pues
aunque sean ancianos, como dice el profeta Isaías,
«les renovará el vigor, subirán con alas como de águila, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse» (Is
40,31). Cristo es el «Evangelio eterno» (Ap 14,6), y es
«el mismo ayer y hoy y para siempre» (Heb 13,8), pero
su riqueza y su hermosura son inagotables. Él es siempre joven y fuente constante de novedad. Como dice
san Pablo, la Iglesia, y todos nosotros, ¡no dejamos
de asombrarnos por «la profundidad de la riqueza, de
192
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
la sabiduría y del conocimiento de Dios»! (Rom 11,33)
(cf. Evangelii gaudium, 11).
Padre nuestro
Canto (CLN 526)
¡Resucitó! ¡Resucitó! ¡Resucitó!
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Resucitó!
La muerte, ¿dónde está la muerte?
¿Dónde está mi muerte? ¿Dónde su victoria?
¡Resucitó! ¡Resucitó! ¡Resucitó!
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Resucitó!
PASCUA
SEGUNDA ESTACIÓN
Los discípulos de Jesús
encuentran su sepulcro vacío
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Juan (20,3-4.6-8)
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro.
Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría
más que Pedro. Llegó también Simón Pedro detrás de
él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el
sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con
los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces
entró también el otro discípulo, el que había llegado
primero al sepulcro; vio y creyó.
Meditación
Señor, todos nosotros también creemos en ti, porque
hemos recibido el anuncio que debe siempre ocupar
el centro de nuestra actividad evangelizadora, al que
le llamamos «primer anuncio» o «kerygma»; el cual,
por la acción del Espíritu Santo, nos hace creer en Jesucristo, que con su muerte y resurrección nos revela
y nos comunica la misericordia infinita del Padre. Es
decir: «Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y
ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte,
para fortalecerte, para liberarte». Sabemos que a este
primer anuncio se le llama «primero», no porque esté
al comienzo y después lo olvidemos o lo sustituyamos por otros contenidos que lo superan. Es el primero porque es el anuncio principal, el más importante,
ese que siempre hemos de volver a escuchar de di-
versas maneras y ese que siempre hemos de volver a
anunciar de una forma o de otra a lo largo de nuestra
misión como evangelizadores, en todas sus etapas y
momentos. ¡Ayúdanos, Señor, a tomar conciencia de
que todos nosotros, como la Iglesia, necesitamos ser
también continuamente evangelizados! (cf. Evangelii
gaudium, 164).
Padre nuestro
Canto (CLN 202)
Acuérdate de Jesucristo,
resucitado de entre los muertos.
Él es nuestra salvación,
nuestra gloria para siempre.
Si con él morimos, viviremos con él.
Si con él sufrimos, reinaremos con él.
Acuérdate de Jesucristo,
resucitado de entre los muertos.
Él es nuestra salvación,
nuestra gloria para siempre.
Vosotros sois pueblo de Dios
193
Vosotros sois pueblo de Dios
TERCERA ESTACIÓN
Jesús resucitado se aparece
a María la Magdalena
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Juan (20,14.16-18)
María la Magdalena se vuelve y ve a Jesús, de pie,
pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «¡María!».
Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa:
«¡Maestro!». Jesús le dice: «No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al
Dios mío y Dios vuestro”». María la Magdalena fue y
anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho
esto».
Meditación
Señor, nosotros, como María la Magdalena, queremos
vivir también en una profunda renovación misionera, manteniendo viva la necesidad de continuar con
el anuncio del Evangelio a los que están alejados de
Cristo, porque ésta es la tarea primordial de la Iglesia. La actividad misionera debe ser siempre la primera preocupación de la Iglesia y de todos nosotros.
¿Qué sucedería si nos tomáramos realmente en serio
estas palabras? Pues reconoceríamos que la misión
es el modelo de toda obra de la Iglesia. Ya no podemos quedarnos tranquilos esperando pasivamente en
nuestras parroquias a que la gente venga, sino que
nos hace falta pasar de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera. ¡Esta
194
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
tarea sigue siendo la fuente de las mayores alegrías
para la Iglesia! (cf. Evangelii gaudium, 15).
Padre nuestro
Canto (CLN 202)
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Aleluya, aleluya.
PASCUA
CUARTA ESTACIÓN
Jesús resucitado se aparece
en el camino a Emaús
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Lucas (24,13-14.25-27)
Aquel mismo día, dos de ellos iban caminando a una
aldea llamada Emaús; iban conversando entre ellos
de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban
y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a
caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de
reconocerlo. Entonces él les dijo: «¡Qué necios y torpes
sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en
su gloria?». Y, comenzando por Moisés y siguiendo por
todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en
todas las Escrituras.
Meditación
Señor, sabemos que toda la evangelización está fundada sobre la Palabra de Dios, escuchada, meditada, vivida, celebrada y testimoniada. Las Sagradas
Escrituras son la fuente de la evangelización. Por lo
tanto, es necesario que nos formemos continuamente
en la escucha de la Palabra de Dios y que ella sea el
corazón de toda actividad de la Iglesia, de nuestras
parroquias. El estudio de las Sagradas Escrituras debe
ser tarea fundamental de todos los laicos, no sólo de
los religiosos y sacerdotes. Es imprescindible que la
Palabra revelada fecunde radicalmente la catequesis de nuestras parroquias y todos nuestros esfuerzos
por transmitir la fe. Sabemos que la evangelización
requiere la familiaridad con la Palabra de Dios y esto
nos exige a las diócesis, a las parroquias y a todas
las agrupaciones católicas, proponer un estudio serio y perseverante de la Biblia, así como promover su
lectura orante personal y comunitaria. ¡Acojamos el
sublime tesoro de la Palabra revelada! (cf. Evangelii
gaudium, 174-175).
Padre nuestro
Canto (CLN 411)
Por los caminos sedientos de luz,
levantándose antes que el sol,
hacia los campos que lejos están,
muy temprano se va el viñador.
No le detiene en su caminar,
no le asusta la sed ni el calor.
Hay una viña que quiere cuidar,
una viña que es todo su amor.
Dios es tu amigo, el viñador,
el que te cuida de sol a sol.
Dios es tu amigo, el viñador,
el que te pide frutos de amor.
Vosotros sois pueblo de Dios
195
Vosotros sois pueblo de Dios
QUINTA ESTACIÓN
Reconocen a Jesús resucitado
al partir el pan
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Lucas (24,30-35)
Jesús, sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos
se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista. Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose
en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde
encontraron reunidos a los Once con sus compañeros,
que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el
Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo
que les había pasado por el camino y cómo lo habían
reconocido al partir el pan.
Meditación
Señor, sabemos que es indispensable que la Palabra
de Dios sea cada vez más el corazón de toda actividad
de la Iglesia y de nuestras comunidades parroquiales.
La Palabra de Dios escuchada y celebrada, sobre todo
en la Eucaristía, nos alimenta y refuerza interiormente
a los cristianos y nos vuelve capaces de un auténtico
testimonio evangélico en la vida diaria. La Palabra
proclamada en la Misa, viva y eficaz, prepara la recepción del Sacramento eucarístico, y en el santísimo
Sacramento esta Palabra alcanza su máxima eficacia.
196
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
¡Aliméntanos, Señor, con el pan Eucarístico y con el
pan de tu Palabra! (cf. Evangelii gaudium, 174).
Padre nuestro
Canto (CLN O 25)
Andando por el camino, te tropezamos, Señor,
te hiciste el encontradizo, nos diste conversación,
tenían tus palabras fuerza de vida y amor,
ponían esperanza y fuego en el corazón.
Te conocimos Señor, al partir el pan,
tú nos conoces, Señor, al partir el pan.
Te conocimos Señor, al partir el pan,
tú nos conoces, Señor, al partir el pan.
PASCUA
SEXTA ESTACIÓN
Jesús resucitado se aparece
a los discípulos en Jerusalén
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Lucas (24,30-39)
Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros».
Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver
un espíritu. Y él les dijo: «¿Por qué os alarmáis? ¿Por
qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona».
Meditación
Señor, el Evangelio nos recuerda que Cristo ha unificado todo en sí: cielo y tierra, Dios y hombre, tiempo y
eternidad, carne y espíritu, persona y sociedad. La señal de esta unidad y reconciliación de todo en sí es la
paz. Como dice san Pablo: Cristo «es nuestra paz» (Ef
2,14). El anuncio evangélico comienza siempre con el
saludo de paz: «paz a vosotros»; y la paz corona y cohesiona en cada momento nuestras relaciones como
comunidad de discípulos de Jesús. También nosotros,
como comunidad fraterna y corresponsable, somos
constructores de un mundo nuevo en el que reine la
paz, que no puede ser una paz negociada como la del
mundo, sino la convicción de que la unidad del Espíritu Santo armoniza todas las diversidades, supera
cualquier conflicto en una nueva y prometedora síntesis. Sabemos que el Señor ha vencido al mundo y
a sus continuos conflictos «haciendo la paz median-
te la sangre de su cruz» (Col 1,20). ¡La paz es posible,
construyámosla en Cristo! (cf. Evangelii gaudium,
229-230).
Padre nuestro
Canto (CLN O 25)
Jesús, nuestra Pascua, por todos murió.
Cantemos alegres, que resucitó.
Cantemos alegres, que resucitó.
Pascua sagrada, oh fuente de alegría,
despierta tú que duermes, que el Señor resucitó.
despierta tú que duermes, que el Señor resucitó.
Pascua sagrada, oh Pascua siempre nueva,
dejad al hombre viejo, revestíos del Señor.
dejad al hombre viejo, revestíos del Señor.
Vosotros sois pueblo de Dios
197
Vosotros sois pueblo de Dios
SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús resucitado
da su paz a los discípulos y
el poder de perdonar pecados
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Juan (20,19-23)
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana,
estaban los discípulos en una casa, con las puertas
cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y,
diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los
discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús
repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre
ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes
les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a
quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Meditación
Señor, tú nos invitas a todos nosotros, en cualquier
lugar y situación en que nos encontremos, a renovar
ahora mismo nuestro encuentro personal con Jesucristo, a tomar la decisión de dejarnos encontrar por
Él, de intentarlo cada día sin descanso. Esta invitación
es para todos, porque nadie queda excluido de la alegría que trae el Señor. Cuando alguien da un pequeño
paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Él nos permite levantar
la cabeza y volver a empezar, con una ternura que
nunca nos desilusiona y que siempre puede devolver198
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
nos la alegría. Nunca lo olvidemos: Dios no se cansa
nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia. Aquel que nos invitó a perdonar «setenta veces siete» (Mt 18,22) nos da
ejemplo: Él perdona setenta veces siete. Nos vuelve a
cargar sobre sus hombros una y otra vez. Nadie podrá
quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza
y volver a empezar, con una ternura que nunca nos
desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría. No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca
nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada
pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante!
(cf. Evangelii gaudium, 3).
Padre nuestro
Canto (CLN O 25)
Alegrémonos, hermanos, el Señor resucitó, aleluya.
De la muerte nos salvó
el amor de nuestro Dios, aleluya.
Su palabra es la verdad, es la vida,
es el camino que nos guía.
Aleluya, aleluya, alegría.
PASCUA
OCTAVA ESTACIÓN
Jesús resucitado,
refuerza la fe de Tomás
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Juan (20,24-29)
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba
con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le
decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no
meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto
la mano en su costado, no lo creo». A los ocho días,
estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con
ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se
puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a
Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu
mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo,
sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios
mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído?
Bienaventurados lo crean sin haber visto».
Meditación
Señor, hay cristianos cuya opción parece ser la de una
Cuaresma sin Pascua. Es cierto que la alegría no se
vive del mismo modo en todas las etapas y circunstancias de la vida, a veces muy duras. Se adapta y se
transforma, pero siempre permanece al menos como
un brote de luz que nace de la certeza personal de ser
infinitamente amado, más allá de todo. Hay muchas
personas que tienden a la tristeza por las graves dificultades que tienen que sufrir, pero les hemos de ayu-
dar a que la alegría de la fe comience a despertarse,
como una secreta pero firme confianza, aun en medio
de las peores angustias. Creemos que la verdadera
alegría procede de la fuente del amor siempre más
grande de Dios que se nos manifestó en Jesucristo.
Nuestro encuentro con Él da un nuevo horizonte a
nuestra vida, una orientación decisiva: ¡Jesús nos llena de su paz y de su alegría! (cf. Evangelii gaudium,
6-7).
Padre nuestro
Canto (CLN 274)
Creo en Jesús, creo en Jesús,
Él es mi amigo, es mi alegría.
Él es mi amor.
Creo en Jesús, creo en Jesús.
Él es mi Salvador.
Vosotros sois pueblo de Dios
199
Vosotros sois pueblo de Dios
NOVENA ESTACIÓN
Jesús se aparece
en el mar de Tiberíades
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Juan (21,1.3-7.12-14)
Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al
lago de Tiberíades. Simón Pedro les dice: «Me voy a
pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros
contigo». Salieron y se embarcaron; y aquella noche
no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando
Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?». Ellos contestaron: «No». Él les dice:
«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba
le dice a Pedro: «Es el Señor». Jesús les dice: «Vamos,
almorzad». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan se lo da y se lo da, y
lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús
se apareció a los discípulos después de resucitar de
entre los muertos.
Meditación
Señor, como en la pesca milagrosa, tú quieres que
todos nosotros participemos en la misión de atraer a
todos los hombres hacia ti. Nuestras parroquias son
comunidad de discípulos misioneros, llamadas a vivir
en profundo contacto con los hogares y con la vida
200 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
del pueblo de Dios, ya que son la misma Iglesia que
vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas. Sabemos que la parroquia es presencia de la Iglesia en un
lugar concreto, ámbito de la escucha de la Palabra de
Dios, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio del Evangelio, de la caridad generosa, de la adoración y la celebración. A través de todas
sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus
miembros para que sean agentes de evangelización.
Es comunidad de comunidades, santuario donde los
sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero. Pero todos hemos de
colaborar para que se renueven y estén todavía más
cerca de la gente, y así sean ámbitos de viva comunión y participación. ¡Trabajemos para que nuestras
parroquias se orienten completamente a la misión!
(cf. Evangelii gaudium, 28).
Padre nuestro
Canto (CLN 407)
Tú has venido a la orilla,
no has buscado ni a sabios ni a ricos,
tan sólo quieres que yo te siga.
Señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo, has dicho mi nombre,
en la arena he dejado mi barca,
junto a ti buscaré otro mar.
PASCUA
DÉCIMA ESTACIÓN
San Pedro le reitera
su amor a Jesús
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Juan (21,15-19)
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón,
hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?». Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dice:
«Apacienta mis corderos». Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le contesta:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dice: «Pastorea mis ovejas». Por tercera le pregunta: «Simón, hijo
de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le
preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero».
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. En verdad, en
verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías
e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no
quieras». Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba
a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme».
Meditación
Señor, todos nosotros nos sentimos profundamente
amados por Dios y así el primer motivo que tenemos
para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, porque la experiencia de ser salvados por Él
nos mueve a amarlo siempre más. ¿Y qué amor puede haber que no sienta la necesidad de hablar del ser
amado, de mostrarlo, de hacerlo conocer? Pero si real-
mente no sentimos el intenso deseo de comunicarlo,
necesitamos detenernos en la oración para pedirle a
Él que vuelva a cautivarnos, que vuelva a enamorarnos. Nos hace falta clamarle cada día, pedir su gracia para que nos abra nuestro corazón frío y sacuda
nuestra vida tibia y superficial. Puestos ante Él con el
corazón abierto, dejando que Él nos contemple, reconocemos esa mirada de amor. La mejor motivación
para decidirnos a transmitir la alegría del Evangelio
es contemplarlo con amor, es detenerse en sus páginas y leerlo con el corazón. Si lo abordamos de esa
manera, su belleza nos asombra, y vuelve a cautivarnos una y otra vez. Para eso es urgente recobrar un
espíritu contemplativo, que nos permita redescubrir
cada día que somos depositarios de un bien que humaniza, que ayuda a llevar una vida nueva. ¡No hay
nada mejor para transmitir a los demás! (cf. Evangelii
gaudium, 264).
Padre nuestro
Canto
Un mandamiento nuevo
nos dio el Señor:
que nos amáramos todos
como Él nos amó.
La señal de los cristianos
es amarse como hermanos.
Vosotros sois pueblo de Dios
201
Vosotros sois pueblo de Dios
UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús resucitado
envía a los discípulos
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Mateo (28,19-20)
Jesús les dijo: «Id, pues, y haced discípulos a todos
los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar
todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos».
Meditación
Señor, la evangelización obedece al mandato misionero de Jesús: «Id y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo
que os he mandado». En estos versículos se presenta
el momento en el cual el Resucitado envía a los suyos
a predicar el Evangelio en todo tiempo y por todas
partes, de manera que la fe en Él se difunda en cada
rincón de la tierra. De esta manera, todos nosotros nos
sentimos llamados a evangelizar obedeciendo a este
mandato misionero de Jesús. Cada uno de nosotros y
cada comunidad discernirá cuál es el camino que el
Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar
esta llamada: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz
del Evangelio. ¡La alegría del Evangelio que llena la
vida de la comunidad de los discípulos es siempre una
alegría misionera! (cf. Evangelii gaudium, 19-21).
202 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Padre nuestro
Canto (CLN 402)
Anunciaremos tu Reino, Señor,
tu Reino, Señor, tu Reino.
Reino de paz y justicia,
Reino de vida y verdad.
Tu Reino, Señor, tu Reino.
Anunciaremos tu Reino, Señor,
tu Reino, Señor, tu Reino.
PASCUA
DUODÉCIMA ESTACIÓN
La Ascensión de Jesús
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según San Lucas (24,48.50-53)
Jesús les dijo: «Vosotros sois testigos de esto». Y los
sacó hasta cerca de Betania y, levantando sus manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de
ellos, y fue llevado hacia el cielo. Ellos se postraron
ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y
estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.
Padre nuestro
Canto (CLN 728)
Vienen con alegría, Señor,
cantando vienen con alegría, Señor,
los que caminan por la vida, Señor,
sembrando tu paz y amor.
Meditación
Señor, tú nos llamas a la misión con una entrega generosa, pero nunca la debemos entender como una
heroica tarea personal, porque la obra es ante todo
de Dios, más allá de lo que podamos descubrir y entender. Jesús es el primero y el más grande evangelizador. En toda nuestra actividad evangelizadora, Dios
siempre es el que toma la iniciativa, y el que ha querido llamarnos a colaborar con Él y por eso nos impulsa con la fuerza del Espíritu Santo. Nunca hemos
de olvidar que la iniciativa siempre es de Dios, porque «Él nos amó primero» (1 Jn 4,19) y que «es Dios
quien hace crecer» (1 Col 3,7). Esta certeza nos permite
conservar la alegría en medio de una tarea tan exigente y desafiante que toma nuestra vida por entero.
¡Nos pide todo, pero al mismo tiempo nos da todo! (cf.
Evangelii gaudium, 12).
Vosotros sois pueblo de Dios
203
Vosotros sois pueblo de Dios
DECIMOTERCERA ESTACIÓN
María y los discípulos
esperan en oración la venida
del Espíritu Santo
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Libro de los Hechos de los Apóstoles (1,12-14)
Entonces se volvieron a Jerusalén, desde el monte
que llaman de los olivos, que dista de Jerusalén lo
que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron,
subieron a la sala superior, donde se alojaban. Todos
ellos perseveraban unánimes en la oración junto con
algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus
hermanos.
Meditación
Señor, en medio del pueblo de Dios, de todos nosotros,
siempre está María en unión con el Espíritu Santo. Ella
reunía a los discípulos de Jesús para invocarlo, como
en la espera de la efusión de ese mismo Espíritu (Hch
1,14), y así hizo posible la explosión misionera que se
produjo en Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia
evangelizadora y sin ella no podemos comprender el
espíritu de la nueva evangelización. A la Madre del
Evangelio viviente le pedimos que interceda para que
toda la comunidad eclesial se sienta invitada a participar en esta renovada etapa en la acción evangelizadora y así todos seamos de verdad una comunidad de
discípulos misioneros. Ella es la mujer de fe, que vive
y camina en la fe, y así es un punto de referencia constante para la Iglesia. Ella se dejó conducir por el Espí204 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
ritu, en un itinerario de fe, hacia un destino de servicio
y fecundidad. Nosotros fijamos hoy en ella la mirada,
para que nos ayude a anunciar a todos los hombres el
mensaje de la salvación. ¡María, conviértenos a todos
los discípulos en agentes evangelizadores! (cf. Evangelii gaudium, 284-287).
Padre nuestro
Canto (CLN 403)
Juntos como hermanos,
miembros de una Iglesia,
vamos caminando
al encuentro del Señor.
PASCUA
DECIMOCUARTA ESTACIÓN
Pentecostés:
la venida del Espíritu Santo
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-4.11)
Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el
cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban
sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno
de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les
concedía manifestarse. Y cada uno los oímos hablar
de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua.
Meditación
Señor, todos nosotros, mayores y jóvenes, queremos
ser evangelizadores con Espíritu: evangelizadores que
se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo. Del
mismo modo que en Pentecostés, el Espíritu hizo salir de sí mismos a los Apóstoles y los transformó en
anunciadores de las grandezas de Dios, que cada uno
de los allí presentes comenzó a entender en su propia lengua, así el Espíritu Santo nos infunde hoy a todos nosotros la fuerza para anunciar la novedad del
Evangelio con alegría, con audacia, en voz alta y en
todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente. Por eso
lo invocamos hoy, bien apoyados en la oración, sin
la cual toda acción corre el riesgo de quedarse vacía
y el anuncio de Cristo resucitado quedaría infecundo.
¡Jesús quiere evangelizadores que anuncien la Buena
Noticia no sólo con palabras sino sobre todo con una
vida que se ha transfigurado en la presencia de Dios!
(cf. Evangelii gaudium, 259).
Padre nuestro
Canto (CLN 253)
Danos, Señor, un corazón nuevo.
Derrama en nosotros un Espíritu nuevo.
He aquí que vienen días, palabra del Señor,
en que yo sellaré con la casa de Israel
una Alianza nueva.
Danos, Señor, un corazón nuevo.
Derrama en nosotros un Espíritu nuevo.
Vosotros sois pueblo de Dios
205
Vosotros sois pueblo de Dios
Oración final
(De la oración de Evangelii gaudium)
Virgen y Madre María,
tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro «sí»
ante la urgencia, más imperiosa que nunca,
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.
Estrella de la nueva evangelización,
ayúdanos a resplandecer
en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Tú, que estuviste plantada ante la Cruz
con una fe inquebrantable
y recibiste el alegre consuelo de la resurrección,
recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu
para que naciera la Iglesia evangelizadora.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.
Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos
el don de la belleza que no se apaga.
206 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
PASCUA
Pascua 2015
Comisión
Diocesana
de Educación
Católica y
Pastoral
Universitaria
Vosotros sois pueblo de Dios
207
Vosotros sois pueblo de Dios
II Parte
La Pascua
- Grupo de jóvenes cristianos:
comunidad de discípulos misioneros.
-Jóvenes cristianos, fraternos y corresponsables.
Educación Secundaria/
Catequesis de Confirmación
Desarrollo de la actividad
Educación Primaria/
Catequesis Primera Comunión
En la Pascua nos vamos a volver a centrar en ese pueblo
que hemos construido durante la Cuaresma, para transformarlo y hacer que sea el pueblo de la PASCUA: lleno
de color, resplandeciente, rebosante de VIDA...para que
los jóvenes de una forma plástica comprendan la continuidad que hay entre la CUARESMA Y LA PASCUA y que
vean que la duración de la PASCUA va más allá de la
semana que tienen de vacaciones escolares.
La actividad semanal será colorear las casas que hemos
ido haciendo con las frases-oración que han ido dando
recorrido espiritual a la Cuaresma.
Para que no se queden en lo formal cada semana le propondremos una acción o compromiso que de continuidad
a las lecturas semanales.
Los contenidos y reflexiones se ofrecerán en la página
web de la Vicaría de Evangelización: www.evangelizacionvalencia.org
208 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
La idea es que asuman algún compromiso en el que expresen la alegría de la PASCUA compartiéndola con los
demás (recogida de alimentos, ayuda en una residencia...).
También puede continuarse la oración escrita entre todos
y que comenzó en Cuaresma, siguiendo los evangelios de
la cincuentena pascual. Cada alumno pude hacer una
copia de la oración y llevarla a casa para pegarla en la
nevera. Se puede hacer una fiesta por Pentecostés en la
que cada grupo de jóvenes o curso de la ESO regala a un
grupo de niños de primaria o catequesis de comunión la
oración elaborada entre todos, bien decorada con fotos
o dibujos.
Se puede hacer una exposición de todas las oraciones, en
el colegio o en alguna residencia de ancianos u obra social el barrio, y llevarlas como ofertorio a la Eucaristía o
vigilia de Pentecostés.
Si quieren más información y/o contenidos más amplios
sobre la propuesta que se propone, consulten la sección
de la Comisión de Enseñanza de la web de la Vicaría de
Evangelización: www.evangelizacionvalencia.org.
208
Propuesta de CANTOS
Cuaresma
Pascua ‘15
Propuesta
de CANTOS
Los cantos que proponemos se pueden encontrar en:
– Cantoral Litúrgico Nacional (Coeditores Litúrgicos).
Secretariado Nacional de Liturgia. Madrid (CLN).
– Cantoral de Misa Dominical (Centre de Pastoral Litúrgica).
Barcelona (MD).
– Cantate Domino (Parròquia Sant Jaume Apòstol).
Algemesí (Valencia) (CD).
El Animador puede elegir el canto que considere más apropiado. Téngase en cuenta que en el criterio de la selección debe tenerse en consideración el texto del canto (o cantos), más que la música.
Si no se conoce la música se puede buscar la partitura: los tres cancioneros que proponemos tienen edición de sólo letra y también de
partitura y texto. El Cantoral MD en edición musical va acompañado de un CD, con sólo acompañamiento, que puede ayudar a cantar.
Como último recurso se puede utilizar el texto del canto elegido sin
cantar, a modo de oración común.
Vosotros sois pueblo de Dios
209
Vosotros sois pueblo de Dios
Cantos para la Cuaresma
A Ti levanto mis ojos
CD: 31
Camina, pueblo de Dios
CD: 47
¿Cómo le cantaré al Señor?
CD: 66
Compadiu–vos de mi, Déu meu – Salm 50
CD: 67
Cristo, por nosotros, se sometió / Crist es féu per nosaltres CD: 76 CLN: D35
Dios es fiel
CD: 93 CLN: 117
El camí que féu Jesús
CD: 99
El Señor es mi fuerza
El Señor es mi luz y mi salvación – Salmo 26 CD: 104 CLN: 505
En Dios pongo mi esperanza
CD: 110
Éste es el tiempo en que llegas
CD: 115 CLN: 657
Excelso Creador del universo
CD: 121
Levanto mis ojos a los montes – Salmo 120 CD: 160 CLN: 524
Llorando los pecados
CD: 168 CLN: 110
Nosaltres hem de gloriar-nos / Nosotros hemos de gloriarnos CD: 177
Nos has llamado al desierto
CD: 178
Perdona a tu Pueblo, Señor
CD: 198 CLN: 104
Piedad, Señor, hemos pecado – Salmo 50
CD: 200
Pequeñas aclaraciones / Cuando el pobre nada tiene CD: 78 CLN: 725
Con vosotros está / ¿Le conocéis? CLN: 723
Pueblo de reyes
CD: 204 CLN: 401
Senyor, no ens deixes / Grande es tu ternura CD: 229
Sí, me levantaré
CD: 240 CLN: 107
Donde hay caridad y amor
CD: 95
Vell pelegrí / Errante voy, soy peregrino
CD: 274 CLN: 715
210 Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
MD: 128
MD: 337-1
MD: 47
MD: 104
MD: 240
MD: 339-2
MD: 343
MD: 332-1
MD: 339-1
MD: 45
MD: 43
MD: 12
MD: 341-1
MD: 321-1
MD: 179
MD: 38
Propuesta de CANTOS
Cantos para la Cuaresma
¡Victoria! ¡Tú reinarás!
CD: 284 CLN: 106
Vós sou, Senyor, la llum del meu cor
CD: 287
¡Oh rostro ensangrentado! ¡Oh testa lacerada! CD: 188 CLN: 102
Por valles y aldeas
Ved la Cruz de salvación CLN: 103
Perdón, oh Dios mío CLN: 105
Ten piedad de mí CLN: 108
Dame tu perdón / Ten piedad, Dios mío CLN: 111
Acuérdate, Señor CLN: 113
Ten piedad, Señor CLN: 114
Te pedimos perdón CLN: 116
El mandato / Os doy un mandato nuevo CLN: 152
Os doy un nuevo mandato CLN: 153
Pueblo mío CLN: 154
A la hora de nona / Por nuestro amor murió el Señor CLN:155
Oh cruz, te adoramos CLN: 156
Me invocará y lo escucharé
Hosanna al Hijo de David
Perdónanos nuestras culpas CLN: 115
Oh Cruz fiel y venerable
Sube el Nazareno
Os doy un nuevo mandato
Cristo nos da la libertad
MD: 334
MD: 347-1
MD: 331-1
MD: 333
MD: 341-2
MD: 347-2
MD: 349
MD: 350
MD: 94
Vienen con alegría, Señor CLN: 728
MD: 65
MD: 338
MD: 17-1
MD: 335-1
MD: 332-2
MD: 346
Vosotros sois pueblo de Dios
211
Vosotros sois pueblo de Dios
Cantos para la Pascua
Acuérdate de Jesucristo
CD: 3 CLN: 202 MD: 352-1
Alegre la mañana que nos habla de Ti
CD: 14 MD: 99
Alegrémonos, hermanos
MD:
360
Alegría, alegría, alegría
CD: 15
Alegrémonos, hermanos CLN: 215 MD: 360
¡Aleluya, aleluya! Es la fiesta del Señor
CD: 18
¡Aleluya! Mujeres santas MD: 354-1
Canta aleluya al Señor
CD: 49
Canta con júbilo / Éste es el día esperado CLN: 219 MD: 369
Cantad al Señor MD: 365
Como el grano de trigo
CD: 65 CLN: 212
Cristo, alegría del mundo CLN: 654 MD: 370
Cristo resucitó CLN: 218 MD: 351-1
Cristo resucitó
MD:
368
Danos, Señor, un corazón nuevo / La alianza nuevaCD: 79 CLN: 253 MD: 371
El Señor os dará su Espíritu Santo MD: 375-1
El Señor resucitó MD: 354-2
El Señor resucitó MD: 356-1
El Señor vive MD: 357-1
En la mañana de Resurrección
CD: 112
Envía, Señor, tu Espíritu / Envía tu Espíritu CLN: 254 MD: 373
Éste es el día en que actuó el Señor – Salmo 117 CD: 114 CLN: 522 MD: 224
Gloria, Aleluya CLN: 716 MD: 56
Hacia ti, morada santa
CD: 133 CLN: O16 MD: 49-1
Jerusalem, glorifica el Senyor – Salm 147
CD: 142
212
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 5
Propuesta de CANTOS
Cantos para la Pascua
Jesús, nuestra Pascua
CD: 144 CLN: 216 MD: 367
La fiesta del Señor MD: 362-2
La Vida venció a la muerte MD: 364
L’Esperit de Déu ompli l’univers
CD: 158
L’Espérit del Senyor vindrá a volsaltres
CD: 159
Nosaltres hem de gloriar-nos / Nosotros hemos de gloriarnos CD: 177 MD: 343
Nuestra Pascua inmolada
CD: 179 CLN: 203 MD: 351-2
¡Oh luz gozosa!
CD: 183 CLN: 653 MD: 8-1
Oh, Señor, envía tu Espíritu
CD: 186 CLN: 252 MD: 372
Pueblo de reyes
CD: 204 CLN: 401 MD: 12
Pueblos todos, batid palmas
CD: 205
Regína Caeli, laetáre
CD: 215 CLN: 303 MD: 392
Resucitó el Señor MD: 353-2
¡Resucitó, resucitó!
CD: 217 CLN: 208 MD: 362-1
Resurrección
MD: 358
Se despertó la vida MD: 353-1
Señor, Dios nuestro, ¡Qué admirable es tu nombre! – Salmo 8 CD: 233 CLN: 501 MD: 211
Señor, Tú has vencido a la muerte
CD: 236
Te conocimos al partir el pan
CD: 248 CLN: O25 MD: 178
Una nueva vida, tu misma vida
CD: 266 CLN: 426 MD: 21
Un cántico nuevo MD: 357-2
Un solo Señor
CD: 271 CLN: 708 MD: 5-1
¡Victoria! ¡Tú reinarás!
CD: 284 CLN: 106 MD: 334
Vive con nosotros MD: 356-2
Yo soy el pan de vida
CD: 288
Vosotros sois pueblo de Dios
213
Cuaresma
Pascua ‘15
214
App
APP Cuaresma Pascua 2015
App
El Arzobispado de Valencia lanza una App para celebrar
la Cuaresma y Pascua.
El Arzobispado de Valencia a través de la Comisión
de Catequesis y en colaboración con la Vicaría
de Evangelización ha creado una aplicación para
smartphones, tablets y ordenadores con el objetivo de
vivir el tiempo de Pascua y de Cuaresma en familia.
La aplicación permite realizar un seguimiento diario de
ambos tiempos litúrgicos y de los días más significativos
como el Miércoles de Ceniza, Domingo de Ramos, el
Triduo Sacro, Domingo de Resurrección, la Fiesta de la
Divina Misericordia y el Domingo de Pentecostés, además
de las festividades de San José (19 de marzo), San Vicente
Ferrer (13 de abril), San José Obrero (1 de mayo), la Virgen
de los Desamparados (10 de mayo) y la Ascensión del
Señor (17 de mayo).
El proyecto ofrece diversos contenidos que enriquecerán
la preparación para celebrar la Cuaresma y el tiempo de
Pascua presentándose como un instrumento a través del
cual poder disponer de los materiales y textos necesarios
para tener un tiempo de oración en medio de la actividad
diaria, aportando una variedad de oraciones dirigidas a
todos los públicos.
La aplicación APP Cuaresma-Pascua contiene el Evangelio
del día y el Santoral así como una reflexión desde las
enseñanzas del Catecismo de la Iglesia y otra orientada
especialmente a la formación de los jóvenes a través
del Youcat. Esta nueva herramienta de evangelización
presenta diversas oraciones, así como reflexiones de los
santos y una de oración personal elaborado por el equipo
de Rezandovoy.org.
La App se podrá descargar gratuitamente para Android
y Apple.
Vosotros sois pueblo de Dios
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