Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana
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Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana
www.ibce.org.bo SA N TA C R U Z - B O L I V I A • 2 0 1 4 • A Ñ O 2 2 • Nº 219 • PUBLICACIÓN DEL INSTITUTO BOLIVIANO DE COMERCIO EXTERIOR TRIGO, UNA OPORTUNIDAD PARA LA SOBERANÍA ALIMENTARIA BOLIVIANA “En Santa Cruz hemos llegado a producir más de 190.000 toneladas de grano de trigo en el año 2010, que representó el 75% de la producción nacional y cubrió el 27% de la demanda nacional...” ASOCIACIÓN DE PRODUCTORES DE OLEAGINOSAS Y TRIGO AGRADECIMIENTO: El Consejo Editor de “Comercio Exterior” agradece la colaboración de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO) y del Dr. Hernán Zeballos Hurtado, Ph.D., Investigador en Economía, por su apoyo para la edición de este número de “Comercio Exterior” 2 Nº 219 • Santa Cruz - Bolivia Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana EDITORIAL TRIGO, UNA OPORTUNIDAD PARA LA SOBERANÍA ALIMENTARIA BOLIVIANA Ing. José Luis Landivar Bowles Presidente INSTITUTO BOLIVIANO DE COMERCIO EXTERIOR - IBCE El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), como coeditores de la presente edición, tienen a bien presentar esta publicación, para abordar un tema muy importante desde el punto de vista de nuestra soberanía alimentaria, tan anhelada no solo por el Gobierno Nacional, sino también por el sector privado, los productores del campo, los industriales y por la propia población. Se trata del sector triguero boliviano, las oportunidades y desafíos que implica, con grandes posibilidades de generar un círculo virtuoso de inversión, producción y sustitución de importaciones, para con ello ahorrar más de 100 millones de dólares anuales y crear empleo digno y sostenible para los bolivianos. El futuro de la producción de trigo en Bolivia -sin pasar por alto la importancia de la producción tradicional en los climas templados y fríos- está en el Oriente boliviano, y forma parte de una lógica productiva que se da en nuestro país: la rotación de cultivos con la soya. En el caso específico del trigo, lo que se busca es que no falte el pan nuestro de cada día en nuestra mesa y que esté al alcance de la población a un precio razonable. Esta necesidad de “seguridad alimentaria” se la puede conseguir de tres formas: 1) Importando el 100% de la demanda anual; 2) Produciendo en el país el 100% de la demanda anual; 3) Produciendo un porcentaje del consumo anual e importando el saldo -como viene sucediendo por décadas y continuamos haciendo hoy, y lo seguiremos haciendo, a menos que los bolivianos decidamos un cambio. La única opción que va más allá de la “seguridad alimentaria” y avanza hacia la “soberanía alimentaria” es la segunda. Por tanto, debemos preguntarnos: ¿por cuál de las 3 opciones optamos? ¿A dónde queremos llegar como país? ¿Qué necesitamos hacer para alcanzar tal objetivo?. Muchos gobiernos subvencionan la producción de alimentos por cuestión de “interés nacional” y hasta por razones de “seguridad nacional”, ya que tener alimentos de forma oportuna y accesible resulta algo básico para mantener tranquila a la población. Si Bolivia subvenciona el precio del trigo y la harina importada para tener un pan barato para ofrecer a los bolivianos, la pregunta entonces es ¿Por qué no pensar en traducir ese dinero en incentivos para el productor nacional? ¿Por qué no pensar en “precios de garantía” desde el Estado mientras se mejora la productividad para hacer comercialmente atractivo este cultivo en el país?. Hemos gastado cerca de 1.000 millones de dólares en la importación de trigo y harina de trigo durante los últimos 10 años, por un volumen de casi 3 millones de toneladas que bien se pudieron producir en Bolivia. ¿Cuántas familias habrían mejorado, de haberse quedado ese dinero aquí?. Tierra, tenemos; experiencia productiva y ganas de producir mucho más, también; tecnología y conocimiento, de igual manera; y, siendo que una gran demanda de trigo por satisfacer es lo que nos espera, esto nos debería motivar a hacer mejor las cosas de aquí en adelante: solo nos falta la voluntad de querer ser mejores bolivianos, para de esta manera forjar esa Bolivia digna, productiva, exportadora y soberana que todos queremos para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Staff Directorio del Instituto Boliviano de Comercio Exterior 2014 Ing. José Luis Landivar Bowles Presidente Lic. Antonio Rocha Gallardo Vicepresidente Ing. Ernesto Antelo López Secretario Ing. Marcos David Velásquez Arauz Tesorero “Comercio Exterior” Déposito Legal: Nº 8-3-77-06 • Derechos Reservados - Se autoriza su reproducción citando la fuente Directores Lic. Omar Spechar Jordán Ing. Pablo Ignacio Mier Ostria Lic. Alejandro Rea Queirolo Ing. Víctor Hugo Gutiérrez Rojas Ing. Carlos Franco Vacadolz Ing. Ramiro Monje Calderón Lic. Ricardo Reimers Ortiz Lic. Raúl Obando Rivera Lic. Freddy Suárez Antelo Ing. Pablo Antelo Gil Lic. Oswaldo Barriga Karlbaum Consejo Editor: Ing. José Luis Landivar Bowles Presidente Lic. Gary Antonio Rodríguez Álvarez, MSc. Gerente General Ing. Co. María Esther Peña Cuéllar, MSc. Gerente Técnico Lic. Mónica Jáuregui Antelo Gerente de Promoción Ing. Diana Sabillón Garay Gerente de R S E Control de Calidad: Ing. Co. Steven Magariños Terrazas Asistente de Promoción Distribución: Lic. Mónica Fuertes Ibañez Consultora Externa Oficina Central: Santa Cruz - Bolivia Av. 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Introducción El presente trabajo se ha realizado a invitación del IBCE, con el objeto de servir de base a un debate sobre una importante actividad económica, como es la disponibilidad de trigo en la mesa de los bolivianos. De hecho es uno de los alimentos de consumo diario del boliviano que ocupa el segundo lugar como proveedor de carbohidratos, después de la papa, y por ello el interés desde hacen varias décadas de tener políticas y acciones que contribuyan a lograr una mayor autosuficiencia del mismo, dada la extensión de territorio de que dispone el país para una producción agropecuaria diversificada. Debo confesar que, por el poco tiempo que se me dio para la preparación de este documento, básicamente he utilizado varios estudios y monografías hechas en los últimos diez años y preferentemente los documentos oficiales que se han producido recientemente como parte de la elaboración y puesta en marcha del “Plan de Implementación del Programa Nacional del Trigo”, a cargo del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras y el INIAF cabeza del Programa Nacional del Trigo y el “Estudio de la harina de trigo” efectuado por parte de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas (AEMP) del 2012. Ello se complementó con visitas a ambas instituciones para intercambiar ideas sobre el problema. Las conclusiones recogen algunas sugerencias de política y recomendaciones oficiales, así como las que emergen del análisis de la información que se presenta en este documento y desde mi propia reflexión sobre los datos recogidos. Como en otras oportunidades el IBCE, ha dado todo el apoyo logístico para este trabajo, en coordinación con ANAPO, un actor principal en la tarea de contribuir a lo que hoy se denomina lograr la Seguridad y Soberanía Alimentaria. De manera particular, mi agradecimiento a la Lic. Rosario Quisbert M. de la Oficina de Enlace del IBCE en La Paz, y a su secretaria la Srta. Anabel Lliuly, así como a María de los Ángeles Jové, que como en la últimas ocasiones le ha puesto el toque de elegancia a la presentación de este documento. El informe del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), hace un interesante recuento histórico sobre el trigo en Bolivia, del cual se ha extraído una parte. “Bolivia ha consolidado una larga e histórica dependencia del trigo que viene de otros países y derivó en la conformación de un sector desarticulado y ajeno a la producción nacional”. “En tanto que durante la primera época republicana y la colonia Bolivia había sido capaz de autoabastecerse de trigo y harina, en la actualidad cuatro de cada cinco panes que consumimos tiene su origen en el trigo que viene de afuera. Platt, citado por Escobari L. 1987, sostiene que Bolivia nació con su demanda interna de cereales y harina enteramente autoabastecida por una producción regional centrada en Cochabamba y Chayanta”. Sin embargo, entre los años 1870 y 1880 -a partir del segundo auge de la platauna nueva política de política de libre mercado incorporaba a Bolivia a la economía mundial, a la vez como productor de minerales y mercado para productos alimenticios importados. “Hasta ese momento, por ejemplo Cochabamba podía aún competir con el mercado nacional. Según Jackson (1988) alrededor del 1870, el 70% de la harina de trigo consumida en la ciudad de La Paz se producía en Cochabamba”. La construcción de una red ferroviaria interna y su conexión con la Argentina y los puertos del Pacífico. no solo que abarataba los costos de transporte para la importación de productos alimenticios y de consumo, sino que la disponibilidad de divisas por la exportación de minerales, las exenciones arancelarias o bajos impuestos y la concentración de población en los centros mineros, presionarían al Estado boliviano a una mayor dependencia alimentaria del exterior, especialmente del trigo. (Dandler, 1984). De esta manera ya en 1880 la harina chilena invadía el territorio boliviano. Tanto Cochabamba, Tarija, el Norte Potosí y Chuquisaca, tradicionales productores de trigo hallaron imposible competir con las importaciones chilenas. A principios del Siglo XX, la importación no solamente venía de Chile, si no de Argentina, Brasil, Uruguay, Estados Unidos y Alemania. (Escobari L. 1987). Para 1904 el Gobierno ya estipulaba la excepción de pago de aranceles a la harina y en 1954, Escobari L., citando a Arce - indica que, “la producción total de trigo del país no alcanzaba ni para un mes de consumo nacional”. “El volumen de molienda alcanzaba a 90% de trigo extranjero y 10% trigo nacional”. 1. Fuente: CIPCA. Herbas René. “El estado de situación del trigo en Bolivia y el contexto internacional” Septiembre 2008. 4 Nº 219 • Santa Cruz - Bolivia Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana En los últimos 20 años, la historia es conocida, únicamente entre el 10% y el 30% del trigo que se consume en Bolivia es de origen nacional, generándose en cambio un dramático crecimiento de las importaciones de trigo, harina, el contrabando. El avance principal más importante sin duda ha sido el de eliminar las donaciones concentradas en el trigo y la harina, particularmente desde los Estados Unidos, lo que permitió un nuevo enfoque hacia el logro de una mayor autonomía y autosuficiencia en la producción de trigo. desde los Ministerios de Agricultura, Industria y Comercio. 3. La determinación que el trigo de donación se monetice considerando el costo de oportunidad del trigo importado. Era evidente que detrás de este planteamiento se sostenía que la producción agroindustrial y de carácter empresarial podían revertir la situación de dependencia de trigo, dejando de lado el aporte de los pequeños productores en los Valles de Bolivia”. 2. Producción de trigo 2001-2013 3. Zona oriental: Departamento de Santa Cruz El año 2006 el Viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vázquez, declaró que “el 2006 se importó 80% de trigo para el consumo interno; sin embargo, la gestión pasada, este porcentaje bajó a 60%, porque se incrementó la producción. Las metas: la producción de trigo aumentó de 20 a 43%, esta gestión se tiene previsto reducir el porcentaje tal vez a 50% y para el 2014 por lo menos producir un 95% de la producción de trigo y sólo el 5% de importación”, para ello el objetivo impulsar la producción y la agroindustria”. Muy buenas intenciones por cierto 2. El crecimiento proyectado de la producción de trigo en Santa Cruz ha estado íntimamente ligado al incremento de la superficie de soya. “Al crecer el área sembrada de la soya se estima que en el mismo horizonte de tiempo, el cultivo de trigo podría llegar a incrementarse a 150.000 ha., con una producción de 250.000 t, volumen cercano al 70% de la actual demanda nacional de este cereal” 4. En lo que sigue se verá el comportamiento de la producción en la perspectiva del periodo 2002 – 2011, para ver si este anuncio tiende a cumplirse 3. A diferencia de otros países, la producción de trigo en Bolivia responde a dos racionalidades económicas: Una ligada a la agricultura familiar en los Valles de Bolivia y otra de una producción de carácter empresarial y de colonización, concentrada en el Departamento de Santa Cruz. Según el diagnóstico del Plan de Implementación del Programa Nacional del Trigo, “En el área tradicional o andina, unas 100.000 familias se dedican al cultivo de trigo, constituyéndose en uno de los principales cultivos que asegura la alimentación del habitante rural. El pan y los fideos se constituyen en los alimentos de mayor consumo en los hogares de bajos ingresos económicos. En el área rural, el trigo se consume también como lagua, ch’aque, tostado, trigo mote, chicha y otros; razón por la cual constituye uno de los cultivos de mayor importancia para la población. La producción de trigo se comercializa principalmente en mercados locales y tiene mecanismos de formación de diferentes precios al del trigo vendido para molinería”. En ocasión del lanzamiento del Primer Plan Triguero Nacional en 1990, ANAPO sostenía que con el apoyo de un programa de asistencia técnica y financiamiento, en un lapso de 10 años se lograría revertir la situación de dependencia de las importaciones de trigo en el país. No fue así, ni las superficies de cultivo, ni los volúmenes de producción se incrementaron en las proyecciones propuestas. ¿Cuál fue la evolución y tendencia de la producción de trigo en estos dos espacios, en los últimos veinte años? La fiebre de la producción de soya en el mundo, se conoce como la “sojización” y es un fenómeno que se ha expandido desde la Argentina al oriente de Bolivia, el Paraguay, el Sur del Brasil y Uruguay 5. Según un estudio del MACA (2004), la modificación del clima, la presencia de enfermedades y la adopción de cultivos alternativos, han generado un escenario de incertidumbre sobre su verdadero potencial. La inestabilidad y los cambios drásticos en las superficies de siembra, han hecho impredecible el futuro del trigo en esta región. Los datos específicos sobre destino de la producción se dan en los cuadros 4 y 5 y el capítulo 6. Las cifras de los últimos años muestran que después de un importante crecimiento en la superficie de siembra entre 1990 y 1997, el área de cultivo de trigo se desplomó hasta el 2004, para intentar nuevamente ampliar la superficie de siembra lo que se aprecia claramente en el Cuadro 1 y Gráficos 1,2,3 y 4. En cambio en Santa Cruz, 14.000 familias distribuidas entre colonizadores, productores menonitas, japoneses, brasileños, rusos, entre los más importantes, como parte de la ampliación de cultivos y las necesidades de rotación en el uso de la tierra, se dedican al cultivo de trigo con una superficie promedio de algo más de 100.000 ha., en el último trienio. Según la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), se estaban creando las condiciones macroeconómicas para hacer viable la producción de trigo en Bolivia. .El factor más determinante para este limitado crecimiento, es que no todas las hectáreas que la soya deja durante el invierno son utilizadas por el trigo. Los actores económicos toman sus decisiones en función de las condiciones climáticas (sobre todo humedad) y los precios de cultivos alternativos al trigo, como ser el fréjol, el girasol, el sorgo y el algodón…” 6. A diferencia de los valles en Santa Cruz el 83% de la producción se destina al mercado, 9% al autoconsumo, 5% es para la transformación y 3% para semilla. Asimismo, en los últimos años el cultivo de maiz se ha constituido en una interesante alternativa de siembra de invierno, con superficies que han llegado a las 90 mil hectáreas, con márgenes de rentabilidad atractivos y con menor riesgo que el trigo. De esta manera se refleja la orientación y prioridad del destino de la producción de trigo en estos dos espacios geográficos. En los Valles principalmente para el consumo directo o en forma de harina y en el oriente para el mercado destinado a la producción de harina. A partir de 1985, Santa Cruz emerge como un nuevo actor importante, asumiendo el desafío de cubrir la demanda nacional de trigo. Las políticas agrícolas y comerciales se orientaron a la liberalización del mercado de trigo, bajo las siguientes condiciones (Según ANAPO, se estaban creando las condiciones macroeconómicas para hacer viable la producción de trigo en Bolivia). 1. La liberalización de los mercados y/o su integración a los mercados internacionales. 2. El establecimiento de mecanismos de control y aprobación de las donaciones A lo anterior hay que añadir noticias recientes sobre la introducción de la chia, un producto con muchas propiedades nutritivas y medicinales que ha tenido gran aceptación interna y se esta exportando al Brasil. Se trata de un cultivo de rotación en invierno que ofrece mayor rentabilidad que el trigo. En tanto que en la década de los noventa el trigo de invierno alcanzaba el 34% de la superficie total, en la actualidad este porcentaje se ha reducido sustancialmente lo que denota las tendencias y preferencias de cultivos por los productores de Santa Cruz en la actualidad. El informe de CIPCA concluye, de manera categórica: “Desde la perspectiva de la seguridad y soberanía alimentaría para el país, si bien el trigo en Santa Cruz cuenta con un horizonte de crecimiento importante, hasta ahora no ha sido relevante y es imprevisible su proyección, por su orientación de exportación a donde apunta prioritariamente la región”. A lo anterior hay que añadir el problema de las condiciones naturales, el ecosistema de Santa Cruz que, según estudios del Dr. Gonzalo Ávila de la Fundación Patiño atenta contra los niveles de productividad del trigo en este Departamento, sobre el cual se hace una síntesis por separado. 4. El trigo en los valles Continuando con el informe de CIPCA “a diferencia del comportamiento del trigo en Santa Cruz, las superficies de siembra en los valles de Bolivia refleja una tendencia más o menos estable. Entre 1990 y el 2007 se han sembrado en promedio 80.000 hectáreas por año, con una producción entre 64.000 y 75.000 toneladas concentrado en los Departamentos de Chuquisaca, Potosí, Cochabamba y Tarija 7. 2. Fuente: El DIARIO. 3. Informe CIPCA. 4. ANAPO 1995. 5. Fuente: ANAPO 2007 y Zeballos 2008, 2011, 2012. 6. MACA 2004. 7. MACA 2004. 6 Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana Nº 219 • Santa Cruz - Bolivia Trigo en los Valles Por razones de suelo y clima existen diferencias marcadas de rendimientos entre parcelas en una misma unidad familiar, de una gestión a otra y de un espacio a otro. Las familias productoras de trigo conviven con cambios drásticos en los volúmenes de producción, los rendimientos así como en los ingresos generados, pese a la existencia de un patrón de siembra más o menos definido en cada gestión agrícola y cada unidad familiar. La importancia del trigo radica en su contribución a la alimentación que garantiza la persistencia de su producción. Por tanto al priorizarse el autoconsumo sobre su demanda de mercado no existe un único patrón tecnológico de producción, ni uniformidad en la selección de variedades, como tampoco en la lógica de la comercialización. Entre las principales ventajas para el cultivo de trigo en los Valles está su fácil manejo y amplia adaptabilidad. Todas las familias campesinas, con mayor o menor limitación económica, cultivan trigo y acceden a su producción y consumo. La adaptabilidad del trigo se manifiesta en capacidad de producir un amplio rango de condiciones climáticas, espacios geográficos y características de suelos, con limitaciones en su fertilidad. Este comportamiento de la producción se apreciará de mejor manera en los gráficos siguientes. Gráfico 1: Evolución Superficie Cultivada de Trigo en Bolivia Gestiones 2002 - 2011• (expresado en ha) 250.000 Superficie ha En la agricultura campesina de los Valles, a diferencia de Santa Cruz, la producción de trigo cumple tres funciones complementarias: En la alimentación familiar, la alimentación animal y en la generación de ingresos económicos. Hasta antes de esta última escalada de precios, el trigo tenía poca o ninguna rentabilidad. Precios bajos, programas de investigación limitados, tecnologías alternativas inexistentes y ausencia de apoyo en la transformación y la comercialización, han determinando una suerte de estancamiento y limitada valoración económica del trigo. Situación que se pretende cambiar con el Programa Nacional del Trigo, como se verá más adelante. 150.000 100.000 50.000 0 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Fuente: Datos Cuadro 1. Elaboración propia. Así como con el maíz y a través del tiempo el trigo ha logrado construir identidades locales y regionales. Espacios como Cochabamba han sido reconocidos como el Granero del Alto Perú o el municipio de Mojocoya como el granero de Chuquisaca. El trigo, junto a otros cultivos, al constituirse en la base de la alimentación familiar, ha logrado adaptar variedades y elaborar una multiplicidad de formas de consumo que abarca desde el trigo pelado, las lawas, el pan, pito, etc 8. Gráfico 2: Evolución de la Producción de Trigo en Bolivia Gestiones 2002 - 2011• (expresado en t) 300000 y= 3194,8 x2 - 17990x + 138166 R2 = 0,9643 250.000 Producción t Sin embargo, la realidad es que las zonas tradicionalmente trigueras, tienen los más bajos niveles de materia orgánica en sus suelos y problemas severos de erosión hídrica y eólica. y= 2531,4 x2 - 17432x + 138727 R2 = 0,9117 200.000 200.000 150.000 100.000 50.00 0 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Fuente: Datos Cuadro 1. Elaboración propia. 5. Ambas regiones: Producción, superficie, rendimientos Los datos se muestran en el cuadro 1. Gráfico 3: Evolución del Rendimiento de Trigo en Bolivia Gestiones 2002 - 2011• (expresado en t/ha) Cuadro 1. BOLIVIA: Producción, Rendimiento y Superficie Cultivada de Trigo en Bolivia • 2002-2011 Superficie Cultivada Occidente Oriente 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 76.546 76.896 76.740 54.868 77.440 77.619 78.698 73.295 84.178 89.481 55.800 35.000 30.200 29.250 48.000 62.150 56.072 93.337 107.221 120.302 Rendimiento (t/ha) Occidente Oriente 1,0 0,7 0,7 1,0 0,7 0,8 0,7 0,8 0,7 0,7 1,1 1,5 1,3 2,0 1,7 1,6 1,9 1,5 1,7 1,7 Producción (t) Occidente Oriente 76.546 54.633 54.448 54.868 56.512 58.455 57.640 57.037 62.443 67.011 61.000 53.600 39.460 57.563 81.933 101.260 103.889 141.289 179.170 204.055 1,4 Total 137.546 107.633 93.908 112.431 138.445 159.715 161.529 198.326 241.662 271.066 FUENTE: Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRYT) 8. Para mayor detalle sobre los costos de producción ver Herbas R. “El trigo en los valles de Bolivia. 2007. y= 0,0008 x2 +0,042 + 0,9372 R2 = 0,4835 1,3 Rendimiento t/ha Año 1,2 1,1 1 0.9 0,8 2002 2003 2004 2005 Fuente: Datos Cuadro 1. Elaboración propia. 2006 2007 2008 2009 2010 2011 8 Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana Nº 219 • Santa Cruz - Bolivia • Pérdidas causadas por otros factores. Otra de las causadas son las pérdidas debidas a fuertes vientos que en época de cosecha del mes de agosto alcanzan los 90 a 100 km/hora, ocasionando el desgrane del trigo, con pérdidas que pueden llegar al 50 por ciento del rendimiento. 300000 250.000 200.000 150.000 100.000 50.00 0 2002 2003 2004 2005 Superficie 2006 2007 2008 Superficie Polinómica (Superficie) 2009 2010 2011 1,6 1,4 1,2 1 0,8 0,6 0,4 0,2 0 Rendimiento Superficie y Producción Gráfico 4: Producción, Superficie y Rendimiento de Trigo en Bolivia Gestiones 2002 - 2011• (expresado en t y ha) Superficie Polinómica (Producción) Fuente: Datos Cuadro 1. Elaboración propia. Los coeficientes de correlación entre superficie y producción así como entre rendimiento y producción arrojan los resultados siguientes: 0,968 0,636 Superficie - producción Rendimiento - producción Los datos y las gráficas anteriores muestran claramente que el aumento de la producción de trigo en el país se encuentra directamente asociada al incremento en la superficie cultivada. Los rendimientos, en promedio, muestran una ligera mejoría entre los años años 2006 a 2011. Fácilmente se puede percibir que tanto la superficie cultivada como la producción crecen sostenidamente a partir del 2008. De acuerdo al recuento anterior, la producción de trigo nacional se obtiene en un 7475% en las zonas este y oeste de Santa Cruz, como cultivo de rotación de la soya y el resto en los valles interandinos. Hay una notable diferencia en rendimientos, aunque los rendimientos de Santa Cruz son apenas la mitad de los que se obtienen en EEUU y Argentina los principales productores mundiales de este cereal. El cuadro siguiente revela las diferencias de productividad entre las zonas productoras de Bolivia y la de los principales países productores en el mundo. Cuadro 2. Indicadores comparativos de producción, rendimientos y costos de producción de trigo País Estados Unidos Argentina Chile Bolivia (valles) Bolivia (Santa Cruz) Superficie Promedio/Flia ha 149,00 115,96 4,00 1,50 3,70 Producción Promedio/Flia t 387,4 270,03 18,00 1,50 4,30 Costo Prod. Rendimiento Costo Produc. USD/ha t/ha USD/t 442,00 227,00 730,00 129,38 196,87 2,60 2,50 4,50 0,90 1,60 168,00 91,00 162,00 143,76 123,04 Fuente: Info CIPCA, con datos de ANAPO, APTC, Fundación Chile 2005 Estas diferencias en la productividad del trigo están determinadas principalmente por la escala, el clima, los rendimientos y la tecnología de producción, factores íntimamente relacionados con el sistema de producción predominante. En los casos de Argentina y Estados Unidos la agricultura es de carácter empresarial comparativamente a países como Bolivia en la región de los Valles, Ecuador, Perú e incluso Chile, donde la producción de trigo sigue en manos de pequeñas unidades familiares campesinas. En el caso boliviano, según el Ministerio del sector los bajos rendimientos en la producción del trigo están asociados a: • Baja fertilidad, degradación y erosión de los suelos. En la zona occidental del país se tiene la desertificación de las áreas aptas para la siembra del trigo, debido a la escasez de las lluvias, los suelos endurecidos por la pérdida de materia orgánica y por tanto con baja retención de humedad. •Pérdidas causadas por enfermedades. Estas pueden ser la Piricularia; es un hongo que ataca la espiga y los granos de la planta de trigo, los pone de tono blanco y finalmente la mata. Roya de la Hoja (Puccinia Recóndita); es un hongo que se come la hoja de la planta de trigo y finalmente la mata. • Pérdidas causadas por efectos de la maleza. Las malezas tienen una alta posibilidad de sobrevivir en medios adversos, debido a su alto grado de individualismo, su ciclo de vida, su morfología y fisiología, que las hacen adecuadas para soportar aun las situaciones más adversas, las malezas que ocasionan mayores efectos adversos sobre la calidad del trigo son la Anoda cristata y la Avena fatua por lo difícil que resulta separar totalmente ambos tipos de semilla del grano cosechado. Si bien en el caso de Santa Cruz en los últimos cinco años se nota un importante incremento de los rendimientos, y rendimientos entre 1,7 a 2,0 t/ha, todavía son evidentes los cambios drásticos e imprevisibles en el comportamiento productivo entre una campaña agrícola a otra, así como entre los diferentes sectores geográficos donde se cultiva en el Departamento. Similar situación se puede encontrar en los Valles, donde la productividad del trigo, además de los señalados más arriba está en interdependencia con las épocas de siembra, la calidad de los suelos y fundamentalmente la preparación anticipada de los barbechos que garantizan la acumulación de suficiente humedad y por tanto la seguridad de una buena producción. Es importante advertir que la información estadística disponible, particularmente para la región de los Valles, no es confiable. La información disponible en el INE, así como en el Ministerio de Desarrollo Agropecuario -actualmente Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras-no refleja las diferencias en el comportamiento del trigo, tanto entre variedades, regiones, y/o los contrastes entre una campaña y otra. Sin embargo, en general se considera que el rendimiento promedio de trigo en los Valles oscila entre 0,9 y 1 tonelada/ha. En cuanto al destino de la producción, atendiendo a la lógica de producción y distribución a que se ha hecho referencia anteriormente, hay marcadas diferencias como se aprecia por los cuadros siguientes. Cuadro 3. BOLIVIA: Distribución de la Producción Agrícola del Trigo. Año agrícola 2007-2008. En porcentaje Departamento Chuquisaca Cochabamba Potosí Tarija Promedio Consumo del hogar Animal Reservado para semilla Para la transformación Pérdidas Nacional Ventas exterior Otros 21,91 32,50 34,58 18,88 29,72 5,87 0,23 2,12 6,69 3,70 8,67 16,01 12,51 3,92 10,28 9,65 16,20 25,48 11,80 15,76 36,54 30,17 23,59 39,90 32,56 0,00 0,10 0,00 0,00 0,03 3,06 2,34 1,03 0,19 1,66 Fuente: Estudio AEMP, basado en la Encuesta Nacional Agropecuaria, ENA 2008 – MDRyT- INE. Para el caso de la producción en el Oriente boliviano la situación es muy diferente, como se aprecia por el cuadro siguiente. Cuadro 4. BOLIVIA: Distribución de la Producción Agrícola del Trigo. Año agrícola 2007-2008. En porcentaje Departamento Santa Cruz Consumo del hogar Animal Reservado para semilla 3,05 0,00 0,75 Para la transformación 0,43 Pérdidas Nacional Ventas exterior Otros 4,89 90,88 0,00 Fuente: Estudio AEMP, basado en la Encuesta Nacional Agropecuaria, ENA 2008 – MDRyT- INE. Dentro de los Departamentos involucrados en la producción de trigo, las regiones más representativas de Bolivia son: • • • • • En Chuquisaca: Tarabuco, Villa Serrano, Zudáñez, Villa Tomina, Yamparáez e Incahuasi; En Cochabamba: Independencia y Totora. En Potosí: Betanzos, Puna y Caisabe. En Tarija: San Lorenzo, Cercado Uriondo. En Santa Cruz: Minero, Yapacaní, San Pedro, Cuatro Cañadas, San Carlos, Santa Rosa, San Julián y Okinawa. Las proyecciones del MDR y T., el 2012, en cuanto a producción se dan a continuación. Cuadro 5. BOLIVIA: Proyección de la producción de trigo. Años 2012 - 2020 Año Producción 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 289.679 316.697 343.715 370.732 397.750 424.768 451.786 478.804 505.821 Fuente: AEMP, Estudio de la harina de trigo, Con base en información proporcionada por el MDR y T. 10 Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana Nº 219 • Santa Cruz - Bolivia Variedades La producción de trigo el 2012 fue de 251.820 toneladas. Esta cifra representa el 39 % de la producción necesaria para satisfacer la demanda estimada (650.000 toneladas) para el mismo año. (Fuente: IBCE). 6. Variedades El INIAF y el Programa Nacional de Trigo proveen los datos siguientes 9. • En el sector privado, las asociaciones de productores coadyuvan con estos programas tanto en la parte occidental como oriental del país. ANAPO, es el pivote principal en Santa Cruz. Resulta de interés señalar que según informa la Asociación de Proveedores de Insumos Agropecuarios de Santa Cruz, este departamento es productor y exportador de semillas a otros países. El 2012 exportaron 1.279,25 tons de maíz, 772,24 tons de sorgo, 195,38 tons de mijo a siete mercados internacionales, existiendo un total de 190 empresas que se dedican a este negocio (EL DIARIO, info Economía, Finanzas, septiembre 3, 2013.) Sistema institucional de apoyo a la producción de trigo. Según señala la introducción del documento sobre el Plan de Implementación del Programa Nacional del Trigo: “El proceso de generación de tecnología en Bolivia estuvo marcado por una falta de continuidad de acciones, en los 90´s, el Instituto Boliviano de Tecnología Agropecuaria (IBTA), con financiamiento del Banco Mundial, generó algunas variedades y contribuyó a la formación de recursos humanos. Entre 1998 a 2001, fue implementado un Programa de Investigación y Transferencia de Tecnología para el Cultivo de Trigo (PROTRIGO), con apoyo financiero del Programa PL-480-Título III, del Programa PASA, con financiamiento de la Unión Europea y la contraparte de las Prefecturas de Cochabamba, Chuquisaca, Potosí y Tarija y trabajo con dos componentes: 1) generación y difusión de tecnologías apropiadas para el cultivo de trigo en la zona de los Llanos orientales y 2) generación y difusión de tecnologías apropiadas para el cultivo de trigo en la zona de los Valles. A la finalización de este programa no se dieron iniciativas nacionales para impulsar el rubro; sin embargo, continuaron acciones puntuales. A partir del 2002, PROINPA, respaldó y fue ejecutando acciones tanto en Cochabamba como Chuquisaca y Potosí en temas referidos a la obtención de variedades y producción de semilla principalmente. En esta misma línea, ANAPO y CIAT en Santa Cruz fueron realizando acciones tendientes a fomentar la producción de trigo a través de sus respectivos programas de investigación”. El INIAF y el Programa Nacional de Semillas, son las dos instituciones que conforman la columna vertebral del apoyo gubernamental, cuyas acciones y programas se resumen a continuación. El Programa Nacional del Trigo contempla 7 subproyectos: 1) Mejoramiento genético para incremento de rendimiento y calidad; 2) Mejoramiento de trigos biofortificados 3) Mejoramiento para tolerancia a factores bióticos adversos; 4) Mejoramiento para tolerancia a factores abióticos adversos; 5) Manejo agroeconómico con énfasis en el suelo y agua (siembra directa y otros); 6) Multiplicación de semillas; 7) Implementación de laboratorios de calidad. Cabe destacar que el subproyecto producción de trigo biofortificado que apunta a generar variedades con al menos 20% más la concentración de Hierro y Zinc en los granos en relación a los trigos que actualmente se cultivan. El conjunto de trabajos se realiza en la “Red Nacional de Ensayos” con las localizaciones que se indican a continuación: Dpto./REgión Cochabamba Santa Cruz Chaco Chuquisaca Tarija Potosí Oruro La Paz Total No. de localidades 6 6 1 5 3 4 2 2 29 • Lo anterior estaría demostrando que una política nacional adecuadamente orientada los productores cruceños pueden contribuir de una manera más sustantiva al autoabastecimiento de productos agropecuarios, entre ellos el trigo. Resulta interesante destacar los conceptos sobre los que trabaja el Programa Nacional del Trigo, en los municipios, según el informe de Juan Pablo Álvarez Orías: “TRIGO: Producir para la Seguridad o Soberanía Alimentaria en Chuquisaca” (2012), al mismo tiempo se aprecia el conjunto de instituciones públicas, privadas y de organizaciones de productores que participan en este programa, el cual se replica en otros departamentos. Los antecedentes que este documento proporciona y la filosofía de encarar este programa en los departamentos son los siguientes: “Surge un desafío para el Estado Boliviano y es el de incrementar la producción de Trigo a partir de la promulgación de las leyes 144 y 338. El estado en sus diferentes niveles de Gobierno central, departamental y municipal, esperándose un incremento sustancial en las asignaciones presupuestarias destinadas al sector agropecuario. El Comité Departamental de Trigo de Chuquisaca, a la cabeza de la Asociación de Productores de Trigo, el CIOEC e instituciones de investigación como PROINPA, la Facultad de Ciencias Agrarias, el CDC y la DDAI, del Gobierno Autónomo de Chuquisaca, confluyen en una plataforma que trata de acercar posiciones y hacer escuchar fundamentalmente la voz de los productores”. Bajo esta diferenciación: “Seguridad Alimentaria y también los que producen para la Soberanía, 8 municipios en Chuquisaca Norte, 8 en Centro y 4 en Cintis, haciendo un total de 20; nótese que las cifras de los factores como superficie, volumen promedio y volumen total diferencia claramente a cada grupo.” Producir para la Seguridad Alimentaria está dirigida al autoconsumo, partiendo de un concepto de equidad en tanto que que para la Soberanía Alimentaria (eficacia – producción excedentaria) combina la posibilidad de producir excedentes dirigidos al mercado. Son 9 municipios cuya producción está orientada a la Seguridad Alimentaria, por los siguientes motivos. “La superficie de cultivo total del municipio está considerada en un rango de 100 a 500 hectáreas y el volumen total de producción del municipio no pasa de 500 toneladas, siendo el promedio de producción entre las familias de 10 a 22 quintales. El destino de la producción, del total de la venta no pasa del 33% de la producción total, como es el caso El Villar que es el porcentaje más alto y el menor Azurduy con el 12,5%.” En el caso de la región de Chuquisaca Centro que el porcentaje de venta oscila entre el 12,5%, es el caso del Municipio de Azurduy y el 33,5% en el Municipio de El Villar. El destino de la producción también muestra una columna que dice otros, que básicamente se refiere a la “economía tradicional”, donde el intercambio, el trueque y la venta en ferias comunales son las que captan la atención y preocupación de los productores. Fuente: Boletín Informativo del INIAF 9. INIAF, Programa Nacional de Trigo – Proyecto de Innovación y Servicios Agrícolas (PISA). Dirección Nacional de Semillas. Certificación y Fiscalización de Semillas 2012 “Foro: Desarrollo del Sector Triguero e (La Paz, 27/11/2013, Hotel Rad Extractos del Discurso de: Demetrio Pérez Flores Presidente de Asociacion Nacional de Productores de Oleajinosas y Trigo - ANAPO (...) Para lograr la Soberanía alimentaria del Trigo ANAPO: fortalecer la Investigación, Asistencia técnica, Tecnología, Precios mínimos de compra, Seguro agrícola, Financiamiento y Acopio de semillas Es necesario contar con políticas públicas del Gobierno Nacional que incentiven y fomenten la producción de trigo en el país. Como sector triguero de Santa Cruz hemos propuesto al Gobierno Nacional un Programa Integral de Fomento a la Producción de Trigo que contempla: El incremento de la producción de trigo es un tema pendiente con el país, pero debe ser un esfuerzo conjunto entre los productores, el Gobierno Nacional y Departamental, solo de esta forma lograremos garantizar la alimentación de los bolivianos con soberanía alimentaria. 1. Fortalecimiento de la investigación y asistencia técnica para el desarrollo de tecnología que solucionen los principales problemas que inciden en la productividad del trigo; El trigo es un cultivo estratégico para nuestro sistema de producción sustentable basado en la siembra directa y la rotación de cultivo en invierno con soya de verano. En Santa Cruz hemos llegado a producir más de 190.000 toneladas de grano de trigo en el año 2010, fue una campaña excelente que representó el 75% de la producción nacional y cubrió el 27% de la demanda nacional; pero debido a problemas del clima y enfermedades presentadas en los últimos años hemos reducido un 30% nuestra producción. 2. Precio mínimo de compra antes de la siembra para tener una mayor certidumbre al momento de tomar la decisión del cultivo a producir; 3. Seguro agrícola para disminuir los riesgos de pérdidas por condiciones climatológicas adversas; 4. Financiamiento con línea de crédito y tasa de fomento para la producción de grano y; 5. Acopio de semilla certificada. Los productores mantenemos el compromiso de aumentar la producción del trigo y contribuir a la seguridad alimentaria de la población boliviana en su conjunto. Extractos del Discurso del: Ing. José Luis Landivar Bowles Presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior - IBCE (...) Nuestro agradecimiento institucional para ANAPO -en la persona de su Presidente, Don Demetrio Perez Flores- por la co-organización de la cuadragésima octava edición de esta institución de diálogo público que tiene su sede permanente en esta hermosa ciudad de La Paz. (...) ANAPO e IBCE llevamos adelante este diálogo público para analizar el “Desarrollo del Sector Triguero Boliviano” en la perspectiva de una autosuficiencia futura, no exenta de grandes desafíos, es cierto, pero también de enormes posibilidades para generar un círculo virtuoso de inversión, producción y sustitución de importaciones, para con ello ahorrar más de 100 millones de dólares anuales y crear mucho empleo digno y sostenible para los bolivianos. Como IBCE entendemos que la garantía del aprovisionamiento de alimentos de un país necesariamente está bajo la responsabilidad de los gobernantes, quienes pautan las reglas claras y previsibles de juego a los agentes económicos. Por tanto, para generar aquel “círculo virtuoso” que nos lleve a producir más trigo, precisamos de una Política de Estado que sea fruto de un consenso entre los actores, los diferentes eslabones que componen la cadena productiva del “trigo–harina–pan y fideo”, que involucre no solo al Gobierno Central sino también a los Gobiernos Departamentales y Municipales así como a los actores del sector privado, ya que el desafío es para todos. Si queremos un país autosuficiente en trigo, cada quien deberá producir lo mejor de sí: los unos, un buen ambiente para la inversión y producción, garantizando para ello la seguridad jurídica; los otros, produciendo ese grano que luego será harina y finalmente, el pan nuestro de cada día. El futuro de la producción de trigo en Bolivia -sin soslayar la importancia de la producción tradicional en los climas templados y fríos- está en el Oriente boliviano, y forma parte de una lógica productiva que se da en nuestro país: la rotación de cultivos con la soya. Por tanto, no es descabellado pensar en avanzar aún más en los modernos sistemas de producción bien planificados con los que ya contamos de forma extensiva para cadenas agroalimentarias tales como las oleaginosas, maíz, sorgo, caña de azúcar, arroz, trigo, entre otras, haciéndolas sostenibles en el tiempo, vale decir: “Económicamente viables”; “Agronómicamente Sostenibles”, en armonía con el medio ambiente; y, “Socialmente responsables”, para favorecer principalmente a la población ya que consideramos que la mejor forma de lograr precios accesibles de un producto es produciendo más y mejor de ese producto ¿Alguien se podría oponer a esto? (...) Para el logro de la soberanía alimentaria a plenitud, se debe tomar en cuenta también la libertad del mercado interno y externo. ¿Cómo se puede motivar a un productor privándolo de lo más preciado que poseemos los seres humanos: la libertad de decisión? ¿El decidir, a quién vendemos, cuánto y a qué precio vendemos nuestra producción? El productor, además, necesita el acceso a créditos con tasas de interés razonables y a un seguro agrícola contra pérdidas por inclemencias climáticas. En el caso específico del trigo, concretamente, ¿qué buscamos? ¡Que no falte el pan nuestro de cada día en nuestra mesa y que esté al alcance de la población a un precio razonable. Esta necesidad de “seguridad alimentaria” se la puede conseguir de tres formas: 1) Importando el 100% de la demanda anual; 2) Produciendo en el país el 100% de la demanda anual; 3) Produciendo un porcentaje del consumo anual e importando el saldo -como viene sucediendo por décadas y continuamos haciendo hoy, y lo seguiremos haciendo, a menos que los bolivianos decidamos un cambio. La única opción que va más allá de la “seguridad alimentaria” y avanza hacia la “soberanía alimentaria” es la segunda. Por tanto, debemos preguntarnos: ¿por cuál de las 3 opciones optamos? ¿A dónde queremos llegar como país? ¿Qué necesitamos hacer para alcanzar tal objetivo? (...) Una reflexión adicional: Muchos gobiernos subvencionan la producción de alimentos por cuestión de “interés nacional” y hasta por razones de “seguridad nacional”, ya que tener alimentos de forma oportuna y accesible resulta algo básico para mantener tranquila a la población. La pregunta entonces es, si Bolivia subvenciona el precio del trigo y la harina importada para tener un pan barato para ofrecer a los bolivianos, ¿por qué no pensar en traducir ese dinero en incentivos para el productor nacional? ¿Por qué no pensar en “precios de garantía” desde el Estado mientras se mejora la productividad para hacer comercialmente atractivo este cultivo en el país? ¿No suena lógico premiar al productor nacional, para que las marraquetas sean cien por ciento bolivianas y no como hoy, “medio gringas” o “medio gauchas”, como alguien dijo? Hemos gastado cerca de 1.000 millones de dólares en la importación de trigo y harina de trigo durante los últimos 10 años, por un volumen de casi 3 millones de toneladas que bien se pudieron producir en Bolivia. ¿Cuántas familias habrían mejorado, de haberse quedado ese dinero aquí? Al principio de mi intervención dije que veníamos a dialogar, pero también a soñar. Nuestro sueño en el IBCE es el de una Bolivia digna, productiva, exportadora y soberana. Para lograr la dignidad y la soberanía, debemos animarnos a producir más, mucho más. ¿Qué demanda el sector productivo en general, y el agroproductivo en particular para ello? Principalmente, tres cosas: Seguridad jurídica para la tierra y las inversiones en el agro; mercados seguros -en lo interno con precios realistas, esto es, mercados libres, abiertos- y, en lo externo, con la eliminación de las restricciones a la exportación; y, políticas consensuadas de fomento. Para que haya una buena cosecha, primero debe haber una buena siembra, y ¡las políticas públicas también pueden sembrarse! Tierra, tenemos; experiencia productiva y ganas de producir mucho más, también; tecnología y conocimiento, de igual manera; y, siendo que una gran demanda de trigo por satisfacer es lo que nos espera, esto nos debería motivar a hacer mejor las cosas de aquí en adelante: solo nos falta la voluntad de querer ser mejores bolivianos, para de esta manera forjar esa Bolivia digna, productiva, exportadora y soberana que todos queremos para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. (...) o en Bolivia: Desafíos y Oportunidades adisson, Salón “Pérez de Holguín”) Extractos del Discurso de: Víctor Hugo Vásquez Mamani Viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, Ministerio de Desarrollo Rural y Tierra, Estado Plurinacional de Bolivia Gobierno Nacional: Política Nacional del Trigo hará participes a instituciones y personalidades del rubro Para concluir en un tiempo prudente la “Política Nacional del Trigo”, que está elaborando el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras; vamos a enviar el último borrador a cada una de las instituciones y personalidades de mayor experiencia, para que puedan aportar de manera directa para que ésta Política Nacional de Producción de Trigo sea racionalmente aplicable en Bolivia. Nuestra apuesta fundamental es al año 2025 y queremos que el pan nuestro de cada día sea realmente nuestro, producido en nuestras tierras. Efectivamente, algunos temas hemos estado trabajando coordinadamente el 2011, cuando hemos llegado aproximadamente al 43% de la producción nacional, después hemos bajado bastante y, esto tiene que ver con varios factores. Creemos que en esta política nacional tenemos que incorporar varios factores como el tema de la tierra, partir – inclusive- del tema de la propiedad de la tierra, conservar la tierra para no desertificarlas y el tema de las semillas. Si bien INIAF tiene reciente creación, hace tres o cuatro años, ya se va liberar por lo menos dos o tres variedades de semillas que van a beneficiar al sector tradicional, en este caso a los valles. También, se está trabajando para los otros sectores y hemos tenido reuniones con centros de investigación tanto privados y púbicos, se está afinando el tema del sistema de riego que es fundamental y que hay que trabajarlo de manera conjunta; además, el tema molinero, de asistencia técnica y el seguro agrícola, sobre este último comentarles que en la zona tradicional en esta gestión (2013) tenemos asegurada ya 30.000 hectáreas de producción de trigo. Para el sector no tradicional sus principales demandas son el tema de semillas y el seguro agrícola que estamos generando, en este caso para el sector potencial de producción de trigo que es Santa Cruz. Santa Cruz es el mayor potencial, sin embargo, no hay que dejar de lado la zona tradicional (los valles), hemos tenido algunas experiencias concretas en la producción de semillas; por ejemplo, con la misma semilla con la que están produciendo alrededor de una tonelada o menos hemos llegado a producir por encima de las dos toneladas. Sé que se puede avanzar. Quiero pedirles que trabajemos de manera conjunta: las puertas están abiertas y no hay nada que inventar, sino que entre todos nosotros, juntando nuestras experiencias, vamos a resolver el problema del trigo hasta el 2025. Extractos del discurso pronunciado Sr. Víctor Hugo Vásquez Mamani, Viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, en ocasión del Foro “Desarrollo del Sector Triguero en Bolivia: Desafíos y Oportunidades” realizado en la ciudad de La Paz, el miércoles 27 de noviembre de 2013. Extractos del Discurso de: Dr. Félix Marza Coordinador Programa Nacional del Trigo (...) En el ámbito de la investigación INIAF se aboca a siete rubros estratégicos, conducentes y en línea con la política nacional, y uno de ellos –justamentees el trigo. Las competencias del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal son estrictamente la parte de investigación, asistencia técnica y semillas. Primeramente, nos hemos puesto el objetivo de entender el Sistema, que cuenta con actores que tienen diferentes competencias. Creo que la sinergia al interior de este Sistema puede dar los resultados que estamos buscando todos. Dentro del Sistema hay dos componentes; el primero, son las “funciones de soporte” como la parte de semillas, la asistencia técnica, el crédito, la tierra y el mercado. El segundo, las “funciones regulatorias” que tiene que ver con las políticas y las regulaciones, los códigos de prácticas, los valores e incluso el aspecto cultural. (...) Bajo este escenario, en el marco de su “Programa Nacional del Trigo”, INIAF plantea como objetivo “Desarrollar tecnologías de producción en el cultivo de trigo que contribuyan a alcanzar las metas sectoriales establecidas por el Gobierno Nacional, orientada a mejorar las condiciones de los pequeños y medianos productores en particular y contribuir a alcanzar la seguridad alimentaria y el bienestar de la población boliviana en general”. En esa línea, también hemos analizado la evolución histórica de la producción nacional de trigo, en términos de grano y harina; y el escenario es preocupante porque no hay una situación de una tendencia estadística certera, lo cual obviamente marca un desafío. También, amerita un análisis el hecho de que en los últimos años hemos estados importando más harina y menos trigo, siendo que conocemos de la capacidad instalada de nuestras molineras y, conocemos de las actividades que esto implica en las zonas donde están establecidas. Bajo ese escenario INIAF, en el marco del Proyecto de Innovación y Servicios Agrícolas (PISA), ha hecho una revaluación del estado situacional en las distintas áreas, tanto del trópico como el área tradicional e incluso en áreas emergentes y, hemos encontrado un común denominador en el campo técnico, por ejemplo: El hecho de que faltan variedades estables con buen potencial de rendimiento; falta desarrollo de mecanismos de tolerancia a factores bióticos y abióticos adversos, ya que es eminente que estamos atravesando un escenario de cambio climático que marca uno de los frentes más duros a enfrentar; tampoco hay recomendaciones técnicas confiables en el manejo y; todo ello viene provocando nuestra baja productividad. (...) En el plano regional hemos hecho un análisis de cuáles son las potencialidades como país de cubrir nuestra demanda, es un estudio de FONTAGRO a nivel regional y nos ubica en una situación muy interesante, nos catalogan como un país que tiene el 100% de posibilidades de cubrir su demanda de trigo por la disponibilidad de recursos naturales. Con estos escenarios de análisis hemos estructurado una estrategia en el corto mediano y largo plazo. En el corto plazo, el productor no espera quiere las recomendaciones técnicas ¡ya! y la población quiere resultados ¡ya! El INIAF es una institución nueva no tiene fortalecidas sus capacidades infraestructurales, laboratoriales y de recursos humanos; y definitivamente, hay una situación que hay que enfrentar: el hecho de generar una respuesta para el productor. Por ello, hemos visto por conveniente apelar a un enfoque de alianzas, ya que no estamos partiendo de cero han existido intervenciones anteriores, por ejemplo, el PROTRIGO, el ITA, instituciones del sector privado, que vienen trabajando muchos años en este desafío de generar tecnología, y creemos que abrazar esos productos viene siendo algo estratégico en el corto plazo; así como, apelar a los avances que tienen los INIAs de la región o los centros internacionales como el CIMMYT y el INCARD en términos de material avanzado y de promocionar ese material. (...) Como Instituto tenemos definidas acciones que tienen que ver con un objetivo histórico como es la productividad; al productor le entramos por el rendimiento y el volumen de producción. El rendimiento es un factor poligénico que sabemos que no es fácil de trabajar, viene por la incidencia de múltiples factores y sabemos y estamos conscientes de que hay algunos aspectos estructurales que tenemos que encarar, esto viene siendo lo central. (...) El otro aspecto importantísimo dentro de los desafíos viene siendo los factores adversos, hay situaciones de plagas y enfermedades que han rebasado el umbral económico. En el caso de factores abióticos tenemos similar situación de estreses de sequía, de salinidad, de acidez, que vamos enfrentando como institución en términos de investigación. (...) El Programa Nacional del trigo es de una cobertura nacional. Convencidos estamos que la diferencia lo hace Santa Cruz en términos de volumen y superficie, convencidos -también- estamos que el desafío es el área tradicional en temas como semilla, seguridad alimentaria y cultura alimenticia. (...) En el plano del largo plazo estamos concentrados en reunir todos aquellos cultivares con variabilidad genética que no hay en el escenario nacional pero existe en el escenario internacional. La estructuración del programa de mejoramiento integral sostenible está en marcha con nuestros primeros cruzamientos para generar variabilidad, de los cuales podamos identificar algunos segregantes promisorios. El objetivo central es hacer recurrente este flujo para que el proceso de liberación varietal no sea una situación esperada al año, o al otro año, sino sea cada año. ... 14 Nº 219 • Santa Cruz - Bolivia Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana En el caso de lugares donde existe un fuerte componente cultural, se advierte el poco interés por la producción excedentaria debido al poco interés por la acumulación, o la creación de la riqueza. Sin embargo, numerosas intervenciones del Estado, las Agencias de Cooperación, ONG’s y Fundaciones han tratado de motivar y promover una cultura productiva dirigida a la creación de excedentes. Cochabamba y Potosí. En el último tiempo, la cantidad de trigo nacional que procesa la industria molinera nacional es insignificante. Datos de ADIM para los últimos cinco años reconocen que el trigo nacional y que tiene su origen en Santa Cruz, ha fluctuado entre 35.000 a 50.000 toneladas que en porcentaje representa únicamente un 10 a 20%. Puede concluirse que el enfoque centrado en el apoyo a la producción campesina de la parte occidental del país, contribuirá poco o nada a resolver el problema nacional de abastecimiento de trigo con producción propia. En el occidente del país y durante los últimos años, el trigo que llega a la industria molinera y tiene su origen en la producción campesina familiar, no supera las 10.000 toneladas/año y en porcentaje representa el 2% del volumen de procesamiento anual (Con el argumento de calidad y limitados volúmenes de oferta de la producción campesina, fueron utilizados por la industria molinera para pagar un menor precio por el trigo nacional y por tanto desincentivando su producción en el país). Como un aporte a este lineamiento de política se acaba de firmar un convenio con la FAO, cuyas bases son: “El Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia ha elegido en el Marco de Programación del País (MPP) firmado con FAO en enero de 2014 como una de sus prioridades el incremento de la producción y productividad de los alimentos estratégicos de la canasta básica de la población como una estrategia para la seguridad alimentaria con soberanía del país. Como grano o como harina, el trigo forma parte de la canasta básica de alimentos en Bolivia, donde llega a representar la 2da fuente de las calorías consumidas per cápita después de la papa. No obstante, el país sólo produce el 36% del trigo que consume, debiendo importar y subsidiar el resto. El trigo y la harina de trigo son los únicos alimentos respecto de los cuales Bolivia no tiene soberanía. La FAO elaborará de forma coordinada con el MDRyT y el MDPyEP el presente proyecto cuyo objetivo es dotar el país de una estrategia nacional para la producción y transformación del trigo para la seguridad alimentaria y nutricional de su población. El presente proyecto busca ayudar al Gobierno de Bolivia a elaborar una estrategia de manejo del trigo incluyendo todos estos aspectos. Sus productos serán: a) Diagnóstico de la producción y consumo de harinas de trigo; b) Recomendación de tecnologías para producción primaria apropiadas a las zonas agroecológicas y las categorías socio económicas (agricultura familiar comunitaria sostenible, medios y grandes productos); d) Elaboración de una propuesta de oferta de bienes y servicios públicos a los distintos productores en las diversas zonas agroecológicas productoras de trigo del país, e) Definición de un sistema para entregar capacitación y asistencia técnica a agricultores medianos y familiares; f ) Definición de estándares de calidad de trigo y harina de trigo y técnicas de medición; g) Estudio sobre la capacidad actual de molienda y capacidades de expansión, si fueran necesarias, para moler trigo incremental y otros cereales; y h) Propuesta de estrategia nacional de producción e transformación de trigo para la seguridad alimentaria con soberanía del país. El proyecto estará presidido por un Comité Directivo compuesto por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, el Ministerio de Planificación del Desarrollo, el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, INIAF, ANAPO, y el Representante de la FAO”. El proyecto durará 8 meses. Su costo a la FAO será de USD 160.000” Para concluir habría que enfatizar en la necesidad de mantener un ordenamiento institucional estable en el tiempo, así como la continuidad de las líneas directrices trazadas para lograr el objetivo de lograr, en lo posible, autosuficiencia en la producción de este importante cereal. La filosofía de que existiría poco interés comercial de los pequeños productores es muy débil, como lo demuestra la pujanza en la producción de quinua, como una respuesta a los altos precios que ofrecen los mercados internacionales a este producto, hasta hace poco desconocido en los mismos. Lo mismo se puede afirmar con la coca, como lo demuestra la batalla por nuevas zonas de cultivo que se observa en los últimos años y el desplazamiento en la zona norte de La Paz de cultivos como frutales, arroz, café para destinar esas tierras al cultivo de la “hoja sagrada”. La naturaleza de esta relación encierra una larga trayectoria, sin señales mutuas que alienten una necesaria articulación sectorial y que con el tiempo ha derivado en su desarticulación definitiva y perdida de la capacidad de producción en la región y el país. Entre 1982 y 1983 cuando la crisis ya era evidente, una de las industrias molineras reconocía que sus esfuerzos por adquirir trigo nacional había fracasado debido a una “política errada de precios por el trigo y la harina, lo que había resultado que se desaliente el cultivo” En 1984 se decía que más del 90% de sus necesidades de consumo de trigo se importaba, y en los últimos años, solo el 3% se había abastecido con trigo nacional. (Escobari L. 1987). En la actualidad es indudable la crisis de la industria molinera nacional. La eliminación de aranceles a la importación de trigo y harina, la participación del Estado en la importación directa de harina, la compra de molinos propios por EMAPA y el desconocimiento del Estado a la contribución de gran industria molinera privada del país; definen la ruptura de un modelo de más de setenta años y el surgimiento de nuevos actores como EMAPA, que a partir del 2007 plantean una nueva configuración sectorial con un rol protagónico del Estado y el fortalecimiento del rol productivo de la agricultura familiar campesina. Actualmente las empresas molineras identificadas por el estudio realizado por la AEMP son 13, (ver cuadro 6) de las cuales, 5 están localizadas en La Paz, 6 en Santa Cruz, 1 en Potosí y otra empresa en Villazón. El Centro de Acopio San Pedro, se constituye solamente en centro de acopio pero no así en una empresa de molienda. Cuadro 6. BOLIVIA: Industrias Molineras del país, capacidad de almacenaje – capacidad instalada, 2011 Empresa Departamento Compañía Molinera Boliviana S.A. Molino Andino S.A. Sociedad Industrial Mollinera S.A. SIMSA Molino Torremolinos Molino Aurora Compañía Industrial Comercial Hnos. Vicente SRL. Compañía Molinera Rio Grande* S.A. Molinera del Oriente (modelo) S.A. Industrias “Potosí” Ltda. Coperativa Agropecuaria Integral Colonias Okinawa Ltda. (Caico Ltda.) Industria Molinera San Juan S.R.L. Centro de Acopio San Pedro (EMAPA) Complejo Industrial Cuatro Cañadas (EMAPA) Total Capacidad de Almacenaje (t) Capacidad de Capacidad Instalada Utilizada % (t/mes) La Paz La Paz La Paz La Paz La Paz Santa Cruz Santa Cruz Santa Cruz Potosí 5.870,00 28.000,00 18.000,00 8.000,00 8.000,00 53.409,00 7.332,00 21.600,00 3.000,00 19.192,00 6.480,00 7.800,00 1.920,00 2.400,00 6240,00 2.400,00 2.880,00 1.440,00 Santa Cruz Villazon Santa Cruz Santa Cruz 200,00 SR 50.000,00 50.000,00 253.411 2.400,00 2.400,00 SR 1.152,00 56.674 26,33 16,00 0,03 78,70 60,00 58,80 25,00 58,80 16,70 SR SR SR SR 33,70 FUENTE: Elaborado en base a información proporcionada por las empresas molineras. Estudio AEMP., 2012. SR: No se posee esta información. *Es la capacidad utilizada promedio. 7. Industria molinera del país, producción de harina 10 En 1931 se instalaba en Bolivia los dos primeros molinos industriales de la Compañía Molinera Boliviana S.A., sin embargo, la prensa de aquella época criticaba su establecimiento en Challapata, calificando de estar en los lugares distantes de las zonas trigueras. “Dos molinos con capacidad para proveer de harina todo el país -advertía la nota- pero, no usando el trigo boliviano, si no el extranjero” (Mendoza 1931, citado por Escobari 1987). Después de 1991, con la liberalización de la economía y la Nueva Política Económica que impulsó el cambio radical en el sistema de compra de trigo y la comercialización de harina, la industria molinera apareció desprotegida y empujó paulatinamente al cierre definitivo de más del 73% de molinos instalados en el país. En la actualidad existe una alta concentración y polarización de la molienda de trigo en Bolivia; Santa Cruz que concentra el 50% y La Paz el 43%, dejando un 7% a 10. Fuente: Info CIPCA, Capítulo 8. El informe señala: “La capacidad utilizada promedio de las molineras, para el año 2011 alcanzó un 33,7% del total instalado, el restante 66,3% queda como capacidad disponible ociosa.” “Considerando que, la capacidad total de molienda mensual de las empresas es de 56.674 toneladas, se estima que, la capacidad de molienda anual de las empresas molineras seria de 680.000 toneladas.” “La capacidad total de almacenaje de los molinos es de aproximadamente 253.411 Toneladas estáticas, la rotación en el acopio de trigo y su posterior producción permite programar esta capacidad durante todo el año para no tener problemas de almacenamiento, siempre y cuando esta capacidad este distribuida entre los productos que se estén contemplando de forma dentro de los que se acopiara para lo que constituyen los productos manejados por EMAPA: como ser soya, sorgo, arroz y no solamente trigo.” 16 Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana Nº 219 • Santa Cruz - Bolivia Mercados Alternativos del Trigo y Harina 8. La intermediación y los mercados alternativos de trigo y harina 9. Precios internacionales y el mercado nacional de trigo y harina 11 Al cierre prácticamente de toda la industria molinera en los Valles, paulatinamente la producción de trigo ha sido canalizada a otros mercados Ya en 1983 la Industria Molinera reconocía que “el grano producido en las zonas trigueras se utilizaba en la fabricación de chicha y harina integral” (ADIM 1984). El precio del trigo en Bolivia está determinado por su comportamiento en el mercado mundial. Contrariamente a lo ocurrido en los últimos cincuenta años, después del 2005 los precios se han incrementado a un ritmo nunca antes visto. Aproximadamente el 80% de la producción campesina desde los Valles se transfiere a las industrias de la harina y el pan integral, el pelado, chicha, el trigo partido, el pito, y otros subproductos., fundamentales en la alimentación de esta región. Según el estudio de AGRODATA (2002) la harina de trigo producida por la industria nacional junto a la importada, se utiliza de la siguiente forma: 72% para la panificación, 24% para producción de pastas alimenticias y el 4% para la industria de galletas, pastelería y otros. Según el estudio de la AEMP, la contribución actual de la producción nacional al consumo anual del grano estaría resumida en el cuadro siguiente. Consumo anual de grano de trigo (t) Importación de grano de trigo (t) 2011 728.000 68.554 Producción nacional Contribución de grando de Producción grano de trigo (t) trigo nacional (%) 271.066 37,23 Dependencia (%) 62,77 Fuente: Estudio AEMP, elaborado en base a información proporcionada por la Aduana Nacional de Bolivia. Los países de la anterior comunidad de países del Grupo Andino, actualmente CAN, incluyendo Bolivia han tenido la misma secuencia de políticas en torno al trigo y la harina de trigo. Para efectos de comparación a continuación, en el Cuadro 8, se muestra la situación de compras internacionales de grano y harina de trigo. Cuadro 8. CAN: IMPORTACIONES DE HARINA DE TRIGO Y TRIGO PERIODO 2008 – 2012 • Volumen en t. Valor en miles de USD País 2008 Volumen Valor 2009 Volumen Valor COLOMBIA Harina 2.736 1.479 1.692 Trigo 8.382 4.372 3.618 ECUADOR Harina 33.589 17.906 3.959 Trigo 390.082 194.624 368.646 PERÚ Harina 1.418 714 652 Trigo 246.763 111.676 203.403 1.028 1.203 3.154 110.286 321 59.889 2010 Volumen Valor 2011 Volumen Valor 1.027 15.279 6.535 2.012 1.202 27.275 201 104 484.569 145.498 3.650 460.795 792 301.417 840 237.675 416 77.397 740 9.642 106 0 1.824 184.002 419.443 156.187 426 88.931 450 0 264 0 Fuente: INE, elaboración IBCE Resulta evidente que Colombia, es el único país de la región que no ha caído en la “trigodicción”, ya que sus volúmenes de importación son considerablemente inferiores en torno a sus aliados de la CAN. Una explicación de ello puede atribuirse a que sigue siendo un consumidor tradicional de maíz, en forma de arepas. El Perú claramente da prioridad a la importación de trigo, llegando casi a eliminar sus importaciones de harina, una política que claramente Bolivia debería imitar. Resulta evidente que Colombia, es el único país de la región que no ha caído en la “trigodicción”, ya que sus volúmenes de importación son considerablemente inferiores en torno a sus aliados de la CAN. Una explicación de ello puede atribuirse a que sigue siendo un consumidor tradicional de maíz, en forma de arepas. El Perú claramente da prioridad a la importación de trigo, llegando casi a eliminar sus importaciones de harina, una política que claramente Bolivia debería imitar. 11. Estudio CIPCA, ya citado. Fecha 25/09 02/10 16/10 23/10 Los datos más recientes, según el boletín IBCE Cifras No. 264 de Octubre del 2013, serían los siguientes: Precio USD/t 246,37 252,07 250,41 257,85 Entre el año 2000 y 2006 una bolsa de 46 kg de trigo se pagaba al agricultor entre 7,3 y 9,4 dólares. Durante el 2007 este incrementó empezó ascender paulatinamente y alcanzar los 11 dólares en Cochabamba y 9 dólares en Santa Cruz. Los primeros seis meses del 2008 los impactos por la subida de los precios a nivel internacional se hicieron visibles a nivel nacional sobrepasando los 24,36 dólares/quintal en trigo y 38,58 dólares/quintal en la harina, para luego caer hasta los 33 dólares/quintal de harina en septiembre del 2008. La situación de los precios para los años más recientes se presenta en el capítulo siguiente. 10. El consumo de trigo y harina 2012 Volumen Valor 127 0 Los últimos precios internacionales según se aprecia por los datos siguientes, revelan que la tendencia de precios altos en los mercados internacionales persiste. El último incremento en el precio del último periodo es atribuido al crecimiento de la demanda de China. Cuadro 7. BOLIVIA: Contribución de la producción nacional al consumo anual de grano Año El precio internacional ha sufrido variaciones considerables entre el 2000-2005 la cotización internacional se situó entre USD100-170/t, el 2006 subió a USD380/t. El Plan de Implementación de Programa Nacional de Trigo - PIP PN-TRIGO, provee las cifras que se muestran en el Cuadro 9 siguiente. Cuadro 9. BOLIVIA: Producción nacional, importación de grano, importación de harina y demanda nacional de trigo en el periodo 1991 – 2008 Año Producción Nacional (t) (%) Importación Grano (t) (%) Importación Harina (t) (%) Demanda Nacional (t) 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 108.733 95.727 145.129 82.323 122.805 98.820 168.547 175.426 150.012 101.510 112.659 119.227 112.930 99.525 119.227 143.677 165.165 161.553 23,4 22,4 35,8 21,1 28,8 31,7 47,4 49,9 32,1 20,6 24,1 22,5 19,8 24,3 26,0 33,4 32,8 29,6 300.000 241.440 168.830 202.443 183.358 186.315 174.188 154.542 267.999 244.054 244.937 278.701 347.513 234.489 209.096 130.820 110.007 87.951 64,5 56,5 41,9 51,9 43,0 59,8 49,0 43,7 57,3 49,6 52,5 52,7 61,0 57,2 45,6 30,4 21,9 16,1 56.254 89.814 90.700 105.250 120.000 26.512 12.909 23.730 49.332 146.252 109.152 131.497 109.004 75.760 130.181 156.098 228.084 296.769 12,1 21,0 22,4 27,0 28,2 8,5 3,6 6,7 10,6 29,7 23,4 24,8 19,1 18,5 28,4 36,3 45,3 54,3 464.987 426.981 405.659 390.016 426.163 311.647 355.644 353.698 467.343 491.816 466.748 529.300 569.447 409.774 458.504 430.595 503.256 546.273 FUENTE: Programa Nacional del Trigo 18 Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana Nº 219 • Santa Cruz - Bolivia El cuadro anterior estaría mostrando la demanda de trigo, en forma directa o por las importaciones de harina en el periodo 2005-2008 estarían alrededor de las 500.000 toneladas. Gráfico 4: BOLIVIA: Importaciones de trigo 2008-2013 (Volumen en t y valor en millones de dólares) 45 Los datos más recientes sobre importaciones de trigo y la tendencia de las importaciones, donaciones y el contrabando de trigo y harina siguen a continuación. 40 11. Importaciones de trigo y harina 2000-2013 30 200.000 150.000 20 Cuadro 10. BOLIVIA: Importación de harina de trigo Período 2000 - 2012 y avance al mes de septiembre del 2013 (Expresado en toneladas brutos y millones de dólares americanos) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 250.000 35 25 Las cifras se muestran en el cuadro siguiente: Año 300.000 Miles de USD Toneladas 31.000 36.000 27.000 16.000 15.000 26.000 34.000 69.000 118.000 105.000 76.000 78.000 91.000 28.000 148.417 168.734 131.518 73.441 76.799 130.118 157.261 230.044 235.203 302.749 205.050 192.316 224.727 57.872 Precio USD/t 208,87 213,35 205,29 217,86 195,31 199,82 216,20 299,94 501,69 346,82 370,64 405,58 404,93 483,82 FUENTE: Instituto Nacional de Estadística - INE ELABORACIÓN: Instituto Boliviano de Comercio Exterior - IBCE (p): Datos preliminares 100.000 10 50.000 5 0 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Millones de USD Fuente: Datos Cuadro 11.- Elaboración propia 2009 2010 2011 2012 (p) Toneladas 2013 (p) 0 Puede apreciarse que las importaciones de trigo actuaron en descenso entre el 2000 al 2010, mostrando un ligero repunte los años de 2011 a 2013. Lo anterior refleja claramente la preferencia por la importancia de harina de trigo en vez del grano. Cuadro 12. BOLIVIA: Importaciones de harina de trigo 2011 – 2012 (Por origen) 2011 País 86.390,60 Uruguay 8.269 9,7 USA 1.016 1 95.675,60 33.910.3 Argentina Tons % Valor Mil USD 33.899,60 Participación 99,3 2012 Tons 98.710,40 % Valor Mil Participación USD 38.092,70 99,3 0,5 0,49 12.743 38,6 0,16 98.818,90 38.190,40 100 Otros Total 100 Fuente: Datos INE, Elaboración IBCE . Otros: Pequeñas importaciones Italia, Austria, Brasil, Chile, Francia y México Cuadro 11. BOLIVIA: Importación de trigo en grano Período 2000 - 2012 y avance al mes de septiembre del 2013 (Expresado en toneladas y millones de dólares americanos) Año Miles de USD Toneladas Precio USD/t 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 36.000 36.000 39.000 36.000 29.000 31.000 21.000 20.000 28.000 11.000 11.000 22.000 25.000 42.000 269.374 238.638 275.320 232.280 167.251 195.597 128.865 109.782 88.855 45.878 39.645 72.689 95.314 103.217 133,64 150,85 141,65 154,98 173,39 158,48 162,96 182,18 315,12 239,77 277,46 302,66 262,29 406,91 FUENTE: Instituto Nacional de Estadística - INE ELABORACIÓN: Instituto Boliviano de Comercio Exterior - IBCE (p): Datos preliminares 15 El precio promedio para las importaciones de harina de la Argentina el 2012 sería de USD385,8/t frente al precio promedio de importaciones el 2008 que fue de USD309,9/t. Entre enero y mayo del 2013, se importaron de Argentina 31.741,3 t con un valor de USD14.629.852 con un 99,3% de participación. Le siguió Uruguay con 165.511 t por un valor de USD71.794. Las importaciones de EEUU fueron de 8.445 t con un valor de USD24.097. En el mercado interno la harina de Cochabamba se cotizó en USD22,37/qq el 2007 frente a USD38,58/qq el 2008. La evolución de los precios de la harina en los mercados principales del país, se muestra en el cuadro siguiente: Cuadro 13. Historial de precios harina de trigo Bs por 45 kg. País 2010 Enero Junio Diciembre 2011 Enero Junio Diciembre 2012 Enero Junio Diciembre 2013 Enero Junio Noviembre Santa Cruz Media La Paz Media El Alto Media Cochabamba Media 170,63 165 189 173,1 176,25 192 s.d. s.d. 194 180 187,56 198,9 189,17 198,75 201,25 197,21 200,19 218,8 190,13 192,19 217,88 201,75 202,94 214,43 200 200 200 215,38 200,19 218,8 217,88 204,75 212,38 210,69 205 225,42 200 265 307,5 214,2 270 338,75 213,5 265 337,5 225,42 315 357,5 Fuente: SIMA, Fundación Valles. Elaboración propia Especificaciones: Variedad/ecotipo Harina 000 Precios: Bolsa 45 kgs., mercado mayorista. 20 Nº 219 • Santa Cruz - Bolivia Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana Claramente en los mercados mayoristas internos el precio de la harina virtualmente se duplica entre enero del 2010 y noviembre del 2013. Esto por supuesto que afecta considerablemente la economía familiar, pero, al mismo tiempo abre la posibilidad de interesar a más productores en la producción de trigo. Así mismo, con frecuencia, la venta de alimentos para financiar proyectos de desarrollo (monetización) también acaba resultando peligrosa y puede destruir los precios agrícolas locales. La venta de la ayuda alimentaria también puede provocar cambios en la dieta y las pautas de consumo. (FAO 2006). Datos de precios de importación de trigo del IBCE indican que en el primer semestre del 2008 se compró harina a un precio promedio de 309,90 dólares/tonelada cuando en los diez años previos el precio promedio no ha superado los 236 dólares. De igual manera, la importación de trigo en los últimos seis meses ha representado un valor promedio de 280 dólares/tonelada, frente a los 149 dólares/tonelada de los diez años previos (IBCE 2008). En el caso de Bolivia las donaciones de alimentos sin lugar a dudas han contribuido a la pérdida de la capacidad productiva y la dependencia. Estos datos suponen que en Bolivia cuando menos se duplicará el valor de importación de harina y el trigo, resultado sin lugar a dudas del impacto de la subida de los precios del trigo a nivel internacional. Lo cual se confirma con los datos de las cifras de importación del periodo 2008 – 2013. Entre enero y mayo del 2013, se importaron de Argentina 31.741,3 t con un valor de USD14.629.852 con un 99,3% de participación, lo cual arroja un precio promedio de USD443/t. Le siguió Uruguay con 165.511 t por un valor de USD71.794. Las importaciones de EEUU fueron de 8.445 t con un valor de USD24.097, lo cual da un precio promedio de USD285,3/t. Conviene revisar los antecedentes en cuanto a la harina de contrabando. Un informe señala que “ha seguido un crecimiento sostenido en los últimos diez años y en su desarrollo ha comprometido una diversidad de intereses y actores que involucra desde autoridades gubernamentales, la aduana, “bagayeros”, transportistas y la propia industria de la molienda”. Según la ADIM (2006), el 81% de la harina argentina, ingresa por Villazón, 14% por Yacuiba y 5% por Bermejo. De este total el 50% ingresa por la vía del TVF o “bagallaje” y el resto como importación legal. (Nota aclaratoria: El TVF o Tráfico Vecinal Fronterizo es un régimen que fue creado para beneficiar a los pobladores ubicados a no más de 50 km. de la línea de frontera de ambos países. Así, cada poblador residente en ese radio puede adquirir en el otro país mercaderías por un importe máximo de 150 dólares.) El contrabando de harina ha dado origen a la emergencia de un contingente de aproximadamente 4.000 personas que se los llama paseros, bagayeros o bagalleros, que son los encargados del transporte “lícito” de la harina desde territorio argentino a Bolivia. Bolivia, Ecuador y Perú desde los 60 se convirtieron en “trigodictos”, como efecto de la aplicación de la Ley Pública 480 de EEUU que facilitó el acceso y el consumo de este cereal mediante política crediticia que facilitó su compra a precios bajos y con pago a 40 años plazo, con una tasa de interés del 2% anual. Como nos informa el estudio de CIPCA (“El estado de situación del Trigo en Bolivia y el contexto internacional, René Herbas, septiembre 2008.) “se calcula que en los países más ricos del mundo se suministra unos 350.000 millones de dólares a sus productores, como subvención en la producción agropecuaria. En la década previa al 2008 Bolivia ha internado trigo en una cantidad promedio de 220.609 toneladas/año por un valor de 33 millones de dólares CIF Aduana; 119.600 toneladas/año de harina por un valor CIF Aduana de 28,3 millones de dólares, valores que no incluyen los costos de internación desde la frontera hasta el molino y el valor final de venta en el molino. En los años sesenta, Bolivia, Colombia, Perú y Ecuador, comenzaron a recibir grandes cantidades de trigo proveniente de Estados Unidos a través del programa “Alianza para el Progreso“, creado por J.F. Kennedy en 1961. (www. ecoportal.net). En el contexto regional, Ecuador, pasó de ser autosuficiente a principio de 1960, a comprar el 97% del trigo que consume (Salgado, 2002). En Colombia, en virtud de las masivas importaciones impuestas desde Washington, se compran 1.200.000 toneladas anuales y la producción nacional cubre el 3% de la demanda total. Perú importa 1.400.000 toneladas de trigo al año, la producción nacional es de 170.000 toneladas y menos del 10% va a la industria. De manera más precisa un informe de la FAO en el 2006, cuyo título sugestivo cuestionaba así ¿Permite la ayuda alimentaria conseguir la seguridad alimentaria?, entre sus principales conclusiones afirmaba: que la ayuda alimentaria posee un potencial efectivo - en el caso de que no se suministre de una forma adecuada y con cuidado - para socavar la soberanía alimentaria. Los mercados locales se ven gravemente afectados cuando se utiliza la ayuda alimentaria como una forma indirecta de dumping de exportación. Los datos -concluye el informe- muestran que grandes suministros de ayuda alimentaria presionan a la baja y desestabilizan los precios en los países beneficiarios, amenazando potencialmente los medios de subsistencia de los productores y comerciantes locales y socavando la resistencia de los sistemas alimentarios locales. Desde 1954, la “ayuda alimentaria” en Bolivia se hizo una realidad. Tal fue el caso de Estados Unidos a través del denominado Acta de Asistencia en el cual las modalidades de asistencia eran: El Título I que se implementa bajo un convenio de crédito (Venta de trigo/harina de trigo a tasas de interés muy bajas y 30 años plazo) de Gobierno a Gobierno, cuyos recursos son priorizados con el Ministerio de Agricultura como los programas alternativos de la hoja de coca principalmente, apoyo a la balanza de pagos y otros. El título II, canaliza alimentos a las poblaciones vulnerables en calidad de donación y El título III que se inicia en 1978 y finaliza en 1994, canalizaba trigo y harina, el cual era vendido en su integridad en el mercado nacional y cuyos fondos eran utilizados por el Gobierno para apoyar diversos proyectos. Desarrollo del Comercio Agrícola, más conocido como PL – 480 y las Naciones Unidas a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA), a partir de 1964, han sido las instituciones responsables para su efectivización en el país. Si bien el PMA en los últimos años ha modificado la modalidad de asistencia alimentaria y el 90% de los alimentos que distribuye en la actualidad los compran dentro del país, en el pasado los alimentos donados tenían su origen en los principales países exportadores de trigo en el mundo (www.ops.org.bo). Con el cierre del Título III en 1994, si bien la donación de alimentos se ha reducido, la importancia del trigo y la harina conservan su preponderancia en la composición de la ayuda alimentaria en la actualidad. Toda esta situación se ha modificado en los últimos 6 años y los cambios que alteran esta situación se tratan en la sección de políticas de este documento. Si bien es indudable que las existencias mundiales de trigo han disminuido; que países como Australia, el segundo exportador de trigo en el mundo, enfrentó por muchos años una sequía que ha reducido sus cosechas de trigo en un 60%; que la crisis climática del globo ya está aquí y está afectando la alimentación, que ahora es política oficial en EEUU, Canadá y Europa convertir alimentos en combustible; que la nueva inversión agrícola en todo el mundo está orientada hacia los cultivos comerciales. Según un informe de “The Economist” los gastos en la agricultura como parte de los gastos públicos totales en los países en desarrollo cayó a la mitad entre 1980 y 2004.” Los subsidios y dinero para investigación y desarrollo se han acabado, y el aumento de la producción se ha paralizado. La nueva inversión está siendo dirigida hacia palmas, soya y otras plantas productoras de aceites y que el precio de los alimentos está vinculado al del petróleo afectando el coste de la producción. No es menos cierto que el dominio corporativo, la reducción de apoyo a los pequeños productores y la liberalización de los mercados han empujado a la situación de crisis presente en el trigo y otros alimentos.” 21 Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana Nº 219 • Santa Cruz - Bolivia Un reciente informe del Concejo Internacional de Cereales (CIC), advierte que los niveles de disponibilidad de trigo están recuperando sus stocks habituales y los precios del trigo en el mercado internacional han empezando a bajar. Es decir en el caso específico del trigo estamos frente a un fenómeno de evidente especulación de precios y mercados”. Retornando a los temas del país. Un año típico el 2011, el consumo de trigo estaba dirigido a la industria molinera (harina para pan) en 72%, industria de pastas 24%, galletas 3% otros usos 1,0% (Fuente: AGRODATA, 2002). El consumo per cápita de trigo es estable, un promedio de 71,3 kg per cápita/año, se incrementa con el crecimiento de la población. Las cifras de importación de harina para los años recientes se han reproducido en el Cuadro 10, y las de trigo en el Cuadro 11. Ambos reflejan la vulnerabilidad en cuanto a nuestro abastecimiento de este importante cereal. La provisión del pan de batalla (marraqueta) a un precio fijo de Bs. 0,40 por unidad, significa un creciente subsidio cubierto por el Estado, que beneficia a productores internacionales. Al presente el abastecimiento nacional se encuentra complicado debido a que la Argentina, su principal proveedor se ha visto obligada a prohibir las exportaciones a Bolivia, para dar prioridad a su mercado interno. El efecto de prohibir exportaciones agropecuarias o sujetarlas a restricciones, junto a problemas de orden climático han contribuido a este resultado inesperado. El gran productor del pasado confronta dificultades para proveer el “pan de cada día” a su población. La situación anterior quedaría resumida en el siguiente gráfico: Gráfico 5: Producción, importación y demanda nacional de trigo 1999-2011 700 600 tm x 1000 500 400 300 465 109 467 427 406 390 96 82 145 56 90 312 123 99 105 120 91 200 426 27 356 354 169 175 150 569 529 492 467 102 410 113 109 146 109 100 76 459 433 119 530 563 162 202 165 255 238 144 130 156 13 582 228 297 335 24 235 246 131 110 88 46 40 79 2002 2004 2006 2008 2009 2010 2011 2007 234 209 2005 279 348 2003 245 2001 1999 2000 1997 1998 1992 1996 268 244 1995 174 155 1994 241 170 202 183 186 1993 300 1991 100 0 Año Importación Grano (t) Importación Harina(t) Ecología y problemas asociados Un aspecto que no se considera en los diversos estudios sobre la producción de trigo en el país es el factor ambiental. El estudio POSICIÓN GEOGRÁFICA Y MACROREGIONES AGROPECUARIAS DE BOLIVIA del Dr. Gonzalo Ávila Lara (Centro de Investigaciones de Pairumani, Fundación Simón I. Patiño) enseña lo siguiente: “Bolivia está situada en la franja entre el la línea del Ecuador y el trópico de Capricornio entre los cerca a 9° y 23° de latitud Sur, esta ubicación tiene una enorme influencia no solo por las temperaturas y los cambios estacionales, sino también por el largo del día, como se sabe sobre la línea del Ecuador a 0° de latitud, el largo del día y de la noche es de 12 horas todo el año, a medida que nos desplazamos al norte o al sur las horas de luz en el verano se incrementan y en el invierno disminuyen de hecho en las zonas polares en el verano la luz dura 24 horas y en el invierno no hay luz”. Las temperaturas en Bolivia fluctúan en función de la altura y en menor proporción por los grados de latitud, en el globo la principal causa de la variación térmica se da por la variación en latitud.” Prosigue: Un factor muy conocido es que las plantas sintetizan materia orgánica convirtiendo la energía luminosa en energía química como efecto de la fotosíntesis, por tanto es lógico que las plantas que viven en el verano con día largo, sinteticen mayor cantidad de moléculas o sintetatos mientras más largo es el día, por este motivo las especies anuales cultivadas, aún siendo originarias de la zona intertropical del globo, presentan una mayor productividad en zonas con días largos en relación a las zonas con día corto como los de la zona intertropical. Saltando parte del texto señala: “Con un panorama tan desolador como el descrito para la zona intertropical del planeta, nuestro lector se preguntará ¿qué posibilidad de desarrollo tienen los países situados en esta zona?, especialmente si consideramos que la agricultura hasta el Siglo XX ha sido la actividad primaria para crear el desarrollo y principalmente para dar seguridad y soberanía alimentaria a su población”. 503 113 119 131 49 546 Existe por tanto un largo caminar, para resolver este aspecto tan importante en la producción nacional de trigo. Producción Nacional (t) Demanda Nacional (t) Fuente: Plan de Implementación del Programa Nacional del Trigo. Prosigue: “Por otra parte es generalizada la creencia de que Bolivia tiene áreas agrícolas de enormes dimensiones y que es posible ampliar la frontera agrícola con el trasladando de contingentes humanos dispuestos a trabajar la tierra, en lugar de mantener latifundios muy grandes que solo utilizan los suelos con ganadería bovina, o el hecho de tener tierras fiscales con bosques naturales nos podría permitir una colonización de estas tierras y mejorar rápidamente el nivel de vida de los agricultores. La presente sistematización debería permitirnos conocer la potencialidad agrícola y pecuaria del territorio nacional, antes de adoptar políticas que podrían conducirnos a situaciones sociales y económicas muy críticas”. En resumen, esta investigación estaría demostrando que, pese a todos los esfuerzos que se hagan, hay limitaciones naturales que impiden a nuestra mayor zona productora alcanzar rendimientos agrícolas similares al de otras latitudes y principalmente la de los principales proveedores mundiales de este cereal, lo cual atenta contra el propósito de lograr una mayor Seguridad y Soberanía Alimentaria. 12. Producción nacional de semillas 13. Algunas conclusiones En relación a las actividades que desarrolla actualmente MDR y T, como parte del Programa Nacional del Trigo, la producción de semillas básica, registradas y certificadas para su distribución a los productores ocupan un lugar importante. Pese a los esfuerzos de política nacional para avanzar hacia el autoabastecimiento de trigo y harina los resultados son claramente insuficientes. Los volúmenes de producción de semilla certificada en la gestión 2012 por cultivo y variedad son significativos. Como se aprecia por el resumen siguiente: Cuadro 14. Producción de semilla certificada en la gestión 2012 Catergoría T.M. Trigo Variedades 21 Básica Registrada Certificada 19,16 392,26 5.743,75 Fiscalizada Certificada B 0 7,11 TOTAL 6.162,30 Fuente: Resumen Cuadro Volúmenes de producción de semilla certificada por cultivo y variedad a nivel nacional. Informe Dirección Nacional de Semillas 2012. Este es, desde luego, un importante componente del paquete tecnológico para mejorar la productividad del cultivo en las distintas regiones, que es uno de los puntos débiles en la tarea de querer lograr una mayor autosuficiencia en la provisión de trigo. Pero, las cifras anteriores revelan que se produce internamente semilla certificada apenas para unas 60.000 Has., esto es, un 25% de la superficie cultivada con trigo en el país. Hay razones técnicas, económicas y de política que explican este resultado. En lo técnico se trata de un cultivo de pequeñas parcelas en la parte andina con una superficie de media o tres cuartos de hectárea. por campesino y rendimientos muy bajos, la mitad de lo que se obtiene en Santa Cruz, esto determina poco interés económico frente a otros cultivos que generan más ingreso. Adicionalmente el deterioro de los suelos, los riesgos de sequías y heladas atentan contra las posibilidades de incrementar los rendimientos en esta región. Una situación un tanto parecida se da en Santa Cruz, los otros cultivos de rotación a la soya como son el maíz, sorgo, girasol y chia parecen ofrecer mayor rentabilidad que el cultivo de trigo, lo que demuestra el reducido crecimiento de la superficie dedicada al cultivo de trigo. Los avances en la producción provienen del cultivo de invierno en Santa Cruz, como rotación a la soya o el girasol, pero este cultivo está condicionado a la presencia de lluvias cortas en el período seco, que facilitan la germinación. En esta región los rendimientos son superiores a los 1.000 kgs. debido a semillas introducidas, provenientes del trabajo del CIMMYT y las pruebas de adaptación que realiza el CIAT y los productores locales de semilla, pero hay el condicionamiento climático señalado. 22 Nº 219 • Santa Cruz - Bolivia Sin embargo, deben tenerse en cuenta los factores medio ambientales que señala el Dr. Ávila, por la ubicación geográfica de la región productora cruceña. Estos factores son totalmente ajenos a la posibilidad de introducir modificaciones. El segundo aspecto, el factor económico. Los precios del trigo en el mercado nacional están sujetos a las variaciones de los precios de los mercados internacionales, los cuales se han mostrado crecientes en los últimos años, por las razones que se explican en este documento. Frente a los problemas de producción y provisión de Argentina, la política nacional y los productores sugieren complementar con medidas más audaces como: i) ofrecer un precio subsidiado más alto, para mejorar la competitividad del cultivo, mejor subsidiar la producción nacional que la extranjera, ii) fortalecer los servicios de asistencia técnica regionales en Santa Cruz, desde la producción de semillas mejoradas y técnicas de cultivo, hasta la posibilidad de introducir el riego para este cultivo y los otros de la economía agrícola cruceña. ANAPO en su reciente versión XX del Día Nacional del Trigo plantea estas líneas de política añadiendo la necesidad de crédito y del seguro agrícola. El tercer factor, las políticas nacionales. De un lado están las variables macroeconómicas: políticas monetaria y fiscal que se adoptan de un modo independiente a las políticas sectoriales, pero condicionan el funcionamiento de éstas. El recuento del documento demuestra que no ha habido coherencia a lo largo de los últimos 20 años. La aceptación de trigo o harina de donación, ha tenido considerable impacto al reducir nuestras posibilidades de producción interna al no poder competir con un precio bajo y subsidiado. Esta situación persiste, por el afán de mantener el precio del pan de batalla a un precio artificialmente bajo, y al no poder competir con las importaciones casi “instantáneas” que se dan cuando hay falla en el aprovisionamiento interno. El subsidio a la harina y el trigo son cada vez más crecientes, contribuyendo a complicar las finanzas fiscales. De otra parte, la política nacional sobre el trigo tiene que manejarse desde el punto de vista de atender el desarrollo del complejo agroproductivo, incluyendo el sector de procesamiento, la tendencia a importar harina ha dejado una capacidad industrial ociosa muy grande que, afecta al mismo tiempo, la generación de empleo. Trigo, una oportunidad para la soberanía alimentaria boliviana La vigencia del Programa Nacional del Trigo, que apunta a lograr un mayor autoabastecimiento de trigo y sus diferentes componentes, son un excelente indicador por aplicar una política coherente para conseguir este objetivo. Asimismo, el reciente convenio con la FAO da algunas pautas de lo que se desea lograr con la nueva política nacional del trigo. La experiencia del pasado, nos muestra que el país parece padecer de un “síndrome de Penélope”, nos gusta tejer y destejer, debido a lo cual nuestro avance resulta insuficiente en el tiempo. Esperemos que la política vigente tenga la mayor continuidad posible en el tiempo. Referencias • Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas “Estudio de la harina de trigo”, 2012. • AGRODATA, Cadenas agroalimentarias 2002. • CIPCA. Herbas René, “El estudio de la situación del trigo en Bolivia y el contexto internacional” 2008. • GOBIERNO – FAO. PROGRAMA DE COOPERACIÓN TÉCNICA, 2013. • INPRODES S.R.L. Informe final “Estudio de identificación, mapeo y análisis de la cadena productiva de trigo”. La Paz, 2004. • Min AACC y Agropecuarios “Estudio de identificación y componentes cadena trigo”.2004. • Zeballos Hurtado, Hernán. 2006. “Agricultura y Desarrollo Sostenible”, Edit. PLURAL. Sección 6.9 complejo trigo. • Zeballos Hurtado, Hernán. 2011. Bolivia: Desarrollo del Sector Oleaginoso 19802010, revista IBCE No. 193. Sector oleaginoso: Aporte agroalimentario para Bolivia y el mundo”, revista IBCE No. 207, octubre 2012.