Ciencias de la Conducta

Transcripción

Ciencias de la Conducta
C1ENCIAS DE LA
CONDUCTA
Revista del Centro Caribeño de Estudios Postgraduados
Vol-3 1%1Lim I
Octubre 1988
CIENCIAS DE LA
CONDUCTA
Revista del Centro Caribeño de Estudios Postgraduados
Centro Caribefio de Estudios
Post-graduados
Apaitado 3711
Old San Juan Station
San Juan, Puerto Rico 00904 - 3711
Vol.-3 Ntim.
Octubre,1988
MIAINIONNEMR~WIMONIMINNO
Jag-Ce Printing
floe. Sea Patricia 1404
Rio Piedras, P.R.
Tel. 703-1345
•
1NTRODUCCION
Coptinuamos con esta ediciOn con nuestro comprOmiso de mantener una publicaciOn regular y de alto contenido profesional. El quehacer cientifico en nuestro pais se nutre de las aportaciones que con
rniacho. esfuerzo realizan profesionales corno los que aqui cornparten
sus trabajOS.
Es apremiante la neeesidad de renovar y desarrollar una tradiciOn
de investigaci6n en •psicologia y areas afines en Puerto Rico, Para beneficio de la prictica y de la enseiianza de la psicologia necesitarnos
promover y fortalecer todo intento serio de investigación que pueda
contribuir a nuestro acervo profesional„
En esta edición presentamOs los trabajos de diStinguidos profesionales de diferentes Areas de la psicologia con el Anitho de contribuir
al estudio, discusi6n y anAlisis de ternas que - considerarnos de gran
importancia:
El trabajo del doctor Alvarez nos presenta alternativas para el cliagnOstico del nilio (a) pre-escolar, doctor Ruiz Bolivar aporta la perspectiva venezolana para el desarrollo del autoconcepto en la educaciOn elemental y la doctOra Huergo hace serios planteamientos en relaciOn a la niñez y la television. •
Se incluye adernis un trabajo sobre la crianza en la familia puertorriquefra que nos ofrece campo para una profunda reflexiOn. La doctora Rivera exhorta.a la revisiOn de valores.
Martinez nos presenta un esbozo de la Terapia Multimodal desde
la perspectiva de la practica de la pSicoterapia ; Sievens y Martinez
presentan la percepción que tienen algunos sindicatos sobre el psithlogo indu4rial/organizacional.:
Finalmente incliiimos una nueva seeciOn de Resefias, donde se
incluirAn , cortas reflexiones sobre diferentes teinas de actualidad.
Esta vez Ia doctora Llanos hace una exposiciOn sobre algunoS aspeetos importantes a considerar en el DSM-Ill que fucron revisados por
APA recientemente. La doctora Margarida hace una reselia sobre el
Más reciente seminario del Dr. Salvador Minuchin celebrado en Puerto Rico en el programa de EdueaciOn Continuada del Centro Caribefio..
Les invitamos a leer y estudiar detenidamente los trabajos. .
vale la pena.
jOSE TORO-ALFONSO
-Coordinador
CONTENIDO
Mensaje del Presidente
Centro Cariberio de Estudios Postgraduados
El uso de la Terapia Multimodal en la practica clinica
Alfonso Martinez
9
La niriez y la television:
hacia una redefiniciOn del medio en el nuevo siglo
Mayra Huergo , Centro Cariberio
21
Reflexiones sobre los patrones de crianza en la familia
puertorriquelia contemporinea
Beatriz Rivera, Universidad de Puerto Rico
35
PercepciOn del psicologo industrial/organizacional
de parte de algunas uniones en Puerto Rico
Carmen Sievens Centro Cariberio
Migue 4 Martinez, Universidad de Puerto Rico
53
Consideraciones sobre la utilizaciOn de la Bateria Evaluativa
Kaufman para nirios en el diagnOstico intelectual
del nirio preescolar
Victor Alvarez, Centro Cariberio
67
Evaluacion del auto-concepto en estudiantes de EducaciOn Bisica
Carlos Ruiz Bolivar, Universidad PedagOgica
Experimental Libertador Venezuela
79
RESENAS:
Seminario Terapia de Familia
Modelo Estructural-Minuchin
Maria T. Margarida, Centro Cariberio
El DSM-III-R
Aracelys Llanos, Centro Cariberio
93
103
CENTRO CARIBENO DE
ESTUDIOS POSTGRADUADOS
INSTITUTO PSICOLOGICO DE PUERTO RICO
SALVADOR SANIIAGO NEGRON, PhD., NUM.
PRESIDENTE
MENSAJE DEL PRESIDENTE:
Este nürnero se lo dedicamos a las revistas hermanas que se publican en Puerto Rico, especialmente a la revista de la Asociaciim de Psi-'• •
cOlogos, y la revista' de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto
, Rico. •
En la pasada Convención de PsicOlogos,. el Centro Caribefio inició
un . foro donde se reunieron por primera vez los editores de la revista
_de la Asociaciem de PsicOlogos de Puerto Rico, de la revista de Ciencias de la Conducta del Centro Caribeho de Estudios Postgraduados,
y la revista de Ciencias SocialeS de la Universidad de Puerto Rico. Dicho sea de paso,, estos son los tinicos foros en Puerto Rico cpie le
ofrecen al psicOlogo, una retroalirnentación sistematica y de pares
sobre sus trabajds escritos. Son los tres foros más pertinentes que
existen para la divulgacion de conocimiento cientifico en el area de
la Psicologia en Puerto Rico.
El tema que nos ocupC• en aquella ocasión, fue el de cómo superar
la tradición de lo poco gm: se publica en Puerto Rico y las trabas que
tienen las revistas profesi?nales para desarrollarse. Ademis, tuvimos
la oportunidad de dialogar sobre cOmo interesar a los profesores de
psicologia a que utiliceh el material que se produce.en los diferentes
'volt:merles que se publicari, en sus cursos.
El desarrollo de revistas de psicOlogia que se puedan sostener con
sus propios recursos, es de crucial importancia para.mantener al dia
Fuentes de conocimiento sobre nuestra isla.
• Es misión de todos, proveerle nuestro apoyo a las juntas editoras
de las revistas que se publican en Puertd RicO. A los miembros de
las distintas juntas editoras le reiteramos nuestra admiración y res.peto por su encomiable labor en pro de la psicologia para nuestro
pi] eblo.
Volumen 3 NtImero 1 _ 1988
Ciencias de la Conducta
MULTIMODAL
EN LA PRACTICA CLINICA
Alfonso Martinez, M.S.
EL USO DE LA TERAPIA
ABSTRACT
Recent studies have documented that multirnodal therapy have
much to offer to the clinical practitioner. In this paper, we review
the essential concepts and innovations of this treatment modality
using varioux examples from the clinical literature and from the
author's private practice. We conclude that this treatment approach
is to be commended for its flexibility, for the rigorous ordeliness that
it brings to the clinical data and for its explicit recognition that every
client is to be evaluated and treated on an individual basis.
Seem datos recientes, existen en la actualidad más de 250 enfoques terapeuticos (Herink, 1980). Cada uno de ellos, a su vez, alega
ser el más efectivo para el tratamiento de una gama amplia de desôrdenes psicológicos. Lamentablemente, se ha calculado que menos del
10 . o/o de estas modalidades terapéuticas han sido evaluadas empiricamente. Por lo tanto, los alegatos acerca de efectividad, amplitud y
eficiencia deben ser tratados como meras conjeturas clinicas. Es
portante selialar esto debido a que la historia de la psiquiatria y de la
psicologia clinica estfi repleta de técnicas terapeuticas que una vez
son evaluadas de manera rigurosa no pasan dd ser más efectiva que un
mero placebo (v6ase sobre este particular los magnificos trabajos de
Frank, 1373; Plotkin, 1985; Rachman, 1971; Shapiro & Morris,
1978).
En este articulo nos proponemos exponer una nueva modalidad terapeutica que esti recibiendo cierto apoyo empirico. Nos ref erimos a
la terapia multimodal. l exponente mfiximo de este enfoque lo es
A. A. Lazarus Ph. D., reconocido durante la década de los 1960 co-
9
mo uno de los principales exponentes de la terapia aonductual (Lazarus, 1961, 1963, 1966; Lazarus & Abrarnovitz, 1962; Wolpe & Lazarus, 1966).
En sus libros (1971, 1976, 1981, 1985) Lazarus explica por qué se
vio motivado a abandonar el enfoque conductual y adoptar una postura mfis ecléctica. En primer lugar, Lazarus mantiDne que no todo
cliente puede ser tratado dentro de un solo marco teOrico/terapeutico. .Algunos de sus pacientes tienen unas necesidades particulares que
el modelo conductual no parece satisfacer. En segumlo lugar, Lazarus
argumenta que él como clinico se ha beneficiado al incorporar dentro
de su armamentario terapeutico tecnicas de probada efectividad que
provienen de otros marcos terapeuticos. En tercer plano, Lazarus arguye que el anfilisis funcional que lleva a cabo el terapeuta conductual no es lo suficientemente abarcador como para poder auscultar
varios otros aspectos de la situación de su cliente. Este descontento
con el modelo conductual motivó a Lazarus a ofrecer como una alternativa.el modelo multimodal.
CON CEPTOS BASICOS
Lazarus llama multimodal a este enfoque debido a que a tray& del
mismo se evaluan y modifican varios aspectos cruciales de cada aliente. A esta evaluaciOn Lazarus le ha puesto el acrOnimo de BASIC ID.
Veamos en la Tabla 1 su uso y aplicación en un caso descrito por Lazarus (1985).
Tabla 1
Modalidad de una Mujer con Dependencia al Alcohol
Modalidad
Problema
Tratamiento
Conducta
Bebe alcohol en exceso
lm sginer ia aversiva
(Behavior)
Evita confrontar a la gente
Auto - declaraciones negativas
Env enamiento asertivo
Asignaciones de autodediraciones posiTivas
10
Table 1: Continuación
Afecto
Bebe en exceso al encontrarse
sole en la casa
Desarrollar contactos
sociales
I7e grita a sus hijos
Instrucciones en
habilidades parentales
No expresa sus corajes
Entrenamiento asertivo
(Affect)
Ejercicios para expresar
corajes.
Ansiedad
Auto—hiphosis o imaginer la positive
Aumentar el tango de
refuerzos positivos
Depresión
SensaciOn
(Sensation)
Molestias en el estOmago
Dolores de cabeza por tension
Ejercicios de respirecion. abdominales.
RelajaciOn muscular
Imaginer la
Escenas vividas de sus padres
peleando
DesensibilizaciOn sistemática
Auto-declaraciones irracionales
acerca de auto-estima baja
Disputación cognoscitilea
MUltiples resentimientos
Terapia racional -emova
Relaciones
Respuestas ambivalentes
Posible terapia de familia -
(Interpersonales
relationships)
hacia el esposo e hijos
Drogas
Dependencia del alcohol
Posibles uso de disulfi-
Drogas
para aliviar tensiOn y depresiOn
ram y medicamento pntidepresiv o
(Imagery)
Cognisción
(Cognition)
11
Como se puede notar el BASIC ID no solo es una forma sistemitica de recoger informaciOn clinica, sino de acomodarla de ecuerdo a la
modalidad especifica que presenta cada cliente. A la vez, el terapeuta
va apuntando alternatives terapeuticas pare cada problema. Debido a
que el BASIC ID es crucial en este enfoque creemos pertinente bosquejar que informaciOn se va a desglosar dentro de cada parimetro.
CONDUCTA — aqui se apuntan conductas abiertas: actos, hibitos,
relspuestas, reacciones observ2,b1es.
AkECTO -- se refiere a emociones, estados de inimo, sentimientos
(ej:• coraje, depresiOn, culpa).
SENSACION — tales como tocar, suoorear, oler, ver y oir. Se hace
una lista de las sensaciones 'negatives (tensiOn, mareo, dolor, sudorachin, etc.) que se aplican.
IMAGINERIA — se incluyen imigenes mentales que perturban al
cliente. Se incluyen aqui suefios recurrentes y memorias vividas.
COGNISCION — se incluyen las actitudes, creencias, opiniones e
ideas del cliente y su relaciOn con la disfunciOn.
RELACIONES INTERPERSONALES — se apuntan interacciones
inadecuadas con otras personas.
DROGAS — se hace una lista de las drogas que el paciente este tomando para minimizer su condiciOn. Se incluye aqui tambien cualquier problema de salud que sea relevante al problema a tratarse.
Una vez el terapeuta obtiene este informaciOn, debe entonces indagar sobre lo que Lazarus llama el "orden de secuencia". Esto se refie
re a que cada paciente puede tener un orden especifico en que se
"dispara" la secuencia del BASIC ID. Seam Lazarus, esta secuencia
ayuda enormemente al clinico para saber que problema tratar primero. Por ejemplo, un caso de un agorafObico con una secuencia S-C-I-B
presentare a un sujeto en donde la secuencia comenzaria con una
SENSACION rara (taquicardia; falta de aire). Esta sensaciOn le trae
una COGNICION de que pro bablemente le de un ataque de panice
ybo cardiaco. Este cogniciOn traerfi unas IMAGENES vividas en don.
de el se imagine tirado en el suelo muriendo por falta de oxigeno. Toda esta secuencia trae a su vez una CONDUCTA de escape, en don.
de la persona abandona un supermercado y se encierra en su case.
Un caso con una secuencia C-I-S-B tendri un componente mayor.
mente cognoscitivo - irracional que a su vez activari posteriorment(
unas sensaciones de taquicardia o de hiperventilación y luego unf
conducta de escape.
12
Lazarus indica que de acuerdo a la secuencia que presenta cada
cliente, el tratamiento seri diferente. En el primer caso un tratamiento dirigido a controlar las SENSACIONES de malestar somitico parece ser el más adecuado. En este caso se recomendaria el uso de relajaciOn muscular como tecnica de acoplamiento. En el segundo caso,
una terapia dirigida mayormente a la COGNICION parece ink efectiva para cortar la secuencia disfuncional.
A favor de Lazarus debe notarse que en los Ultimos arios se viene
recopilando evidencia que indica que el tomar en cuenta la secuencia .
de reacciones del cliente, maximiza el poder terapéutico de varias
tecnicas. (Emmelkamp, Mersch, Vissia & Helm, 1985, Michelson,
1986; Ost, Jerremalm & Johansson, 1981, Ost, Johansson & Jerremalm, 1982).
Otro concepto bisico es el de ECLECTICISMO TECNICO. Esto se
refiere a que Lazarus ha incorporado dentro de esta modalidad solamente esas tecnicas que lienen apoyo empirico a favor de su efectividad. Contrario al clinico eclectico, EL ECLECTICISMO TECNICO
NO ABOGA POR EL USO INDISCRIMINADO DE CUALQUIER
TECNICA. En vez, se aboga por un uso ordenado, coherente y disciplinado del uso de cada tecnica. Es decir, las tecnicas a usarse en cada
caso pueden ser justificadas empiricamente de acuerdo a la secuencia
que presenta el cliente en el BASIC ID. Es por esto por lo cual Lazarus (1985) dice: "La terapia multimordal tiene una historia bien definida, una base teOrica sistemitica, un marco conceptual coherente y
un armamento amplio de tecnicas especificas. Los principios multimodales son expresados en terminos que pueden ser probados,.y sus
procedimientos son consonantes con los Ultimos hallazgos cientificos. Los terapeutas multimodales constantemente se ajustan al paciente en terminos del modo de interaciOn que neve con más piobabilidad a un éxito terapeutico' (p. 3.)
ILUSTRACION CLINICA
El siguiente caso ilustrari con mayor precision el uso de la terapia
multimodal en la prfictica clinica. El mismo proviene de la exporiencia clinica del autor.
La Sra. A., de 46 aims, presentaba un cuadro difuso y variado de
sintomatologia (Debe destacarse que esta cliente hab la sido tratada
13
anterioremente por seis psiquiatras, mayormente de orientaciOn psicodinfimica. Ninguna de dichas intervenciones le habian sido de ayuda). En primer lugar, esta desde hacia unos cinco arms padecia de
epilepsia "grand-mal". Desde ese momento, su auto-estima bag,
enormemente debido a que ella pensaba que una persona con esta
condición no era apta ni para trabajar ni para ser querida por otras
personas. Esto, a su vez, le traia estados depresivos. Por otro lado,
a la edad de 13 arios su padre intent() violarla en repetidas ocasiones.
Ahora que su hiia tenia los 12 arios, ella temia que su actual esposo
o su hijo mayor (de 17 arios) intentaran violarla. Esta preocupaciOn
ocupaba en ella de 4-6 horas diarias. Para evitar este supuestó acto ella constantemente se asomaba al cuarto de esta para ver que todo
estuviera bien. Otra precaución que tomaba era no dejar nunca a su
hija sola en la casa con su esposo y su otro hijo. Esto le trala a ella
graves inconvenientes y sufrimientos.
En terapia, y una vez hecho el BASIC ID (vease Tabla 2) decidimos tratar primero su problema de la auto-estima tan baja que habia
provocado su condiciim de epilepsia. A trues de la aplicación de terapia racional-ernotiva y entrenamiento en asertividad logramos robustecer su confianza y auto-estima. Se le dieron varias asignaciones,
una de las cuales consistia en decirle a sus vecinos y comparieros de
empleo que ella era epileptica y que los orientara sobre el particular.
Una misión que al comienzo del proceso terapeutico le parecia imposible, fue realizada con toda naturalidad. En sus notas la cliente dice:
"El jueves, 31 de octubre (1985) fue que dije al grupo que era epileptica. Me senti ma's tranquila de lo que creia. La conversación fue muy
natural y hasta hice mis recomendaciones para cualquier de mis cornparieras que tuvieran algfin familiar epileptico... Es realmente un
triunfo para mi esto; nunca pense que iba a ser tan flier.
-
Tabla 2
Modalidad en el Tratarniento de la Sra. A.
Modalidad
• Conducta
(Behavior)
Problema
Tratamiento
No deja a su hija solo con su
Saturackin (flooding) . y
esposo y/o otro hijo
prevención de respuesta
Table 2: Continulción
Rituales obsesivos-compulsivos
Prevención de respuesta
Poca asertiva
Entrenamiento asertividad
DepreSibn
Terapia cognitive de
Beck
Ansiedad al dejar sole a su hija
RelajaclOn muscular
desensibi I izacibn
y/o
sistemética
Sensación
(Sensation)
Náuseas
Imaginer fa positive
Imaginerfa
(I magery)
Escenas de su otro hijo y/o
esposo teniendo relaciones
sexuales con su hija
Saturación en imagineciOn
Escenas de que la gente la
rechazarâ si saben que es epiIfiptica
Terapia racional -emotive
CognisciOn
(Cognition)
Piensa que ella no vale nada
por ser epileptica
DisputaciOn cognoscitiva
Relaciones
Interpersonales
(Interpersonal
relationships)
No desea hablar con nadie de
su vide privada debido a que
teme descubran es epiléptica
SaturaciOn en vivo con
asignaciones
Drogas
(Drugs)
Epilepsia
Seguir tomando medicamentos
• Afecto
(Affect)
15
Una vez robustecida su auto-estima decidimos tratar su obsesiOncompulsion. Debido a que el. orden secuencial de esta era I-C-A-B
decidimos utilizar la tecnica de saturaciOn (flooding) en imaginaciOn
en donde se repasaban diferentes escenas en donde su hija se quedaba
sola en la casa con su padre y hermano. Tal y como lo sugieren Boudewyns y Shipley (1983), las escenas se seguian repitiendo hasta que
la cliente no reportara ansiedad ante las mismas. Este proceso torn6
cinco sesiones de hora y media. Una vez esta pudo tolerar dichas imi-,
genes sin ansiedad y llantos, le dirnos asignaciones de PREVENCION
DE RESPUESTA (Foa, Steketee & Milby, 1980) que consistian en
salir de la casa mientras su hija se encontraba sola con su hermano ,
y/o padre.
El resultado, luego de once sesiones, fue marcademente positivo.
No sOlo desaparecieron las imigenes perturbadoras sino que ahora la
Sra. A., podia salk de su casa con toda tranquilidad. Un seguirniento
de cinco meses indicó que la mejoria se mantenfa. En este caso, pues,
la aplicaciOn del enfoque multimodal nos ayudó a auscultar y esclarecer una serie de problemas a primera vista difusos e inconexos. Y no
sOlo eso, sino que nos ayudó a buscar una coherencia y orden en la
secuencia de sus interacciones disfuncionales.
16
EVALUAC1ON CRIT1CA
La terapia muitimodal ha sido aplicada con exito en casos de anorexia nervosa ( Fundudis, 1986; Knee & Duivenvoorden, 1985), depresión (Fay & Lazarus, 1981; Lazarus, 1976), agorafobia (Popler,
1977), enuresis (Keat, 1985), dispareunia (Lazarus, 1980), obesidad
(Mulligan, 1976), ansiedad (Braddell & Leiblum, 1976), problemas somfiticos (Robe rgh & Kwee, 1985), desOrdenes de estres post-traumfiticos (Slowinski; 1985), etc. Sin embargo, es necesario seiialar
que esta modalidad terapóutica, hasta el momento, no ha sido sometida a estudios elinicos controlados. La evidencia para este modelo
más bien recae en nurnerosos estudios de casos y un estudio no controlado llevado a cabo por Lazarus (1981). No obstante, debe destacarse el hecho de que la gran mayorfa de dichos estudios de casos son
presentados con detalles especificos ybo medidas cuantificables de
• mejerfas terapeutica.
Unwvez hecha esta salvedad, debe notarse que un aspecto positivo
de este enfoque es que se tienen que operacionalizar los problernas.
del cliente, asi como justificar la selecciOn do tecnicas a usarse. Esto,
obviamente, facilita.la replicación - de resultados al igual que ja enseiianza didictica del mismo.
Por otro lado, nos resulta curioso que de las 39 tecnicas terapeuticas que Lazarus endosa en su libro (1981) al menos 30 de ellas son de
uso rutinario per el clinico conductual. Per . lo tanto, la aserci(in de
'Lazarus (1977) de que "la terapia conducual constituye una parte
significativa pero pequeila del enfoque multi-modal" (p. 553) no nos
parece del todo acertada. Wilson (1982), en una extensa critica, ha
notado que las . , similitudes •entre el enfoque conductual y el multirnodal son mucho Ma's impresionantes de lo que Lazarus esti dispuesto a admitir..
Es importante sefialar que a nuestro juicio este enfoque terapeutico . pone de relieve, más que ninguno otro, la noción de que cada
cliente REQUIERE UN ANALISIS INDIVIDUALIZADO de sus disfunciones, la amplitud de estas, su secuencia y el manejo cohere! , te y
lógico en la selecciOn de técnicas a usarse. La antitesis de este c?IfoI7
que lo constituye el terapeuta que se cornpromete ideOgicamente con
una postura y que tiende a bratar a todos sus clientes con un mismb
enfoque y/o técnica terapeutica, ignorando asi las distintas necesidades y expectativas del cliente.
Creemos, pues, que el enfoque multimodal le brinda al practicante
clinico amplitud y flexibilidad a la hora de manejar sus casos. Asirnismo, le recuerda que la práctica elf/lice no es solo un arte intuitivo, sino un sistema coherente que se nutre de los avances cientificos que
constanternente se reportan en la literature profesional.
REFERENCIAS
Boudewyns, P. A. & Shipley, R. H. (1983). Flooding and Implosive Therapy. Nueva York: Plenum.
Briddell, D. W., & Leiblum, S. R. (1976). The multimodal
treatment of spastic colitis and . incapacitating anxiety:
A case study. En A. A. Lazarus (Ed.), Multimodal Behavior Therapy (pp. 160-169). Nueva York: Spinger.
Emrnelkamp, P. M. G., Mersch, P. P., Vissia, E., & Helm, M.
(1985). Social phobia: a comparative evaluation of cognitive arid behavioral interventions. Behavior Reserach
and Therapy, 23, 365-369.
Fay, A., & Lazurus, A. A. (1981). Multimodal therapy and
the problem of depression. En J. F. Clarkin & H. I. Glazer
(Eds.), Depression (pp. 169-178). Nueva York: Carland.
Foa, E. B., Steketee, G., & Milby, J. B. (1980) Differential
effects of exposure and response prevention in obsessivecompulsive washers. Journal of consulting and clinical
Psychology, 48, 71-79.
Frank, J. D. (1973). Persuasion and Healing: Baltimore:
Johns Hopkins University Press.
Fundudis, T. (1986). Anorexia nervosa in a pre-adolescent
girl: A multimodal behavior therapy approach. Journal of
Child Psychology and Psychiatry, 27, 261-273.
•
Herink, R., (1980). The Psychotherapy Handbook. Nueva
York: New American Libarary.
Keat, D. B. (1985). Multimodal therapy with children: Ernie
the enuretic. En A. A. Lazarus (Ed.) ; Casebook of Multimodal Therapy (pp. 70-80). Nueva York: Guilford.
18
Kwee, M.
T., & OuiVenVOorden, C. (1985). Multirnodal
residential therapy in two cases of anorexia nervosa. En
A. A. -Lazaru (Ed.), CaSebook of Multimodal Therapy,
(pp. 116-138). Nueva York: Guilford.
Lazarus, A. A. (1961). Group therapy of phobic disoFdeit by
systematic desensitization. Journal of Abnormal and Social Psychology, 63-504-510.
Lazarus, A. A. (1963). The results of behavior therapy in 126
cases of Severe neurosis. Behaviour Research and Therapy, 1, 65-78.
Lazarus, A. A. (1966). Broad spectrum behavior therapy and
the treatment of agoraphobia. Behaviour Research and
Therapy; 4, 95-97..
Lazarus, A. A. (1971). Behavior Therapy and Beyond. Nueva
York: Mc Graw Hill.
Lazarus, A. A. (1976) Multimodal Behavior Therapy. Nueva
York: Springer.
Lazarus, A. A. (1976). Multimodal behavioral treatment of
depression. En A: A. Lazarus (Ed.)., Multhn o dal Behavior
Therapy, (pp. 97-102). Nueva York: Springer.
Lazarus, A. A. (1977). Has behavior therapy outlived itsouseIllness? American Psychologist, 32, 550-554.
Lazarus, A. A. (1980). Psychological treatment of dyspareunia. En S. R. Leiblum & L. A. Pervin (Eds.), Principles
and Practice of Sex Therapy (pp. 147-166). Nueva York:
Guilford..
Latarus, A. A. (1981). The Practice of Multimodal Therapy.
Nueva York: McGraw-Hill.
Lazarus, A. A. (1985). Casebook of Multimodal Therapy.
Newva York: Guilford.
Lazarus, A. A., & Abramovitz, A. (1962). The use of . "emotive imagery ' in the treatment of childrens phobias. Journal of Mputal Science, 108, 191-195.
Michelson, L. (1986). Treatment consonance and response
profiles in agoraphobia. Behaviour research and therapy,
24 263-375.
Mulligan, W. L. (1976). A multimodal approach to the treatment of obesity. En A. A. Lazarus (Ed.), Multim (Aril behavior therapy (pp. 170-179). Nueva York: Springer.
19
Ost, L. Jerremalm, A., & johansson, J. (1981). Individual
response patterns and the effects of different behavioral
methods in the treatment of social phobia. Behaviour
Research and Therapy, 19, 1-16.
Ost, L., Johansson, J., & Jerremalm, A. (1982). Individual
response patterns and the effects of different behavioral
methods in the treatment of claustrophobia. Behaviour
Research and Therapy, 20, 445.-460.
Plotkin, W. B. (1985). A psychological approach to placebo:
The role of faith in therapy and treatment. En L. White,
B. Tursky & G. E. Schwartz (Eds.), Placebo: Theory, Research, and Mechanisms (pp. 237-254).
Popler, K. (1977). Agoraphobia: indications for the application of the multimodal behavioral conceptualization.
Journal of Nervous and Mental Disease, 164- 97-101.
Rachman, S. (1971). The Effects of Psychotherapy. Nueva
York: Pergamon.
Roborgh, M. R., & Kwee, M. G. T. (1985). .Multimodal
therapy in a case of somatization disorder. En A. A.
Lazarus (Ed.),Casebook of Multimodal Therapy (pp.147167). Nueva York: Guilford,
Shapiro, A. K., & Morris, L. A. (1978). Placebo effects in
medical and psychological therapies. En S. L. Garfield &
A. E. Bergin (EdS.), Handbook of Psychotherapy and
Be havior Change (2da. Ed., pp. 369-410).
Slowinski, J. W. (1985). Three multimodal case studies:
Two recalcitrant ghetto clients and a case of postrraumatic stress. En A. A. Lazarus (Ed.), Casebook of Multimodal Therapy (pp. 81-107). Nueva York: Guilford.
Wilson, G. T. (1982). Clinical issues and strategies in the practice of behavior therapy. En C. M. Franks, G. T. Wilson,
P. C. Kendall & K. D. Brownell (Eds.), Annual Review of
Behavior Therapy - Vol. 8. (pp. 305-3546). Nueva York:
Guilford.
Wolpe, J., & Lazarus, A. A. (1966). Behavior Therapy Tech-
niques. Oxford: Perganwn.
20
Volumen 3 Ntimero 1 _ 1988
Ciencias de la Conducta •
.LA NINEZ Y LA TELEVISION: HACIA UNA REDEFINICION
DEL MEDIO EN EL NUEVO SIGLO
Mayra nuerge, Psy. D.
RESUMEN
Este trabajo revisa la literatura relacionada con el impacto de la
television en los niiios. Investigaciones en Europa y Estados Unidos
proveen informaciOn que no nos permite obviar la influencia de este
medio en el desarrollo social y psicolOgico de nuestra poblaciOn
infantil. Se observa una tendencia en los jOvenes a validar su visiOn de
mundo por medio de la televisiOn y se presentan en particular, datas
sobre la televisiOn en Puerto Rico. Se plantea el reto de la funciOn
del medic) televisivo en el nuevo siglo.
Escribir sobre los nifiOs y los medios de comunicaciOn es una tarea
interesante -pero ambiciosa. Son miles los. articulos, libros y revistas
enteras dedicados a loS hiiios y cast igual la cantidad de obras en torn') al terna de los medios de comunicaciOn. He decidido, por lo tanto,
linlitarme a un medio de comunicaciOn: la televisiOn.
Con el medio definido, la tarea se simplifica. Esta selecciOn responde al hecho de que la televisiOn es el medio de comunicaciOn masiva
dorninante en la naciones industrializadas. En Puerto Rico., un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones de Problemas del
Consumidor, senalf) que en el 97 o/o de los hogares hay, por lo nie-
nos, un televisiOr. La autora (Silva, 1977), informa que en el 20.4 o/o
de los hogares hay mas de uno, lo que convierte a Puerto Rico en el
pais con mayor nfimero de televisores por habitantes de toda Latino imerica.
21
Diez arios han transcurrido desde la publicaciOn de dicho estudio.
No es descabellado concluir que dado el desarrollo de los filtimos
arios, el por ciento de hogares con más de un televisor ha podido aumentar. Silva de Bonilla (1977) encontrO ademis que el 57.1 o/o de
los nirios veian entre cuatro y ocho horas de television. Este hallazgo
es consistente con la conclusiOn de la organiza,:iOn A. C. Nielsen
(1977) que ha estimado que para el momento en que el nirio promodio norteamericano termine su escuela superior, habri invertido más
de 15,000 horas en ver televisiOn en comparación con unas 11,000
dedicadas al estudio.
Tan persuasivo ha sicln 91 impacto de este medic), que se considera
qu Ias familias ban cambiadO sus babitos de dormir, mils de un 55 o/o
ha alterado sus comidas y alrededor de un 78 o/o lo emplea como nifiera electrOnica (Johnson, 1967). Otros autores serialan que las
visitas amigos y familiares, asi como el uso de otros medios de comunicaciOn, han disminuido significativamente (Cunningham y
Walsh, 1958). Hallazagos similares fueron obtenidos por Robinson
(1972) y lo llevaron a concluir: "al merios en un senticlO temporal,
la televisiOn parece haber tenido mayor impacto en las estruetura de
la vide cotidiana que cualqUier otro invento del siglo". (Robinson,
1972, p. 428, traducciOn nuestra).
El estudio del impacto de la televisiOn en la formaciOn de actitudes, valores y aprendizaje de conductas de un nifio esti fundamentado principalmente en la Teoria Social Cognoscitiva de Bandura
(1986). Ede autor ha propuesto un modelo de aprendizaje que supone la capacidad del individuo para aprender a través de la observeelem. El poder de la televisiOn para producir lo que Bandura llama
modelaje de alto orden es quizis, el de mayor preecupaciOn.
Modelaje de alto orden se refiere a la adquisiciOn no solamente de
unas conductas especificas, sino a la formulaciOn do unas reglas y explicaciones de lo observado que puede trascender lo visto (Bandura,
1977). Se trata entonces, de un efecto valorativo o sobre las aptitudes
y formaciOn de visiOn de mundo. Con respecto a la televisiOn, los nirios, los más altos consumidores del inedio, pueden estar haciendose
preguntas tales como LQUien soy?, Lquienes son ellos?, Lsoy bueno?,
Nue' es lo bueno?. Las respuestas a estas preguntas constituyen, en
cierto modo, los fundamentos del proceso de socializaciOn e identidad.
La investigaciOn psicolOgica dirigida a esclarecer estos efectos ha
sido resumicla en el Informe del Cirujano General (Comite Cientifico Asesor del Cirujano General sobre Television y Conducta Social,
1972) y el Informe del Instituto Nacional de Salmi Mental: Television and behavior ten years later (NMI-II, 1982). En ambos, se concluye que la violencia en la televisiOn tiene un efecto causal en la
conducta agresiva de ninos y adolescentes. La Asociación de PsicOlogos Americanos reiterO esta conclusiOn en 1985.
El contenido altamente violento de la televisiOn americana ha sido
confirrnado en numerosos estudios (Smythe, 1952, Remmers y Mainer, 1954; Barcus, 1971; Gebner, 1972; Stein, 1972). En Puerto Rico, Huergo (1984) observe un promedio de 38 incidentes violentos
por programa. El mismo promedio encontrado en los programas infantiles mostrados en la televisiOn americana en la decades del cincuenta y sesenta.
Los hallazgos confirmando el efecto acumulativo y de adquisiciOn
de conducta agresiva han sido obtenidos en varies partes del mundo.
Krebs y Groebel (1982) en Alemania, Wiegman (1983) en Holanda .,
Viemero (1986) en un estudio longitudinal de ocho aiios (1978 a
1975) en Finlandia y los estudios de Eron (1982, 1972 y 1987), Hogan a conclusiones parecidas. Los hallazgos de Eron y sus colaboradores tienen importancia especial porque han sido el resultado de un
anfilisis y seguimiento a los sujetos por 22 arios.
Otros efectos han sido identificados a traves de los arios de estudio
de la television. Se sabe que varian de acuerdo con la edal de los nirios. La relaciOn es positiva entre la edad del nirio y su habilidad Para
•discriminar entre comerciales, por ejemplo, y el programa en si. Existen diferencias significativas en los niveles de comprensiOn del mensaje o trama en funciOn de la edad. Los niiios de 5 a 8 arios expresan
la mayor confusion (Krasny y Lesser, 1980).
Stein (1972), realizó un estudio en el cual nirios de cuatro y cinco
arios vieron programas agresivos, pro-sociales o neutrale. El gritpo
que vio. programas agresivos aunlentO sus indices de agresividad y disminuyO en conducta pro-social. En el grupo de programas pro-sociales, ocurriO lo contrario. Los nirios en la condiciOn de programas neutrales no dieron muestras de cambios significativos de conducta.
• Stein y Fiedrich (1975), mostraron a nirios de Kindergarten una
'iserie de cuatro programas de la serie "Mr. Roger's Neighborhood",
que tiene una orientación pro-social. Otro grupo de nirios observO
una serie de programas considerados neutrales. Al comparar las res-
puestas a un cuestionario sobre situaciones parecilas, pero no iguales a las mostradas en los programas, los nifios en la condiciOn de
Mr. Roger's dieron más respuestas de naturaleza pro-social. El estudio
incluyO medidas de comportamiento pro-social (interacciOn con tin
murieco y ayuda de un nifio). En ambas instancias el grupb que vio
Mr. Roger's obtuvo indices mfis altos de conducta pro-social. •
Rubinstein (1974) y Poulos (1975), encontraron resultados imilares. Poulos observO aumentos en conducta cooperativa después de
ver un comercial donde se promovia este tipo de comportamiento.
Rubinstein mostrô a un grupo de nirios un episodio de Lassie, donde
un nino arriesga su vida por salvar un perrito, un episodio donde se
habla positivamente de los perros y un episodio de otro programa.
Los niños después eran puestos en una situaciOn en la que ayudar a
un perrito en dificultades implicaba que perderian puntos que podian cambiar por regalos. Los niiios que vieron la version de ayuda al
perro ayudaron más veces al perrito en peligro, a pesar de perdef puntos, que los nirios de las demas condiciones.
Sobre las influencias de la televisiOn en la salud, hay pocas investigaciones. La mayoria de êstas han estado dirigidas hacia los efectos
de los comerciales de comida en los hibitos alimenticios de los nirios.
Los hallazgos sugieren que los nirios ingieren más comida poco nutritiva como consecuencia de la exposiciOn a los corn erciales.
lin uno de esos estudios (Fox, Jeffery, Dahlkoetter, McLellarn y
Hickey, 1980), un grupo de nirios y nifias de cuatro y nueve alms fueron expuestos a comerciales de comida nutritiva y no nutritiva. Luego se midi) la cantidad de comida de eada tipo que seleccionaban en
la segunda parte del estudio. Para los varones de ambas edad tes, la selecciOn de comida no nutritiva fue significativamente mayor que la
selecciOn de alimentos nutritivos. No se observaron diferencias en las
niiias.
Gorn y Golberg (1980), corroboraron los haliazgos de Fox,i;e(
(1980) al encontrar que los comerciales afeCtan el tipo de selecciOn de alimentos. Estos autores presentaron comerciales de frutas y
dulces a nirid:i'de einco a ocho arios de edad. Al observarse sus selecciones posteriores de alimentos, los nirios en la condiciOn de dulces
y viceversas.
Tambien han sido estudiados los efectos de.la televisiOn en el fun!
cionamierito emocional y cognoscitivo. Winn (1977), copsidera que independientemente del contenido
especifico del programa, la experiencia en si InLma de la televisiOn,
24
tiene efectos negativos. Segfin esta autora, la television reduce las
oportunidades de que el nil 1- 0 desarrolle su capacidad de auto-suficiencia, perpetuando su dependencia.
Otros efectos que seiiala Winn en su libro The Plug: In Drug
(1977), son: la televisiOn no fortalece el desarrollo verbal puestó que
no requiere participaciOn verbal activa por parte del espectador:Ias
fantasias infantiles, necesarias para el desarrollo ernocional, son sirstituidas por las fantasias del adulto que hace el programa. La estimulaciOn, necesaria para el desarrollo intelectual, no se alcanza mediante
la manipulaciOn de objetos puesto que la experiencia de la televisiOn
no es de HACER sino de VER.
El estudio de ManleOn de Benitez (1978) concluyO que los nifios
son el blanco de la publicidad en los programas infantiles. Estos ültimos se caracterizan por ser poco diScriminativos y por carecer de un
eje linguistico (ausencia del espaliol puertorriquelio).
Varios estudios selialan que muchos jOvenes usan la television para
reforzar o validar sus creencias sobre ellos mismos y sobre el mundo
(Liebert, Neale y Davison, 1973).
La comunicaciOn es el proceso de transmitir significados entre individuos (Wright, 1959, pig. 11). Como medio de comunicaciOn masiva, la television comunica ideas sobre el orden social que es necesa-•
rio conocer. De acuerdo con Comstock: " . . . no podemos emitirun juicio completo sobre el impacto de la television en la vida real,
sin conocer los mensajes que se transmiten . . . ." (Comstock, 1972,
pig. 42; traducciOn de la autora).
—
LQué mensajes parece estar dando la televisiOn en Puerto Rico?. De
acuerdo con los hallazgos de Huergo (1884), los más comunes son:,
' a. El mundo, incluso el de los dibujos animados, pertenece a los
hombres blancos y extranjeros. Solamente en las novelas, las
mujeres ocuparon posiciones más destacadas que los hombres
(70.97 o/o). Este hallazgo puede deberse a que son programas
dirigidos a mujeres y para facilitar la identificaciOn, es menester que el personaje principal sea una mujer.
b. Además de hombre, es necesario ner adulto para ser importante. En, todos los programas de aventuras y novelas, el papel
princiPal pertenecia a aclultos. Incluso en los dibuyos anima- .
dos, los personales principales COMO Popeye y Pedro Picapie25
•
c.
d.
e.
f.
dra, representan adultos.
En los programas humoristicos, - ndultos representando nitios o adolescentes, constituyen el 47.06 o/o.
Ser negro tampoco ayuda a ser importante en la television. El
100 o/o de los protagonistas son blancos excepto en los programas humoristicos, donde aparecieron un 12.5 o/o de
personajes negros.
En el mundo de la televisiOn estudiada, no existen desempleados ni hombre o mujeres que transcienden los roles y ocupaciones que la cultura asigna traclicionahnente. El mensaje
parece ser que si se es mujer es para ser esposa, madre o hija
que cuando más, ocupa un empleo. clerical. Si se es hombre,
con un poco de esfuerzo, se llega a ser un profesional exitoso.
También suscita profunda preocupaciOn corroborar el alto
consumo de alcohol y cigarrillos por parte de los personajes
principales. En Puerto Rico,' el consumo de alcohol particularmente, constituye un problema social mayor. A esta
conclusiOn se llega al estudiar estadisticas oficiales que estiman
en 722,000 el nitmero de puertorriqudios afectados por esta
droga. EconOmicamente, alrededor de $25.00 de cada $100. se
invierten en bebidas alcohOlicas (Junta de PlanificaciOn, 1985).
Segün Huergo, en'los programas dirigidos a nifios no se observa
consumo de drogas o alcohol. Este hallazgo aunque alentador,
no garantiza que los niiios no estén adquiriando estos hibitos o
desarrollando los significad9s sociales mfis comimmente
asociados con el alcohol y el cigarrillo en la televisiOn (estatus,
bienestar, etc.). Se sabe, que los padres no son selectivos en el
tipo de programa que permiten ver a sus hijos (Silva de
Bonilla,• 1977) y varios investigadores esthnan que los nifios
.ven diariamente die episodios que envuelven bebidas alcohOlicas (Greenberg, Fernindez - Collado, Graef, Korzenny y
Adkins; 1980).
De particular interés fue el hallazgo relacionado con la forma y
funciOn que parece cumplir la violencia. Igual que encontraron
Stein y Friedrich (1975), la violencia en la televisiOn puertorriqueria es premiada casi tantas veces como es castigada: 11.83
o/o vs. 12.24 o/o y aparece como justificada en un 56.82 o/o.
Piaget (1954), considerO que la edad aproximada en que se comienzan a desarrollar las habilidades cognoscitivas abstractas es
después de los seis o siete arios. Noble (1969), por su parte, corroborO que los nilios no captan el verdadero sentido de la trama de un programa hasta despues de haber experimentado
este gran revoluciOn cognoscitiva. Se puede suponer, pOr lo
tanto, que esten aprendiendo que con la violencia se resuelven
los problernas ficilmente, que no es probable que el ser violento tenga peores consecuencias y que es legitirno hacer uso- de
elle.
Alguna evidencia en esta direcciOn ha sido encontrada por Gerbner
y Gross (1976), al observer que la mayoria de los nirios estin de
acuerdo con la idea de golpear a alguien si se tiene coraje con el o elle
por alguna razon.
Más que la predominante preocupaciOn de que ver violencia esti
mule la conducta violenta, son las consecuencias de vivir en un mundo simbOlico dominado por la violencia, lo que tiene serias implicaciones pare el desarrollo de nuestra niriez.
En un interesante anilisis, Merton (1957), distinguiO entre las funciones de una actividad social y las metes u objetivos que se esconden
tras la misma. Ambas, por supuesto, no tienen que ser idénticas. Merton denominO "funciones manifiestas" a las que son obvias y "fun- .
ciones latentes" a las subyacentes.
Tomando en cuenta los terminos de Merton, analizaremos los .
resultados de los estudios sobre el impacto de la television en los nirios, partiendo de lo que se puede considerar como funciones MANI—
FIESTAS de la television: informer, educar y entrenar.
La funciOn de informer se logra en la television principalmente a
tray& de los noticieros. Los programas de noticias expresamente declaran que su funciOn es describir y analizar los sucesos que ocurren
en distintos lugares del mundo. Se carece de un anfilisis cientifico
sobre el contenido de estos programas, pero la experiencia hace pensar en un despliegue de los sucesos dramiticos y violentos. La Roper
Organization (1977), preguntO a una muestra nacional de adultos•
donde adquirian la mayor parte de la informaciOn sobre "lo que ocurre en el mundo". Más del 95 o/o contestO que a traves de los medios
de comunicaciOn masiva. Por otro lado, Patterson y McClure (1976), _
argumentan que las persona's que dependen de la television para. mantenerse informadas, obtienen una visiOn fragmentada, no representative del mundo. Dicen los autores: "las noticias en televisiOn pueden
ser fascinantes. Pueden ser entretenidas. Pero no son informativas"
27
(pig. 54, traducción de la autora). Tal parece entonces, que su funciOn latente es el mantener el "status quo" y el control social.
Esta funciOn se realiza a trues del tipo de contenido y las caracteristicas simbOlicas descritas, las cuales ademi:3 de servir de aViso,
se han convertido en un estimulo activador de aniiedades y temores.
El medio, en especffico, ha sido utilizado histOricamente como me
dio de control social (Gerbner, 1972). Es importante, por lo tanto,
quién asusta a quien y quien esti siendo entrenailopara convertirse
en victima y sentirse vulnerable. Especificameni e, en varios de los
programas estudiados, la violencia es mis comfm entre iguales p pares. Una posible funciOn subyacente puede ser, la de dirigir o canalizar la agresiOn hacia ciertos grupos especificos, sefialando que las
consecuencias de no hacerlo pueden ser peligrosas.
Katz (1980), comenta §
- obre lo que el llama teorias sobre "efectos
ideológicos" que sostienen que la estructura latente de los mensajes
de los medios de comunicación masiva, clistorsionan o presentan selectivamente la realidad. Asf, perceptfmn los intereses de las estructuras de poder dominantes.
Entre estas teorfas, se destacan la del grupo de Glasglow (1976),
que sefialan que los noticiarios legitimizan el poder administrativo
y la de Tuchman (1977), que senala que perpetfran normas y relaciones socio-polfticas (cit. en Katz, 1980).
Gerbner, 0
al' . (1972, 1976), opinan que el mensaje fundamental de la television es la difinición del poder. Un poder que reside en el blanco, de clase media y que opera dentro de las normas
establecidas.
Prueba empirica sobre estas hipOtesis de podetoso efecto ideolOgico, ha sido provista por los estudios de Noelle-Newmann (1973,
1974, 1977) y Gerbner y Gross (1976).
Noelle, - Newmann (1973, 1974), proponen que como la gente
tiende a expresar opiniones que apoyan lo que perciben es opiniOn
dominante, y a suprimir las opiniones que perciben como poco populares; esto crea un "ambiente de opinion" que refuerza la opinion
minoritaria,,creindose lo que ella llama "espiral de silencio". Los medios de cornunicacion masiva tienen un rol importante en definir ese
"ambiente de opiniOn". Segfm Noelle - Newmann, se limita la percep- don individual selectiva y el juicio independiente. El "ambiente -de
opiniOn" que se crea, contribuye a la espiral del silenclo de todos, excepto la estructura dominante.
23
-Estudios experimentales recientes (Noelie - Newmann, 1977), confirman que el medio restringe la percepciOn, más silenciosas se tornan
las voces de la minor ia y más se refuerza el •"status quo".
Otro posible efeeto subyacente es que el televidente, abrumado
por tanta informaciOn a veces disonante, puede decidir volcar su
atención sobre si mismo, cayendo en un individualismo desenfrenado, al pensar que sobre sus asuntos privados tiene mayor control. Finalmente, la perfecciOn tecnolOgica puede producir lo que Lazarfeld
y Merton (cit. en Merton, 1957), denominan "narcotizaciOn": un
efecto de apatia producido por una creencia exagerada de dominio
sobre el ambiente.
Respecto a la función de educar y transmitir la culture, los resultados de los estudios más bien sugieren que las generaciones post-television asisten a "escuelas de violencia" (Wertham, 1964).
Si se acepta que la televisiOn es una influencia socializadora poderose, y se entiende por socializaciOn, el proceso mediante el cual el
individuo adquiero la culture de su grupo e internalize sus normas
sociales (Wright, 1959), es cuestionable el grado hasta el cual cumple
realmente la programaciOn en Puerto Rico con la funciOn de educar
y transmitir culture.
• Los hallazgos de Huergo (1984) demuestran que los. programas
tienen un contenido extranjerizente, donde con frecuencia la propia
culture aparece menospreciada o estereotipada y el hispano, demlorizado. Quedan por contestar las preguntas sobre sus verdaderOs
efectos y funciones. LSerin acaso fomenter el sentido de dependencia?, Lprofundizar el sentido de inferioridad? Es imperativo ;contester estas preguntas, porque los miembros de grupos desventajados, los
jOvenes y los niiios, son quienes más usan la televisiOn para reforzar
o validar sus creencias (Comstock. Chaffee, Katzman, McCombs y
Roberts, 1978). La profesia autorrealizable parece ester en marcha,
ya que son estos grupos los más expuestos al medic).
Por ültimo, la funciOn de entretener ha sido descrita por el Instituto Nacional de Salud Mental como " . destruida....'
(pig. 87). Con dificultad, una actividad cuyos efectos son los mencionados, puede ser considerada corno neutral o inofensiva.
Los resultados descritos permiten Begar a las siguientes conclusiones:
a. La violencia es inherente al medio. Este contenido no parece
haber cambiado a través de los aiios a poser de los cientos de
investigaciones que corroboran su impacto.
b. El sexismo y la discriminaciOn, evidentes en la representacion
mayoritaria de mujeres en roles tradicionales y subordinados
al hombre y en la ausencia de negros en papeles principales,
requieren anfilisis ink profundos. La sub-representacion de
ciertos grupos sociales, constituye una fuente de violencia simbOlica. Sus efectos deben ser estudiados cuidadosamente, porque podrian ser definitorios de identidad, poder y status. c. La presentaciOn en la televisiOn de la violencia como el medio
habitual y más fficil para resolver conflictos, puede inducir juicios valorativos errOneos como por ejemplo "la victima es un
tonto que se dejO atrapar".
d. Es simplista considerar la violencia en la television como la (mica causa de agresividad social existente. Es sin embargo, una de
sus causas reales y se hace palpable en los hogares a todas horas, ante pitblico de todas las edades.
f. Los programas dirigidos a nifios son consistentemente mas altos en contenido de violencia que los dirigidos a adultos. En
casi todos los programas, los "malos" pagan sus culpas al finalizar el programa. Para los nifros, sin embargo, el tiempo que
transcurre entre un acto y otro, no facilita que se relacione un
acto con sus consecuencias. Es asi que en lugar de un solo acto
de violencia, en realidad perciben dos, indepefidientes uno del
otro (Collins, 1973).
Estos hallazgos confirman la necesidad de que en Puerto Rico se
realicen más estudios sobre la television. Es necesario educar para
desarrollar destrezas criticas en el pfiblico televidente.
Se debe considerar además, el gran poder del medio para promover
bienestar social a traves de camiialias en el pfiblico televidente. El televisor puede servir de vehiculo para contribuir a mejorar nuestra.calidad de vida si los prograrnas que se presentan son de contenido proso cial.
El gobierno y/o grupos de ciudadanos deben crear un mecanismo
que financie la producciOn de programas de alta calidad, sin tener
que depender del apoyo comercial que coharta la creatividad y estimula la mediocridad. Esta junta o comisiOn, debe ser responsable de
crear una clasificaciOn de programas que oriente al pliblico sobre el
contenido de los mismos.
30
El estudio de los efectos de la television debe trascender el laboratorio tradiemal y considerar otros factores sociales (calidad de la
relaciOn familiar, valores, conducta de padres, salud, caracteristicas
del ambiente en que vive, conocimiento previo que le sirva como referencia para evaluar lo que ye. etc.), que pueden acentuar b disminuir su impacto. La identificaciOn de estos factores y su interacciOn
con el desarrollo cognoscitivo, nutriciOn, conductas pro o antisociales, actitudes, etc., son algunas de las areas sobre las cuales la infor-maciOn es escasa.
Por filthno, debe reconocerse que la television es un medio influyente y dificil de sustituir. El objetivo, por lo tanto, no debe ser su
control o eliminaciOn, sino el trabajo organizado que haga posible
transformarla en un medio verdaderamente democratico. Esto quiere
decir, donde todos los grupos sociales tengan representaciOn y donde
el criterio para mantener o eliminar un programa del aire no sea el
que tenga muchos o buenos patrocinadores comerciales.
Ese es el reto de la television puertorriquerta para el nuevo siglo.
REFERENCIAS
liandura, A. (1986). Social Foundations of Thought and Action, Social Cognitive Theory, New Jersey: Prentice Hall
International Inc.
Bandura, A. (1977). Social Learning Theory. Englewood
Cliffs, New jersey: Prentice Hall.
I3arcus, F. E. (1977) Children's Television: On Analysis of
Programming and Advertising. New York: Praeger.
Collins, W. A. (1973). Effects of temporal separation between motivation, aggression and consequences: a development study. Developmental Psychology, 8, 215-221.
Conistock, Y., Chaffee, S., Katzman, N., Mc Combs, M. D.
Roberts D. (1978). Television and Human Behavior. New
York: Columbia University Press.
Comstock, G. A. (1972). New Research on Media Content
and Control (Overview). En Television and Social Behavior. Washington, D. C.: U. S. Government Printing
Office, 1972, I, 1-27.
31
Cunningham y Walsh (1958). Videotown: 1948-1954. New
York.
Eron, L. D. (1972) Prescription for reduction of aggression.
American Psychologist, 35, 244-252.
Eron, L. D. (1982) Parent-Child Interaction, Television Violence, and Aggression of Children. American Psychologist,
37: 2. 197-211.
Ercin, L. D. y Huesmann, L. R. (1984). The relation of prosocial behavior to the development of aggression and
psychopathology. Aggresive Behavior, 10, 243-253.
Eron, L. D. Huesmann, L. R., Dubow, E., Romanoff, R. y
Yarmen, P. (1987). Aggression and its correlates over 22
years. En Crowell, D. Evans, I., y Donnell,, C. (Eds),
Childhood Agrression and Violence. Sources of Influence,
Prevention and Control. New York: Plenum.Press.
Fox, D.; Jeffery, D. B.; Dahlkoetter, J.; Mc Lellann, R. W. y
Hickey J. S. (1980) How television commercials affect
children's attitudes and eating behavior. Paper presented
at the meeting of A Pa: Montreal.
Gerbner, G. (1972). Violence in Television Drama: Trends
and Symbolic Functions. Television and Social Behavior,
; I, Media Content and Control. Washington, D. C.: U. S.
Government Printing Office, 1972.
Gerbner, G. y Gross, L. (1976). Living with T. V.: The Vio_ lence Profile. Journal of Communication, 16, 173-199.
Gorn, G. J. D. Tolberg, M. E. (1980) T. V's influence on
children: the short of it. Paper presented at the meeting
of APA: Montreal.
Greenberg, B. S.; Fernandez - Collado, C. Graef. D.;
Korzenny, F. y Adkins, C. K. (1980). Trends in the use
of alcohol and other substances in television. En Greenberg, B. S. (Ed.) Life Television, Norwood, New Jersey:
Ablex Press.
Groebel, J. and Krebs, D. (1982). A study on the effects of
T. V. on anxiety. En Spielbergher, C. y Diaz, R. (Eds),
Cross - Cultural Anxiety, 2, New York: Wiley.
Huergo, M. (1984). Analisis del contenido de Violencia y
Sexo en una muestra de la programacion de la Television
en Puerto Rico. Tesis doctoral sin publicar, Centro- Caribeflo de Estudios postgraduados. San Juan, Puerto Rico.
Instituto Nacional de Salud Mental (1982). Television and
32
Behavior: Yen Years Later. Washington, 15. C.
Johnson, N. (1967). How to talk hack to your television.
Bonton: Little Brown.
Katz, E. (1980). On Conceptualizing Media Effects. En Mac
Carmeck, y (Ed.) Communication studies: Decade of
D isen t. Greenwich: JAI Press.
Krasmy, L. y Lesser, G. (1980) Children's ability to distinguish television commercials from program material. En
Adler, R.; Lesser, G; Krasmy, L. et. als., (Eds). The
Effects of Television Advertising on Children. Lexington
Books.
Li4ert, R. M.: Neale, J. y Davidson, E. (1973). The early
window: Effects of Television on Children and Youth.
New YOrk: Pergamon, 1973.
Merton, R. K. (1957). Social Theory and Social Structure.
New York: The Free Press.
Noble, G. (1969). Young children's comprehension of a televised film. En Dunn, WI. (Ed.): Aspects of Education
-
Technology. Methwen: Londres.
Noelle - Newmann, E. (1973). Return to the concept of
powerful mass media. En Eguichi, H. (Ed.) Studies of
Broadcasting. Tokyo: Ueppon.
Noelle - Newmann, E. (1977). Turbulences in the climate of
opinion. Public Opinion Quarterly, 41, 143 7 158.
Paterson. T..E. y McClure, R. D. (1976) The Unseeing Eye:
The Myth of Television Power in National Electronics.
New York:
Putnam.
.
_
Piaget, J. (1954). The Construction of Reality in the Child.
New York: Basic Books.
Poulus, R. W. (1975) Television's Prosocial Effects: A Positive Book at the Medium. State University of New York:
Stary Brook.
Reemmers, H. D. Mainer, R. (1954) Your Years of New York
Television. Purdue opinion panel.
Robinson, J. P. (1972). Television's impact on everyday life:
some crossnational evidence. En rubinstein, E. A.;
Comstock, G. A. y Murray, J. P. (Eds.) Television and
Social Behavior. Washington, D. C.: U. S. Government
Printing Office, 4.
33
Roper Organization (1977). Changing public attitudes toward
television and other media. New York: Public Television
Information Office, 1977.
Rubinstein, E. A. (1974) Assessing Television's Influence on
Childre's Prosocial Behavior. New York: Story Book.
Silva de Bonilla, R. M. (1977). La Television y la Socializacibn Infantil. Rio Piedras, Puerto Rico. Instituto de investigación de problemas del consumidor, Universidad
de Puerto Rico.
Smythe, D. (1952) Three Years of New York Television.
National Association of Educational Broadcasting:
Urbma, Tee.
Stein, H. M. y Friedrick, L, K. (1972) Television content and
yound children's behavior. Television and Social Behavior, II. Television and Social learning: Washington, D. C.
U. S. Government Printing Office.
Stein, A. H. Friedrich, L. K. (1975). Impact of Television in
Children and Youth. En Hethenington, E. M. (Ed.) Review of Child Development Research. Chicago: Chicago
Press.
Stein, H. M. & Bryar, J. H. (1972) The effect of a televised
model upon the adoption behavior of children. Child
Development 43, 268-273.
Viemero, V. (1986) Relationships between filmed violence
and aggression. Reports from the Department of Psychology at Abo Akademi: Monograph Supplement 4.
Weigman, 0., Baarda, B. and Seydel, E. (1983). Holland:
Research on the causes and prevention of aggression. In
Goldstein, A. and Segall, M. (Eds.). Aggression in global
perspective., New York: Pergamon Press.
Wiegman, 0., Rullschreuter, M. & Baarda, B. (1984) Dutch
contribution to the cross-national study on television
and aggression as well as prosocial behavior. Enschede:.
Technical University, Twenty Utrecht: University of
Utrecht.
Wertham F. S. (1964). School for violence. En Violence and
The Mass Media New York: Harper y Row.
Winn, M. (1977) The Plug - In D ruz. New York: Viking Press.
Wright, C. (1959). Mass Communication: A Sociological
Perspective. New York: Random House.
34
Ciencias de la Conducta
Volumen 3 Niunerc 1 1988
REFLEXIONES SOBRE LOS PATRONOS DE CRIANZA
EN LA FAMILIA PUERTORRIQUERA CONTEMPORANEA
Beatriz D. Rivera Urrutia, Ph. a
RESUMEN
Este articulo reflexiona sobre los patrones de crianza actuales de
las familias puertorriquerias de clase media. Provee un trasfondo de la
crianza en las decadas anteriores al 60 y contrasta tal crianza con los
patrones actuales. Describe dinfimicas tipicas de la crianza contemporfinea y explica los aspectos perjudiciales de las mismas a un funcionamiento saludable. Las dinfimicas descritas son: el "panismo" entre padres e hijos, la "psicologia del -placer y el bienestar", la "psicologia de la competitividad", la hipersensibilidad al traumatismo de
los hijos, la antitesis del pasado y el monopolio de la disciplina y el
respeto ;
Se concluye que la familia ejerce influencia en la formaciOn de los
ciudadanos del futuro y como tal tiene un rol social importante. De
igual forma, la sociedad influye en la dinfimica familiar. Se exhorta
a la familia y a la sociedad a que re-eyalfien algunos de los valores, actitudes y conductas que fomentan en las personas.
Este articulo presenta algunas de las reflexiones de la autora sobre
los patrones de crianza contemporfineos, de la familia puertorriqueria
de clase media. Estas reflexiones están basadas en la experiencia profesional y personal de la autora.
En los medios de comunicación masiva, algunas veces, se implica
que la familia es la causahte de muchos de los problemas que aquejan
a nuestra sociedad; entre esto, la delincuencia juvenil y la adicción
a drogas (Construyamos vidas, 1987; Cubas, 1985; Luciano, 1987).
Este anfilisis podria resultar un tanto limitado ya que la conducta del
35
ser hurnano es el producto de multiples factores. La familia es un microcosmo de la sociedad y, como tal, refleja el progreso o el deterioro
social y econOmico del pais en la cual este enmarcada. Asi tambien,
la familia influye la sociedad ya que aporta ciudadanos con actitudes, valores y conductas particulares a ese conglornerado de personas
que constituyen un pueblo.
Desde la perspectiva de la teoria de sistemas, la familia y la sociedad se influyen mutuamente (Minuchin, 1974). Asi pues, no podemos hablar de la familia como causante de los problemas sociales, sino más bien de las contribuciones de ambos sistemas (familia y sociedad) a la problemfitica.
Aunque en este trabajo focalizaremos en algunos aspectos del funcionamiento de nuestras familias que estamos cuestionando, el lector
debe mantener en perspectiva que de ninguna forma se pretende responsabilizar exclusivamente a la familia por las dificultades que esta
confrontan en la crianza de su prole.
Seria limitado reflexionar sobre la crianza actual sin aludir a la estructura familiar y a los patrones de crianza del pasado. La familia
puertorriqueria del pasado, es decir de las decadas anteriores a los
60s, era primordialmente patriarcal. Era una familia iutacta (lease
padre y madre), ya fuera por union legal o consensual, donde el
rol paterno lo asumia el padre o padrasto (Stykos, 1958; Wolf,
1952). El padre era el proveedor principal y el clue decidia sobre las
normas del hogar. La madre ejecutaba tales reglas y generalmente
era quien imponia la disciplina (Stykos, 1958). El padre mantenia
el control de su familia, exigia respeto de sus hijos y valoraba mis
que sus hijos le respetaran y obedecieran que el que le amaran
(Stykos, 1958). La madre era la que asumia el rol primordial en la
crianza de los hijos. Era ademes principal fuente de afecto del nirio
y la que realizaba o supervisaba las tareas domesticas en el hogar.
En las familias de escasos recursos económicos de la ruralia, la
madre compartia la crianza de sus hijos con las hijas mayores de '
siete'arios, con su madre o hermanas, quienes vivian en el mismo
barrio o en la misma finca (Wolf, 1952). En las farnilias rurales de
• 36.
clase media y aquellas acomodadas, el cuidado de los nirios continuaba estando a cargo de la madre; sin embargo, esta asumia un
rol pasivo en la crianza que la madre de escasos recursos económicos (Wolf, 1952). En estas Ultimas familias, la nana o sirvienta asumia un rol activo en la crianza del nirio, con la ayuda ocasional le
la abuela materna. En la clase social media, la madre era una mujer
educada en alguna profesión u of icio y aunque no tenia la responsabilidad de proveer económicamente al hogar, algunas veces lo hacia;
• delegando las tareas de la crianza y el cuidado de. los nirios en otras
personas.
Tanto en la clase pobre como en la media, el hombre asumia
una postura machista y el hijo primogenito se concebia en el primer
ario de matrimonio. Las parejas de clase baja concebian a sus hijos
.casi anualmente. Las de la clase media, por otro lado, diferian en este
particular y en promedio el mamero de hijos que procreaban era cuatro (Wolf, 1952).
En los hogares de recursos limitados, el nirio desde pequerio cornpartia responsabilidades en el hogar; contrario al nifio de clase media
al cual prficticarnente no se le asignaba responsabilidad alguna. En la
clase pobre de entonces, se valoraba el trabajo fuerte y la dedicaciOn
al mismo. Mientras que en la clase media se enfatizaba el poco esfuerzo en el trabajo y la informalidad. El prestigio social del trabajador
de clase media radicaba en recibir un ingreso fijo, con el menor esfuerzo posible (Wolf, 1952).
Los padres de clase media consumian conspicuamente y aspiraban
a que sus hijos obtuvieran una posición social y ecomirnica más alta
que la que ellos ocupaban. De ahi que, la educaciOn tenia mayor
prioridad que en las familias de escasos recursos económicos.
La familia puertorriqueria de los arios anteriores a la decada del 60
podria describirse mejor como una familia extendida que, aunque vivia en forma independiente en terminos de espacio fisico, solfa mantener unos lazos estrechos con la familia de origen de la pareja, particularmente con los parientes de la esposa (Wolf, 1952). En la actualidad, la farnilia puertorriqueria tiende a ser nuclear, aunque continua
manteniendo contacto con las familias de origen de la pareja (Torres
Zayas, 1981). Tal interacción con la familia extendida se propicia
mayormente en dias festivos o en situaciones de necesidad económica o emocional. Esto Ultimo es lo que Vale (1985) conceptualiza
como el familismo.
37
El familismo es la tendencia hacia la proteccidn, ayuda econômica,
sosten emocional y afectividad existentes entre personas vinculadas consanguineamente, por rito o por amistad que los hace sentirse parte de una misma familia, con los compromisos y obliga:ciones que ello conlleva, afin cuando dichas personas hayan formado grupos familiares por separado (Vale, 1985, p. 51).
El familismo hace que la mayor ia de las familias puertorriquerias
antepongan los lazos afectivos a las oportunidadas de trabajo o baneficios econômicos que puedan tener, si tales beneficios conllevan el
perder contacto con la familia.
La nueva familia puertorriqueiia - próducto de una sociedad industrial, tecnológica, que viva en la era de la Informfitica- "quierP mandar en su hogar sin intervenciOn de sus ascendientes o de 'extralios'
"(Torres Zayas, 1981, p. 10). Pero aim asi, quiere poder contar con
la ayuda de esas personas en aquellos momentos en que lo estimen
necesario. Esta es una familia pequeiia, de tres o cuatro hijos. En los
hdgares intactos, ambos padres suelen trabajar, delegando asi algunas
de las funciones de la crianza en instituciones, tales com9, la escuela
o los centros,de cuidado infantil. En los hogares divorciados, que cada vez son mfis frecuentes (Olavarria, 1987), la crianza es compartida entre el padre/madre que tiene la custodia de los hijos, la escuela
y el centro de cuidado del niiio. •
Al presente, la instrucción formal del hijo descansa casi totalmen-
te en la escuela y los' hijos pueden llegar a adquirir mfis información
o mayor escolaridad que sus padres (Torres Zayas, 1981). En opinthn de la autora,. en ciertas familias esto eleva al nirio a una posiciOn de poder, con relackm a sus padres; al colocar al padre/madre
en una posición "desventajada" ante los ojos del nifio. Adernds, se
amplian las perspectivas y aspiraciones de los nilios, en relación a la:.
de sus progenitores, crefindose en ocasiones discrepancias entre éstas.
"Las funciones de las familias se descentralizan. El padre, en consecuencia, deja de ser el poseedor de todos los poderes" (Torres Zayas, 1981 p. 9). Ambos padres comienian a comp artir la autoridad en ef
hogai, iunque simbólicamente, el padre continfia siendo la autoridad primaria. "La propia re-restructuracietn•de funciones en la nueva
sociedad provee para que se reduzca la actitud de autoritarismo ,
los padres. Simultineamente va surgiendo una nueva actitud de orden
democritico que aleja y reduce la relaciim autoritario-sumid d- ," (To
38
rres Zayas, 1981, P. 9). Adernis, los padres dejan de ser la Unica fuen-'
te de satisfaccilm de las necesidades del hijo, ya que éste puede re:Airrir a la escuela, la iglesia, a las personas que le cuidan u otras instituciones para ello.
• ,La esposa de hoy, como proveedora complementaria, asume una
postura de mayor autonomia y poder frente a su esposo; aunque se
espera que ella siga "jugando" el rol de sumisión que sostenfa en el
pasado. El esposo, quien aUn se percibe a si mismo como asumiendo
una posiciim de supremacia, se ye precisado a colaborar con la esposa
en algunas de las tareas del hogar o en el cuidado de los nirios.
En la sociedad puertorriqueria actual, la importancia que se le da a
la escolaridad y el mayor acceso a ella ha hecho que el promedio de
escolaridad obtenido por padres e hijos haya aumentado, en relacitin
a décadas anteriores. Se asocia un nivel de escolaridad alto con mejores oportunidades de empleo e ingreso. Un mayor ingreso permite un
mayor consumo y éste Ultimo, a su vez, estd asociado con exito. Entonces la posesión de bienes materiales o atulos académicos vienen a
ser las Variables que definen la valia de la persona. Tal concepción de
la valia personal contrasta con el mundo tradicional puertorriquelio
donde la valia de la persona respond ia a la medida en que se actuara
con dignidad y esta dignidad era validada por otros a traves de los códigos tradicionales de respeto (Diaz Royo, 1975). Al presente, el valor personal esti basado en lo que peseemos más que en lo que somos; lo cual nos crea una identidad personal falsa o vana. Como es
consabido, los medios de comunicaeión masiva, particularmente
la tolevision, han ejercido gran influencia en la importancia que se le
da al consumo y a la poseciOn de bienes materiales, asi como tambien delinean las caracteristicas del hombre y mujer "ideal".
Habiendo descrito a "grossomodo'‘ . hlgunos de los cambios observados en la estructura y funciones de nuestras familias, pasemos a
discutir algunas de las dificultades observadas en los patrones de
crianza de sus hijos pre-adolescentes. Se acuriarin términos metafóri.
cos para describirlos y se identificarfin patrones alternos que se estiman redundarfin en un mejor nivel de funcionamiento. Como en toda generalización, existen excepciones a eSta dinimicas en nuestras
familias contemporineas de clase media, sin embargo, entendemos
que las mismas se observan tan frecuentemente que pueden describirse como generalizaciones. Cabe aclarar, ademas, que no todas las
dinfimicas a describirse se observan en una misma familia.
39
a) El "panismo" entre padre e hijos
Esto se refiere a la igualdad o a la falta de jerarquia entre padres e
hijos, observada en muchas familias puertorriquerias de clase media
en la actualidad. Tal falta de jerarquia puede resultar de varios fenómenos, entre los cuales destacaremos la "democratizaciem" del poder
y las relaciones de amistad entre padres e hijos.
La democratizaciem del poder se hace evidente cuando los padres
le permiten a sus hijos que aprueben o desaprueben las reglas que
interesan implantar. Contrario al pasado, donde el padre establecia la
norma y esta era incuestionable. En el pasado, la norma se decidia de
forma unilateral y se imponla autoritariamente, lo cual tenia unos
efectos perjudiciales en la crianza. Por el contrario, en la sociead de
clase media moderna, ambos padres comparten responsabilidades en
el eitablecimiento de las reglas en el hogar. Al igual, es tarea de ambos el impartir las disciplina. Respondiendo a la epoca actual estos
padres tienden a asumir una postura tries democrittica y menos autoritaria que los padres del pasado. En su emperio de ser "democriticos" y "liberales" y de mantener eomunicaciem con sus hijos, los
padres le dan explicaciones a los nifios que justifican las reglas o normas existentes en la familia. Aunque en principio esta es muy buena
prfictica, frecuentemente se observa que los nirios la aprovechan para
argumentar y cuestionar la regla, llevando a muchos padres a desistir
de la imposiciem de la misma.
Cuando el nirio es pequerio, no ha alcanzado el nivel de desarrollo
cognoscitivo que le permita pensar al mismo nivel de abstracciem que
el adulto y, por lo tanto, tiene dificultad en comprender tales explicaciones y las implicaciones que estas tienen. Piaget e Inhelder
(1972) sostienen que no es hasta la etapa de las operaciones formales,
alcanzada alrededor de los doce altos de edad, que el nifio Ilega a lograr un nivel de abstracciem de pensamiento similar al de un adulto.
De modo que, antes de esa etapa el pensamiento del nirio este a un
nivel de simpleza que podria no permitirle a este comprenider
cabalidad el racional que tienen sus padres para imponer esas reglas, o
la importancia de las mismas. Ademis, el nirio no posee las experiencias de vida necesarias para anticipar situaciones perjudiciales o daflinas, las cuales son criterios frecuentemente utilizados por los padres
pare establecer las normas.
40
Cuando el padre le brinda explicaciones al hijo, debe darselas para
informarle sobre el racional de la regla pero no para permitirle que la
apruebe o desapruebe. Si se le permite aprobarla o desaprobarla, podriamos estarle cediendo el poder al niiio (a), en un momento en su
vida en que el/ella no estfi listo (a) para compartir tal poder.
Como serialamos anteriormente, el "panismo" tambien se propicia
cuando los padres tratan de convertir a sus hijos en sus "amigos",
queriendo decir por esto, en sus confidentes. Esa funciOn de confidente o "panita" es la propia de uno de los pares del nirio (por ejemplo, un compaiiero, vecino o su herrnano (a) ), mas que la de un padre. Partiendo de modelo de Terapia de Familia Estructural, padres
e hijos deben tener una relaciOn de confianza y el padre/madre puede
fomentar el que su hijo, en un momento dado, le conffe algim secre• to o privacidad; sin embargo, esa confianza no debe ser excesiva, de
mock) que no interfiera con la posiciiin jerfirquica o autoridad (lease autoridad y no autoritarismo) que debe mantener todo padre/madre en una familia (Minuchin, 1974). El modelo de Terapia de Familia Estructural postula que las familias estin estructuradas de forma
tal que los padres e hijos tengan diferentes niveles de autoridad,
crefindose asi una relación jerfirquica presente en todas las familia
funcionales.
Es triste observar que el panismo muchas veces va acompafiado de
una rebeldia irresuelta de los padres para con sus progenitores. En
ocasiones, esta rebeldia resulta del autoritarismo que los abuelos
ejercieron en la crianza de esos padres o del empleo de unos patrones de crianza rigidos o excesivamente estrictos. En otras ocasiones,
el panismo esti motivado por un deseo del padre/madre de ser percibido como liberal o de avanzada, sin percatarse de que el nirio en sus
primeros alios de vida necesita amor y seguridad, pero también cierto
grado de dirección (Erikson, 1963). Más que un "panita" el nirio necesita a un padre que le provea cuidado, amor, direcciôn y seguridad.
En la sociedad puertorriqueria tradicional los roles paternos se ubican en una escala 'superior al rol marital. De modo que se considera
que antes que esposa, la mujer debe ser madre. Se piensa, ademis,
que los hijos tienen prioridad sobre el esposo. Asi también, aunque
con menos intensidad que en la relación antes descrita, se espera que
el hombre sea mas padre que esposo. Se critica mfis frecuentemente
si el hombre es negligente en atender a las necesidades emocionales
de los hijos, que si él es negligente para con las de su esposa.
41
Tales tendencias culturales, asi como el "panismo" o ruptura con
la jerarquia paterna, contradice lo que expertos en terapia familiar
como Salvador Minuchin y Braulio Montalvo postulan como un funcionamiento saludable (Minuchin, Montalvo, Guerney, Rosman, Shumer, 1967). Estos autores establecen que la familia, como sistema,
estfi compuesta de subsistemas. La pareja constituye el subsistema
Marital y el subsistema paterno; mientras que los hijos forman el subsistema de hermanos. Estos subsistemas son microunidades familiares
a traves de los cuales el sistema familiar se diferencia y realiza sus
funciones (Aponte & Van Deusen, 1981). Se asume tambien que la
cercania o envolvirniento afectivo entre los miembros de un mismo
subsistema debe ser mayor que el envolvimiento entre miembros de
subsistemas diferentes.
Para propiciar un funcionamiento familiar saludable, este modelo
establece que la cercania o envolvimiento entre los esposos debe ser
mayor que la cercania entre algunos de ellos y sus hijos. Asi también,
se entiende que la cercania existente entre hernianos debe ser mayor
que la que pueda observarse entre uno de esos hijos y alguno de los
padres. Es importante aclarar que este modelo no apoya la negligencia paterna, sino que refuerza el subsistema marital ya que entiende
que si tal subsistema no estfi funcionando adecuadamente la familia
en su totalidad se tornará disfuncional.
El "panismo" o la ruptura con la estructura familiar antes serialada, propicia un aprendizaje defectuoso en el nhio ya que le crea una
falsa expectativa de su relación con figuras de autoridad. Frecuente-
mente se observa que los nirios que han estado sujetos al "panismo"
tienden a cuestionar y a retar a las figuras de autoridad con mis
frecuencia que otros nirios, entrando en conflicto con otras personas
en sociedad. A menudo, ellos no aprenden a respetar la autoridad
cuando difieren en opiniones, lo cual a at vez podria tornarse en
insolencia.
Debe aclararse que el criticar el "Panismo", no estamos apoyando el autoritarismo. El autoritarismo presupone ura sumisión incondicional a la autoridad (Cherry & Byrne, 1977). Este Ultimo tambiOn seria un aprendizaje defectuoso. Por el contrario, estamos apoyando la jerarquia y la diferencia de autoridad entre padres e hijos,
con el uso adecuado del poder que tal jerarquia confiere.
B. "La psicologia del placer y el bienestar"
La "psicologia del placer y el bienestar supone que el nirio debe
poseer y disfrutar de aquellas cosas a las que sus padres no tuvier6n
acceso, o lograr aquellas que los padres no pudieron lograr. Supone,
edema's, que el nirio no debe sufrir ni carecer. Mes aim, favorece el
que el niiio tenga "lo que sea" en abundancia. Propicia que este obLenge bienes materiales y privilegios con un minimo de esfuerzo. Esta
"psicologia" es antagenica a la "psicologia del sacrificio y el dolor"
fomentada por nuestros padres y abuelos en las decades del 20 al 40;
en donde se llegaba hasta privar al nirio de la satisfacciOn de necesidades bfisicas (por ejemplo, alimentaciOn) con el objetivo de fortaleeer su tolerancia a la posposiciOn de sus necesidades y a la frustraciOn
(Wolf, 1952).
Hay varios factores que podrian esiar relacionados con la "psicologia del placer y el bienestar". Entre ellos, el nuevo concepto de valia
personal, anteriormente discutido, que resulta de las necesidades
creadas por la television y otros medios de propaganda, utilizadas pare foinentar el consumo conspicuo en un sistema capitalista como el
nuestro. Este "psicologia" tambien podria ser una reacciOn de algunos padres para compensar por los aiios de privaciOn y estrechez económka que padecieron durante los arios de la DepresiOn y las decades de pobreza extrema que padeciO nuestro pueblo.
En esta "psicologia" se describe como "placer y bienestar" la obtenciOn de aquellas cosas que los padres consideran deseables o placenteras, desde su propia perspetiva. De ahi que motivados por ella,
muchos padres matriculan a sus hijos en actividades instructivas, artisticas o recreativas que a ellos (los padres) les hubiera gustado participar, sin evaluar la motivaciOn o el apresto de su hijo (a) pare realizar tal actividad. De modo que estas acciones esten generalrnente predestinadas al fracaso, ya que en el nilio no posee la motivaciOn intrinseca para realizarlas.
Como resultado de esta "psicologia" el nirio obtiene gratuitamente
una gran cantidad de bienes materiales y privilegios que paradOgicamente le privan de aprender a esforzarse y a luchar por lo que desea.
No les exige que el nirio tenga que establecer metes y. dirigirse
hacia el logro de las mismas; aprendizaje necesario pare lograr un funcionamiento normal o saludable (Adler, 1924).
43
Esa "psicologia" no prepara al nirio para vivir en una sociedad
donde se sufre y algunas veces se carece, coma es la sociedad puertorriqueria actual. Tampoco le prepara para enfrentar la posposiciem de
la gratificacian o la tolerancia a la frustración; aprendizajes necesarios
para un comportamiento adulto, maduro y productivo.
No estamos sugiriendo que una buena crianza requiere que el nifio
se le prive de las cosas que el/ella desea; sin embargo, estamos sugiriendo que el nirio pueda aprender a ganarse eso que desea. El nirio
puede aprender a definir metas y a laborar hacia el logro de ellas. Las
metas establecidas y la forma de lograrse deberan estar de acuerdo
con el
, nivel de desarrollo cognoscitivo del nirio y con los medios
economicos y sociales que su familia posea.
c) La "psicologia de la competencia"
En la sociedad actual, la "psicologia de la competitividad" Induce al
nifio a competir con el objetivo fundamental de triunfar, de destacarse. Es un ernpefio un tanto desmedido por lograr exito y sobresalir,
en donde se valora el logro irrespectivamente del esfuerzo o los medios utilizados
para alcanzarlo.
_
Muchos padres de la clase media de hoy desean que sus hijos se
destaquen, quizis con la motivackm inconsciente, de realizar deseos
frustrados o para sentirse exitosos corno padres, o ser reconocidos en
ciertos circulos.
. . Estos deseos a veces se traducen en demand as dirigidas a los hijos a
los efectos de que participen en actividades que ni siquiera son del intotes del nirio, con la clara expectativa de que deben triunfar en ellas.
La competencia en si misma no es dariina o negativa. Esta se torna
no deseable en la medida en que busque constantemente el exito -de
modo que el fin (exito) prficticamente justifica los medios- o cuando
impide la colaboración.
Los padres que se rigen por esta forma de conducta frecuentemente pretenden que sus hijos se destaquen, provocindoles tensiones innecesarias; particularmente si el nirio no es muy habil o si este tiene
un hermano (a) que se destaca mfis que el/ella en alguna actividad y
contra el (la) cual tiene que competir, a la luz de las expectativas familiares. Si el nirio tiene problemas de aprendizaje o es limitado en su
capacidad intelectual, el padre/madre muchas veces se siente frustrado o insatisf echo por ello, y, en ocasiones, llega a rechazarle a a ignorarle.
44
La "psicologia de la competitividad" no es finicamente fomentada
por los padres sino tambien por las instituciones educativas y las organizaciones deportivas. Este "psicologia", además de producir tensiones innecesarias en el (la) Milo (a), muchas veces le priva de aprender a colaborar a cause del énfasis desmedido que pone en que
gane o se destaque. Esta a menudo coarta la creatividad del nifio, ya
que no le provee el tiempo o la oportunidad para crear; al favorecer
la utilizaciOn de materiales pre-hechos para los proyectos escolares,
por concebirse estos corno más "estéticos" y por consecuencia mejores competidores.
Como selialiramos al principio, la competitividad en si misma no
es daiiina,, lo daiiino es el que esta le prive al nilio de aprender a colaborer y le impida competir de acuerdo a sus capacidades e intereses
(Hetherington & Parker, 1975).
'Quizits deberiarnos regresar a aquellos tiempos donde el esfuerzo
al competir era mks importante que el logro mismo. No estamos sugiriendo que el logro no es importante, pero si que la importancia
de los medios y el esfuerzo para llegar a este no debe relegarse a un
segundo plano. Tambien sugerimos que se evalfie si realmente es posible exigirle a todos los nifios que triunfen, cuando la realidad de la
naturaleza humana es que nuestras capacidades varian. Hay que tener
cuidado en que en el empefio de obtener éxito o logro no le comuniquemós implicitamente a nuestros niiios de que el "fin justifica los
medios".
d) Hipersensibilidad al traurnatismo de los hijos
La hipersensibilidad al traumatismo se ref iere a la excesiva preocupaciOn del padre/madre de que su hijo (a) se afecte emocionalmente
al exponerse a alguna experiencia dolorosa o conflictiva. El padre/
madre asume que las experiencias de esa indole, en si misma, tienen
la capacidad de traumatizar al nifio. Asume, edemas, que el nifio es
frfigil. Se percibe al nifio como incapaz de superar o sobrepasar el
dolor o conflicto producido por la experiencid.
La hipersensibilidad al traumatismo es una reacciOn que, en opinion de la autora, responde en gran medida a la popularizaciOn de los
conocimientos que sobre el desarrollo de la personalidad del nifio y
su maduxaciOn han generado la Psicologia y Psiquiatria moderna. La
Psicologia del Desarrollo enfatiza la nifiez y la adolescencia como
45
etapas diferentes a la adultez, atribuyendole al nil-10 o al adoleseente
necesidades psicolOgicas y eapacidades diferentes a las del adulto.
Muchas de las teorfas modernas de personalidad, basindose en el modelo psicoanalitico, consideran las experiencias de los primeros cinco
alios de vida como determinantes o altamente influyentes en la personalidad. De ahi que esas primeras experiencias de vida sean eruciales en la formaciOn del catheter adulto. Tal postulado teOrico se popularizO significando que la exposiciOn a experiencias dolorosas o nogratificantes en la nifiez temprana pueden tener un efeeto irreversible
en el catheter y en la conducta de los nifios durante la adultez. Basado en éstos, todo "buen" padre/madre se ye entonces en la obligaeiOn de "proteger" a sus hijos de tales experiencias, por temor a su
efecto "necesaxiamente petiudicial e
ineyetsible". Tal postuta obvia.
mente falla en reconocer que las experiencias dolorosas o crisis pueden tambien propiciar el crecimiento para el m'anejo de la vida adulta.
La preocupaciOn por evitar "traumas" a sus hijos frecuentemente
se traduce en la sobreproteceiOn de los mismos. Desafortunadamente
esta sobreproteeciOn puede Ilegar a ser tan o ns dañjp que las experiencias de las cuales los padres pretenden proteger a sus hijos.
Adler (1924) sefialO que la sobreprotecciOn propicia el desarrollo de
conductas inapropiadas y patolOgicas.
Ejemplos de la hipersensibilidad al traumatismo lo son: la renuneia de algunos padres a llevar a sus hijos pequeiios a una funeraria,
el temor a que la ausencia de un padre en el hogar afecte al nifio en
su identificaciOn sexual o el prohibir al nifio correr bicicleta porque
se accidentO en: sus primeros intentos por correrla.
Todas esas conductas le comunican al nifio (a) que el/ella es Maleable por el ambiente e incapaz de lidiar con situaciones de crisis y
resultar "ileso". Dentro de la cultura oriental, por ejemplo, se abriga el pensar de que las 'crisis tienen el potencial de promover creelmiento. Asi pues, la exposición a situaciones dificiles per se no deben ser evadidas, sino manejadas de forma tal que promuevan ereeimiento.
•
e) La antitesis del pasado
La antitesis del pasado se refiere a la oposiciOn consciente de los
nuevos padres a criar a sus hijos de forma similar a como sus progeni:
tores les criaron. Esta asume que los patrones de crianza que ellos
46
vivenciaron no fueron.los correctos o apropiados. Entonces el nuevo
padreintenta no repetir esos patrones o, peor aün, asume un rol totalmente
opuesto al que asumieron sus progenitotes en la crianza.
_
Pesc a esa resistencia consciente los nuevos padres recurren ocasionalmente al uso dc aquellas estrategias de crianza que rechazan,
cuando sus nuevas estrategias no parecen tencr el resultado esperado.
Este fenOmeno no es dificil de explicar ya quc, despues de todo, el
Onico modelo de crianza que tipicamente tcnemos es el que nuestros
padres nos proveyeron; aUn cuando por diversas razones no nos parezcan adecuados. El nuevo padre/madre al encontrarse utilizando estrategias que repudia termina siendo inconsistente en el uso de las
mismas. Tales inconsistencias propician problemas de conductas en
sus hijos y frustracibn en los padres, al estos experimentar los esfuerzos infructuosos de su crianza.
Es necesario que los padres se percaten de la similaridad entre sus
patrones conducta (i.e., patrones tiisciplinarios) y la de sus progenitores y acepten esa realidad, lo cual les ubicará en posicion de evaluar los aspectos positivos y negativos de tales patrones y les ayudari a ganar control. sobre
_ estos.
_ Al ganar control sobre tales patrones, la pareja o el padre/madrc pueden bacer las modificaciones
necesarias para hacer de la conducta disciplinaria una cfcctiva y funcional.
Hay que tener presente que la pareja, por definiciOn, esti cornpucsta por dos personas; las cuales tuvicron expericncias de crianza
diferentes en el contexto de sus respectivas farnilias de origen. Asi
pucs, la pareja puede Ilegar a traer a su nueva familia de procreaciOn
ideas divergentes en cuanto a cOmo deberin ser criados los niiios. Si
la pareja no decide el patron de crianza que va a adoptar y cada
miembro de la pareja disciplina de la forma en que considera
mfis adecuada, o favorece normas disciplinarias divergentes por sexo,
entonces podria estarse propiciando un problema serio de disciplina
en el hogar. Probiema que puede redundar en conchicta inapropiada
o en problemas ernocionales en los nitios.
f) Monopolio clq la discipline y el respeto
Muchos padres de hoy quieren tener exclusividad en la disciplina
de los hijos, a menudo para compensar por la culpa que les provoca
47
el "abandonarlos" para ir a trabajar. En la actualidad, la mayoria de
los padres de clase media trabajan y aunque estin convencidos de la
importancia de trabajar, aim conservan el valor de la crianza y, por
consiguiente, le dan gran significado a la relación padre e hijo y a
aprendizaje que los nirios obtienen en esa relación. Estos padres al
no tener mucho tiempo para dedicar a la crianza, se sienten culpables. Para compensar por su "ausencia" o "abandono" y disminuir el
sentimiento de culpabilidad que esto les provoca, ellos entonces monopolizan la disciplina del hijo. Esto es, desalientan y en ocasiones
hasta desaprueban, los intentos que la familia extendida, amigos o yecinos puedan hacer por disciplinar a sus hijos en su ausencia. •
El monopolio de la disciplina que asumen esos padres, unido a
la necesidad econOrnica de las personas que laboran en los centros de
cuidado de niiios, hacen que estos ialtimos apenas se envuelvan en la
disciplina del nirio para no "disgustar" a los padres y evitar poner en
riesgo el ingreso que reciben por realizar tal tarea.
Si el nirio pasa la mayor parte de su tiempo en la escuela o en los
centros de cuidado donde apenas se les disciplina, entonces el padre/
madre se enfrenta a una tarea disciplinaria monumental duraige las
pocas horas diarias que comparten con su hijo. A menudo se observa
entonces que los padres, en su emperio por controlar y moldear al nino en el poco tiempo que comparten juntos, le imponen normas estrictas o inflexibles. El alto grado de exigencia de la norma, hace
que los padres vivencien la tarea disciplinaria como una labor muy
pesada y abrumadora. Esta sensación de abrumación les lleva a repudiar la regla impuesta y a flexibilizarla o, pero aim, a ser inconsistentes en la implantaciOn de la naisma. SituaciOn que se observa comitnmente en la crianza de los hijos segundbs o terceros.
Es hnportante advertir. que los padres deben evaluar cuidadosamente las reglas familiares que van a establecer para que estas sean
razonables tanto para los nirios, como para los padres mismos; de
modo que la experiencia disciplinaria sea satisfactoria y no aversiva. También debe serialarse que, lo importante no es el tipo de regla establecida sino la consistencia en la implantaciOn de la misma.
La . razonabilidad de la regla establecida depende del contexto social donde la familia se desenvuelve. Por regla general, no deben establecerse reglas que no puedan ser implantadas consistentemente.
En la familias puertorriquerias modernas, se observa adernfis una
transformación en cuanto a quien debe ser el objeto del respeto que
habrán de observar sus hijos. Se les enseria a los niiios a que respeten
48
a sus padres, mientras que en el pasado se les enfatizaba que respetaran a los adultos en general. Este cambio en cuanto a quien se le débe
respeto hace que algunas personas hoy dia eviten reprender a los nilios ajenos o notificar a los padres de éstos cuando se comportan in' debidamente; por temor a la reacción que esos padres puedan tener
a lo que hoy dia podria percibirse como una "intromisien" de parte
del adulto que da la queja.
Un ejemplo de este variación en el concepto de respeto se hace obvia en la sale de espera de un consultorio medico en donde mientras
el nino corre de un lado para otro, interrumpe o molesta a la secreteda y desordena la oficina, el padre/madre continua conversando con
otras personas o leyendo una revista e ignore la conducta del nirio
(a). Sin embargo, cuando el (la) nirio (a) tropieza con el padre/madre
bruscamente o le hace una "malacrianza" ; entonces se le presta atención al nirio (a) con el objetivo de regariarle o pegarle por lo que acaba de ocurrir. Entonces "se le enseria" que a su padre/madre se respeta.
En el pasado el respeto era pre - requisito de todas las relaciones
interpersonales adecuadas y dirigia la conducta püblica (DiazRoyo,
1975). El no conformarse a este valor era altamente criticado o castigado. De modo que este servia de control social, a la vez que contrihula al sentido dt , dignidad que pose ia el individuo.
Los padres modernos deben re - evaluar a quien deben sus hijos
respetar. Quizás valdria la pena requerir, como en el pasado, el que
se obaleciera no solo a los padres sino tambien a otros adultos. De
igual forma, es importante que los padres/madres les permitan a otros
adultos compartir con ellos la tarea disciplinaria. De esa forma estarian reforzando el valor del respeto, a la vez que ellos se relevan a si
mismos de la responsabilided absolute sobre la discipline de su prole.
En el Puerto Rico agricola del pasado, la discipline de los nirios no
era terea exclusive del hogar sino que era compartida con la comunidad. De modo que el nilio podia ser reprendido por sus padres o por
cualquier adulto que le viera conduciendose inapropiademente. Esto
idtimo propiciaba el que el niiio confrontara la consecuencia de su
conducta inapropiada la mayor parte de las veces y la reprimenda
fuera contingente a la ejecución del acto. Lo cual facilitaba la asociación entre la consecuencia y el acto, aumentandose la probabilidad
de que la conduct:a inapropiada desapareciera.
- Aim con la variedad de tecnicas disciplinarias que ha aportado la
Psieologia a la crianza actual, en nuestra socleclad puertorriqueria,
49
igual que en otras sociedades latinas, al disciplinar se utiliza el castigo
como principal metodo (Saavedra de Roca, 1963). En pocas ocasiones se utiliza la recompensa como método de cambiar conducta, con
excepción de las recompensas otorgadas por logros academicos o logros en los deportes. Sin embargo, muy pocas veces se recompensa al
mno por otras conductas; como por ejemplo; cuando es respetuoso,
considerado, 'cuando espera pacientemente su turno en una fila, etc.
En tales ocasiones tambien deberi recompensirsele, para propiciar
asf el que la conducta antes descrita se fije o aumente en frecuencia.
Los modelos de aprendizaje, particularmente aquéllos dirigidos a la
modificaciOn de conducta (Vence Hall, 1971), establecen que la conducta es controlada por los eventos o consecuencias que le preceden.
La conducta seguida por una recompensa tenderi a aumentar en
frecuencia.
Es importante que ademos de emitir el castigo inmediatamente
despues de la conducta que se quiere eliminar, se refuerce la conducta contraria cuando esta aparezca o se propicie la conducta deseada
para poder asi reforzarla (Vance Hall, 1971).
Como resultado del poco tiempo que comparten padres e hijos en
la actualidad y de que gran parte de ese tiempo se utiliza para disciplinarles e instruirles, adernis del habito, de utilizar el castigo como
principal metodo disciplinario, a menudo los nhios expresan insatisfacciOn en cuanto a la relaciOn que sostienen con sus padres. Tal in-
satisfacciOn parece estar relacionada a la frustración resultante de no
tener suficiente tiempo para poder jugar o "hacer alguna otra cosa"
con ellos, que no sea estudiar o estar siendo sujetos a su disciplina.
Los diversos roles que desempefian los padres en la actualidad, muchas veces confligen con las funciones paternas/maternas, al restarle
tiempo y energfa a los padres para satisfacer las dernandas de atencion o reconocimiento, dedicaciOn y cuidado que exigen los nirios.
Muchas veces los padres/madres de clase media se encuentran tan presionados por todos los roles que desprnpelian que, inconscientembnte, empiezan a percibir a los hijos como estorbos. Como resultado
de esta situación el padre/madre sobre-reacciona a las demandas que
le hace el (la) niiio (a), por mfis pequelias que estas sean, creindose
conflicto entre ellos.
Cabe aclararse que la calidad del tiempo que los padres e hijospasen juntos es mfis importante que la cantidad del tiempo compartido.
De modo que, afm cuando los padres dediquen poco tiempo a sus hijos, este tiempo puede ser muy valioso si satisfacen tanto las necesidades emocionales del hijo, corno las educativas y sociales.
50
CONCLUSION
•
No creemos que exista un tipo de crianza perfecta. Tarnpoco pensamos que los patrones de crianza del pasado son mejores que los presentes. Las épocas cambian y los patrones de crianza deben atemperarse a ese cambio. Sin embargo, esto no quiere decir que los patrones del pasado se descarten meramente por ser "viejos". Lo impor !
tante es decidir si todavia tienen relevancia en la crianza y unirlos a
los nuevos patrones que surjan. Como serialanfos anteriormente,
no responsabilizanios a la familia de todos los problemas sociales del
pais, sin embargo, siendo la familia el primer sistema a que el ser humano tiene acceso y en donde se inicia su formación valorativa y conductual, debemos aspirar a que este sistema adopte patrones de crianza que faciliten el pleno desarrollo de las nuevas generaciones. En la
medida en que logremos esto, estaremos tambien contribuyendo al
cambio sociaL
REFERENCIAS
Adler, A. (1924). The Practice and Theory of Individual
Psychology. New York: Harcourt, Brau.
Aponte, H. J. & Van Deusen, J. (1981). Structural family
therapy. En A. S.. Gurman & D. P. Kniskern (Ed.). Handbook of Family Therapy, New York: Brunner/Mazel
Publishers. Construyamos vidas que las drogas no puedan
destruir (1987), 22 de octubre). La Smarm, p. 6. .
Cubas, M. (1985, 19 de septiembre). Critico el problema de
la juventud.adicta. El Nuevo Dia, pp. 52-53.
Draz FLOyii, A. (1972, septiembre 3). Dignidad y flespeto:
Two Core Themes in the Traditional Puerto Rican Family
Culture. Ponencia presentada a Internacional Sociological
AssociatiOn, Curacao.
Erikson, E. H. (1963). Childhood and Society. New York:
Norton.
Hetherington, E. M., & Parker, R. D. (1975). Child Psycholo-
gy. New York: Mc Graw Hill Book Co.
Luciano, J. J. (1987, 5 de mayo). Extensivo a los padres el
castigo., El Nuevo Dia, p. 8.
51
Mintichin, S. (1974). Families and Family Therapy. Massachusetts: Harvard University Press.
Minuchin, S., Montalvo, B., Guerney, B. G., Rosman, B. L., &
Schumer, F. (1967). Family of the Slums. New York:
Basic Books.
Olavarrfa, B. (1987, 18 de octubre). La television, el enlace
en la familia. El Nuevo Dia, p. 4-5.
Piaget, J., & Inhelder, B. (1972). Psicologia del Niiio. Madrid:
Eylicicines Morata, S. A.
Saavedra ide Roca, A. (1963). Algunos valores prevalecientes
en la sociedad puertorriqueria. Revista de Ciencias Socia• les,-7,1”, 121-167.
Stykos, J. M. (1958). Familia y Fecundidad en Puerto Rico:
Estudio del grupo de ingresos más bajos., Mexico: Fondo
de Cultura EconOmica.
Torres - Zayas, J. A. (1981). La familia puertorriquefia de
hoy: Propuesta hacia una definiciOn. Revista Puertorriqueria de Psicologia, 1(1), 5-11.
Vale, P. A. (1985). Familismo en Puerto Rico. Ciencias de
la Con ducta, 1(1), 49-54.
Vance Hall, R. (1971). Managing Behavior II, Kansas: H.
& H. Enterprises, Inc.
Wolf, K. L. (1952). Growing up and its price in three Puerto
Rican subcultures. Psychiatry, 15 (4), 401-447.
52
Ciencias de la Conducta
Volumen 3 Ndmero 171988
PERCEPCION SOBRE EL PSICOLOGO INDUSTRIAL
ORGANIZACIONAL QUE POSEEN ALGUNAS UNIONES
EN PUERTO RICO
Carmen Sievens - Irizarry, M.S.
Centro Caribeho de Estudios Postgraduados
Miguel E. Martinez-Lugo, Ph. D.
Universidad de Puerto Rico
ABSTRACT
In an effort to initiate the basis for future investigations in Puerto
Rico, the authors replicated a study sponsored by the American
Psychological Association's Task Force on Unions in 1983. A questionare was sent to a sample of 125 unions (56%devolution rate)
with the purpose of surveing their perception of the Industrial Organizational Psychologist. The results of this study are similar to the
first: there is an underutilization of psychological services by the
unions; although there is an increase in. the need of those services.
The necessity to improve the perception and utilization of psychologists by unionists is discussed, along with the need to provide them
with information about the services psychologists offerde.
PERCEPCION SOBRE EL PSICOLOGO INDUSTRIAL
ORGANIZACIONAL QUE POSEEN DE ALGUNAS UNIONES
ENPUERTO RICO
El propósito del siguiente articulo es replicar en Puerto Rico el
estudio realizado por Hucszo, Wiggins y Currie (1984) en Estados
Unidos, acerca de la percepción que tienen las uniones sobre el psicólogo industrial organizacional (I/0). Ambos estudios fueron efectuados con el fin de identificar los faetores que llevan al desinteres
entre ambas partes, y presentar los resultados de la encuesta sobre
la percepcitin de los lideres de las uniones acerca de los psicblogos,
y los servicios que estos proveen.
53
El interes en la rclaciOn entre las uniones laborales y los psicólogos no es reciente. En la década del 1960, Levenstein (1961)euestiono la forma en que las uniones veian la participaeihn de los psicOlogos I/O y la posible utilidad de sus servicios, pero no se estudiO
esa relackm. La creaciOn de un equipo de trabajo en 1981 dentro
de la American Psychological Association para tra tar directamente
con el problema de la relaciOn entre las uniones y los psicólogos
1/0,. incrementO el interes profesional hacia esa faceta del ambito
laboral. Unido a esto en los Estados Unidos se ha publicado una
gran cantidad de literatura relacionada con las uniones, lo que ha
ayudado a los psicOlogos a percatarse de la necesidad de estudios
en esa area. El caso no ha sido el mismo en Puerto Rico, donde al
momento no se han publicado articulos relacionados con el tema.
Al revisar la literatura encontramos que esta relaciOn ha sido auscultada en otros contextos culturales. En 'Canada. (Srinivas, 1981) al
igual que en los Estados Unidos (Stagner, 1980) se ye -al psicOlogo
realizando actividades a favor de la gerencia. Esto es, realizando tareas de reclutamiento, selecciOn y adiestramiento. También se le
percibe proviniendo de un ambiente diferente al de los unionados
(ambiente académico versuS ambiente de trabaja). Dichas percepciones tarnbién Se ban encontrado en Italia, donde se esper ia que el
psicOlogo entienda la realidad laboral de los unionados por su experiencia directif. 'en la organizaciOn (Novara, 1981). En Polonia se visualiza al psicOlogo I/0 integrando los nuevos conocimientos cientificos para satisfacer las demandas de la gerencia y de las uniones y
decidiendo si su responsabilidad primordial esti dirigida hacia la
gerencia o hacia los empleados (Ratajczak, 1981). Por otro lado,
Warr (1981) entiencle, que en Inglaterra, pais donde el porcentaje
de unionados es el mis alto del mundo (58°4, la investigaciOn en psicologia organizacional y la investigaciOn en las relaciones obrero
patronales estin intimarnente unidas.
Como vemos, La elación entre las uniones y los psic61dgos I/O
es indiscutible, pero no siempre armoniosa: Gordon y Burt (1981)
resumen los problemas que ban impedido una relaciOn mis estrecha
entre los psicOlogos I/0 y.las uniones, y que ban contribuido a lama
baja representaciOn de estos en la actividad unional. Entienden que
dicho fenOmeno se debe principalmente a conceptos estereotipados
de parte de las uniones, quienes desconfian de los psicOlogos porque
estos prestan sus servicios •a la gerencia (Vease tambien Zalusky,
54 .
1984), y porque en el pasado han utilizado sus tecnicas para debilitar
la uniOn.
Para contrarestar esta desconfianza, Stagner (1981), Elucszo, Wiggins & Currie (1984) y Srinivas (1981), abogan porque los psicólogos
demuestren su actitud positiva a favor de la union y eviten la tendencia a ignorarlas. Esto es importante para mejorar la imagen páblica
del psicOlogo ante las uniones como mercado potencial para sus servicios. Ademas es importante para las uniones mismas, ya que los
psicOlogos no solo estin involucrados directamente en la negociaciOn
colectiva si cple ademas estan empezando a jugar un papel importante
en areas ajenas a la negociaciOn que indirectamente pueden influir en
la seguridad de la uniOn (Levenstein, 1961). Pueden ayudar, por
ejemplo, a desarrollar programas de adiestramiento en fiderazgo, a
realizar encuestas de actitud, y a desarrollar estrategias para aumentar
.la participaciOn en las actividades de la uniOn.
Es posible que las uniones estén cambiando su.percepciOn de los
psicOlogos, tal coma lo indican Rosen y Stagner (1980), Hucsza
(1984) y Srinivas (1981). A medida que el movimiento . de calidad de
vida en el trabajo ofrece esfuerzos colaborativos entre la gerencia y
la uniOn, el psicOlogo puede .ayudar a la Ultima como educador
•(e.g. adiestramientos en liderazgo, resoluciOn de conflictos, estrés)
y como asesor en aspectos internos de la misma.
J-loy dIa se perfilan nuevos roles de parte de los psicólogos I/0 en
su relaciOn con las uniones (Srinivas, 1981; Stagner, 1981). Entre
•otras cosas se sugiere que estos presten más atenciOn a las dinimicas
de motivaciOn y emociOn que a problemas cognoscitivos tale's coma
selecciOn o adiestramiento (Stagner, 1981). Se espera además que actfien como agente de cambio para las relaciones entre gerencia y sindicatos (i.e. una tercera parte neutral) (Srinivas, 1981). Tambien se
entiende que debe trabajar con problemas de estres en el mundo in.
y
dustrial utilizando un enfoque interdisciplinario (Novara, 1981)
analizando las formas de manejarlo (Stagner, 1981). Es muy importante que lleve a cabo investigaciones sobre diversos temas como: la
personalidad de los lideres de la uniOn (Stagner, 1981); identificaciOn de necesidades no satisfechas por la organizaciOn (Pestonjee,
Singh,- & Singh, 1981); promover la salud mental ocupaciorial (Strinivas, 1981), y otros temas que ayuden a acortar la brecha de in formaciOn entre la gerencia y las uniones (Rosen y Stagner, 1980).
55.
El poder cumplir con esto tal vez pueda proveer el punto de enlace . necesario pant lograr el acereamiento entre union y psicOlogo
I/O. Adernis tal vez contribuya a la creaciem de lo que Stagner
(1981) denominei la psicologia de la uniOn.
Metodologia
Participantes
Se enviO el cuestionario a una muestra de 125 uniones selecctonadas por disponibilidad, del Directorio de Organizaciones del Trabajo
(1983). De estas, 13 fueron enviadas por correo y 112 fueron entregadas personalmente. La devoluciOn de los misnios representO Un
56%(76 cuestionarios ) del total de cuestionarios enviados. Un miem. bro de cada uniOn contesto el cuestionario. El puesto oficial de dicho
miembro dentro de la uniOn variO de una a otra.
Instrumento
El instrumento utilizado fue el cuestiondrio diseriado por Hueszo y
otros (1984) para su investigaciOn sobre la petcepciOn que poseen las
uniones del psicOlogo inclustrial/organizacional en los Estados Unidos. Este contiene siete (7) reactivos que auscultan las 'siguientes
areas: (a) el conocimiento que tiene la uniOn de lo que es tin psicOlogo industrial/organizacional y de los serVicios que prestd, (b) si la
uniOn tiene contratados otros profesionales pari efeeinar los servicios
que podria ofrecer el psicOlogo industrial/organizacional, (c) la importancia de algunas condiciones y beneficios relacionados con el ambiente de trabajo, (d) La opiniem sobre los servicios . que realiza el
psicOlogo, y (e) en que medida la uniem necesita los servicios que el
psicOlogo puede ofrecer. Originalmente redactado en ingles,.el cues-`
tionario fue traducido al espaliol, siguiendo las normas de tiaducciOn
pautadas para .dichos fines. Además el instrumento fue -sometido a
un proceso de evaluaciOn para determinar su validez de contenido y
yalidez aparente.
56
Procedimiento
Eli cuestibnario fue distribuido en un sobre sellado a las diferentes
uniones. Dicho sobre incluia adernas una floja de PresehtaciOn donde
se exponia et propOsito.y las instrucciones para contestar el instruthentd. Eh aquellos Casos donde los instrhmentos fueron distribuidos
personalmente, se procedia a ,recoger los mismos cuatro dias despues
de la_ fecha de entrega.
Resultados
Los datos fueron sometidos a análisis descriptivo para obtener el
porcentaje de respuestas para cada alternativa en los reactivos. A continuaciOn resumimos los hallazgos pertinentes.
Al indagar si las uniones conocen lo que es un psicOlogo industrial/
organizacional el 52%contestó en la afirmativa. A pesar de que se tie- ne conocimiento sobre las areas de competencia de dicho psicólogo,
el 73% no esti utilizando los servicios del psicOlogo en areas tradicionales de su peritaje como son: acliestramiento, consejeria y asesoramiento organizacional. Del total de uniones encuestadas, un 22 % admitió tener contratados a otros profesionales para proveer los servicios antes descritos. Entre estos profesionales figuran los consultores.
laborales,-trabajadores sociales y economistas.
Al expresar la necesidad percibida de servicios ofrecidos por.psicOlogos• (e.g. mejorar la comunicaciOn, adiestramiento, consejeria,
soluciOn de conflictos) un 61% indicO que estos eran necesarios o
surnamente necesarios. Especificamente observarnos que entre los •
servicios psicológicos que his uniones consideraron como sumamente
necesarios figuran el desarrollar cstrategias que aumenten la participaciOn de los miembros en las actividades de la uniOn (40°Q, el reducir el estres relacionado con el trabajo (40%), y el desarr011o e implantaciOn de programas de ayuda para miembros alcohOlicos y drogadictos (38.57%). Otras dos areas en que las uniones investigadas consideran que el psicOlogo les puede ayudar son el realizar investigaciones
sobre factores que aumentarian la efectividad de la union, y ei. mejorarniento de la irnagen pUblica de las mismas (34.28°S - respectivamente).
57
.
Cdmo servicios necesarios qUe el psicologo puede ofreCer; las uniones encuestadas mencionaron el adiestramiento en soluctho: de c4oflict6s (48.57%), tecnicas de calidad de vida en el trabajo • (45.71%),•
tealizar encuestas de aetitud. (44.28%), y el ofrecirniento de achestrarnientos en técnicas • tie negociaciOn (44.28%). Entre los serviciOs que
las uniones catalogan corno que no necesitan figuran el asesorarniento
sobre cOrno a cumplir con los requisitos de E.E.O.C. (24:28%), la
consejeria vocacional (21.43%), y adiestrar los lideres -de la union en
destrezas gerenciales (20%).
TABLA I:
RESUMEN RESULTADOS (PORCENTAJES) NECESIDAD
DE SERVICIOS OFRECIDOS POR PSICOLOGOS
San Juan, Puerto Rico, 1986
A
1. Desarrollar programas
adiestramiento en liderazgo
25.71
41.43
24.28
8.57
2. Adiestramiento en
resolución conflictos
18.57
48.57 • 21.43
11.43
3. Realizar encuestas de actitud
20.00
44.28
24.28
11.43
4. Ayuda pira cumplir con E.E.O.C.
.10.00
40.00
24.28
24.28 •
5. Desarrollar estrategias para
aumentat participaciOn
actividadcs union
40.00
30.00
20.00.
8.57
6. Proveer adiestramientos en
técnicas de negociaciOn
20.00
44.28.
25.71
10.00
7. Mejorar cornunicaciOirentre
lideres y miembros union
32.86
31.43
21.43
11.43
8. Mejorar cornunicaciOn entre
uniOn y gerencia
28.57
42.86
27.1+
15.71
9. Reducir estres relacionado
con el trabajo
40.00
37.14.
14.28.
08.57
•
.58
Tabla 1: continuación
,10: ,Programas de ayuda a
alcohOlicos y drogadictos
38.57
24.28
22.85
14.28
11. Proveer consejeria personal
30.00
37.14
24.28
08.57
12. Consejerfa vocacional
12.85
28.57
37.14
21.43
13-.. Consejeria a familias
20.00
30.00
32.86
17.14
14. Evaluar casos de incapacidad
22.85
34.28
27.14
15.71
15. Proveer ralleres o clases
15.71
35.71
3-0.00
17.14
16. Consultar con lideres subre técnicas
de calidad de vida en el trabajo
18.57
45.71
24.28
'10.00
27.14
27.14
32.86
12.86
21.43
25.71
30.00
20.00
19. Realizar investigaciones
sobre factores aumentarian
efectividad de la union
34,-28
32.86
17.14
14.28
20. Consultar con la uniOn para
mejorar imagen pUblica
34.28
35.71
15.71
11.43
Nota: A: Sumamente necesario
C: Rara vez sc necesita
B: Necesario
D: -No se necesita
17. Desarrollar programas para
redhcir ausentismo
•
18. Adiestrar lideres en
'destrezas gerenciales
59
. Se .encontró que de los once planteamientos relacionados al .ambiente de trabajo, pricticarnente todos son considerados sumanninte'
.;impbiantes: De dichos planteamientos, la seguridad en el trabdjb y
1g protecciOn de los derechos del trabajador fueron catalogados como
'los de Mayor importancia (84.28% y 81.43% respectivamente). Los
yelacionados directamente con la labor del psicOlogo ocuparon lugares bajos en importancia. Esto es, el relacionado at bienestar emocional del empleado ocupO un cuarto lugar, y el de programas de aslis 7.
tencia para los empleados el Ultimo lugar (38.57%). En' geiietatel.28°k no expresO opinion, y un 6% no estuvo de acuerdd con.laslase7.
vcraciones presentadas. Al auscultar cuiles de los beneficios recibidos .
eran considerados como sumamente importantes, un 77.14% de la
•rnuestra de uniones seleecionO el de servicios medicos COMO el de
mayor importancia.'Este fue seguido por el beneficio de incapacidad
(65.71%),.y el de lubilaciOn (64.28%). Cabe setialdr que el beneficio
relationado con el aspecto de salud mental obtuvo uno-cle los poreentars _más bajos en importancia (41.43%).
.
TABLA II:
RESUMEN RESULTADOS (PORCENTAJ ES) PLANTEAMIENTOS
IMPORTANTES PARA LAS UN IONES
San Juan, Puerto Rico, 1986
A
if.
C
1. Seguridad en el trabajo
2.86
0.90
12.85
84.28
2. Salario
2.86
1.43
37.14
58.57
3. Beneficios
2.86
1.43 • 42.85.
p2.85
4. Protección de los derechos
del trabajador
2.86
1.43 • 1.5.71
81.43
5. Participación en la toma .
de decisiones
1.43
2.86
41.43
54.28
6. Desacrollo de liderato
.en: kis miembros
1.43
4.28
44.28
48.57.
7. Productividad en los irabijado res
4.28
4.28
44.2B
45.71
60
•
Tabla II: cOntjnuac jórl
8. Cabildear
7.14
30.00
41.43
9. , Biehestar emocional del empleado
2.86
11.42
31.43
54.28
10 Programas de asistencia
'
para los empleades
2.86
10.00
48.57
38.57
calidad
11. Programas
de vida en el trabajo
2.86
8.57
42.85
45.71
Nota: A: No es importante
C: Importante
•
B: Alguna importancia
D: Sumamente importante
. TABLA III:
RESUMEN RESULTADOS (PORCENTAJES) BENEFICIOS
IMPORTANTES PARA LAS UNIONES
San Juan, Puerto Rico, 1986
A
B •
C
D
1. Servicios medicos
1.43
1.43
20.00
77.14
2. Servicios dentale.3
1.43
24. 8
47.14
27.14
3. Scguros de vida
2.86
7.14
47.14
42.85
4. Muerte accidental o
desmembramient o
1.43
4.28
35.71
58.57
5. Incapacidad
1.43
2.86
30.00
65.71
6. Cuidado de los ojos
1.43
5.71
44.28 . 47.14
7. Licencia anual y/o por enfcrmedad
1.43
4.28
48.57
45.71
8. Saiud mental
4.13
11.43
42.85
41.43 .
9. Jubilación
2.86
4.28
28.57
64.28
61
Alguna importancia
Nota: A: No es importante
C: Importante
D: Sumarnente importante
Los resultados revelan que la opinion que se tiene de los psicOlogos
es muy favorable, ya que un 69% indicO -que los psicOlogos pueden:
servir como tercera parte neutral, mantener informaciOn confiden:
cial, y ayudar a las uniones en su crecimiento y desarrollo. De igual
forma un .60% opina que son tan competentes corno los psiquiatras,
y que sus tecnicas son efectivas para mejorar el ambiente de trabajo.
Discusión de los resultados
• Al analizar los resultados se observa que se sigue bisicamente 41
mismo patrOn descrito por Hucszo y otros (1984) en los Estados Unidos. En dicha investigaciOn se observO la tendencia a una utilizaciOn
limitada de los servicios del psicOlogo en las uniones. En nuestro
so, aim cuando el 52% de las unione's encuestadas indica tener coriocimiento de lo que es un psicOlogo industrial, un 73% no esti utilizando sus servicios. Esto puede deberse a desconocimiento de las
tareas que puede realizar el psicOlogo o a la realidhd econOmica de la
mayoria de las unioncs en Puerto Rico, que no cuentan con los
recursos necesarios para pagar los honorarios del psicOlogo. Este Ultimo factor podria influir en ,que se le de importatkia a otros aspectos antes que a los psicolOgicos. Tambien podria explicar el por que
aim entendiendo que los servicios ofrecidos por psicOlogos son necesarios, contraten a otros profesionales para realiiarlos.
Por otra parte hay que tomar en cuenta el hecho de que consideran que los beneficios de salud mental y de bienestar emocional del
empleado no son importantes al compararlos con Otros aspectos. Como consecuencia podrian entender que la intervenciOn de un psicOlogo nd es necesaria, aOn cuando expresan la necesidad de sus servicios
en otras areas.
Coincidimos con Hucszo (1981) en que es necesario que el psicOlogo industrial=organizacional cree consciencia en el priblico de su
utilidad y peritaje en el area laboral. Esto deberia ser no sOlo para las
uniones sino tarnbien para todos aquellos grupds que pueden hacer
uso de sus servicios, pero que los desconocen (e.g. administradores y
gerentes).
62
Un punto a favor de los psicOlogos es la opinion positiva que tienen las unioneb sobre los mismos, y este hecho puede ayudar a que
estos incursionen en el contexto sindical. Para ello deben estar motivados a trabajar con las uniones y deshacerse de la vision negativa que
tienen de las mismas (Stagner, 1981). De esta forma podrin Ilegar a
un. entendimiento mutuo que beneficiati a ambos.
Esta investigaciOn brinda informaciOn, hasta ahora desconocida en
Puerto Rico, sobre la opinion que del psicOlogo I/0 tiene un grupo
de uniones. Tambien brinda datos especificos sobre en que areas consideran que el psicOlogo puede contribuir en forma significativa. Es
entonces tarea del psicOlogo y de las uniones establecer los contactos
necesarios que finalicen en un acercamiento que beneficie a ambas
partes. Este acercamiento debe Ilevar a la uniem a contar con los servicios de un profesional experto en comportamiento humano y a que
el psicOlogo incursione en un tipo especial de organizaciem que hasta
el momento ha sido algo desconocido para el/ella.
Los autores del presente estudio estin conscientes que la muestra
utilizada en el mismo do es representativa del univcrso de uniones
en Puerto Rico. Es por esto que recomiendan que en futuras investigaciones se utilice una. muestra mayor en tamaiio y representativa de
todas las areas geograficas de Puerto Rico. Esperan ademis 'tine los
resultados aqui encontrados sirvan de estimulo para que otros investigadores sigan auscultando la percepciOn que se tienc del psicOlogo,
y que se establezcan vinculos más estrechos entre las uniones y los
psicOlogos.
63
Referencias
Estado Libre Asociado .(1983). Directorio de organizaciones del trabajo. Puerto
Rico: Departamento del Trabajo y Recursos Humanos.
Gordon, M.C. & Burt, R. (1981). A hisiory of industrial psycholoni.s relationship with American unions: Lessons from the past and directions for the
future. International Review of Applied Psychology, 30, 137-156.
Ilucszo, G.E. (1984, August). What unionists should know about psychologists.
Paper presented at The American Psychological Association Annual Meeting,
Canada.
Hucszo, G.E., Wiggins, J.G., & Currie, J.S. (1984). The relationship bet .vieen
psychology and organized labor: Past, present, and future. American Psychologist, 39, 432-439.
Levenstein, A. (1961). The psychologist joins the labor conflict. Personnel Psychology, 14, 250-258.
Novara, F. (1981). Industrial mental health in Italy: New developin6ts. International Review of Applied Psychology, 30, 293-301.
•
yestonjee, D.M., Singh, A.P., Singh, S.P. (1981). Attitude towards union as
related , to morale and job involvement. International Review of Applied
Psychology, 30, 209-216.
Ratajczak, Z. (1981). New roles for industrial psychologists: A view from
Poland. International Review of Applied Psychology, 30, 303-310.
Rosen, H. & Stagner, R. (1980). Industrial/Organizational psychology and
unions: A viable relationship?. Professional Psychology, 11, 477-483.
Srinivas, K.M. (1981). Psychology, labour and worklife: New challenges. International Review of Applied Psychology, 30, 261-275.
Stagner, R. (1981). The future of union psychology. International Review of
Applied Psychology, 30, 321-328.
Warr, P. • (1981). Psychological studies of union-management relations in the
United Kingdom. International Journal of Applied Psychology, 30, 311-320.
64
ZaluSlcy, J. (1984, August). What psychologists should know about working
with American labor unions. Paper presented at The American Psychological
.Association Annual meeting. Canada.
65
Voilimen 3 Ntirnero 1 _ 1988
Ciencias dc Ia. Conducta
CONSIDERACIONES SOBRE EL USO DE LA BATERIA
EVALUATIVA KAUFMAN PARA NISIOS (K-ABC) EN EL
DIAGNOSTICO INTELECTUAL DEL NINO DE
EDAD PREESCOLAR
Victor Alvarez, l'h.D.
Instituto de Investigacion Cientifica
Centro Caribefio de Estudios Postgraduados
Resumen
En este trabajo se presenta una descripciOn del K-ABC c informaciOn sobre su confiabilidad y validez para las edades preescolares.
Se enfatiza la literatura pertinente a la poblaciOn de nifios hispanos.
Además se incluye una comparaciOn del K-ABC en relaciOn al WPPSI
y el SB.
La evaluaciOn de las funciones intelectuales contin6a siendo una
'de las actividades tradicionales del quehacer del psicOlogo. Los medios de evaluación utilizados en el proceso de mediciOn han origina,
do muchas interrogantes, especialmente cuando estas son usadas con
grupos que difieren cultural y lingilfsticamente al grupo original que
sirviO de muestra en el proceso de normalizaciOn y validaciOn.
La advertencia sóbre la inadecuacidad de las pruebas psicometricas
desarrolladas en los Estados Unidos para la evaluaciOn de los nifios
hispanos, fueron hechas desde muy temprano en el desarrollo de la
psicometria. Sinchez (1934), demostrO la poca validez del Stanford
Binet (SB) para evaluar las capacidades intelectuales de los niflos de
origen hispano residentes en el sur de los Estados Unidos. Igualmente en .Puerto R ico fluty prOximo a la publicación de la primera ver ,
sión de la Prueba Wechsler para Nifios (Wech -sler, 1949); Roca
(1954), tomando en consideraciOn su experiencia en el proceso de
adaptaciOn de esta prueba para los nilios puertorriquerlos, selialO las
dificuitades para adaptar una prueba psicometrica de una cultura a
otra. Aün lue'go de la adaptación de WISC, Roca encontrO que los nifibs puertorriquefios alcanzaban puntuaciones muy por debajo de las
normas de los niiios nOrteamericanos.
-
.
67
En la version revisada tanto del SB como de la Prueba Wechsler para Niflos (WISC-R), los nifios hispanos, continfran obteniendo puntuaciones muy por debajo de las normas. Por ejemplo, Mercer y
Lewis (1979), normalizaron el WISC-R para nifios negros e hispanos
al encontrar que estos obtenian puntuaciones que diferian de manera
significativa de las normas regulares de esta prueba. Usando una
muestra de 1,100 nifios del Distrito Federal de Mexico, Padilla, Roll
y GOmez-Palacios (1982), encontraron diferencias desfavorables a los
nifios mexicanos en relaciOn a las normas, que fluctuaron entre 7.3
para los nifios más pequefios hasta de 19.2 para los nifios rnayores.
Los estudios utilizando el WISC-R con nifios puertorriquelios en
los Estados Unidos y en Puerto Rico revelan resultados similares a los
antes expuestos (Prewitt-Diaz, y Rodriguez, 1986; Prewitt-Diaz,
Rodriguez y Rivera, 1986; Prewitt, 1987). Aunque los datos derivados de estos estudios nos indican que WISC-R presenta niveles de
confiabilidad aceptables, Prewitt (1987), enfatiza la necesidad de
modificar algunos items que no resultan apropiados de la versiOn de
Martin (1977) para los nifios puertorriquefios.
Por varios afios la doctora Herrans (1985), ha hecho esfuerzos encaminados a lograr el apoyo econOmico necesario para la normalizaciOn del WISC-R en Puerto Rico. No obstante, no es hasta muy rcciente que se logra conseguir tal apoyo.
La ausencia de normas apropiadas para la evaluaciOn de nuestros
nifios es una evidencia clara de que la psicologia en Puerto Rico ha
becho avances muy limitados más alLá de los trabajos realizados por
Roca (1955), por adaptar, validar o normalizar instrumentos de mediciOn intelectual.
La problemitica es más caOtica para los nifios de edad preescolar.
Para la evaluaciOn de estos nifios el psicOlogo tan solo dispone de las
traducciones del Stanford-Binet (SB) y del Wechsler Preschool and
Primary Scale of Intelligence (WPPSI). La versiOn traducida del SB
corresponde a las normas del 1960 y las del WPPSI son normas de
1967. Es decir que ademis de ,no disponer de la informaciOn de confiabilidad y validez necesaria para el uso de dichos instrumentos • con
la poblaciOn de nifios puertorriquefios, los materiales de las mismas
pueden resultar fuera de epoca. De hecho, el SB fue revisado en 1986
y el WPPSI se encuentra en proceso de revisiOn.
Tomando en consideraciOn la no disponibilidad de instrumentos
apropiados para evaluar a nuestros nifios, en especial a nuestros nifios
mis pequefios, se hace necesario explorar nuevas alternativas. En par68
ticular considerar aquellos instrumentos que se aju sten más a nuestras
caracterfsticas iiñgüIsticas y culturales. En afios recientes la literatura
psicométrica ha estado evaluando un nuevo instrurnento: La Bateria
Evaluativa Kaufman para Nifios (K-ABC). Los datos que provee el
manual de la bateria y las publicaciones posteriores sobre la misma
sustentan que esta introduce innovaciones importantes a la evaluaciOn de la inteligencia.
El propósito de este trabajo es presentar una descripciOn del
K-ABC y referir aquellos estudios de validez y confiabilidad que provean informaciôn sobre su uso con nifios de edad preescolar. De particular interés serin aquellos estudios hechos con nifios hispanos.
Ademis se incluye una comparación del K-ABC en relaciOn a otros
instrumentos usados actualmente para la evaluaciOn de los nifios de
edad preescolar en Puerto Rico.
DescripciOn del K-ABC
El K-ABC es una prueba de inteligencia de administraciOn individual para niiios de 2.5 a 12.5 alios de edad, publicada en 1983 por
los doctores Alan Kaufman y Nadeen Kaufman. Consta de 16 subpruebas de las cuales pueden derivarse hasta cinco medidas de cociente intelectual. A la medida principal se le llama Procesamiento Mental
Compuesto, la misma se deriva de dos subescalas: a) procesamiento
secuencial y b) procesamiento simultáneo. En esta parte hay 10 subpruebas, cinco de las cuales se usan para obtener una medida de inteligencia no verbal. La quinta subescala es una medida de aprovechamiento.
Todas las medidas principales del K-ABC se transforman en puntuaciones estándares, usando un promedio de 100 y una desviaciOn
tipica de 15. La administración de la bateria completa toma aproximadamente 45 minutos para los nifios de edad preescolar y entre 70
y 75 minutos para los nifios de edad escolar (Kaufman y Kaufman,
1983). A los nifios más pequefios se le administran siete subpruebas,
nueve a los de 3 alios y 11 a los de 4 y 5 afios de edad.
Los autores fundamentan la escala de procesamiento mental en las
teorias de desarrollo cognoscitivo y de la neuropsicologia. En la subescala de procesarniento secuencial se presentan ejercicios que requieren principalmente memorizaciOn de estimulos que son presentados
69
en serie,. algunos de tipo verbal y otros no. Por atm lado, los autores
sustentan la incorporaciOn de la evaluaciOn de procesos simultaneos. y
...semenciales corno uno .que ha Sido corroborado en muchas investiga7
ciories. Para sostenerlo citan los trabajos de las actividades más reconocidas en el campo de la neuropsicologia y la teoria cognoscitiva.
En la escala de aprovechamiento se incluyen tareas que son tradicionales en las pruebas de aprovechamiento, tales como: lectura,.aritmetica e. informaciOn general. Ademis, e incluyen otras tareas que
frecuentemente son parte de las pruebas ie inteligencia verbal, por
ejemplo, tareas de vocabulario, comparaciones analOgicas y formaciOn de conceptos verbales.
Alan . Kaufman, autor principal de la prueba, se ha ganado una reputaciOn en el campo de - la psicometria contemporánea. Mientras se
encontraba en la Psychological Corporation, supervisó el prdceso de
normalizaciOn del W1SC-R y de la McCarthy Scales of Children's
Abilities (McCarthy, 1970).. EscribiO el libro: Intelligence Testing
with WISC-R (1979), y jubto a la segunda autora del K-ABC publicO
el libro: Clinical Evaluation of Young Children with the McCarthy
Scale.
Validez Concurrente
WPPSI. Kaufman y Kaufman (1983), presentan ocho investigaciones donde se correlaciona el K-ABC con la Wechsler Intelligence
Scale for Children Revised. No obstante solo se presenta una investigaciOn donde se correlaciona el K-ABC con el WPPSI. En esta.investigaciOn la mayor correlaciOn, de todos los indices presentados, fue
de .66 entre la escala total del WPPSI y la escala de aprovechathiento
del K-ABC. De las dos medidas principales del WPPS1, verbal y ejecuciOn, la parte verbal presenta una correlaciOn de i4 con la escala
de aprovechamiento del K-ABC. El otro indice de mayor relaciOn
fue de .50 entre la escala de Procesamiento Simultáneo del K-ABC
y la escala de EjecuciOn del WPPS1. Por otro lado, las correlaciones
rnenores se presentan entre la Escala Verbal del WPPSI con las diferentes escalas de Procesamiento Mental del K-ABC. Las mismas fluetüan de .17 a .37.
De las investigaciones de validez realizadas posterior a la publicaciOn del K-ABC utilizando el WPPS1 como criterio cOmparativo, hay
dos con muestras de nirios de origen hispanos. Una la llevO a cabo
Valencia (1984), con una muestra de 42 nirios mexicanos-americanos
70
de edad preescolar, matriculados en el Programa Head Start del estado de California. Aunque con algunas diferencias, los resultados del
estudio de Valencia, siguen un patron similar al que presentan Kaufman y Kaufman (1983). La Escala Total y de EjecuciOn del WPPSI
correlacionan mejor con la Escala de Aprovechamiento y Simultinea
del K-ABC, respectivamente. En este estudio, contrario a lo que presentan Kaufman y Kaufman la correlaciOn mayor ocurriO entre la
Escala Simultinea y la Escala de EjecuciOn (.68). En el otro estudio
de comparaciOn entre el K-ABC y el WPPSI se incluyO una muestra
de 30 nifios hispanos y 30 angloamericanos. En este estudio, similar
al de Kaufman y Kaufman (1983), la correlaciOn principal fue entre
la Escala Total del WPPSI y la Escala de Aprovechamiento del KABC, las mismas fueron de .83 para los niiios angloamericanos y de .
.73 para los mexicoamericanos.
El K-ABC en relación a otros instrumentos Psicométricos usados para
la Evaluación del Nifio de Edad Preescolar
Normas. El K-ABC al igual que los instrumentos usados-actualmente
en Puerto Rico para la evaluación del nifio de edad preescolar no
cuenta con criterios normativos. Como ha sido expuesto previamente
esto constituye una seria limitaciOn, especialmente cuando tampoco
contamos con estudios de validez que nos puedan decir cuan similar
o diferente ejecutan nuestros nifios en estas pruebas. En el case, del
K-ABC sabemos que la muestra de nifios de origen hispano obtuvo
puntuaciones similares al promedio de la poblaciOn normativa
(Kaufman y Kaufman, 1983). Los estudios posteriores con nirios de
origen mexicano también han demostrado lo mismo (Valencia, 1984;
Whitworth y Chrisman, 1987). Por el contrario, a pesar que en el
WPPSI las diferencias en el puntaje alcanzado por los nilios de origen hispano y angloarnericanos no es tan marcada como las diferencias que se observan en el WISC-R, estas pueden resultar estadisticamente significativas.
La versiOn del SB usada en Puerto Rico corresponde a las normas
de 1960. Sabemos que la misma ha sido modificada sustancialmente
en su Ultima revisiOn (Thorndike, Hagen, y Sattler; 1986). Una situaciOn similar ocurre con las normas del WPPSI. Las mismas se obtu vieron en 1967 (Wechsler, 1967). Actualmente la Psychological Corporation realiza un proyecto de renormalizaciOn de este instrumento
71
Wegner, comunicaciem personal, 13 de mayo de 1988).
Contenido. El bajo contenido verbal de la escala de Procesamiento
Mental es una de las caracteristicas sobresalientes del K-ABC y que
debe resultar de mayor interes para el psicOlogo cue trabaja con poblaciones que difieren lingilisticarnente de la poblaciOn normativa.
En las escalas Wechsler un 50%de su contenido corresponde a actividades claramente de tipo verbal. Se reconoce que el contenido del
otro 50% es de actividades de tipo no verbal. Aunque la:parte de
Procesamiento Mental del K-ABC contiene ejercicios donde es snecesario lambien impartir instrucciones de tipo verbal, la modalidad de
poder ensayar la tarea con el nirio a traves de items demostrativos,
permite minimizar las barreras del lenguaje en la comunicaciem.
El SB se ha identificado en la literatura como un instrumento de
alto contenido verbal (Sattler, 1982). No obstante es necesario advertir que su contenido verbal en las edades preescolares es menor que
en las demas edades. Aün asi, al compararse con el K-ABC el SB sigue siendo un instrumento dc alto contenido verbal (Lyon y Smith,
1986).
Es necesario reconocer que la evaluaciem de la actividad verbal es
una de suma importancia en el diagnóstico inteleetual y neuropsicolOgico, Kaufman y Kaufman (1983), asi lo reconocen. La diferencia
es que ellos incluyen el contenido verbal en la medida de ajirovechamiento y no en la de inteligencia. Aunque esta separaciem ha sido criticada por algunas autoridades en el campo de la psicometria como
Anastasi (1984), es pertinente reconocer que tal separaciem tiene
implicaciones pricticas para el diagnOstico intelectual de grupos poblacionales particulares y grupos clinicos especificos. El rendimiento •
de los nirios de origen hispano en el K-ABC es una . buena evidencia
para sustentar dichos beneficios. Desde hace muchos afios los nirios
hispanos, al igual que otros nirios que difieren linguisticamente de la
muestra norn-lativa de las pruebas de inteligencia, han sido victimas
de etiquetas diagmisticas erremeas. En ocasiones las etiquetas ban implicado ubicación escolar inapropiada que han limitado seriamente
las posibilidades de nuestros nifios. .
El alto contenido verbal de las pruebas también puede afectar la
evaluaciem de los nirios que ban sido victimas de la privaciOn ambiental, Los nirios provenientes de ambientes con limitaciones sociales,
econOmicas y educacionales tienden a desarrollar formas particulares
de comunicaciem. Al exponerse a una situaciem evaluativa de alta
demanda verbal, el nirio con estas caracteristicas puede dejar de con72'
testar problernas para los cuales estaba preparado, pero el rnedio usado no facilita la respuesta de este. Podrfamos decir que en una situaciOn aniloga se encuentran los nirios con problemas en el lenguaje.
Una prueba de inteligencia con un alto contenido verbal no es apropiada para estimar la inteligencia de un nirio con problemas comunicolOgicos. Eso serfa similar a evaluar hi inteligencia de un nifio con
problernas motores usando una prueba con alto contenido motor.
Al observar las medidas principales de CI de los nirios estudiados
por Whitworth y Chrisman (1987), notamos que en el WPPSI el promedio tiende a ser mayor que en el K-ABC, en el caso de los nirios
angloamericanos. En este. estudio el CI de la escala total del WPPSI
fue de 107.5, mientras en el K-ABC fue de 101.9. No obstante en el
caso de nirios negros e hispanos 'los resultados de los estudios han sido diferentes. En el estudio presentado por Kaufman y Kaufman
(1983), con una mueStra de ninos negros, los promedios en la escala
total de ambas pruebas (WPPS1 y K-ABC( fueron de 96. En el estUdio
de Valencia (1984) los nirios hispanos lograron un promedio en el
WPPSI de 102.4 mientras en el K-ABC alcanzaron 104. En el estudio
de Whitworth y Chrisman (1987) las puntuaciones fueron de 102.1
y 100.0, respectivamente. Esta similitud es muy contraria a las deficiencias marcadas que tienden a presentar los nirios negros e hispanos de edad escolar en el WISC-R, en relaciOn a sus logros en el KABC. En la tabla 4.36 del Manual del K-ABC puede notarse que los
nitios negros e hispanos alcanzan un rendirniento de 15.9 y 11.2 puntos menos de CI, respectivamente, en relación a los nirios blancos
en el WISC-R. Por el contrario, estas diferencias en el K-ABC solo son
de 7.0 para los nifios negros y 3.1 puntos para los nifios hispanos.
De hecho, Kaufman y Kaufman serialan que su prueba es más apropiada para la evaluaciOn de nirios minoritarios o diferentes cultural y
lingrifsticamente a la población normativa.
Sin embargo, tal como lo evidencian los datos presentados previamente, no se observan diferencias al comparar los nirios negros e hispanos con los nirios - blancos en el WPPSI, de la misma magnitud a la
observada en el WISC-R. Kaufman y Kaufman (1983), explican que
la no actualizaciOn de las normas del WPPS1, las mismas son de 1967
(Wechsler, 1967), es la razOn' por la cual los nirios negros e hispanos
logran puntuaciones que son similares en esta prueba a las del K,
ABC. Podrfamos esperar entonces que unas nOrmas actualizadas del
73
WPPSI arrojarin diferencias similares con estos grupos a las diferencias observadas en el WISC-R.
Stanford-Binet. El SB es uno de los instrumentos de medici4n intelectual usado tradicionalmente para la evaluaci5n de niiios de edad
. preescolar (Terman y Merrill, 1972). Kaufman y Kaufman (1983),
presentan seis estudios con niiios de edad preescolar comparando el
K-ABC con el SB. Los diferentes indices de correlación entre el SB
y las diferentes'rnedidas del K-ABC fluctuaron de .15 a .79. El SB
correlacion6 mejor con la escala de aprovechamiento del K-ABC,
mientras la más baja correlación fue con la escala simultinea. Los
promedios de las dos escalas fueron muy similares: De los esttidios
presentados usando estas dos escalas no se identificó ninguno con
rnuestras de nifios de origen hispano.
McCarthy Scales of Children's Abilities (MSCA). La correlación
identificada del K-ABC con el MSCA es muy similar a la de la observada con los instrumentos presentados previamente. La mayor conelación entre ambos instrumentos fue entre el Indice Cognoscitivo General del MSCA y la Escala de Aprovechamiento del K-ABC (.79).
Los promedios de las dos escalas tambien son muy similares, aunque
con • algunas poblaciones los resultados pueden ser diferentes. Asi
fue demostrado en un estudio realizado con un grupo de niiios con
problemas del habla. En este estudio Ricciardi y Voelker (1987)
compararon tres grupos: a) nirios con problemas de conducta,
b) niiios con problemas del lenguaje, c) grupo comparativo normal.
Al comparar la medida ,principal del K-ABC con la del MSCA no se
encontraron diferencias significativas entre los grupos, excepto para
el gmpo de niiios con problemas del habla. El promedio para este
grupo en el MSCA fue de 64.7 mientras en el K-ABC fue de 79.1. Como puede observarse las diferencias entre ambas puntuaciones es
prOxima a una desviación estindar. Los autores concluyen que el
K-ABC parece ser un instrumento más favorable que el MSCA para
la evaluación de los niiios con problemas del habla. Aunque en la
literatura revisada no se identificaron estudios con poblaciones similares comparando el K-ABC con el WPPSI o con el SB, dado el
alto contenido lingilistico de estas pruebas, podriamos suponer resultados similares.
La evidencia de datos presentados en la investigaciOn ya citada de
Ricciardi y Voelker (1987) sustenta que el K-ABC resulta en un instrumento rns apropiado para evaluar Ia inteligencia de niiios que pre74
sentan problemas del 'labia. Cathy Telzrow (1984), una de las autoridades más prominentes en la evaluación del nifio preescolar, expone
que la escala no verbal del K-ABC y la prueba en general puede resultar muy ütil para el diagnOstico diferencial de nifios que sufren condiciones tales como: retardación mental, privación ambiental y problemas especificos de aprendizaje.
Adernis de los beneficios que pueden resultar del uso de una bateria de inteligencia de bajo contenido verbal como el K-ABC para la
evaluaciOn del nifio bilingrie y el diagnOstico diferencial de categorias
clinicas especificas; resulta de suma importancia también considerar
el potencial de pruebas como estas para adaptarse de una cultura a
otra sin cambios sustanciales en su contenido. Una adaptaciOn de
WPPSI, del SB o del MSCA: sin cambios sustanciales seria imposible.
Esa fue la experiencia de Roca (1955), en su adaptación del WISC para ninos puertorriquerios y de Martin (1977), al adaptar el WISC-R
con una muestra de nirios hispanos en Florida. Las pruebas de mucho
contenido verbal no solo requieren cambios al adaptarse de un lenguaje a otro, ya adaptada a otro lenguaje requieren cambios sustanciales para usarse de un pais a otro. Un buen ejemplo de ello lo es
la adaptaciOn del WISC-R al espariol hecha por Martin. Prewitt
(1987), al examinar el contenido y orden de dificultad de los items
de esta adaptaciOn encuentra que varios de estos no resultan apropiados para los nirios puertorriquerios. Podernos suponer entonces que
mientras mayores sean las diferencias sociales y culturales, mayores
serán los cam bios del contenido verbal de una prueba de inteligencia
al adaptarse de un pais a otro, aim cuando ambos paises usen el mismo lenguaje.
75
Conclusiones y Recornendaciones
1. La literatura revisada sustenta la validez y confiabilidad del
K-ABC. Dichas medidas en las edades preescolares son comparables
a las del WPPSI, SB y las del MSCA.
2. Los nifios de edad preescolar de origen hispanos alcanzan puntuaciones en la medida de inteligencia del K-ABC que son similares
a las de los nifios angloamericanos.
3. El contenido verbal del K-ABC es sustancialmente menor que
el de las pruebas usadas actualmente en Puerto Rico para la evaluaciOn del nifio de edad preescolar.
4. La estructura del K-ABC facilita la evaluación de la inteligencia de nifios con problemas del habla y auditivos, de nifios bilingues
y con privaciOn cultural. Ademis puede facilitar el diagnOstico de
difcrencial entre ciertas condiciones del desarrollo.
5. Podriamos hipotetizar que el rendirniento de los nifios puertorriquefios en el K-ABC sera más representativo de estos que el
rendimiento observado en las pruebas usadas actualmente.
6. El K-ABC parece ser un instrumento más fácil de adaptar de
una cultura a otra que los instrumentos disponibles actualmente para
la evaluacihn del nifio de edad preescolar. Es necesario corroborar
empiricamente los juicios emitidos en estas conclusiones.
76
RE FERENCIAS
Anastasi, A. (1984). The KABC in historical and ,contemporary perspective. The
Journal of Special Education, 18, 357-366.
I lerrans, L.L. (1985). Psicologia y mediciOn. Mexico:. Limusa.
Kaufman, A.S. & Kaufman, N.L. (1983). Kaufman assessment battery for
children: Interpretive manual. Circle Pines, MN: American Guidance Service.
Lyon, M.A. & Smith, D.K. (1986). A comparison of at-risk preschool children's
performance on the K-ABC, McCarthy Scales, and Stanford-Binet. Journal of
Psychoeducational As3essment, 4, 35-43.
Martin, P.C. (1977). A spanish traslation, adaptation, and standarization of the
Wechsler Intelligence Scale for Children-Revised. Tesis doctoral no publicida,
UniverSity of Miami.
McCarthy, D. (1970). McCarthy scales of children's abilities: Manual. New
York, New York: The Psychological Corporation.
Mercer, J.R. & Lewis, J.F. (1979). System of munticultural pluralistic assessment. New York: Psychological Corporation.
Padilla, E.R. Roll, S. & GOmez-Palacio, M. (1982). The performance of mexican
children and adolescents on the WISC-R. Interamerican journal of Psycholo, gy, 16, 122-128.
Prewitt, J.D. (1987), julio). Linguistic applicability of the Wechsler Intelligence
Scale for Children-Revised (WISC-R) for migrant and non migrant Puerto Rican children. En M. Sole (Coordinadora), Pruebas Psicológicas. Simposio durante el XXI Congreso Interamericano de Psicologia, Cuba.
_
Prewitt, J.O. .Rodriguez, M.D. & Rivera, D.R. (1986). Educational and Psycho.
logical Measurement, 46, 3 6.
Prewitt, J. b. & Rodriguez, M.D. (1986). Reliability of an experimental
version in spanish of the WISC-R with Puerto Rican children 9-5 to 13.1
years of age. Psychological Report, 58, 271-275.
Prewitt, J.O., R
-
77
Ricciardi, P.W. & Voclker, S.L. (1987), agosto). Measuring cognitive skills of
language impaired preschoolers with K-ABC. Trabajo presentado en la Convención de la American Psychological Association. New York, New York.
Roca, P. (1954). Problems of adapting intelligence scale from one culture to
another. Trabajo presentado en la Convención de la American Research
Association, Atlantic, New Jersey.
Sanchez, G.I. (1934). Bilingualism and mental measurement. Journal of Applied
Psychology, 18, 765-722.
Sattler, J. (1982). Assessment of children intelligence and special abilities. Roston, MA: Ally and Bacon, Inc.
Telzrow, C.F. (1984). Practical applications of the K-ABC in the identification
of handicapped preschoolers. The Journal of Special, 18,311-324.
Terman, L.M. & Merrill, M.A. (1972). Stanford-I3inet Intelligence Scale. Boston:
Houghton Mifflin Company.
Thorndike, R.L. Hagen, E.P. .Sattler, J.M. (1986). Stanford-Binet Intelligence
Scale. Chicago: The Riverside Publishing Company.
Valencia, R.R. (1984). Concurrent validity of the Kaufman Assessment Battery
for Children in a sample of mexican-american children. Educational and Psychology Measurement, 44,365-372.
Wechsler, D. (1967). Wechsler preschool and primary scale of intelligence. New
York, New York: Psychological Corporation.
Wechsler, D. (1974). Wechsler intelligence scale for children revised. New York,
New York: Psychological Corporation.
Witworth, R.H. & Crisman, S. M. (1987). Validation of the Kaufman Assessment
Battery for Children comparing anglo and mexican-american preschoolers.
Educational and Psychological Measurement, 47, 695-702.
73
Voltunen 3 Ntimero 1 _ 1988
Ciencias de la Conducta
• EVALUACION DEL AUTO—CON CEPTO EN ESTUDIANTE8
DE EDUCACION BASICA
Carlos Rutz Bolivar, Ph. D.
RESUMEN
El presente estudio tuvo por objeto desarrollar la primera etapa de
la escala AC- 2000 para evaluar el auto-concepto de estudiantes de
Educaciim 'Usk& La muestra estuvo constituida por 242 estudiantes
de sexto grado, de ambos sexos, con una edad promedio de 12 arios,
de estrato socioeconômico medio y bajo, y pertenecientes a seis planteles escolares (pfiblicos y privados) de Ciudad Guayana.
La tecnica del Aniilisis Factorial, utilizado en el examen de los datos, permitiO identificar tres factores que determinan la extructura de
la escala. Dichos factores representan las tres dimensiones del autoconcepto que fueron postuladas en la planificaciOn del instrumento;
tales dimensiones fueron: a) el auto-concepto social; b) el auto-concepto escolar; y c) el auto-concepto-personal. El estudio tecnico de la
escala indica que la rnisma posee las caracteristicas de validez y confiabilidad apropiadas para los fines que persigue dicho instrumento.
Diferentes autores (Coopersrnith, 1967, Muller y Leonetti, 1974;
Felker, 1974; Gage y Berliner, 1984, entre otros) han coincidido en
que el auto-concepto o auto-estima es una manifestaciOn de la personalidad del individuo que se expresa en la vision global .que l tiene
de si mismo, en su aceptaciOn y valoraciOn personal, en la percepciOn
de su competencia, habilidad y aptitud, y en la percepciOn de su
aceptaciOn por sus comparieros de grupo. Se trata de una caracterfstica del sujeto, cur) desarrollo se inicia en el hogar, a traves de la interacciOn madre (padre) - hijo y continua su fortalecimiento en la escuela, medlante la interrelaciOn docente-alumno y alumno-alumno.
Coopersimth (19137) ha identificaclo cuatro factores determinantes
en el desarrollo de la auto-estima; estos son: a) la cuota de respeto,
aceptaciOn y trato adecuado que un individuo recibe de otros; b) la
79
historia de exitos y fracasos, y el estatus social; c) la interpretaciOn
y modificaciOn de la experiencia de acuerdo con los intereses y valores del individuo; y d) la forma personal de responder a la devaluaciOn del yo. Todo ello pone de manifiesto la naturaleza del auto-concepto, como una caracteristica aprendida, resultado del proceso de
socializaciOn del individuo durante sus primeras etapas de la vid a.
Coopersmith, tambien ha identificado diferentes niveles de autoconcepto: alto, medio y bajo. Las caracteristicas que identifican a
los sujetos del piirner grupo son: dinamismo, gran expresividad, exitosos, con frecuencia ejercen el rol de lider, y tienen una expectativa
positiva de su relaciOn con terceras personas. El segundo grupo se caracteriza por ser individuos optimistas, flexibles y receptivos ante la
critica de terceros, tienden a ser inseguros en la auto-estimaciones de
valia personal y a depender mucho de la aprobaciOn social y de experiencias que los conduzcan al esclarecimiento, de su auto-evaluación.
Los individuos del tercer grupo, o de auto-estima baja, se caracterizan
por ser personas frecuentemente desanimadas, depresivas y pesimistas, tienden a estar aislados, son poco comunicativos e inseguros, se
sienten debiles para veneer sus deficiencias, participan poco en el
grupo, son muy sensibles a la critica y se preocupan principalmente
de problem as internos.
Los estudios realizados en el area del auto-concepto, indican que
esta variable esta asociada con el nivel de exito que los estudiantes
obtienen en sus actividades academicas (Coopersmith, 1967; Klausmier y Goodwin, 1966). En este sentido, Torrence (1962), ha seiialado que la auto-estima del sujeto se fortalece cuando los docentes estimulan la valoraciOn personal y la creatividad, y se utilizan progamas
y metodos flexibles para el aprendizaje en la escuela.
Por otra parte, Wattenberg y Clifford (1964), han reportado que
los estudiantes que tienen un auto-concepto bajo en el preescolar,
tienden a tener una ejecuciOn academica significativamente más baja
que sus cornpalieros con un auto-concepto alto, independientemente
de su nivel intelectual. Resultados similares han sido reportados por
otros investigadores (Reeder, 1955; Hill y Sarason, 1066, McDavid,.
1959), en estudios realizados con muestras de estudiantes de educachin elemental, secundaria y superior.
No obstante la asociaciOn significativa reportada en la literatura
entre el auto-concepto y el Rendimiento Academico Estudiantil
(RAE), parece dificil sostener la existencia de una relaciOn de.causa80
lidad entre estas dos variables. Hallazgos experimentales han demostrado que si biert es cierto que la utilizaciOn de programas instruccionales que hacen enfasis en el mejoramiento de la calidad de la enseiianza, aumentan no solo el RAE sino que increnientan substancialmente el auto-concepto, cuando se han utilizado programas dirigidos
.a mejorar directa mente esta variable, tal efecto no ha sido transferido al R9E (Corno, Mitman y Hedges, 1981). Por otra parte, Scheirer
y Kraut (1979) revisaron 26 estudios en esta area y concluyeron lo siguiente:
En todas las teorias revisadas (en esos estudios) el auto-concepto es visto como una variable que necesariamente interviene
entre varias fuentes de formaciOn del auto-concepto y la ejecuciOn del estudiante en las medidas del rendimiento academiCo.
Estas teorias son falsas . . . Una interpretaciOn alternativa es
que ,el cambio en auto-concepto probablemente sea la consecuencia de un mejoramiento sostenido del rendimiento academico, acompariado de aprobaciOn social, más que una variable
interviniente necesaria para que el rendimiento pueda ocurrir
(p. 14).
De acuerdo con lo anterior, es evidente que el tipo de relaciOn
existente entre el auto-concepto y el RAE no ha sido suficientememente aclarado todavia, a pesar de ello, pareciera que la acciOn de la
escuela podria afectar positiva o negativamente el auto-concepto del
nirio; por tal motivo es recomendable que la practica educativa del
docente este deliberamente dirigida no sOlo a la transmisiOn del contenido . curricular, sino tambien orientada a mejorar el area psicoafectiva del estudiante, como seria el caso del auto-concepto, dentro
del objetivo de formaciOn integral del alumni:), que establece la Ley
de EducaciOn vigente. En este sentido, Gillman (1969) ha argumentado que el desarrollo de un auto-concepto positivo es un pre-requisito necesario para el logro academico y deberia constituir uno de
los objetivos pritkipales de todas las escuelas que desean formar ciudadanos productiws. En este mismo sentido Lipton (1963) ha senalado que:
Las raices del deseo de aprender son profundas y provienen de
diversas fuentes. El desarrollo de la auto-dignificaciOn y de la
autovaloraciOn, es una de esas fuentes más importantes, conocerse a si rnismo y auto-valorarse contribuye poderosamente al
desarrollo de un estudiante cdpaz, curioso y maduro (p. 211).
81
Diferentes evidencias en la literatura indican que los docentes pueden afectar el auto-concepto de sus estudiantes (Stainers, 1956; Davidson y Lang, 1960). Por ello, es necesario que los educadores comprendan los mecanismos que determinan el desarrollo del auto-concepto en el nirio. Esto es particularmente hnportante pando se trabaja con alumnos que provienen de areas con privaciOn sociocultural
y econOrnica. La literature ha mostrado que este tipo de sujeto tiende
a desarrollar un auto-concepto negativo lo cual, en.parte, esta asociado con su bajo desemperio intelectual y con su frecuente historia de
fracasos escolares (Feuerstein, 1971 ; Feuerstein, Rand, Hoffman y .
Miller, 1980).
El propOsito de este estudio fue desarrollar un instrumento que
permitiera al maestro evaluar tempranamente, de manera confiable y
valida, el auto-concepto de los niiios de sexto grado de EducaciOn Basica, a objeto de identificar aquellos alumnos que tengan un autoconcepto bajo, a fin de planificar las acciones que fuesen necesarias
para su modificaciOn sistematica y eficiente, como parte del proceso
de educaciOn integral.
Este instrumento viene a llenar un vacio en esta area, ya que aun
cuando existen otros similares (\Tease Cooprsmith, 1959, Muller y
Leonetti, 1974; Salon de Bustamante y Morales de Rornero, 1984),
los mismos no estin adaptados al sector de la poblaciOn escolar venezolana al que intenta servir el presente instrumento.
Este estudio constituye una primera etapa en el desarrollo de este
instrumento, el cual se publica con catheter experimental. En esta
etapa, se ha utilizado solamente una muestra de estudiantes de sextb
grado; para el futurO prOximo, la misma seth ampliada a sujetos de
cuarto y quinto grado de EducaciOn Basica.
METODOLOGIA
IVIUESTRA
• El estudio fue realizado con base en una muestra de N= 242 sujetos de ambos sexos, de estrato socioeconOmico medio y bajo, estudiantes de sexto alio de EducaciOn Basica, de seis planteles (tres püblicos y tres privados) de Ciudad Guayana (Estado Bolivar).
82
INSTRUMENTACION
&eala AC -2000. La version inicial de este instrumento fue discriada para reflejar tres factores del constructo objeto de estudio. Esse refieren a los siguientes dominios: a) Social, reto
ferido a la auto-percepciOn del nifio sobre su grado de aceptaciOn pot
sus comparieros de estudio dentro y fuera de la escuela; b) personal,
el cual refleja el grado de conochniento y aceptación que el nirio tiene de si mismo, como persona; incluye, adema's, la auto-visiOn de su
eqado emocional y su nivel de independencia para actuar, y c) escolar, el cual se refiere a la auto-percepciOn del nirio sobre su habilidad
para desemperiarse con exito en las tareas y actividades de la vida escolar. Estos componentes estaban representados por 10 itemes cada
uno para un total de 30 reactivos que compendia el instrumento en
SU primera versiOn.
La escala fue concebida como un instrumento de lipiz y papel, de
auto-administraciOn, a traves del cual el sujeto expresa el grado en
que cada item describe cOmo el se percibe en cada caso. Los itemes
de la escala estfin balanceados en cuanto al annero de reactivos que
describen un auto-concepto deseable en el nirio. Cada item respondido en la direcciOn esperada se califica con un punto y la sumatoria
de cada uno de ellos forma la calificaciOn final que cada sujeto obtiene en la escala.
Inventario de auto - estitna. Con el propOsito de determinar la validez concurrente de la escala AC-2000, se administrO a la misma
muestra de sujetos, el Inventario de auto-estima de Coopersmith
(1967). Este ;es un instrumento de papel y lpiz que consta de 58
reactivos, organizados en cuatro sub-escalas que reflejan diferentes
dimensiones del auto-concepto, como son: el auto-concepto general,
social, familiar y academico. l'arà responder, el sujeto debe leer una
oraciOn que describe una situaciOn referida a su'auto-percepciOn en
cada una de las dimensiones que cubre el instrumento, y luego, indicar si dicha situación es "igual a mi" o "diferente a mi". La confiabilidad del instrumento es de .88 (metodo test-retest), obtenida con
estudiantes de sext o grado de escuela elemental.
PROCEIMMIENTOS
• El desarrollo de la escala se IlevO a efecto, siguiendo los procedimientos siguientes: a) conceptualizaciOn del constructo, a partir de
83
una amplia revision de la literatura; b) operacionalizaciOn del constructo mediante la formulaciOn de 30 reactivos que constituyeron la
yersiOn inicial de la escala; c) evaluaciOn de la validez de contenido,
utilizando el criterio de jueces expertos; d) administraciOn de la versiOn inicial de la escala en una muestra de estudiantes de sexto grado de EducaciOn Bisica; y e) procesamiento y anglisis electrOnico
de los datos para, determinar la consistencia interna de la escala, asi
mismo su validez constructiva, de criterio y concurrente.
ANALISIS DE LOS DATOS
Se utilizO la tecnica del Análisis Factorial de Componentes Prin.
cipales para determinar la validez de constructo de la escala (Nunnally, 1967). La matriz factorial generada inicialmente, fue rotada
octogonalmente, de acuerdo con el metodo Varimax propuesto por
kaiser (1958). Se realizO un anfilisis de itemes con base en los resultados del Anilisis Factorial. En tal sentido, se utilizO el criterio de
una correlaciOn igual o mayor que r =- :,40 de cada item con el factor respectivo y una baja correlaciOn (igual o menor que: r= .20) del
mismo item con los otros factores. Este procedimiento es equivalentp
al que utiliza grupos extremos para determinar la discriminaciOn de
los itemes (Guartin y Bailey, 1970).
Por otra parte, se estableciO la confiabilidad de la escala, mediante el metodo Alpha -Cronbach. Igualmente, se estimO la validez de
criterio y concunente del instrumento. Para el primer -caso se conelacionO los puntajes de la escala AC-2000 con las calificaciones escolares de . los alumnos; mientras que el segundo, los puntajes de la escala fueron correlacionados con el desemperio de los sujetos en el Inventario de auto-estima desarrollado por Coopersrnith (1967).
RESULTADOS
Los resultados obtenidos en, el desarrollo de la presente escala
han sido agrupados en tres secciones: a) estructura de la escala; b)
confiabilidad y valiclez; y c) auto-concepto, estrato socio-econOmico y genero. Estas secciones se describen a continnaciOn:
84
LA ESTRUCTURA DE LA ESCALA
La soluciOn factorial obtenida para la escala AC-2000, permitiO
corroborar la existencia de tres factores componentes de dicho instrumento, como fue postulado inicialmente en el proceso de concepción y planificaciOn del mismo. Estos factores representan las
siguientes areas del auto-concepto: Social (6 itemes), Personal
(6 itemes) y Escolar (9 itemes). Es decir, la escala quedô reducida
a 20 reactivos, de los 30 originales, una vez que se aplicó el criterio
establecido para la retenciOn de los itemes que finalmente formarian la escala (ver Tabla 1)
Por otra parte, si se observa la Tabla 2, se puede apreciar la matrix de intercorrelaciiin entre las sub-escalas, el puntaje total, y variables tales como la auto-estima y el rendimiento academico. Como se puede notar las correlaciones de las sub-escalas, entre si, obscilan entre .30 y .48, las cuales fueron estadIsticamente significativas (p < .01). Igualmente, se nota que las correlaciones entre las
sub-escalas y el total son altas y significativas. Por otra parte, se
aprecia que las correlaciones entre las sub-escalas y el rendimiento
académico, y entre éste y el auto-concepto total, son moderadas
y significativas (p <.01). Finalmente, se destaca la correlaciOn entre
las puntuaciones totales de la escala AC-2000 y del Inventario de .
auto-estima, la cual fue de 0.79.
CARGAS FACTORIALES DE LOS 20 ITEMES DE LA ESCALA
AC-2000 DESPUES DE LA ROTACION V ARIMAX
ITEM
Carps Factoriales
III
II
I
FACTOR 1: Autoconcepto Social
3. Yo suelo gustar a la gente
6.. Mis comparieros lo pasan bien estando
con migo
16. Mis comparieros suelen seguir I-pis ideas .
22. Mis cornparieros se meten conmigo muy
85
.51
.03
.06
.63
' .49
.07
.08
.01
.00
CONTINUACION
a menudo
26 Siento que mis comparieros de clase me
rechazan
27. Mis comparieros de clase piensan que no
soy un buen estudiante
.48
.04
.09
.64
.03
.10
54
.00
.05
.15
.52
.12
10
.43
.10
.06
.45
.08
.11
.54
.11
.07
.57
.01
.01
.55
.06
.05
.140
.02
.09
.10
.13
.07 (
.43
.48
.03
.03
.58
.00
.01
.04
.00
.10
.00
.02
.04
.4-3
.47
.56
.41
FACTOR 2: Autoconcepto Escolar
4. Me resulta muy dificil hablar de la clase
8. Realizo mis tareas escolares lo mejor que
puedo
12. A mi me gusta que me pregunten en
clase
25. La niayoria de mis comparieros son más
inteligentes que yo
28. Cuando estudio no me siento seguro de
comprender lo que leo
29. Con frecuencia tengo dificultades para
comprender lo que el maestro explica en
clase
30. Cuando presento un examen tengo confianza en que voy a salir bien
FACTOR 3: Autoconcepto Personal
1. Yo me siento bastante seguro de mi
mismo
2. A veces yo deseo ser otra persona
5. Hay cantidad de cosas acerca de mi mismo que yo carnbiaria si fuese posible
7. Siempre necesito que alguien me diga lo
que debo hacer
9. Casi siempre estoy contento
10. Yo me conozco a mi mismo
13. Generalmente yo me las arreglo solo
36
Tabla 2
MEDIA, DESVIACIONES ESTANDAR Y MATRIZ DE
INTERCORRELACION DE LO DIFERENTES FACTORES
DE LA ESCALA DE AUTOCONCEPTO, EL AUTOCONCEPTO
TOTAL Y EL RENDIMIENTO ESCOLAR
VAR IAB LES
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Autoconcepto Social
Autoconcepto Escolar
Autoconcepto Personal
Autoconcepto Total
Rendimiento Escolar
Auto-estima
M
DE
2
3
4
5
4.50
5.18
4.83
13.63
13.00
44.50
1.30
1.55
0.91
3.11
2.37
5.32
.48
.43
.30
.85
.78
.63
.45
.60
.32
.43
6
.40
.30
.41
.79
.32
-labia 3
COEFICIENTES DE CONFIABILIDAD Y ERROR ESTANDAR DE
MEDICION PARA LA ESCALA DE AUTOCONCEpTO Y SUS FACTORE$
Factor
r tt (*)
EEm
Social
Escolar
.79
.78
.72
.84
0.61
0.73
0.48
1.28
Personal
Total
(*) Alpha -Cronbach
87
CONFIABILIDAU Y VALIDEZ
La Confiabilidad de la escala (método Alpha-Cxonbach) y el error
estandar de mediciOn se reportan en la Tabla 3. Como se puede
apreciar, los coeficientes oscilan entre .72 y .79 pin la sub-escala,
y alcanzó a .84 para la escala total. Igualmente, el error estandar de
medición oscilO entre .61 y 1.28 para las sub-escalas y la escala total
respectivamente.
Por otra parte, la validez del instrumento se obtuvo a traves de .varios metodos: a) validez de contenido, mediante Ia utilizaciOn del criteria evaluativo de jueces expertos; b) validez constructiva, a través
del anfilisis factorial; c) validez concurrente, para lo cual se obtuvo la
correlación entre los puntajes de la escala AC-2000 y el Inventario
de auto-estima de Coopersmith (1967) la cual fue de .79; y d) validez
de criteria, mediante la correlación entfe los puntajes totales de la escala y las notas escolares, la cual fue de de .43 (ver Tabla 2).
AUTO—CONCEPTO, ESTRATO SOCIOECONOMICO Y GENERO
Con un propOsito exploratorio se examine la relación existente entre el estrato socioeconómico y el auto-concepto. Se pudo comprobar que los sujetos del estrato bajo tienden a tenet un auto-concepto
más desfavorable (M = 12.90) que sus pares del estrato media de la
población (M =14.33). Esta diferencia fue estadIsticamente significa;
tiva, coma lo indica la t(240) - 177, p‹.01 . Sin embargo, no se
observe, diferencias significativas en auto-concepto en cuanto al genera de los sujetos (ver Tablas 4 y 5)
88
Tabla 4
DIFERENCIA EN AUTOCONCEPTO DE ACUERDO CON EL
ESTRATO SOCIOECONOMICO DE LOS SUJETOS
ESTRATO SOCIO—ECONOMICO
M
DE
.n
MEDIO—ALTO
BAJO
14.33
3.21
133
12.90
2.88
109
277 *
Tabla 5
DIFERENCIA EN AUTOCONCEPTO DE ACUERDO CON EL GENERO
DE LOS SUJETOS
M
DE
n
GENERO
MASCU LINO
FEMENINO
13.58
3.26
122
13.08
2.75
120
89
n.s.
DISCUSION
Tres resultados principales se destacan en el presente estudio. Primero, se confirmO la estructura trifactorial de la escala en la cual, a pesar de que cada sub-escala evalua una dimension distinta del autoconcepto, las mismas presentan una intercorreladOn adecuada, entre
si y entre cada sub-escala y la escala total, determinada por la varianza comün de los itemes. Ello hace suponer la existencia de un autoconcepto general, representado por la totalidad de los reactivos del
instrumento, que es comUn a cada uno de los factores o dimensiones
expecificas del auto-concepto. Este enfoque multifactorial del constructo en referencia ha sido planteado tambien en otras escalas similares (Coopersmith, 1967; Muller y Leonetti, 1974) los cuales han
arrojado resultados semejantes.
En segundo lugar, se ha evidenciado que la escala posee las caracteristicas técnicas de validez y confiabilidad apropiadas, lo cual le
convierte en un instrumento adecuado para medir de manera consistente el constructo que intenta evaluar. Finalmente, los resultados
del estudici han revelado que los estudiantes se distribuyeh diferencialmente en auto-concepto, de acuerdo con el estrato socioeconómico de pertenencia, lo cual estfi asociado con el nivel de rendimiento academico. Tal hallazgo podria ser una indicaciOn de los diferentes estilos de crianza que reciben los sujetos, de acuerdo con su estrato socioeconOmico; igualmente, podria reflejar el efecto diferencial del sistema escolar en la formaciOn integral del sujeto, en funchin de los circuitos de escolarizaciOn a traves de los cuales cursan
sus estudios, como han evidenciado recientemente Bronfenmajer y
Casanova (1986).
En conclusion, se cree que esta escala puedo ser un valipso instrumento de diagnOstico que permita identificar tempranamente
a aquellos alumnos que requieren de una mayor atenciOn y dedicaciOn en el proceso de ayudarles a mejorar su auto-concepto. Sin
embargo, dado lo preliminar de este estudio si cree conveniente
la utilizaciOn experimental de dicho instrumento hasta tanto se realicen los estudios complementarios de validaciOn cruzada en muestras de mayor tarnafio y heterogeneidad, a fin de establecer los
criterios normativos definitivos para su uso por parte de los especialist as correspo ndientes.
90
REFERENCIAS
Bronfenmajer, G. y Casanova, R. (1986). La diferencia escolar. Caracas: Kapelusz Venezolana.
Coopersmi th, S. (1959). A method for determining self-esteem. Journal of abnormal and social Psychology. 59,8794.
Coopersmith, S. (1967). Antecedents of self esteem. San
Francisco, CA: W. I-I. Freeman.
Corno, L. Mitman, A. and Hedges, L. (1981) The influence
of direct instruction on student self-appraisals: A hierarchical analysis of treatment and aptitude treatment interaction effects. American Educational Research Journal,
18 (39), 189-191.
-
Davidson, H. H. and Lang, G. (1960). Children's perceptions
of their teachers feelings toward them related to self-perception, School achievement, and behavior. Journal of
Experimental Education. 20 (107), 118-188.
Felker, D. W. (1974). Building positive self-concepts. Minneapolis: Burges.
Feuerstein, R. (1971). The redevelopment of the socio-culturally disadvantaged adolescent in group care. En M.
Wolins and M. Goltesman (Eds). Groups Care, An Israeli
Approach. New York: Gordon and Breach.
Feruestein, R. Rand, Y, Hoffman, M. B. and Miller, R.
(1980). Instrumental Enrichment. Baltimore; University
Park Press.
Gage, N. L. and Berlinen, D. C. (1984). Educational Psychology (3rd ed). Palo Alto, Ca: Floughton Mifflin.
Gillman, G. B. (1969). The relations between self-concept,
intelectual ability, achievement, and manifest anxiety
among select groups of Spanish Surname Migrant Students in New Mexico. Eric No. ED 0190723.
Guertin, W. H. and Bailey, J. P. (1970). Introduction to modern factor analysis.
Ann Arbor, Michigan: Edwards
Brothers.
Hill, K. T. and Sarason, S. B. (1966). The relation of test
anxiety and defensiveness to test and school performance
over the elementary school years. Monographs of the
Society for research in child Development. 31 (2). 1-76.
91
Kaiser, H. F. (1958). • The varimax criterion for analytic
rotation
in factor analysis. Psychometrilor„ . 23, 187-200. .
_
Klausmeier, H. J. and Goodwin, W. (1964 Learning and
human abilities: Educational Psico logy. New York:
Harper and Row.
Lipton, C. (1963). Cultural heritage and the relationship to
self-esteem Journal of Educational Sociology. 36, 23-212.
McDavid, J. (1959). Some relationships between social reinforcement and sholastic achievement. Journal of Consulting Psychology 23, 151-154.
Miller, D. G. and Leonetti, R. (1974). Primary self concept
inventory: Technical Report. Austin, Texas: Leaning
concepts.
Nunnally, J. C. (1978) Psychometric Theory,, New York: Mc
Graw - Hill.
Reeder, T. A. (1955). A study of some relationships between
level of self-concept, academic achievement, and classroom adjustment. Dissertation Abstracts, Vol. 15,
p. 2472.
Salom de Bustamante, C. y Morales de Romero, M. (1984).
Auto estima general y academica: Conceptualizacihn y
medicihn. Mérida: Laboratorio de Psicologfa (ULA).
Scheirer, M. A. and Kraut, R. E. (1979). Increasing educational achievement via selgoncept change. Review of
Educational Research. 49, 131-150.
Staines, J. W. (1956). Self-picture a self factor in the classroom. British Journal of Psycology, 28, 111-188.
Torrance, E. P. (1962). Developing creative thinking through
school experience. En S. J. Parnes and H. P. Harding
(Eds.). A source hook for creative thinking. New york:
Scribner.
Wattenberg, W. W. and Clifford C. (1964) Relations of selfconcepts to beginning achievement in reading. Child
Development, 35, 461-467.
92
Volumen 3 Ntimero 1 _ 1988
Ciencias de la Conducta
RESERA SOBRE LA CONFERENCIA DE SALVADOR MINUCHIN:
Hada un ansfilsis critico de la Terapla de Familia
Maria T. Margarida uIiâ, Psy. D.
Centro Carlini-10 de Estudios Postgraduados
La terapia de farnilia comenzb en los afios 50 como una tecnica
experimental que se ha ido transforniando con el pasar del tiempo en
un campo academicamente definido en los Estados Unidos, Europa
y Latinoamerica..Los temas. predominantes en la literatura de terapia
de familia .desde su concepciOn han sido la consolidaciOn y autonomia del campO asi como la proliferacion de diferentes verdentes
teOrica y pricticas.
La vision sistematica logrO ayudar a trascender la concepciOn de la
patologia basada en el individuo, ampliando.el marco de referencia
al incluir el rot-del contexto familiar en la forrnación y mantenimiento de la sintomatologia individual. Sin embargo, recientemente varios
terapistas de familia han denunciado . la tendencia del campo de terapia de familia de ignorar la relaciOn entre las dinamicas sociales en el
desarrolto de la disfunciOn familiar (Avis, 1985; Goldner, 1985; Bernal e- Ysen, 1986). Estos autores han enfatizado la importancia de
examinar el contenido y elementos ideolOgicos clue refuerzan y reproducen patrones de con-lucta que son opresivos y poco sensitivos a
las neeesidades de los miembros farniliares, particularmente las mujeres. Esta reseria sobre la reciente conferencia de Salvador Minuchin
en Noviembre de 1087 . en Puerto Rieo, intenta examinar el material
didactico presentado a la luz del analisis critico mas reciente sobre la
practica y la teoria en terapia de familia. -La autora parte de la premisa que la terapia .de familia, como todo modelo terapeutico, necesita
incorporar un proceso de autocritica parA transformat aquellos elementos ideolOgicos y practicos que resulten ser limitantes y restrictivos para asi.dar lugar a una practica verdaderamente transformadora. Pdmero presentare un breve resurnen de la literatura que incorpora un anilisis de la presentaciOn del Dr. Minuchin.
El grupo más activo en Cuestionar el impacto dc la ideologia y la
prictica de la terapia de familia ha sido el Proyccto de Mujeres en
Terapia de Familia originado por Betty Carter, Olga Silverstein,
Peggy Papp y Marianne Walters alrededor de 1979. Estas mujeres comenzaron cuestionar los conceptos mas cotmmes y aceptados en el
93
campb. Por ejemplo, la idea de que los roles y las funciones de los
miembros en las familias .se pueden entender y tratarse sin hacer referencia , al contexto social, econOmico, politico e histOrico el cual or-,
ganiza las expectativas de lOs individuos en base a su género (Avis,.
1986). El. argumento dcl grupo estriba en denunciar la tendencia a
identificar la disfunciOn familiar fuera del contexto histOrico y Social,
ubicindolo estrictamente dentro de las relaciones interpersonales de
la familia. Resulta irOnico el hecho de que en pocas ocasiones se extiende el paradigma sistemico . de manera que incluye las fuerzas
sociales que moldean las relaciones familiares. Factores como género,
clase, y procesos histOricos se tienden a excluir de todo.analisis te6rico e intervenciOn (Bernal e Ysern, 1986).
Una de las labores del grupo ha sido evaluar cOrno las intervenciones de familia pueden servir para mantener o cuestionar las desigualdades del sistema patriarcal. De este modo el Proyecto de Mujeres
•estableciO las bases para el desarrollo de la crItica feminista sobre la
•teoria y la practica de terapia (le familia.
Entre algunas de las criticaS principales que hace la literatura feminista a la practica de terapia de familia estan los siguientes puntos:
1) La tendencia a culpar a las mujeres por los problemas y la disfunciOn de los rniembros familiares, a la vez que las hacen. responsables
por cambiar y resolver los mismos (Bogard, 1984; Layton, 1984;
Wheeler; 1985). 2) La tendencia intencional o no intencional a reforzar roles estereotipados y conductas tradicionales en las relaciones
hombre-mujer como el arreglo más funcional para las familias. Esta
tendencia implIcita no toma en cuenta las consecuencias del proceso
de socializaciOn tradicional de las mujeres y hombres en el desarrollo
de la disfunciOn familiar (Avis, 1986). 3) Otra preocupaciOn feminista es la tendencia de los terapistas de familia en ignorar o negar los
aspectos politicos .de lo qiie hacen. Por ejemplo, se tiende a asumir
que las intervenciones y actitudes sobrelas relaciones hombre-niujer
son libres de contenidO valorativo ya que el objetivo es intentar resolver el conflicto en la estructura e interacciOn familiar de manera tecnica. Esto esta basado en el viejo principio de "el fin justifi&: los
medios". En contraste con esta posiciOn, la critica feminista conclutye que el poder es un factor inherente en la relaciOn terapeutiea y
que los terapistas no pueden evitar expresar valores, por lo tanto la
neutralidad terapéutica es un mito imposible y peligroso (Avis, 19.85;
Jacobson, 1983). Estas autoras concluyen que los terapistas que se
94
adhieren a ese mito implicitaniente adoptan una pOsiciOn politica
. ya que mediante lo que escogen enfocar, responder, retar o ignorar
refuerzan valores tradicionales_ y _opresivos para las -mujeres. Bernal
c Ysern (1986) se unen a ia critica feminista y.expanden más el argumento coritra la nociOn de que las intervenciones terapeuticas en la
practica de terapia de familia estin fibres de contenido valorativo o•
ideolOgico. Estos antores examinaron el contenido ideolOgico en las
tecnicas de terapia de familia y lograron identificar cinco temas implicitos en. la prictica contemporanea de terapia familiar. Algunos de
los temas son: 1) La tendencia hacia el reduccionismo familiar en el
cual se tiende a culpar a la faniilia Or los problemas de sus miembros
reduciendo .los problemas y fenôrrienos sociales a la esfera familiar.
2) La redefiniciOn de injusticia personal y explotaciOn en las relaciones farniliares en taminos de problemas de. comunicaciOn o jerarquia. 3) La nociOn de que la estructura de la familia nuclear es la mejor. 4). La vision de la terapia familiar como una tecnologia o instru• merito para manipulaciOn en el servicio de una meta donde los principios eticos estin basados en la visiOn de intercambio de coinodidades entre el terapista y la familia. 4) La promociOn de un modclo
de intimidad y relaciones familiares basado en una orientaciOn consumerista.
Ante estas cviticas han surgido varias recomendaciones que amplian las estrategias de intervenciOn de manera que resultan en una
practica más sensitiva a la realidad social dc las familias, asi como de
las necesidades especiales de las mujeres.
No cabe duda de que sOlo mediante un proceso de anilisis, de reflexiOn y de integraciOn se logra perfeccionar los modelos terapeuticos y trascender sus limitaciones. Resta evaluar la medida en que
este procpso de autocritica y reevaluaciOn en la prictica de la terapia
de farnilia ha sido integrada por sus practkantes yprincipales autores.
La reciente conferencia presentada por el psiquiatra argentinnSalvador Minuchin intentaba ilustrar los "avances en la terapia de familia.estructural", segCm sugeria su titulo. Si bien su presentaciOn de
casos y las intervenciones hechas, reflejaron el genio de Minuchin, lo
cierto es que tales intervenciones, sobre las que más adelante abundare, distan mucho de ser un verdadero avance a la luz de las más recientes criticas feministaS en el campo de tcrapia de familia._
La estructura de la conferencia, la cual dui -6 dos Was y en la que
participO Patricia Minuchin, se basO en una prcsentaciOn didictica
95
sobre la teoria y la tecnica de cambio "a la Minuchin". En esta se
utilizO grabaciones en,videocassette de sesiones de terapia con cuatro
familias latinoarnericanas para propOsitos de ilustraciOn y anáhsis
Los casos presentados por Minuchin incluyeron dos familias puertorriquetias en. Estados Unidos, una familia colombiana con problemas
de violencia y adicciOn y una familia argentina cuya queja principal
consistia en la preocupaciOn por la posible homosexualidad del hijo
adolescente ante su forma de vestir y actuar.
Patricia Minuchin llevO a cabo una presentaciOn durante una maliana sobre su trabajo con familias reconstiluidas (union de dos familias en las que ha habido separaciOn previa por divorcio o muerte).
La Dra. Minuchin presentO la situaciOn de una familia en busca de
ayuda debido al comportamiento agrcsivo del hijo adolescente: A
través de la presentaciOn recalcO la importancia de ayudar a estas familias a pasar por un proceso saludable de luto para entonces poder
reintegrarse a un sistema familiar nuevo. DemostrO su destreza para
incorporar a los nifios en el proceso terapeutico tomando en cuenta
las diferentes necesidades de desarrollo de todos los miembros familiares.
Durante el dia y medio de su presentaciOn, el Dr. Minuchin demostrO su incuestionable habilidad como supervisor, maestro y terapista de familia. En esencia ilustrO las tecnicas comunes al modclo
estructural desarrollado por el mismo. El despliegue de las mismas incluyO el uso de la posiciOn de distancia y cercania det terapeuta en
relaciOn a la familia con el fin de desequilibrar, retar y apoyar a los
diferentes miembros de la familia; redefiniciOn del problema indivi-,
dual de manera que incluya al sistema de interacciOn de la familia; la
tecnica de la intensidad a trues de la repeticiOn monoternitica del
tema principal o cambio estructural que el terapeuta intenta lograr;
fijaciOn de fronteras entre padres e hijos; el uso de la consulta e interacciOn entre el terapista y el consultor (Minuchin) frente a la familia como tecnica de supervision y distanciamiento para obtener una
metaposiciOn sobre las dinimicas del sistema familiar. Todas estas
tecnicas van dirigidas a desafiar y retar la construcciOn de la familia
con relaciOn al problema que les aqueja y desde una perspectiva que
viabilice la posibilidad de un carnbio en la organizaciOn existente.
96
Es interesante examinar la forma en que Minuchin reta la construcciOn existente de la familia y las perspectivas que ofrece para reestructurarlas. Veamos los ejemplos de las dos familias puertorriquerias presentadas. La primera, a la que llamaremos ColOn, es referida
por su terapeuta a una consulta con Minuchin. La familia esti cornpuesta por una pareja mayor recientemente emigrada a Nueva.York
donde reside con sus hijos adultos. El padre de 69 arios tiene un historial de alcoholismo, de diabetes y de adicciOn a darbOn por un malestar fisico no diagnosticado. Lleva:mis dc diez alms "incapacitado
en catha". La madie de 72 afios le ha "servido"toda la vida pero recientemente confronta problemas mOicos severos. La meta de terapia ha sido lograr que el Sr. Colon funcione mis independientemente y que asista dur Line media mafiana a un taller protegido para envejecientes. Sin embargo, al regresar en la tarde a la casa vuelve a
asumir su posiciOn de invilido postrindose cn cama hasta el dia. siguiente. El tema que se discute en la terapia cuando la familia llega a
la consulta con Minuchin es el deseo del padre de visitar su pueblo
natal en Puerto Rico y la negativa de la familia de permitirselo. Todos estin preocupados por lo que resultaria de la salud del padre de
este ir solo, sin nadie que lo cuide. Temprano en la consulta Minuchin determina que la organizaciOn sistemica de la farnilia consta,
entre otros, de una alianza de los hijos con la madre, a quien ellos ven
como una mujer "sacrificada". Al padre lo yen como una persona
egoista ya que su aparente invalidez requiere que su esposa le siga
sirviendo. Dentro del cuadro descrito, Minuchin asume que la madre
y los hijos refuerzan la dependencia del padre y se propone romper
el esquema familiar del padre como el paciente. Para lograr esto utiliza la tecnica de r.T.definiciOn del problema pero con un estilo y enfoque confrontativo y antagonista rnuy particular de Minuchin. Por
ejemplo, el problerna es redefinido de una manera en que se culpa
abiertamente a la familia por mantener al padre incapacitado. Minuchin hibilmente utiliza la tecnica de la intensidad mediante la
cual repite su intelvenciOn a los fines de indicar cOmo la familia apoya la incompetencia del padre de difercntes mancras. Simultincamente utiliza•la paradoja para lograr una mayor intensidad cuando
sugiere que la familia nunca va a cambiar porque sus miembros estin "cementados por un amor que aprisiona a sus miembros".
97
Esta prirnera intervenciOn dernuestra um. de los elementos ideolOgicos principales en la práctica de La terapia de familia: la tendencia
a culpar a la farnilia por todos sus problemas desatendiendo la contribticiOn que los problemas sociales puedan tener. Ejernplo de esto
es (* . Po se considera hasta que punto el sintoma del padre sirve la
funciOn de devengar un "salario" (compensaciOn por incapacidad)
asi como tambien el respeto asociado al rol de ser el proveedor de la
familia ante una situaciOn econOrnica adversa. Si consideramos que el
contexto social produce contradictoriamente condiciones de desern.pleo, que restringen la capacidad productiva de los individuos, y quc
a la vez refuerza condlicta sintorni.tica rnediante la compensaciOn
econOrnica por incapacidad y desernpleo, nos percatamos de la lirnitaciOn y del reduccionismo implicito de Minuchin en la tendencia a
culpar Unicamente a la familia por sus problemas.
Ante la negativa de la familia en adoptar lo que se le sugiere en la
primera intervenciOn, Minuchin intensifica su "ataque" y procede
con una segunda intervenciOn dirigida a implicar a la seflora Colon
corno la principal responsable por la incompetencia de su marido.
Aunque Minuchin reconoce que es la familia como un todo la que no
ha buscado ayuda para cambiar, y que el terapeuta funciona de agente motivador, Minuchin enfila sus armas para hacer ver a la familia
que tiene que cambiar. Para lograr esto decide que la (mica manera de
transformar el sisterna "rigido" en el que se encuentra es "pegandole
una patada a la mujer"como candidarnente admitc ante la audiencia.
El ataque a la mujer es evidente en su redefiniciOn del ainor de la ma'. dre como egoismo; y en su asignaciOn a esta del papa. de "enferma".
Minuchin dice y cito: "Me parece que usted (madre) es la que esta
enferma y no el Sr. Colón, y su enfermedad es que usted necesita
ayudar a los demas de tal manera que mantiene a su esposo incompetente".
La segunda intervenciOn de Minuchin evidencia la tendencia a
culpar a las mujeres por los problemas familiares sin tomar en cuenta
el proceso de socializaciOn tradicional en el que se encuentran inmersos •tanto 'hombres como mujeres en el desarrollo de - relaciones
complernentarias como la de estos dos personajes. Ante una pregunta
de la au-diencia sobre la posibilidad de una intervenciOn que no fuera
mediante el "ataque a la mujer"Minuchin niega tal posibilidad. Basa
su opiniOn en la idea de que para promover cambio hay que introducir novedad. Cito: "Decir que el padre es un explotador y la madre
98
una indrtir no es novedad. Decir que ella por su egoismo de amor lo
maneiene a él inztil es raro y produce carnbio ya que los hijos comienzan a preguntam si es posible que su madre sea explotadora".
• '
Aqui .vethos retlejado otro .elemento ideolOgico comim en la prictica de la terapia de familia: la premisa de que las intervenciones y
actitudes del tetapista estin concebiblemente libres de contenido valorativo y que "el ,fin justifica los medios". Podemos encontrar sin .
embargo, un elemento valorativo y politico en las intervenciones que
promueven -el cambio del sistema familiar a expensas de uno de sus
Miembros. Esto es, desacreditando a la mujer como en.este ciso, por
su "rigidez y control", mientras se valida la experierkia de "enojo y
resentimiento" del hombre. Esta postura e intervenciOn prornueve
ademis la idea de que las relaciones humanas.se dan estrictamente
de forma tai que siempre hay uh explotado y un explotador, negando
asi toda posibilidad de relaciones razonablemente igualitarias entre
los sexos. El resultado es inevitable; la perpetuaciOn del orden social
existente y Ja obstrucciOn de toda iniciativa por explorar otras maneras de Sostener relaciones intimas.
Aunque Minuchin reconoce que la critica feminista en la terapia
de familia ha ofrecido modelos de relaciones alternas y formas de
‘`entrar" en el sistema familiar que no sea atacando a la mujer, el
justifica patetica y visiblemente su ataque sobre la base de que
resulta "incis Oa" escoger intervenciones que apoyan al hombre por
sus caracteristicas idiosincriticas como terapeuta• y por el hecho de
ser hombre.
En el caso de la . segunda familia puertorriquefia presentada, vemos
que el anilisis de elementos opresivos se repite:. La familia esti constituida por una pareja y sus tres nifios de 10, 9 y 7 atios. La familia
busca ayuda debido a que el hijo mayor tiene problemas de conducta
en.la casa y pelea rnucho en la escuela. Esta es una familia en la que
el padre tiene también una historia de alcoholisrno, adicciOn a cOcai- .
na y violencia fisica hacia su esposa. Esta conducta habia cesado en
los itltirnos tres meses luego de una separaciOn temp.orera iniciada p or
la mujer. Desde el regreso del padre al hogar, la seliora habia cotnenzado a trabajar -y el padre, de acuerdo a la familia, demostraba ser
mis cooperador en los asuntos de los niiios. Tcrnprano en la primera
entrevista, Minuchin 'determina que, en Ia organización familiar hay
una coaliciOn rigida entre la madre y los hiios contra el padre. Tam99
bién se le excluye del 'video familiar y no se le da el debido reconocimiento a su cambio dc actitud. En esencia, la meta terapéntica consistiO en poner a ambos padres a cargo de los hijos y reintegrar al padre a la familia. La intervenciOn predominante a traves de la entrevista vuelve a centrar su ataque en la madre por esta no dark credito a
su marido por haber cambiado, a la vez que la hada responsable por
lograr el cambio "baciendo lo que ella sabe que a él le hada sentirse
reconocido". La tendencia de culpar a la mujer por log problemas
familiares ignorando la historia de violencia doméstica y opresiOn, validando solamente la experiencia y necesidades del hombre es insoslayable en el enfoque de Minuchin. En esta intervenciOn tambien se
evidencian varias de las criticas citadas en la literatura, como por .
ejemplo, la tendencia de redefinir la injusticia personal y explotaciOn
en las relaciones familiares en terminos de problemas de comunicaciOn, el reduccionismo familiar en el cual se tiende a culpar a la familia por los problernas de sus miembros (Bernal e Ysern, 1986) y la
tendencia a reforzar roles estereotipados y conductas tradicionales en
las relaciones hombre-mujer (Avis, 1986, Hare-Mustin, 1978 y 1979).
Luego del previo analisis y critica sobre la presentaciOn de Minnchin procede mencionar algunas de las ideas y sugerencias hechas por
el Proyecto de Mujeres en Terapia de Familia, asi como varios otrqs
autores. Una de las recomendaciones primordiales del proyecto de
Mujeres consiste en enfatizar el proceso mediante el cual se intenta
eliminar el sintoma en lugar de enfatizar la pronta eliminaciOn del
mismo. Esta posiciOn reta la vision de la mayorfa de los terapistas
familia los cuales se adscriben al principio de "el fin justifida los medios".
Silverstone, Papp y Walters (1984), Ilan recalcado la importancia
de abandonar la tendencia a conceptualizar y definir los problemas
de la familia en terminos de "quién estd a cargo y quién tiene el poder" ya que esto implica continuar promulgando la visiOn de mundo
existente. En contraste, sugieren que ayudemos a las familias ddesarrollar maneras de funcionar basadas en la exploraciOn de la comp&
tencia de todos los miembros, no a base de genero. Eso implica rebalancear el sentido de competencia de los hombres y las mujeres
en el Ambito domestico y no-dornéstico. Avis (1986),•ha enfitizado
la importancia de retar conductas estereotipadas en las farnilias, asi
como actitudes y expectativas . de todos los miembros sobre el rol db
mujer. Otra intervenciOn sugerida es la de educar a las familias so100
_
bre el costo y las limitaciones que irnponen los patrones tradicionales
de socializaciOn y su impacto en las relaciones intirnas entre los horn, bres y las mujeres.
Weiner y Boss (1985) han enfatizado la importancia de Validar el
derecho de las mujeres a atender sus propias necesidades y reforziiisu
conlpetencia e importancia como individuos independientemente .de'
sus roles comO espoa, compariera y madre. Bernal y' Diamond
(1985) abogan por una terapia de farnilia que establezca la relaciOn
entre los sintomas de disfunciOn familiar y los procesos sociales que
contribuyen al • desarrollo y mantenirniento de los. mismos. Adernis,.
sugieren que se dikutan ternas de justicia, confianza y responsabilidad directarnente en las relaciones entre hombre-mujer para evitar la
tendencia a redefinir la injusticia personal en términos de comunicación (Bernal e Ysan, 1986).
CONCLUSION
Si bien es cierto que la contribuciOn de la terapia de familia estriba
el contexto familiar en el desarrollo de la disfunciOn individual, ahora el reto envuelve integrar un analisis critico que nos
permita rectificar aquellos elementos que son limitantes y que promueven un orden social que resulta opresiyo para algunos de los'
miembros familiares. Solo mediante un continuo proceso de anilisis
y autocritica es que podernos identificar y clarificar los valores y actitudes que nosotros, comO terapistas de familia, intencional o no intencionalmente prornovemos.
en incorporar
REFERENCIAS
Avis, J.M. (1985). The politics of functional family therapy: A feminist critique.
journal of Marital and Family Therapy, 11, 127 138. ,
-
Avis, J.M. (1986). Deepening awareness: A private study guide to feminism and
family therapy. In L. Braverman (Ed.), Women, Feminism and Family Thera' py. New York: Ilaworth.
Bernal, G. y Diammond, C. (1985). Notes on a sociohistorical perspective of
family.
therapy. Journal of Strategic and Systems Therapy, 4, 42 47.
-
Bernal G. e Ysern, E. (1986). Family therapy and ideolcgy. Journal of Marital
and Family therapy, 12, (2), 129 135.
-
Bograd, M. (1984). Family systems approaches to wife bettering: A feminist
critique. American Journal of Orthopsychiatry, 54, 558 568.
-
Goldner, V. (1985). Feminism and family therapy. Family Process, 24, 3147.
•
Hare-Mustin, R.T. (1978). A feminist approach to family therapy. Family
Process, 17, 181-194.
• flare-lqustin, R.T. (1979). Family therapy and sex role stereotypes. The Counseling Psychologist, 8, 31-32.
Jacobson, N.S. (1983). Beyond empiricism: The politics of marital therapy:*
American Journal of Family Therapy, 11, 11 24.
-
Layton, M. (1984). Tipping the therapeutic balance: Masculine, feminine or
neuter? The Family Therapy Networker, 8. 21 27.
-
Simon, R. (1984). From ideology to practice: The women's project in family
therapy. The Family Therapy Networker, 6, 29 40.
-
Weiner, J.P., y Boss, P. (1985). Exploring gender bias against women: Ethics
for marriage and family therapy. Counseling and Values, 30,9-23..
Wheeler, D., Avis, J.M., Millet:, L., y Chaney, S. (1985). Rethinking family therapy education and supervision. A feminist model. Journal of PsychOtherapy
and the Family, 1, (4), .53-71.
102
Volumen 3 Niimero 1
DSM - III - R: RESEIS1A SOBRE EL NUEVO MANUAL.
Aracely B. Llan6s, Ph.D. •Centro
Caribeiio de Estudios Postgraduados
En mayo de .1987 se publica la revision del Manual Estadistico
DiagnOstico de los DesOrdenes Mentales, mejor conocido por el DSM11I-R. Esta publicaciOn se adelantO en tres ailos debido a hallazgos de
investigaciones que mostraban que algunas categorfas del DSM-III
(1980) eran ambiguas, inconsistentes o no se validaban en la investigaciOn.
HistOricamente y a partir del 1965 en particular, la publicaciOn de
los marivales . diagnOsticos de la AsociaciOn Psiquidtrica Americana
(APA), ha coincidido con la publicaciOn de la ClasificaciOn Internacional de Enfermedades (ICD), capitulo de enfermedades mentales,
de la Organización Mundial de la Salud (WHO). El DSM-III coincidiO
con el ICD-9 y el DSM IV estaba programado para coincidir con el
ICD-10. Sin embargo, los datos relacionados con la utilidad o inutilidad de •algunas categorfas del DSM-III eran tan numerosos que la
Asociación Psiquidtrica Americana decidiO adelantar la publicaciOn
de un nuevo manual, esta vez Ilarnado DSM-III-R (Wakefield, 1987;
Morey yMcNamara, 1987; Spitzer y Williams, 1987).
Diferencias y Similaridades entre el DSM-III y el DSM-III-R
Los manuales diagnOsticos intentan proveer el lenguaje comim
que va a ser utilizadó por los profesionales de la Salud Mental para
in formarse sobre los resultados experimentales y clinicos de sus .tratamientos e investigaciones. En la arena internacional se usa el "International Classification of Diseases!' (ICD) que se modificO para. uso
en los Estados Unidos ICD-9-CM (Modificaciones Clinicas) que incluye . todas las clasificaciones del DSM-Ill y ahora del DSM-III-R. .
El DSM-III-R define Desorden Mental como "a clinically significant behavioral or psychological syndrome or pattern that occurs
in a person -and that is associated with present distress (a painful
sympton) or disability (impairment in one or more important areas
of ftinctioning) or with a significant increased risk of suffering.dJath,
: pain, disability, or an important loss of freedom." (p. xxii). Lo subra.yado corresponde al cambio en la definiciOn con relaciOn al DSM-III.
103
Posiblemente esta adiciôn responde al impacto potencial en la salud
mental que pueden tener factores tales como el SIDA, los contlictos
belico-politicos, las condiciones degenerativas como las enfermedades
de Alzheimer y otras. Con 'mayor claridad que en el DSM-III, el•manual revisado descarta la consideración de conducta desviada de indole politica, sexual o religiosa como un desorden mental a menos que
esta sea un sintoma de disfunción.
AmbOs manuales coinciden en reconocer que los desOrdenes mentales no son entidades discretas o discontinuas y que la clasificaciOn
es de desOrdenes NO de personas. Ademas intentan ser ateinicos excepto en aquellos casos donde la etiologia esti clar:tmente establecida. Se siguió por lo tanto un enfoque descriptivo para cada desorden
que incluye: caracteristicas principales, caracteristicas asociadas, momento en que se inicia el desorden, desarrollo, incapacidad, complicaciones, faetores que predisponen, prevalencia, diagnostico diferencial, razor' por sexo, y patrones familiares.
Se excluyen las clasificaciones de parejas, familias u otras relaciones interpersonales.
El DSM-III-R hace un llamado que nos parece pertinente dado el
estado del conocimiento en esta area. En las paginas xxvi y xxvii se
destaca la importancia de la sensibilidad al entomo social y cultural
al usar el manual. El prejuicio hacia las minorias ha estado manifiesto en la aplicacion arbitraria de estos diagnOsticos cm consideraciOn
al ambiente o a la cultura a la que pertenece la persona en:math.
Con respecto al .Sistema Multiejes, ambos manuales adoptan cinco
(5) Ejes para, el diagnOstico. En el DSM-III-R, se reagrupa ahora en el
Eje II la RetardaciOn Mental, los Desôrdenes- Invasivos (Pervasive
Disorders) y el Funcionamiento Intelectual Fronterizo del Código.V,
que antes aparecian en el Eje I del DSM-III. El Manual Revisado retiene en el Eje II los Desórdenes Especificos del Desarrollo y los
DesOrdenes de Personalidad, tal como aparecian en el DSM-III. En
este lie II, aparecen ahora todas las condiciones que han tenido su
inicio en la nifiez o la adolescencia y que usualmente persisten en
forma estable.
En el Eje IV se observa otro cambjo primordial. En el DSM-III-R..
el clinico dcbe distinguir lo agudo de lo duradero a:, registrar la severidad del estresor psicosocial. Para el Eje V, se glade una escala de
funcionamiento global (GAF scale), que permite cuantificar el nivel
104
de funcionaniient6 ocupacional, social y ademis el psicolOgico, dentro de un continuo hipotético de salud - enfermedad mental, Ademis, se calcula tanto el nivel de funcionamiento presente (al momento de la evaluaci6n), como el anterior (varios meses dentro del pasado
ano). Se obtiene asi un estimado de la necesidad de tratamiento al
prestnte y de la prognosis, a base del más alto nivel de funcionamiento manifestido en los meses pasados.
Entre las categorias diagnósticas que han experimentado cambios
significativos, se destacan las siguientes:
DESORDENES DE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Se elimin6 el Desorden de Deficit de Atención sin Hiperactivid ad .
2. Se reagruparon los DesOrdenes de Conducta en solamente
tres tipos. Junto al Desorden Hiperactivo con Deficit de Aten+chin y el
Desafiante aparecen bajo
_
. Desorden Oposicional
Deseordenes de Conducta Destructiva.
3: Se ehmin6 el Desorden Esquizoide de la infancia o adolescencia.
'
4. 8e reagruparon y revisartm los desOrdenes .de "tics" bajo este
nombre y se ahadio la categoria de Desorden de Habitos/Estereotipados.
5. Se reagruparon la encopresis y eneuresis bajo Desórdenes de
EliminaciOn.
6. Se agrupan el sonambulismo y los terrores nocturmis bajo
Des6rdenes del Sueiio.
7. Se revisa el Desorden Autista.
8. Se añaden los Des6rdenes de ExpresiOn Escrita, Coordinación
del Desarrollo, Alboroto Verbal ("Cluttering") y se subdiVide
el Desorden de Desarrollo del Lenguaje en Desorden Expresivo
y Desorden Receptivo.
9. Varias categorias se revisaron, aliadiendo caracteristicas, eliminando otras o clarificando conceptos traidos en el DSM-III.
105
DESORDENES MENTALES ORGANICOS
I.
2.
3.
Se ariade . el Desorden de PercepciOn Postalucinôgeno.
.Se ariade el Desordcn Orginico de Ansiedad.
V-arias categorfas se revisaron, afiadiendo caracterfsticas, eliminando otras o clarificando conceptos trafdos en el DSWIII.
DESORDENES DE USO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS •
1.
2.
3.
4.
Se mejora la definiciOn del concepto de Dependencia .incluyendo concluctas, cogniciones y otros sintomas (pie indiquen perdida de control o uso continuo de sustancias aim en caSos donde hay consecuencias adversas.
.
Se afiadieron el Abuso y Dependencia de Inhalantes.
La Depenclencia en más de una sustancia se presenta como De-.
pendencia de Polisustancias.
Varias categorfas se revisaron, afiadiendo caracterfsticas, eliminando otras o clarificando conceptos trafdos en el DSM-1II.
ESQUIZOFRENIA
1.
2.
Para el tipo Paranoide, se reconoce la existencia de un tipo
Estable.
Se reOrganizan los criterios A y B.
• DESORDENES DELIRANTES (PARANOIDE)
1.
2.
La Paranoia se sustituye por el Desorden Delirante de seis
tipos diferentes.
El desorden Paranoide Compartido cambia a Desorden Paranoide Inducido.
DESORDENES PSICOTICOS NO CLASIFICADOS
1.
2.
3.
Se especifican las posibilidades prognOsticas de los DesOrdenes
Esquizofreniformes.
Se especifican los tipos de DesOrdenes Esquizoafectivos.
Varias categorfas se revisaron, ariadiendo caracterfsticas, eliminando otras o clarificando conceptos trafdos en el DSM-HI. •
106
DESORDENES DEL ANIMO
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Aparece el término Animo o Animosidad (Mood), en vez de
Afecto, coma sostenia el DSM-1II.
Se introduce el concepto Sindrome del estado, Anirnico
(Mood-Syndrome), que comprende un grupo de ernociones
prolongadas (mood) y sintomas asociados que ocurren conjuntamente en un perfodo de tiempo dado.
Se introduce el concepto Episodio Animico (Mood episode),
sea depresivo. mayOr, hipomanico o minico,. para diferenciarlo
del sindrome animico que obedece a un desorden'orginico o a
una constelación de desOrdenes psicOticos donde !el talante no
es el factor primordial que caracteriza el cuadro.
Se establece que un Desorden del Animo, vendra determinado
por el patron que sigan los Episodios Animicos.
Se reagruparon los DesOrdenes Bipolares con la Ciclotimia y
los Depresivos con la Distimia:.
Varias categorfas se revisaron, ariadiendo caracteristicas, eliminando otras o clarificando conceptos traidos en el DSM-III.
DESORDENES DE ANSIEDAD
1.
La Agorafobia se conceptualiza como un sintoma de Panico
princiOalmente aunqiie se mantiene el diagnOstico de Agorafobia sin Historial de Panico.
Varias categorfas se revisaron, ariadiendo caracteristicas, eliminando otras o clarificando conceptos traidos en el DSM-III.
DESORDENES DE SOMATIZACION
El Desorden de Dolor sustituye el Desorden de DOlor Psicogenico.
2. • Se ariade el desorden de Deforrnidad Corporal (Body dysmorpilic disorder).
1.
107
. DESORDENES SEXUALES
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Se afiade el Desorden de Identidad No Transexual.
Se elimina la Zoofilia.
Se afiade U Desorden de Frotacion (Frotteurism).
Se especifican detalladamente las disfunciones sexuales con implicaciones para el tratamiento.
Se atiade el Desorden de AversiOn Sexual.
Se elimina el diagnOstico de Flomosexualidad Ego-Distónica :
DESORDENES DEL SUENO
Esta categoria es nueva. En el DSM-Ill aparecia corao Apendice E.
DESORDENES FICTICIOS
Se clarifica el criterio de ficticios como
producido".
`intencionalmente
DESORDENES DE CONTROL DE IMPULSO
1.
Se anade la Tricotilomanfa.
DESORDENES DE AJUSTE
1.
Se añade el Desorden con Quejas Ffsicas.
DESORDENES DE PERSONALIDAD
1.
Varias categorias se revisaron, afiadiendo caracterfsticas, elinainando otras o clarificando conceptos traklos en el DSM-III.
Personalidad Compulsiva se sustituye por Personalidad Obsesiva.
.108
Criticas al DSM-11,1 y DSM-111-R:
•
Ambos manuales han sido severamente criticados pot- sectores de
opiniOn entre los cuales se ha destacado ci grupo feminista (Walker,
1987) al atacar los prejuicios sexuales, hacia las mujeres, que se evidencian en algunas de las eategorfas nosolOgicas. Otros autores como
Kaplan (1983), han destacado la desapariciom de "desórdenes" al
cambiar los criterios diagnOsticos aim cuando no han cambiado las
conductas, como reiultado de la investigaciOn o meramente los cambios culturales.
En un interesante articulo, Wakefield (1987) analiza el concepto
de prejuicio en funciOn del sexo. La autora distingue entre el prejuicio lógico que sin justificaciOn evalaa tanto al hombre como a la mujer con criterios diferentes (ejemplo, Desorden Sexual de EyaculaciOn
Prematura) y el prejuicio de hechos (factual bias). En este altimo se
factores de socialización, cultura y biologfa y por k tanto
mis mujeres que hombres terminan siendo consideradas cam° teniendo un "desorden mental". Wakefield resume el concepto de prejuicio
sexual en la clasificaciOn del siguiente modo "A diagnostic criterion
,
is biased against women if it classifies come women as disordered
who are not so, and this misclassification arises either becairse the
criterion is unjustifiably broader than the comparable criterion for
nien, or because the criterion for women unjustifiable ignores known
facts about sex differences" (p.466).
Walker y l3rowne (1985) analizaron, por su parte, la evidencia empfrica que supuestamente apoyaba la inclusion en el DSM IlI R de
los diagnOsticos de Desorden de Personalidad Masoquista o desorden
de Personalidad Auto-derrotista (Self-defeating personality desorder)
y el desorden DisfOrico de la Fase Lutea Tardia (Late Lutheal Phase
Dysphoric Disorder). Este Ultimo es mis eonocido corno el Sfndrome
Premenstrual. Las psicolOgicas feministas no niegan las molestias
asociadas con el periodo de menstruación que experimentan• cientos
de miles de mujerer en el mundo. No existe, sin embargo, ninguna
evidencia que apoye que Sea una condiciOn mental.
' El resultado de eqa polemica ha sido que los diagnOsticos de Per- •
sonalidad Masoquista, Ease Lutea y Personalidad Sadista'han sido excluidos del cuerpo principal del Manual revisado y colocados en el
apendice A pendientes de "further systematiC .cFnical study and
research"(DSM-III-R, 1980, pp.xxyii
109
-
-
La elaboraciOn del DSM-III-R ha sido tambien criticada desde e1.
punto de vista estrictamente metodolOgico.
Las categorfas presentes en el DSM-III-R son el producto de varias
reuniones de grupos de expertos. El consenso constituyO el principal
criterio para hi inclusiOn o eliminaciOn de algunas categorfas. Segim
el propio manual, las propuestas surgieron de experiencia clinica con,
el DSM-IJI y de entrevistas estructuradas siguiendo las propuestas del
DSM•III-R. La evidcncia experimental constituyO el criterio para. . .
"some of the proposals. . ."(p.xx). El mayor peso, sin embargo, para
la consideración de los criterios lo tenfa la evidencia empfrica. En
vista de que. . . "for most proposals, data from empirical studies were
la mayor importancia se le dio al juicio y la experiencia
lacking. .
elf nica ademis de a la consideraciOn, tambien subjetiva, del potencial
de abuso del diagiiOstico. (DSM-III-R, xxi).
La AsociaciOn de PsicOlogos Americanos ha advertido a sus miembros sobre las deficiencias metodologicas mencionadas (y hasta se
aprobO en el Consejo de Representantes de esta asociaciOn la necesidad de que los psicOlogos elaboren su propia manual.
Mientras tanto y no obstante todas las conSideraciones y reflexiones anteriores, el nuevo Manual Revisado viene a cumplir su tarea
dentro de la Nosologfa. El DSM-III-R intenta maneras de entender la
enfermedad mental y para ello clasifica dentro de un orden más o
menos sisternitico. Seria más compleja la tarea para clfnicos y pacientes si prevalecierd el caos de la clasificaciOn subjetiva, individual,
o de enfasis monoteOrico que cada evaluador quisiera aportar. En este sentido se agudizan las bondades del Manual, implantando controles a los clinicos y teOricos demasiado "creativos" para quienes lo
idiosincritico supera los esfuerzos nomoteticos. Las reacciones al
DSM-III-R vuelven a evidenciar la vieja coexistencia de la critica
constructiva y la resistencid entorpecedora. Escojamos la mesura y la
prudencia en el uso del Manual como soluciOn temporera en. el proceso dc mejorar la nosologfa existente.
•
110
PROGRAMA DE EDUCACION CONTINUADA
AGOSTO A DIC1EMBRE DE 1988
RECURSO
SEMINARIO
Joseph LoPiccolo, Ph. D.
Avance en Diagnóstico y Tratamiento de
Tratamiento de Disfunciones Sexuales
Maria T. Margarida, Psy. D.
Principios y Tecnicas de Evaluacien
Neuropsicológicas con Niflos y Adolescentes
Edgardo Morales, Ed. D.
Avances en Hipnotempia
Jose Toro Alfonso, M.S.
Modelos de Terapia para Personas
con SIDA, sus familiares y Personas
Significativas
Victor Vroom, Ph. D.
Manejo de Personal en las Industrias:
Lidcrazgo Organizacional
Frank Farley, Ph. D.
Tcorfa Aplicada a la Medea sobre
la Personalidad con Orientación a
Actividades de Alto Riesgo
**INFORMACION ADICIONAL:
DRA. LOURDES CRUZ MATOS,
COND. EL CENTRO I, OFIC. 702,
AVE. MUROZ RIVERA 500
HATO REY, PUERTO RICO 00918
TEL.: 759--9935
112
REFkENCIAS
American Psychiatric Association, (1980). Diagnostic and Statistical Manual of
Mental Disorders (3rd. ed.). Washington, D.C. : Author.
American Psychiatric AssOciation. (1987). Diagnostic and Statistical Manual of
Mental Disorders (3rd. ed. Revised). Washington, D.C. Author.
More); L.C. & McNamara T.P. (1987). On definitions, diagnosis, and DSM-lII.
Journal of Abnormal Psychology, 96, 283-285.
Wakefield J.C. (1987k. .Sex bias in the diagnosis of primary orgasmic dysfunction. American.Ps)chologist, 42, 464-471.
•
Walker, L.E. & Browvic, A. (1985). Gender and victimization by intimates. In
Walker, L.E. (1987). Inadequacies of the masochistic personality disorder
diagnosis for women. Journal of Personality Disorders, L (2).
iii
PROGRAMA DE EDUCACION CONTINUADA
AGOSTO A DICIEMBRE DE 1988
RECURSO
SEIvIINARIO
Joseph LoPiccolo, Ph. D.
Avance en Diagnóstico y Tratamiento de
Tratamiento de Disfunciones Sexuales
Maria T. Margarida, Psy. D.
Principios y Tecnicas de Evaluación
Neuropsicológicas con Nifios y Adolescentes
Edgardo Morales, Ed. D.
Avances en Hipnoterapia
Jose Toro Alfonso, M.S.
Modelos de Terapia para Personas
con SIDA, sus familiares y Personas
Significativas
Victor Vroom, Ph. D.
Manejo de Personal en las Industrias:
Liderazgo Organizacional
Frank Farley, Ph. D.
**INFORMACION ADICIONAL:
•
Teorfa Aplicada a la Prfictica sobre
Personalidad con Orientacidn a
Actividades de Alto Riesgo
DRA. LOURDES CRUZ MATOS,
COND. EL CENTRO I, OFIC. 702,
AVE. MUROZ RIVERA 500
HATO REY, PUERTO RICO 00918
TEL.: 759-9935
112
CONGRESOS NACIONALES E INTERNACIONALES EN PSICOLOGIA: :
NACIONALES:
1. Convencidn Anual Asociación de Psic6logos de Puerto Rico
Marzo 10-12 de 1989
Para nth infonnacion escriba a:
Nedda Echevarria
Apartado 3435
Oficina General de Correos
San Juan, Puerto Rico 00936
2. Primer Simposio sobre Medici& Psicoldgica en Puerto Rico
18 y 19 de noviembre de 1988
APPR
Apartado 3435
Oficina General de Correos
San Juan, Puerto Rico 00936
1NTERNACIONALES:
1. IV Conferencia Internacional Sobre Pensamiento
17 al 21 de agosto de 1989, San Juan, Puerto Ri
XXII Congreso Interamericano de Psicologia
25-30 de junio de 1989
Buenos Aires, Argentina
Para mayor información:
Ana Alvarez
Secretaria General ST
P. O. Box 23174
U.P.R. Station
Rio Piedras, Puerto Rico 00931-3174
2. American Psychological Association
Agosto 11-15 de 1989
New Orleans
Para mayor informacicin:
APA Convention Office
1200 Seventeenth St., N.W.
Washington, DC 20036
113
Ediciön especial del Caribe y Centroamkrica
CIENCIAS DE LACONDUCTA
Revista del Centro Caribefio de Estudios Postgraduados
Jose Toro Alfonso
Coordinador Revista
JUNTA EDITO RA
Salvador Santiago-Negrón
Centro Caribeiio de Estudios Postgraduados
Mayra Huergo
Centro Caribefio de Estudios Postgraduados
Victor Alvarez
Centro Caribeño de Estudios Postgraduados
Emilio Ribes
Univcrsidad Nacional Au tOnoma de Mexico,
lztacala, Mexico
Jose Navas
Centro Cariberio de Estudios Postgraduados
Ruben Ardila
Universidad Nacional Colombia
Joseph 0. Prcwitt Diaz
Pennsylvania State University
Jorge Dieppa
College Entrance Examination Board
Carlos Ruiz Bol ivar
Universidad PcdagOgica El Libertador, Caracas, Venezuela
La Revista de Ciencias de la Conducta es un intento del
Centro Caribefio de Estudios Postgraduados, para recoger
articulos cobre psicologia y ciencias afines, tales como
sociologia, antropologia y trabajo social. Su propósito
primordial es promover la investigación cientifica. La
Revista se publica dos veces al afio, en un volumen, por el
Centro Caribefio de Estudios Postgraduados -Apartado 3711
- Old San Juan Station, San Juan, Puerto Rico 00904-3711.
La cuota de subscripción es $5.00 por un ejemplar; $10.00
por un alio; $25.00 a instituciones. Someta manuscrito y
dos copias al cuidado del Instituto de Investigación
Cientifica, de acuerdo con las normas de publicación
establecidas por la American Psychological Association.

Documentos relacionados