De Taracena a Tórtola de Henares y vuelta por el Camino del Cid
Transcripción
De Taracena a Tórtola de Henares y vuelta por el Camino del Cid
RUTA: De Taracena a Tórtola de Henares y vuelta por el Camino del Cid Distancia: 13,5 Km. Dificultad: Baja TÓRTOLA DE HENARES TARACENA 1 Salimos de Taracena cuando el sol vespertino ya había comenzado a brillar y aunque íbamos hacia el norte no hacía nada de frío. Esta localidad, por su proximidad a la capital, se ha convertido en un barrio de Guadalajara y pocas casas quedan hoy en el pueblo que tengan carácter rural, por el contrario, dispone de diversas tiendas, bares, restaurantes y buenas comunicaciones. Antiguamente Taracena formó parte del común de la villa de Guadalajara hasta que Felipe IV la declaró villa independiente en 1625 y la vendió a uno de sus cortesanos, Don Miguel de Cárdenas. Más tarde, la villa de Taracena volvió a ser vendida a Don Carlos Ibarra, un general de la Armada que recibió el título de Marqués de Taracena. Camilo José Cela en su Viaje a la Alcarria, cita el palacio de Ibarra situado entre Torija y Brihuega, “El viajero se va a sentar al pie de un árbol a las tapias del palacio de Ibarra”. Hoy volvemos a caminar por el GR 160. El Camino del Cid, serpentea como una culebra mientras recorre la provincia de Guadalajara. Salimos del pueblo dejando su Iglesia Parroquial a la derecha y el polideportivo y la plaza de toros a la izquierda. Cruzamos un pequeño arroyo que lleva poca agua y continuamos hasta cruzar la autopista R2 por un túnel. Caminamos por una amplia vía rodeados de campos de labor y numerosos olivos salteados que están siendo podados y algunos recogiéndoles el fruto. También hay numerosos cazadores repartidos por los campos. Por los barbechos hemos visto bandadas de perdices. Observar un extenso paisaje, nada agresivo en sus formas y de una sencilla belleza, es un verdadero placer. 2 El camino tiene muchos cruces y hay que estar atentos a las señales marcadas en los troncos de los olivos. Divisamos la Sierra de Somosierra en la lejanía y acercándonos a Tórtola tenemos el pico Ocejón de telón de fondo. Sobresaliendo en lo más alto del caserío se encuentra su Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Nuestro camino desemboca en la carretera que une Taracena con Tórtola. Un gran cartel nos anuncia que estamos en la tierra del esparto. En tiempos antiguos en este pueblo se trabajaban el esparto y el mimbre pero ya no quedan artesanos que hagan esta labor. Por Tórtola de Henares no pasa el río Henares, pero el pueblo sí mira hacia el valle de este río que pasa a 4 km. 3 Entramos al pueblo por la calle Guadalajara y llegamos hasta la alameda donde nos sentamos a descansar junto a un hermoso lavadero público cubierto y a dos fuente de agua clara, una con pilón y otra con otro lavadero al aire libre. Abandonamos el murmullo de las fuentes y ascendemos por sus empinadas calles hasta la Iglesia que tiene un amplio atrio porticado de ladrillo y a los pies, una gran espadaña. La cabecera es plana y la construcción de mampuesto. 4 Regresamos por el mismo camino a Taracena mientras vemos a la izquierda Peña Güeva y entramos en el pueblo cuando los vecinos salían de misa. La Iglesia Parroquial de la Concepción fue construida en el siglo XVII. Por fuera es de mampuesto y ladrillo y tiene ábside circular. Un pórtico protege la entrada. La Iglesia no tiene torre sino una alta espadaña a los pies. Por dentro es de una sola nave sin crucero y con cúpula. Debajo del coro alto se encuentra la pila bautismal, seguramente conservada de algún templo anterior. Delante de la Iglesia hay una gran plaza. HASTA LA PRÓXIMA 5