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i 2,50 y CUORE 0,80 € JULIO IGLESIAS 7,95 € CINE NEGRO 1,95 € CURSO INGLÉS 9,95 € MÚSICA CLÁSICA 9,95 € PLANETA TIERRA 1 € PARAULA DE PEP 9,95 € DOMINGO 27 DE MAYO DEL 2012 CONSELL DE CENT 425-427 BARCELONA. TEL. 93.265.53.53 www.elperiodico.com www.grupozeta.es DIRECTOR ENRIC HERNÀNDEZ do. 27 Última noche con Pep 3Discreta celebración de la Copa en el Camp Nou para dar paso al Barça de Tito TEMA DEL DOMINGO 3Páginas 4 a 8 Los dos técnicos, sobre el césped del estadio, durante la fiesta de anoche. JORDI COTRINA LA OPOSICIÓN RECLAMA EXPLICACIONES URGENTES PANORAMA 3Páginas 30 y 31 El Gobierno acudirá al BCE para sanear Bankia El Ejecutivo intenta esquivar el impacto de los 19.000 millones de ayuda en el déficit público HOY Cine negro ‘Perdición’, por solo 1,95z ‘Paraula de Pep’ El libro actualizado del pensamiento de Guardiola, por solo 9,95z Astronautas desde P-4 Goirigolzarri exculpa a Rato de toda responsabilidad en la gestión de la entidad Rajoy descubre en una semana la dureza de la política europea PANORAMA 3Páginas 24 y 25 3Un colegio público de Barcelona usa el espacio como eje del curso Barcelona toca techo como puerto de cruceros COSAS DE LA VIDA 3Páginas 36 y 37 COSAS DE LA VIDA 3Páginas 42 y 43 Conexión a internet: http://www.elperiodico.com DOMINGO 27 DE MAYO DEL 2012 35 cosas de la vida Sociedad Gran Barcelona BCN toca techo como puerto de cruceros Alumnos del CEIP de Sant Martí contemplan la maqueta de un transbordador espacial. LOS COHETES DE P-4 Una escuela pública de Barcelona hace del espacio el hilo conductor del curso r P. 36 y 37 JOAN CORTADELLAS La ciudad recibirá 128 barcos turísticos este año y 565 escalas durante la temporada alta r P. 42 y 43 36 DOMINGO 27 DE MAYO DEL 2012 Conexión a internet: http://www.elperiodico.com SOCIEDAD Proyecto educativo Astronautas del futuro Una clase de P-4 de BCN aprende con el espacio como eje y atrae al proyecto a dos científicos ANTONIO MADRIDEJOS BARCELONA A principios de curso, los alumnos de P-4 de la escuela pública Sant Martí, de Barcelona, decidieron llamarse los Cohetes por votación popular. El nombre triunfó sobre los Trenes y los Gigantes. Lo que les sucedió luego les ha permitido llegar muy lejos, casi tanto como los cohetes de agua que esta semana despegaron desde el patio y se elevaron con decisión hasta superar la valla que separa el colegio de la calle. Unos 10 metros de altura. «Me alegra pensar que todo esto que hemos hecho en común acabe dando lugar en un futuro a un científico», explica entusiasmada Alina Hirschmann, astrofísica estadounidense y divulgadora del Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC) que ha acumulado una «experiencia inolvidable» tras conocer y departir con la singular clase de P-4. Los niños han ganado un concurso de la Agencia Espacial Europea (ESA) por sus cohetes naíf hechos con garrafas de agua y papel maché. –¿Cuántos planetas hay en el sistema solar? –pregunta la profesora Esther Manchón a sus discípulos de 4 años. –Ocho –responden al unísono. –Antes eran nueve, pero Plutón La Agencia Espacial Europea ha distinguido a los niños por sus coloridos satélites de papel maché es tan pequeño que ya no lo es –precisa el grandullón Aleix. –¿Y qué pasaría si viviéramos en Venus? –prosigue la profesora. –Yo –se adelanta Nil–. Nos quemaríamos porque hace mucho calor. –Pero si no existiera el Sol nos moriríamos de frío –apostilla Bruno. La elección del nombre de los Cohetes significaba que las actividades que los niños iban a realizar a lo largo del curso tendrían el mundo del espacio como referente, explica Manchón. En el CEIP Sant Martí, los alumnos de los primeros cursos no tienen libros y van entrelazando los conocimienESTUDIAR SIN LIBROS / Todo comenzó cuando vieron en un diario a un gran científico ruso llamado Serguei Odintsov. Quisieron conocerlo tos a partir de un nexo de unión. «Son muy pequeños. A mí no me interesa especialmente que memoricen el nombre de los planetas, que igual los olvidan pronto, sino despertar en ellos el interés por investigar, que vean que se puede aprender mucho preguntando a la gente que realmente sabe», resume la profesora. Los niños, al menos la mayoría, no saben leer, pero sí reconocen que la pe es la primera letra de planeta y que sol se escribe con ese. Alina Hirschmann sonríe, pero aún no ha oído lo mejor. –¿Cómo son los planetas? –inquiere. –Los cuatro primeros, rocosos, 37 DOMINGO 27 DE MAYO DEL 2012 LLL JOAN CORTADELLAS Carta de gratitud a la maestra Esther Manchón La hija del jugador del Barça lleva 29 años de docencia A. M. BARCELONA «En estos tiempos que nos ha tocado vivir, inmersos en esta vorágine de recortes en ámbitos tan críticos y delicados como la sanidad y la educación, me gustaría romper una lanza en favor de un grupo de profesionales de la escuela Sant Martí de Barcelona, donde mi hijo cursa P-4». Agradecido, así empezaba una carta que Jesús Oliván, padre de un alumno, envió a este diario. En ella elogiaba especialmente a la maestra Esther Manchón por haber despertado el ansia de conocimiento ACTIVIDAD 3 A la izquierda, niños de P-4 del CEIP Sant Martí muestran un transbordador de papel que les regaló la científica Alina Hirschmann. Ahora se turnan para llevárselo a casa. Arriba, la maestra Esther Manchón ayuda a un alumno a lanzar un cohete. A la derecha, el astrofísico Serguei Odintsov conversa con los niños en una videoconferencia con la ayuda de su colega Hirschmann. como la Tierra, y los cuatro últimos son de gas –responden los niños. Lejos de recitar de memoria, los alumnos transmiten entusiasmo mientras señalan algunos de los planetas que cuelgan del techo y adornan las paredes de la clase. Un barracón, por cierto, a la espera de que el CEIP se traslade a su ubicación definitiva. «Este año hemos aprendido todos, ellos y yo», dice la maestra, quien admite que sus conocimientos previos sobre el espacio «se limitaban a la Luna, el Sol y poco más». La relación de la escuela Sant Martí con el mundo de la ciencia se consolidó en otoño a raíz de una noticia publicada en la prensa que recordaba que Serguei Odintsov, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE), centro del CSIC en Barcelona, había sido elegido por la revista Forbes como uno de los 10 científicos rusos más influyentes del mundo. Los alumnos quisieron conocerlo y la profesora les ayudó. «Votaron cómo querían contactar con él y decidieron que mediante una carta». Así de sencillo: se trataba de escribirla, comprar el sello y enviarla. Todo como una actividad escolar En la misiva, los niños –una palabra escrita por cada uno– pedían a Odintsov que fuera a visitarlos y les explicara por qué se ve la Luna con formas diferentes y cosas del estilo. Y el científico ruso accedió. «Lo que pasa es que viajo mucho y tengo poco tiempo. Así que al final optamos por una videoconferencia», dice. Su colega Hirschman, que desempeña tareas de divulgación en el IEEC, se trasladó al colegio y facilitó la conexión. «Me alegra vuestro interés –les explicó Odintsov con su hablar pausado– y espero que alguno acabe dedicándose a la ciencia». La experiencia se repetiría otra vez. Otro día, la profesora emplazó a los niños a dibujar naves espaciales, pero el gran éxito fue cuando el padre de Mariona, una de las alumnas, les enseñó a forrar y modelar botellas de agua usando papel maché. A partir de recortes de prensa sobre el satélite GOCE, los pequeños crearon sus cohetes y los decoraron con colores vistosos. Y les quedaron tan simpáticos que deciEL CONCURSO / Los niños han trabajado todas las materias, incluido el inglés, con el espacio como nexo de unión «No me interesa que memoricen los nombres de los planetas, sino que aprendan a investigar», dice la maestra dieron enviarlos a un concurso de la ESA. La agencia los ha distinguido como el mejor trabajo escolar del mes y ha publicado una colección de fotos. «Es un honor vernos en la web», destaca Manchón. El pasado lunes, en la segunda ocasión en que los astrofísicos contactaban con los niños, Odintsov les mostró una especie de torno que flotaba en el espacio «gracias a los campos magnéticos». «Esto es como los imanes que colgáis en las neveras», ayudaba Alina Hirschman. Y a continuación empezó la más divertida experiencia de este curso tan fecundo: Alina colocó en el patio del colegio unas botellas de plástico llenas hasta la mitad de agua. Con una mancha de bicicleta, los niños hincharon las botellas hasta que salieron disparadas a gran altura ante el regocijo de todos. Los niños de P-4 distinguen ahora entre los satélites, que entre otras cosas sirven «para que funcionen el teléfono y las televisiones», y las naves donde van los astronautas. «Son supercuriosos, se apuntan a un bombardeo», dice la científica del IEEC. H entre los pequeños y por su forma de enseñar, «basada en la práctica y en el método científico». Esther, hija del futbolista Eduard Manchón, fallecido en el 2010, no es una novata en el mundo de la educación, sino una maestra con 29 años de profesión que no cesa de innovar. «Esto de tener niños pequeños y enseñarles sin libros, a base de tejidos que se van enlazando, es una novedad para mí –dice–. Yo me he dedicado mucho a educación especial y a aulas de acogida». Lleva tres años en el CEIP Sant Martí, desde la fundación del colegio. Antes estuvo en Alella (Maresme). Manchón se quita mérito y recuerda que en el colegio se trabaja así. «Yo lo he hecho con el espacio, pero mis compañeras hacen lo mismo con el cuerpo humano o las aves. Todos hacemos tejidos interesantes». También el refuerzo de inglés sigue la misma línea. «Los niños empiezan la lectoescritura con palabras de su interés, como planeta u Odintsov», resume la maestra. «Me gusta saber que trabajamos con personas, no con muebles», concluye. H